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Valeria Esposito Mensajeros instantáneos: Radiografía afectiva de la Postmodernidad Comunicación Otra; Análisis de las relaciones sociales que se tejen en el Messenger y otros espacios de socialización on-line.

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E-Book - 2006 - Autor: Lic. Valeria Esposito www.semiostudio.blogspot.com www.semiostudio.com.ar

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Valeria Esposito Mensajeros instantáneos: Radiografía afectiva de la Postmodernidad Comunicación Otra; Análisis de las relaciones sociales que se tejen en el Messenger y otros espacios de socialización on-line.

Valeria Esposito

Mensajeros instantáneos: Radiografía afectiva de la Postmodernidad

2

Esposito, Valeria. Mensajeros Instantáneos: Radiografía afectiva de la posmodernidad 1ra edición, Buenos Aires - www.semiostudio.com.ar -Octubre de 2007 (Versión e-book). ISBN: 978-987-05-3410-5 Hecho el depósito que marca la ley 11.723

Imagen de tapa (versión/ adaptación) Girl at Piano, 1963, Roy Liechtenstein.

3

Prólogo......................................................................................7 1- La introducción

2- Los capítulos

3- Las preguntas de investigación

Capítulo I: Comuniquísmo, Comunicología, Comunicomancia (El estado del Arte, definiciones útiles. Posturas teóricas sobre la

web)………………………………………………………………………………………..12

1- De rigor… una cronología de la gestación

2- Tecnofascinados, tecnodesencantados y tecnocríticos

3- Nuevamente de etiqueta… la historia del chat

4- ¿De qué hablamos cuando hablamos de mensajeros instantáneos?

5- ¿Qué es lo virtual?

6- Lo que hasta ahora se dijo del chat y los mensajeros instantáneos

7- Clasificación de los vínculos que se producen en Internet

8- Anonimato… Ser o no ser

9- ¿Por qué los ciberbares se parecen a un callejón del Bronx? Folksonomías

y reciclaje… Una respuesta posible

10- Nos quedamos con las ganas… Porque I Planells ya lo hizo. Análisis

discursivo de los mensajes escritos que se intercambian en un chat abierto.

Capítulo II: Indudablemente a Jakobson… Lo hubiéramos mareado. (Más allá del principio de la evidencia… Estudio cultural y en comunicación del medio)…………………………..........................................33

1- De la era de los medios masivos a la comunicación ‘punto-grupo-

bidireccional’.

2- “Yo quiero tener un millón de amigos”: Relaciones interpersonales

3- ¿Graffitis digitales, O… Nicknames?

4- El Chat: ¿Género confuso o lenguaje con todas las de la ley?

4

Capítulo III: Bam! Pow! Splam!... “¡Esto es juego!” (Análisis del marco metacomunicativo… y algunas condiciones de producción)…………………………………………………………………………… 48

1- La burla y la risa.

2- Un diálogo sin apresto ni jerarquías.

3- ¡All you need is pop!

4- ¿Eso es un guiño, un smile o una alucinación? (La nueva comunicación

lisérgica)

Capítulo IV: ¡Está ahí; No lo veo… Pero me habla! (¿Por qué cuando hablamos nos sentimos tan cerca? Análisis de rasgos indiciales y enunciativos)………………………………………............. 64

1- Las comunicaciones sincrónicas on-line son principalmente indiciales.

2- Acabar con la ausencia… En un solo gesto. El monopolio de la presencia.

3- Jugar al gallito ciego… digo más y no te veo.

El cuerpo

La mirada

4- Motion Pictures o filmes… el lugar de la webcam

5- Jugar al amigo invisible (y anónimo)

6- Reinventar el abecedario en un soliloquio compartido, infantil y familiar.

Capítulo V: Mensajeros instantáneos; Síntoma de esta cultura frita! (Cómo del Estado de Bienestar pasamos al Estado ¿de Malestar?… y la restitución del equilibrio. Conclusiones.)……………………………………………. 88

1- Del Estado de Bienestar al…. ¿Estado de Malestar?

2- Falta y resto: Conclusiones

Post-data: agradecimientos................................................................99

Bibliografía…………………………………………………………………………...101

5

“Dirijo sin cesar al ausente el discurso de su ausencia; situación en suma

inaudita; el otro está ausente como referente, presente como locutor. De esta

distorsión singular, nace una suerte de presente insostenible; estoy atrapado

entre dos tiempos, el tiempo de la referencia y el tiempo de la alocución: has

partido (de ello me quejo), estás ahí (puesto que me dirijo a ti). Sé entonces lo

que es el presente, ese tiempo difícil: un mero fragmento de angustia”

Roland Barthes.

A mi papá, que me enseña a transitar…

6

Prólogo

1- La introducción:

Tal como a mediados del 1800 el Ferrocarril acortó las distancias

geográficas, aceleró los lapsos y, consecuentemente, modificó la percepción

del tiempo y el espacio, produciendo una revolución no sólo en los modos de

producción sino en todo el complejo sistema de representaciones sociales; el

mensajero instantáneo (Messenger) software paradigmático del las

comunicaciones mediadas por computadora (CMC) sincrónicas y espacio de

socialización definible en Internet viene, en este giro de supresión de

distancias espacio-temporales y culturales, a cerrar ese camino inaugurado

con la invención del tal medio de locomoción.

De este modo, el mensajero inicia la construcción de uno de los últimos

peldaños de la supresión de distancias; llega para terminar con la sociedad

del espectáculo –instaurada por los medios masivos de comunicación

audiovisuales- y, sin embargo, para instalar la inerte quietud que todo sujeto

debe mantener al estar al frente de una pantalla y la consecuente

desmovilización político-social que esto implica.

Es en el contexto del Estado Postsocial y el sistema económico neoliberal que

esta tecnología es acogida por los usuarios, que en su práctica de

chateadores incipientes o aprendices de diálogos orales-escritos, se

acomodan a este nuevo modo de vivir… En el que “paradójicamente estar

cerca, implica estar lejos” (Neri, 2001). Y sin embargo, ese diálogo-risa -

comunicación-entretenimiento- por el efecto del dispositivo técnico y el

estatuto ontológico del habla, logran acercar en la distancia. Esa tercera

persona ausente y evocada el “él” deviene, a diario, segunda persona

interpelada: “tú”. Y en ese dirigirnos mutuamente la palabra, fundamos un

presente compartido y restituimos los lazos sociales afectivos perdidos en el

camino a través de este novedoso espacio común: la web.

7

De todas las aristas posibles, focalizaremos en el análisis de los modos y

tipos de relaciones que los usuarios tejen en el Messenger y en los

imaginarios que puede despertar la simbología que propone como

espacio/canal de interacción y, no obstante ello, cargado de signos que tejen

el entramado de representaciones sociales que atraviesan al sujeto

¿pos?tmoderno. Uno de los aspectos en el que nos detendremos es en el

lenguaje que el sujeto utiliza en las interacciones, sin caer en la redundancia

de analizar los códigos lingüísticos, errores de tipeo o economía del lenguaje

que ya fueron analizados por otros autores como I Planells (2002). Lo que

analizaremos es el uso de deícticos en pos de lograr un análisis enunciativo

del medio y los efectos de sentido que ese sistema –de verbos y pronombres-

provoca. Otros de los aspectos a explicar son, por un lado, los flujos

comunicativos que en el chat se instauran, entendiendo como espacios de

comunicación diferenciados a la ventana de diálogo y al nickname y, por otro

lado, el marco metacomunicativo que ambos instauran. Además, abordamos

las vigentes explicaciones sobre el icono gestual -por excelencia: el Smile- y

le aplicamos una lectura ideológica (y no-ingenua) muy distinta a la vigente.

Todos estos elementos serán analizados desde el abordaje interdisciplinario y

cualitativo –más algunos datos cuantitativos- que nos proporciona la teoría

de los estudios culturales que combina elementos de la teoría literaria, la

semiótica, la sociología, la semiología, la antropología cultural y la teoría del

cine. Desde este enfoque explicaremos el funcionamiento –ideas, valores,

creencias, representaciones, etc.- de esta práctica cotidiana, aunque

dejaremos para profundizar en estudios futuros, la cuestión del poder que

en toda interacción se instaura.

2- Los capítulos

El primer capítulo, es el lugar en el que plantamos bandera, delimitamos el

objeto de estudio, lo que analizamos, lo que dejamos afuera y lo que

entendemos por virtual. También analizamos el espectro teórico en el que se

encuentra el debate sobre las CMC y el modo en que -hasta ahora- fueron

8

conceptualizadas las relaciones sociales vía Internet, el anonimato, la

indicialidad y los emotíconos. Prestar atención que mucho de lo que se dijo,

de estos conceptos, será refutado a lo largo del trabajo. Este capítulo, puede

ser definido como políticamente correcto y académicamente necesario.

En el segundo capítulo, nos dedicamos a analizar los flujos de

comunicación, el nickname y explicamos por qué este medio posee listas

estables de contactos conformadas, en su amplia mayoría, por: amigos,

conocidos y amores pertenecientes al ámbito local, ‘real’ y cotidiano y no

tanto por amigos virtuales o anónimos. Es también, en este capítulo, que

distinguimos furiosamente al mensajero de otros medios como el teléfono o

la televisión, que poseen un funcionamiento marcadamente diferente.

El capítulo tres ¿Cómo no va a estar bueno si habla de la risa, el recreo y el

arte? En este apartado nos dedicamos a explicar qué tipo de conversación es

la que se produce en el chat y el modo en que las corrientes artísticas de

fines del siglo XX influyeron en la estética de este medio y, por ende, en lo

pensable, decible y representable. También analizamos cómo se ‘disuelven’

las jerarquías sociales al chatear por mensajero y lo que esto connota. Que

trate todos estos tópicos lo convierte en uno de mis capítulos favoritos.

El capítulo cuatro. Revelador e imperdible, aquí está la tesis central.

Revisar cómo se está empleando el lenguaje en el chat, desde el punto de

vista enunciativo, nos explica el corazón del éxito de este medio. Es un

capítulo que abunda en tecnicismos semióticos, sin los cuales hubiera sido

imposible responder a la pregunta ¿Por qué cuanto más hablamos, más

cerca nos sentimos? Es a través de estas categorías que también podemos

explicar cómo se trastocan las nociones de tiempo y espacio en la actualidad.

Lo mejor del capítulo se encuentra en el estudio del funcionamiento del

cuerpo, la mirada, la censura, la webcam y, por supuesto, la palabra.

Capítulo cinco. El más polémico, sin dudas. Aquí respondemos la pregunta

¿Qué sociedad es la que recibe y da la bienvenida a los mensajeros?

9

Ampliamos el panorama y nos explayamos en las condiciones sociales y

económicas que permiten la inserción del Messenger como medio de

comunicación cotidiana. Me doy el lujo de responder las cuatro preguntas

que nos dejó McLuhan (1988) y resuelvo las conclusiones con un giro

inesperado en el que claramente se observa cómo los espacios que los

Estados-Nacionales dejaron vacante son ocupados por las empresas

transnacionales. En estas conclusiones, también, se revelan las

contradicciones profundas que tiene aparejado todo invento tecnológico y,

obviamente, la modernidad.

3- Las preguntas de investigación

Esta investigación nace de la extrema curiosidad que me produjo una duda

¿Cómo explicar que los sujetos vayan a buscar a otros sujetos a un lugar en

el que, seguro, no están? ¿Cómo se explica el éxito del ciberbar? ¿Cómo se

explica que los internautas, reunidos todos en un mismo espacio físico, no

hablen entre ellos? ¿Qué hace que privilegien la interacción a distancia al

contexto que, inmediatamente, los rodea? De esta absurda observación

primera e inédita práctica nació esta investigación que se dedicó menos a los

cibercafé que a las interacciones por Messenger.

No me podía explicar que los sujetos privilegiaran estos vínculos mediados,

en detrimento de los muchos otros, a los que tienen acceso directo y que, por

alguna razón, ni les dirigen la palabra. Y como suele suceder, una pregunta

trajo la otra… ¿Qué los mantiene tan quietos frente a las pantallas? ¿Qué

los divierte? ¿Por qué no hablan entre ellos, si lo que quieren es conversar?

¿Qué les da este medio? ¿Son anónimos? ¿Cómo se manifiesta en el medio

la indicialidad? ¿Por qué usan y abusan de esas caritas felices llamadas

Smiles? ¿Por qué no van a un bar si lo que quieren es encontrar a alguien

con quien compartir un momento? ¿Les mienten, se mienten, me mienten,

nos mienten? ¿Qué hacen? ¿Cómo se manejan? ¿Se comunican? ¿Se

contactan? ¿Cuál es la diferencia? ¿Es un medio eficaz para charlar?

¿Cuáles son sus reglas de interacción? ¿Reemplaza a la charla telefónica, al

encuentro cara-a-cara o a ambas? ¿Es charla o escritura? ¿El mensajero los

10

vincula o los aísla del contexto social? ¿La pantalla los conecta, los acerca o

los aleja? Y todo esto… ¿Por qué?

11

Comuniquísmo, Comunicología,

Comunicomancia…

Capítulo I

El estado del Arte, definiciones útiles.

Posturas teóricas sobre la web.

12

“En uno de sus libros Morelli habla del napolitano que

se pasó años sentado en la puerta de su casa mirando un tornillo en el suelo. Por la noche lo juntaba y lo ponía

debajo del colchón. El tornillo fue primero risa, tomada de pelo, irritación comunal, junta de vecinos, signo de

violación de los deberes cívicos, finalmente encogimiento de hombros, la paz, el tornillo fue la paz, nadie podía

pasar por la calle sin mirar de reojo el tornillo y sentir que era la paz” Julio Cortazar

1- De rigor… una cronología de la gestación.

La interconexión de computadoras tuvo su origen en EEUU, en un

departamento primero dedicado a la defensa y luego a la producción de

proyectos paramilitares llamado Advanced Research Project Agency (ARPA).

En 1966, cuando uno de sus directivos advirtió que las computadoras eran

incapaces de comunicarse entre sí, todos los esfuerzos de la agencia fueron

destinados a sortear este problema, que se resolvería si se hallaba un

protocolo capaz de interconectar las máquinas. El protocolo fue encontrado y

de este modo comenzó a funcionar una red con fines exclusivamente

científico-militares (Piscitellli, 2005:24).

Otro de los aspectos que viabilizó el fenómeno Internet y sus consecuentes

comunicaciones mediadas por computadora (CMC) fue el cambio en el

aspecto de la interfaz de la computadora. Debido a la fusión que llevaron

adelante, en 1991, Apple e IBM con objeto de desarrollar un nuevo sistema

operativo es que apareció la Macintosh. La Mac logró ocultar los comandos

numéricos tras la estética de los íconos. De este modo, la pantalla abandonó

su gris característico para adquirir las tonalidades que hoy conocemos; el

diseño se volvió amable con el usuario, atractivo… simulado. Ahora la

interfaz imitaba un escritorio con carpetas, un papel donde se tipea, un

pincel con el que se pinta, un tacho donde se arrojan los documentos

inservibles, mouse, ventanas, etc. El mundo de la computadora cambió y

con este cambio “no sólo se hizo posible la masificación del uso de la

computadora sino que se inventó el mundo de la computadora personal”

(Piscitelli, 1998:137).

13

El terreno estaba listo… la computadora había ingresado en los hogares,

tenía un diseño ameno y la posibilidad de interconexión entre máquinas

hacía mucho tiempo que era una realidad.

En 1995, cuando Estados Unidos liberó la conexión de las redes

comerciales a Internet, se produjo el pasaje a la Internet comercial y la

consecuente revolución en la comunicación de los sujetos, jamás conocida

hasta entonces. De este modo, la vida académica quedó rezagada y nació la

World Wide Web de la mano de su creador Tim Berners-Lee (Neri, 2006:54).

Este nuevo multimedia pro-

dujo una revolución irrever-

sible, la comunicación punto

-a-punto se masificó y generó

un hecho inédito en la huma-

nidad. A partir de estas nue-

vas posibilidades técnicas cam

que hoy muchos empiezan a

máquina para luego verse cara

De esta manera, Internet come

sujetos, en principio con un c

con un paulatino ascenso en

navegan.1

2- Tecnofascinados, tecno

A grandes rasgos, estas tres t

espectro teórico en el que se en

Podemos decir que, lo más ca

(que siempre es ciega) en el

convergencia entre el teléfono

postura teórica confía en qu

1 El último dato de la cantidad de usuarios es posee la cifra de 900 millones de usuarios (Pis

14

Internet y la Web no son lo mismo: Internet es una red de redes hecha de computadoras y cables. Sistema que permite el envío de paquetes de información. La interconexión la permiten los cables. La www es un espacio abstracto, imaginario, de información. En la web hay información, documentos, sonidos y videos. La interconexión la permiten los hipervínculos.

Esto dijo Tim Berners-Lee. El creador de la web, que prefirió donar su invento

a la humanidad antes que controlarlo y lucrar con él.

bió el modo en que la gente se relaciona; ya

conocerse primero mediatizados por una

-a-cara.

nzó a formar parte de la vida cotidiana de los

recimiento estrepitoso, para luego continuar

la cantidad de usuarios que día a día la

desencantados y tecnocríticos

ipologías, algo estereotipadoras, clasifican el

cuentra nuestro objeto.

racterístico de los tecnofascinados es la fe

tipo de comunicaciones que viabiliza la

, la computadora y los televisores. Esta

e de la mano del progreso técnico y la

de noviembre de 2004. Este indica que, en la actualidad, Internet citelli, 2005:26).

comunicación sin restricciones advendrá el remedio para todos los males

que padece la sociedad actual (Piscitelli, 1998:299). Confían en que, gracias

a la conectividad la sociedad se liberará de la dictadura informativa de los

medios de comunicación tradicionales. Ven a la tecnología como un “vehículo

de la democracia, la cultura y la libertad que conduce a un aumento del

tiempo libre y a una mejora de la calidad de vida. También preveen que la

sociedad de la información será una sociedad sin clases, libre de un poder

dominante y cuyo núcleo social serán las comunidades voluntarias” (Levis,

1999:79 y 115)

A diferencia de los anteriores, los tecnopesimistas muestran una excesiva

nostalgia por el pasado. Si bien no podemos decir que demonicen al medio,

el foco está puesto en lo que no posibilita. Para ellos, Internet es un

poderoso instrumento de comunicación, aunque consideran que la pantalla

provoca más una separación que un acercamiento entre las personas. Un

punto curioso de los tecnopesimistas es que consideran que los que navegan

tienen una especie de doble vida (en fractura) ya que creen que, por un lado,

hay una vida real y, por otro, una virtual; y que, la vida virtual es una vida

propicia para todo tipo de engaños y mentiras gracias a que la falsa ventana

se instaura como un filtro entre nosotros y la realidad (Levis, 2005:22). Para

estos autores, el ciberespacio es un lugar superficial, un no-lugar, un lugar

de simulación que conducirá al hombre al vacío y a la discapacidad motriz

(Baudrillard en Levis, 1999).

Por último, la postura tecnocrítica, que podríamos decir, se mantiene

equidistante de las dos anteriores. No sostienen ni que la sociedad de la

información traerá mayor igualdad o mayor democracia basada en

comunidades virtuales; como tampoco piensan que la pantalla distancia o

que fomenta un paulatino empobrecimiento cultural. Estos autores, tampoco

consideran que haya tal dicotomía virtual/real ni que las interacciones

virtuales puedan catalogarse como no reales. Podemos afirmar que están

más del lado del análisis del medio que de alabarlo o de criticarlo. Para estos

teóricos los avances tecnológicos no son ni la panacea ni el mismísimo

diablo, consideran que, “cada nuevo avance tecnológico implica ganancias y

perdidas. [ y tienen en cuenta que] la violencia se encuentra implícita en

15

toda tecnología del conocimiento ” (Piscitelli, 2005). Para ellos Internet no es

un no-lugar como tampoco consideran que el hipertexto sea un

empobrecimiento del texto lineal, más bien, tienen en cuenta que toda

tecnología crea su ausencia o engendra su propia contradicción.

Para los autores que siguen esta línea de pensamiento las problemáticas

pasan por establecer criterios que mejoren la Internet actual, que mejoren su

navegabilidad, el hallazgo de la información, la accesibilidad y la

comprensión de los diferentes sitios Web.

Para esto, hacen fundamental hincapié en la necesidad de instaurar una

Web semántica, de revertir la arquitectura unidireccional de los links y de

pensar en los usuarios antes que en la magnificencia de los diseños web

(Piscitelli, 2005; Neri, 2006).

3- Nuevamente de etiqueta… la historia del chat

Si bien el chat nació en 1969 a partir del intercambio de mensajes entre

diferentes grupos de investigación universitaria, en los primeros años de

Arpanet (cuando la red era sólo científico-militar), el sistema Internet Relay

Chat (IRC) fue creado en 1988 por el finlandés Jarkko Oikarinen (I Planells,

2002:24). Es decir, mucho después de los primeros años de Arpanet pero

bastante antes del nacimiento de la World Wide Web o Internet comercial.

La primera idea de su creador fue diseñar un sistema que permitiera, a las

listas de discusión asincrónicas, debatir en tiempo real a dos o más usuarios

simultáneamente. Así nació el concepto de sala o canal de conversación.

Sin embargo, sólo podemos situar la emergencia generalizada de los

mensajeros instantáneos a finales de los años ‘90 con el software ICQ2. Este

programa fue creado por la empresa israelí Mirabilis en 1996 que luego, en

1998, fue adquirida por America On Line (AOL). El 21 de agosto de 1999

Microsoft lanza al mercado el MSN Messenger que, si bien, logra un rápido

crecimiento (en cantidad de usuarios) su expansión explota entre el 2001 y

el 2002. En ese entonces, casi la totalidad de los internautas abandonan

definitivamente el sistema de mensajería instaurado por ICQ y se pasan a 2 ICQ que suena como: "I seek you", juego de palabras que en castellano significa: "te busco".

16

este nuevo soft que crea la empresa de Bill Gates. Por otra parte, desde

2005, con el abaratamiento de los costos de conexión a Internet a través de

la banda ancha, que paulatinamente va sustituyendo el sistema de conexión

dial-up, sumado al constante perfeccionamiento del Messenger, asistimos a

una nueva explosión de las comunicaciones por este medio.

En la actualidad, los mensajeros instantáneos que más se utilizan son: MSN

Messenger3 (que concentra casi la totalidad del flujo de comunicación por

mensajero), le sigue el Yahoo! Messenger y, en menor medida, AIM Aol

Instant Messenger y Google Talk lanzado en este año. Estos programas no

sólo son los más populares de la actualidad, sino que entre otras ventajas

permiten el contacto continuo entre conocidos, desconocidos y amigos. Ya

que, en todo memento, nos indican qué usuario de la lista está conectado y

listo para chatear.

4- ¿De qué hablamos cuando hablamos de mensajeros

instantáneos?

Con el término mensajeros instantáneos estamos designando al conjunto de

programas que soportan, principalmente, conversaciones de texto. Sin

embargo, estas conversaciones de texto pueden producirse no sólo en los

mensajeros sino también en los salones de chat abiertos y a través del

programa SMS (servicio de mensajes cortos) que habitualmente utilizan los

celulares. Pero, las conversaciones que tienen lugar a través de la

computadora (CMC) suelen desarrollarse gracias a la apertura de ventanas

de diálogo, que permiten el intercambio sincrónico de mensajes de texto, que

intentan recrear el ritmo de la oralidad. Esta práctica, -chatear a través del

Messenger- a diferencia de la que se produce en los salones de chat4

abiertos, suele tener comentarios “más elaborados y gramaticalmente

complejos que en los salones de chat abiertos. Ya que la conversación privada

permite cerrar con mayor efectividad las preguntas y respuestas. Además las

3 Según datos de Microsoft, Hotmail –la casilla de correo asociada al MSN- posee en Argentina 7 millones de cuentas activas en la actualidad (Levis, 2005) 4 Chat significa “charla” en castellano.

17

apelaciones son siempre directas y exigen la obligación tácita de leer lo que el

par conversacional ha escrito” (I Planells, 2002:113).

En cambio, las conversaciones que se desarrollan en los salones públicos de

chat son como “un registro escrito imparable, una conversación que no se ha

visto empezar y que no se verá acabar. Una conversación de una vitalidad

cultural y expresiva… cuyo final no puede ni siquiera intuirse y cuyo inicio

resulta indescifrable” (I Planells 2002:33). Esto tiene que ver con la multitud

de participantes que se encuentran rotando en dichos salones. En los

salones, al estar 24 horas en funcionamiento, nunca puede saberse en qué

momento empezó la conversación ni cuando finalizará; el participante sabe,

al abandonar el salón, que la charla proseguirá sin él.

El intercambio de mensajes de texto vía celulares (SMS) posee un dinamismo

diferente al intercambio de mensajes vía computadora. Si bien, los mensajes

vía celular también están diseñados para que lleguen instantáneamente, el

tipo de soporte hace que el intercambio sea desfasado, no permitiendo la

sincronía que requiere una conversación, como la que se puede llevar

adelante a través de la computadora. Esto no sólo tiene que ver con la

predisposición de los participantes que, en un caso, se encuentran

realizando una actividad diferente (al intercambio de mensajes) y, en el otro,

están frente a una computadora con el programa abierto, mostrando la

disponibilidad a conversar; sino también, tiene que ver con el tamaño

diferente que poseen ambos dispositivos. Mientas que, el celular es pequeño

y posee un teclado alfanumérico “incómodo”, la computadora tiene un

conveniente teclado y una pantalla lo suficientemente amplia como para que

capte totalmente nuestra atención.

Otra diferencia a recalcar es el tipo de comunicación que se produce en los

mensajeros instantáneos y en los salones de chat abiertos. Si bien, ambas

conversaciones son posibles gracias a la mediación de la computadora.

Mientras que, el Messenger permite al usuario conformar “una lista estable

de contactos” en los salones de chat abiertos estas listas no son estables ni

las conforma el usuario, a su gusto, sino que se crean a partir de los

usuarios que se conectan en ese momento con ese canal temático o salón de

chat.

18

Esta lista estable de contactos, entre otras cosas, permite saber qué

contactos están on-line y disponibles para conversar, como los que están off-

line o imposibilitados de hacerlo. Además, a través del Messenger se puede:

mostrar diferentes estados del usuario (disponible, no-disponible, ausente,

etc.), mostrar frases que acompañen o complementen al nickname, realizar

transmisiones de voz y/o de imagen a través de algo parecido a una video

conferencia. También, es posible mostrar una imagen que identifique al

usuario, cambiar los fondos de la ventana, personalizar la tipografía

utilizada, enviar archivos de imagen, texto o voz; enriquecer la conversación

con iconos móviles (también llamados gif) o enviar zumbidos para llamar la

atención del interlocutor. Otra de sus posibilidades es rechazar algún

contacto de la lista, utilizando la opción de no-admisión, como también

mostrarse desconectado o armar conferencias invitando a otros usuarios a

participar de una charla que involucre a tres o más participantes. Éstas son

las posibilidades e imposibilidades que cada tipo de mensajero instantáneo

suele ofrece a sus usuarios5.

Según Diego Levis (2005:32), el uso de los salones de chat abiertos y los

mensajeros instantáneos está vinculado ya que “muchos que comienzan a

chatear por curiosidad, rápidamente se aburren y abandonan los salones de

chat, para emigrar a los servicios de mensajería instantánea, dejando

solamente como medio suplementario el canal de chat [abierto]”. Otra de las

cosas que señala el autor, es que al día de hoy “la forma más extendida de

entrar a un chat, es a través del botón de ‘chat’ que ofrecen los portales más

importantes de la web” (Levis, 2005:33) a diferencia de otros tiempos, en los

que se requería de programas especiales (instalados en la computadora) para

lleva a cabo tal práctica.

Caracterizamos al Messenger como un tipo de software que abre una

ventana en la que el usuario puede permanecer todo el día on-line y ver el

estado de conexión/desconexión de sus contactos, como también iniciar una

conversión fluida abriendo una ventana de diálogo para transmitir textos,

imágenes y sonidos en simultáneo. Estas posibilidades lo distancian

5 Para más información ver http://de.wikipedia.org/wiki/ICQ y links asociados al tema.

19

enormemente de otros medios (como el salón de chat abierto o el SMS) que,

si bien permiten enviar mensajes de texto, no poseen la especificidad del

mensajero. Es sobre el Messenger y el tipo de relaciones, y vínculos sociales,

que éste soporta de lo que vamos a hablar en el presente trabajo.

5- ¿Qué es lo virtual?

Para despejar dudas, dejamos en claro que entendemos por “virtual” a

aquellas actividades y relaciones que se tejen gracias a la interconectividad

de las máquinas operadas por personas. Como este tipo de conexión “no está

basada en ninguna realidad espacial derivada de átomos, la caracterizamos

como no-atómica y por tal la definimos como digital, por ser su materia

constitutiva un código binario” (I Planelles, 2002). Por otro lado, entendemos

que lo virtual no se opone a lo real6, sino que la virtualidad implica poner

“fuera de ahí”, es decir, desterritorializar del ahora temporal y el aquí

espacial: una palabra, una persona, un acto, una información, etc. (Lévy,

1999).

Por último, concebimos que las relaciones “virtuales” que se desarrollan en

la Web, son tan reales como las que se desarrollan por fuera de ella y que las

mismas implican una continuidad entre la vida real y la vida virtual. No

implican un quiebre o una ruptura, sino que son espacios que se comunican

entre sí (Neri, 2001). En síntesis, para nosotros las relaciones virtuales son

aquellas que se tejen en la Web (a través del soporte digital) y que a pesar de

implicar un salto (espacial, temporal o ambos) no representan una ruptura

con la vida cotidiana, mas por el contrario, la amplían y enriquecen.

6- Lo que hasta ahora se dijo del chat y los mensajeros

instantáneos

6 Habitualmente, cuando se manifiesta esta dicotomía, se supone equivocadamente que el hombre es sólo parte de un Universo empírico sin tener en cuenta que el ser humano es un ser de lenguaje y, por tal, es el que le otorga sentido al mundo objetual y es el que produce tanto la realidad empírica como la virtual (Benbenaste, S/D).

20

Como ya lo afirmamos en páginas precedentes, también respecto del chat

encontramos un espectro en donde los teóricos se fascinan, se desencantan

o critican al medio. Entre los temas que más reflexiones, polémicas y textos

ha desatado podemos encontrar: la práctica de cibersexo que posibilita el

medio y el consecuente debate sobre si es o no infidelidad7. Otro de los

temas tratado son las nuevas configuraciones léxicas que posibilita el medio

y el consecuente (o posible) empobrecimiento del lenguaje que podría

acarrear.

Respecto de aquello que, hasta ahora, ha circulado sobre el chat parece

haber acuerdo en el campo en analizarlo desde el interaccionismo simbólico

de Erwing Goffman, como también sobre la falta de dimensión indicial

(dimensión del contacto corporal) que es repuesta por los usuarios, por

ejemplo, a través de emotíconos.

Nosotros, respecto de estos dos últimos puntos, tenemos algunas

diferencias. En principio, no creemos que las categorías elaboradas por

Goffman nos sirvan para explicar las interacciones en el chat o, por lo

menos, entendemos que no alcanzan. Además de ello, observamos que no

toda la cuestión de la indicialidad puede ser repuesta o, al menos,

establecemos que esa pérdida deja secuelas en el modo de leer los textos y

en los efectos de sentido que estos producen (Ver capitulo Nº IV).

Los teóricos8 que siguen la línea que crea Goffman, para explicar las mircro-

interacciones, aseguran que los elementos que componen la fachada del

sujeto (elementos simbólicos) en interacciones cara-a-cara se reponen por

otros medios (emotíconos, nicknames, estilo textual, etc.) en el chat con el

objeto de suplir la falta de lo no-verbal.

Para I Planells “el personaje, salvo excepciones extremas, no puede dejar de

ser jamás uno mismo, a la vez que nunca puede llegar a serlo del todo.

7 Muchos autores sostienen que a través del chat (o los MUD) el sujeto puede vivir experiencias sexuales, fantasías homosexuales, heterosexuales, grupales, etc. sin acarrear consecuencias en sus vidas reales. Para más información sobre este tema, ver el capitulo “Sexo virtual y problemas de género” en La vida en la pantalla Sherry Turkle (1997) Paidós. También consultar artículos como: http://www.uruguaymujer.com/sexo_virtual.htm, http://www.nqnet.com.ar/nqsex/nota12.html y notas relacionadas. 8 Para más información ver: Amores en red (Levis, 2005), Género Chat “Capítulo V” (I Planells, 2002). También se puede ampliar la información con el trabajo de Gisela P. R. Bacigaluppe en http://www.nombrefalso.com.ar/materias/modos/ensayos/rondina_bacigaluppe.html. Otra de las fuentes a consultar es el libro de Erving Goffman (1959) La presentación de la persona en la vida cotidiana.

21

Goffman mantiene que hay dos vertientes de la persona: la representación y lo

que hay detrás, el ser prerepresentacional, presocial. Así niega la naturalidad

o espontaneidad pura del ser social” (Goffman, 1959; I Planells, 2002).

Si bien entendemos que algo de esto ocurre no podemos afirmar que un

sujeto se comporte del mismo modo en una interacción cara-a-cara, en

donde la mirada del otro sobre el cuerpo propio deviene elemento crucial a la

hora de la adopción de tal o cual comportamiento representacional,

actuación o fachada personal; que en una interacción donde un sujeto

tienen la ilusión de estar solo (sin miradas ajenas sobre su cuerpo) frente a

su máquina y, por tal, deviene propicio para el despliegue de otro tipo de

comportamiento.

7- Clasificación de los vínculos que se producen en Internet

Para Carlos Neri (2006:54), la evolución de la cuestión vincular en Internet

puede ser resumida en dos tipos de relaciones entre los sujetos:

1-Los informales: vínculos generados por la incorporación creciente de las

tecnologías en los hogares y la sociedad (mail, chat, foros).

2- los formalizados: que son desarrollados a partir de las concepciones que

se desprenden de la Web semántica9, las folksonomías y la teoría de los 6

grados10.

En cambio, Diego Levis sostiene que hay tres grandes tipos de relaciones

personales en la red, que se encuadrarían dentro de la clase de vínculos que

Neri llama informales.

1) Las relaciones puras de Internet, que sólo se desarrollan en este terreno y

en las que no conocemos físicamente a la persona con la que nos

relacionamos. De este tipo de relaciones se desprenden dos clases:

9 El concepto de Web semántica alude a la posibilidad de dotar a la web de mayor significado para que cualquier usuario pueda encontrar respuestas a sus preguntas de forma rápida y sencilla gracias a una información más definida (Neri, 2006: 67). Para mayor información ver: “El futuro de la red: la web semántica” en Internet: la imprenta del siglo XXI (Piscitelli, 2006). 10 La teoría de los 6 grados indica que dos personas cualesquiera del mundo están relacionadas entre sí por un máximo de 6 personas. Así las personas y las informaciones se agrupan por afinidades y unas llevan a otras, lo cual genera ambientes de encontrabilidad (Neri, 2006: 62).

22

• Las que son eventuales y anónimas de los canales abiertos. Estos

tipos de encuentros son los más propensos a disfraces y a juegos de

personajes.

• Las que alcanzan intensidad y compromiso debido a que se establecen

a través de canales de chat, listas de correos, foros de discusión o

comunidades virtuales que existen en la red. El autor señala que,

muchas de estas relaciones culminan en un encuentro físico.

2) El otro tipo, son las relaciones que establecemos con personas conocidas

(en la vida real) a través del mail o programas de mensajería instantánea y

canales de chat privados (Levis, 2005: 36).

Por último, I Planells analiza un aspecto muy interesante de este tipo de

interacción y propone un recorte de tipologías de usuarios (identidades) por

su grado de sinceridad en su desempeño en el canal. Para el autor los

usuarios pueden clasificarse cómo: sinceros o falsos.

Los sinceros: son aquellos usuarios que interactúan con un nick11 que da

cuenta de los rasgos que posee su personalidad. Estos usuarios, muchas

veces, usan su nombre propio como nick. Aquí “el usuario y el personaje son

una sola cosa” (I Planells, 2002:193).

La conducta de los “sinceros” tiende a ser estable, a forjar relaciones

cotidianas e íntimas con otros usuarios (que conocen, o no, en persona) con

los que interactúan en la web. Estos usuarios suelen asistir a los eventos

físicos convocados por otros internautas con el fin de conocerse. Bajo dicho

modelo de comportamiento se funden personaje y usuario en un solo ser y

no hay forma de distinguirlos: su ‘Yo’ en el chat es su ‘Yo’ fuera de él,

aunque puede haber diferencias respecto de las formas comunicativas. En

su mayoría, este tipo de usuarios, cree que en el chat es más fácil mostrarse

como realmente son ya que les permite vencer su vergüenza o timidez real.

Para ellos, el chat es el lugar de la transparencia, la desinhibición y la

libertad de expresión.

11 Otro planteo es que los nickname son un elemento simbólico crucial dentro del chat ya que permite identificar personalidades cibersociales (I Planeslls, 2002).

23

Los falsos: son aquellos usuarios que deciden crear un personaje,

inventarlo. Estos usuarios son los que deciden tener una actitud diferente a

la que tienen en la vida real. Decimos que tienen una actitud poco sincera

porque se plantean el chat como un lugar para ser aquello que no son. Por

ejemplo, en la vida real son amables y tímidos y en el chat se muestran como

agresivos, ácidos u ofensivos.

Mientras que la primera actitud es de identidad con su personaje en el chat,

la segunda actitud es de diferencia. Aunque I Planells, al igual que Turkle

(1997), sostiene que el personaje salvo excepciones extremas “no puede dejar

jamás de ser uno mismo, a la vez que nunca puede llegar a serlo del todo” (I

Planels, 2002:196).

8- Anonimato… Ser o no ser

Muchos autores sostienen que el anonimato, que prodiga la web, facilita el

engaño y la mentira de los usuarios hacia sus interlocutores de turno.

Nosotros cuestionamos tanto que los usuarios de la web gocen del tan

mentado anonimato, como también que éste sea el causal de incremento de

mentiras en el ciberespacio. Otra creencia que circula en la web es que la

desinhibición y el cibersexo son propicios en el medio gracias a tal

anonimato. Entendemos que, tal categoría no alcanza para explicar el

fenómeno y que hay que buscar las causas más allá de esta “evidencia”.

Debido a que Levis sigue la línea que traza Sherry Turkle para describir lo

que pasa en los MUD (juegos de rol) y traspola tales categorías a lo que

sucede en los chats, sostiene que: el chat, gracias al anonimato, “invita a

hacer de nosotros personajes de ficción. [Aunque, a veces,] el mejor disfraz

sea nuestra verdadera personalidad” (Levis, 2005:56). Para él, tanto el chat

como el mail son lugares propicios para los malentendidos, mentiras,

máscaras y disfraces. Considera que tal medio de comunicación fomenta la

simulación y el cambio de sexo. Según los testimonios que Levis analiza

nuca se puede creer (ni estar seguro) de que lo que dice el otro, el que está al

otro lado de la pantalla, sea verdad. Ya que el alter ego virtual no siempre

responde a la persona que hay detrás de la pantalla.

24

Una de las formas más habituales de caracterizar el desempeño del usuario

en el Chat es emplear el concepto de máscara (suponemos que, siguiendo la

línea de Goffman) y de anonimato, para argumentar que este nuevo lenguaje

es muy propicio para proferir mentiras y engaños. En cambio, I Planells

sostiene que “el anonimato absoluto tampoco es posible en estos entornos,

porque la creación de un personaje establece vínculos que siempre acarrean

consecuencias sociales”.

Tanto para I Planells como para nosotros, el anonimato no es el elemento

definitorio de tal despliegue exhibicionista. Para Neri, lo que explica el

comportamiento desinhibido es la falta de censura en los entornos digitales;

adherimos a tal idea y agregamos que, también, la mediatización de la

interpelación12 y la falta de la mirada de del Otro son los elementos cruciales

de que, a veces, se produzca tal conducta.

Aunque entendemos que, de los diferentes espacios de socialización que

propone Internet, algunos son más tolerantes al anonimato que otros.

Entendemos, al igual que I Planells, que estas “relaciones tejidas en el chat

no son en absoluto anónimas” (I Planeslls, 2002: 210). Y mucho menos en los

mensajeros instantáneos ya que sus usuarios suelen conocer a aquellos con

quienes chatean y por tal toman tan en serio las interacciones en este

entorno como las de la vida real.

Sostenemos, tal como dice I Planells, que si bien un pseudónimo no nos

puede conducir a la persona física, ese apodo puede tener una reputación

sólidamente establecida en el entorno virtual (I Planells, 2002:210).

Entonces, “lo que no existe en los entornos cibersociales es el referente real, el

cuerpo atómico (…), aunque no podamos decir que sean acorpóreos. Ya que,

estos sujetos, describen sus cuerpos, los expresan, los recrean y los

dramatizan sin tener que ajustarse al referente real” (I Planells, 2002:211).

12 Tomamos da definición de interpelación de Louis Althusser (1970), quien sostiene que es la Ideología la que interpela a los individuos como sujetos. Para más información ver Ideología y aparatos ideológicos del Estado.

25

9- ¿Por qué los ciberbares se parecen a un callejón del Bronx?

Folksonomías y reciclaje… Una respuesta posible

“Me esperas allí donde no voy a ir. Me amas allí donde no estoy”

Roland Barthes

En los inicios de este trabajo comentábamos que una de las preguntas que

nos llevaron a tratar este tema fue la incomprensión de ciertas conductas de

los habitué de los ciber-cafés. Nos preguntábamos, una y otra vez, por qué

los cibers tiene ese aspecto, esa geografía cuasi marginal, ese talante de

aguantadero o lugar de rejunte de patotas y callejeros. También, nos

cuestionábamos si no era muy absurdo que la gente vaya a buscar a otra

gente a este lugar… En el que seguro no está. ¿Cómo era posible que vayan

a charlar y que no le hablen a nadie de su entorno? ¿Qué ocurre que

prefieren discutir sus ideas con los que están lejos y no con lo próximo que

está a su alrededor? A nuestra ayuda vienen los conceptos de reciclaje y

folksonomías.

Para Carlos Neri, Internet cumple dos funciones que la diferencian

absolutamente de los medios preexistentes, la posibilidad de: a) gestionar la

información bidireccionalemente y b) conectar y agrupar gente. Estas “son

dos caras de una misma moneda, que la formas de clasificación denominadas

folksonomías unen, junto

a la denominada teoría

de los seis grados la

diversidad de los usua-

rios” (Neri, 2006:54).

Por otra parte, en Bytes y

Cibercafés: Hay 9.000 cibercafés en Capital Federal y Gran Buenos Aires De los 7, 5 millones de usuarios que interenet posee en el país 3,5 millones se conectan desde los cibercafés. El 63% de los usuarios de cibers tiene computadora en su casa con sistema dial-up.

Datos de la consultora Marco Marketing Consultants http://www.canal-ar.com.ar/binario/Notas/NotaMuestra.asp?Id=58

papel (Neri, 2001) sostiene que, la red cumple una función de reciclaje ya

que la web recluta lo que los espacios reales expulsan o segregan, recreando

los lazos sociales. Y esto produce que Internet posea las características de

un no-lugar, pero al recuperar identidades perdidas se convierta en un

lugar.

26

Es decir, los ciberbares tienen el aspecto desprolijo que los caracteriza

debido a que, por un lado, reclutan a esa gente que los espacios reales

excluyen y, por otra parte, a que los usuarios van a charlar con otros sujetos

afines que encuentran en la web y que les es más difícil encontrar y

establecer relaciones, en el orden de lo “real”. He aquí, las razones que hacen

que los sujetos vayan a charlar con gente que no está en ese lugar, prefiera

y ubique en primer plano esta interacción virtual por sobre la que podrían

conseguir en el espacio del ciberbar. Es aquí donde notamos con más fuerza

la presencia del concepto folksonomías o cibercomunidades de gente afín, ya

que en el chat y en los cibers “la vida fluye entre la anomia y la construcción

de la tribu. Donde uno se habla a sí mismo utilizando al otro como partenaire

de su fantasía” (Neri, 2001). Hay que añadir que, los mandatos y la censura

(interior y social) tienen menos peso en la web que en lo social, por cuanto,

eso nos puede explicar la preferencia por este tipo de interacciones antes que

las interacciones que se producen cara-a-cara.

Otra de las cosas que nos señala el autor es que el ciberespacio tiende a

crear relaciones con la

velocidad de lo digital.

Esto logra poner en suspenso

la temporalidad del mundo

“real” ya que en la práctica

del chat y en el intercambio

de mails es el ritmo de las p

diferente, al tiempo de las relac

10- Nos quedamos con

hizo. Análisis discursivo

intercambian en un chat

Joan Mayans I Planells, com

confuso de este modo, al

clasificación de Clifford Geertz

Pasatiempos y actividades en los cibercafés: - El 33% de los usuarios va a chatear - El 29% va a chequear e-mails. - El 22% va a los juegos en red - El 15% va a navegar, buscar infomación. - El 1% va a bajar música, conocer personas o trabajar.

Datos de la consultora Marco Marketing Consultants http://www.canal-ar.com.ar/binario/Notas/NotaMuestra.asp?Id=58

alabras lo que genera un tiempo propio y

iones cara-a-cara.

las ganas… Porque I Planells ya lo

de los mensajes escritos que se

abierto.

ienza definiendo al chat como un género

igual que Sherry Turkle (1995), sigue la

. Sin embargo, en el presente trabajo, nos

27

vamos a basar en las definiciones de género de Bajtín13 (1982) y andaremos

el mismo camino que Crhistian Metz (1974) para demostrar que, el mismo,

no es un género sino un lenguaje. Otro de los temas que vamos a redefinir es

la idea de que este tipo de intercambio de mensajes escritos “está

desprovisto de convenciones y reglas gramaticales o, al menos, de la

obligación de su cumplimiento”.

Por otro lado, si bien adherimos a la idea de que la velocidad, como regla,

prima por sobre la correcta construcción gramatical de la frase, entendemos

que “el sistema de argumentación es más similar al de una conversación oral

(que al registro escrito): el contenido se improvisa más, se distribuye

fragmentado” (I Planells, 2002:43). Asumimos que, dichas faltas ortográficas

y velocidad generan ciertos ‘efectos de sentido’ que son los que hay que

investigar como también hay que encontrar las reglas que rigen este tipo de

interacción por chat. Para este autor, el discurso en un chat es una obra

colectiva, fragmentaria y vital; porque participan de su proceso de creación

varias personas. “Por su vitalidad y espontaneidad es en definitiva el más

segmentado, participativo y ‘oral’ de los registros escritos”.

Por el simple hecho de que “se habla más rápido de lo que se teclea, las

intervenciones resultan más sintéticas y van más directamente ‘al grano’ que

en el registro oral, y también que en el escrito, puesto que no hay lugar para

la excesiva retórica” (Ob. Cit., 2002).

La característica que más lo aleja de las interacciones orales es la ausencia

de información extralingüística o paralingüística: gestos, entonación,

miradas, cuerpos, ruido ambiental, acento, cadencia de voz, etc. Todos estos

elementos están ausentes en este medio. Para I Planells, esa falta de

comunicación extralingüística es suplida por los usuarios a través de la

creatividad en el empleo del código ASCII del teclado. Entre los recursos

expresivos que se utilizan para reponer la instancia paralingüística de la

comunicación cara-a-cara, están:

13 Para Bajtín (1982), cada esfera de la praxis humana contenía una “serie de enunciados estables” que podrían clasificarse como géneros discursivos. A su vez, los géneros discursivos pueden diferenciarse en: primarios y secundarios. Para más información ver: Estética de la creación verbal.

28

• La tercera persona narrativa (TPN) que es escribir el verbo

correspondiente a la acción que se desea comunicar en tercera

persona (“x14” se ríe) o su forma más habitual que es el emotícono.

• Otra forma es formular el verbo en infinitivo (“x” – reír -).

• Por último, tenemos el uso de las onomatopeyas (“x” jajajajaja)

Este autor entiende que, la TPN también puede llegar a actuar como “marca

de clase” o de estilo de determinados usuarios, ya que además de comunicar

posee cierta eficacia estética al describir las acciones físicas de los

personajes (“x” se parte de risa) (I Planells, 2002:55). A su vez, plantea que

el concepto de máscara (que Goffman entiende como personalidad pública o

teatralidad) puede traspolarse a la interacción que se da por chat y que; la

TPN añade a la conversación un narrador omnisciente como sí fuera una voz

en off.

Por otra parte, el citado autor señala que los iconos gestuales al igual que

los gestos faciales pueden contener múltiples significados, por lo tanto, su

interpretación depende del contexto. Los categoriza como: “un tipo de

información de alta dependencia indexical”. Sin embargo, dice que a

diferencia de los gestos reales los emotíconos se transmiten vehemente y

voluntariamente. La información que trasmiten es medianamente reflexiva

con lo cual no se trasmite información involuntaria como en los

intercambios cara-a-cara.

Marta Torres clasificó los emotíconos en:

• Los que expresan la emoción del emisor.

• Los de interpretación del mensaje.

• Los de complicidad.

• Los que preservan la imagen del emisor.

• Los amenazadores de la imagen del receptor.

14 Con “X” estamos designando a cualquier usuario tipo.

29

I Planells señala que los emotíconos (al ser la representación de la

gestualidad de una cara) cumplen una función escenográfica y teatral, que

por ser en parte icono y en parte signo simbólico (gracias a su abstracción y

su convencionalidad) deviene un simulacro desvinculado del gesto concreto

que, teóricamente, representa su emisor; y simula todas las caras posibles.

De este modo, el emotícono de un beso es: todos los besos y ninguno de ellos

a la vez.

Un buen hallazgo de I Planells es la clasificación que realiza de las

incorrecciones gramaticales, ortográficas y tipográficas. Para el autor, hay

tres tipos de incorrecciones:

• Las involuntarias, que se producen por falta de atención y corrección

en el tecleo y por la necesidad de intervenir con rapidez en las

conversaciones. Son errores tipográficos, contracciones, etc.

• Otras son las distorsiones voluntarias que pretenden dar énfasis,

tono, cadencia, volumen, etc. Para esto, los usuarios recurren a

alargar las vocales, usar mayúsculas, repetir intervenciones, reiterar

los símbolos de interrogación o exclamación, usar onomatopeyas…

Estas incorrecciones poseen una función comunicativa evidente, ya

que, persiguen manifestar las emociones que en ‘el cara a cara’

manifiestan los gestos, proximidades, tonos de voz, etc.

• Por último, las incorrecciones vehementes que son las faltas

ortográficas deliberadas, utilizadas con objeto de individualizar la

forma de expresión y hacer del entorno algo mucho más coloquial. Así

se entra en un juego metalingüístico de alto contendido humorístico y

lúdico. Un ejemplo de la significación que poseen las incorrecciones se

puede ver en el uso reiterativo de las mayúsculas. Usar mayúsculas en

el chat es el equivalente a gritar en el cara-a-cara y a la intención de

llamar la atención del receptor.

A su vez, analiza el uso de la “k” en lugar de la “qu”. A dicho uso lo entiende

como una de las prácticas transgresoras a la lengua escrita. Este tipo de

transgresiones son las que más acercan el medio a la espontaneidad con que

30

brotan las conversaciones orales. Por otra parte, la “k” es directa y ahorra

teclear dos veces, lo cual, implica velocidad y un desapego voluntario a los

formalismos propios del registro escrito” (I Planells, 2002: 89).

El saludo es otro de los elementos que el autor analiza. Tanto los saludos de

inicio de conversación como de despedida “son microelementos de

sociabilidad on-line que tiene una función comunicativa incluso mayor que en

una conversación oral”. Éstos cumplen la función no sólo de iniciar o

clausurar la conversación, sino de chequear el canal de comunicación y

aseverar la presencia o indicar la ausencia de los que participan de ella. Por

otra parte, debido a que la lista de nicks puede ser muy larga el saludo

reiterativo, enfático y llamativo, cumple la función de destacar al usuario

que lo emite y mostrar su disponibilidad a la conversación. Es decir, “todo

saludo es una solicitud de atención”. Por otra parte, esta disponibilidad a la

charla también irá asociada a la información que su propio nick pueda

transmitir sobre su estilo, edad, gustos, sexo, etc. (I Planells, 2002:100 y

ss.).

Si bien I Planells trata de analizar cómo se trata un tema en un canal de

chat abierto se puede observar, que sólo se queda en el intento. Tal vez esto

sea debido a que el tema es exterior al canal, ya que, el tema cualifica

culturalmente. A pesar de esto, acierta al decir que todo tema tiene

intervenciones sustantivas o principales, que contienen la voluntad de

aseveración o afirmación dentro del tema, y las intervenciones secundarias.

Habitualmente, en todo tema e intervención sustantiva los usuarios suelen

apelar al humor, la sagacidad y el ingenio; y de esto depende su eficacia.

Por último, analiza la estructura de la conversación en el chat. Señala que

las intervenciones siguen las reglas que rigen la conversación oral, aunque

no la reproduce de forma exacta. También en el chat se respetan los ‘turnos

de habla’, es decir, la alternancia de voz, aunque esto no implique la

alternancia de las intervenciones ya que la información que se requiere

transmitir aparece dividida en dos, tres o más intervenciones,

fundamentalmente, cuando se están narrando situaciones o pensamientos.

31

Este modo de intervenir fragmentado le imprime ritmo, dinamismo y

proximidad a la conversación (I Planells, 2002:112).

32

Indudablemente a Jakobson… Lo

hubiéramos mareado.

Capítulo II

Más allá del principio de la evidencia…

Estudio cultural y en comunicación del medio

33

“Amuchadas, sin tocarse cual moneda en alcancía.

Van soñando con matarse, en un burdel de almas vacías.” Palo Pandolfo.

1- De la era de los medios masivos a la comunicación ‘punto-

grupo-bidireccional’.

Prendo la P.C. y automáticamente frente a mis ojos se despliega la apertura

de esa ventanita alargada con esa inefable lista de muñequitos verdes y

rojos15 poblados de convenciones (signos de contramano, de prohibición,

relojitos16) que me dictan cuál es el estado de conexión y disposición a la

charla que tienen mis contactos. Lista que me acompañará durante todo el

día o todo el tiempo que permanezca en la computadora, inefable, si no se

está familiarizado con ella. Al lado de los muñequitos rojos y verdes aparecen

los nombres o seudónimos de mis contactos –sus nicknames- y las frases del

día o de la semana y la música que están escuchando en ese momento y las

fotografías que se dedicaron a postear al Messenger. Sus colores me

anotician acerca de su presencia o ausencia en la web. Los símbolos que

rodean al muñequito verde me indican si ellos están disponibles -o no- para

la charla, si están -o no- frente a la pantalla y dispuestos a abrir una

ventana de diálogo y charlar conmigo de un modo particular.

Esto nos lleva a postular que en los mensajeros los niveles de comunicación

son, al menos, dos.

El nivel de comunicación evidente o singular: se pone en funcionamiento

cuando el sujeto abre una ventana de diálogo para comunicarse con un

contacto particular. Es decir, se inicia un diálogo con otro/s sujeto/s a

través de la ventana prevista para tal fin.

15 En el MSN de Hotmail, el símbolo de conexión/ desconexión lo expresa una esquemática figura humana que cambia de color (verde- rojo) para indicar presencia o ausencia del usuario en la web. En versiones más nuevas, la ausencia no se expresa en rojo, sino en gris. En otros mensajeros como el Yahoo, la presencia o ausencia del usuario se manifiesta a través de los smiles que indican -o no- la presencia del otro. 16 Si al lado del muñequito aparece un símbolo de contramano implica que el contacto se encuentra on-line, pero ocupado, no-disponible para charlar. Si aparece un reloj implica que “por el momento está ausente, al teléfono, que salió a comer o que vuelve enseguida”. El signo de prohibición, implica que el usuario esta no-admitido a ver mi estado de conexión.

34

El nivel de comunicación no-evidente o colectiva: es aquel que el sujeto

pone en funcionamiento sólo al utilizar el software y crearse un nickname.

Sólo con esta acción el usuario comienza a comunicarse con toda la lista de

contactos estables que él mismo crea, de manera más indirecta que a través

de la ventana, gracias a la riqueza expresiva de los mensajes que publica a

través de su nickname.

Es decir, más allá de la apertura -o no- de las ventanas de diálogo el sujeto

al estar on-line tiene la voluntad de comunicarse con todos sus contactos. La

riqueza comunicativa del sujeto se expresa más allá de lo que suceda en las

ventanas de diálogo, más allá de lo que suceda en cada interacción

individual. El sujeto se comunica con toda su lista de contactos al margen

de las relaciones que establezca individualmente. Se comunica tanto cuando

aparece on-line (en verde) como cuando se muestra ausente o no-disponible.

También se manifiesta a través de su nick, es decir, a través de los

mensajes específicos que publica en el canal como también a través de la

imagen que pone de referencia para que acompañe a su nick.

Esta práctica que el sujeto lleva adelante, que imita a una reducidísima

escala la comunicación que los medios masivos establecen con la población

es la que se produce en la ventana principal del Messenger. Tanto como cada

medio se comunica con sus respectivas audiencias, cada sujeto se comunica

con sus respectivos contactos; imitando la lógica “punto-masa” de los

medios masivos. El caso es que en los mensajeros instantáneos este modelo

se complejiza debido a que cada contacto (receptor) es un emisor, no en

potencia, sino real. Es decir, también puede hacer lo mismo que el emisor y

producir una comunicación punto-grupo. Esto hace que el tipo de

comunicación que se da en los mensajeros sea de tipo bidireccional y

descentrada.

35

Esquema de comunicación punto-grupo bidirecciónal en los mensajeros17 Contacto 1 Contacto 2 contacto 3 Contacto 4 (Mariví) (Yan) (lau) (Reimond) Contacto 3 contacto 4 Contacto 5 (Lau) (Reimnod) (Ale) Contacto 4 Contacto 5 Contacto 9 (Reimond) (ale) (Gardel) Contacto 5 Contacto 9 (Ale) (Gardel) Contacto 6 Contacto 10 (Sarki) (luxor) Contacto 7 (Tenatu) Contacto 8 (Felix)

Esta posibilidad de estar on-line, de comunicarse a diario o más

esporádicamente con su grupo de manera “punto-grupo-bidireccional”

vuelve al Messenger un medio con características únicas, radicalmente

diferente al único medio bidireccional y sincrónico que, hasta ahora, podían

utilizar los sujetos: el teléfono.

Lo que diferencia al mensajero instantáneo del teléfono va mucho más allá

de que el diálogo sea escrito y no oral, de si hay más o menos indicialidad,

de que se puedan enviar archivos, emplear la webcam, etc. Lo novedoso

radica, además de todas las instancias mencionadas, en que el emisor puede

transmitir mensajes a gran cantidad de destinatarios en simultáneo (tiempo

real) gracias a que se ubica en ese espacio desterritorializado que es el

campo de lo virtual. Los sujetos que conforman mi lista de contactos

17Tal como puede observarse en este cuadro y como las flechas lo indican, la comunicación es bidireccional. El contacto Nº 1 se comunica con una lista de contactos, sea de manera directa (abriendo una ventana de diálogo) o indirecta (con mensajes en su nick: disponible, no disponible, ausente, vuelvo enseguida, etc.). Estos contactos, a su vez, se comunican con otros contactos y así sucesivamente en forma de red, que no posee centro.

36

comparten mi aquí (espacio desterritorializado) y ahora (tiempo real y

sincrónico). Por este dispositivo, el sujeto (el “yo”) deviene omnipresente y “la

interfaz el lugar de la interacción” (Scolari, 2004; Anceschi, 1993), es decir,

presente en el mismo tiempo en múltiples territorios.

El sujeto que emplea como medio de comunicación habitual el mensajero

esta presente a diario o cada vez que se conecta en la vida de sus contactos.

Este contacto permanente, este hablar a diario, genera una cercanía, una

familiaridad18 entre el sujeto y sus contactos. Esta sensación se produce

porque el otro se hace presente en mi vida cotidiana, ingresando en ella de

manera virtual a fuerza de presencia y de insistencia; encendido en mi lista

de contactos.

2- “Yo quiero tener un millón de amigos”: Relaciones

interpersonales19

Gracias al estudio empírico20 que realizamos sobre los usuarios pudimos

establecer, en base a las respuestas espontáneas de los entrevistados, un

ranking de preferencias respecto de “a quién buscan primero al abrir el

mensajero instantáneo”.

18 Tal como sostienen las teorías sobre publicidad, la familiaridad con algo (una marca, un producto, un sujeto, etc.) se establece a partir de la comunicación diaria que vuelve al objeto conocido. Cuando un objeto se incorpora, a fuerza de presencia, en la vida cotidiana del sujeto deja de ser temible y se establece una corriente de empatía con el mismo. 19 Para complementar este análisis de los mensajeros instantáneos realizamos un análisis empírico sobre los hábitos de uso y de relaciones, de los sujetos que poseen cuenta en Hotmail y que utilizan el MSN Messenger como modo habitual u ocasional de comunicación. El instrumento de recolección de datos fue un cuestionario estructurado de 15 preguntas con respuestas cerradas pre-codificadas. Debido a que el estudio es no probabilístico, se estableció un criterio para una toma de datos equitativa a través del establecimiento de cuotas de edad y sexo. El Universo investigado estuvo compuesto por 150 casos de mujeres y varones de 14 a 32 años que residan en la Ciudad Autónoma de Buenos Aries o en Gran Buenos Aires y que, por supuesto, posean y utilicen la cuenta de correo electrónico Hotmail y MSN Messenger (16,6 % para cada categoría de sexo y edad). 20La estructuración de esta investigación cuantitativa fue dirigida por Narciso Benbenaste, y el cuestionario de recolección de datos, la carga y las tablas de porcentajes fueron realizados por Valeria Esposito y Gabriela Chiodo. El trabajo de campo fue posible gracias a la colaboración de los estudiantes de “Pensamiento Científico” del CBC del segundo cuatrimestre de 2005 de la Cátedra de Narciso Benbenaste en la sede de Avellaneda, que relevaron los datos en esquinas concurridas de la ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires como también en la puerta de cibercafés y por contactos –a conocidos- para cumplir la cuota de sexo y edad.

37

En primera instancia, el 58% de los usuarios, busca a sus ‘amigos’; en

segundo lugar (el 12%) busca ‘alguien que le gusta’. Sigue el 9% de los

usuarios que busca a su ‘novio, novia o

pareja’ (Es decir, mientras que el 58%

busca sostener, fortalecer o crear rela-

ciones de tipo amistosas, el 21% hace

lo mismo con relaciones sexo-afectivas

con el partenaire de charla). El 11% manifiesta que ‘no busca a nadie en

especial’, mientras que el 7% y el 3% busca a ‘familiares’ y ‘amigos virtuales’,

respectivamente.

A quién Buscás primero… Amigos 58% Personas que le gustan 12 % A nadie en especial 11% Novio/ novia 9% Familiares 7% Amigos virtuales 3%

De estos datos se desprende que el mensajero es utilizado por la amplia

mayoría de los usuarios para sostener, crear o reforzar relaciones de tipo

primarias21 nacidas afuera de la web. Es decir, el mensajero instantáneo

promueve un incremento en el círculo de amistades de los sujetos que se

vinculan cotidianamente por este medio. De este modo, el Messenger estaría

cumpliendo, en principio, la función social de reforzar los vínculos de

afinidad entre los ‘amigos entrañables’.

En la pregunta complementaria “Habitualmente chateas con…”. El 67% nos

respondió que ‘siempre’ y el 31% que ‘a veces’ chatea con contactos que

frecuenta en su vida diaria (98% en total). Lo cual nos lleva a postular,

nuevamente, que el sujeto habita este espacio de interacción con el fin de

reforzar los lazos de afinidad con sujetos de sus actividades habituales. Por

otra parte, el 31% -siempre- y el 56% -a veces- intenta chatear con los

contactos que conoce en persona y que no frecuenta en sus actividades

cotidianas (87% total). Esto nos lleva a confirmar que el mensajero no sólo

amplía en círculo de amistades, sino que busca reforzar y sostener los lazos

con personas ‘conocidas’ con las que también se tiene cierto grado de

afinidad, pero que por diversos motivos no se mantiene el contacto diario.

21 Entendemos que las relaciones sociales primarias son aquellas que comprenden a todos los sujetos que no son intercambiables. Es una categoría muy amplia que abarca desde los lazos familiares hasta los lazos con conocidos. Se diferencian de las relaciones secundarias en las cuales prima el vínculo por la función, en las que no importa quién la este desempeñando, lo que interesa es la necesidad que cubre.

38

Habitualmente chateas con… Siempre A veces Nunca 1 – Contactos que frecuentás en tus 67% 31% 2% actividades cotidianas. 2- Contactos que conocés en persona pero no frecuentás en tus 31% 56% 13% actividades cotidianas. 3- Contactos que conociste en chatrooms u otras instancias 11% 31% 58% virtuales.

Por último, la gran

mayoría de los

usuarios, el 58%,

no utiliza los mensa-

jeros instantáneos

para vincularse con

gente que conoció en

chatrooms u otras instancias virtuales.

En conclusión, el encanto del mensajero instantáneo radica en que permite

vincularnos con amigos, conocidos y amores –en ese orden-, que provienen

del ámbito “real”, local y cotidiano22; y con ellos profundizar, gestar o

conservar una relación. A partir del “estar ahí” presentes. Disponibles.

3- ¿Graffitis digitales, O… Nicknames?

Hablamos de la naturaleza de la composición de las listas de contactos que

se expresan a través de los nicknames, pero… ¿Cuál es la naturaleza del

nickname? ¿De qué materia están hechos los nick? ¿Qué rol juegan dentro

de esta nueva estructura comunicativa?

Si los analizara, Eliseo Verón diría que son el punto crucial de contacto

con la lista estable de usuarios. Tanto los nick como las tarjetas de contacto

(con la fotografía que el sujeto elige para presentarse) son los elementos

cruciales que, muchas veces, definirán si se abre una ventana de diálogo -o

no- con ese sujeto en particular.

22 Reclutados, habitualmente, en diferentes espacios físicos de socialización: las instituciones educativas (escuelas, universidades, institutos), espacios recreativos (bares, clubes, centros deportivos), espacios laborales, etc.

39

Cuadro Nicknames.23

El nickname tiene su origen en los

graffitis callejeros. Para Leila

Gándara (2002:38) los graffitis

se clasifican por su contenido

temático en: (1) Identitarios:

aquellos que expresan la adhesión

del sujeto a una banda de rock,

un equipo de fútbol o trasmiten

nombres propios y seudónimos. Por

sentimientos y que incluyen verbos c

también – ¿Por qué no?- odiar, repu

graffiti cuyos ejes temáticos están r

poéticas acerca del hombre, la socieda

que, definitivamente, aparecen plasm

otros temas como los políticos o sexu

–al menos por ahora- del nickname.

Los identitiarios24: “Que nacieron h

“Peter el albo25”; “Pero nena, tu r

“Ezquizo”; “Poderosa Sakti”. Los m

alentado, alguna frase de una banda

su personalidad o bien un persona

los nicks identitarios que sólo expr

habitual.

23 El 70% de los usuarios aprovecha el nick para transde frases célebres, refranes, dichos, etc. El 30% prefiepermanece invariante en el tiempo. El 64% se animalista. Amor, odio, adhesión, felicitaciones, encuentros,sus sentimientos. Afecto, aprecio, gratitud, ternura,acontecimientos importantes de su vida. Casamientostambién expresa estados de ánimo. Alegría, tristezaactividades que realiza. Estudio, viajes, fiestas, etc. 24 Algúnos ejemplos de nicks que aparecieron en mi lis25 Por el fútbol

40

Habitualmente a través de tu nickname… Si No

1- Recordás frases hechas que te gustan 70% 30%

2- Transmitís mensajes específicos a algún contacto 64% 36%

3- Expresás sentimientos hacia algún contacto 61% 39%

4- Anunciás acontecimientos importantes de tu vida 55% 45%

5- Expresás estados de ánimo 53% 47%

6- Describís actividades que

estás realizando 41% 59%

otra parte, están los que (2) declaran

omo: amar, extrañar, querer, adorar y

diar, etc. A su vez, “hay otro grupo de

elacionados a (3) reflexiones filosófico-

d y el mundo”. Estos tres temas son los

ados en los nicknames; aunque hay

ales que son propios del graffiti pero no

ijos nuestro e hijos nuestros morirán!”;

isa es la magia de los rockanrroles”;

ismos retoman al equipo de fútbol

de rock preferida, una característica de

je de ficción elegido. También tenemos

esan un nombre propio o seudónimo

mitir algún mensaje a todos sus contactos. Ya sea a través re sólo manifestar un nombre o un apodo en su nick, que a transmitir mensajes específicos a algún contacto de su propuestas, etc. El 61% aprovecha el nick para manifestar desprecio, odio, bronca, estima, etc. El 55% anuncia , nacimientos, embarazos, rupturas, etc. El 53% a veces , euforia, decaimiento, etc. Y el 41% también describe

ta de contactos durante los meses de junio y julio de 2006

Luego están los nick sentimentales: “Ah sisisi…Ashlinn Te quiero mucho!

Porque tu dolor es mi dolor”; “Flor y Wale: Mami te extraño!”; “Gracias mi amor

por este año y 3 meses a mi lado, sos lo mejor que me pasó en la vida”;

“Juanma te amo”, etc.

Por último, sin pretender ser exhaustivos, tenemos los filosóficos que

fundamentalmente se expresan a través de frases citadas: “Chinese Rock,

‘Hasta los huesos… solo calan los besos que no has dado’”, “Leon, ‘El corazón

tiene razones que la razón desconoce26’”.

A veces ocurre que un usuario cita el nick de alguno de sus contactos y se

produce un diálogo “público” tal como sucede en los graffitis que se

encuentran en los toilletes. Ellos inauguran un sistema de preguntas y

repuestas y son, marcadamente, dialógicos:

Mariví27: “Hay que terminar con el goce masoquista”

Yan: “Hay que terminar con el goce masoquista (Mariví 22/05/06)28”

Mariví: “¿Vos también, Yan?”

Como se advierte, los nick poseen una gran riqueza comunicativa y de ellos

muchas veces depende – sobre todo, con aquellos sujetos con los que no se

dialoga a diario por ninguna otra vía- que se abra -o no- la ventana de

comunicación. Notemos que, a veces, un diálogo por mensajero comienza

porque un usuario se intriga con el nickname de otro usuario.

Veamos este caso29: “Prohibido dirigirme la palabra aunque esté on-line…

Ojito con transgredir la prohibición, los omito a todos”. Estas fueron las

reacciones de los contactos, quienes se hicieron plenamente cargo del

mensaje y lo respondieron abriendo una ventana de diálogo para refutar:

26 Estos nicks, por ejemplo, inician con su habitual nombre “Chinese Rock” y “León” y luego agregan la cita. 27 Diálogo que ocurrió en mi mensajero en junio de 2006. 28 Veamos cómo el usuario de nick “yan” cita textual y con fecha de aparición el nick de otro usuario que, a su vez, le contesta. 29 Experimento que realicé inscribiendo en este nick la prohibición (a mis contactos) de dirigirme la palabra aunque me vean on-line, en julio de 2006. Por otra parte, la prohibición fue instaurada no sólo para ver la reacción, sino para terminar de escribir el presente trabajo sin interrupciones.

41

Marta: “Hoy te llamé por teléfono, perdón que te dirija la palabra”

Gabi: “Ya me voy, sólo quería decirte que estás totalmente loca”

Ale: “No sé que hacer… ahí dice: prohibido dirigirme la palabra”

Nati: “¿Ëste es otro experimento tuyo?”

Facu: “Sabes que me encanta transgredir”

Jorge: “¿Ni siquiera hola te puedo decir?… Bueno no lo digo”

Fiore: “Me vas a tener que omitir, porque te quiero preguntar algo”

Como se observa claramente, los contactos asumen que el mensaje los

interpela directamente; lo asumen e inician la conversación en la ventan de

diálogo aclarando el motivo por el que transgreden la norma. Todos aluden

al texto del nick, ninguno lo saltea, al pretender iniciar la conversación a

pesar de la prohibición. Este es un ejemplo de los muchos que existen on-

line.

En muchísimas oportunidades cuando un usuario cambia el nick se le

suele preguntar por el mismo, tanto si es afectivo como si no se entiende el

sentido o el hecho al que responde. De este modo, también hay muchos nick

que por la naturaleza de la doble estructura comunicaiconal del mensajero

(evidente y no evidente) invitan a iniciar la conversación con el sujeto que

está al otro lado de la máquina. En este sentido, entendemos al nick como

un elemento crucial en la apertura de la comunicación por mensajero ya que

es el trozo discursivo, lingüístico, que inaugura esta comunicación punto-

grupo y luego –a veces- punto-a-punto.

El nick es a la conversación por mensajero lo que las tapas de las revistas

son a la revista, el nick estaría fundando un contrato de lectura entre el

usuario y sus contactos ya que propone un vínculo entre el enunciador –

usuario- y enunciatarios –lista de contactos-. Excepto los nick escritos en

lengua extranjera o los que citan autores muy selectos, que instauran un

tipo de relación asimétrica entre enunciador y enunciatarios, el resto

acostumbra a instaurar un vínculo simétrico y cómplice con sus

destinatarios.

42

Podemos clasificar a los nicks en dos grandes grupos: los “objetivos” y los

subjetivos. Llamamos objetivos a aquellos nicks identitarios que expresan el

nombre –entero o abreviado- del usuario: Alelí, Marcelo, Félix, etc. Estos

suelen ser permanentes y ocultan los rasgos de subjetividad e ideología que

todo discurso posee.

Llamamos subjetivos a aquellos nick que dejan ver, en esa instancia, los

afectos e ideas del sujeto. Es decir, el sujeto de la enunciación se marca

fuertemente en su enunciado a través de los subjetivemas, a través de esas

palabras que expresan de manera clara y directa emociones, afectos,

adhesiones, gratitudes; también odios y pasiones. Pero, por sobre todo, son

pura pasión, efervescencia y afecto en todas sus formas y variantes. El tipo

de nick con el que el usuario elija mostrarse depende de muchos factores:

manejo del léxico, de la escritura, del canal e incluso del nivel

socioeconómico del sujeto; también de los estilos particulares de cada uno.

De todos modos, la tendencia es a la flexibilización de las relaciones

humanas y el acercamiento de los sujetos y lugares sociales, a través de esta

interpelación que provoca el nickname.

Hay muchos otros tipos de nicknames: están los que apelan a idiomas

extranjeros, habitualmente inglés - que sólo los entiende una parte de la

lista o colectivo restringido-; los que sólo se dirigen a un contacto específico,

los que se dirigen a un grupo específico de la lista, etc. Una vez, un contacto

apodado ‘Gardel’ (en el nick y en la vida off-line) escribió en su nick:

“Borrame”. Al preguntarle por el pedido, respondió: “Es que estoy todo el día

con esta máquina. Si me borran, me hacen un favor”. Este tipo de nicks, que

interpelan al otro –un colectivo amplio, que abarca a toda la lista de

contactos- busca obtener una respuesta explicita y son los que más

movilizan al destinatario por la fuerte y directa interpelación que profieren a

la segunda persona.

Tanto el nickname como el graffiti “están condenados a la concisión”

(Gándara, 2002:39), aunque ambos por razones diferentes. Mientras que, el

graffiti es conciso porque sus lectores están de paso y por su clandestinidad;

el nickname es conciso por el espacio limitado que ofrece el software para su

expresión y porque está en lugar del nombre propio. Por este motivo, los

43

nicks más eficaces son los minimalistas, que apelan a una riqueza expresiva

siendo muy breves: “dicen más con menos” (Ob.Cit.: 39).

Una característica que aparta radicalmente al nickname del graffiti es la

clandestinidad del graffiti y la legitimidad a la que está sometido el

nickname. Mientras que uno se produce transgrediendo la norma del

espacio social, el otro tiene un espacio destinado, ordenadito, para su

expresión. Otra de las diferencias radicales entre el graffiti y el nick es la

naturaleza específica del nick, que es la fugacidad –evanescentes por

naturaleza-. No sólo porque el mismo puede durar desde unos días hasta

unas pocas horas, sino porque ni bien fue receptado pierde eficacia y debe

cambiarse –aunque los identitarios, que publican el nombre real del usuario,

suelen ser los más estables y permanentes-. En cambio, el graffiti por

encontrarse en paredes, murales, árboles, puertas de baño, etc. perduran a

lo largo del tiempo, a veces, permanecen años inscriptos sin que nadie los

borre o los tape con otra inscripción. Sin embargo, ambas formas

discursivas coinciden en retomar los códigos de la oralidad, en buscar

visibilidad pública y en su naturaleza dialógica, intertextual y polifónica.

En síntesis, en todas las categorías puede observarse que el nickname -

elemento temporalmente ambiguo, entre la sincronía del diálogo y la

asincronía del e-mail- es la unidad elegida por el 70% de los usuarios para

comunicarse con su colectivo amplio, mientras que sólo un 30 % de la

muestra prefiere nicks objetivos que sólo comuniquen si se encuentra -o no-

on-line. Por otra parte, aunque no podamos listar los temas habituales de

conversación por mensajero sabemos que hay dos modos habituales de

encontrar tema de conversación, el primero, son los nicknames creados y los

mensajes expuestos por los usuarios; el segundo, es el encuentro cara-a-

cara que da material a la charla e incrementa el diálogo entre estos

usuarios.

4- ¿El chat género confuso o lenguaje con todas las de la ley?

Tal como sostuvimos en el estado del arte el chat no es un género confuso,

sino que es un lenguaje que está compuesto por diversas materias

44

significantes. Tal como señalarían Verón y Peirce; el mensajero está

compuesto por tres dimensiones30:

Cuadro imágenes31:

La dimensión icónica,

que se expresa a través

de todo el sistema de

señalización de presen-

cia/ ausencia de usua-

rios: la fotografía de

dentificación en la tarje-

Imagen en la tarjeta de contacto: • El 66% selecciona una imagen para mostrar a sus contactos. • El 34% no elige una imagen para mostrar a sus contactos.

Tipo de imagen: • El 30% elige una fotografía propia en la que no se encuentra con

nadie -habitualmente de cara o medio cuerpo-. • El 49% prefiere mostrar una imagen en la que se encuentra con

otra persona -amigo, pareja, pariente, conocido, etc.-. • El 12% muestra imágenes abstractas con las que se identifica. • El 5% elige fotos de ídolos • El 4% expone una foto de otro -habitualmente el/ los hijo/ s.

ta de contacto, el eventual uso de web-cam, el empleo de íconos gestuales y

guiños móviles también previstos por el software.

La dimensión indicial, que se expresa a través del sistema de sonidos,

zumbidos y guiños que el mensajero prevee para interpelar al destinatario y

que el usuario pueda llamar la atención de su interlocutor de turno –a través

de estos recursos-. Como también, y fundamentalmente, todo el sistema de

deícticos, pronombres de personas, demostrativos, verbos, adverbios de

lugar y de tiempo, que apunta a los sujetos concretos en relación32.

La dimensión simbólica, se expresa en el empleo del lenguaje que tiene una

importancia capital en este tipo de intercambios. Por otra parte, esta

dimensión atraviesa a los elementos de las dos dimensiones anteriormente

mencionadas; ya que asigna sentidos convencionales –por ejemplo- a los

30 Recordemos que icono, índice y símbolo; son los tres tipos de signos que surgen de la segunda tricotomía planteada por Peirce (1953), en la que explica que estos tres tipos de signo surgen de la relación que el representamen mantiene con el objeto al que está representando. Mientras que el icono es un signo que mantiene una relación de semejanza o parecido físico con el objeto al que remite, el indice es un tipo de signo que remite a su objeto en virtud de que están vinculados en lo real, al ser del orden de la segundidad, están o estuvieron ambos en relación directa, en conexión física. En cambio el símbolo mantiene con el objeto al que designa una relación de arbitrariedad, ley o convención. Podemos decir que en su mayoría los signos poseen las tres dimensiones, sin embargo, hay siempre una que predomina. 31 Que la mayoría de los usuarios (66%) seleccione la imagen para mostrar al lado de su nick indica que la misma posee una alta función comunicativa. Que la mayoría elija una foto propia (solo o acompañado) -79%- indica que no se está buscando anonimato ni ocultar la imagen corporal en este espacio. 32 Para profundizar sobre la dimensión indicial en el Messenger, ver capítulo Nº IV del presente trabajo, en donde establecemos de qué modo se repone a través del lenguaje esta dimensión negada –hasta el día de hoy- por todos los teóricos de las Comunicaciones Mediadas por Computadora (CMC) y Tecnologías de Información y Comunicación (TICs).

45

colores o a todo el sistema de señalización que indica el estado de los

usuarios: presente, ausente, disponible, no-disponible, etc.

Estos tres órdenes: icónico, indicial y simbólico que en cualquier charla oral

–en incluso telefónica- se producen juntos33 y se mediatizan como un todo;

también se mediatizan en el mensajero, pero por separado; y la falta de

reglas que rigen la articulación de un orden y otro se percibe más en esa

mediatización por mensajero, que en otras.

Estos repertorios de signos pertenecientes a diversos sistemas semióticos

están disponibles tanto a través del teclado de la computadora como a través

de la oferta de guiños, iconos gestuales y sonidos que propone Microsoft. Y

tanto en el mensajero como en la interacción cara-a-cara, estos signos se

actualizan a través del empleo que los sujetos hacen en una conversación

concreta. En este sentido, las tres dimensiones deben –la inidicial

fundamentalmente- analizarse desde los estudios de enunciación pertinentes

con objeto de determinar cómo funciona la interacción en el Messenger y

diferenciarlo de otro tipo de interacciones como el encuentro cara-a-cara o

telefónico.

Por lo dicho hasta el momento, establecemos que a diferencia de lo que

hasta ahora se dijo: la conversación por mensajero no es el “el más oral de

los registros escritos” (I Planells, 2002), sino que –a la inversa- es el lenguaje

más escrito de los registros orales.

Esta conversación que no imita lo oral, sino que es oral y dialógica –y a

pesar de ello- ‘textualizada’ debe estudiarse como hasta ahora se estudió

este objeto de difícil anclaje, en principio, desde la Teoría de la Enuciación y,

luego, a través de las categorías de interacción adaptadas al nuevo

fenómeno. Es decir, al estar atravesado por diferentes códigos; como ya lo

dijo Metz (1974) -al estudiar el cine-; “hay que partir de las dificultades,

seriar las cuestiones y estudiarlas por separado para encontrar sus reglas

invariantes” debido al pluralismo códico de este lenguaje en el que no existe

33 Incluso en los medios audiovisuales en donde imagen (iconicidad), sistema de sonidos y proximidades (indicialidad) y lenguaje (simbolismo) se mediatizan como un todo, aunque no haya reglas de pasaje de un orden a otro.

46

un solo criterio gramatical sino varios, y para cada uno de sus niveles de

sentido.

En resumen, debido al pluralismo códico que satura al mensajero

instantáneo para profundizar su conocimiento hay que estudiar los

diferentes sistemas semióticos, por un lado, y al interior del lenguaje

segmentar en géneros para encontrar sus regularidades, por el otro.

Inclusive si quisiéramos iniciar análisis semiótico de la web habría, en

principio, que segmentarla en sus macro-géneros: webblogs, páginas

personales, páginas institucionales, portales, foros, mensajeros, juegos, etc.

Luego, al interior del recorte habría que desglosar en diferentes componentes

y, por último, en géneros en pos de hallar las regularidades en la producción

de sentido de los mismos.

47

Bam! Pow! Splam!... “¡Esto es

juego!”

Capítulo III

Análisis del marco metacomunicativo…

y algunas condiciones de producción.

48

"La conversación sólo es un pretexto para otras formas más sutiles de comunicación.

Cuando éstas no funcionan, la conversación es algo muerto (...) Cuando empiezas a hablar de verdad, te entregas.

Arrojas las palabras precipitadamente, no las cuentas como monedas. No te preocupas de los errores gramaticales o factuales,

de las contradicciones, de las mentiras, etc. Y es cuando esa clase de conversación se pone en marcha, que se produce un enlace. "

Henrry Miller

1- La burla y la risa.

El humor y la broma son “formas ‘elementalmente humanas’ fundamentales

en la exploración y construcción del sentido” (Ford, 1994:150). Ellas rompen

las estructuras rígidas de la cultura burguesa porque burlan y transgreden

las jerarquías sociales, por lo tanto acercan. Son espacios de sentido que

achatan o achican las distancias que se instaura entre dos culturas.

Cuadro34 Nivel socioeconómico35

Es evidente que, en los diálogos produ-

cidos en los mensajeros, los usuarios

retomaron espontáneamente y traspo-

laron los elementos y códigos de la histor

imaginable ese desenlace, ya que tanto el

constituidos por diálogos breves –entre pe

globo o ventana -según el caso-. Se advie

varios puntos en común, por ejemplo el 34 Tal como aparece en el cuadro, la participación en los espaciolas diferentes clases sociales. Mientras que el 17% de los entrev“alto”, el 42% de los entrevistados pertenecen a las “clases med“clases bajas”. 35 Cabe aclarar que el NES (alto, medio y bajo) fue determinasegún las respuestas de los encuestados. Las preguntas que fueron determinantes del NES (C1, C2 y C3 –- Máximo nivel educativo alcanzado por el entrevistado - Máximo nivel educativo alcanzado por el principal sostén econ- Tipo de trabajo del principal sostén - Posesión de computadora con acceso a Internet desde el hogar36 No existe acuerdo sobre el alcance de la definición de historie«ilustraciones yuxtapuestas y otras imágenes en secuencia delibinformación u obtener una respuesta estética del lector».Esta esconciben como «una serie de dibujos que constituye un relato, chttp://es.wikipedia.org/wiki/Comic

Nivel económico y social de los usuarios de mensajeros:

• El 41% posee un nivel socioeconómico bajo

• El 42% pertenece a la franja de la clase media

• El 17% a la clase alta

ieta a la charla instantánea. Era

comic36 como el Messenger están

rsonajes- que se plasman en un

rte que, ambos lenguajes tienen

“buaa”, el “jejé”, el “uffff” son

s de socialización on-line son aprovechados por istados posee un NES (Nivel económico y social) ias” y un gran porcentaje (41%) pertenece a las

do a través de un sistema de puntajes asignados

D1) fueron:

ómico del hogar

ta, ya que algunos autores la entienden como: erada con el propósito de transmitir la definición de Scout Mac Cloud. Otro la on texto o sin él »

49

expresiones habituales tanto en el cómic como en mensajeros; también

comparten la temática de lo cotidiano, el relato breve que se plasma en

forma de “bocadillos” de texto dichos alternativamente por un locutor -u

otro- tanto en la historieta como en el mensajero instantáneo.

De este modo, a través del mensajero los sujetos pertenecientes a las

culturas populares –tradicionalmente orales- ingresan al campo de la

práctica escritural cotidiana tipeando e inventando palabras, usando los

guiños e íconos gestuales, urdiendo frases que antes sólo ideaban los

humoristas dedicados a construir historietas.

Se observa que, en la sucesión de acotaciones (turnos de habla) los

participantes “parodian la vida ordinaria” tal como, alguna vez, se le destinó

meses a la parodia de la cultura oficial en las épocas del carnaval medieval

(Bajtin, 1987:16). Del mismo modo, el mensajero funciona como un

paréntesis en el mercado de intercambios lingüísticos. Se propone –

principalmente- como un espacio de dispersión, diversión y juego y, por

tanto, inversión del orden. Por ello, algunos de los diálogos que se dan en el

medio, si el usuario adquirió las competencias son sumamente graciosos,

expresivos, vitales y frescos. Diálogos capaces de alejar a cualquiera de la

cruel realidad; esto es lo atractivo y divertido del chat.

Tal como señala Ford (1994:152 y s.s.), “los medios nacen encadenados con

las culturas populares anteriores y no sólo con sus géneros sino también con

sus saberes, con sus estrategias cognitivas; géneros y saberes que no pueden

ser vistos como ‘tradicionales’ pues son zonas constitutivas de la cultura del

hombre reprimidas por las culturas oficiales del capitalismo”. Estas formas de

comunicación y conocimiento que no están jerarquizadas ni valoradas por

las culturas institucionalizadas son –en parte- retomadas y reelaboradas en

el chat y más extensamente en todos los espacios de socialización –y juego-

que propone la web.

Lo que los usuarios recuperan en sus diálogos son: el ingenio, el juego de

palabras y el humor. Esos “procesos de construcción de sentido se producen

en los recursos aleatorios y oportunistas de la ‘sanata’, en la desagregación

del ‘doble sentido y en los recursos metacomunciacionales. El humor

50

desestructura, relativiza y distancia de las formas institucionalizadas del

conocimiento” (Ob. Cit.:153).

[…] g a b i t a dice37:

El otro día me pasó algo re-loco, estábamos en lo de Viki, Y cayó un amigo del hermano, que yo había visto un par de veces, pero nunca nada… Y ese ultimo día que lo vi, me re-gustó, me pareció interesante

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: Bueno, eso es copado

g a b i t a dice: El pibe estaba por entregar su tesis ¿A que no sabes de que se está por recibir???

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: ¿Comunicación?

g a b i t a dice: No bolu, de físico!!

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice38: No te puedo creer, físico!!!! Guauuuuu!!!!!! Un grosso…

g a b i t a dice: Y me explicó de qué se trataba su tesis… No entendí nada… juajuajua

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: uff, me imagino!!

g a b i t a dice: …Además escala montañas

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: ahh, es un grosso

g a b i t a dice: Tenía un defecto… Creo que se puede mejorar…

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: ¿Qué?

g a b i t a dice: Tenia el pelo rubio al estilo he man Era he man en persona!

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: ¿Quién es he man?

g a b i t a dice: He man, por el podeeer de Greiscol!!

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: Jajajaja, me mata tu comparación. He man estaba buenísimo. Aparte uno tenía buen físico y otro estudia física… ¿No te gusta?

g a b i t a dice: Si pero… no da en el 2000, tener el pelo he man

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: Llevalo a tu peluquería, que le hacen la tintura, la plancha y todo…

g a b i t a dice:

37 Esta charla se produjo el domingo 4 de junio de 2006 duró unas 2 hs. aproximadamente. La misma es un fragmento de toda la conversación y está editada con el fin de lograr mayor legibilidad y evitar la lectura fragmentaria que propone el código escritural del chat. Todas las conversaciones que se presentan al análisis de presente trabajo, son fragmentos de conversaciones más largas y están editadas con el mismo criterio.

38 Notemos cómo a partir de aquí, en la conversación, proliferan las onomatopeyas: mmm, Ahhh, Jajaja, Guauuu, etc. Son expresiones propias de las tiras impresas escritas y rememoran el diálogo de personajes de historieta. Notemos también cómo proliferan los chistes y gags a lo largo de toda la conversación y cómo al final de la misma se la califica de recreo o pausa, diferenciando este tiempo de interacción del tiempo de trabajo.

51

Sí, a lo de lucho jajaja. Además, es físico, es un grosso

Parezco un Gremilis... acogotado... la tesina me va a matar!!! dice: Es un físico que escala montañas… Cuák! Y además, si lo querés, morocho que te lo deje morocho Si lo querés frisado, que te lo frisen, y sino que te lo ricen… Jejé… es sólo una cuestión de forma, física… No tienen novia, ni nada ¿No?

g a b i t a dice: jajajajajajajaja Me parece que no.

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: Yo tampoco creo… Si, esta con su tesis de físico… Seguro que ni ganas, ni tiempo de novia…

g a b i t a dice: Está haciendo la tesis sobre Espacios-No-Conmutativos!!! Juaajuaajuajua. Yo me acordaba de la nuestra39… jajaja

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: Más respeto!!! … Epa!! La nuestra es sobre el Ciber-Espacio, cheeee!!!

g a b i t a dice: Juajuajuaaaaaa. Sos muy graciosa

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: Si ¿No? Tanto chat, tanto chat Que estoy adquiriendo las competencias! Para que el interlocutor se divierta

g a b i t a dice: No es una cuestión del medio…

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: Bueno, pero es una de sus posibilidades técnicas… jejé.. Nena, te dejo. Tengo que continuar… Y me van a salir llagas de tipear!!

g a b i t a dice: Jajajajajajajajajaja Cuídate

Parezco un Gremilis, la tesina me va a matar!!! dice: Estoy desde las diez de la mañana frente a esta fucking maquina Y cuando tengo un recreo… qué hago?: chateo Uff, demasiado. Me voy, continúo… Besis

g a b i t a dice: Dale, pilas. Chauchis.

En esas conversaciones por chat en las que predomina lo humorístico, el

recuadro de la ventana de diálogo parece indicar a los sujetos: “’Esto es

juego’ […]. La mayoría de los mensajes metalingüísticos y metacomunicativos

permanecen implícitos” (Bateson, 1955:205). La comunicación verbal

humana siempre opera en muchos niveles: el denotativo o niveles más

abstractos, en los que el tema del discurso es el lenguaje (metalingüísticos),

39 Con Gabriela Chiodo “Gabita” empezamos juntas el presente trabajo de investigación sobre las interacciones por Messenger. Sin embargo, al poco tiempo de iniciada la tarea nos dimos cuenta de que a nosotras nos gustaba más chatear juntas que hacer la investigación conjunta sobre el chat. Debido a esto es que no seguimos con el trabajo conjunto, aunque el aporte que Gabriela le hizo a esta investigación fue muy fructífero.

52

o bien, la relación entre los hablantes (metacomunicativo). De este tenor

suelen ser las conversaciones que se dan en el mensajero:

metacomunicativas. En las cuales la relación entre los hablantes tiene un

peso fundamental.

Si bien es cierto que muchos de los intercambios40 que se producen vía

mensajero no tienen un fin preciso simplemente son charlas breves iniciadas

para saludar, para comentar algo o sólo para estar ahí; también tenemos las

que poseen un fin definido: pasar una información, obtener una

información, intercambiar puntos de vista sobre un tema con alguien,

debatir, o bien, divertirse en la conversación (como práctica en sí). Estas

charlas, que el 99% de los usuarios llama ‘divertidas’ nosotros las llamamos

lúdicas41 y suelen ser las más largas de todas… Las que se gestan sólo por el

placer de chatear.

No todas las conversacio-

nes por mensajero tienen

por fin jugar. Sin embargo,

Al estar conectado, frecuentemente… Demasiado Algo Nada

1- Te divertís chateando con tus contactos 74% 25% 1%

2- Te sentís contenido si tus contactos están on-line 17% 46% 37%

hay una invariante que es que, a pesar de querer llevar adelante una charla

informativa -o “seria”- sólo por la presencia de emotíconos, guiños y

zumbidos; y todas las otras formas verbales de imitar a la historieta; casi

siempre se cuela el nivel metacomunicativo: “Esto es juego”. Por ello, el

mensajero se vuelve un medio único para desplegar la escena del chiste, el

histrionismo, la sagacidad, el ingenio; sin que la censura apague nuestra

carcajada. Esta característica es la que vuelve al medio un lugar propicio

para el encuentro con amigos, compañeros y conocidos e inaugura lo que

estamos llamando “diálogo o comunicación entretenimiento”.

40 Si bien intentamos hacer una pseudo-clasificación de tipos de conversaciones que ocurren por mensajero, la tarea no fue sencilla, ya que los tipos de conversaciones que pueden producirse en una ventana son tan variados como los intercambios de la vida misma. Debido a esto sólo establecimos algúnas características sin pretender ser exhaustivos. 41La abrumante mayoría, el 99%, dice que se divierte chatenado. El 74% - se divierte demasiado- y el 25% -se divierte algo- El 63% (la mayoría) afirma sentirse contenido por sus contactos on-line. El 17% -se siente demasiado contenido- y el 46% -se siente algo contenido-

53

Se evidencia que la ventana de diálogo funciona delimitando implícitamente

el marco “Esto es un juego” en las veces en que los participantes de la

comunicación, para cambiar el marco, deben decir: “Bueno, pero hablando

en serio”. Que esta declaración deba explicitarse implica que “los mensajes

que estén dentro del marco –que guía el sentido de lo dicho-, denotan: las

acciones a las que estamos dedicados ahora no denotan lo que denotarían

aquellas acciones en cuyo lugar están” (Bateson, 1955:215). Es decir, aclarar

que “ahora vamos a hablar en serio” implica que todo lo que se dijo hasta el

momento podía ser -o era- en broma.

Este tipo de comunicación entretenida, que facilita y promueve el mensajero

lo vuelve un medio propicio para saltar las barreras de las jerarquías

sociales, para acercar posiciones entre diferentes lugares culturales. Y sin

embargo, no deja de ser un juego: una ilusión de desjerarquización. Tal vez,

este marco sea el que protege a los interlocutores de la censura, de lo que

dicho de otro modo sería agraviante. Tal vez, por esto las interacciones vía

mensajero sean más incisivas que las que se dan cara-a-cara y, no obstante

ello, no dejan de ser como las conversaciones cara-a-cara.

En el diálogo por mensajero el contexto compartido lo generan sus

interlocutores y - muchas veces- prende del hilo del tipo de relación que

mantienen (entre sí) los hablantes, de las palabras que utilizan en situación,

de sus nick y de sus fotografías, que son los elementos que –muchas veces-

alimentan la charla. En el Messenger hay varios niveles de contexto, pero se

destacan: el contexto que generan las mismas palabras producidas y los

mensajes precedentes producidos por el mismo emisor (Frascara, 1988:66).

Estos son los puntos de referencia para producir y mantener una

conversación en la que si no hay lugar a la burla o la risa -y a veces a la

trasgresión- la conversación no tiene gracia, y se abandona o se suspende.

“El kairos es el centro del blanco. Cuando alguien habla con oportunidad da

en el blanco” (Bourdieu, 1984:144). En diálogo por chat esto se traduce en el

comentario perspicaz y lúcido que aprovecha el enunciado del otro -la

multiacentualidad del signo (Voloshinov, 1976)- y produce el efecto deseado:

la gracia, la risa, la carcajada… Este comentario de situación –oportuno- en

54

el habla da ganancias a ese sujeto que se vuelve dueño del sentido de la

conversación. La negra dice42: Yo le dije: no puedo, estoy con una amiga. ¿Y sabés que me dijo...?: “¿Una fiesta con tu amiga no da?” Y después del agravio, que contesté diciéndole: “Eso pedídselo a tu ex y a tus amiguitas, nene!!” Haciéndose el gracioso me retrucó: “¿Eso significa que no?” Dorita de Haedo dice: Jjajajajaj ¿Y vos qué le dijiste? La negra dice: Nada me dejó muda. Pero le tendría que haber dicho que: “La única fiesta que se le puede ocurrir conmigo es la de casamiento!!” Dorita de Haedo dice: Juajauajauajauajaua!!!! El chiste en el mensajero se produce aprovechando la ambigüedad y la

apertura a múltiples significados de la palabra del Otro (Mattelart, 1995:99).

Es en este completar el sentido, indeterminado e inconcluso, que radica el

placer de la interacción por chat que siempre reclama un “lector activo a los

sentidos potenciales provocados por el acoplamiento de diversos discursos”

(Fiske, 1987:83). Claro que, para aprovechar estas oportunidades que brinda

el medio hay que tener ciertas competencias lingüísticas adquiridas, y en

este marco se da “la lucha por la apropiación del sentido” (Fiske, 1987:72).

2- Un diálogo sin apresto ni jerarquías.

Si bien es cierto que la relación que los interlocutores mantengan fuera de la

web sigue teniendo peso en el modo de llevar adelante la conversación por

mensajero; también es cierto que la rigidez y el apresto de las reglas que

rigen el diálogo cara-a-cara (que tienen las interacciones entre sujetos de

diferentes rangos) pierden peso, justamente, porque no se encuentran cara-

a-cara; sino en una especie de interacción invisible en la que su regla

máxima es “Esto es juego”, provocada por, la atmósfera que crean el 42 Notemos como en esta conversación la frase “¿Eso significa que no?” Se adueña del sentido, introduciendo el comentario atinado en la situación atinada, lo cual le da ganancias a quien la produce, ya que se apodera del sentido de la conversación y da en el “blanco”. Por otra parte, notemos también cómo se advierte la polisemia del lenguaje y los diferentes modos en que se puede acentuar una palabra en el término “fiesta”. Mientras que en la primera ocasión se le asigna un sentido marcadamente sexual, en la segunda oportunidad se invierte la situación acentuando el signo de otro modo y asignándole el sentido de ritual amoroso.

55

emotícono y el guiño43. Ambos elementos colaboran en cierta simetrización y

acercamiento de los hablantes que off-line poseen una relación asimétrica.

Habitualmente usa…44

Habitualmente usa… Si No 1- Iconos gestuales en la ventana de diálogo 70% 30% 2- Zumbidos en el cuadro de diálogo 64% 36% 3- Gestos o guiños durante la conversación 59% 41% 4- Web-cam 43% 57% 5- Conversaciones de voz 23% 77%

Queda claro que, la ne-

cesidad de tipear al

ritmo del habla, de

enfatizar frases reite-

rando letras o signos

ortográficos llevan a una flexibilización de los códigos de la escritura y, con

ello, a una flexibilización en las relaciones. Una especie de blandura en la

interacción, una sensación de simetrización de las mismas. El ‘deber ser’

veloz en la escritura implica que la frase producida puede contener múltiples

faltas (gramaticales, ortográficas, sintácticas, abreviaciones impropias,

reiteración de vocales, onomatopeyas varias, etc.). Esta licencia implícita, en

honor a la rapidez, obliga a los interlocutores a hablar con espontaneidad,

con libertad, como si la ventana del mensajero instaurara un paréntesis que

permite “habla espontánea en situación espontánea” (Bourdieu, 1984).

Porque quedan las severas leyes del mercado entre paréntesis es que pueden

proliferar los emotíconos, iconos móviles y guiños. El lenguaje por chat es

lenguaje espontáneo y “desjerarquizado” porque “es un juego excepcional,

que queda al margen de las leyes del mercado”. (Bourdieu, 1984:153). En

esta situación de comunicación el sujeto -pertenezca a la clase social que

pertenezca- rompe la censura, rompe el silencio, porque las leyes del

mercado lingüístico pierden peso y relevancia; y debido a que los

43 Entre los recursos expresivos que propone el mensajero tenemos: Los zumbidos son un cimbronazo con movimiento y ruido en la ventana de diálogo del interlocutor. Es una interpelación violenta, un reclamo que sirve para llamar la atención del otro. Los gestos o guiños en el cuadro de diálogo, son unas animaciones (de imagen y sonido) que expresan diferentes emociones o situaciones. La chica glamorosa, el beso, el burlón, el marciano, el nervioso, etc. Los iconos gestuales son fundamentalmente Smiles en diferentes situaciones emotivas: sonrientes, enojados, tristes, burlones, de festejo, etc. La webcam trasmite imágenes de video en vivo y en directo y puede ser acompañada con transmisión de voz también instantánea. 44 En los mensajeros instantáneos la aplicación que más se utiliza son los íconos gestuales. El 70% de los usuarios los emplea. El recurso que menos se utiliza es: la transmisión de mensajes de voz, sólo el 23% de los usuarios las usan. El 64% de los usuarios emplea como recurso expresivo los zumbidos y el 59 % utiliza los gestos. El uso de webcam alcaza a un 43% de los usuarios.

56

interlocutores no se ven a los ojos la autocensura y la censura social

disminuyen aún más. La lucha de clases pierde peso y espesor y un

paréntesis, que en rigor no es más que una ilusión, se instala en esa

interacción.

Luch , "estudiando" dice: Hola profeeee

Dorita de Haedo... dice: Estudiando…. Muy bien!!

Luch , "estudiando" dice: Jajajaj ¿¿ Adivine que materia??

Dorita de Haedo... dice: ¡Fantástico! Seguro que estas estudiando mi materia ¿No?

Luch , "estudiando" dice: Si, para el lunes. Aunque me tomo breaks, como este... […] ¿Cómo anda? ¿Se va a algún lado de vacaciones?

Dorita de Haedo... dice: Ummm,. Estoy escribiendo un libro. Así que estoy trabajando a full ¿Vos?

Luch , "estudiando" dice: Yo por ahí me voy a Pinamar cuando termine con los finales. El 21 tengo que dar física…. Seeeeee, por un punto no promocioné.

Dorita de Haedo... dice: Y… suele ocurrir. No te desmoralices. ¿Qué seguís vos?

Luch , "estudiando" dice: Ingeniería Civil. -Cualquiera la pregunta, pero me interesa eso sobre la gente…- Profe: ¿Qué música escucha?

Dorita de Haedo... dice: Ajá. Lo que estoy escuchando, precisamente ahora, es Marisa Monte (bossa nova). Me encanta ¿Y vos?

Luch , "estudiando" dice: A mí Cerati me gusta mucho, fui al recital hace poco. También Coldplay, Radiohead y electrónico -a la noche, cuando salgo- ¿¿Conoce??

Dorita de Haedo... dice: Si, claro ¿Y dónde salís?

Luch , "estudiando" dice: Últimamente a Adrogue... Voy a bares.

¿Usted sale?? O mejor dicho ¿Vos salís??? jajajaja Dorita de Haedo... dice:

Por supuesto!!. Con mis amigas. Pero seguimos charlando otro día… tengo que seguir trabajando.

Luch , "estudiando" dice: Ok. Nos hablamossss. Dorita de Haedo... dice45: Ok. Bye.

45 Observemos que “Luch” califica a la presente conversación también como un recreo “break” que se instaura en el espacio de trabajo. Esto refuerza la idea de comunicación-entretenimiento que inaugura el Messenger. Más importante que esto, es observar que “Luch” es un alumno que comienza tratando a su profesora, que es su interlocutora, de usted; para luego –al finalizar la conversación- tutearla. Es en virtud de este salto, que se cristaliza en el modo de emplear el lenguaje y de dirigirse al otro, que podemos sostener que a través del mensajero se simetrizan las diferentes jerarquías sociales. Otro momento en que se evidencia la simetrización que se produce en la relación es la pregunta “¿Qué música escucha?” ya que la temática de la pregunta hace que se abandonen los típicos temas docente-alumno y se caiga en un tema muy tratando en relaciones de pares o simétricas.

57

Ante sujetos con diferentes capitales culturales, económicos o simbólicos la

simetría nunca es total: “ningún igualitarismo falaz puede saldar la

desigualdad que [también] persiste en el dato económico” (Alabarces, 1999) y

esto ni siquiera se logra saldar en el chat. Tanto como en las interacciones

cara-a-cara de la vida cotidiana (Ver Bourideu, 1984) como en las

producidas en el mensajero hay reglas que los participantes deben

cumplir46. Pero lo cierto es que, se da cierta proximidad que no se produce

en una interacción directa. “Los rangos sociales” no tienen –en este espacio-

que ser representados de manera tan severa como en la interacción off-

line47.

“Cualquier acto de interacción, cualquier comunicación lingüística –incluso

entre dos personas, entre dos amigos o entre un chico y su novia-, todas las

interacciones lingüísticas son tipos de micromercados que están siempre

dominados por las estructuras globales […]. El micromercado lingüístico, es un

mercado –en menor escala- que le asigna precios a las producciones

lingüísticas de los sujetos. [De este modo, hablar con propiedad en la

situación determinada es ‘dar en el blanco’]. […]. La competencia lingüística,

sólo tiene valor, si tiene un mercado que le asigne un precio al capital

lingüístico” (Bourdieu, 1984:146 y s.s.).

“Cuanto más oficial es una situación, más autorizado tendrá que ser el que

tiene acceso a la palabra. Debe tener títulos académicos, un buen acento, etc.”

(Bourdieu, 1984:152). Es decir, el diálogo que se gesta con el otro en la

ventana de nuestra computadora esta sumamente lejos de lo que se llama

‘situación oficial de comunicación’, por lo tanto, al estar menos sometido a

leyes generales rígidas (gramaticales, de cortesía, etc.) todos están

autorizados a hablar… A decir con un poco más de libertad. En este

contexto, la ganancia se obtiene a través de la elocuencia –en la intervención

46Por ejemplo, los zumbidos o los guiños no se los emplean con cualquiera, sólo con amigos. 47 A diferencia de todo lo que se dijo hasta el momento sobre las interacciones por chat – Ver I Planells, Levis y otros textos que circulan en la web- analizadas desde las categorías del Interaccionísmo simbólico; nosotros no podemos seguir utilizando las categorías que utiliza Goffman para analizar las CMC. Debido a que todas las reglas que Erving Goffman crea para analizar las interacciones cara-a-cara dan cuenta de la rigidez de las mismas, en situación de comunicación directa. En cambio, en el espacio virtual se produce un movimiento diferente y opuesto, las relaciones sociales se flexibilizan: la fachada personal, las insignias, el escenario, el rango, la puesta en escena; pierden peso. Este tipo de intercambios es mucho más “libre” y menos oficial que otros ámbitos de interacción. Para más información ver Goffman (1959) La presentación de la persona en la vida cotidiana.

58

dialógica-, eso es en el mensajero una producción lingüística acertada, eso

es dar en le blanco… El kairos.

3- ¡All you need is pop!

“Everything is beautiful. Pop is everything”

Andy Warhol

Cualquiera podría ver que muchos de los iconos y guiños que el mensajero

acerca a sus usuarios provienen del Pop Art. No sólo porque el mensajero

retoma los códigos de la historieta que, a su vez, influenciaron a la corriente

artística promovida por Andy Warhol, sino porque también retoma su

estética: sus colores planos e intensos, sus formas claras, simples y

precisas y su temática objetual e icónica. Temáticas que relega los tópicos

tradicionales del arte, que eran: la naturaleza, el hombre, la sociedad, el

mito, la religión, los sueños, las fantasías… Y retoma la objetividad y la

figuración que emplean los anuncios publicitarios.

Por su parte, la Bauhaus también ejerce una enérgica influencia en el

mensajero. Se aprecia en la “coherencia, economía y simplicidad” de sus

símbolos gráficos –íconos en el lenguaje peirciano- (Frascara, 1988:41) que

guían las acciones que los usuarios pueden realizar (llamada de voz, inicio

de sesión de webcam, inicio de juego o conversación en conferencia) como

también los gráficos que indican si sus contactos se encuentran conectados,

o no.

Tal como la Bauhaus el Messenger valora la legibilidad de sus íconos

gráficos –forma que da cuenta de la función- y deja la ornamentación para

otros ámbitos tales como los fondos de ventana, que quedan a elección del

usuario. En los fondos de ventana se hacen presentes, principalmente, las

influencias del Surrealismo, del Art Nouveau y, por supuesto, no falta la

inefable vanguardia Futurista, que adoraba la velocidad y la máquina tal

como el mensajero valora la instantaneidad y la comunicación mediada.

59

Si bien no encontramos el Dadaísmo anclado en ningún lugar particular del

mensajero, tampoco se puede obviar su influencia lateral sobre el medio. Un

poco, Warhol, era un dadá aunque sin gorra ni grito de revolución, sin la

urgencia o la impaciencia de la denuncia, sin protesta ni reclamos. Todo el

“Arte Otro” o Informalismo, de un modo u otro, ejerce su influencia en el

mensajero debido a que subraya el valor iconográfico de la sociedad de

consumo.

El Pop Art -o Arte Popular48- deja advertir, sin matices, su influencia cuando

en la pantalla un largo jajá –que a veces salta y baila- se asoma en la

conversación; también cuando un “hola” –multicolor- destella en la pantalla.

O la Pantera Rosa que se cuela pensativa en la conversación; en los Smiles

que buscan transmitir las emociones más sutiles del enunciador, e incluso,

cuando unos puntos suspensivos -que bailan- reclaman nuestra atención.

Todos estos iconos, junto con los signos ortográficos de admiración o de

interrogación que se reiteran o aparecen como gigantes saltarines en la

ventana nos llevan a asociar este medio al dibujo animado, pero también al

comic y a la estética –y filosofía- Pop. Esta glorificación estética que hace el

Pop de los nuevos objetos producidos por la industria es retomada por el

mensajero en su oferta de iconos gestuales.

Notemos que, en los guiños las temáticas que aparecen prediseñadas para

ser usadas son: la chica glamorosa, el beso, la patinadora sexy, el nene

burlón, etc. Jamás el mensajero retoma los grandes temas que, en otra

época, constituyeron la principal preocupación de -por ejemplo- Antonio

Berni; quien expresaba en sus obras su preocupación por: la cultura obrera,

la niñez explotada, la prostitución, la marginalidad, etc. O tal como las

vanguardias que se encargaron de “mostrar las lacras fabulosas del mundo

moderno: el enfermo, el corrupto, la violencia social, lo procaz, la sexualidad

femenina como mercancía, la angustia, la soledad en la muchedumbre

urbana, la incomunicación humana, la falta de sentido, la guerra, la muerte, el

horror, etc.” (Casullo, 1999: 71) 48 Aquí el término popular no remite a la defensa de los intereses de las clases bajas, ni al concepto romántico de pueblo; sino que refiere a la estatización de los objetos producidos en masa, objetos populares y de consumo masivo. Para más información se puede consultar en Internet: http://www.spanisharts.com/history/del_impres_s.XX/arte_sXX/vanguardias1/introdvanguard.html

60

El mensajero es Pop no sólo desde su aspecto estético, sino desde su axioma

ideológico: Optimismo a Rabiar. Esa actitud neutral, acrítica, irónica,

despreocupada y frívola ante la vida; que destilan sus iconos gestuales, sus

guiños, su marco metacomunicativo que indica a sus usuarios “Esto es

juego” desdibuja -con su optimismo anti-revolucionario- las diferencias de

clases, niega los conflictos, la desigualdad de oportunidades; y devuelve una

imagen idealizada -y bella- de las relaciones de clases y de la cotidianidad.

4- ¿Eso es un guiño, un Smile o una alucinación? -La nueva

comunicación lisérgica-

No es casual que el icono dominante en los mensajeros instantáneos sea el

Smile49. Este dibujo, que sonrió por primera vez en 1963, fue creado por una

agencia de publicidad con objeto de fomentar entre los empleados de una

compañía (de Massachussets) la idea de iniciar el día con optimismo y

alegría. Dicho icono, se popularizó en 1970 acompañado de frases como

“Have a happy day” muchísimo antes de proliferar entre las conversaciones

vía mensajero. Luego –el icono- fue adoptado por la cultura lisérgica, el

underground y la corriente musical Acid House de Inglaterra en la década

del ’80; para luego recién, masificarse como icono de la comunicación

mediada por computadora o comunicación de entretenimiento.

El Smile símbolo del optimismo y, por definición, opuesto al sentimiento de

angustia pretende ejercer un efecto parecido a la droga estrella (éxtasis o

MDMA) del movimiento Acid House. Tal como las drogas de diseño “Uno

empieza por tomar una pastilla y luego entrar a una sala de baile tecnológico,

para danzar y dejarse llevar, las luces, el movimiento, la empatía, el fluir del

tiempo y de la escena –llena de sincronismos- […] Sus efectos se contagian por

empatía, por vibración; en este sentido la MDMA es una sustancia particular

no sólo porque sea la experta en abrir las puertas del corazón, sino porque 49 El Smile (cara redonda y amarilla que sonríe, creada por el artista Harvey Ball) es usado tanto en el MSN Messenger como en el Yahoo Messenger. Mientras el yahoo lo utiliza como símbolo gráfico que señala la presencia o ausencia de los usuarios on-line, en el MSN se propone como medio de expresión, por imitación –semejanza- de emociones y gestos del usuario. Para más información ver en Internet: http://www.lacoctelera.com/los80/categoria/maria-jose-lluque

61

contagia su buen rollo por el aire” (Collin y Gdfrey, 2003). Tan optimista como

el Pop y la MDMA, el Smile sonríe contagiando optimismo en las

conversaciones por mensajero, estriando el fluir del tiempo sincrónico,

embelleciendo la vida cotidiana - la charla- y amenizando las relaciones

sociales.

Las coincidencias continúan. Tal como la pastilla de éxtasis que “centra la

experiencia en el ámbito de lo emocional, facilitando la comunicación

interpersonal y derribando las barreras que impone el miedo a abrirse a los

demás” (Collin y Gdfrey, 2003) el Messenger provoca la misma proximidad y

comunicación entre sus usuarios. Ambos fomentan la recreación, el

entretenimiento y el intento constante de fugarse del aburrimiento. Tanto el

éxtasis50, empleado en las Raves o fiestas multitudinarias, como el

mensajero fomentan la empatía colectiva entre los sujetos en interacción

(mediada o no). De este modo, el Smile -icono del mensajero y también de las

Raves- se erige como un omnipresente símbolo de felicidad y movimiento.

Por aumentar la locuacidad y la sociabilidad del sujeto, la pastilla de éxtasis

fue recomendada, en los ’70, por psiquiatras californianos a pacientes con

problemas de comunicación y depresión. Tal como hoy el mensajero

funciona fomentando la verborragia, la locuacidad y la elocuencia entre sus

usuarios. De este modo, el mensajero como nuevo modo de comunicación

asociado a nuevas formas de entretenimiento queda ligado a la cultura del

éxtasis, del Smile “be happy”, de la Rave y su música electrónica o

tecnológica. Y de esta manera, su imbricación con la droga y la alucinación

se patentizan en el guiño, que cuando ocurre deviene imagen tan

alucinógena como las que despierta el ácido lisérgico (LSD). Mundo mágico,

mundo de hadas, mundo bello en donde todo parece estar bien.

50 Para saber más sobre la droga citada y la cultura rave se puede consultar en Internet a las siguientes dirección: http://www.muscaria.com/estd_alt.htm También se puede ver un trabajo de investigación que trata sobre las Representaciones sociales y prácticas del consumo de éxtasis en Buenos Aires, realizado por las investigadoras: Ana Clara Camarotti y Ana Lía Kornblit, que se encuentra en: http://72.14.203.104/search?q=cache:2ZXyiuxwsUwJ:www.uaemex.mx/webvirtual/wwwconver/htdocs/rev38/38pdf/ANA_CLARA.pdf+extasis+acid+house&hl=es&gl=ar&ct=clnk&cd=6&lr=lang_es

62

Es decir, en el siglo XXI tanto el éxtasis como el mensajero proporcionan a

sus usuarios -uno por efecto de la pastilla, el otro por efecto de la palabra y

del uso de las propuestas del medio-: euforia, verborragia, desinhibición y

amento de la empatía. Ambos facilitan la comunicación y las vinculaciones

interpersonales ya que aumentan el deseo de relacionarse y hablar. Y tal

como las drogas psicotrópicas las imágenes, que ocurren en la ventana de

diálogo, emulan una alucinación compartida que impide en esta

“conversación-entretenimiento” la distancia. Justamente, porque estamos

en el ciber-espacio la charla tiene un plus de informalidad, de

espontaneidad. Punto de fuga del espacio oficial- deliberadamente no-

oficial- que provoca, tal como alguna vez lo hizo el carnaval medieval, la

inversión de órdenes establecidos. Es decir, “liberación transitoria, abolición

provisional de las relaciones jerárquicas, privilegios, reglas y tabúes” (Bjatin,

1987:15) y la certeza de que “Esto es un juego” que permite la huída y la

licencia para franquear las infranqueables barreras, que en la vida cotidiana

off-line impone el rango del sujeto. Paréntesis que instaura la ventana ‘meta-

invitando’ a jugar por jugar.

63

¡Está ahí; No lo veo… Pero me

habla!

Capítulo IV

¿Por qué cuando hablamos nos

sentimos tan cerca?

Análisis de rasgos indiciales y enunciativos

64

“La ausencia dura, me es necesario soportarla.

Voy pues a manipularla: transformar la distorsión del tiempo en vaivén, en producir ritmo, abrir la escena del lenguaje

(el lenguaje nace de la ausencia)” Roland Barthes.

1- Las comunicaciones sincrónicas on-line son

principalmente indiciales.

Se inicia el día, se prende la máquina, se abre el mensajero –se lo ojea un

poco- y luego uno se pone a trabajar. Allí están los contactos… que nos

interpelan, se hacen presentes en nuestra vida y por presencia virtual entran

en nuestro mundo cotidiano. Están presentes –acomodaditos, alistaditos- en

el escritorio de la máquina, que en algún punto compartimos. Ellos, los

contactos, nos interpelan directamente, indirectamente, casualmente y –a

veces- al pasar. Nos cuentan e involucran en sus actividades, pasiones y

odios, en el pulso de su vida cotidiana. A través de su nick, ingresan de

modo oblicuo en nuestra vida –lo sé- “están ahí…” casi al alcance de la

mano o de la palabra… Disponibles. “Están ahí…” “el muñequito verde” que

los simula “me” asegura y dicta si ellos están abiertos –o no- a la charla, es

decir, disponibles. Y uno hace lo mismo con su lista de contactos… Los

convoca, los provoca, los interpela y los invita -o no- a hablar con uno. Se

abre una ventana y la pregunta: “¿Cómo estás?” Se propagan las noticias…

Las nuestras, las de ellos. ¿Qué hacen? ¿Qué es de su vida? ¿Qué piensan?

¿Qué les pasa? ¡Tengo noticias; Estoy al tanto de cómo están! No tengo un

resumen de sus vidas… Tengo novedades de su día a día, de su

cotidianidad.

Se dice por ahí que, en el Messenger -en la comunicación mediada por

computadora (CMC)- no hay indicialidad o que tal orden se repone a través

de los emotíconos, que expresan los gestos corporales o faciales del sujeto

que los emplea. Sin embargo, este tipo de comunicación sincrónica no sería

posible si no se estuviera en un mismo espacio compartido. Como tampoco

podría producirse si el “muñequito verde” no me indicara que otro, existente

65

singular, está al otro lado de la línea listo para que una conversación tenga

lugar.

Ya lo dijimos -y no nos cansamos- profundicemos las ideas, citando las

fuentes…

“Un índice es un signo que perdería inmediatamente el carácter que lo

convierte en un signo si su objeto fuese eliminado (…). Los pronombres

personales y demostrativos son, cuando se los usa ordinariamente ‘indices

genuinos’. Los índices pueden distinguirse de otros signos por tres marcas

características: no tienen semejanza física con sus objetos, se refieren a

individuos, unidades singulares, dirige la atención hacia sus objetos mediante

una ciega compulsión (…) La acción indexical, de estos signos, depende de la

asociación por contigüidad y no por semejanza ni asociaciones intelectuales.”

(Peirce, 1953:274-276) “La secundidad, corresponde a los eventos singulares,

a los hechos. Un evento es perfectamente singular. Ocurre aquí y ahora”

(Verón, 1987:107).

El índice mantiene una conexión real con el objeto al que remite, tal como el

“muñequito verde” mantiene una relación con el sujeto al que representa.

Esa lista en verde indica que los contactos están en tiempo real, es decir, en

sincronía y en el mismo espacio virtual… Este hecho no puede ser llamado

con otro nombre que el de indexicalidad.

Ese espacio desterritorializado, pero que es percibido por los sujetos cómo

un espacio físico concreto, se expresa en la pregunta: “¿Estás ahí?” -muy

frecuente en el mensajero-. Ese “Estar ahí” es estar en la web, en Internet,

en la línea… Delante de alguna pantalla, en relación de contigüidad espacial

y temporal con el Otro, con los Otros, con la lista, con la comunidad virtual.

Lucas sabemos que nos estas omitiendo dice51:

Hola Nati. ¿Estás ahí? Poderosa SAKTI dice:

Si ¿Cómo estás? Que bueno que te encuentro… Tengo que hablar con vos.

Lucas sabemos que nos estas omitiendo dice: Decime. Igual, mirá que voy y vengo. Puse agua para el mate.

51 Hay que observar en este fragmento de conversación la conjugación verbal. Dicha conjugación al estar en presente y primera persona del singular (yo) alude al tiempo compartido, que se construye a través del lenguaje. También hay que notar como el “ahí” construye espacialmente a la web como un lugar concreto, a través del lenguaje.

66

Pero decime… ¿Qué te pasó? Poderosa SAKTI dice:

Todavía nada…. Pero lo volví a ver ayer… Y fue un poco raro.

Poderosa SAKTI dice: Te me fuiste amiga.... Y yo con esta desesperación !!!!!!!

Lucas sabemos que nos estas omitiendo dice: Para, que se me cortó Internet. No sé que le pasó al servidor.

Poderosa SAKTI dice: Sí, ya sé. Me di cuenta ¿Y ahora se arregló bien?

Lucas sabemos que nos estas omitiendo dice: Bancame un segundo, please. Bancá que tengo que responder urgente un mail y ver el tema del agua en la cocina. Va, si querés escribime y andá contándome…

Al analizar este fragmento, notamos que en las conversaciones por chat lo

que más se utilizan son: la primera y la segunda persona del singular, que

tienen como característica sobresaliente ser signos vacíos, indiciales. Porque

sólo adquieren sentido -se precisan- en la referencia (en el contexto

situacional y contiguo) cuando el destinatario se entera de quien las

pronuncia.

Observemos que las primeras personas se marcan fuertemente en el “Tengo

que”, en el “voy y vengo”, etc. En ellas, de manera tácita, se cuela el “yo” en

las conjugaciones verbales de la conversación. Esa conjugación verbal invoca

a la persona que la enuncia, en este caso, a “Poderosa Sakti” o Natalia y al

otro nick.

La pregunta: “¿Estás ahí?” No sólo invoca a la segunda persona, sino que es

el adverbio de lugar (“ahí”) que remite, según la semiología, al espacio de la

segunda persona. De este modo, todo el sistema de información gira en torno

al “yo”, al ego, del sujeto. Este sistema verbal es, a su vez, lo que Bettetini

(1984) llama: el tiempo del comentario o diálogo.

“El mundo del comentario es mucho más libre e imprevisible que el mundo

del relato. Aquí el texto demuestra toda su especificidad, despliega la

originalidad material de sus significantes, se abre a las intervenciones del

sujeto enunciativo para dejarse marcar por sus huellas […]. El comentario

verbal se manifiesta a través de los tiempos e índices de intencionalidad

comentativa del sujeto de la enunciación” (Betettini, 1984:177)

67

Gracias al acto de enunciación (lenguaje en acción) el sujeto introduce sus

críticas, juicios y observaciones. La conversación por mensajero es flujo de

aquí y ahora, comentario que perpetúa el presente y evidencia al sujeto-

sujetado al discurso del Otro, a través de sus marcas de subjetividad que

quedan plasmadas en su enunciado.

El alemán dice52: Che… ¿Qué haces? ¿Sabés algo de Marucha?

Valentina dice: Hoy vino, tipo 9 hs, pero yo dormía.

El alemán dice: Haaaa. O sea que está en Baires.

Valentina dice: Sí, sigue viva, aún respira y camina.

El alemán dice: Porque hace un montón que no la veo. La semana pasada no vino. Y hoy la llame pero no contestó.

Valentina dice: ¿La extrañas? Bueno, después si querés te paso una foto.

El alemán dice: Quería saber en que anda. Debe estar por volver.

Valentina dice: Todo es posible, en el reino "Marucha" El chip, Marucha!!

En principio advirtamos algo: El dispositivo técnico (el Messenger y sus

ventanas) se ubica como moderador de la conversación. El dispositivo

técnico es el “yo” principal de tal conversación y esto se marca en que a

continuación de cada nickname aparece la palabra “dice” -que implica la

conjugación verbal de la tercera persona singular. (Él) dice-. Así el

dispositivo se entromete y se marca como figura principal –servidora,

garante y mediadora- de este tipo de comunicación. Es el servidor que con

esta maniobra, se sitúa como mediador de los interlocutores. Sin embargo,

al mismo tiempo, ellos –los interlocutores- olvidan esto, saltean al moderador

y se ubican como fuente de sus enunciados dirigiéndose directamente al tú,

52 Hay que notar también el grado de coloquialidad, familiaridad, de los términos que, a pesar de estar escritos, son del ámbito de la comunicación oral. Por otra parte, se aprecia en este diálogo el grado de instantaneidad que tienen los diálogos por Messenger.

68

dirigiéndose mutuamente la palabra y, al parecer, ni siquiera advierten la

mediación y se posicionan como locutores –yo y tú- reversibles.

Merodeemos un poco más las categorías y ampliemos su alcance. Notemos

que lo que más se destaca, nuevamente, en la ventana del chat es un “yo”

que se dirige a un “tú” que indaga el paradero de una tercera persona: el “él”

–en este caso Marucha-. Esta es una característica invariante que abarca a

todas las conversaciones textuales por mensajero al igual que en todo

intercambio oral habitual. Este comportamiento, a su vez, demuestra que los

interlocutores jamás se hacen cargo de la mediación…. La olvidan.

De este modo, este acto de comunicación como todo acto de enunciación se

presenta como centrípeto y se organiza en torno a ese “yo” que interactúa

con otro “yo”. Esos “yo” organizan toda la charla, la discursividad, en torno a

ese eje que se mueve de yo-a-yo. Reversible, diría Benveniste (1997).

En este tipo de conversación, de manera explícita o tácita, el “yo” se dirige al

“tú” y de este modo se marcan los sujetos de la enunciación en el canal y en

el texto a través de pronombres personales o demostrativos, que sólo

completan su sentido por relación de contigüidad respecto de quien los

tipea.

Los adverbios demostrativos de lugar, evidencian la sensación de espacio

compartido y concreto. Aquí, ahí, allí son “tres palabras [que] determinan

su significación atendiendo a los tres puestos de las personas del coloquio. Por

eso son pronombres de la familia de los personales; son también como

gestos”. Gestos verbales que señalan a unas de las tres cercanías: Yo-aquí;

tú-ahí; él-allí (Alonso-Ureña, 1938:91).

Con lo dicho señalamos que son todos estos términos los que actúan

como los gestos corporales, pero en el mensajero. Es decir, no son los

emotíconos los que reemplazan los gestos faciales o corporales que existen

en toda conversación cara-a-cara, sino que son las mismas palabras las que

actúan como los gestos en el Messenger. Esto tiene que ver con que los

emotíconos son, justamente, iconos; que representan al gesto facial concreto

por semejanza. En cambio, las conjugaciones verbales, pronombres

personales, demostrativos y adverbios de lugar son: signos indiciales que

sólo se entienden por relación de contigüidad con el sujeto que los emplea,

69

que representan al gesto por relación de conexión física y dinámica entre

uno y otro.

Con esto enfatizamos que, la indicialidad en el mensajero se manifiesta a

través de las palabras. Palabras que, habitualmente, en la conversación

cara-a-cara van acompañadas de gestos corporales. Aquí, en el Messenger,

sólo quedan las palabras sin el gesto facial, que se intuye o se supone pero

no hay forma de reponerlo ni con los íconos gestuales.

Observemos que en las conversaciones por mensajero el sistema verbal que

se emplea es el del comentario. Tal como lo dirían Betenttini y Alonso: “Con

el presente, nos referimos al momento en que estamos hablando, con el

pretérito, nos referimos a una época anterior y pasada [al momento de la

enunciación]; con el futuro, nos referimos a una época que no ha llegado

todavía” (Alonzo-Ureña, 1938:107).

Por otra parte, “los modos significan las distintas maneras que el hablante

tiene de considerar o encarar la acción del verbo. Los modos son: El indicativo,

se presenta el hecho como real; El potencial, se presenta el hecho como

posible; Con el imperativo ser presenta el hecho como un mandato, consejo o

petición de que exista o de que ocurra; Con el subjuntivo, se presenta el hecho

como un deseo” (Ob.cit., 1938:108).

Al analizar las conversaciones por Messenger, todas absolutamente todas,

presentan los tiempos verbales en el modo indicativo. Justamente, los

tiempos verbales que se utilizan son los del modo indicativo, porque, como

dice Alonzo ‘presentan al hecho como real’. El sistema indexical se repone –en

los mensajeros- con estos elementos indiciales de la lengua. Y puesto que,

no existe una realidad extrasígnica, y que sólo existe aquello que se

distingue y presenta a través de la lengua como real; el mensajero y las

conversaciones e interacciónes que soporta no pueden considerarse de otro

modo que real.

Por otra parte, el sistema verbal empleado en la charla por mensajero es el

que utiliza el presente como tiempo eje (o tiempo cero). Es alrededor de este

tiempo eje que se organizan el pasado y el futuro, que es pasado o futuro

respecto de ese momento de enunciación. La enunciación fija las

coordenadas del discurso, es decir, constituye la base a partir de la cual se

70

articulan las personas, los lugares y los tiempos. La enunciación es el grado

cero en base al que se distribuyen los diferentes papeles y los parámetros del

funcionamiento referencial de un discurso, que dependen enteramente –tal

como se evidencia en las charlas por mensajero- de la enunciación.

“’Hola’; ‘Ahora vengo’; ‘Bancame’; ‘Decime’; ‘¿Qué haces?’; ‘¿Cómo estás?’”,

etc. Son frases habituales en el mensajero. Cualquiera sean las elecciones y

enunciados lo que se pone en evidencia es la propia situación de

enunciación (Casetti, 1983: 53-56).

Además, el vocativo que se invoca en la conversación -que siempre es la

interpelación a la segunda persona- no es el nick, sino el nombre real del

sujeto. De este modo, también a través de los vocativos empleados se saltea

el nick, la mediación y el “dice” que instaura el soporte. Y con estas

omisiones se saltea al canal virtual y por ello el usuario se refiere a su

interlocutor con su nombre “real” y no a su graffiti digital (Ob.Cit., 1983).

Por último, la conversación por mensajero está tan anclada en lo real que es

tomada por sus participantes como equivalente a una conversación oral, en

la cual, el sujeto dice “decime” y no “escribime” y cuando prefiere no saber

dice “callate” y no “no escribas más”.

2- Acabar con la ausencia… En un solo gesto. El monopolio de

la presencia.

Hay una publicidad radial de tarjetas telefónicas, por cierto –absolutamente-

olvidable, en la que el slogan de cierre dice: “Cuanto más hablás, más cerca

te sentís”. Esta frase, excesivamente cierta, cristaliza la sensación que

tenemos de ellos, los contactos, que cuando mantenemos un diálogo textual

están cerca, muy cerca… Al alcance de la mano. Cuanto más se habla con el

otro más cerca se lo siente, más familiar, más conocido, más cotidiano.

Pero… ¿Por qué? ¿Por qué, a pesar de la distancia, si uno charla con el otro

lo siente cerca? Esto tiene que ver con el estatuto ontológico del habla. El

habla es la que inaugura el presente del sujeto, sólo porque el sujeto puede

pronunciar “hoy” constituye un presente, un hoy. A su vez, sólo porque el

71

sujeto puede apropiarse del lenguaje en el habla se constituye como sujeto,

como un “yo” diferente de un “tú”. Sólo porque puede nombrarse y

diferenciarse del otro el sujeto adquiere subjetividad, porque es sujeto del

lenguaje, sujeto-sujetado al lenguaje. Por este empleo del lenguaje es que se

constituye en individuo, en la mediada que a través de él puede diferenciarse

del “tú”, del “él” y de sus plurales.

Pero necesitamos responder ¿Por qué uno se siente cerca del otro cuando

habla? Ya que tanto el Messenger como el teléfono son lugares de

conversación y porque entendemos que más allá del dispositivo es,

justamente, la charla la que acerca. Es el diálogo el que acerca, justamente,

porque sólo puede producirse un diálogo en tiempo presente. Y la

conversación sólo es posible en tiempo presente, de hecho, es la que funda

un espacio-tiempo compartido por dos sujetos el “yo” y el “tú”. Hablar por

mensajero es estar cerca, precisamente, porque es compartir a diario el

mismo presente (tiempo real) y el mismo espacio desterritorializado,

pero vivido como concreto, percibido/construido como espacio común: la

web.

Esto forja una familiaridad elaborada a través del mismo presente y el

mismo espacio, que se construye con el uso de deícticos que por su forma

vacía -sin referente- permiten al sujeto apropiarse de la lengua y usarla en

situación de enunciación. De este modo, el sujeto se figura este

tiempo/espacio compartido con el otro, con el que charla. “Él está ahí, ahora

conmigo, en el mismo espacio, charlando cotidianamente”.

Como dice Scolari (2004:71) parafraseando a Ferry Winograd “El software

no es sólo un dispositivo con el cual interactúa el usuario, es también el

generador del espacio donde el usuario vive. Estamos creando nuevos mundos

donde los usuarios perciben, actúan y responden a las experiencias”.

Tanto como la foto detiene y perpetúa el aquí-ahora del tiempo el mensajero

lo ensancha, lo agranda. Ya no acorta las distancias como alguna vez lo hizo

el ferrocarril, sino que las elimina y al mismo tiempo instala el monopolio de

la presencia del presente compartido y, de ese modo, acaba en un solo gesto

con la ausencia. Notemos que, cuando uno chatea al mismo tiempo puede

interactuar con múltiples personas, de este modo, en la web el espacio

72

físico se prolonga porque el sujeto al estar on-line está en contigüidad

con lo lejano, con espacios geográficos diversos y durante todo el tiempo

que está on-line, que puede ser todo el día. Así, el Messenger amplía el

tiempo en el que se está con el otro. A su vez, se puede guardar ese

fragmento de espacio-tiempo en forma de conversación producida y

recordada. Cuando uno guarda una conversación por mensajero, guarda no

sólo la palabra en acción del otro, no sólo su testimonio y sus palabras, sino

que guarda un fragmento de tiempo transcurrido en interacción. Guarda el

tiempo del habla. Por estos motivos, el hombre al crear los intercambios

sincrónicos en la web crea un nuevo espacio concreto que se superpone y

encima al espacio concreto clásico y, de este modo, agranda su espacio y

maximiza el uso de su tiempo que al economizarlo le rinde más.

3- Jugar al gallito ciego… digo más y no te veo.

Eliseo Verón (1995:224) dice que “ciertos vínculos simbólicos son sólo

sustitutivos, mientras que existen otros donde la función de reenvío [es decir,

‘estar-en-el-lugar-de’] se funda a su vez en un lazo de contigüidad empírica

entre los elementos relacionados”. En este lugar es donde ubicamos a los

signos de presencia on-line y al diálogo que los sujetos mantienen en los

mensajeros instantáneos.

El “muñequito verde del MSN” es un signo complejo. Es complejo en la

medida en que es un ícono, debido a que mantiene una relación de

semejanza con la fisonomía humana; es un símbolo, sobre el que recae la

convención que le asigna diversos sentidos a los colores en los que cambia;

y es, primordialmente, indicial por ser señal de que “vos y yo” estamos

contiguos en la red y, por tanto, en relación de conexión física real y singular

compartiendo el mismo presente. En el citado “muñequito verde”, que es el

alma de la ventana principal del mensajero hay semejanza, hay convención y

también hay contigüidad… Ya que representa un lazo de existencia entre el

que escribe y el otro que también está en conexión física con su propia

escritura y con la escritura del otro.

73

El cuerpo

Notemos que las reglas53 que invisten a la interacción por mensajero son las

mismas que Verón le atribuye a la acción en el comportamiento social

espontáneo, en la que el elemento interviniente -por excelencia- es: el

cuerpo, en tanto lugar de producción de sentido y, por lo tanto, materia

significante.

La interacción en la ventana de diálogo sería definida por Verón (1995:238)

como un “paquete de comportamiento-y-palabra”, es decir, palabra escrita en

forma de intervenciones -más o menos cortas- y bajo “paquete de

comportamiento” entraría toda la gama de posibilidades de envío/recepción

de: archivos de texto, música, guiños, iconos móviles, fotografía, sesión de

web-cam, zumbidos, interpelación por medio del nickname y, por supuesto,

el cuerpo del sujeto que realiza todas esas actividades en contigüidad con su

máquina y su pantalla, en conjunto con el otro que esta al otro lado de la

pantalla54. Es decir, la interacción en el mensajero es tan translingüística

como el comportamiento corporal del sujeto en interacción “real”.

A pesar de que la relación fundamental que se produce entre los sujetos es

indicial entendemos que, la carencia del cuerpo presente y de la mirada del

Otro provoca que esa relación indicial se instaure de un modo muy

particular… Porque, el sujeto en relación de contigüidad –mediada- sólo

puede interpelar al otro a través de la mediatización de la máquina (juego de

luz, sonido y zumbidos) que indican que el contacto “me llama, me interpela”.

Como bien sabemos, tanto la interpelación directa como los tipos de mirada

ubican jerárquicamente al sujeto en un lugar social -de subordinación o

dominación- sin decir una palabra. Cuando esto desaparece uno de los

elementos que aflora es el exhibicionismo –por ejemplo de las emociones

del sujeto- y, su complemento, el voyeurismo, que propician la soltura en la

expresión, o bien, el humor que, a veces, lo dice todo.

53 Enunciadas brevemente: continuidad, no arbitrariedad (motivación), no similaridad (no hay semejanza) y contigüidad. 54 Pensemos que la contigüidad (que no implica similaridad) se produce a tal punto que se requiere –por ejemplo- para enviar una fotografía por mensajero, archivo de texto o guiño, realizar un trayecto continuo con la mano en el mouse y desplazarse por la pantalla y clikear en los botones indicados; para que el otro reciba y vea (a través del recorrido que realice su mirada) el mismo archivo. Por otra parte esta mismidad a ambos lados de la pantalla las vuelve, de algún modo, contiguas, unidas por la web cuando están en sincronía. Son estos movimientos frente a la PC los que no puedo ver al otro lado.

74

Notemos que lo que nos arranca el mensajero es “la red intercorporal de lazos

de complementariedad” (Verón, 1987:142) que son las aproximaciones y

alejamientos del cuerpo frente a la pantalla, los tonos de voz y los recorridos

que la mirada produciría sobre el cuerpo del otro, con el que interactúa. Es

decir, se pierde parte de “la capa metonímica de producción de sentido”

(Ob.cit., 1987). Sólo pervive la dimensión indicial en los deícticos y en el

espacio compartido. Por esto, la interpelación está casi totalmente

mediatizada, aunque todavía pueden usarse las palabras para ubicar a

alguien a través de la interpelación, pero esta acción es mucho más explícita

que la que se produce en el cara-a-cara por medio de miradas, gestos,

postura corporal y tonos de voz.

“El nivel de funcionamiento indicial es una red compleja de reenvíos sometida

a la regla metonímica de la contigüidad: parte/ todo, aproximación/

alejamiento, dentro/ fuera, delante/ detrás, centro/ periferia, etc. […] El pivote

de este funcionamiento que llamaré la capa metonímica de producción de

sentido es el cuerpo significante” (Verón, 1987:141). Esos sentidos son los

que no se pueden enviar por mensajero, esa ‘textura existencial55’ es la que

se pierde en el diálogo textual. Estos sentidos que nunca jamás se habían

perdido ni siquiera en la instancia de una transmisión por TV o filmación

cinematográfica ya que en su interior recreaban este sistema total son los

que se pierden en el Messenger.

Al perderse o mediatizarse esa parte existencial de la “capa metonímica de

producción de sentido” ocurre que, en el interior de una charla por mensajero

se hace más difícil y más directa la ubicación jerárquica del sujeto, porque

debe producirse a través de la palabra, que es más franca y precisa que todo

índice corporal. Debido a que ciertas barreras -con las que todo sujeto se

topa al estar siendo mirado por alguien- caen en la instancia del Chat;

porque no hay mirada que intervenga se hace necesaria la reposición del

límite a través de palabras “directas, francas y precisas”, que ubiquen

jerárquicamente al sujeto. Esas palabras que marcan el límite de lo que no 55 Llamamos “textura existencial” a la significación que produce el volumen del cuerpo del otro en movimiento. Al que aunque lo vea, lo lea, lo oiga –por webcam, texto o conversación de voz-. no puedo tocar, oler ni degustar esa presencia corporal del otro. De este modo, aunque íntima, esta relación por mensajero deviene un espectáculo producido para un solo espectador… Sin embargo, dejamos para futuras investigaciones la profundización de estas nociones.

75

puede ser dicho ni siquiera por chat, salen de un sujeto, que no requiere de

valentía para emitirlas porque sabe que no es mirado por su interlocutor y

que su cuerpo no está en juego en dicha interacción.

El poder siempre manda dice56: Hola yo le quería preguntar algo.

Dorita de Haedo... dice: Decime.

El poder siempre manda, dice: Mi hermana es contadora recibida en la UBA, y me dijo que: “Por qué no me mostró el final”. No estoy peleando, ni nada… Pero si yo se lo pido ¿Usted no me lo debe mostrar?

Dorita de Haedo... dice: ¿A vos no te parece un poco desubicado, pretender que yo -en época de recesión de clases- te conteste sobre las clases. Teniendo en cuenta que la única nota que te hizo llegar al final fue una nota grupal?

El poder siempre manda dice: Bueno perdoname.

Dorita de Haedo... dice: Yo no estoy a tu disposición

El poder siempre manda dice: Disculpáme. Te dije que no quería pelear.

No te enojes. Usted se cree muy superada… Dorita de Haedo... dice:

¿Cómo? No se pudo entregar el mensaje siguiente a todos los destinatarios:

¿Cómo?

A través de diversos casos, Grimson (1999) muestra la relevancia que tiene

el cuerpo en la comunicación directa, ejemplificando, cómo los movimientos

y las distancias (kinésica y proxémica) comunican un montón de sentidos

ambiguos. Esto no es posible en el chat. En este canal, la ambigüedad se

establece por las elipsis, por al intrínseca característica polisémica del

lenguaje natural, por las desconexiones del canal y no por los movimientos

del cuerpo ni los caprichos de la mirada.

La mirada:

Hay otro elemento fundamental de la producción de sentido en las

interacciones, que pierde vigencia en una charla por chat: la mirada. La

mirada que tiene por característica “aparecer como una bisagra entre el orden

56 Esta conversación mantenida el 23 de julio de 2006 con un alumno del CBC, tal vez, jamás se hubiera producido cara-a-cara debido a que con sólo una mirada se hubiese cortado esta posibilidad. Sin embargo la misma tuvo lugar y en ella lo más notable es que ninguna de las partes apela al eufemismo. Entendemos, que si la misma se hubiese producido cara-a-cara no se habría llegado tan lejos con las palabras ya que los tonos de voz, las posturas corporales, los gestos y las miradas hubieran actuado de “dique de contención” de ciertas preguntas, acotaciones y declaraciones.

76

metonímico y el orden icónico” (Verón, 1987:174). En el mensajero juega otro

juego. Este tejido de reenvíos, compuesto de múltiples cadenas

entrecruzadas que instala la mirada haciendo de pivote de la prolongación

y/o anticipación del contacto entre sujetos, en el Messenger –y cualquier tipo

de CMC- pierde eficacia. Esto provoca, paradójicamente, un doble juego

opuesto: por un lado, no produce sentido –no instala ni prolonga el contacto-

y, por otro, instala una apertura en el nivel discursivo, debido a que,

esquiva la censura que provoca mirar –lo que no se debe- y elude la

posibilidad de ser objeto de la mirada del otro.

Lo que cae en la instancia del chat es “La intervención progresiva de las

prohibiciones que provocan rupturas en las cadenas de la contigüidad

intercorpórea dando lugar a suspensiones de recorridos. La suspensión del

acto de mirar es la primera forma de censura. Censura sobre los cuerpos,

sobre las cadenas de deslizamientos metonímicos de la mirada”. (Ob.cit.:147).

Este tipo de censura social que recae sobre lo “mirable” y lo “no-mirable”

juega otro juego en las comunicaciones mediadas por computadora.

Como en el mensajero no se puede mirar al otro57 ni la mirada del otro

puede recaer sobre mi cuerpo… No hay recorrido que censurar ni

suspensión de lo que “no debe” ser mirado. Por otra parte, al advertir que el

otro “no me mira” me puedo explayar y adquirir mayor autonomía en la

expresión –decir un-plus-más- tal como ocurre en el soliloquio o en el diván

del psicoanálisis, pero en el Messenger.

El sujeto que “no ve la mirada del otro que lo mira” (Metz, 1975) dice un plus-

más porque no es mirado, justamente, todo sucede “como si” estuviera solo

y, sin embargo, compromete a la segunda persona gramatical… Se confiesa,

indaga, es incisivo, enfático, recuerda y pregunta, toca temas que no tocaría

en el cara-a-cara. El trayecto de la palabra no es interrumpido por un

reprobante silencio, por un gesto de fastidio o desinterés. De este modo, sin

la presión de la mirada “calificadora del otro” el sujeto –se anima y- puede

decir más porque no es mirado, y no porque sea anónimo o se oculte tras un

pseudónimo.

57 En la interacción por Chat la mirada se dirige a la máquina, a la pantalla, a la ventana de contactos o de escritura. Pero nunca alcanza al “Tú” a la segunda persona.

77

Para Freud “la mirada es un modo esencialmente masculino de ejercer control

a través de una extensión del voyeurismo” (Fiske, 1987:83). El mensajero

arrebata a varones y a mujeres, a dominantes y a dominados; por igual; esta

posibilidad de controlar al otro a través de la mirada y de condicionar su

accionar corporal y verbal. Así, lo que no puede ser dicho cara-a-cara tal vez

pueda decirse a través del mensajero en donde sé “que la mirada del otro no

me mira”, en donde ese régimen no instaura sentido, ni censura, ni

separación. De este modo, el Otro me constituye en sujeto no por su cuerpo

ni por su mirar, sino exclusivamente a través de su palabra.

Tanto para Alabarces quien dice que “la mirada del dominante suele señalar

con precisión al dominado” (Alabarces, 1999) como para Grimson quien dice

que la distinción de clase no se verbaliza; la desigualdad no se instala a

través de la palabra, sino que se “establece corporalmente a través de la

operación metonímica de la mirada. ‘Mirar desde arriba’ implica una operación

de institución indicial y simbólica de las relaciones de asimetría. Si por una

parte hay un lazo existencial entre el que mira y el que es mirado, por otra se

revela la actuación de un código en el modo de leer las formas de la mirada”

(Grimson, 1999:37). Justo es este lazo de existencia -la mirada- el que falta

en las interacciones por mensajero. Y esto nos conduce a la distensión de los

conflictos de las relaciones de clase, que se manifiestan –en la web- de otro

modo. Porque en este espacio “la mirada del dominante no puede señalar con

precisión nada”.

Es decir, ese quiebre en el lazo de existencia instaurado por la mirada

dirigida hacia la pantalla, genera cierta ilusión de soledad –que no es

anonimato-. Tal situación provoca que el sujeto on-line y en comunicación

sincrónica se explaye acerca de lo que piensa, siente y cree. Es decir,

‘comunica’ con menos restricciones y mayor franqueza aquello que le ocurre.

La reprobación o aprobación implícita en miradas, gestos, tonos de voz, no

juega en la conversación por mensajero y no toca al sujeto que chatea. Pero

a pesar de que la censura social tiene menos peso en el chat la autocensura

interiorizada insiste aunque pesa menos y, por ello, en el ámbito de Internet

vale casi todo; pero nunca vale todo. Esto se produce gracias a esa cierta

ilusión de soledad, que no debe ser confundida con el anonimato.

78

4- Motion Pictures o filmes… El lugar de la webcam

El año pasado, el Museo de Arte Latinoamericano (MALBA) traía a Buenos

Aires las Motion Pictures de Andy Warhol58. Tal como pueden describirse los

cuadros en movimiento de Warhol, podrían ser descriptas y analizadas las

imágenes por webcam que el 43% de los usuarios emplean en sus

conversaciones.

Lo que Warhol hizo en esa obra fue filmar a varias personalidades y amigos -

por lo general en actitud estática- y proyectar la película a 16 cuadros por

segundo, en vez, de los actuales 24 cuadros por segundo que se utilizan en

el cine. Toda esta colección de filmes de tres minutos, mudos, en blanco y

negro y que se proyectan en paredes blancas de manera ininterrumpida;

provocan en el espectador la sensación de estar viendo algo que no es ni un

cuadro, ni una fotografía, pero que tampoco es un film. Esas imágenes

filmadas por Warhol son las tres cosas al mismo tiempo y a la vez ninguna.

Al ver los Cuadros en Movimiento uno entiende que son cuadros,

justamente, porque está retratado un rostro, porque el encuadre es el típico

encuadre de la fotografía o del retrato pictórico y, porque el rostro esta casi

estático. Por otra parte, se percibe que son cuadros por estar

“colgados/proyectados” en la pared y por su tamaño que supera

ampliamente el de una fotografía, pero no llega a ser del diámetro de una

pantalla de cine. Por último, también se entienden, parcialmente, como un

filme porque, efectivamente, son imágenes tomadas con una filmadora en un

set de cine y aunque casi imperceptible las imágenes -los rostros- se mueven

y, sin embargo, son imágenes que no relatan nada, nada sucede en ellas.

Esta descripción de las Motion Pictures es excepcional para explicar los

efectos de sentido que producen las transmisiones por webcam. La webcam

retrata al sujeto que se filma en un recuadro asombrosamente parecido al

del retrato (pictórico o fotográfico) porque enmarca el rostro del sujeto frente

a su máquina. Por otra parte, las imposibilidades técnicas de hoy provocan

58 La obra de Warhol fue realizada “de 1964 a 1966, en un set de filmación ubicado en la célebre Factory, de Nueva York. […] Dichas obras son todos retratos mudos, en blanco y negro, de "Baby" Jane Holzer, Cass Elliott, Dennis Hopper, Gerard Malanga, Beverly Grant, Edie Sedgwick, Susan Sontag y Salvador Dalí, entre otros”. http://www.palermonline.com.ar/noticias002/nota263_Andy.htm

79

una cierta lentitud en dichas imágenes tomada por webcam (no tanto como

las tomadas por Warhol), es decir, no se ven estáticas, pero sí poseen un

movimiento que no es el que cualquier cuerpo posee en interacción directa

con otro. Estas imágenes en transmisión por chat –al menos a la fecha-

vienen a acompañadas por la charla escrita de los sujetos por lo que las

imágenes transmitidas no coinciden con sonido alguno, sino que son mudas.

La webcam del mensajero toma y transmite imágenes ralentadas,

mudas59 y enmarcadas como si fueran un retrato. Esto las vuelve

asombrosamente semejantes a los cuadros en movimiento creados por

Warhol. Es decir, la transmisión de imágenes en movimiento por

mensajero son un híbrido entre una fotografía, un retrato y una

filmación. Por lo tanto, se hace muy difícil que el cuerpo/rostro que aparece

sólo, mudo y en movimiento lento, transmita esa “capa metonímica de

producción de sentido” que todo cuerpo posee en interacción directa. El

cuerpo en la instancia de la ventana que inicia la sesión de webcam carece

de la dimensión productora de sentidos –total en integrada- a nivel

existencial60. De este modo, el cuerpo en la webcam pierde esa dimensión

única que produce sentido en contigüidad con el otro y deviene sólo imagen

icónica, y descripción, producida por una cámara estática frente a un rostro.

La cámara de cine -a diferencia de la cámara de webcam61: estática,

descriptiva, jamás narrativa ni mucho menos enunciativa- cuenta una

historia, narra sucesiones lógicas y cronológicas62 (Todorov, 1996), y suele

posicionarse de tal modo al interior de esa historia que soportan los cuerpos

de los actores, que es capaz de devolverle la capa metonímica de producción

de sentido al cuerpo.

59 También pueden acompañarse las imágenes con voz y realizarse una video conferencia. Pero debido a que todavía no todas las computadoras –al menos en Argentina- disponen del equipamiento hardware necesario, aún no se pueden estudiar estas nuevas configuraciones de sentido. 60 Para saber a qué nos referimos con “…a nivel existencial” ver el parágrafo anterior del presente capítulo. 61 Dejamos para futuras investigaciones los efectos de sentido que según las vigentes teorías sobre el cine produce la cámara en movimiento (primeros planos, travellings, paneos, subjetivas, etc.) y que, obviamente, en el chat no se pueden manifestar al menos del modo tradicional. 62 Debido a que las imágenes emitidas por webcam son pura descripción de un sujeto frente a su máquina, no se pueden utilizar las herramientas de análisis empleadas clásicamente para analizar el cine, ya que en ese lenguaje, una de las características sobresaliente es la narración (sucesión y transformación) que se aparta de la lógica de la videoconferencia.

80

Por lo dicho, afirmamos que las imágenes que la webcam transmite no

reponen los sentidos que produce el cuerpo en situación directa y, por tanto,

el cuerpo propio visible –en la pantalla de la P.C.-o el cuerpo del otro visto;

no operan como condicionamiento ni como restricción a la charla textual.

Las imágenes de la webcam son como una fotografía en movimiento –signo

icónico por definición- y, en este sentido, no instauran una censura más

fuerte que la autocensura interiorizada que todo sujeto posee.

5- Jugar al amigo invisible (y anónimo)

Ahora nos vamos a ocupar de ese 42% de sujetos (Ver capítulo Nº II) que

“siempre” o “a veces” chatea con contactos que “conoció en chatrooms u

otras instancias virtuales” y, por tanto, son desconocidos en la “vida real” o

desconocidos físicamente. El 39% de los sujetos que chatean con

desconocidos considera que el mensajero instantáneo es un lugar propicio

para las mentiras o engaños. En este tipo de relaciones, entre extraños-

conocidos, gestadas puramente en la web (Según la clasificación de Diego

Levis63) ocurre que los participantes del vínculo no terminan de confiar en

que aquel otro, al chatear, dice ‘la verdad’ o que lo que dice se corresponde

con lo real. Cómo entienden al Messenger sus usuarios: - El 39% entiende al espacio como un lugar propicio para que los desconocidos mientan o engañen. - El 25 % encuentra al mensajero el lugar más propicio para alimentar relaciones de amistad. - El 20% encuentra al mensajero un lugar propicio para iniciar relaciones románticas. - Sólo el 5% asocia al mensajero con un lugar propicio para el sexo.

Esto se produce no sólo a raíz

de los mitos instaurados alrede-

dor de Internet64 que como nuevo

medio y, por tal, desconocido

genera ciertos resquemores que

provienen del miedo a la innovación, a lo no familiar. Sino que también

proviene de lo que los medios masivos de comunicación audiovisuales

instauraron como: lo creíble o increíble, lo que es real y lo que es ficción;

atado a la dirección -o al régimen- de la mirada de los sujetos participantes

de la acción.

63 Ver capítulo I de la presente obra. 64 Es una creencia bastante generalizada “que en la web se miente más que en la vida real”, o bien que los sujetos amparados en el tan mentado anonimato, aprovechan la situación para realizar fechorías que en la vida real no llevarían adelante por la censura social.

81

Advirtamos, nuevamente, en una charla por mensajero “nunca puedo mirar a

los ojos del otro” a mi interlocutor de turno, porque el medio no soporta este

hecho ni siquiera por webcam. Ya que cuando “miro fijo al otro”, en verdad, lo

que miro es el ojo vacío de la webcam y viceversa. Cuando la mirada del otro

“parece mirarme a mi directo a los ojos”, “sé” -o intuyo- que, en verdad, “su

mirada se dirige al ojo de su cámara”. En este vacío se cruzan las miradas de

dos seres que a pesar de charlar no pueden verse ni tocarse…. Y tal vez, el

voyeurismo “lo miro, pero él no me mira mirarlo” (Metz, 1975).

Decíamos que, esta desconfianza que se tiene hacia ciertas relaciones

gestadas on-line proviene de que en la TV los noticieros televisivos,

magazines y todos aquellos programas que tratan temas “anclados en la

realidad”, sus conductores suelen mirar a cámara. Este eje o-o (eje los ojos

en los ojos) instaura como efecto de sentido “mirar a los ojos” del espectador

(Verón, 1983 a) y ello es lo que produce la confianza (índice de realidad) que

el teleespectador deposita en quien “le habla y le transmite las noticias, el

acontecimiento”. Por otra parte, está su opuesto, el índice de ficción

instaurado desde el cine. Ocurre que el buen actor tiene “prohibido mirar a

cámara” para no quebrar el espacio diegético de un filme de ficción. Es decir,

el índice de que esto que “usted” está viendo no es real – y se cuenta sólo- es

la “no mirada a los ojos del espectador/ cámara”, que ocupa el lugar del

voyeur o de espía de la escena ficcional (Metz, 1991).

Y a pesar de todo esto, la conversación se produce. Es decir, aquel que

descree de lo que el otro le dice “hace como sí le creyera” -en el cine o en el

Messenger-, precisamente, para cooperar en la comunicación. Es decir, en

los intercambios sincrónicos se produce la misma operación que cuando nos

emocionamos frente a una ficción: “suspendemos el descreimiento” y

tomamos lo que sucede como si fuera real. De acuerdo a esta convención

tácita, entendemos y explicamos la desconfianza que se gesta y nace en las

interacciones por mensajeros instantáneos con desconocidos y que a pesar

de ello se logre intercambiar palabras en un diálogo65.

65 Claro que todo lo dicho, en este parágrafo Nº 5, sólo es una hipótesis de los efectos de sentido, tejida desde un análisis en producción, que habría que corroborar en futuras investigaciones que se dediquen al análisis empírico focalizado en la instancia de recepción.

82

6- Reinventar el abecedario en un soliloquio compartido,

infantil y familiar.

“Mi lenguaje tiembla de deseo (…) Es precisamente ahí donde no estás: Tal es el comienzo de la escritura”

Roland Barthes. El acto de decir por mensajero, de abrir una ventana de diálogo nos hace

compartir con el otro “el mío, el suyo; nuestro presente” y nos devuelve la

magia del instante y de la presencia del otro. “Él y yo aquí-ahora”. En este

dirigirse mutuamente la palabra se forja un contrato en el que, a veces, uno

es un voyeurista: un espía “que mira sin ser visto mirando” la vida del otro, y

otras es un exhibicionista: “que se muestra sin advertir que sabe que lo

miran” (Metz, 1975). El otro, a uno u otro lado de las posiciones, hace de

partenaire de la situación, que por ambos se sostiene.

La enunciación que implica: “una apropiación de la lengua por parte de un

locutor que la habla; la implantación de un interlocutor y la constitución de un

contrato relacional (se le habla a alguien). La instauración de un presente

mediante el acto del ‘yo’ que habla y, conjuntamente, pues ‘el presente es

propiamente la fuente del tiempo’, la organización de una temporalidad (el

presente crea un antes y un después también) y la existencia de un ahora que

es presencia en el mundo […]. Indisociable del instante presente, de

circunstancias particulares [del contexto] y de un hacer (producir, a partir de

la lengua y modificar la dinámica de una relación), el acto de decir es un uso

de la lengua y una operación sobre ella.” (de Certeau, 1996:40).

En los mensajeros instantáneos tal como hay dos niveles de comunicación,

al menos, hay dos destinatarios construidos intradiscursivamente por este

sujeto que enuncia:

El enunciatario evidente o singular: es aquel con el que el enunciador se

comunica directamente abriendo la ventana de diálogo y llevando adelante

una charla, con el que gestará un vínculo más o menos simétrico y cercano

según quién sea su interlocutor de turno (jerarquía y status). Aunque

83

siempre este vínculo instaurado a través del mensajero será más cercano

que en otras instancias de interacción cara-a-cara.

Y el enunciatario no evidente o colectivo: es la lista de contactos estables

que el enunciador mismo conforma, con la cual se comunica de manera

indirecta a través de las frases que publica gracias a ese “arte ordinario” que

es la creación de un nickname. En esta instancia, cada sujeto movido por su

estilo singular instaurará distintos contratos de lectura o vínculos, que

tenderán más o menos a la simetría. Los nick “objetivos” buscarán

establecer un vínculo más frío, solemne y distante con su lista. Los nick

subjetivos, en cambio, intentarán gestar una relación más cálida, informal y

cercana con sus contactos.

El sujeto que habla, sujeto a su deseo y a su falta, busca suturar la falta de

presencia del Otro en el diálogo por chat. Y en este soliloquio, por primera

vez, compartido llevamos adelante una conversación que en su transcurso

tomará diferentes matices…. A veces diálogo trivial; otras, palabra de lo

cotidiano; a menudo, comentario frívolo y muchas veces palabra profunda,

confesión indecible y, a pesar de ello, dicha.

Sin embargo, la ventana y los signos previstos por el programa ya cargan de

sentido la conversación. Imposible escapar, o escapar sin caer y recaer, del

el tinte humorístico que gran parte de las conversaciones por mensajero

posee. Sus iconos gestuales, sus guiños, sus zumbidos, los colores, las

fotografías, los nicknames… Todo invita al comentario chistoso, gracioso,

sagaz. Todos estos elementos llevan a fundar un vínculo simétrico con

aquel que se charla. Todo invita al chiste y a la complicidad con el que está

al otro lado de la pantalla, disponible. A vece muy profunda y otras entre

conversación y comic humorístico y, por tanto, popular. Alejada de toda

charla oficial, rígida, acartonada, ritualizada.

La obligación de tipear rápido lleva a desconocer la ortografía a no corregir

la escritura y, a veces, a reinventar el abecedario. Esto vuelve la charla aún

más coloquial, más suelta y acentúa la tendencia al diálogo informal.

En tal discurso hay un yo y un tú que al dirigirse mutuamente la palabra

forjan un contrato… El habla descontracturada, coloquial, jocosa, chistosa…

El ardid o el chiste que son una prestidigitación relativa a las ideas y se

84

introducen por sorpresa dentro de un orden son parte del arte de introducir

sentido en la ocasión. Que tal como señala Freud, están hechos de

“economía y condensaciones verbales, doble sentido y contrasentido,

traslados y aliteraciones, empleos múltiples del mismo material” (de Certeau,

1996:44-45). De este empleo del lenguaje nace un vínculo o contrato

simétrico y cómplice, por su cualidad humorística, que solo puede captarse

en el transcurrir de la charla.

Este tipo de conversación deja que el sujeto se suelte, sea informal y

desacartonado. Porque, ni el caprichoso cuerpo ni el elocuente rostro están

comprometidos en la interacción. Así, se recuperan, se restauran y “se

reciclan las relaciones sociales” (Neri, 2001). Porque, en esta interacción se

puede “un-poco-más” que en las cara-a-cara, porque, todo pesa “un-poco-

menos”. Esto lleva a sus interlocutores a moverse con un “plus de libertad”

que no suele ocurrir en la (inter)acción social, que involucra a la presencia

corporal.

Tal como dice Goffman (1959:29 y s.s), en la interacción social el sujeto está

muy preocupado por representar, y que le crean, su papel. Con su fachada

personal y social, con sus modales y con ese trasfondo escénico –“utilería

para el flujo de acción humana”- que emplea para lograr una determinada

apariencia. El actuante, siempre tiene conciencia del grado en el que es

observado, por esto, actúa un aspecto idealizado de sí mismo ya que en este

“paquete-de-comportamiento-y-palabra” (Verón, 1987:142) sabe que, entre

otras cosas, informa acerca de su status social.

La mirada de los Otros que siempre condiciona nuestro actuar, en el ámbito

del mensajero juega-otro-juego (queda afuera). Y el cuerpo al no estar bajo

la mirada del otro tiene la sensación de no estar controlado. En el mensajero

la mirada no existe y no es visto quién actúa o interactúa, de este modo, la

apariencia de la presencia corporal y el contexto pierden peso y densidad.

Este hecho crucial le facilita al sujeto la tarea de explayarse, enviar guiños,

zumbidos, iconos gestuales… En una palabra: infantilizar su discurso.

Efectos de sentido que pueden realizarse gracias a que esa conversación

conlleva “la libertad [que posee] el habla popular en situación popular”, habla

85

espontánea “sin” censuras, ya que esa micro-interacción no tiene nada de

oficial (Bourdieu, 1984:153).

Estos códigos que rigen las interacciones en el mensajero permiten cierta

laxitud en el capital lingüístico que el sujeto debe poseer como también

permiten y promueven la competencia en el envío de guiños e iconos

gestuales. Guiños e íconos que refuerzan el efecto de sentido de comic,

broma o chiste que posee casi toda conversación por mensajero. Es como si

la ventana del Messenger funcionara tal como el marco metacomunicativo

descubierto por Bateson (1955) que nos indica “Esto es juego”. Sin embargo,

el envío de zumbido que posee como efectos de sentido la solicitud enfática

de atención, el reclamo de que el otro escuche, sólo puede emplearse con

pocos destinatarios de la lista66, porque, es casi un reto una invasión al

territorio -a la máquina/ pantalla- del otro. Es el equivalente “a un tirón de

orejas o a una palmada”, por cuanto, inadmisible en ciertas relaciones.

Enviado al destinatario equivocado puede ser leído como falta de respeto y

un quiebre en el “Esto es juego”.

Él ríe, hace chistes, se involucra, se confiesa, juega con las palabras… Abre

el universo discursivo y provoca un caudal asombroso de subjetivemas67.

Siempre en la ventana y, a veces, también en el nickname. Es el sujeto del

deseo quien habla: el sujeto subjetivo, el sujeto ideológico, el atravesado por

la falta, fragmentado y teñido del discurso del Otro (Pecheux, 1978). Es el

sujeto que hablaría en el diván del analista o en el confesionario del cura, a

los que no ve y por tal puede exhibirles “sin” censuras sus anhelos. En el

mensajero ocurre esto. El contacto “al que tampoco veo” está listo para

escuchar mi confesión, mi queja, mi franqueza o mi emoción.

Por lo dicho, este enunciador construido es expresivo, verborrágico,

elocuente; manifiesta sus puntos de vista –aunque él no lo advierta- y se

dirige a un destinatario que sabe de la vida más que de cualquier otro tema,

que sabe del pulso cotidiano más que de ninguna otra cosa. “Sabe de mí” y 66 Inclusive el software de Microsoft limita la cantidad de zumbidos en el tiempo, ya que no se pueden enviar dos zumbidos juntos. 67 Término semiológico que refiere a todos los vocablos calificadores de la lengua, en donde el sujeto toma posición ideológica respecto de aquello que dice. Se evidencian los adjetivos, pero también hay muchísimos sustantivos y verbos que entran en la categoría.

86

coopera para que la conversación pueda llevarse a cabo. Es entre este

enunciador y este enunciatario que suele fundarse un vínculo cercano y

familiar que tiende a la simetría y a la complicidad como en ningún otro

lenguaje, como en ninguna otra interacción: ni cara-a-cara ni tampoco

telefónica.

Se abre nuevamente el mensajero y la ventana al pie de la pantalla empieza

a titilar del azul al naranja. Me reclama, me interpela, me invita a abrirla y

evoca un crisol de efectos de sentido: “¡No lo veo, pero me habla!”, “¡Está

ahí, ahora, en mi vida cotidiana!”, “¡Estoy ahí con vos!”, “¡Estás aquí

conmigo!”… Y nada tan acogedor como mi amigo on-line.

Este software lo abramos en nuestra casa, a unas cuadras o a diez mil

kilómetros de nuestra ciudad natal será siempre el mismo: la misma

estética, el mismo paisaje, los mismos contactos. En todos lados amuchados

sin tocarse. Allí estará la gente que queremos y la sensación de lo cotidiano,

de lo conocido, de sentirnos –nuevamente- “como en casa”. Triste y

tranquilizadoramente familiar como la comida Mc. Donals frente a la misma

pantallita, que está en todos lados. ¡Aquí, ahí, allí… Por todas partes!. Y mis

ojos viendo lo de siempre y mi boca hablando en lengua materna.

87

Mensajeros instantáneos:

Síntoma de esta cultura frita!

Capítulo V

Cómo del Estado de Bienestar pasamos al

¿Estado de Malestar?… Y la restitución del

equilibrio. Conclusiones.

88

“Ya sufriste cosas mejores que éstas y vas a andar esta ruta, hoy, cuando anochezca.

Tu esqueleto te trajo hasta aquí con un cuerpo hambriento, veloz. Y aquí ¡Gracias a dios! Uno no cree en lo que oye.

Ángel de la soledad y de la desolación preso de tu ilusión vas a bailar, a bailar... bailar”.

El indio Solari

1- Del Estado de Bienestar al… ¿Estado de Malestar?

Transitamos el siglo XXI con la única certeza de que ya nada es lo que era…

Todo lo sólido se desvaneció ¿En el aire? En el plano internacional: Reagan,

Thatcher, la crisis del petróleo y “¡la mar en coche!” acabaron con el Estado

de Bienestar. Latinoamérica aún conmocionada y con el recuerdo indeleble

de la cobardía, el terror, la masacre y la impostura de los regímenes

autoritarios siguió el pulso de la época y se ‘aggiornó’ al nuevo régimen

económico neoliberal y al nuevo Estado Postsocial, que se erigía victorioso

ante las ruinas de sus víctimas y nos legaba, a cambio del trabajo tradicional

de ocho horas, tiempo libre y la tecnología que nos entretenga.

En América Latina a partir de los ’80 el Estado cambia “pierde su rol de

representante universal de los intereses del conjunto (bien común)” deja atrás

su lugar intervencionista e inaugura un capitalismo más duro que el del

liberalismo clásico. Así, las sociedades se vuelven “sanamente desiguales”

(Minujin, 1998), profundamente desiguales, distraídamente y tristemente

desiguales. Esta fractura, que se conoce con el nombre de globalización fue

“sólo un paso en la mundialización del mercado. El Estado [Ahora] provee y

garantiza la juridicidad de las operaciones del mercado, esto es de la compra-

venta dables en el ámbito nacional” (Benbnaste, 2004:157). Aquel Estado

benefactor, garante de los derechos sociales, que pacificaba y marcaba un

orden social se derrumbó. Esta caída dio paso a un Estado Postsocial

(García Delgado, 1994:41), separado de la sociedad civil, que inclinó la

repartija a favor de los intereses de los grandes grupos económicos y en

detrimento de los pocos asalariados que quedaron dando vuelta.

89

Mientras que en aquellas épocas en las que el Estado se erigía como

organizador de la vida social de los cuidadnos también detentaba la

hegemonía cultural y el control de la producción/reproducción y circulación

de los bienes simbólicos; hoy, al haber sido desplazado por el mercado, es

éste el que hace de las producciones culturales y simbólicas su industria y

su negocio. “La reproducción ideológica siempre estuvo vinculada al sistema

educativo y a las esferas del Estado. En cambio en los últimos años del siglo

XX el mercado tomó a su cargo el control y la tarea de la ‘industria cultural68’”

(Ravalli, 2003:22 y s.s.).

Con este derrumbe también “saltan la cuerda, se enredan y caen de boca” los

sindicatos y partidos políticos. Al ritmo que, comienza a tambalear la escuela

-con su rol socializador69- y se fragmenta definitivamente la tradicional

familia nuclear; se produce, además, la ruptura de los lazos habituales de

socialización; y se instaura un nuevo modo de socialización salvaje en la que

intervienen, en gran medida, los medios de comunicación construyendo

nuevas realidades y estableciéndose como los “malos mediadores entre los

intereses de la sociedad y el Estado” (Quevedo, 1998).

Esta debacle convirtió a una sociedad de productores en una sociedad de

consumidores. Por lo tanto, las viejas y clásicas instituciones panópticas que

modelaban a los individuos productivos cayeron en desuso y se

metamorfosearon. Fue ineludible inaugurar otro tipo de disciplinamiento ya

que el anterior no formaba consumidores, sino personas con un

comportamiento rutinario y monótono (Camarotti y Kornblit, 2005). Ahora

no se necesita más gente, ni personas, ni siquiera ciudadanos. Se necesitan

consumidores, usuarios, es decir, “sujetos no sólo despopularizados y

despolitizados” (Alabarces, 2002), sino también deshumanizados.

Debido a esta ruptura se produce, por un lado, una alteración en la

estructura productiva y de clases y, por otro, una crisis de legitimidad

68 Declaraciones de Guillermo Mastrini en “Industrias Culturales” Nota que salió publicada en el Nº 53 de La Revista de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA . 69 Cabe destacar que la escuela, tuvo un rol importantísimo en la conformación de subjetividades, ideologías y construcción de consensos en todos los Estados modernos. Con el advenimiento del neoliberalismo, no sólo pierde en contenido y protagonismo en esta construcción, sino que producto de la privatización de tantos establecimientos educativos, pierde fuerza como institución homogenizadora. Por otra parte, debido a la proliferación de medios y circuitos de información como Internet, la escuela ya no posee el monopolio de la palabra autorizada, con la que se quedan los medios masivos y, ahora, los canales de difusión de contenidos.

90

política que se trasluce en los medios de comunicación. Ello también

repercutió en el interés que los cuidadnos, alguna vez, tuvieron por la

política (Quevedo, 1998). A causa del ingreso a la era de la ‘videopolítica’ los

sujetos, que antes conformaban la política desde la plaza y desde la

muchedumbre, pasan a ser espectadores de la misma a través de la pantalla

de televisión. De este modo, los medios masivos de comunicación ocuparon

ese lugar vacante situándose como los mediadores y transmisores de la

gestión pública a los que ya no son pueblo ni ciudadanos, sino que son

espectadores o usuarios que en virtud de tal transformación perdieron la

confianza en el Estado.

Al proceso de concentración de capitales se le sumó la influencia de un

nuevo paradigma tecnológico que alteró los procesos de organización en

relación al eje capital-trabajo. Esto produjo que la acumulación de capital

dependa cada vez menos de los recursos naturales y del trabajo, y cada vez

más de la intensidad del conocimiento. De tal manera que, el eje del proceso

económico dejó de ser el trabajador y pasaron a ser el mercado y el

consumidor (García Delgado, 1994:57 y s.s.). De este modo, cayeron en

desuso las típicas formas de producción fordista y se instauraron las formas

de contratación laboral flexibilizadas, desrregularizadas, precarizadas; y con

ello proliferó el autoempleo, el pluriempleo, el empleo informal, el

cuentapropismo y el gran fantasma: los excluidos. Frente a estas nuevas

formas, típicamente posmodernas, se modifica el paradigma de desarrollo y

se pasa de la inclusión, a través, del trabajo asalariado a la preeminencia de

lo individual y de la exclusión. Esto produjo/ce una desintegración, en la

sociedad, de los lugares tradicionales de conformación de la identidad del

sujeto y una desintegración de los espacios en los que se solían tejer los

vínculos sociales: el ejército, que abandona su carácter de obligatorio; la

escuela, que deja de tener peso específico; la familia, que se hace y deshace

al ritmo de la reglamentación de la ley de divorcio; los clubes sociales, que se

funden; las iglesias, que ya no contienen a nadie; la política, que a ninguno

convence y ni hablar de la reunión en la fábrica, en la ofician o en el

sindicato, que también se derrumban.

91

Fastidiosamente acostumbrados a que esté demodé reunirse con ‘los pibes’

en la esquina, que sea ‘out’ tomar cerveza y no speed con vodka, que los

complejos se resuelvan en el quirófano y los vaivenes emocionales

‘maldeamores’ se alivianen con los antidepresivos ‘quitapenas’ que nos vende

el farmacéutico. Nuevamente, nos vamos poniendo duchos y nos

acostumbramos a que cotidianamente las interacciones cara-a-cara sean

menos y las comunicaciones mediadas por computadora -y el mensajito de

texto- sean más. La video cassettera, la video filmadora, la reproductora, la

grabadora, el DVD, el VCD, el CD, el MP3, los celulares, las computadoras,

las súper pantallas líquidas o gaseosas y las cámaras digitales… Llegaron a

nuestras vidas para quedarse. Y en 1995 Tim Berners-Lee con su invento y

su obsequio: Internet, nos cambia la vida para siempre, ya que, además de

multiplicarse lo tecnológico, con la web cambia el modo en que sus

producciones circulan. Este proceso produjo/ce y se traduce en que “cada

vez mayores partes del consumo cultural estén mediados electrónicamente y

que haya una tendencia fuerte al desplazamiento del consumo de la cultura

en espacios públicos, al consumo de la cultura en el ámbito domiciliario70”

(Ravalli, 2003).

A su vez, en este proceso también se fusionaron grandes empresas71 y el

mercado se hizo cargo de la industria cultural que, ahora, no sólo fabrica

contenidos y entretenimiento para consumidores con gran tiempo libre, sino

que administra los canales de comunicación o conexión. Canales de

conexión que ya no son “cable pelado” como alguna vez lo fue el teléfono,

sino que en el mismo canal hay impreso un universo simbólico que ancla los

temas tratables y, por ende, pensables. De este modo, las grandes empresas

vinculadas a este sector de la producción y viabilización de

entretenimiento/comunicación administra hoy “toda la cultura, que es la

expresión simbólica de una sociedad” (Ob.Cit., 2003). Es decir, ya no es la

70Declaraciones de Guillermo Mastrini en “Industrias Culturales” Nota que salió publicada en el Nº 53 de La Revista de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. 71 “En los años ‘80 la mayor fusión, dentro de los medios de comunicación, fue la de la cadena norteamericana de televisión ABC con otra editora llamada Capital City por un monto de 340 millones de dólares. En cambio, en el año 2000 la mayor fusión de industrias culturales fue la creación de la AOL-Time-Warner. Negocio que involucró 350 mil millones de dólares. Esto da cuenta de la cantidad de veces que multiplicó el dinero en la principal transacción comercial del sector” (Ravelli, 2003).

92

escuela, ni el ejército, ni los medios –controlados por el Estado- los que

reproducen las representaciones sociales e ideológicas sino que es el

mercado el que signa las maneras de sentir, ver, percibir y actuar en el

mundo. De allí que los valores fundamentales sean: el consumir, el usar, el

narcisismo, el individualismo y la competitividad, y que del amor a la

bandera se haya pasado al amor a la marca. Valores que la cultura de la

empresa traslada a toda la sociedad. Claro está que, administrar los

consumos culturales de la población mundial occidental y controlar todas

sus vías y maneras de comunicación no sólo es reproducir el sistema de una

manera poco democrática –que absorbe toda voz discordante, queja o

diversidad-, sino que es intervenir de manera directa en la vida cotidiana de

los sujetos, en sus gustos, deseos y costumbres72.

Al ritmo que estas tecnologías de información y comunicación (TICs) se

multiplican –manejadas por inmensos capitales transnacionales- y el Estado

afianza su rol de garante económico de estos grandes monopolios, también

empiezan a emerger los nuevos modos en que los sujetos inscriben sus

ideas, valores y representaciones sociales. Es en este contexto político,

económico y cultural que podemos entender el éxito que rápidamente, desde

1999, obtuvieron los mensajeros instantáneos y con ellos la comunicación

punto-a-punto, que está quitando espacio a la comunicación masiva

tradicional. Es decir, con el uso de las CMC el sujeto se acomoda a la nueva

coyuntura y sigue apostando a la construcción/reconstrucción de redes

sociales, ahora, a través de Internet y de los mensajeros instantáneos.

Mensajeros, mensajes de texto, blogs, e-mails son espacios en los que el

sujeto busca reponer lo que la embestida neoliberal le quitó: los lazos

sociales, los vínculos familiares, las relaciones laborales, los espacios

compartidos y públicos luego del repliegue en el hogar. Paradójicamente,

esta tecnología (hija del neoliberalismo) es empleada por los sujetos en pos

de recrear lazos afectivos estables con amigos, compañeros y conocidos. 72 Esto no sólo lo logran los dueños de la web (Telefónica, Telecom, Impsat y Prima, entre otros) a través del acceso pago. Sino, también los dueños del software aunque hablar en plural sería un eufemismo si al imperio Microsoft no le diera combate su sistema operativo ‘archienemigo’ Linux; y todos los pequeños productores de software que andan dando vueltas; y todos aquellos productores de contenidos de la web, que la ubican como el lugar de difusión democrático... Aunque sea muy clara la disparidad de fuerzas ¿No?

93

El sujeto se apropia –a medias- de la producción de los contenidos de esta

tecnología –aunque no sea dueño del canal- y gracias a la maleabilidad las

producciones que soporta el sujeto puede privilegiar en su práctica la

recreación de relaciones afectivas a distancia a través de la charla

cotidiana, a través de la conformación de páginas web o juegos on-line. De

este modo, repone las frustraciones del mundo familiar devastado y los

espacios de trabajo compartidos, que ya no existen… Y en este accionar

deviene menos individuo y más interdependiente de los lazos sociales

afectivos, más actor y un poco menos espectador de la oferta de

entretenimiento que un medio masivo le propone para su tiempo de ocio.

Ahora sí: Las cuatro preguntas que McLuhan nos legó; y que pensamos que

jamás íbamos a poder responder. Hacia fines de su actividad, y luego de la

lluvia de críticas que recibió durante toda su vida, Marshal McLuhan (1988)

escribe su último libro: Las leyes de los medios: la nueva ciencia. En él

elabora ‘cuatro leyes de los medios’ que plasma en forma de preguntas.

Estas preguntas que McLuhan nos hace respecto de los medios –para

conocerlos- son las que guiaron, de manera oblicua, la presente reflexión

sobre el Messenger: ¿Qué extiende? ¿Qué recupera? ¿Qué revierte? ¿Qué

vuelve obsoleto? Entendemos que, el uso del mensajero instantáneo y la

práctica de chat extiende, a fuerza de un presente compartido, la presencia

individual del sujeto en múltiple espacios geográficos, justamente, por

ubicarlo en un espacio desterritorializado. De este modo, el Messenger

extiende y viabiliza el contacto con el Otro, con el resto de los usuarios.

Respecto de qué recupera; sostenemos que, rescata valores importantísimos

como la cotidianidad, la familiaridad, la amistad, la interacción en lugar de

la expectación, la cercanía, el juego y la risa. Sin embargo, si este tipo de

mediación se lleva al límite o se la emplea como única alternativa revierte el

contacto corporal e inmediato con el Otro y conduce del encuentro al

aislamiento. Por último, entendemos que, con la proliferación de la

comunicación vía mensajero se vuelven obsoletas la muchedumbre, la

reunión colectiva, el contacto corporal, también los medios masivos de

comunicación y el Estado-Nación.

94

Entendemos que la respuesta a las cuatro leyes de los medios sintetiza y

cristaliza en pocas oraciones aquello que, de un modo u otro, tratamos de

responder a lo largo del presente trabajo. Ahora sí, las conclusiones…

2- Falta y resto: Conclusiones

Podemos decir que el hombre, luego de haber perdido el reino de los cielos,

la vida eterna y haber matado a Dios intenta recuperar su pequeño nicho en

el cielo a través de la conquista del ciberespacio. De este modo, del mundo

mágico de la religión, aplastado por la matematización y la racionalidad

científico-técnica, pasamos a la creación de un espacio de juego para

nuestra vida cotidiana. Ya no tendremos las expectativas de “vida después

de la muerte”, ni progreso constante o la sensación de que en el futuro “todo

será mejor”; pero, a cambio, nos queda un presente extendido y ampliado…

Y la nueva metafísica posmoderna: “estar al mismo tiempo en todos lados”

ocupando, por fin, el lugar que nos dejó vacante Dios.

Ya que todas las comunicaciones sincrónicas mediadas por computadora

que instaura Internet (mensajeros instantáneos, salones de chat abiertos y

todo tipo de juego virtual) son percibidas por sus usuarios como espacio de

juego y vínculo con el Otro, podemos decir que, son espacios entendidos

como ‘break’ o recreo en el que un plus de acciones son posibles allí y no en

otro ámbito. Esto se debe a que, allí pesa un-poco-menos la censura y la

coacción social; y es por ello que inauguramos dicha comunicación

interpersonal mediada, la comunicación-entretenimiento, la charla-

pasatiempo, en la que siempre se puede decir ‘un-plus-más’. Así, pasamos

de la era de los medios masivos de comunicación a la era de la comunicación

punto-grupo-entretenimiento… Sin embargo, en este nuevo tiempo, tal como

en la vieja era de los medios masivos aquellos que son los propietarios del

canal de comunicación consiguen, nuevamente, orientar sus contenidos.

Es decir, con todas las críticas que se le pueden hacer a los medios masivos

de comunicación -y su fracaso como garantes de la democracia y de los

intereses del pueblo- ellos tenían por materia prima de sus noticias y

contenidos los grandes temas sociales: la guerra, la paz, el hambre, la

95

pobreza, el poder político, las revoluciones, las grandes crisis económicas,

los cambios de gobierno, los sistemas democráticos, etc. Temas que

aparecen silenciados en los mensajeros instantáneos, que sólo habilitan la

temática de lo cotidiano-individual: el chisme de lo que ocurrió ayer en mi

experiencia inmediata, el microrelato o la micropreocupación; que se

instalan como temas centrales de las charlas por mensajero. El Messenger

resta tiempo a los medios masivos clásicos, y con ello también le resta

tiempo a las –mal-tratadas- cuestiones sociales que la agenda de los medios

instalaba en la población como temática pública. Ahora se tematiza “el

ahora”, la vida cotidiana tan sencilla y sin grandes acontecimientos como

cualquier vida diaria. Tan privada y tan pública al mismo tiempo, las veces

que hacemos de exhibicionistas de fragmentos de nuestra propia vida

privada o de vouyeristas las veces que hacemos de espectadores de la vida

cotidiana que el otro publicita a través de la ventana o del nickname.

En estas aguas navegamos la desmovilización posmoderna que también

propician los mensajeros, las computadoras o las pantallas. Porque,

literalmente, frente a una pantalla perdemos capacidad de movilización.

Justamente, porque es indefectible la necesidad de estar quietos para

observar/interactuar frente a la pantalla, ya que son acciones mutuamente

excluyentes: tipear y movilizarse.

Y nos acostumbramos, lentamente, a que ahora la fábrica ideológica la posea

Microsoft, porque en definitiva –a esta altura del trabajo- es un eufemismo

seguir hablando de múltiples mensajeros instantáneos cuando Microsoft

debe acaparar –como mínimo- el 90% las comunicaciones mundiales por

Messenger. De este modo, como el Estado-Nación de otras épocas –a través

del sistema educativo y otras instituciones de masificación/homogenización

de conciencias- se quedaba con el monopolio de la producción/reproducción

de valores, creencias, conductas73; hoy Microsoft se queda con ese rol y

produce, de este modo, la tan ansiada sincronización: temporal, espacial y

cultural. Homogenización con la que se construye lo pensable y lo actuable;

73 Para más información ver la distinción que Althusser (1970) hace respecto de los Aparatos ideológicos del Estado y los Aparatos represivos del Estado. En Ideología y Aparatos Ideológicos del Estado.

96

se absorben los disensos, se fabrican los consensos y aceptaciones. De este

modo, el capital se queda con ese universo simbólico común que tiene por

lenguaje universal: el guiño y el icono gestual. A su vez, nos propone como

colores a “respetar, aceptar, defender y – ¿Por qué no?- amar” esos colores

primarios que componen el logo del capital transnacional: ‘Mundo Microsoft’

y para completar el ‘kit’ de símbolos que la globalización instaura, a modo

de bandera Universal, nos deja el simpatiquísimo Smile.

El sujeto que ama sus insignias virtuales, frente a la pantalla en red deviene

menos espectador por la interacción en la que se sumerge y, sin embargo, no

deja de ser, al fin y al cabo, un sujeto quieto corporalmente y físicamente

aislado, es decir, sin la efervescencia que propicia la reunión con el cuerpo

del otro, sin la agitación social que provoca la muchedumbre, la masa, la

reunión corporal del pueblo en la política o en la fiesta. De este modo,

acompañando el pulso instaurado por los medios masivos, ahora, asistimos

al ultimo peldaño de desmovilización social instaurado por la hegemonía de

la pantalla.

Y sin embargo… ¡Queremos tanto al Messenger! Porque, en última instancia,

es el garante de nuestros vínculos sociales afectivos y porque, además, -en

parte- somos los productores de sus contenidos, aunque nunca alejados del

todo de lo pensable y posible en la época. Porque, en definitiva nos acerca

mucho más de lo que nos aleja y, porque, con el diálogo no-oficial que nos

permite y con la risa que provoca y regenera… la cercanía es aún más cerca,

la risa es más liviana, el malestar en la cultura más ameno. Y también

porque podemos tipear un-plus-más que en otros ámbitos porque,

justamente, aquí “no miro al otro que me mira” y, porque, es un encanto

olvidar los problemas y las penas, el Estado maltrecho, las injusticias

sociales, la familia fragmentada, la sensación de vacío o de sin sentido.

Y puesto que en esta oralidad escrita se hace más fácil acceder al centro del

Otro y se vuelve más económico mantener relaciones cotidianas (ya que con

baja inversión de tiempo se mantienen relaciones que de otro modo se

perderían) adoptamos para nuestra vida un staff de sujetos que no

olvidamos porque, al estar on-line, compartimos un aquí y ahora diario

97

gracias a que este medio suprimió las distancias tal como, alguna vez, el

Ferrocarril las disminuyó.

Pero por sobre todo, optamos por el Messenger porque hablar es compartir el

mismo presente y compartir un mismo presente es estar con el otro, es ser

con el otro, es existir para el otro y que el otro exista para mí. Ese “estar

cerca” que es el conjuro y el antídoto contra la ausencia y la distancia que

tanto malestar causan. Y este permanecer cerca es digno de festejo, porque

es restaurar –algo- de los afectos perdidos en las aguas del Estado

Postsocial. Y porque, en definitiva, sabemos de “la violencia implícita que toda

tecnología lleva consigo en los planos cognitivo y socioeconómico” (Piscitelli,

2005), a pesar de sus innumerables beneficios. Y puesto que, también,

sabemos que la ¿Post?modernidad teje su historia enredada en sus propias

contradicciones y, puesto que ya estamos tan acostumbrados –como dijo

Walter Benjamin- a saber que todo documento de cultura es al mismo

tiempo, indefectiblemente, un documento de barbarie; que nos conformamos

con reírnos y decir-un-plus-más en esta práctica, que hoy estamos llamando

contacto y, a veces, comunicación.

* * *

98

Post-data: Agradecimientos

En este agradecimiento quiero rescatar, esencialmente, ese pronombre que

atraviesa toda la obra y expresa el espíritu de este trabajo el “nosotros

inclusivo”. Esa primera persona colectiva y plural –abierta por el encanto del

lenguaje- que expresa a todas las voces que evoco y a aquellas que se me

hizo imposible citar.

En principio agradezco a Narciso Benbenaste el espacio en la cátedra y la

impecable dirección de esta tesis. Gracias también a mi amigo, jefe y

maestro Marcelo Bentancour. Este trabajo jamás hubiera sido posible sin

que él me explique a la perfección el método hipotético-deductivo y todo lo

que sé de la ciencia y la docencia. No me quiero olvidar de Carlos Neri; ¡Que

ya me llama experta! en su bitácora Moebius. Neri que, además, me legó la

importantísima idea -piedra angular de este trabajo- “Internet reconstruye

los lazos sociales”, frase que cristalizó mi pálpito y me allanó el camino de

investigación. A mis compañeros de cátedra favoritos- Raúl Damián y

Marcela Valzolgher -. Las mañanas no serían iguales sin sus super

‘psicovisiónes’… Y a Liliana Garibaldi que me enseñó mucho más de

comunicación que todos los textos leídos.

Párrafo aparte le dedico a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, a

todos y a cada uno de ellos. Pero sobre todo, al genial Pablo Alabarces –que

apareció justo cuando estaba por tirar la toalla-, quien me explicó cómo es la

carrera después de la carrera y más. También quiero agradecerle al ‘palo’

semiótico: Steimberg, Soto y del Coto. Todas las herramientas de análisis

que presenta este texto me las enseñaron ellos. También a todos y a cada

uno de mis compañeros de carrera –a los inolvidables del TAO- que hicieron

de mi facultad un verdadero lugar de ‘sociales’; pero ante todo a Gabriela

Chiodo –mágica- no quiso analizar el chat conmigo, pero siempre “estuvo

ahí” para chatear conmigo y discutir mis ocurrencias.

Infaltables e imprescindibles mis amigos del Messenger… que chatearon

conmigo a diario, me animaron con sus nicks y sus cosmovisiones. A mi

gran amigo del Messenger y la vida off-line: Andrés Guevara, infaltable,

“siempre ahí” a lo largo de los años; A Sebas Delfino –jefe y amigo- que me

99

dio la oportunidad de mi vida compartiendo “Sin Falta”, su primera criatura

radial, conmigo.

A la ocurrente Natalia y a su mejor obra: Agostina, que con seis años chatea

conmigo y se ríe de las ocurrencias, de su madrina, por Chat!.

A mis alumnos del CBC, sobre todo a los del 2005, que aceptaron con gusto

hacer las entrevistas y colaborar de diversas maneras con este trabajo.

Por último, a mi madre tan imprescindible como el aire –a veces brisa y otras

huracán- y sin embargo, infaltable. A mi hermana un ‘gran’ gracias, y no

porque leyó y bancó este trabajo; sino -y sobre todo- por existir y ser bella. A

papá… que me deja sin lenguaje. Sin prosa poética, sólo gracias por estar

incondicional.

A Fernando, a él. Cómplice y testigo de mi pequeño nirvana de los noventa

cuando la felicidad sólo era estar… Fernando, que estuvo todo lo que pudo

antes de que esa inefable murga del tiempo, que trae año a año el carnaval,

se lo lleve para siempre. Para la ausencia que no sutura, que no hay

Messenger que la traiga al presente… La comparsa de esta obra, en su honor

y su memoria.

Valeria Esposito

Octubre de 2006

100

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105

106

Valeria Esposito Ella es docente de la Universidad de

Buenos Aires y Licenciada en Ciencias

de la Comunicación en la misma

Universidad. Es la fundadora y

Directora SemioStudio, un espacio

dedicado a la semiótica y a la

reflexión sobre las tecnologías de

información y comunicación. Se

desempeñó como Secretaria de prensa

en el sindicato de docentes de la UBA

y dirigió la revista universitaria

Cátedra Abierta. Desde el 2006

colabora en el portal electrónico de la

Facultad de Filosofía y Letras

‘Moebius’ escribiendo artículos sobre

TICs. Actualmente lleva adelante

diariamente una columna académica

en el programa de radio “Sin Falta en

FM “La Isla” junto a Sebastián Delfino.

[email protected]

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En la presente obra, la autora analiza de modo fresco y vital lo que implica el uso cotidiano del Messenger y sus símbolos más característicos: el guiño y el Simile; que inauguran la era de la comunicación-entretenimiento entre sujetos. También demuestra, con incomparable maestría, cómo diversas corrientes artísticas del siglo XX –entre ellas el Pop Art- dejan su impronta en este nuevo medio de comunicación, y con ello toda una filosofía de vida y representación del mundo.

El análisis discursivo cobra profundidad cuando se explora el empleo del lenguaje, que por sus características ontológicas, consigue acercar a sujetos geográficamente distantes.

Por otra parte, Valeria

Esposito, logra mostrar cómo a través de este medio sincrónico –diferente a todos los precedentes- se ensancha el presente subjetivo de las personas y con ello se modifica toda una concepción del tiempo y el espacio, equiparable a la que instaló el Ferrocarril a mediados del sigo XIX.

Este libro es, además, una pintura colorida y minuciosa de cómo se están llevando adelante las relaciones sociales amistosas, amorosas y jerárquicas; en virtud de la risa, la burla y el glamour que el mensajero instantáneo instala en las relaciones afectivas humanas.

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