luchando por la bendiciÓn de la primogenitura · luchando por la bendiciÓn de la primogenitura...

LUCHANDO PORLA BENDICIÓN DE

LA PRIMOGENITURA

Martes, 4 de agosto de 1998Chicago, Illinois, Estados Unidos

Es nuestra intención hacer una transcripción fiel yexactadeesteMensaje,talcomofuepredicado;por lotanto, cualquier error en este escrito es estrictamenteerrordeaudición,transcripcióne impresión,ynodebeinterpretarsecomoerroresdelMensaje. El texto contenido en esta conferencia puede serverificadoconlasgrabacionesdelaudioodelvideo. Este folleto debe ser usado solamente parapropósitospersonalesdeestudiohastaqueseapublicadoformalmente.

NOTA AL LECTOR

Notas

Notas

LUCHANDO POR LA BENDICIÓNDE LA PRIMOGENITURA

Dr. William Soto SantiagoMartes, 4 de agosto de 1998

Chicago, Illinois, Estados Unidos

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes aquí en Chicago, Norteamérica. Es para mí

una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor del Programa Divino correspondiente a este tiempo final. Ahora buscamos en la Escritura, en Génesis, capítulo 27, versos 18 en adelante, donde Jacob fue a buscar la Bendición de la Primogenitura que su padre iba a echar sobre el primogénito; dice: “Entonces éste (Jacob) fue a su padre y dijo: Padre mío. E Isaac respondió: Heme aquí; ¿quién eres, hijo mío? Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas. Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu

Dr. William Soto Santiago4

Dios hizo que la encontrase delante de mí. E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no. Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú. Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo. Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy. Dijo también: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga; y Jacob se la acercó, e Isaac comió; le trajo también vino, y bebió. Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío. Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo: Mira, el olor de mi hijo, Como el olor del campo que Jehová ha bendecido; Dios, pues, te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo y de mosto. Sírvante pueblos, Y naciones se inclinen a ti; Sé señor de tus hermanos, Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, Y benditos los que te bendijeren. Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de cazar. E hizo él también guisados, y trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo,

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edad; y los que estén niñitos, estarán de 18 a 21 años de edad también en el nuevo cuerpo. Todos estaremos en un cuerpo jovencito, de 18 a 21 años de edad. También así es para los jóvenes que luchan por la Bendición de la Primogenitura: recibirán un nuevo cuerpo eterno, glorificado, inmortal e incorruptible, y glorificado: igual al de nuestro amado Señor Jesucristo. Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y pasen todos muy buenas noches; y muchas gracias por vuestra amable atención. “LUCHANDO POR LA BENDICIÓN DE LA PRIMOGENITURA”.


Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, revelándonos el misterio de la Segunda Venida de Cristo y las cosas que deben suceder en este tiempo final. Y nosotros estamos y continuaremos LUCHANDO POR LA BENDICIÓN DE LA PRIMOGENITURA: Que se materialice completamente, y seamos transformados los que vivimos, y los muertos en Cristo sean resucitados en cuerpos eternos. Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes dándoles testimonio de nuestro tema de esta noche: “LUCHANDO POR LA BENDICIÓN DE LA PRIMOGENITURA”. Es la única cosa eterna por la cual podemos luchar, porque eso lo tendremos para toda la eternidad. “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y las demás cosas serán añadidas”11. “LUCHANDO POR LA BENDICIÓN DE LA PRIMOGENITURA”. Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo. Dejo nuevamente con nosotros al reverendo Miguel Bermúdez Marín, para continuar y finalizar nuestra parte en esta noche dándole gracias a Cristo por esta Bendición de la Primogenitura que Él ha colocado sobre nosotros, para que luchemos por esa Bendición de la Primogenitura, para que se materialice en todos nosotros el contenido de esa Bendición de la Primogenitura, y pronto todos seamos transformados. Y ya los que estén ancianitos, ya nunca más estarán ancianitos: estarán representando de 18 a 21 años de 11 San Mateo 6:33, San Lucas 12:31


para que me bendiga. Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él le dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú. Y se estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito”. Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla; y que toda bendición contenida en la Primogenitura se materialice en cada uno de ustedes y en mí también. Nos dice Dios por medio del Éxodo, en el capítulo, vamos a ver… En el Éxodo nos habla de que Jacob es Su hijo, Su primogénito, Éxodo 4:22, donde nos dice: “Y dirás a Faraón (le dice Dios a Moisés): Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito”. Aquí podemos ver cómo Dios muestra que Jacob, el pueblo hebreo, como nación, es la nación primogénita de Dios. Es la primera nación aquí en la Tierra creada por Dios. No fue hecha por los hombres sino fue creada por Dios, por medio de Su Palabra siendo hablada a través del profeta Moisés. Ahora, podemos ver que Dios la estableció allá en el monte Sinaí como una nación libre; le dio Sus leyes. Y el instrumento de Dios a través del cual Dios estaba manifestado como Rey era el profeta Moisés; por eso él es no solamente Libertador, sino caudillo del pueblo hebreo. Ahora, todo lo que vemos en Israel como hijo primogénito, y también lo que vemos en Jacob el hijo de Isaac como el que recibió la Bendición de la Primogenitura, recuerden, es la trayectoria por la cual pasa todo primogénito de Dios.


Ahora encontramos que en San Mateo nos habla también, en el capítulo 2 de San Mateo, algo muy importante. Vean, Dios llamó a Israel, a Jacob, de Egipto, porque es Su hijo primogénito como nación; pero ahora miren, en el verso 13… capítulo 2, verso 13 al 15, dice: “Después que partieron…”. O sea, después que partieron los magos que habían visitado a Jesús allá en Belén de Judea… Dios les dijo que regresaran a su tierra por otro camino y no regresaran al rey Herodes, porque el rey Herodes lo que quería era matar al niño Jesús; y ahora los magos se van por otro camino, porque les apareció en sueños el Ángel del Señor y les dijo que se fueran por otro camino. Y ahora en el capítulo 2, verso 13 en adelante, dice: “Después que partieron ellos (o sea, los magos), he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo”. Ahora, aquí podemos ver que esto también está en Oseas, capítulo 11 y verso 1, donde nos dice también que de Egipto llamó a Su Hijo. Ahora, de Egipto llamó a Israel, el primogénito de Dios como nación; y luego de Egipto llamó también a Jesús, el Primogénito de Dios, el Primogénito de toda la Creación. Vean, Oseas, capítulo 11, verso 1, dice: “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto


“Vendrá de Sion el Libertador, Que quitará de Jacob la impiedad”. Así que en cuanto al Evangelio, dice San Pablo que son muy enemigos, enemigos tanto de los apóstoles como de la Iglesia de Jesucristo; pero en cuanto a la elección, son muy amados por causa de sus padres: Abraham, Isaac, Jacob y los patriarcas, y los profetas. Ahora, cuando haya entrado la plenitud de los gentiles (o sea, cuando se haya completado el número de la Iglesia de Jesucristo), y los muertos en Cristo resuciten y nosotros los que vivimos seamos transformados, entonces le tocará al pueblo hebreo su parte; y entonces Dios le abrirá el corazón y el entendimiento, y verán esa poderosa manifestación de Dios en Su Iglesia, en los primogénitos de Dios, los cuales estarán adoptados con un cuerpo eterno y nuevo. Y ellos verán todo eso porque estaremos aquí, en el nuevo cuerpo, de 30 a 40 días antes de irnos a la Cena de las Bodas del Cordero, así como Jesucristo luego de resucitado estuvo con Sus discípulos unos 40 días10, apareciéndoles a ellos en diferentes ocasiones; unas ocho ocasiones menciona la Escritura que apareció Jesús a Sus discípulos, y les predicaba acerca del Reino de Dios, y también llevó a cabo muchas maravillas en medio de Sus discípulos. Ahora podemos ver el tiempo en que estamos viviendo y las cosas que estarán sucediendo conforme a las profecías en este tiempo final, para nuestra transformación, como Cristo lo ha prometido; y por medio de los apóstoles y profetas Dios lo ha prometido para ser cumplido en este Día Postrero, en el tiempo de la Trompeta Final o Gran 10 Hechos 1:3


Día Postrero, todo esto está ligado a esa manifestación del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto y preparándonos así para ser transformados y raptados, dándonos la fe, la revelación del rapto, o sea, la revelación para ser transformados y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, llamado también el arrebatamiento de la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahora, hemos visto todo lo relacionado a la Segunda Venida de Cristo y las cosas que sucederán en el Día Postrero con relación a la Bendición de la Primogenitura que tienen los primogénitos de Dios. ¿Quiénes son los que tienen la Bendición de la Primogenitura? Pues los primogénitos de Dios. ¿Y dónde están esos primogénitos de Dios en este Día Postrero? Aquí estamos un grupo de primogénitos de Dios, y también en diferentes lugares de la América Latina y del Caribe, y también en diferentes lugares del continente norteamericano. Hay muchos lugares donde hay escogidos de Dios también. Hemos visto nuestro tema de esta noche: “LUCHANDO POR LA BENDICIÓN DE LA PRIMOGENITURA”. No se detengan. ¡Adelante siempre! Porque por medio de la Palabra hablada del Ángel del Pacto en este Día Postrero, Él estará hablándonos todo lo que nosotros necesitamos para ser transformados y llevados a la Casa de nuestro Padre celestial, a la Cena de las Bodas del Cordero; y luego tratará con el pueblo hebreo. San Pablo dice en Romanos, capítulo 11, verso 25 al 28, que el endurecimiento ha sido en parte, para el pueblo hebreo, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito:


llamé a mi hijo”. Y ahora vean cómo esto, que se cumplió en el pueblo hebreo como nación, ahora se cumple en Jesús. También encontramos que estas cosas se cumplieron en Jacob siendo llamado de allá de Harán, donde estaba con su familia viviendo; y cuando regresaba, se encontró Jacob con el Ángel de Jehová, el cual lo había bendecido en toda la trayectoria de su vida e iba llevándolo por las diferentes etapas que tiene que pasar todo primogénito de Dios. Ahora, podemos ver que Jacob cuando se encuentra con el Ángel de Jehová llega a la etapa más importante de su vida: llega a la etapa de la adopción; porque al encontrarse con el Ángel de Jehová cara a cara, ahí el Ángel de Jehová lo bendijo dándole un nuevo nombre1. Y ahora, Jacob para el Día Postrero, o sea, el pueblo hebreo, tiene la promesa que se encontrará con el Ángel de Jehová manifestado en el Día Postrero, y recibirá un nuevo nombre también, y será adoptado como la cabeza de todas las naciones; y estará en medio del pueblo hebreo el Trono del Reino Mesiánico de nuestro amado Señor Jesucristo. Esa será la capital, Jerusalén, y todo el territorio de Israel será el Distrito Federal; y el resto de las naciones será el territorio sobre los cuales Cristo gobernará desde Israel, y también gobernará sobre el pueblo hebreo. Ahora vean cómo la trayectoria por la cual tiene que pasar un primogénito de Dios ya está marcada en el Programa de Dios profético, y tiene que pasar todo primogénito por esa trayectoria. Y ahora, tenemos el Israel terrenal, la descendencia de Abraham según la carne, que viene por medio de Isaac 1 Génesis 32:24-30


y Jacob, pero también tenemos la descendencia celestial de Abraham, el Israel celestial; y tiene que pasar por esa misma trayectoria, porque el Israel celestial, que es la Iglesia de Jesucristo, es el pueblo primogénito de Dios del Cielo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y para ser adoptado el Cuerpo Místico de Cristo, como el pueblo que con Cristo gobernará no solamente en la Tierra sino también en el Cielo, encontramos que ha ido pasando por sus diferentes etapas; y en este tiempo final, antes del pueblo hebreo encontrarse con el Ángel de Jehová manifestado en carne humana en este tiempo final, primero se encuentra el Israel celestial, que es la Iglesia de Jesucristo, para ser adoptados en este Día Postrero como reyes y sacerdotes en el Reino de Dios. Por eso ahí también el Israel celestial recibe un nuevo nombre. Ahora vean que el nuevo nombre tiene que ver con la etapa de adopción, donde se encuentra el Israel de Dios con el Ángel de Jehová. Así como le cambió el nombre a Jacob, se lo cambiará a Israel. Vamos a ver, en Isaías nos habla algo muy importante acerca de este gran evento. Vamos a buscar en el capítulo 52 de Isaías, el verso 6, donde dice: “Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente”. Ahora vean, Él promete estar presente en este tiempo final. Y ahora, vamos a ver en el verso 13 del capítulo 54 de Isaías, dice… Ahora, vean, Él estará presente. Él dice: “Yo mismo que hablo estaré presente”. Por eso es que, ¿qué?, que Su pueblo sabrá, conocerá Su Nombre.


Por eso es que Jesús dijo9: “¿De qué le vale al hombre, si granjeare todo el mundo, y pierde su alma?”. No le vale de nada; porque la meta principal para todo ser humano es el Reino de Dios, donde cada persona que tiene su nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero es identificado como un primogénito de Dios; y será adoptado en este tiempo final recibiendo un cuerpo igual al de nuestro amado Señor Jesucristo, un cuerpo eterno, un cuerpo glorificado; y así será adoptado en el Reino de Dios, para reinar con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad, estar como reyes y también como sacerdotes. Y así el Sacerdocio de Melquisedec, vean ustedes, no solamente tendrá el Sumo Sacerdote, que es Jesucristo, sino los escogidos primogénitos de Dios, que son con Cristo sacerdotes también, y reyes también. Cristo es el Rey de reyes y Señor de señores; y los primogénitos de Dios, los escogidos de Dios, son reyes también; y reinaremos con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad. Y Cristo es el Sumo Sacerdote del Templo que está en el Cielo, y nosotros somos sacerdotes con Cristo también; para, durante el Reino Milenial —físicamente también aquí en la Tierra— estar ministrando como reyes y como sacerdotes también con nuestro amado Señor Jesucristo. En la actualidad, eso lo hacemos solamente espiritualmente, pero en el Reino Milenial será físicamente también. Ahora podemos ver la bendición tan grande que hay para los primogénitos de Dios que estarán viviendo en este tiempo final y para los que vivieron a través de las edades pasadas. Y todo esto está ligado a la Venida de Cristo en este 9 San Mateo 16:26, San Marcos 8:36, San Lucas 9:25


Ahora, hemos visto lo que es la adopción de los hijos de Dios. Esto es lo que está prometido para este tiempo final en el cual nosotros vivimos, para lo cual Jesús dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas (de todas estas cosas, o sea, dar testimonio de todas estas cosas, ¿dónde?) en las iglesias”. O sea que es un Mensaje para el cristianismo completo. Y ahora, todo esto es en la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, manifestándose en el Día Postrero; así como se manifestó en cada edad por medio de cada ángel mensajero, se estará manifestando por medio de Su Ángel Mensajero en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. Miren, Eliseo, por ejemplo, Eliseo pidió una doble porción del espíritu que estaba en Elías8; eso nos habla de adopción, porque la Primogenitura contiene una bendición doble, una herencia doble. Y cuando Eliseo pidió una doble porción, está representando ahí la adopción de un primogénito de Dios, y de todos los primogénitos de Dios para el Día Postrero. Ahora podemos ver este misterio de la Primogenitura y cómo hay que luchar por la bendición de esa Primogenitura. Es lo más grande por lo cual usted puede luchar. Mire, usted lucha por obtener una profesión, eso es muy bueno; pero después que se muere, no puede después de muerto irse a trabajar con esa profesión a donde usted va. Usted puede luchar por ser multimillonario, pero después que se muere, todo su dinero y sus propiedades se quedan aquí en la Tierra.

8 2 Reyes 2:9


Dice [Isaías 54:13]: “Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos”. Y pasamos al capítulo 62, verso 2, de Isaías, donde dice: “Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará”. ¿Y quién fue el que nombró el nombre nuevo para Jacob? El Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el que le dio un nuevo nombre; porque fue el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el que nombró, el que habló ese nombre para Jacob; le cambió el nombre de Jacob por Israel. Y ahora, el pueblo hebreo tiene la promesa para este tiempo final de un nombre nuevo que le será dado. En el capítulo 65, verso 15, también nos habla algo importante y dice: “Y dejaréis vuestro nombre por maldición a mis escogidos, y Jehová el Señor te matará, y a sus siervos llamará por otro nombre. El que se bendijere en la tierra, en el Dios de verdad (o sea, del Amén) se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por el Dios de verdad (o sea, por el Dios del Amén; porque Jesús es el Amén de Dios2) jurará; porque las angustias primeras serán olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos”. Aquí podemos ver cómo para el pueblo hebreo, el Israel terrenal, Dios ha prometido un nombre nuevo para ser hablado por Dios, por la boca de Dios, por el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, en este tiempo final; y aun también dice que tendrán un Cántico Nuevo3, o sea, porque Dios hace nuevas todas las cosas4.2 Apocalipsis 3:143 Apocalipsis 14:34 Apocalipsis 21:5


Israel, para venir a ser la cabeza de todas las naciones, recibe un nombre nuevo en este tiempo final; ahí es donde Israel es adoptado como la cabeza de todas las naciones. Y desde Israel, el Reino de Dios será administrado por el Mesías; y ahí estará también —con Cristo— la Iglesia de Jesucristo, como reyes y sacerdotes. Porque antes de que el pueblo hebreo sea adoptado como la nación cabeza de todas las naciones y reciba el nombre nuevo que Dios le ha prometido, primeramente el Israel celestial (que es la Iglesia del Señor Jesucristo) recibe al Ángel del Pacto, al Ángel de Jehová manifestado por medio de Su Ángel Mensajero, y recibe las bendiciones prometidas para el Día Postrero, y obtiene su adopción la Iglesia de Jesucristo y cada miembro de la Iglesia de Jesucristo. Por eso es que recibe un nuevo nombre en el Día Postrero: para poder obtener la transformación de su cuerpo y ser reyes y sacerdotes, reinando con Cristo en el glorioso Reino Milenial. Sin la Venida del Ángel del Pacto para este tiempo final, no hay adopción para los hijos e hijas de Dios de entre los gentiles (o sea, de la Iglesia de Jesucristo) y tampoco del pueblo hebreo como nación. Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 7, vean lo que nos dice… Capítulo 7, verso 2 en adelante, dice: “Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro


coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente conél,paraquejuntamenteconélseamosglorificados. Pues tengoporciertoque lasafliccionesdel tiempopresente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”. O sea, esa manifestación de los hijos de Dios: los que partieron siendo resucitados en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos siendo transformados; y todos teniendo un cuerpo eterno, un cuerpo glorificado, igual al de nuestro amado Salvador Jesucristo; porque seremos a imagen y semejanza de nuestro amado Salvador Jesucristo. Sigue diciendo: “Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”. La redención de nuestro cuerpo, o sea, para nosotros los que vivimos la transformación de nuestro cuerpo, en donde obtendremos un cuerpo eterno y glorioso, glorificado, igual al de nuestro amado Señor Jesucristo; y los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpos eternos, conforme a la promesa divina.


esta revelación de todas estas cosas que deben suceder pronto, y viene esta bendición primeramente para la Iglesia de Jesucristo y para cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo como individuo; porque así como la Iglesia como Cuerpo Místico recibirá su adopción en este tiempo final, también cada miembro de la Iglesia de Jesucristo como individuo recibirá su adopción, y recibirá así un cuerpo físico eterno y glorificado, en el cual estarán como reyes y sacerdotes reinando con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad. Y así es como para este tiempo final la Bendición de la Primogenitura, por la cual la Iglesia de Jesucristo a través de las edades y cada cristiano como individuo ha luchado, en este tiempo final se materializará esta Bendición: con el llamado de la Gran Voz de Trompeta llamando y juntando a Sus escogidos, y preparándonos para ser transformados en este Día Postrero y los muertos en Cristo ser resucitados en cuerpos eternos. Todo esto es para nuestra adopción; y la adopción es la transformación de nuestro cuerpo, la redención del cuerpo, como dice San Pablo en Romanos, capítulo 8; versos 14 al 35, más o menos, por ahí dice que la Creación completa gime a una; vamos a ver dónde está. Romanos, capítulo 8, versos 14 en adelante, dice: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y


mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel (y comienza a enumerar 12.000 de cada tribu)”. Y luego, en el capítulo 14, los encontramos ya sellados, y mire lo que ocurre ahí; dice: “Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el (nombre) de su Padre escrito en la frente (o sea, el Nombre Eterno de Dios y Nombre del Cordero, o sea, Nombre del Señor Jesucristo)”. Ahora podemos ver que el pueblo hebreo en este tiempo final será llamado y juntado, 12.000 de cada tribu, bajo el ministerio del Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, a través de Su Ángel Mensajero, a través del Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, del cual dice en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. Y en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, nos dice: “Ymedijo:Estaspalabrassonfielesyverdaderas.YelSeñor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”. ¿A quién ha enviado? A Su Ángel Mensajero. Ese es el Ángel que llama y junta y sella 144.000 hebreos. Ese es el Ángel que llama primeramente a los escogidos de entre los gentiles con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, y los junta en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, en la Dispensación del Reino; y luego llamará y juntará 144.000 hebreos en la Edad de la Piedra Angular también, y los sellará, como dice la Escritura. Ahora veamos en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, dice:


“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Aquí podemos ver la promesa del Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, que es el mismo Nombre Eterno de Dios y de la Ciudad de nuestro Dios, para ser colocado sobre el Vencedor; por lo tanto, ese Vencedor tiene que ser un primogénito de Dios. Y ahora, el pueblo hebreo como nación es la nación primogénita de Dios; y recibirá esa bendición en la manifestación de Cristo, el Ángel del Pacto, en el Día Postrero, recibirá esa bendición de adopción. Es una bendición por la cual Israel ha luchado por muchos cientos de años, porque ha luchado por ser la cabeza de todas las naciones; y tiene esa promesa. Pero cuando Dios hace una promesa para una persona, la persona tiene que luchar creyendo con toda su alma esa promesa, para que se materialice en la vida de esa persona lo que Dios ha prometido. Y ahora, el pueblo hebreo está esperando la visita del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto, lo cual, conforme a las Escrituras, será la Venida de Dios manifestado en un profeta del Día Postrero. Cuando se habla con el pueblo hebreo acerca de la Venida del Mesías y se le pregunta: “¿Qué ustedes esperan recibir en la Venida del Mesías?”, pues ellos dan testimonio que es la venida de un profeta, la venida de un profeta donde Dios estará manifestado. Eso concuerda con las palabras de Isaías, capítulo 7, verso 14, donde la Primera Venida de Cristo, vean ustedes,


luchar para que la Bendición de la Primogenitura se materialice en su vida. Un primogénito no puede ser un vago, sino una persona que lucha por esa Bendición para que se materialice en él; porque esa es una bendición que le pertenece a él. Y ahora, podemos ver cómo la misma trayectoria por la cual pasó Jacob como primogénito, pasó el pueblo hebreo. Y en este Día Postrero, el encuentro que tuvo Jacob con el Ángel, en donde el Ángel le cambió el nombre (el Ángel del Pacto le cambió el nombre a Jacob por Israel), es el mismo encuentro que tendrá el pueblo hebreo con el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto en Su manifestación final en medio del pueblo hebreo en el Día Postrero, por medio de Su Ángel Mensajero. Y el Israel celestial, que es la Iglesia de Jesucristo, primero que el Israel terrenal pasa por esa misma experiencia, en donde se encontrará con el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual vino en carne humana en la persona de Jesús y llevó a cabo la Obra de Redención con ese velo de carne que Él se creó en el vientre de María, y luego estuvo manifestado de edad en edad en cada ángel mensajero de cada edad; y para este Día Postrero, dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. (Apocalipsis 22, verso 16). ¿De qué cosas viene dando testimonio? De todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final, conforme a Apocalipsis, capítulo 22 y verso 6; y Apocalipsis, capítulo 4 y verso 1, donde dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas (o sea, después de todo lo que ha sucedido en el pasado)”. Ahora, por medio del Ángel de Jesucristo es que viene


promesa del Mesías, de Su Primera Venida; y en ese cuerpo habitó Dios en toda Su plenitud y llevó a cabo la Obra de Redención con ese cuerpo: muriendo en la Cruz del Calvario y derramando Su Sangre y limpiándonos de todo pecado, pagando así el precio de la redención; para que así todos los primogénitos de Dios de entre los gentiles y de en medio del pueblo hebreo puedan ser restaurados a la vida eterna como primogénitos de Dios, que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Por eso es que Cristo dijo7: “No os gocéis de que los espíritus malos se sujeten en mi nombre a ustedes, sino gozaos de que vuestros nombres están escritos (¿dónde?) en el Cielo”. Y, miren, San Pablo nos dice también que están escritos en el Cielo: en Hebreos, capítulo 12, verso 22 en adelante, donde dice: “… sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos…”. ¿Dónde están registrados los nombres de los primogénitos de Dios? En el Cielo. “… a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”. Ahora aquí podemos ver que hay primogénitos de Dios, así como Jacob como individuo vino a ser primogénito, recibió la Bendición de la Primogenitura, luchó por ella; y eso es lo que tiene que hacer todo primogénito de Dios: 7 San Lucas 10:20


se cumplió en Belén de Judea, naciendo en Belén de Judea, y luego viviendo en medio del pueblo hebreo; y eso estaba prometido para ser cumplido por medio de un niño que nacería a través de una virgen. “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado”, dice Isaías, capítulo 9; y luego vamos a leer el capítulo 7. El 9 vamos a ver cómo dice: capítulo 9, verso 6 en adelante, dice: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándoloenjuicioyenjusticiadesdeahorayparasiempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”. Y en el capítulo 7, verso 14, dice (de Isaías): “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”. Emanuel significa: Dios con nosotros. Por eso Jesús podía decir5: “El Padre y yo una cosa somos”. Eso fue cuando le preguntó o le dijo Felipe: “Muéstranos al Padre, y nos basta”, en el capítulo 14 de San Juan; y Jesús le dice: “¿Tanto tiempo hace, Felipe, que estoy con vosotros, y todavía no me has conocido? ¿No sabes que el Padre está en mí, y yo estoy en el Padre (o viceversa)? Y el que me a visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre, y nos basta?”. Ahora vean ustedes cómo Jesucristo se identifica como el velo de carne donde está el Padre celestial habitando, 5 San Juan 10:30


manifestándose y hablándole al pueblo hebreo. También tenemos otro lugar, como San Juan, capítulo 8, verso 56 en adelante: “Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue”. Ahora, vean cómo Jesús habla al pueblo hebreo que antes que Abraham fuese…: “Antes que Abraham fuese, yo soy”. No solamente antes que Abraham, sino antes que Noé, antes que Enoc, antes que Abraham y antes también que Adán; antes que todo ser humano, Jesucristo es en Su cuerpo teofánico. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. (Estoy leyendo en el capítulo 1 de San Juan; ya voy por el verso 4). La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan (o sea, Juan el Bautista). Este vino por testimonio, para que diese testimonio de laluz,afindequetodoscreyesenporél.


No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”. Ahora, vamos a ver cómo venía la Luz verdadera, que alumbra a todo hombre: “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (el Verbo se hizo carne y habitó entre los seres humanos, y fue conocido por el nombre de Jesús de Nazaret) (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Ahora podemos ver esa manifestación poderosa de Dios en la forma de un hombre, de un profeta. Eso fue la Venida del Mesías dos mil años atrás, la Venida de Dios manifestado en un hombre de aquel tiempo llamado Jesús; el cual Su cuerpo físico fue creado por Dios en el vientre de María, porque a causa del pecado en el Huerto del Edén no había ningún hombre limpio de pecado; todos estaban contaminados con el pecado, y dice la Escritura6: “Por cuantos todos pecaron, todos han sido destituidos de la gloria de Dios”. Por lo tanto, Dios no se podía manifestar en toda Su plenitud en ningún hombre, por lo tanto tenía Dios que crear un cuerpo en el vientre de una virgen, lo cual es la 6 Romanos 3:23

luchando por la bendiciÓn de la primogenitura · luchando por la bendiciÓn de la primogenitura...

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