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    RESEAS, N 71362

    cin de la literatura es dbil en Pa-raguay, mientras que las artes pls-ticas tomaron el rol de mediar entrelas culturas populares y las institu-ciones estatales.

    El ltimo captulo se proponedemostrar que El zorro de arriba y elzorro de abajo de Jos Mara Argue-das es el texto que completa el pro-yecto histrico de la literatura lati-noamericana al someter a una crti-ca radical el proceso de subjetiva-cin cultural. Al centro de este pro-ceso est el concepto de reconoci-miento, es decir la creacin de unainstancia que reconoce las deman-das de los sujetos. Si en las obrasanteriores de Arguedas el recono-cimiento era todava una fuente decreacin de subjetividades, con sultima novela asistimos a la implo-sin del proceso de creacin desentido. La lectura de Legrs apun-ta a la paradoja de una novela quese desliga completamente del hori-zonte de la hegemona y que, a lavez, es profundamente poltica. Ellibro deja al lector la responsabili-

    dad de decidir el contenido polticoconcreto de tal paradoja, y parte desu riqueza radica en este llamado allector a pensar activamente.

    Literature and Subjectionrecorre ellaberinto de la literatura latinoame-ricana siguiendo el hilo del dobleconcepto de subjetivacin-sujecin.En el camino el autor ilumina es-quinas oscuras, insuficientementeexploradas, tales como la relevancia

    de la dimensin esttica en la ela-boracin de los proyectos nacional-populares. Al mismo tiempo, el li-bro hace hincapi en la necesidadde considerar seriamente el doblevnculo que la subjetivacin culturalimplica, sin caer en el optimismo

    emancipatorio y el pesimismo es-tructural.

    Roberto ParejaMiddlebury College

    Catalina Quesada Gmez. Lametanovela latinoamericana en e llt imo terc io de l s ig lo XX: lasprcticas metanovelescas de Sal-vador Elizondo, Severo Sarduy,Jos Donoso y Ricardo Pig lia.Prlogo de Milagros Ezquerro.Madrid: Arco/Libros, ColeccinPerspectivas, Biblioteca deTeora Literaria y LiteraturaComparada, 2009. 408 pp.

    Comencemos diciendo que elttulo es engaoso. A primera vista,el lector puede imaginarse uno deaquellos puntillosos estudios es-tructuralistas o post-estructuralistasdedicados a analizar los distintosavatares de alguna forma o modelode escritura a travs de un corpusque se presta dcilmente para talejercicio. Acaso imagine tambinun trabajo sobre las siempre confu-

    sas relaciones entre boom y post-boom, o en torno a las prcticasmetanarrativas en la literatura delos aos 70 y 80 del pasado siglo.Lo cierto es que, aun cuando puedahaber algo de todo ello en estelibro, los intereses de Catalina Que-sada Gmez son otros y su Meta-novela latinoamericana es bastantems: un inteligente recorrido teri-co e histrico por la trayectoria de

    un gnero literario nuestro, desdesu aparicin en la obra del argen-tino Macedonio Fernndez hastasus ltimas peripecias en la del co-lombiano Hctor Abad Faciolince.

    El corpus examinado es, efec-tivamente, ms amplio de lo que

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    nos hace creer el ttulo y tiene ladoble virtud de abrir, por un lado,una perspectiva histrica hacia losorgenes del gnero en las van-guardias rioplatenses de los aos 20

    y de extender, por otro, el campode estudio al rea global latinoa-mericana, incluyendo autores pro-cedentes de tradiciones nacionalesmuy distintas. Pero esta doble aper-tura no supone una dispersin:Quesada Gmez se aparta conbuen juicio de la tentacin de ofre-cernos un fresco exhaustivo sobrelas prcticas metaficcionales, que lehabra obligado a pasar por todauna de serie de inacabables estacio-nes entre Borges, Uslar Pietri,Carpentier, Cortzar y Fuentes, pormencionar slo algunas de lasprincipales referencias. Su objetivoes, desde un comienzo, centrarse enun tipo de novela definida en suconjunto y no por tal o cual as-pecto como fruto de una intencio-nalidad especfica: la crtica de loslmites del realismo en tanto con-vencin comunicativa entre autor y

    lector, y, por ende, en tanto modelode escritura y de lectura. De ah laimportancia que reviste la presenciade Macedonio Fernndez comofundador del gnero, ya que elautor de Museo de la novela de laEterna (1967), lejos de aspirar sim-plemente a pater le bourgeois, comotantos vanguardistas de su tiempo,elabora con su metanovela un mo-do de comprensin diferente de lo

    que constituye a la literatura en surelacin con el lector y la saca asdel mbito de especulacin estticaen que la encerraban muchos desus contemporneos, para llevarlaal terreno de la comunicacin.Quesada Gmez cita con buen tino

    una frase del argentino que resumeeste posicionamiento: Hay unlector con el cual no puedo conci-liarme: el que quiere lo que hancodiciado para su descrdito todos

    los novelistas, lo que le dan stos aese lector: la Alucinacin. Yoquiero que el lector sepa siempreque est leyendo una novela y noviendo un vivir, no presenciandouna vida. En el momento en queel lector caiga en la Alucinacin,ignominia del Arte, yo he perdido,no ganado lector (p. 124).

    Bajo los auspicios de esteperverso realismo el belarte con-ciencial de Macedonio Fernndez,y despus de una slida intro-duccin terica donde se recorre laextenssima bibliografa que existesobre el tema, de Grard Genette aLinda Hutcheon y de Robert Altera Robert Scholes, Quesada Gmezanaliza sucesivamente las novelasFarabeuf o la crnica de un instante(1965) yEl hipogeo secreto (1968) delmexicano Salvador Elizondo, Dedonde son los cantantes (1967), Cobra

    (1972), Maitreya (1978) y Colibr(1984) del cubano Severo Sarduy,El obsceno pjaro de la noche (1970) yCasa de campo (1978) del chilenoJos Donoso, Respiracin artificial(1980) yLa ciudad ausente(1992) delargentino Ricardo Piglia, y, porltimo, Basura (2000) del ya men-cionado Hctor Abad Faciolince.No se trata, ciertamente, del corpusms sencillo y accesible de nuestra

    narrativa ltima, si se me permite lairona. Leer a cada uno de estosautores supone proceder al re-ensamblaje de cada texto en elmarco de una teora de la meta-novela que, como la del propioMacedonio Fernndez, no est

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    fuera sino ntimamente vinculada ala prctica escritural y comunicativadel autor. Es verdad que, en el casode Sarduy y de Piglia, estamosadems ante dos crticos y dos

    tericos que han desarrollado enestos campos obras paralelas a susficciones narrativas. Pero, al igualque todos los dems, ambos hanllevado a sus novelas las mismasinquietudes que a sus ensayos y, dehecho, y para complicar an mslas cosas, han tendido a borrar loslmites entre los dos gneros.Quesada Gmez sabe dar cuenta deesta dificultad, sobre todo en ellargo captulo que dedica a Sarduy yque es, a mi modo de ver, junto alos de Elizondo y Piglia, el msinteresante e innovador del libro.Su anlisis de la teora de lasimulacin en la obra del cubano atravs de sus relaciones con el Ba-rroco y la Posmodernidad, as co-mo su aproximacin al papel dellector en Elizondo en tanto com-ponedor de la obra a partir de lafragmentacin de la misma y, en

    fin, su lectura de Piglia a la luz de latesis de Macedonio Fernndez, to-do ello resulta justo, apasionante y,las ms de las veces, iluminador.

    Con Abad Faciolince y conBasura, el gnero toca un lmite quees el de su propia parodia y, tal ycomo lo sugiere Quesada Gmez,se abre hacia otros interrogantesquizs ms contemporneos. Aun-que parezca a primera vista parad-

    jico, uno no puede sino preguntarsecunto ha pesado esta reflexividadde la metanovela en la crtica de losmodos de representacin que de-semboca no slo en nuestro realis-mo sucio, sino tambin en algunosotros realismos que, como el del

    testimonio o la crnica, vienenimponindose desde hace ya variosaos en Hispanoamrica. Es ms,uno tendra que preguntarse cul esel lugar que le corresponde histri-

    camente dentro de la posmoder-nidad en el movimiento que hallevado a la gradual desestetizacinde las prcticas literarias y artsticasque hoy aspiran al grado cero de laficcin, mientras asistimos simult-neamente a la intensa impregnacinesttica de otros aspectos de nues-tra cultura que, como las favelas deRo de Janeiro, se convierten enobjeto de contemplacin a travsde las visitas organizadas (los favelatours), por no hablar del xito de losreality shows y de la espectacularficcionalizacin de la experienciaque conllevan.

    Qu habra pensado Mace-donio Fernndez de todo esto? Seestar traduciendo la metanovelalatinoamericana a otros cdigos ennuestro presente? Hay que agrade-cerle al libro de Quesada Gmez,entre otras muchas cosas, que nos

    permita hacernos estas preguntas.

    Gustavo GuerreroUniversit de Picardie Jules Verne

    Ileana Rodrguez y MnicaSzurmuk, editoras. Memoria yciudadana. Santiago: EditorialCuarto Propio, 2008. 334 pp.

    La estructura deMemoria y ciuda-

    danaconvoca al lector a ingresar enun dilogo ya cursado. Cada uno delos artculos que lo componen esintroducido por las lecturas deIleana Rodrguez o Mnica Szur-muk, sus autoras/compiladoras. Esdecir, cada uno de los textos y la