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Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS DE PINTIA (PADILLA DE DUERO-PEÑAFIEL, VALLADOLID) Patrizia de Bernardo Stempel * Fernando Romero Carnicero ** Carlos Sanz Mínguez ** Conforman la Zona Arqueológica Pintia, localizada en Valladolid entre los términos municipales de Padilla de Duero/Peñafiel y Pesquera de Duero, las diversas áreas funcionales de la que en su día fuera la ciudad vacceo-ro- mana de Pintia. 1 Así, en la margen izquierda del Duero e inmediata a la pri- mera de las localidades citadas: la ciudad de Las Quintanas, 2 cuyas veinti- cinco hectáreas de superficie quedaron delimitadas por el curso del río y un complejo sistema defensivo de más de un kilómetro de longitud que, pre- viamente detectado por la fotografía aérea, 3 sabemos ahora, merced a las excavaciones que vienen realizándose en los últimos años, integran una po- tente muralla de grandes adobes forrada de piedra al exterior y un foso con tres senos —o triple foso—, separados por plataformas, de en torno a treinta metros de anchura; 4 la necrópolis de Las Ruedas, de la que conocemos hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de incineración, sesenta y siete de las cuales han sido publicadas, 5 con su correspondiente ustrinum, empla- zado en el pago conocido con el significativo nombre de Los Cenizales; y un posible santuario denunciado por la fotografía aérea. En la margen opuesta del río, y ya en el término de Pesquera de Duero, se localiza el barrio alfa- ———— * Este trabajo se ha llevado a cabo con la ayuda del Gobierno Vasco (GIC 10/83, IT 486-10). ** Este trabajo se ha llevado a cabo en el marco del Proyecto de Investigación Cos- movisión y simbología vacceas. Nuevas perspectivas de análisis (HAR2010-21745-C03-01), de la Dirección General de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación. 1 Sanz al. 2003a; Sanz y Romero 2005 y 2007. Acerca del topónimo Pintia véase ahora De Bernardo 2009. 2 Centeno et al. 2003. 3 Olmo y San Miguel 1993, 524-525, fig. 5, láms. XVII-XX; Olmo 1999, 416-420, fig. 13, láms. X-XII; Sanz et al. 2003a, 53, fig. 4. 4 Sanz et al. 2010; 2011a, 12-14; 2011b y e.p. 5 Sanz 1997.

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Page 1: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 157-194 ISSN 1578-5386

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GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBEacuteRICO EN CERAacuteMICAS DE PINTIA

(PADILLA DE DUERO-PENtildeAFIEL VALLADOLID)

Patrizia de Bernardo Stempellowast Fernando Romero Carnicerolowastlowast

Carlos Sanz Miacutenguezlowastlowast Conforman la Zona Arqueoloacutegica Pintia localizada en Valladolid entre los teacuterminos municipales de Padilla de DueroPentildeafiel y Pesquera de Duero las diversas aacutereas funcionales de la que en su diacutea fuera la ciudad vacceo-ro-mana de Pintia1 Asiacute en la margen izquierda del Duero e inmediata a la pri-mera de las localidades citadas la ciudad de Las Quintanas2 cuyas veinti-cinco hectaacutereas de superficie quedaron delimitadas por el curso del riacuteo y un complejo sistema defensivo de maacutes de un kiloacutemetro de longitud que pre-viamente detectado por la fotografiacutea aeacuterea3 sabemos ahora merced a las excavaciones que vienen realizaacutendose en los uacuteltimos antildeos integran una po-tente muralla de grandes adobes forrada de piedra al exterior y un foso con tres senos mdasho triple fosomdash separados por plataformas de en torno a treinta metros de anchura4 la necroacutepolis de Las Ruedas de la que conocemos hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de incineracioacuten sesenta y siete de las cuales han sido publicadas5 con su correspondiente ustrinum empla-zado en el pago conocido con el significativo nombre de Los Cenizales y un posible santuario denunciado por la fotografiacutea aeacuterea En la margen opuesta del riacuteo y ya en el teacutermino de Pesquera de Duero se localiza el barrio alfa-mdashmdashmdashmdash

lowast Este trabajo se ha llevado a cabo con la ayuda del Gobierno Vasco (GIC 1083 IT 486-10) lowastlowast Este trabajo se ha llevado a cabo en el marco del Proyecto de Investigacioacuten Cos-

movisioacuten y simbologiacutea vacceas Nuevas perspectivas de anaacutelisis (HAR2010-21745-C03-01) de la Direccioacuten General de Investigacioacuten del Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten

1 Sanz al 2003a Sanz y Romero 2005 y 2007 Acerca del topoacutenimo Pintia veacutease ahora De Bernardo 2009

2 Centeno et al 2003 3 Olmo y San Miguel 1993 524-525 fig 5 laacutems XVII-XX Olmo 1999 416-420 fig

13 laacutems X-XII Sanz et al 2003a 53 fig 4 4 Sanz et al 2010 2011a 12-14 2011b y ep 5 Sanz 1997

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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riales las correspondientes a las fases propiamente romanas ofrezcan mayor pobreza y restos fragmentarios Del poblado han sido dadas a conocer ya dos piezas ceraacutemicas con posibles marcas en signario celtibeacuterico12 a ellas sumamos ahora dos maacutes que fueron recuperadas en el sector C1 mdashun cuadro de 8 por 8 mmdash de la men-cionada trinchera excavada en Las Quintanas la primera de ellas el fondo de un vasito mdashdel que teniacuteamos una breve noticia con lectura preliminar de la inscripcioacuten que presentamdash13 en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1C3) y la segunda un pequentildeo recipiente campaniense en el sertoriano (fig 1C1) Al objeto de contextualizar debidamente tales hallazgos nos referiremos en primer lugar al nivel sertoriano seguidamente al augusteo-tiberiano y auacuten para finalizar al que sella a este uacuteltimo pues nos ofrece una referencia ante quem para el mismo En el nivel sertoriano del sector C1 se exhumoacute la vivienda identificada como casa 9 (fig 1Ba)14 Se trata de una amplia y un tanto compleja construccioacuten de planta cuadrangular y muros de adobe cimentados sobre vigas de madera encastradas en el suelo de la que conocemos apenas cua-renta metros cuadrados mdashpor cuanto sus liacutemites por el este y oeste exceden el marco de la unidad de excavacioacutenmdash y ocho estancias se distribuyen estas uacuteltimas en cuatro espacios sucesivos el primero de los cuales desde la fa-chada abierta al oeste parece diaacutefano en tanto que los restantes se encuen-tran compartimentados en dos tres y dos habitaciones respectivamente Su flanco meridional yuxtapuesto al de la casa 10 se vio afectado por la aper-tura del pozo artesiano de eacutepoca romana ya mencionado interesando a los dos sectores centrales y en concreto a la estancia que al sur de la de mayores dimensiones mdashque cabe sospechar fuera la principal y en torno a la cual girariacutea la mayor parte de la actividad domeacutestica cotidianamdash deparoacute un mo-lino circular de esquisto completo cuya muela muestra sobre el orificio cen-tral una tolva construida en arcilla junto a una vasija con restos de grano carbonizado15 y a la que la sigue por el este

Pues bien fue precisamente en el arco del perfil del pozo que rompe la uacuteltima habitacioacuten mencionada aunque perteneciente sin duda al derrumbe de la vivienda que nos ocupa donde se recuperoacute el pequentildeo vasito campa-niense que aquiacute nos interesa y al que nos referiremos maacutes adelante una pieza tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel que cabe fechar en torno al 210 aC16 y que viene a sugerir una vez maacutes la transmisioacuten de bienes de presti-gio en este caso ademaacutes importado a lo largo de sucesivas generaciones17 mdashmdashmdashmdash

12 Goacutemez y Sanz 1993 367 figs 16-7 y 17-20 Blanco 2011 178-179 nuacutems 1 y 2 figs 9 y 10

13 Sanz 2008 181 fig 2-2 maacutes recientemente Blanco 2011 179-181 nuacutem 3 fig 11 14 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 255-261 figs 2 y 7 15 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 260-261 fig 3-6 16 Morel 1981 418 laacutem 207 17 Sanz 2008 190 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266-267

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rero de Carralacentildea en el que se han exhumado tres hornos de coccioacuten6 que contaba con aacuterea residencial y cementerio propio de incineracioacuten igual-mente este uacuteltimo7 En el presente trabajo nos proponemos dar a conocer una serie de pie-zas ceraacutemicas con grafitos en signario celtibeacuterico procedentes del poblado de Las Quintanas y la necroacutepolis de Las Ruedas que vienen a engrosar la noacutemina de textos indiacutegenas recuperados en contextos vacceos reunida bien recientemente por Blanco Garciacutea8 I EL CONTEXTO ARQUEOLOacuteGICO 1 Poblado de Las Quintanas Las excavaciones arqueoloacutegicas en el poblado de Las Quintanas desarrolladas de forma ininterrumpida entre los antildeos 1998 y 2006 afectaron a una extensa zanja de 56 m de longitud por 8 m de anchura merced a ello ha podido detectarse una dilatada estratigrafiacutea que supera los cuatro metros de potencia y compendia maacutes de mil antildeos de historia Pese a que dichos tra-bajos no alcanzaron niveles maacutes antiguos que los correspondientes a la etapa sertoriana (fig 1A)9 sabemos de la existencia de los infrayacentes a partir del vaciado de un pozo artesiano fallido de eacutepoca altoimperial que rompioacute toda la secuencia estratigraacutefica Nos consta asiacute que a los siete niveles vac-ceos todos ellos con un episodio final de destruccioacuten violenta por incendio siguen cinco fases de ocupacioacuten romana y que culmina la secuencia un ce-menterio tardorromano y visigodo en el que se han excavado un centenar de tumbas de inhumacioacuten10 Parece prudente sentildealar de inicio que los niveles a que habremos de referirnos han llegado hasta nosotros en diferente estado de conservacioacuten Frente a los propiamente vacceos que sellados por los escombros de su des-truccioacuten violenta como queda dicho fueron enrasados con posterioridad los tardorrepublicanos y altoimperiales en tanto niveles de abandonado delibe-rado se definen en no pocas ocasiones con mayor dificultad maacutexime consi-derando que se ven afectados por las numerosas fosas excavadas para acoger los enterramientos de eacutepoca tardorromana y visigoda Ello implica que mientras las ocupaciones prerromanas11 se muestran ricas en elementos mate-

mdashmdashmdashmdash 6 Escudero y Sanz 1993 7 Sanz Goacutemez y Arranz 1993 8 Blanco 2011 9 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 10 Velasco Sanz y Centeno 2003 Romero y Sanz 2009 85-94 11 Mantenemos en este sentido la idea ya expresada en alguna ocasioacuten anterior (Sanz

2008 179) de contemplar como indiacutegenas los niveles correspondientes a la totalidad del siglo I aC en la liacutenea de lo manifestado por Fuentes 1992 599 para el aacutembito funerario ibeacuterico

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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riales las correspondientes a las fases propiamente romanas ofrezcan mayor pobreza y restos fragmentarios Del poblado han sido dadas a conocer ya dos piezas ceraacutemicas con posibles marcas en signario celtibeacuterico12 a ellas sumamos ahora dos maacutes que fueron recuperadas en el sector C1 mdashun cuadro de 8 por 8 mmdash de la men-cionada trinchera excavada en Las Quintanas la primera de ellas el fondo de un vasito mdashdel que teniacuteamos una breve noticia con lectura preliminar de la inscripcioacuten que presentamdash13 en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1C3) y la segunda un pequentildeo recipiente campaniense en el sertoriano (fig 1C1) Al objeto de contextualizar debidamente tales hallazgos nos referiremos en primer lugar al nivel sertoriano seguidamente al augusteo-tiberiano y auacuten para finalizar al que sella a este uacuteltimo pues nos ofrece una referencia ante quem para el mismo En el nivel sertoriano del sector C1 se exhumoacute la vivienda identificada como casa 9 (fig 1Ba)14 Se trata de una amplia y un tanto compleja construccioacuten de planta cuadrangular y muros de adobe cimentados sobre vigas de madera encastradas en el suelo de la que conocemos apenas cua-renta metros cuadrados mdashpor cuanto sus liacutemites por el este y oeste exceden el marco de la unidad de excavacioacutenmdash y ocho estancias se distribuyen estas uacuteltimas en cuatro espacios sucesivos el primero de los cuales desde la fa-chada abierta al oeste parece diaacutefano en tanto que los restantes se encuen-tran compartimentados en dos tres y dos habitaciones respectivamente Su flanco meridional yuxtapuesto al de la casa 10 se vio afectado por la aper-tura del pozo artesiano de eacutepoca romana ya mencionado interesando a los dos sectores centrales y en concreto a la estancia que al sur de la de mayores dimensiones mdashque cabe sospechar fuera la principal y en torno a la cual girariacutea la mayor parte de la actividad domeacutestica cotidianamdash deparoacute un mo-lino circular de esquisto completo cuya muela muestra sobre el orificio cen-tral una tolva construida en arcilla junto a una vasija con restos de grano carbonizado15 y a la que la sigue por el este

Pues bien fue precisamente en el arco del perfil del pozo que rompe la uacuteltima habitacioacuten mencionada aunque perteneciente sin duda al derrumbe de la vivienda que nos ocupa donde se recuperoacute el pequentildeo vasito campa-niense que aquiacute nos interesa y al que nos referiremos maacutes adelante una pieza tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel que cabe fechar en torno al 210 aC16 y que viene a sugerir una vez maacutes la transmisioacuten de bienes de presti-gio en este caso ademaacutes importado a lo largo de sucesivas generaciones17 mdashmdashmdashmdash

12 Goacutemez y Sanz 1993 367 figs 16-7 y 17-20 Blanco 2011 178-179 nuacutems 1 y 2 figs 9 y 10

13 Sanz 2008 181 fig 2-2 maacutes recientemente Blanco 2011 179-181 nuacutem 3 fig 11 14 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 255-261 figs 2 y 7 15 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 260-261 fig 3-6 16 Morel 1981 418 laacutem 207 17 Sanz 2008 190 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266-267

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rero de Carralacentildea en el que se han exhumado tres hornos de coccioacuten6 que contaba con aacuterea residencial y cementerio propio de incineracioacuten igual-mente este uacuteltimo7 En el presente trabajo nos proponemos dar a conocer una serie de pie-zas ceraacutemicas con grafitos en signario celtibeacuterico procedentes del poblado de Las Quintanas y la necroacutepolis de Las Ruedas que vienen a engrosar la noacutemina de textos indiacutegenas recuperados en contextos vacceos reunida bien recientemente por Blanco Garciacutea8 I EL CONTEXTO ARQUEOLOacuteGICO 1 Poblado de Las Quintanas Las excavaciones arqueoloacutegicas en el poblado de Las Quintanas desarrolladas de forma ininterrumpida entre los antildeos 1998 y 2006 afectaron a una extensa zanja de 56 m de longitud por 8 m de anchura merced a ello ha podido detectarse una dilatada estratigrafiacutea que supera los cuatro metros de potencia y compendia maacutes de mil antildeos de historia Pese a que dichos tra-bajos no alcanzaron niveles maacutes antiguos que los correspondientes a la etapa sertoriana (fig 1A)9 sabemos de la existencia de los infrayacentes a partir del vaciado de un pozo artesiano fallido de eacutepoca altoimperial que rompioacute toda la secuencia estratigraacutefica Nos consta asiacute que a los siete niveles vac-ceos todos ellos con un episodio final de destruccioacuten violenta por incendio siguen cinco fases de ocupacioacuten romana y que culmina la secuencia un ce-menterio tardorromano y visigodo en el que se han excavado un centenar de tumbas de inhumacioacuten10 Parece prudente sentildealar de inicio que los niveles a que habremos de referirnos han llegado hasta nosotros en diferente estado de conservacioacuten Frente a los propiamente vacceos que sellados por los escombros de su des-truccioacuten violenta como queda dicho fueron enrasados con posterioridad los tardorrepublicanos y altoimperiales en tanto niveles de abandonado delibe-rado se definen en no pocas ocasiones con mayor dificultad maacutexime consi-derando que se ven afectados por las numerosas fosas excavadas para acoger los enterramientos de eacutepoca tardorromana y visigoda Ello implica que mientras las ocupaciones prerromanas11 se muestran ricas en elementos mate-

mdashmdashmdashmdash 6 Escudero y Sanz 1993 7 Sanz Goacutemez y Arranz 1993 8 Blanco 2011 9 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 10 Velasco Sanz y Centeno 2003 Romero y Sanz 2009 85-94 11 Mantenemos en este sentido la idea ya expresada en alguna ocasioacuten anterior (Sanz

2008 179) de contemplar como indiacutegenas los niveles correspondientes a la totalidad del siglo I aC en la liacutenea de lo manifestado por Fuentes 1992 599 para el aacutembito funerario ibeacuterico

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mismo metal recuperadas sugieren se desarrollaran actividades metaluacutergi-casmdash que de una vivienda domeacutestica Por lo que aquiacute nos trae es preciso tener en cuenta que en su segunda fase los muros oeste y sur se refundan el primero de ellos toma su asiento sobre un echadizo de arcilla que sella el nivel correspondiente a la fase ante-rior habieacutendose recuperado en la zanja que lo cimenta un pequentildeo frag-mento de terra sigillata itaacutelica correspondiente a una copa de perfil algo exvasado y con decoracioacuten a ruedecilla que asimilamos a la forma Consp 264 (fig 1C4) y que aporta una fecha de la primera mitad del siglo I dC21 proporcionaacutendonos una clara referencia ante quem para el nivel infraya-cente22 Tras este raacutepido repaso a las fases maacutes recientes de la secuencia estra-tigraacutefica de la ciudad de Las Quintanas de Pintia se impone ahora acotar de la manera maacutes precisa posible su cronologiacutea En principio si la destruccioacuten por incendio de la casa 9 tuvo lugar con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas no parece haber mayores problemas para fechar el final de la vida del tintero campaniense en los comedios de la primera mitad del siglo I aC Algo maacutes compleja es la datacioacuten del fondo del vasito recuperado en el nivel superior por maacutes que una primera aproximacioacuten casi podriacutea decirse que obvia es que el mismo se localiza entre el nivel sertoriano de la casa 9 y el altoimperial de la casa 3 conviene tener presente todaviacutea por lo que al primer dato se re-fiere que la construccioacuten de las habitaciones maacutes antiguas del nivel interme-dio comportaron la destruccioacuten de niveles anteriores y que las pobres evi-dencias con que contamos permiten presumir la existencia de dos niveles previos23 en relacioacuten ya con la casa 3 contamos con la fecha ante quem determinada por la obra y amortizacioacuten del pozo artesiano fallido es decir a finales del siglo I o inicios del II dC24 Un paso maacutes nos permite precisar que de acuerdo con lo uacuteltimamente sentildealado las estancias A y B de la casa del nivel intermedio debieron de construirse en un momento avanzado del siglo I aC y si la ampliacioacuten que supuso la agregacioacuten de la habitacioacuten C e implicoacute la amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildeal tipo Monte Bernorio tuvo lugar como se ha sentildealado en los inicios del siglo I dC25 ello nos dariacutea una fecha post quem para el fondo del vasito que nos ocupa Por el extremo contrario el echadizo y la zanja de cimentacioacuten del muro oeste de la segunda fase de la casa 3 cuenta con un punto de referencia en el fragmento de terra sigillata itaacutelica que fechable en la primera mitad del siglo I dC constituye asimismo un teacutermino post quem para la mencionada segunda fase y permi-tiriacutea localizar en un momento impreciso de dicho medio siglo la ocupacioacuten mdashmdashmdashmdash

21 Ettlinger et al 1990 98-99 22 Sanz 2008 179-181 fig 2-3 23 Sanz 2008 183 24 Centeno et al 2003 91-94 figs 18 y 19 25 Sanz 2008 185

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La estructura exhumada en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1Bb)18 cuya orientacioacuten sigue las pautas de las sertorianas precedentes que acaba-mos de comentar tuvo en inicio dos estancias designadas con las letras A y B a las que se antildeadioacute maacutes tarde una tercera (C) Suman las primeras separa-das por un muro de tapial una superficie de apenas diecinueve metros cua-drados y conocemos de la tercera poco maacutes de trece metros cuadrados Al exterior el periacutemetro de las denominadas estancias A y B viene determinado por muros de tapial en su interior se aprecioacute un pavimento de arcilla muy tamizada y apisonada que recubrioacute asimismo la parte inferior de los muros La segunda de ellas cuenta aproximadamente en el centro con un hogar de planta cuadrada y en su esquina suroeste con un banco de tapial adosado al muro junto a cuya base se recuperoacute la vaina de un puntildeal tipo Monte Bernorio una pieza fechable en el siglo IV aC que constituye una auteacutentica reliquia en este contexto (fig 1C2)19 aunque su ldquodesactivacioacutenrdquo no tuvo lugar hasta la remodelacioacuten que sufre la vivienda En efecto tal y como queda dicho en un momento dado se suma por el norte a las estancias A y B una tercera la C que ampliacutea considerablemente la superficie de la vivienda Tal reforma se vio acompantildeada de la correspon-diente nivelacioacuten del terreno con un echadizo de cenizas al que siguioacute la implantacioacuten de un nuevo suelo mdashque supuso en el caso de la estancia B el enterramiento y amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildealmdash Dicho suelo se ofrece de forma desigual en la superficie de C pero es particularmente interesante en relacioacuten con cuanto aquiacute comentamos pues fue precisamente junto al tabique que separa esta estancia de la B y entre una capa fina de cenizas que a buen seguro no es ajena a esta ocupacioacuten donde aparecioacute el pe-quentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina anaranjada portador de la inscripcioacuten objeto asimismo de atencioacuten en este trabajo (figs 1C3 y 3) Por uacuteltimo y sobre las habitaciones descritas se implantoacute una nueva construccioacuten a la que se denominoacute casa 3 (fig 1Bc)20 que mantiene la orientacioacuten de las precedentes Se trata en esta ocasioacuten de una uacutenica habita-cioacuten a la que se accediacutea por el lienzo norte de la que se han exhumado cua-renta y cinco metros cuadrados que como elemento de diferenciacioacuten neto con respecto de aqueacutellas muestra cimientos de mamposteriacutea trabada con barro sobre los que se elevariacutean los muros de tapial Una vez maacutes se docu-mentan tambieacuten ahora con nitidez dos fases de ocupacioacuten pero manteniendo en todo momento el periacutemetro original Corresponde a la primera un gran fogoacuten y dos hogares de considerables dimensiones a la maacutes moderna es-tructuras todas ellas que parecen maacutes propias de un taller artesanal mdashen el que algunos uacutetiles deteriorados de hierro y las abundantes escorias del mdashmdashmdashmdash

18 Sanz 2008 179-183 fig 1 19 Ejemplos anaacutelogos incluso de maacutes largo recorrido en Gonzaacutelez-Ruibal 2006 165-

167 sobre la ldquobiografiacuteardquo y ldquovida socialrdquo de los objetos teacutenganse en cuenta ademaacutes Gonzaacutelez-Ruibal 2007 298-315 y Rodriacuteguez Corral 2009 114-120

20 Centeno et al 2003 88-91 figs 14 15 y 17

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mismo metal recuperadas sugieren se desarrollaran actividades metaluacutergi-casmdash que de una vivienda domeacutestica Por lo que aquiacute nos trae es preciso tener en cuenta que en su segunda fase los muros oeste y sur se refundan el primero de ellos toma su asiento sobre un echadizo de arcilla que sella el nivel correspondiente a la fase ante-rior habieacutendose recuperado en la zanja que lo cimenta un pequentildeo frag-mento de terra sigillata itaacutelica correspondiente a una copa de perfil algo exvasado y con decoracioacuten a ruedecilla que asimilamos a la forma Consp 264 (fig 1C4) y que aporta una fecha de la primera mitad del siglo I dC21 proporcionaacutendonos una clara referencia ante quem para el nivel infraya-cente22 Tras este raacutepido repaso a las fases maacutes recientes de la secuencia estra-tigraacutefica de la ciudad de Las Quintanas de Pintia se impone ahora acotar de la manera maacutes precisa posible su cronologiacutea En principio si la destruccioacuten por incendio de la casa 9 tuvo lugar con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas no parece haber mayores problemas para fechar el final de la vida del tintero campaniense en los comedios de la primera mitad del siglo I aC Algo maacutes compleja es la datacioacuten del fondo del vasito recuperado en el nivel superior por maacutes que una primera aproximacioacuten casi podriacutea decirse que obvia es que el mismo se localiza entre el nivel sertoriano de la casa 9 y el altoimperial de la casa 3 conviene tener presente todaviacutea por lo que al primer dato se re-fiere que la construccioacuten de las habitaciones maacutes antiguas del nivel interme-dio comportaron la destruccioacuten de niveles anteriores y que las pobres evi-dencias con que contamos permiten presumir la existencia de dos niveles previos23 en relacioacuten ya con la casa 3 contamos con la fecha ante quem determinada por la obra y amortizacioacuten del pozo artesiano fallido es decir a finales del siglo I o inicios del II dC24 Un paso maacutes nos permite precisar que de acuerdo con lo uacuteltimamente sentildealado las estancias A y B de la casa del nivel intermedio debieron de construirse en un momento avanzado del siglo I aC y si la ampliacioacuten que supuso la agregacioacuten de la habitacioacuten C e implicoacute la amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildeal tipo Monte Bernorio tuvo lugar como se ha sentildealado en los inicios del siglo I dC25 ello nos dariacutea una fecha post quem para el fondo del vasito que nos ocupa Por el extremo contrario el echadizo y la zanja de cimentacioacuten del muro oeste de la segunda fase de la casa 3 cuenta con un punto de referencia en el fragmento de terra sigillata itaacutelica que fechable en la primera mitad del siglo I dC constituye asimismo un teacutermino post quem para la mencionada segunda fase y permi-tiriacutea localizar en un momento impreciso de dicho medio siglo la ocupacioacuten mdashmdashmdashmdash

21 Ettlinger et al 1990 98-99 22 Sanz 2008 179-181 fig 2-3 23 Sanz 2008 183 24 Centeno et al 2003 91-94 figs 18 y 19 25 Sanz 2008 185

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La estructura exhumada en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1Bb)18 cuya orientacioacuten sigue las pautas de las sertorianas precedentes que acaba-mos de comentar tuvo en inicio dos estancias designadas con las letras A y B a las que se antildeadioacute maacutes tarde una tercera (C) Suman las primeras separa-das por un muro de tapial una superficie de apenas diecinueve metros cua-drados y conocemos de la tercera poco maacutes de trece metros cuadrados Al exterior el periacutemetro de las denominadas estancias A y B viene determinado por muros de tapial en su interior se aprecioacute un pavimento de arcilla muy tamizada y apisonada que recubrioacute asimismo la parte inferior de los muros La segunda de ellas cuenta aproximadamente en el centro con un hogar de planta cuadrada y en su esquina suroeste con un banco de tapial adosado al muro junto a cuya base se recuperoacute la vaina de un puntildeal tipo Monte Bernorio una pieza fechable en el siglo IV aC que constituye una auteacutentica reliquia en este contexto (fig 1C2)19 aunque su ldquodesactivacioacutenrdquo no tuvo lugar hasta la remodelacioacuten que sufre la vivienda En efecto tal y como queda dicho en un momento dado se suma por el norte a las estancias A y B una tercera la C que ampliacutea considerablemente la superficie de la vivienda Tal reforma se vio acompantildeada de la correspon-diente nivelacioacuten del terreno con un echadizo de cenizas al que siguioacute la implantacioacuten de un nuevo suelo mdashque supuso en el caso de la estancia B el enterramiento y amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildealmdash Dicho suelo se ofrece de forma desigual en la superficie de C pero es particularmente interesante en relacioacuten con cuanto aquiacute comentamos pues fue precisamente junto al tabique que separa esta estancia de la B y entre una capa fina de cenizas que a buen seguro no es ajena a esta ocupacioacuten donde aparecioacute el pe-quentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina anaranjada portador de la inscripcioacuten objeto asimismo de atencioacuten en este trabajo (figs 1C3 y 3) Por uacuteltimo y sobre las habitaciones descritas se implantoacute una nueva construccioacuten a la que se denominoacute casa 3 (fig 1Bc)20 que mantiene la orientacioacuten de las precedentes Se trata en esta ocasioacuten de una uacutenica habita-cioacuten a la que se accediacutea por el lienzo norte de la que se han exhumado cua-renta y cinco metros cuadrados que como elemento de diferenciacioacuten neto con respecto de aqueacutellas muestra cimientos de mamposteriacutea trabada con barro sobre los que se elevariacutean los muros de tapial Una vez maacutes se docu-mentan tambieacuten ahora con nitidez dos fases de ocupacioacuten pero manteniendo en todo momento el periacutemetro original Corresponde a la primera un gran fogoacuten y dos hogares de considerables dimensiones a la maacutes moderna es-tructuras todas ellas que parecen maacutes propias de un taller artesanal mdashen el que algunos uacutetiles deteriorados de hierro y las abundantes escorias del mdashmdashmdashmdash

18 Sanz 2008 179-183 fig 1 19 Ejemplos anaacutelogos incluso de maacutes largo recorrido en Gonzaacutelez-Ruibal 2006 165-

167 sobre la ldquobiografiacuteardquo y ldquovida socialrdquo de los objetos teacutenganse en cuenta ademaacutes Gonzaacutelez-Ruibal 2007 298-315 y Rodriacuteguez Corral 2009 114-120

20 Centeno et al 2003 88-91 figs 14 15 y 17

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

38 Sanz 2010 225 fig 26

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

38 Sanz 2010 225 fig 26

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

P de Bernardo F Romero C Sanz

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

P de Bernardo F Romero C Sanz

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

P de Bernardo F Romero C Sanz

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 2: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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riales las correspondientes a las fases propiamente romanas ofrezcan mayor pobreza y restos fragmentarios Del poblado han sido dadas a conocer ya dos piezas ceraacutemicas con posibles marcas en signario celtibeacuterico12 a ellas sumamos ahora dos maacutes que fueron recuperadas en el sector C1 mdashun cuadro de 8 por 8 mmdash de la men-cionada trinchera excavada en Las Quintanas la primera de ellas el fondo de un vasito mdashdel que teniacuteamos una breve noticia con lectura preliminar de la inscripcioacuten que presentamdash13 en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1C3) y la segunda un pequentildeo recipiente campaniense en el sertoriano (fig 1C1) Al objeto de contextualizar debidamente tales hallazgos nos referiremos en primer lugar al nivel sertoriano seguidamente al augusteo-tiberiano y auacuten para finalizar al que sella a este uacuteltimo pues nos ofrece una referencia ante quem para el mismo En el nivel sertoriano del sector C1 se exhumoacute la vivienda identificada como casa 9 (fig 1Ba)14 Se trata de una amplia y un tanto compleja construccioacuten de planta cuadrangular y muros de adobe cimentados sobre vigas de madera encastradas en el suelo de la que conocemos apenas cua-renta metros cuadrados mdashpor cuanto sus liacutemites por el este y oeste exceden el marco de la unidad de excavacioacutenmdash y ocho estancias se distribuyen estas uacuteltimas en cuatro espacios sucesivos el primero de los cuales desde la fa-chada abierta al oeste parece diaacutefano en tanto que los restantes se encuen-tran compartimentados en dos tres y dos habitaciones respectivamente Su flanco meridional yuxtapuesto al de la casa 10 se vio afectado por la aper-tura del pozo artesiano de eacutepoca romana ya mencionado interesando a los dos sectores centrales y en concreto a la estancia que al sur de la de mayores dimensiones mdashque cabe sospechar fuera la principal y en torno a la cual girariacutea la mayor parte de la actividad domeacutestica cotidianamdash deparoacute un mo-lino circular de esquisto completo cuya muela muestra sobre el orificio cen-tral una tolva construida en arcilla junto a una vasija con restos de grano carbonizado15 y a la que la sigue por el este

Pues bien fue precisamente en el arco del perfil del pozo que rompe la uacuteltima habitacioacuten mencionada aunque perteneciente sin duda al derrumbe de la vivienda que nos ocupa donde se recuperoacute el pequentildeo vasito campa-niense que aquiacute nos interesa y al que nos referiremos maacutes adelante una pieza tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel que cabe fechar en torno al 210 aC16 y que viene a sugerir una vez maacutes la transmisioacuten de bienes de presti-gio en este caso ademaacutes importado a lo largo de sucesivas generaciones17 mdashmdashmdashmdash

12 Goacutemez y Sanz 1993 367 figs 16-7 y 17-20 Blanco 2011 178-179 nuacutems 1 y 2 figs 9 y 10

13 Sanz 2008 181 fig 2-2 maacutes recientemente Blanco 2011 179-181 nuacutem 3 fig 11 14 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 255-261 figs 2 y 7 15 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 260-261 fig 3-6 16 Morel 1981 418 laacutem 207 17 Sanz 2008 190 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266-267

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rero de Carralacentildea en el que se han exhumado tres hornos de coccioacuten6 que contaba con aacuterea residencial y cementerio propio de incineracioacuten igual-mente este uacuteltimo7 En el presente trabajo nos proponemos dar a conocer una serie de pie-zas ceraacutemicas con grafitos en signario celtibeacuterico procedentes del poblado de Las Quintanas y la necroacutepolis de Las Ruedas que vienen a engrosar la noacutemina de textos indiacutegenas recuperados en contextos vacceos reunida bien recientemente por Blanco Garciacutea8 I EL CONTEXTO ARQUEOLOacuteGICO 1 Poblado de Las Quintanas Las excavaciones arqueoloacutegicas en el poblado de Las Quintanas desarrolladas de forma ininterrumpida entre los antildeos 1998 y 2006 afectaron a una extensa zanja de 56 m de longitud por 8 m de anchura merced a ello ha podido detectarse una dilatada estratigrafiacutea que supera los cuatro metros de potencia y compendia maacutes de mil antildeos de historia Pese a que dichos tra-bajos no alcanzaron niveles maacutes antiguos que los correspondientes a la etapa sertoriana (fig 1A)9 sabemos de la existencia de los infrayacentes a partir del vaciado de un pozo artesiano fallido de eacutepoca altoimperial que rompioacute toda la secuencia estratigraacutefica Nos consta asiacute que a los siete niveles vac-ceos todos ellos con un episodio final de destruccioacuten violenta por incendio siguen cinco fases de ocupacioacuten romana y que culmina la secuencia un ce-menterio tardorromano y visigodo en el que se han excavado un centenar de tumbas de inhumacioacuten10 Parece prudente sentildealar de inicio que los niveles a que habremos de referirnos han llegado hasta nosotros en diferente estado de conservacioacuten Frente a los propiamente vacceos que sellados por los escombros de su des-truccioacuten violenta como queda dicho fueron enrasados con posterioridad los tardorrepublicanos y altoimperiales en tanto niveles de abandonado delibe-rado se definen en no pocas ocasiones con mayor dificultad maacutexime consi-derando que se ven afectados por las numerosas fosas excavadas para acoger los enterramientos de eacutepoca tardorromana y visigoda Ello implica que mientras las ocupaciones prerromanas11 se muestran ricas en elementos mate-

mdashmdashmdashmdash 6 Escudero y Sanz 1993 7 Sanz Goacutemez y Arranz 1993 8 Blanco 2011 9 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 10 Velasco Sanz y Centeno 2003 Romero y Sanz 2009 85-94 11 Mantenemos en este sentido la idea ya expresada en alguna ocasioacuten anterior (Sanz

2008 179) de contemplar como indiacutegenas los niveles correspondientes a la totalidad del siglo I aC en la liacutenea de lo manifestado por Fuentes 1992 599 para el aacutembito funerario ibeacuterico

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riales las correspondientes a las fases propiamente romanas ofrezcan mayor pobreza y restos fragmentarios Del poblado han sido dadas a conocer ya dos piezas ceraacutemicas con posibles marcas en signario celtibeacuterico12 a ellas sumamos ahora dos maacutes que fueron recuperadas en el sector C1 mdashun cuadro de 8 por 8 mmdash de la men-cionada trinchera excavada en Las Quintanas la primera de ellas el fondo de un vasito mdashdel que teniacuteamos una breve noticia con lectura preliminar de la inscripcioacuten que presentamdash13 en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1C3) y la segunda un pequentildeo recipiente campaniense en el sertoriano (fig 1C1) Al objeto de contextualizar debidamente tales hallazgos nos referiremos en primer lugar al nivel sertoriano seguidamente al augusteo-tiberiano y auacuten para finalizar al que sella a este uacuteltimo pues nos ofrece una referencia ante quem para el mismo En el nivel sertoriano del sector C1 se exhumoacute la vivienda identificada como casa 9 (fig 1Ba)14 Se trata de una amplia y un tanto compleja construccioacuten de planta cuadrangular y muros de adobe cimentados sobre vigas de madera encastradas en el suelo de la que conocemos apenas cua-renta metros cuadrados mdashpor cuanto sus liacutemites por el este y oeste exceden el marco de la unidad de excavacioacutenmdash y ocho estancias se distribuyen estas uacuteltimas en cuatro espacios sucesivos el primero de los cuales desde la fa-chada abierta al oeste parece diaacutefano en tanto que los restantes se encuen-tran compartimentados en dos tres y dos habitaciones respectivamente Su flanco meridional yuxtapuesto al de la casa 10 se vio afectado por la aper-tura del pozo artesiano de eacutepoca romana ya mencionado interesando a los dos sectores centrales y en concreto a la estancia que al sur de la de mayores dimensiones mdashque cabe sospechar fuera la principal y en torno a la cual girariacutea la mayor parte de la actividad domeacutestica cotidianamdash deparoacute un mo-lino circular de esquisto completo cuya muela muestra sobre el orificio cen-tral una tolva construida en arcilla junto a una vasija con restos de grano carbonizado15 y a la que la sigue por el este

Pues bien fue precisamente en el arco del perfil del pozo que rompe la uacuteltima habitacioacuten mencionada aunque perteneciente sin duda al derrumbe de la vivienda que nos ocupa donde se recuperoacute el pequentildeo vasito campa-niense que aquiacute nos interesa y al que nos referiremos maacutes adelante una pieza tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel que cabe fechar en torno al 210 aC16 y que viene a sugerir una vez maacutes la transmisioacuten de bienes de presti-gio en este caso ademaacutes importado a lo largo de sucesivas generaciones17 mdashmdashmdashmdash

12 Goacutemez y Sanz 1993 367 figs 16-7 y 17-20 Blanco 2011 178-179 nuacutems 1 y 2 figs 9 y 10

13 Sanz 2008 181 fig 2-2 maacutes recientemente Blanco 2011 179-181 nuacutem 3 fig 11 14 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 255-261 figs 2 y 7 15 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 260-261 fig 3-6 16 Morel 1981 418 laacutem 207 17 Sanz 2008 190 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266-267

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rero de Carralacentildea en el que se han exhumado tres hornos de coccioacuten6 que contaba con aacuterea residencial y cementerio propio de incineracioacuten igual-mente este uacuteltimo7 En el presente trabajo nos proponemos dar a conocer una serie de pie-zas ceraacutemicas con grafitos en signario celtibeacuterico procedentes del poblado de Las Quintanas y la necroacutepolis de Las Ruedas que vienen a engrosar la noacutemina de textos indiacutegenas recuperados en contextos vacceos reunida bien recientemente por Blanco Garciacutea8 I EL CONTEXTO ARQUEOLOacuteGICO 1 Poblado de Las Quintanas Las excavaciones arqueoloacutegicas en el poblado de Las Quintanas desarrolladas de forma ininterrumpida entre los antildeos 1998 y 2006 afectaron a una extensa zanja de 56 m de longitud por 8 m de anchura merced a ello ha podido detectarse una dilatada estratigrafiacutea que supera los cuatro metros de potencia y compendia maacutes de mil antildeos de historia Pese a que dichos tra-bajos no alcanzaron niveles maacutes antiguos que los correspondientes a la etapa sertoriana (fig 1A)9 sabemos de la existencia de los infrayacentes a partir del vaciado de un pozo artesiano fallido de eacutepoca altoimperial que rompioacute toda la secuencia estratigraacutefica Nos consta asiacute que a los siete niveles vac-ceos todos ellos con un episodio final de destruccioacuten violenta por incendio siguen cinco fases de ocupacioacuten romana y que culmina la secuencia un ce-menterio tardorromano y visigodo en el que se han excavado un centenar de tumbas de inhumacioacuten10 Parece prudente sentildealar de inicio que los niveles a que habremos de referirnos han llegado hasta nosotros en diferente estado de conservacioacuten Frente a los propiamente vacceos que sellados por los escombros de su des-truccioacuten violenta como queda dicho fueron enrasados con posterioridad los tardorrepublicanos y altoimperiales en tanto niveles de abandonado delibe-rado se definen en no pocas ocasiones con mayor dificultad maacutexime consi-derando que se ven afectados por las numerosas fosas excavadas para acoger los enterramientos de eacutepoca tardorromana y visigoda Ello implica que mientras las ocupaciones prerromanas11 se muestran ricas en elementos mate-

mdashmdashmdashmdash 6 Escudero y Sanz 1993 7 Sanz Goacutemez y Arranz 1993 8 Blanco 2011 9 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 10 Velasco Sanz y Centeno 2003 Romero y Sanz 2009 85-94 11 Mantenemos en este sentido la idea ya expresada en alguna ocasioacuten anterior (Sanz

2008 179) de contemplar como indiacutegenas los niveles correspondientes a la totalidad del siglo I aC en la liacutenea de lo manifestado por Fuentes 1992 599 para el aacutembito funerario ibeacuterico

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mismo metal recuperadas sugieren se desarrollaran actividades metaluacutergi-casmdash que de una vivienda domeacutestica Por lo que aquiacute nos trae es preciso tener en cuenta que en su segunda fase los muros oeste y sur se refundan el primero de ellos toma su asiento sobre un echadizo de arcilla que sella el nivel correspondiente a la fase ante-rior habieacutendose recuperado en la zanja que lo cimenta un pequentildeo frag-mento de terra sigillata itaacutelica correspondiente a una copa de perfil algo exvasado y con decoracioacuten a ruedecilla que asimilamos a la forma Consp 264 (fig 1C4) y que aporta una fecha de la primera mitad del siglo I dC21 proporcionaacutendonos una clara referencia ante quem para el nivel infraya-cente22 Tras este raacutepido repaso a las fases maacutes recientes de la secuencia estra-tigraacutefica de la ciudad de Las Quintanas de Pintia se impone ahora acotar de la manera maacutes precisa posible su cronologiacutea En principio si la destruccioacuten por incendio de la casa 9 tuvo lugar con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas no parece haber mayores problemas para fechar el final de la vida del tintero campaniense en los comedios de la primera mitad del siglo I aC Algo maacutes compleja es la datacioacuten del fondo del vasito recuperado en el nivel superior por maacutes que una primera aproximacioacuten casi podriacutea decirse que obvia es que el mismo se localiza entre el nivel sertoriano de la casa 9 y el altoimperial de la casa 3 conviene tener presente todaviacutea por lo que al primer dato se re-fiere que la construccioacuten de las habitaciones maacutes antiguas del nivel interme-dio comportaron la destruccioacuten de niveles anteriores y que las pobres evi-dencias con que contamos permiten presumir la existencia de dos niveles previos23 en relacioacuten ya con la casa 3 contamos con la fecha ante quem determinada por la obra y amortizacioacuten del pozo artesiano fallido es decir a finales del siglo I o inicios del II dC24 Un paso maacutes nos permite precisar que de acuerdo con lo uacuteltimamente sentildealado las estancias A y B de la casa del nivel intermedio debieron de construirse en un momento avanzado del siglo I aC y si la ampliacioacuten que supuso la agregacioacuten de la habitacioacuten C e implicoacute la amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildeal tipo Monte Bernorio tuvo lugar como se ha sentildealado en los inicios del siglo I dC25 ello nos dariacutea una fecha post quem para el fondo del vasito que nos ocupa Por el extremo contrario el echadizo y la zanja de cimentacioacuten del muro oeste de la segunda fase de la casa 3 cuenta con un punto de referencia en el fragmento de terra sigillata itaacutelica que fechable en la primera mitad del siglo I dC constituye asimismo un teacutermino post quem para la mencionada segunda fase y permi-tiriacutea localizar en un momento impreciso de dicho medio siglo la ocupacioacuten mdashmdashmdashmdash

21 Ettlinger et al 1990 98-99 22 Sanz 2008 179-181 fig 2-3 23 Sanz 2008 183 24 Centeno et al 2003 91-94 figs 18 y 19 25 Sanz 2008 185

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La estructura exhumada en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1Bb)18 cuya orientacioacuten sigue las pautas de las sertorianas precedentes que acaba-mos de comentar tuvo en inicio dos estancias designadas con las letras A y B a las que se antildeadioacute maacutes tarde una tercera (C) Suman las primeras separa-das por un muro de tapial una superficie de apenas diecinueve metros cua-drados y conocemos de la tercera poco maacutes de trece metros cuadrados Al exterior el periacutemetro de las denominadas estancias A y B viene determinado por muros de tapial en su interior se aprecioacute un pavimento de arcilla muy tamizada y apisonada que recubrioacute asimismo la parte inferior de los muros La segunda de ellas cuenta aproximadamente en el centro con un hogar de planta cuadrada y en su esquina suroeste con un banco de tapial adosado al muro junto a cuya base se recuperoacute la vaina de un puntildeal tipo Monte Bernorio una pieza fechable en el siglo IV aC que constituye una auteacutentica reliquia en este contexto (fig 1C2)19 aunque su ldquodesactivacioacutenrdquo no tuvo lugar hasta la remodelacioacuten que sufre la vivienda En efecto tal y como queda dicho en un momento dado se suma por el norte a las estancias A y B una tercera la C que ampliacutea considerablemente la superficie de la vivienda Tal reforma se vio acompantildeada de la correspon-diente nivelacioacuten del terreno con un echadizo de cenizas al que siguioacute la implantacioacuten de un nuevo suelo mdashque supuso en el caso de la estancia B el enterramiento y amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildealmdash Dicho suelo se ofrece de forma desigual en la superficie de C pero es particularmente interesante en relacioacuten con cuanto aquiacute comentamos pues fue precisamente junto al tabique que separa esta estancia de la B y entre una capa fina de cenizas que a buen seguro no es ajena a esta ocupacioacuten donde aparecioacute el pe-quentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina anaranjada portador de la inscripcioacuten objeto asimismo de atencioacuten en este trabajo (figs 1C3 y 3) Por uacuteltimo y sobre las habitaciones descritas se implantoacute una nueva construccioacuten a la que se denominoacute casa 3 (fig 1Bc)20 que mantiene la orientacioacuten de las precedentes Se trata en esta ocasioacuten de una uacutenica habita-cioacuten a la que se accediacutea por el lienzo norte de la que se han exhumado cua-renta y cinco metros cuadrados que como elemento de diferenciacioacuten neto con respecto de aqueacutellas muestra cimientos de mamposteriacutea trabada con barro sobre los que se elevariacutean los muros de tapial Una vez maacutes se docu-mentan tambieacuten ahora con nitidez dos fases de ocupacioacuten pero manteniendo en todo momento el periacutemetro original Corresponde a la primera un gran fogoacuten y dos hogares de considerables dimensiones a la maacutes moderna es-tructuras todas ellas que parecen maacutes propias de un taller artesanal mdashen el que algunos uacutetiles deteriorados de hierro y las abundantes escorias del mdashmdashmdashmdash

18 Sanz 2008 179-183 fig 1 19 Ejemplos anaacutelogos incluso de maacutes largo recorrido en Gonzaacutelez-Ruibal 2006 165-

167 sobre la ldquobiografiacuteardquo y ldquovida socialrdquo de los objetos teacutenganse en cuenta ademaacutes Gonzaacutelez-Ruibal 2007 298-315 y Rodriacuteguez Corral 2009 114-120

20 Centeno et al 2003 88-91 figs 14 15 y 17

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mismo metal recuperadas sugieren se desarrollaran actividades metaluacutergi-casmdash que de una vivienda domeacutestica Por lo que aquiacute nos trae es preciso tener en cuenta que en su segunda fase los muros oeste y sur se refundan el primero de ellos toma su asiento sobre un echadizo de arcilla que sella el nivel correspondiente a la fase ante-rior habieacutendose recuperado en la zanja que lo cimenta un pequentildeo frag-mento de terra sigillata itaacutelica correspondiente a una copa de perfil algo exvasado y con decoracioacuten a ruedecilla que asimilamos a la forma Consp 264 (fig 1C4) y que aporta una fecha de la primera mitad del siglo I dC21 proporcionaacutendonos una clara referencia ante quem para el nivel infraya-cente22 Tras este raacutepido repaso a las fases maacutes recientes de la secuencia estra-tigraacutefica de la ciudad de Las Quintanas de Pintia se impone ahora acotar de la manera maacutes precisa posible su cronologiacutea En principio si la destruccioacuten por incendio de la casa 9 tuvo lugar con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas no parece haber mayores problemas para fechar el final de la vida del tintero campaniense en los comedios de la primera mitad del siglo I aC Algo maacutes compleja es la datacioacuten del fondo del vasito recuperado en el nivel superior por maacutes que una primera aproximacioacuten casi podriacutea decirse que obvia es que el mismo se localiza entre el nivel sertoriano de la casa 9 y el altoimperial de la casa 3 conviene tener presente todaviacutea por lo que al primer dato se re-fiere que la construccioacuten de las habitaciones maacutes antiguas del nivel interme-dio comportaron la destruccioacuten de niveles anteriores y que las pobres evi-dencias con que contamos permiten presumir la existencia de dos niveles previos23 en relacioacuten ya con la casa 3 contamos con la fecha ante quem determinada por la obra y amortizacioacuten del pozo artesiano fallido es decir a finales del siglo I o inicios del II dC24 Un paso maacutes nos permite precisar que de acuerdo con lo uacuteltimamente sentildealado las estancias A y B de la casa del nivel intermedio debieron de construirse en un momento avanzado del siglo I aC y si la ampliacioacuten que supuso la agregacioacuten de la habitacioacuten C e implicoacute la amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildeal tipo Monte Bernorio tuvo lugar como se ha sentildealado en los inicios del siglo I dC25 ello nos dariacutea una fecha post quem para el fondo del vasito que nos ocupa Por el extremo contrario el echadizo y la zanja de cimentacioacuten del muro oeste de la segunda fase de la casa 3 cuenta con un punto de referencia en el fragmento de terra sigillata itaacutelica que fechable en la primera mitad del siglo I dC constituye asimismo un teacutermino post quem para la mencionada segunda fase y permi-tiriacutea localizar en un momento impreciso de dicho medio siglo la ocupacioacuten mdashmdashmdashmdash

21 Ettlinger et al 1990 98-99 22 Sanz 2008 179-181 fig 2-3 23 Sanz 2008 183 24 Centeno et al 2003 91-94 figs 18 y 19 25 Sanz 2008 185

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La estructura exhumada en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1Bb)18 cuya orientacioacuten sigue las pautas de las sertorianas precedentes que acaba-mos de comentar tuvo en inicio dos estancias designadas con las letras A y B a las que se antildeadioacute maacutes tarde una tercera (C) Suman las primeras separa-das por un muro de tapial una superficie de apenas diecinueve metros cua-drados y conocemos de la tercera poco maacutes de trece metros cuadrados Al exterior el periacutemetro de las denominadas estancias A y B viene determinado por muros de tapial en su interior se aprecioacute un pavimento de arcilla muy tamizada y apisonada que recubrioacute asimismo la parte inferior de los muros La segunda de ellas cuenta aproximadamente en el centro con un hogar de planta cuadrada y en su esquina suroeste con un banco de tapial adosado al muro junto a cuya base se recuperoacute la vaina de un puntildeal tipo Monte Bernorio una pieza fechable en el siglo IV aC que constituye una auteacutentica reliquia en este contexto (fig 1C2)19 aunque su ldquodesactivacioacutenrdquo no tuvo lugar hasta la remodelacioacuten que sufre la vivienda En efecto tal y como queda dicho en un momento dado se suma por el norte a las estancias A y B una tercera la C que ampliacutea considerablemente la superficie de la vivienda Tal reforma se vio acompantildeada de la correspon-diente nivelacioacuten del terreno con un echadizo de cenizas al que siguioacute la implantacioacuten de un nuevo suelo mdashque supuso en el caso de la estancia B el enterramiento y amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildealmdash Dicho suelo se ofrece de forma desigual en la superficie de C pero es particularmente interesante en relacioacuten con cuanto aquiacute comentamos pues fue precisamente junto al tabique que separa esta estancia de la B y entre una capa fina de cenizas que a buen seguro no es ajena a esta ocupacioacuten donde aparecioacute el pe-quentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina anaranjada portador de la inscripcioacuten objeto asimismo de atencioacuten en este trabajo (figs 1C3 y 3) Por uacuteltimo y sobre las habitaciones descritas se implantoacute una nueva construccioacuten a la que se denominoacute casa 3 (fig 1Bc)20 que mantiene la orientacioacuten de las precedentes Se trata en esta ocasioacuten de una uacutenica habita-cioacuten a la que se accediacutea por el lienzo norte de la que se han exhumado cua-renta y cinco metros cuadrados que como elemento de diferenciacioacuten neto con respecto de aqueacutellas muestra cimientos de mamposteriacutea trabada con barro sobre los que se elevariacutean los muros de tapial Una vez maacutes se docu-mentan tambieacuten ahora con nitidez dos fases de ocupacioacuten pero manteniendo en todo momento el periacutemetro original Corresponde a la primera un gran fogoacuten y dos hogares de considerables dimensiones a la maacutes moderna es-tructuras todas ellas que parecen maacutes propias de un taller artesanal mdashen el que algunos uacutetiles deteriorados de hierro y las abundantes escorias del mdashmdashmdashmdash

18 Sanz 2008 179-183 fig 1 19 Ejemplos anaacutelogos incluso de maacutes largo recorrido en Gonzaacutelez-Ruibal 2006 165-

167 sobre la ldquobiografiacuteardquo y ldquovida socialrdquo de los objetos teacutenganse en cuenta ademaacutes Gonzaacutelez-Ruibal 2007 298-315 y Rodriacuteguez Corral 2009 114-120

20 Centeno et al 2003 88-91 figs 14 15 y 17

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

P de Bernardo F Romero C Sanz

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

P de Bernardo F Romero C Sanz

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

P de Bernardo F Romero C Sanz

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

De Hoz 2010 J de Hoz Historia linguumliacutestica de la Peniacutensula Ibeacuterica en la Antiguumledad I Preliminares y mundo meridional prerromano Madrid 2010

Delamarre 2003 X Delamarre Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieux-celtique continental Pariacutes 20032

Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 3: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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riales las correspondientes a las fases propiamente romanas ofrezcan mayor pobreza y restos fragmentarios Del poblado han sido dadas a conocer ya dos piezas ceraacutemicas con posibles marcas en signario celtibeacuterico12 a ellas sumamos ahora dos maacutes que fueron recuperadas en el sector C1 mdashun cuadro de 8 por 8 mmdash de la men-cionada trinchera excavada en Las Quintanas la primera de ellas el fondo de un vasito mdashdel que teniacuteamos una breve noticia con lectura preliminar de la inscripcioacuten que presentamdash13 en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1C3) y la segunda un pequentildeo recipiente campaniense en el sertoriano (fig 1C1) Al objeto de contextualizar debidamente tales hallazgos nos referiremos en primer lugar al nivel sertoriano seguidamente al augusteo-tiberiano y auacuten para finalizar al que sella a este uacuteltimo pues nos ofrece una referencia ante quem para el mismo En el nivel sertoriano del sector C1 se exhumoacute la vivienda identificada como casa 9 (fig 1Ba)14 Se trata de una amplia y un tanto compleja construccioacuten de planta cuadrangular y muros de adobe cimentados sobre vigas de madera encastradas en el suelo de la que conocemos apenas cua-renta metros cuadrados mdashpor cuanto sus liacutemites por el este y oeste exceden el marco de la unidad de excavacioacutenmdash y ocho estancias se distribuyen estas uacuteltimas en cuatro espacios sucesivos el primero de los cuales desde la fa-chada abierta al oeste parece diaacutefano en tanto que los restantes se encuen-tran compartimentados en dos tres y dos habitaciones respectivamente Su flanco meridional yuxtapuesto al de la casa 10 se vio afectado por la aper-tura del pozo artesiano de eacutepoca romana ya mencionado interesando a los dos sectores centrales y en concreto a la estancia que al sur de la de mayores dimensiones mdashque cabe sospechar fuera la principal y en torno a la cual girariacutea la mayor parte de la actividad domeacutestica cotidianamdash deparoacute un mo-lino circular de esquisto completo cuya muela muestra sobre el orificio cen-tral una tolva construida en arcilla junto a una vasija con restos de grano carbonizado15 y a la que la sigue por el este

Pues bien fue precisamente en el arco del perfil del pozo que rompe la uacuteltima habitacioacuten mencionada aunque perteneciente sin duda al derrumbe de la vivienda que nos ocupa donde se recuperoacute el pequentildeo vasito campa-niense que aquiacute nos interesa y al que nos referiremos maacutes adelante una pieza tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel que cabe fechar en torno al 210 aC16 y que viene a sugerir una vez maacutes la transmisioacuten de bienes de presti-gio en este caso ademaacutes importado a lo largo de sucesivas generaciones17 mdashmdashmdashmdash

12 Goacutemez y Sanz 1993 367 figs 16-7 y 17-20 Blanco 2011 178-179 nuacutems 1 y 2 figs 9 y 10

13 Sanz 2008 181 fig 2-2 maacutes recientemente Blanco 2011 179-181 nuacutem 3 fig 11 14 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 255-261 figs 2 y 7 15 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 260-261 fig 3-6 16 Morel 1981 418 laacutem 207 17 Sanz 2008 190 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266-267

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rero de Carralacentildea en el que se han exhumado tres hornos de coccioacuten6 que contaba con aacuterea residencial y cementerio propio de incineracioacuten igual-mente este uacuteltimo7 En el presente trabajo nos proponemos dar a conocer una serie de pie-zas ceraacutemicas con grafitos en signario celtibeacuterico procedentes del poblado de Las Quintanas y la necroacutepolis de Las Ruedas que vienen a engrosar la noacutemina de textos indiacutegenas recuperados en contextos vacceos reunida bien recientemente por Blanco Garciacutea8 I EL CONTEXTO ARQUEOLOacuteGICO 1 Poblado de Las Quintanas Las excavaciones arqueoloacutegicas en el poblado de Las Quintanas desarrolladas de forma ininterrumpida entre los antildeos 1998 y 2006 afectaron a una extensa zanja de 56 m de longitud por 8 m de anchura merced a ello ha podido detectarse una dilatada estratigrafiacutea que supera los cuatro metros de potencia y compendia maacutes de mil antildeos de historia Pese a que dichos tra-bajos no alcanzaron niveles maacutes antiguos que los correspondientes a la etapa sertoriana (fig 1A)9 sabemos de la existencia de los infrayacentes a partir del vaciado de un pozo artesiano fallido de eacutepoca altoimperial que rompioacute toda la secuencia estratigraacutefica Nos consta asiacute que a los siete niveles vac-ceos todos ellos con un episodio final de destruccioacuten violenta por incendio siguen cinco fases de ocupacioacuten romana y que culmina la secuencia un ce-menterio tardorromano y visigodo en el que se han excavado un centenar de tumbas de inhumacioacuten10 Parece prudente sentildealar de inicio que los niveles a que habremos de referirnos han llegado hasta nosotros en diferente estado de conservacioacuten Frente a los propiamente vacceos que sellados por los escombros de su des-truccioacuten violenta como queda dicho fueron enrasados con posterioridad los tardorrepublicanos y altoimperiales en tanto niveles de abandonado delibe-rado se definen en no pocas ocasiones con mayor dificultad maacutexime consi-derando que se ven afectados por las numerosas fosas excavadas para acoger los enterramientos de eacutepoca tardorromana y visigoda Ello implica que mientras las ocupaciones prerromanas11 se muestran ricas en elementos mate-

mdashmdashmdashmdash 6 Escudero y Sanz 1993 7 Sanz Goacutemez y Arranz 1993 8 Blanco 2011 9 Sanz Romero y Goacuterriz 2009 10 Velasco Sanz y Centeno 2003 Romero y Sanz 2009 85-94 11 Mantenemos en este sentido la idea ya expresada en alguna ocasioacuten anterior (Sanz

2008 179) de contemplar como indiacutegenas los niveles correspondientes a la totalidad del siglo I aC en la liacutenea de lo manifestado por Fuentes 1992 599 para el aacutembito funerario ibeacuterico

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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mismo metal recuperadas sugieren se desarrollaran actividades metaluacutergi-casmdash que de una vivienda domeacutestica Por lo que aquiacute nos trae es preciso tener en cuenta que en su segunda fase los muros oeste y sur se refundan el primero de ellos toma su asiento sobre un echadizo de arcilla que sella el nivel correspondiente a la fase ante-rior habieacutendose recuperado en la zanja que lo cimenta un pequentildeo frag-mento de terra sigillata itaacutelica correspondiente a una copa de perfil algo exvasado y con decoracioacuten a ruedecilla que asimilamos a la forma Consp 264 (fig 1C4) y que aporta una fecha de la primera mitad del siglo I dC21 proporcionaacutendonos una clara referencia ante quem para el nivel infraya-cente22 Tras este raacutepido repaso a las fases maacutes recientes de la secuencia estra-tigraacutefica de la ciudad de Las Quintanas de Pintia se impone ahora acotar de la manera maacutes precisa posible su cronologiacutea En principio si la destruccioacuten por incendio de la casa 9 tuvo lugar con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas no parece haber mayores problemas para fechar el final de la vida del tintero campaniense en los comedios de la primera mitad del siglo I aC Algo maacutes compleja es la datacioacuten del fondo del vasito recuperado en el nivel superior por maacutes que una primera aproximacioacuten casi podriacutea decirse que obvia es que el mismo se localiza entre el nivel sertoriano de la casa 9 y el altoimperial de la casa 3 conviene tener presente todaviacutea por lo que al primer dato se re-fiere que la construccioacuten de las habitaciones maacutes antiguas del nivel interme-dio comportaron la destruccioacuten de niveles anteriores y que las pobres evi-dencias con que contamos permiten presumir la existencia de dos niveles previos23 en relacioacuten ya con la casa 3 contamos con la fecha ante quem determinada por la obra y amortizacioacuten del pozo artesiano fallido es decir a finales del siglo I o inicios del II dC24 Un paso maacutes nos permite precisar que de acuerdo con lo uacuteltimamente sentildealado las estancias A y B de la casa del nivel intermedio debieron de construirse en un momento avanzado del siglo I aC y si la ampliacioacuten que supuso la agregacioacuten de la habitacioacuten C e implicoacute la amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildeal tipo Monte Bernorio tuvo lugar como se ha sentildealado en los inicios del siglo I dC25 ello nos dariacutea una fecha post quem para el fondo del vasito que nos ocupa Por el extremo contrario el echadizo y la zanja de cimentacioacuten del muro oeste de la segunda fase de la casa 3 cuenta con un punto de referencia en el fragmento de terra sigillata itaacutelica que fechable en la primera mitad del siglo I dC constituye asimismo un teacutermino post quem para la mencionada segunda fase y permi-tiriacutea localizar en un momento impreciso de dicho medio siglo la ocupacioacuten mdashmdashmdashmdash

21 Ettlinger et al 1990 98-99 22 Sanz 2008 179-181 fig 2-3 23 Sanz 2008 183 24 Centeno et al 2003 91-94 figs 18 y 19 25 Sanz 2008 185

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La estructura exhumada en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1Bb)18 cuya orientacioacuten sigue las pautas de las sertorianas precedentes que acaba-mos de comentar tuvo en inicio dos estancias designadas con las letras A y B a las que se antildeadioacute maacutes tarde una tercera (C) Suman las primeras separa-das por un muro de tapial una superficie de apenas diecinueve metros cua-drados y conocemos de la tercera poco maacutes de trece metros cuadrados Al exterior el periacutemetro de las denominadas estancias A y B viene determinado por muros de tapial en su interior se aprecioacute un pavimento de arcilla muy tamizada y apisonada que recubrioacute asimismo la parte inferior de los muros La segunda de ellas cuenta aproximadamente en el centro con un hogar de planta cuadrada y en su esquina suroeste con un banco de tapial adosado al muro junto a cuya base se recuperoacute la vaina de un puntildeal tipo Monte Bernorio una pieza fechable en el siglo IV aC que constituye una auteacutentica reliquia en este contexto (fig 1C2)19 aunque su ldquodesactivacioacutenrdquo no tuvo lugar hasta la remodelacioacuten que sufre la vivienda En efecto tal y como queda dicho en un momento dado se suma por el norte a las estancias A y B una tercera la C que ampliacutea considerablemente la superficie de la vivienda Tal reforma se vio acompantildeada de la correspon-diente nivelacioacuten del terreno con un echadizo de cenizas al que siguioacute la implantacioacuten de un nuevo suelo mdashque supuso en el caso de la estancia B el enterramiento y amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildealmdash Dicho suelo se ofrece de forma desigual en la superficie de C pero es particularmente interesante en relacioacuten con cuanto aquiacute comentamos pues fue precisamente junto al tabique que separa esta estancia de la B y entre una capa fina de cenizas que a buen seguro no es ajena a esta ocupacioacuten donde aparecioacute el pe-quentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina anaranjada portador de la inscripcioacuten objeto asimismo de atencioacuten en este trabajo (figs 1C3 y 3) Por uacuteltimo y sobre las habitaciones descritas se implantoacute una nueva construccioacuten a la que se denominoacute casa 3 (fig 1Bc)20 que mantiene la orientacioacuten de las precedentes Se trata en esta ocasioacuten de una uacutenica habita-cioacuten a la que se accediacutea por el lienzo norte de la que se han exhumado cua-renta y cinco metros cuadrados que como elemento de diferenciacioacuten neto con respecto de aqueacutellas muestra cimientos de mamposteriacutea trabada con barro sobre los que se elevariacutean los muros de tapial Una vez maacutes se docu-mentan tambieacuten ahora con nitidez dos fases de ocupacioacuten pero manteniendo en todo momento el periacutemetro original Corresponde a la primera un gran fogoacuten y dos hogares de considerables dimensiones a la maacutes moderna es-tructuras todas ellas que parecen maacutes propias de un taller artesanal mdashen el que algunos uacutetiles deteriorados de hierro y las abundantes escorias del mdashmdashmdashmdash

18 Sanz 2008 179-183 fig 1 19 Ejemplos anaacutelogos incluso de maacutes largo recorrido en Gonzaacutelez-Ruibal 2006 165-

167 sobre la ldquobiografiacuteardquo y ldquovida socialrdquo de los objetos teacutenganse en cuenta ademaacutes Gonzaacutelez-Ruibal 2007 298-315 y Rodriacuteguez Corral 2009 114-120

20 Centeno et al 2003 88-91 figs 14 15 y 17

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mismo metal recuperadas sugieren se desarrollaran actividades metaluacutergi-casmdash que de una vivienda domeacutestica Por lo que aquiacute nos trae es preciso tener en cuenta que en su segunda fase los muros oeste y sur se refundan el primero de ellos toma su asiento sobre un echadizo de arcilla que sella el nivel correspondiente a la fase ante-rior habieacutendose recuperado en la zanja que lo cimenta un pequentildeo frag-mento de terra sigillata itaacutelica correspondiente a una copa de perfil algo exvasado y con decoracioacuten a ruedecilla que asimilamos a la forma Consp 264 (fig 1C4) y que aporta una fecha de la primera mitad del siglo I dC21 proporcionaacutendonos una clara referencia ante quem para el nivel infraya-cente22 Tras este raacutepido repaso a las fases maacutes recientes de la secuencia estra-tigraacutefica de la ciudad de Las Quintanas de Pintia se impone ahora acotar de la manera maacutes precisa posible su cronologiacutea En principio si la destruccioacuten por incendio de la casa 9 tuvo lugar con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas no parece haber mayores problemas para fechar el final de la vida del tintero campaniense en los comedios de la primera mitad del siglo I aC Algo maacutes compleja es la datacioacuten del fondo del vasito recuperado en el nivel superior por maacutes que una primera aproximacioacuten casi podriacutea decirse que obvia es que el mismo se localiza entre el nivel sertoriano de la casa 9 y el altoimperial de la casa 3 conviene tener presente todaviacutea por lo que al primer dato se re-fiere que la construccioacuten de las habitaciones maacutes antiguas del nivel interme-dio comportaron la destruccioacuten de niveles anteriores y que las pobres evi-dencias con que contamos permiten presumir la existencia de dos niveles previos23 en relacioacuten ya con la casa 3 contamos con la fecha ante quem determinada por la obra y amortizacioacuten del pozo artesiano fallido es decir a finales del siglo I o inicios del II dC24 Un paso maacutes nos permite precisar que de acuerdo con lo uacuteltimamente sentildealado las estancias A y B de la casa del nivel intermedio debieron de construirse en un momento avanzado del siglo I aC y si la ampliacioacuten que supuso la agregacioacuten de la habitacioacuten C e implicoacute la amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildeal tipo Monte Bernorio tuvo lugar como se ha sentildealado en los inicios del siglo I dC25 ello nos dariacutea una fecha post quem para el fondo del vasito que nos ocupa Por el extremo contrario el echadizo y la zanja de cimentacioacuten del muro oeste de la segunda fase de la casa 3 cuenta con un punto de referencia en el fragmento de terra sigillata itaacutelica que fechable en la primera mitad del siglo I dC constituye asimismo un teacutermino post quem para la mencionada segunda fase y permi-tiriacutea localizar en un momento impreciso de dicho medio siglo la ocupacioacuten mdashmdashmdashmdash

21 Ettlinger et al 1990 98-99 22 Sanz 2008 179-181 fig 2-3 23 Sanz 2008 183 24 Centeno et al 2003 91-94 figs 18 y 19 25 Sanz 2008 185

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La estructura exhumada en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1Bb)18 cuya orientacioacuten sigue las pautas de las sertorianas precedentes que acaba-mos de comentar tuvo en inicio dos estancias designadas con las letras A y B a las que se antildeadioacute maacutes tarde una tercera (C) Suman las primeras separa-das por un muro de tapial una superficie de apenas diecinueve metros cua-drados y conocemos de la tercera poco maacutes de trece metros cuadrados Al exterior el periacutemetro de las denominadas estancias A y B viene determinado por muros de tapial en su interior se aprecioacute un pavimento de arcilla muy tamizada y apisonada que recubrioacute asimismo la parte inferior de los muros La segunda de ellas cuenta aproximadamente en el centro con un hogar de planta cuadrada y en su esquina suroeste con un banco de tapial adosado al muro junto a cuya base se recuperoacute la vaina de un puntildeal tipo Monte Bernorio una pieza fechable en el siglo IV aC que constituye una auteacutentica reliquia en este contexto (fig 1C2)19 aunque su ldquodesactivacioacutenrdquo no tuvo lugar hasta la remodelacioacuten que sufre la vivienda En efecto tal y como queda dicho en un momento dado se suma por el norte a las estancias A y B una tercera la C que ampliacutea considerablemente la superficie de la vivienda Tal reforma se vio acompantildeada de la correspon-diente nivelacioacuten del terreno con un echadizo de cenizas al que siguioacute la implantacioacuten de un nuevo suelo mdashque supuso en el caso de la estancia B el enterramiento y amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildealmdash Dicho suelo se ofrece de forma desigual en la superficie de C pero es particularmente interesante en relacioacuten con cuanto aquiacute comentamos pues fue precisamente junto al tabique que separa esta estancia de la B y entre una capa fina de cenizas que a buen seguro no es ajena a esta ocupacioacuten donde aparecioacute el pe-quentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina anaranjada portador de la inscripcioacuten objeto asimismo de atencioacuten en este trabajo (figs 1C3 y 3) Por uacuteltimo y sobre las habitaciones descritas se implantoacute una nueva construccioacuten a la que se denominoacute casa 3 (fig 1Bc)20 que mantiene la orientacioacuten de las precedentes Se trata en esta ocasioacuten de una uacutenica habita-cioacuten a la que se accediacutea por el lienzo norte de la que se han exhumado cua-renta y cinco metros cuadrados que como elemento de diferenciacioacuten neto con respecto de aqueacutellas muestra cimientos de mamposteriacutea trabada con barro sobre los que se elevariacutean los muros de tapial Una vez maacutes se docu-mentan tambieacuten ahora con nitidez dos fases de ocupacioacuten pero manteniendo en todo momento el periacutemetro original Corresponde a la primera un gran fogoacuten y dos hogares de considerables dimensiones a la maacutes moderna es-tructuras todas ellas que parecen maacutes propias de un taller artesanal mdashen el que algunos uacutetiles deteriorados de hierro y las abundantes escorias del mdashmdashmdashmdash

18 Sanz 2008 179-183 fig 1 19 Ejemplos anaacutelogos incluso de maacutes largo recorrido en Gonzaacutelez-Ruibal 2006 165-

167 sobre la ldquobiografiacuteardquo y ldquovida socialrdquo de los objetos teacutenganse en cuenta ademaacutes Gonzaacutelez-Ruibal 2007 298-315 y Rodriacuteguez Corral 2009 114-120

20 Centeno et al 2003 88-91 figs 14 15 y 17

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

P de Bernardo F Romero C Sanz

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

P de Bernardo F Romero C Sanz

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

P de Bernardo F Romero C Sanz

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

De Hoz 2010 J de Hoz Historia linguumliacutestica de la Peniacutensula Ibeacuterica en la Antiguumledad I Preliminares y mundo meridional prerromano Madrid 2010

Delamarre 2003 X Delamarre Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieux-celtique continental Pariacutes 20032

Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

195

NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 4: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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mismo metal recuperadas sugieren se desarrollaran actividades metaluacutergi-casmdash que de una vivienda domeacutestica Por lo que aquiacute nos trae es preciso tener en cuenta que en su segunda fase los muros oeste y sur se refundan el primero de ellos toma su asiento sobre un echadizo de arcilla que sella el nivel correspondiente a la fase ante-rior habieacutendose recuperado en la zanja que lo cimenta un pequentildeo frag-mento de terra sigillata itaacutelica correspondiente a una copa de perfil algo exvasado y con decoracioacuten a ruedecilla que asimilamos a la forma Consp 264 (fig 1C4) y que aporta una fecha de la primera mitad del siglo I dC21 proporcionaacutendonos una clara referencia ante quem para el nivel infraya-cente22 Tras este raacutepido repaso a las fases maacutes recientes de la secuencia estra-tigraacutefica de la ciudad de Las Quintanas de Pintia se impone ahora acotar de la manera maacutes precisa posible su cronologiacutea En principio si la destruccioacuten por incendio de la casa 9 tuvo lugar con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas no parece haber mayores problemas para fechar el final de la vida del tintero campaniense en los comedios de la primera mitad del siglo I aC Algo maacutes compleja es la datacioacuten del fondo del vasito recuperado en el nivel superior por maacutes que una primera aproximacioacuten casi podriacutea decirse que obvia es que el mismo se localiza entre el nivel sertoriano de la casa 9 y el altoimperial de la casa 3 conviene tener presente todaviacutea por lo que al primer dato se re-fiere que la construccioacuten de las habitaciones maacutes antiguas del nivel interme-dio comportaron la destruccioacuten de niveles anteriores y que las pobres evi-dencias con que contamos permiten presumir la existencia de dos niveles previos23 en relacioacuten ya con la casa 3 contamos con la fecha ante quem determinada por la obra y amortizacioacuten del pozo artesiano fallido es decir a finales del siglo I o inicios del II dC24 Un paso maacutes nos permite precisar que de acuerdo con lo uacuteltimamente sentildealado las estancias A y B de la casa del nivel intermedio debieron de construirse en un momento avanzado del siglo I aC y si la ampliacioacuten que supuso la agregacioacuten de la habitacioacuten C e implicoacute la amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildeal tipo Monte Bernorio tuvo lugar como se ha sentildealado en los inicios del siglo I dC25 ello nos dariacutea una fecha post quem para el fondo del vasito que nos ocupa Por el extremo contrario el echadizo y la zanja de cimentacioacuten del muro oeste de la segunda fase de la casa 3 cuenta con un punto de referencia en el fragmento de terra sigillata itaacutelica que fechable en la primera mitad del siglo I dC constituye asimismo un teacutermino post quem para la mencionada segunda fase y permi-tiriacutea localizar en un momento impreciso de dicho medio siglo la ocupacioacuten mdashmdashmdashmdash

21 Ettlinger et al 1990 98-99 22 Sanz 2008 179-181 fig 2-3 23 Sanz 2008 183 24 Centeno et al 2003 91-94 figs 18 y 19 25 Sanz 2008 185

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La estructura exhumada en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1Bb)18 cuya orientacioacuten sigue las pautas de las sertorianas precedentes que acaba-mos de comentar tuvo en inicio dos estancias designadas con las letras A y B a las que se antildeadioacute maacutes tarde una tercera (C) Suman las primeras separa-das por un muro de tapial una superficie de apenas diecinueve metros cua-drados y conocemos de la tercera poco maacutes de trece metros cuadrados Al exterior el periacutemetro de las denominadas estancias A y B viene determinado por muros de tapial en su interior se aprecioacute un pavimento de arcilla muy tamizada y apisonada que recubrioacute asimismo la parte inferior de los muros La segunda de ellas cuenta aproximadamente en el centro con un hogar de planta cuadrada y en su esquina suroeste con un banco de tapial adosado al muro junto a cuya base se recuperoacute la vaina de un puntildeal tipo Monte Bernorio una pieza fechable en el siglo IV aC que constituye una auteacutentica reliquia en este contexto (fig 1C2)19 aunque su ldquodesactivacioacutenrdquo no tuvo lugar hasta la remodelacioacuten que sufre la vivienda En efecto tal y como queda dicho en un momento dado se suma por el norte a las estancias A y B una tercera la C que ampliacutea considerablemente la superficie de la vivienda Tal reforma se vio acompantildeada de la correspon-diente nivelacioacuten del terreno con un echadizo de cenizas al que siguioacute la implantacioacuten de un nuevo suelo mdashque supuso en el caso de la estancia B el enterramiento y amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildealmdash Dicho suelo se ofrece de forma desigual en la superficie de C pero es particularmente interesante en relacioacuten con cuanto aquiacute comentamos pues fue precisamente junto al tabique que separa esta estancia de la B y entre una capa fina de cenizas que a buen seguro no es ajena a esta ocupacioacuten donde aparecioacute el pe-quentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina anaranjada portador de la inscripcioacuten objeto asimismo de atencioacuten en este trabajo (figs 1C3 y 3) Por uacuteltimo y sobre las habitaciones descritas se implantoacute una nueva construccioacuten a la que se denominoacute casa 3 (fig 1Bc)20 que mantiene la orientacioacuten de las precedentes Se trata en esta ocasioacuten de una uacutenica habita-cioacuten a la que se accediacutea por el lienzo norte de la que se han exhumado cua-renta y cinco metros cuadrados que como elemento de diferenciacioacuten neto con respecto de aqueacutellas muestra cimientos de mamposteriacutea trabada con barro sobre los que se elevariacutean los muros de tapial Una vez maacutes se docu-mentan tambieacuten ahora con nitidez dos fases de ocupacioacuten pero manteniendo en todo momento el periacutemetro original Corresponde a la primera un gran fogoacuten y dos hogares de considerables dimensiones a la maacutes moderna es-tructuras todas ellas que parecen maacutes propias de un taller artesanal mdashen el que algunos uacutetiles deteriorados de hierro y las abundantes escorias del mdashmdashmdashmdash

18 Sanz 2008 179-183 fig 1 19 Ejemplos anaacutelogos incluso de maacutes largo recorrido en Gonzaacutelez-Ruibal 2006 165-

167 sobre la ldquobiografiacuteardquo y ldquovida socialrdquo de los objetos teacutenganse en cuenta ademaacutes Gonzaacutelez-Ruibal 2007 298-315 y Rodriacuteguez Corral 2009 114-120

20 Centeno et al 2003 88-91 figs 14 15 y 17

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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mismo metal recuperadas sugieren se desarrollaran actividades metaluacutergi-casmdash que de una vivienda domeacutestica Por lo que aquiacute nos trae es preciso tener en cuenta que en su segunda fase los muros oeste y sur se refundan el primero de ellos toma su asiento sobre un echadizo de arcilla que sella el nivel correspondiente a la fase ante-rior habieacutendose recuperado en la zanja que lo cimenta un pequentildeo frag-mento de terra sigillata itaacutelica correspondiente a una copa de perfil algo exvasado y con decoracioacuten a ruedecilla que asimilamos a la forma Consp 264 (fig 1C4) y que aporta una fecha de la primera mitad del siglo I dC21 proporcionaacutendonos una clara referencia ante quem para el nivel infraya-cente22 Tras este raacutepido repaso a las fases maacutes recientes de la secuencia estra-tigraacutefica de la ciudad de Las Quintanas de Pintia se impone ahora acotar de la manera maacutes precisa posible su cronologiacutea En principio si la destruccioacuten por incendio de la casa 9 tuvo lugar con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas no parece haber mayores problemas para fechar el final de la vida del tintero campaniense en los comedios de la primera mitad del siglo I aC Algo maacutes compleja es la datacioacuten del fondo del vasito recuperado en el nivel superior por maacutes que una primera aproximacioacuten casi podriacutea decirse que obvia es que el mismo se localiza entre el nivel sertoriano de la casa 9 y el altoimperial de la casa 3 conviene tener presente todaviacutea por lo que al primer dato se re-fiere que la construccioacuten de las habitaciones maacutes antiguas del nivel interme-dio comportaron la destruccioacuten de niveles anteriores y que las pobres evi-dencias con que contamos permiten presumir la existencia de dos niveles previos23 en relacioacuten ya con la casa 3 contamos con la fecha ante quem determinada por la obra y amortizacioacuten del pozo artesiano fallido es decir a finales del siglo I o inicios del II dC24 Un paso maacutes nos permite precisar que de acuerdo con lo uacuteltimamente sentildealado las estancias A y B de la casa del nivel intermedio debieron de construirse en un momento avanzado del siglo I aC y si la ampliacioacuten que supuso la agregacioacuten de la habitacioacuten C e implicoacute la amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildeal tipo Monte Bernorio tuvo lugar como se ha sentildealado en los inicios del siglo I dC25 ello nos dariacutea una fecha post quem para el fondo del vasito que nos ocupa Por el extremo contrario el echadizo y la zanja de cimentacioacuten del muro oeste de la segunda fase de la casa 3 cuenta con un punto de referencia en el fragmento de terra sigillata itaacutelica que fechable en la primera mitad del siglo I dC constituye asimismo un teacutermino post quem para la mencionada segunda fase y permi-tiriacutea localizar en un momento impreciso de dicho medio siglo la ocupacioacuten mdashmdashmdashmdash

21 Ettlinger et al 1990 98-99 22 Sanz 2008 179-181 fig 2-3 23 Sanz 2008 183 24 Centeno et al 2003 91-94 figs 18 y 19 25 Sanz 2008 185

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La estructura exhumada en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1Bb)18 cuya orientacioacuten sigue las pautas de las sertorianas precedentes que acaba-mos de comentar tuvo en inicio dos estancias designadas con las letras A y B a las que se antildeadioacute maacutes tarde una tercera (C) Suman las primeras separa-das por un muro de tapial una superficie de apenas diecinueve metros cua-drados y conocemos de la tercera poco maacutes de trece metros cuadrados Al exterior el periacutemetro de las denominadas estancias A y B viene determinado por muros de tapial en su interior se aprecioacute un pavimento de arcilla muy tamizada y apisonada que recubrioacute asimismo la parte inferior de los muros La segunda de ellas cuenta aproximadamente en el centro con un hogar de planta cuadrada y en su esquina suroeste con un banco de tapial adosado al muro junto a cuya base se recuperoacute la vaina de un puntildeal tipo Monte Bernorio una pieza fechable en el siglo IV aC que constituye una auteacutentica reliquia en este contexto (fig 1C2)19 aunque su ldquodesactivacioacutenrdquo no tuvo lugar hasta la remodelacioacuten que sufre la vivienda En efecto tal y como queda dicho en un momento dado se suma por el norte a las estancias A y B una tercera la C que ampliacutea considerablemente la superficie de la vivienda Tal reforma se vio acompantildeada de la correspon-diente nivelacioacuten del terreno con un echadizo de cenizas al que siguioacute la implantacioacuten de un nuevo suelo mdashque supuso en el caso de la estancia B el enterramiento y amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildealmdash Dicho suelo se ofrece de forma desigual en la superficie de C pero es particularmente interesante en relacioacuten con cuanto aquiacute comentamos pues fue precisamente junto al tabique que separa esta estancia de la B y entre una capa fina de cenizas que a buen seguro no es ajena a esta ocupacioacuten donde aparecioacute el pe-quentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina anaranjada portador de la inscripcioacuten objeto asimismo de atencioacuten en este trabajo (figs 1C3 y 3) Por uacuteltimo y sobre las habitaciones descritas se implantoacute una nueva construccioacuten a la que se denominoacute casa 3 (fig 1Bc)20 que mantiene la orientacioacuten de las precedentes Se trata en esta ocasioacuten de una uacutenica habita-cioacuten a la que se accediacutea por el lienzo norte de la que se han exhumado cua-renta y cinco metros cuadrados que como elemento de diferenciacioacuten neto con respecto de aqueacutellas muestra cimientos de mamposteriacutea trabada con barro sobre los que se elevariacutean los muros de tapial Una vez maacutes se docu-mentan tambieacuten ahora con nitidez dos fases de ocupacioacuten pero manteniendo en todo momento el periacutemetro original Corresponde a la primera un gran fogoacuten y dos hogares de considerables dimensiones a la maacutes moderna es-tructuras todas ellas que parecen maacutes propias de un taller artesanal mdashen el que algunos uacutetiles deteriorados de hierro y las abundantes escorias del mdashmdashmdashmdash

18 Sanz 2008 179-183 fig 1 19 Ejemplos anaacutelogos incluso de maacutes largo recorrido en Gonzaacutelez-Ruibal 2006 165-

167 sobre la ldquobiografiacuteardquo y ldquovida socialrdquo de los objetos teacutenganse en cuenta ademaacutes Gonzaacutelez-Ruibal 2007 298-315 y Rodriacuteguez Corral 2009 114-120

20 Centeno et al 2003 88-91 figs 14 15 y 17

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

38 Sanz 2010 225 fig 26

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

38 Sanz 2010 225 fig 26

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

P de Bernardo F Romero C Sanz

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

P de Bernardo F Romero C Sanz

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

P de Bernardo F Romero C Sanz

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 5: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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mismo metal recuperadas sugieren se desarrollaran actividades metaluacutergi-casmdash que de una vivienda domeacutestica Por lo que aquiacute nos trae es preciso tener en cuenta que en su segunda fase los muros oeste y sur se refundan el primero de ellos toma su asiento sobre un echadizo de arcilla que sella el nivel correspondiente a la fase ante-rior habieacutendose recuperado en la zanja que lo cimenta un pequentildeo frag-mento de terra sigillata itaacutelica correspondiente a una copa de perfil algo exvasado y con decoracioacuten a ruedecilla que asimilamos a la forma Consp 264 (fig 1C4) y que aporta una fecha de la primera mitad del siglo I dC21 proporcionaacutendonos una clara referencia ante quem para el nivel infraya-cente22 Tras este raacutepido repaso a las fases maacutes recientes de la secuencia estra-tigraacutefica de la ciudad de Las Quintanas de Pintia se impone ahora acotar de la manera maacutes precisa posible su cronologiacutea En principio si la destruccioacuten por incendio de la casa 9 tuvo lugar con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas no parece haber mayores problemas para fechar el final de la vida del tintero campaniense en los comedios de la primera mitad del siglo I aC Algo maacutes compleja es la datacioacuten del fondo del vasito recuperado en el nivel superior por maacutes que una primera aproximacioacuten casi podriacutea decirse que obvia es que el mismo se localiza entre el nivel sertoriano de la casa 9 y el altoimperial de la casa 3 conviene tener presente todaviacutea por lo que al primer dato se re-fiere que la construccioacuten de las habitaciones maacutes antiguas del nivel interme-dio comportaron la destruccioacuten de niveles anteriores y que las pobres evi-dencias con que contamos permiten presumir la existencia de dos niveles previos23 en relacioacuten ya con la casa 3 contamos con la fecha ante quem determinada por la obra y amortizacioacuten del pozo artesiano fallido es decir a finales del siglo I o inicios del II dC24 Un paso maacutes nos permite precisar que de acuerdo con lo uacuteltimamente sentildealado las estancias A y B de la casa del nivel intermedio debieron de construirse en un momento avanzado del siglo I aC y si la ampliacioacuten que supuso la agregacioacuten de la habitacioacuten C e implicoacute la amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildeal tipo Monte Bernorio tuvo lugar como se ha sentildealado en los inicios del siglo I dC25 ello nos dariacutea una fecha post quem para el fondo del vasito que nos ocupa Por el extremo contrario el echadizo y la zanja de cimentacioacuten del muro oeste de la segunda fase de la casa 3 cuenta con un punto de referencia en el fragmento de terra sigillata itaacutelica que fechable en la primera mitad del siglo I dC constituye asimismo un teacutermino post quem para la mencionada segunda fase y permi-tiriacutea localizar en un momento impreciso de dicho medio siglo la ocupacioacuten mdashmdashmdashmdash

21 Ettlinger et al 1990 98-99 22 Sanz 2008 179-181 fig 2-3 23 Sanz 2008 183 24 Centeno et al 2003 91-94 figs 18 y 19 25 Sanz 2008 185

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La estructura exhumada en el nivel augusteo-tiberiano (fig 1Bb)18 cuya orientacioacuten sigue las pautas de las sertorianas precedentes que acaba-mos de comentar tuvo en inicio dos estancias designadas con las letras A y B a las que se antildeadioacute maacutes tarde una tercera (C) Suman las primeras separa-das por un muro de tapial una superficie de apenas diecinueve metros cua-drados y conocemos de la tercera poco maacutes de trece metros cuadrados Al exterior el periacutemetro de las denominadas estancias A y B viene determinado por muros de tapial en su interior se aprecioacute un pavimento de arcilla muy tamizada y apisonada que recubrioacute asimismo la parte inferior de los muros La segunda de ellas cuenta aproximadamente en el centro con un hogar de planta cuadrada y en su esquina suroeste con un banco de tapial adosado al muro junto a cuya base se recuperoacute la vaina de un puntildeal tipo Monte Bernorio una pieza fechable en el siglo IV aC que constituye una auteacutentica reliquia en este contexto (fig 1C2)19 aunque su ldquodesactivacioacutenrdquo no tuvo lugar hasta la remodelacioacuten que sufre la vivienda En efecto tal y como queda dicho en un momento dado se suma por el norte a las estancias A y B una tercera la C que ampliacutea considerablemente la superficie de la vivienda Tal reforma se vio acompantildeada de la correspon-diente nivelacioacuten del terreno con un echadizo de cenizas al que siguioacute la implantacioacuten de un nuevo suelo mdashque supuso en el caso de la estancia B el enterramiento y amortizacioacuten definitiva de la vaina del puntildealmdash Dicho suelo se ofrece de forma desigual en la superficie de C pero es particularmente interesante en relacioacuten con cuanto aquiacute comentamos pues fue precisamente junto al tabique que separa esta estancia de la B y entre una capa fina de cenizas que a buen seguro no es ajena a esta ocupacioacuten donde aparecioacute el pe-quentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina anaranjada portador de la inscripcioacuten objeto asimismo de atencioacuten en este trabajo (figs 1C3 y 3) Por uacuteltimo y sobre las habitaciones descritas se implantoacute una nueva construccioacuten a la que se denominoacute casa 3 (fig 1Bc)20 que mantiene la orientacioacuten de las precedentes Se trata en esta ocasioacuten de una uacutenica habita-cioacuten a la que se accediacutea por el lienzo norte de la que se han exhumado cua-renta y cinco metros cuadrados que como elemento de diferenciacioacuten neto con respecto de aqueacutellas muestra cimientos de mamposteriacutea trabada con barro sobre los que se elevariacutean los muros de tapial Una vez maacutes se docu-mentan tambieacuten ahora con nitidez dos fases de ocupacioacuten pero manteniendo en todo momento el periacutemetro original Corresponde a la primera un gran fogoacuten y dos hogares de considerables dimensiones a la maacutes moderna es-tructuras todas ellas que parecen maacutes propias de un taller artesanal mdashen el que algunos uacutetiles deteriorados de hierro y las abundantes escorias del mdashmdashmdashmdash

18 Sanz 2008 179-183 fig 1 19 Ejemplos anaacutelogos incluso de maacutes largo recorrido en Gonzaacutelez-Ruibal 2006 165-

167 sobre la ldquobiografiacuteardquo y ldquovida socialrdquo de los objetos teacutenganse en cuenta ademaacutes Gonzaacutelez-Ruibal 2007 298-315 y Rodriacuteguez Corral 2009 114-120

20 Centeno et al 2003 88-91 figs 14 15 y 17

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

P de Bernardo F Romero C Sanz

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

De Hoz 2010 J de Hoz Historia linguumliacutestica de la Peniacutensula Ibeacuterica en la Antiguumledad I Preliminares y mundo meridional prerromano Madrid 2010

Delamarre 2003 X Delamarre Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieux-celtique continental Pariacutes 20032

Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

Ettlinger et al 1990 E Ettlinger et al Conspectus formarum terrae sigil-latae Italico modo confectae Bonn 1990

Fuentes 1992 A Fuentes Domiacutenguez ldquoLa fase final de las necroacutepolis ibeacuteri-casrdquo en J Blaacutenquez y V Antona (coords) Congreso de Arqueologiacutea Ibeacuterica Las necroacutepolis (Madrid 1991) Madrid 1992 587-606

Garrido y Gallardo 2003 A I Garrido Blaacutezquez y M A Gallardo Miguel ldquoCataacutelogordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 279-295

Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

Gonzaacutelez-Ruibal 2006 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoHouse societies vs kinship-based societies An archaeological case from Iron Age Europerdquo Jour-nal of Anthropological Archaeology 25 2006 144-173

Gonzaacutelez-Ruibal 2006-07 Galaicos Poder y comunidad en el Noroeste de la Peniacutensula Ibeacuterica (1200 aC-50 dC) vol II (= Brigantium 19) A Coruntildea 2006-07

P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

BIBLIOGRAFIacuteA Arenas 2007 J A Arenas-Esteban ldquoCult Spaces and Religious Practices in

Pre-Roman Celtiberiardquo en M Hainzmann (ed) Auf den Spuren keltischer Goumltterverehrung Akten des 5 FERCAN-Workshop (Graz 2003) Viena 2007 15-28

Ballester 2001 X Ballester ldquoNuevos letreros celtibeacutericos procedentes de Calahorrardquo Kalakorikos 6 2001 255-262

Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 F Beltraacuten Lloris C Jordaacuten Coacutelera I Simoacuten Cornago ldquoRevisioacuten y balance del corpus de teacuteseras celtibeacutericasrdquo Pal-Hisp 9 (= Acta Palaeohispanica X) 2009 625-668

Blanco 2004 J F Blanco Garciacutea ldquoPieza cuacutebica celtibeacuterica de arcilla hallada en Sepuacutelveda (Segovia)rdquo CuPAUAM 30 2004 131-139

Blanco 2010 J F Blanco Garciacutea ldquoLa ceraacutemica vacceardquo en F Romero Car-nicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 257-291

Blanco 2011 J F Blanco Garciacutea ldquoLos inicios del uso de la escritura entre los vacceos grafitos y textos en su contexto arqueoloacutegicordquo en J Apa-ricio Peacuterez y L Silgo Gauche (eds) ELEA 11 2011 153-227

Carretero y Guerrero 1987 S Carretero y J Guerrero ldquoLa necroacutepolis ro-mana de Eras del Bosque (Palencia) Nuevos materiales ceraacutemicosrdquo Actas I Arte Arqueologiacutea y Edad Antigua I Congreso de Historia de Pa-lencia (Castillo de Monzoacuten de Campos 1985) Palencia 1987 367-381

Centeno et al 2003 I Centeno Cea C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez y A I Garrido Blaacutezquez ldquoAproximacioacuten al urbanismo vacceo-romano de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 69-98

Chevalier y Gheerbrant 1991 J Chevalier y A Gheerbrant Diccionario de los siacutembolos Barcelona 1991

CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Carretero y Guerrero 1987 S Carretero y J Guerrero ldquoLa necroacutepolis ro-mana de Eras del Bosque (Palencia) Nuevos materiales ceraacutemicosrdquo Actas I Arte Arqueologiacutea y Edad Antigua I Congreso de Historia de Pa-lencia (Castillo de Monzoacuten de Campos 1985) Palencia 1987 367-381

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Chevalier y Gheerbrant 1991 J Chevalier y A Gheerbrant Diccionario de los siacutembolos Barcelona 1991

CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

Sanz 2010 C Sanz Miacutenguez ldquoUn vacio vacceo historiograacutefico sus necroacute-polisrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la re-gioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 193-230

Sanz y Romero 2005 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero Pintia cotidiana y simboacutelica Valladolid 2005

Sanz y Romero 2007 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoPintia un oppidum en el extremo oriental de la Regioacuten Vacceardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (eds) En los extremos de la Regioacuten Vaccea Leoacuten 2007 59-76

Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

Sanz Goacutemez y Arranz 1993 C Sanz Miacutenguez A Goacutemez Peacuterez y J A Arranz Miacutenguez ldquoLa necroacutepolis vaccea de Carralacentildea un nuevo conjunto funerario del complejo arqueoloacutegico Padilla-Pesquera de Duero (Valladolid)rdquo Numantia Arqueologiacutea en Castilla y Leoacuten 4 1993 129-147

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

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Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rosa Cubo M J Duentildeas Cepeda y M Santo Tomaacutes Peacuterez (eds) Protagonistas del pasado Las mujeres desde la Prehistoria al siglo XX Valladolid 2009 59-103

Romero y Sanz 1990 M V Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoSepulturas romanas de incineracioacuten en la provincia de Valladolid Los depoacutesitos de Padilla de Duero y Simancasrdquo Numantia Investigaciones Arqueoloacutegicas en Castilla y Leoacuten III 1990 165-174

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Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

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P de Bernardo F Romero C Sanz

184 PalHisp 12

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Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

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Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

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Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 6: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

P de Bernardo F Romero C Sanz

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

38 Sanz 2010 225 fig 26

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

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Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 7: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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bas razoacuten por la cual y previamente a su descripcioacuten y anaacutelisis que aborda-remos en el epiacutegrafe II nos detendremos ahora en su contextualizacioacuten35 Tumba 127b Configura junto con la tumba 127a una doble sepultura si bien ambas se practicaron en hoyos diferentes el de la que nos ocupa se selloacute con media docena de lajas de diferentes tamantildeos y cobijaba ademaacutes de los restos de la cremacioacuten de un individuo infantil presumiblemente una nintildea de entre 6 y 7 antildeos contenidos en una urna tosca otras sesenta y seis piezas todas ellas conservadas intactas De los diecinueve vasos que con-teniacutea cuatro se elaboraron a mano y a torno el resto siendo trece de ellos de pasta fina anaranjada y los otros dos ollas toscas una de las cuales como queda dicho acogiacutea los restos del difunto de ceraacutemica tambieacuten son un so-najero una cajita dos zarcillos para el pelo y diecinueve canicas a las que hay que sumar otras cuatro de piedra Entre los objetos metaacutelicos predomi-nan los bronciacuteneos cinco fiacutebulas o partes de ellas entre las que destaca la que presenta una cabeza de lobo en el puente una pulsera y seis colgantes y una aguja de coser de hierro son una fiacutebula de La Tegravene y una parrilla y unas pinzas para el fuego miniaturizadas A todo ello cabe sumar tres cuentas de pasta viacutetrea y otra de aacutembar y un huevo de pato o de oca pintado Acompa-ntildeaban ademaacutes a tan nutrido ajuar ofrendas animales correspondientes a un ovicaprido joacuteven y dos lagomorfos y un lepoacuterido adultos36 Tumba 128 Correspondiente a una mujer adulta de entre 20 y 40 antildeos de edad mdashquizaacute vinculada familiarmente con la mujer y la nintildea posible-mente madre e hija enterradas en las tumbas 127a y 127bmdash aparecioacute exce-lentemente conservada bajo una decena de lajas calizas de mediano tamantildeo El ajuar compuesto en su mayoriacutea por piezas ceraacutemicas constaba de vein-tiseacuteis elementos veintidoacutes recipientes de los cuales solo uno estaba hecho a mano perteneciendo el resto a ceraacutemicas finas anaranjadas mdashdieciseismdash negras bruntildeidas mdashunamdash y ollas toscas mdashcuatro una de las cuales conteniacutea los restos de la difuntamdash ademaacutes de una cajita entre los objetos de adorno se documentan dos cuentas de pasta viacutetrea y entre los metaacutelicos una aguja de coser de bronce y un cuchillo de hierro Las numerosas ofrendas fauniacutesti-cas de las que dan cumplida cuenta maacutes de centenar y medio de restos

mdashmdashmdashmdash 35 Por razones praacutecticas seguiremos en su descripcioacuten el orden de numeracioacuten asignado

en la excavacioacuten independientemente del grafito que porten los vasos correspondientes aparecidos en ellas loacutegicamente por el contrario seraacute este uacuteltimo criterio el que seguiremos a la hora de comentar las piezas y sus marcas en los apartados correspondientes del epiacutegrafe II

36 Sanz y Romero 2008 9-12 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 2 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 74-76 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 406-407 y 411 fig 3

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correspondiente a la fase inicial de este taller o zona artesanal Todo ello en definitiva situacutea en la primera mitad del siglo I dC la fase maacutes moderna del nivel intermedio aquella en la que tuvo lugar la reforma en la que a las es-tancias A y B se sumoacute la C habitacioacuten en la cual se recuperoacute el fragmento con la inscripcioacuten que estudiamos 2 Necroacutepolis de Las Ruedas Trescientos metros al sur de la ciudad de Las Quintanas y separada de ella por el arroyo de La Vega se localiza la necroacutepolis de Las Ruedas cuyo topoacutenimo debe de obedecer al recuerdo inmemorial de las grandes estelas discoides que marcaron en eacutepoca altoimperial romana algunas tumbas26 Se trata de un cementerio de incineracioacuten cuya extensioacuten se estima en unas siete hectaacutereas27 en el que como ya sentildealamos se llevan excavadas hasta la fecha doscientas cincuenta y dos tumbas de las cuales sesenta y seis han sido publicadas28 Su vida iniciada en torno al traacutensito entre los siglos V y IV aC se prolongoacute hasta finales del siglo I o inicios del II dC De esta necroacutepolis se conociacutean asimismo algunas marcas sobre piezas ceraacutemicas no siempre identificables con el signario celtibeacuterico29 recupera-das en buena parte fuera de contexto30 y en el caso de cuatro vasos formando parte de ajuares en tumbas dos en la 6531 uno en la 6832 y otro en la 7733 ameacuten de la inscripcioacuten desarrollada sobre una fusayola34 Incorporamos ahora a dicha noacutemina otra decena de vasos recuperados todos ellos en tum-mdashmdashmdashmdash

26 Sanz et al 2003b y 2006 27 Sanz 2010 210 28 Sanz 1997 29 Sanz 1997 357-358 30 Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174 154 nuacutem 192 fig 153-192 154 nuacutem 208

fig 154-208 159 nuacutem 249 fig 156-249 161 nuacutem 271 fig 157-271 177 nuacutem 566 fig 173-566 Blanco Garciacutea por su parte recoge uacutenicamente cuatro de esta media docena de piezas omitiendo la 174 por considerar sin duda que el grafito es una simple aspa y la 566 (Blanco 2011 183-186 nuacutems 5 a 7 figs 13 a 15 y 188-189 nuacutem 10 fig 18)

31 Romero y Sanz 1990 165-171 sobre la tumba en general para los vasos que se citan 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-188 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17

32 Sanz et al 2003b 207-212 figs 7-9 Sanz et al 2006 73-75 figs 7-9 Dado que en ambas publicaciones pese a ofrecerse un dibujo de la pieza y el grafito apenas si se hace una breve referencia a este uacuteltimo y teniendo en cuenta asimismo que no ha sido recogido por Blanco Garciacutea en su tantas veces citado trabajo muy probablemente porque siguiendo a sus editores entiende que los signos se corresponden con letras o numerales latinos nos detendremos en su comentario en el epiacutegrafe II24

33 Sobre la tumba veacutease Garrido y Gallardo 2003 290 y Sanz y Romero 2005 44-45 una buena fotografiacutea del vaso en Blanco 2010 fig 18 por uacuteltimo para el comentario del grafito Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 y en este mismo trabajo con dibujo el epiacutegrafe II22

34 De Bernardo Sanz y Romero 2010 Someramente resumido con posterioridad en Blanco 2011 181-183 nuacutem 4 fig 12 y Jordaacuten 2011 305-307 fig 16

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

38 Sanz 2010 225 fig 26

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

38 Sanz 2010 225 fig 26

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

P de Bernardo F Romero C Sanz

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

P de Bernardo F Romero C Sanz

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

P de Bernardo F Romero C Sanz

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 8: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

38 Sanz 2010 225 fig 26

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

38 Sanz 2010 225 fig 26

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

P de Bernardo F Romero C Sanz

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

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Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

Gonzaacutelez-Ruibal 2006 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoHouse societies vs kinship-based societies An archaeological case from Iron Age Europerdquo Jour-nal of Anthropological Archaeology 25 2006 144-173

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Blanco 2004 J F Blanco Garciacutea ldquoPieza cuacutebica celtibeacuterica de arcilla hallada en Sepuacutelveda (Segovia)rdquo CuPAUAM 30 2004 131-139

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

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Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

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Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

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Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 9: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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olla tosca y una fusayola por uacuteltimo se recogieron restos oacuteseos de al me-nos tres lagomorfos Tumba 173 Conservada en buen estado los restos del difunto mdashun individuo adulto de entre 20 y 60 antildeos y sexo indeterminado aunque la presencia de la panoplia completa de guerrero en el ajuar vendriacutea a indicar que se trataba de un varoacutenmdash se introdujeron como es habitual en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de las armas referidas mdashdos puntas de lanza y otros tantos regatones un puntildeal de enmangue en espiga con su correspon-diente vaina de cantildeas el broche o tahaliacute que lo sujetaba al cinto y un cuchillo afalcatadomdash se documentaron nueve recipientes ceraacutemicos todos ellos hechos a torno seis de pasta fina anaranjada una copita de ceraacutemica negra bruntildeida y dos ollas toscas de estas uacuteltimas una conteniacutea como queda dicho los restos del difunto y la otra cinco fragmentos costales de un ovicaprido adulto Tumba 184 Dos lajas de mediano tamantildeo sellaban parte del depoacutesito encontraacutendose los restos del difunto en una olla tosca hecha a torno Un total de treinta y ocho piezas integraban el ajuar veinticuatro recipientes ceraacutemi-cos maacutes de un centenar de pequentildeas grapas de bronce once objetos de hie-rro un mango de hueso y dos cuentas de pasta viacutetrea De entre las ceraacutemicas ocho se fabricaron a mano y el resto mdashnueve de pasta fina anaranjada y siete ollas de pasta toscamdash a torno Las ofrendas fauniacutesticas contenidas en cuatro vasos pertenecen a un suido joven un ovicaacuteprido adulto un boacutevido inma-duro y otra especie no identificada Tumba 230 Conservada en buen estado conteniacutea un uacutenico hueso resultante de la cremacioacuten del difunto introducido en un pequentildeo vaso tipo catino hecho a mano Junto a este integraban el ajuar un vaso triacutepode de la misma hechura siete vasos fabricados a torno mdashseis de pasta fina anaran-jada y una olla toscamdash una fusayola y un punzoacuten de hierro Dos ofrendas animales correspondientes a un boacutevido adulto y otra especie no identificada se recuperaron en el interior de otros tantos vasos Tumba 236 Muy mal conservada conteniacutea dos lajas calizas de me-diano tamantildeo seguramente desplazadas que debieron de sellar el depoacutesito los restos oacuteseos del difunto se encontraron dispersos entre la tierra del re-lleno Integraban el repertorio ceraacutemico seis vasos a torno mdashcuatro de pasta fina anaranjada un vaso de pasta fina grisaacutecea y una olla toscamdash y una fusa-yola de metal y todas ellas de hierro son una parrillita unas pinzas para el fuego y una alcotana asimismo miniaturizadas una anilla y un enmangue tubular Completaban el conjunto media docena de huesos animales cuya especie ha sido imposible identificar

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oacuteseos correspondientes a cuatro ovicaacutepridos tres joacutevenes y un adulto dos lagomorfos un boacutevido y un caacutenido adultos todos ellos37 Tumba 136 Conservada en buen estado los escasos restos proceden-tes de la cremacioacuten se conteniacutean en un cuenco Como es habitual el ajuar se componiacutea en su mayor parte de vasos ceraacutemicos veinticinco en total de los que cuatro se habiacutean elaborado a mano y el resto a torno mdashdiecinueve de pasta fina anaranjada y dos ollas toscasmdash a los que cabe sumar una fusa-yola asimismo de ceraacutemica De bronce son una aguja de coser y dos col-gantes de tipo aguja y de hierro una parrilla en miniatura un cuchillo unas pinzas para el fuego y unas tijeras Las ofrendas animales repartidas entre cuatro contenedores corresponden a dos boacutevidos y dos lagomorfos un adulto y un joven en cada caso y a un suido adulto Tumba 140 Muy alterada y con los restos de la cremacioacuten dispersos entre la tierra proacutexima a su perfil occidental habiacutea una estela enhiesta de mediano tamantildeo Se han podido recuperar una olla tosca hecha a torno en cuyo interior se conservaban restos de un suido y un ovicaacuteprido joacutevenes y un fragmento de hierro correspondiente muy probablemente a la hoja de un cuchillo Tumba 144 En esta sepultura conservada intacta fue enterrado un individuo de geacutenero no determinado aunque probablemente femenino y de entre 20 y 40 antildeos de edad cuyos restos se depositaron en una olla hecha a mano Integran el ajuar veinticinco piezas dieciseis ceraacutemicas siete metaacuteli-cas y dos de pasta viacutetrea Entre las primeras se cuentan seis vasos elaborados a mano y diez a torno la mitad de los cuales corresponde a piezas de pasta fina anaranjada y la otra mitad a ollas toscas dos pequentildeas lajas de caliza reposaban sobre sendos vasos De bronce es un broche de cinturoacuten y de hie-rro unas tijeras un cazo una parrilla miniaturizada un cuchillo con mango de hueso un punzoacuten y un fragmento indeterminado Por uacuteltimo un collar de cuentas de pasta viacutetrea de las que se han recuperado ciento quince y un colgante poliacutecromo de tipo bifronte Los restos fauniacutesticos corresponden a dos lagomorfos adulto y joven un boacutevido y un caacutenido adultos y un suido joven Se ha sugerido que pudiera tratarse de ldquouna verdadera lsquoprincesarsquo ibeacute-ricardquo que se habriacutea hecho acompantildear de algunos elementos foraacuteneos de su dote38 Tumba 164 Alterada los restos del difunto se conteniacutean en una olla tosca hecha a torno Ademaacutes de esta uacuteltima se depositaron tres vasos hechos a mano dos elaborados a torno uno de pasta fina anaranjada y otra mdashmdashmdashmdash

37 Sanz y Romero 2008 11 Romero y Sanz 2009 76-82 fig 3 Sanz et al 2009 71-80 en general para su adecuada contextualizacioacuten y 76-77 sobre el ajuar en concreto Sanz y Romero 2010 407-413 fig 4

38 Sanz 2010 225 fig 26

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

P de Bernardo F Romero C Sanz

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

P de Bernardo F Romero C Sanz

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

Ettlinger et al 1990 E Ettlinger et al Conspectus formarum terrae sigil-latae Italico modo confectae Bonn 1990

Fuentes 1992 A Fuentes Domiacutenguez ldquoLa fase final de las necroacutepolis ibeacuteri-casrdquo en J Blaacutenquez y V Antona (coords) Congreso de Arqueologiacutea Ibeacuterica Las necroacutepolis (Madrid 1991) Madrid 1992 587-606

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 F Beltraacuten Lloris C Jordaacuten Coacutelera I Simoacuten Cornago ldquoRevisioacuten y balance del corpus de teacuteseras celtibeacutericasrdquo Pal-Hisp 9 (= Acta Palaeohispanica X) 2009 625-668

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Centeno et al 2003 I Centeno Cea C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez y A I Garrido Blaacutezquez ldquoAproximacioacuten al urbanismo vacceo-romano de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 69-98

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CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

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Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

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tessischen keltiberischen und lusitanischen Inschriften Wiesbaden 1997

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Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

RIB R S O Tomlin RP Wright y MWC Hassall The Roman Inscriptions of Britain III Inscriptions on Stone found or notified between 1-I-1955 and 31-XII-2006 Oxford 2009

RIG P M Duval (coord) Recueil des inscriptions gauloises Paris CNRS vol I M Lejeune Textes gallo-grecs 1985

Rodriacuteguez Corral 2009 J Rodriacuteguez Corral A Galicia castrexa Santiago de Compostela 2009

Rodriacuteguez Ramos 2004 J Rodriacuteguez Ramos Anaacutelisis de epigrafiacutea ibera Vitoria 2004

Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

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Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 10: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

P de Bernardo F Romero C Sanz

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

P de Bernardo F Romero C Sanz

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

P de Bernardo F Romero C Sanz

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

De Hoz 2010 J de Hoz Historia linguumliacutestica de la Peniacutensula Ibeacuterica en la Antiguumledad I Preliminares y mundo meridional prerromano Madrid 2010

Delamarre 2003 X Delamarre Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieux-celtique continental Pariacutes 20032

Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

Ettlinger et al 1990 E Ettlinger et al Conspectus formarum terrae sigil-latae Italico modo confectae Bonn 1990

Fuentes 1992 A Fuentes Domiacutenguez ldquoLa fase final de las necroacutepolis ibeacuteri-casrdquo en J Blaacutenquez y V Antona (coords) Congreso de Arqueologiacutea Ibeacuterica Las necroacutepolis (Madrid 1991) Madrid 1992 587-606

Garrido y Gallardo 2003 A I Garrido Blaacutezquez y M A Gallardo Miguel ldquoCataacutelogordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 279-295

Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

Gonzaacutelez-Ruibal 2006 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoHouse societies vs kinship-based societies An archaeological case from Iron Age Europerdquo Jour-nal of Anthropological Archaeology 25 2006 144-173

Gonzaacutelez-Ruibal 2006-07 Galaicos Poder y comunidad en el Noroeste de la Peniacutensula Ibeacuterica (1200 aC-50 dC) vol II (= Brigantium 19) A Coruntildea 2006-07

P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

BIBLIOGRAFIacuteA Arenas 2007 J A Arenas-Esteban ldquoCult Spaces and Religious Practices in

Pre-Roman Celtiberiardquo en M Hainzmann (ed) Auf den Spuren keltischer Goumltterverehrung Akten des 5 FERCAN-Workshop (Graz 2003) Viena 2007 15-28

Ballester 2001 X Ballester ldquoNuevos letreros celtibeacutericos procedentes de Calahorrardquo Kalakorikos 6 2001 255-262

Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 F Beltraacuten Lloris C Jordaacuten Coacutelera I Simoacuten Cornago ldquoRevisioacuten y balance del corpus de teacuteseras celtibeacutericasrdquo Pal-Hisp 9 (= Acta Palaeohispanica X) 2009 625-668

Blanco 2004 J F Blanco Garciacutea ldquoPieza cuacutebica celtibeacuterica de arcilla hallada en Sepuacutelveda (Segovia)rdquo CuPAUAM 30 2004 131-139

Blanco 2010 J F Blanco Garciacutea ldquoLa ceraacutemica vacceardquo en F Romero Car-nicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 257-291

Blanco 2011 J F Blanco Garciacutea ldquoLos inicios del uso de la escritura entre los vacceos grafitos y textos en su contexto arqueoloacutegicordquo en J Apa-ricio Peacuterez y L Silgo Gauche (eds) ELEA 11 2011 153-227

Carretero y Guerrero 1987 S Carretero y J Guerrero ldquoLa necroacutepolis ro-mana de Eras del Bosque (Palencia) Nuevos materiales ceraacutemicosrdquo Actas I Arte Arqueologiacutea y Edad Antigua I Congreso de Historia de Pa-lencia (Castillo de Monzoacuten de Campos 1985) Palencia 1987 367-381

Centeno et al 2003 I Centeno Cea C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez y A I Garrido Blaacutezquez ldquoAproximacioacuten al urbanismo vacceo-romano de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 69-98

Chevalier y Gheerbrant 1991 J Chevalier y A Gheerbrant Diccionario de los siacutembolos Barcelona 1991

CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

De Hoz 2010 J de Hoz Historia linguumliacutestica de la Peniacutensula Ibeacuterica en la Antiguumledad I Preliminares y mundo meridional prerromano Madrid 2010

Delamarre 2003 X Delamarre Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieux-celtique continental Pariacutes 20032

Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

Ettlinger et al 1990 E Ettlinger et al Conspectus formarum terrae sigil-latae Italico modo confectae Bonn 1990

Fuentes 1992 A Fuentes Domiacutenguez ldquoLa fase final de las necroacutepolis ibeacuteri-casrdquo en J Blaacutenquez y V Antona (coords) Congreso de Arqueologiacutea Ibeacuterica Las necroacutepolis (Madrid 1991) Madrid 1992 587-606

Garrido y Gallardo 2003 A I Garrido Blaacutezquez y M A Gallardo Miguel ldquoCataacutelogordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 279-295

Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

Gonzaacutelez-Ruibal 2006 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoHouse societies vs kinship-based societies An archaeological case from Iron Age Europerdquo Jour-nal of Anthropological Archaeology 25 2006 144-173

Gonzaacutelez-Ruibal 2006-07 Galaicos Poder y comunidad en el Noroeste de la Peniacutensula Ibeacuterica (1200 aC-50 dC) vol II (= Brigantium 19) A Coruntildea 2006-07

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

BIBLIOGRAFIacuteA Arenas 2007 J A Arenas-Esteban ldquoCult Spaces and Religious Practices in

Pre-Roman Celtiberiardquo en M Hainzmann (ed) Auf den Spuren keltischer Goumltterverehrung Akten des 5 FERCAN-Workshop (Graz 2003) Viena 2007 15-28

Ballester 2001 X Ballester ldquoNuevos letreros celtibeacutericos procedentes de Calahorrardquo Kalakorikos 6 2001 255-262

Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 F Beltraacuten Lloris C Jordaacuten Coacutelera I Simoacuten Cornago ldquoRevisioacuten y balance del corpus de teacuteseras celtibeacutericasrdquo Pal-Hisp 9 (= Acta Palaeohispanica X) 2009 625-668

Blanco 2004 J F Blanco Garciacutea ldquoPieza cuacutebica celtibeacuterica de arcilla hallada en Sepuacutelveda (Segovia)rdquo CuPAUAM 30 2004 131-139

Blanco 2010 J F Blanco Garciacutea ldquoLa ceraacutemica vacceardquo en F Romero Car-nicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 257-291

Blanco 2011 J F Blanco Garciacutea ldquoLos inicios del uso de la escritura entre los vacceos grafitos y textos en su contexto arqueoloacutegicordquo en J Apa-ricio Peacuterez y L Silgo Gauche (eds) ELEA 11 2011 153-227

Carretero y Guerrero 1987 S Carretero y J Guerrero ldquoLa necroacutepolis ro-mana de Eras del Bosque (Palencia) Nuevos materiales ceraacutemicosrdquo Actas I Arte Arqueologiacutea y Edad Antigua I Congreso de Historia de Pa-lencia (Castillo de Monzoacuten de Campos 1985) Palencia 1987 367-381

Centeno et al 2003 I Centeno Cea C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez y A I Garrido Blaacutezquez ldquoAproximacioacuten al urbanismo vacceo-romano de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 69-98

Chevalier y Gheerbrant 1991 J Chevalier y A Gheerbrant Diccionario de los siacutembolos Barcelona 1991

CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rosa Cubo M J Duentildeas Cepeda y M Santo Tomaacutes Peacuterez (eds) Protagonistas del pasado Las mujeres desde la Prehistoria al siglo XX Valladolid 2009 59-103

Romero y Sanz 1990 M V Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoSepulturas romanas de incineracioacuten en la provincia de Valladolid Los depoacutesitos de Padilla de Duero y Simancasrdquo Numantia Investigaciones Arqueoloacutegicas en Castilla y Leoacuten III 1990 165-174

Rubat 2008 F Rubat BorelldquoSegno graffito su un fondo di ceramica fine una testimonianza della scrittura presso i Taurinirdquo en F M Gambari (ed) Taurini sul confine Il Bric San Vito di Pecetto nellrsquoetagrave del Ferro Torino 2008 109-110

Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

Sanz 2010 C Sanz Miacutenguez ldquoUn vacio vacceo historiograacutefico sus necroacute-polisrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la re-gioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 193-230

Sanz y Romero 2005 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero Pintia cotidiana y simboacutelica Valladolid 2005

Sanz y Romero 2007 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoPintia un oppidum en el extremo oriental de la Regioacuten Vacceardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (eds) En los extremos de la Regioacuten Vaccea Leoacuten 2007 59-76

Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

Sanz Goacutemez y Arranz 1993 C Sanz Miacutenguez A Goacutemez Peacuterez y J A Arranz Miacutenguez ldquoLa necroacutepolis vaccea de Carralacentildea un nuevo conjunto funerario del complejo arqueoloacutegico Padilla-Pesquera de Duero (Valladolid)rdquo Numantia Arqueologiacutea en Castilla y Leoacuten 4 1993 129-147

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

184 PalHisp 12

Gonzaacutelez-Ruibal 2007 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoLa vida social de los objetos castrentildeosrdquo en F J Gonzaacutelez Garciacutea (coord) Los pueblos de la Gali-cia ceacuteltica Madrid 2007 259-322

IEW J Pokorny Indogermanisches etymologisches Woumlrterbuch vols I-II (con HB Partridge) Berna 1959-1969

Jordaacuten 2011 C Jordaacuten ldquoChronica Epigraphica Celtiberica VIrdquo PalHisp 11 2011 285-318

Marichal 1988 R Marichal Les graffites de La Graufesenque Paris 1988 Matasović 2009 R Matasović Etymological Dictionary of Proto-Celtic

Leiden y Boston 2009 Mees 2009 B Mees Celtic Curses Woodbridge 2009 The Boydell Press MLH J Untermann Monumenta Linguarum Hispanicarum IV Die tar-

tessischen keltiberischen und lusitanischen Inschriften Wiesbaden 1997

Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

RIB R S O Tomlin RP Wright y MWC Hassall The Roman Inscriptions of Britain III Inscriptions on Stone found or notified between 1-I-1955 and 31-XII-2006 Oxford 2009

RIG P M Duval (coord) Recueil des inscriptions gauloises Paris CNRS vol I M Lejeune Textes gallo-grecs 1985

Rodriacuteguez Corral 2009 J Rodriacuteguez Corral A Galicia castrexa Santiago de Compostela 2009

Rodriacuteguez Ramos 2004 J Rodriacuteguez Ramos Anaacutelisis de epigrafiacutea ibera Vitoria 2004

Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rosa Cubo M J Duentildeas Cepeda y M Santo Tomaacutes Peacuterez (eds) Protagonistas del pasado Las mujeres desde la Prehistoria al siglo XX Valladolid 2009 59-103

Romero y Sanz 1990 M V Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoSepulturas romanas de incineracioacuten en la provincia de Valladolid Los depoacutesitos de Padilla de Duero y Simancasrdquo Numantia Investigaciones Arqueoloacutegicas en Castilla y Leoacuten III 1990 165-174

Rubat 2008 F Rubat BorelldquoSegno graffito su un fondo di ceramica fine una testimonianza della scrittura presso i Taurinirdquo en F M Gambari (ed) Taurini sul confine Il Bric San Vito di Pecetto nellrsquoetagrave del Ferro Torino 2008 109-110

Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

Sanz 2010 C Sanz Miacutenguez ldquoUn vacio vacceo historiograacutefico sus necroacute-polisrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la re-gioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 193-230

Sanz y Romero 2005 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero Pintia cotidiana y simboacutelica Valladolid 2005

Sanz y Romero 2007 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoPintia un oppidum en el extremo oriental de la Regioacuten Vacceardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (eds) En los extremos de la Regioacuten Vaccea Leoacuten 2007 59-76

Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

Sanz Goacutemez y Arranz 1993 C Sanz Miacutenguez A Goacutemez Peacuterez y J A Arranz Miacutenguez ldquoLa necroacutepolis vaccea de Carralacentildea un nuevo conjunto funerario del complejo arqueoloacutegico Padilla-Pesquera de Duero (Valladolid)rdquo Numantia Arqueologiacutea en Castilla y Leoacuten 4 1993 129-147

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Gonzaacutelez-Ruibal 2007 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoLa vida social de los objetos castrentildeosrdquo en F J Gonzaacutelez Garciacutea (coord) Los pueblos de la Gali-cia ceacuteltica Madrid 2007 259-322

IEW J Pokorny Indogermanisches etymologisches Woumlrterbuch vols I-II (con HB Partridge) Berna 1959-1969

Jordaacuten 2011 C Jordaacuten ldquoChronica Epigraphica Celtiberica VIrdquo PalHisp 11 2011 285-318

Marichal 1988 R Marichal Les graffites de La Graufesenque Paris 1988 Matasović 2009 R Matasović Etymological Dictionary of Proto-Celtic

Leiden y Boston 2009 Mees 2009 B Mees Celtic Curses Woodbridge 2009 The Boydell Press MLH J Untermann Monumenta Linguarum Hispanicarum IV Die tar-

tessischen keltiberischen und lusitanischen Inschriften Wiesbaden 1997

Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

RIB R S O Tomlin RP Wright y MWC Hassall The Roman Inscriptions of Britain III Inscriptions on Stone found or notified between 1-I-1955 and 31-XII-2006 Oxford 2009

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Rodriacuteguez Corral 2009 J Rodriacuteguez Corral A Galicia castrexa Santiago de Compostela 2009

Rodriacuteguez Ramos 2004 J Rodriacuteguez Ramos Anaacutelisis de epigrafiacutea ibera Vitoria 2004

Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

186 PalHisp 12

Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 11: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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antildeadimos que esta cajita carece de cualquier utilidad funcional por ser si no la maacutes pequentildea de las hasta ahora encontradas siacute una de las de menor ta-mantildeo conocidas es plausible pensar que su depoacutesito en el fondo del referido pozo pueda responder a alguacuten tipo de ritual practicado en el desarrollo de alguna ceremonia bien fuera funeraria mdashpero iquestvinculado entonces a queacute tumba si es que asiacute fue mdash o maacutegica y propiciatoria para los vivos Repasando la documentacioacuten de las excavaciones y las correspondien-tes planimetriacuteas observamos que en el sector IIAF se contabilizan hasta cinco hoyos y que literalmente se sentildeala que tres corresponden a tumbas mdash44 45 y 46mdash y dos ldquocarecen de significado arqueoloacutegicordquo conocido mdashdeberiacutea-mos antildeadir ahoramdash ya que fue en uno de estos donde aparecioacute la cajita Por proximidad y relacioacuten estratigraacutefica el hoyo que aquiacute nos interesa parece romper el loculus de la tumba 4443 y ya en su momento planteamos la posibilidad de que la gran laja de piedra caliza que se situacutea sobre el mismo hubiera servido de estela de sentildealizacioacuten de la dicha tumba Sin embargo si admitimos que la excavacioacuten de un hoyo tan profundo pudo ser posterior al depoacutesito de esta tumba y hacemos responsables a sus ejecutores siquiera sea en parte del estado de alteracioacuten de la sepultura parece maacutes sensato consi-derar que la lancha de cubricioacuten responda a un intencionado gesto de sellar el depoacutesito ajeno y posterior por tanto a la referida tumba La sepultura 4644 semidestruida y maacutes alejada del hoyo en que apare-cioacute la cajita seriacutea otra candidata a desechar Nos queda de esta forma mdashsi alguacuten viacutenculo cabe insistimos con depoacutesito funerario algunomdash la tumba 4545 cuyo estado de conservacioacuten especialmente bueno nos permite compro-bar el alto contenido de vasijas rituales presentes en este conjunto En efecto hasta tres recipientes complejos hallamos aquiacute un kernos un vaso com-puesto por cuatro ollitas triacutepodes unidas en dos niveles por asas y una ban-deja de doble piso con dos calados o fenestras en el fondo de la superior todos ellos con un marcado caraacutecter singular y especialmente dirigidos a las libaciones o vertidos de liacutequidos de unas cavidades a otras

Nunca sabremos a ciencia cierta si el hoyo de la cajita y la tumba 45 constituyen evidencias de un comuacuten ritual funerario puesto en praacutectica de manera sincroacutenica en cualquier caso su proximidad y la aparente mayor concordancia de praacutecticas cultuales entre uno y otra permitiriacutean plantear la conjetura maacutexime si recordamos ademaacutes que en la parte maacutes superficial de este gran hoyo al que venimos refirieacutendonos se pudo recuperar un simpulum o cazo de ceraacutemica que nos hablariacutea igualmente de la manipulacioacuten y vertido de liacutequidos (fig 22)46 Por otro lado no hay que perder de vista que como ha sentildealado recientemente Arenas-Esteban refirieacutendose a los cementerios celtibeacutericos estos no teniacutean una uacutenica finalidad la de enterrar a los muertos mdashmdashmdashmdash

43 Sanz 1997 109 figs 104 y 105 44 Sanz 1997 111-113 figs 109 y 110 45 Sanz 1997 109-111 figs 106 a 108 laacutem XVII 46 Sanz 1997 175 nuacutem 548 fig 171-548

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Del cementerio de Las Ruedas procede asimismo la uacuteltima pieza a que habremos de referimos y que fue dada a conocer por uno de nosotros39 se trata de la cajita individualizada con el numeral XXIV cuya naturaleza dimi-nuta y la posible presencia del silabograma ltKogt en una de sus caras ya fue destacada entonces (fig 21) No se haciacutea referencia en aquella ocasioacuten al contexto preciso de su descubrimiento al considerarse recuperada en posi-cioacuten secundaria y no poder vincularse por tanto a ninguna tumba en parti-cular Su hallazgo se produjo dentro de un profundo y estrecho hoyo del sector AF de la zanja II de excavacioacuten trinchera a partir de la cual se definioacute en su diacutea la estratigrafiacutea horizontal del cementerio de Las Ruedas en virtud de ello dicho sector corresponderiacutea al momento pleno de la vida del cemen-terio que cabriacutea situar al final de la tercera fase y fechar entre los siglos III y segundo tercio del II aC 40 La experiencia acumulada en la excavacioacuten de esta necroacutepolis nos ha permitido entender que no todos los hoyos practicados en su solar corres-pondieron a tumbas Es cierto que la presencia de alteraciones diversas en forma de hoyas mdashya fuera para plantar aacuterboles o vintildeas o fruto de actividades furtivas en busca de tesorosmdash ha podido dar pie a confundir estas con otras originales excavadas hace maacutes de dos mil antildeos dichos vaciados profundos se definen particularmente bien una vez que superan los niveles antropogeacute-nicos maacutes superficiales y alcanzan las gravas y arenas esteacuteriles de la terraza fluvial siendo su relleno de coloracioacuten oscura netamente diferenciable de los colores blanquecinos amarillentos u ocres que toma la terraza en diferentes zonas Ha sido asiacute coacutemo en los uacuteltimos antildeos hemos podido definir hoyos que incluyen objetos ceraacutemicos y metaacutelicos que podriacutean corresponder a tumbas o maacutes propiamente a cenotafios pero para los cuales tampoco estamos en condiciones de negar otras posibles funciones desde lugares de ofrendas o libaciones a silicernium etc Y cabe recordar en este sentido coacutemo no hace mucho daacutebamos a conocer una fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacute-rico41 recuperada precisamente junto a otros materiales arqueoloacutegicos pero sin restos oacuteseos humanos en uno de estos hoyos En el caso que nos ocupa creemos poder sentildealar cierta funcioacuten maacutegica o cultual para esta cajita zoomorfa ya que aparecioacute en la parte maacutes baja de un hoyo de 215 m de profundidad alcanzando el nivel freaacutetico el cual apa-reciacutea sellado por dos grandes lajas de piedra caliza dispuestas a profundida-des de 80 y 114 cm No debe olvidarse que como ha sido sentildealado por Che-valier y Gheerbrant42 ldquoel pozo reviste un caraacutecter sagrado en todas las tradi-ciones realiza como una siacutentesis de tres oacuterdenes coacutesmicos cielo tierra in-fiernos de tres elementos el agua la tierra y el aire es una viacutea vital de co-municacioacuten Es tambieacuten un microcosmos o lsquosiacutentesis coacutesmicarsquordquo Si a ello mdashmdashmdashmdash

39 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 40 Sanz 1997 473-474 41 De Bernardo Sanz y Romero 2010 42 Chevalier y Gheerbrant 1991 849

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

P de Bernardo F Romero C Sanz

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

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Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

Gonzaacutelez-Ruibal 2006 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoHouse societies vs kinship-based societies An archaeological case from Iron Age Europerdquo Jour-nal of Anthropological Archaeology 25 2006 144-173

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Blanco 2004 J F Blanco Garciacutea ldquoPieza cuacutebica celtibeacuterica de arcilla hallada en Sepuacutelveda (Segovia)rdquo CuPAUAM 30 2004 131-139

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

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Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

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Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

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Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 12: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

P de Bernardo F Romero C Sanz

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

P de Bernardo F Romero C Sanz

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

P de Bernardo F Romero C Sanz

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

De Hoz 2010 J de Hoz Historia linguumliacutestica de la Peniacutensula Ibeacuterica en la Antiguumledad I Preliminares y mundo meridional prerromano Madrid 2010

Delamarre 2003 X Delamarre Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieux-celtique continental Pariacutes 20032

Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

Ettlinger et al 1990 E Ettlinger et al Conspectus formarum terrae sigil-latae Italico modo confectae Bonn 1990

Fuentes 1992 A Fuentes Domiacutenguez ldquoLa fase final de las necroacutepolis ibeacuteri-casrdquo en J Blaacutenquez y V Antona (coords) Congreso de Arqueologiacutea Ibeacuterica Las necroacutepolis (Madrid 1991) Madrid 1992 587-606

Garrido y Gallardo 2003 A I Garrido Blaacutezquez y M A Gallardo Miguel ldquoCataacutelogordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 279-295

Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

Gonzaacutelez-Ruibal 2006 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoHouse societies vs kinship-based societies An archaeological case from Iron Age Europerdquo Jour-nal of Anthropological Archaeology 25 2006 144-173

Gonzaacutelez-Ruibal 2006-07 Galaicos Poder y comunidad en el Noroeste de la Peniacutensula Ibeacuterica (1200 aC-50 dC) vol II (= Brigantium 19) A Coruntildea 2006-07

P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

BIBLIOGRAFIacuteA Arenas 2007 J A Arenas-Esteban ldquoCult Spaces and Religious Practices in

Pre-Roman Celtiberiardquo en M Hainzmann (ed) Auf den Spuren keltischer Goumltterverehrung Akten des 5 FERCAN-Workshop (Graz 2003) Viena 2007 15-28

Ballester 2001 X Ballester ldquoNuevos letreros celtibeacutericos procedentes de Calahorrardquo Kalakorikos 6 2001 255-262

Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 F Beltraacuten Lloris C Jordaacuten Coacutelera I Simoacuten Cornago ldquoRevisioacuten y balance del corpus de teacuteseras celtibeacutericasrdquo Pal-Hisp 9 (= Acta Palaeohispanica X) 2009 625-668

Blanco 2004 J F Blanco Garciacutea ldquoPieza cuacutebica celtibeacuterica de arcilla hallada en Sepuacutelveda (Segovia)rdquo CuPAUAM 30 2004 131-139

Blanco 2010 J F Blanco Garciacutea ldquoLa ceraacutemica vacceardquo en F Romero Car-nicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 257-291

Blanco 2011 J F Blanco Garciacutea ldquoLos inicios del uso de la escritura entre los vacceos grafitos y textos en su contexto arqueoloacutegicordquo en J Apa-ricio Peacuterez y L Silgo Gauche (eds) ELEA 11 2011 153-227

Carretero y Guerrero 1987 S Carretero y J Guerrero ldquoLa necroacutepolis ro-mana de Eras del Bosque (Palencia) Nuevos materiales ceraacutemicosrdquo Actas I Arte Arqueologiacutea y Edad Antigua I Congreso de Historia de Pa-lencia (Castillo de Monzoacuten de Campos 1985) Palencia 1987 367-381

Centeno et al 2003 I Centeno Cea C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez y A I Garrido Blaacutezquez ldquoAproximacioacuten al urbanismo vacceo-romano de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 69-98

Chevalier y Gheerbrant 1991 J Chevalier y A Gheerbrant Diccionario de los siacutembolos Barcelona 1991

CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

De Hoz 2010 J de Hoz Historia linguumliacutestica de la Peniacutensula Ibeacuterica en la Antiguumledad I Preliminares y mundo meridional prerromano Madrid 2010

Delamarre 2003 X Delamarre Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieux-celtique continental Pariacutes 20032

Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

Ettlinger et al 1990 E Ettlinger et al Conspectus formarum terrae sigil-latae Italico modo confectae Bonn 1990

Fuentes 1992 A Fuentes Domiacutenguez ldquoLa fase final de las necroacutepolis ibeacuteri-casrdquo en J Blaacutenquez y V Antona (coords) Congreso de Arqueologiacutea Ibeacuterica Las necroacutepolis (Madrid 1991) Madrid 1992 587-606

Garrido y Gallardo 2003 A I Garrido Blaacutezquez y M A Gallardo Miguel ldquoCataacutelogordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 279-295

Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

Gonzaacutelez-Ruibal 2006 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoHouse societies vs kinship-based societies An archaeological case from Iron Age Europerdquo Jour-nal of Anthropological Archaeology 25 2006 144-173

Gonzaacutelez-Ruibal 2006-07 Galaicos Poder y comunidad en el Noroeste de la Peniacutensula Ibeacuterica (1200 aC-50 dC) vol II (= Brigantium 19) A Coruntildea 2006-07

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

BIBLIOGRAFIacuteA Arenas 2007 J A Arenas-Esteban ldquoCult Spaces and Religious Practices in

Pre-Roman Celtiberiardquo en M Hainzmann (ed) Auf den Spuren keltischer Goumltterverehrung Akten des 5 FERCAN-Workshop (Graz 2003) Viena 2007 15-28

Ballester 2001 X Ballester ldquoNuevos letreros celtibeacutericos procedentes de Calahorrardquo Kalakorikos 6 2001 255-262

Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 F Beltraacuten Lloris C Jordaacuten Coacutelera I Simoacuten Cornago ldquoRevisioacuten y balance del corpus de teacuteseras celtibeacutericasrdquo Pal-Hisp 9 (= Acta Palaeohispanica X) 2009 625-668

Blanco 2004 J F Blanco Garciacutea ldquoPieza cuacutebica celtibeacuterica de arcilla hallada en Sepuacutelveda (Segovia)rdquo CuPAUAM 30 2004 131-139

Blanco 2010 J F Blanco Garciacutea ldquoLa ceraacutemica vacceardquo en F Romero Car-nicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 257-291

Blanco 2011 J F Blanco Garciacutea ldquoLos inicios del uso de la escritura entre los vacceos grafitos y textos en su contexto arqueoloacutegicordquo en J Apa-ricio Peacuterez y L Silgo Gauche (eds) ELEA 11 2011 153-227

Carretero y Guerrero 1987 S Carretero y J Guerrero ldquoLa necroacutepolis ro-mana de Eras del Bosque (Palencia) Nuevos materiales ceraacutemicosrdquo Actas I Arte Arqueologiacutea y Edad Antigua I Congreso de Historia de Pa-lencia (Castillo de Monzoacuten de Campos 1985) Palencia 1987 367-381

Centeno et al 2003 I Centeno Cea C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez y A I Garrido Blaacutezquez ldquoAproximacioacuten al urbanismo vacceo-romano de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 69-98

Chevalier y Gheerbrant 1991 J Chevalier y A Gheerbrant Diccionario de los siacutembolos Barcelona 1991

CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rosa Cubo M J Duentildeas Cepeda y M Santo Tomaacutes Peacuterez (eds) Protagonistas del pasado Las mujeres desde la Prehistoria al siglo XX Valladolid 2009 59-103

Romero y Sanz 1990 M V Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoSepulturas romanas de incineracioacuten en la provincia de Valladolid Los depoacutesitos de Padilla de Duero y Simancasrdquo Numantia Investigaciones Arqueoloacutegicas en Castilla y Leoacuten III 1990 165-174

Rubat 2008 F Rubat BorelldquoSegno graffito su un fondo di ceramica fine una testimonianza della scrittura presso i Taurinirdquo en F M Gambari (ed) Taurini sul confine Il Bric San Vito di Pecetto nellrsquoetagrave del Ferro Torino 2008 109-110

Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

Sanz 2010 C Sanz Miacutenguez ldquoUn vacio vacceo historiograacutefico sus necroacute-polisrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la re-gioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 193-230

Sanz y Romero 2005 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero Pintia cotidiana y simboacutelica Valladolid 2005

Sanz y Romero 2007 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoPintia un oppidum en el extremo oriental de la Regioacuten Vacceardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (eds) En los extremos de la Regioacuten Vaccea Leoacuten 2007 59-76

Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

Sanz Goacutemez y Arranz 1993 C Sanz Miacutenguez A Goacutemez Peacuterez y J A Arranz Miacutenguez ldquoLa necroacutepolis vaccea de Carralacentildea un nuevo conjunto funerario del complejo arqueoloacutegico Padilla-Pesquera de Duero (Valladolid)rdquo Numantia Arqueologiacutea en Castilla y Leoacuten 4 1993 129-147

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

184 PalHisp 12

Gonzaacutelez-Ruibal 2007 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoLa vida social de los objetos castrentildeosrdquo en F J Gonzaacutelez Garciacutea (coord) Los pueblos de la Gali-cia ceacuteltica Madrid 2007 259-322

IEW J Pokorny Indogermanisches etymologisches Woumlrterbuch vols I-II (con HB Partridge) Berna 1959-1969

Jordaacuten 2011 C Jordaacuten ldquoChronica Epigraphica Celtiberica VIrdquo PalHisp 11 2011 285-318

Marichal 1988 R Marichal Les graffites de La Graufesenque Paris 1988 Matasović 2009 R Matasović Etymological Dictionary of Proto-Celtic

Leiden y Boston 2009 Mees 2009 B Mees Celtic Curses Woodbridge 2009 The Boydell Press MLH J Untermann Monumenta Linguarum Hispanicarum IV Die tar-

tessischen keltiberischen und lusitanischen Inschriften Wiesbaden 1997

Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

RIB R S O Tomlin RP Wright y MWC Hassall The Roman Inscriptions of Britain III Inscriptions on Stone found or notified between 1-I-1955 and 31-XII-2006 Oxford 2009

RIG P M Duval (coord) Recueil des inscriptions gauloises Paris CNRS vol I M Lejeune Textes gallo-grecs 1985

Rodriacuteguez Corral 2009 J Rodriacuteguez Corral A Galicia castrexa Santiago de Compostela 2009

Rodriacuteguez Ramos 2004 J Rodriacuteguez Ramos Anaacutelisis de epigrafiacutea ibera Vitoria 2004

Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rosa Cubo M J Duentildeas Cepeda y M Santo Tomaacutes Peacuterez (eds) Protagonistas del pasado Las mujeres desde la Prehistoria al siglo XX Valladolid 2009 59-103

Romero y Sanz 1990 M V Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoSepulturas romanas de incineracioacuten en la provincia de Valladolid Los depoacutesitos de Padilla de Duero y Simancasrdquo Numantia Investigaciones Arqueoloacutegicas en Castilla y Leoacuten III 1990 165-174

Rubat 2008 F Rubat BorelldquoSegno graffito su un fondo di ceramica fine una testimonianza della scrittura presso i Taurinirdquo en F M Gambari (ed) Taurini sul confine Il Bric San Vito di Pecetto nellrsquoetagrave del Ferro Torino 2008 109-110

Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

Sanz 2010 C Sanz Miacutenguez ldquoUn vacio vacceo historiograacutefico sus necroacute-polisrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la re-gioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 193-230

Sanz y Romero 2005 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero Pintia cotidiana y simboacutelica Valladolid 2005

Sanz y Romero 2007 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoPintia un oppidum en el extremo oriental de la Regioacuten Vacceardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (eds) En los extremos de la Regioacuten Vaccea Leoacuten 2007 59-76

Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

Sanz Goacutemez y Arranz 1993 C Sanz Miacutenguez A Goacutemez Peacuterez y J A Arranz Miacutenguez ldquoLa necroacutepolis vaccea de Carralacentildea un nuevo conjunto funerario del complejo arqueoloacutegico Padilla-Pesquera de Duero (Valladolid)rdquo Numantia Arqueologiacutea en Castilla y Leoacuten 4 1993 129-147

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Gonzaacutelez-Ruibal 2007 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoLa vida social de los objetos castrentildeosrdquo en F J Gonzaacutelez Garciacutea (coord) Los pueblos de la Gali-cia ceacuteltica Madrid 2007 259-322

IEW J Pokorny Indogermanisches etymologisches Woumlrterbuch vols I-II (con HB Partridge) Berna 1959-1969

Jordaacuten 2011 C Jordaacuten ldquoChronica Epigraphica Celtiberica VIrdquo PalHisp 11 2011 285-318

Marichal 1988 R Marichal Les graffites de La Graufesenque Paris 1988 Matasović 2009 R Matasović Etymological Dictionary of Proto-Celtic

Leiden y Boston 2009 Mees 2009 B Mees Celtic Curses Woodbridge 2009 The Boydell Press MLH J Untermann Monumenta Linguarum Hispanicarum IV Die tar-

tessischen keltiberischen und lusitanischen Inschriften Wiesbaden 1997

Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

RIB R S O Tomlin RP Wright y MWC Hassall The Roman Inscriptions of Britain III Inscriptions on Stone found or notified between 1-I-1955 and 31-XII-2006 Oxford 2009

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Rodriacuteguez Corral 2009 J Rodriacuteguez Corral A Galicia castrexa Santiago de Compostela 2009

Rodriacuteguez Ramos 2004 J Rodriacuteguez Ramos Anaacutelisis de epigrafiacutea ibera Vitoria 2004

Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

186 PalHisp 12

Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 13: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Las perforaciones que se aprecian en la periferia del campo epigraacutefico no estaacuten relacionadas con el proceso de escritura y tampoco parece que haya punctuacioacuten entre los signos individuales El primer signo se dejariacutea entender como la mitad derecha de un ltsgt con astas laterales paralelas50 aunque es evidente que por ser fragmentario no podemos tener certeza absoluta de ello Se tratariacutea entonces del ltsgt nuacutem 1 seguacuten la numeracioacuten de Untermann es decir51 de la variante maacutes frecuente de dicho grafema hallado entre otras en inscripciones procedentes de Ca-minreal Numancia Langa de Duero Clunia Gruissan Viana Saacutedaba Belo-rado y desde el periodo maacutes arcaico en adelante Con respecto al segundo signo la orientacioacuten de los demaacutes signos del epiacutegrafe mdashajustados como se ha dicho en el epiacutegrafe II11 a la curvatura del fondo de la piezamdash hace mucho maacutes verosiacutemil pensar en una vocal ltegt con la orientacioacuten correcta y tan solo ligera y oportunamente inclinada de unos pocos grados hacia la izquierda que postular un silabograma ltKe1gt seguacuten la tipologiacutea de Untermann mdashperteneciente al tipo moderno o be-laiscomdash al cual se hubieran dado una rotacioacuten de 180ordm y ademaacutes un vuelco hacia la derecha52 Se tratariacutea por lo tanto de la ltegt nuacutem 2 con dos brazos derechos en alto para la cual Untermann (lc) indica como uacutenico ejemplo entonces conocido una de las teacuteseras de Viana la K183 Se notaraacute que Rodriacuteguez Ramos en la tabla citada arriba dibuja justo la variante que se halla en nuestro vaso es decir con los dos brazos muy espaciados para el ldquogrupo intermedio central o segedenserdquo y otra con los brazos menos espa-ciados para el grupo occidental o arcaico Como ya se intuyoacute en la anterior lectura53 el tercer signo se deja inter-pretar tambieacuten ademaacutes de como ltTugt del tipo nuacutem 4 seguacuten Untermann como la variante relativamente rara del silabograma ltKagt que acaba de apa-recer tambieacuten en otra inscripcioacuten en signario celtibeacuterico procedente de la misma Pintia una fusayola hallada en la necroacutepolis de Las Ruedas54 Si bien Untermann (MLH) no tuvo en su diacutea en consideracioacuten dicha variante Rodriacuteguez Ramos (lc) la adscribiacutea al ldquogrupo intermedio central o sege-

mdashmdashmdashmdash 50 Lo que se ve hoy en diacutea no ofrece por contra ninguna razoacuten para pensar como se

hiciera en 2008 en una ltugt intacta a la izquierda dado que no hay huella de la existencia del brazo superior derecho del signo ltugt una lectura como ltugt queda ahora descartada tambieacuten por Blanco 2011 180 Por otro lado tampoco hay razones para pensar mdashcon este mismo autormdash en una ltlgt invertida Y en cuanto a la propuesta alternativa es decir a que el primer signo ldquopodriacutea ser el silabograma Tu de trazo basal que no termina de cerrarrdquo (Blanco 2011 180) parece acusar la falta de autopsia

51 Cf las tablas 2 y 3 en MLH IV 443 y 444-446 a las cuales asiacute como al mapa 6 p 438 y a las figuras 2A y 2B de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 nos referiremos tambieacuten en cuanto sigue

52 Hipoacutetesis poco econoacutemica que asumida de forma impliacutecita al dar la primera noticia del texto es ahora aceptada sin cuestionar por Blanco 2011 180

53 Sanz 2008 181 54 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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sino que acogiacutean asimismo otras praacutecticas religiosas no estrictamente funera-rias47 Finalmente y en relacioacuten con cuanto aquiacute nos trae es decir sobre si los signos que aparecen en las tres caras de la cajita son o no grafemas un ar-gumento arqueoloacutegico en contra es que los grafitos aparecidos hasta hoy en la necroacutepolis de Las Ruedas se circunscriben a sectores avanzados de la zanja II mdashAM y sobre todo AQ para ceraacutemicas de tipologiacutea indiacutegenamdash que remiten de acuerdo con lo anteriormente sentildealado a cronologiacuteas maacutes mo-dernas que la del sector AF en el que fue recuperada48 y concordantes con las generalmente atribuidas a los textos indiacutegenas II LOS EPIacuteGRAFES 1 Fondo de vaso con inscripcioacuten (fig 3) La primera pieza de que nos ocuparemos en el presente trabajo es un pequentildeo fragmento del fondo de un vaso de ceraacutemica fina hecha a torno y cocida en fuego oxidante cuya base mide 58 mm de diaacutemetro y se conserva en una altura aproximada de 10 mm Fue recuperada en el nivel augusteo-tiberiano del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quinta-nas y dada a conocer tal y como sentildealamos en principio no hace mucho en una lectura preliminar y un tanto apresurada49 al contextualizar una ex-cepcional vaina damasquinada de puntildeal tipo Monte Bernorio a la que hemos tenido ocasioacuten de referirnos en el epiacutegrafe I1 11 La escritura El fragmento de texto conservado fue inscrito en la cara externa del fondo del vaso previamente a su coccioacuten consta de seis signos del signario celtibeacuterico y es bastante regular se insertoacute entre dos liacuteneas hipoteacuteticas a la vez paralelas y coacutencavas al objeto de ajustarlo a la curvatura del fondo de la pieza razoacuten por la cual unos signos aparecen inclinados hacia la izquierda y otros hacia la derecha El campo epigraacutefico mide 30 por 10 mm y los seis signos todos ellos bastante claros y medianamente profundos son aproximadamente de 5 mm con la excepcioacuten del cuarto (ltlgt) maacutes largo y del quinto mdashprobablemente un ltPagtmdash de trazo algo maacutes corto

mdashmdashmdashmdash 47 Arenas 2007 16-21 48 Sanz 1997 357-358 49 Sanz 2008 181 fig 2-2 como provisional debe entenderse asimismo el dibujo

presentado entonces pues fue efectuado antes de la limpieza definitiva de la pieza De esta pieza se ha hecho eco bien recientemente Blanco Garciacutea en un trabajo aparecido cuando el presente texto estaba ya praacutecticamente concluido (Blanco 2011 179-181 fig 11) Ha de en-tenderse por tanto que la transcripcioacuten ofrecida por Sanz Miacutenguez se corrige en el presente artiacuteculo

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

P de Bernardo F Romero C Sanz

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

P de Bernardo F Romero C Sanz

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

Ettlinger et al 1990 E Ettlinger et al Conspectus formarum terrae sigil-latae Italico modo confectae Bonn 1990

Fuentes 1992 A Fuentes Domiacutenguez ldquoLa fase final de las necroacutepolis ibeacuteri-casrdquo en J Blaacutenquez y V Antona (coords) Congreso de Arqueologiacutea Ibeacuterica Las necroacutepolis (Madrid 1991) Madrid 1992 587-606

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 F Beltraacuten Lloris C Jordaacuten Coacutelera I Simoacuten Cornago ldquoRevisioacuten y balance del corpus de teacuteseras celtibeacutericasrdquo Pal-Hisp 9 (= Acta Palaeohispanica X) 2009 625-668

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Centeno et al 2003 I Centeno Cea C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez y A I Garrido Blaacutezquez ldquoAproximacioacuten al urbanismo vacceo-romano de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 69-98

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CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

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Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

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tessischen keltiberischen und lusitanischen Inschriften Wiesbaden 1997

Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

RIB R S O Tomlin RP Wright y MWC Hassall The Roman Inscriptions of Britain III Inscriptions on Stone found or notified between 1-I-1955 and 31-XII-2006 Oxford 2009

RIG P M Duval (coord) Recueil des inscriptions gauloises Paris CNRS vol I M Lejeune Textes gallo-grecs 1985

Rodriacuteguez Corral 2009 J Rodriacuteguez Corral A Galicia castrexa Santiago de Compostela 2009

Rodriacuteguez Ramos 2004 J Rodriacuteguez Ramos Anaacutelisis de epigrafiacutea ibera Vitoria 2004

Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

186 PalHisp 12

Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 14: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

P de Bernardo F Romero C Sanz

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

P de Bernardo F Romero C Sanz

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

P de Bernardo F Romero C Sanz

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

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Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

Gonzaacutelez-Ruibal 2006 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoHouse societies vs kinship-based societies An archaeological case from Iron Age Europerdquo Jour-nal of Anthropological Archaeology 25 2006 144-173

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Blanco 2004 J F Blanco Garciacutea ldquoPieza cuacutebica celtibeacuterica de arcilla hallada en Sepuacutelveda (Segovia)rdquo CuPAUAM 30 2004 131-139

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

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Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

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Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

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Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 15: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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El quinto signo algo alejado del cuarto es mdashcomo vio Sanz62 y recoge tambieacuten Blancomdash63 el silabograma ltPagt estaacutendar que se usa desde el periacute-odo arcaico en adelante ligeramente inclinado hacia la izquierda El sexto y uacuteltimo signo cuya distancia del quinto es praacutecticamente igual a la distancia entre el primero y el segundo signo de la inscripcioacuten es en nuestra opinioacuten una nasal64 mdashcon los laterales soacutelo ligeramente oblicuos debido a la circularidad del vasomdash parecida al tipo que Untermann llama ldquon 2rdquo pese a su utilizacioacuten con el valor de nasal labial m en eacutepoca arcaica den-tro del grupo occidental65 De hecho en la lectura inicial de Sanz dicho signo se interpretoacute con su valor original de nasal labial es decir como ltmgt66 lo que podriacutea tener coherencia a la vista de los demaacutes grafemas empleados en nuestro fragmento todos ellos no incompatibles con un estilo de escritura arcaico En tal caso el epiacutegrafe del vaso se leeriacutea de izquierda a derecha como

] s e Ka l Ba m [ Si eso fuera cierto el tipo de escritura que emplea una variante tiacutepica al parecer de la propia Pintia mdashutilizada ademaacutes en el grupo central o inter-mediomdash seriacutea en su conjunto arcaico y coincidiriacutea con el occidental algo sin duda posible por la posicioacuten geograacutefica de Las Quintanas con respecto a los demaacutes sitios donde se han hallado inscripciones en signario celtibeacuterico Maacutes probable es sin embargo que el sexto signo se empleara en su valor maacutes moderno de nasal dental n y que nuestro epiacutegrafe se tenga que leer como

] s e Ka l Ba n [ dado que todos los signos utilizados apuntan maacutes bien al periacuteodo intermedio si bien algunos de ellos fueron empleados tambieacuten en las escuelas de escri-tura de otros periacuteodos Entonces tambieacuten el nivel de lengua representado por el epiacutegrafe vascular resultariacutea ser mdashcomo comentaremos en detalle bajo el epiacutegrafe II12mdash maacutes moderno que el celtibeacuterico conocido llegando a ser maacutes parecido al tipo linguumliacutestico lsquogalorsquo propio mdashentre otrosmdash de la fusayola de Las Ruedas arriba citada67 cuyo sistema de escritura es ademaacutes ldquoel oriental con tres variantes grafemaacuteticas que se aprecian ya en el tipo maacutes bien centralrdquo68 mdashmdashmdashmdash

62 Sanz 2008 181 63 Blanco 2011 181 64 Blanco 2011 181 baraja tambieacuten la posibilidad de una sibilante sorda ltsgt que seriacutea

entonces de forma diferente de la que aparece a comienzos de nuestro fragmento 65 Se confrontaraacute al respecto la tabla maacutes detallada de Rodriacuteguez Ramos 2006 187-188 66 Erroacuteneamente citado como ldquouna nrdquo por Blanco 2011 181 67 Por su nominativo asigmaacutetico 68 De Bernardo Sanz y Romero 2010 417

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denserdquo por apreciarse en leyendas monetales del tipo karbika y erkavika55 Podriacutea tratarse no obstante de un signo bastante antiguo si fuese una variante directa del grafema ltKagt nuacutem 6 de Untermann56 a la cual se hubiera antildeadido en el medio un trazo perfectamente vertical suelto y de tamantildeo intermedio Nuestra preferencia para la segunda interpretacioacuten se basa en las tres siguientes razones57 una es la coherencia cronoloacutegica con los demaacutes signos mdashmaacutes bien intermedios si no arcaicosmdash de nuestra inscrip-cioacuten mientras que el silabograma ltTu4gt con vaacutestago suelto y reducido per-tenece a lo que Rodriacuteguez Ramos (lc) llama el ldquogrupo moderno o be-laiscordquo58 la segunda es estructural dado que al leer ltKagt y en particular [ga] reapareceriacutea mdashcomo veremos detenidamente bajo el apartado II12mdash un conocido lexema ceacuteltico y se supone que los documentos que hallamos hayan tenido en su momento alguacuten sentido la tercera seriacutea la coherencia con las convenciones de escritura en la zona de la misma Pintia donde mdashcomo acabamos de recordarmdash ya aparecioacute un silabograma ltKagt del mismo tipo El cuarto signo mdashque en 2008 no se consideroacute como grafema por no haberse revelado todaviacutea en su totalidadmdash59 es maacutes largo que los tres prime-ros y sigue al tercero a una distancia ligeramente mayor que la existente en-tre el primero y el segundo signos y decididamente mayor que la que media entre el segundo y el tercero No obstante se descarta que pueda marcar el inicio de una nueva palabra dado que mdashdespueacutes de una segunda limpieza del fragmento ceraacutemico posterior a la autopsia del 20 de noviembre 2009mdash se lee con bastante claridad como una ltlgt60 y el quinto signo indica sin duda alguna una siacutelaba que empieza por consonante Se trata en particular y con la misma ligera inclinacioacuten hacia la izquierda observada para la ltegt de la primera variante de ltlgt registrada por Untermann y utilizada seguacuten Rodriacute-guez Ramos61 desde el periacuteodo arcaico en adelante

mdashmdashmdashmdash 55 Cf las referencias en De Bernardo Sanz y Romero 2010 416 n 37 56 Que representa la forma maacutes antigua del signo en cuestioacuten ya presente en el signario de

Espanca y que coincide con la forma del gimel fenicio cf ahora la tabla en De Hoz 2010 625 57 Ademaacutes la proporcioacuten entre los trazos del signo en cuestioacuten nos lleva a descartar tam-

bieacuten una ltugt arcaica como la propuesta por Blanco (2011 180) ldquoen la que el vaacutestago vertical no llega a contactar con los trazos en punta superioresrdquo

58 Noacutetese que en MLH IV 446 se omitieron los hallazgos relativos a esta variante que se documenta por ejemplo en la estela de Ibiza (K161)

59 De ahiacute el malentendido de Blanco 2011 180 que atribuye al cuarto signo la lectura propuesta por Sanz 2008 181 para el tercero

60 En este sentido tambieacuten Blanco 2011 180-181 mientras que la posibilidad de una ltagt todaviacutea sugerida por eacutel queda descartada despueacutes de la segunda limpieza a la que se sometioacute la pieza Tampoco parece que el signo constituido en origen por solo dos trazos pueda representar una ltPigt del grupo maacutes moderno (nuacutem 1 seguacuten Untermann) cuya carac-teriacutestica es un gancho que partiendo del trazo oblicuo vuelve hacia el vertical a la izquierda

61 Rodriacuteguez Ramos 2006 187

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 16: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

P de Bernardo F Romero C Sanz

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

P de Bernardo F Romero C Sanz

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 17: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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con ese textordquo pudo haber sido encargado a un alfarero por yo para un vac-ceo de alta condicioacuten social74 2 Vasos con marcas en signario celtibeacuterico 21 Tintero campaniense y otros vasos con posible siacutelaba ltTagt (figs 4 y 5) La segunda pieza que examinaremos es como queda dicho un pe-quentildeo recipiente de ceraacutemica campaniense tipo ldquotinterordquo de la forma 7742a de Morel sus medidas son diaacutemetro maacuteximo 57 mm diaacutemetro base 48 mm altura 40 mm (fig 4) Procede al igual que el fondo del vasito que acabamos de analizar del sector C1 de la trinchera excavada en el poblado de Las Quintanas si bien del nivel sertoriano en esta ocasioacuten se trata por tanto de una pieza que aunque datable en torno al 210 aC fue definitivamente amortizada al ser destruida violentamente por incendio la casa 9 de dicho nivel con ocasioacuten de las Guerras Sertorianas razoacuten por la cual mdashdado que el grafito se ejecutoacute con posterioridad a su coccioacutenmdash es difiacutecilmente precisable el momento en el que este se llevoacute a cabo75 La marca fue incisa en la pared del tintero y consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTagt Otros cuatro vasos procedentes ahora de la necroacutepolis de Las Ruedas presentan igualmente ideacutentica marca De la tumba 136 proceden el caacuteliz de borde engrosado y gruesas paredes alisadas de un mortero hecho a torno al que le falta la base el grafito realizado despues de la coccioacuten del vaso apa-rece praacutecticamente centrado en el cuerpo (fig 51) Inventariado con la sigla PDLR2007G2g21707136W sus dimensiones son diaacutemetro boca 96 mm diaacutemetro del arranque de la base 45 mm altura conservada 63 mm Una olla tosca hecha a torno (PDLR2008G2c11813173G) que cumplioacute las funciones de urna cineraria procede de la sepultura 173 (fig 52) de color negruzco presenta borde vuelto labio apuntado pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto y con molduras por encima de el y base umbi-licada el grafito ejecutado con anterioridad a la coccioacuten del vaso ocupa la parte central del cuerpo por debajo de su diaacutemetro maacuteximo siendo sus di-mensiones diaacutemetro boca 179 mm diaacutemetro maacuteximo 203 mm diaacutemetro base 90 mm altura 166 mm En la tumba 140 se recuperoacute otra olla asimismo hecha a torno y de superficie tosca con borde vuelto y pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo moldurado ligeramente por encima de la mitad de su altura y base umbili-cada la marca se trazoacute en el hombro previamente a la coccioacuten (fig 53) Aunque pudiera sospecharse pues es lo habitual es difiacutecil saber si pudo ser tambieacuten la urna cineraria pues la tumba se encontroacute muy alterada y los res-tos de la cremacioacuten del difunto aparecieron dispersos entre la tierra del re-mdashmdashmdashmdash

74 En palabras de Blanco 2011 179 75 Una referencia al mismo aunque sin mencioacuten del grafito que ahora comentamos en

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 266 fig 7

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12 La interpretacioacuten del texto De ser nuestra lectura correcta el epiacutegrafe del vaso aunque fragmenta-rio nos permitiriacutea individualizar mdashcomo segundo elementomdash el acusativo singular de un tema en -ā correspondiente al lexema ceacuteltico conocido como galo galba (gl praepinguis) que normalmente indica algo gordo o graso mantecoso69

Ademaacutes de no demostrarse por razones arqueoloacutegicas una necesaria discrepancia entre la procedencia yo fecha del pequentildeo vaso de Las Quinta-nas y de la fusayola de Las Ruedas es probable que ambas piezas nos remi-tan a un tipo de escritura y de lengua parecidas si bien la brevedad y mdashen el caso del vasomdash lo fragmentado de nuestros textos soacutelo nos proporciona dos grafemas a comparar el ltBagt y el ltKagt que mdashcomo acabamos de comen-tar en el apartado precedentemdash pertenecen al mismo tipo en las dos inscrip-ciones

Nos decantamos pues por la interpretacioacuten menos arcaica mdashes decir orientalmdash de la escritura del vaso o sea hacia la transcripcioacuten interpretativa

[]se galban iquest[--]con un complemento objeto galban en el cual el -m heredado ha pasado a -nen posicioacuten final de palabra como en el celta modernizado y en el galo claacutesico70 Dicho complemento objeto de no ser un atributo podriacutea incluso acabar el texto original o por lo menos su primera frase71 es decir si fuera un sustantivo referido a alguna sustancia mdashiquestcrema iquestgrasa mantecamdash u objeto mdashiquestrecipiente panzudo iquest[panza de] un animalmdash Pese a la utiliza-cioacuten del lexema en cuestioacuten en la onomaacutestica galorromana72 no parece demasiado probable que tengamos aquiacute un nombre de persona en acusativo No se puede por otro lado identificar el morfema en -se que parece preceder a lo que creemos ser un acusativo ni tampoco individualizar su funcioacuten sintaacutectica Lo uacutenico que queremos hacer constar es que dado que hay zonas mdashdentro del aacuterea de utilizacioacuten del signario celtibeacutericomdash donde lo que en celtibeacuterico stricto sensu seriacutea yo yo ya se ha cerrado hasta llegar a e73 nuestra inscripcioacuten podriacutea quizaacutes haber representado el desarrollo dialec-tal vacceo de uno de eacutestos contextos

Finalmente estaacute claro que el recipiente ldquoconcebido especiacuteficamente mdashmdashmdashmdash

69 Cf Delamarre 2003 174 y tambieacuten Degavre 1998-04 I 226 Traducido por Stokes y Bezzenberger como ldquoSchmerbauchrdquo (WKS 107) el lexema (IEW 359) no ha sido incluido en Matasović 2009

70 Menos probable ―como acabamos de explicar en el apartado II11― es que la escri-tura sea de tipo occidental y que el acusativo por lo tanto se deba leer como galbam con -mfinal preservada como en celtibeacuterico y en todo el celta maacutes arcaico

71 Si es que el texto ahora fragmentario continuaba a la derecha 72 Como en el caso del emperador Galba 73 Veacutease ahora De Bernardo en este mismo nuacutemero de Palaeohispanica

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

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Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 18: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

De Hoz 2010 J de Hoz Historia linguumliacutestica de la Peniacutensula Ibeacuterica en la Antiguumledad I Preliminares y mundo meridional prerromano Madrid 2010

Delamarre 2003 X Delamarre Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieux-celtique continental Pariacutes 20032

Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

Ettlinger et al 1990 E Ettlinger et al Conspectus formarum terrae sigil-latae Italico modo confectae Bonn 1990

Fuentes 1992 A Fuentes Domiacutenguez ldquoLa fase final de las necroacutepolis ibeacuteri-casrdquo en J Blaacutenquez y V Antona (coords) Congreso de Arqueologiacutea Ibeacuterica Las necroacutepolis (Madrid 1991) Madrid 1992 587-606

Garrido y Gallardo 2003 A I Garrido Blaacutezquez y M A Gallardo Miguel ldquoCataacutelogordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 279-295

Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

Gonzaacutelez-Ruibal 2006 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoHouse societies vs kinship-based societies An archaeological case from Iron Age Europerdquo Jour-nal of Anthropological Archaeology 25 2006 144-173

Gonzaacutelez-Ruibal 2006-07 Galaicos Poder y comunidad en el Noroeste de la Peniacutensula Ibeacuterica (1200 aC-50 dC) vol II (= Brigantium 19) A Coruntildea 2006-07

P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

BIBLIOGRAFIacuteA Arenas 2007 J A Arenas-Esteban ldquoCult Spaces and Religious Practices in

Pre-Roman Celtiberiardquo en M Hainzmann (ed) Auf den Spuren keltischer Goumltterverehrung Akten des 5 FERCAN-Workshop (Graz 2003) Viena 2007 15-28

Ballester 2001 X Ballester ldquoNuevos letreros celtibeacutericos procedentes de Calahorrardquo Kalakorikos 6 2001 255-262

Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 F Beltraacuten Lloris C Jordaacuten Coacutelera I Simoacuten Cornago ldquoRevisioacuten y balance del corpus de teacuteseras celtibeacutericasrdquo Pal-Hisp 9 (= Acta Palaeohispanica X) 2009 625-668

Blanco 2004 J F Blanco Garciacutea ldquoPieza cuacutebica celtibeacuterica de arcilla hallada en Sepuacutelveda (Segovia)rdquo CuPAUAM 30 2004 131-139

Blanco 2010 J F Blanco Garciacutea ldquoLa ceraacutemica vacceardquo en F Romero Car-nicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 257-291

Blanco 2011 J F Blanco Garciacutea ldquoLos inicios del uso de la escritura entre los vacceos grafitos y textos en su contexto arqueoloacutegicordquo en J Apa-ricio Peacuterez y L Silgo Gauche (eds) ELEA 11 2011 153-227

Carretero y Guerrero 1987 S Carretero y J Guerrero ldquoLa necroacutepolis ro-mana de Eras del Bosque (Palencia) Nuevos materiales ceraacutemicosrdquo Actas I Arte Arqueologiacutea y Edad Antigua I Congreso de Historia de Pa-lencia (Castillo de Monzoacuten de Campos 1985) Palencia 1987 367-381

Centeno et al 2003 I Centeno Cea C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez y A I Garrido Blaacutezquez ldquoAproximacioacuten al urbanismo vacceo-romano de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 69-98

Chevalier y Gheerbrant 1991 J Chevalier y A Gheerbrant Diccionario de los siacutembolos Barcelona 1991

CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Carretero y Guerrero 1987 S Carretero y J Guerrero ldquoLa necroacutepolis ro-mana de Eras del Bosque (Palencia) Nuevos materiales ceraacutemicosrdquo Actas I Arte Arqueologiacutea y Edad Antigua I Congreso de Historia de Pa-lencia (Castillo de Monzoacuten de Campos 1985) Palencia 1987 367-381

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Chevalier y Gheerbrant 1991 J Chevalier y A Gheerbrant Diccionario de los siacutembolos Barcelona 1991

CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

Sanz 2010 C Sanz Miacutenguez ldquoUn vacio vacceo historiograacutefico sus necroacute-polisrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la re-gioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 193-230

Sanz y Romero 2005 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero Pintia cotidiana y simboacutelica Valladolid 2005

Sanz y Romero 2007 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoPintia un oppidum en el extremo oriental de la Regioacuten Vacceardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (eds) En los extremos de la Regioacuten Vaccea Leoacuten 2007 59-76

Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

Sanz Goacutemez y Arranz 1993 C Sanz Miacutenguez A Goacutemez Peacuterez y J A Arranz Miacutenguez ldquoLa necroacutepolis vaccea de Carralacentildea un nuevo conjunto funerario del complejo arqueoloacutegico Padilla-Pesquera de Duero (Valladolid)rdquo Numantia Arqueologiacutea en Castilla y Leoacuten 4 1993 129-147

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

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Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rosa Cubo M J Duentildeas Cepeda y M Santo Tomaacutes Peacuterez (eds) Protagonistas del pasado Las mujeres desde la Prehistoria al siglo XX Valladolid 2009 59-103

Romero y Sanz 1990 M V Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoSepulturas romanas de incineracioacuten en la provincia de Valladolid Los depoacutesitos de Padilla de Duero y Simancasrdquo Numantia Investigaciones Arqueoloacutegicas en Castilla y Leoacuten III 1990 165-174

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Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

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P de Bernardo F Romero C Sanz

184 PalHisp 12

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Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

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Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

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Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 19: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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presenta el borde vuelto con el labio pegado a la pared diaacutemetro maacuteximo alto toda su superficie moldurada y base umbilicada en la mitad inferior del cuerpo se graboacute un grafito previamente a la coccioacuten (fig 61) sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 154 mm diaacutemetro maacuteximo 201 mm diaacutemetro base 84 mm altura 159 mm Haremos referencia asimismo tal y como sentildealamos paacuteginas atraacutes a otra pieza anaacuteloga recuperada en la tumba 77 con el fin de antildeadir ahora algunos datos al comentario publicado recientemente por Blanco Garciacutea81 y el dibujo de la misma Se trata de una olla de pasta tosca y color marroacuten ne-gruzco hecha a torno que muestra borde vuelto y pegado al cuerpo perfil ovoide y base umbilicada el grafito se llevoacute a cabo previamente a su coc-cioacuten a lo largo del cuerpo inventariada con la sigla PDLR2002VI AH120777A (fig 62) sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacute-metro maacuteximo 105 diaacutemetro base 55 mm altura 80 mm En ambos recipientes se lee una ltlgt aunque con ligeras diferencias en la pieza de la tumba 164 una forma moderna de ltlgt con asta oblicua aparece mdashcomo es normal en todas las fases maacutes modernas de escrituramdash con orientacioacuten dextrorsa Una marca del mismo tipo aunque con orientacioacuten sinistrosa de la escritura y con una variante maacutes arcaica de la misma letra se halla en la olla de la sepultura 77 sin embargo la interpretacioacuten alternativa de este segundo grafito como silabograma ltKigt desgastado que propone Blanco82 convence auacuten menos ahora que conocemos tambieacuten la pieza de la tumba 164 en la que la presencia de la ltlgt es inequiacutevoca La semejanza tipoloacutegica entre ambas vasijas mdashinexistente entre las piezas que acabamos de comentar en el apartado II21mdash sugiere que la marca en cuestioacuten que difiere mdashademaacutesmdash de la mayoriacutea de las que comen-tamos por representar una sola consonante y no una siacutelaba o maacutes indique simplemente la funcionalidad o el modelo de la pieza ceraacutemica 23 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 (fig 7) Vaso hecho a mano y cocido en fuego oxidante de perfil globular achatado y fondo plano con una asita horizontal a la altura de su diaacutemetro maacuteximo realizada mediante una pella de barro aplicada a la superficie a la que se ha dado forma presionando con los dedos Presenta superficie rugosa de color anaranjado siendo claramente visible el desgrasante calizo Inventa-riado con la sigla PDLR07G2h21715144B sus medidas son diaacutemetro boca 40 mm diaacutemetro maacuteximo 77 mm diaacutemetro base 50 mm altura 51 mm La marca consta de un solo silabograma del signario celtibeacuterico una ltTogt con brazo intermedio maacutes corto perteneciente al tipo intermedio que Rodriacuteguez Ramos llama lsquocentral o segedensersquo Si contemplamos el grafito

mdashmdashmdashmdash 81 Blanco 2011 189 nuacutem 11 fig 19 82 Blanco 2011 189 con referencia a Rodriacuteguez Ramos 2004 [recte] 146 fig 141

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lleno Registrada con la sigla PDLR2007G2i21704140A sus dimensio-nes son diaacutemetro boca 110 mm diaacutemetro maacuteximo 127 mm diaacutemetro base 66 mm altura 99 mm Por uacuteltimo nos detendremos en otra olla tambieacuten hecha a torno aun-que de pasta fina amarillenta en esta ocasioacuten procedente de la tumba 128 (PDLR2007E2f61709128Q) de caracteriacutesticas anaacutelogas a las anteriores presenta su diaacutemetro maacuteximo alto y sobre el mismo una liacutenea horizontal pintada de color marroacuten rojizo otra ondulada y de color marroacuten oscuro se dibujoacute en el hombro el grafito se graboacute una vez cocido el vaso en su mitad inferior (fig 54) Sus dimensiones son diaacutemetro boca 95 mm diaacutemetro maacuteximo 99 mm diaacutemetro base 44 mm altura 72 mm En los cinco recipientes se halla repetidamente mdashsi bien con orienta-cioacuten colocacioacuten e incluso ductus ligeramente diferentesmdash un aspa del tipo que corresponde al silabograma ltTagt La diferente forma de las vasijas de las tumbas 173 140 y 128 mdashollas independientemente de que se trate de piezas de superficies toscas o de pasta finamdash con respecto a la de la sepultura 136 y ante de todo a aquella de la pieza campaniense nos hace excluir que estemos en presencia de una marca lsquotipoloacutegicarsquo o sea que indicara un tipo de forma o un determinado volumen Por tratarse ademaacutes de un marca de ceraacutemica muy frecuente en la zona vaccea76 se supone que estemos al menos en aquellos casos en que el gra-fito se trazoacute previamente a la coccioacuten de las vasijas en presencia de la indi-cacioacuten de fabricacioacuten o procedencia de las mismas El hecho de que otros tipos de marcas ceraacutemicas hallados dentro del corpus vacceo parezcan derivados (o lsquomuacuteltiplosrsquo) del aspa77 podriacutea estar indicando que el de este grupo era el tipo de marca lsquosimboacutelicarsquo maacutes sencillo o baacutesico78 Con todo y por otro lado el hecho de que verdaderos signos de escritura aparezcan en otras ceraacutemicas vacceas79 implica que aquiacute tambieacuten podriacuteamos estar en presencia no tanto de una marca simboacutelica o de pseudo-grafiacutea cuanto de una verdadera siacutelaba ta o da por la que empezaba el nombre del marchante o quizaacutes del mismo alfarero e incluso de la localidad de produccioacuten80 22 Ollas con el signo ltlgt (fig 6) De la tumba 164 procede una olla tosca hecha a torno que cumplioacute la funcioacuten de urna cineraria (PDLR2008G2a11804164E) de color negro mdashmdashmdashmdash

76 Blanco 2011 162 y 178 77 Veacutease maacutes adelante el epiacutegrafe II25 78 Confroacutentese tambieacuten a este respecto la marca que presenta un vasito caliciforme de

este mismo cementerio recuperado en posicioacuten secundaria y que parece maacutes bien una cruz que un aspa (Sanz 1997 151 nuacutem 174 fig 152-174)

79 Veacutease por ejemplo la vasija con la marca ltTogt a que nos referiremos a continuacioacuten bajo el epiacutegrafe II23

80 En cuyo caso podriacutea pensarse quizaacute en la antigua Tarmes

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

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Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 20: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 21: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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entonces al grafito que aquiacute nos interesa incluiremos tambieacuten en este apar-tado un vaso torneado de pasta fina anaranjada que imita la forma Ritt 5 propia de los repertorios de la sigillata itaacutelica el grafito se llevoacute a cabo en su fondo externo tras haber sido cocido el vaso (Fig 84) Inventariado con la referencia PDLR2000V121268D ofrece las siguientes dimensiones diaacutemetro boca 122 diaacutemetro base 55 mm altura 74 mm El comuacuten denominador entre las cuatro piezas que acabamos de presentar muy diferentes entre si consiste en que entre sus marcas aparece un trazo que en un principio podriacutea ser tanto un grafema ltngt occidental y arcaico cuanto una forma bastante moderna del silabograma ltTugt repre-sentada por un simple aacutengulo agudo y de ser asiacute ideacutentico al que aparece en la fusayola de Las Ruedas que publicamos recientemente85 En este uacuteltimo caso la siacutelaba involucrada podriacutea ser tu o du En el vasito de pasta fina anaranjada decorado con motivos geomeacutetri-cos pintados el signo en cuestioacuten inciso en el labio con la abertura hacia arriba y por lo tanto con la misma orientacioacuten del signo arcaico de nasal es incluso la uacutenica marca visible En las otras tres piezas las marcas son dos pero la posicioacuten respectiva de uno y otro signo indica con claridad que no estamos en presencia de dos siacutelabas consecutivas En la fusayola el grafema ltngt o ltTugt se abre hacia la izquierda y a la derecha habiacutea otro signo hoy praacutecticamente ilegible Un lsquologorsquo es lo que hay en el fondo del catino hecho a mano al parecer constituido por una ltTugt mdasho ltngtmdash en cuyo veacutertice interior termina uno de los brazos de una cruz o aspa Es verdad que podriacutea interpretarse tambieacuten como la unioacuten del silabograma ltPagt con una ltugt si bien de brazos superio-res asimeacutetricos pero dicha asimetriacutea y el hecho de que para la concurrencia de aacutengulo mdashiquestltTugt o ltngtmdash y aspa mdashiquestltTagtmdash tengamos paralelos mdashcaso de la pieza que comentamos a continuacioacuten en este mismo apartadomdash86 nos llevan a pensar que sea esta la interpretacioacuten correcta Y de hecho en el fondo del vasito que imita la sigillata parecen obser-varse un aspa o ltTagt y mdashen posicioacuten opuesta y con orientacioacuten centriacutepetamdash el mismo silabograma ltTugt de tipo bastante tardiacuteo87 documentado entre otros en la fusayola con inscripcioacuten de Las Ruedas88 Con todo parece aconsejable ser prudentes en este caso pues no hay que olvidar que nos encontramos frente a una pieza que imita la forma Ritt 5 de terra sigillata itaacutelica bastante frecuente en la necroacutepolis de Eras del Bosque de la Pallantia mdashmdashmdashmdash

85 De Bernardo Sanz y Romero 2010 86 El mismo silabograma ltTugt se asocia con otra marca en dos vasitos de la tumba 65

de la misma necroacutepolis de Las Ruedas (Romero y Sanz 1990 167 nuacutem 2 y 169 nuacutem 5 fig 2-2 y 5 Sanz 1997 135 B y 136 E fig 140-B y E Blanco 2011 186-187 nuacutems 8 y 9 figs 16 y 17) y tambieacuten en la pieza con marca icoacutenica que comentaremos a continuacioacuten en el epiacutegrafe II25

87 Tanto por el ductus circular de la escritura en una superficie redonda cuanto por la fecha muy tardiacutea de la pieza se puede descartar en este caso que se trate de una ltngt arcaica

88 De Bernardo Sanz y Romero 2010

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conforme a silabograma ltTogt la barra horizontal sobresale algo a la derecha y por su parte el trazo vertical central es algo maacutes corto aunque pudiera ofrecer el efecto contrario por haberse arrastrado muy sutilmente y quizaacute inadvertidamente el instrumento con el que se graboacute En cuanto a la funcioacuten del To( ) o Do( ) que subyace al silabograma en cuestioacuten no sabemos si se trata de una marca de fabricacioacuten o si se refiere al posesor del recipiente El hecho de que la marca sea diferente de las que se encuentran en la ceraacutemica hallada en Botorrita y en Caminreal podriacutea indicar que no hace referencia al tamantildeo de la vasija Por otro lado otro tipo de ltTogt y en particular la variante arcaica con el brazo intermedio que sobresale de la barra inferior podriacutea hallarse en el fondo de un plato de terra sigillata sudgaacutelica de la misma necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia83 si bien el hecho de que la pieza se encuentre fragmentada rompiendo precisamente la marca nos impide individualizar con seguridad de que signo se trata 24 Otros vasos con posible marca comuacuten (fig 8) De la tumba 184 procede un vaso hecho a torno de pasta fina anaran-jada cuyo perfil abocinado presenta una amplia acanaladura a partir de la mitad de su altura y cuya base convexa cuenta con umbo central en el in-terior del labio donde se graboacute el grafito se decora con tres grupos de trazos rectos oblicuos ejecutados con pintura negra y bajo el borde con una liacutenea recta y otra serpentiforme que se ve interrumpida por los tres pares de triaacuten-gulos equidistantes alargados con el veacutertice hacia abajo y rellenos de tinta que penden de la primera (fig 81) Registrada con la sigla PDLR2009 G1e91907184P sus dimensiones son diaacutemetro boca 83 mm diaacutemetro base 62 mm altura 84 mm Una fusayola bitroncocoacutenica de pasta tosca decorada en su base mayor con impresiones triangulares realizadas a punta de navaja y que ofrece un grafito sobre el cuerpo del tronco superior llevado a cabo con anterioridad a su coccioacuten fue recuperada en la tumba 236 Su sigla es PDLR2010G1c8 2010236G y sus dimensiones diaacutemetro maacuteximo 34 mm diaacutemetro del ori-ficio 13 mm altura 29 mm (fig 82) El catino hecho a mano con pasta fina anaranjada de la tumba 230 inventariado con la sigla PDLR2010G1c82007230B cuenta con paredes gruesas y superficie alisada y ofrece perfil troncocoacutenico labio recto y fondo plano dos orificios junto al borde debieron propiciar su suspensioacuten El gra-fito ejecutado previamente a la coccioacuten del vasito se graboacute centrado en el exterior del fondo (fig 83) Dimensiones diaacutemetro boca 92 mm diaacutemetro base 42 mm altura 38 mm Pese a haber sido ya publicada la tumba en la que aparecioacute la 6884 pero dado que como sentildealamos previamente apenas si se haciacutea mencioacuten

mdashmdashmdashmdash 83 Sanz 1997 177 nuacutem 566 fig 173-566 84 Sanz et al 2003b 210 fig 9-D Sanz et al 2006 74 fig 9-D

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

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Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 22: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

De Hoz 2010 J de Hoz Historia linguumliacutestica de la Peniacutensula Ibeacuterica en la Antiguumledad I Preliminares y mundo meridional prerromano Madrid 2010

Delamarre 2003 X Delamarre Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieux-celtique continental Pariacutes 20032

Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

Ettlinger et al 1990 E Ettlinger et al Conspectus formarum terrae sigil-latae Italico modo confectae Bonn 1990

Fuentes 1992 A Fuentes Domiacutenguez ldquoLa fase final de las necroacutepolis ibeacuteri-casrdquo en J Blaacutenquez y V Antona (coords) Congreso de Arqueologiacutea Ibeacuterica Las necroacutepolis (Madrid 1991) Madrid 1992 587-606

Garrido y Gallardo 2003 A I Garrido Blaacutezquez y M A Gallardo Miguel ldquoCataacutelogordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 279-295

Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

Gonzaacutelez-Ruibal 2006 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoHouse societies vs kinship-based societies An archaeological case from Iron Age Europerdquo Jour-nal of Anthropological Archaeology 25 2006 144-173

Gonzaacutelez-Ruibal 2006-07 Galaicos Poder y comunidad en el Noroeste de la Peniacutensula Ibeacuterica (1200 aC-50 dC) vol II (= Brigantium 19) A Coruntildea 2006-07

P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

BIBLIOGRAFIacuteA Arenas 2007 J A Arenas-Esteban ldquoCult Spaces and Religious Practices in

Pre-Roman Celtiberiardquo en M Hainzmann (ed) Auf den Spuren keltischer Goumltterverehrung Akten des 5 FERCAN-Workshop (Graz 2003) Viena 2007 15-28

Ballester 2001 X Ballester ldquoNuevos letreros celtibeacutericos procedentes de Calahorrardquo Kalakorikos 6 2001 255-262

Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 F Beltraacuten Lloris C Jordaacuten Coacutelera I Simoacuten Cornago ldquoRevisioacuten y balance del corpus de teacuteseras celtibeacutericasrdquo Pal-Hisp 9 (= Acta Palaeohispanica X) 2009 625-668

Blanco 2004 J F Blanco Garciacutea ldquoPieza cuacutebica celtibeacuterica de arcilla hallada en Sepuacutelveda (Segovia)rdquo CuPAUAM 30 2004 131-139

Blanco 2010 J F Blanco Garciacutea ldquoLa ceraacutemica vacceardquo en F Romero Car-nicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 257-291

Blanco 2011 J F Blanco Garciacutea ldquoLos inicios del uso de la escritura entre los vacceos grafitos y textos en su contexto arqueoloacutegicordquo en J Apa-ricio Peacuterez y L Silgo Gauche (eds) ELEA 11 2011 153-227

Carretero y Guerrero 1987 S Carretero y J Guerrero ldquoLa necroacutepolis ro-mana de Eras del Bosque (Palencia) Nuevos materiales ceraacutemicosrdquo Actas I Arte Arqueologiacutea y Edad Antigua I Congreso de Historia de Pa-lencia (Castillo de Monzoacuten de Campos 1985) Palencia 1987 367-381

Centeno et al 2003 I Centeno Cea C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez y A I Garrido Blaacutezquez ldquoAproximacioacuten al urbanismo vacceo-romano de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 69-98

Chevalier y Gheerbrant 1991 J Chevalier y A Gheerbrant Diccionario de los siacutembolos Barcelona 1991

CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

De Hoz 2010 J de Hoz Historia linguumliacutestica de la Peniacutensula Ibeacuterica en la Antiguumledad I Preliminares y mundo meridional prerromano Madrid 2010

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Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

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Fuentes 1992 A Fuentes Domiacutenguez ldquoLa fase final de las necroacutepolis ibeacuteri-casrdquo en J Blaacutenquez y V Antona (coords) Congreso de Arqueologiacutea Ibeacuterica Las necroacutepolis (Madrid 1991) Madrid 1992 587-606

Garrido y Gallardo 2003 A I Garrido Blaacutezquez y M A Gallardo Miguel ldquoCataacutelogordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 279-295

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Blanco 2010 J F Blanco Garciacutea ldquoLa ceraacutemica vacceardquo en F Romero Car-nicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 257-291

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Carretero y Guerrero 1987 S Carretero y J Guerrero ldquoLa necroacutepolis ro-mana de Eras del Bosque (Palencia) Nuevos materiales ceraacutemicosrdquo Actas I Arte Arqueologiacutea y Edad Antigua I Congreso de Historia de Pa-lencia (Castillo de Monzoacuten de Campos 1985) Palencia 1987 367-381

Centeno et al 2003 I Centeno Cea C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez y A I Garrido Blaacutezquez ldquoAproximacioacuten al urbanismo vacceo-romano de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 69-98

Chevalier y Gheerbrant 1991 J Chevalier y A Gheerbrant Diccionario de los siacutembolos Barcelona 1991

CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rubat 2008 F Rubat BorelldquoSegno graffito su un fondo di ceramica fine una testimonianza della scrittura presso i Taurinirdquo en F M Gambari (ed) Taurini sul confine Il Bric San Vito di Pecetto nellrsquoetagrave del Ferro Torino 2008 109-110

Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

Sanz 2010 C Sanz Miacutenguez ldquoUn vacio vacceo historiograacutefico sus necroacute-polisrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la re-gioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 193-230

Sanz y Romero 2005 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero Pintia cotidiana y simboacutelica Valladolid 2005

Sanz y Romero 2007 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoPintia un oppidum en el extremo oriental de la Regioacuten Vacceardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (eds) En los extremos de la Regioacuten Vaccea Leoacuten 2007 59-76

Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

Sanz Goacutemez y Arranz 1993 C Sanz Miacutenguez A Goacutemez Peacuterez y J A Arranz Miacutenguez ldquoLa necroacutepolis vaccea de Carralacentildea un nuevo conjunto funerario del complejo arqueoloacutegico Padilla-Pesquera de Duero (Valladolid)rdquo Numantia Arqueologiacutea en Castilla y Leoacuten 4 1993 129-147

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

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Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rosa Cubo M J Duentildeas Cepeda y M Santo Tomaacutes Peacuterez (eds) Protagonistas del pasado Las mujeres desde la Prehistoria al siglo XX Valladolid 2009 59-103

Romero y Sanz 1990 M V Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoSepulturas romanas de incineracioacuten en la provincia de Valladolid Los depoacutesitos de Padilla de Duero y Simancasrdquo Numantia Investigaciones Arqueoloacutegicas en Castilla y Leoacuten III 1990 165-174

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Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

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P de Bernardo F Romero C Sanz

184 PalHisp 12

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Jordaacuten 2011 C Jordaacuten ldquoChronica Epigraphica Celtiberica VIrdquo PalHisp 11 2011 285-318

Marichal 1988 R Marichal Les graffites de La Graufesenque Paris 1988 Matasović 2009 R Matasović Etymological Dictionary of Proto-Celtic

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Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

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Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 23: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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las propias hornadas en las que se cociacutean vasijas de formas y tamantildeos muy diferentes94 Asiacute el lsquomuacuteltiplo de asparsquo que vemos en nuestro cubilete coincide con el que se ve inciso en el fondo externo del pie realzado de una copa de Cauca (Coca Segovia) hecha a torno en ceraacutemica anaranjada (fig 92)95

Ademaacutes en otras tres vasijas vacceas se observa un aspa cruzada por una sola liacutenea recta y no por dos liacuteneas paralelas como en los casos anterio-res Una de ellas procede de la misma Pintia y las otras dos al igual que la pieza que acabamos de comentar de Cauca En la primera de ellas hallada en el poblado de Las Quintanas96 la marca se encuentra incisa junto a la base de un cuenco caliciforme de pasta anaranjada fabricado a torno y deco-rado con pintura marronaacutecea (fig 93) La segunda es una olla de ceraacutemica comuacuten vaccea cocida en atmoacutesfera oxidante en la que la marca se encuentra en el borde (fig 94)97 Y la tercera es un pequentildeo plato o cuenco hecho a torno de ceraacutemica gris bruntildeida imitacioacuten de vasos argeacutenteos en el que la marca se encuentra incisa en el fondo externo (fig 95)98 Lo maacutes parecido dentro del corpus resentildeado en MLH es un ltTagt ldquomit einem Strich zuvielrdquo que acompantildea un ltPagt en la marca de una ldquoiber(ische) Schalerdquo hallada en la provincia de Teruel (La Caridad Caminreal)99 Tambieacuten de las cercaniacuteas de Coca si bien en este caso de Castro Cuesta del Mercado procede auacuten otra vasija cuya marca por consistir en dos liacuteneas paralelas que se cruzan con otras dos tambieacuten podriacutea representar un lsquomuacuteltiplorsquo dentro del sistema aquiacute identificado se trata de un pequentildeo plato hecho a torno en ceraacutemica anaranjada pintada en el que la marca fue grabada en el fondo externo (fig 96)100 Por lo que se refiere finalmente a la interpretacioacuten del gran aacutengulo curviliacuteneo de nuestra pieza son las marcas que hemos tratado bajo el epiacute-grafe II24 las que especiacuteficamente nos hacen pensar que aquiacute tambieacuten se tenga que ver un siacutembolo parecido al silabograma ltTugt si bien trazado por una mano maacutes raacutepida e imprecisa 3 Cajita excisa con asa iquestDecoracioacuten o escritura (figs 21 y 10) La uacuteltima pieza a que habremos de referirnos es una cajita de barro cocido recuperada en un hoyo en el sector IIAF de la necroacutepolis de Las Rue-das de Pintia Se trata de un ejemplar en miniatura de aspecto muy macizo y somera cavidad ovalada las patas se consiguieron mediante cortes oblicuos

mdashmdashmdashmdash 94 Marichal 1988 95 Blanco 2011 200-201 nuacutem 4 fig 27 96 Goacutemez y Sanz 1993 367 fig 16-7 Blanco 2011 178 nuacutem 1 fig 9 97 Blanco 2011 197-198 nuacutem 1 fig 24 98 Blanco 2011 198-199 nuacutem 2 fig 25 99 MLH IV K 57 100 Blanco 2011 204-205 nuacutem 2 fig 32

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del riacuteo Carrioacuten89 y que debioacute fabricarse mdashal igual que otras imitaciones de vasos de las formas Drag 27 y en menor medida Ritt 8mdash en los alfares de la ciudad vaccea para su abastecimiento y el de su entorno90 esta y otras piezas del conjunto han permitioacute fechar el enterramiento en torno al tercer cuarto del siglo I dC razoacuten por la cual sin duda los dos signos fueron con-siderados en su diacutea como propios de la escritura latina y maacutes concretamente como numerales91 llegando incluso a sugerirse que hicieran referencia a la edad del difunto92 Conviene no olvidar por otra parte que ideacutentico dilema se planteaba en relacioacuten con dos vasitos de la tumba 65 algo maacutes tardiacutea in-cluso que la que comentamos pues se fecha en el uacuteltimo tercio del siglo I dC inclinaacutendose en uacuteltima instancia sus editores por entender que tales marcas pudieran ser simplemente meros signos de identificacioacuten del propietario93

25 Marcas iquesticoacutenicas (fig 9) El cubilete hecho a mano y de muy mala factura de paredes rectas y fondo plano recuperado en la tumba 127b (PDLR2007E2f61708127bD) presenta en su base un grafito que se trazoacute previamente a su cochura (fig 91) Las dimensiones del recipiente son diaacutemetro boca 78 mm diaacutemetro base 74 mm altura 50 mm Al igual que ocurriera en el catino de la tumba 230 que acabamos de comentar en el epiacutegrafe anterior tambieacuten en la pieza que ahora nos ocupa se ve claramente una suerte de lsquologorsquo constituido por dos elementos uno consiste en un aspa interseccionada por dos liacuteneas verticales paralelas y el otro es un aacutengulo curviliacuteneo abierto a la derecha para contener lo que en nuestra opinioacuten es un lsquomuacuteltiplorsquo de una marca de aspa Las razones para pensar que dicho elemento corresponda mdashdentro de un sistema de indicaciones maacutes complejomdash a una medida superior a aquella indicada por medio del aspa se encuentran en otras vasijas vacceas con mar-cas parecidas Se documenta en una serie de piezas que Blanco analiza en su repertorio de 2011 si bien intentando una identificacioacuten mdashpara nada pro-metedoramdash con signos del semisilabario celtibeacuterico Se tratariacutea maacutes bien de marcas simboacutelicas indicativas de aspectos como podriacutean ser el precio o quizaacutes el nuacutemero de serie de las ceraacutemicas dado que forma y volumen variacutean en este grupo lo suficiente como para poder haber sido expresados por la misma marca baste recordar en este sentido coacutemo en las cuentas de hor-nada de los alfareros galos de La Graufesenque se numeran progresivamente mdashmdashmdashmdash

89 Carretero y Guerrero 1987 374-375 fig 6 grupo XIV nuacutems 1-4 90 Del Amo y Peacuterez 2006 109-110 91 Opinioacuten que parece compartir Blanco Garciacutea al no incluir esta pieza en su reciente

noacutemina de grafitos vacceos 92 Sanz et al 2003b 210 Sanz et al 2006 74 93 Romero y Sanz 1990 171 Sanz 1997 358 ideacutentica disyuntiva con alguacuten otro

comentario maacutes Blanco 2011 186-188

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

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Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 24: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

P de Bernardo F Romero C Sanz

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

P de Bernardo F Romero C Sanz

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

De Hoz 2010 J de Hoz Historia linguumliacutestica de la Peniacutensula Ibeacuterica en la Antiguumledad I Preliminares y mundo meridional prerromano Madrid 2010

Delamarre 2003 X Delamarre Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieux-celtique continental Pariacutes 20032

Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

Ettlinger et al 1990 E Ettlinger et al Conspectus formarum terrae sigil-latae Italico modo confectae Bonn 1990

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Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

Gonzaacutelez-Ruibal 2006 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoHouse societies vs kinship-based societies An archaeological case from Iron Age Europerdquo Jour-nal of Anthropological Archaeology 25 2006 144-173

Gonzaacutelez-Ruibal 2006-07 Galaicos Poder y comunidad en el Noroeste de la Peniacutensula Ibeacuterica (1200 aC-50 dC) vol II (= Brigantium 19) A Coruntildea 2006-07

P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

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Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 25: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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clusivo clubrdquo107 se halla a menudo en las acuntildeaciones monetales108 tambieacuten se conocen mdashen Galiciamdash varios sellos de alfarero con siacutembolos no alfabeacute-ticos o pseudoalfabeacuteticos109 Incluso existen auteacutenticos ldquopseudoepiacutegrafesrdquo como acontece mdashdentro de esa misma regioacutenmdash en una estela de Bermeacutes cerca de Pontevedra donde ldquoaparece una gran aspa que ocupa todo el campo epigraacutefico posee una forma lejanamente antropomorfa [] Como es habi-tual en esta zona se han grabado tambieacuten las guiacuteas para las letras en la pie-dra [] El uacutenico problema es que las letras no son tales son meros garaba-tos que tratan de imitar signos alfabeacuteticosrdquo110 Maacutes antiguo es un vaso del siglo IV aC hallado en Suiza (Gudo Cantoacuten Ticino) donde garabatos en parte zigzagueantes acaban en una letra111 Dentro del corpus en signario celtibeacuterico se ha discutido la posibilidad de ldquopseudoescriturardquo para alguacuten fragmento ceraacutemico112 Sin embargo la ldquourgenciardquo con la cual han sido incisas la rayas junto con las aparentes superposiciones en la cara C y quizaacutes tambieacuten en la B hacen suponer una motivacioacuten maacutegica Se conocen de hecho textos maacutegi-cos en los cuales unas partes del texto se superponen a otras como por ejemplo en la laacutemina de plomo de Sainte-Ceacutecile cerca de Eyguieacuteres F per-teneciente al corpus que se suele llamar ldquogalogriegordquo (RIG-G-9) y en la cual una cara ldquocomprend peut-ecirctre trois inscriptions superposeacutees [] Ces inscriptions sont agrave ce point enchevecirctreacutees qursquoil est tregraves malaiseacute drsquoisoler et de publier seacutepareacutement chacunerdquo113 Se podriacutea entonces incluso llegar a pensar mdashiexclaunque no a afirmarmdash que el conjunto de liacuteneas que aparece en las tres caras de la cajita de Pintia esconda alguna letra a la(s) cual(es) se hayan interpuesto o superpuesto otros trazos de valor simboacutelico mdashcomo pudiera ser quizaacutes un labris en la cara Cmdash y funcioacuten maacutegica En particular en la cara B podriacutean esconderse un ltBagt una nasal de tipo ltm = n2gt y de no tener en cuenta el orden reconstruido para los trazos quizaacutes tambieacuten un ltagt o mejor dicho un lta 2gt de manera anaacuteloga para la cara C se podriacutea pensar en un

mdashmdashmdashmdash 107 En las palabras de Sanz 2008 190 108 Cf ia RIG IV p 22 109 Gonzaacutelez-Ruibal 2006 164 110 Gonzaacutelez-Ruibal 2006-2007 623 (con fotografiacutea) 111 CIT nordm 2 (vol II 520 y 525 con fig 8) Maacutes ejemplos pueden encontrarse en Rubat

2008 112 Cf ia Ballester 2001 No creemos por otro lado que este tipo de explicacioacuten se

pueda aplicar correctamente a los tres dados de Numancia Calahorra y Sepuacutelveda dado que los siacutembolos de los dos uacuteltimos no intentan aparentar escritura Maacutes probable es ―como de hecho argumenta Blanco 2004 137 con respecto a la pieza cuacutebica hallada en Sepuacutelveda― que los siacutembolos indicaran por convencioacuten unos contenidos ideoloacutegicos distintos positivos unos y negativos otros o cierta accioacuten a realizar dentro de alguacuten tipo de praacutectica adivinatoria o maacutegica dado que tanto el considerable tamantildeo como la cuidada ejecucioacuten de la pieza nos hacen descartar una utilizacioacuten meramente luacutedica Cf al propoacutesito tambieacuten Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 636 y 650 y Romero 2010 508-509

113 Asiacute Lejeune en RIG I 36 Cf tambieacuten Mees 2009 96-97

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convergentes en sendos laterales y el asa un apeacutendice semicircular perfo-rado arranca del borde proyectaacutendose por debajo de las patas en sus caras exceptuando la que ocupa el asa presenta diferentes motivos geomeacutetricos ejecutados con teacutecnica excisa de doble bisel pudiendo entenderse que uno de ellos se corresponda con el silabograma ltKogt en signario celtibeacuterico Sus medidas son longitud 62 mm anchura 33 mm altura 35 mm altura sin pa-tas 27 mm y profundidad de la cavidad 11 mm101 Si comparamos las decoraciones de esta cajita con las de otros ejempla-res y muy particularmente con las de aquellos procedentes de la misma Pin-tia102 es evidente que no nos encontramos frente a ninguna de las habituales y caracteriacutesticas composiciones ornamentales que presentan ni tampoco ante las teacutecnicas con que normalmente se ejecutan observamos por el contrario una total ausencia no ya de simetriacutea sino tan siquiera de regularidad en cualquiera de sus caras103 lo que en principio obligariacutea a descartar la hipoacutetesis de que se trate de una composicioacuten decorativa siquiera fuera rudi-mentaria

Por otro lado aunque la cara A parece mostrarnos una ltKogt ar-caica104 del signario celtibeacuterico girada 90ordm mdashmotivo empleado a menudo tambieacuten con simple valor ornamentalmdash105 no logramos identificar el con-junto de los trazos mdashrectos todos ellosmdash de las caras B y C con otros grafe-mas conocidos y menos auacuten si tenemos en cuenta el orden en el que mdashseguacuten los arqueoacutelogosmdash fueron ejecutados los seis y ocho trazos que confi-guran respectivamente cada motivo (fig 10) Otra liacutenea de interpretacioacuten que se nos ofrece es la de que se trate de una escritura fingida y en particular de una imitacioacuten de escritura Hablando del mundo griego y de las inscripciones en los vasos aacuteticos Wachter106 identifica de hecho cuatro tipos de ldquononsense-Inschriftenrdquo las que contienen elementos de palabras comunes mdashldquonear-senserdquomdash las que a pesar de apro-vechar caracteres verdaderos no tienen sentido mdashldquomeaninglessrdquomdash las que mezclan grafemas verdaderos e inexistentes mdashldquoimitationrdquomdash y las que no presentan caracteres sino soacutelo series de puntos mdashldquoblots and dotsrdquomdash De ser asiacute los tres motivos de nuestra caja se confrontariacutean entonces con aquellos que quieren aparentar escritura como elemento de prestigio El fenoacutemeno de la imitacioacuten de escritura como tecnologiacutea de prestigio controlada por un ldquoex-

mdashmdashmdashmdash 101 Sanz 1997 169 nuacutem 522 fig 166-522 102 Sanz 1997 169-173 y 314-330 figs 170-172 212-213 y 215 103 Las liacuteneas no son siquiera paralelas a los liacutemites del presumible campo epigraacutefico 104 ldquoKo 1rdquo en MLH IV 443 105 Por citar una muestra alejada espacial y temporalmente teacutengase en cuenta por ejem-

plo el motivo por asiacute decir lsquointermediorsquo entre el de nuestra cara A y el de la C que adorna un ladrillo hallado en Vindolanda considerado ldquoonly a decorative patternrdquo por sus editores (RIB III 349 nuacutem 3371 con dibujo)

106 Wachter 2007 482 y n 11

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

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Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

190 PalHisp 12

Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

195

NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 26: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

Degavre 1998-04 J Degavre Lexique gaulois vols I-III Brussell y Libra-mont 1998-04

De Hoz 2010 J de Hoz Historia linguumliacutestica de la Peniacutensula Ibeacuterica en la Antiguumledad I Preliminares y mundo meridional prerromano Madrid 2010

Delamarre 2003 X Delamarre Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieux-celtique continental Pariacutes 20032

Del Amo y Peacuterez 2006 M del Amo y de la Hera y F J Peacuterez Rodriacuteguez Museo de Palencia Guiacutea Palencia 2006

Escudero y Sanz 1993 Z Escudero Navarro y C Sanz Miacutenguez ldquoUn centro alfarero de eacutepoca vaccea el Horno 2 de Carralacentildea (PadillaPesquera de Duero Valladolid)rdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 471-492

Ettlinger et al 1990 E Ettlinger et al Conspectus formarum terrae sigil-latae Italico modo confectae Bonn 1990

Fuentes 1992 A Fuentes Domiacutenguez ldquoLa fase final de las necroacutepolis ibeacuteri-casrdquo en J Blaacutenquez y V Antona (coords) Congreso de Arqueologiacutea Ibeacuterica Las necroacutepolis (Madrid 1991) Madrid 1992 587-606

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Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

Gonzaacutelez-Ruibal 2006 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoHouse societies vs kinship-based societies An archaeological case from Iron Age Europerdquo Jour-nal of Anthropological Archaeology 25 2006 144-173

Gonzaacutelez-Ruibal 2006-07 Galaicos Poder y comunidad en el Noroeste de la Peniacutensula Ibeacuterica (1200 aC-50 dC) vol II (= Brigantium 19) A Coruntildea 2006-07

P de Bernardo F Romero C Sanz

182 PalHisp 12

ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

BIBLIOGRAFIacuteA Arenas 2007 J A Arenas-Esteban ldquoCult Spaces and Religious Practices in

Pre-Roman Celtiberiardquo en M Hainzmann (ed) Auf den Spuren keltischer Goumltterverehrung Akten des 5 FERCAN-Workshop (Graz 2003) Viena 2007 15-28

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Beltraacuten Jordaacuten y Simoacuten 2009 F Beltraacuten Lloris C Jordaacuten Coacutelera I Simoacuten Cornago ldquoRevisioacuten y balance del corpus de teacuteseras celtibeacutericasrdquo Pal-Hisp 9 (= Acta Palaeohispanica X) 2009 625-668

Blanco 2004 J F Blanco Garciacutea ldquoPieza cuacutebica celtibeacuterica de arcilla hallada en Sepuacutelveda (Segovia)rdquo CuPAUAM 30 2004 131-139

Blanco 2010 J F Blanco Garciacutea ldquoLa ceraacutemica vacceardquo en F Romero Car-nicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 257-291

Blanco 2011 J F Blanco Garciacutea ldquoLos inicios del uso de la escritura entre los vacceos grafitos y textos en su contexto arqueoloacutegicordquo en J Apa-ricio Peacuterez y L Silgo Gauche (eds) ELEA 11 2011 153-227

Carretero y Guerrero 1987 S Carretero y J Guerrero ldquoLa necroacutepolis ro-mana de Eras del Bosque (Palencia) Nuevos materiales ceraacutemicosrdquo Actas I Arte Arqueologiacutea y Edad Antigua I Congreso de Historia de Pa-lencia (Castillo de Monzoacuten de Campos 1985) Palencia 1987 367-381

Centeno et al 2003 I Centeno Cea C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez y A I Garrido Blaacutezquez ldquoAproximacioacuten al urbanismo vacceo-romano de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 69-98

Chevalier y Gheerbrant 1991 J Chevalier y A Gheerbrant Diccionario de los siacutembolos Barcelona 1991

CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo 2009 P de Bernardo Stempel ldquoEl nombre mdashiquestceacutelticomdash de la Pintia vacceardquo BSAA-arqueologiacutea 75 2009 243-256

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Goacutemez y Sanz 1993 A Goacutemez Peacuterez y C Sanz Miacutenguez ldquoEl poblado vac-ceo de Las Quintanas Padilla de Duero (Valladolid) Aproximacioacuten a su secuencia estratigraacuteficardquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la Cuenca Media del Duero Valladolid 1993 335-370

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Blanco 2004 J F Blanco Garciacutea ldquoPieza cuacutebica celtibeacuterica de arcilla hallada en Sepuacutelveda (Segovia)rdquo CuPAUAM 30 2004 131-139

Blanco 2010 J F Blanco Garciacutea ldquoLa ceraacutemica vacceardquo en F Romero Car-nicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 257-291

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Centeno et al 2003 I Centeno Cea C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez y A I Garrido Blaacutezquez ldquoAproximacioacuten al urbanismo vacceo-romano de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investiga-ciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 69-98

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CIT P Piana Agostinetti (ed) Celti drsquoItalia Vols I-II Roma 2004

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rosa Cubo M J Duentildeas Cepeda y M Santo Tomaacutes Peacuterez (eds) Protagonistas del pasado Las mujeres desde la Prehistoria al siglo XX Valladolid 2009 59-103

Romero y Sanz 1990 M V Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoSepulturas romanas de incineracioacuten en la provincia de Valladolid Los depoacutesitos de Padilla de Duero y Simancasrdquo Numantia Investigaciones Arqueoloacutegicas en Castilla y Leoacuten III 1990 165-174

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Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

Sanz 2010 C Sanz Miacutenguez ldquoUn vacio vacceo historiograacutefico sus necroacute-polisrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la re-gioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 193-230

Sanz y Romero 2005 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero Pintia cotidiana y simboacutelica Valladolid 2005

Sanz y Romero 2007 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoPintia un oppidum en el extremo oriental de la Regioacuten Vacceardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (eds) En los extremos de la Regioacuten Vaccea Leoacuten 2007 59-76

Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

Sanz Goacutemez y Arranz 1993 C Sanz Miacutenguez A Goacutemez Peacuterez y J A Arranz Miacutenguez ldquoLa necroacutepolis vaccea de Carralacentildea un nuevo conjunto funerario del complejo arqueoloacutegico Padilla-Pesquera de Duero (Valladolid)rdquo Numantia Arqueologiacutea en Castilla y Leoacuten 4 1993 129-147

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

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IEW J Pokorny Indogermanisches etymologisches Woumlrterbuch vols I-II (con HB Partridge) Berna 1959-1969

Jordaacuten 2011 C Jordaacuten ldquoChronica Epigraphica Celtiberica VIrdquo PalHisp 11 2011 285-318

Marichal 1988 R Marichal Les graffites de La Graufesenque Paris 1988 Matasović 2009 R Matasović Etymological Dictionary of Proto-Celtic

Leiden y Boston 2009 Mees 2009 B Mees Celtic Curses Woodbridge 2009 The Boydell Press MLH J Untermann Monumenta Linguarum Hispanicarum IV Die tar-

tessischen keltiberischen und lusitanischen Inschriften Wiesbaden 1997

Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

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Rodriacuteguez Corral 2009 J Rodriacuteguez Corral A Galicia castrexa Santiago de Compostela 2009

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Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rosa Cubo M J Duentildeas Cepeda y M Santo Tomaacutes Peacuterez (eds) Protagonistas del pasado Las mujeres desde la Prehistoria al siglo XX Valladolid 2009 59-103

Romero y Sanz 1990 M V Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoSepulturas romanas de incineracioacuten en la provincia de Valladolid Los depoacutesitos de Padilla de Duero y Simancasrdquo Numantia Investigaciones Arqueoloacutegicas en Castilla y Leoacuten III 1990 165-174

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Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

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Sanz y Romero 2007 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoPintia un oppidum en el extremo oriental de la Regioacuten Vacceardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (eds) En los extremos de la Regioacuten Vaccea Leoacuten 2007 59-76

Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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RIB R S O Tomlin RP Wright y MWC Hassall The Roman Inscriptions of Britain III Inscriptions on Stone found or notified between 1-I-1955 and 31-XII-2006 Oxford 2009

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Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

186 PalHisp 12

Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 27: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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De Bernardo Sanz y Romero 2010 P de Bernardo Stempel C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoNueva fusayola con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico de la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas de Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo en F Beltraacuten J L Garciacutea C Jordaacuten E R Lujaacuten y J Velaza (eds) Serta Palaeohispanica in honorem Ja-vier de Hoz (= PalHisp 10) Zaragoza 2010 405-426

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ltBagt en un ltTagt yo mdashprescindiendo una vez maacutes del orden de los sig-nosmdash en alguacuten tipo de ltBogt En definitiva el tamantildeo de la cajita su particular decoracioacuten ajena a lo habitual y el hecho de haber aparecido en un pozo donde tambieacuten se halloacute un simpulum sumado a cuanto acabamos de comentar parecen respaldar su singularidad y posible vinculacioacuten a praacutecticas rituales asiacute como una posible interpretacioacuten maacutegica para la misma con todo tan soacutelo futuros hallazgos lograraacuten dilucidar el misterio que la envuelve

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Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

192 PalHisp 12

Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

195

NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 28: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rosa Cubo M J Duentildeas Cepeda y M Santo Tomaacutes Peacuterez (eds) Protagonistas del pasado Las mujeres desde la Prehistoria al siglo XX Valladolid 2009 59-103

Romero y Sanz 1990 M V Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoSepulturas romanas de incineracioacuten en la provincia de Valladolid Los depoacutesitos de Padilla de Duero y Simancasrdquo Numantia Investigaciones Arqueoloacutegicas en Castilla y Leoacuten III 1990 165-174

Rubat 2008 F Rubat BorelldquoSegno graffito su un fondo di ceramica fine una testimonianza della scrittura presso i Taurinirdquo en F M Gambari (ed) Taurini sul confine Il Bric San Vito di Pecetto nellrsquoetagrave del Ferro Torino 2008 109-110

Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

Sanz 2010 C Sanz Miacutenguez ldquoUn vacio vacceo historiograacutefico sus necroacute-polisrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la re-gioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 193-230

Sanz y Romero 2005 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero Pintia cotidiana y simboacutelica Valladolid 2005

Sanz y Romero 2007 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoPintia un oppidum en el extremo oriental de la Regioacuten Vacceardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (eds) En los extremos de la Regioacuten Vaccea Leoacuten 2007 59-76

Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

Sanz Goacutemez y Arranz 1993 C Sanz Miacutenguez A Goacutemez Peacuterez y J A Arranz Miacutenguez ldquoLa necroacutepolis vaccea de Carralacentildea un nuevo conjunto funerario del complejo arqueoloacutegico Padilla-Pesquera de Duero (Valladolid)rdquo Numantia Arqueologiacutea en Castilla y Leoacuten 4 1993 129-147

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Gonzaacutelez-Ruibal 2007 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoLa vida social de los objetos castrentildeosrdquo en F J Gonzaacutelez Garciacutea (coord) Los pueblos de la Gali-cia ceacuteltica Madrid 2007 259-322

IEW J Pokorny Indogermanisches etymologisches Woumlrterbuch vols I-II (con HB Partridge) Berna 1959-1969

Jordaacuten 2011 C Jordaacuten ldquoChronica Epigraphica Celtiberica VIrdquo PalHisp 11 2011 285-318

Marichal 1988 R Marichal Les graffites de La Graufesenque Paris 1988 Matasović 2009 R Matasović Etymological Dictionary of Proto-Celtic

Leiden y Boston 2009 Mees 2009 B Mees Celtic Curses Woodbridge 2009 The Boydell Press MLH J Untermann Monumenta Linguarum Hispanicarum IV Die tar-

tessischen keltiberischen und lusitanischen Inschriften Wiesbaden 1997

Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

RIB R S O Tomlin RP Wright y MWC Hassall The Roman Inscriptions of Britain III Inscriptions on Stone found or notified between 1-I-1955 and 31-XII-2006 Oxford 2009

RIG P M Duval (coord) Recueil des inscriptions gauloises Paris CNRS vol I M Lejeune Textes gallo-grecs 1985

Rodriacuteguez Corral 2009 J Rodriacuteguez Corral A Galicia castrexa Santiago de Compostela 2009

Rodriacuteguez Ramos 2004 J Rodriacuteguez Ramos Anaacutelisis de epigrafiacutea ibera Vitoria 2004

Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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185

Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rosa Cubo M J Duentildeas Cepeda y M Santo Tomaacutes Peacuterez (eds) Protagonistas del pasado Las mujeres desde la Prehistoria al siglo XX Valladolid 2009 59-103

Romero y Sanz 1990 M V Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoSepulturas romanas de incineracioacuten en la provincia de Valladolid Los depoacutesitos de Padilla de Duero y Simancasrdquo Numantia Investigaciones Arqueoloacutegicas en Castilla y Leoacuten III 1990 165-174

Rubat 2008 F Rubat BorelldquoSegno graffito su un fondo di ceramica fine una testimonianza della scrittura presso i Taurinirdquo en F M Gambari (ed) Taurini sul confine Il Bric San Vito di Pecetto nellrsquoetagrave del Ferro Torino 2008 109-110

Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

Sanz 2010 C Sanz Miacutenguez ldquoUn vacio vacceo historiograacutefico sus necroacute-polisrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la re-gioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 193-230

Sanz y Romero 2005 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero Pintia cotidiana y simboacutelica Valladolid 2005

Sanz y Romero 2007 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoPintia un oppidum en el extremo oriental de la Regioacuten Vacceardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (eds) En los extremos de la Regioacuten Vaccea Leoacuten 2007 59-76

Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

Sanz Goacutemez y Arranz 1993 C Sanz Miacutenguez A Goacutemez Peacuterez y J A Arranz Miacutenguez ldquoLa necroacutepolis vaccea de Carralacentildea un nuevo conjunto funerario del complejo arqueoloacutegico Padilla-Pesquera de Duero (Valladolid)rdquo Numantia Arqueologiacutea en Castilla y Leoacuten 4 1993 129-147

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Gonzaacutelez-Ruibal 2007 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoLa vida social de los objetos castrentildeosrdquo en F J Gonzaacutelez Garciacutea (coord) Los pueblos de la Gali-cia ceacuteltica Madrid 2007 259-322

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Jordaacuten 2011 C Jordaacuten ldquoChronica Epigraphica Celtiberica VIrdquo PalHisp 11 2011 285-318

Marichal 1988 R Marichal Les graffites de La Graufesenque Paris 1988 Matasović 2009 R Matasović Etymological Dictionary of Proto-Celtic

Leiden y Boston 2009 Mees 2009 B Mees Celtic Curses Woodbridge 2009 The Boydell Press MLH J Untermann Monumenta Linguarum Hispanicarum IV Die tar-

tessischen keltiberischen und lusitanischen Inschriften Wiesbaden 1997

Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

genas romanizadasrdquo en A Rodriacuteguez Colmenero (coord) Los oriacute-genes de la ciudad en el Noroeste Hispaacutenico Congreso internacional (Lugo 1996) I Lugo 1999 409-428

Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

RIB R S O Tomlin RP Wright y MWC Hassall The Roman Inscriptions of Britain III Inscriptions on Stone found or notified between 1-I-1955 and 31-XII-2006 Oxford 2009

RIG P M Duval (coord) Recueil des inscriptions gauloises Paris CNRS vol I M Lejeune Textes gallo-grecs 1985

Rodriacuteguez Corral 2009 J Rodriacuteguez Corral A Galicia castrexa Santiago de Compostela 2009

Rodriacuteguez Ramos 2004 J Rodriacuteguez Ramos Anaacutelisis de epigrafiacutea ibera Vitoria 2004

Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

Romero 2010 F Romero Carnicero ldquoLas representaciones zoomorfas en perspectiva cenital Un estado de la cuestioacutenrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la regioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 467-545

Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

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P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 29: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Rosa Cubo M J Duentildeas Cepeda y M Santo Tomaacutes Peacuterez (eds) Protagonistas del pasado Las mujeres desde la Prehistoria al siglo XX Valladolid 2009 59-103

Romero y Sanz 1990 M V Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoSepulturas romanas de incineracioacuten en la provincia de Valladolid Los depoacutesitos de Padilla de Duero y Simancasrdquo Numantia Investigaciones Arqueoloacutegicas en Castilla y Leoacuten III 1990 165-174

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Sanz 1997 C Sanz Miacutenguez Los Vacceos cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero La necroacutepolis de Las Ruedas Padilla de Duero (Valladolid) Valladolid 1997

Sanz 2008 C Sanz Miacutenguez ldquoUn puntildeal-reliquia vacceo hallado en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Gladius 28 2008 177-194

Sanz 2010 C Sanz Miacutenguez ldquoUn vacio vacceo historiograacutefico sus necroacute-polisrdquo en F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez (eds) De la re-gioacuten vaccea a la arqueologiacutea vaccea Valladolid 2010 193-230

Sanz y Romero 2005 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero Pintia cotidiana y simboacutelica Valladolid 2005

Sanz y Romero 2007 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoPintia un oppidum en el extremo oriental de la Regioacuten Vacceardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (eds) En los extremos de la Regioacuten Vaccea Leoacuten 2007 59-76

Sanz y Romero 2008 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoCampantildea XVIII (2007) de excavaciones arqueoloacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2007 Valladolid 2008 6-12

Sanz y Romero 2010 C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero ldquoMujeres rango social y herencia en la necroacutepolis vaccea de Las Ruedas Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Ritos y mitos VI Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2008) Zaragoza 2010 403-419

Sanz Goacutemez y Arranz 1993 C Sanz Miacutenguez A Goacutemez Peacuterez y J A Arranz Miacutenguez ldquoLa necroacutepolis vaccea de Carralacentildea un nuevo conjunto funerario del complejo arqueoloacutegico Padilla-Pesquera de Duero (Valladolid)rdquo Numantia Arqueologiacutea en Castilla y Leoacuten 4 1993 129-147

Sanz Romero y Goacuterriz 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero y C Goacuterriz Gantildeaacuten ldquoEspacios domeacutesticos y aacutereas funcionales en los niveles sertorianos de la ciudad vacceo-romana de Pintia (Padilla de Duero Pentildeafiel Valladolid)rdquo en MordfC Belarte (ed) Lrsquoespai domegravestic i lrsquoorganitzacioacute de la societat a la protohistoacuteria de la Mediterragravenia occidental (Ier millenni aC) Barcelona Arqueo Mediterragravenia 11 2009 253-270

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Gonzaacutelez-Ruibal 2007 A Gonzaacutelez-Ruibal ldquoLa vida social de los objetos castrentildeosrdquo en F J Gonzaacutelez Garciacutea (coord) Los pueblos de la Gali-cia ceacuteltica Madrid 2007 259-322

IEW J Pokorny Indogermanisches etymologisches Woumlrterbuch vols I-II (con HB Partridge) Berna 1959-1969

Jordaacuten 2011 C Jordaacuten ldquoChronica Epigraphica Celtiberica VIrdquo PalHisp 11 2011 285-318

Marichal 1988 R Marichal Les graffites de La Graufesenque Paris 1988 Matasović 2009 R Matasović Etymological Dictionary of Proto-Celtic

Leiden y Boston 2009 Mees 2009 B Mees Celtic Curses Woodbridge 2009 The Boydell Press MLH J Untermann Monumenta Linguarum Hispanicarum IV Die tar-

tessischen keltiberischen und lusitanischen Inschriften Wiesbaden 1997

Morel 1981 J-P Morel Ceacuteramique campanienne Les formes Roma 1981 Olmo 1999 J del Olmo Martiacuten ldquoArqueologiacutea aeacuterea en tres ciudades indiacute-

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Olmo y San Miguel 1993 J del Olmo Martiacuten y LC San Miguel Mateacute ldquoArqueologiacutea aeacuterea en asentamientos vacceosrdquo en F Romero Carnicero C Sanz Miacutenguez y Z Escudero Navarro (eds) Arqueologiacutea Vaccea Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero Valladolid 1993 507-528

RIB R S O Tomlin RP Wright y MWC Hassall The Roman Inscriptions of Britain III Inscriptions on Stone found or notified between 1-I-1955 and 31-XII-2006 Oxford 2009

RIG P M Duval (coord) Recueil des inscriptions gauloises Paris CNRS vol I M Lejeune Textes gallo-grecs 1985

Rodriacuteguez Corral 2009 J Rodriacuteguez Corral A Galicia castrexa Santiago de Compostela 2009

Rodriacuteguez Ramos 2004 J Rodriacuteguez Ramos Anaacutelisis de epigrafiacutea ibera Vitoria 2004

Rodriacuteguez Ramos 2006 J Rodriacuteguez Ramos ldquoLa lectura e interpretacioacuten de las inscripciones celtibeacutericas de las monedas de Segeda a traveacutes de la historia de la decodificacioacuten de la escritura ibeacutericardquo en F Burillo Mozota (ed) Segeda y su contexto histoacuterico Entre Catoacuten y Nobilior (195 al 153) Homenaje a A Beltraacuten Martiacutenez Zaragoza 2006 177-188

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Romero y Sanz 2009 F Romero Carnicero y C Sanz Miacutenguez ldquoTiempo y geacutenero a partir de la Arqueologiacutea Las necroacutepolis de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en M I del Val Valdivieso C de la

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

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Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Palaeohispanica 12 (2012) pp 195-209 ISSN 1578-5386

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Page 30: Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194. I.S.S.N.: 1578-5386 ......157 Palaeohispanica 12 (2012), pp. 157-194.I.S.S.N.: 1578-5386. 157 GRAFITOS CON SIGNARIO CELTIBÉRICO EN CERÁMICAS

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

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Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

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Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Wachter 2007 R Wachter ldquoAttische Vaseninschriften was ist von einer sinnvollen und realistischen Sammlung zu erwarten (AVI 1)rdquo en I Hajnal (ed con la ayuda de B Stefan) Die altgriechischen Dialekte Wesen und Werden Innsbruck 2007 479-498

WKS Wh Stokes y A Bezzenberger Wortschatz der keltischen Sprach-einheit Goumlttingen 19795 (= A Fick Vergleichendes Woumlrterbuch der indogermanischen Sprachen 2 Teil 18944)

Patrizia de Bernardo Stempel UPVEHU UFI 1114

correo-e patriziadebernardoehues

Fernando Romero Carnicero Universidad de Valladolid correo-e fromerofyluvaes

Carlos Sanz Miacutenguez Universidad de Valladolid

correo-e csanzfyluvaes

Fecha de recepcioacuten del artiacuteculo 04062012

Fecha de aceptacioacuten del artiacuteculo 05072012

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Sanz et al 2003a C Sanz Miacutenguez J Velasco Vaacutezquez I Centeno Cea M A Gallardo Miguel y J del Olmo Martiacuten ldquoPintia nacimiento y desarrollo de un oppidum vacceo-romanordquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Investigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Roma-nas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 45-65

Sanz et al 2003b C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris L Catalaacuten Garrido J Velasco Vaacutezquez y I Centeno Cea ldquoLas Ruedas de Pintia nuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoidesrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 197-220

Sanz et al 2006 C Sanz Miacutenguez F Marco Simoacuten F Beltraacuten Lloris y J Velasco Vaacutezquez ldquoNuevos datos para la contextualizacioacuten de las estelas funerarias discoides en Pintia (Padilla de Duero Valladolid)rdquo Actas VIII Congresso Internacional de Estelas Funeraacuterias (Lisboa 2005) Lisboa 2006 63-91

Sanz et al 2009 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria Valladolid 2009

Sanz et al 2010 C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero T Olteanu C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoLos sistemas defensivos de Pintiardquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2009 Valladolid 2010 13-19

Sanz et al 2011a C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoCampantildea XXI 2010 de excavaciones arqueo-loacutegicas en Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel)rdquo en C Sanz Miacutenguez y F Romero Carnicero (dirs) Vaccea Anuario 2010 Valladolid 2011 6-14

Sanz et al 2011b C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl foso y el sistema defensivo de Pintia (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo Revista drsquoArqueologia de Ponent 21 2011 221-232

Sanz et al ep C Sanz Miacutenguez F Romero Carnicero C Goacuterriz Gantildeaacuten y R De Pablo Martiacutenez ldquoEl complejo defensivo de Pinta (Padilla de DueroPentildeafiel Valladolid)rdquo en F Burillo Mozota (ed) Nuevos hallaz-gos Nuevas interpretaciones VII Simposio sobre Celtiacuteberos (Daroca Zaragoza 2012) Zaragoza ep

Velasco Sanz y Centeno 2003 J Velasco Vaacutezquez C Sanz Miacutenguez e I Centeno Cea ldquoLa necroacutepolis tardoantigua e hispanovisigoda de Las Quintanasrdquo en C Sanz Miacutenguez y J Velasco Vaacutezquez (eds) Pintia Un oppidum en los confines orientales de la Regioacuten Vaccea Inves-tigaciones Arqueoloacutegicas Vacceas Romanas y Visigodas (1999-2003) Valladolid 2003 221-247

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

192 PalHisp 12

Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 2 Piezas recuperadas en un hoyo en la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia 1 cajita

zoomorfa con decoracioacuten excisa 2 simpulum de ceraacutemica

Fig 3 Fondo de vaso con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico del nivel augusteo-tiberiano del

poblado de Las Quintanas de Pintia

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Fig 1 Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid) A poblado de Las Quintanas planta del nivel sertoriano B sector C1 a casa nuacutemero 9 del nivel sertoriano b nivel postsertoriano-augusteo c nivel altoimperial casa 3 C materiales arqueoloacutegicos maacutes significativos recuperados 1 tintero campaniense 2 vaina de puntildeal tipo Monte Bernorio 3 vasito con inscripcioacuten en signario celtibeacuterico 4 terra sigillata itaacutelica (a diferentes escalas)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

192 PalHisp 12

Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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NUEVA INSCRIPCIOacuteN IBEacuteRICA SOBRE GRANITO DEL CERRO DE LA MESA

(ALCOLEA DE TAJO TOLEDO)1

Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 6 Ollas con el signo ltlgt de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 164 2 tumba 77

Fig 7 Silabograma ltTogt sobre un vaso de la tumba 144 del cementerio de Las Ruedas de Pintia

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Fig 4 Pintia poblado de Las Quintanas tintero campaniense con marca en signario

celtibeacuterico del nivel sertoriano

Fig 5 Vasos con posible siacutelaba ltTagt de la de la necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia

1 tumba 136 2 tumba 173 3 tumba 140 4 tumba 128

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Grafitos con signario celtibeacuterico en ceraacutemicas de Pintia (Padilla de Duero-Pentildeafiel Valladolid)

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Fig 9 Posibles marcas icoacutenicas 1 necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia tumba 127b 3 poblado de Las Quintanas de Pintia (seguacuten Goacutemez y Sanz 1993) 2 y 4 a 6 Cauca Coca Segovia (seguacuten Blanco 2011) Los nuacutemeros 2 a 6 a diferentes escalas

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Fig 8 Pintia Necroacutepolis de Las Ruedas vasos con posible marca comuacuten 1 tumba 184 2 tumba 236 3 tumba 230 4 tumba 68

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Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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Eugenio R Lujaacuten Teresa Chapa Juan Pereira Ana Cabrera

Cristina Charro INTRODUCCIOacuteN El Cerro de la Mesa se situacutea en la margen derecha del riacuteo Tajo junto a la presa que recibe las aguas del embalse de Azutaacuten Su situacioacuten se entiende en funcioacuten de dos factores estrateacutegicos como son la presencia de un vado histoacuterico y la posibilidad de combinar una importante diversidad de recursos econoacutemicos El primero funcionoacute con asiduidad hasta que el Arzobispo Pe-dro Tenorio construyoacute a finales del s XIV el gran puente que hoy da nombre a la cercana poblacioacuten de ldquoPuente del Arzobispordquo a unos 7 km en liacutenea recta desde el yacimiento Ademaacutes de la importancia que supuso el control del vado el asentamiento teniacutea asegurada su subsistencia al emplazarse en el liacutemite geoloacutegico entre una zona de pastos de base graniacutetica y una extensa zona sedimentaria apta para los cultivos agriacutecolas En la actualidad el entorno del cerro se encuentra gravemente modifi-cado por la construccioacuten de la presa y sus instalaciones subsidiarias El nivel del riacuteo ha subido maacutes de 20 m tras la construccioacuten del embalse mientras que un barranco que desembocaba en el Tajo en la zona sur del yacimiento ha sido colmatado con tierra para construir una central eleacutectrica En consecuen-

mdashmdashmdashmdash 1 Este trabajo forma parte del Proyecto lsquoIdentidad y Territorio en el Valle Medio del

Tajo durante el Bronce Final y la Edad del Hierrorsquo (HAR2011-25191) financiando por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Las excavaciones en las que aparecioacute la pieza que estu-diamos han sido autorizadas y subvencionadas por la Direccioacuten General de Cultura de Casti-lla-La Mancha contando igualmente con la ayuda econoacutemica de la Diputacioacuten de Toledo Eugenio R Lujaacuten ha realizado la investigacioacuten relacionada con este trabajo dentro del marco del Proyecto lsquoEstudios de formacioacuten nominal lenguas paleohispaacutenicas e indoeuropeas anti-guasrsquo (FFI2009-13292-C03-02) financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacioacuten Agra-decemos a Javier de Hoz su lectura de un borrador previo de este trabajo y sus sugerencias e informaciones asiacute como el mapa de la fig 6

P de Bernardo F Romero C Sanz

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Fig 10 Necroacutepolis de Las Ruedas de Pintia cajita zoomorfa con decoracioacuten excisa sobre ella los trazos de sus diferentes caras con el numeral correspondiente al orden de ejecucioacuten

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