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Nutrición infantil Introducción La nutrición adecuada constituye un beneficio enorme. Las personas bien alimentadas tienden a ser más saludables y productivas y a aprender con más facilidad. La buena nutrición beneficia a las familias y las comunidades, y al mundo en general. En sentido inverso, la desnutrición tiene efectos devastadores, ya que está relacionada con más de una tercera parte de las muertes de niños y niñas en los países en desarrollo. Además, la desnutrición reduce la capacidad intelectual y productiva de quienes sufren sus efectos y perpetúa la pobreza. Aunque en la actualidad el número de niños y niñas desnutridos es menor que en el decenio de 1990, en el mundo en desarrollo unos 143 millones de niños menores de cinco años –o uno de cada cuatro– tienen peso inferior al normal, y sólo el 38% de los niños y niñas menores de seis meses son amamantados de manera exclusiva. Pese a los importantes avances que se han logrado con respecto al suministro de suplementos de vitamina A y a la duración de la sal, en muchos países la carencia de micronutrimentos continúa representando una grave amenaza a la salud pública. La posibilidad de conquistar los Objetivos de Desarrollo del Milenio depende fundamentalmente de los éxitos que se puedan lograr en la lucha contra la desnutrición. Mediante la alimentación adecuada se brinda a todos los niños y niñas el mejor comienzo posible en la vida. Desde su fundación, UNICEF ha desarrollado programas de nutrición orientados a garantizar el derecho a la nutrición adecuada de todos los niños y niñas del mundo. El organismo internacional está comprometido a incrementar y mantener el nivel de cobertura de las actuales intervenciones de nutrición de gran efecto en las esferas programáticas correspondientes a:

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Nutrición infantil

Introducción

La nutrición adecuada constituye un beneficio enorme. Las personas bien alimentadas tienden a ser más saludables y productivas y a aprender con más facilidad. La buena nutrición beneficia a las familias y las comunidades, y al mundo en general.En sentido inverso, la desnutrición tiene efectos devastadores, ya que está relacionada con más de una tercera parte de las muertes de niños y niñas en los países en desarrollo. Además, la desnutrición reduce la capacidad intelectual y productiva de quienes sufren sus efectos y perpetúa la pobreza.

Aunque en la actualidad el número de niños y niñas desnutridos es menor que en el decenio de 1990, en el mundo en desarrollo unos 143 millones de niños menores de cinco años –o uno de cada cuatro– tienen peso inferior al normal, y sólo el 38% de los niños y niñas menores de seis meses son amamantados de manera exclusiva. Pese a los importantes avances que se han logrado con respecto al suministro de suplementos de vitamina A y a la duración de la sal, en muchos países la carencia de micronutrimentos continúa representando una grave amenaza a la salud pública. La posibilidad de conquistar los Objetivos de Desarrollo del Milenio depende fundamentalmente de los éxitos que se puedan lograr en la lucha contra la desnutrición.Mediante la alimentación adecuada se brinda a todos los niños y niñas el mejor comienzo posible en la vida. Desde su fundación, UNICEF ha desarrollado programas de nutrición orientados a garantizar el derecho a la nutrición adecuada de todos los niños y niñas del mundo. El organismo internacional está comprometido a incrementar y mantener el nivel de cobertura de las actuales intervenciones de nutrición de gran efecto en las esferas programáticas correspondientes a: 1) La alimentación de los lactantes y los niños y niñas de corta edad2) Los micronutrientes 3) La seguridad alimentaria en las situaciones de emergencia 4)La nutrición y el VIH/SIDA.

 UNICEF también está comprometido con los enfoques que abarcan el ciclo vital, el establecimiento de alianzas y la creación y el mejoramiento de las intervenciones a fin de incrementar su eficacia, como la combinación de suministro de vitamina A. con otras intervenciones aceleradas en pro de la supervivencia de los niños y niñas por medio de actividades de fomento de la salud infantil.

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CRECIMIENTO, SALUD Y DESARROLLO

Una adecuada nutrición durante la infancia y niñez temprana es esencial para asegurar que los niños alcancen todo su potencial en relación al crecimiento, salud y desarrollo. La nutrición deficiente incrementa el riesgo De padecer enfermedades Y es responsable, directa o indirectamente, de un tercio de las 9.5 millones de muertes que se ha estimado ocurrieron en el año 2006 en niños menores de 5 años de edades (Figura 1). La nutrición inapropiada puede, también, provocar obesidad en la niñez, la cual es un problema que se va incrementando En muchos países.

Las deficiencias nutricionales tempranas también han sido vinculadas con problemas que comprometen el crecimiento y la salud a largo plazo. La desnutrición durante los primeros dos años de vida es causa de desnutrición crónica, la cual provocará que el adulto no alcance Su potencial para el crecimiento en talla y que sea varios centímetros más bajo. Existen pruebas que los adultos que fueron desnutridos durante la infancia temprana tienen compromiso del rendimiento intelectual. Estos adultos también pueden tener una capacidad para el trabajo físico reducida.Si las mujeres fueron desnutridas durante la niñez, se afectará su capacidad reproductiva; sus hijos pueden nacer con peso bajo y pueden tener mayor riesgo de partos complicados.El Elevado número de niños desnutridos en una población tiene consecuencias en el desarrollo del país. Por lo tanto, las consecuencias funcionales globales de la desnutrición son enormes. Los primeros dos años de vida brindan una ventana de oportunidad crítica para asegurar el apropiado crecimiento y desarrollo de los niños, mediante una alimentación óptima. Teniendo en cuenta datos confiables sobre la eficacia de las intervenciones, se estima que el logro de la cobertura universal de una lactancia materna óptima podría evitar, globalmente, el 13% de las muertes que ocurren en los niños menores de 5 años, mientras que las prácticas apropiadas de alimentación complementaria podrían significar un beneficio adicional del 6% en la reducción de la mortalidad de los menores de cinco años.

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NUTRICION LACTANTE MENOR

La leche materna es el único alimento capaz de satisfacer todos los requerimientos nutricionales durante los primeros 6 meses de vida, sin requerir otros alimentos agregados como agua o jugos. La succión precoz del calostro (primera leche) desde el nacimiento  mantiene en el niño los niveles adecuados de azúcar en la sangre, evitando la deshidratación y la pérdida exagerada de peso. Proporciona además, las inmunoglobulinas y otras proteínas para las defensas. El amamantamiento favorece la relación madre hijo, al permitir el contacto piel a piel entre la madre y el niño, ayuda a mantener la temperatura corporal del niño y evita en este último el stress.

Los niños deben recibir vitamina D en gotitas en forma diaria desde el mes de vida, las que deben ser indicadas por su médico. El hierro en forma de gotitas debe indicarse entre el 4° al 6° mes como prevención para el déficit de hierro y de la anemia por carencia de hierro. En el caso de los prematuros la indicación se hace cuando el niño duplica su peso de nacimiento.

NECESIDADES NUTRICIONALES DEL LACTANTE

Según las EFSA, las ingestas recomendadas durante la primera subetapa de la lactancia (hasta los 4 o 5 meses), se basan en el nivel medio de energía y nutrientes que contiene la leche materna, ya que será el único alimento que cubra los requerimientos energéticos y nutricionales del neonato durante sus primeros meses de vida. El lactante tiene unos requerimientos nutricionales superiores, debido a que hay que cubrir -de forma muy rápida- mayores necesidades fisiológicas -crecimiento, maduración y desarrollo del organismo-.

1. Energía Como se ha comentado anteriormente, el lactante tiene una demanda energética superior (100-115 kcal/kg/día) a la del adulto (30-35 kca/kg/día). Para cubrir estas necesidades energética, la leche materna le aporta un alto contenido en grasa (38%), entre un 48% y 54% de carbohidratos, y un 8% de proteínas. La lactancia artificial debe mantener las mismas proporciones de nutrientes. Conforme el lactante va creciendo y evolucionando, se van introduciendo nuevos alimentos que complementan sus requerimientos nutricionales, siendo los requerimientos similares a los (45-60% de carbohidratos, 20-35% de lípidos y entre el 10% y 15% de proteínas.

2. Proteínas Las proteínas suponen entre el 10-12% de la ingesta de energía, proporcionando al niño el nitrógeno necesario para renovar y sintetizar los diferentes aminoácidos o proteínas de su organismo. Durante toda la etapa de la lactancia, los requerimientos de proteínas se aproximan a 1,5 g/kg de peso/día, teniendo en cuenta que la calidad de la proteína que se ingiere durante la primera subetapa de lactancia materna es máxima y que durante la segunda subetapas, se introducen proteínas de menor calidad procedentes de la alimentación complementaria. Aunque las necesidades de proteínas en el lactante son elevadas, si se sobrepasan los niveles requeridos, el niño podría sufrir problemas metabólicos que afectarían al funcionamiento hepático y renal. Este tipo de problemas no se presentan en neonatos, ya que toman leche materna o de formula -siempre que esté bien preparado el biberón-. Sin embargo en niños que ingieren leche de vaca u otros animales, se podrían presentar las disfunciones

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mencionadas anteriormente, ya que la leche de vaca contiene una proporción proteica cuatro veces superior a la materna. Además, la leche de la vaca contiene un 80% de caseína, frente al 20% que presenta la materna. También se observan diferencias en cuanto al perfil de otras proteínas como la seroalbúmina, lactoferrina e inmunogobulina A, que alcanzan una concentración del 95% en leche materna y solo un 20% en la de vaca. Por esta razón, al preparar la leche de fórmula se reduce la cantidad y el tipo de proteína, para que sea lo más similar posible a la leche materna.

3. Lípidos Hasta los 4-5 meses de vida, el lactante requiere que entre el 50-55% del aporte energético sea de origen lipídico, descendiendo a partir de entonces hasta el 40%. La leche materna y la de fórmula contienen entre el 48-54% de grasa. Como ya se ha comentado anteriormente, el lactante presenta un déficit de lipasa pancreática y sales biliares, pero la lipasa presente en la saliva, intestino y la que contiene la propia leche, permite que el niño pueda hacer la digestión de la grasa de forma adecuada. Respecto al perfil lipídico, la leche materna contiene menor cantidad de ácidos grasos saturados y mayor de insaturados que la leche de vaca, sobre todo de ácido oleico (entre el 35-40% del total). Además, proporciona ácidos grasos esenciales -araquidónico, docosahexanoico y dihomogammalinolénico-, que no pueden ser sintetizados por el neonato. Estos ácidos grasos intervienen en la maduración del sistema nervioso y la retina. En este sentido, en las formulas infantiles se intenta adecuar el perfil lipídico al que presenta la leche materna.

4. Carbohidratos En los cuatro primeros meses de vida el aporte de carbohidratos debe representar entre un 32-48% de la ingesta, aumentando paulatinamente hasta llegar al 55-60%. La leche materna aporta alrededor de un 38% de energía en forma de carbohidratos (mayoritariamente lactosa), frente al 27% que contiene la de vaca. Recordemos que el lactante exhibe un déficit de amilasa al nacer, teniendo en consecuencia una limitación para digerir almidones. En ese sentido, las formulas infantiles no deberían contener almidón, e incorporar lactosa como carbohidrato principal emulando así la leche materna. También pueden contener otros azucares como glucosa y dextromaltosa, que se digiere en el intestino.

5. Vitaminas y minerales Al igual que ocurre con otros nutrientes esenciales, el lactante requiere mayor cantidad de vitaminas y minerales por kg/día que el resto de su vida. La leche materna presenta diferencias importantes en micronutrientes con respecto a la de vaca. Por ejemplo, la absorción de hierro y calcio es del 75% y 70%, respectivamente cuando se ingiere leche materna, descendiendo hasta el 30% y 20% cuando provienen de leche de vaca. En este sentido, el lactante tendrá un mejor aporte de vitaminas y minerales cuando se alimenta con leche materna. Así, leche de fórmula contendrá mayores niveles de estos nutrientes en su composición.

6. Agua Los requerimientos de agua en el neonato serán altos por diversas razones:o - El lactante presenta mayor superficie corporal que peso.o - La piel es mas fina y por tanto la pérdida de líquido por sudoración será mayor.o - El bebé no tiene desarrollada la capacidad de concentrar la orina, por ello necesita

mayor cantidad de agua que una persona adulta para diluir las sustancias que excreta. El agua que necesita el niño procede mayoritariamente de la leche que

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ingiere. Circunstancialmente puede necesitar un suplemento de agua para evitar una posible deshidratación a consecuencia de estar expuesto a altas temperaturas, sufrir fiebre y/o diarrea.

ALIMENTACIÓN DEL LACTANTE Y ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Durante los primeros meses de vida, el lactante se alimentará exclusivamente con leche materna, empezando a introducir paulatinamente distintos tipos de alimentos para completar su alimentación en función de la madurez fisiológica. Si el niño no pudiera seguir la lactancia natural, se utilizaran entonces formulas adaptadas que emulen la leche de la madre.

LACTANCIA NATURAL 

Desde su nacimiento, el niño debe empezar a mamar para inducir en la madre la producción de una primera secreción denominada calostro. El nacimiento, es el primer contacto del lactante con un ambiente contaminado con gérmenes. Los calostros suministran al niño las defensas inmunitarias -distintos tipos de leucocitos, inmunoglobulinas y otras moléculas-, que actúan como mecanismo de defensa frente a posibles agresiones externas. Posteriormente, entre los cuatro y nueve días tras el parto, la madre empieza a producir una leche de transición, que evolucionara a la leche madura o definitiva. Composición de la leche Al comparar la composición de los nutrientes presentes en leches de hembras de diferentes especies, se constata que existen grandes diferencias entre ellas, debido a que las crías de cada especie tienen distintos requerimientos nutricionales. Así, a la leche de fórmula diseñada a partir de leche de vaca, se le debe ajustar la composición para que se asemeje a la materna. Además de proporcionar al niño los nutrientes necesarios, la leche humana es muy rica en compuestos bioactivos, implicados en diferentes funciones que se describen a continuación: Contiene enzimas digestivas para facilitar la hidrólisis de ciertos nutrientes presentes en

la leche. Incorpora compuestos antibacterianos (bacteriostáticos) como la lisozima, capaz de

romper ciertos componentes de la pared de las bacterias. La concentración de lisozima en la leche materna es 5.000 veces superior a la descrita en leche de vaca. También contiene lactoferrina, otro antimicrobiano capaz de quelar el hierro, impidiendo de este modo el crecimiento de bacterias patógenas -el hierro no estaría disponible para las bacterias por encontrarse unido a lactoferrina-.

Los oligosacáridos presentes en la leche tienen un efecto prebiótico, es decir, favorecen la proliferación en el intestino de la microflora rica en bífidobacterias, que son muy favorables para el desarrollo del lactante, ya que impiden el desarrollo de microorganismos patógenos y favorecen la síntesis de algunas vitaminas.

La leche de la madre es una de las fuentes más importantes de bacterias para la colonización intestinal (prebióticos), observando grandes diferencias entre la flora intestinal de niños amamantados y aquellos que han sido alimentados con fórmulas infantiles. Además, en la leche materna se encuentran diferentes bacterias que presentan actividad inmunomodulara y antiinfecciosa.

Contiene Inmunoglobulinas procedentes de la madre, que actúan como anticuerpos frente a patógenos presentes en el tracto digestivo y respiratorio del lactante.

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VENTAJAS DE LA LACTANCIA MATERNA 

La composición de la leche materna, está adaptada específicamente a la fisiología, necesidades nutritivas y de crecimiento del lactante, por lo que se considera un alimento óptimo, único e inigualable. Además de aportar nutrientes y sustancias beneficiosas para la salud del niño, la lactancia materna lleva asociada otras ventajas, relatando a continuación algunas de ellas: Psicológicas. La madre se involucra directamente en la crianza, confiriéndole una

sensación de reconocimiento y relación física afectiva con su niño. Desarrollo correcto de los maxilares del bebé, debido a que al mamar el bebé adopta

una postura correcta, distinta a la derivada de la lactancia artificial. Mejor digestión y absorción de nutrientes, ya que la composición de la leche de la

madre está adaptada específicamente a la inmadurez fisiológica del lactante. La composición de ácidos grasos de la leche facilita la digestión y absorción de grasas,

contribuyendo además al desarrollo de la retina y sistema nervioso central. La osmolaridad de la leche está adaptada a las características del riñón del bebé. Condiciones higiénicas y térmicas óptimas. Protege al niño de numerosas infecciones del sistema nervioso, aparato respiratorio,

tracto digestivo, orina, oídos, ocasionadas por bacterias y virus. Se reduce la incidencia de alergias, eccemas, cólicos del lactante y vómitos y el

desarrollo a largo plazo de otras enfermedades como diabetes mellitus, enfermedad de Crohn, obesidad o cardiopatías.

En condiciones normales, la lactancia materna no presenta inconveniente alguno. A pesar de ello, no debe realizarse en situaciones especiales como las que se describen a continuación: 1) aparición de ictericias graves en el niño a consecuencia de algunos compuestos presentes en la leche materna.2) enfermedades metabólicas del lactante, como por ejemplo una intolerancia a la lactosa.3) toxiinfecciones alimentarias y otras enfermedades de la madre.4) escasa producción de leche5) alteraciones orgánicas en la madre o en el bebé. Además, también puede afectar negativamente a la lactancia natural (por tanto a la óptima), la actividad laboral de la madre durante los primeros meses de vida del lactante.

RECOMENDACIONES PARA LA LACTANCIA MATERNA 

El estímulo más importante para inducir la producción de la leche en la madre es la succión del niño. Es de gran importancia ofrecer el pecho y que el bebé permanezca en contacto con la madre, si es posible antes de la primera media hora tras el parto. Cuantas más veces se agarre el niño y se facilite el vaciado de la leche de la mama, más cantidad de leche se va a producir. Al principio se debe evitar ofrecer al bebé biberón y chupete, puesto que la forma de chupar estos objetos estimula una musculatura distinta a la que se desarrolla al succionar del pecho. Esto puede ocasionar que si el niño no succiona la mama como es debido, se produzcan grietas en el pezón, no se vacíe bien el pecho, se originen mastitis y se tenga

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menor producción de leche. También se desaconsejan las pezoneras, ya que se acorta el tiempo que pasa el bebé succionando. En principio, el niño no necesita otros suplementos distintos a la leche y si fuese necesario, se administraría siempre bajo la supervisión del pediatra. El tiempo necesario para completar cada depende de la calidad de la leche de la madre y la edad del bebé y varía de un bebé a otro.

Lo ideal es que la toma dure hasta que el niño se suelte de forma espontánea de la mama. En un principio se le ofrecerá el pecho a demanda. En ocasiones, el niño sólo obtiene la cantidad de leche necesaria de un solo pecho. Si el niño tomara de los dos pechos, es probable que no vacíe de leche completamente el último que se le ha ofrecido; por ello en la siguiente toma se le ofrecerá inicialmente del ultimo pecho. Es importante tener claro que cada pecho debe quedarse vacío alternativamente, para evitar así que se acumule leche en la mama y se pueda desarrollar una mastitis. El vaciado del pecho también facilita que el organismo de la madre, adapte la producción de su leche a las demandas específicas de su bebé. Por tanto se recomienda que el niño vacíe un pecho antes de ofrecerle el otro. La mayoría de los problemas derivados de la lactancia natural se producen por adoptar una mala posición, o bien un mal agarre del lactante, facilitando la aparición de grietas.

Cuando se da el pecho, la leche pasa desde la madre al bebé debido a 1) la expulsión activa o “subida de la leche” por la madre y, 2) la extracción de leche por succión del bebé, formando el lactante una especie de tetina que incluye un tercio del pezón y dos tercios de tejido de la mama. La madre y el bebé deben estar cómodos, manteniendo los cuerpos juntos (ombligo con ombligo). Una vez que el niño está colocado, se le debe estimular para que abra la boca -frotando los labios con el pezón- y colocarlo para facilitar el agarre, dirigiendo para ello el pezón desde abajo hacia arriba. Si la posición y succión son correctas, la madre no debería sentir dolor, ni siquiera cuando hay grietas en el pezón. Los pezones planos se convierten de forma natural una “tetina” debido a la succión del bebe, por lo que no se recomienda el uso de pezoneras. Por otra parte, no conviene que la madre pince el pecho para no deformar el pezón, impidiendo que entre bien en la boca del niño. Si la nariz del niño tocara la mama impidiéndole respirar, para separarlo se le puede desplazar hacia el otro pecho. Respecto a la higiene de la mama, tan solo es necesaria la ducha diaria de la madre. Después de cada toma, debe secarse el pecho y cambiar los discos absorbente las veces que haga falta para mantener seca la zona de los pezones. Se recomienda no fumar durante el periodo de lactancia.

De no poder evitarlo, no hacerlo nunca en presencia del niño, o antes de una toma. El tabaco contiene potentes alérgenos que pueden producir complicaciones respiratorias de cierta gravedad en el lactante. Del mismo modo, se recomienda que la madre que da el pecho no beba alcohol. También es recomendable que la madre utilice un sacaleches para aliviar las molestias derivadas del acumulo de leche, las mastitis y para utilizarla en un momento determinado, ya que la leche materna se puede conservar unos 5 días en el frigorífico y de 3 a 6 meses en el congelador. En caso de cesárea, la subida de la leche suele

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tardar más, por ello se recomienda ofrecer el pecho lo antes posible tras el parto y tener paciencia hasta que se produzca “la subida de la leche”. Si se hubiera producido un parto gemelar, se aconseja ofrecer simultáneamente cada pecho a los bebés o hacerlo de forma alternativa.

TIPOS DE FORMULAS PARA LACTANTES

LACTANCIA ARTIFICIAL 

Cuando no es posible llevar a cabo la lactancia natural, se utilizarán las fórmulas artificiales. Gracias a los conocimientos sobre la composición de la leche materna, las necesidades nutricionales del lactante y el desarrollo tecnológico, podemos encontrar en el mercado una gran variedad de fórmulas que se adaptan a diferentes circunstancias del niño. Dada la importancia de una correcta alimentación en los albores de la vida, diferentes comités relacionados con la nutrición -American Academy of Pediatrics (AAP), European Society of Pediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition (ESPHAN) y el Comité Científico de Alimentación de la Comisión Europea-, han establecido una serie de recomendaciones sobre la composición y calidad de las fórmulas lácteas, identificando dos tipos de fórmulas: i) la leche de inicio, indicada en la primera subetapa de lactancia y ii) la leche de continuación, adecuada en la segunda subetapa donde se alcanza una cierta madurez fisiológica en el lactante. 

FÓRMULAS DE INICIO Las leches de inicio o adaptadas tienen por objeto cubrir -por sí solas-, los requerimientos nutricionales del lactante hasta los cuatro-seis meses de vida. Esta fórmula se elabora modificando la composición de la leche de vaca para que se aproxime a la humana. Para alcanzar el perfil de nutrientes de la leche de la madre, se reduce la cantidad de proteínas y se ajusta el perfil de aminoácidos, grasa, vitaminas y minerales, destacando la adición de ácido docosahexanoico (DHA). Además, se incrementa la concentración de hidratos de carbono -en especial lactosa-, oligosacáridos y maltodrextrina. A las fórmulas de inicio también se les adicionan ciertos compuestos nitrogenados como taurinos, carnitina y nucleótidos. 

FÓRMULAS DE CONTINUACIÓN A partir de los cuatro a seis meses de vida, el niño puede continuar su alimentación con leche materna o bien, sustituirla por leche de continuación, introduciendo paulatinamente nuevos alimentos para que su alimentación sea complementa. La composición de la leche de continuación es más flexible que la de inicio y se puede utilizar hasta los tres años de edad, dado que el lactante ya ha alcanzado la madurez fisiológica, permitiéndole evolucionar hacia una alimentación más compleja. Para favorecen la colonización de la microbiota intestinal al igual que ocurre en niños alimentados con leche materna, ciertas fórmulas de continuación contienen probióticos y prebióticos. 

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FÓRMULAS PARA PREMATUROS Los niños prematuros nacen con una inmadurez fisiológica mayor que los niños cuya gestación ha llegado a término. Por ello, las fórmulas para prematuros han de promover el crecimiento del niño, que ocurrirá siempre que la ingesta calórica sea superior a la energía utilizada –incluyendo pérdida por heces y orina-, sin que provoque estrés en las funciones digestivas, metabólicas y excretoras. Las fórmulas para prematuros deben aportar unos 130 kcal/kg/día. Respecto a los hidratos de carbono, estas fórmulas deben incluir dextrinomaltosa y lactosa. Además, aportarán 3,5 g/kg/día de proteínas y deben suplementarse con nutrientes esenciales como taurina y carnitina, ácido araquidónico, DHA, triglicéridos de cadena media, vitaminas y minerales. 

FÓRMULAS ESPECIALES: 

Se aconseja el empleo de formulaciones artificiales en situaciones especiales relacionadas con ciertas disfunciones metabólicas del lactante, como por ejemplo una intolerancia a la lactosa.

Fórmulas sin lactosa: Se utilizan cuando el lactante presenta una deficiencia en la digestión de la lactosa por no disponer de suficiente cantidad de enzima –lactasa-, para digerirla.

Fórmulas de soja: Cuando el niño presenta una intolerancia a la proteína de la leche, se le puede ofrecer como alternativa un preparado lácteo rico en proteínas de soja.

Hidrolizados proteicos: Son fórmulas cuyas proteínas se encuentran hidrolizadas. Estas fórmulas se aconsejan cuando el lactante presenta alguna alergia a la proteína de vaca y se considera oportuno prevenirla. Como inconveniente, estos hidrolizados presentan mal sabor y una alta osmolaridad, pudiendo dañar las células del intestino.

Fórmulas elementales: Son fórmulas cuyos componentes se absorben prácticamente sin digestión, no dejando residuos. Están indicadas en caso de diarrea severa o mal funcionamiento intestinal. Son productos caros y de mal sabor.

Fórmulas anti regurgitación: A estas fórmulas se les añade un espesante para anular los vómitos y las regurgitaciones del lactante.

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LACTANCIA MIXTA

 Es aquella en la que el lactante recibe leche de la madre y artificial. Se debe adoptar este tipo de alimentación cuando la madre no tiene suficiente cantidad de leche (hipogalactia) o bien, cuando no dispone de tiempo suficiente para la lactancia natural. En el caso de hipogalactia, la madre ofrece primero el pecho y posteriormente la leche artificial, denominando a esta técnica lactancia coincidente. En caso de no poder ofrecer la leche materna de manera continua, se seguirá la técnica alternante, ofreciendo siempre que se pueda la leche materna y la fórmula láctea cuando la madre no este disponible y no se la haya extraído previamente con el sacaleches. Alimentación complementaria La alimentación complementaria se denomina también beikost, término alemán que significa “alimento adicional” y hace referencia a los alimentos -diferentes a la leche humana y fórmulas de continuación-, que van a ser incorporados paulatinamente a la alimentación del lactante. Dicha alimentación se caracteriza por el aporte diario, regular y en cantidades significativas de complementos líquidos, semilíquidos o sólidos y se debe a que:

Los requerimientos nutricionales a una determinada edad no pueden cubrirse sólo con leche. Por ejemplo, la leche materna presenta concentraciones de hierro y zinc inferiores a las necesarias en niños de 4 a 6 meses, por lo que deben suministrarse a través la ingesta de alimentos complementarios.

El niño debe aprender a masticar y desarrollar hábitos alimenticios mediante la introducción de alimentos.

En la mayoría de bebés, la lactancia materna va a proporcionar una nutrición adecuada hasta los 6 meses de edad, mientras que otros bebés van a necesitar -junto a la lactancia materna-, alimentos complementarios antes de alcanzar los 6 meses) para apoyar el crecimiento y el desarrollo óptimo del niño.

La alimentación complementaria se introduce entre los 4-6 meses de edad, época en la cual se establecen los mecanismos de regulación de la ingesta. La evidencia disponible no aconseja que se introduzca antes de los 3 meses, ya que podría aumentar el riesgo de morbilidad infecciosa.

Dado que existen factores sociales, culturales, familiares y económicos que condicionan la elección de alimentos y su preparación culinaria, a continuación se resumen algunas indicaciones que explican las razones por las cuales el lactante debe seguir, después de los 4 meses y antes de los 6 meses, una alimentación complementaria: El nuevo alimento debe introducirse en pequeñas cantidades y de forma progresiva, de manera que los cambios no sean bruscos y el organismo del lactante sea capaz de tolerarlo sin ningún problema. La incorporación del nuevo alimento se realiza una vez que el niño ha tolerado bien el anterior.

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Durante el primer año, la ingesta de leche materna, de fórmula o sus equivalentes en derivados lácteos, no debe ser inferior a 500 mL/día. Se aconseja introducir la leche de vaca tras el primer año de vida, debido a su elevada carga de solutos y a sus efectos adversos sobre el estado nutricional del hierro y el perfil lipídico.

La elección de los alimentos responderá a hábitos familiares, socioculturales y del entorno, ya que no existen evidencias científicas que especifiquen qué alimentos y en qué orden deben ser introducidos. La alimentación complementaria a los 6 meses de vida no debe suministrar al niño más del 50% de la energía necesaria.

Es aconsejable que se eduque el paladar del lactante con alimentos que no contengan mucha sal ni azúcar, para evitar el desarrollo a medio-largo plazo de hipertensión, caries, obesidad, etc.

La ingesta de agua debe ser frecuente, condicionada por la actividad y el ambiente.

En la Tabla 2 se muestran las etapas a las que se introducen los alimentos durante el primer año de vida, según los protocolos de la Agencia Española de Pediatría:

Tabla 2. Fases de introducción de alimentos en el primer año de vida. *La fruta en zumo o

pieza pueden alternarse a partir del sexto mes. Fuente: Lázaro y col. 2002

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El primer alimento no lácteo que se introduce hacia el cuarto mes son los cereales, que contienen mayormente hidratos de carbono y energía y en menor proporción proteínas, ácidos grasos esenciales, minerales y vitaminas como la tiamina. Las papillas de cereales se pueden elaborar con leche materna, fórmulas de inicio o continuación y en caso de que sean lacteadas, se elaborarán con agua. Se aconseja que las harinas que se utilizan en la fabricación de papillas no contengan gluten antes de los 6 meses de edad. Según el comité de nutrición de ESPGHAN, debe empezar a introducirse el gluten en pequeñas cantidades a partir de los 4 meses. Hacia el quinto mes y tras la alimentación complementaria con cereales, se incorpora la papilla de frutas, que además de aportar fibra, ayuda al tránsito intestinal y aporta un alto contenido en vitaminas. Tras la incorporación de la papilla de frutas, se introduce el puré (6º mes), constituido por hortalizas y verduras variadas. Las verduras foliáceas (acelgas, espinacas, col, etc.), se introducen a partir de los 9-11 meses por su alto contenido en nitratos. A estos purés de verduras se les puede añadir carne (empezando por las carnes blancas como el pollo) y un poco de aceite de oliva virgen extra. De esta manera, se consigue un puré muy completo desde el punto de vista nutricional, aportando un alto nivel calórico y fibra, vitaminas, sales y minerales como el hierro (muy importante debido a que si sólo se utiliza la leche el aporte de hierro será escaso). En el noveno mes se pueden alternar carnes y pescados blancos y al año de vida, se incorpora el huevo, la leche de vaca y el yogur, aunque la yema se le puede dar al niño a partir de los 9-10 meses. Es muy importante que el huevo este bien cocinado, para que la albúmina de la clara sea más digestiva y evitar una posible toxiinfección por la bacteria Salmonella. 

IMPORTANCIA DE LA HIDRATACIÓN

 El lactante tiene mayor susceptibilidad a sufrir deshidratación que un adulto, hecho que se agrava porque el lactante no puede comunicar a sus progenitores cuando tiene sensación de sed. En niños, la necesidad de agua se determina por las perdidas de líquido que sufren, por el agua que necesitan para el crecimiento y desarrollo y por la cantidad de solutos que ingieren en la dieta. En lactantes, las pérdidas de líquido por evaporación pueden suponer más de un 60% de la ingesta de agua. Por esta razón, el lactante necesita mayor cantidad de agua por kg de peso que un adulto. También se producen mayores pérdidas de agua cuando aumenta la temperatura ambiental o bien el niño está sometido a un proceso febril.

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Por otra parte, al contrario que ocurre en adultos aproximadamente el 50% del agua se localiza en el compartimento extracelular. Además, los riñones del lactante todavía son inmaduros por lo que serán más sensibles a posibles desequilibrios en el balance hídrico. Habitualmente, las necesidades de agua en lactantes se expresan en función de la masa corporal, ya que los niños experimentan un crecimiento rápido y continuo. Las necesidades mínimas de agua diaria dependerán de las condiciones ambientales y la dieta, recomendando la EFSA las concentraciones siguientes en función de la edad:

De 100 a 190 mL/kg/día en niños de hasta 6 meses de vida, aunque se considera que las necesidades hídricas quedan cubiertas con la aportada por la leche materna.

De 800 a 1000 mL/día en niños de 6 a 12 meses de vida.

IMPORTANCIA DEL SODIO 

Es muy importante que los alimentos introducidos durante la alimentación complementaria tengan un nivel de sal muy bajo, aunque al adulto le parezca que el alimento está muy soso. Las recomendaciones de ingesta de sal en niños de 0 a 6 meses, se basan en la ingesta media calculada a partir de la composición de la leche materna. A partir de los 6 meses, se tiene en cuenta la combinación de la leche materna y los alimentos que se introducen en la alimentación complementaria.

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NUTRICIÓN DE NIÑOS DE 1-4 AÑOS

Los niños adquieren los hábitos alimentarios, principalmente en la familia, a través de los modelos que observan en los adultos, por ello es muy importante nuestro ejemplo; dichos hábitos se establecen y adquieren en la niñez temprana, a partir del segundo año de vida; se consolidan antes de los 10 años y persisten, en gran parte, en la edad adulta. Todas estas recomendaciones son orientativas y deberán ser adaptadas a las necesidades de cada niño (edad, características personales). el objetivo, en estas edades, es educar al niño en hábitos diéteticos adecuados y en estilos de vida saludables.

La dieta equilibrada (en energía y nutrientes) debe contemplar 3 comidas principales y 1-2 ligeras. En la merienda y el recreo se aconseja darles pequeñas cantidades, evitaremos así que pierdan el apetito para la comida o la cena.

La dieta cuanto más variada, más equilibrada. Antes de concluir que un alimento no le gusta al niño es conveniente preparárselo de diferentes maneras. Hay que probar un alimento entre 8/10 veces para poder observar un aumento de su aceptación. Las dietas con poca variedad pueden ser deficitarias en algunos nutrientes. Preparar pequeñas raciones, los platos que sean atractivos a la vista (colores, formas), la temperatura de los alimentos adecuada. Ofrecer los nuevos alimentos con otros que le gusten y le sean familiares.Prepararles los alimentos con técnicas culinarias y presentaciones distintas:

No cometa el error de no darle a su hijo los alimentos que a usted no le gustan.

Es muy importante entre 1-4 años aprender a masticar correctamente: introduciendo pequeñas cantidades de comida, con paciencia y tiempo; ensalivando correctamente, incluyendo de forma progresiva alimentos con texturas diferentes.

La masticación favorece también el desarrollo del aparato fonador, con el que articulamos y producimos palabras.

Consumo moderado de sal, azúcar y miel. La sal, mejor si es yodada. Hay que limitar el consumo de productos de pastelería, chucherías, bollería,

patatas fritas, “ganchitos”… por su riqueza en grasa saturada (sobre todo vegetal

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de coco y palma), grasas parcialmente hidrogenadas, ácidos grasos trans, colesterol y sal. Estos productos tienen mucho contenido energético y escaso valor nutritivo. Son productos de fácil acceso, muy publicitados, baratos y eso hace que sean consumidos por la población en exceso. Además corremos el riesgo de que estos alimentos les sacien y no coman a su hora (comida, cena, merienda) lo que deben comer. Tampoco se deben utilizar como sustitutos de la merienda o “almuerzo/recreo”.

Las bebidas recomendadas son el agua, la leche y los zumos naturales. Evitar el consumo de bebidas azucaradas (refrescos, zumos comerciales), por su escaso valor nutricional y por la cantidad de azúcares que contienen. Se aconseja tomar 3-4 vasos de agua al día.

Se aconseja el consumo de productos frescos y del tiempo y cuando ello no sea posible los alimentos congelados.

RECOMENDACIONES ESPECÍFICAS NIÑOS/AS DE 1 A 4 AÑOS

La ingesta recomendada de energía en niños de 1-4 años es alrededor de 1300 Kilocalorías repartidas de forma equilibrada a lo largo del día: 25% desayuno, 30% comida, 15% merienda, y 30% cena. Si se les da almuerzo/recreo sería aconsejable darles pequeños trozos de fruta.

EL DESAYUNO DEBERÁ INCLUIR:

Lácteos: leche (mejor opción) o queso no graso o yogur. Sí le da leche materna o de continuación, se recomienda seguir con ella hasta los 4 años

Cereales: pan (mejor opción), repostería casera, cereales de desayuno (Preferentemente no azucarados y mejor si son integrales).

Frutas: fruta entera o zumo natural.El pan se puede acompañar con aceite de oliva (mejor opción), mermelada, mantequilla o margarina, de forma alterna.

Leche y/o derivados: se debe consumir de 3 a 4 raciones diarias (500-700cc). Una ración equivale a 125/150 ml de leche o un yogur o una loncha y media de queso o media porción de quesito individual. 1/2 quesito = 1 yogur = 1/2 vaso grande de leche (40/60 g) (125 g) (125/150 ml.)

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Carnes: elegir las magras y eliminar las grasas. Variar los distintos tipos de carnes: ternera, pavo, pollo, conejo, cordero, cerdo. Eliminar la piel de las aves y la grasa visible. Se recomienda consumir ¾ veces a la semana (raciones de 40-60 g; las raciones se irán aumentando en unos 10 gramos por año). Cuando se introduzca la carne por primera vez, a los 6 meses, se iniciará con 10/15 g y se incrementará de forma progresiva hasta los 40 g al año.

- 1er año: 40 g- 2º año: 50 g- 3º año: 60 g- 4º año: 70 g

Pescado: cuatro veces a la semana. Consumir diferentes tipos de pescado (blanco y azul) y prepararlo al horno, hervido, a la plancha. (Raciones de 50-70 g; las raciones se irán aumentando en unos 10 g por año). Es importante que el pescado esté libre de espinas.

1er año: 50 g 2º año: 60 g 3º año: 70 g 4º año: 80 g

La comida del mediodía y la cena incluirá una ración de carne o pescado. En la cena se introducirá, preferiblemente, una ración de pescado, algún día queso, dos/tres días a la semana huevo y un día a la semana pavo o jamón serrano bajo en sal o jamón cocido bajo en fosfatos y sal.

FRUTAS, VERDURAS Y HORTALIZAS

Frutas: consumo diario de 2-3 piezas pequeñas (150-200 g. al día )

Verduras/hortalizas: consumo diario de 2 raciones (150 g, aproximadamente, al día). Una ración cruda (ensalada). La cocción puede destruir algunas vitaminas, por ello hay que procurar cocerlas, al vapor, con poca agua, en olla a presión o con cierre hermético.

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El consumo de éstos alimentos en las cantidad recomendadas contribuirá al aporte equilibrado de fibra.

Como primer plato de manera alternativa se consumirá legumbres con verdura, verduras con patata y arroz/pasta.Las raciones serán de 100 g. de patata cocida (1 patata pequeña), o 75 g de pasta/arroz (1 cazo).

Legumbres: consumir de 2 a 3 veces por semana. La ración será de 30/40 g. (crudo) de plato principal (cocido, aproximadamente un cazo) o 20 g de guarnición, El consumo de legumbres cocidas asegura una dosis de hidratos de carbono de absorción lenta.

Huevos: 2 – 3 a la semana. La ración adecuada es la de un huevo pequeño, mejor en tortilla o huevo cocido.

En la merienda variar cada día: fruta o lácteos (yogur, queso no graso) o bocadillo de pan (clásico) con jamón cocido o queso no graso.

Consumo preferente de aceite de oliva tipo virgen para los aliños, para los guisos y frituras utilizar la variedad puro de oliva o girasol o maíz.

Las comidas se acompañarán de pan blanco o integral (de panadería) 20 g por ración (60 g diarios)

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NUTRICIÓN DE NIÑOS DE 4-11 AÑOS

FACTORES CONDICIONANTES DE LA NUTRICIÓN DEL NIÑO Y LA NIÑA PREESCOLAR Y ESCOLAR

Los hábitos alimentarios y las pautas de alimentación comienzan a establecerse muy precozmente, desde que se inicia la alimentación complementaria, y están consolidados antes de finalizar la primera década de la vida, persistiendo en gran parte en la edad adulta. Hay que destacar la gran importancia que tiene la familia en este periodo, que representa un modelo de dieta y conducta alimentaria que los niños y las niñas aprenden.

La importancia de la educación nutricional en los años preescolares viene determinada, porque es la etapa en la que inician el control de si mismos y del ambiente, empiezan a interesarse por los alimentos, a preferir algunos de ellos, a ser caprichosos con las comidas, a tener poco apetito, a ser monótonos, a tener miedo, a rechazar o negarse a probar nuevos alimentos. En la elección de los alimentos influyen factores genéticos, pero parecen tener mayor importancia los procesos de observación e imitación, de tal modo que el niño o la niña tiende a comer lo que ve comer a los adultos que le rodean y a sus propios compañeros. Asimismo, existe una fuerte correlación entre la frecuencia de exposición del alimento y las preferencias alimentarias.

Además de la familia, en la configuración de los hábitos alimentarios del preescolar, adquiere cada vez mayor importancia la influencia ejercida por los comedores de los centros educativos, ya que un elevado porcentaje de niños y niñas aprenden a comer en ellos y prueban los nuevos alimentos.

Con el aumento de la edad, el apetito se recupera y tienden a desaparecer las apetencias caprichosas. El niño o la niña en edad escolar desarrollan un tipo de alimentación más independiente del medio familiar. Es de destacar la pérdida progresiva del papel de una supervisión familiar adecuada en el número, cantidad y calidad de comidas o alimentos. Esto es debido a que comen en el comedor escolar o a que muchos están solos en casa durante horas sin más compañía que la TV, internet, videoconsolas, con la nevera llena de alimentos manufacturados a su libre disposición. 

Por otro lado, tienen una mayor disponibilidad de dinero, que les permite comprar una parte importante de los alimentos que consumen, sin control familiar. El desayuno suele ser rápido y escaso. En la merienda suelen abusar de los productos manufacturados de bollería, pastelería y bebidas azucaradas. El horario de las comidas se hace más irregular y está directamente relacionado con el de sus actividades educativas. La cena es la parte de la dieta diaria que suele ser controlada de forma más cuidadosa por la familia.

NECESIDADES NUTRICIONALES EN LA INFANCIA

Los patrones de alimentación y las necesidades de nutrientes durante la niñez van a estar condicionadas por las necesidades basales, la velocidad de crecimiento, el desarrollo psicológico y el grado de actividad física.

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RECOMENDACIONES DIETÉTICAS

Los aportes dietéticos recomendados más difundidos y comúnmente utilizados son los elaborados por la Food and Nutrition Board de la Academia de Ciencias Americana de (RDA 2001-2002)3 para macronutrientes y la ingestas dietéticas de referencia para diversos minerales y vitaminas (1997-2001)Estas ofrecen orientaciones de carácter general sobre las necesidades de energía y nutrientes en estas etapas de la vida. Traducidas en frecuencia de consumo de alimentos y raciones, nos pueden ayudar a diseñar una dieta saludable.

Los nutrientes son aquellas sustancias esenciales para la vida, contenidas en los alimentos que, después de los procesos de digestión y absorción, se liberan a la sangre y son distribuidas y utilizadas en todo el organismo.

Cada alimento está compuesto por diferentes nutrientes los cuales, a su vez, tienen una función biológica distinta. Así, unos proporcionan energía (calorías) y contribuyen al desarrollo y mantenimiento de diferentes estructuras del organismo (hidratos de carbono, proteínas y grasas), mientras que otros participan en distintos procesos metabólicos y, aun sin reunir las características anteriores, también son vitales para el organismo (vitaminas y minerales).

La proporción adecuada entre los nutrientes para constituir una dieta equilibrada debería ser aproximadamente la siguiente, aunque según las últimas RDA hay un amplio margen de variabilidad:

15% proteínas          30% grasas

          55% glúcidos.

Estas necesidades de nutrientes pueden ser cubiertas en esta etapa de la vida, mediante el consumo de alimentos de los siguientes grupos esenciales:

Leche y productos lácteos.         Carnes, huevos y pescados

         Cereales, legumbres y tubérculos         Verduras y frutas.

En la siguiente tabla se recogen las ingestas recomendadas para energía y nutrientes 1,3Ingestas recomendadas para energía

Categoría Edad (años)

Energía Kcal/día

Niños/Niñas 4-8 1200-1800Niños/Niñas 9-13 1600– 2000

 Fuentes: United States Department of Agriculture Center for Nutrition Policy and Promotion.Abril2005

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1 Niño/a Sedentario/a: realiza solo actividades habituales en casa o centro escolar2 Niño/a Activo/a: más de 60 minutos al día de actividad moderada, además de las actividades habituales

Ingestas recomendadas para proteínas, hidratos de carbono, grasas y fibra 2

Categoría

Edad (años)

Proteínas g/kg peso

Proteínas g/día

Hidratos de carbono g/día

Grasas %calorías totales

Fibra g/día

Niños/Niñas

3 -8 0,95 19 130 25 - 35 25

Niños/Niñas

9-13 0,95 34 130 25 -30 31/26

NECESIDADES ENERGETICAS

Todos los alimentos, en función de su contenido en nutrientes, aportan calorías, en mayor o menor grado. Los alimentos al consumirse liberan estas calorías que nos permiten mantener nuestras funciones vitales (temperatura, respiración, etc.), amén de proporcionarnos la energía necesaria para crecer, trabajar, desarrollar la actividad física, etc.

Las recomendaciones energéticas en las edades preescolar y escolar deben ajustarse de forma individual, teniendo en cuenta el peso, la velocidad de crecimiento y el grado de actividad física. Ello determina que los valores dados para las necesidades nutricionales y los aportes recomendados tengan sólo un valor orientativo. Proporcionan puntos de referencia para aplicarse a colectividades (comedores escolares, centros de vacaciones, etc.), pero no deberían en ningún caso ser utilizados como bases rígidas para la alimentación de un niño o una niña

NECESIDADES DE PROTEÍNAS

Las necesidades de proteínas se expresan en relación con el peso corporal ideal, el que corresponda a la estatura y desarrollo. Son muy altas en los lactantes, disminuyen posteriormente y se elevan de nuevo en la pubertad. Cumplen un papel principalmente de mantenimiento de la estructura corporal. Podemos distinguir dos tipos de proteínas en la dieta habitual:

Proteínas de origen animal: proceden de la carne, pescado, leche, huevos, derivados cárnicos (embutidos, jamones, patés, etc.) y derivados lácteos (yogures, quesos, natillas, etc.). Estas proteínas son las de mayor calidad (mayor valor biológico) porque cubren las necesidades proteicas adecuadamente.

Proteínas de origen vegetal: provienen de los cereales, las legumbres, hortalizas, frutos secos y la soja. Estas proteínas son de inferior calidad, pero la combinación entre ellas (por ejemplo cereales, legumbres y verduras) nos permite obtener proteínas similares a las de origen animal.

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La alimentación diaria debe mantener un aporte de proteínas entre un 11-15% de la energía total, debiendo ser un 60% de las mismas de origen animal y un 40% de origen vegetal.

NECESIDADES DE GRASAS

Se recomienda que la grasa aporte un máximo del 35 % de las calorías de la dieta, con una proporción de ácidos grasos monoinsaturados del 15-18% y que la grasa saturada no sobrepase el 10%.

Como alimentos grasos destacamos:

Con grasas predominantemente Insaturadas:     Aceite de oliva     Frutos secos: nueces, almendras, avellanas y cacahuetes     Aguacate

Con grasas predominantemente saturadas:     Mantequilla, tocino, panceta, manteca de cerdo

NECESIDADES DE CARBOHIDRATOS Y FIBRA

Los hidratos de carbono constituyen la principal fuente de energía de la alimentación humana (aproximadamente un 50%) por lo que hay que estimular el consumo de los alimentos que los contienen. Proceden mayoritariamente de los vegetales: cereales, verduras, hortalizas, frutas, legumbres.

Hay dos tipos fundamentales de hidratos de carbono: los complejos como los que se encuentran en los cereales, y los simples, como el azúcar. Una alimentación saludable debe contar con cantidades adecuadas de ambos, pero con un predominio de los complejos.

• Alimentos que contienen hidratos de carbono complejos: arroz, pan, pastas, patatas, legumbres• Alimentos que contienen hidratos de carbono simples: azúcar, mermelada, miel, frutas, dulces en general.

Dentro de este grupo se encuentra la fibra dietética, de gran importancia para el funcionamiento del tubo digestivo (previene el estreñimiento), pero también ayuda a reducir el colesterol y disminuir los niveles de glucemia en los diabéticos. 

Los alimentos que la contienen son:• Cereales integrales• Legumbres• Verduras, ensaladas, frutas• Frutos secos

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NECESIDADES DE VITAMINAS Y MINERALES

Las vitaminas son sustancias nutritivas esenciales para la vida, que se encuentran dentro de los alimentos y que carecen de aporte calórico. La forma de asegurar un aporte adecuado de todas las vitaminas es proporcionar al escolar una alimentación variada, con una elevada presencia de frutas y verduras. Los minerales son igualmente esenciales para la vida. En la etapa escolar son de especial importancia:

EL CALCIO es esencial para la formación del esqueleto. La alimentación debe ser rica en productos que lo contengan, sobre todo:Productos lácteos: leche, queso, yogur, batidos, postres lácteos en generalPescado, en especial aquellas variedades que pueden consumirse con espinas (boquerones, sardinillas en conserva, etc.)

Las necesidades de hierro son muy elevadas durante los periodos de crecimiento rápido, por lo que el aporte de este mineral es esencial en la edad escolar. Como fuentes alimentarias destacamos:Hígado, riñones, carne de vacuno en general, yema de huevo, moluscos (mejillón), legumbres, frutos secos, pasas, ciruelas secas, cereales de desayuno.

El yodo. El consumo de sal yodada para condimentar las comidas es una práctica deseable, porque garantiza la presencia de este importante mineral en la dieta. Otras fuentes son los pescados marinos y sal yodada

LA DIETA SALUDABLE

Una dieta saludable se puede definir como aquella que tiene una proporción de alimentos que se ajusta a la distribución contemplada en la dieta equilibrada en términos de nutrientes. Los alimentos que la integran son aptos para el consumo, desde el punto de vista de la higiene y la seguridad alimentaria, y su forma de preparación y presentación respeta las características psicosociales del grupo concreto de consumidores.

Los objetivos de la dieta saludable en esta etapa son:

Cubrir las necesidades energéticas y reguladoras que permitan el correcto crecimiento y desarrollo de los niños y de las niñas.

Instaurar hábitos alimentarios saludables y evitar la aparición de enfermedades crónicas en la edad adulta.

Permitir el correcto desarrollo psicosocial del niño o de la niña  y su aprendizaje.

DISTRIBUCIÓN DE LAS COMIDAS

Diversos estudios sobre la distribución de las calorías a lo largo del día aconsejan que:Un 25% de las calorías se tomen en la primera comida del día, es decir en el desayuno, un 30-40% en la comida del mediodía, un 10-15% en la merienda y un 20-30% en la cena.

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EL DESAYUNO

El desayuno es una de las tomas del día más importantes y debería cubrir, al menos, el 25% de las necesidades nutritivas del escolar. un aporte inadecuado puede provocar una disminución de la atención y del rendimiento en las primeras horas de clase y, por otro lado, inducir una sensación de hambre más intensa a la hora del recreo y una ingesta más copiosa de alimentos no adecuados (chucherías, bollería, etc...), lo cual a su vez puede redundar en que lleguen con menos apetito al almuerzo.

En España, un 8% de los niños y de las niñas no desayuna y de un 20 a un 30% lo hace de manera insuficiente. para que un niño o una niña desayune de buen grado por la mañana hay que reunir ciertas condiciones: levantarse suficientemente temprano para tener tiempo para comer (debemos calcular un mínimo de 15 minutos). Si puede lavarse y arreglarse antes de desayunar, estará más despierto a la hora del desayuno.

Debe ponerse la mesa de la manera más agradable posible, con la comida preparada al igual que en otras comidas del día. Evitar la monotonía en los desayunos. La variedad es lo que más estimula el apetito del niño. Un buen desayuno debe constar de: un lácteo, cereales (pan, cereales de desayuno, galletas) y alguna fruta. a media mañana se puede tomar una fruta, un yogur o un bocadillo pequeño.

ALMUERZO

Dada la necesidad de incorporar una amplia variedad de alimentos en nuestra dieta diaria para mantener un adecuado estado nutricional, el almuerzo, que es la comida más consistente en nuestro medio, constituye una buena oportunidad de incorporar alimentos de todos los grupos.Teniendo en cuenta que los niños y las niñas cada vez utilizan más el comedor escolar, una buena planificación de los menús del centro puede contribuir de forma muy importante al equilibrio alimentario del día. Los padres deben de estar informados del menú diario con el objeto de completar los aportes diarios con la comida familiar.En la planificación de los menús se debe potenciar los guisos de “cuchara” como plato principal.

La comida debe estar compuesta por: Arroz, pastas, patatas o legumbres, 1 ración. Ensaladas o verduras como ración o guarnición. Carne, pescado o huevos, alternativamente, y en función de su aporte en el guiso.

Debe priorizarse el consumo de pescado y carnes blancas. Pueden ser sustituidos por una ración de legumbres u otra ración de alimento proteico (queso, fiambre no graso), PanLa fruta ha de constituir el postre habitual.

Bebida: aguaComo recomendaciones adicionales se deberían evitar raciones abundantes y procurar que la verdura ocupe una parte importante del plato.

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LA MERIENDA

La merienda nos brinda la oportunidad de completar el aporte energético del día. Suele ser muy bien aceptada por los niños y por las niñas y debe basarse en: lácteos, frutas naturales, zumos naturales y bocadillos diversos, según el apetito del niño o de la niña  y de su gasto energético (no debe ser nunca excesiva).Se recomienda que la bollería no se consuma más de una vez por semana.La denominada “merienda cena “es una opción nutricional aceptable cuando se incluyen alimentos suficientes y variados y se practica ocasionalmente.

LA CENA

La cena es la última comida del día y debemos procurar incluir aquellos alimentos que no se han ingerido a lo largo del día y en preparaciones culinarias fáciles de consumir y digerir. Se debe planificar su horario de forma que el niño o la niña no tenga que irse a dormir inmediatamente después de cenar.Como platos propios de la cena se sugieren:

Purés de verduras. Sopa de verduras o pasta ligeras. Ensaladas variadas que pueden incluir diferentes verduras y pequeñas raciones de

arroz, pastas, frutos secos que enriquecen su contenido nutricional. Raciones pequeñas de carnes, huevos y pescados, dependiendo de lo que se haya

tomado en la comida del mediodía. Pan Postre: fruta Bebida: agua

Es recomendable tomar un vaso de leche caliente antes de dormir, favorece la conciliación del sueño

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ALIMENTACIÓN DEL LACTANTE Y DEL NIÑO PEQUEÑO.

META De acuerdo con la Estrategia Mundial sobre Infand and Young Child Feeding (OMS-UNICEF 2003), el objetivo general del UNICEF en esta área de programas es la de proteger, promover y apoyar las prácticas de alimentación infantil óptima del lactante y. Los resultados esperados son la mejora del estado nutricional, el crecimiento, el desarrollo, la salud y en última instancia, la supervivencia de los lactantes y niños pequeños.Es bien reconocido que el periodo desde el nacimiento hasta los dos años de edad es la "ventana de tiempo crítica" para la promoción de un buen crecimiento, la salud y el desarrollo conductual y cognitivo. Por lo tanto, una óptima alimentación del lactante y del niño pequeño es crucial durante este período. Alimentación óptima de lactantes y niños pequeños significa que las madres tienen la facultad de iniciar la lactancia durante la primera hora de vida, la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses y continuar con la lactancia por dos años o más, así como con caja fuerte, apropiado para la edad, la alimentación complementaria nutricionalmente adecuada, que responda a partir de seis meses. La nutrición materna también es importante para garantizar el buen estado de nutrición del lactante, así como la salvaguardia de la salud de la mujer.

CUESTION

La lactancia materna exclusiva es la manera perfecta para proporcionar el mejor alimento para los primeros seis meses de un bebé de la vida, en beneficio de los niños de todo el mundo. Pero la lactancia materna es mucho más que la comida solo, los bebés amamantados son menos propensos a morir de diarrea, infecciones respiratorias agudas y otras enfermedades: un niño no amamantado tiene 14 veces más probabilidades de morir n los primeros seis meses de un niño con lactancia materna exclusiva. La lactancia materna es compatible con los sistemas inmunes de los bebés y ayuda a proteger contra las enfermedades crónicas más tarde en la vida, como la obesidad y la diabetes.  La lactancia materna subóptima sigue representando un estimado de 800.000 muertes de niños menores de cinco años anualmente (13% del total de muertes de niños), de acuerdo con la serie de Nutrición Lancet 2013 . Los datos más recientes indican que sólo el 39 por ciento de los niños de 0-5 meses en el mundo en desarrollo son amamantados exclusivamente, el 60 por ciento de los niños de 6-8 meses son amamantados y dado alimentos complementarios y el 58 por ciento de los jóvenes de 20 a 23 meses se proporcionado con la lactancia materna continua. Entre los recién nacidos, sólo el 42 por ciento se inició la lactancia materna en la primera hora después del nacimiento.

Adecuada alimentación complementaria de los niños entre 6 meses y dos años de edad es especialmente importante para el crecimiento y el desarrollo y la prevención de la desnutrición. La desnutrición infantil sigue siendo un problema de salud importante en entornos de escasos recursos. Más de un cuarto de los niños menores de cinco años de edad

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en los países en desarrollo, o 165 millones de niños, se atrofian (baja talla para la edad), y grandes proporciones también son deficientes en uno o más micronutrientes. 

Eso significa que requieren la adición de alimentos de calidad de nutrientes densos altos en cantidades suficientes para su dieta junto con la lactancia materna continua.Hay evidencia de que las prácticas de alimentación complementaria son generalmente pobres en la mayoría de los países en desarrollo, lo que significa que muchos niños siguen siendo vulnerables a los resultados en gran parte irreversibles, como retraso en el crecimiento y desarrollo cognitivo deficiente, así como a un incremento considerable los riesgos de enfermedades infecciosas como la diarrea y la neumonía.

MICRONUTRIENTES: EL YODO, EL HIERRO Y LA VITAMINA A

INTRODUCCIÓN

Los micronutrientes aumentan el valor nutricional de los alimentos y ejercen profundas consecuencias sobre el desarrollo de los niños y la salud de las madres. UNICEF trabaja con los gobiernos y con diversos organismos públicos y privados para distribuir micronutrientes esenciales, entre ellos hierro, yodo, vitamina A y folato.La grave emergencia provocada por el tsunami puso de manifiesto la urgente necesidad de administrar suplementos múltiples de micronutrientes a los niños y las niñas de 6 a 59 meses de edad, así como también a las mujeres embarazadas y lactantes, durante las situaciones de emergencia. Una consulta mundial que se llevó a cabo en Panamá, en noviembre de 2005, aprobó la recomendación de distribuir suplementos de multivitaminas y minerales básicamente en casos de emergencia, y posteriormente en situaciones normales, y definir con los aliados un marco para aplicar esta medida no solo a nivel de países y regiones, sino también a nivel mundial. Con base en esa recomendación, la Organización Mundial de la Salud, el Programa Mundial de Alimentos y UNICEF emitieron, en marzo de 2006, una Declaración Conjunta para Prevenir y Controlar la Carencia de Micronutrientes en las Poblaciones Afectadas por Emergencias, cuyas directrices se están definiendo actualmente. La División de Suministros de UNICEF está actualizando las especificaciones de los productos existentes e identificando aquellos que podrían ser útiles para los países en caso de presentarse una emergencia.

SUMINISTRO DE MICRONUTRIMENTOS ESENCIALES: EL YODO

META: Lograr la eliminación sostenible de los trastornos derivados de la carencia de yodo

“El éxito de la campaña para la yoduración universal de la sal demuestra que, en pocos años, el régimen alimentario de los niños, las niñas, las mujeres y las familias de todo el mundo puede modificarse sin grandes cambios pero con enormes beneficios mediante una acción concertada a nivel mundial, nacional y local.” – Carol Bellamy, ex Directora Ejecutiva de UNICEF.

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EL DESAFÍO

La carencia de yodo es la causa principal de retraso mental y lesiones cerebrales prevenibles. Los efectos más nocivos de la carencia de yodo se dan en el cerebro del feto durante el embarazo y en los niños de corta edad durante los primeros años de vida. Asimismo, la carencia de yodo aumenta las tasas de mortalidad infantil, abortos espontáneos y mortalidad fetal tardía.

La mayor parte de los niños y niñas cuyas madres padecieron insuficiencia de yodo durante el embarazo tienen un aspecto normal pero han sufrido lesiones cerebrales y una disminución del cociente intelectual, lo cual afecta su capacidad de desarrollarse plenamente. Estos lactantes aparentemente normales sufrirán más adelante problemas de aprendizaje en la escuela y tendrán dificultades para continuar con su educación escolar.

Otros niños y niñas cuyas madres padecieron carencia de yodo durante el embarazo pueden presentar un retraso grave en el desarrollo físico y mental que se pone de manifiesto con una inflamación de la glándula tiroides llamada bocio. Otros síntomas de este retraso son los defectos en el habla, la sordera y el cretinismo. Sin embargo, esos casos sólo constituyen la punta del témpano y, en muchos de ellos, es demasiado tarde para revertir los efectos de la carencia de yodo. Por lo tanto, la labor de UNICEF se concentra en los casos "subclínicos" de los trastornos causados por la carencia de yodo, o en los niños y niñas que presentan una carencia de yodo más leve y que parecen normales pero han perdido de 10 a 15 puntos de su cociente intelectual. No obstante, todos los trastornos causados por la carencia de yodo se pueden prevenir con una cucharadita de yodo repartida en cantidades minúsculas y en lapsos periódicos durante toda una vida a un costo mínimo (cinco centavos de dólar estadounidense por persona cada año).

Durante la Cumbre Mundial en favor de la Infancia llevada a cabo en 1990 se estableció como meta la eliminación virtual de la carencia de yodo para el año 2000. Con la fortificación de la sal se han realizado avances muy importantes. En 1990, la proporción de hogares que consumía sal yodada en los países en desarrollo no alcanzaba el 20%, mientras que hoy supera el 70%. El uso cada vez mayor de la sal yodada protege a unos 91 millones de niños y niñas de las disminuciones en la capacidad de aprendizaje y los demás problemas intelectuales causados por la carencia de yodo.

Sin embargo, la batalla para prevenir la carencia de yodo aún no ha terminado. En los países en desarrollo, en un 30% de los hogares no se consume sal yodada, lo cual deja desprotegidos a 41 millones de lactantes y recién nacidos. Se deben tomar medidas para garantizar que las mujeres consuman sal yodada durante el embarazo a fin de que sus hijos reciban la protección necesaria. También se deben tomar medidas para mantener en el tiempo los avances logrados hasta la fecha. La formación de organizaciones nacionales de

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vigilancia en las que participen el sector público, el sector privado y las agrupaciones de consumidores constituye un método de vigilancia importante en todos los países.

LA SOLUCIÓN

UNICEF colabora con diversas organizaciones públicas y privadas para eliminar la carencia de yodo mediante la yoduración universal de la sal. Entre los aliados de UNICEF en esa causa se encuentran los productores de sal, los gobiernos de distintos países, el Consejo internacional de lucha contra los trastornos causados por la carencia de yodo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Iniciativa sobre micronutrimentos, el Banco Mundial, Kiwanis International, los docentes de escuela, los grupos de consumidores y los niños y niñas que asisten a distintas escuelas de todo el mundo.

Uno de los casos más extraordinarios es el de China, donde en el decenio de 1990, la tasa de yoduración de la sal aumentó del 39% al 95%. Otros países donde la yoduración de la sal alcanzó niveles muy elevados fueron Jordania (con una cobertura que pasó del 5% a cerca de un 90%) y Bangladesh (con un aumento en la yoduración del 20% al 70%). Los países de América latina, como Perú, tienen una larga historia de compromiso con la yoduración de la sal, mientras que entre los casos más notables de África se encuentran los de Nigeria y Kenya.La amplitud y el alcance de las actividades de promoción y defensa a nivel nacional es una de las razones que explican el enorme éxito logrado en materia de yoduración de la sal durante el decenio de 1990. A fin de conquistar la meta de eliminar la carencia de yodo para el año 2005, UNICEF está reanudando las actividades de fomento y defensa en el marco gubernamental para que los diversos gobiernos se comprometan con dicha meta y fomenten la participación de los productores de sal, a fin de que el proceso perdure. Asimismo, UNICEF colabora intensamente con la sociedad civil y las escuelas, con el propósito de generar una mayor demanda de sal yodada. 

LA SITUACIÓN EN DIVERSOS PAÍSES:

Los trastornos causados por la carencia de yodo constituyen uno de los principales problemas de salud en la República Democrática Popular de Laos. Se trata de uno de los países más afectados por esos trastornos debido a que el relieve montañoso y la acción de los vientos monzones impiden que el suelo retenga los micronutrimentos. Con el apoyo de UNICEF, el gobierno de Laos y los productores de sal se comprometieron a mejorar el consumo de yodo de la población y a poner en práctica el proyecto de “Eliminación de los trastornos causados por carencia de yodo”. Gracias a esta alianza, más del 90% de los hogares de Laos consumen actualmente sal yodada.

En el Nepal también se han logrado avances considerables hacia la meta de la yoduración universal de la sal. Toda la sal que se importa de India es yodada antes de ser distribuida en el mercado. La mala calidad de la sal yodada en algunas zonas y la preferencia de la población por la sal gruesa limitan relativamente el progreso hacia la meta, dado que las

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prácticas de manipulación, comercialización y almacenamiento de la sal de ese tipo causan una pérdida considerable de yodo.

Debido a que un tercio de los hogares del Nepal aún consume sal con bajo contenido de yodo, UNICEF procura concienciar a la población acerca de la necesidad de consumir sal yodada y de los trastornos causados por la carencia de yodo. Asimismo, UNICEF supervisa el suministro de sal yodada y colabora con los productores de sal para mejorar la calidad y el envasado del producto.

En Vietnam, UNICEF ha concentrado las actividades de eliminación de los trastornos causados por la carencia de yodo en el delta del río Mekong, ya que allí se registra una alta prevalencia de los trastornos causados por la carencia de yodo y la cantidad de hogares que consumen sal yodada es muy limitada. UNICEF ha proporcionado sistemas de refinamiento de sal a sus homólogos para mejorar la calidad de la sal yodada y brinda su apoyo a las iniciativas gubernamentales para que la sal yodada esté al alcance de todos en esa región.

SUMINISTRO DE MICRONUTRIMENTOS ESENCIALES: EL HIERRO

META: Reducir en un tercio la prevalencia de la anemia y la carencia de hierro para el año 2010

“Nuestro desafío actual consiste en lograr que más países traten el problema de la carencia de hierro y en colaborar con ellos para tomar medidas que mejoren la salud y la calidad de vida de sus habitantes, así como también la productividad económica.” Carol Bellamy, Directora Ejecutiva de UNICEF

EL DESAFÍO

La carencia de hierro es el problema nutricional más generalizado del mundo. La padecen entre 4.000 y 5.000 mil millones de personas, y se calcula que 2.000 millones sufren anemia.  Los más vulnerables son las mujeres y los niños de corta edad. En los países en desarrollo, el 50% de las embarazadas y entre el 40% y el 50% de los menores de cinco años tienen carencia de hierro. Los avances en la eliminación de la carencia de vitamina A y de yodo han superado ampliamente los avances en la eliminación de la carencia de hierro. Es más, durante el decenio de 1990 no se registró ninguna variación importante en la tasa de madres anémicas.

La anemia aumenta el peligro de hemorragias y sepsis (infección bacteriana aguda) durante el alumbramiento y está relacionada con las muertes maternas. La anemia en las madres también puede provocar el nacimiento prematuro o el bajo peso al nacer de sus hijos, quienes a su vez se encuentran más propensos a contraer infecciones, tener un sistema inmunológico debilitado, presentar problemas de aprendizaje, no alcanzar un desarrollo físico adecuado y, en los casos más graves, morir.

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LA SOLUCIÓN

La carencia de hierro y la anemia afectan gravemente la vida y la productividad tanto de los adultos como de los niños y niñas. Sin embargo, se trata de problemas de salud que se pueden combatir desde distintos frentes. El consumo de suplementos de hierro y ácido fólico durante el embarazo, por ejemplo, ayuda a prevenir la anemia en la madre y los defectos graves del tubo neural en el feto, como la espina bífida y la anencefalia.

UNICEF hace uso de las campañas educativas para resaltar la importancia del hierro en la alimentación. Cuando los alimentos ricos en hierro (como el hígado, las carnes rojas, el huevo, el pescado, el pan integral y las legumbres) no están al alcance de todos por motivos económicos o de otra índole, existe la alternativa de fortificar los alimentos básicos (como la harina) para suministrar suplementos de hierro a una mayor parte de la población. Por último, en los países donde el paludismo es un mal endémico, las intervenciones que apuntan a erradicarlo, como la distribución de mosquiteros, resultan fundamentales para prevenir la anemia, dado que el paludismo es una de sus causas subyacentes más importantes.

LA SITUACIÓN EN DIVERSOS PAÍSES:

En algunas zonas del Yemen, hasta un 80% de la población sufre anemia por carencia de hierro. Asimismo, en ese país la atención médica es deficiente y se registran graves problemas relacionados con el paludismo y los parásitos intestinales, dos enfermedades que pueden agravar la anemia. Por lo tanto, la eliminación de la anemia debe abordarse desde distintos frentes: la fortificación de los alimentos, el suministro de administración de suplementos, la eliminación de los parásitos, la lucha contra el paludismo y el mejoramiento de la atención médica en materia de obstetricia y salud reproductiva.

SUMINISTRO DE MICRONUTRIMENTOS ESENCIALES: LA VITAMINA A

META: Lograr la eliminación sostenible de la carencia de vitamina A para el año 2010

EL DESAFÍO

La vitamina A es un micronutriente esencial para el sistema inmunológico. Se calcula que un mínimo de 100 millones de niños y niñas menores de cinco años padecen carencia de vitamina A, que provoca la ceguera en los casos más graves y aumenta los riesgos de morir de enfermedades como el sarampión, la diarrea y las infecciones respiratorias agudas.

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La eliminación de la carencia de vitamina A ha presentado muchos avances en poco tiempo. Ahora lo más importante es garantizar que esos avances sean sostenibles y proteger a los niños y niñas que aún no estén protegidos. Un ejemplo de los avances logrados es la combinación de las campañas de vacunación contra la poliomielitis con los programas de suministro de suplementos de vitamina A. Sin embargo, dichas campañas de vacunación están llegando a su etapa final a medida que nos acercamos a la meta de la erradicación mundial de la poliomielitis, y por ello será necesario encontrar otro mecanismo de suministro de suplementos de vitamina A.

Otro desafío consiste en enseñar a los gobernantes, los profesionales de la salud, los encargados de formular políticas y el público en general cuáles son los beneficios del suministro de los suplementos, así como también disipar los miedos acerca de la peligrosidad que representan para la población infantil. En el pasado se consideraba que la carencia de vitamina A sólo causaba ceguera y, por lo tanto, en muchos países las actividades relacionadas con ese mal han quedado limitadas a los programas de prevención de la ceguera. En otros, ni siquiera se han tomado medidas para reducir la carencia de vitamina A ni se ha evaluado la gravedad del problema.

LA SOLUCIÓN

UNICEF tiene tres estrategias para eliminar la carencia de vitamina A: el suministro de suplementos de vitamina A, la fortificación de los alimentos básicos y el fomento de una alimentación variada. El amamantamiento está contemplado dentro de la estrategia de fomento de una alimentación variada, ya que los lactantes reciben en la leche materna toda la vitamina A que necesitan.

En su carácter de integrante de la Iniciativa mundial sobre la vitamina A, UNICEF brinda su apoyo a las actividades de suministro de suplementos durante las actividades sanitarias locales o nacionales, como las campañas de vacunación. Asimismo, UNICEF colabora con la fortificación de los alimentos básicos, como el azúcar, y con la distribución nacional de suplementos para la población infantil y las mujeres que están amamantando a sus hijos o que están en el puerperio. Entre los integrantes de la Iniciativa mundial sobre la vitamina A figuran, además de UNICEF, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Organismo Canadiense de Desarrollo Internacional (CIDA), el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Iniciativa sobre Micronutrimentos.

La función de UNICEF consiste en colaborar con la planificación logística, proporcionar suplementos y, por último, colaborar en las labores de supervisión y evaluación del sistema en general. UNICEF suministra el 95% de los suplementos de vitamina A que se distribuyen en los países en desarrollo, y el grueso de los fondos proviene de la Iniciativa sobre Micronutrimentos. Con el solo suministro de un suplemento de vitamina A, que cuesta apenas dos centavos por cápsula, es posible aumentar hasta en un 25% las probabilidades de supervivencia de los niños. El suministro de vitamina A las mujeres embarazadas también puede reducir la tasa de mortalidad materna. En la actualidad, la mayoría de los niños y niñas de más de 40 países reciben al menos un suplemento de

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vitamina A por año. UNICEF calcula que cada año se evitan unas 300.000 muertes infantiles gracias al suministro de suplementos de vitamina A.En los países con tasas elevadas de mortalidad infantil, garantizar que los niños reciban suficiente vitamina A entre los seis y los 59 meses puede constituir la intervención sanitaria más rentable en términos de supervivencia. Otra opción eficaz en función de los costos es la fortificación de los alimentos básicos que consume la mayoría de la población y cuyo proceso de producción así lo permite, como la harina y el aceite. En un gran número de países centroamericanos, como Guatemala y Honduras, la fortificación del azúcar ha resultado muy exitosa.

Por último, se puede garantizar un consumo adecuado de vitamina A mediante la incorporación de carne, huevo, frutas, aceita de palma roja, vegetales de hoja verde y zanahoria en la alimentación cuando esto resulte posible.

LA PROTECCIÓN DEL DERECHO A LA NUTRICIÓN EN LAS SITUACIONES DE EMERGENCIA

META: Prevenir la mortalidad maternoinfantil y restaurar los programas y los servicios básicos de salud.

 “El UNICEF no realiza intervenciones únicas. Por lo general, ya cuenta con un programa en curso dentro de cada país y posee su propio plan de emergencia. El desafío consiste en averiguar qué clase de apoyo adicional se necesita en cada situación sin perder de vista la meta de crear o fortalecer a largo plazo programas de nutrición eficaces y sostenibles.” – Dra. Marjatta Tolvanen, Oficial de Proyectos del UNICEF, Nutrición en situaciones de emergencia

EL DESAFÍO

En el decenio de 1990 se elevó de manera pronunciada la cantidad de conflictos armados y desastres naturales. Hoy en día hay 35 millones de refugiados y desplazados en todo el mundo, el 90% de los cuales son mujeres y niños. 

La desnutrición infantil aumenta de forma considerable durante las situaciones de emergencia, y sus efectos mortales son más veloces. En los casos de conflictos armados o desastres naturales, las muertes infantiles no son en su mayoría consecuencia directa de ellos sino que resultan de la escasez de alimentos, de la carencia de agua potable, de la atención médica insuficiente y de las deficiencias en materia de saneamiento e higiene. La gran mayoría de las niñas y los niños afectados acaban muriendo de sarampión, diarrea, infecciones respiratorias y desnutrición grave.

Durante las emergencias es fácil que se presenten carencias de micronutrientes, o que esas carencias empeoren si ya existen. Esto se debe a la pérdida de las cosechas y los medios de subsistencia; al desabastecimiento de los productos alimentarios; a las enfermedades diarreicas, que llevan a la pérdida de nutrientes y a la malabsorción, y a las enfermedades

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infecciosas, que suprimen el apetito, a la vez que aumentan la necesidad de micronutrientes para combatir la enfermedad. 

LA SOLUCIÓN

Cuando se produce una emergencia, la principal prioridad del UNICEF consiste en prevenir la muerte y la desnutrición de las personas afectadas, en especial de las más vulnerables, como la población infantil, las embarazadas y las madres que amamantan a sus hijos. El UNICEF evalúa las necesidades nutricionales y sanitarias de los sectores afectados, proporciona micronutrimentos esenciales, brinda su apoyo a los centros de alimentación terapéutica para los niños y niñas que padecen desnutrición grave, entrega alimentos para los huérfanos y procura que los lactantes sean bien alimentados, especialmente con leche materna. Gracias a su gran capacidad de distribución y a su presencia en todas las zonas críticas, el UNICEF puede garantizar la entrega rápida de alimentos y otros suministros de socorro.

Para obtener la dosis diaria recomendada de micronutrientes, los alimentos se suelen enriquecer con estas sustancias. Sin embargo, los alimentos enriquecidos muchas veces no satisfacen las necesidades de ciertos subgrupos vulnerables desde el punto de vista nutricional, como las mujeres embarazadas, las mujeres lactantes y los niños y niñas de seis a 59 meses de edad. Para solucionar este problema, la OMS y UNICEF desarrollaron un suplemento de micronutrientes múltiples para consumo diario, que corresponde a la ingesta de nutrientes recomendada para esos subgrupos vulnerables. En marzo de 2006, la Organización Mundial de la Salud, el Programa Mundial de Alimentos y UNICEF emitieron una Declaración Conjunta para Prevenir y Controlar la Carencia de Micronutrientes en las Poblaciones Afectadas por Emergencias, cuyas directrices se están definiendo actualmente. La División de Suministros de UNICEF está actualizando las especificaciones de los productos existentes e identificando aquellos que podrían ser útiles para los países en caso de presentarse una emergencia.

El UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) colaboran con el objetivo de fortalecer y mantener la capacidad de los hogares de satisfacer sus propias necesidades básicas en materia de alimentación, cuidado de los menores y las mujeres, atención médica y servicios de agua y saneamiento. En cuanto a las necesidades alimentarias, existen tres clases de intervenciones, a saber:

La primera consiste en la distribución general de alimentos que realiza el PMA. La segunda es la asistencia alimentaria dirigida a las embarazadas, las madres que amamantan a sus hijos y los menores de cinco años en los casos de conflictos armados y desastres naturales prolongados. Y la tercera es la intervención médica: la alimentación terapéutica que se emplea, por ejemplo, en los casos de desnutrición aguda como el marasmo, cuando el niño o la niña presentan una atrofia grave, o el síndrome conocido como kwashiorkor, en que el

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paciente presenta una inflamación peligrosa de la cara, los pies y las extremidades debido a la falta de proteínas. Los casos de desnutrición aguda deben tratarse en establecimientos sanitarios donde el paciente permanezca internado, ya se trate de hospitales, centros de salud o centros de alimentación terapéutica. Tras recuperarse de la desnutrición grave, las niñas y los niños afectados requieren apoyo especial de la comunidad para continuar creciendo con normalidad.

El UNICEF tiene una presencia establecida en la mayoría de los países y, por lo tanto, cuenta con la posibilidad de aunar los esfuerzos de la comunidad internacional, los gobiernos de cada nación y las organizaciones no gubernamentales en pro de la protección del derecho a la nutrición y los demás derechos del niño. Asimismo, el UNICEF colabora con todos los interesados en la creación de programas innovadores que abran el camino a la rehabilitación y la reconstrucción.

LA SITUACIÓN EN DIVERSOS PAÍSES

En 2002, la mitad de la población infantil del Afganistán ya sufría desnutrición después de más de diez años de conflictos armados, sequías y atención médica deficiente. Se calculaba que la tasa de mortalidad de menores de cinco años era de 257 cada 1.000 nacidos vivos, es decir, alrededor de uno de cada cuatro menores. El UNICEF realizó labores para reducir la tasa de mortalidad infantil y prevenir los futuros casos de desnutrición mediante programas de alimentación terapéutica y complementaria, encuestas de nutrición y programas de educación.

Entre mayo y agosto de 2002, el estado nutricional de los menores de cinco años se deterioró en Zimbabwe debido a la combinación de las sequías, la epidemia de VIH/SIDA y la inestabilidad política. El UNICEF llevó al país un suplemento alimentario llamado UNIMIX, que posee un alto contenido de proteínas y está enriquecido con vitaminas y minerales. Ese suplemento fue suministrado a los menores de cinco años, a las embarazadas y a las madres que amamantan a sus hijos. Asimismo, el UNICEF entregó balanzas y tablas de medición de talla, que se emplearon para evaluar los efectos del plan de alimentación complementaria en el estado nutricional de los beneficiarios.

En diciembre de 2002, millones de niños y niñas se encontraban expuestos a la desnutrición y a diversas enfermedades debido a una sequía en el Cuerno de África. El UNICEF envió suministros de socorro por vía aérea para complementar los programas humanitarios que ya funcionaban en la región. En Etiopía y Eritrea, cientos de niños y niñas que sufrían desnutrición aguda recibieron atención en los centros de alimentación respaldados por el UNICEF. Asimismo, se llevó a cabo una campaña de suministro de vitamina A y vacunas contra el sarampión que benefició a 600.000 niños y niñas de la región de Afar, en Etiopía.

LA NUTRICIÓN DE LAS MADRES Y EL BAJO PESO AL NACER

OBJETIVOS: Reducir por lo menos un tercio la tasa de mortalidad materna para 2010. Reducir por lo menos un tercio la tasa de bajo peso al nacer para 2010, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y niñas en materia de nutrición.

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"Una mujer que da a luz tiene un pie en la tumba" – Expresión popular filipina

EL DESAFÍO

El futuro nutricional de cada niño o niña comienza en realidad con el estado de nutrición de su madre durante la adolescencia y el embarazo. El bajo peso al nacer se debe al estado deficiente de salud y nutrición de la madre y al desarrollo inadecuado del feto. Los cálculos más recientes sugieren que en el mundo nacen anualmente unos 18 millones de niños y niñas con bajo peso al nacer (menos de 2,5 kg), lo que representa el 14% del total de niños nacidos vivos. La vasta mayoría de esos niños, 11 millones, nace en Asia Meridional, mientras que otros 3,6 millones nacen en África subsahariana. Esos lactantes pueden sufrir infecciones, el debilitamiento de sus sistemas inmunológicos, problemas de aprendizaje, desarrollo físico deficiente y, en los casos más graves, la muerte poco después de nacer.Las madres que sufren desnutrición crónica desde la juventud tienden a dar a luz niños con peso inferior al normal, lo que perpetúa el ciclo intergeneracional del problema. Entre los factores agravantes durante el embarazo pueden figurar los regímenes inadecuados, la falta de descanso, el consumo de tabaco, las infecciones, las prácticas culturales que desalientan el aumento de peso de las embarazadas y el trabajo físico intenso o prolongado. Otro aspecto de gran importancia es la edad de la madre o la frecuencia con que queda embarazada. La frase que resume las razones por las que los embarazos pueden ser peligrosos es "demasiado joven, demasiado vieja, embarazos excesivos o demasiado frecuentes".

La Cumbre Mundial en favor de la Infancia de 1990 estableció como objetivos para el decenio siguiente la reducción de la mortalidad materna a la mitad y de la anemia por deficiencia de hierro en las mujeres en una tercera parte. Hasta la fecha, los avances logrados con respecto a la conquista de esos objetivos han sido mínimos. Unas 515.000 mujeres siguen muriendo anualmente durante el embarazo y el alumbramiento. Hasta un 50% de las mujeres embarazadas sufre anemia por carencia de hierro, un problema que podría ser la razón de hasta un 20% de las muertes maternas. Si se eliminara la desnutrición de las madres se podrían reducir en casi una tercera parte las tasas de discapacidad de sus hijos lactantes.

La ingestión insuficiente durante el embarazo de otros micronutrimentos como la vitamina A, el yodo, el ácido fólico y el zinc también tiene profundos efectos tanto para la madre como para el feto. La carencia de vitamina A es una de las causas de la mortalidad materna. La ingestión insuficiente de ácido fólico durante los primeros meses del embarazo puede ser causa de defectos congénitos del tubo neural, como la espina bífida. Asimismo, aumenta las probabilidades de que el niño nazca con peso inferior al normal y que la madre muera. La carencia de yodo aumenta el riesgo de mortalidad fetal tardía y de aborto espontáneo, y puede causar graves problemas de aprendizaje a los niños y niñas sobrevivientes. La

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carencia de zinc puede tener como resultado la prolongación del trabajo de parto, aumentando así las probabilidades de muerte de la madre y de desarrollo fetal insuficiente.

LA SOLUCIÓN

Una de las principales maneras de reducir la incidencia del bajo peso al nacer y de la mortalidad materna consiste en mejorar la situación social y el estado nutricional de las mujeres y niñas. La discriminación de las mujeres incrementa las probabilidades de desnutrición, lo cual explica las elevadas tasas de desnutrición y bajo peso al nacer que se registran en Asia Meridional, donde las mujeres no cuentan con acceso a la educación y tienen bajos niveles de empleo.

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Debido a que la madre es un componente vital del vínculo nutricional madre-lactante, o díada. Brindar apoyo al amamantamiento no sólo significa atender al lactante sino también a la madre, ya que de su nutrición depende su estado de salud, su nivel de energía y su bienestar general.

Toda madre lactante debería consumir diariamente unas 500 cal más que las que ingería antes del embarazo. Lo mejor es que esas calorías provengan de un régimen alimentario normal y saludable que contenga adecuadas cantidades y variedades de proteínas, vitaminas y minerales. Se recomienda el consumo de alimentos ricos en hierro, calcio, vitamina A y ácido fólico, además de sal yodada. No es necesario que las madres consuman alimentos especiales o costosos.

En otras palabras, la madre necesita una porción suplementaria de los mejores alimentos que consuma el resto de la familia, como cuando estaba embarazada. Es necesario que la madre disfrute de esa alimentación durante los dos años que dure el amamantamiento y no sólo durante los primeros meses.

Las madres que sufren desnutrición moderada continúan produciendo leche de buena calidad, en todo caso de mejor calidad que los sucedáneos de la leche materna. Si sufren desnutrición grave, podría disminuir la cantidad de leche que les pueden suministrar a sus hijos. En ambos casos, por el bien de la salud de la madre y del lactante, es mejor y más seguro que la madre reciba alimentación adecuada y que se le ayude de esa manera a que siga amamantando.

Cuando se disponga de cantidades limitadas de suplementos de alimentos o vitaminas, es más recomendable dárselos a las madres que amamantan que a los lactantes. De esa manera se mejora la salud y el bienestar de la madre y se garantiza que su leche contenga vitaminas adecuadas y suficientes, protegiéndose as al lactante de los peligros de los alimentos artificiales.

La ingesta alimentaria de la madre generalmente no afecta la cantidad de leche que produce diariamente. Su estado nutricional antes y durante el embarazo influye en el contenido de la

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leche materna, aunque esa influencia por lo general sólo es marginal, ya que el organismo de la madre funciona de manera tal que la leche que produce recibe las vitaminas y minerales de los que disponen el cuerpo materno. Si la madre está preocupada por saber si le suministra suficiente leche a su hijo o hija, la manera de comprobarlo es asegurándose de que el lactante orine de cinco a siete veces por día y que su materia fecal tenga la consistencia adecuada a su edad y tipo de alimentación. La madre debería saber que sí recibe cantidades suficientes de los alimentos disponibles, si puede aumentar la variedad de los mismos e incrementar la frecuencia con que amamanta a su hijo es posible que su organismo produzca más leche.

UNICEF brinda apoyo a la nutrición materna en diversos aspectos. Uno de ellos es la Iniciativa de Prevención del Bajo Peso al Nacer, que lleva a cabo estudios experimentales sobre el suministro de micronutrimentos múltiples a las mujeres embarazadas. La iniciativa se pondrá en práctica de manera experimental en 11 países (el Pakistán, la India, Bangladesh, el Nepal, Indonesia, Filipinas, Vietnam, China, Tanzania, Madagascar y Mozambique). Esos estudios complementarán la Iniciativa de atención de las mujeres y los niños de UNICEF, que se concentra en la educación, la carga de trabajo, la salud física, el estado nutricional, el bienestar emocional y la salud reproductiva de las mujeres, así como la atención de las mismas durante el embarazo y la lactancia.

NUTRICIÓN Y VIH/SIDA

En materia de VIH/SIDA y nutrición, el UNICEF tiene un objetivo triple: ayudar a las madres infectadas con el VIH a tomar decisiones con conocimiento sobre la alimentación de los lactantes, prestar apoyo para las necesidades nutricionales de la infancia que vive con el VIH y asistencia para los millones de niños y niñas huérfanos o vulnerables debido al virus.

Según las estimaciones de las Naciones Unidas:

En 2007, dos millones de niños y niñas con edad inferior a los 15 años viven con el VIH de un total de población estimado de 33 millones en todo el mundo.

El número de personas que contrajeron el VIH en 2007 ascendió a 2,7 millones, de las cuales, 370.000 eran niños con edad inferior a los 15 años.

En 2007, un 1,5 millones de embarazadas vivían con el VIH en países de ingresos medios y bajos.

El África subsahariana alberga el 90% de todos los niños y niñas que viven con el VIH, y es la región donde casi el 60% de las infecciones por VIH afectan a las mujeres.

En 2007, el número de fallecimientos por causas vinculadas al SIDA ascendió a 2 millones. En aproximadamente 270.000 de estos casos se trató de niños con edad inferior a los 15 años.

La cifra de personas con edad inferior a los 18 años y que han perdido uno o ambos progenitores debido al SIDA alcanzó los 15 millones, de los que casi 12 millones de casos se registraron en el África subsahariana.

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PREVENCIÓN DE LA TRANSMISIÓN MATERNO INFANTIL DEL VIH Y LA ALIMENTACIÓN DE LOS LACTANTES

Aproximadamente 1.000 niños y niñas con edad inferior a los 15 años quedan infectados con el VIH todos los días. Más del 90% de estas nuevas infecciones ocurren durante el embarazo, durante el alumbramiento y el trabajo de parto o después de éste mediante la lactancia materna. El riesgo de una transmisión materno infantil del VIH está aproximadamente entre el 15% y el 30% si la madre no ha amamantado al lactante. La lactancia materna prolongada puede aumentar hasta un 45% la probabilidad de infección. La administración oportuna de un tratamiento breve con medicamentos antirretrovirales reduce significativamente el riesgo de transmitir el VIH. En 2007, las embarazadas portadoras del VIH en los países de ingresos medios y bajos que recibieron tratamiento con antirretrovirales para prevenir la transmisión del virus a sus lactantes alcanzó el 34% según las estimaciones.Las madres infectadas con el VIH se encuentran ante una alternativa angustiosa al momento de decidir cómo van a alimentar a sus recién nacidos. Si la madre infectada con el VIH no amamanta a su bebé, se multiplican por seis las probabilidades de que éste muera antes de cumplir dos meses a causa de enfermedades infecciosas como la diarrea y las infecciones respiratorias.

Pulse sobre el enlace que figura arriba para leer más acerca del VIH y la alimentación de los lactantes.

EL ALTO PRECIO   DEL VIH EN MATERIA DE NUTRICIÓN

La pandemia de VIH/SIDA, combinada con las sequías, las inundaciones, el creciente precio de los alimentos, los constantes conflictos armados, los problemas económicos y las reducciones de los servicios sociales, han sobrepasado a las familias en muchas zonas del África subsahariana y las han privado casi por completo de mecanismos para hacer frente a la realidad. Esta crisis ha acentuado las imperiosas necesidades alimentarias de todos los niños y niñas infectados con el VIH o afectados por el VIH/SIDA. Gran parte de ellos deben valerse por sí mismos, mientras que muchos otros viven con progenitores infectados con el VIH que ya no pueden mantener a la familia. 

Las tasas de desnutrición aumentan y los huérfanos se ven más gravemente afectados. Sin el tratamiento, casi la mitad de los lactantes infectados morirá antes de alcanzar los dos años de vida. En diciembre de 2007, en torno a 198.000 niños y niñas recibieron tratamiento antirretroviral en todo el mundo, superando los 127.300 en 2006 y los 75.000 en 2005. Muchos de los niños y niñas infectados padecen también desnutrición.

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LA RESPUESTA DE UNICEF

La lucha contra el VIH/SIDA es una de las cinco prioridades institucionales del UNICEF para los próximos cinco años. La programación en materia de nutrición, en el marco de la prevención de la transmisión materno infantil del virus, se concentra en la prevención del contagio a causa de la lactancia materna y en la atención y el apoyo a las madres infectadas con el VIH y a los niños que se ven expuestos al VIH o que están infectados. Entre las estrategias del UNICEF para alcanzar ese objetivo figuran la realización de análisis voluntarios y confidenciales, la orientación sobre alimentación de los lactantes para las embarazadas, la protección de la lactancia materna, la promoción de la alimentación óptima para lactantes en los hospitales y la colaboración con los gobiernos en la formulación de políticas de alimentación para lactantes y niños de corta edad que contengan directrices sobre el VIH. Últimamente, el UNICEF también satisface las necesidades alimentarias de un grupo cada vez más numeroso de embarazadas seropositivas y madres y lactantes infectados con el virus, huérfanos o progenitores portadores del VIH. Puede obtener más información en la página "El alto precio del VIH en materia de nutrición".