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POLÍTICAS DE BIENESTAR UNIVERSITARIO Hacia una construcción colectiva y participativa PARA EL DEBATE PÚBLICO CLAVES Bogotá, Colombia, agosto de 2007. Número 4

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POLÍTICAS DE BIENESTAR UNIVERSITARIOHacia una construcción colectiva y participativa

PARA EL DEBATE PÚBLICOCLAVES

Bogotá, Colombia, agosto de 2007. Número 4

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Introducción

El Plan Global de Desarrollo (Universidad Nacional, 2004: 55 - 61) reconoció la desarticulación de los niveles organizacionales Nacional, Sede y Facultad de Bienestar Universitario, causada por la ausencia de directrices generales, que ha impedido su fortalecimiento. Esto se produjo con el planteamiento de la estrategia “Orientarse a garantizar un ambiente que facilite la adaptación del cambio académico propuesto”, a través del programa “Fortalecimiento del Bienestar Universitario” del Plan Global de Desarrollo, 2004 – 2006, del que surgió el Proyecto Gestión del Bienestar Universitario, GBU. Las acciones promovidas en él apuntan a “Mejorar la organización del bienestar universitario tanto desde el punto de vista de su estructura de soporte como de los programas que adelanta” (Universidad Nacional, 2004: 60).

En desarrollo del proyecto se emprendieron varias acciones: un ejercicio diagnóstico administrativo, que ratificó la existencia de ciertos rasgos de desarticulación no solo entre los diferentes niveles organizacionales (Nacional, Sede y Facultad), sino entre las diferentes áreas (Salud, Recreación y Deportes, Promoción Socioeconómica, etc.), manifiestos especialmente en la falta de acuerdo sobre diversos aspectos, como concepciones de BU, sus principios y políticas, configuraciones organizacionales (estructuras), reglamentaciones, estructuras de talento humano, de recursos físicos y financieros, entre otros.

Se reconocen dos elementos: 1) Cada Sede, inscrita en un sistema sociocultural particular, adquiere ciertos rasgos que la convierten en única. 2) El hecho de que cada Sede haga parte de un todo, la Universidad Nacional, hace que existan parámetros o condiciones que ratifiquen el carácter de unicidad, con respeto de especificidades. El reconocimiento de tales dualismos permite aceptar el supuesto lógico, administrativo y político en un esquema de desconcentración de funciones, para llegar de nuevo al citado planteamiento de la ausencia de “directrices generales” de fortalecimiento institucional y funcional del Bienestar Universitario. Es probable que el establecimiento de estos lineamientos generales contribuya en los procesos de articulación y funcionamiento unísono de las Sedes de la Universidad.

Luego se adelantaron varias acciones conducentes a la elaboración de una propuesta participativa y consensuada de lineamientos o directrices generales para el mejoramiento organizativo y articulatorio de las diferentes áreas constitutivas del BU en la Universidad Nacional de Colombia. La lógica de acción propuesta considera como constitutivos esenciales de las políticas generales el concepto, los principios y los lineamientos de BU, componentes intangibles organizacionales que se caracterizan por contener propuestas generales de acción.

En este documento se presentan de manera resumida antecedentes de Bienestar, descripción metodológica, los referentes y propuestas concretas de principios y políticas para Bienestar Universitario en la Universidad Nacional de Colombia.

Se espera contribuir a la definición de directrices generales desde los órganos competentes de Bienestar Universitario (Consejo de Bienestar Universitario, instancia que ha revisado y enriquecido el documento, la Dirección Nacional de Bienestar), que conduzcan al redireccionamiento de Bienestar Universitario, su fortalecimiento y articulación nacional.

La Dirección Nacional de Bienestar Universitario desea conocer sus comentarios y opiniones sobre este documento. Puede escribir a: [email protected]

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I. Antecedentes internos y externos nacionales

La Universidad Nacional de Colombia ha atravesado por un proceso histórico que la ha determinado y configurado hasta hoy. El bienestar universitario no está exento de este proceso, pues lo involucra tanto en sus aspectos organizacionales y estructurales como conceptuales, de modo que se observa en su trayectoria evolutiva una serie de cambios derivados de procesos complejos que configuran su estado y su naturaleza actual.

El Bienestar Universitario, en el ámbito conceptual, ha atravesado por varios momentos importantes: El primero va desde su creación hasta inicios de la década del 80 y su característica fundamental es el asistencialismo. El segundo momento se da en década del 80 y reconoce la necesidad de superar ese carácter asistencial, a través de un acercamiento a lo académico. Un tercer momento se halla en la década del 90, se concreta tal intento y se redimensiona el bienestar universitario hacia conceptos fundamentales ligados al fortalecimiento de lo humano: la generación de condiciones que busquen el desarrollo humano y la calidad de vida, ligados por lo académico y reconociendo como responsables del Bienestar al individuo, a la institución y al Estado. Un cuarto momento se halla en los finales de los 90 y los inicios del nuevo siglo, en él, al eclecticismo conceptual se suman la formación integral, la construcción de comunidad universitaria y la calidad de vida, como fines fundamentales soportados

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en el desarrollo humano. Ahora se tiene la tarea compleja no sólo de fortalecer esos procesos de construcción conceptual, sino de materializarlos en una estructura organizacional a través de adecuados procesos de gestión.

Desde la puesta en marcha de la Universidad, 1867, se han evidenciado diferentes acciones concretas dirigidas a la generación de condiciones que permitan el cumplimiento del papel de la institución con la sociedad y con ella misma. Inicialmente se concibió el bienestar como un ‘ayudar a estar bien’ de los estudiantes de la Universidad, se evidenció en el ofrecimiento de una serie de actividades de diferente naturaleza, como salud, recreación, deporte, apoyo social y económico, cafeterías, restaurante, residencias, apoyo espiritual, etc., que se extendieron y consolidaron hasta nuestros días en actividades que progresivamente fueron catalogadas como asistencialistas.

“Pese a la falta de un modelo explícito, cobijado en el concepto de bienestar universitario, los servicios de Bienestar cumplieron una función mediadora entre el desarrollo institucional y la vida académica universitaria. El concepto eje del Bienestar fue asumir la responsabilidad con las necesidades de la comunidad universitaria a través de la prestación de servicios.

En 1986, la Universidad expidió una nueva reglamentación, que reorganizó el funcionamiento de una nueva estructura de Bienestar Universitario con una definición conceptual del Bienestar Universitario, representada en el deseo de ‘superar’ el carácter asistencial y conducirla hacia dimensiones relacionadas con la valoración de aspectos humanos, culturales y sociales propias del desarrollo integral, la canalización de potencialidades y la participación de los miembros en la construcción del bienestar, dentro de las especificidades de la Universidad.

En la década del 90 se intensificó el deseo de superación asistencial con un redimensionamiento del bienestar universitario. La expedición de los Acuerdos 44 y 45 y la Resolución 696 de 1991 ahonda en la concepción y estructuración organizacional de Bienestar Universitario. La resolución buscó, además de superar la escisión entre Academia y Bienestar (al incluir y trabajar los conceptos de Cultura y de Integración Académica), crear las condiciones sociales, económicas y culturales que impulsaran el desarrollo cotidiano de la actividad académica.

El Bienestar compete a todo estudiante, como receptor y creador crítico de conocimiento; al docente, como representante de saberes y portador de una ética de la responsabilidad frente al trabajo, y a los funcionarios de la Universidad, que deben facilitar el cumplimiento de la tarea académica y crear un entorno amable.

Así, el Bienestar Universitario adquirió una concepción de la calidad de vida asociada al trabajo académico, esto es, un tipo de Bienestar que supera la escisión con la academia al apoyar el proceso de formación integral de profesionales. Generó, además, las condiciones que debe haber en la Universidad para que cada uno de sus miembros (estudiantes, docentes y demás funcionarios) no solo cumpla con su rol, sino que despliegue sus potencialidades que lo cualifican como ser humano.

En este periodo, y como parte del proceso de cambios promovidos por la Constitución de 1991, se reforma el servicio público de la Educación Superior mediante la Ley 30 de 1992 y se establece que el Bienestar Universitario debe estar presente en las Instituciones de Educación Superior. Se definió como el conjunto de actividades que se orientan al desarrollo físico, psicoafectivo, espiritual y social de los estudiantes, docentes y personal administrativo.

El Consejo Nacional de Educación Superior, Cesu, mediante Acuerdo 03 de 1995, establece que el Bienestar Universitario, además de referirse al “estar bien” de la persona, debe ser concebido como un aporte al proceso educativo mediante acciones

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intencionalmente formativas que permitan el desarrollo de las diferentes dimensiones (cultural, social, moral, intelectual, psicoafectiva, espiritual y física) del ser humano. Se busca superar la naturaleza asistencial y se anota que el bienestar debe cubrir a todos los miembros de la comunidad universitaria, teniendo en cuenta la diversidad de condiciones de cada persona en particular y según su rol en la Universidad.

Igualmente, el Plan Global de Desarrollo 1999-2003 planteó como objetivo de las dependencias de Bienestar Universitario el “apoyo a la formación integral del estudiante y la generación de condiciones que permitan el surgimiento, desarrollo y consolidación de grupos de trabajo en diferentes áreas, donde cada individuo y cada colectivo reconozcan que son promovidos no sólo en los aspectos cognoscitivos, sino también en las dimensiones físicas, psicológicas, estéticas y éticas, según sus intereses y habilidades, para lograr una formación integral y encontrar los elementos de identidad y pertinencia con la Universidad Nacional de Colombia”.

Según la Asociación Colombiana de Universidades, 2003, el Bienestar Universitario comprende las condiciones que realizan, contribuyen y apoyan los procesos de satisfacción de las necesidades que surgen del reconocimiento de los intereses, deseos, carencias y posibilidades de desarrollo de la comunidad en el contexto de la vida universitaria. Así las cosas, el desarrollo humano es el proceso de realce de las capacidades humanas, en el que cada persona puede elegir y aumentar las opciones de vida.

II. Descripción metodológica general

Para la construcción de políticas se revisaron diferentes metodologías: El modelo tradicional de etapas, de tipo lineal y formal; El modelo enmarcado en la toma de decisiones y conocido como Ciclo de Solución de problemas; Modelo Racional, de tipo ‘unilateral’; el Modelo Incrementalista, centrado en la resolución de problemas inmediatos, y el modelo inscrito en el marco del Proceso de Formulación de Políticas, PFP, que es parte del modelo de etapas y brinda importancia a la formulación, gracias al reconocimiento de tres componentes básicos: participación de diferentes actores en el proceso, creación de escenarios de interacción y presencia de intercambios o transacciones entre los actores.

El proceso es una alternativa en los esquemas de elaboración de políticas. Difiere del tradicional, en el que éstas son formuladas por un grupo reducido de personas que, aunque cuentan con amplios y suficientes conocimientos, no siempre logran aproximarse a la realidad cotidiana, a dimensionar de manera adecuada la situación objeto de estudio y, en consecuencia, su aplicación es dudosa. Ante esto, se optó por la construcción participativa de lineamientos generales para BU, con respeto de un proceso metodológico riguroso que permitiera un acercamiento a la definición de las directrices. Contar con la participación de los funcionarios que tienen a cargo la ejecución de las acciones de bienestar en la Universidad ha sido una fortaleza vital y coadyuva en la apropiación de las políticas propuestas, que sin duda apuntan al mejoramiento del BU.

III. Principios de bienestar universitario

Los principios constituyen el marco axiológico y de valores que guían el trabajo de Bienestar Universitario. Se identificaron referentes externos e internos, que constituyen

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el punto de partida para la elaboración de una propuesta de principios. Entre los principios externos identificados, y aún vigentes, se encuentran aquellos definidos en las normas generales de Educación Superior y BU: Ley 30 de 1992, Acuerdo Cesu 03 de 1995 y Acuerdo Ascún 05 de 2003.

Entre los principios internos se destacaron los señalados en el Acuerdo 11 del 2005, Estatuto General, que generaron el siguiente planeamiento: ¿es necesario definir una serie de principios específicos para BU, ante la existencia de unos principios generales para la Universidad? Las opciones de respuesta deben darse en el seno de los colegiados pertinentes. No obstante, el hecho de formular principios específicos de una determinada sección organizacional debe darse a la luz del reconocimiento de aquellos principios generales establecidos. Los específicos, además de coincidir con la generalidad, están encaminados a responder a la naturaleza propia de BU y sus especificidades.

Los Principios establecidos en anteriores Direcciones de Bienestar se caracterizan por haber sido definidos con criterios diferentes, sin ningún tipo de continuidad entre una fase directiva y otra. Incluso se ven diferencias en la definición de un marco axiológico, pues en algunos casos se menciona el término “valor” (periodo 2002 – 2003) o se asimila a criterio (según postulados que van en la Dirección del Acuerdo 05 del 2003, Ascún), pero en ocasiones se definen los principios como lineamientos generales o políticas (periodo 2003 - 2005).

Propuesta de principios de BU: resultados de la aplicación metodológicaDe acuerdo con el marco general de principios de la Universidad Nacional de

Colombia y con la aproximación conceptual establecida, se definió que el BU se enmarca en los siguientes principios, que reflejan y fortalecen su esencia:

Identidad Institucional: Reconocimiento y apropiación de la singularidad que tiene la Universidad en el sentido de ser una organización pública de carácter nacional en la que prima el enfoque social, con las consecuentes responsabilidades y deberes para con la sociedad. Una institución con particularidades en cada Sede y diversidad en su comunidad.

Autonomía: Entendida como la facultad que tiene Bienestar para direccionar su gestión, su evaluación, proposición de políticas y reglamentos que orienten sus objetivos al cumplimiento de los fines misionales de la Universidad.

Calidad: Entendida como el atributo que ampara todas las acciones de Bienestar encaminadas hacia usuarios tanto internos como externos y reflejada en la eficiencia, eficacia e idoneidad de su desempeño.

Equidad: Posibilidad y oportunidad de acceso imparcial a los programas de Bienestar por parte de los miembros de la comunidad universitaria, concentrando sus esfuerzos y acciones en la población que más los necesite.

Coherencia: Correlación entre las políticas de Bienestar encaminadas al cumplimiento de la misión de la universidad y las particularidades de sus beneficiarios. Constituye en esencia la correspondencia entre el discurso y la acción.

Convivencia: Consistente en propender por la generación de ambientes y espacios en los que primen la solidaridad, el apoyo, la tolerancia, la armonía y el respeto para contribuir a la construcción del tejido social de la comunidad universitaria.

Participación: Objetivo compartido de los actores de la comunidad universitaria, que encaminarán sus iniciativas y acciones de manera proactiva a la construcción de los retos del Bienestar y su desarrollo.

Pertinencia: Respuesta a los requerimientos de la comunidad en el momento y de forma adecuada, según las condiciones y posibilidades.

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Corresponsabilidad: Conocimiento y aceptación por las partes de las consecuencias del accionar del Bienestar y el impacto que éstas implican en la comunidad universitaria.

Transparencia: Consistente en la claridad en las acciones de Bienestar frente a la Universidad y frente a sus usuarios, a partir de una normatividad precisa y ampliamente difundida entre todos los estamentos y de procesos diáfanos y públicos.

Respeto: Por los derechos humanos, las diferencias de género, de fe y de raza.

IV. Políticas generales de bienestar universitario

Desde el Consejo de Bienestar Universitario, la Universidad ha venido propiciando reflexiones sobre las políticas sociales como orientadoras de la formulación de políticas de BU. En ese contexto, surge la pregunta: ¿por qué debe tenerse en cuenta un enfoque de Políticas Sociales para BU?

El concepto de Bienestar y de cómo se interpreta y se practica es una discusión activa y vigente. La idea y comprensión del bienestar ha tenido una evolución en la historia. El emperador Diocleciano (siglo IV a.C.) buscó establecer el bienestar público no solo de pueblos y ciudades, sino del mundo entero, a través de un edicto en el que fijaban para el imperio los límites máximos de precios.

Las primeras teorías sobre el bienestar social las encontramos en La política, de Aristóteles. Para él, el bienestar es el bien común, la esencia y el bien supremo de la comunidad política, es decir, el Estado. Luego, Santo Tomás, en la Suma Teológica, plantea la relación entre la justicia y el bienestar social como el ordenamiento de los actos individuales en pro del bien común y el tránsito entre la vida y la ‘buena vida’. Con la formulación de la doctrina liberal (siglos XVI a XIX) y la consolidación de los Estados Nacionales Modernos (siglo XIX) se abre la controversia sobre lo que se entiende por sociedad, nación, grupos sociales, clases sociales y, por ende, bienestar. El análisis de lo que es o debe ser o comprenderse por bienestar no han concluido.

El bienestar aparece como un objetivo válido en sí, pues constituye un bien para todos. ¿Pero qué se entiende por bienestar? Garantías de buena salud; una reducción de las dificultades, un nivel suficiente de consumo de los bienes producidos socialmente. El bienestar exige que las necesidades primarias y secundarias queden cubiertas para todos con un mismo índice de eficacia.

La discusión actual sobre bienestar incorpora el concepto de calidad de vida, que diferencia los términos welfare (bienestar) y well-being (estar bien). Se hace referencia a welfare como el sistema de asistencia social que da origen al Estado benefactor, que postula como elemento primordial la satisfacción de necesidades o el placer (utilitarismo). El uso del término well-being afirma que los bienes son lo importante. El well-being hace referencia a aspectos como la capacidad, las oportunidades y las ventajas, y se aleja de la concepción utilitarista.

Encontramos, así, una noción de bienestar que incluye el concepto calidad de vida y adquiere significados diferentes y de mayor complejidad. No es lo mismo saber cuánto dinero está disponible para un determinado número de personas (análogo al PIB per cápita que se usa como medida de calidad de vida) que saber cómo es la distribución de estos recursos y el efecto que hace en las vidas de las personas.

Amartya Sen muestra que la heterogeneidad de las motivaciones que conducen la vida de la persona no puede encasillarse en el bienestar visto como utilidad. Que además del bienestar hay metas y, más allá de ellas, valores. Las personas tienen otras facetas además del bienestar. No todas sus actividades se dirigen a maximizar el bienestar (ni sus actividades siempre contribuyen a él), independientemente de cuán

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generosamente definamos el bienestar en los límites de este concepto general. Hay otras metas además del bienestar y otros valores además de las metas.

Sen ve en el término ‘utilidad’ dos conceptos, que reflejan formas diferentes de valorarla. El primero es un estado mental (valoración de la utilidad por sí misma), como el placer, la felicidad y la satisfacción. Sen considera engañoso reducir el bienestar a esos estados mentales y critica el ejercicio hipotético de los utilitaristas para establecer las condiciones de equidad de una determinada institución o política. En suma, rechaza el pensamiento utilitarista, que considera como estado social más justo al que proporciona más utilidad global, porque subordina la idea de justicia a la idea de maximización de la utilidad. Frente a las limitaciones del utilitarismo, Sen propone redefinir el bienestar como la capacidad de una persona para escoger el modo de vida que valore.

Para Sen, una propuesta de desarrollo debería concentrarse en algo que sea posterior a los bienes y que esté centrado en la capacidad de que dispone cada individuo de transformar sus recursos en libertades para el logro de sus propios fines. En tal dirección, Sen considera los bienes no como fines, sino como instrumentos o medios para el logro de otras realizaciones. Sen utiliza el concepto ‘entitlements’ (derecho a) para designar el conjunto de bienes del que puede disponer una persona en una sociedad utilizando todos los derechos y oportunidades que estén a su alcance.

Desde una perspectiva que va más allá del utilitarismo, el conjunto de realizaciones que una persona consiga será lo que caracterizará su bienestar. Así que la característica esencial del bienestar es la capacidad para conseguir realizaciones valiosas. Estas realizaciones no dependen solo de las personas, sino que están influenciadas por la sociedad.

Por consiguiente, a la hora de analizar las instituciones y las políticas sociales, se tendrán que evaluar sus efectos sobre el espacio de libertad de los individuos y no sobre su utilidad. Tal marco de análisis es más enriquecedor que el utilitarista, pues permite ver aspectos sociales claves, como la igualdad, y resaltar los problemas de la distribución de la riqueza, vista como la distribución equitativa de oportunidades y derechos y no solo en el sentido más limitado de la riqueza, como ingreso monetario.

V. Políticas de bienestar universitario: Antecedentes

Desde la década del 90 se identifican una serie de intentos, algunos con mayor consolidación, de formulación de lineamientos o políticas generales de BU.

Las elaboraciones más consolidadas se evidencian en el ámbito externo, pues obedecen a marcos normativos de carácter nacional y general sobre la Educación Superior en Colombia y sobre su BU. Estas se encuentran en diferentes normatividades (Ley 30 de 1992, Ley de Educación Superior; el Acuerdo 03 de 1995 del Consejo Nacional de Educación Superior, Cesu, Políticas de Bienestar Universitario, y Acuerdo 05 del 2003 del Consejo de Rectores de Ascún. Se identificaron, además, algunos lineamientos generales definidos por el Ministerio de Educación Superior.

En 2003 Ascún promovió el documento Políticas de Bienestar Universitario, que señala la necesidad de redefinir las políticas de BU para las Universidades. En este sentido, se delimitaron unos lineamientos o políticas, agrupadas en tópicos: al primero de ellos se lo definió como políticas relativas a las dimensiones del Ser Humano: biológica, psicoafectiva, intelectual, cultural y axiológica. Estos lineamientos representan la materialización del enfoque de BU desde una perspectiva del Desarrollo Humano en el que juegan papel importante el despliegue de esencias (o dimensiones) que configuran lo humano. El segundo grupo de políticas, Políticas de la gestión del

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BU, representa el reconocimiento al papel de las acciones de gestión o administrativas en el proceso de cumplimiento del marco conceptual, de criterios y principios definidos por Ascún.

El Ministerio de Educación Nacional impulsó tres puntos de políticas generales de educación superior, con lo que se reconoció la existencia de tres ejes de BU que representan los criterios determinados por Ascún: Formación Integral, Calidad de Vida y Construcción de Comunidad. Sin embargo, el Ministerio no ha precisado lineamientos concretos que puedan calificarse como Políticas de BU.

El punto de reflexión que se genera es: Reconocidos los lineamientos de políticas existentes, ¿cuál de éstos es legítimo?, ¿cuál política externa debe asumir?, ¿cuáles puntos de política de una u otra propuesta se deben asumir u objetar?, ¿cuáles son los criterios de la sociedad para asumir o rechazar una u otra propuesta? Es claro que las respuestas a tales interrogantes deben ser apropiados por organismos competentes de la Universidad y de BU, en especial por el Consejo de Bienestar Universitario.

Una identificación de intentos de la Dirección Nacional de Bienestar de elaboración de políticas de BU, aunque no ofrece elementos concretos de resolución de los elementos planteados anteriormente, permite reconocer algunos puntos. Se realizó una propuesta concreta de políticas de BU durante el periodo directivo nacional del 2000 - 2002, en ocho puntos de políticas generales (transversales) que obedecen a cierto modelo que reconoce el BU como principal legitimante de la naturaleza pública de la educación y de la Universidad.

En el periodo directivo 2002 - 2003 se evidenciaron esfuerzos en el proceso de análisis e interpretación de la propuesta de políticas formulada por Ascún y de la estructuración organizativa del BU a la luz de lineamientos del Estatuto General del momento (Acuerdo 13 de 1999). No obstante, aún no se han encontrado evidencias documentales de elaboración de una propuesta concreta explícita de BU desde la Dirección Nacional.

En el periodo 2003 – 2005 se acogieron las políticas definidas por Ascún. En ninguno de los momentos directivos de la Dirección Nacional de Bienestar se evidencian criterios concretos, enfoques metodológicos, participación de los actores, ni son claras las posiciones con respecto a las políticas definidas por el Cesu y Ascún.

Sin embargo, en el 2006, en el Consejo de Bienestar Universitario, las directivas propiciaron, en varias sesiones, reflexiones en torno a las políticas sociales como orientadoras en la formulación de las políticas para BU en la Universidad. El Consejo destacó que las políticas deben trascender la administración, deben ser propias de una institución de carácter nacional, pero aplicables a la Universidad pública en general, toda vez que el bienestar debe estar centrado en apoyar el cumplimiento de los fines misionales. La primera fuente de bienestar es la coherencia entre el discurso y la acción.

Propuesta de políticas: resultados de la aplicación metodológicaTeniendo en cuenta que el BU tiene como soporte un marco conceptual y una

estructuración axiológica, se plantean algunos lineamientos generales que contribuyan al cumplimiento de sus fines fundamentales. En este proceso se identificaron algunos tópicos que pueden fortalecer el quehacer del BU en la Universidad Nacional de Colombia. Tales referentes aluden a la población foco de las acciones de BU, usuarios o beneficiarios; a algunos aspectos organizacionales, como vehículo indispensable de la materialización de iniciativas de Bienestar; al talento humano, como sujeto protagónico de las acciones; a los recursos financieros, físicos y de información, y a los estudios sobre BU.

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Lineamientos relacionados con la población foco de las acciones de BU (usuarios o beneficiarios)

La Universidad Nacional, como institución pública de carácter nacional, está abierta al país y a las regiones donde funcionan sus sedes. Ofrece programas de beneficio colectivo, dirigidos a aquellos usuarios de cada iniciativa particular. No obstante, los programas de Bienestar que se generan para la comunidad universitaria definen su población objeto, condiciones de acceso, requisitos y privilegia los grupos vulnerables.

Las acciones de BU deben dirigirse a la totalidad de los miembros que conforman la comunidad universitaria: estudiantes de pregrado y postgrado, docentes y demás funcionarios. La integración intra e interestamentaria constituye un proceso vital en la construcción de comunidad universitaria.

Las acciones de BU adquieren una dinámica especial al incluir a los miembros de la comunidad universitaria con algún tipo de discapacidad, pues deben tener una naturaleza inclusiva mediante la identificación y mejoramiento de aspectos ambientales, locativos y de apoyos, que faciliten la incorporación e interacción de estos grupos a la cotidianidad.

En algunos casos, y según la naturaleza de los programas de bienestar, éstos pueden opcionalmente dirigirse a aquellas personas que de manera indirecta constituyen comunidad universitaria, entre ellos: contratistas, egresados, pensionados y familiares de los miembros de la comunidad básica.

Las especificidades (manifiestas en intereses, expectativas y/o necesidades) de cada uno de los estamentos que conforman la comunidad universitaria constituyen el eje estructurante de las acciones del BU.

Indispensable resulta la concepción de la comunidad universitaria, no solo como receptora de programas de bienestar –usuaria o beneficiaria–, sino como participante activa en los procesos de diseño, implementación y evaluación de los programas. Ante esto, la Dirección Nacional de Bienestar coordinará el diseño e implementación de mecanismos estandarizados de consulta para auscultar necesidades e intereses, ajustar y concertar programas. Esta retroalimentación en los diferentes aspectos que nutren los procesos administrativos de Bienestar (manifestados, por ejemplo, en la prestación de servicios, pertinencia de las actividades ofrecidas, atención y percepción sobre satisfacción del uso del servicio, entre otros) buscará el mejoramiento de la gestión del BU.

Se pretende un BU extensivo - participativo, que trascienda los límites entre los estamentos y las dependencias y se asuma como un compromiso personal e institucional. La Universidad reglamentará la participación de los estamentos en las diferentes instancias (Comités Asesores).

El acceso y permanencia de los usuarios en los programas de bienestar - Está dado por las características económicas, sociales, académicas y por el accionar de cada miembro de la comunidad, para establecer la focalización de las acciones y de los recursos del bienestar.- Estará supeditado a las valoraciones que distintas instancias de la universidad hagan sobre las condiciones situacionales, o problemáticas, de los usuarios / beneficiarios.- Para los programas de apoyos económicos se determina por los resultados de los procesos de triangulación de la información compilada de diferentes bases de datos, tanto internas y externas.- Estarán regulados por la institución a través de incentivos, sanciones y exclusiones, según el comportamiento de los usuarios.

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- Tienen como requisito la matrícula. Para quienes prestan sus servicios como contratistas, la Universidad ofrecerá programas de interés colectivo, abiertos a la ciudadanía en general.

Lineamientos relacionados con algunas pautas organizacionales Los programas y proyectos de BU deben estar definidos y enmarcados en las

siguientes áreas básicas nacionales, comunes en todas las sedes: Promoción de la Salud y la Calidad de Vida, Apoyos Estudiantiles, Recreación, Deportes y Uso del Tiempo Libre, Formación Artística y Cultural, Egresados, Desarrollo Humano, Convivencia y Construcción de Comunidad.

Las políticas las define la Dirección Nacional de Bienestar y el Consejo de Bienestar. Las ejecutan las Direcciones de Bienestar de las Sedes y las Facultades, con el apoyo de los Comités Asesores.

Las áreas y los programas de BU en las sedes se organizarán según el principio administrativo de flexibilidad y teniendo en cuenta los recursos, viabilidad presupuestal, posibilidades de cada una y los objetivos propuestos en los planes de desarrollo y de acción nacionales, de la sede y de las direcciones de Bienestar respectivas.

La organización asumida debe garantizar la articulación del bienestar con los procesos misionales de la Universidad: Investigación, Docencia y Extensión.

La organización debe asegurar la coordinación entre las diferentes áreas de bienestar a nivel nacional, de sede y entre las sedes –cooperación intrainstitucional, con especial atención en las Sedes de Presencia Nacional. Ante esto es indispensable que las áreas de BU generen procesos comunicativos efectivos y permanentes en sus diferentes niveles, que permitan una adecuada articulación y retroalimentación de las acciones desarrolladas en Bienestar. Cada Dirección de Bienestar en sus niveles organizativos promoverá la constitución de redes y equipos de trabajo sólidos.

Los procesos o lazos comunicativos se pueden fortalecer a través del uso masivo de medios de comunicación y difusión, física y/o virtual, de la institución. Este uso se reflejará en los niveles organizacionales de BU, en sus interacciones intersedes y, en especial, con las Sedes de Presencia Nacional, en desarrollo del Modelo Multisedes.

El sistema debe permitir la cooperación interinstitucional con entidades de diferente naturaleza jurídica (pública, privada y mixta), de diferente objeto social (educativas, empresariales, gremiales) del orden local, regional, nacional e internacional, siempre que ésta se dé en beneficio de los principios y fines de la Universidad.

La estructura organizacional debe favorecer la conformación de redes entre los estamentos, docentes-investigadores, estudiantes, personal administrativo y sus familias, sin dejar de lado los egresados, contratistas y pensionados para articular y potencializar sus acciones. Esto facilita la articulación especial con los procesos académicos y misionales de la Universidad.

Todos los programas que se creen en BU, y que determinen un cambio organizacional, deben sustentarse ante el Consejo de Bienestar a partir de estudios diagnósticos de la problemática específica y estudios de factibilidad del programa.

La operatividad de la estructura organizacional de BU y de todos sus recursos, para las áreas y programas del nivel nacional y de cada una de las sedes, estará dada en los actos administrativos, los manuales de procesos y funciones normalizados en la Universidad y demás normas que se expidan.

Las Direcciones de BU en sus tres niveles (Nacional, Sede y Facultad) deben diseñar e implementar herramientas administrativas estandarizadas, de manera articulada, traducidas en procesos de planeación, dirección, organización y evaluación, en

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procura del logro de los objetivos de cada área y de los programas de BU, según su nivel organizacional.

Las coordinaciones de los programas deben presentar informes periódicos de gestión de las actividades realizadas, con los indicadores de gestión específicos previamente establecidos. Estos informes deben tener amplia difusión, como mecanismo de rendición de cuentas a la comunidad universitaria.

Lineamientos relacionados con el talento humanoSe entenderá como talento, o capital humano, el conjunto de personas que en

los distintos niveles de la estructura de BU promueven, con su gestión –dirección, coordinación, ejecución y evaluación– las acciones, programas y proyectos en las diferentes áreas del bienestar.

Las personas que hacen parte del talento humano de BU en cualquiera de las dependencias deben asumir su rol como agentes promotores de Bienestar. En consecuencia, deben velar por el mantenimiento y conservación de ambientes laborales armónicos, dignos y de respeto a las normas de convivencia.

Se considera importante el fortalecimiento y proyección de la comunidad laboral de la Universidad Nacional, como grupo humano en búsqueda permanente de un estándar de vida digno.

Es necesario que el talento humano de BU responda a mecanismos de gestión claros y articulados con los lineamientos de la Dirección Nacional de Personal de la Universidad. Estos mecanismos se deben manifestar en procesos de:

Selección y vinculación: Tendrá en cuenta las competencias profesionales específicas, técnicas y actitudinales que requiere el buen desempeño ocupacional en cualquiera de los cargos de la estructura organizativa. Esta selección cumplirá todas las etapas del proceso determinado por la Universidad en coordinación con las Direcciones de Bienestar, de Personal y la Gerencia Nacional Financiera – Administrativa.

Inducción: La vinculación del Talento Humano de BU se iniciará con el proceso de inducción al reconocimiento de la Misión Universitaria, los principios y regulaciones institucionales, las políticas de BU, las áreas, programas y proyectos en ejecución y la población usuaria o beneficiaria. Estará apoyada por el reconocimiento de los Manuales de funciones, de procesos y por los documentos que soportan su gestión y la de la Universidad, en articulación con otras dependencias (las Direcciones de Personal, de Informática y el Sistema de Información Académico, entre otros).

Formación o aprendizaje: La formación del talento humano es parte del proceso de crecimiento y desarrollo de BU. Se promoverá y apoyará la formación del talento humano por medio de procesos de reinducción y capacitación que requiera la ejecución idónea de los programas y los proyectos.

Estarán orientados al reconocimiento y actualización sobre temas específicos de BU (conceptualización, naturaleza de las áreas y programas) y aspectos procedimentales derivados del desenvolvimiento laboral (normatividad, funciones, servicio al cliente, manejo de conflictos, convivencia, gestión de la calidad y manejo de herramientas técnicas de diversa índole).

Promoción: Orientada al diseño e implementación de un sistema de estímulos e incentivos para el talento humano.

Evaluación estandarizada: Entendida como los procesos de retroalimentación que permitan la reorientación permanente del desempeño profesional y ocupacional con la definición de los correspondientes indicadores de gestión y comportamiento aplicables a todos los miembros de la comunidad universitaria. El desempeño de las

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competencias y el logro de los objetivos planeados como resultados serán asuntos de evaluación permanente y periódica.

La evaluación del talento humano se realizará conforme a las reglamentaciones establecidas por la Universidad para cada persona, según el tipo de vinculación. Incluirá el cumplimiento y aplicación del estatuto de personal docente, de personal administrativo y las normas especificas que se expidan.

Bienestar procurará el desarrollo de competencias para la convivencia del recurso humano institucional, en los aspectos individuales y colectivos que involucran los entornos laboral, familiar y organizacional.

De igual manera, propenderá por la generación, mantenimiento y fortalecimiento de la identidad de todos los funcionarios con el proyecto institucional, desarrollando el sentido de pertenencia e incentivando el compromiso individual y colectivo en el cumplimiento de la misión de la Universidad Nacional.

Buscará optimizar las condiciones laborales, a través de la ampliación y apropiación de las diversas formas del saber y la incorporación de recursos intra e interinstitucionales que contribuyan a mejorar las condiciones de vida de los servidores de la Universidad.

Apoyará la incorporación de espacios que estimulen la práctica deportiva, la recreación, el arte y la cultura, como formas de expresión individual y grupal de los funcionarios.

Lineamientos relacionados con recursos financieros o monetariosSe entenderán como recursos monetarios todos los dineros de diversas fuentes que

apoyen la ejecución de los programas y proyectos de BU. Su manejo corresponderá a la concepción de presupuesto público, de tal manera que se garantice la transparencia y la racionalidad en el gasto.

La Universidad debe destinar recursos monetarios suficientes y oportunos de su presupuesto para la ejecución de los programas y proyectos de BU, según la disponibilidad presupuestal y los procesos de adjudicación que determinen las dependencias reguladoras. Ley 30 de 1992 (2% del presupuesto de funcionamiento).

La administración central trabajará de manera articulada con BU para garantizar el bienestar de la comunidad. Por su parte, las Sedes y Facultades financiarán los requerimientos derivados de las políticas de BU y asumirán los compromisos en la búsqueda de una mayor cobertura y mejor calidad en la ejecución.

Bienestar Universitario podrá generar recursos con la venta de servicios y de otras fuentes, como las donaciones. Estos recursos generados sólo podrán ser reinvertidos en programas y servicios de BU.

Según la naturaleza de las áreas y programas de BU, se deben definir criterios para la determinación de tarifas generales por concepto de cobro de los servicios, uso de escenarios de BU y demás servicios susceptibles de ser estandarizados.

Las Direcciones de BU en cada nivel, y de manera articulada, deben definir y especificar criterios claros y uniformes de administración (distribución, ejecución y evaluación) del presupuesto asignado para el desarrollo de sus acciones y establecer mecanismos de valoración de sus ingresos.

La planeación y la ejecución de los recursos monetarios se regirán por las reglamentaciones estatales o gubernamentales para tales procesos. La ejecución de los recursos monetarios, sin importar su fuente, debe estar acorde con las especificaciones determinadas en los planes y proyectos de BU.

La evaluación del manejo presupuestal se hará conforme a los lineamientos establecidos en las políticas específicas. 1�

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Lineamientos relacionados con recursos físicos y materialesSe entiende como recursos físicos y materiales toda la infraestructura representada en

espacios, instalaciones, instrumentos, dotaciones y todo tipo de bienes que requiera el BU para el logro de sus fines, la aplicación de sus políticas y la ejecución de sus procesos.

La Universidad, y particularmente BU, dispondrá y organizará las instalaciones adecuadas para el desarrollo de sus diferentes programas y proyectos, de manera que pueda cumplir sus funciones y objetivos.

Deben unificarse y especificarse las regulaciones, los mecanismos y las competencias en los procesos de mantenimiento, adecuación, actualización, manejo y control de espacios, instalaciones e implementos a cargo de Bienestar. El manejo de los espacios y de los implementos debe ser el resultado de un trabajo articulado entre las dependencias responsables.

Deben implementarse el sistema de inventarios expedido por la Universidad sobre los espacios físicos y materiales que estén a cargo de Bienestar.

Los administradores y usuarios de los espacios de bienestar deben acatar las normas de bioseguridad señaladas en los reglamentos de la universidad. La utilización de recursos físicos debe responder a prioridades establecidas en las políticas de BU, por el Consejo de Bienestar en conjunto de las Direcciones de Bienestar Nacional, de Sede y Facultad.

Lineamientos relacionados con recursos de informaciónSe denomina recurso a la información por su condición de elemento con valor

inestimable, necesario para la toma de decisiones tendientes a la excelencia o mejor calidad de las acciones de bienestar.

Las acciones de BU deben registrarse y organizarse de manera sistémica (tanto de manera física como magnética). Estos registros deben basarse en la realidad, ser oportunos y exactos.

El registro, la selección, la clasificación de los datos de las acciones de bienestar deben ser asumidos como base para la elaboración de informes y la toma de decisiones.

La información de carácter confidencial será restringida para entidades e instancias externas a la universidad. El manejo de confidencialidad se debe hacer con criterios normativos establecidos por la Ley. La revelación no autorizada de información puede causar violaciones de la ley y de las regulaciones de la Universidad y llevar a sanciones, según las reglamentaciones estatutarias.

Se deben desarrollar los Sistemas de Información que respondan a un tratamiento organizado, sistemático, eficiente y transparente de la información que permitan la articulación de acciones de BU en sus diferentes niveles.

Es necesaria la creación y fomento de espacios para la conservación y divulgación de la memoria institucional de BU de la Universidad.

Lineamientos referentes relacionados con estudios e investigación del bienestarSe debe propiciar la permanente realización de estudios aplicados en cada una de

las áreas de Bienestar para incorporarlos al proceso general tanto de planeación como evaluación de sus programas.

Indispensable resulta la generación de espacios para el desarrollo de acciones académico-investigativas sobre temas de interés de Bienestar, de tal manera que sus resultados representen un insumo para el mejoramiento, el ajuste de sus planes, estructuras y el logro de objetivos organizacionales en el corto, mediano y largo plazo.

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VI. Propuestas de políticas específicas de bienestar universitario

Propuesta de políticas de promoción de la salud y calidad de vidaLas políticas de promoción de la Salud y el Bienestar deberán cumplir con lo

establecido en las diferentes normas del Ministerio de la Protección Social que regulan el Sistema de Salud y de manera especial con todas las disposiciones vigentes y las que se expidan en relación con la habilitación de los servicios, la implementación de auditorias para el mejoramiento de la calidad de la atención y el manejo de las historias clínicas.

La población objeto de los Programas de Promoción de la Salud y el bienestar deberán ser los estudiantes de pregrado, posgrado, visitantes y estudiantes extranjeros y podrá ampliarse a los funcionarios y contratistas con Unisalud, Salud Ocupacional y aseguradoras en salud y riesgos profesionales.

Los programas de Promoción de la Salud y el Bienestar caracterizarán a los primíparos mediante un modelo de historia clínica que permita conocer su estado de salud, sus hábitos alimenticios, su manejo del tiempo libre y su composición familiar, para diagnosticar sus condiciones al ingreso y ajustar los programas a los riesgos detectados.

Bienestar Universitario diseñará programas e intervenciones desde el marco de la estrategia de Promoción de la Salud, de prevención de la enfermedad y detección temprana de riesgos para fomentar el mejoramiento de su calidad de vida, la construcción y fortalecimiento de su autonomía y el logro de su proyecto académico. Estas acciones deben trascender los espacios donde transcurre su cotidianidad.

Bienestar procurará conformar espacios de encuentro y articulación de políticas y programas con Unisalud, Salud Ocupacional y las aseguradoras en salud, para velar, de manera oportuna y coherente, por la conservación de la salud y calidad de vida de la comunidad universitaria.

Los miembros de la comunidad deberán asumir una actitud responsable frente al cuidado de su salud y tomar conciencia del impacto que sobre ellos y la comunidad puedan tener sus conductas negativas. Para ello, diseñará estrategias que ilustren sobre el autocuidado y los efectos nocivos de tales conductas.

Los programas de Promoción de la Salud y el Bienestar deberán tener objetivos claros, metas específicas y establecer indicadores que permitan su evaluación y

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analizar su pertinencia e impacto sobre la comunidad universitaria. Deberán contar con equipos multidisciplinarios vinculados a las Facultades, los Centros, Institutos y unidades de servicio y apoyo bajo parámetros de trabajo en equipo y de planeación estratégica.

A la luz de los principios de Igualdad y de Equidad se buscará ampliar las coberturas en todos los programas de Promoción de la Salud. Se eliminarán barreras de acceso y se mejorará la oportunidad.

Las acciones de los Programas Asistenciales en Salud Estudiantil se regirán por el principio de complementariedad con relación al Sistema General de Seguridad Social en Salud, es decir, complementarán las acciones del Sistema, pero no las suplirán.

Bienestar velará por la capacitación continua del equipo de trabajo en aspectos como el conocimiento de la población estudiantil, el modelo de atención, el desarrollo de habilidades y competencias para el trabajo con jóvenes y la evaluación de programas.

Se buscará la articulación con Salud Ocupacional y Unisalud de las acciones encaminadas a la promoción de la salud, el diseño y revisión de espacios de trabajo y las dotaciones necesarias para el cumplimiento de las funciones asignadas.

Realizará acciones tanto con los programas académicos como los de apoyos económicos para la resolución de problemáticas específicas.Propuesta de políticas de los Programas de apoyos estudiantiles

Las acciones de apoyos estudiantiles tendrán como objetivo a los estudiantes de pregrado que demuestren debidamente recursos económicos insuficientes o necesidades básicas insatisfechas. Para los estudiantes de posgrado se diseñarán programas específicos, según las caracterizaciones y los estudios que se realicen. En ambos niveles estarán dirigidos a mejorar la calidad de vida y a evitar la deserción.

Las convocatorias para acceder a los programas y servicios de Apoyos Estudiantiles se realizarán semestralmente en términos de igualdad y bajo los principios de transparencia, ética y comunicación.

Para el acceso a los programas de Apoyos económicos el beneficiario debe cursar la carga académica mínima establecida por cada Facultad, o su equivalente, expresada en créditos del respectivo semestre.

La selección y permanencia de los usuarios en los programas de apoyos económicos tendrá como criterio primordial las condiciones socioeconómicas y el Puntaje Básico de Matrícula, PBM, dando prioridad a los más bajos, sin excluir otros criterios. Se exigirá rendimiento académico progresivo, de acuerdo al semestre cursado. En las situaciones particulares, las instancias o Comités encargados del manejo de estos programas podrán flexibilizar algunas de las condiciones, siempre y cuando queden debidamente soportadas.

Las exoneraciones de pago o contraprestación de servicios a los estudiantes beneficiarios deben hacerse exclusivamente por méritos académicos y/o extracurriculares, según la reglamentación establecida para tales situaciones.

Bienestar diseñará, en articulación con la academia, estrategias de seguimiento de la población más vulnerable para intervenir oportunamente en la disminución de la deserción.

Se cruzará la información con diferentes entidades (Icetex, Ministerio de Gobierno, Secretarías Distritales o Municipales) para verificar si existen otros beneficios externos y evitar la duplicidad de apoyos.

Cada programa contemplará en su reglamentación respectiva los derechos y deberes que determinen los incentivos, sanciones o exclusiones de los programas.

Bienestar diseñará diversas alternativas, servicio remunerado de carácter social, académico o laboral que posibilite la amortización simultánea de la deuda.

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Las situaciones académico-administrativas de los estudiantes –traslados, reingreso e inicio de nuevo programa de formación profesional– serán materia de evaluación para el acceso y permanencia en los programas.

Bienestar buscará la ilustración de la reglamentación y de todos los procesos académicos que deben asumir los estudiantes, para evitar dificultades de orden académico-administrativo.

La operatividad para aplicar las políticas y lograr los objetivos del área y de cualquiera de sus programas está dada en cada una de las resoluciones reglamentarias de cada una de ellas.

Propuesta de políticas de recreación, deportes y uso del tiempo libreLa Universidad fomentará el deporte y sus manifestaciones recreativas, competitivas,

formativas y autóctonas, para contribuir en la formación integral, la excelencia académica y ocupacional de los miembros de la comunidad.

Las acciones y programas del área son complementarias al proceso de enseñanza- aprendizaje en los aspectos recreativo, aprovechamiento del tiempo libre, fomento de estilos de vida saludable y generación de espacios de integración y convivencia de sus miembros.

Para el acceso de los usuarios a los programas se realizarán valoraciones médico-deportivas, por desempeño académico y ocupacional a fin de clasificar a los usuarios en el nivel adecuado en los programas que lo requieran.

La Universidad dispondrá de escenarios deportivos y programas que permitan el acceso a los integrantes de la comunidad universitaria que presenten algún tipo de discapacidad.

Se implementarán programas formativos, recreativos y del uso del tiempo libre para brindar a los miembros de la comunidad universitaria alternativas de esparcimiento y desarrollo de la creatividad que coadyuven al mejoramiento de la calidad de vida.

Se velará por el posicionamiento estratégico del deporte de competencia institucional a través de la generación de alternativas para continuar con el proceso deportivo de rendimiento, orientado a la preparación y participación de estudiantes, docentes y administrativos deportistas que representen a la Institución en eventos de nivel local, nacional e internacional. El buen desempeño deportivo otorgará reconocimientos, representados en diferentes incentivos y estímulos, según la reglamentación que se establezca.

Asimismo, se debe garantizar a los deportistas que representen a la institución los derechos a servicio de medicina deportiva y valoración permanente, con apoyo de las ciencias aplicadas al deporte, permisos para las prácticas y competencias que la universidad autorice, gastos de desplazamiento para ellas, dotación e implementación, facilidad para la utilización de escenarios deportivos, exoneración o descuentos en el pago de matrícula y demás estímulos que contemplen los estatutos.

Se debe propender por la investigación de las ciencias aplicadas al deporte. Para optimizar la calidad y la competitividad es necesario impulsar las acciones tendientes a dotarlo de los adelantos científicos y tecnológicos que se desarrollen en el ámbito universitario con el apoyo de la academia.

Bienestar Universitario expedirá las reglamentaciones que procuren la operatividad y el logro de niveles óptimos de calidad en cada uno de los programas del área.

Propuesta de políticas de formación artística y culturalLa Universidad promoverá el reconocimiento de las manifestaciones artísticas y

culturales como parte fundamental de la vida universitaria, de la formación integral de sus miembros y de la proyección social y política de la Universidad.

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Bienestar apoyará que los sujetos, grupos y comunidad sean protagonistas de la expresión artística y cultural, con énfasis en lo humano, mientras que la Oficina Nacional de Divulgación Cultural procurará la formación de públicos y el fortalecimiento del patrimonio universitario. No obstante, se debe destacar la coincidencia en la generación de espacios de encuentro para el intercambio cultural que, para el caso de BU, el fin es una convivencia universitaria armónica.

La Universidad brindará las condiciones para el reconocimiento de las diversas manifestaciones artísticas que dan fundamento a la nacionalidad colombiana y a las creaciones modernas y contemporáneas, ámbito cultural donde confluyen diversas prácticas culturales, tanto de las artes como de la cultura popular. Fomentará las condiciones para la puesta en escena de expresiones culturales universitarias basadas en los principios de la democracia cultural participativa, la interculturalidad y el carácter público de lo cultural.

Reconocerá el papel transformador de las expresiones artísticas y culturales en la solución de conflictos, en la construcción de sujetos, de realidades sociales y de espacios de convivencia tanto en la comunidad universitaria como en los ámbitos de su influencia.

Promoverá la integración de las manifestaciones artísticas y culturales locales con las nacionales y con la cultura universal. Para ello, apoyará y facilitará el intercambio de iniciativas artísticas y culturales con diversas instituciones, estudiará los hábitos de consumo y la globalización, para propiciar acciones que fortalezcan las redes culturales locales y nacionales.

Establecerá mecanismos de articulación con dependencias y facultades de la Universidad y con otras entidades e instituciones que faciliten el desarrollo artístico y cultural como una forma de bienestar de la de comunidad.

Políticas del programa de egresadosLa Universidad estimulará la participación de los egresados en los programas

académicos de investigación y extensión, en los procesos de autoevaluación, en la gestión, el desarrollo institucional y en BU, en tanto que su experiencia puede aportar elementos importantes para el enriquecimiento de los procesos educativos y del quehacer institucional y dispondrá de mecanismos que faciliten la participación de los egresados en los cuerpos colegiados.

La Universidad establecerá mecanismos de comunicación entre los representantes ante los cuerpos colegiados y sus representados, para mejorar los procesos educativos.

Los egresados podrán vincularse a diferentes actividades de la Universidad y apoyar los programas de Bienestar en diferentes modalidades, como voluntarios, con recursos dirigidos a apoyar a los estudiantes de los grupos más vulnerables por sus condiciones socioeconómicas para contribuir a disminuir la deserción. Asimismo, tendrán la posibilidad de participar en ferias de emprendimiento empresarial; en eventos académicos, como conferencistas, y a ejercer como docentes ocasionales o consultores.

Los egresados, en su calidad de empresarios o directivos, podrán apoyar las pasantías y prácticas de los estudiantes de la Universidad.

La Universidad deberá realizar estudios de seguimiento a sus egresados para construir los perfiles, identificar sus fortalezas y debilidades, analizar la aceptación en el mercado laboral, la correspondencia entre las áreas profesionales y las necesidades sociales, analizar los entornos laborales e incorporar estos resultados al proceso de autoevaluación. En consecuencia, propondrá alternativas de mejoramiento y actualización de sus egresados mediante diferentes modalidades de educación continua, al igual que ajustes en sus programas académicos.

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El proceso formativo de los estudiantes debe comprender no solo la academia, sino también aspectos biosicosociales, de tal manera que al culminar los estudios se incorporen a la sociedad seres humanos con sentido de responsabilidad social.

La Universidad, a través del Sistema de Información para Egresados, SIE, propenderá por la consolidación de redes mediante estrategias de comunicación continua, como envío de correos masivos, publicación de noticias y eventos, boletines electrónicos o impresos, ofertas laborales y atención directa de los coordinadores de cada Sede y Facultad.

El Programa de Egresados diseñará acciones que fomenten el retorno de los egresados al Alma Máter y estimulen su permanente participación en el quehacer académico. Igualmente, deberá presentar a la comunidad y a los egresados informes sobre los estudios, los indicadores y eventos que conduzcan al logro de los objetivos.

La Universidad contemplará la investigación sobre el impacto real de los egresados en la sociedad, como objetivo estratégico de sus Planes de Desarrollo.

La Universidad ofrecerá condiciones para que los egresados puedan acceder a los servicios de bibliotecas, educación continua, escenarios deportivos, cursos libres deportivos y culturales, y convenios con entidades nacionales e internacionales, como estrategia para fortalecer los vínculos y el sentido de pertenencia con sus egresados.

Relación con asociaciones de egresados y otras agrupacionesLos Coordinadores de Egresados en las sedes y Facultades serán el puente entre las

Asociaciones u otras agrupaciones y los egresados. La Universidad apoyará las Asociaciones de ex alumnos en la medida de sus

posibilidades, podrá asignar cuentas de correo electrónico a quienes lo soliciten y definirá los procesos que permitan una comunicación fluida entre las asociaciones y sus asociados.

Las Asociaciones u otras agrupaciones podrán diseñar acciones de acercamiento, de integración, de cooperación y ofrecer servicios comerciales y algunos beneficios académicos a los egresados.

La relación Universidad - Asociaciones u otras agrupaciones se regirá por la estrategia del gana - gana, en la que el trabajo en equipo será la garantía para el éxito de las distintas acciones que se diseñen para atraer los egresados y lograr sus aportes en bien de la Universidad, las Asociaciones y los Egresados.

La Universidad buscará el fortalecimiento de las Asociaciones y estimulará su creación en las carreras en que no se cuente con ellas. Todo el proceso contará con la asesoría de las Asociaciones existentes y se canalizará a través del Programa de Egresados.

Políticas programas especialesPara los estudiantes pertenecientes a estos Programas, la Universidad diseñará los

mecanismos que permitan amplia ilustración sobre el programa específico y los planes de estudio que desarrolla. En coordinación con Admisiones y Unimedios, procurará la difusión de estos contenidos y de programas de orientación profesional, con énfasis en las aptitudes y perfiles profesionales.

La Universidad ofrecerá condiciones más flexibles a los estudiantes de los Programas Especiales que incluyan fechas únicas de registro al iniciar el semestre, información nacional en las convocatorias de prensa, envío por correo de los requisitos y la documentación requerida y brindará diferentes alternativas que permitan a estos grupos nivelación en aspectos académicos, como semestre de fundamentación, cursos vacacionales y otros.

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La dependencia encargada de los Programas Especiales y las Facultades brindarán los apoyos requeridos en los procesos de adaptación, registro, matrícula y demás trámites académico-administrativos y dispondrán de tutorías en las áreas específicas de mayor dificultad, durante los primeros semestres. Asimismo, diseñarán estrategias que permitan monitorear las condiciones de los estudiantes y su desempeño. Para los alumnos de primer semestre las Facultades, por medio de sus Direcciones de Bienestar, diseñarán un programa de acompañamiento, en el que participarán los diferentes estamentos para establecer un contacto permanente con estos grupos.

Se buscará la ubicación de los estudiantes en los procesos sociales y políticos de las regiones mediante cursos electivos y de contexto, con la participación de las facultades de Ciencias Económicas, Ciencias Humanas y Derecho y Ciencias políticas.

Se apoyará la creación de semilleros de investigación que permitan la vinculación temprana a grupos en los que sus aportes –por ser conocedores directos de la realidad y poseer saberes propios– pueden ser decisivos y marcar aperturas a la construcción del pensamiento multicultural.

Las Facultades brindarán espacios que faciliten la comunicación y la expresión cultural y promoverán los grupos de apoyo estudiantil

La dependencia encargada de los Programas Especiales fomentará la creación y fortalecimiento de redes sociales y definirá un sistema de estímulos especiales para los usuarios/beneficiarios que cumplan con los requisitos establecidos por la ella.

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Estos documentos fueron tenidos en cuenta,

aunque no se hicieron citas específicas, en la redacción del presente

trabajo.

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Director UnimediosCarlos Alberto Patiño Villa

ProducciónUnimedios

ImpresiónImágenes IPD Ltda.

ISSN: 1909-9096

Esta es una publicación de la Unidad de Medios de Comunicación, Unimedios. Universidad Nacional de ColombiaEdificio Uriel GutiérrezTransversal 38A No. 40-04 PBX: 316 5000 ext. 18384

Bogotá, Colombia, agosto de 2007, Número 4

Claves puede ser consultado en: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.

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VII. Consideraciones finales

La construcción de la propuesta de Políticas de Bienestar Universitario para la Universidad Nacional de Colombia ha sido un proceso complejo, por la presencia de múltiples factores. El aspecto de mayor relevancia consistió en la participación positiva de las personas responsables de buena parte del accionar de Bienestar Universitario en todas las sedes y facultades. Esos actores representan el grupo conocedor, en sus mayores dimensiones, de la problemática real de BU. Ellos contribuyeron de manera propositiva al establecimiento de lineamientos generales para el mejoramiento y articulación del BU en la Universidad. En términos de Porter, se concentró la atención en las autoridades intermedias, que son los responsables directos de la transformación de las políticas en programas.

Además, el interés de las Directivas y del Consejo de Bienestar permitió enriquecer el panorama en torno a las políticas, pues se conformó una comisión y se reinició una discusión que, pese a la diferencia de criterios, contribuyó a complementar el documento.

Concluido este proceso, se pone este documento a consideración de la comunidad universitaria, como parte interesada en el tema, conforme a la propuesta de un Bienestar extensivo-participativo. Según Colebatch, en cualquier campo de políticas hay una amplia gama de partes interesadas que están involucradas por distintas razones y que ven el asunto de distintas formas. Ante esto, el proceso de políticas estará involucrado en la negociación y en la ambigüedad más que en la decisión y el orden, en identificar quién está interesado y con cuál perspectiva, para reducir la incertidumbre y hacer más manejable el asunto de las políticas.

Resulta necesario tener en cuenta que las políticas no son la solución a las problemáticas, sino el camino para solucionarlas. Solamente la voluntad y el compromiso real de los actores para con el BU y la Universidad permiten que se siga el camino delineado por ‘la política’, inscrita en un marco de supremacía de lo llamado público, en el que prime el interés colectivo, más que el individual o particular.

Con la ampliación del escenario de discusión se pretende enriquecer el panorama de las políticas de Bienestar Universitario, de tal manera que éstas constituyan un referente para las instituciones de educación superior tanto públicas como privadas.

Aunque el Bienestar representa una instancia articuladora de acciones entre las diferentes dependencias de la Universidad, es difícil pretender que resuelva todas las situaciones que se perciben como generadoras de malestar. Este es un punto de partida para lograr una sensibilización, una toma de conciencia de la responsabilidad colectiva que deben asumir los estamentos, pues el Bienestar es interés común y corresponde a todos priorizar las acciones que faciliten la construcción de tejido social y de un sentido de pertenencia en la búsqueda de una convivencia armónica.

Es importante la participación comprometida y proactiva de la comunidad universitaria, pues el Bienestar no es un proceso de construcción unilateral: todos somos actores del Bienestar Universitario, éste se construye y se actualiza permanentemente con la participación activa de sus protagonistas: estudiantes, docentes, personal administrativo, contratistas, egresados y pensionados. Vital resulta la superación de su aspecto teórico mediante eficientes procesos de gestión que se traduzcan en efectivo y real bienestar para los miembros de la comunidad universitaria.