periódico el giro - edición 25 (parte 2)

9
MAYO - JUNIO 2012 16 ZONA CRóNICA POR FELIPE SALAZAR SALA DE PERIODISMO JJ, un hombre de cabello y grue- so bigote negro, de mediana es- tatura y abdomen prominente camina entre el público buscan- do pelea. Entre sus manos car- ga un gallo colorado, de pecho negro, plumas rojizas y el lomo completamente blanco, sin plu- mas. No tiene nombre, pero por su peluqueado todo el mundo le dice ‘repeluz’. Heber es un joven lánguido y pálido que carga un carriel negro en su hombro de- recho y en sus piernas a un pollo canelo de plumaje blanco y mati- ces rojos y cafés, al cual tampoco ha bautizado. Los gallos descrestados y des- barbados se miran y tratan de escaparse de las manos de sus dueños para darse espuelazo y picotazo limpio. Ambos plumí- feros pasan por la balanza roja. En 2010, Carlos Andrés Echeverry presentó una demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 7 de la ley 84 de 1989. La Corte Constitucional en la sentencia C-666 de 2010, declaró exequible dicho artículo, reconociendo las peleas de gallos y demás actividades ahí descritas como «manifestaciones culturales». «A los cinco meses de vida, los pollos tienen que ser separados de los demás, sino se matan entre ellos». Germán Patiño «Los gallos Asil, Malayo, Calcuta y Shamo son gallos de fuerza y potencia; mientras que el Inglés, Español y el Sumatra son de pico y velocidad». Antonio Rosero Ruano. Una pelea en la qUe el gallo es Peso: Tres libras y seis onzas. Los dos personajes acuerdan calzar los gallos con espuelas de carey de cuarenta y cinco lí- neas (4.5 centímetros) y casan la apuesta: $1’500.000., la cifra más alta que la pequeña barra de tiza ha registrado en el tablero negro en toda la noche. La pelea número treinta y seis está casada y no hay vuelta atrás. La peregrinación de los cria- dores y sus gallos armados con espuelas hacia el circo se abre camino entre la multitud que espera ansiosa por el duelo. Los jueces revisan los picos y limpian con algodón y alcohol las espue- las de carey de ambos gallos, JJ y Heber ponen frente a frente al colorado y al canelo, los ‘carean’. El segundero del reloj empieza a descontar los diez minutos de batalla y los gladiadores emplu- mados saltan al ruedo mientras uno de los jueces cuenta los cinco revuelos. La batalla comenzó. PICOTAZO En el oriente de Cali el silencio que escolta la noche se ve inte- rrumpido por la vocinglería que emerge de lo que a primera vista podría ser una casa de familia pintada de blanco y de puertas metálicas azules. Un hueco en una de las paredes del interior rey funge como taquilla y una reja separa a los que no pueden ver nada de los que están a punto de verlo todo. Justo en el cora- zón del barrio Saavedra Galindo, diagonal a un asadero de pollos está ubicada una de las galleras más tradicionales de la ciudad, Picotazo. Dentro de ésta el rojo se ve por todas partes: en las paredes, co- lumnas y hasta en el viejo piso Una vez terminan los careos, cada criador de gallos suelta su consentido y la lucha comienza en este redondel. DATOS DE INTERéS UN GALLO PUEDE PELEAR UNA SOLA VEZ EN UNA NOCHE. EL DE JULIO ES EL DíA MUNDIAL DEL GALLERO. 10 FOTOS: FELIPE SALAZAR

Upload: periodismo-uao

Post on 23-Mar-2016

233 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Periódico El Giro - Edición 25 (Parte 2)

TRANSCRIPT

Page 1: Periódico El Giro - Edición 25 (Parte 2)

mayo - junio 201216 zona crónica

Por FeliPe Salazar Sala de periodiSmo

JJ, un hombre de cabello y grue-so bigote negro, de mediana es-tatura y abdomen prominente camina entre el público buscan-do pelea. Entre sus manos car-ga un gallo colorado, de pecho negro, plumas rojizas y el lomo completamente blanco, sin plu-mas. No tiene nombre, pero por su peluqueado todo el mundo le dice ‘repeluz’. Heber es un joven lánguido y pálido que carga un carriel negro en su hombro de-recho y en sus piernas a un pollo canelo de plumaje blanco y mati-ces rojos y cafés, al cual tampoco ha bautizado.

Los gallos descrestados y des-barbados se miran y tratan de escaparse de las manos de sus dueños para darse espuelazo y picotazo limpio. Ambos plumí-feros pasan por la balanza roja.

en 2010, Carlos andrés echeverry presentó una demanda

de inconstitucionalidad contra el artículo 7 de la ley 84 de

1989. la Corte Constitucional en la sentencia C-666 de

2010, declaró exequible dicho artículo, reconociendo las

peleas de gallos y demás actividades ahí descritas como

«manifestaciones culturales».

«a los cinco meses de

vida, los pollos tienen

que ser separados de

los demás, sino se

matan entre ellos».

Germán Patiño

«los gallos asil, Malayo, calcuta y Shamo son

gallos de fuerza y potencia;

mientras que el inglés,

español y el Sumatra son de

pico y velocidad». antonio

rosero ruano.

Una pelea en la qUe el gallo es

Peso: Tres libras y seis onzas.Los dos personajes acuerdan

calzar los gallos con espuelas de carey de cuarenta y cinco lí-neas (4.5 centímetros) y casan la apuesta: $1’500.000., la cifra más alta que la pequeña barra de tiza ha registrado en el tablero negro en toda la noche. La pelea número treinta y seis está casada y no hay vuelta atrás.

La peregrinación de los cria-dores y sus gallos armados con espuelas hacia el circo se abre

camino entre la multitud que espera ansiosa por el duelo. Los jueces revisan los picos y limpian con algodón y alcohol las espue-las de carey de ambos gallos, JJ y Heber ponen frente a frente al colorado y al canelo, los ‘carean’. El segundero del reloj empieza a descontar los diez minutos de batalla y los gladiadores emplu-mados saltan al ruedo mientras

uno de los jueces cuenta los cinco revuelos. La batalla comenzó.

PICOTAZOEn el oriente de Cali el silencio

que escolta la noche se ve inte-rrumpido por la vocinglería que emerge de lo que a primera vista podría ser una casa de familia pintada de blanco y de puertas metálicas azules. Un hueco en una de las paredes del interior

reyfunge como taquilla y una reja separa a los que no pueden ver nada de los que están a punto de verlo todo. Justo en el cora-zón del barrio Saavedra Galindo, diagonal a un asadero de pollos está ubicada una de las galleras más tradicionales de la ciudad, Picotazo.

Dentro de ésta el rojo se ve por todas partes: en las paredes, co-lumnas y hasta en el viejo piso

Una vez terminan los careos, cada criador de gallos suelta su consentido y la lucha comienza en este redondel.

datoS de interéS

Un gallo pUede pelear Una Sola vez

en Una noche.

el

de julio eS el día mundial del Gallero.

10Fo

toS

: Fe

liP

e S

ala

za

r

Page 2: Periódico El Giro - Edición 25 (Parte 2)

mayo - junio 2012 17zona crónica

gloSario gallÍStico

armadero: lugar que la gallera provee para empiojar los gallos.Boleo: Sortear los turnos en los cuales combatirán los gallos una vez cazados.Carear: poner los gallos frente a frente para que se den picota-zos, hacerles dar rabia y que peleen con más ímpetu.Colear: Negar una apuesta que se hizo de palabra.Cuerda: Galpón o criadero. empiojar y/o armar: poner las espuelas postizas a los gallos.Cajón para el combate: Canasta para colocar los gallos antes del combate. No tiene piso y se asienta sobre la alfombra del redondel, de forma tal que al levantarlo, los gallos puedan en-contrarse de frente para iniciar el combate.Casar: Selección de los 2 gallos para enfrentarse en el combate en concordancia con el peso y otros acuerdos que deberán ser informados al juez para su cons-tancia en el registro de peleas.Cepo: instrumento de metal con espacio de medidas exactas que se utiliza para corroborar el largo de las espuelas postizas.Cerote: Barra de cera que se derrite para rellenar la boca de la espuela de manera que pueda ser pegada a la pata del gallo.Circo: es el círculo en el que se desarrolla la pelea de gallos.espuela desechable: Son aquellas espuelas plásticas que serán arrendadas al momento de armar el gallo en el armade-ro; luego de concluida la pelea, el juez las parte.espuela plástica: espuela de material polímero termoplástico.espuela partida: es aquella espuela que, durante la pelea, pierde gran parte de su longi-tud.Gallo afeitado: aquél que está afeitado alrededor de la base de la cresta, por detrás de los oídos y/o hasta la corbata.Gallo huido: Gallo que rechaza combatir con el verdugo durante la prueba de cobardía, o con su contrincante.Gallo indefenso: Gallo que tiene espuelas partidas y/o está a merced de su contrincante.Gallo topetón: Gallo corredor que no presenta pelea a su adversario.Guerrilla: riña entre cuatro gallos al mismo tiempo. Sólo hay un ganador.Tino: Capacidad que tiene el gallo de herir con contundencia.

• Se estima que en Cali hay de 10 a 12 galleras legales.

• el artículo 7 del estatuto Nacional de protección de los ani-males, exime de la crueldad animal a las peleas de gallos en cinco puntos:

1- Herir o lesionar a un animal por golpe, quemadura, cortada o punzada o con arma de fuego. 2- Causar la muerte inevitable o necesaria a un animal con procedimientos que originen sufrimiento o que prolonguen su agonía. 3- enfrentar animales para que se acometan y hacer de las peleas así provocadas un espectáculo público o privado. 4- Convertir en espectáculo público o privado, el maltrato, la tortura o la muerte de animales adiestrados o sin adiestrar. 5- Usar animales vivos para entrenamiento o para probar o incrementar la agresividad o la pericia de otros animales

la mayoría de loS GalloS que mueren

en Pelea, Son ComidoS al

día SiGuiente.

la entrada a

Picotazo vale

$4.000

en General y

$7.000 en ruedo

numerado.

el 26, 27 y 28 de

diciembre se reali-

za el desafío de la

Feria de Cali en el

Coliseo Gallístico

Pico de oro.

laS CaSillaS de PiCo de

oro Pueden alBerGar haSta 560 GalloS de

riña.

las espuelas de

carey hechas del

caparazón de la

tortuga de carey,

están siendo

reemplazadas por

espuelas plásticas.

de cemento que aún conserva la pintura roja y amarilla, caracte-rística de la cresta y el pico de los gallos que desde hace sesenta y tres años combaten en esta ga-llera.

Las voces de Orlando Contre-ras, Daniel Santos y Panchito Ri-set se escuchan con vaga nitidez entre las mesas de madera aza-bache que se convierten en un tertuliadero donde la gente que

rodea el circo gallístico acom-paña las casillas de madera en las que los bravos emplumados aguardan por un contrincante. Desde allí, su cantar compite con el equipo de sonido, la gritería y las apuestas.

En una de las largas columnas de las cuales cuelgan los banderi-nes de colores, está enquistada la balanza roja en la que son pesa-dos todos los gallos que aspiran

salir vencedores de las cuarenta riñas que se disputan a solo unos pasos de ahí.

Aquí, los juegos de azar tam-bién tienen su espacio. En una mesa de billar cubierta con una manta blanca, los jugadores no tienen tacos ni bolas, solo copas aguardienteras de cuero y dados que son lanzados con la esperan-za de ganar en un tiro de suerte el botín de los apostadores.

El redondel es una mezcla de Cañaveralejo y Pascual Guerrero antes del Sub 20. En la gradería de tres escalones de cemento caben hasta ochenta personas, mientras que los más privilegia-dos ven las riñas desde la pri-mera fila tapizada con una al-fombra grisácea y que tan solo la separa un muro del circo verde, donde los gallos pelean hasta el empacho y las coloridas plumas vuelan de lado a lado. Del techo cuelgan las cadenas que sujetan el cronómetro negro y cuadrado al que sólo le funciona el segun-dero que corre en sentido con-trario a las manecillas del reloj; debajo de éste, hay una base de botella plástica donde reposan los copos de algodón bañados en alcohol con los que limpian las espuelas de los animales. De las mismas cadenas se suspenden el tablero en el que se anota el due-ño del gallo, el color, el valor de la apuesta y el número de la pelea; y las tres lámparas blancas que reflejan las siluetas de los gladia-dores emplumados y las manos agónicas de los asistentes.

EL APOSTADOR«La palabra de ‘gallero’ es una

letra al portador. Aquí la gente que ‘colea’ no vuelve a entrar», afirma José Cruz al explicar que las personas que no pagan sus apuestas no son bienvenidas en las galleras, al tiempo que reco-ge una pluma blanca que dejó el canelo en su primer salto y se la pone en la oreja derecha.

«¡Voy veinte a diez! ¡Voy veinte a diez!», grita desaforadamente José, mientras mira quién acep-ta su apuesta. Sentado del otro lado, en la primera fila del ‘ga-llinero’, un hombre canoso de camisa roja levanta su mano de-recha y asintiendo con su cabeza

firma la apuesta.El segundero ya dio cinco vuel-

tas desde que empezó la pelea entre el repeluz y el canelo. Ya no hay tiempo para cambiar es-puelas. Los gritos y los palmoteos de la gente alientan a los gallos, que frente a frente con las plu-mas del pescuezo erizadas tra-tan de intimidarse uno a otro. Los dos luchadores se entrelazan en un intercambio de picotazos y espuelazos que empiezan a man-char sus plumas de sangre; el ca-nelo en un rápido movimiento le cortó el cuello al colorado.

José, de uñas largas, cabello negro y bigote, viste con una ca-misa azul rota de una firma de apuestas; de su cuello penden un aparato electrónico para hacer chance y un rosario de madera. Los dos amuletos que lo acompa-ñan todos los sábados a las ‘jue-gas’ y que espera que hoy no le fallen.

«Yo vengo a Picotazo desde hace veinticinco años. Ya perdí la cuenta de cuánto he apostado y es mejor no recordar lo que he perdido», dice con resignación mientras mira cómo el canelo le da un golpe de oído al repe-luz que desata la euforia de unos cuantos, entre ellos José. La suerte parece sonreírle esta no-che al chancero.

A una juega de gallos asiste todo tipo de gente con distintos intereses. Las graderías y el rue-do son una mescolanza en la que convergen desde un gallero raso de poncho y sombrero que rinde culto a esta práctica campesi-na y que lleva sus pocos gallos a pelear, hasta mágicos, nuevos y prósperos empresarios que apuestan sumas altas, tan altas que casi nadie se atreve aceptar.

«Lo máximo que he perdido en una sola riña ha sido quinientos mil pesos. Se los puse a un gallo morado, se llamaba Alí y apenas lo ví pensé que era el ganador. Empezó la pelea y Alí era tinoso, rápido de cuerpo y estaba dan-do mucha espuela. Ahí aposté la plata. A los dos minutos le dio un pulmonazo al canelo y lo tiró al piso. Yo estaba feliz, estaba con-tando la plata. Hasta que, de la nada, el canelo se levantó, le dio un espuelazo en el corazón a Alí

Mientras las aves se trenzan en una feroz batalla, los asistentes departen y hacen sus apuestas.

tenga en cUenta

Page 3: Periódico El Giro - Edición 25 (Parte 2)

mayo - junio 201218 zona crónica

y eso fue todo. Perdí la platica y desde ese día siempre me la jue-go con los canelos», recuerda sin despegar su mirada de la pelea.

El reloj sigue corriendo y las plumas volando. El repeluz sigue atolondrado por el golpe y empie-za a tambalear, mientras el cane-lo sigue atacando con picotazos su cabeza. El pollo colorado, cabizbajo, cae a la lona y el juez voltea el reloj de arena que em-pieza a dejar caer sus primeros granos. Es un minuto decisivo, o se levanta o JJ perderá la mayor apuesta de la noche y José gana-rá diez mil pesos.

LA GALLERA En una ‘juega’ las mujeres se

pueden contar con los dedos de una mano. Es un mundo donde los gallos toman Poker y las galli-nas Águila Light.

Cornelia Murillo es una matro-na recia, de tez amarillenta, na-riz aguileña y sencilla vestimen-ta que cada ocho días cumple la cita que tiene con los gallos de riña. Ella cuenta con una tradi-ción gallera que se remonta a su bisabuelo y en la actualidad con-tinúan sus sobrinos como jueces de batalla. Una tradición que la ha llevado a recorrer las galleras de todo el Valle del Cauca.

- Yo nací entre gallos y por eso conozco a mi clientela. Esto es un círculo vicioso, a mi me toca visi-tar toda la semana galleras para que el sábado la gente venga a jugar acá. En una noche atende-mos de ciento ochenta a doscien-tas personas.

Su padre compró Picotazo hace cuarenta y cinco años y ella des-de entonces ha estado al frente de la taquilla todos los sábados. Es tocaya de Cornelio, el gallo verde de cresta roja y pico ama-

rillo que sale en las cajas de ce-reales y que nació en 1958, justo cuando Cornelia tenía ocho años y solía acompañar a su padre y a su abuelo a las peleas de gallos.

PICO DE OROEl tercer lunes del mes es un

día especial en el barrio Santa Elena; no porque haya descuen-tos en las frutas de la galería o porque en los billares la cerveza esté más barata, sino porque es lunes de gallos en el Coliseo Ga-llístico Pico de Oro.

Esta es la gallera más tradi-cional de Cali, la que organi-za anualmente el torneo más relevante a nivel nacional, el Campeonato Extraordinario de Peleas de Gallos que este año ce-lebró su octava versión y donde en un solo día se pueden ver has-ta setenta riñas. Es el punto de encuentro de galleros de todo el país y también extranjeros pro-venientes de Puerto Rico, Repú-blica Dominicana, Perú, Brasil, Ecuador, Aruba, entre otros.

La edificación blanca y ver-de de dos pisos, es la casa más grande de la cuadra. En esta gallera todo está tipificado con letreros. La zona de calzada don-de están las mesas verdes en las que empiojan los gallos; las jau-las para baloteo son las casillas de madera en las que se meten los gallos que van a pelear en la noche; el laboratorio donde se examinan los gallos antes de la pelea; la casilla donde se pagan y se entregan las espuelas; un ta-blero blanco en el cual se anotan las riñas de una noche donde hay lugar para sesenta y tres duelos. De una cabuya roja y blanca pen-de la balanza plateada que regis-tra hasta cinco libras de peso y en la parte más baja cuelga una

lona roja donde se pone el gallo para pesarlo.

«Yo conozco muchas galleras, pero ninguna como ésta. Esta gallera tiene tradición. Decir Co-liseo Gallístico Pico de Oro en el mundo de los gallos es hablar de un templo», afirma Eduardo Toro visitante asiduo de Pico de Oro desde que estaba ubicada en el barrio Bretaña, hace más o menos cincuenta años, cuan-do su propietario Carlos Ramos decidió mudarla a Santa Elena y construyó su casa justo al lado de ésta.

Las columnas rojizas y las pa-redes blancas con calados rodean la gradería de tableta y barandas blancas que separan la localidad general del ruedo numerado de cojines y pared roja de la prime-ra fila de muro y silletería verde.

Del techo pende una lámpa-ra plateada que ilumina todo el circo, una canasta verde y otra blanca que antes de iniciar la pe-lea descienden para contener a los luchadores.

En los costados cuelgan el re-loj electrónico que marca los diez minutos del combate y un tablero

electrónico que como el de Pico-tazo, muestra la cuerda, el color del gallo, el valor de la apuesta y el número de la pelea.

En el circo verdoso que está cercado por un muro de granito blanco reposan dos relojes elec-trónicos, uno verde y otro rojo que descuentan los sesenta se-gundos al gallo caído.

Igual que en Picotazo, el azar tiene su propia mesa. Al lado del bar está la mesa en la que los dados juegan un duelo aparte y donde el dinero se pierde más fácil que en una riña de gladia-dores empiojados.

En este «templo» como lo lla-man muchos, son diversos los personajes que se pueden encon-trar desde un vendedor de chan-ce, un notario, un ex gobernador del Cauca, ex senadores del Va-lle, dirigentes deportivos y futbo-listas, entre otros.

El repeluz sigue tendido sobre la alfombra verde, el canelo con-tinúa picoteando fuertemente su cabeza y la arena parece caer en cámara lenta.

«¡Arriba colorado mío! ¡Arriba colorado mío! ¡Arriba colorado mío!...», grita desesperadamente JJ mientras palmotea el muro de cemento que lo separa de su ga-llo caído.

Su cara refleja una mezcla de angustia, rabia e impotencia que contrasta con la sonrisa y el mo-vimiento frenético del puño de Heber, que está del otro lado del circo, justo en frente de su rival.

«¡Voy cien a cinco! ¡Voy cien a cinco!», corean en voz alta varios de los hombres que acompañan al dueño del canelo, sin que na-die tome la apuesta.

Agotado y con las patas y las plumas de la gola ensangren-tadas, el repeluz no pudo más. Los granos de arena terminaron de escurrirse por la cintura del rústico reloj rojo. «¡Gana!», gri-tó el juez mientras separó al ca-nelo del colorado. Heber saltó a la alfombra verde y cargó entre sus brazos a su gallo. JJ recogió delicadamente al repeluz, le lim-pió la sangre del cogote y sin ti-tubear, sacó del bolsillo izquierdo de su camisa un fajo de billetes estampados con la cara de Jor-ge Isaacs y pagó la apuesta a Heber, que con el canelo en su mano derecha y millón y medio en su carriel negro, dejó el cir-co entre abrazos y felicitaciones y a José con diez mil pesos más para apostar a la riña venidera. No hay tiempo para barrer las plumas ni limpiar la sangre, la pelea número treinta y siete está a punto de empezar.

A pesar de que las peleas de gallos son consideradas por muchos como desagradables y dantescas, en Cali tienen una gran afición.

Antes de los combates, los gallos son pesados para que se enfren-ten los que son equivalentes, como una pelea de boxeo.

Foto

S: Fe

liP

e S

ala

za

r

Page 4: Periódico El Giro - Edición 25 (Parte 2)

mayo - junio 2012 19cUltUra

Por: lorena SalCedo CantilloSala de periodiSmo

Para Piper Pimienta las caleñas eran como las flores, Moncho Santana sólo creía en el Cali Pa-

changuero y que del puente pa allá estaba la rumba, otros como Óscar de León no hacían sino gritar a los cuatro vientos ‘me voy pa Cali’ y Javier Vásquez nos recordó que ‘si por la Quin-ta vas pasando, es mi Cali que vas atravesando’. Cuatro artis-tas, pero decenas de canciones que han contribuido al reconoci-miento mítico de la ciudad como la capital mundial de la salsa, pero acaso ¿es Cali solo rumba y solo salsa?

En los años 20 la ciudad no tenía una música que la identi-ficara. Antes de la aparición de la radio se escuchaban aires del bambuco alegre del Tolima, pa-sillos y guabinas. Con la entrada de la radio se dio la relación con la música cubana, entre los años 35 y 40 nacieron cinco emisoras en Cali, y fue en este momento cuando se creó una gran atrac-ción por los ritmos antillanos.

En 1947 vino la gran influen-cia del cine mexicano llamado el cine de ‘rumberas’, el cual, se-gún el escritor Umberto Valver-de, “era una desviación de lo que

¿CalI, sÓlo CapITal MUnDIal

De la salsa?Hollywood había creado, que era el género musical, y en México lo modificaron hacia el musical latinoamericano, basado en la música cubana y el bolero. Los artistas que salían y promovían en el cine eran la Sonora Ma-tancera y Pérez Prado, con su mambo. La radio y el cine se vuelven una fortaleza provocan-do que Cali se identificara con la música cubana y es en este con-texto que nace la Feria de Cali, perfilando a la ciudad como la ciudad rumbera y salsera”.

Para Um-berto Val-v e r d e

Cali tiene el espíritu de salsa y rumba, Cali es una ciudad del occidente colombiano geográfi-camente ubicada cerca del Pa-cifico colombiano, pero con un espíritu y mentalidad del Caribe.

“La salsa nunca se ha apro-piado de nada, los salseros nun-ca han dicho que es la única expresión musical, además que este género ha sido el más cer-cano a otras expresiones cultu-rales. Aquí han convivido otras expresiones culturales, la músi-ca cubana sonó junto con toda la música que se hacía en Co-lombia, de manera que no hubo una hegemonía porque la salsa

quisiera”, sostiene Valverde. El escritor agrega que “por el contrario, la ge-neración de los años 60 y 70 demuestra que es una generación ade-lantada, que cambia

los procesos de la literatura del Valle del Cauca, como el caso mío, el de Andrés Caicedo, de manera que esa generación puso un

punto muy alto en la expresión artística

colombiana, si eso no ha seguido no es por

culpa de la salsa es por culpa de que las genera-

ciones no hayan tenido el mismo nivel de esos artis-tas”.

El ‘padre’ de Bomba Ca-mará también señaló que el fenómeno de la salsa no se puede ver como una opre-

sión o una tendencia. “Por el contrario, aquí en Cali han ido creciendo otras tenden-cias musicales como el Hay Festival de jazz y rock. Aho-

ra, que los grupos no sean buenos, eso es un problema de calidad y formación”, afirma.

Una visión similar comparte el asesor musical de Delirio y experto en el género de la sal-sa, Richard Yori, quien sostiene que no es nocivo que la ciudad sea reconocida como la Capital

Mundial de la Salsa. “Cali siem-pre ha sido una ciudad alegre, finalmente los bailarines, la or-questa, los ritmos, todo entró y se quedó. Detrás de cualquier rumba, de cualquier música, llá-mese salsa, tango, siempre debe haber una cultura y una educa-ción para escucharlos y estudiar sobre ellos. Y eso pasa aquí, están los coleccionistas de tan-go, los campeones de salsa, las orquestas, hay una cultura mu-sical, no una cultura de la rum-ba”, dice el antiguo propietario de la salsoteca Tiempo Libre.

Yori dice que “al vender a Cali como una ciudad salsera se gana turismo, nosotros hacemos el salsódromo y eso es turismo. Todo los artistas quieren venir, cuántos números son dedicados a Cali por ser una ciudad ama-ble, calurosa, musical, Pienso que eso genera un desarrollo de la “rumba”, que permite que haya turismo, que la gente quie-ra venir a ver cómo se baila la salsa en Cali”.

“Cali no es solo salsa” Sin embargo, otras visiones de

la cultura caleña consideran lo contrario y creen que Cali debe

despojarse de ser considerada solo la capital de la rumba. Para Luis Alberto Sevillano, director de fomento de la Secretaría de Cultura y Turismo de Cali esto es tan complejo y tan delicado como lo que está sucediendo en Cartagena con el tema de la prostitución. “Cali es mucho más que rumba, tiene una can-tidad de procesos culturales que la hacen grande. Es una ciudad intercultural y diversa. Por ser una ciudad de paso alberga gen-te de la Costa Pacífica, pero tam-bién del Cauca, del eje cafetero, eso la hace una ciudad muy rica de tradición y una ciudad total-mente intercultural”.

De hecho, quienes cuestio-nan que la ciudad se identifique como una capital de la rumba, recuerdan que en la época de los ochenta y noventa, cuando más discotecas florecieron, es-tas fueron patrocinadas por las ‘narcos’, que dominaban a sus anchas la rumba en la ciudad.

De ahí que Sevillano afirme que “Cali tiene mucho más para mostrar, tiene en los Farallo-nes un espacio para mostrar de avistamiento de aves como en ninguna parte existe. La ciudad tiene siete ríos que permiten es-tudiar la biodiversidad de este tipo de espacios, Cali tiene una mezcla de culturas que te per-mite viajar por la andina, ne-gra, mestiza y demás. Aquí te-nemos un acervo gastronómico como ninguna otra ciudad, por eso considero que a la ciudad sí la ha afectado que la tipifiquen simplemente como una ciudad de la noche”.

Por eso, Sevillano insiste en que “se debe de hacer un esfuer-zo para que la ciudad se pre-ocupe por formar público, por hacer posible que la gente vuel-va a los espacios culturales y tenga la posibilidad de conocer otras manifestaciones. Es un proceso más de formación de público interno que no se ha po-dido tener con una vehemencia, pero que en algunos espacios se ha podido recuperar”.

Finalmente, el académico y columnista Mauricio Doménici sostiene que “las políticas cul-turales deberían considerar lo siguiente: Hace falta una ver-dadera política de formación de públicos para las artes escé-nicas, menos retórica, antes de que la cultura de la rumba y las discotecas –valores dominantes y emblemáticos de una identi-dad urbana estereotipada- ex-ponga el arte de Cali a la vora-cidad incontrolable del consumo sensualista”.

“Una cultura no puede eliminar a la otra; en Cali caben el rock, la salsa, el vallenato y el curru-lao. Tratar de dividir la ciudad, de enfren-tarla con sentimien-tos xenófobos, es grave equivocación”.medardo ariaS, eSCritor y ColumniSta de el PaíS

“La salsa es un tema que aún muchos mi-ran con vergüenza, como un asunto de rumba y discoteca desconociendo que se trata de un factor de desarrollo cultu-ral y social capaz de transformar”.

arGemiro CortéS, ex SeCretario de Cultura de Cali:

el año pasado, el new York times

publicó un artículo en el que invitó al mundo a

disfrutar de la experiencia rumbera caleña. Entre

los sitios que recomienda se encuentran Tintindeo, Zaperoco, Juanchito, el Salsódromo, Delirio y

Ciudad Salsa.

Page 5: Periódico El Giro - Edición 25 (Parte 2)

mayo - junio 201220 tendenciaS

daniela González y valeria marmolejoSala de periodiSmo

La empanada, el cham-pús, el cholado, el san-cocho, el pandebono y el chontaduro ya no son

comidas ajenas para los extran-jeros que hoy residen en Cali y en otras partes del país. Hoy son ellos quienes han escogido esta parte del mundo para vivir. Y cómo son las paradojas de la vida, los de acá queriéndose ir y los de allá queriéndose quedar.

Una estampa de hombres y mujeres blancos, ojos pardos, acento extranjero y pintas poco colombianas tratan de mimeti-zarse en medio del caos y la ale-gría local, alejándose un poco de la realidad europea que les ha tocado enfrentar.

Quién iba a creer que un país donde muchos dicen que es re-conocido por no tener identidad, que es noticia en el extranjero por los ataques guerrilleros y en el que pareciera que todo lo que viene de afuera es mejor se convertiría en el sueño de los jóvenes europeos que vienen en busca de nuevas oportunidades.

Cali atrapa

Miss Hajer Adbuzeid es una mujer inglesa de 33 años, muy alta de estatura, delgada y sencilla, quien lleva radicada en Cali dos años. Hace un tiempo, ella decidió tomar rumbo para conocer las maravillas turísti-cas del país, pero después de darse cuenta de lo hermoso que es prefirió volverse resi-dente. Su verdadera profesión es la psicología, pero no la ejerce pues prefiere sustentar sus gastos enseñando inglés en clases personalizadas o a grupos pequeños. “En Colombia yo gasto menos en todo sentido, Inglaterra es un país demasia-do costoso, pero también gano más en mi trabajo lo cual me permite gastar mas. Todo es muy relativo y siempre depende de la economía del país, pero Colombia es más económica y sencilla entonces necesitas me-nos dinero y esto me encanta, en Londres le gente cree que siempre necesita gastar más porque es un país muy consu-midor”, dice Hajer Adbuzeid.

Según la inglesa, Cali es una ciudad con una energía muy po-sitiva a pesar de la pobreza que abunda en los barrios deprimi-dos de la ciudad. Pero también relata que su experiencia de vivir en la Sucursal de Cielo ha sido increíble. Piensa que es un

‘COLOMBIAN DREAM’

EL

lugar donde las oportunidades son enormes, pero que todo de-pende de la prioridad que tenga cada persona.

“La única cosa que no me gus-ta es cómo los caleños se han acostumbrado al peligro y la falta de conocimiento del medio ambiente”, relata Hajer, mien-tras toma un tinto cargado en el antejardín de su casa.

Esta psicóloga devenida a maestra de inglés y quien goza como niña con los ritmos salse-ros, cree que Colombia está a un paso de dar un salto, para bien o para mal, que transformará la Nación. “Mi tiempo aquí en Cali se ha basado en la paciencia y el trabajo en el sector social, aprendiendo cómo funciona una sociedad muy distinta a la mía”.

Un corazón roto Un irlandés de cabellera y barba

rojiza, algo ondulada, ojos miel y piel blanca decidió llegar a Colombia, pero no por turismo sino embriagado por el amor. Hace dos años, Martin Dólan, un joven de 26 años, se enamo-ró en Ecuador de una estudian-te caleña. La capital del Valle se convirtió entonces en su ciudad imaginaria.

Un rompimiento de corazones se volvió la excusa perfecta para vivir en medio de un mundo ex-tranjero radicado en el barrio San Antonio. “Una vez que ter-miné con la relación decidí irme a vivir solo, pero en un lugar económico, pues antes vivía en Ciudad Jardín y no podía dar-me el lujo de pagar tanto dinero por una casa. Después de tanto buscar llegué a una casa de ha-bitantes de diferentes partes del mundo quienes se dedicaban a trabajar en lo mismo: dando

clases de inglés u otras lenguas, que por cierto son muy bien pagas y apetecidas por la clase media-alta de la ciudad. Desde ese momento, a pesar de estar muy lejos de mi país natal, me sentía como en casa y en fami-lia”, afirma el irlandés.

Martin tiene planes de irse a vivir a Medellín al ver que en Cali no ve la oportunidad de trabajar en su profesión (la ar-quitectura) sino solo enseñando clases de inglés de lo cual ya se está aburriendo. “Desde que lle-gué a Cali me gustó como la gen-te me acogió, eran muy amables conmigo y tenía siempre algo por hacer, sobre todo los fines de semana cuando iba a las afueras de la ciudad a escalar. Pero vi un pequeño inconveniente y es que dentro de la ciudad la mentali-dad de la gente es algo cerrada, razón por la cual he decidido

trasladarme hacia Medellín, la ciudad de las montañas”.

Ahora este arquitecto irlandés trabaja, escala y vive sin ningún problema. Esto, a pesar de la in-comodidad de haber tenido que salir del país más de tres veces para renovar su visa de turista. “Lo que mayor felicidad me da es mostrar a Colombia con otra cara, como un país maravilloso, con una flora y fauna abundan-te. Incluso, mis papás y mi her-mana cambiaron su idea porque ellos pensaban que esto era solo guerra hasta cuando pudieron conocer”, recuerda Martin Dó-lan.

Estudiando se fue quedandoMelanie Becker es una joven ale-mana de 26 años, cabello rubio y liso, ojos verdes, dentadura ali-

huyendo de la crisis económica del viejo Continente o simplemente buscando nuevos horizontes, a Cali han llegado decenas de europeos que quieren vivir su propio ‘sueño colombiano’ de progreso.

Page 6: Periódico El Giro - Edición 25 (Parte 2)

mayo - junio 2012 21tendenciaS

viSa de trabajador Al extranjero que sea contratado por una

empresa, entidad o institución colombiana,

sin importar la especialidad, trabajo social,

artístico, voluntario entre otros, se le otorgara

este tipo de visa, siendo vigente por 2 años, el

costo es de US$205.

la cUeStión legal Países como Cuba, India, Irán,

Irak, República Dominicana,

Nicaragua, China, Taiwan, Haití,

Afganistán, Argelia, Corea del

Norte, Eslovaquia, Jordania,

Líbano, Libia, Marruecos,

Pakistán, Palestina, República

Checa, Siria, Sudán, Sri Lanka,

Vietnam y Yemen, entre otros,

requieren de una visa para lle-

gar al país, según la Cancillería

colombiana. Mientras tanto, los

países europeos y de Nortea-

mérica no necesitan de una

visa para entrar al territorio

colombiano.

Precisamente las visas más

solicitadas en Colombia, según

la Cancillería colombiana, son

las de Estudiante, Trabajo y

Negocios.

neada y una belleza que deslum-bra a los colombianos, especial-mente aquellos de raza negra. Desde hace seis años y medio vive en Cali. Su primer viaje al país fue con la idea de visitar a un amigo alemán que trabajaba en un colegio de la ciudad. “Al devolverme para Alemania y to-mar la decisión de lo que quería estudiar, opté por regresar a Co-lombia para estudiar medicina, ya que en mi país esta carrera es demasiado teórica mientras que acá uno tiene páactica des-de el primer momento. Estoy en mi último año de medicina, pero trabajo como Médica In-terna de la Universidad Libre, Clínica Versalles y corporación Comfenalco Valle”.

La alemana sólo trabaja de manera voluntaria pues ninguno de estos trabajos son remunera-dos pues la visa de estudiante

solo le sirve para cumplir sus labores académicas. Su soste-nimiento mensual proviene del bolsillo de sus padres, quienes le envían el dinero necesario hasta que pueda empezar a trabajar. “En un principio trabajaba dic-tando clases de Alemán, cobra-ba aproximadamente $25.000 pesos la hora y al menos 4 veces a la semana tenía un estudian-te, pero tuve que dejarlo porque no me quedaba tiempo sino solo para estudiar. Si hubiera que-rido continuar por ese camino tendría que haberme consegui-do una visa, relativamente fácil de conseguir siempre y cuando tuviese un contrato laboral”.

Melanie sostiene que “al vivir en Colombia me he dado cuen-ta que la vida es más relajada, menos disciplinada. Pienso que traer otra cultura a ésta comu-nidad la hace crecer, entonces

me parece que favorece más que lo que perjudica. En Cali se nota desorden, falta disciplina, educación, normas y noto que la gente exige muchas cosas por falta de conocimiento, hasta el punto de volverse muy groseros si no lo consiguen. Pero Cali no es solo cosas negativas también hay cosas positivas como por ejemplo el clima y algunas per-sonas que vuelven esta ciudad algo especial. Para mí Colombia es pasión y paciencia.”

Una duda puede cambiar el rumboCharles Guilhones, un joven francés de 25 años, lleva via-jando desde hace dos meses y medio por fuera de su país. Su aventura consiste en recorrer todo América desde el norte hasta llegar a la Patagonia.

Desde hace tres semanas que llegó a Colombia no ha visto sino diferencias culturales entre to-dos los departamentos del país, lo cual lo han enloquecido un poco. Por su cabeza solo estaba salir de Francia y y descubrir nuevos lugares. Lo que nunca se imaginó fue llegar a Colombia y menos terminar en Cali, una ciudad que lo seduciría hasta el punto de tomar la decisión de quedarse a vivir aquí al menos por un año como profesor de francés o mejor aún como má-nager de una banda musical.

Ahora se hospeda en el hostal Toskani, en el barrio San Anto-nio, paga $17.000 pesos por una habitación, lo cual le parece eco-nómico, vive de los recursos que le mandan sus padres, pero se queda sorprendido de la manera como en Colombia le rinde el di-nero en comparación con su país.

“Yo había escuchado hablar de Colombia por unos amigos que son docentes en Bogotá. Al llegar a Colombia, esa ciudad fue mi segundo destino después de Cartagena, pero no me gustó mucho. Al llegar a Cali encontré una ciudad calmada, es mas, a veces hasta me preocupa su pasividad, pero aun así tan cau-tivadora por su clima y su gente que no parece que estuviera le-jos de casa”, dice Charles.

Hoy se debate en el dilema de seguir viviendo en Cali, en bus-ca de su sueño colombiano o re-gresarse a Europa. “En Francia vivo bien, con lo que trabajo me alcanza para pagar mi renta, mi comida y darme gusto, pero absolutamente todo es mas cos-toso. Por ejemplo, una cajetilla de cigarrillos allá cuesta 4 dó-lares mientras que acá cuesta 2.000 pesos. El mejor café me lo he tomado en este país y pa-gué tres veces menos de lo que cuesta un capuchino en Fran-cia. Entonces con lo que yo me gano en Francia y vivo un mes, acá viviría tres meses más, pero por lo que veo es que los suel-dos en Colombia no son muy altos para poder vivir bien. Sin embargo, nosotros los extranje-ros parece que nos vemos be-neficiados dentro de cualquier ciudad porque somos apoya-dos en el área educativa, sobre todo privada, para promover el aprendizaje de otros idiomas y este trabajo es muy bien remu-nerado”, enfatiza Charles.

Pero los extranjeros no sólo llegan atraídos por las ofertas labores, sino también a apren-der a bailar salsa y tango. Ed-win Chica es uno de los cale-ños que le saca partido a esta pasión de los extranjeros. Él, a través de su escuela Tango Vivo y Salsa Viva, enseña a bailar a por lo menos 60 foráneos cada año. “Promocionamos a Cali en los encuentros y concursos in-ternacionales de salsa. Nuestra página de internet recibe en promedio cien solicitudes men-suales de extranjeros y nuestro personal está capacitado en in-glés para atenderlos”, recuerda Chica.

Tal vez por ese caos perfecto de rumba, desorden y oportuni-dades laborales es que el fran-cés Charles no cede en su dile-ma. “Es un momento particular en mi vida, estoy encantado de estar en la ciudad. Considero que hay un desfase total entre lo que se escucha afuera y lo que es realmente Colombia, o mejor aún, Cali es la ciudad de mis sueños”.

Page 7: Periódico El Giro - Edición 25 (Parte 2)

mayo - junio 201222

Por: lorena aranaSala de periodiSmo

Wikipedia (referencia mundial) describe a la poesía como un género o “modali-

dad textual”, cuyo significado es frecuente confundir con el de “poesía lírica” (destinada al canto del arpa manual de cinco cuerdas conocida como “lira”); en cambio, por “poema”, en-tiende cualquier composición literaria que se concibe sujeta a la medida y cadencia del verso. Es decir, estimados lectores y se-gún lo comprende esta humilde feligresa, es algo así como que la poesía es el género y el poema, el producto.

Un poeta adicto a Internet, que escribe en su Blackberry, calienta la comida en el micro-ondas y sale a coger el MIO… ese poeta del futuro, hoy, en-cuentra sus musas en discotecas y bares de la ciudad, vestidas de tacón y jean descaderado, bailando al ritmo de la música electrónica y hace arte con un lenguaje que reside en la selva de cemento que llamamos casa. Esta es nuestra realidad y este es el mundo de los poetas camu-flados, magia entre civilización, fantasía entre realidad, poesía entre la noticia minuto a minuto en la Web ¿pasado en el futuro? ¿Pasado de moda, de cursi? O al contrario, ¿Admirable, tierno, elocuente? Los universitarios caleños opinan.

¿qué pensás de los que, aún, escriben poesía, a estas alturas de la vida?Carolina Bonilla, economista de 23 años, recientemente gradua-da de la Universidad Icesi, res-ponde: “Me parece excelente; en estos tiempos hay una onda muy moderna de la poesía, más fres-ca. Me parece una oportunidad increíble para que se fortalezca, hoy en día, con temáticas más jóvenes y contemporáneas”.

Andrés Vanegas, estudiante de octavo semestre de Ingenie-ría Industrial en la Universidad Autónoma de Occidente (UAO), jocosa y metafóricamente, dice que los poetas de ahora deben “pasar algunas vergüenzas en mesas extrañas” por obtener un reconocimiento en su arte. ¿Poético, no?

“Hoy en día, no existe poesía y si hubiera, la imagino muy dis-tante de lo que, en realidad, era. Es decir, actualmente, no existe tal cultura y las personas que la practican están muy alejadas de lo que vemos o veo como tal; o sea, no creo que exista senti-

“Un trabajo con seriedad, para mí, la literatura no es un pasatiempo, ni un hobby, sino una profesión. Ya uno, a estas alturas de la vida, sabe cuál es su razón de ser y no escribo cuando tengo tiempo, escribo cuando tengo que escribir y me exijo un horario”.

miento con el cual escribir una poesía; ahora, las personas son demasiado banales y superficia-les”, otra opinión, esta vez, de David Peláez, estudiante de Ad-ministración de Empresas en la Universidad Javeriana.

… Palabras diversas encuen-tran los jóvenes caleños para hablar de poesía, de ese tema de antaño que toca, de repente, su Messenger o deja nacer una conversación inusual a través de Facebook.

¿Cómo te imaginas a un poeta de estos tiempos?PabloRodríguez, Chef gradua-do de la Escuela Gastronómica de Occidente (EGO), por ejem-plo, dice que ve “un man frito”, borracho, ‘baretero’, pero que hace deporte y sufre de trastor-nos de personalidad, Ángela In-suasti, estudiante de Psicología, se limita a un “loco, alterno”; otra publicista en construcción, en cambio, lo ve como un tipo diferente, callado, observador, con una “pinta rara que llame la atención de una”, pero muy bien vestido y Carolina Serna, una jo-ven palmireña, dijo: “Embufan-dado, sin problemas de dicción, alternito y ecléctico, musical-mente hablando”.

Al escuchar la palabra ‘poe-sía’, ellos piensan en Shakes-peare, Rafael Pombo, Benedetti, Neruda y personajes populares y parecidos. Es decir, a unos les gusta, otros la respetan, subva-loran o ninguna de las anterio-res; pero, casi todos saben, en esencia, lo que es, tienen una opinión y referencia al respecto e incluso, en ocasiones, la prac-

tican. Un avance para ella ¿no?

Dos casos, dos poetas

“Mis Palabras No Dicen Poco” es el nombre con el que Alejan-dra Bolívar, una creativa caleña de 19 años, bautizó su blog en primer semestre de Comunica-ción Social en la Universidad Javeriana (www.malebolopez.blogspot.com) y no es casuali-dad, quizá, dice mucho de ella y del sentido que le da a escribir esta rubia que, alguna vez, fue capaz de atentar contra su pro-pia feminidad, cortándose el ca-bello, en un acto de amor por su madre, entonces, enferma. Aho-ra, está a puertas de graduarse, terminando séptimo semestre, pero su blog sigue, al igual que su pasión por el lápiz, el papel y la poesía, entre otros géneros.

“Tu amor es como el agua, in-dispensable para mí; pero, si al-gún día me faltas, yo moriría sin ti”… Acostumbrada a empuñar lápices y lapiceros desde peque-ña y a escribir rimas y canciones que más parecían poemas, Ale-ja (como le dicen sus amigos), quien se declara amante de ju-

gar con las palabras, ha dejado madurar su poesía de la mano de sus propias experiencias. “Siempre son vainas de amor, de desamor, de soledad y de tiempo. Me gusta escribir sobre el tiempo porque pienso que la gente se concentra mucho en él y le gasta tanto tiempo a pensar-lo, que no lo aprovecha”, dice.

Esta es Aleja, la misma que no perdona jueves sin salir, baila Reggaeton y se ríe de todo.

Como es habitual, por otro lado, otro personaje: Humber-to Jarrín, un talento más local, docente y orgullo de la UAO; miembro del Departamento de Lenguaje de la Facultad de Co-municación, que tiene bajo su dirección, este año, las asignatu-ras de Lógica Narrativa (virtual) y Narración y Argumentación. Pero, más allá de todo eso, es un escritor consagrado, como tantos soñamos ser y hasta nos creemos; ha publicado más de 15 libros, incluidos dos de poe-sía; lo han llamado para ser jurado en diferentes concursos literarios, cuenta con su propio perfil en el Centro Virtual Isaacs (http://dintev.univalle.edu.co) y

camuflados

(Humberto Jarrín)

cUltUra

Page 8: Periódico El Giro - Edición 25 (Parte 2)

mayo - junio 2012 23

aquí, cortico: es el escritor cale-ño que carga más premios lite-rarios en su ego.

Describe su pasado como una juventud solitaria, cuenta que empezó a escribir de ma-nera intuitiva, como una nece-sidad vital de expresar cosas y lo hizo, precisamente, a través de la poesía. Para su sorpresa, muy joven, tuvo el orgullo de ver publicados, en un periódico, poemas por los que ya no siente nada parecido. “No están escri-tos ya, se perdieron los origina-les, pero quedaron en la memo-ria para mala suerte mía; los he querido olvidar y no he podido, a través de tantos años”, dice y luego deleita con cierta vergüen-za: “Si, en una de tus noches, de esas que se cubren por la niebla, sientes que tu alma vibra y que tu corazón tiembla; es porque ha nacido el amor en ti, en tu conciencia”

¿Está claro sobre qué empe-zó a escribir este artista de voz grave, pero suave y lenta? … Pa-rece que sí y él asegura que es el mismo tema del que han que-rido hablar todos los poetas del mundo (incluso, menciona a los de “la caverna”, de la época pre-histórica): el amor, imprescindi-ble inspiración de la humanidad y motor del arte.

Estos son dos casos, dos poe-tas y dos mundos; una mujer y un hombre, una estudiante y un profesor, una persona emocio-nal, otra racional, a una le dan igual los concursos, otro pien-sa que ganar es símbolo de talento; pero, los dos vi-ven en Cali, muy cerca de nosotros, cami-nan los pasillos de universidades que conoce-mos; even-tualmente, nos obser-varán, mi-rarán y hasta nos analizarán; sin que nos percatemos de que esta-mos siendo atacados por poetas camuflados.

La poesía por estos días

“Porque me ven la barba, el pelo y la alta pipa, dicen que soy poe-ta”, cita a León de Greiff, Danilo Garzón, Licenciado en Literatu-ra de la Universidad del Valle y actual residente en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) y es que es tanta su inconformidad que manifiesta: “...es como el sentimiento de rabia frente a las condiciones de la poesía ¿quién escribe? Solo a los que las edi-toriales hagan caso, a las Isa-bellas SantoDomingo y no estoy diciendo que ella escriba poesía porque sería un adefesio litera-rio. Es la situación general de la literatura, publican cientos de escritores vacíos, pero que están de moda y hay miles de buenos que dejan sus escritos en las sombras”.

Las redes sociales no omiten a este arte que da la impresión de siempre andar camuflado en nuestra realidad. El perfil de Facebook de ‘Poesía Pensamien-tos’, con 4.983 amigos y mane-jado por Andrea, una caleña que se describe a sí misma “como cualquier otra”: Es-tudiante de Inge-niería, madre, separada “y

soñadora” (agrega); fue creado a modo de collage de pensamien-tos y sentimientos de muchos es-critores, poetas, artistas y hasta amas de casa y colegiales. @Fe-lipepoet, en cambio, es un faná-tico de la poesía hospedado en Twitter, con 8.469 seguidores. Luis Felipe Jiménez es el nom-bre de pila, sin arrobas, de este bogotano de 35 años, próximo a graduarse de su maestría en Co-municación, que dice que quiso jugar con la idea de ser poeta (su mayor aspiración), aunque la de tener un “nick” no le gustaba.

“Los soportes, como Twitter y los nuevos medios digitales, juegan un papel importante: co-munican las ideas. Si yo, como poeta, quiero cantarle al mundo y tengo un soporte; se lo puedo decir a muchas personas que, quizá, me lean ¿Qué le garanti-zaba a Baudelaire que sus libros fueran leídos?”, cuestiona él.

Y ya para terminar ‘en casa’, el concurso literario ‘Escritores Autónomos’, que se creó como una actividad en busca de resal-tar las capacidades creativas de los concursantes (pertenecien-tes o no a la UAO) para la re-

dacción, en inglés y español, de ensayo, cuento y poesía y cuya décimo primera versión se lle-vó a cabo el pasado 26 de abril dentro de las instalaciones de la universidad; ha ido ganando popularidad entre la comunidad caleña y regional de escritores. “Me parece genial que la univer-sidad siempre tenga esta clase de concursos que ayudan a que

“Yo pienso que es algo muy libre y sentimental porque soy muy idealista, soñadora y utópica. Entonces, a veces, escribo sobre mundos paralelos o vainas que me imagino que sé que nunca van a pasar” .

INVOCACIÓN A LA NOSTALGIA (fragmento)

Parte 1: PRELUDIO

Ahora que sé que no estoy tristeY hasta el odio de mis enemigos me enterneceY puedo jugar a llorar y a ser humanoY percibir de los hombres sólo el tiempoHe vuelto a perseguir mi infancia.He vuelto a escuchar la voz de mamá, llamándome a la cenaA escribir en mi primer cuadernoA corretear la lluvia, he vuelto.

En el patio de mi casa olvidados juguetesEn la estancia de mi escuela el primer besoEl llanto inesperado de mi abuelo El brillo de su acero despedazando las nubesSus viajes y mis viajes, fugaces todos, han vuelto.

Todo es para mí ahora eternoMi llanto y mi alegría hoy son mis recuerdos Suspendido en mí ando con ellosYo no quería llamar a la nostalgia Pero ella sin quererlo ha vuelto.

las personas con arte se distin-gan. Además, también es muy importante inculcar cultura y, para mí, la poesía es un arte cul-tural”, dice Vanessa Alis Orozco (Valis), la estudiante de Comuni-cación Social y Periodismo que se llevó el tercer lugar en Poesía en Español, de la categoría ‘Es-tudiantes UAO’, durante la últi-ma ceremonia.

En conclusión, la poesía pre-valece y siempre lo ha hecho;

aunque pensemos que se es-conde, quizá, nunca

ha estado tan le-jos como creemos o como parece. El periódico El Giro supo buscarla y en-contrarla. Segura-mente, siempre ha estado ahí, a la vis-ta y no es ajena, ni

distante; sólo se ca-mufla, tal vez, un poco

avergonzada de su edad, pero, como dijo mi amigo

Danilo, el literato: “La poesía no es de posar, sino de conocer-la, saber su origen, sus formas, arrebatos y tranquilidades, a través de la historia, de expe-rimentar y desvelarse con ella, trabajarla y defenderla”.

(Alejandra Bolívar)

hugo hurtado valencia (Artur Laínez) (Segundo lugar, categoría ‘Directivos, docentes, secretarias y personal operativo UAO’)Concurso Escritores Autónomos, 2012

cUltUra

fOTO

: H

AR

OLD

AR

ISTIZ

Ab

AL

Page 9: Periódico El Giro - Edición 25 (Parte 2)

mayo - junio 201224