Por La Fe Hermana Delfy Solís Guatemala, 3 de mayo del Año De La Revelación

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Marcos 4:30-33 También decía: ¿A qué compararemos el reino de Dios, o con qué parábola lo describiremos? Es como un grano de mostaza, el cual, cuando se siembra en la tierra, aunque es más pequeño que todas las semillas que hay en la tierra, sin embargo, cuando es sembrado, crece y llega a ser más grande que todas las hortalizas y echa grandes ramas, tanto que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra. El Señor en esta palabra nos muestra que debemos aprender de lo pequeño, porque eso pequeño hará algo grande. Como la semilla de mostaza, aunque es muy pequeña Dios la transforma en algo grande, y así es la fe, creer lo que vendrá, aun cuando no lo vemos. Aunque nos sintamos pequeños y nos comparemos con otros y pensemos que no lograremos aquello que anhelamos porque nos vemos pequeños, menos aptos que los demás y nos menospreciemos, por fe lo alcanzaremos. Pero debemos ver que pueden venir ataques del enemigo o nuestra alma está marcada y nos menospreciamos, por eso debemos vencer estos pensamientos que quieren quitar la semilla de fe, para lo cual también podemos declarar palabras de fe. Recordemos que comemos del fruto de lo que declaramos, por eso debemos declarar palabras de fe en nuestra familia, en nuestros hijos, en nuestra vida. Debemos ver la grandeza en lo pequeño y ver qué dones Dios depositó en nosotros y en nuestros hijos. 2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Vemos en Marcos 4:35 al 41 que todo lo que hagamos, debemos hacerlo por amor, y agradecerle a Dios con nuestro servicio. Somos llamados a creer en el poder de Dios, declarar que Dios cumplirá la promesa de salvación para nuestra familia; por lo que debemos bendecir y declarar lo que Dios hará. En el verso 39 nos habla claramente que Dios nos da autoridad para hablarle a las cosas que no son como si fuesen. Marcos 5:36-41 Pero Jesús, oyendo lo que se hablaba, dijo* al oficial de la sinagoga: No temas, cree solamente. Y no permitió que nadie fuera con El sino sólo Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo. Fueron* a la casa del oficial de la sinagoga, y Jesús vio* el alboroto, y a los que lloraban y se lamentaban mucho. Y entrando les dijo*: ¿Por qué hacéis alboroto y lloráis? La niña no ha muerto, sino que está dormida. Y se burlaban de El. Pero El, echando fuera a todos, tomó* consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con El, y entró* donde estaba la niña. Y tomando a la niña por la mano, le dijo*: Talita cum (que traducido significa: Niña, a ti te digo, ¡levántate!). En Marcos 21 al 43 se muestra una historia de fe, y de esa forma en este momento el Señor nos dice “Talita cum” que significa “levántate”. Debemos enfrentar esa circunstancia que vino a nuestra vida y que nos quita la paz, Dios es poderoso y puede levantar y quitar cualquier circunstancia. Si hay alguien que ha caído o que se ha alejado del Señor, debemos decirle “levántate”, porque hemos de verlos restaurados. El verso 36 dice “no temas” y Dios nos dice que no temamos, debemos ser perseverante en lo que pedimos, como niños que insisten a sus padres, así debemos pedirle a nuestro Padre. En el verso 37 vemos cómo el Señor llamó a los que eran íntimos para que vieran la obra del Señor, El mismo Dios que sanó al paralítico, es el que está hoy con nosotros. Por eso cuando Dios

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abre una puerta nadie la puede cerrar, y si El cierra una puerta, nadie la puede abrir. Decían de Noé que estaba loco cuando la puerta del arca estaba abierta; hoy que estamos viviendo los tiempos de Noé, hay una puerta abierta, pero el tiempo es corto, y debemos perfeccionarnos cada día, en este tiempo que la puerta de misericordia está abierta. Hebreos 11:1-5 Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. Debemos crecer en nuestro espíritu, rendir al Señor aquellas áreas que no hemos conquistado, para que el enemigo no tenga lugar donde pueda obrar. Debemos creer que Dios existe y declarar lo que El es. Hebreos 11:6-7 En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Tenemos familia que debe venir a los pies del Señor, como vemos en hebreos, Noé construyó un arca en la cual también salvó a su familia, eso nos deja ver que si bien es cierto que servimos en la Iglesia, también debemos compartir en nuestras casa la palabra de Dios, predicarle a nuestra familia, ser testimonio de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas para que ellos puedan tener un parámetro de vida de los cambios que Dios hace en Sus siervos. En Hebreos 11:8 al 11 vemos cómo Dios por la fe abrió la matriz de una mujer que ante la ciencia no podía tener hijos, porque para Dios no es imposible, y así en nuestra vida Dios puede hacer milagros de lo que ante los ojos humanos, ante la ciencia sería imposible de hacer. Vemos cómo a Daniel desde el primer día le fue enviada la bendición, podrían haber promesas que han sido retenidas, pero por fe podemos abrir y apresurar esa promesa. Debemos hablar palabras de bendición, no nos dejemos llevar por el pronóstico del mundo, Elías por fe con un poco de harina y aceite multiplicó el alimento de una mujer y por la fe no escaseó. Debemos tener fe ante toda situación adversa y aferrarnos a palabras de fe, leamos la Biblia que nos infunde aliento para llenarnos de la palabra del Señor.