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ON LINE MENSAJE MENSUAL n. 1 — 2015 24 de enero MARÍA NOS INVITA A REZAR Y A ADORAR A SU HIJO JESÚS María nos regala a su Hijo, nos lo ofrece como Salvador, como Príncipe de la paz. Nos invita a acogerlo en nuestros corazones y en nuestra vida. El camino y la fidelidad a la oración son apertura de corazón a la gracia y a la verdad de Jesucristo como Salvador del mundo. Adorar a Jesús significa reconocer que Él es el Señor de nuestra vida. Nuestra entrega filial a María Auxiliadora es expresión de fe en el triunfo del amor de Dios y del Corazón Inmaculado de María, es garantía de no perder la esperanza en un mundo marcado por el sufrimiento y el dolor, en el que con frecuencia prevalece el odio, la violencia, los celos y la envidia. Seguir a María significa alimentar la esperanza en el corazón, creer que Jesús es la vida del mundo, vivir su Evangelio que habla de amor, de perdón y de sacrificio. Este mes de enero tiene un significado particular para toda la Familia Salesiana en este año del bicentenario del nacimiento de nuestro padre y fundador Don Bosco. Queremos acoger el Aguinaldo del Rector Mayor como un don para la vida: “COMO DON BOSCO, CON LOS JÓVENES, PARA LOS JÓVENES”. La finalidad primaria del Aguinaldo no es la de ser un programa pastoral para el año, sino más bien un mensaje creador de unidad y comunión para toda la Familia Salesiana. El Aguinaldo nos invita a tener el corazón pastoral de Don Bosco para dejarnos envolver en la trama de Dios en la obra de salvación de los jóvenes, mediante la mediación materna de María. Con los jóvenes, estando con ellos, en medio de ellos, y mostrándoles nuestra predilección pastoral. Por los jóvenes, especialmente los más pobres, porque tienen derecho a encontrar modelos de referencia creyente y adultos. Por los jóvenes a través del encuentro personal y el acompañamiento educativo y espiritual. Los jóvenes no son solo destinatarios, sino que son también para nosotros un regalo de Dios. En esta obra apostólica y educativa, el Rector Mayor recuerda a Mamá Margarita, madre y educadora de Don Bosco, y su papel en la historia del Oratorio y en los comienzos del carisma salesiano. Finalmente subraya el rol y la mediación de María Santísima, la más insigne colaboradora del Espíritu Santo. A ella confiamos todo el mundo de los jóvenes, para que, atraídos, animados y guiados por Ella, puedan conseguir, con la mediación de nuestra obra educativa, la estatura de hombres nuevos para un mundo nuevo: el mundo de Cristo, Maestro y Señor” (cfr. Juan Pablo II, Iuvenum patris, n. 20). Con esta intención queremos que María, desde su casa, renueve las nuestras, como nos invita a hacer nuestra Asociación, recorriendo este camino hacia el VII Congreso Internacional de María Auxiliadora. Invitamos a todos los grupos a compartir el itinerario formativo propuesto mensualmente a través de ADMAonline y a hacer todo lo posible por participar en este acontecimiento de Familia Salesiana en el bicentenario del nacimiento de nuestro padre y fundador Don Bosco. En el sitio que indicamos encontramos todas las informaciones necesarias (cfr: http://www.congressomariaausiliatrice2015.org). Para cualquier ayuda y aclaración escribir a: [email protected]. Feliz mes salesiano y feliz fiesta de nuestro padre y fundador Don Bosco. Sr. Lucca Tullio, Presidente Don Pierluigi Cameroni SDB, Animador espiritual

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ON LINE MENSAJE MENSUAL n. 1 — 2015

24 de enero

MARÍA NOS INVITA A REZAR Y A ADORAR A SU HIJO JESÚS

María nos regala a su Hijo, nos lo ofrece como Salvador, como Príncipe de la paz. Nos invita a acogerlo en nuestros corazones y en nuestra vida. El camino y la fidelidad a la oración son apertura de corazón a la gracia y a la verdad de Jesucristo como Salvador del mundo. Adorar a Jesús significa reconocer que Él es el Señor de nuestra vida. Nuestra entrega filial a María Auxiliadora es expresión de fe en el triunfo del amor de Dios y del Corazón Inmaculado de María, es garantía de no perder la esperanza en un mundo marcado por el sufrimiento y el dolor, en el que con frecuencia prevalece el odio, la violencia, los celos y la envidia. Seguir a María significa alimentar la esperanza en el corazón, creer que Jesús es la vida del mundo, vivir su Evangelio que habla de amor, de perdón y de sacrificio.

Este mes de enero tiene un significado particular para toda la Familia Salesiana en este año del bicentenario del nacimiento de nuestro padre y fundador Don Bosco. Queremos acoger el Aguinaldo del Rector Mayor como un don para la vida: “COMO DON BOSCO, CON LOS JÓVENES, PARA LOS JÓVENES”. La finalidad primaria del Aguinaldo no es la de ser un programa pastoral para el año, sino más bien un mensaje creador de unidad y comunión para toda la Familia Salesiana. El Aguinaldo nos invita a tener el corazón pastoral de Don Bosco para dejarnos envolver en la trama de Dios en la obra de salvación de los jóvenes, mediante la mediación materna de María. Con los jóvenes, estando con ellos, en medio de ellos, y

mostrándoles nuestra predilección pastoral. Por los jóvenes, especialmente los más pobres, porque tienen derecho a encontrar modelos de referencia creyente y adultos. Por los jóvenes a través del encuentro personal y el acompañamiento educativo y espiritual. Los jóvenes no son solo destinatarios, sino que son también para nosotros un regalo de Dios. En esta obra apostólica y educativa, el Rector Mayor recuerda a Mamá Margarita, madre y educadora de Don Bosco, y su papel en la historia del Oratorio y en los comienzos del carisma salesiano. Finalmente subraya el rol y la mediación de María Santísima, la más insigne colaboradora del Espíritu Santo. A ella confiamos todo el mundo de los jóvenes, para que, atraídos, animados y guiados por Ella, puedan conseguir, con la mediación de nuestra obra educativa, la estatura de hombres nuevos para un mundo nuevo: el mundo de Cristo, Maestro y Señor” (cfr. Juan Pablo II, Iuvenum patris, n. 20). Con esta intención queremos que María, desde su casa, renueve las nuestras, como nos invita a hacer nuestra Asociación, recorriendo este camino hacia el VII Congreso Internacional de María Auxiliadora. Invitamos a todos los grupos a compartir el itinerario formativo propuesto mensualmente a través de ADMAonline y a hacer todo lo posible por participar en este acontecimiento de Familia Salesiana en el bicentenario del nacimiento de nuestro padre y fundador Don Bosco. En el sitio que indicamos encontramos todas las informaciones necesarias (cfr: http://www.congressomariaausiliatrice2015.org). Para cualquier ayuda y aclaración escribir a: [email protected]. Feliz mes salesiano y feliz fiesta de nuestro padre y fundador Don Bosco.

Sr. Lucca Tullio, Presidente Don Pierluigi Cameroni SDB, Animador espiritual

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¡Que preciosa es una casa! Es el lugar del amor y de la vida, porque el amor tiende a la vida y la vida es el fruto del amor. Es la morada de la familia donde florece el “patrimonio” de un “matrimonio”, la obra de un padre y de una madre: en el centro está siempre el lazo de unión entre generaciones. Es el punto de encuentro del género y de la generación, donde la intimidad de los esposos se transforma en la fecundi-dad de los padres, donde los niños nacen y se convierten en hijos, donde se pertenece y se hace uno li-bre, donde se asemeja y se hace original. La casa es la encrucijada de las generaciones: en ella los jóve-nes crecen y en ella no se abandona a los ancianos, y la melodía del amor se hace duo nupcial y polifo-nía familiar. Tanto es así que cuando esto no se da, la casa se transforma en una prisión, los sentimientos en resentimientos, los lazos en pesadas cadenas, la herencia en bienes de los que hay que apoderarse o peso del que hay que librarse. La profundidad de los lazos de generación está bien explicada por mons. Camisasca en una recien-te intervención sobre la belleza de la familia: “la palabra generar contiene la referencia a un origen, gé-nos. La misma palabra nos relaciona con el género masculino y femenino y con la genealogía, es decir, con un hilo que une a generados y generantes. El generar no es solo una acción hacia adelante– pro-crear – sino que nos hace mirar también hacia atrás, al hecho de que los generantes, los padres, son ellos mismos generados, ellos mismos son hijos. Todo hijo tiene un nombre propio, pero también un apellido, es decir, forma parte de una historia familiar, tiene una genealogía, contiene en sí los genes de muchas gene-raciones, tanto por parte de la madre como del padre, y con relación directa con los abuelos que, fre-cuentemente, se cuidan de ellos”. Recordar todo esto nos es beneficioso: en una sociedad de individuos obsesionados por los derechos, que habla de amor y mortifica los lazos, que hospitaliza el nacer y el morir, que medicaliza la maternidad y descalifica la paternidad, que identifica la educación con la incomodidad, que pretende la eficiencia y pierde la gratuidad, que prepara ambientes neutrales y no personales, que induce a conductas competiti-vas más que cooperativas, es hermoso poder encontrarse en casa, en una morada en la que se es espera-do y deseado, rodeado de cosas buenas y personas queridas, fiables y responsables, comprensivas y mi-sericordiosas, unidas en la diversidad y orientadas hacia un destino común que alimenta la confianza y la esperanza. Es importante referirse al misterio de la casa como lugar de generación y de las generaciones porque los tres ejes de la familia (la alianza entre los géneros, el evento de la generación y el diálogo entre generaciones), separados los unos de los otros, se encuentran en estado de sufrimiento: matrimonios cada vez más inestables, invierno demográfico, rotura de la tradición como pérdida de memoria y dismi-nución de esperanza. Hablar de la casa como rencuentro entre las generaciones nos lleva a lo esencial, al hecho de que somos hijos en todos los sentidos: procedemos de quien nos precede, amamos porque somos amados, en-gendramos porque ante todo hemos sido engendrados. Todo, en la vida natural, como en la sobrena-tural, es generación, trasmisión de vida y amor. En el designio de Dios la primera palabra es precisamente “generación”: en Dios mismo existe un Hijo, no la autosuficiencia, sino el cambio de bien y de bienes (Ef 1,3). Detrás de la creación, existe la eterna generación del Hijo, no hay un Arquitecto, sino un Padre (Jn

VII Congreso Internacional de María Auxiliadora

Torino-Valdocco /Colle don Bosco

6-9 agosto 2015

“Hic domus mea, inde gloria mea”

De la casa de María a nuestras casas: Su misericordia de generación en generación

5. De generació n en generació n Don Roberto Carelli

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1,1-3).El destino del hombre está en la llamada a ser hijos en el Hijo (Ef 1,4-5), a tener los sentimientos del Hijo (Flp 2,5 y Col 3,12) y a alcanzar la plena madurez de Cristo (Ef 4,13). El centro del plan reside en el misterio de la Encarnación, en ese misterioso intercambio en el que el Hijo de Dios se ha hecho hijo del hombre, para que los hijos de los hombres se hiciesen hijos de Dios, donde el “Unigénito” si hace “Primogénito” de muchos hermanos (Rom 8,29), de modo que no han sido solo creados sino engendrados, no solo llamados a la existencia sino hechos partícipes de la vida del Hijo (Jn 1,12-13). Y este plan se rea-liza en una historia que procede de generación en generación: también Jesús, que viene de Dios, tiene una genealogía humana (Mt 1,1-17), desciende del cielo y tiene un descendencia davídica, es Hijo del Padre que está en los cielos y tiene una Madre en la tierra (Mt 1,18.20). Todo esto se concentra en el misterio adorable de Navidad, entre la gruta de Belén y la casa de Nazaret, entre el espacio doméstico de la Sagrada Familia y el espacio litúrgico del Templo de Jerusalén; Dios ha fijado su morada entre no-sotros (Jn 1,14). De modo especial en tiempo de Navidad, todo habla de generación y de casa, no de manera inti-mista, sino como encrucijada de una historia de salvación que procede “de generación en generación” (Lc 1,50, expresión que se repite en la Escritura otras 40 veces). El misterio de Dios se actúa en la genealogía de un pueblo para extenderse a todas las gentes: la lógica de Dios es “genealógica”. Es ejemplar la pala-bra profética de Natán a David: “Dispondré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que resida en él ... El Señor te va a edificar una casa... suscitaré descendencia tuya después de ti...Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo” (2Sam 7,10-14). Y la liturgia responde: “cantaré eternamente las miseri-cordias del Señor, de generación en generación... un edificio eterno jurando a David mi siervo: te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades” (Sal 88,2-5). Intentemos, pues, profundizar la preciosidad de los lazos entre las generaciones volviendo a recordar el episodio de la Presentación en el Templo, conscientes de que nuestra identidad es tanto más sólida cuanto más profundas son sus raíces, y que un pueblo que pierde sus propias raíces camina a la esterilidad y a la muerte... Como hemos ya observado, la escena nos muestra el entrelazarse de tres generaciones: el Engen-drado, los Padres, los Antepasados. Estos – Simeón y Ana – representan la memoria y la profecía, la rique-za de historia y de misterio sin la cual el evento no es considerado como paso de Dios. Conviene no per-der de vista esta circunstancia, porque hoy es precisamente la más olvidada: nunca se han visto como ahora tantos ancianos, pero la ancianidad nunca ha sido tan despreciada. En este sentido, choca verdade-ramente la fuerza con la que el Papa Francisco, en sus intervenciones sobre la educación, habla de la importancia de la raíces de un pueblo como energía de futuro: “primer aspecto de la educación es la me-moria de las propias raíces. Un pueblo que no tiene memoria de las propias raíces pierde uno de sus pila-res más importantes de su identidad... Si se pierden las raíces, el tronco lentamente se vacía y muere, y las ramas de inclinan a la tierra y caen... Todo progreso desligado de la memoria de los orígenes que nos permiten existir es ficción y suicidio... No puede haber educación en el desarraigo”. Por esto el Papa apro-vecha la ocasión para hablar de los abuelos, para recordar el afecto y el respeto que se les debe y para denunciar la plaga de demasiados ancianos descuidados, maltratados o abandonados. Los abuelos son importantes por ser un eslabón de la vida, y por lo mismo, “un pueblo que no defiende y respeta a los abuelos, no tiene futuro, porque no tiene memoria... Los abuelos son la sabiduría de la familia, la sabiduría de un pueblo. ¡Y un pueblo que no escucha a los abuelos es un pueblo que se está muriendo!” Ninguno como María puede ayudarnos a captar estas honduras generativas. Ella es la protagonista de la Navidad. Es la Casa de Dios, el Arca de la Alianza, la Tienda del Encuentro, el Santuario de Dios, la Madre de Dios. Por ella se va para encontrarse con Jesús. Ella es la que ofrece al Hijo junto con el Pa-dre. En Belén Jesús se encuentra entre sus brazos, en Jerusalén le ofrecen sus brazos. En María el misterio de la Encarnación es intimidad familiar e historia de un pueblo, es generación humana injertada en la gene-ración divina. “En Ella, en su cuerpo – escribe Ermes Ronchi en el libro Le case di María – “la línea de lo invisible y la línea de lo visible en la historia de la salvación se encuentran. Su casa está cargada de cie-lo... Sin el cuerpo de María, el Evangelio pierde consistencia, se convierte en gnosis o ideología o código moral”. Profundicemos un poco más. El texto dice que María encuentra a “Simeón, hombre justo y piadoso, que esperaba el consuelo de Is-rael” (Lc 2,25). Era una vida que esperaba y ahora llegaba su alegría: el esperado había llegado. Y él lo

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reconoce, porque es el amor quien agudiza la vista y se necesi-taba mucho amor para esperar de esta manera. Nos recuerda a Simón Weil: “¡amar es esperar!” Y yo, ¿a qué tiendo, a quién espero, qué espero? ¿Con qué fidelidad, con qué esperanza? Sigue el relato diciendo que Simeón “tomó al niño en brazos y bendijo a Dios” (Lc 2,28): la alabanza y la bendición son el pri-mer paso de la oración dirigida a Dios y ¡es el gesto más impor-tante de los abuelos y de los padres hacia sus hijos! ¡Dios el pri-mado de la alabanza, hacia los seres queridos el primado de la bendición! La alabanza y la bendición tienen la primacía, por-que “la fe pone en el centro no lo que yo hago por Dios, sino lo que Dios hace por mí” (E. Ronchi). La bendición es el núcleo del amor, porque el amor, en el fondo está diciendo: “¡es bueno que tú existas”, “eres un regalo para mí!” ¿Sé yo bendecir a mi espo-so, a mi esposa, a mis hijos, a los amigos, a las personas que me hacen el bien? ¿Sé, como Don Bosco, que no basta amar, que es importante que el amor se demuestre? En su canto de alabanza, Simeón dice: “mis ojos han visto a tu salvación”, salvación que no es solamente para el pueblo he-breo, sino para todas las gentes (Lc 2,30-32). Donde todos ven solo a un niño, a uno de tantos, Simeón y Ana descubren la sal-vación de Dios. ¿Espero yo la salvación? ¿Qué salvación? ¿Y de quién la espero? ¿Tengo un deseo abrasador, acuciante de

la novedad de Dios? ¿Me contento, acaso, con demasiado poco? ¿Dejo pasar el tiempo entre pequeños dolores y pequeños placeres, en el fondo, resignado? ¿Qué hábitos, rutinas, prejuicios, valoraciones apre-suradas me impiden descubrir la presencia de la novedad de Dios? Queda por considerar el hecho que Simeón y Ana son dos ancianos, lo subraya el texto, recordando la historia de su fidelidad al templo y a la espera del Mesías (Lc 2,26.36). No hay que dar por descontado que los ancianos, y en general el anciano que hay en nosotros sepa captar la novedad, lo otro, el niño. Con frecuencia hay miedo de que los hijos no puedan no logren, no quieran alimentar y perseguir los grandes ideales que les hemos propuesto. Por eso tanto apego al tiempo pasado y tanta desconfianza hacia los jóvenes y tanto recelo hacia el futuro. Este es el problema: la ancianidad puede ser un tiempo de gracia, pero puede vivirse solo como una desgracia. Puede ser un tiempo de gracia, pero no lo es automá-ticamente, porque por un lado es el tiempo de la debilidad, de la enfermedad, del venir a menos la vida terrena, y por otro es el tiempo de la madurez, de la sabiduría y del testimonio de lo que cuenta para la vida eterna. Es un tiempo de gracia si se asume la gran tarea propia de los abuelos: “a los abuelos – dice el Pa-pa Francisco – se les confía una gran tarea: ¡trasmitir la experiencia de la vida, la historia de una familia, de una comunidad, de un pueblo; compartir con sencillez una sabiduría, y la misma fe: la herencia más precio-sa!” pero la ancianidad, en vez de ser el tiempo de la sabiduría, puede convertirse en el de la necedad. Y se requiere vigilancia. Los abuelos corren frecuente el riesgo de vivir de lamentaciones por el pasado o de resignación por los propios defectos, de ansiedad por la salud o rigidez en las costumbres, de apego a los bienes terrenos y pretensiones para con los hijos; no aparece la perspectiva de la vida eterna, si no es como miedo a la muerte. Por esto la Palabra de Dios invita a los ancianos a un estilo de vida edificante para los hijos y nietos: “los ancianos sean sobrios, respetables, sensatos, sanos en la fe, en el amor y en la paciencia. Las ancianas, igualmente, sean en su comportamiento, como conviene a personas religiosas” (Tit 2,2-3). Ante todo, los ancianos deben comprender que la herencia más grande que trasmiten a los hijos es la vida de fe y el testimonio de la verdad. La memoria de las raíces es tanto más convincente cuanto más profundas son las raíces, cuanto más se hunden en el misterio de Dios. Citando al gran poeta Clemente Rebora, el cual escribía que “il tronco s'inabissa ov’è più vero”, el Papa Francisco, dirigiéndose a los abue-los, ha hecho este sencillo comentario: “las raíces se alimentan de la verdad”.

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CRÓNICA DE FAMILIA CORNWALL (CANADÁ) - GRUPO LA NATIVIDAD

El 22 de octubre de 2014, en la ciudad de Cornwall, Ontario, se ha formado un nuevo grupo AD-MA, denominado La Natividad. Tras dos años de intensa prepara-ción con su animadora, sor Roberte Johnson, once señoras se han com-prometido a vivir y difundir la de-voción a María Auxiliadora en su familia y en su ambiente. El obispo local, Mons. Marcel Damphousse, celebró la Eucaristía presidiendo con gozo la ceremonia del com-promiso del nuevo grupo. Al parti-cipar en el Capítulo Gneral en Ro-ma, la Provincial, Sor Elisabeth Pur-cell, envió un mensaje de felicita-ción y exhortación a este nuevo grupo. sor Alphonsine Roy, respon-

sable de la Familia Salesiana, vino de Toronto para participar en la ceremonia de compromiso y apro-vechó la ocasión para felicitar a nuestra querida sor Roberte, por su devoción y amor a la Virgen ani-mando a los tres grupos de ADMA existentes en Canadá: San Benedicto en Toronto, Santo Domingo Savio en Montreal y La Natividad en Cornwall. Sor Francine Guillemette y las hermanas de la co-munidad han participado de buen grado en los encuentros mensuales; su presencia acogedora y su interés han hecho que este grupo, lleno de vitalidad, se sintiese a gusto, mientras aprendía a conocer y vivir el carisma salesiano. Después de recibir el Reglamento y las correspondientes medallas, el grupo y todos los presentes hemos confraternizado. Agrademos a Dios esta nueva semilla que germina en nues-tra tierra canadiense. Que María Auxiliadora acompañe y ayude a crecer en la fe y en el amor a la Virgen a este nuevo grupo de ADMA.

La hoja puede leerse en el siguiente sitio :

www.admadonbosco.org/index.php?lang=es

y: www.donbosco-torino.it/

Para cada comunicación se puede dirigir a la siguiente dirección

de correo electrónico :[email protected]

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LA HABANA (CUBA) - X ENCUENTRO NACIONAL En la casa salesiana Santa María Mazzarello de las Hijas de María Auxiliado-ra de Peñálver Guanaba-coa del 14 al 16 de no-viembre de 2014 se ha celebrado el X Encuentro de ADMA de Cuba. Se reunieron representantes de todos los Consejos lo-cales: Santiago de Cuba, Manzanillo, Camagüey, Santa Clara, Manguito-A m a r i l l a s - C é s p e d e s (Matanza), con la anima-dora espiritual Sor Nancy Leonor Quiste, Iglesia de M a r í a A u x i l i a d o r a (Habana Vieja), Parroquia de San Juan Bosco y ADMA Jóvenes (Víbora,

La Habana) y La Hata (Peñálver, Guanabacoa), con la animadora espiritual Sor Rosa Angélica Rodrí-guez. El encuentro ha estado dirigido por el animador espiritual nacional y delegado de la Familia sale-siana P. Miguel Ángel Fernández y por la señora Anna Gloria Álvarez Torres, Presidenta Nacional de ADMA juntamente con el Consejo de Coordinación. Comenzó, como todos nuestros encuentros, dando gracias “a Aquella que lo ha hecho todo” y ofre-ciendo esta acción de gracias como homenaje póstumo a sor Lina Pegoraro llamada por el Señor el 30 de octubre. Ha sido un testimonio de fe y de alegría, siendo una de esas estrellas resplandecientes que con su vida nos iluminaba a todos. Siempre ha sido un fuerte baluarte de ADMA, por esto la hemos re-cordado en este encuentro de convivencia fraterna y gozosa, verdaderamente salesiano, destacando la presencia de ADMA Juvenil. En el bicentenario de nuestro fundador, hemos recordado con un rosario meditado a su santa madre, Margarita Occhiena. Hemos tenido la fortuna de contar para la parte formativa con la presencia del P. Bruno Roccaro que nos ha presentado la figura del Siervo de Dios P. José Vandor, dándonos a cono-cer los lugares donde transcurrió su infancia y juventud, los diversos lugares donde vivió, animándonos a pedir su intercesión ante el Señor para obtener alguna gracia para su beatificación. El P. Manuel Morancho (Delegado para la Pastoral Juvenil) ha presentado los mensajes enviados por nuestro Rector Mayor. El Delegado P. Miguel Ángel Fernández nos ha recreado con sus temas de “Historias salesia-nas”, unidos a nuestros valores y a nuestra espiritualidad. Como ADMA no podía dejar de dar a cono-cer las indicaciones del Papa Francisco enviadas con ocasión de la celebración de nuestra patrona María de la Caridad del Cobre. Seguir a María a la luz de tres verbos: alegrarse (irradiar la fe), le-vantarse (servir con ternura y misericordia) y perseverar (permanecer en el amor de Dios y del prójimo). Concluyó el encuentro con la Eucaristía celebrada por nuestro Delegado, P. Miguel Ángel Fernández, ofreciendo al Señor el servicio que más caracteriza a toda ADMA. Decimos siempre: “Ella lo ha hecho todo” para gloria de Dios y bien de las almas. Nuestra Asociación sale reforzada de estos encuentros y renovada para continuar sirviendo en la viña del Señor en esta tierra cubana (Anna Gloria Álvarez Torres).

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COACALCO (MÉXICO) – PRIMER GRUPO DE ADMA JUVENIL Primer Grupo de ADMA Juvenil de México. Se tra-ta de cinco jóvenes que han iniciado este camino: - Sergio Vázquez, Daniel Barrera, Aarón Toledo, Laura Estrella, Diana Rizo. Animador espiritual es el P. Vázquez Castro José Luis. GELA – ACTO DE OFRECIMIENTO DE LOS NIÑOS A MARÍA AUXILIADORA 4 de diciembre de 2014. También en este año se ha tenido este momento particular para todos los ni-ños y familias que lo han solicitado, Los niños presentes se han mostrado atraídos y los más grandecitos han participado alegremente. Al final de la celebración ha impartido la bendición a cada niño don Calogero Di Gregorio haciéndose la foto recuerdo. La tarde concluyó con caramelos para los niños y para todos los presentes. Jesús y María Auxiliadora, estrellas en nuestro camino, nos ayuden a conti-nuar con estas sencillas tradiciones salesianas que alegran el corazón. Algunos recuerdos para nuestros pequeños, permanecerán siempre durante toda su vida. Al igual que Mamá margarita, las familias con-sagran a la Santísima Virgen a sus hijos. Y es entonces hermoso, escuchar el acto de ofrecimiento por parte de uno de nuestros pequeños a su queridísima Madre (Luigina Ciaramella presidenta regional ADMA Sicilia).

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GWANGJU (COREA DEL SUR)

El 8 de diciembre de 2014, fiesta de la Inmaculada, hemos recibido el diploma de agre-gación a ADMA primaria de Turín. 16 aspirantes, posan para una foto recuerdo. En el centro de la foto, la señora Kim Lucía, que sostiene devotamente el diploma de agrega-ción. A la izquierda, Sor Lee Susanna, animadora espiritual, a su derecha la Inspectora Sor Choi Silvia y Sor Nho Ángela.

Recordamos en nuestras oraciones y expresamos nuestra acción de gracias por el P. Giuseppe Occhio, salesiano, a quien el Señor ha llamado a sí el 13 de diciembre de 2014 en Etobico-ke, Ontario (Canadá), gran difusor y animador de ADMA en Canadá. ¡María Auxiliadora lo acoja en el jardín salesiano!