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    REVISTA DEL PROGRAMA UNIVERISTARIO DE DERECHOS HUMANOS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

    REVISTA DEL PROGRAMA UNIVERISTARIO DE DERECHOS HUMANOSUNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

    PROPUESTA A LA CMARA DE DIPUTADOSEN RELACIN CON EL ARRAIGO

    PUDH-UNAM

    MEDIR DERECHOS HUMANOS?,POR QU? Y PARA QUIN?

    Laura Elisa Prez Gmez

    PALABRAS PROHIBIDAS

    Jos Ramn Cosso Daz

    DECLARACIN DE LOS DERECHOSDE LA MUJER Y LA CIUDADANA

    Olympe Gouges

    MALLEUS MALEFICARUM. EL MARTILLO DE LAS BRUJAS:PARA GOLPEAR A LAS BRUJAS Y SUS HEREJAS

    CON PODEROSA MAZAJacobo Sprenger y Enrique Institoris

    ESCULTURA EN HONOR A NELSON MANDELA

    Nmero 3, mayo de 2013

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    REVISTA DEL PROGRAMA UNIVERISTARIO DE DERECHOS HUMANOS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

    DIRECTORIOUniversidad Nacional Autnoma de Mxico

    Dr. Jos Narro RoblesRector

    Dr. Eduardo Brzana GarcaSecretario General

    Lic. Leopoldo Silva GutirrezSecretario Administrativo

    Dr. Francisco Jos Trigo TaveraSecretario de Desarrollo Institucional

    M. C. Miguel Robles BrcenasSecretario de Servicios a la Comunidad

    Lic. Luis Ral Gonzlez PrezAbogado General

    Dra. Estela Morales Campos Coordinadora de Humanidades

    PUDH-UNAM

    Dr. Luis de la Barreda Solrzano

    Coordinador

    Lic. Jos A. Aguilar ValdezSecretario Acadmico

    Lic. Alejandra Vlez AguilarSecretaria Tcnica

    Mtra. Ma. del Carmen MartnezDelegada Administrativa

    Consejo editorial

    Alicia AzzoliniHilda HernndezVernica Navarro

    Editores:J. Antonio Aguilar V. y Luis de la Barreda

    Asistentes:Mnica Alva, Estanislao Chvez, Ivn Tapia y Octavio Beltrn.

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    REVISTA DEL PROGRAMA UNIVERISTARIO DE DERECHOS HUMANOS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

    NDICE1, EDITORIAL

    2, Propuesta a la Cmara de Diputados en relacin con el arraigo,PUDH-UNAM

    5, PENSAMIENTO

    6, Medir Derechos Humanos? Por qu? y Para quin?,M. en C. Laura Elisa Prez Gmez

    11, Palabras prohibidas, Jos Ramn Cosso Daz

    13, La bandera de la homofobia, Beatriz Martnez de Murgua

    14, El cerebro del crimen, Andrs Roemer

    16, DOCUMENTOS

    17,Declaracin de los derechos de la mujer y la ciudadana, Olympe de Gouges

    20, Olympe de Gouges y laDeclaracin de los derechos de la mujer y la ciudadana, Jorge Leonardo Garca Campos

    23, CLSICOS

    24, Extracto de la primera parte, cuestin VI, deMalleus maleficarum. El martillo de las brujas: para golpear a las

    brujas y sus herejas con poderosa maza,Jacobo Sprenger y Enrique Institoris

    26,El amigo fiel,Oscar Wilde

    35,Bellsima,Eduardo Lizalde

    36, SUPREMA CORTE DE JUSTICIA

    37, Reconocimiento de inocencia a sentenciado por hechos ocurridos en el paraje de Acteal, municipio de

    Chenalh, Chiapas

    38, Reconocimientos de inocencia de 15 personas por hechos ocurridos en Chenalh, Chiapas

    39, Inmediata libertad a indgena sentenciado por delito de homicidio a cuarenta aos de prisin

    40, CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

    Mxico, lder en denuncias de violacin de derechos humanos

    41, TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS Espaa, condenada por violar el derecho de una madre a la jornada de trabajo reducida

    42, COSAS VEREDES, Luis de la Barreda Solrzano

    43, Asesinos de conciencia

    44, Saa contra la polica

    45, Procuracin de injusticias

    46, Lo que me aterra y lo que me subleva

    47, DAS CONMEMORATIVOS DEL MES DE MAYO

    48, ALGUNAS EFEMRIDES DE MAYO

    50, PGINA GRFICA

    Escultura en honor a Nelson Mandela

    52, CURIOSIDADES

    53, Algunas curiosidades asociadas al nmero 3

    53, Agudezas

    54, Humor

    54, Curiosidades gramaticales

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    REVISTA DEL PROGRAMA UNIVERISTARIO DE DERECHOS HUMANOS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

    Propuesta del PUDH-UNAMa la Cmara de Diputadosen relacin con el arraigo

    Asunto: Propuesta

    Dip. Julio Csar Moreno Rivera,Presidente de la Comisin de Puntos Constitucionales,

    Cmara de Diputados,

    H. Congreso de la Unin.

    Distinguido seor Presidente:

    En relacin con el dictamen de la iniciativa con proyecto de decreto que reforma en artculo

    16 de la Constitucin elaborado por esa Comisin para modificar la regulacin del arraigo, el

    Programa Universitario de Derechos Humanos de la Universidad Nacional Autnoma de

    Mxico se permite formular las consideraciones siguientes:

    1. El arraigo es violatorio de los principios de presuncin de inocencia, legalidad,

    debido proceso, defensa y respeto a los derechos humanos porque faculta al rgano de la

    acusacin a privar a una persona de su libertad sin pruebas de su probable responsabilidad y

    la deja inerme frente a las acciones investigatorias del Ministerio Pblico.

    2. El arraigo propicia la ineptitud del Ministerio Pblico al facilitarle indebidamente su

    labor dndole una ventaja inequitativa frente al inculpado. Adems, aumenta la probabilidadde actos de tortura, extorsin, corrupcin y malos tratos contra el inculpado y sus familiares

    por parte del Ministerio Pblico y sus auxiliares, dado que el arraigo, su control y su duracin

    dependen casi exclusivamente de la voluntad del rgano de acusacin

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    Propuesta del PUDH-UNAM a la Cmara de Diputados en relacin con el arraigo

    3. El arraigo atenuado que se propone en la iniciativa no pierde ninguna de las

    propiedades negativas arriba sealadas. 20 das de sujecin, que podran duplicarse, pueden

    ser tan devastadores como 80; pueden bastar para arruinar irremediablemente un trabajo,

    una empresa, la reputacin o la integridad emocional del afectado y sus allegados.

    4. La existencia de indicios suficientes, que se exige en la iniciativa como requisito

    para la concesin judicial del arraigo, hara innecesario ste, ya que esos indicios, para ser

    suficientes, tendran que acreditar la probable responsabilidad del presunto arraigado, y

    entonces ya no habra necesidad de arraigo sino que sera procedente y obligado para el

    Ministerio Pblico ir directamente al ejercicio de la accin penal contra el inculpado.

    5. Hay que reconocer que hay casos de delincuencia organizada, terrorismo y otros

    delitos graves en que por su complejidad pueden no ser suficientes los plazos que

    actualmente impone la Constitucin al Ministerio Pblico para su actuacin legal. Pero,

    entonces, la solucin no es el arraigo sino la ampliacin razonable de dichos plazos.

    6. No parece descabellado que en casos de delincuencia organizada, terrorismo,

    secuestro y otros delitos graves, siempre que est en peligro real y actual la vida de una o

    ms personas, el plazo para que el Ministerio Pblico libere a un indiciado o lo ponga a

    disposicin del juez que actualmente es de 48 horas, y puede duplicarse (96 horas) en

    casos de delincuencia organizada pueda prolongarse hasta por 8 das (192 horas) por

    orden de un juez a peticin del procurador o del encargado del despacho de la procuradura

    de justicia correspondiente. Pero en todos los casos en que el Ministerio Pblico hiciera

    uso de esta ampliacin del plazo constitucional, las condiciones de lla

    detencin y el debido ejercicio de los derechos de comunicacin y defensa del indiciado

    que no podran restringirse debern estar estrechamente vigilados por el organismo pblico

    autnomo de derechos humanos que corresponda. Adems, en caso de que la solicitud de

    ampliacin del plazo hubiese estado viciada, por haberse invocado motivos falsos, el agente

    del Ministerio Pblico deber ser imputado penalmente por el delito correspondiente y el

    indiciado perjudicado por la ampliacin injusta de la detencin deber ser debidamente

    indemnizado.

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    El PUDH-UNAM estima que una regulacin as armonizara el respeto de los derechoshumanos de los imputados, las vctimas y la sociedad, y desterrara al arraigo, una prcticanociva incompatible con la justicia penal democrtica y humanitaria.

    Atentamente,

    POR MI RAZA HABLAR EL ESPRITUCiudad de Mxico, a 16 de abril de 2013.El Coordinador

    Dr. Luis de la Barreda Solrzano

    *LBS,JAV/ma

    Propuesta del PUDH-UNAM a la Cmara de Diputados en relacin con el arraigo

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    PENSAMIENTO

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    Medir derechos humanos?,Por qu? y Para quin?

    M. en C. Laura Elisa Prez Gmez

    [1] Ver como ejemplo los informes de Freedom House, Transparencia Internacional y el Banco Mundial, respectivamente.

    Por qu medir derechos humanos?

    La posibilidad de medir avances en derechos humanos es una cuestin que puede parecer ilusoria ysin sentido a especialistas en derecho; sin embargo, es un tema que ha avanzado decididamente en lasltimas dos dcadas. Aunque el argumento de origen podra confundirse en la corriente gerencial depensamiento, las metodologas desarrolladas por las autoridades internacionales (el Alto Comisiona-do de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ACNUDH- y la Comisin Interamericana deDerechos Humanos CIDH/OEA-) han logrado rescatar desde sus bases conceptuales el fondo de losderechos humanos y han producido herramientas que permiten no slo estimular procesos de evalua-cin del cumplimiento de derechos sobre bases objetivas, sino coadyuvar en la formulacin de polticaspblicas para derechos humanos contando con evidencia emprica.

    Las herramientas de medicin de derechos humanos basados en indicadores constituyen en l-tima instancia instrumentos para la exigibilidad y justiciabilidad de los derechos, en tanto permitencontar con datos, estadsticas y evidencia consistente para identificar de forma sistemtica la medidaen que los Estados cumplen o incumplen con sus obligaciones de respeto, proteccin y garanta de losderechos, desmenuzando los elementos necesarios para su ejercicio e identificando el cumplimiento delos principios transversales.

    Es importante destacar que, contrarias a los ndices para medir desarrollo, las metodologas deindicadores de derechos humanos son instrumentos multidimensionales que no pueden ni deben ser

    reducidos a un solo valor con el que se pretenda generar una jerarquizacin entre Estados ms o menoscumplidores de derechos, pues se estara cayendo en una equivocada simplificacin del objetivo ge-neral de respeto a la dignidad humana mltiple y diversa.

    Antecedentes de la medicin de derechos humanos

    En la dcada de los aos setenta aparece la preocupacin sobre la medicin de fenmenos sociales,el camino en este sentido parti de medidas simples sobre lneas de pobreza hacia marcos complejosque ahora intentan caracterizar fenmenos multidimensionales. En particular, el ndice de desarrollo

    humano (IDH) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), propici en los noventasun cambio de fondo sobre la forma de conceptualizar el desarrollo, que previamente se evaluaba nica-mente a travs del producto interno bruto. En la actualidad, conceptos ms abstractos como la libertad,la transparencia y la gobernanza se miden sistemticamente de forma cuantitativa[1].

    Por supuesto que la cuestin de determinar indicadores pertinentes est lejos de reducirse a unadiscusin tcnica o metodolgica; los indicadores aparecen vinculados a procesos polticos, econmi-cos, demogrficos, culturales y jurdicos, a las polticas pblicas, a la participacin social, a la formacin

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    Medir derechos humanos?, Por qu? y Para quin? M. en C. Laura Elisa Prez Gmez

    de cuadros tcnicos para disearlos y aplicarlos, as como a la existencia de sistemas de informacin queprovean datos relevantes, pertinentes, confiables y adecuados.

    En particular, la discusin sobre indicadores de derechos humanos se ha desarrollado princi-

    palmente a partir del requerimiento de los organismos internacionales encargados de monitorear elcumplimiento de los tratados en la materia, bajo el convencimiento de que la definicin y el desarrollode indicadores puede apoyar a que las acciones de los gobiernos sean ms sistemticas y transparentes,adems de permitir la medicin de los progresos realizados en perodos de tiempo determinados[2].

    Esta labor se intensific a partir del llamado del Secretario General, Kofi Annan en 1997, relativoa incorporar el enfoque de derechos humanos en todas las acciones y actividades de los organismos deNaciones Unidas[3]. Adems, desde el ao 2000 en el informe: Derechos Humanos y Desarrollo Hu-mano del PNUD, se propici una convergencia creciente dentro de los organismos de desarrollo y dederechos humanos del sistema de las Naciones Unidas, sobre la necesidad de contar con indicadores

    que reflejen los temas relativos a derechos humanos.

    Metodologa y avances del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

    En el seno del ACNUDH, la propuesta de un enfoque estructurado dirigido a traducir estndares dederechos humanos en indicadores, se realiz por parte del relator de salud, Paul Hunt, a partir de 2003.En el ao 2006, el ACNUDH reconoci que los indicadores en la materia son instrumentos tiles parareforzar la rendicin de cuentas, articular y presentar reclamaciones ante las entidades encargadas yformular las polticas y programas pblicos necesarios para facilitar la realizacin de los derechos huma-nos[4]; con esas premisas, los comits que son rganos de tratados de derechos humanos mandataronel desarrollo de la metodologa, la cual surgi como resultado de un proceso amplio y participativo[5].

    El ACNUDH plantea que para que el marco metodolgico tenga sentido conceptualmente, es ne-cesario que los indicadores que se seleccionen para cada derecho humano sean pertinentes de acuerdoal contenido normativo de ese derecho, enunciado en los correspondientes artculos de los tratados yen las observaciones generales de los comits[6], evitando que esa labor se reduzca a un mero listadode posibles opciones. La traduccin de la normativa internacional en indicadores se propone entoncesmediante la identificacin de atributos que concretan el contenido de las obligaciones por derecho;estos atributos suelen ubicarse en el desglose de los requerimientos que los Estados deben cumplir para

    garantizar cada derecho.

    [2] Desde 1993, la Declaracin y Programa de Accin de Viena destaca la importancia de utilizar indicadores: Para forta-lecer el disfrute de los derechos econmicos, sociales y culturales, deberan examinarse otros mtodos, como un sistemade indicadores para medir los avances hacia la realizacin de los derechos enunciados en el Pacto Internacional de Dere-chos Econmicos, Sociales y Culturales (parr. 98).[3] Este mandato se operacionaliza en: Human Rights-Based Approach to Development Cooperation. Towards a CommonUnderstanding among the UN Agencies, 2003.[4] ACNUDH, HRI/MC/2006/7, prrafo 3.[5] Ver ACNUDH, HRI/MC/2008/3, pg. 3.[6] Op. Cit., prrafo 5.

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    [7] En civiles y polticos: El derecho a la libertad y a la seguridad de las personas; el derecho a participar en los asuntospblicos; el derecho a no ser sometido a tortura ni a tratos crueles inhumanos o degradantes; el derecho a la libertad deopinin y de expresin; el derecho a un juicio justo; el derecho a la vida. En DESC: el derecho al disfrute del ms alto nivelposible de salud fsica y mental; el derecho a una alimentacin adecuada; el derecho a la educacin; el derecho al trabajo;el derecho a la seguridad social; el derecho a una vivienda adecuada. Transversales: el derecho a la no discriminacin y a la

    igualdad; el derecho a la no violencia contra las mujeres.[8] ACNUDH, Construccin de Indicadores de Derechos Humanos. Experiencias Regionales, 2013, 77 pp.[9] Desde el Plan de Accin de la Cuarta Cumbre de las Amricas (realizada en Mar del Plata, Argentina, en noviembrede 2005), se exhort a los Estados Miembros a firmar, ratificar o adherir el Protocolo de San Salvador, y a colaborar en eldesarrollo de indicadores de progreso en materia de derechos econmicos, sociales y culturales.[10] Despus de los trabajos fundacionales de la CIDH, el mandato de desarrollo de la metodologa pas a la SecretaraEjecutiva para el Desarrollo Integral de la OEA quin se apoya en el Grupo de Trabajo para el anlisis de los informesnacionales previstos en el Protocolo de San Salvador, el cual ser adems responsable de la revisin de los informes que seentreguen en 2014 y 2016, para el primer y segundo agrupamiento de derechos, respectivamente.[11] Derecho a la salud, Derecho a la seguridad social; Derecho a la educacin; Derecho al trabajo; Derechos sindicales;Derecho a la alimentacin; Derecho al medio ambiente sano; y Derecho a los beneficios de la cultura.[12] OEA, Aprobacin de indicadores de progreso para medicin de derechos contemplados en el Protocolo de San Salva-dor, AG/RES. 2713 (XLII-O/12), segunda sesin plenaria celebrada el 4 de junio de 2012, punto 4.

    En segundo trmino, con el objeto de reflejar la complejidad intrnseca de los derechos huma-nos y a la vez contar una estructura operativa para establecer indicadores cuantitativos, la metodologapropone medir: (a) el compromiso de las entidades responsables respecto a las normas de derechos hu-manos, (b) los esfuerzos emprendidos para hacer realidad ese compromiso y (c) los resultados de esosesfuerzos en el tiempo; lo cual se traduce en una configuracin de indicadores estructurales, de proceso

    y de resultados.

    Asimismo, el marco conceptual propone una visin integral de los derechos, congruente conlos principios de indivisibilidad e interdependencia, desarrollando un tratamiento idntico tanto paraderechos civiles y polticos como para derechos econmicos, sociales y culturales. La base conceptualconsidera tambin la incorporacin transversal de las normas o principios comunes de los derechoshumanos, tales como la no discriminacin, igualdad, participacin y rendicin de cuentas.

    Con estas bases el ACNUDH ha desarrollado matrices con alrededor de cincuenta indicadoresilustrativos para catorce derechos[7]y ha promovido la asimilacin y contextualizacin de estas pro-puestas a nivel nacional de manera no obligatoria. Amrica Latina es la regin donde ms resonanciahan tenido estas propuestas, con avances en Mxico, Ecuador, Brasil, Bolivia y Paraguay[8].Metodologa y avances de la Organizacin de los Estados Americanos

    La metodologa desarrollada en el seno del Sistema Interamericano[9], dirigida originalmentepor la Comisin Interamericana de Derechos Humanos[10],retoma las bases propuestas por el AC-NUDH, pero en vez de estructurar matrices de indicadores considerando atributos especficos por de-recho, establece seis categoras conceptuales que responden a los distintos aspectos en los cuales serefleja el avance en la garanta y la proteccin de los derechos. Estas categoras corresponden a: la asi-

    milacin del derecho por parte del Estado; su compromiso financiero y presupuestal; las capacidadesestatales involucradas; as como el cumplimiento de los principios de igualdad y no discriminacin;facilidades de acceso a la justicia; adems del acceso a la informacin y participacin.

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    Por su parte, en sintona con la metodologa del ACNUDH, los indicadores se desarrollan entres niveles que buscan reflejar las condiciones estructurales de la accin estatal y del contexto en elque los Estados operan; las acciones y procesos que los Estados realizan y, finalmente, los resultadosen trminos del goce efectivo de los derechos.As, las matrices de indicadores para los ocho derechos econmicos, sociales, culturales y ambienta-

    les contenidos en el Protocolo de San Salvador[11], se estructuran con aproximadamente cien indi-cadores por derecho.

    En esta metodologa, ms all de la mera supervisin del cumplimiento de las obligacionescontenidas en el Protocolo, subyace la conviccin de lograr la proteccin de los derechos econmicos,sociales, culturales y ambientales con un enfoque integral y garantista, que permita construir en cadapas las bases para que todas las personas puedan disfrutar de sus derechos.

    Un avance muy concreto para la aplicacin de la metodologa se produjo con la resolucintomada en junio de 2012 por la Asamblea General de la OEA[12]en la que se solicita a los Estadosparte que: presenten los informes nacionales de avance correspondientes al primer agrupamiento dederechos incorporados en el documento Indicadores de progreso para la medicin de derechos con-templados en el Protocolo de San Salvador, en el plazo de dos aos.

    Para quines va dirigida la medicin de derechos humanos?

    La obligacin moral de los Estados, basada en razones de democracia, trasparencia, gobernanza, perosobre todo en el cumplimiento de sus obligaciones de derechos humanos, hace de la aplicacin deestas metodologas un mandato impostergable. Tambin lo es la oportunidad de que las personas

    cuenten con un instrumento que les proporcione evidencia objetiva para apoyar la exigibilidad y jus-ticiabilidad de sus derechos.

    Aunque es evidente que la utilizacin de indicadores como medio para llevar a cabo una evalua-cin de efectos, es un proceso que conlleva los problemas cientficos sociales clsicos asociados conel establecimiento de la causalidad, es necesario aceptar que: los indicadores proporcionan informa-cin til sobre el grado en que se han realizado los derechos humanos en una sociedad dada, el nivelde violaciones que ocurren y si stas ocurren sistemticamente, las causas posibles de la persistenciade las violaciones y/o el fracaso de la realizacin progresiva los derechos humanos. Los indicadoresproporcionan informacin importante acerca de las reservas de la situacin de los derechos humanos,as como del flujo de los procesos socioeconmicos y polticos que estn relacionados con el logro ofracaso de la proteccin de los derechos humanos. Los indicadores, de esta manera, intentan cubrirel grado en que los Estados estn cumpliendo con sus obligaciones legales para respetar, proteger ycumplir con los diferentes tipos de derechos humanos[13].

    Asimismo, en el enfoque propuesto tanto por el Alto Comisionado de las Naciones Unidaspara los Derechos Humanos como por la Organizacin de Estados Americanos, destaca la necesidadde contar con indicadores desglosados, evitando as invisibilizar problemticas o violaciones a grupos

    [13] Landman, 2006, pg. 48.

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    especficos de poblacin: Dejando de lado los promedios nacionales para concentrarse en la situacinde los grupos objetivo, e idealmente llegar al nivel individual, se puede estimar la magnitud de la discri-minacin o la desigualdad, o incluso la violacin de determinados derechos de algunos, lo que constitu-ye un inters primordial al vigilar la realizacin de los derechos humanos[14].

    Por supuesto es necesario destacar que este amplio espectro de informacin se obtiene solamen-te a partir de una herramienta integral y estructurada para esos efectos. Por ello, las metodologas quehan desarrollado estas autoridades internacionales resultan las ms adecuadas.

    El Programa Universitario de Derechos Humanos de la Universidad Nacional Autnoma de M-xico, en su compromiso de desarrollar proyectos estratgicos en la materia, ha puesto en marcha unalnea de trabajo sobre indicadores para evaluacin de la situacin de los derechos humanos, en la quese abordar el desarrollo de indicadores para nuestro pas, incluyendo la sistematizacin de las bases dedatos correspondientes, basados en las metodologas aqu descritas.

    Medir derechos humanos?, Por qu? y Para quin? M. en C. Laura Elisa Prez Gmez

    [14] Op. Cit. , ACNUDH 2008, prrafo 35.

    Bibliografa

    Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Informe sobre in-dicadores para vigilar el cumplimiento de los instrumentos internacionales de derechos humanos, HRI/MC/2006/7, 11 de mayo de 2006.

    ACNUDH, Informe sobre los indicadores para promover y vigilar el ejercicio de los Derechos Huma-nos, HRI/MC/2008/3, 15 de mayo de 2008.

    Hunt Paul, El derecho de toda persona al disfrute del ms alto nivel posible de salud fsica y mental, In-formes del Relator Especial, Comisin de Derechos Humanos (E/CN.4/2004/49 y E/CN.4/2006/48).Landman Todd, et. al., Indicators for Human Rights Based Approaches to Development in UNDP Pro-gramming, 2006.

    OEA, Comisin Interamericana de Derechos Humanos, Lineamientos para la elaboracin de indicado-res de progreso en materia de derechos econmicos, sociales y culturales, OEA/Ser/L/V/II.132, 19 dejulio de 2008.

    OEA, Secretara Ejecutiva para el Desarrollo Integral, Indicadores de progreso para medicin de dere-chos contemplados en el Protocolo de San Salvador, OEA/Ser/L/XXV.2.1, 16 de diciembre de 2011.

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    Palabras prohibidas 15

    Jos Ramn Cosso Daz

    RevistaLetras libres, 5 de abril de 2013

    [15] Este artculo se basa en el voto particular que emiti el autor en el amparo directo en revisin 2808/2012. El autoragradece a Ral Meja Garza y Luz Helena Orozco su apoyo en la redaccin de este documento.

    En una de sus contribuciones a la columna Contracara del peridico poblano Intolerancia, EnriqueNez Quiroz lanz una fuerte crtica contra Armando Prida y Alejandro Manjarrez el primero es

    dueo del diario Sntesis el segundo periodista de ese mismo medio en la que utiliz calificativoscomo pual y maricones. Ofendido por esa columna, Prida promovi un juicio ordinario civil encontra de Nez. El caso lleg a la Suprema Corte de Justicia, donde la Primera Sala resolvi que laspalabras maricones y pual haban sido ofensivas y que la Constitucin no reconoca el derechoal insulto. A partir de ah, la mayora de los ministros en esa Primera Sala dio un salto gigante: decidique esas dos palabras eran expresiones homfobas y que, por tanto, constituan una categora de losdiscursos de odio.

    El criterio de la Primera Sala es importante y toca cuestiones fundamentales para un Estado li-

    beral, en lo concerniente a los lmites a la libertad de expresin. El punto de partida en esta materia esla presuncin de que toda expresin se encuentra constitucionalmente protegida y de que solo ciertosextremos deben limitarse: la apologa de la guerra o la pornografa infantil son buenos ejemplos de estoltimo. Sin embargo, la decisin de la Primera Sala no atendi debidamente el caso: introdujo una gravedistorsin al entendimiento de una libertad fundamental, estableci un estndar vago y ambiguo queimpone restricciones a la libertad de expresin y resulta contraproducente para la finalidad buscada. Noprotegi a quien pretenda y soslay uno de los derechos fundamentales del orden liberal.

    Ofender no es discriminar. El periodista insultado por la columna reclam el respeto a su honor,no una discriminacin por pertenecer a cierto grupo social. La decisin de la Sala termin mezclando el

    estndar del insulto (las expresiones ofensivas) con el de la discriminacin (el menosprecio hacia unacategora sexual).

    El propsito de la nota de Nez era sealar la sumisin que algunos periodistas han mostrado,segn l, hacia el dueo de Sntesis. Estas afirmaciones no iban encaminadas a incitar ningn tipo deviolencia en contra de la comunidad homosexual, sino a descalificar a los trabajadores del peridico.Estamos en este caso frente a dos medios de comunicacin escrita en posicin simtrica y con totalcapacidad de dar respuesta a las ofensas recibidas. En este contexto, las ofensas (des)califican ms aquien las emite que a quien las recibe y resolver este tipo de diferendos en tribunales impide que sea la

    opinin pblica la que debata y delibere a ese respecto.

    Nadie duda que palabras como maricn y pual tengan un efecto negativo. Sin embargo, esdeseable combatir al pensamiento estereotpico mediante la confrontacin de ideas y no proscribiendodeterminadas palabras del diccionario. Por ms atractivo que suene emitir un criterio sobre el discursode odio y la homofobia, en este caso particular no estaban dadas las condiciones para decir que se utili-

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    zaron expresiones homfobas. Ambos medios decidieron comportarse de manera vulgar, pero en suguerra periodstica no es posible advertir la incitacin al odio por parte de nadie.

    Al prohibir estas expresiones se quiso proteger en abstracto a la comunidad homosexual, auncuando ni el empleo que hizo Nez Quiroz de dichas palabras ni las razones del ofendido tuvieran

    vnculo alguno con la mencionada comunidad. Ello evidencia que, contrariamente a lo sostenido en ladecisin, se terminaron prohibiendo las palabras mismas y no el uso que se hizo de ellas.

    El compromiso de una sociedad democrtica con la libertad de expresin no significa que tododeba dejarse a la autorregulacin. En ocasiones es necesario nivelar el terreno para evitar que la libertadde unos vulnere la libertad de otros, mxime si alguno pretende, a travs de esas expresiones, excluir demanera violenta a ciertos grupos sociales. Para un tribunal la supresin de ideas debiera ser el ltimorecurso en aras de conseguir esta finalidad. La proscripcin de palabras sin relacin a su uso ni al con-texto en el que se pronunciaron, debiera resultar prcticamente imposible.

    Si bien no es ya aceptable sostener la tesis extrema del liberalismo clsico que confiere unaprimaca absoluta a la libertad de expresin, ello no implica que debamos renunciar a la presuncin deque toda expresin se encuentre constitucionalmente protegida. La funcin de los tribunales, en parti-cular el constitucional, no es erigirse en policas de las palabras, encargados de prohibir todas aquellasque pudieran lastimarnos, sino identificar los casos concretos en donde su uso debe proscribirse porgenerar odio, exclusin o violencia contra ciertas personas o colectivos. En todo lo que no queda enesos apretados lmites, los tribunales deben dejar hablar con libertad a los ciudadanos.

    Palabras prohibidas Jos Ramn Cosso Daz

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    La bandera de la homofobia

    PeridicoLa Razn, jueves 25 de abril de 2013

    Beatriz Martnez de Murgua

    El martes 23 de abril, la Asamblea Nacional de Francia aprobaba, en medio de una crispacin ciudadana

    poco usual, la ley que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo y su derecho a la adop-cin. Es una ley que ya apareca contemplada en el programa electoral con el que el actual presidentede la repblica, el socialista Franois Hollande, se present a las elecciones hace poco menos de un aoy gan.

    Pero la cada imparable de su popularidad (en la ltima encuesta publicada hace unos das un74% de franceses se manifestaba muy descontento con su gestin), provocada sobre todo por una tasade desempleo que no deja de crecer mes tras mes y la congoja de una clase media cada vez ms em-pobrecida y desesperanzada, ha terminado por convertir a la mencionada ley en un asunto con el quela derecha francesa ha buscado medir fuerzas con un gobierno desgastado y, peor an, en opinin de

    muchos analistas, desorientado.

    Sin capacidad o sin la disposicin necesaria para proponer una alternativa econmica real, pues-to que la poltica de austeridad viene impuesta desde Bruselas, y contra la que el propio Hollande yase manifiesta aunque sea tmidamente, la ley a favor del matrimonio homosexual les ha permitido a losdos grandes partidos de la derecha (el UMP y el ultraderechista FN) movilizar a sus bases, en unin conun sinfn de asociaciones catlicas, judas y musulmanas, en la condena a una ley dirigida, segn todosellos, a terminar con la familia, la repblica e incluso la democracia.

    La crisis, el oportunismo poltico y una homofobia que slo ocasionalmente se esconde peronunca desaparece, son algunos de los factores que han propiciado una movilizacin en la calle comohaca tiempo que no se conoca.

    Contra lo que algunos podran pensar, imaginando manifestaciones de gente mayor, las imgenesen la televisin han mostrado muchos rostros de gente joven, con sus hijos pequeos en brazos o carrio-las, rabiosamente en contra de la adopcin de nios por parte de parejas homosexuales.

    Como ejemplo de lo que se vio en das pasados, justo antes de la aprobacin parlamentaria de laley, basta mencionar las declaraciones de un hombre desempleado de 49 aos manifestando que esa ley

    le preocupaba ms que el problema del desempleo o madres jvenes agitando a sus hijos pequeos antelas cmaras de televisin para, se supone, mostrar lo que es un hijo sanamente educado. Tambin loscasos de los homosexuales golpeados u hostigados en das pasados, en las ciudades de Lille o de Niza,entre otros episodios de violencia homfoba, recuerdan a un pasado que vuelve a Europa con cada vezms fuerza. Lamentable y penoso, pero, al menos por el momento, los homosexuales franceses gozan,desde el martes pasado, de los mismos derechos civiles que el resto de los ciudadanos. Una buena noti-cia.

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    El cerebro del crimenAndrs Roemer

    PeridicoLa Crnica de Hoy, 12 de abril de 2013

    Al leer el ttulo, quiz piense que en este artculo se trata del autor intelectual de algn crimen, perotmelo en sentido literal, qu hay en el cerebro que de hecho hace a algunas personas cometer ac-

    tos calificados como criminales?, cules son sus implicaciones para el mundo actual?, necesitaramoscambiar algo en el ideal de sistema judicial?

    Charles Whitman era un estudiante de ingeniera de la Universidad de Texas en 1966. La ma-ana del 1 de agosto tom un arma y se dirigi a la universidad donde mat 13 personas e hiri a otras32 antes de que un polica le disparara. Lo ms extrao del caso es que la noche antes haba matado asu madre y a su esposa. En su casa se encontr una nota suicida donde explicaba no saber la razn desus impulsos violentos ltimamente adems de pedir una autopsia para clarificar qu ocurra. En el la-boratorio se descubri que Charles tena un tumor en el cerebro y se piensa que sa fue la causa de sucomportamiento.

    Este no es ni el primero ni el ltimo caso que escucharemos de que por causa de alteraciones enel cerebro, el comportamiento se ve alterado. De hecho, basta con ver la esquizofrenia o la enfermedadde Parkinson, en las que alteraciones en la qumica del cerebro alteran notablemente el comportamien-to de la persona, para darnos cuenta. En el caso de Charles, la causa se descubri y el cambio en el com-portamiento fue brutal, pero nos hace pensar en cuntas alteraciones ms sutiles puede tener el hombreque causen comportamientos no deseables, es decir, criminales.

    Eagleman menciona en su famoso artculo The brain on trial (El cerebro a juicio) que si bus-

    camos en la ciencia, encontraremos que existen diferentes factores que influyen en nuestro comporta-miento, especialmente uno muy importante: los genes. Hay ciertos genes que nos hacen predispuestosa cierto tipo de comportamiento. Tan es as que se encontr que 98.1% de los condenados a muerte enEU tienen un paquete particular de genes. De hecho, si una persona es portador de este grupo de geneses mucho ms propenso a cometer ciertos crmenes que alguien que nos los tiene. Sorprendente no?

    Al igual que en la vida, en el debate de si nacemos o nos hacemos no hay blanco y negro y larespuesta yace en el juego de ambas categoras: genes y ambiente. Factores como consumo de drogas,nutricin de la madre, abuso fsico y sexual durante la niez afectan definitivamente el comportamien-to de una persona. De la misma manera, eventos durante la vida pueden activar o desactivar genes que

    se expresen en cierta actividad cerebral que a su vez modifiquen nuestro comportamiento normal.

    En resumen, el cerebro es un saco de qumicos y mecanismos que se ve afectado por todo lo quesomos y todo lo que nos rodea, pero es la biologa de nuestro cerebro lo que determina ultimadamentenuestro comportamiento.

    Con la tecnologa actual de neuroimagen se llevan a cabo estudios que identifican las zonas delcerebro que se activan de acuerdo a determinado estmulo y que podran causar cierto comportamien-to. Lo bueno: podemos saber qu partes del cerebro controlan qu emociones o impulsos. Lo limitado:

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    El cerebro del crimen Andrs Roemer

    mejoras tecnolgicas estn todava en paales y no podemos saber todava todos los mecanismos queintervienen en la expresin del comportamiento.

    Luego de saber esto, surge una pregunta natural: si nuestro comportamiento est dictado por lo

    que pasa en nuestro cerebro y lo que pasa en nuestro cerebro est determinado por nuestros genes ynuestro ambiente puede haber responsabilidad o culpa cuando alguien comete un crimen? Para con-testar a esta pregunta tendramos que poder aislar qu componentes de nuestras decisiones son debidasal llamado libre albedro y cules a todos aquellos que nosotros realmente no decidimos (como losgenes y el ambiente).

    David Eagleman argumenta que separar estos dos efectos es prcticamente imposible, pues comoel comportamiento viene del cerebro y el cerebro est complejamente interconectado (todas sus par-tes) pues resulta titnico por no decir imposible identificar qu regin no est influenciada porgenes (o todo aquello que nosotros no decidimos), si es que esta regin existe.

    Qu tiene esto que ver con el derecho? Todo. Si no existen o no podemos identificar culesacciones son libres y cules no, resultara imposible repartir culpas en un juicio debido a que no habramanera de saber si el crimen fue perpetrado de manera libre o no (es decir, si las decisiones fueronlibres). Lo anterior representa un completo giro de timn para el derecho, pues ste tradicionalmenteconsidera que todas las personas tienen la capacidad de comportarse racionalmente y de decidir libre-mente sus actos. Pero si no es as, si nuestros actos no son libres, entonces no somos responsables?

    Eagleman propone que el hecho de si existe o no responsabilidad criminal debera ser irrelevan-te. Para l, lo importante es evitar el crimen. As pues, propone un sistema radicalmente diferente y msbien utilitarista en el cual se trata a los criminales para que no reincidan (si es posible) y se puedanreintegrar (de nuevo, si es posible). As, se cambia el castigo de la sentencia por tratamiento mental.

    Al comprender el cerebro podemos disear tratamientos idneos para cada criminal (porquecada mente es diferente), programas de reinsercin social que de verdad eviten la reincidencia delicti-va, y programas de incentivos preventivos. Segn Eagleman, en el futuro quiz podremos ver al crimenms como una patologa que como una mala decisin libremente tomada del criminal.

    Este es un tema fascinante, controversial y de alto impacto, por eso mi motivacin de investigar

    temas de neurociencia y derecho en la Universidad de Berkeley (como senior research fellow). En lamedida en que el derecho no se haga de la vista gorda de los avances de la neurociencia y los tome encuenta, podremos avanzar hacia una sociedad con menos crimen (aunque ms justa?, menos puniti-va?, ms libre?). No tiene que ser la propuesta de Eagleman, pues como l bien lo sabe, puede no fun-cionar, pero s nos da un punto de partida para comenzar a (re)pensar en el cerebro del crimen.

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    DOCUMENTOS

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    Declaracin de los derechosde la mujer y la ciudadana

    Prembulo

    Hombre, eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta; por lo menos no le privars ese de-recho. Dime, qu te da imperio soberano para oprimir a mi sexo? Tu fuerza? Tus talentos?. Observa alCreador en su sabidura, observa en toda su grandiosidad esa naturaleza con la cual parece que quieresestar en armona, y dame, si te atreves, un ejemplo de su imperio tirnico.

    Dirgete a los animales, consulta los elementos, estudia las plantas, finalmente echa un vistazo atodas las modificaciones de la materia orgnica, y rndete a la evidencia cuando yo te ofrezca los medios;busca, prueba, y distingue, si t puedes, los sexos en la administracin de la naturaleza. All donde mires

    los encontrars mezclados, en todas partes cooperan en armoniosa unin en esta obra maestra inmor-tal.

    El hombre ha levantado slo sus circunstancias excepcionales desde un principio. Extrao, ciego,hinchado con la ciencia y degenerado en un siglo de ilustracin y sabidura en la ignorancia mscrasa, l quiere ordenar como un dspota a un sexo que est en la plena posesin de sus facultades in-telectuales; l finge para gozar la Revolucin y reclamar sus derechos a la igualdad sin decir nada msacerca de ello. Las madres, hijas, hermanas, representantes de la nacin, piden que se las constituya en asam-blea nacional. Por considerar que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer

    son las nicas causas de los males pblicos y de la corrupcin de los gobiernos, han resuelto exponeren una declaracin solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer a fin de queesta declaracin, constantemente presente para todos los miembros del cuerpo social les recuerde sincesar sus derechos y sus deberes, a fin de que los actos del poder de las mujeres y los del poder de loshombres puedan ser, en todo instante, comparados con el objetivo de toda institucin poltica y seanms respetados por ella, a fin de que las reclamaciones de las ciudadanas, fundadas a partir de ahora enprincipios simples e indiscutibles, se dirijan siempre al mantenimiento de la constitucin, de las buenascostumbres y de la felicidad de todos.

    En consecuencia, el sexo superior tanto en belleza como en coraje, en los sufrimientos maternos,reconoce y declara, en presencia y bajo los auspicios del Ser supremo, los Derechos siguientes de laMujer y de la Ciudadana.

    Pars, 1791Olympe de Gouges

    ILa mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones sociales

    slo pueden estar fundadas en la utilidad.II

    El objetivo de toda asociacin poltica es la conservacin de los derechos naturales e im-prescriptibles de la Mujer y del Hombre; estos derechos son la libertad, la propiedad, la

    seguridad y, sobre todo, la resistencia a la opresin.

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    Declaracin de los derechos de la mujer y la ciudadana Olympe de Gouges

    IIIEl principio de toda soberana reside esencialmente en la Nacin que no es ms que la re-unin de la Mujer y el Hombre: ningn cuerpo, ningn individuo, puede ejercer autoridad

    que no emane de ellos.IV

    La libertad y la justicia consisten en devolver todo lo que pertenece a los otros; as, el ejer-cicio de los derechos naturales de la mujer slo tiene por lmites la tirana perpetua que elhombre le opone; estos lmites deben ser corregidos por las leyes de la naturaleza y de la

    razn.V

    Las leyes de la naturaleza y de la razn prohben todas las acciones perjudiciales para laSociedad: todo lo que no est prohibido por estas leyes, prudentes y lgicas, no puede ser

    impedido y nadie puede ser obligado a hacer lo que ellas no ordenan.VI

    La ley debe ser la expresin de la voluntad general; todas las Ciudadanas y Ciudadanosdeben participar en su formacin personalmente o por medio de sus representantes. Debeser la misma para todos; todas las Ciudadanas y todos los Ciudadanos, por ser iguales a susojos, deben ser igualmente admisibles a todas las dignidades, puestos y empleos pblicos,

    segn sus capacidades y sin ms distincin que la de sus virtudes y sus talentos.VII

    Ninguna mujer se halla eximida de ser acusada, detenida y encarcelada en los casos deter-minados por la Ley. Las mujeres obedecen como los hombres a esta Ley rigurosa.

    VIIILa Ley slo debe establecer penas estricta y evidentemente necesarias y nadie puede ser

    castigado ms que en virtud de una Ley establecida y promulgada anteriormente al delitoy legalmente aplicada a las mujeres.

    IXSobre toda mujer que haya sido declarada culpable caer todo el rigor de la Ley.

    XNadie debe ser molestado por sus opiniones incluso fundamentales; si la mujer tiene elderecho de subir al cadalso, debe tener tambin igualmente el de subir a la Tribuna con tal

    que sus manifestaciones no alteren el orden pblico establecido por la Ley.XI

    La libre comunicacin de los pensamientos y de las opiniones es uno de los derechos mspreciosos de la mujer, puesto que esta libertad asegura la legitimidad de los padres con re-lacin a los hijos. Toda ciudadana puede, pues, decir libremente, soy madre de un hijo queos pertenece sin que un prejuicio brbaro la fuerce a disimular la verdad; con la salvedad

    de responder por el abuso de esta libertad en los casos determinados por la Ley.XII

    La garanta de los derechos de la mujer y de la ciudadana implica una utilidad mayor; estagaranta debe ser instituida para ventaja de todos y no para utilidad particular de aquellas

    a quienes es confiada.

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    Declaracin de los derechos de la mujer y la ciudadana Olympe de Gouges

    XIIIPara el mantenimiento de la fuerza pblica y para los gastos de administracin, las contri-buciones de la mujer y del hombre son las mismas; ella participa en todas las prestacionespersonales, en todas las tareas penosas, por lo tanto, debe participar en la distribucin de

    los puestos, empleos, cargos, dignidades y otras actividades.

    XIVLas Ciudadanas y Ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por s mismos o por mediode sus representantes, la necesidad de la contribucin pblica. Las Ciudadanas nicamen-te pueden aprobarla si se admite un reparto igual, no slo en la fortuna sino tambin enla administracin pblica, y si determinan la cuota, la base tributaria, la recaudacin y la

    duracin del impuesto.XV

    La masa de las mujeres, agrupada con la de los hombres para la contribucin, tiene el dere-cho de pedir cuentas de su administracin a todo agente pblico.

    XVIToda sociedad en la que la garanta de los derechos no est asegurada, ni la separacin delos poderes determinada, no tiene constitucin; la constitucin es nula si la mayora de los

    individuos que componen la Nacin no ha cooperado en su redaccin.XVII

    Las propiedades pertenecen a todos los sexos reunidos o separados; son, para cada uno, underecho inviolable y sagrado; nadie puede ser privado de ella como verdadero patrimoniode la naturaleza a no ser que la necesidad pblica, legalmente constatada, lo exija de mane-

    ra evidente y bajo la condicin de una justa y previa indemnizacin.

    Eplogo

    Mujer, despierta!; el arrebato de la razn se hace or en todo el universo; reconoce tus derechos. Elpotente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, supersticin ymentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpacin. El hombreesclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero unavez en libertad, ha sido injusto con su compaera. Oh, mujeres!, mujeres!, cundo dejaris de estarciegas?, qu ventajas habis obtenido de la revolucin?: un desprecio ms marcado, un desdn ms vi-sible. Cualesquiera sean los obstculos que os opongan, podis superarlos; os basta con desearlo.

    Olympe de Gouges

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    Jorge Leonardo Garca Campos

    Olympe de Gouges y laDeclaracin de los derechosde la mujer y la ciudadana

    Olympe de Gouges es el pseudnimo de Marie Gouze. Naci en Montauban, regin de Midi-Pyrnes,Francia en una familia burguesa. Su padre era expendedor de carnes de Languedoc y el padre de sumadre, negociante de telas (Daz-Doucaret, 1993, p. 153)16. Se cas en 1765 con un hombre mayor enel tiempo en que los matrimonios eran religiosos y una ampliacin de las redes sociales de las familiasde los contrayentes, quedando al cabo de un tiempo viuda y con un hijo, Pierre Aubry. Se mud a Parsaproximadamente en el ao de 1770. En esa ciudad frecuentaba los salones donde se discuta de litera-tura, poltica y sobre la sociedad y cmo deba ser sta. Emprendi entonces una carrera literaria con elnombre de Marie-Olympe u Olympe, segundo nombre de su madre.

    Las obras literarias de Marie Gouze u Olympe de Gouges versan sobre las condiciones socialesde la sociedad francesa y donde dominaba sta. Su obra teatral ms famosa, La esclavitud de los negros(Lesclavage des noirs), fue publicada en 1792, pero fue inscrita en el repertorio de la Comdie-Franai-se en 1785 bajo el ttulo de Zamore y Mirza, o el feliz naufragio (Zamore et Mirza, ou lheureux nau-frage). Esta obra pretenda llamar la atencin sobre la condicin de los esclavos negros en Francia ysus posesiones como Hait. La corporacin teatral Comdie Franaise era patrocinada por la corte deVersalles; muchos nobles que se haban enriquecido gracias a la trata de esclavos participaban dentrode esa corporacin como favorecedores. Por lo tanto esa obra fue rechazada y como ya se mencion nose puso en escena hasta el ao de 1785. Marie Gouze fue encarcelada por una orden del rey (lettre decachet o carta cerrada en la que el rey expresaba su voluntad de encarcelar a alguien). Fue excarcelada

    gracias a gestiones frente al rey.

    En el contexto de la Revolucin Francesa, Marie Gouze aument su actividad proselitista en fa-vor de la abolicin de la esclavitud. En el ao de 1788 public el ensayo Reflexiones sobre los hombresnegros (Rflexions sur les hommes ngres) que le abri las puertas del Club de los amigos de los negros(Club des amis des noirs), un grupo contrario a la existencia de la esclavitud. En 1790 escribi otra obrasobre el mismo tema, El mercado de los negros (Le march des Noirs).

    En el ao de 1788 pblico en el Peridico general de Francia (Journal gnral de France) un fo-lleto en el cual esbozaba un amplio programa de reformas sociales. Fund varias sociedades fraternaspara ambos sexos.

    La Declaracin de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana

    En el ao de 1791 escribi la Declaracin de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana (Dclaration desDroits de la Femme et de la Citoyenne). Es una parfrasis de la Declaracin de Derechos del Hombre ydel Ciudadano (Dclaration des Droits de lHomme et du Citoyene) publicada el 26 de agosto de 1789.

    [16] Daz-Doucaret, M. (1993), La Ilustracin olividada: la polmica de los sexos en el siglo XVIII, p. 153

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    Olympe de Gouges y laDeclaracin de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana

    Propone la emancipacin femenina en el sentido de la igualdad de derechos o la equiparacin jurdicay legal de las mujeres en relacin a los varones.

    En el prlogo de dicho documento se declara: Hombre, eres capaz de ser justo? Una mujer tehace esta pregunta; por lo menos no le privars ese derecho. Dime, qu te da imperio soberano para

    oprimir a mi sexo?. Tu fuerza?. Tus talentos? (Daz-Doucaret, 1993, p. 154). Hace un llamado a lajusticia y a la igualdad de derechos entre varones y mujeres, y luego parafrasea cada artculo de Decla-racin de Derechos del Hombre y del Ciudadano (cuyo texto aparece al final de este artculo).

    El primer paso que tena que darse para hacer valer los derechos de las mujeres era cuestionarla naturalidad de la supremaca del varn sobre la mujer y la supuesta naturalidad y exclusividad delatributo de la inteligencia en los varones.

    Tambin cuestiona por qu se obtuvieron derechos nada ms para los varones y por qu no seobtuvieron derechos para las mujeres durante la primera fase de la Revolucin Francesa, si la razn

    indica que deben tenerlos ambos si tanto varn como mujer son iguales.

    Revoluciones incompletas

    Las revoluciones que los historiadores han llamado burguesas y/o trasatlnticas (Revolucin de lastrece colonias inglesas en Norteamrica, Revolucin Francesa de 1789, Independencia de Hait, Inde-pendencia de Hispanoamrica, la Revolucin Francesa de 1848, etc.) otorgaron una serie de derechospolticos, sociales y econmicos a los varones blancos, criollos y algunos mestizos con propiedades.Rara vez concedieron esos derechos a minoras como mujeres y gente sin propiedad.

    Esas revoluciones acabaron con los regmenes absolutistas o frenaron las intenciones de algunasadministraciones que deseaban ser absolutistas en los pases que podemos categorizar como centrales(Estados Unidos, Francia y Reino Unido). Desde la Declaracin de Derechos de Virginia, la Declaracinde Independencia de las trece colonias inglesas de Norteamrica y sobre todo la Declaracin de losDerechos del Hombre y del Ciudadano, se sostiene que todos los todos los hombres son creados igualesy que los siguientes derechos son inalienables: la vida, la libertad, poseer propiedades, debido proceso,libertad de prensa y religin, soberana popular, prohibicin de privilegios de nacimiento (igualdadante la ley), divisin de poderes, juicio por jurados y bsqueda de la felicidad.

    Dicha concepcin y consecucin de derechos fue una ruptura con lo que se ha llamado AntiguoRgimen. Pero dentro de la Historia como de la ciencia, en los procesos se deben observar las rupturasas como las continuidades. La gran continuidad dentro del proceso de la obtencin de los derechoshumanos que poseen, se ejercen y se hacen guardar es que a finales del siglo XVIII y en los siglos XIXy XX y para algunas sociedades dentro de las dos primeras dcadas del siglo XXI, es que haba conjun-tos dentro de las sociedades anglosajonas, francesas e hispanoamericanas a quienes se les negaban losderechos antes mencionados. Esas minoras eran las mujeres, los varones que no tenan propiedad o lassuficientes propiedades para que pudieran ejercer sus derechos y personas de ascendencia africana yasitica (nacidos libres, emancipados o esclavos).

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    Olympe de Gouges y laDeclaracin de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana

    La Declaracin de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, fue una denuncia de la negacin deesos derechos en particular hacia las mujeres.

    Obra poltica y muerte de Olympe de Gouges

    Polticamente Marie Gouze defendi la separacin de poderes dentro de los gobiernos. Apoy en unprincipio la monarqua constitucional, pero posteriormente se adhiri a la causa republicana y se opu-so a la condena a muerte de Luis XVI en 1793. Apoy a los girondinos y advirti sobre los riesgos detirana criticando duramente la poltica de Maximilien Robespierre y Paul Marat. Denunci tambin lacreacin del Comit de Salvacin Pblica por la represin que poda haber y que termin por suceder.

    Posteriormente realiz planteamientos sobre la supresin del matrimonio como institucin yla posibilidad del divorcio. Como alternativa al matrimonio propuso la idea de un contrato anual reno-vable firmado entre concubinos y milit por el reconocimiento paterno de los nios nacidos fuera de

    matrimonio.

    Fue tambin una precursora de la proteccin de la infancia y los desfavorecidos al concebir unsistema de proteccin materno-infantil, dise un impuesto voluntario sobre la riqueza y recomend lacreacin de talleres nacionales para los desempleados y hogares para mendigos (Daz-Doucaret, 1993,p. 153) .

    En 1793 se cre la Sociedad de las Republicanas Revolucionarias. En su entusiasmo, las asocia-das a ese grupo llegaron a vestir la escarapela tricolor sobre su peinado, y otras el gorro frigio e, incluso,el pantaln rojo. Hubo revolucionarios crticos de ello. Pierre-Gaspard Chaumette lleg a decir: Des-

    de cundo le est permitido a las mujeres abjurar de su sexo y convertirse en hombres? Desde cundoes decente ver a mujeres abandonar los cuidados devotos a su familia, la cuna de sus hijos, para venir a laplaza pblica, a la tribuna de las arengas (...) a realizar deberes que la naturaleza ha impuesto a los hom-bres solamente? (http://www.morim-madrichim.org/en/GetFile/r/2985/ideas-de-autores-la-revolu-cion-francesapdf). Esto es ejemplo de que a pesar de la Ilustracin y la Revolucin Francesa, movimien-tos que se deban suponer rupturistas con el pasado y el Antiguo Rgimen y un cambio de mentalidadhacia todo, las mujeres an eran consideradas objetos cuyo mbito era lo privado y deban sujetarse alrol que la sociedad determinaba.

    Su defensa de los girondinos, despus de que stos fueran eliminados de la escena poltica enjunio de 1793, le vali ser detenida en agosto de 1793 bajo la acusacin de ser la autora de una octavillatitulada Las Tres Urnas, en la cual solicitaba un plebiscito en el cual se eligiera el sistema de gobierno:monarqua constitucional, federacin o centralismo (Daz-Doucaret, 1993, p. 154). Marie Gouze recla-m sin descanso que se la juzgara para poder defenderse de las acusaciones que pesaban sobre ella yevitar as el juicio sumario del Tribunal Revolucionario. Para ello compuso dos carteles que logr sacarde su lugar de reclusin y que tuvieron una amplia difusin, Olympe de Gouges en el Tribunal Revolu-cionario y Una patriota perseguida. Fueron aquellos sus ltimos textos.

    Fue guillotinada el 3 de noviembre de 1793.

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    CLSICOS

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    (El Martillo de las Brujas... es probablemente el tratado ms importante que se haya pu-blicado en el contexto de la persecucin de brujas y la histeria brujeril del Renacimiento. Esun exhaustivo libro sobre la caza de brujas que, luego de ser publicado en Alemania en 1486,tuvo docenas de nuevas ediciones. Se difundi por Europa y tuvo un profundo impacto en losjuicios contra las brujas por cerca de 200 aos. Esta obra es notoria por su uso en el perodo

    de la histeria por la caza de brujas que alcanz su mxima expresin desde mediados del sigloXVI hasta mediados del XVII. Fue escrita por dos monjes inquisidores dominicos, HeinrichInstitoris, nacido en Alsacia (perteneciente entonces al Sacro Imperio Romano Germnico, yanexada a Francia en 1648), y Jacob Sprenger, nacido en Basilea (perteneciente tambin en-tonces al Sacro Imperio Romano Germnico y anexada en 1501 a la Confederacin Helvticade la que surgi la actual Suiza) 18

    Escuchemos todava algo respecto de otra de sus particularidades: la voz: mentirosa por natura-leza lo es en su lenguaje, pues pica encantando. De donde la voz de las mujeres es comparada al canto de

    las sirenas, que por su dulce meloda atraen a los que pasan y los matan. Matan, efectivamente, porquevacan la bolsa, quitan las fuerzas, y obligan a perder a Dios. De aqu que Valerio diga todava a Rufino:Cuando habla es una delicia, pero el pecado es doloroso: la flor de Venus es la rosa, porque bajo su pr-pura tiene numerosas espinas. Comparad con los Proverbios: ms untuosa que el aceite es su palabra,pero la salida es amarga como el absinto. E igualmente respecto de su caminar, su estar y su atuendo ymantenimiento: all est la vanidad de las vanidades. No hay hombre alguno en el mundo que trabajepara agradar al Dios de bondad, tanto como una mujer ordinaria se las ingenia en sus vanidades paraagradar a los hombres . De ello se encuentra un ejemplo en la vida de Santa Pelagia cuando, entregadaal mundo, recorra Antioqua con un extravagante atuendo. Un santo Padre, de nombre Nonnus, la vioy comenz a llorar, diciendo a sus compaeros que durante toda su vida no haba sido tan ardiente para

    agradar a Dios Finalmente, gracias a sus oraciones, ella se convirti . He aqu lo que hace lamentarseal Eclesistico, y tambin a la Iglesia, a causa de la inmensa multitud de las brujas: encontr a la mujerms amarga que la muerte; es un lazo de cazadores, una red su corazn, y sus brazos son cadenas. Quienagrada a Dios la huye, pero el pecador se encuentra aqu preso. Ms amarga que la muerte, es decir, queel diablo, cuyo nombre es la muerte (peste), segn el Apocalipsis . Pues aunque fue el diablo quien con-

    Extracto de la primera parte, cuestin VI,deMalleus maleficarum. El martillo de las brujas:

    para golpear a las brujas y sus herejascon poderosa maza 17

    [17] SPRENGER, Jacobo e INSTITORIS, Enrique. Traduccin de Miguel JIMNEZ MONTESERN.Malleus ma-leficarum. El martillo de las brujas: para golpear a las brujas y sus herejascon poderosa maza. Editorial Maxtor. Valladolid, Espaa. 2004, p. 105 y 106.

    [18] Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Malleus_maleficarum

    Jacobo Sprenger y Enrique Institoris

    ACERCA DE LAS MISMAS BRUJAS QUE SE SOMETEN A LOS DEMONIOS

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    Extracto de la primera parte, cuestin IX, deMalleus maleficarum.El martillo de las brujas: para golpear a las brujas y sus herejas con poderosa maza

    dujo a Eva al pecado, fue Eva quien sedujo a Adn. Y el pecado de Eva no nos hubiese conducido a lamuerte del alma y del cuerpo, si no hubiese sido seguido de la falta de Adn, a la cual le arrastr Eva y noel diablo: luego se la puede con verdad decir ms amarga que la muerte. Ms amarga que la muerte an:porque si sta es natural, mata nicamente el cuerpo; pero el pecado que comienza con la mujer mataal alma, privndola de la gracia, y arrastra igualmente al cuerpo en el castigo por el pecado. Ms amargaque la muerte tambin: pues la muerte corporal es un enemigo temible pero manifiesto, la mujer, porel contrario es un enemigo encantador y disimulado. Por todo ello es ms amargo y ms peligroso, estelazo que el de los cazadores, porque es el de los demonios. Los hombres no se encuentran nicamentesometidos a sus deseos carnales vindolas y oyndolas, con su cara que es un viento que quema y suvoz que es una serpiente que silba, segn Bernardo ; pero adems, ellas atraen por medio de maleficiossin cuento a los hombres y los animales. Su corazn es llamado red, porque es inexcrutable la maliciaque reina en su corazn; sus manos son lazos porque all donde las ponen por el maleficio, all realizancuanto intentan con la complicidad del diablo.

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    Una maana, la vieja Rata de Agua sac la cabeza fuera de su madriguera. Tena los ojos claros, pare-

    cidos a dos gotas brillantes, unos bigotes grises muy tiesos y una cola larga, que pareca una larga cinta

    elstica negra. Los patitos nadaban en el estanque, como si fueran una bandada de canarios amarillos,

    y su madre, que tena el plumaje blanqusimo y las patas realmente rojas, trataba de ensearles a man-tener la cabeza bajo el agua.

    Nunca podris codearos con la alta sociedad, a menos que aprendis a manteneros bajo el

    agua les repeta machaconamente, mostrndoles de vez en cuando cmo se haca.

    Pero los patitos no prestaban atencin; eran tan pequeos que no entendan las ventajas de pertenecer

    a la sociedad.

    Qu chiquillos ms desobedientes! grit la vieja Rata de Agua. Realmente merecen ser aho-

    gados.

    Qu cosas dice usted! respondi la Pata. Nadie nace enseado y a los padres no nos queda

    ms remedio que tener paciencia.

    Ay! No s nada de los sentimientos de los padres dijo la Rata de Agua. No soy madre de

    familia; en realidad nunca me he casado, ni tengo intencin de hacerlo. El amor est bien, dentro de

    lo que cabe, pero la amistad es un sentimiento mucho ms elevado. La verdad es que no creo que haya

    nada en el mundo ms noble ni ms raro que una amistad verdadera.

    Y dgame usted, por favor, cules son, a su juicio, los deberes de un amigo fiel? le pregunt

    un Pinzn Verde, que estaba posado encima de un sauce llorn muy cerca de all, y que haba odo la

    conversacin.

    S, eso es justamente lo que yo quisiera saber dijo la Pata mientras se alejaba nadando hasta

    la otra orilla del estanque y all meta la cabeza en el agua, para dar buen ejemplo a sus pequeos.

    Qu pregunta ms tonta! exclam la Rata de Agua. Qu duda cabe de que, si un amigo mo

    es fiel, es porque me es fiel a m.

    Y usted qu hara a cambio? pregunt el pajarillo, que se columpiaba sobre una rama platea-

    da batiendo sus diminutas alas.

    No te entiendo le contest la Rata de Agua.

    Deja que te cuente un cuento sobre eso dijo el Pinzn.

    Es un cuento sobre m? pregunt la Rata de Agua. Porque, si lo es, estoy dispuesta a escu-

    charlo. Me encantan los cuentos.

    Se te podra aplicar contest el Pinzn.

    Y baj volando del rbol y, posndose a la orilla del estanque, empez a contar el cuento de

    El amigo fielOscar Wilde

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    Erase una vez comenz a decir el Pinzn un honrado muchacho, que se llamaba Hans.

    Era muy distinguido? pregunt la Rata de Agua.

    No contest el Pinzn. No creo que lo fuera, excepto por su buen corazn y su carilla re-

    donda y simptica. Viva solo, en una casa pequeita y todo el da lo pasaba cuidando del jardn. No ha-

    ba jardn ms bonito que el suyo en los alrededores: en l crecan minutisas y alheles, y pan y quesilloy campanillas blancas. Haba rosas de Damasco y rosas amarillas y azafranes de oro y azul, y violetas

    moradas y blancas. La aguilea y la cardamina, la mejorana y la albahaca silvestre, la primavera y la

    flor de lis, el narciso y la clavellina brotaban y florecan unas tras otras, segn pasaban los meses, de tal

    modo que siempre haba cosas hermosas para la vista y exquisitos perfumes para el olfato.

    El pequeo Hans tena muchsimos amigos, pero el ms fiel de todos era el grandote Hugo el Molinero.

    Tan leal le era el ricachn Hugo al pequeo Hans, que no pasaba nunca por su jardn sin inclinarse por

    encima de la tapia para arrancar un ramillete de flores, o un puado de hierbas aromticas, o sin llenarselos bolsillos de ciruelas y cerezas, si estaban maduras.

    Los amigos verdaderos deberan compartir todas las cosas sola decir el Molinero.

    Y pequeo Hans asenta y sonrea, muy orgulloso de tener un amigo con tan nobles ideas.

    Aunque la verdad es que, a veces, a los vecinos les extraaba que el rico Molinero nunca diera al pe-

    queo Hans nada a cambio, a pesar de que tena cien sacos de harina almacenados en el molino y seis

    vacas lecheras y un gran rebao de ovejas de lana. Pero a Hans nunca se le pasaban por la cabeza estos

    pensamientos y nada le daba tanta satisfaccin como escuchar las maravillosas cosas que el Molinero

    sola decir sobre la falta de egosmo y la verdadera amistad.

    El pequeo Hans trabajaba en su jardn. Durante la primavera, el verano y el otoo era muy fe-

    liz; pero llegaba el invierno y se encontraba con que no tena ni fruta, ni flores que llevar al mercado, y

    sufra mucho por el fro y por el hambre. En ocasiones tena que irse a la cama sin ms cena que unas

    cuantas peras secas o algunas nueces duras. Y adems, en invierno, estaba muy solo, ya que el Molinero

    nunca iba a visitarlo.

    No es conveniente que vaya a ver al pequeo Hans mientras haya nieve deca el Molinero a

    su mujer. Porque, cuando la gente tiene problemas, es preferible dejarla sola y no molestarla con visi-

    tas. Por lo menos, sta es la idea que yo tengo de la amistad, y estoy convencido de que es lo correcto.

    Por lo tanto esperar a que llegue la primavera y despus le har una visita y podr darme una cesta

    llena de prmulas, y con ello ser feliz.

    Eres muy considerado con todo el mundo le deca su mujer, sentada en un cmodo silln

    junto a un buen fuego de lea, muy considerado. Da gusto orte hablar de la amistad. Estoy segura de

    que ni un sacerdote dira las cosas tan bien como t, y eso que vive en una casa de tres plantas y lleva

    El amigo fiel Oscar Wilde

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    El amigo fiel

    un anillo de oro en el dedo meique.

    Pero no podramos invitar al pequeo Hans a que suba a vernos? pregunt el hijo menor

    del Molinero? Si el pobre est en apuros, le dar la mitad de mis gachas y le ensear mis conejitos

    blancos.

    Pero qu tonto eres! exclam el Molinero. Realmente no s para qu te mando a la escue-

    la, pues la verdad es que no aprendes nada. Mira, si el pequeo Hans viniera a casa y viera el fuego tan

    hermoso que tenemos y nuestra buena cena y nuestro hermoso barril de vino tinto, le dara envidia. Y

    la envidia es una cosa tremenda, capaz de echar a perder a cualquiera. Y yo no permitir que se eche

    a perder el carcter de Hans. Soy su mejor amigo y siempre velar por l, y que no caiga en tentacin.

    Adems, si Hans viniera a casa, podra pedirme prestado un poco de harina, y eso s que no lo puedo

    hacer. Una cosa es la harina y otra la amistad, y no hay que confundirlas. Est claro que son dos palabras

    diferentes y significan cosas distintas. Eso lo sabe cualquiera. Pero qu bien hablas! dijo la mujer del Molinero, sirvindose un gran vaso de cerveza ti-

    bia. Estoy medio amodorrada, como si estuviera en la iglesia.

    Mucha gente obra bien prosigui el Molinero, pero muy poca habla bien, lo que nos de-

    muestra que es mucho ms difcil hablar que obrar; aunque tambin es mucho ms elegante.

    Y se qued mirando con severidad, por encima de la mesa, a su hijo pequeo, que se sinti tan

    avergonzado que baj la cabeza, se puso muy colorado y se ech a llorar encima de la merienda. Pero

    era tan joven que hay que disculparlo. Y as acaba el cuento? pregunt la Rata de Agua.

    Claro que no contest el Pinzn. As es como empieza.

    Pues entonces no est usted al da le dijo la Rata de Agua. Hoy los buenos narradores empie-

    zan por el final, siguen por el principio y terminan por el medio. As es el nuevo mtodo. Se lo o decir

    el otro da a un crtico, que iba paseando alrededor del estanque con un joven. Hablaba del asunto con

    todo detalle y estoy segura de que estaba en lo cierto, porque llevaba gafas azules, y era calvo, y, a cada

    observacin que haca el joven, le responda: Psss! Pero le ruego que contine usted con el cuento.

    Me encanta el Molinero. Yo tambin estoy lleno de hermosos sentimientos, de modo que

    tenemos muchas cosas en comn.

    Pues bien dijo el Pinzn, apoyndose ora en una patita ora en la otra, tan pronto como

    acab el invierno y las prmulas comenzaron a abrir sus plidas estrellas amarillas, el Molinero le dijo a

    su mujer que iba a bajar a ver al pequeo Hans.

    Ay, qu buen corazn tienes! le dijo su mujer. Siempre ests pensando en los dems! No

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    El amigo fiel

    te olvides de llevar la cesta grande para las flores.

    As que el Molinero sujet las aspas del molino de viento con una gruesa cadena de hierro y baj

    por la colina con la cesta en su brazo.

    Buenos das, pequeo Hans dijo el Molinero.

    Buenos das dijo Hans, apoyndose en la pala con una sonrisa de oreja a oreja.

    Y qu tal has pasado el invierno? dijo el Molinero.

    Bueno, la verdad es que eres muy amable al preguntrmelo, muy amable, s, seor exclam

    Hans. Te dir que lo he pasado bastante mal, pero ya ha llegado la primavera y estoy muy contento, y

    todas mis flores estn hechas una maravilla.

    Hemos hablado muchas veces de ti este invierno, Hans dijo el Molinero-, y nos preguntba-

    mos qu tal te ira.

    Qu amables sois dijo Hans. Y yo que me tema que me hubierais olvidado. Hans, me sorprendes dijo el Molinero. Los amigos nunca olvidan. Eso es lo ms maravillo-

    so de la amistad, pero me temo que no seas capaz de entender la poesa de la vida. Y, a propsito, qu

    bonitas estn tus prmulas!

    Realmente estn preciosas dijo Hans; y es una suerte para m tener tantas. Voy a llevarlas al

    mercado y se las vender a la hija del alcalde, y con el dinero que me d comprar otra vez mi carretilla.

    Que comprars de nuevo tu carretilla? No me irs a decir que la has vendido! Qu cosa ms

    tonta! La verdad es que no tuve ms remedio que hacerlo dijo Hans. Pas un invierno muy malo,

    y no tena dinero ni para comprar pan. As que primero vend la botonadura de plata de la chaqueta de

    los domingos, y luego vend la cadena de plata y despus la pipa grande, y por ltimo la carretilla. Pero

    ahora voy a comprarlo todo otra vez.

    Hans le dijo el Molinero, voy a darte mi carretilla. No est en muy buen estado, porque le

    falta un lado y tiene rotos algunos radios de la rueda. Pero, a pesar de ello, voy a drtela. Ya s que es

    una muestra de generosidad por mi parte y que muchsima gente pensar que soy tonto de remate por

    desprenderme de ella, pero es que yo no soy como los dems. Creo que la generosidad es la esencia de la

    amistad y, adems, tengo una carretilla nueva. De modo que puedes estar tranquilo; te dar mi carretilla.

    Es muy generoso por tu parte dijo el pequeo Hans, y su graciosa carita redonda resplande-

    ca de alegra. La puedo arreglar fcilmente, pues tengo un tabln en casa:

    Un tabln! exclam el Molinero. Pues eso es lo que necesito para arreglar el tejado del

    granero, que tiene un agujero muy grande y, si no lo tapo, el grano se va a mojar. Es una suerte que me

    Oscar Wilde

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    lo hayas dicho! Es sorprendente ver cmo una buena accin siempre genera otra. Yo te he dado mi ca-

    rretilla y ahora t me vas a dar una tabla. Por supuesto que la carretilla vale muchsimo ms que la tabla,

    pero la autntica amistad nunca se fija en cosas como sas. Anda, haz el favor de traerla enseguida, que

    quiero ponerme a arreglar el granero hoy mismo.

    Voy corriendo exclam el pequeo Hans.

    Y sali disparado hacia el cobertizo y sac el tabln a rastras.

    No es una tabla muy grande dijo el Molinero mirndola. Y me temo que, despus de que

    haya arreglado el granero, no sobrar nada para que arregles la carretilla. Claro que eso no es culpa ma.

    Bueno, y ahora que te he regalado la carretilla, estoy seguro de que te gustara darme a cambio algunas

    flores. Aqu tienes la cesta, y procura llenarla hasta arriba.

    Hasta arriba? dijo el pobre Hans, muy afligido, porque era una cesta grandsima y saba que,

    si la llenaba, no le quedaran flores para llevar al mercado; y estaba ansioso por recuperar su botonadurade plata.

    Bueno, en realidad dijo el Molinero, como te he dado la carretilla, no creo que sea mucho

    pedirte un puado de flores. Puede que est equivocado, pero, para m, la amistad, la verdadera amistad,

    ha de estar libre de cualquier tipo de egosmo.

    Ay, mi querido amigo, mi mejor amigo exclam el pequeo Hans, todas las flores de mi jar-

    dn estn a tu disposicin. Prefiero mucho ms ser digno de tu estima que recuperar la botonadura de

    plata. Y sali disparado a coger todas sus lindas prmulas y llen la cesta del Molinero.

    Adis, pequeo Hans le dijo el Molinero, mientras suba por la colina, con el tabln al hom-

    bro y la gran cesta en la mano.

    Adis respondi el pequeo Hans.

    Y se puso a cavar tan contento, pues estaba encantado con la carretilla.

    Al da siguiente estaba sujetando unas ramas de madreselva en el porche cuando oy la voz del

    Molinero, que le llamaba desde el camino. As que salt de la escalera, cruz corriendo el jardn y mir

    por encima de la tapia.

    All estaba el Molinero con un gran saco de harina al hombro.

    Querido Hans le dijo el Molinero, te importara llevarme este saco de harina al mercado?

    Lo siento mucho coment Hans, pero es que hoy estoy muy ocupado. Tengo que levantar

    todas las enredaderas, y regar las flores y atar la hierba.

    Bueno, pues, teniendo en cuenta que voy a regalarte mi carretilla, es bastante egosta por tu

    El amigo fiel Oscar Wilde

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    parte negarte a hacerme este favor.

    Oh, no digas eso exclam el pequeo Hans. No querra ser egosta por nada del mundo.

    Y entr corriendo en casa a buscar su gorra y se fue caminando al pueblo con el gran saco a sus

    espaldas.

    Haca mucho calor, y la carretera estaba cubierta de polvo y, antes de llegar al sexto mojn, Hans tuvo

    que sentarse a descansar. Sin embargo prosigui muy animoso su camino, y lleg al mercado. Despus

    de un rato, vendi el saco de harina a muy buen precio y regres a casa inmediatamente, temeroso de

    que, si se le haca tarde, pudiera encontrar a algn ladrn en el camino.

    Ha sido un da muy duro se dijo Hans mientras se meta en la cama. Pero me alegro de no

    haber dicho que no al Molinero, porque es mi mejor amigo y, adems, me va a dar su carretilla. A la

    maana siguiente, muy temprano, el Molinero baj a recoger el dinero del saco de harina, pero el pobre

    Hans estaba tan cansado, que todava segua en la cama. Vlgame, Dios dijo el Molinero, qu perezoso eres. La verdad es que, teniendo en cuenta

    que voy a darte mi carretilla, podas trabajar con ms ganas. La pereza es un pecado muy grave, y no me

    gusta que ninguno de mis amigos sea vago ni perezoso. No te parezca mal que te hable tan claro. Por su-

    puesto que no se me ocurrira hacerlo si no fuera tu amigo. Pero eso es lo bueno de la amistad, que uno

    puede decir siempre lo que piensa. Cualquiera puede decir cosas amables e intentar alabar a los dems;

    pero un amigo verdadero siempre dice las cosas desagradables, y no le importa causar dolor. Es ms, si

    es un verdadero amigo lo prefiere, porque sabe que est obrando bien. Lo siento mucho dijo el pobre Hans frotndose los ojos, y quitndose el gorro de dormir.

    Pero estaba tan cansado que quise quedarme un rato en la cama, escuchando el canto de los pjaros.

    Sabes que trabajo mejor cuando he odo cantar a los pjaros?

    Bien, me alegro dijo el Molinero, dndole una palmadita en la espalda, porque, tan pronto

    ests vestido, quiero que subas conmigo al molino y me arregles el tejado del. granero.

    El pobrecito Hans estaba deseando ponerse a trabajar en el jardn, porque haca dos das que no

    regaba las flores, pero no quera decir que no al Molinero, que era tan amigo suyo.

    Crees que no sera muy buen amigo tuyo si te dijera que tengo mucho que hacer? pregunt

    con voz tmida y vergonzosa.

    Bueno, en realidad no creo que sea mucho pedirte, teniendo en cuenta que te voy a dar mi ca-

    rretilla le contest el Molinero. Pero, si no quieres, lo har yo mismo.

    De ninguna manera! exclam Hans y, saltando de la cama, se visti y subi al granero. All

    trabaj todo el da, y al anochecer fue el Molinero a ver cmo iba la obra.

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    Has arreglado ya el agujero del tejado, Hans? le pregunt el Molinero con voz alegre.

    Est completamente arreglado contest el pequeo Hans, mientras se bajaba de la escalera.

    Ay! No hay trabajo ms agradable que el que se hace por los dems dijo el Molinero.

    Realmente es un privilegio orte hablar respondi el pequeo Hans, sentndose y enjugn-dose e! sudor de la frente. Es un gran privilegio. Lo malo es que yo nunca tendr unas ideas tan bonitas

    como las tuyas.

    Ya vers cmo se te ocurren, si te empeas dijo el Molinero. De momento, tienes slo la

    prctica de la amistad; algn da tendrs tambin la teora.

    De verdad crees que la tendr? pregunt el pequeo Hans.

    No tengo la menor duda contest el Molinero. Pero ahora que ya has arreglado el tejado,

    deberas ir a casa a descansar, quiero que maana me lleves las ovejas al monte.

    El pobre Hans no se atrevi a replicar, y a la maana siguiente, muy temprano, el Molinero le

    llev sus ovejas cerca de la casa, y Hans se fue al monte con ellas. Le llev todo el da subir y bajar del

    monte y, cuando regres a casa, estaba tan cansado, que se qued dormido en una silla y no se despert

    hasta bien entrado el da.

    Qu bien lo voy a pasar trabajando el jardn! , se dijo Hans; e inmediatamente se puso a tra-

    bajar.

    Pero cundo por una cosa, cundo por otra no haba manera de dedicarse a las flores, pues siem-

    pre apareca el Molinero a pedirle que fuera a hacerle algn recado, o que le ayudara en el molino. A

    veces el pobre Hans se pona muy triste, pues tema que sus flores creyeran que se haba olvidado de

    ellas; pero le consolaba el pensamiento de que el Molinero era su mejor amigo.

    Adems sola decir va a darme su carretilla y eso es un acto de verdadera generosidad.

    As que el pequeo Hans segua trabajando para el Molinero, y el Molinero segua diciendo cosas

    hermosas sobre la amistad, que Hans anotaba en un cuadernito para poderlas leer por la noche, pues era

    un alumno muy aplicado.

    Y sucedi que una noche estaba Hans sentado junto al hogar, cuando oy un golpe seco en lapuerta. Era una noche muy mala, y el viento soplaba y ruga alrededor de la casa con tanta fuerza, que

    al principio pens que era sencillamente la tormenta. Pero enseguida se oy un segundo golpe, y luego

    un tercero, ms fuerte que los otros.

    Ser algn pobre viajero, pens Hans; y corri a abrir la puerta.

    All estaba el Molinero con un farol en una mano y un gran bastn en la otra.

    Querido Hans! dijo el Molinero. Tengo un grave problema. Mi hijo pequeo se ha cado

    El amigo fiel Oscar Wilde

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    de la escalera y est herido y voy en busca del mdico. Pero vive tan lejos y est la noche tan mala, que

    se me acaba de ocurrir que sera mucho mejor que fueras t en mi lugar. Ya sabes que voy a darte la

    carretilla, as que sera justo que a cambio hicieras algo por m.

    Faltara ms exclam el pequeo Hans. Considero un honor que acudas a m. Ahora mis-mo me pongo en camino; pero prstame el farol, pues la noche est tan oscura que tengo miedo de que

    pueda caerme al canal.

    Lo siento mucho le contest el Molinero, pero el farol es nuevo. Sera una gran prdida, si

    le pasara algo.

    Bueno, no importa, ya me las arreglar sin l exclam el pequeo Hans.

    Descolg su abrigo de piel, se puso su gorro de lana bien calentito, se enroll una bufanda al cue-

    llo y sali en busca del mdico.

    Qu tormenta ms espantosa! La noche era tan negra, que el pobre Hans casi no poda ver; y el

    viento era tan fuerte, que le costaba trabajo mantenerse en pie. Sin embargo era muy valiente, y despus

    de haber caminado alrededor de tres horas lleg a casa del mdico y llam a la puerta.

    Quin es? grit el mdico, asomando la cabeza por la ventana del dormitorio.

    Soy yo, el pequeo Hans.

    Y qu quieres, pequeo Hans?

    El hijo del Molinero se ha cado de una escalera, y est herido, y el Molinero dice que vaya us-

    ted enseguida.

    Est bien! dijo el mdico.

    Pidi que le llevaran el caballo, las botas y el farol, baj las escaleras y sali al trote hacia la casa

    del Molinero. Y el pequeo Hans le sigui con dificultad.

    Pero la tormenta arreciaba cada vez ms y la lluvia caa a torrentes y el pobre Hans no vea por dnde

    iba, ni era capaz de seguir la marcha del caballo. Al cabo de un rato se perdi y estuvo dando vueltas por

    el pramo, que era un lugar muy peligroso, lleno de hoyos muy profundos; y el pobrecito Hans cay en

    uno de ellos y se ahog. Unos cabreros encontraron su cuerpo flotando en una charca y se lo llevarona casa.

    Todo el mundo fue al funeral del pequeo Hans, porque era una persona muy conocida; y all

    estaba el Molinero, presidiendo el duelo.

    Como yo era su mejor amigo, es justo que ocupe el sitio de honor dijo el Molinero.

    Y se puso a la cabeza del cortejo fnebre envuelto en una capa negra muy larga y, de vez en cuan-

    do, se limpiaba los ojos con un gran pauelo.

    El amigo fiel Oscar Wilde

  • 8/13/2019 Perseo3Mayo

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    REVISTA DEL PROGRAMA UNIVERISTARIO DE DERECHOS HUMANOS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

    Ha sido una gran prdida para todos nosotros dijo el herrero, cuando hubo terminado el en-

    tierro y todos estaban cmodamente sentados en la taberna, bebiendo ponche y comiendo pasteles.

    Una gran prdida, al menos para m dijo el Molinero, porque resulta que le haba hecho el

    favor de regalarle mi carretilla, y ahora no s qu hacer con ella. En casa me estorba y est en tal mal

    estado, que no creo que me den nada por ella, si quiero venderla. Pero, de ahora en adelante, tendrmucho cuidado en no volver a regalar nada. Hace uno un favor y mira cmo te lo pagan.

    Y luego qu? dijo la Rata de agua, despus de una larga pausa.

    Luego, nada. ste es el final dijo el Pinzn.

    Pero, qu fue del Molinero? pregunt la Rata de Agua.

    Realmente no lo s, ni me importa, de eso estoy seguro contest el Pinzn.

    Entonces, es evidente que no tiene usted sentimientos dijo la Rata de Agua.

    Me temo que no ha comprendido usted la moraleja del cuento observ el Pinzn. La qu? grit la Rata de Agua.

    La moraleja.

    Quiere decir que ese cuento tena moraleja!

    Pues s dijo el Pinzn.

    Bueno! dijo la Rata de Agua muy enfadada. Pues debera habrmelo dicho antes de empe-

    zar. Y as me habra ahorrado escucharle. Y hasta le hubiera dicho igual que el crtico: Psss! Aunque

    an estoy a tiempo de decrselo.

    Y entonces le grit mu