El mapeo de comportamiento no solo es una herramienta, sino más bien un método de recolectar

información que ayuda a medir la efectividad de los espacios y el uso real que se le está dando.

Por esto se le puede utilizar para medir la relación que existe entre la actividad de los niños al aire

libre con los componentes ambientales construidos y las diferencias espacio-perceptuales de las

áreas proyectadas. Se puede así atribuir ciertos patrones de comportamiento y actividades físicas

a ciertos ambientes construidos. Mejorando la calidad de los espacios se puede apoyar a ciertas

actividades físicas necesarias en la etapa pre-escolar, evitando así que esto vuelque

posteriormente en una vida sedentaria.

El diseño inteligente es el que se basa en evidencia, no sirve proyectar espacios que no lleguen a

tener un uso real eficiente. Los diseñadores deberían utilizar el mapeo de comportamiento como

registro de ubicación espacio temporal y de actividades para buscar armar espacios que incentiven

su uso y “activen” a los usuarios. Diversas son las herramientas que existen que podrían utilizarse

en conjunto al mapeo de comportamiento, tales como, el Sistema de Información Geográfica

(SIG), que sirve para recopilar, procesar analizar y representar la información, o métodos de

Observación que no utilizan un plano base pero se centran en el comportamiento. El marco de

comportamiento va fijando las relaciones entre el espacio físico y el comportamiento pero es

importante disgregar las zonas por función y limites espacio-temporales, para poder fijar las

propiedades percibidas por el ambiente que “sustenten” la actividad de los niños.

El ejemplo dado de mapeo de comportamiento aplicado a dos guarderías busca evaluar los

componentes de un ambiente construido con respecto a su eficacia. Se determinan tres tipos de

categorías de actividades físicas; Sedentaria, Ligera y Moderada a Vigorosa (AFMV) y se van

vinculando estas actividades a ciertos espacios o calidades y cualidades espaciales. Se

determinaron Sub-áreas según funcionalidad y se fue mapeando las actividades realizadas que

cada una de ellas. Esto demostró por ejemplo que el uso de sendas serpenteadas incentiva la

AFMV ya que para los niños los movimientos circulares y más complejos resultan más entretenidos

en relación a las sendas rectas donde se encontraron bajos índices de actividad. Los juegos de

arena si bien responden a motivos de seguridad incentivan los juegos sedentarios, en cambio las

áreas verdes así como las superficies compactas (planas y firmes) están relacionadas con el uso de

balones y de juegos con ruedas.

El Mapeo de Comportamiento podría en un futuro medir el impacto de las estaciones

climatológicas y atributos medioambientales con la actividad física e inclusive determinar la

influencia que tienen sobre esta las diferencias etno-culturales. Hoy en día permite vincular

componentes de los ambientes o áreas, con actividades y comportamiento por lo que se tiene que

aprovechar para crear políticas y estándares que guíen diseños futuros y existentes.

Ocho museos fueron analizados utilizando los métodos del space syntax para determinar la

relación existente entre la estructura espacial en la distribución de los museos con los patrones de

exploración y de encuentro de los visitantes. Se clasificaron dos grandes modelos de organización

espacial, el determinista, que dicta el orden de las secuencias y canaliza los encuentros de manera

limita; y el modelo de probabilidad que facilita la exploración y el encuentro de acuerdo a las

propiedades sintácticas del trazado.

Se determinaron ciertos patrones espaciales de exploración y de encuentro que van de la mano

con las configuraciones espaciales del museo. Tanto habitaciones como los objetos artísticos son

meros contenedores y el contenido está formado por los visitantes, las obras necesitan de ciertas

condiciones para atraer a los visitantes, una de estas condiciones sería la accesibilidad y la

configuración de la exposición que determina el comportamiento, inclusive fomentando un

recorrido en forma de procesión por parte de los visitantes, es importante recalcar que como

evento social público, la visita a un museo incentiva también el encuentro entre las personas y

esto va ligado estrechamente con las configuraciones y condiciones espaciales.

Las variables estudiadas fueron las de integración, es decir la cantidad de espacios que hay que

atravesar antes de llegar al espacio analizado, su conectividad con cuantos espacios colinda

directamente, y su campo de visión con espacios convexos que por lo menos en parte son visibles

desde cada espacio.

Al seguir personas en sus viajes se determinó que no hay una lógica clara para la distribución

espacial de los individuos y que no solo las conexiones visuales determinan el número de personas

que son visibles sino que también la integración del espacio dado. El espacio parece determinar la

dinámica más que la descripción estática en el sistema. Mientras el modelo determinista elimina

opciones de circulación para controlar a los visitantes el modelo probabilista permite la

exploración y el encuentro según los patrones de conexiones y configuraciones espaciales. Parece

ser en la práctica que los visitantes se aventuran a tomar rutas distintas cuando la estructura

espacial es comprendida con claridad.

Michael Stöcklin E. Profesora | Paula Gomez Z.

AE | 604