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Revista internacional de Historia de la Comunicación, Nº7, año 2016, PP. 92-115 92
PERCEPCIONES DE LA SIERRA MAESTRA. LA VISIÓN DE LA INSURRECCIÓN CUBANA (1957-1958) A TRAVÉS DE LOS PERIODISTAS LATINOAMERICANOS
Patricia Calvo González
Universidade de Santiago de Compostela
Recibido: 21-10-2016
Aceptado: 5-12-2016
Resumen: La insurrección cubana tuvo una abrumadora cobertura de prensa desde los primeros compases del levantamiento en contra del gobierno de Batista, que condicionaría en parte las oportunidades políticas y las estructuras de movilización concurrentes en el conflicto. El trabajo realizado por los primeros hombres de la prensa, fundamentalmente estadounidenses, que se entrevistaron con los líderes rebeldes cubanos sirvió como reclamo a otros muchos periodistas interesados en comprobar in situ el devenir de los acontecimientos. Ese fue el caso de los reporteros llegados desde varios países latinoamericanos, atraídos por el ideario de liberación propugnado desde las montañas cubanas. Periodistas provenientes de Ecuador, Argentina, México, Uruguay y Venezuela difundieron al resto del continente sus pareceres sobre lo que estaba aconteciendo en Cuba, ofreciendo una visión personal de un proceso que marcaría el devenir sudamericano a partir de la década de los sesenta.
DOI: http://dx.doi.org/10.12795/RiHC.2016.i07.05
Percepciones de la Sierra Maestra
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Palabras clave: Revolución Cubana, prensa, Latinoamérica, dimensión pública, periodistas
Abstract: The Cuban insurrection had an overwhelming press coverage from the early stages of the uprising against the Batista government, which would determine in part the political opportunities and structures of mobilization concurrent in the conflict. The work done by the first men of the press, mainly Americans, served as a lure to many journalists interested in checking in situ the course of the events. That was the case of the reporters who came from several Latin American countries, attracted by the ideas of liberation coming from the Cuban mountains. Journalists from Ecuador, Argentina, Mexico, Uruguay and Venezuela spread to the rest of the continent their views on what was happening in Cuba, offering a personal view of a process that would mark the Latinamerican evolution from the sixties. Keywords: Cuban Revolution, press, Latin America, public dimension, journalists
Introducción El periodista cubano José Guerra Alemán, que subió a Sierra Maestra y recogió sus
vivencias y opiniones en el libro Barro y Cenizas (1971), atribuye al Che Guevara la
frase “Los periodistas serán los historiadores de esta Revolución”. Con esta cita se
resume tanto el marco teórico como la metodología y las fuentes de la presente
investigación, que parte de la idea de que el proceso insurreccional cubano1 no contó
solamente con el sustento de las armas, sino que hubo una lucha en el espacio público
a través de los medios de comunicación y la propaganda para lograr el objetivo de
derrocar a Batista.
A este conjunto de medios de comunicación y propaganda es a lo que se ha
denominado dimensión pública, como fórmula que abarque ambas cuestiones de
modo global en la forma de hacer visible el conflicto ante determinadas audiencias
pero que atiende a diferentes dinámicas explicativas y de actuación (Calvo González,
2014a). La intención, por tanto, es analizar los esfuerzos en políticas informativas y de
propaganda de la movilización de la oposición cubana en tres niveles: internacional,
nacional e interno.
Este artículo se centra en el plano internacional desde el punto de vista
latinoamericano, tomando como fuente los trabajos de los hombres de prensa
1 La fase insurreccional cubana, para algunos autores, comprende desde el año 1953 –con el asalto al cuartel Moncada- hasta el 1 de enero de 1959 –con la huída de Batista- (Guerra y Maldonado, 2005). En este artículo, nos centramos en los dos últimos años de esta etapa, cuando se recrudecen las acciones en contra del gobierno de Batista y fundamental en cuanto a la construcción icónica e identitaria. Sobre la insurrección, véase Bonachea y San Martín, 1974 y Thomas, 1974.
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procedentes de países de América del Sur que subieron a la Sierra Maestra para
conocer de primera mano a los protagonistas del conflicto. Tomamos así como fuente
los artículos que publicaron en sus respectivos medios, realizando un análisis de
contenido de los mismos con el objetivo de averiguar cual era el discurso y la imagen
transmitida a las audiencias de los países latinoamericanos.
Acudir a estos textos periodísticos sirve, por una parte, para obtener una imagen
presente del pasado, es decir, tomar como dijo el Che a los periodistas como
historiadores de la Revolución y canalizar su contenido como parte de la historiografía
de la insurrección. A este respecto hay que tener en cuenta todas las precauciones que
se le atribuyen a los documentos hemerográficos, es decir, la prensa no es un ejercicio
ni objetivo ni independiente, sino que funciona como empresa vinculada bien a
poderes económicos o a poderes políticos, o a ambos a la vez (Vizcarra, 2002).
El presente estudio basado en la variable mediática toma la construcción del discurso
periodístico como categoría de análisis. Para Rodrigo Alsina (1989: 14), la construcción
de la noticia es un proceso de tres fases: la producción, la circulación y el consumo.
Conceptualizando además dicho discurso como una forma de construcción de la
realidad (López y Túñez, 1995: 35) y como actor político (Borrat, 1989: 68), se acepta
que su cimentación es un proceso especializado, mediado, socialmente legitimado e
institucionalizado en el que, como dice Gómez Masjuán (2010: 99), “se construye una
realidad determinada por medio de un sistema simbólico que produce significación en
consecuencia con los intereses del emisor a través de un tratamiento específico del
discurso”.
El texto objeto de estudio se entiende como un constructo teórico y abstracto
que se actualiza en el discurso, y el discurso se entiende como una práctica o un
proceso, no sólo constituido por un conjunto de proposiciones, sino
fundamentalmente por una secuencia de acciones o de interacciones. En este
marco, interesan cada vez más la circulación de los discursos sociales, sus modos
de producción, de intercambio y de establecimiento en relaciones de interacción
interpersonales e intergrupales (Piñuel y Gaitán, 1995: 605).
Por otra parte, estos reportajes sirven también para realizar otra constatación, en el
sentido que indica otra cita: “Sin prensa no iremos a ninguna parte”. Esta frase
procede del general Máximo Gómez, comandante militar vinculado al levantamiento
emprendido por José Martí a finales del siglo XIX para lograr la independencia cubana
de España. Estas acciones, que fueron prácticamente repetidas por Fidel Castro y sus
hombres, contemplaron también el poder de la prensa para la consecución del
objetivo independentista. Por un lado, Martí envió artículos y crónicas a las principales
cabeceras del continente americano y fundó el periódico Patria, con el objetivo de
impulsar la lucha armada para independizarse de España. El Movimiento 26 de Julio
tomó en cuenta también el hecho de que los revolucionarios del XIX convocaran a la
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prensa extranjera para difundir sus aspiraciones fuera de Cuba, difusión que, en última
instancia, precipitó la intervención estadounidense en el conflicto (Szulc, 1987: 462).
Tras el desembarco del Granma el 2 de diciembre de 1956, dado que la oficialidad
cubana y los medios de comunicación estaban difundiendo que Castro estaba muerto,
la guerrilla convocó a un periodista extranjero para desmentir tal hecho. Extranjero ya
no solo tomando como referencia el pasado, sino teniendo en cuenta que la prensa
cubana actuaba bajo la censura y sabían que no saldría ni una palabra acerca de los
rebeldes en los medios locales (Suárez Núñez, 1963: 29-30).
En función a lo expuesto en la tabla 1, el periodista foráneo invitado por la guerrilla fue
Herbert Matthews, de The New York Times. La misión de este reportero no se limitó
tan sólo a informar de que Fidel había sobrevivido al desembarco, sino que lo calificó
como “símbolo llameante de la oposición al régimen” y afirmó que cubanos de
distintas clases sociales lo apoyaban “de todo corazón”2. El impacto de sus artículos
transformó la imagen de Castro, que pasó de “perdedor exaltado” a “truhán idealista
de corte liberal” (DePalma, 2007: 106). Además, el carácter de exclusiva que tenían
estas informaciones catapultó a la Sierra Maestra a las primeras planas de la prensa
internacional (Teel, 2015: 12-36).
A partir de esta experiencia, Cuba estuvo en el punto de mira de la prensa y fueron
bastantes los periodistas interesados en comprobar in situ el devenir de los
acontecimientos. De este modo, reporteros llegados desde varios países
latinoamericanos se internaron en la isla atraídos por el ideario de liberación
propugnado desde las montañas cubanas. Periodistas procedentes de Ecuador,
Argentina, México, Uruguay y Venezuela difundieron al resto del continente sus
pareceres sobre lo que estaba aconteciendo en Cuba. Las vivencias de estos hombres
en la Sierra Maestra marcarían un hito en su experiencia profesional, como en el caso
de Segundo Cazalis, Carlos María Gutiérrez o Manuel Camín. Para Carlos Bastidas y
Ricardo Masetti condicionarían para siempre su vida, tanto que la perdieron por su
identificación plena con los valores que emanaban desde el Oriente de la isla, como se
expondrá más adelante.
De acuerdo con la tabla 1, se realizará una exposición de todos estos profesionales por
orden cronológico según su presencia en las montañas orientales cubanas. Sus viajes a
la isla se concentran en los primeros meses de 1958, e interpretamos que por dos
motivos fundamentales: 1) el secuestro de Fangio centró el foco de atención mediático
en Cuba, actuando como efecto llamada (Rodríguez Camps, 2005); y 2) la visión
plasmada hasta entonces era deudora de los trabajos previos de la prensa
2 Matthews, H.: The New York Times, “Cuban rebel is visited in hideout”, 24/02/1957, p. 1; “Rebel strength gaining in Cuba, but Batista has the upper hand”, 25/02/1957, p. 1; “Old order in Cuba is threatened by forces of an internal revolt”, 26/02/1957, p. 1. Los artículos aquí mencionados se pueden encontrar en la hemeroteca digital del rotativo <http://query.nytimes.com/search/sitesearch/>.
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estadounidense. Por ello, desde Latinoamérica se vio la necesidad de ampliar estas
informaciones unilaterales para obtener un dibujo más detallado de la situación.
Tabla 1. Periodistas que subieron a Sierra Maestra (1957-1958)
FECHA NOMBRE MEDIO PAÍS
Feb-57 Matthews, Herbert The New York Times EEUU
Abr-57 Taber, Robert y Hoffman, Wendell
Columbia Broadcasting System (CBS)
EEUU
Ene-58 Saint George, Andrew Look y Coronet EEUU
Ene-58 Meneses, Enrique Paris-Match Francia
Feb-58 Bigart, Homer The New York Times EEUU
Feb-58 Gutiérrez, Carlos María
La Mañana Uruguay
Feb-58 Camín, Manuel Excélsior México
Mar-58 Alles Soberón, Agustín
Bohemia Cuba
Mar-58 Hernández, Eduardo (Guayo)
Noticuba Cuba
Mar-58 Guerra Alemán, José Cineperiódico Cuba
Mar-58 Brennan, Ray The Chicago Sun Times EEUU
Abr-58 Masetti, Jorge Ricardo
Radio El Mundo Argentina
Abr-58 Bastidas Argüello, Carlos
El Telégrafo Ecuador
Oct-58 Cazalis, Segundo El Nacional Venezuela
Oct-58 Pardo LLada, José Unión Radio Cuba
Nov-58 Chapelle, Dickey Selecciones de Reader’s Digest EEUU
Dic-58 Mallin, Jay Time EEUU
* González Regueral, José Ramón
Noticiario Nacional y Zigzag Cuba
* Ross y Schuman United Press EEUU
Fuente: elaboración propia
En adición, la proximidad cultural y de desarrollo de sus países con Cuba favoreció el
interés de estos hombres por llegar a las montañas orientales en busca de la noticia.
Como se verá, muchos de ellos lo entendieron como un proceso que podría fraguar en
sus propias realidades nacionales, por lo que desde su primer contacto con la rebeldía,
el traslado de las intenciones insurreccionales fue plasmado en términos positivos.
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1 Carlos María Gutiérrez A Uruguay llegaron las impresiones sobre el conflicto cubano a través de la pluma del
periodista Carlos María Gutiérrez, que visitó el campamento rebelde poco después del
combate de Pino del Agua en febrero de 1958. Durante su estancia en la zona tuvo la
oportunidad de entrevistar a Fidel y al Che, así como de tomar testimonio gráfico
acerca de la vida cotidiana de los combatientes. Como resultado de estas jornadas
escribió varias crónicas que aparecieron en el diario La Mañana, publicadas los días 14,
16, 17 y 18 de marzo de ese año3. Su relación con la Revolución se mantendría después
del triunfo, pues fue miembro fundador y activo colaborador de la agencia Prensa
Latina4, dirigida en primera instancia por el periodista argentino Jorge Ricardo Masetti.
Las piezas periodísticas elaboradas por Gutiérrez se incluyeron bajo el epígrafe “Con
Fidel Castro en la Sierra Maestra”, crónicas que serían anunciadas en la portada del día
14 de marzo e ilustradas con una fotografía del líder rebelde y el enviado especial de
La Mañana, confiriéndole carácter de exclusiva. “LA MAÑANA es el primer diario de
habla española en publicar un reportaje sobre la revolución cubana de Fidel Castro” se
señalaba al pie de la foto de portada, retransmitiendo así la noticia personificada en el
líder rebelde. Los cuatro reportajes se incluirían en la página 3 del periódico, a
excepción del segundo de ellos, que se encuentra en la página 4. Sin apenas entrar en
el análisis del contenido, se puede afirmar la relevancia que la insurrección cubana
tenía en la agenda del diario, indicativo ya de por sí el hecho de haber enviado a un
corresponsal a cubrir el acontecimiento5.
El reportaje del viernes 14 de marzo llevaba por título “Por qué Batista ya no gobierna
en Cuba”, y comienza cuestionando la capacidad del gobierno para mantener el orden
público en toda la isla, lo que lo estaría llevando a una situación crítica6. Tras afirmar
3 La Mañana fue un periódico matutino uruguayo fundado en 1917. Hasta la década de los ochenta fue editado por la Sociedad Editora Uruguaya (Seusa) que publicaba también el vespertino El Diario. Su edición se cerró en 1998 (Checa Godoy, 1993: 258-268).
4 Prensa Latina es la agencia de noticias fundada en Cuba tras el triunfo rebelde. Nació el 16 de junio de 1959 por iniciativa de Jorge Ricardo Masetti y el Che Guevara. En el núcleo inicial de periodistas se encontraban, entre otros, Gabriel García Márquez, Rodolfo Walsh, Rogelio García Lupo y Carlos María Gutiérrez. El objetivo era el de “informar sobre lo que estaba ocurriendo en Cuba realmente y con el propósito de ofrecer al mundo una visión de la realidad latinoamericana diferente de la que ofrecían los grandes monopolios mediáticos de entonces”. Véase la sección “Quiénes somos” en la web de Prensa Latina <http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=qs&id=quienessomos&SEO=quienes-somos> [consul-tado 12/07/16]; el prólogo escrito por Rodolfo Walsh en Masetti, 2006 [1958]; y Bodes (comp.), 2014.
5 La Revolución Cubana tuvo un fuerte impacto en Uruguay, sobre todo a partir de 1959. Pero el interés por ella había comenzado antes y el primer contacto directo fue este trabajo de Gutiérrez, que en la década de los sesenta fue un importante defensor de la vía revolucionaria en el país. Sobre el tema véase, el semanario Marcha desde 1957 (publicación identificada con la izquierda independiente, anti imperialista y nacionalista. Gilman, 1995). Sobre el impacto de la Revolución Cubana en la política y movilizaciones sociales en Uruguay desde 1959, véase Rey Tristán, 2005a.
6 Gutiérrez, C. M.: “Por qué Batista ya no gobierna en Cuba”, La Mañana, 14/03/1958, p. 3.
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que el Movimiento 26 de Julio (M26J en adelante) “es, desde la clandestinidad, la
fuerza política más poderosa del país”, se pregunta qué hizo que un joven abogado
pasara a liderar una guerrilla o que un movimiento “que aún no posee un programa
definido y está dirigido por jóvenes de treinta años” logre la admiración y el apoyo del
pueblo cubano. La respuesta la orienta a la situación a la que ha llegado Cuba en
“manos de los políticos profesionales”. “De arriba abajo, la estructura de gobierno de
Cuba aparece gravemente enferma”, indica Gutiérrez en su crónica. Ofrece así datos
económicos que avalan la prosperidad cubana, un progreso que “parece favorecer sólo
al grupo gobernante”. Con datos numéricos, el periodista interpreta que ni la prensa ni
los sindicatos pueden ser la vía para canalizar el descontento popular.
[…] el pueblo […] ha vuelto los ojos, por encima de todas las discrepancias, hacia
una revolución que no se apoya en una clase social determinada y no tiene un
programa que suscite resistencias parciales, sino que ofrece hasta ahora tres
cosas aptas para conciliar la admiración y el respeto de todos los cubanos:
heroísmo […]; sacrificio personal de sus líderes, y una cerrada intransigencia para
cualquier fórmula de paz que permita sobrevivir aunque fuera vestigios de las
bochornosas prácticas administrativas anteriores7.
El periodista dibuja así en este primer artículo un panorama de la Cuba que llevó a un
grupo de hombres a alzarse en contra del poder establecido, a los que justifica
mediante los datos respecto de la situación política y social. A pesar de indicar que el
M26J carece de un programa específico, ensalza sus méritos y le confiere el papel de
liderar “la fuerza moral de una revolución que toda la ciudadanía comparte”.
El segundo reportaje se publicaría el domingo 16 de marzo bajo el titular “Aquí se
pelea tanto como en la Sierra, pero morimos más”. Constituye esta pieza una crónica
sobre el proceder de la resistencia en las ciudades, con las declaraciones hechas por
Deborah (Vilma Espín), a la que el periodista entrevistó mientras esperaba en Santiago
de Cuba a subir a las montañas. En los primeros párrafos hace de un relato de las
muertes que se producen entre sabotajes y represión, así como de su experiencia por
las calles de la ciudad para evitar los controles policiales. De este modo llega hasta
Deborah, su contacto para llegar a la Sierra, quien en una conversación de hora y
media le explica la estructura interna del Movimiento y su lucha en las ciudades.
Además de los doce miembros de la Dirección, el 26 de Julio posee otros cargos
civiles. Un Coordinador nacional supervisa la acción de los otros cinco,
encargados respectivamente de Propaganda, Movimiento Obrero, Finanzas,
7 Ibid.
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Resistencia Cívica y Acción. Este esquema se reproduce en cada una de las seis
provincias cubanas, y a cargo del mismo funciona un coordinador provincial8.
Gutiérrez deja entrever así en esta crónica que la Sierra no lo es todo, que hay un
engranaje por debajo organizado y coordinado que moviliza unos efectivos hasta
entonces casi desconocidos para la audiencia.
La afición norteamericana por lo espectacular y el enorme tiraje de Life y Look –
que han publicado sensacionales reportajes de la guerrilla cubana- han hecho
que la opinión pública crea que Fidel Castro centra en su persona la conducción
del 26 de Julio. Pero el mismo Castro afirma otra cosa. “Aquí tenemos al Estado
Mayor –me dijo en la Sierra- pero salvo en las operaciones militares, mi opinión
es sólo la de un miembro más de la Dirección Nacional”9.
La novedad entonces en este enviado especial, además de la contextualización
histórica que había ofrecido en la primera entrega, radica en prestarle atención a otros
puntos de la lucha a los que otros periodistas solo habían tratado de refilón o
simplemente obviado.
El lunes 17 de marzo, La Mañana ofrece el tercero de los reportajes de Gutiérrez,
titulado “Una guerra que también se lucha sin armas”. En esta ocasión, el periodista
hace un relato de cómo es la vida en la Sierra, tanto del campamento guerrillero como
de las condiciones de los habitantes de la zona. Asimismo, ofrece un resumen de cómo
ha sido la relación del conflicto con la prensa.
A partir de la visita de Matthews quedó fundado lo que el mismo Fidel Castro
llama “el club de periodistas con menos socios del mundo” y para el cual ha
destinado en su cuartel general una pequeña casita que cuenta con radio, un
letrero bilingüe que dice “Club de Prensa/Press Club” […] A lo largo de 1957, […]
llegaron hasta el club Robert Taber, de la Columbia Broadcasting System, Enrique
Meneses, de Paris-Match y Andrew Saint-George, de Look. En la segunda semana
de febrero de este año […] Homer Bigart, del Times de Nueva York, y yo, pudimos
solicitar personalmente nuestra filiación10.
El periodista intenta también en esta entrega matizar la imagen de la lucha que se
estaba vertiendo desde la prensa estadounidense. Sobre Fidel Castro, Gutiérrez
intenta aportar algo más que lo que estaban popularizando publicaciones como Life -
“barbudo soldado […], con su cabellera hirsuta, sus cartucheras cruzadas y su tosco
uniforme de montaña”-, pero sin dejar de desprenderse del todo de ese romanticismo
8 Gutiérrez, C. M.: “Aquí se pelea tanto como en la Sierra, pero morimos más”, La Mañana, 16/03/1958, p. 4.
9 Ibid.
10 Gutiérrez, C. M.: “Una guerra que también se lucha sin armas”, La Mañana, 17/03/1958, p. 3.
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latente. Por ello indica que no es sólo “ese guerrillero de mirada bravía,
aparentemente individualista y feroz”, sino que es el componente de un todo
conformado por “una ordenada estructura militar, un grupo político de pensamiento
coherente, una administración civil y penal y una fraternidad de hombres libres que
algunos de ellos […] gustan comparar con la de Robin Hood”11.
La última entrega de los reportajes sobre la lucha en Cuba realizados por Gutiérrez se
publica en la edición del martes 18 de marzo de 1958 de La Mañana. El artículo es
fundamentalmente el resultado de la conversación mantenida entre el periodista y
Fidel Castro, encabezado por el titular “Qué quiere y adonde va la Revolución del 26 de
Julio”. En esta ocasión, el enviado especial continúa intentado explicar que Castro no
es todo el M26J, su mérito estaría “en haber estimulado a toda una joven generación
cubana a asumir”.
En este sentido, continúa la crítica a la prensa estadounidense, señalando que han
ensalzado la figura del líder rebelde, en un ejercicio de destacar la personalidad del
guerrillero por la apetencia del público de sus diarios y revistas, obviando mencionar a
“los dirigentes civiles de Santiago y la Habana que, en pie de igualdad con Castro y
muchas veces autónomamente, elaboran planes, objetivos políticos o declaraciones de
principios”12.
Sentandos estos precedentes, Gutiérrez plasma la entrevista mantenida con Castro, en
la que en las primeras respuestas vuelve a insistir en que el objetivo es “el
derrocamiento de la dictadura y la desaparición de la escena de todos los políticos que
ahora la sostienen o la toleran”. De ahí vendría el gobierno provisional y las elecciones
libres. Respecto a las preguntas sobre los cambios en el ámbito económico, el líder
rebelde insiste en la reforma agraria pero indicando que “la expropiación no es
imprescindible”, matizando así de nuevo un concepto que a priori pudiera sonar
radical para los terratenientes.
El periodista describe así, “por primera vez en América Latina, por primera vez en
español” (Gutiérrez, 1967: 36), a los protagonistas del conflicto, sus motivaciones y su
organización. Se preocupa por desmarcarse de lo vertido hasta al momento por la
prensa estadounidense, que con sus características de información-espectáculo, había
retratado a un Castro alejado de la realidad, como se puede interpretar en sus
artículos. Por ello, Gutiérrez ofrece una imagen del líder más centrada en su función
11 Ibid.
12 Gutiérrez, C. M.: La Mañana, “Qué quiere y adonde va la Revolución del 26 de Julio”, 18/03/1958, p. 3.
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política, con la exposición de las intenciones insurreccionales, y en un tono conciliador,
donde Fidel sería una pieza más de un movimiento que alcanzaba numerosas esferas13.
2 Manuel Camín Manuel Camín, periodista mexicano del periódico Excélsior14, fue junto a Gutiérrez uno
de los primeros representantes de la prensa iberoamericana que se entrevistó con
Fidel Castro en las montañas cubanas. A principios del mes de febrero de 1958, los
mensajes y los hilos cablegráficos que llegaban a la redacción del rotativo mexicano
ofrecían versiones contrapuestas de la situación en la isla: por un lado, hablaban de
una tregua entre los grupos antagónicos y la posibilidad de una solución pacífica,
mientras que por el otro informaban acerca del incremento de las acciones rebeldes y
gobiernistas15.
Según el relato del propio Camín, en México también tenían conocimiento de los
reportajes que los periodistas norteamericanos habían realizado desde Cuba, “pero las
diferencias idiosincrásicas constituían una barrera para que los lectores
hispanoamericanos pudiesen captar en toda su intensidad el drama de sus hermanos
en sangre, religión e idioma”. Es por ello que el 16 de febrero de 1958 recibe del
director general del Excélsior, Rodrigo de Llano, la siguiente orden: “Marche a la Sierra
Maestra y entreviste a Fidel Castro Ruz. Es misión peligrosa. ¡Suerte y que le vaya
bien!”16.
El 19 de febrero Camín se encontraba en un avión rumbo a la isla, consciente del riesgo
que entrañaba la misión: “en mi contra existía el antecedente de haber puesto especial
13 Gutiérrez no se desvinculó de Cuba tras el triunfo revolucionario ya que, como se ha apuntado, participó activamente en Prensa Latina. Desde su país siguió escribiendo crónicas sobre la isla (Gutiérrez, 1967: 71-83), trabajó para Marcha y fue colaborador en numerosas publicaciones, así como autor de algunos libros de poesía. Fue representante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, en la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS, 1967) (Rey Tristán, 2005b). y estuvo vinculado a ellos durante años. Gutiérrez, por tanto, fue uno de los “deslumbrados” por la Sierra Maestra pero, al contrario de Masetti, que sí formó parte de un foco guerrillero en Argentina donde encontró la muerte, el periodista uruguayo desempeñó su papel revolucionario a través de su profesión.
14 Excélsior es el segundo periódico más antiguo de la Ciudad de México, después de El Universal. Fundado en 1917, “se le ha caracterizado como un periódico analítico y crítico del gobierno hasta el gobierno de Cárdenas [1940], después mantiene su imparcialidad” (Ytuarte Núñez, en Del Palacio Montiel, 2000: 328).
15 Camín, M.: “Misión: Sierra Maestra”, Excélsior, 21-22-23/02/2008. Dichos artículos fueron localizados en la web del periódico en la etapa inicial del estudio, en el año 2009. Hace unos años, la empresa editora remodeló la web, eliminando de las búsquedas artículos anteriores a 2010, por lo que no se puede proporcionar un enlace a los mismos.
16 Ibid.
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interés periodístico en el movimiento revolucionario cubano desde hace 15 meses”,
afirmaba, pero puntualizando que eso no significaba “parcialidad” hacia cualquier
grupo implicado en la lucha. De hecho, antes de partir, el cónsul general de Cuba,
Carlos Sánchez Barona, le advirtió que, por ser quien más los había “tirado” en su
periódico”, le iban “a arrancar allá la cabeza” 17.
Todas estas advertencias y precauciones se convirtieron en inquietud real cuando,
como él mismo cuenta, llegó a La Habana y, en el coche que lo llevó a la casa donde se
iba a alojar, oyó por la radio noticias sobre la quema de cañaverales, atentados contra
policías o petardos que estallaron en las ciudades de toda la isla: “los acontecimientos
que a mí podría haberme parecido sangrientamente excepcional y que, sin embargo,
era un día más común y corriente, en el mar de sangre que ahoga a los cubanos”18.
Asimismo, los estrictos controles policiales le sugieren a Camín una comparación de la
situación en Cuba con “el campo de concentración hitlerista de Dachau”. El particular
estilo del reportero perfilaba así un panorama teñido de dramatismo y dolor y que, sin
apenas nombrarlo, dibujaba como responsable al gobierno del país 19.
En La Habana contactó con integrantes del M26J, donde esperó el momento indicado
para viajar a Oriente. Pero el 23 de febrero aún se encontraba en la capital, fecha en la
que los revolucionarios secuestraron al piloto de Fórmula 1, Juan Manuel Fangio.
“Excélsior dio la sensacional exclusiva mundial: uno de sus reporteros había sido el
único periodista que entrevistó al campeón Fangio en el lugar donde estaba
secuestrado, mientras más de dos mil policías habaneros trataban, inútilmente de
encontrar ese escondite”, relató Camín sobre su primicia20. Dos días después, el 25 de
febrero, sale en autobús hacia las montañas orientales.
17 Ibid.
18 Ibid.
19 Sergio López (2009), en sus artículos sobre los corresponsales extranjeros en Sierra Maestra, denota también estos elementos sobre la situación cubana latente en la pieza de Camín: “Seguro de haber encontrado una analogía entre lo que ocurría en Cuba y los campos de concentración de Adolf Hitler, narraba desde los 59 balazos que le habían asestado a un estudiante, hasta el asesinato de una mujer por la espalda, delante de su tío, su cuñada y su hija de cuatro años. […] Probablemente con la intención de subrayar lo grotesco que desde su punto de vista resultaba la realidad cubana, el reportero mexicano anotó que Fulgencio Batista ofrecía 100.000 dólares por la cabeza del líder rebelde Fidel Castro”. Deja entrever, por tanto, que la actitud del reportero mexicano sitúa a sus artículos del lado de la rebeldía.
20 Arnol Rodríguez Camps, uno de los participantes en el secuestro de Fangio, relata como se gestó la entrevista: “Se decidió que el periodista mexicano Manuel Camín, quien había venido para subir a la Sierra Maestra y entrevistar al Jefe de la Revolución, se viera con Fangio en el propio lugar de la retención. Resultó ser el único representante de la prensa que, en definitiva, tuvo esa oportunidad” (Rodríguez Camps, 2005: 45). En el libro acerca del rapto del piloto, Rodríguez Camps incluye la crónica sobre el suceso que Camín envió al Excélsior, publicada el 24 de febrero de 1958. “Por un momento pensé que mis secuestradores querían llevarme para la Sierra Maestra” fue el titular que se le dio, pero enseguida se destacó la comprensión de Fangio acerca del atentado: “Se ve que las personas de esta lucha son gentes de bien […] Si mi captura puede servir para un buen propósito, como argentino, estoy satisfecho” (Rodríguez Camps, 2005: 79-81).
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Tras arribar a la Sierra Maestra, el 17 de marzo Camín consigue entrevistarse con Fidel
Castro, conversación que saldría publicada seis días después (el 23 de marzo de 1958)
en las páginas del Excélsior21. Castro afirmaba que ya no se trataba de la lucha de un
grupo sino de todo el pueblo cubano. La consigna ahora era hacer saber todos los
efectivos con los que contaba el Ejército Rebelde, entendiéndose con esto la clara
intención de amedrentar al enemigo en una suerte de guerra psicológica (Pérez Rivero,
2006: 121). Asimismo, el discurso de Fidel Castro, teniendo en cuenta la procedencia
del periodista, incluía referencias del imaginario de los países latinoamericanos. Con
esto se evidencia la adaptación del mensaje a la audiencia que manejaba el líder
rebelde, en una suerte de reunir adeptos para la causa y para ello usar los argumentos
precisos que los convenciera.
Y digan a sus lectores que, con la próxima caída de Batista se borrará una de las
mayores vergüenzas para la Democracia Continental. Conforta el formidable
despertar democrático de Latinoamérica, que está barriendo con todas las
dictaduras, que eran motivo sobrado para hacer bajar la cara de vergüenza a
cualquier ciudadano de estas naciones de las que Bolívar quiso hacer una
confederación fraternal22.
La seducción por el conflicto cubano transmitida a la audiencia está presente en el
trabajo del periodista mexicano. Por un lado, dibuja un panorama comparando la
situación de represión y asesinatos con un referente a todas luces espeluznante (los
campos de concentración nazis) y, por otro, nos muestra a un Castro depositario de la
esperanza y la justicia del pueblo cubano. De igual modo, las declaraciones del líder
rebelde nos señalan como éste adapta el mensaje consciente de la audiencia a la que
se iba a transmitir. Tenemos así una nueva evidencia de la caracterización positiva de
la que gozó la insurrección fuera de las fronteras cubanas, esta vez en México.
3 Carlos Bastidas Las visitas de Camín y Gutiérrez iniciaron la fase de arribo de informadores
iberoamericanos. Un mes más tarde el interés por la Sierra procedía de Ecuador. El
periodista ecuatoriano Carlos Bastidas forma parte hoy en día del misticismo
revolucionario como “el último periodista asesinado en Cuba”23. El reportero viajó con
el objetivo de entrevistarse con los líderes rebeldes y poder contar así al resto del
21 Camín, M.: “Habla a Excélsior el Jefe Cubano Rebelde”, Excélsior, 20/02/2008.
22 Ibid.
23 “El último periodista asesinado en Cuba”, Granma, 12/05/2008. Disponible en: <http://www.granma. cu/granmad/2008/05/12/nacional/artic02.html> [consultado 20/07/2016].
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continente lo que allí estaba aconteciendo. Pero nunca abandonó la isla. Tras bajar de
la Sierra, fue asesinado en La Habana por la policía de Batista.
Bastidas estaba en Caracas, donde había sido testigo de la caída de la dictadura de
Marcos Pérez Jiménez, cuando se interesó por la suerte del proceso revolucionario
cubano, sobre todo a raíz del secuestro del piloto de Fórmula 1, Juan Manuel Fangio,
un golpe certero de los rebeldes cubanos en lo referente a la propaganda internacional
(Calvo González, 2014a: 258-265). A sus 22 años, formaba parte de la plantilla del
periódico El Telégrafo de Ecuador como corresponsal viajero por diferentes países del
mundo, pero ya había trabajado anteriormente en el Diario de Ecuador, en el
Washington Daily News y en The Stentor24. Testigo también del derrocamiento de la
dictadura de Gustavo Rojas Pinillas en 1957 en Colombia, intentó infructuosamente
entrar a la República Dominicana, pero Trujillo no le dio permiso. Le quedaban como
destinos la Cuba de Batista y la Nicaragua de Somoza. Finalmente decidió viajar a la
mayor de la Antillas, donde pensaba permanecer hasta la caída del régimen. Todos sus
viajes formaban parte del proyecto de escribir un libro sobre las caídas de las
dictaduras militares en América Latina (Marrero González, 2008: 54).
Bastidas llegó a la Sierra Maestra alrededor de la segunda quincena de marzo, donde
se vincula muy pronto a la Radio Rebelde que, semanas antes, había entrado en
funcionamiento (Martínez Victores, 1978: 143). Con el nombre de guerra de Atahualpa
Recio, su trabajo en la Sierra sirvió para identificarse plenamente con el ideario de los
combatientes del Ejército Rebelde. El periodista argentino Jorge Ricardo Masetti en su
libro Los que luchan y los que lloran dedica un pasaje a señalar la participación activa
de Bastidas en las tareas y acciones del movimiento guerrillero liderado por Fidel
Castro, a la que atribuye la causa de su muerte.
Yo lo conocía a Carlos. Se había entusiasmado con la revolución y quería ir a
Estados Unidos a promover una acción en la OEA contra Batista […] Había estado
en los Estados Unidos algún tiempo y le costaba creer que los yanquis fueran
capaces de hacer lo que están haciendo aquí. Creía que con una buena
propaganda se podía presionar al Departamento de Estado para que ordene el
cese de los bombardeos. (Masetti, 2006 [1958]: 88).
Pero del testimonio de Bastidas no queda ni rastro. No dejó nada escrito o publicado
de lo que vio durante las siete semanas de presencia en la Sierra Maestra, ni tampoco
24 El Diario de Ecuador, nacido en 1955, se editaba en Quito como periódico “de talante abierto” (Checa Godoy, 1993: 405). Washington Daily News es el periódico local de la capital estadounidense, que nació en 1872 pero no sería hasta 1913 cuando toma la nomenclatura apuntada (véase la sección “Our history” en la web del rotativo: <http://www.thewashingtondailynews.com/our-history/> [consultado 20/07/2016]). The Stentor era el periódico de los estudiantes del Lake Forest College, en el estado de Illinois (EEUU), donde Bastidas pasó un curso (Marrero González, 2008: 61).
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sobre sus contactos con los combatientes clandestinos del M26J en La Habana,
Santiago de Cuba y otras ciudades.
Al parecer, Bastidas no escribió una sola línea sobre su experiencia en la Sierra
Maestra. Prefirió esperar a hacerlo una vez que saliese de Cuba. […] Bastidas
decía que pensaba recoger datos en Cuba para la publicación de un libro, y que
con el producto de la venta de esa obra pensaba ir a Francia a terminar sus
estudios en la Sorbona (Marrero, 2008: 33).
Una vez en La Habana, estuvo en la embajada de Ecuador, donde le entregó al
embajador, Virgilio Chiriboga, los rollos con las fotografías que había tomado. Al
conocerse su asesinato, la prensa ecuatoriana publicó muchas de esas imágenes, pero
Marrero se pregunta si junto con las fotos pudo entregar también alguna libreta de
apuntes o algún trabajo periodístico elaborado del que hasta el momento no se tiene
constancia, bien porque realmente no haya existido nunca, bien porque la dictadura
batistiana lo hiciera desaparecer.
Dos días más tarde, el 13 de mayo de 1958, Bastidas salió del hotel donde estaba
hospedado. Al día siguiente iba a viajar a Estados Unidos porque miembros del M26J le
habían pedido que llevase unas cartas a los exiliados cubanos en ese país, documentos
que le serían entregados por la noche en un bar. Como no conocía la ciudad, lo
acompañaba el hijo de la dueña del hotel donde se alojaba, que lo condujo al sitio del
encuentro y fue testigo de su muerte. Sentados en unos taburetes, esperaban a su cita,
cuando se presentó un agente de la policía secreta de Batista, que increpó a Bastidas,
lo golpeó y, ya en suelo, le propinó varios disparos en la cabeza. Su muerte fue
certificada a las 4 de la madrugada25.
La noticia causó gran conmoción en su país natal, donde se elevaron voces de protesta
y se pidió la rotura de las relaciones diplomáticas de Ecuador con el gobierno de
Batista. Atahualpa Recio no tuvo tiempo de escribir una sola línea sobre lo que
acontecía en Cuba, pero con su muerte logró movilizar conciencias e instalar en la
sociedad internacional la dualidad “Batista, villano; Fidel Castro, héroe”. Su rol en la
estrategia comunicativa, por tanto, no está en función de lo transmitido, sino en la
connotación negativa que supuso su asesinato ante los ojos de la audiencia y en el
apoyo que dio a Radio Rebelde en el tiempo que convivió junto a los rebeldes.
25 Para conocer más detalles y testimonios acerca de la muerte del periodista ecuatoriano, véase Marrero González, 2008: 10-25. Otras versiones apuntan a que la muerte del periodista ecuatoriano nada tuvo que ver con cuestiones políticas. Guerra Alemán (1971: 56) afirma que la muerte de Bastidas fue debida a “una riña tabernaria”, pero el tiempo y la confusión reinante en aquel entonces hace que este hecho no haya podido ser clarificado, por lo que los defensores del régimen castrista mantienen al joven periodista como mártir, mientras que los opositores lo reducen a un crimen más de aquellos tiempos convulsos.
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4 Jorge Ricardo Masetti Antes de su muerte, Bastidas coincidiera en la Sierra Maestra con el periodista
argentino Jorge Ricardo Masetti, enviado especial para Radio El Mundo. Al igual que su
colega ecuatoriano, Masetti se quedó cautivado con el ideario revolucionario. El
periodista realizó sendas entrevistas a Fidel Castro y al Che Guevara que se escucharon
tanto en Cuba como en otros países latinoamericanos. Las conversaciones tuvieron
que ser grabadas en dos ocasiones dado que en la primera emisión un fallo técnico
impidió su decodificación en Argentina26.
Con apenas contactos y medios, su objetivo era la Sierra Maestra, donde permanecería
entre los meses de abril y mayo. Él mismo confiesa que salió de Buenos Aires lleno de
dudas, tanto acerca de su misión como de lo que allí se podía encontrar, pero su
mayor anhelo era “despejar los interrogantes que siempre dejaban abiertos los cables
de las agencias noticiosas, de conocer si realmente la causa del Movimiento 26 de Julio
merecía la adhesión de quienes querían la libertad de Latinoamérica” (Masetti, 2006:
43).
A su llegada a La Habana todo eran advertencias del peligro que implicaba viajar a la
Sierra Maestra, pero aún así, con una credencial fabricada por él mismo que lo
disfrazaba de librero italiano, cogió un avión rumbo a Santiago de Cuba. Las marchas a
pie y en mula, que lo iban acercando a los protagonistas de su buscada historia, le
sirvieron para ir empapándose de las razones que alegaban los campesinos para
apoyar la lucha, un primer signo de admiración hacia un pueblo que se unía para
combatir un enemigo común. Pero para esclarecer qué clase de revolución era la que
se libraba en Cuba desde hacía diecisiete meses “debía escrutar con la mayor
severidad las ideas de quienes los conducían” (Masetti, 2006: 35).
Masetti empezó a transmitir por Radio Rebelde todas las impresiones, vivencias y
conclusiones que sacaba de su experiencia en la Sierra Maestra. Muy pronto emisoras
de Venezuela y México anunciaron que estaban grabando todo lo que informaba y que
se encargarían de trasladar las crónicas a su cadena en Argentina. Elaboró así un
completo primer reportaje donde se escucharon las voces de Fidel Castro y del Che
Guevara, que transmitió directamente por la emisora rebelde. Esta emisión fue
captada por Radio Continente de Caracas y Radio Caracol de Colombia, los que
aseguraron que la harían llegar a Radio El Mundo. Pero cuando Masetti creía concluida
su labor y estaba de regreso en La Habana preparando su salida para Buenos Aires, se
enteró de que los reportajes no fueroan captados por su emisora. Masetti emprendió
así de nuevo el viaje hacia los líderes revolucionarios para poder cumplir con la misión
que le había sido encomendada. Esta vez sí llegó la señal a Buenos Aires y fuera de 26 Para descargar y escuchar los reportajes realizados por Masetti a los revolucionarios cubanos, véase <http://jorgericardomasetti.blogspot.co.uk/search/label/Libros%20-%20Audio%20-%20V%C3%ADdeo> [consultado 21/07/2016].
Percepciones de la Sierra Maestra
Revista internacional de Historia de la Comunicación, Nº7, año 2016, PP. 92-115 107
Cuba se pudieron conocer los pálpitos de su revolución de la mano de sus
protagonistas (Masetti, 2006: 56-ss.).
El reportaje locutado por Masetti se reparte entre la crónica de viajes y la columna de
opinión, donde experiencia personal y valores de juicio se entremezclan, para ofrecer
una versión razonablemente objetiva en la parte de las entrevistas a los líderes
cubanos, pero de feroz crítica a Batista en la parte de comentario. No obstante,
aunque las preguntas realizadas por el periodista resulten “objetivas”, como él las
califica, la orientación para el lucimiento y la justificación de los entrevistados es clara.
Asomaba así, y con sus comentarios posteriores, la fascinación que había causado en él
la lucha en la Sierra Maestra.
Masetti transmitió las dudas que lo acosaban respecto de la insurrección cubana y las
preguntas al líder rebelde iban en esta línea de plantear interrogantes generales
acerca del movimiento: cuáles fueron los orígenes del M26J, cómo surgió el ejército,
cuáles son las fuentes de financiación; a lo que Fidel responde en base a los
argumentos empleados en las anteriores citas con la prensa, reforzando la imagen
heroica de la movilización.
- ¿De dónde logró el armamento con que actualmente cuenta?
- Realmente puedo asegurarles que la casi totalidad de las armas que nosotros
poseemos se las hemos arrebatado al ejército de la tiranía. Como usted puede
ver son casi todos los fusiles, son fusiles automáticos de los que usa el ejército y
nosotros tenemos un récord de todas las armas ocupadas en cada combate, los
verdaderos abastecedores de nosotros son los soldados del dictador Batista27.
La reproducción de estas afirmaciones del líder rebelde, que inciden en la
identificación con Robin Hood del movimiento rebelde, se ven apoyadas por la crónica
del periodista, que demoniza la actuación de las fuerzas gubernamentales:
Durante esos cinco días, en medio de montes que sólo los fidelistas conocen a la
perfección pude comprobar la adhesión unánime del campesinado a la
revolución, adhesión que ha hecho casi obligatoria la política criminalmente
absurda de la guardia rural y el ejército batistiano, adonde llegan los guardias
llega el robo, el incendio y el crimen28.
El compartir país de origen con el Che Guevara, propicia la intervención del guerrillero
argentino en la emisión, donde explica las razones de estar luchando en un país
extranjero: “Desde hace tiempo me he convencido de que toda América es una sola y
27 Extracto del reportaje radiado realizado por Jorge Ricardo Masetti. La trascripción de la emisión realizada desde Sierra Maestra está disponible en <http://jorgericardomasetti.blogspot.co.uk/2010/08/ entrevista-al-che-y-fidel-castro-en.html> [consultado 21/07/2016]..
28 Ibid.
Patricia Calvo González
Revista internacional de Historia de la Comunicación, Nº7 año 2016, PP. 92-115 108
de la necesidad imperiosa que tenemos los que sentimos un afán democrático de
luchar en cualquiera de estos países por la libertad de ellos”. Era la primera vez que
salían al gran público los pareceres de Guevara.
- Dr. Guevara, ¿cuál aspira usted sea el resultado del triunfo de la revolución?
- Bueno, una vez eliminado este obstáculo primero que tenemos que es el
dictador Batista hay que plantear una serie de reformas […] y es que se libere la
tierra del dominio de los pequeños, de los grandes propietarios y pase al
mercado interno a una serie enorme de consumidores nuevos y al mismo tiempo
que se diversifique completamente la economía del país […] Al mismo tiempo
creo que son imprescindibles reformas institucionales […] una democratización
completa del país de acuerdo con el ideal de la constitución democrática del año
4029.
Las declaraciones de Guevara, en esencia, no diferían en demasía de lo vertido por
Fidel anteriormente al periodista argentino y a otros representantes de la prensa. En lo
que se refiere a Masetti, éste incidió de nuevo en la versión favorable a la rebeldía.
Eludió preguntas incómodas (y las formuladas fueron respondidas con solvencia) y sus
comentarios tanto previos como finales estuvieron orientados a criticar el régimen de
Batista, alzando a Castro y sus hombres como la esperanza del pueblo cubano.
Cumplida su misión informativa, esta segunda vez con éxito, Masetti pudo salir de
Cuba con un pasaporte falso, pero con la sensación “de que volvía al mundo de los que
lloran y dejaba atrás al mundo de los que luchan”, que a la postre le costaría la vida30.
5 Segundo Cazalis El desencanto en la prensa latinoamericana viene de la mano del periodista cubano de
origen español, Segundo Cazalis31. Hecho en el periodismo en Venezuela como
29 Ibid.
30 La revolución triunfante eligió a Masetti como director de la primera agencia latinoamericana, Prensa Latina. Pero en marzo de 1961, el periodista renunció a la agencia por su deseo de ocupar un puesto de más riesgo en la tarea revolucionaria, actuando en calidad de guerrillero en Playa Girón y Argelia. A su regreso, como miembro del Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP), formó parte de la lucha emprendida en la provincia de Salta, en Argentina. A mediados del mes de abril de 1964 el grupo fue sorprendido por el ejército. Masetti no apareció nunca. Véase Masetti, 2006: 6-8; Anderson, 2006: 509-ss y una breve biografía en <http://www.elortiba.org/masetti.html#Breve_biografí a_> [consultado 20/07/2016].
31 Segundo Cazalis nació en Cuba en 1924, pero a los dos años su madre se lo llevó a Bilbao, de donde había emigrado su padre, un famoso pelotari. Luchó en la Guerra Civil española en el bando republicano, por lo que fue recluido en un campo de concentración. Logró su repatriación a Cuba en 1939. Más tarde parte para Venezuela, donde se hace periodista y entra a formar parte de plantilla de El Nacional, en Caracas (Fernández, 2010).
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redactor del diario El Nacional de Caracas32, Cazalis entrevistó a Fidel Castro en los días
de la Sierra Maestra y en la práctica se unió a sus filas. En 1959 decidió quedarse en la
isla y se convirtió en redactor jefe del periódico La Calle, en el que nace su famosa
sección “Siquitrilla” en enero de 1960. Más tarde se convertiría en el director de
Revolución, donde continuaría con su columna de opinión (Fernández, 2010). Después
salió de Cuba para dirigir la oficina de Prensa Latina en París. Pero a principios de 1966,
Cazalis rompería definitivamente con el gobierno de Castro33.
Los trabajos del periodista aparecerían en el mes de noviembre de 1958, entre los días
12 y 15, en las páginas de El Nacional. Dichos artículos estarían indicados los cuatro
días en la portada del diario, hecho con el que el rotativo quiere destacar que había
enviado un corresponsal a la zona. En la portada del día 12 de noviembre, con una foto
de Cazalis junto a Fidel, se destaca la hazaña del reportero, que lleva a un extenso
reportaje en el interior del rotativo34. Dicho reportaje, en concordancia con los de sus
antecesores, se centra en el relato de la forma en que logró alcanzar el campamento
rebelde. Aprovecha este viaje desde La Habana para trasmitir al lector el ambiente que
se respiraba, calificando la zona oriental de la isla como “un gigantesco campamento
militar”35.
La descripción de Cazalis, sin haber entrado todavía en contacto con la guerrilla, es de
claro posicionamiento a su favor. El término “tiranía” y la forma en la que caracteriza al
Ejército transmite a la audiencia una situación grotesca que es necesaria corregir. En el
lado contrario sitúa al pueblo cubano, sufridor y silencioso, que tiene depositadas
todas sus esperanzas en la revolución. El resto del artículo es una sucesión de nombres
y refugios que fue encontrando en su ruta hacia el campamento rebelde, lisonjeando
el proceder guerrillero y otorgándoles ya prácticamente la victoria36.
32 El Nacional nace en Caracas en el año 1943. Se caracteriza como independiente y de corte liberal, hecho que lo lleva a sufrir boicoteos publicitarios (Checa Godoy, 1993: 418).
33 Segundo Cazalis entró en crisis durante el proceso de Marcos Rodríguez. En marzo de 1964 comenzó el juicio público en Cuba contra este miembro de la Juventud Socialista que en 1957 había delatado a cuatro jóvenes del Directorio Revolucionario, que estaban escondidos y fueron asesinados por órdenes de Ventura, jefe de la policía de Batista. El hecho había ocurrido en abril de 1957 pero nunca había sido aclarado. Marta Jiménez, esposa de Fructuoso Rodríguez (una de las víctimas), mantuvo la acusación contra Marcos Rodríguez, quien después de una investigación en 1959, tenía un cargo diplomático en Praga. El juicio involucraba así a un joven comunista en una delación que sacaba a la luz las diferencias entre el Directorio, el M26J y los comunistas durante la lucha contra Batista. Las numerosas críticas y comentarios publicados por Cazalis respecto a este proceso llevaría a la cancelación de su sección y posteriormente a su exilio (Cazalis, 1966: 5-10).
34 Cazalis, S.: “Un enviado de El Nacional en Sierra Maestra” y “La Revolución Cubana (1). Sierra Maestra. Encuentro con los rebeldes”, 12 /11/1958, El Nacional, pp. 1 y 46.
35 Ibid.
36 Ibid.
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El segundo de los reportajes del periodista aparece el 13 de noviembre de 195837.
Cazalis comienza narrando la etapa final de su viaje, que lo llevaría al fin hasta el
campamento rebelde y hasta Fidel Castro, “el hombre que está realizando lo
imposible”. Dibuja así a un Castro con connotaciones positivas: cordial, sencillo e
idealista es la imagen que traslada a la audiencia, personificando de nuevo en Fidel el
quehacer revolucionario. Además, destacando la humildad con la que afronta ser la
cabeza visible del movimiento, afirmando que tras la victoria acatará lo que decida el
M26J y el país, “si es que alguna vez me dedico a la política activa”38.
El periodista refleja el optimismo y la entrega de un grupo de hombres que se miden
ante un enemigo fuerte, pero que ellos superan por el “idealismo” que los conduce39, y
solo aceptarán la mejor solución para Cuba, que es la que ellos proponen. Parece
entonces de obligada formulación la cuestión sobre la “significación” del M26J.
La palabra izquierda es una palabra manida. Diga que somos un organismo
democrático de avanzada, cuyos primeros objetivos son la recuperación de las
libertades civiles y los derechos políticos; el logro de la honestidad
administrativa; y una legislación moderna y valerosa, que resuelva la situación
económica del campesino y el obrero cubano40.
Fidel incide de nuevo en ese mensaje moderado de las intenciones de su “avanzada”,
con las palabras democracia, libertad y derechos para combatir la corrupción y la
situación de las clases menos favorecidas ante la legislación regente. Y el periodista así
lo transmite, contraponiendo este futuro esperanzador al negro panorama que
presentaba en su primer reportaje, de sangre y represión.
El tercer reportaje está fechado el 14 de noviembre de 1958 y en él Cazalis hace un
retrato de la vida en el campamento rebelde, centrado en las actividades de los
guerrilleros, el papel de las mujeres que los acompañan y el relato de los juicios que
presenció, uno de los cuales acabó con el fusilamiento del acusado, a quien se le
achacaba la comisión de quince asesinatos como agente ejecutor de la policía secreta
de Batista41. Cazalis racionaliza la justicia sumaria en la Sierra Maestra como una
medida necesaria para el cese del terror.
Pero la dureza se mitiga con el esbozo que el periodista hace de la vida en el
campamento, donde “reina un espíritu mezcla de generosidad, idealismo romántico,
37 Cazalis, S.: “La Revolución Cubana (II). Fidel Castro. El guerrillero y el político”, El Nacional, 13/11/1958, p. 54.
38 Ibid.
39 Ibid.
40 Ibid.
41 Cazalis, S.: “La Revolución Cubana (III). El campamento rebelde”, El Nacional, 14/11/1958, p. 58.
Percepciones de la Sierra Maestra
Revista internacional de Historia de la Comunicación, Nº7, año 2016, PP. 92-115 111
hidalguía y preocupación sincera”. Para Cazalis, ni las duras condiciones ni las
adversidades han conseguido endurecer “el corazón de los combatientes”, que han
construido escuelas y hospitales para los campesinos. “Allí es todo gratuito y se
comparte” 42. Esta postal idílica se completa con la descripción del papel de las mujeres
en la guerrilla, “guardianas nocturnas y modistas diurnas”, que además “cuidan a los
heridos, bailan con ellos, charlan con los melancólicos, sonríen con los alegres” y que,
“a setenta metros, hacen blanco”43. Cazalis presenta así un ambiente guerrillero
romántico e idealista, de convivencia apacible, a pesar de la situación de horror que los
rodea, como un oasis de generosidad y compañerismo en el desierto de la
desesperanza.
El cuarto y último reportaje es una crónica de la ofensiva rebelde que se estaba
llevando a cabo44. Se trata de una sucesión de números de combatientes y frentes de
batalla que las fuerzas irregulares dominaban por completo según Cazalis. Asimismo,
vemos como el periodista se empapó de la liturgia revolucionaria, bien porque
realmente la hizo suya, bien porque estaba familiarizado con el mensaje, dada su
ascendencia cubana.
Hoy, a cincuenta años de distancia, se combate de nuevo en los campos de Cuba,
por la misma libertad que conquistaron los mambises. Hoy Oriente es de nuevo
cuna de la campaña revolucionaria, y los hombres de Camilo Cienfuegos acaban
de repetir –cruzando la isla- la hazaña invasora. Las palabras del General Antonio
Maceo, recobran así todo su significado y esplendor. A los dos años de lucha, los
ejércitos de la revolución han pasado a la ofensiva45.
El conjunto de los cuatro reportajes nos deja la impronta de absoluta simpatía por el
alzamiento por parte de Segundo Cazalis. Reproduce ambientes y palabras en la línea
de lo ya presentado por los hombres de la prensa que lo precedieron en Sierra
Maestra, un entorno idílico donde Fidel Castro lidera “lo imposible”. Los lectores
venezolanos recibieron así una sucesión de crónicas que establecen claramente el
enemigo a batir, con características crueles y sanguinarias, frente una solución
propuesta por un grupo de soñadores que no cejarán en su empeño hasta lograr una
Cuba democrática y justa para todos. Además, la visita de Cazalis tuvo lugar a finales
de 1958, cuando los rebeldes habían sorteado la ofensiva de las fuerzas regulares y
empezaban a bajar de las montañas. En cierta forma, la visión del periodista es una
apuesta por la opción que tenía en jaque al gobierno de Batista y, a estas alturas, Fidel
Castro ya era el líder indiscutible.
42 Ibid.
43 Ibid.
44 Cazalis, S.: “La Revolución Cubana (IV). Los rebeldes a la ofensiva”, El Nacional, 15/11/1958, p. 61.
45 Ibid.
Patricia Calvo González
Revista internacional de Historia de la Comunicación, Nº7 año 2016, PP. 92-115 112
6 A modo de conclusión El análisis de todas estas miradas particulares son la base de la construcción de la
imagen trasladada por los periodistas foráneos de un conflicto que, a priori, afectaba
solo a la situación política cubana. Pero todas estos trabajos individuales forman así un
conjunto que, entrelazado, dibuja la construcción pública de la insurrección a nivel
internacional, en este caso en Latinoamérica. La dimensión pública del proceso
revolucionario cubano no responde únicamente a la imagen creada por los medios de
comunicación. Los mass media como ente, constituyen el vehículo a través del cual el
hecho noticioso llega a la audiencia, pero son los periodistas firmantes lo que se alzan
como responsables últimos de la imagen transmitida a la opinión pública de la
movilización cubana46. La estrecha relación entre imagen creada y reportero nace de
las particulares experiencias personales de cada uno de los periodistas que subieron a
la Sierra Maestra, como se ha reflejado.
Por parte de los guerrilleros existían una serie de estrategias por las cuales sólo se
dejaba ver lo que en el contexto internacional de la época se podría calificar de
“políticamente correcto” (Calvo González, 2014a: 322-324). Pero estos tintes opacos
no impidieron sobresalir a Fidel Castro, figura a la que todos los periodistas coinciden
en definir como carismática y líder indiscutible. Es de destacar también que ni la
censura ni los controles de las fuerzas armadas de Batista impidieron que los
periodistas se las ingeniaran para alcanzar a los rebeldes y obtener de primera mano
las declaraciones de sus líderes. Siempre con el beneplácito de la guerrilla, los
reporteros eran bien recibidos y cuidados en los campamentos, gozaban de respeto y
sus ansias de información eran solventadas de buen grado.
La lectura de sus trabajos y los apuntes historiográficos concluyen que el mensaje que
transmitieron a la opinión pública era el mismo: la romántica visión de unos Robin
Hood barbudos que luchaban por el retorno de la democracia en términos
nacionalistas a Cuba. Esta imagen construida por los periodistas tenía su base en
encuentros pactados y buscados. La propuesta estética además se convertiría en un
icono a través del trabajo de los medios de comunicación, y resultó exitosa y atractiva
en la época. La envoltura bucólica que otorgaban los paisajes de la Sierra Maestra
junto con el mensaje lanzado, conformaban unas condiciones idóneas que sedujeron a
los periodistas y estos, a su vez, lo trasladaron a la audiencia internacional.
La imagen transmitida del proceso revolucionario cubano tiene, por lo tanto, el
nombre y los apellidos de aquellos periodistas encargados de difundir al mundo el
mensaje que les era facilitado en las montañas cubanas. Si bien se puede hablar de
experiencias individuales en tanto que es el periodista el que transmite el hecho 46 “Como autor del texto informativo, el periodista actúa de gatekeeper [guardián] al escoger entre todo el material del que dispone para decidir cual es el que va a transmitir finalmente a los lectores” (Túñez, 1999: 89).
Percepciones de la Sierra Maestra
Revista internacional de Historia de la Comunicación, Nº7, año 2016, PP. 92-115 113
noticioso desde su experiencia personal, la imagen que transciende de sus trabajos
adquiere un halo de punto en común que se resume en la palabra seducción. Los
matices en las informaciones dependen en gran medida de la procedencia del
reportero ya que la fuente, Fidel Castro en la mayoría de los casos, adaptará su
discurso a la audiencia a la que se iba a dirigir el texto periodístico, en este caso desde
un punto de vista latinoamericanista.
Como última reflexión, se ha expuesto como los periodistas acudían a la Sierra en
busca de respuestas de lo que estaba ocurriendo en Cuba, bien porque creían que la
guerrilla era quien abanderaba la lucha, bien porque contaba con los elementos
necesarios para ser noticia. De este modo, la lucha urbana u otros grupos opositores
no tuvieron cabida en los medios, a excepción del reportaje del uruguayo Carlos María
Gutiérrez, pero no deja de ser una isla en medio de un océano guerrillero (Calvo
González, 2014b).
En palabras de Tarrow (1997:221), las dinámicas comunicacionales tienden a buscar
símbolos espectaculares, dramáticos o desproporcionados a los que prestar atención y
viceversa. Esto es, las movilizaciones también recurren a estas prácticas para tener
presencia mediática.
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