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¿ES REALIDAD LA REALIDAD? Contenido Introducción ¿Qué entendemos por realidad? El problema de la realidad en el problema del lenguaje Los filósofos y la realidad La realidad desde la visión clásica Surgimiento de una nueva concepción de la realidad con la física contemporánea Introducción Movidos por el sentido común, en nuestra dinámica cotidiana usamos y abusamos del concepto de “realidad”. Pero sabemos ¿qué es la realidad?, ¿qué es lo real?, ¿existe la realidad?, ¿hay una sola realidad?, ¿existen múltiples realidades?... Es tan complejo e interesante el problema de la realidad que actualmente ya no es solamente una preocupación de la filosofía, sino de la física, la neurociencia y otras ciencias. En el presente texto pretendo, con el apoyo de expertos, acercarme a la abstracción denominada “realidad”, con el propósito de tratar de allegar un poco de claridad a tan oscuro y enmarañado tema, indagando en su concepto, relacionándola con el lenguaje (encargado de construir realidades) y concibiéndola desde la visión clásica. Así mismo, someramente reseñaré cómo la mecánica cuántica (el modelo teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia) nos muestra otra cosmovisión,

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¿ES REALIDAD LA REALIDAD?

Contenido

Introducción¿Qué entendemos por realidad?El problema de la realidad en el problema del lenguajeLos filósofos y la realidadLa realidad desde la visión clásicaSurgimiento de una nueva concepción de la realidad con la física contemporánea

Introducción

Movidos por el sentido común, en nuestra dinámica cotidiana usamos y abusamos del concepto de “realidad”. Pero sabemos ¿qué es la realidad?, ¿qué es lo real?, ¿existe la realidad?, ¿hay una sola realidad?, ¿existen múltiples realidades?... Es tan complejo e interesante el problema de la realidad que actualmente ya no es solamente una preocupación de la filosofía, sino de la física, la neurociencia y otras ciencias.

En el presente texto pretendo, con el apoyo de expertos, acercarme a la abstracción denominada “realidad”, con el propósito de tratar de allegar un poco de claridad a tan oscuro y enmarañado tema, indagando en su concepto, relacionándola con el lenguaje (encargado de construir realidades) y concibiéndola desde la visión clásica. Así mismo, someramente reseñaré cómo la mecánica cuántica (el modelo teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia) nos muestra otra cosmovisión, totalmente diferente e innovadora, sobre la problemática de la realidad, que nos servirá como una manera revolucionaria de comprender una noción que dista del tradicional sentido común, condicionado por la enorme influencia del paradigma de la física o mecánica clásica y del método positivista de las ciencias que explican –convencidas de que la “realidad” existe– algunos fenómenos físicos y determinan nuestra manera de ser y de existir en el mundo. La teoría, física o mecánica cuántica no representa la realidad en sí misma, sino más bien las apariencias que crea o capta el experimentador.

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Después de la lectura atenta de este escrito –un tanto ecléctico– nuestra manera de comprender el concepto se modificará y, en lugar de adoptar una posición concreta con respecto a esta problemática, quedaremos inquietos, viéndonos avocados a proseguir con la búsqueda de respuestas para tratar de dilucidar el complejo universo epistemológico inherente a lo que se denomina “realidad”.

¿Qué entendemos por realidad?

Definir qué es la realidad y determinar si existe o no la realidad, es un problema filosófico, de gran hondura metafísica. Realidad es un concepto difícil de definir; a pesar de su complejidad, es un término más fácil de explicar que de definir. “¿Cómo podemos definir realidad? Tal vez, como la existencia real o efectiva. Pero, ¿nos queda más claro ahora? Yo creo que no... ¿Qué tal si definimos real?... Que tiene existencia verdadera. Estas dos definiciones son tan abiertas como los océanos que bañan nuestro planeta”1.  Es una categoría léxica ambigua, subjetiva, confusa, vaga, compleja, problemática. No obstante, con el auxilio de diccionarios y otros textos, trataré de aproximarme a eso que llamamos “realidad”. No podemos desconocer que cuando buscamos la  definición de algo, nos encontramos con que las definiciones nos llevan a un campo léxico confuso y oscuro. “Contra lo que cree la gente, las definiciones no nos indican nada de las cosas. Sólo describen nuestros hábitos lingüísticos, los fonemas que emitimos en distintas circunstancias. Las definiciones son declaraciones sobre el lenguaje”2. Gramaticalmente,  “Realidad” es un sustantivo polisémico, multívoco; totalmente abstracto.

La reflexión de Germán Marquínez Argote –uno de mis profesores– nos puede orientar con su análisis de los términos realidad, real y realmente. Este reconocido filósofo nos dice al respecto:

Realidad, real, realmente son tres términos o, si prefiere, un solo término, que en forma sustantiva, adjetiva o adverbial, repetimos continuamente. A veces en forma abusiva o redundante subrayamos nuestro discurso con incisos tales como: “En realidad…”, “en realidad de verdad…”, “realmente…”. Además, con frecuentes frases como éstas: “Estar en la realidad”, “contar con la realidad”, “hacerse cargo de la realidad”, “alejarse de la realidad”, “atenerse a la realidad”, “interpretar la realidad”, “transformar la realidad”, “volver a la realidad”, “vivir de

1 MARIN MARIN, José Miguel. Realidad. http://www.lukor.com2 HAYAKAWA, Samuel I. El lenguaje en el pensamiento y la acción. UTEHA, Grupo Noriega Editores, editorial Limusa, México, 1993.

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realidades”, etc. A juzgar por el número de veces que tales términos hacen manifestación en el lenguaje y por el énfasis o acento que en ellos ponemos, se diría que estamos ante un fenómeno semántico de primera importancia. La realidad es algo así como el elemento en el cual se mueve el hombre, como pez en el agua. Pero hay más: el hombre puede hacer realidad, puede realizar y realizarse, es un realizador de mil y una cosas. Se trata, pues de una familia de términos con enorme carga semántica y de gran prestigio”3.

Acudiendo a una argumentación de otro concepto, que se ajusta a la conceptualización de realidad, podemos decir que frecuentemente se acude a este término, “sin prestar la debida atención a los matices que encierra su contenido y a las ambigüedades a que puede conducir su utilización cuando se hace caso omiso de las múltiples significaciones que ha ido adquiriendo a lo largo de las investigaciones”4.

El Diccionario de la Real Academia Española define este concepto como: “Existencia real y efectiva de algo. Verdad, lo que ocurre verdaderamente. Lo que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio”. Realidad es todo lo que existe, lo que es. “Existencia real y efectiva. Todo lo que constituye el mundo real. Verdad, lo que ocurre verdaderamente”5. Pero aquí el problema se complica muchísimo más por cuanto la expresión “verdad, lo que existe verdaderamente” nos impele a plantearnos una de las preguntas más profundas de la filosofía: “¿Qué es la verdad?” El insondable problema de la verdad, por ahora, dejémoslo ahí, y prosigamos con el problema que nos ocupa. Otra definición dice que “la realidad es la existencia verdadera y efectiva de las cosas, comprendiendo todo lo existente en oposición a lo imaginario”6. El sustantivo realidad procede del adjetivo real. Etimológicamente, realidad proviene del latín realitis, y éste de res (cosa). Real, de donde procede realidad, en latín significa cosa. Entonces realidad “es el conjunto de todo lo que es real”7. ¿Eso será cierto? Los epistemólogos Peter Berger y Thomas Luckmaan la definen como “una cualidad propia de los fenómenos que reconocemos como independientes de nuestra conciencia”8.

3 ARQUÍNEZ ARGOTE, Germán. Metafísica desde Latinoamérica. USTA, Bogotá, 1993, p. 131.4 LATORRE MAYORGA, Abraham. Sociología de la religión. USTA, Bogotá, 1976, p. 89–5http://www.wordreference.com. El concepto de realidad.6 Ibídem.7http://es.wikipedia.org8 BERGER, Peter. LUCKMANN, Thomas. La construcción social de la realidad. Amorrortu, Buenos Aires, 1968.

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Félix García Moriyón señala que el problema de la realidad es uno de los problemas cruciales y centrales de la filosofía. “Para algunos, este es el problema central de la metafísica u ontología, ámbitos de la reflexión filosófica que se definen precisamente por dedicarse al estudio de lo real en cuanto que es real… Sin embargo, en la vida cotidiana aplicamos el término realidad en diversos contextos con clara capacidad de establecer diferencias significativas que ayuden a una mejor comprensión de las cosas con las que nos relacionamos. Pensemos, sin ir más lejos, en la advertencia que figura al final de numerosas películas: «cualquier parecido de esta película con situaciones o personajes de la vida real es pura coincidencia», aviso que afirma justo lo contrario que otro que es también frecuente: «esta película se basa en hechos reales». Las dos frases sirven para entender los dos enfoques tradicionales en la filosofía al abordar el problema de la realidad: marcar negativamente lo que lo distingue de las cosas no reales por un lado, o destacar aquellas características que permiten definir la realidad”9.

Filosóficamente, realidad es el “término con el que nos referimos, de un modo general, al conjunto de lo que existe, en oposición a lo que consideramos ficticio, ilusorio, aparente, o meramente posible”10.  ¿Qué es la realidad? “Una pregunta a la vez tan genérica como inevitable para un ser humano puede responderse desde la ciencia o ser convertida en un problema filosófico”11. Pero el problema se acrecienta si nos percatamos que la definición de realidad podría depender del concepto que se tenga de lo real.  “Lo real es el objeto inmediato de lo que no es solamente posible o aparente o potencial; también es lo que existe actualmente”12. En la filosofía clásica y tradicional “la realidad ha sido considerada en estrecha relación con los conceptos de esencia y existencia”13. Esta relación es problemática porque definir esencia y existencia implica adentrarnos en terrenos movedizos de hondura metafísica. Por lo tanto en estos intrincados conceptos no divagaremos. “Cuando de la realidad se hace un problema filosófico nos adentramos en el terreno de una de las disciplinas filosóficas, la metafísica. Aborda ésta el estudio del Ser, no como las ciencias centrándose en un aspecto de él, sino en su máxima generalidad. Se trata de determinar las características generales de todo cuanto existe, ¿qué es lo que hace que lo podamos considerar como real? Se abre aquí una cuestión 9 GARCÍA MORIYÓN, Félix. ¿Qué es la realidad? https://www.uam.es10GLOSARIO DE FILOSOFIA. http://www.webdianoia.com11http://www.xtec.cat12MARTÍNEZ ECHEVERRI, Leonor y Hugo. Diccionario de Filosofía. Panamericana editorial, Bogotá, 1998.13http://es.wikipedia.org

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metafísica fundamental: ¿en qué medida la realidad es fruto del sujeto o lo es con independencia de él?, es decir, ¿en qué medida la realidad es un producto de nuestra mente?”14.

En sentido metafísico, donde el problema adquiere una profundidad enorme, para muchos filósofos, realidad o lo ‘de suyo’ de una cosa no se identifica con efectividad, naturaleza, existencia o esencia. Realidad es aquel aspecto por el cual una cosa es ‘de suyo’. “Lo que vulgarmente llamamos una cosa real no es sino la unidad de un ‘de suyo’. El ‘de suyo’ de las cosas es algo absoluto en ellas: el conjunto de notas que tienen en propiedad, sus propiedades o bienes”15. Metafísicamente, el concepto de realidad se hace más problemático. Aristóteles pensaba que las cosas en acto constituyen la realidad. “Lo ‘real’ sería lo que, por sus efectos, se muestra como indubitable; lo que existe”16. Una cosa no es real porque existe, sino que existe porque es real. “Real” es “todo aquello que no es solamente posible o aparente o potencial; también es lo que existe actualmente”17. El mundo sería la totalidad de lo real, horizonte de posibilidades humanas, “el conjunto de todas las cosas”18. Kant estableció que sólo la relación con la experiencia nos da una idea justa de lo que entendemos por realidad.

Como se aprecia, la conceptualización de “realidad” es cada vez más compleja; no porque la filosofía la quiera presentar así, sino porque dar respuesta a una pregunta de esa profundidad no es fácil. Real, que proviene del latín “realitis” (de la cosa misma), en el terreno de la filosofía, es la absolutez del ser. El objeto inmediato de lo que es verdadero. “Algunas veces significa lo existente, lo contrario de lo meramente posible, o lo físico, lo contrario de lo mental”19. Según Félix García Moriyón, el predicado “real”, convertido en sustantivo “lo real” o “la realidad”, puede aproximarse al concepto de “ser”, incluso llegar a identificarse puesto que “lo real” puede ser entendido como el ser en plenitud, siendo la realidad la manera primaria de ser. “En cierto sentido podríamos decir que todo es real, lo que convertiría dicho concepto en un concepto vacío de significado: si todo es real, nada es real, puesto que el predicado deja de establecer una diferencia significativa… Necesitamos, por tanto, saber de qué estamos hablando cuando decimos que algo es real; esto es, necesitamos saber cuáles son las notas que definen la realidad e incluso también los niveles en los

14 https://elfilosofo.wordpress.com/filosofia-i/la-realidad-metafisica/15MARQUÍNEZ ARGOTE, Germán. Ob. Cit., p. 152.16Ibídem, p 134.17MARTÍNEZ ECHEVERRI, Leonor y Hugo. Ob. Cit.18MARQUÍNEZ ARGOTE, Germán. Ob. Cit. p. 134.19 RUNES, Dagoberto d. Diccionario de filosofía. Grijalbo, México, 1981.

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que esa realidad se manifiesta. Es posible que solo lleguemos a respuestas provisionales, pendientes de posteriores reflexiones que vayan resolviendo los nuevos problemas planteados por las anteriores respuestas”20.

El término o concepto realidad, además de ser una abstracción, es subjetivo. Cada cual definirá la realidad de acuerdo a como entienda ésta. Cada persona, dependiendo de su cosmovisión, que es aquella percepción y representación de determinados aspectos de la realidad bajo el criterio predominante de lo religioso, filosófico, científico o estético, conceptualizará y vivenciará la realidad o su realidad. Una persona con actitud natural, otra con espíritu científico y otra más dedicada al filosofar tendrán una concepción diferente de la realidad.

La persona de la actitud natural, es decir, aquella sin formación académica (acostumbrado a ver lo que le han dicho que vea), y, sobre todo, sin espíritu crítico, y, por tanto, “credulona”, mira el mundo sin ver. La realidad, para ésta, es todo aquello que le rodea, todo lo existente. Su explicación de la realidad es empírica; la entiende como suceder de los fenómenos como causas naturales. Sabe cómo pasan las cosas, pero no sabe por qué pasan. No duda de la existencia del mundo exterior ni de la información que le ofrecen sus sentidos. Su opinión es ingenua, mágica, dogmática, mítica, natural y espontánea. Posee un saber parcial.

La persona con espíritu científico (dedicada a la investigación científica), gracias a su actitud científica racional, ve el mundo sin mirar. La realidad, para ella, es la naturaleza, el ser humano y sus creaciones. Además de señalar las cosas y sus fenómenos, las explicará separadamente en función de sus causas inmediatas. Su explicación de la realidad es metódica, rigurosa y sistemática. Sabe por qué pasan las cosas. Duda de la existencia del mundo exterior y de la información que le ofrecen sus sentidos. Posee un saber especial y su opinión es crítica. Investiga una parte de la realidad. “Desde la ciencia nos interrogamos sobre la estructura y el funcionamiento del mundo físico. A lo largo de la historia de la ciencia tras las respuestas que se han dado subyacen distintos modelos generales de lo que pueda ser la naturaleza (cosmovisiones científicas) que se han ido sucediendo y a veces combinando. Se ha concebido al universo como un gran ser vivo donde cada parte tiene su función y una finalidad determinada por el todo; se ha entendido, otras veces, como un gran fractal matemático donde cada parte es una representación a escala del todo y donde todo está atravesado por fuerzas y relaciones de carácter mágico; otras,

20 GARCÍA MORIYÓN, Félix. Ob. Cit.

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se ha pensado como una gran máquina donde los engranajes férreamente encadenados siguen un orden preciso y un funcionamiento matemáticamente exacto; para en nuestros días llegar a considerar que la apariencia del mundo que nos rodea depende de nuestro estado de movimiento, es decir, es relativa a este movimiento, y el funcionamiento mismo de la realidad física hace que sea imposible conocer simultáneamente la posición y la velocidad de una partícula según se afirma en el principio de indeterminación de Heisenberg”21.

El filósofo, la persona dedicada al filosofar, con su actitud crítica, especulativa y racional, entiende la realidad como el universo como totalidad (naturaleza, hombre y cultura), y explica ésta de manera sistemática, metódica, reflexiva y fundamental. Duda de la existencia del mundo exterior e interior y de la información que le brindan sus sentidos. Examina su razón y sus sentidos. Mediante su saber profundo trata de explicar la realidad por las causas primeras, dentro del orden natural, y sus causas finales. Indaga y reflexiona sobre la realidad como una totalidad. Su saber es total. Su opinión es crítica, iconoclasta, analítica, reflexiva, anticonvencional, contenciosa, contestataria, controversial y dialéctica. Sabe por qué pasan las cosas.

Muchos hacen de la ficción una realidad. En el campo literario a veces se confunde la ficción con la realidad, lo irreal con lo real. De un personaje de ficción, por ejemplo, como Don Quijote, se ha construido un imaginario popular que tiene cierta realidad. La importancia del “caballero de la triste figura” ha contribuido a que muchos lectores o no lectores de la novela lo consideren como una persona real. Así mismo, las construcciones lingüísticas, que de tanto repetirlas y darles una importancia tan contundente, hasta el punto de convertirse en “autoridad”, como la Biblia, convierten en realidad lo escrito en ella como si lo narrado realmente hubiera ocurrido al pie de la letra y que fuera inspirada por un ser divino que tiene una realidad incuestionable para los creyentes. Durante la Edad Media la Iglesia Católica, utilizando la “autoridad” de la Biblia, impuso una realidad incontrovertible e irrefutable. Algunas teorías científicas, durante mucho tiempo han establecido realidades, para terminar después como meras ficciones, luego de haber sido refutadas y superadas por nuevas teorías. Desde Aristóteles hasta Copérnico la tierra era considerada el centro del universo; a partir de Copérnico, Kepler y Galileo, el sol se convirtió el centro del universo. Las verdades establecidas por la realidad de la mecánica clásica, con un tiempo absoluto, dejaron de serlo cuando surgieron las teorías relativistas de Einstein y de la mecánica

21 https://elfilosofo.wordpress.com/filosofia-i/la-realidad-metafisica/

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cuántica… La narrativa llamada Constitución Política de un país determina y establece una realidad, de acuerdo a la cual hay que vivir, sin ninguna otra opción de ser y de estar en el mundo. La carta política dice que las cosas son así, y las cosas tienen que ser así. Ciertas narrativas ficcionales, por falta de espíritu crítico, las convertimos en realidades…

La realidad es algo tan problemático, que no sólo es difícil tener una concepción clara del término sino que, para acabar de complicarlo, surgen diversas preguntas: ¿Realidad es lo contrario de ficción? ¿Realidad es sinónimo de ser? ¿La realidad se funda en el ser o el ser se funda en la realidad? ¿Existe la realidad fuera del yo? ¿La realidad es objetiva o ideal? ¿La realidad no es más que la expresión de la voluntad? ¿La realidad es interna o externa? ¿La realidad está en el pensamiento o en las cosas? ¿La realidad es el absoluto? ¿La realidad es pura actividad, agilidad, no una sustancia o cosa? ¿La realidad es una sustancia única que se manifiesta en la naturaleza y el espíritu? ¿La realidad será lo puramente material y finito? ¿Existe una realidad? ¿Existen varias realidades? ¿Cada persona tiene su propia realidad? ¿Cada realidad particular es aceptada por una persona? ¿La realidad es estática o cambiante? ¿Cuál realidad: nuestra realidad o la realidad que nos imponen los demás de acuerdo con sus conveniencias? En fin, tantas y tantas preguntas en torno al problema de la realidad. ¿Cuáles serán sus respuestas? ¡He ahí la cuestión!

El problema de la realidad en el problema del lenguaje

El lenguaje, como capacidad esencial del ser humano, se caracteriza por su valor subjetivo y social. El lenguaje subjetivo, personal, individual, –tradicionalmente se dice– es un mecanismo cognitivo útil para aprehender la realidad –o al menos de un sector de ésta–, por cuanto permite diferenciar los objetos o las cosas entre sí, diferenciarnos frente a éstos y frente a las personas que nos rodean, tomar conciencia de nosotros mismos y autoafirmarnos y conocer la realidad natural y sociocultural, participando en sus procesos de construcción y transformación. “Esta particularidad del lenguaje hace posible que el individuo sea capaz de monitorear sus acciones y planificarlas de acuerdo con los fines que se proponga”22. El valor social del lenguaje nos permite establecer y mantener relaciones sociales con los demás y compartir expectativas, deseos, creencias, valores y conocimientos encaminados a construir espacios conjuntos para su difusión y permanente transformación. “Así, a través de un proceso de acción intersubjetiva –es

22 MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL. Estándares Básicos de Competencias del Lenguaje. Bogotá, 2006, p. 19

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decir, de intercambio de significados subjetivos–, los individuos participan en contextos sociales particulares e interactúan con otros, compartiendo puntos de vista, intercambiando opiniones, llegando a consensos o reconociendo diferencias, construyendo conocimientos, creando arte, en fin, propiciando una dinámica propia de la vida en comunidad y construyendo el universo cultural que caracteriza a cada grupo humano”23.

El problema de la realidad se torna más complejo si se tiene en cuenta que para designar el término “realidad” debemos acudir a la palabra, porque todas nuestras interpretaciones de la realidad están hechas de lenguaje y se construyen a través del lenguaje, pues son elaboraciones discursivas. “Apalabramos la realidad y nos apalabramos a nosotros mismos inmersos en ella; más aún: nuestra relación con la realidad está mediada por las palabras, por la predicación que se forma en las oraciones, por el lenguaje. Hay incluso elementos de la realidad que sólo adquieren la condición de entidades objetivas en la medida en que son nombrados lingüísticamente. Así, por ejemplo, la palabra ‘viento’ convierte en cosa objetiva algo que en sí mismo no existe más que como el movimiento de moléculas de gas en la atmósfera; para ser precisos tendríamos que decir algo como: ‘Millones de partículas de gas chocaron contra mi piel’. Pero nuestro lenguaje nos permite decir: ‘El viento me acarició’, haciendo de ese fenómeno complejo un sujeto individual capaz de actuar… Cuando nos admiramos de esta condición lingüística de todo lo humano y alcanzamos a vislumbrar sus límites, nacen las preguntas que dan origen a la filosofía del lenguaje: ¿Cómo interviene el lenguaje en nuestra relación con el mundo? ¿Hasta dónde nuestras palabras condicionan nuestro conocimiento? ¿Es posible pensar sin recurrir a las palabras? ¿Cómo es posible que las palabras comuniquen lo íntimo de nuestras experiencias?”24. Yo agregaría otra pregunta más: ¿Cuál es la relación entre palabra y realidad, si es que existe tal relación? Aquí nos encontramos con otro problema no menos complejo: lenguaje – realidad.

La cuestión de las relaciones entre lenguaje y realidad ha sido uno de los principales problemas lingüísticos y filosóficos. Edwar Sapir, citado por Silvain Auroux, explica que el hecho es que la "realidad" se construye, en buena medida inconscientemente, a partir de los hábitos lingüísticos del grupo. “Dos lenguas nunca son suficientemente similares como para que se considere que representan la misma realidad social. Los mundos en los que viven sociedades diferentes son mundos distintos, no simplemente el mismo mundo con otras

23 Ibídem.24 http://lenguajeyfilosofia.wikispaces.com. El lenguaje como problema filosófico.

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reglas de etiqueta”25. El lenguaje –sostienen algunos expertos– está dentro de la realidad y la realidad dentro del lenguaje. La realidad está dentro del lenguaje y, por el otro lado, el lenguaje está dentro de la realidad. Es decir, que entre el lenguaje y la realidad hay una estrecha relación. Pero a pesar de esta relación intrínseca y extrínseca, la palabra no representa la cosa.

Es tan problemático el fenómeno del lenguaje que, según Mario Montalbetti, el lenguaje no puede estudiarse como se estudia cualquier otra cosa, porque el objeto de estudio es lo mismo que el instrumento de estudio; el lenguaje no fue inventado para comunicarnos, sino que nos comunicamos porque tenemos lenguaje, y no hay significados, porque el significado no conecta con la cosa nombrada. El lenguaje es una estructura que le da forma y sentido a nuestro mundo. El lenguaje, como capacidad humana, nos permite apropiarnos conceptualmente de la realidad que nos circunda y ofrecer una representación de esta conceptualización por medio de diversos sistemas simbólicos.

El lenguaje permite organizar y darle forma simbólica a las percepciones y conceptualizaciones que ha adelantado el individuo, pues a través del lenguaje –y gracias a la memoria– puede construir y guardar una impronta conceptual de la realidad, organizada y coherente, que constituye el universo del significado y del conocimiento que tiene de la realidad. Ha de ser meta de la formación en lenguaje crear las condiciones que le permitan a los individuos desarrollar su capacidad de organizar y estructurar, de forma conceptual, su experiencia y, en consecuencia, elaborar complejas representaciones de la realidad para utilizarlas y transformarlas cuando así lo requieran26.

Un sector del positivismo lógico, especialmente la orientación que parte de Wittgenstein, “niega que haya tal relación directa entre una palabra o proposición y un objeto; afirma que las palabras no tienen referentes direc-tos; sostiene que los significados de las palabras o de las proposiciones se encuentran determinados por los diferentes contextos en que ellas son usa-das; que los significados no tienen linderos rígidos, y que éstos están forma-dos por el contorno y las circunstancias en que se emplean las palabras; que, consiguientemente, un nombre no puede representar o estar en lugar de una cosa y otro en lugar de otra, ya que el referente particular de un nombre se halla determinado por el modo en que el término es usado”27.

25 AUROUX, Silvain. Filosofía del lenguaje. Ministerio de Asuntos Extranjeros, París, Francia, 1996.26 MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL. Ob. Cit. P. 22.27 http://prof.usb.ve. Hacia un nuevo paradigma de la ciencia.

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Lo que la palabra significa no puede ser la cosa de que hablamos. El significado debe ser algo distinto del objeto y que no depende de él. En consecuencia, el signo no une una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica, tal como nos decía el lingüista Ferdinand de Saussure. Como se sabe, entre el objeto y su nombre no hay una relación directa, causal, lógica, sino indirecta y arbitraria. Las palabras no son las cosas; es decir, no hay identidad ontológica entre aquéllas y éstas. Es por eso que la relación entre lenguaje y realidad es problemática.

Lo que sabemos es siempre la otra parte de la realidad, la que está hecha de ideas o significados de palabras: ésta es la única realidad que podemos conocer, la que está organizada y estructurada por el vocabulario de la lengua que hablamos

[...] La realidad, cualquier realidad, es una ordenación provisional que se hace mediante un número bastante limitado de es quemas y de conceptos; es decir, una simplificación enorme del mundo, que nos permite manejarnos en medio del sinfín de lo que percibimos, dividiéndolo más o menos arbitrariamente en cosas o en objetos que podemos manejar y dominar28.

En el amplio universo del lenguaje, la palabra es problemática como la realidad misma, aunque la palabra no es la realidad. “Las palabras significan, es decir representan la imagen de las cosas, sirven para la adquisición de conocimiento, para aprehender la realidad; pero no son las cosas en sentido estricto, son las cosas en tanto que vehículos más que necesidades para nombrarlas, comunicarlas o representarlas en nuestras mentes”29. La palabra no es el objeto; sólo lo designa, lo nombra. “La palabra no es la cosa, ésta reenvía, sin lugar a dudas, a un referente, pero, por su abstracción misma, designa también una noción”30. La palabra no es el objeto ni tampoco el objeto es exactamente la palabra que lo designa. “El medio con que lo expresamos es la palabra; pero la palabra no es el objeto que realmente existe: por tanto, no expresamos a nuestro prójimo una realidad existente, sino solamente la palabra, que es una realidad distinta del objeto...”31. Rafael Echeverría nos dice 28 BREDLOW, Andrés. Lenguaje y realidad. Conferencia pronunciada ante la Societas Philosophor um Viventium, el 5 de mayo de 2006, en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona.29 LETO, Federico. La relación del lenguaje con la realidad. Libro pdf.30 Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura Sector de las Ciencias Sociales y Humanas. La filosofía, una escuela de la libertad. UNESCO, edición en español, México, 2011. http//unesdoc.unesco.org.31 Sexto Empírico, Adv. math., VII, 65–87 http://www.e–torredebabel.com

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que cualquier realidad que exista más allá del lenguaje, ésta no puede hablar de ella, y agrega que “el lenguaje sólo puede apuntar en su dirección, hablar de ella sin tocarla o, como nos recomendara Wittgenstein, cruzarla en silencio”32. El lenguaje da cuenta de la realidad. La realidad que percibimos no tiene tanto que ver con la forma como ella directamente es, sino que la articulamos, la configuramos, a partir del lenguaje que hablamos. El lenguaje es acción, y por ser acción tiene un poder importante sobre la realidad. El lenguaje –se dice– genera realidades distintas.

Algunos autores consideran a la “magia verbal” y al “naturalismo lingüístico” como vicios del lenguaje. Los practicantes de la “magia verbal” piensan que las palabras ejercen un poder absoluto sobre la realidad, e invocando la palabra la realidad también cambia. Los seguidores del “naturalismo lingüístico” plantean que existe una identidad entre el lenguaje y el mundo social. Estos vicios se utilizan para generar emociones, mover a la acción, manipular y mentir a través de los artificios lingüísticos. Estos dos vicios impelen a que las personas crean ingenuamente que las palabras son las cosas o se identifican con éstas (“naturalismo lingüístico”) y que las palabras ejercen poder sobre las cosas (“magia verbal”). Quienes confían en el poder de la palabra, en la “magia verbal”, pretenden cambiar la realidad solamente modificando el nombre de los fenómenos. Piensan que encontrando la “receta” lingüística adecuada pueden modificar la realidad.

La palabra es finalidad en sí misma y medio para entender el mundo de otra manera, más que hablar de la realidad externa. “La mayoría de las palabras están vacías de significado en el nivel más profundo de comprensión del mundo…”33. La palabra, además de no ser la realidad ni el objeto, tampoco es el concepto ni el ser. “Siempre que hablamos o pensamos sobre lo real, pensamos y hablamos; creemos que hablamos de lo real, cuando en realidad utilizamos palabras que creemos reflejan lo real. Pero las palabras no se refieren a las cosas sino a otras palabras… No tiene mucho sentido insistir en ver quien me garantiza un acceso a lo real, ya que seguramente aquél que me habla en nombre de lo real me está queriendo hacer pasar su interpretación como si fuera la verdadera”34. Platón planteaba que el análisis de la realidad debería hacerse siguiendo las ideas, no las palabras. “El lenguaje implica gran capacidad de abstracción y las palabras no se refieren sólo a objetos o a hechos concretos, sino también a abstracciones”35. Como el sofisma pretende

32 ECHEVERRIA, Rafael. Ontología del lenguaje. J.C. Saenz editor. Santiago de Chile, 2003. Lpdf.33 RITTER ORTIZ, Walter, y PEREZ ESPINO, Tahimi E. Ob. Cit.34 SZTAJNSZRAJBER, Darío. La filosofía. www.xn––pens–8na.com/2012/05/mentira–la–verdad.html35 ARDILA, Rubén. Síntesis experimental del comportamiento. Planeta, Bogotá, 1993, p. 157.

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defender con palabras lo falso, “la palabra no puede identificarse con la realidad, desde el momento, en que con palabras, es posible falsear la realidad”36.

Las indagaciones lingüísticas y filosóficas de Tomás de Aquino nos muestran el mundo problemático y complejo de las palabras y de la realidad o realidades que designan o nombran las palabras. Plantea que para investigar una realidad cualquiera hay que partir de la palabra con que se designa a esas realidades o realidad en sí misma. Además de aclarar que la palabra, por ser racional, es problemática (pero que las personas acríticas no hacen problema de ella), señala que la palabra es doble, no es la realidad y es el signo de la realidad.

El hombre es hablador pero habla de dos maneras, dice Tomás. Habla hacia adentro de sí mismo y hacia afuera de sí, se dice cosas a sí mismo y se las dice a los demás. Es el habla interna y el habla externa, la palabra interior o mental o pensamiento–afecto y la palabra exterior u oral o escrita [...].

La palabra exterior, oral o escrita, no es la realidad, ni siquiera el pensamiento. Es, continúa Tomás, la manifestación sensible del pensamiento. Y la palabra interior tampoco es la realidad, sino la realidad pensada, pensamiento de la realidad, la realidad tal como está captada en la mente. Tanto, pues, la palabra interior como la exterior apuntan hacia la realidad, dicen la realidad sin ser en sí mismas la realidad [...].

El hombre es hombre porque, como dice literalmente Tomás de Aquino, posee palabra de realidad, porque se apropia intelectualmente de las cosas, porque lee su interior o adentro. La inteligencia es una facultad que naturalmente aprehende o se apropia de la realidad. El derecho a la verdad y el derecho al amor son materialmente esta inclinación espontánea a la apropiación intelectual y afectiva a la realidad.

Pues bien, el signo, en cuanto signo, es correlativo, paralelo y eco de la cosa significada, la fotografía de lo fotografiado, la imagen de la realidad imaginada, la semejanza de lo semejante, el indicador de la cosa indicada, la señal de lo señalado. Por ello, conocer en su totalidad un signo no es conocerlo solamente en sí mismo sino además conocer la cosa significada. El conocimiento de una fotografía no se limita a los

36 ESPINOSA, Germán. La aventura del lenguaje. Planeta, Bogotá, 1992, p. 33.

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elementos físicos, químicos, visuales y demás, sino que nos traslada al paisaje o persona fotografiados37.

Como animal hablador, gran parte de la energía gastada por el hombre es energía lingüística. “El hombre de carne y hueso vive cada día inmerso en el lenguaje y en un mundo de lenguajes. A veces él produce actos de habla y más frecuentemente él recibe o sufre un chaparrón, y, desde los medios de comunicación social, un bombardeo de mensajes y palabras”38. En el mundo objetivo, subjetivo y social en que habita el hombre, el lenguaje es su morada porque somos seres lingüísticos (seres que vivimos en el lenguaje), y éste, además de manipularlo en ocasiones, le construye “realidades” dentro de las cuales debe moverse y actuar; “realidades” que tienen la facultad de alienarlo o liberarlo. El lenguaje forma parte fundamental de la vida en la medida en que hacemos uso de él de forma constante y cambiante. La alienación se logra desde el lenguaje cuando el sujeto –envuelto en la telaraña del lenguaje– carece de espíritu crítico para reflexionar sobre la intencionalidad discursiva. La libertad se adquiere cuando el que interpreta esas construcciones del lenguaje logra desentrañar los mensajes intrínsecos y comprender la finalidad velada o subrepticia del acto o actos lingüísticos. Cuando hablamos no somos inocentes. “Siempre somos responsables de los compromisos sociales implícitos en nuestros actos lingüísticos”39. El sentido común hace proclive al individuo a la alienación y el sentido crítico le permite su liberación.

Nuestro sentido común da por sentado que el lenguaje describe el estado de las cosas, lo que supone que la realidad es anterior al lenguaje y éste sólo la describe o dice algo sobre ella; atribuyéndose al lenguaje un papel pasivo. “Por lo tanto, primero viene la realidad, después el lenguaje. El papel del lenguaje pareciera ser el de dar cuenta de lo existente”40. Esta es una interpretación del lenguaje procedente de la antigua Grecia. Como nos hemos “acomodado” a ella, pensamos que es una interpretación de lo que es el lenguaje, una interpretación fidedigna de su propia “realidad”. Pero la filosofía del lenguaje rompe con esta concepción tradicional. El lenguaje deja de ser pasivo; éste se convierte en acción, porque cuando hablamos no solamente describimos una realidad existente; también actuamos. “Todos los seres humanos, independientemente del idioma que hablamos, al hablar hacemos afirmaciones, hacemos declaraciones, hacemos peticiones, etcétera”41.

37 ZABALZA IRIARTE, Joaquín. El derecho, Tomás de Aquino y Latinoamérica. USTA, Bogotá, 1993, págs. 27, 28 y 29.38 PUIG, Enric Aiansa. Filosofía del lenguaje y lenguaje religioso. Libro pdf.39 ECHEVERRIA, Rafael. Ob. Cit.40 Ibídem.41 Ibídem

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Así comprendemos que el lenguaje, al perder su pasividad, no se limita a meras descripciones de la llamada “realidad”. Las declaraciones constituyen acciones del lenguaje que construyen realidades. Las constituciones políticas o la Declaración Universal de los Derechos Humanos, son ejemplos de construcciones lingüísticas. Esas construcciones del lenguaje activo nos muestran realidades e imponen modos de vida. Un ejemplo clásico es la Biblia. En ella se consignan –a través del lenguaje, de las palabras– normas morales, rituales, ceremoniales y dogmas que nos impelen a creer y a vivir de determinada manera, ya sea para comportarnos socialmente, agradar a Dios, evitar castigos o ganar recompensas de éste. Este tipo de construcciones lingüísticas, además de crear “realidades”, pretenden imponer dogmas elevados a la categoría de “verdades absolutas”, y éstas se constituyen en los resortes que mueven a los cándidos creyentes. Es una forma de materialización de la función pragmática del lenguaje. Esa acción del lenguaje, en términos habermasianos sería la acción social o interacción entre individuos al interior de una sociedad a través de la intersubjetividad lingüística. “Está claro que los participantes también pueden decidir el recurrir a otros medios para conseguir tal integración entre acciones, por ejemplo mediante el engaño o el ejercicio de la influencia sobre los partners (prometiendo recompensas o amenazando con sanciones)”42. Mediante la construcción lingüística llamada “Biblia”, la tradición judeo–cristiana impone el “poder pastoral”43.

Es tan complejo el problema de la llamada “realidad” en el lenguaje, que cuando denominamos algo, no sabemos con precisión a qué nos referimos. Cuando alguien dice “veo una vaca”, ¿está seguro que eso que ve o percibe es una “vaca”? ¿No será más bien que ese alguien ve una cosa o un ser que corresponde a lo que convencionalmente denominamos con el nombre de “vaca”? Convencionalmente, ve una vaca; pero, ontológicamente, ve una substancia compuesta de materia y forma, a la que las convenciones humanas le han dado el rótulo de “vaca”. John Hospers señala que las palabras no son más que rótulos de las cosas: ponemos rótulos a las cosas para hablar de ellas y por ende las palabras no tienen más relación con las cosas, que la que tienen los rótulos de las botellas con las botellas mismas. “Cualquier rótulo es

42 HERRERA GOMEZ, Manuel. Lenguaje y acción en la teoría de la acción comunicativa en Jürgen Habermas. Pdf.43 ¿Qué es el poder pastoral? Es el poder que ejerce la iglesia católica a través de los sacerdotes, quienes alienan al feligrés para que piense lo que hay que pensar, para que diga todo lo que hay que decir; o sea para que no piense por sí mismo. El sacerdote, tal como lo planteaba Foucault con su poder pastoral, le dice al creyente: Yo te voy a controlar. Yo te voy a dominar. “Esto es debido al hecho de que el Estado occidental moderno, ha integrado en una nueva forma política, una vieja técnica de poder, que tiene su origen en las instituciones cristianas. Podemos llamar a esta técnica de poder, poder pastoral” (FOCAULT, Michel. El sujeto y el poder. www.campogrupal.com).

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conveniente, en la medida en que nos pongamos de acuerdo acerca de él y lo usemos de manera consecuente. La botella contendrá exactamente la misma sustancia aunque peguemos en ella un rótulo distinto, así como la cosa sería la misma aunque usemos una palabra diferente para designarla”44. De acuerdo con las convenciones y los consensos sociales y culturales, eso es una “vaca”; pero, como ser natural, la “vaca” es un ser vivo, a quien la naturaleza no le ha asignado ningún nombre o rótulo. Lo que llamamos “vaca”, según la ciencia moderna, no es más que un conjunto de átomos, en cuyo interior se mueven las partículas subatómicas en diferentes formas y velocidades... A ese conjunto de átomos lo llamamos, por convención, “vaca”, porque así nos lo enseñaron y así lo aprendimos, sin atrevernos a cuestionar, poner en duda y reflexionar críticamente sobre este concepto. Es la actitud natural, la del sentido común, la que nos hace aceptar, acríticamente, todos los nombres o rótulos conque los que nombran han nombrado las cosas, los objetos, los entes, los seres, sin indagar si esos conceptos tienen relación directa o causal con lo que denominamos “real” o “realidad”. Esa “vaca” también, según los legisladores lingüísticos que le impusieron ese nombre, la hubieran podido denominar con cualquier otro nombre, sin que por ello se hubiera alterado la esencia o la naturaleza intrínseca o extrínseca de ese ser, objeto, ente o cosa. Las construcciones lingüísticas, los juegos del lenguaje o los artificios del lenguaje “enmascaran” la “realidad”… La palabra “vaca” solamente existe en el universo del lenguaje… Como se colige, somos prisioneros de la cárcel del lenguaje, a pesar de que este es, según Heidegger, la morada del ser.

Así como el concepto de realidad es problemático, la realidad también es problemática. Y la realidad se convierte en una aporía si tenemos en cuenta que para la mecánica o física cuántica la realidad objetiva no existe, porque ésta no sería más que una interpretación de nuestro cerebro… Más adelante intentaré moverme “a tientas” en ese nuevo paradigma, ciertamente demasiado complejo porque nos aleja del sentido común.

Los filósofos y la realidad

El problema de realidad ha inquietado a la filosofía, y por eso ha sido tema de reflexión desde los presocráticos. ¿Cómo han respondido los filósofos tradicionales a las preguntas de quién existe o que es lo que existe o que es la realidad, ya sea en sentido metafísico, político o científico?

44 HOSPERS, John. Introducción al análisis filosófico. Buenos Aires, Macchi, 1965, p. 23.

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Tales: Agua. El agua es el principio esencial, fundamental y primario de todo lo demás. Fue el primero en buscar el arjé, arché o principio que constituye la esencia del ser, de todas las cosas, de todo o de la realidad, la esencia del universo, el primer elemento de todas las cosas, comienzo o fuente del mundo, lo que sólo necesita de sí mismo para existir. También fue el pionero en intentar explicar la realidad mediante la razón. Buscó una explicación racional del mundo, superando la explicación mítica y religiosa. Con la afirmación “todo es agua”, decía (mediante el logos: razonamiento o palabra) que el agua es el elemento originario de la realidad: el principio de todas las cosas, es decir, todas las cosas están constituidas o formadas por agua. Si la realidad es física o material, su causa o principio también es física o material: agua. Todo está lleno de dioses gérmenes de vida. “Fue el primer filósofo griego que intentó dar una explicación física del Universo, que para él era un espacio racional pese a su aparente desorden. Sin embargo, no buscó un Creador en dicha racionalidad, pues para él todo nacía del agua, la cual era el elemento básico del que estaban hechas todas las cosas, pues se constituye en vapor, que es aire, nubes y éter; del agua se forman los cuerpos sólidos al condensarse, y la Tierra flota en ella. Tales se planteó la siguiente cuestión: si una sustancia puede transformarse en otra, como un trozo de mineral azulado lo hace en cobre rojo, ¿cuál es la naturaleza de la sustancia, piedra, cobre, ambas? ¿Cualquier sustancia puede transformarse en otra de forma que finalmente todas las sustancias sean aspectos diversos de una misma materia? Tales consideraba que esta última cuestión sería afirmativa, puesto que de ser así podría introducirse en el Universo un orden básico; quedaba determinar cuál era entonces esa materia o elemento básico”45.

Anaximandro: Ápeiron (cosa indeterminada). El ápeiron no tiene origen ni fin, ya que éste es origen, el principio de todo; éste arjé contiene y gobierna todos los cielos, en los que están contenidos todos los mundos. “En Anaximandro se encuentra ya una cosmología que describe la formación del cosmos por un proceso de rotación que separa lo caliente de lo frío. El fuego ocupa la periferia del mundo y puede contemplarse por esos orificios que llamamos estrellas. La tierra, fría y húmeda, ocupa el centro. Los primeros animales surgieron del agua o del limo calentado por el sol; del agua pasaron a la tierra. Los hombres descienden de los peces, idea que es una anticipación de la teoría moderna de la evolución”46. El arjé es el ápeiron (de ‘a-privativa’, y ‘peras’, límite, perímetro), es decir, lo indeterminado, lo ilimitado. El ápeiron es eterno, siempre activo, semoviente, material, inmortal indestructible, imperecedero;

45 http://www.taringa.net/post/info/1943325/Filosofia-Origen-de-las-cosas-Tales-de-Mileto.html46 Ibídem.

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es lo divino que da origen a todo lo existente, a las cosas, a la realidad. “La cosmología de Anaximandro está dominada por la idea de la pluralidad de mundos existentes, generados a partir de un movimiento eterno mediante el que son separadas unas cosas de las otras, en un juego de oposición de contrarios tan común en la época y que volveremos a encontrar en otros filósofos; en ese movimiento cósmico el predominio de un elemento significaría una injusticia que tiene que ser necesariamente reparada, como el predominio del verano va seguido del invierno, y viceversa [...]. Anaximandro afirma como primera causa de la realidad una causa material: lo indefinido, lo indeterminado, lo infinito, a partir de la que evoluciona todo lo real. En la medida en que se niega a identificar esta primera causa con un elemento material particular su pensamiento supondrá un avance con respecto a Tales, en cuanto significa un considerable esfuerzo de abstracción y coherencia racional”47.

Anaxímenes: Aire. Este principio de todas las cosas, del cual todo surge y al cual todo retorna, es infinito, indeterminado, eterno y móvil. Todo procede del aire por medio de procesos físicos, como la rarefacción (se convierte en fuego) y condensación (convierte en viento, nubes, agua, tierra o piedras). “Por condensación del aire, dice Anaxímenes, se forman las nubes; si las nubes se condensan se forma el agua; la condensación del agua de lugar a la constitución del hielo, de la tierra; y la condensación de la tierra da lugar a la constitución de las piedras y los minerales; el proceso inverso lo representa la rarefacción: si la piedra pierde condensación dará lugar a la formación de tierra; a su vez, si la tierra pierde condensación se transforma en agua; y siguiendo el proceso de pérdida de condensación o rarificación, del agua surgían las nubes, de éstas el aire y, por último, la rarefacción del aire produciría el fuego”48.

Empédocles: Agua, aire, fuego y tierra. Cada uno de estos elementos caracteriza al ser como permanente e inmutable. El amor (atracción, amistad) y el odio (repulsión, enemistad) como fuerzas cósmicas, son la causa como se combinan (unen) o disocian (separan) esos elementos o principios de la naturaleza. “De este modo, para Empédocles la realidad es el resultado de la combinación de esos cuatro elementos originarios: la realidad que nosotros captamos es el resultado de la mezcla de dichos elementos. Propiamente hablando no hay generación; lo que llamamos "generación" es propiamente "agregación", "mezcla" de elementos. Y lo que llamamos corrupción no supone

47 http://www.webdianoia.com/presocrat/anaximandro.htm48 http://www.webdianoia.com/presocrat/anaximenes.htm

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la destrucción del ser, sino solamente su "separación", "disgregación". Esa mezcla y separación de los elementos originarios tiene lugar por las fuerzas del Amor y del Odio. En la realidad está sometida a un ciclo en el que predominan alternativamente cada una de esas dos fuerzas, de tal modo que el predominio de una supone la disminución de la otra y viceversa. Dichas fuerzas son concebidas por Empédocles, por supuesto, como fuerzas físicas y materiales. Por efecto del Amor se reúnen las partículas de los cuatro elementos, y por efecto del Odio se separan las partículas provocando la extinción de los objetos”49.

Pitágoras: El número. Todo es número. El número no es un ente material, extenso, visible y tangible; es un ente abstracto. Las cosas son números, esconden dentro sí números. Todas las cosas son “numerables” y se pueden expresar numéricamente o a través de los números. “Este lenguaje matemático no era usado solo para explicar el mundo, también era usado en las entidades excluidas, las que tenían que ver con las esferas subjetivas, el hombre, la justicia, el arte, la medicina y hasta las estaciones, pues todo esto requería de números, proporción y medida. El lenguaje de la realidad es entonces para los pitagóricos, un logos matemático (razón, armonía y medida)”50. El número es la explicación de la realidad. El número tiene un sentido genérico y decisivo en la construcción del universo, mundo o cosmos. El número es el principio de todas las cosas. “Y, puesto que los Números son, entre estos principios, los primeros por naturaleza, y en ellos les parecía contemplar muchas semejanzas con lo que es y lo que deviene, más que en el Fuego y en la Tierra y en el Agua, puesto que tal afección de los Números era la Justicia, y tal otra, el Alma y el Entendimiento, y otra, el Tiempo oportuno, y lo mismo, por decirlo así, cada una de las restantes; y viendo, además, en los Números las afecciones y las proporciones de las armonías —puesto que, en efecto, las demás cosas parecían asemejarse a los Números en su naturaleza toda, y los Números eran los primeros de toda la Naturaleza, pensaron que los elementos de los Números eran los elementos de todos los entes, y que todo el cielo era armonía y número—. Y todas las correspondencias que veían en los números y en las armonías con las afecciones y con las partes del cielo y con el orden universal, las reunían y reducían a sistema”51. Detrás del mundo confuso de la apariencia está el mundo abstracto y armonioso de números (“número” en esa época sería lo que hoy llamamos “forma”). “Que el principio de todas las cosas es la unidad, y que de ésta procede la dualidad, que es indefinida y depende, como

49 http://www.webdianoia.com/presocrat/empedocles.htm50 https://es.wikipedia.org/wiki/Pitag%C3%B3ricos51 ARISTÓTELES. Metafísica. Pdf, p. 11. https://www.ebookmundo.com

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materia, de la unidad que la causa. Así, la numeración proviene de la unidad y de la dualidad indefinida. De los números provienen los puntos; de éstos, las líneas; de las líneas, las figuras planas; de las figuras planas, las sólidas, y de éstas los cuerpos sólidos, de los cuales constan los cuatro elementos, fuego, agua, tierra y aire, que trascienden y giran por todas las cosas, y de ellos se engendra el mundo animado, intelectual, esférico, que abraza en medio a la tierra, también esférica y habitada en todo su rededor”52. El mundo ideal de los números o de las formas es el mundo real, lleno de armonía. Los números son la clave para la comprensión del universo. “Los cuerpos físicos son una unión de puntos geométricos, la extensión de éstos forma líneas, la prolongación de éstas, superficies, y así sucesivamente”53. Las cosas sensibles no existen en realidad, son velos que ocultan la verdadera realidad, la existencia real que está detrás de ella: el número.

Heráclito: El devenir. El fuego. El devenir. Lo único que realmente existe es el cambio, el devenir, el fluir, el dinamismo, la multiplicidad. La realidad fundamental es el devenir. La realidad es dialéctica, porque está afirmando, negando y conciliando. El devenir o el fluir es lo que define la realidad. Lo único real es el devenir, el dinamismo presente en la naturaleza, el cambio constante y eterno. El cambio constante obedece a la razón universal o logos: la ley natural, la expresión de lo divino que se nos revela a través de los sentidos. Como todo es devenir, nunca tenemos la misma experiencia de la realidad ni percibimos lo mismo, porque las cosas cambian permanentemente. “Heráclito atribuye realidad a lo concreto, múltiple y cambiante, es decir, a un Universo formado por contrarios en perpetua oposición, a lo que el logos o razón, conduce a una síntesis armónica. Existe devenir porque hay tensiones entre contrarios y la realidad es la unidad de los opuestos”54. Las cosas no son, devienen. La realidad fundamental es el devenir. Las cosas son y no son al mismo tiempo. El ser consiste en estar siendo.

Parménides: El ser. La realidad es el ser: único, eterno, inmóvil infinito, ilimitado, perfecto, inmutable. El ser, es; el no ser, no es. Las cosas tienen un ser, y ese ser, es. La propiedad común de todas las cosas es que son. La única realidad es que las cosas son, el ser es. La realidad fundamental es el ser. Las cosas no pueden ser y no ser al mismo tiempo. Existe identidad entre el ser y el pensar. “El ser es, lo uno es. La afirmación del ser se opone al cambio, al devenir, y a la multiplicidad. Frente al devenir, al cambio de la realidad que 52 DIÓGENES LAERCIO. Vida de los filósofos más ilustres. Pdf., p. 202. https://logica1.wikispaces.com/file/view/Diogenes,+Laercio%3B+Vida+de+los+fil%C3%B3sofos+ilustres.pdf53 http://psilosofia.com/resumen-pitagoras/54 http://las4y1nomojonilolu.aprenderapensar.net/2011/04/18/razonando-algunos-ambitos-del-hombre/

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habían afirmado los filósofos jonios y los pitagóricos, Parménides alzara su voz que habla en nombre de la razón: la afirmación de que algo cambia supone el reconocimiento de que ahora "es" algo que "no era" antes, lo que resultaría contradictorio y, por lo tanto, inaceptable. La afirmación del cambio supone la aceptación de este paso del "ser" "al "no ser" o viceversa, pero este paso es imposible, dice Parménides, puesto que el "no ser" no es”55.

Demócrito: Átomos. El fundamento del universo son los átomos, partículas indivisibles, extensas, de naturaleza homogénea, moviéndose permanentemente en el vacío (espacio). “Estos elementos originarios serán concebidos como entidades materiales, infinitamente pequeñas y, por lo tanto, imperceptibles para los sentidos, y de carácter estrictamente cuantitativo, a los que Demócrito llamará átomos (término griego que significa "indivisibles") por su cualidad de ser partículas indivisibles […]. Demócrito no apela en su sistema a la existencia de ninguna causa que no sea estrictamente material y mecánica, de modo que nos ofrece una primera interpretación mecanicista del universo; existen, por lo demás, innumerables mundos, sometidos a las mismas leyes de agregación y separación de los átomos”56.

Anaxágoras: Homeomerías. Los últimos elementos del cosmos son las homeomerías. En cada una de ellas está contenido el universo. “Estos elementos originarios o "semillas" como le llama Anaxágoras se distinguen unas de otras cualitativamente. La mezcla de estas semillas es lo que constituye los objetos de la experiencia; cuando en un objeto predomina un tipo determinado de semillas le atribuimos al objeto la propiedad de las partículas predominantes, ya que, en los objetos de la experiencia, hay partículas de todas las cosas. Eso explicaría la transformación de unas cosas en otras: si los vegetales que nosotros ingerimos se convierten en carne es preciso que haya carne (partículas o semillas de carne) en dichos vegetales. En ese sentido debería entenderse la afirmación de que hay porciones de todo en todas las cosas. Así, en un trozo de oro hay partículas de todas las demás cosas, pero predominan las partículas de oro, por lo que le llamamos simplemente oro”57. Todo está en todo. El orden cósmico es producto de una inteligencia superior, el nous. “Este Nous, Mente o inteligencia, es concebido por Anaxágoras como algo infinito y autónomo, y separado de la semillas y de todas las demás cosas que existen, llamándole la más fina y pura de todas las cosas, poseedor de todo el saber sobre cualquier asunto y del mayor poder.

55 http://www.webdianoia.com/presocrat/parmenides.htm56 http://www.webdianoia.com/presocrat/democrito.htm57 http://www.webdianoia.com/presocrat/anaxagoras.htm

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También le concibe como ocupando un espacio, por lo que parece que Anaxágoras mantiene una concepción material del Nous o Mente, formado de la materia más pura y más sutil, pero lejos todavía de una concepción inmaterial o incorpórea del ser”58.

Sócrates: Conceptos. Aplicando el método geométrico a la vida moral descubre los conceptos. “¿Qué hacen los geómetras? Reducen las múltiples formas sensibles, visibles, de los objetos, a un repertorio poco numeroso de formas elementales que llaman "figuras". Los geómetras borran, por decirlo así, las formas complicadísimas de la realidad sensible y analizan esas formas y las reducen a polígonos, triángulos, cuadriláteros, cuadrados, círculos, elipses; un cierto número reducido de formas y figuras elementales. Y entonces se proponen, de cada una de estas formas o figuras elementales, como se dice en griego, "dar la razón", dar razón de ellas, explicarlas, decir lo que son, dar su definición; una definición que comprenda su génesis y al mismo tiempo las propiedades de cada una de esas figuras”59. Definir algo es dar su concepto o su logos. Pedir el logos de la justicia es pedir el concepto de justicia. “El Logos, el razonamiento es sentido por Sócrates no como un instrumento, sino como una realidad que se impone a la mente y la arrastra. Expresiones como ‘la razón nos guía, la razón nos arrastra, los argumentos nos pueden forzar, vayamos por donde el razonamiento, como el viento nos empuja’ demuestran claramente esta vivencia socrática. El Logos es sentido, por tanto, por Sócrates como una realidad autónoma, superior al que razona, el cual sólo así, mediante el razonamiento, se pone maravillosante en contacto con un mundo más alto. Sócrates siente que posee en su interior una fuente de revelación, una llave, el ejercicio del logos, que le franquea las puertas de un mundo superior donde las cosas ya no son medianas, como el mundo de la realidad”60.

Platón: Ideas o Formas. El fundamento del universo son las Ideas o las Formas, modelos arquetípicos de todo lo existente. Las ideas corresponden al mundo real, el mundo sensible es un mundo aparente. Las Ideas o las Formas no son objeto de la experiencia, porque no pertenecen al mundo sensible o ininteligible, sino al mundo real o inteligible. Las ideas son la realidad. La auténtica y única realidad está constituida por las Ideas, las Formas o los Arquetipos. Éstas se encuentran en el Topos Urano o Superuranio (el Reino universal de las Ideas), lejos del mundo terrenal o aparente. Lo auténticamente real, el ser de verdad, se encuentra en el mundo abstracto,

58 Ibídem.59 GARCÍA MORENTE, Manuel. Lecciones preliminares de filosofía. Porrúa, México, 1980, p. 68.60 http://www.paginasobrefilosofia.com/html/logosoc.html

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perfecto, eterno e inmutable de las ideas. Los objetos o las cosas que percibimos con los sentidos no son más que pálidas copias de las Ideas o Formas. Según la teoría de los dos mundos, existe un mundo real y otro aparente. El real es de las Ideas o de las Formas, inteligible, verdadero, eterno, único, auténtico, racional; el aparente es el de las cosas o los objetos, ininteligible, cambiante, múltiple, inauténtico, empírico. El real es verdadero, no está en el espacio ni en el tiempo, se puede conocer por los sentidos, está habitado por ideas perfectas (simples, inmutables, inmateriales, eternas, únicas, infinitas, absolutas, inmóviles y universales). El mundo sensible es el mundo de las entidades que se captan por los sentidos, entidades que son particulares, cambiantes, múltiples, que nacen, duran y mueren y están sometidas al espacio y al tiempo. “Platón consideró que la realidad se divide en dos grandes géneros: el Mundo Sensible (también emplea con frecuencia la expresión “mundo visible”) y el Mundo Inteligible o Mundo de las Ideas. Lo absoluto al que él se refiere es precisamente este último ámbito de realidad. El Mundo Sensible es el conjunto de entidades que se ofrecen a los sentidos, realidades particulares, cambiantes, múltiples, que nacen, duran y mueren y se captan con los sentidos. El Mundo Inteligible o Mundo de las Ideas está poblado por entidades absolutas, universales, independientes, eternas, inmutables; entidades que están más allá del tiempo y del espacio, y que se conocen mediante la parte más excelente del alma, la racional”61. Las Ideas tienen una jerarquía, que comienza por la idea del Bien, de la cual emanan la de la Belleza y de la Justicia, siguiendo por las ideas éticas, estéticas y matemáticas. Las Ideas o Formas proporcionan el verdadero conocimiento o ciencia (episteme), mientras que las cosas sensibles producen solo conocimiento aparente u opinión (doxa). Las cosas sensibles no poseen la firmeza que requiere el conocimiento verdadero o científico. “La realidad se compone, pues, por las Formas de todo aquello que se nos pueda ocurrir o, dicho con un poco más de propiedad, de todos los predicados universales (esto es, de todo aquello que pueda completar una frase del tipo «esto es____»: un caballo, un hombre, un puente, la justicia, la belleza, una mesa...), y existe uno y solo un ejemplar de cada Forma. Los objetos de nuestra experiencia son copias imperfectas de las Formas, manifestaciones particulares de la Forma correspondiente”62. El mundo real o a la realidad solamente se capta a través de la razón. Platón tiene una mentalidad y visión idealista, aunque no sea propiamente el fundador del idealismo (al estilo de Descartes), porque sus ideas, formas o arquetipos tenían realidad, ya que él se ocupa de la realidad, de la máxima realidad. Las verdaderas substancias son las ideas, que son

61 http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiagriega/Platon/TeoriadelasIdeas.htm62 DAL MASCHIO, E. A. Platón. La realidad está en otra parte. Batiscafo, Barcelona, 2015, p. 50.

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realidades inmateriales. “Las ideas de Platón no son unidades sintéticas de nuestro pensamiento y que nuestro pensamiento imprime a las sensaciones para darles unidad y sustantividad. No, sino que para Platón, lo mismo que para Parménides, las ideas son realidades que existen, las únicas realidades que existen, las únicas existentes, puesto que las cosas que vemos y tocamos son sombras efímeras; son lo que son, indirectamente y por ‘metaxis’ o participación con las ideas”63.

Aristóteles: Sustancias: cosas individuales, el mundo de las cosas y yo en ellas. La sustancia, que tiene consistencia y esencia. La esencia de cada cosa es lo que de cada cosa se dice que es por sí misma. Existen las substancias naturales, artificiales y matemáticas. Su mundo es un mundo de sustancias (realidades básicas). “Aristóteles plantea el problema del ser, que podríamos interpretar como la pregunta por la realidad o por los criterios que definen la realidad y nuestra captación de ella. La pregunta: ¿qué es el ser? podríamos entenderla como: ¿qué hay en el mundo? o ¿qué existe? Aristóteles responde: sustancias. Con ello transforma la pregunta por el ser en la pregunta por la sustancia y, a su vez, la ontología, o el estudio del ser, se convierte en ousiología, el estudio de la sustancia. Hay sustancias naturales: las plantas, los animales y las piedras; el sol, los planetas y la luna. Hay sustancias artificiales, es decir, fabricadas por el hombre sobre la base de la naturaleza: las sillas, los cuadros, los lapiceros y las computadoras. Hay sustancias matemáticas, es decir, abstracciones que hacemos de las regularidades inmanentes a las cosas. Dios mismo es una sustancia separada e inmóvil. El mundo aristotélico es un mundo de sustancias: ellas son las realidades básicas y sobre ellas versan principalmente las ciencias […]. Considerar el ser en tanto que ser es considerar la sustancia desde el punto de vista de la verbalidad que la constituye, la configura y le da sentido; es considerar la realidad desde el punto de vista de su acontecimiento y su proceso, antes que desde su carácter de cosa [...]. Lo más importante de la sustancia no es su carácter de cosa u objeto, sino su verbalidad […]. Considerar el ser en tanto que ser, es considerar la sustancia desde el punto de vista de la verbalidad que la constituye, la configura y le da sentido; es considerar la realidad desde el punto de vista de su acontecimiento y su proceso, antes que desde su carácter de cosa […]. Por tanto, Aristóteles nos plantea la pregunta por la realidad verbal del mundo, presente en todas las determinaciones sustanciales. De ahí que no se trate solo de responder a la pregunta ¿qué hay en el mundo? o ¿qué existe?, buscando hacer una enumeración de las entidades que lo componen, sino de explicar el hecho mismo de que haya cosas o de que existan cosas. La pregunta por el ser

63 GARCÍA MORENTE, Manuel. Lecciones preliminares de filosofía. Porrúa, México, 1980, p. 73.

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es la pregunta por el existir, es la pregunta por el haber. […]el mundo no es simplemente un conjunto de entidades, cosas u objetos, sino un conjunto de acontecimientos o de eventos presentes en las determinaciones sustanciales[....]. La realidad es lo que decimos o hablamos acerca de ella y, para entender su sentido, habría que considerar los diversos modos de referirse a ella […]. La realidad aparece de muchas maneras. Si tomamos en cuenta la clasificación que Aristóteles hace de las ciencias, podríamos decir que hay modos teóricos, prácticos y productivos de aparición de las cosas. En sus modos teóricos, la realidad aparece como entidades espacio-temporales, corruptibles y en movimiento: son las sustancias físicas; aparece como entidades inmutables y dependientes del pensamiento humano, que las abstrae de las cosas: son las sustancias matemáticas; aparece como entidades inmóviles, completamente separadas y eternas: son las sustancias divinas. En sus formas prácticas, la realidad aparece en las diversas acciones humanas, cuyo fin está en el mismo proceso de su realización”64. El mundo real o a la realidad se capta a través de los sentidos. “Se le podía extender el certificado de realidad completa y suficiente a lo que saltaba a la vista, que no era un engaño ni de los sentidos ni de la mente. Era todo lo que estaba […]. Era necesario, desde luego, preparar la mente, la razón y sus conceptos para entender de manera recta y correcta esa realidad exterior”65. Creía en la realidad concreta del mundo sensible. La verdad se halla en el mundo aparente. El hombre puede entender mediante conceptos la estructura y funcionamiento de la realidad. La realidad es inmanente, está en las cosas que captamos con los sentidos: los objetos concretos que podemos definir, identificar y nombrar. La realidad se capta a través de la experiencia. “Y la experiencia parece, en cierto modo, semejante a la ciencia y al arte, pero la ciencia y el arte llegan a los hombres a través de la experiencia”66. Todas las cosas son reales, todas existen, todas son. Las cosas son en tanto que existen. “Por tanto, el hecho de ser es algo común a todas las cosas y constituye su característica más fundamental […]. La substancia es el soporte de nuestros pensamientos, de nuestra investigación y de nuestro lenguaje; es decir, aquello sobre lo que pensamos, investigamos y predicamos […]. Y si la realidad está hecha toda ella de cosas concretas, entonces la substancia es, en estricto sentido, todo lo que es, o sea, el ser o ente”67. ¿Qué es la realidad? ¡Todo! Existe relación entre lenguaje, pensamiento y realidad. El lenguaje es la herramienta para obtener y transmitir el conocimiento de la realidad. “La verdad o la

64 DÁVILA, Dante. ¿Por qué leer a Aristóteles hoy? (En ¿Por qué leer filosofía hoy?). Fondo editorial. Pontificia Universidad Católica, Lima, Perú. Pdf. págs. 32, 33 y 37.65 RUIZ TRUJILLO, P. De la potencia al acto. Batiscafo, Barcelona, 2015, p. 13.66 ARISTÓTELES. Metafísica. www.megaepub.com67 RUIZ TRUJILLO, P. Ob. Cit., p. 49.

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falsedad de nuestros juicios es lo que nos permite conocer la relación existente entre el sujeto y el predicado y tener así información sobre la realidad”68. La realidad se encuentra en las cosas que percibimos. Las cosas reales que captamos tienen substancia, esencia y accidentes. La sustancia es la unidad que soporta los demás caracteres de la cosa. “La substancia es, en suma –adviértanlo bien– el correlato objetivo del sujeto en la proposición, del sujeto en el juicio […]. La substancia es para Aristóteles lo que existe; pero no sólo lo que existe, sino lo que existe en unidad indisoluble con lo que es, con su esencia, y no sólo con su esencia, sino con sus accidentes […]. La esencia es la suma de los predicados que podemos predicar de la substancia. Ahora, estos predicados se dividen en dos grupos: predicados que convienen a la substancia de tal suerte que si le faltara uno de ellos no sería lo que es, y luego predicados que convienen a la substancia, pero que son de tal suerte que aunque alguno de ellos faltara, seguiría siendo la substancia lo que es. Aquellos primeros son la esencia propiamente dicha porque si alguno de ellos le faltara a la substancia, la substancia ya no sería lo que es, y estos segundos son el accidente, porque el hecho de que los tenga o no los tenga, no entorpece para nada a que sea lo que es”69. Las categorías lógicas o accidentes del ente o ser (que son las diferentes maneras de predicar del ser y de los distintos modos de ser), son: sustancia, cantidad, cualidad, relación, tiempo, posesión, acción y pasión. “Ser se dice en varios sentidos. Aristóteles señala que tales sentidos son las categorías”70. Cada categoría es un tipo diferente de realidad. Aristóteles tiene una mentalidad científica y naturalista, y, por tanto, empirista, aunque no sea propiamente el fundador del empirismo (al estilo de Locke). Las realidades materiales son substancias. Las cosas reales son sustancias compuestas de materia (soporte y sustrato de la forma) y forma (lo que hace que la sustancia sea un individuo concreto). El mundo es y se mueve por causas: material y formal (explican por qué las cosas son como son), eficiente y final (explican por qué las cosas se mueven). El movimiento y el tiempo son las únicas cosas eternas. La realidad es pluralidad de interpretaciones condicionadas por la intersubjetividad, la cultura y la historia. “La realidad emerge en la lucha de interpretaciones”71. La realidad también es pluralidad ética, es decir por un conjunto de prácticas sociales y de formas de vida, vinculadas, dispuestas y condicionadas por las interpretaciones. Hay diversas ciencias que versan sobre el ser y el bien (así el bien no aparezca en la pluralidad de formas de vida).

68 Ibídem, p. 61.69 GARCÍA MORENTE, Manuel. Lecciones preliminares de filosofía. Porrúa, México, 1980, p. 79.70 DÁVILA, Dante. Ob. Cit. p. 38.71 Ibídem, p. 40.

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Plotino: El Uno, Dios. La realidad universal es la divinidad, compuesta del Uno, el Nous y el Alma. El Uno es el ser que posee mayor importancia. El Nous, que es el espíritu de esta trinidad, es el reflejo y la imagen del Uno. El Alma, que es inmortal, está ligada al Nous y al mundo sensorial. “El pensamiento de Plotino es interpretado, por lo general, como un “sistema”, el sistema del Uno, que abarca y considera la Totalidad como un conjunto regido por la ley metafísica de la unidad [...]. En consecuencia, el carácter sistemático del pensamiento de Plotino es entendido aquí como la “metodología” apropiada para pensar la Totalidad como suprema unidad y para expresar la ontología del Uno como un todo perfecto. Según esta interpretación, el sistema refleja la visión “sinóptica” de su contenido mismo y la muestra como la presencia misma del Uno en la realidad conjunta y en la mente intuitiva de Plotino, desplegada mediante una serie ordenada de conceptos, orientada a la experiencia mística, para la unión con el Uno como meta final”72.

San Agustín: Dios. El ser por excelencia es Dios, sol que ilumina las verdades eternas ante los ojos del alma. Saber, conocer y creer son los conceptos epistemológicos. El verdadero Dios se revela a sí mismo como la Verdad. Los objetos del conocimiento son temporales (ciencias teóricas) y espirituales (razón práctica). “Para llegar de la mente a Dios primero tenemos que preguntar al mundo, después volverse hacia uno mismo y por último trascenderse. El mundo responde que él ha sido creado y el itinerario continúa; se procede a la ascensión interior, y el hombre se reconoce a sí mismo intuyéndose como ser existente, pensante y amante. Puede por ello ascender a Dios por tres vías: la vía del ser, de la verdad y del amor. Se trata de trascenderse a uno mismo, de poner nuestros pasos allí donde la luz de la razón se enciende”73.

Santo Tomás: Dios. El ser fundamental es Dios, pero su existencia no se revela en forma inmediata. La existencia de Dios es demostrable a posteriori por la razón humana a partir de las cosas naturales. El mundo es eterno y está compuesto de una multiplicidad de sustancias que, en cuanto tales, tienen la misma entidad. Dios es esencia y existencia. Las cosas son (esencia) y el hecho de que existan o no constituye la existencia. Mientras la esencia es un conjunto de características que hacen que una cosa sea lo que es diferente a las demás, la existencia es el acto de ser. Dios: sustancia primera (esencia=existencia). Los ángeles: seres inmateriales (esencia=forma sin materia). Los seres

72 http://cita.es/filosofar/Plotino/73 http://es.slideshare.net/staceyguerrero/la-realidad-13431542

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humanos: (esencia= materia+forma). Las cosas: (esencia=materia+forma). “La esencia está respecto a la existencia como la potencia respecto del acto. Lo que una cosa es, su esencia, puede ser comprendido independientemente de que esa cosa exista o no; e independientemente de su existencia o no, la esencia se mantiene inalterable siendo lo que es […]. La distinción entre la esencia y la existencia podría bastar para dar una explicación jerárquica de la realidad, partiendo de Dios como ser necesario. Sin embargo, Santo Tomás recurre a la teoría neoplatónica de los grados del ser, estableciendo una jerarquía que va de los seres inanimados a Dios, pasando por los seres vegetativos, los sensitivos y los racionales, en el mundo material, y por los ángeles en las esferas celestes”74.

Descartes: Pensamiento. Existo yo pensando. Existo Yo y mis pensamientos. Lo único real son la res cogitans o sustancia pensante (mente). Gracias pensamiento se colige que existe también la res extensa o sustancia extensa (cuerpo o mundo físico) y res divina o sustancia divina (Dios). (Yo, extensión, Dios). Construye la realidad extensa o mundo físico, partiendo de su propia conciencia, mente, alma o pensamiento. Substancia es todo aquello que existe por sí mismo, que no necesita ninguna otra cosa para existir. Existe Dios (sustancia infinita que existe por sí misma, fundamento de la sustancia pensante y extensa), el pensamiento o yo (sustancia finita pensante, independiente del mundo físico o cuerpo) y el mundo físico o sustancia extensa (sustancia finita o materia, independiente del pensamiento). Descartes destruye el mundo de las seguridades diarias para acceder al mundo de las seguridades del pensamiento. “El nombre de esa destrucción es la duda; su instrumento, la razón; su condición de posibilidad, la libertad; y su meta, la verdad”75. La sustancia infinita, Dios, es la causa última de otras dos sustancias finitas: la res extensa, el mundo, las realidades corpóreas, cuya característica es la extensión, y la res cogitans, la substancia pensante, de carácter no corpóreo, no extenso, una substancia inmaterial. “No todas las ideas tienen la misma realidad objetiva: las que se refieren a substancias tienen más realidad objetiva que las que se refieren a atributos; y, de las substancias, las que se refieren a las substancias espirituales poseen más realidad objetiva que las que se refieren a cosas materiales. La idea con más realidad objetiva es la idea de Dios. Por otro lado, Descartes llama realidad formal a la realidad efectiva o en acto. Es una característica de los objetos, no de las ideas. La entidad que tiene mayor

74 http://www.webdianoia.com/medieval/aquinate/aquino_meta_2.htm75 CAMINO, Federico. ¿Por qué leer a Descartes hoy? (En ¿Por qué leer filosofía hoy?). Fondo editorial. Pontificia Universidad Católica, Lima, Perú. Pdf. P. 54.

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realidad formal (mayor o más perfecto ser) es Dios”76. El mundo exterior es un mundo matemático, geométrico, en donde la realidad de las cosas debe ser demostrada, deducida o construida. “Para Descartes, la extensión es un elemento constitutivo de la esencia de la matemática universal, pero también lo es el orden, y, con relación al espacio, también la dimensión. La matemática universal de Descartes toma como punto de partida las ideas claras y distintas de extensión y orden”77. Según las reglas para la dirección del espíritu, estos son las bases firmes y constantes para las ciencias: “En primer lugar, Descartes posee dos ciencias: la aritmética y la geometría, disciplinas exentas de todo vicio de falsedad o incertidumbre cuyo estudio lo conducirá a postular una matemática universal capaz de explicar todo aquello que es posible investigar acerca del orden y la medida sin aplicación a ninguna materia especial. Esta ciencia, que será el modelo e ideal de toda ciencia y de todo saber cierto e indudable, posee una estructura deductiva de fundamentos axiomáticos. En segundo lugar, y mediante un análisis de la manera en que opera el intelecto, básicamente en el ámbito de la matemática, establece Descartes que los únicos actos del entendimiento capaces de llevarnos a la verdad sin temor a errar son la intuición y la deducción. En tercer lugar, la inmediatez de la verdad matemática y sus características permitirán establecer un método cuyo primer y fundamental precepto será no recibir jamás ninguna cosa como verdadera que yo no la conociese como tal, es decir de evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presenta a mi espíritu tan clara y tan distintamente que no tuviese ninguna ocasión de ponerlo en duda”78.

Spinoza: Dios, o Naturaleza. Dios (orden inteligible del mundo, orden y estructura de la realidad) o la naturaleza o la realidad (totalidad de lo existente). “Todo cuanto es, es en Dios, y a parte de Dios no puede ser ni concebirse”79. La realidad sustancial, o el fondo de toda realidad, es Dios. Existe una sola sustancia (“aquello que es en sí y se concibe por sí”). Algo básico, originario, que no deriva de nada. Es una sola, perfecta, eterna infinita: Dios, o naturaleza, o realidad última, o mundo, o universo, o naturaleza, o totalidad de lo existente. Realidad es lo mismo que excelencia o perfección. La realidad existe, y, gracias a la razón, puede ser demostrada geométricamente. Las cosas, objetos o seres salen de Dios, o naturaleza, como la suma de los ángulos del triángulo. El universo se mueve por una fuerza llamada conatus.

76 http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/Descartes/Descartes-RealidadObjetivayFormal.htm77 http://www.centroedumatematica.com/aruiz/libros/Historia%20y%20Filosofia/Parte7/Cap24/Parte02_24.htm78 CAMINO, Federico. Ob. Cit., p. 55.79 SPINOZA, Baruch. Ética demostrada según el orden geométrico. www.megaepub.com

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“Spinoza insiste en que el conatus es la esencia actual de la cosa misma. En este sentido, cada cosa contiene la causa o la razón inmanente de su esfuerzo o tendencia. El conatus, en tanto expresión determinada de la potencia divina, es un quantum finito de potencia, es decir, un modo finito y limitado que tiende a perseverar en su ser. No hay una distinción real entre la cosa y su tendencia por conservarse a sí misma. El esfuerzo por perseverar en su ser debe ser entendido como una afirmación dinámica y activa de la cosa singular. La cosa existente es la potencia actual de una causa. Esta es una potencia de cada cosa, inherente a su propio esfuerzo, mismo que es en sí continua determinación, sin objeto ni fin. Es un principio innato de actividad”80. El conato o conatus es esfuerzo, esencia y potencia. “Cada cosa se esfuerza, cuanto está a su alcance, por perseverar en su ser”81.

Leibniz: Mónada (Sustancia). Es sola, indivisible, inmaterial; aquello que tiene fuerza (capacidad de obrar, actuar), energía, vigor; no son cuerpos. “La mónada es primeramente substancia, es decir, realidad. Substancia como realidad, y no substancia como contenido del pensamiento, como término puramente psicológico de nuestras vivencias. Sino substancia como realidad en sí y por sí”82. Las mónadas son los átomos, formales, espirituales, de la realidad. Son las sustancias simples, sin partes, no tienen extensión, ni figura, son indivisibles, autárquicas, únicas cualitativamente, cambiantes, poseen multitud interna en su unidad e imperfectas; poseen acciones y pasiones) en tanto tienen percepciones claras o confusas y el movimiento entre el continuo de percepciones ocurre por su natural apetito. “Entre las mónadas racionales (almas) hay que señalar también la apercepción, es decir, la reflexión o conciencia de sí. Por otro lado, las mónadas carecen de figura (aunque posean un lugar) y -avanzando en la teoría de la relatividad- son el extremo de referencia del movimiento”83

Locke: Sensación y reflexión. La sensación experiencia interna y la reflexión es la experiencia externa. Un “no sé qué” (sustancia). Existen cualidades primarias y secundarias; así mismo, ideas simples y complejas. “Además de la distinción entre cualidades primarias y secundarias, Locke distinguió entre ideas simples e ideas complejas. Las ideas simples son aquellas que recibimos por medio de la sensación y la reflexión. En cambio, las ideas complejas son aquellas que nuestro intelecto construye o fabrica a partir de las ideas simples.

80 http://alucero-montano.blogspot.com.co/2013/10/conatus.html81 SPINOZA, Baruch. Ética demostrada según el orden geométrico. Ebookmundo, pdf. P. 501. www.ebookmundo.com82 GARCÍA MORENTE, Manuel. Ob. cit. P. 219.83 www.wikipedia.com

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Veamos en qué consiste este proceso. En un principio, nuestro entendimiento- es decir, nuestra mente- posee un carácter pasivo, pues, se limita a recibir los datos proporcionados por la experiencia. Sin embargo, una vez que le han llegado datos, el entendimiento adopta una función activa mediante la cual elabora las ideas complejas. Más allá de este proceso, Locke insiste en que las ideas simples constituyen, en último término, el único material del conocimiento. En consecuencia, las ideas complejas no son nada creativamente nuevo. Tan solo pueden combinar, modelar y transformar las ideas simples de múltiples formas y manera, dando lugar a una amplia gama de contenidos nuevos y diferentes que constituyen las ideas complejas. A este respecto, Locke distinguió tres clases de ideas complejas: modos, relaciones y sustancias”84. El camino de la intuición conduce a la presencia de una substancia real, “que existe en sí misma y por sí misma, que somos nosotros mismos”85. La realidad material o extensa existe en sí y por sí fuera de mi yo. “Para Locke a la realidad sólo pertenecen ciertas cualidades (extensión, movimiento, cantidad...) a las que clasifica como primarias. Éstas son, según Locke, las únicas que pertenecen a la realidad, porque estas cualidades las posee el objeto, en cambio las que él clasifica como secundarias (olor, color, sabor...) no pertenecen a la realidad porque las percibimos nosotros, es decir, no las posee el objeto”86.

Berkeley: Vivencias (Yo y Dios). Yo con mis vivencias; más allá de mis vivencias no existe nada. Sólo existen Dios, los espíritus finitos (hombres) y las ideas de los espíritus. Las ideas son pasivas e inertes; los espíritus, que las perciben, son activos. Un espíritu es un ser simple, sin partes, activo; se llama entendimiento en cuanto percibe ideas, y voluntad en cuanto las produce u opera sobre ellas. Materia y espíritu son la misma cosa. Un espíritu es lo que piensa, quiere y percibe. Cuando percibimos un espíritu, es decir un hombre, no lo vemos en realidad, porque lo que captamos con la visión es sólo una cierta colección de ideas que nos incita a pensar que hay un principio de pensamiento y movimiento distinto, similar a nosotros, acompañando y representado por esa colección. “La percepción, como vivencia, es lo único que constituye el ser. No me es dado en ninguna parte un ser que no sea percibido por mí […]. Algo que exista sin poder ser visto, oído, tocado, no existe para la mente humana, natural y espontáneamente”87. Los objetos físicos no son sino ideas en la mente. Los entes sensibles son ideas o colecciones de ideas, que no pueden existir independientes o fuera de las mentes o conciencias. Estos 84 http://www.acfilosofia.org/materialesmn/historia-de-la-filosofia/historia-de-la-filosofia-moderna/678-john-locke85 GARCÍA MORENTE, Manuel. Lecciones preliminares de filosofía. P. 184.86 http://www.lacavernadeplaton.com/actividadesbis/realidad0203.htm87 Ibídem, p. 186 y 187.

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objetos, cosas o entes materiales o físicos solamente existen si son percibidos por una mente, entendimiento, alma, razón o espíritu. Los objetos que percibimos no están allí afuera, sino dentro de nuestra mente; solamente son contenidos de la conciencia. “Los objetos de la vista están en cierto modo dentro de la mente, y actúan como signos y símbolos de objetos exteriores a la mente, objetos tangibles”88. No niega las cosas reales, niega las substancias materiales; sólo existen realidades inmateriales. Los espíritus son las únicas sustancias existentes. Todo ente material no es más que un haz de ideas. Todo el que afirma ver substancias materiales, es movido a engaño por las palabras. La substancia material es una expresión sin significado. “No niega la existencia real de las cosas que el hombre puede tocar o ver, pero esta existencia sólo se da en la mente, por eso existir es ser percibido”89. No existe la substancia material, sino la substancia espiritual (Dios y yo). Dios, espíritu puro, pone en mí las vivencias. Los objetos sensibles no tienen ninguna existencia absoluta por sí mismos, aparte de su ser percibidos. No existe la materia, sólo la percepción de los objetos captados por los sentidos, y esos objetos son puestos ante nuestra percepción por Dios, que lo ve y lo sabe todo. La realidad es una escala de mundos que constituyen una serie de emanaciones en cuya cumbre está Dios. Si la materia fuera real, Dios no sería útil en la creación, puesto que la materia sería la causa de todas las cosas que hay en nuestra mente. Dios coloca en nuestra mente las impresiones, convirtiéndose en fuente de todo nuestro saber. La única causa de la realidad es Dios. Espíritu y materia son una misma cosa. Ser consiste en ser percibido. Existencia es ser percibido o percibir. La existencia de Dios es tan real y vidente, ya que por todas las vías religiosas y filosóficas confirmamos su certeza, que ésta es percibida con más evidencia que la de los hombres. Como “existir significa ser percibido”, este ser percibido implica la dependencia de un perceptor. “Y existir significa o percibir o ser percibido”90. Los entes sensibles son ideas. “Las cosas sensibles pueden reducirse a sensaciones; y es inconcebible que las sensaciones puedan existir en una sustancia imperceptiva”91. Carece de sentido afirmar que las cosas sensibles existen absolutamente, independientemente del espíritu. No duda de que las cosas que percibe existan realmente; lo que niega es eso que algunos llaman materia o substancia corpórea. Lo que llama ideas no son ideas de las cosas, son cosas. “Al percibir ideas no percibimos imágenes de cosas sensibles, sino las mismas cosas sensibles”92. No rechaza la substancia (no la expulsa fuera del mundo de la razón); rechaza el sentido del término

88 COPLESTON, Frederick. Historia de la filosofía. Tomo V. Documento pdf, p. 9.89 ROPERO, Alfonso. Introducción a la filosofía. Barcelona, Clie, 1999, p. 404.90 Ibídem, p. 15.91 Ibídem, p. 17.92 Ibídem, p. 20.

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“substancia”. “No debe decirse que yo rechazo la Existencia. Sólo intento aclarar el sentido del término (Existencia) en la medida de mi comprensión”93. Niega la existencia de ideas generales abstractas, pero no las ideas generales. No tenemos ideas universales. Todas las palabras significantes significan ideas. Si las ideas proceden del exterior, se llaman sensaciones; si proceden del interior, se llaman pensamientos. Percibir es tener ideas, pensar es tener ideas. Afirmar que las cosas materiales o sensibles existen absolutamente, fuera del espíritu, mente o conciencia, carece de sentido. Las cosas sensibles son ideas y poseen realidad, porque Dios las pone ante mi percepción y están impresas en mis sentidos por Él. No refuta la existencia de entes perceptibles por los sentidos o por la reflexión. No existe un mundo sensible público, sino mundos privados para cada perceptor (“mundos de ensueño”). La persona es un principio activo y pensante que percibe, conoce, quiere y actúa sobre ideas.

Hume: Impresiones. Las impresiones son en sí lo dado, la última realidad. El yo (la substancia pensante), los cuerpos (la substancia extensa) y Dios (la substancia divina) no existen, porque sus ideas no corresponden a ninguna impresión; son meras ficciones, abstracciones, ideas complejas. Ideas básicas (complejas) como causa y efecto, espacio y tiempo, sustancia y causalidad, yo y otras abstracciones inmateriales o subjetivas son puras ilusiones, son sólo creencias, porque no tienen respaldo en la experiencia; jamás se podrá tener experiencia de ellas. Las impresiones son lo dado, la experiencia externa, el mundo exterior. Las impresiones deben ser actuales; si no lo son, son ideas simples (recuerdos en la mente, hábitos, creencias, costumbres). “Las impresiones constituyen lo que me es dado, lo que está ahí; la última realidad es la impresión”94. Las ideas complejas, como substancia, existencia, yo y causalidad (ideas ficticias), no tienen realidad, porque la realidad es impresión, y “una idea a la cual no se le encuentre la impresión de donde es oriunda es una idea que carece por completo de realidad”95. Las ideas complejas son ficciones hechas y forjadas por nosotros, por nuestra imaginación; no tienen impresiones de donde puedan ser derivadas y que las fundamente. En ninguna parte hay impresiones de substancia, existencia, yo y causalidad, porque las impresiones aluden a realidades fuera de la conciencia. Lo único que tenemos es la creencia en el mundo exterior. “Yo creo que el mundo exterior existe; creo que este vaso existe, que si bebo el agua que contiene voy a refrescar la boca; creo que esta lámpara existe; pero lo creo porque estoy acostumbrado a creerlo así por hábito. Pero la existencia 93 BERKELEY, George. Comentarios filosóficos. Cit. por COPLESTON, Frederick. Historia de la filosofía. Tomo V. Documento pdf, p. 11.94 GARCÍA MOREENTE, Manuel. Lecciones preliminares de filosofía. Ediciones Nacionales, Bogotá, 1984, p. 189.95 Ibídem, p. 190.

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metafísica en sí y por sí de un mundo exterior allende de mis vivencias, eso no está dado en lo único que yo puedo barajar, en lo único que me es dado: las impresiones”96. Hume niega la metafísica como ciencia y la existencia de Dios. Al negar la metafísica, afirma el empirismo radical, el positivismo y el pragmatismo. “El mundo de Hume es un mundo sin razón ni lógica. Es así porque así es, porque yo lo creo en virtud de la costumbre, del hábito, de la asociación de ideas, de fenómenos biológicos en mi espíritu considerado naturalísticamente”97. El fundamento de la ciencia es la costumbre, el hábito, la asociación de ideas; “fenómenos naturales, psicológicos, que provocan en mi la creencia en la realidad del mundo exterior”98. Hay una ciencia posible y creencias comunes de todos los hombres, debido a que éstos son seres de acción, necesitan actuar y vivir, y para ello requieren contar con ciertas regularidades99 de las cosas. “Aquellas regularidades de las cosas que salen bien; aquellas esperanzas que el hombre concibe y que luego se cumplen”100. Hume enfatizó en la negación de las ideas compuestas, ficticias, quiméricas de substancia, existencia, yo y causalidad, afirmando que éstas no pertenecen a ninguna impresión, al mundo exterior o empírico. “Nuestras tesis relativas a la existencia de una realidad exterior, distinta a nuestras impresiones, están basadas en la causalidad: creemos que los objetos exteriores son la causa de nuestras impresiones; pero esta tesis no tiene fundamento empírico, pues no podemos conocer otra cosa que no sean nuestras impresiones. Hume defiende el fenomenismo: sólo conocemos las percepciones; las impresiones son los datos primitivos del conocimiento; no conocemos una realidad distinta a nuestras percepciones, de la realidad exterior tenemos simple creencia”101. La realidad se reduce a un conjunto de sensaciones. Lo que no se pueda verificar y comprobar sensorialmente, no existe. “Consideremos, por ejemplo, la sustancia «silla». En realidad, no tengo experiencia de ella. De lo que tengo experiencia es de una serie de sensaciones que se anudan espacialmente. Situadas espacialmente arriba, abajo, detrás, etcétera. Y temporalmente —

96 Ibídem, p. 194.97 Ibídem98 Ibídem99 Regularidad. Uniformidad en la manera de desarrollarse una cosa o una situación sin que se produzcan grandes cambios o alteraciones: nos visita con regularidad; aprecia la regularidad en el trabajo. Hecho de suceder una cosa con arreglo a una determinada norma: el banco ingresa los cheques con regularidad, periodicidad, puntualidad. http://es.thefreedictionary.com/regularidades.100 GARCÍA MOREENTE, Manuel. Ob. Cit. p. 95.101 ECHEGOYEN OLLETA, Javier. Breve historia de la filosofía. http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/resumen/humebreve.htm

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antes, después, etcétera— en la idea de «silla»… Las ideas son entonces representaciones mentales, de modo que a partir de las impresiones se constituyen las ideas simples, y luego, con la asociación de ellas, tenemos las ideas compuestas o complejas. Todas las sensaciones o impresiones e ideas generan en nosotros la creencia de que realmente existe el objeto exterior que las provoca, pero, en realidad, de lo único que puedo estar seguro es de que tengo una sensación o impresión y que eso genera una creencia de que existe realmente una realidad exterior a mí, que me está provocando esta sensación. Sin embargo, el objeto que conozco no es exterior, sino que está en mi conciencia, pues sólo consiste en un entramado de impresiones e ideas. Si yo afirmo que mis impresiones e ideas corresponden a un objeto real es sólo por un acto de creencia”102. No duda de la existencia de una realidad exterior, pero afirma que ésta no puede ser demostrada racionalmente. Así su filosofía es fenomenismo, que consiste en negar la posibilidad de conocer algo distinto a nuestras percepciones. La realidad exterior no existe. “El origen de la creencia en la realidad exterior está en la imagen y no en los sentidos. Los sentidos nos proporcionan siempre impresiones discontinuas o interrumpidas, por lo que no pueden darnos la noción de una existencia continuada de los objetos”103. Todo lo que nos trasmiten los sentidos aparece como algo contingente. Todas nuestras percepciones son substancias. La realidad no está dividida en dos ámbitos: el de la libertad y la necesidad; sólo hay un mundo. Todos los contenidos de conciencia emanan de la experiencia sensible. La experiencia es la asociación de ideas a base de la contigüidad espacio-temporal. La experiencia no es otra cosa que costumbre y hábito. Lo único que existe es el mundo sensible, el tiempo y el hombre. Nada más está jamás presente a la mente a no ser sus percepciones. El hombre percibe impresiones e ideas. “Con impresiones quiere decir la inmediata percepción de la realidad externa. Con ideas quiere decir el recuerdo de una impresión de este tipo […]. Porque la impresión es la causa directa de la idea que se esconde en la conciencia”104. Las impresiones están formadas por las percepciones, sensaciones, pasiones y emociones. Las ideas son imágenes débiles de aquéllas cuando pensamos y razonamos. Percepción es todo aquello que está en nuestra mente. Los contenidos mentales fuertes son las impresiones y los contenidos débiles don las ideas. “Así, estar enamorado o rabioso es para Hume tener una impresión, y recordar que en mi adolescencia experimente un amor es una idea”105. Nuestras ideas (imágenes débiles) son copias de nuestras impresiones, es decir, las ideas provienen de las impresiones. La experiencia aporta toda la 102 SAVATER, Fernando. La aventura del pensar. Random House Mondadori, S. A., Barcelona, 2008, p. 119.103 El empirismo: David Hume. http://www.iesjuangris.es/MAT/67_HumeSelectividad.pdf104 GARRDER, Jostein. El mundo de Sofía. Siruela/Norma, Bogotá, 1995, págs. 324 y 325.105 LÓPEZ SASTRE, Gerardo. Hume. Cuándo saber ser escéptico. Batiscafo, Barcelona, 2015, p. 32

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materia del pensar. Desconocemos las causas originarias de las impresiones de nuestros sentidos. Todas las percepciones son substancias. No tenemos impresiones o ideas de substancia material o espiritual. “No conocemos nada sino cualidades y percepciones particulares […]. Nuca puedo atraparme a mí mismo en ningún caso sin una percepción, y nunca puedo observar otra cosa que la percepción. […]todos los demás seres humanos no son más que un haz o colección de percepciones diferentes, que se suceden entre sí con rapidez inconcebible y están en un perpetuo flujo y movimiento”106. Las percepciones no pertenecen a la mente, sino que la componen. Rechaza toda creencia y razonamiento, y no considera ninguna opinión ni siquiera como más probable y verosímil que otra. Sólo la experiencia nos enseña cómo se comportan las cosas. Todo lo que es puede no ser. “Si existe o no aquella cosa particular que vemos, pensamos o imaginamos es una cuestión de hecho y no puede deducirse mediante argumentos lógicos partiendo de la idea de dicha cosa”107.

Rousseau: Voluntad general. La voluntad general es el fundamento del ser político. Es la fuente de las leyes y la que regla lo justo e injusto. Mira el interés común. La suma de todas las voluntades particulares. La voluntad general tiende a evitar los intereses particulares en conflicto y a armonizarlos. La voluntad general se apoya en una rigurosa base matemática, la del cálculo infinitesimal. “La voluntad general no es el resultado de un simple recuento auténtico de las voluntades particulares, sino una verdadera integral en el sentido matemático”108. Permite mantener la máxima libertad individual y colectiva. Tiende siempre a la igualdad. “Esta voluntad general, en ese silencio de las pasiones que sabe aprovechar nuestra conciencia, hace oír su voz simultáneamente individual y colectiva”109. La voluntad general vela por el interés público. La soberanía o el ser colectivo, que inalienable e indivisible, es el ejercicio de la voluntad general. La voluntad general siempre tiende a la igualdad. La voluntad general es siempre recta y tiende a la utilidad pública. El poder soberano es absoluto, inviolable y sagrado. La voluntad general es aquello que dicta la recta razón, la cual procura la igualdad y la libertad. La ley es la expresión de la voluntad general. Por el contrato social somos súbditos (obedecemos las leyes) y soberanos (hacemos las leyes), sólo así podremos ser libres e iguales. El pacto o contrato social da existencia y vida al cuerpo

106 Ibídem, p. 36.107 STEWART, Mathew. La verdad sobre todo. Taurus, Buenos Aires, 1998, p. 250.108 TUÑON DE LARA, Manuel. Prólogo al Contrato Social. Pdf. P. 45. www.ebookmundo.com109 ARMAYO, Roberto R. Rousseau. Y la política hizo al hombre (tal como es). Batiscafo, Barcelona, 2015, p. 125.

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político. Mediante la legislación se le da movimiento y voluntad al cuerpo político. En una legislación perfecta la voluntad general o voluntad soberana ha de ser siempre la dominante y la regla única de todas las demás (voluntad particular y voluntad de cuerpo). Las leyes son actos auténticos de la voluntad general. Un gobierno democrático se establece por un simple acto de la voluntad general. El acto que constituye un gobierno es una ley y no un contrato. La voluntad general es inalterable, indestructible, inalienable, indivisible, infalible y absoluta (estos atributos y caracteres son los mismos de la soberanía) son: la inalterabilidad, indestructibilidad, es indestructible e inalterable. “La voluntad constante de todos los miembros del Estado es la voluntad general; por ella son ciudadanos y libres”110. Existe la libertad si los caracteres de la voluntad general coinciden con los de la pluralidad. A través del contrato social se asientan los verdaderos principios del derecho político y se funda el Estado sobre esta base. Alrededor de la voluntad general se organiza el centro medular de la organización política. La voluntad general conduce al pacto o contrato social. “La conformidad, la decisión libre, la voluntad soberana de los hombres, son la fuente de toda autoridad legítima […]. La autoridad sólo se legitima a partir del libre consentimiento de los particulares […]. Al entregar su voluntad a todos, haciéndola general, la conserva en sí mismo, pues él constituye esa generalidad receptora de voluntades particulares […]. Cada uno de los miembros del pueblo, del cuerpo político, del soberano, se encuentra ligado a la voluntad general […]. En efecto, el soberano no puede querer cosa distinta al bien general, que es su propio bien… A partir del contrato, cada miembro de la sociedad es, a su vez, hombre individual y hombre social […]. Pero su nueva naturaleza de hombre social lo induce a comportarse moralmente, atendiendo siempre al beneficio general... La obediencia al soberano constituye voluntad general y libertad verdadera y genuina […]. Libertad, obediencia, constricción, pues, se orientan en el mismo sentido […]. Cualquier simple desequilibrio que coloque a un hombre en condición de inferioridad respecto a otro, niega su indeclinable voluntad y, por lo tanto, afecta la esencia misma del Estado […]. Ningún súbdito debe resentir sobre sus hombros mayores obligaciones que las que recaen sobre los demás, ni tiene que soportar privilegios o prerrogativas […]. De esta manera, la igualdad que garantiza el contrato tiene que ver con el tratamiento que cada

110 ROUSSEAU, Juan Jacobo. El contrato social. Pdf. P. 414. www.ebookmundo.com

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súbdito reciba del soberano, no con los haberes o atributos que cada quien posea […]. Esta soberanía, que inspira las acciones y actitudes del soberano y constituyen su valor y dignidad, se manifiesta en concreto en forma de leyes. La voluntad general, que es la soberanía misma, se formula a través de este instrumento, sagrado y fundamental […]. En ellas radica toda universalidad, todo valor, libertad y justicia […]. La voluntad general es, por supuesto, ley”111.

Kant: Fenómeno (El mundo o las cosas tal como las vemos, percibimos y sentimos). Lo que llamamos realidad no es más que el mundo fenoménico que nos muestra nuestra conciencia. Lo real es la esencia misma de las cosas, el conocimiento último. La realidad es lo que la mente humana percibe sensorialmente. “Lo real se basa en la esencia interna de cada cosa y la realidad en el aspecto externo de lo que se ve o se sabe, de lo que nos dicen o no nos dicen”112. El hombre o el sujeto cognoscente es pasivo, y la realidad no es objetiva. El mundo o realidad externa está constituido por un conjunto de sensaciones confusas y caóticas dadas en la percepción, y la cuestión filosófica fundamental consiste en buscar lo que hay detrás o más allá de ese haz de sensaciones.

Hegel: Razón (lo real es racional y lo racional es real). El ser es la idea, cuyo desarrollo dialéctico culmina en el pensamiento filosófico. “La realidad objetiva es la realización del sujeto. En tanto que la realidad que no esté configurada por la razón, sigue sin ser realidad, en el sentido enfático de la palabra. Lo «real» es lo racional, y sólo esto. La verdad no está ligada sólo a las proposiciones y juicios; en suma, no es sólo un atributo del pensamiento, sino una realidad en devenir. El verdadero Ser es, por lo tanto, pensamiento y razón. El sujeto es la propia sustancia de la realidad. Una realidad es actual si está preservada y perpetuada mediante la negación absoluta de todas las contingencias, en otras palabras, si todas sus diferentes formas y estadios no son más que la lúcida manifestación de su verdadero contenido. La idea absoluta es la verdadera noción de la realidad, y, como tal, la forma más alta de conocimiento. Hegel elogiaba generalmente el empeño de configurar la realidad según el pensamiento. Esto constituía el más alto privilegio del hombre y la única manera de materializar la verdad”113. Si todo lo racional es real y todo lo real es racional, todo lo físico tiende a la vida y todo lo vivo o 111 MENDEZ BERNAL, Rafael. Clásicos del pensamiento universal resumidos. Intermedio editores, Bogotá, 2000, págs. 164, 165, 166, 167, 168, 170 y 171.112 http://dmisari.blogspot.com.co/2009/10/en-filosofia-se-nos-ensena-que-la.html113 MARCUSE, Herbert. Razón y revolución. Altaya, Barcelona, 1994.

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subjetivo tiene a la conciencia objetiva. “Si queremos caracterizar de modo sencillo en qué consiste lo que distingue, según Hegel, la Naturaleza del Espíritu, nos encontramos con una fórmula simple. La naturaleza es eso que está ahí. Y el espíritu es esto que soy yo mismo. Naturaleza es, por tanto, estar ahí; como diría Hegel ser en sí. Espíritu es ser para mí, ser para sí, mismidad. Pensar la síntesis de naturaleza y espíritu quiere decir también pensar la unión entre realidad y conciencia, entre lo objetivo y lo subjetivo, entre lo exterior y lo interior, entre sentidos y razón. En suma, entre lo finito y lo infinito, entre Dios y el mundo, entre el Creador y su creación […]. Hegel define el Espíritu como libertad. Esta es la esencia del espíritu. Bien entendido que la libertad supone o implica la autoconciencia, el conocimiento de sí mismo, pues, para Hegel, somos lo que de verdad conocemos. La voluntad racional que quiere la libertad, para uno mismo y para todos los demás, porque sabe que todos somos esencialmente libres, libres por derecho propio, es la expresión cabal del espíritu. Ese querer racional es la unión de teoría y praxis, de conocimiento y acción, de esencia y existencia, de ser y deber-ser. El Espíritu es la Razón que sabe que no hay oposición insuperable entre lo que existe y lo que debe existir, entre lo imperfecto y lo perfecto, entre lo que nos exige la conciencia moral y lo que de hecho pasa en el mundo, en la historia. Ahora bien, la Razón que sabe esto es la Razón o Espíritu Absoluto, síntesis del Espíritu subjetivo y del espíritu objetivo”114. La conciencia determina la realidad social.

Feuerbach: Ser material. La única realidad es el ser material. Dios es un producto de la imaginación del hombre. “Todas las propiedades atribuidas a dios son las propiedades del propio hombre, pero arrancadas de él, representadas como autónomas, personificadas en dios […]. El idealismo de Feuerbach se manifiesta con particular realce en su investigación de la religión y la moral. Feuerbach estudia la religión como enajenación de las propiedades humanas; el hombre como si se duplicara y, personificado en Dios, contemplara su propia esencia. Así pues, la religión constituye la “autoconciencia inconsciente” del hombre. Feuerbach ve las causas de esta duplicación en que el hombre siente su dependencia de las fuerzas espontáneas de la naturaleza y la sociedad. Revisten especial interés las conjeturas de Feuerbach sobre las raíces sociales e históricas de la religión. Pero el filósofo no supo encontrar medios eficaces de lucha contra la religión (los buscaba en la ilustración) e incluso hizo propaganda de la necesidad de una nueva religión. Sin comprender el mundo real en que vive el hombre, Feuerbach deduce también los principios morales del anhelo –propio del

114 http://www.filosofia.mx/index.php/forolibre/archivos/un_intento_de_hacer_a_hegel_algo_mas_comprensible

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hombre– a la felicidad, que puede ser alcanzada a condición de que cada hombre restrinja racionalmente sus necesidades y trate con amor a otros hombres”115. Elevó el amor entre los hombres al rango de una religión, porque el amor constituye el fundamento de la sociedad. Feuerbach considera que espíritu no es más que un nombre que designa la Naturaleza, la realidad primaria. La sensación no nos separa del mundo exterior, sino que nos relaciona con él, es la imagen del mundo objetivo. “Pero el espíritu nace del hombre en cuanto ser natural, no siendo todas las supuestas entidades trascendentes más que hipóstasis de los conceptos humanos. El ser humano se diferencia del resto de los seres naturales en que es capaz de razonar y de concebir racionalmente un ser infinito, aunque el propio concepto de infinitud no constituye una garantía de la existencia efectiva de un ser caracterizado como tal. El hombre crea a sus dioses a su imagen y semejanza, de acuerdo con sus necesidades, deseos y angustias. Las formas de la divinidad en cada una de las culturas son un signo de sus tendencias particulares. Justamente por ello, el contenido de las religiones no debe ser simplemente criticado, sino comprendido. La reducción de la teología a la antropología es la condición fundamental para la comprensión de la historia y del hombre”116.

Marx: Materia. La materia es el fundamento del ser. El espíritu es un producto del desarrollo material que ha alcanzado un alto nivel de complejidad. El espíritu es la materia pensante. En la concepción de la realidad, tenemos que distinguir entre el materialismo histórico y la realidad. En cuanto a la concepción materialista de la realidad, la materia es eterna y el principio de toda realidad, a partir de donde nace el espíritu. La infraestructura económica (que es dialéctica) de una sociedad es la que determina la conciencia que tiene esta de sí mismo, y no al revés. La realidad social determina la conciencia. “El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de vida social, política e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina la realidad; por el contrario, la realidad social es la que determina su consciencia”117.

Schopenhauer: Voluntad. La voluntad es la esencia misma de las cosas. La esencia de toda energía latente o activa en la naturaleza es idéntica a la voluntad. “Es una sola y única voluntad la que se objetiva en el mundo entero”118. Vio el principio de la realidad, el arjé de la physis, en una energía

115 http://www.filosofia.org/enc/ros/feue.htm116 http://www.joanmaragall.com/fronesis/26/BGE/MAX.htm117 https://defilosofos5865.wordpress.com/2008/10/26/karl-marx-la-realidad-social-determina-la-conciencia/118 SCHOPENHAUER, Arthur. El Mundo como Voluntad y Representación, Tomo I, p. 209.

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universal ciega, incesante e insaciable (voluntad), y que es puro deseo de existir, de afirmación y de crecimiento. La voluntad ejerce un primado sobre la razón. La inteligencia está subordinada a la voluntad. “El mundo no es un producto de la razón. Es irracional en su esencia misma y en su principio, porque es el fruto de una voluntad ciega que lo ha creado y lo usa como instrumento para sus propios fines”119. La voluntad es el fondo en sí de la naturaleza fenomenal, la voluntad es la esencia íntima de todas las cosas, la cosa “en sí; la voluntad como cosa en sí no es su causa sino la esencia misma de las cosas. El mundo es voluntad y representación. Una de las características fundamentales de la voluntad es su absoluta independencia e irracionalidad. La voluntad es una realidad “en sí”, absoluta e indeterminada, infinita y eterna en su origen y en su devenir, constituyendo el verdadero trasfondo metafísico de los elementos particulares y concretos. Una voluntad (que escondiéndose tras los velos de las apariencias fenoménicas) oculta la esencia o cara interna de la naturaleza, cuya existencia es anterior a las configuraciones o representaciones sensibles que se estructuran jerárquicamente el mundo fenomenal. Voluntad ciega e insaciable que lo impulsa incesantemente todo, desde lo moral humano hasta lo orgánico mineral. “El artífice principal de la voluntad como principio y fundamento último de la realidad en la filosofía moderna, llevándolo a su máxima radicalidad, ha sido Schopenhauer, hasta tal punto, que a partir de él se ha producido una verdadera inversión en la filosofía occidental […]. En su más conocida obra El Mundo como Voluntad y Representación, aparecen numerosos comentarios en los que se hace explícita su interpretación de la voluntad como aquella “cosa en sí” que se constituye como el fundamento y la esencia metafísica de la realidad […]. Schopenhauer considera que hasta el advenimiento de su filosofía, mediante la cual ha sido capaz de mostrar a la voluntad como la esencia misma de las cosas, no se había tenido conocimiento de que todas las energías y fuerzas activas que configuran la multiplicidad de fenómenos objetivos que se manifiestan en la naturaleza, están sujetas bajo el exclusivo género de esta originaria voluntad universal […]. La voluntad como realidad originaria y última, es la esencia de todas las cosas percibidas en el mundo de los seres sensibles. Pera estas heterogéneas representaciones epifenoménicas que se manifiestan en la naturaleza, no son sino simples apariencias empíricas de esta única voluntad, que se oculta detrás de la pluralidad de estas manifestaciones. El mundo de las objetivaciones perceptivas no es nada más, que la superficie externa que al modo del “velo de Maya”, según la metáfora de procedencia budista, usada por Schopenhauer, encubre la verdadera esencia de la voluntad como único fundamento de la totalidad. Estamos, sin duda, en una nueva rememoración del pensamiento de

119 CHOZA, J. Conciencia y Afectividad, EUNSA, Pamplona 1978, p. 35.

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Parménides en versión esencialista […]. No obstante, la voluntad como realidad “en sí”, no es del todo incognoscible como ocurre con el “nóumeno” kantiano, y aunque no podemos acceder a ella mediante la percepción sensible, sí que los individuos conscientes de su ser, pueden acceder de forma graduada y parcial a su conocimiento, mediante una esforzada “autognosis” o intuición del “yo”, que nos introduce en lo más hondo de nuestra conciencia, lugar privilegiado para recibir la iluminante claridad que desvanece las barreras delimitadoras y aparentes de los fenómenos y nos permite acceder a la realidad misma de la voluntad como lo “en sí” de todo lo existente”… Se puede decir, por tanto, que todas las realidades particulares, sean orgánicas o inorgánicas que se objetivan en el espacio-tiempo como coordenadas del principio de individuación, son simples apariencias epifenoménicas de la voluntad como principio […]. En la cosmogonía schopenhauriana, la voluntad como cosa “en sí”, intenta con el empuje de sus fuerzas, proyectarse más allá de sus ignotas y oscuras energías para configurarse en seres particulares y concretos, como expresión de su deseo de expansión vital. Pero estas objetivaciones espacio-temporales que se dispersan en la pluralidad de fragmentaciones empíricas, le comportan a la voluntad la rotura y dispersión óntica de su unidad absoluta. Por ello acecha reunificar este cósmico resquebrajamiento de su núcleo originario, revolviéndose con voracidad insaciable contra sus propias representaciones, con el intento de cazarlas y apresarlas nuevamente para sí”120.

Kierkegaard: La existencia del hombre. El ser que existe es el hombre concreto, que vive y sufre. La angustia es el estado fundamental de la existencia. “Para Kierkegaard, el hombre es algo concreto, temporal, en un constante devenir, luchando entre lo temporal-terrenal y lo eterno. En este modo de ser existente y libre, el quién soy yo como ser que existe en una realidad concreta, vive sumergido en la angustia, en un constante movimiento”121. La realidad no se deja expresar con el lenguaje de la abstracción, debido a que ésta no se halla en el plano de la posibilidad. “La abstracción sólo puede adueñarse de la realidad aboliéndola: abolirla significa trasponerla a posibilidad"122. La verdad es la subjetividad. La vedad no es certeza u objetividad, sino subjetividad pura, “pues la verdad es el acontecimiento dado en el instante en que Dios entrega la condición y ésta no es concedida sino a un sujeto de fe”123. La verdad es transparencia, simple, la 120 http://arvo.net/filosofia-moderna/la-voluntad-como-fundamento-en-schopenhauer/gmx-niv541-con11932.htm121 www.redalyc.org/pdf/1701/170118859007122 http://www.observacionesfilosoficas.net/verdad.html123 http://web.uchile.cl/facultades/filosofia/Editorial/libros/kierkegaard/La%20Paradoja%20Absoluta.htm

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mirada profunda interior que atraviesa todo sin obstáculos, lo transparente, subjetivo. Las verdades importantes son las verdades personales, las únicas verdades para uno mismo. “El individuo debe ser transparente, con una vida interior profunda para poder así contemplar la verdad. Con esto alude a una autenticidad sin falsificación, sino patente y libre. Kierkegaard nos quiere decir que: para la reflexión subjetiva, la verdad es la apropiación, la interioridad, y se trata de profundizar en la subjetividad, lo esencial para el hombre no es conocer especulativamente la verdad, sino estar en la verdad. No hay, por lo tanto, verdad sino cuando hay verdad para mí, cuando se la apropia el sujeto y la vive […]. La causa por la que Kierkegaard realizó un estudio sobre la verdad, desde el punto de vista intelectual es según él: el contenido de la libertad es la verdad y la verdad es la que hace al hombre libre, por eso precisamente la verdad es obra de la libertad, de suerte que ésta nunca deja de producir la verdad […]. Según Kierkegaard la verdad es subjetiva, es decir, la verdad interior al espíritu, es menester saber que él toma como punto de parida la definición tradicional o clásica de verdad: adaecuatio mens et reí, la adecuación de la mente a la cosa”124.

Nietzsche: Voluntad de poder. Es una fuerza activa y, por sí misma, un hecho vital, que no precisa de ninguna otra fuerza que la propia. “Para Nietzsche la voluntad es la verdadera esencia de la realidad. La realidad no es más que la expresión de la voluntad: ser es querer (...ser). La realidad no es algo estático, permanente, inmutable; ni la consecuencia de algo estático, permanente, inmutable. Siendo el fruto de la voluntad ha de ser multiforme y cambiante, como aquella. La realidad es devenir, cambio, y no está sometida a otra determinación que a la de su propio querer. Y el querer de la voluntad, al igual que el de todo lo real, es un querer libre, que rechaza toda determinación ajena a su propio devenir. La voluntad, el querer, no se somete a lo querido, sino que se sobrepone a todos sus posibles objetos. No quiere "esto" o "lo otro", sino sólo su propio querer. Se trata de una voluntad libre y absoluta a la que Nietzsche denomina "voluntad de poder": es una voluntad vital, expansiva, dominante [...] una voluntad que se engendra a sí misma y que quiere su propio querer. A la nueva concepción de la realidad corresponde una nueva concepción de la verdad. La verdad no reside en el juicio, ni en la adecuación del intelecto con el objeto. Todos los juicios son falsos, en la medida que consiste en una "congelación" de un determinado aspecto de la realidad mediante el uso de conceptos. Siendo la realidad cambiante no podría dejarse encerrar por conceptos, que son estáticos, inmutables. Y siendo los conceptos

124 http://www.sorenkierkegaard.com.ar/index2.php?clave=trabajo&idtrabajo=80&clavebot=jornadask

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la base de todos los juicios estos no pueden expresar ni captar la realidad, el devenir de lo real. Los conceptos no nos sirven para captar lo real, ni los juicios para expresar la verdad de lo real”125. La voluntad de poder es el elemento diferencial, el elemento genealógico que determina la relación de la fuerza con la fuerza y que produce la cualidad de la fuerza. “De igual modo, la voluntad de poder debe manifestarse en la fuerza como tal. El estudio de las manifestaciones de la voluntad de poder debe ser llevado a cabo con el máximo cuidado ya que de él depende todo el dinamismo de las fuerzas”126. Su doctrina se fundamenta en el vitalismo metafísico y la voluntad de poder que llega a su culminación en el superhombre. “La voluntad de poder es una fuerza, siempre afirmativa, siempre aspirante a un mayor desarrollo y perfeccionamiento, que supera todo nihilismo y toda visión limitante del humano, aquella que proclama como verdadera y cierta que sólo existe, y sólo cuenta, la idea y lo trascendente […]. Contra la imagen de una voluntad tradicional, cuyo deseo es atribuirse los valores establecidos, moverse dentro de ellos y limitarse a ellos, Nietzsche reitera que el impulso de la voluntad de poder es crear nuevos valores. No aspira ni persigue poder, no lo desea en modo alguno; únicamente trata, por su deseo irrefrenable, por su instinto ciego e irracional, de forjar los valores de un nuevo señor, el aristócrata de la moral, el superhombre que, todavía hoy, aguarda su aparición en nuestro mundo actual”127.

Husserl: Conciencia. La conciencia es el único ser absoluto y el único ser que no necesita de ningún ser para ser. Centra su pensamiento en el concepto de esencia, unidad objetiva de sentido, de carácter lógico-ideal. La esencia viene a ser el objeto mismo con su contenido ideal. El conocimiento es un saber absoluto de las esencias. “La pretensión de Husserl en relación con el método fenomenológico es demostrar que lo que es real es la vivencia. Por ello, la fenomenología pretende describir y omite explicar; es decir, la fenomenología pretende llegar a las cosas mismas partiendo de la propia subjetividad, en cuanto las cosas se experimentan primariamente como hechos de conciencia. Ahora bien, para Husserl, la visión que se tuvo de la conciencia en la modernidad fue errada, pues se fundamentó en presupuestos; por ello, para Husserl, la conciencia debe entenderse de otra manera, debe entenderse como intencionalidad, como relación directa entre conciencia y objeto”128.

125 http://www.webdianoia.com/contemporanea/nietzsche/nietzsche_fil_pro.htm126 https://baruchspinoza.wordpress.com/category/conatus/127 http://apuntesdefilosofa.blogspot.com.co/2009/10/conceptos-y-terminos-voluntad-de-poder.html128 revistas.usta.edu.co/index.php/analisis/article/download/1285/1483 

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Wittgenstein: Lo que acontece. La realidad o el mundo es todo lo que acontece. Lo que hay o lo que acontece se divide en el conjunto de cosas de las que se puede hablar y el conjunto de cosas de las que no se puede hablar. “1) Conjunto de cosas de las que no se puede hablar: la estructura lógica del mundo: de ella no se puede hablar pero se muestra en el lenguaje; da lugar a proposiciones no significativas (sinnlos), que no sinsentidos (unsinnig); parte de los objetos tradicionales de la metafísica: el sujeto o yo metafísico, los valores morales y estéticos y lo místico, Dios. Si  intentamos expresar estos objetos mediante el lenguaje obtenemos proposiciones sinsentido (unsinnig). Wittgenstein nos dice que el lenguaje y el pensamiento no es el medio adecuado para acceder a ellas, pero no explica cómo se nos hacen presentes; en algunos textos parece sugerir que mediante una experiencia directa no verbal, al modo en que captamos la “verdad” o el “mensaje” estético en las obras de arte. La interpretación neopositivista de la filosofía de Wittgenstein, particularmente del “Tractatus”, tiende a prescindir de este extraño punto de vista. 2) Conjunto de cosas de las que se puede hablar: su límite coincide con el límite del lenguaje; la Realidad (Wirklichkeit): es el ámbito de lo que se puede hablar, el conjunto de hechos posibles a los que corresponden el conjunto de proposiciones con sentido; está formada por el conjunto de cosas existentes más el conjunto de cosas inexistentes pero posibles; el Mundo (Welt): es una parte de la realidad; el conjunto de cosas existentes, la realidad actual; le corresponde el conjunto de proposiciones elementales verdaderas. Wittgenstein llama “mundo” al conjunto de hechos que acaecen; los hechos: son realidades complejas y a ellos se refieren las proposiciones complejas; constan de hechos atómicos; los estados de cosas o hechos atómicos: son los acontecimientos que ya no pueden dividirse en otros más simples, aunque en un cierto sentido se puede decir que poseen una estructura pues constan de objetos y de relaciones entre ellos; se expresan mediante las proposiciones atómicas; los objetos: son los componentes últimos de la realidad, el lenguaje los expresa mediante los nombres”129. Después de reflexionar sobre las anteriores respuestas metafísicas y observar los diversos puntos de vistas y concepciones de la realidad, y hasta captar múltiples contradicciones, no queda más que seguir preguntando ¿qué es en realidad la “realidad”?

La realidad desde la visión clásica

El problema de la realidad es antiquísimo y complejo. Según la tradición, Hermes Trimegisto, en el antiguo Egipto, planteó que el Universo o “realidad”

129 http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiacontemporanea/Wittgenstein/Wittgenstein-Realidad.htm

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es mental; que el TODO, la mente infinita o el espíritu puro, creó el universo; es decir, que éste es una creación mental de aquél. Todo es mente, el universo es mental. La única realidad que se oculta tras todo cuanto existe es mente. El universo es en sí mismo una creación mental: existe en la mente del TODO. El universo es una creación mental sostenida en la mente del TODO. Aunque para la mente infinita (el TODO), el universo es sólo imaginación, sueño, fantasmagoría e ilusión, para la mente finita (el hombre) el universo es real, sus sentidos lo perciben así; pero, en realidad, lo único real es el TODO. En tanto que el universo es cambiante, dinámico, móvil y finito, el TODO es inmutable, absoluto, eterno e infinito. De acuerdo con la sabiduría “hermética”, REALIDAD significa el estado del ser verdadero, real, eterno, permanente, fijo.

Bajo y detrás de todas las apariencias o manifestaciones externas, debe haber siempre una realidad sustancial. Ésta es la ley. El hombre, al considerar el universo del que es una unidad, no ve sino cambio en la materia, las fuerzas y los estados mentales. Ve que nada realmente es, pero que todo está viniendo a ser y cambiando. Nada permanece quieto: todo está naciendo, creciendo y muriendo; el mismo instante en que una cosa alcanza su cima empieza a declinar; la ley del ritmo está en operación constante–, no hay ninguna realidad, cualidad duradera, fijeza o sustancialidad en nada; nada es permanente sino el cambio. Él ve todas las cosas evolucionando a partir de otras cosas, y resolviéndose en otras cosas: una constante acción y reacción; influjo y eflujo; edificación y derrumbamiento; creación y destrucción; nacimiento, crecimiento y muerte. Nada dura sino el cambio. Y si es un hombre que piensa, realizará que todas estas cosas cambiantes no deben ser sino las apariencias o manifestaciones externas de algún poder subyacente, alguna realidad sustancial encerrada en las mismas […] «Sustancia» significa: aquello que subyace a todas las manifestaciones externas; la esencia; la realidad esencial; la cosa en sí, etc. «Sustancial» significa: existiendo realmente; siendo el elemento esencial; siendo real, etc.130

Partiendo de este saber “hermético”, Heráclito, en la Grecia clásica, planteó que lo único real es el devenir, porque todo está en constante movimiento y todo cambia. Lo que perciben los sentidos es ilusorio, porque lo percibido está sujeto a la ley inexorable del cambio, del devenir. Nada permanece inmutable, todo cambia. Las cosas pueden ser y no ser al mismo tiempo. El ser o la realidad para Heráclito es un ser móvil, cambiante, mutable, dinámico, pasajero y en permanente transformación. Por su parte, su contemporáneo Parménides defendía una teoría totalmente opuesta: lo único real es la 130 TRES INICIADOS. El Kybalión. www.librostauro.com.ar

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quietud, la inmutabilidad; la única realidad del ser de las cosas es la inmovilidad. Nada cambia, todo permanece inmutable. Las cosas no pueden ser y no ser al mismo tiempo. El ser o la realidad para Parménides es único, inmutable, eterno e inmóvil. Sobre estas dos concepciones opuestas y contradictorias del ser o de la realidad se establecieron las bases de la cultura occidental, ejerciendo mayor primacía e influencia la concepción de Parménides, especialmente con la mecánica o física clásica que acude a la lógica tradicional con base en el pensamiento aristotélico.

Platón, posteriormente, en la misma Grecia clásica, teorizó que lo único real son las ideas. Dividió la “realidad” en dos mundos: el de las ideas y el de las cosas sensibles. El primero es real y el segundo aparente. El mundo de las ideas, además de real, es inteligible, ideal. El mundo de las cosas, además de aparente, es ininteligible, sensible. El mundo de las ideas es distinto del mundo en que vivimos (el mundo de las cosas); es un mundo trascendente, porque es otro mundo distinto del que tenemos en la sensación. “El mundo en que vivimos es el reflejo pálido del mundo en que no vivimos (el mundo de las ideas), que es el habitáculo de la verdad absoluta. La verdad es la trascendencia de las cosas. La idea es trascendente al objeto que vemos y tocamos”131. Cuando queremos definir un objeto, tenemos que quitarlo de en medio y fugarnos al mundo trascendente de las ideas, completamente distinto al mundo de las cosas. En Platón todo lo que no vemos (ideal) es real y todo lo que vemos (cosas) no es real. El mundo sensible o de las cosas, lleno de engaños, sombras y apariencias, no ofrece conocimiento verdadero. El mundo de las cosas es móvil e impredecible y está sujeto a contradicciones y cambios. Son las ideas, modelos perfectos y divinos, las que nos brindan el auténtico conocimiento. El mundo sensible, ininteligible, nos ofrece sólo opiniones. El mundo ideal, inteligible, es real. La realidad no es algo dado, sino que hay que conquistar a fuerza de pensamiento.

El primer problema que se planteó la investigación filosófica fue el problema de la realidad, al cual han tratado de dar respuesta las dos grandes concepciones del mundo: el realismo y el idealismo. La pregunta sobre qué es la realidad es la primera pregunta filosófica. El realismo, que se inició con algunos pensadores de la tradición griega clásica y que alcanzó su máximo grado de elaboración y sistematización en Aristóteles, responde que lo que realmente existe son las cosas, fundamento de la realidad. El idealismo, que hunde sus profundas raíces en algunos filósofos griegos, se desarrolla inicia con Descartes y culmina en Hegel, responde que lo que realmente existe es el

131 GONZALEZ, Andrea. Métodos de la filosofía. http://esencianisgottcreativo.wordpress.com

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pensamiento, fundamento de la realidad. El realismo, a pesar de ser producto de la actitud crítica y reflexiva, se acerca al sentido común al afirmar la existencia de la realidad con independencia de la conciencia o del sujeto. El idealismo se aleja del sentido común al plantear que la realidad existe en la ciencia humana o del sujeto. “El realismo implica que el mundo es lo que existe; el conjunto de todos los seres, de todas las substancias; que esas substancias, esos seres que existen están ellos también impregnados de inteligibilidad: son, y además de ser, tienen esencia: son, y son inteligibles”132. Mientras que el realismo sostiene que la realidad existe fuera de la conciencia o del sujeto que la conoce, el idealismo señala que la realidad no existe fuera de la conciencia o del sujeto cognoscente. En tanto que en el realismo el conocimiento se inicia en las cosas, en el idealismo éste es una actividad elaboradora de conceptos que va del hombre a las cosas. Para el realismo, la realidad existe fuera del sujeto; para el idealismo, la realidad existe dentro del sujeto. La realidad, según el idealismo, no es algo dado sino algo que hay que conquistar a fuerza de pensamiento. En tanto que el realista sostiene que si él se elimina, quedan las cosas; el idealista afirma que si él se elimina, también elimina las cosas.

El ser de los realistas (las cosas) es un ser inteligible, es decir, posible objetos de conocimiento, posibles contenidos del conocimiento. El ser de los idealistas (el pensamiento) es un ser inteligente, un ser pensante. Los realistas ponen el énfasis en los objetos exteriores a la conciencia o al pensamiento. Los idealistas hacen énfasis en el acto del entendimiento o el acto pensante por medio del cual captan el objeto pensado. Para los realistas, guiados por el sentido común o actitud irreflexiva, no es problemática la existencia y realidad de las cosas en el mundo, ya que las consideran como inteligibles, como algo dado. Para los idealistas, que no se guían por el sentido común sino por la actitud reflexiva, la existencia y realidad de las cosas en el mundo, fuera del pensamiento, si es problemática, por cuanto la realidad de las cosas necesita ser demostrada, o deducida, o construida.

Si las cosas exteriores tenían una existencia real no era problema para el realismo. En cambio, para el idealismo es el problema fundamental, el más grave y difícil de todos los problemas. “El realismo es una actitud que pudiéramos llamar extravertida. Consiste en abrirse a las cosas; en ir hacia ellas; en verterse sobre ellas; en derramar sobre ellas la capacidad perceptiva del espíritu. En cambio, el idealismo es una actitud intravertida; una actitud que consiste en torcer la dirección de la atención y de la mirada, y en vez de posarla sobre las cosas del mundo que nos rodea, hacer un cuarto de

132 GARCIA MORENTE, Manuel. Lecciones preliminares de filosofía. Ediciones Nacionales, Bogotá, 1984.

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conversión y recaer sobre el mismo yo”133. El realismo confía en que los sentidos no mienten o engañan, y por eso no duda de la existencia de las cosas que captan los sentidos. El idealismo, que da primacía a la razón sobre los sentidos, duda racional y metódicamente de la existencia de las cosas externas al pensamiento o que están objetivamente fuera de éste o de la conciencia. Lo único indudable que hay en los objetos pensados es el acto de pensar, pero lo pensado con el acto de pensar. “En el pensamiento mismo no hay la menor garantía de su realidad, de su existencia […] pero en el pensamiento mismo no existe ninguna nota que equivalga a garantía, la más mínima, de que el objeto exista, además de estar contenido en el pensamiento”134.

En Descartes, el genuino fundador del idealismo (según algunos autores), un pensamiento no contiene nunca, en su estructura como pensamiento ninguna garantía de que el objeto pensado corresponda a una realidad fuera del pensamiento. Para él, solamente el pensamiento indubitable de la idea de Dios, del pensamiento de Dios, es el único que tiene en sí mismo la garantía de que el objeto u objetos pensados existan fuera del pensamiento, de la conciencia, en el exterior. “Descartes considera la idea de Dios como la única de las ideas que en sí misma lleva el marchamo, la garantía de su realidad exterior”135. Como para él la existencia de Dios es indubitable, éste es garantía de que los objetos pensados por ideas claras y distintas (racionales) tengan existencia real. Pero la realidad o el mundo que saca de Dios no es un mundo tangible u objetivo, sino un mundo geométrico, “un mundo de pura sustancialidad geométrica”136, que es el mundo de la ciencia moderna.

El pensamiento cartesiano es el espolique que anima el pensamiento científico y filosófico de nuestra cultura moderna. Pero al establecer el predominio absoluto del intelecto, del pensamiento, de la razón, inaugura el intelectualismo y el racionalismo; y llegará el momento en que éstos no podrán dar respuesta al problema de la historia del ser humano que había sido mecanizado por sus planteamientos filosóficos. Como hemos podido constatar el problema de la vida no se resuelve mecanizando la vida. El problema de la historia se resiste por completo a ser resuelto por el intelectualismo, por el idealismo filosófico […]. Por eso la filosofía contemporánea, para explicar la historia, tendrá que superar el idealismo y encontrar otra realidad más profunda que las

133 Ibídem134 Ibídem135 Ibídem136 Ibídem

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cosas y el yo, y que contenga por supuesto también la historia misma. Esa realidad es la vida…”137.

La tradición griega clásica impuso una manera de concebir la realidad –que perduró durante casi dos milenios, y que todavía pervive–, a partir del planteamiento platónico fundado en la concepción parmenídica del ser, donde se identificó lo real o la realidad con un mundo ideal, cognoscible, inteligible, y lo sensible con un mundo aparente, de objetos, de cosas, incognoscible, ininteligible. “Desde Platón, la idea ha significado la imagen de las verdaderas potencialidades de las cosas opuesta a la realidad aparente”138.

Esta manera de “vivenciar” nuestro mundo sirvió de modelo al pensamiento cartesiano –quien generó una revolución científica vigente aún–, el cual alcanzó su máximo desarrollo con la física o mecánica clásica determinista de Newton, que enfoca el tiempo y el espacio como entidades absolutas, igual para todos los observadores, sin importar la posición y velocidad de las partículas o de los objetos. En esencia, la física clásica se puede pensar como un formalismo matemático del sentido común. La trama de la realidad aparece ante nuestros sentidos bajo las suposiciones de realidad, localidad, causalidad y continuidad.

La realidad se refiere a la suposición de que el mundo físico es objetivamente real. Es decir, el mundo existe independientemente de que alguien lo esté observando, y se vuelve evidente que el espacio y el tiempo existen en una forma fija, absoluta. La localidad se refiere a la idea de que la única forma que los objetos pueden ser influenciados es a través del contacto directo. En otras palabras, la acción no mediada en una distancia es prohibida. La causalidad da por supuesto que la línea de tiempo apunta sólo en una dirección, estableciendo así que la secuencia de causa y efecto sólo puede darse en ese orden. La continuidad da por supuesto que no hay saltos discontinuos en la naturaleza, y que el espacio y tiempo son parejos, es decir, no presentan alteraciones.

La física clásica se desarrolló rápidamente con estas suposiciones, y las formas clásicas referentes al mundo son todavía suficientes para explicar segmentos grandes del mundo observable, incluyendo la química, la biología y las neurociencias. La física clásica funciona para la mayor parte de las cosas a escala humana. Es el sentido común139.

137 Ibídem138 MARCUSE, Herbert. Razón y revolución. Altaya, Barcelona, 1994139 http://www.mezcalitozen.blogspot.com/2012/01/la–realidad–cuantica.html La realidad cuántica.

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El sentido común es propio de la mentalidad acrítica, de la actitud natural, ingenua, espontánea. Las personas que se dejan llevar por la visión realista del sentido común dan por supuesto que los objetos físicos que captamos son tal y como los percibimos y que existen y existirán aunque nadie los perciba. Para ellas, lo que percibimos con los sentidos es la realidad, tal cual. La persona que carece de espíritu crítico prefiere “quedase en el remanso de su casa, resignado a conocer del mundo apenas aquello que las manos pueden alcanzar sin salir, palabras, imágenes, ilusiones”140. En esta actitud las cosas o la realidad son exactamente como se perciben. Así nos enseñó el realismo aristotélico y el empirismo. El sentido común ha influido en nuestra manera de percibir, interpretar y sistematizar los saberes adquiridos y de la forma como concebimos el mundo que nos circunda, debido al enorme predominio que ejerce el paradigma de la mecánica clásica. La realidad se convierte en problema filosófico cuando la desvinculamos del sentido común.

Si el sentido común nos indica que todo lo que nos rodea es real, la filosofía comienza en el momento en que se vuelve posible cuestionar esa idea. Hacer filosofía implica una actitud de desconfianza frente a lo obvio. Y no hay nada más obvio que lo que se nos presenta como ‘real’… Aunque todo lo que nos rodea parezca que es lo que es, también es posible pensarlo de otro modo. Pensar las cosas, no en su referencia a la realidad, sino en relación con otras cosas: como una red de significados que se relacionan entre sí. Normalmente no nos estamos cuestionando qué hay detrás de todo lo que nos rodea o qué es esto en lo que estamos metidos. Y quizás sea porque si llevásemos la pregunta por la realidad hasta su extremo, seguramente no nos sentiríamos muy cómodos [...]. La realidad parece ser algo simple y poco problemática, sin embargo la filosofía considera que todo es cuestionable, o por lo menos que todo puede ser abordado desde diferentes perspectivas [...]. Lo que se plantea, entonces, es si existe algo real en sí mismo o, bien, el hombre está limitado a acceder a las cosas siempre de modo parcial. Dicho de otro modo, lo que se plantea es que si, en el fondo, lo que el hombre hace no es más que interpretar lo real, situado siempre en una u otra perspectiva. Todo acceso a lo real, por ser un mero acceso, un camino posible, puede ser cuestionado; es un acceso, no es lo real, y si se trata de un acceso es porque puede haber otros, ¿por qué le daríamos más crédito a un punto de vista en vez de otro?141.

140 SARAMAGO, José. Todos los cuentos. Libro digital.141 SZTAJNSZRAJBER, Darío. Ob. Cit.

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El positivismo (que desestima la especulación filosófica y sólo da primacía a lo objetivo, lo fáctico, lo experimentable, lo verificable y lo medible) afirma la existencia del mundo exterior, de la llamada “realidad” natural y social exterior al sujeto cognoscente. Al concebir la ciencia como conocimiento sistemático, dinámico, explicativo y predictivo útil para describir, explicar y comprender racionalmente los procesos naturales y sociales, acepta la existencia de la realidad objetiva exterior, sin plantearse la posibilidad filosófica de su no existencia.

En este sistema el conocimiento científico parte de los supuestos o fundamentos básicos de que el mundo existe y podemos conocerlo sensorialmente, y sus fenómenos están relacionados causalmente. La finalidad de su método científico –base de la investigación científica durante los últimos trescientos años– es determinar las características de la realidad y explicar las relaciones existentes entre dichas características, lo que implica establecer qué es la realidad y cómo conocerla. Satisfechos estos propósitos, el positivismo pretendía “el mejoramiento gradual y progresivo de la capacidad humana de control sobre la realidad, tanto natural como social”142.

Realidad para el positivismo es “una cualidad propia de los fenómenos que conocemos como independientes de nuestra propia volición”143, y para conocerla parte de los siguientes presupuestos o fundamentos epistemológicos “reconocidos y aceptados sobre los cuales la investigación científica se organiza y desarrolla”144: 1. La realidad existe. 2. La realidad tiene forma que se manifiesta a nuestros sentidos tal como es. 3. La realidad es dinámica, y por eso es cambiante y temporal. 4. La realidad es una unidad en sí misma porque sus fenómenos no están aislados y se encuentran interrelacionados dentro de una totalidad. 5. La naturaleza o realidad se organiza de lo simple a lo complejo.

El método positivista de las ciencias acepta la existencia de la realidad objetiva o del mundo circundante, y ésta o éste es el objeto de la investigación científica. Para los teóricos de este método, el mundo existe y podemos conocerlo a través de nuestros sentidos, y los fenómenos naturales y sociales están relacionados causalmente. Laureano Ladrón de Guevara, estudioso del método positivista de investigación científica, señala que el conocimiento ayuda a modificar la realidad y ésta actúa modificando

142 LADRON DE GUEVARA, Laureano. Metodología de la investigación científica. USTA, Bogotá, 1994. 143 BERGER, Peter, y LUCKMANN, Thomas. La construcción social de la realidad. Amorrortu, Buenos Aires, 1968.144 LADRON DE GUEVARA, Laureano. Ob. Cit.

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el conocimiento. Y define el conocer como “la actividad por medio de la cual adquirimos la certeza de que hay una realidad, de que el mundo circundante existe y está dotado de ciertas características, que no ponemos en duda” 145. Precisa que la ciencia busca determinar las características de la realidad y explicar las relaciones que tienen entre sí tales características. Dice que la ciencia tiene como propósito el conocimiento de la realidad de una manera sistemática, y que ésta o el conocimiento científico busca observar, describir, explicar, predecir y controlar la realidad natural y social. Caracteriza la ciencia como una forma de conocimiento sistemático de la realidad o del mundo exterior circundante, y como una construcción intelectual creada bajo condiciones históricas y sociales concretas y determinadas. “La teoría científica no hace sino interconectar las diferentes manifestaciones de la realidad, hechas conscientes a través de nuestra experiencia”146. Con respecto al método científico, anota que éste “adquiere ciertas características impuestas por la manera que tiene la realidad de manifestarse y por el modo que tiene el ser humano de percibir esa manera de ser del mundo circundante, es decir, del equipamiento humano de captación de sus manifestaciones, del registro y elaboración posterior de los datos que acumula a partir del conocimiento sensorial de la realidad”147.

Este teórico de la ciencia distingue los siguientes supuestos epistemológicos, principios, propiedades, fundamentos iniciales o condiciones más importantes o generales en los que se apoya ésta: 1. La realidad existe y se puede captar sensorialmente o con instrumentos que agudizan nuestros sentidos. 2. La realidad es independiente de nuestra mente, está fuera de nuestra conciencia. 3. La realidad tiene forma y conducta. 4 La realidad se manifiesta por medio de formas sensibles a nuestros sentidos. 5. La realidad es dinámica y está interconectada. 6. La realidad es una unidad en sí misma. 7. La realidad es una totalidad compacta y compleja. 8. La realidad es una red intrincada de estructuras, de formas y conductas complejas interconectadas entre sí. 9. La realidad se organiza desde el nivel más simple hasta el más complejo: inorgánico, orgánico–biológico e histórico–cultural.

El llamado “modelo especular”, que es la orientación tradicional del conocimiento según la concepción positivista para obtener objetividad fáctica, certeza absoluta y verdades inconcusas, nos dice que fuera de nuestra mente existe una realidad totalmente acabada, objetiva y externa, la cual se refleja,

145 Ibídem, p. 17.146 Ibídem, p. 31.147 Ibídem, p. 33

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como en un espejo, dentro de nosotros. “De esta forma, ser objetivo es copiar bien esa realidad sin deformarla, y la verdad consistiría en la fidelidad o correspondencia de nuestra imagen interior con la realidad que repre-senta”148. Algunos positivistas lógicos reflexionaron temporalmente con la idea de que el lenguaje representa la realidad, éste es una pintura de la realidad. “Así, al tratar el lenguaje, pensaban que trataban directamente con la realidad”149.

La notable influencia que ha ejercido ese paradigma epistemológico sobre nuestra manera de conocer es la que lleva a que muchas personas, cautivas del sentido común, acepten y den por sentado que la realidad exterior –fuera de nuestra mente– existe y la captamos sensorialmente.

Nuestra actividad intelectual, dentro de la dinámica sicológica, tiende a seleccionar, cada vez que observamos, la realidad que posee algún significado para nosotros. “Este significado personal es fruto de nuestra formación previa, de las expectativas teoréticas adquiridas y de los valores, actitudes, creencias, necesidades, intereses, ideales y temores que hayamos asimilado. De este modo, podemos decir que tendemos a ver lo que esperamos ver, lo que estamos acostumbrados a ver o lo que nos han sugerido que veremos. Y, así, realmente no conocemos hasta dónde lo que percibimos es producto de nosotros mismos y de nuestras expectativas culturales y sugestiones acep-tadas”150.

Partiendo de la concepción estática del ser, en donde prima el principio lógico de identidad, se ha organizado en Occidente la llamada “realidad” y estructurado el mundo teniendo como referentes lo que se puede ver y tocar (lo que está fuera del observador) y lo que se puede concebir con el pensamiento (lo que está en la conciencia del observador). Lo primero se relaciona con lo material u objetivo, y lo segundo con lo ideal o subjetivo. Así, desde esta mirada se estableció el concepto de realidad, con el cual hemos construido la forma en que percibimos el mundo y organizado nuestra visión de los fenómenos externos e internos. Esto impone una mirada exclusiva del universo con una “realidad” única y verdadera. “La aplicación de criterios convencionales de realidad, nos ha llevado a un bloqueo intelectual y científico que afecta seriamente las posibilidades de extender y ampliar los límites de la

148 http://prof.usb.ve. Hacia un nuevo paradigma de la ciencia.149 Ibídem150 Ibídem

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conciencia humana”151. Pero esta manera de concebir y vivenciar la “realidad” –inherente al paradigma tradicional de la mecánica clásica– se ha venido trastocando con las profundas modificaciones y repercusiones del nuevo paradigma físico –relativista y cuántico–, que pone en cuestionamiento el concepto de realidad. “Recientes descubrimientos de la física demuestran que la realidad está inextricablemente ligada a la naturaleza de la conciencia humana, y que la creencia en que existe una única realidad verdadera ha dejado de tener validez y utilidad para el conocimiento […]. Los problemas que vivimos nacen de nuestra actual estructura del conocimiento, y para resolverlos es decisivo que hagamos una nueva organización de la realidad […]. Una de las mayores glorias de la ciencia es la de haber contribuido a romper con la idea de una verdad intangible y eterna”152.

En los últimos tres milenios la realidad se ha investigado y pensado desde diversos horizontes. Los griegos clásicos desde el horizonte de la naturaleza, durante el medioevo desde el horizonte de la creación, y a partir de la modernidad desde el horizonte de la subjetividad. Estos horizontes no han permitido que se pueda investigar y pensar la realidad desde un horizonte propiamente latinoamericano que permita la constitución de un ser independiente, autónomo y libertario, que no sea una prolongación del ser europeo: totalitario, ontologizado. Ese horizonte es el horizonte de alteridad. Alteridad es todo aquello que no soy yo. “La Alteridad (del latín alter: el "otro" de entre dos términos, considerado desde la posición del "uno", es decir, del yo) es la concepción filosófica de "alternar" o cambiar y evolucionar en la propia perspectiva por la del "otro", pensando y teniendo en cuenta el punto de vista, la concepción del mundo, los intereses, la ideología del otro; y no dando por supuesto que la "de uno" debe prevalecer por encima de la del “otro”, y en caso extremo el de ser  la única posible. El uso actual del término Alteridad se debe a Emmanuel Lévinas, explicitado en una compilación de ensayos bajo el título Alteridad y Trascendencia. El vocablo “alteridad” se aplica contemporáneamente al descubrimiento que el “él” hace del “otro”, lo que hace surgir una amplia gama de imágenes del otro, del “nosotros”, así como visiones múltiples del “él”. Tales imágenes, más allá de las diferencias, coinciden todas en ser representaciones más o menos inventadas de personas antes insospechadas, radicalmente diferentes, que viven en mundos distintos dentro del mismo universo”153.

151 RITTER ORTIZ, Walter, y PEREZ ESPINO, Tahimi E. ¿Qué es la realidad? http://rcci.net/globalizacion/2010/fg967.htm152 Ibídem.153 www.eumed.net/ce/2011b/gln.html

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Surgimiento de una nueva concepción de la realidad con la física contemporánea

A partir de aquí nos adentramos, con enormes dificultades epistemológicas y filosóficas, en un universo desconocido para la inmensa mayoría: el universo de la teoría, física o mecánica cuántica. Ésta nos ofrece una concepción revolucionaria de la llamada “realidad”. Pero ingresar en este nuevo y particular universo implica despojarnos del sentido común; este nuevo paradigma es la antítesis del sentido común. Nos parece difícil por su naturaleza compleja desde la perspectiva matemática, y probablemente algo alejada de la experiencia cotidiana. Aunque esta novísima área del conocimiento sea tema de muy pocos entendidos (debido a la física, química y matemáticas complejas con que opera), entre los que se encuentran algunos académicos, no implica que nosotros –“comunes mortales”– no podamos aproximarnos a una somera exploración y, por ende, a una mediana comprensión. Yo mismo me declaro un diletante en tan inextricable saber. Pero a los inquietos por el conocimiento nos apasionan los saberes que encierren cierta complejidad. “Creo que cuanto más estudias la mecánica cuántica más misteriosa y maravillosa se vuelve”154. Entremos, pues, a este nuevo e insondable universo155, que disiente de las leyes deterministas de la mecánica clásica. El sentido común de la mecánica clásica condiciona al sujeto para que crea que el mundo exterior es más real que el mundo interior (lo de afuera determina lo de adentro). La mecánica cuántica señala, por el contrario, que lo que nos ocurre adentro crea lo que ocurre afuera (lo de adentro determina lo de afuera). El sentido común engaña de tal manera que cuando se patea una piedra y se siente dolor, la persona piense que esa piedra es real. Pero eso no es más que una experiencia de lo que ésta piensa que es real…

Pero antes de ingresar en el universo de la mecánica cuántica, es necesario indicar cómo se inició el cuestionamiento de la racionalidad occidental.

La concepción de una nueva manera de entender la realidad comienza con la retoma del estudio del mundo subatómico insinuado por Leucipo y Demócrito, pero abandonado en la Grecia clásica porque contradecía la posibilidad de la

154 http://www.youtube.com/watch?v=PL50Q0DoWag. ¿Y tú qué sabes?155 Como una aproximación más amplia de la mecánica o física cuántico recomiendo leer mi artículo El urgente cambio del viejo paradigma, publicado en http://www.monografias.com/trabajos94/urgente–cambio–del–viejo–paradigma/urgente–cambio–del–viejo–paradigma.shtml, y mi libro digital ¿Las cosas con realidad como las percibimos?, también publicado en http://www.monografias.com/trabajos82/cosas–son–realidad–como–percibimos/cosas–son–realidad–como–percibimos.shtml.

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intervención de un organizador del mundo156; con la superación de la metafísica de la racionalidad a través del pensamiento nietzscheano, y con el surgimiento del sicoanálisis freudiano.

Mientras Nietzsche socaba las bases de la metafísica tradicional, que se originó con el pensamiento de Parménides y se agotó en el sistema hegeliano –que identificaba la realidad con la razón, lo racional con lo real y lo real con lo racional157–, Freud descubrió y exploró el universo inconsciente del ser humano, que no responde a patrones racionales. Los dos descubrieron lo que estaba oculto tras las manifestaciones simbólicas, ya sean en el ámbito cultural (Nietzsche) y psicológico (Freud). Nietzsche inició la demolición de la concepción de la realidad cuando afirmó que no existían hechos sino interpretaciones de los mismos. Freud lo hizo al explorar con escalpelo el subconsciente humano. Al estructurar la psiquis humana, Freud estableció tres entidades fundamentales: el ello (lo inconsciente), el yo (la conciencia) y el superyó (lo normativo o moral). Según Freud, la realidad es una construcción lingüística sobre lo real, que el yo le transfiere al ello. “El yo es el mediador que capta la realidad, por la intermediación del lenguaje, pero de modo activo, o sea captando solo lo que le interesa, y enviándolo hacia el ello, que recibirá su influencia”158. Para éste, la esencia de la realidad objetiva o realidad física es incognoscible.

El yo es, pues, un mediador entre el ello y el mundo exterior, dándose lugar a dos tipos de realidad: una en cuanto al aparato psíquico, que sería una realidad psíquica (que obedece a los intereses del yo), y otra en cuanto al mundo exterior, que sería la realidad humana (que obedece a los intereses sociales). La primera es subjetiva en cuanto que toma de la segunda aquello que le es interesante, mientras que la segunda es objetiva puesto que está basada en leyes naturales, reconocibles o no159.

156 En el pensamiento aristotélico se trata de un dios como motor inmóvil. Pero no de un Dios creador ni el juez del mundo; su función es puramente ontológica, y hasta se podría decir que mecánica, representa un tipo definido de movimiento.157 La realidad objetiva es la realización del sujeto. En tanto que la realidad que no esté configurada por la razón, sigue sin ser realidad, en el sentido enfático de la palabra. Lo «real» es lo racional, y sólo esto. La verdad no está ligada sólo a las proposiciones y juicios; en suma, no es sólo un atributo del pensamiento, sino una realidad en devenir. El verdadero Ser es, por lo tanto, pensamiento y razón. El sujeto es la propia sustancia de la realidad. Una realidad es actual si está preservada y perpetuada mediante la negación absoluta de todas las contingencias, en otras palabras, si todas sus diferentes formas y estadios no son más que la lúcida manifestación de su verdadero contenido. La idea absoluta es la verdadera noción de la realidad, y, como tal, la forma más alta de conocimiento. Hegel elogiaba generalmente el empeño de configurar la realidad según el pensamiento. Esto constituía el más alto privilegio del hombre y la única manera de materializar la verdad. (MARCUSE, Herbert. Razón y revolución. Altaya, Barcelona, 1994).158http://www.deconceptos.com159 http://www.mezcalitozen.blogspot.com/2012/01/la–realidad–cuantica.html La realidad cuántica.

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Hecha esta breve “indicación”, ahora sí aterricemos la nave del conocimiento en el universo cuántico.

La investigación del mundo subatómico, explorado con profundidad por la teoría, física o mecánica cuántica, introdujo una novísima y contundente cosmovisión de la realidad. “La física cuántica y sus consecuencias filosóficas hicieron tambalear el concepto de realidad objetiva que la filosofía occidental, en su mayor parte, había dado por sentado durante un par de milenios”160.

Como se sabe, la mecánica cuántica, que supera el paradigma de la mecánica clásica, ha planteado con mayor hondura problemas filosóficos como el de la relación entre el sujeto y el objeto, el del conocimiento y la realidad física, el de la causalidad y la necesidad, el de determinismo e indeterminismo, el de la evidencia física y el del formalismo matemático, etc. “La mecánica cuántica es la teoría más satisfactoria que poseemos para explicar todo lo que nos rodea, desde el origen del Universo (el Big Bang) hasta el surgimiento de la vida en nuestro planeta. En este sentido, la mecánica cuántica nos ayuda a comprender nuestro entorno, nuestro origen, nuestro futuro y, por tanto, a nosotros mismos”161.

La mecánica cuántica, a pesar de su complejidad física, química y matemática, está al servicio de la interrogación filosófica. Este nuevo paradigma contradice a la mecánica clásica, determinista, que, según Laplace, “si en un instante determinado conociéramos las posiciones y velocidades de todas las partículas en el universo, podríamos calcular su comportamiento en cualquier otro momento del pasado o del futuro”162. La mecánica tradicional plantea que el estado del universo en un instante dado determina el estado en cualquier otro momento.

Con la mecánica cuántica se suscita una revolución epistemológica, por cuanto esta nueva visión de la realidad teoriza que con el sólo hecho de contemplar el objeto ocurre una alteración de éste por parte del sujeto cognoscente. “Ahora sabemos, basados en la realidad cuántica que el observador es quien modifica la realidad a partir de la conciencia, que existe un vasto campo de probabilidades y el observador es el que decide dónde poner su atención e 160 Ibídem.161 CUEVAS RODRIGUEZ, Juan Carlos. La física hoy… Mundo cuántico. http://www.fisicahoy.com162 HAWKING, Stephen. ¿Juega Dios a los dados?

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intención”163. De acuerdo con el principio de incertidumbre, formulado por Werner Heinsenberg, el objeto de estudio se modifica por el mero hecho de la observación.

La mecánica cuántica afirma que el mundo diario que percibimos con los cinco sentidos no es la realidad. Ha demostrado también que el espacio y el tiempo son ilusiones de la percepción. Es por ello que nuestros cuerpos no pueden ser realidad si ocupan un espacio. La realidad no existe, es mera ilusión. “La mecánica cuántica ha hecho un gran aporte al debate filosófico al demostrar que el realismo ingenuo, que propone que la realidad es tal cual como nosotros la percibimos, es falso”164. La materia, además de ser incorpórea, es sólo una ilusión sensorial. La realidad objetiva no existe.

“Lo que forma las cosas no son otras cosas sino lo que forma las cosas son ideas, conceptos, informaciones [...]. No hay que pensar que las cosas son cosas. Todos tenemos la costumbre de pensar que lo que nos rodea es algo que existe, sin que influyamos, sin que escojamos. Hay que desterrar esa forma de pensar. En lugar de eso hay que admitir que, incluso, el mundo material que nos rodea (las sillas, las mesas, las habitaciones, la alfombra, la cama también) no es más que posibles movimientos de la conciencia. En cada momento lo que hago es escoger entre todos esos movimientos para que se manifieste la experiencia de lo real. Esta es la única reflexión radical que hay que hacer. Resulta muy radical y muy difícil porque tendemos a pensar que el mundo está ahí independientemente de nuestra experiencia. Pero no es así. La física cuántica lo deja muy claro […]. Así que en lugar de pensar en cosas hay que pensar en posibilidades. Todos son posibilidades de la conciencia. La física cuántica sólo calcula posibilidades”165.

La realidad no es aquello que parece ser. Lo que existe es energía vibrando a distintas frecuencias. El nuevo paradigma demuestra la “interrelación entre el pensamiento y la realidad”166. En la mecánica cuántica, la realidad va en función de la percepción que se tenga de ella, y ésta forma parte de la conciencia, que es el punto de vista de un observador o participante.

Nuestra conciencia actual es un condicionamiento de nuestra visión del mundo actual y colectivo, es la que nos enseñaron nuestros padres,

163 MAGSAN. ¡Qué rayos sabemos! www.monografías.com164 DE LA TORRE, Alberto C. Usos y abusos de la mecánica cuántica. http://www.pensar.org165 http://www.youtube.com/watch?v=PL50Q0DoWag. ¿Y tú qué sabes?166 http://www.rafapal.com

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maestros, la sociedad, gobierno y religiones [...]. El mundo físico, incluido nuestro cuerpo, es una reacción del observador. Creamos el cuerpo según creamos la experiencia de nuestro mundo. En su estado esencial (microcósmico), el cuerpo está formado de energía e información, y no de materia sólida. Esta energía e información, surge de los infinitos campos de energía e información que abarcan todos los universos [...]. La bioquímica del cuerpo es un producto de la conciencia, las creencias, los sentimientos, las emociones, los pensamientos e ideas, crean reacciones que sostienen la vida en cada célula. La percepción parece como algo automático, pero esto es un fenómeno aprendido, si cambias tu percepción, cambias la experiencia de ti, y por ende de tu mundo167.

Científicos y divulgadores científicos168 consideran que la realidad la creamos en la mente. El cerebro fija lo que es capaz de ver, porque tiene objeciones y criterios. La única película que se proyecta en el cerebro es la única que somos capaces de ver. Tenemos el cerebro conectado, de tal manera que sólo vemos lo que consideramos posible. Combinamos patrones que ya existen dentro de nosotros mediante el condicionamiento. Nosotros creamos la realidad, somos máquinas productoras de realidad; estamos a cada rato creando los efectos de la realidad. Siempre percibimos la cosas al verlas reflejadas en el espejo de la memoria.

Para la mecánica cuántica la realidad exterior no existe. En el exterior sólo hay datos de luz e información inteligente esperando ser interpretados por el observador. La realidad no puede estar afuera del sujeto, está en su conciencia, que es lo único que existe. La revolución cuántica nos dice que no existe ninguna realidad “ahí fuera”, independiente de la conciencia, que tiene dominio sobre lo físico.

Esto significa que la conciencia se mete en los entresijos del mundo físico, afectándolos. Más aún, parece abrirse camino la certeza de que la conciencia es tal vez el único fenómeno que efectivamente existe: toda la matriz materia–espacio–tiempo debe a ella su existencia. Por lo que no puede hablarse del mundo físico como algo ‘ahí fuera’… En cualquier caso, aquí radica la transformación más asombrosa de la visión del mundo, a partir de los descubrimientos de la nueva física: La conciencia juega un indudable papel en el llamado universo físico [...].

167 DEL ANGEL ALVAREZ, Manuel G. ¿Qué es la realidad cuántica? http://djxhemary.wordpress.com168 http://www.youtube.com/watch?v=PL50Q0DoWag. ¿Y tú qué sabes?

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Habitualmente, en nuestra visión de la realidad, hemos venido funcionando con un mito, al que hemos dado por absolutamente válido: Al acercarnos al exterior, todos percibimos lo mismo. Es fácil, sin embargo, reconocer el presupuesto en el que dicho mito se ha mantenido (y todavía se mantiene para la gran mayoría de la gente). Ese presupuesto no es otro que la creencia en que hay un universo físico ‘ahí fuera’. Y nos hemos enseñado a nosotros mismos a estar de acuerdo sobre ello y sobre los ‘objetos’ de ese mundo ‘exterior’ [...].

Sin embargo, la física moderna viene a asegurarnos que no existe algo ‘ahí fuera’ de nosotros. Todo se halla inextricablemente interrelacionado con todo, por lo que el universo no es algo que exista ‘ahí fuera’, y del que el observador se encontraría separado. Más bien al contrario, es un universo participativo […]. Por un lado, sabemos que el observador altera lo observado por el mero acto de su observación. Por lo que algunos científicos abogan por reemplazar el término ‘observador’ por el de ‘participante’ (J. Wheeler). Porque lo cierto es que no ‘observamos’ el mundo; participamos en él. Y, por otro, sabemos también que eso que llamamos ‘ahí fuera’ no es como nuestros sentidos y nuestra mente creen que es. ‘Ahí fuera’ no hay ni luz ni color, sino solamente ondas electromagnéticas; ‘ahí fuera’ no hay sonido ni música, sino solamente variaciones periódicas en la presión del aire; ‘ahí fuera’ no hay calor ni frío, sino solamente moléculas que se mueven con mayor o menor energía cinética media…, y así sucesivamente. Lo que hay, tanto ’fuera’ como ‘dentro’, es un torbellino vertiginoso de ondas/partículas en diferentes intensidades de vibración.

En lo que se refiere a ‘nosotros’, podría decirse que somos, a la vez, una expresión más de ese mismo torbellino y la conciencia que lo está provocando o de la que está emergiendo… Sin embargo, tal como insiste la nueva física, hay una conclusión que parece irrebatible: no observamos el mundo físico, participamos con él. Nuestros sentidos no están separados de lo que llamamos ‘ahí fuera’, sino íntimamente implicados en un proceso de realimentación notablemente complejo, cuyo resultado final es crear efectivamente lo que está ‘ahí fuera’.

La conciencia es una parte integrante de la realidad; eso significa que co–crea lo que observa. Si vemos un árbol, en vez de un cúmulo de átomos desorganizados, es porque la conciencia humana concede a la realidad física estas características particulares.

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Por eso, mirado de cerca, el concepto de ‘ahí fuera’ resulta ridículo. Sólo podemos esperar encontrar un ‘ahí fuera’, porque creemos que existe. Por eso, todas nuestras nociones acerca del carácter absoluto del universo físico son erróneas.

¿A qué se debe entonces ese engaño que nos lleva a afirmar la existencia de algo ‘ahí fuera’? Al modo de operar de la mente, por su propia naturaleza separativa. Para poder funcionar, la mente debe forzosamente separar. A partir de la primera dicotomía sujeto/objeto, para la mente, toda la realidad queda fraccionada. Todo lo que no es ‘yo’, está ‘fuera’. Y puesto que pensar es delimitar o ‘establecer fronteras’, a la mente le resulta fácil marcar un límite entre lo que llama ‘sujeto’ y todo lo demás: es sencillamente el límite o frontera de la piel. Por eso, en cuanto la mente hace su aparición en la historia humana, con ella aparece también la idea de un ‘mundo exterior’, de una realidad ‘ahí fuera’, separada y marginal.

Sin embargo, eso es sólo un engaño de la mente, que se realimenta por el simple hecho de que lo hemos creído a pie juntillas. Lo que llamamos ‘mundo exterior’ no está separado de nosotros y, de hecho, basta detener el pensamiento para percibirlo así.

Todo constituye un conjunto unificado, sin separaciones mentales, arbitrarias y artificiales, en un universo participativo en el que todo interactúa en una interferencia constructiva, en la que la Conciencia se va desplegando en innumerables formas, como olas ‘únicas’ y hermosas en el océano común y compartido169.

Como se colige, todo es creación de la conciencia humana. “Nosotros creamos la realidad. Somos máquinas productoras de la realidad. Estamos todo el rato creando los efectos de la realidad”170. Además de mostrarnos que la realidad objetiva no está “ahí fuera”, independiente de la conciencia, la física cuántica confirma que creamos nuestra realidad y pone en duda la existencia de la materia. La materia–espacio–tiempo es un aspecto de la realidad que creamos. La materia consta básicamente de vacío. La materia no existe; sólo existe la conciencia. La mente es capaz de crear materia.

Para el físico cuántico es claro que la materia carece de base física. Tras la solidez aparente de la silla, se esconde en realidad el superholograma de un torbellino de ondas/partículas. A ese nivel, la conciencia es capaz

169 MARTINEZ LOZANO, Enrique. La revolución cuántica. http://www.enriquemartinezlozano.com170 http://www.youtube.com/watch?v=PL50Q0DoWag. ¿Y tú qué sabes?

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de crear materia. Y eso constituye la prueba final de que lo no físico, la conciencia, tiene dominio sobre el mundo físico [...]. La conciencia juega un indudable papel en el llamado universo físico. Hasta el punto de que, para la nueva física, el universo se parece más a un gran pensamiento que a una gran máquina [...]. La ‘realidad última’, en opinión de la nueva física, se asemeja más a un gran Vacío primordial, un ‘lugar’ más allá del tiempo y el espacio, del que brotan, en un proceso increíblemente complejo y hermoso, todas las formas que existen. En pocas palabras: las piedras y las estrellas son meramente ondulaciones en la nada [...]. En resumen, la teoría cuántica nos dice que para comprender la realidad debemos renunciar a conceptos tradicionales como: materia sólida y concreta, que la realidad fundamental no es físicamente accesible y que el tiempo y el espacio son puras ilusiones171.

Los hallazgos del físico Alain Aspect mostrarían que la realidad objetiva no existe y que, a pesar de su aparente solidez, el universo es un fantasma de corazón, un holograma gigante espléndidamente detallado. “En su nivel más profundo, la realidad es una especie de superholograma en el que tanto pasado como presente y futuro coexisten simultáneamente. Esto sugiere que, contando con las herramientas adecuadas, debería ser posible incluso que algún día se accediese a un nivel superholográfico de la realidad del que se obtuviesen escenas de un pasado remoto”172. El carácter ondulatorio posibilita que los objetos materiales estén en una combinación o superposición de estados. En la mecánica clásica es imposible esta combinación o superposición. En el paradigma clásico, las cosas u objetos están en un estado bien definido, debido a la oposición binaria característica de la dualidad que opera en la mecánica tradicional. “En cambio, la mecánica cuántica nos dice que un objeto puede estar simultáneamente en varios estados y sólo cuando medimos u observamos dicho objeto, se selecciona uno de esos estados”173.

El nuevo paradigma científico o modelo teórico, a diferencia del paradigma clásico (que dice que la materia es el fundamento del ser), se basa en la primacía de la conciencia, que es el fundamento del ser. La concepción de que la materia es el fundamento del ser obedece a la identidad entre el ser y el pensar establecida por el pensamiento parmenídico. “La realidad que conocemos es una creación del sistema nervioso, por lo que en cierto sentido es tan solo un mundo posible, ya que es obvio que nuestra percepción del

171 MARTINEZ LOZANO, Enrique. Ob. Cit.172 STEENSMA, Brian. ¿Existe la realidad objetiva? http://www.de2haz1.com173 CUEVAS RODRIGUEZ, Juan Carlos. La física de hoy. Mundo cuántico. http://www.fisicahoy.com

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mundo exterior ésta filtrada por completo. Cada uno vive en un mundo que es construido por su cerebro con la información dada por los sentidos, siendo el escenario en que se desarrollan los acontecimientos de la vida”174.

El desconocimiento de la importancia de la física cuántica no ha permitido comprender una nueva manera de concebir la realidad y los nuevos paradigmas con sus profundas implicaciones filosóficas y científicas. El apasionante universo de la mecánica cuántica nos invita a romper con el sentido común y a replantear nuestra manera de interactuar con el entorno que nos rodea, para asumir una nueva manera de ser y de estar en el mundo.

El retrato de la realidad que pintaran la relatividad y la mecánica cuántica está hasta ahora tan lejos del sentido común, que plantea problemas de interpretación [...].

Las asombrosas implicaciones de la mecánica cuántica dejaron perplejos y estupefactos a los científicos que las desarrollaban. Muchos físicos, hoy en día, creen que una explicación apropiada de la realidad a la luz de la mecánica cuántica y de la confiabilidad requiere las revisiones de uno o más de los supuestos del sentido común: La realidad, la localidad, la causalidad y la continuidad.

Fuera de los físicos cuánticos, hay algunos científicos y ocasionales filósofos que se enfocan en cosas así, pero la mayor parte de nosotros no dedica mucho tiempo a pensar en la mecánica cuántica para nada. Si lo hacemos, asumimos que no tiene relevancia para nuestros intereses particulares. Esto tiene sentido y en la mayoría de los casos perfectamente aceptable para propósitos prácticos. Pero cuando se trata de entender la naturaleza de la realidad, es útil recordar que la mecánica cuántica describe los bloques constructivos fundamentales de la naturaleza, y que el mundo clásico también está compuesto por ellos, los observemos o no175.

La mecánica cuántica nos dice, entre otras cosas, que ésta contradice el sentido común, que el universo está gobernado por el azar, que nada está determinado, que la realidad es indeterminada y que vivimos en un mundo matemático.

174RITTER ORTIZ, Walter, y PEREZ ESPINO, Tahimi E. Ob. Cit.175 http://www.mezcalitozen.blogspot.com/2012/01/la–realidad–cuantica.html La realidad cuántica.

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Las contradicciones al sentido común forman el corazón de la mecánica cuántica, donde no solo influimos en nuestra realidad sino que en cierto grado, la creamos. La mecánica cuántica nos dice que no es posible observar la realidad sin cambiarla, somos parte de la naturaleza y cuando la estudiamos, no puede eludirse el hecho de que es la naturaleza la que se está estudiando a sí misma, ocupándose del comportamiento del grupo y no hay modo de predecir conductas individuales. Podemos precisar un comportamiento colectivo sin estar en condiciones de predecir ni uno solo de los acontecimientos individuales que componen el fenómeno colectivo […]. El mundo cuántico es donde el azar es el rasgo fundamental de la existencia y donde la materia puede estar haciendo varias cosas al mismo tiempo. La realidad cuántica colapsa repentinamente para hacer sólo una cosa […]. Según la interpretación cuántica de Copenhague, el comportamiento de las cosas está gobernado por el azar, donde nunca se puede predecir cuál será el resultado de cualquier medida individual, sino sólo las probabilidades relativas de todos los diferentes resultados posibles, donde lo más extraño es que funciona perfectamente, pero nadie tiene la más mínima idea de lo que realmente significa […]. La lección de la mecánica cuántica y aún de la física clásica es que nada está determinado, nada es cierto, nada es completamente predecible; existen solamente propensiones para que ciertas cosas ocurran […]. Los físicos no creen en la mecánica cuántica porque explique el mundo, sino porque pronostican los resultados de los experimentos con exactitud milagrosa. La realidad es irreconocible porque es intrínsecamente indeterminada […]. De la fusión de la relatividad con la mecánica cuántica ha surgido una nueva idea del mundo en la que la materia ha perdido su papel central, siendo sustituida por los principios de simetría, ocultos muchas veces en el estado actual del universo. Buscamos verdades universales acerca de la naturaleza y, cuando las encontramos, intentamos explicarlas demostrando cómo pueden ser deducidas a partir de verdades más profundas. Un principio de simetría es simplemente una afirmación de que algo se ve igual desde diferentes puntos de vista […]. Vivimos en un mundo cada vez más matemático, donde se están desvaneciendo las fronteras tradicionales de las materias; donde el azar tiene sus propias pautas y un tipo propio de regularidad; donde se pueden demostrar muchas proposiciones para las que no se pueden demostrar ni su verdad ni su falsedad; donde no todo es demostrable ya que de lo contrario la cadena de la demostración sería interminable; donde se empieza con ideas que se admiten, a pesar de no ser demostrables; donde el enfoque

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clásico del determinismo, nos lleva a un delicado problema ético y moral: el del libre albedrío. En la práctica, incluso si no existe, su inexistencia parece obligarnos a actuar como si existiera176.

Conclusión

Saber si es realidad la realidad depende de cómo comprendemos ese concepto. Podemos seguir operando con las categorías conceptuales establecidas culturalmente durante siglos o podemos romper con los modelos teóricos convencionales y adoptar nuevas posturas ante lo que nos rodea con el ánimo de tratar de desentrañar el misterio que esconde nuestro mundo. Podemos continuar prisioneros en la cárcel del lenguaje, confundiendo la palabra con el objeto representado, o podemos establecer nuevas categorías de simbolización, entendiendo que la palabra es tan problemática como la llamada “realidad”. Podemos continuar tratando de conocer el mundo con los supuestos tradicionales sobre la llamada “realidad”, relacionados con el modelo de la mecánica clásica y del método positivista de las ciencias, sin esforzarnos demasiado, acudiendo a nuestro sentido común, o decidimos asumir una posición crítica ante la vida y explorar otras maneras de conocer como la que nos ofrece la mecánica cuántica (en donde la realidad es la vida), ese territorio de posibilidades sin fin, por cuanto ésta sólo calcula posibilidades. La física cuántica, explicándolo brevemente, es una física de las posibilidades. Sobre todo plantea la pregunta siguiente: ¿Qué posibilidades y quien escoge entre las posibilidades para ofrecernos la experiencia verdadera? La única respuesta satisfactoria, lógica y significativa es la respuesta de que la conciencia es la base de todo ser. La definición e interiorización del concepto de realidad dependerá de la dirección en que orientemos nuestras averiguaciones. Responder a la pregunta de ¿qué es la realidad? dependerá de la construcción de un nuevo fundamento epistemológico profundamente revolucionario para conocer lo que conocemos.

Actualmente cualquier paradigma epistemológico no puede descartar la neurociencia, y siguiendo la invitación de uno de los más geniales epistemólogos del siglo XX, Karl Popper, debemos enriquecer nuestra epistemología inspirándonos en el conocimiento actual acerca de la neurofisiología y las estructuras neurosíquicas del cerebro.

Para finalizar, es pertinente reflexionar sobre las siguientes preguntas:

176 RITTER ORTIZ, Walter, y PEREZ ESPINO, Tahimi E. Ob. Cit.

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1 “¿Cómo se puede seguir viendo el mundo como algo real, si el yo que establece que es real es intangible?”177.2 “¿Por qué tenemos la impresión de captar las cosas y la realidad en general como están ahí fuera y no interpretadas por nosotros con base en nuestra experiencia, valores, intereses, actitudes y creencias? ¿Por qué tendemos a caer y a aferrarnos a ese “realismo ingenuo”?”178

3 ¿No hay una única verdad sobre la realidad?4 ¿Todo lo que pueda ser dicho no tiene nada que ver con lo que es?5 ¿Será cierto que, tal como lo planteó Demócrito, aparte de átomos y espacio vacío, nada existe?6 ¿Es real este universo?7 ¿La realidad es una construcción mentirosa de los sentidos?8 ¿El principio de realidad reside en el fragmento o en la totalidad, en la partícula o en el organismo, en la parte o en la estructura, en el individuo o en el conjunto?9 ¿De qué realidad nos habla la fantasía?10 ¿Emplear la palabra realidad es decir mito y leyenda?11 ¿Existen todas las realidades de forma simultánea?12 ¿Puede ser que todas las posibilidades existan al mismo tiempo?13 ¿Lo que parecía irreal, en cierto modo, parece más real que lo parecía real?14 ¿Qué es la realidad? ¿Lo que vemos con el cerebro o lo que vemos con los ojos?15 ¿El cerebro reconoce la diferencia entre lo que ve en su entorno y lo que recuerda?16. ¿Ocultan las apariencias la realidad o la muestran?17. ¿La realidad es un descubrimiento–desvelamiento o una invención–construcción?18. ¿La realidad de la que hablamos no pasa de ser un constructo social, fruto de acuerdos provisionales?179

19. ¿Es cambiamos un paradigma, estaremos cambiando la realidad?20. ¿Y si la realidad, si todo lo que nos rodea, incluso nosotros mismos, no es más que un sueño?21. ¿El mundo en el que vivimos no es más que una apariencia de realidad, una realidad virtual con la que, también con duro esfuerzo personal, debemos romper para acceder al mundo real?22. ¿Lo llamamos real no son sino distracciones que nos alejan del verdadero o auténtico camino?

177 http://www.youtube.com/watch?v=PL50Q0DoWag. ¿Y tú qué sabes?178 http://prof.usb.ve. Hacia un nuevo paradigma de la ciencia.179 GARCÍA MORIYÓN, Félix. Ob. Cit.