resumen texto maturana
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Universidad de ConcepciónFacultad de Educación
Postítulo en Pedagogía para Docentes de la EMTP
ANÁLISIS Y RESUMEN
“Emociones Y Lenguaje En Educación Y Política”
de Dr. Humberto Maturana
Estudiante: Miguel Angel Poza Parra
Módulo: Comunicación en contextos pedagógicos
Profesor: Lester Aliaga Castillo
Ciudad Universitaria, 29 de agosto de 2009.
En el proceso evolutivo debe existir un proceso donde comienza lo intrínsecamente humano, al parecer
nuestros ancestros bípedos eran capaces de relacionarse armónicamente en una estructura muy similar a la
nuestra. Según Humberto Maturana en su libro: “Emociones y Lenguaje en Educación y Política”, se puede
determinar que ese proceso, el origen de lo humano, se da con el desarrollo del lenguaje. Ello provocó un
aumento de tamaño del cerebro y más aún que el lenguaje esté relacionado con el emocionar.
Ahora ese lenguaje se establece mediante una cierta coordinación de acciones que permite que dos
personas se comuniquen más allá de la simple simbolización del mismo. Pero estas coordinaciones de acciones
deben ser consensuadas.
Este proceso evolutivo ha sido configurado en una conservación de ciertos fenotipos ontogénicos, o de
estilos de vida. Debe conservarse lo nuevo en la conservación de lo viejo, así nuestro estilo de vivir ya estaba
establecido en nuestros antepasados, lo hemos ido traspasando de generación en generación, la diferencia está en
que las relaciones con el medio ya no son las mismas, y cuando eso ocurre establecemos que: la especie ha
evolucionado.
La competencia es un fenómeno cultural humano, el ser humano le da un valor “ético”, que en otros
seres vivos no se da. Por ello para evolucionar no debió haberse dado la competencia, sino todo lo contrario, se
establecieron acciones armónicas cotidianas como lo son: el criar hijos, compartir comida, tocarse. Una relación
sensual que generó un emocionar, un estilo de vida basado en el amor, capaz de generar el lenguaje.
Las emociones se refieren al dominio de acciones, Todas nuestras acciones están dadas por alguna
emoción, cuando gritamos o golpeamos una cosa probablemente estamos reflejando una emoción de ira, o de
satisfacción cuando sonreímos, entonces estos dominios de acciones son la manifestación de nuestras emociones.
Ahora bien, este dominio de acciones dado en una relación de interacciones donde reconocemos y respetamos al
otro como un legítimo otro en la convivencia, necesariamente tiene que darse en el amor, de otra manera no
habría surgido el lenguaje, ya que la agresión impide reconocer y respetar al otro como un legitimo otro.
Si bien el amor es la emoción fundamental que gatilló la evolución de lo humano, por medio del
lenguaje, también lo es para los fenómenos sociales. Al aceptar al otro como un legítimo otro en la convivencia
estamos dando por sentado que todo proceso social se funda en el amor.
No podemos esperar que surja el lenguaje como proceso social en una relación de competencia, ya que
en la operacionalidad de la aceptación mutua en coordinaciones conductuales consensuales de coordinaciones
conductuales consensuadas esta implícito el respeto del otro.
En nuestra vida actual esa operacionalidad aún está presente, somos seres sociales, nos relacionamos
bajo las mismas normas que nuestros antepasados, seguimos mostrando ciertos patrones sociales, somos
recolectores, compartimos la comida, hembras y machos cuidan a los hijos, vivimos en núcleos familiares. Estas
características se mantienen gracias al amor, sin él nuestra historia sería diferente, probablemente no habríamos
evolucionado por no ser capaces de formar nuestro lenguaje, el proceso de lenguajear no se habría dado.
Entonces el amor es la emoción que funda lo social. Las relaciones humanas que no se basan en él, no
son relaciones sociales. Así, si estas se basan en otras emociones, los dominios de acciones no serán de
colaboración ni de compartir, ya que no implicarían la aceptación del otro como un legitimo otro en la
convivencia y no podemos llamarlas relaciones sociales.
Para entender la biología de la educación, debemos saber que los seres vivos son sistemas determinados
en su estructura. Vale decir que la relación que establezcamos con el medio y la forma que este nos afecta es
exclusivamente dependiente de nosotros, de la forma de nuestra estructura en ese instante preciso y no de lo que
esta afuera. En esa visión muchos fenómenos se producen por el tipo de relaciones con los otros y no dentro del
cuerpo, el lenguaje es uno de ellos, el proceso del lenguaje no se da en el cerebro, es decir, no está en el cerebro,
sino que se da en las relaciones de coordinaciones de acciones consensuadas con otros en el medio, por lo tanto
el lenguaje no está en mi cuerpo, sino que se genera en la interacción con otros.
Por esta razón decimos que el lenguaje es dinámico, cambiante, ya que depende de mi relación con el
medio y como mi estructura se adapta en él. En la convivencia con otros establecemos el lenguajear, en esa
forma de vivir particular del ser humano, que en los procesos educativos se da con mayor fuerza, puesto que al
cambiar nuestra estructura cambiará nuestra relación con el medio y como aprendemos a adaptarnos asumiendo
el nuevo conocimiento en el conocimiento viejo.
Educar es un proceso donde la persona convive con otras y durante ese proceso se transforma
espontáneamente. Este proceso ocurre durante toda la vida, en una primera etapa el niño vive en el mundo de la
aceptación y respeto de si mismo y del otro, en la juventud valida esa aceptación como un paso fundamental
hacia la adultez al hacerse social e individualmente responsable. Entonces nuestra forma de vida es una manera
de educar y con ello conservaremos el mundo que vivimos. De ahí que esa forma de vida se establezca en el
amor, para que nuestros hijos se respeten a sí mismos y a los demás. De lo contrario, estaremos impartiendo una
educación nociva que no queremos para ellos.
Debemos construir un sistema educativo para Chile que permita que los niños se acepten a sí mismos y a
los demás, dentro de un espacio de vida cotidiano y que pueda reflexionar sobre su quehacer y cambiar el
mundo, donde sus errores le permitan crecer y no negarse, evitando la competencia y valorizando lo propio.
¿Para qué educar? Para que nuestra sociedad reconozca la armonía que impera en el amor, buscando el
bienestar humano en conjunto con la naturaleza.
Reflexión
Reconocer al ser humano como un ser que se relaciona, que se comunica y que es capaz de construir su
propio mundo a través del lenguaje es la clave para desarrollar los procesos educativos que se requieren en
nuestro país. Entender que nuestros alumnos deben desarrollar competencias complejas, para solucionar
problemas complejos de la vida real, nos ayudará a superarnos para entregarles una mejor educación, donde ellos
sean los constructores de su propio aprendizaje mediante una aceptación de sí mismos y de los otros, siempre
relacionados con el dominio de sus emociones.