resumen. michael baxandall (renacimiento)

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Michael Baxandall Pintura y vida cotidiana en el Renacimiento EL OJO DE LA ÉPOCA 1. Percepción relativa El cerebro debe INTERPRETAR los datos brutos que recibe sobre luz y color. Los hace mediante mecanismos natos (la luz entra en el ojo a través de la pupila) y mediante otros mecanismo que son resultado de la experiencia. El equipamiento humano para la  percepción es biológicamente uniforme pero culturalmente distinto. La mirada está condicionada por el contexto: las categorías y métodos de inferencia, el entrenamiento en determinadas co nvenciones rep resentativas y la experienc ia surgida de un ambiente que nos dice cuáles son las formas plausibles de visualizar lo que se nos da con información incompleta (por ejemplo, determinadas formas geométricas distribuidas con cierta organización significan el plano de un edificio para un hombre habituado a la arquitectura del siglo XV). 2. Cuadros y conocimiento Para comprender la  Anunciación de Piero della Francesca en Arezzo, hace falta reconocer una convención representativa, poseer cierta habilidad interpretativa y utilizar ciertas presunciones surgidas de nuestra experiencia general. 1. Convención interpretativa.  Para comprender la pintura se requiere reconocer una convención representativa cuya parte central es que un hombre dispone pigmentos sobre una superficie de dos dimensiones para referirse a algo que es tridimensional. La convención era que el pintor convirtiera a la superficie plana en algo sugestivo de un mundo tridimensional y recibiera crédito por hacerlo así. En el siglo XV se combinaban ciertas expectativas; éstas variaban de acuerdo a la ubicación del cuadro (una iglesia o un  salone), pero una expectativa era constante: el poseedor esperaba habilidad . “La  belleza y gracia de los objetos, tanto los naturales como los hechos por el arte del hombre, son cosas que a los hombres de distinción les es propio ser capaces de discutir entre sí y apreciar [tratado sobre educación Sobre la conducta del noble , Pier Paolo Vergerio]. 2. Habilidad interpretativa. La capacidad de un hombre para distinguir cierta clase de forma o de relación de formas habrá de tener consecuencias para la atención que preste a un cuadro (distinción de colores, relaciones proporcionales y formas). Algunas habilidades perceptivas son más relevantes que otras para un cuadro dado: un virtuosismo en clasificar el recorrido de líneas curvas o un conocimiento funcion al de la musculatura de superficie en el cuerpo humano, no encontrarán mucho campo frente a la Anunciación.

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  • Michael Baxandall

    Pintura y vida cotidiana en el Renacimiento

    EL OJO DE LA POCA

    1. Percepcin relativa

    El cerebro debe INTERPRETAR los datos brutos que recibe sobre luz y color. Los hace

    mediante mecanismos natos (la luz entra en el ojo a travs de la pupila) y mediante

    otros mecanismo que son resultado de la experiencia. El equipamiento humano para la

    percepcin es biolgicamente uniforme pero culturalmente distinto. La mirada est

    condicionada por el contexto: las categoras y mtodos de inferencia, el entrenamiento

    en determinadas convenciones representativas y la experiencia surgida de un ambiente

    que nos dice cules son las formas plausibles de visualizar lo que se nos da con

    informacin incompleta (por ejemplo, determinadas formas geomtricas distribuidas

    con cierta organizacin significan el plano de un edificio para un hombre habituado a la

    arquitectura del siglo XV).

    2. Cuadros y conocimiento

    Para comprender la Anunciacin de Piero della Francesca en Arezzo, hace falta

    reconocer una convencin representativa, poseer cierta habilidad interpretativa y utilizar

    ciertas presunciones surgidas de nuestra experiencia general.

    1. Convencin interpretativa. Para comprender la pintura se requiere reconocer una

    convencin representativa cuya parte central es que un hombre dispone pigmentos sobre

    una superficie de dos dimensiones para referirse a algo que es tridimensional. La

    convencin era que el pintor convirtiera a la superficie plana en algo sugestivo de un

    mundo tridimensional y recibiera crdito por hacerlo as. En el siglo XV se combinaban

    ciertas expectativas; stas variaban de acuerdo a la ubicacin del cuadro (una iglesia o

    un salone), pero una expectativa era constante: el poseedor esperaba habilidad. La

    belleza y gracia de los objetos, tanto los naturales como los hechos por el arte del

    hombre, son cosas que a los hombres de distincin les es propio ser capaces de discutir

    entre s y apreciar [tratado sobre educacin Sobre la conducta del noble, Pier Paolo

    Vergerio].

    2. Habilidad interpretativa. La capacidad de un hombre para distinguir cierta clase de

    forma o de relacin de formas habr de tener consecuencias para la atencin que preste

    a un cuadro (distincin de colores, relaciones proporcionales y formas). Algunas

    habilidades perceptivas son ms relevantes que otras para un cuadro dado: un

    virtuosismo en clasificar el recorrido de lneas curvas o un conocimiento funcional de la

    musculatura de superficie en el cuerpo humano, no encontrarn mucho campo frente a

    la Anunciacin.

  • 3. Presunciones y conocimiento. Uno lleva ante el cuadro una masa de informacin y

    de presunciones surgidas de la experiencia general. Nuestra cultura es bastante cercana

    a la del Quattrocento, por lo cual nos es ms difcil advertir cunto de nuestra

    comprensin depende de lo que aportamos al cuadro: a) la presuncin acerca de la

    regularidad y rectangularidad en la arquitectura; b) el conocimiento de la historia de la

    Anunciacin. Si uno no supiera sobre la Anunciacin sera difcil saber qu ocurre en el

    cuadro de Piero; si todo el conocimiento cristiano se perdiera, se podra pensar que

    ambas figuras, el Arcngel Gabriel y Mara, estn dirigiendo una devota atencin a la

    columna. El pinto poda confiar en que el espectador reconociera el tema con bastante

    rapidez (la gente del siglo XV diferenciaba ms precisamente que nosotros entre las

    etapas sucesivas de la Anunciacin).

  • 3. El estilo cognoscitivo

    La gente del Renacimiento se colocaba con entusiasmo delante de un cuadro, espoleada

    por su suposicin de que la gente culta deba ser capaz de formular apreciaciones sobre

    el inters de los cuadros. La percepcin real de tales personas para una valoracin visual

    conscientemente precisa y compleja de los objetos no surga de la pintura sino de cosas

    ms inmediatas a su bienestar y a su supervivencia social: Quien desee ser juez sobre

    la belleza de un caballo debe considerar todas las partes de un caballo como partes

    relacionadas en proporcin a la altura y ancho de ese caballo.

    Parte del equipamiento mental con el que un hombre ordena su experiencia visual es

    variable y en su mayora, culturalmente relativo (en el sentido de que est determinado

    por la sociedad que ha influido en su experiencia). El ESPECTADOR debe usar frente a

    la pintura la competencia visual que posee, tanto la que son adquiridas en la infancia y

    de las cuales no se tiene conciencia, como las que son enseadas, y son especficas de la

    pintura (competencia que su sociedad tiene en gran estima). El pintor responde a eso;

    LA CAPACIDAD VISUAL DE SU PBLICO DEBE SER SU MEDIO. No se est

    hablando de toda la gente del siglo XV, sino de una minora: hombre de comercio,

    profesionales, prncipes, cortesanos, miembros rectores de las casas religiosas.

    4. La funcin de las imgenes

    La mayor parte de los cuadros del siglo XV son instancias de pintura religiosa. Los

    cuadros existan para atender finalidades institucionales, para ayudar a actividades

    intelectuales y espirituales especficas. Los cuadros caan bajo la jurisdiccin de un

    corpus maduro de teora eclesistica sobre la imagen.

    La triple funcin religiosa. Juan de Gnova, Catholicon, siglo XIII: Existen tres

    razones para la institucin de imgenes en las iglesias. Primero, para la instruccin de la

    gente simple, porque se instruye con ellas como si fueran libros. Segundo, para que el

    misterio de la encarnacin y los ejemplos de los santos sean ms activos en nuestras

    memorias al ser presentados diariamente ante nuestros ojos. Tercero, para excitar

    sentimientos de devocin, que son despertados ms efectivamente por cosas vistas que

    por cosas odas. 1) Instruccin; 2) Ejemplificacin; 3) Devocin y memoria.

    Fra Michaele da Carcano, 1495: Una cosa es adorar a una pintura, y otra muy distinta

    aprender en una narracin pintada qu adorar. Lo que un libro es para quienes saben

    leer, lo es un cuadro para la gente ignorante que lo mire. San Gregoria el Grande

    escribi estas palabras a Serenus, obispo de Marsella. Estas razones se convierten en

    instrucciones para el espectador; lo que resulta es el estmulo accesible para la

    meditacin sobre la Biblia y las vidas de los santos. El cuadro debe narrar su asunto en

    una FORMA CLARA, ATRACTIVA Y MEMORABLE para los simples y olvidadizos.

  • Existan abusos, tanto en la reaccin de la gente ante los cuadros como en la forma en

    que los cuadros mismos eran hechos. La idolatra es una preocupacin constante para la

    teologa: exista el temor de que las personas simples pudieran confundir fcilmente la

    imagen de la divinidad con la divinidad misma. Los percibimos no como santos y

    dioses, sino como imgenes de Dios y de los santos. Puede ser en verdad que el

    ignorante piense ms y de otra manera sobre ellos que lo que debiera. [Salutati]. En

    cuanto a los cuadros mismo la Iglesia comprendi que a veces se producan faltas contra

    la teologa y el buen gusto en su concepcin: Debe culparse a los pintores cuando

    pintan cosas contrarias a nuestra fe: cuando representan a la Trinidad como una

    personas con tres cabezas, un monstruo; o, en la Anunciacin, a una criatura ya

    formada, Jess, como enviada al seno de la Virgen, como si el cuerpo que l tom no

    fuera compuesto de la sustancia de ella. Asimismo, pintar curiosidad en las historias de

    los Santos es innecesario y presuntuoso. [San Antonino]. Temas con implicaciones

    herticas, temas apcrifos, temas oscurecidos por un tratamiento frvolo e indecoroso.

    5. Istoria

    El pintor era un visualizador profesional de las historias sagradas, los episodios

    centrales de las vidas de Cristo y Mara. La experiencia de los cuadros tena que ver con

    una suerte de meditacin visual. Zardino de Oration: Para fijar mejor en tu mente la

    historia de la Pasin y para memorizar ms fcilmente sus acciones, es til y necesario

    memorizar los sitios y las personas: una ciudad, por ejemplo, que ser la de Jerusaln,

    utilizando para ello una ciudad que te sea bien conocida. Y tambin dar forma en tu

    mente a algunas personas que te sean bien conocidas. El pintor no procuraba en

    general las caracterizaciones detalladas de personas (genricas, intercambiables) y de

    sitios: de haberlo hecho, habra producido una interferencia con la visualizacin privada

    del individuo.

    Sermones. El predicador y el cuadro se integraban ambos en el aparato de la Iglesia, los

    sermones eran parte importante de las circunstancias del pintor. Durante el curso del ao

    litrgico, de festividad en festividad, un predicador como Fra Roberto recorra la

    mayora de los temas que trataban los pintores, explicando el significado de los

    acontecimientos y guiando a los oyentes. En su sermn sobre la Anunciacin, distingue

    tres misterios principales: 1) la Misin Anglica; 2) el Saludo Anglico; 3) el Coloquio

    Anglico.

    6. El cuerpo y su lenguaje

    La unidad efectiva de los relatos era la figura humana. El carcter individual de la

    figura dependa menos de su fisonoma que de la forma en que se mova. La figura de

    Cristo quedaba menos librada que otras a la imaginacin personal, porque en el siglo

    XV se crea tener una descripcin detallada de cmo era: Un hombre de altura comn

    o moderada, y muy distinguido. Tiene una presencia impresionante, y quienes le miran

    lo aman o le temen. Etc.. No hay muchos cuadros que contradigan esta descripcin. La

  • Virgen era menos consistente. Estaba por ejemplo el problema del color de su cabello:

    oscuro o claro? Mara era una aleacin de colores, que participaba de todos ellos,

    porque un rostro que participa de todos ellos es un rostro hermoso. Aunque hay que

    reconocer que estaba ms cerca del lado oscuro, porque era juda, as lo cuentan los

    retratos de San Lucas y porque Jess era moreno y un hijo sale comnmente parecido a

    su madre. Este tipo de descripcin al menos deja libertad para la imaginacin. En

    cuanto a los Santos, aunque muchos llevaban alguna marca fsica como emblema de

    identificacin (la calvicie de San Pablo) quedaban habitualmente librados al gusto

    individual y a las propias tradiciones del pintor.

    Marcas en el rostro. El humanista Bartolomeo Fazio puntualiza que pintar a un

    hombre orgulloso es una cosa, pintar a un hombre malo, ambicioso o prodigio es otra:

    Los ojos son las ventanas del alma. Las personas de ojos largos son maliciosas e

    inmorales. Leonardo desconfiaba de la fisonoma y restringa la observacin del pintor

    a las marcas que una pasin pretrita hubiera podido dejar en el rostro: Los hombre

    con lneas horizontales muy marcadas en sus frentes estn llenos de penas.

    Movimiento y cuerpo. Existe una estrecha relacin entre el movimiento del cuerpo y el

    movimiento del alma y de la mente. Alberti: Los movimientos del alma son

    reconocidos por medio de movimientos el cuerpo. Hay movimientos del alma llamados

    afecciones: dolor, alegra, temor, deseo y otros. Hay movimientos del cuerpo: crecer,

    encogerse, quejarse, mejorarse, moverse, y los pintores muestras los movimientos de la

    mente con las partes del cuerpo. Libertad de movimiento adecuada a diferentes tipos de

    personas: desde el vigor de los jvenes galanes a la tranquilidad de los viejos sabios:

    los filsofos no deben comportarse como espadachines. Leonardo sugiere dos fuentes

    para que el pintor dibujara gestos: los oradores y los mudos. Podemos seguirle a medias

    en esto y examinar a dos clases de hombres cuyos gestos se encuentran de algn modo

    documentados: los monjes que hacan voto de silencio y los predicadores.

  • Votos de silencio. Afirmacin: levanta tu brazo suavemente para que el dorso de la

    mano enfrente al observador. Demostracin: algo que uno ha visto puede ser sealado

    abriendo la palma de la mano en su direccin. Dolor: Apretar el pecho con la palma de

    la mano. Vergenza: cubrir los ojos con los dedos. En Expulsin del Paraso de

    Masaccio es Adn quien expresa vergenza y Eva slo dolor. San Bernardino de Siena

    se quejaba en uno de sus sermones de que los pintores mostraran a San Jos, en la

    Natividad, con el mentn apoyado en su mano, indicando melancola (aunque puede ser

    meditacin); pero Jos era un anciano jovial y as deba ser mostrado.

    Predicadores. Uno debe suponer que Cristo utiliz el gesto cuando dijo: destruid ese

    templo. Al predicador se le enseaba a enfatizar sus textos de la misma manera. Hablar

    con horror y excitacin, irona y desprecio, expresin agradable, jbilo y orgullo,

    disgusto e indignacin, alegra. El predicador debe ser muy cuidadoso de no volcar su

    cuerpo con movimientos exagerados. Fran Mariano Genazzano juntaba lgrimas en el

    cuenco de sus manos y las arrojaba a la congregacin. Morrir of the World (1520):

    Cuando hables de algo solemne, yrguete con todo tu cuerpo y selalo con tu ndice;

    y cuando hables del algo cruel, cierra tu puo y sacude tu brazo. Manejando la misma

    temtica que los predicadores, en el mismo sitio que los predicadores, los pintores

    dejaban que las expresiones fsicas estilizadas de esos predicadores ingresaran a sus

    cuadros. En la Coronacin de la Virgen de Fra Angelico se aprecia la mxima: Cuando

    hables de cosas sagradas o de devocin, levanta tus manos.

    Gesto secular. A diferencia del piadoso, nadie lo enseaba en libros. En la Primavera

    de Botticelli la figura central de Venus no est compartiendo la danza de las Gracias

    sino invitndolas con mano y mirada hacia su reino.

  • 7. Maneras de agrupar las figuras

    Dentro del relato, la figura desempeaba su parte por medio de la interaccin con otras

    figuras, por medio de grupos y actitudes que el pintor utilizaba para sugerir relaciones y

    acciones. Pero l no era el nico practicante de este arte de agrupar; tal inters se

    observaba tambin en: 1) El drama sagrado: Sola representar los mismos temas que la

    pintura, aunque no se sabe demasiado cmo un actor se comportaba fsicamente con

    otro. Pero dependa a menudo de efectos espectaculares, lo que tiene poca relacin con

    la refinada sugestin narrativa del pintor con unas pocas figuras inmviles; 2) El

    grabado en madera ilustrando libros: Una tradicin verncula de agrupamientos y

    gestos exuberante con maneras ms vigorosas, vulgares y elocuentes, era un arte donde

    la distribucin de las personas se apoyaba en la predisposicin del espectador a elaborar

    relaciones tcitas con y dentro de un grupo de personas; 3) La Bassa Danza: Un arte

    anticuado con su propia terminologa terica, donde los bailarines eran concebidos y

    registrados en conjuntos de figuras dibujadas, describiendo sus movimientos tal como

    los vera un espectador, y compartiendo con la pintura la preocupacin por los

    movimientos fsicos como reflejo de movimientos mentales. La sensibilidad que

    representa la danza supona una competencia pblica para interpretar agrupamientos de

    personas, lo que habilita a los pintores a suponer una aptitud similar para la

    interpretacin de los suyos propios.

    8. El valor de los colores

    Reunir series simblicas de colores era un juego del final de la Edad Media, que se

    practicaba an en el Renacimiento. Cdigo teolgico: blanco/pureza, rojo/caridad,

    amarillo/dignidad, negro/humildad. Cdigo elemental: rojo/fuego, azul/aire, verde/agua,

    gris/tierra. Cdigo astrolgico: amarillo/sol y plateado/luna. Se anulaban entre s, cada

    uno poda ser funcional slo dentro de muy estrechos lmites. NO HAY CDIGO

    SECRETO QUE SEA TIL CONOCER. Si no eran referenciados, no integraban la

    asimilacin de la experiencia visual. Eran poco tiles o importantes en la pintura, ms

    all de la mayor sensibilidad ante ciertos tintes. Ejemplo: Lorenzo Valla.

    9. Volmenes

    La clase media tena determinada habilidad matemtica adquirida durante la

    educacin secundaria (el abbaco) que se adaptaba a necesidades comerciales cuyas dos

    partes principales estaban muy vinculadas a la pintura, disponiendo especialmente al

    discernimiento y la apreciacin de la experiencia visual que las contuviera. El aforo:

    Calcular rpida y exactamente el volumen de mercadera en envases no estandarizados

    era una condicin del negocio, y cmo lo haca una sociedad es un ndice de su

    competencia y hbitos para el anlisis. Las mismas competencias que cualquier pintor

    pona en prctica para analizar las formas que pintaba y el pblico culto las pona para

    entenderlas: reduciendo masas irregulares y vacas a combinaciones cuerpos

    geomtricos, con una conciencia agudizada del volumen y la forma.

  • 10. Intervalos y proporciones

    La aritmtica: En su centro estaba el estudio de la proporcin; en una Italia llena de

    problemas relativos a ella, el utensilio para tratarlos era la regla de tres, y a ella se

    reduca todo tipo de informacin. La elaboracin terica de las proporciones del cuerpo

    humano era algo sencillo a nivel matemtico, comparado con lo que acostumbran los

    comerciantes (cuya proporcin geomtrica era un mtodo de conocimiento preciso de

    relaciones). Aunque no todo el mundo andaba buscando series en los cuadros.

    La educacin del Quattrocento atribua un valor excepcional a ciertas habilidades

    matemticas, al clculo y a la regla de tres. Esas personas no saban ms matemticas

    que nosotros; casi todos ellos saban menos que nosotros. Pero conocan en forma

    absoluta su zona especializada, la utilizaban en asuntos importantes con ms frecuencia

    que nosotros, hacan juegos y bromas con ella, compraban libros lujos al respecto y

    estaban orgullosos de su adelanto en la materia. Esa especializacin constitua una

    disposicin hacia la experiencia visual, dentro o fuera de los cuadros, que adquira

    maneras especiales: PRESTAR ATENCIN A LA ESTRUCTURA DE FORMAS

    COMPLEJAS. Como tenan prctica en manejar proporciones y en analizar el volumen

    o la superficie de cuerpos compuestos, eran sensibles a los cuadros que contuvieran

    procesos similares.

    11. El ojo moral

    Es posible que las calidades pictricas que parecen neutrales teolgicamente (la

    proporcin, la perspectiva, el color) en trminos morales y espirituales. Sobre los

    deleites sensibles del cielo, Bartolom Rimbertino (1498): La cualidad sensible del

    paraso. El sentido de la vista es el ms importante de los sentidos, y por ello ser

    deleitado en el cielo, gozando de mayores capacidades y beneficios, como una mayor

    belleza en las cosas vistas (luz ms intensa, color ms ntido y mejor proporcin); una

    mayor precisin en el sentido de la visin (capacidad superior para distinguir entre unas

    formas y colores y otros, y capacidad para penetrar tanto la distancia como los objetos

    intermedios); y una variedad infinita de objetos a ver. La relacin de esta idea del

    sentido de la vista en el paraso con la pintura se basa en la representacin sensitiva y

    fingida de la realidad que ha de hacer el pintor, as como el uso de la perspectiva, que

    permite adivinar o percibir al espectador las partes no vistas de la escena mediante una

    reconstruccin de las partes ocultas de dicha perspectiva y sus lneas de apoyo y fuga:

    Un objeto intermedio no impide la visin de lo bendito Si Cristo, aun estando en el

    cielo despus de su Ascensin, vio a su querida madre, que estaba en la tierra y orando

    en su habitacin, claramente la distancia y la interposicin de una pared no perjudica la

    visin. Percepcin visual moralizada. Hay adems una relacin entre el uso de la

    perspectiva y una intencin moralizadora, una preparacin piadosa de la que pueden

    extraerse alegoras.