problemas de pareja ante el cáncer

5
Problemas de Pareja ante el Cáncer El impacto del diagnóstico de cáncer supone, sin duda un reto, no solo para los pacientes, sino también para todo su entorno. Dentro del mismo, debemos situar como primordial la relación de pareja, pues suele ser una de las más importantes para el enfermo. Algunos estudios muestran como los pacientes con cáncer a quienes se pide que escojan al familiar principal, suelen nombrar a su pareja (Estapé y otros, 1995). Por otra parte, tal y como afirman Baider y Kaplan de –Nour (2000), ya nadie duda de que el cónyuge del paciente con cáncer experimenta, al menos, tanto distrés psicológico, así como problemas de adaptación a la enfermedad como el propio afectado. En el ámbito de las relaciones de pareja se habla de rotura a partir del diagnóstico de cáncer de uno de los dos miembros. Sin embargo, algunos estudios más exhaustivos matizan esta espeluznante afirmación diciendo que el cáncer sirve como potenciador de conflictos latentes, en parejas disarmónicas, pero que, por el contrario, en parejas armónicas, se da un efecto amortiguador y el cáncer puede incluso afianzar la relación existente. En este sentido, Van Wiel (1992) destaca que si la pareja está unida y existe apoyo y solidaridad para hacer frente a la enfermedad, ésta es una carga compartida. En el otro extremo, si el paciente no se siente apoyado por su pareja, a la carga del cáncer, hay que añadir el estrés que supone detectar que el cónyuge se desentiende de la situación o no presta la ayuda esperada. Peteet y Greenberg en 1995 describieron cuatro tipos de pareja, que, por sus características se encuentran con un particular riesgo de experimentar una crisis debido al afrontamiento a la enfermedad: 1. Relación inmadura : los miembros de la pareja no están acostumbrados a confiar uno en el otro, no se sienten comprometidos. En estos casos el cáncer puede significar la disolución de la relación, si se revelan diferencias importantes entre ambos miembros de la pareja. 2. Relaciones hostiles o dependientes : parejas con un alto grado de conflicto o comunicación distorsionada. Seguramente, ante el cáncer necesitarán una terapia que les ayude a encontrar un espacio de consenso, aunque tienen bastantes probabilidades de ruptura. 3. Relaciones de abuso : aunque poco frecuente, es necesario tener en cuanta que a veces se pueden hallar, en el ámbito oncológico, parejas con relaciones de abuso entre ellas. Es necesario que el equipo sanitario esté alerta y les haga un seguimiento continuado. 4. Parejas emocionalmente separadas : hay parejas que, aun cuando conviven, tienen una relación emocional distanciada. El cáncer puede ser el factor que les haga darse cuenta de lo separados que están y la falta de intimidad e implicación que tienen.

Upload: tutoria-dra-gloria-llaza

Post on 06-Nov-2015

214 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Como afecta el Cancer a la pareja

TRANSCRIPT

Problemas de Pareja ante el Cncer El impacto del diagnstico de cncer supone, sin duda un reto, no solo para los pacientes, sino tambin para todo su entorno. Dentro del mismo, debemos situar como primordial la relacin de pareja, pues suele ser una de las ms importantes para el enfermo. Algunos estudios muestran como los pacientes con cncer a quienes se pide que escojan al familiar principal, suelen nombrar a su pareja (Estap y otros, 1995). Por otra parte, tal y como afirman Baider y Kaplan de Nour (2000), ya nadie duda de que el cnyuge del paciente con cncer experimenta, al menos, tanto distrs psicolgico, as como problemas de adaptacin a la enfermedad como el propio afectado. En el mbito de las relaciones de pareja se habla de rotura a partir del diagnstico de cncer de uno de los dos miembros. Sin embargo, algunos estudios ms exhaustivos matizan esta espeluznante afirmacin diciendo que el cncer sirve como potenciador de conflictos latentes, en parejas disarmnicas, pero que, por el contrario, en parejas armnicas, se da un efecto amortiguador y el cncer puede incluso afianzar la relacin existente. En este sentido, Van Wiel (1992) destaca que si la pareja est unida y existe apoyo y solidaridad para hacer frente a la enfermedad, sta es una carga compartida. En el otro extremo, si el paciente no se siente apoyado por su pareja, a la carga del cncer, hay que aadir el estrs que supone detectar que el cnyuge se desentiende de la situacin o no presta la ayuda esperada.Peteet y Greenberg en 1995 describieron cuatro tipos de pareja, que, por sus caractersticas se encuentran con un particular riesgo de experimentar una crisis debido al afrontamiento a la enfermedad:1. Relacin inmadura: los miembros de la pareja no estn acostumbrados a confiar uno en el otro, no se sienten comprometidos. En estos casos el cncer puede significar la disolucin de la relacin, si se revelan diferencias importantes entre ambos miembros de la pareja.2. Relaciones hostiles o dependientes: parejas con un alto grado de conflicto o comunicacin distorsionada. Seguramente, ante el cncer necesitarn una terapia que les ayude a encontrar un espacio de consenso, aunque tienen bastantes probabilidades de ruptura.3. Relaciones de abuso: aunque poco frecuente, es necesario tener en cuanta que a veces se pueden hallar, en el mbito oncolgico, parejas con relaciones de abuso entre ellas. Es necesario que el equipo sanitario est alerta y les haga un seguimiento continuado.4. Parejas emocionalmente separadas: hay parejas que, aun cuando conviven, tienen una relacin emocional distanciada. El cncer puede ser el factor que les haga darse cuenta de lo separados que estn y la falta de intimidad e implicacin que tienen.Sin embargo, de modo intuitivo creemos que en nuestro entorno, el divorcio como consecuencia de la ocurrencia de un cncer en uno de ambos miembros de la pareja no es frecuente. Ello no quiere decir que el impacto del cncer no suponga un reajuste de las relaciones ms cercanas del enfermo. A nivel general, las problemticas ms frecuentes entre las parejas que afrontan juntos el reto del cncer seran las siguientes:1. ANSIEDAD Y DEPRESIN: Ambas reacciones son las ms frecuentes en pacientes con cncer. Pues bien, de forma general, los estudios existentes demuestran que hay un cierto grado de correlacin positiva, aunque moderada, entre los niveles obtenidos por los pacientes y los de sus cnyuges (Baider y Kaplan de-Nour, 2000). Aunque con matices, por localizacin del tumor y otras caractersticas, como el sexo del paciente y/o del enfermo esta conclusin es bastante generalizada. No obstante, es este un campo en el que falta mucho camino por recorrer, pero es de suma importancia. Puesto que en el tratamiento psicolgico de pacientes con cncer cada vez ms se incluye a la familia del paciente, es necesario obtener informacin acerca del impacto concreto en cada uno de los componentes del entorno, y, es ms, saber como se establecen las relaciones a raz de la enfermedad. As pues, la pareja del paciente puede ser objeto de terapia por s mismo o como agente de apoyo para el enfermo. Moorey y Greer (2002) destacan el posible y crucial papel del cnyuge como co-terapeuta. Los autores proponen una terapia estructurada en la que se incluye al cnyuge en aspectos concretos.

2. OBSTCULOS EN LA COMUNICACIN: En oncologa nos encontramos personas inmersas en una realidad socio-cultural. La actitud ante salud y enfermedad forman parte de la misma. El cncer es una enfermedad con unas connotaciones innegables de muerte, dolor y sufrimiento an hoy en el siglo XXI (Estap, 2004). El estrs en las diversas fases del curso clnico tiene mucho que ver con un cambio al que se somete, no solo al paciente, sino tambin a su pareja. Muchas veces los interrogantes que abre esta situacin plantea miedos que difcilmente se expresan en voz alta. Ello conlleva, an en parejas armnicas, a eludir ciertos temas y a disminuir el grado de comunicacin y confianza. Tanto el paciente, como su cnyuge pueden empezar a supone o adivinar los sentimientos del otro, e incluso a interpretar gestos y actitudes. Los pacientes con cncer son seres especialmente sensibles a las reacciones de los dems hacia ellos. Por ello pueden estar pendientes de su pareja y asumir que determinados comentarios o comportamientos se refieren a ellos. Esta espiral puede acabar, en casos extremos, a redundar en un sentimiento de extrema soledad por parte del paciente, y, porqu no, de su pareja tambin (Estap, 2002). Es necesario, si conviene con la ayuda de un profesional, exteriorizar los sentimientos e incluso provocarlos, por dainos que puedan parecer.

3. PERCEPCIN DE APOYO SOCIAL: Uno de los aspectos en que se han hallado resultados ms consistentes es en la influencia del apoyo social que recibe el paciente como factor preventivo o reductor del distrs psicolgico. En el crculo social, como es obvio, incluimos a la pareja del paciente (Parker, 2003). Cabe sealar que, de todas maneras, que en Psicooncologia se denomina a este aspecto apoyo social percibido. Esto se debe a la discordancia, a menudo elevada, entre el apoyo cuantitativo y el cualitativo y tambin entre el apoyo que realmente se da al paciente, y su satisfaccin con el mismo. En este sentido, incluso en parejas unidas, se han detectado porcentajes de pacientes que califican el apoyo que reciben es inadecuado o insuficiente. Este tema debera ser estudiado ms a fondo, pues tambin habra que analizar hasta qu punto la satisfaccin con el apoyo percibido no tiene que ver tambin con otros factores. Por ejemplo, se ha demostrado en diversos estudios que los pacientes con ms distrs psicolgico puntan ms bajo a la hora de valorar el apoyo que les prestan sus parejas (Baider y Kaplan de-Nour, 2000).

4. PROBLEMTICA SEXUAL: Resulta difcil separar la relacin de pareja de su funcionamiento a nivel sexual. No obstante reducir la alteracin sexual en el paciente oncolgico a una supuesta alteracin relacional es sesgar el problema. Debemos tener en cuenta el impacto que el diagnstico y el tratamiento suponen en la vida del enfermo. Algunos aspectos pueden ser simplemente de tipo psicosocial, pero si nos limitamos a estos, nuevamente estamos reduciendo el problema. Cada vez ms se detectan influencias fisiolgicas de determinados tratamientos. Tanto los hormonales como los no hormonales pueden tener efectos que daan la sexualidad, de forma directa (impidiendo de facto la ejecucin de la relacin sexual, como por ejemplo la prostatectoma), como indirecta (repercusin que, tericamente no tendra que perjudicar el funcionamiento sexual, pero que, por sus connotaciones, lo hace, por ejemplo la mastectoma). El tema de las relaciones sexuales es complejo y, a menudo, en la literatura ha merecido un captulo aparte. Mientras durante el primer ao posterior al diagnstico, en el que se suceden los tratamientos complementarios, se acepta por parte del enfermo y de su cnyuge la disminucin de las relaciones sexuales, e incluso la interrupcin absoluta, en cuanto se ha superado el tratamiento y la curacin aparece ya como algo ms tangible, empieza a ser un aspecto crucial (Estap, 2004). Juegan en este aspecto factores emocionales (ansiedad, depresin autoestima...), as como fsicos (relacionados con las secuelas del cncer, con la localizacin del tumor...) (Andersen y Golden-Kreutz, 2000). Diramos entonces que estamos ante un problema propio de la fase de supervivencia, que, a veces es difcil de abordar y queda como un tab entre la pareja, que se deja aparte (Alterowitz y Alterowitz, 2004). Muchas veces ser necesario una aproximacin teraputica con el objetivo de restaurar la comunicacin y exteriorizar los sentimientos de ambos.Hasta ahora hemos hablado de problemticas que los miembros de la pareja encuentran en su relacin. Pero hay muchos otros aspectos que deben afrontar juntos, retos que presenta el hecho de padecer un cncer. De forma general estos son problemas como afectacin en la vida laboral de ambos miembros de la pareja (el paciente puede tener dificultades en su reinsercin al trabajo y su cnyuge por las continuas ausencias al proveer a su pareja de cuidados concretos), dificultades con los hijos (si los hijos son menores pueden plantearse problemas en su cuidado y en la informacin que se les proporciona), aislamiento social (en parejas con un crculo social pueden sentirse solas o poco comprendidas entre sus amistades) (Langeveld y otros, 2003). Otro aspecto cada vez ms patente, se lo encuentran parejas que, antes de la enfermedad, no haban tenido hijos. Muchos tratamientos dificultarn este proyecto e incluso lo impedirn. Este factor se ve agravado por el aplazamiento en la maternidad de las mujeres actuales. Esto aade depresin y disminucin de la autoestima (Schover, 2000). Algunas parejas optan por la adopcin, pero, a veces, el historial mdico les supondr obstculos para conseguirlo. Todo esto dificulta la adaptacin del enfermo a su vida posterior al cncer, pues, como comentan muchos de ellos quieren sentirse normales y, a menudo no lo consiguen.Para acabar, no podemos olvidar a las personas, a menudo jvenes, que sufrieron el cncer sin relacin de pareja alguna. La dificultad para saber como relacionarse (explicar o no lo sucedido, cuando...) y los miedos para iniciar una vida sexual, les pueden llevar a mantenerse apartados del contacto social (Hill y Stuber, 1998) .Como conclusin, el cncer es una enfermedad que supone un impacto en la vida del sujeto y de su entorno. No podemos separar al paciente de su crculo personal ms prximo, pues sin duda se ver afectado tanto o ms que el propio paciente. En esta afirmacin, sin duda, uno de los afectados principales es la pareja del paciente, pues le toca proveer de cuidados prcticos y emocionales al afectado, aun cuando ella misma tenga dificultades en afrontar la situacin. Es necesario estudiar este tema ms a fondo, para proveer de ms atencin psicolgica al enfermo y a su pareja.BIBLIOGRAFA Alterowitz R., Alterowitz, B. Intimacy with impotence: The couples guide to better sex after prostate disease, First Da Capo Lifelong Books edition, 2004, Cambridge Andersen, B.L., Golden-Kreutz, D.M. Sexual self-concept for the woman with cancer, en Cancer and the family (2 edicin), Baider, L., Cooper, C.L., Kaplan De-Nous, A. (eds.), 2000, John Wiley & Sons LTD., West Sussex, England Baider, L., Kaplan De-Nour, Cancer and copules: its impact on the healthy partner: methodological considerations en Cancer and the family (2 edicin), Baider, L., Cooper, C.L., Kaplan De-Nous, A. (eds.), 2000, John Wiley & Sons LTD., West Sussex, England Estap, T.: Disfunciones sexuales en pacientes de cncer, en Territorios daPsicologa Oncolgica, Coordinadoras: Maria do Rosario Dias y Estrella Dur, Manuais Universitarios, Climepsi Editores, Lisboa, Portugal, 2002 Estap, T.: "Tratamientos de soporte", enMedicina Interna, Farreras-Rozman, 15a. Edicin 2004, Mosby-Doyma Libros, Barcelona. Estap, T. Estudio de la evolucin de la calidad de vida en pacientes diagnosticadas de cncer de mama, Tesis Doctoral, 2004, Barcelona. Estap, T., Estap, J., Galan, M.C., Grau, J.J. "Cancer patients relatives diagnosis disclosure preferences according to emotional disturbances level", abstracts del 8th European Cancer Conference, Paris, 29 d'Octubre a 2 de Novembre 1995. Hill, J.M., Stuber, M.L. Psychosexual sequelae, en Psychooncology (Holland, J.C., ed.), Oxford, 1998, Oxford University Press, Oxford, New York Moorey, S., Greer, S. Cognitive therapy for people with cancer, Oxford University Press, 2002, Oxford, New York Parker, P.A., Baile, W.F., de Moor, C., Cohen, L. (2003). Psychosocial and demographic predictors of quality of life in a large sample of cancer patients.Psycho-oncology, 12(2), 183-193. Schover, L. Deciding to have children after cancer en Cancer and the family (2 edicin), Baider, L., Cooper, C.L., Kaplan De-Nous, A. (eds.), 2000, John Wiley & Sons LTD., West Sussex, England