notasparaladiscusiÓn - flacsoandes.edu.ec · comercio internacionaly medio 103 ambiente en...

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NOTAS PARA LA DISCUSIÓNESTRATEGIA NACIONAL

DE DESARROLLO HUMANO

APORTES PARA UNAESTRATEGIA AMBIENTAL

ALTERNATIVA:Indicadores de sustentabilidad y

políticas ambientales

La presente publicación ha sido auspiciada porel Gobierno Nacional, a través de la Secretaría

Nacional de Planificación y Desarrollo(SENPLADES), con el apoyo del Programa de

las Naciones Unidas para el Desarrollo(PNUD) y el Centro de Investigaciones

Sociales del Milenio (CISMIL).

El Centro de Investigaciones Sociales delMilenio –CISMIL, está integrado por el

Programa de las Naciones Unidas para elDesarrollo (PNUD), la Facultad

Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSOSede Ecuador, y la Secretaría Nacional dePlanificación y Desarrollo (SENPLADES).

FFaannddeerr FFaallccoonníí,,Secretario Nacional de Planificación y

Desarrollo

JJoosséé MMaannuueell HHeerrmmiiddaa,,Representante Residente del PNUD, yCoordinador Residente del Sistema de

Naciones Unidas en el Ecuador

AAddrriiáánn BBoonniillllaa,,Director Facultad Latinoamericana de Ciencias

Sociales – Sede Ecuador

Compiladores de este número:Montserrat Albán, Joan Martínez-Alier, Cristina Vallejo

Asesor principal:Juan Ponce

Equipo del CISMILEspecialistas:Montserrat Albán, Jorge Granda, María del Pilar Troya.

Asistentes de InvestigaciónLuis Chuquimarca, Diana Hidalgo, Mercedes Onofa, José Antonio Sánchez

Equipo ODM – Proyecto PNUD:NNaattaalliiaa GGaarrccííaa – Oficial de ProgramaIIrriinnaa MMoorreennoo – ComunicaciónCCaarroolliinnaa BBaassttiiddaass – Asistente Administrativa

Corrección de estilo:Grace Sigüenza

Concepto editorial: graphusDiseño: graphus® 290 2760Ilustración: María Belén GuerreroImpresión: Editorial Delta

contenidoPresentación 5Fander FalconíB.

Introducción 10Montserrat Albán

Artículo IUna lectura desde la economía ecológica 13a los problemas ambientalesdel Ecuador:propuesta para la agendaambiental 2022Montserrat Albán - [can Martínez-Alier

Artículo 2Estructura biofísica de la economía 69ecuatoriana: un estudio de los flujosdirectos de materialesMaría CristinaVallejo G.

Artículo 3Comercio internacional y medio 103ambiente en ColombiaMario Alejandro Pérez Rincón

Artículo 4El agua virtual y el metabolismo hídrico: 133un instrumento para gestionar losrecursos hídricosEstherVelázquez

. 1jj Artículo 5LaApropiación Humana de la 151Producción Primaria Neta mundial(AHPPN)Helmut Haberl, Karl-Heinz Erb yFridolin Krausmann

.... Artículo 6Las posibles consecuencias del 173aumento de la demanda internacionalde agrocarburantes: ¿cómo estructurarun análisis para América Latina?Daniela Russi

Artículo 7Del metabolismo social a los conflictos 193ecológicosloan Martínez-Alier

Artículo 8El desarrollo sustentable y OPEP 209Hernnan Daly

Artículo 9una economía pospetrolera 225loan Martínez-Alier

~ c.Artículo 10La geopiratería como un tema emergenteen el marco de los derechos de propiedadintelectual: por qué los estacos pequeñosdeben asumir el liderazgo 231joseph HenryVogel, Janny Robles,Camilo Gomides y Carlos Muñiz

Artículo 11El proyecto geopiratería:el caso del Ecuador1M 249joseph HenryVogel,Janny Robles,Camilo Gomides y Carlos Muñiz

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La economía ortodoxa tiene como paradigma principal al creci-miento económico. No contempla dentro de sus preocupacionesel problema de los límites físicos y la escala o tamaño del subsis-tema económico dentro de la biosfera. Por el contrario, cree en lahipótesis de la desmaterialización de la economía. Acorde con estanoción, las innovaciones tecnológicas que acompañan al creci-miento económico mejoran la eficiencia en el uso de recursosnaturales y la energía, evadiendo el problema de los límites (opti-mismo tecnológico). Por lo tanto, una curva ambiental de Kuznetsdebería ser reconocida en las relaciones entre crecimiento econó-mico y uso de materiales y contaminación.

Parte integrante de este concepto es el comercio internacional,pues contribuye a una mejor asignación de recursos a nivel global,mejorando la eficiencia económica e incrementando la disponibi-lidad de bienes y servicios para el consumo en los países quecomercian. Con ello aparecen nuevos recursos para el cuidado delos ecosistemas. Así, la búsqueda del crecimiento y conjuntamentela liberalización comercial, son dos propósitos loables para cual-quier economista.

Sin embargo, es evidente que existe un enfrentamiento sin reme-dio entre expansión económica y conservación del medioambiente, pudiéndose afirmar que ecológicamente hoy estamosen un grado de deterioro mayor que en la década de los añossetenta del siglo XX. Gran parte del problema está relacionado

INTRODUCCIÓN

* Profesor de la Universidad del Valle,Cali, Colombia; Facultad deIngeniería-Instituto CINARA, Cali,Colombia. Correo electrónico:[email protected]

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con la estrecha visión con la que la economía y las ciencias socia-les han abordado el “tema ecológico”. Se requiere de un trata-miento que avance más allá de las “externalidades”, de tal maneraque se recuperen los fundamentos biofísicos para entender mejorlas interrelaciones entre la sociedad y el ambiente.

Bajo este contexto, aparece desde los años ochenta la EconomíaEcológica (EE) como una nueva estructura analítica que estudia losconflictos que se producen entre crecimiento económico y soste-nibilidad ambiental. Para la EE, la sociedad no representa solo unaserie de relaciones sociales y culturales entre los individuos y gru-pos, sino que además es un sistema metabólico que extrae mate-rias primas de la naturaleza que la rodea, transformándolas poste-riormente dentro del proceso económico para proveer bienesmateriales y servicios a la sociedad (Schandl y Weisz, 2002). Por talrazón, se hace necesario contar con indicadores que permitanidentificar el grado de agotamiento y uso de los recursos natura-les (RN), puesto que en el fondo, la sostenibilidad dependerá deltamaño que la economía ocupe dentro de la biosfera, y una buenaforma de medir ese tamaño o “escala” físicamente pasa por conta-bilizar los flujos de energía y materiales que recorren la economíade un país.

Como señala Giljum (2003), la integración sistemática de informa-ción dentro de un esquema biofísico es considerada como la prin-cipal precondición para un análisis comprensivo de la interrelacióneconomía-ambiente, y para predecir tanto los efectos de la activi-dad económica como de la política ambiental sobre los recursosnaturales.

Por ello, es importante identificar las “bases materiales” de la eco-nomía colombiana y sus horizontes de sostenibilidad, tratando deentender las relaciones entre la dinámica de su comercio exteriory el ambiente que lo soporta. En particular, este trabajo está diri-gido a lo siguiente: a) identificar los patrones de especializacióneconómico-ambientales del comercio exterior colombiano en suhistoria contemporánea; b) contribuir al conocimiento de las basesbiofísicas y materiales sobre las que se asienta este comercio, exa-minando la hipótesis del intercambio ecológicamente desigual.Para ello, se trabajará con dos metodologías de contabilizaciónbiofísica: el Análisis del Flujo de Materiales (MFA, por sus siglas eninglés) y la Huella Hídrica, en el campo agrícola.

El presente artículo se desarrolla en seis partes. Luego de estaintroducción, se presenta una síntesis conceptual de la economía

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ecológica que incluye su posición en torno a las relaciones entrecomercio internacional y medio ambiente. Posteriormente, seabordan las metodologías utilizadas para el desarrollo de este tra-bajo. Luego, se entregan los resultados de las bases biofísicas delcomercio exterior colombiano, analizando las tendencias del inter-cambio ecológico para el período 1970-2006. En la siguiente sec-ción, se identifican los cambios en la cantidad de agua utilizada porla agricultura colombiana comercializada internamente y sucomercio internacional durante el período 1961-2005. Finalmente,se presentan las conclusiones.

• La economía ecológicaLa EE es un nuevo campo transdisciplinario que mira a la econo-mía como un subsistema de un sistema mucho más grande, finitoy global como es la biosfera. En tal sentido, el subsistema económi-co está abierto tanto a la entrada y salida de energía y materialescomo a la salida de desperdicios y emisiones desde y hacia la bios-fera. La disponibilidad de energía libre y el ciclo de materiales posi-bilitan formas de vida cada vez más organizadas y complejas, lógi-ca que se aplica perfectamente a la economía. Energía disipada ydesperdicios son producidos en el proceso. Una parte menor delos desperdicios pueden ser reciclados, y cuando no, la economíatoma nuevos recursos. Sin embargo, si la escala de la economía esmuy grande y su velocidad es muy rápida, los ciclos naturales nopueden producir más recursos o asimilar más residuos, tales comometales pesados o dióxido de carbono, por ejemplo. Dentro de lalógica de la EE, el capital creado por la sociedad no sustituye sinoque complementa al capital natural, con lo cual es necesaria laconservación de cierto capital natural crítico, esencial para el sos-tenimiento de la vida en la tierra. Así, la sostenibilidad (en su sen-tido fuerte) exige que el crecimiento económico deba ser com-patible con la dinámica de reposición de los recursos naturalesrenovables y el desarrollo de nuevos materiales y fuentes energé-ticas alternativas que posibiliten la sostenibilidad de las funcionesambientales.

Su objeto básico de estudio es la (in)sostenibilidad ecológica de laeconomía, sin recurrir a un solo tipo de valor expresado en unúnico numerario, incluyendo de tal manera la evaluación física delos impactos ambientales de la economía humana (Martínez-Aliery Roca, 2001).

ECONOMÍAECOLÓGICA Y

COMERCIOINTERNACIONAL

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Sin embargo, es necesario afirmar que la EE no se basa en presun-ciones y teorías compartidas. Representa un compromiso entreeconomistas, ecologistas y otros científicos para aprender mutua-mente, para explorar juntos nuevas pautas de pensamiento, y parafacilitar la derivación y la realización de nuevas políticas económi-cas y ambientales. Hasta la fecha, la economía ecológica ha sidodeliberada y conceptualmente pluralista (Costanza, 1989), aunqueello es aún motivo de gran discusión (Wackernagel, 1999). Esimportante destacar, además, que estos planteamientos corres-ponden a una tradición de más de 100 años, siendo algunas refle-xiones de finales del siglo XIX, como es el caso de S. Podolinski(1880) y P. Geddes (1884); y de principios del siglo XX, como F.Soddy (1921) (en Martínez-Alier, 1995). Ideas estas que se asocia-rán posteriormente con las preocupaciones sobre los límites alcrecimiento (informe Meadows) y las contribuciones de diferen-tes pensadores como Georgescu-Roegen, Boulding, Daly, Pimentel,Costanza o Ayres en el lenguaje anglosajón, y Martínez-Alier,Naredo y Carpintero en España. Gracias a sus trabajos, estacorriente se irá consolidando durante los setenta y ochenta hastafundar la International Society for Ecological Economics en 1988 y lapublicación de la revista Ecological Economics en 1989.Paralelamente, surge en castellano la revista Ecología Política en1991. Una revisión de las tendencias en el desarrollo de la econo-mía ecológica en los últimos años puede verse en Røpke (2005).

• Comercio y ambiente desde la economía ecológica

Los economistas ecológicos han sido especialmente críticos conrespecto a las relaciones positivas entre comercio y ambiente. Estacrítica tiene dos claras direcciones: el efecto escala y el efecto equi-dad. Por un lado, la liberalización comercial es un factor importan-te en la dinámica de deterioro ambiental mundial, por el aumentode la cantidad de recursos materiales y energéticos que se movi-lizan con el crecimiento del comercio en un mundo de recursosfinitos. Por otro lado, el comercio no es un juego positivo en tér-minos ambientales entre los países que comercian, dado el desba-lance material que produce el intercambio entre países importa-dores de recursos materiales y energéticos (industrializados) y paí-ses exportadores de materiales (importadores de manufacturas yconocimiento). Este intercambio es ecológica y económicamentedesigual, pues además de que no se reconocen los costos ambien-

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tales y el agotamiento del patrimonio natural, las relaciones deintercambio son desfavorables para los países exportadores dematerias primas. Este intercambio desigual es lo que permite queel Norte adquiera los insumos materiales y energéticos para sumetabolismo socioeconómico, siendo los precios, la inversiónextranjera directa y el crédito externo los mecanismos que facili-tan tales adquisiciones. En este escenario, el ComercioInternacional (CI) desempeña un papel protagónico como unnuevo “vector ambiental” que distribuye en forma asimétrica loscostos ecológicos entre los países que comercian (Karlson, 1995).

Además, el patrón de especialización de las diferentes economíasno resulta solo de la aplicación de la “ley de las ventajas compara-tivas”, sino que corresponde también a una división internacionaldel trabajo o Sistema Económico Mundial, en el cual los paísesricos en recursos naturales desempeñan el papel de proveedoresde materias primas (commodities) y algunos bienes suntuarios deorigen primario (preciosities) para los países desarrollados. O,dicho en términos de la EE, cumplen el rol de proveedores derecursos materiales y energéticos para que el proceso metabólicode los países del Norte pueda realizarse. Aunque también los pro-veen de bienes para satisfacer sus necesidades “posmateriales”.Esto evoca la necesidad de estudiar a las naciones ya no comorealidades compactas aisladas, sino como parte integrante de unengranaje más amplio a nivel internacional, tanto en el plano eco-nómico y político como en el ecológico.

Empíricamente se ha encontrado importante evidencia de loseñalado por la EE. Muradian y Martínez-Alier (2001a, 2001b)muestran que buena parte de la “desmaterialización” de las eco-nomías del Norte es explicada por el incremento de las activida-des que usan intensivamente recursos naturales en los países delSur, en especial de la producción minera. Lo observado altera lacurva de U-invertida, produciendo un cambio en los patrones deespecialización: los países pobres atraen actividades “contaminado-ras” y la producción material-intensiva, mientras los países ricos seespecializan en producción limpia y material-extensiva, sin cambiarsus patrones de consumo. Las importaciones de materias primasy materiales semi-procesados son la vía para asignar al extranjerolos costos ambientales del consumo.

A la par, un trabajo realizado por Machado et al. (2001) encontróque las exportaciones de Brasil llevaban consigo una mayor “con-taminación incorporada” y un mayor uso energético que las

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importaciones. Esto muestra que el CI ha permitido trasladar lasfuentes de contaminación desde el Norte hacia el Sur. Este des-plazamiento de las actividades contaminante-intensivas del centroa la periferia está relacionado con las limitaciones para internalizarlos costos ambientales por parte de los países del Sur. La necesi-dad de competir por capital extranjero en el mercado internacio-nal hace que los bajos costos y la flexibilidad de la normativaambiental sean un mecanismo atractivo de competitividad.

Para medir los movimientos físicos de materiales entre la econo-mía y el ambiente, la EE ha desarrollado una serie de metodologí-as desde el enfoque de la “sostenibilidad fuerte”, que buscan cuan-tificar la presión que la actividad económica ejerce sobre la bios-fera. Este instrumental, además, permite identificar la distribuciónde la carga ambiental asociada al comercio internacional, elemen-to necesario para comprobar la hipótesis del intercambio ecológi-co desigual. Los métodos utilizados en este trabajo fueron: lametodología de Análisis de Flujo de Materiales (Material FlowAnálisis, MFA), la cual es un buen instrumento para contabilizar losflujos de recursos que se movilizan a través del comercio exterior ;y, la huella hídrica (HH) y el agua virtual (AV), métodos muy útilespara analizar la evolución del uso del agua en la agricultura.

• Análisis de Flujo de MaterialesLa metodología conocida como Análisis o Contabilidad de Flujode Materiales (MFA, por sus siglas en inglés), contabiliza el uso derecursos naturales en el proceso de producción y consumo entérminos de toneladas. El principio conceptual que soporta elenfoque de la metodología MFA es un modelo simple de la inte-rrelación entre economía y ambiente, en el cual la economía es unsubsistema insertado en el ambiente y dependiente de un cons-tante flujo de materia y energía. Materias primas, agua y aire sonextraídos del sistema natural como inputs, transformados en pro-ductos y finalmente retransferidos al sistema natural como outputs(desperdicios y emisiones) (figura 1).

Este método biofísico de contabilización ha alcanzado ya un razo-nable nivel de estandarización, al cual han contribuido diferentesinstituciones y gobiernos europeos. Destacan como pioneros en lainvestigación dos instituciones: Wuppertal Institut de Alemania, y elInstitut für Interdiziplinäre Forschung und Fortbildung (IFF) de la

METODOLOGÍA

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Universidad de Klagenfurt, Austria. Con la publicación de la guíametodológica Economy-wide material flow accounts and derived indi-cators, por la Oficina de Estadísticas Europeas (EUROSTAT, 2001),se alcanza un estándar oficial más armónico y universal. En laactualidad ya se cuenta con contabilidades físicas para muchos paí-ses desarrollados: Alemania, Austria, Holanda, Dinamarca, Finlandia,Italia, Suecia, Inglaterra, Polonia, España, Estados Unidos y Japón.Para países en desarrollo existen importantes avances: China,Brasil, Chile, Venezuela y recientemente algunos países del SudesteAsiático (Schandl y Weisz, 2002).

Fuente: Derivado de Matthews et al. (2000: 5); EUROSTAT (2001: 16): Haberl et al. (1994).

FIGURA 1 CICLO DE MATERIALES

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TTMMRR == IIMMDD ++ FFDDPP ++ FFPPOOFF

Donde:- TMR es el Total Material Requerido- IMD es el Input Material Directo = Extracción doméstica +

Importaciones- FDO es el Flujo Doméstico Oculto- FOF es el Flujo Oculto Foráneo- ODP es el Output Doméstico Procesado = IMD – Adiciones

Netas al Stock- AND son las Adiciones Netas al Stock = IMD – ODP –

Exportaciones- ODT es el Output Doméstico Total = ODP + Flujos

Domésticos Ocultos

Como se puede observar en la figura 1, el método está basado enla estimación de varios indicadores de grandes tipos de flujos dematerial (biomasa, minerales o energía fósil) desde dos horizontes:

• Los input que entran al sistema económico (como importacio-nes, extracción doméstica o material vinculado a flujos ocul-tos). Este fue el primer tipo de evaluación que se usó en elMFA (Adriaanse et al., 1997).

• Los output de la economía (como exportaciones, desperdicioso vinculados a flujos ocultos),1 como la más reciente evalua-ción de Matthews et al (2000).

Con relación al comercio exterior, el Balance Comercial Físico(BCF) es su principal indicador. Un BCF expresa si los recursosimportados procedentes del resto del mundo exceden los recur-sos exportados de un país o región. El cálculo del BCF es el resul-tado de descontar las exportaciones (X) de las importaciones (I),al revés de lo que se hace para los balances comerciales moneta-rios (EUROSTAT, 2001).

La información para este trabajo se obtuvo de fuentes oficialesnacionales: Anuarios de Comercio Exterior (ACE), delDepartamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE),Banco de la República, Departamento Nacional de Planeación(DNP), Grupo de Estudios de Crecimiento Económico (GRECO),del Banco de la República, y de fuentes secundarias relacionadascon literatura sobre historia económica de Colombia.

1 Los flujos ocultos no están físicamenteincluidos en el bien producido,exportado o importado, pero sí esmaterial requerido y usado a lo largode la cadena productiva. Son flujos queresultan como residuos o material dedesecho de su explotación o uso, peroque causan importante impactoambiental.

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• Huella hídrica y agua virtualLa huella hídrica (water footprint) [HH] [m3/año] es definida comoel volumen de agua usada para producir los bienes y servicios con-sumidos por los individuos, las empresas o los países. La huellahídrica consiste de dos partes: huella hídrica interna (HHI), que serefiere al volumen de agua usada para producir los bienes y servi-cios consumidos por los habitantes de ese país; y la huella hídricaexterna, que equivale al volumen de agua usada en otros paísespara producir los bienes y servicios importados y consumidos porlos habitantes del país de referencia (Chapagain y Hoekstra, 2004).La HHI representa la suma del volumen de agua usada en la eco-nomía nacional en los sectores agrícola (HHA), industrial (HHIn) ydoméstico (HHD). El cálculo del Total de Agua Usada en laAgricultura (HHA) resulta de la sumatoria de los Requerimientosde Agua de cada Cultivo (RACc), dividido entre el rendimiento res-pectivo (t/ha) y multiplicado por la Producción (t/año) de cada cul-tivo. Donde los RACc son el resultado de parámetros climáticos(evapotranspiración) y del Coeficiente de Absorción del Cultivo(Kc) (Allen et al., 1998).

Por su parte, el agua virtual (AV) [m3/t] es definida como el volu-men de agua requerido para producir una tonelada de un bien oservicio. En el caso de la agricultura, resulta de dividir el total deagua usada para la producción de un cultivo c por las toneladasproducidas. Este concepto fue introducido por Allan (1994), quienelaboró la idea de importar agua virtual (incluida en los alimentosimportados) como un instrumento para aliviar la presión sobre laescasez de agua disponible para uso doméstico. Así, el agua virtualse convierte en una fuente alternativa de agua, complementaria alas fuentes endógenas (internas) de agua en los países. El adjetivo“virtual” hace referencia al hecho de que la mayoría del agua usadapara producir un producto no está contenida finalmente en eseproducto. El agua realmente contenida es insignificante si se com-para con el AV.

El AV ayuda además a determinar el Balance externo de AguaVirtual (BAV) en un país. El BAV equivale a la diferencia entre elAgua Virtual Importada (AVI) [m3/año] y el Agua Virtual Exportada(AVE) [m3/año]. Si el balance es positivo, implica una cantidad deagua virtual neta que ha sido traída al país, y si es negativo, corres-ponde a una exportación neta de agua virtual. Un desbalancehídrico muestra la presión neta que sobre el recurso agua ejercenlos consumos de otros países a través del CI. Esta situación, desde

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la perspectiva de la ecología política, puede también ser vistacomo otra cara de la deuda ecológica que se expresa a través delas externalidades negativas (contaminación) y los costos de opor-tunidad asociados a la producción de los bienes agrícolas expor-tados. Mayor detalle sobre la metodología de estimación de laHHA y del AV puede verse en la figura 2.

La información básica para el desarrollo de este trabajo provinode varias fuentes estadísticas. Los datos sobre producción y rendi-mientos agrícolas, tanto totales como los del mercado externo,son tomados de la FAO (FAOSTAT, s.f.). Esta información fue cote-jada y complementada con información del Ministerio deAgricultura. La evapotranspiración y el coeficiente de absorción(Kc), se obtuvieron del trabajo realizado para estimar la HuellaHídrica de las Naciones de UNESCO-IHE (Chapagain y Hoekstra,2004).

FIGURA 2. ETAPAS PARA ESTIMAR LA HUELLA HIDRÍCA AGRÍCOLA (HHA)

Fuente: Chapagain y Hoekstra (2004: 16). Ajustes propios.

Parámetros climáticos

[evapotranspiración]

Parámetros del cultivo

[coeficiente de absorción, Kc]

Producción total del cultivo c [ton/año]

Rendimiento delcultivo c [t/ha]

Agua Virtual contenida en el Cultivo cAVC [m3/t]

Total Agua Usada por el Cultivo cAUC [m3/año]

Requerimiento de Agua del Cultivo

RAC [m3/ha]

Factor de ajuste de RAC por unidad de superficie

frente a cambios enrendimientos productivos

Huella Hídrica Agrícola

HHA [m3/año]

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“La división internacional del trabajo consiste en que unos paí-ses se especializan en ganar y otros en perder. NuestraAmérica Latina fue precoz: se especializó en perder desde losremotos tiempos en que los europeos del Renacimiento seabalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en lagarganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó susfunciones… La región continúa existiendo al servicio de lasnecesidades ajenas, como fuente y reserva de materias primascon destino a los países ricos que ganan consumiéndolosmucho más de lo que América Latina gana produciéndolos”.

Eduardo Galeano (1989).

• Balance comercial biofísico Acorde con la figura 3, el volumen de exportaciones físicas colom-bianas se incrementó en forma importante durante el períodoanalizado, teniendo especial dinámica a partir de 1985. Luego deun pequeño decrecimiento hasta 1977 –cuando pasa de 7,2 millo-nes de toneladas en 1970 a 3,3 millones en ese año– comienza aincrementarse nuevamente hasta 1999, cuando alcanza un nivelcercano a los 71 millones de toneladas. Entre este año y el 2002se produce un ligero descenso a 62 millones de toneladas, paradespués continuar su tendencia ascendente y alcanzar los 88millones de toneladas en el 2006.

Tanto el ciclo descendente como el ascendente encuentran expli-cación en los cambios acontecidos en la estructura material de lasexportaciones. El primer ciclo está asociado al descenso de lasexportaciones petroleras que comienzan a caer a principios de lossetenta, para luego desaparecer en 1973 (y hasta 1986), y al incre-mento importante de las exportaciones industriales que tienenmenor peso relativo. El ciclo ascendente está relacionado con ladinámica de bienes de origen minero, en particular la reaparicióndel petróleo con la producción de los pozos de Caño Limón enel oriente colombiano y el nacimiento de las nuevas exportacio-nes de carbón2 y ferroníquel a través de las grandes minas a cieloabierto del Cerrejón y Cerromatoso en la costa atlántica colom-biana, respectivamente.

BALANCECOMERCIALBIOFÍSICO E

INTERCAMBIOECOLÓGICAMENTE

DESIGUAL(1970-2006)

2 En 2006 se exportaron 60 millones detoneladas de carbón, cuantía querepresenta el 68% del total deexportaciones biofísicas del país.

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Por su parte, las importaciones biofísicas se mantienen relativamen-te constantes hasta 1976 en un promedio cercano a los dos millo-nes de toneladas. A partir de allí, tienen un crecimiento continuopero lento hasta alcanzar los 19 millones de toneladas en el 2006.

Con relación al BCF, luego de algunos vaivenes en los primerosaños analizados, a partir de 1983, con la dinámica exportadora, sealcanzan continuos y crecientes déficits durante el resto del perí-odo, consolidándose la salida de valiosos recursos materiales haciael exterior. El balance total durante los 37 años analizados arrojaun déficit neto de 855 millones de toneladas de materiales quehan salido de Colombia rumbo al resto del mundo, de los cualesel 90% (770 millones de toneladas) se origina durante el procesode apertura económica (1990-2006). Este déficit es la parte visi-ble o la punta del iceberg de la deuda ecológica acumulada duran-te estos 37 años que el resto del mundo tiene con Colombia porsus transacciones comerciales internacionales. La parte escondidadel iceberg corresponde a la “mochila ecológica” asociada a los flu-jos invisibles de la explotación de recursos naturales y a sus res-pectivos impactos ambientales.

Este balance general arroja luces sobre el intercambio ecológica-mente desigual entre Colombia y el resto del mundo. En este caso,

Fuente:DANE, Anuario de

ComercioExterior(ACE).

Cálculospropios.

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3 El Norte corresponde a los países que,según la clasificación del BancoMundial, tienen ingresos altos (porencima de 9.206 dólares per cápita).En el Sur están los países que tieneningresos per cápita inferiores a esacantidad. Ver Banco Mundial (2002).

Fuente: DANE. Cálculos

del autor.

se observa lo que se ha denominado en la literatura especializadacomo “costos ambientales trasladados o promovidos” por unaregión y asumidos por otra (Muradian et al., 2002). Es clara la evi-dencia de que mientras Colombia exporta requerimientos mate-riales que el resto del mundo demanda para sus actividades deproducción y consumo, el país es el que asume los costos implíci-tos de contaminación y agotamiento de sus recursos naturales.

Por su parte, al identificar el balance comercial físico de Colombiacon el grupo de países de altos ingresos (Norte) y con los paísesde medianos y bajos ingresos (Sur),3 se encuentra un ciclo similarpara ambas regiones, aunque con grandes diferencias en las mag-nitudes. En los primeros años de 1970 hubo un pequeño déficitcon ambos grupos de países, pasándose luego a un superávit físi-co también pequeño en el segundo quinquenio de esa década.Posteriormente, a partir de 1985, se inicia un déficit permanenteen el comercio de Colombia con ambos grupos de países, con unadinámica fuertemente creciente y abultada para el Norte (figura4). Así, se puede afirmar que el comercio con el Norte es el queexplica en buena medida el déficit físico del comercio exterior(CE) colombiano durante el período analizado. Se ejemplifica, deesta forma, el intercambio ecológicamente desigual, mediante elcual salen más recursos materiales que los que entran al país.

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Este desbalance físico de Colombia, especialmente con el Norte,muestra de manera gráfica el deterioro y la dominación ecológicaa la que se ve sometido el país a través del mecanismo del CI. Lospaíses del Norte (industrializados) necesitan importar –para man-tener su modelo de producción y consumo actuales– grandescantidades de energía y materiales de los países del Sur, comoColombia. Esa necesidad material y energética solo puede satisfa-cerse manteniendo la diferencia en el nivel de vida, si los preciosde las importaciones que llegan del Norte (manufacturas) sonmayores que los precios de las exportaciones que vienen del Sur(materias primas). O, como dice Hornborg (1998), los precios sonel mecanismo mediante el cual el Norte consigue el excedente deexergía (energía disponible) que usa. En tal sentido, la asimetríaentre el valor físico de los recursos naturales (ricos en energía dis-ponible) y su valoración económica (poco valor monetario agre-gado) es lo que permite el metabolismo de la sociedad en suorganización actual, donde el CI desempeña un papel protagónicoen la posibilidad de importar esa energía potencial para el de-sarrollo de los procesos productivos en el Norte. El intercambioecológica y económicamente desigual y el deterioro ecológico sonsus consecuencias. La dirección del flujo neto de energía y mate-riales, es decir de la productividad potencial, es una vía adecuadapara mirar la ocurrencia del intercambio desigual.

Como señala Carpintero et al. (1999):

“…he aquí el reverso del argumento relativo a las gananciasdel comercio manejado por la teoría del comercio internacio-nal. Resulta difícil a la vista de los datos seguir manteniendoeste drenaje de recursos físicos sujetos a la degradación irre-versible en los procesos productivos, que al final arroja benefi-cios económicos en forma de aumento de las posibilidades deconsumo y producción para aquellos territorios que se venobligados a deshacerse de estos recursos. Siendo rigurososhay que decir que el comercio internacional, desde el punto devista ecológico se presenta como un juego de suma cero contendencia negativa, si se introduce el efecto entropía”.

• Relaciones de intercambio y efectos ecológicos

Uno de los principales planteamientos de la teoría estructuralistade la dependencia latinoamericana, que tuvo sus orígenes en laCEPAL, considera al deterioro e inestabilidad de los precios inter-

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nacionales de las exportaciones de los países ricos en recursosnaturales como un elemento explicatorio del atraso económicode estas regiones (y de la perpetuación de patrones de produc-ción y comercio natural-intensivos y mano de obra-intensivos).Esta inestabilidad y descenso de los precios de los bienes prima-rios exportados en el largo plazo tiene su efecto en una pérdidade la capacidad de compra de importaciones. Ello ha sido conoci-do en el argot “estructuralista” como “pérdida en los términos deintercambio”. Este fenómeno se produce por la sobreproducciónde bienes primarios y materias primas que se genera al intentar,cada país por separado, aumentar sus ingresos externos para cum-plir sus compromisos, tanto de importaciones como el pago de ladeuda externa.

Por su parte, la EE agrega un elemento adicional a la teoría de ladependencia: el deterioro y expoliación de los recursos naturalesen términos ecológicos. Así, se da la paradoja de que los paísesempobrecidos no están únicamente especializados en la exporta-ción de aquellos bienes que generan menor valor añadido mone-tario, sino que son precisamente esas mercancías las que ademássuponen mayor costo físico de reposición e incorporan más ener-gía y materiales (Carpintero et al., 1999; Pérez, 2006).

Para definir los “términos o relaciones de intercambio” en estecaso, se trabajó con el valor medio por tonelada exportada eimportada, como un proxy de los precios internacionales de losbienes transados por Colombia. Con base en esta definición, lafigura 5 presenta diferencias importantes en las tendencias de losprecios por tonelada exportada desde el país, rico en recursosnaturales, y los precios medios por tonelada importada, rico enproductos manufacturados. Mientras que el valor por toneladaimportada tuvo en dólares corrientes una tendencia crecientedurante todo el período (dinamizándose a partir de 2002 hastaalcanzar en el 2006 los 1.270 US$/t), el valor para las exportacio-nes tuvo un auge hasta 1982, para después decrecer continua-mente (con una pequeña recuperación a partir de 2004, alcanzan-do en el 2006 los 277 US$/t). La tendencia creciente del valor portonelada de las exportaciones colombianas hasta 1982 está aso-ciada a los altos precios internacionales que tuvo el café y a uncambio en la composición de la estructura de las exportaciones.

Con relación al creciente valor de las exportaciones, basta decirque está asociado a las heladas en las zonas cafeteras de Brasil(que redujo fuertemente su oferta de grano), a la presencia de

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importantes existencias almacenadas por Colombia durante añosanteriores y a la solidez del Pacto Internacional del Café. Todo ellocontribuyó a que las ventas al exterior superaran los 12 millonesde sacos anuales (Colombia exportaba tradicionalmente 7-8 millo-nes) con los precios internacionales más altos en la historia de lacaficultora nacional, que sobrepasaron los 2,30 dólares por libra,cuando en el 2004 rondó los 0,75 dólares por libra. El otro cam-bio importante es un incremento de la participación de las expor-taciones industriales en la década de los setenta, las cuales tienenun mayor valor por tonelada, contribuyendo a mejorar la “relaciónde intercambio”. El auge de las exportaciones industriales estuvoasociado a la política de promoción de exportaciones de la época.Los nuevos rubros exportadores: carbón, ferroníquel y la reapari-ción del petróleo, que adquieren fuerza a partir del segundo quin-quenio de los ochenta, dado su carácter de bulk commodities, llevana un descenso en el valor por tonelada exportada. El análisis ante-rior se complementa con un análisis por grupos de países (acor-

Fuente:DANE. Cálculos

del autor.

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de a su nivel de ingreso) con los que comercia Colombia. Alobservar la figura 6-A encontramos una importante diferenciaentre el valor/tonelada exportada por Colombia hacia los paísesricos y el valor/tonelada importada desde esos mismos países. Estadiferencia, que fue recortada entre 1977 y 1983 asociada a losaltos precios del café ya comentados, se ha visto incrementada apartir de este último año. Por su parte, en el comercio con el Surel asunto es distinto. Aunque la diferencia también se recortó paraesos mismos años, posteriormente se produjo una caída deambas, siendo de todas maneras más intensa la del valor/toneladaexportada por Colombia. Luego, aunque ambas tienen una ten-dencia creciente, la diferencia se mantiene en favor de las impor-taciones provenientes desde el Sur (ver figura 6-B).

Lo observado en estas figuras corrobora los planteamientos delestructuralismo latinoamericano y de la EE para la economíacolombiana; es decir, se produce una pérdida en los “términos deintercambio” de su comercio exterior. Esta pérdida se presentatambién para el comercio con el Sur, aunque es en el comerciocon el Norte donde estas diferencias son mayores. Así, el comer-cio Norte-Colombia está caracterizado en su esencia por unos“términos de intercambio” crecientemente desfavorables para elpaís, con importantes implicaciones económicas y ambientales. Lasprimeras incentivan la dependencia frente a los países del Norte,y las segundas trasladan los costos y cargas ambientales a territo-rio colombiano. Ambos resultados generan un comercio altamen-te desigual para el país (Pérez, 2006).

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Fuente:DANE. Cálculos

del autor.

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Esta parte cubrirá dos puntos: a) la estimación del consumo deagua de la agricultura o Huella Hídrica Agrícola (HHA); y, b) la esti-mación del Balance de Agua Virtual Agrícola. Este último puntopermite conocer el patrón económico-hídrico de la agriculturacolombiana y sus términos ecológicos de intercambio.

• La huella hídrica de la agricultura colombiana en elperíodo 1961-2005

La figura 7 presenta los resultados de la HHA y su tendencia loga-rítmica para el caso colombiano en todo el período analizado. Poruna parte, la cantidad de agua usada por la agricultura nacionalalcanzó para el 2005 una cifra equivalente a 32 Gm3 (una Gigaequivale a mil millones), sin incluir las pérdidas e ineficiencias de lossistemas de riego. Se observa claramente que el volumen de aguausada por la actividad agrícola colombiana ha tenido un crecimien-to continuo a lo largo del período estudiado, con algunos picosimportantes y con un descenso significativo durante el proceso deapertura económica iniciado en los noventa. La HHA pasó de 23,1Gm3 en 1961 a 32 Gm3 en 2005, lo que significa un crecimientode 8,9 Gm3 para todo el período (0,9% promedio anual).

La ampliación del consumo de agua está asociada a dos fenóme-nos complementarios. Por un lado, al crecimiento económico agrí-cola, que se refleja en el crecimiento del área sembrada (creció de3,1 ha a 3,9 millones ha, 0,6% de crecimiento anual) y de la pro-ducción (de 19,6 a 60,1 millones de toneladas, 4,7% anual, entre1961 y 2005). El segundo aspecto corresponde al cambio estruc-tural asociado al proceso de especialización productiva a lo largodel período analizado. En este punto, se produjo un desplazamien-to de los cultivos temporales por permanentes; mientras en 1961estos últimos ocupaban el 66% del área sembrada, para el 2005pasaron a ser del 75%. Siendo los cultivos permanentes de carác-ter agua-intensivos, ello implicó una mayor presión sobre el recur-so hídrico, contribuyendo a ampliar la HHA colombiana.

DINÁMICAECONÓMICA,COMERCIO

INTERNACIONALY USO DEL AGUA

AGRÍCOLA

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Con respecto a los ciclos, se encuentra una primera gran dinámi-ca de crecimiento de la cantidad de agua usada que se extiendehasta 1978, donde alcanza un pico de 33,7 Gm3 de agua, para apartir de ahí descender hasta 29,7 Gm3 en 1984. Este comporta-miento estuvo asociado al ciclo productivo del café, el cual, ade-más de ser el principal usuario de agua agrícola al tener unademanda de 25%, tuvo una dinámica creciente en el uso del aguahasta 1978, donde alcanzó 12 Gm3; a partir de allí descendió suconsumo hasta 10,1 Gm3 en 1985. Esta dinámica en el uso delagua para la producción agrícola coincide con la bonanza cafeterainiciada en 1975 y hasta 1979, explicada por el alza de los preciosinternacionales del café. El otro período que se debe rescatar esel de la apertura económica (1990-2005), en el que se produceun descenso importante en la cantidad de agua usada al pasar de35,6 Gm3 en 1990 a 32 Gm3 en 2005. Esto encuentra explicaciónen la caída de la actividad agrícola durante este tiempo, que semanifestó en la pérdida de más de un millón de hectáreas de áreasembrada. Igualmente, se identifica que el ascenso de la HHA seinicia con el cambio del modelo de sustitución de importacioneshacia el de promoción de exportaciones a partir de 1970. Todoello evidencia una alta elasticidad del uso del recurso hídrico con

Fuente:FAOSTAT yChapagain y

Hoekstra(2004).

Cálculospropios.

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respecto a las dinámicas externas de los principales productos deexportación agrícola.

Precisamente, un elemento que ha contribuido a incrementar elconsumo de agua por parte del sector agrícola es la demanda deagua para la actividad exportadora. Así, mientras en el primerquinquenio (1961-1965) las exportaciones de AV alcanzaron enpromedió 7,2 Gm3, para el último quinquenio (2001-2005) fueronde 10 Gm3, lo que equivale a cerca del 30% del agua total usadapor la actividad agrícola (destacándose el café como el principalusuario con un 76% del agua virtual exportada total). La caña deazúcar representa un consumo equivalente del 13%, mientras elbanano contribuye con el 5% del agua virtual incorporada en lasexportaciones. Los otros cultivos demandan cantidades de aguamenores. Esta realidad permite focalizar el horizonte de la políticade uso racional del agua en la agricultura en los cultivos que usanel recurso con mayor intensidad y que, por consiguiente, son losprincipales causantes del “estrés” hídrico de muchas de las cuen-cas hidrográficas del país.

• Balance externo de agua virtualpara uso agrícola (Ma-Xa)

El Balance Comercial de Agua Virtual Agrícola (BAVA) es el resul-tado de restar al AV agrícola importada (Ma), el AV de las expor-taciones agrícolas (Xa). Este balance identifica si hay una salida netade recursos hídricos de un país a otro. La figura 8 presenta elBAVA para Colombia durante el período 1961-2004, indicandoun continuo déficit de AV de la economía agrícola nacional. Así, alo largo de este período han salido del país rumbo al resto delmundo, en términos netos, un total de 388 Gm3 de AV, de los cua-les 105 Gm3 (33,1%) corresponden al proceso de apertura eco-nómica (1990-2004). Este déficit neto de agua es explicado bási-camente por la gran diferencia que existe entre el contenido deAV de las exportaciones colombianas frente al mismo contenidode las importaciones.

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En términos de la teoría del libre comercio, el déficit físico estáasociado al aprovechamiento de las ventajas comparativas quepermite utilizar con mayor intensidad los recursos abundantes. Eneste caso, Colombia se ha especializado en la exportación de pro-ductos agua-intensivos e importa bienes agrícolas agua-extensivos.Sin embargo, esta especialización productiva apoyada por la teoríade las ventajas comparativas, genera un intercambio ecológica-mente desigual, pues mientras los países con abundancia de recur-sos naturales, como el agua, asumen los costos de agotamiento ycontaminación asociados a su uso, los países importadores de AVse quedan con los beneficios del consumo del bien importado.Este modelo de especialización agua-intensivo implica un mayorcoste físico de reposición y, por tanto, más energía y materialesincorporados, con lo cual la carga ambiental asumida porColombia relacionada con el CI es mayor a la de los países dedonde provienen nuestras importaciones.

El CI es el mecanismo que permite trasladar la huella hídrica de unpaís a otro, mostrando que las actividades de producción y consu-mo, dentro de unas fronteras determinadas, incrementan la pre-sión sobre el ambiente en otras partes del mundo. La presión del

Fuente:FAOSTAT (s.f.) y

Chapagain yHoekstra

(2004).Cálculospropios.

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país por alcanzar mayores niveles de desarrollo, junto con la nece-sidad de pagar la deuda externa, obliga a explotar al máximo losrecursos naturales, principal fuente de sus exportaciones, generan-do problemas de agotamiento, contaminación y diferentes conflic-tos ambientales. Este desbalance corresponde a otra cara de ladeuda ecológica que el resto del mundo tiene con Colombia pro-ducto del CI.

Por su parte, el contenido de AV importado también creció enforma sostenida a lo largo del período analizado al pasar de 1 Gm3

en 1961 a 4,2 Gm3 como promedio para los últimos dos años.Además, la dinámica de crecimiento del AV importada adquieremayor impulso a partir del proceso de apertura económica(1990). En este lapso pasó de 1,5 Gm3 para 1990 a 4,2 Gm3 comopromedio para los últimos dos años. Así, una mirada que com-prenda el punto de vista de la sostenibilidad global, encuentra quela carga ambiental total, que corresponde a la HHA de todas lastransacciones del comercio exterior agrícola colombiano (X + M),se ha incrementado de lado y lado de las fronteras, producto dela liberalización comercial. Ello muestra que la liberalizacióncomercial contribuye de manera importante al deterioro ambien-tal a nivel mundial (efecto escala), pues aumenta la cantidad derecursos materiales y energéticos que se movilizan con el creci-miento del CI en un mundo de recursos finitos.

Finalmente, aunque hay una creciente presión sobre el recursohídrico por parte de la agricultura nacional, originada tanto por elmercado interno como por el externo, esta situación aún no escrítica si se compara con la disponibilidad de agua en el planonacional. Sin embargo, tomando en cuenta que los procesos deespecialización productiva impulsados por la apertura comercialno se dan sobre todo un país, sino sobre regiones y zonas con unadeterminada dotación de recursos naturales, es en estos territo-rios donde se trasladan específicamente las cargas ambientales delos procesos de especialización.

• Dentro del Sistema Económico Mundial, Colombia desempe-ña el papel de proveedor de excedentes materiales y energé-ticos que soportan el proceso metabólico y económico de lospaíses industrializados. Este rol contribuye a generar un mode-lo de alta dependencia económica y de explotación no soste-nible de los recursos naturales. El libre comercio junto con una

CONCLUSIONES

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estructura institucional internacional ayudan a sostener esteorden asimétrico, reforzando las relaciones de dependenciaentre el Norte y el Sur, en donde la periferia asume buenaparte de los costos sociales y ecológicos del funcionamientodel sistema económico mundial, promoviendo con ello relacio-nes de intercambio desiguales.

• Para el caso de Colombia, se identifica que su economía a lolargo de estos años estudiados (y de toda su historia republi-cana) mantiene un patrón de especialización productivo queexplota intensivamente sus recursos abundantes, cumpliendo acabalidad la teoría estática de las ventajas comparativas delcomercio internacional. Ello hace que el país exporte mercan-cías ricas en recursos naturales y mano de obra no calificada,e importe mercancías ricas en capital y conocimientos. Sinembargo, este patrón de especialización produce un intercam-bio económico y ecológicamente desigual, pues además de noreconocerse los costos ambientales y el agotamiento del patri-monio natural, las relaciones de intercambio son desfavorablespara los países exportadores de materias primas.

• El intercambio ecológicamente desigual y la presión ambientalejercida por el patrón de especialización natural-intensivo de laeconomía colombiana se presenta en el período analizado devarias maneras. En primer lugar, por la dirección del flujo netode recursos materiales y agua, los cuales tienen una claraorientación hacia el resto del mundo. El déficit neto de lastransacciones comerciales es de 855 millones de toneladas demateriales (1970-2006) y 388 Gm3 de agua (1961-2005). Ensegundo lugar, los “términos de intercambio” son creciente-mente desfavorables para las exportaciones colombianas(ricas en energía disponible), al compararlas con las importa-ciones (de alto valor económico), situación que ha contribuidoa incrementar la presión y explotación de recursos naturalesen el país.

• Los bajos precios de los bienes primarios y su deterioro com-parativo frente a los bienes industriales han sido un mecanis-mo clave mediante el cual el Norte ha adquirido esos recur-sos naturales y energéticos para cumplir su proceso metabóli-co. Además, existen otros mecanismos económico-políticosasociados al marco institucional mundial existente, que facilitanel proceso de apropiación de estos recursos, fortaleciendocon ello la especialización natural-intensiva de las economías

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del Sur. El desarrollo de esta estrategia globalizadora, el flujo decapitales que vienen desde las economías del Norte a travésde la inversión extranjera y la deuda externa, junto con laestructura monopólica de la producción ejercida por las trans-nacionales, han desempeñado un papel fundamental en la con-solidación de esta asimétrica división internacional del trabajoque tiene importantes efectos ambientales sobre los paísesricos en recursos naturales.

• Este trabajo ha permitido mostrar al comercio internacionalcomo un nuevo vector (igual al aire y al agua) que disemina lascargas e impactos ambientales sin conocer de fronteras. Cuantomayor sea la parte de los efectos ambientales que recaiga fuerade las fronteras de la entidad política que toma las decisiones,menos probable es que el crecimiento económico lleve a deci-siones que reduzcan las presiones ambientales.

• La investigación da luces para observar que la mayor integra-ción con el mercado mundial, iniciada a finales de los sesenta,con la promoción de exportaciones e intensificada en losnoventa con la apertura económica, ha producido un incre-mento significativo en la presión sobre los recursos naturales enColombia en términos del flujo de recursos (sin alterar lospatrones de especialización del comercio exterior colombiano).En este aspecto, han desempeñado un papel importante elcapital extranjero y las transnacionales, lo que explica la dinámi-ca material exportadora (carbón, petróleo, oro y ferroníquel).

• Los resultados alcanzados ponen sobre el tapete el efectoescala del comercio internacional. Este efecto muestra que uncrecimiento de las transacciones comerciales externas, al con-trario de lo planteado por la teoría del libre comercio, produ-cen un aumento del impacto ambiental a través del incremen-to de la cantidad de recursos materiales movilizados. Ello evi-dencia que para tratar de alcanzar un régimen comercial inter-nacional más sostenible debería también considerarse la canti-dad de material, energía y territorio incorporado en la deman-da comercial, no reduciéndose solo a la armonización de losestándares ambientales o la internalización de los costos eco-lógicos, mecanismos necesarios pero no suficientes. Pero, ade-más, significa también que, contrario a lo planteado por la eco-nomía ortodoxa, las economías en vez de desmaterializarse seestán rematerializando. En el caso colombiano, esta situaciónse refleja en el incremento del volumen de los recursos natu-

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rales usados por la actividad económica, de 7 a 88 millones detoneladas entre 1970 y 2006 para los productos exportados yde 13,4 Gm3 en 1961 a 32 Gm3 en 2005 para el agua usadapor la agricultura tanto para el mercado externo como para elinterno.

• Respecto a esto último, la planificación y gestión del agua y delas cuencas hídricas en particular, se ha centrado en el manejoy análisis de variables biofísicas y sociales desde una visiónautárquica y aislada. El Manejo Integral del Recurso Hídrico(MIRH), a pesar de aplicar una visión más amplia e integral,también supone cierta independencia entre regiones y países.El fenómeno de la globalización política y económica ha hechomás evidente la interdependencia de las decisiones y conse-cuencias entre diferentes regiones. En este contexto es dondeadquiere mayor relevancia el uso de instrumentos de contabi-lización biofísica como la HHA, para la planificación económi-co-ambiental de los territorios, tanto a nivel nacional como decuencas y microcuencas.

• En términos de política económica, se hace necesario reco-mendar nuevamente lo que se vuelve repetitivo: agregar pro-gresivamente valor a los productos de exportación colombia-nos con el fin de transformar las ventajas comparativas en ven-tajas competitivas. Para lograrlo será crucial ampliar la cober-tura, elevar la calidad de la educación en todos los niveles ymejorar drásticamente la infraestructura.

• Finalmente, este trabajo investigativo resalta la importancia deluso de metodologías de cuantificación biofísica como instru-mento necesario para mirar el tamaño de la economía dentrode la biosfera. Estas metodologías, como un recurso de la sos-tenibilidad fuerte, posibilitan integrar la información ambientalcon la socioeconómica y generan información útil para la pla-nificación económico-ambiental de nuestros territorios. Sinembargo, es necesario decir que estas metodologías aúnrequieren mayores desarrollos que permitan hacerlas más sóli-das, tanto para la identificación de problemas como para elplanteamiento de soluciones.

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