Podemos concluir diciendo que para Freud la realidad psíquica y el Inconsciente es:

La oposición al hecho real, ya que no está fundada en una realidad, es decir nunca sucedió pero el sujeto es capaz de sostenerla y tratarla como una autentica verdad, esta realidad psíquica tiene tanto poder de fijación como el hecho real.

El inconsciente es psíquico ya que no tiene un lugar orgánico, una localización física, especifica; es eficaz ya que el sujeto desconoce estos fenómenos inconscientes lo que le otorga poder, eficacia sobre nuestro comportamiento, manifestándose en diversos síntomas (parálisis, perdida de la visión, audición, etc.).

El inconsciente se caracteriza también por ser reprimido, lo que quiere decir que los contenidos con gran carga emotiva que se encuentran en el inconsciente son desconocidos por el sujeto, es decir son desalojados, separados de la conciencia, cuando estos fenómenos reprimidos son presentados al sujeto este los niega, no los acepta como propios.