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PSIC. MARIA SOLEDAD IÑIGUEZ VILLALOBOS

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PSIC. MARIA SOLEDAD IÑIGUEZ VILLALOBOS

Conocer la importancia del control de esfínteres y reconocer como factor determinante el acompañamiento de los padres de familia con maestras, para llevar acabo con éxito este proceso en los niños, con la finalidad de formar individuos autónomos y seguros de sí mismos.

Es la capacidad de orinar y defecar voluntariamente en el momento apropiado y en el sitio correcto, en el inodoro o la bacinilla.

El entrenamiento del niño debe iniciarse cerca de los dos años de edad, debe ajustarse a las necesidades de cada niño, respetando su propio paso, y no debe ser forzado, sino más bien orientado hacia los aspectos positivos.

“No tenga prisa por empezar” Un principio precoz significa que el

proceso durará más tiempo, si empieza

más tarde aprenderá más rápido.

Hay niños que tardan más y de que en el

caso de niños con discapacidad intelectual

y Síndrome de Down en particular hay que ir sin prisa pero sin pausa en la intervención.

Una mejor higiene corporal que se traduce en que el niño esté limpio, seco y a salvo de

enfermedades como irritaciones y rozaduras de la piel producidas por la humedad de los

pañales.

Una mejor independencia física y emocional del niño que no necesita ahora de los cuidados y vigilancia de la madre para realizar estas funciones corporales.

Un grado más alto de madurez y desarrollo del niño que se traduce en la capacidad de realizar actos voluntarios, en poder distinguir y valorar la diferencia entre la suciedad y la limpieza y en responsabilizarse, en el nivel que le corresponde a su edad, de sus procesos de auto cuidado.

Permite y alienta un avance en el desarrollo personal del niño que significa más independencia física, emocional y social de los adultos y más responsabilidad.

Para la madre significa un

ahorro de tiempo considerable, el

que ya no dedicará al cambio depañales.

En términos monetarios un ahorro considerable en el gasto familiar.

1. FASE DE ACERCAMIENTO.

-Hacer pipí o caca es natural.

-Modelos: papá, mamá, hermanos.

-En un ambiente relajado, agradable, divertido.

Es necesario conocer la frecuencia, y el

intervalo de tiempo entre una micción/defecación y la siguiente.

FASE 3: ENTRENAMIENTO Como en la fase anterior hemos observado

el tiempo que aguanta el niño/a sin hacer pipí, tendremos que ponerlo periódicamente para que el pipí lo haga en el baño y no se lo haga encima, de esa manera estamos consiguiendo nuestro objetivo, que consiste en que haga pipí en el baño. Si siempre se estuviese haciendo pipí encima, y después se le llevase al baño, no existiría la oportunidad de reforzarle una cosa buena, y aunque no se le regañase, se daría cuenta de que no lo está haciendo bien.

Ser paciente, cada niño madura a su ritmo, presionarle sólo conducirá a frustraciones y dificultades.

No lo amenace, no le riña, no lo regañe, no gritarle, ni lo castigue, cuando no logra controlar los esfínteres.

No lo ridiculice en público, por ejemplo, comparándolo con otros niños más “adelantados”

No lo obligue a usar el inodoro (la mayoría de los niños tienen miedo, temen caerse).

Vista al niño con ropa que sea de fácil manejo para él.

Acompáñelo al inodoro cuando lo requiera o le recuerde continuamente.

Ante todo se requiere de una actitud de compresión hacia el niño, mostrándose paciente.

Darle de cenar y beber temprano para que vaya al baño antes de acostarse.

Pasar de la excitación a la relajación, bañándolo y poniéndole una música tranquila, disminuyendo la actividad y los sonidos en la casa.

Leerle un cuento corto. Acostarlo con pañal. Al despertar, revisarle el pañal que tan

pesado está. Después de un tiempo prolongado de

amanecer seco, se puede quitar el pañal.