miomas uterinos

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Miomas uterinos (fibromas y fibromiomas) Es una neoplasia benigna del útero, los cuales surgen en el tejido muscular del útero. Están formados por fibras musculares lisas con cantidades variables de tejido fibroso. Son comunes y aparecen en 20 % de las mujeres de piel blanca y en 40 o 50 % de las de piel negra. Se presenta entre las edades de 30 a 50 años, aunque se puede observar en mujeres más jóvenes. Valoración Los miomas pueden ser únicos o múltiples, y varían desde pequeños nódulos hasta tumores enormes que ocupan la cavidad abdominal. El origen actualmente se desconoce. Se manifiesta el criterio de que el mioma proviene de elementos musculares inmaduros (genitoblastos) del mesodermo y de las células embrionarias, y que responden a un estímulo estrogénico. Los miomas se pueden clasificar según su localización de la forma siguiente (Fig. 9.2): 1. Miomas submucosos: ocupan entre 15 y 25 % y se sitúan por debajo del endometrio, pueden ser pediculados y hacer protusión por el canal cervical. 2. Miomas subserosos: ocupan 10 % y están localizados por debajo del peritoneo. 3. Mioma intramural: ocupa entre 60 y 70 %, y se encuentra en la masa muscular dispersando o disociando las fibras intersticiales. Puede ser único o múltiple. Cuadro clínico Los síntomas dependen del número, tamaño y localización del mioma. Entre los más comunes se encuentran: sangrado genital, dolor pelviano, síntomas compresivos y alteraciones del proceso reproductivo, como se explica a continuación: 1. Sangrado genital: el más frecuente es la pérdida de sangre excesiva en cantidad y prolongada en días (hiperpolimenorrea), se asocia a miomas intermurales y es el responsable del cuadro de anemia microcítica e hipocrómica que, con frecuencia, acompaña al mioma, expresándose por debilidad y taquicardia. La otra forma de sangrado genital frecuente es la metrorragia (sangrado abundante, irregular, acíclico o continuo), característico de los miomas submucosos. 2. Dolor pelviano: cuando este aparece se asocia con alguna complicación del mioma (torcimiento o necrosis), o por asociación con alguna otra enfermedad (endometriosis, infección pélvica, diverticulitis, etc.). 3. Síntomas compresivos: los más frecuentes son: a. Urinarios:

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Page 1: Miomas uterinos

Miomas uterinos (fibromas y fibromiomas)

Es una neoplasia benigna del útero, los cuales surgen en el tejido muscular del útero. Están formados por fibras musculares lisas con cantidades variables de tejido fibroso.

Son comunes y aparecen en 20 % de las mujeres de piel blanca y en 40 o 50 % de las de piel negra. Se presenta entre las edades de 30 a 50 años, aunque se puede observar en mujeres más jóvenes.

Valoración

Los miomas pueden ser únicos o múltiples, y varían desde pequeños nódulos hasta tumores enormes que ocupan la cavidad abdominal.

El origen actualmente se desconoce. Se manifiesta el criterio de que el mioma proviene de elementos musculares inmaduros (genitoblastos) del mesodermo y de las células embrionarias, y que responden a un estímulo estrogénico.

Los miomas se pueden clasificar según su localización de la forma siguiente (Fig. 9.2):

1. Miomas submucosos: ocupan entre 15 y 25 % y se sitúan por debajo del endometrio, pueden ser pediculados y hacer protusión por el canal cervical.

2. Miomas subserosos: ocupan 10 % y están localizados por debajo del peritoneo. 3. Mioma intramural: ocupa entre 60 y 70 %, y se encuentra en la masa muscular

dispersando o disociando las fibras intersticiales. Puede ser único o múltiple.

Cuadro clínico

Los síntomas dependen del número, tamaño y localización del mioma. Entre los más comunes se encuentran: sangrado genital, dolor pelviano, síntomas compresivos y alteraciones del proceso reproductivo, como se explica a continuación:

1. Sangrado genital: el más frecuente es la pérdida de sangre excesiva en cantidad y prolongada en días (hiperpolimenorrea), se asocia a miomas intermurales y es el responsable del cuadro de anemia microcítica e hipocrómica que, con frecuencia, acompaña al mioma, expresándose por debilidad y taquicardia. La otra forma de sangrado genital frecuente es la metrorragia (sangrado abundante, irregular, acíclico o continuo), característico de los miomas submucosos. 

2. Dolor pelviano: cuando este aparece se asocia con alguna complicación del mioma (torcimiento o necrosis), o por asociación con alguna otra enfermedad (endometriosis, infección pélvica, diverticulitis, etc.). 

3. Síntomas compresivos: los más frecuentes son: 

a. Urinarios: 

- Polaquiuria. 

- Dificultad en la iniciación de la micción. 

- Urgencia miccional. 

- Incontinencia por rebosamiento (globo vesical). 

- Disuria.

b. Rectales:

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- Estreñimiento. 

- Dolor al defecar. 

4. Alteraciones del proceso reproductivo: 

a. Infertilidad: incapacidad para llevar a cabo a término el producto concebido. b. Esterilidad: incapacidad de una pareja para conseguir el embarazo en un lapso de 1 o 2

años de relaciones sexuales sin protección.

Exámenes complementarios

En una paciente con mioma uterino se deben orientar los complementarios siguientes:

1. Histerosalpingografía: examen radiográfico de la cavidad del útero y las trompas, empleando una sustancia de contraste opaca a los rayos X que se inyecta a través del cuello uterino. 

2. Ultrasonido. 3. Laparoscopia: visualización de los órganos internos, tanto del abdomen como de la

cavidad pélvica, mediante un laparoscopio. 4. Resonancia magnética. 5. Tomografía axial computarizada (TAC).

Diagnóstico

Se realiza por la clínica en la mayoría de los casos, donde las pacientes refieren que se palpan una "pelota" o que tienen metrorragia y dolor intenso. También se realiza por el examen físico mediante la palpación abdominal o bimanual donde se detecta el tamaño del útero y sus características específicas. Al examen con espéculo se comprueba una masa tumoral que sale por el cuello.

Diagnóstico de enfermería

El personal de enfermería debe realizar los diagnósticos siguientes:

1. Alteración de la perfusión hística periférica relacionada con cifras bajas de hemoglobina, secundaria al sangrado genital. 

2. Déficit del volumen de líquidos relacionado con sangrado genital. 3. Intolerancia a la actividad relacionada con debilidad. 4. Alteración de la eliminación urinaria relacionada con efectos compresivos del fibroma. 5. Dolor relacionado con efectos compresivos del fibroma. 6. Temor relacionado con tratamiento quirúrgico y/o evolución de su enfermedad.

Intervención

En la intervención del personal de enfermería en la mujer con mioma uterino realiza acciones dependientes e independientes.

Acciones de enfermería dependientes

Enfermería debe realizar las acciones siguientes:

1. Tratamiento medicamentoso: 

a. Suministración de progestágenos o agonistas de los factores liberadores de gonadotropina, ejemplos: testosterona y progesterona. 

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2. Tratamiento quirúrgico: 

a. Miomectomía: extirpación del mioma. Se realiza cuando se desea mejorar o conservar las funciones reproductivas de la mujer o cuando la mujer desee mantener su útero. En esta intervención se observa 15 % de recidivas y 10 % de reintervenciones. 

b. Histerectomía: extirpación del útero, es el método de elección en pacientes que ya no desean concebir y si hay probabilidad de malignización del mioma.

El tratamiento quirúrgico está indicado en:

1. Hemorragias uterinas anormales. 2. Anemias secundarias. 3. Síntomas de compresión de las vías urinarias. 4. Infertilidad. 5. Crecimiento rápido del tumor. 6. Crecimiento rápido en la menopausia. 7. Posibilidad de neoplasia ovárica. 8. Gran tamaño.

Acciones de enfermería independientes

Las acciones independientes de enfermería son:

1. Apoyo emocional para afrontar el temor y la ansiedad. 2. Atención preoperatoria: 

a. Preparación física de la paciente: rasurar la porción baja del abdomen, previa desinfección con agua y jabón. También se rasura el pubis y la región perineal. 

b. Pasar sonda vesical para vaciar la vejiga y evitar complicaciones. c. Suministrar enemas evacuantes a las 10:00 p.m. y a las 6:00 a.m. para vaciar el

intestino. d. Suministrar sedantes a las 9:00 p.m. de la noche anterior a la cirugía. e. Preparación psicológica, encaminada a la enseñanza de medidas que disminuyan las

molestias y complicaciones posoperatorias, por ejemplo: realizar respiración correcta y gimnasia respiratoria, aclarar ciertas preocupaciones de la paciente como: la pérdida de la feminidad y el impacto de la intervención en las relaciones sexuales, por lo que se le explica que no pierde su vagina y que puede tener vida sexual después de un período de abstinencia, mientras se restablezcan los tejidos. 

f. Atención posoperatoria: 

a. Disponer de todos los objetos necesarios para la asistencia de urgencia a cualquier complicación que se presente, tanto de medicamentos como de material y equipos. 

b. Vigilancia estricta de los apósitos vaginales para que no pase inadvertida una hemorragia. 

c. Aliviar el dolor, pues se contribuye a mejorar la actividad cardíaca, favorecer la intensidad de la respiración y es una medida profiláctica delshock por dolor. 

d. Introducción de una sonda nasogástrica para aliviar la incomodidad y la distensión abdominal, si existen vómitos, se realiza un lavado gástrico. 

e. Restricción de líquidos y alimentos en la dieta el primer día, si existe peristalsis detectada por la auscultación abdominal, es decir, presencia de ruidos hidroaéreos se le suministra a la paciente líquidos y dieta blanda. 

f. Deambulación precoz, a las 24 h de realizada la cirugía para evitar complicaciones. g. Medición de los signos vitales, vigilancia estricta del estado hemodinámico. h. Vigilancia de la hidratación parenteral, se hace énfasis en el horario, medicamentos

agregados y reacciones de estos. i. Cura de la herida quirúrgica, manteniendo principios de asepsia y antisepsia. j. Vigilancia de los vendajes abdominales. 

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k. Realizar valoración de la herida quirúrgica mediante el examen físico en busca de signos y síntomas de infección como: calor, rubor, inflamación, dolor, así como, factores que impidan una buena cicatrización. 

4. Orientaciones para el hogar: 

a. Conocer las limitaciones o restricciones que debe cumplir. b. Retomar poco a poco sus actividades. c. Realizar el baño en ducha para reducir la infección. d. Evitar esfuerzos excesivos, levantar pesos, tener relaciones sexuales o conducir

vehículos hasta que se le indique por su médico. e. Comunicar cualquier secreción anormal, mal olor, hemorragia excesiva y dolor en las

piernas. f. Lavar la herida quirúrgica con agua y jabón diariamente. 

Evaluación

Las acciones de enfermería tienen éxito si:

1. Logra adecuada perfusión hística periférica: 

a. Buena coloración de piel y mucosas. b. Pulsos periféricos presentes. 

2. Conserva volumen adecuado de líquidos: 

a. No existe sequedad de la boca. b. No hay desequilibrio electrolítico. c. Signos vitales normales. d. Buena coloración de la piel. 

3. La paciente tolera la actividad normal: 

a. Acata el plan progresivo de reposo, actividades y ejercicio. b. Ajusta el ritmo de sus actividades conforme a su energía. 

4. Reduce las alteraciones de la eliminación urinaria: 

a. Orinas claras e inodoras. b. No hay urgencia ni disuria. c. Orina cada 2 o 3 h. 

5. Ausencia de dolor: 

a. Indica que el dolor disminuye de intensidad. b. Protege el sitio de la incisión cuando tose, como medida de prevención del dolor. c. Participa en actividades que la distraen. 

6. Disminuye el temor: 

a. Identifica miedo y temores. b. Utiliza otras experiencias como modelo de comparación. c. Expresa una actitud positiva sobre los resultados de la operación. d. Confía en las medidas que se emplearon.

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