para qué la navidad

1 Por: Diana Fernanda Vásquez S. Tel: 315 309 9114 Escríbenos: [email protected] *Ilustraciones: Cortesía de Fano

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“Voz que grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos, que los valles se eleven, que los montes y las colinas se abajen, que los caminos tortuosos se hagan rectos y los escabrosos llanos, para que todos vean la salvación de Dios”. Lucas 3, 4-‐6

En la ventana de mi habitación coloqué un arreglo navideño con luces muy sencillo. Todas las noches lo enciendo como lo hacemos todos los que celebramos la navidad de esta manera.

Hace poco apagué la luz, me acosté en mi cama a observar el titilar y el color de las luces y David Esteban, uno de mis hijos se pegó al parche. En silencio mirábamos. De repente él suspiró y dijo: “La navidad me trae nostalgia de Dios”, “a mí también”, le respondí, y recordé, que dos días antes Nataly, mi hija, me comentó que había llegado del trabajo y que las luces del árbol estaban encendidas y el resto de la casa en silencio, a oscuras. Se había sentado por un buen tiempo a observarlas. Mientras; recordaba cosas tristes y alegres del pasado. Que su corazón se había conmovido por la ternura que la navidad inspiraba y le producía “una alegre nostalgia”. Cabe anotar que ella llega a las 12:30 a.m. ya que trabaja en una pizzería y ese es su horario de salida. Pero no le importó el cansancio de la jornada de trabajo, ni la hora de madrugada, y se dejó llevar por la voz de Dios, silenciosa pero efectiva. Y así es El, utiliza lo inesperado y lo sencillo para llamarnos a la conversión.

Cada navidad, cada Semana Santa, cada Pascua, cada retiro, cada seminario, cada encuentro, cada programa de tv o radio, cada charla o actividad en tu Iglesia, es un momento que el Señor aprovecha para decirnos: “Prepara tu corazón para mi llegada”.

Puntos de interés: ¿Cómo está tu corazón? •¿Cómo debe ser la limpieza de tu alma? • ¿Por qué María (Humana) la madre de Dios? ¿Qué es la encarnación? • ¿Y porqué José?



¿Cómo está tu corazón?

El famoso día de las velitas o del alumbrado, tiene como principio básico arreglar las casas con detalles navideños como muestra del inicio de la navidad. Es un día especial, todos en casa estamos dispuestos a colaborar, hacemos aseo general, otros pintan las casas y el anden, se escucha música por todos lados y no se, pero de algún lado sale el dinero para colocar cada detalle que caracteriza cada hogar. Y cuando llega la noche entramos en un mundo de luces y color. Que hermosa magia se apodera de nuestro ser. Imposible que de tantos involucrados, de tantas luces, de tantas carreras, no quede más de un corazón tocado. Del mismo modo hacemos con nuestro corazón. Miramos que debemos

limpiar que pintar, que reparar, y que desechar, a que le colocamos lucecitas y volvemos a empezar. De eso se trata, si arreglas tu casa ¿por qué no tu corazón? Si es lo único que nos llevamos cuando pasemos a la presencia del Señor.

¿Cómo debe ser

esa limpieza?

“Deben despojarse de su vida pasada, del hombre viejo, corrompido por las concupiscencias engañosas, renueven su espíritu y su mente y revístanse del hombre nuevo, creado según Dios, en justicia y santidad verdadera. Por esto destierren la mentira, y que cada uno diga la verdad a su prójimo, pues somos miembros los unos de los otros. Si se enojan, no lleguen a pecar y que vuestro enojo cese antes de que se ponga el sol; no den oportunidad al diablo. El que robaba, que ya no robe más y que se ponga a trabajar honradamente con sus propias manos para tener con qué ayudar a los necesitados. No digan palabras groseras; que su lenguaje sea bueno, edificante y oportuno, para que hagan bien a los que los escuchan. No entristezcan al Espíritu Santo de Dios, que los ha marcado con su sello para distinguirlos el día de la liberación. Destierren la amargura, la ira, los gritos, los insultos y toda clase de maldad: Sean bondadosos y compasivos; perdónense unos a otros, como Dios los ha perdonado por medio de Cristo”. Efesios 4, 22-‐32.



¿Por qué María?

¿Cómo puede ser esto siendo yo virgen?

Cuando nos preguntan por qué María fue la escogida por Dios para ser la madre de su hijo inmediatamente pensamos en su virginidad. Pero en su virginidad física. El hecho de que ella fuera pura y no hubiese tenido una relación sexual. Pero No! Su virginidad fue más allá.

La virginidad de María estuvo en: la pureza de su actitud, sus pensamientos, sus palabras, sus acciones, en su mirar, en su caminar, en sus oraciones, en su servicio.

El concepto “virginidad” no es genital, sino espiritual. La virginidad no tiene artículo, abarca a todos de mente, cuerpo y corazón.

Inmaculada

“¡Alégrate, llena de Gracia, el Señor está contigo!”

Alégrate: expresión de felicidad. Llena de gracia: La palabra “gracia” –del griego, “charis” –puede significar “favor” con muchas virtudes. Pero significa también belleza, encanto, fascinación. Ella es la más bella de todas las criaturas, pero no solo por su belleza física sino por su belleza espiritual. Porque en ella, en su vientre en su alma, en su corazón reside Dios. Lo que hace a María inmaculada es el hecho de que Dios la permitió sin mancha, sin pecado y así se conservo para El. Por lo tanto María es objeto de redención.



Santidad

”El Señor esta contigo”: María conectada con Dios en cada momento. Y Si esta conectada es porque mantiene una estrecha relación con Dios. Si tiene esa estrecha relación es por que le obedece. Y si obedece es porque lo ama y si lo ama, le obedece sin reproches ni objeciones. Entrega total, sólo para Dios, sin preguntas, sin juicios, sin contradicciones. Sí, a todo.

De ahí su respuesta al Señor, “Sí”. “Yo soy la esclava del Señor. Que se cumplan en mí tus palabras. Lucas 1, 26-‐38

Nunca renegar, nunca quejarse, nunca criticar, nunca chicanear. Cuando se enteró que su prima Isabel estaba embarazada, inmediatamente se fue a atenderla. ¿Y qué es atenderla? Barrer, cocinar, lavar la ropa a Isabel y Zacarías. No se acostó a esperar al a que la atendieran por que iba a ser la madre

del hijo de Dios. O esperando a que llegaran todos a rendirle pleitesía y atenciones, No.

La disponibilidad y el servicio de María es la clave para seguir a Dios. No basta con tener un corazón puro y estar entregado a Dios. A El se le demuestra con hechos. Por eso nuestra relación no puede sujetarse a los rosarios, novenas, oración y eucaristía diaria, o lectura bíblica. Esto es formación y fortaleza. Debemos demostrarle que lo amamos y la mejor manera es haciendo. ¿Haciendo qué? El bien; en mí, en mi familia, en mi cuadra, en mi comunidad, en mi trabajo, en mí planeta. Cuando uno hace lo que Jesús dice, uno da lo mejor. Y la actitud es imprescindible.

María sabía que debía entregar a su hijo. En el calvario, al pie de la cruz María estaba “callada”, llorando y sufriendo en “silencio” con su hijo. Sin renegar. Sin quejarse.

Cuando uno sabe que esta cumpliendo la voluntad del Padre no hay que decir nada.



La Encarnación

Dios no es carne y para hacerse carne debía nacer por medio humano. Para la fecundación se necesita del hombre y la mujer. Por voluntad de Dios no se requirió del hombre para engendrar, o no podríamos hablar de la encarnación.

“Envió Dios al ángel Gabriel a una población de Galilea llamada Nazaret, a donde una joven virgen que estaba comprometida para casarse con un Hombre llamado José”. El ángel es la voz de Dios. “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y quedaras a la sombra poderosa del Altísimo. Por eso a tu hijo lo llamarán Santo e Hijo de Dios”. El “Espíritu” es la presencia de Dios.

Se unen palabra y presencia de Dios dentro del vientre de María. “Concebirás en tu seno” al lado del corazón. Entonces tenemos: Palabra de Dios, presencia de Dios, dentro del vientre, al lado del corazón de una mujer, pura, encantadora y

espiritualmente hermosa. ¿Que se ha formado dentro de ella? Un ser de amor.

El Padre nos entrega su amor, por medio de una mujer digna de semejante honor. Ella, un corazón dispuesto, con un Sí en la boca, siempre para su Señor. ¿Cómo no celebrar este nacimiento?, ¿Cómo no recordar este gesto tierno de amor? ¿Cómo no disfrutar del regalo que Dios Padre nos hace? Entonces hagamos aseo, pintemos lo que esta borroso, botemos la basura que tenemos guardada, alejémonos de lo que nos aparta del Señor, recojamos y utilicemos lo que tenemos a mano y adornemos este corazón que late día a día a veces sin rumbo, otras veces con rumbo pero sin atención y conectémonos con ese Dios de amor que arde en deseos de nacer en nuestro corazón.



¿Y dónde queda José?

Definitivamente el Señor piensa en todos los detalles (Parece mujer). Dios necesitaba un hombre que protegiera a la madre y a su hijo. Y más en los judíos, “los demás existen por los hombres de casa”. ¿Por qué no el abuelo, padre de María? No, porque la ley judía apedreaba a las mujeres por tener relaciones fuera del matrimonio.

Aparte de eso no sería justo con María guardar su pureza para el Señor y quedar su reputación en boca de la gente del pueblo. Y que decir del apellido y el buen nombre de los padres de María, que fueron siempre personas de bien y respetadas por la comunidad. ¿Dónde hubiese quedado? Además para el señor la imagen de la familia es esencial. De otra manera hubiera creado a Eva sin Adán. No le hubiera dado un hijo a Abraham, y solo hubiese montado a Noé en

el arca. La familia es la primera Iglesia del ser humano. El padre da seguridad, protección, provee alimento, es ejemplo de trabajo y estabilidad. Presenta reglas. La madre da amor, cuida, organiza, vela, y esta pendiente de cada uno de sus hijos. La madre da las fuerzas para que el hijo soporte lo que tiene que enfrentar. Por eso Dios puso a José en este paisaje.

De José no se sabe mucho, pero no se puede desconocer el ejemplo más valioso y claro; de hecho muy importante para Dios. El adoptar a un hijo ajeno. Para esa época esto sería terrible y más cuando la imagen de María ante José sería única, hermosa, sencilla, buena hija, servicial y entregada a Dios. Me imagino el dolor tan grande, la decepción que debió sentir, en el momento que se dio cuenta que María estaba embarazada. Debió ser un baldado de agua fría, yo creo que helada. Pero él era maduro y muy educado. No se podía esperar menos del padre putativo de Jesús. Que tal un borracho haciéndole escándalos a los padres de María por engañarlo y maltratando a María de palabras, y acciones. José debió ser una persona muy piadosa, para entender el mensaje de Dios a través del ángel. No es fácil tener un sueño y creer en el. Y cuando imaginar que se podía concebir por el Espíritu Santo. Eso es de locos. Si hubiese sucedido en este momento pensarían que José se metía sus cachitos. Y se la fumaba bien verde. Pero de eso se trata, de creer en lo imposible, trabajar en lo natural, y esperar en lo espiritual. Eso se llama vivir el reino de Dios. Un aplauso para el valiente José.



Nombres inolvidables

Quiero compartir esta reflexión, presentada por una misionera y tomada de los mensajes de internet a quien pido disculpas y agradezco por tomar sus notas.

“En el día de hoy mas que nunca quiero encontrarme conmigo mism@, buscar en lo más profundo de mi alma y mi corazón sin dejar pasar por mi memoria los nombres y apellidos de los mas sinceros amigos, que han pasado por cada una de las páginas escritas en mi vida.

Los nombres que se hallan lejos de mi, que estuvieron y no se donde se encuentran, de los que tengo cerca, que están allí cada vez que los necesito; los de mi niñez, adolescencia y madurez; los que ya no veo con frecuencia y los que veo día a día, cuando aparece el sol. Los que siempre llevo en mi mente; los que han estado en mis momentos difíciles y a los que siempre comparten conmigo una sonrisa. Los que por mi causa ofendí y herí y a los que tal vez me

hicieron brotar lágrimas. Con los que aprendí grandes lecciones y a los que he dejado algo de mí.

Aquellos nombres que ya no están y se encuentran más allá de la línea horizontal de la vida, los cuales llevo en cada una de mis oraciones; aquellos nombres que aún no conozco, pero seguro marcaran pauta en mi vida y mi nombre en la de ellos.

Le doy gracias a aquellos amigos que han estado cuando estoy triste y me siento sól@, que con tan sólo una palabra te dan aliento del bueno, que cuando uno se quiere distanciar, ellos están ahí, para hacerte compañía, dando siempre una sonrisa y prestando su hombro para ser muletas.

Por que definitivamente la amistad es el casamiento del alma, que va más allá de un momento grato, la amistad es el sentir de lo que padece la otra persona.

En este momento de reflexión deseo que se convierta cada espina, en un jardín de rosas blancas, cada lágrima en sonrisa y abrazo fraterno, cada tiniebla en luminosas estrellas, que floten en el universo y que de cada sufrimiento nazca un sentimiento de felicidad.



Mil gracias por encontrarse o haber estado en mi vida, gracias por cada uno de ustedes, por dejarme estar en cada una de sus historias”.

Gracias a Dios por lo que he llorado, por los desiertos y sinsabores; por los momentos de soledad y abandono; y por las veces que he reído y he disfrutado con gusto y alegría; por que me permiten hacer la diferencia. Por que me permiten reconocer a Dios en cada instante de mi vida. Gracias a Dios por que se puso en mi camino.

“Haber como se comportan; que no sea como insensatos sino como inteligentes, aprovechando el tiempo, porque los días son malos. Por consiguiente, no actúen como necios, sino procuren conocer cual es la voluntad del Señor. No beban vino hasta embriagarse pues eso lleva al desenfreno; al contrario, llénense del Espíritu Santo recitando entre vosotros salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando al Señor en sus corazones dando siempre gracias por todo a Dios Padre en nombre de

nuestro Señor Jesucristo. Respétense unos a otros por fidelidad a Cristo”. Efesios 5,15-‐21.

Agradezco a todos los que colaboran con la elaboración y la publicación de todas las ediciones trabajadas hasta ahora. A los lectores y a todos los que el Señor pone en mi camino como luz para desarrollar los temas que hemos tratado. Quiero contarles de el trabajo espiritual que ha realizado el Señor dentro de mi corazón, porque más que una redacción de un texto ha sido y es un reto aplicar lo que escribo a mi vida. El Señor me esta puliendo y eso a veces es doloroso. He llorado en cada número, viéndome reflejada en cada una de las situaciones presentadas. Es como asomarme a un espejo a observarme cada vez que me siento frente al computador. Y entre más conozco a Dios, siento que estoy muy lejos de lo que él quiere de mí. Pero ya comencé a avanzar hacia él, he limpiado mi corazón de mucha basura, y aunque me falta mucho por limpiar, sigo en esa tarea, para que cuando llegue Jesús nos sentemos los dos, en silencio, como mi hija Nataly; a mirar el titilar de esas luces y así disfrutar de “una alegre nostalgia” .

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