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artesyculturas Por Diego Oscar Ramos [email protected] Fotos Ariel Sabatella & gentileza familia Musotto (Ramiro en Salvador) Especial para Nexo Hace días que, queriendo ya despedirlo con alegría, como aconsejan quienes saben de las cosas de la vida, escucho una y otra vez Gwyra Mi, ese paisaje sonoro que siempre llena de colores amarillos el lugar donde le dé play a ese tejido sonoro de cánticos de niños guaraníes, la verba indigenista del subcomandante Marcos y la acción armónica de esa versátil banda Sudaka con la que Ramiro Musotto había construido un aleph musical universal con aroma americano. Claro que cada cual tendrá sus momentos preferidos, seguramente cambiantes, para disfrutar en sus dos discos solistas, Sudaka y Civilizacao & Barbarie, del músico que partió el 11 de septiembre pasado en un centro médico bahiano, a pocos meses de que se le hubiera detectado un cáncer de estómago que dejó de bocas abiertas tanto a quienes sabían a lo que estaba enfrentándose como a quienes ya venían sorprendiéndose ante su infrecuente Ramiro Musotto: el legado del mensajero Escucharlo para que no se vaya RE FA SOL ASÍ silencio musical de meses. Todos, como lo confirman los mensajes en las redes sociales donde él participaba o los de los diarios online del mundo, dicen sentirse un poco huérfanos de un músico de creatividad excepcional y mayor calidad humana. Criado en Bahía Blanca, aunque su propio site consigne el poco conocido detalle de su nacimiento en La Plata, su máximo desarrollo musical se dio en ciudades brasileras como Río de Janeiro, Sao Paulo y esencialmente Salvador, la ruta básica donde hasta hoy sigue transitando la cultura de Brasil antes de salir al mundo. Y alimentándose de lo que también saben darle otros puntos riquísimos culturalmente, como los de un nordeste profundo que también admiraba Musotto, el argentino que supo enamorar a la tierra donde se cuece una de las músicas más sabrosas del planeta, con su capacidad técnica y su tenacidad para ofrecerles recetas musicales nuevas y eficaces. Por algo, antes de asumir su carrera solista, el argentino había trabajado como percusionista, arreglador o productor de músicos como Gilberto Gil, Caetano Veloso, Lenine, Zeca Baleiro, Marisa Monte, Marina Lima, Skank, Sergio Mendes, Gal Costa, María Bethania, Lulú Santos, Margareth Menezes o Daniela Mercury, por mencionar algunos de una lista que bien podría hacer pensar que en Ramiro había un punto central por donde coincidía lo más destacado de la música popular brasilera en sus últimas generaciones. Algo de eso le mencionaba en nuestro último encuentro, una entrevista previa a su concierto porteño del año pasado, cuando exponía mi sensación de que en ese llamado milagro de que él fuese el más elegido en los últimos años por el propio gobierno brasilero para encabezar musicalmente eventos oficiales, tenía que ver con su capacidad organizativa, su destreza para condensar y estructurar elementos complejos y dispersos, exponiéndolos además de forma accesible y atractiva. Mientras improvisaba un retrasado almuerzo con unas medialunas con café con leche, Musotto me miró, elevó hacia algún cielo su mirada y se quedó en silencio, luego dijo que él no pensaba en esas cosas. Era más fácil hacerlo hablar de música que de sí mismo, podía detallar con precisión admirable y una memoria envidiable un catálogo de ritmos afroamericanos, con variantes regionales o temporales, hoy medible en muchos gygas. Quienes hayan tenido la suerte de haberlo visto en acción como docente, en los workshops que daba en Europa o los que con cada vez más frecuencia daba en Argentina, habrá podido vivir su faceta de investigador y de difusor de una cultura que, si bien abarcaba todo Brasil y tenía alcances universalistas, tenía un centro afectivo en los desarrollos rítmicos que se dieron en Salvador, capital del estado de Bahía, en los tempranos años ochenta, la etapa en la que se consolidó el samba reggae y el momento en el que el músico se radicó en pleno Pelourinho, luego de un apolíneo año de estudios en Sao Paulo, cuando llegó con apenas 18 años. Y ese núcleo bahiano presente en sus talleres, no sólo estaba en su transmisión de las claves de toda una serie de variantes de la música ligada al carnaval de raíz negra, sino que incluía sus conocimientos de músicas usadas en los cultos religiosos del candomblé, un universo que le fascinaba estéticamente. Y por sobre todo, las formas de hacer que el berimbau, instrumento que quizás sólo Naná Vasconcelos independizó antes que Continúa en página 2 >> Vigencia 26 Septiembre 09 de Octubre de 2009 Suplemento cultural de Periódico Ático. Suplemento cultural de Periódico Ático Ed. Nro. 28 No se autoriza su venta por separado. El notable músico argentino, criado bahiense y adoptado como suyo por la música popular brasilera, deja con su partida una obra valiosísima por su integración refinada de géneros y culturas.

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NEXO artes & culturas navegó durante 40 ejemplares en el medio de PERIÓDICO ÁTICO, por iniciativa de Emiliano De Leo y Nicolás Guglielmetti, quién junto a Agustín Hernandorena lo dirigieron entre septiembre 2008-marzo 2009 y entre septiembre 2009-mayo 2010. La mutación de directores del periódico y por ende de propuestas, produjeron un desgaste comprensible que finalizó en un acuerdo de salida del suplemento cultural para que este siga funcionando de manera independiente.

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| Desde 26 Septiembre hasta 09 de Octubre de 2009

artes y culturas

Por Diego Oscar Ramos [email protected]

Fotos Ariel Sabatella & gentileza familia Musotto (Ramiro en Salvador)Especial para Nexo

Hace días que, queriendo ya despedirlo con alegría, como aconsejan quienes saben de las cosas de la vida, escucho una y otra vez Gwyra Mi, ese paisaje sonoro que siempre llena de colores amarillos el lugar donde le dé play a ese tejido sonoro de cánticos de niños guaraníes, la verba indigenista del subcomandante Marcos y la acción armónica de esa versátil banda Sudaka con la que Ramiro Musotto había construido un aleph musical universal con aroma americano. Claro que cada cual tendrá sus momentos preferidos, seguramente cambiantes, para disfrutar en sus dos discos solistas, Sudaka y Civilizacao & Barbarie, del músico que partió el 11 de septiembre pasado en un centro médico bahiano, a pocos meses de que se le hubiera detectado un cáncer de estómago que dejó de bocas abiertas tanto a quienes sabían a lo que estaba enfrentándose como a quienes ya venían sorprendiéndose ante su infrecuente

Ramiro Musotto:

el legado del mensajero

Escucharlo para que no se vaya

NOTA

PALABRAS MAS

PALABRAS MENOS

FLASHEANDO

LO QUE PINTE

MUESTRARIO

GARABATOS

MATERIA

RE FA SOL ASÍ

silencio musical de meses. Todos, como lo confirman los mensajes en las redes sociales donde él participaba o los de los diarios online del mundo, dicen sentirse un poco huérfanos de un músico de creatividad excepcional y mayor calidad humana.

Criado en Bahía Blanca, aunque su propio site consigne el poco conocido detalle de su nacimiento en La Plata, su máximo desarrollo musical se dio en ciudades brasileras como Río de Janeiro, Sao Paulo y esencialmente Salvador, la ruta básica donde hasta hoy sigue transitando la cultura de Brasil antes de salir al mundo. Y alimentándose de lo que también saben darle otros puntos riquísimos culturalmente, como los de un nordeste profundo que también admiraba Musotto, el argentino que supo enamorar a la tierra donde se cuece una de las músicas más sabrosas del planeta, con su capacidad técnica y su tenacidad para ofrecerles recetas musicales nuevas y eficaces. Por algo, antes de asumir su carrera solista, el argentino había trabajado como percusionista, arreglador o productor de músicos como Gilberto Gil, Caetano Veloso, Lenine, Zeca Baleiro, Marisa Monte, Marina Lima, Skank, Sergio

Mendes, Gal Costa, María Bethania, Lulú Santos, Margareth Menezes o Daniela Mercury, por mencionar algunos de una lista que bien podría hacer pensar que en Ramiro había un punto central por donde coincidía lo más destacado de la música popular brasilera en sus últimas generaciones.

Algo de eso le mencionaba en nuestro último encuentro, una entrevista previa a su concierto porteño del año pasado, cuando exponía mi sensación de que en ese llamado milagro de que él fuese el más elegido en los últimos años por el propio gobierno brasilero para encabezar musicalmente eventos oficiales, tenía que ver con su capacidad organizativa, su destreza para condensar y estructurar elementos complejos y dispersos, exponiéndolos además de forma accesible y atractiva. Mientras improvisaba un retrasado almuerzo con unas medialunas con café con leche, Musotto me miró, elevó hacia algún cielo su mirada y se quedó en silencio, luego dijo que él no pensaba en esas cosas. Era más fácil hacerlo hablar de música que de sí mismo, podía detallar con precisión admirable y una memoria envidiable un catálogo de ritmos afroamericanos, con

variantes regionales o temporales, hoy medible en muchos gygas.

Quienes hayan tenido la suerte de haberlo visto en acción como docente, en los workshops que daba en Europa o los que con cada vez más frecuencia daba en Argentina, habrá podido vivir su faceta de investigador y de difusor de una cultura que, si bien abarcaba todo Brasil y tenía alcances universalistas, tenía un centro afectivo en los desarrollos rítmicos que se dieron en Salvador, capital del estado de Bahía, en los tempranos años ochenta, la etapa en la que se consolidó el samba reggae y el momento en el que el músico se radicó en pleno Pelourinho, luego de un apolíneo año de estudios en Sao Paulo, cuando llegó con apenas 18 años. Y ese núcleo bahiano presente en sus talleres, no sólo estaba en su transmisión de las claves de toda una serie de variantes de la música ligada al carnaval de raíz negra, sino que incluía sus conocimientos de músicas usadas en los cultos religiosos del candomblé, un universo que le fascinaba estéticamente. Y por sobre todo, las formas de hacer que el berimbau, instrumento que quizás sólo Naná Vasconcelos independizó antes que

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Vigencia 26 Septiembre09 de Octubre de 2009Suplemento cultural de Periódico Ático.

Suplemento cultural de Periódico Ático Ed. Nro. 28 No se autoriza su venta por separado.

El notable músico argentino, criado bahiense y adoptado como suyo por la música popular brasilera, deja con su partida una obra valiosísima por su integración refinada de géneros y culturas.

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RE FA SOL ASÍ

natural con la Capoeira, fuese una fuente sonora posible de adaptar a todo tipo de músicas, con calidad armónica y destreza interpretativa. Hay que imaginárselo, con cerca de 20 años, dando clases a cursos extracurriculares en la Universidad Federal de Bahía, invitado por habérsele reconocido su trabajo, para organizar su lectura en clave erudita, algo inédito en una ciudad donde el instrumento era aún considerado para muchos como cosa de malandros, lo mismo que pasaba con la práctica de la disciplina corporal hoy universalizada y posible de practicar en cualquier gimnasio. Del mismo modo, hoy puede ser más común que escuchemos la incorporación del instrumento monocorde en la música pop del mundo, pero aún hoy sigue siendo el impulso de Musotto quien dio nacimiento en Europa a la primera orquesta de berimbaus afinados, conformando escalas armónicas, concepto que ni siquiera hoy será fácil de encontrar en ese nivel ni en Youtube, donde habrá cientos de videos de berimbaus agrupados, pero en muchos casos sin ocuparse de la armonización.

No existía prácticamente ese concepto cuando él empezó a trabajar con el instrumento, lo que habla no sólo de la curiosidad musotteana, sino también en un elemento que no siempre se tiene en cuenta cuando se habla de su carrera o de su obra, el área del sonido, de la que era un detallista absoluto. Basta recordar lo que solía aconsejar a quienes le hablaban de sus discos, llegando a pedir a quienes sabía que lo habían bajado de Internet que consiguieran una buena copia, aunque la grabaran. Le importaba que se escuchara con calidad el trabajo de horas y horas que él se tomaba para armar loops, armonizaciones y mezclas. Al volumen preciso, sin precisar de euforias que lleguen por tímpanos aturdidos, hoy sigue siendo recomendable calzarse unos buenos auriculares y apreciar entonces el cuidado con el que Musotto pintaba capa por capa sus diseños sonoros. Ese que hizo que su trabajo en estudios fuese expandiéndose desde los primeros años de consolidación de un axé al que él regaló virtudes en programación electrónica y que explotara con el Canto da cidade de Daniela Mercury, para ir entonces desplazándose con seguridad, previo link con el gran productor y bajista Liminha, por la crema del banquete musical brasilero.

Todo este proceso, ese que nutre las listas de su CV, viviendo ya casi una década en Río de Janeiro, una ciudad a la que alguna vez reconoció como una de las más bellas del mundo. Aunque pasara sus últimos años en su querida Salvador, un territorio que sentía más seguro y donde tenía una de sus bases para el crecimiento progresivo de una carrera solista que, bien vale recordar, tuvo en la Argentina el apoyo ferviente de su sello editor, Los Años Luz, un emprendimiento que supo ir afianzándose en la misma década en la que creció el mp3 y las descargas online, con una identidad editorial precisa y atractiva, como la música que Ramiro Musotto fue generando en esos dos discos que ahora cobran otra dimensión.

Realmente valorados en su momento, aunque también hubiera podido vislumbrarse un destino de masividad mayor para su obra, tanto Sudaka como

Civilizacao & Barbarie permiten apreciar un camino que el músico argentino brasilero supo delinear con pasión de orfebre, llegando a un balance de sonidos y sentidos que siguen reverberando en esos 20 ensayos musicales donde puso sus ideas o sensaciones sobre lo que somos los americanos. Resignificando la palabra sudaca, poniéndole esa k que alguna vez pudo tener restos de un delay de resistencia cultural, Musotto nos habló de nuestras raíces afroindígenas, con menos nostalgia que necesidad de que sepamos quiénes somos, para movernos con una identidad clara desde la cual empezar a compartir lo más valioso que tenemos con un universo deseoso al intercambio virtuoso. Claro que tendríamos ganas de seguir escuchando esos ensayos danzables donde un canto iraní podía ofrecernos nuevas maneras de saber de nosotros o los dioses africanos se abrazaban sin escudos idiomáticos entre el portugués de Brasil y el español de Cuba. Seguramente ha llegado el tiempo de que saludemos a Ramiro, le ofrendemos la verdad de nuestros corazones limpios y dancemos para él la más pura de nuestras canciones, para dejarlo libre de nuestras tristezas y agradecerle con una risa multirrítmica el infinito placer que nos regaló con su música. Que así sea. Desde otro ladoCon ese mágico poder de los símbolos, una de las últimas sesiones que realizó Ramiro Musotto en la Argentina con Ariel Sabatella dio como fruto no sólo imágenes publicadas en sus entrevistas de la prensa argentina del final del 2008 y de algunas crónicas brasileñas de su despedida. También una bellísima imagen que empezó a circular entre redes sociales con esa misma potencia afectiva con que posteamos sus videos o escuchamos una y otra vez sus discos estos días. “Me flasheó lo de las luces, porque ahí era como un ángel, es una imagen de otro lado, para mí todo ese viaje que hice con su banda fue como un regalo, por las imágenes que quedan, bien distintas de otras que me parecen vacías”, cuenta Sabatella, que apenas conocía a Musotto cuando lo acompañó en un tramo de su gira argentina del 2008, invitado por el músico a sumarse a su tribu cuando el fotógrafo le expuso en Buenos Aires su deseo de fotografiarlo. Como inicio de un proyecto estético ligado a la música, Sabatella eligió a Musotto por el impacto que le causó una performance suya televisiva y también por ese plus de sincronía que surgió cuando su amigo Martín Musotto, humorista del grupo Los Cortina y ex compañero suyo de clases de Dirección de Fotografía le dijo que era su hermano. “No podía creer que alguien tuviera tan buena onda, pocos te dan esa conexión, hablé con él y me invitó a ir Santa Fe con él esa misma noche”, cuenta el fotógrafo, que logró sortear algunas dudas y se trepó a la gira. A la mañana ya lo habían hecho sentir parte del team. Buscando un sitio acorde a sus estéticas, consiguió la rápida complicidad de Musotto para usar unas horas libres entre workshops y conciertos para mandarse en un viejo taxi hasta unos galpones ferroviarios en desuso. “Llegamos a unos talleres que estaban tomados, empezamos a hacer fotos y vimos que un tipo se estaba bañando cerca, con un tacho de agua, mientras

Ramiro tocaba el berimbau”, describe Sabatella, compartiendo escenas de película experimental que se completó cuando el ojo fílmico del hombre de la cámara vio un humo blanco como enviado del mismísimo cielo para su toma. “Habían quemado pasto en las fosas, eran las 4 y media, entraba una luz linda, empezó a tocar, a hacer ejercicios de calentamiento y no se notaba entre tanto humo”, cuenta Sabatella, que tuvo al tachero de asistente y al bañante como público de esa sesión que tuvo su pico cuando encontró una habitación donde los rayos solares entraban desde ventanas, con

el sol ya más bajo. El cuadro ya estaba. “Quedó una foto como pintada, la vi en el momento y tengo sólo tres cuadros, dos de ellos con errores, únicamente esa fue la perfecta”, comenta ahora, que siente a ese viaje como un regalo, signo de una generosidad que el fotógrafo supo ver en la manera en que daba sus clases. Con ese detalle lo recuerda y construye una nueva foto del músico: “Se sentaba con vos dos días, te decía de qué eran las calabazas del berimbau, que la cuerda era de piano, te mostraba qué efectos usaba, era un distinto”. Continúa en página 3 >>

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RE FA SOL ASÍ

Héctor Ramón [email protected]

Siempre junto al pueblo. Reemplazar el sentirse parte de una exquisita elite, para sumergirse en las profundas y cálidas aguas del pueblo. Haga un democrático con sensibilidad popular. Trate como a marqueses al vulgo y como vasallos a la corrupta aristocracia.

Napoleónico. Que reine alrededor de ti un clima imperial. Rodeado de su corte el

emperador se ríe de las cosas pequeñas de los mortales; en la sana compañía de sus mosqueteros, la emperatriz, el príncipe heredero, adelateres, aduladores de turno, arlequines, saltimbanquis, cortesanas y algún que otro tipo piola, que sepa que al sol no conviene hacerle nunca sombra.

La vida como obra de arte. Todo es una broma de un dios perverso. Salvo tu vida, la cual alimentas y sazonas con dátiles, mieles, brebajes y lujos asiáticos. Todo

ello sin olvidar que todo debe tener un buen argumento contado en un estilo soberbio, cuidando el vestuario, la iluminación, la escenografía y los actores. Cada día es un premio para los sentidos.

Vida loca. Línea de pensamiento: vivir al 100%. La vida es bárbara. La felicidad atraviesa las clases sociales. Optimismo al mango. La Argentina es una fiesta.

¡Que lindo tipo sos, chambón!

BOCADITOS

ACUSADOS DIRECTOS Nicolás Guglielmetti y Agustín Hernandorena. COMPLICES Y SOSPECHADOS Valeria Tentoni, Ana Laura Rivara, Héctor Ramón Cuenya, Lorena Curruhinca, AG, Gerónimo Unibaso, Pedro Farías y Diego Oscar Ramos.

IMPLICADOS Miguel Mendiondo, Diego Rosake, Emilio Zaina, Silvana Baylac, Germán Arens, Nicolás Fernández Vicente, Andrea Testarmata, Beila Palma, Alejandra Larosa. Y cada uno de los artistas mencionados y entrevistados en este ejemplar.

Para comunicarte con nuestra guarida escribí a: [email protected]

Staff Nexowww.nexodeluxe.blogspot.com

Liniers junto a los grupos “Cuerdas”, de Punta Alta, y “La Cumbre”, que era el otro grupo donde Ramiro tocaba junto a Pablo de la Loza, Alejandro Weiner y Guillermo David.Nosotros hacíamos una mezcla de folklore argentino, ritmos latinos, rock sinfónico y hard rock... ¡Instrumental! A ninguno se nos ocurrió cantar. En el verano del ’82, hicimos tres shows en “La Cueva” de Monte Hermoso, después otro en Uni, y a mediados de ese año nos despedimos en el Teatro Municipal, porque Ramiro se iba a vivir a Brasil. Nacho Amodeo era nuestro manager/diseñador grafico, el “Biafra” Carlos Jiménez, que fue el profesor de todos nosotros, nos ayudó un poco con la dirección del show, y Pablo de la Loza tocó como invitado en un tema. Duró poco, pero fue muy intenso.” La partida de Musotto no les impidió seguir tocando. Más tarde se volverían a ver las caras en la Bahía brasilera, en San Salvador, a donde Pedro llegó de vacaciones (pero por las dudas con el teclado encima) y terminó quedándose sus buenos años.“Después me fui yo a Brasil a vivir con Ramiro y años después el Ciego, pero eso ya es otra historia.”

Mate

Por Nicolás Fernández [email protected]

Le había escrito preguntándole sobre la experiencia que fue Mate, la banda que con tan sólo dieciséis años integró, en esta ciudad, junto a Ramiro Musotto. La respuesta no se hizo esperar. “Dejáme hacer memoria…” escribía, como si el recuerdo de esos años comenzara, para Pedro Giorlandini, desde el momento en que se disponía a tipear. “El “Ciego” Moreno y yo habíamos empezado a tocar juntos y queríamos armar una banda. Nos fuimos a probar en un par de grupos, pero no nos aceptaron en ninguno. Entonces lo llamamos a Ramiro, de quien yo era amigo. Habíamos ido a la misma escuela y jugábamos juntos al básquet. Un día lo vimos tocar al grupo “Origen”, en el que el “Laucha” Iencenella era el bajista. Averiguamos su dirección y lo fuimos a buscar. Por idea de Ramiro se incorporó al grupo Oscar Liberman, pero su participación duró poco.El primer ensayo fue en lo de la vieja de Ramiro, pero después nos mudamos al living de la casa de mis viejos. Ensayamos durante 9 meses, y el 4 de diciembre de 1981 debutamos en el club

Primera persona(Testimonios de entrevistas de Diego Oscar Ramos con Ramiro Musotto, de 2005 a 2008, publicadas en Inrockuptibles, Página 12, Perfil y Crítica de la Argentina).

SUDAKA. “Sudaka es una palabra que siempre me fascinó, porque une Sudamérica, Brasil y Argentina, lo que yo soy, un resultado de esta mezcla y da una identidad al casi perdido sueño ¿utópico? de la unidad sudamericana, aquella de Bolívar y San Martín”. (2005)

MÚSICA. “Siempre estuve fascinado por la música primitiva o folclórica, la música sin dueño, transformada y mejorada de generación en generación donde cada uno aporta lo suyo y se va codificando, purificando, a lo largo de los años y a veces siglos”. (05)

AFROAMERICA “La religión afroamericana me parece la más interesante, su mitología es hermosa, su relación con la naturaleza, la no noción del pecado, su sexualidad, su relación con los antepasados, con sus muertos y por sobre todo su música, su percusión y sus cantos me llaman, me atraen sobremanera y siempre intento entender su significado y respetarlos lo máximo que pueda”. (05)

SAMPLEOS. “Las cosas que sampleo son cosas de las que me enamoro, las guardo y dejo en remojo, hasta que me viene una idea de lo que hacer con ellas; son cosas que cuido como joyas, como cosas en extinción, están tal vez olvidadas o desapercibidas y me parece una pena que sea así. Me gusta reciclar, buscar en el tacho de basura musical donde se pone lo

que ya pasó de moda, lo que no sirve, tiene quizás algo que ver con el pop art y la idea de llamar la atención de cosas aparentemente no bellas y hacer que parezcan o sean bellas, intentar otro modo de ver las cosas, de percibir lo que nos rodea”. (05)

PERCUSIÓN. “Un buen percusionista tiene que tener huevos, cerrar los ojos y viajar, dejar el alma en el escenario, tocar con enorme placer, rabia o vuelo, tiene que conocer bien una tradición musical, que le formateará la cabeza para entender y respetar las otras y moldeará su musicalidad hacia la que le interesa, alejándolo de la tentación técnica”. (06)

MILAGRO. “Sería por lo insólito de destacarme como percusionista en Brasil siendo argentino, como un bandoneonista carioca (que lo llamen milagro argentino), pero la samba y la percusión brasileña cada vez más son menos privilegio de los brasileños, doy clases de berimbau, batucada y samba-reaggae en Suiza, Francia, Suecia y Finlandia, donde vi excelentes batucadas y grupos de samba sin ningún brasileño, porque se está transformando en una música universal como el rock, que antes era sólo de negros”. (06)

INÉDITO. “Tengo una carpeta enorme con varias ideas, temas empezados y otras vacías, con el título. Uno será más calmo, más el día y otro la noche, con más beats. Pero siempre es un misterio, no se puede planear mucho un disco, es él quien te lleva para algún lugar, empezás un viaje y no podés predestinarlo demasiado”. (08)

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Reglas para elnuevo dandy

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AQUÍ Y AHORA

Por Agustin [email protected]

El hombre que cae con un ejemplar de su último libro Seriamente humorístico, nació en el ’62, acá en Bahía. Acompañó al grupo local “Los Mosquitos”, pero desde abajo. Se declara comerciante, humorista, escritor, dramaturgo, director, karateca y guionista, pero lo único que hace bien, según él, es cocinar. Ya tiene tres libros publicados (en ’02-’04-’06), premios literarios, dos obras teatrales muy aplaudidas y en su sitio en Internet (www.guidochristensen.com.ar) también despunta el vicio, haciendo que sus poesías se conviertan en temas musicales. De aquí en más, basta de palabras: a degustar el plato principal.

[El hecho teatro] A mi el teatro me encanta, me apasiona. A través de la escritura uno puede hacer muchas cosas, lo que cambian son los formatos. A partir de escribir, que es lo que a mi me fascina, podés hacer de todo. El vínculo con el teatro arranca a partir de la escritura, siempre de la escritura. El dramaturgo sale hacia un tema, la forma te va llevando a otra cosa, vos ves que hay personajes vivos, historias. Yo arranco a escribir y salgo. Igual que con el humor. Yo siempre escribí humor, estuve once años con “Los Mosquitos” y nunca dejé de hacerlo. Yo no subía al escenario, escribía junto a ellos. Todavía sigo siendo amigo, acaban de cumplir veinte años juntos. Creo que ahí arrancó mi veta humorística.Yo no soy actor, soy director a la fuerza. Lo que logro como resultado final de trabajo, gusta, nunca hice papelones. No

tengo necesidad, para eso me quedo en mi casa. Cuando laburamos, laburamos bien. En diciembre del año pasado estuvimos por estrenar una obra con Roby (Gutiérrez) y Miguel Mendiondo, no se daban los tiempos de los dos y para llegar mal, no llego. No la hicimos. Esa la escribí de un tirón, en una semana.Al escenario solamente subo cuando tengo que decir algunas palabras o cuando presento alguno de mis libros. En esas presentaciones me acompaña Eduardo Canale (de “Los Mosquitos”) con la guitarra. Un tipo que es muy gracioso, es humorista y además cómico.

[Proceso: escritura] En realidad, el proceso de escritura para mi es mucho mas largo, largísimo. Mis tiempos de escritura no son demasiados, trabajo en un comercio, lo que me queda es para mi familia y para la escritura. Por ejemplo, “Se lo juro señor” la escribí en el año 2000 en parte en el hospital, porque me habían operado de apéndice. Ganas siempre hay, lo que no tengo es mucho tiempo para escribir. Después la fui completando la historia, di vueltas los personajes. Me lleva un tiempo de maduración, por eso esta obra que iba a estrenar en diciembre las cosas se fueron dando para que no salga bien, sabía que la obra no estaba madura. Se llama “Argentinos cien por cien”. Es un proceso largo ese, yo la corrijo cuatro veces mínimo, después hay tres correcciones fuera de las mías. Confío en esas tres personas porque saben lo que yo quiero. Aparte, conocen del tema. La idea de “Se lo juro señor” estimo que surgió de un cuento. La fui armando de a pedazos.

[Los demás] Humorista es el que crea humor, yo soy humorista. Hay cómicos que no son humoristas. Humorista y cómica fue Niní Marshall. Soy un estudioso del humor. Tengo cantidad impresionante de libros, videos, casetes, discos. Guardo, reviso y leo muy lento, eso me hace leer menos pero lo que leo no necesito leerlo más. Leo de todo, sobre todo cuento, muy poca novela. Fontanarrosa es uno de mis grandes ídolos. Leo constantemente. También leo teatro. Leo teatro de Cassona y teatro nuevo. De ahora, me gusta mucho el bahiense Guillermo Martínez. Como humorista, va a costar mucho que haya otro como el Negro Fontanarrosa. Entre él y Quino están los mejores humoristas del mundo. Mucha gente dirá que soy un exagerado, yo digo que me muestren otro de ese nivel. Ellos están un pasito arriba en la escalera. Como comediantes, creo que Francella es uno de los grandes. Como cuentista no hay muchos que me asombren, aunque Cacho Buenaventura me parece extraordinario, pero si tendría que pagar para ir a verlo, no voy, no por el tema plata sino por la pérdida de tiempo, prefiero ir a ver algo más original.

[¿Origen?] No encuentro ningún origen que haya determinado mi pasión por la escritura. Creo que todos tenemos algo para hacer, lo que pasa es que algunas veces no nos sentimos capaces. Y a partir de que uno crea algo y la gente se empieza a reír de lo que uno se rió, comienza a nacer. Con eso que escribí, que conté, que es original al menos para mi, pasa algo. Si al generar sorpresa, se da la risa, uno se siente con confianza para seguir.

La convencionalidad del hechoHumor sobre tablas

Nos encontramos en un bar con Guido Christensen. De esa charla, la siguiente nota y acercamiento al escritor y dramaturgo bahiense que te hace matar de la risa sin aparecer y que se cree, sobre todo un gran cocinero.

Yo en el final de “Seis en seis”, una obra que tenía mucho humor, decía que los hacíamos reír sin contar un solo chiste. Me mueve mucho que la gente se divierta.El humor es llevarte por una calle y de pronto te encontrás dos calles mas acá, volviendo. Esa sorpresa es la que te lleva a la risa, son mecanismos de humor, como la repetición de las tres veces. Una vez presentamos la tercera versión de “Seis en seis” en un concurso realizado en Punta Alta, y yo vi que la obra había sido muy festejada por el publico. Después de la premiación, me encuentro con uno de los jurados que me felicita por la obra, pero yo le dije que no habíamos ganado nada. Y me puso una mano en el hombro y me respondió: “¿Vos pretendés ganar con humor? En una competición de teatro, siempre va a ganar el drama”. Eso me quedó grabado para siempre.

[Con poco] Mis obras son trasladables, con pocas herramientas. Siempre digo que mientras haya gente mirando, que nos den un baño y la montamos. Nos acomodamos en cualquier lado. Con “Se lo juro señor” salimos a la zona a cada rato: Suárez, Pedro Luro, Torquinst, Monte. Íbamos chochos, no porque ganáramos algo, sino porque estábamos orgullosos de mostrarla. Íbamos los tres actores, mi mujer y yo. Ella hacia la parte de vestuario. Me gusta laburar con pocos recursos, lo busco, trato porque sino después se me hace imposible montarla en tantos lados como hicimos. El perchero de “Se lo juro señor” es desarmable, lo puedo meter en el baúl. Ensayábamos en el garage de casa.

[Teatro] Me parece que el teatro es una expresión de cultura muy interesante. Sobre todo para aquel que no acostumbra leer. Me parece una cultura, que bien llevada, como todas las cosas, es una forma de conocimiento. Es lo que nos va a salvar, a la larga es lo que queda. El teatro es parte de mi vida, siempre estamos como actuando. Algunos necesitan actuar, yo necesito escribir. La escritura me defiende de la vida. Un buen cuento para mí, tiene que tener un final, tiene que dejar algo. Los temas van variando, a veces no parecen todos escritos por mi. Yo soy muy convencional para hacer teatro. Siempre digo si mi vieja va, se sienta en la primera fila y no entiende lo que pasa, algo anda mal. Voy a ver mucho teatro de acá y la mayoría no me gusta. La mayor parte de las veces, no tiene que ver con las actuaciones, sino con la dirección. Veo que no hay un mensaje claro. Cuando la gente no viene a mis obras, es porque ha ido a alguna de mis obras y no le ha gustado. O se quemó dos o tres veces con teatro local y generalizó. “Llanto de perro” que dirigió Alejandro Mendéz me gustó mucho, las que no, no te las menciono.

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a Maradona besando el trofeo.—No pude haber estado ahí. Y sin embargo lo recuerdo a la perfección.Como ese, tenía cientos de recuerdos superpuestos. Tardes de rabona y gomera; figuritas redondas arrimadas a una pared; vacaciones en las sierras de Córdoba; el primer pucho a escondidas; el alambrado entre los dedos para gritar un gol de Zanabria, Oberti o Santamaría. Y la nieve a través de la ventana; clases de violín después de la escuela; vacaciones en Francia; los nervios del primer concierto; aquel muro distante pero presente en todas partes, en tantas cosas.—Si todos tenemos un doble y desconocemos su existencia, si nunca se cruzan nuestros destinos… ¿Por qué esta revelación? ¿Por qué esta unión de memorias en un mismo cuerpo? —preguntó, como si buscara en nuestras caras una respuesta, una ayuda. Nadie abrió la boca. Lucio se retiró, murmurando algo que ninguno alcanzó a escuchar. En la mesa sobrevino un silencio pesado, apenas interrumpido por los sollozos de la abuela. Mi viejo se encargó de quebrarlo:—Se le zafó un tornillo nomás.Lucio aceptó ver a un psiquiatra, quizá creyendo que así lo dejarían en paz. Pero el diagnóstico no fue alentador: aunque la terminología clínica disimulaba el concepto, la conclusión no difería mucho de la que había pronunciado mi viejo. Lucio ni se inmutó. Sostenía, con argumentos cada vez más rebuscados, la idea del doble. Solía hacer demostraciones que para sus ojos eran pruebas contundentes: traía fotos de lugares distantes asegurando que se trataba de ciudades que conocía, o tocaba el violín como si en el éxtasis interpretativo se escondiera una respuesta.Cierta tarde me pidió un cuaderno en blanco. Comenzó a llevar una especie de diario que escribía en los momentos menos esperados. Iba con él a todas partes. En ocasiones lo abría delante de nosotros: veíamos renglones llenos con su letra prolija y menuda, fotocopias de diarios pegadas debajo de las anotaciones o diagramas indescifrables. Por ese entonces empezó a salir seguido. Se iba temprano y no volvía hasta la hora de la cena, sin decir una palabra de dónde había estado. Creímos que estas salidas podían estar relacionadas con su mal —la abuela era reticente a decir su “locura”; prefería la ambigüedad de referirse a su “mal” como si fuese una gripe, un virus pasajero.Una mañana, mi viejo decidió seguirlo: supo que pasaba varias horas en la hemeroteca revisando diarios viejos. Aunque esto confirmó nuestras sospechas, lo tomamos con cierto alivio: la abuela había pensado en cosas peores. Yo la escuchaba y trataba de imaginar qué cosas podía estar haciendo el tío, pero lo único que se me ocurría era Lucio con la boca llena de espuma; Lucio como una suerte de Mr. Hyde por callejones oscuros.Empezó a pasar mucho tiempo fuera de casa. Apenas lo veíamos un rato los domingos, cuando dejaba su cuaderno para almorzar, sumido en un silencio acaso lleno de reproches. A veces su mirada reflejaba una especie de doble desconcierto, como si de repente se sintiera ajeno. Nos miraba con los

MATADERO

Creo que tenía trece o catorce años cuando internaron al tío Lucio. Había empezado a quejarse de una puntada en el pecho y optó por acostarse. No pudo dormir; al rato tuvo que volver y pedirle a mi viejo que lo llevara al hospital. Mi hermana Clara y yo nos quedamos con la abuela, arrullados por el rumor de la cucharita que giraba sin pausa en el café. Lo operaron unos días después: doble by-pass. Mi viejo notó nuestro desconcierto y nos explicó de qué se trataba con una pedagogía que jamás le había conocido. Incluso entonces percibí que minimizaba algunos riesgos y detalles. Una tarde fuimos al sanatorio: no me permitieron verlo, pero cuando mi abuela dejaba la sala de terapia intensiva se entretuvo un momento en la puerta y pude espiar el interior. Me costó reconocerlo en uno de aquellos cuerpos con tubos que salían de la boca, cables por todo el pecho y esa quietud sepulcral que espanta. Esa imagen me persiguió varias noches.Volvió a casa un martes. Se lo veía bien. Pasado el susto, la familia se permitía bromear con los disparates que había dicho bajo el influjo de la anestesia. Cuando mi viejo comentó que había pedido que le llevaran el violín al sanatorio —mi tío apenas era capaz de tocar el timbre—, Lucio detuvo las risas con un gesto.—Eso lo recuerdo —dijo—. Me desperté desesperado por tocar el violín, sabiendo que si agarraba uno era capaz de hacerlo.Lo miramos, sin saber qué decir.—Eso no es todo —agregó—. También está la mujer.Fue la primera vez que la mencionó. Había despertado con la cara de una mujer mezclada en sus recuerdos, como si la hubiese estado viendo en sueños o la hubiera tenido guardada en la memoria y aflorara recién entonces. A veces era una visión desconcertante, rasgos percibidos por el rabillo del ojo. Otras, llegaba con la exactitud de una evocación. Entonces sentía el cosquilleo del nombre que se le gestaba en la memoria, se abría paso hasta la lengua y quedaba prendido ahí, en la punta. Esto parecía anticipar una revelación, la súbita manifestación que daría entidad a aquella imagen. Ese presentimiento lo estremecía.La abuela se encogió de hombros, con cara de esas cosas pasan. Dijo que a veces uno se despierta de una operación o de una siesta y recuerda ninfas o mujeres innombrables; le vienen ganas de tocar el violín o la tuba y de pintar acuarelas de bosques con duendes. Dimos por sentado que se le pasaría.Cierta mañana, Lucio llegó con un violín usado. Pensamos que era una locura. Nuestro asombro fue mayor cuando se lo acomodó entre el hombro y la barbilla y pasó el arco con una destreza insospechada, arrancando una melodía.—Qué les dije —comentó, complacido—. Si tengo ganas de tocar el violín, es porque sé tocarlo.Mi viejo se rió. Más tarde dijo que debía tratarse de una broma, o que había estado estudiando a nuestras espaldas y aprovechó la ocasión para darnos la sorpresa. No sonaba convencido. Cuando llegó Clarita la miró con esa cara que pone ante lo que escapa a su entendimiento: los ojos como monedas y el labio inferior

sobre el bigote.—Tu tío toca el violín. El violín, ¿podés creer?Poco a poco nos fuimos acostumbrando a esa y otras excentricidades. Además de su flamante afición —y lo que era más asombroso: su insólita destreza—, comenzamos a notar en él habilidades y costumbres nuevas. Comía pescado, mostraba un imprevisible conocimiento en vinos, cambió hábitos que arrastraba desde la infancia y hasta vendió su colección completa de El Gráfico para comprar discos de música clásica o algo por el estilo que escuchaba como en trance. Pero cuando empezó con lo de los recuerdos, la familia perdió lo que le quedaba de paciencia y le sugirió visitar a un médico.Primero había sido una ciudad: fragmentos de calles y lugares. Aseguró haber evocado una ciudad que podía ser de Europa: un bulevar en bajada, el agua entre los adoquines dibujando trazos irregulares; una plaza seca con árboles esbeltos; un muelle repleto de tablones desbordantes de pescado. Día tras día, los recuerdos se iban haciendo más nítidos. Lucio nos describía la ciudad con tanta precisión que creerlo un invento era imposible. A veces revisaba fotografías viejas, o bien hojeaba enciclopedias durante horas. Trataba de reconocer el lugar aparecido de a ratos en su mente para evacuar esa perplejidad que se le había prendido al alma.Un domingo, mientras terminábamos de comer, se levantó como si acabara de golpearlo una súbita revelación.—Son los recuerdos de otro —dijo—. Pero no es otro, soy yo: otro yo.La abuela soltó el tenedor y se puso a llorar. Lucio estaba eufórico, poseído por esa excitación de enigma resuelto, de último tramo del laberinto. Tan conmovido por esa repentina certidumbre, que ni notó el llanto de la abuela.—¿Se dan cuenta? —continuó—. Es la memoria de otro tipo, el reflejo distorsionado de un espejo en la otra punta del mundo.Entonces nos explicó —o largó sus delirantes argumentos, creyendo que nuestras bocas abiertas eran de sorpresa en lugar de espanto— que no sabía por qué, pero todos teníamos un doble. Acababa de darse cuenta. El nombre de la mujer le había iluminado la memoria: Anna. Era su esposa, la esposa del doble. La ciudad era Hamburgo; su nombre, Viktor, con ka. Violinista, obviamente. Esa revelación había convocado los recuerdos con la fuerza habitual, y era una experiencia única. Tenía, por ejemplo, dos recuerdos diferentes e irreconciliables de un mismo día: el de la final del mundo del ‘86. Como Lucio, recordaba haberlo gozado hasta el delirio; podía evocar a la abuela atando pañuelos para que hiciéramos un gol, el abrazo con mi viejo tras la corrida de Burruchaga, a Diego alzando la copa. Todo a través del televisor Hitachi que estaba contra la pared de la sala. Y los papelitos por toda la ciudad, las banderas argentinas colgadas de los balcones, los bocinazos, las cacerolas abolladas. Pero, a la vez, podía recordarlo desde la vereda opuesta: la amargura de la derrota, la desazón en un pub de Londres en medio de una gira con la orquesta, el abucheo de los ingleses cuando la cámara mostró

BioJAVIER NÚÑEZNació en Rosario, Argentina, en 1976. Cuentos suyos fueron galardonados en el Primer Concurso Nacional de Cuen-tos “Eduardo Gudino Kieffer”, Buenos Aires, 2003, en el IV Concurso de Cuento “Encuentro de Dos Mundos”, París, Francia y en el Concurso literario para escritores rosarinos, Rosario, 2005. Integró también la antología “De las sombras a la luz – 12 narradores jóvenes”, de la Editorial Municipal de Rosario.

Las revistas No Retornable (Argentina) Letralia (Venezuela) y el suplemen-to Rosario/12 del diario Página/12 también publicaron algunos de sus cuentos.

Lucio al otro lado

ojos enormes, turbulentos, y nosotros simulábamos no notarlo. O se lo veía atribulado, como si cargara una pena insalvable que minuto a minuto lo alejaba de nuestra mesa. Entonces se iba sin decir nada, y era como si se hubiera ido mucho antes. Su mente estaba a miles de kilómetros; quizás en una ciudad más vieja y fría, con calles de adoquines donde el agua se escarcha en invierno y dibuja estrías en el piso.Parecía que las cosas no podían empeorar. Hasta aquella madrugada de invierno en que me despertaron los gritos. Salí al pasillo envuelto en una frazada, justo cuando mi viejo y la abuela corrían hacia la puerta. Lucio acababa de llegar. Arrodillado en la sala lloraba sin decoro. Ayudé al viejo a levantarlo. Pesaba una tonelada: cuando quisimos sentarlo, casi nos arrastra al sillón.—Se murió, vieja —dijo, la voz pastosa de vino—. Se murió. Por eso me vinieron sus recuerdos.En el piso, junto a él, había un arrugado recorte de diario. Lo levanté y alcancé a leer el titular antes de que mi viejo lo tomara. Algo sobre un accidente de avión en Bélgica, algo sobre una orquesta.Se fue unos días después. No tratamos de detenerlo, sabíamos que sería inútil. Aunque a veces teníamos ganas de escribirle para ver cómo le iba, la abuela pudo disuadirnos. Sólo guardamos un recorte de diario sobre la milagrosa reaparición de un violinista y el reencuentro con su mujer. En la foto está tan distinto, que apenas se nota que es él. Pero tiene ese destello en los ojos, como de duda atravesada, de incómoda dualidad. Como de Lucio agazapado ahí.

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SEÑALANDO

Por Lorena [email protected]

Anne Talvaz, es poeta y traductora belga (1963). De madre inglesa y padre francés, fue educada en Francia. Está casada con un mexicano. Es, tal vez, esa convergencia de lenguas lo que dota a su poética de una voz reconocible; un sonido que es posible evocar.El libro reúne dos libros publicados anteriormente: Imagines, de 2002 y Panaches de mer, lythophytes et coquilles, 2006 y uno inédito, que da nombre a la selección.El primero consta de una serie de 10 poemas, todos titulados End of the World –se incluye una entrevista realizada por J. Arrambide donde Talvaz manifiesta que nombrar en inglés es una forma de distanciamiento- donde se comienza más tenuemente: “a tierra firme crujen por todas partes, pero apaciblemente:/el fin del mundo tendrá también el regusto de lo inevitable” y luego se acrecienta una extrañeza asumida e irónica de la fatalidad.

En Panaches de… detalla las caracolas de mar del cuadro de A. Vallayer-Coster y continúa con una observación de María como alguien cansada de la vigilia y la compasión constante.Confesiones de una Gioconda refiere la vida de “una mujer de un ejecutivo”, pero no desde el discurso esperable de ese estatus, sino con el sarcasmo de lo “no decible”. En los versos finales se habla del caracter nómade de tal vida los lleva a una ciudad cerca del campo nazi de Birkenau. Talvaz atrapa no sólo por lo inesperado de sus confesiones sino por esa entrega que se convierte en materia.

Confesiones de una Gioconda & otros poemasAnne TalvazBajo la luna, 2008.Selección, traducción y prólogo: Mirta Rosenberg y Jaime Arrambide112 páginas/ Poesíaedición bilingüe$ 32

Por Gerónimo [email protected]

Un hombre se separa y en consecuencia la ex lo aleja de su hija pequeña. Lo que podría ser el argumento de una novela de la tarde, en manos de Guebel se vuelve una historia oscura, rara. El personaje simula ser Guebel; está escrito en una circunstancia similar de su vida. Obviamente es un juego, un guiño. Él se describe como un “escritor fracasado” y al mismo tiempo que nos cuenta su historia, describe los lugares comunes de este tipo de relatos y los tensa; por ejemplo: la típica reunión con amigos que tratan de levantarle el ánimo al recién separado se vuelve una crítica al Tango. Con destreza nos va llevando desde el candor de una especie de diario íntimo a una alucinación, de modo que al encontrarnos en pleno trance delirante, en nuestra lectura todavía hay inocencia: la suficiente como para creerle al autor. Creemos que su mundo y su vida se destrozaron al perder al amor y a su hija. Sin embargo, esa creencia –como el amor

del protagonista- es decepcionada. Hacia el final de la novela el relato se crispa, se vuelve demasiado burdo, desesperado: como se supone que se debe sentir un hombre en tal situación. Si bien la sensación que nos transmite el relato condice con el drama del protagonista, la historia misma no; hace agua como toda buena telenovela de la tarde. Hay demasiado artificio. No sé si esa simulación es incorrecta: contar el dolor es arduo.

DerrumbeDaniel Guebel Mondadori, 2007.188 páginas$39

Por Valeria [email protected]

La banda, formada hacia fines de 2007, y compuesta por Juan Manuel Drangosch, Oliver Knoxville, y Ramiro Pereyra (bahiense, éste último), acaba de lanzar su primer EP, Knock Knox. Hablamos de una formación new wave, que fusiona el sonido del nuevo rock inglés, con la energía de bandas punk americanas, haciendo hincapié en las armonías vocales e incorporando arreglos electrónicos propios del pop moderno. Los músicos son estudiantes de la carrera de Composición con Medios Electroacústicos de la Universidad de Quilmes.

El disco alberga seis temas, entre los que se cuenta 21% -una apertura potente-; Piano Upbeat; Equivocado del Río (el único tema en castellano, los demás en inglés); Minimal Damage; Stage – que se acerca por momentos al sonido de Green Day y por otros al de los Red Hot Chilli Peppers -; y Mary Jane, un cierre lento y armonioso. Con destellos punk y coros beatleros, Hyperknox parece condensar lo mejor de los últimos tiempos sonoros, tomando de sus influencias los buenos aprendizajes, e invirtiéndolos en una creación original y rutilante.

Más info: www.hyperknox.com.ar

Knock KnoxPISTA

Hyperknox Discográfica: IndependienteAgosto 2009$10AR

Del prólogo de Daniel Freidemberg

No creo haber visto, entre lo que se escribe hoy en la Argentina, una poesía más lúcida que la de Ignacio Uranga, o, para decirlo con otras palabras, más realista. No porque se ocupe de eso que se suele llamar “la realidad” (aunque lo hace también) sino por cómo cualquier posibilidad de ilusión o idealización que

uno pueda tener respecto de la relación entre uno y el mundo, o entre uno y las palabras, o entre las palabras y el mundo, queda puesta amable, casi natural e irreparablemente en crisis apenas uno entra en el juego –fascinante, a mi ver– que propone en El ella real, su primer libro. Y por cómo se dedica empecinada, tranquila y no sé si hasta alegremente a eso, como si fuera lo único que se puede hacer cuando se escribe un libro de poemas, y leyéndolo me da, efectivamente, la sensación de que es lo único que se puede: me ganó.

El ella real Ignacio UrangaHemisferio Derecho EdicionesPoesía. 68 Págs. $ 20

LA TIRA

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PALABRAS MAS

Por Valeria [email protected]

“-Me encanta la foto de esta nota. No como las fotos neo-suicidas que mandan los escritores, con cara de estreñimiento”, le digo a Griselda, vía Facebook. “-Ay, obvio. Por favor. ¡Mátense y punto!”, responde, jocosa. Se trata de una poeta que no se conforma con escribir bien, y también va al gimnasio, sonríe, se pone linda. Es coqueta y femenina. Y éstas no son solamente notas de cotidianeidad, o de color, para una entrevista sobre literatura. Nos habla de una actitud ante la existencia del ser literario, o del literato; una purga de poses y esnobismos. Cuando se le pregunta sobre sus influencias responde que entre ellas se cuentan “…desde la leyenda del envase del shampoo, hasta autores que queda bien nombrar en las encuestas”. Toda una rareza adorable, tan liviana y segura, la señorita García.“Escribí mi primer poema en el shopping de Liniers a los 13 años. Había unos chicos heavy metal que se juntaban escuchar música en una de esas máquinas de discos. Uno de ellos me recitó un poema y al tiempo escribí uno y se lo regalé. Era más oscuro que la noche y hablaba de muerte. Supongo que ahí comenzó mi mala puntería con los hombres”, nos cuenta, sobre sus inicios. “Mis padres me compraban muchos libros cuando era chica, en especial los de la colección Elige tu propia aventura. Luego mi padre murió y heredé su biblioteca llena de libros de la Segunda Guerra Mundial. Me acerqué a los libros como una forma de acercarme a él.”“Por suerte me fui corriendo un poco del “yo” que todo lo puebla al comienzo del trabajo literario. Al principio, los fulgores de la juventud me llevaron a shockear con determinadas temáticas. Más tarde preferí provocar un efecto estético a través de símbolos y guiños.” Y es cierto: al leer o escuchar recitar a Griselda, uno puede soltar carcajadas sin faltarle el respeto, porque se trata de una autora cómplice con el lector, una que lo busca y lo encuentra. Trabajó en la revista de poesía La Guacha, y en radio. Cuando se le pregunta sobre si la poesía está destinada irremediablemente a un público de ghetto, responde; “Desde La Guacha la idea fue siempre “acercar la poesía a la gente” y también lo fue en la radio. Eso al principio se logró desacartonando el lenguaje y hablando con palabras sencillas, en especial en las críticas de libros. A veces leo en algunos medios reseñas que no se entienden... Me da pena por los chicos, los autores, que escriben así. Creo que la poesía tiende al ghetto en parte debido a la actitud de algunos poetas. Basta ir a un ciclo de lecturas y escuchar durante

cinco minutos: terminás odiando la poesía. Es muy aburrido cómo leen, no hay un mínimo concepto de show, de espectáculo.” Asimismo, trabajó como editora en La Carta de Oliver. Le pregunto qué busca en un texto: “Como lectora busco que un poema me vuele la cabeza. Quiero no entender, al menos no desde lo racional, en una primera lectura. Luego, que tenga un pie en la tierra y otro en el cielo, el equilibrio entre el delirio y lo prosaico. Como editora intento evaluar si el material responde o no a cierta moda del momento o si por el contrario, no hay voces similares entre lo que se edita. Si éste último es el caso... ¡se imprime!”, responde, enérgica.Se trata, la suya, de una literatura femenina en la extensión más alejada de la idea de “Susanita” que puede pensarse. “Fui haciéndome la pregunta: “¿Qué es ser una mujer?” a lo largo de los años. Los poemas tal vez fueron ensayos de respuestas.” ¿Pero desde dónde escribe esta mujer?: “Escribo desde mí, no creo que exista otra forma. Ahora bien, existe esta discusión sobre el yo del autor y el yo poético, que es habitual escuchar en algunos ámbitos eruditos. El límite de exposición tiene que ver con la dignidad y el respeto a mí misma.”“Alucinaciones en la alfalfa”, uno de sus poemarios, me hizo preguntarle acerca del título. Acerca de la posibilidad de que se piense la poesía como una alucinación. “Esa fue la etapa de las

drogas, sí. El título del libro surgió por algo que leí: los niños que jugaban en los campos de alfalfa durante el día sufrían alucinaciones por la noche debido a la presencia de alcaloides en dicha hierba. Para escribir poesía a veces hay que desenfocar la visión del ojo de la mente”, confiesa.Algo de eso propondrá en el taller literario que dirige; “Dar taller literario es una actividad que me apasiona. Un día sin alumnos tiene menos sentido. Pienso en ellos durante la semana, los acompaño cuando no tenemos clases, y sé que eso tiene un efecto en los avances que hacen luego en sus escritos.” Entre sus alumnas, se cuenta Soledad Castresana –Carneada, Editorial Alción-, una autora de poesía que también es toda una extrañeza. Terminaron siendo muy amigas.Ha publicado también “El arte de caer” o “La ruta de las arañas”, entre otros. En su literatura se cifra aquello de la desfachatez, del juego y de la seducción. Todas las temáticas que aborda están signadas por un halo de femineidad que García ostenta sin tapujos ni disculpas. La poeta cita a Salinger, en su perfil: “Soy una especie de paranoico al revés: creo que todo conspira para hacerme feliz.” Si quedan dudas, remito a su sonrisa en la foto. Para leer más de esta autora, redirecciono al blog que mantiene:www.griseldagarcia.blogspot.com.

Eso es: desenfocar la visión del ojo de la mente

Una García revoltosa

Hablamos de una poeta joven, que ocupa su tiempo escribiendo, dando talleres, editando, involucrándose en proyectos literarios como la revista La Guacha, o en programas radiales. Una inquieta, en fin. En su literatura se cifra la fuerza de lo femenino, la potencia del ser-mujer. Charlamos un poco con Griselda García, que aprovecha a desmitificar la idea de escritor, dándonos su propio ejemplo.

EVERY DAY LIKE A SUNDAY

Por Ana Laura [email protected]

Yo viajé a Las Vegas, mentalmente, y no encontré a Hunter Thompson, entonces me puse a leerlo. Primero fue Miedo y asco en Las Vegas, y antes de terminarlo arranqué con Días de ron. Un pasaje rutilante de alcohol y drogas a alcohol y hamburguesas. Ambos libros cargados de data personal, experiencia, viajes como cronista free lance antes de escribir sobre música y política (dos de sus pasiones) para la Rolling Stone.Con Miedo y asco… me olvidé por un ratito de Jhonny Deep y me concentré en los quehaceres de H.T. El hilo del que agarrarse: un viaje por el desierto con boga audaz, una nota sobre una carrera motociclística (luego será una convención de sheriffs preocupados por el tráfico y consumo de drogas en sus pueblos). El comienzo y el fin serán H.T., las imágenes de trips mentales, la ficción y la realidad, todo en él, todo en la experiencia, todo en el papel. Señores: La subjetividad al palo o el periodismo gonzo (nombre de esta nueva forma de hacer periodismo).Al igual que en Días de Ron, “las aventuras” claramente no dan cuenta de un hombre frente a la maquina de escribir, o si, pero de una manera muy peculiar, un periodista atravesado por la experiencia que borra los limites de la crónica tradicional. Un cronista de si mismo, una suerte de subject road. El americano soñador viajando hacia el oeste de su tierra o hacia una isla caribeña.Un documental llamado Hunter relata su fascinación por las armas y sus deseos de convertirse en Sheriff de un estado de Colorado. Postulándose a la cabeza del partido “Freak Power” prometía, entre otras cosas, la despenalización de la marihuana. No, no ganó ni ahí. ¡Oh, Juanito Profundo es el guía del documental! Y además se cuenta que pagó su funeral (H.T. se suicidó pegándose un tiro en 2005) en el que un brazo gigante contenía en su puño un peyote. Sonaba Mr. Tambourine man.Siempre me gustó el gesto que tenia H.T. en sus comienzos: tipear en su maquina de escribir a Scott Fitzgerald y a Hemingway. Escuchar los linotipos. Escuchar la música de los grandes. Hacer la de uno.

Uno piensa mucho

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OJO CLÍNICO

Convertir la pérdida en pasiónEncontrar para encontrarse

Margarita Fioriti, es la protagonista de la película “El nombre de las Flores”, una producción íntegramente local en la que “hace de sí misma” en busca de una identidad marcada por la desaparición forzada de sus padres durante la última dictadura militar.

Por [email protected]

“Marga”, como le dicen sus amigos, es narradora oral, fabricante de títeres, estudiante de teatro, viajera incansable y aprendiz de acrobacia en telas, actividades que intercala con su trabajo como Ingeniera Agrónoma. La película “El nombre de las flores” que la tiene como protagonista se estrenó en Bahía Blanca el 18 de Noviembre de 2008, día en que se cumplieron 30 años de la desaparición de sus padres: María Elena Peter y Armando Fioriti. Este film narra su propia vida, la de una mujer de 30 años que emprende una búsqueda que le permite reconstruir la memoria de sus padres, a quienes apenas conoció. Un viaje que no es más que un intento de descubrir su propia identidad. Según la página oficial de la película “se aborda la historia desde el lado de la búsqueda de la identidad humana y su comprensión desde el individuo como parte constitutiva de sí mismo. Y he aquí el desafío: constituirse íntegro a partir de un interrogante, una ausencia o un vacío.” Por el rodaje desfilaron actores bahienses, localidades vecinas, paisajes multicolores, estaciones de trenes y la solidaridad de mucha gente que hasta prestó una grúa que se necesitaba para poder hacer una de las escenas.

¿Cómo fue cobrando forma este proyecto hasta convertirse en una película? La idea fue la de homenajear a mis viejos en los 30 años de su desaparición, entonces un día busqué a unos amigos que hacían cine, Romina Haurie y Juan Alecsovich, que justo estaban con su proyecto, la Productora Independiente Ojo en Foco Films, y les dije “Quiero hacer algo con esto”, y ellos enseguida se prendieron y bueno, así arrancó. ¿Cómo fue ese día que la presentaron en el teatro?Fue de mucha emoción. Yo tenía que salir a hablar al escenario y sentía que estaba preparada para hacerlo pero en las primeras palabras ya no pude contenerme. Mucha emoción. En la sala había desde amigos de mis viejos y familiares hasta gente que ni sabía de qué trataba la película porque nosotros no la promocionamos como una película de “derechos humanos”, no queríamos encasillarla porque siempre nos pareció que el argumento o la intención iban mucho más allá. Me pasó, por ejemplo, que al terminar la proyección de la peli, se me acercaban personas a decirme que se habían sentido muy identificadas con el personaje, gente que no tenía los padres desaparecidos pero se veían a sí mismos en esa búsqueda de la identidad, de la construcción o constitución de sí mismo.

Te interpretaste a vos misma... Mirá, la verdad es que esto surgió sobre la marcha porque yo no pensaba actuar, porque no soy actriz. Cuando pensé en hacer este proyecto, pensé que lo iba a hacer una actriz profesional, pero mis amigos insistieron en que tenía que hacerlo yo y bueno… (se ríe) Así fue como hay un montón de perlitas del rodaje. Antes de filmar me decían “Marga, en esta escena vos entrás por acá y salís por allá”. Y yo entraba por donde me decían pero salía por cualquier lado. Y nos reímos mucho con esas cosas. ¿Los demás son actores profesionales o hay familiares también? Sólo mi tío, los demás son todos actores en los que fuimos haciéndoles decir las cosas que yo sabía de mis viejos porque alguien me las había contado, anécdotas, piezas que estaban sueltas y las juntamos en distintos personajes. Además entre los extras están gran parte de mi familia y amigos que se engancharon. Te criaste con el hermano de tu mamá y su mujer, tíos que pasaron a ser tus padres ¿Cómo tomaron ellos este homenaje? Bien, muy bien. Es más, mi hermano Lucio, hijo de ellos, con el que yo crecí como una hermana más, escribió el libro “Partes del Aire” a la memoria de mis viejos y donde aporta otros datos que no están en la película. ¿Creés que la película tiene una mirada diferente sobre los hechos que narra? Yo creo que sí porque la protagonista no es lo que muchos esperan de una “hija de desaparecidos”, de la que se espera tal vez que esté llorando por lo que le pasó o llena de rabia y angustia. No, se muestra a una persona sonriente, feliz, que disfruta de la vida y que se siente cada vez mejor a medida que avanza en su búsqueda personal. Hay muchas etiquetas con el tema de los hijos de desaparecidos, como si todo tuviera que ser muy lúgubre, muy oscuro. Está bien, tal vez yo tengo la ventaja que no tuvieron muchos chicos, en otros casos, de haber crecido con mi familia de sangre y de saber la verdad desde muy chica, con lo cual tomé todo de una manera muy natural.

Desde chica supe que tenía unos papás biológicos, lo que había pasado con ellos y que mis papás de crianza eran en realidad mis tíos. Nada se ocultó. Aún hoy pasan cosas muy locas, como que mi mamá, la que me crió, me vea entrar de la calle y me diga: “Hoy estás idéntica a tu mamá”, en alusión a María Elena, mi mamá biológica. Mi mamá Marta me enseñó a aceptar mi historia y hasta poder bromear sobre eso, a desestructurar lo terrible de este tema y poder contarlo naturalmente. En general no digo “Soy hija de desaparecidos”,

porque no creo SER eso, sino que mis padres están desaparecidos y SOY un montón de otras cosas. Creo que todos tenemos una o más historias fuertes que contar a lo largo de nuestras vidas, ésta es una más. Sé que presentaron la peli en muchos lados, en Tres Arroyos y La Pampa, donde habían nacido tus viejos ¿Cómo fue el recibimiento? Fue increíble en todos lados, la gente se acercaba a contarme anécdotas sobre mis viejos y hasta me llevaron fotos donde aparecían ellos. Por supuesto que en estos lugares particularmente se interesaron muchísimo por el libro, donde varios de los que fueron aparecen como parte de la historia. Además la presentamos en Roca, Neuquén, Viedma, Dorrego, Esquel, Bariloche, Trevelin y varias veces en Bahía Blanca, incluso la pasaron por cable. ¿Una anécdota de algo que haya sucedido durante la filmación y que te haya marcado o recuerdes siempre? Pasaron varias cosas durante el rodaje, como el haber elegido la fachada de una casa para filmar una escena y resultó estar en la misma cuadra donde habían vivido un tiempo mi mamá con su hermano. Cuando fuimos a filmar al colegio La Piedad, donde estudió mi viejo, “inventamos” un personaje que había sido alumno de mi papá y me da información para seguir la búsqueda. Cuando terminamos la escena se acerca el hombre que nos había abierto los talleres de carpintería y me pregunta si lo que estamos contando es real. Le digo que sí, entonces me pide ver la foto que me entrega el personaje y cuando ve la cara de mi viejo me dice “Yo fui alumno de tu papá”. ¡Estábamos frente a la persona real que queríamos mostrar en la escena! En general nos recibieron muy bien

en todos lados, aunque también hubo lugares donde no quisieron que filmásemos algo “que se trata de desaparecidos”. ¿Cómo tomás el hecho de que tus padres hayan militado en el ERP? ¿Lo vivís con algún prejuicio o lo viven los que te rodean con algún prejuicio? Realmente es un orgullo saber que militaban en el ERP. En realidad de esto me enteré hace poco más de un año, siempre me dijeron que se los habían llevado porque mi mamá estaba en el Sindicato de Judiciales, pero no me cerraba esa historia, hasta que encontré al que fue la mano derecha de mi vieja y me contó de todo, incluso me preguntaba si algo me hacía mal. Al contrario, cuanto más sé, más orgullosa estoy de ellos.

Ocurrió también que el día del estreno vinieron compañeros de mis viejos de Buenos Aires, así que los fui a conocer un rato antes del estreno. Imagináte mi sorpresa cuando me hablaban de mi viejo como “Marcos”, ¡su nombre de guerra! Y eso ni siquiera está en el libro, me contaron de un viaje a Cuba que hizo mi viejo para venir a entrenar gente acá… ¡un ratito antes de estrenar la peli en el teatro! Mucha emoción junta, pero siempre linda. El prólogo del libro empieza con una frase de Roberto Juarroz con la cual me identifico mucho: “Sólo nos queda un recurso: convertir la pérdida en pasión”. Y eso es lo que hago cada día. Los amigos de esta Ingeniera Agrónoma, artista, poeta, narradora, acróbata y viajera dicen que su casa, donde tiene lugar esta entrevista, es “muy Marga”, lo que viene a reforzar que en esta búsqueda ella ya se encontró, aunque su naturaleza inquieta la invite a nunca dejar de buscarse y de buscar el nombre de las flores...

[Ficha del film] Título OriginalEL NOMBRE DE LAS FLORES Guión y direcciónRomina Haurie y Juan Alecsovich ElencoMargarita Fioriti, Valentina Diez, Adria-na Milone, Pablo Morelli, Ezequiel Ponce, Fernando Santiago, Eduardo Pettinari, Alberto Rodríguez, Hugo Ledesma, Enrique Boland, Néstor Castelnuovo, Horacio Pezzutti, Carlos Fioriti, Isa Carrasco. Dedicada a María Elena Peter y Armando FioritiMúsica Miguel Larobina Producción Ejecutiva Margarita FioritiEquipo de producción Luisina Pozzo Ardizzi / Pablo MorelliProducción General Ojoenfoco www.elnombredelasflores.com.ar

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| Desde 26 Septiembre hasta 09 de Octubre de 2009 9

TARJEBLUSGrupo local de Rock y blues. Después de la medianoche. En El Peladero, Hernandarias y Remedios de Escalada.

Talleres y muestras en el Centro Cultural Huevo Duro – Punta AltaCentro Cultural Huevo DuroSan Martín 320 - Punta Alta www.centroculturalhuevoduro.jimdo.com

Taller de Dibujo y Pintura A cargo del profesor Gustavo LizasoainLunes a viernes de 16 a 21 hs. Horarios a convenirConsultas: (02932)[email protected]

Taller de Fotografía Estenopeica y Técnicas Artesanales de Emulsionado A cargo del fotógrafo Gustavo CiancioViernes de 14 a 16 hs.Consultas: (02932)[email protected]://sites.google.com/site/ojomineral

Clases de Guitarra Rock - Blues - Punk - ReggaeA cargo de Pedro GonzálezLunes a jueves. Horario a convenir (2 clases semanales de 1 hora)Consultas: (02932) [email protected]

Taller literario “Casa Tomada” A cargo del profesor Hernán BeltramoSábados 16.30 hs.Consultas: (0291)[email protected] permanentes de artistas locales y de la zona.

Visitas Los días viernes y sábados en el horario de 19 a 21 hs.(muestras)Escuelas interesadas en visitar el Centro Cultural, comunicarse con Omar Sirena al (02932)15-520750.

TECNICAS DE MOVIMIENTO EN ÚLTIMA FILAPrimer Jornada de Técnicas del Movimiento a desarrollarse en la ciudad de Bahia Blanca. Un espacio destinado a la capacitación, el encuentro con uno mismo y con los otros. Renovarse, sorprenderse, reencontrarse.TALLERES *Danza-Experimentación; Coord. Carolina Doartero; *Técnica Feldenkrais; Coord. Marta Bordignon; *Contact dramático; Coord. David Dark;*Acrobacia aérea en tela; Coord. Celeste Gennuso - Ma. Jose Herro.Los cuatro talleres se desarrollan simultáneamente dividiéndose en dos partes cada uno. Primera parte a la mañana y segunda a la tarde. Cada inscripto puede realizar dos talleres en la jornada.Cronograma: 8 a 8.30 hs: Acreditacion e inscripcion a los talleres.Entrega de certificados. *A partir del 10 de agosto se abrió la inscripción.Se reservara el lugar en el taller elegido según orden de inscripción. Informes en página Web o mapa: http://jornadasdetecnicasdemovimiento.blogspot.com.

SÁBADO 26

EL NUEVO MUNDOLa Comedia Municipal de Bahía Blanca presentando la obra de Carlos Somigliana “El Nuevo Mundo”, dirigida por Alberto Rodríguez. Puesta en Escena: Jorge Habib-Alberto Rodríguez. Asistente de Dirección: Jorge Habib. Elenco: Julio Teves, Jorgelina Fernández, Graciela Musotto, Víctor Mansilla, Diego Moon y Jorge Ventura. A las 21:30 horas. En Teatro El Tablado, Chiclana 453. Gratis.

FESTEJOS POR WHITE Y EL MUSEO DEL PUERTOEste fin de semana se festejará en la cocina un nuevo aniversario de White y del Museo. En esta ocasión se propondrá homenajear a todos los vecinos y vecinas que día a día producen Ingeniero White: estibadores, beneficiarios de planes, empleadas domésticas, docentes, pescadores, cocineras, músicos, técnicos. Por las salas podrán encontrarse herramientas y objetos que hablan de esa historia whitense y que por supuesto, invitan a pensarla: desde una salamandra del ferrocarril inglés, el scaldaletto de inmigrantes italianos, libretas de embarque de pescadores hasta el ojo de buey de una draga estatal hundida o las instrucciones Appel frente a una emergencia petroquímica. El festejo se completa el sábado con música cantinera y cumbias de Chiche Ursino y las tortas de Graciela Arcuri; y el domingo con la presentación del Centro Lazziale. Sábado y domingo desde las 15.30 en Museo del Puerto, Cárrega y Guillermo Torres.

SALÓN DE ARTE MARIO IAQUINANDIQuinto encuentro del año. Se presentan la escritora Susana Moreno, la poesía en la voz de Maximiliano Cenizo y Jorge Vega (Poemas del hombre y de la tierra), el mago Lautaro Lopes, el cantante Matías Mitili y el dúo Usabiaga-Casoni. En el acceso a la sala se exhibirán obras de la artista plástica Nora Ledesma. A las 21:30 horas. En Colegio de Graduados en Cs. Económicas, Moreno 219. Gratis.

LA FRAGUABanda de Rock de Buenos Aires. A la medianoche, en El Peladero, Hernandarias y Remedios de Escalada. No se sabe el precio.

DESDE EL CORDÓNUn programa de y sobre literatura & artes, un espacio para meter la cabeza. Desde las 5 a las 6 de la tarde por FM de la Calle, 88.1 mhz. Este sábado, en vivo con el grupo local La Caverna. Podés escucharlo por www.fmdelacalle.com.ar. Y revisar el archivo en www.cordonradio.blogspot.com.

EVENTO EN EL MACEn el Espacio exterior del MAC: Artista invitado, el bahiense Facundo Carrari [La unidad es una obra que con movimiento y vibración, nos muestra el macrocosmos y nos conduce al encuentro con lo que siempre nos acompaña]. Esta obra está incluida en el libro “Encuentro con uno mismo” que cuenta con 40 madalas y un CD con siete ciclos musicales y se puede adquirir en Alsina 27.Su web: www.facundocarrari.com.ar. A partir de las 20 horas. Terraza + música: “Atrip” / Electrofunk (www.atrip.com.ar) - Tocan en “Atrip”: Mariano García – Guitarra, Ignacio García Montero - Bajo & Theremin, Emanuel Romero - Sintetizador & Secuencias. Y toca “Souvenir” / Shoegaze – Rock (www.myspace.com/sonidosouvenir). Tocan en “Souvenir”: Cristian Santamaria – Bajo, Ramiro Linares - Voz y Teclados, Martin Chevalier – Guitarra. Arte visual: Mónica Zalla / Compaginación fotográfica y Veky Vargas / Dibujos & Pinturas. En Museo de Arte Contemporáneo, Sarmiento 450.

DOMINGO 27

CLUB LIBERTAD Y SU AGRUPACIÓN FOLKLÓRICA HERMANA TIERRA Invita a toda la comunidad a su 2º encuentro “De Nuestra tierra Para Todos”. A partir de la 10 horas. En el predio de Ecuador y Av. Arias de Villa Rosas con entrada Libre y Gratuita. La ocasión será propicia para disfrutar del espectáculo que brindarán el tango, conjuntos folklóricos y peñas amigas; sumado al esmerado servicio de cantina.Confirmaron su actuación: Sandra Sabolla - Víctor Volpe, La Clave, Alma Nativa, Rubén Brigue, Carlos Ahumada, Rodolfo Behrens, Los Cuara, Gabriel Moreno y su conjunto, Pacheco Dúo, Ballet Achuma, El Estribo, Fogón Sureño, Fortaleza Protectora Argentina, Madre Tierra.

FESTEJOS POR WHITE Y EL MUSEO DEL PUERTOEste fin de semana se festejará en la cocina un nuevo aniversario de White y del Museo. En esta ocasión se propondrá homenajear a todos los vecinos y vecinas que día a día producen Ingeniero White: estibadores, beneficiarios de planes, empleadas domésticas, docentes, pescadores, cocineras, músicos, técnicos. Por las salas podrán encontrarse herramientas y objetos que hablan de esa historia whitense y que por supuesto, invitan a pensarla: desde una salamandra del ferrocarril inglés, el scaldaletto de inmigrantes italianos, libretas de embarque de pescadores hasta el ojo de buey de una draga estatal hundida o las instrucciones Appel frente a una emergencia petroquímica. El festejo se completa el sábado con música cantinera y cumbias de Chiche Ursino y las tortas de Graciela Arcuri; y el domingo con la presentación del Centro Lazziale. Sábado y domingo desde las 15.30 en Museo del Puerto, Cárrega y Guillermo Torres.

EL PAYASO DE OZDe Héctor Presa. Dirección de Jorge Ventura. Actúan: Diego Moon, Cinthia Passarella y Valeria Vigier. A las 16 horas. En Teatro El Tablado, Chiclana 453.HOMEPelícula de interés espiritual. A las 18 horas. En Orion Apart Hotel, España 227. Entrada $10.

MUESTRAS EN BIBLIOTECA RIVADAVIA Subsuelo, muestra de Daniel Díaz Teruggi, en sala Aguirre. Hasta el 3 de octubre. El caracol, muestra de esculturas y bocetos de Silvina Genovese, en galería de acceso. Hasta el 3 de octubre. Horarios: Lunes a viernes de 10 a 19 horas y Sábados de 9 a 12 horas.

“SIN DESPERDICIO”En Galería Dosdegráfica (Sarmiento 181): muestra de Paula Di Canto. Lunes a viernes de 16:30 a 20 horas.

LUNES 28

Para que esta pueda ser publicada debe figurar en forma clara una descripción de la actividad, dirección, día, horarios, a lo que se puede agregar material fotográfico. El cierre es el día martes anterior a la publicación. La información publicada será vigente a partir del sábado posterior al día de cierre. Por cualquier duda no deje de contactarnos Agenda diaria en la red: www.nexodeluxe.blogspot.com

LOS DEL MONTE/ PEÑA ANAÍ RUCAFolklore a beneficio del Centro Comunitario Spurr. Solicitan un alimento. A las 19:30 horas. En Teatro Municipal, Alsina 425. Gratis.

“CANTATE UN CUENTO”Narración Oral para Adultos. A cargo de Maria Celia Paniagua, Jorge Mux y Laura Faineraij. A las 20 horas en Espacio por el arte, Israel 88.

MUESTRA DE ROMÁN VITALIExposición Objetos, Esculturas e Instalaciones: “Corazón, no temas… esto es solo producto de tu imaginación” del artista plástico Román Vitali. Cierre 18 de octubre. Horarios: de martes a viernes de 14 a 20 horas; sábados y domingo de 16 a 20 horas. En Museo de Arte Contemporáneo, Sarmiento 450.

LARS NILSSONFlautista nacido en Suecia y radicado en Mendoza, flauta solista de la orquesta sinfónica de esa ciudad, e integrante del grupo Markama. Paralelamente con su actividad como músico clásico se ha dedicado a la difusión de música folklórica latinoamericana, integrando el conjunto Markama, con el cual ha realizado numerosas giras y grabaciones en distintos continentes. A las 21:15 horas. En Teatro Municipal, Alsina 425. Entrada general: $20 y estudiantes $10.

CENTRO RAOUL WALLENBERG Muestra permanente del Holocausto- Shoá. Pinturas de Alberto Bruzzone. Horarios: Martes y jueves de 16:30 a 18:30 horas y viernes de 16:30 a 17:45 horas. En Alsina 156, Galería Plaza, Entrepiso.

MARTES 29

6 JÓVENES MIRADASMuestra fotográfica colectiva con Antonio Armada, Denisse Murray, Ezequiel Ponce, Karina González, Margarita Fioriti y Silvia Pascual. Cura de Marcello Marcolini. Horarios: Lunes a viernes de 9 a 19 horas. En Alianza Francesa, Fitz Roy 49.

MUESTRA DE EMILIO REATO Emilio Reato nace en San Antonio de Padua, provincia de Buenos Aires. Estudia en la escuela de Artes Visuales de Luján, egresando como profesor superior en dibujo, pintura y grabado. Se perfecciona en talleres con José “Pipo” Ferrari y Roberto Páez. Es becado en la clínica de Artes Visuales del Centro Cultural Rojas, UBA. Cierre 25 de octubre. En Museo de Bellas Artes, sarmiento 450. Horarios: de martes a viernes de 14 a 20 horas; sábados y domingo de 16 a 20 horas.

MIÉRCOLES 30

CASERO’S EXPERIMENDO La vuelta de Alfredo Casero. A las 21 horas. En Teatro Don Bosco, Rondeau 117.

EXTRA BRUT/ NAIFDespués de la medianoche. En El Peladero, Hernandarias y Remedios de Escalada.

VIERNES 2

MALAS CAPAS (Tres Arroyos) Es un grupo de rock que lleva la simpleza como estandarte, y sabe como definir y combinar el paisaje urbano, sus historias y sus personajes; y así lo demuestran en “Gaucho en Bolas”, su primer disco, que comenzaron a difundir en el 2007 y 2008. Web: www.malascapas.com.ar. Después de la medianoche. En El Peladero, Hernandarias y Remedios de Escalada. La 519 te deja en la puerta.

SÁBADO 3

MUESTRAS EN BIBLIOTECA RIVADAVIA Subsuelo, muestra de Daniel Díaz Teruggi, en sala Aguirre. Hasta el 3 de octubre. El caracol, muestra de esculturas y bocetos de Silvina Genovese, en galería de acceso. Hasta el 3 de octubre. Horarios: Lunes a viernes de 10 a 19 horas y Sábados de 9 a 12 horas.

LUNES 5

SATURDAY NIGHTERS/ HAMBURGIRLS/ UBIKA Bandas de Hard core, punk. Después de la medianoche. En El Peladero, Hernandarias y Remedios de Escalada.

VIERNES 9

SÁBADO 10

CONCURSO NEXO Sorteamos el último libro de poemas de Facundo Ruiz Escorzos (Huesos de Jibia, 2009) Respondé esto y llevátelo:¿En qué lugar/espacio de Bahía Blanca presentó el libro Facundo Ruiz este último fin de semana?Hacélo en: [email protected][el 10/10 publicamos al ganador en Nexo papel y blog]

Musicalización Walter Sapienza. Coctail inagural Sábado 26 de Septiembre 20 Hs. Cierre 24 Octubre. Casa Escópica (Viamonte 260)

No diga que no le avisamosPara aparecer en nuestra agenda enviar info a : [email protected]

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Desde 26 Septiembre hasta 09 de Octubre de 2009 |10

NOTA

PALABRAS MAS

PALABRAS MENOS

FLASHEANDO

LO QUE PINTE

MUESTRARIO

GARABATOS

MATERIAA ver si nos permiten el aguaEl ojo de Ernestina

Solo con el cuerpo, el agua contra el propio cuerpo.Nada que signifique viento adentro. Cámara o vela o gasoil.

Solo agua en la costa donde ser mirado es cierto.Embarcarse es un acto imaginario, puro cuento.

Pero nos permiten el agua para aplacar la sed de toda la vida.

Trinidad, Cuba.

Paisajista, escritora y fotógrafa. La filosofía de su estudio tiene que ver con la conser--vación del medio ambiente, el diseño y una fuerte mirada de lo local y propio de cada sitio.Junto a sus socias ganó premios en Estilo Pilar 2002 y 2005 con “El Placer del Kama-Lote” y “Des-urbanismo”. En Foa 2007 ganaron medalla de plata al paisajismo.Ha escrito notas para las revistas Jardín, Negra, Barzón y El Conocedor. También un libro de cuentos y poesías y otro sobre jardines populares.Da charlas y conferencias de temas relacionados al paisajismo.Expuso sus fotos en el museo metro-politano (2008 y 2009), en la galería Jardín Luminoso (2008), en Casa Foa (2008). Realizó el arte y la fotografía del grupo “El Nacional” para la conferencia de arquitectura que organizó D.a.r.a en el Planetario (2008). Sacó las fotos que integran el libro: “San Isidro. 300 años de historia”Actualmente se dedica a la fotografía y al paisajismo desde su estudio en San Isidro. También ha ganado premios acá y en España por sus cuentos, publicando algunos de ellos en Antologías.

www.ernestinaanchorena.com.arwww.ernestinaanchorena.blogspot.

Ernestina Anchorena