qué es la teoría del género 1 (1)

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Universidad técnica de Babahoyo NOMBRE: LILIAN LORENA LOEZ LESCANO CURSO: 2º SEMESTRE DE PSICOLOGÍA CLINICA MASTER: SILVIA LOZANO FECHA: ¿Qué es la teoría del género? Por: Claudia Peiró Concepto muy a la moda pero no exento de polémica. Arma de combate del feminismo a ultranza, para algunos; herramienta conceptual al servicio del estudio de las sociedades, para otros. Los términos del debate La nueva edición del Encuentro Nacional de Mujeres, esta vez en la provincia de San Juan, viene a recordar hasta qué punto los estudios de género van unidos a cierta militancia feminista. Por otra parte, la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo y la más reciente Ley de Identidad de Género señala hasta qué punto se ha ido imponiendo en nuestro país, sin que esté claro si la opinión pública tiene conciencia de qué se trata exactamente. Un repaso del debate En uno de sus últimos discursos como Papa, en diciembre de 2012, Benedicto XVI criticó con dureza la idea de que los sexos son el producto de la sociedad y del individuo, señalando que la crisis que afecta a la familia surge del rechazo a la dualidad originaria de la criatura humana, creada por Dios como hombre y mujer. El Papa denunció en esa oportunidad que, en nombre de la filosofía de "género", el ser masculino y femenino se convierte en un producto de la decisión el individuo: "Si no existe la dualidad de hombre y mujer como dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad preestablecida por la creación". El historiador francés Anthony Favier sostiene que la expresión "teoría del género" es más bien una etiqueta "utilizada por los detractores de las investigaciones en la materia". Para él, "la idea propiamente católica de que existe un complot ideológico que busca oponerse a la familia tradicional y del cual la teoría del género sería el caballo de Troya que hay que combatir surgió en los años 80 y no ha dejado de reforzarse desde entonces". Las críticas no son sólo católicas Sin embargo, no es únicamente la Iglesia Católica la que sale al ruedo en este tema. El gran Rabino de Francia, Gilles Bernheim, durante el debate por el proyecto –luego convertido en ley- de matrimonio entre homosexuales, dio a conocer un ensayo sobre el tema, casi en simultáneo con las declaraciones de Josef Ratzinger. En ese documento, explicaba que la "gender theory" (el término se originó en los Estados Unidos) hace referencia al "rol social atribuido a cada sexo", a las normas y estándares sociales de lo que se considera masculino o femenino, y define "la diferencia y la jerarquización de las relaciones entre hombres y mujeres en función de su sexo". "Si el sexo remite a las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer, el género hace referencia a las diferencias sociales debidas

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Universidad técnica de BabahoyoNOMBRE: LILIAN LORENA LOEZ LESCANOCURSO: 2º SEMESTRE DE PSICOLOGÍA CLINICAMASTER: SILVIA LOZANOFECHA: ¿Qué es la teoría del género?Por: Claudia Peiró Concepto muy a la moda pero no exento de polémica. Arma de combate del feminismo a ultranza, para algunos; herramienta   conceptual al   servicio  del  estudio  de   las   sociedades,  para  otros.   Los   términos del debateLa nueva edición del Encuentro Nacional  de Mujeres,  esta vez en  la  provincia  de San Juan,  viene a recordar hasta qué punto los estudios de género van unidos a cierta militancia feminista. Por otra parte, la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo y  la más reciente Ley de Identidad de Género señala hasta qué punto se ha ido imponiendo en nuestro país, sin que esté claro si la opinión pública tiene conciencia de qué se trata exactamente.  Un repaso del debateEn uno de sus últimos discursos como Papa, en diciembre de 2012, Benedicto XVI criticó con dureza la idea de que los sexos son el producto de la sociedad y del individuo, señalando que la crisis que afecta a la familia surge del rechazo a la dualidad originaria de la criatura humana, creada por Dios como hombre y mujer.El Papa denunció en esa oportunidad que, en nombre de la filosofía de "género", el ser masculino y femenino se convierte en un producto de la decisión el individuo: "Si no existe la dualidad de hombre y mujer como dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad preestablecida por la creación".El  historiador francés Anthony Favier sostiene que la expresión "teoría del género" es más bien una etiqueta   "utilizada   por   los   detractores   de   las   investigaciones   en   la   materia".   Para   él,   "la idea propiamente católica de que existe un complot ideológico que busca oponerse a la familia tradicional y del cual la teoría del género sería el caballo de Troya que hay que combatir surgió en los años 80 y no ha dejado de reforzarse desde entonces".Las críticas no son sólo católicasSin embargo, no es únicamente la Iglesia Católica la que sale al ruedo en este tema. El gran Rabino de Francia, Gilles Bernheim, durante el debate por el proyecto –luego convertido en ley- de matrimonio entre homosexuales, dio a conocer un ensayo sobre el tema, casi en simultáneo con las declaraciones de Josef Ratzinger.En ese documento, explicaba que la "gender theory" (el término se originó en los Estados Unidos) hace referencia al "rol social atribuido a cada sexo", a las normas y estándares sociales de lo que se considera masculino o femenino, y define "la diferencia y  la  jerarquización de  las relaciones entre hombres y mujeres en función de su sexo"."Si el sexo remite a las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer, el género hace referencia a las diferencias  sociales  debidas   justamente  a   la  diferencia  de sexo.  El  género  es  así   lo  que podríamos llamar 'el sexo social", aclara Bernheim."Los teóricos del género piensan, junto con Simone de Beauvoir, que 'mujer no se nace, sino se hace, se convierte en', a causa de esas 'características de género' que son, en gran medida, una construcción cultural que denuncian, seguía diciendo el Rabino. Se nace 'neutro' según ellos, y es la sociedad la que impone a cada hombre ser hombre porque tiene sexo masculino y a cada mujer ser mujer porque tiene un sexo femenino".La   teoría   del   género  no  define  entonces   al   individuo  por   su   sexo   (hombre  o  mujer),   sino  por   su sexualidad (homosexual, heterosexual...). "Borran la dimensión biológica y anatómica que separa ambos sexos para no ser más que géneros múltiples, dictados por la cultura y por la historia –escribe Bernheim. Lo   sexuado   de   los   individuos   es   una   construcción   social   y   cultural,   por   lo   tanto   artificial".   En consecuencia, debe ser hacerse desaparecer esa diferencia artificial que es además la que lleva a  la sumisión de la mujer.Un grado más de esta concepción lo representa la "queer theory", dice el Gran Rabino de Francia en su ensayo, que "lleva la teoría del género a su extremo y le reprocha estar construida sobre (el supuesto de) que la heterosexualidad es la norma y que se trata, por lo tanto, de una orientación sexual superior a las demás".

La queer theory reivindica entonces la creación de una nueva antropología que no estaría sometida a la "heterosexualidad obligatoria"·Bernheim señala  que detrás  de  la queer theory está  "el  proyecto  político de remplazar   la   identidad sexual por la orientación sexual (que) sería elegida por cada individuo"."Independientemente   de   su   biología   y   de   su   género,   se   puede   tener   un   deseo   homosexual, heterosexual, bisexual o asexual –agrega el rabino. La queer theory invita de este modo al individuo a salir del corsé de 'hombre' o 'mujer' La queer theory invita de este modo al individuo a salir del corsé de 'hombre' o 'mujer', que no ha elegido, y expresarse del modo en que se percibe. (...) Lo femenino o lo masculino se convierten en simples roles que se puede elegir o no aceptar, parodiar o intercambiar a placer".Finalmente, Bernheim recuerda: "La complementariedad hombre-mujer es un principio estructurante en el judaísmo, en otras religiones, en corrientes de pensamiento no religioso, en la organización de la sociedad así como en la opinión de una muy amplia mayoría de la población. Un ser sexuado no es la totalidad de su especie, necesita de un ser del otro sexo para producir su semejante".En defensa del géneroDesde la vereda opuesta a estas concepciones, la primera réplica es, como ya vimos, negar la existencia de una teoría del género como tal, afirmando en cambio que sólo se trata de una categoría de análisis."La teoría del género es cualquier cosa menos una teoría, es un concepto, una herramienta de análisis para investigadores sociales" escribió por ejemplo el periodista Charles des Portes, invitado a debatir el tema para una cobertura especial del semanario Marianne2.La socióloga Laure Bereni acusa a los que hablan de "teoría" de "tratar de dar a entender que existiría un corpus ideológico homogéneo y dotado de una estrategia política determinada".Des  Portes   reconoce   sin  embargo  que  el   concepto  es  usado  en   los   "estudios  de   comportamiento individuales y colectivos que apuntan a disociar lo cultural y lo biológico".Y lo fundamente de este modo: "El género representa los comportamientos que la sociedad considera que corresponden a una categoría sexual. Es una categorización de las actitudes que son 'masculinas' o femeninas'", tales como que "la niña debe hacer la limpieza y el varón no debe llorar".El  concepto de género surgió en los Estados Unidos, a mediados del siglo pasado, en los ambientes médicos y psiquiátricos. En 1955, el psicólogo John Money habla de "gender roles", en un intento de esclarecer por   qué   el   sexo   cromosómico   no   corresponde,   en   algunas   personas,   al   sexo anatómico. Robert  Stoller,  psiquiatra y  psicoanalista  usa  la  expresión "gender identity"  al  estudiar  a los transexuales, que no se reconocen en su identidad sexual de nacimiento.Es los años 70, el concepto será recuperado por los movimientos feministas, en su lucha por la igualdad y   por   salir   de   los   roles   a   los   que   las   mujeres   estaban   predestinadas.   Pero   es   recién   en   los años 1990, cuando el   término conoce  una  difusión más  masiva.  Y,  admite  Des  Portes,   se  producen entonces algunos "abusos de lenguaje y falsas acusaciones", como se verá más adelante.En   la  misma   revista,   el   periodista   y   escritor Jean-Claude  Guillebaud afirma  que   las   posturas   están caricaturizadas. Para él, los estudios de género "son sólo una nebulosa de investigaciones, que se llevan a cabo desde hace unos treinta años y en la cual coexisten corrientes muy diferentes, desde las más moderadas hasta el extremismo insensato de algunos grupúsculos de lesbianas".El cree que hubo un consenso inicial en torno al hecho de que en la clasificación sexuada de los seres humanos intervenían también elementos culturales. "Es evidente. Se le 'enseña' a una niña a convertirse en mujer, como se prepara a un varoncito para ser un hombre. Salvo excepción, lo cultural y lo biológico combinan sus efectos", dice.Extremismo de géneroHasta ahí, el acuerdo. "Lamentablemente, agrega Guillebaud, ciertas corrientes extremistas, alentadas hace 25 años por la filósofa Judith Butler, habían radicalizado su posición sosteniendo que lo 'biológico' no tenía ya más importancia y que todo dependía de lo 'cultural' y de lo 'político'. Se trataba de recusar lo que estos grupos consideraban como una asignación a una sexualidad dada, a fin de combatir la dominación de la cual las mujeres y los gays eran las víctimas".El detalle, agrega, es que el libro de Butler es del año 1990 y posteriormente ella misma tomó distancia de su radical teoría y dijo haber actuado movida por "una fobia del cuerpo". Butler llegó a burlarse en público de sus propios excesos juveniles que la llevaron a escribir ese libro."Hoy, señala Guillebaud, Butler dio un paso más en su autocrítica denunciando el 'nacionalismo gay', al límite del racismo, que contaminaría según ella la lucha occidental contra la homofobia. Ahora bien, nada de esto es evocado por los abogados franceses del 'género". No sólo no dicen una palabra, sino que siguen citando el libro de Butler de 1990".

El semanario Famille Chrétienne publicó un informe señalando que "la doctrina de la izquierda está hoy focalizada   en   el   concepto   de   igualdad;   un   concepto   engañoso,   que   consiste   en   neutralizar   las diferencias, pretendiendo que son fabricadas por la sociedad; tiene su brazo armado: el gender, o queer theory, que separa identidad sexual de orientación sexual, la cual sería una pura construcción social. En esta lógica, la norma sexual se convierte en una máquina de exclusión".El papel de la ONU y otros organismos"¿Hasta dónde irá la desconstrucción?", se pregunta la revista. La respuesta llegó poco después de la mano de la aprobación del matrimonio homosexual en Francia, como antes en Argentina, una evidente consecuencia de esta concepción, se le dé o no estatus de teoría.En otro artículo de la misma revista, titulado "Géneros del mundo, ¡uníos!", Charles-Henri d'Andigné se refiere   a   la   "formidable   caja  de   resonancia  de   la   ideología   de   género"  en  que   se  han   convertido las organizaciones internacionales como la ONU, la Unesco o la OMS. Irónicamente, escribe: "¿De qué modo, cuando se es minoría, se puede imponer una teoría falsa, científicamente errada, infundada, a una mayoría en un país? ¿De qué modo, cuando se es minoría,  se puede imponer una teoría falsa, científicamente   errada,   infundada,   a   una  mayoría   en  un   país?Solución:   pasar   por   las   instituciones internacionales.   El gender,   'fruto   de   lucubraciones   improbables   de   pensadores   franceses   y norteamericanos'  se ha transformado en 'norma política y cultural  mundial',  dice citando un ensayo de Marguerite Peeters.¿Es entonces la teoría del género también un programa de acción? Ya existen algunas experiencias, en Suecia   por   ejemplo,   de   escuelas   primarias   que   eligen prohibir   deliberadamente   toda   referencia masculina  o   femenina.   Y  no   falta,   incluso  en  Argentina,   quien  quiere   introducir   el   concepto  de   la sexualidad   como   construcción,   elección,   opción,   en   los   contenidos   de   la   educación   sexual   en   los programas   escolares.   De   hecho,   la   ya  mencionada   Ley   de   Identidad   de   Género   se   basa   en   esta concepción: "Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada   persona   la   siente,   la   cual   puede   corresponder   o   no   con   el   sexo   asignado   al  momento   del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo".     Para sus detractores, el concepto responde a una ideología que niega la realidad biológica. Mientras que sus defensores  insisten en que sólo se trata de una herramienta conceptual,  para el  estudio de  las relaciones entre hombres y mujeres y de la sociedad. "Lejos de negar la diferencia entre sexo masculino y   femenino,   el   género   es   usado   como concepto   que   permite   pensar   el   sexo   biológico independientemente de la identidad sexual, a fin de investigar la forma en la cual cada uno y cada una puede construir  su  identidad sexual,  tanto a través de su educación como de su orientación sexual (heterosexual, homosexual, etc.)", dice un artículo de la revista Sciences humaines.Por   ello,   prefieren   usar   la   expresión   "estudios   de   género"   porque   se   trata   de   un   amplio campo interdisciplinario que abarca la historia, la sociología, la geografía, la antropología,  la economía o las ciencias políticas, sobre temas que no son nuevos: trabajo, migraciones... Lo nuevo, es el postulado de que el  sexo biológico no alcanza para "hacer" un hombre o una mujer;  también participan en gran medida las normas sociales. Por supuesto que falta seguir luchando por la igualdad, el sexo biológico es algo impuesto, construido culturalmente. Hay que mirar más alláTeresita Barbieri De Barbieri localiza dos críticas principales en la utilización de la categoría de género. En primer lugar, es suplantada la categoría de sexo por la de género, mas “no se le da el contenido de una construcción social  compleja,  más allá de  la  diferencia sexual  anatomofisiológica” (p.  151).  La otra crítica estaría centrada en detectar un “mujerismo académico” en el campo de los Estudios de Género.De Barbieri destaca tres de las perspectivas en las teorías sobre el tratamiento del género. La primera es la denominada “relaciones sociales del sexo” que privilegia la división social del trabajo como núcleo motor de  la  desigualdad (p.  151).  Una segunda perspectiva considera  los sistemas de género como sistemas de poder (p. 152). La tercera línea tiene que ver con el control de la reproducción: “El problema entonces  en   sociedades  de  dominación  masculina  es   cómo,  por  qué,  en  qué   condiciones,   en  qué momentos, desde cuándo los varones se apropian de la capacidad reproductiva, de la sexualidad y de la fuerza de trabajo de las mujeres” (p. 154). Se intenta visualizar las determinaciones biológicas marcadas por  la  diferencia sexual  en todo tipo de sociedades,  pero  junto con otros entramados teóricos que permiten entender el estado de subordinación.El género como conflicto queda entendido en el estudio de los sistemas de parentesco, en la división social  del   trabajo,  en el  sistema de poder  y  en  la  subjetividad.  Con esto  la  autora concluye que  la variable de sexo es necesaria, pero no suficiente.