no habrá otra chance muchacho

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  • 7/27/2019 No habr otra chance muchacho

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    No habr otra chance muchacho

    Haba veces, como en ese momento, en que no tena ganas de mover ni un solo msculo,a tal punto que le tom una eternidad levantar la vista para saber la altura de Avenida Rivadaviapor donde se desplazaba el colectivo. Como a veinte cuadras de all estaba el supermercado quepeda personal.

    Sus pupilas buscaban angustiadas algn blsamo, una sonrisa, un color, un rostro que loanimara. Atardeca sobre una Buenos Aires glida, llova a canteros y ese tango lastimero que le

    traa la radio, que hablaba de una fatal pualada, profundizaba su herida. Era como si siemprehubiese llovido en su vida, siempre nublado, siempre la tormenta amenazante y el escarchadoaire engullendo el poco calor que habitaba su cuerpo.

    Limpi la ventanilla y observ los despintados edificios, los rboles sin hojas, los escasostransentes con caras largas y plidas. Le costaba rememorar el ltimo instante de felicidad, unmomento en que no sintiese esa opresin en el pecho. Cerr los parpados con fuerza.

    Aunque fuese una imagen, algo que le devolviera la paz por unos segundos! nicamentesinti dos tibias lgrimas recorriendo sus mejillas.

    http://2.bp.blogspot.com/-1AzeBeXf4uI/TaHCDk2B4gI/AAAAAAAAAoI/t0mv2tjRpGg/s1600/Bajo+la+lluvia.jpg
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    El Carrefour pas desdibujado bajo el agua, tres cuadras y media de desocupados sepegaban a las paredes buscando refugio. El joven se levant y mir el timbre, despus de unossegundos se dej caer pesadamente en el asiento, apoy la frente contra el respaldo siguiente y sedesinfl en un suspiro.

    Martn Ontiveros se cas de apuro con Mariela Fuentes. En el quinto ao de la secundariala embaraz y luego se pusieron de novios. O preparas la boda o te mato le dijo su futurosuegro ofrecindole al menos una opcin.

    Un hombre calvo, de gran nariz y barba rala se sent a su lado. Llevaba las ropas sucias ydesarregladas y ola a peste. Comenz a hablar mientras apoyaba una mano en el hombroizquierdo de Martn.

    Hijo mio, se te ve muy apesadumbrado. Es que Dios an no ha iluminado tu oscurocamino? Yo era borracho y ltimamente hasta en drogas andaba y mirame ahora agregdejando escapar un fuerte vaho a alcohol.

    El joven sigui imperturbable, con los ojos diluidos en la nada. Ni intent desprenderse

    de la mano que lo tocaba. Un pestaeo fue toda su respuesta.Alquilaron un departamento a pocas cuadras del Luna Park. Martn abandon el colegio y

    por unos meses trabaj en un taller que arreglaba electrodomsticos y que acababa de cerrar.Mariela perdi el beb y tampoco termin la secundaria. Se aisl en su cuarto, sin nimo ni parasalir a la vereda. Era el ao 2002 y Argentina se estremeca por una aguda crisis poltica-econmica. En un par de meses cuatro presidentes desfilaron por la casa Rosada. Haba unasensacin general de descontrol, de desproteccin recorriendo las calles del pas.

    La vida siempre te ofrece una gran oportunidad sigui parloteando el tipo sentado asu derecha. Podes estar destruido, de ltima, como deca mi viejo, cuando estas de culo todaslas jeringas te apuntan

    Martn permaneca con la cara achatada contra el vidrio helado. Rivadavia se estirabainterminable, la tarde transmutaba en noche sin anunciarse. En ese tramo del recorrido elmnibus estaba casi vaco, en la radio Violeta Parra cantaba, en una versin grabada pocosmeses antes de suicidarse, su homenaje a la vida.

    La chance te llega cuando menos la espers, en frio, sin aviso redundaba elvagabundo, atizndose los pegajosos bigotes con dos de sus dedos. En cualquier momento tetoca y si no sabes distinguirla te jodiste. No hay vuelta de hoja hijo mo. Necesitas coraje yclaridad para escoger el camino correcto. No es sencillo y la mayora falla en el intento, pero

    La voz le llegaba en un murmullo, como si tuviese la cabeza metida en un paquete dealgodn. Ni el olor, ni el roce del andrajoso lo incomodaban.

    Una imagen, una pista solo una imagenrepiti en un susurro.

    Sus progenitores acababan de separarse y su madre, a quien extraaba horrores, se volvia cerrito, Entre Ros. Su padre, perdido haca rato en el alcohol y las prostitutas, deambulaba porlos bares porteos. Todas plidas, pens Martn e inhal fuerte por la nariz para contener losmocos que intentaban escaparse. Para colmo en su departamento, con dos meses impagos dealquiler, lo esperaba (es un decir) Mariela y un Rosario de recriminaciones. Vivan en una peleaperpetua, echndose la culpa por el beb perdido.

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    Ayer tata Dios puso ese momento en mi senda y no lo desaprovech. Sabes lo que es

    esto?dijo el hombre mostrndole un cartn con varios nmeros. El nico boleto ganador delQuini seis. Fue ayer noms, acababa de despertarme como al medioda despus de unaindigestin alcohlica. No tena idea donde me hallaba, era un puente bajo la autopista, adems

    de embarrado estaba cagado y meado. Ya no poda caer ms abajo hijo mo. Comenc a vagarpor las calles, buscando unas vas donde terminar con mi suplicio y entonces sucedi. Elkiosquito de lotera estaba en algn lugar perdido de Lugano. Caminaba detrs de un gordocuando una rfaga de viento le desprendi un billete de dos pesos del bolsillo. El papel volhasta pegarse en la vidriera del negocito, justo sobre un cartel que deca: Le gustara sermillonario? No pierda esta ocasin. Algo inexplicable me movi a entrar y comprar un boleto deQuini seis con nmeros al azar. Hace media hora fue el sorteo, un solo ticket ganador. Treinta ydos milloncitos para magreg zarandeando el quini y un eructo etlico se le escap por entresus corrodos dientes.

    Por primera vez el joven fij los ojos en el individuo, fue como si al prestarle atencin, suolfato se hubiese activado. Una baranda acida, mixtura de alcohol y mugre lo oblig a virar la

    cara y contener un par de arcadas.No habra otra chance muchacho!segua repitiendo el linyera mientras Martn sealejaba asqueado por el pasillo y bajaba en la penltima parada del recorrido.

    La avenida se dilua en el horizonte. No haba un alma en varias cuadras a la redonda.Los estiletazos que le arrojaba el viento y la lluvia lastimaban su rostro. Le ardan los labios,pas su lengua por ellos y baj la cabeza subindose el cierre de la campera inflable.

    Hasta dnde mierda llega Rivadavia?pens en el momento que comenzaba a cruzarla calle.Todos tenemos una va para cambiar nuestro presente, solo hay que saber reconocer el

    momento en que se nos presenta. No poda alejar las palabras del andrajoso de su mente. Seraverdad que haba ganado el Quini seis? Y que si su chance ya hubiese pasado y no la reconoci.Tal vez esta miserable vida nunca acabara.

    Al alcanzar la vereda, las punzadas en el bajo vientre, que lo venan acompaando en lospasados meses, regresaron. Cay arrodillado y a duras penas pudo acomodarse bajo el techito deun Kiosco de chapa que se hallaba cerrado. Empapado, tiritaba sin poder contener el castaeteode sus dientes. Por lo menos el agudo dolor le impeda sentir fro.

    Cancer de vejiga y de testiculos, algo bastante inusualle dijo el doctor el juevestemprano, y a Martn la frase le son a elogio.

    Bingo!musit el joven al escuchar la sentencia.Sali del consultorio sin despedirse, ni siquiera agarr la tarjeta del especialista que el

    galeno le estaba recomendando. Si su destino era ese, pens el joven, porque tendra quedemorarlo. El diagnostico no lo sorprendi, lo raro hubiera sido recibir una buena noticia. No lecont a nadie de su dolencia y decidi simplemente esperar.

    Despus de un par de horas el dolor amain y se qued dormido. So que era la fiesta degraduacin de la secundaria y todos lo felicitaban. Su orgullosa madre le contaba a un grupo depadres que su hijo se ira a estudiar ingeniera a La Plata. Estoy segura que va a lograr todo loque se proponga, agregaba la mujer mirndolo con dulzura.

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