presencia romana, arqueologia

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2007 - 2008 15 Boletín Arkeolan Centro de Estudios e Investigaciones Histórico-Arqueológicas Historia eta Arkeologiako Azterketa eta Ikerketa Zentroa DOMINIO E INTEGRACIÓN DE PUEBLOS DE MONTAÑA EN EL ESTADO ROMANO: VASCONES, ISAURIOS Y PUEBLOS ALPINOS XXVI Cursos de verano / Uda ikastaroak Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea Irun, 26-27 de Julio de 2007 SALTUS, ¿CONCEPTO GEOGRÁFICO, ADMINISTRATIVO O ECONÓMICO? XXVII Cursos de verano / Uda ikastaroak Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea Irun, 23 y 24 de Julio de 2008

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Centro de Estudios e InvestigacionesHistórico-Arqueológicas

Historia eta Arkeologiako Azterketaeta Ikerketa Zentroa

DOMINIO E INTEGRACIÓN DE PUEBLOS DE MONTAÑA EN EL ESTADO ROMANO:

VASCONES, ISAURIOS Y PUEBLOS ALPINOS

XXVI Cursos de verano / Uda ikastaroakUniversidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

Irun, 26-27 de Julio de 2007

SALTUS, ¿CONCEPTO GEOGRÁFICO, ADMINISTRATIVO OECONÓMICO?

XXVII Cursos de verano / Uda ikastaroakUniversidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

Irun, 23 y 24 de Julio de 2008

Page 2: Presencia romana, arqueologia

S U M A R I O

9. DDOMINIO E INTEGRACIÓN DE PUEBLOS DE MONTANA EN EL ESTADO ROMANO:VASCONES, ISAURIOS Y PUEBLOS ALPINOSXXVI Cursos de verano / Uda ikastaroakUniversidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaIrun, 26-27 de Julio de 2007

11. FForme di integrazione-scontro trapastori-briganti e agricoltori in Italia centro-meridionale in età romanaGIULIANO VOLPE

25. RRoma y los pueblos alpinosFRANCISCO PINA POLO

37. VVascones y romanos. Procesos de integración cívica en la praxis político-administrativa romana ESTÍBALIZ ORTIZ DE URBINA ÁLAVA

59. VVascones en la Antigüedad: entre la historia y el mitoELENA TORREGARAY PAGOLA

73. VVascones, visigodos e isauriosJAVIER ARCE2

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N1

81. SSALTUS, ¿CONCEPTO GEOGRÁFICO, ADMINISTRATIVO O ECONÓMICO?XXVII Cursos de verano / Uda ikastaroakUniversidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaIrun, 23 y 24 de Julio de 2008

83. EEl uso del término saltus en los autores latinosJESÚS BARTOLOMÉ GÓMEZ

99. SSilva, nemus, lucus: pratiques religieuses en milieu forestier etboisé à l’époque romaineWILLIAM VAN ANDRINGA

109. LLos saltus imperiales del norte de ÁfricaALFONSO LÓPEZ PULIDO

127. IIl Saltus Carminianensis: Una grande proprietà imperiale e unadiocesi rurale nella Apulia tardoantica GIULIANO VOLPE

143. LLos saltus y las explotaciones minerasGENARO CHIC GARCÍA

165. ¿¿Todavía saltus frente a ager en territorio vascón?JUAN SANTOS YANGUAS

171. EEl Vasconum saltus y OiassoMERTXE URTEAGA

185. CConclusionesJAVIER ARCE2

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El Vasconum saltusy Oiasso

Mertxe Urteaga

Museo Romano OiassoCentro de Estudios ARKEOLAN, Irun

Boletín Arkeolan, 15, 2007-2008, pp: 171-184

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El profesor Juan Santos Yanguas ha trazado la vi-sión bipolar del saltus y del ager, incluyendo lasfuentes históricas y los pronunciamientos historio-gráficos que sustentan el modelo teórico. Ahora,me propongo abordar tanto las críticas recientesal modelo, como los argumentos que permiten es-tablecer otras alternativas de interpretación. En elprimer apartado incluiré aportaciones variadas quedesde la paleobotánica, la semántica o desde lamisma historiografía concluyen en reconocer la es-casa validez del paradigma; en el segundo, me cen-traré en ofrecer propuestas encaminadas a resol-ver el problema del Vasconum saltus.

2. LA REVISIÓN DEL MODELO BIPOLAR SALTUS-AGER

El cuestionamiento del binomio es reciente; la pri-micia se la debemos a la investigadora del campode la Arqueobotánica, María José Iriarte Chiapus-so, hoy en el área de Prehistoria de la Universidaddel País Vasco. En 1996, en el marco del 1er Colo-quio Internacional sobre la Romanización en Eus-kal Herria1 presentó una comunicación en la queplanteaba abiertamente la controversia sobre –co-pio textualmente lo dicho por ella–: “La supuestaregionalización económica de Euskal Herria, si-guiendo un modelo estrictamente bipolar, en unmedio de ager y un medio de saltus, durante el pe-ríodo romano” 2. Para Iriarte, el modelo “parece de-rivado de una lectura excesivamente lineal de lasfuentes clásicas, a la luz de la evidencia arqueoló-gica”. La evidencia arqueológica a la que se refie-re son una serie de registros carpológicos y pali-nológicos procedentes de yacimientos de la Edaddel Hierro y de la etapa romana situados en el áreatradicionalmente considerada parte del saltus, enla vertiente atlántica de los territorios vascos pe-ninsulares. En esos yacimientos los registros cer-tifican la existencia de prácticas agrícolas cerealís-ticas y también de leguminosas entre las pobla-ciones indígenas antes de la llegada de los roma-nos, además de deforestaciones y otros indicado-

res de antropización temprana del paisaje. La lec-tura de los datos arqueobotánicos le permite afir-mar que “la visión bipolar del medio de Euskal He-rria obedece a un modelo excesivamente rígido yde escasa resolución: si atendemos a la descrip-ción geográfica de la globalidad del país, la visiónde mosaico es mucho más ajustada”.De 1999, es el trabajo sobre la imagen históricamedieval de Navarra, en el que su autor, Ángel Mar-tín Duque3 –al tratar las premisas historiográficas–considera el uso de los términos latinos ager y sal-tus como “manida antinomia historiográfica” a laque responsabiliza de haber reafirmado una deter-minada visión panorámica de la historia de Nava-rra: aquella que habría discurrido «indefectiblemente“determinada” a través del tiempo por la contra-posición entre gentes enclaustradas desde siem-pre en sus montañas, prados y bosques como un“oasis” de hombres libres dedicados al pastoreo y“vascoparlantes”, y por otro lado un “interland” desomontanos, planicies y riberas “secuestrado” porsucesivas influencias foráneas, horizonte abierto deaculturación mediterránea, campos de cereal, vi-ñedo y olivares, laborados por gentes pronto “ro-manizadas” y luego lingüística y culturalmente “cas-tellanizadas”». Entre otras pruebas que contradi-cen la formulación cita la fundación de Pamplonacomo lugar de invernada y aprovisionamiento decereales del ejército del general romano Pompeyo,años 75-74 a. C. El acontecimiento lo toma comoprueba de que la periferia de Pamplona era ya unazona con excedentes de producción cerealícola, apesar de estar incluida en el área de Navarra cata-logada como saltus.Igualmente escéptico sobre el binomio saltus-agerse muestra Juan José Larrea en su estudio sobreNavarra de los siglos IV al XII4. Expresa sin amba-ges cómo los autores antiguos en ningún caso aso-ciaron ambos términos y, menos aún, ofrecieronuna visión de oposición entre ellos, subrayando queel saltus Vasconum aparece en una ocasión en laobra de Plinio y el ager Vasconum en otra menciónde Tito Livio. Sin embargo, mantiene que el prime-

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1 Congreso celebrado en Donosita-San Sebastián del 19al 21 de diciembre de 1996, organizado por Eusko Ikas-kuntza. Las Actas se publicaron en los números 8 y 9de la revista Isturitz, Cuadernos de Prehistoria y Arque-ología de Eusko Ikaskuntza en 1997.

2 IRIARTE CHIAPUSSO, M. J., 1997. “El paisaje vegetalde la Prehistoria tardía y primera Historia en el País Vas-co peninsular” Isturitz 9, pp. 669-677.

3 MARTÍN DUQUE, A. J., 1999. “Imagen histórica me-dieval de Navarra. Un bosquejo”, Príncipe de Viana 60,pp. 401-458.

4 LARREA, J.J., 1998. La Navarre du IVe au XIIe siècle.Peuplement et société, Bibliothèque du Moyen Âge,Paris-Bruselas, pp. 119 y sgtes.

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ro se refiere a los bosques del Pirineo vascón y queel segundo incluye una noción política “comme agerTusculanum ou ager Helvetium, elle se réfère auterritoire à un peuple, sans aucune implication d’ordreéconomique ou social”. Hay que hacer constar queel tratamiento de Larrea se centra en cuestionar elcarácter de reliquia tribal otorgado por Caro Baro-ja al saltus; en desposeer al término de su carác-ter de espacio en el que se mantuvieron las esen-cias indígenas que explicarían la belicosidad vas-cona de siglos posteriores, frente a francos y visi-godos. En este sentido critica la utilización de lasreferencias al saltus Vasconum contenidas en lacorrespondencia poética entre Ausonio y Paulinode Nola en el siglo IV, a las que considera simplesmetáforas y sin valor de registro histórico o geo-gráfico.Agustín Azcarate, por su parte, contextualiza la dua-lidad ager-saltus en una serie historiográfica naci-da al amparo de los postulados vascocantabris-tas5. Según este autor, la formulación de dos rea-lidades diferenciadas en el territorio vascón, arti-culadas en la dicotomía norte-sur, vendría a ocu-par el lugar de la teoría que defendía la indepen-dencia de la vieja Cantabria frente a los intentos dedominio de los romanos. La propuesta había sidosucesivamente limada al calor de los descubrimientosarqueológicos que venían contabilizándose desdeel siglo XVIII y, sobre todo, en el siglo XIX, hasta elpunto de admitirse la presencia romana en la zo-na meridional del territorio. Sin embargo, en Gi-puzkoa y en Bizkaia, debido a la falta de pruebasmateriales, siguió manteniéndose la visión refrac-taria y diferenciada. Caro Baroja no habría hechootra cosa que adaptar su formulación a esta reali-dad conceptual más antigua. Posteriormente sesumarán otros historiadores que prestigiarán y re-vitalizarán la propuesta con los añadidos del mo-delo tribal o del modelo indígena-gentilicio.De 2003 es también la revisión de Alberto Pérezde Laborda a quien debemos un análisis porme-norizado sobre el “ager” y el “saltus de los vasco-nes”6; sin duda alguna nos encontramos ante unade las críticas más certeras al modelo bipolar que

tratamos. Es el primero en abordar ambos térmi-nos desde la comparación con realidades a las quelas fuentes otorgan la misma categoría; habla delager Lucanus, del Stabiae, Iuliobrigensium, de losagri provincialis, colonialis y otros más para desta-car que se trata de menciones a territorios y no acampos fértiles y cultivables. Con respecto al sal-tus indica cómo Varrón se refiere a una unidad desuperficie que lleva ese nombre y tiene un valor decuatro centurias (unas 200 ha); dice también “queasí se llama esta unidad en la división para el re-parto de tierras” y que “los gromáticos clásicos nocitan otra unidad de medida para grandes super-ficies que el saltus ya mencionado”. También sehace eco de las menciones a los saltus del Nortede África y a su consideración, tanto de fincas degran extensión con características particulares co-mo de dominios imperiales que quedaban fuera“de los límites territoriales de cualquier municipio ytenían sus propias ordenanzas”. Concluye negan-do la contraposición entre ager y saltus, “entre uncampo-muy-fértil-y-cultivable y otros terrenos bos-cosos que sólo sirven para el pastoreo”.Nos queda, por último, citar el trabajo de Koldo La-rrañaga7, recién publicado, que trata la cuestión delsaltus-ager en términos de revisión y de crítica con-ceptual. Recoge la serie de razonamientos que he-mos citado anteriormente y abunda en la falta deargumentos históricos. Desgrana las citas origina-les de Tito Livio y de Plinio, mostrando que las men-ciones al saltus y al ager se dan por separado, sinque existan vínculos entre ambos términos; y, endefinitiva, anula el respaldo de las fuentes a la cons-trucción del modelo. Sin embargo, y de manerasorprendente, concluye defendiendo su utilizacióncomo categorías conceptuales: “en cuanto expre-sivos de situaciones en que uno de los compo-nentes del legado global del área –el preexistenteindígena, o el latino-mediterráneo de más recienteimportación– predominaría netamente sobre elotro, sin excluir, en todo caso, alguna inmixtión opresencia de éste”. Aunque nos consideramos deudores del análisis

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EL VASCUNUM SALTUS Y OIASSO

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5 AZCARATE, A., 2003. “La arqueología y los intereseshistoriográficos. (De los postulados vascocantabristasa las necrópolis tardoantiguas de tradición nordpire-naica)”, Bidebarrieta 12, pp. 27-60.

6 PÉREZ DE LABORDA, A., 2003. Los campesinos vas-cones, Editorial Txertoa, San Sebastián, pp. 162-165.

7 LARRAÑAGA, K., 2008. “Sobre usos del binomio ager-saltus y del término romanización en relación a los pro-cesos de cambio vividos durante la etapa romana enel área circumpirenaica occidental”, Veleia 24-25, Ho-menaje a Ignacio Barandiarán Maestu, pp. 977-988.

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de Larrañaga, no podemos compartir este últimoextremo y, menos aún, justificar la validez de unparadigma que se ha comprobado vacío de todaargumentación histórica.

3. EL VASCONUM SALTUS, UN LUGAR GEOGRÁFICO JUNTO AL PIRINEO

Partimos de que el Vasconum saltus es un puntogeográfico concreto que se localiza en la franja cos-tera cantábrica, junto al Pirineo.La descripción de Plinio (NH IV, 110) en la que se ci-ta el Vasconum saltus, previamente comentada porel profesor Santos (Desde el Pirineo por el Océano seencuentran el Vasconum saltus, Oiasso, los oppidade los várdulos, Morogi, Menosca, Vesperies y el puer-to Amano, donde ahora está la colonia Flaviobriga) secentra en la costa cantábrica entre el Pirineo y CastroUrdiales, donde se ha identificado la colonia de Fla-viobriga8, unos 140 km de litoral (fig. 1).En esta banda costera, además del portus Ama-nus-Flaviobriga se ha reconocido la ubicación de

Olearso (Oiasso) en el casco urbano de Irun. Es-trabón (III.4.10) señaló que era una “polis” de losúltimos pueblos vascones de la costa del Océa-no. Y, como saben los asistentes a este curso, sesituaba aquí mismo; en el solar que ocupa el mu-seo hubo unas termas y poco más abajo, en lacalle Santiago, se han encontrado los muelles delpuerto. Hasta mediados del siglo pasado nadiehabía planteado que fuera Irun el emplazamientode Oiasso, lugar citado en las fuentes romanas;Oiartzun por la similitud del nombre se conside-raba el lugar adecuado para serlo. El descubri-miento lo realizó Jaime Rodríguez Salís en 1968,en las excavaciones de la plaza del Juncal, juntoa la iglesia parroquial. Poco después localizó enla ermita de Santa Elena una necrópolis de urnascinerarias9. En los años ochenta se reconoció laminería romana del entorno de la Peña de Aia yen los noventa los muelles y varaderos, ademásde las termas y otros elementos urbanos de im-portancia. A partir de estos datos se reconstruyóel área de ocupación del asentamiento, que se ha

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8 IGLESIAS, J. M., 2005. “Establecimientos portuariosen el sector central del Mar Cantábrico” en Actas delCongreso Internacional el Occidente atlántico en épo-ca romana, Pisa (2003), Escuela Española de Historiay Arqueología, Roma, pp.107-122.

Fig. 1. La costa

cantábrica entre

Oiasso y Flaviobriga

9 BARANDIARÁN, I.; MARTÍN BUENO, M.; RODRÍGUEZSALÍS, J., 1999. Santa Elena de Irun. Excavación ar-queológica de 1971 y 1972. Colección Oiasso 1, cen-tro de estudios Arkeolan, Irun.

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cifrado entre 10 y 12 ha. Todo ello ha contribui-do a mejorar los mecanismos de protección delsubsuelo arqueológico lo que se ha saldado conimportantes descubrimientos en los últimos me-ses, como el realizado en la confluencia de las ca-lles Santiago y Bidasoa donde se ha constatadola existencia de un complejo de almacenes de gran-des dimensiones (horrea). Para los oppida de los várdulos hay testimonios ar-queológicos que permiten identificarlos con asen-tamientos amurallados en altura reconocidos prác-ticamente por todo el territorio de Gipuzkoa, ex-cepción hecha del borde oriental10. La línea diviso-ria de la cuenca del Leizarán que marca el límite dedistribución entre poblados fortificados y círculosfunerarios, crómlech pirenaico, ha servido para plan-tear que en este punto se situaría la frontera entrevascones y várdulos. La frontera occidental de es-

te pueblo, se ha llevado –tomando las mencionesde Ptolomeo (II.6)– al río Deba, donde limitarían conlos caristios.Con respecto al término Morogi hay que decir que,si bien en nuestro entorno se traduce como topóni-mo, también se conocen versiones como etnónimo(nominativo plural, los Morogos). Es, por otra parte,la única mención en las fuentes, lo que dificulta suidentificación. La que se ha hecho de Menosca, lle-vándola a Zarautz, resulta precipitada y más bien em-pujada por el interés de contar con un refrendo pa-ra los descubrimientos arqueológicos realizados enlos últimos años. Si bien Ptolomeo también cita es-te asentamiento y lo sitúa entre las poblaciones vár-dulas de la costa, no hay razones suficientes –por elmomento–para determinar su emplazamiento. Y conrespecto a Vesperies no está de más comentar queno hay más referencias al lugar que la de Plinio, nitampoco indicadores arqueológicos.Volviendo al VS y su contexto costero, resulta queéste se situaba junto al Pirineo y junto a Oiasso, o–dicho de otra forma– entre el Pirineo y Oiasso. Con respecto a esta relación geográfica hay, ade-más, otra mención de Plinio (NH II, 29) a tener en

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EL VASCUNUM SALTUS Y OIASSO

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Fig. 2. Oiasso y el

promontorio Oiasso

10 PEÑALVER, X., 2004. Mairubaratzak. Piriniotako ha-rrespilak, Munibe (Antropología-Arkeologia) 19, gehi-garria, Donostia.PEÑALVER, X., 2005. Los crómlech pirenaicos. Bols-kan 22, Huesca.

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cuenta; en ella situó la costa de Oiasso (litus Oiar-sonis) en las faldas del Pirineo. Ptolomeo (II, 6) reiteró esta situación, citando Oiassóen su versión tanto de polis como de akron Pyrénes,promontorio del Pirineo, indicando que desde ese pro-montorio comenzaban los Pirineos. El Oiassó akronPyrénes se ha identificado en el cabo de Higer, en Jaiz-kibel11 (fig. 2).Tanto Plinio como Ptolomeo consideraron que Oiassose situaba junto al Pirineo, de donde deducimos que elVS estaba muy cerca de Irun. ¿Y qué hay entre Irun(Oiasso) y las faldas del Pirineo que pudiera ser consi-derado saltus por los romanos?

3.1. Saltus y metalla; la minería romana de AiakoHarria.El macizo granítico de la Peña de Aia (Aiako Harria)se reparte entre los municipios de Lesaka, Bera deBidasoa (Navarra), Oiartzun e Irun (Gipuzkoa). Es-tá rodeado de una aureola metamórfica de piza-rras en la que se formaron abundantes criaderosde mineral. Los yacimientos han sido explotadoshasta fechas recientes, habiéndose extraído can-

tidades importantes de minerales de hierro, cobre,plomo y plata. La última compañía, la Asturiana deMinas, cerró sus instalaciones de Arditurri en 1984.Desde 1983, que se iniciaron las prospecciones ar-queológicas se han descubierto decenas de testi-monios de extracciones mineras de época roma-na que no fueron destruidas por las explotacionesmodernas. El foco más importante se ha detecta-do en el coto minero de Arditurri, en Oiartzun, don-de se han catalogado 44 unidades mineras. En Irun,los testimonios (30 unidades mineras) se distribu-yen en los cotos mineros de San Narciso, San Fer-nando y Belbio. En Bera de Bidasoa se tiene cons-tancia de galerías romanas en Mina Modesta, mien-tras que en Lesaka las exploraciones están cen-tradas en el área de Endarlatza, sin resultados con-cluyentes, todavía.Los trabajos mineros reconocidos incluyen una am-plia gama de labores, desde pequeñas galerías deprospección fallidas a unidades mineras comple-tas, con sus trabajos de prospección, explotación,tránsito, pozos de ventilación, planos inclinados,galerías de drenaje… Se trata de complejos mine-ros que responden a la planificación de unidadesde actuación, limitadas a un sector o filón concre-to. Algunos han desarrollado labores interiores decientos de metros de recorrido, como en Altamira

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Mertxe Urteaga

Boletín Arkeolan, 15, 2007-2008

Fig. 3. El macizo

granítico de Aiako

Harria

11 RODRÍGUEZ SALÍS, J.; MARTÍN BUENO, M., 1981.“El Jaizkibel y el promontorio Oiasso a propósito deun nuevo hallazgo numismático romano”, Munibe XX-XIII, 3/4, pp. 195-197.

Page 9: Presencia romana, arqueologia

3 o Arditurri 25, pero también se han encontradocomplejos que alcanzan el kilómetro de desarro-llo, como Belbio 1, o incluso lo superan, caso deArditurri 20. Ésta es, sin duda, la principal explota-ción de toda la minería de Aiako Harria. Ha conta-do con un filón riquísimo –hoy prácticamente ago-tado– de entre 4 m y 8 m de espesor que se ex-tendíaentre pizarras con un fuerte buzamiento, pre-sentando vetas de hierro, blenda, galena, cobre yespato flúor. A juzgar por los vaciados de extrac-ción, alcanzaba unos 500 m de longitud y unos 100m de anchura, contando desde la coronación has-ta las galerías más profundas, hoy inundadas. Co-rría perpendicular al cauce del río y afloraba al ex-terior en su parte superior, a ambos lados del va-lle; su mayor desarrollo se producía bajo el nivelfreático. En esta explotación se ha reconocido elsocavón o galería de drenaje que describió Tha-lacker en el año 180412. Se trata de un acueductosubterráneo, cuniculus, de 425 m de longitud queha conservado siete de los once pozos originalesy que discurre 15 m por debajo del río. El cunicu-lus de Arditurri 20 continúa en funcionamiento per-mitiendo que los dos niveles superiores de la minapermanezcan en seco, a pesar de situarse más deuna docena de metros por debajo del freático. Gra-cias a esta condición han podido realizarse pros-pecciones en detalle, comprobándose que el filónfue horadado por los trabajos romanos de lado alado y en diferentes niveles. Benjamín Álvarez de-jó escrito que bajo la cota de drenaje del cunicu-lus también había labores romanas hasta 20 m pordebajo y que encontraron restos que relacionó conmáquinas elevadoras de agua13 .De la entidad de la minería romana de Aiako Ha-rria se ha ido tomando conciencia conforme hanavanzado los trabajos arqueológicos, aunque yadesde principios del siglo XIX se contaba con va-loraciones destacadas. Thalacker14, en 1804, ha-

bía situado el foco de Arditurri entre los principa-les de minería romana de la península, sólo supe-rado por las explotaciones de las Médulas. Gas-cue15, en 1908, valoraba los trabajos romanos re-conocidos en el coto en unos 15 km; ambos au-tores coincidieron en estimar que, a juzgar por laextensión de los trabajos que tuvieron oportunidadde reconocer, hubo cientos de trabajadores ocu-pados en las labores extractivas.La obtención de plata se considera el objetivo prin-cipal de los trabajos romanos, acompañada del plo-mo, el cobre y el hierro. Por lo que se compruebade la organización de las labores mineras roma-nas, debieron centrarse en la explotación de losminerales de galena argentífera más ricos, con unaproporción importante de plata. La calcopirita, dela que se obtiene cobre, también fue objeto de aten-ción preferente, mientras que los minerales de zinc(la blenda) no parecen haber sido beneficiados. Enfilones con óxidos de hierro se han reconocido ga-lerías romanas, planteándose que las extraccionesestarían planificadas de manera secundaria frenteal laboreo de los minerales de plata.Los datos cronológicos obtenidos hasta la fechaindican que las extracciones mineras romanas co-menzaron en tiempos de Augusto, continuando du-rante todo el período altoimperial16.Pues bien, sabemos que las operaciones minerasbajo control imperial aparecen realizadas dentro deuna entidad territorial claramente definida y dife-rente de los territorios coloniales, municipales y deotros territorios incluidos en una provincia17.Por esta razón, si por saltus entendemos un terri-torio con administración autónoma y organizacióndiferente a las colonias, los municipios o las civita-tes, lo lógico sería que el VS fuera el distrito mine-ro –los metalla– de Aiako Harria.

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EL VASCUNUM SALTUS Y OIASSO

Boletín Arkeolan, 15, 2007-2008

15 GASCUE, Francisco, 1908. “Los trabajos mineros ro-manos de Arditurri (Oyarzun)”, Revista Internacional deEstudios Vascos, t.II, 1908, p. 465-473.

16 CAUUET, B.; DOMERGUE, C.; URTEAGA, M., 2005.« Mines et métallurgies en Aquitaine et en Hispanie sep-tentrionale sous les Julio-Claudiens », en L’Aquitaineet l’Hispanie septentrionale à l’époque julio-claudien-ne; organisation et exploitation des espaces provin-ciaux, IVe Colloque Aquitania, Saintes, septembre 2003,Aquitania Supplément 13, p.423-460.

17 DOMERGUE, C., 1983. La mine antique d’Aljustrel (Por-tugal) et les tables de bronze de Vipasca, Paris, p. 161.

12 URTEAGA, M., 2005. “Juan Guillermo Thalacker y lasminas de Arditurri”, Boletín Arkeolan, 12, p. 45-102.

13 “Agotado el macizo que este desagüe les proporcio-nó, aun han descendido de unos diez a quince metros(trabajos posteriores demostraron que bajaron 20 me-tros más)”. ÁLVAREZ, B., 1954. “Mineros de otros tiem-pos”, Revista Oyarzun, p. 14.

14 THALACKER, Juan Guillermo, 1804. “Noticias y des-cripción de las grandes explotaciones de unas anti-guas minas situadas al pie de los Pirineos y en la pro-vincia de Guipúzcoa”, Variedades de Ciencias, Litera-tura y Artes, Tomo IV, Madrid, 1804, pp. 201-215 y256-273.

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de puente de una ruta que permitía bordear la ca-dena de los Pirineos en su flanco occidental al bor-de del mar, a propósito del descubrimiento de res-tos de cimentaciones de madera en el cauce delBidasoa20. Hemos señalado, también, las condicionesnaturales que rodean el emplazamiento, advirtien-do la presencia de un pasillo costero a nivel del marque permite, en la desembocadura del Bidasoa,enlazar las tierras situadas a ambos lados de la ca-dena pirenaica, una barrera montañosa en la quelos portillos y puertos de mejor acceso se situabansobre los 1.000 m de altura s.n.m, caso del de Ron-cesvalles o Summus Pyreneus. Las evidencias arqueológicas corresponden a sen-das cimentaciones de estructuras de madera des-cubiertas en el cauce del Bidasoa, en ambas ori-llas del canal que separa las islas de Hiru Kanale yGalera; se ordenan en alineaciones paralelas de unos9 m de longitud, formadas por pivotes de roble desección cilíndrica, de unos 20 cm de diámetro. Ladatación de las muestras obtenidas por Carbono14

3.2. Saltus y paso viario. Cruzando los Pirineos enel BidasoaSaltus, en su variada polisemia, también puede tra-ducirse por lugar de paso, como “salto” entre di-ferentes espacios. Estrabón situó Oiasso al final de la calzada proce-dente de Tarraco, al borde del Océano y en fronte-ra entre Aquitania e Iberia18. La calzada, según sudescripción, pasaba por Ilerda y Osca. Otras fuen-tes no tan concretas, como la del Ravenate, han si-do utilizadas para establecer en Oiasso el final deotras dos rutas viarias, la costera desde Brigantium(La Coruña) y la que enlazaba con la Meseta a tra-vés de Veleia (Iruña) y Birovesca (Briviesca)19.Hemos abordado en otros trabajos el valor estra-tégico del asentamiento de Oiasso como cabeza

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Boletín Arkeolan, 15, 2007-2008

20 URTEAGA, M., 2008. “El asentamiento de Oiasso (Irun);red viaria, puerto y distrito minero”, Actas del IV Con-greso de las Obras Públicas en la Ciudad Romana, Lu-go-Guitiriz 2008, pp. 303-329.

Fig. 4. Cúpula de

torrefacción en la mina

de Arditurri 20

Fig. 5. Galería de

extracción en la mina

de Arditurri 20

18 …pasa la vía que desde Tarragona alcanza a los últi-mos pueblos Vascones de la costa del Océano, tantoen la región de Pompelon como en la de Oiason, ciu-dad situada en el borde mismo del Océano. Esta víamide 2400 estadios y acaba justo en la frontera entreAquitania e Iberia” (III.4.10).

19 RODRÍGUEZ ALMEIDA, E., 2001. Topografía e vita ro-mana: da Augusto a Costantino, Unione Internaziona-le degli istituti di Archeologia Storia e Storia dell’Arte inRoma, Roma.

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ofrece unas fechas que oscilan entre el siglo I y elIII AD21. Las cimentaciones se han relacionado con la exis-tencia de un puente para salvar el canal entre lasislas. Hay que tener en cuenta que, en este tramodel río, ha habido cuatro islas, consolidadas me-diante lezones, que ocupaban prácticamente todoel cauce, llegando en pleamar a alcanzar éste delorden de 300 m de anchura. La más cercana a laorilla de Irun era la de Oxinbiribil, que ha quedadosoldada al tejido urbano de la ciudad; luego la deGalera que conserva aún zonas de cultivo, y haciala otra orilla las de Hiru Kanale y Santiago Aurrea,hoy en día naturalizadas. Por otra parte, las islasde aluvión del Bidasoa se reconocen con leves mo-dificaciones con respecto a su situación actual yaen las primeras representaciones cartográficas delsiglo XVII.El puente romano entre las islas de Hiru Kanale yGalera se cree que pertenecía a una vía que cru-zaba el Bidasoa de lado a lado, con unos 300 mde longitud, apoyándose en las diferentes islas que

jalonaban el cauce entre ambas orillas. Este pasoestable sobre el Bidasoa permitiría enlazar con elabanico de rutas que se abrían en el Sur de Aqui-tania en diferentes direcciones.Ahora bien, el paso occidental de los Pirineos, elprincipal, se realizaba por Roncesvalles, contandocon Ilvrone (Oloron) y Iaca (Jaca) como ciudadesde partida. Su recorrido por las mansiones de ImoPyreneo (Saint-Jean-Pie de Port), Summo Pyreneo(Roncesvalles), Iturissa (Espinal) y Pompelone (Pam-plona) parece suficientemente apoyado por la Ar-queología como subraya Isaac Moreno22. Este au-tor también señala que esta ruta “disponía de unaaproximación inmejorable desde el sur, siendo elmejor punto de penetración a la Península de cuan-tos se pudieron plantear”, citando la opinión al res-pecto del historiador Petit de Meurville. Copiamosla cita de Meurville por su interés con relación alpaso del Bidasoa:“A los que, poco puestos en geografía, se extra-ñen de que esta ruta de los Pirineos haya sido pre-ferida a un paso más fácil por el Bidasoa, tal como

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21 URTEAGA, M., 2001. “El puente romano del Bidasoa”,Boletín Arkeolan, 10, p.18-21.

22 MORENO GALLO, I., 2006. Vías romanas. Ingenieríay técnica constructiva, p. 181.

Fig. 6. Las cimentacio-

nes del puente de

madera del Bidasoa,

planta

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ahora lo vemos, les diremos que el paso por Beho-via e Irún, ha existido siempre, pero para el País Vas-co, más que para ir a España, ya que los Pirineos, alapartarse aquí del litoral multiplican los obstáculos unpoco más lejos. Esto puede comprobarse por el nú-mero de túneles. Los romanos escogieron bien elpaso que, una vez franqueado, no presenta sinollanuras poco accidentadas, hasta Castilla”.Por todo ello, el VS también podría tratarse del pa-so costero de los Pirineos en el Bidasoa. Además,como señaló Meurville, era para uso del entornogeográfico vasco, mientras que el paso de Ron-cesvalles tenía rango peninsular.

3.3. El Vasconum saltus y OiassoHemos desarrollado un planteamiento por el quese ha desposeído al VS del carácter que lo en-frentaba al Ager Vasconum en una supuesta or-denación romana del territorio atendiendo a losvalores ecológicos de los ámbitos atlántico (bos-coso) y mediterráneo (agrícola). Argumentada lafalta de consistencia de la interpretación tradi-cional, hemos propuesto que el VS de la des-cripción pliniana corresponde a un lugar geográ-fico concreto de la costa cantábrica, situado en-

tre Oiasso y el Pirineo. En otro apartado hemospresentado la minería romana de Aiako Harria yel paso del Bidasoa como enclaves que pudie-ron ser considerados por los romanos en la ca-tegoría de los saltus. Para concluir vamos a tra-zar los lazos que vinculan el VS con la aglomera-ción urbana de Oiasso.En primer lugar es preciso señalar que, ante la au-sencia de puntuaciones en el texto original de Pli-nio, no se puede descartar que el propio autor hu-biera nombrado el VS y Olearso como si fueran unamisma cosa. Tampoco se puede probar que lo hu-biera hecho con esa intención, aunque sí convienetener en cuenta otras referencias que apuntan enla misma dirección. Es el caso de la localización porel mismo Plinio de la costa de Oiasso en la falda delPirineo, o los datos de Ptolomeo acerca de Oiassopromontorio del Pirineo–el cabo de Higer–. En el con-texto de las fuentes escritas hay constancia de quese consideraba el asentamiento de Oiasso situadoen la costa y al pie del Pirineo, en el mismo empla-zamiento que el VS; sin embargo, no vamos a in-sistir más en la cuestión de la equivalencia entreambos términos, centrándonos nuevamente en losargumentos arqueológicos.

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Fig. 7. Las cimentacio-

nes del puente de

madera del Bidasoa,

sección

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Fig. 8. Situación de los

cotos mineros de San

Fernando, Belbio, San

Narciso y Arditurri con

respecto al centro

urbano de Oiasso

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tres tipos de entidades que aparecen en las leyesde Vipasca: “vicus”, “metallum” y “territoria meta-llorum”23. En ese caso el equivalente del vicus meta-lli Vipascensis, con sus baños, escuela, barbero y ce-menterio, sería la aglomeración urbana de Oiasso,mientras que la categoría de “metallum” se referiríaa la unidad básica territorial minera (los cotos indi-viduales que hemos nombrado) y la de “territoriametallorum” al conjunto de explotaciones bajo con-trol del procurator metallorum; es decir, las dife-rentes explotaciones del distrito minero que englo-ba el conjunto de las operaciones extractivas deAiako Harria. En cualquier caso, los vínculos entreel asentamiento urbano y las áreas de explotaciónminera parecen evidentes, tanto por su proximidadgeográfica como por cuestiones funcionales, lo quenos llevaría a establecer lazos de unión entre el VS–en su versión minera– y Oiasso.También tendríamos lazos estrechos de relación enel supuesto de que el paso del Bidasoa, franque-ando los Pirineos, pudiera considerarse el VS. En

Volviendo a los testimonios de extracciones mine-ras romanas en Aiako Harria, que suman más de70 unidades (una cifra extraordinaria, por otra par-te), se observa que la mayoría se localizan asocia-dos a cotos mineros en los que ha habido impor-tantes operaciones de minería moderna. El cotominero de Arditurri (en Oiartzun) ha sido el foco mi-nero más importante de todo el territorio de Gi-puzkoa hasta que cerró en 1984 e, igualmente, pa-rece haberlo sido en época romana, a juzgar porlas evidencias arqueológicas que se vienen reco-giendo en los últimos años. Está situado a 6.5 kmen línea recta del centro de la aglomeración urba-na de Oiasso, aunque en el valle del río Oiartzunque desemboca en la bahía de Pasaia (Pasajes).En la vertiente del Bidasoa se emplazan los cotosde San Fernando, San Narciso y Belbio, como he-mos adelantado, donde se concentran la mayoríade los trabajos romanos reconocidos en términode Irun. Los descubiertos en la zona minera de Al-tamira, en el coto de San Narciso, se sitúan a só-lo 2.5 km del centro urbano de Oiasso y los de SanFernando a 5.5 km de distancia (fig. 8).

Coto minero Distancia a Oiasso en línea recta

Arditurri 6.5 km

San Fernando 5.25 km

Belbio 3 km

San Narciso 2.5-3.5 km

En Oiasso, además, se han descubierto muelles,varaderos y almacenes de un puerto de carácterregional, una necrópolis, termas y otros elementosurbanos que se suman a la vía señalada por Es-trabón que, procedente de Tarraco llegaba a esteasentamiento, uniendo el Mediterráneo y el Atlán-tico. La minería romana de Aiako Harria, por lo tan-to, no puede separarse de Oiasso a la que debíarecurrirse para abastecimientos, para todo lo rela-tivo a los servicios urbanos (incluso los adminis-trativos), para transporte por carretera de los me-tales estratégicos (plata) y para transporte maríti-mo de los lingotes de plomo o de hierro. Parece razonable pensar que Oiasso y el entornominero no estaban aislados entre sí, sino forman-do parte de una ordenación conjunta.Cabe la posibilidad de plantear si la ordenación te-rritorial de las operaciones mineras respondía a los

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Fig. 9. Plano de

situación de los restos

de cimentaciones del

puente (arriba

derecha), del área

urbana de Oiasso

(izquierda) y de la

necrópolis de Santa

Elena (abajo derecha)

23 HIRT, A.M., 2010. Imperial Mines and Quarries in theRoman World, p. 51.

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esta ocasión, los restos arqueológicos de las ci-mentaciones de madera del puente del Bidasoa seencuentran en el entorno inmediato del centro ur-bano de Oiasso, a la misma distancia que la ne-crópolis de Santa Elena (fig. 9).

Consideraciones finalesCreemos sobradamente demostrada la falta de sus-tento de una de las propuestas más queridas yarraigadas de acercamiento a la ordenación romanadel territorio de la actual Euskal Herria, el modelode saltus y ager; la Euskal Herria atlántica, húme-da, boscosa, impenetrable y escasamente roma-nizada, por un lado; por otro, la zona mediterrá-nea, fértil, cultivable, con red viaria y de centros ur-banos, donde se extendió sin cortapisas el domi-nio romano; resistentes y sometidos; indígenas ycolonizados; euskaldunes/latinizados y otras tan-tas dualidades que han crecido al amparo del bi-nomio que tratamos. Pero las fuentes no dicen eso,ni mucho menos, Y, en lo que se refiere al saltus,al Vasconum saltus, hemos visto que se trata deun punto geográfico concreto; un lugar situado enla costa cantábrica, al pie de los Pirineos, junto aOiasso o en la misma Oiasso, si consideramos elVS como el paso sobre el Bidasoa. En caso de pre-ferirse la relación del VS con el distrito minero deAiako Harria, podría también admitirse que Oiassofuera parte del Vasconum Saltus.

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