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¿Quiénes son profetas? Dios tiene un proyecto para este mundo y para las personas que vivimos en él. Y elige a personas para que nos lo muestren más claramente. A esos les llamamos “profetas”. Pero Dios quiere contar con la colaboración de todos nosotros. El proyecto de Dios no es solo para unos cuantos, es para todos. Dios le dice al profeta Isaías: “te hago luz de las naciones para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra”. Dios quiere que su proyecto de felicidad llegue a todas las personas y a todos los pueblos de la tierra. ¿Quiénes son profetas? Aquellos que tienen fe y acogen en su corazón el proyecto de Dios para hacerlo vida y testimonio para los demás. Cuando hacemos esto, no sólo nos convertimos en profetas de nuestro mundo, sino que nos damos cuenta de que la fecundidad de Dios es mucho mayor que nuestras aspiraciones y nuestros esfuerzos humanos. Cuando nos dejamos hacer por Dios llegamos más lejos que cuando nos empeñamos en hacer las cosas nosotros solos y como a nosotros nos parece. Juan el Bautista va a ser protagonista principal en el plan de Dios, como también lo será la Virgen María y el mismo Jesús. Otros jugarán un papel más secundario, pero no menos importante: Zacarías, Isabel, José… y muchos otros. Todos han acogido el plan de Dios en su corazón y son para nosotros un testimonio y un referente. Porque en el plan de Dios todo el mundo tiene su lugar, su responsabilidad, su vocación. Y nuestra tarea en esta vida es descubrirlo. Para seguir un plan o un proyecto necesitamos referentes, personas que abran brecha, que marquen el camino. La Biblia está llena de esas personas, de profetas que han hecho de avanzadilla para allanar el camino del Señor, como Juan el Bautista. Pero hoy también los sigue habiendo, porque los seguimos necesitando. Dios va a llevar a cabo su plan porque es fiel a lo que nos prometió y porque, a pesar de nuestras resistencias, siempre encontrará un corazón dócil y dispuesto a colaborar con Él. La pregunta es: ¿será el mío? El profeta Isaías, al darse cuenta de esto, decía: “En vano me he cansado… en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios”. Abramos el corazón a Dios y los ojos a la vida para descubrir a esos profetas, a esos testigos, a los referentes que nos hablan de cómo vivió Jesús, de que ese proyecto es válido para hoy, para nosotros, para nuestra felicidad. Los profetas están entre nosotros. Su identificador es el testimonio de una vida llena de fe y abierta al proyecto de Dios. Si los encuentras, no les pierdas la pista. Ellos nos marcan el camino. Hoy nos fijamos en Juan el Bautista, el precursor, el anunciador, el que allanó el camino para que Jesús llegara. Él nos recuerda que en cada uno de nosotros hay un profeta y nos enseña a acercar a las personas a Jesús para que se encuentren con Él, prepararles el camino para que esto se pueda realizar. Ese ha de ser nuestro testimonio, para que otros puedan seguir el camino, para que todos puedan llegar a Dios. Pedro J. Díaz. Betania QUE YO, SEÑOR, TAMBIEN TE ANUNCIE Por mis senderos y mis propias calles, llevando a los que me rodean a tu camino y te conozcan y te amen, al igual que yo hago contigo. Que en medio de tantos desiertos, de los que te buscan y no te encuentran, de los que andan perdidos y no quieren dar contigo, de los que te conocieron y te olvidaron, nunca me eche atrás, y siga siendo heraldo de tu Evangelio, pregonero de tus gracias y de tu presencia, altavoz de tus verdades grandes y ciertas. QUE YO, SEÑOR, TAMBIÉN TE ANUNCIE Con mis palabras, pero sobre todo, con mi vida. Con mi alegría, pero ante todo, con mi corazón. Con mi fuerza, pero siempre, con tu Espíritu. Con mi convencimiento, pero con tu auxilio. QUE YO, SEÑOR, TAMBIÉN TE ANUNCIE Que sea profeta en este mundo incierto en el que sobra la palabrería y echamos en falta palabras de amor y de consuelo. Que sea un pequeño profeta y, como Juan Bautista, comunique tu llegada, que, hoy y aquí, sigues vivo entre nosotros, empujando y sosteniendo a tu Iglesia, alimentando las esperanzas de tu pueblo, dando testimonio de que, Tú, eres el Hijo de Dios. J. Leoz 70º ANIVERSARIO http://www.sanjoselasmatas.es [email protected] Las Matas. Madrid - Año XV - 945 NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA - CICLO B - 24 Junio 2018 Invitación: "Juntos, X un mundo mejor" Campaña Renta 2018 Con tu X puedes ayudar a la Iglesia. Entre todos, ayudamos a hacer un mundo mejor. HORARIO DE VERANO: Misa vespertina, a las 20:00h. Lunes, 25: 19:00h BIBLIA: “Pedro Apóstol” Fin de curso Martes, 26: 18:00h. Equipo de CARITAS Miércoles,27: 19:30h. Oración R. Carismática Jueves, 28: 20:25h. Adoración eucarística Viernes, 29: 11:00 h Reunión Monitores del Campamento Domingo, 1: JORNADA DE RESPONSABILIDAD DE TRAFICO. Eucaristías: 11:00 y 12:30h. ----------------------------------- Salida de los participantes en el CAMPAMENTO 2018 70 º Aniversario. CONCURSOS de Fotografía, Pintura y Dibujo. ¡Participa! TAMBIÉN NIÑOS Como San Juan Bautista seamos lámparas que anuncian la llegada de Jesús. Papa Francisco XII SEMANA TIEMPO ORDINARIO Lunes, 25 Guillermo de Vercelli, Domingo Henares, Orosia, Máximo de Turín, Próspero. 2Re 17, 5-8.13-15a.18 Sal 59 Mateo 7, 1-5 Martes, 26 Pelayo, David de Tesalónica, Anselmo de Chignin, Josemaría Escrivá, José Maria Robles. 2Re 19, 9b-11.14-21.31-35a.36 Sal 47 Mateo 7, 6.12-14 Miércoles, 27Cirilo de Alejandría, Nª Sra. del Perpetuo Socorro, Arialdo, Ladislao. 2Re 22, 8-13; 23, 1-3 Sal 118 Mateo 7, 15-20 Jueves, 28 Ireneo de Lyon, Paulo I, Rais, Benigno. 2Re 24, 8-17 Sal 78 Mateo 7, 21-29 Viernes, 29 Pedro y Pablo. Benedicta, Casio, Siro de Génova. Hch 12, 1-11 Sal 33 2Tim 4, 6-8. 17-18 Mateo 16, 13-19 Sábado, 30 Protomártires Romanos. Marcial, Teobaldo, Bto. Basilio Velychovskj. Lam 2, 2.10-14.18-19 Sal 73 Mateo 8, 5-17

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Page 1: ¿Quiénes son profetas? - Parroquia San José · testimonio de una vida llena de fe y abierta al proyecto de Dios. Si los encuentras, no les pierdas la pista. ... Anselmo de Chignin,

¿Quiénes son profetas?

Dios tiene un proyecto para este mundo y para las personas que vivimos en él. Y elige a personas para que nos lo muestren más claramente. A esos les llamamos “profetas”. Pero Dios quiere contar con la colaboración de todos nosotros. El proyecto de Dios no es solo para unos cuantos, es para todos. Dios le dice al profeta Isaías: “te hago luz de las naciones para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra”. Dios quiere que su proyecto de felicidad llegue a todas las personas y a todos los pueblos de la tierra. ¿Quiénes son profetas? Aquellos que tienen fe y acogen en su corazón el proyecto de Dios para hacerlo vida y testimonio para los demás. Cuando hacemos esto, no sólo nos convertimos en profetas de nuestro mundo, sino que nos damos cuenta de que la fecundidad de Dios es mucho mayor que nuestras aspiraciones y nuestros esfuerzos humanos. Cuando nos dejamos hacer por Dios llegamos más lejos que cuando nos empeñamos en hacer las cosas nosotros solos y como a nosotros nos parece. Juan el Bautista va a ser protagonista principal en el plan de Dios, como también lo será la Virgen María y el mismo Jesús. Otros jugarán un papel más secundario, pero no menos importante: Zacarías, Isabel, José… y muchos otros. Todos han acogido el plan de Dios en su corazón y son para nosotros un testimonio y un referente. Porque en el plan de Dios todo el mundo tiene su lugar, su responsabilidad, su vocación. Y nuestra tarea en esta vida es descubrirlo. Para seguir un plan o un proyecto necesitamos referentes, personas que abran brecha, que marquen el camino. La Biblia está llena de esas personas, de profetas que han hecho de avanzadilla para allanar el camino del Señor, como Juan el Bautista. Pero hoy también los sigue habiendo, porque los seguimos necesitando. Dios va a llevar a cabo su plan porque es fiel a lo que nos prometió y porque, a pesar de nuestras resistencias, siempre encontrará un corazón dócil y dispuesto a colaborar con Él. La pregunta es: ¿será el mío? El profeta Isaías, al darse cuenta de esto, decía: “En vano me he cansado… en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios”. Abramos el corazón a Dios y los ojos a la vida para descubrir a esos profetas, a esos testigos, a los referentes que nos hablan de cómo vivió Jesús, de que ese proyecto es válido para hoy, para nosotros, para nuestra felicidad. Los profetas están entre nosotros. Su identificador es el testimonio de una vida llena de fe y abierta al proyecto de Dios. Si los encuentras, no les pierdas la pista. Ellos nos marcan el camino. Hoy nos fijamos en Juan el Bautista, el precursor, el anunciador, el que allanó el camino para que Jesús llegara. Él nos recuerda que en cada uno de nosotros hay un profeta y nos enseña a acercar a las personas a Jesús para que se encuentren con Él, prepararles el camino para que esto se pueda realizar. Ese ha de ser nuestro testimonio, para que otros puedan seguir el camino, para que todos puedan llegar a Dios.

Pedro J. Díaz. Betania

QUE YO, SEÑOR, TAMBIEN TE ANUNCIE

Por mis senderos y mis propias calles,

llevando a los que me rodean a tu camino

y te conozcan y te amen, al igual que yo hago contigo.

Que en medio de tantos desiertos,

de los que te buscan y no te encuentran,

de los que andan perdidos y no quieren dar contigo,

de los que te conocieron y te olvidaron,

nunca me eche atrás,

y siga siendo heraldo de tu Evangelio,

pregonero de tus gracias y de tu presencia,

altavoz de tus verdades grandes y ciertas.

QUE YO, SEÑOR, TAMBIÉN TE ANUNCIE

Con mis palabras, pero sobre todo, con mi vida.

Con mi alegría, pero ante todo, con mi corazón.

Con mi fuerza, pero siempre, con tu Espíritu.

Con mi convencimiento, pero con tu auxilio.

QUE YO, SEÑOR, TAMBIÉN TE ANUNCIE

Que sea profeta en este mundo incierto

en el que sobra la palabrería y echamos en falta

palabras de amor y de consuelo.

Que sea un pequeño profeta y, como Juan Bautista,

comunique tu llegada,

que, hoy y aquí, sigues vivo entre nosotros,

empujando y sosteniendo a tu Iglesia,

alimentando las esperanzas de tu pueblo,

dando testimonio de que, Tú, eres el Hijo de Dios.

J. Leoz

70º ANIVERSARIO

http://www.sanjoselasmatas.es [email protected]

Las Matas. Madrid - Año XV - nº 945

NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA - CICLO B - 24 Junio 2018

Invitación: "Juntos, X un mundo mejor" Campaña Renta 2018

Con tu X puedes ayudar a la Iglesia. Entre todos, ayudamos a hacer un mundo mejor.

HORARIO DE VERANO:

Misa vespertina, a las 20:00h. Lunes, 25: 19:00h BIBLIA: “Pedro Apóstol” Fin de curso Martes, 26: 18:00h. Equipo de CARITAS Miércoles,27: 19:30h. Oración R. Carismática Jueves, 28: 20:25h. Adoración eucarística Viernes, 29: 11:00 h Reunión Monitores del Campamento

Domingo, 1: JORNADA DE RESPONSABILIDAD DE TRAFICO.

Eucaristías: 11:00 y 12:30h.

-----------------------------------

Salida de los participantes en el CAMPAMENTO 2018

70 º Aniversario. CONCURSOS de Fotografía, Pintura y Dibujo. ¡Participa! TAMBIÉN NIÑOS

Como San Juan Bautista seamos lámparas que anuncian la

llegada de Jesús. Papa Francisco

XII SEMANA TIEMPO ORDINARIO

Lunes, 25 – Guillermo de Vercelli, Domingo Henares, Orosia, Máximo de

Turín, Próspero. 2Re 17, 5-8.13-15a.18 – Sal 59 – Mateo 7, 1-5 Martes, 26 – Pelayo, David de Tesalónica, Anselmo de Chignin, Josemaría

Escrivá, José Maria Robles.

2Re 19, 9b-11.14-21.31-35a.36 – Sal 47 – Mateo 7, 6.12-14 Miércoles, 27– Cirilo de Alejandría, Nª Sra. del Perpetuo Socorro, Arialdo,

Ladislao.

2Re 22, 8-13; 23, 1-3 – Sal 118 – Mateo 7, 15-20 Jueves, 28 – Ireneo de Lyon, Paulo I, Rais, Benigno.

2Re 24, 8-17 – Sal 78 – Mateo 7, 21-29 Viernes, 29 – Pedro y Pablo. Benedicta, Casio, Siro de Génova.

Hch 12, 1-11 – Sal 33 – 2Tim 4, 6-8. 17-18 – Mateo 16, 13-19 Sábado, 30 – Protomártires Romanos. Marcial, Teobaldo, Bto. Basilio

Velychovskj.

Lam 2, 2.10-14.18-19 – Sal 73 – Mateo 8, 5-17

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Lectura del libro de Isaías, 49, 1-6

Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: el Señor me llamó desde el vientre materno, de las entrañas de mi madre, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: «Tú eres mi siervo, Israel, por medio de ti me glorificaré». Y yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas». En realidad el Señor defendía mi causa, mi recompensa la custodiaba Dios. Y ahora dice el Señor, el que me formó desde el vientre como siervo suyo, para que le devolviese a Jacob, para que le reuniera a Israel; he sido glorificado a los ojos de Dios. Y mi Dios era mi fuerza: «Es poco que seas mi siervo para restablecer las tribus de Jacob y traer de vuelta a los supervivientes de Israel. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra». Palabra de Dios.

Salmo responsorial.- Salmo 138 R.- TE DOY GRACIAS, PORQUE ME HAS ESCOGIDO PORTENTOSAMENTE.

Señor, tú me sondeas y me conoces. Me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R.- Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias porque me has plasmado portentosamente, porque son admirables tus obras. R.- Mi alma lo reconoce agradecida, no desconocías mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R.-

Lectura de los Hechos de los apóstoles 13,22-26 En aquellos días, dijo Pablo: «Dios suscitó como rey a David, en favor del cual dio testimonio, diciendo: “Encontré a David”, hijo de Jesé, “hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos”. Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión antes de que llegara Jesús; y, cuando Juan estaba para

concluir el curso de su vida, decía: «Yo no soy quien pensáis, pero mirad, viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias de los pies». Hermanos, hijos del linaje de Abrahán y todos vosotros los que teméis a Dios: a nosotros se nos ha enviado esta palabra de salvación». Palabra de Dios.

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 57-66-80

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como a su padre; pero la madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan». Y le dijeron: «Ninguno de tus parientes se llama así». Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: «Pues ¿qué será este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él. El niño crecía, y se fortalecía en el espíritu y vivía en lugares desiertos hasta los días de su manifestación a Israel. Palabra del Señor

ALELUYA Lucas 1,76

A ti niño te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.

Hoy la liturgia nos invita a celebrar, en este día, el nacimiento de Juan el

Bautista. Juan es de esos personajes de la Biblia que jugaron un papel muy

importante en el proyecto de Dios. Ocasión para descubrir todo el

significado de esta figura tan especial y cargada de contenido.

Juan cierra el Antiguo Testamento y pone su huella en el Nuevo. Con su

figura incuestionable abrirá la puerta para que penetre en el mundo el

espíritu renovador y refrescante de Jesús.

En las lecturas de hoy recorremos diversos episodios de esta persona

singular, y el comienzo y desenlace de su misión. Cada momento de su

vida es una enseñanza de cómo Dios actúa en favor del hombre.

Nacido de una gran misericordia en una mujer estéril. Su misión fue el

de ser precursor del esperado de las gentes, del Mesías. No le fue fácil

llevarla a cabo. Primero, fue forjado en la soledad del desierto y junto al

Jordán; luego, tuvo que defender la verdad, hasta el punto de entregar su

vida en razón de la fidelidad a la misión recibida. Es la condición del

enviado.

Juan es el hombre fidelísimo a su vocación y a la misión hacia la que se

sentía literalmente lanzado. Lo cierto es que no se resistió a la voz ni al

impulso interior que le señalaba su duro camino; recibió un don singular

al que respondió con total entrega y generosidad. Amigo de Jesús,

quería que los demás pudieran conocer esa amistad.

Juan es el hombre de una pieza. Sabía que si los hombres no eran

capaces de preparar el camino, el que tenía que venir, vendría pero no le

recibirían y la salvación pasaría de largo sin aposentarse entre ellos.

Acercarse a este personaje es arriesgarnos a sentirnos provocados por su

estilo de vida; es abrir los ojos hacia el futuro marcado por Dios y desde

Dios. “Convertíos” era la palabra preferida y profética del precursor.

Juan cumplió perfectamente su misión: señalar a Cristo, decir a los

hombres cómo y cuándo podrían encontrarse con El.

En la actualidad, seguimos necesitando despertar la esperanza que anida

en nuestros corazones; necesitamos saber que el Señor está cerca, está

entre nosotros; tenemos que buscarlo afanosamente, precisamente, entre

aquellos que nos necesitan y entre los que se esconde para que sepamos

descubrirlo; al mismo tiempo que nos hace tomar conciencia de nuestras

propias fragilidades, de aquello que nos separa o distancia del Señor.

Muchas personas reciben la misión de preparar a los demás para que se

realicen como personas. Puede parecernos que su labor es insignificante,

pero las personas más importantes de nuestras vidas son aquellas que,

calladamente, sin protagonismos, nos han ido ayudando en nuestro

crecimiento como personas o como creyentes. ¡Qué misión tan hermosa

la de ayudar a otros a descubrir la inmensidad de la bondad de Dios! Así

fue Juan el Bautista: el anunciador de "la misericordia de Dios".

Nosotros, como Juan hemos de ser testigos de Jesús, sobre todo

plasmando en nuestras vidas la figura entrañable de Cristo, ser también

manifestación del amor de Dios y motivo de orgullo para el Señor. Para

conseguirlo sólo tenemos un camino, el de identificarnos con Cristo.

Hemos de esforzarnos para imitarle, para vivir como El vivió, para ser

como El, el reflejo de la bondad de Dios. También hemos de

asemejarnos a Cristo siendo como luces encendidas en medio de nuestro

oscuro mundo porque la misión de Cristo se prolonga en los que le

siguen y, los que creemos en El somos, hemos de ser, una llamada a la

esperanza. Así cada uno de nosotros que viva seriamente sus

compromisos será como un punto de luz. Hemos recibido una misión:

anunciar con valentía el Evangelio. ¿Somos testimonio vivo y real

del Señor?