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    RevistadeLenguasModeRnas,N 12, 2010 / 319-343 / ISSN: 1659-1933

    De alquimistas y utopas: meditacionesde un alquimista medieval

    AlejAndroBonillACAstro

    A mis padres, Lorena y Enrique. Y a Ericka Glcher,quien impuls desde la historia la redaccin de este cuento.

    La alquimia, disciplina ms esotrica que cientfica, no conoce con pre-cisin su lugar de origen ni quin la inici. A la fecha, se le atribuyea un rey prefaranico, llamado Hermes Trismegisto, y en especialtodo lo relacionado con los primeros tratados de alquimia y la famosa TablaEsmeraldina, esculpida con diamantes y que segn la leyenda fue encontradajunto a la tumba de este rey bajo la pirmide de Gizeh por los soldados deAlejandro Magno. A la alquimia se le conoce tambin como arte hermtico, enhonor a Hermes Trismegisto.

    Por otra parte, en pases como la China los textos antiguos como el Taoyahacan mencin de la trasmutacin de los metales y la medicina de la vida. Seconoce tambin que los emperadores chinos buscaron sin descanso el elixir de lavida eterna y muchos murieron en su intento de encontrarlo o al beber sustan-cias txicas como el mercurio. El arte hermtico entr a Europa gracias a las es-cuelas bizantinas. Este conocimiento fue trado desde Alejandra cerca del siglo

    V d. C. donde fue cultivado por los egipcios y posteriormente por los rabes. Fueentonces cuando hace su aparicin el gran alquimista Yabir Ibn Hayyan (Geber),quien explic por medio de sus estudios la preparacin del cido ntrico, el aguaregia1y otros compuestos qumicos que en el siglo VII d. C. eran toda una revela-cin.2Posteriormente, fueron las universidades y los monasterios los que dieronacogida a los mejores alquimistas de la Edad Media: Raimundo Lulio, AlbertoMagno, Nicols Flamel, Basilio Valentn y Santo Toms de Aquino.3

    A pesar de que la alquimia naci principalmente en el seno de la IglesiaCatlica Romana y de Oriente, sufri una rigurosa persecucin, debido a lasgrandes conexiones con la astrologa y otras ciencias paganas. Por otra parte, la

    alquimia buscaba realmente la fabricacin de la medicina de la vida, contrarioa la creencia de que el nico n del arte hermtico era la transmutacin de losmetales por medio de la Piedra Filosofal.

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    La temtica de esta narracin en la forma de un diario ser el proceso deenseanza de un alquimista y la creacin de la Piedra Filosofal. El relato, asi-mismo, incluir otros acontecimientos histricos que la ambientan y otros aspec-

    tos relacionados con la vida cotidiana de la Alta Edad Media, con nfasis en laalimentacin, costumbres y vida social de la poca.Sucede que el 31 de diciembre de 1412, inicio mis anotaciones en este diario.

    Nunca haba hecho uno, pero mi prxima partida hacia Francia me lo exige. Mesiento extrao al pensar en mi viaje. Quizs es el miedo de salir de esta bellaCatalua en la que crec y de la que nunca cre partir. Bueno, aunque este viajeno sera posible si no fuera por la intervencin del abad que me recomend ir aterminar mis estudios en la gran universidad de La Sorbona.4El ser novicio nomerm mi amor a la medicina y aunque la biblioteca del monasterio tena grancantidad de libros acerca de este tema, mi educacin sera mucho mejor si me

    instruyera un maestro de esa universidad. Los monjes siempre se asombraronconmigo, porque siendo muy pequeo aprend a leer y a escribir latn, griego ycastellano. Eso es algo que no se ve mucho en estos das. Ahora mi poco conoci-miento de la medicina se lo debo al hermano Balthazar, quien siempre fue unpersonaje extrao. Su celda estaba llena de libros con portadas extravagantesy exticos artilugios que aunque me llamaban mucho la atencin, nunca os apreguntar sus temticas o funciones.

    Mi ltima cena en el monasterio me trajo muchos recuerdos, adems decierta melancola al tener que dejarlo para iniciar una nueva vida. Escuch alos monjes por ltima vez rezando en el ocio de completas, y a la Escolana5,quienes con sus voces angelicales, clamaban al cielo por la redencin del hombrey la venida pronta de Jesucristo. Como no pude dormir me dediqu a revisar quemi avituallamiento estuviera completo y as estar lo sucientemente preparadopara los designios de la Divina Providencia.

    Mientras pasaban las horas y la llama de la lmpara arda vigorosamente,repasaba cada momento de mi infancia en este monasterio. Poda recordar losjuegos en el campanario, mis quehaceres en la huerta y las largas horas de estu-dio en el scriptorium.6Pero no poda recordar a mis padres, ni los primeros cincoaos de mi infancia. Mi nico vnculo con ellos era el anillo de mi padre: de oro y

    plata, con un topacio y una hermosa guila tallada en la piedra preciosa. Y as,mirando mi anillo, concili el sueo.

    Viernes 8 de enero de 1413

    El viaje desde el monasterio de Montserrat hasta Barcelona estuvo lleno denostalgia. Cada vez que suba una colina volva a ver mi hogar, siempre imponen-te en las serranas. Es quizs una de las construcciones ms grandes que poseeCatalua, adems de ser un centro de peregrinacin muy visitado.7Era increble

    ver la cantidad de peregrinos que encontr en el camino: muchos caminaban conel rostro bajo y orando; pero otros rean a carcajadas, beban licor y maldecancada dicultad que se les presentaba, aunque fuera una pequea piedra dentro

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    del calzado. Haba muchos monjes que recitaban versos de las Revelaciones delApstol8a los viajeros. Muchos de ellos lloraban desconsoladamente por el pesode sus pecados, se abrazaban mutuamente u oraban con gran conviccin pidien-

    do el perdn al Santsimo Dios.Estaba el Sol en el cenit, cuando arrib a Barcelona: llena de mercaderesy con un espritu humano siempre clido. Me hosped en una posada cerca delas afueras de la ciudad, para que no me fuese tan difcil retomar mi camino. Alllegar, cruz por mi mente la ruta que deba de seguir hasta Francia; creo queser la va comercial y de peregrinaje que se adentra en los Pirineos y que sigueluego hacia el norte, tomando la va de Notre Damede Rocamadour, siguiendohasta el Monte de San Miguel y, nalmente de cara al oriente, hacia Pars. Herevisado mi provisin de papel y pude ver que no tengo lo suciente, por lo quetendr que escribir solamente lo ms importante de mi viaje. Cerca de comple-

    tas, baj a la taberna a tomar la cena, que aunque fue un poco sencilla slo algode pan, queso y vino me supo exquisita. El velo oscuro de la noche era rasgadopor la tenue luz de una bella luna creciente que empezaba a asomarse entre lascumbres en la lejana. Las estrellas tmidamente se escondan entre las nubes,mientras que la luz de la vela iluminaba el aposento, muy acogedor y apto parael buen sueo, pero no ser igual dormir aqu que en mi cmoda celda. Cmoextrao el monasterio!

    Viernes 22 de enero de 1413

    Mi larga jornada desde Barcelona me ha dejado exhausto. Durante casitoda la travesa tuve que dormir en el despoblado, ya que nunca manej muybien el tiempo y cuando anocheca, siempre me encontraba a campo traviesa. Miprovisin de alimentos alcanz lo suciente, aunque casi llegando a Causse nohaca ms que comer pan aejo. Tambin me pude hacer de un poco de carne ypescado durante el trayecto, gracias ms que todo a los comerciantes ambulan-tes que encontr durante el camino.9Ahora me encuentro en Rocamadour, unpueblito ubicado en Causse, cerca de los Pirineos. Como es un pueblo ubicado en

    una ruta de comercio y peregrinacin, est lleno de posadas y mercados, todo ala sombra del castillo que se encuentra en la colina. Es uno de los parajes msbellos que yo haya visto: un valle frtil, protegido por un sinnmero de colinas,tambin verdes. Su aire es fresco, tranquilizante y las aguas del ro Alzou sontan cristalinas como un espejo. Si no tuviera que ir a Pars, creo que me quedaraaqu para siempre.

    Cuando llegu a la posada, la taberna10estaba repleta de viajeros y peregri-nos de todos los lugares de Francia y de otros cuyo nombre no supe pronunciar.La mayora iba a Santiago de Compostela, pero haba algunos que venan a visi-tar el Santuario de Notre Damede Rocamadour que, por lo que supe, es similar a

    Montserrat en cuanto a su ubicacin al amparo de una serrana y por la ima-gen de la Virgen que alberga.11Me hubiera gustado ir a rezar el rosario en accinde gracias, pero tengo nicamente dos das para partir hacia San Miguel, ya que

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    la ctedra inicia en marzo. Lo nico que har ser ir a buscar mi avituallamientoy a descansar, ya que me espera nuevamente una larga jornada. No ser hastallegar a Pars cuando encuentre reposo.

    Viernes 19 de febrero de 1413

    El aire martimo es tan fresco como me lo imagin; ver el alba y el sol ponien-te es un espectculo bellsimo. Dej atrs los caminos empedrados, las cinagas ylos bosques por la arena, suave alfombra de pequeos cristales y conchitas, que ala luz del sol resplandecen como pequeas estrellas empotradas en la tierra. Mispies descalzos, acariciados por el agua fra del mar, dejaban huellas profundas enla arena y de inmediato desaparecan debajo de una ola traviesa que besaba la

    playa. Muchos cangrejos y gaviotas luchaban entre s, especialmente los primerosque eran las presas de tan singulares aves y que escapaban para refugiarse ensus pequeas cuevas y dejar nicamente a la vista sus ojillos temerosos. El vientosalado y fro muchas veces me hizo abrigarme, a pesar de que el sol, tmidamente,infunda su calor en la playa. Y all, como atalaya de la divina gracia, coronandoalto en la baha, se encontraba la gran catedral de San Miguel Arcngel 12, quequizs es una de las ms bellas construcciones de esta tierra. Mi ruta continusin mayores contratiempos, aunque saliendo de Causse mi calzado se rompi ytuve que regresar al pueblo a buscar un zapatero que, por cierto, era tambincarnicero. Gracias al Seor, el trabajo solamente dur un par de das, porque delo contrario no hubiera llegado a tiempo a San Miguel. De hecho, solamente fal-tan quince das para que inicie la ctedra, por lo que me ver en la necesidad degastar mis ahorros en un caballo. Menos mal que vine preparado para cualquiercontratiempo. En hora buena!, casi olvido que el abad me dio una carta para suhermano, quien vive en Pars, donde le solicita me asista con dinero en caso denecesitarlo. Gracias, Seor, porque siempre me permites salir adelante!

    Hoy pasar la noche en la playa y maana ir al pueblo. Nuevamente, ten-dr a las estrellas como compaeras.

    Sbado 20 de febrero de 1413

    Cuando arrib a San Miguel, haba una gran conmocin en el pueblo. Pre-gunt a un villano13que pasaba y me dijo: La Santa Inquisicin va a ejecutara un hereje, a un tal Johannes Tountoul; tiene fama de invocador del diablo yhabla de vida eterna en la Tierra. Le llamaban El Fraguador. El personaje delque hablaba el villano al parecer buscaba lapanacea: capaz de curar toda enfer-medad y de brindar la vida eterna, pero que luego las autoridades vedaron porsus mtodos, relacionados con artes paganas y magia negra.

    Unas horas ms tarde, la hoguera se mantena an humeante. Me acerqu,como atrado por una fuerza extraa, pero mesmerizante. Pude notar que usaronsus libros para avivar el fuego, algo que me enfureci. Entre los restos de paja y

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    libros quemados, not que uno de los textos haba sobrevivido. Sin pensarlo dosveces lo tom y lo escond en mis alforjas. Creo que Dios me llev ah, para evitarque parte del conocimiento que cultiv ese hombre no se perdiera por completo.

    No obstante, sent un mal presentimiento por esta accin, ya que observ queguras con capuchas negras me miraban con gran atencin, especialmente unaalta y delgada que se esconda entre las sombras del templo y que de un momen-to a otro, desapareci junto con la de sus iguales.

    Despus de este extrao incidente y percatado de que no me siguieran, fui acomprar un caballo, pero como no llevaba el suciente dinero, mi benefactor sola-mente me lo alquil con la condicin de que al llegar a Pars se lo entregara a unhombre llamado Franois Gillet, dueo legtimo del equino. No puedo quedarmeun da ms y creo que hoy tambin tendr que dormir en el despoblado, pero porlo menos esta vez no voy solo, ya que Orfeo14me acompaa, nombre que le di al

    caballo. Cuando cabalgaba, sus crines negras como el bano se movan como elpasto del Causse cuando el viento soplaba; su respiracin y el golpe de los cascosen la tierra eran los nicos sonidos que poda or en la noche, amenizados mu-chas veces con el latir de mi corazn. La tranquilidad y la luna menguante quese cerna en el horizonte hacan de mi travesa a Pars una experiencia mgica.En las altas horas de la noche, mientras desensillaba a mi caballo y prenda unafogata, el susurro de la brisa se converta en un sonido fantasmagrico al moverlas ramas de los lamos que poblaban el bosque y la orilla del camino. Juegos desombras y los tenues rayos de luz que se ltraban hasta el suelo muchas vecessobresaltaban a Orfeo, a quien tena que calmar acariciando su nariz y su cue-llo, mientras cantaba una cancin de cuna, que era uno de los pocos recuerdosde mi madre. A lo lejos y entre las ramas, la cancin era acompaada por losbhos quienes con sus ojos amarillos y brillantes nos observaban tmidamente.Conforme avanzaban los minutos y Orfeo se tranquilizaba, me alej un poco parabuscar un sitio entre los rboles, y en mi soledad or a Dios de esta forma:

    Dominus illuminatio mea et salus mea; quem timebo?Dominus protector vitae meae; a quo trepidabo?Dum appropiant super me nocentes,

    ut edant carnes meas;qui tribulant me et inimici mei,ipsi inrmati sunt et ceciderunt.Si consistant adversum me castra,non timebit cor meum;si exsurgat adversum me proelium, in hoc ego sperabo.15

    Martes 2 de marzo de 1413

    Gracias a Dios Altsimo, hoy arrib a Pars. Durante el viaje, pasaron pormi mente todas las penurias que pude haber sufrido, pero la intercesin de laVirgen Santsima me protegi siempre. Cruc las puertas de la ciudad y ya

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    dentro de Pars se mostr ante mis ojos un espectculo sin igual: cientos depersonas en las calles, hablando, riendo y discutiendo; soldados patrullando lasalamedas; algunos mercaderes vendiendo sus productos y, en los rincones ms

    oscuros, mendigos y ladronzuelos peleando por la ltima hogaza de pan o el l-timo trago de vino. Las campanas de la catedral de Notre Damedaban la horasextaen el momento en que atraves el ro Sena, en busca del hogar de maeseFranois. Al llegar a su casa, ste me dijo que poda conservar a Orfeo mientrasestuviera en Pars, algo que agradec mucho.

    Me dirig posteriormente a La Sorbona. Alma Mater como nunca me lahubiera imaginado: repleta de hombres eruditos, paseando en los alrededores,hablando de teologa, losofa, medicina, matemtica y astronoma. Tambin ob-serv a algunos sacerdotes y monjes, que supongo son los maestros. Menos malque pude convenir con el director de medicina mi entrada a la ctedra para ini-

    ciar lo ms pronto posible. Mi residencia se encuentra en la posada del hermanodel abad de Montserrat, llamado maese Bernard, al cual le entregu la carta quetena en posesin. Por lo que pude ver en su rostro, no fue de su beneplcito elque tuviera que prestarme dinero, pero aun as me dijo que se hara cargo de mimanutencin, segn los deseos de su hermano. Un hombre realmente bueno eramaese Bernard, aunque muchas veces su sonrisa torcida y sus dientes podridosopacaban mucho de esa personalidad. Siempre iba y vena, atendiendo a cadauno de los huspedes que bajaban a la taberna a beber cerveza en grandes jarrosy vino barato de muy mal sabor, o a los viajeros que se acercaban a descansar ya comer los guisos de carne que eran muy famosos en la ciudad. Peleaba con susayudantes, que muchas veces eran perezosos y lentos en el servicio, pero tratabasiempre de coquetear con las meseras y las cocineras bajo su mando, muchasveces de forma muy vulgar, pero lleno de picarda. Cerca de la hora nona, fui almercado a abastecerme de papel, ya que solamente quedaban en mi diario doshojas. Ahora es de noche, encontr en mis alforjas el libro de aquel Fraguador.Le quit un poco la ceniza que tena sobre la cubierta y not que ms que unlibro, pareca el diario de un tal Basilio Valentn. Aunque lo le un poco, no pudeentender lo que deca: hablaba de un mercurio losco, un Fuego Secreto, el Sol,la Luna, los planetas. Es algo muy extrao, y hasta cierto punto perverso, por la

    cantidad de grabados paganos que posee. Es necesario que adjunte un grabadode su portada en mi diario, pero eso es algo que har dentro de los prximos das.

    Jueves 4 de marzo de 1413

    Hoy fue el da ms bizarro de mi vida! La ciudad se despert inquieta y hastasextalos disturbios fueron la norma. Por esto, toda actividad en La Sorbona fue im-pedida, por lo que me retir a la ribera del Sena a ojear un poco el libro del Fraguadory a copiar el grabado de su portada. Despus me dediqu a leerlo con ms cuidado

    y mientras lo hice cubr su portada para que nadie sospechara de su contenido. Sinembargo, un hombre pareci reconocer la portada. Su nombre es Hermes Kissane,sin duda normando por su apellido, quien se acerc a mi lado y me pregunt: Te

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    interesa el arte hermtico? Yo le contest que no saba a qu se refera. En seguidame entreg unas seas escritas en un trozo de papel posiblemente para poder en-contrar su casa y sin decirme nada se retir. Fue algo muy extrao, pero no dud en

    seguir a ese misterioso hombre. Mont sobre Orfeo muy sigilosamente, hasta llegara una casa, un pequeo chteaudonde maese Kissane me esperaba y al estar a sulado, me dijo: Cuando el alumno est listo, el maestro aparece. Te espero maana,aqu mismo. No faltes si quieres hacer de tu medicina una noble prctica. Dicho estose retir, cerrando detrs de s los grandes portones de su casa.

    Cuando volv a la posada, supe que de una manera u otra tena que volver aese extrao lugar para encontrar las respuestas a todas mis interrogantes: Ques el arte hermtico? Qu signica la medicina denitiva? Quin es este BasilioValentn, cuyo libro le cost la vida a un Fraguadorpor leerlo? Esto es algo quedebo saber, sin falta, maana.

    Viernes 5 de marzo de 1413

    Como era de esperarse, no asist a La Sorbona. En mi mente slo habalugar para los misterios que rodeaban a maese Kissane y el libro de Basilio Va-lentn. Cuando llegu al chteau, pude ver que alguien me esperaba en la puerta,una joven. No le pregunt su nombre, y aunque su mera presencia era igual deinquietante que la de maese Kissane, no pude dejar de notar su belleza. La jovenme llev a una gran sala, donde esperamos a que llegara el antrin. Al instan-te, maese Kissane apareci y se acerc hacia nosotros con una gran sonrisa. Alllegar a mi lado me pregunt: Cul es tu nombre? Joastin de Montserrat, ledije mientras bajaba mi cabeza en seal de respeto hacia l. Me respondi de lamisma manera y agreg: Ella es mi hija, Marianne. La dama hizo una reve-rencia en seal de saludo y le devolv la cortesa tal y como lo hice con su padre.Despus de esto, maese Kissane me indic que le siguiera. Obedec sin titubeos,pero mientras me alejaba pude ver a Marianne que sola permaneci en el saln.

    El chteau era enorme, a pesar de lo pequeo que se vea desde afuera.Maese Kissane me hizo pasar por enormes corredores, todos adornados con es-

    culturas y columnas decoradas con animales extraordinarios que a ms de unescritor hubiera inspirado para sus fbulas: guras caninas con cuernos y leonescon alas y colas de escorpin, eran de las ms recurrentes. Son quimerasdijomaese Kissane, las guardianas del arte hermtico; puedes pensar que son comolas esnges de Egipto, que cuidan las tumbas de los antiguos faraones.16

    Al nal del pasillo haba un enorme espejo. Maese Kissane recit unafrase muy extraa en latn, a la cual no le encontr ningn signicado: Visi-tetis Interiora Terrae Recticando Invenietis Occultum Lapidem Veram Medi-cinam.17Al decir esto, el espejo dej ver como por arte de magia un pasadizosecreto que llevaba a las entraas de la casa. Bajamos un sinnmero de es-

    caleras y cuando llegamos, me encontr ante el laboratorio ms grande queyo hubiese visto en mi vida. Mientras recorra este misterioso lugar, pudeobservar maravillas indescriptibles: el techo del laboratorio era una rplica

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    exacta del cielo estrellado en primavera. Cada constelacin se encontraba ah,enmarcada dentro de un dibujo que representaba su forma. La Osa Mayor,Dragn, Hrcules, Cassiopeia, Perseo, Aries, Tauro, Orin eran de las tantas

    que se encontraban ah y pude identicar fcilmente. Las galeras estaban re-pletas de libros, biblioteca sin igual, cuyos estantes tocaban el mismo cielo.Muchos de estos libros trataban sobre astronoma y pude ver algunos ttuloscomo El libro de las estrellas jasde Abd al-Rahman al Su y elAlmagestodePtolomeo, ambos en su idioma original, verdaderas joyas. Las paredes y lascolumnas estaban decoradas con grandes guras, como el sol, la luna, grgo-las, demonios, basiliscos, quimeras y muchas aves. Extraamente, pude veren una columna el smbolo de un guila, muy desgastado, la cual descansabasobre una piedra envuelta en destellos de luz. El guila era muy similar a laque tena en mi anillo y mientras comparaba ambas guras, not que maese

    Kissane me miraba con atencin. La sala donde estaban los instrumentos eraenorme y pude reconocer algunos que me hicieron recordar al pequeo labora-torio que tenan el hermano Balthazar y el hermano Alberto, el herbolario delmonasterio. Mis dudas acerca del comportamiento de Balthazar con los otrosmonjes, sus salidas a altas horas de la noche hacia la biblioteca y el laborato-rio, fueron disipadas con lo que tena frente a mis ojos y comprend inmediata-mente que Balthazar y Alberto eran seguidores fervientes del arte hermtico.

    Mientras contemplaba las grandezas de ese mundo mgico y subterrneo,maese Kissane me dijo: Este es el laboratorio del alquimista. De ahora en ade-lante, ser tu centro de enseanza ya que has sido tocado por la gracia de Diospara seguir el magisterio. Despus de decir esto, se acerc, me dio un abrazo yme dijo al odo: De ahora en adelante sers un adepto.18Te har saber todo lo quehay tras el arte hermtico y cuando ests listo podrs continuar con mis traba-jos. Sers heredero de mis conocimientos y podrs hacer con ellos lo que desees,siempre y cuando no los uses en contra de ningn ser humano. ste debe ser tujuramento desde hoy. Qued impactado con esa armacin, no pude responderinmediatamente, pero luego le dije que no poda aprender ese arte, que mi esfuer-zo y mi tiempo eran exclusivamente de la medicina. A estas palabras, maese Kis-sane se acerc y me respondi: Cuando seas capaz de crear la Piedra Filosofal,

    no habr medicina en la Tierra que se le compare. Pero hablaremos de eso en elmomento oportuno. Marianne te ensear el camino de la salida. Hasta entonces,Joastin. Dios te acompae. Dicho esto, desapareci entre los estantes del labo-ratorio. Cuando sub al piso superior, Marianne permaneca an en el saln. Mellev hasta la salida, donde Orfeo se encontraba listo y ensillado; al tiempo quemont sobre su lomo, un sirviente abri los portones. Mientras caminaba hacia elocaso, mi pensamiento se haba quedado en la imagen de la hija del alquimista.

    Jueves 18 de marzo de 1413

    Durante dos semanas no pude pensar en otra cosa ms que en la alquimiay Marianne. La ctedra de medicina no era tan apasionante como escuchar de lo

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    primero o ver lo segundo. Sin embargo, como era de esperarse nuevamente, nofui a clases este da, sino que me desvi nuevamente hacia la casa de mi maestropara continuar con el magisterio. Nuevamente Marianne estaba esperndome a

    las afueras del chteau. Ella me llev al laboratorio, pero esta vez no se fue, sinoque ayud al alquimista con sus trabajos. Mi ahora maestro se volvi y me dijo:Mi hija, Marianne, es alquimista, igual que yo. Sus conocimientos en astrologay astronoma19me han ayudado mucho, adems de que recuerda cada palabra delos tratados alqumicos. Es mi discpula desde los 14 aos y me ha acompaadoestos seis aos, desde que empec con el magisterio. Al decir esto, se dirigi aun rincn del laboratorio, en donde se encontraba una mesa sobre la cual des-cansaban varios libros y manuscritos. Se sent en un extremo y me dijo: Sabescul es la diferencia entre unfraguadory un alquimista? Le respond que no. Alescuchar mi respuesta, me dijo: Los fraguadores son una secta de charlatanes,

    lunticos, hechiceros, brujos malcos, aojadores, truhanes y, sobre todo, estpi-dos mancebos de apotecario que creen que usando cualquier elemento mineral ode origen animal, pueden alcanzar el mximo n del alquimista: la Piedra Filo-sofal. El alquimista, por el contrario, tiene como amigos a la perseverancia y a lapaciencia, adems de que elige correctamente los elementos de su magisterio y suprctica la guarda con recelo. Al or su explicacin, le hice saber a mi maestro elincidente con la Santa Inquisicin y la condena de Johannes Tountoul.

    Al escuchar todo el relato, maese Kissane respondi: Es obvio que maeseTountoul era un alquimista, pero su arte le conri otra fama que, claro est, lecost la vida. La Iglesia, por lo general, no mata a los alquimistas, pero s les exi-ge silencio en la divulgacin de su magisterio. Es por eso que el arte hermtico estan poco conocido.20Adems, el libro que hallaste en la hoguera nunca lo hubierausado un fraguador. Me hubiera gustado evaluar el progreso del magisterio deTountoul, pero ya no es posible. Entiendes entonces la diferencia entre un alqui-mista y un fraguador? Yo le respond que s. A esto me dijo: No debes caer en loserrores de un fraguador, ya que entonces tu magisterio no dar resultado. Antesbien: ten a la paciencia y a la perseverancia como tus eles aliadas, ya que si nolas acoges dentro de tu obra, tu tiempo y tu esfuerzo sern vanos.

    Durante el resto del da, mi maestro me introdujo en otra serie de conceptos,

    esta vez relacionados con la Piedra Filosofal: El nico n de la Piedra es servircomo puente para crear el elixir de la vida, la panacea. En su forma denitiva,la Piedra Filosofal es un cuerpo cristalino, rojo, slido, denso y muy fusible, auncuando sus propiedades permanezcan inalterables a cualquier temperatura, porlo que arde sin que se reduzca o se calcine totalmente. Algunos alquimistas creenque el mtico fuego de Prometeo21es la fuente del poder de la Piedra Filosofal.Pero es solo un cuento de nios. De la Piedra se extrae el polvo de proyeccin, lacrisopeya, que se usa para efectuar la transmutacin de los metales, que se hacenicamente para comprobar que la Piedra funcione correctamente y pueda serusada para crear la panacea. Y esto, en pocas palabras, es el magisterio de un

    alquimista. Al decir esto, se sent con una gran satisfaccin en su silla, la cualtena grabada en la madera el sol y la luna, los cuales parecan formar un soloastro. Yo me qued en silencio, tan solo mirando mis alrededores, pero en ese

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    momento le cont a mi maestro el incidente con las guras encapuchadas en SanMiguel. Mientras relataba lo sucedido, el rostro de maese Kissane reej unagran tribulacin y con una voz enrgica me dijo: La alquimia siempre ha sido de

    inters para muchos: algunos con buenas intenciones, pero otros sirven a los ob-jetivos del Maligno. Esas guras encapuchadas revelan que Johannes Tountoulestuvo a punto de crear la Piedra Filosofal y estoy absolutamente seguro de quefueron ellas las que lo denunciaron al Santo Ocio para quedarse con los resul-tados de su obra. Esos demoniosbuscan a toda costa la Piedra Filosofal, pues esla que los mantiene con vida, a pesar de que solo el contacto con ella es mortal.Su fortaleza es su debilidad.

    Esta historia dej una severa preocupacin reejada en mi rostro, pues te-ma que esos demonios me hubieran seguido hasta Pars. Sin embargo, mi maes-tro calm mi desazn y me dijo que no me preocupara, ya que nadie saba que l

    era un alquimista. De esta forma me despidi y yo sub las escaleras junto conMarianne, que se haba retirado mientras hablaba con mi maestro en privado.Mientras salamos y el sol se ocultaba en el occidente, ella me tom de la mano ymirndome jamente a los ojos me dijo: Yo s que t terminars la obra de mipadre; es extrao porque te conozco muy poco, pero puedo ver en tus ojos que tucorazn es digno y slo aquellos que lo posean pueden encontrar la Piedra Filoso-fal. Eres un buen hombre, Joastin. Dios te acompae. Adis. Al despedirse, rozsus dedos con mi anillo, como si se tratara para ella de una especie de relicario,algn objeto de gran devocin. Estas palabras y su comportamiento se quedaronpresentes durante toda la siguiente semana y poblaron mi mente de dudas.

    Jueves 25 de marzo de 1413

    Hoy, mi maestro me introdujo en la materia prima para realizar el magis-terio. Pude notar que cuando l mencion la materia prima, Marianne se hizopresente y estuvo a mi lado mientras hablaba su padre. Creo que su actitud tieneque ver con lo que me dijo la semana pasada, pero eso no puedo saberlo. Mi maes-tro expuso: La materia prima es como su nombre lo indica, el nacimiento del

    magisterio. Slo unos pocos han encontrado su verdadera naturaleza. Inclusive,hablan de ella como si el rico y el pobre la tuvieran y, sin embargo, no lo saben.Todos la conocen y todos la ignoran. Pero de algo s estamos seguros: se trata deun mineral sulfuroso, un mineral ordinario, al alcance de todos. A pesar de esto,el azufre contenido en el mineral debe ser eliminado completamente si se quiereasegurar el xito del magisterio. La mayora de los alquimistas concuerdan enque el famoso mineral es un cinabrio, o sea, el alma sulfurosa de un metal. Pero,cul metal? Eso se desconoce. Algunos creen que se encuentra en la argentita,la galena, la cogelita, el estao, el oropimente, el zinc, la pirita, la estibina o elantimonio. Mas algo te debe quedar claro: el mineral se encuentra tanto en noso-

    tros como en los vegetales y en los animales.En ese momento yo intervine y le pregunt por qu me enseaba un arte tan

    exclusivo, pero no respondi. Yo volv a mirar a Marianne, pero baj su mirada y

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    tampoco dijo nada. Ante el silencio tan profundo, y a la vez tan ensordecedor, mimaestro dijo: Quieres cenar con nosotros? Ya es tarde y no creo que tu posaderote prepare no ms que un poco de pan y vino. Yo le respond que me encantara.

    Dicho esto, nos fuimos del laboratorio y me condujo al comedor, donde ya espe-raban los sirvientes con los manjares. La comida fue indescriptible, lo mejor quehe comido en estos tres meses, quizs en toda mi vida: haba pan en abundancia,quesos frescos, cerezas, higos, uvas, pasas, castaas, miel, carne y pollos exquisi-tamente cocinados, pescado y vino del mejor.22Cenamos como verdaderos reyes,lo que inmediatamente me formul otra duda: De dnde saca el alquimista tantodinero? Ser que ya encontr la Piedra Filosofal? Sin embargo, no evacu miduda enseguida, sino que me la guard y esperar el momento oportuno paraplantersela a maese Kissane.

    Sbado 3 de abril de 1413

    Cada vez que asisto al magisterio, ste se vuelve mucho ms apasionante.Conociendo que la base del magisterio es la materia prima, aquella que pocosconocen, mi maestro habl del otro elemento del magisterio: el Fuego Secreto.Ya en el libro de Basilio Valentn haba ledo un poco acerca de este Fuego, queirnicamente, no es fuego. Maese Kissane habl acerca de su naturaleza: ElFuego Secreto es lo que se conoce como el catalizador del magisterio. El pasointermedio de convertir la materia prima en el mercurio losco, base de laPiedra Filosofal. A pesar de que muchos alquimistas niegan la existencia deeste Fuego, debido a su fuerte conviccin de que en el magisterio no intervieneninguna otra sustancia, salvo la contenida en la materia prima, es en verdad,falsa. La materia prima necesita de este Fuego Secreto para puricarse y asdevelar el mercurio losco. Pero qu es este Fuego Secreto, al que le llamanagua seca, ese elemento que arde sin la intervencin de una llama? Ya creoque tienes una nocin acerca de ello, no es as, Joastin? Inmediatamente con-test armativamente. Mi maestro prosigui: Basilio Valentn habla acerca deeste Fuego como una sal, a la que l llama el agua que no moja las manos. El

    Fuego Secreto es ciertamente una sal que se presenta a nuestra vista en formacristalina, porque no moja las manos, y que se presta a la licuacin porque pue-de transformarse en agua. Otros le han atribuido la denominacin de sal ptrea,ya que no es ni un lquido ni un mercurio uido. Es simplemente una sal, elalembroth. Y es gracias a este elemento que los alquimistas podemos extraerel mercurio losco, que proviene nicamente de la materia prima y solo me-diante el Fuego Secreto es posible obtener este producto. Al terminar de hablarmi maestro, el laboratorio nuevamente cay en una atmsfera de silencio. Elsilencio era tal que poda escuchar a los sirvientes hablando en las alcobas delchteau, e incluso los pasos de las alimaas y ratas que siempre son huspedes

    indeseables en cualquier hogar. No pude resistir la tentacin y le pregunt a mimaestro: Es usted un adepto tambin maese Kissane? Es decir, ha encontra-do usted la Piedra Filosofal? Al decir esto, el alquimista se levant de su silla

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    y me indic que lo siguiera. Recorrimos casi todo el laboratorio, hasta llegar auna puerta que tena tallada la imagen de un dragn alado, que se morda lacola, al que llaman Oroborus.23Enseguida pronunci una nueva frase en latn,

    Tempus fugit24

    , a lo cual la puerta se abri. Dentro estaba una caja sellada. Elalquimista se acerc a ella y le dijo: Eres la primera persona que ve esto en msde dos siglos. Al or dos siglos, retroced unos pasos ya que empec a sospecharque haba tratado estas semanas con un alma en pena. El alquimista sonri yme dijo: Qu te haba dicho de la Piedra Filosofal? Que su n principal era pro-veer la medicina denitiva, el elixir de la vida. As que, de qu te sorprendes?Yo, Hermes Kissane, soy uno de los pocos adeptos que han encontrado la PiedraFilosofal. Te he trado para que seas heredero de este supremo bien, para que lomultipliques. Marianne, que hasta el momento haba permanecido en las som-bras, sali bella y magnca, con un hermoso candelabro en su mano izquierda

    y me dijo: Mi padre ha luchado por ms de dos siglos para reproducir la Piedra,pero su tiempo se acaba. Yo he intentado ayudarle desde que era joven, pero misesfuerzos han sido en vano y el elixir se reduce cada vez ms, al igual que la vidade mi padre. Es por eso que te ha trado para que puedas realizar lo que l noha podido. Yo no saba qu decir. Me sent impotente y extrao, al saber que heestado conviviendo con inmortales. Lo nico que pude balbucear fue: Marianne,eres tambin una inmortal? Me sonri y me dijo: No. Yo nac hace 20 aos. Yono he probado el elixir de la vida, ms que todo porque siempre he sabido quees limitado. Debo confesar que fue algo tranquilizador. Maese Kissane me dijo:Durante estos dos siglos me he sentido atado de brazos, ya que teniendo en mipoder la medicina denitiva, no he podido hacer uso correcto de ella. Todas laspersonas que murieron a causa de la peste25pudieron haberse salvado si hubie-ra multiplicado el elixir. Mas solo pude salvar a unos cuantos. Ahora me sientocansado y mi elixir se acaba. Es por eso que te he acogido como mi nuevo adeptopara que puedas realizar lo que yo no pude.

    Cuando salimos de la habitacin y la puerta de Oroborusvolvi a su lugar,me detuve un momento, en actitud reexiva. Mi maestro me mir y se acerc,mientras Marianne sostena an el candelabro, cuya luz iluminaba el pasillo.Te pasa algo, Joastin?, pregunt el alquimista. Yo le respond: Maestro, si

    usted pudo crear la Piedra Filosofal, cmo es que ahora no puede hacerlo? Fueacaso un golpe del azar? Al or esto, maese Kissane respondi: Una vez, hacemucho tiempo yo tuve un hijo: Blaise. Fue un gran hombre, de gran inteligencia ycon un gran corazn. Tambin tena una joven esposa, que se llamaba Josephiney ambos fueron grandes alquimistas. Trabajamos arduamente por ms de 8 aospara crear la Piedra Filosofal sin xito, hasta que una desgracia, paradjicamente,se transform en la bendicin de nuestra obra. Blaise fue contagiado de lepra ysu salud se quebrant rpidamente. Aquel joven gallardo y lleno de vitalidad setransform en un aco y miserable despojo humano. Desgurado totalmente, sucorazn se llen de odio y la nica gota de felicidad era Josephine. Josephine y

    yo tratamos desesperadamente de crear la Piedra y as poder hacer la panaceaque curara a Blaise de su enfermedad, pero seguamos fracasando. Sin embargo,una noche Josephine tom la ltima fraccin de mercurio aurfero, estado

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    incipiente de la Piedra Filosofal y se dirigi al lugar donde estaba enclaustradomi hijo. Nunca supe qu pas realmente, pero despert asustado por los gritosde dolor de mi hijo que abrazaba, llorando, el cadver de Josephine. En la mano

    de Josephine, estaba la Piedra Filosofal, cubierta de su sangre, por lo que supeinmediatamente que el alquimista y la Piedra Filosofal son uno y que la sangrede su creador es el ltimo paso del magisterio.

    Mientras hablaba, sus ojos se llenaron de lgrimas, pero no se detuvo: LaPiedra fue creada, pero a un gran precio. Blaise nunca ms fue el mismo. Vivien los senderos del odio, hasta que su oscuro corazn lo transform en un demo-nio. Su piel se torn griscea, sus dientes se alaron y los que eran ojos verdescolor esmeralda, se transformaron en un amarillo sulfuroso. Se encerraba en suantiguo claustro y lloraba la muerte de su amada, sosteniendo en su mano elrelicario que le regal a Josephine cuando pidi su mano. Su odio tan temerario

    y su hambre de poder, hizo que luchramos a muerte por la Piedra Filosofal,mas al tocarla sufri una gran quemadura en su mano y le fue extrada casi todasu fuerza vital. Supongo que la Piedra, con su magnco poder, hiere a los quetienen el veneno del odio en la sangre. Sus ojos me miraron con gran desprecioy jur vengarse por haber permitido que Josephine perdiera la vida. Nunca mslo volv a ver. Luego, en mi soledad, intent recrear la Piedra Filosofal por mispropios medios, pero me fue imposible, a pesar de que en una ocasin casi mueropor haber vertido demasiada sangre en el mercurio aurfero como ltimo recurso.Mi nico sustento, hasta este momento, ha sido la Piedra Filosofal que Josephinecre y es por eso que an sigo con vida, hasta poder encontrar la forma de mul-tiplicar su poder.

    La historia de mi maestro me conmovi realmente. Comprend que ser al-quimista conlleva grandes sacricios. Mi egosmo me mantuvo hasta ese momen-to ligado a la medicina, pero supe inmediatamente que mi destino estaba ligadoa estas dos personas nobles, que buscaban por todas las formas posibles hacer deeste mundo algo mejor. A partir de este momento, la decisin fue simple

    Martes 6 de abril de 1413

    Al igual que los mdicos, los alquimistas tambin tienen el poder de curara la gente y es por eso que resolv dejar mis estudios en La Sorbona para dedi-carme en alma y corazn al desarrollo del magisterio, no sin antes enviarle unacarta al abad de Montserrat en agradecimiento por su gran ayuda. Pero Diosquiso, en su innita misericordia y designio, que yo eligiera este nuevo camino.Esta vez no esper toda la semana, me dirig al chteaude mi maestro para ascontinuar por el sendero de la alquimia. Pero, esta vez las calles de Pars estabanms vacas de lo acostumbrado y muchos soldados circulaban en ellas. No atenda lo que pasaba realmente y segu mi camino hacia las afueras de la ciudad.

    A la puerta me esperaba Marianne, como de costumbre. De nuevo me con-dujo al laboratorio, pero esta vez no estaba maese Kissane, sino solamenteella. Marianne me dijo: Espero que ests listo para enfrentar tu destino como

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    alquimista. Lo que pap y yo te enseamos son solamente los conocimientosbsicos que necesitas para realizarlo, ya que la prctica exige mucho tiempo,tal y como lo vers. Mi padre est fuera de Pars, por lo que en estos das ser

    tu maestra. Como su padre, tom las riendas de mi enseanza, pero debo decirque fue difcil poner atencin a sus explicaciones. Cualquiera se distraera consu belleza y sus bellos ojos. An as, con gran esfuerzo y determinacin volv miatencin a lo que ella deca.

    Marianne continu diciendo: El magisterio, como la Piedra Filosofal, esla intervencin de tres agentes, u obras, en este caso. Hoy citar la primera,la cual es la preparacin de la materia prima. En la primera obra, la materiaprima debe ser sometida a una preparacin preliminar, para eliminar toda im-pureza. A partir de ese momento, el mineral y el alquimista son uno, casi comoalgo mgico. Es el momento del inujo csmico, en donde el alquimista se une

    por primera vez al Universo y forma parte de l gracias a este agente celestial.El carnero y el toro son los que indican el momento propicio del inicio del ma-gisterio, y solamente en estos meses podemos iniciar ya que el inujo celeste seencuentra en el ambiente.26

    Esta introduccin fue casi como poesa celestial. No saba que la alquimiaestuviera tan ligada a la naturaleza. Ahora me es posible comprender por qumaese Kissane haba elogiado la capacidad de Marianne de entablar una rela-cin mgica con los astros y es que sin ellos, el alquimista no puede avanzar.Marianne camin hacia una mesa donde se encontraba una serie de instrumen-tos y dijo: Los materiales del magisterio se pueden reunir en siete: primero lamateria prima, una provisin de roco27, un horno, un mortero de gata, un crisol,matraces y retortas. La operacin empieza pulverizando en el mortero la materiaprima mezclada con el Fuego Secreto, para que luego sea puricado por el inujocelestial. Luego deber pasar por tres disoluciones para extraer despus un cuer-po ms noble, esta vez el mercurio losco. Posteriormente se repite esta seriede pasos, para que el mercurio nal sea el denitivo. Las disoluciones debenrealizarse en el crisol, ya que el material puede causar graves quemaduras. Y astermina la primera obra.

    Antes de irme, Marianne me dijo: La creacin de la Piedra Filosofal es

    tambin la destruccin de dos cuerpos. Es lo que los alquimistas llamamos in-tercambio equivalente. Es la idea bsica de la alquimia: para obtener la PiedraFilosofal, se debe estar dispuesto a perder algo del mismo valor, sin importar qusea. Nunca olvides eso, Joastin. No lo olvides.

    Sbado 10 de abril de 1413

    Pars se vea ms agitado que de costumbre. Por todas las calles haba al-tercados en donde los soldados se vean involucrados, mientras que una turba de

    gente se reuna y gritaba como eras. Pude llegar a la casa del alquimista conmucha dicultad y no exento de heridas, ya que una piedra pequea me provocuna cortada en mi mejilla. Esta vez, Marianne no estaba en la puerta, lo que me

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    caus una cierta sorpresa, y miedo a la vez. Dej a Orfeo y entr en la casa loms rpido que pude. Cuando llegu al laboratorio, Marianne estaba reclinadaal lado de lo que cre era su padre. Me acerqu y pude ver que en el transcurso

    de estos das, maese Kissane haba envejecido muy rpidamente. Supongo queno tomar el elixir hace que su cuerpo se deteriore a gran velocidad por la edad.Cuando el alquimista volvi a ser el de antes, me hizo una sea para que meacercara; ya a su lado me dijo: Lo ltimo que quedaba del elixir y de la PiedraFilosofal, lo he consumido. Mi n se acerca y por eso he de ensearte los pa-sos nales del magisterio. He caminado por ms de dos siglos y ahora no tengotiempo. Vamos. Tal y como las otros das, me llev al laboratorio y empez sudiscurso: La segunda obra del magisterio se deriva en parte de la primera, yaque el mercurio losco obtenido en la primera obra debe ser expuesto a otraserie de disoluciones en leche de Virgen, que ya conoces como inujo celestial. Se

    reiteran ciertas operaciones de molienda, secado y lavado, siempre con el inujoastral y a la luz y calor del sol, hasta obtener una materia espesa, similar a unpur. Posteriormente se deja reposar la materia durante cinco horas, para quepueda ser sometida nuevamente al proceso anterior y asegurar de esta manerasu pureza. Esa mezcla deber reposar durante diez das en un lugar fro, en unrecipiente cerrado. Pasados los diez das, debe ser repetido el proceso, para luegodejar nuevamente en reposo la solucin durante cuarenta das, hasta que la mis-ma se convierta en una especie de tierra negra: lo que llamamos aireo ceniza. Esde esta manera que se obtiene un nuevo mercurio losco, ms puro y ms com-pacto que el anterior. De este nuevo mercurio se extraer un aceite inconsumi-ble, llamado mercurio aurfero, el cual se dividir en dos porciones iguales: uno,que se guardar dentro de un esmeril para efectuar las imbibiciones en los reinosde Marte y el Sol. El otro se dividir en dos partes iguales nuevamente, de la cualuna ser sometida al mismo proceso, mientras que la otra ser almacenada.28Al terminar maese Kissane, Marianne tom la palabra y dijo: Como puedes ver,Joastin, el alquimista es precavido y guarda dos mitades de mercurio aurferopor si acaso en la tercera obra los materiales se degradan o sufren una trans-mutacin indebida, tenga la posibilidad de empezar nuevamente sin necesidadde devolverse hasta la primera obra. Es en este paso en donde nos encontramos,

    pero no podemos pasar de ah. Guard silencio. La segunda obra me pareci mscomplicada que la primera y creo que mi frustracin se not en mi rostro, ya queel alquimista me dijo: No tengas dudas acerca de tus facultades. Piensas queel magisterio se debe realizar usando la mente, cuando en realidad lo que debesusar es tu corazn. Recuerda que en el momento de la obra, el Universo y t sonuno mismo, por lo que queda claro que nuestra obra no se sabe, se siente. Ahoradebes irte, creo que es suciente por hoy.

    El alquimista abandon la habitacin y qued al lado de Marianne. Mien-tras empacaba, ella tom mi mano dulcemente y me dijo llena de turbacin yangustia: Procura irte por los lugares ms seguros de la ciudad. No circules des-

    pacio, ve lo ms rpido que puedas y no te detengas hasta llegar a tu casa. Tencuidado. No comprend el porqu de esa advertencia, pero no pas mucho tiem-po en esa ignorancia. Mientras cabalgaba por las calles de Pars, haba un aire

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    lgubre y maligno en la ciudad. Poda sentirlo en mis entraas. Las campanasde la catedral ya no repicaban y las alegres voces de los mercaderes, juglares ysaltimbanquis ya no se escuchaban en las calles. El mal se cerna sobre nosotros,

    pero qu era? No poda saberlo. Las grgolas parecan ms malvadas y ms te-rrorcas que de costumbre y por primera vez en mi vida, sent como si Dios noshubiera abandonado.

    Al llegar a la posada, no encontr a nadie en ella. Estaba vaca y el fuego dela chimenea se encontraba apagado, al igual que las velas del saln. Todo estabadesordenado, era un caos. Sub a mi habitacin tan rpido como pude, pues sen-ta que algo no andaba bien. Al abrir la puerta, la visin fue grotesca y diablica:maese Bernard y muchos de los huspedes estaban muertos, yacientes en el sue-lo, sobre muchos papeles ensangrentados. Sus rostros mostraban una improntade terror, a pesar de que por las heridas murieron casi al instante. No dud de

    que eso era una advertencia para mi maestro, Marianne y yo. No obstante, mepuse de rodillas y rec al Seor por las almas de estos pobres desafortunados.Pero Dios no estaba en la habitacin: diablica fue la presencia que estaba en esemomento y que salt por la ventana tan pronto me repuse. No pude ver su rostro,pero sus ojos amarillos jams podr olvidarlos.

    Martes 13 de abril de 1413

    Mi vida cambi en estos tres das que pasaron. Pars se ve a lo lejos, comouna llama incandescente en el horizonte. A mi lado yace Marianne, agotada delviaje tan fugaz que nos fue obligado a hacer. Orfeo tambin se encuentra agotadoy yace en el csped al igual que Aldebarn29, el caballo de Marianne. No puedocreer todava lo que pas y lo nico que me hace recordarlo es la Piedra Filosofalque tengo en mis manos. Nunca olvidar la maana de ese 11 de abril

    La visin grotesca era indescriptible y no puedo escribir ms de lo que yahe hecho. La gura espectral que salt por la ventana me hizo tomar una es-pada que yaca al lado de uno de los cadveres. Me la ce al cinturn y bajrpidamente las escaleras. Deba volver al chteauy advertir a mi maestro y a

    Marianne del peligro. Mientras bajaba, escuch en la lejana sonidos de caones;gritos desgarradores que provenan de la ciudad resonaban por doquier. La pa-labra Caboche30estallaba como grito de guerra entre la multitud. An as, segubajando con determinacin y al salir me encontr frente a frente con un jineteencapuchado, tan oscuro que se mezclaba en las sombras al igual que su caballo,cuyos ojos tenan el color del Flegetonte.31Pero, inmediatamente mi temor sedesvaneci al observar debajo de esa capucha el rostro de Marianne. Su caballoAldebarnse mostraba gallardo al igual que mi caballo Orfeo, que se encontrabalisto y ensillado. Marianne, exaltada, me dijo: Debemos huir de la ciudad loms pronto posible! Grandes problemas se avecinan y el ejrcito viene para ac.

    En el camino te dir los detalles. Mi padre nos est esperando en la Catedral.Ven rpido! Nuestra cabalgata fue rpida hasta llegar a la sombra de NotreDame, iluminada por los dbiles rayos del alba. Mi maestro estaba en las puertas

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    del templo, sosteniendo la caja donde se encontraba el mercurio aurfero de suobra. Tan rpido como pude desmont de mi caballo, me acerqu a maese Kissa-ne y me dijo: Esto debes cuidarlo con tu vida. No debes dejar que los demonios

    se adueen de l. Yo le respond, muy exaltado: Qu dices? De qu hablasno vas a venir con nosotros?En ese momento, Marianne exclam alarmada: Ah vienen! Se oy un

    disparo y luego un silencio. Cuando me percat, mi maestro se postr de rodi-llas, con una herida en su abdomen. La caja cay al suelo con un sonido metlicoy la sangre del alquimista la cubri por completo, ya que su herida sangrabaprofusamente. Trat de ayudarlo, pero se neg y me dijo: Vete ya! En esemomento se puso de pie y empu la espada que cea en su cinturn y me dijo:Hay un pasaje secreto dentro del templo que lleva ms all del ro. Toma esaruta y huye con mi Marianne! No dejes que esta desgracia los alcance a ambos.

    Yo proteger la entrada lo mejor que pueda. Marianne con lgrimas en sus ojos,entr en la catedral mientras que yo tom a Orfeo y me escond detrs de laspuertas del templo, justamente en el momento en que 11 guras encapuchadassuban las escalinatas del atrio. Mi corazn lata muy rpidamente y senta queme asxiaba, cuando o a mi maestro gritar: Atrs demonios! En ese instanteme asom por una de las rendijas y observ a la misma gura que haba saltadode la ventana de mi cuarto, que sostena en su mano un can en miniatura,artefacto extraordinario y a la vez malco, que no dejaba de apuntar hacia lacabeza de mi maestro. Hubo un silencio, pero al n, la gura habl con una vozde ultratumba:

    Nos volvemos a ver padre. Ha pasado tiempo. As es, hijo mo Cunto ha sido? Ciento cincuenta aos, tal vez? Unos aos ms unos aos menos, qu importa? He venido a que me de-

    vuelvas lo que me pertenece. He venido por la Piedra Filosofal de Josephine. Esa Piedra ya no existe. Qu dices? Esa Piedra y su elixir eran mos por derecho. Pero, descuida.

    S que has creado un mercurio aurfero potencial. Dmelo y en agradecimientote reducir la agona.

    Has vivido, Blaise, de la sangre y el sudor de otros. A cuntos alquimis-

    tas has matado en este tiempo? A cinco, quizs diez? En qu te has convertido,hijo mo? Esto no lo hubiera deseado Josephine, que dio su vida a cambio de tusalvacin. S que el ltimo alquimista que asesinaste fue a Tountoul en SanMiguel. Y por eso seguiste a mi discpulo hasta Pars pues l encontr el libro delas doce claves que necesitabas para crear la Piedra y ya aqu me encontraste.

    Tountoul fue imprudente. Yo solamente entregu a un hereje a las auto-ridades. Yo no lo mat.

    No intentes ocultar la verdad, Blaise: eres un monstruo y tus pecados tellevarn a la ruina tarde o temprano.

    En serio? Y cundo va a ser eso? Cuando llegue el Reino de los Cielos?

    Jajajaja. Adems ni tu hija ni tu famoso discpulo sern capaces de ponerme undedo encima. Si se interponen en mi camino, sern como ovejas al matadero. Na-die puede derrotarme mientras tenga a Twilight32en mi poder, el arma ms letal

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    que existe en el mundo. Tan solo piensa qu dao le puede hacer a una nia. Tegustara que mi media hermana sienta el dolor del que eres partcipe?

    No te atrevas a lastimarla!

    Entonces dame el mercurio Y le perdonar la vida. Ahora que lo pienso,ser un exquisito trofeo y mi sierva por la eternidad. Tenindola a ella, no corre-r el riesgo de ser lastimado por la Piedra Filosofal. T permitiste que perdieraa Josephine y ahora t perders a tu hija. Considranos a mano.

    Ests ciego, Blaise! Josephine sacric su vida en su libre albedro. Yono tena control sobre ella. Pero ahora son otros tiempos. Ahora tu sed de podertiene sus das contados, porque elguilaes ahora duea de la Piedra Filosofal

    Elguila,dices? Ests delirando, anciano! Tu herida denitivamente teha nublado la mente.

    Ya lo vers, Blaise

    No pude soportar el hecho de que mi maestro se encontrara al borde de lamuerte. Cerr los ojos, desenvain mi espada y sal a defenderlo. En ese momen-to, pude ver el rostro de ese demonio: era hermoso, viril, pero sus ojos amarillosencendidos y sus dientes alados lo hacan convertirse en una visin malca. Unngel cado, heraldo del caos y la peste. Al verme, la gura se ech para atrs yexclam: T! El supuesto discpulo de mi padre. Me has ahorrado la molestiade tener que buscarte para arrancarte de tus manos inertes el libro de las doceclaves. Ahora dmelo, muchacho, y har de tu muerte algo fugaz y sin dolor. Mimaestro se repuso y me grit: Te dije que te fueras! An no es tu tiempo Enese momento, Blaise apunt su arma hacia m. Yo empue mi espada y corr ha-cia l para cortar su brazo antes de que disparara. Todo fue muy fugaz. Cuandome percat, mi maestro se encontraba entre Blaise y yo, con dos heridas en supecho. Una bala atraves su cuerpo e impact en mi brazo izquierdo, que empeza sangrar tambin. Ambos camos al suelo. El dolor era insoportable, pero meacerqu a mi maestro, quien se hallaba agonizante. Tom su mano y con granesfuerzo me mir y me dijo: Fue un honor haber vivido a tu lado. Te am como sifueras mi hijo Me sonri con gran esfuerzo, pero su gesto pronto se convirtien una queja de dolor. Yo le dije: Hermes, no puedes morir No! Maestro, no

    muera por favor, an no. No haba derramado ninguna lgrima, pero tena unaatorazn en la garganta que me dicultaba la respiracin. El brazo no lo senta yla herida me atormentaba, como si dentro de ella se encontrara un erro canden-te. Mi maestro an luchaba por su vida, sosteniendo fuertemente mi otra mano.Su sangre corra entre las baldosas del atrio, escurrindose entre los escalonesms all y perdindose su rastro entre las sombras del alba. Con gran esfuerzo,me mir nuevamente y dijo: Cuida a Marianne. S feliz con ella y protgela. Ellaes mi ms grande tesoro y orgullo, ms que esa tonta Piedra que vuelve locos alos hombres. Recuerda tu juramento, Joastin, y mira siempre con fe al futuro, yaque aunque la noche sea oscura y tenebrosa, el sol siempre saldr. Les dir a tus

    padres que te has convertido en un hombre honorable Dios te bendiga, mi ami-go Y en ese momento, muri. Las lgrimas corran por mis mejillas y me quedpetricado. Mis piernas no se movan y no pude levantarme. Blaise le dispar

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    nuevamente a mi maestro y su sangre salpic mi rostro. Sent un gran vaco en mialma. Perd la nocin del espacio y el tiempo y no me resist cuando ese demoniome tom del cuello. No tena ms fuerzas, ya no importaba nada ms. Con una

    gran sonrisa de satisfaccin, el monstruo me dijo: No te desesperes, alquimista.Compartirs el mismo destino que el anciano, pues es el castigo de oponerse a lavoluntad de un homnculo33. Pronto cruzars el ro Aqueronte34y vagars eter-namente en la oscuridad del inerno. Puso su arma en mi cabeza, pero en esemomento, la caja donde estaba el mercurio brill con un rojo incandescente, unaluz tan enceguecedora como la misma del sol. El homnculo me solt y retrocedicon mucho esfuerzo, como si todo su cuerpo se encontrara en una gran agona. Yen un instante, se desvaneci entre la oscuridad de los edicios.

    Yo me repuse con una gran fuerza y observ que mi brazo no sangraba ms.La caja donde estaba el mercurio despeda ahora una luz rojiza, pero muy tenue.

    Me acerqu a ella y la abr, para encontrar dentro una piedra de color rojo, bri-llante como un rub y que arda con una llama en su interior. La tom en mismanos, y a pesar de que poda sentir su calor, no me quemaba la mano. Esta erala Piedra Filosofal. Y comprend en ese momento que la sangre del alquimistano es suciente para iniciar la transmutacin del mercurio, sino que es necesa-rio que la sangre sea dada en sacricio voluntario para salvar a otra persona.La Piedra y el alquimista, por el sacricio de la vida de este ltimo, son uno aln. Es la culminacin del magisterio, la tercera obra. Guard la Piedra nueva-mente en la caja y me acerqu al cadver de mi maestro. Lo cubr con mi capa ylo mont sobre el lomo de Orfeo. Al otro lado del templo, encontr a Marianne,quien al ver el cuerpo inerte de su padre, llor desconsoladamente, pero tuvimosque emprender la huda puesto que la ciudad era en ese momento sitiada por elejrcito real. Atravesamos el ro a toda velocidad y salimos de la ciudad. En unacolina, desde la que se observaba la ciudad en llamas, dimos santa sepultura alms grande alquimista que haya existido.

    Jueves 5 de mayo de 1414

    Ha pasado ms de un ao desde la muerte de mi maestro. Al abandonarPars, nos dirigimos al Causse, la hermosa campia de la que me enamor enmi viaje desde Montserrat. Nuestra casa se encuentra cerca del ro Alzou y esta-mos a menos de media legua del pueblo. Poco despus de haber salido de Pars,supimos que la revolucin cabochienne fue sofocada y la ciudad pacicada denuevo. Marianne y yo tenemos planeado volver, pero an no sabemos cundo.Mientras tanto, la vida en el Causse es ms que graticante. La Piedra Filosofalnos permiti crear lapanaceay ahora nos dedicamos a curar las enfermedadesde los villanos, peregrinos y nobles que lleguen pidiendo socorro. Adems de eso,los residuos de las transmutaciones nos han legado una gran fortuna en oro, por

    lo que hemos decidido regresar pronto a Pars y reconstruir el chteauKissane,que con la rebelin fue completamente reducido a cenizas, segn nos contaron losantiguos sirvientes de mi maestro, que durante este ao nos visitaron.

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    La tranquilidad de nuestro hogar es a veces interrumpida en las noches porlas pesadillas que tengo acerca del asesinato de mi maestro por el homnculo.Me despierto muy agitado, baado en sudor. Marianne me consuela cada vez que

    pasa esto. Me abraza y me canta una hermosa cancin que hace reposar mi atri-bulada mente hasta que, por n, caigo en su regazo rendido por el sueo. Cadavez que tengo pesadillas, la Piedra Filosofal, que ahora uso en un collar, brillatenuemente, como reaccin al mal que me acecha en sueos. Nunca ms supe deBlaise ni de los otros diez demoniosque nos siguieron hasta la catedral aquel danefasto. Supongo que la Piedra Filosofal, en un intento por salvar mi vida, drenla mayor parte de su fuerza vital, debilitndole permanentemente. Mas, un aodespus, no poda perdonarme no haber intentado salvar la vida mi maestro. Su-pongo que mi culpa es lo que mantiene latentes esos terribles delirios nocturnos.

    Una noche despert sofocado nuevamente por un mal sueo y sal de la casa

    a respirar aire fresco. La Piedra Filosofal arda en su luz carmes y me propor-cionaba cierta tranquilidad en la oscura noche que me rodeaba. El viento erahelado y soplaba enrgicamente, pero no importaba. Lo que necesitaba era estarsolo, pensar y reexionar. Minutos despus, Marianne apareci y me abraz pordetrs, mientras me preguntaba Qu haces aqu? Yo le devolv su gesto conun beso, pero call acerca de mis razones. Son las pesadillas nuevamente?,pregunt. Yo simplemente mov la cabeza en seal de armacin, con la miradapuesta en el pasto iluminado tenuemente por la luz de la Piedra. Ella no dijonada esta vez; tan solo recost su cabeza en mi hombro y miraba las estrellas.Estuvimos varios minutos sin cruzar palabras. Luego, tom con mi mano la Pie-dra y la mir jamente, mientras le pregunt a Marianne Mi maestro mencionla palabra guila, cuando enfrent a tu medio hermano. Tambin not vuestrointers en mi anillo, por lo que ambas cosas estn relacionadas. Qu signicadotiene el guila para la alquimia? Marianne mir hacia su dedo, donde ahorareposaba el anillo y mientras lo acariciaba me respondi: El guila es la protec-tora de la Piedra Filosofal desde tiempos inmemoriales. Cada vez que una Piedraes creada, un paladn es asignado para custodiarla del mal y le es asignado unanillo de topacio que habla de su linaje, como el que me diste. Yo mir el anillotambin y le dije: Yo arrib al monasterio de Montserrat muy pequeo. Los

    monjes me dijeron que mis padres haban muerto en manos de unos bandidos,pero eso no es cierto, o me equivoco? Marianne respondi: Tus padres fueronelegidos por Basilio Valentn como las guilas de su magisterio. Poco antes deque cumplieras cinco aos, Valentn contact a mi padre y le solicit que guar-dara una serie de manuscritos vitales para la consecucin de la Piedra Filosofal,sin tener que recurrir al sacricio del alquimista en la tercera obra. Eran doceclaves, que solamente l y mi padre comprenderan. Sin embargo, un da antesde que mi padre llegara, Valentn fue atacado por Blaise y los homnculos por loque tus padres, en su deber, protegieron a toda costa a su maestro. Murieron acausa de los disparos del arma demonaca de mi medio hermano, sin que pudie-

    ran defenderse o atacar. T y Valentn escaparon de la masacre, pero volvieronal da siguiente para dar santa sepultura a quienes con su vida, protegieron loms sagrado: su hijo y el magisterio de su maestro. Mi padre arrib justo en

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    ese momento y mientras el alquimista oraba por el alma de sus amigos, te dioel anillo del guila y sostuvo tu mano en ese aciago momento. Das despus,Valentn le otorg a mi padre el libro de las doce claves y le rog que se lo envia-

    ra a Johannes Tountoul, ya que era muy peligroso que mi padre lo custodiara,puesto que Blaise haba sido quien haba ido en busca de ese tesoro. El libro fueentregado a Tountoul y t fuiste enviado a Montserrat. Sin embargo, cuandollegaste a Pars, mi padre supo que era el momento de que te fuera otorgado elconocimiento del magisterio y pudieras alcanzar tu destino como guila y comoalquimista. Yo sonrea con gran felicidad, mas muchas lgrimas recorran mismejillas. Marianne me abraz y me dijo Te amo. Gracias por haber llegado a mivida. Abrac a Marianne y mir al cielo, al innito espacio celestial, donde mispadres y mi maestro nos miran y cuidan por siempre.

    Notas

    1 El agua regia es una solucin altamente corrosiva, formada a partir de la combinacinentre el cido ntrico concentrado y el cido clorhdrico.

    2 Es preciso recordar que la alquimia aport el descubrimiento de varios compuestosqumicos e instrumentos que actualmente son usados por la qumica.

    3 La Suma Teolgica o Summa Theologiaede Santo Toms de Aquino inclua entre susreexiones algunos hechos alqumicos, como la conveniencia de averiguar si la ventade oro hermtico era fraudulenta.

    4 El antes llamado Collge de La Sorbonne fue fundado en 1257 por Robert de Sorbon,siendo uno de los primeros colegios signicativos de la Universidad de Pars.

    5 Coro de nios al servicio de la Virgen.6 Scriptoriumhace referencia al lugar en donde los monjes medievales se dedicaban

    con devocin a copiar manuscritos. Por lo general las bibliotecas de los monasteriosmedievales tenan un scriptoriumadjunto.

    7 El Abad Oliba fund en el ao 1025 el monasterio de Montserrat. En el siglo XII, fueerigida una nueva iglesia romnica y la actual imagen de la Virgen. En 1223, se formla primera Escolana de cantores de voces blancas, la primera en Europa. Pasadosdoscientos aos, el monasterio se convirti en una Abada independiente. El monas-terio de Montserrat era uno de los sitios de peregrinaje ms visitados durante la AltaEdad Media. La ruta que llevaba hacia el monasterio tambin conduca a otro sitiode peregrinaje muy famoso durante el Medievo: Santiago de Compostela. Barcelonaestaba separada de Montserrat cerca de 9 leguas.

    8 El libro del Apocalipsis.9 Una de las formas comunes de obtener alimentos en la Alta Edad Media, aparte de

    los mercados en los feudos, era por medio de los mercaderes. Por lo general es-tos viajaban de pueblo en pueblo, ofreciendo alimentos como leche, melones, vino,pescado y vinagre, aunque haba siempre problemas relacionados con su calidad yprecio.

    10 Las tabernas tambin eran centros de abastecimiento de alimentos muy importantes

    en la Edad Media. La variedad de sus productos variaba, segn la facilidad de comer-cio en el lugar. Su funcin era la de albergar a los viajeros y peregrinos, aunque lamayora de sus clientes eran hombres solteros de los alrededores.

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    11 La Virgen Negra de Rocamadour se ubic en el actual monasterio, debido a los 126milagros contabilizados y atribuidos a ella. La iglesia se ubic en el lugar donde Ama-dour, un habitante de Causse, fue enterrado. Aos ms tarde se exhum el cuerpo, el

    cual estaba incorrupto.12 A peticin del Arcngel San Miguel, el obispo de Avranches, San Aubert, construy yconsagr una primera iglesia el 16 de octubre del 709. En el ao 966, a peticin delduque de Normanda, una comunidad de benedictinos se establece en el pen. Du-rante ocho siglos no se detuvieron las obras paran agrandar y embellecer la abada,hasta tal punto que en el siglo XIII se le asignar el nombre de Maravilla.

    13 Villano: persona que vive en las villas. La connotacin de este trmino, por ende nocorresponde al actual, entendido como aquella persona que comete delitos o haceel mal.

    14 Orfeo, de la mitologa griega, fue hijo de Apolo y de la musa Calope. Se le reconocicomo un gran artista, poeta y msico. Cuando Orfeo tocaba su lira, las melodas eran

    reconfortantes y hacan descansar el alma de los ms atribulados hombres. Su granamor por Eurdice, lo hizo bajar hasta el reino de Hades, dios del Inframundo, paraintentar resucitarla. Luch contra Cerberus, guardin del Inerno, a quien durmi consu meloda.

    15 Versin en latn del Salmo 27(26).16 En la mitologa griega, la quimera (del griego antiguo Khimaira) era un mons-

    truo, hija de Tifn y de Equidna. Fue madre de la Esnge y el Len de Nemea queluch contra Hrcules. La quimera es sinnimo de lo fantasioso, de lo utpico. En elmito, el guerrero Belerofonte junto con Pegasus, el caballo alado, le dieron muerte ala quimera.

    17 La frase en latn signica Visitad las entraas de la tierra, y si hacis las oportunasrecticaciones encontraris la piedra escondida, verdadera medicina. Basilio Valentnus esta frase para identicar la sal secreta, disolvente universal del magisterio, lla-mado vitriolo. Si se observa, las iniciales de la frase son V.I.T.R.I.O.L.V.M., que hacareferencia a este elemento. Vitriolo se le llamaba a ciertos sulfatos, cuyos cristales seasemejaban al vidrio, de ah su nombre. De estas sales se obtena el aceite de vitrioloo licor de vitriolo, conocido en la actualidad como cido sulfrico.

    18 Adepto se le llamaba a aquella persona que era calicada como aprendiz de alqui-mista. Se le suele conferir tambin este calicativo al alquimista que ha encontrado laPiedra Filosofal.

    19 La alquimia relaciona los elementos de su magisterio con respecto a los planetas Mer-

    curio, Venus, Tierra, Marte, Jpiter junto con el Sol y la Luna.20 La alquimia era, adems, un arte reservado para ciertos crculos, ya que no todas las

    personas tenan la capacidad de comprender los textos alqumicos ni los tratados delmagisterio.

    21 Prometeo era hijo de Jpeto y la ocenide Asia, Titn amigo de los mortales y honra-do por ellos al ser el benefactor del fuego, artilugio robado a Hefesto y presentado alos hombres para que stos pudieran sobrevivir. Prometeo es tambin el creador delsacricio e impulsor de la ciencia mdica.

    22 Por lo general, este tipo de alimentacin era la bsica para el grupo perteneciente a lanobleza, durante la Alta Edad Media.

    23 Oroborusu Orus Apollo (del griego antiguo ) es el nombre del dragnmtico de la alquimia, la serpiente que devora su cola, sobre la cual brillan el Sol y laLuna de los Filsofos. Smbolo de la Gran Obra, representa el carcter cclico, en elsentido de que las cosas constantemente se recrean, es decir, que vuelven a nacer

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    en el momento en que fallecen. Oroborusy el Ave Fnixson la iconografa clsica deeste fenmeno.

    24 En latn signica El tiempo pasa irreversiblemente.

    25 La Peste Negra o Muerte Negra se extendi en Europa desde el siglo XIV, a travs delas rutas de comercio. Los aos 1348 y 1350 fueron los ms catastrcos y en dondela peste se encrudeci. Est documentado que en la ciudad de Florencia, ms del90% de la poblacin sucumbi ante esta enfermedad. Ya para 1351, un tercio de lapoblacin europea haba desaparecido, siendo las reas ms pobladas las que msregistraron muertes debido a la peste.

    26 A esto se reere con los meses primaverales de marzo, abril y mayo, representadospor lo general con los smbolos zodiacales de Aries y Tauro.

    27 Inujo celestial.28 Idem, pp. 263-268.29 Aldebarn, tambin llamada Alpha Tauries la estrella ms brillante de la constela-

    cin de Tauro. Su nombre proviene del rabe al-dabarn, cuyo signicado es la quesigue y se reere a que la estrella sigue al cmulo de las Plyades en su recorridonocturno a travs del cielo. Tauro, es tambin una de las constelaciones ms impor-tantes de la alquimia.

    30 En abril estall en Pars la llamada revolucin cabochienne. Estaba integrada bsi-camente por los carniceros de la ciudad y otros sectores populares, descontentos porsu exclusin de las las de la alta burguesa. Su lder era un carnicero que se bautiza-ba jocosamente como Caboche, trmino que quiere decir cabezota. Hay que teneren cuenta, no obstante, que este motn tena una estrecha conexin con el gran pro-blema poltico del momento, el enfrentamiento entre los Armagnacs y los Borgoones.

    Los cabochiennes, que estaban al servicio del duque de Borgoa, Juan sin Miedo,lograron la aprobacin de una importante ordenanza (denominada precisamente ca-bochienne), pero cometieron numerosos excesos. No obstante, la toma de Pars porlos Armagnacs en agosto de 1413 fue el n para la sedicin cabochienne.

    31 Uno de los ros infernales. Sus aguas son rojas como la sangre y calientes comoel fuego.

    32 En ingls signica crepsculo.33 El homnculo o humunculuses un ser alqumico, creado articialmente gracias a la

    transmutacin del semen con la sangre humana. Generalmente en los tratados dealquimia, como el de Paracelso, describen a este ser como un humano de pequea ta-lla. El homnculo representa la corrupcin del magisterio y del n mximo de la Piedra

    Filosofal. Para efectos de esta historia, el homnculo es creado a partir de la accindirecta de la Piedra Filosofal sobre un ser lleno de odio y maldad.

    34 El primero de los ros infernales. Las almas de los muertos deben pagar al barquero,Caronte, para que ste las conduzca al inerno.

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    APNDICE

    Imagen 1

    Portada del libro de alquimia de Basilio Valentn

    Fuente: Jacques Sadoul. El tesoro de los alquimistas. Madrid: Plaza & Janes, 1970, p. 21.

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    Imagen 2Representacin de Oroborus (Grabado de 1543)

    Fuente: Sadoul, p. 132.

    Imagen 3Rutas de peregrinacin durante la Alta Edad Media

    Fuente: Microsoft Encarta 2003. Microsoft Corporation.

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