radford l. (1999) - la razon desnaturalizada. ensayo de epistemologia antropologica.pdf
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Raista
Latinoamericana
de Investigaci6n en Matemdtica Educativa
VoL 2,
Nilm.3,
noviembre,
1999,
pp.4748
La raz6n
desnaturalizada.
Ensayo de epistemologia antropol6gica*
Luis
Radford**
RESUMEN
I-a epistemologfa
tradicional,
desde
Kant,
ha
planteado la investigaci6n del
conocimiento
en
tdrminos
de los fundamentos
y
de las representaciones
que
la raz6n se
hace de las
cosas
fuera
de la mente.
Dicha
agenda de
investigaci6n
supone,
empero,
una
concepci6n
de la Raz6n
y
de
sus razones.
;Cu6les son las
razones
de
la
Raz6n?
En
este ensayo proponemos que
la
epistemologia
tradicional,
en cuyo
marco el
pensamiento moderno
encontr6
un
sost6n decisivo,
elabor6
un
concepto
de
Raz6n
otya
raiz
ha de buscarse en
el movimiento
de
la Ilustraci6n,
por
un lado,
y
en
lo
que
Max
Weber llam6 la
'\az6n
instrumental", por €l otro.
Este
ensayo
relata
dos de
los
momentds centrales
que
han
conducido
a un
cuestionamiento
profundo
de
las
bases.
en
que
reposa
la
racionalidad moderna
y
a
su
ineludible
consecuencia: la
desnaturalizaci5n
de la raz6n. Se aboga, al
final,
por
una
concepci6n
m6s
amplia
de racionalidad
que,
prestando
m6s
atenci6n
a
las diferentes
voces
de
los
alumnos,
nos
permita proponer
pr6cticas
educativas
m6s
aptas
para
la ensefianza
de las
matemdticas.
ABSTRACT
Traditional
epistemology,
since Kant;
has
investigated
the
problem
of
knowledge
in terms
of
the
principles
and
representations
which
reason
makes up from things
outside of
the
mind. However, such
an investigation
assumes
a certain conception
of
Reason
and
its
reasons.
So,
what are the reasons
of
Reason?
In
this
essay,
it is
suggested
that
traditional
epistemology, which
provided
a
solid
basis
for
the
conception of
modern
thought,
has
elabo-
rated
a
concept
of
Reason
whose
roots are
found in two key moments
in
Western History.
The
first
is that
of
the Enlightenment movement
which declared
itself
anti-philosophical
(that
is
to say,
"anti-speculative").
The
second
key moment is identified
with
the
birth
of
what
Max
Weber
called
the "instrumental
reason". This
essay
relates two recent
pivotal
moments that shook up
modern thinking
as
we know it and that have achieved what we
have termed the denaturalization of
reason.
At the end of
this
esssay,
we
suggest that a
broader conception
ofrationality,
open
to
incorporate
the
different voices
and
perspectives
of
the students,
may
permit
the introduction
of
more diversified
educational
practices
in
the
teaching of mathematics
at
school.
iffifft
uto
trn
noliudo
dentro del marco de
m
programa
de
investigacihn
subvenciomdo
por
The Social Scienca
and,
Humani-
tJrs
Research Council of
Camda
(SSHRC),
grant
#
41008-1287.
Deseo
agradecer al
Dr
Jos€
Guzmdn
Herndnda
del
Deparu-
mato
de Matendtica
Edacativa del Chvestau, M€tico, sus cotnentarios
y
valioso aporte en
h
preparacidn
de este trabajo.
.r
Universitd Laurenlienne On ario, Canado,
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La razdn
desnatuialimda.
4.
Abdurajmdn: Nosotros siempre decimos
sdlo lo
que
vemos;
lo
que
nunca hemos
visto no lo decimos.
5. Investigador:
2Qud
se
deduce
de mis
palabras?
(el
silogismo
es
repetido)
6. Abdurajmdn: Mira: nuestro rey
no se
parece
alvuestro,
y
elvuestro no
es
igual
al nuestro. A
vuestras
palabras
puede
responder sdlo
alguien
que
b
hayavisto,
quien
no
lo vio,
no
puede
contestar
7.
Investigador:
1Pero
de
mis
palabras
que
en el
Norte,
donde toda
la tierra
estd
cubierta
de nieve, los osos son
blancos,
podria
deducirse de
qud
color son los
osos?
8. Abdurajmdn: Si ln
persona
tiene
sesenta
u
ochenta afios
y
vio
al
oso blanco
y
lo
dice,
se le
puede
creer;
yo
no lo vi
y
por
eso no
puedo
decirlo. He dicho mi
palabra..
El
que
lo haya
visto,
lo
dird;
peroel queno
lovio,
no
puede
decir nada.
AbdurajmSn
era
un
campesino analfabeto
de
37 aflos
de
la
apartada aldea de Kashgaia
en
Asia
Central
y
el
investigador era Alexander
Romanovich
Luria. El extracto
proviene
de
las
famosas
expediciones
psicol6gicas
que
Luria
emprendi6 a
principios
de los
aflos
30
con
el fin
de investigar
las hip6tesis de
Vigotsky
segrin las
cuales el desarrollo
de las
funciones
mentales
superiores est6
ligado
el
desarrollo
del medio social
y
cultural
(Luria
1,987;
el
di6logo citado
se encuentra
en
pp.t25-126).
Investigaciones posteriores
llevadas a
cabo
en
el
campo de
la
sicologia cultural
compa-
rativa
(Cros
s-cultural
psychology),
han
confirmado
con lo
que
Luria
se
encontr6,
a
saber, que
individuos
que pertenecen
a
sociedades
"tradicionales"
-como
se ha
dado
por
llamar
a dichas
sociedades
para
diferenciarlas
de las
sociedadss
"p6de635"-
no
responden
utilizando
modos
silogisticos
de razonamiento.
1,Qu6
es
lo
que
hace
que
silogismos
"simples",
de tip
modn
ponens,seat
tratados
por
dichos
individuos de manera
tan diferente
al
que
supone
la l6gica formal?
Algo
que
ha
sido
notado en
los
andlisis correspondientes
es
que
las
respqestas
quedan generalmente
enmarcadas
en una l6gica
que
no
funciona
en t6rminos de las relaciones
causales-
incluyentes:
completamente
al
contrario, los
individuos
tienden
a responder en t6rminos
de su
experiencia
cotidiana.
Luria
concluye:
Los
datos
ofrecidos muestran que
nuestros
sujetos no
perciben
el
silogismo
como
un
sistema
l6gico
unificado. La persona repite
las diversas
frases
del
silogismo
como
frases
aisladas,
que
no
se
hallan
en
una
cierta
relaci6n
entre
st.
(...)
En
todos
los
casos,
los
sujetos experimentales,
al
repetir
los
mensajes
silogtsticos, no
les
atribuyen un
cardcter
l6gico de afirmaci6nuniversal,
sino
que
convierten
cada
parte
del
silogismo
en
algo
parcial que
no puede
tener relaci6n
l6gica con la otra
frase
y
de la
cual
se
puedan
extraer las
correspondientes
conclusiones.
(Luria
1987,
p.
123)
Sin
embargo,
por
concreta
que
sea,
la
expe-
riencia
cotidiana
no se basta
a
ella sola.
En
general,
dicha experiencia
es
organizada
a
trav6s de
categorias
conceptuales en
las
que
se
mueve
el
razonamiento
del individuo y
le
permiten
organizar el mundo.
En
el
caso an-
terior,
este
punto
queda
ejemplificado
cuando
el
campesino
dice: "Yo
no
s6,
yo
vi
s6lo
a osos
pardos,
a
otros nunca
he
visto...",
posici6n
que,
m6s
adelante,
queda
aclarada
cuando
el
campesino declara
de
manera
tajante
la
regla
que
rige su razonamiento:
"Nosotros
siempre
decimos
s6lo
lo
que
vemos;
lo
que
nunca
hemos
visto
no lo
decimos".
Dicha regla
pone
limites
a
lo
que
puede
ser
discursiva
y
conceptualmente
tratado,
sosteniendo asi
un
tipo
de
razona-
miento
en
el
que
se
habla de lo
que
se ha
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L a razdn
de
snaturalizada.
de aldeas
lejanas
con
poco
contacto
con
las
transformaciones
sociales
y
econ6micas
que
la Uni6n
Sovi6tica
habia desplegado
por
aquellos
lugares
en
aqu6l
entonces,
procedian
a brindar
respuestas
gobemadas
por
las actividades
diarias
de
la comunidad.
Asi,
Rajmat
-un
sujeto
analfabeto
de
37
aflos-
responde:
Estos tres encajanbien
[refiriCndose
svasos'
olla-botellal;
y para
qu€
pusieron
las
gafas,
no lo
sC...1No,
st
que
lo
sC,
se necesita
para
los ojos:
cuando
uno
quiere
comer
y
no
ve
bien
debe
ponerse la
gafas
(Op.
ci:t
p.
72).
Uno
de
los objetivos
de
las
interrogaciones
de
Luria
era
saber si
los
campesinos
podian
identificar
los objetos
gracias
a un rasgo
gene-
ral.
De
esa
cuenta,
ante
la
insistencia
del
campesino
en
no
eliminar
las
gafas
de
la
lista,
el didlogo
continrla con
el desafio
a la
posici6n
del
entrevistado
mencionando
la opini6n
de
una
persona
hipot6tica:
"Pues
una
persona
dijo
que
uno de
los objetos
no encajaba
aqui,
no
se
incluia
en
el
grupo".
El
sujeto
responde:
Seguramente
esta
persona
tenta
un
mal
pensamiento
en
la sangre...
Y
yo
te
digo
lo
siguiente:
1
aquf
todo coincide
En
el vaso
hay
que poner
agua, en
Cste
no se
puede
cocinar,
ast
pues
necesitamos
la
olla,
y
las
gafas para
verlo
todo
mejor...
Necesitamos
los cuatro,
por
eso los
pusieron
juntos..,
(Ibid.).
Irvy-Bruhl
acufi6
el t6rmino
de
pensamiento
"pre-l6gico"
para
referir a
una
de las bases
que
forman,
junto
con
otras,
el
pensamiento
de
los
individuos
reportado
en los escritos
de
misioneros
y
viajeros.2
La diferencia
funda-
mental
entre
el
pensamiento
pre-l6gico
de
la
mentalidad
primitiva
y
el
pensamiento
l6gico
occidental
reside, seg6n
I-evy-Bruhl, en el
enraizamiento
del
primero
en la esfera de las
emociones
y
los sentimientos
que
sirven
de
ejes
mayores a
las representaciones
colecti-
vas, esto
es a las
ideas
que
los miembros
de
un
grupo social comparten
y
que
son
impuestas
desde el
exterior.
Sin
embargo,
contrario
a la coniente
evolu-
cionista,
Ldvy-Bruhl
no
consideraba
el
razonamiento
pre-l6gico
como un defecto
o
como
producto
de la estupidez
o como
forma
rudimentaria
de
la
nuestra, como
un
razo-
namiento
inferior,
comparable
al
de
los
nifios
del mundo
"civilizado".
En efecto,
Tylor, por
ejemplo,
en su
libro
Primitive Culture,
toman-
do
una
postura
evolucionista,
proponia
que
el
estudio
de
la cultura
se considerara como
una
secusncia
de
estadios
yendo
desde
la
salvajeria
hasta
la
civilizaci6n
y
no
se
perturbaba
en
poner
en el
mismo
paquete
el antiguo
pescador
suizo
que
vivia sobre
los
lagos alrededor
del afio 6000
antes
de Cristo
conel"Azteca
medieval",
o
el Ojiba
Norteamericano
con el
Zuhi
de
Africa,
pues, sosten(a,
los
salvajes
son
los mismos
en un
lado
que
otro
(verTllor
L981,
p.
6y
21.,
por
ejemplo).
[,6vy-Bruhl, como
acabamos
de mencionar,
toma una ruta completamente
diferente. Si
se
tratara de un
retraso
evolutivo
o de una clase
de
estupidez cong6nita,
argumentaba
[.6vy-
Bruhl,
lc6mo
entonces comprender
el hecho
tan simple
que
en cuanto
el
misionero enseflaba
al mismo
tiempo al
nifio
"primitivo"
y
al blan-
co,
el
"primitivo"
aprendia
igual
que
el
otro?
En
un
pasaje
de
Ia
mentalidad
primitiva,
nos
dice claramente
que
si
vemos
dicha
mentalidad
tal
y
como
ella se
manifiesta
en sus
propias
instituciones,
dicha
mentalidad
"aparecerS
al contrario
como
normal
en
las
condiciones
que
6sta
se
ejerce, como
compleja
y
desano-
llada
a su manera"
(Ifvy-Bruhl, L960,
p.
L6).
2
Onas
bases del
pensaniento
'pre-l6gico"
d*tacadas
por
L€vy-Bruhl
fueron
la
orienlacidn
mhtica,
la
naturaleza
de
identificacidn
participativa (por
ejemplo,
h
persona
que
se
identifica
a
un
animal),
la comunidn con
el
nundo.
(Ver
Honon 197j),
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La razdn
desnanralizada.
la coherencia de un
sistema
y
la explicaci6n
de
un acto
o de
un evento
son,
en
realidad,
ideas
complicadas
que
se
nutre
de
las
pr6cticas
culturales
y
del sentido
que
esas
pr6cticas
dan
a las acciones
y
decisiones
qug
se
toman en contextos particulares.
Es
dentro de
esas
prdcticas que
la
explicaci6n
que
damos
a ciertos
eventos toma uno u
otro
curso.
L6vy-Bruhl
cita el ejemplo de una tribu
de Australia
en
la
que
sus miembros,
aunque
notando
el
papel
importante
que
desem-
pefla
el acto
sexual enla
concepci6n,
atribuian
la
"verdadera
causa" a un efecto
mistico:
Artn si habtan notado
que
un
nifio
no
viene
al mundo si la
fecundaci6n
no ha
ocurrido,
ellos no
sacabanla
conchxidn
que
nos
parece
natural,
Ellos
persisttan
en
pensar
que
si
una
mujer
estd en cinta
es
por
que
un
"esptritu"
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La raz6n desnatu
ralizada.
nificamente
expresada
por Evans-Pritchard
(1937,
pp.
319-320')
enlas
siguientes
palabras:
Que
el
lector
considere
cualquier
argumento
que podrta
completamente
demoler
todas
las
pretensiones azande
relativas
al
poder
del
ordculo.
Si
Astefircra
trasladado
en
los
modos
azande
de
pensamiento,
I
el
argumento]
ser'
virta
para
sostener
la
estructura
entera
de
sus
creencias.
4. ELPAPELDE
I"A CULTURA
sEGfN
r-6vy-nnunr.
Y SEGfN
LURIA
Volvamos
a
la
pregunta que
planteamos
anteriormente:
1Qu6
es
lo
que
hace
que
"silogismos
sirnples"
y problemas
de cate-
gorizaci6n como
los
vistos
anteriormente
sean
resueltos
diferentemente
por
dichos
individuos
sin apelar
a la
l6gica deductiva?
Para
L6vy-Bruhl,
la ausencia
de
pensamiento
l6gico
es debida
al
hecho
de
que
el
razo-
namiento
"primitivo"
quedaba
prisionero
de
las representaciones
sociales
las cuales
eran
impresas
al
individuo
desde
el exterior.
De
esa manera,
era
el
efecto
de la
cultura
la
que
producia
el
pensamiento
pre-l6gico.
Para
alcanzar
la
esfera
del
pensamiento
l6gico
era
menester
pues
una
emancipaci6n
del
individuo
sobre su
propia
cultura.
En
la
perspectiva de
livy-Bruhl
no
se
trata,
sin
embargo,
que
los
"primitivos"
posean
estructuras
psicol6gicas distintas a las
de
los europeos
educados:
Cuando
digo
que
los
'primitivos'no
perciben
nada
como
lo hacemos
nosotros,
nunca
quise
decir
que
verdader
a
s
diferencins
p
s
icol6
g
icas
acisten
entre
ellos
y
nosotros;
al
contrario,
admito
que
condiciones
individual
fisio-
psicoligicas
de
percepci6n
sensorial
no
pueden
ser
otras
en ellos
que
en nosotros
(LCvy-Bruhl
1952,
p.
121).
Para
Luria,
por
el contrario,
si
hay
diferencias
psicol6gicas
y
6stas
se
explican
precisa-
mente
por
el efecto
de
las
correspondientes
prdcticas,
"caracteristica
de las condiciones
hist6ricas
en
que
habitan
los
representantes
de
una
u
otra
cultura"
(Luria,
1987,
p.
L7).
En
una
frase
tajante y corta,
a
prop6sito
de
la
percepci6n;
dice:
"Los
procesos
perceptivos
tambi6n
dependen
de las
formas socio-
hist6ricas
de vida."
(p.
18). Y
m6s adelante,
refiri6ndose
al
objeto
mismo
de
las expedi-
ciones
psicol6gicas, cuyos
resultados
no
fueron
publicados sino
en
los
aflos 70:
Las
investigaciones
que
hemos
llevado
a cabo
hace cuarenta
afios
por
iniciativa
de
L,
S.
Vigotsky
(en
condiciones
de
una
conmocidn
social
sin
precedentes
en la historia
y
de
una
revoluci6n
cultural)
tenian como
fundamento
el
que
a
lo
largo
del
desarrollo
histdricovarta
la estructura
de
la
actividad
pstquica;
y
iunto
con
6sta
no s6lo
el contenido,
sino
tqmbiCn
las
formas
bdsicas
de
los
procesos
cognitivos
(Luria,1987
p.
21).
No
podemos,
dentro
del
contexto
de
este
articulo,
detenernos
aqu(
en
los
detalles
que
explican
la
posici6n te6rica
de
la
escuela
socio-hist6rica
rusa
de
Vigotsky,
Luria
y
Irontiev.
Nos
contentaremos
con
seflalar
que,
precisamente,
dicha
escuela
se
alza,
por
un
lado,
contra
la
psicologia asociativa
que
postulaba una
identidad
entre
la
mentalidad
primitiva
y
la
civilizada,
explicando
las
diferencias en tdrminos de
la
pobreza
y
limitaciones
de
la experiencia
de
la
primera
respecto
a la segunda,
y, por
el otro, contra
la
posici6n idealista
segfn
la cual
la mente
se
desanolla
siguiendo
su curso
propio, indepen-
dientemente
de
los
abatares
de las culturas
(ver
Vigotsky
7997,
p.17).
En contra
a estas
posiciones
te6ricas,
Vigotsky
y
su
escuela
sefialaron
que
la
diferencia
entre
el
pensa-
miento
primitivo
y
el civilizado
(una
pregunta
con
que
Vigotsky
se
top6
en
el
curso de
sus
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L a r az6n
des
naturalizada.
El
dispositivo experimental
de
Luria
permite
mostrar c6mo, con cierta exposici6n a la
escolarizaci6n, el sujeto
empieza
a adquirir
los mecanismos
que
le
permiten
ir
m6s all6
de
las situaciones concretas, abstraer rasgos
comunes
en
los
objetos
e
identificar aspectos
similares
en
ellos.
Aparece una
co-etcistencia
de dos l6gicas,
que
se
manifiesta
con
la
posibilidad
que
tiene el individuo
de operar
segrin dos formas diferentes de agrupaciones,
la
"situacional"
y
una
forma'categorial"
que
empieza a asemejarse a
la
l6gica formal
(aunque,
como
Luria lo nota, con
una
tendencia
marcada a
interpretar
las
preguntas
dentro
de
las
situaciones
prdcticas propias
del
individuo,
cf.
op.
cit.
p.
90). Por
riltimo,
los
individuos
que
han estado
m6s
involucrados
en la nueva forma
social
y
econ6mica
de
vida
muestran
una transformaci6n marcada en
su forma de razonar. Asf, seflalando
las
diferencias
entre
los
sujetos
que
han
atendido
la
escuela
por
cierto tiempo
(sujetos
cuya
actividad
principal,
sin embargo, sigue
siendo
las formas
tradicionales de economia,
por
ejemplo
agicultura,
pastoreo) y
aquellos del
tercer
grupo
investigado,
es
decir
aqu6llos
gue
se han
sumergido
de manera
decisiva
a
la nueva forma de vida, Luria
dice:
Algo
muy
diftrente
podemos
observar
si
analiza mos
a
las represet tantes del tercer
grupo
de sujetos
compuesto
por
jdvenes
que
han
esndiado
por
uno o dos afios,
que
lwnpresndo
servicio
milita4 o
que son activistos
de
las
cmperativas con un mfnimo de
instrucciln
Para
estos
jdvenes,
clasificar los
objetos
ofrecidos
en base a
determinado rasgo
abs-
tracto
(pertenencia
a una u
otra categoria,
similitud
de
material,
etc.)
ya
no
presentaba
diftcultad
alguna
(op.
cit
p.
90).
Los
resultados
de Luria
pueden
ser
inter-
pretados
de forma
diferente. Michael
Cole,
por
ejemplo,
no ve los
cambios de
razona-
miento
presentados
por los
sujetos
de los tres
grupos (sujetos
analfabetos,
sujetos
con
alguna
escolarizaci6n
y
sujetos inmersos
en
nuevas actividades
socio-econ6micas
de
vida)
como la consecuencia de la
transformaci6n
de
las
funciones
psicol6gicas.
En
el
prefacio
de
la
traducci6n
inglesa del libro
de Luria,
bajo cuya
direcci6n
Cole
habiaido
a
estudiar
a Moscti a
principios
de
los
aflos 60, dice:
Lo
que
Luria
interpreta
como
la
adquisicidn
de
nuevas
formas
de
pensamiento,
yo
estoy
mds
inclinado
a
interpretarlo
como
cambios
en la
aplicacidn
de
modos
previamente
disponibles
a los
problemas particulares
y
contextos de discurso presentados en
el
experimento
(Cole
1976,
p.
xv).
Quiz6s
el
problema
m5s delicado
consiste
en
precisar
lo
que
se entiende
por
formas
de
pensamiento y
lo
que
deberiamos
considerar
como'ilo
mismo"
y
lo
"nuevo"
respecto
a esas
formas. Esto requiere
una
conceptualizaci6n
que
no
es f5cil
y que
ha sido objeto
de debate
en
el
carnpo
de
la
sicolog(a del desarrollo
mental.
Por
ejemplo,
en
las
lineas
2
y
8 del
di6logo citado
en
la secci6n L
de este
articulo,
queda
clara
la existencia
de
expresiones
idiomdticas de la forma
"si
...
entonces
..."
en
los,sujetos
de Luriaa. Es
claro
que
el
t6rmino discursivo
"si
...
entonces
..."
obedece a una forma causal
que
opera
de
manera muy diferente
a
la de la l6gica
deductiva.
;Debemos
ver
el uso de la
expresi6n "si
...
entonces"
(o
las
operaciones
de
"categorizaci6n concreta")
de
estos
habitantes del
Asia
Central como
instancias
del "mismo modo'r de
pensamiento
l6gico
deductivo
que
indujo la escolarizaci6n
o
bien
debemos verlas
como formas
de un
pensamiento
fundamental mente
distinto?
Para Luria,
estamos en
presencia
de
un
cambio cualitativo importante,
que
hace
al
pensamiento
distinto. La
palabra (arin
si
a
a
Por
ejemplo,
ltnea
2.'
"...
si la
regi6n e,s blanca,
enronces
los
animales seran blancos tambi€n, sies
amarilla,
amarillos."
(el
subrayado
es
nuestro).
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L a
razin desnatur
alizada,
El lazo
entre
la forma
de cognici6n
y
la
especificidad
de
la
actividad
Tulviste
la
encuentra
en los
tipos
de
problernas
con
que
se
presentan en
las
actividades
mismas:
Desde
el
punto
de
uista de
fla
teorta
de
la]
actividad,
el
pensamiento
debe
necesaria-
mente
cambiar
a trav4s
de la
historia
debido
a
que
los
problemas
aparecen
en
conexidn
con
el desarrollo
de
nuqos
tipos
de
activi.dad
que no
pueden
ser
resueltos
con
tipos
de
pensamiento.
en
curso.
La
actividail
deter-
mina
qu€
mdtodos
de
pensamiento
existen
en
una
cultura
u
otra
y
cudles
de esos
mdtodos
son
aplicados
en
cualquier
caso
dado
(Tulviste
1991,
p.
72).
Una
de
las
ventajas
que
Tulviste
encuentra
en
la Teoria
de
la Actividad
es
que
6sta
plantea el
desarrollo
del
pensamiento
no
como
el
resultado
de
la
simple
adaptaci6n
del
individuo
al
medio
sino
que
como
un
desarrollo
se teje
con
los
conceptos
que
los
individuos
van formando
en
el
curso
de
sus
actividades.
"En
la
medida
que las acti-
vidades
de
los
individuos
se
desarrollan,
el
desarrollo
de
su
pensamiento
es
un
fen6meno
que
no
s6lo
es
natural
sino
necesario,"
(Tulviste
199L,
p.
73).
Resulta
pues,
dentro
de este
contexto,
que
el
pensa-
miento
no
es
ni esencialmente
natural,
como
se
sugeria
el
evolucionismo,
ni cultu-
ralmente
impuesto.
Aunque
a
primera
vista
el
PaPel
que
desempefla
el 'problema"
parece
ligar
la
posici6n
te6rica
de
Thlviste
al
tecnocentrismo
y
la
valoraci6n
de
la
racionalidad
como
racionalidad
cientifica,
en
realidad
lo
que
Tulviste
tiene
en
mente
cuando
hace
refe-
rencia
a
la
entidad
"problema"
es
algo
mucho
m6s
gen6rico.
No
es
tanto
la distinci6n
entre
bajos
y
altos
estadios
en
el
desarrollo
del
pensamiento sino
los
tipos de
pensamiento
que corresponden funcionalmente a ciertos
tipos
de actividad.
La
cultura,
argumenta
T[lviste,
no
puede
reducirse
a
la
ciencia,
la
cultura
es
mds
rica
y
abre,
por
tanto,
campo
para
diferentes
tipos
de
pensamiento.
El
desarrollo
del
pensamiento
no
puede,
pues,
en
esta
perspectiva,
ser
visto como
el
desarrollo
del
pensamiento
cientifico,
y
si
en
la literatura
de
la
psicologia ha
habido
un
empefio
sostenido
en
hacerlo
es,
segfn
Tulvi'ste,
debido
a
una concepci6n
pobre
o
ausente
de
cultura.
Es,
dentro
de este
marco
occidental
concep-
tual,
en
el
que
el
estudio
del
pensamiento
ha
sido
visto
bajo
Ia
lupa
del
pensamiento
cientifico,
que
Tulviste
sitria
Ia
tipologia
de
los estadios
de
Piaget,
una
tipologia
"basada
en
sujetos
resolviendo
problemas
experimen-
tales
no
relacionados
en ninguna
forma
directa
con
los
tipos
de
actividad
pr6ctica o
te6rica
de
la sociedad"
(op.
cir.
p.90).
Una objeci6n
similar
habia
sido
presentada
por
l,6vi-Strauss
a
raiz del
desacuerdo
con
Piaget
que
se
originaba
en
la
posici6n
del
primero
segrin
la
cual todos
los
grupos
culturales
poseen
la
misma
l6gica
(una
l6gica
basada
en
arreglos
matizados
en
t6rminos
de
oposiciones;
cf.
lfvi-strauss
1962).
Piaget
argiiia
que
los
llamados
pueblos
primitivos
habian
alcanzado
el estadio
que
6l
denomi-
naba
de
las operaciones
concretas
en
el
nifio
y
que
el
desacuerdo
con
Uvi-Strauss
s6lo
podia
ser
resuelto
experimentalmente.
En una
entrevista,
Piaget
dice:
En
cada
discusi6n
que
tengo
conLCvi-Strauss
paso
mucho
tiempo
repitiendo
que
ni
Cl
ni
yo
podemos
deducir
el
asunto
deducti'
vamente,
No
son
las
investigaciones
del
etnfigrafo
las
que van a
decidir
la
solucihn
por
nosotros.
Lo
que
se
necesita
son
estudios
de
campo
por
psic6logos acostumbrados
a
nuestros
mebdos
de
investigacidn
(Grinertald
1983a,
p.75).
-
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turalimda.
asrrme
que
el mundo se ordena
precisamente
por principios.
Como vimos anteriormente
en el
caso
de los
azande, en
la
medida en
que
la ontologia es tal
que
el mundo es visto
como algo animado
por
influencias
adversas
que
en vez
de
aplicarse
a
todos por igual
se
aplican a
cada
individuo en su
especificidad
propia
(lo
que
hace,
por
ejemplo,
que
el
resultado
de
un ordculo
no
sea
transferible
al vecino), llggamos aqui
a
un
punto
en el
que
el
mundo
se
pliega
a
los
principios.
Dichos
principios
no son
cualquiera.
Estos,
desde Galileo,
son
investigables
matem6-
ticamente.
En
1794,
Jean
Antoine Nicolas
Caritat
marquds
de
Condorcet,
en su
Esquisse
d'un
tableau historique
des
progrCs
de
l'esprit humain, alaba el modelo de raz6n
que
ofrecen las matem6ticas
y
los
conceptos
te6ricos
que
esta disciplina
pone
al
servicio
de las
ciencias
fisicas
en
el
estudio de la
Naturaleza.
Segrin
Condorcet,
las
matem6-
ticas
van
m6s
all6
de
la
opini6n
y
del
juicio
sin
fundamento
y
ofrecen
el
paradigma
mds
ilustrado
para
el
conocimiento
en
general.
El
6xito
instrumental de las
matemdticas
en
el estudio
de la
Naturaleza
es visto como
la
garantia
de la existencia de un mundo de
leyes
escondidas esperando ser descubiertas.
Asi,
Condorcet
propone
extender
la
onto-
logia
de la
Naturaleza
-
cuyas regula-
ridades la
fisica desvela- a
otras esferas de
la
vida
humana, creando asf una ontolog(a
que
podemos
llamar Natural
y
que
viene
equipada
con
un arsenal
propio
de
m6todos
de investigaci6n modelados
sobre
la
matemdtica
y
la fisica
y
que
dar6
lugar
m6s
tarde a lo
que
Foucault
(1966)
llam6
el
nacimiento
de
las ciencias
humanas,
y
que
hizo
posible
el
advenimiento
de la
psicolog(a
experimental
y
sus intentos
por
medir todo,
desde los
reflejos
sensorio-motores hasta
la
propia
inteligencia.
El
siguiente extracto
del
Esqzisse
de
Condorcet es
elocuente:
El ilnico
fundamento
en la
creencia
en las
ciencias
naturales es la idea de que
las leyes
generales,
conocidas o ignoradas, que
rigen
los
fen6menos
del universo,
son
necesarias
y
constantes,
y
ipor
qud
razdn
ese
principia
serfa
menos
cierto en
el
desarrollo
de
las
facultades
irltelectuales
y
morales
del
hombre
que
en las otrqs operaciones de
la
natura-
leza?
(Condorcet
1966,
p.
253).
En los
riltimos afros ha
habido,
sin
embargo,
un
importante
movimiento
que
proviene
de
dominios
tan
variados
como la
sociologfa,
la
antropologia,
la
psicologia,
la arquitectura,
la
critica literaria,
etc.,
en
la
que la
ciencia y
su
paradigma
de racionalidad ha sido
sujeto
a
un
cuestionamiento
sin
precedentes.
Por
ejemplo,
Stephen Tyler, uno de los
etn6logos
contempor6neos
m6s
connotados,
siguiendo
a
Feyerabend
y
otros, ha
discutido
con
detenimiento
las
bases sobre
las
que
reposa
la idea
de
la
Raz6n moderna
y,
desde
una
perspectiva
postmodernista,
refiri6ndose
al
modernismo y
uno
de sus
pilares
fundamen-
tales,
a
saber,
la
ciencia misma,
dice:
el mundo que
hizo
a las
ciencias
1
que
las
ciencias
hizo-
ha desaparecido;
el
pensamiento
cienttfico es ahora
un arcaico
modo de
consciencia
que
sobrevive
todavia
por
un momento
en
forma
degradada
sin el
contqcto
etnogrdfico
que
la
cre6y lo sostuvo
(Tylea
1986,
p.
123).
Aunque no
podemos
entrar
en este artfculo
en una descripci6n de
lo
que
es
el
post-
modernismo,
conviene
notar,
para
nuestros
propSsitos, que
dicha
corriente se
presenta
como
un
movimiento
subversivo
a la
raciona-
lidad
moderna,
cuyas
emboscadas proceden
de diferentes
puntos
estratdgicos:
la
legitima-
ci6n
del
saber
(Lyotard
1979),
la
objetividad
del
conocimiento
(Feyerabend
1979,
1989;
Latour
y
Woolgar
1979), el papel
del lenguaje
(Derrida
1967),
la
dominaci6n
masculina
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La
raz6n desnaturalizada.
tradicional, en
el
que
mezclas
del hombre
y
el mundo animal
habian
llevado a
L6vy-Bruhl
a identificar
la
"ley
de
participaci6n",
como
la
identificaci6n
de clanes con
animales o el
totemismo discutido
por
lf.vi-Strauss
en las
tribusArabanna
y
Warramunga,
en donde
los
ancestros
tot6micos se
presentan
mitad
hombre,
mitad animal
(L6vi-Strauss
1962,
capitulo
3), como el
minotauro
en
Grecia,
en
el tecno-totem,ismo,
son
mezclas
de
hombres
con
m6quinas
las
que
son
puestas
en
juego,
como
en las
pel(culas de Terminator o
m6quinas o
robots
que
aspiran
a
comportarse
como
hombres,
desde el
Frankensetin de
Mary
Shelley
del
mundo
industrial
hasta
Data
(ese
personaje
contempor6neo
de
Star-Trek).
7.
SiNTESIS
En las secciones anteriores
hemos
visto
c6mo, a
partir
de
los
reportes de misioneros
y
viajeros
acerca
de
la
forma
de
pensar
de
culturas
que
han seguido
una trayectoria
diferente
a
la
occidental,
empez6 a
formarse
una
idea que
cuaj6
en las
distinciones
entre
primitivo/civilizado, moderno/tradicional,
ciencia/magia,
salvaje/culto,
etc. Hemos
visto
c6mo
L6vy-Bruhl
acufl6
el
t6rmino de
pensamiento
"pre-l6gico"
como
una de
las
caracteristicas
del
pensamiento
primitivo y
cuyas
raices
las
encontraba
en el fundamento
mistico, el
aspecto
emocional
y
afectivo
de
las representaciones colectivas
que
sustentan
al
mismo.
Fuesto
que
esas representaciones
son culturales,
resultaba
que
la
cultura
terminaba
por
convertirse
en
un
impedi-
mento
para
pensar
l6gicamente. Partiendo
de
supuestos diferentes,
las
expediciones
psicol6gicas
de
Luria alAsia
Central
trataban
de investigar
c6mo
cambios en los medios
de
producci6n y
la
introducci6n
de
nuevas
formas de organizaci6n
social llevaban
a
cambios en el funcionamiento
mental
de
los
individuos. Aunque
el
dispositivo
experimen-
tal
puede parecemos
ahora un tanto rudo, algo
que
el
propio
Luria
reconoci6 cuando
por
fin
el embargo fue levantado
y
su
libro
fue
a
la
imprenta, casi
40
afios m5s
tarde
que
las
expediciones
fueron
completadasT,
quiz6s
la
limitante
mayor
se encuentra
en la direcci6n
particular
qie
supuso
el enfoque
te6rico
que
lo sostuvo, es decir, su
orientaci6n
especifica
que
lo llevaba a investigar ciertos tipos de
razonamientos
(silogisticos,
formales,
catego-
rizantes, etc.) en
detrimento de la investiga-
ci6n
de los
propios
razonamientos
aut6ctonos.
Laraz6n, nos
parece,
obedece a la
posici6n
que
la antropologia
marxista
y
el
propio
marxismo mantuvieron
ante
la
ciencia como
medio de
control
y
transformaci6n
de
la
naturaleza
(Bloch
1985)
y
su idea 6tica de
progreso
universal,
posici6n que,
como
vimos, fue
compartida
por
el
pensamiento
moderno
y gue,
con
su
programa
social-
comunitario,
hizo
del marxismo
quiz6s
el
movimiento m6s moderno de los modernos.
Con todo,
las
expediciones
de
Luria develan,
con
una
sistematicidad
que
los
reportes
de
misioneros
y
viajeros carecfan,
rasgos
impor-
tantes de otras formas de
pensamiento.
No
deja de
resultar ir6nico,
por
otro lado,
que
mientras L6vy-Bruhl consideraba
el
aspecto
mistico del
pensamiento pre-l6gico
un freno
o
un obstdculo
para
llegar
al
pensamiento
16gico, Max Weber encuentra
precisamente
en
la
6tica
protestante
uno
de
los
pilares
fundamentles en la formaci6n de la raciona-
lidad
moderna
y
su expresi6n del
capitalismo.
Nuestra corta discusi6n
de
Condorcet
y
el
contraste con la "ciencia
zande"
permite
ver
c6mo
la
racionalidad
moderna
se
nutre
de
la
racionalidad
de
las
ciencias
y
las matem6ticas,
hasta
llegar
a
permear
el
discurso de
las
"ciencias
del
hombre"
(Foucault),
con
la
correspondiente
evacuaci6n de la
primera
persona
en el contenido del texto
cientifico.
La breve menci6n
a algunos de
los
ejes
que
TDos
peqtefios
arttculos daban cuenra de
ilwra
muy esquemdtica
de
las intenciones
de
esas expediciones.lhr Luria
19j1
y
1934.
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c6mo las
pr6cticas
producen
los sujetos:
"Ia
cognici6n
situada,
en
esta instancia,
entonces, no es
gente
pensando
en
diferentes
contextos,
sino
sujetos producidos
de
forma
distinta en
diferentes pr6cticas" (Walkerdine
1997,
p.6s).
[:
desnaturalizaci6n
de
la
raz6n abre nuevas
posibilidades
para
entender la
pluralidad
de
racionalidades.
Este
punto
se vuelve
de
gran
-
mportancia
en
el
i{mbito de
la
Matem6tica
Educativa
en donde hasta
ahora
hemos
privilegiado
esencialmente
un
tipo de
racionalidad.
Quiz6s
una
actitud
antropo-
l6gica
m5s sensitiva
a las diferentes
voces
de
los
alumnos.
y
una comprensi6n
mayor
de
las diferentes
estructuras sociales,
econ6mi-
cas
y
politicas
de la escuela y
del
sal6n de
clase,
y
su
relaci6n
con
las
formas
particulares
que pueden
tomar
esas
voces
en sus
propios
contextos,
puedan
ayudarnos
a
proponer
mejores
prdcticas
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