Las Mercaderías De Babilonia Apóstol Sergio G. Enríquez O. Cuarto Servicio Guatemala, 21 de abril del Año De La Revelación

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Hemos estado estudiando acerca del mundo visible e invisible y dentro de este, lo que es eterno porque el hecho de que algo sea invisible, no significa que sea eterno, un ejemplo lo vemos con el alma, porque puede ser eterna solamente si se asocia al espíritu, de alguna forma podemos decir que si termina sujetándose al Espíritu de Cristo y el espíritu humano y se despoja de estar impulsando al cuerpo a que haga lo que el alma quiera; en caso contrario el alma y el cuerpo serán destruidos juntos en el infierno (Mateo 10:28), no así el espíritu, porque entonces quedaría condenado a perpetuidad; aunque algunas religiones no crean esta situación porque dicen que el Espíritu Santo es solamente es energía, pero gracias a Dios hemos comprendido que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, lo cual podemos entender solamente por la revelación que el Señor nos ha ministrado. Por otro lado también recordemos que en el inicio de lo que hemos estado estudiando, dijimos que existen 3 dimensiones principales: física, espiritual y celestial; por eso vemos que existe Jerusalén en 3 dimensiones:

1. Jerusalén terrenal 2. Jerusalén espiritual (Es la Iglesia del Señor Jesucristo) 3. Jerusalén celestial (Es la esposa de Dios que desciende del cielo ataviada para su

marido) Cabe mencionar que cuando decimos “celestial”, estamos refiriéndonos a un lugar, o sea, lugares celestes y no precisamente que le pertenezca a Dios; es un lugar donde se llevan a cabo batallas entre la luz y las tinieblas y repercuten igualmente en la Tierra. Partiendo de eso, podemos decir entonces que Babilonia es la antítesis de Jerusalén, por consiguiente debe existir en las mismas dimensiones:

1. Babilonia terrenal 2. Babilonia espiritual 3. Babilonia celestial

Entonces la Babilonia a la que estamos refiriéndonos ahora es la Babilonia espiritual, la antítesis de la Iglesia; pero como lo dice entonces el título mismo de esta enseñanza, Babilonia tiene mercaderías que por ser espiritual, tiene una asociación entre lo terrenal y celestial también. Un ejemplo a este respecto lo vimos anteriormente con la ofrenda porque siento terrenal, recibiendo una ministración espiritual se convierte entonces en algo espiritual y Dios lo convierte en celestial; entonces las cosas de Babilonia tienen una misma aplicación, porque son terrenales, se convierten en espirituales para llegar a lo celestial. Veamos algunos versículos que vienen a ampliarnos más el panorama: Apocalipsis 18:11-12 (LBA) Y los mercaderes de la tierra lloran y se lamentan por ella, porque ya nadie compra sus mercaderías: 12 cargamentos de oro, plata, piedras preciosas, perlas, lino fino, púrpura, seda y escarlata; toda clase de maderas olorosas y todo objeto de marfil y todo objeto hecho de maderas preciosas, bronce, hierro y mármol…

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Apocalipsis 18:13 (R60) …y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres. En el inicio de esta cita, hace referencia a los mercaderes de la tierra; lo cual nos habla de aquellos grupos que tienen su enfoque en segmentos específicos para tener mayor producción o rendimiento financiero. Es por eso que en algunos lugares existe iglesias emergentes donde hacen ese tipo de estudio para saber enfocarse en atraer al segmento que gente que deseen tener en su congregación, pero en realidad eso es netamente mercadear como lo dice esta cita; por eso debemos recordar que Dios nos ha enviado a predicar Su evangelio a toda criatura y no enfocarnos en un segmento solamente, menos aun, para beneficiarnos económicamente. Obviamente que cuando hablamos de mercaderes, no estamos refiriéndonos solamente a los de la fe, sino que también los hay de la salud, de la educación, etc. Pero quiza el punto principal hacia donde vamos a enfocarnos entonces es que Babilonia mercadea con almas humanas; no obstante que nuestra alma no está a la venta porque ya tiene dueño, el Señor Jesucristo pagó por ella con sangre divina, por lo tanto no pago por el precio que teníamos, sino que pagó el doble (Isaías 40:2), por eso no podemos ser mercadería en venta de Babilonia. Sin embargo hay muchas almas que están cautivas, el problema es que debemos saber quién las tiene cautivas, porque si es el Señor quien nos tiene cautivos por Su amor; está bien, pero si no; es necesario saber que somos propiedad privada de Cristo. ¿QUÉ PUEDE ATRAPAR NUESTRA ALMA? Salmos 17:13 (LBA) Levántate, SEÑOR, sal a su encuentro, derríbalo; con tu espada libra mi alma del impío… Oportunamente hemos aprendido que existen 3 clases de seres humanos:

1. El justo 2. El impío 3. El pecador

Esto lo hemos obtenido del siguiente versículo: 1 Pedro 4:18 (LBA) Y SI EL JUSTO CON DIFICULTAD SE SALVA, ¿QUÉ SERÁ DEL IMPÍO Y DEL PECADOR? ¿Quién es un justo?, el que ha sido justificado por la sangre del Señor Jesucristo. ¿Quién es un impío?, es alguien que fue justificado, pero vive como pecador. ¿Quién es un pecador?, alguien que practica el pecado, es una persona irredenta que no ha aceptado a Cristo como su salvador.

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Pero entonces lo que podría atrapar nuestra alma en algún momento es un impío, uno que pretende vivir como cristiano los domingos y de lunes a sábado tiene una vida mundana, busca adormecer el alma de un buen cristiano, haciéndole creer que debe aprender a llevar la religión; pero en realidad no podemos ser religiosos, si somos de Cristo, somos cristianos y no del mundo. El impío buscará cambiar nuestra forma de pensar para que estemos en la Iglesia todo día pero viviendo como pecadores; pretenderán tener apariencia de cristianos, aun con privilegio dentro de la Iglesia de cantar, predicar, etc., pero todo eso lo harán para hacernos tropezar, pero eso debemos cuidarnos de un impío. La única forma que tenemos de guardar nuestra alma de todos aquellos que pueden ser emisario de Satanás, es con la espada del Señor, con la palabra de Dios que nos lleva a toda verdad y nos blinda de caer en el engaño del impío. Con el engaño del impío debemos saber que no es solamente engaño doctrinal o en su forma de vida; sino que pueden tener diversidad de formas, quiza haciendo que confiemos en ellos para que en el momento que seamos defraudados, nuestra alma se amargue y quede atrapada y termine presa de Babilonia. Pero si estamos con la espada del Señor en nuestro corazón en todo momento, no seremos presa fácil de Babilonia. Salmos 22:20 (LBA) Libra mi alma de la espada, mi única vida de las garras del perro. ¿A qué espada se refiere este versículo? Salmos 57:4 (LBA) Mi alma está entre leones; tengo que acostarme entre los que vomitan fuego; entre los hijos de los hombres, cuyos dientes son lanzas y saetas, y cuya lengua es espada afilada. Esa espada es la lengua venenosa de la que debemos cuidarnos; la lengua es un mundo de maldad que si alguien la pone en contra nuestra, puede causarnos muchos problemas, por eso no debemos estar entre los que lanzan fuego o sea murmuraciones, porque si estamos entre ellos, nos pueden catalogar como ellos aunque seamos personas íntegras delante de Dios. Igualmente debemos tener siempre la espada del Espíritu que es la palabra de Dios en nuestro corazón, pero no para maldecir, sino más bien para tener una respuesta como la tuvo Jesús en el monte de la tentación. Por eso no debemos lugar a la murmuración aunque así sea para saber que alguien está señalándonos de algo negativo; no aceptemos la murmuración, lo mejor es encarar a la gente y aclarar las cosas para no ser presas de Babilonia, con eso le estaremos cerrando oportunidad al impío y el murmurador. Salmos 35:15-17 (BDN) Pero cuando tropezaba, ellos se alegraban y se juntaban, se juntaban contra mí, me herían sin darme cuenta; me despedazaban sin cesar. 16 Con hipocresía, se burlaban de mí, rechinaban contra mí sus dientes. 17 Señor, ¿hasta cuándo te quedarás mirando? Libra mi alma de sus estragos, mi vida, de los leones. Cuidemos nuestra lengua de no caer en la burla a los demás, aun cuando veamos que alguien se equivoca, es mejor que busquemos la forma de ayudar a nuestro prójimo en todo momento para que la burla no atrape el alma de ninguno y que nadie sea mercadería de Babilonia.