reflexiones sobre la integración andina

. 1 .

Reflexiones sobre la Integración Andina

MARCA

15ESCRIBE

“SOY PERUANO Y SOYANDINO COMO TÚ”

Pancho Huanacune alPARLAMENTO ANDINO

Reflexionessobre la IntegraciónAndina

2011

Francisco Huanacune Rosas

. 2 .


. 3 .


Por Francisco Huanacune Rosas

. 4 .


Reflexiones sobre la Integración Andina© Francisco Huanacune Rosas, es economista, comunicador y fundador de www.generaccion.com.

Website: www.generaccion.com

Primera edición: Febrero 2011

Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú: Nº 2011 - 02535

Diseño de cubierta y diagramación: Josué TelloEdición: EVISTO S.R.L

Tiraje: 5000 ejemplares

Este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito de el autor.Todos los derechos son reservados.

Impreso en Aleph Soluciones GráficasAv. Bernardo Alcedo 559 - Lince

. 5 .


INDICE

A título de introducción: Tomando a mi manera la posta (Lima, 7 de febrero de 2011) ............................................................................................

Comunidad Andina, aún para rato(Lima, noviembre de 2009) ...............................................................................................

La integración, razones hay para continuar por esta senda(París, noviembre de 2010) ...............................................................................................

Abriendo paso a la geopolítica, el Parlamento Andino(Lima, mayo de 2010) .....................................................................................................

Pero, ¿qué es eso que llaman el Parlamento Andino?(Lima, enero de 2008) .....................................................................................................

El Parlamento Andino: Más allá del margen del poco interés(Lima, 1 de febrero de 2011) ............................................................................................

El Parlamento Andino, el verdadero viabilizador de la integración regional (París, enero de 2008) ......................................................................................................

¿Para qué sirve un Parlamentario Andino?(Lima, 5 de febrero de 2011) .............................................................................................

Elección para el Parlamento Andino, un ejemplo de desmesura(Lima, noviembre de 2006) ...............................................................................................

Al este de nuestra patria: Un coloso llamado Brasil(Lima, junio de 2009) .....................................................................................................

La integración continental, la contraparte de la descentralización(Lima, junio de 2008) .....................................................................................................

La soberanía de nuestra Amazonía no se vende(París, diciembre de 2006) ...............................................................................................

Al encuentro del Brasil, solos no debemos ir(París, diciembre de 2008) ...............................................................................................

Meritocracia, algo que falta en el seno de la Comunidad Andina(París, enero de 2010) ....................................................................................................

Una Comunidad Andina al servicio de las gentes que la componen(Lima, febrero de 2010) ..................................................................................................

Los grandes retos de la integración andina(Lima, enero de 2011) ....................................................................................................

Epilogando mis reflexiones: Una agenda personal como integracionista(Lima, 5 de febrero de 2011) ............................................................................................

8

10

12

14

16

18

20

22

24

26

28

30

32

34

36

38

40

. 6 .


Estos textos sobre la integración regional y continental son algunos de los que redacté a partir de 2006, luego de la primera experiencia electoral para elegir a los primeros parlamentarios andinos peruanos. No pretenden dar cátedra o sentar una posición única. Sólo catalizar la reflexión y, luego, la acción.

. 7 .


. 8 .


A título de introducción:Tomando a mi manera la posta

A poco más de un mes del domingo 10 de abril de 2011, día en el que alrededor de 20 millones de peruanos elegiremos, además del próximo Presidente de la República y a los 130 congresistas, a los 5 parlamentarios andinos que nos representarán en este órgano del Sistema Andino de Integración, palanca catalizadora de este proceso en el seno de la Comunidad Andina, he considerado pertinente dar a conocer algunas de las múltiples reflexiones sobre diversas aristas de este proceso que han ocupado parte de mi tiempo durante los últimos años. Nada más que eso. Lo hago con la firme convicción, sin pretender para esto dar una idea cabal de todas las implicancias sobre la integración que este tipo de elección trae consigo, de contribuir en la tarea de convertir la campaña electoral de estos parlamentarios en un ejercicio, tal como señalo páginas adelante, de pedagogía política. El hecho de que tres de cada cuatro peruanos ignoren qué es el Parlamento Andino, debe interpelar a los que conocen algo sobre el tema de la integración y la Comunidad Andina. En particular de alguien que es candidato a este tipo de parlamento en nombre del Partido Aprista Peruano; como es el caso de quien publica ahora estas líneas. En consecuencia de esto y convencido también de que es necesario dejar atrás los campos de la simple adjetivización en los que muchos evolucionan a la hora de opinar sobre los tópicos que conciernen a la integración andina en general y, muy en particular, la del Parlamento Andino, es que expongo algunas de mis ideas y planteamientos sobre lo que considero que es el destino de nuestra patria. La de ser parte un día, que no espero lejano, de una patria continental que la acoja y le permita, fortaleciendo su propia identidad, superar los

. 9 .


problemas de índole social, cultural, económico y político, que traban la realización de la promesa de vida peruana que nos legaron los libertadores. A mi manera pues, asumo toda responsabilidad por ello, muestro cómo en algunos momentos de sosiego he tratado de tomar la posta que otros tomaron con mayores creces hace casi un siglo como parte de la generación del centenario de nuestra vida independiente. Apelo a otros, a muchos en la organización política a la que pertenezco, a que asuman el reto integracionista que lanzaron a las futuras generaciones Haya de la Torre, Antenor Orrego y, más tarde, Andrés Townsend, así como el de numerosos integracionistas anónimos que nunca desmayaron en su afán de sentar los cimientos de Indoamérica.

A estas alturas, deseo agradecer encarecidamente a “Cocoli” Sánchez, Wendy Barreto, María Elena Pacheco y Juan Manuel Cabrera, quienes me acompañaron en las últimas elecciones internas del APRA para el Parlamento Andino. Mi gratitud también para mi esposa, Sophie, y mi hijo, Nathan. Ambos identificarán, sin duda alguna, en varias de estas reflexiones, algunos pasajes de los intercambios de sobremesa que sostuve con ellos sobre las necesarias integraciones continental y andina durante los últimos años. Sin el apoyo moral y de todo tipo de ellos, estas líneas no conocerían hoy la luz pública.

. 10 .


Comunidad Andina, aún para rato

Cuando parecía que el sueño de integrar la América morena al sur del Rio Grande no constituía más una utopía movilizadora, a menos de veinte días de concluir el quinto año del nuevo milenio, el 8 y 9 de diciembre de 2004, se rubricaron los documentos fundacionales, las declaraciones del Cusco y Ayacucho respectivamente, de lo que a partir de esos trascendentales momentos constituiría la Unión de Repúblicas Sudamericanas, UNASUR. Se enarbolaban así una vez más las banderas de la integración continental que flamearon precursores de nuestra independencia y libertadores, así como la descollante generación del primer centenario de vida independiente. De eso ha pasado poco más de un lustro y algo de agua ha corrido bajo el puente de este intento de integración. La libre movilidad de personas, aunque sea sólo en calidad de turistas en parte de este espacio de integración, así como las aspiraciones a la defensa común, al igual que la defensa del régimen democrático, y la promoción y desarrollo de proyectos de envergadura en el campo de la infraestructura física y el de la energía, son pruebas contundentes. Algo de agua, pero lo suficiente para que algunos vean en este elan integracionista el sustituto de otros proyectos adjetivados, precipitadamente, como un fracaso.

Una actitud que nos lleva a recordar lo que no pocos decían, ante el efecto que causó en su momento la emergencia del Mercosur a inicios de la última década del siglo pasado y lo que sucedió luego durante el feneciente milenio y los primeros años del nuevo, con respecto a la Comunidad Andina, CAN. Cuando, anunciaban su inminente desaparición, debido al hecho que Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, gracias a la acumulación de fuerzas económicas y financieras,

. 11 .


apuntaladas por una palanca política potenciada, ejercerían una presión aglutinante de insoportable envergadura. Hoy, acercándonos a las dos décadas de creación del Mercosur y a poco más de cinco años de la emergencia de su contraparte continental, el Unasur, podemos decir que estas conclusiones carecen del sustento que fundan los enunciados que sirven para entender algo que solo puede ser parte de un proceso que se desarrolla a lo largo el tiempo: la integración. Pues ni la CAN, fundada hace 40 años va a desaparecer, ni los objetivos del Unasur, propulsado por Brasil, ni los del Mercosur, ni siquiera ampliado, serán de pronta realidad. Ponderación es lo que debe fundar pues nuestra posición para evaluar, en el marco de una dinámica de integración continental, el papel que debe jugar la CAN, a fin de que este esfuerzo de integración converja hacia el propuesto por el Mercosur y, también, por el del UNASUR. Una actitud que pasa por el hecho de fortalecer no solo la complementariedad social, cultural y económica en este espacio, sino también la de índole político, potenciando legislativamente el Parlamento Andino, a fin de que cuando llegue la hora de la convergencia, nos incorporemos unidos como un puño, mereciéndonos así ser llamados herederos de quienes en su momento flamearon las banderas de la integración.

...Ponderación es lo que debe fundar pues nuestra posición para evaluar, en el marco de una dinámica de integración

continental, el papel que juega la CAN...

. 12 .


La integración, razones hay para continuar por esta senda

Dijo nuestro historiador Jorge Basadre en una de las primeras páginas de su trascendental libro “Perú, Problema y Posibilidad”, infiriendo a partir de la gesta libertaria que en su fase final involucró a argentinos, chilenos y colombianos, que “así pudo evidenciar América que en sus grandes crisis y en sus grandes problemas, es necesaria la unidad continental”. Razón tuvo pues Simón Bolívar, cuando poco más de un siglo antes del año de publicación de esta obra, convocó al Congreso Anfictiónico de Panamá a fin de sentar las bases de la unidad al sur del continente americano. No menos también tuvo la generación del primer centenario de vida política independiente, cuando en su momento encaró el reto planteado por la generación de los libertadores. Proponiendo a través de uno de sus más caracterizados exponentes en este campo, Víctor Raúl Haya de la Torre, la tesis de “La integración política y económica de América Latina”. Ya que la solución de la problemática que sumía en el letargo económico, social y político a los países de nuestra América morena no podía ser abordada sino se hacía en el escenario de una Latinoamérica en proceso de integración. Por ende, motivos no faltaron a quienes en 1960 fundaron la Asociación Latinoamericana del Libre Comercio (ALALC), intentando crear una zona de libre cambio. Al igual los tuvieron quienes, a pesar de las falencias que mostraba el proceso, ampliaron sus plazos y, finalmente, lo relanzaron en 1980, creando la Asociación Latinoamericana de Integración, ALADI. No menos esgrimieron los gestores del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), en 1975. Así como quienes casi 30 años más tarde, fundaron el UNASUR. La integración continental es la terca vía por la que había que

. 13 .


proseguir para solucionar mancomunadamente nuestros problemas.

No carecieron al igual de argumentos, aquellos que por su parte, al ver las enormes dificultades en coordinación y cumplimiento de plazos, por señalar sólo algunas, que un proyecto de integración continental presenta, propusieron como una alternativa la Comunidad del Caribe en 1973. O los que fundaron el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) dos décadas después en 1993. Al igual que los argentinos, brasileños, uruguayos y paraguayos, que fundaron en 1991 el bloque de casi 12 millones de kilómetros cuadrados que es el Mercosur. Todos, sin olvidar el objetivo continental, intentaron recuperar el tiempo de integración perdido apostando por el nivel subregional.

Hoy, cuando algunos lanzan críticas acerbas al intento de integración subregional de perspectivas continentales que es también la Comunidad Andina, CAN, creada el 26 de mayo de 1969, conviene por lo tanto recordar que los caminos de la integración, constituyendo los más escarpados, son los que hay que seguir. Pues, en medio de un mundo que se continentaliza y en el contexto de un escenario regional donde no faltan los desafíos de índole bio y geopolíticos, la realidad nos demanda profundizar aún más el proceso de integración. Cimentándolo institucionalmente. La razón también nos asiste.

...En sus grandes crisis y en sus problemas, la América morena, siempre ha evidenciado la necesidad de su unidad...

. 14 .


Abriendo paso a la geopolítica, el Parlamento Andino

Para aquellos que en gran medida, por no decir otra cosa, han reducido su perspectiva de aproximación de lo que constituye la dinámica social a lo que sugiere, simplemente, el despliegue de las leyes de la oferta y la demanda, mucho, por no decir casi todo, de la comprensión que a esto escape, será de carácter espurio o irrelevante; no digno de ser tomado en cuenta. O la sociedad funciona, por ende, tal como nos señala la irrefutable lógica del mercado, o lo que suceda en el seno de esta nos llevará, tarde o temprano, a un impase económico y, por lo tanto, social.

Válido este aserto para lo que debería suceder en cualquier sociedad, la interrelación entre estas, no es más y nada menos, sin ánimo de caricaturizar, la que corresponde fundamentalmente a la de los mercados. Ya que si el mercado nos indica qué hacer al interior de una sociedad, éste mismo nos señala lo que hay que ejecutar y de la mejor manera a la hora de relacionar a una sociedad con otra. Ajeno pues, en gran medida, a esta concepción, todo aquello que también provenga de los ámbitos de la geografía, al igual que de la política. En fin...

Sin embargo, no está demás decirlo, el estatus societal de las personas no se reduce al de consumidores o productores; como tampoco la dinámica de la sociedad puede ser congruente de facto, como pretenden hacernos creer algunos, a la del mercado. Al igual que la interrelación entre estas, que deseamos siempre beneficiosa para las partes participantes en la relación, puede encontrar su única fuente de explicación y sostenibilidad en una normatividad proveniente del mercado; sea cual fuere el tipo de potencial ventaja que se movilice a la hora de forjar un argumento. Que las personas, además de lo que dice el mercado, existen también en tanto que miembros de una sociedad que excede

. 15 .


en talla a éste, y actúan como ciudadanos, vitalizando un espacio de irrefutable existencia que es la sociedad civil, es algo que no se puede soslayar. Como tampoco el estatus autónomo de la política, el campo de la acción y decisión colectiva por excelencia. Ni mucho menos el hecho de que la bilateralización de las relaciones internacionales no es la única forma de relacionar a unos países con otros, pues resta legítima pertinencia a lo que nos sugiere la política que se abre paso cuando países de una misma región, por ejemplo, buscan relacionarse entre sí, la geopolítica.

Los integracionistas no debemos pues arriar banderas. Algunas batallas pueden haberse perdido, mas no la guerra. El proceso de continentalización que involucra a buena parte del orbe, nos indica hoy el camino a seguir. No fortalecer el primer nivel de integración en el que nuestra patria evoluciona, la Comunidad Andina, dejando de reformar la palanca institucional que lo impulsa, el Sistema Andino de Integración, condenando así al Parlamento Andino a continuar siendo un colegiado sin potestades legislativas, resultaría así irresponsable. Y lo que es peor aún, haciendo pagar con el pasar del tiempo caro a nuestros ciudadanos por este desatino, daríamos razón a quienes no la tienen.

...No hay que arriar banderas, la integración tiene una riqueza, historia, un presente, pero, sobre todo, un gran futuro...

. 16 .


Pero, ¿qué es eso que llaman Parlamento Andino?

Así de cruda y directa fue la pregunta con la que me respondió un amigo, poco más de un año después del día en el que cada uno de los cinco parlamentarios andinos, elegidos a inicios de abril de 2006, juró para cumplir con el mandato delegado por el pueblo peruano. Al escucharlo decir que no había votado para elegir a estos representantes, lo interrogué sobre las razones por las que no había ejercido su derecho de voto en este tipo de elección. ¿Qué es eso que llaman Parlamento Andino?, entonces me dijo. Ha pasado ya alrededor de seis meses desde aquel día, y du-rante este tiempo he podido cerciorarme que muchos, al igual que mi amigo de juventud, no votaron para elegir a los parla-mentarios andinos, simple y llanamente porque desconocían lo que esto era. Y lo que es aún peor, algunos de ellos me hicieron saber que no ejercieron su derecho porque incluso, conociendo a alguno de los candidatos, estos no se tomaban la molestia de exponer sobre este tema porque lo desconocían… ¡el colmo! Las personas, no pocas, con las que conversé desde entonces, me permitieron decirles, gracias al conocimiento que adquirí a fin de tentar suerte hacia finales de 2005 e inicios del año pasado para ser elegido candidato para esta lid electoral por el APRA, que este cenáculo se constituye en palestra deliberante y de control del Sistema Andino de Integración (SAI). Un sistema conformado a su vez por otros órganos, como los de nivel más alto que son el Consejo Andino Presidencial y el Consejo de Ministros de Relaciones exteriores de la Comunidad Andina, pasando por la Secretaría General, hasta llegar a la Universidad Simón Bolívar.

Nada menos que eso, pero desgraciadamente nada más que ello. Pues si uno se refiere a las ocho funciones que cumple éste

. 17 .


(Constituyente, Legislativa, Control Político, Fiscalizadora, Electoral, Administrativa, Control Público y Administrativa), no encuentra que para darle contenido a cada una de ellas se hayan utilizado otros verbos que no sean sugerir, examinar, participar, elegir y, tímidamente, controlar. Pero para nada se encuentra verbo alguno que indique que estos peruanos elegidos para representarnos en esta institución fundada el 25 de octubre de 1979 en La Paz, algo tengan que ver con la verdadera tarea que implica el legislar.

Y esto, es algo que no podemos obviar. Ya que resulta que el órgano que por excelencia le podría dar la necesaria sostenibilidad institucional al proceso de integración propulsado en el seno de la CAN, es uno de naturaleza apocada, por no decir otra cosa. Un lugar, en el que los 20 parlamentarios que ocupan un escaño en nombre de los cuatro países que en igualdad de número de representantes se encuentran ahí presentes por ser miembros de la CAN, no tienen a la hora de actuar potestad legislativa alguna. Y que reunidos, ocho veces al año en la sede de Bogotá, sólo deliberan y emiten recomendaciones sobre lo que hay que hacer. Poco o nada pues, pero algo que sin duda hubiese tenido que conocer mi amigo en abril de 2006 para decidir en toda conciencia si votar o no en esta elección de tipo comunitario andino.

...El Parlamento Andino debe convertirse en un cenáculo de legislación, es decir en un espacio de producción de leyes...

. 18 .


El Parlamento Andino:Más allá del margen del poco interés

No hay duda alguna. Los crudos guarismos que arrojan la última encuesta realizada por IMASEN, publicada en el diario La República en su edición correspondiente al último día del mes de enero, son contundentes y, por ende, inapelables en lo que concierne al Parlamento Andino. Y en sumo preocupantes en tanto que indicadores del nivel de conciencia ciudadana en torno a la importancia de lo que es este órgano del Sistema Andino de Integración (SAI), que junto con otros organismos e instituciones es, la palanca catalizadora de la integración en el seno de la Comunidad Andina (CAN).

Cómo no podría constituir fuente de preocupación el hecho, tal como muestra este sondeo de opinión, que casi el 75 por ciento de peruanos, si extrapolamos los resultados obtenidos a partir de esta muestra, no conocerían nada sobre la institución parlamentaria que cobija desde el año 2006 a cinco de nuestros compatriotas, quienes tras haber sido elegidos a través del voto universal, directo y secreto, ocupan las curules que por derecho le corresponde a nuestro país. Inquieta sobremanera pues que tres de cada cuatro ciudadanos peruanos no sepan qué es el Parlamento Andino.

Cómo no preocuparse al saber que más del 50 por ciento de nuestros compatriotas no han votado alguna vez para el Parlamento Andino. Esto, a pesar de que en este caso se podría esgrimir como argumento a fin de menguar este legitimo sentimiento lo novel que significó en el año 2006 para los peruanos la elección de representantes para este parlamento supranacional. Un cenáculo que cuenta, además de los cinco representantes de Perú, con cinco parlamentarios de cada uno de los otros tres países que componen la Comunidad Andina; a saber Colombia, Ecuador y Bolivia.

. 19 .


A poco más de dos meses del día en el que el conjunto de nuestra ciudadanía elegirá -además del próximo Presidente de la República y a los futuros padres de la patria- a los 5 peruanos que nos representarán en este parlamento con sede en la ciudad de Bogotá, convendría que nuestros compatriotas que competirán democráticamente por hacerse de alguna de las cinco curules andinas asignadas a nuestro país aprovechen de esta oportunidad de privilegio que se les presenta, y conviertan a esta campaña electoral en un saludable y enaltecedor ejercicio de pedagogía política.

Así, esta es la mejor ocasión para explicar a la ciudadanía el rol simple y llanamente deliberativo, más no legislativo, que juega el Parlamento Andino en el proceso de integración de la CAN. Es el mejor momento para decir que estos, deliberando, sólo tienen la potestad de emitir recomendaciones, limitándose a jugar así, a pesar de que son los representantes del pueblo, el simple papel de consultores de otras instancias de rango superior al interior de la SAI. Es el momento por lo tanto para decir, haciendo pedagogía, que si queremos fortalecer a nuestro país en los escenarios regional y mundial, hay que afianzar el proceso de integración andino. Y que esto pasa por transformar sustantivamente el rol que juega hoy esta palestra parlamentaria.

...Tres de cada cuatro electores, es decir 15 millones de ellos, no saben que es el Parlamento Andino. Hay que hacer

pedagogía comunitaria...

. 20 .


El Parlamento Andino, el verdadero viabilizador de la integración regional

Quizás no se equivocó alguien que un día señaló, como quien realizaba un ejercicio de prospectiva retrocediendo en el tiempo para mirar de esa manera hacia su futuro, que si para inicios de los años setenta del siglo pasado hubiese existido un verdadero parlamento creado por voluntad de los países que entonces integraban lo que con los años se convertiría en la Comunidad Andina, al Chile de Augusto Pinochet le hubiese costado alejarse en 1976 de sus pares que conformaban el entonces Acuerdo de Cartagena. Quizás.

Tal vez tampoco erró, cuando deslizó la idea de que si 30 años después del alejamiento del Chile de los Chicago Boys, ya en el año 2006, a la Bolivariana Venezuela de Hugo Chávez le hubiese costado, mucho más de lo que costó a nuestro vecino del sur, expatriarse de las tierras comunitarias, si hace poco más de tres años la Comunidad Andina hubiese contado con un Parlamento, el Andino, digno de ese nombre. Uno que por ser un verdadero espacio de maridaje de nuestros pueblos, hubiese impedido que los presidentes de turno hagan y deshagan a su voluntad con la integración en la región. Acertado o no al lanzar sus afirmaciones nuestro interlocutor, sin duda tuvo el gran mérito de señalar, aunque no explícitamente, ya que no dijo qué entendía por un “parlamento digno de ese nombre”, que si de algo habían adolecido las cuatro décadas de integración en el marco de lo que es ahora la Comunidad Andina, era en el hecho de no contar con el soporte institucional por antonomasia que es un verdadero cuerpo legislativo. Vale decir, un Parlamento Andino con verdaderas potestades legislativas; capaz, por ende, de emitir decisiones vinculantes, y no meras recomendaciones, convirtiéndolo en un real agente de cambio.

. 21 .


Y que esto pasa, ahora lo digo en líneas abiertas, por el hecho de hacer que este parlamento cuente con un número mayor de escaños por país, haciendo que estos números que se determinen obedezcan al principio de representatividad; es decir, al peso demográfico de cada uno de los cuatro países que componen la CAN. Además del hecho mayor que consiste en dejar en libertad de conciencia a los parlamentarios andinos para que estos no voten más por bloque nacional, sino en función de las ideas sobre la integración que defiendan en esta arena que deseamos verdaderamente legislativa. Aquellos que restan pertinencia alguna al Parlamento Andino, intentando minimizarlo, tomen conciencia que la única forma existente para impedir que los Pinochet y los Chávez de turno hagan a su voluntad con los destinos de la necesaria integración, al menos la subregional, al sur del Rio Grande, es transformando la naturaleza institucional del Parlamento Andino a fin de convertirlo en el verdadero soporte institucional de integración en nuestra subregión. En el espacio de encuentro por excelencia de una verdadera representación, libre de todo tipo de atavismos.

...Convirtamos al Parlamento Andino en el soporte institucional de la integración en nuestra subregión...

. 22 .


¿Para qué sirve un Parlamentario Andino?

Es así como se preguntan, a medida que nos acercamos al mes de abril de 2011, muchos de nuestros compatriotas que en el décimo día de ese mes elegirán también a los 5 peruanos que nos representarán en el llamado Parlamento Andino, órgano del Sistema Andino de Integración (SAI). Una manera, hay que enfatizar, poco usual de formular una interrogación, si lo que está en juego es la elección de los peruanos a quienes delegaremos la alta responsabilidad de representarnos en este cenáculo regional. Más de uno ya ha ensayado una respuesta. Unos, como el congresista Víctor Andrés García Belaunde, quien dice “que no sirven para nada”, aduciendo que se trata de “un grupo de amigos que se reúnen para hablar de integración y de problemas que no pueden resolver”, los descalifican de plano. Otros, como el también congresista Rolando Souza, quien, abonando el mismo terreno, hace casi lo mismo cuando sostiene que estos forman parte de “un ente burocrático e inútil”. En fin... de modo que al parecer un campo ha definido su posición. Que equivale a decir que no hay razón para votar para el Parlamento Andino. Así las cosas, ya algunos, con mucho interés, se preguntan si es que no hay otra forma para calificar a este tipo de parlamentarios. Nosotros creemos que sí. Pues a pesar de que el andar de este parlamento implica un gasto para el Estado peruano y, finalmente, para el contribuyente que somos todos, y que las potestades de estos parlamentarios sólo son de carácter deliberativo y consultivo, lo que hace de su acción algo difícil de valorar como debiera serlo, un Parlamentario Andino es un delegado del pueblo con un potencial de acción que en verdad, no obstante sus limitadas prerrogativas, no es poca cosa.

. 23 .


Ya que a pesar, es necesario repetirlo, de que estos no tienen prerrogativas legislativas, lo que hace de ellos unos representantes del pueblo “apocados”, sin embargo mantienen intactas sus prerrogativas en términos de control, es decir de fiscalización. Convirtiéndolos en potenciales aliados de quienes incluso los critican a la hora de evaluar la marcha del proceso de integración andino que se desencadenó en 1969. Que los actuales parlamentarios andinos no ejerzan, por así decirlo, a cabalidad esta función cardinal informando sobre este actuar al país, no deslegitima su existencia como tales. Que estos debieran ejercer mejor su tarea de representación, promoviendo iniciativas, tal como se hace con el Permiso Laboral Andino o el llamado Consulado que representaría a los más de 12 millones de migrantes de nuestra subregión, es algo hay que exigir. El espacio que brinda la SAI para crear otros consejos, además del empresarial y laboral, que sirvan para promover la defensa de otro tipo de derechos, es algo que no se puede dejar de hacer. Todo esto, más allá del hecho de que su acción debe propender a la transforma-ción de este cenáculo en uno de carácter verdaderamente legislativo en pro de la integración. Para mucho puede servir pues un Parlamentario Andino.

...A pesar de no ser legisladores, los parlamentarios andinos, 20 en total, pueden impulsar iniciativas y ejercer su

prerrogativa de control y fiscalización...

. 24 .


Elección para el Parlamento Andino, un ejemplo de desmesura

No es difícil encontrar en nuestro país situaciones que puedan ilustrar sobremanera lo que significa la desmesura; es decir la palabra que se utiliza para negar el papel que juega el rol de sustantivo en esta que es la mesura. Las cuatro sílabas que sirven para designar lo que viola los principios de la moderación, refiriéndose de plano a lo que resulta excesivo y traduce por ende una flagrante carencia de ponderación. Créanme, no es difícil. Solo basta para esto un poco de curiosidad y verán cómo se deriva fácilmente al reino donde la falta de proporcionalidad, que es otra forma de referirse a la desmesura, reina. Para muestra tan solo un botón, es algo que sucede en el campo de la política. Aunque cada cinco años, y ha sucedido, no se alarmen ya que estamos a tiempo de corregirlo, hasta finales de este 2006 tan solo una vez en las elecciones generales de abril último; cuando los más de 16 millones de peruanos elegimos, además del Presidente de la República y a los 120 congresistas, por primera vez a los cinco parlamentarios andinos que representan ya a nuestro pueblo en el denominado Parlamento Andino, supranacionalidad parlamentaria de la Comunidad Andina (CAN). Tamaña desmesura, ya que cada uno de los candidatos de los partidos de alcance nacional que compiten por una de las cinco curules que le corresponden al Perú por ser parte de la CAN, al igual que las hermanas repúblicas de Ecuador, Colombia y Bolivia, debe luchar en un distrito único, el nacional, a fin de hacerse de un escaño en este parlamento cuya sede se encuentra en la ciudad de Bogotá. Convirtiendo de esa manera esta elección, no está demás enfatizar, para un cargo, tal como han sido determinadas sus prerrogativas,

. 25 .


secundario en la CAN, en una pequeña elección de tipo presidencial, dado su alcance geográfico. La desmesura se torna aún más evidente e incluso patética cuando se ve que la exigencia de lo que implica participar en esta muy honrosa competencia electoral no se corresponde con las responsabilidades que asume quien debería ser un representante del pueblo, un verdadero padre de la patria comunitaria. Pues cada uno de nuestros cinco parlamentarios andinos, al igual que los quince restantes provenientes de los otros tres países de la CAN, se reunirán algunas veces durante cada uno de los años que dure su mandato en la capital colombiana tan solo para deliberar y emitir al final simples y meras recomendaciones. Tan solo eso: la desmesura. Estamos a tiempo en el Perú, a más de cuatro años de las próximas elecciones generales de abril de 2011, para revertir al menos esta situación, si lo que se quiere es no reformar aún este cenáculo a fin de convertirlo en uno de carácter legislativo, rediseñando el mecanismo de elección de este tipo de parlamentarios. Cada uno de ellos, por ejemplo, representando a un grupo de regiones. No hacer algo en aras de que cambie esto de aquí al 2011, equivaldría a condenar aún más a la marginación a esta institución de menor nivel que es hoy el Parlamento Andino. Dándole así más argumentos a los detractores de este necesario catalizador de la integración continental que debe ser la CAN.

...Pongamos a los parlamentarios andinos a la altura de su representación nacional haciendo de estos verdaderos

legisladores...

. 26 .


Al este de nuestra patria: Un coloso llamado Brasil

Si alguien entre nuestros compatriotas no se ha planteado aún pregunta alguna en torno a las implicancias de la existencia al este de nuestras fronteras de un coloso como es el Brasil, le sugiero que no pierda un minuto y encuentre el tiempo necesario para reflexionar sobre lo que significa para un país como el nuestro la mastodóntica presencia del gigante carioca. Al que muchos denominan, sin equivocarse al hacerlo, un verdadero país continente, dado el tamaño de su geografía y el peso creciente de su dinámica poblacional.

Ni un solo instante, así como se lee, ni uno solo. Ya que este país que ocupa el quinto lugar a nivel de superficie con sus más de ocho millones y medio de kilómetros cuadrados, el quinto en términos demográficos con casi 195 millones de habitantes, dejará de ser en un horizonte de 15 años, de mantenerse el ritmo de su crecimiento macroeconómico, tomando como referencia el PBI, la octava economía a nivel mundial. Para convertirse así, en el año 2025, en la quinta potencia económica de nuestro planeta, detrás nada menos que de China, Estados Unidos, India y Japón. En este contexto, para nadie, gobernado y, mucho menos, gobernante en nuestro país, debe resultar ajena a su reflexión y, sin duda, si la hay, legítima preocupación, el hecho mayor que es la existencia de un país que desde el momento que nació, hace casi 520 años, allá en 1494, cuando ibéricos y portugueses se repartieron las tierras al oeste de las Islas Azores rubricando el célebre Tratado de Tordesillas, no ha dejado jamás de avanzar hacia el poniente. Impulsado, al inicio, por sus aventureros bandeirantes; luego por la fuerza gravitacional que su creciente geografía ejercía sobre las tierras de sus vecinos.

. 27 .


Que el país que debe su nombre al árbol de rojo tinte, al extremo explotado, hoy casi extinguido, nunca ha dejado de mirar hacia su oeste, buscando acortar las distancias que lo separan del otro océano, es algo que ningún peruano amante de la patria que lo cobijó debe soslayar, menos aún olvidar. El Brasil, debido a su desequilibrante presencia, empujará, si es que el Perú no aggiorna su estrategia geopolítica regional, más hacia el oeste las líneas de frontera que ahora lo separan de nuestra geografía. Y quizás valide así lo que algunos sostienen cuando dicen que sus fronteras naturales son los Andes, situados hoy al interior de nuestro país. Resulta perentorio pues completar la estrategia económica, comercial, energética e infraestructural impulsada por nuestro país como respuesta al empuje avasallador de las dinámicas y ávidas multinacionales brasileñas, muy bien respaldadas por un Estado que tiene claras las cosas a este nivel, con una estrategia geopolítica preclara a nivel regional por parte de nuestro país. Constituye un deber de todo peruano que dice mirar hacia el horizonte temporal, fomentar al menos el diseño de una respuesta cuyo objetivo debe constituir la preservación en el tiempo de la casa común a todos nosotros: Nuestro Perú.

...Se estima que en 2025, Brasil será la quinta potencia económica a nivel mundial. Este dato no sólo debe interesarnos,

sino también, movilizarnos a la acción integradora...

. 28 .


La integración continental, la contraparte de la descentralización

Si el anverso de la moneda en lo que concierne a la cohesión de la unidad del territorio patrio es la descentralización a través del proceso de regionalización que se relanzó a inicios de este nuevo milenio, tras casi una década de aletargante centralización en este campo, el reverso lo constituye, sin duda alguna, la manera en la que nuestra patria se proyecta e inserta finalmente en el espacio regional que la acoge. Un escenario, tal como se sabe, portador de grandes oportunidades tanto en lo comercial, financiero, económico y energético, pero al mismo tiempo, de desafíos impresionantes. Para nadie que sienta la mínima preocupación por la integridad del territorio patrio debe resultar extraño el hecho de escuchar este aserto. Pues si bien es cierto este puede ser utilizado en otras latitudes, no necesariamente lejanas, a fin de graficar las condiciones de viabilidad de muchas unidades etáticas, no por ello carece de pertinencia a la hora de explicitar lo que resulta más que necesario en el momento de pensar sobre la cohesión de un país cuyas gentes no lo pueden imaginar fisionómicamente diferente al que era cuando los cobijó al nacer. Podemos pues utilizarlo, sin caer haciendo ello en la exageración. Una prueba al canto. No se puede negar que el proceso de cohesión territorial entre el espacio del norte de la Chala, cuyo centro de poder se encontraba muy al norte, al interior del actual Ecuador, con los del sur, cuyo epicentro era el entonces llamado “Ombligo del mundo”, el legendario Cusco, fue abruptamente cortado por la conquista que se prolongó por cuatro décadas hasta 1572, cuando el último foco de resistencia Inca fue acallado en Vilcabamba. Y que este proceso, le cueste admitir a muchos, no retomó nunca

. 29 .


bríos durante los más de dos siglos y medio de vida colonial. Como tampoco en la mayor parte de los casi 190 años de vida política independiente. Una prueba más. Resulta difícil negar que el vasto oriente peruano, en el que los señores del mundo prehispánico poco penetraron, cuyos linderos que nos separan de él son definidos cuando la selva abrupta no puede avanzar más ante lo imponente de las alturas de la columna vertebral de nuestra patria que son los Andes, fue considerado tarde en forma consciente como parte del todo unitario llamado Perú. Y que incluso hoy, aunque al leerlo algunos se rasguen las vestiduras, muchos pensando en este vasto territorio de nuestro saliente lo hagan con un trasfondo psicológico que traiciona cierto tufillo de otredad.

Así las cosas, nadie puede negar que en este escenario el Perú de inicios del siglo XXI entabla una lucha frontal a nivel interno, dinamizando y vitalizando las regiones, no pocas veces más mal que bien, a fin de ligar lo que nunca ha estado unido. Y que por lo tanto, por todos los medios civilizados debemos impedir que la falta de una política preclara de integración con nuestros vecinos a fin de garantizar la cohesión de nuestro territorio sorprenda a contrapié los esfuerzos que se puedan implementar a este nivel en el escenario interno. De ahí que fortalecer el proceso de integración en el seno de la Comunidad Andina es hoy uno de los imperativos de esta hora.

...Apostar por la integración regional y continental, equivale a apostar por la cohesión territorial de nuestra patria...

. 30 .


La soberanía de nuestra Amazonía no se vende

Resuena aún el eco, a muy pocos días de Navidad, de las palabras que pronunció el Ministro del Ambiente Británico, David Miliband, con todo el aval del primero entre sus pares, Tony Blair, con respecto al estatus de propiedad de la Amazonía. “A fin de proteger la selva”, según dijo el sajón, “una gran área de la Amazonía pasaría a ser administrada por un consorcio internacional”. Tremenda buena nueva que nos viene desde la Rubia Albión, que si bien concierne en principio solo al Brasil, no debería dejar a los peruanos con los brazos cruzados, ni mucho menos con las mentes aletargadas. Veamos. Para nadie es un secreto que la Amazonía, el bosque tropical más extenso del mundo, de una superficie de alrededor de 6 millones de kilómetros cuadrados, no involucraría en el aciago escenario de la ejecución de este trasnochado proyecto, simple y llanamente, la soberanía de nuestro vecino del este. No, pues este manto verde cubre, además de hacerlo en buena parte del territorio del país carioca y el de nuestro oriente, también parte de la superficie de otros siete países, entre los cuales destacan, nada más y nada menos, que los otros tres que, junto con el Perú, componen la Comunidad Andina, CAN. Nadie en el Perú, como en ninguno de los países que componen la CAN, al igual que en Venezuela, sin olvidar, a pesar de sus estatus, a ninguna de las Guyana, debe ignorar que esta propuesta traduce con el mero economicismo que la subyace una nueva forma de atentar contra la soberanía de los países implicados; por qué no decirlo, las simientes, el caldo de cultivo, de lo que en el futuro podría constituir una nueva forma de colonialismo. Esto, a pesar que lo que se pretende proteger, planteando tan singular propuesta, es

. 31 .


al llamado “Pulmón del Mundo”; a primera vista un objetivo loable. Que quede claro, ningún proyecto que involucre soberanía, puede ser social, cultural, política y, finalmente, económica y medioambientalmente viable, si a la hora de plantearlo se obvia la insoslayable perspectiva de las sociedades organizadas que ejercen soberanía sobre los territorios en cuestión; en la ocurrencia, la de Brasil. Como tampoco en el caso que se considere al grueso del territorio de este vasto bosque un escenario de ampliación que no se puede descartar de plano. Pues nadie podría imponernos desde el exterior una solución que no hubiese sido diseñada con nuestra participación, ejerciendo nuestro derecho de Estado independiente y, por ende, soberano. Adoptando una posición firme con respecto a esta intromisión de corte “medioambiental”, y expresando solidaridad con el autónomo pueblo del Brasil, al que se pretende ultrajar moralmente, el Estado peruano debe mostrar que está a la altura de las exigencias geo y biopolíticas de las circunstancias. Esto, tanto a título individual, como en el de la lógica de bloque en la que evolucionamos desde hace casi cuatro décadas, las de la Comunidad Andina, empoderando a los representantes de sus pueblos, fundamentalmente a los parlamentarios Andinos, a fin de que puedan surcar las trincheras políticas de la defensa de nuestra soberanía. La patria, de sus hijos, esto exige.

...El valor de nuestra Amazonía nos muestra la necesidad de contar con una visión geoestratégica, de alcance biopolítico...

. 32 .


Al encuentro del Brasil, solos no debemos ir

Para las generaciones en nuestra patria, no más de tres, que se imbrican ahora compartiendo experiencias y avatares, y avanzan hacia el año en el que todos festejaremos, más unidos espero entonces que nunca, el Bicentenario de nuestra vida independiente a nivel político, un qué hacer, de igual valía al que coincidió con el festejo de los primeros cien años de vida en libertad, ocupará, quieran algunos o no aceptarlo, gran parte de nuestra preocupación. Éste, al igual de lo que sucedió hace casi un siglo, provendrá allende nuestras fronteras. Y no desde el norte como en ese histórico momento, sino de otro punto cardinal. Pues a diferencia de lo que ocurrió por aquellos años, cuando nuestros hermanos mayores festejaron a la usanza de entonces, recordando la sanmartiniana proclama de Huaura del invernal julio de 1821, ya no será el gran vecino del norte quien suscitará la mayor parte de nuestra preocupación. Esta vez, ese derecho, bien ganado por su talla y dinámica poblacional, al igual que por su performance económica de la que ha hecho gala durante los últimos años, le corresponde al Brasil. Qué duda cabe, hoy constituido en el país faro del subcontinente al sur del Rio Grande. No se equivocó de tal manera Richard Nixon, un conocedor de las relaciones internacionales y de las cosas que conciernen el objeto de la geopolítica, cuando hace casi cuatro décadas, señalando la cardinalidad geoestratégica del coloso en esta parte del mundo que es nuestro gran vecino del este, dijo que “allá donde el Brasil se dirija, América Latina seguirá”. No erró entonces; no lo haría ahora, a diferencia de lo que muchos de sus pares y políticos estadounidenses pensaban. Si viviese Nixon seguramente aún repetiría aquella visionaria sentencia que lanzó para su posteridad.

. 33 .


Razón tuvo pues Haya de la Torre, cuando, descollando como uno de los más preclaros integracionistas de la generación del primer centenario de vida política independiente, dirigiendo su mirada hacia el norte de nuestro continente, vio que el país que se había construido integrando grandes espacios y pueblos que ahí habitaban, en menos de 150 años de vida independiente, se encontraba ad portas de convertirse en la primera potencia mundial. Y que a ese país que por su preeminencia desequilibraba las relaciones en detrimento de sus vecinos ubicados al sur, había que irle al encuentro integrando a la América morena, en un todo que con acierto llamó Indoamérica. Nos equivocaríamos de cabo a rabo hoy, si pensásemos pues -incluso en el marco del proceso integracionista de máximo nivel continental propulsado por la utopía movilizadora que es a su manera el Unasur, planteado hace media década por el Brasil- que el Perú puede ir solo al encuentro de este mastodóntico país, allá donde este se dirija. En esta hora, demos muestras de lucidez geoestratégica. El Perú no debe ir a esta cita de la geopolítica regional en otra forma que no sea bajo el cobijo de una supranacionalidad que la fortalezca. Y esta, quiérase o no aceptar, es la andina. Es la hora de actuar haciendo un ejercicio de analogía de lo que hizo el joven Haya en su momento.

...A la cita con el Brasil, nuestra patria debe ir fortalecida por su membresía en la Comunidad Andina...

. 34 .


Meritocracia, algo que falta en el seno de la Comunidad Andina

El hecho de que a cuarenta años del momento de su emergencia en la historia, en lo que es hoy el espacio de la Comunidad Andina, CAN, compuesta, además de nuestro país, por las hermanas repúblicas de Colombia, Ecuador y Bolivia, no se haya producido, ni se experimente aún, una movilidad estudiantil de nivel superior susceptible de potenciar capacidades intelectuales y de otra índole, dice mucho sobre lo poco que se ha hecho en el campo de la meritocracia en el espacio comunitario. Nadie, en sus verdaderos cabales, podría refutar este aserto.

No nos digan que es suficiente la universidad que lleva el nombre de quien trató de hacer realidad por primera vez la tesis integracionista, convocando al Congreso Anfictiónico de Panamá de 1926, el Libertador Simón Bolívar. No, esta sui generis casa de estudios de la CAN, parte constitutiva del Sistema Andino de Integración, tal como sus propósitos señalan, sólo “elabora y ejecuta programas de enseñanza, de entrenamiento teórico-práctico y de actualización de conocimientos, preferentemente para profesionales con título universitario y experiencia calificada”, entre otras cosas.

Algo, si de decir eso se trata, pero muy poco, para lo que debe emanar de un centro de estudios de ese nivel en una comunidad compuesta por países cuyas pirámides demográficas nos señalan la existencia masiva de jóvenes en edad de estudio. Quienes en muchos de los casos que ameritan, no pueden validar sus capacidades, al no contar con sistemas de becas que, existiendo en sus sociedades, no resultan sin embargo suficientes para ello. Máxime, si lo que se requiere en medio de la revolución cibernética y del conocimiento que a todos nos involucra en el mundo globalizado es proveer una plataforma de proyección ecuménica que toda formación hoy exige.

. 35 .


Si el proyecto de integración encuentra razones de ser, como que las tiene, entre estas se encuentra, que duda cabe, a la hora de pensar en desaparecer lo que se denominan las asimetrías entre los países que la componen, las grandes iniciativas orientadas a movilizar meritocráticamente a estas sociedades, a fin de coadyuvar a que estas sean un día no lejano sociedades verdaderamente inclusivas. Una de las formas de coadyuvar en esto es implementando un sistema de becas intracomunitario masivo de nivel superior, tanto en el campo de las ciencias exactas e ingenierías, como en el de las ciencias sociales, sin olvidar al de las humanidades.

Que por nada del mundo ningún funcionario o elegido por el pueblo que impulse la integración, laborando a su manera en el seno de la CAN, vaya a pensar que orientar recursos económicos y financieros en esta dirección, redefiniendo y repotenciando, por qué no, a la llamada Universidad Simón Bolívar, pueda constituir en alguna manera un gasto. No, esta, en el espacio comunitario, constituiría lo mejor a escoger en el macro-portafolio de la CAN. Dejar de hacerlo equivaldría a que desde la CAN no se contribuya en realizar la promesa de vida en cada uno de nuestros países de nuestros libertadores.

...La acción de la Comunidad Andina debe coadyuvar a la movilización social en nuestros países. No hay nada como

apostar por premiar el mérito bien ganado...

. 36 .


Una Comunidad Andina al servicio de las gentes que la componen

De apelar a un baremo para medir el grado en el que un proceso como el de la integración en el seno de la Comunidad Andina (CAN) ha avanzado, no debemos buscar cinco pies al gato. Más allá de lo que concierne al comercio intracomunitario que tiene que ver con la dinámica del flujo de bienes y servicios, así como el de los capitales que pueden transitar en diferentes direcciones en este espacio de cuatro décadas de existencia, está el hecho cardinal que tiene que ver con la calidad de lo que se llama el libre tránsito de las personas en el espacio comunitario.

He ahí, creemos, el quid del asunto de cualquier intento de integración; en el caso que nos concierne pues la andina. Ya que, si su presencia con el tiempo implica, como se reclama para ella, mejoras en términos de crecimiento económico y de desaparición de ciertas asimetrías de diversa índole entre los países que la impulsan, una de las maneras por excelencia de saber cuan bueno es esto para los cuatro países que la integran, es tomar la medida de cuánto favorece directamente a los ciudadanos de cada uno de los países comunitarios. No hay más secreto, o las mejoras se sienten en primera persona, o poco más que ello, o no son mejoras.

Y no exageramos. Ya que de lo que debe tratar el propósito final de este proceso, es que ninguna de las casi 100 millones de personas que habitan en este espacio comunitario debe, en alguna manera, sentirse extranjero en algún país que no sea el de su nacimiento. Cada uno de ellos debe sentirse un ciudadano de los 3 millones 782 mil kilómetros cuadrados que, como quien escribe, muchos desean que se conviertan un día en una patria comunitaria. El objetivo es, por ejem-plo, que en un futuro el peruano se sienta en Colombia tan

. 37 .


colombiano como el mismo colombiano en su propio país, y viceversa. Que se entienda, no hay otra forma de ganar buena calificación para la Comunidad Andina tras cuarenta años de existencia que la que no tenga que ver con el hecho de cómo la gente hace suyo este esfuerzo de integración. Y para esto, hay que ser claros, no es suficiente desplazarse como un simple turista en el espacio comunitario. Las múltiples aristas de la existencia de cualquier ciudadano peruano sobrepasan en número al de este ejercicio, sin duda inclusivo a nivel cultural, pero no suficiente en lo que respecta a la promesa de realización individual en el seno de la comunidad. De lo que se trata, por ejemplo, es que quienes representan, habiendo sido elegidos en sus respectivos países para ocupar un escaño en el llamado Parlamento Andino, osen, a pesar de las limitadas prerrogativas que disponen, propender con vigor a armonizar las leyes en los ámbitos laborales y sociales a fin de que el estatus de ciudadano andino que muchos deseamos gane en contenido y decante naturalmente a partir de su acción. Algo de eso se hace ya en el campo de la seguridad social, pero aún es poco para lograr que peruanos, bolivianos, ecuatorianos y colombianos, sientan cada vez más suya esta integración, la andina.

...O las mejoras se sienten en primera persona, o no son mejoras...

. 38 .


Los grandes retos de la integración andina

Múltiples son los retos de la integración andina desde un enfoque integral. Entre estos, sin duda alguna, se encuentra el de promover, por una parte, la participación de la sociedad civil y, por la otra, reconocer a la cultura como factor de desarrollo. No puede ser de otra manera, ya que el proceso de integración de este bloque no puede reducirse a la interacción de las elites económicas y políticas. Su legitimidad y viabilidad pasa inevitablemente por involucrar a las organizaciones de la sociedad, pues este proceso no puede ser sólo de empresarios y políticos. Es de todos los ciudadanos que componen este espacio de integración que es la Comunidad Andina, CAN.

Otro reto de la mayor importancia, dado que forma parte de nuestro desarrollo propio, es aceptar y potenciar nuestras particularidades para la ampliación de las oportunidades. Para esto hay que defender, por un lado, el respeto a nuestras identidades y, por el otro, promover y proteger la creación y el acceso a los bienes y servicios culturales. Dentro de un mundo globalizado es necesario tomar conciencia de ello, pues el valor simbólico y económico de nuestra cultura constituye un factor de desarrollo. Un plus que nos permite mayores y nuevos puestos de trabajo, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y producir nuevos sentidos de comunidad. La integración se da no sólo a través del intercambio de mercancías sino también de imaginarios y valores. No se puede dejar de lado las identidades de los ciudadanos ni el protagonismo de la sociedad civil. Estos constituyen la argamasa de la integración, que debe encontrar su correlato en una gran agencia de noticias subregional. Necesitamos que la información que consumimos, que viene de los centros de poder a nivel mundial, encuentre una respuesta

. 39 .


que reivindique nuestra capacidad de generar contenidos propios, útiles a nuestra integración y nacionalidad andina. Razón tiene Castells cuando dice que el poder se construye en la mente: generemos pues contenidos para construir una poderosa integración que nos haga más fuertes a todos los ciudadanos andinos.

Pero además, siempre orientando nuestros esfuerzos en lograr que la integración sea experimentada en primera persona, es importante que los parlamentarios andinos coadyuven, recomendando proactivamente, en el proceso de armonización de las legislaciones en el ámbito laboral. No es posible que tras cuarenta años de esfuerzo de integración subregional los ciudadanos de cualquiera de los países no cuenten con prestaciones de salud y de protección en caso de que sean víctimas de algún accidente en algún otro país de la CAN. Es vital saldar este déficit de seguridad social e integridad individual.

Hagamos realidad el sueño del Libertador Bolívar quien en su carta de Jamaica de 1819, nos señaló que el sistema de gobierno más perfecto “es aquel que produce mayor suma de seguridad social”, haciendo que los ciudadanos andinos, habiendo disfrutado de mejoras concretas durante su vida productiva, gocen luego de un sistema, comunitario, capaz de garantizarle un retiro digno a la hora de jubilarse. No hay nada mejor para garantizar la paz social y la estabilidad política que el hecho de disminuir los niveles de estrés individual y colectivo debido a la incertidumbre social. Estos son sólo algunos de los retos que tenemos ante nosotros, esforcémonos por alcanzarlos...

...No desmayemos en el camino de la integración...

. 40 .


Epilogando mis reflexiones:Una agenda personal como integracionista

Que el escenario de integración que es la Comunidad Andina no carezca de legitimidad y, por ende, de futuro, se explica, por múltiples razones, en lo que perdieron, por ejemplo, en términos de exportaciones hacia esta subregión los venezolanos luego de alejarse precipitadamente en el año 2006. Lo mismo refleja el nivel de exportaciones intracomunitario que supera de lejos hoy los 7 mil millones de dólares. Al igual que lo hace su potencial comercial y económico, además del financiero como da la dinámica actuación de la Corporación Andina de Fomento. Todo esto, a pesar de lo que sostienen los detractores que no faltan. El proceso de integración andino no puede ser catalogado de plano como un fracaso. A no ser que quienes así lo hagan, antojadizamente perciban a las diferentes etapas por las que ha atravesado - Regionalismo hacia Adentro, entre 1969 y 1987, Regionalismo Abierto, entre 1987 y 2007, e Integración Integral, a partir de 2007- como susceptibles de ser adjetivadas como tal. Obviando que más bien estas tres fases, mostrando la vocación de integración de los países que componen el bloque, ponen en evidencia la capacidad de adaptación del proyecto integrador a los requerimientos de diversa índole que desde allende sus fronteras y desde su interior surgen ante él. La integración continental en general y, en particular, la andina, cueste a algunos admitirlo, a pesar de las marchas y contramarchas que muestra una evolución de poco más de medio siglo, se evidencia como el camino que tenemos que proseguir juntos a fin de superar los problemas que nos ha legado una América morena en la que las fuerzas de la desunión entre algunos de nuestros países siguen distorsionando la

. 41 .


asignación de recursos económicos y financieros necesarios para vencer al subdesarrollo. Debilitándolos políticamente y restándoles presencia en el escenario internacional. Una vía pues por la que hay que proseguir y con renovados bríos. Poniendo énfasis en el camino que tenemos por delante, es lo que justamente se requiere hoy también a nivel interno en el Perú. Pues lo que se necesita, en lo que respecta sobre todo al bloque de la Comunidad Andina, es la institucionalización de la sostenibilidad del proceso de integración. Aggiornando uno de los órganos del llamado Sistema Andino de Integración, SAI, el Parlamento Andino, a las necesidades que surgen desde las sociedades que lo componen en términos de calidad de representación. Única forma de legitimar ante la ciudadanía que deseamos Andina el proceso de integración. Ardua es la tarea que espera a todos aquellos, en particular los representantes elegidos por el pueblo, que desean contribuir con la integración subregional. Los problemas de índole transfronterizo, la lucha contra el narcotráfico, el derecho de las minorías étnicas a vivir en el lugar que le han legado sus ancestros, la participación en igualdad de condiciones de la mujer en los diversos ámbitos del quehacer en sociedad, así como la preservación de la biodiversidad, al igual que el derecho a un medio ambiente de calidad, por citar algunos problemas comunes a los países del bloque andino, exigen una representación efectiva por parte de los elegidos que pasa por hacer de ellos verdaderos legisladores al servicio de los objetivos comunitarios. Y de la meta mayor que es la integración continental.

. 42 .


MARCA

15ESCRIBE

“SOY PERUANO Y SOYANDINO COMO TÚ”

Pancho Huanacune alPARLAMENTO ANDINO

Reflexionessobre la IntegraciónAndina

2011

Francisco Huanacune Rosas

reflexiones sobre la integración andina

Documents