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Historia del Próximo Oriente Antiguo 152 EL COMENTARIO DE TEXTO El comentario de texto implica el análisis de un documento histórico, por lo tanto su objetivo básico parte de un razonamiento crítico que nos ayudará a comprenderlo, explicarlo y contextualizarlo históricamente. Ahora bien, los documentos históricos pueden ser de naturaleza diversa, siendo los más comunes los documentos escritos, pero sin olvidar los representados (mapas, gráficas...) o los visuales (carteles, cuadros, pinturas murales...), aparte de los más recientes de tipo oral (entrevistas) o visual (fotografías y películas). Aunque vamos a tratar también comentarios de documentos no escritos, aquí nos vamos a centrar en el comentario de texto que atañe a los documentos históricos escritos. Los pasos a seguir son los siguientes: a) Clasificación; se trataría de saber ante qué tipo de documento nos encontramos. b) Análisis; se tratará de diferenciar las unidades formales y temáticas, ideas y conceptos claves, en definitiva obtener toda la información posible que aporta el propio texto y buscar la información que no viene en él por otros medios. c) Comentario; se trataría de explicar e interpretar lo que el texto dice, lo cual implica establecer relaciones entre el texto y su contexto histórico. d) Conclusiones; es la parte más personal, puesto que se trataría de una síntesis final de carácter interpretativo. Un comentario de texto no debería nunca parafrasear lo que el propio texto dice, ni tampoco constituir un pretexto para elaborar un tema que se conoce muy bien. Tampoco debemos de olvidar que para realizar el comentario, en principio podemos echar mano de todo lo que disponemos (enciclopedias, manuales, mapas, diccionarios...), pero en un examen sólo podemos contar con nuestros conocimientos, por tanto, para realizar un buen comentario de texto es imprescindible tener unos conocimientos mínimos del tema en cuestión. Por otro lado, las normas que vamos a dar para la realización del mismo a modo de guía orientativa no deben quedar explicitadas en la narración del comentario, aunque no esté de más realizar grandes apartados como Introducción (Clasificación), Análisis (Análisis y Comentario) y Conclusiones. Antes de comenzar el Comentario, recomendamos una lectura rápida en la que se toma contacto con el documento, para después realizar una segunda lectura más reflexiva con subrayado de palabras, frases, etc... para comprender el sentido del texto. Ello nos llevará a realizar una primera aproximación mecánica como es la clasificación del mismo, el autor, el tiempo y el espacio, para después pasar al comentario de texto propiamente dicho donde lo que más importa es la contextualización del mismo.

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Cómo realizar un comentario de texto

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EL COMENTARIO DE TEXTO

El comentario de texto implica el análisis de un documento histórico, por lo tanto su objetivo básico parte de un razonamiento crítico que nos ayudará a comprenderlo, explicarlo y contextualizarlo históricamente. Ahora bien, los documentos históricos pueden ser de naturaleza diversa, siendo los más comunes los documentos escritos, pero sin olvidar los representados (mapas, gráficas...) o los visuales (carteles, cuadros, pinturas murales...), aparte de los más recientes de tipo oral (entrevistas) o visual (fotografías y películas). Aunque vamos a tratar también comentarios de documentos no escritos, aquí nos vamos a centrar en el comentario de texto que atañe a los documentos históricos escritos. Los pasos a seguir son los siguientes: a) Clasificación; se trataría de saber ante qué tipo de documento nos encontramos. b) Análisis; se tratará de diferenciar las unidades formales y temáticas, ideas y conceptos claves, en definitiva obtener toda la información posible que aporta el propio texto y buscar la información que no viene en él por otros medios. c) Comentario; se trataría de explicar e interpretar lo que el texto dice, lo cual implica establecer relaciones entre el texto y su contexto histórico. d) Conclusiones; es la parte más personal, puesto que se trataría de una síntesis final de carácter interpretativo. Un comentario de texto no debería nunca parafrasear lo que el propio texto dice, ni tampoco constituir un pretexto para elaborar un tema que se conoce muy bien. Tampoco debemos de olvidar que para realizar el comentario, en principio podemos echar mano de todo lo que disponemos (enciclopedias, manuales, mapas, diccionarios...), pero en un examen sólo podemos contar con nuestros conocimientos, por tanto, para realizar un buen comentario de texto es imprescindible tener unos conocimientos mínimos del tema en cuestión. Por otro lado, las normas que vamos a dar para la realización del mismo a modo de guía orientativa no deben quedar explicitadas en la narración del comentario, aunque no esté de más realizar grandes apartados como Introducción (Clasificación), Análisis (Análisis y Comentario) y Conclusiones. Antes de comenzar el Comentario, recomendamos una lectura rápida en la que se toma contacto con el documento, para después realizar una segunda lectura más reflexiva con subrayado de palabras, frases, etc... para comprender el sentido del texto. Ello nos llevará a realizar una primera aproximación mecánica como es la clasificación del mismo, el autor, el tiempo y el espacio, para después pasar al comentario de texto propiamente dicho donde lo que más importa es la contextualización del mismo.

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Pasos pormenorizados para realizar un comentario de texto: 1. Clasificación.- Para clasificar un texto es necesario recurrir a sus características que pueden ser: - Su naturaleza. - Sus circunstancias. - Su autor y/o autores. - Su destino. a) La naturaleza del texto puede ser muy variada, pero vamos a atender a cuatro tipo de documentos: - Jurídicos. - Circunstanciales. - Histórico-literarios. - Historiográficos. Aparte de estos cuatro bloques, hay otros textos que por su naturaleza pueden ser clasificados como estadísticos (censos, demografía, índole comercial...) o económicos (créditos, testamentos, pagarés, impuestos...), religiosos, etc... Documentos jurídicos.- Se trata de constituciones, decretos, tratados (pactos y/o alianzas), leyes, órdenes ministeriales, resoluciones internacionales, etc... Se trata de textos muy precisos e impersonales que están realizados para perdurar. Documentos circunstanciales.- Responden a documentos redactados coyunturalmente, por lo tanto son de un momento preciso. Son documentos tales como discursos, parlamentos, proclamas, manifiestos, programas políticos, artículos de prensa, resoluciones... que se producen en una coyuntura histórica concreta, por lo tanto son de palpitante actualidad y de rápida difusión. Su función es crear debate, motivar, obtener votos... Documentos histórico-literarios.- Son textos de un carácter más subjetivo, dado que se nos presentan con contenido histórico pero en un continente literario. Suelen ser cartas, memorias, notas personales y/o oficiales, o textos literarios (El Satiricón de Petronio, Episodios nacionales de Galdós...). Textos historiográficos.- Son los textos que escriben los historiadores, los cuales pueden ser contemporáneos de los hechos que narran o posteriores a los mismos (los historiadores actuales). También se denominan para el caso de la Antigüedad Clásica textos de autor-fuente, que son los historiadores griegos y romanos (Plutarco, Tito Livio, Salustio, Herodoto, Tucídides...) o textos de lectura que son los de los historiadores modernos o actuales. No entrarían en este apartado los textos de periodistas o escritores, vinculados al anterior apartado.

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b) Las circunstancias a las que responde el texto hacen alusión al momento histórico en que éste se enmarca y a la fecha concreta o aproximada. En este sentido hay que precisar la fecha exacta para los documentos jurídicos, circunstanciales y literarios, mientras que para los historiográficos hay que precisar la fecha en la que se escribe y la fecha sobre la que se escribe (ejemplo: diarios y memorias). Normalmente los textos aparecerán sin fecha, por lo tanto hay que procurar identificarla si no de forma exacta, sí al menos aproximada. c) El autor o autores. Se aludirá a él sise sabe a ciencia cierta y su encuadre personal se hará en relación al texto, sobre todo si es coetáneo o posterior a los hechos que narra. También hay que adoptar una aptitud crítica ante lo que narra el autor para destacar su fiabilidad. d) El destino del documento o texto que se analiza está en función de si es de una persona o de un colectivo, si es de alcance local, regional, nacional o internacional y si es de carácter público o privado. Con esta primera incursión en el texto, contamos ya con el momento histórico aproximado o exacto, quién o quines lo escribieron y a quién o quienes va dirigido, y nos encontramos ya en condiciones de abordar el análisis y el comentario propiamente dicho. De todas formas, sería conveniente argumentar por qué nos inclinamos a pensar que el documento es de tal o cual fecha con el fin de plantear la hipótesis de su localización espacio-temporal. 2. Análisis. Se trata de la aclaración y explicación del contenido del texto. Para este fin recomendamos leerlo varias veces y extraer la máxima información posible. Inmediatamente aclararemos conceptos, palabras e incluso frases completas que remarcan las ideas fundamentales que aporta el documento. Se trata, pues, de aclarar, explicar e interpretar el contenido del texto, para lo cual se debe tener en cuenta: - Definición y precisión de nombres propios, conceptos e ideas (palabras técnicas, alusiones a instituciones, partidos...) siempre incluidas en la descripción o discurso que se está redactando. - Se destacarán las ideas principales y su explicación histórica, partiendo de la base de una relación causa-efecto. - Finalmente se pondrá en relación todo lo que sabemos que no aporta el texto y los hechos que se narran. 3. Comentario. Se hará en consonancia con el análisis y ahora pondremos en relación el texto con su contexto histórico, es decir, enmarcarlo en la situación histórica con la que se corresponda. Para ello hay que atender a dos factores: - La relación entre el contenido interno y el marco histórico en el que se inserta. - Alcance y significado del texto en relación con ese marco, situación o proceso

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histórico de corta o larga duración. Análisis y comentario suelen ser dos fases que van unidas en el discurso del comentario y separadas de la clasificación que, como hemos dicho, constituye la introducción. 4. Conclusiones. Es el colofón al comentario de texto, por lo tanto no deben ser muy extensas. Se tratará de hacer un balance global del mismo y aquí es donde entraría una reflexión personal sobre la vigencia del texto y una valoración histórica que puede ser una síntesis interpretativa. 5. Bibliografía. Es importante que al final del comentario aparezca una bibliografía adecuada y relacionada con el mismo, que siempre debe ser citada de lo general a lo particular. a) Obras generales y actualizadas como manuales, series, colecciones... que nos van a permitir situar al documento en su contexto espacial y temporal. b) Diccionarios, enciclopedias y atlas históricos que nos han servido para aclarar términos, nombres o encuadres geohistóricos. c) Libros especializados como monografías. d) Artículos de Revistas especializadas.

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EL COMENTARIO DE MAPAS HISTÓRICOS.- La historia estudia los procesos evolutivos de las formas de sociedad humana, por lo que las coordenadas espacio-temporales son fundamentales. Habría que concretar el espacio geográfico, en el sentido de definir un conjunto de articulaciones lógicas y coherentes de variables explicativas de la realidad para no quedarse exclusivamente en una descripción. El espacio geográfico es el que suministra todos los recursos materiales y ambientales que las sociedades necesitan para su producción y reproducción como tales. En este sentido el espacio físico o natural aparece como independiente a los grupos humanos, espacio que habría evolucionado según las leyes de la naturaleza. Pero la interacción dialéctica de los grupos humanos con el mismo, al ser éste utilizado y en consecuencia modificado, lo transforma en espacio social. La capacidad de actuar de forma diferente sobre el espacio geográfico atribuyéndole distintos usos e intensidades es lo que le confiere el carácter de variable a la hora de analizar las sociedades pretéritas. Se trataría de estudiar el espacio geográfico en cuanto espacio social como resultado de la intervención humana sobre el medio físico. De ahí que el espacio geográfico incluido los grupos humanos que lo articulan sería un espacio producido, un espacio social o territorio, dejando la denominación de espacio físico natural para el espacio antes de la intervención humana. En consecuencia sobre el espacio físico la acción humana da forma a un territorio, por lo que podemos considerar el proceso de producción del espacio social como un proceso de territorialización. Por otro lado, el espacio tiene para todas las sociedades humanas un valor de uso evidente, aunque solamente en determinados periodos históricos adquiere un valor de cambio en la medida en que el interés en el mismo sea el de transferir su uso a otra persona mediante un acto económico, por el que se percibirá una cantidad de valor. En los estudios históricos funcionalistas el espacio siempre se ha considerado un factor que viene dado con un carácter neutro o limitativo en el marco de las relaciones sociales, como una constante o elemento dado pero no como una variable. Pero en realidad la historia de la humanidad en gran medida es la historia de la apropiación del espacio y de sus productos, incluido los propios grupos humanos como recursos. Pero una valoración histórica del espacio no es tal si no hacemos intervenir al tiempo como factor. La dialéctica de las relaciones espacio-temporales nos obliga a analizar el espacio como una variable más en las relaciones sociales y no como un dato dado o un elemento neutro y estático. Podríamos decir que las relaciones sociales se dan en el tiempo pero se producen en el espacio. Por todo ello es fundamental en Historia hacer un uso regular y constante de las representaciones que se hacen del espacio (mapas), en las cuales se refleja la realidad espacial geográfica y los distintos fenómenos históricos. Mediante su manejo se comprenden mejor los fenómenos bélicos, migratorios, comerciales, culturales o religiosos, además de los hechos

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políticos. Al igual que ocurre en el comentario de un texto histórico, para comentar un mapa histórico es necesario plantear una serie de pasos normalizados que llevarán a una comprensión aproximada del fenómeno histórico representado, desde la reflexión y la crítica. Aunque el modelo no es muy diferente del que hemos presentado para el comentario de texto, hay que tener en cuenta que cuestiones como el autor, la intencionalidad o el destinatario no tienen relevancia, a no ser que se trate de un documento histórico. El estudio del mismo comenzaría desde lo más simple a lo más complejo, empezándose con un análisis de las características externas para pasar a sus características internas y acabar con unas conclusiones valorativas del mismo. Los pasos a seguir serían: 1. Descripción del mapa.- En ella se trataría de observar detenidamente el mapa para dar una explicación detallada de la tipología gráfica del mapa y el sitio representado en el mismo. a) Tipología gráfica: Se trata de definir el tipo de mapa que se nos ofrece para comentar y que podemos agrupar en tres grupos: -Mapas geohistóricos. Son los más comunes y representan hechos o movimientos sobre escenarios geográficos convencionales, con un apoyo en ciudades, paises o accidentes geográficos y signos convencionales como ideogramas (rallados, signos, puntos, flechas...) y/o colores. -Mapas mudos. Son mapas geohistóricos de los que se suprimen gran parte de los signos convencionales, pero se mantienen otros como divisiones territoriales, flechas o puntos, que nos servirán de "pistas" para la localización espacio-temporal con la que deberíamos comentar y explicar el mapa. -Mapas proporcionales. Son representaciones simbólicas que están a caballo entre los mapas históricos y los gráficos. En ellos los países y regiones son reducidos a líneas rectas y quebradas, para centrar la atención en la dimensión del fenómeno que se quiere representar y su proporción en relación al resto. b) Explicación del escenario representado: Fijar los límites geográficos plasmados en el mapa (país, continente, región, cuenca minera, cuenca fluvial...). El mapa al estar dividido mostrará una serie de límites que constituyen la clave de su localización temporal, que quedará corroborada por todos los elementos que aparezcan reflejados en el mismo (nombres de ciudades, estados, batallas, o fechas si las hubiera). El tercer paso en este apartado sería relacionar los signos convencionales con las distintas unidades en que se divide el conjunto y su agrupamiento y/o dispersión. 2. Localización geográfica, temporal y temática. Este sería el auténtico comentario del mapa, puesto que aparte de localizar el escenario donde se desarrolla el fenómeno histórico a comentar, éste debe ser datado. Se intentará reflexionar e hipotetizar sobre el

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mismo para justificar cualquier elección. Es el momento de definir los diversos contenidos temáticos o lo que es lo mismo, su naturaleza tipológica: a) Mapas políticos (fronteras entre estados, su evolución, conflictos, extensión o desaparición de imperios...). b) Mapas político-sociales o socio-políticos (revoluciones, zonas de voto electoral, implantación de un sindicato, zonas de conflictos sociales, levantamientos...). c) Mapas económicos (Zonas mineras o localizaciones de materias primas, volúmenes de un determinado producto, industrialización de un país, vías de comunicación, rutas comerciales...). d) Mapas demográficos (movimientos migratorios, densidades de población urbana y/o rural, minorías étnico-lingüísticas...). e) Mapas socio-culturales (distribución de lenguas, movimientos artísticos, analfabetismo...). Concretada su naturaleza, pasaremos a enunciar lo que sería el título del mapa, que en definitiva es el tema que vamos a tratar en el análisis. Estas dos primeras partes irían juntas a modo de Introducción para pasar posteriormente al Análisis del comentario del mapa en cuestión. 3 Análisis del mapa. Consiste en situar el mapa en su contexto histórico, para lo cual se requiere unos conocimientos mínimos del tema en cuestión. Es decir hay que tratar de relacionar el escenario geográfico con los signos que aparecen y el tema del que suponemos trata. Los puntos que destacaríamos son: - Sería conveniente descomponer el mapa en unidades y subunidades básicas reflejadas en el plano destacando las áreas centrales de las periféricas, los focos de actividad, etc..., las relaciones que éstas presentas entre ellas (reparto, complementariedad, oposición, alianzas...,) y finalmente su carácter estático o dinámico. - En segundo lugar hay que dar cuenta de la situación histórica que trasluce el mapa y las razones que han llevado a esa situación, por lo tanto hay que hacer acopio de información (en este caso memorística) de los personajes protagonistas, instituciones, procesos, paises que intervienen, grupos políticos, sociales, económicos, culturales o religiosos... - Finalmente se explicarán las causas que llevaron a ello y las consecuencias, por lo que hay que salirse del mapa y explicar sucintamente lo que no viene reflejado en él, pero que sabemos. 4. Conclusiones. Debería ser un resumen de todo lo ya apuntado pero de forma muy

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breve y secuencial, para pasar a una valoración histórica personal y crítica con comparaciones con otras situaciones y vigencia del mapa comentado o duración de la situación reflejada. Bibliografía: Atlas de la Ed. Istmo: Atlas histórico mundial (2 vls.), Madrid 1975 (varias ediciones). Atlas histórico Ed. Noguer-Rizzoli-Larousse, Barcelona 1974.

Atlas histórico Aguilar, Vicens-Vives, Larousse, etc...