psicología y educación

159
Psicología y contextos educativos

Upload: eduardo-ar

Post on 12-Nov-2015

86 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Pedagogía

TRANSCRIPT

  • Psicologa y contextoseducativos

  • Psicologa y contextoseducativos

    Coordinadores Aldo Bazn Ramrez y Cristianne Butto Zarzar

  • 54

    NDICE

    INTRODUCCIN .....................................................................................9

    Primera Parte

    APORTES TERICO-METODOLGICOS DE LA

    PSICOLOGA APLICADA A LA EDUCACIN

    CaPtulo 1

    APORTES CONDUCTUALES A LA EDUCACIN ESCOLAR ............15

    William Montgomery Urday

    CaPtulo 2

    EMPLEABILIDAD, INICIATIVA PERSONAL

    Y AUTOEFICACIA EN PSICLOGOS ..................................................45

    Norma Betanzos Daz, Francisco Paz Rodrguez

    CaPtulo 3

    ANLISIS DEL VOCABULARIO EMPLEADO

    EN LA PRUEBA DE ENLACE 2011 .........................................................71

    Julio Varela

    Primera edicin, mayo de 2013

    Formacin: Rodrigo Garca Garca Edicin y correccin de estilo: Adriana Hernndez Uresti Diseo de portada: Jorge Nuez Silva

    Derechos reservados por los coordinadores Aldo Bazn Ramrez y Cristianne Butto Zarzar Esta edicin es propiedad de la Universidad Pedaggica Nacional, Carretera al Ajusco nm. 24, col. Hroes de Padierna, Tlalpan, cp 14200, Mxico, df www.upn.mxisbn 978-607-413-151-2

    Queda prohibida la reproduccin parcial o total de esta obra, por cualquier medio, sin la autorizacin expresa de la Universidad Pedaggica Nacional. Impreso y hecho en Mxico.

    LC5225S6.4D6.2 Domnguez Vargas Arturo La docencia del educador de adultos, dimensiones comunicacionales / Arturo Domnguez Vargas, Genoveva Reyna Marn.- Mxico: upn, 2013. 236p. (Horizontes educativos) isbn 978-607-413-151-2

    1. Educacin de adultos-metodologa 2. Mtodos de enseanza 3. Maestros-formacin Profesional-Mxico 4. Comunicacin en el aula. I. Reyna Marn, Genoveva

    Psicologa y contextos educativos

    Aldo Bazn RamrezxxxxxxxxxxxxxxxxCristianne Butto Zarzar xxxxxxxxxxxxxxxx

  • 6 76

    CaPtulo 4

    EL USO DE PRUEBAS DINMICAS PARA LA IDENTIFICACIN

    PEDAGGICA DE ESTUDIANTES POTENCIALMENTE

    TALENTOSOS CON SUB-RENDIMIENTO ACADMICO.................83

    Carmen Luz Lpez Miari, Doris Castellanos Simons

    CaPtulo 5

    NIOS Y NIAS CON ALTAS CAPACIDADES

    INTELECTUALES Y SUS FAMILIAS ....................................................102

    Gabriela Lpez-Aymes, Santiago Roger Acua,

    Aldo E. Mercado Abndez

    SeGuNDa Parte

    PSICOLOGA Y EDUCACIN MATEMTICA

    CaPtulo 6

    VALIDACIN DE CONSTRUCTO EN LA EVALUACIN

    DE MATEMTICAS EN EL SEXTO GRADO EN PRIMARIA ...........119

    Aldo Bazn Ramrez, Nayeli I. Vega Alcntara,

    Fabiola G. Hernndez Ortiz

    CaPtulo 7

    ADQUISICIN Y USO DE LAS REPRESENTACIONES:

    UN ACERCAMIENTO AL PROCESO DE RESOLUCIN

    DE PROBLEMAS DE ESTRUCTURA ADITIVA CON

    ALUMNOS DE SEGUNDO Y 3TERCER GRADOS DE

    EDUCACIN PRIMARIA .....................................................................132

    Cristianne Butto Zarzar, Francisco Amado Cruz Ramrez

    CaPtulo 8

    APRENDIZAJE DE SOLUCIN DE PROBLEMAS MATEMTICOS

    DE SUMA Y RESTA EN ALUMNOS CON DIFICULTADES ..............160

    Octaviano Garca Robelo

    CaPtulo 9

    EL PENSAMIENTO ALGEBRAICO VA LA GENERALIDAD

    CON ESTUDIANTES DE PRIMER AO DE SECUNDARIA ............178

    Cristianne Butto Zarzar, Teresa Rivera Corts

    terCera Parte

    PSICOLOGA Y EL ESTUDIANTE UNIVERSITARIO

    CaPtulo 10

    AUTOEFICACIA Y RENDIMIENTO ACADMICO

    EN ESTUDIANTES DE UNA UNIVERSIDAD PBLICA

    DEL NOROESTE ....................................................................................209

    Eneida Ochoa-Avila, Jess Aceves-Snchez,

    Claudia Garca Hernndez, Carlos Arturo Ramrez Rivera

    CaPtulo 11

    LA DESERCIN EN CURSOS EN MODALIDAD

    A DISTANCIA EN UNA UNIVERSIDAD MEXICANA ......................227

    Omar Cuevas Salazar, Ramona Imelda Garca Lpez

    CaPtulo 12

    ANLISIS FACTORIAL EXPLORATORIO

    Y CONFIRMATORIO DEL INVENTARIO AMPLIADO

    DE FACTORES DE CARRERA EN ESTUDIANTES DE

    UNA UNIVERSIDAD PRIVADA ..........................................................259

    Aldo Bazn Ramrez, Yara E. Soto Medina

    CaPtulo 13

    LA DIMENSIN SOCIO-AFECTIVA DEL

    APRENDIZAJE EN LA PRAXIS DOCENTE........................................285

    Alejandro Daz, Victoria Prez, Abelardo Castro

  • 9INTRODUCCIN

    Este libro representa una mirada autorreflexiva a partir de la inte-

    raccin cotidiana con profesionales de otras disciplinas, enraizada

    en los diversos procesos educativos. Sus autores pensamos que la

    educacin puede ser vista desde la psicologa como campo de sn-

    tesis del conocimiento psicolgico (aplicacin), a la vez que como

    campo de anlisis del mismo (generacin).

    Por ello, nuestro inters en reunir una serie de trabajos realizados

    por psiclogos y educadores sobre diversos temas de educacin, es-

    tuvo inspirado por la necesidad de reflexin en torno a la supuesta

    independencia de la psicologa educativa, como si fuera una discipli-

    na al margen de la psicologa en tanto disciplina cientfica social. La

    psicologa educativa no constituye un rea profesional por s misma

    del psiclogo para resolver una problemtica educativa.

    La psicologa educativa implica un modo de generacin y apli-

    cacin del conocimiento psicolgico en los contextos educativos, que

    involucra un carcter tanto analtico como sinttico del conoci-

    miento psicolgico y de su aplicacin en la educacin, describiendo

    y procurando los medios y ambientes favorables para el desarrollo

    integral del ser humano por la va de la educacin. La psicologa

    educativa debera describir y explicar el quehacer del psiclogo en

    los diferentes contextos educativos y sus variadas modalidades, ms

  • IntroduccinPsicologa y contextos educativos

    10 11

    orientado a la generacin del conocimiento psicolgico aplicable

    en dichos contextos.

    Hemos organizado esta obra en tres partes, la primera confor-

    mada por cinco captulos en torno a los aportes terico-metodol-

    gicos de la psicologa aplicada a la educacin; en la segunda parte,

    se presentan cuatro captulos que abordan aspectos relacionados

    con la psicologa de la educacin matemtica; y por ltimo, en la

    tercera parte, se incluyeron cuatro captulos concernientes al estu-

    diante universitario como objeto de estudio.

    En la primera parte se bosquejan varios aportes terico-metodo-

    lgicos de la psicologa aplicada a la educacin, con especial nfasis

    en las diferentes funciones del psiclogo en el contexto escolarizado.

    El profesor William Montgomery Urday plantea una visin re-

    flexiva sobre los aportes actuales de la perspectiva conductual a los

    procesos educativos, en trminos de que muchos de sus supues-

    tos bsicos y derivaciones tecnolgicas han sido incorporados a la

    prctica educativa contempornea. Por su parte, Norma Betanzos

    Daz y Francisco Paz Rodrguez abordan la relacin entre los pro-

    cesos formativos del psiclogo, los aspectos cognitivos emocionales

    (por ejemplo, iniciativa y autoeficacia) y la factibilidad de que esos

    factores garanticen al psiclogo xito laboral. El captulo de Julio

    Varela reflexiona sobre el vocabulario de las pruebas a gran escala

    que se aplican a los estudiantes de educacin primaria en Mxico.

    Esto es un claro ejemplo de la contribucin de los psiclogos edu-

    cativos a la explicacin de las variables que pueden influir en el

    desempeo de los estudiantes en situaciones de evaluacin de sus

    aprendizajes. Carmen Luz Lpez Miari y Doris Castellanos Sim-

    mons proponen, a partir de una experiencia con estudiantes cuba-

    nos de secundaria, estrategias para la identificacin de estudiantes

    potencialmente talentosos que muestran bajo rendimiento acad-

    mico. Este fenmeno educativo se muestra aqu como un rea sig-

    nificativa de actuacin y contribucin del psiclogo en el contexto

    educativo. En el ltimo captulo de esta primera seccin, Gabriela

    Lpez-Aymes, Santiago Roger Acua y Aldo E. Mercado Abndez,

    abordan los temas de la inclusin y la diversidad, y presentan re-

    sultados de un estudio realizado sobre nios con altas capacidades

    intelectuales y sus familias.

    En los cuatro captulos del segundo apartado de esta obra son

    tratados varios temas relacionados con la psicologa y la educacin

    matemtica, como un dominio predominantemente interdiscipli-

    nar. Se abordan cuestiones relacionadas con la enseanza, el apren-

    dizaje y el desarrollo de la educacin matemtica como generacin

    y aplicacin del conocimiento psicolgico en el aprendizaje de con-

    tenidos matemticos escolares. Adems, se incursiona en un domi-

    nio interdisciplinario, a partir de la psicologa como una ciencia

    relacionada con el estudio del comportamiento humano. Cabe aqu

    subrayar que la constitucin de la psicologa de la educacin ma-

    temtica se origina en diversos sectores de la psicologa: psicologa

    del desarrollo, psicologa del aprendizaje y de la memoria, psicolo-

    ga de la conciencia y de la atencin, psicologa escolar y psicologa

    de los procesos cognoscitivos complejos como el lenguaje, la con-

    ceptualizacin y la resolucin de problemas.

    Aldo Bazn Ramrez, Nayeli Vega Alcntara y Fabiola G. Hernn-

    dez Ortiz plantean la pertinencia de validar constructos en la eva-

    luacin de matemticas en el sexto grado de primaria. Los autores

    comentan que al margen de las pruebas como la Evaluacin Nacio-

    nal de Logro Acadmico en Centros Escolares (ENLACE) y el Pro-

    gram for International Student Assessment (PISA), es posible derivar

    evaluaciones de enseanza, aprendizaje, competencias y los apren-

    dizajes esperados y, adems, pasar por un proceso de validacin de

    constructo o competencias a partir de los cuales organizar la ense-

    anza. El contenido de este captulo puede generar una reflexin

    que contribuya a mejorar las prcticas pedaggicas de los docentes.

    Por su parte, Cristianne Butto Zarzar y Francisco Amado Cruz Ra-

    mrez analizan la adquisicin de problemas de estructuras aditivas,

    especficamente la adquisicin y uso de las representaciones, me-

    diante un acercamiento al proceso de resolucin de problemas aditi-

    vos relacionados con dos sistemas de numeracin, uno indo-arbico

  • Psicologa y contextos educativos

    12

    de base 10 y otro de base vigesimal, el mixteco. Octaviano Garca

    Robelo reflexiona sobre el aprendizaje de los problemas de suma y

    resta en alumnos con bajo rendimiento escolar, con particular nfa-

    sis en las dificultades de los estudiantes frente a dicho contenido es-

    colar. Finalmente, junto con Teresa Rivera Corts, Cristianne Butto

    Zarzar discurre tambin acerca de las dificultades que enfrentan los

    estudiantes cuando ingresan a la escuela secunda ria y se enfrentan

    al aprendizaje del lgebra. El aprendizaje de dicho contenido escolar

    representa una dificultad para la mayora de los estudiantes, pero

    tambin un paso importante para acceder a ideas ms complejas

    dentro de las matemticas escolares. Las autoras estudian el pensa-

    miento algebraico a partir de la comprensin de las relaciones fun-

    cionales, la generalizacin de patrones y las relaciones numricas,

    el trabajo con la estructura, el simbolismo y la modelizacin como

    medios de expresin y la formalizacin de generalizaciones.

    El tercer apartado examina la generacin de conocimiento psi-

    colgico en el contexto universitario. Los conocimientos generados

    y expuestos en estos cuatro captulos son aplicables a estudiantes de

    diversas disciplinas, y no slo a los de psicologa; de hecho, en dos

    de los estudios incluidos participaron alumnos universitarios de diver-

    sas disciplinas.

    Eneida Ochoa-vila, Jess Aceves-Snchez, Claudia Garca Her-

    nndez y Carlos Arturo Ramrez Rivera indagan la relacin entre

    indicadores de autoeficacia y rendimiento acadmico en estudiantes

    de la carrera de Psicologa. Omar Cuevas Salazar y Ramona Imelda

    Garca Lpez analizan los factores ms significativos de la desercin

    en los programas educativos en modalidad a distancia en el nivel

    universitario. Aldo Bazn Ramrez y Yara E. Soto Medina ofrecen

    los resultados de un estudio de validacin para una muestra de es-

    tudiantes de una universidad privada, como parte de un inventa-

    rio para medir los factores de certeza en la eleccin de una carrera

    universitaria. Finalmente, Alejandro Daz, Victoria Prez y Abelardo

    Castro presentan un anlisis sobre la dimensin socio-afectiva del

    aprendizaje y la prctica docente en el contexto universitario.

    Primera Parte

    APORTES TERICO-METODOLGICOS DE LA PSICOLOGA APLICADA A LA EDUCACIN

  • 15

    CaPtulo 1

    APORTES CONDUCTUALES A LA EDUCACIN ESCOLAR

    William Montgomery Urday*

    El objetivo de este escrito es proporcionar una perspectiva escolar

    centrada en la relacin entre psicologa y educacin, para ello, en

    una primera seccin, se sitan las caractersticas del mbito educa-

    tivo en el nivel escolar, de la psicologa educativa y del papel que all

    juega el proceso de enseanza-aprendizaje; adems de enumerar

    las funciones que le competen al psiclogo escolar. En una segunda

    seccin se desarrollan los aportes conductuales histricos en cada

    una de las funciones enumeradas; se concluye con una visin retros-

    pectiva y actual acerca del anlisis del comportamiento aplicado a

    la educacin escolar, se indican factores favorables y desfavorables

    para su reconocimiento.

    EL MBITO EDUCATIVO EN EL NIVEL ESCOLAR

    La educacin se ejerce y desarrolla en las escuelas (pre-escolares,

    especiales, de primaria, secundaria y superior) e instituciones no

    * Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en Lima, Per.

  • 16 17

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    gn tipo de cambio (citado por Mayer, 1987, 2002, p. 4); por ello es

    obvio que el aprendizaje sea el nexo fundamental entre el mbito edu-

    cativo y el mbito psicolgico, esto es, un cambio de la conducta que

    resulta de la prctica, digamos el desempeo de una nueva respuesta o

    la supresin de otra que ocurra previamente (Domjan, 2007, 2010).

    As, Wolman (2010) en su Diccionario define la psicologa edu-

    cativa como: Rama de la psicologa que se ocupa especialmente de

    aumentar la eficiencia del aprendizaje mediante el empleo del cono-

    cimiento psicolgico acerca del aprendizaje y la motivacin en las

    prcticas y procedimientos escolares (p. 279). Igualmente, para Kla-

    usmeier y Goodwin (1966, 1977), el objeto de la psicologa educativa

    es describir e identificar los principios del aprendizaje y el desarrollo

    humanos y las correspondientes condiciones de la enseanza con el

    fin de mejorar las actividades educativas (p. 17). Puesto que, a su

    vez, el aprendizaje suele ser materia de anlisis preferente dentro de la

    ciencia conductual, no es extrao que al interior se hayan investigado

    con rigor tanto sus principios como sus aplicaciones.

    Si bien, bajo la influencia de las propuestas de Skinner (1968,

    1970), desde los aos cincuenta y sesenta hubo un inters por los

    fenmenos ligados al proceso enseanza-aprendizaje y a la modi-

    ficacin del comportamiento infantil en el saln de clases (algunas

    de las contribuciones se pueden ver en la obra de Ulrich, Stach-

    nik y Mabry, 1972, 1983; y Bijou y Rayek, 1983), fue slo hasta los

    aos setenta cuando se destac la importancia institucional de

    ese desarrollo, en un conjunto de trabajos publicados por la Socie-

    dad Nacional para el Estudio de la Educacin (estadunidense), bajo

    la direccin de Thoresen y con la participacin de los especialistas

    Lovaas, Staats, Kanfer y Krasner, entre otros.

    Posteriormente, al trascender la tradicin de las intervenciones

    puntuales y directas, surgieron los modelos instruccionales sistmi-

    co de Singer y Dick (1974, 1977) y mediacional de Gagn y Briggs

    (1974, 1976), cuyas improntas an presiden la tecnologa educati-

    va contempornea con nuevas ediciones o reactualizaciones de sus

    obras, muy solicitadas desde la orientacin constructivista. En 1994

    escolares (hospicios, asilos, reclusorios, fbricas, centros deporti-

    vos), con el fin de transmitir informacin en el contexto de una

    estructura social condicionada econmica y polticamente, as

    como perpetuar o modificar la cultura (Rueda, Quiroz y Hernn-

    dez, 1980). Exponer las labores conductuales psicoeducativas en su

    totalidad sera demasiado extenso; por ello, aqu slo se toma el

    ambiente ms tpico del ejercicio de la educacin: la escuela en sus

    diversos niveles, donde el objetivo central es la coordinacin entre

    los elementos de la interaccin escolar; de acuerdo con Klausmeier

    y Goodwin (1966/1977) stos son:

    1. Los objetivos: qu se incorpora, formulacin y uso.

    2. La materia de estudio: cmo se organiza y ordena segn el tipo.

    3. El material de enseanza: tipo, calidad, disponibilidad.

    4. Las caractersticas del alumno: nivel de rendimiento y habi-

    lidad intelectual, madurez fsica y psicomotriz, afectividad,

    socializacin, autoconcepto, percepcin.

    5. Las caractersticas del profesor: habilidades para ensear,

    afectividad, socializacin, autoconcepto.

    6. La interaccin en la escuela: alumno-alumno, alumno-profe-

    sor, profesor-profesor, administrador-profesor, padres-profe-

    sores, administrador-padres.

    7. Las relaciones de la escuela con el hogar, la comunidad y el

    vecindario.

    La dinmica de esas interacciones determina el funcionamiento to-

    tal de la tarea educativa; por ello, una labor profesional debe tener

    en cuenta sus alcances.

    LA PSICOLOGA EDUCATIVA CONDUCTUAL Y EL PROCESO

    ENSEANZA-APRENDIZAJE

    Al estudiar la educacin, como anotaba tempranamente Thordnike

    en 1906, uno estudia siempre la existencia, naturaleza o valor de al-

  • 18 19

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    el volumen 17 del Journal of Applied Behavior Analysis dedic un n-

    mero monogrfico al campo de la psicologa escolar. Los primeros

    tres artculos se ocuparon de la aplicacin del anlisis funcional a la

    asesora de problemas de aprendizaje y ajuste; los siguientes cuatro

    reportaron programas de intervencin en clase y los restantes dos

    artculos abordaron aspectos de desrdenes de atencin y desem-

    peo acadmico bajo programa de reforzamiento, respectivamente.

    En general se puede decir que el campo educativo relacionado

    con el proceso enseanza-aprendizaje ha sido abordado concep-

    tualmente desde diversas variantes conductuales, incluyendo las del

    conductismo operante (Keller y Ribes, 1982; Bijou y Rayek, 1983)

    psicolgico (Staats, 1968, 1983) y de campo (Carpio e Irigoyen,

    2005; Varela, 2008), adems del mediacional ya citado. Aqu sus

    aportes se presentan de manera indistinta desde una visin integra-

    dora, en el supuesto de que dichos enfoques son complementarios

    (Staats, 1975, 1979), por contraposicin a otra para la cual lo con-

    ductual se reduce slo a conductismo e interconductismo (Gonz-

    lez, 2005, Reyes, 2007). A continuacin se resean las funciones que

    le compete realizar al psiclogo conductista en ese contexto.

    FUNCIONES DEL PSICLOGO ESCOLAR

    El propsito de la psicologa escolar es ocuparse de los problemas de

    la interaccin escolar desde una perspectiva especializada, prestando

    servicio a los educadores y sus clientes. Esta perspectiva surge de una

    formacin de amplia base en los fundamentos pedaggicos y psi-

    colgicos, que se plasma en servicios de carcter directo e indirecto

    (Fagan y Wise 1994). Dentro de la interaccin escolar, pues, la psico-

    loga educativa conductual pretende desarrollar las siguientes fun-

    ciones, cada una de ellas progresivamente inclusiva de las anteriores:

    1. Identificar principios de aprendizaje y desarrollo humanos.

    2. Asesorar al docente en la direccin y el manejo de clase.

    3. Desplegar una tecnologa de la enseanza.

    4. Detectar problemas en los repertorios conductuales.

    5. Rehabilitar deficiencias psicopedaggicas y de retardos.

    6. Elaborar programas instruccionales o de modificacin de con-

    ducta.

    7. Disear instrumentos de medicin.

    8. Articular una tecnologa de prevencin.

    La enumeracin anterior est en consonancia con la direccin ms

    moderna de la consulta conductual (Benes y Kramer, 1989), que

    ampla notablemente el campo de accin del ingeniero del compor-

    tamiento escolar. En las siguientes lneas se ver cada uno de esos

    puntos, en trminos de los aportes del paradigma conductista; se

    pretende abarcar sintticamente todos sus ngulos.

    IDENTIFICACIN DE PRINCIPIOS

    DE APRENDIZAJE Y DESARROLLO HUMANOS

    Desde el punto de vista conductual se considera como factor prin-

    cipal qu se aprende y cmo se aprende a partir de la interaccin con

    variables fsicas, biolgicas y sociales. Por tanto, ninguna de las mo-

    dernas tareas educativas sera posible sin el conocimiento cientfico

    de los principios del aprendizaje.

    Una perspectiva global del asunto sugiere hasta siete grandes

    principios bsicos, de los cuales se pueden extraer todos los dems:

    reforzamiento, extincin, control aversivo, discriminacin, imitacin,

    contracondicionamiento y autocontrol. Como sera muy largo ejem-

    plificar las posibilidades de cada uno y su amplio sustento expe-

    rimental, slo se indica que en el caso del reforzamiento se han

    identificado variados efectos en estudios de laboratorio; algunos de

    ellos son muy valiosos para entender las interacciones educativas,

    tales como la distribucin de recompensas en la fluctuacin de con-

    ductas de cooperacin, logro, asertividad y perfeccionamiento de

    la prctica. Se puede profundizar en los principios bsicos, entre

  • 20 21

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    otros, en los conocidos manuales de Ferster y Perrot (1968, 1980) y

    Malott, Malott y Trojan (1999, 2003).

    La atribucin de mecanismos regulatorios cumple un papel de

    gua y orientacin para posteriores labores profesionales en la mo-

    dificacin de conducta (Snchez, 2008); con ellos se puede seguir

    desarrollando investigacin aplicada y planificar la enseanza, se-

    gn el nivel de desarrollo individual, a partir no slo de principios

    bsicos, sino tambin de una organizacin jerrquica de los mis-

    mos. Aqu resulta de gran valor la clasificacin de Gagn y Briggs

    (1974, 1976) respecto a los ocho tipos de competencias de apren-

    dizaje segn el desarrollo, que van de lo simple a lo complejo. Los

    niveles superiores son inclusivos de los inferiores:

    1. Reaccin ante una seal. Esta competencia se vincula al

    aprendizaje de reflejos o de respuestas involuntarias; por

    ejemplo, la dilatacin pupilar ante la luz.

    2. Conexin respuesta-consecuencia. Es una asociacin referi-

    da a la conducta operante; por ejemplo, recibir premios por

    elevar el rendimiento.

    3. Encadenamiento. Es la sucesin de respuestas que forman

    largas secuencias asociativas; por ejemplo, tocar un instru-

    mento musical o danzar.

    4. Asociacin verbal. Aqu las palabras funcionan como est-

    mulos para recordar otras; por ejemplo, cantar, buscar ant-

    nimos y sinnimos.

    5. Discriminacin mltiple. Es una capacidad vinculada a la

    distincin especfica entre un estmulo y otros parecidos; por

    ejemplo, reconocer una calle.

    6. Aprendizaje de conceptos. Es la capacidad de asociar estmu-

    los distintos en una sola categora, con base en sus elementos

    comunes; por ejemplo, indicar semejanzas entre una naranja

    y una manzana o entre tringulos y cuadrados.

    7. Aprendizaje de principios. Es la aptitud de asociar conceptos

    para saber cmo funciona una regla; por ejemplo, explicar

    por qu respetar un cambio de seal de trnsito.

    8. Resolucin de problemas. Consiste en aplicar los principios a

    situaciones nuevas, para tomar decisiones; por ejemplo, ha-

    cer planes para el fin de semana o para solicitar un empleo.

    En el nivel superior, la intervencin conductual en problemas edu-

    cativos tradicionalmente se ha ocupado tambin de la transferencia

    del aprendizaje; es decir, cmo el conocimiento aprendido se apli-

    ca a otra cosa, lo que significa desempeo inteligente, objetivo al

    cual debe estar abocada la escuela como institucin encargada de la

    educacin, segn Varela y Ribes (2002).

    ASESORAMIENTO AL DOCENTE

    EN LA DIRECCIN Y EL MANEJO DE CLASE

    sta es la funcin que ms sobresale en la interaccin entre el maes-

    tro de escuela y el psiclogo. En lneas generales, hay que evitar ase-

    soramientos intiles desde el punto de vista de la competencia del

    psiclogo, en asuntos como la funcin expositiva del maestro o su

    ordenamiento didctico, tareas para las cuales se prepara profesio-

    nalmente al pedagogo. Las directivas del anlisis conductual operan

    en los niveles de direccin y manejo de clase sistemticos, utilizan-

    do los principios de la modificacin de conducta y su metodologa

    de observacin. En ese sentido, si se desea un rendimiento satisfac-

    torio del alumno y el consiguiente aprovechamiento, las conduc-

    tas a lograr en trminos de altas tasas de frecuencia deberan como

    mnimo ser las siguientes (Blackham y Silverman, 1971, 1973):

    1. No soar despierto, ni hablar con otros, ni mirar en derredor

    ni levantarse del asiento.

    2. Responder apropiadamente ante una pregunta, hacer el tra-

    bajo encargado con puntualidad y en forma completa.

    3. Seguir indicaciones, obedecer reglas, terminar deberes, tener

    los materiales organizados, esquematizar contenidos. For-

    macin moral y cvica.

  • 22 23

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    4. Capacidad para buscar informacin, realizar elecciones in-

    dependientes, preguntar sobre lo que no se comprende o se

    juzga como incompleto. Requiere repertorios de atencin,

    respuesta y orden previamente formados.

    5. Depender relativamente de la atencin y el elogio ajenos.

    6. Capacidad para utilizar las aptitudes intelectuales (abstrac-

    cin, comprensin, vocabulario).

    7. Realizacin: aplicar el dominio en habilidades y destrezas es-

    pecficas, solucionar problemas.

    Al observar los sistemas tradicionales de enseanza para conseguir

    estos objetivos, Skinner (1968, 1970, 1978, 1982) advirti varios

    defectos: a) predominio de factores aversivos, b) demora entre la

    aparicin de la respuesta y su respectivo reforzamiento, c) ausen-

    cia de incentivos en serie, por partes y aproximaciones sucesivas,

    y d) frecuencia insuficiente de reforzamiento. Por ello sugiere que

    estas competencias no se deben lograr utilizando control aversivo

    generalizado (castigos, sarcasmos, amenazas), sino mediante re-

    fuerzo positivo inmediato (recompensas y actividades agradables).

    Igualmente es importante el modelamiento a partir del ejemplo,

    acompandolo con un buen manejo disposicional, vale decir, des-

    empeando empticamente las tareas al cargarlas de un contenido

    emocional que ligue los temas con las actitudes de los alumnos.

    Las tcnicas de entrenamiento en habilidades sociales, el manejo de

    contingencias, el uso del contrato conductual y de la economa de

    fichas son relevantes al perfeccionamiento de las labores docentes.

    Otros detalles estn dados en el ejercicio de la enseanza progra-

    mada y personalizada (ver ms adelante).

    ARTICULACIN DE UNA TECNOLOGA DE LA ENSEANZA

    Al conseguir moldear conductas complejas, en sus experimentos

    de laboratorio, Skinner (1968, 1970) extendi esos procedimientos

    a la enseanza matemtica mediante la instruccin programada, un

    mtodo de trabajo en el cual la materia se desmenuza en pasos y se

    secuencia para que cada uno de esos pasos se apoye deliberadamen-

    te en el anterior, presentando en orden de dificultad series de cua-

    dros con afirmaciones incompletas. Cada persona lleva su propia

    velocidad de aprendizaje y es reforzada inmediatamente tras cada

    respuesta correcta de completamiento. Singer y Dick (1974, 1977) y

    Mager (1962, 1990) tambin contribuyeron a perfilar el desarrollo

    de la tecnologa educativa, como transmisin didctica con tcnicas

    e instrumentos ajustados a un sistema organizado que combina re-

    cursos humanos, conocimientos, energa y materiales; esto permite

    acceder al proceso de enseanza-aprendizaje a partir de principios

    cientficos (figura 1. 1).

    Figura 1. 1. Enfoque de sistemas en el proceso enseanza-aprendizaje

    Las contribuciones concretas de la tecnologa educativa hoy incor-

    poradas al trabajo cotidiano de los educadores se resumen en cinco

    rubros:

    1. Enfoque de sistemas. Es un proceso con una cantidad variada

    de actividades en el que cada cual ejerce un efecto sobre las

    dems, con base en una relacin previamente determinada

    que se dirige a una meta. Con base en el anlisis del proceso,

    de las metas y de los repertorios recurrentes del alumno, se

    seleccionan objetivos, instrumentos de evaluacin, estrategias

    de enseanza, medios y materiales; todo eso se evala perma-

    nentemente y se reajusta de acuerdo con las necesidades.

    ActividadesInteractuantes

    hacia una meta comn

    Ayudas de aprendizaje: Disposicin en secciones

    y objetivos

    Ayudas de enseanza: Instrumentacin fsica til

    Evaluacin sistemtica de los repertorios del

    alumnado

  • 24 25

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    2. Ayudas de aprendizaje. Es la disposicin de las asignaturas

    en secuencia de mdulos, unidades y secciones. Se definen

    taxonomas de los tipos de aprendizaje y sus mtodos ade-

    cuados de enseanza. Se perfilan objetivos que dan y definen

    condiciones para aprender, ayudando a evaluar el proceso y

    validando instrumentos como gua de re-alimentacin para

    profesores y alumnos. Por ltimo, un anlisis de tarea fija

    habilidades y requisitos para cumplir los objetivos.

    3. Ayudas de enseanza. Aqu entra la instrumentacin fsica

    til para la transmisin didctica, con recursos audiovisuales

    y mecnicos aptos para mejorar las presentaciones. Requie-

    re tener: a) una idea del mensaje, b) el equipo preciso para

    transmitirlo y c) un plan de la forma de empleo ms eficiente.

    4. Formas de evaluacin. Se consideran los niveles de aplica-

    cin, desde el elemento humano (repertorios del alumno),

    pasando por los componentes (programa, personal, medios),

    hasta la escuela (ambiente y sistema). Asimismo, se incluye la

    metodologa de planificacin, obtencin, procesamiento y

    comunicacin de datos.

    5. Propsitos de la evaluacin. Son propsitos de diagnstico

    o conocimiento integral de medios y sujetos, con evaluacin

    de entrada (determinacin de prerrequisitos para iniciar el

    proceso: cul es el problema?, qu necesita la escuela?),

    y evaluacin de contexto (recursos, necesidades, poblacin,

    condiciones; qu necesita este alumno?, cules son sus

    posibilidades?), complementadas con una evaluacin su-

    mativa que determina si se logran los objetivos propuestos

    y en qu medida (su desempeo es suficiente para promo-

    verlo?, el programa tiene la calidad para ser comprado?);

    y una evaluacin formativa que integra la informacin de

    contexto, entrada y final, para ver los logros y re-alimentar

    (cmo progresa el sujeto en la unidad?, cmo hay que

    cambiar el componente para mejorar el proceso?).

    La tecnologa de la enseanza se explicita en diversos modelos,

    entre ellos estn el sistema de instruccin personalizada, la enseanza

    de precisin y la evaluacin por el currculo.

    EL SISTEMA DE INSTRUCCIN PERSONALIZADA

    Este sistema ideado por Keller (Kulik, Kulik y Carmichael, 1974, 1983)

    es una disposicin de la enseanza que apela al refuerzo positivo de

    una manera distinta a la instruccin programada, se ha ensayado

    frecuentemente en espacios universitarios. Se trata de cursos frac-

    cionados en pequeas unidades, uno cada semana con sus propios

    objetivos, gua de estudio, texto bsico y bibliografa; dichos cursos

    estn a cargo de monitores auxiliares del profesor (uno por cada 10

    estudiantes); cada alumno estudia a su propia velocidad cuando y

    donde quiera, y lleva su bitcora de avance personal; una vez que

    considera haber cubierto los criterios de autoevaluacin, pide exa-

    men de unidad a su monitor; si no aprueba en el primer intento, rea-

    lizar cuantos sean necesarios, y ser calificado in situ. Para aprobar

    el curso total debe haber aprobado un nmero mnimo de unidades

    y presentar un examen final.

    LA ENSEANZA DE PRECISIN

    Otra variante tecnolgica educativa del enfoque operante, crea-

    da por Ogden Lindsey, lleva el nombre de enseanza de precisin

    (Backoff, 1985), un sistema para mejorar y predecir con eficacia el

    aprendizaje infantil (en escritura, lenguaje, coordinacin motriz y

    autocuidado, entre otros aspectos), mediante la medicin continua

    y sensible de lo que se aprende, su cantidad y el tiempo que re-

    quiere. Este sistema utiliza una escala de razn milimtrica especial

    que incorpora una grfica del progreso del sujeto y muestra su res-

    ponsividad (correcta e incorrecta) por minuto sobre la base de dos

  • 26 27

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    tipos de informacin: el da de la evaluacin y la tasa de respuestas.

    Dentro de la grfica, la proporcin espacial de registro es menor

    conforme se produzcan ms respuestas por minuto y permite una

    lectura ms fcil de su proceso de aceleracin y su tendencia positi-

    va o negativa, segn la inclinacin de la lnea.

    LA EVALUACIN BASADA EN EL CURRCULO

    Similar a la enseanza de precisin, pero proveniente de C. S.

    Blankenship, este enfoque se centra en el diseo de tareas instruc-

    tivas (o tests de criterio) ligadas a los repertorios de entrada del

    alumno, pero que a su vez contienen un regulado margen de dificul-

    tad, de modo que presenten cierto nivel de desafo a la vez que ase-

    guren el xito (Verdugo, 1994). La idea es que sea un tipo de medida

    breve y de administracin frecuente: un educador toma el puntaje y

    elabora el grfico del progreso del alumno respecto a un objetivo de-

    terminado. Los resultados visualmente expuestos incluyen las tasas

    de adquisicin y de retencin del aprendizaje, que se utilizan para

    definir el ajuste o eficacia de las intervenciones educativas.

    Deteccin de problemas en los repertorios conductuales

    Dentro de las labores habituales del psiclogo educativo se debe

    contemplar la atencin individualizada de casos remitidos por

    otros elementos de la interaccin escolar. La forma usual de iden-

    tificar los problemas individuales en el mbito educativo pasa por

    la divisin en dominios cognitivo, afectivo y (psico) motor (Arm-

    strong, Cornell, Cramer y Wayne, 1970, 1973), pero ninguno de

    ellos se puede considerar estrictamente desligado de los otros; es

    simplemente una estrategia pragmtica para especificar las condi-

    ciones en las cuales se puede aplicar la tecnologa conductual.

    a) El dominio cognitivo abarca los aspectos intelectuales y de

    pensamiento de quien aprende, comienza en el comportamiento de

    conocer y llega hasta los procesos ms abstractos de discriminar y

    generalizar. En este dominio se pueden identificar las aptitudes del

    individuo (razonamiento abstracto y numrico, fluidez y compren-

    sin verbal, atencin, concentracin y memoria), y su capacidad

    analtico-sinttica.

    b) El dominio afectivo comprende las actitudes, emociones y

    valores de la persona, manifestados por lo general en sus intereses,

    juicios y modos de aplicacin, la organizacin de su personalidad

    y su socializacin.

    c) El dominio psicomotor se plasma en conductas que requieren

    coordinacin neuromuscular fina y gruesa, igual que las habilida-

    des que tienen que ver con la ejecucin.

    Para detectar problemas en los repertorios correspondientes a

    cada dominio, el psiclogo conductual propone anlisis paramtri-

    cos con base en registros y otras evaluaciones que dan una idea de

    las variables que, circunstancialmente o en funcin de una marca

    histrica del alumno, contribuyen a generar un problema especfi-

    co (Olivares, Mndez y Maci, 1997): a) aspectos culturales y por-

    menores de la actividad realizada, teniendo en cuenta el momento y

    lugar de la interaccin, b) las personas que intervienen significativa-

    mente o no, presentes o no, c) el entorno fsico que contextualiza el

    episodio, y tambin d) las disposiciones biolgicas, afectivas y cog-

    nitivas del sujeto intervenido. Igualmente hay parmetros respecto

    a la medicin del propio desempeo del estudiante, de acuerdo con

    descripciones de: a) sus movimientos, desplazamientos y sonidos

    emitidos y b) la cantidad de veces que suele actuar, su duracin, su

    latencia o la intensidad fisiolgica de ciertas respuestas colaterales;

    igualmente es importante c) considerar los efectos que el compor-

    tamiento analizado ejerce sobre la propia conducta, las de otros y el

    contexto. As se advierte aquello que mantiene una interaccin des-

    ajustada y lo que hay que modificar. La tabla 1.1 ilustra el anlisis

    en trminos de secuencia contingencial A-B-C:

  • 28 29

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    Tabla 1.1. Anlisis de secuencia de un problema conductual

    Antecedentes Respuesta Consecuencias

    Aspectos culturales

    Actividad realizada

    Momento y lugar

    Participantes

    Contexto fsico

    Disposiciones

    Movimientos, sonidos

    y desplazamientos

    Frecuencia

    Duracin

    Latencia

    Intensidad

    Efectos sobre:

    La actividad

    El escenario

    La propia conducta

    Las propias disposiciones

    La conducta de los dems

    A partir del anlisis de secuencia, y con base en las fluctuaciones de

    los registros, se puede categorizar el problema en funcin de una

    serie de taxonomas de trastornos conductuales que sirven de gua

    para la intervencin que corresponda. Aqu se consigna la propues-

    ta de Goldfried y Davison (1976, 1981):

    1. Control de estmulos, caracterizables como a) defectuoso (inca-

    pacidad para responder ante estimulacin social); por ejem-

    plo, pintar las paredes con grafitis o no seguir reglas, y b) in-

    adecuado (reacciones emocionales intensas ante estimulacin

    inocua); por ejemplo, fobias o temores irracionales.

    2. Carencias. Respuestas insuficientes o inexistentes por falta de

    aprendizaje o defectos en equipo fsico/biolgico/social; por

    ejemplo, dficits acadmicos o de atencin, falta de coordi-

    nacin motora o retardo mental.

    3. Excesos. Pautas aversivas o desadaptadas de respuesta social;

    por ejemplo, actos agresivos u hostiles como el bullying.

    4. Sistemas de incentivo. Caracterizables como: a) defectuoso

    (la aprobacin social no controla la conducta); por ejemplo,

    actos delincuenciales; b) contraproducente (refuerzan cosas

    cuyo exceso es daino); por ejemplo, hbitos nocivos para la

    salud; c) conflictivo (producto de castigo y refuerzos simul-

    tneos); por ejemplo, confusin ante fuentes de autoridad, y

    d) insuficiente (bajo umbral de refuerzo); por ejemplo, des-

    gano o depresin.

    5. Autorrefuerzo inadecuado. Valoracin irreal de las propias

    posibilidades, creyndose por encima o por debajo de los de-

    ms, o de las actividades realizadas; por ejemplo, problemas

    de autoestima.

    La categorizacin de cada trastorno lleva a elegir paquetes tcnicos

    conductuales diversos que se prescriben comnmente para tratarlo

    de acuerdo con la investigacin y con la experiencia. Por ejemplo,

    si se tiene entre manos un problema de comprensin verbal o dfi-

    cit de control del esfnter, se puede utilizar el moldeamiento1 para

    incrementarlo. Si el problema es de excesos tipo berrinches, disrup-

    cin o agresividad, lo recomendable puede ser tcnicas de habili-

    dades sociales, costo de respuesta, prctica positiva o simplemente

    tiempo-fuera de reforzamiento. Si el problema es la baja autoes-

    tima, las tcnicas de activacin conductual y asercin encubierta

    podran ser la respuesta. Para temores y fobias estn las tcnicas de

    exposicin. Si el asunto pasa por dificultades de impulsividad est

    el entrenamiento autoinstruccional, y as sucesivamente.

    REHABILITACIN DE DEFICIENCIAS

    PSICOPEDAGGICAS Y DE RETARDOS

    El mtodo reseado en el pargrafo anterior tiene, como es eviden-

    te, aplicacin en los problemas de aprendizaje y de retardo en el

    desarrollo, a partir de la educacin sistemtica planeada con obje-

    tivos de conducta precisos y un diseo correcto de las condiciones

    necesarias para provocar el aprendizaje (Anicama, 2010, p. 315).

    En el caso de los problemas de aprendizaje estos desrdenes involu-

    cran dificultades de atencin, percepcin, discriminacin, lenguaje,

    comprensin, lectura, escritura, aritmtica e hiperactividad, entre

    otros. En el retardo, a su vez, hay grados leve, moderado, grave y

    profundo, as como diferentes tipos, en ocasiones con fuerte in-

    1 Para la comprensin verbal, el moldeamiento se llevara a cabo en el marco de la enseanza de precisin.

  • 30 31

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    fluencia biolgica (Galindo, 1999). En algunos casos el retardo es

    generalizado, pero en otros se puede diagnosticar como autismo,

    sndrome de Rett, de Down, de Turner o de Klinefelter. Sus caracte-

    rsticas ms notorias son lenguaje insuficiente o mutismo, torpeza

    motora, a menudo con aislamiento social y a veces con signos fsi-

    cos de desproporcin.

    El caso es que el anlisis conductual aporta tanto la prescripcin

    metodolgica como la tecnologa necesaria para tratar cualquiera

    de esos desrdenes. La publicacin de Valls (1996) ofrece un buen

    ejemplo del tipo de actividades requeridas para recuperar debilita-

    mientos del aprendizaje. En la tabla 1. 2 se presenta una sntesis de

    los programas de entrenamiento conductual en habilidades para el

    aprendizaje basados en el trabajo de Valett (1974, 1989).

    Tabla 1. 2. Programas de entrenamiento conductual en habilidades para el aprendizaje

    Programa Habilidades Ejercicios

    Desarrollo motor grueso.

    Actividad y educacin fsicas, salud general.

    Rodar, sentarse, caminar, correr, arrastrarse, saltar, etctera.

    Integracin senso- motriz.

    Progresos en ritmo y coordinacin auditivo- motora.

    Equilibrio, habilidad de reaccin, rapidez, discriminacin tctil, lateralizacin, orientacin en el tiempo.

    Habilidades perceptivo-motoras.

    Destrezas y memoria auditivas, atencionales, memoria, coordinacin muscular ina.

    Agudeza auditiva, asociacin auditivo-vocal, discriminacin auditiva.

    Habilidades lingsticas.

    Uso del lenguaje y nivel funcional de lectura, escritura, ortografa.

    Vocabulario, luidez, articulacin, comprensin lectora, escritura.

    Habilidades conceptuales.

    Entendimiento aritmtico, estudios analticos, bagaje informativo, desarrollo conceptual.

    Conceptos numricos y procesos aritmticos, informacin general, clasiicacin, comprensin.

    Habilidades sociales y de control afectivo.

    Desarrollo personal e interpersonal, autocontrol, responsabilidad, buena conducta.

    Aceptacin social, juicios de valor, madurez social.

    Cabe advertir que todos los ejercicios que se indican en la tabla anterior

    involucran procedimientos operantes en varios niveles de complejidad.

    Hay numerosos programas de rehabilitacin de sujetos con serios

    dficits, especialmente para casos de autismo; lo cierto es que, como

    dicen Martin y Pear (1996/1999) valindose de numerosos reportes

    de efectividad, Ningn otro tratamiento ha resultado tan til para

    los nios autistas, como la modificacin de conducta (p. 19). La ta-

    bla 1. 3 lo resume, basada en la obra de Ribes (1976).

    Tabla 1. 3. Programas conductuales para el tratamiento del retardo en el desarrollo

    Mdulo Programas

    Repertorios bsicos.Imitacin generalizada.Seguimiento de instrucciones.Conductas de atencin.

    Repertorios discrimi-nativos.Autocuidado

    Conducta social.

    Contacto fsico.Cooperacin.Aproximacin al grupo.Afecto.Agresin.

    AutoestimulacinHiperactividad.Conducta emocional.

    Conducta acadmica.

    Verbal vocal.Escritura.Lectura.Identiicacin verbal de estmulos.Transcripcin.

    Intraverbal.Textual (gramtica).Conversacin.Aritmtica.

    El programa de Kent-Udolf y Sherman (1984, 1988) sobre la ensean-

    za de habilidades de comunicacin en nios intelectualmente disca-

    pacitados es un buen ejemplo de tratamiento conductual especfico.

    Dicho programa, diseado para que lo aplique un equipo integrado

    por un especialista en lenguaje, un profesor de educacin especial y

    uno o ms ayudantes, se aplica cuatro das por semana y se divide en

    cinco mdulos que comprenden: 1. frmulas de comunicacin social;

    2. comunicacin de los datos de identificacin; 3. habilidades verbales

    bsicas; 4. conceptos relacionados con el lenguaje y tareas cognitivas

    relacionadas con actividades de pre-taller y 5. registro, planificacin y

    consulta de quienes lo aplican.

  • 32 33

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    ELABORACIN DE PROGRAMAS INSTRUCCIONALES

    O DE MODIFICACIN DE CONDUCTA

    Klausmeier y Goodwin (1977, p. 5) resumieron exhaustivamente un

    modelo de programacin educativa a partir de las siguientes directivas:

    1. Determinar los objetivos que los estudiantes deben lograr en el

    plantel despus de un ao y de perodos largos, en funcin del

    rendimiento y de otras realizaciones relacionadas con cada rea

    del plan de estudios, y de otros valores y patrones de accin.

    2. Calcular la escala de objetivos que es posible alcanzar para

    los subgrupos de estudiantes.

    3. Verificar el nivel de rendimiento, estilo de aprendizaje y nivel

    de motivacin de cada estudiante por medio de tests de cri-

    terio, programacin de observaciones y muestras de trabajo

    en subgrupos de tamao apropiado.

    4. Fijar los objetivos de aprendizaje que debe alcanzar cada estu-

    diante en un perodo corto.

    5. Planear y poner en prctica un programa educativo que se adap-

    te a cada estudiante, o ubicarlo dentro de uno ya establecido.

    6. Variar: a) la intensidad de atencin y orientacin del profesor;

    b) la cantidad de tiempo que se emplee en la interaccin de

    los estudiantes; c) el uso de material impreso, audiovisual y

    experimentos directos en los fenmenos; d) el uso del espacio

    y del equipo (medios), y e) la cantidad de tiempo que gaste

    cada estudiante en interaccin individual con el profesor o

    con los medios, el estudio independiente, las actividades en

    grupos reducidos dirigidos por un estudiante o un adulto y las

    actividades en grupos grandes dirigidos por adultos.

    Como se ve, en semejante labor es esencial la formulacin de obje-

    tivos instruccionales, otra gran fuerza de la aportacin conductual

    a la educacin.

    En estudios clsicos como los de Armstrong, Cornell, Kraner y

    Wayne (1970, 1973) y Mager (1962, 1990) se advierte que la formu-

    lacin explcita de objetivos permite, entre otras cosas: a) identificar

    y definir las condiciones recurrentes para modificar un comporta-

    miento de manera eficiente, eficaz y efectiva; b) planificar cmo, cun-

    do y dnde llevar a cabo la intervencin; c) evaluar el progreso de las

    secuencias inicial, intermedia y final de la intervencin, re-ali mentn-

    dola; d) proporcionar al prestatario y al usuario del ser vicio una gua,

    necesaria para saber lo que se espera de cada uno y e) apoyar una

    ulterior generalizacin de las conductas adquiridas al plano cotidiano,

    as como disear programas que sobre los logros previos involucren

    encadenamiento o moldeamiento de conductas ms amplias.

    A su vez, todo objetivo se funda en una previa seleccin de me-

    tas. En la jerga conductista una meta se define como un enunciado

    general y amplio, a veces difuso en sus lmites, que da forma a un

    programa o a una experiencia (Sund y Picard, 1972, 1976). Las pala-

    bras que componen una meta como enunciado no necesitan ser muy

    precisas: entender, conocer o aplicar son todos vocablos de ese orden.

    En cambio los verbos de validez emprica indiscutible como discri-

    minar, clasificar, comparar o escribir son propios de los objetivos. El

    uso consagrado del lenguaje forma el hbito de confundir el signifi-

    cado de unos trminos con el de otros, como si fueran intercambia-

    bles y se requiere esforzarse mucho para encontrar la diferencia entre

    discursos vagos y precisos. Mager (1962, 1990) se refiere, por ejem-

    plo, a la prctica de observar lo vago como un ejercicio eficaz para

    aprender a distinguir los verbos que denotan ejecuciones de aquellos

    que refieren estados difusos. As, por ejemplo, desarrollar un sentido

    de pertenencia es una meta sin connotacin emprica, mientras que

    identificar crculos de color rojo s tiene dicha connotacin.

    Formulada la meta se precisa a qu acciones se debe traducir para

    realizarla. Despus de especificar tales componentes se estructuran en

    el ordenamiento clsico de tipo oracional, donde figuran: a) la situa-

    cin, condiciones o individuos requeridos para la interaccin eficiente;

    b) el sujeto que ejerce la conducta blanco; c) la nueva o modificada

    topografa o funcionalidad que tiene que exhibir y e) el criterio de

    aceptabilidad o punto decisivo de conducta, en el cual se demuestra el

  • 34 35

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    dominio del objetivo alcanzado, de preferencia numricamente o en

    porcentajes. A continuacin, un ejemplo muy simple de la redaccin

    de objetivos conductuales siguiendo esquemticamente tales normas:

    Situacin: frente al tablero, donde est dispuesta la canasta, des-

    de una distancia de 4.3 metros.

    Sujeto: el jugador de basketball.

    Conducta: deber ser capaz de encestar.

    Criterio de aceptabilidad: 10 de cada 10 tiros durante un lapso

    menor o igual a cuatro minutos.

    En la obra de Vargas (1973, 1988) se puede ampliar el conocimiento

    de cmo redactar objetivos para una asignatura.

    Diseo de instrumentos de medicin

    Este tipo de labores tecnolgicas implican utilizar los recursos de la

    prescripcin metodolgica y el diseo instruccional para responder

    a la pregunta de si la enseanza ayuda a los alumnos a conseguir los

    objetivos formulados. Por ejemplo, asesorar al maestro en la medi-

    cin de su propio desempeo como facilitador de contenidos me-

    diante escalas de autoevaluacin que comprendan las habilidades

    necesarias para ensear o su eficiencia, e incluso ejecutorias de con-

    feccin de pruebas de examen (vanse los ejemplos que dan Sund

    y Picard, 1972, 1976, en la pgina 199 y siguientes). Igualmente sir-

    ven los formatos de registro de observacin de los diversos par-

    metros de conductas de desempeo acadmico, personal y social

    de los alumnos en clase y fuera de ella, inventarios y listas de che-

    queo conductual en la escuela y en el hogar, y listas de reforzadores

    (Walker y Shea, 1984, 1987; Molina, 2001); sin dejar de lado, como

    lo anota Vargas (1979), la evaluacin de la ejecucin del aprendiz

    en trminos de normas (acorde con puntuaciones de grupo) o de

    criterio (acorde con puntuaciones repetidas del propio individuo).

    Tambin se han creado instrumentos de trabajo para conseguir

    mejores resultados en cualquiera de los dominios educativos. Al

    respecto un estudio, ya clsico, de Staats (1968, 1983) desarroll

    repertorios cognoscitivos (conteo, conceptos numricos, escritu-

    ra, lectura del alfabeto) en nios pre-escolares limtrofes cultu-

    ralmente privados, utiliz un aparato experimental que se podra

    considerar como el equivalente para humanos de la caja de Skinner,

    nicamente moldeando y encadenando respuestas (figura 1. 2).

    Figura 1. 2. Aparato experimental de Staats para entrenar comportamiento cognoscitivo

    Uno de los resultados ms sorprendentes del experimento de

    Staats, que da una idea del valor del instrumento utilizado, fue la

    refutacin de la idea madurativa tradicional acerca de la formacin

    del concepto de nmero (Piaget, 1952, 1967); segn sta, ensearle

    a contar al nio antes de que madure lo suficiente mentalmente

    slo produce habilidades mecnicas; por ejemplo, si se le colocan

    10 piedras en fila a un nio de entre cinco o seis aos de edad pue-

    de contarlas correctamente, pero si se ordenan de otra manera ya

    no. Staats mostr que mediante un anlisis conductual sistemtico

    de lo que se va a ensear, y reforzando con fichas los progresos, es

    posible ensear al nio an cuando est privado culturalmente a

    contar de diversas maneras ya entre los dos y los cuatro aos.

  • 36 37

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    ARTICULAR UNA TECNOLOGA DE PREVENCIN

    Las labores de prevencin escolar son variadas: prevencin de la vio-

    lencia de gnero, el bullying, conflictos familiares, adicciones y acci-

    dentes, entre otras. El consenso es que la escuela y los padres de los

    alumnos deben coordinar esfuerzos para controlar esas manifesta-

    ciones y promover habilidades para la vida en los educandos. Tra-

    dicionalmente las escuelas de padres y los talleres complementarios

    han cumplido con dicho encargo, pero de una manera bastante dbil.

    Para apoyar la prevencin, cualquiera que sea, el anlisis con-

    ductual ha propuesto programas de entrenamiento de padres

    (Toro, 1984; Pineda, Lpez, Torres y Romano, 1992; Olivares, Maci

    y Mndez 1993), que tienen como denominador comn la capaci-

    tacin de los padres como mediadores en el uso de procedimientos

    de modificacin de conducta para problemas de conducta infantil,

    con el fin de modificar su interaccin con los hijos, incrementar la

    conducta prosocial y disminuir la conducta indeseable.

    Adicionalmente, el psiclogo escolar conductual cuenta con un

    buen arsenal de tcnicas para el control de la agresin y la promocin

    del comportamiento moral y resiliente, como se ve en la tabla 1. 4,

    extrada de Montgomery (1998, p. 144).

    De la misma forma se pueden articular programas para desarro-

    llar conductas de salud y seguridad, as como otras relevantes en el

    campo de la prevencin. A este respecto, los programas de alfabeti-

    zacin (Casalta, 1990) tambin se podran considerar dentro del ru-

    bro, en tanto los programas de formacin inicial y bsica de nios y

    adolescentes analfabetos implican el cambio conductual en funcin

    del mismo manejo de principios de aprendizaje, adems del entre-

    namiento de mediadores para efectuar las tareas operativas. Todo

    con el fin de proporcionar los repertorios recurrentes para llegar a

    estndares promedio de asimilacin de conocimientos escolares.

    Tabla 1. 4. Secuencia de etapas e intervenciones para cada repertorio conductual irregular del individuo agresivo (todos los mdulos incluyen

    tcnicas de modelamiento, ensayo conductual, retroalimentacin y sobre ejecucin)

    Etapas / Intervenciones

    Acciones / TcnicasObjetivos /

    Competencias

    Entrenamiento autoinstruccional.

    Anlisis de desencadenantes de la ira.Reconocimiento de la activacin emocional.Instrucciones de preparacin, impacto, afrontamiento y relexin.

    Autoevaluacin y control de la ira.

    Entrenamiento en relajacin muscular.

    Enseanza de respiracin diafragmtica.Reconocimiento de signos de tensin muscular.Relajacin autgena.

    Manejo de activacin corporal y de ansiedad.

    Entrenamiento en comunicacin y negociacin.

    Manejo de componentes verbales y no-verbales referentes a comunicar y negociar.

    Incremento de la expresividad y asertividad. Eicacia en la solucin de conlictos interpersonales.

    Manejo de contingencias.

    Seleccin de objetivos para modiicar conductas.Ejercicios de presentacin de reforzadores positivos, negativos, delta y aversivos.

    Discriminar cmo y cundo graicar, ignorar o sancionar conductas.

    Entrenamiento en habilidades sociales.

    Identiicacin de reas o habilidades deicitarias.Ejercicios de ensayo.

    Incremento de destrezas sociales especicas.

    Educacin moral y valores prosociales.

    Adiestramiento en toma de decisiones y en solucin de problemas.Reestructuracin racional.Discusin de dilemas.

    Incremento de desempeos y actitudes prosociales en contextos de riesgo.

    CONCLUSIONES

    La difusin y la aceptacin del enfoque conductual no estn en el

    mejor de los mundos. Hace pocos aos se estudi la articulacin

    de cursos indispensables en la enseanza acadmica de la psicolo-

  • 38 39

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    ga, con base en la opinin de una serie de expertos en las regiones

    europea y centro/sudamericana (Blanco, 2001). El resultado en La-

    tinoamrica fue revelador del bajo status de acuerdo de los espe-

    cialistas consultados con los cursos de modificacin de conducta

    y aprendizaje animal, que figuran en los ltimos lugares con una

    aceptacin, en Centro Amrica y El Caribe, de slo 27.8% y 16.7%

    para cada una de las asignaturas y an menor en Sudamrica, con

    16.7% y 16.7%, respectivamente. Nada permite pensar que en el

    presente la situacin haya mejorado.

    Por qu? Una de las impresiones ms comunes en la aproxima-

    cin general a las relaciones entre conductismo y educacin es ver

    en stas un proyecto aparentemente trunco, quiz debido a que el

    fuerte posicionamiento constructivista de las ltimas dcadas ha

    desarrollado una imagen conductual de reduccionismo. Segn esa

    imagen, las supuestas caractersticas principales del anlisis de la

    conducta, tanto en lo instruccional como en lo instrumental, son

    una pedagoga repetitiva y memorstica, el autoritarismo docente,

    el alumno como receptor pasivo y sumiso, la indiferencia hacia los

    procesos cognoscitivos y el excesivo fraccionamiento de los conte-

    nidos de enseanza (Gimeno, 2002; Mayer, 1987, 2002).

    Con base en estos argumentos, no pocas veces mezclados con

    prejuicios populares sobre la influencia de la herencia y el es-

    pritu sobre el comportamiento, se repite a menudo que el enfo-

    que conductual resulta obsoleto e intil; sin embargo, la misma

    insisten cia que los contradictores ponen en refutarlo a lo largo de

    tantos aos parece demostrar lo contrario. Lo cierto es que muchas

    propuestas conductistas se han incorporado de hecho a la prctica

    educativa, gran parte de ellas rebautizadas o aligeradas (o mal en-

    tendidas) para despojarlas de su molesta connotacin skinneriana.21

    2 As, toda elaboracin creativa inspirada, aunque sea indirectamente, por los pre-supuestos conductuales fue separada de su tronco original y considerada aparte; por ejemplo el trabajo de Gagn, al cual se denomin eclctico-informacional; por otro lado, se coloca el aporte del aprendizaje social de Bandura como algo ajeno al conductismo debido a su consideracin de procesos de cambio cogniti-

    En otros casos, la propia inviabilidad de las propuestas conductistas

    determin su falta de impacto; tal es el caso de la excesiva compli-

    cacin y jerga poco entendible de los procedimientos, e incosteabi-

    lidad editorial de la confeccin de los materiales de instruccin

    programada.

    De cualquier manera, en la mentalidad del psiclogo y el edu-

    cador no-expertos en temas de este tipo, la obsolescencia y sim-

    plicidad del enfoque conductual han calado en el espritu popular.

    Frente a eso, slo se puede decir que decidir qu es bueno para la

    educacin es una cuestin tcnica, y que desde un punto de vis-

    ta conductual hay diferentes niveles de complejidad para el dise-

    o de la instruccin, como seala Rey (1998), en: a) habilidades

    bsicas (discriminaciones condicionales con velocidad y precisin

    en la ejecucin), b) solucin de problemas (aplicacin de las ha-

    bilidades bsicas para cambiar situaciones o aspectos de situacio-

    nes) y c) creatividad (solucionar problemas con variedad en forma

    y complejidad, sin que hayan instrucciones directas o explcitas de

    cmo hacerlo). La prescripcin metodolgica rigurosa es slo un

    instrumento pragmtico para asegurar resultados, no para ponerle

    una camisa de fuerza a las tareas del psiclogo educativo y menos

    al profesor. As, pues, preparar la educacin con comportamientos

    creativos, comprensivos y significativos forma parte tambin de la

    propuesta conductista (Malott, 1973, 1979; Vargas y Vargas, 1991).

    En este contexto abundan las investigaciones y propuestas in-

    terconductuales; entre otras, destacan las compilaciones de Bazn

    (1999) sobre aspectos educativos y escolares, y las de Mares y Gue-

    vara (2001, 2002) sobre temas esenciales como la transferencia y el

    comportamiento complejo, as como temas aplicados a diferentes

    estudios sobre retardo en el desarrollo y educacin especial, diseo

    de programas para la enseanza de la lengua escrita y proposicio-

    nes formativas para la educacin elemental y media. Tambin en

    vo (ya que para la rgida y simplista concepcin del constructivista promedio, el conductismo slo se vale del condicionamiento. (Sollod, Wilson y Monte, 2009).

  • 40 41

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    las publicaciones de Carpio (2005) e Ibaez (2008) se encuentran

    estudios sobre aspectos de comprensin, creatividad y enseanza

    de la psicologa en la educacin superior. Varela (2008), a su vez,

    ofrece una valiosa contribucin conceptual a una serie de temas

    discutidos comnmente sobre la relacin entre psicologa y edu-

    cacin, tales como la aplicacin de tcnicas para el aprendizaje, el

    papel de los padres, la elaboracin de programas y la evaluacin,

    entre otros. Por otro lado, el grupo antes ligado a la investigacin

    sobre lecto-escritura de Bazn se concentra actualmente en el papel

    de los docentes de educacin bsica con respecto a su formacin

    profesional (Bazn, Castellanos, Galvn y Cruz, 2010).

    La investigacin en el medio estadunidense tambin es de lo ms

    variada, como se puede ver en la versin online del Journal of Be-

    havioral Education, que incluye aplicaciones basadas en la eviden-

    cia para problemas conductuales y emocionales de los estudiantes

    (Stormont, Reinke y Herman, 2011), y lenguaje comunicativo en

    diversas culturas (Jones, Hoerger, Hughes, et al. 2011), entre otros

    temas de actualidad tratados en nmeros especiales. Es pertinente

    recalcar la base emprica que respalda esta tecnologa.

    Algo favorable al diseo de instruccin es que, en el presente si-

    glo, los aportes conductuales acerca de la enseanza programada y

    personalizada vuelven a tomar actualidad; sus procedimientos se fa-

    cilitan y abaratan con el desarrollo de programas informticos alta-

    mente sofisticados y el uso generalizado de ordenadores personales,

    as como de formas de comunicacin expeditas, como los telfonos

    celulares y los correos electrnicos. En cambio, carecen notoriamente

    de programas comportamentales para la alfabetizacin meditica

    (vase Bergsma y Carney, 2008); es decir, educacin con nfasis en la

    salud entre los jvenes, que influya en sus percepciones y prcticas, y

    los prepare para un examen crtico de los mensajes de los medios de

    difusin masiva, promotores de conductas de riesgo.

    El futuro dir si la cantidad y calidad de los diversos aportes con-

    ductuales a la educacin escolar sern reconocidos debidamente,

    ms all de si en la prctica ya se han incorporado muchos de ellos.

    REFERENCIAS

    Libros

    Anicama, J. (2010). Anlisis y modificacin del comportamiento. Lima, Per: Uni-

    versidad Nacional Federico VillarrealAsociacin Nacional de Rectores.

    Armstrong, R. J., Cornell, T. D., Cramer, R. E. y Wayne, R. E. (1970, 1973). Desarro-

    llo y evaluacin de objetivos de conducta. Buenos Aires, Argentina: Guadalupe.

    Backoff, E. (1985). La enseanza de precisin. Mxico: Trillas.

    Bazn, A. (comp.) (1999). Aportes conceptuales y metodolgicos en psicologa aplica-

    da. Sonora: Instituto Tecnolgico de Sonora.

    Blanco, A. (2001). Proyecto para la armonizacin de la currcula de psicologa en las

    universidades latinoamericanas. En J. P. Toro y J. F. Villegas (eds.), Problemas

    centrales para la formacin acadmica y profesional del psiclogo en las Amricas,

    Vol. I. (pp. 391-439). Santiago: Sociedad Interamericana de Psicologa.

    Benes, K. y Kramer, J. (1989). The Behavioral Tradition in Schools (and Miles to go

    Before We Sleep). En J. Hughes y R. Hall (eds.), Cognitive Behavioral Psycho-

    logy in the Schools (pp. 15-36). Nueva York, Estados Unidos: Gilford.

    Bijou, S. y Rayek, E. (comps.) (1983). Anlisis conductual aplicado a la instruccin.

    Mxico: Trillas.

    Blackham, G. y Silverman, A. (1971, 1973). Cmo modificar la conducta infantil.

    Buenos Aires, Argentina: Kapelusz.

    Casalta, H. (1990). Anlisis de la conducta y alfabetizacin. Mxico: Trillas.

    Carpio, C. e Irigoyen, J. J. (eds.) (2005). Psicologa y educacin: aportaciones desde

    la teora de la conducta. Mxico: Universidad Nacional Autnoma de Mxico.

    Domjan, M. (2007, 2010). Principios de aprendizaje y conducta. Mxico: Cengage

    Learning Editores.

    Fagan, T. K, y Wise, P. S. (1994). School Psychology: Past, Present and Future. White

    Plains. Nueva York, Estados Unidos: Longman.

    Fernndez-Ballesteros, R. (2005). Evaluacin psicolgica: conceptos, mtodos y estu-

    dio de casos. Madrid, Espaa: Pirmide.

    Ferster. C. B. y Perrot, M. C. (1968, 1980). Principios de la conducta. Mxico: Trillas.

    Gagn, R. y Briggs, L. (1974, 1976). La planificacin de la enseanza: sus principios.

    Mxico: Trillas.

    Galindo, E. (1999). Modificacin de conducta en la educacin especial: diagnstico y

    programas. Mxico: Trillas.

    Gimeno, J. (2002). La pedagoga por objetivos: obsesin por la eficiencia. Madrid,

    Espaa: Morata.

    Goldfried, M. R. y Davison, G. (1976, 1981). Tcnicas teraputicas conductistas.

    Buenos Aires, Argentina: Paids.

  • 42 43

    Psicologa y contextos educativos Aportes conductuales a la educacin escolar

    Ibez, C. (2007). Metodologa para la planeacin de la educacin superior. Sonora:

    Universidad de Sonora.

    Keller, F. S. y Ribes, E. (1982). Modificacin de conducta. Aplicaciones a la educacin.

    Mxico: Trillas.

    Kent-Udolff, J. y Sherman, E. R. (1984, 1988). Lenguaje cotidiano. Un programa

    para el lenguaje funcional en educacin especial. Barcelona, Espaa: Martnez

    Roca.

    Klausmeier, H. J. y Goodwin, W. (1966, 1977). Psicologa educativa. Mxico. Harla.

    Kulik, J. A., Kulik, Ch. y Carmichael, K. (1974, 1983). El plan Keller para la en-

    seanza de la ciencia. En S. Bijou y E. Rayek (comps.), Anlisis conductual

    aplicado a la instruccin, (pp. 748-762). Mxico: Trillas.

    Mager, R. E. (1962, 1990). Anlisis de metas. Mxico: Trillas.

    Mares, G. y Guevara, Y. (eds.) (2001). Psicologa interconductual. Avances en la in-

    vestigacin bsica. Mxico: UNAM.

    Mares, G. y Guevara, Y. (eds.) (2002). Psicologa interconductual. Avances en la in-

    vestigacin tecnolgica. Mxico: UNAM.

    Malott, R. W. (1973, 1979). Conductismo y enseanza universitaria. En V. Arredon-

    do, E. Ribes y E. Robles (eds.), Tcnicas instruccionales aplicadas a la educa-

    cin superior (pp. 19-47). Mxico: Trillas.

    Malott, R. W., Malott, M. A. y Trojan, E. A. (1999, 2003). Principios elementales del

    comportamiento. Mxico: Pearson Educacin.

    Martin, G. y Pear, J. (1996, 1999). Modificacin de conducta: Qu es y cmo aplicar-

    la. Madrid, Espaa: Prentice-Hall.

    Mayer, R. E. (1987, 2002). Psicologa de la educacin: el aprendizaje en las reas de

    conocimiento. Madrid, Espaa: Pearson Educacin.

    Olivares, J., Maci, D. y Mndez, F. X. (1993). Intervencin comportamental edu-

    cativa en el entrenamiento a padres. En D. Maci, F. X. Mndez y J. Olivares

    (dirs.), Intervencin psicolgica: programas aplicados de tratamiento (pp. 119-

    145). Madrid, Espaa: Pirmide.

    Olivares, J. Mndez, F. X. y Maci, D. (1997). Tratamientos conductuales en la infan-

    cia y la adolescencia. Madrid, Espaa: Pirmide.

    Piaget, J. (1952, 1967). La gnesis del nmero en el nio. Buenos Aires, Argentina:

    Guadalupe.

    Pineda, L. A., Lpez, M., Torres, N. y Romano, H. (1992). Modificacin de conductas

    problema en el nio: programa de entrenamiento para padres. Mxico: Trillas.

    Ribes, E. (1976). Tcnicas de modificacin de conducta: su aplicacin al retardo en el

    desarrollo. Mxico: Trillas.

    Rueda, M. Quiroz, A. y Hernndez, G. (1980). El psiclogo en la educacin. En E.

    Ribes, C. Fernndez, M. Rueda, M. Talento y F. Lpez (eds.), Enseanza, ejer-

    cicio e investigacin de la psicologa (pp. 361-369). Mxico: Trillas.

    Snchez, J. J. (2008). Competencias cientficas y profesionales: cimientos metodolgi-

    cos y de integracin en las ciencias del comportamiento. En C. Carpio (coord.),

    Competencias profesionales y cientficas del psiclogo (pp. 247-282). Mxi-

    co: UNAM.

    Singer y Dick (1974, 1977). Una visin general sobre el enfoque de sistemas. En

    W. Huertas (comp.), Tecnologa educativa: Antologa (pp. 15-37), Vol 2. Lima,

    Per: INIDE.

    Skinner, B. F. (1968, 1970). Tecnologa de la enseanza. Barcelona, Espaa: Labor.

    Skinner, B. F. (1978, 1982). Algunas implicaciones del mejoramiento de la eficacia

    de la educacin. En B. Skinner, Reflexiones sobre conductismo y sociedad

    (pp.135-144). Mxico: Trillas.

    Sollod, R. N., Wilson, J. P. y Monte, G. F. (2009). Teoras de la personalidad: debajo

    de la mscara. Mxico: McGraw-Hill.

    Staats, A. W. (1968, 1983). Aprendizaje, lenguaje y cognicin. Mxico: Trillas.

    Staats, A. W. (1975, 1979). Conductismo social. Mxico: El Manual Moderno.

    Sund, R. B. y Picard, A. (1972, 1976). Objetivos conductuales y medidas de evalua-

    cin. Mxico: Trillas.

    Ulrich, R., Stachnik, Th. y Mabry, J. (comps.) (1972, 1983). Control de la conducta

    humana: de la cura a la prevencin. Vol 2. Mxico: Trillas.

    Valett, R. E. (1974, 1989). Tratamiento de los problemas de aprendizaje. Madrid,

    Espaa: Cincel.

    Valls, A. (1995). Gua de actividades de recuperacin y apoyo educativo: dificultades

    de aprendizaje. Madrid, Espaa: Editorial Escuela Espaola.

    Varela, J. (2008). Psicologa educativa. Guadalajara: Universidad de Guadalajara.

    Varela, J. y Ribes, E. (2002). Aprendizaje, inteligencia y educacin. En E. Ribes (dir.),

    Psicologa del aprendizaje (pp. 191-204). Mxico: El Manual Moderno.

    Vargas, J. (1973, 1988). Redaccin de objetivos conductuales. Mxico: Trillas.

    Vargas, J. (1979). Los objetivos conductuales y su evaluacin. En V. Arredondo, E.

    Ribes y E. Robles (eds.). Tcnicas instruccionales aplicadas a la educacin

    superior (pp. 99-110). Mxico: Trillas.

    Verdugo, M. A. (1994). Evaluacin curricular: una gua para la intervencin psico-

    pedaggica. Madrid, Espaa: Siglo XXI.

    Walker, J. E. y Shea, T. M. (1984, 1987). Manejo conductual. Mxico: El Manual

    Moderno.

    Wolman, B. (2010). Diccionario de psicologa. Mxico: Trillas.

    Peridicos y revistas

    Bazn, A., Castellanos, D. Galvn, G. y Cruz, L. (2010). Valoracin de profesores de

    educacin bsica de cursos de formacin continua. Revista Iberoamericana

    sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educacin, 8(4), 83-100.

  • 4544

    Psicologa y contextos educativos

    Bergsma, L. J. y Carney, M. E. (2008). Effectiveness of Health-Promoting Media litera-

    cy Education: a Systematic Review. Health Education Research, 23(3), 522-542.

    Gonzlez, A. (2005). Aportaciones de la psicologa conductual a la educacin. Sin-

    ttica, 15-22.

    Jones, E. W. et al. (2011). ABA and Diverse Cultural and Linguistic Environments: A

    Welsh Perspective. Journal of Behavioral Education, 20(4), 297-305.

    Molina, A. (2001). Instrumentos de evaluacin clnica en nios y adolescentes. Revis-

    ta de Psiquiatra y Psicologa del Nio y del Adolescente, 2(1), 23-40.

    Montgomery, W. (1998). El problema de la violencia juvenil: anlisis teortico y de

    programas de intervencin conductual. Revista de Investigacin en Psicologa,

    1(1), 133-152.

    Rey, A. L. (1998). Diseo de instruccin: tecnologa del anlisis del comportamiento

    para la enseanza. Suma Psicolgica, 5(2), 233-256.

    Reyes, M. A. (2007). La psicologa interconductual: un nuevo paradigma aplicado a

    la educacin. Synthesis, 41, 1-6.

    Stormont, M., Reinke, W. y Herman, K. (2011). Teachers Knowledge of Evidence-

    Based Interventions and Available School Resources for Children with Emotio-

    nal and Behavioral Problems. Journal of Behavioral Education, 20(2), 138-147.

    Toro, J. (1984). El entrenamiento a padres como modificadores de la conducta infan-

    til. Anuario de Psicologa, 30/31 (1-2), 99-109.

    Vargas, E. A. y Vargas, J. S. (1991). Programmed Instruction: What It Is and How to

    Do It. Journal of Behavioral Education, 1(2), 235-25.

    CaPtulo 2

    EMPLEABILIDAD, INICIATIVA PERSONAL

    Y AUTOEFICACIA EN PSICLOGOS

    Norma Betanzos Daz,* Francisco Paz Rodrguez**

    Uno de los temas de mayor relevancia en el mbito educativo es, sin

    duda, la calidad de la educacin, que se refiere a la formacin que

    reciben los alumnos en el aula y al aporte de los conocimientos ne-

    cesarios para desempearse en un puesto de trabajo. Por otra parte,

    las organizaciones buscan entre los estudiantes y egresados a futuros

    empleados que les apoyen para alcanzar ventajas competitivas y pue-

    dan sobrevivir ante las exigencias que marca un mundo globalizado

    donde impera una fuerte competencia.

    El aporte de una universidad al futuro de sus estudiantes es un

    tema controversial, informes oficiales acostumbran perfilar a la edu-

    cacin superior como el impulsor para el desarrollo econmico y

    social, pero al mismo tiempo ponen esta aseveracin en duda cuan-

    do sealan que muchos egresados se encuentran desempleados. A

    modo de ejemplo, en 2009 el subsecretario de Educacin Superior

    de Mxico observ que: 45 por ciento de los ms de 7.8 millones de

    * Universidad Autnoma del Estado de Morelos. ** Instituto Nacional de Neurologa y Neurociruga de Mxico.

  • 46 47

    Psicologa y contextos educativos Empleabilidad, iniciativa personal y autoeficacia en psiclogos

    profesionistas nacionales no realizan actividades relacionadas con

    su carrera y se han tenido que conformar con trabajos de taxistas,

    comerciantes o con empleos marginales (De Vries y Navarro, 2011);

    esto implica revisar la forma como las personas se posicionan frente

    a su trabajo y las estrategias que utilizan para aprender las reglas y

    contenidos necesarios en sus contextos de desempeo (Enrquez-

    Martnez y Rentara-Prez, 2007).

    Adems, los avances tecnolgicos como internet, robtica e in-

    formtica, entre otros, han generado nuevos escenarios laborales,

    que demandan diferentes habilidades y capacidades en los traba-

    jadores para hacer frente a la flexibilizacin de las organizaciones.

    Aunado a lo anterior, los cambios econmicos en el contexto mun-

    dial y la explosin demogrfica en pases como el nuestro han dis-

    minuido las oportunidades de empleo para todas las personas, pero

    en especial para los estudiantes y egresados universitarios.

    Ante este problema de desempleo creciente entre los jvenes

    surge la empleabilidad como respuesta dirigida al individuo para

    propiciar su integracin al mercado de trabajo. Se trata de un cons-

    tructo psicosocial (Hernndez-Fernaud, Ramos-Sapena, Negrn,

    Ruiz-De la Rosa y Hernndez, 2011) que se enfoca como un nue-

    vo mecanismo de proteccin en el mercado laboral (Bloch y Bates,

    1995) al proporcionar a los empleados la posibilidad de obtener un

    empleo en caso de requerirlo (Forrier y Sels, 2003a). Para Groot y

    Maassen van den Brink (2000) la esencia de la empleabilidad est

    en la capacidad para encontrar y mantener un trabajo. Silla, Gracia

    y Peir (2005) la definen como la capacidad para encontrar otro

    trabajo en caso de perder o abandonar el actual (p. 99), y Van der

    Heijden (2002) la enfoca como la capacidad de ser empleado en

    un trabajo (p. 44).

    Por otra parte se incluye un aspecto fundamental en la empleabi-

    lidad: la oportunidad de los individuos de tener un empleo en el

    mercado laboral interno o externo (Forrier y Sels, 2003b, p. 106).

    La Organizacin Internacional del Trabajo (OIT) define la empleabi-

    lidad como:

    []las competencias y cualificaciones transferibles que refuerzan la capa-

    cidad de las personas para aprovechar las oportunidades de educacin y

    formacin que se les presenten con miras a encontrar y conservar un tra-

    bajo decente, progresar en la empresa o al cambiar de empleo y adaptarse

    a los cambios tecnolgicos, de empleo o de condiciones en el mercado de

    trabajo (OIT, 2005, p. 4).

    En las conceptualizaciones anteriores se puede notar que la empleabi-

    lidad se refiere a la oportunidad de obtener y mantener un empleo

    considerando las capacidades, competencias y recursos personales

    que lleven a una mejor calidad de vida laboral, personal y familiar.

    Tambin se ha tomado bajo otro punto de vista, como lo indican

    Rothwell, Herbert y Rothwell (2008), quienes la definen como la ha-

    bilidad percibida para obtener un empleo adecuado al nivel de cuali-

    ficacin. Para Ripoll, Rodrguez, Hontangas, Peir y Prieto (1994) es

    la apreciacin subjetiva que el individuo hace de sus posibilidades

    de encontrar trabajo en funcin de la situacin objetiva del mercado

    laboral y de determinadas caractersticas personales (p. 82).

    Por tanto, la empleabilidad emerge como alternativa para expli-

    car todo aquello que permite a las personas ingresar o permanecer

    en el mercado de trabajo. Poltica e ideolgicamente se encuentra

    ligada a los criterios y prcticas de seleccin de empleados por los

    empleadores y, ms recientemente, se trata como una responsabi-

    lidad personal para incrementar las posibilidades de contratacin,

    as como al desarrollo permanente de competencias y la actualiza-

    cin de conocimientos por parte de los individuos (Enrquez-Mar-

    tnez y Rentera-Prez, 2007).

    En el estudio de Gamboa, Gracia, Ripoll y Peir (2009) sobre la

    empleabilidad desde la psicologa se destaca la aproximacin subje-

    tiva, que se refiere al anlisis de las percepciones sobre la capacidad

    para obtener un empleo dependiendo de los recursos personales y

    de las caractersticas del mercado laboral. Las diferentes definiciones

    evidencian, adems, que esta empleabilidad es un recurso particular

    que va desarrollando cada persona a partir de su formacin educa-

  • 48 49

    Psicologa y contextos educativos Empleabilidad, iniciativa personal y autoeficacia en psiclogos

    tiva, sus habilidades sociales, su experiencia adquirida, por ejemplo,

    en prcticas escolares, pero que tambin depende de sus expectati-

    vas, intereses y actitudes.

    A este respecto Ripoll, Caballer, Prieto y Peir (2000) indican que

    esta transicin que va de ser estudiante o egresado a tener un empleo

    en ocasiones es prolongada e involucra periodos de empleo y desem-

    pleo, durante los cuales se contratan en trabajos precarios a tiempo

    parcial o temporales que les permiten seguir estudiando, pero que no

    les llevan a un desarrollo profesional. As, dadas las condiciones del

    mercado de trabajo, los jvenes estn postergando su salida del medio

    escolar tomando maestras o doctorados que retardan su integracin

    a puestos o lugares de trabajo, por lo que al finalizar esta formacin y

    tratar de integrarse al mercado laboral en muchos casos sobrepasan

    los requerimientos de los puestos, emplendose con menores suel-

    dos, donde sus expectativas de crecimiento no son cubiertas.

    Los estudios de empleabilidad se centran en dos vas relevantes.

    La primera se enfoca tanto en la transicin entre la universidad y

    el trabajo, como en los antecedentes escolares (rendimiento, acti-

    tudes, orientacin vocacional), familiares y de bsqueda del em-

    pleo (Peiro, Hontangas y Salanova, 1990). La segunda presta mayor

    atencin a las caractersticas personales significativas en el trabajo

    (valores, actitudes) y en el ambiente laboral, en el cual la socializa-

    cin es un factor valorado, pues permite el trabajo en grupo y la

    sana convivencia (Wilton, 2011).

    TEORAS SOBRE EMPLEABILIDAD

    Se ha tratado de explicar la empleabilidad a partir de diferentes teo-

    ras (Simn, 2011) entre otras; del capital humano que indica que

    al invertir en educacin las personas recuperarn lo aportado en s

    mismas al emplearse y obtener ingresos, con los cuales recuperan sus

    gastos en educacin (Berntson, Sverke y Marklund 2006). La Teora

    de la fila (Piore y Doeringer, 1985) menciona que los individuos con

    mayor escolaridad sern contratados ms rpidamente que los de

    menor escolaridad, quienes debern esperar otras oportunidades.

    Igualmente enfatiza en que la educacin tambin facilita el entre-

    namiento y la capacitacin para un puesto; de all que una persona

    tenga mayor empleabilidad que otra; y por ello los grados acadmi-

    cos y el desempeo escolar llevan a mejores oportunidades de traba-

    jo. La Teora de la educacin como bien posicional (TEBP) ensea que

    los cambios en el nivel de escolaridad que se han dado con el paso

    del tiempo, entre generaciones de empleados para ocupar puestos

    similares, han incrementado los requerimientos para alcanzar un

    empleo. Por ello los egresados tratan de tener mayor competitivi-

    dad y estatus; de all que se haya generado una creciente demanda

    social en cada profesin en las universidades, aunque la demanda

    laboral de profesionistas no se haya incrementado sustantivamente.

    La Teora de la segmentacin (TS) apoya tambin la formacin edu-

    cativa para conseguir un mejor empleo, revelando que la educacin

    permite la distribucin de los puestos de trabajo de mayor jerarqua

    y estimula movilidad social y ocupacional. La Teora del enfoque al-

    ternativo (EA) plantea la pertinencia de la formacin escolar no slo

    como motor de una mayor productividad en el trabajo, sino como

    mejora de la capacidad humana de la persona.

    Iniciativa personal

    La iniciativa personal, entendida como una conducta proactiva, au-

    toiniciada, persistente y a favor de la organizacin, es indispensa-

    ble debido al entorno complejo de rpidos cambios e innovaciones

    (Lisbona, Palac y Agull, 2008). Es una caracterstica individual

    que hace que la persona sea agente activo del mejoramiento de su

    situacin laboral en un mundo cambiante como el actual. Quien

    demuestra iniciativa est orientado al logro de objetivos a largo pla-

    zo, pero tambin a las acciones que llevan a stos; es persistente para

    superar barreras y realiza tareas sin que se las pidan (Gamboa et al.,

    2009). Tiene ms probabilidades de obtener trabajos en condicio-

    nes satisfactorias, pues la mayora de las empresas necesitan que

  • 50 51

    Psicologa y contextos educativos Empleabilidad, iniciativa personal y autoeficacia en psiclogos

    sus empleados vayan ms all y se comprometan personalmente en

    el logro de objetivos. Por lo general se puede hablar de conductas

    como ayudar a los otros, participar voluntariamente en activida-

    des comunes o proponer mejoras por iniciativa propia, entre otras

    (Topa y Domnguez, 2006).

    Autoeficacia

    La empleabilidad se ha relacionado frecuentemente con autoeficacia

    (Hernndez-Fernaud et al., 2011); sta se refiere a la confianza de la

    persona en su capacidad para afrontar una determinada situacin y

    refleja el nivel de control que el individuo cree tener sobre las circuns-

    tancias que afectan su vida, control que influye en su pensamiento y su

    conducta (Pepe, Farnese, Avallone y Vecchione, 2010). La autoeficacia

    y las expectativas de resultados son elementos claves para el desarro-

    llo de intereses acadmico-profesionales que llevan al establecimiento

    de objetivos y a mayor involucramiento en las actividades dirigidas

    a la consecucin de los mismos. Las percepciones sobre la capacidad

    de dominar tareas y situaciones estn en la raz del comportamiento

    eficaz y exitoso: las personas que se perciben como eficientes realizan

    ms esfuerzos para alcanzar las metas deseadas y perseveran cuando

    se encuentran con dificultades; asimismo, tienden a expresar juicios

    positivos y no negativos sobre las consecuencias de sus conductas.

    En el presente captulo determinaremos la situacin que guarda

    la empleabilidad en los estudiantes de Psicologa de la Universidad

    Autnoma del Estado de Morelos (UAEM), y la relacionaremos con

    la iniciativa personal, la autoeficacia y