provicarisma
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Vivir de la Providencia es ante todo dejarse interpelar
por el Espíritu.
En la experiencia del Bienaventurado Juan Martín
Moye y de Madre María Javier, la fuerza
sorprendente del espíritu se traduce sobre todo en cuatro
actitudes fundamentales: Abandono, Sencillez,
Pobreza y Caridad Apostólica…
Fundadas como Jesús en la
Providencia, experimentamos
en el momento presente la
serenidad, el dinamismo
apostólico y la certeza de que,
si hacemos todo lo que depende
de nosotras, podremos apoyarnos
totalmente en Dios que sabe y
que provee.
Ir hacia los demás sin rodeos; hacer coincidir el ser, el hablar y el obrar.
La sencillez es rectitud de intención,
transparencia.
Impregna las otras virtudes para que sean auténticas e
irradien.
Reconocernos necesitadas de Dios, trabajando y
escogiendo la sobriedad, en solidaridad afectiva y
efectiva con los más pobres.
Identificarnos con nuestros herman@s en su hambre de pan, de dignidad, de amistad,
en su búsqueda de verdad y de absoluto, en su combate por la
justicia.
Esta proximidad con nuestros
contemporáneos nos lleva a anunciar a
Jesucristo siempre a la obra en el mundo, por
su espíritu para revelar al Padre.