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Resumen.
Los adolescentes responden a los impactos familiares, culturales, políticos y
sociales de su tiempo y entorno, de diversas formas; una de ellas es el consumo
de sustancias nocivas para la salud, ocasionando posiblemente problemas como,
conflictos en el área emocional, tropiezos en el rendimiento escolar, deserción
escolar, conductas violentas, entre otros. Prevenir estas posibles problemáticas
debe ser una prioridad, dada su prevalencia, gravedad, alcances y
consecuencias. Dentro del Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente, el
Departamento Jurídico le pone especial énfasis a estas situaciones, brindándoles
atención inmediata desde la perspectiva jurídica a estudiantes que incurren en
alguna falta al reglamento de la Legislación Universitaria tales como portación y
consumo de alguna droga, ya sea tabaco, alcohol, mariguana, solventes, entre
otras, problemas de disciplina o violencia como bullying, ciberbullying, peleas
dentro o fuera del plantel, etcétera, así como orientación y asesoría a los padres
de alumnos infractores. Además de Diseñar, elaborar y difundir material impreso
y digital respecto a la Legislación Universitaria.
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Introducción.
Los riesgos a los que están expuestos los adolescentes del Colegio de Ciencias y
Humanidades Plantel Oriente son variados, entre los más comunes se encuentran
casos de Bullying, Ciberbullying, acoso, sexting, y el que considero más latente,
las drogas.
Las adicciones son una de las principales causas evitables de muerte en el
mundo. Prevenir su adopción debe ser una prioridad en materia de salud, dada su
prevalencia y la gravedad de sus alcances y consecuencias. El diseño de
intervenciones preventivas eficaces, debe fundamentarse en un conocimiento de
los factores que incrementan el riesgo de contraer estas adicciones.
La deserción escolar a causa de las adicciones es considerada una de las
grandes tragedias en nuestros tiempos, es irónico que día a día provoquemos
nuestras enfermedades y cultivemos nuestra muerte. Las razones por las que
adoptamos estas adicciones son complejas y profundas. Se necesita
constantemente actualizar nuestro conocimiento, ya que por su prevalencia es uno
de nuestros grandes asesino.
Dentro del programa Orientación y Asesoría a los estudiantes del Colegio
de Ciencias y Humanidades, dentro del marco de la Legislación Universitaria se
plantean el cumplimiento de varios objetivos en los cuales trabajar, dentro de los
cuales se encuentran:
•Atención a alumnos en estado de ebriedad o bajo el efecto de alguna
droga.
•Atención a alumnos con problemas de disciplina y violencia.
•Diseño, elaboración y difusión de material impreso, respecto a la
Legislación Universitaria.
•Orientación y asesoría a padres de familia que son citados en la unidad
jurídica.
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•Asesoría Psicológica a grupos vulnerables.
El trabajo que lleva a cabo la Oficina Jurídica pareciera ser bastante amplio,
sin embargo, siempre se verá limitado. Siempre será una lucha dispareja. No
bastan buenas intenciones y debemos tener claro que jamás podremos erradicar
por completo esta problemática, sin embargo, si es posible aminorar su impacto.
Las conductas adictivas de los padres parecen tener una mayor importancia
predictiva frente al consumo. Estos resultados sugieren una estrategia preventiva
que aborde las adicciones no solo como un hábito aislado. Familia y escuela son
los pilares estratégicos para las intervenciones preventivas.
El verdadero trabajo del psicólogo en el área de las adicciones debería
estar en la prevención, o bien a favorecer el abandono del uso de sustancias, ya
que comparadas con el alto costo en salud ocasionado por estas, las medidas
orientadas a evitar la aparición de nuevos adictos, siempre saldrá más barata que
la intervención, no solo en cuestiones económicas, sino en eficacia.
Por otra parte, en la actualidad el uso de las redes sociales en los jóvenes
es una realidad indiscutible, el mal uso de estas ha derivado en lo que se le ha
denominado Ciberbullying, que puede tener repercusiones académicas, sociales,
y afectivas. El papel de la oficina jurídica en este tema ha sido de suma
importancia ya que se ha actuado de forma inmediata para detener y tratar de
erradicar este problema.
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MARCO TEORICO
Adolescencia.
Desde una perspectiva etimológica, el vocablo “adolescencia” proviene del verbo
latino adolescere, cuyo significado es “crecer”, “madurar”, “llegar a la maduración”.
Fuentes (1989, citado en Papalia (2010), indica que ese crecimiento al que alude
la raíz verbal involucra tanto los aspectos físicos como también el desarrollo
intelectual, emocional, etc., del individuo. En lo que concierne a lo somático,
implica alcanzar los rasgos físicos que caracterizan como adulto a los miembros
de la especie.
En lo intelectual, durante el curso de la adolescencia se logran las
capacidades del razonamiento, que serán definitivas para el individuo. Delgadillo
(2010) afirma que la adolescencia es una etapa psicosocial y, no sólo fisiológica o
psicológica. El logro evolutivo individual depende de circunstancias sociales e
históricas, que pueden facilitar o dificultar adherirse a un determinado estilo de
vida e identidad personal. Por otra parte, Papalia (2010), considera que es durante
la adolescencia cuando se alcanza la etapa final del crecimiento, con el comienzo
de la capacidad de reproducción, aunado a esto, se inicia la inserción en el grupo
de los adultos y en su mundo. El sujeto tiene que realizar una serie de ajustes
según las características de la sociedad y las facilidades o dificultades que
proporciona para esa integración. De ello dependerá que atravesar por esta etapa
de la vida sea más o menos difícil y se realice de una forma traumática o sin
muchas dificultades.
Perspectivas Teóricas
Torras (2012), refiere que en 1909 se da el encuentro de dos hombres que marcan
los inicios de la psicología de la adolescencia: Stanley Hall y Sigmund Freud.
Ambos formados en el marco del evolucionismo, coinciden en algunos
planteamientos, más por la interpretación biologista de las etapas evolutivas del
hombre, que por sus enfoques concretos sobre la adolescencia, de manera que
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destacan la sexualidad como motor biológico de la evolución humana. Espinosa
(2007) toma el concepto darwiniano de evolución biológica y lo elabora como una
teoría psicológica, de manera que de la misma forma en que la humanidad ha
evolucionado a través de etapas, el individuo desarrolla unas fases hasta llegar a
la adultez: infancia, niñez, juventud y adolescencia. La infancia y la niñez
corresponden al estadio primitivo humano; la juventud representa la transición de
la humanidad, mientras que la adolescencia supone la fase avanzada del
desarrollo, previa a la madurez. Delgadillo (2010) define la juventud (8-12 años),
como etapa preadolescente de latencia, en la que se desarrolla una vida educativa
un tanto monótona, que tiene su analogía con el salvajismo. A la adolescencia
(12/24-25 años), la define como etapa tormentosa, llena de turbulencias y
contradicciones en donde la sexualidad será el gran motor adolescente que
permitirá pasar del amor a sí al amor a la humanidad y hasta al amor a Dios.
Enfoque Psicoanalítico.
Aguirre (1998, citado en Papalia, 2010) parte también del mito de la recapitulación:
niñez y adolescencia son periodos filogenéticos, defiende la “necesidad” y
“universalidad” biológica de las etapas. Aguirre señala algunas conclusiones
respecto al tratamiento que Freud y sus más inmediatos seguidores hacen de la
adolescencia: Mantenimiento del mito que pone en paralelo el desarrollo biológico
y el de la personalidad. Así, si el desarrollo biológico es universalmente
homogéneo, las fases de la niñez, el complejo de Edipo y la pubertad adolescente
serán también universales e independientes del medio ambiental o cultural.
El pensamiento freudiano otorga preponderancia a la sexualidad como
organizadora de la personalidad, tanto en la infancia como en la adolescencia. La
sexualidad infantil será autoerótica y no genital, mientras que la adolescente será
genital y objetal. Para Freud, los factores importantes del desarrollo serán los
biológico-pulsionales y no los socio-cultural-ambientales. Los acontecimientos
estudiados en la adolescencia están profundamente ligados a la vida infantil y que
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la adolescencia es más un estado de la personalidad que un estadio del desarrollo
del individuo (Delgadillo, 2010).
Enfoque psicosocial
Los psicosociólogos que trabajan sobre la adolescencia afirman que el origen de
los cambios adolescentes, es fundamentalmente, imputable a determinaciones
externas, es decir, a interacciones sociales y a la necesidad de adaptarse a los
nuevos roles. En este sentido, se pone de manifiesto que el propio adolescente
tiene que desempeñar roles contradictorios (rebelde para con sus compañeros y
de hijo sumiso para con su padre), lo que repercute notablemente en la vivencia
de su identidad. La socialización adolescente (relaciones interindividuales,
normas, valores, actividades sociales) se realiza en determinados “espacios”
(familia, escuela, grupo de pares, etc.) y a través de unos “medios” (comunicación,
relaciones, etc.) por los cuales se realizan tales procesos (Torras, 2012).
Por su parte, Delval (1994, citado en Espinosa, 2007), indica que desde el
enfoque psicosocial, la adolescencia se atribuye primordialmente a causas
sociales exteriores. De manera que las diversas problemáticas que se viven
durante la adolescencia son el resultado de tensiones y presiones que vienen de
la sociedad. El sujeto tiene que incorporar los valores y las creencias de la
sociedad, es decir, terminar de socializarse, al mismo tiempo que adoptar
determinados papeles sociales; esos papeles le son asignados al niño, mientras
que el adolescente tiene mayores posibilidades de elección, por el medio en que
se desarrollan, escuela, hogar, amigos. Al mismo tiempo los adultos tienen
mayores exigencias y expectativas respecto a los adolescentes, y esas exigencias
pueden hacerse insoportables.
El enfoque cognitivo.
Desde esta perspectiva, Becoña (2005) señala que el enfoque de las
transformaciones y estadios en la adolescencia no es totalmente interno (biológico
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o psíquico), ni totalmente externo, como suponen ciertos estudios de psicología
social, sino debido al desarrollo de las competencias operatorias, es así que los
estudios de psicología cognitiva sobre la adolescencia, se han desarrollado
siguiendo a Piaget en dos direcciones principales: el desarrollo cognitivo y el de la
conducta moral.
Para Piaget, hacia los 11 años, el pensamiento se hace formal, de manera
que va de la sujeción a lo real y directamente percibido a lo abstracto y lo posible:
el mundo real no es más que una porción de lo posible. Así, su razonamiento se
hace hipotético-deductivo, lo que dota al adolescente de nuevas posibilidades
mentales. Añade además que, lo que caracteriza al desarrollo cognitivo son las
sucesivas y más complejas formas de organización y adaptación que hacen que
cada período de edad tenga una forma cualitativa diferencial de cognición
(Aguirre,1998, citado en Papalia, 2010).
Asimismo, desde el enfoque cognitivo, Delgadillo (2010), señala a partir de
Piaget, que durante la adolescencia se producen importantes cambios en el
pensamiento que van unidos a modificaciones en la posición social. El carácter
fundamental de la adolescencia es la inserción en la sociedad de los adultos y por
ello las características de la adolescencia están muy en relación con la sociedad
en la que se produce. El individuo se inserta en la sociedad, pero tiende a
modificarla. Para ello elabora planes de vida, lo que consigue gracias a que puede
razonar no sólo sobre lo real, sino también sobre lo posible.
Las transformaciones afectivas y sociales van unidas indisolublemente a
cambios en el pensamiento. De manera que la adolescencia se produce por una
interacción entre factores sociales e individuales. De esta forma se puede decir
que la adolescencia es un fenómeno psicológico que se ve determinado por la
pubertad, pero no se reduce a ella, los diversos cambios que se presentan para el
adolescente influyen directamente sobre él, son estos quienes van a dificultar o a
facilitar la integración completa del adolescente. Adaptarse a estos cambios no
sólo físicos sino también sociales lo llevan a la búsqueda de su propia identidad
(Espinosa, 2007).
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Desarrollo psicológico
El inicio de la adolescencia se caracteriza por modificaciones físicas muy
aparentes que constituyen lo que se denomina como pubertad, se observan
cambios como el tamaño y la forma del cuerpo, el desarrollo de los órganos
reproductivos, entre otros. Independientemente a que edad den comienzo los
cambios o se terminen, el proceso de crecimiento físico que se da en esta etapa,
presenta el mismo perfil en los distintos individuos. El desarrollo entre hombres y
mujeres, hasta entonces parecido, se puede diferenciar con claridad. De lo
anterior se precisa hacer una distinción entre dos términos que tienen un
significado y un alcance distinto: pubertad y adolescencia (Papalia, 2010).
Palacios (1995, citado en Becoña, 2005), indica que la pubertad abarca al
conjunto de cambios físicos que a lo largo de la segunda década de la vida
transforman el cuerpo infantil en cuerpo adulto con capacidad para la
reproducción. Mientras que la adolescencia, es un período psicosociológico que se
prolonga varios años y que se caracteriza por la transición entre la infancia y la
adultez.
Por otra parte, la adolescencia, es un hecho psicosociológico no
necesariamente universal y que no necesariamente adopta en todas las culturas el
patrón de características que adopta en la nuestra. De manera que la descripción
de los cambios físicos son insuficientes para comprender esta etapa, ya que la
integración psíquica, social y sexual sobrepasa el mero recuento de estos
cambios. Sin embargo, son importantes porque aportan capacidades y
potencialidades nuevas, además porque mediante estos cambios el adolescente
se aproxima al conocimiento de la personalidad exterior que va adquiriendo
(Fuentes, 1985, citado en Torras, 2012)
Factores de riesgo en la adolescencia
En nuestro país, la población adolescente asciende a 6.000.000
aproximadamente, es decir, un 20% del total. Dentro de la problemática que los
aqueja se destacan por su frecuencia, los conflictos en el área emocional, las
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dificultades de estructuración armónica de la personalidad, las desavenencias con
el grupo familiar, los tropiezos en el rendimiento escolar, las conductas violentas,
las crisis depresivas, el consumo de tabaco, alcohol y drogas (González, García y
González, 2006).
Se estima esta prevalencia de los accidentes como una consecuencia de
una conducta autodestructiva: el estar distraído por distintos conflictos, una
disminución en la atención por el consumo de alcohol o ciertas sustancias que
producen una ligera obnubilación de la conciencia y una desinhibición psicomotriz,
el no valorar la vida por estar sumergidos en un estado de ánimo de tristeza, de
pesimismo. De acuerdo con Becoña (2005), algunos de los riesgos más comunes
pueden enlistarse de la siguiente manera:
1. Consumo abusivo de alcohol. Este puede llevar a una pérdida de la
autocrítica, distorsión de la realidad, alteraciones de la conducta con desinhibición
y facilitación de actos de violencia. El alcohol, al actuar sobre la voluntad
debilitándola, facilita el consumo de otras sustancias. Observando la prevalencia
de determinadas conductas autodestructivas, se realizó un estudio en jóvenes de
18 años, varones residentes en Capital Federal, surgiendo que un 51% declaró en
una encuesta autoadministrada, haber consumido alguna bebida alcohólica en el
último año, un 44,5% tabaco y un 17% algún tipo de droga . La edad de mayor
prevalencia en los consumos referidos fue entre los 15 y 16 años, señalando de
por sí este lapso significativa entre el consumo de tabaco y alcohol y un tipo de
droga.
2. Dependencia al tabaco. Es un hábito que puede crear una conducta
adictiva dentro de la estructuración de la personalidad, incorporándose esta
modalidad de reacción para el futuro. Es también una puerta de entrada al
consumo de otras sustancias.
3. Alteraciones permanentes del humor: ansiedad, tristeza, aislamiento,
mal humor, hostilidad hacia los familiares y amigos; aburrimiento permanente;
violencia.
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4. Alteraciones en el estilo de vida: trastornos del sueño, expectativas
que van más allá de lo realizable, fatiga frecuente, falta de interés y motivación por
cosas que antes interesaban.
5. Situaciones de conflicto familiar prolongados, falta de comunicación
real y congruente, problemas de conducta en alguno de los hermanos. La
coexistencia de dos o más de los factores enumerados nos llevan a reflexionar y a
profundizar sobre este adolescente. Creemos que está tratando de llamar la
atención sobre él, que algo le está ocurriendo y no lo puede expresar de otra
forma.
Consumo de Drogas en México
En los últimos años el incremento en el consumo de drogas legales, ilegales y
médicas en nuestro país ha presentado un crecimiento importante. La
disponibilidad de las drogas, aunado a la problemática social como la pobreza, la
desintegración familiar y las características propias de la adolescencia, entre otros,
hacen que se haya producido un incremento en el uso y abuso de sustancias
psicoactivas entre la población joven del país (Espada, Bot y Méndez, 2009). Cabe
señalar que en la última década, México se ha convertido en la principal vía de
introducción de drogas a Estados Unidos, lo que ha facilitado el acceso de
diferentes drogas al interior del país, es decir no sólo pasa sino que se queda, de
ahí el incremento y el fácil acceso a las diferentes drogas por parte de la población
en general.
Respecto a la pregunta de por qué ingieren drogas los adolescentes
Amador (2007), considera que “los adolescentes son característicamente curiosos
respecto de su mundo en expansión y se muestran mucho más inclinados, que la
mayoría de los adultos, a tomar riesgos”, esto puede ser porque en parte desean
demostrar que no son cobardes, así como a su sentido de la aventura, por otra
parte porque no creen que les pueda suceder algo grave. De manera que para
muchos adolescentes, la experimentación con drogas puede ocurrir sencillamente
por curiosidad, por un sentido de audacia o por la oportunidad de hacerlo. Aunque
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haya diversidad en cuanto a la situación socio-económica de los adolescentes, el
uso de drogas está presente en los diversos estratos sociales del país.
González et al. (2006) afirman que los adolescentes responden a los
impactos familiares, culturales, políticos y sociales de su tiempo y entorno,
enfrentando estas situaciones de diversas formas: una de ellas es el consumo de
sustancias. El uso y abuso de drogas, conducen a la dependencia, ya sea
psicológica o fisiológica. La dependencia de las drogas es un complejo fenómeno
biopsicosocial. Conforme la adicción se arraiga, la experiencia de la persona se
empobrece y el hábito dominante se convierte en el centro de su vida, afectando
nocivamente la salud y conducta del individuo, incluyendo a la familia y muchas
veces también a la sociedad.
A partir del interés por estudiar la prevalencia y las consecuencias del uso
de sustancias en México, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Instituto
Mexicano de Psiquiatría (IMP) – ahora Instituto Nacional de Psiquiatría (INP),
realizan desde 1976, mediciones epidemiológicas de tipo transversal con muestras
representativas de la población estudiantil en los niveles de enseñanza media y
media superior, realizando mediciones casi cada dos años en este tipo de
población. La mayor parte de estas mediciones se han realizado en el Distrito
Federal y en la zona metropolitana. (Cañal, 2003)
Macia (2000, citado en Becoña, 2005), indica que para que se inicie y se
mantenga el consumo de drogas, con frecuencia aparecen uno o varios de los
siguientes motivos: satisfacer la curiosidad sobre los efectos de las drogas;
adquirir la sensación de pertenecer a un grupo, de ser aceptado por otros;
expresar independencia, hostilidad o rebeldía; tener experiencias placenteras,
nuevas, emocionantes o peligrosas; adquirir un estado superior de conocimiento o
de capacidad creadora; provocar una sensación de bienestar y tranquilidad;
escapar de algo, necesidad de evasión. Señala también, que el consumo de
drogas responde a dos necesidades básicas: a la búsqueda de placer y al rechazo
del malestar.
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Con relación a los adolescentes, cuando la realidad resulta difícil, suelen
pensar que en la droga encontrarán la satisfacción a los problemas, además
muestran una importante ausencia de preocupación por las consecuencias
negativas del abuso de sustancias psicoactivas. Así, consumir alguna droga
durante la adolescencia puede considerarse como un intento más de solución en
su lucha por conseguir otras alternativas diferentes a las ofrecidas por los adultos
(Espada et al. 2009)
Entorno familiar y consumo de drogas
El mejor lugar para que los adolescentes aprendan valores positivos acerca de las
relaciones y adquieran habilidades para vincularse es el hogar, junto a la familia.
La mayoría de estos valores y de estos conocimientos se adquieren en la vida
cotidiana, cuando se brinda a los hijos atención, amor incondicional, aliento, apoyo
y afecto. Es inevitable que surjan conflictos en todas las familias, aun cuando las
relaciones sean óptimas; el conflicto es normal. Sin embargo, se puede resolver
cuando se presenta (García, 2002).
Las conversaciones que fomentan la reflexión permiten la formación y
clarificación de valores. Abordar temas cargados de valor como religión, sexo,
calificaciones, comportamiento adecuado y, por supuesto, las drogas, ayuda a los
adolescentes a reflexionar sobre sus valores. El diálogo en familia es también un
medio importante para alentar a los hijos a pensar en el futuro, ya que ayuda a los
adolescentes a tomar decisiones sensatas y especialmente importantes para el
futuro, cuando surja el tema de las drogas (Amador, 2007).
De acuerdo con González et al. (2006) Las drogas resultan atractivas, pero
los adolescentes deben ser capaces de proyectarse en el futuro y ver los efectos
nocivos de su uso. La familia fortalece, si la atmósfera del hogar es propicia para
las conversaciones que favorecen la reflexión. El papel que desempeña la familia
con relación al consumo de drogas en los adolescentes, en gran medida es
preventivo. La prevención desde la familia requiere de información y educación por
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parte de los padres. Así, Nogal (2009) indica que la información que los padres
deben tener acerca de las drogas abarca: las principales drogas existentes y su
acción; las razones para su uso; los factores que facilitan o inhiben su uso; y, la
importancia de mantener abierta la comunicación y una buena relación con los
hijos, para que puedan discutir, ambas partes, abiertamente sus posiciones ante el
uso de las drogas.
De esta manera, para Tapia (2009), la prevención desde la familia pasa por
la información-educación de los padres y no debe quedar de ninguna manera
reducida al tema del consumo de drogas. Las drogas afectan el estado de ánimo
la concentración, el funcionamiento cognitivo en general y la memoria en especial.
Pueden interferir en el aprendizaje y en el rendimiento escolar, además de
interrumpir un crecimiento sano. Aunado a esto, se presenta la dificultad que
tienen los adolescentes para imponerse límites, por lo que una vez que
experimentan con las drogas es probable que les resulte difícil detenerse, además
de que se perciben inmunes a la adicción, del mismo modo que se consideran
inmunes al embarazo y a las enfermedades serias.
Si la familia como factor preventivo no cumple su función, es común que
cuando se alcanza la etapa adolescente se presente una problemática mayor en
los individuos, aunada probablemente a un mayor riesgo hacia el consumo de
drogas. Amador (2007), señala las características de las familias de adictos, se
distinguen por los siguientes aspectos:
Es común encontrar otras personas con el mismo problema, aunque no
sea evidente. Suelen tener múltiples adicciones: a psicofármacos
(sedantes, estimulantes, hipnóticos, etc.), a medicamentos (digestivos,
purgantes, gotas oculares, analgésicos, etc.), a la comida y a drogas
socialmente aceptadas, como tabaco y alcohol. A veces la adicción se
refiere a una conducta, como los juegos de azar, el cine, la T.V., o el
consumismo.
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Son familias, en general, con malas relaciones maritales, donde muchas
veces el único vínculo es un hijo dependiente e inmaduro que ante tal
situación se refugia en las drogas
Son familias con un pasado difícil, con situaciones ocultas. Los padres no
tienen autoridad sobre los hijos y es evidente la falta de límites. Con un
régimen arbitrario que oscila ente la rigidez, el autoritarismo y la
permisividad total.
A pesar de que los papeles de la estructura y proceso familiar están
disponibles en la literatura del abuso de sustancias hay escasos trabajos
empíricos sobre el proceso familiar y el uso no clínico de sustancias. Espada et al.
(2009), realizaron un estudio en el que diversos investigadores indican que los
adolescentes que están en hogares con un solo padre pueden tener más riesgo
por engancharse en problemas de salud, ya que son menos los límites
establecidos sobre ellos y es mayor su independencia emocional; estos autores
encontraron que los adolescentes de familias de un solo padre estuvieron más
propensos a experimentar con sustancias que aquellos de familia intacta, además
encontraron que los varones mayores de 16 ó 17 años de padres solos estuvieron
más propensos a usar diferentes sustancias. Estos datos, sugieren que los
adolescentes de familias de un solo padre están más en riesgo ya que son más
deseosos de experimentar y/o porque tienen más oportunidades de sobre pasar
los límites parentales.
Torras (2012) indica que las estadísticas muestran que cuanto más
temprano se comienza a consumir drogas, mayores son los riesgos de eventuales
problemas. Esto tiene una razón, y es que cuanto más joven se es, menor es la
madurez y menor la posibilidad de autocontrol. Castro y Maya (2002, citado en
González, García y González, 2006), describen a los adolescentes que usan
drogas como adolescentes con dificultades en el manejo de la frustración,
pertenecientes a familias con convicciones menos “rígidas” y donde se ha visto
que a mayor número de apoyo y controles de los padres hacia los hijos, menor
uso de drogas por parte del adolescente, y confirman la necesidad de la existencia
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de servicios de asistencia y orientación al adolescente, que incluya a la familia, en
sus programas, rescatando su función preventiva con los hijos adolescentes.
Entorno social y consumo de drogas
Los factores sociales son complejos, interactivos y difíciles de separar. Dentro de
este grupo diferenciaremos el nivel microsocial y macrosocial. El nivel microsocial
se refiere a aquellos contextos más inmediatos en los que el sujeto participa
directamente; por ejemplo la familia, el grupo de iguales, la escuela. Englobaría las
relaciones con los demás, los modelos de comportamiento a que debe ajustarse el
individuo, etc.. El nivel macrosocial agruparía los factores de riesgo externos al
individuo, de carácter socioestructural, socioeconómico, sociocultural, que
condicionan la calidad de vida e influyen en la conducta adictiva convirtiéndola en
un proceso no estático. La influencia de dichos factores opera a un nivel más
amplio (Amador, 2007).
De acuerdo con García (2002), es importante destacar el papel socializador
de los amigos, de acuerdo con el cual es más influyente al principio de la
adolescencia, ya que se ayudan mutuamente a superar las tareas y las pruebas
de la adolescencia de múltiples maneras, para este autor son cuatro,
principalmente, los papeles que desempeñan las relaciones con los compañeros y
los amigos más cercanos:
1. Cuando se presentan los cambios físicos típicos de la adolescencia, el
grupo de compañeros funciona como fuente de información y como grupo
de autoayuda, ya que son ellos quienes atraviesan por los mismos cambios.
2. El grupo de compañeros proporciona apoyo para ajustarse a los cambios
del entorno social de la adolescencia, sobre todo al pasar a la escuela de
enseñanza media y superior, en donde la población de los alumnos es más
heterogénea y en donde se presenta una supervisión menos atenta a cada
individuo por parte de los adultos.
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3. “El grupo de compañeros mientras busca la autocomprensión y un
sentido estable de la identidad, funciona como una especie de espejo en el
que los adolescentes comprueban su imagen, uniéndose a los amigos que
comparten muchas de sus propias disposiciones, de sus intereses y de sus
capacidades”, así, los compañeros ayudan a los adolescentes a definirse
para saber quiénes son y quiénes no son.
4. A través del grupo, los adolescentes exploran y definen los propios
valores y aspiraciones, experimentando con diferentes puntos de vista,
filosofías y actitudes hacia ellos mismos y hacia el resto del mundo.
Con respecto a la influencia del grupo de pares en el consumo de drogas,
González et al. (2006) indican que los adolescentes pueden probar las drogas por
la influencia de su grupo de amigos, sea por la necesidad de ser aceptado o por
probar que es tan capaz como ellos, en otros casos, pueden experimentar con las
drogas para agradar al novio o a la novia. Con base en lo anterior se puede
observar que la elección de los amigos se ve influida por los padres, en la medida
en la que estos puedan propiciar una relación satisfactoria para el adolescente,
van a ayudar a reducir el riesgo de la influencia del grupo de pares hacia el
consumo de drogas en los hijos adolescentes.
Medios de comunicación y adolescentes
La televisión se ha erigido en el medio de comunicación masivo y dominante y es
admitido que este poderoso medio audiovisual ejerce una considerable influencia
sobre la estructura familiar. Actitudes poco saludables aprendidas desde los
medios durante la infancia, pueden ser puestos en acción durante la adolescencia
(Muñoz, 2010).
De acuerdo con Vera (2005) la publicidad tiene como objetivo estimular el
deseo y la necesidad de consumir, y los niños y jóvenes representan una
importante cuota de mercado. La influencia de la publicidad en los niños es muy
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fuerte, y puede considerarse como un instrumento peligroso, ya que crea
apetencias y necesidades que no se corresponden con la edad del niño o del
adolescente, y que en la mayoría de los casos no podrá satisfacer. Las técnicas
publicitarias abusan de las limitadas capacidades de análisis y raciocinio del niño y
su natural credibilidad, por lo que necesitan del consejo y la explicación de sus
padres. Los niños no deberían ser objeto ni sujeto de publicidad y mucho menos
convertirse en víctimas de una publicidad engañosa.
Numerosos estudios realizados al efecto, han demostrado que los alumnos
que ven más de dos horas diarias de televisión o están mucho tiempo en internet
obtienen rendimientos escolares más bajos . La causa de este hecho se debe al
retraso del proceso madurativo y a una menor capacidad de abstracción, cuando
existe abuso televisivo desde la edad preescolar. La UNESCO ha llamado la
atención de que el uso indiscriminado y masivo de la televisión e internet puede
resultar peligroso para el aprendizaje del niño, ya que aumenta la pasividad
intelectual , le aparta del trabajo escolar y limita su creatividad (Rojas,2006, citado
en Muñoz, 2010)
Por otra parte, de acuerdo con Espinosa (2007), diferentes estudios indican
que la prevalencia de obesidad está directamente relacionada con el aumento del
tiempo destinado a ver televisión, en niños y adolescentes de 6 a 17 años, Esto es
porque ver televisión representa una actividad pasiva y porque muchos
telespectadores consumen diversos productos ricos en calorías mientras ven la
televisión La publicidad también influye de forma importante. De los miles de
anuncios que ven los niños al año en televisión, dos terceras partes son sobre
alimentos con elevado contenido en calorías, grasas, colesterol, azúcar y sal.
Los anuncios de bebidas alcohólicas van dirigidos preferentemente a los
jóvenes con el claro mensaje de que el consumo de alcohol facilita la diversión y el
éxito con las chicas. Actualmente la ley prohíbe los anuncios de tabaco y bebidas
alcohólicas de más de 20º en la televisión, no así los sugestivos anuncios de
cerveza. Existe una relación clara entre la visión de ciertos programas, la
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publicidad y ciertos videos musicales, con el consumo de alcohol, tabaco y drogas
entre los adolescentes (Vera, 2005).
La capacidad de influencia de los medios de comunicación como agentes de socialización
Los medios de comunicación de masas, se han convertido en un importante
agente de socialización de niños, jóvenes y adultos, una de cuyas características
fundamentales es que permiten la comunicación, simultánea o no, con un
elevadísimo número de personas en cualquier lugar del mundo. Estos medios
pueden ser usados con el propósito explícito de provocar aprendizajes que
faciliten la socialización y la educación. Tal sería el caso de las emisiones
educativas o formativas por radio, televisión, cine o a través de páginas web. Pero
en general, la socialización que promueven estos medios es indirecta aunque su
importancia sea extraordinaria (Román y Quintana, 2010).
Como señala Guy Rocher (2002, citado en Vera, 2005),estos medios
sugieren, proponen y transcriben modelos, valores e ideales susceptibles de
imponerse con tanta mayor fuerza y persuasión cuanto que se presentan en un
contexto dramático o emotivo que contribuye a inhibir el juicio crítico.
Los medios, aunque no quieran reconocerlo porque seguramente no tienen
tiempo de reflexionar, educan. Ésa es su misión: la educación permanente de las
personas, mediante la creación de preferencias, de valores, de hábitos culturales,
de mitos y antimitos, de costumbres”. Los mass media pertenecen a lo que Merton
denomina medios o grupos de referencia, por oposición a los grupos de
pertenencia como sería el caso de la familia, una iglesia, una pandilla o un partido
político (Suárez, Del Moral, Musitu y Villarreal-González, 2013).
Por lo tanto, los medios, dadas sus características y su poderosa red de
influencias tienen entre sus características el ser agentes socializadores de
referencia capaces de contrarrestar, complementar, potenciar o anular la influencia
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de los agentes socializadores de pertenencia como la familia. Tanto unos como
otros, los de pertenencia y los de referencia cumplen funciones socializadoras muy
importantes. En primer lugar nos aportan una gran parte de la información con la
que construimos la imagen de la realidad de acuerdo a la cual desplegamos
nuestros comportamientos. En segundo lugar proporcionan valores, normas,
modelos, símbolos, etc., gracias a los cuales se producen los procesos de
construcción personal y de integración y cohesión social. Por último, es a través
de esos medios como el sujeto construye y desarrolla su identidad, es decir, la
definición que puede dar a sí mismo y a los demás de lo que él es en cuanto
persona individual y social a la vez (Muñoz, 2010).
De acuerdo con Román y Quintana (2010), la identidad es una necesidad
psíquica y social, ya que contribuye tanto a la madurez de la personalidad como a
la cohesión social. La cuestión está en saber hasta qué punto los medios de
comunicación suponen una entidad capaz de influir en una dirección coherente o
por el contrario de generar desestructuración.
La construcción social, está mediatizada por las empresas de
comunicación, cuya composición ideológica y su titularidad es borrosa y difícil de
rastrear. ¿Pero realmente influyen los medios? Pensemos que si cuantificar los
mensajes ya es de por sí difícil, mucho más lo es medir la influencia de múltiples
mensajes que en ocasiones presentan contenidos que a veces son contradictorios
y opuestos. Suárez, et al. (2013) clasifican los efectos de los medios en tres
categorías: cognitivos, afectivos y conductuales; y con diversos grados de
influencia según la duración de sus efectos: a corto, medio y largo plazo.
Los medios ofrecen una variedad de contenidos que demandan una
reconstrucción personal cuyas posibilidades estarán limitadas o potenciadas por el
grado de formación e interés que tengan los sujetos receptores, en este caso los
jóvenes. Los medios contribuyen a construir representaciones acerca de la
realidad más que a reflejarla (Vera, 2005).
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Ciberbullying
El cyberbullying es una agresión repetitiva de uno o más individuos en contra de
una persona, utilizando dispositivos o servicios de tecnología. Hay elementos que
diferencian al cyberbullying del bullying tradicional o “cara a cara”, la principal es el
uso de la tecnología, lo cual cambia el impacto de esta conducta sobre la víctima.
Hay medidas tecnológicas y políticas para los servicios en Internet, pero la forma
más efectiva para contrarrestar el cyberbullying es evitando que ocurra, a través
de la concientización y la educación en el tema, particularmente entre niños y
adolescentes (Aquino, 2014).
En los años recientes se han registrado periodísticamente casos de bullying
y cyberbullying en los medios de comunicación de nuestro país. De acuerdo con
García, Joffre, Martínez y Llanes (2011) en México hay alrededor de 45 millones
de usuarios de Internet y la tercera parte está en un rango de edad entre los 6 y
los 17 años . Muchos de estos usuarios, niños y adolescentes, utilizan la red de
forma nativa y forman parte de redes sociales, foros, blogs y sitios donde se
publican videos.
La edad mínima para registrarse en servicios como los de redes sociales es
generalmente de 13 años, es decir, cuando una persona inicia la adolescencia. Sin
embargo, es muy común encontrar que niños de menor edad utilicen redes
sociales y también es cada vez más frecuente que niños y adolescentes tengan un
teléfono inteligente o tableta con las capacidades que se han descrito
anteriormente (Sureda, Comas y Rigo, 2012).
El cyberbullying está directamente relacionado con las TIC, pero es un
problema que tiene su origen en la conducta de las personas y sólo recientemente
se están realizando estudios para poder conocer las motivaciones. Se trata de un
fenómeno social que tiene que ver con el comportamiento de niños y
adolescentes, principalmente. No es nuevo, pero sin duda plantea actualmente
importantes retos sociales para contrarrestarlo, dado el impacto que tiene en la
vida de las personas que son víctimas (García et al., 2011).
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Recomendaciones para contrarrestar el Ciberbullying
Los dispositivos y servicios de TIC cuentan con características que permiten
reportar abusos o posibles delitos, como las agresiones por bullying. Es importante
utilizarlas cuando se observe una conducta de esta naturaleza. De acuerdo con
Sureda et al. (2012) los padres de niños y adolescentes deben tener en cuenta las
siguientes recomendaciones para buscar prevenir o detectar el cyberbullying:
• Conocer lo que los niños y adolescentes hacen en Internet. Utilizar alguna
forma de registro en los dispositivos para conocer el comportamiento.
• Evitar exponer información personal en redes sociales, especialmente
fotografías.
• No permitir que los niños o adolescentes se reúnan con alguien que
conocieron por Internet.
• Explicar lo que debe hacerse en caso de ser víctima de cyberbullying.
• Hablar con niños y adolescentes sobre los beneficios de la tecnología y los
riesgos asociados a su uso.
En general, sobre el uso de dispositivos electrónicos y servicios de
comunicación en Internet, debe considerarse lo siguiente:
• Definir para qué se va a utilizar el servicio.
• Saber qué información puede publicarse en Internet, especialmente en
redes sociales, sin poner en riesgo la integridad personal.
• Habilitar las características de privacidad de sitios en Internet y redes
sociales, para que solamente accedan a la información las personas
autorizadas.
• En muchos casos, la opción por omisión es mantener abierto el perfil de la
red social, por lo que debe habilitarse la configuración de privacidad.
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• Mantener actualizado el software de los dispositivos electrónicos
• Utilizar herramientas de seguridad informática como software antimalware
y firewalls. Restringir el acceso a la tecnología sin tener en cuenta
recomendaciones como las anteriores es una medida poco efectiva.
Actualmente es muy complicado controlar el acceso de niños y
adolescentes a la tecnología, ya que no sólo tienen acceso a ellas en sus casas,
sino en la escuela, en la casa de amigos, familiares, etc. De acuerdo con García et
al. (2011) si se toma en cuenta que el 82% de los internautas mexicanos indican
que acceder a sitios de redes sociales es una de sus principales actividades y
61% indica que también lo es el envío de mensajes instantáneos, es muy probable
que, independientemente de dónde se acceda a Internet, se haga para usar
alguno de estos servicios.
Además de los padres en el hogar, son los maestros en las escuelas
quienes pueden ayudar a prevenir y combatir conductas de bullying y
cyberbullying, para lo cual también deben estar familiarizados con las actividades
de los niños y adolescentes. Las escuelas tendrán que generar o reforzar sus
programas de prevención y atención de estas conductas estableciendo, entre
otras cosas, reglas de convivencia entre los alumnos que prohíban claramente la
agresión física, verbal o por contenidos electrónicos. Es decir, la mejor opción para
prevenir y contrarrestar estas conductas es la concientización y la educación en el
tema (Vera, 2005).
En México ha habido iniciativas del gobierno, empresas y diversas
organizaciones para desarrollar campañas de prevención del bullying y
cyberbullying. Es una labor que requiere plena colaboración y es importante que
las actividades de concientización y capacitación se realicen de manera
permanente, ya que la incorporación de nuevos usuarios de Internet se ha dado
de manera exponencial en los últimos años. Muchos de esos nuevos usuarios son
niños o adolescentes (Muñoz, 2010).
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Objetivos del programa de servicio social
Dentro del programa Orientación y Asesoría a los estudiantes del Colegio de
Ciencias y Humanidades, se plantean el cumplimiento de varios objetivos en los
cuales trabajar, dentro de los cuales se encuentran:
•Atención a alumnos en estado de ebriedad o bajo el efecto de alguna
droga.
•Atención a alumnos con problemas de disciplina y violencia.
•Diseño, elaboración y difusión de material impreso, respecto a la
Legislación Universitaria.
•Orientación y asesoría a padres de familia que son citados en la unidad
jurídica.
•Asesoría Psicológica a grupos vulnerables.
Descripción de las actividades realizadas.
Se atendió a alumnos bajo el efecto de alguna droga como fue alcohol y
marihuana, se canalizó a servicio médico para que se realizara una valoración y
nos comunicábamos con algún familiar o tutor para que fueran por el alumno al
plantel y de esta manera no poner en riesgo su integridad. Posteriormente se le
agendaba una cita con su tutor para aclarar su situación jurídica dentro de la
escuela de acuerdo a la Legislación Universitaria.
El consumo de tabaco es una de las drogas más nocivas a nivel mundial,
por esta razón se crearon leyes para proteger a los menores de edad que son
vulnerables a este tipo de substancias. Una de estas leyes es la prohibición de
portación, consumo y venta de tabaco en las escuelas de nivel medio superior, ya
que estamos hablando de una población mayoritariamente menor de edad. A los
alumnos que se les encontraba fumando dentro de las instalaciones de CCH
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Oriente, eran llevados a la oficina jurídica, en donde se les informaba que lo que
hicieron estaba prohibido, se les agendaba una cita con su tutor para el siguiente
día, una vez que traían a sus padres se les proporcionaban a ambos la
información acerca del tabaco abordando diversos puntos como lo son las
cuestiones legales y lo correspondiente a la multa federal de la que se hacían
acreedores, la sanción oficial impuesta por la Legislación Universitaria, así como,
las repercusiones orgánicas que sufren a causa del tabaco y factores psicológicos
que esto implica.
El tema de bullying o ciberbulying es muy frecuente en las escuelas y suele
agudizarse más si la población es en su mayoría adolescente. La magnitud de
este problema ha demostrado que puede llegar a bajo rendimiento escolar,
depresión, deserción escolar o incluso el suicidio, es por esta razón que no se
debe tomar como un tema a la ligera. Dentro de la oficina jurídica, se le pone
primordial énfasis a esta problemática dándole la atención inmediata a la víctima.
Cuando un alumno se daba el valor de denunciar lo que estaba pasando, se
recababa información mediante un acta de hechos en donde se describía lo más
detalladamente posible los acontecimientos que sucedieron. A la víctima se le
daban medidas precautorias. Se llevaba a cabo la investigación mediante la
corroboración de algún testigo, y la búsqueda de antecedentes disciplinarios del
agresor o agresores. Una vez localizados los agresores se les informaba que
tenían que acudir a la oficina jurídica acompañado de su tutor y dependiendo la
gravedad de sus actos, las sanciones variaban desde una carta compromiso,
hasta la expulsión.
A partir, de los principales problemas del plantel, como lo son, el
tabaquismo, alcoholismo, bullying, ciberbullying, consumo de marihuana, y
sexting, se diseñaron volantes y carteles preventivos que fueron esparcidos en
lugares estratégicos dentro del plantel, con la finalidad de que toda la población
esté enterada de los alcances y consecuencias que esto implica.
Los adolescentes se caracterizan por tener un uso muy frecuente del
internet y específicamente de las redes sociales, es por esta razón, que la
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propaganda no solo fue de manera impresa, si no que la mayoría fue de forma
digital, alcanzando a más población estudiantil y así poder abordar temáticas
preventivas en cuestión de adicciones, violencia en el noviazgo, enfermedades de
transmisión sexual, embarazo no deseado, entre otros.
Alcances y limitaciones de las actividades realizadas.
Se pudieron cumplir satisfactoriamente la mayoría de los objetivos planteados, con
la ayuda de una asesoría adecuada y el respaldo absoluto por parte de los
abogados.
La oficina se maneja de una manera muy eficaz, sin embargo, son muchas
las actividades que se llevan a cabo, por tal motivo, no existe tiempo suficiente
para la difusión del material impreso, es por esto que impulsamos el uso de las
redes sociales para difundir dicha información que le compete a la oficina jurídica.
Esta actividad nos resultó muy beneficiosa ya que, los adolescentes le ponen más
atención a lo que pasa por internet que al material impreso.
Los talleres para padres y alumnos en donde se abordarían temas de la
adolescencia, como drogas y bullying, no se pudieron llevar a cabo por la misma
dinámica tan agitada de la oficina, en otras palabras, por cuestiones de tiempo.
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