protocolo ponce 1924 y las perdidas de ecuador

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. PROTOCOLO PONCE-CASTRO OYANGUREN Después de intentar durante varios años y por todos los medios llegar a un arreglo definitivo del problema limítrofe entre el Ecuador y el Perú, el 21 de junio de 1924 se reunieron en Quito el Canciller ecuatoriano, Dr. Alejandro Ponce Borja, y el Plenipotenciario peruano, Sr. Enrique Castro Oyanguren, para firmar un documento por medio del cual ambos países litigantes se comprometían a someterse al arbitraje del Presidente de los Estados Unidos. «Aquel procedimiento, dotado de máxima blandura y maleabilidad, comprendía todos los medios pacíficos que la experiencia internacional ofrece para la solución de las controversias. Jamás, en realidad, se había adoptado un sistema de métodos más completo y eficaz para llegar al advenimiento. Pero el arte del Perú había de frustrar ese recurso sabio en que, tras largos años de divergencias, se ponían al fin acordes las desavenidas partes...» (Julio Tobar Donoso.- La Invasión Peruana y el Protocolo de Río, p. 77). Por fin, luego de diez años de conversaciones el Perú aceptó efectuar negociaciones directas, para lo cual se reunieron en Lima los plenipotenciarios Dr. Homero Viteri Lafronte, del Ecuador, y el peruano, Dr. Alberto Ulloa Sotomayor, quienes suscribieron el Acta del 6 de Julio de 1936, con el propósito de dar cumplimiento al Protocolo Ponce Castro-Oyanguren; pero el gobierno peruano continuaba obstaculizando las conversaciones, por lo cual, cansado de tantas mentiras, el Canciller ecuatoriano pidió el traslado de las conversaciones a Washington. Estas se iniciaron el 30 de septiembre de 1936 y se extendieron por dos años, hasta que presintiendo que la tesis ecuatoriana iba a prevalecer en el campo del derecho, la delegación peruana abandonó las conversaciones el 28 de agosto de 1938, y con sus acostumbradas artimañas se negó a dialogar. Autor: Efrén Avilés Pino Miembro de la Academia Nacional de Historia del Ecuador Consulte www.enciclopediadelecuador.com Quito. 18 dic 98. Conocida cuál era la situación armamentista del país, y la imposibilidad en que estábamos para lanzarnos a

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El protocolo entre Ecuador y Perú que tanto daño a causado a Ecuador

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Page 1: Protocolo Ponce 1924 y las perdidas de Ecuador

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PROTOCOLO PONCE-CASTRO OYANGUREN

Después de intentar durante varios años y por todos los medios llegar a un arreglo definitivo del problema limítrofe entre el Ecuador y el Perú, el 21 de junio de 1924 se reunieron en Quito el Canciller ecuatoriano, Dr. Alejandro Ponce Borja, y el Plenipotenciario peruano, Sr. Enrique Castro Oyanguren, para firmar un documento por medio del cual ambos países litigantes se comprometían a someterse al arbitraje del Presidente de los Estados Unidos.

«Aquel procedimiento, dotado de máxima blandura y maleabilidad, comprendía todos los medios pacíficos que la experiencia

internacional ofrece para la solución de las controversias. Jamás, en realidad, se había adoptado un sistema de métodos más completo y eficaz para llegar al advenimiento. Pero el arte del Perú había de frustrar ese recurso sabio en que, tras largos años de divergencias, se ponían al fin acordes las desavenidas partes...» (Julio Tobar Donoso.- La Invasión Peruana y el Protocolo de Río, p. 77).

Por fin, luego de diez años de conversaciones el Perú aceptó efectuar negociaciones directas, para lo cual se reunieron en Lima los plenipotenciarios Dr. Homero Viteri Lafronte, del Ecuador, y el peruano, Dr. Alberto Ulloa Sotomayor, quienes suscribieron el Acta del 6 de Julio de 1936, con el propósito de dar cumplimiento al Protocolo Ponce Castro-Oyanguren; pero el gobierno peruano continuaba obstaculizando las conversaciones, por lo cual, cansado de tantas mentiras, el Canciller ecuatoriano pidió el traslado de las conversaciones a Washington. Estas se iniciaron el 30 de septiembre de 1936 y se extendieron por dos años, hasta que presintiendo que la tesis ecuatoriana iba a prevalecer en el campo del derecho, la delegación peruana abandonó las conversaciones el 28 de agosto de 1938, y con sus acostumbradas artimañas se negó a dialogar. Autor: Efrén Avilés PinoMiembro de la Academia Nacional de Historia del EcuadorConsulte www.enciclopediadelecuador.com

 Quito. 18 dic 98. Conocida cuál era la situación armamentista del país, y la imposibilidad en que estábamos para lanzarnos a una guerra, que no llegaba a tener ni siquiera la calidad deuna aventura (por la aventura supone algo incierto) sino la seguridad de una catástrofe, con su secuela de ocupaciones, cupos de guerra, sacrificio de vidas, etc., solo quedaba al país el camino diplomático para tratar de evitar las consecuencias de un conflicto armado. Yo quiero demostrar que al ir al Tratado de Río de Janeiro, no se hizo sino acatar a la opinión pública. En Quito funcionaba, desde hace algunos años, la Junta Consultiva de Relaciones Exteriores, que no fue creada ni estructurada por mi Gobierno.

Quiero recordar que las negociaciones con el Perú empezaron en este siglo con la firma del Protocolo Ponce-Castro-Oyanguren, en el que se acordó conversar en Washington para una salidapacífica, y en caso de desacuerdo someterlo al criterio del Presidente de los Estados Unidos, en calidad de árbitro. Esto ocurría en 1924. En 1930, Perú pidió que se definiera qué clase de arbitraje se esperaba del Presidente de Estados Unidos, y luego, en 1934, delegaciones negociadoras partieron rumbo a Washington. El 6 de julio de 1936, por medio de Acta de Lima, se convino en que ambos países mantendrían sus líneas de posición hasta esa fecha. El Perú hizo saber, por su parte, que esa era la línea de frontera definitiva. Perú suspendió las

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negociaciones en 1938. Ecuador, desde el incidente de 1910 hasta 1939, intentó mantener negociaciones y buscar un entendimiento amistoso con su vecino.

En 1938, el Brasil se ofreció para un arbitraje, con la denominada "Fórmula Aranha". El 4 de mayo de 1939 Ecuador aceptó la negociación Aranha, pero el Perú pidió que se respetara la línea de posesión vigente en ese año. Para 1940, las cosas empezaron a ponerse más tensas. El 17 de diciembre, el Ministerio de Defensa pidió el retiro de nuestra Legación en Lima, por los atropellos de tropas peruanas a colonos ecuatorianos, y ya entonces, según el canciller Julio Tobar Donoso, se habló "del gravísimo peligro de guerra con el Perú". En esa ocasión, Tobar Donoso hizo notar que la diplomacia ecuatoriana no contaba con el respaldo de la fuerza. Por ello, admitía que las gestiones de la Cancillería "no eran lo suficientemente eficaces".

APARECEN LOS CUATRO GARANTES

El 18 de enero de 1941, Perú pidió el retiro de las fuerzas militares de ambos bandos, cosa que fue aceptada por nuestras Fuerzas Armadas, pero no llegó a verificarse. El 8 de mayo de 1941, tres de los cuatro países que luego serían Garantes del Protocolo de Río de Janeiro enviaron un cablegrama a Quito y Lima. En él, se mostraban "hondamente preocupados" por la "continuación de las dificultades" entre Ecuador y Perú. En el comunicado, Argentina, Brasil y Estados Unidos invocaban la solidaridad americana como argumento para ofrecer a Ecuadory Perú sus "amistosos servicios para promover la pronta solución equitativa y final del diferendo, juntamente con los de aquellos gobiernos que ambos desearan invitar en forma adecuada y ventajosa".

Yo conocía la situación militar del Ecuador, y por ello decidí acogerme a los amistosos oficios de esos tres países. El Gobierno convocó a la Junta Consultiva, para conocer su opinión. Respondimos a continuación a los países mediadores de la siguiente forma: "mi Gobierno que concuerda plenamente con los sentimientos, anhelos y propósitos expresados en dicho mensaje, y persuadido de que esa solución es, factor vital para la unidad y solidaridad del continente en este momento de inquietantes expectativas, acepta complacido los generosos servicios de los ilustres gobiernos de la Argentina, Brasil y Estados Unidos. Aseguro al Gobierno argentino la gratitud del Ecuador, y confío en que el Perú abundaría en los mismos ideales de confraternidad, para gloria y beneficio del continente y honra de nuestras patrias llamadas a estrechar la unión y recíproca ayuda en el porvenir."

Perú demoró su respuesta, y luego replicó que en la mediación no se discutiría su posesión sobre Jaén, Mainas y Tumbes. Para el 20 de mayo, los tres países ratificaron sus propuestas de mediación, mientras el Perú expresó su temor de que los "buenos oficios" de estos puedan salirse de cauce. Propuso la firma de un nuevo tratado, para solucionar la controversia territorial.

El Protocolo Ponce-Castro Oyanguren y la Conferencia de Washington (1924-1937)El 21 de julio de 1924 se firmó en Quito el Protocolo de Ponce-Castro Oyanguren, entre el Ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador doctor Nicolás Clemente Ponce y el Plenipotenciario peruano doctor Enrique Castro Oyanguren siguiendo un una fórmula mixta: combinar el arbitraje internacional con la negociación directa paralela. Resolvieron que los dos gobiernos de Ecuador y Perú, envíen a Washington sus respectivas delegaciones para tratar allá amistosamente el asunto de límites, a fin de lograr fijar una línea definitiva, determinando un acuerdo común sobre las zonas que reconozcan, recíprocamente, cada una de las partes, porque habían de someterse a la decisión arbitral del Presidente de los Estados Unidos de América. Estas discusiones se iniciaron el 30 de septiembre de 1935, las cuales no se pudieron llevar a efecto por las dilatorias de Perú, aduciendo su preocupación por el problema de Leticia con Colombia.

Se presentó la delegación diplomática peruana y comenzó argumentando líneas demarcatorias, e incitando a que el Presidente de los EE.UU. Franklin D. Roosevelt, no

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dirija las sesiones porque no era parte. En una de las sesiones el embajador peruano Manuel Freyre Santander dijo que un fallo que no reconocería la realidad de las cosas y la corriente de los sucesos, superiores a la realidad humana, no cambiaría la situación efectiva y solo daría origen a complicaciones internacionales. Largas y cansadas resultaron estas sesiones que duraron por espacio de 2 años. El 6 de febrero de 1937 Ecuador propuso a Perú una línea transaccional, la misma que Perú objetó el día siguiente y tornando la situación difícil en los últimos 7 meses.

El 28 de septiembre de 1937 el canciller Concha anunció por radio desde Lima, que había resuelto suspender las conferencias que se realizaba en Washington y el 29 de septiembre la delegación peruana entregó una nota a la cancillería ecuatoriana, con el contenido de la resolución unilateral peruana, que dejaba insoluble el problema territorial y se retiraba de Washington.

La delegación peruana fue presidida inicialmente por Manuel Freyre Santander, embajador de Perú en Washington, en vista de que el designado para presidirla, el Dr. Francisco Tudela Varela, que era delegado ante la Sociedad de las Naciones no llegó a tiempo a Washington. Después se alternó con el ecuatoriano Viteri Lafronte en la conducción de la cita.

La delegación ecuatoriana estaba presidida por el Dr. Homero Viteri Lafronte, también asistió el Dr. Enrique Arroyo Delgado; Dr. José Vicente Trujillo y el Dr. Alejandro Ponce Borja, los cuales tuvieron una destacada actuación en defensa de los derechos territoriales de Ecuador.

La sesión se realizó en el Salón Azul de la Casa Blanca y fue presidida por el mandatario norteamericano Franklin D. Roosevelt, quien estuvo acompañado del Secretario de Estado Cordell Hull.