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PROYECCIONES DE LA MATRÍCULA DEL SISTEMA ESCOLAR
Y EL REZAGO EDUCATIVO AL 2006 Y AL 2025.
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN
1. SUPUESTOS DE LAS PROYECCIONES
1.1. CONSIDERACIONES DEMOGRÁFICAS
1.2. CONSIDERACIONES EDUCATIVAS GENERALES
1.3. CONSIDERACIONES PARTICULARES POR NIVEL
1.4. COEFICIENTES DE ABSORCIÓN Y EFICIENCIA
2. RESUMEN DE RESULTADOS DE LAS PROYECCIONES.
2.1. RESULTADOS DEL MODELO FLUJOS
2.2. RESULTADOS DEL MODELO REZAGO
CONCLUSIÓN.
ANEXO 1. CUADROS DEL MODELO FLUJOS
ANEXO 2. CUADROS DEL MODELO REZAGO
COMISIÓN DE POLÍTICAS GENERALES
OCTUBRE 9, 2000
1
INTRODUCCIÓN.
Una dimensión básica para el diseño de políticas educativas es la que tiene que ver con el número de
alumnos a ser atendidos en los diversos niveles escolares. Dicho número depende de dos factores:
Por una parte, de la cantidad de personas que estén en condiciones de acudir a cierto nivel o grado (la
demanda potencial) la que, a su vez, dependerá de las variables demográficas que son la población
total y la proporción de ella que tenga la edad apropiada para cursar determinados niveles y grados.
Por otra, de la cantidad de personas efectivamente atendidas, según la proporción de la demanda que
acceda de hecho al primer grado de un nivel (absorción) y la que, a través de los grados sucesivos
(transición), logre terminarlo (eficiencia).
Por lo que se refiere al primero de estos dos factores, las proyecciones demográficas, aunque no alcancen
una precisión absoluta, son bastante confiables, aún a mediano plazo, como muestran las que se han hecho
en México desde los años 70. El segundo factor, por su parte, es justamente un campo para la definición
de políticas: deberá establecerse si se buscará atender en cierto nivel educativo a toda la población de
cierta edad o solamente a una parte de ella (o sea si se pretenderá que la absorción de dicho nivel sea de
100% o menos) y si se procurará que todos los que inicien un nivel lo terminen, o se aceptará que una
parte no lo consiga (o sea si se buscará un 100% eficiencia o se aceptará una proporción menor).
Para hacer este tipo de proyecciones se deberá partir de la información sobre la población del país o, en su
caso, de cierta entidad, y sobre la matrícula de los diversos niveles y grados del sistema educativo. Por
otra parte, se requiere contar con modelos matemáticos complejos, que simulen los flujos de alumnos que
se producirán en un sistema educativo de ciertas características, partiendo de la demanda definida por las
variables demográficas, y según las tasas de absorción, transición y eficiencia que se establezcan. Es fácil
apreciar que, además de proyectar los flujos de alumnos que recorrerán el sistema educativo dadas ciertas
hipótesis demográficas y de atención escolar, los modelos también podrán proyectar las cifras de quienes
no lograrán terminar determinados niveles educativos, en caso de que las absorciones y las eficiencias
respectivas sean inferiores a 100%.
Si se cuenta con ambos tipos de proyecciones se tendrá una base sólida para la definición de políticas
educativas, tanto en lo que se refiere al sector formal --para el que las políticas deberán precisar cómo se
buscará que las tasas de absorción y eficiencia postuladas en el modelo se alcancen en la realidad, lo que
puede ser difícil y requerir de formas de atención innovadoras y de apoyos especiales para alumnos
desfavorecidos--, como por lo que toca al sector informal, al poder saber con antelación el número de
personas de diversa edad que no habrán terminado la escolaridad obligatoria y deberían ser atendidas por
los mecanismos de educación de adultos, que podrán diseñar estrategias focalizadas para los diversos tipos
de usuario potencial.
Por suerte actualmente podemos contar en el país con una herramienta de gran calidad para este tipo de
ejercicios: se trata de los modelos llamados respectivamente Flujos y Rezago
, desarrollados por el
Centro de Estudios Prospectivos (CEPRO) de la Fundación Barros Sierra.
A solicitud de la Comisión de Políticas Generales, el CEPRO realizó un conjunto de simulaciones del
desarrollo educativo del país, en el horizonte de los años 2006 y 2025, para cada una de las 32 entidades
federativas de la República Mexicana, y con dos variantes o trayectos: uno, llamado constante, se basa en
el supuesto de que las tasas de absorción y eficiencia de todos los niveles educativos observadas de hecho
en 1997 se mantuvieran sin cambios hasta el año 2025; el otro trayecto supone, en cambio, que dichos
coeficientes de absorción y eficiencia mejoren substantivamente, de acuerdo a ciertos supuestos, si bien de
manera diferenciada en las entidades, según su nivel de desarrollo.
2
Este documento presenta, en primer lugar, los supuestos de las proyecciones. En particular, se explican los
razonamientos en que se basó la Comisión para llegar a definir los coeficientes de absorción y eficiencia
de los diversos niveles y modalidades del sistema educativo mexicano que proporcionó al CEPRO para la
proyección alternativa o deseable, dado que la proyección constante simplemente manejó sin cambios los
coeficientes observados en 1997, como se ha dicho ya. Para llegar al conjunto de coeficientes que se
adoptó finalmente, se pidieron al CEPRO proyecciones con las tasas de absorción y eficiencia de 1997 y
con otras tasas que se consideraron deseables, tomando en cuenta las diferentes situaciones de los estados
de la República Mexicana según su nivel de desarrollo; después de dos procesos de ajuste, a partir de los
resultados de esas primeras proyecciones, en la reunión del 21 de septiembre del 2000 se llegó a la
propuesta final, en la que se basó la simulación definitiva.
El segundo apartado del trabajo es, precisamente, un resumen de los resultados de las simulaciones hechas
por el CEPRO aplicando los coeficientes que le proporcionó la Comisión de Políticas Generales. Se
presentan los resultados nacionales y los de Chiapas, Jalisco y Nuevo León, entidades seleccionadas por
ser representativas de los tres niveles de desarrollo que se manejaron en las proyecciones. Se presentan
también los resultados de dos entidades atípicas: el Distrito Federal y el Estado de Aguascalientes.
El volumen de los resultados completos de las proyecciones hace necesario este resumen. En efecto, el
Modelo Flujos
arroja un conjunto de tablas y gráficas que, en forma impresa, representan 20 páginas por
entidad; considerando 32 entidades federativas y el total nacional, y dos proyecciones, constante y
alternativa o deseable, la información ocuparía en total 1,320 páginas. Los resultados del modelo Rezago
son todavía más abundantes, sumando 2,046 páginas. Por ello los resultados completos se entregan en
soporte magnético, en un disco compacto, y en este trabajo solamente se destacan algunos aspectos.
En las conclusiones se hacen algunas consideraciones finales, precisando la utilidad que puede tener este
ejercicio para los responsables del diseño de las políticas educativas.
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1. SUPUESTOS DE LAS PROYECCIONES.
1.1. CONSIDERACIONES DEMOGRÁFICAS.
Para establecer coeficientes de absorción y eficiencia para los años 2006 y 2025 se tomó en cuenta tanto la
situación de partida de cada entidad, como la aspiración general de alcanzar tasas muy superiores en el
futuro, teniendo en cuenta la fuerte inercia que caracteriza los fenómenos educativos, que hace imposibles
cambios bruscos en períodos cortos de tiempo. Por ello las cifras que se fijaron para el año 2006, más
cercano, constituyen situaciones intermedias entre las cifras de 1997 y las que se establecieron para el
2025, muchas veces más cercanas a la situación de 1997 que al ideal relativo planteado para el 2025.
Para este último horizonte, relativamente lejano, se creyó posible plantear cifras más ambiciosas, con
apoyo en el supuesto de que el PIB del país crecerá de manera sostenida, y de que la peculiar coyuntura
demográfica por la que pasará México en el próximo cuarto de siglo será especialmente favorable para el
desarrollo en general y, a la vez, hará más necesario que nunca el desarrollo educativo. Conviene
desarrollar en qué consiste esta coyuntura demográfica favorable, que se ha designado con la expresión
ventana de oportunidad, lo que se trata de hacer sintéticamente a continuación, a partir de la siguiente cita
de un trabajo reciente de Gómez de León:
Debido al rápido y muy profundo cambio demográfico por el que atraviesa México, marcado
predominantemente por la disminución de la fecundidad y por el aparejado proceso de
envejecimiento de la población... los escenarios futuros de la población ofrecen oportunidades sin
precedente en la historia del país... el esfuerzo social que ha significado el cambio demográfico
de los pasados 25 años abre una “ventana” de oportunidad que comienza a cobrar expresión
hasta hoy, y que perdurará aproximadamente otros 25 o 30 años... esta ventana de oportunidad
consiste esencialmente en que, por primera vez en la historia demográfica de México... los
incrementos absolutos anuales de la población comenzaron a disminuir desde aproximadamente
1995... la propoción de niños y jóvenes en relación con la población en edad de trabajo
disminuirá... lo que permitirá hacer mayores inversiones en la educación y mejorar su calidad.
Por otro lado, la proporción de la población en edad avanzada respecto de la población en edad
de trabajo será considerablemente baja y no comenzará a aumentar significativamente sino hasta
el año 2030; es decir, las presiones de la población envejecida no serán críticas sino hasta
entrado el siglo XXI, dando margen para consolidar los esquemas de capitalización para la vejez
e incrementar el coeficiente de ahorro. En ello reside la “ventana” de oportunidad demográfica
de la que hablamos. El reto es formular e instrumentar las medidas que permitan aprovechar más
cabalmente esta oportunidad... (Gómez de León, 2000: 84-85)
En situaciones demográficas estables, características de una sociedad tradicional, la población total
aumenta lenta e irregularmente, como resultado de altas tasas de natalidad sostenidas, aparejadas a tasas
igualmente elevadas, en promedio, pero fluctuantes, de mortalidad. En esta situación, la proporción en el
total de la población de los grupos quinquenales de edad es relativamente equilibrada, con una pirámide
poblacional que se acerca más a una figura rectangular, de base relativamente estrecha y forma irregular,
con marcas de períodos de mortalidad particularmente elevada, como guerras, hambrunas o epidemias. Un
período de transición demográfica comienza cuando se reduce en forma significativa y sostenida la tasa de
mortalidad, en particular infantil, y ello no va seguido inmediatamente por una reducción similar de la
natalidad, sino con un desfase temporal más o menos amplio. Sobreviene así una primera fase de la
transición, en la cual la proporción en el total de los grupos quinquenales de menor edad (0-4, 5-9, 10-14)
es anormalmente grande, arrojando gráficamente pirámides poblacionales de base desproporcionadamente
ancha. Esta situación, que ocurrió en forma más lenta en algunos países de Europa desde el siglo XVIII, se
presentó en forma especialmente marcada, por lo abrupto de la caída de la mortalidad, en México y otros
países en vías de desarrollo, especialmente después de la segunda guerra mundial.
4
Las consecuencias de lo anterior para el desarrollo económico y el bienestar de la población son claras:
durante la primera fase de una transición demográfica el número de personas que deben alojarse, vestirse,
alimentarse, educarse, atenderse médicamente y que, en general, demandan servicios, aumenta a velocidad
mucho mayor que el número de quienes pueden aportar económicamente los recursos necesarios para
proporcionarlos; la parte joven de la población que no está en edad de trabajar (la de 0 a 15 años) aumenta
mucho más rápidamente que la población que sí está en edad activa, definida convencionalmente como la
de 15 a 65 años. La tasa de dependencia económica, definida como la proporción de la población que está
fuera de la edad de trabajar, por encima o por debajo, en relación con la población que está en edad de
trabajar, aumenta, pues, fuertemente; y aunque la producción total aumente, es muy difícil que lo haga la
producción en términos per capita, pues para ello sería necesario que el PIB aumentara mucho más que la
población. En la fase final de la transición demográfica sucederá lo contrario: los grupos quinquenales de
mayor edad (65-69, 70-74, 75-79...) verán aumentar su peso en relación con el total en forma
desproporcionada, al llegar a esa edad las cohortes más numerosas de niños que nacieron en el pasado, con
altas proporciones de supervivientes, por el incremento de la esperanza de vida, y cuyo peso creciente en
el conjunto ya no se verá contrarrestado por nuevas generaciones más numerosas.
Entre ambas fases de la transición se sitúa una etapa intermedia, durante la cual los grupos de edad que
crecen más rápidamente son, precisamente, los que están en edad de trabajar (15-19, luego 20-24, 25-29,
30-34...) al no hacerlo ya los más jóvenes y no hacerlo todavía los más viejos. Suponiendo que se den
otras condiciones económicas, en particular la inversión suficiente para que puedan crearse puestos de
trabajo efectivamente productivo para el creciente número de demandantes, esta etapa intermedia de la
transición demográfica puede dar lugar a incrementos particularmente elevados del PIB per capita y,
suponiendo que también se atienda lo relativo a la equidad en la distribución del ingreso, a un aumento
especialmente rápido de los niveles de bienestar y la correlativa disminución de la pobreza.
La primera etapa de la transición demográfica del país se dio, en términos gruesos, de 1950 al año 2000,
con los períodos de mayor crecimiento relativo y absoluto entre 1975 y 1995, por lo que es previsible que
el apogeo de la última etapa se dé entre el 2040 y el 2060, cuando cumplan 65 años los supervivientes de
las mayores cohortes de niños del siglo XX; esa última etapa comenzará a sentirse con claridad desde los
años 30 del siglo XXI, por lo que la etapa intermedia de la transición se situará en el intervalo que irá,
aproximadamente, del año 2000 al 2025 o 2030. Los próximos 20 o 25 años representarán, pues, una
circunstancia particularmente favorable, desde el punto de vista estrictamente demográfico, para el
desarrollo nacional, coyuntura que no se repetirá, y será seguida por varias décadas durante las cuales las
circunstancias volverán a ser, siempre en términos demográficos, desfavorables. Por ello se habla de una
ventana de oportunidad.
...Es claro que entre 1950 y 1970 el índice de dependencia global (P0-14 + P65+)/P15-64 se vio
dominado por el aumento de los niños y jóvenes, lo que lo llevó a valores superiores a la unidad.
En 1970, de cada persona adulta dependía más de una persona no adulta. A partir de entonces el
índice disminuyó y disminuirá hasta alcanzar su mínimo en el año 2020, para después aumentar
paulatinamente cuando comience a pesar cada vez más la proporción de personas de edad
avanzada... De estas tendencias parece perfilarse que la “ventana” de oportunidad demográfica
a la que aludimos estaría centrada entre los años 2010 y 2030. Es en este período cuando más
baja será históricamente la proporción de niños y jóvenes por trabajador y, por ende, cuando más
se facilitará invertir significativamente en el capital humano y social de éstos... Sin embargo,
para que esta “ventana” demográfica que acabamos de describir sea efectivamente una
oportunidad, es imprescindible que haya un genuino proceso de acumulación, lo que a su vez
depende en gran medida de los avances en la productividad y de mejoras en la retribución a la
fuerza de trabajo. Es, pues, necesario revisar el reto que significará para la economía del país
crear los empleos productivos que demandará el crecimiento de la PEA... (Gómez de León, 2000:
98-100)
5
1.2. CONSIDERACIONES EDUCATIVAS GENERALES.
En el campo educativo lo anterior debe precisarse señalando las diferencias relativas a la educación media
y la superior, en comparación con la básica. Como acaba de mostrarse, entre el año 2000 y el 2025 la
proporción de los grupos de edad de 0 a 15 años en el total de la población disminuirá, en tanto que aún no
será demasiado fuerte el incremento de los mayores a 65, por lo que la parte de la población que crecerá
más será la de personas de 15 a 65 años; este grupo incluye a toda la PEA, pero también a quienes hacen
estudios de educación media y superior. Esto, aunado a los avances en educación básica hechos en el
pasado, hará que la demanda crezca de manera especial en los niveles medio y superior, permaneciendo
retos de cobertura y eficiencia en educación básica en las entidades y zonas más rezagadas.
Por lo anterior, la visión del sistema educativo al año 2025 que se concreta en los coeficientes que se
utilizaron en las proyecciones puede expresarse en términos cualitativos diciendo que se espera que para
esa fecha todos los mexicanos tengan acceso a la educación primaria y secundaria y las terminen, pero
además que la noción de educación básica se haya extendido para abarcar en principio también la
educación media, esto es llegando hasta los 18 años, y que la proporción de quienes terminen dicho nivel
y accedan a la educación superior sea muy superior a la actual, si bien en el contexto de un sistema
diferenciado ampliamente desde el nivel medio y, por supuesto, también en el superior.
Sin embargo, inclusive en el horizonte más lejano, y aún suponiendo esfuerzos consistentes en la dirección
deseable, seguramente no será posible eliminar por completo las diferencias que separan a las entidades de
mayor desarrollo relativo de las más rezagadas actualmente, en particular en lo que se refiere a la
educación media y la superior, pero sí deberá procurarse que se reduzcan. Por ello las tasas que se
utilizaron para la educación básica son iguales en todas las entidades en el horizonte del año 2025, y
significan sencillamente la cobertura total en ese nivel, con tasas de absorción y eficiencia de 100% en
primaria y secundaria en todas las entidades.
En cuanto a educación media y superior, la situación deseable es la que configuran las tasas que se
utilizaron para el año 2025 para las entidades con mayor nivel de desarrollo relativo, pero se establecieron
cifras menos ambiciosas para las de menor nivel, y también se fue menos ambicioso en todas en lo relativo
a eficiencia, pues si bien parece razonable proponerse ofrecer lugares para atender a una alta proporción
de la demanda de ingreso, no sucede lo mismo en cuanto a eficiencia terminal, ya que los jóvenes de más
de 15 años y, con mayor razón, los de más de 18, especialmente en las entidades de menor desarrollo,
seguirán teniendo menos posibilidades de hacer estudios de mayor duración, puesto que su trabajo
temprano seguirá siendo necesario para ellos mismos y sus familias.
Debe tenerse en cuenta, además, que las tasas de absorción y eficiencia de 1997 en las diversas entidades
no siempre presentan una imagen coherente, en parte por deficiencias de las estadísticas educativas, y en
parte por la relación que se da entre las tasas de absorción-eficiencia de los diversos niveles que, además
de comportarse lineal o logísticamente, dependen unas de otras: tasas bajas en la educación básica pueden
facilitar absorciones (y eventualmente eficiencias) altas en los demás niveles. Así, las cifras de absorción-
eficiencia en educación media de las entidades con mayor rezago en básica pueden ser particularmente
elevadas y rebasar inclusive el 100% (lo que también se debe, en parte, a fenómenos migratorios).
Una falla sistemática de las estadísticas de 1997 es la que se refiere a la eficiencia terminal de los estudios
de profesional asociado que, tal vez por falta de información, se igualó con la de licenciatura aun en las
entidades en que no existían planteles que ofrecieran ese tipo de estudios, sin tomar en cuenta que las tasas
de profesional asociado se refieren a programas de dos años, en tanto que las de licenciatura corresponden
a programas de cuatro o cinco, por lo que una eficiencia terminal que aparentemente es igual, en realidad
equivale sólo a la mitad en el caso de profesional asociado; el conocido fenómeno de una mayor deserción
en los primeros ciclos de una carrera hace, sin embargo, que lo anterior deba también matizarse.
6
1.3. CONSIDERACIONES PARTICULARES POR NIVEL.
Además de las anteriores consideraciones generales, se hicieron las siguientes para los diversos niveles:
En primaria, cifras de absorción superiores a 100% (posibles por tratarse de tasas brutas de
cobertura) significan que hay una cantidad importante de alumnos en situación de extraedad (< 7 o
> 11 años); las tasas utilizadas suponen que se corregirá tal situación, llegándose a un 100% de
cobertura al ingreso del nivel, que puede significar una reducción aparente respecto al pasado. Se
señala que esa meta ideal de absorción de 100% incluye a los niños que, por diversos problemas
de salud como ceguera, sordera, deficiencia mental, etc., no podrán recibir la educación primaria
en planteles o grupos convencionales y requerirán de educación especial. Ha sido usual estimar
esa población en 2%, por lo que el 98% restante correspondería a la población demandante de
educación “convencional”. Aunque hay una tendencia a integrar a los alumnos de educación
especial que no presentan deficiencias graves en los grupos ordinarios, es importante tener en
cuenta las cifras anteriores para las previsiones de educación especial integrada o no.
La meta del 100% de absorción en primaria se estableció para todas las entidades para el 2025,
pero en el horizonte del 2006 se distinguieron las entidades en condición relativamente favorable,
para las que se manejó la cifra de 100% desde esa fecha, y las que presentan condiciones
desfavorables, para las que en el 2006 se utilizaron cifras más realistas, de 105% y 110%,
teniendo en cuenta que cifras por encima de 100% significan una mayor proporción de niños en
situación de extraedad, y que caracterizan a las entidades más rezagadas; puede observarse que en
1997 Chiapas presentaba una tasa de absorción en primaria de 123%. En cuanto a eficiencia, para
el 2025 se manejó una tasa de 100% en todas las entidades, y para el 2006 tasas de 100%, 90% y
80% respectivamente, en todos los casos por arriba de la media nacional en 1997.
El modelo no incluye el preescolar. Deberán hacerse planteamientos en este sentido, sea
enfatizando el acceso a un grado de preescolar para los niños de 5 años, sea tratando de
incrementar la cobertura de dos años para niños de 4 y 5 años.
En secundaria, manteniendo la idea de alcanzar tasas de 100% en absorción y eficiencia en todas
las entidades en el año 2025, para el 2006 se fijaron ambas tasas en el 100% sólo para las
entidades de mayor desarrollo, y para las demás se utilizó un 100% de absorción, con una
eficiencia inferior (90% y 80% respectivamente), también arriba del promedio nacional en 1997.
En lo que toca a la educación media:
Cuatro entidades (Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas) tienen todavía
bachilleratos de dos años, además de los de tres y de las escuelas que forman profesionales
medios. Además de las proporciones de absorción y eficiencia que se manejaron para los años
2006 y 2025, se está suponiendo que, desde el 2006, desaparecerá el bachillerato de dos años.
Para el 2025 las entidades de mayor desarrollo tendrían una absorción de 100% con respecto
al egreso de la secundaria con una distribución equilibrada entre estudios de bachillerato y de
profesional medio (50%-50%), y con una eficiencia de 90% en ambos casos, en el entendido
de que estas dos modalidades de estudios medios tendrían su perfil propio bien definido cada
una, pero que no habría barreras establecidas por norma que impidieran el acceso a estudios
superiores a los egresados de estudios de profesional medio, con reglas claras. Las entidades
de desarrollo medio y bajo tendrían absorciones y eficiencias algo menores, pero con una
distribución similar. En el 2006 las absorciones serían ya elevadas, pero las eficiencias mucho
menores, dadas las bajas cifras actuales.
7
Se cuidó que la suma de los coeficientes de absorción de las diversas modalidades de la
educación media no rebasara el 100% en ningún caso; el que tal situación se presente en la
actualidad en algunas entidades se explica por las bajas tasas de la educación básica en unas y
por los fenómenos migratorios en otras; esto último deberá tenerse en cuenta donde tal
situación se presente, pero no se consideró aquí. En conjunto las tasas propuestas implican
mejoras significativas en eficiencia y una tendencia a acercarse a absorciones de 100%, lo que
puede implicar disminuciones con respecto a tasas actuales artificialmente elevadas.
En cuanto a educación superior:
La situación ideal que se manejó para el año 2025 en los estados de desarrollo alto, es una en
la que el 100% de los egresados de la media continuaría haciendo estudios superiores, con una
proporción muy pequeña en educación normal (3%) y el resto distribuido en un 40% en
carreras cortas (40% del 97% = 39%) y el 60% restante en licenciatura (60% del 97% = 58%);
en este último nivel tanto en programas de orientación general como profesionalizantes.
En entidades de desarrollo medio y bajo, en el horizonte del 2006 las tasas utilizadas fueron,
por supuesto, menores, pero en lo relativo a absorción siguen elevadas, reduciéndose mucho,
en cambio, en lo que se refiere a eficiencia, dado que la experiencia nacional e internacional
coincide en señalar que las tasas de abandono en este nivel no se reducen fácilmente, pues se
trata de jóvenes adultos, con una problemática diferente a la de los niños. A nivel nacional en
1997 la eficiencia de la educación universitaria y tecnológica era de sólo 35% y a nivel
internacional las cifras no suelen rebasar el 60%. Se planteó una eficiencia de las carreras
cortas algo superior a la de licenciatura porque la duración de los estudios es de la mitad, pero
considerando también que la deserción en el primer año es particularmente elevada.
En lo que se refiere a absorción de la educación superior con respecto al egreso de media en
términos brutos se puede prever, de hecho, que las tasas rebasen considerablemente el 100%,
dado el creciente fenómeno de educación permanente, que hará que cantidades importantes de
personas de mayor edad, que años antes terminaron la enseñanza media y no siguieron
estudiando busquen formas de acceder a una preparación superior. Sin embargo, considerando
que este tipo de personas conformarán una demanda diferente, para las proyecciones se
estableció como la cifra más elevada a alcanzar la del 100% de absorción en el año 2025. Para
el año 2006 la cifra más elevada se estableció como 90%.
En lo que se refiere a la licenciatura en educación normal, y considerando que las grandes
diferencias en las cifras de 1997 se deben a circunstancias anómalas que no deberían persistir,
desde el año 2006 se manejaron cifras de absorción iguales en todas las entidades, de 5%.
Dado que, de mantenerse esta proporción hasta el 2025 el número de estudiantes sería
excesivo, en relación con una matrícula decreciente tanto en primaria como en secundaria, la
cifra de absorción para ese año se igualó a 3% en todas las entidades. Esta cifra deberá
afinarse con base en estudios especializados al respecto, de los que actualmente se carece. La
eficiencia de la educación normal se igualó en el año 2025 a la del resto de la licenciatura y en
el 2006 se manejaron niveles superiores a los de 1997.
1.4. COEFICIENTES DE ABSORCIÓN Y EFICIENCIA.
Con base en lo anterior se adoptó el conjunto de coeficientes de absorción y eficiencia utilizados en las
proyecciones, para todos los niveles educativos, en los dos horizontes temporales del año 2006 y el 2025,
y para tres grupos de entidades, según su nivel de desarrollo, agrupadas como sigue:
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Desarrollo alto: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Colima, Chihuahua,
Distrito Federal, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas.
Desarrollo medio: Campeche, Durango, Jalisco, México, Morelos, Nayarit, Puebla, Querétaro, Tabasco y
Tlaxcala.
Desarrollo bajo: Chiapas, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis
Potosí, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.
Para facilitar la comparación con las cifras de 1997, que son el punto de partida, en el cuadro siguiente se
presentan sintéticamente las tasas de absorción y eficiencia para cada nivel educativo, en los tres tipos de
entidades y los dos horizontes temporales y, además, en una columna adyacente, se aplican dichas tasas en
forma acumulativa desde educación primaria hasta superior, igualando la cifra inicial a 100 y calculando
las personas que llegarían a terminar la licenciatura de cada 100 alumnos que iniciaran la primaria.
Esta manera de agregar las tasas es una simplificación, puesto que constituye un corte transversal en el
tiempo, mientras que en la realidad se trata de un proceso longitudinal que hace que las tasas que se
aplican realmente a una persona vayan cambiando, puesto que quien ingresó a primaria, digamos, en 1997,
pasará a secundaria, si lo hace, en el año 2003, con una tasa que no será la de 1997; sin embargo esta
forma simplificada de estimar la eficiencia acumulada del sistema educativo resulta útil para comparar en
forma global la situación de una entidad en distintos momentos, o la de entidades de diverso nivel de
desarrollo entre sí. Para estos cálculos, en la educación media y la superior, que tienen más de una
modalidad, se calcula el coeficiente de absorción de las diversas modalidades combinadas, así como el
coeficiente de eficiencia de las mismas, definido como el promedio ponderado de las eficiencias de cada
modalidad. Las tasas propuestas, pues, son las siguientes:
CUADRO N° 1. COEFICIENTES DE ABSORCIÓN Y EFICIENCIA UTILIZADOS.
NIVEL ASPECTO AÑO 2006 AÑO 2025
Des. Alto Des. Medio Des. Bajo Des. Alto Des. Medio Des. Bajo
Primaria
Absorción
Eficiencia
1.00
1.00
100
100
1.05
0.90
100
90
1.10
0.80
100
80
1.00
1.00
100
100
1.00
1.00
100
100
1.00
1.00
100
100
Secundaria
Absorción
Eficiencia
1.00
1.00
100
100
1.00
0.90
90
81
1.00
0.80
80
64
1.00
1.00
100
100
1.00
1.00
100
100
1.00
1.00
100
100
Bachillerato
2 años
Absorción
Eficiencia
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
Bachillerato
3 años
Absorción
Eficiencia
0.70
0.60
0.65
0.55
0.60
0.50
0.50
0.90
0.50
0.85
0.45
0.80
Profesional
Medio
Absorción
Eficiencia
0.30
0.60
0.25
0.55
0.20
0.50
0.50
0.90
0.45
0.85
0.45
0.80
Total
Ed. Media
Absorción
Eficiencia
1.00
0.60
100
60
0.90
0.55
73
40
0.80
0.50
51
26
1.00
0.90
100
90
0.95
0.85
95
81
0.90
0.80
90
72
Profesional
Asociado
Absorción
Eficiencia
0.20
0.55
0.15
0.50
0.10
0.45
0.39
0.70
0.36
0.65
0.34
0.60
Licenciatura
Univ. Y tec.
Absorción
Eficiencia
0.65
0.50
0.60
0.45
0.55
0.40
0.58
0.65
0.54
0.60
0.50
0.55
Lic. Normal
(ordinarios)
Absorción
Eficiencia
0.05
0.50
0.05
0.45
0.05
0.40
0.03
0.65
0.03
0.60
0.03
0.55
Total
Ed. Superior
Absorción
Eficiencia
0.90
0.51
54
28
0.80
0.46
32
15
0.70
0.41
18
7
1.00
0.67
90
60
0.93
0.62
75
47
0.87
0.57
63
36
9
Si observamos las columnas de la derecha en cada nivel de desarrollo, encontramos que, en caso de que a
una cohorte de 100 niños que comenzaran su educación primaria se le aplicaran las tasas de absorción y
eficiencia propuestas para el año 2006, en los estados de mayor desarrollo 28 terminarían estudios
superiores, en tanto que 15 lo conseguirían en las entidades de desarrollo medio y 7 en las de desarrollo
más bajo; si se aplicaran las tasas propuestas para el año 2025, en los estados más desarrollados llegarían a
terminar educación superior 60 de cada 100 niños, contra 47 y 36 en las entidades de desarrollo medio y
bajo, respectivamente.
Para apreciar mejor el significado de las tasas anteriores, en el cuadro siguiente se presentan las
prevalecientes en 1997 en el país y en entidades de diverso nivel de desarrollo. Como en el anterior, en el
Cuadro N° 2 se incluye también una columna en la que se puede ver el efecto acumulado de la aplicación
de las tasas de absorción y eficiencia de cada nivel, desde primaria hasta educación superior. Además de
Chiapas, Jalisco y Nuevo León, representativas de entidades de desarrollo bajo, medio y alto
respectivamente, se presentan las cifras correspondientes a dos entidades de desarrollo relativamente alto,
pero atípicas: Aguascalientes y el Distrito Federal.
El Cuadro N° 2 permite apreciar que, de mantenerse constantes las tasas de absorción y eficiencia que se
daban en todos los niveles educativos en las diversas entidades del país, de cada 100 niños que entraban a
la primaria a nivel nacional solamente 8 terminarían estudios superiores; en Nuevo León la cifra llegaría a
13, en Jalisco a 11 y en Chiapas sólo a 6. En el Distrito Federal terminarían estudios superiores 17
personas y en Aguascalientes lo harían 22.
CUADRO N° 2. COEFICIENTES DE ABSORCIÓN Y EFICIENCIA, EN 1997
NIVEL ASPECTO NACIONAL AGS. CHIAPAS D. F. JALISCO N. LEÓN
Primaria
Absorción
Eficiencia
1.10
0.85
100
85
1.08
0.94
100
94
1.23
0.63
100
63
1.07
0.99
100
99
1.07
0.84
100
84
0.97
0.93
100
93
Secundaria
Absorción
Eficiencia
0.88
0.74
75
55
0.92
0.78
86
67
0.76
0.75
48
36
1.03
0.74
102
75
0.84
0.70
71
49
0.95
0.82
88
72
Bachillerato
2 años
Absorción
Eficiencia
0.04
0.70
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.45
0.66
Bachillerato
3 años
Absorción
Eficiencia
0.74
0.58
0.81
0.62
0.97
0.74
1.04
0.51
0.68
0.62
0.22
0.65
Profesional
Medio
Absorción
Eficiencia
0.16
0.40
0.13
0.36
0.08
0.42
0.27
0.32
0.09
0.38
0.34
0.39
Total
Ed. Media
Absorción
Eficiencia
0.94
0.55
52
29
0.94
0.55
63
35
1.05
0.72
38
27
1.31
0.47
99
46
0.77
0.59
38
22
1.01
0.57
73
42
Profesional
Asociado
Absorción
Eficiencia
0.02
0.35
0.12
0.73
0.00
0.40
0.01
0.37
0.03
0.56
0.00
0.47
Licenciatura
Univ. Y tec.
Absorción
Eficiencia
0.65
0.35
0.66
0.73
0.40
0.40
0.96
0.37
0.70
0.56
0.60
0.47
Lic. Normal
(ordinarios)
Absorción
Eficiencia
0.07
0.63
0.10
0.64
0.09
0.60
0.04
0.28
0.11
0.67
0.06
0.31
Total
Ed. Superior
Absorción
Eficiencia
0.74
0.38
21
8
0.88
0.72
31
22
0.49
0.44
13
6
1.01
0.37
47
17
0.84
0.57
19
11
0.66
0.46
28
13
10
2. RESUMEN DE RESULTADOS DE LAS PROYECCIONES.
2.1. RESULTADOS DEL MODELO FLUJOS
.
El modelo ofrece resultados a nivel nacional o por entidad, en la forma de cuadros y gráficas que incluyen
datos sobre diversos aspectos del comportamiento del sistema educativo:
las tasas de absorción aplicadas, como resultado de una proyección lineal que va de la cifra inicial de
1997 a la establecida como deseable para los años 2006 y 2025;
la cobertura resultante por nivel educativo y en especial de la educación media superior y superior (en
dos variantes, según la edad típica o la legal para cursar cierto nivel);
los trayectos y cifras de matrículas y graduados, así como las relaciones entre estos dos últimos datos;
las cifras de desertores, las de eficiencia terminal y las de egresados de cada nivel, como resultado de
aplicar tasas de eficiencia anuales que se derivan de una proyección que lleva de los datos reales de
1997 a los establecidos como deseables para los años horizonte, según una función que en este caso
no es lineal, sino logística, que se ajusta mejor a la realidad de los procesos de mejoramiento que se
hacen más lentos a medida que se acercan a las cifras más elevadas;
los trayectos de primaria, secundaria y modalidades de la educación media superior (bachillerato de
dos y tres años y profesional medio) y la superior (profesional asociado, licenciatura universitaria y
tecnológica y educación normal, considerando solamente cursos ordinarios).
Especialmente informativos son el cuadro con cifras de matrícula y egresados por nivel y modalidad en
cada año desde 1997 hasta el 2025, y las gráficas respectivas, incluyendo una comparación del nivel
educativo de la población de 25 a 34 años del sistema nacional o del subsistema estatal de que se trate, en
el año 1990 y en el 2025 según la proyección de que se trate, en comparación con la situación que
presentaban al respecto en 1992 un grupo de países de la OCDE.
Como se explicó en la primera parte de este trabajo, las tasas de absorción y eficiencia para la proyección
alternativa a la constante se fijaron para cada nivel y entidad teniendo en cuenta la situación real de 1997 y
las cifras razonablemente deseables, a partir del conocimiento de la evolución real de los sistemas
educativos. Los resultados pueden verse en forma sintética en los resúmenes siguientes y en los cuadros
que se incluyen como muestra de los resultados y, con mayor amplitud, en el conjunto de cuadros que
contiene el disco compacto anexo.
Es importante analizar con cuidado los resultados, pues una visión superficial puede encontrarlos poco
significativos. Si se analizan con cuidado, incluyendo las cifras nacionales y las de entidades de distinto
nivel de desarrollo, y comparando la situación que se tendría no sólo en el 2006, relativamente cercano,
sino sobre todo en el 2025, en contraste tanto con la situación prevaleciente en 1997 como con la que que
habría en el futuro de mantenerse las cifras actuales de absorción y eficiencia en los diversos niveles del
sistema educativo, se podrá apreciar la magnitud de la transformación que significaría el logro de las
metas que en el modelo se establecieron como hipótesis de trabajo.
A continuación se presentan en forma resumida algunos de los datos derivados de las proyecciones
realizadas, comenzando con los que arroja el modelo Flujos, en lo relativo a la matrícula de los distintos
niveles y modalidades del sistema educativo mexicano, a nivel nacional y en tres entidades que se
consideran representativas de distintos grados de desarrollo.
11
CUADRO N° 3. MATRÍCULA DEL SISTEMA EDUCATIVO A NIVEL NACIONAL Y EN TRES
ENTIDADES DE DIVERSO NIVEL DE DESARROLLO, POR NIVEL Y MODALIDAD,
EN 1997 Y EN DOS PROYECCIONES A LOS AÑOS 2006 Y 2025.
ENTIDADES Y
MOMENTOS
ED. BÁSICA EDUCACIÓN MEDIA EDUCACIÓN SUPERIOR
Primaria
N 1
Sec.
N 2
Bach.
2años
Bach.
3 años
Prof.
Medio
Subtotal
N 3
Prof.
Asoc.
Lic.
U y T
Ed.
Normal
Subtotal
N 5 + 6
MÉXICO
2000 (a) 14,615.9 5,063.6 93.6 2,378.9 453.5 2,926.0 26.6 1,610.0 173.9 1,810.5
2006 (constante) 13,974.3 5,089.2 96.8 2,441.4 468.4 3,006.6 30.3 1,897.8 217.9 2,146.0
2006 (deseable) 13,682.7 6,142.0 0.7 2,849.9 1,042.4 3,893.0 258.4 2,046.8 172.4 2,477.6
2025 (constante) 11,308.0 4,122.4 78.5 2,021.6 391.7 2,491.8 27.5 1,823.7 223.9 2,075.1
2025 (deseable) 10,400.4 5,419.5 0.0 2,542.8 2,333.9 4,876.7 1,276.3 3,947.2 214.6 5,438.1
CHIAPAS
2000 (a) 710.0 176.9 0.0 105.7 6.6 112.3 0.0 39.2 7.6 46.8
2006 (constante) 666.6 172.3 0.0 120.5 7.5 128.0 0.0 60.2 10.8 71.0
2006 (deseable) 652.5 261.9 0.0 92.6 26.7 119.3 4.6 61.1 5.5 71.2
2025 (constante) 531.5 138.5 0.0 97.3 6.1 103.4 0.0 64.8 10.4 75.2
2025 (deseable) 491.0 257.2 0.0 109.6 102.8 212.4 40.8 159.9 7.1 207.8
JALISCO
2000 (a) 932.6 324.9 0.0 144.9 16.4 161.3 3.5 97.2 13.0 113.7
2006 (constante) 878.0 303.7 0.0 143.9 16.2 160.1 3.8 104.9 15.2 123.9
2006 (deseable) 880.0 397.7 0.0 188.4 65.3 253.7 17.9 102.3 9.7 131.9
2025 (constante) 693.3 240.6 0.0 114.6 12.9 127.5 3.2 89.7 13.2 106.1
2025 (deseable) 672.4 352.4 0.0 176.5 150.5 327.0 114.5 218.2 12.0 344.7
NUEVO LEÓN
2000 (a) 457.0 189.0 46.7 32.8 42.2 121.7 0.1 91.7 8.3 100.0
2006 (constante) 442.2 191.4 47.1 32.8 42.3 122.2 0.0 96.5 9.7 106.2
2006 (deseable) 448.1 230.5 0.4 130.1 57.5 188.0 13.1 95.1 8.1 116.3
2025 (constante) 371.6 159.5 39.1 27.4 35.3 101.8 0.0 88.6 9.2 97.8
2025 (deseable) 378.4 194.5 0.0 99.0 93.9 192.9 56.1 196.6 11.6 264.3
(a) Los datos del año 2000 son los de la proyección con tasas constantes, que se aproximan mucho a las
estimaciones de la SEP para el ciclo 1999-2000.
El cuadro permite apreciar cómo la matrícula de primaria disminuye sensiblemente en todos los casos,
tanto por efecto de la disminución del número de niños como por la mayor eficiencia del sistema, que se
traduce en un menor número de alumnos que cursan la primaria fuera de la edad apropiada para hacerlo.
En secundaria se observa primero un incremento, a medida que ese nivel se acerque a la situación
deseable, en la que todos los niños terminarán la primaria y continuarán estudiando la secundaria (o sea la
situación de absorción 100 en ese nivel y eficiencia 100 en el anterior) y luego una disminución, por las
mismas razones que años antes en la primaria. En la educación media, de continuar las cifras actuales de
absorción y eficiencia, el número total no crecería mucho y habría una gran mayoría en bachilleratos de
dos y tres años; en la situación deseable, en cambio, el total del nivel aumenta fuertemente, pero además
se divide de manera casi igual entre quienes harán estudios de bachiller y quienes estudiarán una carrera
de profesional medio. Algo similar ocurre en el nivel superior, con un crecimiento muy fuerte, distribuido
entre estudios de profesional asociado y de licenciatura.
12
El efecto que tendría la aplicación de las tasas de la proyección deseable, en comparación tanto con la
situación anterior (en este caso la de 1990) como con la que habría en caso de mantenerse las cifras
actuales de absorción y eficiencia, en lo relativo al nivel educativo máximo alcanzado por la población
adulta, se puede apreciar en el cuadro siguiente, en el que se incluye como punto de referencia la situación
prevaleciente en Francia en 1992.
CUADRO N° 4. NIVEL EDUCATIVO ALCANZADO POR LA POBLACIÓN DE 25 A 34 AÑOS
EN MÉXICO Y VARIAS ENTIDADES, EN 1990 Y EN 2025, EN LOS TRAYECTOS
CONSTANTE Y DESEABLE.
LUGARES Y MOMENTOS % POBLACIÓN 25-34 AÑOS CON ESTUDIOS DE NIVEL:
N 0 + N 1 N2 N3 N5 N6 TOTAL
CHIAPAS, 1990 78.3 9.8 7.8 0.0 4.1 100
JALISCO, 1990 58.4 20.4 11.6 0.0 9.7 100
MÉXICO, 1990 57.5 21.9 11.6 0.0 9.0 100
CHIAPAS, 2025 constante 54.8 11.0 26.6 0.0 7.6 100
JALISCO, 2025 constante 46.9 28.6 12.5 0.4 11.5 100
NUEVO LEÓN, 1990 40.4 35.8 10.6 0.0 13.1 100
MÉXICO, 2025 constante 38.4 29.3 22.6 0.3 9.4 100
NUEVO LEÓN, 2025 constante 29.6 30.1 28.0 0.0 12.3 100
CHIAPAS, 2025 deseable 15.5 41.5 25.4 4.8 12.9 100
JALISCO, 2025 deseable 9.3 35.2 28.2 7.9 19.6 100
MÉXICO, 2025 deseable 7.6 35.4 27.9 8.4 20.5 100
NUEVO LEÓN, 2025 deseable 1.7 26.3 29.9 12.8 29.2 100
FRANCIA, 1992 0.0 32.9 45.5 9.2 12.3 100
El cuadro muestra cómo en 1990 tanto el país como los estados de nivel de desarrollo medio y bajo
presentaban proporciones de población sin instrucción o sin primaria completa (N0 + N1) superiores al
50%, y proporciones de personas con educación superior inferiores a 10%; solamente las entidades más
desarrolladas, como Nuevo León, escapaban a esta situación; puede apreciarse también que, de continuar
las cifras de absorción y eficiencia actuales, inclusive en el año 2025 las entidades de desarrollo bajo y
medio seguirían teniendo alrededor del 50% de su población de 25 a 34 años sin primaria y proporciones
no muy superiores a las actuales de personas con educación superior.
En el caso de que el sistema educativo funcionara con tasas como las que se proponen en el modelo, en
cambio, para el año 2025 la proporción de personas de 25 a 34 años de edad sin primaria habrá descendido
a un 15% en las entidades de menor desarrollo, y se acercará a 0 en las más desarrolladas; la proporción de
personas con estudios superiores, en cambio, incluyendo a quienes tengan licenciatura y a los que cuenten
con estudios de profesional asociado (N5 + N6) se acercará a 20% en las entidades de menor desarrollo y
podrá ser superior a 40% en las más desarrolladas, en el primer caso cerca de la situación de Francia en
1992, y en el segundo muy por encima de ella.
La transformación educativa del país, en caso de hacerse realidad las hipótesis del modelo sería, pues,
muy considerable.
13
2.2. RESULTADO DEL MODELO REZAGOS
.
Los resultados del Modelo Rezagos se presentan en 31 cuadros para cada entidad, con información sobre
las absorciones que se manejan; sobre el porcentaje de la población que asiste a educación formal por año,
de 5 a 18; la cobertura resultante por nivel; sumas de matrícula y graduados y relaciones entre ambas
cifras; desertores de primaria y secundaria; diferencias porcentuales por considerar edades; eficiencia
terminal de primaria y secundaria; % de alumnos en edad típica en cada grado de primaria y secundaria;
población de 5 años y de 5 a 9 por nivel de instrucción; matrícula por edades de cada grado de primaria y
secundaria; matrículas y egresos de primaria y secundaria; población de 15 años y de 15 a 19 con rezago
educativo; trayectos a lo largo de la primaria y la secundaria. Particularmente informativos, por su carácter
sintético, son los cuadros y gráficas relativos a la evolución del rezago educativo, los de rezago educativo
por grupos de edad, y los de rezago educativo por grado de instrucción, en todos los casos tanto en
términos absolutos como porcentuales. Los cuadros siguientes resumen algunos de esos datos para el país
y los estados de Chiapas, Jalisco y Nuevo León.
CUADRO N° 5. POBLACIÓN SIN SECUNDARIA COMPLETA EN VARIAS ENTIDADES, POR
MÁXIMO GRADO TERMINADO, EN TRAYECTO CONSTANTE Y DESEABLE.
ENTIDADES Y
MOMENTOS
TOTAL MÁXIMO GRADO ESCOLAR TERMINADO %
Miles % Nada 1° pr. 2° pr. 3° pr. 4° pr. 5° pr. 6° pr. 1° sec 2° sec
MÉXICO
2000 (a) 34,107.1 51.06 17.66 4.58 8.07 11.31 7.06 5.21 36.78 3.55 5.78
2006 (constante) 37,108.8 48.58 14.42 3.97 6.95 10.25 6.76 5.12 38.67 5.72 8.14
2006 (deseable) 34,973.2 45.78 15.29 4.21 7.40 10.84 7.20 5.67 37.63 4.66 7.09
2025 (constante) 43,148.8 42.87 7.91 3.08 4.74 8.47 6.26 5.00 41.78 9.85 12.91
2025 (deseable) 31,085.4 30.89 13.49 3.46 6.23 9.92 7.56 6.89 36.35 6.15 9.95
CHIAPAS
2000 (a) 1,689.0 0.68 26.55 4.82 10.19 11.77 7.80 5.59 26.58 2.92 3.78
2006 (constante) 1,868.0 0.64 21.87 4.03 8.72 11.57 8.99 5.65 30.33 3.72 5.12
2006 (deseable) 1,841.1 0.63 22.21 4.09 8.89 12.30 9.19 6.50 27.99 3.79 5.04
2025 (constante) 2,321.7 0.59 12.40 2.25 5.33 14.12 10.74 5.89 36.84 4.99 7.44
2025 (deseable) 1,630.4 0.42 17.71 3.21 7.62 11.82 9.66 7.21 30.63 5.19 6.96
JALISCO
2000 (a) 2,360.9 0.54 13.81 4.46 7.23 10.79 7.70 5.69 40.34 4.56 5.41
2006 (constante) 2,568.1 0.52 10.90 3.76 6.17 9.38 7.10 5.68 43.00 6.34 7.68
2006 (deseable) 2,403.6 0.49 11.63 4.01 6.59 10.14 7.67 6.23 42.16 5.33 6.24
2025 (constante) 3,127.4 0.48 4.95 2.09 4.11 8.44 7.17 5.49 46.52 9.44 11.81
2025 (deseable) 2,077.3 0.32 7.70 3.14 5.36 9.17 8.08 7.33 43.38 7.11 8.73
NUEVO LEÓN
2000 (a) 1,018.0 0.37 8.91 3.13 5.70 11.70 8.16 7.01 45.28 3.49 6.63
2006 (constante) 1,071.3 0.34 7.44 2.76 4.88 10.44 7.49 6.99 45.45 5.46 9.09
2006 (deseable) 1,002.9 0.32 8.11 3.22 5.22 11.25 8.03 7.26 46.47 3.50 6.93
2025 (constante) 1,264.2 0.31 6.00 3.60 2.98 7.91 6.36 7.52 41.97 9.70 13.95
2025 (deseable) 807.1 0.20 6.17 3.06 4.25 10.49 7.97 8.15 47.01 4.26 8.63
(a) Los datos del 2000 son estimados por el modelo a partir de los de base, de 1997.
14
El cuadro muestra cómo en el 2025, aunque bajaría en términos porcentuales con respecto a la población
total, el número absoluto de personas sin educación básica completa se mantendría en cifras muy cercanas
a las de 1997, en caso de que la absorción y la eficiencia del sistema educativo se mantuvieran en sus
niveles actuales. En caso de que la eficiencia del sistema aumentara como se hipotiza en el modelo, las
cifras absolutas se reducen, y la composición del rezago se modifica, con más personas con la primaria
completa y uno o dos años de secundaria, pero la reducción del rezago no parece tan importante como
sería deseable.
Lo anterior se debe a la fuerte inercia que caracteriza a la población de un país como México.
Concretamente, las políticas educativas que puedan implementarse a partir del año 2001 en los niveles de
primaria y secundaria sólo impactarán en el 2006 a un grupo reducido de personas, las que en ese año
tendrán entre 15 y 24 años de edad; incluso en un año que parece lejano, como es el 2025, tales políticas
sólo podrán afectar a quienes tendrán entonces de 30 a 45 años de edad.
CUADRO N° 6. REZAGO ESCOLAR EN MÉXICO, POR GRUPOS DE EDAD, EN TRAYECTO
CONSTANTE Y DESEABLE.
MOMENTOS PERSONAS 15+ AÑOS SIN EDUCACIÓN BÁSICA COMPLETA MILES
15-19 20-39 40-64 65 y más TOTAL
2000 (a) 3,532.3 13,953.7 12,676.1 4,305.0 34,467.0
2006 (constante) 3,852.8 13,910.8 14,077.0 5,231.2 37,108.8
2006 (deseable) 2,314.6 13,313.5 14,077.0 5,231.2 34,973.2
2025 (constante) 3,266.5 14,362.9 15,958.0 9,561.4 43,148.8
2025 (deseable) 814.1 5,135.4 15,574.5 9,561.4 31,085.4
(a) Los datos del 2000 son estimados por el modelo a partir de los de base, de 1997.
En el Cuadro N° 6 puede apreciarse cómo el número absoluto de personas sin educación básica completa
en los grupos de mayor edad (65 y más años) no cambia en el año 2025 si se lograran las tasas de
absorción y eficiencia de 100% que se plantearon para la primaria y la secundaria en la proyección
deseable, sino que se mantiene idéntico al número esperable en la proyección constante. Esto es lógico, si
se tiene en cuenta que las personas de 65 años en el 2025 tienen ya en el 2000 40 años de edad, por lo que
ninguna medida de mejoramiento del sistema escolar que se implemente ahora las beneficiará; la situación
del grupo de 40 a 64 años en el 2006 es similar, pues a seis años de distancia las medidas que puedan
tomarse ahora no beneficiarán a quienes ya tienen más de 30 años, que en el 2006 tendrán 40 o más; para
el 2025 la diferencia de las proyecciones constante y deseable es mínima.
Para los grupos más jóvenes, en cambio, la situación es diferente: si bien en el 2006, muy cercano, la
diferencia entre la proyección constante y la deseable no es muy grande para el grupo de 20 a 39 años, sí
lo es para el grupo de 15 a 19, y lo es para ambos en el 2025.
El cuadro siguiente, que desglosa el rezago por grupos quinquenales de edad, y lo hace no sólo para todo
el país, sino también para las entidades representativas de diversos niveles de desarrollo, permite apreciar
mejor el impacto de las políticas a corto y mediano plazo en diversos contextos. Nuevamente se aprecia
con claridad que en el año 2006 no hay diferencia en el rezago de los grupos de 30 años en adelante entre
la proyección con tasas constantes y la que utilizó tasas deseables, e incluso en el grupo de 25 a 29 la
diferencia es mínima. Para el año 2025 la diferencia entre las dos proyecciones es nula de los 50 años en
adelante, y es mínima en el grupo de 45 a 49 años. Las diferencias en los grupos más jóvenes,
especialmente el de 15 a 19 años, son, en cambio, enormes entre la proyección constante y la deseable.
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Debe recordarse que las proyecciones hechas solamente consideran el efecto en el rezago de la mayor o
menor eficiencia de la escolaridad convencional que lo alimenta, y prescinde de las posibles acciones de
educación de adultos. Políticas complementarias en este terreno, que atiendan a los diversos segmentos de
la población adulta con escolaridad insuficiente podrán modificar considerablemente el panorama que se
desprende de las proyecciones.
CUADRO N° 7. REZAGO ESCOLAR EN VARIAS ENTIDADES, POR GRUPOS DE EDAD, EN
TRAYECTO CONSTANTE Y DESEABLE.
ENTIDADES Y
MOMENTOS
PERSONAS DE 15 AÑOS Y MÁS SIN EDUCACIÓN BÁSICA COMPLETA (%)
15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65+ 15+
MÉXICO
2000 (a) 33.52 36.94 39.13 43.23 49.86 59.80 68.27 74.30 80.84 84.61 92... 53.61
2006 (constante) 35.65 35.91 35.85 38.81 41.96 48.32 58.38 66.54 73.04 79.41 89... 48.58
2006 (deseable) 21.41 30.30 35.62 38.81 41.96 48.32 58.38 66.54 73.04 79.41 89... 45.78
2025 (constante) 36.27 37.83 37.73 37.79 36.76 35.10 36.69 39.31 43.52 50.21 76... 42.87
2025 (deseable) 9.04 7.16 7.66 13.84 24.61 31.05 36.61 39.31 43.52 50.21 76... 30.89
CHIAPAS
2000 (a) 45.76 58.96 66.24 64.37 66.00 80.79 83.86 88.28 89.28 93.38 97... 70.02
2006 (constante) 49.02 50.28 56.17 65.33 65.03 64.39 77.65 84.11 87.60 88.51 94... 64.32
2006 (deseable) 43.59 49.94 56.48 65.33 65.03 64.39 77.65 84.11 87.60 88.51 94... 63.40
2025 (constante) 51.20 54.18 54.21 53.91 51.61 49.87 58.92 66.25 64.37 65.99 85... 59.29
2025 (deseable) 04.45 05.54 10.67 24.84 50.02 50.03 59.00 66.25 64.37 65.99 85 41.63
JALISCO
2000 (a) 34.35 38.17 41.58 49.04 55.97 62.60 67.23 74.18 78.42 82.00 96... 56.12
2006 (constante) 41.76 41.58 36.77 41.18 47.39 54.78 60.76 68.24 70.37 79.17 88... 51.88
2006 (deseable) 24.87 35.50 36.53 41.18 47.39 54.78 60.76 68.24 70.37 79.17 88... 48.56
2025 (constante) 45.24 47.20 47.21 46.54 43.28 39.90 38.28 41.58 49.04 55.96 75... 48.46
2025 (deseable) 04.33 04.89 08.29 16.08 29.33 35.65 38.19 41.58 49.04 55.96 75... 32.19
NUEVO LEÓN
2000 (a) 17.73 21.28 23.21 27.51 29.71 45.01 52.52 59.84 71.28 71.64 93... 39.71
2006 (constante) 22.49 20.85 20.39 24.35 26.58 27.27 44.44 49.08 56.61 70.49 84... 34.46
2006 (deseable) 10.53 15.32 20.24 24.35 26.58 27.27 44.44 49.08 56.61 70.49 84... 32.26
2025 (constante) 29.18 30.89 31.14 30.18 22.30 20.82 21.35 23.21 27.51 29.69 68... 30.83
2025 (deseable) 01.30 01.18 01.63 06.69 11.34 17.30 21.27 23.21 27.51 29.69 68... 19.68
(a) Los datos del 2000 son estimados por el modelo a partir de los de base, de 1997.
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CONCLUSIÓN.
Antes de terminar deben reiterarse dos consideraciones fundamentales:
La primera se refiere a la imprecisión de las proyecciones, debido a la combinación de varios factores
cuya influencia es imposible eliminar: por una parte, las fallas de los datos iniciales y las proyecciones
demográficas; por otra las deficiencias de las estadísticas educativas. Las cifras y proyecciones
demográficas son tomadas por la Fundación Barros Sierra del Consejo Nacional de Población, y se
considera que, con los márgenes de error normales, son bastante confiables. En cuanto a las estadísticas
educativas, sus deficiencias son mayores, como resultado de añejas fallas que es muy conveniente
corregir, tras lo cual los ejercicios de prospectiva podrían repetirse con márgenes de error mucho menores.
La segunda observación consiste en el señalamiento de que las tasas utilizadas en las proyecciones, tanto
para el año 2006 como, especialmente, las que se hicieron para el año 2025, no constituyen una
extrapolación de las tendencias anteriores prevalecientes en las entidades de México, sino la concreción de
unos propósitos ambiciosos para la educación nacional en la forma de metas cuantitativas precisas, tanto
de absorción al inicio de un nivel dado, esto es de cobertura o atención de la demanda potencial, a partir
de las proyecciones demográficas, como de eficiencia terminal de cada nivel.
El contraste entre la situación que se tendría en el caso de que las tasas actuales permanecieran constantes
durante el período en cuestión, y la que habrá en caso de hacerse realidad las tasas utilizadas para las
proyecciones alternativas, muestra las dimensiones globales del esfuerzo a realizar. Las características
precisas de dicho esfuerzo deberán precisarse en cada entidad federativa, gracias a trabajos de
microplaneación que desglosen las cifras globales y muestren dónde se encontrarán las mayores
dificultades para hacer realidad los propósitos, qué tipo de población demandante muestra los mayores
rezagos y cuáles son los problemas precisos que dificultan el cumplimiento de las metas (v.gr. dispersión
geográfica, inaccesibilidad, pobreza, migración, poblaciones indígenas monolingües, etc.) de manera que
puedan diseñarse modalidades de atención apropiadas a cada situación para elevar tanto la absorción como
la retención y, por lo tanto, la eficiencia del sistema educativo.
Las deficiencias de las proyecciones a que se refiere la primera de estas dos consideraciones finales llevan
también a subrayar la necesidad, que acaba de apuntarse, de que en cada entidad se hagan ejercicios de
microplaneación que complementen los resultados de este tipo de proyecciones con información local que
permita corregir fallas de origen de la información y manejar coeficientes más ajustados a la realidad.
REFERENCIAS.
GÓMEZ DE LEÓN, JOSÉ (2000). Retos y oportunidades demográficas del futuro de la población. En
MILLÁN B., JULIO A. y ANTONIO ALONSO CONCHEIRO, Coord. México 2030. Nuevo
siglo, nuevo país. México, Fondo de Cultura Económica, pp. 77-103.