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  • 7/28/2019 Lumbrera_2

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    LU M B R E RaA O 1 N M E R O 2 VE R AN O 2 0 0 5

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    Durante los ltimos meses hemos sido autnticos espectadores de la intoleranciaintelectual, social y religiosa por parte de los medios electrnicos de comunicacin; la

    campaa que impuls a celebrar el da de la familia, la cobertura excesiva de la muer-te del lder de la iglesia catlica y el control que ha tomado la telebasura en los canalesabiertos de la televisin mexicana, son muestra palpable, visible y audible de cmo losdueos de las empresas mediticas buscan a toda costa imponer estructuras sociales ymodos de pensamiento que estandaricen a un pueblo tan diverso como el nuestro.

    El da de la familia simplemente ignor las nuevas formas de convivencia familiar. Ensu bsqueda de imponer una estructura familiar tradicional, hizo a un lado a los nuevoshogares formados por parejas homosexuales, madres y padres solteros, y a quieneshan decidido vivir en unin libre. Es decir, margin a todas aquellas personas que, pordiferentes motivos, no encajan con la definicin de familia feliz tal y como la concibenlos mass media. Por otro lado, la excesiva cobertura dedicada a la muerte del lder dela iglesia catlica evidenci la falta de acceso que tienen otros grupos religiosos a losmedios masivos, donde la moral predominante es la del catolicismo.

    A lo anterior debemos sumar el protagonismo que alcanza en la televisin mexicana lallamada telebasura: programas y reality shows que ofrecen un entretenimiento de bajacalidad y que utilizan al morbo como arma principal para la obtencin de altos puntosde raiting. Si esto no fuera suficiente, aparecen ante las cmaras nios enfermos o lisia-dos, hombres y mujeres extremadamente obesos, homosexuales y transexuales o, enel peor de los casos, tartamudos que incluso se convierten en locutores profesionales;

    cabe destacar que no se tiene nada en contra de esas per sonas, pero la forma en queson ridiculizadas y exhibidas es deplorable.

    Ante tal embestida meditica, los medios no alineados y los provenientes de la socie-dad organizada son de vital importancia, stos se convierten en verdaderos espaciosde defensa y libertad donde pueden exponerse otros temas y escuchar, leer o pre-senciar otras formas de pensamiento.

    Sin embargo, la respuesta del pblico no siempre es la esperada por parte de los nue-vos comunicadores y varios espacios estn destinados a desaparecer, medios comoLumbrera slo conseguirn mantenerse si los receptores deciden convertirse en emi-sores, sociedades como la nuestra slo podrn avanzar cuando todas las voces seanescuchadas.

    D I R E C T O R I O

    DIRECTOR

    Ricardo [email protected]

    DISEO Y CORRECCIN

    Sergio Santiago [email protected]

    FUNDADORESRicardo Ham

    Samuel Gonzlez

    EN ESTE NMEROCOLABORAN

    ARTCULOSLeticia Olvera

    Samuel GonzlezVctor Garca Torres

    Jos Luis LenXavier Quintanar Polanco

    Ral MirandaCarlos Bortoni

    FOTOGRAFA

    Mireia Jurez

    ILUSTRACIN

    Cynthia de Labra (pg. 4.)Silvia Gaona (pg. 7)

    Lissette vila Orozco(Contraportada)

    CONTACTO

    www.lumbrera.tkwww.sombradecloto.tk

    [email protected]

    LISTA DE CORREOS

    http://mx.groups.yahoo.com/

    group/sombradecloto/

    VENTA DE PUBLICIDAD

    5355 7744Cel. 044 55 1045 9652

    Este impreso es distribuido en lasprincipales libreras,museos,teatros,

    cafs y otros espacios culturalesde la Repblica Mexicana.

    Solicite tarifas y precios especialesde publicidad.

    L U M B R E R ASegunda poca No.2

    rgano editorial de ProyectosCulturales Sombra de Cloto

    Publicacin de distribucin gratuita. Sepermite la reproduccin de materiales

    siempre y cuando se cite la fuente.

    Los artculos firmados son responsabili-dad nica del autor y no reflejan el punto

    de vista de Sombra de Cloto o Lumbrera.Todas las imgenes han sido publicadascon fines exclusivamente informativos.

    Lumbrera,2005Todos los derechos reservados

    En el recuento de los daos ocasionados por todo lo que gir en torno al desafuero delJefe de Gobierno del Distrito Fe deral, Andrs Manuel Lpez Obrador, podemos men-cionar el enorme desencanto y frustracin que qued en la percepcin de la poblacinacerca del quehacer poltico; en particular en un sector que por dems es muy impor-tante para la vida poltica en Mxico. Me refiero a la juventud mexicana: trabajadores oestudiantes que comienzan a enterarse de los vicios y trampas de este nuevo e incipientesistema poltico mexicano que, desafortunadamente, le toc germinar y desarrollarse entorno a la figura de un presidente de la republica que no entendi cabalmente su inmensaresponsabilidad como agente y director de e ste despegue hacia un sistema poltico dife-rente, fundamentado en la democracia lo ms posible.

    La falta de tacto y se riedad mostrada por el presidente Vicente Fox, desde la llegada asu cargo, reafirm muchas de las acciones y vicios en las que se basan los jvenes pararechazar o mantenerse indiferentes ante la poltica mexicana. Es decir, prefirieren nomanifestar simpata alguna por una posicin poltica (una postura cmoda diran algunos)inclinada hacia un sector llmese de izquierda o derecha. En su gran mayora, los jvenesmexicanos no se interesan o no saben qu posicin tomar o no sospechan en cul estninmersos.

    El rechazo a la figura de un poltico, basada solamente en lo que los medios exaltan olo que escuchamos en plticas informales, es un comn denominador en la formulacinde las ideas polticas de la juventud mexicana, que por lo general se sustenta solamentecon este tipo de versiones, o no se toma el tiempo para buscar alguna otra opinin quele d rumbo a una opinin formada en vez de una impuesta.

    En el caso especfico del desafuero, uno de los objetivos que persiguieron los ejecuto-res de este plan maquiavlico, en el que el Partido de la Revolucin Democrtica recibilos golpes polticos ms devastadores de su historia (caso Nico, chofer del jefe de Go-bierno; caso Bejarano; caso Ahumada-Robles) era precisamente que la sociedad mexicana

    en su conjunto no reafirmara su preferencia por la figura del Jefe de Gobierno del DistritoFederal, adems de fomentar la percepcin de que la formas de hacer gobierno siguenejecutndose a la vieja usanza y que e n realidad nada en este pas ha cambiado.

    Si bien es cierto que los usos y costumbres en la forma de trabajar de los servidorespblicos, y el sistema poltico en general, tardar mucho tiempo en regenerarse, muchade esta transformacin depende de la participacin activa de todos los sectores de lasociedad, que finalmente son el motor que potencia cualquier nacin, muy a pesar delos personajes que nos gobiernen; en la actualidad la participacin de la gente se da pormtodos de autoconstruccin y automovilizacin.

    Por esto es preocupante ver que el sector ms joven de la poblacin prefiera no com-prometerse con una causa, que prefiera no mostrar su inconformidad ante las injusticiascometidas desde el gobierno o desde otras instituciones. Esta tendencia a rechazar todolo que suene a poltica se refleja, en primera instancia, en el abstencionismo al momentode las elecciones, ya que prefiere no manifestar ni hacer uso de un derecho fundamental,que es el de e legir a sus gobernantes o representantes pblicos.

    En el pasado, la organizacin de las sociedades estuvo fundamentada en diferentesfrmulas; una de ellas fue un nacionalismo exaltado como gua para la marcha del pas,otra fue el totalitarismo expresado en el dominio de una sociedad por medio de unasola verdad, promovida por el Estado, tanto en la cultura, la economa y la poltica. Enla actualidad, la participacin y movilidad de los sectores organizados de la sociedad esmucho ms palpable y libre de estas vertientes rectoras; as, diversas organizaciones nogubernamentales, por citar un ejemplo, hacen el trabajo que los gobiernos dejaron derealizar debido a la estrategia poltica de reducir las acciones que el Estado tena comoresponsabilidad, haciendo de la participacin civil un eje importantsimo en la vida polticade un pas como el nuestro.

    Encontrar vas para hacer entender a los polticos que sus acciones no satisfacen nues-

    Editorial

    Samuel Gonzlez

    Esta vez en nuestra portada y estas pginas publicamos fotografas de la serie en proceso Dmeter y Pers-

    fone:metamorfosis cclica, intervencin digital, Madrid 2005.Porque somos tero y tumba, muerte y vida, porque hay que llegar a los infiernos para tocar el cielo,porque todas nuestras culturas ancestrales han insistido en el baile del inframundo invitndonos a lafuente de nuestro origen. Por el renacimiento y la regeneracin continua, por el elixir de la muerte cclicay para convertirme en la amante de Hades. Por una granada, por la transformacin, por Hcate y no porMara, por Jung, la luna y mi vagina.

    Mireia, artista visual.www.mireiajuarez.com

    Nace en la Ciudad de Mxico en 1970 y actualmente vive en Madrid.

    Come fresas con crema, patina, cocina y se reinventa en el arte.

    tras necesidades como sus representados es fundamental, por lo quecada accin se debe discutir, pedir un por qu. No ejercer ese de-recho a que nos aclaren nuestras inconformidades y dudas deja elcamino abierto a que otros decidan por nosotros.

    El tan ansiado cambio que esperamos todos los mexicanos todavano se concreta en su totalidad, quienes lo creyeron con la palabre-ra con la que inund Vicente Fox los medios de comunicacin ensu campaa en busca de la presidencia, no tomaron en cuenta queun proceso de cambio como el que queremos todos lleva bastantetiempo, por lo que la manifestacin de una postura poltica personales imperante pues de esta manera se enriquece el debate pblico, alaprovechar al mximo los espacios que deben ser conquistados porlas letras, las voces o las imgenes, que servirn como contrapeso alas establecidas por los sectores de la sociedad que tienen un mayoruso y control sobre los medios para dar a conocer sus posturas.

    La libertad de accin que hoy disfrutamos es increblemente am-plia, pero poco utilizada por la gran mayora de las personas comouna frmula que se puede explotar, precisamente, para mostrar unaopcin distinta a las versiones oficiales o unilaterales; por lo que el notomar una posicin poltica e ideolgica clara nos limita tambin parahacer uso de esa libertad para la conquista y uso de los e spacios.

    Las tendencias que manifiesta la juventud de la actualidad se pue-den defender de manera ms concreta, por una gran cantidad de me-dios como foros culturales, asociaciones civiles, colectivos culturales opublicaciones independientes que promuevan y defiendan las prefe-rencias de los jvenes, tan ricas y diversas en su forma y contenido.

    Tomar una posicin poltica no slo significa inclinarse por un par-tido poltico, significa tambin la posibilidad de interactuar y discutirsobre temas comunes, a favor o en contra, para de esta manera ejer-cer al mximo nuestra naturaleza de animal poltico, caractersticaexclusiva del ser humano.

    De ah que al pe rcibir cualquier tipo de injusticia que falte al princi-pio del sentido comn en la sociedad, invariablemente se reaccionary se manifestar la inconformidad. El NO a la definicin de una pos-tura poltica, nos quita la posibilidad de defendernos ante las barbari-dades que se puedan dar en la vida pblica de Mxico.

    La gente que est en el poder se ha dado cuenta de este granpotencial desarrollado en la sociedad mexicana, que en su constanteevolucin cada vez est ms prxima al hartazgo, por lo que continapromoviendo un efecto adormecedor para que cualquiera de noso-tros se canse y se manifieste sin postura poltica definida.

    Desafortunadamente ha dado resultado, muchas personas vivencon la conviccin de que cualquier intento por aspirar al poder esirrelevante, y que el sentido de un trabajo benfico para todos noexiste. Por lo que la juventud no puede permitirse la falta de una lu-cha constante a favor de una persona o agrupacin, ya que el futurode una sociedad ms activa y creativa es nuestra responsabilidad, yde esta manera no heredar una mayor incertidumbre a las futurasgeneraciones de jvenes, y el hartazgo en los adultos maduros, queseguramente muchos de los lectores de estas lneas sern maana.

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    Posturas para ejercer la libertad

    L U M B R E R A 3

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    La figura de Ernesto Che Guevara fue fundamental para la mayor parte de los movi-mientos de liberacin que se presentaron en Amrica Latina. Fue tal su influencia queel solo hecho de tener una imagen alusiva al originario de Misiones, Argentina, y querecorri algunos lugares latinoamericanos en motocicleta (viajes de donde le surgi cam-biar de profesin debido a la extrema pobreza que observ) bastaba, en Mxico por lomenos, para identificar a las personas que, desde la perspectiva gubernamental, tenanideas subversivas. Varias generaciones de jvenes o bien se quedaron con el ideal de lautopa o intentaron dar forma a su sentido revolucionario al involucrarse con los distintosgrupos guerrilleros de sus respectivos pases, emulando al Che. De ah el miedo terriblede los dueos del poder. En el caso de nuestro pas, dicha situacin no fue ajena, puesdiversos casos, tanto de guerrilleros muertos como de los que se salvaron de la guerrasucia, ejemplifican esos anhelos o actos consumados.

    Despus del triunfo de la Revolucin en Cuba, los aos sesenta, setenta y hasta los

    ochenta, la imagen del Che fue representativa de la lucha y los ideales revolucionariosas como sinnimo de transformacin social. Un hombre barbado que porta uniformemilitar, de mirada firme e inteligente y observador de un horizonte en el que no aparecequien oprime el obturador, acompaado de una boina que cubre un pelo largo encres-pado y la cual seala su grado militar, fue y es sin duda, dentro de las fotos tomadas alChe, la ms utilizada como signo de lucha. En Mxico, los jvenes de la generacin delos movimientos estudiantiles de 1968 y 1971, la utilizaron como estandarte tanto ensus manifestaciones como en sus mtines polticos. Dicha imagen, tomada por AlbertoKorda el 5 de marzo de 1960 y titulada Guerrillero heroico, fue para esos aos el iconode la revolucin.

    Es igual para los jvenes actuales? Una aventurada respuesta descartara de entradala misma significacin en la imagen del Che, por no mencionar el conocimiento real so-bre los ideales, motivaciones y acciones del guerrillero que combati en diversos paseslatinos y hasta africanos. Sin mencionar su papel como funcionario de Estado en la Cubasocialista de Fidel Castro.

    En la actualidad, la imagen del Che ha perdido cualquier alusin al sentido de luchacomprometida y se ha convertido en moda, o para usar un trmino marxista, en valor deuso alejado de toda conciencia de clase.

    Cmo se desprende lo anterior? En un breve y somero asomo a la forma de vestir delos jvenes, ellas y ellos, es evidente la existencia de una referencia al hroe guerrillero,pero no interesa su prctica poltica, ni la estrategia militar ni su prctica como funcionariopblico. Importa colocarse una prenda de vestir con la imagen del mdico de profesinpero oficio de guerrillero. Basta con observar en las piernas de los pantalones de mez clilla(de los cuales existen marcas de alto precio y consumo as como los de bajo costo adqui-ridos en tianguis, como el Taxco Jeans) y camisas de vestir y playeras que realzan la imagen

    Vctor Garca TorresIcono

    del Che al frente o reverso de las mismas. Si se pregunta sobre su usoa los jvenes de hoy, la respuesta resulta evidente como en cualquiermoda: gusto por la prenda. Es aqu en donde se puede ubicar el valorde uso sin una conciencia clara de quin fue, qu pens e hizo elpersonaje muerto en Bolivia en 1967.

    No se hable, de ninguna manera, de un uso desmedido del pstercon la imagen clsica de Korda y la carta que el Che escribi a sushijos explicando su amor revolucionario. Dicho sea de paso, hastagrupos reproductores de msica grabada para las fiestas sabatinas,como el Sonido Cndor, tambin hacen suyo al icono latinoamerica-no. Ni qu decir del cine, el cual comercializa una etapa temprana dela vida del Guerrillero heroico.

    Lo anterior presenta un panorama en el cual se desdibuja el sen-tido claro del icono y se adentra y profundiza el s entido comercialy avasallador. En la actualidad, el icono forma parte de la transaccincotidiana y se coloca como uno ms de los estereotipos de chavospreparatorianos y universitarios en busca tal vez de una identidadparticular o slo como consumo de moda.

    La imagen del guerrillero se pierde en el uso comercial de unamoda finisecular y de comienzos del siglo XXI, donde se desdibujaun sentido histrico de la juventud y, para retomar algo comentadohace ya algn tiempo, el sin rumbo de la Generacin X, que cada vezmarca la brecha entre su presente vaco y falto de oportunidades y elpasado que anhel transformar su presente para un futuro mejor: esdecir, el presente de los jvenes actuales que retoman comercialmen-te al icono de Ernesto Guevara, mejor conocido como el Che, paraaludir al ttulo de una de las mejores biografas escritas sobre nuestropersonaje por parte de Paco Ignacio Taibo II.

    De antemano s que en el caso de la moda no slo es el gusto porun determinado producto el que lleva a un consumidor a adquirirlo,si no intervienen diversos factores como difusin y comercializacin,publicidad, marca y precio. Sumemos a esto que el contexto socialtambin es determinante. Las camisas del Sub Marcos se vieron conabundancia en los ltimos aos de los noventas, para el momentoactual hay quien las porta pero su uso se aprecia menos extendidoque en aos pasados.

    [email protected]

    Leticia Olvera

    Cicatrices de un cuerpo urbano

    Primera llamada... Segunda llamada... favor de mantener apagados sus telfonos celulares y

    radiolocalizadores. Queda estrictamente prohibido NO sacar fotografas, con o sin flash... Tercera

    llamada, principiamos, este es... El Teatro de los Hechos...

    Siempre hay alguien observando el dolor ajeno... el dolor es el engrane que hace girar almundo. Se abre ante nosotros el teln para mostrarnos el drama de la vida diaria.

    Invariablemente, hay miradas que quieren ver de frente, aunque sea a la distancia im-puesta por un noticiario o una publicacin morbosa, las dolencias ajenas. A ms lgrimas,ms estamos impacientes por ver lo que pasa.

    Somos testigos silenciosos, annimos y a veces inanimados, de la desgracia de losotros; por la radio, televisin, revistas, peridicos, ahora la internet y en nuestros caminoscotidianos, miramos la tragedia desde la lejana, o al menos eso creemos. Se dice que

    podemos ver a la muerte por el rabillo del ojo. Sin embargo, hay quien la mira de frente,siempre esperando respuestas tal como sucedi.Miramos desde la barrera de la otredad. Estamos frente al escenario que nos invita a

    ver gestos, miradas y para deleite de todos, las derrotas humanas. Lo que no percibimoses que siempre hay quien que nos mira. El observador es observado.

    Yo creo en el silencio de ellos... los otros... los que observan; aun sabindose obser va-dos, soportando el silencio que te aleja o el silencio que acompaa otra soledad.

    Los artistas de la lente -fotgrafos de sangre y oficio-, son observadores que profesio-nalizan su mirada y describen los acontecimientos que se desarrollan frente a ellos. Todolo que pasa fuera de su lente pertenece a los otros. La fotografa de Nota Roja es unamuestra tangible de ello. Sus hacedores son maestros en el arte que encuentra su estticaen la sangre y la muerte.

    El hilo conductor de sus historias est hecho con luz y lgrimas de esos otros a losque les pasan las cosas. Esta es su forma de vida, son cuenta-dramas: ella, que muri apualadas; l, ahogado en el canal; el otro que se colg de la ventana; esos, los otros quese mataron en un choque automovilstico o de trenes o de camiones...s, ellos.

    Entre los escombros humanos de donde se levantan las sociedades, y la nuestra enparticular, hay historias que emergen de los submundos pasionales de mujeres y hombresque dan vida a las situaciones que rodean este gran teatro de la vida. Cada tragedia esuna cicatriz en el cuerpo social, aunque de tantas marcas, logramos ignorarlas. Pero siguenaqu dibujando el mapa de nuestra fbula cotidiana.

    Cmo explicar lo hermosa que puede llegar a ser la muerte atrapada en una imagen?,los fotgrafos de Nota Roja, aprenden a no sentir? No. Simplemente su corazn late aotro ritmo.

    El corazn que ahora late entre estas letras es de Enrique Metinides Tsironides (nacidoen 1934), que sabe cmo observar a los otros con la inocencia del nio aficionado al

    cine. l entiende que la cmara fotogrfica puede ser un instrumento de vida o muerte,el fotgrafo tiene que actuar rpido, como si la cmara fuera una pistola: disparar en elmomento justo para tomar la foto precisa.

    Sus races griegas no lo distanciaron de la realidad urbana en la cual naci y se desa-rroll. Desde los 12 aos corri en su sangre la adrenalina necesaria como para hacerseadicto a ella; mientras miraba imgenes violentas y sacaba fotos con aquella vieja cmarade cajn. Sin embargo, bajo su mirada, la violencia se recompone aun con los hechosms desgarradores. El ojo del artista se antepone a la mirada mrbida.

    Este maestro cre un estilo muy imitado, pero nunca lo han igualado. Eso lo reconocenlos fotgrafos que han querido seguir su enseanza en la manera frontal de ver el dolor.La composicin y el poder narrativo de una sola imagen puede sintetizar los hechos ytestimonios de vctimas y victimarios.

    En la multitud de sus fotos se confrontan amigos y enemigos, encontramos abrazos queapualan y olvidos que consuelan, somos esos espectadores entre los que seguramenteest el asesino doloso o culposo, eso no importa, estamos all, dentro del espacio querescata el dolor y lo hace imagen.

    Metinides nos rescata del ahogo provocado por una supuesta pureza social en la quefingimos que no pasa nada; nos reflejamos en aquel canal, siendo testigos de ese cuerpoinerte, que podra ser en cualquier momento cualquiera de nosotros. Asegura su vidacon una cuerda muy delgada, para que el peso de los muertos que ha fotografiado no loarrastren al fondo. Escucha llantos y gritos que lo mantienen alerta. Como buen equilibris-ta, sabe que debe tener la mirada fija, al igual que aquella mujer partida en dos mientrascaminaba por la acera y no cerr los ojos hasta llegar al final de su camino.

    [email protected]

    beb cuando primero encuentra al no-yo para desembocar en el yo. Confirmar queestamos formados por otros y que para encontrarnos deber ser en el otro.

    Siguiendo enfticamente estas disertaciones, le he echado un vistazo a mi vida y me hepreguntado quin diablos es ese personaje?, cmo habr sido imaginado por mi madrey por mi padre antes de concebirme?, qu hubiesen deseado para m a esta edad?, ima-ginaran que pertenezco a la llamada Generacin X?, qu si me hubiesen guardado enuna habitacin hasta estos das, sin tocarme, sin hablarme, sin que haya conocido a nadiems?, si hubiese involucionado?, sera un salvaje recorriendo los muros de mi estancia;temera a las araas, a las moscas?

    Autnomo? Es solamente un espacio de descanso y engao para no sentirnos repro-ducidos por el sistema (la familia, la escuela, el Estado, etc.). Multiplicidad de sujetos? Esen el enunciado el lugar en el que se expresan una diversidad variable de sujetos, plura-lidad de voces que no pueden ser reducidas a la unicidad emprica del sujeto hablante.Al leerte Quijote, eres t, Cervantes y la interpretacin de cientos de editores en lasdiferentes reediciones de la obra, as como de traductores y lectores. As como cuandohablo, es mi padre, es mi madre, los maestros, los briagos con los que departo quieneslo hacen a travs de m, y todo esto es lo que me hace. No hay pureza. El mismo verbo,segn sea asumido por un sujeto o puesto fuera de la pe rsona, adquiere valor diferente.Ser limitado en el decir por lo no emitido y por lo no decible; no hablar sino ser habladodesde el lugar que se ha de ocupar.

    Hablar desde la imagen especular, donde se ha de reconocer y donde espera ser re-

    conocido por el otro como lo fue en sus primeros meses de vida. Ser predeterminado,ms que deprimir o devastar, se debe asumir y utilizar para evaluarse, en un acto que nose diluya, como seres sociales. La palabra nos libera, nos construye. Y todo esto me hace

    Jos Luis Len

    Atisbos sobre psicologa: la mujer y la muerte

    Qu puede decirse acerca de la muerte? Sobre ella se cier-nen infinidad de disertaciones. Que es sbita, implacable, in-evitable; pero tambin lenta, penosa, insufrible, dolorosa. Lamuerte puede ser el descanso eterno, alcanzar la gloria, tras-cender la temporalidad; pero de igual forma es el indicio delpago eterno de todas nuestras faltas y pecados, un pasaporteal infierno, la irremediable expulsin de nuestra imagen delrecuerdo de los que han quedado para testimoniar nuestropaso por el mundo, la humanidad. Pero, y sobre la muerte envida? S, esa siniestra muerte social que nos hace fantasmaspara los dems, sin color, sin voz; la lgubre imagen de la so-ledad que se cierne sobre nosotros y que irremediablementenos invisibiliza. Cmo lograr prevalecer? Mediante, quiz, lapalabra escrita, tangibles. Permanecer, valga la redundancia,permanentemente en un libro, vivir en el recuerdo del lector.Aceptar que el lenguaje nos forma; que nuestro destino, talvez, es formar parte de l en palabras. En una espiral en la que

    generacin tras generacin transcurre la vida aprendiendo delos errores que otro cometi. Como si el tiempo pasado ypresente se conjugaran en un solo sitio para poder pensar elfuturo. Para eso, debemos conocer al otro?, para qu sirve?Posiblemente todo comience en esa ecuacin que realiza el

    pensar en el lugar de la mujer. Qu se supone que es/debe ser unamujer? Desde una perspectiva masculina/machista/egosta: mujeresson slo con las que se puede, ocasionalmente, compartir el lecho;las esposas tienen su lugar porque han parido a nuestros hijos, sinolvidar que se les debe vetar el placer del orgasmo. Las madres nuncason mujeres, porque aceptar que lo son automticamente las vin-culara con el sexo, y eso, simplemente no puede ser. Hacindoseel ignorante se podra aducir que las mujeres lo son si no poseenentre sus piernas (al menos anatmicamente) lo que a los hombresnos hace sentir tan orgullosos; los oficios y ocupaciones podran de-terminar, tambin, quin es mujer y quin no, pero ya se sabe quines(y qu gnero) lo establecieron as.

    Son opiniones, todas estas, de carcter cultural, generacional, social,de gnero, etc. Dogmas difciles de erradicar, an, en este tiempo.Freud habl de diferencias anatmicas, las cuales el individuo toma encuenta para y durante su socializacin; otorg caracteres de pasividady actividad, muy especficos, para cada sexo. Seal que con el virajehacia la feminidad, el cltoris debe ceder, total o parcialmente, su sen-sibilidad, y con ella su significacin, a la vagina; la nia debe cambiar dezona y de objeto(su motivacin no debe ser vivir y tener placer, sinovivir para procrear negndose cualquier forma de proveerse placer).Otros aspectos son el placer y la virginidad en la mujer; en un tonoliterario se dira que cuando el cuerpo de mujer se desata y entraen estado de goce , su figura asusta, su borde delinea un infinito so-bre la carne; asoma la bruja, la orga, el aquelarre de los sentidos, eldesorden pulsional, el xtasis. Pues la dimensin del goce es msprofunda y regresiva que la del placer, pero tambin es cierto queest ms cercana al sufrimiento.

    Por otra parte, el estado virginal en su nivel simblico est enestrecha relacin con la domesticacin de las pulsiones y la mediati-zacin del deseo. La virgen no pregunta, recibe, hace, gesta y cra a unnio, iluminada de narcisismo en aras de Eros. Es la Mujer con mays-cula, valorada en alto grado, de carne protegida de toda humillacin.

    Goce y virginidad, dos temas diametralmente opuestos; uno re-legado y otro exageradamente valorado (idealizado). Quiz se en-contrar en estos puntos las respuestas a muchas interrogantes quehace algunos aos no nos habamos siquiera imaginado? Y qu pasacon mi lado femenino? Me refiero a una forma de sentir, de hablar, degozar. Cmo se maneja un hombre ante esto sin sentirse perverso,sin apenarse, siendo sealado por su gnero? No lo s. Tal vez aques donde se hace patente mi ignorancia sobre el significado o larespuesta a esta parte, de este fallido ensayo, donde me descalifico.Esto me obliga a dar mi opinin, a situarme en mi lugar, a cumplir

    con lo que soy para los otros; para, desgraciadamente hacerlo, solo,como hombre.

    [email protected]

    Fotografas del libro El teatro de los hechos,Ortega y Ortiz Editores,Gobierno del Distrito Federal,

    Mxico 2000

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    Francisco Quintanar

    En un artculo anterior comentamos que Frank Miller alcanz la fama con el ttulo Dare-devil. Sin embargo, el proyecto que pondra a este escritor en los cuernos de la luna, lohara en la compaa antagonista de Marvel: DC. Y el personaje que sera el elegido para

    dicha revolucin sera el caballero de la noche: Batman.Hay que recordar que hasta ese momento, la imagen que la gente tena del personaje

    estaba relacionada estrechamente con los seriales para televisin de los aos sesenta,donde la interpretacin de Batman era ms bien bufonesca y bastante camp. Y los cmicsde esa poca perpetuaban una imagen similar.

    Miller acaba con esto de un plumazo, al retomar la imagen que Bob Kane haba pensa-do en un principio para el personaje, pero llevndolo a su fin ltimo. As, el autor planteaa un Batman fro, despiadado con los criminales, y con tendencias de conducta y perfilesque rayaban en el fascismo y una posible psicopata peligrosa. Esto lo podemos apreciarclaramente en Batman: Year One (Ao uno), la cual fue publicada e n 1987, dibujada porDavid Mazzucchelli, y que se centraba en el primer ao de la carrera de Batman comovigilante de Ciudad Gtica. Una obra verdaderamente recomendable, y que al igual quelas historias de Daredevil que citamos en la primera entrega de este ar tculo, son esencia-les para compenetrarse en el trabajo de este escritor. Adems, fue una obra que marcuna tendencia dentro del mundo de los superhroes que sera muy imitada, pero nuncaigualada, y que logro trascender a otros mbitos, como veremos ms adelante.

    Sin embargo, una de las obras ms emblemticas de Frank Miller fue escrita entre losaos 1985 y 1986: la saga de Batman: The Dark Knight Returns (El regreso del caballerooscuro).

    Situada en un futuro cercano, la historia narra como en un mundo depresivo y sombro,los hroes han desaparecido, excepto Superman, quien trabaja secretamente para el go-bierno de los Estados Unidos como un arma militar para proteger a la nacin y sancionarmilitarmente a sus enemigos (les suena familiar?). Ciudad Gtica (al igual que el resto deese mundo) est en declive, y sus entraas estn siendo atormentadas por una pandillade vndalos que se autedenominan Mutantes.

    En este mundo, Bruce Wayne (Batman), es un hombre de sesenta aos quien viveretirado de sus actividades como justiciero, pero al percatarse de la debacle a la que elmundo se precipita, decide salir de su retiro a combatir una vez ms a la injusticia y a laopresin .

    Esta nueva cruzada curiosamente, se asemeja ms a una revuelta civil que a una cru-zada criminal comn, ya que con sus actos y su sola presencia, Batman desafa al sistemapoltico totalitario que controla ese mundo futuro. Dicha accin llevar al Caballero Os-curo a enfrentarse prcticamente contra toda la estructura de la sociedad en ese mundopostapocalptico y con su apar ato represivo ms efectivo (es decir, Superman). Las conse-cuencias de esta confrontacin repercutieron no slo en el universo DC, sino en todoslos rincones del mundo de los cmics, y sus ecos siguen resonando hasta nuestros das.

    Esta historia, junto con el ttulo Watchmen, escrito por Alan Moore (y del cual hablare-mos en un futuro) marcaron el inicio de una nueva etapa en el universo de las historias desuperhroes, donde el pblico se percatara que los relatos de los mismos ya no estabanenfocados hacia el publico infantil exclusivamente, sino que tambin existan escritoresesforzados en crear historias dirigidas a un pblico ms maduro. El universo de los hroesencapotados no ha vuelto a ser el mismo desde entonces...

    El entorno poltico social que rodea el nacimiento de esta historia e ra ms que propi-cio para su desarrollo: El presidente Ronald Reagan estaba al frente de Estados Unidos,y su poltica de intervencin en asuntos internacionales no poda ser ms cnica (buenotal vez George W. Bush ahora lo supere). El balance de poder an estaba dividido en dos,aunque poco faltaba para el derrumbe del bloque socialista, y la guerra fra, aunque yano estaba en un momento climtico, todava segua latente en la conciencia colectiva. Laamenaza nuclear era un peligro muy real, y la paranoia y desconfianza en las institucionesestaban a la alza. La sociedad del primer mundo centraba sus esfuerzos en el consumismoindiscriminado y una falsa imagen de libertad. Las revoluciones sociales y armadas en La-

    tinoamrica y otros pases del tercer mundo creaban tensin y expectativas a lo largo delplaneta, y las potencias primermundistas se sentan amenazadas, por lo que las interven-ciones armadas (de manera velada o completamente abiertas) no se hicieron esperar.

    Todo esto aparece fielmente reflejado en esta obra: un mundo fro, egosta, perdido enplaceres mundanos e inconsciente de la realidad de otros. Un mundo donde el estadototalitario mantiene su pode r por medio de la fuerza bruta y una colosal propagandameditica.

    En este mundo de corrupcin y decadencia ominosas, Batman se erige (y es erigidopor las pocas voces de protesta que an logran existir en ese mundo) como la voz dela conciencia colectiva que se rebela en contra de los que controlan al sistema. Su figurade hroe idealista es transcendida, para dar paso a un guerrillero de clase que lucha noslo por la justicia, sino por la liberacin del hombre comn del yugo que la sociedady los medios han impuesto sobre l. Batman se vuelve la idealizacin del libertario quelucha por las causas de los desposedos y oprimidos, y a al vez; la sombra vengadora yamenazante para los que detentan el poder y buscan preservarlo.

    Ecos cinematogrficos y,un nuevo renacer?

    La imagen que Miller confiri a Batman en Year One debe, definitiva-

    mente, fue un punto de partida para la interpretacin que Tim Burtonhara en la cinta de 1989. En ella, un Batman fro, silencioso, oscu-ro, amenazador y con un perfil socioptico inquietante, se mueve enuna ciudad gtica ominosa, en perpetua penumbra; donde combatea criminales cuya imagen delirante y locura rampante rivalizan con lassuyas. El rol principal recay en la figura de Michael Keaton (lo cualen un inicio cre muchas desconfianzas, las cuales se desvanecieron alapreciar el resultado final), mientras que su antagonista fue interpreta-do por Jack Nicholson (exquisitamente sobreactuado, muy adecuadopara el papel).

    Estos parmetros se perpetuaran en la secuela de 1992 BatmanReturns, donde adems de que Keaton repite el estelar, se sumaronlos actores Michelle Pfeiffer (como Gatbela), Danny DeVito (comoel Pingino) y Christopher Walken.

    Pero cuando se plane la continuacin de la saga del murcilago,Tim Burton deja la direccin y se involucra en el proyecto slo comoproductor, y le deja la batuta al director Joel Schumacher, quien seesforz en desaparecer casi por completo el trabajo de Burton (y depasada, el de Miller), y regresar a la imagen bufonesca de la cual el per-sonaje vena escapando de aos atrs. Como resultado, surgieron dosfilmes lamentables (por decir lo menos): Batman Forever(1995) yBat-man & Robin (1997), esta ltima ya sin ninguna relacin con Burton.

    Actualmente, est por estrenarse la nueva cinta que intenta por unlado, rescatar la imagen oscura establecida por Burton en los prime-ros filmes, y por otro lado, salvar a la franquicia de desaparecer trasel fracaso de la ltima cinta que se realiz del murcilago. Esta nueva

    aventura lleva por ttulo Batman Begins y est centrada en el orgen yel inicio de la carrera de Bruce Wayne como vigilante enmascarado.La cinta lleva en los estelares a Christian Bale (como Bruce Wayne/Batman), Michael Caine (como Alfred), Liam Neeson (como HenriDucard, mentor de Wayne), Ken Watanabe (como Ras Al Ghul) y Ci-llian Murphy como el Dr. Jonathan Crane/The Scarecrow. En la silla deldirector, se encuentra Christopher Nolan, mejor recordado por la he-chura de thrillers comoAmnesia e Insomnia. La cinta promete mucho,en unas semanas veremos si logra cumplir con las expectativas que deella se tienen y consigue su cometido. Batman tendr que luchar unavez ms, esta vez para recuperar su lugar (en el mundo del celuloide)como el verdadero Caballero Oscuro.

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    La mejor coartada del diablo es hacernos creer que no existe (Ch. Baudelaire dixit). Pero

    gracias a renombrados cineastas se nos ha revelado su apariencia; advirtindonos, atravs de filmes, curiosamente de culto, sobre la malevolencia de El ngel Cado.

    As, El Prncipe de las Tinieblas se instal gratamente en la oscuridad de las salas decine desde las primeras proyecciones: Georges Melies, F. W. Murnau, Fritz Lang, D.W.Griffith, Carl Theodor Dreyer, Ren Clair, Benjamin Christensen, fueron directorespartidarios, tempranamente, de la evidencia del Seor del Averno.

    Otros grandes y diversos directores, desde su propio estilo y gnero preferido, hanmostrado o sugerido la presencia del Maligno. A Jacques Tourner, maestro de la at-msfera, los productores de Una cita con el Diablo (1957) le obligaron a insertar unagigantesca criatura que personificaba al demonio; Stanley Donen, desde la divertidasatira Un Fausto moderno (1967), narraba la historia de un pobre diablo en la Inglaterrapop; la casa Hammer en Una tumba en la eternidad(1967), demostraba que el demoniollega ms all de la estratosfera y puede manifestarse en forma de invasin extraterres-tre. Roman Polanski, conEl Beb de Rosemary(1968), sorprendia evitando el truco fcilde evidenciar al beb de Satans, y slo dejaba ver una cuna de velos negros. Luego,el chamuco prefiri omitir toda su iconografa, creada por los artistas plsticos de lacristiandad, para introducirse en la vida monacal sustentada en los eventos ocurridos enLoudun, en la excesiva y provocadora cinta Los Demonios (1971), de Ken Russell; paraenseguida, poseer pberes en El exorcista (1973); o de plano apoderarse de inocentescuerpos de nios representando al Anticristo en el ambiente del poder poltico mundialen La Profeca (1976).

    Despus, la maldad ya no tuvo a su enemigo perenne a mano, la bondad. A fin demilenio, el hombre se haba desbarrado en un cinismo que no le permita ser bueno.Entonces, El Diablo decidi pasarse del lado del enemigo para comportarse genero-samente violento contra, por ejemplo, el mal comportamiento juvenil; pero ahora sealejaba de la representacin del bestiario bblico, adquiriendo personificacin de psic-pata, demente o asesino serial, en filmes como Pesadilla en la calle del infierno,Halloween,Viernes 13, y dems.

    Ya con elgore (el cine de terror grficamente descarado), El Seor de las Sombrasno tena mucho que hacer: la representacin mtica de la sangre, agresivamente expul-sada de sus canales normales, adquira formas de ritual moral, o el sacrificio del cuerpoalcanzaba la espiritualidad a travs del desmembramiento, desollamiento, linchamiento,mutilacin, alteracin biogentica y otras aberraciones.

    No quedaba otra ms que instalarse en este subgnero o en hbridos tales como,citando dos filmes peculiares: El Despertar del Diablo (1982),Corazn Satnico (1987); oadquirir todava la imagen cannica en almibarado esteticismo de cuento de hadas, Le-yenda (1985); para rematar con la ms inteligente metfora diablica (los escuadronesde la muerte madrileos), de Don Alex de la Iglesia en El da de la Bestia (1995); peroregresando a la ciudadania norteamericana del pingo, para denunciar la honorable(mucho tiempo ha) profesin del hombre de leyes en El abogado del diablo (1997).

    La Bestia existe (par tamos de esta hiptesis), su esencia es plural, su sustancia amplia,ejerce su poder malfco provocando desrdenes en los humores corporales; ncuboperverso, responsable del horror y la libertad; contrapunto necesario de Dios, a quienlos exorcistas modernos, los psiquiatras, tratan de expulsar de los posesos; Huitzilopo-chtli (seamos precolombinos); fiel compaero de la histo(e)ria humana; recurrente ytrnsfuga del fantstico flmico.

    Pero si no hay nada ms maligno que el hombre, si (El Diablo es el que dice no,Goethe) su mundo es el infierno y l mismo es el paradigma diablico, en dnde que-dar esta ya romntica figura catlica; Quin cree todava en el triunfo final del biencontra el mal? Si no tenemos el hueso satnico para roer, sobrevendr el vaco: lbranosdel mal... de perder las penumbras del arte y los sueos, lo real y lo fantstico, la luz y

    las sombras, la pantalla demoniaca:el cine.

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    Ral MirandaEl Diablo en el cine

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    Batman:

    El necesario regreso a las sombras

    L U M B R E R A 6

    Vi e t a s y r e c u a d r o s

    Alguna vez se han visto reflejados en los ojos de una mujer, han logrado estar ante su alma? Es

    una droga y l era adicto a permanecer ante esa mirada.

    Un da despert dndose cuenta de esa adiccin...

    En esta compilacin ilustrada de poemas y relatos, Ricardo Ham, deja entre ver otro aspectoms all de su labor como editor y periodista, esta vez como un autor de obsesiones personales

    que van del erotismo a la decadencia urbana, que se amalgaman en una sola experiencia, un solofresco que deja entrever los temores y placeres de una ciudad que accede violentamente a unsiglo que apenas comienza.

    40 pp, edicin de autor firmada y numerada, portada e imgenes interiores en color, forros encarton de 220 grms.

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    Para acabar con el juicio de DiosAntonin Artaud

    Fantasmas, testamento y ltima voluntadMarqus de Sade

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  • 7/28/2019 Lumbrera_2

    5/5

    Perro viejo y sarnoso se sent sobre su cola, le doli pero no cambi la

    posicin. Perro viejo aull a la luna, pero la luna no estaba, la noche era

    brumosa y pesada, nadie poda ver nada, nadie vera a perro viejo, nadie

    vera su cuerpo sarnoso.

    1Perro viejo se encamin, camin mucho por la carretera y se fijcomo destino un lugar cualquiera. Perro viejo lleg, se tumb en laacera, vio el pueblo ciudad la ciudad pueblo y no vio nada, nadie ha-bitaba la calle; se par, orin sobre el pueblo y se qued ah. El vacode ese lugar le fascin.

    2Perro viejo y sarnoso permaneci de pie, pareca estar en guardiaante una evidente amenaza o catstrofe, ante un ataque o algo pa-recido. Perro viejo se qued parado toda la noche, hasta que sali el

    sol; la humedad de aquel infierno le impeda dormir o echarse, sushuesos estaban demasiado rodos como para dejar de estar paradosobre sus cuatro patas.3

    Perro viejo acept que estaba molido, desecho y que pronto tendraque descansar, que en poco tiempo se vera obligado a dimitir, a tum-barse en una esquina y dormir. Aunque no pudiera conciliar el sueo,aunque no lograra recuperarse de aquel da en el que no haba hechonada ms que vagar, recorrer sin sentido la existencia, las calles; orinar,defecar y seguir vagando. Perro viejo encontr un pequeo rincncaliente cercano a un basurero, se desplom ah y durmi.

    4

    Perro viejo tena el nimo por los suelos justo por ser viejo, por notener muchas opciones. Que si se puede vivir de lamer huesos delpasado y del futuro? Eso esperaba, pero llevaba mucho esperando, yeso era lo que mejor saba hacer, lo que mejor haca, lo nico quehaca. Y esto no era mera poesa ni pose alguna, esperaba como siste-ma de vida, pero sin esperanza alguna, por eso no des esperaba. Haciamucho tiempo se haba cuestionado sobre esto y todo lo dems,pero desde antao que nicamente tena seguridades endebles, ointentos de argumentaciones. Perro viejo no tena ideales de nada,mucho menos de poesa y cosas de humanos, tampoco conceptos, oal menos su actuar, mnimo, no giraba en torno a sus conceptos sino asus impulsos, era una continua irreflexibilidad en la que era concientede su voluntad. La decadencia y la auto-destruccin, era en todo enlo que pensaba, en todo lo que pensaba.

    5

    LU M B R E R

    a

    Perro viejo despierta, suspira y lamenta no haberse quedado dormido, me

    ve y me grue, me intenta ladrar pero se contiene y bosteza, se para y

    se vuelve a tumbar. Perro viejo se rasca una oreja y aparta su mirada de

    mi persona con desprecio en demasa. Perro viejo cierra los ojos, produce

    un extrao ruido y duerme otra vez. Suea? Quizs por su edad ya no,quizs por sus aos sea lo nico que hace.

    6Resulta raro, pero perro viejo no s e siente del todo mal hoy, descansbien durante la madrugada y eso le da un poco de fuerza para seguir,fuerza para seguir mejor que como sigue cuando no la tiene, casinunca la tiene. Perro viejo sabe que este sentir ser pasajero, que laconstante es otra, la rutina que lo aniquila y lo llena de desesperanza;sin embargo; espera con calma el final de este remanso de tranqui-lidad, espera conciente de que pronto llegar. Perro viejo se quedalamiendo la miel que alguien reg en el acero. Qu mas da?, es fin desemana y un poco de dulce sabor en su lengua seca,no le caer mal.

    c. bortoni e.http://cbortoni.blogspot.com

    7

    P O S T U R A S P A R A E J E R C E R L A L I B E R T A DSAMUEL GNZLEZ

    I C O N OVCTORGARCATORRES

    A T I S B O S S O B R E P S I C O L O G A :L A M U J E R Y L A M U E R T E

    JOS LUIS LEN

    C I C A T R I C E S D E U N C U E R P O U R B A N OLETICIAOLVERA

    B A T M A N :E L N E C E S A R I O R E G R E S O

    A L A S S O M B R A SFRANCISCO QUINTANAR

    E L D I A B L O E N E L C I N ERAL MIRANDA

    H I S T O R I A S D E P E R R O V I E J OCARLOS BORTONI

    A O 1 N M E R O 2 VE R AN O 2 0 0 5

    Historias de perro viejo