revista ambiente forestal

60

Upload: mauricio-becerra

Post on 29-Mar-2016

222 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Revista de Extensión Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de Chile.

TRANSCRIPT

Page 1: Revista Ambiente Forestal
Page 2: Revista Ambiente Forestal
Page 3: Revista Ambiente Forestal

REVISTA DE EXTENSIÓN Facultad de Ciencias Forestales y de la

Conservación de la NaturalezaUniversidad de Chile

ISSN 0718-2708Año 6, Nº 10, 2011

REPRESENTANTE LEGALJavier González M.

DIRECTORA Karen Peña R.

SUB DIRECTOR Gabriel Mancilla E.

COMITÉ EDITORIALMiguel Castillo S.

Tomás Karsulovic C.Rose Marie Garay M.

Amanda Huerta F.Adelina Manríquez L.Gabriel Mancilla E.

Karen Peña R.

[email protected]

[email protected]

EDICIÓN Y PRODUCCIÓNECITECNO E.I.R.L

Marcoleta 328 Of. 111, SantiagoFono: (02) 6659526

Contacto: [email protected]

COORDINACIÓN Y OPERACIONES

Francisco Perry O.

DISEÑO GRÁFICOFrancisco Curihuinca S. [email protected] Palacios A.

[email protected]

IMPRENTADiario EL SUR S.A

FOTOS PORTADAFac. Cs. For. y de la Conserv de la Nat.

(A. Manríquez) Paisaje Lenga (S. Donoso)

Paisaje Torres del Paine (K. Peña)Foto principal (Francisco Perry)

Las opiniones expresadas son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten.

Ambiente Forestal no se responzabiliza por el contenido de los avisos publicitarios. Se autoriza la reproducción parcial o total de sus contenidos

citando la fuente.

Según norma ISSN, el nombre de la revista se abrevia: Ambiente For.

INDICEINDICE

ÍNDICE ........................................................................................................... 1

EDITORIAL ..................................................................................................... 2

Dr. Rodolfo Gajardo Mitchell, Pionero Ambientalista...................................... 3 Gustavo Cruz M

Sustentabilidad ambiental y crecimiento económico ...................................... 7Matilde López M.

¿Qué motiva a las personas a conservar? El rol del biocentrismo en la valoración económica de la conservación .......................................................................... 14Mariana Zappi y Claudia Cerda

Una silvicultura flexible es la mejor política de conservación para los bosques................................................................................................ 22 Julio Torres Cuadros

El agua está: hay que saber retenerla y almacenarla para hacerla disponible... 27 L. Alberto González R.

Técnicas para estimar la disposición a pagar por conservación dela biodiversidad...................................................................................................31Carmen Luz de la Maza A., Claudia Cerda J., Manuel Rodríguez R.

Notas dendrológicas: Chañar (Geoffroea decorticans (Gillies ex Hook. & Arn.) Burkart). Árbol multipropósito de las zonas áridas del norte de Chile............ 36 María Teresa Serra V. y Gustavo Cruz M.

Estado sanitario de Ciprés de la Cordillera en Sierras de Bellavista, Región del Libertador Bernardo O’higgins, Chile.............................................................. 46 Camila Becker Klavin y Amanda Huerta Fuentes

Un nuevo método para estimar biomasa aérea bruta en pie para plantaciones de Pino Insigne en Chile................................................................................... 52 Patricio Corvalán V.

En memoria del Dr. Rodolfo Hernán Gajardo Michell

Page 4: Revista Ambiente Forestal

EDITORIALEDITORIAL

Durante siglos, el bosque nativo fue sometido a

un proceso de eliminación, para realizar principalmente

actividades agrícolas y ganaderas. Posteriormente a

fines del siglo veinte, también se sumó a este proceso

la industria de celulosa, que estableció parte de las

plantaciones de pino (Pinus radiata D.Don) y eucalipto

(Eucalyptus sp.) sobre terrenos que estaban cubiertos por

bosque. Este proceso de pérdida de superficie comenzó a

disminuir a fines del siglo pasado.

En la actualidad el escenario ha cambiado, las

grandes habilitaciones agrícolas realizadas en el centro

sur de Chile se han reducido, pero aun persiste en la

zona central el proceso de eliminación de bosques para

establecer cultivos agrícolas como viñas y paltos. Por otra

parte, las industrias asociadas a plantaciones con especies

exóticas, por decisión u obligación de los procesos de

certificación, han evitado o reducido significativamente la

eliminación de bosques.

Esta nueva situación se explica por una mayor

conciencia respecto al cuidado del medioambiente, que

se conjuga con una sociedad que valora crecientemente

el rol y las múltiples funciones que cumple el bosque

nativo. Dentro de éstas, hoy toma valor el uso maderero

asociado a la generación de productos elaborados

(muebles, puertas, artesanía entre otros) y especialmente

como fuente de energía a través de la leña o generación

de energía eléctrica, a partir de la madera de baja calidad

presente en los bosques, los cuales por su estado de

degradación actual, requieren de prácticas que mejoren

su condición.

El bosque nativo a pesar de lo anterior, presenta

un crecimiento superior al registrado en la mayoría de

las regiones templadas del mundo, lo que constituye

una oportunidad para potenciar la silvicultura, manejo y

economía de los bosques nativos de Chile.

En esta nueva etapa, donde también se está

reestructurando la institucionalidad forestal, se debería

considerar un fuerte apoyo a los pequeños propietarios

forestales. Esto, a través de asesoría y apoyo técnico

permanente para que se constituyan efectivamente en

actores principales de un nuevo sector forestal. Asimismo,

se debe perfeccionar los diferentes instrumentos de

fomento, entregando estímulos adecuados, que permitan

un fomento efectivo al uso sustentable de nuestro bosque

nativo. Además, se requiere que seamos capaces de

transmitir a la sociedad el valor de los bienes y servicios

que entrega el bosque nativo, como: regulación de ciclo

hídrico, biodiversidad, recreación y turismo, protección

del suelo, entre otros. Esto, junto con destacar el rol que

cumplen los bosques como sumideros de carbono (captura

de carbono), constituyendo su cuidado y recuperación

una efectiva medida para mitigar los posibles efectos de

cambio climático.

Finalmente, los desafíos siempre están a la altura

de quienes saben y tienen la convicción de enfrentarlos.

El tiempo dirá si como sector forestal, fuimos capaces de

superarlos exitosamente.

Sergio Donoso CalderónDr. Ingeniero Forestal

AcadémicoFacultad de Ciencias Forestales y

de la Conservación de la Naturaleza- Universidad de ChilePresidente

Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo

2

Page 5: Revista Ambiente Forestal

Rodolfo Gajardo Mitchell nació el 25 de

marzo de 1947, en la Hacienda Chacabuco,

Región Metropolitana. Sus estudios básicos

los realizó en el colegio de la misma hacienda, para

posteriormente trasladarse en la década del 60 a

Santiago e ingresar al Liceo N° 6, Andrés Bello. En al

año 1965 ingresó a estudiar al Instituto Pedagógico

de la Universidad de Chile, obteniendo el título de

Profesor de Estado en Biología en 1975. Inició sus

actividades en la Universidad de Chile alrededor

del año 1966, desempeñándose como Ayudante de

Laboratorio. En 1974 asumió la Cátedra de Botánica

Forestal y posteriormente sería también responsable

de la Cátedra de Ecología Forestal, ambos de la actual

Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación

de la Naturaleza.

En 1986, alcanzó la jerarquía de Profesor

Titular. Posteriormente, obtuvo el grado de Docteur

en Sciencies, option Ecologie, 1997, Université

d’Aix- Marseille Francia.v

Entre los años 1986-1989 y 1992-1995 ocupó

el cargo de director del Departamento de Silvicultura

de la Facultad de Ciencias Forestales.

Rodolfo fue Profesor guía de un sinnúmero

de memorias de título y tesis de postgrado, que

estudiaron la flora y vegetación, así como también el

funcionamiento de los ecosistemas chilenos. Además,

colaboró como experto en distintas instancias

nacionales e internacionales en el área de ecología

aplicada, en lo referente a las especies en categoría

de conservación, Áreas Silvestres Protegidas y

restauración de ecosistemas. Su carrera académica se

materializó en proyectos y publicaciones científicas,

donde destaca el libro “La Vegetación Natural de

Dr. RODOLFO GAJARDO MITCHELL, PIONERO AMBIENTALISTA

Por: Gustavo Cruz MIngeniero Forestal, Dr. Recursos Naturales, Departamento de Silvicultura y Conservación de la Naturaleza

Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de Chile. [email protected]

Figura 1: Rodolfo con alumnos del Magíster en Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza en

excursión en el cerro el Roble.

PERFIL ACADÉMICO

3

Page 6: Revista Ambiente Forestal

…”Yo, que creo no tener ninguna importancia personal, tampoco

nunca me ha interesado mi imagen. Si me miro al espejo en las mañanas,

es solamente para no cortarme la cara cuando me afeito”…….

Correo a Ingrid Espinoza L., con motivo de la solicitud de una fotografía para un libro de la Fundación Pumalín (mayo 2010).

…”En el día de hoy, a pesar de todos los bienes y beneficios que

nos depara el progreso y la tecnología, derivados de una ciencia cada

vez más compleja, en la cual también cada vez hay más analfabetos,

presiento con dudas la persistencia de lo humano. Sin ser darwinista,

es claro que no tenemos ni los sentidos, ni los instintos y tampoco la

inteligencia para vivir en las ciudades y en los centros comerciales. Son

artificios, tales como las jaulas más confortables de un zoológico; ¿es

que la biología del tigre está hecha para una jaula, por muy espaciosa

que sea?”.........

…“Ha sido intentado establecer caminos y referencias en cuanto

a la relación del hombre con la Naturaleza. Una iniciativa importante,

y de larga data, fue establecer las áreas silvestres, y sus sistemas de

conservación y administración. Pero, esa es una construcción intelectual

que en nuestra cultura de chilenos no tiene raíces emotivas, ni social

ni cultural; no importa que en la escuela nos hayan hecho dibujar la

cordillera nevada ni que el himno nacional proclame un cielo azulado.

Chile. Clasificación y Distribución Geográfica”

de 1994, el cual sentó las bases científicas para la

consolidación del actual Sistema Nacional de Áreas

Silvestres Protegidas del Estado de Chile (SNASPE).

En reconocimiento a su labor académica de 45

años en la Universidad de Chile fue distinguido en el

2003 con la Medalla al Mérito Rector Valentín Letelier.

Recientemente ayudó a crear y desarrollar el programa

de Magíster en Áreas Silvestres y Conservación

de la Naturaleza, siendo el primer director de

este programa. Rodolfo, también colaboró con la

Comisión Nacional del Medio Ambiente y Ministerio

del Medio Ambiente, contribuyendo en la propuesta

de los sitios prioritarios para la biodiversidad de

Chile. Hasta sus últimos días participaba activamente

como profesor guía de alumnos del Magíster en

Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza e

Ingeniería de Recursos Naturales.

El sábado 17 de septiembre del año en

curso, se extinguió la vida de Rodolfo Gajardo,

despertando un sentimiento de gran dolor entre sus

colegas, estudiantes y amigos.

ALGUNOS PENSAMIENTOS

4

Page 7: Revista Ambiente Forestal

La naturaleza y los recursos que provee son en lo inmediato, para

todos, las bases de un enriquecimiento inmediato. Aun escucho en mis

oídos la expresión ‘ hay que quemar el monte, para abrir campo”……

Hay elegantes teorías y propuestas derivadas de la biología de

la conservación. La biodiversidad y su conservación son el paradigma

vigente. Las especies amenazadas constituyen la panoplia que llama a

la primera atención. Los paisajes fragmentados parecieran ser el último

archipiélago de lo natural, y acuden a ellos muchos llamados de auxilio.

No es de creer mucho en eso, cuando se constituyen en puras razones

instrumentales, en equilibrio dinámico con los conflictos por el uso de

la tierra, que como es una sola ya cumplió su límite de albergue de una

sociedad humana pululante en apetencia por los recursos naturales.

Extractos de una introducción para el coloquio del programa de Magíster en Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza, en 2006.

Escribir sobre el aporte del

Profesor Gajardo a la conservación de

los recursos naturales del país, no es una

tarea difícil. Quizás el único problema

es poder hacerlo en este espacio tan

reducido. A pesar de cultivar un bajo perfil

(ver recuadro) y a veces, de personalidad

dura, Rodolfo fue una persona que marcó

en forma indeleble el pensamiento

académico y la vida profesional, de sus

estudiantes, amigos y compañeros en

la Universidad. Esto fundamentalmente

a través de sus cátedras, sus reflexiones

y amena conversación sobre los más

variados tópicos. Los cuales reflejaban

su amplia visión naturalista y su vasto

conocimiento de la historia natural y

cultural de éste país. Este conocimiento

fue clave para apoyar a CONAF en la

década de los ochenta, para la creación

del Sistema Nacional de Áreas Silvestres

Figura 2: Rodolfo en Vodudahue durante una visita al Parque Pumalín.

APORTE A LA CONSERVACIÓN DE LOS

RECURSOS NATURALES DEL PAÍS

5

Page 8: Revista Ambiente Forestal

Protegidas del Estado (SNASPE) y a la sucesiva ampliación de éste, con ecosistemas

insuficientemente representados. Posteriormente ayudó a crear y desarrollar el programa

de Magíster en Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza, siendo su primer director.

Con este programa ayudo a formar especialistas capaces de desempeñarse

eficazmente en el medio profesional, en el ámbito de la Conservación de la Naturaleza, la

formulación de Políticas Públicas y la Gestión Ambiental, para contribuir a la conservación

de los recursos naturales de país.

Hasta sus últimos días participaba activamente en discusiones en el Departamento

de Silvicultura y Conservación de la Naturaleza, para generar un nuevo programa de estudio

de postgrado. Éste, debía permitir contar con especialistas con fundamentos ecológicos,

físicos, biológicos y culturales para sustentar el manejo de los recursos naturales y paisajes

vegetales. De esta manera, serían capaces de gestionar, armonizar y optimizar los distintos

usos del suelo en el marco de la gestión predial o patrimonial, teniendo en consideración

todos los posibles bienes y servicios que estos recursos pueden proporcionar, bajo un

esquema de sustentabilidad. El inicio de éste programa será, sin duda una evidencia latente

de la senda que Rodolfo nos ha dejado.

Figura 3: Rodolfo de excursión en el Cerro El Roble.

6

Page 9: Revista Ambiente Forestal

SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

Matilde López M.Ecóloga, Dra. Procesos Sociales y Políticas Lationamericanas, Departamento de Gestión de Bosques y Medioambiente.

Facultad de Ciencias. Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de Chile. e-mail: [email protected]

¿EXISTE ARMONÍA ENTRE EL CRECIMIENTO

ECONÓMICO Y EL RESPETO POR LA

NATURALEZA?

Contesta Manfred McNeef (premio Nóbel

alternativo de Economía): “pretender que el

crecimiento económico y el respeto por la

naturaleza no sean compatibles es totalmente absurdo.

Ninguna actividad económica puede ocurrir si no

está sustentada por los servicios ambientales que la

naturaleza presta. Cuando hablo de “servicios”, me

refiero a aspectos que son absolutamente vitales, como

la fijación del nitrógeno, el ciclo hidrológico, el ciclo

del carbono y la fotosíntesis. Es decir todos los servicios

que la naturaleza nos presta y que los economistas dan

por vistos” (Chile Forestal, 2002).

Dentro de esta perspectiva es que los

economistas han buscado estimar precios para los

recursos naturales y de este modo, suministrar recursos

técnicos, o sea, métodos de valoración económica

ambiental fundamentados en la teoría neoclásica del

bienestar para su explotación racional. En general,

los métodos de valoración económica ambiental se

constituyen en “instrumentos analíticos” que aportan

para una técnica conocida como análisis costo

beneficio (ACB) (Nogueira, 1998).

Sin embargo, desde que la Comisión Bruntland

(1987) definió Desarrollo sustentable como “aquel

desarrollo que junto con responder a las necesidades

de la presente generación garantiza a las futuras

generaciones el derecho de la satisfacción de las suyas”,

ha existido un amplio debate en torno a lo que se debe

entender por desarrollo sustentable.

Su mejor aporte ha consistido en plantear “la

equidad intergeneracional” como una condición

necesaria para que a un estilo de desarrollo se le

denomine Desarrollo Sustentable. Este concepto no

existía anteriormente al menos como una exigencia en

la historia de la Humanidad (Yurgevic, 2004).

La escala de la actividad humana, y las

diferentes formas y manifestaciones de su intrusión en

los sistemas a nivel planetario puede llegar a afectar

la capacidad de éstos para proveer a la humanidad Figura 1: Embalse Tricao ubicado en la Región

de Valparaíso de Chile.

7

Page 10: Revista Ambiente Forestal

de los recursos indispensables para su desarrollo. Los

ecosistemas son fuentes enormes de cantidades de

bienes y materias primas provenientes de los distintos

ambientes naturales que alimentan y hacen posible la

actividad económica de de los países.

El comercio internacional, es uno de los

motores de la actividad económica del mundo. La

actual ola de expansión y liberalización comercial

podría significar mayor eficiencia en la asignación de

recursos en el concierto internacional, lo que trae como

consecuencia una economía de intercambios a mayor

escala. Sin embargo, implica también un mayor estrés

sobre el medio ambiente, los ecosistemas naturales y

la biodiversidad.

Por otra parte, las políticas de desarrollo

científico y tecnológico tienen serios rezagos, sobretodo

en relación al componente de la biodiversidad.

La investigación científica y tecnológica sobre el

medio ambiente se realiza preferentemente acerca

de tecnologías limpias sin explotar en profundidad

los impactos ambientales de las tecnologías de uso

corriente (Gligo, 2001).

Según el Consenso de Washington, el

crecimiento tiene lugar merced a la liberalización,

destrabar los mercados, es el lema. Se asume que la

privatización, la liberalización y la macro estabilidad

generan un clima que atrae a la inversión, incluyendo

la extranjera. Esta inversión produce crecimiento. Las

empresas extranjeras aportan conocimiento técnico

y acceso a los mercados exteriores y abren nuevas

posibilidades para el empleo.

Dichas empresas cuentan también con acceso a

fuentes de financiación, especialmente importantes en

los países subdesarrollados.

El término desarrollo se entiende como una

condición social dentro de un país, en la cual las

necesidades auténticas de su población se satisfacen

como el uso racional y sostenible de los recursos

y sistemas naturales. La utilización de los recursos

naturales, estaría basada en una tecnología que

respeta los aspectos culturales y los derechos

humanos inalienables, es decir, que los diferentes

grupos sociales tengan acceso a organizaciones y a

servicios básicos como educación, vivienda, salud,

nutrición y sobretodo, que sus culturas y tradiciones

sean respetadas dentro del marco social de un Estado-

Nación, en particular.

Sin embargo en donde se adoptaron las

políticas del Consenso de Washington, por ejemplo,

los pobres se beneficiaron poco y nada del crecimiento

económico (economía de la filtración) que implica a

su vez desarrollo, porque éste, por sí solo, no siempre

mejora el nivel de vida de la población de un país

(Stiglitz, 2002).

Por lo tanto y volviendo a Prigogine, “el modo

apropiado de acercarse a la naturaleza, para aprender

de su complejidad y belleza no es a través de la

dominación y el control, sino mediante el respeto, la

cooperación y el diálogo”, para corregir los muchos

errores del pasado y de algunos actuales. En esta

perspectiva se analizará cinco ámbitos de actividad

humana donde es posible introducir cambios para

lograr una mejor armonía con el medio ambiente.

CAMBIOS AMBIENTALES E INTENSIDAD DE LOS

CONFLICTOS

Una consecuencia de los cambios ambientales

y de la escasez de recursos es el incremento de la

probabilidad de conflictos entre la población y los

países. Como lo explica Homer-Dixon et al. (1993)

citado por Mitchell (1999), la actividad humana puede

contribuir a la degradación del medio ambiente o a

la escasez de recursos bajo tres formas diferentes,

presentándose éstas solas o combinadas:

- Las actividades humanas pueden producir un

descenso en la cantidad y/o calidad de los recursos, si

éstos son usados en una tasa superior a su capacidad de

renovación (ej.: suelos, bosques, animales silvestres).

8

Page 11: Revista Ambiente Forestal

Entonces puede decirse que se está viviendo más de

los propios recursos, que de los beneficios que pueden

proporcionar. Mas grave aún son los casos de usos de

los recursos no renovables a escala humana como la

explotación de minerales (plata, oro, cobre), petróleo,

o gas natural.

- Una segunda fuente de degradación o escasez

es el crecimiento poblacional que exige a la tierra

de cultivo y el agua deban repartirse cada vez entre

más gente, reduciéndose la cantidad disponible por

persona, y

- Un desigual acceso a los recursos o al medio

ambiente, resultando generalmente de unas leyes o

derechos de propiedad que fomentan la concentración

de la oferta en muy pocas manos, conduciendo al

resto de la población a la carencia y la pobreza. Una

consecuencia secundaria derivada de esta última,

puede ser el movimiento migratorio de una parte de la

población denominado “Refugiados ambientales”.

A continuación planteamos ¿cómo pueden

los Estados, generar condiciones para asegurar la

existencia de políticas ambientales y mejoramientos

de las mismas, y evitar los conflictos entre la población

y las empresas inversionistas?.

LA DESIGUALDAD ECOLÓGICA Y LAS POLÍTICAS

DE ESTADO

El concepto de ecología, ha sido desarrollado

en los llamados países del tercer mundo con el fin

de comprender más allá de un sistema biofísico o

natural, las relaciones de causa efecto que explican

el gran daño ambiental que a veces se produce con

consecuencias de irreversibilidad o el malestar social

de los núcleos urbanos densamente poblados.

El concepto de políticas de estado sirve

para ilustrar de qué manera la estructura de política

ecológica sirve para ampliar la visión en relación a las

interacciones de la población y el medio ambiente,

siendo éstas de gran ayuda para establecer prioridades

y las prácticas del Estado para estructurar el debate

sobre el cambio ambiental.

Para ser efectivos en el análisis es importante

identificar y entender las diferentes presiones de

quienes elaboran las políticas y las repercusiones que

ellas ejercen sobre los resultados y propósitos de las

mismas políticas.

En Chile (desde la creación de la Comisión

Nacional del Medio Ambiente, CONAMA, 1997),

por ejemplo, una de las líneas de trabajo en que se

ha estado avanzando para dar cumplimiento al uso

de nuevos instrumentos de la gestión de los recursos

naturales, es el desarrollo de las cuentas ambientales

y las cuentas satelitales de los recursos naturales. La

contabilidad ambiental consiste en la recopilación

y estructuración de la información estadística sobre

recursos naturales en un formato contable. Por eso es

un instrumento útil para la identificación de problemas,

para apoyar la toma de decisiones políticas y públicas

o, más básicamente, para estructurar de manera

coherente la información sobre los recursos naturales.

Se trata, por lo tanto, de un instrumento de carácter

macro que permite conocer la disponibilidad global de

los recursos y las presiones a las que están sometidos

para, de esta forma, desarrollar políticas que permitan

avanzar hacia la sustentabilidad (CONAMA, 1999).

Figura 3: Río San Pedro es el principal aporte superficial de agua al Salar de Atacama que se encuentra en la

Región de Antofagasta de Chile.

9

Page 12: Revista Ambiente Forestal

LAS POLÍTICAS AMBIENTALES

LATINOAMERICANAS

Las sociedades latinoamericanas pueden ser

analizadas al igual que otras sociedades occidentales

que son parte del mismo sistema capitalista. La

situación de dependencia, la complejidad de las

relaciones étnico-clasistas, las modalidades de la

relación entre la sociedad civil y el Estado, y la propia

formación de éste bajo un modelo prefabricado en

Europa, invade y se apropia también del ámbito de lo

económico- ambiental.

La gestión ambiental en la región latinoamericana

toma como modelo las naciones del hemisferio norte.

Se evalúa la eficacia o la ineficiencia de las medidas

ambientales, dependiendo de cuan ajustadas estén

éstas a las normativas entregadas por EPA (Enviromental

Protection Agency) de USA, por ejemplo. La gestión

ambiental del norte se transforma en un espejo contra

el cual se compara la situación de América Latina y

de esa manera la agenda ambiental queda atrapada en

el contexto de los países industrializados (Martino y

Gudynas, 2005).

En todo caso la crítica a este exceso de

subordinación no implica caer en un aislamiento

que pueda rechazar los aportes que se hacen en otras

regiones. Son muy importantes los aportes sobre

la biología de la conservación, desarrollada en los

grandes centros de investigación de USA o Europa.

Sin embargo, éste debe hacerse bajo un análisis

crítico y maduro, identificando los aspectos positivos y

adaptándolos a los contextos latinoamericanos.

Fernand Braudel, escribió que “lo social es

una liebre muy esquiva”, metáfora aún más sugerente

cuando se la aplica a nuestras sociedades, entre otras

cosas porque atrapar a una liebre requiere, en buena

medida, destreza y habilidad en el manejo de los

tiempos. Estos “tiempos” se despliegan en tres campos:

el de la naturaleza, el de la sociedad y el de la cultura.

Tal despliegue se realiza muchas veces uno a expensas

de otro: por ejemplo, la destrucción a la Amazonia

por grupos de hombres, portadores de necesidades e

intereses sectoriales económicos y sociales, no atiende

al tiempo de la Naturaleza, ni al de las sociedades

y culturas autóctonas; se expande sobre la base de

una percepción temporal específica de las grandes

empresas. Es el tiempo de los dominantes avasallando

el de los dominados e indiferente a la revancha de

la naturaleza, cuyo tiempo de reconstrucción es más

lento que el ciclo de la ganancia o de la rotación del

capital”. Y continúa: “la convicción de la necesidad

de consolidar la democracia política, concebida

según los patrones del capitalismo y liberalismo euro

norteamericano, se traduce entre nosotros, en prácticas

que desconocen los valores culturales de etnias, -en

algunos casos mayoritarias- para los cuales el derecho

de la ciudadanía es irrelevante o inexistente.

Las nuestras son necesidades estructuralmente

desiguales en términos de clases, género, etnias y

cultura. Lo avallasador del modelo neoconservador,

potencia aún más tales desigualdades. Los aborígenes

siguen siendo “indios” hace quinientos años que el

colonialismo les borró su identidad originaria y los

unificó bajo ese rótulo, tanto como los pobres que se

hacen cada vez mas paupérrimos y los ricos cada vez

más opulentos” (Ansaldi, 1993).

SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL Y

BIODIVERSIDAD

Se entiende por biodiversidad al “conjunto de

genes, especies, ecosistemas y paisajes en un momento

dado y un espacio determinado, considerados en

sus interacciones jerárquicas sucesivas de genes a

especies, ecosistemas y paisajes y viceversa”. Sin este

continuum, sin considerar las constantes interacciones

jerárquicas, la biodiversidad pierde mucho de su

valor operacional. Por otra parte, los paisajes todos

modificados por el hombre, todos culturales en distinta

medida. Constituyen el puente hacia la biodiversidad

cultural, el relais, (la posta o el paisaje de mando) entre

10

Page 13: Revista Ambiente Forestal

la evolución biológica y aquella cultural del hombre

(Di Castri, 1999).

Aunque esta definición completa y compleja

se tenga presente, la modernización periférica en

una economía cada vez más internacional parece

darse en forma casi simultánea en diferentes países de

América Latina, la industria deja de de ser el centro

de la actividad económica para concentrarse en los

servicios y las finanzas. Junto a la privatización de las

empresas públicas se inicia un proceso de desamparo

de sectores de la población que antes habían recibido

diversos beneficios sociales de Estado “proveniente” y

donde había una distribución relativamente uniforme

de los daños ambientales.

La lógica interna de este modelo económico-

social lleva a políticas que tienden a reforzar la

segregación social. Por lo tanto en la medida que

aumenta el interés por los temas ambientales y

la conciencia sobre ellos, el ambiente sano y la

biodiversidad pasan a ser una mercancía. Los espacios

verdes, limpios o de baja contaminación se valorizan

rápidamente y la lógica interna del mercado va

segregando a los grupos de menores ingresos hacia las

áreas más deterioradas.

Paradójicamente, el propio modelo socio-

económico contiene algunos mecanismos internos

que apuntan hacia una mayor protección ambiental.

Por ejemplo, en el área de la energía, funciona un

importante incentivo a usar menos energía, lo que

supondrá contaminar menos para producirla y llevará

a resaltar proyectos energéticos peligrosos como

son los nucleares y ciertas represas de gran impacto

ambiental. En otras palabras, mediante la presión

social, las grandes empresas encuentran cada vez

menos rentable ahorrarse las plantas de tratamiento de

sus efluentes contaminados y cada vez más rentable

mejorar su imagen ambiental frente a la comunidad.

Así, la percepción del medio ambiente y los recursos

naturales en América Latina será un espacio de intenso

conflicto, donde las sociedades irán descubriendo que

es un tema donde tienen mucho que ganar o perder

según sea la forma en que actúen y potencien sus

mecanismos de racionalidad ambiental.

En la actual sociedad de la información basada

en los servicios, la biodiversidad ofrece a la humanidad

los servicios ecológico esenciales: el reciclaje de los

elementos nutritivos y la descontaminación natural de

la tierra y del mar, conservación de la calidad del agua,

suelo y aire, la regulación de los sistemas climáticos,

los mecanismos de reproducción de animales y plantas,

incluyendo la polinización artificial, el control natural de

las plagas y de las invasiones biológicas, la conservación

de los paisajes incluso en sus dimensiones estéticas,

culturales recreativas y espirituales (Di Castri, 1995).

En una forma necesariamente aproximada,

Constanza et al. (1997) han estimado que los servicios

de los ecosistemas basados en la biodiversidad

representan en términos monetarios (trillones de dólares

por año) alrededor de dos veces el producto nacional

bruto adicionado, de todos los países del mundo.

En un sentido más general, la diversidad es

la estrategia de adaptación principal y esencial para

enfrentar situaciones complejas e imprevisibles. Esto

acontece desde siempre en los ecosistemas biológicos

y evolutivos, en los ecosistemas sociales y culturales,

en los sistemas económicos y en la interacción entre

los sistemas.

El avance del conocimiento de la importancia

de los sistemas tropicales o mediterráneos áridos, por

ejemplo, contrasta violentamente con su acelerada

destrucción. Este es uno de los mayores problemas

ambientales que enfrentan actualmente las comunidades

latinoamericanas y caribeñas, porque la pérdida de

especies y ecosistemas es muchas veces irreparable.

La causa estructural básica de la pérdida de

biodiversidad en Latinoamérica y el Caribe ha sido la

predominancia de una modalidad de desarrollo en el

sector agrícola y en las áreas rurales que se manifiesta

11

Page 14: Revista Ambiente Forestal

a través de la influencia llamada “Revolución Verde”

(Gligo, 1993). El mismo autor continúa: “la creación

de un material genético de alta productividad exigió

el uso de un paquete tecnológico basado en una

alta artificialización de los ecosistemas. Para poder

desarrollar su potencialidad el material genético

requeriría de fertilizantes, pesticidas y maquinaria

agrícola para la preparación de suelos, insumos y

maquinaria para el tratamiento de producto en la fase

de post cosecha”.

La introducción de este tipo de material

genético ha provocado erosión genética, debido a la

reducción de la biodiversidad dentro de una misma

especie. Esto se ha convertido en la causa principal

de la extinción de diversas especies y en una amenaza

global para la agricultura, dado que la diversidad es la

fuente de materia prima para la obtención de variables

mejoradas (Gligo, 2001).

El convenio de las Naciones Unidas para

salvaguardar la diversidad biológica ha destacado de

una manera trascendental la importancia no sólo de

conservar la biodiversidad. Sino que, ha enfatizado

en la necesidad de ligarla directamente al desarrollo

de los países. Señala además que, al ser los países

soberanos sobre su biodiversidad, se debe asegurar su

conservación y utilización sostenible, garantizando al

país y a su población una distribución justa, y equitativa

de los beneficios obtenidos.

CONCLUSIONES

El concepto de biodiversidad entendido como

un reservorio de posibilidades para ser utilizado

por la humanidad de diferentes maneras (ciencias

biomédicas, económicas, etc.) no ha sido valorado y

se ha considerado incipiente por los países, a pesar de

la enorme importancia que este conlleva, sin embargo,

las sociedades cuentan con mecanismos como para

utilizar los recursos en forma más eficiente o estimular

el uso de los recursos alternativos. La historia ha visto

elevarse y caer a numerosas civilizaciones y los seres

humanos, a diferencia de cualquier otra especie,

tendrán la habilidad de responder al desafío de la

búsqueda de su propio bienestar con innovaciones

tecnológicas, acuerdos de complementación entre

países y organizaciones institucionales, encargadas

de moderar las tendencias no racionales hacia la

depredación del ambiente y teniendo como única

meta plantear una nueva racionalidad bajo el concepto

de desarrollo sustentable.

BIBLIOGRAFÍA

• ANSADI, W. (1993) El tiempo es olvido y es

memoria, pero no solo por eso es mixto. En

Colombres, A (Edit). América Latina: el desafío de

tercer milenio. Serie antropológica. Ediciones del

Sol, Buenos Aires, Argentina. p83-93.

• COMISIÓN NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE

(CONAMA), Chile. (1999) Cuentas ambientales

del recurso agua en Chile. Doc. De Trabajo Nº 11.

Serie economía Ambiental (Circ. Restringida) 52p.

• CONSTANZA, R. (ED.) (1991) Ecological-economics.

The Science and management of sustainibility. New

York, Columbia University Press. 380 p.

• CHILE-FORESTAL. (2002) Entrevista a Manfred

Max-Neff: “la casa está quedando Vacía”. Nº289

Enero- Febrero, CONAF. p3-8.

• DI CASTRI, F. (1995) ‘The chair of sustainable

development’, Nature and Resources. 31: 2-7.

12

Page 15: Revista Ambiente Forestal

• DI CASTRI, F. (1999) La societé globale

de la information: a tout ou risque pour la

environnement?. Ed. UNESCO. 13pp.

• GLIGO, N. (2001) La dimensión ambiental en el

desarrollo de América Latina. UN_CEPAL. Cap III,

p113-114.

• MARTINO, D.; GUDYNAS, E. (2005) El espejo del

norte y las políticas ambientales latinoamericanas.

Ecología Latinoamericana. [En Línea] <http://www.

ambiental.net/opinion/matinogudylnasEspejonote.

html> (Consulta: Diciembre, 2005)

• MITCHELL, R.; CARSON, R. (1999) Using surveys

to value public Goods: The contingent valuation

methods. Washington D.C, “Resources for the

Future”. 48p.

• NOGUEIRA, J.M.; MEDEIROS, M.; RUDA, A.

(1998) Valoración económica del medio ambiente

¿ciencia o empirismo?. Cuaderno de Pesquisa

en desarrollo agrícola y economía del medio

ambiente. Nº002, Brasilia, Dpto. Economía,

Universidad de Brasilia, Brasil. 72pp.

• STIGLITS, J. (2002) El malestar en la globalización.

Aguilar, Altea, Taurus, México. 314p.

• YURGEVIC, A. (2004) El desarrollo sustentable:

contribuciones conceptuales y prácticas.

Universidad ARCIS (in litteris). 13pp.

13

Page 16: Revista Ambiente Forestal

¿QUÉ MOTIVA A LAS PERSONAS A CONSERVAR?

EL ROL DEL BIOCENTRISMO EN LA VALORACIÓN ECONÓMICA

DE LA CONSERVACIÓN(1)

Mariana Zappi(2) y Claudia Cerda(3)

(2) Magíster en Gestión y Planificación Ambiental. Facultad de Ciencias. Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de Chile. [email protected].

(3) Dra. Ingeniero Forestal. Departamento de Gestión de Bosques y Su Medioambiente. Facultad de Ciencias. Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de Chile. [email protected].

(1) Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile

1. INTRODUCCIÓN

Actualmente, es ampliamente reconocido

que los sistemas naturales generan una

gran variedad de servicios ambientales que

pueden tener un impacto sustancial en el bienestar

humano (Costanza et al., 1997), que no están ligados

a la obtención de beneficios económicos. En el caso

por ejemplo de las áreas pertenecientes al Sistema

Nacional de Áreas Silvestres Protegidas (SNASPE) se

observa un incremento progresivo en las visitas a dichas

unidades1, aún cuando esto conlleva a costos asociados

al transporte, ingreso a las mismas, entre otros. Más

aún, existen evidencias empíricas que demuestran

que las personas estarían dispuestas a pagar un precio

adicional por conservarlos en calidad y cantidad.

1 Según la CONAF, el número de visitas anuales a las áreas pertenecientes al SNASPE es hoy dos veces y medio el valor registrado hace veinte años (http://www.conaf.cl/parques/seccion-estadisticas-de-visitacion.html).

Por otro lado, existen demandas crecientes,

-que se manifiestan como presiones antrópicas sobre

los sistemas naturales-, en relación al uso extractivo

de los componentes de los sistemas naturales para la

satisfacción de ciertas demandas socio-económicas,

tales como el agua, la tierra y demás insumos.

Ambos usos –extractivo y de conservación-

suelen ser incompatibles, dado que la provisión de los

servicios ambientales que impactan favorablemente en

la vida de las personas dependen de la integridad de los

sistemas que los proveen. Es preciso entonces disponer

de información que guíe la toma de decisiones sobre

el destino de los sistemas naturales, incorporando

al análisis los beneficios sociales a la par de los

económicos, en miras de una distribución socialmente

óptima de los recursos.

Adicionalmente, resulta necesario comprender

los procesos de valoración social de los sistemas

naturales para el desarrollo de medidas específicas y

14

Page 17: Revista Ambiente Forestal

planes de educación ambiental que sean posteriormente

apoyados por la sociedad.

En este sentido, el presente trabajo pretende

dar luces sobre las razones que mueven a la sociedad

a conservar y particularmente, desde un enfoque

socio-psicológico se analizan los procesos mentales

detrás de la valoración de los sistemas naturales.

Para ello, se analizarán los resultados obtenidos de la

aplicación conjunta de dos herramientas provenientes

de diferentes disciplinas científicas: una herramienta

de gestión ampliamente utilizada para la valoración

social de los sistemas naturales - el “método de la

valoración contingente” (MVC)-, y una herramienta

de la psicología y la sociología ambiental –las escalas

psicométricas-, sobre las cuales se profundiza a

continuación. Adicionalmente, se pretende contribuir

al robustecimiento del MVC en su capacidad

descriptiva y predictiva.

2. MARCO TEÓRICO

2.1. VALOR ECONÓMICO TOTAL Y CONCEPTO

DE EXTERNALIDAD

Según Barbier et al. (1997), el Valor Económico

Total (VET) de un sistema natural refleja el total los

beneficios que la sociedad obtiene del mismo, a

partir del uso de los bienes y servicios ambientales 2

(BSA) provistos por un área natural (ver también Pearce

y Moran, 1994). El VET se conforma por la agregación

del valor de uso (VU) y el valor de no uso (VNU),

donde el primero refleja los beneficios tangibles y el

segundo los beneficios intangibles que las personas

obtienen del sistema natural valorado. El valor de uso

se compone del valor de uso directo (VUD) e indirecto

(VUI) y valor de opción (VO). Los BSA que otorgan VUD

a un sistema natural, implican la explotación de los

bienes ambientales mediante actividades económicas,

2 Se refiere a las funciones ecosistémicas a partir de las cuales la sociedad se beneficia en algún sentido.

con extracción (materia prima) y sin extracción

(típicamente, recreación o turismo). El VUI se asocia

a los servicios ambientales (procesos naturales tales

como depuración de aire, regulación hidrológica, etc.)

que sólo pueden ocurrir en los ecosistemas de cierta

calidad natural. El VO se refiere al bienestar que les

produce a las personas saber que disponen del BSA

para su uso en el futuro. El VNU se forma por la suma

del valor de existencia (VE) y el valor de legado (VL),

ambos relacionados con cuestiones de tipo éticas

o morales, referidos a la satisfacción que pueden

experimentar los individuos por la mera existencia

de un sistema natural, aunque nunca hayan hecho

uso de los BSA que presta ni planeen hacerlo en el

futuro, y saber que el sistema natural está disponible y

en condiciones de proveer los BSA a las generaciones

futuras, respectivamente.

De todos los valores que componen el VET,

el VUD es el único para el que la materialización

de los beneficios tiene un correlato monetario, dado

que implica la transacción del BSA en un mercado

(Costanza et al., 1997). Sobre los demás resulta

evidente que cualquier persona puede asignarle VUI,

VO, VL y/o VE a un sistema natural, incluso aunque

nunca haya hecho uso directo del mismo, ni sepa

donde éste se encuentra físicamente, sin que este valor

se asocie a un precio de mercado.

En general, a la hora de tomar decisiones

acerca del destino de un área natural se prioriza la

maximización de los beneficios económicos que

ésta aporta, por lo tanto sólo se considera su VUD

en el análisis costo-beneficio desarrollado para tal

fin. De las definiciones antes dadas resulta evidente

que la explotación de los BSA que dan VUD al área

en cuestión, va en desmedro de los demás valores

que componen su VET, ya que en todos los casos se

requiere de la integridad del mismo para la provisión

de los BSA que generan los beneficios valorados.

Como consecuencia, parte de la sociedad experimenta

un detrimento en los beneficios obtenidos sin que

esto sea considerado. Este fenómeno es una falla de

15

Page 18: Revista Ambiente Forestal

mercado conocida como externalidad (Castiblanco

Rozo, 2003).

Existen numerosos estudios que sugieren que

el VUD representa sólo una pequeña fracción del

VET y por lo tanto, las externalidades pueden ser de

proporción con respecto al VUD (ver por ejemplo

Spash, 1997; Bateman et al., 2002; Freeman, 2003).

Una rama de la economía neoclásica denominada

economía ambiental, persigue la maximización

de los beneficios sociales por sobre los beneficios

individuales de quienes toman las decisiones. La

solución propuesta para internalizar las externalidades

es asignar un referente monetario a los VNU, VUI y VO,

para poder incorporarlos al análisis costo-beneficio.

2.2. EL MÉTODO DE VALORACIÓN CONTINGENTE

El Método de Valoración Contingente (MVC) es

una técnica que permite estimar el VL, VO y VE a partir

de las respuestas de los usuarios sobre la disposición a

pagar (DAP) por evitar la pérdida del sistema natural

valorado y los beneficios que de él se obtienen.

Para ello se vale de una encuesta -que representa un

mercado hipotético- en la cual se hace suponer que

está en riesgo su continuidad en el tiempo, en calidad

o cantidad. Junto con la DAP se pregunta por algunos

factores socio demográficos (FSD) como edad, género,

etc., que según la teoría clásica del consumidor son las

variables explicativas del comportamiento en estudio.

Posteriormente, se genera un modelo econométrico

con cierta capacidad predictiva y descriptiva de la DAP

como variable dependiente de los FSD, que representa

la curva de demanda de los BSA valorados.

Según la teoría del valor, las preferencias de las

personas dependen también de motivos personales,

sociales y del contexto de valoración (Spash, et al.,

2005; Ecosystem Valuation, 2006), por lo que se han

presentado fuertes críticas al método por el hecho de

valerse sólo de preceptos económicos. Autores como

Wierstra et al. (2001), Castiblanco Rozo (2003), Cooper

et al. (2004), Martín-López et al., (2007), basados en

la premisa de que el MVC explora los beneficios no

económicos de los BSA, (VNU y VUI), postulan que

la DAP debería verse también influida por motivos

no económicos, relacionados con cuestiones morales

y éticas, denominados en su conjunto factores socio

psicológicos (FSP). Adicionalmente, Booth (2000),

Kotchen y Reiling (2000), Pouta (2003) y Chen (2007),

manifiestan la necesidad de basarse en modelos mixtos

económico/psicológicos, sustentados en sus resultados

empíricos, que revelan una mayor robustez estadística

del MVC y se genera información adicional sobre los

procesos de valoración, incrementando entonces la

validez de constructo y de contenido respectivamente,

cuando se toman estas medidas.

2.3. FACTORES SOCIO PSICOLÓGICOS Y

DISPOSICIÓN A PAGAR

Un modelo comportamental desde el cual

se ha analizado de la influencia de los FSP sobre

la DAP es la Teoría de Acción Planeada (TAP)

(Fishbein y Ajzen,1975), que es aplicable a todas

las conductas voluntarias del ser humano (Randall

y Wolf, 1994; Sheppard et al., 1988), y es funcional

para interpretar el comportamiento del consumidor

según los principios microeconómicos que sustentan

al MVC, principalmente, la soberanía del consumidor

y la democracia del mercado. Según la TAP, el

determinante más inmediato de la conducta es la

“intención conductual declarada” entendida como la

decisión que manifiesta la persona de comportarse

de cierta manera (Ajzen, 1991). A su vez, la intención

conductual está modulada por una serie de procesos

mentales de base psicosocial y sus interacciones,

denominados en su conjunto “factores socio-

psicológicos”, que son los valores, las actitudes y la

cooperación condicional (Aguiar-Luzón, 2006; Estrada

Roca, 2006; Reyes, 2007). Schultz et al. (2005),

Schläpfer et al. (2006)y Kalantari et al. (2007) entre

otros, han demostrado que la DAP declarada a partir

del MVC se correlaciona en forma positiva con la

16

Page 19: Revista Ambiente Forestal

conducta ambientalmente responsable ejecutada por

los encuestados. En este sentido, se puede entender

la DAP como una intención conductual declarada

y su análisis requiere entonces de la incorporación

de los FSP como posibles explicativos de la misma,

que la mayor parte del tiempo no son considerados

(Pouta, 2003; Meyerhoff et al., 2007); López Puga y

García García, 2007; Barkmann et al., 2008). Según

Schultz (2002), el contexto social en que se desarrolla

el estudio de valoración influye fuertemente en la

relación FSP/DAP. Para el caso chileno, aún después de

una exhaustiva revisión bibliográfica, no se conocen

estudios que analicen la influencia de los FSP sobre

la DAP declarada en el contexto del MVC con lo cual

este estudio podría significar un aporte a las ciencias

sociales y a la validez de constructo del método para

su aplicación a nivel nacional.

3. ESTUDIO DE CASO. VALORACIÓN

CONTINGENTE: EXPLORANDO LA DISPOSICIÓN

A PAGAR POR SERVICIOS AMBIENTALES

DECLARADA POR USUARIOS DE LA RESERVA

NACIONAL LAGO PEÑUELAS.

A continuación se ilustra un estudio de caso

que fue llevado a cabo por las autoras de este artículo

durante el año 2010. El principal propósito fue valorar

socioeconómicamente los siguientes bienes y servicios

ambientales provistos por la Reserva Nacional Lago

Peñuelas: belleza escénica, conservación de especies

autóctonas carismáticas amenazadas y provisión

de agua potable a las ciudades de Viña del Mar y

Valparaíso. En particular se pretendió indagar sobre

la influencia de los FSP en las DAP por los BSA

mencionados, declarada por los usuarios de la Reserva.

El estudio se desarrolló in situ en la Reserva

Nacional Lago Peñuelas (RNLP) ubicada en la V Región

de Chile, a 20 Km de Valparaíso y a 100 Km de Santiago.

En su interior se han identificado 85 subcuencas,

que vierten sus aguas al Lago Peñuelas, un embalse

artificial que representa un importante reservorio de

agua potable para las ciudades de Valparaíso y Viña del

Mar. Además, las cuencas y el embalse proporcionan

el hábitat adecuado para el desarrollo de numerosas

especies autóctonas e introducidas, algunas de ellas

con problemas de conservación, y es la única área

de concentración de avifauna de importancia entre la

Región Metropolitana y la región de Valparaíso (Figura

1).Todos los años, numerosos visitantes acuden a la

Reserva, atraídos por la pesca en el lago, el avistamiento

de aves y demás animales en la zona de pic-nic, y por

la belleza del lugar.

Figura 1: Flora y fauna que puede encontrarse en la Reserva.(a) Zorro Gris. (b) Avifauna. (c) Orquídeas.

Cabe mencionar que actualmente el volumen

del lago es menor al 10% de su capacidad, debido en

parte a la sequía sufrida en ese año (Figura 2), pero

también a la extracción de agua por parte del proyecto

industrial e inmobiliario Curauma, y para el riego de

plantaciones locales, según manifestó Julio Figueroa,

director regional de CONAF a la prensa local3. Esta

situación redundó en un detrimento de al menos

10% en las visitas, una disminución del 10% de la

extracción de agua para el consumo humano y en

impactos significativos sobre la abundancia de aves

registrada en el último censo, según informó Claudio

Ilabaca, administrador de la Reserva.

3 http://www.mercuriovalpo.cl/prontus4_noticias/site/artic/20101223/pags/20101223002104.html;

17

Page 20: Revista Ambiente Forestal

3.1. METODOLOGÍA

Para el logro de los objetivos, se desarrolló

un cuestionario que constó de tres bloques: el

primero destinado a obtener la DAP por los servicios

valorados, el segundo y el tercero destinados a obtener

los FSD y FSP respectivamente. En primer lugar se

aplicó una versión “piloto”4 a una muestra de 100

personas durante el mes de Febrero de 2010. Luego

de su análisis se desarrolló el cuestionario definitivo,

que fue aplicado durante los meses de Septiembre y

Octubre de 2010 sobre una muestra de 320 personas.

En ambos casos la herramienta fue administrada por

encuestadores previamente entrenados a los jefes de

grupo mayores de 18 años seleccionados a través de

un muestreo aleatorio simple.

El bloque 1 correspondiente al mercado

hipotético se desarrolló a base de los lineamientos

propuestos por Arrow et al. (1993) para el diseño

de ejercicios de valoración contingente en la

determinación de valores de uso pasivo. Se

presentaron los tres BSA valorados y se hizo suponer

que existen amenazas antrópicas que ponen en riesgo

su provisión. Se indicó que una potencial medida que

4 Arrow (1993) sugiere esta medida para evaluar la com-prensión de las preguntas por parte de los encuestados (y así la validez interna del método), el tiempo de respuesta, y como parte del entrenamiento de los encuestadores.

está siendo evaluada es generar un fondo

destinado a evitar esta pérdida, que sería cobrado

a través de un incremento en el precio actual de la

entrada5. Se registraron las respuestas “si” o “no”6

sobre si seguiría viniendo a la Reserva ante el

incremento en la tarifa (codificados como DAP=1 y

DAP=0 respectivamente). También se preguntó por

las razones en caso de respuestas negativas y por el

porcentaje del fondo que destinaría a cada uno de los

tres BSA valorados.

En el bloque 2 se preguntó por el género, nivel

de ingresos y educación, lugar de origen, y número de

personas que aportan y de dependientes en el grupo

familiar.

El bloque 3 se conformó por una serie de

afirmaciones donde las personas debieron indicar

su grado de acuerdo o desacuerdo en una escala de

1 a 5. Las respuestas son las variables manifiestas y

observables de los procesos mentales (FSP) que se

desencadenan ante las afirmaciones en cuestión. Para

cada FSP se empleó un conjunto de afirmaciones

–denominada escala psicométrica- desarrollada y

validada por autores provenientes de la psicología

ambiental. El grado en que el individuo posee el FSP

en cuestión se calcula promediando las respuestas de

cada escala psicométrica. Tal promedio se empleó

como variable independiente en la regresión.

Los resultados obtenidos fueron procesados

en el programa estadístico SPSS versión 19.0. Se

calibró una Regresión Logística Binaria, que modela

la probabilidad de ocurrencia de sucesos dicotómicos,

en este caso estar o no dispuesto a pagar como función

de las variables independientes, FSP y FSD. El modelo

final se seleccionó a base de la robustez estadística del

modelo y de las variables que lo componen, con una

significancia de p<0,05, es decir, con una confianza

5 El incremento propuesto fue seleccionado en función al precio actual de la entrada. Este monto podría influir en las respuestas positivas o negativas a la DAP, por lo que se emplearon tres montos iniciales o “BID”.6 Denominado formato dicotómico simple.

Figura 2: Estado actual del Lago. Se evidencia el agrietamiento del suelo debido a la sequía y exposición al sol.

18

Page 21: Revista Ambiente Forestal

del 95% (Bateman et al., 2002). Se realizó una

transformación matemática a la ecuación mencionada,

para obtener la DAP media.

3.2. RESULTADOS

Según lo antes expuesto, se modeló la

probabilidad de estar dispuesto a pagar (DAP=1) en

función de los FSP y FSD. El modelo de regresión

seleccionado por su robustez estadística se ilustra

a continuación, las variables independientes en el

modelo se presentan acompañadas de su coeficiente

estadístico “b” cuya magnitud representa la intensidad

de la relación y el signo su sentido (directo o inverso).

Chile, que existen elementos de base psico-social

involucrados en el proceso de valoración de los BSA,

cuya influencia no había sido analizada hasta el

momento en la literatura científica del país

El cálculo de la DAPmedia arrojó un valor positivo

y estadísticamente significativo. Según las bases

teóricas del MVC, esto revela que la provisión de los

servicios valorados influye en forma favorable en el

bienestar de los usuarios de la Reserva, y por ende,

de acuerdo a la TAP han manifestado una intención

conductual positiva hacia su conservación, la cual

estaría prediciendo un comportamiento en esta línea

por parte de los encuestados.

Al analizar el

modelo estadístico

que explicó la

P(DAP=1) se observa

que el “biocentrismo” es una de las principales

variables que modulan la DAP. Éste FSP es una

orientación de valor según la cual la naturaleza tiene

valor por el simple hecho de existir, y por eso debe

mantenerse inalterada. Es decir que la intención de

conservar y la ulterior conservación está fuertemente

influenciada por el denominado “valor intrínseco” de la

naturaleza, más que por los beneficios que la sociedad

obtiene de los mismos. La “Ecología Profunda” es una

corriente de pensamiento dentro del nuevo paradigma

ecológico, según la cual las creencias de las personas

sobre los derechos de la biósfera, son motores decisivos

para gatillar las conductas que sean necesarias, para

preservarla. Así, la ecología profunda plantea una serie

de medidas y líneas de acción que aspiran a la creación

de sistemas sociales que sean diversos, simbióticos y

compatibles con los sistemas naturales, sin clases

sociales, autónomos y descentralizados. En este sentido,

se puede concluir que el hecho de que las personas

manifiesten una orientación de valor sumamente

vinculado a la ecología profunda es un primer indicio

sobre el cambio de paradigma social actual y da lugar a

estudiar potenciales medidas que puedan tomarse para

acentuar esta corriente en la sociedad.

P (DAP=1) = [1+(e-(-1,09 - 0,754 GÉNERO + 0,099 NIVEL DE INGRESO – 0,001 BID+ 0,602 BIOCENTRISMO))]-1= 0,79

Al introducir en la ecuación los valores

promedio de la muestra para cada uno de los factores,

se obtuvo la probabilidad de estar dispuesto a pagar

por un incremento en el precio de la entrada de un

visitante promedio que resultó de 0,79.Transformando

matemáticamente la ecuación anterior, se obtuvo

la DAPmedia que resultó ser de dos mil cuatrocientos

doce pesos chilenos por visitante, por visita7 . La

protección de especies carismáticas con problemas

de conservación sería el servicio que más bienestar

genera, seguido por la belleza escénica y por último, la

provisión de agua potable a Viña del Mar y Valparaíso.

3.3. COMENTARIOS FINALES

Luego de aplicar un ejercicio de valoración

contingente a los usuarios de la Reserva Nacional

Lago Peñuelas, se pudo concluir, por primera vez en

7 Por lo general, los estudios de valoración contingente clásicos (basados sólo en FSD como variables independientes de la DAP) calculan un precio final del área valorada, multiplican-do la DAP por el número de usuarios de la Reserva. El presente trabajo tuvo un enfoque cualitativo enfocado en el proceso de valoración, por lo que tal estimador no fue calculado.

19

Page 22: Revista Ambiente Forestal

4. AGRADECIMIENTOS

Las autoras agradecen a la Vicerrectoría de

Investigación y Desarrollo de la Universidad de

Chile por financiar el proyecto I 09/11-2: “Valoración

económica de no mercado de la biodiversidad

y servicios ambientales utilizando experimentos

de elección: Un estudio de caso en la Reserva de

Biósfera La Campana Peñuelas”, liderado por la Dra.

Claudia Cerda. El artículo aquí presentado fue parte

de las investigaciones del proyecto y corresponde

a un extracto de la Tesis de Magíster en Gestión y

Planificación Ambiental de Mariana Zappi, cuya

Profesora guía fue la Dra. Cerda.

5. BIBLIOGRAFÍA

• AGUILAR-LUZÓN, C.; GARCÍA-MARTÍNEZ,

J.; MONTEOLIVA-SÁNCHEZ, A.; SALINAS

MARTÍNEZ DE LECEA, J. (2006) El modelo del

valor, las normas y las creencias hacia el medio

ambiente en la predicción de la conducta

ecológica. Medio Ambiente y Comportamiento

Humano 7(2): 21-44.

• AJZEN, I. (1991) The theory of planned behavior.

Organizational Behavior and Human Decision

Processes. 50: 179-211.

• ARROW, K. (1993) Rationality of Self and Others

in an Economic Systed, in Rational Choice. En:

The Contrast between Economics and Psychology,

(Hoghart and Reder Ed.), pp. 201-215. University

of Chicago Press, Chicago and London.

• BARBIER, E.; ACREMAN, M.; KNOWLER, D.

(1997) Valoración económica de humedales.

Guía para decisores y planificadores. Oficina

de la Convención Ramsar. Universidad de York.

Instituto de Hidrología. Unión Mundial para la

Naturaleza.115 p.

• BARKMANN, J.; GLENK, K.; KEIL, A.; LEEMHUIS,

C.; DIETRICH, N.; GEROLD, G.; MARGGRAF, R.

(2008) Confronting unfamiliarity whit ecosystem

functions: the case for an ecosystem service approach

to environmental valuation with stated preferences

method. Ecological Economics. 65: 48-62.

• BATEMAN, I.J.; CARSON, B.; DAY, M.;

HANNEMANN, N.; HANLEY, T.; HETT, N.;

JONES-LEE, M.; LOOMES, G.; MOURATO, S.;

OZDEMIROGLU, E.; PEARCE, D.W.; SUGDEN,

R.; SWANSON, J. (2002) Economic Valuation with

Stated Preference Techniques – A Manual. Edward

Elgar Publishing Limited, Cheltenham. 480 pp.

• BOOTH, D. (2000) Biocentric Environmental

Values and Support for the Ecological Restoration

of Urban Watersheds. Technical Report #8. from

the USEPA/NSF/USDA STAR Watershed Program.

Department of Economics, Institute for Urban

Environmental Risk Management Marquette

University, Milwaukee, Wisconsing, USA. 19 p.

• CASTIBLANCO ROZO, C. (2003) Alcances y

Limitaciones de la Valoración Económica de

Servicios Ambientales. Ensayos de Economía. 13:

Separata Especial. 13 p.

• CHEN, J. (2007) Environmental Attitudes and

Willingness to Pay More for Environmental

Protection. Results from the 2000 General Social

Survey. Paper presented at the annual meeting of

the American Sociological Association, TBA, New

York, New York City. 50 p.

• COOPER, P.; POE, G.; BATEMAN, I. (2004) The

structure of motivation for contingent values: a

case study of lake water quality improvement.

Ecological Economics. 50: 69-82.

• COSTANZA, R.; D´ARGE, R.; DE GROOTS,

R.; FARBER, S.; GRASSO, M.; HANNONS, B.;

LIMBURG, K.; NAEEN, S.; O´NEILL, R.; PARUELO,

J.; RASKIN, R.; SUTTON, P.; VAN DEL VELT, M.

(1997) The values of world´s ecosystem services

and natural capital. Nature. 387: 253-260.

• ESTRADA ROCA. (2006) Análisis de las actitudes

y conocimientos estadísticos elementales en

la formación del profesorado. Tesis doctoral.

Universidad Autónoma de Barcelona.

Departamento de didáctica de las matemáticas y

ciencias experimentales. 116 p.

20

Page 23: Revista Ambiente Forestal

• FREEMAN, A. (1993) The Measurement of

Environmental and Resource Values: Theory and

Methods. Resource for the Future, Washington

D.C. 491 p.

• FISHBEIN, M.; AJZEN, I. (1975) Belief, attitude,

intention and behavior: an introduction to theory

and research. Reading Massachusetts: Addison-

Wesley. 578 p.

• KALANTARI, K.; FAMI, H.; ASADI, A.;

MOHAMMADI, A. (2007) Investigating Factors

Affecting Environmental Behavior of Urban

Residents: A Case Study in Tehran City- Iran.

American Journal of Environmental Sciences, 3

(2): 67-74.

• LÓPEZ PUGA, J.; GARCÍA GARCÍA, J. (2007)

Valores, actitudes y comportamientos ecológicos

modelados con una Red Bayesiana. Medio

Ambiente y Comportamiento Humano. 8 (1y2):

169-175.

• KOTCHEN, M.; REILING, S. (2000) Environmental

attitudes, motivations, and contingent valuation of

non use values: a case study involving endangered

species. Ecological Economics 32: 93–107.

• MARTÍN-LÓPEZ, B.; MONTES, C.; BENAYAS,

J. (2007) The non-economic motives behind the

willingness to pay for biodiversity conservation.

Biological Conservation, 139: 67–82.

• PEARCE, D.W.; MORAN, D. (1994) The economic

value of biodiversity. Earthscan, Londres. 232 p.

• Meyerhoff, J. (2006) Stated willingness to pay

as hypothetical behaviour: Can attitudes tell us

more? Journal of Environmental Planning and

Management, 49 (2): 209-226.

• POUTA, E. (2003) Attitude-behaviors Framework

in contingent valuation of forest conservation.

Doctoral dissertation at the Department of Forest

Economics, University of Helsinki. 100 p.

• RANDALL, M.; WOLFF, J. (1994) The time interval

in the intention-behavior relationship: Meta-

analysis. British Journal of Social Psychology, 33:

405-418.

• SCHLÄPFER, F.; ROSCHEWITZ, A.; HANLEY, N.

(2006) A comparison of individual contingent

valuation survey response and voting behaviour:

landscape amenities protection in Switzerland.

Swiss Federal Institute of Technology, Zurich.

• SCHULTZ, P.; GOUVEIA, V.; CAMERON, L.;

TANKHA, G.; SCHMUCK, P.; FRANEK, M. (2005)

Values and their relationship to environmental

concern and conservation behavior. Journal of

cross-cultural psychology, 36 (4): 457-475.

• SPASH, C. (1997) Ethics and Environmental

Attitudes With Implications for Economic

Valuation. Journal of Environmental Management.

50: 403–416.

• SPASH, C.; STAHL, S.; GETZNER, M. (2006)

Exploring alternatives for environmental valuation.

En: Alternatives for Environmental Valuation,

(Getzner, Spash & Stagl Ed.). London: Routledge.

298 p.

• WIERSTRA, E.; GEURTS, P.; VAN DER VEEN,

A. (2001) Validity of CVM related to the type of

environmental good; an empirical test. Integrated

Assesment, 2: 1-16.

21

Page 24: Revista Ambiente Forestal

UNA SILVICULTURA FLEXIBLE ES LA MEJOR POLÍTICA DE CONSERVACIÓN

PARA LOS BOSQUES

ANTECEDENTES

A raíz de la tramitación en el Congreso de dos

proyectos de ley: el que crea el Servicio Forestal Nacional

(CONAF) y el que crea el Servicio de Biodiversidad

y Áreas Protegidas (SBASP), diversas organizaciones

gremiales, académicas, ambientales y empresariales,

han comunicado sus planteamientos, apelando en

varias oportunidades a los conceptos de conservación,

preservación y protección de la biodiversidad. La

mayoría de las veces como sinónimos, y siempre como

conceptos antagónicos al uso y aprovechamiento

de los recursos naturales o, como también se le ha

definido peyorativamente: “a las acciones de fomento

productivo”.

En el centro de la discusión está la histórica

aspiración de grupos ligados a la protección del medio

ambiente, de lograr un mandato por ley, inequívoco y

sin excepciones, de que lo que se destina a conservación

no se toca. O dicho de otra manera, apelan a lograr por

parte del Estado el anuncio del undécimo mandamiento:

“No tocarás las áreas silvestres protegidas”.

De las exposiciones hechas hasta ahora en el

Congreso, todos coinciden en valorar la creación del

SBASP, sin embargo reconocen que bajo el actual

articulado, sus funciones son pocas y en ocasiones

antagónicas con la conservación (las concesiones

por ejemplo)

Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos

de conservación? ¿Qué es la conservación

como concepto? ¿Es aquello a lo que aspiran

los ambientalistas? ¿El no tocar? ¿O lo que los

profesionales forestales señalamos como Manejo

Forestal Sustentable (con mayúsculas)?

LA VISIÓN DEL MINISTERIO

DEL MEDIO AMBIENTE

La visión del legislador en el proyecto SBASP es

que el uso sustentable (y productivo) de los recursos

naturales no es sinónimo de conservación. Señalan

una clara e inequívoca línea divisoria entre lo que

es fomento productivo de lo que es conservación.

Defienden esta afirmación, señalando los múltiples

conflictos que una gestión conjunta de ambos objetivos

conlleva para las políticas públicas; gestión que

siempre tendería a privilegiar el fomento productivo

por sobre la conservación.

Al respecto afirman que, en el contexto de la

gestión pública, el manejo de las áreas protegidas, la

asignación de categorías de conservación a especies

nativas, y la aplicación de medidas de recuperación

o protección, deben entenderse como “actividades de

conservación”. Mientras que a las labores de promoción

del crecimiento y desarrollo de un sector a través de

Julio Torres CuadrosIngeniero Forestal. Secretario Ejecutivo del Colegio de Ingenieros Forestales

[email protected]

22

Page 25: Revista Ambiente Forestal

políticas, estrategias y planes, deben entenderse como

“actividades de fomento”.

En cuanto al uso sustentable, lo definen como

el uso productivo de recursos naturales renovables,

incorporando criterios mínimos de conservación de

suelos, agua y biodiversidad, los que, para efectos de

este proyecto de ley, deberán ser propuestos o visados

por el Ministerio del Medio Ambiente y aprobados por

el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad.

Estas afirmaciones se sustentan en el

convencimiento de que los ecosistemas son estructuras

simples y fácilmente divisibles,

constituyéndose en espacios

delimitados, con objetivos, políticas

e instrumentos diferenciados, sin

superposición de funciones entre

servicios “de fomento productivo”

y servicios “de conservación”. La

estructura y articulado del proyecto

de ley SBASP descansa sobre esta

falsa premisa.

UNA VISIÓN SECTORIAL DE LA

CONSERVACIÓN

¿Cuál es “nuestra” visión de la

conservación? Como definición, la conservación

es fácilmente asociada por la comunidad a un

concepto estático más semejante a preservación

(no intervención), que a un proceso dinámico,

dependiente estrechamente del uso de los recursos

naturales involucrados. “Sin producción, no hay

posibilidad de conservación”, señaló hace un

tiempo Johnny de Jong, biólogo sueco, especialista

en conservación de bosques y aguas, investigador

del Centro Sueco para la Biodiversidad y su

representante ante la UICN.

Esta afirmación tiene mucho sentido en

cuanto a que un ecosistema que no es objeto de

aprovechamiento productivo, no necesita ser objeto

de conservación. ¿Para qué?, la conservación es parte

de una ecuación que incluye el uso de los recursos

naturales. De ahí los planes de conservación definidos

como acciones de gestión ambiental o mejor dicho, de

gestión del riesgo ambiental asociado a la producción.

Sólo cuando existe un uso económico de

los recursos naturales, se genera una demanda por

conservación, es decir, una demanda por la adopción

Figura 1: Araucaria araucana, especie nativa de Chile

Figura 2: Lago Pirihueico a 68 km de Panguipulli en Chile

23

Page 26: Revista Ambiente Forestal

de procesos de aprovechamiento sustentables que no

amenacen la biodiversidad y la mantención de los

procesos ecológicos que ahí se producen. Este enfoque,

por cierto, debe definir una escala de actuación, desde

lo global a lo local, estableciendo prioridades de

conservación y niveles de impactos permisibles.

Bajo el anterior concepto, el enfoque de

regulación sectorial es particularmente importante de

impulsar, ya que el uso y protección de los recursos

naturales en Chile históricamente se ha regulado a

través de normativa sectorial, entre las que destacan la

ley de pesca, la ley de caza, la ley de bosques (1931) y

la actual ley de bosque nativo (2008)

Al presentar el proyecto SBASP, el Ministerio

del Medio Ambiente buscaría saldar la deuda que

presentaba la Ley 19.300 en el ámbito de la protección

de la biodiversidad y la regulación de los recursos

naturales. Sin embargo, en la práctica esta no es una

ley de biodiversidad, sino una ley de áreas protegidas

(AP), con unos discretos aportes a la gestión de la

biodiversidad fuera de las AP.

Este marcado enfoque hacia la regulación de

las áreas protegidas es una debilidad del proyecto de

ley, ya que coloca un énfasis mayor en una temática

que ya posee una institucionalidad, con funciones y

atribuciones claras (el SNASPE a cargo de CONAF);

en cambio carece de la profundidad en aspectos

fundamentales para la gestión de la biodiversidad

como es la protección de especies fuera del ámbito

de las áreas protegidas.

Para efectos de lograr una ley eficaz que

responda a los compromisos adquiridos por Chile,

a través de su Estrategia Nacional de Biodiversidad

(2003) y su Política Nacional de Áreas Protegidas

(2005), habría que plantear un proyecto de ley más

equilibrado, o bien sólo un proyecto de ley de áreas

protegidas y perfeccionar la regulación sectorial; la

que en el caso del sector forestal existe y está siendo

aplicada (Art. 19, Ley 20.283)

UNA DEFINICIÓN DE LA CONSERVACIÓN

SIN ENFOQUE ECONÓMICO

Una definición sectorial de la conservación no

implica que no se pueda avanzar hacia la valorización

del patrimonio natural y el capital ambiental de un

país en sí mismo. Más allá de una gestión de impactos

ambientales vía mitigación o compensación de

proyectos, o sectores productivos.

En este caso sí puede considerarse el concepto

de preservación, entendido como un tipo particular de

conservación; en que las intervenciones son mínimas

y se busca mantener los equilibrios ecosistémicos ya

existentes en el largo plazo. Sin embargo, lo que atenta

contra esta modalidad de protección es la propia

Ley de Bases del Medio Ambiente, que consagra la

intervención de las áreas protegidas en su artículo 10,

letra p. Es decir, todo parque, reserva, monumento o

santuario puede ser intervenido, siempre que no se

amenacen los objetivos de conservación por los cuales

se definió el área.

Al respecto es importante destacar que no

existe ningún artículo en el proyecto de ley SBASP que

modifique en este sentido la ley 19.300 de Bases del

Medio Ambiente; por lo tanto, las áreas protegidas no

estarán más “protegidas” en el SBASP de lo que lo están

ahora en el SNASPE. No hay que engañarse en esto.

Otro tipo de conservación que no involucra

una gestión de impactos ambientales futuros, es la que

se enfoca a la recuperación de pasivos ambientales

en ecosistemas ya degradados por una actividad

productiva efectuada en el pasado, en ausencia

completa de criterios de sustentabilidad (por ejemplo,

deforestación del sur de Chile por habilitación agrícola

mediante incendios forestales) En general estos pasivos

son responsabilidad de privados, pero terminan siendo

afrontados por el Estado. En el caso particular de Chile,

su actual estado de desarrollo económico no permite

abrigar esperanzas de que esta línea de actuación se

fortalezca en el futuro.

24

Page 27: Revista Ambiente Forestal

LOS ENFOQUES DEL ESTADO PARA UNA

POLÍTICA DE CONSERVACIÓN

Las políticas de conservación, a través de la

creación de áreas silvestres protegidas, es la principal

herramienta con que ha contado el Estado para proteger

la biodiversidad y el patrimonio natural del país. Sin

embargo, un aumento de superficie y representatividad

de estas áreas es un desafío difícil de alcanzar, dada

la escasa propiedad fiscal de terrenos con áreas

prioritarias para la conservación, especialmente en la

zona central del país. Dado lo anterior es fundamental

abordar la protección de la biodiversidad fuera de las

áreas protegidas bajo dos enfoques:

Impulsar el establecimiento de áreas protegidas

privadas. Este es el enfoque que explicita el proyecto

SBASP, el que sin embargo posee vacíos a la hora de

asegurar la conservación en el largo plazo, debido a la

facultad de los privados de desafectar voluntariamente

sus terrenos declarados previamente como protegidos.

No existe una obligación jurídica vinculante que

asegure la conservación en el largo plazo. No es la

opción que a mi juicio sea más atractiva.

Ampliar la participación sectorial en la

protección de los recursos naturales (suelo, agua,

flora, fauna) A través de un proceso de mejoramiento y

evaluación permanente de la legislación sectorial (ley

de caza, ley de pesca, ley de bosque, entre otras) Pero

especialmente, estableciendo obligaciones explícitas

de carácter ambiental en cada Ministerio y Servicio

Público, sea este productivo o no (finalmente todos

impactan al ambiente)

Existe una tercera opción: implementar un activo

programa de compra de terrenos privados por parte del

Estado, en aquellas zonas donde se encuentren áreas

prioritarias para la conservación. Es, sin embargo, la

menos factible de todas.

UNA SILVICULTURA FLEXIBLE ES

LA MEjOR POLÍTICA DE CONSERVACIÓN

PARA LOS BOSQUES

Pareciera que del análisis anterior, podemos

concluir que una mayor participación sectorial

en la gestión de la biodiversidad, ya sea en su

aprovechamiento productivo, en la recuperación de

sus pasivos ambientales o en su preservación a largo

plazo, pareciera ser la herramienta más adecuada para

dar cumplimiento a los objetivos de la ENB (Estrategia

Nacional de Biodiversidad, 2003):

“La biodiversidad se protege, conoce y utiliza

en forma sustentable por parte de toda la sociedad, de

forma de conservar los procesos ecológicos esenciales

de la biósfera y promover el mejoramiento de la

calidad de vida de las generaciones actuales y futuras”

(ENB, 2003; pág. 17)

En el caso particular de los bosques (y

formaciones xerofíticas de alto valor ecológico) Figura 3: Rio Fuy localizado entre los lagos Panguipulli y

Pirihuico de Chile

25

Page 28: Revista Ambiente Forestal

es impensable gestionar su biodiversidad sin la

aplicación del manejo forestal sustentable, concepto

acuñado hace más de cien años en Alemania, con

notoria anterioridad al Informe Brundtland de 1987.

Nuestro carácter de pioneros en la gestión sustentable

nos permite afirmar con énfasis que una silvicultura

flexible es la mejor política de conservación para los

bosques, estén éstos en áreas protegidas o sometidos a

presiones productivas.

La inviolabilidad de un área protegida no

resuelve todos los problemas de conservación de

especies o ecosistemas amenazados. Solamente al

definir adecuadamente los objetivos de protección,

la biodiversidad estará mejor gestionada a través de

políticas, planes y programas ambientales de carácter

sectorial, especialmente en lo que se refiere a los

recursos forestales.

Es fundamental como sector y como gremio,

derribar la falsa premisa de que la silvicultura

es sólo productiva y la conservación es cosa de

biólogos. Como asimismo rechazar explícitamente la

afirmación de que los ingenieros forestales no están

capacitados para enfrentar políticas integrada de

sustentabilidad del patrimonio natural que involucren

acción conjuntas de conservación y uso sustentable

de los recursos vegetales.

26

Page 29: Revista Ambiente Forestal

EL AGUA ESTÁ: HAY QUE SABER RETENERLA Y ALMACENARLA PARA

HACERLA DISPONIBLE.L. Alberto González R.

Dr. Ingeniero Forestal. Departamento de Gestión de Bosques y Su Medioambiente. Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de Chile.

[email protected]

Mucho se habla respecto a la sequía que afecta

un extenso territorio del Chile Central. Sin

ir más lejos el 24 de Noviembre de 2010,

el MOP declaró como zonas de escasez hídrica las

cuencas de Petorca, Ligua y Aconcagua, y la comuna

de Quilpué, en la V Región; y a las cuencas de Cogotí

y Huatulame, y las comunas de Canela y Los Vilos,

en la IV Región. Si bien se han tomado esas medidas

que entregan algunas herramientas para ir en ayuda

de los propietarios de las zonas afectadas, también

han surgido planteamientos de diversas autoridades y

profesionales relacionados al tema. En un reportaje de

la Revista del Campo del 22 de Noviembre del 2010,

un investigador del INIA, el Seremi de Agricultura

de Valparaíso, el Presidente de la Asociación de

Agricultores de Copiapó, y el Presidente del Comité

de Aguas de la SNA, plantearon soluciones que siendo

de mediano y largo plazo, se enfocan más bien a los

efectos del problema y no a las causas.

En efecto, el promover la agricultura de

precisión, masificando el riego tecnificado, es una

medida que ciertamente contribuye a incrementar la

productividad agrícola al hacer más eficiente el uso del

recurso hídrico cada vez más escaso.

También, es entendible el interés por construir

más embalses para retener y aprovechar parte del agua

que se pierde en invierno. No obstante, hay que tener

presente que nuestra larga y angosta faja de tierra,

configura un relieve abrupto muy limitante para este

tipo de soluciones en las cuencas andinas. En el caso

de las cuencas costeras, más pequeñas y sin recursos

nivales, la alternativa de medianos y grandes embalses

estaría absolutamente descartada.

El evidente desequilibrio que existe en el país

en cuanto a la oferta y demanda del recurso hídrico

podría justificar el trasvasije de aguas desde ríos a

valles que están a cientos de kilómetros de distancia,

tal como lo propuso un dirigente de los agricultores de

la zona norte, sin embargo la inversión en acueductos,

dada la geografía existente, sería tan cuantiosa que

económicamente, por ahora, no es factible.

El último aspecto considerado en el reportaje

estuvo referido al uso eficiente del agua, es decir, que

los agricultores cuiden la forma en que riegan. Según el

planteamiento emanado de la SNA faltaría conciencia

y voluntad de parte de los usuarios del agua de riego

para mejorar la gestión del agua. El individualismo

del productor y su escaso o nulo interés por compartir

actividades de carácter asociativo constituye una sería

restricción para abordar y gestionar el tema del agua.

Los planteamientos expuestos son, en

determinadas situaciones, soluciones parciales al

problema del agua, no apuntan a erradicar la causa

27

Page 30: Revista Ambiente Forestal

principal de la crítica situación que vive un importante

territorio del Chile Central el avanzado deterioro

que presenta el funcionamiento de las cuencas

hidrográficas. Se trata de acciones dirigidas a los efectos

del problema y obedecen a respuestas obligadas

por ciertas circunstancias y que tendrían un impacto

momentáneo, tal como la medida anunciada en esos

últimos días, por el Director

Regional de Obras Hidráulicas

en la V Región, según la cual

se habilitarían 23 pozos, en los

ríos Ligua y Petorca. (La Segunda

13 de Febrero 2011) No se saca

nada con habilitar pozos si los

acuíferos carecen de agua por

falta de recarga, debido a que por

años no ha habido la infiltración

y la percolación suficiente.

Se podría creer que la

causa de la menor disponibilidad

de agua es la disminución de

las precipitaciones debido al

cambio climático. Esto podría

ser efectivo en alguna región si

la serie de registros históricos así

lo demostraran, no obstante, esto

estaría fuera de cualquier posible intervención local ya

que obedece a fenómenos que tienen una connotación

muchísimo más global.

Hecha esta aclaración, la principal causa de

la menor disponibilidad de agua en la mayor parte

del territorio del Chile Central y donde si es posible

intervenir, es el estado de deterioro que presentan las

cuencas hidrográficas. Estas unidades hidrológicas

se encuentran absolutamente colapsadas. Su

funcionamiento ha sido muy alterado y actualmente

se comportan con un acentuado régimen de

escurrimiento superficial. Por esa razón, la mayor parte

de las precipitaciones se pierden en el mar.

El clima del Chile Central se caracteriza por

una gran concentración de las precipitaciones en los

meses de invierno, lo cual dio origen a una cubierta

nativa adaptada a esas condiciones. Con esa cobertura

vegetal en las cuencas, el escurrimiento superficial era

escaso, había abundante infiltración y percolación, y

el agua se guardaba en los acuíferos alimentando los

cursos de agua durante los meses sin lluvia. Lo anterior

era la realidad que había antes del siglo XIX y que

nos muestran muchos escritores y naturalistas de esa

época. A finales del siglo 18 (1762), Miguel de Olivares

alababa a los ríos de Chile, los cuales “sangrando por

varias venas, suplen ventajosamente la sequedad de

algunos años”1.

Hasta la primera mitad del siglo XIX el

funcionamiento de las cuencas hidrográfica era todavía

1 Olivares, Miguel de. 1864. Historia Civil, Militar y Sagrada de Chile. Colección Historiadores de Chile. Imprenta Ercilla. Santiago.

2 Vicuña Mackena B.1877. Ensayo histórico sobre el clima de Chile. Imprenta El Mercurio, Valparaiso

Figura: Trabajos mecánicos y de revegetación combinados en la IV Región.

28

Page 31: Revista Ambiente Forestal

equilibrado. La precipitación caía

y una buena parte se guardaba

en el volumen de relieve de

las cuencas. Los suelos tenían

la capacidad hidrológica de

absorber el agua, hacer que esta

penetrase hacia las profundidades

y la porción de la precipitación

que escurría por la superficie

era mínima. Lamentablemente

a partir de la segunda mitad del

siglo XIX la situación cambió

drásticamente. Hubo hitos

como el descubrimiento del

oro en California y Australia

(1948-1951) que incrementaron

las demandas de cereal, no

obstante, sería la ignorancia y el

deseo de obtener una ganancia

inmediata a cualquier precio, lo

que daría origen al uso de los suelos muy por encima

de su capacidad. Fue en un corto período donde se

transformó el verde paisaje rural en tierras erosionadas

sin capacidad productiva y lo más dramático, sin la

capacidad hidrológica de retener el agua.

Hoy se habla de sustentabilidad, y cualquier

acción o intervención humana debe asegurar el

mantenimiento del potencial productivo para mantener

un medio ambiente sano capaz de sostener de buena

manera las futuras generaciones. Lamentablemente las

primeras generaciones del Chile Republicano, tuvieron

una actitud completamente egoísta, tal vez por

ignorancia y simplemente arrasaron con todo, dando

origen a un proceso de degradación cuyos resultados

hoy se están viviendo. Benjamín Vicuña Mackena,

en el año 1855 decía “En Francia, cada árbol está

marcado por el martillo protector del guardabosque,

en Chile también, pero la marca es del hacha que lo

va a voltear”.2

En el Boletín de la Sociedad Nacional de

Agricultura de 16 de Octubre de 1869, Julio Menadier

también denunciaba acerca del “modo bárbaro con

que han arrasado los tupidos montes que, tanto en la

montaña como en los planos, ostentaban las haciendas

de la Angostura, Compañía, Hospital, Cauquenes

y otras varias”, y seguía, “allí, donde en partes no

penetraba el sol detenido por el follaje de toda clase

de plantas, no se ve hoy un solo arbusto que sirva de

abrigo al ganado”3

Hay que aprender de nuestra historia y a

partir de ese conocimiento, buscar soluciones a los

problemas. Parte importante del territorio de las cuencas

hidrográficas, desde la IV hasta la IX Región, estuvieron

y aún están, en mayor o menor grado, dedicadas al

cultivo. En muchos casos por encima de la capacidad de

los suelos, con rendimientos insuficientes que justifican

la actividad sólo por tradición o debido a la precaria

situación económica del productor. Esta situación

ha acentuado el proceso de deterioro hidrológico en

la mayoría de las cuencas, sobre todo en el secano 3 Menadier, Julio. La cuestión de Bosques en Francia (Selva de Bernay) y Chile. Boletín de la Sociedad Nacional de Agricultura. 1869.

Figura 2: Trabajos mecánicos y de revegetación combinados en la IV Región.

29

Page 32: Revista Ambiente Forestal

Figura 3: Trabajos de restauración en Cerro Pajarito, en Illapel, IV Región.

costero y secano interior. Allí los suelos perdieron la

capacidad de absorber y esconder el agua, se volvieron

impermeables, la infiltración es nula o muy escasa, el

escurrimiento superficial es notable, el agua se pierde

durante el invierno y la disponibilidad de agua en los

meses sin lluvia en muchos casos no existe.

La solución para controlar la principal causa

de la escasa disponibilidad de agua es la restauración

hidrológica. Se trata de restablecer la capacidad de

infiltración de los suelos para que sean capaces de

absorber el agua de lluvia, esconderla en el volumen

de relieve de las cuencas y reducir el escurrimiento

superficial que se pierde en el mar. La restauración

hidrológica en todo caso no es una disciplina que

sea nueva, por el contrario, ha sido una práctica que

en Europa se inició a finales del siglo XVIII, luego de

la degradación de las cuencas hidrográficas en los

Alpes, Pirineos, Apeninos (en general en toda la zona

mediterránea), debido al incremento de las demandas,

principalmente de madera y leña, que generó la

revolución industrial. En USA, la necesidad de estos

trabajos sería muy posterior, comenzarían durante la

primera mitad del siglo XIX a raíz de los efectos que

provocó la degradación de las cuencas en los montes

Apalaches. En Chile, debido al subdesarrollo y su

escasa capacidad económica, a pesar de los graves

problemas existentes, sólo ha habido experiencias a

muy pequeña escala. El Cerro Pajaritos en Illapel es

una muestra muy interesante y exitosa. Allí los trabajos

se llevaron a cabo a finales de la década del 70 y no se

hicieron para disponer de agua para riego. El propósito

fue reducir los escurrimientos superficiales pues estos

inundaban y sedimentaban la plaza, y todo el centro de

esa localidad. No obstante, esa diferencia de objetivo

no hace diferente la metodología de la intervención.

En síntesis, la restauración hidrológica como

línea base de trabajo, complementada con medidas

como las ya propuestas, que son efectivas en

determinadas circunstancias, constituye el camino

correcto para asegurar a nuestras futuras generaciones,

un medio ambiente más sano y con mayores

posibilidades de sostener el Chile del mañana.

30

Page 33: Revista Ambiente Forestal

TÉCNICAS PARA ESTIMAR LA DISPOSICIÓN A PAGAR POR

CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDADCarmen Luz de la Maza A.(1), Claudia Cerda J.(2), Manuel Rodríguez R.(3)

(1) Dra. Ingeniero Forestal. Departamento de Gestión de Bosques y Su Medioambiente.Facultad de Ciencias. Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de Chile. ([email protected])

(2) Dra. Ingeniero Forestal. Departamento de Gestión de Bosques y Su Medioambiente.Facultad de Ciencias. Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de Chile. [email protected].

(3) Magíster Ingeniero Forestal. Departamento de Gestión de Bosques y Su Medioambiente.Facultad de Ciencias. Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de Chile. [email protected].

INTRODUCCIÓN

Uno de los métodos más usados para valorar

bienes y servicios sin precio de mercado,

como la conservación de la biodiversidad,

es el método de Valoración Contingente (VC); y el

instrumento usado es el diseño de una encuesta. Pero,

al construir la encuesta de Valoración Contingente

quien investiga debe decidir qué técnica usar para

extraer de los encuestados la disposición a pagar (WTP

-willingness to pay)1. Los métodos que usan preguntas

abiertas que incluyen “juegos de valores” o tarjetas

de pagos (Tabla 1), proporcionan una estimación de

la máxima disposición a pagar de quienes responden

por el bien o servicio que se le consulta. Los métodos

que usan preguntas cerradas, que solicitan a los

encuestados si pagarían al menos un monto establecido,

proporcionan intervalos en los cuales descansa la WTP

de los encuestados.

Este artículo tiene por objetivo describir algunas

técnicas usadas en las encuestas para construir la

pregunta sobre disposición a pagar.

1 Los autores prefieren usar la sigla en inglés para no confundirla con DAP (“diámetro a la altura del pecho”, que se usa en disciplinas de medición forestal).

Tabla 1: Ejemplo de tarjeta de pago para preguntar por nivel de ingresos

ENFOQUES MÁS USADOS

Las preguntas de formato abierto (open ended)

constituyen el mecanismo más simple de obtención

de preferencias económicas de los individuos por

determinados bienes/servicios. El objetivo es no ejercer

ningún tipo de influencia sobre los encuestados al no

establecer ninguna oferta inicial. Entre los enfoques de

preguntas abiertas, lo más simple es preguntar “¿Cuál

es la mayor cantidad que usted pagaría por?” el bien o

servicio en estudio. Pero esto no proporciona una clave

31

Page 34: Revista Ambiente Forestal

sobre los valores implícitos del servicio y puede ser

difícil que responda la pregunta, especialmente si no

está familiarizado (a) con el bien o servicio en estudio.

Las preguntas abiertas, pueden también generar

problemas de comprensión o razonamiento en los

entrevistados, ya que en la vida real los consumidores

jamás se enfrentan a este tipo de preguntas cuando

intentan comprar algún bien (Fisher 2003). En muchos

casos los encuestados poseen un desconocimiento

importante de lo que podría llegar a ser una cifra

razonable, sobre todo, cuando nunca antes las

personas se habían planteado una cuestión de esa

índole. Ante una situación como ésta, es muy común

que se presente una elevada proporción de encuestados

que se abstengan de responder. A su vez, este tipo

de preguntas también da lugar a respuestas influidas

por intereses propios de cada encuestado por parte

del encuestado. Por consiguiente, las estimaciones

resultantes de esta variante no son del todo confiables

(O´Doherty, 2001).

En general, los datos de WTP que usan esta

aproximación se caracterizan por obtener estimaciones

muy gruesas o respuestas negativas. Los investigadores

tienden a tratar estos resultados como WTP=0,

asumiendo por lo tanto que el bien o servicio de interés

no tiene valor económico para el entrevistado, lo cual

no necesariamente es así.

Una alternativa es permitir que los encuestados

escojan su máxima disposición a pagar, desde una

tarjeta de pagos que tiene una lista de posibles valores

en pesos (o cualquiera sea la moneda del país en

donde se realiza el estudio).

Este formato de pregunta intenta solucionar

el sesgo de la pregunta abierta mostrándole a los

encuestados una serie de valores y se le pregunta

cuánto están dispuestos a pagar por el bien o servicio

ambiental en cuestión. En general, las cifras se ordenan

de mayor a menor y se le pide al encuestado que

seleccione una. Esta forma de extraer la WTP, también

simula mejor lo que las personas hacen en la vida

real cuando compran bienes o servicios a un precio

determinado. Probablemente ésta sea una tarea más

fácil, pero quien responde ve limitada su WTP a los

valores que aparecen en la tarjeta.

En las primeras aplicaciones del método de

valoración contingente, la WTP fue a veces extraída

usando protocolos iterativos (Randall et al., 1974).

En esta estructura iterativa, a los encuestados se les

preguntaba sobre cierta cifra para su WTP. Quienes

estaban de acuerdo con esa cifra se les ofrecía valores

más y más altos hasta que la persona decía “no”. A

quienes se negaban a pagar la cifra inicial se les ofrecía

valores más y más bajos hasta que la persona decía “sí”.

Aún cuando se encontró que este enfoque producía

sesgos en el punto de partida (i.e., la WTP final estaba

significativamente relacionada con el punto de partida)

no se abandonó puesto que éste se prueba con tres o

más puntos de partida diferentes. Si no hay diferencias

estadísticamente significativas en los resultados (de

las pruebas piloto), se usa cualquiera de ellos en la

encuesta final.

Los enfoques de preguntas cerradas que

solicitan a los encuestados si estarían dispuestos a

pagar un monto establecido por el bien o servicio en

estudio, requieren sólo de una respuesta “sí” o “no”.

Este formato de “tómelo o déjelo” es un símil a lo que

Figura 1: Dromiciops australis (Monito Del Monte), es un marsupial que se encuentra en el Parque Nacional Nahuelbuta, localizado en la Cordillera de Nahuelbuta,

Región de La Araucanía de Chile.

32

Page 35: Revista Ambiente Forestal

los compradores se enfrentan en el mercado real o

en el caso de los bienes públicos los ciudadanos se

enfrentan a un referéndum. En el caso de estos bienes

se ha demostrado que los formatos de preguntas

cerradas son compatibles con incentivos (Hoehn and

Randall 1987). Por esas razones estos formatos de

preguntas cerradas (elección dicotómica) han sido el

enfoque estándar para extraer la WTP. Sin embargo,

las preguntas de elección dicotómica también pueden

resultar en respuestas sesgadas y sobreestimar la WTP

al inducir en algunos casos el fenómeno denominado

“yes saying” (o responder siempre diciendo sí)

(Chaudhry et al., 2007).

La pregunta de elección dicotómica más simple

pide al encuestado si él o ella pagaría al menos $z por el

bien o servicio en estudio, donde z varía aleatoriamente

entre los encuestados a partir de una lista de valores

seleccionados por el investigador. Una respuesta afirmativa

a esta pregunta, sin embargo, indica solamente que la WTP

del encuestado descansa en un intervalo abierto (desde

$z hasta infinito). Por esta razón, una pregunta cerrada

inicial, es a menudo seguida por una pregunta diseñada

para disminuir el rango de la respuesta sobre WTP del

encuestado. Si el individuo dice que pagará al menos

$z por el servicio, se le

pregunta por un valor

mayor a pagar, $y, con

la esperanza que él o

ellas pagará menos que

“y”. En consecuencia,

se pueden construir

intervalos más ajustados

en los cuales descansa la

WTP del sujeto, lo que

resulta en un estimador

mejorado de la media/

mediana de WTP y de

los coeficientes que

entran en la función de

WTP (Hanemann et al.,

1991). En este contexto,

se ha sugerido que un

porcentaje del salario mínimo estimado ((i.e., 0,1% a

1,0%) sea usado como promedio de disposición a pagar o

dependiendo de la encuesta piloto como punto de partida

para distribuir posteriormente los intervalos basados en la

desviación estándar de las WTP.

Sin embargo, algunos investigadores han

detectado sesgos en los puntos de partida de pares

de respuestas iniciales y en respuestas a preguntas

de seguimiento/control (Herriges and Shogren 1996)

y trae a colación el tema de que tales preguntas de

seguimiento/control pueden inducir a rechazo,

especialmente si los encuestados interpretan el monto

a pagar sugerido en la elección dicotómica, como el

costo al cual el gobierno es capaz de proporcionar un

bien o un programa público. Para tratar el problema

de los montos de partida, muchos investigadores

recomiendan previamente al diseño de la herramienta

de valoración contingente, llevar a cabo un trabajo

con “grupos focales” o “grupos de control”, donde

se plantee una discusión abierta para fijar los valores

inferiores y superiores.

Otro tema importante es cómo deberían

seleccionarse los valores asignados a los encuestados,

Figura 2: Sierra Nevada dentro del Parque Nacional Conguillío, en la Región de la Araucanía de Chile.

33

Page 36: Revista Ambiente Forestal

en una encuesta de selección dicotómica, si la meta es

obtener estimadores estadísticamente eficientes de la

WTP. La selección adecuada de estos valores (referidos

como intervalos de las iteraciones) requiere de alguna

información inicial acerca de la distribución de la

WTP, la cual es usualmente obtenida (o verificada) a

partir de encuestas pilotos.

encuesta final. En forma alternativa, se pueden ubicar

intervalos de distancias de cuantiles iguales, donde el

número de cuantiles escogidos depende del número

de submuestras posibles dado el tamaño total de la

muestra.

PROCEDIMIENTO SUGERIDO PARA ESTABLECER

PUNTO DE PARTIDA E INTERVALOS DE

VALORES EN LA ENCUESTA DE VALORACIÓN

CONTINGENTE.

Basados en la literatura citada, para identificar

el punto de partida se sugiere utilizar un mínimo

porcentual (0,1) del salario mínimo (por ejemplo,

$1.500) como el promedio de disposición a pagar.

A partir de ese valor se distribuyen intervalos iguales

entre <$500 y > $2.500. La introducción de una escala

de valores favorece el proceso de selección que lo hace

más obvio a los entrevistados. A juicio de los autores,

esta forma se considera una manera más práctica de

obtener el punto de partida e intervalos en la encuesta

de valoración contingente, donde se propone también

que los rangos no sean más allá de cinco, para evitar

cansancio de los encuestados.

BIBLIOGRAFÍA

• ALBERINI, A. (1995) Optimal designs for discrete

choice contingent valuation surveys: single bound,

double-bound and bivariate models. Journal of

Environmental Economics and Management 28:

187-306.

• BOYLE, K.; WELSH, M.P.; BISHOP, R.C. (1988)

Validation of empirical measures of welfare

change: comment and extension. Land Economics

64: 94-98.

• CHAUDHRY, P.; SINGH, B.; TEWARI, V.P. (2007)

Non-market economic valuation in developing

countries: Role of participant observation method

in CVM analysis. Journal of Forest Economics 13:

259-275.

Figura 3: Flor de Ochagavia lindleyana (Lem.) Mez. especie nativa de Chile.

Si la WTP tiene una distribución normal con

media µ y desviación estándar σ y, la primera meta

es estimar µ (promedio de WTP) eficientemente, el

principio fiducial de diseño de la literatura estadística

sugiere que son necesarios solamente, dos valores de

iteración y que los encuestados deberían estar divididos

en forma igual entre los dos valores. Específicamente,

los niveles de iteración σ, donde d depende del

tamaño de la muestra, pero *deberían ser iguales a

µ±d generalmente pequeño. Por ejemplo, si n = 5000,

d=0,241 (Alberini 1995). Si el investigador desea

estimar ambos (µ y σ) con una precisión razonable

los intervalos deberían estar lejos del centro de la

distribución, pero en la práctica no más allá de 15avo

y 85avo percentil de la distribución (Kanninen 1995).

Si hay incertidumbre sobre la forma de la

distribución, es aconsejable usar rangos de valores

más amplios. Una aproximación (Boyle et al., 1988)

es sacar puntos al azar a partir de la distribución

de la WTP (estimada en la prueba piloto) y luego,

usar los valores de intervalo correspondiente en la

34

Page 37: Revista Ambiente Forestal

• FISCHER, A. (2003) Decision behavior and

information processing in contingent valuation

surveys – an economic psychological analysis of

impacts on environmental valuation. Berlin: Verlag

im Internet GmbH. 326 p.

• HANEMANN, M.; LOOMIS, J.; KANNINEN, B.

(1991) Statistical efficiency of double-bounded

dichotomous choice contingent valuation.

American Journal of Agricultural Economics 73:

1256-63.

• HERRIGES, J.A.; SHOGREN, J.F. (1996) Starting

point bias in dichotomous choice valuation with

follow-up questioning. Journal of Environmental

Economics and Management 30: 112-28.

• HOEHN, J.P.; RANDALL, A. (1987) A satisfactory

benefit cost indicator from contingent valuation.

Journal of Environmental Economics and

Management 14: 226-47.

• KANNINEN, B.J. (1995) Bias in discrete response

contingent valuation. Journal of Environmental

Economics and Management 28: 114-25.

• RANDALL, A.; IVES, B.C.; EASTMAN, C.

(1974) Bidding games for valuation of aesthetic

environmental improvements. Journal of

Environmental Economic Management 1: 132-49.

35

Page 38: Revista Ambiente Forestal

INTRODUCCIÓN

El propósito de este artículo es promover el uso

de especies nativas adaptadas a las condiciones locales

y entregar información útil para la implementación de

estrategias de restauración en las poblaciones naturales

de Chañar y/o con potencial para la generación de

nuevos hábitats en las zonas áridas y semiáridas de

Chile, así como el uso sustentable de sus recursos.

La vegetación de las zonas áridas y semiáridas

de Chile, al igual que otros países de la región, ha

sufrido fuertes alteraciones antrópicas, expresadas

principalmente en la deforestación y el sobrepastoreo,

causando perdidas en la productividad del suelo y en

la conservación de la biodiversidad.

Para aplicar programas de desarrollo de

restauración ecológica, sistemas agroforestales

o reforestaciones es indispensable disponer del

NOTAS DENDROLÓGICAS: CHAÑAR (Geoffroea decorticans

(Gillies ex Hook. & Arn.) Burkart) ÁRBOL MULTIPROPÓSITO DE LAS

ZONAS ÁRIDAS DEL NORTE DE CHILE(1)

María Teresa Serra V.(2) y Gustavo Cruz M.(3)

(2) Profesora de Biología y Ciencias. Departamento de Silvicultura y de la Conservación de la Naturaleza, Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de Chile.

[email protected](3) Ingeniero Forestal, Dr. Recursos Naturales, Departamento de Silvicultura y de la Conservación de la Naturaleza,

Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de Chile. [email protected]

(1) Agradecimientos: Fondo de Investigación del Bosque Nativo (024/2010)

conocimiento sobre aspectos de la biología, ecología,

propagación y manejo de las especies disponibles para

mejorar la domesticación, mejoramiento genético y

desarrollar técnicas de propagación y establecimiento

adecuadas para los diversos objetivos.

Las especies nativas o autóctonas son aquellas que

se presentan en una región, ecosistema o hábitat sin que

hubiera acción humana directa o indirecta. Los árboles

nativos pueden formar comunidades autosustentables

que no requieren de mucha mantención, se encuentran

adaptados a condiciones locales, presentando resistencia

natural al frío, sequías, enfermedades comunes y a

la herbivoría en mejor forma que con otras especies

introducidas. Ellas presentan asociaciones específicas de

micorrizas, con invertebrados, con agentes polinizantes

y dispersores, facilitando la reestructuración del hábitat

favoreciendo el establecimiento de mayor diversidad de

especies nativas.

36

Page 39: Revista Ambiente Forestal

El chañar, es un recurso multipropósito

nativo para zonas áridas y semiáridas

que presenta beneficios en cuanto a su

incorporación en proyectos de rehabilitación

ambiental, entre otros:

• Agrega belleza al paisaje y preserva

el patrimonio natural.

• Provee de alimento y hábitat para

la fauna nativa, especialmente

en relación a la alimentación del

picaflor de Arica (Estades et al., 2009)

• Sirve como recurso genético para un

futuro desarrollo de cultivos u otros

productos derivados.

• Disminuye la cantidad de agua

necesaria para la mantención de

áreas verdes.

• Requiere de escasas acciones si

ha sido plantado y establecido

adecuadamente.

• Produce un poderoso sistema de raíces

que contribuye a la conservación y

recuperación del suelo, controlando

la erosión, y moderando los cauces e

inundaciones.

• Como planta leguminosa (Fabaceae)

mejora la fertilidad del suelo, debido

a la simbiosis de sus raíces con

bacterias nitrificantes.

Sin embargo, también es considerada una

planta invasora de terrenos agrícolas, debido

a su excelente capacidad de retoñación, ya

que frecuentemente esta asociada con cultivos

agrícolas hortofrutícolas, especialmente como

cerco vivo y fuente doméstica de leña y carbón.

Tabla 1: Aptitudes de las plantas de interés para la restauración y la reforestación (INBIO, 2008) y aquellas presentadas por Geoffroea

decorticans (Chañar)

37

Page 40: Revista Ambiente Forestal

38

Page 41: Revista Ambiente Forestal

Figura 4: Abejas visitando el chañar en plena floración en la Quebrada de Chaca (XV Región) (Foto: Mario Gallardo,

Septiembre 2010)

39

Page 42: Revista Ambiente Forestal

40

Page 43: Revista Ambiente Forestal

Figura 6: Formación de Geoffroea decorticans, Prosopis alba, Baccharis scandens, Atriplex atacamensis, en terrenos alterados

en los alrededores de Socaire (II Región) (Foto: M. T. Serra)

41

Page 44: Revista Ambiente Forestal

42

Page 45: Revista Ambiente Forestal

1 Encuestas realizadas en 2005 en el ámbito del “Estudio etnobotánico y jurídico de las hierbas nativas de la comuna de San Pedro de Atacama”.

43

Page 46: Revista Ambiente Forestal

En los valles interiores de Arica-Parinacota, se

desarrolla una interesante interacción entre el ave,

Eulidia yarrellii el picaflor de Arica, considerada

especie en peligro crítico de extinción, y la floración

de Geoffroea decorticans, ya que su néctar provee de

alimento en periodo reproductivo (Estades et al., 2009)

BIBLIOGRAFÍA

• ANDERSON, D.L. (1976) Invasión del chañar

(Goeffroea decorticans) en los pastizales de la

provincia de San Luis (Argentina) VII Reunión

Argentina de Malezas y su control. Tomo IV. 31-

45.

• ECHEVERRIA, J.; COLLADO, A.; GIULETTI, J.D.

(2006) Estimación de biomasa y productividad

del chañar mediante teledetección y modelos

de simulación. Primera Jornada de actualización

técnica en manejo y control de renoval. INTA

E.E.A. Santiago del Estero. 8 p.

• ECHEVERRIA, J. (2006) Control Químico

del Chañar en San Luis. Primera Jornada de

actualización técnica en manejo y control de

renoval. INTA E.E.A. Santiago del Estero. 119-128

p.

• DEMAIO, P.; KARLIN, U.; MEDINA, M. (2002)

Árboles nativos del Centro de Argentina. L.O.L.A.

Buenos Aires. 210 p.

• ESTADES, C.F.; AGUIRRE, J. (2009) Estimación

poblacional del Picaflor de Arica – Octubre 2009.

Unión de Ornitólogos de Chile – Servicio Agrícola

y Ganadero. Santiago. 25 p.

• EYNARD, C.; GALETTO, L. (2002) Pollination

Ecology of Geoffroea decorticans (Fabaceae)

in central Argentine Dry Forest. Journal of Arid

Environments 51:79-88.

• GAJARDO, R. (1994) La Vegetación Natural de

Chile. Clasificación y Distribución Geográfica.

Universitaria: Santiago, Chile. 165 pp.

• IRELAND, H.T.; PENNINGTON, R.T. (1999)

A revision of Geoffroea (Leguminosae-

Papilionoideae) Edinburgh Journal of Botany 56:

329–347.

• KILLEEN, T.; GARCIA, E.; BECK, S. (1993) Guía de

árboles de Bolivia. Herbario Nacional de Bolivia.

Missouri Botanical Garden. 927p.

• LADIO, A.H.; LOZADA, M. (2009) Human

ecology, ethnobotany and tradicional practices

in rural populations inhabiying the Monte region:

Resilience and ecological knowledge. Journal of

Arid Environments 73:222-227.

• LUEBERT, F. (2004) Apuntes sobre la vegetación de

bosque y matorral del desierto precordillerano de

Tarapacá (Chile) Chloris Chilensis 7(1) http://www.

chlorischile.cl.

• MUÑOZ-SCHIK, M.; BARRERA, M.E.; MEZA,

P.I. (1981) El uso medicinal y alimenticio de

plantas nativas y naturalizadas en Chile Santiago:

Museo Nacional de Historia Natural. Publicación

Ocasional nº 33. 91 p.

• NUÑEZ, P. (1988) Sobre la economía prehispánica

de Socaire. Norte de Chile. En: Actas del XI

Congreso de Arqueología Chilena. Oct. 1988.

Tomo II. 21 p.

• PARDO, O.; PIZARRO, J.L. (2005) Especies

Botánicas consumidas por los chilenos

prehispánicos. Colección Chile Precolombino. Ed.

MareNostrum. Chile. 225 p.

• PERRETA, M.G.; VEGETTI, A.C. (2005) PATRONES

EStructurales en las Plantas Vasculares: Una

revisión. Gayana Bot. 62(1):9-19.

• RIEDEMANN, P.; ALDUNATE, G.; TEILLIER, S.

(2006) Flora Nativa de valor ornamental. Chile

Zona Norte. 405 p.

• SERRA, M.T. (1997) Especies arbóreas y arbustivas

para las zonas áridas y semiáridas de America

latina. Chile. Geoffroea decorticans (H. Et Arn.)

Burk. FAO. Serie: Zonas Áridas y Semiáridas N°

12: 207-214.

• SERRA, M.T. (2006) Flora medicinal de las

comunidades atacameñas de San Pedro de

Atacama de Chile (provincia de El Loa): Camar,

Machuca, Socaire, Río Grande y Talabre. Proyecto

Estudio etnobotánico y jurídico de hierbas nativas

de la Comuna de San Pedro de Atacama. I.

Municipalidad de San Pedro de Atacama.

44

Page 47: Revista Ambiente Forestal

• CONAF II Región/CONADI/ Facultad de Ciencias

Forestales. Universidad de Chile. 195 p.

• SQUEO, F.; ARANCIO, G.; GUTIÉRREZ, J. (2001)

Libro Rojo de la Flora nativa y de los sitios

prioritarios para su Conservación: Región de

Coquimbo. Ed. Universidad de La Serena. 378 p.

• SQUEO, F.; ARANCIO, G.; GUTIÉRREZ, J. (2008)

Libro Rojo de la Flora nativa y de los sitios

prioritarios para su Conservación: Región de

Atacama. Ed. Universidad de La Serena. 465 p.

• ULIBARRI, E.; GÓMEZ-SOSA, E.; CIALDELLA,

A.; FORTUNATO, R.; BAZZANO D. (2002)

Leguminosas Nativas y exóticas. L.O.L.A. Buenos

Aires. 319 p.

• VILLAGRAN, C.; CASTRO, V. (2005) Ciencia

Indígena de los Andes del Norte de Chile. Editorial

Universitaria, Santiago. 361 p.

• VITA, A.; SERRA, M.T.; CASTILLO, M.; CHOQUE,

A.; GREZ, I. (2010) Estudio propagación,

revegetación y manejo de plantas de uso

medicinal, forrajero y combustibles susceptibles

de bonificación según las especificaciones de la

ley de Bosque Nativo en la Provincia de El Loa.

CONAF/ Universidad de Chile. 110 p.

• WIKENS, G. (1993) Vegetation and ethnobotany

of the Atacama Desert and adyacent Andes in

Northern Chile. Opera Botanica 121:291-1993.

45

Page 48: Revista Ambiente Forestal

ESTADO SANITARIO DE CIPRÉS DE LA CORDILLERA EN SIERRAS DE

BELLAVISTA, REGIÓN DEL LIBERTADOR BERNARDO O’HIGGINS, CHILE

Camila Becker Klavin (1) y Amanda Huerta Fuentes (2)

(1) Ingeniera Forestal, Universidad de Chile. [email protected](2) Dra. Ingeniera Forestal Departamento de Silvicultura y de la Conservación de la Naturaleza, Facultad de Ciencias Forestales y

de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de Chile. [email protected]

El Ciprés de la Cordillera, Austrocedrus chilensis

(D. Don) Pic. Serm. et Bizzarri, es un árbol

endémico de los bosques templados fríos de la

región andino-patagónica y del Bosque Subantártico de

Chile y Argentina (Rovere, 2000) Es una de las coníferas

nativas más importantes de esta región, con mayor

rango de distribución latitudinal y única representante

del género. En Chile, conforma el tipo forestal Ciprés

de la Cordillera, que se distribuye desde las regiones de

Valparaíso (32º 39’S) a la de Los Lagos (44º 32’S), por

lo que es la conífera con mayor alcance septentrional

del país. No obstante, su distribución es discontinua,

presentándose mayoritariamente como poblaciones

aisladas de densidad media, y formando en ocasiones

bosques puros (Rodríguez, 2004; Donoso, 2006)

La biogeografía de A. chilensis es en extremo

compleja, pues esta especie tiene una historia

probablemente muy antigua, que quizás pueda

remontarse a más de 150 millones de años. Aunque las

poblaciones de esta especie pueden considerarse como

frecuentes y sus contingentes numerosos, la regresión

que ha sufrido en tiempos recientes es considerable

(Serra et al., 1986)

Según el catastro del bosque nativo, el tipo

forestal Ciprés de la Cordillera ocupa en Chile una

superficie de 44.996,2 ha, representando el 0,3% del

total de bosque nativo (28,9% del territorio nacional)

Sólo un 6,4% de la superficie total de este tipo forestal

se encuentra cubierto por el Sistema Nacional de Áreas

Silvestres Protegidas por el Estado (SNASPE) (CONAF-

CONAMA, 1999) En 2001, A. chilensis es clasificada

por la Unión Internacional para la Conservación de la

Naturaleza (UICN, 2001) en la categoría de especie

vulnerable. En Chile, esta especie se encuentra en

la categoría fuera de peligro (CONAMA, 2011) Sin

embargo, la protección legal ha resultado insuficiente

para frenar el proceso de degradación, especialmente

en las áreas más afectadas (Enricci y Massone, 2003)

Entre las principales causas de regresión de

la especie se encuentran las alteraciones de origen

antrópico tales como: incendios, explotación ilegal

de madera, habilitación de tierras para explotaciones

ganaderas y reemplazo por plantaciones de especies

exóticas de rápido crecimiento (Carabelli et al.,

2004) Y entre los disturbios naturales se encuentran

los movimientos sísmicos, el viento, las condiciones

climáticas, entre otros (Veblen et al., 2005)

46

Page 49: Revista Ambiente Forestal

Este árbol dioico puede medir hasta 20 m de

altura, es de hábito piramidal, con copa compacta,

habitualmente limpio de ramas en las dos terceras

partes de su longitud; el tronco es recto, de 1 a 2 m

de diámetro; su corteza es gruesa, áspera o rugosa. Sus

hojas son pequeñas, persistentes y escuamiformes. Las

flores son unisexuales, las masculinas son amentiformes

y los estróbilos femeninos son solitarios, compuestos

por cuatro escamas coreáceas, basifijas, dos de ellas

fértiles. Las semillas son dos por bráctea, o una en caso

de aborto (Serra et al., 1986; Rodríguez, 2004)

En cuanto a la fenología de esta especie,

el ciclo completo para la producción de semillas

ocurre en el período de un año. La diferenciación

de los amentos o conos masculinos ocurre alrededor

de marzo y los femeninos en mayo, la floración se

extiende hasta diciembre y la polinización ocurre

entre octubre y diciembre. La maduración de conos y

semillas ocurre de enero a marzo (Donoso y Cabello,

1978; Rodríguez, 2004)

A. chilensis es una especie semitolerante, cuyo

hábitat se determina por la altitud (desde 200 hasta

2.000 msnm) o por condiciones edáficas extremas

(Donoso, 2006) Los ambientes preferenciales para esta

especie son aquellos de alta montaña, donde crece

tanto en laderas rocosas de pendiente fuerte, como

en laderas bajas y en planos, generalmente ocupando

exposiciones norte u oeste, sobre suelos derivados

de cenizas volcánicas e incluso directamente sobre

escorias y lava (Serra et al., 1986) Es una especie

resistente a la sequía, a la acción del viento y con

capacidad de recolonizar sitios post-fuego (Grosfeld,

2002) Dado esta gran plasticidad, se la encuentra

compartiendo diversos climas con otras especies

forestales, formando bosques mixtos en asociación

con especies de Nothofagus [N. macrocarpa (A.DC.)

F.M. Vásquez & R.A.Rodr., N. obliqua (Mirb.) Oerst.,

N. glauca (Phil.) Krasser y/o N. dombeyi (Mirb.) Oerst.,

en Chile, y N. obliqua y N. antarctica (G.Forst.) Oerst.,

en Argentina]. Además, forma bosques puros de

grandes extensiones, o bosquetes aislados en bosques

marginales más o menos densos (Donoso, 2006)

Si bien a lo largo de la historia con regularidad

surgen nuevas plagas y enfermedades, el cambio

climático ahora introduce una serie de incógnitas en

la ecuación, a tal punto que es difícil prever todos

los efectos de este cambio. La modificación de las

A B

Figura 1: Sectores de estudio en Sierras de Bellavista, San Fernando. A. Austrocedrus chilensis-Nothofagus macrocarpa. B. A. chilensis-Pinus radiata.

47

Page 50: Revista Ambiente Forestal

temperaturas, la humedad y los gases de la atmósfera,

puede propiciar el crecimiento y la capacidad con

que se generan las plantas, los hongos y los insectos,

alterando la interacción entre las plagas, sus enemigos

naturales y sus huéspedes. Las transformaciones que

experimenta la cubierta vegetal de la Tierra, como la

deforestación y la desertificación, pueden incrementar

la vulnerabilidad de las plantas y los animales

que quedan ante las plagas y las enfermedades

(FAO, 2008)

El creciente interés por el manejo de los

bosques nativos, dada su riqueza científica, social y

económica, como fuente de diversidad biológica y

de diversas materias primas, hacen imprescindible

la necesidad de contar con información sanitaria

que indique de qué manera y en qué grado puede

verse afectado el ciclo reproductivo, desarrollo y

regeneración de las especies nativas para emprender

medidas de manejo del recurso con criterios de

sustentabilidad.

En Argentina, Donoso (2006) y Rajchenberg y

Gómez (2005) describieron las plagas y enfermedades

más comunes de A. chilensis. Dentro de las plagas

señalaron a: a) Insectos que afectan a raíces,

como Hylamorpha elegans, Phytoloema germani

y Guemmoforus niger, b) Ácaros de la familia

Tarsonemidae, que pueden producir daños en frutos,

ramas y follaje, dando origen a una típica formación

en roseta, c) Lepidópteros de las familias Elachistidae

y Tortricidae que se alimentan de frutos y semillas,

siendo Nanodacna austrocedrella la especie que

produce mayor daño, d) Barrenadores de tallo y raíz:

Nyctelia sp., Sericoides glaciales y Anthaxia concina,

y e) Dos especies succionadoras, Cinara tujafilina y

Cinara cupressi.

Entre las enfermedades más comunes indicaron

a: a) Enfermedades en las plántulas, como el moho

gris producido por Botrytis sp. o el Dumping -off por

Fusarium sp., b) Enfermedades del fuste, del tipo de

pudriciones de duramen debidas a una especie de la

familia Hymenochaetaceae o de albura generada por

Aphylloporales, c) Enfermedades foliares, como la roya

del ciprés que se presenta en áreas de bosque mixto y

la afección por Lophodermiun sp., y d) Enfermedades

de raíz producidas por Phytophtora austrocedrae

(Greslebin et al., 2007)

En Chile en 2003 se detectó a C. cupressi, un

áfido con gran capacidad de establecerse fuera de su

rango natural de distribución, que está afectando a la

familia Cupressaceae, especialmente a A. chilensis,

causando decoloración, defoliación y muerte (Baldini

et al., 2008)

Dada la escasez de antecedentes de la

sanidad de A. chilensis, el objetivo principal de esta

investigación fue caracterizar el estado fitosanitario

de dos rodales de esta especie, uno en asociación con

Roble de Santiago (N. macrocarpa) (CC-RS; Figura 1A)

y el otro en asociación con Pino Insigne (Pinus radiata

D. Don) (CC-PI; Figura 1B), situados en la localidad

C

A B C

C

A B C

Figura 2: Signos y síntomas de daño en A. chilensis. A. Escoba de bruja. B. Clorosis. C. Defoliación.

48

Page 51: Revista Ambiente Forestal

de Sierras de Bellavista, al sur-este de San Fernando,

en la Región del Libertador Bernardo O’Higgins, Chile.

En este lugar, el Ciprés de la Cordillera presenta una

particular situación de vulnerabilidad debido a la gran

presión antrópica, a la invasión de especies exóticas y

a los efectos de un incendio de gran magnitud.

El trabajo propuso además una metodología

de registro de problemas fitosanitarios y su aplicación

en terreno para poblaciones naturales de Ciprés de la

Cordillera. Con esta metodología se abordaron además

objetivos específicos que consistieron en identificar los

principales problemas sanitarios presentes en ambos

rodales y agentes de daño, junto con establecer niveles

y categorías de daño físico, para caracterizar de manera

general y comparativa ambas asociaciones de bosques.

Para el registro de síntomas y daños, se creó un

formulario de detección especialmente aplicado a para

poblaciones naturales de Ciprés de la Cordillera el cual

se utilizó en el muestreo de 50 árboles por rodal, 100

árboles en total, siguiendo la metodología de líneas de

muestreo por conglomerados, con una intensidad de

5 cada 1.000 árboles. Para el estudio de los agentes

causantes de daño se utilizaron diversas trampas

entomológicas y se realizaron prospecciones terrestres

al azar con visitas periódicas durante enero de 2008 y

mayo de 2009.

En cuanto a los

resultados es posible

indicar que dada la

particular situación de

este bosque, sometido a

la rigurosidad de diversos

factores como son: el

incendio, la presión

antrópica, la invasión de

especies exóticas y las

características climáticas

severas de los ambientes

de alta montaña, es que

los individuos que forman

parte del área de estudio por lo general presentan

expresiones morfológicas, estructurales y fisiológicas,

que varían de la situación normal para estos árboles

que si estuviesen en una situación de bosque natural y

menos perturbados.

De la caracterización fitosanitaria aplicada a los

rodales de CC-RS y CC-PI de la localidad de Sierras de

Bellavista, fue posible concluir que el rodal de CC-PI

presentó un mejor estado de vigor que CC-RS, ya que

este rodal presentó un menor número de individuos

afectados con síntomas y signos de daño.

Los principales problemas fitosanitarios para los

rodales de CC-RS fueron la escoba de bruja (Figura 2A),

clorosis (Figura 2B) y defoliación (Figura 2C), mientras

que para los de CC-PI la defoliación, resinación (Figura

3A), cancros (Figura 3B) y clorosis. La diferencia en el

estado de vigor y el grado de afección de los diferentes

síntomas y daños observados entre ambos sectores,

podría estar asociada a las características particulares

de micrositio que exhibe cada sector, donde una mayor

disponibilidad hídrica y de nutrientes lograría un mejor

desempeño fisiológico y estructural de los árboles,

haciéndolos menos vulnerables al ataque de insectos y

patógenos. Esto, sin dejar de lado la posibilidad de que

la asociación vegetacional, Ciprés de la Cordillera-

A B

Figura 3: Síntomas de daño en A. chilensis. A. Resinación. B. Cancro

49

Page 52: Revista Ambiente Forestal

Roble de Santiago o Ciprés de la Cordillera-Pino

Insigne, otorgue susceptibilidad o resistencia al sistema

conforme a la hipótesis de susceptibilidad/ resistencia

asociativa.

Sería interesante repetir el estudio en otras

poblaciones de Ciprés de la Cordillera considerando

poblaciones de ciprés puras y mixtas, contrastando

la calidad de sitio, regímenes hídricos, estructura de

la población e incluir la caracterización fitosanitaria

de las especies acompañantes. Por último, en total

se identificaron 31 especies de insectos asociadas a

bosques Ciprés de la Cordillera con Roble de Santiago

y Pino Insigne, contribuyendo así al conocimiento

de algunos problemas fitosanitarios asociados a A.

chilensis y fortaleciendo el manejo integrado de plagas

de esta especie.

BIBLIOGRAFÍA

• BALDINI A.; OLTREMARI, J. Y HOLMGREN, A.

(2008) Efecto de Cinara cupressi (Hemiptera:

Aphididae) sobre el ciprés de la cordillera

(Austrocedrus chilensis) después de aplicar control

químico. Ciencia e Investigación Agraria 35(3):

341-350.

• CARABELLI, F.; ANTEQUERA, S. Y CLAVERIE, H.

(2004) Cambios negativos en la hererogeneidad

de bosques de ciprés de la cordillera a escala del

paisaje. Patagonia Forestal 10(2):1-12.

• CONAF-CONAMA (Corporación Nacional

Forestal-Comisión Nacional del Medio Ambiente)

(1999) Catastro y evaluación de recursos

vegetacionales nativos de Chile. Informe Nacional

con Variables Ambientales. Santiago, Chile:

Proyecto CONAF-CONAMA-BIRF. 87 p.

• CONAMA (Comisión Nacional del Medio

Ambiente) (2011) Especies clasificación según

estado de conservación. URL: http://www.conama.

cl/clasificacionespecies/index2.htm, visitado

20/05/2011.

• DONOSO, C. (Ed.) (2006) Las especies arbóreas

de los bosques templados de Chile y Argentina.

Autoecología. Valdivia, Chile: Marisa Cúneo

Ediciones. 678 p.

• DONOSO, C. Y CABELLO, A. (1978) Antecedentes

fenológicos y de germinación de especies leñosas

chilenas. Ciencias Forestales 1 (2): 31-41.

• ENRICCI, J. Y MASSONE, D. (2003) Producción

de plug+0 de Austrocedrus chilensis en Patagonia

Argentina. URL: http://www.fao.org/DOCREP/

ARTICLE/WFC/XII/0241-B3.HTM., visitado

20/05/2011.

• FAO. (2008) Plagas y enfermedades transfronterizas

relacionadas con el cambio climático. Documento

técnico para la Conferencia de alto nivel para la

seguridad ciudadana mundial: los desafíos del

cambio climático y la bioenergía. Roma, Italia. 59 p.

• GRESLEBIN, A.; HANSEN, E. Y SUTTON, W. (2007)

Phytophthora austrocedrae sp. nov., a new species

associated with Austrocedrus chilensis mortality

in Patagonia (Argentina) Mycologycal Research 3:

308-318.

• GROSFELD, J. (2002) Análisis de la variabilidad

morfológica y arquitectural de Austrocedrus

chilensis (D. Don) Pic. Serm et Bizzarri, Fitzroya cup

resoides (Molina) I. M. Johnst., Pilgerodemdrum

uviferum (D. Don) Florin y Cupressus sempervirens

L. (Cupressaceae) Tesis Ph.D., Universidad del

Comahue, Bariloche, Argentina.

• Rajchenberg, M. y Gómez, C. (2005) Enfermedades

y plagas en Austrocedrus chilensis. Primera

Reunión sobre ecología, conservación y uso de

los bosques de ciprés de la cordillera, Abril 28-30,

Esquel, Argentina. 7 p.

• RODRÍGUEZ, R. (2004) Monografía. Ciprés de

la Cordillera (Austrocedrus chilensis) Especie con

problemas de conservación en Chile. Santiago,

Chile: Endesa. 71 p.

• ROVERE, A. (2000) Condiciones ambientales

de la regeneración del ciprés de la cordillera

(Austrocedrus chilensis) Bosque 21 (1): 57-64.

50

Page 53: Revista Ambiente Forestal

• SERRA, M. T.; GAJARDO, R. Y CABELLO, A. (1986)

Programa de Protección y Recuperación de la

Flora nativa de Chile. Ficha Técnica de Especies

Amenazadas. Especies Vulnerables. Programa de

Protección y recuperación de la Flora de Chile

CONAF. Santiago, Chile. 236 p.

• UICN (Unión Internacional por la Conservación de

la Naturaleza) (2001) Categorías y criterios de la

Lista Roja de la UICN: Versión 3.1. Gland: Comisión

de Supervivencia de Especies de la UICN. 38 p.

• VEBLEN, T.; KITZBERGER, T. Y VILLALBA, R. (2005)

Nuevos paradigmas en ecología y su influencia

sobre el conocimiento de los bosques del sur de

Argentina y Chile. In: Arturi, M; Frangi, J. y Goya,

J. Ecología y manejo de los bosques de Argentina.

La Plata, Buenos Aires: Editorial de la Universidad

Nacional de la Plata. pp.1-48.

51

Page 54: Revista Ambiente Forestal

UN NUEVO MÉTODO PARA ESTIMAR BIOMASA AEREA BRUTA

EN PIE PARA PLANTACIONES DE PINO INSIGNE EN CHILE

Patricio Corvalán V. Ingeniero Forestal, Depto. de Gestión Forestal y su Medioambiente

Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Universidad de [email protected]

La medición de biomasa aérea - para fines de

evaluación de captura de carbono, nutrientes,

bioenergía o cualquier otro objetivo- es una

actividad técnicamente difícil, lenta, imprecisa y muy

onerosa (Baker et al., 1984), ya que involucra el diseño

de muestreo, medición y procesamiento de inventarios

forestales para la determinación de la estructura de los

rodales y la medición, secado y pesado de muestras

dendrométricas de fuste, ramas, corteza y hojas con

métodos destructivos. Por esta razón, la estimación de

la biomas aérea -a través de métodos no destructivos-

han cobrado cada vez mayor importancia (Whitbeck

y Grace, 2006), destacándose entre ellas el uso de

modelos alométricos ya construidos para la estimación

de los componentes de la biomasa de los árboles en pie

y el uso de estimadores de razón entre los diferentes

componentes de la biomasa aérea.

Los estudios de biomasa a nivel local, comunal,

nacional y regional han sido cada vez más numerosos

en el mundo, y se han originado por la creciente

demanda de la sociedad civil y gubernamental para

cuantificar, y generar políticas orientadas a mitigar y en

lo posible disminuir los desequilibrios producidos en la

naturaleza por el uso intensivo de estos recursos para

el abastecimiento de energía, alimentos y el consumo

de combustibles fósiles.

Los acuerdos internacionales en materia de

reducción de emisiones de gases de efecto invernadero

y los mecanismos de desarrollo limpio (MDL), requieren

estudios detallados de secuestro y emisión de carbono

para establecer políticas de incentivo, y mecanismos

de negociación en el cumplimiento de estos acuerdos.

Así algunos países están desarrollando sistemas de

monitoreo e inventarios de secuestro de carbono como

por ejemplo en; Australia (National Carbon Accounting

System, 2000), Canadá y los países del hemisferio

norte (Canada’s National Forest Carbon Monitoring,

Accounting, and Reporting System, Goodale et al.,

2002), la Unión Europea (EUROFLUX, Valentini et al.,

2009) y China (Piao et al., 2009) entre otros.

En Chile a la fecha, se han realizado escasos

trabajos en cuantificación de biomasa, siendo los

principales la construcción de ecuaciones alométricas

52

Page 55: Revista Ambiente Forestal

para especies del bosque nativo, a través del Proyecto

FONDEF D98I1076 (Schelgel, 2001; Gayoso et al.,

2002; Gayoso y Guerra, 2005), los trabajos de la GTZ

en materia de disponibilidad de materia prima para

Bioenergía (Bertrán y Morales, 2008; Emanuelli y Milla,

2005) y algunos artículos científicos (Gómez, 1976;

Veblen et al., 1979; Prado y Aguirre, 1987; Aguirre e

Infante,1988; Toral et al., 1988; Pérez y Rojas,1991;

Sáez, 1991; Caldentey, 1992; Ferrando, 1994; Leiva,

1995; Garib, 1996;Rodríguez et al., 2003; Guerra et

al., 2005; Muñoz et al. 2005; Quintana, 2008; Donoso

et al., 2010).

En este marco de acción, el Departamento

de Gestión de Bosques y su Medioambiente de la

Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación

de la Naturaleza de la Universidad de Chile, acaban

de publicar el libro “Tablas de estimación de biomasa

aérea bruta en pie para plantaciones de Pino Insigne

(Pinus radiata D.Don) en Chile” (Corvalán y Hernández,

2011), que es un texto que contiene estimaciones de la

biomasa aérea en pie, desagregadas en biomasa fustal

hasta distintos índices de utilización fijos de 0, 10, 15,

20 y 30 cm. así como biomasa no fustal, que incluye

corteza, ramas y acículas (Figura 1). Las tablas, se

presentan en combinaciones de diámetros límites que

incluyen casi todas las opciones de uso alternativo de

los rollizos de interés comercial.

Las tablas cubren la totalidad de las áreas

plantadas con Pino Insigne en el país: desde el sector

costero desde Valparaíso por el norte hasta el sur de

Purranque y la Precordillera Andina desde Talca por el

norte hasta Loncoche por el sur. También, se incluye en el

Llano Central la zona de Arenales. En términos de manejo

se consideran los principales esquemas de cultivo,

incluyendo plantación sin manejo y plantación manejada

con destinos pulpable, multipropósito e intensivos.

Las tablas de biomasa aérea fueron calculadas

a partir de: tablas de rendimiento del proyecto Modelo

Nacional de Simulación de Pino Insigne en su versión

RADIATA PLUS v.5, modelos especialmente construidos

para determinar los porcentajes de biomasa por

componentes y densidades básicas de la madera. Los

datos utilizados para la construcción de los modelos

fueron 118 rodales medidos principalmente en

Australia y Nueva Zelandia. Las densidades utilizadas

fueron las reportadas por Cown y Mc Conchie (1982).

Las tablas de estimación de biomasa aérea

que se presentan en el documento están dirigidas

a quienes estén interesados en la cuantificación de

los componentes de la biomasa aérea en bosques

en pie plantados con la especie Pino Insigne y que

tengan interés en evaluar proyectos relacionados con

la biomasa de forma simple y rápida. El principal

Figura 1: Portada del libro “Tablas de estimación de biomasa aérea bruta en pie para plantaciones de Pino insigne

(Pinus radiata D. Don) en Chile”

53

Page 56: Revista Ambiente Forestal

estímulo para la elaboración de este trabajo está en

el creciente interés por evaluar nuevos proyectos

de uso económico de la biomasa, y está dirigido

especialmente a los pequeños y medianos productores

forestales que no disponen de recursos económicos y

profesionales para realizar la laboriosa y cara tarea de

cuantificar la biomasa.

BIBLIOGRAFÍA

• AGUIRRE, S.; INFANTE, P.  (1988) Funciones de

biomasa para boldo (Peumus boldus) y espino

(Acacia caven) en la zona central de Chile. Ciencia

e Investigación Forestal 02(1):45-50.

• BAKER, T.G.; ATTIWILL, P.M.; STEWART, H.T.L.

(1984) Biomass equations for Pinus radiata in

Gippsland, Victoria. N. Z. J. For. Sci. 14: 89-96.

• Bertrán, J.; Morales, E. (2008) Potencial de

generación de energía por residuos del manejo

forestal en Chile. Proyecto Energías Renovables

No Convencionales en Chile (CNE/GTZ) 54 p.

• CALDENTEY, J. (1992) Acumulación de nutrientes

en rodales naturales de lenga (Nothofagus pumilio)

en Magallanes, Chile. Revista Ciencias Forestales

8(1-2):19-25

• CORVALÁN, P.; HERNÁNDEZ, J. (2011) Tablas

de estimación de biomasa aérea bruta en pie

para plantaciones de Pino insigne en Chile. Serie

Biomasa. Facultad de Ciencias Forestales y de la

Conservación de la Naturaleza. Departamento

Gestión de Bosques y su Medio Ambiente. Andros

Impresores. 100 p.

• COWN, D.J.; MC.CONCHIE, D.L. (1982) Rotation

age and silvicultural effects on wood properties of

four stands of Pinus radiate. New Zealand Journal

of Forestry Science. 12(1):71-85

• DONOSO, S.; PEÑA-ROJAS, K.; DELGADO-

FLORES, C.;RIQUELME, A. ; PARATORI, M. 2010.

Above-Ground biomasa accumulation and growth

in a marginal Nothofagus macrocarpa forest in

Central Chile. Interciencia. 35 (1): 65-69

• EMANUELLI, P.; MILLA, F. (2005) Producción de

energía a partir de biomasa proveniente de bosque

nativo. Sociedad Alemana para la Cooperación

Técnica (GTZ) - Universidad de Concepción. 23 p.

• FERRANDO, E. (1994) Estructura y rendimientos

volumétricos bajo corta de protección de un

bosque de lenga en Aysén XI Región. Tesis de

Grado. Escuela de Ingeniería Forestal. Facultad

de Ciencias Agrarias y Forestales. Universidad de

Chile, Santiago. 53 p.

• GARIB, I. (1996) Rendimientos volumétricos en

bosque de lenga (Nothofagus pumilio (Poepp. et

Endl.) Krasser) sometidos a cortas de protección.

Provincia de Tierra del Fuego, XII Región. Tesis de

Grado. Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales.

Universidad de Chile, Santiago. 55 p.

• GAYOSO, J.; ALARCÓN, D.; TRINCADO, G.

(2002) Elaboración Indicador del Proceso de

Montreal 5.A “Biomasa total de los ecosistemas

forestales y acumulación de carbono, si es

pertinente por tipo forestal, clase de edad y etapa

de sucesión”. Corporación Nacional Forestal-

Universidad Austral de Chile. 37 p.

• GAYOSO, J.; GUERRA, J. (2005) Contenido de

carbono en la biomasa aérea de bosques nativos

en Chile. Bosque 26(2): 33-38.

• GÓMEZ, H. (1976) Estimación de algunos

componentes de la biomasa vegetal en Nothofagus

glauca (Phil) Krasser. Tesis Ing. For. Universidad de

Chile, Facultad de Ciencias Forestales. Santiago,

Chile. 50 p.

• GONZÁLEZ, P.; ÁLVAREZ, V.; STANGE, M.;

HERRERA, C.; COHEN, M.; PARDO, E. (2007)

Residuos de la industria primaria de la madera

– Disponibilidad para uso energético. Sociedad

Alemana para la Cooperación Técnica. 120 p.

54

Page 57: Revista Ambiente Forestal

• GOODALE, C. L.; APPS, M. J.; BIRDSEY, R.A.;

FIELD, C.B.; HEATH, L.S.; HOUGHTON, R.A.;

JENKINS, J.C.; KOHLMAIER, G.H.; KURZ, W.; LIU,

S.; NABUURS, G.J.; NILSSON, S.; SHVIDENKO,

A.Z. (2002) Forest carbon sinks in the Northern

Hemisphere. Ecological Applications 12:S9I-899.

• GUERRA, J.; GAYOSO, J.; SCHLATTER, J.;

NESPOLO, R. (2005) Análisis de la biomasa de

raíces en diferentes tipos de bosques: Avances en

la evaluación de  Pinus  radiata  en Chile.  Bosque

26(1):5-21. • LEIVA, M. (1995) La explotación del Quillay y el

rendimiento de su corteza. Facultad de Ciencias

Agrarias y Forestales. Universidad Católica del

Maule, Talca. 26 p.

• MUÑOZ, C.; CANCINO, J.; ESPINOSA, M. (2005)

Análisis de biomasa del vuelo de un rodal adulto

de Pinus radiata. Bosque 26(3):33-44.

• NATIONAL CARBON ACCOUNTING SYSTEM.

(2000) Technical Report Nº 5 B. URL:http://

www.worldagroforestry.org/economics_papers/

anonymous/WKIEMP/Datasets/Louis%20Verchot/

Biomass%20equations/AllomtricRelationships1.

pdf. Visitado el 18 de Julio de 2011.

• PÉREZ, A.; ROJAS, H. (1991) Estimación de

biomasa y nutrientes en un renoval de hualo.

Escuela de Tecnología Forestal. Pontificia

Universidad Católica de Chile. Sede del Maule,

Talca. 42 p.

• PIAO, SH.; FANG, J.; CIAIS, PH.; PEYLIN, PH.;

HUANG, Y.; SITCH, S.; WANG, T. (2009) The

carbon balance of terrestrial ecosystems in China.

Nature 458:1009-1013

• PRADO, J.A.; AGUIRRE, A.S. (1987) Funciones para

la estimación de la biomasa total y componentes

del quillay (Quillaja saponaria Mol.). Ciencia e

Investigación Forestal 01(1):41-47

• QUINTANA, A. (2008) Biomas aérea y contenido

de carbono en una plantación de siete años de

Quillaja saponaria Mol. Del secano interior de

Chile Central. Universidad de Chile, Facultad

de Ciencias Forestales. Memoria Ing.Forestal.

Santiago, Chile. 44 p.

• RODRÍGUEZ, R.; HOFMANN, G.; ESPINOSA, M.;

RÍOS, D. (2003) Biomass partitioning and leaf area

of Pinus radiate trees subjected to silvopastoral

and conventional forestry in the VI region, Chile.

Rev. Chil. Hist. Nat. 76(3):437-449.

• SÁEZ, M. (1991) Biomasa y contenido de

nutrientes de renovales no intervenidos de Roble

- Raulí, en suelos volcánicos de la precordillera

andina, IX Región. Tesis de Grado. Universidad de

Chile, Santiago. 96 p.

• SCHLEGEL, B. (2001) Estimación de la biomasa y

carbono en bosques del tipo forestal siempreverde.

Simposio internacional Medición y Monitoreo de

la captura de carbono en Ecosistemas Forestales 18

al 20 de Octubre del 2001. Valdivia, Chile. 13 p.

• SCHLEGEL, B.; GAYOSO, J.; GUERRA, J. (2001)

Medición de la capacidad de captura de carbono

en bosques de Chile y promoción en el mercado

mundial. http://www.uach.cl/procarbono/

pdf/proyectos_desarrollo/mediciom_captura_

carbono_bosques_chile.pdf. 2 p.

• TORAL, M.; KANNEGIESSER, U.; ROSENDE,

R. (1988) Biomasa y boldina en Boldo (Peumus

boldus Mol). Ciencia e investigación Forestal

(Chile). 4:15-25.

• VALENTINI, R.; MATTEUCCI, G.; DOLMAN,

A.J.; SCHULZE, E.D.; REBMANN, C.; MOORS,

E.J.; GRANIER, A.; GROSS, P.; JENSEN, N.O.;

PILEGAARD, K.; LINDROTH, A.; GRELLE, A.;

BERNHOFER, C.; GRUENWALD, T.; AUBINET,

M.; CEULEMANS, R.; KOWALSKI, A.S.; VESALA,

T.; RANNIK, U.; BERBIGIER, P.; LOUSTAU, D.;

GUOMUNDSSON, J.; THORGEIRSSON, H.;

IBROM, A.; MORGENSTERN, K.; CLEMENT, R.;

MONCRIEFF, J.; MONTAGNANI, L.; MINERBI,

55

Page 58: Revista Ambiente Forestal

S.; JARVIS, P.G. (2000) Respiration as the main

determinant of carbon balance in European forests.

Nature 404:861-865

• VEBLEN, T.T.,  SCHLEGEL F.S.; BERNARDO

ESCOBAR, B.R.  (1979) Biomasa y Producción

Primaria de Chusquea Culeou Desv. y Chusquea

tenuiflora Phil. en el Sur de Chile. Bosque 3(1):47-56.

• WHITBECK, M.; GRACE. J. (2006) Evaluation of

non-destructive methods for estimating biomass in

marshes of the upper Texas, USA coast. Wetlands

26:278-282.

56

Page 59: Revista Ambiente Forestal
Page 60: Revista Ambiente Forestal