María del Valle Reynaga

Cuentospara

despertarsin miedo

VÍCTOR MANUEL H A N N EE D I T O RSALTA - 1999

Cuentos paradespertarsin miedo

Todos los derechos reservados. Pro-hibida la reproducción total o parcialde esta obra sin consentimiento ex-preso de la autora.

Expresaron en dibujos, y en orden de cuentos:

Andrea Mariana Onetto – 11 años Luz del valle Onetto – 6 años Pablo Caradagelli – 7 años Juan David Miraballes – 6 años María Ana Márquez Quiroga – 7 años

Víctor Manuel HanneEditorAlvarado 2047 - (4400) SaltaTel (087) 31 0720E-Mail: evavmh@impsat1.com.arImpreso en ArgentinaI.S.B.N. Nº 987-9140-

Cuentos paradespertarsin miedo

María del ValleReynaga

Víctor Manuel Hanne1998

A todos aquellos queinvocaron la Vigilia

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«Ha llegado la Hora del Trigo de Oro.Despertáos antes que

el Reflejo del Sol os enceguezca.

Porque de cierto os digo,las tumbas quedarán vacías.

Fijad en vuestros hogares la pantalla dela Fe, porque sin ella quedaréis a oscuras»

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PRÓLOGO

DE ÁNGELES QUE AÚN NO HAN LLORADO

Ella dice que ha tomado prestada la voza los niños. Quienes la conocen, sabemos queno es así. Que por esta vez al menos, son losniños quienes han tomado su voz para expre-sar lo inexpresable. La dimensión del miedoque los espera en un mundo quizá ya alejadode la angelicalidad de la cual provienen y quees su atmósfera inevitable, necesaria.

Ellos, los pequeños, le han preguntadoya hace mucho tiempo por las claves, por losexorcismos para atravesar indenmes éstelaberinto que les propone un mundo a vecesbanal y en el que la imaginación del niño enestado silvestre y con la fuerza y la magia delas selvas tropicales, muchas veces no tienelugar, ni tiempo.

Soñar es en los márgenes.Todos lo sabemos, pero los niños tienen

que aprenderlo. Ese es el mensaje cifrado de

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la sacerdotiza en éste libro de ángeles paraniños, para viejos sabios con ropajes de niñosque dan vueltas y vueltas en la rueda deldestino, en el tiempo cíclico que parecierainterminable.

Porque además de las selvas que nosproponen la imaginación y los jardines, tam-bién están las marañas conceptuales, lasredes y las trampas, muchas veces disfraza-das de escalas de valores: mediocridadesquerubínicas que nos ceden el paso del ladodel peligro. Es importante que lo sepan aque-llos que aun no han llorado.

Voy a terminar con una invocación: quea éste primer libro le sigan otros, cuyaspáginas ya se deben estar escribiendo en elmapa astral por el que deambula la escritora.Como una rosa en el asombro de la luz, comouna joya en el misterio de la sombra.

Juan Ahuerma Salazar

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MAMI, ESTO ES ALGOSOLAMENTE ENTRE VOS Y YO

Como una flor en su capullo estoy cobi-jado en el «cáliz» de mamá.

Sus pensamientos me acarician.

Mi piel se perfuma por su amor.

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• • •

Muy pronto saldré de esta cuna de luz.Ya casi no me acuerdo como es eso de «estarafuera».

Sé que en el latido de mi corazón estáescrita la misión que traigo; por la que mehice humano. Sin embargo tengo la sensaciónde haber entrado en una somnolencia quepoco a poco borra ese recuerdo.

Creo que voy a olvidarme hasta de minombre.

Trataré de que no sea así.

• • •

Llegó el momento. Vamos a ver cómosalgo de aquí.

Tendrás que ayudarme, mami; yo haréun poquito de fuerza y vos abrirás de a poco«el puentecito» ¿si?

Si no tienes miedo se abrirá sin dolor, yopasaré por él y podremos mirarnos a los ojos,y juntar nuestros corazones aunque ya noestemos en el mismo cuerpo.

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¡Uf! cuantos ruidos metálicos. ¿Por quétodos corren desesperados? No dejes quete asusten, ma...

• • •

Contaba con la ayuda de la Ley deGravedad ¡y te acostaron! Ahora todo serámás difícil, tendremos que trabajar más.Piensa que esto es algo solamente entre vosy yo; no te dejes asustar, piensa en mí, piensaen mí. Te propongo un juego, juguemos al«uno, dos y tres» y nos «sintonicemos» ¿si?

«Uno, dos, tres», por tres veces segui-das inspiras el aire, lo retienes un ratitomientras yo empujo y luego lo sueltas despa-cito. Casi, casi estábamos haciendo al revés:mientras yo empujaba vos «te cerrabas».

Que toda ésta gente no logre asutarte,mami. ¿Por qué no nos quedamos solos vos yyo?

Y si el señor vestido de blanco quiereayudar, que lo haga callado, respetando elsilencio de este Milagro.

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¡Ahora sí! podemos empezar «el juegodel parto».

«Uno, dos, tres...

un poquito ya avancé,

uno, dos, tres...

con paciencia llegaré

uno, dos, tres...junto a tí pronto estaré»

¡SE ABRIO! ¡ay! no puedo ver,

¿quién puso tantos focos sobre mi cabe-za? ¡Me van a volver ciego! ¡Yo quiero ver laLuz pero no ésta luz! ¡Déjenme por lo menosver al Angel que Dios me ha enviado! Déjen-me conocer a Mi Angel de la Guarda... ¡porfavor...!

Tendré que esperar hasta que todos secalmen. Mientras, cerraré los ojos lo másfuerte que pueda para que no me lastimeesta luz.

¡Con razón los humanos ven tan poco!claro, si cuando apenas nacen lo primero que

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hacen es «cegarlos». Después de todo, dicenque antes era peor: los fajaban enteros paraque no se movieran.

Qué costumbres estas!!! quieren gentesin movimiento y sin visión. Ya empezamoscon lo que me habían prevenido...

Yo quise venir; seguiré adelante, trataréde acostumbrarme.

• • •

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¡Ay! esto sí que no me lo esperaba ¿quéson? dedos de goma: GUANTES. ¡Me duele!¿dónde está mi mamá? pensé que lo primeroque tocaría sería su piel. ¡No me «estudien»más, no soy un monstruo, y si lo fueraustedes no se darían cuenta porque eso se verecién cuando se es adulto! ¡Quiero estar conmi mamáaa!

Gracias.

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Hola mami, hola mamita, estás llorandode felicidad. Tantas cosas te he traído, tengotanto que contarte...

¡Clap!... otra vez esos guantes... ¿y ahoraqué?

¡Ay no! Dicen que me van a llevar lejos demamá para que ella descanse.

«Mamá, ¿estás cansada?» ¡Mamá des-cansemos juntooos...

• • •

Frío y soledad en esta sala.

¿Cómo hacer para que me escuchen? sisólo soy un niño. Aquí los grandes no escu-chan a los niños, y mucho menos a los reciénnacidos.

Lloraré. Uaaaaa, por favor llévenme conmi mamá, uaaaaa. Me trajeron una mamadera.Creen que tan sólo soy un estómago.

Mamáaa, quiero estar con vos. ¿Por quéno les pedís que me saquen de aquí?, yo sé quevos también querés estar conmigo ¿por quéaceptás todo lo que te dicen? ¿Por qué son

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tan miedosos los grandes? ¿Cuándo se em-pieza a callar por miedo? quizás es en estemismo momento, porque decido dormirmepor miedo a que vengan de nuevo los guantes,a que me metan cosas por la nariz y la bocay no sé...

Nos durmamos mami, así podremos con-versar tranquilos...

(Y yo que quería mantenerme totalmen-te despierto en la vida).

• • •

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SEÑORITA... AQUÍ ESTOY

Quiero saber cómo es eso de ir a primergrado.

Tengo en la panza unas cosquillas quehacen latir mi corazón como un tambor.

- «Vos te vas a quedar, ¿verdad mami?»

- «Es muy buenita la señorita, vas atener muchos amiguitos»...

¡Qué grande es el patio! Hay millones demillones de chicos. Por suerte están lasmamás.

- «Formarse» -dijo una maestra, y yocasi me pongo a cantar la canción del jardín.¡Qué papelón! Mejor haré lo que hacen losotros chicos.

Todos se paran «super derechos», po-nen caras de «super serios» y cantan unacanción que habla de mortales y cadenasrotas.

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Extraño tanto el «tarín-tarín-tarín, bue-nas tardes mi jardín, amiguitos, compañeros,con ustedes soy feliz».

Por suerte todavía está mi mami.

La señorita más seria de todas (debe serla Directora) lee un papel, y como yo noentiendo nada, mejor me doy vuelta otra vezpara ver a mi mamá.

¿Qué pensás mamita? Tenés lágrimasen los ojos. A mí tampoco me gusta todo esto,pero yo quiero aprender a leer y escribir,porque YA SOY GRANDE.

• • •

¡Qué bandera tan alta! Con dos de éstasseguro que se llega al cielo.

¿Yo podré subirla? Hum, no sé si tengotanta fuerza.

• • •

Quiero hacer pis ¿dónde estará el baño?¿será tan grande como todo lo de aquí?

Mejor me aguanto. A ver si todavía mepierdo y me roban.

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- «Mami ¿no te vayas, no?

- «En silencio, cada uno a su grado» dicela Directora.

¡Qué lindo! ¿vamos, ma?

- «Yo no puedo entrar al grado mi amor,vendré a buscarte prontito».

- «¡No!, no te vayas, tengo miedo».

- «No me puedo quedar, mi vida, aquí nodejan quedar a las mamás».

- «Adentro, adentro, ¡déjelo nomás se-ñora!»

- «Maamiiiii».

• • •

«Bueno, todos sentaditos, me voy a pre-sentar porque desde el primer día quiero queme conozcan muy bien, así no tenemos pro-blemas.

Yo soy la señorita Mónica, y si ustedesson buenos conmigo, yo voy a ser buena conustedes, pero si se portan mal, les pondrémuchos ceros y los mandaré a la Dirección,

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por eso les diré como tienen que comportar-se.

Lo primero que deben saber es que eljardín de infantes ¡se acabó! ¡aquí no sepuede jugar!

También quiero que sepan que nadiequiere ser maestra de primer grado, perocomo yo me estoy por jubilar me pusieron ami.

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Por eso les digo, yo les voy a enseñarpero ustedes tienen que aprender a:

• Quedarse quietos y calladitos, escuchary hacerme caso en todo.

• Cada uno tiene que traer los útiles con sunombre. No quiero que pidan prestadonada a los compañeros, porque así escomo «se desaparecen» las cosas, y yono estoy aquí para ocuparme de eso.

• No quiero que molesten pidiendo permi-so para ir al baño, para eso se hicieronlos recreos: para tomar agua, ir al bañoy para hablar. Tampoco quiero que sal-ten o corran en el patio porque despuéshay que salir volando al hospital. El añopasado un chiquito se partió la cabeza enun recreo, y como siempre le echaron laculpa a la señorita.

• Cuando toquen el timbre, solamente sal-drán al recreo los chicos que hayanterminado el deber, y les aviso, ¿eh?,nada de apurarse porque quiero el cua-derno BIEN prolijito, sino, harán todode nuevo. Cuando termine el recreo,formen rápido, así no perdemos tiempo.

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• A las nenas las quiero ver siempre con elcabello recogido, la escuela está llena debichos y si ustedes se contagian me vana contagiar a mi.

Los varones se cortan el cabello biencortito ¿de acuerdo?

Y ya saben, si se portan mal, les daré depenitencia mucha tarea para hacer en lacasa.

Bueno, eso es todo por hoy. Saquen elcuaderno, vamos a repasar los ritmos queaprendieron en el jardín».

• • •

Mami, no te olvides de buscarme ¿si?

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SÍNTESIS

Dicen que mi papi es un hombre impor-tante. Viste muy bien y siempre tiene muchodinero. Habla por la «tele», y en los diariossale su foto.

Yo casi no lo conozco. Nunca está con-migo.

Creo que él tampoco me conoce.

Dicen que mi mami es la esposa de unhombre importante.

Siempre está ocupada ayudando a papá.

Yo no sé muy bien que hacen, peroentran y salen de mi casa y nunca estánconmigo.

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Dicen que mi casa es muy hermosa. Yo nome di cuenta. A veces viene gente a conocerlay se quedan encantados mirando las cosas

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que mis papis traen de Europa. Parece quetodo lo que hay aquí, es muy caro.

Yo no sé por qué es tan importante tenercosas caras.

Dicen que, porque soy el hijo de mi papá,no puedo ensuciarme la ropa cuando juego.Tampoco puedo estar con todos los chicosque me gustan. Y para que no me «aburra»

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me mandan a estudiar piano, inglés, compu-tación y tenis, además de la escuela.

Las empleadas de mi casa me dicen quemire la «tele», así no las molesto, y «el Sr. dela tele» me dice tantas cosas...

• • •

Cuando sea grande, voy a salir de micasa.

Y sin que nadie me vea si me caigo, voy aaprender a volar.

Tengo que bajar las estrellas a la tierra.Tengo que llevar las flores hasta el cielo.

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Sin que nadie me vea, voy a rescatar losniños que viven solos como yo.

Sin que nadie me vea... voy a ser feliz.

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PARA QUE ME TENGANEN CUENTA

Yo en mi casa, hago lo que quiero.

Siempre le gano a mi mamá. Si ella medice que no haga algo, yo lo hago igual. Y nadiese entera. Lo que pasa es que la gente grandeno presta mucha atención a lo que hacen loschicos. Salvo cuando le tocan sus cosas.

(Yo ya me estoy cansando de hacer detodo, para que me tengan en cuenta. ¿Soyalguien o no?).

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Parece que hoy me van a llevar al médicoporque dicen que estoy hiperkinético ¿quéserá eso? ¿estaré enfermo porque ganosiempre? ¿es una enfermedad ganar?

Que yo sepa siempre gana el más fuerte.Y yo soy el más fuerte, mi papá me lo dice acada rato.

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- «Mamá, mamá, ¿qué es ser hiperkiné-tico? Maamá, mamá.

- «Andá a jugar hijo, sos chico paracomprender eso».

Si el hiperkinético soy yo, ¿por qué no medejan saber qué es?

Debe ser muy malo eso de ser chico yganarle siempre a los grandes; ahora seguroque el médico me hace poner inyecciones.

No importa: como soy FUERTE, me lasaguantaré.

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Y COLORÍN COLORADO

Había una vez... ¡UN PLANETA SOLOPARA NIÑOS!

En todo el universo se escuchaban lossonidos de las risas, que provenían desde allí.

Sus habitantes cantaban y jugaban. Yjugando hacían día a día la vida en el máshermoso mandato que Dios nos diera: el de laFelicidad.

Ellos vivían en un tiempo que era siempreel mismo tiempo. Porque siempre era el Tiem-po de la PAZ: el tiempo que pasaba, el tiempoque volvía.

Era un planeta donde todos podían serniños porque no había ningún adulto que loprohibiese.

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Las plantas y las flores crecían sinmiedo. Los animales eran amigos y servicia-les. Allí todos podían existir en el más pro-fundo respeto, se amaban entre sí y amabansu planeta, y como toda persona verdadera-mente feliz, gozaban de la felicidad de losotros. Por eso todo lo cuidaban. Todo locompartían, nadie era el dueño exclusivo denada, por eso a nadie le faltaba nada.

La Paz era el Hada que cuidaba esasvidas. Los días y las noches se sucedían sintemores.

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Todos dormían sin cerraduras en suspuertas; en ese planeta nunca habían vividoadultos que enseñaran a robar, ni a matar, nia violar los derechos del amor y de la vida.

Era el lugar más hermoso del universo.Para vivir allí lo único indispensable era...tener alma de niño.

• • •

Había una vez... ¡UN PLANETA SOLOPARA ADULTOS!

En todo el universo se escuchaban losgritos de dolor y llanto que provenían desdeallí.

Sus habitantes se desangraban día a díaen la «lucha por la vida», en la sobrevivenciaentre los otros.

Ellos vivían en un tiempo que nunca erael mismo tiempo. A veces era el tiempo delrencor, a veces era el tiempo de la traición.En el tiempo que pasaba, en el tiempo quevolvía... todo el dolor cabía.

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Era un planeta donde todos podían seradultos porque estaba prohibida la presenciade los niños para enseñar la Verdad.

Las plantas y las flores se defendían dela agresión de los hombres con venenos yespinas.

Los animales atacaban a los hombrespara no ser matados y comidos, por eso lagente elegía a los más pacíficos para susalmuerzos.

Allí todos existían en el más profundodesprecio por los otros. Despreciaban labelleza original del planeta; por eso des-

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truían la armonía de la naturaleza. Comotoda persona verdaderamente desgraciada,gozaban con la desgracia ajena.

Cada uno tenía sus cosas, nada se com-partía.

Todo el esfuerzo de la vida estababasado en comprar cosas. Cada vez más ymás cosas, porque cuanto más se tenía,resultaba más fácil mandar sobre los otros.

Era tan grande el desequilibrio genera-do por los adultos, algunos hombres comíancuatro veces al día y otros ninguna. Habíaquienes tenían varios autos, y otros ni un parde zapatos para caminar.

Había señores viviendo solos en grandesmansiones y multitudes durmiendo a la in-temperie.

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La Paz era el Hada Ausente en esasvidas.

Los días y las noches se sucedían en losmás terribles acontecimientos, porque losque nunca dan la cara, aprovechaban laoscuridad y el sueño para matar, robar yviolar los derechos del amor y de la vida.

Nadie dormía tranquilo, cada vez más sereforzaba la seguridad de las casas.

Era el lugar más tenebroso del universo.Para vivir allí, lo único indispensable era...tener alma de adulto.

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• • •

Cierto día, EL QUE TODO LO VE decidióhacer de estos dos mundos uno solo, paralograr así que todos pudieran vivir sin dolor,sin odio, sin temor.

Sucedió un Buen Día, mientras los adul-tos discutían, que el mundo de los niñospenetró en el mundo de los grandes. Nadie sedio cuenta.

Los niños reían, jugaban y cantaban,pero como la gente estaba tan preocupadahaciendo cuentas, no les prestaron atención.

Los niños supieron así, que sólo con losanimalitos podrían jugar.

Cuando los adultos se percataron de laexistencia de los niños dijeron:

- «Les vamos a enseñar todo lo quenosotros sabemos. Estos chicos tienen queaprender a vivir; sino, cuando sean grandesse van a morir de hambre».

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Ellos no sabían que el amor es abundan-cia, porque todo se comparte.

Y crearon las escuelas y se erigieronmaestros.

Y obligaron a los niños a «quedarsequietos y escuchar». Muchos niños empeza-ron a copiar el modelo porque si eran «bue-nos y obedientes» no había castigo.

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Muchos otros en el silencio conservabanla Verdad, aunque seguían el juego.

Muchos otros, se murieron de pena.

Los adultos continuaban haciendo cuen-tas: cuentas de personas, cuentas de dinero,cuentas de tierras, mientras los niños conta-ban en las estrellas, los días que faltabanpara terminar con esa pesadilla.

EL QUE TODO LO VE, decidió entoncesenviar más niños y ayudar así a esta gente aser feliz. Tres millones de niños se ofrecie-ron en Misión.

Fueron pocos.Esto se repitió una y otra vez. Tres

millones de niños, más tres millones de niños,más tres millones de niños.

Y así, hasta el día de hoy: los niñosllegan... los adultos duermen el sueño delegoísmo.

Y colorín colorado, este cuento, que noes tan cuento

todavía

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no

se

ha

terminado

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Así, en el Lenguaje de los niños, heencontrado el Verbo para darme en lo simple.

En ellos he convivido. Mecida en tannoble cuna, ¿cómo habría de temer a larenuncia?...

María del Valle Reynaga

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Este libro se terminó de imprimir en el mesde noviembre de 1998 en los talleres de

Víctor Manuel HanneAlvarado 2047 - (4400) Salta (Rep. Argentina)

Telefax.: (087) 310720E-Mail: evavmh@impsat1.com.ar

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