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Revista de Desarrollo Rural yCooperativismo Agrario

11

Unidad de Economía AgrariaUniversidad de Zaragoza

Departamento de Agriculturay Economía Agraria

REVISTA DE DESARROLLO RURAL Y COOPERATIVISMO AGRARIO

DIRECTOR: Dr. Enrique Sáez Olivito

CONSEJO DE REDACCIÓN:

Emilio Manrique Persiva, Mª Teresa Maza Rubio, Ana Olaiozola Tolosana, Luis Pardos Castillo, ÁngelSáez Olivito, Enrique Sáez Olivito (Universidad de Zaragoza, Departamento de Agricultura y EconomíaAgraria), Carlos Gómez Bahíllo (Universidad de Zaragoza, Departamento de Psicología y Sociología),Antonio Colom Gorgues (Universidad de Lleida, Departamento de Administración de Empresas yGestión Económica de Recursos Naturales), Eduardo Ramos Leal (Universidad de Córdoba,Departamento de Economía, Sociología y Política Agraria).

REDACCIÓN E INTERCAMBIOS: Elena Escar Hernández

COMITÉ CIENTÍFICO: Desarrollo Alberto Berga Monge

Eduard Bes Jacques

José Luis Salinas

Jean Luis Lanot

José Ramón López Pardo

Antonio Colom Gorgues

Cooperativismo Juan José Sanz Jarque

Joaquín Mateo Blanco

Primitivo Borjabad Gonzalo

Agrigultura y Medio ambiente Joaquín Aibar Lete

Agricultura Ecológica Juan Barriuso Vargas

Ganadería Luis Pardos Castillo

Ricardo Revilla Delgado

Turismo rural Carmen Lorés Domingo

Mujer y Desarrollo Idoia Romano Guridi

ISSN: 1139-7748 Departamento de Agricultura yDep. Legal: Z-2.830/2004 Economía Agraria

Unidad de Economía Agraria

Imprime: Navarro & Navarro Impresores Facultad de Veterinaria Escuela PolitécnicaZaragoza Miguel Servet, 177 Superior de Huesca

50013 Zaragoza Ctra. Cuarte, s/n

Precio/ejemplar: 24 € 22071 Huesca

EDICIÓN SUBVENCIONADA POR EL VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

Fotografía de cubierta: Fuentespalda (Teruel).Autor: Mercedes Gil Sampietro.

ÍNDICE

ARTÍCULOS

Ética intergeneracional en la conservación del suelo agrarioJ. Agustín Franco ............................................................................................................................................ 9

Efecto del control mecánico de malezas en los caracteres agronómicos detres genotipos de amaranto

R.M. de Troiani, N. Reinaudi, H. Troiani .................................................................................................... 19

El trabajo femenino en la explotación agraria ecológica. Incidencias económicas ysociales en el desarrollo rural

E. Bernal Cuenca, M. Flores García .............................................................................................................. 31

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada.Nuevos retos para el imperativo de la sostenibilidad, buena gobernanza,buenas prácticas, equidad y bienestar del mundo rural

A. Colom Gorgues, E. Saez Olivito ................................................................................................................ 45

Aplicaciones prácticas de lo legendario al desarrollo rural:una propuesta de ruta aragonesa del Grial

A. Martínez .................................................................................................................................................... 83

Los oficios del barro: memoria de un trabajo y patrimonio cultural de las comunidadesE. Manrique Persiva, A.R. Abadía Valle ...................................................................................................... 105

La producción del documental etnográfico: experiencia y técnicas de trabajoE. Monesma ................................................................................................................................................ 117

Paisajes rurales y producción energética. Luces y sombras de unatransformación en proceso

A. Napadensky Pastene ................................................................................................................................ 123

Más allá de la vista: paisajes con otros sentidosN. Caño Suñén ............................................................................................................................................ 133

Rehabilitación de discapacitados como valorización de lo rural: la hipoterapiaA. Martínez de Marigorta Sánchez ............................................................................................................ 147

Conocimiento local de plantas herbáceas y leñosas forrajeras en dos localidadesdel municipio de Muy Muy, Matagalpa, Nicaragua

F.C. Vásquez López ...................................................................................................................................... 159

ARTÍCULOS

Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario (2007–2008), 11, 9–18

ÉTICA INTERGENERACIONAL EN LACONSERVACIÓN DEL SUELO AGRARIO

J. Agustín Franco M.Área de Economía AplicadaUniversidad de Zaragoza

RESUMEN

Este artículo estudia el impacto de los efectos antrópicos de la erosión sobre la adopción de

Prácticas de Conservación del Suelo (PCS) en explotaciones agrícolas, tanto a nivel económico

como ético, con la finalidad de prever las posibles líneas de evolución de la futura Directiva Marco

de Suelos. Por tanto, se analiza bajo la perspectiva de la Teoría de Juegos el dilema social al que

se enfrentan los agricultores y la sociedad ante la conservación del recurso suelo desde dos pun-

tos de vista: el de la adopción de PCS y el de la dimensión ética intergeneracional, dado que la

teoría económica neoclásica trata de forma deficiente las cuestiones que están fuera del mercado,

especialmente las relacionadas con aspectos éticos y medioambientales. Así, partiendo de este di-

lema social, caracterizado como una situación paradójica donde el comportamiento racional del

individuo al intentar maximizar su beneficio provoca un comportamiento social irracional, se des-

cubrirán otras paradojas relativas al principio de no–redistribuibilidad de costes (intransferibles)

y beneficios (cautivos), las cuales se fundamentan en una concepción incompleta de la racionali-

dad del agricultor.

Palabras claves:

Erosión del suelo, dilema social, racionalidad incompleta.

1. INTRODUCCIÓN

Las causas humanas de la problemática ambiental relativa a la erosión del suelo son, entre

otras, la aplicación de unas políticas macroeconómicas sectoriales basadas en un modelo de agri-

cultura intensiva, en consonancia con los actuales procesos de globalización neoliberal que ponen

en peligro la seguridad alimentaria (Franco y Almeida, 1999; Franco, 2003; Salazar y Franco, 2004).

Así, el interés científico por la degradación del suelo agrícola ha surgido principalmente por una

demanda política, considerándose que legisladores e investigadores han incentivado la concien-

ciación y movilización social en torno a este fenómeno. En particular, los procesos de erosión y

desertificación constituyen un grave problema económico y medioambiental en Europa y muy par-

ticularmente en la parte suroriental de la Península Ibérica. Así, las políticas medioambientales de

las distintas instituciones públicas (europea, estatal y regional) se han ido orientando cada vez más

hacia una gestión integral del territorio, estableciendo las condiciones para un equilibrio entre

productividad agrícola y conservación del recurso suelo. Dicha legislación ha encontrado, nece-

sariamente, eco en las administraciones nacionales y regionales de los diferentes países miembros,

y particularmente en España. Las primeras directivas europeas con carácter agroambiental fueron

9

J.A. FRANCO

adoptadas en 1972, aunque sólo incorporaban tímidamente algunos objetivos específicos, por

ejemplo, la de modernización de las explotaciones agrarias (Directiva 72/159), o la de incentiva-

ción al cese de la actividad agraria (Directiva 72/160), o la de información y cualificación profe-

sional a los agricultores (Directiva 72/161).

No obstante, deben tenerse en cuenta las perspectivas futuras de financiación de la agricul-

tura europea, ya que ello repercutirá, sin duda, sobre los programas de ayuda a explotaciones agrí-

colas afectadas por problemas de erosión. Así, se observa cómo pese al incremento en términos

absolutos del montante destinado a la agricultura (casi diez mil millones de euros más), su peso

relativo va a descender más de 20 puntos porcentuales a lo largo del periodo 1993–2013, pasan-

do de representar más de la mitad del presupuesto comunitario en 1993 a menos de un tercio en

2013 (Comisión Europea, 1993, 1999 y 2004).

2. FACTORES ECONÓMICOS DE LA EROSIÓN

El análisis económico de la erosión se ha centrado habitualmente en dos aspectos básicos del

problema, por un lado, la menor fertilidad del suelo y las consiguientes pérdidas de productivi-

dad agrícola, además de la contaminación de las aguas por efecto de la sedimentación; y por otro

lado, los incentivos individuales para la adopción de Prácticas de Conservación del Suelo (PCS).

En consecuencia, la erosión del suelo es un problema económico para una explotación agraria en

la medida que la reducción de fertilidad de la tierra disminuye la producción y su calidad, con el

consiguiente efecto negativo que esto tiene sobre el ingreso final de la finca. Y no sólo se pierde

productividad por unidad de superficie, sino que obliga a un incremento progresivo de los costes

para mantener el nivel y calidad de los productos agrarios.

El efecto endógeno de la erosión, por tanto, es doble, en primer lugar, reduce la fertilidad

del suelo, lo cual afecta directamente a la productividad del cultivo; y en segundo lugar, au-

menta los costes de producción para mantener el nivel de producción agrícola en la explota-

ción. No obstante, si se supone que el agricultor actúa bajo el principio de racionalidad

económica, esto implica que los agricultores que son propietarios de una explotación agraria no

permitirán que su suelo se degrade, siempre que los beneficios de invertir en la conservación

del suelo superen a los costes (McConnell, 1983). Pero, este comportamiento supone un dete-

rioro de la tierra y un uso no óptimo del suelo desde el punto de vista social. Aún así, la evi-

dencia enseña que la asunción del principio de racionalidad no implica que las actuaciones de

los agricultores sean necesariamente óptimas, particularmente cuanto se tiene en cuenta la po-

sibilidad de adoptar nuevas tecnologías. Cabría preguntarse, ¿no se estará considerando un con-

cepto incompleto de racionalidad?

La percepción de la erosión por el agricultor es un determinante clave en la adopción de PCS

(Franco y Calatrava–Leyva, 2006). Así, la literatura económica indica que el agricultor no suele per-

cibir la erosión como un problema debido a los efectos a largo plazo que tiene sobre la produc-

tividad de su explotación (Lee, 1980). No obstante, existen otra serie de condicionantes

económicos estructurales basados en el mercado (como programas de subvenciones diseñados

dentro de grandes políticas agrarias supranacionales) que pueden presionar negativamente sobre

la decisión última del agricultor priorizando claramente los objetivos económicos (ya sean de su-

10

Ética intergeneracional en la conservación del suelo agrario

pervivencia o de intensidad agroexportadora) sobre los medioambientales. En este sentido, pare-

ce necesaria una legislación agraria que armonice intereses económicos y agroambientales, tanto

individuales como sociales.

3. EL JUEGO DE LA ADOPCIÓN DE PCS

La adopción de PCS puede analizarse desde la óptica de la Teoría de Juegos. Veamos un

sencillo ejemplo (Cuadro 1). Se observa que ante un agricultor que adopta PCS la dinámica de

la calidad del suelo tenderá a ir desde el «degradado» al «productivo», siempre y cuando el fe-

nómeno no haya alcanzado el punto de irreversibilidad. Mientras que si no adopta PCS (o rea-

liza prácticas agrícolas inadecuadas o agresivas) la calidad del suelo tenderá progresivamente a

la degradación. Por otro lado, ante un suelo productivo, los agricultores tenderán a no adoptar

PCS, para reducir costes a corto plazo (lo cual nos indica que no internalizan el problema de la

erosión en su función de producción a largo plazo). Mientras que ante un suelo erosionado, no

irreversiblemente, los agricultores tendrán incentivos para adoptar PCS que mantengan o au-

menten la productividad del suelo.

Desde la óptica del mercado no hay solución de equilibrio, debido, básicamente, a 2 fallos de

mercado: la falta de información sobre el valor económico del suelo y la no incorporación del lar-

go plazo en el uso de la tierra (McConnell, 1983). Todo ello, junto con el efecto off–site de con-

taminación de las aguas, justifican la existencia y persistencia de los efectos erosivos. Es necesaria,

en consecuencia, la intervención estatal o «autoorganizada localmente», para llegar a una solución

en la que los agricultores adoptan PCS en un suelo productivo, de forma similar a la gestión lo-

cal de los recursos hídricos, ya que se considera el agua como un «bien del club», distinto, en cuan-

to a su gestión, de los «bienes comunales» de Hardin (Azqueta, 1994).

Según los estudios económicos sobre adopción de PCS (Franco y Calatrava–Leyva, 2006), las

explotaciones agrarias poseen un comportamiento económico racional en relación con sus carac-

terísticas medioambientales, incluyendo la elección de tecnología, destacando la influencia de las

siguientes variables: propiedad de la tierra, características del suelo, precios agrícolas, disponibi-

11

Cuadro 1. El juego de la adopción de PCS

Fuente: Elaboración propia.

J.A. FRANCO

lidad de mano de obra y tasa de descuento. Dichos factores inciden significativamente en la efec-

tividad de los programas públicos de lucha contra la erosión.

Los costes de la inversión privada en PCS sólo suelen afrontarse en terrenos con bajo riesgo

de erosión, ya que en caso contrario los costes superan a los retornos, con lo que se aconseja di-

señar programas de inversión pública que tengan en cuenta subsidios, exenciones fiscales, plazos

de inversión y tipos de interés inferiores al de mercado. De hecho, hay estudios (Valentin y otros,

2004) que muestran que no existe una fuerte relación positiva entre adopción de PCS y producti-

vidad económica de la explotación. Entre las posibles explicaciones, la más razonable hace refe-

rencia a la necesidad de implementar programas públicos que capaciten a los propios agricultores

para adoptar correctamente las PCS en lugar de simplemente incentivar la adopción, ya que los

beneficios sociales derivados de la conservación del suelo justifican dicha conservación más allá

incluso de la ausencia de beneficios privados.

Recientes investigaciones aconsejan distinguir entre «PCS neutrales» y «PCS negativas» sobre el

beneficio de la explotación (Valentin y otros, 2004), en el primer caso, se aplicarían políticas de

adopción voluntaria, y en el segundo, políticas basadas en incentivos. Podrían implementarse tam-

bién políticas intermedias, como las actuales de la UE, basadas en la condicionalidad.

4. DIMENSIÓN ÉTICA DE LA EROSIÓN

En este juego (ver Cuadro 2) se presenta nuevamente un dilema social (situación paradójica

donde el comportamiento racional del individuo al intentar maximizar su beneficio provoca un

comportamiento social irracional) con la peculiaridad de que la generación presente no conoce

las preferencias ni los avances tecnológicos de la generación futura, con lo que, a priori, no es po-

sible establecer ninguna negociación. Un nuevo fallo de mercado basado en la falta de informa-

ción y en la incertidumbre. Aunque no es irracional suponer que las generaciones futuras

preferirán, en términos generales, la conservación del recurso edáfico, aunque la tecnología haya

logrado un sustitutivo para este bien, por ejemplo, gracias a futuros avances y desarrollos de los

«cultivos sin suelo» o hidropónicos.

12

Cuadro 2. El juego ético de la conservación intergeneracional del suelo

Fuente: Elaboración propia.

Ética intergeneracional en la conservación del suelo agrario

También es lógico suponer que los beneficios sociales a largo plazo serán mayores en aque-

lla situación en la que tanto la generación presente como la futura deciden conservar el recurso

natural. Pero aquí la cuestión que se plantea es ¿quién da el primer paso? Se trata de un fenóme-

no asociado a la paradoja conocida como «falacia de la composición», ya que es evidente que los

beneficios individuales de erosionar el suelo no se dan cuando todos erosionan simultáneamen-

te, es por ello que los agricultores dudarán sobre la decisión a tomar si perciben que el objetivo

de la conservación no puede ser logrado en su totalidad, amén de la incertidumbre sobre sus be-

neficios futuros. Una posible respuesta «débil» podría ser la aplicación del «velo de ignorancia» pro-

puesto por Rawls, según el cual cada uno toma decisiones sin saber en qué momento de la historia

le tocará vivir. Otra solución es la que podríamos considerar como respuesta «fuerte», basada más

en el conocimiento y menos en la ignorancia, según el socialismo de Gandhi (1940). En última

instancia lo que está ocurriendo es una versión del fenómeno de la «paradoja del aislamiento del

comportamiento altruista» de Sen.

Como es habitual en estos casos, sólo la intervención estatal o la cooperación social autoorgani-

zada puede eludir el ineludible comportamiento del gorrón, liberando los beneficios cautivos de las

situaciones paradójicas antes comentadas, ya que, en esencia, esta solución institucional lo que apor-

ta es la consideración teórica de funciones de utilidad con horizonte temporal infinito (Azqueta, 1994),

o dicho en otros términos, la consideración del principio de no–distribuibilidad o intransferibilidad

de beneficios y costes (Cuadro 3). En definitiva, se trata de un problema de «racionalidad incomple-

ta» o cuasirracionalidad, derivado de tener en cuenta sólo consideraciones económicas, excluyendo

las implicaciones éticas inherentes a ellas (Franco y Almeida, 1999). Se demuestra así la deficiencia

explicativa de la teoría microeconómica de la utilidad, a la vez que se desprende la mayor versatili-

dad de un enfoque teórico basado en las «necesidades» (Guillén, 2003).

Profundizando en el Cuadro 3, éste describe 4 situaciones características en las que el con-

cepto clásico de racionalidad económica basado en la maximización privada del beneficio es in-

suficiente. Son situaciones donde lo racional no es el comportamiento individual sino el

cooperativo. Por un lado tenemos las falacias de la agregación, que describen situaciones en las

que la hipótesis de racionalidad clásica se incumple debido a la imposibilidad de agregar prefe-

rencias u opiniones. Y por otro lado, los dilemas sociales describen situaciones donde el intento

13

Falacias de la agresión Dilemas sociales

Beneficios cautivos

Bº individuales no acumulables Bº colectivo no desagregablecolectivamente (Tragedia de los individualmente (Dilema

bienes comunes de Hardin) del prisionero)

Costes intransferibles

Costes individuales no acumulables Coste social no desagregablesocialmente (Paradoja aislamiento individualmente (Dilema de

altruismo de Sen) equidad intergeneracional)

Cuadro 3. Fenómenos explicativos de la racionalidad imperfecta

Fuente: Elaboración propia

J.A. FRANCO

racional de aumentar un determinado beneficio personal provoca resultados adversos en el co-

lectivo. El Cuadro 3 tiene dos lecturas fundamentales: vertical y horizontal. Vertical en función

del nivel de agregación: individual y social. Y horizontal en función de dos categorías económi-

cas: beneficios y costes. La clave de interpretación de la lectura vertical es doble:

Para el caso individual: La imposibilidad de agregación de ciertos beneficios y costes de ca-

rácter privado o individual. Ejemplos clásicos: la tragedia de los comunales de Hardin y la para-

doja del aislamiento del comportamiento altruista de Sen.

Para el caso social: La existencia de dilemas sociales asociados a determinados beneficios y

costes no imputables individualmente. Ejemplos clásicos: el dilema del prisionero y el dilema de

la equidad intergeneracional asociado a la conservación del medioambiente y los recursos natu-

rales a favor de las generaciones futuras.

Por su parte, la clave de interpretación de la lectura horizontal es la siguiente:

Para el caso de los beneficios: Situaciones en las que los beneficios son cautivos del nivel de

agregación, o bien no son extensibles a la sociedad en su conjunto (Hardin) o bien el beneficio

máximo sólo se alcanza mediante la cooperación (dilema del prisionero).

Para el caso de los costes: Situaciones en las que los costes son intransferibles, como es el

caso del comportamiento altruista cuyos costes asociados no son socializables, o el problema de

la equidad intergeneracional cuyos costes no son privatizables y deben ser asumidos por la so-

ciedad en su conjunto.

Situación 1: La tragedia de los bienes comunales

La tragedia de los comunales se basa en la «falacia de la composición», lo que es bueno para

un individuo de una colectividad en un momento dado, puede no serlo para toda la colectividad

al mismo tiempo. Hardin (1968) plantea una situación imaginaria en la que un prado de acceso

libre es gradualmente ocupado por pastores con sus rebaños. Obviamente, los pastores cada vez

incrementan más el tamaño de su rebaño, ya que así aumentan su ganancia individual. Buscando

cada pastor su propio beneficio personal ignoran los efectos sociales de sus acciones individua-

les, con lo que finalmente el prado es destruido.

Situación 2: El dilema del prisionero

El dilema del prisionero es un juego de suma no nula que representa la otra cara de la mo-

neda del problema de los bienes comunes. Dos prisioneros se encuentran encerrados en celdas

separadas acusados de cometer un delito. Ambos son interrogados por separado por la policía.

Cada uno va a ser preguntado por la culpabilidad del otro. Cada preso puede optar por «colabo-

rar» con el otro, asegurando que el compañero es inocente, o «defraudar» acusándole. Existen por

tanto cuatro posibilidades, que ninguno defraude, que lo hagan los dos, que lo haga el primero o

el segundo. En resumen, haga lo que haga el jugador 1, para el jugador 2 lo mejor es defraudar.

Y lo mismo ocurre para el jugador 1: haga lo que haga el jugador 2, lo mejor es defraudar. Ya que

las decisiones son independientes, y dado que el objetivo de cada uno es lograr el máximo be-

neficio personal, lo racional es defraudar. Pero si los dos se comportan «racionalmente», ambos re-

cibirán el castigo. Sin embargo, la solución de mayor beneficio se produce cuando ambos deciden

cooperar en vez de defraudarse mutuamente.

14

Ética intergeneracional en la conservación del suelo agrario

Situación 3: Paradoja del aislamiento del comportamiento altruista

Bajo un comportamiento altruista (en oposición a un comportamiento egoísta) el bienestar de

los demás forma parte de la función de utilidad individual, entonces el bienestar ajeno tienen un

carácter de bien público, lo cual nos conduce hacia la paradoja del aislamiento del comporta-

miento altruista, impidiendo a las personas mostrar sus preferencias (altruistas) como miembros

de un colectivo llevándolas a actuar de forma individualista (egoísta), es decir, por más que esté

instalado el carácter altruista en el colectivo, siempre habrá alguien que no lo sea, y así se man-

tienen indefinidamente comportamientos individualistas (Sen, 1984).

La clave radica en distinguir el comportamiento de la persona como consumidor (individua-

lista) y su comportamiento como ciudadano (miembro de un grupo social), ya que es el ciudada-

no el que realmente canalizaría sus preferencias a través de las normas sociales (Azqueta, 1994).

En este caso no son las personas quienes toman las decisiones como tales sino un colectivo (pos-

tulado neoinstitucionalista). La sociedad es considerada como un todo orgánico que responde a

premisas que trascienden la suma de las necesidades individuales (Valdeiglesias, 2006).

Situación 4: Dilema de la equidad intergeneracional

La equidad intergeneracional es un problema ético que implica garantizar los estándares de vida

actuales a las generaciones futuras. El progresivo deterioro ambiental y discriminación socioeconó-

mica y cultural arriesgan el bienestar de las futuras generaciones. Asegurar la equidad intergenera-

cional en materia de acceso a los derechos básicos debería ser una de las prioridades políticas y

sociales del siglo XXI si no primase una concepción utilitarista de la racionalidad económica.

Padilla (2001) señala que la evidencia empírica parece indicar que las transferencias interge-

neracionales se dan por distintos motivos (efecto compensatorio respecto a la riqueza de los hi-

jos, deseo de dejar legados, motivos estratégicos o de intercambio, legados involuntarios debido

a la incertidumbre acerca de la longevidad), siendo muy importante el componente altruista. No

obstante, no existen investigaciones que estimen la magnitud de las ponderaciones que los indi-

viduos aplican al bienestar de sus descendientes, ni metodologías que digan cómo incluir este tipo

de preferencias en los criterios de decisión social.

Por su parte, la tasa de descuento convencional extiende arbitrariamente a las generaciones fu-

turas las preferencias temporales de los individuos de la sociedad inicial. No obstante, el problema

intergeneracional no se limita al uso inadecuado del descuento. Las acciones actuales determinan

las oportunidades futuras, lo que implica un problema de externalidad entre generaciones. Se ne-

cesita una modificación institucional profunda que imponga la aplicación de criterios de equidad

intergeneracional para asegurar un trato justo a las generaciones futuras, de lo que se deriva la obli-

gación de implementar enfoques de gestión sostenible. En cambio, los defensores del sistema eco-

nómico neoliberal argumentan que el mismo crecimiento económico soluciona el problema de

externalidades entre generaciones (lo que se conoce como curva ambiental de Kuznets).

5. CONCLUSIONES

La evolución de la legislación medioambiental en materia de erosión agrícola ha ido por de-

lante de los avances de la investigación a nivel microeconómico.

15

J.A. FRANCO

Los problemas medioambientales relativos a los procesos de erosión han surgido, entre otras

razones, como consecuencia de la aplicación de unas políticas sectoriales basadas en un modelo

de agricultura intensiva.

El interés científico por la degradación del suelo agrícola ha surgido principalmente por una

demanda política. Así, entre ambos, legisladores e investigadores, se ha incentivado la concien-

ciación y movilización social.

Desde las políticas públicas en materia medioambiental se ha visto tradicionalmente la nece-

sidad de incentivar a los agricultores para que internalicen en su función de utilidad el problema

de la erosión.

La conservación del suelo supone un cúmulo de situaciones paradójicas (dilema del prisio-

nero, falacia de la composición y aislamiento del altruismo) propias de una racionalidad econó-

mica incompleta porque excluye explícitamente el raciocinio ético.

6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Ética intergeneracional en la conservación del suelo agrario

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17

Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario (2007-2008), 11, 19-30

EFECTO DEL CONTROL MECÁNICO DE MALEZASEN LOS CARACTERES AGRONÓMICOS DE

TRES GENOTIPOS DE AMARANTO*

R.M. de Troiani, N. Reinaudi, H. TroianiFacultad de Agronomía, UNLPam. (Argentina)

RESUMEN

Las especies de Amaranthus cultivadas están aumentando sus posibilidades de consumo y

cultivo debido al valor nutritivo y a la plasticidad agronómica que poseen. La competencia con la

maleza es uno de los inconvenientes vinculados a los costos y calidad del producto logrado. El

presente trabajo tuvo como objetivo analizar la incidencia en los caracteres agronómicos del des-

malezado mecánico en los primeros estadios de desarrollo de Amaranthus cruentus L c.v. Don

Guien (A. cru.), Amaranthus hypochondriacus L. var. Nutrisol Morfotipo Azteca (A. hyp.) y

Amaranthus mantegazzianus Pass. c.v. Don Juan (A. man.), La siembra se realizó el día 9 de

Noviembre de 2007 en parcelas de 12 m de largo con 6 surcos distanciados 0,70 m, ubicados al

azar con 4 repeticiones. Para controlar maleza, se pasó rototil en las parcelas destinadas a control

mecánico cuando las plantas tenían 0,15–0,20 m de alto y luego cuando tenían 0,30–0,35 m apro-

ximadamente. Se midió diámetro de tallo, número de hojas, altura de planta y largo de inflores-

cencia, producción de grano, peso de 1000 semillas e IC (índice de Cosecha). Se utilizó ANOVA

para la detección de la significancia entre los resultados y prueba de Tukey para la comparación

de medias. Las dos labores realizadas controlaron la maleza satisfactoriamente, hallándose una co-

bertura de malezas a la madurez fisiológica del cultivo de aproximadamente de 5% con control y

de 95 % sin control mecánico. Todas las variables analizadas sufrieron disminución en los tres ge-

notipos estudiados cuando no se controló la maleza. A. cru. tuvo mayor IC y rendimiento de gra-

no en esa condición. El más afectado fue A. hyp. que presentó inferiores valores de las variables

analizadas, en igualdad de condiciones.

Palabras claves:

Altura de planta, amaranto, índice de cosecha, malezas, rendimiento.

ABSTRACT

Amaranthus species cultivated are increasing their chances of consumption and cultivation for

the nutritional value and agronomic possessing plasticity. The competition with weeds is one of

the drawbacks associated with costs and product quality achieved. This study aimed to analyze

the impact on the agronomic characteristics of mechanical weeding in the early stages of deve -

19

*. Este trabajo fue realizado en el marco del Proyecto Amaranth: Future–Food, subsidiado por la UniónEuropea, FP6–032263.

R.M. DE TROIANI - N. REINAUDI - H. TROIANI

lopment Amaranthus cruentus L cv Don Guides (A. cru.) Amaranthus hypochondriacus L. var.

Nutrisol morphotypes Azteca (A. Hyp.) And Amaranthus mantegazzianus Pass. C.V. Don Juan (A.

man.) Planting took place on November 9, 2007 in plots of 12 m long with 6 rows spaced 0.70 m,

located at random with 4 repetitions. When the plants were approximately 0,15–0,20 m high ro-

totiller spent on plots used for mechanical control. Another check was conducted with the same

instrument, when the plants were approximately 0,30–0,35 m tall. We measured stem diameter,

number of leaves, plant height and length of inflorescence, production of grain, seed weight of

1000 and IC (Harvest index). Anova was used to detect the significance between the results and

test of Tukey to compare averages. The two works done successfully controlled the weeds, find

weed coverage to physiological maturity of the crop of approximately 5% to 95% of control and

without mechanical control. All variables analyzed suffered decline in the three genotypes studied

when the weed is not controlled. A. cru. It had more heart failure and grain yield in this condi-

tion. The hardest hit was A. hyp. presented lower values of these variables on equal conditions.

Key words:

Amaranth, harvest index, plant height, yield, weeds,.

INTRODUCCIÓN

El aprovechamiento integral del cultivo de amaranto representa un potencial para convertirse

en una actividad productiva competitiva dentro de los mercados nacionales e internacionales. Las

características agronómicas y económicas del cultivo lo ubican dentro de los parámetros deseados

que permiten una amplia superficie cultivada a escala mundial, asegurando la presencia perma-

nente del producto en el mercado.

La tendencia constante hacia una transición a la agricultura orgánica ecológica implica el

abandono del uso de los productos químicos de síntesis entre los que se encuentran los herbici-

das. En estos casos, el cambio progresivo en el manejo integral del cultivo debe evitar excesivas

infestaciones con malas hierbas, sin acudir al uso de herbicidas. Durante este período de transi-

ción se modifica el complejo de malezas, de hecho especies de flora silvestre se refugian en la

agricultura ecológica (Zillger et al. 2006).

Agronómicamente la presencia de malezas se convierte en un problema económico y su erra-

dicación del campo es prácticamente imposible (Bowman 2002). Es necesario un manejo integra-

do de los cultivos en general, con medidas de prevención, con óptima preparación y elección del

terreno, adecuada época de siembra, mantenimiento de la limpieza, prácticas de manejo, que con-

tribuyen al crecimiento vigoroso de plantas que aumentan la competencia con la maleza (Waters

et al. 2000).

Su efecto adverso puede manifestarse en reducción o pérdidas de plantas, competencia por luz

y nutrientes, refugio de insectos y enfermedades, dificultad en las prácticas de cosecha y aumento

de los costos en el procesado de la semilla. En la región semiárida pampeana son importantes las

malezas estivales, entre las perennes se encuentran gramilla rastrera (Cynodon hyrsutus) y el gra-

món (Cynodon dactylon) y entre las anuales la quinoa (Chenopodium album), la morenita (Kochia

scoparia), el cardo ruso (Salsola kali), el mirasolcito (Verbesina encelfoides), el pasto cuaresma

(Digitalia sanguinalis), el pasto cabello (Panicum capillare), la cola de zorro (Setaria italica), la gra-

20

Efecto del control mecánico de malezas en los caracteres agronómicos de...

milla hedionda (Eragrosti cilianensis), yuyo colorado (Amaranthus quitensis L) (Fresentese et al.

1987). Los amarantos cultivados pueden cruzarse con amarantos malezas (Lozoya–Gloria 1994).

El control mecánico suele ser un método económico de control. Las hileras distanciadas faci-

litará la utilización de diversos implementos como: rastra de discos, escardillos, carpidores, culti-

vadores, labores que deben hacerse teniendo en cuenta el desarrollo de las plantas, condiciones

del suelo y el daño que por pisoteo puedan ser de consideración (Zillger et al.)

Si las malezas dominantes fueran gramíneas, puede aplicarse alguno de los herbicidas especí-

ficos para control de este tipo de plantas. Los que se usan para el control de «hoja ancha» no son

aplicables en cultivos de amaranto, que también son plantas de ese grupo. (Fresentese et al. 1987).

El presente trabajo tuvo como objetivo analizar los caracteres agronómicos de tres genotipos

de Amaranthus cultivados con control mecánico de malezas y sin control.

MATERIALES Y MÉTODOS

La experiencia se realizó en el Campo Experimental de la Facultad de Agronomía UNLPam.

(36º32.726’ Sur y 64º18.271’ Oeste altura sobre el nivel del mar 135 m.), Santa Rosa, La Pampa,

Argentina durante los meses de noviembre a marzo de 2007–2008.

El suelo correspondió a un aplustol éntico con una capa calcárea a 2 m. de profundidad. Las

características de los 0,5 m. superiores corresponden a 17,8% de limo, 65,0% de arena y 13,2% de

arcilla, 1,3% de materia orgánica, 6,9 pH (sobre pasta saturada) y conductividad eléctrica de 0,64

dsm–1. La preparación del suelo fue la tradicional para los cultivos de verano, una pasada de ara-

do de disco en el mes de septiembre, para la acumulación de nitratos y agua y una pasada de cin-

cel dos días antes de la siembra para eliminar malezas y emparejar la superficie. En el cuadro 1

se muestran las condiciones meteorológicas existentes durante el desarrollo del ensayo. Las tem-

peraturas máximas y mínimas (5 cm. sobre el nivel del suelo) y las precipitaciones fueron toma-

das diariamente. Las precipitaciones medias anuales oscilan entre 550 y 600 mm., con 120 días

aproximadamente libre de heladas entre noviembre y marzo (Vergara et al. 2002).

Se sembró Amaranthus cruentus L c.v. Don Guien (A. cru.), Amaranthus hypochondriacus L.

var. Nutrisol Morfotipo Azteca (A. hyp.) y Amaranthus mantegazzianus Pass. c.v. Don Juan (A.

man.), el día 9 de noviembre de 2007 en parcelas de 12 m. de largo con 6 surcos distanciados 0,70

m, ubicados al azar con 4 repeticiones (2 repeticiones destinas a control de malezas y 2 repeti-

ciones a sin control de malezas). La siembra se hizo a mano a una densidad de 3 kg.ha–1 y a una

profundidad aproximada de 0,5–1 cm.

Cuando las plantas tenían aproximadamente 0,15–0,20 m. de alto (28–12–2007) se pasó roto-

til en las parcelas destinadas a control mecánico. El día 5–02–2007 se realizó otro control con el

mismo instrumento, cuando las plantas tenían aproximadamente 0,30–0,35 m. de altura. Fue ne-

cesario el control del bicho moro (Epicauta aspersa) en dos oportunidades, en los primeros esta-

dios, con dimetoato a razón de 2 L.ha–1.

Toma de muestra para la medición de las variables.

Se seleccionaron 10 plantas en perfecta competencia del segundo surco en las que se reali-

zaron las siguientes mediciones: diámetro de tallo en las siguientes fechas: 26-12-2007; 15-01-2008;

21

R.M. DE TROIANI - N. REINAUDI - H. TROIANI

05-02-2008; 26-02-2008 y 18-03-2008. Número de hojas al inicio de floración, grano lechoso y ma-

durez fisiológica, altura de planta y largo de inflorescencia a la cosecha, peso de 1000 semillas e

IC (índice de Cosecha) (peso de la semilla/peso seco de la parte aérea, por planta). La producción

de grano se midió en el tercero, cuarto y quinto surco, descartando los 0,50 m iniciales y finales

de los mismos (parcela efectiva 9,9 m2).

Se utilizó ANOVA para la detección de la significancia entre los resultados y prueba de Tukey

para la comparación de medias.

El censo de malezas fue realizado al finalizar el período vegetativo del cultivo.

Se determinaron todas las especies de malezas presentes y se estimó la densidad–cobertura

para cada una de ellas, en las parcelas con y sin control mecánico, mediante el método de J. Braun

Blanquet, 1979, Donde se utilizó la escala que figura en el cuadro 2.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Efecto condiciones climáticas

La población inicial de plantas fue de aproximadamente 2.700.000 plantas por hectáreas

(pla.ha–1), pero sufrieron una disminución marcada posiblemente debido a las escasas precipita-

ciones e intensas evaporaciones durante la emergencia y días posteriores (cuadro 1), esto causó

que la población final de plantas de amaranto fuera de aproximadamente de 128.600 pla.ha–1, por

debajo del óptimo (173.000) hallado por Henderson et al. 2000, para una buena competición con

la maleza. Henderson et al. 1998 y Troiani et al. 2004, mencionan que la distribución de las pre-

cipitaciones durante el período de implantación del cultivo de amaranto (emergencia y desarrollo

inicial), tienen una influencia marcada en la densidad de plantas final logrado.

22

Tem. Med. Tem. Max. Temp.Min. Prec.Men. Días Evapor.

Meses Mens. ºC D Mens. ºC D Mens. ºC D (mm.) D lluvia (mm) D

Nov. 17,6 –1,4 24,5 1 9,5 –1,7 66,9 –25,2 4 316,6 133,9Dic. 22 0,1 30,1 1,4 13,9 –0,6 22 –96,5 2 401,4 172,4En. 22,9 0,1 29,9 0,2 15,9 0,6 110,6 17,7 8 257,9 37,9Feb. 22,9 0,8 29,6 0,6 16,1 1,9 84,6 1,9 9 190,9 17,7Mar. 19,6 8,1 27,4 1,7 11,9 –0,7 4,6 –90,9 3 217,7 76,3

Cuadro 1. Temperaturas medias, máximas y mínimas mensuales, precipitaciones y evaporación

mensuales con sus diferencias comparadas con las medias de diez años (1977–2001)

Porcentaje

r Inferior a 0,05%0 Entre 0,05 y 5 %1 Entre 5 y 10 %2 Entre 10 y 25 %3 Entre 25 y 50 %4 Entre 50 y 75 %5 Entre 75 y 100 %

Cuadro 2. Escala de porcentajes de cobertura correspondiente a las malezas presentes

Efecto del control mecánico de malezas en los caracteres agronómicos de...

La germinación de la semilla de amaranto necesita temperaturas templadas del suelo (18 a

22ºC), (Kigel1994), cuando las malezas de primavera–verano también germinan.

Población de malezas

Las malezas halladas y la densidad–cobertura figuran en el cuadro 3.

Se estimó una cobertura de 5 % con control de malezas y de 95 % sin control aproximada-

mente.

La especie Digitaris sanguinalis fue la que se halló mayoritariamente, en el caso de un con-

trol combinado, químico y mecánico, esta maleza puede ser controlada con el uso de herbicida

químico específico. Según Van Veldhuizen et al. 2004 el mejor control de malezas es la combina-

ción del control mecánico y químico en verano que reduce el número de especies de malezas para

el próximo año, luego una buena preparación de la cama de siembra, uso de fertilizante y ade-

cuada densidad de siembra.

Otra gramínea, Panicum capillare se halló entre un 10 y 25 %, eventualmente podría ser con-

trolada de igual manera.

La quinoa Chenopodium albun se encontró entre un 10 y 25 % (cuadro 3). En general, en las

plantas C4 el área de la hoja producida por unidad de peso de la planta es superior a las C3, y ésta

es una tendencia que se mantiene cuando Amaranthus retroflexus es comparado con especies her-

báceas C3, pero esta predicción no está bien testeada en el campo. Además, cambios de tempera-

tura originan una relativa habilidad competitiva entre A. retroflexus y C. album, los cuales están

correlacionados con los efectos de la temperatura en la fotosíntesis de cada uno de ellos. A. retro-

flexus tienen ventajas con altas temperaturas y C. album con bajas (Kigel 1994). En el presente en-

sayo, las plantas desarrollaron con temperaturas mínimas promedio de los 5 meses de 13.3 ºC y

una temperatura máxima promedio de 28,3 ºC. (Cuadro 1).

Según Van Veldhuizen et al. 2004, la inexistencia de herbicida específico para amarantos im-

pediría el control por ese medio de ésta especie y de otra quenopodiácea, Salsola kali, hallada en

igual proporción que la anterior.

23

Malezas Densidad-cobertura

Cenchrus incertus: rCentaurea solstitialis: rChenopodium album: 2Conyza bonariensis: 0Digitaria sanguinalis: 4

Eleusine indica: 0Eleusine tristachya: 1Eragrostis virescens: rHirschfeldia incana: r

Panicum bergii: rPanicum capillare: 2

Salsola kali: 2

Cuadro 3. Malezas halladas y densidad–cobertura de cada una de ellas

R.M. DE TROIANI - N. REINAUDI - H. TROIANI24

Para las variables altura de planta a la cosecha y largo de la panoja se realizó el análisis es-

tadístico, usando la transformación logarítmica para la corrección de la falta de homocedasticidad

detectada al realizar la prueba de Bartlett.

Análisis de las variables medidas

Diámetro de tallo

Debido a la falta de independencia entre las fechas se utilizó para el análisis estadístico de

ANOVA para datos longitudinales (medidas repetidas).

Se encontraron diferencias altamente significativas entre las fechas y los tratamientos (p<0.01)

y diferencias significativas en la interacción de ambos (p<0.05).

La prueba de Tukey para la interacción tratamiento por fecha con un error �=5% se muestra

en el cuadro Nº 4.

Como se aprecia en el cuadro 5 el desarrollo de A. hypochondriacus y A. mantegazzianus sin

control mecánico, presentó un diámetro del tallo significativamente inferior a A. cruentus en to-

das la mediciones realizadas.

F.V. S.C. gl C.M. F valor p

Modelo 16.516,22 143 115,5 19,1 <0,0001Trat. 4.617,96 5 923,6 16,05 <0,0001Trat–Rep. 6.558,4 114 57,53 9,52 <0,0001Fecha 5.113,09 4 1.278,27 211,43 <0,0001Trat–fecha 226,74 20 11,34 1,88 0,0126Error 2.672,29 442 6,05Total 19.188,51 585

Cuadro 4. Análisis de varianza correspondiente a diámetro del tallo

Trat.: Tratamientos (incluye los genotipos con y sin control mecánico).Rep.: Repetición.

1 2 3 4 5

C.C.A. cru. 13,12 d 16,90 d 19,89 d 19,96 e 19,55 dA. hyp. 8,49 b 12,94 c 17,68 c 18,87 d 19,13 dA. man. 6,47 a 10,84 b 14,85 b 15,23 b 15,11 bS.C.A.cru. 10,04 c 13,34 c 17,48 c 17,37 c 16,73 cA. hyp. 5,67 a 8,10 a 12,60 a 12,55 a 12,02 aA. man. 6,61 a 8,64 a 12,46 a 12,32 a 11,92 a

Cuadro 5. Medias de las mediciones del diámetro del tallo de los tres genotipos

de Amaranthus, con control y sin control mecánico de malezas.

En cada columna números seguidos de igual letra no difieren significativamente p<0,05. Losnúmeros 1, 2, 3, 4 y 5 corresponden a las fechas 26-12-07, 15-01-08, 05-02-08, 26-02-08 y18-03-08.C.C.: con control mecánico. S.C.: Sin control mecánico. A. cru.: «Amaranthus cruentus». A.hyp.: «Amaranthus hypochondriacus». A. man.: «Amaranthus mantegazzianus».

Efecto del control mecánico de malezas en los caracteres agronómicos de...

A. mantegazzianus con control mecánico de malezas, mantiene un diámetro de tallo signifi-

cativamente inferior a los dos genotipos restantes, condición propia de éste genotipo que presenta

numerosas ramificaciones con buen desarrollo en desmedro de su diámetro de tallo principal.

A. cruentus con control mecánico supera significativamente a los dos genotipos restantes en

las cuatro primeras mediciones, mientras que en la última medición es igualado por A. hypo-

chondriacus.

Número de hojas

Como se aprecia en el cuadro 7 todos los genotipos disminuyen significativamente el núme-

ro de hojas cuando no es controlada la maleza. A. mantegazzianus posee mayor cantidad de ho-

jas pequeñas y numerosos rebrotes en todas las fechas, reafirmando su característica morfológica

de numerosos rebrotes y foliosidad, junto a tallo de menor diámetro (cuadro 5).

A excepción de esta especie, las dos restantes manifiestan una tendencia a disminuir el nú-

mero de hojas a la madurez fisiológica del grano, en las dos condiciones.

25

F.V. S.C. gl C.M. F valor p

Modelo 84.222,74 126 668,43 47,23 <0,0001Trat. 35.873,22 5 7.174,64 17,93 <0,0001Trat.–Rep. 43.621,63 109 400,2 28,28 <0,0001Fecha 3.146,31 2 1.573,15 111,15 <0,0001Trat.–fecha 1.581,58 10 158,16 11,17 <0,0001Error 3.071,28 217 14,15Total 87.294,02 343

Cuadro 6. Análisis de varianza correspondiente a número de hojas

Trat.: Tratamientos (incluye los genotipos con y sin control mecánico).Rep.: Repetición.

1 2 3

C.C.A. cru. 23,80 d 29,45 c 24,40 cdA. hyp. 20,94 c 28,11 c 25,67 dA. man. 41,00 e 51,44 d 54,11 eS.C.A.cru. 17,20 b 20,35 a 14,70 aA. hyp. 14,37 a 25,26 b 20,74 bA. man. 16,90 b 23,75 b 23,79 c

Cuadro 7. Medias de el número de hojas en tres estadíos de los tres genotipos

de Amaranthus, con control y sin control de malezas

En cada columna números seguidos de igual letra no difieren significativamente p<0.05.Los números 1, 2 y 3 corresponden a inicio de floración, grano lechoso y madurezfisiológica respectivamente.C.C: con control mecánico. S.C.: Sin control mecánico. A. cru.: «Amaranthus cruentus». A.hyp.: «Amaranthus hypochondriacus». A. man.: «Amaranthus mantegazzianus».

R.M. DE TROIANI - N. REINAUDI - H. TROIANI

Altura de planta

Se realizó la prueba de diferencias de medias (Tukey p<0.05) para la interacción control x ge-

notipo.

La altura de planta de A. hypochondriacus con control mecánico es similar al registrada por

Troiani et al. 2004 para la misma especie, con control mecánico de la maleza a los 25 días de la emer-

gencia y en la misma zona de estudio, mientras que las dos especies restantes tuvieron una altura

de planta sensiblemente inferior a las registradas por el mismo autor. A su vez, con control mecáni-

co, la altura de la planta de A. mantegazzianus es significativamente superior a la de A. cruentus.

26

F.V. S.C. gl C.M. F valor p

Modelo 1,46 5 0,29 9,69 <0,0001Control 1,14 1 1,14 37,74 <0,0001Genotipo 0,11 2 0,06 1,85 0,1618Control x Genotipo 0,22 2 0,11 3,68 0,0283Error 3,29 109 0,03Total 4,75 114

Cuadro 8. Análisis de varianza correspondiente a altura de planta

C.C. Altura de planta S.C. Altura de planta

A. cru. 90,02 a A.cru. 78,26 aA. hyp. 102,51 ab A. hyp. 82,26 aA. man. 105,64 b A. man. 83,10 a

Cuadro 9. Medias correspondiente a altura de planta al momento de la cosecha de

los tres genotipos de Amaranthus con y sin control mecánico de malezas

En una misma columna, números seguidos de igual letra no difieren significativamentep<0,05.C.C: con control mecánico. S.C.: Sin control mecánico. A. cru.: «Amaranthus cruentus».A. hyp.: «Amaranthus hypochondriacus». A. man.: «Amaranthus mantegazzianus».

Figura 1. Altura de planta a la cosecha de los amarantos estudiados.

1: con control mecánico. 2: Sin control mecánico. A. cru.: «Amaranthus cruentus». A. hyp.: «Amaranthus hypochondriacus». A.man.: «Amaranthus mantegazzianus».

Efecto del control mecánico de malezas en los caracteres agronómicos de...

Sin control mecánico, la altura de planta de A. hypochondriacus y A. mantegazzianus, dis-

minuye significativamente y sus alturas no difieren significativamente entre sí en esas condiciones

(Cuadro 9). Puede apreciarse que la altura de planta de A. cruentus no disminuye en igual pro-

porción que las dos especies restantes (Figura 1), lo que presupone que es menos afectada por la

maleza en cuanto a su porte.

Largo de panoja

Se realizó la prueba de diferencias de medias para la interacción. Se analizó por separado con

y sin control mecánico de malezas.

El largo de la panoja no difiere significativamente entre los genotipos cuando se realiza con-

trol mecánico de malezas, mientras que sin control A. hypochondriacus disminuye significativa-

mente el largo de la panoja con respecto a los dos genotipos restantes (cuadro 11).

Peso de las 1000 semillas.

El peso de las 1000 semillas es un parcial indicador de su tamaño.

El pequeño tamaño de la semilla de amaranto, dificulta el manejo de la misma y el estableci-

miento del cultivo a causa de la necesidad del íntimo contacto con la humedad del suelo, que se

ve dificultada. El peso de las 1000 semillas oscila entre 0,37 y 1,21 g (Espitia–Rangel 2000).

Semillas de mayor tamaño, tendrían mayor vigor, mejor manejo y popeado, por el aumento

del endosperma (porción almidonosa) en detrimento del embrión o cotiledones, lo que disminui-

ría proporcionalmente el contenido de proteína (Brenner et al. 2000).

27

F.V. S.C. gl C.M. F valor p

Modelo 14,65 5 2,93 22,52 <0,0001Control 9,89 1 9,89 76,03 <0,0001Genotipo 3,38 2 1,69 12,98 <0,0001Control x Genotipo 0,96 2 0,48 3,7 0,0278Error 14,18 109 0,13Total 28,83 114

Cuadro 10. Análisis de la varianza de el largo de la panoja de los

tres genotipos de Amaranthus.

C.C. Largo de panoja S.C. Largo de panoja

A. cru. 26,31 a A.cru. 17,99 bA. hyp. 22,19 a A. hyp. 9,68 aA. man. 26,57 a A. man. 15,18 b

Cuadro 11. Medias de los valores de largo de panoja de los tres genotipos

de Amaranthus con y sin control mecánico.

En una misma columna, números seguidos de igual letra no difieren significativamentep<0,05.C.C: con control mecánico. S.C.: Sin control mecánico. A. cru.: «Amaranthus cruentus».A. hyp.: «Amaranthus hypochondriacus». A. man.: «Amaranthus mantegazzianus».

R.M. DE TROIANI - N. REINAUDI - H. TROIANI

El análisis de varianza para el peso de las 1000 semillas solamente detectó diferencias alta-

mente significativas (p<0.01) entre las variedades y no en control mecánico ni en la interacción

de ambos. La prueba de comparación de medias dio diferencias significativas (p<0.05) para A.

cruentus con respecto a los otros dos genotipos. Los valores de las medias fueron 0.73, 0.60 y 0.65

para A. cru., A. hyp. y A. man. Respectivamente.

Índice de cosecha y rendimiento de grano.

Tanto el IC como el rendimiento de grano disminuyen marcadamente sin control mecánico

(figura 2 y 3).

El menor IC lo tuvo A. hypochondriacus en ambas situaciones, el valor de 13,00 con control

mecánico, difiere significativamente (p<0.05) de los dos genotipos restantes. Este valor permane-

ce similar al IC sin control mecánico, en este genotipo (12,38), lo que indica que la maleza afec-

ta proporcionalmente a la producción de grano como a la parte aérea.

28

Figura 2. IC de los tres genotipos estudiados con y sin control mecánico.

1: con control mecánico. 2: Sin control mecánico. A. cru.: «Amaranthus cruentus». A. hyp.: «Amaranthus hypochondriacus». A.man.: «Amaranthus mantegazzianus».

Figura 3. Rendimiento de grano de los tres genotipos de

Amarantus con y sin control mecánico de malezas.

1: con control mecánico. 2: Sin control mecánico. A. cru.: «Amaranthus cruentus». A. hyp.: «Amaranthus hypochondriacus». A.man.: «Amaranthus mantegazzianus».

Efecto del control mecánico de malezas en los caracteres agronómicos de...

En general el rendimiento de grano fue inferior a lo hallado por Troiani et al. 2004 para estos

genotipos, posiblemente las condiciones climáticas tuvieron un efecto adverso en todo el período

de desarrollo de las plantas, por las escasas precipitaciones y altas evaporaciones (Cuadro 1).

El rendimiento de grano manifiesta una marcada disminución en los tres genotipos cuando

no se controla la maleza. En este caso las diferencias significativas (p<0.05) se hallaron entre los

tres genotipos.

A. cruentus tuvo mayor rendimiento de grano que los dos genotipos restantes, con y sin con-

trol de maleza. Cuando no es controlada la maleza este genotipo se diferencia significativamente

(p<0.05) de los dos restantes por su mayor rendimiento.

A. hypochondriacus tuvo inferior rendimiento de grano con y sin control mecánico de de ma-

lezas, coincidiendo con inferior número de hoja al momento de grano lecho, lo que no facilitaría

la migración de fotosintatos a la panoja para la formación de grano. Este genotipo se diferencia

significativamente (p<0.05) por su bajo rendimiento con respecto de los dos restantes, cuando se

controla y no se controla la maleza.

Impacto de la competición con la maleza.

El desmalezado con rototil realizado a los 41 y 57 días de la siembra, no afectó al desarrollo

de las plantas de amaranto existentes y logró el control de la maleza entre las hileras, prosperan-

do aquellas que crecieron entre plantas.

Según Waters et al. 2000, una densa población de maleza puede aumentar la humedad de

la canopia, reducir el flujo de aire y aumentar la posibilidad de desarrollo de enfermedades.

También la maleza que permanece verde al momento de la cosecha, aumentan el tiempo de

secado del grano, resultando en pérdidas por estallido y aumento del potencial de hongos y

enfermedades en soja.

Brenner et al. 2000 menciona que amaranto es relativamente lento en crecimiento. Por ejem-

plo si se siembra junto con soja (glisine max), emerge rápidamente, pero luego decrece el desa-

rrollo durante las primeras semanas. Recién cuando la soja tiene entre 20 y 30 cm de altura,

amaranto acelera su crecimiento. Van Veldhuizen et al. 2004 asegura que es durante ese período

que el control de las malezas es extremadamente importante, para lo cual debe hacerse con un

manejo racional utilizando e integrando medidas de prevención, métodos culturales, mecánicos

y/o químicos.

La plasticidad fenotípica es alta en amaranto, debido a su plasticidad en la interacción geno-

típica y el entorno (Brenner et al. 2000).

Los amarantos en general, como especies C4 y por su capacidad de supervivencia, caracterís-

tica propia de plantas poco mejoradas para el cultivo extensivo, con influencia genética de sus an-

tecesores, presupone una buena competencia con la maleza. Sin embargo, su lento desarrollo

inicial, lo pone en situación de inferioridad frente a otras especies que pueda crecer en igualdad

de condiciones. En esta situación y con extremas condiciones climatológicas, sus caracteres agro-

nómicos y producción de semilla se ven sensiblemente afectados. En las condiciones del ensayo

y sin control de malezas, A. cru. mantuvo mejor los caracteres agronómicos analizados que los

otros dos genotipos.

29

R.M. DE TROIANI - N. REINAUDI - H. TROIANI

AGRADECIMIENTOS

A la Licenciada Laura A. de Ferramola.

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30

Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario (2007-2008), 11, 31-44

EL TRABAJO FEMENINO EN LA EXPLOTACIÓNAGRARIA ECOLÓGICA. INCIDENCIAS ECONÓMICAS Y

SOCIALES EN EL DESARROLLO RURAL

E. Bernal Cuenca; M. Flores GarcíaDpto. de Economía y Dirección de Empresas

Universidad de Zaragoza

RESUMEN

La ventaja competitiva de los productos ecológicos reside en su calidad diferencial respecto a

los productos convencionales. Conseguir una calidad compatible con una productividad que la

haga rentable, supone el uso de abundante mano de obra, así como un especial cuidado en las

tareas realizadas.

Presentamos tanto los datos microeconómicos de una explotación agraria familiar ecológica

de regadío tipo de Los Monegros que ha utilizado mujeres como mano de obra, como la inciden-

cia positiva del trabajo femenino en sus resultados. Se analizarán no solo los datos económicos

que muestran esta incidencia, sino las características del recurso humano femenino que la origi-

nan, características que, en el caso expuesto han facilitado y ahorrado costes en la gestión del ca-

pital humano.

Exponemos asimismo posibles consecuencias del uso de mano de obra femenina en agricul-

tura ecológica en una comarca como Los Monegros, que favorecen la fijación de población y di-

namización económica, al facilitar una jornada de trabajo optimizadora de beneficios y que

propicia la conciliación del trabajo con la vida familiar.

Palabras clave:

Índices de productividad, estructura de costes, rentabilidad, organización funcional no jerár-

quica.

ABSTRACT

Competitive advantage of organic products is based on its quality differentiation in rela-

tion with conventional non organic products. To get a quality compatible with a productivity

that makes it profitable means using abundant labour as well as special care in the performed

tasks.

We present the microeconomic data of a familiar agrarian farm which is representative of a

general farm type in the agrarian irrigation areas of Los Monegros, but having the particularity

that only female labour has been used. We also show the positive impact of the exclusive fe-

male work in the business performance. Economic data that show this positive impact are

analysed, as well as the characteristics of the female human resource that are responsible for it.

In our particular case study, these characteristics have saved costs and facilitated human re-

sources management.

31

E. BERNAL - M. FLORES

We will also set out the female labour use’s consequences in organic agriculture in Los Monegros

region, which facilitate population settlement and economic dynamisation due to a working day that

optimises profits and favours the conciliation of work and family lives.

Key words:

Productivity indexes, costs structure, profitability, functional and non hierarchical organization.

INTRODUCCIÓN

Para presentar la incidencia positiva del trabajo femenino, se compara una explotación tipo

de regadío que utiliza mano de obra ajena exclusivamente femenina (explotación F) dentro de un

enfoque de gestión empresarial integral, con una explotación tipo de regadío que utiliza mano de

obra masculina sin esta visión integral (explotación M).

Usando el enfoque Integral de Gestión Empresarial (Kofman 2003), así como el modelo de

gestión empresarial de las Comunidades de Aprendizaje (Kofman y Senge, 1993), postulamos los

valores humanos y actitudes de comunicación y organización funcional no jerárquica como causa

de mejores resultados económicos.

La organización funcional no jerárquica nunca se basa en relaciones de dominación-subordina-

ción, sino de igualdad en el reconocimiento del otro como legítimo otro con sus peculiares diferen-

cias. Según Maturana (1995, 2003) el primer tipo de relaciones son propias de los valores en que se

basa la cultura patriarcal dominante hoy en día (juego de competencia en el que hay ganadores anu-

lando a los perdedores); el segundo tipo de relaciones, basadas en el reconocimiento de la legitimi-

dad ajena y la cooperación, forma parte de la red cultural relacional que Maturana denomina

«matríztica», cuyos valores son trasmitidos a los hijos en los primeros años de vida a través de la re-

lación de confianza materno–infantil. Si bien tanto hombres como mujeres pueden regirse según am-

bos tipos de valores, la conservación de los valores de la matríztica es llevada a cabo sobre todo por

las mujeres en su función de dadoras y conservadoras de la vida.

No queremos dejar de resaltar que, las modernas teorías de la biología del conocimiento

(Maturana 1969, 1970, 1975; Maturana y Varela, 2003; Maturana y Verden–Zöller, 1993), han ins-

pirado fuertemente a los principales autores y usuarios de la Teoría Integral de Gestión

Empresarial. Los creadores de esta teoría, Fred Kofman y Ken Wilber, dirigen actualmente la con-

sultora Axialent que asesora a multinacionales como GM, Chirsler, Ford, Michelin, Volkswagen,

Shell, Microsoft, IBM, Hp, Telcom, CocaCola, Pepsico, Banco Santander, HSBC, Citibank entre otras

20 importantes multinacionales, en ramos que van desde la educación, a los servicios sociales, pa-

sando por medios de comunicación, salud, distribución, logística, servicios financieros, alimenta-

ción, nuevas tecnologías de la información, energía, automoción y metalurgia. Al margen de que

las teorías son neutras y pueden ser utilizadas para el bien común según sean los intereses do-

minantes, es indiscutible que, esta cartera de clientes muestra la utilidad práctica del enfoque te-

órico integral para la gestión empresarial.

Sin duda, el éxito de dicho enfoque, se debe al hecho de que junto a la tradicional dimensión

formal de los negocios donde el éxito se mide por el valor económico, se unen otras dos dimen-

siones: la dimensión del colectivo humano, donde el éxito depende de la confianza y las relacio-

32

El trabajo femenino en la explotación agraria ecológica. Incidencias económicas...

nes afectivas; y la dimensión individual, donde el éxito significa que las personas están entusias-

tamente comprometidas en una visión compartida y se sienten realizadas con ello. El trabajo de

gestión consiste en integrar los comportamientos individuales en una expresión colectiva de va-

lores culturales, y en un medio para lograr los resultados de negocio deseados.

El titular de la explotación modelo F adopta en la realidad un enfoque de gestión integral. La

gran importancia que tiene en este enfoque la dimensión colectiva, basada fundamentalmente en

las relaciones humanas cooperativas, junto con la mejor predisposición de las mujeres a este tipo

de relaciones según la experiencia de dicho empresario, hace que éste prefiera contratar mano de

obra femenina que masculina. Es por ello interesante buscar en las características de la mano de

obra femenina la explicación a los mejores resultados económicos obtenidos.

MÉTODO

Obtención de los datos de la explotación tipo con mano de obra femenina y gestión

empresarial integral (explotación F)

Partimos de una explotación real de empresa familiar agraria de 20 has., con el 100% en eco-

lógico y en propiedad. La experiencia en ecológico es de 7 años. Emplea únicamente mujeres, 4

trabajadoras a media jornada, con un total de 4 UTA1 contando con las dos jornadas completas de

mano de obra familiar utilizadas.

Un 20% de la explotación es de hortícolas, que generan la mayor parte del valor añadido de

la explotación, el resto es extensivo. Esta distribución es la que permite vivir al empresario de F,

dedicándose a la agricultura a tiempo completo.

La explotación F adopta al pasar de convencional a ecológico una estrategia empresarial in-

tegral. Como parte de esta estrategia, al integrar los tres niveles de negocio, individual y colecti-

vo, advierte que es más rentable abandonar las grandes superficies de producción y el

monocultivo extensivo. Estas superficies suponían cuentas de crédito con altos costes de finan-

cieros, y seguir aumentando con más tierras la explotación para tener más ingresos vía PAC, con

el círculo vicioso que conlleva el requerir más maquinaria y costes fijos en general. En la nueva

etapa ecológica, el empresario de F optó por reducir costes fijos, abandonar la tierra arrendada,

reducir maquinaria e inputs, y quedarse con los cultivos rentables hortícolas que generan valor

añadido, asumiendo la comercialización directa de los productos en mercados de cercanía, y con-

servando en extensivo cebada y alfalfa que no requieren gastos financieros.

Es de notar que es más sencillo acometer un plan de empresa agrario en ecológico desde cero

(número de has. que lo hacen rentable, servicios y maquinaria necesarios, dependiendo del tipo

de cultivos, plan de amortización y viabilidad a 20 años), ya que, cuando se pasa de convencio-

nal a ecológico, lo habitual es arrastrar deudas importantes, con renovación constante de gastos,

que pasan a la explotación ecológica. Sin embargo, a día de hoy, esta empresa tipo F, ha conse-

guido reducir sus deudas a cero y reducir en un 25% sus costes fijos.

33

1. UTA (trabajo que realiza una persona a tiempo completo a lo largo de un año), que se pueden generarcon cada hectárea en agricultura.

E. BERNAL - M. FLORES

Por otro lado, esta explotación ya tiene todo amortizado, y contrata algunos servicios para

las labores importantes, tiene la maquinaria justa; utiliza un tractor de 80 caballos, (frente a so-

brevaloración general del parque de maquinaria). Por ello, el coste de amortización es muy redu-

cido, y de hecho a día de hoy tiene todo el equipo amortizado; no obstante en la estructura de

costes consideraremos una provisión de amortización. Ello supone una desventaja para esta ex-

plotación al compararla con el otro tipo M, sin embargo aporta rigor contable y consistencia em-

presarial en el largo plazo para esta explotación con mano de obra femenina.

Por último, queremos resaltar que la titularidad del 100% de las has. cultivadas es represen-

tativa de un ecológico que no es dependiente del sistema mercantilista liberal que obliga a gran-

des extensiones de monocultivos para ser competitivo.

La caracterización social y económica de F, la convierte en un prototipo generador de datos úti-

les para la extrapolación de los resultados micro obtenidos a nivel macro. Asimismo, el hecho con-

tratar mano de obra por cuenta ajena exclusivamente femenina, supone un interesante botón de

muestra para analizar este hecho en los resultados económicos de la explotación agraria ecológica.

Obtención de los datos de la explotación tipo con mano de obra masculina (explotación M)

Partimos de los datos de Bernal 2003.2 Con ánimo de recoger las diferencias existentes entre

las principales estrategias empresariales dentro de ecológico (que no siguen habitualmente un en-

foque de gestión integral), mostramos en el cuadro 2 el origen dual de los datos para el pimien-

to en el modelo de explotación M, que obtenemos promediando la estructura de costes de:

• Por un lado una explotación con estrategia estructural similar a nuestra explotación modelo F

en cuanto a: a) estructura de costes fijos reducida con: escasos gastos financieros, en maquina-

ria y amortización, b) elevados costes en mano de obra; también realiza la venta en plaza como

F, pero sin adoptar el enfoque integral de gestión. La denominaremos Mp.

• Por otro lado, otra explotación que denominamos Mi con distinta estrategia estructural que se

refleja en: a) mayores dimensiones de costes fijos, –maquinaria, amortización y gastos financie-

ros– b) menos coste de mano de obra; a diferencia de F y Mp, vende su producción a la gran

industria y como Mp, tampoco adopta un enfoque integral de gestión.

Articulación de los datos económicos

Elegimos el tomate y el pimiento de piquillo como cultivos representativos de los márgenes de

ecológico ya que son cultivos de fruto, ciclo largo (mínimo 90 días), hay que hacer recogidas esca-

34

2. Este trabajo utiliza un trabajo de campo intensivo de encuestas para obtener estructuras de costes de hor-tícolas ecológicos de Aragón; donde hubo dificultades para obtener algunos datos de costes indirectoscomo conservación de edificios y mejoras e intereses de otros capitales propios, se utilizó el dato que seobtuvo de la media de la década 1990–2000 para estos conceptos en los cultivos de agricultura conven-cional, suministrados por la serie de datos «Análisis de la economía de los sistemas de producción paraAragón» que edita anualmente el Gobierno de Aragón junto con la Subsecretaría de Agricultura Pesca yAlimentación. Esto es coherente puesto que no hay motivos para que dichas partidas de costes tengan unadiferencia sustancial en económico y convencional. Los datos suministrados por este trabajo en los culti-vos ecológicos de tomate y pimiento para cada explotación estudiada, son la media de los años en que seha estado cultivando con prácticas ecológicas, una media de 22,5 años; es de resaltar por tanto la calidadde la información de costes suministrada debido al largo tiempo de experiencia.

El trabajo femenino en la explotación agraria ecológica. Incidencias económicas... 35

Mano de obra Mano de obra % variación depor cuenta ajena por cuenta ajena costes con

Tomate (€/ha.) femenina masculina M.O. ajena1. COSTES DIRECTOS

Plantas 385 556 –30,8Fertilizantes 642 250 156,5Productos fitosanitarios 278 298 –6,7Otros suministros 40 1.059 –96,2

Total costes directos 1.345 2.164 –37,82. MAQUINARIA

Trabajos contratados 0 634 –100,0Carburantes y lubricantes 47 741 –93,7Reparaciones y repuestos 742 900 –17,5

Total maquinaria 789 2.274 –65,33. MANO DE OBRA ASALARIADA 1.240 2.770 –55,24. COSTES INDIRECTOS PAGADOS

Cargas sociales 248 554 –55,2Seguros de capitales propios 94 39 139,4Intereses y gastos financieros 0 146 –100,0Canon de arrendamiento 0 715 –100,0Contribuciones e impuestos 72 24 196,1Conservación de edificios y mejoras 0 0 0,0Otros gastos generales 2.000 633 215,9

Total costes indirectos pagados 2.414 2.112 14,35. AMORTIZACIONES 335 513 –34,86. OTROS COSTES INDIRECTOS

Renta de la tierra 586 586 0,0Intereses de otros capitales propios 0 502 –100,0Mano de obra familiar 620 693 –10,4

TOTAL OTROS COSTES INDIRECTOS 1.207 1.781 –32,3COSTES TOTALES 7.331 11.615 –36,9ESTRUCT. CONTABLE DE MÁRGENES ECON.

Producción (kg/ha)(1) 80.000 84.276 –5,1Ingresos de productos (2) 80.000 25.325 215,9Subvenciones (3) 0 0Indemnizaciones y otros ingresos (4) 0 0Producto bruto (5) = (2) + (3) + (4) 80.000 25.325 215,9Precio de venta (pta/Kg) (6) = (2) / (1) 1,00 0,36Precio obtenido (pta/Kg) (7) = (5) / (1) 1,00 0,36 177,3Costes directos (8) 1.345 2.164 –37,8

Margen bruto estándar (9) = (5) – (8) 78.655 23.162 239,6Maquinaria + mano de obra asalariada (10) 2.030 5.045 –59,8Margen bruto (11) = (9) – (10) 76.625 18.117 322,9Costes indirectos pagados (12) 2.414 2.112 14,3Renta disponible (13) = (11) – (12) 74.211 16.005 363,7Amortizaciones (14) 335 513 –34,8

Margen neto (15) = (13) – (14) 73.876 15.492 376,9Otros costes indirectos (16) 1.207 1.781 –32,3Beneficio (17) = (15) – (16) 72.669 13.711 430,0

Cuadro 1. Estructura de costes tomate

E. BERNAL - M. FLORES36

Mano de Mano de % variación obra por obra por de costes Estrategia Estrategia

cuenta ajena cuenta ajena con M.O. venta a venta enPimiento (€/ha.) femenina masculina* ajena industria plaza1. COSTES DIRECTOS

Plantas 66 588 –88,7 1.001 175Fertilizantes 541 215 152,1 250 179Productos fitosanitarios 0 149 –100,0 298 0Otros suministros 210 451 –53,5 340 562

Total costes directos 817 1.403 –41,7 1.889 9162. MAQUINARIA 0 0 0 0

Trabajos contratados 0 346 –100,0 634 58Carburantes y lubricantes 47 435 –89,2 741 129Reparaciones y repuestos 21 515 –95,9 900 130

Total maquinaria 68 1.296 –94,7 2.274 3173. MANO DE OBRA ASALARIADA 2.851 3.358 –15,1 1.889 4.8284. COSTES INDIRECTOS PAGADOS 0 0

Cargas sociales 570 563 1,3 401 724Seguros de capitales propios 94 23 303,2 39 7Intereses y gastos financieros 0 75 –100,0 134 17Canon de arrendamiento 0 519 –100,0 715 322Contribuciones e impuestos 72 19 272,9 24 14Conservación de edificios y mejoras 0 1 –100,0 0 3Otros gastos generales 233 377 –38,2 340 415

Total costes indirectos pagados 970 1.578 –38,6 1.654 1.5025. AMORTIZACIONES 335 1.622 –79,4 513 2.7316. OTROS COSTES INDIRECTOS 0 0 0 0

Renta de la tierra 586 579 1,2 586 572Intereses de otros capitales propios 0 324 –100,0 146 502Mano de obra familiar 1.248 869 43,6 472 1.266

TOTAL OTROS COSTES INDIRECTOS 1.834 1.772 3,5 1.205 2.340COSTES TOTALES 6.875 11.029 –37,7 9.425 12.634ESTRUCT. CONTABLE DE MÁRGENES ECON.

Producción (kg/ha)(1) 18.815 19.500 –3,5 20.000 19.000Ingresos de productos (2) 16.572 16.986 –2,4 13.589 20.383Subvenciones (3) 0 0 0,0 0 0Indemnizaciones y otros ingresos (4) 0 0 0,0 0 0Producto bruto (5) = (2) + (3) + (4) 16.572 16.986 –2,4 13.589 20.383Precio de venta (pta/Kg) (6) = (2) / (1) 0,881 0,876 0,53 0,68 1,07Costes directos (8) 817 1.403 –41,7 1.889 916

Margen bruto estándar (9) = (5) – (8) 15.754 15.583 1,1 11.599 19.467Maquinaria + mano de obra asalariada (10) 2.919 4.654 –37,3 4.164 5.145Margen bruto (11) = (9) – (10) 12.835 10.929 17,4 7.536 14.322Costes indirectos pagados (12) 970 1.578 –38,5 1.654 1.502Renta disponible (13) = (11) – (12) 11.865 9.351 26,9 5.882 12.820Amortizaciones (14) 335 1.622 –79,4 513 2.731

Margen neto (15) = (13) – (14) 11.531 7.729 49,2 5.369 10.089Otros costes indirectos (16) 1.834 1.772 3,5 1.205 2.340Beneficio (17) = (15) – (16) 9.697 5.957 62,8 4.164 7.749

Cuadro 2. Estructura de costes pimiento

*. Origen datos M.O. Masculina.

El trabajo femenino en la explotación agraria ecológica. Incidencias económicas... 37

lonadas, ocupan mucho terreno, suponen muchos Kg. de producción y la rentabilidad ha de ser alta

dado el riesgo que se asume. De hecho suponen por un lado la mayor parte del valor añadido ob-

tenido en la explotación (en torno al 60%) y por otro lado también reflejan el mayor riesgo que se

puede asumir con un cultivo hortícola. Por tanto informan bien acerca del rango mar gen–riesgo eco-

nómicos en el que se puede situar cualquier hortícola.

Los datos utilizados para explicar los factores diferenciales del trabajo femenino en la explo-

tación agraria ecológica son los presentados en los cuadros 1 y 2. En las figuras 1 a 4 se mues-

tran los resultados de la comparación de estructura de costes y productividad para el tomate en

ambas explotaciones M y F que explicaremos más adelante. Ahorramos la presentación de estas

figuras para el pimiento (respecto a márgenes económicos promedio), puesto que no aportan in-

formación adicional respecto a las conclusiones obtenidas para el tomate.

Figura 1. Comparación de estructuras de coste en tomate (€/ha.).

Figura 2. Productividades de la mano de obra por cuenta ajena para el tomate.

E. BERNAL - M. FLORES

La estructura contable de la explotación modelo F, ha sido facilitada por su titular en base a

los datos medios de los años de ecológico para cada concepto contable. Estos datos son articula-

dos para su presentación en la estructura oficial completa de costes de la Red Contable Agraria

Nacional usada por el MAPA. Los datos3 de la explotación modelo M son los obtenidos en el tra-

bajo de campo utilizado para los resultados de Bernal 2003.

38

Figura 3. Productividades de la mano de obra total para el tomate

Figura 4. Comparación variación porcentual en productividades

3. Todos los datos se encuentran homogeneizados actualizados al año 2004 con el deflactor del PIB base año1995.

El trabajo femenino en la explotación agraria ecológica. Incidencias económicas...

RESULTADOS DE LA COMPARACIÓN4

Factores diferenciales económicos de la explotación F debido a la estrategia empresarial

global adoptada

Según hemos explicado con anterioridad, estos factores son los siguientes:

3.1.1. Costes financieros nulos.

3.1.2. Inexistencia de tierras arrendadas.

3.1.3. Escasos costes de amortización.

3.1.4. Bajos costes de herbicidas, menor que la media ecológica; pero para considerar gastos de

herbicidas en niveles bajos, es necesario considerar el coste del goteo. En este aspecto es

de resaltar lo siguiente:

• El mayor coste en maquinaria, se debe al goteo, que previene las hierbas y ahorra cos-

tes de herbicidas, con el consiguiente fortalecimiento del equilibrio ecosistémico al no

utilizar fitosanitarios aunque sean tolerados en agricultura ecológica.

• No utiliza plástico en acolchado ya que, aunque incrementa la calidad (más homogénea),

dando por tanto mayores ingresos, y mantiene el terreno libre de hierbas, también in-

crementa costes en maquinaria y genera residuos. Con buenas rotaciones y alternativas

de cultivos, el goteo sin acolchado de plástico, aunque requiere más mano de obra, su-

pone 240 €/ha menos en costes de maquinaria; con este ahorro se iguala la rentabilidad

que proporciona el acolchado. Por otro lado el empresario F no necesita el adelanto de

cosecha aproximado de 15 días que propicia el plástico, ya que no persigue competir en

mercados lejanos, y en los cercanos ese adelanto apenas supone incrementos de renta-

bilidad. Con estas decisiones, el empresario F: a) optimiza su rentabilidad, b) genera más

empleo y c) evita la creación de residuos.

Resaltar estos factores es relevante, ya que, no todas las diferencias observadas en la explo-

tación modelo F se deben al hecho exclusivo del uso de mano de obra por cuenta ajena femeni-

na; más bien, como explicamos en la introducción, el hecho de tener una visión de gestión

empresarial integral es lo que empuja al uso de este tipo de mano de obra.

Factores diferenciales fundamentales debido al uso exclusivo de mano de obra femenina por

cuenta ajena

3.2.1. El precio obtenido es mayor en F acorde con la mejor calidad obtenida.

3.2.2. Los cuadros 1 y 2 y la figura 1 muestran menores costes totales en F a pesar de ser bas-

tante mayores los costes de fertilizantes (abono animal), los seguros de capitales propios y

otros gastos generales. Es de notar que, especialmente los bajos costes en herbicidas se de-

ben en gran parte a la labor meticulosa de desherbado de la mano de obra femenina. No

solo los menores costes totales, sino los costes fijos más bajos, implican que la explotación

F es más compacta en cuanto a tener puntos de cierre (y apalancamiento) más bajos, es

39

4. Recordamos que para el pimiento, se utiliza como estructura de costes de M, el promedio de Mi y de Mp.

E. BERNAL - M. FLORES

decir, tiene más capacidad de resistencia a las variaciones a la baja de precio en el merca-

do. (Menores costes variables y fijos).

3.2.3. F ofrece una remuneración de 5 euros la hora, superior a la media del sector, (3,6 euros la

hora), lo cual incentiva más a trabajar a las mujeres. La experiencia ha mostrado al em-

presario que a mayor remuneración a las trabajadoras, mejores rendimientos obtenidos.

Esto se muestra no solo en las productividades sino en el menor coste de mano de obra.

La conclusión al comparar las explotaciones F y M en este sentido es que en menos tiem-

po hacen el mismo trabajo. Es interesante advertir que al invertir menos tiempo, pueden

compatibilizar el trabajo con su vida familiar.

3.2.4. En la figura 2 se observa que la explotación F tiene mayores productividades5 de márgenes

económicos de la mano de obra ajena que en la explotación M; ello sucede tanto en mar-

gen bruto estándar, como en margen y beneficio empresarial. Es decir, la mano de obra fe-

menina es más productiva financieramente.

3.2.5. Esta conclusión se fortalece observando la figura 4. En ella se muestra que los incremen-

tos porcentuales de la explotación F sobre la M en cuanto a productividad de mano de obra

por cuenta ajena, son mayores que los incrementos porcentuales de F sobre M en cuanto

a productividad de la mano de obra total. Una interpretación de este resultado es la mayor

productividad de obra femenina respecto a la mano de obra (estándar) total.

3.2.6. La figura 3 arroja también mayores productividades de la mano de obra total en la explo-

tación F. Es decir, que cuando hay mujeres como m.o. ajena, las productividades de la mano

de obra total (ajena+familiar), también son mayores. Una lectura de este hecho es que en

F hay mayores sinergias entre la mano de obra familiar (que coincide con el empresario ti-

tular de la explotación) y la mano de obra por cuenta ajena, es decir, entre empresario y

trabajadoras.

Diferencias en los conceptos económicos entre la explotación modelo F y las principales

estrategias empresariales dentro de ecológico (Mi, Mp)

Analizando los datos del cuadro 2, observamos las siguientes diferencias respecto a las varia-

bles que nos interesan, entre el modelo de explotación F y los modelos de explotación Mp y Mi

citadas en el apartado 2.2.:

3.3.1. Resultados de la comparación F–Mp:

3.3.1.1. Aun compartiendo los aspectos de estrategia estructural, los costes totales son un

45,6% menor en F que en Mp. Ello se debe principalmente al menor coste en mano

de obra total de F que, ya que en ambas explotaciones la mano de obra total supone

el mayor porcentaje de las partidas de costes (48% en Mp y 60% en F).

3.3.1.2. A pesar de ello, la explotación F gasta un 40,9 % menos en mano de obra asalariada aun

dando mayor remuneración (siendo la cantidad de UTA en Mp las mismas que en F).

40

5. Estos indicadores de productividad se obtienen dividiendo los correspondientes resultados de margen bru-to estándar, margen neto, y beneficio empresarial entre los costes de mano de obra por cuenta ajena parala figura 2, y entre la suma de la mano de obra por cuenta ajena y familiar para la figura 3.

El trabajo femenino en la explotación agraria ecológica. Incidencias económicas...

Todo ello es coherente con un gasto en mano de obra familiar prácticamente igual en

ambas explotaciones.

3.3.1.3. El porcentaje de costes fijos sobre el total es 19% en F y 36% en Mp, lo que convier-

te a F en una estructura más robusta ante las fluctuaciones del mercado.

3.3.1.4. Las productividades también son mayores en F para todos los indicadores de margen

económico (indicadores que se sintetizan en el de beneficio). Considerando solo la

mano de obra ajena, el beneficio por euro gastado en contratar personal, es un 112%

mayor en F que en Mp, si consideramos la mano de obra total (ajena + familiar), este

porcentaje se reduce al 86%, coherentemente con el resultado 3.2.5.

3.3.2. Resultados de la comparación F–Mi:

3.3.2.1. Los costes totales son un 27% menor en F que en Mi. Este porcentaje disminuye res-

pecto a la anterior comparación (F–Mp) debido a que en Mi el porcentaje de coste de

mano de obra total sobre el total de costes se reduce al 25% frente al 48% de Mp. Ello

es coherente con una estrategia de Mi más basada en la inversión en capital que en

mano de obra (F es más intensiva en mano de obra).

3.3.2.2. Debido a esta estrategia de Mi, y a la mayor remuneración que ofrece F, ésta gasta un

50,9 % más en mano de obra asalariada. Todo ello se da en buena lógica con un gas-

to en mano de obra familiar de un 164% mayor en F.

3.3.2.3. El porcentaje de costes fijos sobre el total de costes es mayor en Mi (27%), lo que re-

afirma a F como una estructura más robusta ante las fluctuaciones del mercado com-

parándola con las dos estrategias estructurales que usan mano de obra contratada

masculina.

3.3.2.4. La productividad del beneficio también es mayor en F. Considerando solo la mano de

obra ajena, el beneficio por euro empleado en contratar personal, es un 54,3% mayor

en F que en Mi, si consideramos la mano de obra total (ajena + familiar), este por-

centaje se reduce al 34,2%. Este resultado, junto con el 3.3.1.4., apoyan la conclusión

de que existen mayores sinergias entre empresa y trabajadores en F que en M.

Estos resultados pretenden ser un punto de referencia para la siguiente reflexión: el papel de

la mujer como potenciadora de la capacidad de la agricultura ecológica como sector económico

motor de desarrollo rural, y fijación de población.

DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

Variables cualitativas

Presentados los datos cuantitativos económicos, buscamos una explicación de los mismos en

las variables cualitativas que se dan en esta explotación, y que están basados en las característi-

cas de la mano de obra femenina empleada:

• Mayor atención y responsabilidad en el trabajo, lo que se refleja en una clara diferencia en la

realización de las tareas: el trabajo de la explotación agraria que se trata, es trabajo de resis-

tencia y no de fuerza, la mujer está no solo equiparada al hombre, sino que lo supera en estos

41

E. BERNAL - M. FLORES

aspectos. Prueba de ello son tareas como la plantación: las mujeres dicen y demuestran que es

mejor ir despacio para que la plantación sea uniforme y óptima, ya que ellas saben que esto re-

percute en la calidad. También en la labor de escarda muestran mayor responsabilidad y aten-

ción. Este dato proviene de la experiencia del empresario cuando su explotación aun era

convencional y utilizaba mano de obra masculina y femenina simultáneamente. A la hora de ha-

cer una escarda la mayor responsabilidad y atención de las mujeres, les lleva a eliminar todas

las hierbas, mientras que en general en los varones, dando más importancia a la velocidad del

trabajo, causan más perjuicio que beneficio; (bien hecha, la escarda solo requiere una pasada,

mal hecha quedan hierbas, compite con el cultivo, y se obtienen peores resultados).

• Mayor capacidad de comunicación, considerado factor clave de organización del trabajo y

consecución de la excelencia según las modernas teorías de gestión empresarial con enfo-

que integral (Kofman y Senge 1993; Kofman 2003). Un ejemplo de ello es que ellas mismas

se sienten mal cuando hay algún fallo en la recolección. Se habla acerca de ello y se inten-

ta paliar los errores.

• Sistema de relaciones de trabajo funcionales y no jerárquicas: organización funcional en tor-

no a características como habilidad y ligereza, coordinación de movimientos, independien-

temente de la capacidad de fuerza física en el trabajo. Las relaciones jerárquicas de trabajo

no se dan, ello facilita la citada comunicación que mejora la organización y consecución de

calidades excelentes.

• La buena comunicación y sistema de relaciones funcionales, es interpretada como la causa de

las sinergias entre empresa y trabajadoras, que, a su vez, según el enfoque integral de gestión

empresarial, derivan en la mayor calidad que permite un mayor precio de venta y facilitan una

organización del trabajo que disminuye los costes totales, consiguiendo con ello mayores pro-

ductividades de márgenes económicos, lo cual se corrobora en el caso de la explotación F.6

• Preferencia por la media jornada por poder conciliar el trabajo con su vida familiar. La expe-

riencia muestra que las medias jornadas son más productivas que la jornada entera porque a

partir de las 4 h. el cansancio hacen que disminuya tanto el rendimiento físico como la con-

centración en el trabajo (fundamental en la mayoría de las tareas de agricultura ecológica que

requiere mayor cantidad de mano de obra). Las mayores productividades que obtienen, hacen

que el empresario pueda pagarles más, esta mayor remuneración apoya a su vez la preferencia

de las mujeres por la media jornada.

Consecuencias en la gestión de empresa y recursos humanos

Como consecuencia de las características de la mano de obra femenina, sintetizamos las si-

guientes consecuencias para la gestión empresarial y de recursos humanos en la explotación

ecológica:

42

6. Es interesante resaltar la experiencia del empresario de F que cierra el círculo entre actitud humana en eltrabajo y resultados económicos: «Al recolectar, cuando las plantas están bien, la productividad es mayorporque se trabaja más a gusto, y esta cierta empatía que se establece con el cultivo y con los demás tra-bajadores, hace el trabajo mucho más alegre. Cuando el producto tiene menor calidad, hay menos alegría,apetece cogerlo menos y se disfruta menos, y la experiencia me dice que el trabajo es menos productivo».

El trabajo femenino en la explotación agraria ecológica. Incidencias económicas...

• La negociación de la jornada se simplifica.

• Ahorro de tiempo en la gestión de recursos humanos.

• Mejores resultados financieros.

• Mejores resultados económicos.

• Las mayores productividades muestran una mayor eficiencia en el uso de los recursos, y por tan-

to en el uso del recurso suelo y agua.

UTILIDAD DE LOS RESULTADOS PARA LA TOMA DE DECISIONES DEPOLÍTICA AGRARIA

La mayor rentabilidad que tienen los cultivos ecológicos una vez superado el período de

transformación (Bernal 2003), junto con una visión integral de la gestión empresarial, permiten

una mayor remuneración de la mano de obra femenina, que anima a las mujeres a trabajar en

el sector y a permanecer en el territorio. Ello, junto a la mayor necesidad de mano de obra en

ecológico, supone un impacto positivo en la fijación de población en el territorio. A su vez, las

especiales características del trabajo femenino mejoran la rentabilidad tanto de la explotación

ecológica a nivel financiero como social a nivel económico.7 Tanto las trabajadoras como la em-

presa prefieren en el caso estudiado la media jornada, que permite la conciliación de la mujer

con la vida familiar, hecho que todavía disuade más la opción de emigración al medio urbano.

Por tanto, las sinergias entre agricultura ecológica y trabajo femenino pueden suponer un im-

portante puntal para la fijación de población en el medio rural, hecho que debería tenerse muy

en cuenta para apoyar más decididamente la agricultura ecológica en las políticas agrarias en

pro del desarrollo rural sostenible.

BIBLIOGRAFÍA

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Realization of the Living. D. Reidel Publishing Co. Dordecht, 1970. Pp. 5–58.

43

7. El análisis económico es más amplio en términos técnicos que el meramente financiero. Mientras que elprimero persigue la maximización de una función objetivo que refleja el bienestar de toda la sociedad, elsegundo se limita a maximizar una función objetivo que refleja únicamente los flujos de caja monetariosque se dan en una determinada inversión privada.

E. BERNAL - M. FLORES

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44

Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario (2007-2008), 11, 45-82

DESARROLLO RURAL SOSTENIBLE Y PAC EN LAUNIÓN EUROPEA: UNA HISTORIA INACABADA.

NUEVOS RETOS PARA EL IMPERATIVO DELA SOSTENIBILIDAD, BUENA GOBERNANZA, BUENAS

PRÁCTICAS, EQUIDAD Y BIENESTAR DEL MUNDO RURAL

Antonio Colom Gorgues1, Dr. Enrique Sáez Olivito2

1. Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria.Universidad de Lleida.

2. Facultad de Veterinaria. Universidad de Zaragoza

1. INTRODUCCIÓN. LA UNIÓN EUROPEA Y LOS PRIMEROS PERIODOSDE LA PAC HASTA LOS AÑOS 90

Como todos conocemos, a lo largo de toda su historia, la PAC se ha ido sometiendo a pro-

fundos cambios para poder hacer frente a los nuevos desafíos que se le iban planteando. En un

primer momento, se trató de llegar a los objetivos del artículo 39 del Tratado de Roma (incre-

mentar la productividad, asegurar un nivel de vida equitativo a la población agrícola y garantizar

la seguridad de los abastecimientos agrarios y alimentarios a precios razonables, dentro una eco-

nomía europea de transición tras el difícil periodo de la posguerra mundial), debiendo después

corregir los desequilibrios cuantitativos que habían ido surgiendo, hacia una irrefrenable tenden-

cia a unos excedentes de costes impagables o difícilmente justificables. Más adelante, la PAC em-

prendió una nueva línea de acción basada en la disminución de los precios y la concesión de

ayudas compensatorias, abogando al papel servicial del agricultor y su posición servicial favora-

ble frente el entorno rural y el medio ambiente, tildándolo de jardinero o guardián de la natura-

leza y otros. Finalmente, la reforma actual de la PAC tiene por objeto profundizar y ampliar la de

1992, sustituyendo las medidas de apoyo a los precios, por ayudas directas y acompañando este

proceso con una política rural de estructuras, coherente.

Como es también conocido, en los últimos tiempos, dentro del mundo rural de la Unión

Europea han surgido nuevos desafíos, tanto internos como externos:

• El mercado agrícola mundial presenta hoy unas perspectivas de fuerte crecimiento, con precios

remuneradores. Los precios de la PAC se acercan a unos niveles demasiados elevados para po-

der respetar los compromisos internacionales y extraer provecho de la expansión del mercado

mundial, planteando así el riesgo que reaparezcan excedentes, con costes presupuestarios inso-

portables, y que se pierdan posiciones globales en el mercado mundial y comunitario.

• El apoyo a la agricultura se reparte de forma desigual entre los distintos productores y regiones

y, como consecuencia, se asiste a una mala gestión del espacio rural: declive de la actividad agrí-

cola en algunas zonas, prácticas agrarias que, por excesivamente intensivas, son fuente de con-

taminación, enfermedades de animales, disminución de la seguridad alimentaria, etc.

• Resulta hoy indispensable conseguir que el ciudadano, el consumidor europeo, y sobre todo,

especialmente el mundo rural o comunidades rurales, se reconcilien con la PAC.

45

A. COLOM - E. SÁEZ

• La fuerza de la agricultura europea descansa en su diversidad: recursos naturales, métodos de

explotación, competitividad, ingresos y tradición. Con las sucesivas ampliaciones de la Unión

Europea, la gestión de la PAC se ha hecho demasiado compleja, burocrática y a veces, incluso

difícilmente abordable. Es necesario, pues, crear un nuevo modelo descentralizado, con criterios

comunes claros y mecanismos de control rigurosos, que conceda un mayor grado de libertad a

los Estados miembros sin, con ello, distorsionar la competencia ni abrir un proceso de nacio-

nalización de la PAC.

• Por la presión de internacionalización competitiva, cada vez más grande, la Unión Europea debe

preparar su agricultura para el reto de las negociaciones internacionales multilaterales, y debe

concretar los límites del que se encuentre dispuesta a aceptar.

• La ampliación de la Unión Europea al Este de Europa hace todavía más necesarias las medidas

de mercado y la simplificación, dado que las economías de los países candidatos se apoyan prin-

cipalmente en el sector agrario.

2. UN RESUMEN DEL PERIODO DE CAMBIO CON LA AGENDA 2000(PERIODO 2000–2006)

Una de las apreciaciones y líneas motivacionales recogidas en los trabajos previos a la con-

secución de la AGENDA 2000, como los que realizó el equipo de Allan Buckwell (Wye College,

University of London), era que hoy en día la agricultura europea debía hacer frente a nuevas si-

tuaciones y retos, relacionados con la globalización de la economía, la mundialización de la

competitividad y los intercambios comerciales, unas mayores exigencias por parte de los con-

sumidores en cuanto a diversidad y calidad de los productos, y las influencias de la ampliación

comunitaria. Todos estos cambios no solamente iban a afectar a los mercados agrarios, sino que

también incidirían sobre la actividad y las economías locales de las zonas rurales. Así pues, el

futuro del sector agrario estaría íntimamente relacionado y vinculado con el desarrollo equili-

brado del Territorio Rural, que en la Unión Europea representa el 80% del total territorial. Se

trata pues de un gran desafío, dónde existe una palabra clave: Integración. La política agraria y

rural (integrada) debe representar la base y fundamento para la cohesión territorial, económica

y social de la Unión Europea.

La principal línea motivacional que es la integración, plantea el paso de la Política Agraria

Común (PAC) a la Política Agraria y Rural Común Europea (PARCE, originalmente en términos an-

glosajones: Common Agricultural and Rural Policy for Europe (CARPE)), con cambios importantes

de cara a una nueva configuración de los objetivos y la carga presupuestaria. Buckwell y su equi-

po analizaron y evaluaron el nuevo sistema globalmente, así como examinaron las acciones na-

cionales necesarias para obtener una Política Rural más integrada. Con todo esto, las nuevas

políticas de desarrollo rural se convertirían en el denominado «segundo pilar» de la nueva políti-

ca agraria común de la Unión Europea, para tratar de dar respuesta a las inquietudes que han ido

surgiendo en los diferentes ámbitos del mundo rural, sus necesidades, problemáticas, expectati-

vas de la sociedad actual, y los imperativos medioambientales. Por lo tanto estas nuevas políticas

de desarrollo rural proponían establecer un marco coherente y durable (SOSTENIBLE) que ga-

rantizase el futuro de estas ZONAS RURALES y contribuyera a su mantenimiento, a la creación de

46

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

ocupación y fijación de población, a la sostenibilidad y valorización del patrimonio natural y cul-

tural, y a la viabilidad socioeconómica.

La reforma de la Política Agrícola Común iniciada en 1992 y continuada en la Agenda 2000,

ha permitido avances sustanciales en cuanto al equilibrio de los mercados, la evolución de las ren-

tas agrícolas y la adaptación a las normas de la Organización Mundial del Comercio. También se

ha tenido en cuenta la futura ampliación de la Unión Europea. Sin embargo, los ciudadanos eu-

ropeos todavía cuestionan la adecuación de la Política Agrícola Común a sus preocupaciones, por

el que la Comisión ha examinado, sigue examinando y examinará la viabilidad económica, la se-

guridad alimentaria, el equilibrio social y la integración de las preocupaciones medioambientales

en la Política Agrícola Común y el Desarrollo Rural (se seguirá efectuando evaluaciones y utili-

zando indicadores oportunos). Por todo esto, la Comisión Europea dictó una revisión de reforma

en junio de 2003, atendiendo a los reajustes y reformas necesarias según una serie de retos plan-

teados, incluyendo la ampliación de la Unión a UE–25. Con ello, se propuso:

• Orientar la agricultura hacia las necesidades del mercado. La voluntad de orientar la agricul-

tura hacia las necesidades del mercado se ha traducido en la introducción de pagos directos, to-

davía vinculados con demasiada frecuencia a la producción, para compensar la disminución del

apoyo a los precios. Al mismo tiempo, los mecanismos de intervención tienden a convertirse en

una simple red de seguridad. El objetivo de estas medidas es animar a los agricultores a pro-

ducir en función de las necesidades del mercado, en lugar de buscar las producciones con las

cuales se obtienen más subvenciones. Con todo, se sabe que los agricultores no se adaptan siem-

pre suficientemente a los mercados y se sigue buscando el camino de la subvención.

• Consolidación de la seguridad alimentaria. Con objeto de responder a las necesidades de los

ciudadanos, la seguridad alimentaria ha pasado a ser una prioridad de la Política Agrícola

Común, que tendría que ocupar un papel dinámico en esta materia, cada vez más compleja y

amplia. Aunque se han registrado algunos avances como la instauración de la trazabilidad y el

sistema de prevención de riesgo, todavía quedan muchos esfuerzos por realizar.

• Garantía de la renta de los agricultores y fomento de una buena distribución social. Las rentas

de los agricultores han evolucionado positivamente gracias a la instauración de unos pagos di-

rectos que no se pueden suprimir, puesto que las rentas de los mercados son demasiado esca-

sas, sobre todo pensando en las explotaciones pequeñas y medianas, por las que se debe pensar

en franquicias adecuadas en continuidad.

• Los esfuerzos de adaptación de los agricultores a los mercados siguen siendo insuficientes.

Además, su mayor tamaño y especialización pueden convertirse en una amenaza para el medio

ambiente. Por el contrario, los cultivos mixtos o tradicionales no reciben el apoyo adecuado. A

veces no hay una simétrica y suficiente fluidez informativa, sino que predomina la asimetría en

base a diferencias de tamaño empresarial y posición social.

• Los pagos directos no llegan a todos los agricultores y no están suficientemente orientados hacia

las explotaciones en dificultades. La facultad introducida por la Agenda 2000 que los Estados

miembros modulen las ayudas en función, sobre todo, de la ocupación o la mano de obra, de-

bería suponer una mejor distribución desde el punto de vista social. Sin embargo, y a pesar de

todo, los Estados aplican poco este sistema.

47

A. COLOM - E. SÁEZ

• Protección del medio ambiente. Las exigencias medioambientales se integran cada vez mejor en

la Política Agrícola Común. Los Estados miembros pueden reducir las ayudas en caso de in-

cumplimiento de las normas medioambientales, pero esta medida opcional se utiliza poco y de-

bería reforzarse en aras del medio ambiente.

• El desarrollo rural no presta suficiente atención al medio ambiente y las ayudas concedidas a

los agricultores todavía están demasiado vinculadas a la producción. Los esfuerzos realizados

para hacer cumplir las normas medioambientales resultan no satisfactorios, desde un punto de

vista general o global, no hay la suficiente motivación e información, e incluso concienciación.

A veces se confunden los términos o se tienen dudas sobre actuaciones, buenas prácticas o me-

didas agroambientales.

• Apoyo al desarrollo rural. La Agenda 2000 ha permitido que el desarrollo rural surja como se-

gundo pilar de la Política Agrícola Común. El desarrollo rural es necesario para el desarrollo

equilibrado del territorio europeo, puesto que las zonas rurales cubren más del 80% del terri-

torio, y ello permite un enfoque territorial específico, que debería responder a las necesidades

del mundo rural y a las exigencias de los ciudadanos en cuanto a calidad, seguridad alimenta-

ria y viabilidad de las zonas rurales. Aunque se han fijado objetivos encomiables, destinados a

fomentar la competitividad, la multifuncionalitat y la creación de nuevas fuentes de ingresos y

ocupación en el mundo agrario, los esfuerzos son insuficientes. Además, los Estados miembros

destacan que el desarrollo rural no permite responder suficientemente a todas las necesidades.

Como se indica en el Primer informe intermedio sobre la cohesión, su impacto en la cohesión

económica y social es demasiado débil.

• Simplificación de la Política Agrícola Común. El proceso de simplificación de la PAC adquirió

una nueva dimensión en el marco de la Agenda 2000. Sin embargo, aunque se han producido

avances como la instauración del régimen de «pequeños agricultores», todavía quedan logros por

obtener. Los procedimientos siguen siendo demasiados complejos y pueden frenar la actividad

agrícola. El tiempo que podrían ahorrar los agricultores les permitiría dedicarse a ajustar sus ex-

plotaciones a las normativas. Una descentralización más profunda del desarrollo rural debería

contribuir a que se tengan más en cuenta las necesidades y recursos locales. Finalmente, es ne-

cesario dedicar el presupuesto comunitario para cumplir los objetivos de la Política Agrícola

Común en lugar de subvencionar el almacenamiento de la producción excedentaria.

En 1999 se promulgó el Reglamento (CE) Nº 1257/1999 del Consejo, de 17 de mayo de 1999,

relativo al apoyo del Fondo Europeo de Orientación y de Garantía Agraria (FEOGA) al desarrollo

rural. Este Reglamento estableció el marco de apoyo comunitario a un desarrollo rural sostenible

a partir del 1 de enero de 2000, completando los otros instrumentos de la política agrícola común

y de la política estructural comunitaria de la Agenda 2000.

Las medidas de desarrollo rural subvencionables en virtud del presente Reglamento pertene-

cen a dos grupos:

• Medidas complementarias de la reforma de 1992: jubilación anticipada, medidas agroambienta-

les y repoblación forestal, así como el régimen aplicable a las zonas desfavorecidas;

• Medidas de modernización y de diversificación de las explotaciones agrícolas: inversiones en

explotaciones agrícolas, instalación de jóvenes agricultores, formación, apoyo a las inversiones

48

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

en instalaciones de transformación y comercialización, ayuda complementaria a la silvicultura y

promoción y reconversión de la agricultura.

Fundamentalmente, con la consecución de la Agenda 2000, en el periodo 2000–2006, se buscó:

A. El desarrollo del territorio con el refuerzo de la socioeconomía local de las zonas rurales:

• Con la mejora de las infraestructuras básicas.

• Con el desarrollo local y renovación de los pueblos y lugares.

• Con la búsqueda de multiactividad, diversidad socioeconómica productiva y comercial, ingresos

alternativos, turismo rural, y artesanado agroalimentario o no agroalimentario.

• Con productos regionales y promoción de la calidad de productos locales y su protección liga-

da al territorio (denominaciones de origen protegidas o DOPs e indicaciones geográficas pro-

tegidas o IGPs, en productos no vínicos, y DO y otros en productos vínicos).

• Con la promoción y buena gestión de la función recreativa de las zonas rurales, paisaje, depor-

tes, gestión del ocio, y en general toda clase de valorización posible de los patrimonios natural,

cultural, histórico, artístico, arquitectónico, folklórico, gastronómico, etc.

• Con una condicionalidad bien clara de todas las acciones con la protección, conservación y me-

jora del medio ambiente y la protección de la biodiversidad.

B. La mejora de los Sistemas Agrarios: agricultura, ganadería, bosques, ríos, pesca, recursos na-

turales, con el reto de una Agricultura viable y competitiva en Europa:

• Con la modernización y mejora de la eficacia y eficiencia de las explotaciones agrarias.

• Con unas ayudas más orientadas a las explotaciones agrarias sostenibles.

• Con una diversificación de los ingresos, ingresos alternativos por pluriocupación y dedicación

parcial, y servicios.

• Con la conservación de los espacios naturales y del paisaje, en una función de cuidado, pro-

tección y servicio permanente.

• Con las acciones adecuadas de reforestación, silvicultura y buena gestión de los bosques.

• Con la reducción de las repercusiones negativas sobre el Medio ambiente por las buenas prác-

ticas (nitratos, vertidos y polución derivada de agroquímicos, defecaciones animales y purines,

subproductos de transformación, etc.).

C. El imperativo de la preservación del medio ambiente y del entorno rural:

• Que implicará una clara orientación a minimizar impactos ambientales y a favorecer las actua-

ciones respetuosas con el medio ambiente y medio natural de los entornos rurales, implicando

las mejores prácticas agrícolas y ganaderas, y la mejor protección de la biodiversidad.

• Este es un capítulo todavía muy abierto, dónde la búsqueda de soluciones tiene aún mucho que

decir. El trabajo en nuevas tecnologías, la posibilidad de mejorar la lucha integrada, la práctica

de agriculturas alternativas más respetuosas con el medio ambiente, pudiendo hacer participar

mejor a las explotaciones agrarias en el buscado estatus de la sostenibilidad agraria y rural, etc.

49

A. COLOM - E. SÁEZ

El Consejo Europeo de Berlín, donde se aprobó el programa general de la Agenda 2000 con-

firmó que el contenido de la reforma garantizaría «una agricultura multifuncional, sostenible,

competitiva y presente en todo el territorio europeo, incluidas las regiones con problemas par-

ticulares». Además, debería ser una agricultura capaz de conservar el paisaje, mantener el espa-

cio natural, contribuir de forma esencial a la vitalidad del mundo rural y responder a las

preocupaciones y exigencias de los consumidores en materia de calidad y seguridad de los ali-

mentos y de protección del medio ambiente y del bienestar de los animales. Las propuestas de

la Comisión adoptadas por el consejo Europeo partían de las reformas de 1992 que habían con-

seguido reducir los excedentes y contener los gastos, sin impedir un aumento medio de la ren-

ta de los agricultores en un 4,5%. Esta orientación general la recogió el Consejo Europeo en las

líneas directrices siguientes:

• La competitividad se debe garantizar mediante un descenso de los precios que impulse el creci-

miento de las salidas interiores y una mayor participación en el mercado mundial. Este descenso se

compensará con un aumento de las ayudas directas que permita mantener el nivel de renta.

• El reparto de tareas entre la Comisión y los Estados miembros se debe revisar, en cuanto a la

compensación con ayudas directas y a las medidas de desarrollo rural enmarcadas en una pro-

gramación global.

• Lógicamente, este movimiento de descentralización ha de ir acompañado de un gran esfuerzo

de simplificación de la normativa. Esto rige tanto para el nuevo reglamento de desarrollo rural,

que posibilita la desaparición de gran número de reglamentos, como para los reglamentos del

mercado, especialmente el de los grandes cultivos. Con la reforma actual, la normativa es más

clara, más transparente y más accesible, y la carga administrativa que se impone a los agricul-

tores se ha reducido al estricto mínimo.

50

Figura 1. Esquema de las acciones globales del desarrollo rural

integrado de la Agenda 2000, en la UE.

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

• El desarrollo rural debe convertirse realmente en el segundo pilar de la PAC. Por primera vez se es-

tablecen las bases de una política de desarrollo rural, global y coherente, que debe completar las

políticas de mercado y garantizar que el gasto agrícola contribuya más que en el pasado a necesi-

dades tales como la gestión del espacio, la protección de la naturaleza o la instalación de los jóve-

nes agricultores. Los Estados miembros tendrán la posibilidad de modular, es decir, de reducir las

ayudas directas concedidas a las explotaciones. A tal efecto, se aplicarán criterios relacionados con

la ocupación de la mano de obra en la explotación, y el producto de tal modulación, en poder del

Estado miembro, se deberá destinar a medidas de carácter agroambiental.

El Consejo Europeo de Berlín estimó que la reforma se debía llevar a buen fin con un volumen

medio de recursos financieros de 40.500 millones de euros, más otros 14.000 millones para el desa-

rrollo rural y las medidas veterinarias y fitosanitarias. La reforma pretendía estabilizar los gastos a lo

largo del periodo considerado, teniendo más en cuenta, al mismo tiempo, el nivel real de los costes.

Con estos objetivos y partiendo de la base que el acuerdo interinstitucional debería garantizar que to-

das las partes respetaran el protocolo, el Consejo Europeo calculó que los importes que se debían

consignar en la rúbrica primera de las perspectivas financieras fueran los siguientes:

Para hacer más eficaces las intervenciones estructurales, el Reglamento (CE) Nº 1260/1999

previó, como se sabe, una reducción del número de objetivos prioritarios de intervención y, así,

de los siete que existían en 1999 (1, 2, 3, 4, 5ª, 5b, y 6) se pasó a tres objetivos prioritarios:

51

Total presupuesto DesarrolloAños PAC 2000-2006 Mercados rural

2000 40.920 36.620 4.3002001 42.800 38.480 4.3202002 43.900 39.570 4.3302003 43.770 39.430 4.3402004 42.760 38.410 4.3502005 41.930 37.570 4.3602006 41.660 37.290 4.370

Cuadro 1. Niveles de Gasto de la PAC en el periodo 2000–2006

(Millones de euros, precios de 1999)

Fondos y transferencias 2000 2001 2002 2003 2004 2005

FEOGA–G 5.481,88 6.149,49 5.933,07 6.459,07 6.803,53 6.539,13FEOGA–O + IFOP 516,65 630,24 981,25 1.273,52 1.473,00 1.138,00FEDER 2.818,88 3.380,61 4.047,80 5.343,73 4.000,00 4.200,00FSE 796,58 1.084,76 1.795,55 1.652,61 2.030,25 1.706,95Fondo Cohesión 1.197,08 868,50 2.120,43 1.799,27 1.520,00 1.791,00Otras transferencias 150,12 153,60 442,06 330,61 352,68 384,50TOTAL RECEPCIONES 10.961,19 12.287,20 15.320,16 16.858,81 16.179,46 15.759,58TOTAL APORTACIONES 6.650,06 6.776,93 8.193,28 8.496,65 9.275,14 10.130,21BALANCE: RECEP.–APORT. 4.311,13 5.510,27 7.126,88 8.362,16 6.904,32 5.629,37

Cuadro 2. Relaciones financieras de España con la UE 2000–2005

En millones de euros Fuente: Ministerio de Economía y Hacienda., Datos 2000–2003 (caja); 2004–2005 (previsión de caja). Millones de euros.

A. COLOM - E. SÁEZ

• El objetivo Nº 1 tenía como finalidad promover el desarrollo y el ajuste estructural de las re-

giones menos desarrolladas, cuyo PIB medio por cápita de las cuales era inferior al 75 % de la

media de la Unión Europea. Este nuevo objetivo incluía también las regiones ultra–periféricas

(departamentos franceses de ultramar, islas Azores, islas Madeira e islas Canarias) así como las

zonas del antiguo objetivo Nº 6 (zonas de baja densidad de población en Finlandia y Suecia),

creado a raíz de la aprobación del Acta de adhesión de Austria, Finlandia y Suecia. Igual que

ocurría anteriormente, dos terceras partes de las intervenciones de los Fondos Estructurales co-

rrespondían al objetivo Nº 1. Se calculó que este objetivo englobaría prácticamente al 20 % de

la población total de la Unión.

• El objetivo Nº 2 contribuía a apoyar la reconversión económica y social de las zonas que se en-

contraban en dificultades estructurales y que no estaban incluidas en el objetivo Nº 1. Abarcaba los

antiguos objetivos Nº 2 y 5b y otras zonas afectadas por problemas de diversificación económica.

Globalmente, se aplicaba en zonas que se encontraban en mutación económica, en las zonas rura-

les en declive, en las zonas deprimidas dependientes de la pesca y en los barrios urbanos con di-

ficultades. El porcentaje máximo de población de la Unión que podía englobar era del 18 %.

• El objetivo Nº 3 reunía todas las medidas de desarrollo de los recursos humanos en zonas no

incluidas en el objetivo Nº 1. Este objetivo, que retomaba los antiguos objetivos Nº 3 y 4, cons-

tituía el marco de referencia del conjunto de medidas adoptadas en virtud del nuevo título so-

bre ocupación del Tratado de Amsterdam, y de la estrategia europea para la ocupación.

En la figura que sigue se muestra la evolución del gasto originado por la Política Agrícola

Común en la Unión Europea en el periodo 1993–2002. Nótese el incremento de las ayudas direc-

tas con menoscabo de las medidas de apoyo a los mercados y de los subsidios a la exportación;

asimismo se puede observar el constante aumento del presupuesto para el segundo pilar del

Desarrollo Rural, que seguirá en el futuro.

52

Figura 2. Evolución del Gasto de la PAC en el periodo 1980–2002

Fuente: Comisión Europea

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

En la práctica, las acciones de desarrollo rural, con respecto a realizaciones de programas y

proyectos dentro de los PDRs y las iniciativas europeas, se han fortalecido en este último periodo

de la Agenda 2000, y la tendencia es a reforzar el papel de la multifuncionalidad de la agricultura

y el monte, adhiriendo la multiactividad dentro del mundo rural, complementando las actividades

puramente agrarias y agroalimentarias. Sobre todo también, seguirá la valorización de los recursos

locales de carácter natural y cultural tanto como se pueda, es decir, todos los recursos patrimonia-

les: naturales y físicos, culturales, históricos, arquitectónicos, artísticos, folklóricos, gastronómicos,

etc., sin olvidar el papel de las buenas prácticas agrarias, y las agriculturas alternativas, en relación

al comprobado respeto máximo al medio ambiente y la protección de la biodiversidad.

3. SINTESIS DEL NUEVO PERIODO 2007–2013

Habiendo obtenido y analizado la experiencia de la última etapa de la Agenda 2000, la deci-

sión del Consejo europeo, de 20 de febrero de 2006, estableció las denominadas directrices es-

tratégicas comunitarias de desarrollo rural, para el periodo de programación 2007–2013.

En síntesis, en el preámbulo se dictamina que las regiones rurales representan el 92 % del te-

rritorio de la Unión Europea (UE). El 19 % de la población europea vive en regiones predomi-

nantemente rurales, y un 37 % en regiones significativamente rurales. Estas regiones generan el

45 % del valor añadido y el 53 % de los puestos de trabajo de la UE. Pese a la gran diversidad de

situaciones, tales regiones presentan en general una renta por cápita inferior en aproximadamen-

te un tercio a la media europea, una baja tasa de actividad de las mujeres y un sector de servicios

menos desarrollado. Las zonas rurales tienen pues delante de si, retos concretos en los años ve-

nideros en materia de crecimiento, ocupación y desarrollo sostenible. El nuevo periodo de pro-

gramación 2007–2013, es una oportunidad única para orientar la ayuda del nuevo Fondo Europeo

Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) hacia estos objetivos, en sintonía con los principios rec-

tores del desarrollo sostenible y con el programa renovado de acción de Lisboa. Para hacer fren-

te a estos retos son precisas intervenciones sectoriales y territoriales.

Como de todos es sabido, la actividad agraria es una de las protagonistas y principales usua-

rias de las superficies rurales. Ocupa en ellas un papel multifuncional e innovador como factor

determinante de la calidad y seguridad de los productos alimentarios, del paisaje y del medio am-

biente. Los dos pilares de la PAC (políticas de mercados y de desarrollo rural) ayudan así a nu-

merosas zonas rurales europeas. Pueden aportar una importante contribución a la competitividad

y al desarrollo sostenible en los próximos años, fomentando la reorientación de la producción gra-

cias a la disociación, una mayor integración de las cuestiones medioambientales gracias a la mo-

tivación y la ecocondicionalidad, y la creación de oportunidades de ocupación y crecimiento para

la economía y la sociedad rural en su conjunto. Además, las recientes reformas alientan a los agri-

cultores a responder a las señales y movimientos reales de mercado, mejorando la sostenibilidad

medioambiental de la agricultura con el concurso de las buenas prácticas.

La futura política de desarrollo rural se centra en tres ámbitos fundamentales:

• la economía agroalimentaria,

• el medio ambiente, y

• la población rural.

53

A. COLOM - E. SÁEZ

La nueva generación de estrategias y programas para el periodo 2007–2013, se articulará en

torno a cuatro ejes:

• EJE 1: el eje «aumento de la competitividad del sector agrícola y forestal», centrado en el capital

humano y físico;

• EJE 2: el eje «mejora del medio ambiente y de el entorno rural», que prevé medidas destinadas a

proteger y mejorar los recursos naturales, así como a preservar los sistemas agrarios y foresta-

les tradicionales de gran valor medioambiental y los paisajes culturales de las zonas rurales eu-

ropeas;

• EJE 3: el eje «calidad de vida en las zonas rurales y diversificación de la economía rural», que

contribuye al desarrollo de los territorios rurales mediante la promoción de servicios a la po-

blación, las microempresas, el turismo rural, y la valorización del patrimonio cultural para me-

jorar las condiciones de crecimiento y de creación de ocupación en todos los sectores;

• EJE 4: el eje «LEADER», que introduce posibilidades innovadoras de gobernanza por la vía de es-

trategias locales de desarrollo rural planteadas con un enfoque «ascendente»: partir desde el más

básico y más bajo para llegar a objetivos mayores, tratando de realizar el mejor desarrollo en-

dógeno y local.

El Consejo expuso las denominadas Prioridades Estratégicas de la Unión Europea, asignando

a cada una de ellas una serie de actuaciones básicas indicativas. Las prioridades comunitarias se

integrarán en los planes estratégicos nacionales de los Estados miembros y en los programas de

desarrollo rural (PDRs). Los recursos se asignarán a los diversos ejes en función de las situacio-

nes particulares, de los puntos fuertes y débiles, y de las oportunidades de cada región incluida

en un programa, teniendo en cuenta la evaluación según un conjunto de indicadores de objetivos

y de contexto. Ahora resumiremos cada una de las prioridades planteadas.

• Prioridad comunitaria 1: Mejora de la competitividad de los sectores agrario y silvícola: Los sec-

tores agrario, silvícola y de transformación alimentaria europeos disponen de un gran potencial

para elaborar productos de gran calidad y con gran valor añadido. Con objeto de reforzar y di-

namizar estos sectores, es necesario centrar los recursos en la transferencia de conocimientos,

la modernización, la innovación y la calidad en la cadena alimentaria y en los sectores priorita-

rios de inversión en capital físico y humano. En este marco, las actuaciones básicas pueden ser

las siguientes:

– Reestructurar y modernizar el sector agrario.

– Mejorar la integración en la cadena agroalimentaria.

– Facilitar la innovación y el acceso a la investigación y desarrollo (I+D).

– Impulsar la adopción y la difusión de las tecnologías de la información y las comunicaciones

(TIC), especialmente por parte de las pequeñas empresas.

– Estimular un espíritu empresarial dinámico que permita aprovechar las posibilidades que ofre-

cen las recientes reformas, que han creado un entorno centrado en el mercado, para la agri-

cultura europea.

– Buscar nuevas salidas para los productos agrícolas y silvícolas, entre ellas el desarrollo de

fuentes renovables de energía, de biocarburantes y de la capacidad de transformación.

54

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

– Mejorar el comportamiento medioambiental de las explotaciones agrícolas y silvícolas.

• Prioridad comunitaria 2: Mejora del medio ambiente y de el entorno natural: Con objeto de

proteger y mejorar los recursos naturales y los paisajes de las zonas rurales de la UE, los re-

cursos que se asignen al eje 2 se han de utilizar en tres ámbitos comunitarios prioritarios:

– Biodiversidad.

– Preservación y desarrollo de los sistemas agrarios y forestales de gran valor medioambiental

y de los paisajes agrarios tradicionales.

– Agua y cambio climático.

Estos objetivos medioambientales podrían integrarse mediante las siguientes actuaciones básicas:

– Fomentar servicios medioambientales y prácticas agropecuarias respetuosas con los animales;

proteger los paisajes rurales y los bosques.

– Luchar contra el cambio climático, teniendo presente que la agricultura y la silvicultura se en-

cuentran en la vanguardia del desarrollo de fuentes renovables de energía y materia primera

para las instalaciones de bioenergía.

– Reforzar la aportación de la agricultura ecológica, que constituye una forma global de agri-

cultura sostenible.

– Fomentar iniciativas económicas y ambientales como el suministro de productos medioam-

bientales, especialmente los vinculados a la diversificación como el turismo, la artesanía, la

formación o los sectores no alimentarios.

– Fomentar el equilibrio territorial con objeto de mantener un equilibrio perdurable entre las

zonas urbanas y rurales, y contribuir al adecuado reparto espacial de las actividades econó-

micas y a la cohesión territorial.

• Prioridad comunitaria 3: Mejora de la calidad de vida en las zonas rurales y fomento de la di-

versificación de la economía rural: Los recursos que se asignen a la diversificación de la eco-

nomía rural y a la mejora de la calidad de vida en el medio rural deben contribuir a la prioridad

general de crear oportunidades de ocupación y condiciones propicias para el crecimiento. En

este ámbito, las actuaciones básicas podrían tener como objetivo:

– Incrementar la actividad económica y la tasa de ocupación en la economía rural, en sentido

amplio, y lograr un mayor equilibrio territorial, tanto desde el punto de vista económico como

desde el social (turismo, artesanía y actividades recreativas).

– Fomentar la entrada de las mujeres en el mercado laboral mediante la creación de servicios

de guardería infantil.

– Devolver el alma a los pueblos mediante iniciativas integradas que combinen la diversifica-

ción, la creación de empresas, la inversión en patrimonio cultural, la infraestructura para ser-

vicios locales y la renovación.

– Promover la creación de microempresas y la artesanía en base al saber tradicional o introdu-

ciendo nuevos conocimientos para promover el espíritu de empresa y desarrollar el tejido eco-

nómico.

– Enseñar a los jóvenes, conocimientos necesarios para la diversificación de la economía local.

55

A. COLOM - E. SÁEZ

– Impulsar la aceptación y difusión de las tecnologías de la información y comunicación (TIC),

la utilización de la cual permitiría también obtener economías de escala que facilitarían la

aceptación de las herramientas informáticas por los agricultores locales y las empresas rura-

les, así como el uso del comercio electrónico;

– Impulsar el suministro de fuentes renovables de energía y formas innovadoras de utilización

de estas, lo cual puede contribuir a la creación de nuevas salidas para los productos agrícolas

y silvícolas, a la implantación de servicios locales y a la diversificación de la economía rural.

– Fomentar el desarrollo del turismo en el medio rural.

– Modernizar las infraestructuras locales (principales infraestructuras de telecomunicaciones,

transporte, energía y agua), especialmente en los nuevos Estados miembros.

• Prioridad comunitaria 4: Desarrollar la capacidad local de creación de ocupación y diversifi-

cación: Los recursos que se asignen al eje LEADER deben contribuir a mejorar la gobernanza y

movilizar el potencial de desarrollo endógeno de las zonas rurales. Así, se podrían combinar los

tres objetivos (competitividad, medio ambiente y calidad de vida/diversificación). Mediante fór-

mulas integradas en las cuales participen los agricultores, los silvicultores y los otros agentes

del mundo rural es posible salvaguardar y realzar el patrimonio natural y cultural local, sensi-

bilizar a la población sobre la importancia del medio ambiente y promocionar los productos tí-

picos locales, el turismo rural y los recursos y energías renovables. En este marco, las

actuaciones básicas podrían tener como objetivo:

– Desarrollar la capacidad local de cooperación y animación y fomentar la adquisición de cali-

ficaciones, para ayudar a movilizar el potencial local.

– Alentar la cooperación entre el sector privado y el sector público.

– Domentar la cooperación y la innovación, estimulando el espíritu de empresa, la participación

de todos y la prestación de servicios locales.

– Mejorar la gobernanza local, aunando agricultura, silvicultura, otros sectores y economía local.

• Prioridad comunitaria 5: Garantizar la coherencia de la programación: Cuando elaboren su

estrategia nacional, los Estados miembros deberán velar para que exista la máxima sinergia po-

sible entre los diferentes ejes, y para que no se produzcan contradicciones. La creación de Redes

Europeas y Nacionales de Desarrollo Rural, que funcionen como plataformas de intercambio de

buenas prácticas y conocimientos sobre todo el relacionado con la elaboración, gestión y apli-

cación de estrategias entre los interesados, contribuiría a una mejor aplicación de tales políticas

y a una gobernanza más eficaz. Al preparar la estrategia nacional, se deberán planear una con-

gruencia e integración de información y publicidad con objeto de que los diferentes agentes

puedan participar lo antes posible en ella.

• Prioridad comunitaria 6: Complementariedad entre los instrumentos comunitarios: Para ga-

rantizar las sinergias entre la política estructural, la política de ocupación y la política de desa-

rrollo rural, los Estados miembros deberán velar por que las actuaciones financiadas por el

fondo Europeo de Desarrollo Regional, el Fondo de Cohesión, el Fondo Social Europeo y el

Fondo Europeo de Pesca en una zona dada y en un ámbito concreto de actividad fueran com-

plementarias y coherentes entre sí. La línea de demarcación y los mecanismos de coordinación

56

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

entre las actuaciones financiadas por los diferentes fondos deben fijarse en el marco estratégi-

co nacional.

El Reglamento (CE) Nº 1698/2005 del Consejo, de 20 de septiembre de 2005, relativo a la ayu-

da al desarrollo rural a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), ya de-

jaba claro que en el periodo 2007–2013, se haría especial énfasis en el segundo pilar de la política

agrícola común (PAC): el desarrollo rural. La política de desarrollo rural se insertará en un marco

único de financiación y programación, a fin de que pueda disfrutar de mayor coherencia y trans-

parencia y ser mejor conocida.

El Reglamento establece las normas generales que regirán la ayuda comunitaria al desarrollo

rural financiada a través del fondo único FEADER, instituido por el reglamento (CE) n° 1290/2005,

y define, asimismo, los objetivos de la política de desarrollo rural y el marco en el cual se inscri-

be esta política. El Fondo contribuirá a la realización de los tres objetivos correspondientes a los

tres ejes de desarrollo rural definidos a nivel comunitario, es decir:

1. Aumento de la competitividad de la agricultura y la silvicultura a través de la ayuda a la rees-

tructuración.

2. Mejora del medio ambiente y de el entorno rural a través de la ayuda a la gestión territorial.

3. Mejora de la calidad de vida en las zonas rurales y fomento de la diversificación de las activi-

dades económicas.

La intervención del Fondo complementa las actuaciones nacionales, regionales y locales y con-

tribuye al logro de las prioridades comunitarias. La Comisión y los Estados miembros deben tam-

bién garantizar la coherencia entre la asistencia procedente de este Fondo y de los Estados

miembros con las actuaciones, las políticas y las prioridades de la Comisión y con las medidas fi-

nanciadas con cargo al Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA).

Con respecto a la asistencia técnica, una red europea de desarrollo rural prestará asistencia a la

Comisión en la ejecución de esta política, si bien cada Sido miembro deberá constituir una red rural

nacional que agrupe a todos los organismos y administraciones vinculados a los diferentes aspectos

relacionados con el desarrollo rural. A iniciativa de los Estados miembros, el Fondo podrá financiar

medidas relacionadas con la preparación, gestión, seguimiento, evaluación, información y control de

la intervención de los programas, hasta un máximo del 4 % del importe total de cada programa. El

0,25 % de los recursos del Fondo se destinan a la asistencia técnica gestionada por la Comisión.

Para este periodo 2007–2013, el importe del apoyo comunitario al desarrollo rural, su des-

glose anual y el importe mínimo que se destinará a las regiones que pueden beneficiarse del ob-

jetivo de convergencia serán fijados por el consejo, que adoptará su decisión por mayoría

cualificada en base a la propuesta de la Comisión y en conformidad con las perspectivas finan-

cieras para el periodo 2007–2013 y de el Acuerdo interinstitucional sobre la disciplina presu-

puestaria y la mejora del procedimiento presupuestario.

En relación con la programación, los Estados miembros tendrán asimismo en cuenta los im-

portes procedentes de la modulación. Además, la Comisión velará por que las ayudas totales pro-

cedentes del FEADER y de otros fondos comunitarios, como el Fondo Europeo de Desarrollo

Regional (FEDER), el Fondo Social Europeo (FSE) y el Fondo de Cohesión, respeten determinados

parámetros económicos.

57

A. COLOM - E. SÁEZ

En el marco de la gestión compartida entre la Comisión y los Estados miembros, correspon-

de a estos últimos designar para cada programa de desarrollo rural una autoridad de gestión, un

organismo pagador y un organismo de certificación. También son responsables de la información

y la publicidad relativas a las operaciones cofinanciadas. Además, cada Estado miembro ha de es-

tablecer un comité de seguimiento para supervisar la eficacia de la ejecución del programa. La au-

toridad de gestión de cada programa debe, asimismo, remitir a la Comisión un informe anual sobre

la ejecución del programa. La política y los programas de desarrollo rural son objeto, con objeto

de reforzar la calidad, eficiencia y eficacia de su ejecución, de una evaluación que se desarrolla

en tres etapas:

• En la primera evaluación, realizada bajo la responsabilidad de la Estado miembro, se identifican

y evalúan en particular las necesidades a del medio y largo plazo, los objetivos que han de lo-

grarse y la calidad de los dispositivos de ejecución.

• La segunda evaluación se lleva a cabo anualmente durante el periodo de ejecución del progra-

ma. En ella se examina el grado de ejecución del mismo.

• En 2010, esta evaluación in itinere adoptará la forma de un informe de evaluación intermedia con

entidad propia, donde se propondrán medidas para mejorar la calidad de los programas y de su

ejecución. En 2015, la evaluación consistirá en un informe de evaluación ex post por separado.

El objetivo de estas evaluaciones será extraer con respecto a la política de desarrollo rural

conclusiones pertinentes sobre los factores que hayan podido contribuir al éxito o al fracaso de

la realización de los programas, su impacto socioeconómico y su incidencia sobre las prioridades

comunitarias. Finalmente, se efectuará bajo responsabilidad de la Comisión una síntesis de estas

últimas evaluaciones, que se deberá finalizar a más tardar el 31 de diciembre de 2016.

El Consejo, teniendo en cuenta las prioridades políticas establecidas en nivel comunitario, ela-

bora las directrices estratégicas en materia de desarrollo rural para la aplicación de los ejes temá-

ticos que se han enunciado. A continuación, cada Estado miembro elabora un Plan Estratégico

Nacional. En él se recogen, entre otros elementos, sus prioridades de actuación y las del Fondo

teniendo en cuenta las directrices estratégicas, y se definen, asimismo, sus objetivos específicos,

la participación del Fondo y los restantes recursos financieros.

Los planes estratégicos nacionales constituyen instrumentos de referencia para la programa-

ción del Fondo FEADER. La puesta en práctica de los planes estratégicos nacionales se lleva a cabo

a través de los programas de desarrollo rural, que contienen un conjunto de medidas agrupadas

en torno a los ejes definidos en el título IV del Reglamento (aumento de la competitividad del sec-

tor agrícola y forestal, mejora del medio ambiente y del entorno rural, calidad de vida en las zo-

nas rurales y diversificación de la economía rural, LEADER).

Cada programa desarrolla una estrategia, que abarca un periodo comprendido entre el 1 de

enero de 2007 y el 31 de diciembre de 2013, de acuerdo con el análisis de la situación y en la cual

se definen las prioridades adoptadas y los efectos previstos. En él deben proponerse asimismo las

medidas que deben llevarse a cabo para cada uno de los ejes.

Finalmente, el programa se completa con un plan de financiación. Con respecto al segui-

miento estratégico, en el Reglamento se prevé que cada Estado miembro presente, por vez pri-

mera en 2010 y, a continuación, cada dos años, un informe de síntesis anual sobre la situación de

58

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

la aplicación de su estrategia y objetivos y sobre la manera que han contribuido al logro de las

directrices estratégicas definidas por el consejo. La Comisión también debe presentar cada dos

años un informe dónde se resuman las principales realizaciones, tendencias y retos relacionados

con la aplicación de los planes estratégicos nacionales y de las directrices comunitarias.

Este esquema de la figura anterior nos resume de manera clara la estructuración y el ámbito

de actuación en programas y proyectos de desarrollo rural integrado, contando con todos los re-

cursos posibles, desde el sector primario, la agricultura, la ganadería, el monte y los recursos na-

turales, el sector secundario con la transformación e industrialización, la multifuncionalidad de la

agricultura y los servicios externos, la multiactividad en el mundo rural y la valorización posible

de todos aquellos recursos endógenos de tipos patrimonio natural o patrimonio cultural, históri-

co, artístico, arquitectónico, gastronómico, folklórico, etc. Todo ello, con la inclusión del impera-

tivo del respeto y la conservación de la naturaleza y la protección de la biodiversidad, por lo tanto,

hacia un desarrollo sostenible en la Unión Europea.

59

Figura 3. Esquema del programa de Ejes Estratégicos y base de financiación

del nuevo periode 2007–2013

Fuente: Colom Gorgues

Fijación de objetivos Estrategia de la UE / Estrategia nacional / Programas de DR

Eje nº 1 Medidas • Recursos humanos:Competitividad – Acciones de información y formación profesional.

– Jóvenes agricultores.– Jubilación anticipada.– Utilización de servicios de asesoramiento.– Implantación de servicios de gestión, sustitución y asesoramiento en

las explotaciones agrícolas.

Cuadro 3. Esquema de Medidas para los Ejes I, II, III, y IV. PAC periodo 2007–2013

A. COLOM - E. SÁEZ60

*. El primer porcentaje de cofinanciación se refiere a todas las regiones, con excepción de las regiones de la convergencia; elsegundo porcentaje se aplica a las regiones de la convergencia.

Fijación de objetivos Estrategia de la UE / Estrategia nacional / Programas de DR

Eje nº 1 Medidas • Capital físico:Competitividad (continuación) – Inversiones en agricultura y silvicultura.(continuación) – Transformación, comercialización, cooperación para la innovación.

– Infraestructura agrícola y forestal.– Recuperación del potencial de producción agrícola.

• Calidad de la producción y productos agrícolas:– Ayuda temporal cumplimiento de normas.– Régimen para incentivar la calidad de los alimentos.– Promoción de la calidad de los alimentos.

• Medidas transitorias:– Semisubsistencia.– Creación de agrupaciones de productores.

Porc. de financiación Mínimo 10%.Porc. cofinanciación UE Máximo 50-75%.Aplicación territorial Todas las zonas rurales.

Eje nº 2 Medidas • Utilización sostenible de las tierras agricolas:Gestión de – ZMF de montañalas tierras – Otras zonas con desventajas

– Zonas agrícolas Natura 2000– Agroambiente / bienestar animal (obligatoria)– Ayuda a inversiones no productivas

Base de ref. (agric.) Condicionalidad.Porc. de financiación Mínimo 25%.Porc. cofinanciación UE Máximo 55-80%.Aplicación territorial Todas las zonas rurales.

Eje nº 3 Medidas • Calidad de vida:Desarrollo – Servicios básicos para la economía y población rural (creación erural en infraestructuras.sentido – Renovación y desarrollo de pueblos.amplio – Protección y conservación del patrimonio rural.

• Diversificación económica:– Diversificación hacia actividades no agrícolas.– Ayuda a las microempresas.– Promoción de actividades turísticas

• Formación, adquisición de capacidades y promoción:– Formación e información.– Adquisición de capacidades, promoción y aplicación.

Porc. de financiación Mínimo 10%.Porc. cofinanciación UE Máximo 50-75%.Aplicación territorial Todas las zonas rurales.

Eje Leader Aplicación Enfoque Leader para territorios seleccionados según los 3 ejes temáticos.Porc. de financiación Mínimo 5% (2,5% en los nuevos Estados miembros).Porc. cofinanciación UE Máximo 55-80%*Aplicación territorial Todas las zonas rurales, territorios seleccionados.

Cuadro 3. Esquema de Medidas para los Ejes I, II, III, y IV. PAC periodo 2007–2013 (Conclusión)

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos... 61

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A. COLOM - E. SÁEZ

A continuación se reproduce un cuadro del capítulo 4 del Plan Nacional Estratégico de

Desarrollo Rural de España, apareciendo la contribución del FEADER en los Programas de

Desarrollo Rural de las Comunidades Autónomas españolas.

En lo que concierne al programa general y cuadro de financiación correspondiente al

Desarrollo Rural de Cataluña y Aragón, que aquí tomamos como ejemplos, se presenta a conti-

nuación la propuesta aprobada para el período 2007–2013, de acuerdo con cada uno de los ejes

y medidas planteados para cada Comunidad Autónoma citada.

El Caso de Cataluña

Como se sabe, en el caso de Catalunya y con respecto al intento efectivo de impulsar un de-

sarrollo rural sostenible, se ha planteado un plan piloto a través del Contrato Global de

Explotación (CGE). Tal y como lo define el Departamento de Agricultura, Alimentación y Acción

Rural de la Generalitat de Catalunya (DAAR), este Contrato Global de Explotación es un acuerdo

de colaboración entre la Administración y el titular de una explotación agraria, que tiene por ob-

jetivo mejorar la competitividad de dichas explotaciones y orientarlas hacia un desarrollo rural

sostenible. Se debe adelantar adelantar, que la llave de la sostenibilidad y la competitividad se fun-

damenta en la creatividad, la innovación y sobre todo en las buenas prácticas.

62

Programas de Contribución del FEADERDesarrollo Rural Convergencia (€) Total (€)

Andalucía 1.881.743.314 1.881.743.314Aragón 402.373.867Canarias 153.281.169Cantabria 75.732.777Castilla-La Mancha 924.453.819 924.453.819Castilla y León 722.935.642Cataluña 272.593.501Com. de Madrid 69..570.170Com. Foral de Navarra 112.304.036Com. Valenciana 161.729.969Extremadura 779.839.945 779.839.945Galicia 856.486.112 856.486.112Illes Balears 44.874.297La Rioja 51.107.275País Vasco 78.138.143Princip. de Asturias 295.146.049 295.146.049Región de Murcia 205.974.501 205.974.501Red Rural Nacional 125.633.212Total (Euros) 4.943.643.740 7.213.917.799

Cuadro 5. Capítulo 4 del Plan Nacional Estratégico de Desarrollo Rural de España.

Programas de Desarrollo Rural y su atribución indicativa, incluyendo importes de convergencia.

La aportación de la Administración General del Estado para el periodo 2007-2013asciende a 3.036, 10 millones de euros. Con la aportación adicional de las ComunidadesAutónomas, que se reflejará en sus respectivos Programas de Desarrollo Rural, el gastopúblico total del periodo 2007-2013 será superior al del 2000-2006.

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos... 63

Ejes/Medidas Gasto público Gasto privado Coste total

Eje 1: Aumento de la competitividad del sector agrícola y forestalMedida 111. 5.000.000 – 5.000.0000

Medida 112. 68.000.000 68.000.000 136.000.000

Medida 113. 17.554.274 – 17.554.274

Medida 114. 38.990.958 26.000.000 64.990.958

Medida 115. 15.000.000 15.000.000 30.000.000

Medida 121. 120.120.392 120.120.000 240.240.392

Medida 123 127.500.000 297.500.00 425.000.000

Medida 124 1.473.210 400.000 1.873.210

Medida 125 125.500.000 7.500.000 133.000.000

Medida 131 3.000.000 – 3.000.000

Medida 132 3.000.000 3.000.000 6.000.000

Medida 133 7.000.000 3.000.000 10.000.000

Total Eje 1 532.138.834 540.520.000 1.072.658.834Eje 2: Mejora del medio ambiente y del entorno rural

Medida 211 25.800.000 – 25.800.000

Medida 212 11.700.000 – 11.700.000

Medida 214 170.018.374 – 170.018.374

Medida 215 13.700.000 – 13.700.000

Medida 216 2.646.420 – 2.646.420

Medida 221 1.100.000 – 1.100.000

Medida 226 32.295.684 – 32.295.684

Medida 227 42.874.316 – 42.874.316

Total Eje 2 300.134.794 – 300.134.794Eje 3: Calidad de vida en las zonas rurales y diversificación de la economía ruralMedida 311 34.000.000 79.300.000 113.300.000

Medida 312 – – –

Medida 313 – – –

Medida 321 29.000.000 29.000.000 58.000.000

Medida 323 – – –

Total Eje 3 63.000.000 108.300.000 171.300.000Eje 4: Aplicación del enfoque Leader

41 Estrategias de desarrollo rural 87.000.000 189.600.000 276.600.000

411 Competitividad 22.000.000 51.300.000 73.300.000

413 Calidad de vida/diversif. 65.000.000 138.300.000 203.300.000

421 Cooperación 6.776.766 – 6.776.766

431 Costes de funcionamientoadquisición compet., promoc. 12.669.606 – 12.669.606

Total Eje 4 106.446.372 189.600.000 296.046.372Total Ejes 1, 2, 3 y 4 1.001.720.000 838.420.000 1.840.140.000

511 Asistencia técnica 14.999.570 – 14.999.570

TOTAL GENERAL 1.016.719.570 838.420.000 1.855.139.570

Cuadro 6. El caso de Cataluña

A. COLOM - E. SÁEZ

El Caso de Aragón

Como puede observarse, en el caso de la Comunidad Autónoma de Aragón se adjunta el cua-

dro general de financiación por ejes y la aportación del FEADER.

A continuación se presentan los desgloses por medidas de cada uno de los ejes estratégicos,

según consta en el PDR aprobado por la Comunidad de Aragón.

64

Contribución Contribución Importe % FEADEREje pública total del FEADER (%) FEADER (€) sobre total FEADER

Eje 1 579.348.000 25,00 144.812.000

Eje 1 Gestión LEADER 13.258.000 50,00 6.629.000

Total Eje 1 592.506.000 25,56 151.441.000 37,64

Total Eje 2 317.751.928 50,00 158.875.964 39,49

Eje 3 76.516.072 50,00 38.258.036

Eje 3 Gestión LEADER 83.748.000 50,00 41.874.000

Total Eje 3 160.264.072 50,00 80.132.036 19,91

Eje 4 21.994.000 50,00 10.997.000 2,73

(Eje 4 (ejes 1 y 3)* (97.006.000) 50,00 (48.503.000)

(Total Eje 4)* (119.000.000) 50,00 (59.500.000) (14,79)

Asistencia Técnica 1.855.734 50,00 927.867 0,23

Total 1.094.371.734 36,77 402.373.867 100,00

Cuadro 7. El caso de Aragón

*. Las cifras entre paréntesis no se adicionan para obtener el total.

Coste en euros

Ejes y medidas Gasto público Gasto privado Coste total

111. Información y formación profesional 8.664.000 2.166.000 10.830.000• Gestión LEADER* (252.000) (63.000) (315.000)

112. Instalación de jóvenes agricultores 49.540.000 34.460.000 84.000.000

113. Jubilación anticipada de los agricultores y trabajadoresagrícolas 26.712.000 0 26.712.000

114. Utilización de los servicios de asesoramiento por parte delos agricultores y silvicultores 660.000 165.000 825.000

115. Implantación de servicios de gestión, sustitución yasesoramiento de las explotaciones agrícolas, así como servicios de asesoramiento en el sector forestal 1.316.000 1.316.000 2.632.000

121. Modernización de las explotaciones agrícolas 119.336.000 132.664.000 252.000.000

123. Aumento del valor añadido de los productos agrícolasy forestales 200.448.000 799.552.000 1.000.000.000• Gestión LEADER* (13.006.000) (30.879.000) (43.855.000)

Cuadro 8. Plan de Desarrollo Rural de la C.A. de Aragón

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos... 65

Coste en euros

Ejes y medidas Gasto público Gasto privado Coste total

124. Cooperación para el desarrollo de nuevos productos,procesos y tecnologías en el sector agrícola y alimentarioy en el sector forestal 3.408.000 19.312.000 22.720.000

125. Mejora y desarrollo de las infraestructuras agrícolas yforestales relacionadas con la evolución y la adaptaciónde la agricultura y la silvicultura 159.168.000 110.650.250 269.818.250

126. Reconstitución del potencial de producción agrícoladañado por catástrofes naturales e implantación de medidas preventivas adecuadas 2.100.000 0 2.100.000

132. Apoyo a los agricultores que participan en programas decalidad de los alimentos 3.948.000 0 3.948.000

133. Apoyo a las agrupaciones de productores en materia dedesarrollo de actividades de información y promoción deproductos en el marco de programas relativos a lacalidad de los alimento 3.948.000 1.692.000 5.640.000

Total Eje 1 679.248.000 1.101.977.250 1.681.225.250• Gestión LEADER* (13.268.000) (30.942.000) (44.200.000)

211. Ayudas destinadas a indemnizar a los agricultores porlas dificultades naturales en zonas de montaña 47.040.000 0 47.040.000

212. Ayudas destinadas a indemnizar a los agricultores porlas dificultades naturales en zonas distintas de las demontaña 31.360.000 0 31.360.000

214. Ayudas agroambientales 153.860.000 0 153.860.000

221. Primera repoblación forestal en tierras agrícolas 25.906.964 11.103.036 37.010.000

222. Primera implantación de sistemas agroforestales entierras agrícolas 1.008.000 432.000 1.440.000

223. Primera repoblación forestal en tierras no agrícolas 8.995.164 1.004.837 10.000.001

226. Recuperación del potencial forestal e implantación demedidas preventivas 35.700.000 1.000.000 36.700.000

227. Ayudas a inversiones no productivas 13.881.800 0 13.881.800

Total Eje 2 317.751.928 13.539.873 331.291.801

331. Diversificación hacia actividades no agrícolas(Gestión exclusiva LEADER*) (10.010.000) (23.290.000) (33.300.000)

312. Ayudas a la creación de y al desarrollo de microempresas(Gestión exclusiva LEADER*) (24.990.000) (58.584.000) (83.574.000)

313. Fomento de actividades turísticas 6.366.244 5.008.756 10.375.000(Gestión LEADER*) (17.990.000) (11.990.000) (29.980.000)

321. Servicios básicos para la economía y la población rural(Gestión exclusiva LEADER*) (13.006.000) (19.509.000) (32.515.000)

322. Renovación y desarrollo de poblaciones rurales (55.008.000 0 55.008.000

323. Conservación y mejora del patrimonio rural 16.141.828 3.858.171 19.999.999(Gestión LEADER*) (13.006.000) (3.294.000) (16.300.000)

Cuadro 8. Plan de Desarrollo Rural de la C.A. de Aragón (continuación)

A. COLOM - E. SÁEZ

4. SISTEMA MEDIOAMBIENTAL Y EL VI PROGRAMA EUROPEO

El Sexto Programa de Acción Comunitario en Materia de Medio ambiente, denominado «Medio

ambiente 2010: el futuro está en nuestras manos», cubre el periodo comprendido entre el 22 de

julio de 2001 y el 21 de julio de 2012. Este Programa está inspirado en el Quinto Programa de

Acción en Materia de Medio ambiente para el periodo 1992–2000 y en la Decisión relativa a su

análisis y examen.

La Comunicación señala que, con el fin de hacer frente a los retos que se plantean en la ac-

tualidad en materia de medio ambiente, hace falta superar el enfoque estrictamente legislativo y

sustituirlo por otro estratégico. Este enfoque habrá de utilizar instrumentos y medidas diferentes

para influir en las decisiones adoptadas por las empresas, los consumidores, los políticos y los ciu-

dadanos. La Comunicación propone cinco ejes prioritarios de acción estratégica:

1. Mejorar la aplicación de la legislación en vigor.

2. Integrar el medio ambiente en otras políticas.

3. Colaborar con el mercado.

4. Implicar a los ciudadanos y modificar sus comportamientos.

5. Tener en cuenta el medio ambiente en las decisiones relativas al ordenamiento y gestión del

territorio.

Para cada uno de estos ejes se proponen acciones específicas:

1. Con el fin de mejorar la aplicación de la legislación, se prevén las siguientes medidas específicas:

• Apoyar la red IMPEL (aplicación de la legislación comunitaria en materia de medio ambien-

te) y su ampliación a los países candidatos.

66

Cuadro 8. Plan de Desarrollo Rural de la C.A. de Aragón (conclusión)

Coste en euros

Ejes y medidas Gasto público Gasto privado Coste total

331. Formación e información de los agentes económicosque desarrrollen sus actividades en los ámbitos cubiertospor el eje 3 (Gestión exclusiva LEADER*) (4.746.000) 0 (4.746.000)

Total Eje 3 76.516.072 8.866.927 85.382.999• Gestión LEADER* (83.748.000)

41. Estrategias de desarrollo local

411. Estrategias de desarrollo local: competitividad 13.258.000 30.942.000 44.200.000

413. Estrategias de desarrollo local: calidad de vida ydiversificación 83.748.000 116.667.000 200.415.000

421. Cooperación transnacional e interregional 4.998.000 552.000 5.550.000

431. Funcionamiento del Grupo de Acción Local, adquisición decapacidades y promoción territorial 16.996.000 0 16.996.000

Total Eje 4 119.000.000 148.161.000 267.161.000

Total Ejes 1, 2, 3 y 4 1.092.516.000 1.272.545.060 2.365.061.060

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

• Preparar informes sobre la aplicación del Derecho de medio ambiente.

• Dar a conocer los resultados más notables o los más mediocres de la aplicación de la legis-

lación sobre medio ambiente.

• Mejorar las normas de inspección medioambiental.

• Luchar contra los delitos ecológicos.

• Garantizar la aplicación mediante el recurso al Tribunal Europeo.

2. Para integrar el medio ambiente en otras políticas, la Comunicación propone:

• Establecer mecanismos complementarios de integración.

• Aplicar las disposiciones del Tratado relativas a la integración.

• Poner a punto indicadores para controlar el proceso de integración.

3. La colaboración con el mercado podría articularse en torno a:

• Una aplicación más amplia del sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales

(EMAS).

• El fomento de la publicación por las empresas de sus resultados ecológicos y del respecto de

las exigencias en materia de medio ambiente por parte de las mismas.

• La introducción de sistemas de recompensa para las empresas respetuosas con el medio am-

biente.

• El fomento de los acuerdos voluntarios.

• El establecimiento de una política integrada de los productos.

• La promoción de la utilización de la etiqueta ecológica, y de la evaluación de su eficacia.

• La promoción de una política de contratación pública respetuosa con el medio ambiente.

• La adopción de la legislación sobre responsabilidad medioambiental.

4. Para implicar a los ciudadanos y modificar sus comportamientos, se sugieren las acciones si-

guientes:

• Ayudar a los ciudadanos a medir y mejorar su comportamiento ecológico.

• Ofrecerles más información de calidad referida al medio ambiente.

5. Con el fin de tener en cuenta el medio ambiente en la gestión y ordenación del territorio, se

proponen las siguientes acciones:

• Publicar una comunicación sobre la importancia de la integración del medio ambiente en la

gestión y ordenamiento del territorio.

• Mejorar la aplicación de la Directiva sobre la evaluación de las repercusiones sobre el medio

ambiente.

• Difundir las mejores prácticas y fomentar el intercambio de experiencias relativas a la plani-

ficación sostenible, incluida la de el espacio urbano.

• Integrar la planificación sostenible en la política regional comunitaria.

• Estimular medidas de carácter agroambiental en el marco de la política agrícola común.

• Crear una asociación para una gestión sostenible del turismo.

67

A. COLOM - E. SÁEZ

El Sexto Programa de Acción en Materia de Medio ambiente se concentra en cuatro ámbitos

de acción prioritarios:

1. El cambio climático.

2. La biodiversidad.

3. El medio ambiente y la salud.

4. La gestión sostenible de los recursos y de los residuos.

1. Con respecto al cambio climático: El Sexto Programa de Acción reconoce que el cambio cli-

mático constituye el principal reto para los próximos diez años. El objetivo en este ámbito es

reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta un nivel que no provoque cambios

artificiales del clima de la Tierra. El objetivo de la Unión Europea a corto plazo es llegar a los

objetivos del Protocolo de Kioto, es decir, reducir en un 8 % las emisiones de gases de efecto

invernadero de aquí a 2008–2012 con respecto a los niveles de 1990. Además largo plazo, de

aquí a 2020, sería necesario reducir estas emisiones entre el 20 y el 40 % mediante un acuerdo

internacional eficaz. Los esfuerzos de la Comunitat por dar respuesta a los retos que plantea el

cambio climático serán de diferentes tipos:

• Integrar los objetivos del cambio climático en las diferentes políticas comunitarias, especial-

mente en las políticas de energía y transporte.

• Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero por la vía de medidas específicas con

el fin de mejorar la eficiencia energética, utilizar mejor las energías renovables, fomentar los

acuerdos con la industria y ahorrar energía.

• Desarrollar un comercio de derechos de emisión a escalera europea.

• Mejorar la investigación en el ámbito del cambio climático.

• Mejorar la información facilitada al ciudadano en materia de cambio climático.

• Examinar las subvenciones energéticas y su compatibilidad con los desafíos que plantea el

cambio climático.

• Preparar a la sociedad para el impacto del cambio climático.

2. Con respecto a la Natura y la Biodiversidad: El objetivo señalado por la Comunicación en

este ámbito es proteger y restaurar la estructura y el funcionamiento de los sistemas naturales,

poniendo fin al empobrecimiento de la biodiversidad en la Unión Europea y en el mundo. Las

acciones propuestas con el fin de llegar a dicho objetivo son las siguientes:

• Aplicar la legislación medioambiental, principalmente en los ámbitos del agua y de el aire.

• Ampliar el ámbito de aplicación de la Directiva Seveso II.

• Coordinar las acciones de los Estados miembros por parte de la Comunitad en caso de acci-

dentes o catástrofes naturales.

• Estudiar la protección de los animales y las plantas enfrente de las radiaciones ionizantes.

• Proteger, conservar y restaurar los paisajes.

• Proteger y fomentar el desarrollo sostenible de los bosques.

• Establecer una estrategia comunitaria de protección de los suelos.

68

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

• Proteger y restaurar los hábitats marinos y el litoral, e incluirlos en la red Natura 2000.

• Perfeccionar el etiquetado, control y trazabilidad de los OMG.

• Integrar la protección de la naturaleza y de la biodiversidad en la política comercial y de coo-

peración al desarrollo.

• Establecer programas de recogida de información relativa a la protección de la naturaleza y

a la biodiversidad; apoyar los trabajos de investigación en el ámbito de la protección de la

naturaleza.

3. Con respecto al Medio ambiente y la Salud: El objetivo señalado por la Comunicación en este

ámbito es llegar a una calidad del medio ambiente que contribuya a garantizar la salud públi-

ca. Esta Comunicación de la Comisión propone:

• Determinar los riesgos para la salud pública, incluida la de niños y personas de edad ade-

lantada, y legislar en consecuencia.

• Introducir prioridades en materia de medio ambiente y salud en otras políticas y en la legis-

lación relativa al agua, el aire, los residuos y el suelo.

• Reforzar la investigación en el ámbito de la salud y el medio ambiente.

• Establecer un nuevo sistema de evaluación y gestión de los riesgos de los productos químicos.

• Prohibir o limitar la utilización de los plaguicidas más peligrosos y garantizar que se aplican

las mejores prácticas de utilización.

• Garantizar la aplicación de la legislación relativa al agua.

• Garantizar la aplicación de las normas sobre calidad del aire y definir una estrategia sobre la

contaminación atmosférica.

• Adoptar y aplicar la Directiva sobre el ruido.

4. Con respecto a la Gestión de los Recursos Naturales y de los Residuos: El objetivo es velar

por que el consumo de los recursos renovables y no renovables no supere el umbral del sopor-

table por el medio ambiente mediante la disociación de crecimiento económico y utilización de

recursos, la mejora de la eficacia de la segunda y la reducción de la producción de residuos. Por

lo que se refiere a los residuos, el objetivo específico es reducir su cantidad final en un 20 % de

aquí a 2010 y en un 50 % para 2050. Las acciones que se han de emprender son las siguientes:

• Elaboración de una estrategia para la gestión sostenible de los recursos mediante el estable-

cimiento de prioridades y la reducción del consumo.

• Fiscalización de la utilización de los recursos.

• Eliminación de las subvenciones que fomentan la utilización excesiva de los recursos.

• Integración del principio de utilización eficaz de los recursos en el marco de la política inte-

grada de los productos, los sistemas de concesión de la etiqueta ecológica, los sistemas de

evaluación medioambiental, etc.

• Diseño de una estrategia de reciclado de residuos.

• Mejora de los sistemas existentes de gestión de residuos e inversión en la prevención cuan-

titativa y cualitativa.

69

A. COLOM - E. SÁEZ

• Integración de la prevención de la producción de residuos en la política integrada de los pro-

ductos y en la estrategia comunitaria relativa a las substanciassustancias químicas.

El VI Programa de Acción prevé la adopción de siete estrategias temáticas referidas a:

1. Contaminación atmosférica.

2. Medio marino.

3. Uso sostenible de los recursos.

4. Prevención de los residuos y el reciclado.

5. Uso sostenible de los plaguicides.

6. Protección de los suelos.

7. Medio ambiente urbano.

Estas estrategias se apoyan en un enfoque global, temático, más que en determinados conta-

minantes o tipos de actividad económica, como ocurría antes. Fijan objetivos a largo plazo, fun-

damentados en la evaluación de los problemas de medio ambiente y en la búsqueda de una

sinergia entre las diferentes estrategias y con los objetivos de crecimiento y ocupación de la es-

trategia de Lisboa. Constituyen igualmente una ocasión para simplificar y aclarar la legislación

existente. La integración de las cuestiones medioambientales en todos los ámbitos de las relacio-

nes exteriores de la Unión Europea es un objetivo del Sexto Programa de Acción en Materia de

Medio ambiente. En él se tiene en cuenta la perspectiva de la ampliación de la Unión Europea y

se sugiere que se lleve a cabo una amplia consulta de las administraciones de los países candida-

tos sobre el desarrollo sostenible y se establezca una estrecha cooperación con las ONG y las em-

presas de estos países. Se insta a la aplicación de los convenios internacionales en materia de

medio ambiente.

El Sexto Programa propone un nuevo enfoque para elaborar las medidas medioambientales,

con el fin de que las partes afectadas y el público en general participen en mayor medida en su

aplicación. Este enfoque incluye un amplio diálogo y la participación de la industria, de las ONG

y de las autoridades públicas. El Programa se basará en mayor medida en análisis científicos y eco-

nómicos, así como en indicadores medioambientales. Para lo cual, la Comisión trabajará en estre-

cha colaboración con la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Por la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico

y Social Europeo y al Comité de las Regiones, de 30 de abril de 2007, relativa a la revisión inter-

media del Sexto Programa de Acción Comunitario en Materia de Medio ambiente, se relata que la

Comisión evaluó positivamente los progresos conseguidos hasta el momento, pero señalando al

mismo tiempo que todavía sería necesario llevar a cabo considerables esfuerzos para conseguir

un desarrollo ambientalmente sostenible.

La Comisión procedió a la evaluación de los cuatro ámbitos prioritarios del Programa de

Acción. En el del cambio climático, las conclusiones insisten en la necesidad de llegar a los obje-

tivos establecidos en el Protocolo de Kioto y por el consejo Europeo de marzo de 2007, de des-

arrollar las herramientas y tecnologías que permitan llegarlos a, de encontrar soluciones que

permitan comprometer de manera justa y eficaz a los países no sometidos a objetivos de reduc-

ción en virtud del Protocolo de Kioto o que se han retirado de este proceso y, finalmente, de pre-

70

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

parar la adaptación a las consecuencias inevitables del cambio climático. Con respecto a natura-

leza y biodiversidad, la Comisión señala en particular la importancia de concluir la instauración

de la red Natura 2000 y de ampliarla, de poner fin a la desforestacions, especialmente mediante

la lucha contra el comercio ilegal de maderas, y de proteger los ecosistemas marinos contra los

efectos de las redes de fondos. En el ámbito de la salud, la Comisión desea que se apliquen efec-

tivamente las iniciativas comunitarias, entre ellas la Directiva marco sobre política de aguas, el

Reglamento REACH, la estrategia sobre la contaminación atmosférica y la propuesta sobre pla-

guicides. En relación con los recursos naturales y los residuos, la Comisión hace hincapié en la

estrategia temática sobre prevención y reciclado de residuos y en la Directiva marco sobre resi-

duos. Además, se presenta una lista de mejoras estratégicas de la política de medio ambiente, el

que significa en particular mejorar la cooperación internacional (promover el desarrollo sosteni-

ble en el mundo entero, instaurar una «diplomacia ambiental», fomentar la transferencia de tecno-

logía, etc.), aplicar los principios de «legislar mejor» a la política de medio ambiente (utilización

de mecanismos basados en el mercado, simplificación y reducción de la carga administrativa,

col•laboració con las partes interesadas, etc.), promover la integración de las consideraciones am-

bientales en las otras políticas (entre otras, las de agricultura, investigación, pesca y transporte) y,

finalmente, mejorar la aplicación y el cumplimiento de la legislación.

En la Decisión Nº 1600/2002/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 22 de julio de

2002, por la cual se establece el Sexto Programa de Acción Comunitario en Materia de Medio am-

biente, se recogen los objetivos, plazos y prioridades, los principales ejes del enfoque estratégico

y los cuatro ámbitos de acción tal y como se describen en la Comunicación sobre Sexto Programa

de Acción Comunitario en Materia de Medio ambiente «Medio ambiente 2010: nuestro futuro está

en nuestras manos». Se habrían de poner en marcha iniciativas dentro de cada ámbito de acción

en un plazo máximo de cuatro años a partir de la adopción de la Decisión. La Comisión presen-

tó informes de evaluación al Parlamento Europeo y al Consejo durante el cuarto año de aplica-

ción del Programa y presentará al final del mismo.

5. SISTEMA AGROALIMENTARIO Y RETOS ACTUALES Y DE FUTURO

El surgimiento de una dinámica de cambios estructurales y sistema evolutivo de crecimiento

externo e interno en los grupos empresariales del Sistema Agroalimentari (SAA) y el peso cre-

ciente desde el punto de vista estratégico de la seguridad alimentaria, ha hecho aumentar la im-

portancia relativa de la Economía Agroalimentària en la esfera socioeconómica, sobre todo en los

países más adelantados e industrializados.

En la Economía Agroalimentària y más en concreto, en la consideración del entorno del SAA,

cobra bastante importancia la intervinculación sectorial (sectores agrario, industrial agroalimenta-

rio, agrocomercio, agroaprovisionamentos, restauración colectiva y servicios alimentarios, indus-

trias auxiliares y inputs), la modificación de las estructuras empresariales planteando estrategias

diversas, y el establecimiento de relaciones interprofesionales, que reafirman el contexto sistémi-

co y el concepto holístico, que son cada día más importantes.

Se motiva cada vez más la cultura del análisis estratégico en relación a los cambios de las em-

presas y otros agentes económicos, en interacción e intervinculación con el denominado supra-

71

A. COLOM - E. SÁEZ

sistema ambiental o entorno, compuesto por una serie de variables demográficas y su evolución

(población, tasa de crecimiento poblacional, pirámide de edades, etc...), variables tecnológicas (ca-

tálogo de tecnologías, fase de vida de la tecnología, I+D+T+i, etc.), variables medioambientales

(impacto ambiental, ingeniería ambiental, protección del medio ambiente y la biodiversidad, etc.),

variables normativas y el papel de las Administraciones Públicas o Gobiernos, la variable socio-

cultural, y finalmente la serie de variables puramente económicas (sanidad económica del país o

región y de las empresas, precio del dinero, facilidad de financiación, precios de inputs y de la

mano de obra, etc.). Todo ello fomenta la acepción de la actividad empresarial en continua inter-

acción con este entorno, lo cual tilda a las unidades de producción como unidades–sistema.

Esta característica sistémica de la empresa fuerza a una continua evolución y adaptación a las

condiciones cambiantes del entorno para conseguir la sostenibilidad de las acciones empresariales

y un buen posicionamiento y buenos resultados permanentes. Es sabido por todos que en las tres

últimas décadas, muchos han sido los acontecimientos que han transformado el entorno socioeco-

nómico. Se puede citar desde la desmembración del bloque soviético hasta la actual dinámica li-

beralizadora del comercio mundial propugnada antes por el GATT y ahora por la Organi zación

Mundial del Comercio (OMC), el gran incremento tecnológico pasando por los cambios en los pro-

cesos de comunicación, la telemática y los flujos de circulación instantánea de la información en

tiempo real, las nuevas maneras de relación internacional en economía y en comercio, la explosión

de los sistemas de transporte y técnicas en el área de la logística, la rapidez de la difusión tecno-

lógica y la gran dinámica de cambio del Estado Tecnológico. No se puede olvidar el imperativo del

buen trato y conservación del Medio ambiente y la gran presión de la responsabilidad social en

cualquier actividad económica. Todo esto incide en la esfera socioeconómica y en el entorno em-

presarial, y someto a las unidades de producción a un elevado grado de presión competitiva, des-

conocida antaño.

El nuevo orden mundial emergente y las nuevas formas de sociedad surgirán y se desarrolla-

rán de diferente forma en tiempo y lugar, según se trate de países desarrollados (PD), en vías de

desarrollo (PVD) o menos desarrollados (PMD); o según se trate de países alineados en algún blo-

que socioeconómico o no. A pesar de todo esto, se debe considerar mención a una serie de ele-

mentos que caracterizan claramente el nuevo ambiente creado:

• Los nuevos vínculos relacionals en los planos sociopolítico, técnico y económico, y en el comer-

cial, que han traído ya hace muchos años a la, por todos sabida, dinámica de globalización mun-

dial de la economía, a la internacionalización de la competencia y globalización del mercado.

• Los avances tecnológicos, la dinámica de cambio y la función de transferencia tecnológica en

los países más desarrollados. Se remarcan los avances en los procesos de información y comu-

nicación, en el transporte, en los procesos productivos, en la organización y administración de

las empresas, y en las formas de comercio y su promoción y gestión, como elementos clave para

la adquisición y sostenimiento de una buena posición competitiva de las unidades y los grupos

productivos. Todo esto provoca la aceleración de los procesos de internacionalización y globa-

lización económica, y su consolidación.

• El surgimiento de una dinámica de cambios estructurales y sistema evolutivo de crecimiento ex-

terno e interno en los grupos empresariales del Sistema Agroalimentario (SAA). Aumenta la im-

portancia relativa del SAA en la esfera socioeconómica, sobre todo en los países más

72

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

adelantados e industrializados. En dichos países, las empresas tratan de anticiparse a la evolu-

ción de los mercados con estrategias de innovación de marketing, incluyendo la inventiva de

clientes y asegurando su desarrollo con estrategias de crecimiento externo para lograr un cre-

cimiento superior al que obtendrían con el simple crecimiento interno y el ajuste al mercado sa-

turado o tendiendo a la saturación. Asimismo plantean una gran dinámica de localización o

ubicación de las unidades productivas, y una evolución creciente en la concentración tecnoló-

gica y de poder económico. La gran dinámica estructural caracteriza a las grandes empresas y

grupos en los países adelantados que practican operatòries estructurales.

• Los planteamientos diferentes a los precios de mercado para la búsqueda de los logros empre-

sariales, la asignación de recursos y las transacciones. Mientras para las commodities se puede

mantener una cierta perfección de competencia, en general se refuerzan las imperfecciones del

mercado, en base a asimetrías de la información, oportunismos, especificidad de activos que im-

plican diferenciación y por lo tanto no homogeneidad, conjuntos con cardinal pequeño, o a la

racionalidad limitada de los propios decisores empresariales.

• La tendencia a internalitzar en la empresa todas las transacciones posibles (producción y apro-

visionamiento de materias primeras o productos semi– elaborados, servicios técnicos, etc.) e in-

tegrar verticalmente desde arriba o hacia bajo de la cadena, todos los valores añadidos a los

cuales haya opción. No se descarta la posibilidad de externalizar fases del proceso productivo,

que se consideren onerosos o de resultado no eficiente para la empresa. Nace el nuevo con-

cepto de la Producción «Flexible», planteando el ajuste de dimensión a la demanda y el ajuste

de las transacciones y fases operativas en orden a la máxima eficiencia de todas las operacio-

nes y fases de la producción.

• La nueva cultura empresarial de los cambios brutales y la inseguridad. A la presión competitiva

y a las sostenidas amenazas mundiales nacidas de la internacionalización de la competencia, se

añade la volatilidad y la no previsibilidad de determinados parámetros o variables económicas

que influyen en los mercados y en los resultados de las empresas, lo que genera un ámbito de

incertidumbre y turbulencia. En el mundo financiero es importante cada día más la Ingeniería

financiera y sus técnicas, como forma de lucha y cobertura contra el riesgo y la incertidumbre.

• Los nuevos planteamientos en el campo del Marketing son confrontar las necesidades, requeri-

mientos, deseos y demanda de las personas y la sociedad, con los productos (bienes, servicios

e ideas) que deberán ser producidos y conducidos hasta el consumo, con unas intervinculacions

sectoriales, relaciones interprofesionales, y unas condiciones de entorno de tipo tecnológico, so-

ciopolítico y socioeconómico, que proporcionarán el nuevo rol de empresa– sistema o acepción

sistèmica de la actividad empresarial. Se propone también la Calidad Total y el Sistema de

Mejora Continua en el campo del Marketing como medida de aseguramiento de las necesida-

des, gustos y requerimientos de los clientes de las empresas, cada vez más exigentes.

Todo el anterior, dentro del marco de un mundo económico inestable, oscilante y de futuro

impredecible, ha creado en el mundo empresarial la imperiosa necesidad de diseñar plantea-

mientos estratégicos basados en la información –comunicación, el conocimiento, la tecnología, el

talento y el saber–hacer (know–how).

73

A. COLOM - E. SÁEZ

6. EL NUEVO MARCO DEL DESARROLLO RURAL: AMENIDADES YATRACTIVOS, VALORIZACIÓN PATRIMONIAL E IMPERATIVO DESOSTENIBILIDAD

Una cuestión importante de partida es como se tiene que plantear y cuál debe ser el objeto

del Desarrollo Rural, es decir, donde se pretende llegar en relación a los territorios y las personas

de los enclaves de las Comunidades Rurales. Una respuesta de siempre, pero también de ahora

con este nuevo marco, ese que se debe buscar e integrar los retos y envites, los recursos y lógi-

cas de acción, las medidas e iniciativas adecuadas y apropiadas para ayudar a mejorar la

Economía, la Sociología, el Medi Natural y la Calidad de Vida en las Zonas y Comunidades Rurales.

La definición del objeto global anterior se puede traducir en lenguaje de componentes: El

Desarrollo Rural supone la búsqueda dinámica de la SOSTENIBILIDAD y PERDURABILITAT de las

Comunidades Rurales, que se puede materializar y lograr a través de:

• La Sostenibilidad y Perdurabilitat ecológica y del Medi físico y natural.

• La Sostenibilidad y mejora de la dinámica demográfica.

• La Sostenibilidad y Perdurabilitat sociocultural en las Zonas Rurales.

• La Sostenibilidad y mejora económica y de la calidad de vida a través de la equidad, y de un

desarrollo eficiente.

Y en general se debe remarcar con el término Desarrollo eficiente y equitativo entre genera-

ciones y en cada época. Todos somos conscientes del conjunto de peligros negativos a las

Comunidades Rurales, producto del análisis continuado de científicos y expertos, a través de la

observación de los hechos y tendencias que brinda el paso del tiempo, de la utilización de indi-

cadores y variables demográficas, socioeconómicas, culturales, etc., y los condicionamientos so-

cioeconómicos que han ido aflorando en los últimos decenios.

La denominada crisis del Sector Agrario, la atracción urbanística, etc., ha llevado a la consi-

deración, entre otras, de los siguientes peligros y aspectos negativos que todos sabemos y que he-

mos podido observar:

• El paro y el éxodo rural. El envejecimiento de la población.

• El aislamiento de las comunidades rurales, la falta de nexos de relación socioeconómica, socio-

política y sociocultural.

• La carencia de incentivos socioeconómicos y debilidad económica (carencia de infraestructuras,

disminución nivel de renta, situación de dificultad técnica, productiva y comercial, etc.).

• La carencia de promoción y cultura empresarial, y la tendencia a empeorar.

• La inviabilidad de determinadas acciones empresariales existentes.

• El impacto ambiental, la desertización, la erosión, el desequilibrio ecológico flora–fauna, etc.

Es sabido por todos los intentos, a veces en vano, de revitalizar zonas rurales en base a pro-

gramas que hasta la actualidad, han ido aplicando las Administraciones nacionales, regionales o

locales en los diferentes ámbitos, y que se pueden resumir: políticas agrarias, políticas alimenta-

rias y de sanidad pública, formación de formadores y de dirigentes, refuerzo de las capacidades

locales, asistencia técnica, vulgarització, incitaciones en favor de las iniciativas del sector privado

74

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

previo catálogo de posibilidades, políticas medioambientales, subvenciones e inversiones directas,

mejoras en la coordinación gubernamental: intranacional y supranacional, transferencias y pro-

gramas especiales en favor de la ocupación, esfuerzos para el desarrollo a nivel local, programas

especiales de sanidad, d’educación y formación, mejora de infraestructuras, etc.

Hoy en día, ante la necesidad de una revitalización generalizada, los espacios rurales no pue-

den ser considerados independientemente, sino que ha de establecerse una relación importante

de interdependencia con los otras espacios y así el sector primario, base de la ruralidad, con los

otros sectores. Se deben potenciar las relaciones con los espacios periurbanos y urbanos a través

de movimientos migratorios periódicos y alternantes, desplazamientos de aprovisionamientos ali-

mentarios, de diversos inputs, de materiales y recursos varios, acceso a determinados servicios y

también pensando en el desarrollo de usos recreativos y residenciales, es decir, gestión del ocio,

que cómo se sabe, cada día va en aumento.

Pero también esta relación puede ser inversa, proporcionando la oferta de productos con ori-

gen en los espacios rurales a foros de mercado establecidos en los espacios urbanos. Atendiendo

a estos aspectos y tratando de analizar y comprender la lógica de las dinámicas rurales, se plan-

tea hoy en día la reformulació del espacio rural, envuelto quizás en un determinado estado de

abandono, pero con un gran potencial de diversidad socioeconómica y que solicita un trata-

miento integral en la formulación de objetivos de uso y actividades, el análisis de recursos en-

dógenos y la posible introducción de recursos externos, dentro de un amplio marco de

ordenación del territorio.

Los espacios rurales se ven evolucionar en estos últimos tiempos entre dinámicas territoriales

y dinámicas sectoriales, entre ordenación del territorio y las lógicas sectoriales de las actividades

económicas que las constituyen. Esta era una de las frases que se le oía decir al malogrado cole-

ga Christian Huillet1 y que dictaba en sus ponencias, fuente de las suya experiencia como res-

ponsable del Desarrollo Rural dentro de l’OCDE, y que ha tenido gran relieve respecto la

influencia que han tenido sus teorías sobre el desarrollo rural de los países occidentales.

Se evoca continuamente la diferencia entre las regiones o comarcas bien localizadas en ejes

de desarrollo e intercambio económico, donde se concentra la producción, el comercio, la pobla-

ción y la riqueza, y por otro lado las regiones o comarcas más marginales, con problemas de re-

cursos tal vez, con características que las tildan como desfavorecidas quizás, pero con una

tendencia de resistencia al desarrollo o a la continua regresión. A toda fractura territorial de este

tipo, puede corresponder una fractura social que se aumenta ante circunstancias migratorias ha-

cia zonas urbanas o de gran desarrollo. Es muy común explicarnos estos hechos ante situaciones

de mala planificación u ordenación territorial, poca preocupación de sostén del dinamismo local,

poco estudio y análisis del territorio y sus potencialidades, bajo nivel de infraestructuras básicas,

etc. Se crea la necesidad de integrar los aspectos territoriales respeto los sectoriales, en en cuan-

to a actividades económicas que permitan equilibrar el territorio, redistribuir riqueza y equilibrar

75

1. Christian HUILLET, fue responsable de Desarrollo Rural durante los años 70 y 80, en la Organización parala Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con sede en París. Esta organización la componen los30 países mas desarrollados del mundo.

A. COLOM - E. SÁEZ76

el conjunto, sobre todo cuando se trata de zonas desfavorecidas, donde el criterio de eficiencia es

superlativo y debe complementarse con la captación de recursos exógenos y con un análisis muy

completo de potencialidades de actividad, basados a veces en recursos o patrimonios ocultos o

medio ocultos, de cariz natural, cultural, histórico, artístico, arquitectónico, etc.

¿Cuáles deben ser los envites y retos en la actual dirección y lógica de acción del Desarrollo

Rural actual?. Vamos a proponer un listado de 7 puntos como medidas y lógica de acción para

un desarrollo rural integrado y sostenible:

A. Definir la realidad actual del territorio, de la Comunitat Rural y del Entorno o Suprasistema am-

biental (con los componentes demográfica, medioambiental, tecnológica, político –legal, socio-

cultural y económica), diseñando los futuros más probables.

B. Explorar nuevos recursos endògens y potencialidades, recursos exógenos, y necesidades, en

base al análisis de la situación actual y de el Entorno, que permitan el crecimiento económico

y la generación de ocupación sostenibles.

C. Mejorar las Infraestructuras básicas: Emergencias de salud, Aguas potables, Servicios eléctricos,

Telefonía, Viales, Protección civil, Protección frente incendios.

D. Explorar y lograr Filones de Ocupación a partir de la creación de nuevas empresas, posible in-

centivo para los emprendedores para poner sus ideas a trabajar y materializar acciones empre-

sariales (quizás con el apoyo de políticas activas de ocupación, y las figuras de las Unidades de

Promoción y Desarrollo, Escuelas Taller, Formación empresarial y Ocupacional, etc.), opción ex-

pansiva de empresas ya existentes, y los inherentes a políticas locales o regionales de Servicios

de Proximidad, Ocio–Cultura. Mejora de las Condiciones de Vida, Medios Audiovisuales, y

Mejora y Protección del Medio ambiente.

E. Favorecer las condiciones para el Crecimiento y la Competitividad Global de las empresas en

el contexto de un Entorno competitivo, evolutivo, interdependent y globalizado, incorporando

la nueva cultura de la Innovación Organitzacional, Tecnológica Productiva, y la Dirección

Estratégica Empresarial.

F. Aprovechar al máximo las posibilidades de los mercados inmediatos o próximos y plantear in-

novaciones de Marketing.

G. Establecer una relación estructural y funcional entre el Medio ambiente, el Crecimiento

Empresarial y la Ocupación.

7. LA NECESIDAD DE INTERPROFESIONALIDAD, ANÁLISIS CLUSTER YLA TEORIA DE LOS STAKEHOLDERS

Las Organizaciones Interprofesionales Agroalimentarias, que han experimentado un desarro-

llo importante en otros Estados miembros de la Unión Europea que se encuentran entre los más

competitivos en su estructura productiva, se configuran como órganos de coordinación y colabo-

ración de los diferentes sectores del sistema agroalimentario de un producto o grupo de produc-

tos, dónde pueden representar e implicar una fuerza generadora de transparencia dentro la

cadena de valor, una fuerza de progreso tecnológico y mejora competitiva, además de la promo-

ción de la calidad y la eficiencia.

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

Fundamentado sobre la dinámica europea y sobre todo de los países más avanzados, y de

acuerdo con el Tratado de Roma y los desarrollos regulatorios de la Unión Europea, el Estado es-

pañol y su Gobierno promovió y aprobó la Ley 38/1994, de 30 de diciembre, reguladora de las

Organizaciones Interprofesionales Agroalimentarias (OIA). La presente Ley, actualmente vigente,

tiene por objeto regular el reconocimiento de estas organizaciones interprofesionales agroalimen-

tarias, como entes de naturaleza jurídica privada y la de sus finalidades. Asimismo regula la apro-

bación de los acuerdos que se tomen en su ámbito, dentro del marco de las relaciones

interprofesionales en el sistema agroalimentario, en los casos establecidos y a efectos de lo dis-

puesto en dicha Ley.

La Ley 38 cita que se entiende sistema agroalimentario, a efectos de lo establecido por la mis-

ma, el conjunto de los sectores agrícola, ganadero, forestal y pesquero, así como la transforma-

ción y comercialización de los productos. El artículo 2 de la Ley 38/1994 explica el concepto de

las organizaciones interprofesionales agroalimentarias. Por organización interprofesional agroali-

mentària, dice, se entenderá, a efectos de la presente Ley, aquella, de ámbito estatal o superior al

de una Comunidad Autónoma, que esté constituida por organizaciones representativas cualquiera

que sea la naturaleza jurídica empresarial de sus representados, de la producción, de la transfor-

mación y si procede de la comercialización agroalimentaria. El artículo 3 de la Ley describe las fi-

nalidades de las organizaciones interprofesionales agroalimentarias, y dice que las OIA se

constituirán con todas o algunas de las siguientes finalidades:

1. Llevar a cabo actuaciones que permitan un mejor conocimiento, una mayor eficiencia y una ma-

yor transparencia de los mercados.

2. Mejorar la calidad de los productos, y de todos los procesos que intervienen en la cadena agro-

alimentaria, efectuando el seguimiento desde la fase de producción hasta su llegada al consu-

midor final.

3. Promover programas de investigación y desarrollo que impulsen los procesos de innovación de

los diferentes sectores.

4. Promocionar y difundir el conocimiento de las producciones agroalimentàries.

5. Promover actuaciones que faciliten una información adecuada a los intereses de los consumi-

dores.

6. Realizar actuaciones que tengan por objeto una mejor defensa del medio ambiente.

7. Desarrollar acciones que permitan una permanente adaptación de los productos agroalimenta-

ris a las demandas del mercado.

8. Elaboración de contratos tipos compatibles con la normativa comunitaria.

Gracias a esta Ley y las dinámicas positivas de algunos sectores se han observado OIAs, que

han ido estructurando, organizando y operando planes de acción en beneficio de todos los sub-

sectores componentes correspondientes, con prácticas de medidas de mejora global del sector y

en muchos casos de la tecnología y de la cadena de valor.

Otro concepto importante para la dinamización socioeconómica de un determinado territorio

es el de Clúster, relativo a la agregación o acumulación de empresas, instituciones, actores pro-

ductivos y comerciales que se relacionan con un determinado producto o grupo de productos.

77

A. COLOM - E. SÁEZ78

Los Clústers o Agrupamientos o Racimos de Michael Porter, suponen un modelo paradigmá-

tico construido para estudiar, analizar y comprender mejor la nueva Economía Competitiva, en el

contexto de la Globalización, y bajo el imperativo de la nueva cultura estratégica de la dirección

y gestión empresarial.

¿Que es un Clúster?. Los Clústers son concentraciones geográficas de empresas e instituciones

inter–conectadas, dentro de un determinado campo de actividad. Un Clúster se compone de un

conjunto de empresas e industrias intervinculades y otras entidades interrelacionadas y orientadas

dentro de un campo competitivo concreto.

Se incluyen desde las empresas de proveedores de inputs productivos en general, como ma-

terias primeras y auxiliares o servicios, o de los inputs especiales tanto de maquinaria, compo-

nentes, servicios, tecnologías, etc., o proveedores de infraestructura especializada o de alta

tecnología; incluyen desde luego las industrias de los productos principales, también se incluyen

por extensión el conjunto de empresas que actúan a lo largo de los canales comerciales y hasta

que el producto o productos llegan al consumidor, y todo el conjunto de empresas y expertos re-

lacionados (manufacturas, productos complementarios, envases y embalajes, transporte, etc.); fi-

nalmente, pueden incluir instituciones y Administraciones públicas que tienen un papel de apoyo,

influencia e implicación con respecto a las actividades económicas del Clúster (Agencias de

Extensión, Universidades y departamentos Universitarios, Institutos Tecnológicos y Centros de

Investigación y Desarrollo, Fundaciones, Federaciones y Asociaciones empresariales diversas,

Asociaciones de Comercio, etc.) proporcionando formación, trainning especializado, información

diversa, I+D, apoyo tecnológico, apoyo comercial, etc.

Figura 4. Ejemplo del Clúster de las Plantas Aromáticas y Medicinales (PAM) en España

Desarrollo rural sostenible y PAC en la Unión Europea: una historia inacabada. Nuevos...

Se trata pues, de una extensión del concepto de filiére del profesor Malassis, orlada con una

mayor profundidad relacional e institucional, y puede ser un instrumento de análisis estratégico

útil en el contexto del marketing y la gestión empresarial. En la figura 4 se presenta el ejemplo

del clúster de plantas aromaticas y medicinales del Estado español.

Una consecuencia lógica del análisis del clúster es el conocimiento de los detalles y concre-

ciones sobre las relaciones y vinculaciones entre todos los operadores o actores dentro del clús-

ter, y sus intereses dentro la industria o entramado empresarial e institucional.

Una ventaja cardinal sería también el conocimiento y la transparencia a lo largo de la cadena

de valor, así como la especificación de la interprofesionalidadt (por ejemplo del sector porcino y

todo el entramado relacional a lo largo de la cadena alimentaria de carne porcina, o del sector de

la alfalfa, forrajes y transformados) y los intereses y beneficios de todos.

Una teoría que se relaciona en la actualidad para sintonizar con los anteriores elementos y

conceptos, y que puede servir como base de una buena interpretación y análisis, es la Teoría de

los Stakeholders y de la Buena Governanza. En síntesis, esta teoría trata d’explicar como las per-

sonas, grupos y las organizaciones, desde diferentes escenarios, situaciones y puntos de vista, pue-

den trabajar y beneficiarse juntos o mutuamente, dentro de un entorno de creciente complejidad

política, social y económica.

Stakeholders, son aquellos quienes tienen algún interés en unas particulares decisiones y ac-

tuaciones (individuos o grupos de interés), cualquier quien sea, individuos o representantes de un

grupo. Incluye gente que pueden promover una decisión, o pueden influenciarla, se pueden be-

neficiar con ella, o también verse afectados por ella. Para llegar al beneficio para todos o benefi-

cio mútuo entre todos los Stakeholders, tiene que existir una Buena Governanza.

Elementos clave por esta buena gobernanza son: la comunicación, la construcción de con-

senso, la conceptualización y comprensión de conflictos, el diálogo, la consulta, el debate, el aná-

lisis, la discusión, el saber escuchar, la comprensión, el sentimiento democrático, el saber generar

alternativas, la transparencia, los cambios graduales y el progreso, los foros, la participación y co-

operación, la empatía, y el aprender a saber ganar todos.

Tienen importancia los denominados procesos Multi–Stakeholders (PMS). Se utiliza este tér-

mino para describir los procesos entre Stakeholders, con:

• Intención de traer a todos los Stakeholders dentro una dinámica de todos juntos, con nuevas

formas de comunicación, de estructurarse por buscar y encontrar decisiones, o bien de gene-

rarlas conjuntamente, sobre un determinado tema.

• Capacidad de reconocimiento mutuo y conseguir equidad y respeto en las comunicaciones y

diálogos entre los Stakeholders y sus puntos de vista.

• Principios democráticos de transparencia, cooperación y participación.

• Intención y objetivo de crear partenariados y grupos de trabajos y proyectos entre ellos.

• Aprender a saber ganar todos juntos.

8. NOTA FINAL

Ante este nuevo periodo que teóricamente empezó en 2007, tenemos favorablemente una ex-

periencia europea bajo el código de las buenas prácticas y de los retos que se han ido consi-

79

A. COLOM - E. SÁEZ

guiendo. La labor de los observatorios tecnológicos y de las buenas prácticas va dando sus frutos.

A pesar de todo, el cambiante mundo agrario acontece hoy en día con nuevos horizontes pro-

porcionados por el cambio tecnológico permanente, y la influencia fuerte de la biotecnología, y

cuando menos por su efecto sobre los cultivos de cereales y otros, el impacto en los mercados de

la producción de bio fuel y bio etanol, dentro el panorama global y su posible impacto en Europa.

La UE tiene un modelo especial de agricultura que responde a las necesidades de la sociedad

civil, en cuanto a sus expectativas en materia de producción de alimentos, inocuidad de dichos

alimentos y su calidad, normas medioambientales y conservación del entorno rural, relaciones con

el mundo en desarrollo (comercio agrícola sobre todo y cooperación para el desarrollo) y grado

de satisfacción a cambio de sus impuestos. La PAC es el medio por el cual se logra todo esto. El

camino recorrido desde la ayuda que generaba un exceso de producción hasta un sistema que no

perjudique al medio ambiente y esté orientado hacia el mercado ha sido muy largo. Pero todos

hemos de comprender que se trata de una historia inacabada. Por ello, esta «evolución verde» (que

no revolución) todavía no ha llegado a su fin.

La PAC de hoy en día es una elección política de nuestra sociedad. Pocas personas pueden

imaginarse el que sería del patrimonio natural y paisajístico y también del patrimonio cultural y

también del gastronómico, folklórico, etc. de la UE sin ella. Es necesario el espaldarazo de los con-

sumidores, contribuyentes y de toda la sociedad, para evitar el riesgo del abandono de las tierras,

la degradación del entorno rural, el aislamiento de los territorios rurales y las personas que allí

viven, la pérdida de ocupaciones e incluso el declive del tejido social de muchas de nuestras zo-

nas rurales. Esperemos que el actual modelo y los que vengan en el futuro proporcionen siempre

el fundamento, el método, los recursos y las lógicas de acción óptimas, dentro del concepto de un

eficiente desarrollo rural sostenible.

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81

Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario (2007-2008), 11, 83-104

APLICACIONES PRÁCTICAS DE LO LEGENDARIO YEL DESARROLLO RURAL: UNA PROPUESTA DE

RUTA ARAGONESA DEL GRIAL*

Antonio Martínez Valero

INTROITO

Es un hecho aceptado, al que incluso nos hemos referido en éste mismo foro del Sicoder en

numerosas ocasiones, que en el medio rural, el turismo, la actividad turística, ha supuesto un ba-

lón de oxígeno para las maltrechas economías que dependían de actividades tradicionales agrí-

colas y ganaderas, que están en declive o desaparecidas. El turismo en el medio rural, ya sea de

naturaleza, de aventura, deportivo, etc., es un fenómeno que contribuye a la creación de empleo

y a la fijación de la población e incluso, el llamado turismo cultural, a la protección y manteni-

miento del patrimonio. Sin el uso económico del patrimonio en todas sus facetas, gran parte del

patrimonio histórico y cultural de nuestro medio rural habría continuado su lenta pero inexorable

desaparición, al no valorarse su utilidad mercantil directa o indirecta.

Recordaremos que el patrimonio cultural, de acuerdo con la Ley 3/1999 del Patrimonio

Cultural Aragonés «Es el conjunto de elementos naturales, o culturales, materiales e inmateriales,

tanto heredados de nuestros antepasados como creados en el presente, en el cual los aragoneses

reconocen sus señas de identidad y que ha de ser conservado, conocido y transmitido a las gene-

raciones venideras, acrecentándolo».

Junto a ésta definición del patrimonio, en éste caso alusivo al aragonés, (sólo por elegir una de-

finición próxima, pues cualquier otra nos hubiera servido o ésta misma cambiando aragoneses, por

leoneses, riojanos, polacos, gambianos o chilenos...), aludiremos a una definición de turismo cultural

que igualmente nos sea útil, como que es «aquel cuya finalidad es conocer a fondo un lugar, su gen-

te, sus costumbres, y en el que el turista se dedica a visitar lugares históricos, monumentos, edificios,

asistir a espectáculos específicos de música, arte y a disfrutar de la gastronomía...».

El patrimonio cultural lo componen numerosos apartados a los que se les califica como «bien

cultural», marcando en ésa definición, que los consideramos un «valor», por tanto, algo a mante-

ner, proteger y cuidar e incluso acrecentar.

Dentro de esos apartados, que vienen a ser las estanterías donde se almacenan los bienes en

el gran armario del patrimonio cultural, se encuentra una, la del patrimonio antropológico que en-

tre otras cosas contiene a su vez otro cajón, pequeñito y ligero por su contenido. Es el del patri-

monio legendario, donde están las leyendas de nuestros lugares, las historias de nuestra infancia,

las narraciones de nuestros abuelos, las que transmitimos a nuestro hijos y nietos, las que nos ha-

cen evocar tiempos pasados o imaginarios, las que nos provocan sentimientos, nos hacen llorar o

reír, temblar de miedo o alegrarnos, nos generan escepticismo o alegría... en cualquier caso, no

83

*. Ponencia presentada al XXI SICODER (Simposio de Cooperativismo y Desarrollo Rural), celebrado enMorillo de Tou (Huesca) del 28 al 30 de marzo de 2008.

A. MARTÍNEZ

nos dejan indiferentes, y nos hacen ver los lugares y paisajes que nos rodean así como su histo-

ria, con un halo mágico, una mirada más ingenua, idealista y feliz.

¿Por qué pues, no utilizar ése patrimonio para aderezar, hermosear más bien, el resto del pa-

trimonio cultural del que disponemos, la oferta turística que ofrecemos a quienes nos visitan o

queremos que lo hagan?. El patrimonio legendario, nuestras leyendas y mitos, pueden convertir-

se en un elemento movilizador de recursos y complementar una oferta turística que a veces se pa-

rece demasiado a la del valle de al lado o al pueblo vecino.

KYRIE ELEISON

Nos detendremos aquí brevemente para conocer qué son las leyendas.

Dice María Moliner en su archiconocido diccionario, que leyenda, gerundio del latín legere,

(leer), en su segunda acepción significa, narración de sucesos fabulosos que se transmite por tra-

dición como si fueran históricos. Otra definición clásica es la de relación de sucesos que tienen

más de tradicionales o maravillosos que de históricos o verdaderos e incluso la moderna wikipe-

dia nos la define como una narración oral o escrita, con una mayor o menor proporción de ele-

mentos imaginativos y que generalmente quiere hacerse pasar por verdadera o fundada en la

verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad.

Pero veamos como define la leyenda el mayor especialista, maestro y referente clásico, Arnold

van Gennep, (Ludwigsberg 1873–Bourg–la–Reine (París) 1957) alemán de nacimiento y el mayor

especialista europeo en los estudios folklóricos franceses, en su ya clásico trabajo titulado La for-

mación de las leyendas:

Siguiendo su estudio de las narraciones y sus distintos tipos, la leyenda para van Gennep, es una

narración en la que el lugar de la acción se indica con precisión, los personajes son individuos de-

terminados y sus actos tienen un fundamento que parece histórico y son de cualidad heroica.

Juntamos las cuatro definiciones, y nos resulta una nueva que sería:

Narración que se transmite por tradición, de forma oral o escrita, de sucesos fabulosos, ma-

ravillosos o imaginativos que se hacen pasar por verdaderos e históricos, ligada a elementos rea-

les o personajes determinados que realizan hechos, a menudo heroicos, en lugares precisos.

GLORIA

En Aragón disponemos de un amplio repertorio de leyendas, algunas con pequeñas variacio-

nes, comunes a otras culturas; muchas de ámbito y conocimiento localizado, otras muy conocidas

y que trascienden el territorio, y las más, ignoradas por una sociedad en la que ya se cuentan po-

cos cuentos... por lo menos legendarios.

Echemos un pequeño vistazo a las distintas clasificaciones que los distintos estudiosos han

venido agrupando según su opinión.

No podríamos comenzar por alguien que no fuera el fallecido profesor D. Antonio Beltrán,

que en su prolífica labor docente e investigadora, hizo un gran trabajo divulgativo de algunas de

las leyendas más conocidas e interesantes de nuestra comunidad.

84

Aplicaciones prácticas de lo legendario y el desarrollo rural: una propuesta...

D. Antonio, cuando habla del origen y formación de las leyendas, menciona los mismos con-

ceptos que hemos mezclado en nuestra definición última y dice que ...las leyendas y tradiciones

las crea, adapta o conserva el pueblo, que las transmite, con frecuencia oralmente, a través de ge-

neraciones, que las altera en un proceso complejo y confuso, y que pueden nacer tanto de un he-

cho real importante, como de una anécdota banal, de cualquier circunstancia histórica

deformada o partir de una idea religiosa, de culto o simple devoción e incluso originarse como

una simple invención estimulada por la fantasía, el sentimiento poético o la necesidad de conse-

guir una explicación racional para algo excepcional, ajeno a lo cotidiano o que escapa a la com-

prensión de las gentes. Cuándo, cómo, dónde y porqué aparecen las leyendas no puede exponerse

según normas generales, comunes para todas, y en cada caso serán fruto de procesos peculiares...

El Dr. Beltrán las citas agrupándolas en:

• Leyendas de tema arqueológico.

• Datos históricos o arqueológicos como origen de leyendas.

• Leyendas de base histórica medieval.

• Noticias fantásticas y leyendas en la fundación de las ciudades.

• Historias de los Pirineos y otras montañas.

• Historias de brujas.

• Historias de diablos y endemoniados.

• Historias de amor.

• Leyendas de Teruel.

• Leyendas de la Sierra de Albarracín.

• Leyendas de moros en Aragón.

• Leyendas del valle de Benasque y de las montañas pirenaicas.

• Leyendas de Daroca.

• Leyendas de gigantes.

• El Santo Grial, el cáliz de San Juan de la Peña y Aragón.

• Leyendas de origen literario.

• La inquisición.

• Leyendas y cuentos aragoneses.

• Cuentos y tradiciones.

• Historias de personajes.

Otro historiador y escritor aragonés bien conocido, José Luis Corral, en su libro Mitos y le-

yendas de Aragón, agrupa éstas últimas en:

• Leyendas populares y leyendas cultas.

• Leyendas de reyes, héroes y otros personajes.

• Leyendas históricas.

• Leyendas de vírgenes, santos y milagros.

• Lugares legendarios.

• Lo fantástico y lo imaginario: animales, cosas y seres fabulosos.

Sin embargo, se lamenta de que a pesar de que ...la fecunda historia aragonesa, la gran can-

tidad de monumentos, la abundancia de accidentes geográficos de cierto relieve y la profusión de

tradiciones laicas y religiosas han contribuido de manera decisiva a hacer de Aragón una tierra

85

A. MARTÍNEZ

generosa en leyendas, no hay a pesar de esa abundancia, o tal vez por ello, una recopilación sis-

temática que las recoja o las clasifique («Mitos y leyendas de Aragón», pág. 139).

El mismo José Luis Corral, cita en su obra el trabajo realizado por el también historiador D.

Agustín Ubieto de la conocida saga familiar, que publicó en 1998 Leyendas para una historia pa-

ralela del Aragón medieval, donde recoge nada menos que 359 leyendas de ése período históri-

co en Aragón, que recomendamos expresamente. Su magnífico trabajo va acompañado de unos

índices por leyendas, por lugares de origen y analítico de una claridad y utilidad extraordinaria.

La antología que realiza de los temas legendarios es la siguiente:

1. La conquista musulmana.

2. Reconquista y repoblación.

3. El mundo cristiano.

4. El mundo musulmán.

5. El mundo judío.

6. Relaciones entre cristianos y musulmanes.

7. Aspectos religiosos.

8. Aspectos socio–culturales.

Junto a estos historiadores que han recopilado y difundido las leyendas de Aragón, se en-

cuentran otros estudiosos no menos concienzudos y eficaces en su labor divulgativa como son,

Rafael Andolz, Alberto Serrano Dolader, Juan Domínguez Lasierra, Francisco Lázaro Polo, Manuel

Benito, José Antonio Adell y Celedonio García.

Estos últimos, en su trabajo Brujas, demonios, encantarias y seres mágicos en Aragón de 2001, ha-

cen otra clasificación acercándose a un mundo de magia y misterio, de tradición y leyenda (Pág. 11):

1. Las Brujas.

• Las Brujas.

• Historias de Brujas.

• El mal de ojo y hechizos mágicos.

2. El Diablo.

• Tras la huella de pateta.

• El diablo burlado.

• Endemoniados.

• Endemoniados de Santa Orosia.

3. Hadas, moricas y encantarias.

• Hadas y encantarias.

• Moros, moricas y princesas moras.

4. Gigantes, duendes y monstruos.

• Gigantes.

• Sacamantecas.

• Duendes, nemos (o menos) y «diapllerons».

• Dragones y serpientes.

5. Seres del inframundo.

86

Aplicaciones prácticas de lo legendario y el desarrollo rural: una propuesta...

• Las ánimas.

• Fantasmas.

• Extrañas apariciones.

6. Enigmas de la historia.

• Enigmas.

• Pasadizos secretos.

7. Las fuerzas de la naturaleza.

• Montañas míticas.

• La Noche Mágica de San Juan.

• En busca de la fertilidad.

Y para finalizar estos modelos de recopilaciones de leyendas aragonesas, yo mismo me atre-

vo a proponer otro orden de inventario:

1. Leyendas sobre el origen de Aragón.

2. Leyendas de contenido mitológico.

3. Leyendas de origen histórico.

4. Leyendas medievales.

5. Leyendas de origen religioso.

6. Leyendas de origen literario.

7. Leyendas sobre montañas mágicas y gigantes

8. Leyendas de moras y encantarias.

9. Leyendas sobre seres mágicos y fabulosos.

10. Leyendas de duendes, diaplles y menos.

11. Leyendas de brujas y brujones.

12. Leyendas sobre el diablo.

13. Leyendas de tesoros ocultos.

14. Leyendas heráldicas.

15. Leyendas de dragones.

16. Leyendas de amor.

La pretensión de todo este despliegue de inventarios no es otra que la de mostrar el rico y varia-

do patrimonio legendario que existe en Aragón, a menudo desconocido por los propios aragoneses.

LITURGIA

Nuestro objetivo, como ya hemos adelantado en la introducción, es el de utilizar parte de ése

patrimonio legendario para convertirlo en un recurso de turismo cultural.

Existen ya, desde hace unos pocos años magníficos precedentes que demuestran la bondad

de la propuesta. Nos referimos como ejemplo, a las Bodas de Isabel y Diego, los Amantes de

Teruel, cuya leyenda puesta en escena, teatralizada, moviliza a toda una ciudad durante un fin de

semana al año y atrae a miles de visitantes que crecen en cada edición. En el mes de febrero pa-

sado, se celebró desde el día 14 (San Valentín, otro acierto la fecha elegida) hasta el día 17, y

75.000 visitantes fueron atraídos a la ciudad de Teruel por la leyenda de los Amantes.

87

A. MARTÍNEZ

Esta representación, nacida hace escasamente doce años, tuvo la virtud de, además de esco-

ger una leyenda común a todas las culturas, en las que el amor imposible y la tragedia se unen,

comprometer en su realización a todo el tejido social de la ciudad de Teruel. Más de 125 grupos

distintos de ciudadanos instalan sus jaimas a lo ancho y largo de la ciudad. Cetrería, juegos de ar-

mas, mercados medievales, productos gastronómicos, exposiciones de armas medievales, juegos

de calle, todo dirigido a amenizar la estancia en torno al acto principal, la representación de la le-

yenda con actores no profesionales, habitantes de la propia ciudad.

El gusto por el disfraz y el aliciente de participar como «actor» en una macro representación re-

sultan tremendamente atractivos y movilizadores. De éste apoyo popular surgen sin duda los apoyos

institucionales y el éxito de público que se consigue cada año, garantiza su continuidad y difusión.

Existe otra propuesta turística que tiene como origen y contenido otra leyenda, ésta de origen

histórico y literario: la ruta del Cid Campeador. Sin embargo, ésta trasciende el territorio de

Aragón, formando parte de la misma, ocho provincias de tres comunidades autónomas. En mi opi-

nión, ha tenido escaso eco a pesar de la participación institucional. Probablemente ese origen, sin

una aceptación y propuesta popular previa que acoja el proyecto, es su mayor problema, pues a

pesar de algunas actividades puntuales en algunas de las localidades que forman parte de la ruta,

y un repunte en las actividades con motivo del 800 aniversario de las hazañas del Cid, no parece

que cale una propuesta global de actuación sobre el territorio que comprende. Su fórmula de ges-

tión mediante el Consorcio Camino del Cid, del que forman parte las diputaciones provinciales de

las ocho provincias mencionadas (Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia

y Alicante) y cuya presidencia es asumida de forma rotatoria por cada presidente de Diputación

por un período de un año, debería ser revisada pues no parece ser muy eficaz.

Otras leyendas, de ámbito local, son aprovechadas con mayor o menor fortuna para dotar de ac-

tividad lúdica y atraer un determinado turismo, a menudo en el período estival a algunos de nuestros

cada día menos poblados pueblos. En la localidad de Trasmoz, por ejemplo, con gran acierto y el apo-

yo de una asociación local, han convertido el pasado brujeril del pueblo y su tenebroso castillo en un

festival de brujería y magia en el que con buen humor, además de los correspondientes disfraces, mer-

cado y juegos, elijen a la «bruja del año». Sin embargo en localidades como Tella, donde incluso exis-

te un pequeño museo dedicado a las brujas y su mundo, del que formó parte éste pequeño pueblo

y sus montañas, no ven con buenos ojos a los escasos visitantes que se atreven a preguntar por el lu-

gar y sus historias de brujería. Sin ir más lejos, recordarán ustedes lo que suponía hasta hace poco

preguntar en Calatayud por la Dolores, personaje real con una conocida historia de origen folclórico,

y que actualmente cuenta un pequeño museo donde estuvo la fonda en la que trabajaba, que reha-

bilitada con inversiones públicas, alberga también un pequeño hotel y restaurante.

Bien, llegados aquí, deberemos de comenzar a buscar en el armario de las leyendas una que nos

sirva para mostrar nuestra propuesta. ¿Pero, cuál elegimos, de entre tantas como sabemos que hay?

Vamos a establecer algunos criterios, para elegir una que nos facilite las cosas y nos deje tra-

bajo adelantado:

• Que sea conocida.

• Que trascienda lo local.

• Que agrupe elementos evocadores.

88

Aplicaciones prácticas de lo legendario y el desarrollo rural: una propuesta...

• Que permita crear un itinerario visitable.

• Que incluya elementos patrimoniales de calidad.

Excluyendo algunas rutas turístico culturales que ya están creadas, como la Ruta del Tambor,

los Caminos de Santiago, el citado Camino del Cid e incluso parcialmente la Ruta de Goya (pues-

ta en marcha para el segundo centenario de su muerte, pero sin continuidad de las actuaciones,

y a falta igualmente de una ruta de Goya en la ciudad de Zaragoza), algunas leyendas cumplirían

varias de las condiciones propuestas: una de origen mitológico, la de Hércules por las comarcas

occidentales de Aragón, desde Tarazona y Moncayo hasta las tierras altas de las Cinco Villas, otra

de origen literario, las de las aventuras de Pedro Saputo, o de origen histórico, la expedición mi-

litar de Carlomagno hasta Zaragoza y la posterior derrota de su ejército en tierras pirenaicas, pro-

bablemente del valle de Hecho, o una posible ruta de los viajes de Lucien Briet por el Alto

Aragón... etc.

Sin embargo, buscando y filtrando con los criterios establecidos, proponemos la creación de

LA RUTA DEL SANTO GRIAL en ARAGÓN.

Mencionar el Santo Grial, es mencionar una de las leyendas europeas más conocidas desde la

alta edad media, que ha inspirado a escritores, trovadores, poetas, pintores, caballeros, reyes... y

en la que se encuentra, lo literario, lo esotérico, lo histórico, lo religioso... En dicha leyenda con-

fluyen a lo largo de la historia asimismo, otros elementos evocadores: las cruzadas, la edad media

en conjunto, la búsqueda de la vida eterna, y en pos de ella, desde los cátaros, los templarios, la

fabulosa corte de Arturo, Merlín, Ginebra, y los caballeros de la Tabla Redonda, pasando por el

insigne compositor Wagner que revitalizó la leyenda componiendo en 1882 su ópera Parsifal de

enorme éxito en una época en la que estaba de moda el romanticismo, hasta los nazis del sinies-

tro Himmler, para llegar hasta nuestros días con el Séptimo Arte, Steven Spielberg y la Última

Cruzada de Harrison Ford, Sean Connery y su Primer Caballero en carne mortal de Richard Gere,

o los irreverentes Monty Phiton y su hilarante Los caballeros de la Mesa Cuadrada, por no citar

los éxitos de ventas de miles de novelas, pseudonovelas y best–sellers que tienen como protago-

nista al Santo Grial y su búsqueda. Desde la saga de los Hijos del Grial de Peter Berling hasta el

éxito de Dan Brown, el Código Da Vinci, de doble éxito, literario y cinematográfico.

Evidentemente, la leyenda elegida, creemos que cumple holgadamente el criterio de ser co-

nocida así como el de trascender lo local y contener suficientes elementos evocadores, moviliza-

dores de sensaciones y sentimientos.

No obstante, aunque resulte tan sumamente conocida, resumiremos aquí su desarrollo para

poder continuar nuestro trabajo.

HOMILÍA

En Europa, en torno al año 1000, además de la religiosidad que impregnó todos los ámbitos

de la sociedad, por la creencia en el fin de los tiempos, hubo acontecimientos muy trascendentes

para la época, fundamentalmente las llamadas cruzadas, que en su origen pretendían liberar los

paisajes bíblicos y los Santos Lugares de la pasión de Cristo, de la opresión, la impiedad y la pro-

fanación de los sarracenos. Las cruzadas (1095–1291) reavivaron en toda Europa el culto y pro-

pagación de las reliquias, creándose un verdadero mercado y comercio de las mismas,

89

A. MARTÍNEZ

compitiendo los monasterios e iglesias entre sí, ya que las mejores reliquias atraían más peregri-

nos y por tanto, limosnas. Tal fue el cúmulo de reliquias que aparecieron en el mercado, que sólo

como ejemplo diremos que en 1510, el inventario de la iglesia de Wittemberg detallaba más de

5.500 reliquias y tras investigar caso por caso a 19 santos se hallaron dispersos por iglesias y con-

ventos de la actualidad 121 cabezas y 136 cuerpos de los mismos... Alfonso Valdés, mencionaba

que había visto 14 ejemplares distintos del prepucio de Cristo, en Roma, Burgos y Amberes.

En Francia hay inventariados en distintas iglesias y monasterios, hasta 500 dientes del Niño

Jesús, varios litros de leche de la Virgen María e innumerables plumas atribuidas al Espíritu Santo.

(Opus Diaboli. Karlheinz Deschner. Pág. 66. Editorial Yalde. 1987).

Con los «Lignum Crucis» o trozos de madera adjudicadas a la Vera Cruz o auténtica cruz en la

que murió Jesucristo, podrían «cargarse varias carretas», decía el mismo humanista Valdés en 1529

y en la Basílica de Letrán se conserva la supuesta mesa de la Última Cena, y en Viena los mante-

les. Del culto a éstos supuestos restos sagrados no se libraba nadie de la época. Tan crédulo re-

sultaba un labrador como el mismísimo rey de Francia, Luis IX, San Luis, que le compró al

emperador de Bizancio nada menos que una espina de la corona que llevó Jesucristo en su Pasión,

por una cantidad desorbitada de dinero. Como desorbitado fue el gasto para construir una capilla

en París que albergara dignamente la supuesta reliquia y otras más que le añadieron en el lote: la

Santa Capilla, que ha llegado hasta nuestros días como uno de los mejores ejemplos del gótico.

También nuestro país pasó por la fiebre de las reliquias y por haber, hay hasta 20 «Sábanas

Santas» cuyo dudoso mérito es el de haber estado en contacto con la de Turín, hasta 300 muelas

de Santa Oria (algunas de asno), medio centenar de espinas de la corona de Cristo que se guar-

dan en nuestras catedrales, junto a una porción del pesebre de Belén, barro con el que Dios fa-

bricó a Adán, centenares de plumas de arcángeles, sin olvidar el mantel de la Santa Cena y un

Santo Pañal que se conserva concretamente en Cáceres, en la catedral de Coria.

De todas las reliquias, las más importantes eran las que habían tenido algún supuesto con-

tacto con Jesucristo, y de todas ellas, la más admirada, la más sagrada, la sangre de Cristo y los

objetos que la contuvieron o contenían, que generaron multitud de leyendas. Y entre ellas, la más

importante, la del SANTO GRIAL.

A finales del siglo XII, se difundió la leyenda de la existencia del Santo Cáliz que Jesucristo

había utilizado en la Última Cena, instituyendo con él el sacramento de la misa. En éste mismo

Cáliz, uno de sus seguidores, José de Arimatea, había recogido su sangre en el Calvario tras ha-

berle atravesado el soldado romano Longino con su lanza. Tras la desaparición del cuerpo de

Cristo del sepulcro, José de Arimatea fue apresado acusado de haber hecho desaparecer el cuer-

po para fingir la anunciada resurrección. Estando en la cárcel, Cristo se le apareció entregándo-

le el Cáliz. Al poco tiempo, San Felipe, envió a trece de sus discípulos a Inglaterra, a evangelizar

la isla. Uno de ellos era José de Arimatea, que llevó consigo la Sagrada Copa, estableciéndose

con su familia en Glastonbury o Avalon fundando la primera iglesia consagrada a la Virgen. En

esta iglesia quedó depositado el Grial, para el servicio de la misa. A la muerte de José, su cuña-

do Bron al que llamaban el Rico Pescador le sucedió en la dirección de la comunidad. Según otras

versiones, el Grial quedó depositado en un castillo en la montaña llamada MontSalvat o Monte

de la Salvación bajo el cuidado y protección de un guardián conocido como Amfortas, el Rey

Pescador, el cual recibió un día una herida producida por la misma lanza con la que Longinos

90

Aplicaciones prácticas de lo legendario y el desarrollo rural: una propuesta...

hirió a Jesucristo. La herida, era incurable y mientras no cicatrizara provocaba la ruina del reino,

puesto que la tierra no produciría ninguna cosecha. En aquel mismo castillo junto al Santo Grial,

y la lanza de Longinos, se custodiaba igualmente una bandeja sagrada.

Las historias sobre el Grial aparecen en el siglo XII, en pleno esplendor de las cruzadas, y se di-

fundieron por todo occidente gracias a la obra Los cuentos del Grial escrita por el trovador Chrétien

de Troyes (entre 1178 y 1181) que basada en distintas leyendas de origen céltico, inauguraba con

enorme éxito la novela de caballerías. Chrétien falleció sin terminar su obra que otros autores se

ocuparon de acabar. Asimismo, surgieron nuevos escritores, (monjes y trovadores) que aportaron

nuevos relatos en torno al Grial. De ellos, los más importantes fueron Robert de Boron (c. 1200) que

amplió los contenidos expuestos por Troyes, cristianizándolos, así como Wolfram von Eschenbach

(c. 1207) y Albrecht von Sharffenberg (c. 1270) que vincularon por primera vez a los templarios con

la leyenda del Grial.

Al mismo tiempo que se difundía la leyenda, iban apareciendo por toda Europa supuestos

griales: en Gales, en el Montségur de los cátaros..., hasta el punto de que al llegar el siglo XVI,

nada menos que veinte cálices se disputan el honor de ser el auténtico que contuvo la sangre de

Jesucristo. De ellos, en los procesos de autentificación, van cayendo uno tras otro hasta llegar al

siglo XVII con sólo ocho en la controversia, la mitad de los cuales se encontraban en Francia: en

Lyon, la Baja Auvernia, en Reims y en Albi. La otra mitad, en Flandes, Génova (santo catino), el

de Jerusalén, y el español, que se encuentra en la catedral de Valencia.

En 1883, la crítica histórica artística, deja solamente tres en liza: el de Jerusalén, desapareci-

do cuando los musulmanes entraron en la ciudad en el año 638 al mando del Califa Omar, y sólo

recordado por los escritos del venerable Beda, el de Génova cuyo perímetro de 1,20 y su escaso

fondo no lo hacen apropiado para la contención de líquidos pero al que se le adjudica el haber

contenido el cordero de la Última Cena, y el de Valencia, que fue llevado a aquella ciudad en 1424

por Alfonso V el Magnánimo, tras haber sido cedido por los monjes de San Juan de la Peña en

1399 al rey Martin I el Humano.

Y aquí comienza la vinculación del Grial con nuestras tierras pirenaicas, y digo comienza por-

que a pesar de que muchos son quienes consideran el viaje del Grial solamente desde San Juan de

la Peña a Valencia, nosotros lo haremos al contrario, retrocederemos en el tiempo, para saber cómo

llegó y dónde estuvo ése Grial antes de llegar a manos de los monjes de San Juan de la Peña.

Paro ello, seguiremos la historia aragonesa del Grial, que existe, y seguiremos sus pasos de la

mano del deán de la catedral de Jaca, Dámaso Sangorrín y Diest–Garcés, en su trabajo El Santo

Grial en Aragón, publicado en la revista Aragón en distintos capítulos a los largo de los años

1927–1931, en el que utiliza un método deductivo y especulativo para justificar la presencia del

Grial en nuestras tierras, siempre ligado a los obispos de Aragón, y que se resume así:

José de Arimatea recogió el Cáliz, que San Pedro llevó consigo a Roma. A su muerte en el mar-

tirio, la Santa Copa, parte principal del ajuar sagrado de la incipiente iglesia, va pasando de Papa

en Papa (hasta 23) hasta llegar a Sixto II (257–258), martirizado igualmente por la persecución del

emperador Valeriano. Era su diácono (y ecónomo o tesorero diríamos ahora) el hispano Lorenzo,

que sufriría martirio igualmente pocos días después que el Papa Sixto, pero que tuvo tiempo de

encargar a un soldado cristiano, hispano como él, (algunas fuentes dicen que de nombre Perilo y

91

A. MARTÍNEZ

otras Cirilo), que protegiera el Cáliz y lo hiciera llegar a sus padres, Orencio y Prudencia que viví-

an en el lugar de Loret, o Loreto, cercano a la ciudad de Huesca. Junto al Cáliz dice la tradición que

llegó igualmente una carta de San Lorenzo, que se ha perdido, y un pie del mismo mártir que se

guardaba en la parroquial de Yebra de Basa junto a la cabeza de Santa Orosia. Tras la muerte de

San Orencio, el cáliz pasó a poder de los prelados de Huesca, y se dice incluso que la misma igle-

sia de San Pedro el Viejo se erigió para guardarlo. Desde el año 258 hasta el 712, se encuentra en

Huesca, en poder de sus obispos (160). Con la invasión de la península por los árabes, huyeron los

cristianos hacia la protección de las montañas pirenaicas, y el obispo de Huesca, Acisclo (tío de

Santa Orosia) se refugió en las cuevas del Monte Onturia en Yebra de Basa, llevando consigo los

objetos de culto y las reliquias más preciosas. De allí, pasó al que era entonces el monasterio más

importante, el de San Pedro de Siresa, en el Valle de Hecho, siendo obispo Ferriolo. Hasta su últi-

ma restauración, aún podía apreciarse en el suelo, al cruzar la puerta de entrada, un pentáculo in-

clinado que según la tradición señalaba hacia el hueco existente tras el altar, donde se dice que se

guardaba el Santo Cáliz. De allí pasó, en manos del obispo siempre, al monasterio de Santa María

de Sasave, que existió a unos pocos kilómetros de la villa de Borau, en el lugar donde hoy está la

ermita de San Adrián y donde consta documentalmente la existencia y sepultura de siete obispos.

Temporalmente, el obispo Mancio II, se trasladó a la sede real de Bailo, y a su iglesia junto

con la reliquia, en la época de máximo poderío del rey pamplonés Sancho III. El obispo, D. García

I, trasladó en 1044 su residencia a la ciudad de Jaca, que en aquellos años estaba reedificando el

primer rey de Aragón, Ramiro I, así como levantando su catedral, cuya advocación a San Pedro se

atribuye asimismo a la presencia del Grial. Es más, nuestro autor y guía expresa categórico que

«la catedral de Jaca se hizo para templo del Santo Cáliz». El obispo, para su residencia y culto de

la sagrada reliquia hizo construir una pequeña iglesia con habitaciones anexas junto a la catedral

en la actual plaza de San Pedro, que llegó como filial de la iglesia mayor hasta principios del si-

glo XIX en que se derribó por su estado de ruina.

En Jaca permaneció hasta el año 1076, en el que se lo llevó, enfatiza nuestro deán, el obispo

D. Sancho I al renunciar al cargo de obispo y retirarse a San Juan de la Peña, donde había sido

monje antes de ser obispo. El monasterio, construido inicialmente en el interior de una cueva bajo

el Monte de San Salvador (también llamado Pano), fue reedificado con todo lujo por el rey Sancho

Ramírez, protector del obispo Sancho I, y el Grial permanece allí desde entonces (en ésa época

comienza a difundirse las leyendas de Santo Grial), hasta el 26 de Septiembre de 1399, fecha en

la que los monjes del monasterio entregan el Santo Grial al rey Martin I el Humano, quien se lo

ha pedido al papa cismático aragonés, Benedicto XIII (el papa Luna), mientras éste negocia de

aquél su apoyo en la crisis del Cisma de Occidente.

Martin I les entrega a cambio a los reticentes monjes para compensarles, pues no tiene in-

tención de devolver el Grial, otro Cáliz más rico, de oro y piedras preciosas que se perdió en

1494 en uno de los devastadores incendios sufridos por el monasterio, y deposita el Grial, en

Zaragoza, en la capilla de Santa Isabel, ya desaparecida, de su palacio real de la Aljafería, y des-

de aquí aún viajará a su capilla del Palacio Real de Barcelona. Allí se encontraba nuestro Grial,

a su muerte sin descendencia en 1410. Su segundo sucesor, D. Alfonso V de Aragón, hizo llevar

a su palacio de Valencia en 1424 las numerosas reliquias del de Barcelona y su hermano y lu-

92

Aplicaciones prácticas de lo legendario y el desarrollo rural: una propuesta...

garteniente Juan II lo entregó definitivamente, siguiendo las órdenes del rey, el 18 de marzo de

1437 a la catedral de Valencia, donde se venera hasta hoy.

Siguiendo las cuentas de nuestro deán de Jaca, el Grial estuvo en Jerusalén y Roma, hasta que

llegó a Aragón, 258 años, en Aragón 1.141 años, y desde que salió de Aragón y en Valencia has-

ta el presente, 609 años. Como podemos apreciar, el tiempo en que se mantuvo en nuestro terri-

torio fue lo suficientemente largo, como para que podamos reivindicar su recuerdo, su paso y

estancia por nuestras tierra, y por tanto parte de su leyenda.

EUCARISTÍA

Nuestra historia aragonesa del Grial, nos ha compuesto otra de las condiciones que habíamos

establecido. Nos ha diseñado, un itinerario, accesible en su recorrido, y trufado de elementos pa-

trimoniales de primer orden:

• Ermita de Loreto.

• San Pedro el Viejo en Huesca.

• Ermitas del monte Onturia y parroquial en Yebra de Basa.

• Monasterio de San Pedro de Siresa (Valle de Hecho).

• Ermita de San Adrián de Sasave en Borau.

• Parroquial de Bailo. Actualmente dedicada a San Fructuoso.

• Catedral de Jaca.

• Monasterio de San Juan de la Peña (Santa Cruz de la Serós)

• Aljafería de Zaragoza.

• Palacio Real en Barcelona.

• Catedral de Valencia.

Aun cuando nuestra propuesta puede hacerse, evidentemente, extensible a Barcelona y

Valencia, trabajaremos previamente con el itinerario o RUTA DEL GRIAL POR ARAGON. Y para

ellos pondremos en marcha el siguiente esquema de trabajo:

• Inicialmente, y antes de su utilización turística y cultural, deberemos de divulgar lo suficiente

como para que se conozca y se asuma en aquellas poblaciones vinculadas, tanto la leyenda y la

relación del lugar con la misma, como la propuesta de itinerario cultural.

• Buscar el apoyo de la población al proyecto nos parece imprescindible. Puede crearse a tal efec-

to una Asociación Cultural donde se aglutine y organice dicho apoyo. Paralelamente, incorpo-

rar a las administraciones locales y comarcales, así como los respectivos grupos locales

vinculados a los programas europeos de desarrollo rural (Leader Plus, Proder...).

• Preparación de un plan director que incluya: un inventario patrimonial y de recursos turísticos, así

como un presupuesto económico que comprenda las necesarias inversiones publicitarias así como

las de infraestructuras necesarias (servicios, arreglo de caminos y accesos, empleo de guías...).

• Homogenizar la información. Señalizar la ruta diseñada.

• Uso de un logo identificativo y una señalética común en todo el recorrido.

• Para facilitar su difusión, junto a las necesarias guías y publicaciones, proponemos la creación

de un salvoconducto a la manera de carné, credencial o pasaporte similar, por ejemplo al utili-

93

A. MARTÍNEZ94

Fig. 1. Ermita de Loreto

Fig. 2. San Pedro el Viejo (Huesca)

Aplicaciones prácticas de lo legendario y el desarrollo rural: una propuesta... 95

Fig. 3. Yebra de Basa

Fig. 4. Ermita del Monte Onturia. Yebra

A. MARTÍNEZ96

Fig. 5. Monasterio de Siresa. Valle de Echo.

Fig. 6. Monasterio de Siresa. Interior de la iglesia. Al fondo tribuna y puerta pral.

Aplicaciones prácticas de lo legendario y el desarrollo rural: una propuesta... 97

Fig. 7. San Adrián de Sasabe. Borau.

Fig. 8. Bailo.

A. MARTÍNEZ98

Fig. 9. Catedral de Jaca. Atrio lateral

Aplicaciones prácticas de lo legendario y el desarrollo rural: una propuesta... 99

Fig. 10. Monasterio viejo de San Juan de la Peña. Claustro

Fig. 11. Monasterio Viejo de San Juan de la Peña

A. MARTÍNEZ100

Fig. 12. Palacio de la Aljafería. Zaragoza

Fig. 13. Patio de la Aljafería. Zaragoza

Aplicaciones prácticas de lo legendario y el desarrollo rural: una propuesta... 101

Fig. 14. Ruta del Grial por el Pirineo de Huesca

A. MARTÍNEZ

zado por los peregrinos del Camino de Santiago. Dicha credencial, gratuita y de amplia difusión

indicaría tres órdenes o grados, alcanzables por el viajero según vaya completando el itinerario:

– Peregrino/a del Grial. Primer grado que se obtiene mientras se completan las visitas a las po-

blaciones que comprenden el itinerario en el orden que se desee. Bastará un sello que indi-

que la población, de una institución pública o privada para confirmar la visita.

– Caballero/ Dama del Grial. Una vez completado el itinerario incluyendo la aljafería de

Zaragoza.

– Maestre del Grial. Añadiendo al itinerario la visita al Palacio Real de Barcelona o su catedral,

y completando el circuito con la visita al Santo Cáliz en la catedral de Valencia.

• A medida que se vaya consolidando el itinerario, deberíamos de iniciar actividades comple-

mentarias que aumenten su interés y conocimiento. Desde la realización de mercados medieva-

les, hasta la celebración de justas caballerescas, festivales de música antigua, etc.

Como en todas las actividades de nueva creación, el proceso de consolidación será lento y

con dificultades, pero no imposible. Ejemplos hay de ello. En todo caso, tenemos entre las manos

la posibilidad de poner en valor a través de lo legendario, de una leyenda de trascendencia inter-

nacional, un recurso cultural, que sólo se da en un territorio concreto, y que puede ser un mode-

lo para otros procesos similares.

Además, ¡quién sabe... si como en todos los viajes iniciáticos, en la búsqueda del Grial, junto

a la inmortalidad, no alcanzamos el mejor conocimiento de nosotros mismos... que no es poco!

¡Habrá merecido la pena el viaje!

Termino con unos versos del poema Ítaca de Konstantinos Kavafis:

Si vas a emprender el viaje a Ítaca,

pide que tu camino sea largo,

rico en experiencias, en conocimiento.

Ten siempre en la memoria a Ítaca.

Llegar allí es tu meta.

Mas no apresures el viaje.

Mejor que se extienda largos años,

y en tu vejez arribes a la isla

Con cuanto hayas ganado en el camino,

Sin esperar que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te regaló un hermoso viaje.

Sin ella el camino no hubieras emprendido.

Más ninguna otra cosa puede darte.

LA MISA HA TERMINADO.

PODEIS IR EN PAZ.

BIBLIOGRAFÍA

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Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario (2007–2008), 11, 105–116

LOS OFICIOS DEL BARRO: MEMORIA DE UN TRABAJOY PATRIMONIO CULTURAL DE LAS COMUNIDADES1

E. Manrique Persiva, A.R. Abadía ValleMuseo de Alfarería Tradicional Aragonesa. Morillo de Tou–Aínsa (Huesca)

RESUMEN

El análisis profundo de los fenómenos culturales aun de distintos grupos sociales pone de ma-

nifiesto las grandes similitudes y la abundancia de pequeñas diferencias. Los aspectos esenciales cons-

tituyen el fondo común del ser humano y de los fenómenos sociales. La alfarería, referida siempre a

objetos funcionales y no artísticos, es también constituyente del tronco común de la historia humana.

Como consecuencia de los lentos cambios culturales, los modos de vida y los objetos y utensilios a

ellos ligados van quedando obsoletos. A las producciones de la alfarería no se les pide hoy que sean

funcionales; las nuevas vasijas tienen por ello una estética independiente de la función.

A partir del concepto de Patrimonio se discuten aspectos ligados a la situación actual del pa-

trimonio etnológico y de la alfarería como uno de los constituyentes del patrimonio de las comu-

nidades. Asimismo se analizan las características del actual uso instrumental del patrimonio

cultural, fundamentalmente destinado al fomento del turismo y las implicaciones y limitaciones

que se desprenden de esta función. Se defiende la necesidad de musealizar los bienes etnológi-

cos y en particular el patrimonio de la alfarería, que se describe en sus diferentes facetas. Se con-

cluye que el patrimonio alfarero, además de la función que actualmente se le atribuye, debiera ser

utilizado en su función de memoria e identidad cultural de las comunidades.

Palabras clave:

Alfarería, patrimonio etnológico, patrimonio alfarero, turismo, función identitaria.

1. LA ALFARERÍA COMO HUELLA CULTURAL COMÚN

1.1. Lo universal y lo local en los elementos culturales

La cultura, en su acepción genérica, se refiere a los modos de vida y a las costumbres, conoci-

mientos y grado de desarrollo artístico, científico e industrial, en una época o grupo social. No obs-

tante, y a pesar de esa referencia temporal o a grupos sociales diferentes, si se analiza con rigurosidad

y radicalidad la cultura, incluso en lo que se refiere a nuestras formas de vida, detectamos grandes

parecidos, escondidos en una auténtica maraña de pequeñas diferencias (Limón, 2004).

Si se observan los elementos culturales dentro de espacios reducidos y diversos, sólo se per-

ciben diferencias pequeñas y formales que no permiten llegar a lo general y a lo común de los fe-

105

1. Una versión de este artículo se presentó como ponencia al XIX Simposio de Cooperativismo y DesarrolloRural «Antropología y Desarrollo Rural». Morillo de Tou, 28–30 marzo 2008.

E. MANRIQUE – A.R. ABADÍA

nómenos sociales. Las diferencias y las singularidades en los objetos, los oficios y las formas de

vida, debieran ser utilizadas como herramientas que nos permitieran desentrañar y comprender

los fenómenos sociales.

Sin embargo, este enfoque necesario no suele ser el más frecuente en la observación e inter-

pretación de los elementos culturales. Por el contrario, lo que se resalta y lo que se busca son las

diferencias con los demás; con frecuencia a la búsqueda de «señas de identidad» o de la «rica di-

ferencia». Pocas veces se buscan las afinidades con «el otro», al margen de diferencias tipológicas

o de distribución geográfica, para aproximarnos a la comprensión de los aspectos culturales cons-

tituyentes del fondo común del ser humano y, por el contrario, se insiste en las diferencias que

nos separan de los demás.

La diversidad surge de la misma esencia del fenómeno cultural, por lo que mientras haya cul-

tura habrá diversidad. Algunos antropólogos han sostenido que en el caso de que los modos de

vida colectiva llegaran a igualarse totalmente, la necesidad de diferenciarnos nos llevaría a perci-

bir como diferentes esas formas de vida (Limón, 2004). Es por eso que resultan tan perniciosos la

existencia de determinados ámbitos de la sociedad que perciben como una agresión y expresan

su desasosiego ante todo aquello que amenaza su forma de ser distintos (Limón, 2004).

La legitimidad moral de la diferencia sólo puede sostenerse en el conocimiento de la predo-

minante dimensión de lo común. Limón ha señalado que sólo se puede apreciar y entender en su

justa medida lo que es «lo nuestro» si comprendemos los motivos por los cuales «los otros» no com-

parten, con legitimidad, nuestro modo de pensar, de actuar y de comportarnos y relacionarnos.

Las consideraciones que anteceden son válidas para las diferencias culturales actuales y para

las del pasado. Las diferencias culturales que nos separan hoy de otras sociedades, no son mayo-

res que las que nos separan de nuestras propias formas de vida pasadas; aunque sólo a estas úl-

timas las sintamos como nuestras.

Pocos elementos tan propios del tronco común cultural como la alfarería. La alfarería apare-

ce en la transición al Neolítico (8.000 años a.C.); junto a la domesticación de los animales (gana-

dería) y el cultivo de las plantas (agricultura). El hombre puede entonces comenzar a almacenar

y cocer alimentos. Hasta ese momento los lentos pero trascendentales avances tecnológicos, que

habían sacado al ser humano de la pura animalidad, se reducían a la obtención de objetos líticos,

al control y uso del fuego, a la aguja de hueso que posibilitó la costura y al arco y la flecha, que

revolucionaron la forma de cazar. La revolución neolítica acelerará el proceso de aparición de los

avances tecnológicos.

Cuando analizamos los momentos finales de la historia de la alfarería en las diferentes cultu-

ras, nos acecha el peligro de no saber ver lo universal y lo singular. Si miramos un cántaro que-

riendo situarlo, bien por su producción o bien por su uso, en un espacio geográfico reducido, sólo

podremos verlo y clasificarlo por sus diferencias formales. No podremos ver lo que verdadera-

mente es: un recipiente para contener agua; con una boca para que el agua entre y salga y un dis-

positivo, más o menos evidente, para asirlo y transportarlo. El cántaro no es más que una vasija

para contener y transportar agua, al margen de su forma, de su tamaño, de las características de

la boca, del número de asas, de la decoración.

106

Los oficios del barro: memoria de un trabajo y patrimonio cultural de las comunidades

Si, por el contrario, analizamos el todo y no la parte de las formas cerámicas, veremos que la

mayor parte de estas formas cerámicas son y han sido universales. Muchas de ellas pueden en-

contrarse en cualquier lugar y en cualquier momento de la historia humana. En algunos casos su

origen se confunde con la propia historia de los hombres (Corredor–Matheos, 2004). Y no sólo las

formas son casi siempre universales; también las técnicas productivas e incluso muchos motivos

ornamentales sorprenden por su constancia y larga presencia en los objetos cerámicos.

Reflexiones como las que anteceden son las que han permitido que, de forma esquemática,

la cultura haya sido definida también como «soluciones particulares a problemas universales» (Usu -

nier, 2000).

1.2. Función y estética de la producción alfarera

Las producciones alfareras fueron siempre objetos funcionales y no producciones artísticas.

Las producciones de los oficios de barro (cantareros, olleros, azulejeros, tinajeros, tejeros, etc.),

como las producciones de todos los artesanos preindustriales, fueron eminentemente utilitarias.

Para el alfarero, o para cualquier artesano preindustrial que elabora su obra, en ningún caso

coincide ésta con un objeto artístico; a diferencia del significado que puede tener para un erudi-

to. En la mente de este artesano sólo se conciben obras mínimamente útiles, aunque no carentes

de belleza.

Las singularidades en los objetos de la alfarería son casi irrelevantes respecto al corpus cen-

tral. Bajo la superficialidad de las diferencias, incluso respecto a las producciones de las culturas

que nos parecen más exóticas, pueden detectarse funciones, estructuras y complejos simbólicos

coincidentes en numerosas producciones alfareras. Las diferencias que una visión superficial pa-

recen establecer entre las vasijas cerámicas, unos objetos diferentes utilizados en los distintos te-

rritorios o épocas, quedan diluídas con una observación atenta y rigurosa si se ligan los objetos a

las formas de vida.

El alfarero ha creado objetos similares, en cualquier lugar del mundo, adecuados a sus nece-

sidades y ha generado formas también similares. La diversidad se detecta especialmente en la or-

namentación, que es la que en mayor medida diferencia los objetos en las distintas culturas. El

alfarero tradicional no pretendía impregnar a sus obras originalidad. Todas se asemejaban por la

única intención de que cumplieran la función para la que eran elaboradas.

La ornamentación de la obra alfarera sólo tenía protagonismo cuando la pieza estaba vincu-

lada al ciclo vital (nacimiento, matrimonio y muerte) o al festivo; cuando las vasijas iban a tener

una función específica para las que habían sido concebidas o si iban a formar parte de un ritual

concreto. En ocasiones eran iniciativas sugeridas por el propio interesado; otras veces, se recurría

al artesano local que se afanaba en una elaboración esmerada, con ornamentación específica

(nombres, leyendas, motivos decorativos), que diferenciaban al objeto en cuestión del resto de la

producción. También estos objetos podían constituir un conjunto, como las ollas de cofradía, las

ollas de ajuar, o los botijos de romería.

En la alfarería, la relación entre lo estético y lo útil admite variaciones de intensidad y de ca-

lidad. A pesar de todo, el alfarero realizaba formas y decoraba sus producciones, por profusa-

mente que lo hiciera, de manera que no dejaran de ser siempre útiles. Además, en las antiguas

107

E. MANRIQUE – A.R. ABADÍA

culturas, sobre todo la decoración geométrica, tenía una función simbólica. Después la decoración

persistió pero el simbolismo había sido olvidado.

El independizar estética y funcionalidad y la pérdida de los valores simbólicos, son fruto de

la modernidad y se produjo cuando se perdió la tradición bajo la influencia de la cultura urbana

consecuencia de la última industrialización (Corredor–Matheos, 2004).

1.3. Los productos de la alfarería: de lo útil a lo inútil

Los verdaderos cambios culturales son más lentos de lo que habitualmente se supone y los

elementos fundamentales de nuestra relación social no evolucionan tan aprisa (Limón, 2004). La

dinámica lenta del cambio cultural exige que una parte de nuestros modos de vida y de los obje-

tos que intervienen en ellos vayan quedando sucesiva y progresivamente obsoletos.

Se llama «cultura tradicional» a las porciones de cultura en desaparición, pero que nunca se-

rán las mimas. Los cambios culturales van dando lugar, lenta pero continuamente a «otra cultura

tradicional» (Limón, 2004)

La industria moderna creó objetos que compitieron con los productos artesanos, con la pro-

ducción alfarera, por sus materiales más resistentes utilizados en su fabricación o por producir va-

sijas más higiénicas. Los sistemas de vida, más abiertos, posibilitaron que las formas de vida

experimentaran un ritmo de transformaciones más rápido, al permitir su adaptación a situaciones

cambiantes. Lo que los nuevos productos tenían de signos de modernidad fue en ese momento, a

los ojos de los propios alfareros, connotativo de un estadío cultural superior (Corredor–Matheos,

2004). Con el aumento del nivel de vida, el tiempo del trabajo artesano se encarece y escasea; su

visión y sus necesidades se amplían, pero su productividad no crece y, al tiempo que los precios

de sus productos aumentan, el trabajo pierde meticulosidad y calidad.

Asimismo, por parte de los usuarios, sobre todo desde mediados del siglo XX con la crecien-

te despoblación rural y los procesos de urbanización, los valores tradicionales cambian progresi-

vamente. Los compradores también varían. Crecientemente son de origen urbano, que aprecian lo

individualizado, lo que está «hecho a mano», frente al producto industrial y en serie. Sólo unas dé-

cadas después los habitantes del medio rural comparten también esos nuevos hábitos.

Como consecuencia, a los productos de la alfarería ya no se les pide que sean útiles o funcio-

nales. Basta con que sean bonitos y decorativos. Pero la antigua belleza en general ha desapareci-

do y, en ocasiones, también las formas y las decoraciones tradicionales. Las nuevas vasijas tendrán

una estética independiente de la función que, en general, sólo será de carácter ornamental.

2. ALFAREROS Y ALFARERÍA: ¿UN PATRIMONIO IRRELEVANTE?

2.1. Etnología y Patrimonio

Como es conocido, la Antropología se dedica a estudiar al Hombre, sus obras y sus activi-

dades. Este conocimiento de la obra del Otro se realiza a tres niveles interrelacionados: la

Etnografía es la simple observación, descripción y clasificación; la Etnología incluye los proce-

sos explicativos y de síntesis con perspectiva territorial, histórica o sistemática, y la Antropología

supone el nivel definitivo de síntesis, para obtener leyes más o menos universales que expli-

108

Los oficios del barro: memoria de un trabajo y patrimonio cultural de las comunidades

quen las sociedades existentes a lo largo del tiempo o del espacio, así como las diferencias den-

tro de un mismo grupo (Moreno, 1991).

Como Patrimonio entendemos todo aquello que nos han legado históricamente nuestros ma-

yores. En una definición más amplia: «el conjunto de los elementos naturales o culturales, mate-

riales e inmateriales, tanto heredados de nuestros antepasados como creados en el presente, en el

cual… reconocen sus señas de identidad y que ha de ser conservado, conocido y transmitido a las

generaciones venideras acrecentándolo». Es multiforme e ilimitado; útil e inútil, cercano y lejano,

hermoso y prosaico (Ubieto, 2007). Se considera que es algo nuestro que nos singulariza y nos di-

ferencia de los demás. Cuantos más bienes de este patrimonio perdemos, perdemos puntos de re-

ferencia, identidades, raíces (Ubieto, 2007).

A pesar del escaso bagaje educativo aplicado en cuestiones relacionadas con el Patrimonio,

diversas circunstancias han hecho que algunas de sus modalidades, fundamentalmente el históri-

co, el artístico y el etnológico, lo hayan puesto de moda. Esta moda ha llegado de la mano de fac-

tores externos: el aumento de la calidad de vida y el nivel cultural, el turismo exterior, los impactos

audiovisuales, la pugna entre Comunidades Autónomas tratando de captar visitantes con los que

se asocia riqueza, la revitalización de rutas adormecidas, la popularización de establecimientos ho-

teleros, la nueva cultura surgida en torno a «lo diferente» y el papel de la publicidad (guías, folle-

tos, videoclips, eslogans de diversos sentidos, páginas de Internet, agencias de viajes, los viajes

integrados del patrimonio con la nieve, la playa, la montaña, el deporte). En pocas ocasiones, pa-

radójicamente, se relaciona el patrimonio con los identitario.

Al Patrimonio Etnográfico es conveniente no llamarlo ni Popular, ni Tradicional. La expresión

«popular» remite a determinadas clases sociales, aquellas que los italianos denominan «clases subal-

ternas», y lo tradicional es lo indefinido (Llop, 1994). Lenclud (1987) analiza el término tradición aso-

ciado a la Etnología y relacionado con temas conservados en el tiempo, con mensajes culturales o

con un modo particular de transmisión. Pero no todos los temas lo son, y ¿quien decide lo que tie-

ne o no la etiqueta de «tradición»?. Parece que los «tradicionales» son actos del pasado repensados

desde el presente; la tradición justificaría más bien el presente por el pasado (Llop, 1994).

Merece, además, reflexión, el profundo carácter consumista de la llamada sociedad tradicional

en la que los elementos empleados (útiles, herramientas) eran de usar y tirar, sin merecer especial

respeto. Es también cierto que el concepto de uso podía extenderse a un largo periodo de tiempo

y que muchas veces se conservaban objetos que aún podían servir, y no por buenos o antiguos.

El patrimonio etnológico está formado por todos aquellos elementos que conforman o han

conformado la especificidad de un pueblo (Moreno, 1991). El patrimonio etnológico de una co-

munidad se convierte, no sólo en los restos de anteriores modos de vida que debieran ser con-

servados para que permanezcan en la memoria colectiva, sino en el conjunto de edificios,

espacios, bienes y actividades que caracterizan a esa comunidad y que la distinguen y la han di-

ferenciado a lo largo del tiempo. Desde esa perspectiva, el Patrimonio Etnológico sería el signo

que permite contribuir al mantenimiento de la identidad, la cohesión y el sentido de pertenencia

a esa sociedad (Llop, 1994)

Los oficios cerámicos y los objetos utilitarios cerámicos, forman parte del patrimonio etno-

gráfico de las comunidades y por ello las diferentes especialidades cerámicas constituyen, sin

109

E. MANRIQUE – A.R. ABADÍA

duda, un componente del patrimonio cultural. Respecto a la cerámica, ya hemos manifestado nues-

tra opinión de que sólo es posible llegar a las singularidades de las culturas locales reconociendo

la existencia de vínculos comunes universales y la escasa relevancia relativa de las diferencias. La

universalidad de los productos alfareros como manifestación humana que son, no impide, no obs-

tante, el valor tipo y localista. En algunos casos la ornamentación les imprime una acusada per-

sonalidad y, con frecuencia, la decoración de las piezas es el elemento más claramente

diferenciador de las producciones locales; aunque no siempre el único. Las diferentes expresiones

ornamentales se pueden observar partiendo de distintos parámetros. Así, las vinculadas al deter-

minismo geográfico y del medio físico que se expresa a través del uso de las materias primas; el

determinismo histórico manifestado por algunas formas y técnicas antiguas; determinantes ritua-

les que inciden en la ornamentación. Con frecuencia la ornamentación quiere plasmar lo visto y

lo vivido, como animales y plantas, o seres fantásticos imaginados, con ingenuidad, con anacro-

nismo y desorden, con horror al vacío característico, expresando siempre la belleza como el arte-

sano la concibe.

Conservar esta parte del patrimonio etnológico que es el mundo de los oficios del barro, es

salvaguardar la memoria de su funcionalidad sobre todo; la decoración es un valor añadido. El pa-

trimonio que supone la alfarería, el patrimonio que hay que salvaguardar, es la memoria del tra-

bajo y la funcionalidad de sus producciones; difícilmente el arte incorporado a ellas.

2.2. El uso instrumental del patrimonio: patrimonio cultural y turismo

El patrimonio cultural, componente de la memoria colectiva de un pueblo, se ha considerado

en las últimas décadas un recurso estratégico de carácter económico; sobre todo en el medio ru-

ral, ante el declive de los usos tradicionales y la aparición de otros relacionados con el ocio y la

naturaleza. El patrimonio es considerado un recurso emergente para sostener esos nuevos usos y

en concreto los turísticos (Martínez Valero, 2007).

La referencia a la potencial oferta turística se ha convertido en habitual cuando se habla de

desarrollo y no se tiene algo mejor que ofrecer; casi siempre bajo el concepto de turismo rural

que aglutinaría, entre otros, el turismo cultural como uno de los más tradicionales. Entre los ele-

mentos que pueden servir para sostener este desarrollo, se incluye la revalorización del patrimo-

nio de las comunidades que comprendería el entorno natural, el patrimonio histórico–artístico y

el patrimonio etnográfico (Sanz Hernández, 2002).

El auge del turismo cultural definido como: «aquel cuya finalidad es conocer a fondo un lugar,

su gente, sus costumbres, y en el que el turista se dedica a visitar lugares históricos, monumentos,

edificios, asiste a espectáculos específicos de música, arte… y a disfrutar de la gastronomía», llega

a aparecer como la principal esperanza de salvación del patrimonio histórico y artístico; de forma

especial el patrimonio cultural inmueble emplazado en pequeñas ciudades y localidades. No obs-

tante, están también justificadas las dudas de quienes cuestionan la significación cuantitativa de

este tipo de turismo.

El peso concedido a los diversos recursos patrimoniales es muy dispar. Se desprende de al-

gunos estudios, que son el paisaje y la naturaleza los más valorados (63%); la tradición y la cul-

tura popular se sitúan en segundo lugar a mucha distancia (15%), pero por delante de los deportes

(12%) y de la cultura y el arte (10%) (Sanz Hernández, 2002).

110

Los oficios del barro: memoria de un trabajo y patrimonio cultural de las comunidades

El patrimonio etnológico sólo constituye una referencia limitada a impulsos de fiestas y tra-

diciones; con el fin de «divulgar» este patrimonio y para la «incentivación» de las actividades tu-

rísticas. Los visitantes, considerados antes observadores de paisaje, costumbres y monumentos

(patrimonio), se han convertido ahora en sus consumidores (Sanz Hernández, 2002)

Por otra parte, se considera que las comunidades han de tener un «exotismo» diferencial su-

ficiente para atraer al turismo y, por tanto, para activar el desarrollo. Se rebusca en la propia

historia y en la memoria colectiva, aquello que a la vez que ha de identificar a la comunidad,

le sirve para proyectarse ante los demás y el patrimonio y el tiempo alcanzan valor de merca-

do. Las tradiciones no contaminadas, el pasado y las antigüedades han cobrado fuerza; pero se

está produciendo la «reinvención» de tradiciones que, sostenidas en dispositivos identitarios, en-

cajan al mismo tiempo con la autopercepción de la comunidad y con la atracción turística (Sanz

Hernández, 2002). Y, por contra, elementos del patrimonio que aun considerándose signos iden-

titarios, no se consideran útiles para la generación del turismo, son negados, olvidados o arrum-

bados.

Entre las ventajas del patrimonio como recurso turístico se aduce su carácter de público; por

lo cual se convertiría en el único recurso turístico que puede ser promocionado abiertamente por

las administraciones y puede asociarse, al mismo tiempo, a la oferta de cualquier empresa priva-

da. No obstante, los hechos demuestran que, en general, no existe interés por el patrimonio en el

sector turístico privado, que puede utilizar los recursos patrimoniales para vender sus servicios,

pero pocas veces activará recursos patrimoniales para convertirlos en recursos turísticos. Por su

parte las administraciones son muy selectivas respecto a los componentes del patrimonio que pa-

recen interesarles (Martínez Valero, 2007).

Por otra parte, en los últimos años se han señalado auténticas «patologías» en el uso turístico

del patrimonio cultural como recurso (Martínez Valero, 2007). Serían aspectos negativos la falta de

objetivos claros en su uso; las políticas generales erráticas de las administraciones; la demora en

las intervenciones y sus consecuencias de deterioro progresivo o desaparición; la dispersión de

las intervenciones; la ausencia de implicación de la población local; o las prioridades monumen-

tales frente a la falta de atención y valorización del pequeño patrimonio rural olvidado (Martínez

Valero, 2007), y, de forma singular, del patrimonio alfarero (alfares, hornos, balsas de decantación,

capillas, etc.), que a pesar de actuaciones puntuales y esporádicas, continúa estando en situación

muy precaria y, mayoritariamente, ha desaparecido.

2.3. Dinamizar, catalogar, investigar y difundir bienes patrimoniales: musealizar los bienes

etnológicos

Llop (1994) afirma que el único interés de los objetos etnológicos consiste en su recolección

sistemática, en su exposición y su conservación reguladas, en la difusión de los conocimientos y

de las técnicas que los llenaban de contenido. Con esta aseveración Llop está preconizando la ne-

cesidad de musealizar los bienes del patrimonio etnológico. Por su parte, Ubieto (2007) califica a

los museos como centros dinamizadores, catalogadores, investigadores y difusores de los bienes

patrimoniales. Los museos, por otra parte, son considerados como archivos de una comunidad

(Mauss, 1971); de forma que la museografía de una sociedad consiste en el establecimiento de sus

archivos materiales en la medida que los museos son archivos.

111

E. MANRIQUE – A.R. ABADÍA

La idea básica de que los museos sean guardianes de la memoria de una comunidad casa bien,

y es especialmente adecuada, cuando nos referimos a los museos etnológicos; aunque actualmente

se pretenda, además, que sean lugar de encuentro, de diversión, de aprendizaje o de difusión de

conocimientos.

Existen museos de carácter etnológico de dos tipos: los monográficos y los territoriales. Estos

últimos constituyen la mayor parte de los museos etnológicos y son los llamados Museos Locales,

cuyo contenido es, con frecuencia, una colección inconexa («guardar para que no se pierda») (Llop,

1994). Los museos monográficos que reúnen colecciones únicas para un amplio territorio, rela-

cionados con un tema especializado, constituyen una alternativa a los museos locales más inteli-

gente y más atractiva (Llop, 1994).

Desde el punto de vista normativo, el patrimonio etnológico está, en principio, tomado en

consideración desde la Ley del Patrimonio Histórico Español (1985) hasta la Ley del Patrimonio

Nacional y otras leyes que indirectamente también afectan al patrimonio (Costas, Suelos, Espacios

Naturales Protegidos, Museos y Archivos). En Aragón está vigente la Ley 3/1999 de Patrimonio

Cultural Aragonés, pues en su artículo 2, en la larga relación de bienes materiales e inmateriales

citados, con historia y cultura, cita también los de interés etnológico.

No obstante, y como ha señalado Llop, «los caudales dedicados a la Cultura son siempre in-

suficientes pero, sin duda, los presupuestos menores son los dedicados a la Etnología y, aún po-

dría añadirse, en mayor medida si cabe, son especialmente minusvalorados los oficios

tradicionales aunque presenten la objetiva trascendencia de los oficios cerámicos.

2.4. El Patrimonio de la Alfarería

En general, los bienes del patrimonio alfarero, como los bienes del Patrimonio Etnológico es-

tán formados por elementos del Patrimonio Inmueble, del Patrimonio Mueble y de las Actividades,

también llamado Patrimonio Inmaterial con independencia de que exista o no reconocimiento for-

mal de algunos de ellos.

Las Actividades o Patrimonio Inmaterial

Carecen de existencia autónoma y, por ello, se recrean cada vez que son llevadas a la prácti-

ca. La puesta en funcionamiento más que una recreación supone una actualización, un volver a

empezar.

Hay posibilidades de protección de este patrimonio inmaterial en sus dos principales tipos:

las actividades rituales y las económicas.

Estas últimas son las que en mayor medida se reflejan en la alfarería, sobre todo en lo que se

refiere al oficio y al proceso artesanal. Esta incluiría la sucesión de etapas: extracción y transpor-

te de las arcillas; preparación, depuración y amasado del barro; la confección de las piezas o de

su cuerpo: a torno o con técnicas manuales; el añadido de pitorros y asas; el oreo; la decoración

y los acabados; el acopio de combustible; la carga del horno; la cocción; la descarga del horno; el

almacenamiento; la comercialización.

Junto a las etapas del proceso de elaboración, el apartado de ritos y creencias, que incluiría

la veneración a los Santos Patronos y las advocaciones y su significado simbólico. Por último, son

112

Los oficios del barro: memoria de un trabajo y patrimonio cultural de las comunidades

de sumo interés las asociaciones laborales, sean gremios o cofradías, tan ricas en determinados

centros alfareros.

El Patrimonio Inmueble.

El patrimonio inmueble no puede limitarse a edificios relacionados con la Tecnología

Preindustrial o con la llamada Arqueología Industrial. Se trataría de proteger instalaciones inmue-

bles relacionadas directamente con las actividades, con creencias o con referencias llenas de sig-

nificado para una comunidad dada.

En la práctica, sin embargo, las edificaciones del patrimonio inmueble de carácter etnológico

no se han protegido sistemáticamente; han desaparecido o están en vías de desaparecer total-

mente. En las zonas más ricas o dinámicas hace ya tiempo. Las más pobres conservan algunos ele-

mentos, quizá porque «no se conserva lo mejor, sino lo que queda» (Llop, 1994).

El patrimonio inmueble ligado a la alfarería estaría formado por terreros o minas, alfares o a

veces verdaderas aldeas de alfares, hornos, balsas de decantación, capillas, ermitas o santuarios

que acogen las cofradías, con tapices o imágenes (San Hipólito, Santas Justa y Rufina), e incluso

sendas o caminos utilizados por arrieros para el comercio de productos alfareros.

El Patrimonio Mueble Etnológico.

El patrimonio mueble etnológico en general, y el de la alfarería en particular, con frecuencia

se refugia en los mesones para el turismo, en el Museo Local o en establecimientos hoteleros ru-

rales. Esto supone que muchos objetos etnológicos que solamente tienen valor mientras dura su

utilidad, se convierten luego en signos vacíos para llenar paredes, carentes de toda referencia y

de todo significado.

Entre los elementos del patrimonio mueble alfarero destacarían, por una parte, los ligados al

oficio y, sobre todo, tornos y soportes para la elaboración de piezas y, en general, los útiles em-

pleados por el alfarero, casi siempre de una modestia extrema.

Por otra parte, se incluirían las distintas vasijas y objetos producidos ligados a las formas de

vida de la sociedad tradicional. Se pueden citar: Vasijas para almacenamiento y conserva de ali-

mentos (tinajas, ollas de conserva, mieleras, etc.); para transporte, conservación y servicio de lí-

quidos (cántaros, rallos y botijos, cántaros para trasvasar, etc.); para la cocción, preparación y

condimentación de los alimentos (pucheros y cazuelas, morteros, aceiteras, lebrillos, torteras, es-

curridores, etc.); para el servicio y consumo de alimentos (platos, soperas, jarras, escudillas, etc.);

para la higiene doméstica y la comodidad del hogar (cocios, barreños, orinales, caloríferos, pal-

matorias, etc.); para la ornamentación y la técnica (floreros, medidas de vino, cantareras, etc.);

para el corral y la huerta (bebederos y comederos de animales, tiestos, regaderas, cántaros de sul-

fatar, etc.); ligados a la fiesta y a las creencias (botijos de engaño, juguetes, lápidas, ollas de co-

fradía, etc.); ligados a la arquitectura (tuberías, tejas, placas de calle, etc.)

2.5. Para qué y para quien el patrimonio etnológico

Las funciones y la atención concedida al patrimonio etnológico en general y a los oficios ce-

rámicos y sus producciones en particular, debieran derivarse de su interés ético, identitario, so-

ciológico y estético.

113

E. MANRIQUE – A.R. ABADÍA

Genéricamente el papel principal que se pretende de los Museos tradicionalmente es el de con-

servadores de algunas parcelas privilegiadas del recuerdo. Este recuerdo, además, debe ser recogi-

do, conservado, divulgado e investigado. Conservar para permanecer en la memoria colectiva.

El patrimonio etnológico, en general, sirve para que la comunidad se vea a sí misma en el pre-

sente y que le sirva para explicar su pasado. Este sería, supuestamente, el propósito de la protec-

ción y el papel que juegan en ello las administraciones. En algunos casos y cierta medida el

patrimonio etnológico jugaría papeles rituales. Las actividades rituales centrales de la comunidad,

como la fiesta, desde un punto de vista antropológico, constituyen una serie de actos que sirven

para reconstruir los valores del grupo, para reforzar sus referencias y darles sentido a sus vidas

(Llop, 1994).

La finalidad, por tanto, del patrimonio etnológico y del patrimonio alfarero conservado en los

museos sería convertirse en signo que permita contribuir a construir o a mantener la identidad, la

cohesión y el sentido de pertenencia a una sociedad. Pero sabemos que la identidad no es pasi-

va o estática; se recrea con el paso del tiempo, siendo algo inherente al propio desarrollo de las

comunidades (Sanz Hernández, 2002).

Pero incluso desde las administraciones se perciben intereses diversos para museos e inventa-

rios. Es cierto que administraciones locales y las vinculadas al turismo y a la industria manifiestan

cierto interés por el patrimonio etnológico. En unas este interés está ligado a prácticas culturales,

especialmente a fiestas inventariadas para ser divulgadas, a veces reinventadas, y atraer un gran nú-

mero de visitantes. La administración que, por ejemplo, gestiona los servicios de artesanía está in-

teresada en conocer las actividades artesanas para hacer estudios de mercado de forma que estas

actividades se hagan más rentables, para que produzcan más y mejor o desaparezcan. Las admi-

nistraciones de cultura, sí consideran que la actividad o el museo son dignos de ser protegidos, y

deberían serlo aunque no sean «rentables», como ninguno lo es. Igualmente opinamos que a la «ar-

tesanía» cuando manifiesta su rigurosidad y calidad etnológica, cuando es una actividad producti-

va que realiza objetos de valor identificatorio para una comunidad, debiera ser tratada con el mismo

patrón que los demás hechos culturales, de manera que siga funcionando aunque no sea econó-

micamente rentable. Creemos que ha quedado claro que no padecemos ningún integrismo identi-

tario ni patrimonial.

Sin desconsiderar las finalidades actuales que se pretenden con la conservación y divulgación

del patrimonio etnológico y alfarero, lo que resulta evidente es que los principales destinatarios,

los que se pretende que «reconstruyan valores de grupo», «refuercen sus referencias», «mantengan

su identidad», «la cohesión» y «el sentido de pertenencia a una sociedad», debieran ser los actuales

miembros de las comunidades que históricamente generaron los diferentes elementos constituti-

vos del patrimonio etnológico.

3. BIBLIOGRAFÍA

CORREDOR–MATHEOS, J.: «Estética y función», en: Museo Etnográfico de Castilla–León, 26–29.

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114

Los oficios del barro: memoria de un trabajo y patrimonio cultural de las comunidades

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León. Fundación Siglo para las Artes en Castilla y León. Zamora, 2004.

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Essex, 2000.

115

Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario (2007-2008), 11, 117-122

LA PRODUCCIÓN DEL DOCUMENTAL ETNOGRÁFICO:EXPERIENCIA Y TÉCNICAS DE TRABAJO*

Eugenio Monesma MolinerDirector de PYRENE

PRESENTACIÓN DE PYRENE

Dentro de estas jornadas del XXI Simposio de Cooperativismo y Desarrollo Rural, y como el

título de esta conferencia expresa claramente, voy a hablar de la experiencia de PYRENE en la

producción de este tipo de documentales y las técnicas de trabajo que con la experiencia de 25

años hemos desarrollado.

Empezaremos presentando nuestra productora. PYRENE y su director Eugenio Monesma sur-

gen en el panorama del documental en el año 1982, aunque tres años antes, Eugenio Monesma

ya venía realizando cortos de animación y tema pacifista. Partiendo de una base y de unos cono-

cimientos etnográficos prioritarios para la elaboración del guión de cualquier programa, la cáma-

ra ha estado presente en la fiesta, en las actividades diarias, en la reconstrucción de los viejos

oficios y en todas manifestaciones etnográficas de las que se podía obtener la máxima informa-

ción con los medios audiovisuales. En la actualidad, el archivo de PYRENE está compuesto por

unos 1.300 documentales etnográficos y un archivo de más de 300.000 fotografías.

Vamos a plantear esta conferencia, que más bien me gustaría que fuera coloquio, en dos partes:

una de presentación de nuestro trabajo y de sus técnicas, y una segunda parte de unos diez minutos

que reservaremos para que puedan preguntar sobre todo lo expuesto y que yo les pueda solucionar.

PREPARACIÓN DE LA PRODUCCIÓN

Datos y herramientas para la puesta en marcha de un proyecto de documental:

• La idea original y su importancia: la oportunidad de la recuperación etnográfica.

• Elaboración del plan de producción.

• La financiación:

– Buscar un productor con la idea.

– Ayudas europeas.

– Ayudas institucionales.

– Producción con una cadena de televisión

– O simplemente acometer el proyecto con los propios medios.

• Selección de los temas:

Para la selección de los temas estudiamos y tenemos en cuenta dos prioridades esenciales:

117

*. Ponencia presentada al XXI SICODER (Simposio de Cooperativismo y Desarrollo Rural), celebrado enMorillo de Tou (Huesca) del 28 al 30 de marzo de 2008.

E. MONESMA

– El riesgo que tiene ese oficio, ritual o personaje de desaparecer y caer en el olvido: el azúcar

de caña, las cabañeras, minería, los pastores en los Picos de Europa, la fábrica de boinas...

– La oportunidad que se nos presenta para recuperarlo gracias a la voluntad de los protagonistas.

Menos urgencia, pero no por ello menos importancia, requieren los procesos productivos y

rituales ya recuperados por sus protagonistas y que tienen cierta apariencia de continuidad.

En el momento del planteamiento de un programa podemos encontrarnos ante dos tipos de

temas:

• Tareas que no se realizan y hay que reconstruir con sus protagonistas:

En este caso hay que contar con la colaboración de los protagonistas. En unos casos lo hacen

de forma altruista e incluso son ellos los que se ofrecen para que los grabemos y dejar constan-

cia de su trabajo, como los resineros, los pezgueros, el zapatero, el panadero y otros muchos ofi-

cios. En otras ocasiones, el proceso es largo y conlleva implicar a varios protagonistas durante

muchas jornadas de trabajo y contar con una serie de gastos adicionales que hay que afrontar,

como ha sido con el cáñamo, el lino, el centeno, las carboneras... En estos casos debemos conse-

guir una financiación adicional para asumir todos esos gastos.

El horno de cal, los segadores, el espliego, el carbón vegetal, el puente de madera, el cáña-

mo, el centeno, la colada.

• Reproducciones documentadas que hay que reconstruir con estudiosos:

El pozo de hielo, las neveras y el hielo, el poblado cántabro, la escaña, tecnologías primitivas.

• Tareas que se siguen realizando:

Cuando el protagonista sigue ejerciendo su actividad las dificultades se reducen. La voluntad

del artesano y su colaboración son la base de un buen programa.

Zapateros, toneleros, boteros, herreros, extracción del corcho, la hierba, el chapitel de Alfaro,

la pisa de Ledantes.

EL PLAN DE PRODUCCIÓN

• La toma de contacto con los personajes:

– Previamente para tener un mínimo conocimiento del proceso de trabajo o del ritual. Toma de

notas y preparación previa.

• Organización de los recursos:

– Alquiler de equipos y operadores.

– Nosotros tenemos nuestros equipos, lo que nos facilita la labor.

– Localización de los espacios y elementos necesarios para la grabación.

• El guión y el desarrollo:

– Previo o como resultado del trabajo

– Colaboración de especialistas:

- A partir de un guión elaborado por un especialista. En la realización de algunos programas

contamos con la colaboración de especialistas en la materia, como por ejemplo: Manuel

118

La producción del documental etnográfico: experiencia y técnicas de trabajo

Benito en los temas de fiestas y rituales, Fernando Romanos en el reciente trabajo en cola-

boración con la DPZ sobre el Patrimonio lingüístico en el norte de la provincia de

Zaragoza, o la de Angel Gari en la serie de tres capítulos realizados en colaboración con la

DPH sobre Creencias y religiosidad popular.

• Búsqueda de documentación

Antes de iniciar cualquier tema buscamos información sobre el mismo que permita hacernos

una idea de los pequeños detalles que, desde nuestro punto de vista etnográfico, consideramos

de sumo interés. Hoy, fuentes de información como Internet, el acceso a las bibliotecas y la in-

formación que se ha generado durante los últimos años sobre estos temas facilitan mucho esta la-

bor previa.

• Elaboración de un boceto de guión:

Con la información recogida elaboramos un boceto de guión y una lista de detalles sobre los

que hay que incidir por su importancia.

LA REALIZACIÓN

• Recursos narrativos y dramáticos

– Que resultan útiles para construir el guión que permita trasladar eficazmente contenidos cien-

tíficos hasta el público.

• ¿Cómo planteamos el programa?

– Proceso completo y seguido del desarrollo de un trabajo: el hojalatero, el molino de viento.

– Programa en el que nos interesa más la parte humana de los personajes, más que su activi-

dad: los pastores de los picos de Europa.

– Programa en el que combinamos los dos situaciones: la técnica del trabajo y la parte huma-

na: el cáñamo.

– Temas de tradición oral.

– Desarrollo de una fiesta, con sus personajes y protagonistas.

PLANIFICAR LA GRABACIÓN

Fundamentos del trabajo del realizador: lenguaje audiovisual, planificación y rodaje.

• Operadores y número de cámaras necesarias:

– Casos excepcionales: la caza, las fiestas. Uso de cámaras digitales ligeras.

• Equipo humano reducido:

En el momento de la grabación pretendemos que el equipo, tanto material como humano, sea

lo más reducido posible, sin mermar por ello la calidad del producto final. El motivo principal es

la atmósfera negativa que se le produce al artesano al irrumpir en su espacio de trabajo y, por

ello, en su espacio vital y habitual. Es por ello que pretendemos mantener esa situación habitual

en que el protagonista se desenvuelve día a día. Normalmente, como el proceso es lento y queda

tiempo para tomar notas y otras tareas, mientras el artesano trabaja el que se ocupa de la reali-

119

E. MONESMA

zación también tiene la misión de elaborar el correspondiente reportaje fotográfico y preocu-

parse de la toma de sonido. El operador de cámara con la iluminación más discreta posible se en-

carga de la toma de imágenes y de sonido. A veces, cuando hay varios protagonistas en espacios

abiertos o el propio proceso lo requiere son tres los miembros del equipo.

La participación del equipo durante todo el proceso productivo (a veces son varios días) con-

tribuye a una fructífera recogida de información generada, principalmente, por el diálogo que

se mantiene con el protagonista que, a medida que va trabajando, recuerda situaciones, anécdo-

tas, nombres, detalles, etc. que en una entrevista normal no le vienen a la memoria.

Tratamos de recoger minuciosamente el sonido directo, tanto de las herramientas duran-

te el trabajo, como de los testimonios del protagonista. Para el resultado final del programa, la es-

pontaneidad, la expresividad y la seguridad de los personajes en su trabajo dan mayor crecibilidad

al documental.

EL GUIÓN DEFINITIVO

Con todo el material grabado realizamos un visionado previo de las imágenes, transcribiendo

las escenas y los diálogos, con lo que disponemos de una importante información escrita.

Todas las cintas grabadas reciben el nombre de «material en bruto» y suponen una base de

información detallada de varias horas que se puede utilizar en el momento deseado. En sí mis-

mas, estas cintas ya forman un archivo de gran interés etnográfico.

• Los testimonios de los protagonistas.

– Comunicadores.

– No comunicadores.

Con toda esta información más la que disponemos de archivos y otras fuentes documentales ela-

boramos un guión definitivo. En él se combinan las intervenciones del locutor con los testimonios

del protagonista, tratando de utilizar un lenguaje sencillo que llegue a todo tipo de público.

LA POSTPRODUCCIÓN

• Fundamentos narrativos del montaje televisivo.

• Introducción a las herramientas de postproducción y su aplicación.

• La sala digital.

La síntesis es la clave de cualquier programa. El estudioso de un tema concreto dispone de

todo el material en bruto con toda la información que ha servido para el montaje del programa.

Pero para el público general hay que elaborar un producto tratado con un ritmo que le aporte

información a la vez que le entretenga. Por ello, nosotros nunca hemos supeditado la duración

de ningún documental a unos tiempos y parámetros marcados por el mercado, nuestro criterio ha

sido siempre el de dar el máximo de información sobre el tema con el ritmo apropiado y la sufi-

ciente calidad técnica que lo conviertan en un programa único.

En nuestros documentales etnográficos el sonido es tan importante como la imagen, porque

ambos aportan información sobre el proceso productivo que estamos viendo. Por ello, entende-

120

La producción del documental etnográfico: experiencia y técnicas de trabajo

mos que la música debe ocupar un lugar secundario y casi inapreciable, hasta tal punto que su

protagonismo se reduce a la presentación e inicio del progama y a la despedida final.

La locución la consideramos de gran importancia pues es la voz agradable y familiar que nos

va contando toda la historia y que nos debe tener en vilo durante toda la emisión.

TERMINACIÓN DEL PROGRAMA

• Visionado por parte de los protagonistas para la rectificación de los posibles errores.

• Elaboración de una ficha con todos los datos del programa.

LA ORGANIZACIÓN DEL ARCHIVO

• El material en bruto.

• Los masters de los programas.

• Las fotografías.

• La documentación utilizada para el programa.

EL ARCHIVO AUDIOVISUAL

Hoy, el archivo audiovisual de PYRENE se ha convertido en referente a nivel nacional sobre

las tradiciones y costumbres de nuestro país y está compuesto por materiales de cuatro tipos:

• Archivo en video BETACAM SP de todo el material en bruto, en el que se recogen más de 1.500

horas de grabación.

• Archivo de los masters de cada uno de los documentales. En este momento, de los 1.800 docu-

mentales producidos por PYRENE, más de 1.200 son de tema etnográfico.

• Archivo de más de 300.000 diapositivas en las que se recogen todos los procesos que se han es-

tudiado.

• Documentación bibliográfica relacionada con los temas tratados.

121

Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario (2007-2008), 11, 123-132

PAISAJES RURALES Y PRODUCCION ENERGÉTICA.LUCES Y SOMBRAS DE UNA TRANSFORMACIÓN EN PROCESO

Aaron Napadensky PasteneDepartamento de Arquitectura y Diseño.Universidad de Los Lagos, Osorno. Chile.

RESUMEN

La crisis energética, la creciente e incesante expansión de la demanda y las recientes modifi-

caciones a las leyes eléctricas, son cuestiones que impactaran a los territorios que de una u otra

forma alojaran esta búsqueda de independencia energética. Importantes zonas rurales verán alte-

rada su cotidianeidad por la realización de estudios prospectivos y la construcción de infraes-

tructuras energéticas; cada vez más eficientes, más grandes y más avasalladoras, las que van

pauperizando los recursos locales a favor de un objetivo nacional, de hecho, la mayoría de las nue-

vas infraestructuras energéticas están localizadas en regiones del norte y del sur, sin embargo el

mayor consumo se da en la urbanizada zona central. Situación que sumada a una falta del mane-

jo sobre las externalidades locales provocadas por este interés nacional, acentúan las desigualda-

des territoriales preexistentes entre territorios urbanos y rurales, entre regiones tributarias y

usufructuarias, pauperizando recursos paisajísticos locales sin dejar nada a cambio. No obstante,

esto puede ser relativizado en la medida que las infraestructuras se contextualicen desde un co-

mienzo como un proyecto multi–escalar, dialogando no solo con la realidad global y nacional sino

también con la local, aceptando la tecnologización del territorio como un hecho que ha acompa-

ñado desde un comienzo la construcción de nuestros paisajes rurales.

Palabras claves:

Energía, industria, territorio, infraestructuras y paisaje.

ABSTRACT

The energy crisis, the growing and incessant expansion of the demand and the recent modi-

fications to the laws electrics, they are questions that impacted to the territories that of or another

form; they lodged this search of independence energy. Important rural zones will see altered its

routine nature by the production of prospective studies and the construction of energy infras-

tructures; each time more efficient, more large and overwhelming, the ones that go pauperised the

local resources in favour of a national objective, in fact, the majority of the new energy infras-

tructures they are located in southern and north regions, nevertheless the major consumption is

given in the built–up central zone. Situation that added to a lack of the management on the ex-

ternalidades local caused by this national interest, they accentuate the pre–existence’s inequalities

between rural and urban territories, between usufruct and tax regions, pauperised local landsca-

pe resources without leaving anything to change. Nevertheless, this can be relatives in the mea-

sure that the infrastructures be contextualized since a beginning as a project multi–scale, talking

123

A. NAPADENSKY

not alone with the national and global reality but also with the localities, accepting the technolo-

gist of the territory like a fact that has accompanied since a beginning the construction of our ru-

ral landscapes.

Keywords:

Energy, industry, territory, infrastructures and landscape.

CHILE Y SU CONTEXTO ENERGÉTICO

Dada su localización y características geomorfológicas, Chile ha tenido en el agua su principal

fuente de energía, por lo menos desde 1897, año que se construye la primera central de Chile y la se-

gunda de Latinoamérica. En pleno valle de Chivilingo y a escasos 14 Km. de los yacimientos carbo-

níferos de Lota, en medio de un paisaje marcado por la energía, es donde surge la hidroelectricidad

como solución a los requerimientos de la explotación minera, no obstante, la abundancia del recur-

so agua y una creciente demanda propició su rápida propagación reemplazando en muy poco tiem-

po las preexistentes centrales a vapor. Tras el éxito de Chivilingo (415 KW), la Compañía Alemana

Transatlántica de Electricidad (Deutsche Überseeische Elektricitäts–Gesellschaft), construye dos nue-

vas centrales hidroeléctricas; el Sauce en 1908 (4 MW, Valparaíso) y la Florida en 1909 (15 MW, pró-

xima a Santiago). Un poco antes, y nuevamente producto de los requerimientos de la explotación

minera, la Compañía Salitrera Tocopilla construye en 1904 el embalse y central hidroeléctrica Sloman

en el río Loa. Más tarde en 1905 se crea la Compañía General de Electricidad, (CGEI) y 5 años des-

pués ya se habían implementado 3 plantas hidroeléctricas: Piduco (200 kW), Lircay (1.300 kW) y

Maule (400 kW). Por su parte la minería del cobre, específicamente la Braden Copper&Co., propieta-

ria de la mina el Teniente, construye en 1912 la planta Coya con 6 MW. En 1926 entra en operacio-

nes la central Maitenes y Queltehue. Pero a pesar de este rápido crecimiento, en 1936 son hacen

evidentes los graves problemas para satisfacer las crecientes demandas energéticas de la zona central,

inconveniente que en la época fue atribuido a un déficit infraestructural.1 Con este precedente en

mente, el recién electo presidente de la nación, Pedro Aguirre Cerda (1938) crea la Corporación de

Fomento a la Producción, CORFO (1939), institución que en 1943 dio el visto bueno al «plan nacio-

nal de electrificación», creando la Empresa Nacional de Electricidad S.A. más conocida como Endesa,

la que a fines de la década de 1960 ya tenia un Sistema interconectado Central que cubría desde

Copiapó por el norte, hasta Chiloé por el sur (permitiendo una mayor deslocalización de la produc-

ción energética en relación a sus centros de consumo). Estabilidad que se vio truncada en 1970, cuan-

do las ideas políticas imperantes y los problemas que se presentaron entre el Estado fijador de los

precios y las empresas privadas del rubro desencadenaron un proceso de nacionalización que con-

cluyo con la adquisición por parte del Estado de un total de 51 empresas eléctricas.

Uno de los últimos capítulos de la historia energética de Chile se escribe a fines de la década

de 1980, cuando el régimen militar de corte neoliberal que gobernaba en la época comienza una

124

1. Agustin Huneeus, Presidente de la Asociación de Empresas Eléctricas de Chile en 1936, explicita que estafalta de infraestructura para la generación de energía se debió en gran medida a una excesiva regulacióndel mercado; «cuando se produjo la caída del tipo de cambio, se dejó transcurrir largo tiempo antes quese autorizara un alza de tarifa...» (Nacer, 1996).

Paisajes rurales y producción energética. Luces y sombras de una transformación en proceso

reestructuración interna de Endesa y Chilectra, empresas estatales que representaban gran parte de

la generación, distribución y suministro eléctrico, cuyo desenlace fue su absoluta privatización, de-

jando al Estado solo como ente regulador, cuestión que parece tener su corolario en una serie de

disposiciones y normativas eléctricas concebidas a imagen y semejanza de los intereses privados,

lo que por cierto significó una importante expansión infraestructural en esta materia, fundando las

bases energéticas del crecimiento económico de los años posteriores, no obstante, la oferta y la de-

manda siguieron estando peligrosamente cerca, viviendo racionamiento y crisis en forma reitera-

das, la más cercana, en 1998, fue una luz de alarma frente a una matriz energética poco

diversificada y basada fundamentalmente en el recurso hídrico,2 producción condicionada a las va-

riabilidades climáticas y sociales, esto ultimo por la mayor sociabilización de los impacto me-

dioambientales que estas provocan. En este contexto, el gobierno de la época en conjunto con la

empresa privada, y en busca de una diversificación energética, establecieron un tratado gasífero con

Argentina. De aquí en adelante el gas natural jugaría un papel preponderante en el crecimiento eco-

nómico de la zona central, se abarataron los costos y muchas empresas tuvieron esta fuente como

principal insumo, situación que no duro mucho, ya que el año 2004 comienzan los cortes de gas

desde Argentina y los reclamo de las empresas eléctricas frente a una regulación que impedía tras-

pasar a los consumidores el aumento de los costos de producción, aumentando los costos y la de-

manda (con una tasa anual del 5%), llegando un consumo energético con tasas del 112% (1980–96),

siendo solo superado por Singapur y Malasia, estando incluso por sobre EE.UU. o Reino Unido. En

otras palabras, la demanda ha estado creciendo más aceleradamente que el Producto Interno Bruto.

Esto cobra relevancia si pensamos que durante el 2000–2005 el PIB fue de un 4,5% y el 2007–2010

se espera superar el 5,5%, esto hace prever un escenario poco auspicioso en cuanto a la oferta y

demanda eléctrica. Según la Sociedad de Fomento Fabril de Chile (SOFOFA), el problema podría

agudizarse durante el 2007–2008 de no haber nuevas inversiones en infraestructuras de generación

energética. Es necesario destacar que las empresas del sector eléctrico atribuyeron la falta de in-

versión en infraestructura a la excesiva regulación del Estado sobre el mercado, diagnóstico que

fue apoyado por importantes economistas del país (Larraín, 2005 y Grossi, 2006), y parece ser pues-

to en entredicho por el ranking (2005) elaborado por «Estrategia», periódico financiero, el donde

las empresas eléctricas figuran con las de mayores utilidades del mercado, y a pesar de ello re-

cientemente se aprobó una serie de nuevas disposiciones para estimular nuevamente la inversión

privada,3 lo que sumado al incremento de la demanda nacional en al menos 6.000 GWh durante la

próxima década, terminan de augurar un nuevo periodo de expansión en cuanto a infraestructuras

de generación energética se trata. Sin embargo es necesario señalar que las disposiciones legales

para salvaguardar los intereses locales frente a los nacionales no se han incrementado de igual ma-

nera que los incentivos al sector privado, dejando los conflictos entre intereses locales y naciona-

125

2. En condiciones normales el SIC funciona con un 60% de electricidad aportada por hidroeléctricas, y un30% por centrales a gas natural.

3. La modificación consistió en darle más movilidad al precio del nudo eléctrico. En caso que alguna de lasfuentes actuales fallase, se recurriría al petróleo u otro combustible, incrementando proporcionalmente lastarifas a los consumidores. Otro factor relevante es que las tarifas se fijan según el modo de producciónmás costoso, es decir, petróleo, lo que significa un importante incentivo a la producción con fuentes demenores costos, como la hidroeléctrica.

A. NAPADENSKY

les dentro del ámbito de la negociación informal, cuestión que como veremos más adelante es cla-

ve en el nuevo proceso de ocultamiento que están viviendo estas infraestructuras, las que se han

cargado de una connotación social negativa.

CRECIMIENTO ENERGÉTICO. BENEFICIOS NACIONALES Y COSTOSLOCALES

A pesar de la obviedad es necesario recalcar que los requerimientos energéticos son una de-

manda derivada, por tanto esta tiende a aumentan o disminuir según los cambios en el nivel de

intensidad de otra actividad, para el caso de Chile es su zona central (región metropolitana y al-

rededores) el área más urbanizada e industrializada, y por tanto de mayor consumo energético.

También es aquí donde se dieron los primeros proyectos hidroeléctricos de envergadura nacional,

teniendo actualmente su capacidad hidroeléctrica prácticamente copada y donde las restricciones

ambientales impiden el desarrollo de otro tipo de centrales consideradas más contaminantes, por

tanto son las demás regiones del país las que albergaran en gran medida el crecimiento infraes-

tructural necesario para suplir la demanda energética de esta zona, tanto actual como proyectada,

esto es especialmente cierto para los territorios del sur, área de expansión natural de los futuras

centrales hidroeléctricas. Es decir que serán los entornos rurales y periféricos los que proveerán

buena parte de la energía necesaria para mantener y aumentar el crecimiento urbano–económico

del centro, lugares que paradójicamente hasta ahora han estado excluidos del crecimiento que se

pretende sustenten, a costa incluso de su propio patrimonio natural y paisajístico.

Por otra parte, y como ya se dijo, las transformaciones introducidas por el Estado han dado nue-

vas condiciones sobre el mercado eléctrico, estimulando la inversión privada y propiciando una nue-

va expansión de la oferta energética; Endesa Chile ha adelantado proyectos previstos para la próxima

década, dando a conocer lo que hasta el momento es su más ambiciosa empresa; el «proyecto Aísen»,

contemplando la construcción de cuatro represas, con un costo de US$ 2.400 millones y una poten-

cial total de 2.430 MW. Pascua I, Pascua II, Baker I y Baker II, las que se localizarían en una de las

zonas más bellas y prístinas del país (región de Aísen), cuyos ríos (futaleufu y Backer) son interna-

cionalmente conocidos por sus aguas blancas, la pesca del salmón y la practica del rafting y kayak,

siendo piezas fundantes de la economía local; por su parte, la Empresa Nacional del Petróleo (Enap),

está realizando estudios prospectivos sobre un yacimiento ubicado muy cerca del lago Mercedes a

uno 170 Km de Porvenir, en plena Patagonía chilena; Enel, mediante su filial Empresa Nacional de

Geotermia, ha expresado su interés por explotar el norte del país partiendo por los conocidos géisers

de Tatio (III región); Pacific Hidro tiene la aprobación para la construcción de represas en la cuenca

del rió Tinguiririca (VI región), con lo que espera llegar al 2012 con un total de 7 represas en plena

operación; Energía Andes Sur llevara adelante la construcción de la central termoeléctrica de

Campanario (VIII región); y la Empresa Pilmaiquen que ya realizó la solicitud a la Superintendencia

de Electricidad y Combustible (SEC) para la concesión provisional de tres centrales hidroeléctricas en

la X región, son solo algunos ejemplos de lo agitado que está el mercado energético nacional. Lo pri-

mero que destaca en esta verdadera explosión de infraestructuras energéticas que se avecina, es que

ninguna de ellas esta localizada en la región Metropolitana, sino más bien en territorios eminente-

mente rurales; lo segundo es que el mayor aporte energético lo seguirán entregando las hidroeléctri-

cas; y lo tercero, es la necesidad de contar con un buen sistema de transmisión que transporte la

126

Paisajes rurales y producción energética. Luces y sombras de una transformación en proceso

energía a la zona central. Para graficar este último punto es conveniente mencionar el caso de Endesa

y sus proyectos en el sur, los cuales no serían posible sin el apoyo de TRANSELEC, principal empre-

sa de transmisión eléctrica del país, sino ¿cómo trasladar a la zona central los 2.400 MW de potencia

que entregaran las cuatro centrales?4 O Enap y sus estudios de explotación gasífera en Tierra del

Fuego, quienes ya explicitaron que las reservas deben permitir amortizar el traslado hacia el centro

del país mediante buques tanque, ya que un gaseoducto es muy costoso. Este panorama que no ter-

mina de fraguarse evidencia que el mayor consumo energético sigue estando en el centro, y que su

producción se sigue alejando de éste, dispersando los costos y concentrando los beneficios profun-

dizando de esta manera las desigualdades territoriales preexistentes, de hecho en los casos recientes

se da la paradoja de recursos energéticos que se han constituido en riqueza nacional y maldición lo-

cal, donde los intereses nacionales y foráneos han explotado estos recursos sin ninguna condescen-

dencia con sus entornos locales, dejando tras de si no solo las expectativas de desarrollo, sino también

un escenario pauperizado en cuanto a sus recursos naturales y belleza escénica, diezmando su po-

tencial de desarrollo y trastocando la concepción del paisaje rural que se ve intervenido. Aún esta en

la retina el caso de la central hidroeléctrica Ralco (2004), conflicto que alcanzo connotación interna-

cional, en el cual se vieron enfrenadas las minorías étnicas dueñas de la tierra y Endesa, dueña de los

derechos de agua, fue tal el nivel de conflicto y el daño a la imagen pública de la empresa, que ésta

se comprometió a no seguir adelante con los otros proyectos pensados para ese río.5 A pesar de lo

ocurrido la distribución de costo y oportunidades que estas infraestructuras generan sigue siendo un

tema abierto y dominado desde un ámbito más bien informal (Fig. 1).

127

4. Diario Financiero, 20 de octubre del 2005

5. Los planes de explotación energética del río Bío–Bío (VIII región) ya estaban presentes desde comienzode 1970, y para 1980 la Comisión Nacional de Energía (CNE) tenía estudiados seis proyectos hidroeléctri-cos para el río en cuestión, el primero en concretarse fue la central Pangue (467 MW), inaugurada en 1997y el siguiente fue Ralco (570 MW)

Fig. 1. Población local y activistas contra la central Ralco

Fuente: www.olca.cl

A. NAPADENSKY

LOS IMPACTOS PAISAJÍSTICOS DE LA TECNIFICACIÓN DEL TERRITORIO

Si aún sigue siendo difícil el identificar e internalizar los costos y beneficios externos que

estas infraestructuras provocan en sus entornos, al momento de plantear la idea de externali-

dades paisajísticas es francamente aún más complejo el escenario; lo primero que suele esgri-

mirse en contra es la subjetividad que implica la idea de hablar de externalidades paisajísticas

en contextos rurales. Cuestión que hace necesario eliminar toda ambigüedad, definiendo bre-

vemente cada concepto que involucra la idea. Por tanto, es necesario enmarcar y entender que

se dice cuando se habla de lo rural, recordando para ello el actual modelo de desarrollo urba-

no postfordista, caracterizado por una estructura productiva en red que permite localizaciones

discontinuas sobre el territorio, haciendo que cada vez sea menos pertinente hablar de las di-

cotomías centro–periferia o ciudad–campo. El crecimiento en red y la rearticulación productiva

tiende a que se generen interpenetraciones entre ambos extremos diluyéndolos como tal (Veltz,

1999), perdiendo sentido la oposición urbano–industrial–progreso/rural–agrario–atraso

(Caravaca, 1998), sin embargo, y para el caso de Chile sigue existiendo esta dualidad entre lo

urbano y lo rural, tal vez ya no en el sentido de contraposición pero si como una relación dia-

léctica estructurada sobre la base de un sector urbano energéticamente dependiente de los te-

rritorios rurales, y estos a su vez dominados y supeditados por los intereses nacionales. Lo rural

entendido como vida de campo, es pues una concepción que esta en continua reinvención y

cualquier anquilosamiento significaría una idealización nostálgica, en otras palabras, lo rural da

cuenta de un proceso más que de una condición.

Una segunda definición básica es la de externalidad, la que será entendida como «...una situa-

ción en que las repercusiones de un proceso de consumo o producción trasciendan el ámbito de quien

los decida, generando consecuencias positivas o negativas para terceros» (Edwards, 1994). Pudendo

diferenciarse según tipo de impacto en positivas o negativas; según la actividad que las genera en ex-

ternalidades de producción o de consumo; y según la localización de sus impactos en puntuales o di-

fusas. Luego de esta breve y sucinta definición de externalidad, es pertinente cerrar la idea definiendo

el paisaje, tanto como constructo mental e interpretación perceptiva, como construcción física en

constante transformación por acción del hombre (Maderuelo, 2006), cuestión que se pueden resumir

en la idea de un paisaje natural inexistente, en el entendido de que cualquier paisaje es, necesaria-

mente, cultural (Aguiló, 2006), y he ahí su diferenciación con el paraje.

Entonces el paisaje rural, identifica una doble condición de transformación; lo rural entendi-

do como proceso y el paisaje como constructo mental y físico en constante mutabilidad. Cuestión

que hace válida la pregunta ¿es plausible hablar de pauperización del paisaje rural?, la respuesta

tentativa que se dará a esta pregunta es no, lo que se pauperiza es el recurso natural en relación

a una valoración social de raigambre pintoresca, que ve en los parajes con connotaciones prísti-

nas un soporte de desarrollo económico. Es decir, puede eventualmente existir una desvaloriza-

ción del atractivo paisajístico, económicamente hablando, pero no necesariamente una

pauperización del paisaje rural, distinto es si planteamos la transformación del mismo, en este sen-

tido, si la diferencia entre paraje y paisaje, esta básicamente en el hecho de que este ultimo in-

volucra la construcción cultural, la transformación del paisaje rural que este tipo de

infraestructuras genera puede ser visto desde perspectivas distintas y disociadas, tanto en la es-

cala de intereses como en lo espacial: en primer lugar están aquellos sectores progresistas que ven

128

Paisajes rurales y producción energética. Luces y sombras de una transformación en proceso

en la soberanía energética un fin nacional superior y suelen experimentan los beneficios que esto

genera; también están las miradas conservacionistas que llevan sus intereses por sobre el ámbito

local y nacional, liderado por los movimientos ecológicos globales, y finalmente esta la mirada lo-

cal, que ve en estas infraestructuras un verdadero expolio de sus recursos, sin verse compensado

ni reparado, pero que también ve oportunidades de desarrollo.

Cada grupo construye su propia visión sobre el paisaje rural y las transformaciones que so-

bre este se generan a propósito del desarrollo de infraestructuras de producción energética.

Entonces, frente a cada proyecto existe un paisaje tensionado y en última instancia trasformado,

cuestión que opera en un ámbito multiescalar; involucrando criterios globales, nacionales y loca-

les, que por cierto no tienen mucho en común y que de no mediar un adecuado manejo de las

externalidades y su ámbitos de acción, podría mantener el desequilibrio entre regiones usufruc-

tuarias y tributarias de la generación energética. Finalmente queda abierta la pregunta que sub-

yace en este articulo; ¿donde esta la diferencia entre una infraestructura territorial de generación

energética que transforma el paisaje rural en forma sinérgica y otra que no?

INFRAESTRUCTURA. DE LA MIMETIZACIÓN A LA AUTORREFERENCIA

Si bien la discusión sobre el impacto paisajísticos del desarrollo energético en territorios

rurales, es un tema que pueda considerarse nuevo, poco difundido en la realidad local y dis-

tante de ser institucionalizado. Los primeros desarrollos hidroeléctricos de finales del siglo

XVIII, parecían intuir la conflictividad y tensión que generarían estas infraestructuras en sus

entornos inmediatos, por lo que no ha de extrañar la utilización de la arquitectura como un

mecanismo de mimetización con el territorio y cultura local, privilegiando su inserción en el

paraje y alterando en forma marginal el paisaje. Por lo que es posible decir que es en forma

más bien tardía cuando se transforman tanto en sinónimo de progreso como en icono de mo-

dernidad, por el momento la energía no solo se hizo invisible en las zonas urbanas al locali-

zar su producción en lugares distantes, sino también en los territorios donde se implantaba,

buscando con un esmero más allá de lo ingenieril una inserción armoniosa con el paisaje. La

impronta arquitectónica de estas infraestructuras recordaban otros usos propios de su época y

lugar; molinos, iglesias, casas patronales o escuelas, fueron fachadas recurrentes tras las cua-

les se ocultaba el bullicio de las salas de maquinas y de las primeras turbinas, las que con su

incesante girar fueron soportando e incentivando la expansión industrial de sus regiones. En

este sentido cabe destacar dos cosas: (i) la energía generada era consumida casi en su totali-

dad en el territorio donde esta se emplazaba; y (ii) sus formas y arquitecturas exteriores, lejos

de obedecer a una funcionalidad de la producción energética, se preocupaban del entorno

existente. Por ejemplo para el caso de Chivilingo (1897), la sala de maquinas más parece una

iglesia del sector que una central hidroeléctrica (Fig. 2) mimetizándose no solo con el paraje

local, sino con el paisaje de esa sociedad y lugar.

Una segunda etapa, de más largo aliento, se da cuando las infraestructuras de generación

energética ya no surgen por un requerimiento local, sino más bien por un interés nacional, los

proyectos se piensan y construyen para aportar a un incipiente Sistema Interconectado Central.

Aquí la infraestructura va cambiando de escala hacia contextos territoriales y magnitudes geográ-

ficas, no obstante aún no se despojan del todo de sus eclécticos atavíos que vuelven enigmático

129

A. NAPADENSKY

su contenido, ejemplo de esta cuestión es laguna verde que más parece un silo de acopio de gra-

nos que una central eléctrica, o la Central Florida cuya sala de maquinas esta compuesta por un

torreón y una nave central (Fig.3)

130

Fig. 2. Central Chivilingo

Fuente: Ilustre Municipalidad de Lota, 1897.

Fig. 3. Central Florida

Fuente: Archivo Fotográfico Chilectra, 1897.

Paisajes rurales y producción energética. Luces y sombras de una transformación en proceso

Sin embargo, a mediados del siglo XIX, el desarrollo tecnológico y la industrialización del país

hicieron que estas infraestructuras perdieran la escala local y se levantaran como iconos de pro-

greso y modernidad, siendo muchas veces utilizadas como verdadera muletilla del discurso polí-

tico de la época, recuerdese que el impulso definitivo y de escala nacional estuvo llevado por el

Estado (Pedro Aguirre Cerda). Estas infraestructuras junto con adquirir una dimensión de interés

nacional también representaron el dominio del hombre sobre su paisaje, agreste y rural, no he de

olvidarse que en esta época la dicotomía urbano–progreso / rural–retraso estaba vigente, por lo

que es común encontrase con frases de la epoca como; «gesta de dominación del paisaje» (Archivo

Fotográfico Chilectra, 2003), en referencia a la construcción de la centrales hidroeléctricas.

Las infraestructuras fueron perdiendo sus velos y un lenguaje ingenieril, funcional y autore-

ferencial se fue apoderando de fachadas y salas de maquinas, las que habían permanecido ocul-

tas al común de la gente, trasformándose en discurso político y referente de progreso (Fig.4 y 5).

No obstante aquello, es posible decir en la actualidad se esta en otra etapa, contraria a la ten-

dencia mundial caracterizada por la transparencia y visibilidad de estas infraestructuras y su com-

plementación con otros equipamientos y programas públicos, símbolo de crecimiento económico

y desarrollo armónico (Jacob, 2001). Al contrario, para el caso de Chile, su historia reciente de

conflictos sociales generados por la implantación de estas infraestructuras (Ralco, 2004), su per-

sistente desigualdad en la distribución de costos y beneficios, junto al pésimo manejo ambiental

del sector industrial que solo hace noticia por los desastres ecológicos, están causando un nuevo

proceso de introversión y mimetismo, obviamente y dado el tamaño, no es imposible esconderlas

pero son sistemáticamente invisibilizadas desde los medios de difusión masiva y rara vez son uti-

lizadas como tema político lo que deja nuevamente en indefensión a los contextos locales frente

a los intereses progresistas de la nación y los conservacionista de la globalización.

131

Fig. 4. Centrales Rapel

Rapel, VI Región, 1970. Pangue, Región del Bío-Bío, 1996. Fuente: Archivo Endesa

Fig. 5. Centrales Pangue

A. NAPADENSKY

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MÁS ALLÁ DE LA VISTA: PAISAJES CON OTROS SENTIDOS

Nuria Cano Suñén1

Departamento de Filosofía de los Valores y Antropología SocialUniversidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

RESUMEN

Partiendo de que el concepto de paisaje va más allá de lo físico, se reflexiona acerca de su

vertiente emocional, definiéndolo como una entidad cultural, subjetiva, simbólica y cambiante.

Asimismo se repasa acerca de cómo y por qué el paisaje ha sido definido tradicionalmente como

algo meramente visual y se reivindica la importancia de los otros sentidos en la percepción de

paisajes y lugares, particularmente el olfato y el oído. También se apela a la necesidad de acercar

el concepto de paisaje a nuestro cuerpo, dejando de pensar en él en términos distantes y abs-

tractos. Para acabar, se apunta que, sin embargo, los sentidos no visuales sí son introducidos en

la publicidad porque se sabe de su gran potencial para atraer el lado más emocional del cliente.

Palabras clave:

Paisaje, lugar, sentidos no visuales, marketing sensorial

SUMMARY

Since the concept of landscape goes beyond the physical, the article reflects the emotional as-

pect, defining it as a cultural, subjective and symbolic entity. Likewise, the article revises how and why

landscape has been traditionally defined as something merely visual and claims the importance of the

other senses in the perception of landscapes and places, particularly sense of smell and hearing. Also

it calls on the necessity to bring our body closer to the concept of landscape to stop thinking of it in

distant and abstract terms. To close, it is pointed out however, that non visual senses are introduced

into advertising because of it’s well known potential in attracting the consumer’s more emotional side.

Keywords:

Lanscape, place, non visual senses, sensorial marketing

INTRODUCCIÓN

–Konyune onorange-tanka?– (¿Qué tal está tu nariz?) Le pregunta una Ongee de las Islas de

Andaman (al Sur del Pacífico) a su amigo al pasar. Para los Ongee el olfato se encuentra en el cen-

133

1. Este artículo forma parte de la tesis doctoral de la autora, todavía en proceso de elaboración, dirigida porla Dra. Teresa del Valle Murga, catedrática de Antropología Social en el Departamento de Filosofía de losValores y Antropología Social de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea. Dicha te-sis está siendo financiada por el Gobierno Vasco a través de una beca del Programa de Formación deInvestigadores del Departamento de Educación, Universidades e Investigación.

N. CANO

tro de su identidad personal y social y los olores son vitales en su idea del universo. Su calenda-

rio está construido en base a los olores de las flores y cada estación del año tiene incluso el nom-

bre de un olor particular. De esta manera su nariz representa algo así como su yo y, de hecho,

una Ongee se tocará su nariz para referirse a sí misma, y ese gesto significará tanto ella como su

olor (Classen, 1993:1).

A primera vista se me ocurre que nuestra conceptualización del espacio, la del mundo occi-

dental al que pertenezco, poco tiene que ver con la nariz de los Ongee. Pero, de repente, pienso

en un comentario de una buena amiga que, con voz tenue y mirada perdida, se confiesa a sí mis-

ma con pena acerca de un amante que no le conviene demasiado «…pero me gusta tanto su

olor…». Y dudo sobre la lejanía de los Ongee.

PAISAJE, ESE LUGAR ANTROPOLÓGICO

La vivencia marca la percepción del paisaje, y ésta cambia continuamente en función de la na-

turaleza –la estación, la hora, el clima, la meteorología–, pero, sobre todo, en función del obser-

vador: su posición, la dirección de su mirada, la velocidad de su movimiento y, lo que es más

importante, sus intereses, formación, vivencias, recuerdos y estado anímico. Porque los senti-

mientos que despierta el paisaje no son objetivos sino que dependen de la experiencia, los re-

cuerdos, la memoria, las expectativas, la procedencia y las representaciones paisajísticas canónicas

de la cultura del observador.

Cuando evocamos un paisaje ponemos en marcha esa maquinaria de la memoria: una expe-

riencia, un lugar, un viaje de impresiones, olvidos y recuerdos. Porque «la memoria de los paisa-

jes», de esos lugares indiferentes o inhóspitos para unos, entrañables o vitales para otros o

simplemente fotografiables para el turista, integra afectos, representaciones e identidades de tal

forma que imprimen carácter a nuestra propia experiencia y al recuerdo de esos lugares (Golvano,

1999:119). Los paisajes físicos –la forma o fisonomía del territorio resultado de la acción combi-

nada de componentes y procesos naturales y antrópicos (Zoido, 1998:36)–, de esta manera, son

vividos como lugares significativos a los que las personas les vamos dotando de ideas y senti-

mientos (Basso, 1996). Por ello me aproximo al paisaje desde una doble vertiente antropológica,

que podríamos denominar «física» y «emocional»:

Con la vertiente «física» me refiero al hecho de que la fisonomía particular de un paisaje es fru-

to de las características naturales del territorio y de su interacción con el ser humano, que en un lar-

go y activo proceso histórico de dominio cultural ha ido modelando y transformando al socaire de

sus necesidades socio-económicas y políticas. Y el paisaje nos ofrece claves para descifrar la orga-

nización física, económica, social, política e incluso religiosa del territorio. Constituye un documen-

to histórico-cultural, porque, leído convenientemente, saca a la luz la historia de la particular

interacción entre sociedad y naturaleza, descubriéndonos cómo el ser humano ha ido utilizando los

recursos a su alcance transformando el paisaje a nivel estructural, morfológico y funcional.

Pero, por otro lado, me aproximo desde la vertiente «emocional» del paisaje porque la trans-

formación física del mismo es a su vez cultural, subjetiva, simbólica, y cambiante:

• Cultural en tanto que esa organización económica, social y política que modifica el paisaje es,

en última instancia, un producto de la cultura.

134

Más allá de la vista: paisajes con otros sentidos

• Subjetiva porque es nuestra mirada, como sociedad productora de paisajes, la que convierte un

territorio en paisaje, de tal manera que éste se encuentra «objetivamente presente en cada terri-

torio [pero] subjetivamente en cada percepción» (Ojeda, 2003:1).

• Simbólica por tener el paisaje un potencial vínculo con la identidad y con la memoria de un in-

dividuo o de una comunidad, siendo marco y fuente de vivencias, historias y quereres. Además

esa memoria «no se nutre solamente de los recuerdos de los acontecimientos que la/el prota-

gonista ha experimentado, sino también de las memorias de otras personas con las que se re-

laciona y de las narrativas de sus experiencias (…). Se debe a que el conocimiento con que una

narra su pasado está alimentado por la historia familiar, la de su pueblo, barrio, ciudad, del gru-

po étnico al que pertenezca, de su comunidad política, religiosa y de la cultura más amplia que

haya ido asimilando» (Del Valle, 1995:283).

Cambiante porque la relación con nuestro entorno no es fija sino que se va elaborando y ree-

laborando en función de la cultura: «Nuestra mirada, aunque la creamos pobre, es rica y está satu-

rada de una profusión de modelos, latentes, arraigados y, por tanto, insospechados: pictóricos,

literarios, cinematográficos, televisivos, publicitarios, etc., que actúan en silencio para, en cada mo-

mento, modelar nuestra experiencia» (Roger, 2007:20) (la cursiva es del original). De esta manera, la

mirada paisajística ha sido consecuencia de un complejo proceso cultural que se ha ido apropiando

del entorno físico-natural para convertirlo en contemplación estética, identitaria y/o patrimonial.

Nuestro entendimiento moderno del paisaje es, pues, fruto de toda una serie de transforma-

ciones históricas iniciadas en el Romanticismo, que desplegaron sentimientos afectivos hacia la na-

turaleza y que condicionan nuestra actual forma de visionar, experimentar, recordar y evocar el

paisaje (Martínez Montoya, 2000; Ortega, 1998). Actualmente la experiencia paisajística supone un

ejercicio de subjetividad derivado de las necesidades y aspiraciones culturales, de la forma de re-

presentar las relaciones del ser humano con el mundo exterior y la naturaleza, revistiendo a ésta

de significaciones y características que van más allá de sus propiedades físicas.

Ambas vertientes del paisaje, la física y la emocional, nos conducen a definirlo como un «lu-

gar antropológico» (Augé, 2005) en tanto que constituye una entidad histórica, relacional e iden-

titaria, que atañe esencialmente a la sensibilidad, a la subjetividad y a la memoria. Así definido, el

paisaje no se conforma con ser simplemente la forma del territorio, sino que sobre él descansan

significados más profundos que pueden relacionarse con la identidad y la memoria y suelen con-

tener un conjunto de posibilidades, prescripciones y prohibiciones de contenido tanto espacial

como social (Augé, 2005; Basso, 1996; Martínez Montoya, 2000; Hirsch, 1995). Luego, mezcla de

hechos espaciales y valores, el paisaje guarda y revela el tiempo, es mezcla, integración, huella,

reunión de miradas sin tiempo, es un acumulador o totalizador histórico (Martínez de Pisón, 1998;

García, 1975).

LUGAR ANTROPOLÓGICO PERO… NO SÓLO VISUAL

Expresiones como «ver para creer», «conocer es ver» o «ver es creer» constituyen una metáfora

muy poderosa de nuestro mundo occidental para el que sólo existe lo que se puede ver, lo apa-

rente o lo evidente. Como todas nuestras metáforas, ésta va más allá de un mero recurso lingüís-

tico o literario (Lakoff y Johnson, 1986). En este caso esta metáfora tiene una influencia decisiva

135

N. CANO

en la forma en que percibimos y estructuramos nuestro entorno, implicando una gran dependen-

cia de la vista como medio para alcanzar la verdad (Cosgrove, 1984:9). Howes incluso afirma que

la preeminencia de lo visual en nuestra experiencia perceptual constituye «una tiranía de la vi-

sión», «un despótico reino del ojo» (2003:xxii). Sin pretender en absoluto negar la importancia de

la visión en nuestra manera de estar en el mundo, también es justo defender el papel, no sólo sen-

sitivo, de los demás sentidos, sino también como fuente fundamental de conocimiento sensible

para el ser humano.

Recurramos ahora al diccionario de lengua rusa (ibíd.:12). Según éste, los cinco sentidos pueden

ser reducidos a ese otro que solemos obviar e ignorar sin reflexionar demasiado sobre él: el tacto.

El tacto genera el gusto, pues apreciamos los sabores gracias al contacto de la comida con la

lengua y el paladar; el tacto compone nuestro oído, pues sólo la caricia sutil e invisible de las on-

das sonoras con nuestro aparato auditivo puede acercarnos los sonidos; el tacto provoca nuestra

capacidad de oler por el roce de las emanaciones externas con nuestra nariz; e, incluso, el tacto

desencadena el sentido occidental por excelencia –la vista– al ser necesario que los rayos de luz

alcancen y traspasen nuestros ojos para excitar sus células sensibles. También podríamos añadir

la capacidad del tacto para transmitir nuestras emociones más básicas y humanas como son el ca-

riño, el odio, la violencia, el amor o el sexo.

Dicha definición, que podemos si queremos poner en cuestión, al menos nos incita a replan-

tearnos el olvido de nuestros sentidos no visuales en la vivencia de nuestro mundo, de nuestros

lugares y paisajes, matizando la importancia de la visión como fuente de conocimiento sensorial

por excelencia.

Debemos buscar esta hegemonía de la visión en la forma en que el racionalismo científico y

el capitalismo la ligó con nuestra cultura mediante las tecnologías de la observación y de la re-

producción (desde el telescopio, el microscopio, la cámara o la televisión), la separación de suje-

to y objeto, el concepto de perspectiva renacentista y la jerarquización y dominación de lo natural

por parte de la civilización y la cultura (Howes, 2003:xii; Martínez, 2000; Romanyshyn:1989, en

Howes 1991:5; Toulmin, 2001).

Al tiempo que los filósofos y los científicos decidieron que la vista fuera el sentido de la ra-

zón y la civilización (Classen et al., 1994), la humanidad urbana fue progresivamente distancián-

dose de la experiencia primaria, especialmente de la libertad sensorial y de la exploración de su

interior (Porteous, 1990:xiv). Además, en ese proceso, los otros sentidos fueron menos represen-

tados y teorizados en la academia (Howes, 2003:xii).

Como nos hace ver Cosgrove, el paisaje ejemplifica a la perfección este proceso, puesto que

éste es también un constructo cultural del Renacimiento, nacido del capitalismo comercial y de su

clase social, es decir, una representación motivada ideológicamente. Sería el pensamiento ilustra-

do el que aportaría una justificación racional a este concepto al dar una visión de la naturaleza

basada en un sujeto que observa, controla y domina el medio ambiente (1984).

Para este autor, por otro lado, «el concepto de paisaje denota la integración de los fenó-

menos natural y humano que pueden ser empíricamente verificados y analizados por el méto-

do científico sobre una parte delimitada de la superficie terrestre». Y continúa argumentando

que estas dos nociones de paisaje se conectan íntimamente en la historia por la apropiación

136

Más allá de la vista: paisajes con otros sentidos

de la naturaleza, de una manera supuestamente objetiva, a través de la vista y la representa-

ción pictórica (ibíd., 1984:9).

Pero la cuestión es que, aunque sin la vista indudablemente tendríamos una información in-

completa del mundo que nos rodea, por sí sola no es suficiente ni para conocer ni para experi-

mentar nuestra vida, nuestro cuerpo ni nuestro espacio.

Imaginemos por un momento que es una mañana de domingo. Nos encontramos en la playa

descansando y leyendo el periódico. Disfrutamos de la caricia de la brisa del mar, del ligero cos-

quilleo del sol en nuestra frente, del vaivén de las olas y de los chillidos de los niños jugando. La

arena nos incordia un poco pero el sabor a salitre, el olor a mar y el sonido de las olas rompien-

do en la orilla nos compensa. Estamos tan contentos que sacamos una foto y nos queda bien.

Guardamos la cámara y nos olvidamos de ella.

Imaginemos ahora que pasados unos minutos, aunque conservamos la vista, perdemos el res-

to de nuestros sentidos. No podemos oler, ni oír, ni notar sensibilidad en nuestra piel, ni sabore-

ar. Tratemos de describir la situación:

Ya no podemos escuchar el sonido del mar ni a la gente en la playa. No olemos nada y, aun-

que tenemos el mar a nuestros pies, es como si hubiese desaparecido. La arena ya no quema, es

más, nos es difícil distinguirla de la toalla e incluso del agua. A duras penas sacamos la cámara

de nuestra bolsa pues nos sentimos extremadamente torpes. Miramos la foto que nos recuerda

que hace un momento el mar estuvo allí, pero ya no podemos notar el salitre en nuestras bocas.

De la inquietud vamos pasando a la angustia y después al pánico. Estamos seguros de que el mar

ha dejado de existir. Es como estar bajo el agua pero sin siquiera notar su presión. Es el vacío y

la soledad. ¿Seguimos pensando que el resto de los sentidos son meros acompañantes de nuestra

vida cotidiana y que el mundo exterior se reduce a un impacto visual?

ACERQUEMOS EL PAISAJE A NUESTRO CUERPO

Con todo, ya que el paisaje es una abstracción inventada, un concepto cultural, necesitamos

la perspectiva visual para poder saber a qué nos referimos cuando hablamos de paisaje. Pero ha-

cerlo no me parece contradictorio con reconocer la importancia de todos los demás sentidos. Es

una cuestión de conocer de dónde han surgido nuestros conceptos aprehendidos para poder ma-

nejarlos e interpretar mejor nuestra realidad y nuestro entorno.

Ante el paisaje deberíamos abrir la mente y dejar de contemplarlo sólo desde una perspecti-

va visual, por difícil que nos resulte. Es complejo puesto que nadamos a contra corriente de un

concepto que por definición fue inventado premeditadamente como visual. Pero si lo consegui-

mos, estaremos aportando al paisaje la tridimensionalidad que se merece y que tiene, estaremos

acercándolo a nuestro cuerpo, dejándolo de situar como algo ajeno, lejano y abstracto. Porque no

podemos mirar en el interior de nuestra nariz ni rastrear por los sonidos de la hojarasca mientras

caminamos por el monte, necesitamos incluir los sentidos no visuales en el paisaje. Porque éstos

sí «tienen la capacidad de penetrar en el cuerpo, despertando emociones y estimulando senti-

mientos de placer, nostalgia, repulsión y afecto» (Porteous, 1990:7).

En psicología se utiliza el término «haptic perception» para describir una manera holística de

comprender el espacio y describir las distintas sensibilidades que el cuerpo utiliza para aprehen-

137

N. CANO

der y percibir el mundo (O’Neill, 2001:3). Es más, experimentamos el mundo, sentimos los luga-

res, vivimos los paisajes a través de la integración de todas nuestras capacidades sensoras, moto-

ras y culturales con la memoria. Nuestros sentidos y nuestra capacidad de orientación y de

movimiento se funden con nuestras experiencias pasadas y presentes para dar sentido a nuestros

lugares en un proceso que está en continuo desarrollo y que no supone tan sólo una mera aso-

ciación a lo que una vez aprendimos: «lo que da a los objetos su significado sensorial –y lo que

podría darle a ellos nuevos significados– no son sólo las memorias asociadas con ellos, sino cómo

estamos experimentándolos justo ahora» (Howes, 2003:44).

«La memoria de un lugar específico, las experiencias haptic de la niñez y adolescencia for-

maron vívidas y profundas ligazones con la tierra (…). Estas inconscientes y fenomenológicas ex-

periencias del cuerpo informaron las maneras en las que ellos consideraron la geografía cuando

fueron adultos», escribe O’Neill acerca de un trabajo de campo en una comunidad de rancheros

al suroeste de Montana (EE.UU.) (2001:10). Ahí reside la fuerza de la memoria: que tiene una gran

capacidad para ir sumando a las viejas experiencias otras nuevas de forma que podamos ir rea-

firmando o reelaborando nuestras interpretaciones de objetos y lugares.

De esta manera, sentidos y espacio se retroalimentan para formar el concepto de lugar: nues-

tros sentidos y las sensaciones percibidas por ellos crean lugares, y los lugares crean sensaciones

que les dan sentido. Así, la capacidad de percibir y los sentimientos percibidos se funden.

Es este abrumador carácter multisensorial de la experiencia perceptual el que debería animar

a una conceptualización también multisensorial del espacio (Feld, 1996:94) y del paisaje.

¿A QUÉ HUELE UN PAISAJE?

«A pesar de su importancia en nuestra vida emocional, el olor es probablemente el menos va-

lorado de los sentidos en la modernidad occidental» (Classen et al., 1994:2).

Sin embargo, si me paro a pensar, puedo recoger un recuerdo al vuelo en mi memoria:

Estoy en mi pueblo y acaba de dejar de llover. Salgo de casa y, a pesar de que las calles es-

tán asfaltadas, entre charco y charco, huelo a tierra mojada. No sé qué es, pero me sienta bien.

Respiro profundo y huelo a fresco. Me es difícil describirlo pero noto que el olor va más allá de

mi nariz y que envuelve todo mi cuerpo. Caen algunas gotas de lluvia todavía y, si me descuido,

me mojo con los goterones que chorrean de los tejados. Es una sensación intensa que inspiro y

aspiro. Ando un poco hacia un camino y en seguida me alcanza el olor a tomillo, que disputa con

el de humedad.

A pesar de que nunca ha llovido demasiado en mi pueblo, asocio la tranquilidad y la sensa-

ción de libertad de ese pequeño rincón del mundo con las tormentas, sobre todo veraniegas, y

con el olor a tierra mojada y a matorral que viene después. Ahora me es más fácil visualizar el to-

millo que describir su olor. Pero, sin embargo, sé que es el olor lo que le confiere fuerza al re-

cuerdo.

Si algo caracteriza a los olores es que tienen gran personalidad. Con respecto a la memoria,

tienen gran fuerza incluso para evocar recuerdos olvidados. El olor a un libro, el de un determi-

nado paisaje, el olor a cerrado, los olores corporales, los de la comida o un olor desagradable pue-

den provocar fuertes respuestas emocionales y asociarse con buenas o malas experiencias. Pues

138

Más allá de la vista: paisajes con otros sentidos

«la percepción del olor consiste no sólo en la sensación olfativa en sí misma, sino que incluye las

experiencias y emociones que con él se asocian» (ibíd.:2) y es profundamente significativo para

las personas.

Al ser el paisaje un concepto eminentemente visual, como he razonado en el punto anterior,

a menudo olvidamos incluir los olores como parte del mismo, pues éstos están ausentes de las re-

presentaciones paisajísticas, sean pictóricas o fotográficas. Sin embargo, como podemos compro-

bar si reflexionamos acerca de nuestra experiencia, los olores forman una parte sustancial y

significativa de los paisajes, ya sean éstos urbanos o «naturales», y lugares como la casa, los mer-

cados o las fábricas, y no podemos desligarlos de su carácter.

La literatura ha sabido apreciar y explotar mucho mejor la importancia evocativa, emocional

y significativa del olor. Muchos ejemplos lo muestran pero me valdré de dos pequeños fragmen-

tos de García Márquez, para el que los olores siempre han formado parte de su universo literario:

En el primero, el autor describe una visita del gitano Melquíades a la casa de los Buendía en

Cien Años de Soledad:

«José Arcadio, su hermano mayor, había de transmitir aquella imagen maravillosa, como un re-

cuerdo hereditario, a toda su descendencia. Úrsula, en cambio, conservó un mal recuerdo de aque-

lla visita, porque entró al cuarto en el momento en que Melquíades rompió por distracción un

frasco de bicloruro de mercurio.

–Es el olor del demonio –dijo ella.

–En absoluto –corrigió Melquíades–. Está comprobado que el demonio tiene propiedades sul-

fúricas, y esto no es más que un poco de solimán.

Siempre didáctico, hizo una sabia exposición sobre las virtudes diabólicas del cinabrio, pero

Úrsula no le hizo caso, sino que se llevó a los niños a rezar. Aquel olor mordiente quedaría para

siempre en su memoria, vinculado al recuerdo de Melquíades».

Rescato como segundo ejemplo el contundente comienzo de El amor en los tiempos del cólera:

«Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amo-

res contrariados».

Porque sabe bien que los olores tienen una fascinante capacidad sugestiva, García Márquez

los utiliza para descubrir sentimientos, lugares y personas. Fórmula mágica para evocar memorias

y recuerdos, los olores suponen un espléndido recurso para apelar a pasiones profundas, entu-

siasmos y desencuentros. Si comúnmente es aceptado que «una imagen vale más que mil pala-

bras», ¿cuánto no valdrá un olor?

Y es cierto que el mundo de los olores encuentra una gran dificultad para ser descrito, por la

ausencia de un vocabulario pertinente. Al menos en castellano tenemos que recurrir frecuente-

mente a perífrasis o metáforas para describirlos: el olor a las madalenas de mi abuela, el olor a sal

o a tierra húmeda. Puesto que tenemos los olores apenas categorizados, en nuestra vida cotidiana

solemos recurrir a categorías más propias del gusto –olor picante, ácido, dulce, amargo–, a adjeti-

vos o adverbios –malo, bien, horrible– o a flores –a rosas, a lavanda, a violetas–. De hecho, Buxó

Rey, porque apenas tiene palabras propias, denomina al olfato el «sentido mudo» (2005:1240). Pues

si bien «los olores pueden inducir y evocar mundos invisibles, a la vez la sensorialidad del olfato

139

N. CANO

es un territorio ambiguo y difícil de describir, reconocer, designar, nombrar y medir, de manera que

nunca es descrito de forma directa, sino en relación a algo, a alguien, o a sus atributos» (ibíd.).

Precisamente porque los olores son difícilmente categorizables y nombrables, porque no pue-

den ser capturados, grabados y reproducidos de forma efectiva, porque se resisten a ser introdu-

cidos en unidades discretas y medibles, porque son fluidos y traspasan fronteras, puertas y

barreras, porque se introducen en el cuerpo entero y son susceptibles de crear sensaciones y emo-

ciones al instante (pero también perdurables), de generar señales de peligro o atraer miradas y

deseos, los olores tienen un gran potencial rememorativo y expresivo. Y la falta de vocabulario de

la que hablo, aunque puede llegar a dificultar la comunicación, la hace mas alegórica e inasible,

reforzando, en mi opinión, el propio carácter sutil, pero real y mágico, del mundo de los olores.

No recuerdo demasiados olores de mi infancia o de mi día a día, pero aquellos que vienen a

mi mente son muy vívidos. Algunos permanecen ocultos y olvidados por mucho tiempo, pero

cuando regresan, sabes de manera precisa lo que quieren decir, lo que son y lo que fueron. Porque

activan tus sentimientos y tus memorias. Te envuelven de aquella experiencia pasada, probable-

mente reelaborada o reinventada, trasladándote hacia ella de una manera sutil pero poderosa.

Aunque sea difícil de expresarlo con palabras una sabe a qué se refiere aquel olor. Los recuerdos

visuales resultan más nítidos pero también más distantes, mientras que nuestro cuerpo puede ba-

ñarse en los olores precisamente por ser un tanto esquivos, escurridizos y efímeros.

El olor a pan recién hecho en la calle me lleva al pueblo y a mis abuelos, pues recuerdo cuan-

do, de niña, mi madre y mi abuela hacían madalenas en casa. Una amiga me contaba como sigue

teniendo la costumbre de oler la manga de su jersey pues le evoca a su niñez y los abrazos de su

madre. Yo no puedo imaginarme el sexo sin olores, y el otro día me vino a la cabeza el recuerdo

de un amante del que no me gustó su olor el día en que lo conocí. Nunca supe describirlo y, de

una manera bastante pobre y poco precisa, en mi cabeza quedó grabado como de «un cierto olor

liliáceo». Pero a pesar de mi imprecisión verbal y olfativa, sé exactamente lo que me sugiere y pue-

do recordar aquel día gracias al olor que me evoca.

A pesar de que, como vemos, el olor es básico, emocional y muy significativo para el ser hu-

mano, «el olfato ha sido silenciado en la modernidad. Incluso en aquellas raras ocasiones en las

que es objeto de discurso popular –por ejemplo, en ciertos trabajos contemporáneos como El

Perfume– tiende a ser presentado en términos de asociaciones estereotipadas con la moral y la

degeneración mental» (Classen et al., 1994:4). Asimismo, los occidentales tienden a eliminar sus

olores corporales y de los lugares reemplazándolos por perfumes, ambientadores y antisépticos

(Porteous, 1990:22). Es cierto que hemos aprendido que determinados olores son despreciables o

poco recomendables, pero quizá, a fuerza de tratar de eliminar algunos de ellos corramos el pe-

ligro de quedarnos sin ninguno o que éstos sean sustituidos sólo por otros artificiales.

Según Classen et al. algunas investigaciones van dirigidas a desarrollar sprays supresores del

olor de manera, no que eliminen los malos olores, sino que bloqueen la capacidad de las perso-

nas de apreciarlos para que no resulten molestos (1994:172). Como los autores argumentan, re-

sultaría inaudito que esta técnica se trasladase a otros sentidos con el objetivo de que, por

ejemplo, los ruidos molestos de la construcción y el tráfico fueses inaudibles. Éstos no nos im-

portunarían más, pero estaríamos perdiendo nuestra capacidad de experimentar nuestro medio

ambiente de una forma libre.

140

Más allá de la vista: paisajes con otros sentidos

Ya en 1976 Relph defendió que, puesto que cada vez los espacios y lugares se asemejaban

más entre sí, se estaba debilitando su capacidad para transmitir sensaciones y ofrecer posibilida-

des diversas a nuestra experiencia diaria.2 De la misma forma, cabría plantearse si nuestra censu-

ra y artificialización de ciertos olores no estará limitando en exceso nuestra experiencia sensorial.

También es necesario alegar que el olfato no es tan sólo un fenómeno biológico y psicológico,

sino también cultural. La íntima y emocional carga de la naturaleza olfatoria proviene de unos có-

digos de valores que los miembros de una sociedad han ido interiorizando (Classen et al., 1994:3).

Como todos los sentidos y dominios de la experiencia sensorial (Howes, 2003:xi), el olfato es tam-

bién una expresión cultural fruto de los roles e interacciones sociales. Mientras que en una socie-

dad, en un grupo o una época histórica un olor puede ser considerado como un símbolo de buen

gusto, estatus o salud, en otras, puede significar incluso todo lo contrario. Por ejemplo «en la vida

urbana contemporánea, el hombre fuerte no es ni el trabajador sudoroso ni el aristócrata perfu-

mado, sino el pulcro hombre de negocios» (Classen et al, 1994:185). El olor a fritanga puede ser

delicioso en una sociedad no opulenta, pero no deseable en una acomodada o burguesa.

Paradójicamente los olores han sido suprimidos de los espacios públicos pero al tiempo rein-

troducidos, recreados y empaquetados en un mundo de fantasía. Los aromas sintéticos evocan co-

sas, o bien que nunca existieron, o bien de las que están ausentes: tenemos perfumes con aromas

de flores que no existen o que no se encuentran en un contexto urbano o bebidas con sabores

tropicales sin una gota de fruta en su interior. Son pura imaginería olfativa. Y la información trans-

mitida por televisión, internet u ordenador, vital para nuestra sociedad, es inodora también.

Las sensaciones del olfato, aunque imitables, son del momento, difíciles de preservar, trans-

mitir y recoger. No sabemos cómo huele el pasado y en el futuro nuestros olores se perderán.

Ante tal cúmulo de sugestiones, ¿sucumbirán los olores de los lugares y paisajes o consegui-

remos rescatarlos para que nos recuerden nuestra naturaleza orgánica?

PAISAJES SONOROS: LOS LUGARES TAMBIÉN SUENAN

Como un bosque mudo, un titular de un periódico anunciándonos un choque de trenes nun-

ca podrá transmitirnos las mismas sensaciones ni vibraciones que, aun con los ojos cerrados, el

escuchar el estruendo del impacto, el llanto de la gente, las sirenas de policía y ambulancias y los

sonidos del caos que viene después.

A pesar de esta fuerza de los sonidos para comunicar sensaciones y expresar sentimientos, los

paisajes sonoros (soundscape, término en inglés que tiene más carácter) no han sido muy estu-

diados, y lo publicado se ha limitado principalmente a los efectos físicos y psicológicos del ruido

(Porteous, ibíd.:48).

Pero el paisaje sonoro que a mí verdaderamente me interesa va más allá de la medición de

sonidos indeseados mediante parámetros físicos. Porque el soundscape constituye un paisaje con-

tinuo que puede descubrir lo que de cultural y social contienen los sonidos. «Una más profunda

141

2. Se refería a EE.UU., pero claramente esta sensación se ha acabado imponiendo en el resto de Europa, acen-tuándose de manera especial en los últimos años en España.

N. CANO

apreciación de (éstos) podría abrirnos una nueva luz en la dinámica natural del sonido y consti-

tuir una puerta abierta a la comprensión del sentimiento cultural» (Stoller, 1984:561, en Bendix,

2000:33). Deberíamos preguntarnos, pues, por la relación entre el ser humano y los sonidos de su

medio ambiente y qué ocurre cuando éstos cambian (Schafer, 1977:3).

Partiendo de esta premisa, el conocimiento y la exploración de lugares y paisajes desde un

punto de vista acústico tiene un gran potencial para conocer qué ocurre en ellos, cuáles son sus

elementos sonoros más relevantes y cómo la gente los experimenta y siente. El objetivo sería des-

cubrir qué elementos, actividades o comportamientos producen un determinado paisaje sonoro

así como analizar qué tipo de sentimientos, sensaciones o reacciones estimulan a los habitantes

de los lugares aquellos sonidos que por su personalidad, continuidad o cotidianidad son relevan-

tes e imprimen carácter a la experiencia de dichos lugares. Por ello, un verdadero estudio del

soundscape no puede hacerse tan solo en un laboratorio sino que se deben estudiar los sonidos

en relación a la vida en sociedad, considerando in situ los efectos del ambiente acústico en las

personas que en ella viven (Schafer, 1977:205).

Nuevamente podemos recurrir a la literatura para encontrar cómo los sonidos adquieren un

papel importante en los pensamientos y recuerdos del protagonista de El Extranjero, de Albert

Camus, que recrea los sonidos de su ciudad nativa una vez ya en la cárcel:

«En la oscuridad de la cárcel rodante encontré uno por uno, surgidos de lo hondo de mi fati-

ga, todos los ruidos familiares de una ciudad que amaba y de cierta hora en la que ocurríame sen-

tirme feliz. El grito de los vendedores de diarios en el aire calmo de la tarde, los últimos pájaros

en la plaza, el pregón de los vendedores de emparedados, la queja de los tranvías en los recodos

elevados de la ciudad y el rumor del cielo antes de que la noche caiga sobre el puerto, todo esto

recomponía para mí un itinerario de ciego, que conocía bien antes de entrar en la cárcel».

Paseando por el Valle de Carranza, localidad ganadera de Vizcaya, el sonido de cencerros de

las ovejas te acompaña. Y si te introduces en los hayedos de las laderas de sus montañas el rumor

del agua te anuncia a distancia la cercanía de pequeñas cascadas y fuentes naturales. Pájaros, pe-

queños animales, ramas que crujen, árboles que no están quietos aunque el día esté calmado o el

sonido de tus pisadas sobre hojas secas, pequeños charcos o barro son sonidos característicos que

forman parte del paisaje y te acompañan en el paseo. Están ahí aunque ni siquiera repares en ellos

por ir charlando con otras personas o por ir absorto en tus pensamientos. Pero no sería igual sin

ellos. Si abres tus oídos cuando interactúas con el paisaje de alguna manera te das cuenta de que

son parte sustancial. Aunque no te fijes especialmente en ellos, su ausencia te llegaría a alarmar

porque son como los secretos íntimos del paisaje que compartes con él si te acercas y dialogas con

él de tú a tú.

Recuerdo también los sonidos del pregonero anunciando actividades, noticias o algún peque-

ño mercado por las calles de mi pueblo, y podrían ser estudiados los cambios en el paisaje acústi-

co y en la vida cotidiana del pueblo que supuso su sustitución por un sistema de megafonía.

Pero más allá de que los sonidos traigan recuerdos, Feld discute que el conocimiento acústi-

co del sonido es una fuente y una condición para conocer una determinada sociedad, puesto que

la exploración de las sensibilidades de los sonidos y cómo son experimentados o creados supo-

nen también una oportunidad para conocer más profundamente a dicho grupo (Feld, 1996:97).

142

Más allá de la vista: paisajes con otros sentidos

Introduciendo los sonidos característicos de una comunidad al análisis, descubriendo su iden-

tidad sonora, estaremos reintroduciendo, pues, el componente humano del sonido en el estudio

de paisajes y lugares (Schafer, 1977; Durán, 1998:115)

ELLOS LO SABEN. PAISAJES SENSORIALES PARA CONSUMIR

En los últimos tiempos, el marketing, siempre deseoso de captar nuevos clientes y perso-

nalizar y distinguir su producto al máximo en un mar de marcas, apela continuamente a los sen-

tidos y a las sensaciones explorando el lado más emocional de su potencial cliente: un helado

que alude a la experiencia de los cinco sentidos, una cadena de radio que proclama que «la mú-

sica acaricia los sentidos y eleva el alma», un jabón que «provoca tus sentidos» o una marca de

aparatos electrónicos que describe sus productos como «un tributo a nuestros sentidos», por po-

ner algunos ejemplos.

Algunas campañas que venden el mundo rural o sus productos también apelan a la expe-

riencia sensorial. El objetivo es vender un determinado territorio a modo de «pack» en el que la

autenticidad de su gastronomía, paisaje, alojamientos y tradiciones sean las señales de diferencia-

ción de una «marca» que provee al consumidor de un plus único: un mundo de sensaciones al

servicio de su ocio.

Por ejemplo, la campaña de promoción de la región asturiana «Saboreando Asturias» hace hin-

capié en los sabores que se pueden encontrar en esta región, y de paso invita a conocer «los me-

jores restaurantes y las más afamadas sidrerías, las recetas de Asturias y dónde comprar los

mejores productos, los rincones secretos y las mejores pistas para poder difrutar de Asturias con

todo el sabor» (www.saboreandoasturias.net). Se pretende vincular su más conocida marca,

«Asturias, paraíso natural», donde el paisaje es el producto estrella, a la cultura gastronómica de la

región, animando a una diversificación y aumento del gasto de los visitantes, organizando además

reclamos en forma de jornadas culinarias en puntos rurales que giran en torno a los sabores:

«Festival del arroz con leche» en Cabranes, «Jornadas gastronómicas del mejillón» en Tapia de

Casariego, «Jornadas gastronómicas de productos de la Vega del Sella» en la comarca de Picos de

Europa o «Fiesta del picadillo y sabadiego» en Noreña.

También La Rioja está haciendo algo similar para fomentar su producto, aunque va todavía mu-

cho más allá. Esta región próspera está invirtiendo mucho dinero en incrementar el valor añadido de

su producción. Lo que vende va más allá del vino, aunque éste sea siempre el centro sobre el que gi-

ran el resto de sus propuestas. Para ello se sigue la estrategia del fomento del «turismo del vino», es

decir «los viajes y estancias dirigidas al conocimiento de los paisajes, las labores y los espacios de la

elaboración del vino, y a las actividades que acrecientan su conocimiento» (Elías, 2006:64).

Recogiendo la estrategia del marketing sensorial los publicistas que venden nuevos atributos

para el vino riojano y su territorio han puesto en marcha «El Rioja y los cinco sentidos»,3 que pre-

tende ser algo más que una campaña promocional puntual. Mediante un conjunto de actividades

sonoras, visuales, gustativas y táctiles pretenden envolver al vino en esa aureola de sentidos y sen-

143

3. Ver http://www.lariojacalidad.org/elriojaylos5sentidos/

N. CANO

sibilidades, en las que el paisaje del viñedo está también muy presente. Un Rioja, así, es mucho

más que una bebida, es una experiencia multisensorial en torno al vino, que ofrece:

«Vinoterapia» (tratamientos faciales, baños, masajes, envolturas de lodo y baños en base al

vino), «gastronomía del vino», centro de interpretación, «vinobús» que recorre rutas en torno al vino

(como «Postales del Vino», «Vino y Camino de Santiago», «Vino Arte y Cultura»), «vino taller» (que

organiza jornadas como «Saber de la Historia», «Saber de la Crianza», «Saber Hacer», «Saber de la

Tierra» o «Texturas del vino»), visitas a bodegas, recorridos por viñedos, concursos y exposiciones

fotográficas en torno al vino y los viñedos, cursos, concursos de cata, circo, teatro y música (in-

cluso utilizando el vino como instrumento).

Es decir, se enseña al consumidor a apreciar el vino en todas sus dimensiones: a olerlo, a to-

carlo, a saborearlo, a escucharlo. Se sacraliza y se acerca el vino al cuerpo, y el cuerpo a los pai-

sajes donde nace el vino: los viñedos y las bodegas. Un mejor conocimiento del mundo vinícola

implica una mayor pasión hacia él y una mayor fidelización del cliente. Y los que dirigen la es-

trategia de ventas así lo aplican.

El marketing se ha dado cuenta de que introducir los sentidos en el paisaje del producto que

quiere vender es una llamada rentable a nuestros sentimientos y pasiones. El paisaje del viñedo

no era, hasta la generalización de la mirada paisajística a través de las artes y el turismo, un pai-

saje visual, sino corporal, en el sentido de que los valores que le atribuían aquellos que lo traba-

jaban (pero apenas lo contemplaban) estaban más relacionados con el trabajo, el cuerpo, la tierra

y la familia que con la estética. Hoy que la publicidad quiere verlo todo, conocerlo todo y apro-

piarse de todo, acierta cuando piensa que recurrir solamente a una imagen del territorio o del pro-

ducto resulta pobre, apelando pues a la sensorialidad como diferencia.

No hago marketing, ni pretendo vender territorios. Pero sí quiero llamar la atención sobre la im-

portancia de los sentidos no visuales como parte indisociable del paisaje y como fuente de infor-

mación y conocimiento de lugares y grupos humanos. A pesar de la preeminencia de lo visual en

nuestra sociedad, pienso que debemos realizar el ejercicio de acercar el paisaje a nuestro cuerpo,

distanciándonos de la abstracción y la lejanía con el que es abordado habitualmente. Y una manera

de hacerlo es reconociendo lo que de táctil, sonoro, olfativo y gustativo contiene. Y ellos lo saben.

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Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario (2007-2008), 11, 147-158

REHABILITACIÓN DE DISCAPACITADOS COMOVALORIZACIÓN DE LO RURAL: LA HIPOTERAPIA

Aitzkoa Martínez de Marigorta Sánchez

RESUMEN

Aunque la hipoterapia parezca algo novedoso, ya Hipócrates (460 a.C.) apuntaba los benefi-

cios de la práctica de la equitación. De él es la célebre frase «el saludable ritmo del caballo».

En los siglos XX y XXI nos estamos dando cuenta de que no sólo necesitamos a los animales

para obtener de ellos productos alimenticios, sino también para ayudarnos a sentirnos mejor, e in-

cluso aprovechar su característica forma de andar para mejorar nuestro cuerpo y nuestra mente,

como es el caso del caballo.

Las terapias asistidas con équidos, van a dar un servicio a personas con o sin discapacidad de

las grandes ciudades, van a acercar la rehabilitación a núcleos de población que carecen de cen-

tros de terapia, y va a ser una forma de dar a conocer el entorno donde se desarrolla la actividad.

El siguiente artículo no sólo explicará lo que son estas actividades, también de cómo se in-

sertan en el medio rural y de cómo pueden contribuir a mejorarlo.

Porque como dice la OMS, «la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social,

y no sólo la ausencia de enfermedad o dolencia».

Palabras clave:

Hipoterapia, equinoterapia, calidad de vida, rehabilitación, medio rural.

QUÉ SON LAS TERAPIAS ASISTIDAS CON ÉQUIDOS

Antes de entrar a explicar lo que son, se hace necesario recurrir al diccionario para entender

la base de este tipo de rehabilitación. Por eso a continuación, se definen las dos palabras que más

se van a mencionar a lo largo de este artículo:

Terapia: Parte de la medicina que se ocupa del tratamiento empleado para la curación de un

trastorno o de una enfermedad.

Aunque los diccionarios lo recojan de esta manera, para el caso que nos ocupa nos quedare-

mos con el significado etimológico de la palabra que proviene del vocablo griego therapeuein, y

que significa cuidar, no curar.

Rehabilitación: Conjunto de procedimientos médicos, psicológicos y sociales dirijidos a

ayudar a una persona a alcanzar el más completo potencial físico, psicológico social, laboral y edu-

cacional compatible con su deficiencia fisiológica o anatómica y limitaciones medioambientales,

intentando restablecer o restaurar la salud. La rehabilitación debe actuar tanto en la causa de la

147

*. Ponencia presentada al XXI SICODER (Simposio de Cooperativismo y Desarrollo Rural), celebrado enMorillo de Tou (Huesca) del 28 al 30 de marzo de 2008.

A. MARTÍNEZ

discapacidad como en los efectos producidos por la enfermedad, para aumentar la función perdi-

da y así la calidad de vida.

De esta manera, la rehabilitación interviene en 3 aspectos:

a) En la DEFICIENCIA (conjunto de secuelas patológicas o físicas de un órgano o aparato como

por ejemplo, la pérdida de una extremidad, déficit sensorial, etc.).

b) En la DISCAPACIDAD (restricción o ausencia de función, secundaria a la deficiencia, de la ha-

bilidad de una persona para realizar una tarea o actividad dentro de un rango considerado

humanamente normal, como por ejemplo el trastorno en la marcha, etc.).

c) En la PÉRDIDA DE ROLES (en la relación a la discapacidad, como la pérdida de la actividad

laboral, etc.).

El objetivo de los programas de rehabilitación es obtener el máximo nivel de independencia

de los pacientes, tomando en cuenta sus capacidades, aspiraciones, entorno, etc.

Terapias asistidas con caballos

Son procedimientos médicos en los que se utiliza el caballo como medio terapéutico, capaces

de cubrir tanto factores físicos como psicológicos-emocionales.

Generalmente se utiliza la palabra «hipoterapia» para describir esta actividad; lo cierto es que

existen dos terapias diferentes cuya metodología es, asimismo, distinta. Y son la hipoterapia y la

equinoterapia. Con la primera se tratan los problemas físicos (hemiplejia, esclerosis múltiple,

etc.), y con la segunda, trastornos mentales, que van desde afecciones severas como el Síndrome

de Down o el Autismo, hasta un problema tan prosaico como la ansiedad.

En ambas, el paciente no ejerce ninguna acción de mando sobre el caballo, siendo éste últi-

mo el que actúa como rehabilitador y co-terapeuta, gracias al movimiento que el animal transmi-

te al paciente. En cualquier caso, ambas van de la mano. Jamás se realiza la una sin la otra.

Son actividades divertidas en las que las personas reciben terapia y aprenden a controlar su

cuerpo de manera lúdica, facilitando así, la colaboración del paciente.

Hay una cuestión importante que hay que tener en cuenta para que la rehabilitación se des-

arrolle adecuadamente, y no es más que se produzca un vínculo afectivo entre el paciente y el ca-

ballo. El équido debe ser integrado en la «vida» del paciente: «¡Ese es tu caballo, y no otro!». Se

busca, en definitiva, motivar a las personas.

También existe una tercera actividad llamada equitación terapéutica o adaptada, que no es

considerada como terapia porque no se trata de ningún procedimiento médico. Bien es cierto, que

puede resultar terapéutica, en tanto en cuanto, cualquier deporte aporta beneficios a la salud de

las personas, pero se trata de una actividad ecuestre que busca cumplir con las metas del jinete

que es mover, controlar su caballo, guiándolo independientemente en sus aires (paso, trote y ga-

lope) y hacer diferentes ejercicios, incluso competir. De manera que en la equitación terapéutica

el alumno participa activamente. Además, es de gran ayuda especialmente en lo psicológico y

emocional ya que permite a un discapacitado llegar a ser igual o mejor jinete que otra persona fí-

sicamente normal. En muchos casos, niños que empezaron con hipoterapia, hoy practican la equi-

tación terapéutica. La adaptación se basaría, por ejemplo, en el diseño de la silla con arneses

especiales para mejorar la sujección de la persona.

148

Rehabilitación de discapacitados como valorización de lo rural: la hipoterapia

ORIGEN E HISTORIA

Esta terapia se emplea desde los años 50, aunque sus beneficios se conocen desde tiempos

muy antiguos.

Hipócrates (460 a.C.), considerado el padre de la medicina, y contemporáneo de Sócrates y

Platón, aconsejaba la práctica de la equitación para mejorar el estado de ánimo de las personas

con enfermedades incurables. De él, son célebres las frases «el saludable ritmo del caballo» y«tus

fuerzas naturales, las que están dentro de tí, serán las que curarán tus enfermedades». En el cam-

po de la ética de la profesión médica se le atribuye el célebre juramento que lleva su nombre, que

se convertirá más adelante en una declaración deontológica tradicional en la práctica médica.

A lo largo de la historia podemos encontrar muchas referencias a los beneficios físicos y emo-

cionales de la equitación desde el s. XVII, cuando algunos médicos recomendaban montar diaria-

mente para combatir la gota.

Pero ya en el s. XX, encontramos el origen de la hipoterapia tal y como la entendemos aho-

ra, en los años 50, cuando Liz Hartel de Dinamarca y enferma de poliomielitis, ganó la meda-

lla de oro de los JJ.OO. de Helsinki (1952) en la disciplina de doma clásica. Este hecho se

considera el impulso para la creación de centros de equitación terapéutica. Después se exten-

dió por el resto de los países escandinavos donde se empezó a utilizar como tratamiento en

las secuelas de la poliomielitis. Y ya en la década de los 70 alcanzó su gran auge en Alemania,

Francia, Austria, Italia y Suiza.

En un principio se empleó para tratar problemas de columna y corregir posturas deficientes,

escoliósis y otras enfermedades degenerativas.

Posteriormente se amplió su aplicación a diferentes enfermedades neurológicas, como lesio-

nes o alteraciones del SNC, tanto congénitas como adquiridas: secuelas de traumatismo craneo-

encefálico, esclerosis múltiple, enfermedades extrapiramidales (p.e. Parkinson), parálisis cerebral

infantil, enfermedades vasculares, etc.

Hoy en día, no sólo la hipoterapia se circunscribe al ámbito del tratamiento, sino que también

se aplica de forma preventiva ante las posibles secuelas en pacientes hemipléjicos. Y debido a los

buenos resultados de esta técnica a nivel físico, se ha ampliado como tratamiento de trastornos

emocionales y mentales severos, como el Autismo, Síndrome de Down, etc. (lo que se denomina

equinoterapia), ya que su éxito, no sólo se debe a la mejora del aparato locomotor, también a la

estabilidad emocional que la práctica de la actividad conlleva.

EL CABALLO COMO CO-TERAPEUTA

Antes de abordar el tema, es necesario responder a la siguiente cuestión: ¿por qué es impor-

tante conocer al caballo? Sencillamente, porque es nuestra herramienta.

La Etología Equina nos va a aportar, fundamentalmente, datos acerca de su estado de ánimo

y de salud, pero lo más importante, nos va a permitir predecir diferentes circunstancias como,

cuándo tiene intención de hacer algo, por ejemplo cocear, huir, etc. y entender al individuo, de

manera que podamos satisfacer sus necesidades. Este es, precisamente, el primer paso a dar an-

tes de seleccionar un ejemplar que podrá o no ser destinado a la terapia.

149

A. MARTÍNEZ

Por ello, se hace preciso dar unas pinceladas sobre el comportamiento del caballo, su ana-

tomía y por ende, su biomecánica, para comprender el papel imprescindible que desempeñan

los caballos en esta actividad, tanto en lo que a la terapia en sí se refiere, como a su adiestra-

miento y manejo.

El caballo se encuentra en la cadena trófica como consumidor primario, como todo el mundo

sabe, se trata de una especie herbívora, por lo que le ha llevado a adoptar ciertas estrategias evo-

lutivas para evitar ser comido por los consumidores secundarios, los carnívoros.

Esta circunstancia, la de ser una presa, que no vamos a perder de vista a lo largo de este pun-

to, condiciona su anatomía, su vida social y su manera de comunicarse.

Vida social

Un conocimiento natural de la amistad, una necesidad de contacto social y una predisposición

para seguir a un líder conforman la actitud de los animales sociales. Por eso, no es coincidencia que

los animales más fácil de adiestrar sean aquellos que viven en grupo. Y el caballo se ajusta exacta-

mente a esta definición. Pero además, y sin perder de vista la condición de la que hablábamos antes,

la de presa, debemos también decir que son animales que viven en manada porque esto hace que la

probabilidad individual de ser cazado disminuya (pensad por ejemplo en un banco de peces).

«Una vez que han aprendido a no temer a las personas, los caballos tienden a generalizar sus

sentimientos sociales y los proyectan hacia nosotros: nos convertimos, como si dijéramos, en ca-

ballos honoríficos. Si rascas el lomo de un caballo, él te rascará tu espalda como si fueras un ca-

ballo; si ofreces tu amistad a un caballo solitario, él te tratará como a un amigo; y si muestras las

cualidades de audacia y sentido común propias de un líder, te seguirá incondicionalmente». (Lucy

Rees, experta etóloga equina).

Y me gustaría destacar una curiosidad: un caballo aislado se puede volver agresivo fruto de

la inquietud que le provoca la soledad. La alternativa a esta situación es acompañarlo de otro ani-

mal aunque no sea de su misma especie. O dicho de otro modo, el efecto que esto produce es el

mismo que las mascotas ejercen en las personas.

150

Rehabilitación de discapacitados como valorización de lo rural: la hipoterapia

Comunicación

El relincho es una llamada de contacto-reconocimiento. Aunque presentan sonidos sin que és-

tos tengan una función específicamente social, como el resollar, que se puede interpretar como

un estado de relajación, de bienestar. Pero es la postura del cuerpo la que manifiesta el estado de

ánimo del animal, por eso, los caballos se observan constantemente con el fin de detectar esos

signos de actitud. La cola y las orejas son los 2 indicativos más importantes. Precisamente, para

evitar ser detectados por los predadores la comunicación gestual es más importante que el len-

guaje «verbal».

Anatomía

El caballo carece de sistema de defensa, por eso, esta especie ha acentuado sus sistemas de

supervivencia mejorando la sensibilidad del oído, de la visión (sensibilidad al movimiento), ex-

tremidades largas para huir y una gran caja torácica que alberga unos enormes pulmones, entre

otras cosas.

Por supuesto, existen otras características anatómicas que definen a esta especie, pero en este

apartado nos detendremos en las extremidades, porque es su aparato locomotor, y por tanto su

locomoción, lo que está directamente relacionado con la actividad terapéutica; por un lado, han

reducido el número de dedos, de forma que al tener uno sólo, han incrementado la fortaleza de

la caña (soporta 3.000 kg/cm3 en la compresión y 2.000 kg/cm3 en la tracción) pero a su vez, la

han aligerado capacitándoles para la carrera. Y por otro, han concentrado la masa muscular más

potente en la parte superior de la extremidad.

Pero ¿en qué nos beneficia el comportamiento? Primero, cuando trabajamos, en general,

con animales, estamos en contacto constante con la Naturaleza. El ambiente donde desarrollamos

habitualmente nuestra vida, hace que caigamos, en muchas ocasiones, en la rutina, en el aburri-

miento. Por eso, ejercitar la mente y el cuerpo a través del caballo en un ambiente que podemos

incluso, denominar como «curativo», hace que nos abstraigamos de lo cotidiano. A esto hay que

sumarle el hecho de que tocar animales de sangre caliente tiene un efecto directo sobre la ten-

sión arterial y las frecuencias cardíaca y respiratoria: las disminuye. Por lo que abrazarlos, estar

en estrecho contacto con los caballos, resulta ser una experiencia muy relajante.

Los caballos no son nada complacientes, o dicho de otro modo, no se «humillan» por cariño,

pero se trata de una especie que necesita establecer lazos afectivos. Para ello es necesario ganar-

se su confianza. Los caballos son tremendamente sensibles a nuestras reacciones involutarias que

son provocadas por el miedo, la inseguridad, la ansiedad, a las cuales éstos reaccionarán en el

mismo sentido pero con mayor intensidad. Actúan como espejos. Por eso no podemos disfrazar lo

que sentimos: nuestros movimientos, nuestro olor, etc. le están dando al animal señales que le in-

ducen a estar en alerta. Para llegar a interactuar con ellos y establecer ese vínculo afectivo, hay

que aprender a controlar los impulsos. Las personas con tendencia a la dominancia o indiscipli-

nadas no son bienvenidas en una comunidad equina, ya que las manadas de caballos se rigen por

estrictos códigos de comportamiento que aseguran la supervivencia.

Como hemos visto anteriormente, los caballos se observan y se comunican constantemente,

esperando una reacción para actuar e interactuar. Esta característica es compartida por los huma-

nos, por eso se trata de una especie que estimula el carácter social, nos hace reir, y hacen que po-

151

A. MARTÍNEZ

damos focalizar nuestra atención sobre ellos, de manera que aprendemos a concentrarnos, a des-

arrollar el autocontrol y a relajarnos. Además, sentarse sobre un caballo, le hace a uno sentirse

«poderoso», lo cual actúa como una estupenda inyección de autoestima.

Y ¿en qué nos beneficia su estructura anatómica? Cuando montamos encima de un caba-

llo, nos situamos aproximadamente por donde pasa la línea imaginaria del centro de gravedad del

animal. Por tanto, todo cambio que suponga la compensación del movimiento, nos va a afectar.

Tal y como hemos comentado antes, la base de estas terapias es la transmisión del movimiento

del caballo hacia el paciente. El desplazamiento multidimensional del caballo provoca en la co-

lumna vertebral de quien monta una rotación (de 19º), una inclinación lateral (de 16º) y un apre-

tar y soltar de vértebras en forma de bombeo. Además la cadera sufre un movimiento vertical (de

5 cm. aproximádamente), lateral (de 7 cm.) y de rotación (de 8º), por lo que los hombros y ésta

se mueven de forma contrapuesta. Y todo esto se traduce en un movimiento deambulatorio de

la persona similar al que se produce cuando ésta anda. De lo que se trata, en definitiva, es de

llegar a «ser» verdaderos CENTAUROS.

Son tratamientos sensoriales, que actúan sobre el EQUILIBRIO (estado por el cual el cuerpo

conserva una postura estable contrarrestando la acción de la gravedad). Por tanto, afecta a:

a) Sistema propioceptivo / motor: sistema musculoesquelético. Proporciona información sobre el

funcionamiento armónico del aparato locomotor.

b) Sistema sensorial / informador: que consta de aparato vestibular (oído interno), vista y tacto.

Cuya labor es la de percibir los cambios de posición, el espacio y la información relativa al

exterior como la Tº, dolor, etc.

c) Sistema coordinador-integrador / SNC: cerebelo, tronco del encéfalo, etc. Encargado de ela-

borar las respuestas.

BENEFICIOS Y BENEFACTORES

Podemos hablar de tres efectos generales para estas actividades:

1. Efectos físicos:

• Mecánicos: Incrementando la capacidad de percepción del movimiento (búsqueda de la co-

ordinación y equilibrio propios).

• Térmicos: Efectos terapéuticos del calor que transmite el caballo al paciente (incremento de la

circulación, aumento de la relajación de la fibra muscular, disminución de la inflamación, etc.).

• Fisiológicos: Disminución de las frecuencias cardíaca y respiratoria.

2. Efectos psicológicos:

• Cognoscitivos: Estimulando la atención, concentración, comprensión y memoria (aprendizaje).

• Psíquicos: Aumentando la autoestima y seguridad en uno mismo.

3. Efectos sociales: La simple suma de algunos de estos factores determina una mayor facilidad

en los procesos de integración de la persona.

De manera que, teniendo en cuenta todos estos factores, los campos de aplicación de la hi-

poterapia y la equinoterapia son, sin ánimo exhaustivo y a modo de ejemplo:

152

Rehabilitación de discapacitados como valorización de lo rural: la hipoterapia 153

• Neurología: parálisis cerebral, lesiones medulares, esclerosis múltiple, etc.

• Traumatología: alteraciones de la postura (lordosis, cifosis, escoliosis), lumbago, artritis reuma-

toide, etc.

• Pedagogía/psicología: autismo, síndrome de Down, trastornos en el aprendizaje, déficit de aten-

ción con y sin hiperactividad, ansiedad, depresión, etc.

CÓMO DEBE SER UN CENTRO DE HIPOTERAPIA

El objetivo fundamental que un centro de estas características debe perseguir es ofrecer un

servicio lo más integral posible de tratamiento rehabilitador a los pacientes. Por tanto, las activi-

dades desarrolladas en él estarán destinadas a promover iniciativas que lleven la integración de

las personas con o sin discapacidad, mediante una terapia eficaz, que se desarrollará en un am-

biente natural, abierto y sano. Es decir, la ubicación del centro debe ser una cuestión importante

a tener en cuenta, no sólo porque se trate de un ambiente natural, abierto y sano, sino que debe

ser un paraje que invite, cuanto menos a la relajación. Cada uno amuebla su casa como quiere,

pero dejando al margen los gustos, lo que se busca, además de practicidad y funcionalidad, es que

tu ambiente resulte acogedor. Para el paciente y para el caballo.

La limpieza debe ser otra de las cuestiones que hay que tener en cuenta; y no me refiero sólo

a recoger los excrementos de los caballos, y a su aseo, sino al poder trabajar en un lugar libre de

alambres, trozos de obra de cualquier tipo, en definitiva. Lo cual nos conduce a otro punto igual

de relevante que los demás: la seguridad. Para ello, es preciso contar con conocimientos sobre

prevención de riesgos laborales y primeros auxilios, así como un botiquín.

A. MARTÍNEZ154

Las barreras arquitectónicas deben eliminarse, por lo que cualquier área del centro destinada

a los pacientes debe contar con rampas de acceso, entradas y salidas amplias, etc.

En lo que a los animales respecta, se hace indispensable el conocimiento de la especie, tal y

como hemos apuntado anteriormente. Los caballos tienen que ser debidamente seleccionados por-

que van a trabajar con personas que, en muchas ocasiones, no saben lo que pasa a su alrededor.

Por eso el entrenamiento de los individuos de esta especie (incluídos aquellos que no van a ser

destinados a la terapia) se debe tomar como una ciencia sistemática, para aprovechar todo el po-

tencial y las bondades que ofrece la idiosincrasia que ofrece este noble animal.

Y finalmente, se hace precisa una organización conformada por un equipo multidisciplinar ca-

paz de cubrir las áreas de intervención demandadas. También, en otro plano, se deben establecer

canales de comunicación constantes y fluidos entre el centro, usuarios, familiares y especialistas

externos, como factor esencial en los procedimientos terapéuticos desarrollados.

El procedimiento de actuación arrancaría tras la prescripción del facultativo externo, a cuyo

cargo se encuentra el paciente. El centro, a continuación, procedería a realizarle una evaluación.

A partir de las conclusiones obtenidas, y en función de las características y necesidades indivi-

duales, se elaboraría un programa terapéutico personalizado.

En conjunto, dichos programas se articulan en sesiones de duración variable, en función de

la fase terapéutica correspondiente, con un máximo genérico de 30 minutos por sesión, de dos a

tres sesiones a la semana.

Es difícil sistematizar y estandarizar los procedimientos terapéuticos cuando la base de do-

lencias es tan amplia. Las fotos que a continuación se incluyen ilustran algunos de los ejercicios

que se pueden hacer en una sesión.

LA REHABILITACIÓN EN EL ENTORNO RURAL

Las preguntas que han de formularse para llegar a un proyecto como este son las siguientes:

¿cuál es la repercusión de estas terapias en el paciente y en su entorno?, ¿qué se les ofrece?, y ¿de

qué disponen actualmente?

Respondiendo a la primera pregunta, por una parte, está claro que tanto con la hipoterapia

como con la equinoterapia, estamos añadiendo al entorno del paciente una visión diferente y efi-

caz de rehabilitación.

Sin ánimo de desacreditar a los centros de educación especial, así como la labor de los tera-

péutas, psicólogos, etc, sabemos que las sesiones se realizan entre cuatro paredes, lo cual puede

provocar la desmotivación del paciente por falta de estímulos. El entorno natural en el que se prac-

tica la hipoterapia y la equinoterapia, la sensación de libertad y la fuerza atractiva que ejercen los

caballos son ingredientes esenciales para que la terapia se convierta en algo divertido. Además le

damos continuidad, siempre desde una perspectiva diferente, a la labor del resto de profesionales

que rodean a un paciente.

En un centro como el que se describe, además, se propone la participación de los familiares

en las sesiones, ya que está demostrado que el paciente está más relajado ante la mirada de su

padre o de su madre durante la actividad, y por tanto, en la mayoría de las ocasiones, interesado

Rehabilitación de discapacitados como valorización de lo rural: la hipoterapia

en los ejercicios. Es importante añadir el efecto «bola de nieve» en cuanto a la repercusión de la

terapia (apoyada por los padres) en el mismo núcleo familiar se refiere, porque el compendio en-

tre la mejora del paciente, la visión de esta circunstancia por parte de los padres y su participa-

ción en ella, implica, no sólo facilitar una mayor mejora del paciente, sino también, la mejora en

el núcleo familiar propiamente dicho.

Para saber de qué disponen actualmente, basta con echar un vistazo a los números para ha-

cernos una idea de la cantidad de personas que pueden no tener medios para realizar rehabilita-

ción. A continuación se presentan unos datos estadísticos del INE y del IAEST (Aragón) de 1999:

De los cuales se distribuyen de la siguiente manera:

Lamentablemente, no se ha podido conseguir datos relativos a las comarcas, sencillamente

porque se hacen cómputos totales y no distribuciones por áreas. Esta circunstancia nos da una

pista sobre el control de población discapacitada que se lleva, y por ende, las carencias sociales y

sanitarias que pueden presentar estas personas.

Pedro Fernández del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad, en su

reportaje «Entorno Rural y la Discapacidad» escribe: «Partiendo de la premisa de que el 9% de la

población española tiene algún tipo de discapacidad, cerca de 1.300.000 residirían en el medio

rural. De ellos, 540.000 estarían censados en núcleos de menos de 5.000 habitantes y 270.000 en

municipios inferiores a 2.000 (...) denuncian la falta de atención sanitaria y de servicios, además

de peores accesibilidad, movilidad, empleo, recursos, asistencia y mayor aislamiento». Además,

continúa «el carecer de estímulos debido a la falta de recursos (...) provoca en un amplio porcen-

taje de casos, un alto grado de resignación». Y Juan Recio (gerente de FEAPS Salamanca, Confe -

deración Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual) dice

que «su primera tarea sea la de activar, crear una mínima ilusión».

155

C.A. Aragón Zaragoza Huesca Teruel Varones Mujeres

Discapacitados(de 6 a 64 años) 31.499 22.765 4.969 3.804 17.626 13.873

Tabla 1. Discapacitados en Aragón

Tipo de deficiencia nº de discapacitados

Deficiencia mental 4.969Deficiencia visual 6.655Deficiencia auditiva 7.901Deficiencias del lenguaje, habla y voz 325Deficiencias osteoarticular 9.582Deficiencias del sistema nervioso 3.647Deficiencias viscerales 1.694Otras deficiencias 133No consta 494

Tabla 2. Discapacitados en Aragón según el tipo de deficiencia

A. MARTÍNEZ

Lo curioso del tema, es que los expertos achacan esta situación a que no hay núcleos de po-

blación que concentren un mínimo de 10-15 casos, más o menos homogéneos, para crear un cen-

tro ocupacional.

A esto hay que añadir el fénomeno de abandono de los pueblos, también asociado a la falta de

medios para personas con discapacidad. La gente se va en busca de recursos, cuando, en muchos

casos, viviría mejor aprovechando los estímulos que les ofrece su entorno. La solución a esta situa-

ción pasaría primero por utilizar las posibilidades que nos ofrece la «vida en el campo», como los

animales, y segundo, por no olvidarse de satisfacer las necesidades a nivel socio-sanitario de estas

personas. También, sería interesante contar con equipos de especialistas (fisioterapeutas, psicólgos,

pedagodos, etc.) que asistieran tanto a los discapacitados como a sus familias. Porque, lamentable-

mente, las personas con algunas deficiencias, incluída la intelectual, que viven en los pueblos están

predispuestas a presentar cuadros de depresión debido a la falta de motivación y de ilusión por algo.

En cuanto a qué se les ofrece, sin duda alguna se trata de dar un servicio a zonas rurales con

menos posibilidades para realizar actividades diferentes, innovadoras, relacionadas con «lo social».

Cuando se habla de que la hipoterapia o la equinoterapia son terapias alternativas, esto no del

todo cierto, porque la actividad en sí, no trata de sustituir a ninguna otra, se considera, salvo al-

guna excepción, de algo complementario y que completa la rehabilitación de un paciente. Pero,

sí que es cierto que la falta de medios en algunas zonas rurales, por encontrarse más alejadas de

lugares o cuidades con más servicios, estas terapias son una forma de mantenerse activo, pasarlo

bien y rehabilitarse, por lo que resultaría ser una «terapia alternativa».

La hipoterapia y la equinoterapia podrían satisfacer gran parte de esa necesidad, no sólo mo-

tivando a las personas con dificultades de muy diferente índole (como hemos comentado antes,

estas actividades presentan campos de aplicación muy variados), sino también a las instituciones

públicas y a la iniciativa privada, ya que ellos disponen del capital imprescindible para ofertar una

alternativa realista y eficiente a esta situación de abandono.

Por otra parte, resulta paradójico que una solución económica en el plano de las infraestruc-

turas como un centro de terapia asistida con caballos, ni siquiera se contemple, en la mayoría de

los casos, como simple opción.

Y como ejemplo, en este caso válido, de lo que se está hablando, tenemos la actuación de

NARHA -The North American Riding for Handicapped Association- en EEUU. Son centros de hi-

poterapia que se encuentran por toda la geografía norteamericana, incluyendo Canadá, que des-

de 1969 proporciona programas de rehabilitación a través del caballo. Asiste a 38.000 personas

anualmente, en sus casi 650 centros, para lo cual disponen de 5.000 caballos seleccionados para

la actividad. Hoy por hoy, además de contar con una sólida infraestructura, está formada por equi-

pos de especialistas que desarrollan líneas de investigación y que se publican en la revista tri-

mestral «Strides», e imparte cursos especializados en las terapias asistidas con équidos. Al ser una

organización sin ánimo de lucro su fuente de financiación no sólo son las donaciones privadas

sino que tienen apoyo de organismos públicos.

Quizá este ejemplo puede resultar exagerado, en cuanto a infraestructura se refiere y para lo

que sería un territorio como Aragón, pero no está demás fijarse en la gran labor, a todos los ni-

veles, que está desarrollando esta asociación.

156

Rehabilitación de discapacitados como valorización de lo rural: la hipoterapia

CONCLUSIÓN

La conclusión de todo esto, es que primero debemos dejar a un lado los prejuicios que sus-

cita el mundo del caballo: no monta a caballo el que más tiene, sino el que más quiere. Y salvo

excepciones (y son pocas) en las que estas actividades sean contraproducentes, todo el mundo

puede.

Debemos aprovechar, en el mejor sentido de la palabra, las virtudes de este animal, para

aprender de él y con él. Pero no nos dejemos llevar por un falso sentido místico. La hipoterapia

y la equinoterapia son procedimientos médicos, y nada parecido a lo sobrenatural. Sólo queda

apoyarla con serias líneas de investigación para evitar tener que llegar hasta un centro como el

que se propone, buscando el «clavo ardiendo» al que nos queremos agarrar cuando nos encontra-

mos en circunstancias difíciles.

Puesto que estas terapias se realizan en un lugar de obligada ubicación «campestre» por el he-

cho de tener animales, acercamos a las personas que viven en núcleos rurales la posibilidad de

rehabilitarse.Y a los «urbanitas», una forma diferente de contactar con la Naturaleza para mejorar

su calidad de vida, objetivo sin el cual, estos procedimientos terapéuticos no tendrían sentido.

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157

Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario (2007-2008), 11, 159-170

CONOCIMIENTO LOCAL DE PLANTASHERBÁCEAS Y LEÑOSAS FORRAJERAS EN DOSLOCALIDADES DEL MUNICIPIO DE MUY MUY,

MATAGALPA, NICARAGUA

Fabio Cesar Vásquez LópezUniversidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León

Palabras clave:

Cocimiento local, productores ganaderos, pastos, alimentación y fincas.

1. INTRODUCCIÓN

En Nicaragua los sistemas ganaderos se caracterizan por periodos de escasez de forraje en la

época seca y por inapropiadas practicas de manejo del ganado realizadas por el productor, por lo

que ellos deben tomar alternativas de manejo para la alimentación de su ganado en esta época

utilizando principalmente el follaje y frutos de árboles, así como también la amonificacion de ras-

trojos (Zamora et al. 2001).

En la producción ganadera la alimentación basada en pasturas es una práctica esencial en mu-

chas partes del trópico especialmente en la temporada seca cuando escasean las gramíneas y le-

guminosas forrajeras. La mayoría de pasturas naturales tienden a perderse en esta época aunque

muchas leguminosas permanecen verdes en periodos críticos del año y son una fuente de ali-

mentación en época de escasez (Bakamaza, 1994). Estudios de conocimiento local de productores

sobre especies herbáceas y leñosas, plantean que estas pueden ser una alternativa en la alimen-

tación del ganado (Sosa et al 2004), principalmente porque muchas de ellas son desconocidas por

la gran diversidad de especies existentes.

Una alternativa para aumentar la producción de carne y leche de animales en pastoreo es me-

diante el buen uso y conocimiento de pasturas de gramíneas y leguminosas. A pesar de las ven-

tajas comprobadas que las plantas gramíneas y leguminosas tienen tanto en zonas templadas

como tropicales su uso y conocimiento por parte de los productores es limitado, particularmente

en el trópico (Lascano, 2002). Sin embargo existen estudios recientes (Lawrence et al., 2005,

Muñoz, 2004, Martínez, 2004, Lykke, 2000) que evidencian el uso potencial de especies herbáce-

as y leñosas como recursos forrajeros y estudios que muestran como los productores basan sus

decisiones en virtud de la época y los recursos disponibles en su finca (López, 2004).

En el presente estudio se hace una descripción de la tecnología local de manejo de pasturas

y se analizan las percepciones locales sobre el consumo de plantas por los animales y la clasifi-

cación y valoración que los lugareños otorgan a las especies herbáceas y leñosas forrajeras pre-

sentes en los potreros. Se pretende resolver el interrogante ¿Cuál es la tecnología local de manejo

de los recursos leñosos y las percepciones de los productores respecto al consumo de los anima-

les bovinos de especies leñosas presentes en los sistemas ganaderos?

159

F.C. VÁSQUEZ160

2. MATERIALES Y MÉTODOS

2.1. Área de estudio

El estudio se realizo entre los meses de Enero y Agosto del año 2005, en la zona piloto del

proyecto Pasturas Degradadas en Centroamérica, CATIE–NORUEGA (PD) en Muy Muy, Nicaragua.

El municipio se localiza al Sur del departamento de Matagalpa, en la zona Norte–Central de

Nicaragua, entre las coordenadas geográficas 85º45’; 85º30’ longitud Oeste y entre los 12º50’;

12º40’ latitud Norte. Tiene una población de 15, 168 habitantes y de ellos el 74 % habita en áreas

rurales. Su extensión territorial es de 375 Km2, con una densidad poblacional de 135 habitan-

tes/Km2. La economía predominante es de granos básicos (12% de su extensión) y ganadería (80%

de áreas destinadas a pasturas) y el 8 % restante destinadas a áreas boscosas.

En el municipio de Muy Muy se considera a la ganadería como su principal actividad econó-

mica, muestra de ello es que existen 891 explotaciones agropecuarias con extensiones de tierra

entre 0.5 ha y 500 hectáreas, de las cuales el 64% poseen ganado bovino, unas 22, 602 cabezas.

Las explotaciones agropecuarias en este municipio reciben muy poca asistencia técnica y capaci-

tación agropecuaria por parte de las instituciones responsables, lo que puede incidir en las malas

prácticas de manejo que los productores aplican en sus explotaciones agropecuarias. De 891 ex-

plotaciones agropecuarias solo el 22% reciben estos servicios (CENAGRO 2001). La ganadería ocu-

pa sistemas de producción de doble propósito (leche y carne), que tienen bajas inversiones de

capital y trabajo por unidad de área. Las practicas productivas se basan en la alimentación del ga-

nado con pastos naturales de baja calidad y con muy poco uso de forrajes cultivados. El manejo

de las pasturas se hace con un uso frecuente del fuego y se le somete a sobre pastoreo durante

la época seca. Las cargas animales son bajas, alrededor de 0,7 UA/Ha, con animales de razas crio-

llas con cruces indefinidos con la raza Brahmán y razas de origen europeo (Rugnitz, 2004).

El ecosistema de la región se clasifica como trópico semi–húmedo en transición entre zona

seca y zona húmeda. La precipitación anual oscila entre 1.400 y 1.800 mm / año; Altura sobre el

nivel del mar de 337,6 m y temperaturas que oscilan entre 23 y 25 ºC (INETER). La época seca se

encuentra entre los meses de Noviembre a Abril y la época húmeda va de los meses de Mayo a

Caracter. Parámetros Zona Alta Zona Intermedia–Baja

Biofísicas Altitud 360 a 770 msnm 200 a 360 msnmClima 2 a 4 meses de sequía 4 a 5 meses de sequíaTopografía Ondulada a muy quebrada Plana a semionduladaAcceso Peores condiciones de caminos Mejores condiciones de acceso,

y transporte buena parte de los caminostodo el tiempo

Productivas y Producción de pasturas en Presentan moderados problemas Problemas de sequía desociales verano con la producción de pasturas pasturas en el verano

en veranoTamaños promedios de las fincas 32 manzanas 95 manzanasAños dedicados a la ganadería 10 a 40 años 25 a 50 años

Cuadro 1. Descripción de características de las zonas de estudio en Muy Muy, Nicaragua

Fuente: Catie–Noruega (PD) 2004.

Conocimiento local de plantas herbáceas y leñosas en dos localidades del...

Octubre. Para el estudio se considero la participación de productores de la zona alta del munici-

pio y de la zona intermedia–baja, las características de ambas son descritas en el cuadro 1.

2.2. Colección de Datos

El presente trabajo fue estructurado siguiendo las siguientes premisas para obtener y docu-

mentar la información necesaria.

• Revisión y análisis de información secundaria: Explicar las fuentes de información secundaria

utilizadas.

• Analisis de información de la base de datos del proyecto Pasturas/Noruega.

• Observaciones realizadas durante visita de reconocimiento a la zona de estudio.

• Colecta de información de los productores sobre percepciones del uso y manejo de plantas a

través de entrevistas en profundidad utilizando cuestionarios semiestructurados.

•Realización de talleres con grupos focales con productores Análisis en detalle del conocimiento

local del manejo y uso de plantas presentes en los potreros.

2.2.1. Selección de informantes

Para la selección de los productores se hizo una exploración de las fincas y las condiciones

biofísicas de la zona, recopilación de información primaria y secundaria y consecuentemente se

selecciono a los productores tomando en cuenta que pertenecen al proyecto CATIE–NORUEGA

(PD). Toda esta información se desarrollo durante visitas previas al inicio del estudio. Se reviso in-

formación referente a los recursos forrajeros utilizados en la zona y sobre el conocimiento que tie-

nen los técnicos locales sobre uso de plantas locales por parte de los animales. Además de revisar

la base de datos de la encuesta socioeconómica realizada por el proyecto CATIE–NORUEGA (PD)

con 70 productores.

Recabada la información necesaria se seleccionaron los productores para realizar entrevistas

en profundidad sobre el conocimiento local de recursos herbáceos y leñosos, en total fueron 15

productores; 10 productores de las comunidades de El Corozo, Guiligua, Las Vegas y Maizama

Afuera, pertenecientes a la Zona Intermedia–Baja (ZIB); y 5 productores de las comunidades de

el Bálsamo 2 y El Bosque de la Zona Alta (ZA) del Municipio. Las diferencias topográficas, carac-

terísticas socioeconómicas de los productores y tradición en la actividad ganadera, se tomo en

consideración para realizar la comparación entre ambas zonas donde se realizo el estudio.

2.2.2. Colecta de información de los productores sobre percepciones y conocimientos de plantas,

uso y manejo de recursos forrajeros.

Como fuente secundaria de información se utilizaron los cuestionarios estructurados reali-

zados por el proyecto CATIE–NORUEGA (PD) en el municipio de Muy Muy, cuyo principal ob-

jetivo fue obtener información de parte de los productores sobre aspectos sociales y económicos

y manejo agropecuario de sus fincas. Este fue el principal insumo para obtener información e

identificar los vacíos que debían llenarse con el desarrollo de otras técnicas y así completar la

información requerida para cumplir con los objetivos del estudio.

161

F.C. VÁSQUEZ162

Para ampliar la información sobre el conocimiento de los productores sobre los recursos

forrajeros utilizados por el animal se realizaron entrevistas semiestructuradas, utilizando un

cuestionario. Las entrevistas fueron grabadas en cinta magnetofónica para su posterior análi-

sis e interpretación. Las principales temáticas indagadas fueron: sobre el uso, consumo, valo-

res forrajeros y prácticas de manejo de especies forrajeras presentes en los potreros de los

productores.

2.2.3. Observaciones de campo

Durante la visita previa se pudo realizar observaciones de campo en la zona de estudio y po-

treros, esta metodología permitió caminar sobre los alrededores visitando los sitios y lugares don-

de los animales generalmente pastorean, además de observar las principales plantas presentes

(Maundu, 1985).

2.2.4. Talleres participativos con grupos Focales

Se realizaron tres talleres con grupos focales de productores: dos con productores de la zona

Intermedia y Baja durante las dos épocas en que se realizo el estudio y uno con los productores

de la Zona Alta. El principal logro de los talleres fue documentar y evaluar los conocimientos y la

percepción de los productores de las plantas presentes en sus fincas.

En los talleres se realizaron ejercicios participativos en los que los productores identifica-

ban las plantas, realizando un recorrido por mesas. Las plantas fueron elegidas tomando en

cuenta los siguientes criterios: 1) las plantas mencionadas por el productor durante las entre-

vistas, 2) presencia de plantas en potreros y seleccionadas por al animal presentadas en los re-

sultados del proyecto de Velásquez (2004) y 3) las primeras observaciones y datos obtenidos a

la fecha del trabajo de campo. Las plantas fueron recolectadas previamente de potreros cerca-

nos, tratando que se conservaran verdes la mayor parte del tiempo Las mesas fueron arregla-

das de forma tal que se pudieran visualizar bien por parte del productor. Con la ayuda de una

matriz el productor iba llenando la información solicitada sobre una planta específica. Las pre-

guntas fueron elaboradas de manera sencilla y rápida para orientara al productor a identificar

las especies, preguntas como: sabe cual es esta especie, las consumen o no los animales, que

Conocimiento local de plantas herbáceas y leñosas en dos localidades del...

partes consume el animal, la considera una maleza y como la combate. Luego con las mismas

plantas se indago su percepción sobre las plantas, tomando en cuenta criterios y valores fo-

rrajeros para cada una. Participaron en total 10 productores como mínimo en la Zona

Intermedia y Baja y 5 productores para la Zona Alta. Los talleres tuvieron una duración de

aproximadamente tres horas.

3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En las comunidades rurales se ha evidenciado que el conocimiento local de productores

puede ser muy general, incluyendo conocimiento sobre el uso de recursos naturales y proce-

sos ecológicos, entre otros ( Joya et al. 2004). Los productores tiene un amplio conocimiento

sobre las especies forrajeras conociendo que partes consume el ganado, que especies produ-

cen mayor forraje, cuales son mas palatables y cuales tiene mayor calidad nutricional ( Joya et

al. 2004), ellos utilizan criterios como abundancia de especies, productividad de las hojas y alta

palatabilidad. El conocimiento de los productores es empírico y funcional. Esto significa que

es derivado de la experiencia práctica y generalmente en función de las actividades realizadas

por su propia voluntad o inducida por agentes externos. Los campesinos conocen las caracte-

rísticas de las plantas y con base a ella las clasifican dependiendo para que sirven, la aparien-

cia externa, la respuesta a condiciones extremas de sequía, semejanza con algo, presencia o

ausencia bajo condiciones determinadas de calidad de suelos o presencia de agua o luz, entre

otros (Mora 2004).

3.1. Características de los productores en Muy Muy

Se ha considerado una variable de importancia factores relevantes como la edad, nivel de es-

colaridad y años dedicados a la ganadería para evaluar la capacidad de percepción de los pro-

ductores de la zona intermedia y la zona alta. La figura 1 muestra algunos de esos detalles.

Los productores de la zona intermedia y baja se caracterizan por tener mayores extensiones

de tierra disponibles para la producción ganadera, lo que se traduce en más animales, más po-

treros y mayor productividad. La figura 2 muestra la diferencia entre ambas zonas.

163

F.C. VÁSQUEZ164

3.2. Manejo de las pasturas y su incidencia en la oferta forrajera

Muchas de las actividades que realiza el productor en su finca pueden tener un impacto so-

bre la cobertura arbórea. Por ejemplo, la decisión de controlar malezas (químicos o manuales),

uso de fuego, cambios de uso en el suelo (principalmente de charral a potreros), extracción de

madera y leñas, todo esto conlleva a una reducción de la cobertura arbórea y de material genéti-

co, regeneración natural y perturbación directa de insectos polinizadores y la cadena alimenticia

(Sánchez et al. 2004).

Los tipos de cobertura herbácea y arbórea también se ven afectados por el tipo de productor

y sus estrategias de vida, productores con mayores extensiones de tierra, tienen mas áreas de chá-

rrales que los que no tienen grandes posesiones de tierra, esto les permite realizar un mayor uso

Figura 1. Comparación social de productores

Figura 2. Tamaños promedios de las fincas

EPOCA SECA ZIB EPOCA LLUVIOSA ZIB ZONA ALTA

N. comun N. Cientifico N. comun N. Cientifico N. comun N. Cientifico

Jaragua Hyparrehenia Zacaton Paspalum Gramas Paspalum sprufa virgatum naturales

Anglenton Dichantium Zarza gato Mimosa albida Coyolillo Cyperus sparistatum

Conocimiento local de plantas herbáceas y leñosas en dos localidades del...

extensivo de sus áreas. El uso intensivo del suelo depende del tamaño la finca y nivel capitaliza-

ción del productor (Sánchez et al. 2004). Los tipos de cobertura arbórea presentes en el paisaje

tiene importancia en la productividad de las fincas y los productores reconocen este aporte, rete-

niendo los árboles de uso múltiple en sus fincas para cubrir sus necesidades (Sánchez et al. 2004).

El Conocimiento de que los árboles forrajeros juegan un papel importante en la alimentación del

ganado en la época seca, cuando existe un déficit alimenticio por la poca productividad de pasto

induce a los productores a retener especies forrajeras para este fin (Sánchez et al. 2004) y obte-

ner mayores ingresos económicos.

3.2.1. Chapia y uso de herbicidas

La mayoría de los productores durantes las entrevistas y discusiones grupales adujeron no

practicar quemas, sin embargo las chapias las realizan dos veces al año (Julio y Septiembre) y son

realizadas por trabajadores de su finca o por trabajadores no constantes que se encargan de rea-

lizar labores como chapeas, rondas y establecimiento y manutención de cercos (Rugnitz, 2004). La

mano de obra familiar se desempeña principalmente en trabajos relacionados con el manejo del

ganado y supervisión de los trabajadores.

Los productores aducen una serie de usos y razones por las cuales al chapear dejan árboles

en los potreros (Cuadro 5), en el se enumeraron las especies por las veces que fueron menciona-

das por los productores. Las especies de mayor importancia para el productor son Madero negro

y Guacimo, para suministro de forraje para los animales y Roble y Laurel para la obtención de ma-

dera. Al consultárseles sobre las especies gramíneas y herbáceas que ellos dejan al efectuar esta

practica, mencionaron que «la chapear vuelan parejo todo», por lo que era difícil considerar algu-

na especies en particular. El uso de herbicidas esta en dependencia del poder adquisitivo del pro-

ductor, e igual durante su aplicación en el potrero, los árboles, son los únicos que se considera

dejar y no afectarlos con la aplicación del herbicida.

3.4. Especies con potencial forrajero desde la perspectiva del productor: análisis en grupos

focales

Los productores durante las entrevistas mencionaron las principales plantas presentes en sus

potreros y que comúnmente son utilizadas como alimento para el ganado (Cuadro 2). Se reporta-

ron alrededor de 20 especies para cada zona y época del año. Se discrimino a las plantas que no

fueron mencionadas dos o menos veces por los productores entrevistados, independientemente

del tipo y ciclo de la planta. El cuadro 2 muestra las principales especies herbáceas y leñosas fo-

rrajeras mencionadas por los productores.

165

Cuadro 2. Especies consideradas por los productores locales de Muy Muy

F.C. VÁSQUEZ

3.5 Clasificaciones locales funcionales

Se evaluaron 20 plantas para la ZIB en la época seca y lluviosa y 20 plantas en la ZA. La iden-

tificación de las plantas tomo en consideración los siguientes aspectos de interés: si conocían o

no a la planta, si la consumían o no los animales, si la consideraban una maleza, y como la com-

batían si la consideraban una maleza.

Del total de 15 especies a identificar por parte de los productores el 85 % conocían las plan-

tas, 75% consideraban que el animal las consumía, un 23 % consideraba no conocerlas y un 2%

no las conocía o no respondió.

166

EPOCA SECA ZIB EPOCA LLUVIOSA ZIB ZONA ALTA

N. comun N. Cientifico N. comun N. Cientifico N. comun N. Cientifico

Gramas Paspalum sp Batatilla Ipomoea Zacaton Paspalum naturales hederifolia virgatumMelenillo o Oplismenus Matorral SNC Retana SNCGrama de conejo burmaniiZacaton Paspalum Asia Pamicum Jaragua Hyparrehenia

virgatum maximun rufaGenizaro Albizia saman Estrella Cynodon Cola de burro Sida acuta

plectostachyusGuacimo Guazuma Jaragua Hyparrehenia SNC, Blecum Blechum

ulmifolia rufa pyramidatumGuanacaste Enterolobium Grama comun Paspalum Pega pega Desmodium

cyclocarpum notatum canumChocoyo Casearia Anglenton Dichantium Navajuela Scleria

corymbosa aristatum melaleucaCarao Cassia grandis Teramus Teramus Escoba lisa Sida acuta

uncinatumSNC, Blecum Blechum Cola de burro Paspalum Viborana SNC

pyramidatum plicatulumFlor amarilla Baltimora recta Gamba Andropogum Dormilona Mimosa pudica

gayanusChang Hyptis sp Pasto peludo Melinis sp Corona Smilax

de cristo spinosaCornizuelo Acacia cornigora Guacimo Guazuma Aromo Phitecellobium

ulmifolia oblongumPega Pega Desmodium Papa miel Combretum Pico de pajaro Senna

canum fruticosum obtusifoliaUmanda Indigofera Escoba lisa Sida acuta Matorral SNC

jamaicensisZarza Verde Byttneria Estrellita blanca Dichromena Guacimo Guazuma

aculeata ciliata ulmifoliaAromo Phitecellobium Chaguiton Maranta Pata de venado SNC

oblongum arundinaceaeGallinita Centrosema Flor amarilla Baltimora recta Cornizuelo Acacia

pubescens cornigeraCorona de cristo Smilax spinosa Gusanillo Acalypha Flor amarilla Baltimora recta

alopecuroides

Cuadro 2. Especies consideradas por los productores locales de Muy Muy (conclusión)

Conocimiento local de plantas herbáceas y leñosas en dos localidades del... 167

Zona Intermedia Baja Zona Alta

Epoca seca Epoca lluviosa Epoca seca Epoca lluviosa

Gramas naturales Gramas naturales, estrella, Gramas naturales Tanzania, Toledo, brizanthaasia, zacaton, zacate y mani

Pastos naturalizados: lagunero y jaragua Jaragua, estrella, brizanthaJaragua, gamba, asia, y asia Asia, jaragua, estrella,anglenton Toledo, tanzania y aleman guinea, retana y gramas

Cultivares mejorados: naturalesPastos de corte: Kingrass, Taiwan y Caña tanzania, toledo, maranduCaña dulce, Caña japonesa, y mani Follajes de marango,Caña Guatemala, taiwan y Hojas y rebrotes de guacimo y madero negroSorgo forrajero Jiñocuabo, genizaro, Ramoneo de rebrotes de

guanacaste y elequeme guacimo, madero negro, Sales mineralesGuate de sorgo elequeme y marango

Frutos de genizaro, guacimo Rastrojos de maiz, tuzasConcentrados comerciales y y cepas de chaguite Frutos de guacimo y naranja y olotesgallinaza

Concentrados comerciales Pastos de corte: Taiwan ySales minerales, sal comun, y gallinaza Caña dulceceniza y melaza

Sales minerales y melaza Silos de maiz y maderoFollaje de madero negro negro con caña dulce

Otras especies consumidasFrutos de genizaro, por los animales Rastrojos de maizchilamate, guacimo y ocasionalmente son: escobaguanacaste lisa, umanda y flor amarilla Tallos y frutos picados de

guineo

Concentrados comercialesy semolina

Sales minerales y sal común

Cuadro 3. Principales recursos alimenticios que conocen los productores para sus animales

Figura 3. Comparación entre las dos zonas sobre la identificación de las plantas

F.C. VÁSQUEZ168

Los productores han sido capacitados en temas relacionados al manejo de las pasturas un 58%

y en temas de alimentación animal un 52 %, por instituciones de extensión presentes en la zona

por instituciones de extensión rural. El proyecto CATIE –NORUEGA (PD), en la actualidad trata de

beneficiar a sus productores con temas de capacitación basados en sus necesidades y prioridades.

Durante la realización de dos talleres con productores de la ZIB Y ZA, se les formulo la Pregunta:

Con que alimentos disponemos para la alimentación de nuestros animales? El cuadro 3 nos mues-

tra las respuestas de los productores.

3.6. Utilidad en el sistema ganadero

En Cañas y Rio Frió, Costa Rica, Esteli, Matiguas y Boaco, Nicaragua, los productores saben

que especies arbóreas se adaptan en sus fincas, cuales son de mayor o menor preferencia, reco-

nocen especies con potencial forrajero, identifican frutos que consume el ganado y perciben tipos

de sombra arbórea favorables y no favorable para el ganado y los pastos (Zamora, 2001, Casasola,

2001, Martínez, 2004 y Muñoz, 2004). En el municipio de Muy Muy los productores no son la ex-

cepción, saben que plantas consume el ganado y cuales pueden ser de beneficio o perjuicio para

sus animales, los cuales están representados en el cuadro 4.

La mayoría de los productores aducen usos medicinales a algunas plantas; por ejemplo: el

Guanacaste para los piquete de culebra, el Guacimo: bota la placenta de la vaca, el Jiñocuabo: para

lavar heridas y curar riñones en humanos y el Chang: cura el azúcar en humanos (se usan las ra-

íces). Muñoz (2004) reporta también el uso de especies maderables como el guanacaste, chilama-

te y especies frutales para combatir tanto enfermedades de animales como de personas.

Forrajes preferidos Forrajes preferidos Atribución de Plantas Medicinales Plantas toxicasEpoca seca Epoca lluviosa otros usos uso en humanos para el ganado

Genizaro Helequeme Cornizuelo (leña) Guanacaste Guanacaste

Guacimo Frutas de Guanacaste, Aromo (leña) Guácimo Escobilla morada

Guanacaste Frijolillo, Guacimo Ron Ron (leña) Jiñocuabo Viborana

Madero negro Gramas comunes Chang (bebidas) Chang Cuculmecas (bejucos)

Cornizuelo Jaraguas Pata de venado (leña)

Aromo Estrella Rompe botas (leña)

Zarzas Para Umanda (escobas)

Anglenton Asia

Gramas Frijolillo

Escobas Pica pica

Desmodium

Cuadro 4. Representa las opiniones vertidas sobre algunas especies herbáceas y leñosas

Conocimiento local de plantas herbáceas y leñosas en dos localidades del...

5. AGRADECIMIENTO

Este estudio se realizo gracias al financiamiento del Proyecto Pasturas degradas en Centroa -

mérica (CATIE–NORUEGA PD).

6. BIBLIOGRAFÍA

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169

Arboles USOS

Nombre Nombre Cercas # decomún científico Sombra Ecolog. vivas Leña Forraje Madera Postes menc.

Madero negro Glyricidia sepium 2 6 2 6 1 4 21Guacimo Guazuma ulmifolia 4 2 2 6 6 20Roble Tabebuia rossea 2 1 6 10 20Genizaro Albizia saman 3 2 3 1 9Laurel Cordia alliodora 4 3 9 1 17Carao Cassia grandis 2 2 3 6 3 16Coyote Platymiscium dimorphatum 1 3 1 6 3 14Pochote Pachira quinata 6 6 1 13Jiñocuabo Bursera simarouba 6 1 1 8Cedro Cedrella odorata 2 2 3 7Guanacaste Enterolobium cyclocarpum 1 1 2 1 5Elequeme Erythrina berteroana 2 2 4

Cuadro 5. Razones por las cuales el productor decide dejar especies arbóreas cuando

utiliza practicas de manejo como la Chapia o aplicación de herbicidas

Fuente: Encuesta socioeconómica del Proyecto CATIE/NORUEGA(PD).

F.C. VÁSQUEZ

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170

NORMAS PARA LA PRESENTACIÓNY PUBLICACIÓN DE TRABAJOS

NORMAS PARA LA PRESENTACIÓNY PUBLICACIÓN DE TRABAJOS

La Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario es editada por la Unidad de Economía Agrariadel Departamento de Agricultura y Economía Agraria de la Universidad de Zaragoza, dando cabida a aporta-ciones científicas relacionadas con el desarrollo rural y el cooperativismo agrario.

1. ESTRUCTURA• TÍTULO (centrado)• NOMBRE DE LOS AUTORES (centrado)• DIRECCIÓN DE LOS AUTORES (centrado)• RESUMEN (máximo 200 palabras)• PALABRAS CLAVE (máximo 5)• INTRODUCCIÓN• MATERIAL Y MÉTODOS• RESULTADOS Y DISCUSIÓN• CONCLUSIONES (pueden no aparecer quedando justificadas en el apartado anterior)• AGRADECIMIENTOS (puede faltar)• REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS• SUMMARY (máximo 200 palabras)• KEY WORDS (máximo 5 palabras)

2. FORMATOLa extensión del trabajo nunca será superior a 20 páginas, tamaño DIN A-4, incluidas las tablas, las figuras

y la bibliografía. Deben respetarse las normas que se refieren a tamaño de letra, que deberá ser «Times NewRoman» de 11 puntos y distancia entre líneas de un espacio (1 línea), excepto RESUMEN, SUMMARY, REFE-RENCIAS BIBLIOGRÁFICAS y TABLAS que se escribirán con un tamaño de 10 puntos. Los encabezados de cadasección irán situados a la izquierda del texto, en mayúsculas y negrita con un tamaño de fuente de 12 pun-tos. Los márgenes derecho, izquierdo, superior e inferior serán de 2,54 cm. No se partirán palabras con guionesal final de las líneas.

Los trabajos que no cumplan esta norma se devolverán al autor, que dispondrá de un plazo máximo de10 días para su modificación.

3. FORMATO DE LOS DISTINTOS APARTADOS• TÍTULO (centrado, en MAYÚSCULA y negrita). 12 puntos.

• NOMBRE AUTORES (centrado y en MAYÚSCULA).- APELLIDOS, seguidos de coma, INICIAL/LES del nombre, seguida/s de punto.- Autores separados por punto y coma o la conjunción «Y», si son los dos últimos. Líneas a un espacio.

• DIRECCIÓN DE LOS AUTORES (centrado, en minúscula). Líneas a un espacio. Si los distintos autorestienen direcciones diferentes se indicará la correspondencia mediante un superíndice numérico.

Ejemplo:ESCRIBANO M.1, MESÍAS F.J.2 Y RODRÍGUEZ A.2

1. Área de Producción Animal. Departamento de Producción Animal y Ciencia de losAlimentos. Facultad de Veterinaria. Universidad de Zaragoza. Miguel Servet, 177. 50019Zaragoza. España.

2. Dirección General de Producción, Investigación y Formación Agraria. Junta de Extremadura.Carretera de San Vicente, 3. 04071 Badajoz. España.

• RESUMEN (máximo 200 palabras). Debe permitir al lector apreciar el contenido e interés del trabajo.La primera línea de cada párrafo se sangrará con tabulador, nunca con la barra espaciadora. Líneas a unespacio y tamaño de 10 puntos. La palabra RESUMEN se dispondrá a la izquierda y se escribirá conMAYÚSCULA y negrita con un tamaño de 12 puntos.

REVISTA DE DESARROLLO RURAL Y COOPERATIVISMO AGRARIO

• PALABRAS CLAVE (máximo 5). Situadas a la izquierda y en minúscula. Las palabras «Palabras clave» seescribirán en minúscula y negrita.

• EXPOSICIÓN DEL TRABAJO: Se escribirá en líneas a 1 espacio y en minúscula con un tamaño de 11 pun-tos. La primera línea de cada párrafo se sangrará con tabulador, nunca con barra espaciadora. No se parti-rán palabras mediante guiones al final de las líneas. Entre párrafos no existirán saltos, ni líneas en blanco.Las palabras INTRODUCCIÓN, MATERIAL Y MÉTODOS, RESULTADOS, DISCUSIÓN, CONCLUSIONES YAGRADECIMIENTOS, escritas en MAYÚSCULA y negrita con un tamaño de 12 puntos, deben situarse a laizquierda del texto.

• TABLAS (se recomienda no utilizar la palabra cuadro/s). Se recomienda elaborarlas utilizando la opciónTablas del procesador de textos. No llevarán líneas de separación de columnas ni irán enmarcadas. Seprocurará que las líneas horizontales queden reducidas a una o dos arriba y una o dos abajo. Irán nume-radas y situadas en su lugar adecuado en el interior del texto. El tamaño de la letra será Times NewRoman de 10 puntos.

- Títulos de las Tablas: En la parte superior de la tabla, centrados, en minúscula y negrita. Líneas a unespacio. Tamaño de 11 puntos.

• FIGURAS: Insertadas en el lugar apropiado en el interior del texto.

• Referencias bibliográficas (en el texto): Todas las referencias citadas en el texto deben aparecer en elapartado de REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS y viceversa.

- Si el nombre/s del autor/es no forma parte del texto se citarán solamente los apellidos, sin las ini-ciales, entre paréntesis, en letra minúscula, seguidos del año de publicación, separado por una comaen el lugar que corresponda.

Ejemplos:

· Caso de un autor «...(Sierra, 1999)...», · caso de dos autores «...(Escribano y Pulido, 2001)...», · caso de más de dos autores «...(Pulido et al., 1995, Sierra et al., 1986)...».

- Si el nombre/s de los autor/es forma parte del texto se pone el año entre paréntesis.

Ejemplo:

«... según los trabajos de Sañudo (1998), las ovejas...».

- Sólo se indican los apellidos, sin las iniciales de los nombres.

• REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. Se ordenarán por orden alfabético de apellidos del autor o primerautor, si son varios. Para distintos trabajos de un mismo autor, o autores, se seguirá el orden cronológicodel año de publicación. Si en un mismo año hay más de una publicación de un autor o autores, se distin-guirán añadiendo una letra al año de publicación. Ejemplo: 1994a, 1994b. Las palabras REFERENCIASBIBLIOGRÁFICAS, que definen el apartado, irán situadas a la izquierda, en MAYÚSCULA y negrita.

• Forma de presentación de las referencias a un espacio entre líneas y 10 puntos.

– Caso de revistas

Formato:

APELLIDO, INICIAL/ES; ... ; APELLIDO, INICIAL/ES. (de los autores): «Título del artículo». Nombrede la revista, volumen (número). Primera página-última página (del artículo). Año.

Ejemplo:

ALFONSO, M; SAÑUDO, C; PARDOS, J; FISHER, A; SIERRA, I.: «Aceptabilidad de las carnes en dife-rentes tipos de ovinos europeos valorada por los consumidores españoles», en: Pequeños rumian-tes, 1 (1). 18-24. 2000.

– Caso de libros de un solo autor o autores para toda la obra

Formato:

APELLIDO INICIAL/ES; ... ; APELLIDO, INICIAL/ES. (de los autores): Título del libro. Nombre dela Editorial, número total de páginas pp. Ciudad de la Editorial (país), Año.

Normas para la presentación y publicación de trabajos

Ejemplo:ESCRIBANO, M; PULIDO, F.: La dehesa en Extremadura. Estructura económica y recursos naturales.Ediciones del Servicio de Publicaciones CAYM, Junta de Extremadura, 143 pp. Badajoz (España), 1998.

– Caso de libros colectivos, con capítulos escritos por distintos autores

Formato:APELLIDO, INICIAL/ES; ... ; APELLIDO, INICIAL/ES. (de los autores): «Título del artículo o capí-tulo». En: Título del libro. Primera página-última página (del artículo o capítulo). Ed/Co. INI-CIAL/ES. APELLIDO,..., INICIAL/ES. APELLIDO (de editor/es o coordinador/es). Nombre de laEditorial. Ciudad de la Editorial (País), Año.

Ejemplo:HOLMES, W.: «Beef production from managed grasslands». En: Ecosystems of the World.Managed Grasslands. Analytical studies. 17B, 91-100. Ed. R.W. SNAYDON. Elsevier. Amsterdam(Holanda), 1987.

• SUMMARY (máximo 200 palabras). Debe permitir al lector apreciar el contenido e interés del trabajo.La primera línea de cada párrafo se sangrará con tabulador. Líneas a un espacio y tamaño de fuente de10 puntos. La palabra SUMMARY, irá situada a la izquierda, en MAYÚSCULA y negrita y tamaño de fuen-te de 12 puntos.

• Key words (máximo 5 palabras). Situadas a la izquierda del texto, en minúscula. Las palabras «Keywords» se escribirán en minúscula y negrita.

4. FORMA DE ENVÍO

Se enviarán un disquette o CD y una copia en papel del contenido del trabajo, para su evaluación.Después de introducir las modificaciones a que dé lugar el proceso de revisión, se enviarán dos copiasde la revisión definitiva, junto con las figuras originales y un disquette o CD de ordenador PC compa-tible. El tratamiento de texto será exclusivamente con WORD de Microsoft Office 2000 o inferior. Las figu-ras se admitirán en EXCEL de Office 2000 o inferior. Los discos serán de 3,5” o CD-ROM.

El texto enviado debe ser idéntico al contenido del disco. Se indicará, en la etiqueta, el nombre delautor, el nombre del documento (título de la comunicación), así como los programas utilizados para tra-tamiento de textos y figuras.

Los trabajos deben remitirse a:

Enrique Sáez Olivito

Facultad de VeterinariaDepartamento de Agricultura y Economía Agraria

Miguel Servet, 177 • 55013 ZARAGOZAy/o a la siguiente dirección de e-mail: [email protected]

Montaje:Maquetación 1 2/10/09 16:59 Página 1