aquí, luchando!”
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25 años de la
verdadera historia
nacional a través
de la mirada de
los protagonistas.
La Habana. Cuba.
“¡Aquí,
luchando!” Una historia completa
del período especial.
1989-2014.
Autor: e-MARO.
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Título:
“¡Aquí, luchando!” Una historia completa del período
especial. 1989-2014.
25 años de la verdadera historia
nacional a través de la mirada de
los protagonistas.
La Habana. Cuba.
Autor:e-MARO.
“Si no me voy de Cuba,
no entiendas que me quedo.”
Pedro Luís Ferrer.
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Sinopsis:
Esta es una novela diferente.
Es la historia de más de veinte años de la vida de mi país que todavía duele, donde hay
amor, acción y un poco de todo, pero cuando el protagonista realmente es el pueblo, mi
pueblo, quien ha tenido que sufrir esta enorme crisis enmarcada dentro de estas fechas
donde casi comenzamos a morir de hambre.
Se escribe cuando ya algunos jóvenes incrédulos comienzan a cuestionar las historias
sobre este lapso de tiempo terrible, con dieciséis horas de apagón y muy poco que
comer. Donde hubo una epidemia causada por la falta de alimento llamada Polineuritis
que el gobierno ordenó acallar y tal vez ya no exista en los registros históricos de
nuestra medicina. Época a la cual Fidel llamó Período Especial para Tiempo de Guerra
en tiempos de Paz, o más sencillo: Período Especial.
Todos esperaban que el sistema social imperante bajo el mando de los Hermanos Castro
colapsara, pero no lo hizo debido a la obstinada intención de los mismos, pues para ellos
no existe otra opción; así como a la enorme bondad del pueblo cubano que se deja
llevar por el camino más largo, empedrado de buenas intenciones, que dirige al infierno.
Donde aún estamos.
Es muy improbable que un extranjero pueda captar sin ayuda la esencia de nuestro
sufrimiento callado, los múltiples detalles que conforman nuestra idiosincrasia y por
qué estamos orgullosos de ser cubanos cuando casi todo lo hemos hecho mal o muy
tarde. También muchas personas han decidido olvidar este tiempo pasado pues les causa
dolor aún y a sus ojos acuden lágrimas de impotencia, personas que conozco. Otras no
se enteraron de que había período especial, acomodados bajo la buena sombra del árbol
del Gobierno que les hacía caer el Maná directo en sus manos, siempre que se mostraran
agradecidos. Muchos de estos aún continúan igual. Las nuevas generaciones por fortuna
no vivieron lo peor. Rala cosecha esta que nos hace perder cerca de cinco mil cubanos
por año solo por insuficientes nacimientos. Esto también es una de las muchas
consecuencias de este tiempo donde se desarrolla la novela.
El lenguaje trata de ser lo más local posible. La narración oscila intencionadamente
entre la primera y segunda persona en algunas partes. Van a ver ironía, ideas
contradictorias y sentimientos encontrados, a veces, cariño por lo que somos, otras,
odio. Es tan solo un reflejo de la actualidad.
Los personajes son un picadillo real y las historias, anécdotas y sucesos también son
intensamente verdaderas. Cada año es un capítulo, solo han sido cambiados los nombres
de personas. No es un compendio histórico, más bien un anuario donde se recogen en la
voz o los pensamientos de los protagonistas los principales acontecimientos que fueron
generalmente olvidados por nuestros medios, se muestra la realidad del momento. El
desarrollo va rodando sobre el transcurrir del tiempo.
El título escogido es una frase que no puede ser más cubana y se emplea como respuesta
a un saludo casual. Encierra un mundo de significados, todos tristes.
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1989. TRANQUILIDAD Y BIENESTAR RELATIVOS.
Luís camina por el Prado. Es joven. Se siente bien. Los zapatos cubanos todo piel marca
Amadeos le son cómodos y la ropa amplia le baila sobre el cuerpo alegre como le manda
el verano cubano. Se mueve al norte bajo los grandes árboles rumbo al Malecón a esta
hora del atardecer, donde tiene que encontrarse con Lisandra, pero esta es la tarea más
agradable del día. ¡Ah, Lisandra!, mi pequeña de cuerpo aparentemente frágil que me
gusta abrazar para que sus senos se me hundan contra mi pecho y su pubis exploratorio
me lo pegue a la pierna. ¡Qué muchacha más sata! Las mujeres son tan diferentes y a
uno le gusta tanto eso de chocar con el sexo opuesto. Me provoca una sensación tan
especial. Ese deseo loco que no se puede aguantar y que me come por dentro.
No sé por qué me está gustando tanto esta chiquilla, en especial cuando se ríe de las
historias que le cuento y me mira hacia arriba desde su altura mínima donde puedo ver
sus dientes, y su risa, y sus nalgas redondas que me agrada apretar. ¿Quién carajo le
habrá metido eso en la cabeza de querer irse del país? ¿Qué piensa ella que va a
encontrar allá, en cualquier otra parte que no exista aquí? ¡Coño! Ahora que me siento
tan bien con ella. Ahora cuando parece que vamos a lograr algo tal vez duradero, la
emigración viene a joderlo todo, porque si de alguna forma encuentra los medios y se
me va, no va a poder volver, o cuando vuelva ya no va a ser la misma. Todo este tema
se ha deformado tanto que parece estuviéramos hablando del espectador del tren de
Einstein. Cuando retorne será entonces una cubana a medio convertir, con ese español
característico de los miamenses cargado de palabras del inglés sin digerir. Traerá
pacotilla, pero se pondrá falsa. Si se va, ojalá que se case y vuelva con otro y ya ni se
acuerde de mí. ¿Por qué Lisandra se querrá ir?
Un ómnibus Ikarus rojo a medio desarbolar se detiene con sus pasajeros colgando de las
tres puertas. Esto le provoca una inclinación de treinta grados a la derecha. Va hacia
Alamar, más o menos la misma dirección que lleva Luís.
¿Cuánta gente cabrá dentro de un articulado de estos? Creo que eso no lo conoce ni el
diseñador. Y dice Fidel que los Ikarus no son buenos por consumidores. Si han
aguantado toda esta década en las peores condiciones del trópico, los baches, las
carencias de piezas. ¿Qué más se puede pedir?
Hay que estar en el Parque de la Fraternidad cuando llegue un carro de la 222 a las
cuatro de la tarde. Es increíble la cantidad de personas comprimidas que comienzan a
despegarse, a descomprimirse, para salir por las tres puertas, todos tratando de arreglar o
minimizar el desastre indumentario.
Uno de los problemas de estos ómnibus fabricados por el CAME son las suspensiones
de caucho y aire a presión, no soportan el peso de los nacionales bien comidos,
apretujados como sardinas en lata cuando doblan y todos se inclinan hacia un lado.
Entonces explotan como bombas para susto de los pasajeros y molestia del chofer quien
grita a voz en cuello el ya clásico:
“¡TRASBORDO! Papelitos solo por la puerta de alante. ¡Vamos!”.
Algunos choferes toman las curvas excesivamente cargados y demasiado rápido a
propósito para que estas partes estallen. Los Ikarus despiden mucho humo por el escape
y se ven raros con su motor al centro abajo. Son un híbrido. Caja de velocidad checa
Wilson, motor húngaro, carrocería soviética…
Luís continúa por el Prado observando el entorno. Ahí está el “Sevilla”. Es el único
hotel de la Habana Vieja con piscina. Ya le hace falta un buen retoque de pintura. Dicen
que tiene una interesante historia y una buena Diplotienda, pero yo apenas habré visto
un par de los chavitos que hacen falta para comprar allí. Certificados de Divisas A, B y
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C. Billeticos alternativos para extranjeros. Yo no sé para qué se gastan tanto papel
inútil.
Ya los muchachos no están jugando en el paseo del Prado. No se ve a ninguno
patinando por entre las personas apenas esquivándolas. Es la hora cuando los padres
comienzan a darle gritos desde los balcones para que suban a bañarse y a quitarse los
uniformes. ¡Ay mi Lisandra! Vamos a ver el atardecer juntos, sentados en el muro del
Malecón, cerca de la Fortaleza de la Punta. Esta zona está muy mal. Los soviéticos
deberían mandarnos un poco de pintura para reparar todo este desastre urbano.
Ahí viene Aparicio. Parece que va de retorno hacia Aguacate 61. Ya me vio. Le hago
señas con la mano, pero no basta. Se detiene en medio del Prado a esperar a que llegue.
“¿Cómo te va, mi hermano?”
“¡Aquí, Luchando! ¿Vas a encontrarte con la rubiecita nueva esa…?”
“Lisandra.”
“Exacto mano. Estás enamorao.”
“¿Tú crees?”
“¡Coño, brother, si nada más hay que verte! Pasa por la casa.”
Se va Aparicio con su estudiado paso de mulato de la Habana Vieja, mientras me le
quedo observando un poco por la espalda. Él lo sabe y sin volverse ni mirar hacia atrás
me hace una seña con el dedo mayor hacia arriba, como si estuviera demostrando su
fuerza. ¡Qué clase de tipo! Mi hermano. Sigo.
Hoy estoy de franco después de todo un día encerrado en la Guarnición. Gorbachov
sigue hostigando con su Perestroika y el Glasnost que a Fidel parece le molesta mucho,
aunque creo que aquí hace falta algo de toda esa transparencia de que se habla para
resolver un poco de problemas. Nade de esto nos lo dan en las reuniones para el estudio
de los discursos del Comandante en Jefe. El Jefe parece tener otras noticias cuando nos
alerta que pueden llegar tiempos difíciles, aunque en Cuba estamos acostumbrados a las
malas épocas, como cuando el Machadato en la década del treinta cuando, dicen mis
padres, lo único que se encontraba en el pueblo para comer era harina de maíz con
boniato hervido. Por lo menos ahora no estamos tan mal. Hay comida, el transporte más
o menos funciona. Hay ropa. ¿De qué se queja la gente? ¿Por qué tantas personas
quieren irse de la Isla?
Luís tuvo que detenerse ante el verde de la luz del semáforo de la década del cincuenta.
Otro ómnibus de la ruta 195 pasó por delante de él inclinándose peligrosamente
mientras dobla a la izquierda cargado de pasajeros al máximo. El chofer intenta
aprovechar lo poco que quedaba de la luz amarilla. Faltan dos cuadras hasta La Punta.
La imagen de Lisandra le volvió a llegar después del exabrupto motorizado.
De cuatro saltos cruzó la calle y apresuró el paso inconscientemente.
De todas formas la situación no está tan mala. Ahí están las Tiendas Paralelas Amistad
que han funcionado durante toda esta década donde se venden muchos productos
adicionales un poco más caros pero fuera de los racionamientos. Los salarios alcanzan
más o menos para vivir el mes, y la comida no escasea. La ropa se compra fácil y para
esta isla tropical no hace falta mucho. ¿Por qué la gente necesitará de repente irse? Se
acordó de Aparicio. Iría a verlo más tarde. Esa expresión tan local que había dicho lo
resumía todo en este país. Es como decir: ¡Aquí, sobreviviendo! Pues a eso nos
dedicamos todos en el día a día en esta curiosa nación comunista que yo tanto amo.
¡Ahí está ella!
Lisandra está sentada sobre el muro del Malecón con los pies hacia el agua. Hace poco
que se ha graduado de Licenciatura el Derecho en la Universidad de la Habana y ahora
asesora a una empresa estatal mercantil, aunque tiene poco contenido de trabajo porque,
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como se dice, en Cuba todo está normado. O debe estarlo. Le agrada el mar. Ama esta la
más bella avenida del mundo, o así le parece a falta de otras experiencias comparables.
Tiene veintitrés años y es linda con esa frescura de la vida, de una existencia sana por
dentro y por fuera, de una familia con padres no divorciados, con un apartamento
relativamente bueno donde posee su propio cuarto con baño. Un lujo en estos tiempos.
Desde muy pequeña reconoce el valor que esto tiene, en especial en este país con su
enorme déficit habitacional con una cifra superior a las trescientas mil viviendas, donde
más bien perdemos terreno, si tomamos en cuenta el deplorable estado de
mantenimiento de las urbanizaciones en progreso negativo sostenido.
El mar, verde y azul, un par de tonos más claros que el del cielo allá al frente. Al sol
parece quedarle una hora para meterse en el agua a enfriar las calderas para la luz blanca
de la noche. Siempre le ha gustado venir a observar el atardecer allá por Santa Fe
acompañada o no. Para eso vive cerca. Es relajante el murmullo del océano cuando está
medio tranquilo como hoy y las olas golpean levemente las rocas allá abajo. Los
balseros se mecen un poco alejados de la costa para que el diente de perro no les ponche
los neumáticos, aunque ahora no están en proceso de escapar del país, solo pescan.
Lisandra quiere irse porque ya está harta de tanta mierda, de haber hecho una carrera
brillante para un salario de miseria, de la imposibilidad de ir a comprobar qué hay detrás
de ese horizonte, del entorno agobiante por el extenso bombardeo constante de pura
propaganda política en cada fragmento de información visual o escrita.
Se quiere ir porque lo último que pierde el ser humano son las esperanzas de libertad,
pues si eso sucede estás muerto y ella no desea morirse aun teniendo conciencia de estar
viva, como un fantasma deambulando por las calles irreales de esta urbe.
Lisandra no tiene un plan definido, ni un cuándo, ni un cómo, ni a dónde. La única
certeza es que tiene que irse como segunda alternativa. La primera podría ser luchar
contra el Sistema, pero eso ella sabe que es muy difícil y también reconoce que carece
del valor suficiente para renunciar a todo. Es más fácil sentarse en una balsa y quedar a
medio camino en el estómago de un escualo, o llegar y también quedar en medio de los
tiburones capitalistas que no te perdonan la vida si no posees al menos una pequeña
riqueza, pero queda la idea, ese estímulo material del alma de que con mucho esfuerzo y
un poco de suerte, se pueda llevar un estilo de vida diferente, donde no se tenga que
estar pensando cuándo y cómo va a ser la próxima comida, o cuándo podremos Luís y
yo ir a otro lugar que no sea siempre este lindo Malecón a observar los atardeceres
como éste, aunque me guste.
Por allá viene. Lo veo caminando por el centro del Prado, equidistante por entre los
leones de bronce, casi detrás del Capdevila de piedra del inicio del paseo. Mira que me
gusta este muchacho. No sé apenas cómo surgió esta relación tan linda desde mi último
año de la universidad.
El único defecto que le encuentro es que es demasiado comunista. Militar al fin tiene el
condicionamiento político como materia fundamental de día a día. A veces me causa
rabia la forma pausada y contenida como critica las cosas. Dice que le han educado así,
mostrando cuidado en ser mesurado para no causar subjetivismos y hacerle el juego al
enemigo. Con el tema de irme, mis padres no están muy de acuerdo, pues dicen que mi
mejor recurso son mis veintitrés años y que ellos ya están muy viejos para renunciar a
todo, perder la ciudadanía y todas sus propiedades personales, para comenzar una nueva
vida partir de cero en algún lugar lejano que desconocerán, dentro de una cultura que
nunca van a realmente asimilar. Tal vez tengan razón. A Luís no quiero hablarle mucho
de esto por ahora pues no entendería mis razones. Para él emigrar es traicionar a la
patria y al sistema que nos ha dado todo, y que las familias quienes se marchan al
extranjero desean vivir dentro de una sociedad de consumo. En esa forma de pensar no
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estamos de acuerdo porque sería como si los padres pretendieran que los hijos les
devolvieran de alguna forma la vida que les han dado y debieran sentirse obligados por
una eterna deuda de gratitud hacia los progenitores. Nada más lejos de la verdad. Cada
quien se gana lo que tiene en retribución a su actitud para con el resto del mundo. Yo no
creo en Dios. Soy atea, pero considero que cada buena acción espontánea sin esperar
retribución a cambio, genera de alguna forma un beneficio al benefactor. Si actúas mal,
vas a tener lo mismo de vuelta. Así de simple.
“¡Luís! ¡Te conozco hasta por el olor! Siéntate aquí al lado mío. Ven.”
Él se había acercado por detrás y le había tapado los ojos. Ella tocaba con la palma de
su mano sobre el muslo a la izquierda. Este es el habitual punto de cita de este amorío
bobo cuando ella ha concluido su jornada de trabajo y él está libre. ¡Ay el amor!
Luís tenía muy poco espacio para pensar en otra cosa que no fuera en ella y ahora
comprendía qué este sentimiento, esa sensación absorbente y fuerte que distrae hasta el
punto de la bobería. No se le encuentra defecto a la pareja y estás dispuesto a hacer
cualquier cosa que ella te pida por tal de complacerla. El amor es la parcialización total
hacia otro ser humano, pasión grande y sobrecogedora que nos mantiene alegres todo el
tiempo. Perdemos el sentido crítico y discriminatorio. Eso nos parece perfecto y lo
sabemos.
A Luís le gusta el rock, no el de Elvis, sino el metal duro alucinante y enajenador para
lo cual los jóvenes se vestían como él no podía. Música ésta que en Cuba es tabú, la
música del enemigo. Diversionismo ideológico. Lo más que había hecho era dejarse el
pelo largo antes de ingresar al MININT. Solo este detalle de su indumentaria le había
costado fuertes enfrentamientos con machistas quienes decían que eso era cosa de
mujeres. Otros comentaban que aquello era una simbología corporal de otros lares que
nada tenían que ver con nuestra realidad y se ajustaba poco a la sociedad que estábamos
construyendo. Finalmente había terminado por cortarse el pelo.
Se sentaron allí casi sin hablar, observando el atardecer allá, por la zona del oeste en
Santa Fe, un poco mejorado y amplificado por algunas nubes bajas en el horizonte que
no llegaba hasta el borde cuando el ardiente astro podía iluminarlas, realzándole todos
los colores, mientras se enrojecía de puro encanto artístico y se iba a ocultar
definitivamente bajo el agua tornasolada.
Estamos en el último año de la década del ochenta. Aún tenemos guerra en Angola y
está por caer el muro de Berlín. Dentro de nuestro país mantenemos los mismos
problemas de siempre ya crónicos, como el mal estado del transporte público, los
paupérrimos servicios, la falta de opciones para el entretenimiento y las horas de ocio,
etc.
A Luís le preocupa que se elimine este muro entre las dos Alemanias. Se rumora que el
sostén comunista está comenzando a quebrarse aunque aquí no se hable mucho sobre el
tema. Los cubanos estamos habituados al Status Quo que al menos garantiza una
existencia tranquila con Fidel tomando las decisiones, así hasta de equivocarnos nos
libramos. Claro, él tiene desde su altura una mejor visión del conjunto de nuestra
nación, la más completa perspectiva del mundo y una idea anticipada de los problemas
que se acercan como meteoritos.
Por estos días se espera la visita de Mijaíl Gorbachov. Debe de estar viniendo a
explicarle a nuestro Comandante qué es la Perestroika y el Glasnost como antídotos a
los problemas acumulados en la URSS. El Viejo es astuto. Ya él sacó su contrapartida
cubana a esto, el llamado Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas
que se han ido generando al pasar de los años. A fin de cuentas esta década del ochenta
es cuando mejor hemos vivido con la desinteresada ayuda del Campo Socialista.
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Por el Malecón circula una apretada síntesis de diversos modelos de autos. Muchos
Ladas, Moskvich y Volgas soviéticos por entre los numerosos sobrevivientes de la era
capitalista cubana, los cuales renquean lentamente por las seis sendas de la avenida,
como recordatorio de un pasado turbulento y difícil. Autos con reuma en las piezas que
ya no se fabricaban más, pero que tenían que continuar funcionando a toda costa al no
poder los nacionales adquirir uno nuevo libremente.
A Luís le gustan mucho los enormes Cadillacs, Buicks y Oldsmovils de entonces. En
ocasiones los veía, o escuchaba pasar con el ronroneo característico de sus motores V 8,
potentes ingenios del intelecto humano, cumbres del gasto y el lujo en coches regulares
para una sociedad que no conocía límites. Luís los puede identificar tan solo por su
sonido distintivo, totalmente diferente en un modelo u otro. Diversos y a fin de cuentas
iguales. La Ciudad de la Habana había tenido en la década del cincuenta el mayor
vendedor del mundo de los famosos Cadillacs y una densidad de un auto por cada tres
habitantes al menos en la Ciudad de la Habana.
Estos coches le hacían volver la cabeza para observarlos. Su padre había rodado por
muchos años un Mercury 59 con su motor original de siete litros cúbicos, lo cual es
exactamente una exageración, pero qué placer navegar por las calles en aquella máquina
pesada, cuya suspensión absorbía los más grandes baches como si no estuvieran allí
desde entonces, como deslizándose por el agua del Atlántico frente a mí, perfecto
cuando no hay huracanes o frentes fríos que lo entorpezcan o enturbien. Luís y Lisandra
recostados el uno al otro, con las manos tomadas. Disfrutando del show gratuito de la
naturaleza en su mejor momento.
De ahí se irán a caminar un poco sin mucha dirección, hasta que el cansancio los
detenga, o choquen como por accidente involuntario con alguna de las pocas posadas
existentes todavía en la Ciudad, donde con un poco de suerte y veinte pesos de soborno
se puede hacer el amor entre sábanas dudosamente limpias, en habitaciones malolientes
y paredes mohosas. El precio es módico. Abundan los mirahuecos, pero funcionan si se
apaga bien la luz y se taponan las hendijas con papel sanitario o la ropa que uno se ha
quitado. Un hotel es impensable pues cuesta entre treinta y cuarenta pesos la noche
cuando un salario medio oscila en los doscientos cincuenta pesos.
Ricardo Aparicio, el amigo de Luis, es un mulato quien ya ha pasado de los treinta. Con
algo de sobrepeso, escaso pelo lacio y encantadora sonrisa, se cree un Don Juan. Vive
en la Habana Vieja en la calle Aguacate número 61. Es el clásico cubano alegre y
guasón que parece haber nacido en una escuela de ballet. Está casado con una mujer un
poco más vieja que él, blanca y rubia con quien armoniza bien. Casanova desde la cuna,
cree que su físico es lo que todas las mujeres están buscando. Es uno de los mejores
amigos de Luís y por ende de Lisandra. Le gusta cómo va esa relación a todas luces
duradera. “Se le veía en la cara que estaba contento de ir a encontrarse con ella. El
Prado le parecía largo como si se lo estuviesen estirando por la esquina del Malecón. A
lo mejor se llegan por aquí más tarde. ¿Dónde carajos habré metido la llave?”
El mulato entra a su casa. Su mujer debe tardar un par de horas más, así que va a
adelantar la comida. Sacó de su bolso una botella de ron marca Ronda de a doce pesos y
lo colocó cuidadosamente sobre el bar de la sala. Se llevó el otro paquete a la cocina.
Hoy sí iba a hacer camarones al tomate.
Ha sido un día bueno para él. Finalmente pudo cerrar las negociaciones y vender
ilegalmente un par de juegos de baño a uno de los rastreros que entregaban carga al
almacén. Lleva mucho tiempo en esta historia y sabe cómo manejar la situación. Él es
el Secretario del Comité de Base de la UJC en su centro de trabajo y el único
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despachador-receptor. Mantiene la contabilidad al día por si acaso aparece una auditoria
súbita no anunciada. Es un experto en estos menesteres aunque nunca ha ido a la
Universidad. Como él dice: “La Escuela de la Calle me ha hecho pasar muchos cursos
de nivel superior en sobrevivencia.” Se las ingenia para traspapelar documentos de
entrada y salida de mercancías que nunca son registradas desde que salen del puerto
hasta el consumidor final por la izquierda, o sea, ilegal.
Tampoco existían conteos físicos, ni auditorías sorpresivas que no se conocieran con
una semana de antelación, como los famosos controles y ayudas de los organismos
superiores que se colocaban en los planes de trabajo mensuales, y hasta se esperaban a
los funcionarios con carteles y pancartas de bienvenida, en ceremonias cargadas de
entusiasmo y cariño.
Con esta forma de operar, el mulato rellena la cantidad de su salario que le falta para
poder visitar una vez a la semana la tienda Amistad, antigua SEARS en las calles
Amistad y Reina, donde se pueden adquirir productos de primera fuera de la libreta de
abastecimientos, en especial su clásica botella de Vodka Stolishnaya que no le
provocaba dolores de cabeza el día posterior, o lo que llamaríamos resaca.
Aparicio se justifica mentalmente diciéndose que ya el Gobierno le roba bastante
cuando se queda con toda la plusvalía que él genera y ladrón que roba a ladrón… ¡Qué
carajos! Hay que vivir. El salario no alcanza para la cajetilla de cigarros diaria. Hay que
luchar y duro para llegar al final del mes, aunque la realidad cotidiana no está tan mal.
Los buques de petróleo tienen que hacer cola para entrar a la bahía de La Habana para
dejar su carga de catorce millones de toneladas anuales. Aun así no nos alcanza para
todo lo que queremos hacer.
El dólar está a siete por uno si deseamos comprarnos algo que no sean las camisas
Yumurí o los pantalones rusos. En las diplotiendas aún se consiguen buenos jeans con
marcas prestigiosas como la Lee o Levis para impresionar a las chicas del barrio. No se
preocupen señores que el almacén da para eso y mucho más. Soy el rey en la
administración mágica. El administrador y el segundo se llevan sus cosas de cuando en
cuando en los maleteros de sus Ladas y yo, como si no los viera, aunque por supuesto
que tengo que saber porque el relajo es con orden, tampoco así. El robo tiene que estar
bien contabilizado para que no haya problemas. A mi mujer le va a encantar cuando se
entere de que estoy cocinando camarones entomatados. Esa blanca sabe dónde está lo
bueno.
Aparicio continúa enfrascado en las tareas cotidianas donde también se destaca. Su
mujer debe de estar por llegar en cualquier momento. En el Malecón el sol se habrá
acabado de meter en el mar y ya habrá una pareja de menos sobre el muro.
La Habana muestra su rostro de cien años, lastimoso remedo de abandono de ciudad, la
cual ya vio sus mejores tiempos. El poco maquillaje aplicado solo hace delinear más las
arrugas en las paredes y los muros sobre los abdómenes de concreto abultados por la
humedad. Los autos continúan renqueando por el deficiente pavimento de las avenidas
envejecidas.
En la esquina de las calles Aguacate y Tejadillo el bar ha comenzado a animarse con
los curdas habituales, quienes llegan a contarse las historias de siempre y a escuchar los
recurrentes boleros tristones y suicidas de las victrolas que aún funcionan. Hay muchas
botellas de ron con una sola marca: Ronda, o el aguardiente Coronilla con 45 grados
Guy-Lussac que te manda rápido a colapsar en la esquina de la acera. Hay allí en la
esquina opuesta un cuarto vacío que más tarde será agromercado donde labora hoy un
limpiabotas. Es un negro viejo que coloca orejeras en los bordes superiores de los
zapatos para proteger los pantalones. Usa betún cubano Lustral que se vende en una caja
metálica circular difícil de abrir. El calzado en su inmensa mayoría es aún de piel,
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aunque ya comienzan a notarse los primeros amagos, las imitaciones malas y las tiritas
con suelas en los pies de las mujeres que van a dar al traste con tradiciones centenarias.
El anciano no sabe que el alargamiento de su mínima pensión de jubilado peligra no
porque se va a morir, sino porque los zapatos ya no serán más de piel que se tenga que
lustrar. El negro habla perfecto inglés. Dice que lo aprendió cuando pertenecía al
ejército americano. También cuenta historias de cuando combatió en Pearl Harbor.
La situación del país es todavía buena. Es el último año cuando los soviéticos nos
sostienen con cinco mil millones de rublos equivalentes a dólares, (al menos
oficialmente), no directamente en efectivo, sino en precios más elevados que en el
mercado mundial, mucha maquinaria de todo tipo, equipos de transporte, agrícolas, gran
cantidad de insumos, comida, medicamentos, autos de paseo y todo el armamento gratis
que se nos ocurra pedir. Los autos de paseo van a portar matrículas rojas o azules las
cuales indican su propiedad del Estado. Las matrículas rojas son las menos duraderas
porque son autos de piquera que los toma cualquiera que se autorice para cualquier
asunto supuestamente oficial. Esto va a determinar su corta durabilidad al nadie sentirse
realmente dueño. Cuando tienen choferes fijos, estos cambian las piezas nuevas por
deterioradas de otro coche privado y algún dinero. Si se rompen y temporalmente no
pueden laborar es mejor negocio, pues se vende la gasolina asignada para el mes como
si el vehículo hubiera estado trabajando todo el tiempo. A fin de cuentas el Gobierno
los repone cuando se deterioran definitivamente. Que pague Liborio quien bastante tiene
y bastante nos quita.
En cada tribuna Fidel continúa sus habituales discursos agresivos en lo externo y
enfatiza en la rectificación de errores en lo interno, atacando pecados cometidos en los
años anteriores como la corrupción, el relajamiento del orden público, y el desastroso
cumplimiento de la disciplina tecnológica durante la construcción del Socialismo.
También exige la eliminación de las tendencias negativas. Esto se traduce en acciones
como las famosas Operación Maceta. Se trata del asalto policial a residencias, sin aviso
previo ni orden de cateo, o aún con estas, de ciudadanos quienes viven ostensiblemente
por encima de las posibilidades de sus salarios, y que han hecho dinero de alguna forma
rara o turbia que no pueden aclarar. Se les decomisa todo por la fuerza… de la ley, y se
les deja sin plumas y cacareando. Por supuesto que en este tipo de progroms no entran
los políticos que a fin de cuentas también residen en grandes mansiones, conducen
buenos vehículos y salen al extranjero cada vez que les hace falta con cargo al erario
público.
Gorbachov nos visita finalmente en abril para informarnos que esto se acaba. Como
parte de sus misiones durante su estadía protocolar está informarle a Fidel que la URSS
ya no lo es más y que se prepare, pues la tubería de dinero se va a comenzar a obstruir
para detenerse rápidamente.
Esto asusta un poco, pero solo un poco, pues casi nadie se entera. A mediados de año
finalmente cae el Muro de Berlín como señal inequívoca, símbolo de que una época
termina. Los alemanes pierden el apellido de democráticos o federales e
inexplicablemente comienzan a vivir en un mundo mejor capitalista, algo
incomprensible según la escuela. El Capitalismo es un sistema allende a nuestras
fronteras donde unos pocos viven bien y muchos mal. Entonces ¿Por qué tantos desean
emigrar hacia allá? Tal vez persigan el sueño de un hipnótico bienestar que casi nunca
llega, pero por lo menos ahí está, casi al alcance de la mano, cuando en nuestro país ni
siquiera en sueños lo puedes alcanzar, por mucho que te esfuerces y trabajes, pues
cuando comienzas a destacarte, puede que te apliquen la temible Operación Maceta. El
CDR, siempre alerta, va a denunciar y la amable policía vendrá rápidamente a quitarte
todo. Por eso hay que ser discreto como yo, que utilizo la clásica fraseología comunista
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y laboral con un profuso uso del Compañero, Cuadro, nuestra Revolución y nuestro
Partido, etc.
Ricardo se regodea en sus pensamientos. También me abstengo de mostrar mucha
solvencia económica, aunque tampoco tengo mucha, pero puede que llame la atención
de las autoridades. Hay que vivir con un perfil bajo y obtener las cosas bellas de la vida
sin que te apliquen la Ley de Estado Peligroso, sin que te envíen a prisión hasta cuatro
años sin proceso judicial. Eso es una aventura muy posible en nuestro país.
“¡Alarma de combate! ¡Alarma de combate! Todo el mundo formando de inmediato en
el patio de la unidad.” Ha sido la orden perentoria del Coronel Jefe de la Unidad de
guarnición que protege al importante edificio de Gobierno. El agente dentro del
pequeño local observa en posición de ¡Firmes! mientras asiente con la cabeza sin dejar
de mirar al jefe. El Coronel de la Seguridad del Estado se ve molesto a esta hora de la
mañana. Mal comienzo para el día aunque Pedroso, el Oficial de Guardia, realmente
nunca le había visto reír en público. Los oficiales del Minint desde el grado de Mayor
en adelante utilizan uniformes especiales que los distinguen. Están confeccionados con
tejido grueso que pica al tacto, pero ellos se acostumbran a pesar de las incomodidades
por el privilegio y el poderío que esto implica. Un oficial superior de este cuerpo
policial a partir de esa nomenclatura es todo un personaje, y poseen en la práctica varios
autos Lada, uno de ellos privado, los demás con matrículas verde, un poco diferente a
las de las FAR.
El O.G.O. llama por el audio a toda la unidad, despertando a los descansantes que
habían hecho el turno de la madrugada. En relevo estaba arribando en estos instantes.
En unos minutos los oficiales están formados en el patio central de la Unidad. El grado
más bajo que se observa es el de subteniente y casi todos parecen veteranos con décadas
de experiencia. Luís es uno de los tenientes y forma dentro de uno de los pelotones
salientes del servicio de protección.
“Los he citado aquí para informarles…” El Coronel deja una pausa mientras va con la
mirada de rostro en rostro. “…que a partir de ahora estamos todos acuartelados. Nadie
puede salir de franco tenga la razón que tenga. Hay que reforzar el servicio. Tenemos a
varios generales siendo procesados por alta traición y acaba de ser detenido el General
Abrahantes, nuestro Ministro.”
Los oficiales se miran unos a otros tratando de comprobar por la expresión del vecino
que lo que habían escuchado era real. El Coronel continúa hablando:
“A partir de ahora el alto mando, o sea, Fidel y sus ayudantes, van a hacer cambios de
personal que van a ser sustituidos por oficiales del ejército quienes parecen gozar en
estos momentos de más confianza que nosotros. No quiero escuchar comentarios, pues
puede haber problemas de malentendidos. Es Todo.”
A Luís se le puso la cara fea. Tendría que encontrar alguna forma para llamar a Lisandra
e informarle que no se iban a encontrar en un rato. No iba a poder explicarle mucho
pues el aire olía a urgencia.
Día a día se iban a estar leyendo los nombres durante el matutino, de varios altos
oficiales del Minint quienes habrían sido apresados la jornada anterior por estar
vinculados de alguna forma con las Causas 1 y 2, las cuales se continúan investigando
en relación con el tráfico de droga de varios generales y subordinados. La madeja se
enreda cada vez más y nadie parecía estar seguro. También da la impresión de que Fidel
no confiaba en nadie en estos momentos.
Por la tarde de ese mismo día se pasa un video donde se enumeran todas las posesiones
del ex general Abrahantes, entre otras muchas, un velero de tres mástiles, doscientas
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residencias personales dispersas por todo el país; centros de comando con alta
tecnología de factura norteamericana, supuestamente adquiridos con dinero de las
drogas que traficaba el Departamento MC bajo la dirección de los hermanos Antonio y
Patricio Laguardia. Además se agrega una flota de automóviles nuevos, muchos de los
cuales no se habían utilizado nunca por falta de tiempo y espacio. El señor Abrahantes
se entretenía en cambiar los motores a sus Ladas por otros de Alfa Romeos 1750 o 2000
italianos, deportivos de alta velocidad y mejor desempeño.
Estos altos oficiales parecen contar para su uso personal desde hace mucho tiempo con
una cantidad exagerada de recursos proveniente de las arcas del gobierno, dinero del
pueblo.
Por la tarde ha llegado a la Unidad un mulato fuerte y tosco con uniforme de Coronel de
las FAR, aún con sus grados dorados bordados en el cuello de su camisa. Los del Minint
son plateados. El Jefe informa que este compañero va a ser desde ahora el nuevo
político de la Dirección. En recién llegado inspeccionó toda la unidad con cara de pocos
amigos y no saludó a nadie personalmente. El anterior político nadie sabe a dónde fue a
parar.
El Coronel comentó donde muchos le escucharon que temía que el Ejército Occidental
se sublevara para rescatar a su héroe Ochoa. El fiscal de ambas causas es el General
Juan Oliveira, Jefe del Tribunal Supremo. El ambiente es desagradable. Se nota
desconfianza y se ha puesto en marcha una extensa purga estilo estalinista dentro de las
filas de los oficiales del Minint.
Aparicio y Cartalla participaron a principios de la década del ochenta en la ya extensa
guerra de Angola tan solo un par de años aventureros. Cartalla es un gordito abogado a
quien le parece que Cuba siempre está metida en alguna guerra continua en exteriores,
la cual solo se traslada de nación. Proseguimos haciendo las conscripciones
“voluntarias” a las cuales se supone que nadie se niegue, mucho menos si perteneces al
Partido, al único Partido legal.
Fico es un tipo alto, flaco y calvo. Como Cartalla, es amigo de Aparicio y Luís desde la
infancia. Cartalla es fiscal militar y Fico ingeniero electro energético. Todos se conocen
desde Los Camilitos. Estos dos primeros graduados en la antigua universidad élite de
Santa Clara. Allí pasaron los mejores años de sus vidas. Los cuatro conforman el club
de amigos de la casa de Aparicio, donde gustan de reunirse en las tardes en la sala junto
al bar, donde las bebidas no duran mucho y las tertulias son agradables.
Hoy ya están en la sala Cartalla, Fico, Luís, Lisandra y Aparicio. Hay problemas. Se
rumora que han apresado el General Arnaldo Ochoa, Héroe de la República. Uno de los
grandes jefes de la contienda de Angola. No se sabe bien, pero se ha dejado filtrar que
ha sido por corrupción.
Cartalla es quien generalmente trae las informaciones, pues debido a su trabajo se
mueve dentro de los militares de alto rango. Ochoa es muy querido por sus colegas y
subalternos y es el actual Jefe del Ejército Occidental. ¡Qué raro está todo esto!
En sucesión rápida y para asombro de todos los cubanos, se detienen y acusan a varios
generales como los Hermanos Laguardia y de ahí para abajo a gran cantidad de otros
oficiales. Luís sabe. Dice:
“Lo más feo de todo es estar dentro del Minint y ver como cada día van cayendo presos
varios oficiales de alta y baja graduación implicados en la corrupción, tráfico de
drogas y se habla extraoficialmente hasta de golpe de estado.”
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Cartalla: “Se rumora con fuerza que estos oficiales del Minint contaban con un llamado
Departamento MC y junto a Ochoa solo les restaba quitar a Fidel de en medio para
hacerse de un narco país. Iban con ese destino manifiesto.”
Fico: “¿Y tú crees que Fidel no conocía de los manejos de estos muchachos?”
Aparicio: “Según las informaciones oficiales que yo he leído, no. Los norteamericanos
hace años que están diciendo que Cuba está metida en el tráfico de drogas y parece que
al final es verdad. Fidel siempre lo ha negado.”
Luís: “Pero la situación está tan mala que tienen en estado de alerta a todas las fuerzas
disponibles. El Jefe ha comenzado una purga dentro del Ministerio, desactivando a
altos oficiales y reponiéndolos por sus pares de las FAR, quienes siempre se han
sentido envidiosos de los primeros porque cuentan con muchos más recursos y son más
visibles entre la población.”
Cartalla: “Tal parece que el Viejo tiene miedo y no confía en nadie.”
Luís: “Abrahantes también está implicado.”
Aparicio: “¿El Ministro del Interior? Pero si dice el Granma que goza de toda la
confianza del Partido y el Gobierno.”
Luís:“Pero si está preso en su residencia, vestido con tan solo un pijamas que le han
dejado y con un guardia de nosotros, armado hasta los dientes, con órdenes de
disparar si trata de escaparse.”
En toda la Ciudad y en la Isla en general existe un ambiente de excitación y ansiedad
mezclado con extrañeza. El gobierno ha comenzado una fuerte campaña mediática sobre
estos casos, pero la información es muy parcial y limitada. Todos conocen que se
publica una versión para toda la población y después se circula entre los altos personajes
un video con gran parte de lo que no se expone al público general. Por su puesto que en
este último se dispensan gran cantidad de amenazas abiertas o veladas.
El Papa trata de interceder al enterarse de las condenas a penas capitales a varios
oficiales como los Hermanos Laguardia y un Capitán ayudante. Para evitar esto Fidel
los fusila a la semana del veredicto. Esto deja el país consternado y preguntándose si en
realidad todo esto es necesario con personas que lo habían dado todo por nuestra nación.
Más tarde se realiza la Causa número 2 que tiene como protagonista al ex ministro del
interior José Abrahantes Fernández, quien es condenado a veinte años de cárcel. Este
señor muere misteriosamente varios meses después en su celda, según los medios
oficiales, de un infarto, tal vez por el sufrimiento. Había sido la mano derecha de Fidel
por varias décadas. Seis meses después de las Causas 1 y 2 del 89 ya no había nadie
vivo para preguntarle si de verdad estaban planificando un golpe de estado.
No obstante, todo sigue como de costumbre. El setenta por ciento de la población ha
nacido después de 1959 y apenas ha salido del país. Ningún ciudadano normal ha ido a
pasar sus vacaciones fuera de fronteras y no conocemos otra realidad que no sean
naciones en estado de guerra, donde el pueblo sufre enormemente y nuestros soldados
se mantienen sumidos en esta clase de estrés traumático que no permite a las personas
ponerse a admirar esa imagen campestre bonita y acogedora, o una preciosa y artística
ciudad donde desde cualquier ventana o colina arbolada te puede llegar un disparo del
cual casi nunca te vas a enterar si te hace blanco. Un disparo en el pecho o en la cabeza
es como chocar de espalda o de frente con un camión silencioso que uno no ve venir. El
ruido llega después, si es que nos quedan oídos para escuchar, como bien cuenta
Aparicio, quien hace estos cuentos de su estancia en Angola caminando por los pueblos
o Quimbos, con un susto permanente, pues desde cualquier ventana te podían estar
colimando esas mismas personas quienes por el día coreaban con cariño FAPLA,
FAPLA, y por la noche se tornaban en Cuachas de Sabimbi o Jolden Roberto.
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Uno de los dos mil setenta y siete cubanos que no iban a volver fue un vecino, un
muchacho alegre que se enroló junto con él. Cuenta Aparicio entre trago y trago, vivía
apenas unas casas más allá por la calle Tejadillo. Se fue junto con él en el mismo barco
mercante, durmiendo a cielo abierto sobre cubierta, junto a los tanques, donde hacía más
fresco
Era nuestra primera misión avanzando por el bosque y tratando de producir el más
mínimo ruido posible. Su cuerpo desapareció de delante de mí como por arte de magia.
El negro iba adelantado como a tres o cuatro metros agarrando fuerte su AKM con las
dos manos, mirando a todos lados como sijú platanero. De pronto ¡BAM! La onda
expansiva fue como un latigazo y la explosión ahí al frente había esfumado al negro con
todo su armamento. Cuando se disipó el humo lo buscamos por todas partes. Debió
haber sido una mina muy potente porque nunca apareció. Veremos cuando traigan a los
muertos qué van a echar dentro del ataúd con su nombre.
Cartalla asiente lejos en su pensamiento, quizás también perdido por los predios de
Luanda allá por los inicios de los ochenta. Luís es un creyente firme de que este sistema
es justo y natural para los cubanos. En el MININT, como en las FAR y en muchas otras
instituciones, hay que leer, estudiar y debatir semanalmente algún discurso de Fidel o
algún otro documento de importancia donde el Jefe orienta y alienta a todos a seguir
adelante según la línea trazada por el PCC.
Para Luís, para los demás, como para casi toda la población, lo más normal es vivir
como lo hacemos nosotros, dentro de un sistema socialista donde siempre ha existido
una sola persona al frente del gobierno, quien es el encargado de tomar las decisiones en
casi todas las esferas de la vida. Un sistema muy bien organizado desde arriba hacia
abajo, que se ha ido perfeccionando a lo largo del tiempo y en el cual casi todo el
mundo cree ante la imposibilidad de comparar con otros sistemas más exitosos, no
necesariamente el norteamericano. No hay otra realidad que los nacionales aprecien
para contrastar pues nunca viajan. No llegan otras informaciones a través de los medios
que no sea la elaborada concienzudamente por nosotros mismos como una especie de
sueño paradisíaco donde no nos tocan los problemas que siempre suceden en otros lares.
La droga, la violencia en las escuelas, las personas durmiendo en el Metro, o los
ancianos mendigando por las calles no son de aquí. Nunca se han visto en La Habana,
dicen.
“Es que ni siquiera tenemos Metro.” Dice Aparicio. “Se ha hablado tanto en el
periódico Juventud Rebelde sobre este proyecto a punto de comenzar por los soviéticos.
Dicen que la primera línea ya está decidido hacerla entre Naranjito y el Parque
Central. Esto aún no ha comenzado y nadie sabe cuándo va a suceder. Ahí en la calle
San Juan de Dios hay todo un edificio ocupado por la superestructura de quienes se
supone lo van a construir. Ingenieros, directores, inversionistas, arquitectos, etc.; pero
no tienen aún ni un obrero contratado. Dicen que están a la espera de que arribe la
máquina perforadora y camaradas europeos nos asignen el dinero.”
Fico: “Dicen que el Metro de Moscú es uno de los más bellos del planeta, todo hecho
de mármoles.”
Cartalla: “Da igual que lo recubran de mármol o de piedra Jaimanitas, pero hace falta
que lo acaben de comenzar y terminar, a ver si se resuelve definitivamente el problema
crónico del transporte en esta ciudad.”
Luís: “Se necesitan más de dos mil guaguas circulando diariamente en esta urbe para
poder contar con un transporte al menos mediocre. Cuesta cinco centavos y aun así hay
personas que no pagan y dejan caer en las alcancías cualquier hierro redondo que se
parezca a los medios.”
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Fico: “También la Electronuclear de Juraguá está en fase de terminación, pero ahora
con este problema de la explosión de la central de Chernóbil, puede que se demore
algo. Los americanos siguen escandalizados con el uso que le van a dar los cubanos al
uranio enriquecido después de generar electricidad. ¿Qué les preocupará tanto?”
Aparicio: “Nuestra famosa actitud latina de considerar la disciplina tecnológica como
pura majadería nos puede traer problemas allí. Total, nada nos cuesta. Hacen falta
camiones, pedimos camiones a Moscú, hacen falta papas, eso mismo. Nos está
haciendo daño. Somos una isla caribeña acostumbrada a pedir y que nos den todo lo
que necesitamos y más. Nos estamos desindustrializando”
Fico: “Cierto. Portaviones de los soviéticos a noventa millas de las aguas de los
Estados Unidos sin posibilidad de lo trasladen más lejos por cualquier berrinche. ¿Por
qué creen ustedes que nos regalan todo ese armamento, hasta el más avanzado?
Nuestro paisito en estos momentos posee uno de los ejércitos más grande del mundo en
proporción a los diez millones de habitantes que somos. Ya nos han enviado cuatro
MIG 29. Lo último.”
Cartalla: “Hace falta que el Viejo se acuerde un poco de la Ciudad que se está cayendo
en pedazos y hay que aprovechar ahora mientras dura la danza de los millones, porque
cuando lleguen las vacas flacas…”
Lisandra llega de la cocina con café y varias tazas. “Dicen las malas lenguas que los
rusos nos dan cada año más de cinco mil millones de dólares y ni siquiera hemos
podido terminar la autopista nacional.”
Cartalla: “Llega completa solo hasta Santa Clara, y con solo una senda hasta el pueblo
de Tagüasco en el kilómetro 355.”
Luís: “Claro, Ochoa se llevó a las brigadas que la estaban construyendo con
maquinarias y todo para montar en tiempo record su aeropuerto africano, aunque en la
versión oficial de la historia Ochoa no aparece por ninguna parte y se han cambiado
algunas cosas.”
Aparicio: “Lo terminó, pero se olvidaron de devolver a las gentes y los equipos.”
Lisandra: “Bueno, ya dejen de hablar de política y vayan al comedor que ya está la
comida.”
Aparicio asombrándose: “Hemos desaparecido las dos botellas de ron que estaban en
el bar. No dejamos nada para mañana.”
Cartalla: “Mañana será otro día.” Se levantaban de las sillas con un poco de trabajo.
Olía bien en la cocina.
Al otro día apenas llega Luís a su unidad militar, el jefe de pelotón le indica que debe
pasar por la oficina del Jefe de la Unidad que lo está esperando. Luís se preocupa. ¿Qué
estará pasando?
Al tocar a la puerta le indican pasar. Hay tres oficiales sentados del lado de allá del buró
del Jefe. Entre ellos está el nuevo político de la Dirección. El Coronel Jefe de la Unidad
habla deteniéndose un poco al final de las oraciones, como apesadumbrado e incómodo
por lo que va a decir.
“Luís, el Alto Mando de la Dirección ha decidido darte de baja de sus efectivos a
partir de este momento.”
¿Qué ha pasado? Se asusta Luís ante lo inesperado y absurdo de la situación. No cree
bien lo que le están diciendo. ¿Estarán jugando con él? Parece que no.
El mulato político aún con el uniforme de las FAR habla con poco disimulado desdén:
“Nos han llegado informes de que tus opiniones y expresiones dentro y fuera de la
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Unidad son demasiado liberales para nuestro gusto. Eso no es aceptable para los
miembros del Ministerio del Interior, quienes tienen que estar dedicados en cuerpo y
alma a la Revolución El alto mando ha decidido darte de baja.”
“Entrega de inmediato al Jefe de Servicios tu armamento y los uniformes, así como
todos los carnés que puedas tener.” Dijo el Jefe de Unidad.
Luís no atinaba a entender completamente la situación. Lo estaban botando sin muchos
preámbulos y sin apelaciones. Las razones que alegaban tampoco eran nada
convincentes a los ojos de Luís. Se sentía anonadado y no entendía muy bien. Se fue a
hacer lo que le habían dicho.
Una hora más tarde salía de la Unidad sin comprender aún. ¿Es que estaba sin trabajo?
Finalmente en su subconsciente parecía percibir que formaba ya parte de la gran
cantidad de desplazados por la extensa depuración estalinista de las fuerzas del Minint
que siguió a la debacle de las Causas Uno y Dos de este año.
No obstante la vida continúa como sobre carriles. Fidel ya lleva treinta años en el poder,
emitiendo kilométricos discursos y enormes fiascos económicos uno tras otro sin
ponerse colorado. Ya se han sumado a la larga lista de fracasos en la economía
planificada centralmente el monocultivo especializado de la caña de azúcar y sus
derivados, lo cual nos hace dependientes nuevamente, esta vez de los soviéticos. Se
suma al desastre el Cordón de La Habana, la gran orgía de las plantaciones del café
Caturra, el plátano Microyet, los enormes mercados concentradores de productos
agropecuarios, la autopista nacional, el ferrocarril central, el Metro, y un gran etc.
Ninguna obra terminada, casi todas sin resultados positivos.
Fidel viaja por esta época a menudo y cada vez que logra encaramarse en una tribuna,
exige que los países pobres dejemos de pagar nuestra deuda externa. Nuestra nación
predica con el ejemplo en forma harto elocuente y en la práctica cotidiana. No paga.
Casi se concluye la construcción de una base para la descarga de supertanqueros en la
profunda bahía de la ciudad de Matanzas, desde la cual se trasladará el crudo soviético
hasta la refinería de Cienfuegos, unos cien kilómetros al sur, provincia esta última más
industrializada del país en estos momentos, pero solo un poco delante de los
holguineros con su enorme fábrica de combinadas cosechadoras de caña de azúcar KTP,
en lo cual ya llegan hasta el modelo 3. En Moa se agravan las dificultades para
mantener trabajando la mina de níquel y para exportarlo, por haber sido ésta propiedad
de alta tecnología norteamericana. Se extraen algunos cientos de toneladas de petróleo
de baja calidad en el litoral norte de La Habana Campo, el cual se pretende quemar
crudo en nuestras centrales termoeléctricas a manera de ahorrar combustible. Por esta
época Fidel vende secretamente varios cientos de millones toneladas de hidrocarburos
ruso con lo que puede ahorrar durante los apagones programados nacionalmente, gracias
a la conciencia patriótica de los nacionales. ¡Qué viva Fidel!
El cubano medio vive bastante bien en este momento cuando finaliza la década de los
ochenta, aunque no tiene, ni conoce, las bondades de la tecnología moderna que
comienzan a hacer aparición como las computadoras, la red de redes, la televisión por
cable y después satélite. Tampoco puede salir de turista. Aún tiene derecho de descansar
en los pocos hoteles del país con su moneda, aunque posean un salario mínimo de 124
pesos mensuales. Con esto pueden ir a la playa, comer en un buen restaurante, tomar un
taxi a los cuales todos llaman los incapturables, pero todavía asequibles. En fin, el
cubano puede vivir más o menos adecuadamente y en una forma decorosa, y todo
gracias a las remesas de nuestros queridos amigos los soviéticos y el campo socialista.
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El idioma ruso se escucha en La Habana como el español en los ómnibus, en los
supermercados, en barriadas enteras reservadas para ellos como el Kholy, Torrens, etc.
En esta última localidad al sur de la ciudad tienen instalada una enorme base escucha
espía sobre los movimientos de los gringos (después será instalada allí la UCI). El Hotel
Sierra Maestra en Primera y O está ocupado por estos extranjeros, e incluso gran parte
de las mejores residencias de Miramar y Siboney, pero este último lugar es solo para los
grandes Továriches.
En 5ta y 64 se encuentra la rara embajada que se han edificado con una arquitectura
estrambótica. Tratando de aportarle cubanía la forraron con piedra Jaimanitas, pero
destroza el entorno residencial la alta torre estilo jeringuilla, desde donde debe haber
una vista preciosa del mar. Los habaneros la llaman cariñosamente El Bunker por las
gruesas paredes y la cerca de concreto a tres metros de alto coronada por alambre de
púas norteamericano. Los rusos en la capital son conocidos por revendedores de
pacotilla, la cual compran en las diplotiendas y dispensan caro en las calles o sus
propios apartamentos. Los vietnamitas residentes son también famosos por esto, pero
venden muy barato. Así van haciendo algo de dinero para cuando regresen.
El Glasnost y la Perestroika suenan fuerte en la Habana, aunque el gobierno lo trata de
silenciar con medidas de reafirmación revolucionaria. En realidad existen muchas cosas
por las cuales protestar y abundan los disidentes, pero el ciudadano común no se entera
de ellas por el poderoso y omnipresente aparato de represión política que todos conocen
como G 2. Un carné con estas siglas paraliza a las personas comunes y abre todas las
puertas.
Aparicio le compra al camionero del acueducto La Cotorra agua potable en un
recipiente pomo de cristal de cinco galones a noventa centavos de peso. Le deja al
ayudante que lo carga hasta la sala los diez centavos restantes como propina y el
hombre se va contento.
El peso cubano, única moneda circulante en la isla, es respaldado por el rublo soviético
y posee un alto poder adquisitivo dentro de fronteras. Hay dos canales de televisión
nacional y un montón de pequeñas emisoras de radios locales y tres o cuatro nacionales.
Se imprimen algunos periódicos. Todo esto es propiedad del gobierno, todos con las
mismas noticias. Se enlentece la construcción de viviendas por el escaso apoyo que le
da el ejecutivo por estos días al movimiento de Microbrigadas.
Un grupo de estudiantes de arquitectura de la Universidad de la Habana solicita al
gobierno la posibilidad de diseñar y construir las instalaciones deportivas y de
alojamiento para los atletas durante los próximos Juegos Panamericanos de 1991 a
celebrarse en La Habana.
Esto se le concede. Con ello tratarán de probar que el desastre urbanístico de Alamar se
podía haber evitado con un poco más de deseos de trabajar, menos trabas burocráticas y
no haber seguido los tres o cuatro diseños de Europa del Este para miles de edificios,
conglomerado que los habaneros llaman cariñosamente La Siberia .
1989, último año de los subsidios soviéticos a Cuba. Va a ser uno de los mejores para la
población cubana por el aún elevado nivel de abastecimientos en bienes de consumo y
la más o menos regular calidad de los servicios. La gasolina se consigue relativamente
fácil, pues a cada propietario privado de coche se le entrega una cantidad de treinta
litros en unos bonos para el mes. El resto necesario se compra de contrabando con lo
que ahorran los camioneros y choferes de jefes de toda estatura, haciendo lo indecible
para poder vender a tres pesos el litro lo rescatado de la rutina sobreconsumista.
Esto es uno de los tantos problemas que ha acarreado el sistema económico preconizado
por el ché de financiamiento presupuestado en los inicios de la revolución, en
contraposición a la autogestión financiera defendida por Carlos Rafael Rodríguez, viejo
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comunista y economista de profesión. Las cuotas de dinero traían problemas como este:
Todos los jefes, desde cierto nivel, poseen coches que la empresa les asigna para el
cumplimiento de su trabajo y una cantidad de combustible determinado para el consumo
del mes. Si esa cuota no se gasta provoca entender varias cosas, entre ellas: 1- La
gestión del jefe es pobre pues se mueve poco. 2- Hay que disminuirle la cuota pues la
actual parece ser excesiva. Esto es un ejemplo de los muchos males que genera querer
controlar demasiado, no confiar en el ser humano, y matar el interés material de los
trabajadores en el trabajo y en lo personal.
Luís y Lisandra se comportan como una pareja de novios comunes en esta isla
paradisíaca, enamorados y al comienzo de sus vidas adultas. Aparicio el mulato,
Cartalla el calvo gordito, y Fico el flaco alto, son sus amigos de toda la vida que van a
estar contando parte de esta historia de amor y crisis económica en el cambio de
milenio.
Por la noche, después de la tertulia en la casa de Aparicio, la única que tiene un bar
precioso en la sala, Luís acompañó a Lisandra a su casa no lejos de Aguacate 61. A
Luís no le agrada la idea de que ella deambule sola por las calles oscuras de esta
Ciudad, en especial en esta zona de Centro Habana, una de las peores de la urbe por la
colección de personajes que la habitan y por su calamitoso estado constructivo, donde el
75 por ciento de las edificaciones están en mal estado.
En este lugar se hacinan miles de palestinos, como llamamos a los originarios de la
zona oriental del país, ocupando los muchos edificios ordenados a abandonar por sus
habitantes primigenios ante en peligro de desplome. Estos elementos se dedican a
cualquier tipo de negocio, ilegalidad o violencia que les genere un poco más de dinero
para sobrevivir, ante la imposibilidad de legalizar su estado actual y el poco deseo de
retornar a sus lares aún más empobrecidos. En este municipio cada vez que llega un
temporal con lluvias más o menos largas, son frecuentes los derrumbes que causan
varios muertos. Pero esto solo sucede cuando comienza a salir el sol, lo que debía ser
lumbrera para los muchachos en busca de una mejor oportunidad de vida.
En la sala de la casa de Aparicio se escucha alto y algo lejos un sonido grave. Por su
tono debe provenir de uno de los frecuentes buques petroleros que hace su entrada a la
bahía. Hora de ver la telenovela brasileña. Se oirá asimismo el cañonazo de las nueve
otra vez, como todos los días. Están pasando La Próxima Víctima y la Ciudad de queda
tranquila por cuarenta y cinco minutos, cuando se puede ir escuchando la tele mientras
se camina por las calles. Se podría hacer cualquier cosa que nadie lo va a notar. Luís
aprovecha para darle un beso apresurado en medio de la calle sin tránsito y apretarle las
nalgas a su Lisandra de ojos verdes que se aleja entonces con el clásico vaivén de las
cubanas sexis cuando conocen que alguien las observa.
Los nacionales duermen confiados y seguros de su sistema y su revolución. Es la idea
que nos han impreso en las mentes por más de treinta años. Estamos bien.
Nos enteramos de la caía del muro de Berlín como un suceso más sin la menor
importancia, a donde Ronald Reagan fue a dar la orden en inglés para destruir el muro
alemán. Es el principio del fin para el viejo Sistema Socialista, pero La Habana está acá
lejos en el trópico y nada parece alcanzarle, aunque el gobierno sí cuenta con noticias de
lo que va a suceder pronto.
Aún en esta isla todo lo que huela a enemigo, o pretenda acercarse a las ideas no
autorizadas, se llama Diversionismo ideológico, y puede causar graves problemas al
paciente si llega a degenerar en disidencia, mala actitud para con la vida dentro de esta
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sociedad que te puede llevar a ser un paria o un casi náufrago montado en una balsa
rumbo a Miami.
A principios de este año se comienza finalmente a construir la Villa Panamericana y
otras instalaciones deportivas al nordeste de la Ciudad de la Habana, en las cercanías del
reparto Cojimar, aprovechando la rotonda de entrada hacia ese lugar. A la derecha aún
se desarrolla el reparto Bahía. Esta es la zona conocida por pocos como la Reserva de la
Ciudad y es una larga faja de unos cinco kilómetros de ancho y 96 de largo hasta la
entrada de la Ciudad de Matanzas. A mediados de la década del cincuenta fue creado un
proyecto de edificar grandes casinos de juego, hoteles y rascacielos de apartamentos en
una urbe que estaba ya generando más dinero que Las Vegas en Nevada. Este plan
nunca prosperó más allá de los primeros edificios debido a la toma del poder por Fidel
Castro Ruz y la retirada de los famosos y controversiales patrocinadores mafiosos.
Esta idea de construir la Villa Panamericana con su comedor gigante había comenzado a
tomar forma desde 1986 cuando se concedió a Cuba la organización de estos los más
viejos juegos deportivos regionales. Los jóvenes universitarios finalmente concibieron
una pequeña ciudad moderna donde los edificios se dispersarían en perfectas manzanas
cuadradas dispuestas a lo largo de una avenida central, donde se localizarían todos los
comercios y negocios.
Debido al ya muy corto tiempo para la ejecución de las obras y para la realización de las
tareas de edificación y todo lo demás, se crea el Contingente Blas Roca Calderío, a idea
de Fidel. Estos obreros, especialmente seleccionados entre los mejores y los más
comunistas, serian gente a toda prueba y laborarían de catorce a dieciséis horas diarias
en un solo turno. Como condescendencia especial, el Consejo de Estado les
proporcionaría una buena comida diaria y se les pagaría todas las horas laboradas con
un salario un poco mayor.
Este sería el mismo famoso Contingente quien va a cumplir la honrosa tarea de prestar
su nombre en el 94 para atacar a los disidentes espontáneos. Con esta institución que se
va a multiplicar por todo nuestro país, Fidel literalmente borra de un plumazo varias de
las conquistas del movimiento obrero mundial que tanto esfuerzo y vidas había costado,
como la jornada de ocho horas y salarios apropiados de acuerdo a la labor a realizar.
Este experimento inicial sería exitoso con la entrega en tiempo de la Villa Panamericana
para los Juegos. Debido a su éxito inicial, Fidel crearía algunos de estos cuerpos de
esclavitud laboral más adelante, con diversos fines propagandísticos, para sacar del
apuro obras y proyectos que se habían empantanado por mala administración, desvío de
recursos, y pocos deseos de trabajar de la gente en general. Vivimos bien. No hay
mucho de qué protestar.
1990. INICIO DEL FIN.
Cuba es una isla no muy pequeña incluida entre las veinte mayores del mundo. Está
situada en la misma latitud que el Desierto del Sahara y Hawái, entre otras muchas
curiosidades. Hoy ya cuenta con once millones de habitantes. Nuestro actual gobierno
tuvo la genial idea, apenas tomado el poder, de convertir todos los cuarteles en escuelas,
y siempre la educación ha sido gratuita. Esto ha acarreado consecuencias específicas en
cuanto al nivel educativo y de escolaridad en la mayoría de la población, por lo cual
entendemos bien los conceptos. El problema reside en que toda la información que se
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suministra nos llega dosificada, revisada, editada y seleccionada, para que no interfiera
o haga daño en la formación del hombre nuevo.
La dificultad se presenta cuando ese hombre nuevo comienza, por accidente o por
acceder a los avances tecnológicos, a encontrar otras realidades diferentes a las que
siempre le han contado. Puede que debido a esto el cubano sea muy crítico y se meta en
todo. Sabe siempre de qué se está hablando y todos somos directores de diversos
equipos de pelota.
Nos agrada vivir en esta geografía aunque protestamos de forma permanente sobre el
excesivo calor del verano, cuando casi nadie trabaja y todos nos vamos a las playas a
refrescar.
En este año se realiza otro de los congresos del Federación de Mujeres Cubanas (FMC)
y Fidel lo preside como es costumbre. De entre las muchas cosas que alude en su
intervención de clausura se refiere a la cercana crisis económica. Señala con el dedo a
varias mujeres bien ataviadas en las primeras lunetas y les alerta bromista que
conserven sus vestidos, pues van a llegar tiempos cuando no va a haber nada que
ponerse. Puede incluso que para el próximo Congreso del Partido tengan la necesidad
de utilizar las mimas prendas de vestir. Este anunciado próximo (5to) Congreso aún no
se realizaría más de 20 años después.
Esto parece otro de los usuales malos chistes del Comandante, siempre apercibido sobre
la cercanía el sexo femenino. Nadie puede captar verdaderamente en toda su
profundidad la enorme crisis que se avecina. Agorero Fidel. Nada de eso. Recuerden
como el hombre con el mapa de América en su frente, Gorbachov, había visitado el país
el año anterior y había alertado a nuestro Comandante a que esto se terminaba, pues la
Unión Soviética iba a colapsar en cualquier momento. Para eso trabajaba muy duro.
Hasta ese instante y desde los inicios de los sesenta, existen dos libretas de
abastecimiento, una para los alimentos y otra para los productos industriales. Los
cubanos debemos ir a principios de mes a las bodegas para comprar a muy módicos
precios los alimentos racionados de la llamada canasta básica; los cuales, con una
meticulosa planificación de la familia, pueden llegar a alcanzar para una comida al día
por todo el mes. También entregan algo de detergente, algo de aseo personal como un
jabón de cada tipo por persona marcas Batey y Nácar, un tubo de dentífrico Perla.
Todos aún con los mismos procesos tecnológicos de manufactura y las mismas
máquinas empleadas desde la década del cincuenta, las cuales se mantienen en actividad
gracias a la pericia y el deseo del cubano para que esto eche pa`lante.
Se pueden adquirir algunos cortes de tela de origen soviético, chino o cubano,
generalmente de buena calidad. Es famosa la marca cubana Yumurí para ropa de hombre
que a todos nos agrada. Las camisas de esos modelos habían ganado la marca estatal de
calidad con círculo.
Durante las pasadas décadas del setenta y el ochenta, las señoras de este país conocían
perfectamente cuál día del mes les correspondía comprar, pues no se podía ir a las
tiendas a libre decisión dentro de la semana. Para eso existían las bonitas y pequeñas
libretas de abastecimientos industriales con carácter muy personal.
Originalmente estas Libretas de Productos Industriales constituían pequeños librillos de
hojas gruesas con gran cantidad de cupones numerados, todos con una misma letra
capital impresa junto a un número como una marca de agua. Estos cupones eran
desprendidos por las dependientas de las tiendas y pegados a los vales de compra que se
almacenaban en dicho comercio para las futuras auditorías y controles. Un cupón
desprendido no tenía valor de compra. Por ejemplo: El grupo A2 compraba de tal fecha
a más cual. El B5 con otro calendario, y así continuaba por orden alfabético y solo cinco
o seis números grupales.
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La otra libreta que sustituyó décadas después al librito original, se trataba de una hoja
doblada en dos sobre ella, que determinaba o indicaba a la persona que pertenecía si era
hombre, mujer, niño, o niña. Contaba con tan solo unos treinta cupones y unos
cincuenta escaques con números para las compras menores, encasillados en la pequeña
portada bajo el nombre y los datos identificativos. Sobraba. Muchas personas utilizaban
erróneamente esta libreta como documento de identidad. El formato anterior probó ser
un innecesario gasto de papel ante la carencia de productos que comprar.
Este sistema de racionamiento generaba muchos chistes, pues por un mismo cupón
frecuentemente se vendían al mismo tiempo varias prendas imprescindibles como
calzoncillos o medias, blúmers o ajustadores. Estabas obligado a escoger qué ibas a
vestir ese año. O adquirías uno o lo otro. Si te veían con medias ya sabían qué otra parte
de la indumentaria no llevabas. Si te ponías ajustadores…Bueno.
Nuestra Lisandra es una muchacha de estatura media, aunque pequeña para la talla de
Luís. Nunca llega exactamente a ser rubia con un color de piel que en otras latitudes con
menos sol pudiera ser muy blanca. Es bonita. Vive en la vieja calle San Lázaro al frente
del otrora elegante Supermercado 1005. Su apartamento tiene pisos ondulados por el
mal estado general de la edificación, pero no hay nada que se pueda hacer. Cualquier
tipo de reparación estaría en manos del gobierno como propietario del inmueble. Esta es
la zona más deteriorada de la Ciudad. Todo el centro lo está.
Lisandra tiene unas condiciones de vida no tan mala, pues sus dos padres aún trabajan y
el salario en pesos alcanza para las más elementales necesidades como la comida y el
vestido. En la sala tiene un televisor soviético Krim 218 el cual todavía funciona con
tubos de vacío, aunque sueñan con comprar un Electrón ruso a colores. Tiene además
un refrigerador Minsk 10 y un muy buen radio Selena. Este receptor es uno de los
primeros en entrar al país con sintonía para Frecuencia Modulada la cual surge
alrededor de 1980.
Recientemente ella ha discutido con ambos padres y logrado un acuerdo razonable para
poder adquirir legalmente algunos artículos que solo se venden en las llamadas
Diplotiendas, localizadas en algunos lugares céntricos como en 5ta y 42, en Miramar. El
edificio Focsa y el Hotel Habana Libre. En estas tiendas se pueden comprar artículos de
marcas japonesas de calidad que no están al acceso de los cubanos regulares. También
se encuentra joyería, prendas de vestir de marcas reconocidas y hasta autos de paseo.
Por estas fechas el Gobierno ha establecido un novedoso sistema para cambiar oro,
plata, platino, joyas y artículos de gran valor estético e histórico en manos de la
población, por dinero en efectivo, o más bien certificados de divisas.
Lisandra hoy no va a encontrarse con Luís porque este se está recuperando del malestar
ocasionado por la pérdida de su trabajo por razones que nada tienen que ver con su
aptitud y su capacidad profesional, a lo cual encabronadamente llama una atroz
injusticia. Está molesto. Lisandra sabe que hay que dejarlo solo un rato hasta cuando
gaste todo su mal genio. Él no sabe nada de lo que intenta hacer Lisandra hoy, pues ha
sido un asunto de última hora y muy personal de ella. Los viejos le habían pedido
mantener la transacción en secreto.
Hasta a ella misma le parecía todo esto de una ingenuidad colombina, el cambio de
pepitas y figurillas de oro por brillantes cuentecillas de cristal y espejos que
obnubilaban a los cándidos indígenas, allá cuando llegó Colón. Los indígenas somos
nosotros. Los malandrines y engañosos peninsulares, el Gobierno.
Bajó de su apartamento con una jaba de lona apretujada contra su pecho. Se siente un
poco nerviosa con esta carga preciosa, pero nadie tiene por qué saberlo. Dentro del
morral lleva toda la riqueza de la familia, todo un gran juego de cubiertos de pura plata
peruana, propiedad de los Leyva desde hacía no se sabe cuánto. También pesaban varios
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Pesos Machos, enormes monedas de plata con valor facial de Un Peso, acuñados en
Cuba a principios del siglo 20, cuyo valor intrínseco será tal vez ahora unas diez mil
veces superior. Fueron nuestros primeros pesos republicanos junto a unas pequeñas
moneditas en puro oro de las cuales hace mucho tiempo ya no se ve ninguna. Llevaba
además armaduras de espejuelos en el metal dorado y algunos otros objetos de valor.
El padre se había mostrado un poco molesto por la idea, pues argumentaba que era
perder todo lo que poseía algún poco de valor duradero trocado por baratijas, pues
según sus cálculos, lo que se lograra con la venta apenas sería suficiente para comprar
un nuevo Lada 2107. Tal vez si tuvieran suerte.
Lisandra se había detenido en la acera frente a los cristales del supermercado 1005. Los
anaqueles aún se ven repletos de productos de todo tipo, en especial enlatados húngaros
y búlgaros, frascos de confituras y de productos del agro de gran aceptación por los
nacionales. Hacia el centro del local se levantaban varias pirámides de latas con
comestibles como ajíes rellenos de arroz con carne, judías con tocino y tomates,
estofados de cerdo y res, la famosa carne rusa Slava hervida en su jugo natural de
muchísima demanda. Por esta época se le venden a cada ciudadano adulto veinte latas
de leche condensada por persona a mes como parte de esta canasta básica. En el área de
la carnicería colgaban varias bandas de res de primera y segunda, según como tocara en
la novena. Los huevos se amontonaban a su lado. Los litros de leche de cristal se
apilaban altos en sus cajas plásticas, el queso, el yogurt natural y de sabores, el llamado
jamón de agua a seis pesos la libra, completa el espacio en la nevera encristalada de la
esquina. Aún se ve un adecuado abastecimiento, pensaba Lisandra mientras dejaba de
mirar al interior para apreciar mejor su reflejo en el cristal. Se siente bonita.
Le hizo señas a un taxi Chevrolet argentino de 1970 que se acercaba por su lado en
dirección a la Universidad. El incapturable extrañamente se detuvo y Lisandra decidió
utilizar las palabras mágicas para que el taxista accediera a llevarla
Le sonrió: “Te doy cinco pesos por encima de lo que marca el taxímetro si me llevas
hasta 5ta y 0 en Miramar.”
El taxista, un hombre con una edad cercana a la jubilación accedió, exagerando la
expresión de asombro en su rostro: “Esa es la Casa del Oro y la Plata. Sube. Tú sí
tienes dinero.”
Lisandra prefirió sentarse en el asiento de atrás y apenas cerró la puerta, el chofer
aceleraba colina arriba por San Lázaro hacia donde se alza majestuosa la escalinata de
La Universidad de La Habana.
“Por favor. No monte a nadie más.” Pidió ella.
“No te preocupes, mi china. Yo te protejo y te recojo después, si quieres.”
Lisandra le volvió a sonreír. El chofer parece una buena persona.
Frente a la sede de la Universidad de La Habana, toma derecha por frente al hotel
Colina por la calle L. Frente al hotel Habana Libre no se nota mucha cola para entrar en
las Diplotiendas. Los cristales del exterior están velados con cortinas que impiden a los
curiosos observar hacia adentro, por estar a la vista gran cantidad de productos de alta
calidad en una forma de empacar totalmente desconocida por los nacionales debido a su
colorido y atractivo. Puro consumismo. El chofer pasó frente a la heladería Coppelia
bajando por L para transitar luego por Línea, G, después Malecón hacia el oeste. El
viejo Chevy rueda bien.
Pasan por el túnel bajo el río Almendares y en la calle 2 se detienen al frente de una
residencia de estilo final de la década del treinta, Se destaca claramente un custodio en
la puerta de la alta y enorme cerca perimetral sin vista al interior. Esta puerta
obviamente viola las normas arquitectónicas de este reparto residencial otrora exclusivo.
“Ahí la tienes. Esa es la casa del Oro y La Plata. ¿Te espero?” Preguntó el taxista.
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“Sí.” Respondió Lisandra descendiendo del vehículo con su bolsa aún apretada al
pecho. El custodio que la observaba le hace pasar, indicándole sentarse en una de las
butacas del jardín y esperar por su turno. Aguarda tranquila.
Varias personas parecen observar desinteresadamente el bolso como tratando de
descubrir su contenido.
“Pase”.
Le toca a ella. Penetra en lo que debió ser la sala de una mansión de la alta burguesía
habanera de la primera mitad del siglo anterior. Hay varias mesas dispuestas con sillas
ocupadas a ambos lados por negociantes, y una sola con un espacio vacío y un negrito
al otro lado.
El joven se puso de pie y le señaló el asiento en el lado opuesto de la mesa. A Lisandra
le parece demasiado joven, tal vez unos veinticinco años, muy pocos para ser un tasador
experimentado y bueno. Veremos qué pasa.
Lisandra se sienta. El especialista de nombre Lázaro después presentarse le explica: “El
valor de lo que traiga se lo entregaremos en Certificados de Divisas tipo B, con los
cuales podrá ir a los comercios establecidos para adquirir los productos que desee sin
límites o racionamientos. Una vez aceptada y firmada la tasación por ambas partes y
entregado el dinero, el negocio es irreversible. ¿OK? A ver qué traes.”
El afrocubano especialista alista sus instrumentos mientras Lisandra extrae lo que tiene
dentro de la bolsa. Los comienza a colocar uno a uno sobre la mesa. El negrito
dicharachero y amable asiente aprobador con lo que ve. Cuando Lisandra concluye, él
comienza a hacer apreciaciones con la lupa y a catar la ley del oro o la plata con los
ácidos correspondientes. Anota las tallas, los pesos, datos incomprensibles. Al final
levanta la cabeza, suelta todo y emite un valor: “¡Ocho Mil!”
“¿Ocho mil qué?” Pregunta Lisandra medio sorprendida.
“Ocho mil chavitos o como se llaman, Certificados de Divisas tipo B.”
“¡Tan poco! ¿Y cuánto cuesta un carro?”
“Los autos son palabras mayores, nena. Más de diez mil.”
Ella se le quedó mirando un minuto y lentamente comenzó a devolverlo todo al saco.
Estaba molesta. El tasador le hizo otra oferta. “Ocho mil quinientos.”
“No, gracias. Esto debe valer el triple.”
“Estás confundiendo el valor sentimental con el específico de la pieza.”
“Tal vez, pero me siento como desnuda, tonta, y despojada. Como debe de haberse
sentido la india Naobi frente a los marinos de Colón. ¡No!”
Salió airada del local.
Otro moreno alto que se había parado en el dintel de una de las puertas y observaba la
operación, se acercó al especialista tasador para colocarle la diestra sobre el hombro.
“Lazarito. Aprestaste demasiado a la muchacha. Pudo haber sido un buen negocio.”
Dijo con suficiente volumen para que solo el aludido pudiera escuchar. “Estás
perdiendo dinero. No puedes pretender que todo el mundo sea tan incauto como para
poder quedarte con una buena tajada.”
Lazarito miró hacia arriba sonriente, dejando brillar sus dos colmillos de oro y
moviendo las pulseras del mismo metal en la muñeca izquierda. Lucía un reloj Seiko 6 a
la derecha.
“Imagínate, hermano. Hay que vivir.” Sonríe para la cámara, Francisco. “¡Hay que
luchar!”
Lisandra sale furiosa del lugar y se monta en el Chevy a la espera: “Devuélveme a
donde me recogiste, por favor.” Le dice a Tito.
“Ya veo que no cambiaste nada.” Le dijo. “Esa gente son unos ladrones. Y no crea que
son solo los tasadores. La fijación de los precios la hace el Gobierno y a mí me parece
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criminal. Casi todo a quien traigo sale descontento como tú. Unos cambian y otros no.
Depende de la presión en casa. Tú vas a volver.”
“No lo creo.” Lisandra observa contrariada el mar mientras se mueven rápido por la
avenida Malecón rumbo hacia el centro de La Habana. Continúa apretando su bolsa de
objetos contra el pecho, quizás un poco exageradamente.
Luís vive con sus padres en un apartamento cerca del Parque de la Fraternidad. Ha
vuelto a casa hace un par de años cuando su anterior esposa le echó por motivos que
todavía no están muy claros, o él mismo se fue, ya no recuerda bien nada, pero un día
llegaron a la Unidad tres oficiales de la Contrainteligencia Militar y a nombre del
Partido le informaron que su media naranja, cuando él no estaba, se paseaba por el
barrio con media nalga al aire, vistiendo las prendas conocidas popularmente como
Calienticos. Le dijeron que ya ella había tenido algunos altercados con vecinas
preocupadas por la seguridad de sus maridos, o con algunos maridos preocupados por la
fidelidad de sus esposas, ya no se acordaba bien por el tumulto que estas revelaciones le
habían causado en su cabeza.
Luís había salido de la Unidad y había ido directo a su casa. Al llegar se encontró a su
media naranja muy decorosamente ataviada y en su espera. Solo atinó a decirle:
“¡Puta!”
Ella no le entendió mucho, pero no quiso preguntar demasiado por la ira contenida que
notaba en los ojos de Luís, quien se fue directo a su habitación. Después de media hora
de tirar trastos con la puerta cerrada, salió con un morral grande y bien cargado al
hombro.
“¿Te vas?” Inquirió ella extrañada. “Pues si sales por esa puerta, no vuelvas más.”
Luís no dijo nada y cerró la puerta tras de sí de un tirón. No iba a volver por más que le
gustaran las sorpresas y las mujeres locas.
Estaba pasando unas vacaciones forzosas y aburridas que algunas personas llaman
desempleo. El Coronel mulato quien debía ofrecerle algunas posibilidades de empleo y
propuestas de reubicaciones en sectores de la vida civil, donde encontraría un salario
más o menos acorde con los trescientos cincuenta pesos mensuales que obtenía del
Minint, según le habían dicho, nunca le recibió en su oficina custodiada. El oficial de
guardia le respondía que el Jefe no lo conocía y sencillamente le colgaba el teléfono.
Trescientos pesos es lo que devenga un médico más o menos en esta época y se vive
generalmente bien con esto. El peso tiene aún un alto valor adquisitivo. Se podía vivir,
aunque sin lujos, claro está. Luís necesitaba ya un salario, pero sabía que solo y sin una
buena ayuda, no iba a encontrar un buen trabajo, y le iba a costar llegar a la cifra que
pretendía para no tener que hacer recortes en sus gastos personales.
Actualmente su madre tiene una amiga cuyo hijo trabaja como gerente en una firma de
ferretería, la cual abastece de artículos de este tipo a las empresas cubanas, productos
adquiridos en la Zona Franca del Canal de Panamá. El Gobierno Panameño, bajo la
dirección del General Noriega, tiene muy buenas relaciones con La Habana.
Su señora madre de alguna forma logra hablar con el gerente de la firma para que le
resuelva empleo a Luís. El Señor había respondido que vería, que Luís fuera a su oficina
sita en Calle 20 entre 5ta y 3ra, Miramar, cualquier día después de las nueve de la
mañana.
Luís fue. Fue muchas veces hasta cuando logró chocar literalmente con el señor gerente
mientras éste ingresaba a la casona que hacía de sede a la firma ACE Internacional. El
hombre le miró unos instantes con perplejidad hasta cuando pareció acordarse.
“¡Coño, Luís! ¿Y ese milagro tú por aquí?
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“Nada. Pasaba cerca por casualidad y vine a verlo por la oferta de empleo.”
“¡Ah! Pasa, chico, pasa.”
El gerente dirigió a Luís por un corto pasillo hasta una pequeña y bien acomodada
oficina.
“Tu madre me ha hablado muy bien de ti y me pidió que te resolviera algo que hacer,
pero mira esto.” El gerente le enseñaba un documento oficial del Ministerio del
Interior. Luís leyó brevemente donde creyó encontrar la esencia. Decía: Los
desmovilizados del Minint no podrán ser contratados para trabajar en corporaciones o
firmas de capital extranjero o mixto según decreto…
“Ya veo.”
“Y eso no es todo. Ahora si la cosa se ha puesto mala. Toma ese periódico y lee.”
Luís no había tenido tiempo de escuchar o ver las noticias de la mañana. La portada del
Granma le impactó: INVASIÓN NORTEAMERICANA A PANAMÁ. APRESADO EL
PRESIDENTE NORIEGA POR LAS TROPAS YANQUIS. TRASLADADO A LOS
EE.UU.
“¡Vaya! ¡Ahora sí parece que esto se jodió!
“Exactamente. Ahora llega un momento cuando tenemos que estar con los ojos muy
abiertos y no podemos hacer ningún movimiento. Me vas a disculpar. Yo te aviso
cuando haya alguna oportunidad”
“Ahora los gringos, dueños de Panamá, nos van a cortar el agua y la luz y se nos van a
acabar las compras allí. Noriega nos estaba facilitando mucho las cosas.”
(Este Señor Presidente Noriega va a estar preso hasta el 2017 en cárceles
norteamericanas por cargos comprobados de tráfico de drogas y lavado de dinero.
Dieciocho años después va a salir solo para ser extraditado a Francia, para el
enfrentamiento de otras causas del mismo tipo de delito. La comunidad internacional
había comenzado entonces a temer por el cumplimiento del Tratado Torrijos Cárter de
1976 para el traspaso del canal a manos panameñas. Temores infundados.)
Luís puso cara de desencanto. En este lugar hubiese podido ganar un poco más de
dinero, en especial los deseados chavitos, o los famosos certificados de divisa.
“Tú no te preocupes. Yo te voy a conectar con un amigo mío quien te va a resolver en
una nueva empresita ahí que se está creando en la zona de Siboney. No tiene que ver
nada con Panamá. Es del Ministerio del Transporte.” Le dijo el gerente. “Espérame en
el lobby que te voy a mandar a confeccionar una carta de presentación para que te
atiendan bien.”
“OK.”
Ese mismo día Luís se fue hasta la dirección que le había anotado el hijo de la amiga de
su mamá. Esta vez el nuevo gerente de la flamante empresa le atendió de inmediato.
“Así que eres amigo de Demetrio. Ese es mi hermano, sabes.” Le dijo el hombre con
familiaridad, ya sentados en su oficina. “Te voy a enviar a la calle Indio número 5 en
Centro Habana. Ahí está el Departamento de Inspección de Ómnibus Ruteros y me vas
a ayudar a organizar aquello.”
La idea la pareció buena a Luís, pues este Departamento estaba a solo unas cuadras de
su casa y ya el transporte público comenzaba a ponerse malo por la creciente falta de
piezas de repuesto para los famosos ómnibus Ikarus.
Allá en la calle Indio, el jefe lo puso de segundo al mando y le asignaron un auto Lada
2101 con matrícula azul que había sido taxi. También le planificaban 270 litros de
gasolina al mes para que se moviera por la Ciudad. A Luís le pareció un poco exagerado
esta cantidad de combustible, pero asombrosamente había llegado al sorprendente
mundo de los “Cuadros”, calificativo para las personas de confianza dentro de la
nomenclatura del Partido Comunista. Le estaban ya confeccionando un expediente
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como tal. Luís se dispuso a aprender sobre transporte, algo en lo que no había pensado
mucho. Ómnibus Ruteros: una alternativa a mitad entre los taxis y las guaguas.
Costarían cuarenta centavos y no trabajan de madrugada. Se habían creado cinco bases
en los extremos de la Ciudad e inicialmente se utilizarían carros de fabricación cubana
marca Girón VI, con motores V8 de gasolina GAZ 66. Alguna vez anteriormente este
sistema funcionó y se les llamó Aspirinas o Cuarentiñas debido al precio y a un famoso
bandido de una telenovela del momento.
¿Qué es un Cuadro? Aparte de lo que cuelga en la pared, Cuadro es una persona que se
elige para cargos de dirección, para lo cual el Partido y los demás jefes superiores
realizan una rigurosa evaluación de las condiciones y características de la persona
proyecto. Esta persona agraciada con esta nomenclatura laboral-partidista es
expedientada y se le llenan varios formularios con datos sobre su vida personal y actitud
patriótica. Es finalmente designado o rechazado.
Este señor Cuadro, entre otros beneficios, debido a su probada lealtad no puede ser
destinado a tareas de inferior categoría para las que ha sido seleccionado, y siempre
debe garantizársele posiciones de dirigencia o jefatura. Tal vez debido a esto los
cubanos dicen jocosamente y con mucho tino que los jefes en nuestro país solo se caen
para el lado o hacia arriba, en referencia a cuando cometen graves errores no van con el
pico y con la pala, sino hacia otra oficina, muchas veces mejor.
En casa de Aparicio se ha comentado alguna vez anterior sobre los graduales
desabastecimientos que ya comienzan a notarse. Es alarmante como las tiendas se van
quedando sin productos que ofrecer y la libreta de abastecimientos no garantiza nada,
así como la de productos industriales ya no tiene día determinado, o si alguien llega a
enterarse de que sí lo tiene, no hay tampoco nada para comprar. Comienza a acumularse
gran cantidad de billetes inservibles en los bolsillos de los nacionales.
Fico está pasando un corto curso para formar gerentes para el turismo, y tiene que
trasladarse diariamente desde la Habana Vieja hasta la sede de la Escuela Superior del
Partido Ñico López en Jaimanitas, bien al oeste de la Ciudad. Está sintiendo en carne
propia cómo el transporte público se va quedando sin carros. Los choferes se quejan del
mal estado de los neumáticos, la carencia de baterías y todo tipo de piezas de repuesto.
Los húngaros han matado el tirano Chauchesco y a su esposa durante una revuelta
popular y los nuevos dirigentes ahora dicen que no envían un tornillo más a la
comunista Isla del Caribe.
Dice Cartalla: “Los cambios dentro del campo socialista se están sucediendo rápido. Ya
ha caído Bulgaria, Rumania, Hungría. Alemania ha sido la primera en integrarse con
la famosa caída del Muro de Berlín el año pasado. Este evento marcó un punto de
viraje en la historia de los humanos.”
Aparicio: “Recuerden que la primera nación que comenzó los cambios fue Polonia,
cuando el señor Lech Walesa organizó un sindicato paralelo portuario llamado
Solidaridad. Este de cierta forma fue cobrando espacio, pues se ocupaba de todas las
carencias y cortedades del oficialismo para con sus ciudadanos, llenando las
expectativas de las personas comunes para las cuales el gobierno comunista era solo
un nombre allá en la Capital, que muy poco hacía por ellos. En aquel momento surgían
también a Perestroika y el Glasnost de Gorbachov.”
Cartalla: “Es cierto, pero esto no fue más que la culminación de todo un proceso que
desde hacía mucho socavaba los cimientos del socialismo europeo. Se apreciaba una
hipocresía política muy notoria, y había presiones de todo tipo para mantener a los
ciudadanos tranquilos a la fuerza. Siempre el lado capitalista tuvo mucho más que
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ofrecer que el lado del este, a pesar del enorme sistema de propaganda que trataba de
hacer parecer el sistema socialista como mejor, cuando los resultados en la práctica no
decían eso.”
Fico: “Es difícil creer que esto es mejor porque tienes un plátano cuando miras al
frente y ves que el de allá tiene tres o posibilidades de tenerlos.”
Aparicio: “Pero nosotros hemos vivido bastante bien. Esta década del ochenta ha sido
con mucho la mejor para los cubanos. Las tiendas han estado abastecidas y yo voy
semanalmente a SEARS a comprar mi facturita.”
Luís: “Pues yo que ahora me estoy moviendo en mi Lada de nueva adquisición por toda
la Ciudad, te digo que los comercios están quedándose vacíos. Nos hemos habituados a
lo que el Campo Socialista nos daba y no desarrollamos ninguna de las principales
industrias que ahora produzcan nada importante, ni hemos logrado nada destacable en
tecnología. Volvimos a lo que tanto criticamos de los gobiernos anteriores: El
monocultivo azucarero.”
Cartalla: “Fidel ha llamado a este tiempo Período Especial y dice que la cosa se va a
poner peor de lo que nunca ha estado.”
Aparicio: “Bueno, veremos hasta cuándo significa peor. ¿Por qué no has traído a
Lisandra, Luís?”
“Lisandra se está recuperando hoy del mal genio que le provocó el intento de estafa en
la Casa del Oro y la Plata. Dice que pretendían darle una bagatela por un montón de
objetos de mucho valor.”
Aparicio: “Muchas son ya las personas que están yendo allí con la intención de vender
cualquier cosa con lo que obtener algunos chavitos solo para comprar comida.”
Fico: “Sí, algunas personas han comenzado a confrontar problemas por la falta de
cosas, en especial alimentos.”
Todos se quedan algunos minutos reflexionando en silencio sobre el tema. La mujer de
Aparicio sacó la cabeza desde la cocina. “Chino, hace falta que salgas a buscar
luzbrillante para cocinar hoy, pues no hay gas de la calle. También hace falta que
destupas el fogón PIKE, tal vez le cambies las mayas, pues está tiznando mucho.”
“¡Ñoo! ¿Y todo eso lo tengo que hacer yo?”
Protestó Aparicio. Reparar el PIKE es lo de menos, pues ya lo he hecho un millón de
veces. Aparicio recuerda no con mucho agrado las semanas que trabajó en la fábrica
Estrella Roja, donde los producen, para acumular piezas de repuesto que se vendían a
buen precio por su alta demanda. Este tipo de combustible, mejor conocido como
kerosén, es hasta el momento el más empleado en la Ciudad de la Habana y tiene un alto
número de accidentes y muertos por quemaduras graves, pues se coloca el tanque a un
metro encima de la llama. Algunos otros fogones utilizaban tanques presurizados y
quemadores chinos con precalentamiento con alcohol. Estos son peores por las
explosiones que provocan de cuando en cuando, si existe un escape indetectado. Los
combustibles derivados del petróleo son difíciles de conseguir y se entregan
racionamientos mensuales apenas suficientes para cocinar una vez al día.
Muchas personas como Luís aún continúan creyendo en el Sistema Fidelista, tal vez ya
no tanto como en los inicios de la década del sesenta cuando Fidel fue el cambio
anhelado por la inmensa mayoría. Positivismo este que se extendió hasta finales de la
década del setenta cuando la Revolución dejaba de revolucionar nada para convertirse
en un régimen ultra conservador de sus logros; generando y empleando para estos fines
un sistema de propaganda difundido a través de todos los medios ya de propiedad
estatal, según las expropiaciones tempranas, con la intención de crear una conciencia
nacional encaminada a que todos los cubanos fuésemos fervientes seguidores del
sistema Socialista o algo parecido. Sistema de control de las masas, de creación de
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opiniones en las masas, dirigido a sustentar la aceptación automática en las mentes, del
actual régimen político generalizado. Sistema que se ha debatido en constantes
bandazos de un lado a otro persiguiendo diversos conceptos, a veces excluyentes y
antagónicos, en este mar encrespado del mundo socialista que viaja rápidamente al
capitalista, para beneplácito de algunos y escándalo de otros.
Lisandra ya es una abogada quien trabaja como asesora comercial en una empresa
mercantil, pero en Cuba los abogados tienen poco que hacer y allí se encuentra algo
desanimada con esta selección que hizo años atrás de su carrera. Con sus notas habría
alcanzado cualquier otra opción más dinámica, como arquitecta o ingeniera.
El supermercado 1005 de al frente de su casa ha ido perdiendo sus lomas de latas y la
carnicería ya ha perdido por completo todo el suministro de cárnicos frescos nacionales.
También han desaparecido la merluza, el pargo o la cherna, el bacalao, para ser
sustituidos por el pésimo jurel de pequeño tamaño, carne negra y muchas espinas, que
no encuentra mercado en casi ninguna parte. Los buques de otrora flamante flota
pesquera, que alguna vez formó la orgullosa flota de la Columna Juvenil del Mar,
comienzan a amontonarse en los muelles al fondo de la bahía, debido a la edad, a la
falta de combustible, y al impago del mantenimiento en los puertos extranjeros donde
solían hacerlo habitualmente.
Estos barcos fábricas realmente casi nunca traían su carga de alta calidad a Cuba, sino
que iban directamente a las ciudades portuarias europeas, donde se descarga el producto
ya congelado, y con el saldo adquiríamos jurel enlatado en Chile para el consumo de la
población cubana que se lo merecía.
Comienzan los apagones eléctricos en todo el país que durarían hasta el 2005, aunque se
privilegia un poco la capital, por la elevada concentración de personas y edificios altos
que requieren del servicio ininterrumpido.
Fico tiene un amigo quien vive en uno de los apartamentos del piso 22 en uno de los dos
edificios de la Esquina de Tejas. Éste se lamenta de que ya comienza a verse afectado
al tener que subir las escaleras varias veces al día por no estar funcionando el ascensor
ante la constante falta de energía. Hay pueblos en el campo donde el apagón tiene 24
horas consecutivas sin misericordia.
Luís está un poco preocupado, pues de los noventa ómnibus Girón VI que le han dado a
la base de San Agustín, solo se mantienen circulando menos de diez. El resto descansa
donde los choferes llaman El Tanque. Lugar donde se acomodan los vehículos que no
tienen reparación inmediata por falta de piezas. A Luís le parece un poco raro que la
base continúe consumiendo tanto combustible como cuando tiene a toda la flota
trabajando, pero le han aconsejado que no pregunte mucho para no crear problemas
innecesarios y hacerle en juego al enemigo. Estamos ya indiscutiblemente dentro de una
gran crisis nacional.
En Miami y en donde quiera que viva un excubano forzado a emigrar en busca de
nuevos y más acogedores horizontes, se comienza a desarrollar la fiesta de los augurios,
mientras algunos ilusos comienzan a preparar maletas porque Castro no va a aguantar la
caída del Campo Socialista como su único sostenedor y financiero. Cuba se verá forzada
a cambiar definitivamente de un momento a otro.
Continúa disminuyendo el transporte por todo tipo de vehículo y finalmente nunca se
llega a construir el Metro de La Habana. En las rutas de la Ciudad se va notando la
carencia de transporte día a día. Todo se va lentamente deteniendo. Nadie da ninguna
orden, pero comienza a aparecer el silencio en todas las obras constructivas del país. En
los puertos como en la bahía de La Habana se van retirando los barcos para no ser
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repuestos por otros, como sucedía cuando la lanchita de regla tenía que ir haciendo
zigzag por entre los enormes bloques de acero flotantes, para poder llegar al otro lado
con su pequeña carga de pasajeros ultramarinos. El tren de Hershey continúa trabajando
solo cuando no le cortan la electricidad.
Ya comienza a escucharse en los medios del gobierno el programado recorte de
personal en los departamentos menos necesarios de las empresas o ministerios, y en
algunas fábricas se ordena el cierre total por falta de materias primas. Muchos
trabajadores son enviados a sus casas con parte del salario hasta por seis meses en
espera de una futura reubicación que nunca va a llegar. Arriba con cierto retraso a la
Cuba Socialista el maremoto del desastre por la desaparición de un Sistema
Sociopolítico y la desesperación interna oficial por mantenerlo con vida en nuestro país
ya sin soporte financiero.
Es cuestión de tiempo que esto se caiga. Creen muchos. Algunas personas muy
comprometidas con el Sistema comienzan a ponerse nerviosas por encontrar un lugar
dónde escapar si las cosas se ponen feas. No parece haber muchos por encontrar.
Luís realiza sus recorridos habituales en los controles de trabajo a los inspectores. Puede
ver a las personas aglomeradas en las paradas de los ómnibus, ansiosas oteando en la
distancia para tratar de avizorar la salvación con ruedas que no llega. El servicio se
torna cada vez más errático y los conductores de los carros atestados no se detienen en
las paradas, con el consiguiente alboroto y protesta de los afectados. La Ciudad y todo
el país van cayendo en el caos y el desastre total. El desorden impera en todas partes.
Irrumpe la violencia en la vida tranquila de los cubanos atizada por las carencias.
Aumentan los robos y los asaltos por baratijas, mientras los pocos policías que se
atreven a deambular por las calles, tratan de meterse en la menor cantidad de problemas
posibles, pues nadie sabe cómo va a terminar todo este cuento. Ha llegado la
pronosticada guerra donde no se va a disparar un tiro, pero se va a sentir lo mismo en el
estómago.
Por estos días y debido a la aguda carencia de alimentos el gobierno crea algunos
dispendios donde se venderán hamburguesas muy parecidas a las Mac Donald
americanas. Llevan un buen pan redondo con ajonjolí incorporado encima, pero la
demanda va a ser tan grande que no se ofertarán por la libre sino que los CDR
entregarán turnos a las familias de forma rotativa para que puedan asistir a estos lugares
y adquirir algunos de estos suculentos ejemplares para varios días. De todas formas,
como se imaginarán, este sistema con tan poco control generará varios tipos de
corrupción para beneficio de los más fieles seguidores del sistema. Nada nuevo.
1991. SE PROFUDIZA LA CRISIS. FICO BUZO AMATEUR.
Fico es largo, flaco y calvo como una rana. Con sus paletas de goma, careta, tanque, y
todos los aditamentos del buzo aprendiz lleva algún tiempo perfeccionando su técnica
de pesca deportiva, aunque tal vez no tan deportiva, porque solo selecciona peces
grandes y jugosos, los cuales por la tarde estarán asados sobre su mesa en la cocina del
apartamento que le han asignado en el reparto residencial Santa Marta, justo a la salida
de la Península de Hicacos. Esta es una de las viviendas construidas por el famoso
sistema Sandino, un diseño cubano y barato conocido por malo, pues sus paredes y
pisos son prefabricados muy mal terminados. Pertenecen al centro laboral que les
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emplea. Resides en ellos mientras tengas el puesto. Si lo pierdes o lo abandonas, tienes
que dejarlo libre para el próximo inquilino que será contratado en tu lugar.
A Fico no le agrada mucho, pues está situado en un rincón olvidado del pueblo donde
existen varios de estos monumentos al mal diseño y la peor construcción. Son
desagradables a la vista por su forma y por su falta de pintura.
Está allí pues le han nombrado subgerente de Marina Aqua, una de las tres de Varadero,
lugar donde atracan los botes de recreo de todo tipo en busca de abastecimientos u otros
servicios. Fico está allí a prueba, después de concluir la escuela en la Ñico López.
Durante el curso no le fue nada mal y es por eso que está aquí y cuenta con algunos
privilegios como el de tomar, algunas mañanas con suerte, uno de los botes de paseo
propiedad de la Marina que no tenga asignado servicios ese día, e irse a pescar con un
colega o dos.
Los equipos de buceo son también de la Marina. Ha sido siempre uno de sus deportes
favoritos. Ama ese mundo de silencio donde se puede desplazar como en la ingravidez,
mientras disfruta de las cálidas aguas de esta zona, a pesar de los tiburones de todos los
colores que abundan, aunque Fico nunca los ha amenazado. Dice.
Hoy está cerca de la Bahía de Matanzas, abierta y profunda, la cual permite el paso de
grandes buques que nunca llegaron a venir, pues los soviéticos apenas acababan de
construir su base de supertanqueros, desaparecen sin dejar rastro.
Al final se ve la lejana Ciudad del mismo nombre, pequeña y en forma de herradura,
coronada por el estadio de béisbol más viejo de Cuba, el Palmar del Junco, mostrando
sus luces como almenas apagadas.
Hoy le acompañan dos colegas quienes como él llegaron nuevos del curso. Uno es el
gerente nocturno a quien también le encanta el pescado. Fico lleva meses en la secreta
búsqueda de un tesoro que debe de estar por alguna de estas pequeñas ensenadas, entre
la entrada a esta bahía y la península de Varadero.
En la escuela para gerentes pudo ver y leer un mapa donde se puntualizaban naufragios
en la zona y fueron muchos, en particular uno que iba cargado de oro y plata hacia el
puerto español de Cádiz, pero que un huracán de entonces lo lanzó hacia los arrecifes de
la costa inmisericorde, y aún debe de estar ahí intocado, pero Fico lo va a descubrir.
Esto por supuesto que es un secreto solo de él, pues si lo confiesa, sabe que va a tener
mucha competencia en los cientos de pescadores quienes deambulan por esta zona en
busca de cualquier cosa que atrapar, en especial langostas y quelonios, ambos
totalmente prohibidos, pero exquisitos, en especial los quelonios, los cuales dan una
carne roja que se parece mucho a la res. Salen unos bistecs fantásticos.
Las aguas aquí, como en todos los alrededores de la Isla, son extremadamente
transparentes y carentes de polución, a pesar de los cercanos pozos de petróleo,
localizados por esta zona de la orilla en tierra firme que apenas trabajan.
Lo cálido del ambiente marino garantiza una gran diversidad de vida y los fondos son
generalmente arenosos cerca de la costa con una visibilidad perfecta.
De todas formas Fico conoce que el pecio con más de cuatrocientos años no va a estar
esperando por él como un anuncio publicitario, pues en aquel entonces los barcos se
hacían con madera y sin motor, por lo que los restos del naufragio eran borrados por el
mar con relativa facilidad y rapidez. Solo quedaría visible tal vez algún cañón, o un
ancla, algo de metal lo suficiente grueso como para que la corrosión no la hubiese
acabado.
La madera recipiente del oro y la plata tampoco existiría, pero las monedas o los trozos
de metales preciosos se aguantan inalterables a la espera de que alguien los encuentre.
¿Por qué no Fico? Con tratar no se pierde nada, se gana en peces para la comida de casa
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y hasta la de los vecinos, que bien mala se está poniendo la cosa con el abastecimiento
en el Período Especial.
A su derecha dentro del agua ve al gerente nocturno. Un señor de unos treinta y seis
años de edad a quien Fico le tiene estima por ser un tipo sencillo. Adelante su otro
colega de curso, joven y medio alocado, como él también de práctica-prueba.
Los tres portan pistolas neumáticas, las cuales son recargadas con los tanques de aire
comprimido que llevan a la espalda. Esto reduce el tiempo de buceo, pero en el bote
anclado flotando en la superficie plateada hay decenas de otros balones listos para el
uso.
El bote se balancea arriba en el día claro. Está vacío y esto es un peligro a pesar de la
bandera roja de buzos abajo, porque cualquiera se las puede dejar en la uña. Cortan el
ancla y se van directo a La Florida en menos de lo que los guardacostas pestañean.
Están más o menos a una milla náutica de la costa y Fico ve venir el problema.
Su colega de curso levanta el arma neumática para apuntar a una enorme cherna que
hace galas de valentía curiosa, y exhibe en la cola el lunar identificativo como una
marca estatal de calidad sin círculo.
Lo que no ve su amigo el gerente nocturno, quien viene saliendo desde detrás de un
promontorio de coral, es el arpón largo y brillante que sale con un siseo raro arrastrando
el leve cable de protección, mientras suben gran cantidad de burbujas desde la punta del
cañón de la pistola, después de haber escapado el proyectil.
Escucho el golpe fuerte y sordo contra algo duro que no es pescado y me horrorizo. Mi
colega suelta el arma, mientras botando aire a borbotones por la boca y la válvula del
tanque grita algo mientras sube desesperado a la superficie.
Cuando se aclara un poco el agua, veo un poco más allá al gerente nocturno
zarandeándose la cabeza con el arpón de acero atravesándosela. Hay muy poca sangre
en el agua.
Nado lo más rápido que puedo hasta él y lo veo con los ojos abiertos muy grandes, pero
totalmente consciente sin soltar su boquilla. Le hago señas de que subamos y
comenzamos a hacerlo, siempre yo observándolo desde atrás para no asustarlo, como yo
lo estoy.
El arpón ha penetrado justo por encima de la oreja derecha y ha salido a unos cinco
centímetros por encima de la izquierda, quedando exactamente a mitad de camino.
Llegando nosotros a la superficie, ya el otro colega se había vuelto a lanzar al agua,
repuesto del susto inicial y deseando ayudar, aunque se había despojado de todos los
aparatos.
Subimos al bote por la plataforma trasera dispuesta a nivel del agua y sentamos al
gerente en una de las bancas. Está vivo y claro, lo cual me asusta. Habla:
“¡Coño! Lo único que sentí fue un fuerte golpe y no me percaté qué había sucedido
hasta cuando me toqué la cabeza y sentí el acero, pero está bien duro ahí.”
El gerente nocturno habla como si fuera un mal chiste. Parece que no le duele nada.
“Quédate tranquilo ahí que vamos a buscar auxilio rápido.” Digo mientras conmino
con la mirada al otro para que lo asista y le ayude a acomodarse. Realmente no ha sido
toda su culpa. No es momento de juicios. Es solo un accidente porque nunca se siguen
bien las reglas. Se nota la urgencia en el ambiente.
Ancla arriba y al timón a toda velocidad, llamo a la base y al guardacostas para informar
del accidente y para que tengan una ambulancia esperando en el muelle cuando
lleguemos. Tiene que ser un equipo con cuidados intensivos. Trato de decir lo suficiente
en voz baja para no alarmar al gerente, quien aún continúa sentado y sin mucha sangre
en la cara. Demoraremos media hora. Estoy asustado. Estamos asustados, según la
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expresión del otro colega. No logro entender cómo este hombre con un arpón de casi un
metro de largo atravesándole la cabeza, aún está vivo, y habla, y se mueve como si fuera
una de esas películas malas, ¡Por Dios que angustia!
Llegaremos en media hora. Piensa optimista y ansioso.
El bote es rápido y el mar está afortunadamente tranquilo. A cada instante Fico mira
atrás para ver a los dos hombres conversando y un hilillo de sangre que le baja al
gerente por detrás de las dos orejas. Fico está seguro de que se va a morir, pues nadie se
salva de un disparo en la cabeza.
Estaba equivocado. Ese año fueron dos los accidentes consecutivos de este tipo con
arpones de pesca perforando la cabeza de un ser humano, quienes extrañamente
sobrevivían después de ser intervenidos quirúrgicamente en el Hospital Naval de La
Habana al Este de la Capital. El gerente nocturno en unas semanas volvió a su puesto de
trabajo, mientras el pelo comenzaba a ocultar las pequeñas cicatrices. No parecía tener
secuelas.
Tampoco Fico nunca llegaría a encontrar su pecio cargado de oro y plata, pues ya lo
había hecho la compañía Carisub un par de años atrás. Agencia oficial en estos
menesteres, donde los buzos profesionales se quedan secretamente con todo lo que
podían disimular debajo de sus preparados trajes isotérmicos. Otro de los muchos
métodos de luchar y olvidar un poco el miedo a lo que pueda pasar en la azarosa
exploración marina. También dentro del mar los cubanos pelean por su subsistencia día
a día.
En este año comienzan a sentirse con mayor rigor los cortes eléctricos en toda la Isla.
Primero aparecen en forma tímida por solo un par de horas, pero terminan por
extenderse definitivamente ante la carencia de combustible y el deterioro de las plantas
eléctricas. El déficit de generación va en aumento y el gobierno decide comenzar a
planificarlos centralizadamente. Cada día salen publicados en los dos únicos periódicos
de tirada nacional el horario de programación de los apagones. Vienen en la segunda
página en un rinconcito abajo. Resulta incluso gracioso, si no fuéramos los afectados,
ver como en nuestra casa no va a ver electricidad de 6 AM a 12 meridiano, o desde el
mediodía hasta medianoche. Se supone que por la madrugada no ocurran apagones,
aunque también se van a producir algunos, pues en vez de volver la luz a medianoche,
continuaba la oscuridad hasta bien entrada la madrugada. No se puede dormir en este
país sin un ventilador al menos, en especial durante las noches de nuestro largo verano.
Los equipos acondicionadores de aire son muy escasos, no se venden en ninguna parte.
Abundan los mosquitos.
Durante los cortes eléctricos no funciona nada, las fábricas se quedaban sin energía para
producir, pero los empleados debían mantenerse en sus puestos por si acaso ocurría el
milagro de hacerse la luz.
Las panaderías no funcionan, por lo que escasea el pan, siempre de muy mala calidad
debido al robo de sus componentes por los panaderos, y la poca observancia de las
normas técnicas. Son ochenta gramos de ración diaria por persona y no hay más. Casi
no existen en el país las pequeñas plantas generadoras de electricidad para viviendas
individuales.
No circula el poco transporte de alta por el no funcionamiento de las bombas de
combustible en las dispensadoras ante la falta de energía eléctrica. Solo se transmite
televisión entre las seis de la tarde y medianoche, por lo cual la radio pasa a ser el medio
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más importante para la difusión de las noticias. No se le pueden poner baterías a los
televisores. También escasean ambos artículos.
La situación alimentaria interna se deterioraba rápidamente ante el colapso de las
producciones locales de todo tipo por la falta de avituallamientos, o la desaparición de
productos como el pienso para las gallinas y las vacas, etc.
Esto se ve ya claramente en los comercios destinados a la población. Las tiendas de los
mercados paralelos sin racionamientos como la enorme otrora SEARS cierran sus
puertas una tras otra ante la inexistencia de abastecimientos. Los empleados van para
sus correspondientes casas con tres meses de salario como máximo a disfrutar del ya
bien establecido Período Especial.
Luís aún consigue algo aquí y allá al estarse moviendo constantemente por toda la
ciudad. A veces solo encontraba un poco de croquetas hechas de no sabía qué, o una col
para rellenar el estómago. La col tiene un espacio especial dentro de estos años, pues
junto al jugo de toronja puro que se vendía en las cafeterías, muchas veces es lo único
que se encuentra para llevar a la mesa.
Uno de los problemas fundamentales que afecta el casi inexistente transporte es la
carencia de combustible y piezas de repuesto. Luís se escapa todas los fines de semana
acompañado de Lisandra en el Lada de la empresa, al sur de la Ciudad, al campo, a
tratar de comprar directo de los campesinos cualquier cosa que se pueda comer. Estos
productores agropecuarios comienzan a rechazar el dinero en efectivo y piden ahora
artículos como botas de trabajo, ropa, etc., lo cual nos hace volver forzosamente a la
elemental forma de trueque como se hacía en la comunidad primitiva. El dinero o peso
cubano comienza a perder aceleradamente su valor que va a sobrepasar los 150 pesos un
dólar. Recuérdese que el salario medio de 125 pesos mensuales. Entonces un obrero
estaría laborando todo el mes por menos de un dólar en esta primera mitad de los
noventa.
Para los habitantes del campo se hacía mucho más valiosos un buen par de botas o un
juego de pantalones vaqueros, jeans; ropa interior, guantes, etc., cualquier artículo que
se pudiera emplear en el las duras tareas agrícolas, que papel sin real valor de compra.
Una característica curiosa que dura hasta los finales de la primera década del tercer
milenio, es que para un observador desconocedor, todos los campesinos que se
encuentra laborando con sus bueyes en el arado de la tierra o en otras faenas, parecen
pertenecer al ejército al estar vestidos de verde, aunque con los uniformes incompletos.
Nada más lejos de la verdad. Los reclutas adolescentes, quienes solo ganan siete pesos
mensuales, prácticamente nada, pertenecientes al Servicio Militar General Obligatorio
para los hombres, voluntario para las mujeres; venden todo lo que pueden a los
labradores y estos prefieren sus artículos los cuales, aunque ilegales, son resistentes. El
campo parece estar vestido de campaña militar. Gorras, camisas de mangas largas,
pantalones reforzados y botas de piel clavadas y pegadas se truecan por frijoles, arroz,
malanga, carne de puerco, cualquier cosa que los muchachos puedan llevar a sus casas
para alegría de las familias con una corta despensa, que son la mayoría.
Ante las carencias citadinas se comienza a criar cerdos en los patios de todas las
residencias donde los hay. En lugares con menos espacios, como los apartamentos de
los edificios multifamiliares, algunos emprendedores comienzan a engordar los
marranos encerrados en los baños dentro de las bañaderas. Así tendrían un poco de
carne de cerdo para festejar a la llegada del fin de año. Claro, si es que recordaban
limpiar a estos nuevos inquilinos diariamente y recoger sus inmundicias, para que los
vecinos no comenzaran a protestar por el mar olor, las moscas y los ronquidos de las
bestias gritonas.
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Escasean el jabón y los demás artículos de aseo. Ni hablar de desodorantes y perfumes.
Las fábricas continúan deteniéndose una tras otra con minuciosidad de reloj. Aumenta
con ello vertiginosamente el desempleo que adquiere cifras records. La canasta familiar
que entrega el Gobierno se hace cada vez más rala y los productos continúan alargando
su aparición en la lista de disponibles en las bodegas. Artículos como el papel sanitario
se considera rezago del pasado, y se hacen largas colas para adquirir los pocos
periódicos que se comercializan no exactamente para leerlos, sino para darles un
segundo empleo y tal vez hasta un tercero como material de envoltura.
En este momento el gobierno tiene la brillante idea de acudir a los Chinos, a quienes
Fidel había llamado traidores durante el primer Congreso del Partido por las reformas
económicas que comenzaban a hacer dentro del socialismo, y les compramos, para
pagar después, más de un millón de bicicletas de carga pesada.
Fue en este año cuando comenzaron a arribar a nuestros puertos los famosos modelos
Forever, y Flying Pigeon con 26 y 28 pulgadas de rim en las ruedas. Estas bicicletas
son todo acero y están reforzados sus tenedores con dos barras del mismo metal, así
como neumáticos especiales para soportar 300 kilos de peso en total. Pesan con todos
sus aditamentos unas 56 libras, lo cual para una persona normal es aproximadamente
un tercio de su peso corporal.
Luís, como segundo jefe de su departamento, se asignó a sí mismo una de las primeras
Flying Pigeon que llegaron a la empresa. Había que pagar por ellas un precio total de
ciento veinte pesos y algo más. No está mal, pues este recurso va a convertirse el medio
más importante para el transporte de los cubanos, ante la casi carencia total de los otros.
A Luís le va a venir de maravillas, pues va a bajar un montón de libras de peso cuando
le retiren la cuota de gasolina de 270 litros mensuales. No le quitaron el carro,
simplemente lo dejaron sin combustible y la gasolina se hacía ya prácticamente
imposible de conseguir en alguna otra parte.
La bicicleta le sirvió a Luís para dar románticos paseos con Lisandra sentada en la
parrilla trasera. Estos artefactos rodantes alcanzan altas velocidades especialmente loma
abajo, pues el peso hace rodar al ciclo más de treinta kilómetros por hora. Su otro
problema es su deficiente sistema de frenado, especialmente cuando se lubrican con
agua. Coger un ponche es sumamente incómodo debido a los neumáticos especiales que
se doblan hacia adentro para permitir un mayor peso. Hay que hacer un esfuerzo enorme
con los dedos para montarlas, hasta el punto de que los poncheros rechazaban este
trabajo o lo cobraban más caro. Un millón de bicicletas idénticas rodando en la Ciudad,
todas negras o rojas. La podías perder en treinta segundos si te apartabas mucho de ellas
en el lugar equivocado. Los taxis tampoco existen. No hay casi tránsito en La Habana.
Una revista argentina del momento explicaba con humor negro que Cuba es el país
donde más bajos se encuentran los niveles de colesterol en sangre, donde se suceden
pocos infartos del miocardio por la buena cantidad diaria de caminata, bicicleta, u otro
ejercicio en general que hace el cubano cada día. Tal vez el único y privilegiado país
donde no hay gordos. Cada crisis tiene sus lados buenos. Solo hay que encontrarlos.
En medio de todo esto, ya bien entrado el verano, comienzan a celebrarse Los Juegos
Panamericanos en La Habana, gran fiesta para los cubanos al no existir otra cosa, otro
entretenimiento público, cuando se han cancelado los carnavales por falta de recursos.
Inicia la ceremonia de apertura el campeón mundial de salto de altura Javier Sotomayor,
quien lleva la antorcha remolcado sobre un pequeño elevador que rueda sobre las
graderías. Hubiéramos querido hacerlo como los Juegos Olímpicos de Barcelona 92
cuando un arquero extraordinario puso fuego a la antorcha olímpica con una flecha
encendida desde el medio del terreno del estadio donde se realizaba la ceremonia. No
encontraríamos el arquero.
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Se inauguró el evento en el nuevo Estadio Panamericano con la llegada de los atletas de
todo el continente. Este lugar construido para la ocasión está especializado en campo y
pista. Estos Juegos Panamericanos en la Habana han van a ser un éxito rotundo para el
prestigio del país y de sus atletas por el alto nivel de organización y seguridad. Se llevó
los últimos recursos con que contaba el pueblo, pero todos estuvimos de fiesta al menos
unas semanas gloriosas y nos olvidamos un poco del hambre.
Surgen en estos momentos los famosos Panataxis con su inolvidable número telefónico
55 55 55 y algunos autos Ladas nuevos exclusivos para el servicio a extranjeros de
paseo por Cuba, a cobrar únicamente en dólares. Tienen gran éxito comercial
inicialmente. Su slogan: Panataxi, surgida con los campeones. Es quizás la única
compañía nacional que funciona bien por algún tiempo. (Existen hasta principios del
2008, cuando todos estos autos de alquiler estatales se unifican en la compañía
Cubataxi, solo en pesos convertibles.)
Se acabaron los Juegos y caímos en una miseria peor. Se movían tan pocos coches ya
desde los mismos inicios del calendario de competiciones en la zona del este de la
Ciudad donde están las piscinas olímpicas, el velódromo y las canchas de tenis, que se
cerró el tubo norte del túnel bajo la bahía con más de ochocientos metros de largo y se
dispuso para que la enorme cantidad de ciclistas que se trasladaban por el centro
pudieran acceder a esta zona, pues en tiempos normales está prohibido atravesar en
viaducto bajo las aguas a menos de sesenta kilómetros por hora, velocidad que no
logran los ciclos por sí mismos. Los autos utilizan el tubo sur en ambos sentidos y sobra
capacidad. Las personas caminan con sus bicicletas en las manos por el tubo norte y
tienen tiempo hasta para confraternizar, mientras empujan loma arriba hacia las salidas.
Luís, Lisandra, Fico, Aparicio y Cartalla pasan varias veces por este lugar rumbo a las
sedes de los juegos y después hacia las Playas del Este, las cuales a pesar de la crisis
aún estaban ahí. El gobierno inteligente llegó a construir una ciclovia para que los
ciclistas se salieran del peligro de la rápida Vía Blanca, aunque ahora el tránsito es tan
poco que se ha ido perdiendo entre la hierba de esta zona extrañamente desurbanizada.
Las condiciones sociopolíticas empeoran profundamente, mientras el gobierno se
mantiene silencioso y a la expectativa de probar la capacidad de aguante del pueblo
cubano. Fidel no hace sus discursos rimbombantes y no se realizan las habituales
concentraciones políticas. Hay que ahorrar. El alumbrado público no existe y la añeja
red semafórica de la ciudad va saliendo de servicio hasta solo mantener unos pocos
funcionando en las intersecciones más céntricas y peligrosas.
Muchas personas llegaron a recoger de la calle fragmentos (cabos) de cigarrillos
fumados y los depositaban dentro de unas bolsitas para más tarde confeccionar
cigarrillos enteros en casa. Construían máquinas rudimentarias de diverso tipo, pero
bastante eficientes, haciendo galas del ingenio popular. Se vendía bien este cigarrillo
paupérrimo y maloliente que el vulgo comenzó a llamar Tupamaros, en recordación de
los guerrilleros andinos descendientes de Tupac Amaru. Muchas veces la picadura
recuperada y secada se mezcla con aserrín e incluso otras yerbas secas para aumentar el
volumen. El valor de una cajetilla de veinte cigarrillos alcanza la cifra de treinta pesos,
el salario de un día y medio de un obrero. Es casi la única opción para los fumadores
fieles al mejor tabaco del mundo. Aparicio y Cartalla fuman y no les molesta pagar
tanto porque el dinero se ha acumulado en las manos de los cubanos quienes no lo
pueden gastar en nada, pues casi nada hay para comprar. Este fenómeno se siente peor
en la psicología de los seres humanos, quienes de repente se ven con mucho dinero y las
tiendas vacías, lo contrario a los países capitalistas. Un estado de miseria colectiva con
mucho dinero en el bolsillo, fenómeno del cual no parecía escapar nadie dentro de
fronteras. La sensación es peor.
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En una ocasión Luís y Lisandra caminan por la calle San Lázaro y al llegar a Infanta
vieron un restaurante abierto con el nombre de Casa del Arroz. En ese lugar se habían
vendido excelentes pizzas y Luís había tomado toneladas de la sabrosa Malta, bebida
caribeña que parecía ya ser recuerdo del pasado.
Es extraño que el local esté medio vacío y a un precio tan módico. Luís y Lisandra se
sientan en una de las mesas y de inmediato se acerca el dependiente:
“¿Qué desean?”
“Algo de comer.” Luís observa alrededor y puede ver en una mesa contigua a un señor
engullendo con placer lo que parece ser un buen plato de arroz a la marinera o con carne
de res.
“¡Eso!” Indica Luís contento, ya haciéndosele el paladar agua ante la tan buena suerte.
El dependiente sonríe: “¿Se los traigo?”
“Sí, por favor, y que sea doble para mí, si es posible.”
El trabajador asiente mientras se retira hacia la cocina. Regresa de inmediato para traer
el pedido humeante. Otra muchacha ha colocado ya los cubiertos y el agua que no está
fría.
Luís comienza a comer con fruición mientras Lisandra le observa con interés. Casi se
parte un diente con algo muy duro dentro del arroz. Lisandra come con cuidado. Luís
revisa el arroz. “¿Camarero, qué es esto?
“Arroz con jaiba.” Responde el aludido con sorna.
“¿Arroz con qué?
“Con jaiba, compadre. De la familia de los cangrejos moros. ¿Recuerda la canción?
“Pero, yo pensaba que era…”
“Debió haber pedido el menú. Es nuestro único plato hoy. Por lo menos tiene algo de
sabor y llena el estómago.”
Luís se percata entonces de que había confundido las patas de la jaiba con fragmentos
de la carne de res. En realidad solo es condimentos, un poco de sabor a marisco
aportado por las extremidades de este crustáceo incomible, y arroz blanco. Al menos es
un restaurante y el plato llega caliente. Con un poco de imaginación… Lisandra hace
rato que le observa y escarba entre las patas de jaiba, pero también come.
“¿Te gusta?” Le pregunta a Luís.
“Por lo menos es comida. ¿Qué le vamos a hacer?” Se encoge de hombros.
Al final se lo comieron todo. Tenían en realidad hambre y casi no hay restaurantes
abiertos en la Ciudad. En otra oportunidad habría que preguntar primero. Se rumora que
ya algunas personas han comenzado a comer gatos y hasta perros. ¿Sería acaso por esa
razón que se notan tan pocas mascotas en las calles?
Existieron rumores de que en alguna parte de las zonas céntricas como Centro Habana,
llegaron a ofertar discretamente tiñosa a la cacerola a manera de pollo y en algunos
restaurantes clandestinos y hubo problemas de salud, pero esta noticia nunca se leyó en
la prensa local, como ninguna otra, realmente.
Por esta época se escucha hablar poco de la oposición interna contra el gobierno, la cual
parece silenciada por el susto y a la espera de que algo suceda y esto termine de caerse.
En Miami cada día es mayor la alharaca de que ahora el Sistema Castrista si no aguanta.
Los veteranos continuaban con las maletas recogidas por si acaso.
Aparicio siempre ha sido un buscavidas y ahora es el momento de demostrarlo pues la
cosa está fea. No hay de donde inventar un peso, aunque en realidad el efectivo no
importa, sino la comida que no se encuentra ni con muchos pesos.
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Algunas de las brillantes ideas del gobierno para mitigar el impacto de la crisis en los
cubanos son sui géneris y hay que darle el mérito de la originalidad. Por ejemplo: En
este año, como no existen viandas que vender en los agromercados, o no se pueden
transportar desde el campo a la ciudad por falta de medios las pocas que se producen, el
gobierno provincial ha decretado la creación de las “Discoviandas” lo cual consiste en
la colocación en estos lugares, ahora totalmente vacíos, o con muy poco uso y
dependientes aburridos, de equipos de audio que transmitirán música disco a altos
volúmenes para alegrar a la juventud. Se vende un vino de frutas de muy baja calidad a
cuatro pesos el litro. Estos nuevos centros recreativos tienen inicialmente cierto éxito
entre la juventud carente de entretenimiento o lugares donde reunirse.
Aparicio tuvo la genial idea de destilar este tipo de vino, generalmente fermentado a
partir de un jugo de remolachas u otras frutas, pues algo de alcohol encontraría entre la
basura.
El mulato, con la desinteresada ayuda de Luís, adquirió varios galones de este mejunje.
Vertía cierta cantidad en una olla de presión hasta casi llenarla, la tapaba y en vez de
colocar la pesita correspondiente en el orificio de escape del vapor, le acomodaba una
delgada manguera plástica hospitalaria conocida como Levín. La olla se acomoda sobre
la llama del fogón PIKE y la marguera funcionará como serpentín al descender y pasar
parte de ella a través de un cubo de agua. Lo primero que comienza a evaporarse es el
alcohol con muy elevado grado, pero minutos después llega ya con vapor de agua que
lo degrada hasta unos bebibles 40 grados Guy Lussac.
La primera botella que hemos producido sabe bien y hemos continuado catando las
demás hasta llegar a un estado de borrachera que nos obliga a irnos a dormir, pero
hemos encontrado el punto perfecto.
Afortunadamente al otro día nos percatamos que habíamos hecho algunas notas y
podemos continuar la fabricación. Al final la bebida resulta un poco ácida, pero se
puede tomar, ante la carencia de otras ofertas más amistosas con el paladar.
Al segundo día vendemos 15 botellas de 75 mil mililitros a treinta pesos cada unidad.
El mismo precio de la cajetilla de cigarrillos Tupamaros. No parece mal negocio.
Hemos puesto en marcha el alambique criollo.
Existe en Cuba en estos momentos una especie de Ley Seca como lo sucedido en los
Estados Unidos en la década del veinte, pero aquí es tan solo la ausencia de producción
en las fábricas oficiales y la no distribución de las pocas reservas estatales. Muchos de
este tipo de empresario van a aparecer en la ciudad y por todo el país. Las bebidas de
ínfima calidad van a obtener diversos nombres muy imaginativos como Azuquín,
Mofuco, Chispa D`tren, Walfarina. Esto dependía del origen. El peor es la Chispa
D`tren al ser alcohol destilado del petróleo con un alto sabor a kerosén, al estar
destinado este combustible originalmente al precalentamiento de los fogones a base de
presión en quemadores chinos muy peligrosos. Tampoco su envase y manipulación es
muy cuidadosa al no estar preparado para el consumo humano. Se contamina
fácilmente. Su impacto nocivo en el organismo de las personas es comparable con el
Crack que hace época a finales del siglo 20.
Otros industriales seguirán en otras esferas de la vida y no pocas veces los
consumidores terminarán en los hospitales en las salas de urgencia, e incluso llegarán a
la prensa, como el pisero cienfueguero quien, involuntariamente debido a una mala
compra en el mercado negro, mezcló talco industrial con harina de trigo y envió al
hospital provincial a varios casos severos de personas de quienes fallecieron algunas,
debido a graves intoxicaciones. En incipiente empresario privado paró en la cárcel.
Mala suerte.
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Se supone que cada cierto tiempo llegue el ron a granel en camiones cisternas que lo
dejarán en tanques en las bodegas. Cada botella debe costar doce pesos, pero tan solo se
permiten dos al mes, según el racionamiento de guerra. En verdad nunca se consigue a
ese precio, sino a veinticinco con el mismo bodeguero. A esto se le llama ron bautizado,
pues desde que sale de las destilerías el camionero comienza a echarle agua para
aumentar el producto y sacar algunos pesos adicionales. Igual hará cada intermediario
hasta el consumidor final, incluyendo el bodeguero. Aparicio y Luís van a estar
produciendo su ron a partir del vino de las Discoviandas por un par de años, muchas
veces con mayor volumen alcohólico que el de los bodegueros. No daban abasto para la
demanda del barrio. Bien pudieron haberle registrado una marca.
En otra oportunidad, cuando los ciclos pululan por toda la ciudad y hemos descubierto
que podemos recorrer grandes distancias, se nos ocurre la idea de ir a la casa de Papo en
bicicleta. La única pequeña dificultad es que Papo vive a trescientos kilómetros de la
Ciudad de la Habana, en Santa Clara.
Después de acopiar algún dinero, ponches fríos y un par de botellas de agua. Aparicio,
Fico y Luís salimos rumbo este a las 5 de la mañana en enero. Por suerte el viento está a
favor y a los pesados ciclos les hemos quitado todo lo superfluo o no esencial para
aligerarlos de peso. Quizás pesen ahora tan solo unas cuarenta libras. Ruedan muy bien
una vez que se alcanza la velocidad crucero.
Par los ciclistas que se lo toman en serio, bajarse del sillín en cualquier circunstancia
como una empinada cuesta, es una deshonra, y hay que ver a veces algunos pobres
diablos pedaleando con todas sus fuerzas loma arriba con una familia de cinco
miembros sobre el ciclo delante y detrás del sillín. Esa misma psicología queremos
mantener en el camino.
Pasamos por Cayo Cruz, el cual se acaba de cerrar como basurero. Después el Barrio
Obrero para salir a la autopista aún oscuro. A lo largo del inicio de esta principal
carretera en nuestro país se ven grupos de botelleros, o personas quienes tratan de hacer
autostop en cualquier cosa con ruedas que se mueva. Estas personas nos irán
identificando a lo largo del camino en la medida en que se muevan tan despacio como
nosotros que no pasamos de los treinta kilómetros por hora. La policía generalmente se
hace de la vista gorda ante los camiones y toda clase de vehículos sobrecargados con
todo tipo de cacharros y personas fuera del límite de lo lógico, pero había que irse. Es la
norma. Solo tenemos tres ponches en todo el trayecto y nos detuvimos con alguna
frecuencia a tomar agua o comer algo. También a recuperar fuerzas, aunque esto no lo
decíamos. La temperatura de solo unos veintitantos grados ayuda mucho
Cuando Papo nos vio llegar sobre las nueve y quince de la noche, sin previo aviso, al
apartamento de Unión esquina a Independencia, muy cerca del parque Vidal, se
asombró por nuestro estado de suciedad y cansancio evidente, Cuando vio las bicicletas
se murió de la risa.
“Ustedes están locos.” Fue lo único que se le ocurrió decir. Nos quedamos un fin de
semana, pues era viernes, y regresamos a la Gran Ciudad de la misma forma con total
éxito, esta vez sin poncharnos.
Por estos días una compañía italiana en colaboración con Cubalse ha comenzado a
cambiar coches clásicos en buen estado propiedad de los nacionales, por autos Ladas
usados o nuevos, según el supuesto valor del entregado a cambio. Por supuesto que el
valor de un Lada de uso es muy poco comparado con los coches clásicos de primera y
en excelente estado que llevan los cubanos. Todos saben que estas compañías los
venderán por diez veces su valor a coleccionistas de diversos países, pero no hay nada
que hacer. Un Lada en Cuba es una bendición, pues el único coche que aún cuenta con
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algunas piezas de repuesto y todos los mecánicos saben repararlos gracias su tecnología
antigua, aún sin demasiados elementos electrónicos.
Luís vio con tristeza como a un señor, quien aportó un modelo Buick Skylark de 1954
en estado museable, le entregaron un Lada en muy pobres condiciones que había sido
taxi por más de una década. Esto se parecía mucho a sistema de cambio del Oro y la
Plata de algunos meses atrás.
Este lucrativo negocio para los italianos y nuestro gobierno tuvo que ser cerrado al no
pagar los italianos las míseras deudas que habían contraído con algunos nacionales, por
lo que fueron expulsados. Simplemente habían perdido a la gallina de los huevos de oro.
En nuestro país no se producen coches de paseo o de ninguna clase.
Este tipo de vehículo Lada se fabrica con pequeñas variaciones no fundamentales desde
1970, cuando los soviéticos compraron una de las fábricas Fiat a los italianos y se han
quedado produciendo el mismo modelo 125 por más de cuarenta años. (Se dejaron de
producir en enero del 2013). Los italianos por supuesto que han continuado mejorando
la tecnología, pero nosotros los socialistas insistimos en la misma. Un Lada puede durar
más de quince años sin muchos problemas si se mantiene dentro de un garaje cerrado y
los cubanos lo pueden reconstruir tres o cuatro veces para dejarlos nuevo, como los
coches antiguos.
Por estos días Fico hace un intento exploratorio de salida ilegal del país, al acercarse a
las costas norteamericanas en uno de los yates deportivos de la Marina Aqua. Nadie lo
molesta, nadie parece percatarse ni descubrir su intención, pero regresó. Regresó porque
si se iba en serio deseaba llevarse a Nancy, quien últimamente había sido su novia
inteligente y bonita. La aventura parecía fácil. Para algo era el subgerente de toda
confianza de la Marina, aunque irse de Cuba significaba perder la ciudadanía y todas las
propiedades que dejaba detrás. Es una muy fuerte decisión, en especial si lo que se deja
es la familia como rehenes de fronteras, comunistas que pueden incluso ser objeto de
represalias encubiertas o abiertas, y que van a ser forzados a renunciar a los familiares
emigrados, considerados traidores al Sistema que los educó y creció.
Fico no tiene este problema. Ya no tiene familiares en Cuba ni en el extranjero. Su
madre murió cuando apenas eran un niño y su padre no sabía por cuáles rumbos aún
deambulaba. Debe sentirse un poco solo, pero la realidad es que ya está acostumbrado a
no tener muchos lugares a dónde recalar, solo sus amigos.
Este año retornan todos los soldados restantes de Angola y se acaba la guerra de 16
años. Con los últimos soldados vivos retornan también los 2077 muertos o
desaparecidos en combate. Algunos en féretros cubiertos con la bandera cubana. Otros,
como el amigo de Aparicio quien voló con una mina antitanque, solo en una urna
simbólica vacía, también con la bandera cubana. Con esto concluye la era cubana del
Soldado Universal de que tanto nos hemos vanagloriado. Los soviéticos ya no están ahí
para poner las armas nunca más, mientras nosotros aportamos graciosamente la carne de
cañón.
1992. CONTINÚA AGRAVÁNDOSE LA CRISIS.
Lisandra hoy se siente mal. Ha amanecido sin muchos deseos de ir a trabajar, pues en la
empresa han puesto horario corrido desde las ocho de la mañana hasta las tres de la
tarde, porque no hay almuerzo, ni merienda. Tampoco hay mucho que hacer porque casi
todas las máquinas están paradas, unas veces por falta de materias primas y en otras por
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falta de electricidad. No se permiten encender los aires acondicionados de las oficinas y
el calor es insoportable. Sin luz también se desgasta mucho la vista. Ya se habla de
mover el cincuenta por ciento del personal para sus domicilios en calidad de
interruptos, con un salario igual al normal por solamente tres meses, a ver si esto
mejora. Puede que ella sea pronto una de las cesanteadas temporalmente, pues no existe
en este momento mucha actividad comercial que asesorar o litigar. Tampoco hay
muchos conflictos laborales.
Realmente el malestar de ella no es por estos asuntos, ni por la fuerte víspera que le ha
dado Luís en una de esas posadas malolientes y a punto de cerrar. El problema es algo
distinto. Físico.
Le da mareo y tiene que sentarse en el borde de la cama pues su cuarto le da vueltas.
Siente nauseas. ¡Madre mía! ¿Estaré embarazada? Se pregunta mientras mira al techo
angustiada. Imposible tener un hijo en estas condiciones del país. No hay comida. No
hay ropa de canastilla. Nada.
Le da otra fatiga breve y se siente débil. También nota que no puede enfocar bien la
vista y esto le aterra: “¡MAMÁ!” Grita.
A pie se van hasta el Policlínico del hombro de la vieja. Debería llamar a Luís para que
me ayude, pero ¿dónde encuentro un teléfono que sirva?
La médico general que la atiende en el caluroso rincón del edificio, acaba de salir de su
turno de veinticuatro horas de guardia dentro del hospital, y aun así tiene que dar
consultas hasta las doce del día. Y pensar que hace años algún imbécil se le ocurrió
proponer delante de Fidel que las guardias se hicieran voluntarias. Bastante poco ya se
les paga a los médicos por todo el trabajo que hacen y la responsabilidad que conlleva
salvar vidas.
“Tiene Polineuritis.” Dice la médico a Lisandra quien se queda en blanco como su
madre.
“¿Qué?”
“¡Polineuritis!” No debe preocuparse mucho pues parece ser reversible con un buen
tratamiento.”
“¿Y eso tiene que ver con el cerebro, doctora?” Pregunta la madre.
La doctora le observa dubitativa. Les han orientado a todos dentro del campo médico
que no divulguen las causas de esta epidemia que se está desarrollando en todo el país.
No es necesario crear pánico dentro de la población, aunque ya se sabe que en los casos
más severos puede provocar parálisis total y ceguera, e incluso la muerte en ancianos o
personas con organismos debilitados, sobre todo en madres con niños pequeños. Estas
madres le dan la poca comida que se consigue a sus bebés y generalmente pasan
hambre. Esta enfermedad nunca se había reportado en Cuba en grandes grupos y es
causada por avitaminosis, o la carencia de vitaminas y algunas proteínas en el
organismo, entre muchas otras cosas, nutrientes que necesita el cerebro el cual comienza
a dar señales urgentes de carencias.
“No, señora, no se preocupe. Mire.” La doctora saca de su gaveta un pequeño pomo
plástico y lo coloca sobre la mesa. Extrae dos pastillas amarillas pequeñas. “Tómese dos
de estas al día y coma todo lo que pueda. Ya verá cómo va a mejorar.”
“Polivit” lee Lisandra. “¿Y esto qué es?” Pregunta medio sospechosa por el intenso
color pollito de las píldoras sin identificación impresa.
“Son un conjunto de vitaminas que el gobierno ha adquirido de urgencia para el trato
de esta epi... enfermedad. Son un conglomerado del complejo B. Se están entregando de
forma gratuita.”
“¡Ay gracias Doctora! ¡Qué gobierno más bueno este! ¿Verdad?”
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La doctora no respondió, pues la idea que le vino a la mente una vez expresada
probablemente le generaría problemas con sus colegas comunistas. Considera que
precisamente el gobierno con su cortedad de visión y obstinación es el causante de este
y otros muchos problemas, ante la enorme miseria donde tiene sumido al país por no
querer alterar preceptos políticos que nos aíslan del resto del mundo. Ella, como toda la
gente de Miami, espera que esto se acabe pronto con la salida del poder de los hermanos
Castro. La Polineuritis se produce sencillamente por hambre, por falta crónica de
alimentos.
Lisandra y su mamá comienzan el retorno a casa ya más calmadas y disfrutando el sol
del mediodía. Por la radio están anunciando que el gobierno, haciendo un enorme
esfuerzo, había adquirido los componentes necesarios para producir el Polivit, el cual
se vende a un muy módico precio de un peso por frasco para toda la población. Ni una
palabra de la gran cantidad de casos que están acudiendo a los hospitales y policlínicos
con esta rara dolencia. Se teme también que comience a afectar masivamente el
escorbuto, así como se presenten epidemias de tuberculosis, etc. Todos estos datos son
silenciados por los medios informativos del Gobierno.
Este año ya el transporte es inexistente por la carencia de todo. A duras penas se
mantienen algunos ómnibus circulando, a veces vacíos, paradoja que se produce debido
a que nadie gasta inútilmente su tiempo en las paradas esperando eternamente. Quien
puede anda en bicicleta y quien no, a pie. Se acondicionan sendas especiales para solo
ciclos en las principales avenidas como Boyeros, Malecón, etc.; así como se dedican
calles exclusivas a los vehículos de dos ruedas como Lealtad en Centro Habana.
Luís trabaja oficialmente para los Ómnibus Ruteros, aunque casi no hace nada. Cada día
da un par de vueltas a pie para tratar de controlar a algún esporádico inspector y se va a
casa a dormir la siesta, casi siempre con el pan de la cuota relleno con col y sal por
almuerzo. Su relación con Lisandra lo va llevando recio, pues se está poniendo flaco.
Anoche tarde los dos niños del vecino de al lado armaron gran escándalo porque no
querían comerse de ninguna forma aquello que su mamá les había servido. “¡Esto es
incomible! Harina de maíz hervida con solo sal, sin un pedacito de carne o sazones.
¡Que se lo venga a comer Fidel!” Dijo alguien detrás de la pared.
Por la bronca Luís imaginaba que el plato debía saber a rayos, pues este vegetal es muy
sabroso cuando se cuece con todos los ingredientes, en especial varios tipos de carnes.
Luís también a veces fuma y está pagando en ocasiones hasta cuarenta pesos cuando
encuentra la oferta con algún contrabandista. Son estos casi los únicos quienes poseen el
producto junto a los bodegueros. Los apagones en la Ciudad de la Habana duran
dieciséis horas diarias. Dicen que no existen apagones, ahora solo hay alumbrones, luz
por un ratito para que no nos salgan pelos en el rostro como a los hombres de las
cavernas. En otras áreas alejadas de los mayores centros urbanos, la carencia de energía
eléctrica es permanente. De los 14 mil tractores necesarios que había en el país no
funcionan casi ninguno y yacen las maquinarias abandonadas en los talleres del estado
carentes de todo, o en el mejor rincón más olvidado donde funcionó por última vez. Se
trabaja la tierra con bueyes y se comienzan a utilizar los carretones tirados por uno a dos
caballos como transportes autorizados. Los bromistas, siempre dispuestos, los llaman
taxis ecológicos de uno dos caballos de fuerza y funcionan. En muchas urbes medianas
y pequeñas son de hecho el único transporte disponible. Continúan las largas colas en
los estanquillos de prensa para adquirir los cada vez menos periódicos que salen a la
calle. Las gasolineras están cerradas y solo se compra combustible con cupones
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especiales únicamente entregados por la Oficina Provincial del Partido. Son reservados
para ambulancias, coches fúnebres y carros de policías, casi nada más.
Ya nadie se acuerda de Gorbachov, ni de los soviéticos, pero muchos se preguntan por
qué los Angolanos, por citar un caso, no nos ayudan con un poco de lo que tienen
mucho: El petróleo. No a manera de pago por lo que hicimos por ellos, sino como gesto
solidario de hermanos donde uno tiene la posibilidad real de ayudar mucho al otro,
quien en un momento desesperado acudió en su ayuda sin titubear. Tan solo Viet Nam y
China envían algunos barcos cargados con arroz a manera de regalo para el pueblo
cubano en desgracia. Esto salva un poco la situación. Nadie más.
La población ya se ha habituado al uso masivo de las bicicletas y a comer arroz blanco
con col, a veces con un poco de salsa de tomates para colorear un poco la blancura.
Pululan los bicitaxis por la Ciudad de la Habana que nos llevan a cualquier parte por
unos pesos y cargan cualquier artefacto por lo fuerte que son. Se nota la abulia colectiva
y la desesperanza ante la inminente pérdida de un sistema que nos ha parecido bueno
hasta hace poco, y por el cual dimos mucho como flamante proyecto de vida donde los
miserables mandamos, pero de qué nos sirve mandar si nos estamos muriendo de
hambre. Escasea y se hace raro el abastecimiento de agua, problema agravado por los
cortes eléctricos y el mal estado de las redes públicas en deterioro sostenido. Escasea
aún más el kerosén para cocinar, pues ahora se emplea también en los quinqués o las
chismosas durante muchas horas de la noche y en algunas motocicletas y autos viejos
adaptados.
Aparicio, Cartalla y Luís continúan produciendo el buen ron a partir del vino de frutas
de las Discoviandas. Fico continúa la búsqueda de su tesoro escondido en el fondo de
la bahía matancera. Hay poco que robar en los almacenes y para fines de año la cajetilla
de cigarros sube hasta los 150 pesos regulares. El salario de un mes de un obrero
cubano. Continúa galopante la inflación dentro del enorme mercado no oficial, pues es
el único que funciona, y el peso se devalúa aceleradamente al cambio en la calle ante el
dólar o fula; neologismo callejero proveniente de foul, malo en inglés; pues si te
sorprenden con fulas, vas a la cárcel por varios años encausado por el delito de tenencia
ilegal de divisas.
Los vecinos de los centros urbanizados continúan criando sus cerditos dentro de los
apartamentos, compartiendo el espacio, el olor y los gruñidos en los baños y las
bañaderas. Algunos emprendedores se han especializado muchísimo en su cría y en
conseguir algo que darles para comer. Los perros y gatos que malamente sobreviven se
han tornado vegetarianos a la fuerza y ahora el gobierno comienza una nueva iniciativa
consistente en vender toneladas de delicados pollitos recién nacidos en las granjas, para
que los vecinos se encarguen de su crianza como puedan y los acomoden en los patios
de los departamentos citadinos. Algunas personas se las ingenian y logran engordar
cierta cantidad de las pequeñas aves que mueren como moscas por el frío tropical, la
humedad, y la inanición.
Continúa la producción clandestina de pizzas con harina de cualquier calidad, un poco
de puré de tomate y pedacitos de condones no usados, supongo, que al derretirse se
asemejarán mucho al queso real. Luís llega a consumir alguna y no puede notar la
diferencia. Otras personas fríen bistecs confeccionados con pedazos de frazadas de piso
de algodón sazonadas y empanizadas. Otras logran un picadillo con gofio o pura soya,
muy similar al proveniente de los residuos de carne de res. El gofio también comienza a
desaparecer. Hasta las ratas comienzan a hacer mutis y a Luís le da miedo ir a comer
algo fuera de la casa. Tampoco se ven policías en las ciudades.
Surge en muchos hogares la novedosa forma de confeccionar arroz Microyet, en
recordación de la brillante y fracasada idea de Fidel para cultivar plátanos, lo cual
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consiste en echarle doble de agua cuando el grano ya está cocinado para que agrande el
doble, mientras se mantiene un rato más a la candela. Comienza a aparecer en el
mercado el arroz precocido, amarillento, pero que también crece el doble y desgrana
mejor para hacer moros y cristianos con los frijolitos recolectados en la cerca del jardín.
Por fortuna para algunos, en esta época surge a la palestra pública el Coronel Hugo
Rafael Chávez Frías. Fidel, con su agudeza característica, concentra su atención en este
joven oficial quien ya se había destacado dentro de un movimiento por sus tendencias
progresistas e izquierdistas. Había estado preso por esto cuando intentó un fracasado
golpe de estado en su Venezuela de 1992. Quizás a fin de cuentas no todo estaba
perdido.
Fico continúa de subgerente en la Marina Aqua, pero estamos en verano y hay poco
turismo internacional. A los cubanos no se les permite el uso o alquiler de los medios
acuáticos con motor, pues lo más probable es que terminen en Miami. Obviamente el
gobierno no quiere perder las pocas embarcaciones que le quedan, muchas de las cuales
se han obtenido en decomisos a piratas o equivocados de lugar.
Fico sigue regularmente saliendo solo o con algún colega cuando hay poco trabajo y se
dedica a la tarea de la búsqueda del pecio que él conoce de seguro está ahí, a la espera
de quien lo encuentre. Esto le sirve como deporte casi diario y le motiva mucho. Los
cubanos no pueden ni acercarse por el muelle y últimamente le está obsesionando la
idea de irse definitivamente a los Estados Unidos, pero no puede decírselo a nadie. Un
par de personas que lo sepan y lo sabrá la Seguridad del Estado de inmediato con su red
de informantes omnipresentes.
Duda porque cuando se monte en un barco y llegue supuestamente a las costas de La
Florida, será fácil quedarse y obtener un Parole, o un permiso de residencia de
inmediato, para comenzar a trabajar en cualquier cosa. Existe esta ley que todos los
cubanos conocen como De Ajuste Cubano. Creada en 1966 para proveer de muchos
beneficios a los isleños y como un privilegio muy especial para mortificar a Fidel.
Pero eso significa la pérdida automática de todos los derechos civiles dentro de la Isla.
No existe una ley que ampare este procedimiento, pero de facto, todo aquel quien
abandona la patria socialista de Martí, a quien tampoco le gustaba el socialismo, se
considera oficialmente Traidor y se le retira la ciudadanía, debido a lo cual no podrá
regresar jamás. Tal vez solo como turistas cuando residan en otra nación. Son
confiscadas asimismo todas las propiedades de su pertenencia como autos a su nombre
o viviendas. Incluso, si deja descendientes aunque hayan residido en la misma casa por
mucho tiempo y sean los herederos legales, tendrán que pagar el valor del inmueble al
Estado en forma total e inmediata para continuar habitando en la misma. Parece algo
injusto, pero ni siquiera es original de los políticos cubanos. Este proceder proviene de
la Alemania Nazi.
En la Carta Magna Cubana, ni en su cuerpo legal correspondiente, aparece en ninguna
parte que los cubanos no pueden regresar a su país cuando emigran, pero sí existe un
cuerpo de represivo llamado Policía de Inmigración el cual se encarga de que el
visitante no supere su permiso de estadía dentro de fronteras escrito en su visado. Lo
caza, localiza, monta en un patrullero especial y lo lleva al aeropuerto para colocarlo en
el primer avión que salga con destino a cualquier parte. Los cubanos que emigran son
borrados de casi todos los registros civiles y se prohíbe se hable más de ellos en los
medios oficiales. No se pueden publicar, exponer o vender sus libros. No se representan
sus obras de teatro, no se radia su música, ni se recuerdan sus méritos deportivos, etc.
No existen. Solo se mantienen en las memorias de sus conocidos y en el archivo de la
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policía o DNI, por si las moscas. Este registro es parcial e incompleto, como también lo
es el control de los que han muerto tratando de cruzar el estrecho de la Florida, datos
que nadie conoce a ciencia cierta, nunca han sido registrados sistemáticamente y no se
podrán recuperar jamás ante el desinterés oficial. No se hacen preguntas ni encuestas
sobre los que desaparecen sin dejar rastro.
Un poco como conspirando con Fico y para probar lo que piensa, sucede que Fidel, en
sus notas publicadas el 16 de julio del 2008 por todos los medios informativos de la
nación, a partir de sus ya habituales Reflexiones enviadas directamente a la Revista
Digital “Cubadebate”, al referirse a los próximos Juegos Olímpicos a realizarse en
China en agosto de este mismo año, pide a toda la nación que no permitamos regresar a
los deportistas traidores que han desertado (aproximadamente 1 de cada diez), a exhibir
sus lujos logrados por tan abyecta actitud. Nuestro querido Líder pide a la nación que
castiguen a quienes deciden no seguir sus directivas y buscar otros horizontes, como
hijos díscolos quienes escapan de la tutela patriarcal sin permiso. Estos deportistas
cubanos, por el mero hecho de haber decidido emigrar, no podrán jamás volver a su
país, no podrán jamás ver y compartir con sus familias que han quedado detrás, las
cuales van a ser vigiladas para que no escapen, y finalmente no serán más cubanos por
obra y gracia de la opinión de una sola persona vieja, cansada y deshumanizada por
cincuenta años en el poder.
Fico conoce cómo es el mar de traicionero, especialmente en esta área del Estrecho de la
Florida, o mejor, el Estrecho de La Habana, debido a las tormentas súbitas y sin aviso
donde desaparecen barcos y aviones inexplicablemente, como el de Camilo Cienfuegos
a mediados de 1959, el cual sospechosamente aún está volando por alguna parte, pues
después de casi cincuenta años no se ha encontrado el menor rastro de accidente aéreo
ni en el mar, ni en la tierra; así como tampoco ha existido intento de retrasar sus
últimos pasos con las avanzadas tecnologías actuales. Fico piensa que se pudo haber
hecho como con el ché. Le asusta un poco los cientos de personas quienes diariamente
se encaraman en toda clase de embarcaciones o artefactos inseguros, para hacerse a la
mar sin ningún tipo de conocimiento marinero o de meteorología.
Ha sucedido graciosa y desgraciadamente el caso de personas quienes han recalado en
sus balsas en algún lugar inhóspito, y contentos de haber navegado con tanta suerte al
no haberse ahogado, o haber sido descubiertos por los guardacostas de las dos naciones,
han buscado al primer agente del orden para contarles que han ingresado al país de
manera ilegal y solicitar que se les aplique la Ley de Ajuste Cubano, cuando tan solo
han encontrado al primer guajiro mongo quien les ha dado el discursete clásico y
enormemente desencantador de:
“Usted está en Cuba, patria socialista, tierra de Fidel.”
Me imagino la expresión, el cambio brusco de alegría a tristeza y desesperanza.
Otros simplemente han terminado de almuerzo para los tiburones especializados en la
cocina cubana. Se estima que se pierde uno de cada veinte cubanos que tratan de cruzar
este estrecho.
El primer gran éxodo fue el Peter Pan donde escaparon más de catorce mil niños
solitarios que no regresaron jamás, Después llegó Camarioca 1965, para beneplácito de
las autoridades quienes se deshacían gratuitamente de los elementos potencialmente
revoltosos y disidentes. Después el Mariel 1980. Estamos en 1992.
Fico ha decidido irse hoy. Precisamente hoy cuando el Instituto de Meteorología ha
pronosticado un mar de locura. Cero tormentas. Seguramente será un buen día para las
lanchas ultrarrápidas de la mafia miamense. Estos señores han descubierto un muy
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lucrativo negocio casi sin riesgos de ninguna clase, casi sin violar ley alguna, que
incluso en el caso de ser atrapados por las autoridades norteamericanas, la tripulación
escapará tal vez solo con una advertencia oficial. Nada más. Los organizadores en sus
oficinas refrigeradas de Miami no van a ser molestados en absoluto.
Es un negocio redondo. Un par de amigos rentan un bote con cuatro motores, GPS, y
todos los artefactos necesarios con la técnica más moderna. Estas personas, tal vez con
uno más haciendo de custodio con un arma larga o corta, parten al anochecer
supuestamente de paseo, y terminan llegando en unas horas a algún punto de las costas
cubanas en medio de la madrugada. Allí le estarán esperando las personas ya
previamente avisadas, quienes abordarán la embarcación según lista que traen de
Yanquilandia. Otro cubano escapista que no se encuentre en esta lista, tiene que aportar
diez mil dólares en efectivo y al momento para unirse a la aventura. Antes era ocho mil,
pero la inflación, el precio de los combustibles, el alto costo de los insumos, bueno. Ya
ustedes conocen la rutina.
La pistola o el arma larga portada por uno de los tripulantes van por si acaso alguien
quiere abordar por la fuerza sin dinero y sin estar en la lista de pagos previos. No es
exactamente para enfrentar a los guardacostas cubanos quienes frecuentemente ni se
enteran, ni se molestan. Al enemigo que huye, puente de plata.
Entonces el bote ya cagado acelera en la negrura de la noche rumbo norte en medio de
la madrugada, luces apagadas, radar encendido por si acaso un mercante, y en un par de
horas con suerte desembarcan veinte o cuarenta cubanos que acaban de dejar de serlo en
cualquier esquina solitaria de La Florida o Los Cayos Americanos del Sur. Llevan la
orientación de dirigirse a la primera autoridad que encuentren. Con un buen padrino en
apenas unas horas salen del Centro de Detenciones de Miami Dade con un documento
de identidad estadounidense y en busca de la mejor oferta de trabajo.
El negocio es redondo. Multipliquen cuarenta por diez mil para ocho horas de trabajo.
Casi medio millón de dólares bien vale la pena el riesgo, aunque si te sorprenden los
cubanos, vale cadena perpetua el tráfico de personas, como le llaman ellos. Pero esta ley
no se pondría en efecto hasta el 2003, así que…
Fico camina por los predios familiares de la Marina. Observa la tienda de artículos
deportivos, la oficina. Todo en orden. Se dirige tranquilamente hacia el canal de
Kawama donde están fondeados algunos yates propiedad del Estado Cubano, o sea de
la Marina Barlovento, como aún se llama esta área. Fico no lleva consigo absolutamente
nada, solo unos pocos dólares que ha logrado reunir, así como su clásica indumentaria
deportiva de short y pulóver, gafas de sol y gorra marinera. Sobre los botes hay que
andar descalzos para no estropearlos, así que deja las chancletas justo al borde del
muelle para hacer todo como siempre lo hace. Cuando llegue allá comprará otras. No
quiere levantar sospechas de quien puede estar observándolo discretamente.
Fico arranca el bote y comprueba que el combustible está completo. Ya sin las amarras
mueve la embarcación y retrocede hacia el canal. Otro patrón en un bote contiguo le
hace una señal de saludo con la mano y continúa en lo suyo organizando cabos. Su
novia va a esperarlo en algún punto de la costa, fuera de la zona de playa.
Fico empuja los mandos hacia delante suave y siente en la planta de los pies el ronroneo
tierno y fuerte de los motores diesel. Se mueve por el canal rumbo oeste hacia la salida
de la dársena. Observa las antiguas residencias a la derecha pertenecientes a los
millonarios de antaño. Distingue la mansión de Al Capone con sus ventanales azules y
su arquitectura de piedra de las década del treinta. Continúa lentamente proa hacia el
mar abierto imperceptiblemente más azul y más movido que este de interiores. Sabe que
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va a extrañarlo todo. Sabe que dentro de un tiempo deseará con locura volver a ver estos
hermosos lares que han estado ahí para él toda la vida. Sabe que le va a entrar un
gorrión tremendo por su patria, pero aquí ya no le queda nada que hacer y tampoco
familiares, así que…
En bote continúa desplazándose uniforme por sobre la tranquila superficie. En el punto
de control de Guardafronteras a la salida de la dársena un guardia con fusil le hace señas
para que se acerque. Fico obedece, esto puede ser perfectamente normal cuando
cambian a los guardias y no lo identifican. Carena suave hasta el pequeño muelle.
Conoce a casi todos estos muchachos y ve al jefe dentro de la pequeña cabina de
vigilancia. Los saluda al hacer contacto con el muelle.
“¿Va de pesquería, Gerente?” Inquiere el Jefe levantándose del taburete y
acercándose. Fico sonríe. Rutina.
“Sí, compadre. Voy a ver si cojo algo para la comida. A la vuelta les dejo lo suyo, si
tengo suerte.” Otras veces sí lo ha hecho cuando tiene una buena captura, pero hoy
miente.
“Usted me va a disculpar, Mi jefe, pero, ¿acaso no le han informado que a partir de
hoy todo barco que salga tiene que ser con un custodio del Minint a bordo?
Fico se asusta y palidece. Está confuso. “No, compadre. ¿Cómo es eso?”
“Como lo oye. De ahora en adelante se le asignan custodios armados a cada bote o
barco que salga. Cada embarcación que pase por aquí tiene que tenerlo. Tal parece
que a usted no le han informado.”
“No, compadre.” Responde un poco molesto. “Y eso que soy uno de los gerentes. Voy a
volver a formarles un buen escándalo a quien se le olvidó pasar la información. Allí no
han dicho nada.”
Por supuesto que está alardeando un poco, pero al Jefe lo que le interesa es que no pase
adelante sin el custodio y así no verse comprometido al violar las órdenes. Fico acelera
y comienza a virar en redondo de vuelta hacia la Marina, mientras los guardacostas
vuelven a sus posiciones de comodidad en la sombra y el Jefe a su taburete en la cabina
refrigerada. Se ven tranquilos.
Fico se siente confundido y cabrón. ¿Por qué hoy? ¿Por qué tan mala suerte la mía? La
ira va pasando a frustración consigo mismo. ¿Y qué va a hacer ahora con sus planes?
Pensaba a esta hora estar camino a Miami en medio del mar, pero ahora todo cambia.
No voy a extrañar nada. ¡Qué mierda!
Parados en el muelle hay esperándolo un par de hombres con uniformes verde olivo y
pistolas de reglamento Makarov a la cintura. Junto a ellos se ve al Gerente General, el
Jefe de verdad. Es un señor ya no tan joven quien lleva tiempo a cargo de la Marina.
Fico atraca en el lugar habitual. Los rostros son serios y atentos, pero no de alarma. No
le ha contado de sus intenciones a nadie así que cómo saben esta gente sobre lo que
planeaba. El Principal se adelanta un paso para hablarle.
“Fico, mira. Te presento a los nuevos custodios que nos han asignado para que viajen
siempre en los yates. A partir de hoy tiene que haber uno en cada salida por si acaso.
Órdenes del Ministerio del Interior. Más tarde pasa y léete todo el documento que está
sobre mi buró en la oficina. Si quieres puedes ir ahora mismo.”
No pasa nada. No saben nada. Es solo coincidencia. Hoy me tocó a mí.
“No, gracias. Tal vez más tarde, ahora voy a subir a mi oficina. Después te veo.”
Terminaba de atracar el yate. Estrecha las manos de los dos agentes quienes permanecen
callados y camina tranquilo por el muelle dejando al grupo detrás. Trata de que no se
note el encabronamiento. Menos mal que no había vendido nada de su casa como
originalmente había pensado para obtener más dólares. El Gerente Principal explica las
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características de la instalación a los nuevos muchachos. Va a ser otro día de rutina en la
Marina Dársena en Varadero.
En un apartamento dentro de la Ciudad de la Habana una familia se sienta a la mesa a
cenar. Son seis personas. Dos niños de ambos sexos, madre, padre y los abuelos. La
mesa es circular como la del Rey Arturo y tienen dispuestos todos los cubiertos y están
alineados como de costumbre. Parecería que van a disfrutar un banquete de varios platos
principales y algunas sopas, pero estamos tan solo en la vivienda de una familia a
quienes les agrada preservar las costumbres, las buenas costumbres. Estamos en la Cuba
de 1992.
La abuela sirve cuando todos se han sentado. Reparte sopa de quimbombó para todos
desde un gran pote humeante y una gran bandeja de ensalada de col bien picadita y
aderezada con sal y…sal.
Los adultos se inclinan sobre los platos y comienzan a comer con fruición. Los niños no
tanto. De todas formas ya irán acostumbrándose a comer lo que aparezca sin hacer
muchas muecas y sin emitir criterios en cuanto a la calidad del banquete. Tal vez lo que
importe ahora es la cantidad y que alcance para todos.
El varoncito pregunta “¿Qué cosa es esto?”
La hembra hace una mueca “¡Qué asco! ¡Esto está lleno de baba! No me lo voy a
comer.”
Se refiere al quimbombó. La abuela se queda a mitad de camino con el cucharón
cargado y la cara compungida. El padre levanta la vista del plato del cual ya está
comiendo y observa a los muchachos. Sin poder contenerse lanza la cuchara sobre la
mesa. Esta rebota haciendo ruido y va a parar al suelo. El hombre se levanta derribando
el asiento sin querer. Habla lleno de ira, liberando la tensión: “¡Coño! ¡Eso es lo único
que he podido conseguir hoy después de mucho buscar y mucho sacrificio! ¡Ustedes no
pueden hacerme esto!”
El tono de la voz deja poco a la especulación. Todos saben que aquello es una basura
para comer, pero es lo único que hay. También todos saben que papá hizo su mejor
esfuerzo, pero las circunstancias fueron más fuertes. Los niños, lentamente y sin
levantar los ojos llorosos del plato, comienzan a comer. Nunca van a olvidar esta escena
y jamás volverán a comer quimbombó aunque contenga todos los ingredientes de la alta
cocina.
Otro de los platos habituales, esta vez muy sabroso al paladar, son los famosos
Fishsticks, más conocidos por el vulgo como fichestic. Estos, como su nombre lo indica,
son una barrita rectangular empanizada con pescado molido y prensado dentro. Un
centímetro de ancho, dos de ancho y cinco de largo.
Se producen en unas máquinas instaladas en el puerto pesquero a comienzos de la
década del 90. Allí se molía todo lo que se encontraba en las redes de arrastre de los
pocos barcos de altura que permanecían laborando y no mostrara calidad exportable.
Estas barritas se podían comer incluso sin cocinar a manera de cebiche aderezado con
limón, ajo y cebolla. Fritos son aún mucho más apetitosos, pero no hay aceite de cocina
disponible en las despensas del país, tal vez solo de un poco de manteca de puerco, pero
esto las arruinaría. Se encuentran mucho en los comedores de los hospitales de la Gran
Ciudad donde son casi con exclusividad el plato fuerte diario a la hora del almuerzo.
Para ahorrar aceite se asan acomodados en grandes bandejas a tres de alto. Quedaban
buenos de todas formas. Uno podría comerse una tonelada, pero solo daban dos por
persona. Lo otro que se encontraba en el menú de estos lugares es arroz blanco con
frijoles sin mucho sazón, o congrí y boniato hervido. Con un poco de suerte se
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agregaban algunos pepinos cortados en rodajas o tomates frescos de igual moda, con sal
y punto.
Luís estaba loco por ingerir un poco de colesterol concentrado en algún buen bistec de
res guarnecido con papas fritas u otra cosa similar donde se pudiera embarrar los dedos
de grasa, algo que le parecía ya muy lejos en el tiempo.
Lisandra por estos días estaba preparando alternativamente un arroz con suerte, es decir,
con lo que aparezca, como algún choricito mitad carne y mitad trampeado con fufú de
plátano, unos gorditos de puerco o unos chicharroncitos viejos de empellitas de pollo
fritas. El colorante amarillo intenso lo daba el Polivit, ese mismo complejo
polivitamínico que el gobierno tan buenamente entrega ahora en forma gratuita a la
población para combatir la epidemia de Polineuritis. Luís le llama Arroz con Polivit. La
suegra quiere patentarlo, dice. Asemejaba a veces, con un poquito de buena voluntad,
un buen arroz con pollo, aunque faltara el pollo, el buen puré de tomate, los demás
sazones y el excelente e indispensable azafrán. Por lo menos las vitaminas no
escaseaban.
Otro de los platos comunes del Período Especial es la Harina de maíz hervida con agua
y sal; Huevos fritos en el sartén al agua natural, o una especie de potaje muy colorido
que se cuece a fuego lento y sin mucho protocolo, reuniendo sin discriminación todos
los buchitos de granos cocinables que se puedan encontrar, aderezados con sal, cebolla
y ajo, si hay suerte. Los sabores tal vez no sean los más acostumbrados, pero no se
puede negar que su aporte de proteínas y carbohidratos tienen. Existen todo tipo de
fabricantes clandestinos alternativos de alimentos como puré de tomate coloreado y
espesado con sangre de perro callejero, pero esto tampoco está confirmado
definitivamente por la prensa nacional, por lo que es mejor dejarlo ahí.
Cierta vez Luís sorprendió a Lisandra colgando en el pequeño patio del departamento
unos trapitos alargados y con unas manchas oscuras que ella no había podido borrar. Se
turbó mucho cuando vio que Luís la estaba mirando en tal actividad.
“¿Para qué tú conservas esos trapitos mi amor?”
Ella no le respondió y bajó la vista. Luís compendió que había cometido el gravísimo
error de la torpeza al no percatarse a tiempo de que aquellos pedazos de ropa antigua
rasgados convenientemente y lavados hasta el infinito, eran las almohadillas sanitarias
que en otras partes del planeta las mujeres empleaban para atajar y recoger la sangre de
la menstruación. En Cuba ni siquiera de eso disponían. Un trapo cualquiera suplía las
carencias.
1993. AÑO DE CAMBIOS Y AMERICANIZACIÓN. CONTINÚA
AGRAVÁNDOSE LA CRISIS.
Lisandra va pasando ya los veinticinco años, se codea entre lo más bello que hay en esta
Ciudad en el lado blanco de la población, pues la Isla es un muestrario de razas mal
organizadas y peor mezcladas: Los negros africanos sacados a la fuerza del paleolítico y
traídos con sus costumbres y religiones multiteístas a cuestas; los culíes chinos
arrastrados con engaños de bondades y empleos inexistentes apenas finalizaba la
esclavitud; y los blancos españoles. No quedaba ya nada de los indígenas. Los
originales cubanos se extinguieron por la violencia de los peninsulares europeos en
apenas cincuenta años cuando los ibéricos se enteraron de que podía haber oro en Cuba.
Pero los españoles hicieron algo que no se les ocurrió a los portugueses, ingleses,
franceses y holandeses que participaron de la esquilmación de las nuevas tierras, tal vez
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debido a la timidez, la clásica autonegación británica, o a la pura ignorancia: Se
mezclaron.
Los europeos hispanohablantes no pudieron resistirse ante los encantos de las negras
esclavas y, observando por encima del hombro a ambos lados, crearon a las mulatas
caribeñas. Esta raza contiene la genialidad del cuerpo de las negras, unido a la belleza
de facciones y el cabello de la blanca. El clima le agregó el salero, la gracia e
idiosincrasia del Caribe con esa exagerada sensualidad al andar que hace a todos los
hombres volver la mirada para comprobar las curvas. Lisandra tiene todo esto pero es
blanca y medio rubia.
A los chinos les debemos híbridos como Wilfredo Lam, quien no tenía esa sensualidad,
pero la sabía pintar, sacó la cara por los isleños y nos puso en conocimiento de Europa.
Conoció a Picasso y fue su amigo. Picasso le enseñó a destrozar la figura y a tornarla
en cubos grises y negros.
Lisandra pertenece a la parte europea española. Tiene los ojos verdes, piel blanca, labios
gruesos, pero castaño casi rubio, menea sus nalgas en un discreto y elegante vaivén que
hace a los hombres tornarse cuando la sobrepasan en la acera, pero no lo hace a
conciencia, es automático. Lo tiene impreso en los genes y en las agresivas hormonas
femeninas que pululan por sus venas. Es la clásica mujer problema de quien todos los
machos se enamoran y a quien todas desean parecerse.
Como hemos visto vive a un par de manzanas en línea recta del mar, de la conocida
Avenida Malecón que está ahí hace casi cien años. Hoy es 13 de marzo de 1993 y el día
está pesado.
Ya desde por la mañana ha comenzado a tronar y todo el cielo a ponerse negro con
nubes que hacen muy efectiva su amenaza de llover y llover mucho. Han pronosticado
una gran perturbación atmosférica en medio del Golfo de México que está levantando
extensos trenes de olas, las cuales aún no superan el muro.
Desde ayer se veía venir y los muchachos de meteorología han predicho penetraciones
del mar en todas las zonas bajas y entre estas está el Malecón.
Nada nuevo. Es costumbre para los habaneros que cada vez que entra un frente frío, el
mar se encrespa y salta hacia la avenida, empujado por el viento proveniente del norte.
Hay días cuando incluso hay que cerrar la vía al tránsito por los masivos y peligrosos
volúmenes de océano que saltan a la calle como surtidores de una larga y enorme
fuente, agua que debe volver de inmediato al mar tan suave como en una playa, si el
sistema de alcantarillado funciona correctamente.
Hoy parece que va a hacer uno de esos días cuando Lisandra ha visto desde su balcón
que el oleaje vuela espumoso hacia la avenida y ha bajado para caminar lentamente con
las manos entrelazadas a la espalda, disfrutando curiosa el espectáculo marino.
Hoy es miércoles y ha tenido poco trabajo, por lo cual ha salido temprano con la idea de
que a lo mejor encuentra algo interesante que hacer, no exactamente dentro de la casa.
Sus padres no hacen almuerzo en los días laborales para que alcance el arroz de la cuota
del mes, pues no habría de dónde sacar un poco más. Lisandra se ha tomado un enorme
vaso de jugo de toronja que por alguna razón inexplicable abunda por estos días en
algunas cafeterías de la Ciudad. Es muy bueno para disminuir la presión arterial, pero
produce sueño si no le echas azúcar, y si le echas azúcar engorda.
Como alternativa para no tener que irse a dormir, camina con un par de tenis viejos,
pues sabe que se va a mojar. Ya el agua salada llega en pequeñas oleadas hasta el
Torreón de la Chorrera que se mantiene allí como un centinela imposibilitado de huir,
parado en el lugar firme desde hace varios siglos cuando esta área era una pequeña
bahía, la cual fue rellenada para tender la calle. Una caleta que penetraba casi hasta el
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borde de la piedra de cantera y el edificio donde ahora se encuentra el monasterio de La
Sagrada Concepción, aún allí como recordatorio amarillo marrón de otros tiempos. A su
lado Este se levanta, desde finales de los cincuenta, lo que en los ochenta llegara a ser
la fortaleza-hospital Hermanos Ameijeiras.
A Lisandra le agrada su rinconcito de ciudad desde donde ve la calle San Lázaro y el
Malecón. Es un lugar céntrico y tiene vista al mar desde la ventana de su cuarto, aunque
para ello se vea obligada a soportar el ruido y el salitre constante proveniente del norte.
En su habitación siempre tiene la ventana abierta, segura de ladrones y miradas
inoportunas por la altura. Trata conscientemente el absurdo de contar cada noche las
estrellas e imaginar cosas bonitas para dormirse. Como recordar voluntariamente a Luís
y eliminar sus problemas de carácter y a veces, los celos tontos y su permanente afán de
asaltarme el trasero. Por lo demás es tierno y cariñoso y lo quiero tanto que tal vez me
case con él y lo traiga para acá para recostarme junto a él en la ventana después de hacer
el amor fuerte, y encariñarnos con la gente que pasa abajo y contar las estrellas de
arriba.
Esta zona de la Ciudad se ha deteriorado tanto que la mayoría de las edificaciones se
encuentran en mal estado técnico y deberían ser abandonadas. Muchos arquitectos e
ingenieros conocen que ya no existe poder humano que la salve del desastre total y la
destrucción por el martillo neumático. La temperatura aquí usualmente es más elevada
en dos o tres grados que en el resto de la Urbe por la desafortunada cantidad de cemento
y acero, así como la estrechez de las calles, la ausencia de parques y arbolados.
Ella arrastra los pies disfrutando del espectáculo de miles de toneladas de agua salada
golpeando el muro, produciendo un ruido ensordecedor y saltando convertida en parte
en espuma blanquísima en pos del asfalto o de algún auto aventurero o tonto como ella,
quien desea hoy mojarse mientras pasea por la acera junto al océano molesto y gris.
Se ven estacionados en algunas intersecciones varios camiones especializados de la
Brigada de Rescate y Salvamento. Uno de estos vehículos rojos se mueve en dirección
a la zona del hotel Riviera, donde existen sesenta metros de profundidad apenas a diez
de distancia de la orilla rocosa. Es allí donde se producen los peores accidentes por la
fuerza del oleaje y el mar de leva. Este fenómeno succiona irremisiblemente a los
nadadores inexpertos hacia afuera mar adentro, a pesar de todos sus esfuerzos por nadar
hacia el concreto.
Lisandra camina ahora hacia allá, siempre rumbo oeste, pero ya la policía le indica que
debe tomar la acera opuesta, pues ésta se ha puesto muy peligrosa. Hay posibilidad de
que el mar arrastre a alguna persona o alguien sea golpeado con algún objeto
contundente que lanzan las olas sobre la vieja pared. Hacia adelante la espuma blanca
salta hasta la altura de dos o tres pisos. Extrañamente no está lloviendo. El sol brilla raro
entre las nubes apresuradas. Ahora Lisandra camina por uno de los laterales de la SINA
y se compadece de los custodios, quienes se tienen que mantener en sus posiciones bajo
cualquier circunstancia.
Ya muy mojada, camina cerca del Memorial a Calixto García y el nivel del agua le
obliga a tomar por la calle 5ta. A las tres de la tarde las olas son de quince pies de altura
y el mar parece que se ha elevado hasta el borde del muro. La policía le obliga a
continuar subiendo hasta la calle Línea y Paseo, pues el agua ahora llega casi hasta allí.
Lisandra escucha los comentarios de las tropas que ya abundan por toda la zona. Han
tenido que evacuar a los huéspedes del hotel Riviera utilizando helicópteros. El agua
del mar ha inundado los sótanos del hotel y la excavación que se labra justo al lado sur
donde se erigirá el enorme edificio del futuro hotel Meliá Cohíba (1995). Lisandra
pudo ver algunos artículos destruidos flotando sobre las turbias aguas. Dicen que ya
habían saqueado todo lo que servía. Este día el mar sentaría un record de avanzar hacia
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dentro de la Ciudad siete cuadras. Esto nunca había sucedido. El Vedado se parece a
Venecia, pero hay personas afectadas que están siendo evacuadas en los botes a remo
pertenecientes a los camiones de las Brigadas de Rescate y Salvamento. Lisandra ve
llegar entretenida los vehículos anfibios blindados del ejército, conocidos como VTR.
Estos se mantendrán el resto del día rescatando a los vecinos que sus viviendas han
quedado inundas. En las primeras manzanas más cercanas al Malecón el agua alcanza
hasta el segundo piso de los edificios. Nadie puede predecir dónde esto va a detenerse.
Llueve a intervalos al atardecer, aunque el sol ha brillado la mayor parte del tiempo
como si nada sucediera. Lisandra se pregunta cómo los pesados anfibios pueden flotar
con tanto peso y pasajeros a bordo. No hay electricidad en la zona. Van a verse
afectados Centro Habana, El Vedado y Miramar. También la zona extrema oeste como
Jaimanitas, Santa Fe y Baracoa, donde varias viviendas van a ser destruidas por la
fuerzas de las aguas.
Es, para quienes no han sido dañados, como un raro día de fiesta cuando se sale a la
calle a apreciar las comparsas y lo inusual. No hay realmente tormenta que asuste,
rayos y truenos, viento fuerte, nada. Solo un sol resplandeciente alternado con rachas
de lluvia súbita. El mar mueve sus caderas como Lisandra y mira el alboroto que
provoca, como Lisandra.
Ella comienza a regresar, pues ya está un poco cansada y siente un frío fuera de estación
producto de agua salada que se impregna en su ligera vestimenta. Vuelve a casa como
que alucinada por este raro día de inundaciones sin torrenciales lluvias y sol afuera,
donde las personas están siendo evacuadas sin que haya huracán cercano.
Esa noche Lisandra casi no puede dormir aunque el agua no había llegado hasta su
apartamento en el segundo piso, ni siquiera al primero, y ya se retiraba lentamente. Lo
que molesta es este cielo iluminado de forma permanente por un rayo continuo
sobrecogedor. No hay noche este día, pues el firmamento está claro como si algún Dios
remolón se hubiera olvidado de apagar las luces y de fogonazo en fogonazo estuvieran
imitando al sol. Lisandra tuvo miedo de que se fuera a acabar el mundo, hasta cuando
finalmente se quedó dormida algunos minutos antes del amanecer.
El mar aflojaba y había un lindo sol afuera apenas llegaba su hora. La radio informa de
los desastres y sobre algunas víctimas siempre imprudentes, mientras comienza a llamar
a este evento La Tormenta del Siglo por su duración, alcance y rareza. Los
supersticiosos están de pláceme con los augurios de desastres y otras boberías, según la
fecha del día de ayer, cuando tantas cosas malas e infortunadas han sucedido. Miércoles
13 de marzo de 1993. Lisandra no entiende mucho de esto y tampoco le importa.
Impera en la Isla el ambiente permanente de miseria colectiva, mientras más interior,
peor. La preocupación del cubano y la pregunta más común en la mayoría de las bocas
es ¿qué poner a la mesa para la cena? Por la tarde porque el almuerzo ya está en desuso,
por lo menos por esta época. Todas estas cosas que dábamos por seguras no llegan
como debían o no llegan para nada. ¿Cómo conseguir zapatos para que los muchachos
vayan a la escuela? Ya la ropa que tengo se me está destruyendo. ¿Qué me pongo para ir
al trabajo que no esté en tan mal estado?
Tomamos por seguro y creemos injustificadamente que siempre las necesidades van a
estar cubiertas, que todo estará al alcance de la mano, que el Gobierno va a cumplir su
palabra de vigilar por las prioridades de la familia cubana. Somos desesperadamente
ingenuos.
La Ciudad de la Habana es una ciudad muerta por todos los lados, y ahora circulan esos
enormes camiones construidos en Guanabo sobre chasis argentinos que el pueblo ha
bautizado como Camellos por su figura gibosa. Como siempre alejados de la realidad,
sus constructores les han nombrado Metrobús. Estos vehículos alargados en extremo,
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tienen una capacidad de diseño de trescientos pasajeros sentados y de pie, pero en la
realidad cargan unos seiscientos o setecientos, de la periferia hacia el centro. Hay que
estar en el Parque de la Fraternidad, ahí cerca de la fuente de la India, para disfrutar del
arribo de uno de estos ingenios como el M2 o M6. Parecerá imposible la cantidad de
personas estresadas, sudorosas y malolientes que se van a apear del transporte. Serán
claramente muchos más que las sardinas en latas que se acomodan dentro de un Ikarus
articulado rojo, del cual dimos una escena al inicio de esta novela.
Los citadinos dicen que montar en un camello es como las películas del sábado por la
noche. Se califican de R, (de restringidos).
Contienen: Lenguaje de Adultos
Violencia
Nudismo
Sexo explícito.
Cuando estas calificaciones salen en los créditos iniciales para alertar a los padres de
que lo siguiente no es apropiado para niños, algunas personas dicen, refiriéndose al
filme que se va a televisar: “¡Ah, un camello!”
“Rogamos nos disculpen cualquier error en la traducción. No fuimos nosotros. Vale”.
(Más o menos) (Anuncio chovinista clásico de la TV cubana cuando van a pasar una de
estas películas).
Los cubanos nos parecemos mucho a los franceses en eso de ser ultranacionalistas y
para entenderlo hay que haber vivido en estos años dentro de nuestras fronteras. Ningún
extranjero con dólares, euros, u otra moneda en los bolsillos va a atrapar esta sensación
placentera y liberadora de no tener nada, de no poseer ni siquiera un par de zapatos a
medio romper o una vieja camisa Yumurí, la cual tal vez aún pueda ser usada para salir
el sábado por la tarde. Esa emotion de no tener nada que defender. Freedom is just
another word for nothing left to lose. Canta Janis.
Hablar en chino para nosotros es defendernos cuando creamos nuestras propias
expresiones muy cubanizadas. Como eso de Aquí, luchando, frase que encierra la
desesperación y humildad de todo un pueblo a tantos años de existencia al borde mismo
de la inanición, temblando de terror jacobino de los supuestamente justos contra los
supuestamente errados disidentes, inquiriéndose ¿qué será mañana? Luchando a brazo
partido contra viento y marea por mantener una existencia viable a pesar de los
pronósticos. Frase dicha con recogimiento y un poco de temor y timidez a la vez, como
tratando de encontrar en el interlocutor la inteligencia y complicidad de estar en la
misma clase de desahuciados, en la misma órbita, onda expansiva de reconocimiento
conmiserante, como decir: “Te entiendo, compadre. Todos estamos en lo mismo.”
En Miami continúan contentos. Esto ahora sí que se cae de todas formas. Muchos aún
conservan sus maletas preparadas y tal vez guardadas en algún bote de recreo o pesca,
da lo mismo. En este año una encuesta entre los cubano americanos arroja el número de
2 billones de dólares listos para traer a invertir en la Isla. Los emigrados tienen ese
dinerito disponible y muchos escuchan en secreto en La Florida las frecuencias de
Radio Rebelde, a pesar de la insufrible propaganda política, para tratar de conseguir
informaciones alentadoras y ser los primeros en enterarse e irse con el chisme a voces
por las calles.
Continúan los apagones de 8 y 16 horas diarias. Se ha logrado controlar un poco la
Polineuritis con la entrega masiva del Polivit a muy bajo costo (un peso) en todas las
farmacias. Se promociona este suplemento dietético muy fuertemente en los medios de
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comunicación, pero no se habla ni una sola palabra sobre la epidemia y su estado de
desarrollo entre los cubanos de a pie.
La Compañía canadiense Sherrit comienza a invertir dinero en nuevos pozos de
extracción de petróleo en la costa norte del litoral de La Habana Campo y va logrando
algún éxito inicial, tropezando con algunos yacimientos interesantes. Esta misma
compañía produce asimismo inversiones en la mina de níquel de Moa y en ciertas áreas
de la agricultura como el café nacional, lo cual parece prometer. Todo esto el Gobierno
lo mantiene inicialmente muy en secreto, pero en Cuba se conoce que existen
hidrocarburos desde finales de la década del cincuenta, aunque se cree que sea de baja
calidad o sea: rico en azufre, lo cual lo hace muy viscoso. Según los pronósticos de los
especialistas norteamericanos, aparecen buenas perspectivas para el desarrollo
energético cubano.
Luís tiene una bicicleta Flying Pigeon y Aparicio una Forever. Se diferencian poco una
de otra y pesan lo mismo. Son un medio de transporte cotidiano y querido por todos,
pues se emplean porque no existe otra cosa tan eficiente que te lleva a donde quieras,
sin emisiones polucionadoras ni gastos de combustibles fósiles. Aparicio ya no le
queda mucho para robar del almacén del Gobierno y estos han ido cerrando uno tras
otro por falta de qué almacenar. Luís se ve prácticamente de nuevo sin empleo por el
cierre sin aviso y sin anuncios de la compañía de transporte, se ha montado en su
bicicleta y se ha ido a buscar trabajo en la única rama de la economía que parece
comenzar a florecer: El Turismo.
El gobierno finalmente ha comenzado a abrir las fronteras forzado por la fortísima crisis
económica. No le queda otro recurso. Comienza a llamar a todos los que deseen venir a
visitar la Isla. El principal incentivo: Las mulatas y las preciosas playas caribeñas, la
cultura; una exclusiva mirada interior del último país socialista ortodoxo del planeta,
antes de que se acabe. Las mulatas están dispuestas a cualquier sacrificio por la patria, y
las que no son mulatas también, por supuesto.
Luís sabe hablar inglés y un poco de otros idiomas, los cuales ha aprendido cuando era
más joven por puro placer. Ahora parece que le va a servir esto para trabajar en
Turismo, pues necesitan personal capacitado para los muchos puestos de trabajo que se
van creando. El éxodo es tan violento hacia este sector donde se pueden ganar algunos
dólares, que el Gobierno se ha visto en la presión de prohibir al personal de Salud
Pública y de Educación emigrar hacia esta nueva rama de la economía. Fidel no desea
que sus médicos laboren en las recepciones de los hoteles, o las maestras hagan las
habitaciones cuando los turistas salen a pasear. Se ve un poco feo eso. El gerente
general español del nuevo hotel Sol Palmeras en Varadero, se jacta de que tiene en la
recepción a varios doctores en medicina y solo tiene que pagarles como recepcionistas,
pero siempre van a ser médicos. Ese es el truco. Este mismo alto nivel educacional va a
encontrarse en la prostitución de ambos sexos, algunas solo cazando un marido o esposa
que los saque legalmente de esta cárcel-nación. Otras por puro placer…a los dólares.
Por esta fecha comienza este fenómeno a tomar mucho auge y por ejemplo: En
Varadero, con una población de dieciocho mil habitantes, pululan más de siete mil
jineteras, casi ninguna de origen local. En Cuba, graciosamente la prostitución no existe
como delito punible en nuestro código penal, aunque no en balde se ha transferido la
trampa del código penal fascista alemán, conocido como Párrafo 42, del año 37 al
nuestro. Se llama Ley de Estado Peligroso. En este saco sin fondo legal se pueden meter
a todos los elementos que el Estado considere no se ajustan a las normas establecidas de
convivencia social, como homosexuales, prostitutas, vagos, disidentes, ladrones,
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asaltantes y cuatreros, etc. Estos elementos antisociales, palabrita-concepto legal que
tampoco es de nuestra creación, sino de los alemanes aquellos, pueden ser encarcelados
hasta por cuatro años sin la presentación de pruebas, y hasta sin juicio, en tribunales de
justicia, gracias a esta ley y a la sola presentación de un expediente confeccionado por la
policía con la firma de algunos ciudadanos afectos.
Luís ha ido a muchos lugares y le han dicho que no hay plazas vacantes hasta cuando
dio con una señora, a quien parece simpatizó, le pidió que volviera al otro día para
comenzar el entrenamiento y así lo hizo.
Cuando fue a despedirse de sus antiguos colegas de trabajo, funcionó como un
melodrama.
“Adiós Luís. No te olvides de nosotros y avísanos si hace falta más personal, aunque
sea para limpiar pisos.” Se dijeron de despedida cuando le entregaron el expediente.
Lo colocaron de Guía de Turistas, especializado en visitantes que hablaran el idioma
inglés.
¡Ah, el amor! Luís está pensando en Lisandra Ahora sabe que quien no conoce o no ha
conocido eso que llaman amor, no puede ni siquiera acercarse a captar todos los
sentimientos y sensaciones que esto implica o reúne. No hay nada igual. No es solo sexo
y deseo, ni amistad incondicional, ni aceptación total mutua, o anticipación de
intenciones, o movimientos, necesidad el uno del otro. Es todo eso unido en un solo
instante y nos sentimos dispuestos hasta a matar por ello, pero dura poco. Esa pasión
terrible no se puede soportar toda la vida, pues no hay corazón que lo resista aunque lo
deseemos. Es como el orgasmo: Supremo éxtasis, coctel de emociones y placer en
treinta segundos en el hombre, un poco más largo en la mujer. Todos deseamos que
dure una vida.
Pero si esto último fuera así, nadie atendería a nadie y deambuláramos perfectos
desconocidos, inmersos en nosotros mismos, en nuestro propio, personal y brutal placer.
La naturaleza es sabia, hasta cierto punto porque hay lagunas vacías.
Por ejemplo: ¿Por qué se pierde en unos segundos ese inmenso placer de sentir el
cuerpo amado encima de uno apenas nos separamos? Sentir los senos duros sobre
nuestro pecho mientras estamos conscientes de que nuestra pareja nos mira con amor,
con ojos que dicen claramente que podemos disponer de su físico a discreción. Que ella
desee que utilicemos su cuerpo para satisfacer nuestro placer, pero no solo con deseos,
sino con esa infinita ternura que nos impide hacer daño y cuando lo hacemos deseamos
no haberlo hecho.
Esa inefable sensación va desapareciendo con el paso del tiempo para convertirse en
una especie de cariño amable, como los periquitos quienes no pueden ser separados
cuando han elegido pareja, pues mueren. Sin embargo, si se observan bien, cuando están
juntos se verán constantemente molestándose uno al otro, empujándose, quitándose los
piojitos, picándose el día entero. La pasión va tornándose lentamente en deseo
ocasional, muchas veces pospuesto por factores externos como los niños, la falta de
privacidad, el horario de llegada al trabajo, etc. Ha cambiado imperceptible pero
drásticamente a amistad vieja con sexo, a cariño con compromiso y conveniencia Ya se
perdieron aquellos senos duros que hincaban contra el pecho y la mirada abandonada
por encima de la exuberante geografía de un par de nalgas excitantes.
Luís ha pasado con éxito un curso de entrenamiento y le han montado en un ómnibus
para que le muestre a los visitantes turistas las bondades de nuestra Isla, sus animales,
su gente. Le parece agradable hacer esto, aunque es siempre difícil explicar el desastre
de desarreglo de la otrora fantástica y adinerada ciudad, donde se pueden aún encontrar
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todos los estilos arquitectónicos en una extraña y caleidoscópica armonía, aunque Luís
no posee muchos elementos para comparar pues nunca ha estado fuera del país.
Nada raro. La inmensa mayoría de los cubanos nunca han salido de fronteras, pues para
nosotros no existe el turismo. Resulta casi imposible conseguir un pasaporte para viajar
a cualquier lugar debido a las enormes trabas burocráticas levantadas ex profeso, sin
contar el elevado costo de estas transacciones legales.
Luís está contento. Casi cuando terminaba el curso de entrenamiento para el nuevo
trabajo en turismo que le ha ofrecido la nueva compañía, el Gobierno ha emitido un
decreto ley legalizando el uso del dólar estadounidense (USD) en nuestro país. Esto va a
suceder en paralelo a nuestra moneda regular: El Peso, a partir de ahora CUP. Asimismo
se mantendrán en circulación los certificados de divisas A, B, y C con diferentes
colores, pero con el mismo poder de compra. La diversidad de las letras se debe a quién
iban dirigidos: A los abundantes trabajadores soviéticos quienes ya comienzan a
desaparecer de vuelta a su nación, a extranjeros de otras nacionalidades capitalistas
quienes van a tener necesidades de compra y cambian su moneda, a cubanos con ciertos
privilegios como funcionarios del gobierno, deportistas que retornan con premios,
artistas, etc.
Este decreto sale en junio de este año 93. Se está literalmente dolarizando la economía
cubana. Circulan hasta este momento clandestinamente unos ochocientos millones de
dólares, fulas, en la economía sumergida que llegan a las manos de los nacionales por
las llamadas remesas familiares que envían los disidentes traidores emigrados, muy en
especial desde los Estados Unidos. De esta forma el gobierno puede echar mano a este
dinerito que tanta falta le hace. Se le permite a la única compañía americana que nunca
fue expropiada. Western Union que realice las transacciones legales para el envío de
estas remesas telegráficamente: Dinero en Minutos es su slogan y abren nuevas oficinas
por toda la Ciudad y el resto del país. Bondadosamente esta compañía solo carga el
treinta por ciento de comisión a los residentes en USA para el envío de dólares a Cuba.
Casi nada. Western Union es la propietaria del único cable submarino que comunica a
Cuba telefónicamente con el resto del mundo. Si la expropian nos quedamos
incomunicados.
Numerosas personas quienes habían sido encarceladas por el delito de tenencia ilegal de
monedas extranjeras son ahora excarceladas, al esto dejar de ser un delito en nuestro
código penal.
Luís ya lleva varias semanas trabajando como guía de turistas y ha comenzado a
experimentar por sí mismo las injusticias de nuestro sistema. Le molesta el abuso que se
comete con los miembros de la Comunidad Cubana en el Exterior, quienes comienzan a
visitar la Isla tras muchos años de ausencia desesperante y gracias a los acuerdos
migratorios Cuba-USA. Algo se ha logrado con el primer encuentro de miembros de
esta comunidad de emigrados con altos funcionarios del gobierno, aunque
desgraciadamente solo van a existir dos de estos congresos. ¡Ya pueden volver algunos
de ellos aunque sea de visita!
Una compañía radicada en Nueva York y Miami llamada Celimar ha comenzado a
organizar viajes de grupos de estos emigrados, y ha contratado las flotas de aviones de
las aerolíneas privadas Cóndor y Gulfstream para los primeros vuelos directos
autorizados en muchos años desde estas dos ciudades norteñas hasta La Habana.
Inicialmente va a ser un solo vuelo semanal. Llegarán años más adelante a una veintena
diaria por varios aeropuertos de nuestra nación antes de que vuelvan a ser limitados al
mínimo.
Estos excubanos van a llegar a la Terminal Aérea número 2, habilitada inicialmente en
exclusiva para los vuelos provenientes de USA. Requieren atención especial por el
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estado de ansiedad, alegría y alboroto con que descienden del avión. El vuelo dura solo
treinta y cinco minutos desde Miami y los aparatos no pueden pernoctar en suelo
cubano, ni siquiera abastecer, por lo cual retornan de inmediato con otra carga humana
de vuelta.
Las naves llegan sobrecargadas de equipajes. Generalmente este tipo de personas trae
enormes maletines llamados gusanos por su forma alargada y estilo chorizo, por lo
relleno con todo lo imaginable dentro. Acarrean regalos para las familias que carecen de
lo más elemental. La Aduana revolucionaria les va a decomisar la mayor parte de estas
cosas. Se van a ver a mujeres extrañamente gordas con varias capas de vestidos para
poder pasarlos sin que se los quiten. Se van a ver hombres con varios sombreros en la
cabeza, grandes bolsos transparentes con cualquier cantidad de medicamentos
imposibles de conseguir actualmente en nuestro país.
Es asustante chocar con los diversos comités de recepción de familiares que esperan a
los arribantes. Hay lágrimas de humanos que no se ven desde hace mucho tiempo, gritos
de nombres olvidados, repudiados oficialmente, abrazos interminables sin palabras que
se superponen uno encima del otro, niños que solo alcanzan a rodear los pies o la
cintura del perfecto desconocido, pero imbuidos del ambiente emocional, y tal vez los
vagos o fragmentarios recuerdos de la primera infancia cuando el padre, o la madre, o el
abuelo, todavía se movía alrededor para cuidarle y mimarle. Otros ancianos se detienen
justo a la salida del salón encristalado, junto al dintel de la puerta que se abre
automáticamente, para dejarlo chocar con el calor humano del que ya se había olvidado,
súbitamente devuelto por alguien quien gesticula y grita su nombre aparatosamente
desde detrás de la cerca que los custodios mantienen a duras penas.
El espectáculo es impresionante, incluso para Luís quien tiene que ir allí casi todos los
días para recibir a los comunitarios.
Es horrible lo que tienen que hacer. Estas personas apenas salen y logran escaparse de
los abrazos y besos de los familiares recipientes, son montadas en ómnibus climatizados
y acarreados a diversos hoteles de cuatro o cinco estrellas. Allí deben pasar al menos la
noche inicial obligatoria con desayuno incluido. Esto es un absurdo pues casi todos los
visitantes tienen familias esperando por ellos con condiciones preparadas, y muchos
otros dispuestos a tratarlos como reyes a pesar de la calificación de traidores que alguna
vez el gobierno les dio. Son simplemente familia, la cual para el cubano es muchísimo
más que lazos consanguíneos. El patriotismo y la política vienen después, si acaso.
Luís tiene la tarea al otro día, junto a otros colegas, de recoger a estos visitantes en el
lobby del hotel apenas terminan de desayunar, para realizar una excursión obligatoria al
Valle de Viñales.
Esta excursión no deseada y ya cobrada, toma casi todo el día. Realmente es precioso el
entorno de los lugares que se visitan. La naturaleza es maravillosa y pródiga en parajes
extraordinarios, pero estas personas no ven nada, no les importa nada, solo volver a
reunirse con esos familiares que estaban ayer en el aeropuerto y muchos más, muchos
más. Excursión cruel y viaje turístico amargo solo diseñado para sacarles aún más
dinero a estas personas quienes no desean protestar mucho, y así tal vez no estropear la
fiesta de estar de nuevo en Cuba, su Cuba a la cual tanto añoraban, de donde tuvieron
que irse precisamente por problemas como estos.
Hay que ver a las familias esperándolos en las áreas exteriores del hotel a donde se les
ha prohibido entrar, según las nuevas regulaciones que nadie entiende. Los hoteles solo
para personas con pasaporte, dice el gobierno.
Entonces sí comienza la fiesta para estas personas. Fiesta que va a durar hasta cuando se
vuelvan a montar en los aviones de vuelta a su nueva patria de elección, la cual les va a
parecer ahora más acogedora y más extraña.
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Este sistema o especie de chantaje durará meses hasta cuando se cancele por las
protestas ante el abuso obvio.
Luís está contento. Ya está haciendo sus primeros dólares con la propina y otras trampas
y, según la ley, no tiene que declararlo, ni entregarlo al gobierno, como se había hecho
obligatoriamente hasta ese momento con todo el personal de turismo que recibía algún
tipo de regalo de extranjeros.
Comienza un nuevo, inesperado y fantástico cambio en algunas áreas que suelen ser
control exclusivo del gobierno y así aumentan las posibilidades de la ya muy deprimida
población para resolver sus necesidades. Se va generando la esperanza de que a partir de
ahora vayamos a mejorar cuando ya casi no hay que comer y solo nos falta
comenzarnos a morir de hambre. El Gobierno continúa anunciando nuevas medidas sin
mucha fanfarria, más bien a regañadientes, pero medidas que van a liberalizar muchos
tipos de pequeños negocios, donde los cubanos comenzaremos a demostrar lo bueno
que somos en producir de la nada y trabajar de verdad.
Sale publicada una lista con más de 150 profesiones en las cuales los nacionales pueden
crear negocios privados con recursos propios. Se habilitan algunas tiendas para la venta
de algunas materias primas para estos empresarios incipientes. Una de estas es La
Sortija, localizada en Monte y Prado. Habana Vieja. Se crea la ONAT donde cada quien
debe registrarse para obtener una licencia para su nuevo negocio, una vez que pague sus
impuestos, algo novedoso entonces. Muchos comienzan a generar gran cantidad de
nuevas ideas para nuevos servicios y producciones que no existen. Las personas
comienzan a ver algunos cambios. Se crean nuevas esperanzas. También hay muchos
escépticos quienes no creen en las bondades y buena voluntad del ejecutivo.
Se autoriza nuevamente la creación y funcionamiento de Los Mercados Agropecuarios.
(Habían sido originalmente autorizados en 1985 con tan grande éxito que Fidel ordenó
eliminarlos a los pocos meses, pues los campesinos habían comenzado a enriquecerse y,
según su criterio, eso en la Cuba Socialista no podía suceder). En estos lugares todo
aquel quien produzca algo relacionado con alimentos puede ir a venderlos libremente a
precios de mercado, o sea, libres. Estas ventas solo se podrán hacer cuando el
campesino privado cumpla su norma impositiva y leonina con el Estado. Esto último se
va a violar casi constantemente, pues el gobierno, aparte de que paga muy mal, no
cumple sus compromisos. En el 2007 la Asamblea Nacional se escandalizaba porque el
Banco Central informaba, en su reporte de balance, que se les debía un aproximado de
80 millones de pesos a los campesinos privados por parte de las instituciones
encargadas del acarreo y procesamiento de los productos del campo como Acopios y la
ANAP.
La presión social y la permanente hambruna fuerzan al gobierno a perder los escrúpulos
y hacerse de la vista gorda. Las producciones comienzan a renacer como el Ave Fénix,
aunque muy lentamente, desesperantemente lentas. Se prueba de esta forma la teoría del
señor Carlos Rafael Rodríguez en los inicios de los sesenta, sobre que el incentivo
material debe primar como fundamental motor para la autogestión financiera de las
empresas. La eficacia manda. Esto en contrapartida a la teoría cheguevariana de
financiamiento presupuestado, donde el Estado controla y financia en dependencia de
sus intereses y predomina el estímulo moral.
Casi al unísono se emiten decretos autorizando las inversiones extranjeras y para
facilitarlas se crean tres zonas francas al oeste, sur y este de la Ciudad de la Habana.
Mariel, Wajay y Berroa, son sus nombres. En estos lugares los productores extranjeros
pueden traer y almacenar sus productos y desde aquí vender al interior del país a las
redes minoristas cualquier clase de insumos, productos o servicios. La zona oeste o de
Berroa también se considera zona franca industrial para las producciones de alto interés
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del Estado. Una de las primeras fábricas en instalarse en esta área es la Bravo.
Corporación cubano española para el procesamiento de la carne. Le siguen Suchel
Camacho y el área Comercial de la Mercedes Benz, etc.
Una de las más importantes aperturas fue la creación de las TRD o Tiendas para la
Recaudación de Divisas. Primero se hace un ensayo y se habilita la tienda El Encanto,
localizada en el centro del pueblo de Varadero. Este amplio local se restaura y se llena
de gran cantidad de recursos y productos muy bien empacados al estilo capitalista. Para
los locales es como la fiesta de los reyes magos donde todos, aunque no tengan dólares,
pasarán a mirar, solo mirar y suspirar por que suceda un milagro y los familiares, a
quienes trataron de traidores cuando abandonaban el país, ahora les envíen algo de
divisa salvadora.
Estas tiendas TRD van a proliferar por toda la Isla. Su propiedad final es altamente
secreta: Pertenecen al ejército que trata de autofinanciarse desesperadamente en
connivencia con el Estado. Surgirán después las cadenas de tiendas Universo, Caracol,
más bien caras y dirigidas a los extranjeros; así como las Tiendas Panamericanas y de
Cubalse. Comenzarán a aparecer Boutiques ultracaras como las famosas marcas United
Colors of Benetton y muchas otras. Hay gran interés en invertir en Cuba porque las
tiendas venden en dólares y generalmente caro. Con esto en unos días el peso cubano
pierde de un plumazo el 99 por ciento de su valor de compra. Por esta época un dólar
equivale a cien pesos regulares.
Otro decreto que el gobierno emite en este momento es el aumento inmediato del 270
por ciento de incremento a todos los precios en divisas como impuesto para las arcas del
estado. Impuesto impositivo que encarece en mucho las mercancías que se
comercializan apenas salen de los mercados mayoristas. Las cadenas de tiendas
minoristas, solo por el pase de mano del almacén mayorista a los anaqueles de venta de
los comercios, se agrega no menos de un cien por ciento del valor. Fidel justifica esto
diciendo que los privilegiados que obtienen ingresos adicionales tienen que financiar a
los que no. No está de más decir que la totalidad de los comercios pertenecen al Estado.
De hecho el Gobierno continúa pagando todos los salarios en pesos regulares
intencionadamente, pues se emite otro decreto prohibiendo a los nacionales devengar
salarios en monedas libremente convertibles. No quieren diferencias en la sociedad. A
pesar de los altos precios se ven colas de consumidores ansiosos en casi todas las
tiendas. Aumenta grandemente el ingreso de las remesas familiares. En este momento
se estima que alcance la cifra de mil millones de dólares anuales.
Se crea por esta fecha las CADECA o Casas de Cambio, donde los nacionales pueden ir
a cambiar su dinero en dólares o cualquier otra moneda, para entonces acudir a las
tiendas u otras zonas de servicio.
Lo más irónico resulta que muchos adeptos al sistema, los más fieles seguidores quienes
siempre acataron las normas que se les exigía, a pesar de estar estas entonces en
contradicción con sus intereses y sentimientos, no pueden acceder a estas divisas que
ahora circulan masivamente por el país.
En cierta forma continúa para muchos la crisis económica y la fuerte carencia de
alimentos, ropa y transporte. A pesar de todas las miserias, las personas perciben cierto
alivio en las tensiones por los cambios y las nacientes esperanzas. Se podría adquirir
cierta cantidad de comida si se conseguía el dinero. Los mercados agropecuarios
funcionan a plenitud donde siempre se va a vender tan alto como se pueda, pero nunca
tanto como para perder los productos, así que los precios se ajustan al alcance del
bolsillo del cubano.
Luís, contento e imbuido en los aires de pachanga nacional, se compra con sus ahorros
su primer estéreo. Ya se había mudado para la casa de Lisandra donde lo habían
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recibido con los brazos abiertos. Para ellos la situación económica comenzaba a
mejorar. Luís no podía saber que el equipo que acababa de adquirir era el último que se
vendía en nuestras tiendas con tecnología analógica e incluía tocadiscos plásticos.
Comenzaban a aparecer los equipos con tecnología digital y se hablaba de incluso
quemadores personales de Cds, lo último en tecnología. Comenzaba en nuestro país el
apagón analógico para lo cual no estábamos ni siquiera apercibidos.
El Gobierno impide la importación de equipos de radio con onda corta para que la
población no pueda escuchar a la Radio Martí, pero de todas formas lo hacen, reparando
los viejos VEF y Selena soviéticos. Se continúa deteriorando la cacareada conciencia
comunista dentro de las filas de los seguidores del Sistema. Fidel continúa perdiendo
terreno ahora que los cubanos conocen dónde se haya lo bueno.
A pesar de los cambios aperturistas y benefactores, continúa la crisis económico-social
y comienzan a aparecer otros problemas que no se habían notado antes como el auge de
las drogas, la prostitución, y la corrupción generalizada.
1994. ÉXODO.
Este año comienza como todos los precedentes, marcados por la fuerte crisis económica
a la cual Fidel le ha cambiado el nombre para que no parezca tan cruel. En este lapso de
tiempo los burócratas de nuestra patria parecen haber decidido que con un nombre
diferente los problemas parecen menos peligrosos. Es el mismo concepto que se utiliza
para llamar a las prostitutas jineteras, al robo le decimos faltante, al embargo le
llamamos bloqueo, a los espías les apodamos luchadores por la paz, al causante de todos
nuestros males le llamamos Imperio Imperialista, etc. Tal vez suene más bonito, pero
más bien parece una extraña tendencia a autoengañarnos. Un autor inglés le llamó a esto
acertadamente Newspeak, allá a mitad del siglo 20, aún antes de que comenzara a
generarse.
La primera parte de este año los cuentapropistas van tomando auge. Se abren cafeterías
en todos los rincones de la Ciudad para vender pequeñas ofertas en moneda nacional, al
confeccionar productos que son aceptados habitualmente por el cubano. No existe banco
financiero para estas gentes. Sus centros de servicio se construyen con los materiales
más raros y exóticos, muchas veces objetos de desecho, en medio de una puerta, una
ventana, tomando parte de un pasillo en un solar, o parte de un portal, etc. La idea es
vender algo en alguna parte más o menos céntrica. Abundan las pizzas de mucha masa y
muy poco queso y tomate. Las máquinas de Frozen, o helados sin leche, los cuales
fueron muy populares en la década anterior, y habían sido abandonadas en algún
almacén olvidado por deterioro total, reaparecían reconstruidas y produciendo un helado
de mejor calidad, ahora en manos privadas con mucho ingenio y deseos de trabajar.
Aparece otro invento infernal del gobierno: La Soya, panacea alimenticia de la cual se
extrae aceite comestible, leche, extensores para cárnicos, etc. Lo malo de este viejo
descubrimiento dietético son los intermediarios. Desde cuando se mata la vaca, por
ejemplo, se corta y se transforma en picadillo o embutidos, etc y llega a granel, es decir,
no empacado industrialmente, se le va agregando más soya, y más soya. Cuando llega al
consumidor es casi solo soya amarga y difícil de aderezar y de mejorar, puro vegetal
ácido que destroza el estómago de los cubanos. ¡Ah!, Tampoco hay disponibles
medicamentos antiácidos por estos años. Los jamones de carne de cerdo en vez de ser
rojos, son ahora amarillos. Algún otro experto optimista crea la Pasta de Oca, baba
amarillenta y rojiza la cual no se puede comer literalmente de ninguna forma, a pesar de
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que la Oca es un excelente plato, pero las partes ingeribles sin asco van a las mesas de
algunos pocos privilegiados.
Existen todo tipo de trabajadores ambulantes como plomeros, carpinteros, albañiles,
electricistas, etc. Otros negocios se montan en pequeños lugares permanentes como
zapateros remendones, rellenadores de fosforeras irrellenables, reparadores de relojería
digital y mecánicos, espejueleros, de todo. Las principales avenidas se llenan de
pequeñas mesas desmontables donde se vende cuanta mercancía hiciera falta y que el
gobierno dice no están disponibles. Inexplicablemente plazas como la que se encuentra
en el lateral de la Estación Central de Ferrocarril, y en otros centros urbanos de mucho
tránsito, se comercializan productos de todo tipo que salen definitivamente de los
almacenes del estado, pero que no se encuentran en las enormes y desabastecidas
tiendas oficiales.
Florece el mercado agropecuario mientras la agricultura estatal va en franca picada al
cero. El turismo es el único sector de la economía que funciona más o menos. A Luís le
va bien. Ya no tiene que atender a las personas que continúan arribando de la
Comunidad, pues felizmente les han quitado todas las trabas para que puedan
permanecer la mayor parte de sus vacaciones con sus familiares. Puede ahorrar su
tiempo para atender a los pocos turistas americanos e ingleses que llegan a nuestra
patria.
El transporte continúa pésimo. No se ven casi policías por las calles y los militares
tratan de no salir en uniformes por los problemas en que se pueden ven envueltos. Las
personas comunes prefieren permanecer al margen. Comienza a aparecer, ya con trazos
de emergencia nacional, la droga; sobre todo en las calles de la Habana Vieja y el
Vedado. Ya no es solo la marihuana. Se consiguen incluso drogas fuertes y de alta
refinación y sofisticación. Aparece el Crack como en los mejores momentos en Harlem.
No obstante a que una parte de la población donde se ubican elementos como Luís,
considera que el país se encuentra dentro de la senda de la recuperación gracias a las
aperturas que se han estado haciendo, otro sector muy amplio comienza a sentir la
asfixia de esta crisis cada vez más exasperante.
Para Luís la visión de las cosas no es tan mala pues su sector y el entorno donde se
mueve va en desarrollo sostenido. Se ven conferencias de prensa donde ejecutivos
emperifollados anuncian nuevas inversiones en hotelería, en especial en Ciudad de la
Habana y Varadero, Holguín y Santiago. Se construyen o ensanchan aeropuertos y se
redescubren pueblos olvidados como Trinidad, la cual capta de inmediato el interés
internacional por su muy buen estado de originalidad y conservación como una buena
muestra del siglo dieciocho azucarero cubano. Los únicos ómnibus que se ven
circulando por nuestras abandonadas carreteras son los turísticos o los coches de renta,
pues el pueblo continúa pasándola mal y este esplendoroso mundo de relumbrón para
extranjeros no es para los nacionales, pues no podemos alojarnos en nuestros propios
hoteles, no podemos rentar celulares, ni rentar coches. Existen muchas nuevas
restricciones que hacen ahora la existencia aún más penosa.
Se hace norma que cada cafetería, tienda, bar, etc, cierra para reparar y cuando reabren
sus puertas se ven mucho más elegantes, pero solo venderán en dólares o pesos
convertibles. Han desaparecido ya discretamente los certificados de divisas por un
decreto del Consejo de Estado, sustituidos por los nuevos CUC o pesos convertibles
impresos originalmente en China, (después dentro de la isla) muy coloridos y de buena
calidad.
Los pocos lugares restantes que venden en moneda nacional comercializan las peores
mercancías sin garantías y el servicio es generalmente de paupérrima calidad. Los
surtidos para este tipo de comercio son muy intermitentes, inestables y deficitarios.
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Uno de los sectores más golpeados es la canastilla o ropa para bebés, la cual llega a
desaparecer casi totalmente en moneda nacional. Se encuentra solo en dólares y de mala
calidad. Este último factor, reunido con muchísimos otros de los cuales Luís les ha
mostrado una pequeña parte, van a contribuir a que Cuba se cuente en la próxima
década entre los países de menor crecimiento poblacional del planeta, para comenzar a
decrecer en cuatro mil quinientos ciudadanos a partir del 2005, tendencia que debería de
haberse iniciado para tan lejos como el 2037.
Nacen, florecen y desaparecen firmas comerciales como los hongos silvestres en días
lluviosos. Los comercios se llenan de productos de diversas nacionalidades con una
marcada tendencia a la mala calidad y los altos precios.
Este año, imperceptiblemente y para alegría de los gobernantes, el crecimiento
económico deja de ser negativo para detener la caía constante en que se había sumido el
PIB que nos hacía parecernos al pueblo haitiano por la miseria.
El Gobierno compra un gran lote de autos Peugeot, modelo Junior, para la Policía. Son
los peores de su clase, pero los más baratos, así pueden dejar los destartalados Ladas y
Nivas soviéticos, recordatorios de otras etapas.
Esta compra marca el inicio de una ascendente e imparable modernización de los
cuerpos represivos nacionales que no se va a detener nunca, a pesar de ser este
segmento casi la única fuente visible de mejoría en las calles. Quienes saben interpretar
no ven con buenos ojos estos gastos en un sector improductivo, pero de alta
conveniencia del Estado. No se escatiman recursos para estos muchachos cuando las
demás áreas económicas languidecen.
Comienzan a pulular diversas compañías de taxis, todos en CUC o dólares. Emplean
autos de segunda mano que se han comprado nuevos para la renta. Las Cadecas (Casas
de cambio de monedas) comienzan a forzar la baja del dólar introduciendo un cambio
inferior a los cien pesos regulares por unidad norteamericana. El dólar va a bajar
forzosamente hasta los 19 pesos regulares justo antes del 11 de septiembre del 2001
cuando sube hasta 25 y ahí se queda.
Este tipo de cambio no tiene que ver en nada con los tipos de cambios internacionales
en referencia con las demás monedas convertibles, y solo refiere a las necesidades
financieras del gobierno cubano quien trabaja arbitrariamente en este sector. Se
mantiene forzosamente a todos los nacionales devengando míseros salarios en pesos
regulares, los cuales práctica y realmente no tienen valor de compra.
Comienza en esta etapa una nueva tendencia al desempleo voluntario que el gobierno
nunca va a reconocer como legítimo. Alcanza de un cincuenta a un sesenta por ciento de
la población laboralmente activa, pues los nacionales deciden no ir a trabajar por diez
pesos convertibles al mes, lo cual es la cifra de los salarios habituales por entonces. Un
salario mínimo es de 125 pesos. Uno medio es de 250 CUP. En realidad los salarios no
sirven ni para rellenar unos días del mes, período de tiempo que se supone que cubran.
Se gana más dinero en cualquier otra labor ilegal que trabajando en los empleos del
gobierno los cuales son la inmensa mayoría, pero el Ejecutivo, aun conociendo los
problemas, no hace absolutamente nada para resolverlo, salvo huecos y tontos llamados
al patriotismo y la moralidad.
En la agricultura se fuerza una gran tendencia hacia el empleo de biofertilizantes y
biopesticidas por la carencia de químicos en las fábricas. Esto es beneficiosa moda en
el mundo entero, no en Cuba. Afortunadamente el gobierno no lo hace todo mal y
potencia la ciencia de la Biotecnología, la cual va a producir muy buenos frutos. En el
2008 el país va a ingresar más de 350 millones de dólares por las ventas de lo
producido en los laboratorios relacionados con las biotecnologías. Surgen numerosos
bioquímicos y nuevos fármacos de proteínas recombinantes, etc. Cuba comienza de
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esta forma un nuevo tipo de exportación: la inteligencia como producto en sí mismo, no
tecnología, ni nuevas materias primas. Solo se va a vender al exterior la gran capacidad
de crear de nuestros científicos en todas las ramas de la ciencia. Se enviarán al mundo
entero médicos, entrenadores deportivos, y expertos de toda clase para ayudar en lo que
sea necesario, en especial en el tercer mundo.
Desgraciadamente muchos de estos nuevos medicamentos no llegan a las grandes masas
locales. Los hospitales y policlínicos se encuentran en muy mal estado constructivo y
técnico. Los enormes laboratorios de Biotecnología de la Ciudad de La Habana solo
producen para exportar y generar divisas cuando escasean gravemente toda clase de
medicamentos para los nacionales. Estas divisas generadas con las masivas ventas de
fármacos de última generación, descubiertas frecuentemente con gran riesgo de las
vidas de sus científicos productores, van a parar a las arcas del Estado, quien las
empleará en novedosos tipos de propaganda política.
Estamos a mediados de julio de 1994. Julio y Agosto son los dos meses más cálidos del
verano en Cuba y es la fecha cuando todos los escolares están de vacaciones. En
realidad existe un problema y no está en las altas temperaturas las cuales solo alcanzan
hasta los 36 grados centígrados, sino a la alta humedad que llega frecuentemente a 90
por ciento. Es curioso notar como los ingleses, quienes no tienen este problema
frecuentemente, han inventado la palabrita muggy para definir este estado de miseria
climática, donde los seres humanos comienzan a sentirse pegajosos, extremadamente
cansados y con ánimos de no hacer nada por el exceso de humedad, cuando pasa del 75
por ciento de saturación hídrica de la atmósfera, cosa frecuente en nuestro país.
Generalmente el cansancio es debido a la pérdida de agua del organismo
Aparicio siempre tiene este problema a pesar de ser mulato, quien por la alta
pigmentación de la piel se supone que aguante más. Fico, Cartalla, Luís y Lisandra son
blancos y quieren construirse una residencia en Alaska, o Islandia para cuando sean
multimillonarios. Dicen. Por ahora tan solo viven en Cuba y no tienen un centavo, isla
del Caribe donde no se venden acondicionadores de aire porque se consideran un
derroche al ser altos consumidores de electricidad, un lujo propio de las sociedades de
consumo, en este país eternamente sumido en una crisis económica. Los indios vivieron
felices aquí y nunca estuvieron necesitando de estos equipos.
A pesar de las discretas aperturas y las liberalizaciones a las cuales se ha visto forzado
el Gobierno, la población continúa sumida en una existencia donde el consumo es el
mínimo exacto para no morirse de hambre, la lista de calamidades cotidianas es enorme
y no cesa de incrementarse.
Unos resisten cómodamente desde las altas esferas de la burocracia, con todas las
necesidades cubiertas por el aparato de servicios del Estado para los altos Jefes. Otros
también resisten cómodamente medrando en la corrupción, convencidos de que este es
el mejor sistema que hay, pues nada sucede que les limite el disfrute de una tranquila y
relajada existencia. Los más creen que estamos pasando por una crisis temporal, pero
que nuestro sistema social es el mejor y que los americanos tienen que respetar nuestras
decisiones. Otra gran parte considera que la solución está a noventa millas del lado de
allá del Estrecho de la Florida y hay que ir a buscarla, pero no se sabe qué pasa que
quienes se van no retornan nunca. La propaganda es fuerte en contra del gobierno en
las muchas emisoras de radio que transmiten para Cuba o con la intención de que se
escuche aquí, en especial la Radio Martí, la cual lleva ya transmitiendo
ininterrumpidamente desde 1985. Otro pequeño grupo, diminuto, aguerrido, penetrado y
maltratado por la oficialidad, cree que quienes se tienen que ir son precisamente los que
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están en el poder y no ellos, pues ya les ha dado la Historia cincuenta años con el país
en sus manos y no han demostrado nada. Solo han generado miseria, desunión, y una
guerra permanente con casi todos nuestros vecinos.
También muchos consideran que ahora es el momento de escapar e irse a Norteamérica,
donde la Ley de Ajuste Cubano ofrece muchas posibilidades de las cuales no disfruta
ninguna otra nacionalidad. No hay que desdeñar el momento y desaprovechar las
oportunidades.
Parece normal, pero para esta mitad del siglo 20 poseer un bote, yate, o barco y vivir en
Cuba es prácticamente imposible, gracias al celo que ponen las autoridades para no
perder la fuerza de trabajo tan penosamente calificada.
No obstante, algunos inteligentes han decidido inventar el secuestro a la Lanchita de
Regla o Casablanca. Estos artefactos marinos son usualmente viejas embarcaciones
reconstruidas en algún astillero de cuarta categoría, y puestas al servicio del traslado de
pasajeros entre la Avenida del Puerto al lado oeste de la bahía, hacia los dos pueblos en
el Este, región muchísimo menos urbanizada, siendo en su enorme mayoría una zona
industrial.
Estos ineficientes ferris solo transportan humanos y en esta época bicicletas, como
concesión especial a la crisis general. La de Casablanca viaja con una frecuencia de no
menos de media hora, cuando la de Regla debe salir cada diez minutos en las horas de
mayor afluencia de público, por supuesto, cuando toda la deteriorada y obsoleta técnica
esté de alta.
Algún observador tuvo una idea que le pareció buena y se la transmitió a otros quienes
fueron de la misma opinión, pues la pusieron en práctica rápidamente. Comenzaron a
asaltar las lanchitas a punta de pistola para irse al norte. Esto pronto se convirtió en un
deporte al tener un alto índice de éxito inicial en los últimos días del mes de julio y los
primeros de agosto.
¿Cómo sucedía?: Previo un rápido consenso, un grupo de cubanos resueltos se monta en
uno de los ferris, pagan tranquilamente su habitual precio de diez centavos y se
mantienen con muy bajo perfil por unos minutos. Estos vehículos no llevan ningún
custodio armado, por lo que es muy fácil en medio de la bahía sacar una pistola o algún
otro tipo de arma ligera y conminar al timonel a torcer el rumbo hacia el norte, hacia la
salida de la rada.
El timonel, único trabajador y responsable del equipo, argumenta que este tipo de medio
marino tiene fondo plano y no es adecuado para alta mar, que sus motores no resisten la
presión del oleaje, o que el combustible no alcanza, pero esto siempre aparece como un
truco inteligente ante los ojos de los secuestradores para intentar desalentarlos. De todas
formas y a pesar de estas verdades, algunos viajes son exitosos. Llegan a La Florida,
descargan a quienes deseen quedarse y retornan con algunos sorprendidos pasajeros que
han ido a Yanquilandia de gratis.
Este tipo de acción se convierte en entretenimiento para algunos. Un vecino de Fico le
confiesa que se ha montado en una lancha varias veces por día, aunque él no vive en
Regla ni Casablanca, para ver si por casualidad coincide con uno de estos asaltos y se
queda con quienes descienden en algún punto del sur de La Florida, como ha ocurrido
anteriormente en varias oportunidades. El hombre, desafortunadamente, no ha tenido
suerte.
Ha habido casos en los cuales se han quedado tres cuartas partes de pasajeros y solo han
regresado quienes no estaba preparados, o no deseaban dejar solas a sus familias como
rehenes del sistema. Habían salido por un par de horas y sería terrible llamar a los niños
o la esposa desde algún teléfono público en Miami, como desde el otro lado del
universo, sin transporte de vuelta.
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Otro de los hermanos del vecino de Aparicio había salido a buscar cigarrillos Populares
en la esquina y terminó comprando Marlboros en los arrabales de Hialiah.
Incluso, hasta el Canal 6 de la televisión nacional montó un equipo de profesionales en
las cercanías del restaurante La Divina Pastora, enclavado con una magnífica vista en el
borde de la línea Este de la entrada a la bahía. Allí lograron filmar uno de estos asaltos
a mano armada. En el video que se pasó en el noticiario nocturno se veía claramente el
señor sentado al lado del timonel apuntándole con una pistola, conminándole a salir a
todo vapor completamente cargada de pasajeros, quienes no parecían tan alarmados de
no ir al otro lado de la ciudad en diez minutos, sino al otro lado del Estrecho de La
Florida.
En nuestro país montarse en una de las lanchitas de Regla, en cualquier otro bote, e
incluso en un avión con un vuelo doméstico, no significa necesariamente que vamos a
aterrizar en el lugar planeado, aunque solo sea un trayecto de veinticinco minutos entre
Las Habana y La Isla de la Juventud. Existieron desesperados quienes secuestraron un
avión con una granada de barro pintada de verde olivo con apariencias de guerra.
El día cuatro de agosto por la tarde, un grupo de aventureros tomó por asalto un
remolcador atracado en el Muelle de Luz, extrañamente sin personal alguno a bordo y
desprovisto de vigilancia.
Días atrás, el 13 de junio de este mismo año, otro remolcador similar con casco de
madera, había sido hundido por otro remolcador con casco de acero que lo invistió en
alta mar, se dice que accidentalmente. El remolcador de madera había sido secuestrado
por cerca de cien personas de todas las edades y sexos y había salido rumbo norte.
Es de noche y hay mar fuerza cuatro. Un guardacostas cubano tipo Griffin que se ha
acercado a la escena con instrucciones de no permitir a los escapistas lograr sus
propósitos, barre la cubierta del indefenso remolcador secuestrado con potentes chorros
de agua salada y luz de sus potentes reflectores. Niños, ancianos, mujeres y hombres
caen al encrespado mar con muy escasas posibilidades de ser rescatados por el
Guardacostas y en efecto, muchos mueren ahogados sin volver jamás a sus familiares.
Decenas de ellos desaparecen entre las altas olas en breves segundos, sin que los
militares ni el otro remolcador culpable del desastre se ocupen mucho en el rescate de
los náufragos.
El viejo bote con fatídico nombre de 13 de Marzo se va a pique con sus asaltantes y
tripulación al ser partido en dos por el de casco de acero intencionadamente, pues estos
lobos de mar conocen perfectamente bien qué hacer y tenían sus órdenes claras desde la
Capitanía de Puerto. El Gobierno va a alegar que todo fue un infortunado accidente,
pero no dejará a ningún medio de prensa entrevistar a los marinos comunistas atacantes,
ni publicará sus nombres, ni los condecorará como héroes. Como de costumbre
ordenará de inmediato Silencio Absoluto y no se hablará más del caso. Al menos en los
medios de prensa locales. En el resto de la prensa mundial será un escándalo típico de
los regímenes dictatoriales y otra razón más para condenarnos una vez más en Ginebra.
Son las cuatro de la tarde y los asaltantes de este remolcador en el Muelle de Luz tratan
de arrancar el motor accionando los controles de la cabina. Nada. De nuevo uno de los
conocedores aprieta el botón de encendido y no se escucha la menor señal de que el
barco se haya enterado. Una mujer asoma el rostro debajo de la cubierta.
“Señores, ¡Este remolcador no tiene motor!”
“¿Cómo que no tiene motor?” Pregunta quien parece ser el jefe.
“Pues vengan y revisen aquí abajo. No hay nada.”
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Es fácil saber si un remolcador tiene motor o no, pues este tipo de equipo marino es solo
eso, una enorme máquina sobre un casco con la función de halar transportes mucho
mayores por espacios cortos. La superestructura es muy breve, pues no requiere de
dormitorios, ni cocina, etc. Solo de algunos compartimentos, en especial el del timonel
y el cuarto del capitán.
“¡Hay que salir de aquí!” Exclama alguno impuesto ya de la urgencia, futilidad, y
peligrosidad de su situación.
Todos se disparan en tropel, pero cuando van a bajar la escala de acero allí ya está la
policía. ¡Problemas! Todos se quedan arriba y levantan la escala con el winche manual.
Nadie puede subir ahora, pero tampoco bajar. La policía rodea el lugar. Piensan que los
asaltantes están armados, como sucede comúnmente, y no desean más víctimas. Está
cerca la memoria del remolcador hundido solo unos días atrás. Los uniformados son
cautelosos y observan prudencia. No organizan de inmediato un ataque violento en el
muelle y deciden optar por la muela.
Empiezan a arengar a los asaltantes para que se entreguen, pues no hay forma que este
barco deje el puerto aunque lo intenten. Utilizan un megáfono para hablar a los casi
fugitivos, por lo que la población ociosa y falta de entretenimiento inicia a aglomerarse
para ver el show. El ánimo está de parte de los asaltantes y comienzan los gritos y
abucheos a los agentes del orden.
La noticia circula rápidamente por entre la gran cantidad de caminantes quienes
habitualmente deambulan por esta populosa zona. Va aglomerándose un público que
apoya abiertamente a los asaltantes sobre la cubierta del remolcador. Los policías
presionan para que se bajen y se entreguen, pero esto no sucede. Pasa el tiempo.
La turba se entretiene en abuchear a los uniformados, quienes perciben que la situación
está cambiando y de sitiadores comienzan a verse sitiados por el exacerbado público. Se
escuchan abucheos fuertes.
Ya se ha agrupado una gran cantidad de personas las cuales inicialmente se mueven un
poco desorientadamente, pero con un sentido: Hacia La Punta. Fortaleza que marca la
entrada a la bahía. Todos esperan que el remolcador salga de un momento a otro.
Desconocen su condición de desmotorizado. Llegan contingentes de policías llamados
de urgencia de otras áreas de la Ciudad, quienes atacan de inmediato a esta especie de
manifestantes espontáneos. Se escuchan gritos y raras consignas.
De esta forma se da inicio al mayor disturbio que ha tenido lugar en estos años de
revolución. Nadie los organiza, nadie los financia. Nadie arenga a las masas en contra
del Gobierno, pero ya el pueblo está harto de tanta miseria y represión. Los pocos
policías hábiles o disponibles no pueden controlar la situación que se les escapa de las
manos y la gente sigue protestando y gritando cuanto se les ocurre, mientras se agregan
más curiosos y ávidos de aventura. Ya por la tarde decenas de miles de personas
inundaban Malecón. Zulueta, Prado y algunas calles aledañas se ven cubiertas por una
sui géneris y enorme manifestación de fuerza contra el gobierno.
La policía marcha desordenadamente, y sin un plan de respuesta estructurado se retira
en franca desventaja ante la creciente y molesta población que se aglomera vociferante
contra todo lo que represente orden dictatorial. Se escuchan reyertas, gritos, disparos de
armas cortas de la policía supuestamente al aire, pero nada detiene la tromba de
violentos seres humanos quienes avanzan hasta el Hotel Deauville a la altura de
Malecón y Galiano, destruyendo todas las paredes de cristal del edificio y saqueando
todo cuanto encuentra a su paso.
Son decenas de miles de personas y se extiende el tumulto hasta el Parque Maceo.
Parece un Carnaval de los veranos habaneros, aunque la fiesta es diferente y no hay
cerveza. Otro pequeño bloque de policías trata de contener a la tromba de molestos
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seres humanos a la altura del Parque Maceo y se desarrolla otra batalla campal con todo
tipo de armas de guerra que no de fuego.
Es el primer levantamiento popular contra el Gobierno desde que se tiene memoria y
muchos están asustados. Nadie sabe cómo y dónde va a parar todo esto que ha tomado
por sorpresa a todos los políticos y las autoridades. Las condiciones de hambre, miseria
y opresión han hecho estallar incluso a los más ecuánimes. Es un clásico levantamiento
popular sin partido político, sin organizaciones disidentes apoyando el movimiento, ni
capitalizando la asonada. Es el pueblo en contra de las condiciones imperantes de crisis
total. Un pueblo en rebeldía espontánea contra la miseria forzada por la mantención de
un sistema caduco e inoperante. En este instante se ha alcanzado técnicamente el
llamado y tan temido punto crítico que genera un estallido social en cualquier sociedad.
Luís viene a esta hora de las cuatro de la tarde en el asiento del pasajero de un coche
Ford Econoline de ocho plazas con algunos clientes, realizando un traslado de turistas
desde los hoteles de Varadero a los de La Habana. Se desplaza ahora por la Vía
Monumental hacia la próxima entrada del túnel bajo la bahía. Nadie les indica qué se
van a encontrar al otro lado dentro de un minuto.
Viqueira es el chofer y acelera el potente motor V8 con caja automática para ascender a
la misma velocidad por el plano inclinado de la salida del viaducto hacia la calle
Zulueta. La velocidad mínima de la vía es de sesenta kilómetros por hora. El hombre
colega de Luís lleva muchos años detrás del timón por lo que posee una vasta
experiencia, pero no estaba preparado para lo que le esperaba cuando llegara a la salida
del túnel.
Apenas asomó la nariz por debajo del puente del viaducto hacia Zulueta, casi se chocan
con una multitud enardecida. Pero esto no es una clásica marcha del gobierno. ¡Qué
extraño!
Las personas no sonríen como es costumbre, ni parecen seguir una dirección
determinada, mientras corean consignas revolucionarias. No. Tampoco enarbolan
pancartas con los mensajes habituales y aburridos. Hay un grupo gritando algo cerca de
ellos. Viqueira baja un poco la ventanilla para poder escuchar lo que vocean las
personas con fuerza. No entiende bien hasta cuando un negro alto se acerca con cara de
pocos amigos y grita cerca de la ventanilla:” ¡Abajo Fidel! ¡Que se vaya de una vez!
¡Queremos irnos de esta mierda!”
Delante del Ford se han reunido muchas personas y se muestran agresivas contra el
coche y sus ocupantes. De alguna forma representan el lujo y el gobierno con todo lo
que les falta a ellos.
Viqueira reacciona y hace lo único que puede salvarlo en estos momentos. Enciende las
luces y acelera a fondo, permitiendo al motor dar un rugido de potencia como un león
hambriento, como si fuera una emergencia, dejando el vehículo avanzar a toda
velocidad irresponsablemente. Los manifestantes se apartan y le hacen apenas vía como
habitualmente se hace en una situación real parecida. A la altura del Parque Central ya
se acaba el tumulto. Acaban de escapar de una buena. Casi no se ven coches circulando
por la Ciudad. Sin duda los rebeldes callejeros la hubieran tomado con un transporte
lujoso propiedad del Gobierno.
Luís desciende en el Parque Central después de haber dejado a los clientes en el antiguo
hotel Plaza. De ahí caminará hasta su casa, es decir, hasta el apartamento de Lisandra.
Viqueira continuó con el Ford tratando de encontrar el menos complicado camino por la
calle Zanja atravesando el barrio chino.
Detenido momentáneamente en el Parque Central, Luís aprecia una agitación inusual
entre la usual muchedumbre, la cual se mueve en una marea apresurada en dirección al
Malecón. Iban a sumarse espontánea y curiosamente a la protesta popular. No se veía a
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nadie con megáfonos o altoparlantes arengando u orientando a la multitud. Luís baja por
Neptuno en dirección a Galiano. Justo en sentido contrario ve venir a un grupo de
ciclistas de aproximadamente veinte elementos. Estos jóvenes arrojan piedras, ladrillos,
o cuanto objeto pesado puedan acarrear contra las vidrieras de las recién remozados
comercios. Gritan groserías y cualquier cosa que se les ocurra en contra del gobierno,
mientras destrozan con gran estruendo las vidrieras. Luís busca rápido una pared que no
tenga cristales y se pega a ella. Los ciclistas se acercan. Un ladrillo golpea uno de los
escaparates de una peletería mientras otra de las piedras explota cerca de Luís quien no
se mueve. El tropel pasa rápido, casi tanto como cuando se detiene el ruido
ensordecedor de los fragmentos de vitrina cayendo al piso. No se ve un policía en toda
zona. Luís reanuda su camino, pero otra tromba obstaculiza su paso. Esta vez llega a pie
y son saqueadores quienes aprovechan las circunstancias, pueblo harto de padecer
necesidades mientras observan impotentes los anaqueles de las tiendas repletos. Luís
camina y los sobrepasa observándolos. Es un frenesí de arrebato. Desaparecen todos los
artículos del escaparate en apenas unos segundos y los saqueadores continúan en pos de
los revoltosos en bicicleta.
Llegando a Galiano otro grupo de ciclistas aún mayor pasa por esta calle rumbo a Reina.
Esta es aún, aunque muy deteriorada ahora, la mayor zona comercial de la Ciudad,
otrora glamoroso Downtown de las décadas del cuarenta y cincuenta. Lo que vio parecía
para muchos una fiesta. En los rostros de los revoltosos se nota júbilo y en otros odio.
Se quedó unos minutos a la sombra del viejo edificio de la tienda La Época, justo en la
esquina. Algunos grupos de personas pasaban caminando rápido rumbo al Malecón
como si hubiera Carnavales. Otros se gritaban las noticias de un balcón a otro o se lo
decían en voz alta en la calle. Todos se movilizaban a ver la bronca en el Malecón. El
tumulto parecía grande.
Luís continúa hacia Belascoaín y apenas llega a la intersección ve pasar varios camiones
con el logotipo del Contingente Blas Roca Calderío rumbo a la avenida donde estaba el
grueso del disturbio. Los hombres sobre los transportes portan palos, cadenas de acero,
tubos, etc. Todavía no se nota un policía cercano.
Estos muchachos van a atacar violentamente a los manifestantes y enviar a muchos a los
hospitales.
El Gobierno, utilizando a estos trabajadores de la construcción, intenta dar la impresión
de que es pueblo contra pueblo. Nada que ver con las autoridades quienes aparentan no
intervenir. Obviamente la inmensa mayoría de estas fuerzas antimotines que parecen
estar muy bien entrenadas, no son más que policías y militares del ejército, así como
otros cuerpos represivos disfrazados de trabajadores. Se nota por sus Pulóveres rojos
identificativos del Contingente demasiado nuevos, sus pelados militares, las
características físicas que denotan entrenamiento deportivo, clásico en este tipo de
tropas, y la ausencia de personas de mayor edad. Algunos llevan radios walkie-talkies.
Desembarcan en Malecón y comienzan a repartir golpes indiscriminadamente. Para
ellos todos los presentes en el disturbio son contrarrevolucionarios y merecen la muerte.
Se intensifica mucho la violencia, pues los manifestantes responden al ataque con lo que
tienen.
En esos mismos instantes Aparicio ha salido de su casa y a pesar del tumulto que lo
asusta un poco, se dirige hacia la parada de ómnibus situada a la salida del túnel de la
bahía. Allí se dispuso a esperar a que llegara la ruta 298 para la Lisa. Le habían llamado
que su padre estaba muy enfermo y deseaba ver qué sucedía con el viejo. Otros
pasajeros esperan junto a él. Se ven mujeres y hombres algo preocupados por el
movedizo tumulto que ya se ha trasladado en grueso hacia Malecón. No obstante,
pequeños grupos pasan belicosos y vociferantes hacia la zona de conflicto para unirse a
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la revuelta. Los esperantes se ven un poco sobrecogidos por el manifiesto peligro, pero
la agresión les va a llegar por otro lado.
Justo en la esquina se detiene uno de los camiones del Blas Roca. De inmediato desde
el vehículo comienzan a saltar a tierra sus ocupantes. Todos son relativamente jóvenes y
visten el pulóver rojo con la cara del antiguo dirigente comunista impresa en su parte
frontal.
Están armados con cadenas y tubos de acero. Observan a todas partes y al parecer a una
orden de alguno de ellos, se abalanzan sobre las personas en la parada. Aparicio los ve
venir y se queda quieto para que lo identifiquen como inofensivo. Nadie se mueve.
Nadie prevé la excitación de los atacantes ante la presa fácil. No parece lógico, pero
donde acaba la lógica, comienza Cuba.
La emprenden a golpes con tubos sin mucho cuidado de no golpear en la cabeza.
También propinan cadenazos por cualquier parte del cuerpo para todos los incrédulos
esperantes. Aparicio recibe dos tubazos en la espalda y varios cadenazos mientras echa
a correr fuera de la parada hacia su casa, casi sin poder respirar por el dolor que le han
provocado los golpes. Tiene un fuerte y visible hematoma en la cara. Algunos
permanecen allí aterrorizados y sin posibilidades de escapar mientras continúan
golpeándolos. Una mujer cae al piso debido a un fuerte golpe en la cabeza. Esto es lo
último que ve Aparicio antes de doblar la esquina a todo correr. Nadie lo persigue
ahora.
En su casa la mujer lo ve llegar sucio y todo magullado y se asusta, llenándolo de
preguntas sin respuestas por la rapidez que las emite. Cuando se calma, Aparicio le
cuenta aún contorsionándose por el dolor y deciden ir hasta el policlínico de Zulueta y
Dragones a que le cosieran una herida en la cabeza y lo revisaran para poder apreciar
los daños.
Aparicio creía que lo habían reventado, pero solo son cuatro puntos en el cuero
cabelludo y el resto del día en el hospital bajo observación. En este momento Aparicio
es miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Sobre las cinco y treinta de la tarde hace su arribo el Comandante en Jefe en persona en
la zona de conflicto. El Comandante camina resuelto por la calle Prado hacia Malecón.
No hay tránsito. El Jefe se ve desafiante ante las cámaras de la TV nacionales y
extranjeras que le acompañan. Se ve molesto. Después de caminar un poco y de aceptar
los gritos de ¡Viva Fidel! de algunos elementos cercanos, dice a las cámaras que esta
noche emitirá algunas declaraciones para la TV nacional. Los entusiastas gritantes ahora
no muchos minutos atrás eran algunos de los mismos quienes vociferaban con igual de
bríos: ¡Abajo Fidel! El Viejo de las barbas está molesto. A estas horas la espontánea
demostración de fuerza del pueblo se disolvía lentamente por no tener nada más que
hacer, no líderes y no demandas que sostener. También las brigadas de choque
incrementaban su presión y el número de sus miembros.
Cuando el Comandante aparece en la calle Prado como inmerso en medio del conflicto,
valeroso y decidido ante las cámaras de la televisión. Hace rato que ya la misma ha sido
tomada por los militares encubiertos que han estado reprimiendo a los manifestantes. La
escolta tiene la orden de no disparar un tiro. No hacen falta. Es solo otro show televisivo
que enaltece su figura legendaria. No se informan de víctimas fatales, ni de heridos.
Cero todo, según el Gobierno. Eran tan solo un grupúsculo de revoltosos y delincuentes
haciendo de las suyas y ya han sido felizmente controlados.
Esa noche a las 8 y 30 pasado meridiano Fidel ordena cancelar las transmisiones
habituales de los dos únicos canales de televisión y anuncia una comparecencia de
prensa para todo el país sobre los sucesos acaecidos hoy.
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Luís, Aparicio con su herida, y todo el pueblo de Cuba que no lo había podido ver, se
enteran entonces por boca de nuestro máximo líder, que lo sucedido este día solo había
sido una pequeña revuelta sin importancia, provocada por algunos borrachos y
revoltosos con la ayuda de dos o tres ciclistas díscolos. La policía investiga los hechos.
Se nota muy molesto el Jefe, y entre otros muchos epítetos denostando contra el
Imperialismo dice, como improvisadamente, sin pensarlo mucho, que a partir del día 5
de agosto. Esto es mañana. Ningún cuerpo de vigilancia, ni Guardafronteras, detendrán,
ni desestimularán cualquier intento de salida ilegal del país. ¡Que se vaya todo el que
quiera! Pero que no se le ocurra a nadie robarse nada, ni asaltar aviones donde estará
reforzada la vigilancia. Todo el pueblo de Cuba escuchó muy bien esto último entre
signos de admiración.
Al otro día se iniciaba el tercer gran éxodo masivo de cubanos hacia los Estados
Unidos. En respuesta a esto a Presidente Bill Clinton no se le ocurrió otra cosa que
expresar cariñosamente ante las cámaras de televisión de su país: “¡Esperaremos a todos
los cubanos con los brazos abiertos, como lo hizo Reagan en el 80!” Parecía no saber
qué estaba diciendo. Fidel le juega nuevamente con esto una mala pasada. Otro de los
acostumbrados desastres humanitarios comenzaba para los norteamericanos.
Esta entrevista de Fidel la estaba viendo Aparicio con sus vendas, junto a Cartalla y
Fico, en la sala de la casa del mulato aporreado. No se quedó en el policlínico, pues olía
mal. Sonaba a alta ofensa que el viejo de la barba calificara a aquel levantamiento
popular espontáneo como un asunto de unos cuantos delincuentes sin nada más que
hacer. Era simplemente subvalorar el carácter y la fuerza del pueblo. Fico propuso:
“¡Vamos a hacer una balsa!”
Todos le observaron con curiosidad. ¿Estaba jugando? A Aparicio le costó poco
esfuerzo decidirse:
“¡Yo me voy contigo! ¡Ahora o nunca! Esto no tiene futuro.” Estaba furioso.
Al final de la noche, todos menos Luís, habían determinado hacer un buen uso de la
oportunidad y huir del país. Había que aprovechar esta puerta que estaban abriendo los
presidentes de las dos naciones.
Como especial regalo de la fortuna, tomarían la ventaja de que frente a la casa del
mulato había una carpintería del Estado y aún le quedaba alguna madera, aunque hacía
semanas que había cerrado por falta de materia prima. Allí construirían una balsa
reforzada con varios tanques vacíos de aceite lubricante de 55 galones. Justo al lado de
la casa del mulato vive un exmarinero quien ya había demostrado públicamente su
intención de abandonar el país en la primera oportunidad. Hablarían con él. Dicen que
tiene experiencia marinera y puede guiar la balsa en altamar cuando ya no existan
puntos de referencia. De todas maneras y como precaución, habría un asiento para Luís,
a pesar de que él había dicho que no se iría, pero uno nunca sabe. Lo había puesto
bonito diciendo que deseaba darle al país una segunda oportunidad.
La verdad para Luís residía no solo en esto de ver si este problema nacional llamado
socialismo se resolvía en algo mejor, sino que tenía la firme seguridad de que Lisandra
nunca aprobaría este tipo de recurso desesperado y sumamente peligroso para dejar a
todos sus seres queridos detrás sin posibilidades de volverlos a ver, para comenzar, en
un mundo prometedor pero incierto, una nueva vida a partir de cero. No quería dejarla.
Está enamorado de ella y ella de él también. No está muy seguro de cometer un gran
error o estar tomando la decisión correcta.
Al otro día la Ciudad aparecía como una plaza sitiada. Los cuerpos de limpieza no
habían aún recogido la basura y los desechos generados por los disturbios del día
anterior. Literalmente es una ciudad después de un combate. Nada más exacto. Pocas
personas se aventuraban por esta zona de la Urbe. Por las aceras del Malecón la policía
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no permitía transeúntes. En cada bocacalle que daba a Malecón aparecía estacionado un
camión cargado de civiles en reposo, como a la espera de algo inminente. Eran los
mismos supuestos elementos del Contingente Blas Roca, ahora aparentemente
reforzados con nuevos reclutas. No se permite el estacionamiento de vehículos por las
principales avenidas. Parece que el Gobierno quiere prevenir que se produzca otro
estallido de ira popular, pero los cubanos ya estaban entretenidos en otra cosa.
La mentalidad comunista de Luís estaba cambiando de ortodoxo militar defensor a
ultranza del sistema, a la disidencia timorata inicial. En la sala del departamento de
Lisandra trataba en vano de escuchar las noticias sobre la situación real del país y lo que
encontraba en los medios nacionales es un absoluto silencio cuando él sabía, por
haberlo visto con sus propios ojos, lo que había sucedido y lo que podía pasar de ahora
en adelante. En los pocos lugares donde podía ver la televisión extranjera como la CNN
y la Televisión Española, en los hoteles para extranjeros donde se alojaba en tareas de
atención a sus clientes, se mostraba constantemente como noticia de primera plana el
éxodo masivo que se había comenzado a producir desde las costas cubanas hacia los
Estados Unidos. Un enorme flujo de balseros se esparcía como pimienta por todo el
Estrecho de la Florida, pero nuestro querido Gobierno había ordenado silencio absoluto
a los medios nacionales. Con esto el Ejecutivo intentaba estúpidamente vender una
imagen de tranquilidad para el resto del país, sin contar la alta eficiencia y el alcance
nacional Radio Bemba. El chisme es indetenible y la excitación, nacional.
En un momento, mientras paseaba por la parte final de la zona de playa de Guanabo,
Luís vio vender un bote de diez pies de largo y un viejo motor sobre borda de gasolina
en diez mil dólares estadounidenses.
Algunos días después, en La Habana el incidente del 4 de agosto parece olvidado y la
vida discurre en apariencia normal. Estamos a mediados de agosto y el calor es tan
insoportable como siempre. Lisandra ha querido salir con Luís para observar el
atardecer desde el muro el Malecón, tomar el fresco un rato y escuchar el relajante ruido
de las olas golpeando suave contra las rocas. A Luís también la agrada la idea.
La avenida se ve limpia y con el usual muy poco tránsito. Luís y Lisandra cruzan el
espacio asfaltado y van a sentarse sobre el muro de un metro de alto cerca de la parte
trasera del hotel nacional. Dos policías de uniforme descansan cerca, reclinados
momentáneamente en una de las pequeñas almenas de concreto que sobresalen cada
cierto tramo. La vista es apacible.
Pasados unos veinte minutos un negro alto, flaco, solitario, y cargado con una recámara
trasera de tractor acondicionada como balsa se acerca al muro. Aquí el agua está muy
pegada al cemento y se aprecian varios metros de profundidad. El negro flaco viene
vestido con un short, una camiseta muy vieja y desgastada. Se encarama al muro con su
recámara en alto y la lanza al mar para quedarse tranquila oscilando al vaivén de las
ondulaciones. El negro duda como pensando por última vez su decisión y se lanza al
agua ya conocedor de la zona. Sale a la superficie de inmediato y nada hasta la recámara
para subir a bordo y sentarse en un pequeño asiento deportivo desde donde toma los dos
remos que venían atados a un lado. Lleva este señor de mediana edad un saco a la
espalda, especie de mochila, supuestamente con algunas provisiones y agua potable.
Comienza a remar hacia altamar. Observando desde abajo nota que algunas personas
han presenciado la escena y soltando uno de los remos comienza a decir adiós. Dice
algo ininteligible por la distancia, pero Luís logra captar algo de que se va al paraíso.
Luís devuelve el saludo con un poco de tristeza, pues no sabe si el hombre quiso decir al
cielo o a los Estados Unidos. En todo este tiempo los dos policías habían estado
observando la escena sin moverse. Ahora comienzan a caminar lentamente, alejándose
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hacia la zona vieja de la Ciudad. El negro se va perdiendo hasta solo ser un punto
oscuro en el horizonte y luego desaparece.
Mientras tanto ya los muchachos han terminado la balsa y le dicen a Luís que ha
quedado mejor que la Kon Tiki. No tendrá motor, pues esto tomaría más tiempo. Todos
han hablado que tienen que aprovechar esta ventana antes de que se cierre. Tampoco
cuentan con suficiente dinero como para comprar un bote ya hecho como los que
venden en Cojimar o Guanabo. En estos lugares y otros más alejados como Santa Cruz
del Norte, Santa Fe, etc, se han establecido carpinteros y calafateadores quienes están
haciendo fortuna construyendo balsas y vendiéndolas al mejor postor. También se ha
impreso una postal que se vende a los turistas donde un negro viejo de barba canosa se
sienta al lado de una balsa malamente elaborada con poli espuma, cuerdas y madera,
donde cuelga un cartel que dice: “Se Vende.”
Esta imagen le hace a Luís recordar que en una casa de Miramar en la calle Cero, entre
el puente de hierro y el Túnel de Línea existe una sola vivienda rodeada de una cerca
Peerless donde cuelga otro cartel donde se lee: Se vende un piano. Este anuncio ha
estado ahí por más de treinta años. No es mala suerte del vendedor. Es que su negocio
es reparar y vender pianos uno a la vez.
Cartalla, Fico, Aparicio, Luís y el marinero van todos los días a la carpintería para dar
los toques finales a la balsa, pero ya no tienen nada más que comprobar, ni nada más
que hacer.
Para los cinco hombres hoy es un día de fiesta, como si fuera el cumpleaños de alguno,
o estuvieran preparando una despedida de solteros. La excitación es la misma, aunque
en esta fiesta no habrán mujeres desnudas y sí otras muy preocupadas. Luís está allí con
Lisandra. Esta noche festejan la salida. Es como una especie de despedida, pues no
sabemos si volveremos a vernos, aunque no se habla del tema, ni del posible naufragio,
o el enfrentamiento a una enorme y súbita tormenta, o a los tiburones que golpean las
balsas para derribar a los tontos. Nada de esto se dice pero está en la mente de todos,
aunque el ambiente en la casa de Aparicio es de celebración. Se han tomado varias
botellas de ron del que se ha podido conseguir y se preparara una ensaladita para cubrir
la forma. Se van solo los hombres. Es una aventura demasiado peligrosa para las
mujeres, quienes tratarán algún día de encontrar otra forma de escapar del país para
reunir la familia. Algún día tal vez que no va a llegar nunca más.
“Cuando lleguemos y nos instalemos, hay que tener bien clara la idea de que los
gastos van a tener que estar por debajo de los ingresos.” Dice Fico. “Tendremos que
permanecer viviendo en el mínimo como lo hemos estado haciendo aquí forzosamente,
hasta cuando podamos levantar cabeza e independizarnos con un apartamento para
cada uno.” Fico siempre parece ser el más organizado y paciente de todos.”
“En cuanto llegue me voy a comprar una nueva bicicleta Forever para no perder la
forma y seguir en la inercia de esta miseria, para cuando pueda pagarme lujos, me
sepan muy bien”. Dijo Aparicio. “¿Qué creen?”
“Eso es lo que hay que hacer.”Aportó Luís que no sabía mucho de asunto. “Pero
manténganme informado. Escríbanme cuando se estabilicen y mándenme fotos, muchas
fotos. Tal vez esta dictadura del proletariado no dure mucho y yo pueda entonces ir a
visitarlos a ustedes.”
“Eso mismo pensaron los ricos cuando salieron de sus residencias en Siboney-Atabey
para montarse en sus yates. Creyeron que iban a regresar pronto y aún están
esperando treinta y cinco años después.” Dijo el mulato sarcástico. “Ya pasa de
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medianoche. Cada uno para su casa y nos vemos a las cinco. El Camión ya estará listo
a esa hora en la puerta de la carpintería para cargar la balsa y largarnos. Recuerden.
Solo agua y bebidas energéticas. El viaje debe ser corto.”
“¡A las cinco!” Dijo Fico.
“¡A las cinco!” Dijo Cartalla.
Luís se fue caminando con Lisandra hacia su apartamento. No iba a estar allí a las cinco
de la mañana. No les gustan las despedidas melodramáticas. Solo se habían dado un
abrazo y “Nos vemos mañana.” Esa mañana veinte años después aún no ha llegado con
toda la enormidad y ruptura interior que eso significa. Haber estado juntos toda una vida
y en un solo día todo se acaba, pero la vida es así. Nada nuevo.
A las cinco de la mañana Fico, Aparicio, Cartalla, el marinero y la mujer del mulato
estaban frente a la carpintería con una bolsa cada uno en la mano. Esperaban con cierta
ansiedad la llegada del camión el cual se demoraba. Un transporte dobló derecha
contrario por Tejadillo hacia Aguacate. Era ese. El marino abrió con cierto esfuerzo el
portón de metal para dar acceso al vehículo al patio de la carpintería.
La balsa fue izada por la grúa rodante del techo destinada para acarrear el producto
terminado. Parecía impecable. El artefacto está construido con un material plástico
blanco muy ligero, ajustado con madera reforzada con cables de acero trenzado. A cada
lado se aseguran tres tanques vacíos y sellados herméticos, también asegurados con
cables de acero. Un tablado en la superficie acomoda seis sillas inamovibles y remos
para todos. Termina la obra una baranda lo suficiente resistente contra marejadas.
Parece que puede soportar un viaje transoceánico.
Ya sobre el camión salen de la carpintería. Se marchan. La mujer del mulato cierra las
puertas con lágrimas en los ojos pero se mantiene callada. Se acabó su matrimonio
quien sabe por cuánto tiempo. Cruzó la calle y entró a su casa enormemente vacía.
Tenía que hacer café.
El camión es un ruidoso Maz 500 ruso y hace un estruendo ensordecedor en la cabina
donde van todos apretujados. Se dirige al Este por la Monumental. Toma Vía Blanca
hacia donde termina la Ciudad y comienza la Habana Campo. El límite entre las dos
provincias es una curva peligrosa donde termina la playa y comienza el diente de perro.
Amanece y el espectáculo es sobrecogedor con el color naranja inicial y el rojo, y el
verde, el azul. Magnífica despedida para los muchachos que les da su isla caribeña.
Entre los seis levantan la ligera embarcación de la cama del camión que ha retrocedido
por un escondido callejón que baja desde la carretera hasta la arena, y la colocan casi al
borde del agua. Después sobre el mar donde se queda flotando como si siempre hubiera
estado allí, sin escoras y casi sin balanceo a esta hora de la mañana. Los tanques
aseguran la flotabilidad a todo recurso, pues van llenos de aire y se aprecian bien atados
a las bordas por los cables de acero que el salitre va a podrir en apenas unas semanas.
Esperan no tener que navegar tanto, pues comenzarán a tener que esquivar icebergs y
verán algún igloo tenuemente iluminado en la distancia. Esperan que Heriberto el
Marino sapa lo que hace. Todos se montan a la balsa. Aparicio ya le ha pagado al
camionero y el vehículo ruge callejón arriba para llegar a tiempo a su centro de trabajo.
El marino no se ve nervioso, está como en su medio. Todos están alegres y excitados.
Heriberto mira a la brújula y habla mientras señala hacia el horizonte:
“Por ahí para allá derechito. Tendremos que remar hasta cuando podamos asegurar el
mástil e izar la vela que hemos traído. El timón va a ir atado pues solo hay una
dirección. Vamos a avanzar siempre con la costa detrás mientras se vea. Andando.”
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La Kon Tiki tercera o… cuarta comienza a alejarse de la orilla mientras ya algunos
curiosos observan la operación de cerca. Se ve otro camión retrocediendo por el mismo
callejón con otra balsa rara sobre la cama. Alguien dice algo desde la carretera en voz
muy alta pero apagada ya por la distancia. Los muchachos llevan una silla vacía, el
asiento de Luís, pero ya demasiado tarde para alternativas o dudas. Nadie habla
concentrados en los remos y en cómo dominarlos, pues no tienen mucha experiencia.
Detrás van dejando todo lo entrañable y lindo por un horizonte incierto cargado de
promesas. La balsa se va perdiendo entre los diversos tonos azules donde no se sabe ya
hasta dónde el cielo o hasta dónde el mar.
GUANTÁNAMO.
Las condiciones sociopolíticas dentro de Cuba continúan siendo las mismas como en un
país en estado de guerra. Se había hecho muy cierta la predicción de Fidel del estado
calamitoso que les esperaba a casi todos, pero no había predicho las balsas. No había
explosiones, ni soldados por las calles dando órdenes o bloqueando vías, por suerte
tampoco coches bomba o humanos bombas. Por fortuna el cubano solo es fanático al
béisbol, a las mujeres y al dinero. Pero en Cuba estamos en guerra contra todo lo que
huela americano, excepto los dólares.
Es decir que estamos en guerra y en paz, pero solo tenemos las calamidades de la
primera, pero sin disparar un tiro, o sea, de gratis. Mira que Fidel enreda las cosas.
Continuamos casi sin comida, la poca industria artesanal que aún funciona está
destinada a la defensa y a pequeñas producciones de emergencia para sostener a los
soldados y a los políticos. No existe el transporte público, no hay lugares a donde ir de
esparcimiento ni nada con que entretenerse. Solo tenemos apagones interminables, es
decir, alumbrones por unas cuantas horas para confirmar que aún no se ha extinguido la
civilización, y que tal vez en un futuro inmediato nos llegue la luz del progreso a los
bombillos de nuestras viviendas.
Los cubanos nos hemos ido acostumbrando a este estado de cosas, pues como bien dijo
nuestro máximo Líder, en Cuba solo ha habido una sola guerra la cual ha comenzado en
1868. Debe haberse basado para hacer esta afirmación el estado de depauperación de las
ciudades, el raquítico crecimiento de la economía y la psicosis de plaza sitiada que
propalan los medios informativos como estrategia de gobierno.
Para cuando los muchachos escapan ya a finales de agosto en su precaria Kon Tiki, le
han precedido más de treinta mil personas más o menos de igual forma y les seguirán
unas seis mil más. Este gran éxodo continuará hasta el 1ro de septiembre. Se conocerá
finalmente cuantos llegan, pero no cuántos no lo logran. Nunca se sabrá.
El Gobierno norteamericano, el ver la avalancha humana que se les venía encima por la
estupidez de ambos sistemas, se apresura a destacar varios grandes barcos guardacostas
llamados Escampavías Porta helicópteros, con la misión de recoger a todos los que
veían en el agua y acumularlos en cubierta hasta cuando no cupieran más. Entonces
deberían trasladar la pesca hasta la Base Naval de Guantánamo, donde se mantendrían
hasta cuando fuesen procesados.
Esta base naval fue creada en 1902 para suministro de la marina de USA. El acuerdo
fue abolido en 1934, pero permanecen allí en contra de la voluntad del Gobierno de los
Hermanos Castro Comunistas en una especie de limbo legal, pues no es territorio
cubano, ni americano exactamente. Por esta razón ninguna ley se aplica en esta zona,
mucho menos la de ajuste cubano.
73
En el área sureste de la extensa base se han cercado varias hectáreas y reforzado con
custodios y marines. Allí se va a conformar una especie de campo de refugiados donde
han acomodado a toda la pesca de los Escampavías.
La Kon Tiki cuarta o tercera ha estado navegando 17 horas en alta mar, a ratos
propulsada por Eolo, gracias a su única vela fabricada a partir de un toldo de un camión
colgando de un mástil de poste de teléfono recortado, o a remo. Después de media hora
ya todos tenían ampollas en las manos y tomaban agua como camellos en el oasis. El sol
es violento y no hay donde esconderse. Cuando el barco guardacostas aparece en el
horizonte como salido de una mala película sobre el Triángulo de las Bermudas, se les
acerca a toda velocidad.
“¡The Flying Ducht!” Dice Fico cuando ve al enorme casco acortar a distancia, en
referencia al barco holandés errante por los siglos. Ninguno entendió, pero no les gusta
como suena y les cortaron el camino, o la estela, o lo que sea.
A pesar de que uno de los marines utilizando un megáfono les alerta en español de que
serían recogidos del agua obligatoriamente, Aparicio no quiere ser rescatado, pues dice
que quiere llegar a las costas de los Estado Unidos para aplicarse a la Ley de Ajuste
Cubano y el marine dice que negativo, que tiene que subir a bordo y les bajan una escala
de gato, de esas hechas de sogas y que cuelgan verticales por la pared de acero.
Finalmente suben.
Lo que no sabe Aparicio es que los cables de acero que atan las maderas están ya a
punto de partirse por el roce constante entre ellos y esto iba a obligarles a continuar
nadando unas cien millas en un mar relleno con tiburones cabeza de martillo, el blanco,
el toro, y todo el resto de la lista de otras bestias marinas que han aprendido que los
cubanos saben bien para el almuerzo o la comida. Así que los marines prácticamente y
sin saberlo les salvaron la vida.
Decir hombre al agua en el Caribe o Atlántico es para los escualos como decir a los
humanos emparedado de atún con tomates. Algunos escualos no esperan a cuando les
toque y golpean las endebles embarcaciones para ver si se desprende alguno de los
pasajeros del racimo. De cuando en cuando pasa y el mar se tiñe de rojo en treinta
segundos. No se sufre tanto después de los primeros despedaces.
A Fico, Cartalla, Aparicio y el marinero no les cayó nada bien la subida por la escala, la
cual se acercaba y separaba de la borda por la inclinación del barco, pero menos les
gustó cuando eran trasladados hacia una zona de la proa, y escucharon las explosiones
de un cañón de grueso calibre cuya dotación se entretenía en destrozar la Kon Tiki,
especialmente disparar a los tanques que se llenaban de agujeros y de agua, para
llevarse finalmente al fondo el tablado y algunos pedazos de poli espuma. Nadie más
podría utilizarla. Se fue al fondo en paz y sin dar tumbos como los barcos.
Los segregaron y les marcaron su área con una soga. También les proveyeron de mantas
y botellas de agua. No se podían mover del lugar para nada. Había varios guardias con
armas largas visibles. Parecía que intentaban impedirles que se lanzaran al mar
nuevamente. Nadie lo hizo y nadie supo más tarde cuál era aquella costa donde ondeaba
una bandera americana. Muchos comenzaron a ponerse contentos por el aparente
aventón, hasta cuando alguien pudo leer el cartel colgado en la fachada de un extraño
edificio de la extraña ciudad. Guantánamo Bay. Cuba.
Entonces sí tuvieron los custodios que manipular sus armas y ponerse fuertes para que
los prisioneros no se lanzaran al mar, pues muchos hicieron el amago. Traición, es la
palabra en todas las mentes. “¡Prefiero a los tiburones!” Dijo un calvo flaco y medio
asustado.
74
Un puertorriqueño de entre los marines les explicó que aquella zona era propiedad del
Ejército Norteamericano. Ustedes no serán devueltos al Gobierno Comunista, y solo se
quedarán aquí el tiempo necesario para su procesamiento.
Esto los calmó. Y así fue. Al suroeste se estaba levantando toda una ciudad con tiendas
de campaña donde serían hacinados los más de treinta y seis mil escapistas que se
rescatarían del mar. A pesar de las cercas, las condiciones son bastante buenas. Los
dejan caminar, comunicarse, tomarse fotos, escribir, enviar correos. Los periodistas los
entrevistan con bastante libertad y a pesar del calor, el ambiente es bueno. Les han
provisto de ventiladores y la comida es aceptable. Parecen casi turistas y los marines no
se muestran amenazadores, más bien amistosos.
Todos han sido entrevistados en los primeros días y clasificados en ficheros por
oficiales de la Marina que hablan cubano. Son cubanos. Entre otras cosas estos nativos
descubrieron a un par de árabes quienes trataban de pasarse por caribeños, incluso
mejicanos quienes no pudieron suprimir el Cuate y los pedidos de tamalitos.
Después se supo que entre nosotros también había criminales escondidos tras caras de
buenas gentes, pues por unos momentos de humanitarismo bondadoso, los carceleros
cubanos comenzaron a dar pase a los presidiarios solitos para que fueran a ver a sus
mamás, con la condición de que regresaran a los pocos días. Esto había sucedido en
masa durante el éxodo del Mariel en 1980, cuando en apenas tres meses escaparon más
de 176 mil personas, pues alguien había esparcido el rumor de que los comunistas iban
a organizar una zafra de los Diez Millones otra vez.
Los primeros en salir de la base rumbo a los Estados Unidos fueron los profesionales y
quienes tuvieran patrocinadores en tierra americana. Fico, ingeniero electroenergético
fue uno de los primeros. Le siguió Cartalla, abogado, el marinero y por último el
mulato, pues no tenía una profesión específica.
Al final todos se fueron en un año y dejaron abandonado el campamento, el cual sería
remodelado en el 2001 y elevada en mucho su seguridad para alojar a los explosivos
talibanes capturados en Afganistán e Iraq.
Hubo momentos dentro de este año 94-95 cuando algunos desesperados por la
incertidumbre de no conocer su destino final, decidieron volver a su terruño comunista
escapando de noche a pie y a campo traviesa.
Los norteamericanos recién habían retirado unas diez mil minas de su lado del terraplén
limítrofe, pero en el lado de los cubanos se mantienen ahí todavía. Nadie sabe bien
dónde están, pues los soviéticos se han llevado todos los planos cuando se retiraron.
Algunos volaron y fueron noticia. Otros no volaron y también fueron noticia como
aventureros patriotas quienes habían preferido arriesgar sus vidas para volver a su
terruño natal.
Otros quizás se sintieron amenazados como futuros prospectos a prisioneros del
imperio.
Nuestros muchachos de la historia fueron a parar todos a los Estados Unidos, a un
apartamentico en un barrio malo en alguna zona de Miami por trescientos dólares al
mes, pero eso es otra historia que no les voy a contar ahora.
Luís había quedado solo con su Lisandra y toda la Habana para él. Ya no tenía un lugar
con amigos parciales a donde ir a tomar un poco de ron y arreglar el mundo en media
hora.
Lisandra ni siquiera sabía que él se había quedado en primer lugar por ella, por amor,
por los hijos que iban a llegar en algún momento. Luís sin estar totalmente apercibido
había tomado la mayor decisión de su vida, aunque se había basado en algo tan efímero
e ingrato como el amor, pero con un peso tan enorme como un hueco negro, aunque
para él es un sol que lo mueve. Existían otros motivos, pero aún imprecisos,
75
desdibujados y de poco empuje. La Ciudad le queda de todas formas excesivamente
holgada y ya no sabe cómo hacer nuevas amistades que sean amigos de la infancia. La
Ciudad le queda demasiado grande pero ya no hay nada que hacer. El transporte
continúa casi inexistente aunque por esta fecha comienzan a ensamblarse en la antigua
fábrica donde se armaban los Ikarus, ómnibus rígidos de marca Mercedes Benz de
origen brasileño Busscar, los cuales van a funcionar en la ciudad hasta más allá de sus
veinticinco años de uso. Tampoco nunca fueron suficientes para satisfacer la alta
demanda citadina.
1995. COMIENZA EL DESPEGUE.
Luís ha logrado conseguir el periódico Juventud Rebelde del día, después de una larga
cola en el estaquillo de la esquina, cerca del supermercado 1005, el cual permanece
vacío como en sus peores tiempos. La necesidad de Luís del periódico no es realmente
la noticia, pues en cuatro pequeñas páginas no se puede colocar mucho texto. La
impresión es pésima. Tal vez haya sido buena allá por los años treinta o cuarenta
cuando los equipos eran nuevos y solo utilizaban el rojo y el negro como Stendhal. Las
reproducciones de fotos con el sistema de puntos presentan muy baja definición,
haciendo difícil identificar a los sujetos.
Abre directamente la segunda página y busca la programación de los apagones.
Encontró el cuadradito debajo a la izquierda de la hoja con el esquema perfecto. La
Ciudad había sido dividida para este fin en varias zonas para ocultar áreas que nunca se
afectaban como La Habana Vieja y parte de Centro Habana, áreas que no se podían
desenergizar, pues su sistema antiguo de cables soterrados muy deteriorado aún hoy, si
se enfría, al regresar la electricidad y recalentarse, puede explotar.
Corazón de la Ciudad en los siglos 19 y primera mitad del 20, muestra la inteligencia de
nuestros ingenieros por el diseño de la trama urbanística, pues nuestra isla está situada
en medio del recorrido de casi todos los huracanes caribeños, aquí no tienen cables que
tumbar. Todos los sistemas de abastecimiento energético como el gas y la electricidad,
teléfonos, van bajo tierra, soterrados. También poseen un muy eficiente sistema de
drenaje el cual vierte toda la pluviosidad en la bahía o el Malecón.
Es conocido que durante los muchos días lluviosos que preceden a un huracán, el único
destrozo en esta área son los varios edificios desplomados cuando sale el sol a secarlos.
No mientras llueve, solo cuando comienza a variar rápidamente la temperatura y la
dilatación los desarma, derrumbándose y matando a varias personas inquilinos o no.
Por suerte Cartalla se ha ido, pues su edificio es uno de los muchos que se mantiene en
equilibrio precario. Cuando Luís subía al séptimo piso de su apartamento, se podían ver
el cielo y las nubes por las resquebrajaduras de las paredes. El ascensor había sido
detenido hacía ya muchos años aunque nunca se paró su motor por roturas, sino por
torceduras de toda la estructura de acero por donde rodaba verticalmente. En la planta
baja de este edificio se encuentra el restaurante para turistas Castillo de Farnez. Tiene
miles de toneladas de potenciales escombros encima.
Otra de las zonas que nunca aparece dentro del esquema de planificación de apagones es
la llamada Siboney-Atabey. Allí no existen cables soterrados, pero vive la actual alta
burguesía de los políticos nacionales y algunos privilegiados. Allí tampoco nunca ha
llegado el Período Especial, muy específico dentro del área del Laguito, donde los
custodios muy bien armados no permiten que la miseria penetre o se escabulla por entre
los intersticios de las grandes mansiones. Me refiero a las carencias y a las gentes,
ambos.
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Luís comprueba con molestia que le corresponde el apagón a partir de las seis PM hasta
las doce de medianoche. ¡¿Entonces por qué no hay electricidad desde LAS NUEVE
DE LA MAÑANA?! A lo mejor es que un vecino se ha portado mal y no habían dicho
nada sobre algún castigo pendiente. Pensó Luís con sarcasmo.
Lisandra se había ido temprano para su trabajo, pues la fábrica donde ella estaba
empleada iba a cerrar para una renovación capital. Para cuando reabriera pertenecería a
una compañía mixta y le aumentarían un poco el salario. Algo interesante resulta que
los nuevos propietarios les entregarán a todos los trabajadores una bolsa, javita en
cubano, la cual vendrá llena con muchos de los artículos que se necesitan en el hogar
para el aseo cotidiano, junto a otros artículos importantes. Ya eso se considera un gran
aumento de salario al no verse obligados a comprarlos en las tiendas con pesos
convertibles o dólares. Ya se había hecho famoso el español Camacho al invertir gran
cantidad de dinero en las fábricas de jabonería y perfumería Suchel. Por ejemplo:
renacían para el mundo los famosos jabones marca Candado. Este producto había tenido
una de las mejores y más exitosas campañas publicitarias de que se hayan tenido
noticias allá por las décadas del cuarenta y cincuenta del pasado siglo. Consistía el truco
en que dentro de uno de los grandes jabones para lavar la ropa venía un gallito dorado.
Si el ama de casa tenía la fortuna de encontrarlo, se ganaba el premio de una vivienda
totalmente gratis en alguna zona céntrica de la ciudad. Este inmueble llevaría un gran
candado en su fachada como parte de la propaganda y sería entregada con la
participación de varios medios informativos que darían fe de lo humanitario de esta
compañía jabonera. Aún hoy se vende el jabón candado, pero ya no traen los atractivos
gallitos dorados dentro.
Lisandra no está muy segura de si se queda en su puesto de trabajo, pues se van a hacer
reestructuraciones y redimensionamientos. Estas largas palabritas quieren decir en
esencia que se va a enviar a muchas personas a la calle por innecesarias. El Sistema
Socialista emplea donde va una a tres, es humanitario, pero no eficiente. Sin embargo
parece que Lisandra le cae bien al nuevo Jefe gallego quien ha estado invirtiendo el
dinero. Le había ordenado que realizara un inventario en los enormes almacenes ahora
casi vacíos y solo aparecen productos de lento moviendo u obsoletos de los cuales hay
que deshacerse. El peninsular quiere una contabilidad eficiente y moderna. A los
económicos les había parecido horripilante lo que había dicho el hombre de que los
artículos que se producían no podían permanecer en los almacenes más de una semana,
y tan solo tres meses para los insumos que ingresaban. No se admitían pérdidas o
faltantes, como le llamábamos nosotros ahora al robo. Había que producir
necesariamente por encima del costo. Consideraba también que no podían existir
clientes morosos, pues cuentas por cobrar por más de tres meses se consideran pérdidas
y hay entonces que ir a arbitraje legal y si es necesario, un tribunal para obligar al pago.
El problema en Cuba, dice, es que el principal moroso es el Gobierno y las relaciones se
hacen tensas. El nuevo Gerente habla haciendo demasiado uso de la zeta y tiene una
cara bonita sobre el cuello ajustado por la corbata del Corte Inglés, según dice con harta
frecuencia.
Este año en el país se ha creado una nueva Ley de Inversión Extranjera, la cual permite
a los extranjeros, incluso a cubanos residentes en el exterior quienes no han cometido
crímenes violentos contra el país, invertir en cualquier campo de nuestra economía hasta
incluso poseer el cien por ciento de las acciones y en casos especiales, contratar a su
personal directamente. Se exceptúan La defensa, la Salud Pública y Educación, aunque
se puede producir para estos dos últimos medios.
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Lo que le resulta curioso a Lisandra y reconoce como una aberración de esta nueva Ley,
es que excluye a los nacionales con carné de identidad. Los cubanos que hemos sido
fieles y nos quedamos dentro de la Isla, soportando todas las calamidades a pie firme,
no podemos hacer ni siquiera modestas inversiones en nuestro propio país, pues eso está
en contra de los principios socialistas, es decir: explotar el trabajo asalariado, obtener
plusvalía. Tampoco por ello podemos tener empleados. En los pocos negocios privados,
los cuentapropistas solo pueden recibir ayuda de familiares.
A pesar de todo, el interés que esta ley causa en el extranjero es grande por la
posibilidad de invertir en una tierra virgen, donde circulan dólares americanos y los
precios son altos, mientras los gravámenes empresariales son muy flexibles. También
nos convertimos en un paraíso fiscal donde, si hacen una buena donación inicial al
gobierno, no preguntan mucho de dónde proviene el dinero en el exterior.
La Cámara de Comercio está constantemente recibiendo solicitudes para abrir nuevas
firmas y corporaciones a pesar del bloqueo imperialista.
Las condiciones internas del país continúan siendo difíciles y el transporte casi
inexistente, pero algunas ciudades como Milán donan una flota entera de autobuses Fiat
que acaban de ser retirados de circulación allá. Asimismo pasa con los alemanes de La
Mercedes y varias ciudades españolas. Estos vehículos se mantienen con sus propias
matrículas extranjeras a manera de agradecimiento de los cubanos, pues de esta forma
puede ser identificada su procedencia. Por supuesto que también le agregan matrículas
azules cubanas. Los españoles son todos de marca Pegaso, los últimos que fabricara
esta compañía antes de caer en manos de la Fiat y convertirse en Iveco. La ciudad de
Paris también envió sus excelentes autobuses Renault los cuales con diez años de
explotación se veían muy bien. Esto ayudó un poco un tiempo.
Por esta época también la Volvo comenzó a vender ómnibus de segunda mano marca
DAF provenientes de Holanda y los locales comenzamos a llamarlos Saunas al tener
todos los cristales inamovibles, cero ventanillas y no aires acondicionados. Con estos
últimos se crea la compañía Transmetro, la cual ofrece sus servicios solo en dólares,
como los taxis.
Nace también Viazul como desprendimiento de la ASTRO, esta última muy deficiente
con guaguas coreanas marca Kia para el traslado de los cubanos ínter ciudades en
moneda nacional. La primera crea líneas paralelas a la segunda, pero en dólares y con
ómnibus nuevos Mercedes Benz que los cubanos generalmente no podemos pagar.
Con esto y el surgimiento de los hoteles en los grupos de cayos controlados por la
compañía del ejército Gaviota, se termina de crear el apartheid turístico diseñado por
el gobierno para que los nacionales no se rocen mucho con los extranjeros y se
contagien con influencias nocivas extrañas a nuestro sistema que tanto ha costado
construir. De más está decir que los cubanos no tenemos acceso (por más de una
década) al paraíso que es Cayo Coco y Guillermo, Cayo Santa María, Cayo Largo del
Sur, etc, donde para llegar hay que tomar predraplenes construidos por nosotros mismos
y donde hemos situado puestos de Guardafronteras para impedirnos el pase. En el caso
de Cayo Largo, donde no existen habitantes cubanos, es peor, pues impiden a los
nacionales con carné de identidad abordar los aviones si no vas a trabajar, previamente
autorizado por una carta del gobierno. Todo este conjunto de restricciones nos hace
sentir ciudadanos de segunda clase en nuestra propia tierra, desplazados por los
extranjeros importantes porque traen dólares y maltratados por nuestro propio gobierno,
quien nos cree ineptos y estúpidos, incapaces de percatarnos de tan humillante
discriminación. Aun así, recibimos a los visitantes con una sonrisa y un regular servicio.
No los hacemos culpables de las miserias que ellos no crearon. (Este apartheid turístico
comenzó a terminar el junio del 2009 cuando el gobierno de los Castro autorizó a los
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cubanos comprar excursiones con días de alojamientos en los hoteles nacionales a muy
bajo costo relativo, provocando una enorme explosión de paseantes internos al menos.)
El Gobierno ha sido eficiente en generar varias formas de enfrentamiento entre los
propios cubanos para el debilitamiento y dispersión de nuestras fuerzas. A saber:
-Los cubanos de adentro se atrincheran en contra de los traidores cubanos de afuera,
terroristas de Miami, mafiosos, etc.
-Los cubanos con identidad nacional impedidos de disfrutar las bellezas de nuestro
propio país contra quienes tienen pasaporte, incluyendo a los extranjeros.
-Los cubanos de adentro contra los cubanos de adentro, pues nadie conoce a ciencia
cierta quién los va a delatar o denunciar ante la policía por cualquier cosa. Terror
jacobino revolucionario para sostener la Revolución. Ahí están los CDR en cada
cuadra, vigilantes y eficientes. Ahí está la Ley de Estado Peligroso, creación Fidelista
fascista alemana. Antisocial es todo aquel quien le caiga mal al gobierno. Un gran saco
sin fondo donde se colocan hasta los disidentes, prostitutas, etc.
Luís está contento pues tal parece que la situación del país está cambiando para bien. La
economía se ha descentralizado y las empresas pueden utilizar parte de sus ganancias
directamente en la compra de insumos y materias primas en el mercado nacional o
extranjero. Comienzan a aparecer las primeras producciones locales con calidad y
funciona muy bien La Maison, la casa de la moda en La Habana y en Santiago, con
show de diseñadores cubanos. Se venden bien sus productos. Aparece en la bahía
habanera la réplica de un galeón español del siglo diecisiete a cargo del gerente español
de nombre Reinoso, luego se une otro más pequeño y dan viajes por todo el litoral con
música y función de discoteca. Llega también por esta época el Señor Royo y crea su
compañía Poliplast and Royo especializada en producir estatuillas copias de todas las
esculturas famosas como la Venus de Milo, el pensador, etc. Utilizan para ello el
alabastro, material muy resistente que se asemeja al mármol, pero puede ser moldeado.
Esta materia prima proviene de Colombia y llega a La Habana en contenedores con
doble pared rellenos con cocaína. La seguridad en la fabriquita es muy fuerte y el pago a
los empleados muy bueno. Esta empresa se mantiene produciendo más de un lustro,
exportando droga hacia España en las preciosas estatuillas rellenas con el peligroso
polvo blanco.
El país comienza a dar débiles, pero claras señales de mejoría económica gracias a las
liberaciones y descentralizaciones que se han estado produciendo. Aumenta
sostenidamente el número de cuentapropistas que ofrecen servicios no disponibles en
otras áreas, y productos que no se encuentran en los almacenes del gobierno.
Ahora Luís se mueve en una bicicleta Shimano, el equivalente de los Mercedes Benz en
los ciclos. Las raras y muy caras piezas de repuesto se consiguen con los
contrabandistas que se aglomeran alrededor del antiguo mercado de Cuatro Caminos.
Lo que necesites. ¿Cómo llegan aquí estas partes y piezas muy exclusivas que no
importa el gobierno? Nadie lo sabe, pero llegan de Holanda, HonKon, Taiwán, etc.
En la mente de Luís continúa sucediendo un imperceptible cambio. Se percata de que la
propaganda oficial omnipresente durante toda su vida y con la cual se ha formado en su
joven existencia, es pura falsedad, retórica creada para generar conciencias hacia un
estado de aceptación sin cuestionamientos del entorno político imperante, al cual se le
ha dado el calificativo de Socialista. Ha comenzado a dudar siquiera que esto sea cierto
y se ajuste a la realidad.
Un despertar de su conciencia le lleva ahora al poder percibir una realidad diferente
cuando, por ejemplo, tiene que compartir con un obrero inglés o español, u otra
nacionalidad cualquiera, menos la cubana. Este extranjero puede ahorrar trabajando
duramente durante todo el año para venir a pasear y admirar a la Cuba Comunista,
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anhelo de sus sueños, como le dicen los progresistas de otras regiones. Tienen el
derecho y pueden ejercerlo cuando deseen. Nosotros no. También escucha hablar de
otras sociedades con economías capitalistas que han sido altamente exitosas sin tener
colonias explotadas como la inmensa mayoría de los Países Bajos, Suecia, Suiza, etc.
Sobre lo cual nuestros medios no hablan media palabra. Ha constatado que a los ojos de
los extranjeros parecemos bichos raros en la más extrema miseria económica, que no
espiritual, felices de estar viviendo en las más cuestionables condiciones sin
percatarnos de que existe otro universo allá afuera completamente diferente, donde las
personas son más plenas y libres, que extraño, sin ser socialistas.
También ahora Luís puede apreciar que el país crece gracias a los cambios económicos
de corte capitalista que se han llevado a cabo dentro de la Isla y que muestran ser
buenos, pues por primera vez desde 1989 el PIB crece en un 2 por ciento. Fantástico.
Por vez primera nadie nos ayuda, nadie nos regala nada y los cubanos estamos
aprendiendo a producir como siempre debió haber sido. El estado general de la
población comienza a mejorar a la vez que en Miami comienzan cada vez con más
fuerza a hablar de transición hacia un sistema democrático, el cual incluya a todos los
nacionales sin distinción de matices ni signos políticos.
Luís continúa laborando dentro de la rápidamente creciente esfera del turismo. Se han
establecido varias cadenas hoteleras y este ramo es en realidad la locomotora de la
economía cubana ante la ausencia de otras alternativas más eficientes. El turismo tiene
luz verde y es priorizado por el gobierno como una manera de frenar un posible cuarto
éxodo masivo, lo cual sería considerado por el Gobierno Norteamericano como una
declaración de guerra por parte del cubano.
Se han originado diferencias perceptibles en la sociedad isleña. Surgen nuestros nuevos
ricos como el cantautor Silvio Rodríguez, antiguo trovador contestatario quien incluso
fue apresado brevemente por su raro estilo, junto a Pablo Milanés, en aquellas famosas
UMAP. El primero ahora gran sostenedor del gobierno por lo cual ha perdido casi toda
su popularidad dentro de la Isla. Existen otros como Chucho Valdez quien dice que el
sistema es lo mejor y se compra una casa multimillonaria en España para pasar sus días
de vejez. (2008), etc.
Por esta fecha Silvio Rodríguez invierte más de seis millones de dólares para, con la
Corporación Cimex como pantalla legal, crear los estudios Abdala, considerados como
entre los de mayor calidad de América por el excelente equipamiento y dirección.
Otros como artesanos y artistas comienzan a hacer dinero, a veces mucho dinero, en
ocasiones con objetos de dudosa calidad técnica, personajes que se compran coches
caros y lujosos para los estándares internacionales, no solo los de Cuba. Mezclan su arte
con un apoyo oportunista al Sistema, el cual a su vez los aúpa oficialmente y les deja
hacer, y viajar al extranjero, incluso residir allá y regresar cuando deseen sin muchas
trabas o preguntas que sí tenemos todos los demás.
En especial los músicos de la llamada Salsa, quienes con una pésima música y peor
letra viajan por todo el mundo como representantes de la cultura cubana. No en balde
los extranjeros tienen una imagen equivocada y discriminatoria de los cubanos como
rumberos, violentos y pobres de espíritu.
Comienza a acumularse la corrupción salida de los empleados del turismo inicialmente,
los de las tiendas en divisas, o cualquier tipo de expendio en moneda dura, las
gasolineras, el aeropuerto, infinidad de lugares donde circula dinero fuerte que las
personas tratan de atrapar para sobrevivir, malamente sobrevivir, pues no es para más.
Los salarios mensuales continúan muy bajos y en pesos regulares a plena conciencia
del gobierno, quien sabe que lo que devenga, digamos, un doctor, no alcanza ni para
unos días y es menos de lo que obtiene un limpiacalles de la Compañía Aurora al barrer
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unas cuadras, sin responsabilidad apenas y con muchísimo menos esfuerzo. Siempre se
sustrae algo, siempre se desvía algo, o se vive al límite entre la ilegalidad y el
contrabando para tratar de rellenar las cortedades del salario oficial. La estafa más
usual es el aumento de precio llamado comúnmente multa. Los camareros en los
restaurantes, en los bares, o en cualquier otro lugar de servicios, aumentan los precios
en una fracción por encima de lo establecido oficialmente para quedarse con la
diferencia. Es tan complejo y difícil detectar estas alteraciones que prácticamente no
sucede. Se sobornan a los inspectores encargados de combatir éstas, e incluso se llega
hasta alterar los controles computadorizados centralmente en los centros laborales,
creando para ello toda una red prácticamente inexpugnable e impenetrable. Se altera
hasta la contabilidad.
Existe un enorme y muy extendido mercado negro del tabaco debido a los exorbitantes
precios que establece el Estado en sus comercios para los extranjeros. Los dependientes
de estos estancos entregan exageradas comisiones a los guías que les llevan clientes
para realizar generalmente grandes compras oficiales, incluyendo facturas, sellos
holográficos y pegatinas de garantía sobre el tabaco extraído directamente de los
almacenes sin pasar por los registros contables, siempre de primera calidad. Es una gran
red de corruptores y corruptos, pero esta pálida imagen es solo la base. En la medida
que se escala en los puestos directivos y burocráticos es peor y las cifras son mayores,
solamente más discretas. Se generan mil y una formas de alterar precios, sustraer o
reponer fraudulentamente productos del estado, que es el único poseedor. Todos
estamos robando al gobierno que nos roba plusvalía y valor agregado, haciendo buena
la teoría del señor Herbert Spencer, filósofo del siglo 19, descrita en su libro La Futura
Esclavitud, uno de los pilares del pensamiento económico de José Martí, junto al
norteamericano Henry George. Spencer predice un Estado Burocrático donde este
estamento controla a toda la clase obrera y la mantiene laborando en una especie de
nuevo sistema esclavista sin cadenas físicas, sino sicológicas y espirituales, inventando
al nuevo esclavo que va a estar feliz de su destino, pues así le han conformado.
Hay funcionarios quienes llegan a abrir cuentas numeradas en bancos suizos donde
mantendrán su dinero a salvo para mejores tiempos. Uno de estos ejemplos clásicos los
ofrece el Ministro de Educación, quien en febrero del 2008 es expulsado de su
ministerio por haber estado viajando al exterior cada semana ininterrumpidamente por
cerca de tres años con cargo al erario público. El hombre permanecía más tiempo en el
exterior que en Cuba. El pobre, son tantos los problemas…Le llamaron el Ministro
Viajero.
Un pequeño sector de la población comienza a vivir bien y no se oculta. El Gobierno,
quien pretende controlarlo todo, no hace nada contra esto. No puede hacer nada.
Los turistas que llegan a Cuba se encuentran un país oficialmente caro y por encima de
eso son esquilmados constantemente donde quiera que se paren por una población que
ha ido adquiriendo el gusto por lo bueno, lo cual ya nadie va a poder cambiar.
Los descendientes y familiares del alto estamento burocrático nacional, léase los
políticos y altos funcionarios del Estado, viajan tranquilamente por el mundo con
dineros generalmente de origen oscuro. Es decir, del Estado, pues se le entregan dietas
generosas para gastos personales de las cuales pueden ahorrar parte para gastar dentro
de fronteras. Una de estos personajes es la hija de Ernesto Guevara, ché: Aleida
Guevara, quien se pasa su cómoda existencia viajando por todo el planeta a la sombra
de la fama de su padre y en permanente campaña a favor del gobierno, por supuesto,
gastos de viaje pagados por el ejecutivo cubano. Es desagradable escuchar como esta
señora habla con el clásico acento argentino aunque es totalmente cubana.
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Los pronósticos permanecen siendo sombríos para nuestra sociedad socialista y
continuamos aislados del resto del mundo voluntariamente, para no contagiarnos con
los malos vicios capitalistas que ahora parecen imperar. Comenzamos a olvidar el
pasado reciente.
Existe una cofradía, una especie de hermandad secreta entre los trabajadores de los
sectores relacionados con el turismo y los servicios, quienes se protegen mutuamente
muy discretamente, sindicato de la corrupción que mueve el dinero y que contagia. Por
cada corrupto que se detecta y se traslada a un puesto de trabajo fuera del círculo del
dinero, surgen dos o tres sustitutos, quienes generalmente llegan a ser peores, pues
provienen del mismo caldo de cultivo nacional de la extrema miseria y el hambre
insoportable. Tienen familias que atender y un nivel de vida al cual ascender a la mayor
velocidad posible.
Triste es que nuestros medios lo saben y nadie se atreve a publicar una palabra de toda
esta miseria nacional. Ignorar parece ser el mejor remedio, esconder la cabeza como el
avestruz mientras nuestra sociedad se va desintegrando rápidamente.
Luís y Lisandra van sintiendo lentamente una mejoría económica al laborar ambos
ahora en lugares beneficiados. Luís trabaja con frecuencia con norteamericanos que
llegan a Cuba truculentamente con visas culturales y humanitarias.
De los muchachos no se ha sabido mucho. Solo han llegado un par de fotos y la noticia
de que están bien y laborando duro en los Estados Unidos. Todos tienen dos empleos y
parecen contentos. Continúan viviendo en el departamento de trescientos dólares al mes.
Luís sigue tan enamorado de Lisandra como al principio y ella parece corresponderle.
Ambos son felices a pesar de todo.
De todas formas Luís recuerda con nostalgia las tertulias con sus amigos que no ha
podido reemplazar con nada. Eso ya no lo encuentra en ninguna parte por mucho que se
esfuerce, y de nuevo va a los bares y centros de recreo en busca de aquel cariño,
espontaneidad y solidaridad que no aparece con un par de tragos, o no resiste la prueba
del tiempo, o la sobriedad del día posterior.
1996. MEJORANDO.
Este año la situación general del país continúa mejorando lentamente y el gobierno
cuenta con un poco más de recursos para operar. Comienzan a rendir frutos las
inversiones petroleras, en especial las de la compañía Sherrit.
El crudo que se extrae es inicialmente muy pesado al contener un elevado por ciento de
azufre, lo cual también lo hace muy corrosivo. No obstante lo último, este combustible,
bajo la aprobación del gobierno, comienza a ser quemado directo, después de ser
precalentado para generar electricidad en las centrales termoeléctricas, pues aún el
suministro de un combustible adecuadamente refinado está muy por debajo de la
demanda. El costo del uso de este tipo de crudo va a ser muy alto pues va a literalmente
destruir los quemadores y conductos de estas centrales, provocando averías constantes.
Por ahora no hay remedio ni alternativa ante la imposibilidad de comprar hidrocarburos
en ninguna otra parte por falta de dinero.
Se profundiza lentamente el desastre en la agricultura, el transporte, los servicios
médicos. La educación comienza a resentirse. No obstante las ligeras mejorías
económicas, el pueblo continúa en la misma miseria del período especial, mientras la
mayoría se ve forzada a vivir de un salario que no cubre ni las más elementales
necesidades en cuanto a alimentación y ropa que no suministra el Estado.
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Un poco más llevadero es la vida de quienes reciben remesas del exterior o trabajan en
algo donde se mueven divisas como el turismo, como Luís, quien lleva diariamente
algunos dólares a casa, los cuales son mayoritariamente invertidos en comprar comida a
precios exorbitantes en las tiendas estatales recaudadoras de divisas.
El Gobierno ha establecido un ritmo de entrega de los alimentos normados que se ha
ido regularizando como una base mínima para las familias con menores ingresos. Estas
son muchas, generalmente las personas más fieles al Sistema, quienes en algún
momento desdeñaron a sus familiares emigrantes, realizaron acciones de repudio
donde les lanzaron huevos y gritaron gruesas ofensas o no, pero se alejaron de ellos, etc.
Otros se mantuvieron constantes viviendo con un pequeño salario. Seis libras de arroz,
seis de azúcar, algunos granos, algo de aceite, ocho onzas de café, tal vez un par de
jabones. Completa la factura para el mes nueve o diez huevos por persona; un pescado
generalmente jurel de la peor calidad, un pedazo de pollo y una fracción de libra de
picadillo de carne de res…, más bien noventa por ciento de soya molida a manera de
extensor y diez de carne. Esta soya ya sabemos cómo sabe de ácida y alteradora del
sabor. Nada más. Eso es la comida que designa el ejecutivo para todo un largo mes y
quienes no pueden comprar un poco más, realmente se las ven negras y pasan hambre.
Se reconstruyen algunos lugares como el antiguo hotel Sierra Maestra, ya abandonado
por los soviéticos, quienes lo habían ocupado totalmente en las décadas del setenta y
ochenta. Para los noventa está en muy malas condiciones de mantenimiento. La
Corporación Cimex lo toma como su sede principal. Actualmente este es el mayor
Holding Company de Cuba con unos cincuenta mil empleados. Esta compañía
supuestamente privada, no es más que la modernización del Departamento MC de los
famosos y fusilados hermanos Laguardia (Altos oficiales del Minint) y fue fundada en
Panamá con capital del gobierno, como ya les contamos en el capítulo primero.
Todavía este año un gran sector de la población continúa con la esperanza de que todo
vaya a mejorar gracias a los cambios económicos liberalizantes que ha implementado el
gobierno desde el 93. Continuamos creciendo gracias a nuestros esfuerzos propios en
racional empleo de nuestros recursos naturales. Proliferan los pequeños negocios
privados, aunque no existe banco financiero alguno para el incipiente sector
cuentapropista. El Estado se rehúsa a llamarlo Sector Privado y ha creado esta nueva
palabra rebuscada, malsonante y sacada del Newspeak, término creado por Orwell en su
libro 1984.
Luís se mantiene con Lisandra en sus mejores momentos. También ella aporta un poco
de divisas que consigue en su trabajo y la bolsa de aseo que le entregan ayuda mucho a
reducir las compras necesarias. Su relación con los suegros es buena, aunque
últimamente les ve en franca cuesta abajo de la vida, perdiendo lentamente facultades
físicas e intelectuales, muy ancianos ya.
Luís ha llegado a una teoría antropológica después de trabajar varias años atendiendo a
turistas de diversas nacionalidades al hablar un poco de francés, alemán, e italiano,
aunque su fuerte es el inglés y el español.
Cada nacionalidad aporta ciertas características que, junto a otros factores, producen
una idiosincrasia. La nacionalidad es definitoria del comportamiento de las personas y
en esto influye su altura como nación o grupo humano, aislado de otros por una
frontera, muchas veces infranqueables accidentes naturales, otras tan solo una cerca.
No existe nada más diferente de un mexicano a un norteamericano y tan solo los separa
un río, dos culturas una al lado de la otra que no se mezclan ni quieren hacerlo. Todos
somos diferentes como un inglés de un italiano, de un francés. Los del cono sur
americano jamás regalan una propina por un servicio excelente. Cero. Y este
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conocimiento les precede a todas partes generándoles un mal servicio. Los más tacaños:
Los argentinos. Los más espléndidos: Los Gringos.
Nacionalidades conformadas por fronteras artificiales que han limitado el movimiento
de grupos humanos que se comportan diferentes de acuerdo a sus creencias, gustos,
clima, y esto los define como personas individuales. En fin, observando a un individuo
en su forma de interactuar podemos determinar su nacionalidad, si lo unimos al color de
su piel, su ropa y hasta en la forma como caminan. En esto se entretenía Luís cuando
recibía grupos en el aeropuerto. Podía apreciar como con un buen entrenamiento se falla
poco. Los seres humanos somos muy predecibles.
De los muchachos continúan sin saber casi nada. A Luís le molesta este silencio. Les
pasa a muchos quienes se olvidan de sus amigos que han quedado detrás, pues tratan tan
fuerte de meterse en el Melting Pot y llegan a creerse más americanos que los
americanos. Es fácil hacerlo y dejarse llevar por la corriente. Se han roto los lazos con
todo aquello que era nuestra vida antes. Hubo un punto de ruptura y la catástrofe es tan
grande que tratamos desesperadamente de integrarnos a la nueva existencia y para ello
sicológicamente olvidamos todo, borramos todo el lastre de la miseria donde vivimos
por tantos años. No puede ser que alguna vez estuviéramos así. Nuestro cerebro
funciona de esta manera, literalmente intentando esconder en algún rincón de las
neuronas lo que nos ha hecho daño, magnificando lo alguna vez ligeramente bello. Cero
compromisos con el pasado y los malos recuerdos. Vivimos ahora otra realidad, otro
país, nuevos amigos y colegas. El pasado es solo eso y es muy traumático cuando
volvemos a él aunque solo sea una llamada telefónica. Entonces ¿para qué molestarse?
Para Luís no cambió el entorno, no se alteró la vida y no hay nuevos amigos, solo
ausencias que van metiéndose cada vez más en el pasado, como en una bruma gris que
lo deforma todo y va borrando los contornos, pero no es olvido.
Este año el PIB llega a crecer hasta un 4.7 por ciento.
1997. DISCRETO AUGE ECONÓMICO. COMIENZO DE LA VUELTA ATRÁS.
Viqueira el chofer conduce rumbo a Varadero con un poco de sueño, pues se había
pasado casi toda la noche en espera en el aeropuerto de la Ciudad de la Habana,
terminal tres recién inaugurada, construida por una compañía canadiense empleando
vigas y columnas de acero, cristal y drywall, tecnologías que se ponen a prueba dentro
del país tropical. Este lugar es amplio, ventilado y mejor iluminado con sistemas de
control automático en todas partes.
De allí salió aproximadamente sobre las cuatro y treinta de la madrugada ya cuando
Luís pudo localizar a los turistas que estaban en su lista, provenientes de un país
suramericano, quienes habían escogido la playa más linda del mundo para pasar sus
vacaciones.
Luís y Viqueira conversan en tono bajo para evitar el cansancio de la hora, mientras los
ocho clientes dormitan de alguna manera en la parte trasera del Ford Econoline. El
motor ronronea potente y estable. La carretera es buena. Hace unos minutos han
atravesado la Ciudad de Matanzas y utilizado el nuevo pedraplén que saca el tránsito de
la ciudad, aunque a esta hora es casi inexistente y no se mueven transeúntes. En esta
autopista hay que pagar por su uso ya llegando a Varadero, aunque no es la única vía
donde han instalado un peaje en el país. Hay otro justo al inicio del pedraplén hacia
Cayo Coco.
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El pequeño y antiguo muro del Malecón matancero queda a unos cien metros a la
derecha de la explanada como un mero recuerdo.
Ahora se desplazan por la carretera nueva de cuatro sendas con un amplio separador
central al estilo de las autopistas norteamericanas. A ambos lados la vegetación de tipo
costero hace como un muro en la oscuridad de la noche. En el horizonte comienza a
aparecer un halo naranja. Son las seis y treinta de la mañana y amanece.
Viqueira observa como las luces aún imperceptibles rebotan en una señal de tránsito con
el límite máximo de velocidad a 100 kilómetros por hora. Luís cabecea por momentos
cuando la conversación flaquea. Viqueira no se duerme gracias al sentido de
responsabilidad detrás del timón, eso que le mantiene con los ojos bien abiertos pues
dormirse es morirse. A esta hora de medialuz se afecta mucho la visibilidad y las vacas
o los carros oscuros parqueados en medio del camino pueden aparecer súbitamente en
cualquier parte.
De pronto algo le pasa por encima de la cabina, iluminando el cristal como si fuera una
ambulancia volante. El ruido es ensordecedor dentro del coche y Viqueira presiona los
frenos con todo lo que tiene. Aprieta desesperadamente el timón para que el vehículo no
se vaya hacia los lados.
Todos se han despertado de un golpe y tratan aturdidos de descubrir el problema y la
causa del ruido o las luces de arriba.
Luís se pone muy excitado: Finalmente tenía razón. Va a presenciar la llegada de un
OVNI.
Viqueira escucha y reconoce de inmediato que un OVNI nunca va a llegar volando con
un motor de combustión interna. Es una avioneta Cessna. Pero ¿qué hace una avioneta
aterrizando en mitad de una autopista desierta a esta hora de la mañana? ¿Será la de
Camilo, quien finalmente regresa como escapado del Triángulo de las Bermudas? La
respuesta la ve de pronto. El Ford se ha detenido por completo, pero mantiene el motor
y las luces encendidas. El Cessna taxea sobre el asfalto hasta cuando se detiene
completamente sin apagar su único motor. Luís puede ver la matrícula y la bandera
norteamericana en la cola.
Súbitamente desde las sombras del borde del camino sale una mujer y dos niños quienes
son ayudados a subir a bordo por el piloto. La mujer y el hombre a pesar de la visible
premura se abrazan con fuerza. Está claro que se conocen.
El piloto cierra la portezuela y la avioneta acelera girando en redondo. Comienza la
carrera del despegue hacia el Ford, pero los clientes no llegan a aterrorizarse mucho. El
avioncito levanta la nariz antes de acercarse demasiado, para pasar a unos metros sobre
el techo del Van, seguido por la mirada atenta de los diez testigos atónitos. El aparato
se pierde en vuelo bajo hacia el horizonte marino. Lleva rumbo norte sostenido. Solo
entonces Luís, Viqueira y los clientes, comienzan a cerrar sus bocas, mirándose
mutuamente y haciendo cualquier tipo de comentario. Estos cubanos están locos.
No hay respuestas. El consenso es continuar hacia el final del viaje. Ya ha amanecido
completamente y los clientes se han animado mucho. Nadie les había advertido que los
cubanos fueran tan divertidos. Las vacaciones parece que van a ser buenas. Ya nadie
tiene sueño, pero Varadero está a solo diez minutos de camino, anuncia Luís.
El Gobierno y los escuchas habituales de Radio Martí se van a enterar por esta vía y por
los otros medios floridanos al día siguiente, de que el Capitán de la Fuerza Aérea
cubana que había desertado hace ya algunos años mientras volaba uno de nuestros Migs
en una misión de entrenamiento, había venido directamente al rescate de su familia.
Este Capitán había ido a parar entonces a los Estados Unidos y aterrizó tranquilamente
en el aeropuerto civil de Miami, cuestión que generó gran escándalo por el tema de la
seguridad en los aeródromos, pues un avión militar cubano podía aterrizar allí sin
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despertar ninguna alarma. Los cubanos enviaron a un segundo piloto para que
devolviera el aparato, pero este también se quedó y solo el tercero cumplió la misión.
Este primer piloto había peregrinado incluso hasta Ginebra para presentar su caso ante
la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, pero no había tenido éxito. Raúl Castro
había dicho expresamente que no dejaría salir a la familia del traidor bajo ningún
concepto o condición. Era sencillamente su forma de venganza ante el ridículo que le
habían hecho pasar.
El Capitán luego narraría al canal de televisión Sky Discóvery Chanel su experiencia al
rescate de su familia (WWW.discoverychanel.com./Escapesespectaculares). El experto
había rentado una avioneta privada y desde un aeropuerto pequeño despegó rumbo sur.
Voló bajo sobre el estrecho y cuando estuvo en aguas internacionales, después de haber
aportado todas las identificaciones a los centros de control norteamericanos, apagó
todos los radares y equipos de vuelo.
Volaba a baja altura consciente de que si los radares cubanos lo detectaban, de
inmediato enviarían un caza a derribarlo sin muchos preámbulos, como habían hecho
con los dos aviones de Hermanos al Rescate hacía unos años. Estaba violando el espacio
aéreo cubano. Su familia ya estaba avisada previamente por un amigo quien había
viajado a la isla con visa de turista cultural.
La carretera escogida como pista de aterrizaje es buena y a esa hora del amanecer
generalmente desierta. Aterrizar con la media luz del amanecer fue fácil. ¡Qué emoción
el reencuentro, en especial con los niños! Lo único que había cargado consigo había
sido una barra de chocolates Hershey para tranquilizar de alguna forma a los pequeños,
seguramente muy alterados por la extraña aventura.
Pocos sabían de la acción antes de que esta se realizara, pero tomar tierra de regreso en
el aeropuerto miamense fue todo un acontecimiento. Había rescatado a su familia de las
manos vengativas de los Hermanos Castro a pesar de todas las presiones y dificultades.
El Capitán se convertía en héroe de la comunidad cubana en el exterior de la noche a la
mañana.
Ya por esta fecha comienza a escucharse hablar con más fuerza de la disidencia interna
la cual continúa tomando protagonismo lentamente, a pesar de la fuerte presión en
contra mantenida por el gobierno. La vida y el accionar de los disidentes se hacen
sumamente difíciles dentro del país y con frecuencia van a parar a las cárceles, pero
como presos comunes. Fidel no permite se cataloguen como prisioneros de conciencia.
Siempre hay alguna forma de encontrarles alguna causa común para no empañar la
imagen de nuestro Sistema en el exterior. Los medios de prensa continúan
absolutamente silenciados con relación a estos temas. Nuestro Máximo Líder no quiere
darles ni el más mínimo espacio, ni la más leve sombra de reconocimiento, aunque le
van royendo el alma y su obra de toda la vida.
Este año el Producto Interno Bruto (PIB) va a crecer por encima del 6 por ciento. Esto
es nuevamente un logro de la sociedad cubana por nosotros mismos, pues aún nadie nos
ayuda y hacemos ver que los cambios hacia un sistema económico diferente son
positivos. Se aprecia cierta mejoría en el poder adquisitivo de la familia típica y mejora
a oferta de alimentos. No obstante el gobierno mantiene gran número de restricciones de
facto, inconstitucionales, pero que sirven a sus fines, convirtiendo a nuestro país
literalmente en una enorme cárcel de la cual tratan de escapar anualmente cientos de
miles de personas, solo consiguiéndolo de treinta a cuarenta mil, a pesar de la fuerte
propaganda en nuestros medios a favor de nuestro sistema, embelleciéndolo para
nosotros los locales, cautivos de una sola fuente de información totalmente parcial y
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engañosa que solo responde a los intereses de la casta gobernante. En nuestro caso el
pueblo tiene que estar al servicio incondicional del gobierno, de lo contrario, el
ostracismo. Se ha perdido la idea original de para qué son electos los gobernantes.
¿Electos aquí? Se autopregunta Luís con ironía en su pensamiento que ha venido
hilando silenciosamente ahora.
Gracias a estas mejoras el ejecutivo se siente un poco más fuerte y cuenta con algunos
recursos adicionales para gastar. Se necesitan desesperadamente más policías para
contener la ola de crímenes y asaltos que genera las crisis, y no encuentran otra solución
que aumentar el salario de los elementos de represión hasta llegar a ser el más elevado
del país: Unos ochocientos pesos regulares al mes. Aún por debajo del costo real de la
vida que alcanza la cifra de dos mil pesos mensuales, pero un galeno devenga entre
seiscientos o setecientos, menos que un policía de infantería, por ejemplo.
Hacen falta que los maestros vuelvan a sus puestos de trabajo, que las enfermeras
retornen a los hospitales, que los profesionales de la salud se vean estimulados a
trabajar, pero el ejecutivo ignora los constantes llamados de la población a una mejor
estimulación salarial. Aumenta sostenidamente el tráfico y el consumo de drogas dentro
del país. La disidencia se está haciendo escuchar.
Este año se entregan las últimas libretas de abastecimientos para el control de los
productos industriales, pero casi nadie se percata de ello, al no ser prácticamente
utilizables, solo para adquirir la mísera canastilla que se vende a las futuras madres en
pesos regulares, o para comprar los uniformes escolares en algunas tiendas
especializadas a tales fines.
Con esta recuperada fortaleza, el ejecutivo lidereado por Fidel comienza a desarrollar
una estrategia silenciosa y artera para tratar de recuperar todo lo perdido en cuanto a
control social se refiere, ahora relajado debido a las aperturas que se han realizado en
los años anteriores a partir de 1993. Fidel intenta restaurar su control absoluto sobre los
cubanos, aunque ya no va a ser lo mismo, ni va a existir aquella necesidad de cambio
como a finales de los cincuenta para deshacerse de Batista y acólitos, no va a existir
aquella efervescencia revolucionaria que propició el triunfo de los guerrilleros, no va a
existir la ciega creencia de buena voluntad en los rebeldes, no hay ya esperanzas de un
futuro mejor, pues ya hemos tenido medio siglo con un país a nuestra disposición y no
demostramos nada. Le colgamos al Socialismo un cartel que trabajo le va a costar
quitárselo, con medio siglo de ineficiencias, alardes, y despilfarros. Ya tuvimos nuestras
décadas del cincuenta y sesenta y no van a volver aunque intentemos recrearlas con
meras apelaciones al patriotismo y a la conciencia nacional, al sacrificio, etc.
Existen varias nuevas generaciones de cubanos, cada una de ellas menos comprometidas
que la anterior aun esgrimiendo los envejecidos preceptos.
Las primeras medidas visibles consisten en aumentar los impuestos impositivos a los
negocios privados de todo tipo, muchas veces al cuádruplo, a través de la ONAT.
Muchos de los propietarios de licencias para alquilar cuartos y de otros tipos comienzan
a devolverlas por irrentables ante las leoninas tazas impuestas por el Gobierno. Los
restaurantes privados, muchos de ellos famosas paladares, cierran unos tras otros al no
poder satisfacer las demandas del gobierno en cuanto a dinero en efectivo a manera de
gravámenes; o el gobierno abre, justo al lado de la renombrada paladar, un restaurante
estatal, generalmente llamados Doña Yuya, el cual emplea la técnica del Dumping, o
sea, la baja catastrófica de los precios altamente subsidiados para robar la clientela al
privado y obligarlo a cerrar. Cuando el negocio privado cierra, los Doña Yuya aumentan
los precios al nivel que los tenía la Paladar, pero la calidad decrece rápidamente por
falta de interés oficial y abastecimientos apropiados, una vez cumplido su objetivo
inicial. El gobierno no entrega nuevas licencias ante las expiradas a antiguos
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propietarios de permisos para trabajar, aunque estos estuvieran perfectamente el día en
sus pagos onerosos. Se lanza a la calle una oleada de inspectores con las instrucciones
de cerrar todo negocio ante la más leve infracción que detecten.
Todas estas medidas y muchas más menos conspicuas y visibles, generan una gran
cantidad de personas desempleadas, quienes con el autoempleo habían logrado
agenciarse una forma de vida honrosa y decorosa, pero esto parece importarle poco a
nuestro Máximo Líder quien aboga por el absoluto control dentro de su estado policial.
Luís sufre en carne propia estos retrocesos sociales, pues un tío quien vive en Alta
Habana se ve forzado a cerrar un club de video que tiene en su propio apartamento, al
no serle entregada su nueva licencia en sustitución de la anterior caducada. El gobierno
no desea que se altere la educación que les ha inculcado a los cubanos, es al argumento
que esgrimen, pues proliferan copias piratas de todo tipo de videos de las televisoras
norteamericanas como la HBO, Cinemax, etc.
Personas que laboran en hoteles ven una gran fuente para la obtención de dinero,
copiando los canales satelitales disponibles solo en los hoteles para extranjeros, y
vendiendo los casetes VHS a los dueños de bancos de películas y videos clandestinos.
Prolifera la pornografía y cualquier tipo de violencia o material no grato para los gustos
de los supuestamente puritanos miembros de la clase gobernante. Lo realmente
importante para ellos radica en el control de la información, pues ahora abundan las
copias de programas y shows de televisoras pertenecientes o relacionadas a la
comunidad cubana en el exterior como el Canal 23, 41, 51, etc, que son de gran
demanda entre los nacionales cautivos para quienes no existe el acceso legal aunque
podamos y deseemos pagar. Esto es altamente negativo para la claque dirigente nativa,
También temen que llegue a los incautos cubanos la terrible Televisión Martí, diseñada
y dirigida expresamente a socavar las bases y derrocar el gobierno comunista, muy bien
financiada por Washington. Comienzan a aparecer los medios digitales en el entorno
nacional.
Mientras el país se desliza suavemente cuesta arriba, el pueblo empieza nuevamente a
sentir la presión de la pesada mano del gobierno controlándolo todo. Reinicia de nuevo
Fidel a aparecer con sus discursos amenazantes y enardecidos, cargando al imperialismo
por todas nuestras desgracias, mientras pretende que los cubanos regresen a vivir del
salario, cuando este tiene veinticuatro veces menor poder adquisitivo que la moneda con
lo que se expende casi todo lo necesario para vivir. La década del ochenta cuando Luís
pagada noventa centavos de peso regular por cinco galones de agua parece lejana y
perdida en la prehistoria para nunca jamás regresar, pero el gobierno pretende no
enterarse y parece no importarle.
Lisandra y Luís continúan tan enamorados como de costumbre, o al menos así lo
parece. Solo reciben noticias fragmentadas de los muchachos en los USA. Se supone
que cada uno se ha ido a residir a lugares diferentes en busca de mejores ingresos,
tratando de alejarse del cubaneo que encuentran un poco asfixiante en La Florida. Les
va bien, pero no tienen planes de regresar de visita por ahora. Lo que les obligó a
emigrar aún está aquí. La misma basura aún se mantiene flotando en el ambiente de esta
Isla.
1998. COMIENZA EL CHAVISMO. CUBA CUESTA ARRIBA.
Luís se ha comprado un coche americano antiguo con sus ahorros. Tan viejo que en
cualquier otro país desarrollado hubiera costado una fortuna como material de
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coleccionistas. Lo obtiene del segundo dueño quien se despide del vehículo como si
fuera de un miembro de la familia. Lo había comprado originalmente en 1960 cuando el
artefacto hacía volver la vista por la potencia del motor y su pesada estructura. Es un
Mercury Modelo Monterrey del Año 1959 y fue fabricado con el mayor motor a
gasolina de su época. Un V8 de siete litros de capacidad. El auto pesa dos toneladas y
media.
A Luís le gusta este modelo por cómo se destaca en las salidas de los semáforos y lo
espacioso interior sin llegar a ser una limosina. Todo en el coche, aunque totalmente
original, está en mal estado.
Con la ayuda de un amigo conocedor comienza a restaurar el artefacto con mucha buena
voluntad y muy pocos recursos. En ocasiones sencillamente le daban deseos de
prenderle fuego por la cantidad de problemas que generaba. Lisandra solo hacía mirarlo
y mover la cabeza negando en señal de desaprobación. De todas formas le agradaba ver
a Luís en el intento de conservar a aquella máquina con casi medio siglo de explotación.
Cierto día escuchó a una mujer que pasaba comentar con otra, mientras observaba a
Luís ayudar al mecánico. “Si deseas que tu marido no tenga tiempo para emborracharse
o salir con otras mujeres, cómprale un auto viejo.” Según Luís, esto parece ser verdad,
pues la restauración consume casi todo su tiempo libre.
En la Ciudad de la Habana, así como en toda la Isla, circulan aún en esta fecha gran
cantidad de coches de las décadas del cuarenta y cincuenta manufacturados en los
Estados Unidos. Los cubanos se ven obligados a utilizar toda su inteligencia e ingenio
para mantenerlos circulando, a pesar de la carencia de piezas de repuesto, las cuales ni
siquiera se fabrican ya.
Cuba parece ser en este momento el único país del planeta donde circulan tantos coches
antiguos en mal estado. No son propiedad de coleccionistas. Muy pocos se ven o están
bien, pues los recursos escasean debido a la crisis permanente. Es imposible comprar
partes y piezas importadas de los EE UU. En aquella época lejana La Habana es la
séptima ciudad del mundo en cantidad de automóviles por habitantes con unos 220 mil
para menos de un millón de personas. Asimismo en sus calles privilegiadas rodaban
muchos de los famosos y enormes Cadillacs, pues aquí existía en la segunda mitad de
los cincuenta el mayor Dealer de esta marca de lujo. Quien no lo ha visto, ni lo ha
podido conducir, no sabrá ya nunca lo que fue un Pink Cadillac. Se resume diciendo que
era como navegar por las calles y no precisamente con GPS. No se necesitan hoy
seguros automotrices, ni se inspeccionan con rigor técnico los autos. Otros detalles
curiosos de nuestra ciudad son el haber sido la cuarta urbe del planeta en densidad de
emisoras de radio en los cincuenta. Solo hay que observar la arquitectura que queda y se
podría evaluar su riqueza de entonces, aunque tal vez haya que apurarse si se desea ver
algo, pues se está a punto de perder irremisiblemente. También se ven, aunque en
mucho menos medida, algunos pequeños autos europeos e ingleses de la misma época y
diferente concepto.
Son las mismas calles, los mismos edificios, el mismo asfalto, solo que extremadamente
deteriorados por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. Duele tanto esplendor
perdido.
Luís puede rodar su coche solo un par de veces a la semana debido al alto consumo de
su motor, a las averías constantes, y al alto costo de la vida. De todas formas los
propietarios de estos vehículos se las arreglan para mantenerlos circulando.
Es tanto el ingenio que por esta época un pequeño grupo de isleños tomó un añejo
Oldsmovil 1959 y lo reformaron en secreto en una apartada finca, para echarlo a agua
del Estrecho de la Florida como un buen anfibio, asombrando al mundo entero por lo
audaz y el preciosismo de la remanufactura. Los guardiamarinas norteamericanos no
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salían de su sorpresa al tener que sacar a varias personas desde dentro de la cabina de un
automóvil flotando y en movimiento en medio del océano. (The Guardian. Front page.
Finales del 2007.)
Después de esta hazaña le siguió una camioneta Chevrolet, la cual fue atrapada a mitad
de camino cargada de personas. Perdón, a mitad de mar. En este caso los ocupantes del
anfibio no fueron afortunados, quedaron atrapados en alta mar por un guardacostas
cubano, el cual no dejó que la impresión les ablandara el corazón. Tampoco
reconocieron el ingenio y la voluntad de los fabricantes artesanales y detuvieron el
vehículo, devolviendo a los escapistas a las costas isleñas: No hay juicio por estos
intentos malogrados o habría que tener a medio país tras las rejas. La figura delictiva
Intento de Salida Ilegal ha sido despenalizada por abrumadora reincidencia, como lo fue
la prostitución en su momento.
El Chevrolet es decomisado y guardado en algún lugar que desgraciadamente no va a
ser un museo. Su tripulación es devuelta a sus domicilios de origen, solo que para esta
segunda oportunidad se agencien un enorme Buick 60 y sí llegaran hasta las costas de
La Florida. Dicen que hubo un cubano que llegó a atravesar el peligroso estrecho en una
tabla de surfing. Llegó a ser tan famoso que ahora dirige una tienda especializada en
este tipo de artefactos acuáticos.
En la casa del guajiro que está preparando la camioneta para el escape, llega de repente
la policía en varios coches y realiza su clásico y aparatoso despliegue. Por un momento
no se ven los vehículos por el polvo que han levantado en la guardarraya.
“Vamos a registrarte, guajiro.” Le informa como de paso el hombre con grados de
capitán que ha descendido de uno de los autos. El campesino ha dejado su almuerzo a
medias sobre el tronco de una palma cortada recientemente. Hay policías regados por
toda la finca. Tras unos instantes el guajiro retorna a su almuerzo.
El Jefe quiso explicarle al ver a otros dos hombres salir del rancho y se le acercó
nuevamente. “Nos ha llegado una denuncia de un compañero cederista quien dice que
ustedes están construyendo una embarcación para irse del país. ¿Es eso verdad,
guajiro?”
El hombre vestido con ropa de trabajo muy gastada y sucia, observó a los varios
guardias registrándolo todo y miró con semblante de desafío y burla al agente del orden.
“Bueno compay, ¿Acaso ve usted algún barco aquí?
El Jefe miró alrededor por unos segundos: “Chico, de verdad que mis muchachos llevan
rato buscando y parece que no han encontrado nada. Solo tienes ese viejo Buick y el
tractor. ¿Es eso todo?”
“Pues como puede ver, oficial, dígale al cederista ese que deje de meterse donde no le
importa y se ocupe de sus asuntos.”
El oficial de la policía observó una vez más. Miró al Buick el cual parecía llevar un
buen ritmo de chapistería. Iba a quedar bueno si se pintaba bien.
“Bueno, compañero, es que como esa es la tarea de los CDR, la vigilancia
revolucionaria. Siempre hay que estar alerta en contra de las manifestaciones del
enemigo. Ah, y no tumbes otra palma pues te puede costar una multa. ¿Está claro?”
El campesino prefirió callarse, aunque tenía deseos de seguir provocando al policía,
pero no le convenía. El oficial lanzó un llamado en forma de grito indicando a todos el
retorno a los autos: “Vámonos de aquí que parece que fue otra falsa alarma.”
Los tres guajiros se han quedado parados en medio del terraplén y el polvo levantado
nuevamente por los Ladas Blancos de la PNR. Las mujeres miran desde detrás de las
ventanas, ahora sonrientes.
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Uno de los guajiros dice al otro con sarcasmo: “Menos mal que no se agacharon para
mirar por debajo del Buick. Si ven el fondo del carro, le hubieran visto la propela y el
sellaje de chapistería, pero son tan brutos…”
Ya para este año el país solo va a crecer a un magro 2 por ciento en su PIB, pues
ilógicamente para un observador no impuesto de la psicología de nuestros gobernantes,
se ha frenado hasta disminuir considerablemente la inversión extranjera masiva,
mientras nuestro ejecutivo intenta que solo accedan al país los inversionistas con
grandes capitales con supuestamente grandes ganancias, nada de firmas pequeñas
productoras de zapatos u otras nimiedades que son lujos de la sociedad capitalista.
Esto tiene su origen cuando explota el negocio de inversión mixta del Señor Royo en la
periferia sur de la Ciudad, en un reparto llamado Vieja Linda. Por una información de
inteligencia colombiana se descubre que el europeo ingresaba a Cuba grades cantidades
de cocaína en las paredes dobles de sus contenedores cargados legalmente con las
materias primas del alabastro. Royo introducía la droga en algunos lotes muy
controlados de figurillas reproducciones del arte griego y romano de antaño, las cuales
se vendían muy bien en su país. Avisado por su propia Inteligencia, nunca lo pudieron
atrapar.
Se continúa cerrando un pequeño negocio tras otro. El Gobierno continúa la vuelta de
rosca en sentido negativo, tratando con medidas desleales muchas veces, de acabar con
todas las aperturas a las que se ha visto obligado en los años más crueles de la crisis
económica, 93, 94, 95. Trata desesperadamente de recuperar el control que siempre
tuvo.
Este bajo crecimiento del PIB se debe precisamente a haber eliminado gran cantidad de
productores por cuenta propia y detenido o cerrado legítimas fuentes de riqueza para el
desaliento de la población. Si alguna vez Luís tuvo esperanzas de cambio, la política
económica y represiva del ejecutivo demuestra claramente lo contrario.
También este año toma el poder en Venezuela el Coronel Hugo Rafael Chávez Frías,
quien tanto va a influir en la política latina y cubana del próximo milenio. Este es un
señor militar de la nueva escuela latinoamericanista y llevará al país por la fuerza y el
dinero a un gobierno de corte izquierdista o populista, como se les comienza a llamar.
Lo primero que se aprecia de su régimen es el nepotismo manifiesto, pues coloca a su
familia en varios puestos gubernamentales claves de la nación. Por ejemplo, de
inmediato renueva a sus embajadores y coloca a su hermano en La Habana, punto
neurálgico de su ideología, según va a demostrar desde el primer momento.
Este año también va a naufragar una de las precarias embarcaciones que tratan de cruzar
el Estrecho de la Florida. Casi todos mueren. Una madre desesperada sola en medio del
océano y rodeada de tiburones cada vez más osados, ata a su pequeño hijo de ocho años
a una cámara de neumático y le cuelga a su cuello la única bolsa impermeable de agua
potable que pudo rescatar del naufragio. El objeto flotante es pequeño y ella no puede
subirse.
La corriente del golfo les va empujando no sabe hacia dónde y le pide a Dios un último
favor: Que le salve a su hijito, quien solo ha comenzado a vivir y no tiene la culpa de
los errores de los adultos. Siente que los escualos le pasan muy cerca de sus pies. Pronto
atacarán. También empieza a no sentir sus miembros por la hipotermia y se le van
haciendo más pesados a cada minuto. Ya son varios días abandonados en alta mar
debajo de este inmisericorde sol, aunque el pequeño logra cubrirse parcialmente con del
abrigo que ella se ha quitado. En la distancia todo alrededor es solo mar y cielo
desesperanzador. Nada.
91
Ya no puede más y apenas queda un poco de agua en la bolsa. Su más preciada
responsabilidad se ha dormido sobre la goma de la recámara y ella tiene que decidir.
Con un fuerte nudo en la garganta y lágrimas en los ojos que nublan un poco la visión
del pelo negro del ángel dormido sobre la inmensidad del océano, le empuja suavemente
lejos de sí, mientras se deja hundir y levanta los ojos invocando por última vez a su
Virgen de la Caridad del Cobre, quien le ha de ayudar.
El niño despierta más tarde y no ve a nadie alrededor. Le han dejado solo, pero no tiene
miedo. Todavía pasa otro día más a solas con el océano hasta cuando dos hombres de
paseo en yate, uno de ellos cubano, lo encuentran en alta mar no muy lejos de la costa.
Están conmocionados por aquella criatura tan solitaria y desarmada en medio de la
inmensidad. ¿Cómo ha podido sobrevivir? De inmediato llaman a los guardacostas y a
inmigración, pues el pequeño no entiende inglés. Habla cubano. Se llama Elián
Gonzáles, dice.
También este año llega a Cuba de visita el Papa Viajero Juan Pablo II en una rara y
ansiada visita. La primera de un Papa Católico a nuestro país.
El anciano políglota, ya visiblemente afectado en su salud por la secuela del atentado
sufrido en Italia años atrás, viaja por toda la Isla en su papamóvil blindado y ofrece
cuatro misas gigantes al pueblo cubano en las cuatro principales Plazas de la
Revolución.
Para Luís resulta muy raro ver al Sumo Pontífice, todo de blanco, conversando con el
pueblo en un español un poco enredado por el galopante Mal de Parkinson, con la
estatua del Guerrillero Heroico a su espalda en la Plaza de la Revolución de Santa Clara.
En Ciudad de la Habana el Papa no utiliza la clásica y añeja tribuna de mármol donde
muchas veces Fidel habla, sino que se hace construir otra de madera totalmente forrada
con tela blanca, frente a la Biblioteca Nacional, donde colgarán una enorme imagen de
Cristo Redentor por primera vez en muchos años.
Fidel, solo breves instantes antes de que el Papa suba al pódium, realiza otra de sus
grandes entradas, esta vez y para sorpresa de todo el mundo, vistiendo un elegante traje
de color azul oscuro, casi el negro de las grandes ocasiones, aunque no habla.
El Papa pide algunas cosas, que por supuesto Fidel no va a cumplir, como la liberación
de los presos políticos o de conciencia.
En la vetusta Catedral de La Habana, el Papa ofrece otra de sus misas pero esta vez solo
para el personal de la Iglesia. En las afueras de recinto se reúne un público fervoroso.
Una cerca a manera de baranda de madera separa a los feligreses de la entrada principal.
Todos desean escuchar al polaco Jefe del Vaticano.
Un grupo de señoras católicas disidentes cubanas detrás de la cerca hacen un intento de
cruzar para lograr acceder al Papa. Le entregarán un pliego de peticiones sobre la
libertad de los presos de conciencia entre otras cuestiones, pero son reprimidas
fuertemente por los brutales policías que acordonan el lugar. Finalmente no llegaron al
Sumo Cura.
Este incidente es recogido por todas las cadenas televisoras extranjeras presentes en la
ceremonia, excepto las nacionales. Según nosotros, esto nunca sucedió o no nos dimos
cuenta.
El Papa se marcha de Cuba marcando una época. En su gracia, un magnánimo Fidel
declara el 25 de diciembre día feriado para los nacionales. A partir de ahora se puede
celebrar nuevamente las festividades religiosas de fin de año, canceladas a mediados de
los sesenta por un decreto personal de nuestro Máximo Líder. Decía por entonces,
parafraseando a Marx, que la religión es el opio de los pueblos.
92
1999. EL PROBLEMA DEL MILENIO. LOS DISIDENTES DENTRO DE
CUBA.
Llegan las doce de la noche. De repente todas las máquinas inteligentes que ya inundan
nuestras vidas hasta el punto de hacerlas dependientes de esta ayuda mecánica,
comienzan a paralizarse. Todas las aeronaves en vuelo inician alocadas trayectorias
hacia todas partes, chocando entre sí y cayendo a tierra con su carga de víctimas
calcinadas o destrozadas. Un Boeing 747 inicia un vuelo sin escalas hacia la estratosfera
con trescientas personas a bordo. No va a detenerse hasta cuando se apaguen sus
motores por la falta de oxígeno para caer dando tumbos hasta el suelo. Los trenes de alta
velocidad chocan unos contra otros matando la casi totalidad de sus pasajeros por la
falta de controladores. Los barcos de pronto son enormes balsas sin GPS, radar, sonar,
ningún otro ayudante electrónico y vagan a la deriva hacia arrecifes o una tormenta
segura, sus marineros tratando de recordar dónde está la cruz del sur o qué es un
astrolabio y compás. No funcionan la radio, la televisión. Se apagan las plantas
generadoras de electricidad, estallan las electronucleares por falta de control
instantáneo. El planeta se convierte en un caos.
Esta es una pálida imagen de lo que va a suceder cuando las computadoras se queden en
stand by al haber leído que del año 1999 pasan al 1900 y no hay órdenes para este
momento, no existen comandos para esta época cuando no habían ordenadores, ingenios
que no logran adivinar que en vez de dos son tres ceros, sería el 2000, el tercer milenio.
Este problema es a lo que los expertos llaman el Error del Milenio arribado el 31 de
diciembre, cuando concluyan las doce campanadas, pues las máquinas no estarán
preparadas o no interpretarán correctamente el cambio de milenio. Se habla y se publica
mucho sobre este problema en los medios, incluso en nuestro país, e inadvertidamente
se crea una atmósfera de tensión entre la población, deseosa del protagonismo de las
grandes aventuras, ávida de excitaciones autorizadas. Momento de comprobar con terror
la veracidad de las predicciones de Michael de Nostradamus o las mayas, o agoreros
catastrofistas, solo por ser una fecha cerrada, cambio de milenio. Ya esto había sucedido
en el 999, aunque nadie habló de este error de marras. El mundo también se iba a acabar
entonces.
Al final este cuadro que inicia el capítulo no va a suceder debido a la inteligencia y la
capacidad para organizar de los humanos cuando el peligro parece serio. Por eso Luís es
positivo al creer que en el futuro cercano los hombres lograrán cerrar el hueco en la
capa de ozono (se detiene su crecimiento en el 2014 y comienza entonces a decrecer),
así como conseguiremos detener el deterioro del medioambiente debido a la polución y
el sobreconsumo que va a causar el calentamiento global, ¿o enfriamiento? Lo cual
provocará una tercera y masiva extinción de especies, entre ellas la nuestra.
Luís comenta mucho sobre este tema con Lisandra, como ahora sentados en el muro del
Malecón. Parece necesario ya ir pensando en permutar el apartamento hacia una zona
más alta de la ciudad. Estas predicciones ante este mar azul tranquilo y este cielo un
poco más azul aún sin nubes resultan un poco lejanas.
Lisandra y Luís se abrazan suavemente sentados donde lo han hecho tantos dúos, tríos,
y personas solitarias, con las piernas colgando hacia fuera y sus hombros relajados con
una sensación de armonía, la paz de una pareja joven aún sin hijos.
Detrás de ellos, bien al sur, en Venezuela, la nación petrolera de Hugo Chávez, el
militar presidente hace aprobar una nueva constitución y por pura sensación de poder
agrega otra estrella a su bandera. Alegan que Bolívar había deseado esto. Desde este
93
momento el país se llamará República Bolivariana de Venezuela y se comenzará a
hablar de su Revolución Bolivariana de corte socialista, la cual se dedicará a estrechar
relaciones con Cuba hasta un punto que los va a convertir en los próximos sostenedores
de nuestro ineficiente sistema socioeconómico. Esto parecería altruismo si no se tratara
de un intento de mantener vivo lo que resta del Socialismo Ortodoxo, mantener la
bandera en alto cuando solo queda el abanderado y algunos heridos graves junto a un
gran montón de muertos. El abanderado ahora titubeando ante el tiro directo de la
artillería pesada del enemigo.
La economía avanza más lentamente debido a cierre constante de muchas compañías
transnacionales que se han retirado de la Isla por la difícil situación burocrática, así
como las nuevas y sostenidamente crecientes imposiciones tributarias del gobierno que
hacen prácticamente nulas las ganancias.
El gobierno comienza a ofrecer sistemáticamente datos falseados sobre la economía
para dar una imagen de bienestar que los de a pie están muy lejos de experimentar. Se
esgrime constantemente en los medios informativos el concepto de que el pueblo debe
mostrarse agradecido por el regalo de la educación y la salud. Ambos sistemas son
gratuitos cuando en la realidad existe un alarmante estado de depauperación en los
hospitales y carencias de todo tipo de materiales y medicamentos; un éxodo masivo de
médicos en busca de mejores condiciones laborales y otro éxodo aún peor de
profesionales de la salud a misiones de trabajo en otros países, pues esto les va a
significar la mísera suma de cincuenta pesos convertibles al mes adicionales a su
salario. Les permitirán traer todos los enseres y efectos electrodomésticos, así como
ropa, que puedan transportar personalmente. Los consultorios el médico de la familia se
encuentran casi completamente vacíos debido a esto. Hay médicos cubanos en sesenta y
siete países del tercer mundo. Fantástica idea altruista pero a un impagable costo para
los nacionales, a quienes nunca se les preguntó para despojarles lo que legítimamente
les pertenece. La educación no es más que un crisol de militantes aguerridos en el
combate a muerte de todo lo que no sea comunista, no importa si son nuestros hermanos
o nuestros padres.
El gobierno continúa privilegiando al sector del turismo como primera fuente de ingreso
de divisas fuertes para el funcionamiento de la economía, aunque el país se resume en
dos logotipos fundamentales que recogen la esencia de lo que el turista va a encontrarse
cuando aterrice en nuestras tierras de paz.
Una es la foto del ché Guevara tomada por el fotógrafo Korda en 1959 en la terraza
norte del antiguo Palacio de Gobierno, mientras Fidel arengaba ardientemente a las
masas por alguna nimiedad. La imagen del hippie-médico-guerrillero marxista con su
boina estrellada recogiendo el pelo ligeramente largo. Imagen soñadora, ícono de todo
rebelde sin causa o con ella, sueño de quien no lo conoció verdaderamente en su etapa
de terrorista y asesino.
El segundo logotipo se concentra en la mulata de cuerpo perfecto y muy poca ropa,
caminando sensualmente sobre la blanca arena de alguna playa con fondo de mar y cielo
intensamente azul.
No obstante, ya hace algún tiempo ha caído en desgracia el ágil y joven ministro de
exteriores Señor Robaina, quien, proveniente de la Jefatura de la UJC, comenzó a
emitir criterios demasiado liberales para el gusto de Fidel.
No obstante, el alto Jefe lo sustituye por otro joven proveniente de la misma cantera,
pero en esta ocasión poco agraciado y menos carismático, quien no sabía una palabra de
diplomacia o de algún otro idioma.
La corrupción continúa afectando incluso hasta las más altas esferas gubernamentales
de quienes continúan gobernando a espaldas del pueblo, es decir, sobre las espaldas del
94
mismo, sin siquiera enterarse de los verdaderos problemas existenciales de once
millones de personas. Continúa el hambre y los paupérrimos servicios, mientras los de
alguna calidad se ofertan solo en dólares a los cuales la población no accede fácilmente.
Hay que lucharlos, inventarlos y hacer lo que sea para obtener algunos, vender tabacos
ilegales, asaltar a los turistas en plena calle y a la luz del día, u ofrecerles cualquier cosa
material o espiritual que se pueda contrabandear.
Fidel continúa erogando enormes sumas de dinero proveniente del presupuesto del
Estado, ordenando constantes Marchas del Pueblo Combatiente en reclamo del retorno
de náufrago Elián Gonzáles. Se apela al sentimiento paternal y patriótico de los seres
humanos y se traen caravanas de transportes colectivos cargados de pobladores de otras
localidades cercanas a la Gran Ciudad, quienes van a hacer cuerpo con los defilantes, a
demostrar una gran aceptación de los reclamos oficiales.
La atmósfera se enturbia cada vez más con llamados políticos y ambientes de guerra
inminente. La población en general se siente agobiada y cuesta en ocasiones encender el
televisor, pues es lo mismo veinticuatro horas al día. ¡Que devuelvan al niño Elián
González!
Es tanto el obstinamiento colectivo y el enorme barraje propagandístico a toda hora que
el locutor Julio Acanda, unos de los más afamados animadores del momento de la
Televisión Nacional, quien ha escalado a fuerza de puro talento escalón tras difícil
escalón, hasta llegar a locutor y periodista investigativo del Noticiero Nacional de
Televisión de las 8 PM, momento cuando todas las dos emisoras nacionales se
encadenan para entregar a toda la nación las noticias de una forma programada y
conformada, según el Ejecutivo. Este muchacho locutor relativamente joven y en la
cima de su carrera, cometió el infantil error de decir en voz demasiado alta, aún sentado
en su puesto de trabajo, que estaba ya harto de tanto Elián. Desgraciadamente para él,
los micrófonos aún estaban abiertos y toda la nación escucha el exabrupto dicho en un
momento de cansancio, hartos ya de tanta propaganda enervante y mal ordenada por el
Gobierno.
Aunque muchos estuvimos de acuerdo con la idea expresada, esta le cuesta el puesto a
el señor Julio, quien no aparecería más ante las cámaras hasta aproximadamente el 2007
y lentamente reharía su carrera lastimada hasta retorna a la cima.
Ya para principios del 2008 le piden que asuma a cubrir el hueco dejado por el famoso
animador Carlos Otero en el horario estelar de las ocho y treinta de la noche los
sábados. Carlos, como muchos, había ido a parar a Miami para no volver.
Después de todo Acanda se ha comportado como todo un patriota al estilo castrista.
Estuvo en Cayo Hueso. Sur de la Florida. No se quedó, e hizo muy buenos
documentales sobre la vida y el accionar de José Martí. La Hora de Carlos y punto pasó
a ser La Descarga de Julio, también sin muchas explicaciones. El gobierno tiene a veces
esos momentos emocionantes como con Acanda. De cuando en cuando se reconoce el
talento y se archivan los errores.
Nada nuevo de los muchachos. Las noticias son cada vez más esporádicas e
inconsistentes mientras llegan tardías a los oídos de Luís.
2000. NUEVO MILENIO, MISMO PROBLEMA.
Finalmente no ocurrió nada. El error del milenio fue oportunamente evitado en todo el
mundo. Esto demuestra que cuando la gran masa de seres humanos se ve lo suficiente
presionada, hace lo que tiene que hacer al unísono y en total cooperación. De esta
95
misma forma va a funcionar con el deterioro ambiental, con el agotamiento de los
hidrocarburos, etc. Siempre se hallarán alternativas.
En cuanto a los supersticiosos, tendrán que esperar a la llegada del cuarto milenio para
tratar de emitir nuevas profecías y tendrán que elegir algo de qué ocuparse mientras
tanto.
Retorna Elián. Finalmente Janet Reno, alta funcionaria gubernamental norteamericana,
ordena el asalto a la casa en Miami donde residen los familiares del niño, a quien
secuestran a punta de fusil para entregarlo al padre unos días después.
Esto formó una tremenda alharaca dentro de Cuba. ¡Triunfamos! Fidel estaba radiante.
¡Qué estupidez! ¿Triunfamos en disfavor de quién? ¿A quién vencimos? Si no somos
más que cubanos, cubanos de aquí, cubanos de allá con diversas formas de ver el
mundo, diversos anhelos, creencias y amores. Cubanos dispersos por todo el mundo en
países que los acogieron con toda la bondad.
Los nacionales de allá le propiciaron a Castro I una causa muy fácil de ganar y la luchó
hasta el final para recuperar un poco de los puntos perdidos con los de acá, mientras
nunca entendimos que se trataba del enfrentamiento de unos contra otros, de una parte
de la familia contra otra a niveles nacionales, pues la mayoría consideraba que el
pequeño debía permanecer con el padre que no había perecido en la balsa y aún vivía en
Cuba.
La causa de Elián, el niño náufrago, se tornó en una triste batalla entre cubanos quienes
pensamos diferente, instrumentos que Fidel utiliza indiscriminadamente unos contra
otros y no nos damos cuenta. Elián fue la bandera que se enarbola como causa de una
política barbuda que no se quita la gorra, pues aún su espíritu está encaramado en la
Sierra dando órdenes en una guerra personal que se supone sea de lo mejor para
nosotros. Solo eso. El niño, el padre y el espíritu no santo fueron el centro de esta otra
pequeña batalla contra los demonios entre el norte turbulento y brutal, y el sur.
Se construyó una Tribuna Antimperialista exactamente frente a la antigua embajada
norteamericana (SINA) y aparecieron allá otros pobres diablos por quienes reclamar,
sorprendidos mientras laboraban para nosotros los comunistas dentro de las
organizaciones miamenses en contra del gobierno cubano y fueron procesados por
espías. Esto sucede en 1998, pero no toma auge hasta cuando regresan al naufraguito
(2000) y se acaba la historia.
Estos muchachos se conocían entre ellos como la Red Avispa. Se convirtieron en cinco
héroes prisioneros del Imperio de la noche a la mañana y el Gobierno se encarga de
hacerlos el centro de los nuevos y constates reclamos para regresarlos. No son espías,
habrá que inventar otros términos como luchadores contra el terrorismo, etc. La
propaganda política dentro de la Isla es enervante y literalmente irresistible. A fin de
cuentas es lo menos que el Gobierno puede hacer por estos soldados que trabajaban a
todo riesgo para ellos, pero la campaña debe ser allá, no aquí, donde no tenemos nada
que decidir ni prácticamente hacer. ¿O es que acaso estas pobres víctimas, como en su
momento el náufrago y muchos otros anteriormente, están solamente siendo utilizadas
con fines políticos y doctrinantes?
Este es el año cuando comienza mediáticamente la para nosotros famosa causa de los
cinco héroes prisioneros del Imperio, aunque ya llevan dos en prisión. Estos sujetos
antiterroristas defendían denodadamente el mantenimiento del terror dentro de nuestro
país, donde un disidente no es exactamente un ser humano, despojado de casi todos los
derechos.
Un disidente en Cuba es como un judío en la Alemania Hitleriana y les deberíamos
colgar del cuello o coser a sus ropas algo como una estrella de David, o un cartelito con
el letrero bien claro para identificarlos y darles patadas, escupirlos o empujarlos.
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Deberíamos crear crematorios, pues campos de concentración ya existen, donde se
hacinan sin siquiera ser reconocidos como tales, mezclados entre asesinos y carteristas
para ver si se meten en problemas y les ahorran el trabajo al Gobierno.
Quien no lo crea, no ha estado en Cuba. No ha observado el desabastecimiento en las
despensas, los constantes cortes eléctricos, la desorganización y destrucción total de la
economía y las ciudades, el transporte, las carreteras, todo, por el simple abandono. No
ha visto ancianos morir de hambre o mala alimentación, ni doctores montados en
bicicletas Forever luchando contra la Polineuritis y el calor. (En Diciembre del 2009
fallecen más de 26 internos en el principal hospital siquiátrico del país por hipotermia,
¡increíble!, cuando en Cuba jamás ha hecho cero grados Celsius. Más bien murieron
por abandono en la mayor potencia médica del planeta, según la propaganda oficial.) No
ha visto a personas morir por falta de atención médica donde el Sistema de Salud es
gratis. No han sido víctimas de la extrema burocracia conservadora dentro de esta
nación donde todo tiene su supervisor y hasta morirse es problemático. Luís les
recomienda todos el filme La muerte de un burócrata.1960. Muchos aún creen
buenamente que esa creación es una obra de ficción.
Por este año el consumo se mantiene a niveles mínimos mientras el Gobierno continúa
haciendo llamados al sacrificio en aras del colectivo. Se incrementa la producción de
crudo nacional y los venezolanos con Chávez a frente, continúan el sostenimiento
financiero, ya abandonado por los soviéticos, de nuestro sistema como abanderados
sobrevivientes del comunismo frustrado antes de nacer. Los chinos comienzan a
redescubrir a Cuba como terreno interesante donde parece haber petróleo, níquel y
algunas otras cosas que ellos necesitan. Tras algunas negociaciones se inician las
inversiones de los asiáticos y el ofrecimiento de amplias líneas de créditos para compras
en este país, negocios pendientes, cuentas por pagar que van endeudando a la Isla. Es
literalmente hipotecar sus recursos naturales para adquirir bienes de consumo.
Inmediatamente arriban los primeros turistas chinos a manera de ensayo. Japan Airlines
realiza algunos vuelos de prueba los cuales descontinúan rápidamente. Al turismo
asiático no le agrada la isla. Fidel pretende atraer al uno por ciento de los turistas chinos,
dice, pero el país resulta no gustarles y cesan de venir apenas los primeros grupos.
Parecen preferir otros lares donde no se habla de comunismo o de constantes sacrificios.
Finalmente en silencio se da por fracasado el turismo asiático. Para playas y mujeres
exóticas tienen mercados mejores y muchos más cercanos. Nuestra cultura les resulta
ilógica y disipada. Se da inicio en Venezuela a la generación del concepto de Socialismo
del Siglo 21 por Hugo Chávez.
Uno de estos días Luís está sentado en la sala del apartamento de San Lázaro, junto a
Lisandra y los suegros, cuando llega de visita un enumerador del Censo de Población y
Viviendas y realiza muchas preguntas sospechosas aparte de las normales como la
presencia de computadoras, máquinas de juego, etc, cuando estas aún no se venden en el
país. Los resultados de este censo demográfico van a demorar varios largos años para
llegar al conocimiento público y solo se dejan escapar algunas cifras esporádicamente
en boca de algunos especialistas en las materias relacionadas. Es información vital de la
cual no debe enterarse el enemigo, o sea: todos nosotros.
Realmente este año no pasa nada. Sin novedad en el Frente. Tampoco llegan noticias de
los muchachos que emigraron y Luís siente que continúa alejándose lentamente de ellos
en el tiempo y la familiaridad de la infancia que se va perdiendo en la nebulosa de hace
tanto tiempo. La disidencia local se deja escuchar de cuando en cuando pero sin un plan
de batalla bien estructurado y posible, en la realidad de la represión diaria y los muy
activos cuerpos de Seguridad Nacional.
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Luís permanece trabajando en el turismo. Desea tener hijos con Lisandra quien no está
muy segura de si el momento es oportuno. Mejor esperar un poquito más.
La relación entre los dos es inmejorable. Lisandra continúa laborando en una de las
pocas esferas privilegiadas y esto les permite vivir un poco mejor que la mayoría. El año
transcurre lento y sin eventos destacables, mientras conservamos unos de los más viejos
Gobiernos del Planeta, quien no logra arreglar de una vez los más veteranos problemas
del país. Continuamos en la misma basura de siempre. El desesperante Status Quo de la
miseria.
2001. LAS TORRES DE BABEL.
Por esta fecha un grupo de disidentes en lucha por cambios democráticos dentro de
Cuba y agrupados en un partido político ilegal desde la oposición, recoge firmas
persona a persona para tratar de conformar un proyecto de reformas constitucionales
llamado Proyecto Varela, en memoria de ese cubano ilustre, uno de los más
sobresalientes intelectuales burgueses del siglo 19 y 20.
Es esta una labor callada y valiente la cual enfrenta a todas las trabas que el Gobierno
logra inventar.
Nuestra Constitución en estos momentos admite la presentación de proyectos para
reformas de esta misma Carta Magna si estos son firmados por más de diez mil
ciudadanos cubanos de los once millones que somos. El Gobierno no espera que estos
delincuentes políticos puedan recolectar tal cantidad de simpatizantes dispuestos a
arriesgarlo todo, pues al rubricar tal demanda, las firmas tienen que ser acompañadas
con el nombre completo y dirección del firmante, lo cual en nuestro país es como
entregarse a las autoridades por algún delito terrible, o registrarse voluntariamente
como disidente.
Por lo demás el país continúa como siempre, con la misma eterna carencia de
materiales y el estado lastimoso de todo centro urbano, provocado por el también
calamitoso estado de la economía.
Por lo menos el gobierno y la disidencia están de acuerdo en algo. Ambos dicen ser
martianos. Es decir, ambos emplean la figura emblemática de nuestro héroe nacional
para adornar su política. Preocupante es que estos muchachos no aclaran que ni Martí,
ni Bolívar y los otros libertadores americanos nunca fueron marxistas, aunque conocían
perfectamente esta teoría en boga en los momentos cuando vivieron. Para todos estos
próceres Marx y Engels eran solo otros de los muchos filósofos de entonces,
consagrados al estudio de nuevas tendencias sociales y parecían defender a los pobres,
pero los americanos preferimos ser demócratas y republicanos a nuestra forma.
Luís sin pensarlo mucho firma el Proyecto Varela bajo la protesta de Lisandra, pero
pronto se le olvida, pues en nuestros medios no se habla absolutamente nada de estas
cosas raras.
Es otro año tranquilo para los cubanos. Avanza el tercer milenio apaciblemente hasta
ahora. Luís y Lisandra continúan tan enamorados como al inicio de su relación
perdurable y absolutamente como debe ser. Luís continúa intentando convencer a
Lisandra para que deje de tomar las píldoras anticonceptivas, pero ella se muestra
insegura. Las circunstancias continúan malas, pero los años van pasando y ella ya tiene
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treinta y cinco. Luís pasa de los cuarenta. En la mente de la mujer existe un secreto del
cual nunca le ha hablado a nadie, algo de lo cual no se atreve a confesárselo a ella
misma y también para esto el tiempo se está acabando.
Le dificulta sus planes que allí en este apartamento de la calle San Lázaro frente al
supermercado 1005, se reúnen los seres a quienes quiere y a quienes tampoco desea
dejar escapar. Ya veremos.
En septiembre ocurre lo nunca antes visto, pero que todos consideraban perfectamente
posible. Dos aviones de entre los más voluminosos y completamente cargados de
pasajeros inocentes, son empleados como misiles de guerra. Algunos grupos de
terroristas que han pasado inadvertidos para los enormes aparatos de vigilancia e
inteligencia norteamericanos, impactan en el World Trade Center, dos de los edificios
más elevados del planeta y símbolo del poderío estadounidense. Las dos torres gemelas
se desploman en tan perfecto orden que muchos comentan las más alocadas teorías
como que pudo haber sido un autoatentado. Mueren varios miles de personas y se hacen
famosos los bomberos y otras fuerzas de rescate debido al alto costo humano de su
labor.
En Cuba la televisión no detiene sus transmisiones en la mañana como hace
habitualmente y continúa transmitiendo en vivo todo cuanto acontece en Nueva York.
Entre los cubanos de todas las tendencias solo hay estupor ante el horror de tal ataque
inútil que solo acarrea rechazo internacional casi absoluto hacia los terroristas.
En los primeros momentos no se conocía bien de dónde habían partido las aeronaves.
No se sabía quién estaba atacando a la nación más poderosa del planeta. Los
norteamericanos pusieron en estado de alerta máxima a todo su ejército de tierra, aire y
mar. Se cerró su espacio aéreo. Avión que se encontrara sobrevolando áreas restringidas
sería derribado de inmediato y sin advertencias, aunque estuviera lleno de pasajeros.
La primera medida ordenada por Fidel fue el cierre total de todos los aeropuertos
cubanos, no fuera a ser que algún grupo de terroristas estuviera planeando secuestrar
uno de nuestros aparatos y estrellarlo contra algún objetivo en suelo gringo. Ya es
suficiente con los problemas que tenemos sin estas complicaciones.
Nuestro máximo líder tiene panificado un discurso en el pueblo del Cotorro en horas de
la mañana y allí, en aquella tribuna, aprovecha para condenar la agresión terrorista y
dejar bien claro que Cuba no tuvo nada que ver con tal escándalo. Se notaba preocupado
el viejo por que los norteños fueran a culpar a nuestro país con parte de la
responsabilidad. Por meses van a estar cancelados todos los vuelos sobre Cuba rumbo
norte, en especial al Canadá. Ese día a Fidel se le apagó la luz y los escoltas tuvieron
que sostenerlo para que no se desplomara en plena perorata. Comenzó a balbucear y dio
un par de traspiés. Este es el momento cuando su organismo comienza a da señales de
que ya no resiste más el régimen de trabajo que mantiene el dictador. Es el comienzo
del ocaso de su personalidad enérgica y decidida que lo va a llevar a renunciar al poder
en enero del 2008, cuando se percata de que ya no puede con los retos de enfrentar a las
nuevas generaciones y las nuevas tecnologías ultrarrápidas.
Lo terminó de decidir el sonado suceso del encuentro entre el joven universitario Eliécer
y el Presidente de la Asamblea Nacional Alarcón de Quesada. (dic. 2007) El político
quedó como un tonto y desconocedor, mientras el estudiante de la UCI brilló por su
ingenua valentía. Esta fue una fuerte lección de modernidad para los octogenarios
políticos, anquilosados y lentos, ya al final de sus existencias. Por primera vez se
cuestionaba en público a tan elevada personalidad. El suceso se conoció en segundos a
través de Internet y la agencia de prensa Reuters. Declina el imperio mediático-
Goebeliano de los Castro con las nuevas tecnologías. Fidel, iluminado como siempre, lo
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sabe. Por eso renuncia, No desea verse mal ante las nuevas generaciones digitales que
no tiene casi nada que ver con su sistema y consideran no deberle absolutamente nada.
La economía continúa mejorando ligeramente mientras se intensifica la dolarización
inmisericorde en una nación de ganadores de pesos, principal contradicción que hace a
la vida de los nacionales un verdadero tormento, en especial a la hora de la cena.
Continúan los apagones, aunque atenuados ya. Se mantiene el Período Especial para las
masas, pero no para quienes obtienen de alguna forma los dólares necesarios para
sobrevivir. Existe una buena oferta en las tiendas en moneda dura. En Varadero se
utiliza libremente también el Euro, pero no el peso.
Este suceso del ataque a las Torres Gemelas en Nueva York marca un antes y un
después en la sicología mundial. Es tal vez al Apocalipsis que los religiosos tanto han
predicho. Sucede casi exactamente al cambio de los milenios y el lugar donde se hablan
todos los idiomas, pues allí acuden funcionarios y empresarios de todas las naciones.
Aconteció casi como en la Torre de Babel y nos marchamos a nuestros hogares
temerosos del porvenir y de nosotros mismos, sin apenas entendernos. Habría que ver
cuándo sucedió lo de la diversificación de las lenguas en Babel. Tal vez en el tres mil o
el dos mil antes de Cristo y de ahí la atractiva fecha, esquina de los mil años, donde
muchos no acaban de ver concretarse sus sueños de predominio de los más justos,
castigo de los imperfectos y mediocres.
Desde entonces el terrorismo es un tema presente en lo cotidiano de todas las naciones y
se pasa el descabezamiento de un ser humano por Internet como si fuera un pez barato.
Ya no nos asombra nada y parece tampoco importarnos nada.
2002. CARTER. PROYECTO VARELA.
Tocan con fuerza. Los viejos en la cocina observan al unísono hacia la puerta,
suspendiendo momentáneamente todo movimiento. ¿Quién podrá ser a esta hora de la
mañana y atronando con tanta autoridad como si fuera el dueño de la casa? No puede
ser Lisandra porque ella tiene llave y no va a tocar a la puerta. Luís no ha tenido nada
que hacer desde hace unos días pues estamos en temporada baja de turismo. Levanta la
vista del libro donde está concentrado. Vuelven a llamar con más fuerza y la madera se
estremece al vibrar por los golpes de los nudillos de alguna persona con verdaderos
problemas de carácter o muy enojado. No hay orificio para espiar quién es.
También se escuchan movimientos raros en el patio del edificio como si allí se
movieran personas quienes estuvieran tratando de encontrar una vía de acceso al interior
del apartamento. Los viejos se ven asustados. Luís se alarma ¿Será un asalto de varios
delincuentes? Luís abre la puerta violentamente en el preciso momento de que un
policía se dispone a repetir los toques. Son varios
“¿Es usted el ciudadano Luís Rodríguez?”
“Exacto. ¿Cuál es el problema y la urgencia?” Se les encara molesto. Los viejos
continúan inmóviles en la cocina.
“Tiene que acompañarnos a la unidad.”
“¿Cuál es el problema?” Repite Luís molesto.
“Allá se lo dirán. ¡Vamos!”
Luís hace un gesto de fastidio ante el ademán y la actitud hostil de los policías. Va a
ponerse la camisa que había dejado en el respaldo de la silla donde había estado
sentado. Se percata de que los suegros aún se mantienen inmóviles en medio de la
cocina.
100
“¿A dónde me llevan?” Pregunta a quien parece ser el jefe.
“A la unidad de Zanja.” Responde el hosco militar.
Luís mira a los viejos: “No se preocupen que debe ser un error. Si Lisandra llega y yo
no he regresado, que se llegue hasta la estación de policías, esa que se parece un
castillo justo en el parque cerca del barrio chino.”
Los ancianos asienten con la cabeza aún sin poder coordinar el habla, mientras observan
con los ojos muy abiertos a Luís salir de apartamento rodeado de policías.
Debajo, al pie de la escalera, se encuentran estacionados tres autos patrulleros y dos
autos civiles también Ladas con matrículas privadas. Estos dos están ocupados por
hombres de civil quienes no se han bajado. Llegan los que estaban en el patio y se
acomodan en los dos patrulleros restantes. Como en las películas a Luís le ayudan a
subir al coche después de haberle esposado. Muchos vecinos se han aglomerado para
presenciar la escena, como es característico de los cubanos.
Los autos se ponen en marcha y Luís se percata de lo incómodo que es sentarse en los
asientos plásticos con las manos muy atadas detrás. Le molesta que enciendan las
sirenas para apartar al público. Le incomoda tanto teatro para nada.
En este momento está aterrizando en el aeropuerto internacional de la Habana un jet
privado muy lujoso del tipo ejecutivo. También en ese mismo instante Fidel va
haciendo su entrada a la zona de protocolo de la antigua Terminal Uno en sus sombríos
Mercedes negros. Los tres autos de las escoltas llevan las ventanillas bajas y se notan
los cañones de los AKMS asomándose por los bordes. Un gesto evidentemente
intimidatorio de los militares.
La pequeña caravana de cuatro coches se detiene justamente en la pista al pie del Jet
mientras este apaga sus dos motores. Se abre su portezuela desde adentro y se acomoda
como escalera. Ahora Fidel se encuentra de pie justo al borde del acceso. Lo primero
que sale de la oscura barriga del avioncito es una sonrisa en una cara muy blanca
adornada con ojos claros, rubicunda, vieja. Es el expresidente de los Estados Unidos
James Carter de visita oficial a nuestro país. Es la primera vez que esto sucede en más
de sesenta años.
El anciano expresidente desciende. Le estrecha la diestra a Fidel y sube al Mercedes que
parte rápido. Los escoltas apenas tienen tiempo para meterse en los suyos. Lentamente
comienzan entonces a entrar a la pista varias limosinas negras destinadas a recoger a los
acompañantes y a todo el resto de la comitiva. Los norteamericanos van a estar por
varios días en nuestro suelo y medio país ha sido movilizado para cuidarlos.
En la unidad de Zanja el jefe del carro conduce a Luís hacia la Carpeta donde otro
agente de uniforme le pide el carné de identidad y le indica una puerta cerrada.
“La oficina 12.” Le dice sin mirarle.
El jefe del carro lo lleva directo allí donde está el cartelito encima del dintel. Abre la
puerta e invita a Luís a pasar adentro con gesto casi amable e irónico. El Carpeta les
mira hacer.
La puerta se cierra tras de Luís y el agente que le acompañaba se ha quedado afuera.
Dentro de la habitación hay cinco oficiales sentados tras una mesa de madera pesada y
una silla solitaria delante.
“Siéntese.” Le indica uno de los oficiales quien en realidad es una mujer de mediana
edad y grados de coronel del Ministerio del Interior. Luís puede ver que todos son altos
oficiales del mismo cuerpo paramilitar. La señora parece ser la jefa del grupo.
Ninguno tiene delante papel y lápiz por lo cual Luís piensa que están grabando la
conversación. En las dos esquinas superiores del techo al fondo se notan dos aberturas
protegidas por plástico transparente que deben ser cámaras fijas.
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La coronel habla: “Usted es Luís Rodríguez Pérez y vive en la calle San Lázaro,
número 1004, en el municipio de Centro Habana, Ciudad de la Habana, ¿Es así?”
“Sí.”
“¿Es esta su firma?”
La señora le acerca rodando sobre la mesa una fotocopia de un documento que Luís
reconoce al momento y es entonces cuando se percata de qué se trata todo esto.
“Sí.”
La señora cambia de un tono circunspecto a mirar directo a los ojos de Luís. “¿Usted
reconoce que este es el Proyecto Varela, verdad?”
“Sí.”
“¿Sabe qué significa? ¿Verdad?”
Luís pensó decir que sí de nuevo pero se molestó. “¡Por supuesto, sino no lo hubiera
firmado!” Se mantiene tranquilo a pesar de todo pues conoce lo que viene. La señora
levantó la voz amenazadora:
“Este llamado Proyecto Varela ha sido confeccionado por la CIA en un intento
infructuoso por revertir nuestro sistema hacia el inhumano capitalismo. Es un nuevo
instrumento de los mercenarios disidentes pagados por el Imperio para hacerle daño a
nuestro pueblo. ¿Usted sabe lo que ha hecho al firmarlo?”
Luís sonríe. La señora parece molesta. Luís piensa que con este nivel de
involucramiento en su trabajo se va a morir de un infarto antes de los sesenta, de donde
no está muy lejos, o es esto puro teatro. Decide responderle:
“Por supuesto que lo sé, aunque no estoy de acuerdo con nada de lo que usted ha dicho
hasta ahora.”
“¡Ah, usted no está de acuerdo! Usted cuando puso su firma ahí conocía la
responsabilidad que adquiría y que esto lo marca como disidente.”
“Mire, Coronel, yo soy disidente desde cuando comencé a comprender las razones del
estado de miseria colectiva en el cual nos mantienen sumidos, mientras tratan de
convencernos de que es bueno para nuestra salud, y que el Socialismo es mejor que
cualquier otro sistema social por su intrínseca humanidad. Si esto es así ¿qué hemos
demostrado en 44 años de Revolución? No me vaya a repetir usted el dicho de
educación, salud y deportes, porque eso es ya un mal chiste.”
“Yo no hago chistes, ciudadano.”
Un Mayor sentado en la esquina habla. “Esto te puede traer serios problemas
personales, en especial dentro del trabajo.”
Luís suspiró con cara de tristeza. “Sí, aquí todos conocemos las represalias que
conlleva no seguir la línea de pensamiento oficial. Que mejor ejemplo que usted me
haya traído aquí para intimidarme por haber firmado un documento que a mí me
parece correcto en su reclamo por cambios democráticos para el país.”
El oficial le miraba con severidad: “Podemos hacer que pierda el trabajo, pues usted
ocupa un puesto de confianza y ni si quiera tenemos que darle explicaciones.”
Luís comprendía la futilidad de discutir o argumentar con aquellas personas muy
convencidas y comprometidas con su papel de represores del Sistema. Prefirió callarse.
“¿De qué se me acusa?”
“No, de nada, por ahora. No ha cometido aún ningún delito oficial, pero se puede
revisar y encontrar siempre algo que haga falta.” Dijo otro de los oficiales con tono
irónico. “Tiene que firmar esta acta de advertencia y se puede ir.”
Otro extendió una hoja de papel impresa con el espacio en blanco y algunos datos
personales de Luís. Todo estaba previsto.
“Yo no voy a firmar nada que me incrimina. No estoy cometiendo ningún delito y no
estoy obligado a nada.”
102
Luís se levantó de la silla. La señora le observaba con la boca abierta. Toda la atención
estaba en él. De todas formas la mujer firmó el acta ella misma.
“¡Gutiérrez!”
El oficial se levantó, invitó con un gesto a Luís hacia la puerta y fue a abrirle. Salió de
la semi penumbra de la oficina destinada a intimidar e interrogar. El oficial asomó la
cabeza detrás de él e indicó al Carpeta que Luís estaba libre. Se podía ir. Este le entregó
su carné de identidad y gritó algo como “¡Luís saliendo!” para los oídos del custodio en
la puerta. Ya había dos personas más sentadas en pequeños bancos dentro del lobby de
la estación de policías. Un nombre sonó a sus espaldas: “Raimundo López.”
“¡Aquí!” Respondió uno de los sentados al mejor estilo militar. Se nota nervioso. No es
para menos. Precisamente esa es la idea de esta entrevista: Asustar.
“Pase a la oficina.”
Luís le observó con simpatías mientras caminaba hacia la salida. El hombre le miró
buscando apoyo. Luís le habló: “No firme nada: No tiene que hacerlo. Esto está
montado para intimidar a los incautos. No les des el gusto.”
“¡Aquí no se puede hablar!” Gritó el Carpeta“¡Tiene que irse o lo encierro en el
calabozo!”
Luís sonrió. Mejor se iba pues a estas horas ya debe de estar llegando Lisandra del
trabajo y los suegros aún deben de estar preocupados. Luís salió del recinto caminando
por la calle Zanja hacia Belascoaín. Iba a paso largo. Nadie lo seguía. Esta idiotez no
había hecho más que confirmar su estatus como disidente, pues desde el momento
cuando el aparato de la Seguridad del Estado obtuvo del Gobierno los documentos
firmados, la Policía los había registrado en el DNI para su uso. Sus detalles personales
ahora marcados en rojo tenían una aclaración bien visible: Disidente. Esto a partir de
ahora iba a estar condicionando su vida. Tenía que explicarle a Lisandra y a sus padres
por si sucedía algo.
Por estos días el Expresidente de los Estados Unidos está recorriendo la Isla en
compañía de Castro I. Reciben mucha atención de los medios informativos
internacionales y locales. Es una buena señal, pero desgraciadamente este señor que
ahora se pasea por el país que aún es su enemigo, no tiene ni voz ni voto en el Gobierno
de su nación, ni va a influenciar para nada en las ideas del Señor Arbusto junior,
Presidente de Yanquilandia.
Con el Proyecto Varela sucede absolutamente lo contrario. Este grupo o Partido Político
está dirigido por el cubano Orlando Payá, quien posteriormente va a ganar un premio
internacional europeo (Sajarov) por la lucha por la conservación de los derechos
humanos aprobados por la ONU en 1948. Recoge, junto a sus misioneros, más de once
mil firmas. Labor ardua y difícil aunque el Gobierno subestimó el éxito que iban a tener.
No creyeron por un instante que hubiera personas tan valientes como para desafiar a
todo el sistema, con la enorme presión que estaban haciendo para silenciar la tarea de
los disidentes internos y externos.
Payá fue al presentarse ante el Congreso acompañado por otros luchadores civiles, pero
a donde más cerca llegó fue a la recepción, en donde dejó una copia del Proyecto,
previa firma-registro.
Este documento exigía el cambio o reescritura de algunos conceptos recogidos por
nuestra Constitución, por ejemplo, el cambio de la palabra Socialista en el nombre de
nuestra República por el de Democrática. Organizar elecciones directas, secretas y
libres en el más corto plazo posible, entre otras demandas.
Ante el hecho consumado, Fidel traza una estrategia para detener esta solicitud legal que
puede acabar con su dominio. Inmediatamente arma toda una serie de trampas legales,
empleando para ello el control absoluto sobre los medios de comunicación nacionales.
103
Pide a nuestro Congreso o Asamblea Nacional en su calidad de miembro, que el
Proyecto sea analizado, pero que se le entregara a un Comité de estudio el cual lo
demoraría todo lo que fuera posible sin emitir un fallo, o un veredicto, este sería con
posterioridad eventualmente analizado en el Pleno.
Entonces el Viejo llama a un Referéndum masivo para que todos los ciudadanos
honestos voten por la Irrevocabilidad del Carácter Socialista de la Revolución en Cuba.
Inicialmente nadie, salvo los enterados organizadores, conoce la razón para tal llamado
en estos momentos de aparente calma.
Emplea absolutamente todos los medios informativos de la nación en sus manos en una
enorme campaña para propagandizar, incentivar, estimular y compulsar a todos los
patriotas para que vayan a firmar el documento que va a ser presentado ante el Congreso
sobre la Irrevocabilidad del Carácter Socialista de la Revolución. Ordena silencio
absoluto sobre el anterior proyecto presentado por los disidentes y ya en manos de
nuestra enorme Asamblea Nacional y demorado intencionadamente.
Fidel emplea para sus fines el complejo aparato electoral y utiliza los mismos locales
donde se vota regularmente para las elecciones regulares del Poder Popular, colocando
bajo intenso trabajo a los CDR en una gran campaña de cohesión, convencimiento y
vigilancia revolucionaria. La idea a propalar es: Si están con nosotros voten. Si están en
contra, aténganse a las consecuencias.
En cada lugar existe un registro de votantes y se toma la asistencia. Siempre se podría
comprobar quién asiste y quién no. La información irá a parar a los archivos del DNI y
la Seguridad del Estado.
Con este proceder Fidel obtiene una votación positiva de varios millones de personas a
favor de la irrevocabilidad del Socialismo en Cuba. Al final casi nadie se entera de para
qué sirvió esta bobería en estos momentos. A Orlando Payá le es devuelto su documento
como irrealizable por la voluntad del pueblo. Nuestro Congreso lo ha desestimado y
engavetado, pero le ha pasado los registros de firmantes a la Seguridad del Estado para
que se encargue de hacer algo.
Más adelante, en el libro de 2006 de Ignacio Ramonet, Fidel expresa que los disidentes
ni aunque hubiesen recaudado diez millones de firmas, es decir, casi la totalidad de la
población cubana, habría logrado cambiar un ápice de la Constitución y menos para ese
llamado de democracia disidente y mercenaria.
Está claro que los organizadores y ejecutores del Proyecto Varela conocían de antemano
las posibilidades casi nulas de éxito, pero al menos se intentaba demostrar una vez más
a la extrema dictadura de los hermanos Castro, la fuerza que va adquiriendo una forma
de pensar y actuar que para nada tiene que ver con la doctrina oficialista de sumisión y
miseria nacional permanente.
De todas formas esta irrevocabilidad existe tan solo en palabras escritas o dichas, pero sí
pueden ser revocadas, como puede ser revocado absolutamente todo excepto la muerte.
El mismo Congreso puede ser revocado, eliminado, y el nuevo electo cambiar la Carta
Magna. El pueblo a fin de cuentas manda y dispone. Es la misma retórica del ejército
que pretende la invencibilidad, la invulnerabilidad militar. Pura fanfarronería política en
busca de una imagen muy lejana de la realidad para incautos creyentes acostumbrados a
creer en la propaganda predigerida y de mal gusto de los Castros y sus acólitos.
Acólito en mi país es antónimo de disidente y se expresa en una forma
catastróficamente antagónica en el modo de vida y los beneficios materiales. Ej.
Comparar como vive Fidel con Orlando Payá.
104
En otro país del Caribe un presidente es apresado en medio del día por algunos de sus
propios colegas de armas y otros políticos quienes no desean que el país continúe el
rumbo que lleva.
Este señor, asustado, preocupado y bajo protesta, es llevado a una mazmorra, en una
prisión escondida en medio de una isla la cual, por supuesto, no es Cuba.
Chávez ha recibido un golpe de estado petrolero, pues los oligarcas no quieren que lleve
al país al mismo desorden imperante en esta otra Isla Caribeña, y que no suceda
exactamente lo mismo que pasa cuando toma el poder un gobierno comunista.
Por ahora Chávez no es comunista, pero en unos pocos meses va a estar diciendo que su
persona es la abanderada del Socialismo del Siglo 21 junto a Evo Morales en Bolivia,
Rafael Corea en el Ecuador, y más tarde sumaremos la vuelta del Sandinismo en
Nicaragua con un Daniel Ortega desgastado y menos enérgico.
Le salva la vida al Socialismo del Siglo 21 el por entonces teniente Raúl Baduel, quien
saca al asustado de su mazmorra en donde está por segunda ocasión en su vida azarosa y
le pide que retorne a Palacio. Los golpistas, quienes ya estaban celebrando con champán
y hasta con otro presidente designado, se habían demorado mucho y no habían
eliminado físicamente al Carlos Marx tropical. Craso error. El hombre realmente
regresó al Palacio presidencial, pues contaba con apoyo popular y buenos amigos.
Chávez, como buen agradecido, nombra a su ahora nuevo amigo Baduel, Ministro de
Defensa y lo asciende a General. Va a continuar así hasta el 2007 cuando Marx II
tropical pretenda reelegirse indefinidamente, intentando que el pueblo apruebe para ello
una nueva Constitución finalmente rechazada ante la alerta mediática de Baduel, ahora
apercibido de la esencia dictatorial de su antiguo jefe.
Fidel, en esta otra isla caribeña, ha hecho hasta lo imposible para que liberen a su colega
y llama desesperado desde el Vaticano hasta el mismísimo George W Bush. Si pudiera
enviaría las tropas, pero ya no estamos en los setenta. Termina al habla casi permanente
con la familia de Chávez hasta cuando la situación se estabiliza con la intervención del
teniente salvador del Socialismo del Siglo 21.
Nuestro carismático e infalible Líder histórico hace gala de su poderío y corta visión
este año al producir otra catástrofe de enorme impacto para el pueblo cubano de a pie.
El señor ordena mediante decreto presidencial, el cierre de 74 centrales azucareros de
los 156 existentes en activo, o sea: la mitad. Según alega el señor en una alocución
pública, el Gobierno, dueño de todas las fábricas de azúcar y del 80 por ciento de la
tierra cultivable, está perdiendo más de doscientos millones de dólares con la venta de
la producción de azúcar por el bajo precio en el mercado mundial, unido a la manifiesta
ineficiencia de la empresa estatal.
Esta orden es de efecto inmediato. Es más, dice Castro, tal vez pensando que a alguien
se le ocurriese lo contrario y pretenda desobedecerlo, hay que desmantelar las fábricas y
borrar estas 74 industrias para solo dejar las más eficientes. El Gobierno va a decidir
cuáles.
Como apoyo y complemento a esta genial idea suya, ordena destituir al actual Ministro
del Azúcar junto a algunos de sus colegas, para poner en su lugar a uno de sus mejores
generales de extracción campesina. Este militar muy versado en las artes de la guerra,
tiene que ponerse aceleradamente al día con la nueva misión de lidiar con la guataca y el
fango.
105
De lo que no se habla mucho es de las más de cien mil personas que van a perder el
empleo y los más de tres millones que van a ser afectados directamente. Ciudadanos que
viven en los pueblecitos alrededor de las grandes fábricas, llamados Bateyes.
Estas aldeas, ya de hecho miserables, van a perder todos los recursos para la vida por la
cual se ha generado el conglomerado humano pues no va a haber trabajo, pero no se
trata de solo eso. Estos asentamientos se fundamentan en los salarios mediocres que
ganan los empleados de la industria y el agro. Pero como esto no alcanza, los
trabajadores se las agencian para vender toda la azúcar que pueden robar, toda la
gasolina o diesel que puedan ahorrar de la enorme cantidad de transporte que se emplea
en la zafra, del desvío de todos los recursos que el descontrol oficial hace posible, entre
estos el cemento, otros materiales de construcción, alimentos, ropa, etc. Los torneros,
mecánicos, fresadores, paileros, etc, fabrican y transforman piezas de repuesto para la
enorme flota de vehículos antediluvianos que el propio Gobierno obliga a circular, ante
la imposibilidad real del cambio de coche.
El plan del ejecutivo es destinar todas las tierras que van a quedar ociosas, a la crianza
de ganado mayor y la producción de viandas, pero no cuentan con la masa campesina
para enterarse de que esto tomaría tiempo, unos diez años, y muchísimo dinero, lo cual
no se provee. Las grandes fábricas van a ser desmanteladas y cortadas para ser vendidas
como chatarra al extranjero. Lo único que va a quedar como un marcador en el libro de
la tierra es la enorme chimenea donde se escribía el nombre del Central, torres las cuales
por razones técnicas de mucho trabajo y necesidad de recursos especiales, van a quedar
como recordatorio de lo que una vez fuera nuestra más poderosa industria. Amargo
indicador para muchos de sus vecinos de donde alguna vez existió un Batey con mucha
vida, donde se disfrutaba un frenesí de actividad inspiradora mientras duraba la zafra.
Donde se podía vivir y ganar algo de dinero.
A fin de cuentas esta medida de cerrar media industria azucarera probará ser uno de los
peores desastres agrícolas en la historia de nuestro país debido a la obra de un solo
hombre. Tal vez no solo de nuestro país, sino de todo el planeta. Para finales de la
primera década del tercer milenio tres cuartas partes de la tierra arable de toda la Isla se
mantendrá ociosa o cubierta de la plaga vegetal conocida como Marabú.
Pasamos de ser unos de los principales productores y exportadores de azúcar del mundo
a importarla del Brasil para el consumo local. Se considera esto el cambio más drástico
y nefasto realizado por algún gobierno en agricultura. Pues para finales de esta misma
década vamos a estar importando el 80 por ciento de lo que consumimos en la mesa y
gastando un tercio del presupuesto nacional para adquirirlo.
Nadie será abandonado. Dice Fidel a los nuevos desempleados. A todos se les
continuará pagando su salario y serán reubicados en el estudio u otras tareas
agrícolas. Seis o siete años después nadie estudia nada, ni crecen vacas en los prados
llenos de hierba, donde tampoco se siembran viandas u otros alimentos para el consumo
humano ni animal.
Los antiguos empleados azucareros ahora devengan diez o quince dólares mensuales
suficientes para pagar algunos gastos mínimos como la electricidad, los alimentos
normados, etc. No más. A las diez de la mañana se reúnen los hombres en el bar del
pueblo para tomar Chispa de Tren y escuchar la espiritual música del Reguetón latino.
No hay nada más que hacer. Es la formula existencialista más eficiente del cubano para
resolver los problemas universales.
Más adelante Luís va a ver como en otro de sus interminable discursos, Fidel llama
soñadores e ilusos en público a un grupo de científicos cubanos quienes intentaban,
contradiciéndolo, encontrar financiamiento extranjero para echar nuevamente a andar
las fábricas que aún no habían sido desmanteladas y producir en ellas etanol, para
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exportarlo inicialmente y utilizarlo luego en el desarrollo del transporte nacional y tal
vez en una industria automotriz criolla, produciendo vehículos que solamente emplearan
biocombustibles menos polucionadores y más económicos.
Este etanol creado a partir de la caña de azúcar, como se viene haciendo en Brasil por
más de tres décadas, es muy barato y menos contaminante, es renovable y no afecta la
producción de alimentos.
Con esta idea puesta en práctica se hubiera salvado y modernizado la ya obsoleta
industria azucarera nacional, sus empleados no hubieran perdido sus empleos y no
hubieran muerto más de setenta y cuatro pueblos.
Fidel se muestra ofendido y ordena que nuestra tierra no puede, ni podrá ser utilizada
para producir combustibles para los autos. Sería desleal para con los seres humanos que
pasan hambre en el tercer mundo.
Luís se encuentra un poco confuso con las estadísticas que hablan de las tierras ociosas.
¿Será que Fidel no las lee o no se entera de que las tierras no están produciendo nada?
¿Qué sucede con los muertos de hambre nacionales que no se ponen a trabajar, pues en
nuestra población existe un desempleo voluntario de un cincuenta o un sesenta por
ciento de la masa laboralmente activa? ¿Será acaso que la burocracia nacional no se los
permite o los salarios no resultan atractivos? Nuestra nación es un país muy difícil de
entender y peor será para los extranjeros quienes nunca llegan a reunir todos los
elementos necesarios para la formación de un juicio acertado sobre nuestra realidad.
No hay publicaciones que analicen estos problemas con ligereza o profundidad. Nada.
Para muchos cubanos es más fácil creer en lo que se les cuenta y continuar luchando por
sobrevivir, sin tener que tomar decisiones que ya vienen empaquetadas o enlatadas a
gusto del consumidor en este mundo de caos permanente donde nada es lógico.
Luís ya comienza a considerar perdidos a sus amigos de infancia por la falta de
comunicación y porque ya han estado mucho tiempo en otro universo totalmente
diferente al que han dejado detrás y del cual no desean acordarse. Dicen que cada uno se
ha ido a vivir a ciudades diferentes y lejanas y ya no se reúnen a menudo como lo
hacíamos en La Habana Vieja. Los recuerdos se van haciendo más distantes y se van
desvaneciendo en la mente u ocultando para cuando seamos muy viejitos.
No logra acostumbrarse a la pérdida pero sabe que ya nunca va a ser lo mismo, ni va a
recuperar aquella juventud que se le escapó entre novias y tragos de borrosa memoria,
aunque en realidad continúe tan enamorado de Lisandra como antes.
Este año los padres de ella mueren uno tras otro como los periquitos cuando les quitan a
la pareja que han elegido de por vida. A Lisandra ya le queda grande el apartamento y
les cuesta mucho deshacerse de todos los recuerdos que sus padres ya no necesitan más.
Toda la ropa y utensilios personales de los ausentes permanentes van a parar a la basura
aunque ella desea conservarlos por siempre, presencias que se desvanecen para no estar
ya más en la cotidianidad de Lisandra. Ya no habrá quien vaya a buscar el pan al
mercado 1005, o los mandados del mes. Solo permanecen las fotos ya pasadas de moda
colgadas en la pared, desde donde en algún momento también irremisiblemente se van a
caer. Son ausencias que llenan la casa y nos hacen un inexplicable nudo en la garganta
cuando pensamos que se nos quedó corto el aprovechamiento de sus presencias, o que
teníamos que haberlos tenido un poquito más.
2003. PRIMAVERA NEGRA. BALSEROS FUSILADOS.
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Luís se despierta un poco asustado como todas las mañanas con el sonido electrónico
del radio reloj, al cual ya no le funciona la radio, pero sirve igual. A su lado en la cama
observa a Lisandra aún dormida. Continuará así hasta cuando Luís la despierte con el
primer café, único desayuno del día. Los viejos ya no están y no hay temor de hacer
mucho ruido. El cuarto desocupado lo ha tomado un nuevo miembro de la familia: La
computadora de mesa con todos sus periféricos. Él le llama Frankenstein al estar armada
con piezas de varios modelos y generaciones de todas partes y de todas las marcas que
han podido encontrar compatibles. El Gobierno aún se niega a que los nacionales
adquieran estos equipos y así evitan que accedan a Internet de una forma u otra. Al
igual que sucede con los coches, los nacionales inventan lo que hace falta y arman sus
propios equipos, así como se agencian vías para ingresar en la red de redes y a la
televisión satelital. En el mercado negro se puede conseguir todo lo que hace falta y el
componente técnico-humano está disponible siempre que haya dinero suficiente.
Tampoco en los centros de trabajo existe mucho control sobre los recursos y siempre se
podrá sustraer lo que haga falta, o reponerlo con uno averiado para que Liborio pague el
cambio.
Lisandra se volvió y mostró su trasero desnudo, alto, ancho. La sábana se le ha quedado
toda debajo. Es una provocación dormida, pero el borde oscurecido del ano se destaca
entre la abertura de las nalgas un poco por encima del rozado de la vagina.
Luís comenzó a pasar su dedo índice por entre las dos masas de piel blanca sin bellos.
Lisandra parece que comienza a sentir algo de sexo o sueña con ello, pues comienza a
moverse de una manera casi imperceptible y a levantar las nalgas donde se va
ensanchando más la abertura. A Luís se le va saliendo lo que tiene de animal, se excita y
le desviste la sábana de un tirón. Comienza levemente a morderle la espalda mientras
continúa las caricias entre las nalgas. Ya Lisandra solo pretende estar dormida
aprovechando el momento y la sensualidad espontánea. Se le echa encima y le habla
bajito al oído. “Vamos a hacer un nené, Lisi.”
“¡NO!” Lisandra se ha dado la vuelta súbitamente y se ha sentado bien alerta, desnuda,
con los pechos aún elegantes al aire. Luís se ha quedado en vilo, como en suspenso por
el exabrupto. Ella se percata de la exageración y baja el tono perceptiblemente.
“Un niño no ahora y voy a llegar tarde al trabajo.”
Él le besó los senos, pero ya no es lo mismo. Ella se dejó hacer. Ella volvió a hablar
como reconsiderando:
“Bueno, lo del niño tiene que esperar… y el trabajo también, que carajos.” Diciendo
esto se dejó caer hacia atrás, halando a Luís consigo para que no se separara de sus
senos que se habían puesto duros. Lentamente también fue dejando escapar el lado
animal que los seres humanos llevan medio escondido, hasta casi comerse mutuamente
e ir escalando la cuesta de la excitación hasta la catástrofe del orgasmo, terremoto que
bien podría haber acabado con toda la ciudad, pero que ni los vecinos notan.
Más tarde cuando Luís sale de la habitación va hacia la sala y enciende el televisor en el
canal 2 donde se transmite una revista de noticias. Están leyendo una declaración del
Ministerio de Finanzas y Precios la cual ya ha salido en la Gaceta Oficial. Es una Ley.
A partir de X fecha, dentro de una semana, dice el locutor, se grabará el dólar con un
diez por ciento de descuento adicional frente al CUC, así como a toda otra moneda
internacional.
Esta medida de fuerza financiera sucede porque se le está haciendo muy difícil al
Gobierno emplear en el mercado exterior el efectivo que se genera dentro de nuestras
fronteras. El Gobierno norteamericano se empeña en tratar de demostrar que toda esa
enorme cantidad de dinero contante y sonante que genera el país es producto de la droga
que Cuba trafica hacia ese país y hacia Europa.
108
En la práctica cada dólar perderá veinte centavos frente al peso convertible mientras las
otras monedas solo diez. Con esto se trata de forzar a todos los extranjeros que arriben
a nuestras costas, y a los nacionales, a usar cualquier otra divisa, menos el dólar
estadounidense por obvias razones.
“¡WOW!” ¡Lisandra!” Luís, sorprendido, le habla al baño desde la sala
momentáneamente suspendiendo el café. “Tenemos que ir al banco para cambiar todos
los dólares que tenemos en la cuenta conjunta. Miran lo que acaban de sacar hoy.”
Ella salió del baño aun vistiéndose, escuchando con atención la información que se
releía. Les están dando una semana de plazo. “¿Y tú crees que sea buena idea
cambiarlo todo? ¿Será seguro mantener el dinero en el banco?”
“Si, creo que sí a ambas cosas. Si no lo cambiamos, perderemos el diez por ciento de
todo lo que tenemos. Escucha.”
El locutor continuaba explicando ahora con un especialista del Banco Central de Cuba,
llamado para que aclarara las muchas dudas y preguntas que esto iba a levantar.
Contestaban a un teléfono en el estudio pues muchos televidentes intentaban descubrir
qué vendría detrás de esta medida. Por estos más de diez años el peso convertible
aparecía ante los cubanos y extranjeros visitantes como menos confiable y menos
atractivo por su real valor de intercambio nulo allende a nuestras fronteras, mientras el
dólar aún no ha arribado a su crisis por depreciación de mediados de la primera década
del tercer milenio. No ha arribado aún la crisis financiera norteamericana del 2008.
Lisandra se había quedado escuchando pensativa mientras Luís se iba a la cocina para
preparar el desayuno.
“¡Carajo! Esto finalmente va a afectar las remesas de dinero que envían los familiares
desde el exterior, en especial del norte. Están disminuyendo ex profeso la cantidad de
dinero que va a enviar la gente sin beneficio alguno para los receptores y eso no les va
a gustar. Tengo que estar segura de que lo que vamos a hacer es inteligente. Piensa
Luís. El peso convertible puede caerse también de la noche a la mañana. Como hoy.”
Lisandra hoy no va al trabajo. Después de ir al banco tiene que viajar hasta el pueblo de
Regla. Este es una de las varias villas fundadas por los españoles en la urbanísticamente
poco aprovechada zona del Este de la bahía habanera. Supuestamente tiene que asistir a
un curso que va a ser impartido por un famoso catedrático experto en ancianidad, pero
prefiere irse a Regla a visitar un amigo.
A las 9 de la mañana está abordando la Lanchita de Regla. Este artefacto flotante viaja
regularmente desde el Muelle de Luz, situado en el inicio de la calle del mismo nombre
en la Habana Vieja, a través de toda la bahía hasta el llamado ultramarino pueblo. El
navío es rectangular sin proa puntiaguda ni quilla, con dos motores diesel debajo de la
cubierta, lugar este último donde se acomodan los pasajeros lo mejor que pueden de pie
o sentados en los escasos asientos, en competencia con los varios ciclistas quienes
emplean este medio marino para acortar los kilómetros que tendrían que hacer por la
vieja carretera alrededor de la bahía.
Estas Lanchitas son la alternativa al recorrido de las rutas terrestres 6 y 106 a través del
antiguo basurero de Cayo Cruz y el barrio de Patilarga. Ahorran unos veinte kilómetros
y arriban al mismo destino llamado Emboque, lo cual no es más que un antiguo muelle
embarcadero. Hasta allí regularmente llega el mal construido, obsoleto y destartalado
ferri.
Lisandra escucha los motores diesel rugir en reversa. Toda la cubierta tiembla mientras
el acero de la banda de estribor se separa del concreto engomado del puerto. Solo han
quedado sobre el muelle algunas personas quienes prefieren esperar por el retorno del
vehículo, lo cual demorará unos treinta minutos o dos horas con buena suerte. La
travesía es de diez minutos si se descuentan las constantes averías.
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El transporte está lleno, pero el viaje es relajado dentro de la bahía. Nunca hay olas, en
estos años de período especial, no hay barcos tampoco en espera para entrar a algún
muelle. Durante la era soviética en este enorme lago salado se agrupaban gran cantidad
de buques en espera de atraque, y generalmente se les ganaba pronto despacho por la
actividad constante e intensa de los estibadores con buenos salarios. Es muy curioso
constatar como en las brigadas de descarga portuaria, las cuales laboraban tres turnos de
siete horas veinte minutos, se afanaban intensamente en la descarga de los barcos. Se
aprovechaba totalmente el tiempo y algún jubilado contratado (el merendero) les subía
la merienda y el almuerzo a bordo. Se rechazaban los haraganes y no se hablaba de
política, ni se hacían llamados al sacrificio, ni el Partido se veía obligado a estar
constantemente arengando a las masas, pues el salario era bastante bueno por
sobrecumplimiento de las normas, entre otras cosas.
Lisandra observa la estela que va dejando la lancha como se va desvaneciendo sin
torcerse en el verde oscuro de agua empetrolada, pero de pronto algo sucede.
Los pasajeros instintivamente se repliegan hacia la zona trasera apretándose en un grupo
huidizo. Algunas mujeres gritan histéricas mientras varios hombres se han lanzado al
agua y los alrededores se llenan de cabezas flotantes. Hay un hombre en la cabina junto
al piloto.
De pronto, inusitadamente, muy raro, la lancha tuerce el rumbo hacia el norte, hacia la
salida de la bahía, mientras los motores aumentan las revoluciones al máximo.
Lisandra no se ha puesto nerviosa pues no sabe exactamente qué sucede y trata de
levantar la cabeza por encima del apretado grupo a popa. Dentro de la diminuta cabina
del timonel se ve esta segunda persona quien amenaza al primero con una pistola
posiblemente Makarov soviética de ocho disparos, siempre con un pavón negro
característico de las armas de guerra y cachas carmelitas. No está amartillada, pero el
timonel la mira a cada instante sin decir palabra alguna, pues apunta a su cabeza.
El de la cabina que no se mueve de al lado del timonel es el clásico negrito cubano,
joven y delgado, quien de no estar en estos momentos asaltando la Lanchita de Regla,
estaría tocando rumba en cualquier esquina y metiéndose con las mulatas de la Habana
Vieja. Hay dos más de los rumberos de piel oscura quienes han salido de entre los
pasajeros y los mantienen a raya, esta vez armados con cuchillos de cocina ordinarios.
No permiten que se acerque nadie al área del timonel.
Lisandra nota que los pasajeros comienzan a comprender la aventura en la cual se han
metido sin querer. Retornan a su cerebro aquellos días de 1994 cuando este actuar se
había convertido en una especie de deporte escapista. Hay dos turistas francesas dentro
del grupo a bordo. Incluso mujeres con niños; muchos muy asustados, otros no tanto.
El pequeño barco pasa a toda máquina frente al pequeño punto de Guardafronteras que
está a la entrada de la bahía en la zona urbana. El único soldado de guardia apenas ve
venir el raro artefacto flotante, levanta el teléfono y se afana tratando de comunicar con
urgencia.
La lanchita rebasa la entrada de la bahía. Lisandra nunca había visto la imponente
Fortaleza del Morro desde esta perspectiva inclinada desde abajo hacia arriba que la
hace más impresionante. Pasan entre las dos bollas verde y roja y le embarcación
comienza a zarandearse y crujir con el oleaje ya de mar abierto.
Los asaltantes están tranquilos y Lisandra ya no duda que entre los pasajeros se ocultan
más cómplices, pues observa a una mujer joven con un niño de brazos muy tranquila,
aparentemente en contubernio con los delincuentes.
Ya están en alta mar y los gritos se han calmado totalmente. Se escucha el ronroneo
constante de los motores lo cual junto a la brisa hacen parecer a la excursión como una
aventura playera. Aparentemente no hay ningún policía, ni oficial del ejército, ni
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elemento armado alguno a bordo pues nadie se proyecta a enfrentar a los asaltantes. De
no ser por la tensión encubierta, esto sería un paseo perfecto, aire suave y oloroso, un
cielo sin nubes y un sol de maravilla junto a varios tonos de azul delante y a todos lados,
haciendo casi indetectable la línea del horizonte. El Morro se aleja rápidamente
disminuyendo su tamaño. La Ciudad comienza a ser una simple raya detrás, mientras la
falta de perspectiva hace lucir a los pocos edificios altos del Vedado como Manhattan.
Lisandra escucha al timonel explicar en voz alta y calmada que la lancha no puede
navegar en aguas abiertas por tener el fondo plano. Tampoco tiene quilla. Está diseñada
originalmente para lagos o aguas interiores. Los motores son muy viejos y el casco está
tan delgado por la corrosión que puede partirse sobre el oleaje. Peor, el combustible no
va a alcanzar ni para la mitad del viaje. Son 90 millas.
Los dos asaltantes más cercanos al grupo cuchicheaban entre sí en voz casi inaudible.
Parece que no conocen la medida de la empresa naviera propietaria de estas
embarcaciones, la cual desde 1994 no entrega más combustible a estos vehículos que el
estrictamente suficiente para las horas de trabajo establecidas y así evitar un secuestro.
Tenían que haberse enterado de esto y haber acarreado su propio carburante en tanques
plásticos. De todas formas hubieran pasado inadvertidos como vecinos llevando el
preciado y peligroso kerosén para las famosas cocinas PIKE, las cuales ya habían
matado a varias personas, entre ellas un par de conocidos de Lisandra. Estaba tranquila
aunque esta no era la forma en la cual ella tenía pensado terminar el día, ni tampoco la
de realizar sus más secretos anhelos. En realidad ¿por qué no? Ella no tenía ni peritos ni
gaticos ahora esperándola en la casa; bien podría aprovechar y…
Su línea de pensamientos fue cortada por los pitazos enormes de un guardacostas que se
acercaba a todo vapor. Era la conocida Griffin y había aparecido salida de la nada, tal
vez escondida de la vista por el incipiente oleaje que hacía a la lancha parecer zozobrar
a cada instante y su acero carcomido crujía con las caídas a cada valle entre olas. En la
proa del barco guardacostas dos marinos se veían listos y sentados al servicio de una
ametralladora calibre cincuenta.
Un poco más distante se comienza a divisar la estela de humo parece que de otro
guardacostas de nuevo tamaño y potencia el cual se acerca a toda velocidad. Todos
observamos ansiosos las preparaciones del primer barco disponiéndose en zafarrancho
de combate y aproximándose a la lenta lanchita.
Lisandra sintió un súbito terror al recordar los sucesos del remolcador 13 de Marzo en
1994, embestido por otro remolcador con casco de acero y hundido de madrugada en
alta mar mientras se sucedía un violento oleaje. Los marinos del Gobierno pudieron
rescatar a menos de la mitad de los ocupantes del remolcador escapista, después de
haber bombardeado la cubierta con potentes chorros de agua lanzados desde los cañones
anti incendios de la Griffin contra mujeres y niños indefensos, hombres incluidos, hacia
el inmisericorde mar. Alega el Gobierno que aquello fue un terrible accidente.
Lisandra estaba segura de que la iban a embestir. Se veía ya otro potente remolcador
que se acercaba a toda velocidad y parecía tener un poderoso casco de acero.
Seguramente la orden había llegado por radio proveniente de la más alta autoridad quien
ya estaba al tanto. En estas mismas circunstancias se generó también la orden de
disparar contra dos aviones del grupo disidente Hermanos al Recate cuando fueron
avistados por el piloto de guerra del MIG 29 que los atacó apenas violaban, desarmados
e indefensos, nuestro espacio aéreo. Ningún oficial en ningún puesto de mando iba a
ordenar tal atrocidad. Nadie está lo suficiente loco como para eso, solo nuestra máximo
e inteligente líder.
Pero esta vez el guardacostas parece que va a seguir una estrategia diferente pues se
mantiene detrás, muy cerca ya ambas embarcaciones perseguidoras a ambos lados de la
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Lanchita. Mientras, un oficial encaramado en la proa del barco guardacostas dice cosas
utilizando un megáfono, tratando de desestimular a los asaltantes para que se entreguen,
como si con unos minutos de arenga se pudieran contrarrestar más de cuarenta años de
miseria y represión. Hasta ahora no hay heridos y la violencia se ha reducido solo a
amenazas. Nadie ha disparado un tiro.
Uno de los motores comienza a fallar hasta que se para. Luego el otro. De repente en
medio del océano golpea un total silencio y se pierde la estela. El barco está al garete y
los asaltantes están muy molestos. Inquieren sobre reservas escondidas que siempre
tienen los cubanos para eventualidades o para robárselas, pero esta vez no hay nada.
Es esto lo que estaba esperado el Guardacostas. Ambas embarcaciones se acercan más
pero con muchas precauciones.
El lenguaje del oficial con el megáfono es cuidadoso. Dice que estamos a cuarenta
millas náuticas de las costas de Cuba en aguas internacionales y que ellos también están
cortos de petróleo por lo cual no pueden darles nada a la lancha. Nos quedaríamos
botados allá a merced de las corrientes del Golfo que aquí son muy fuertes y pueden
llevarnos a cualquier parte como al medio del Atlántico, especialmente hacia el
Triángulo de las Bermudas. Esto último crea exclamaciones de susto entre los cautivos.
No, allí no, Allí desaparecen barcos y aviones, como el del mismo Camilo. ¡No!
Nos sentamos donde estamos por un par de horas, balanceándonos en el suave mar el
cual parece no tener fondo. La tranquilidad es total. No hay ruidos, nada. Nadie habla,
nadie protesta.
Algunas aletas dorsales comienza a circular alrededor de la lancha y alguien comenta
que son tiburones de los que están acostumbrados a desayunar balseros. Lisandra ve a
uno que tiene una cabeza rara, como un martillo con los ojos muy separados a ambos
lados.
Finalmente los asaltantes parecen ponerse de acuerdo entre ellos. Se ven tranquilos
aunque preocupados.
“¡Oye Capitán!” Grita al guardacostas uno de los del cuchillo. “Aceptamos tu oferta de
remolcarnos hasta el puerto del Mariel para reabastecernos de combustible, agua y
comida, que ya va haciendo hambre.”
“¡Bien! ¡Correcto! Nos vamos a acercar lentamente para lanzarles un cabo que deben
atar a proa para poder remolcarlos. No vamos a intentar ningún abordaje si ustedes se
portan bien.”
“Está bien, pero quítenme todos los marinos de la cubierta, en especial esos dos
sentados en la ametralladora cuando se vayan a acercar. Recuerden que también
estamos armados.”
“Estamos de acuerdo. Todo el mundo tranquilo que vamos a acercarnos lentamente.”
Desaparecen los marineros bajo la cubierta del Griffin y la embarcación comienza a
acercarse. Solo se ve un recluta joven que se acerca a la proa con un grueso cabo en las
manos. Lo lanza cuando están a un par de metros de distancia y uno de los asaltantes lo
atrapa. Lo ata con varios nudos poco marineros.
Lentamente el barco guardacostas inicia la marcha acelerando sus motores sin notarse
mucho el giro que está haciendo al suroeste. Nadie se fija mucho en la estela que se va
doblando detrás. Todo alrededor es mar y cielo azul. Parece que es un viaje de
excursión. La brisa hace a algunos adormecerse. Los ciclistas acomodan sus bicicletas o
se sientan sobre ellas a disfrutar de la vista. No se ve durante todo el viaje un marino en
cubierta mientras regresan a Cuba.
Primero aparece un horizonte oscuro en la distancia y van perfilándose las primeras
palmas reales entre la bruma costera. Ya ha dado inicio el atardecer y comienza a verse
el humo negro de la fábrica de cemento del Mariel y luego la enorme chimenea de la
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planta termoeléctrica desde donde a esta hora escapa hacia las alturas un leve humo
blanco sin muchas desviaciones. Hay poco aire y aún no es la hora pico.
El guardacostas Griffin penetra en las aguas de la bahía comercial del oeste de la
ciudad, mientras el segundo barco remolcador gira en redondo rumbo este para bordear
la costa hacia la bahía habanera. La extraña embarcación a remolque navega pesada
detrás de la Griffin.
Ya dentro de la rada, el guardacostas maniobra para dejar atracar a la vieja Lanchita de
Regla. Ya se ven allí varios policías armados y algunos otros elementos militares con
uniformes verde olivo de las fuerzas antimotines. La enorme Griffin desengancha y se
retira levantando una gran estela de agua detrás.
El asaltante de la pistola pregunta sobre cuándo viene el combustible y los demás
abastecimientos. Ya anochece y no se ve camión cisterna por ninguna parte. Un oficial
desarmado dice mientras se acerca: “No se preocupen. Vamos a lanzar algunas
meriendas a bordo, botellas plásticas de agua y refrescos. Nada anormal. La pipa ya
fue ordenada y la deben de estar llenando en estos momentos y muy posiblemente
mañana por la mañana cumplamos nuestra parte. ¿Por qué no liberan algunos rehenes
como señal de buena voluntad?”
“Nada de rehenes sin combustible. Aquí nos quedamos.” Grita el de la pistola quien a
fin de cuentas parece ser el jefe del trío.
“OK. Como ustedes quieran.” Dice el oficial y se retira al final del muelle donde parece
haber un puesto de mando. Sobre la alargada y estrecha tira de concreto ya se cuenta
por lo menos una docena de militares en constante movimiento, pero ninguno parece
intentar subirse al barco. Se mantienen a buena distancia de la fácil borda.
Ya es noche oscura y se apagan las luces de toda la zona. Parece uno de los apagones
habituales. Es muy tarde y todos se han comido las abundantes meriendas tipo Etecsa y
tomados todos los líquidos que fueron lanzados a bordo, pero nadie parece querer
dormir.
Pasada la medianoche ya muchos se han quedado adormecidos en la lancha. El
cansancio del azaroso día hace de las suyas. Finalmente los asaltantes también se
entregan al sueño confiados y tomando poco en serio su delito.
En este momento las dos turistas francesas saltan al agua oscura desde la parte trasera.
Nadie pudo evitarlo. Pretendían estar dormidas mientras realmente se mantenían a la
espera de la oportunidad cuando la vigilancia inevitablemente decayera.
El sonido de los cuerpos al caer al agua desata lo que ya se estaba preparando para
alguna hora más avanzada de la madrugada. Dos hombres se lanzan al agua a rescatar a
las mujeres, mientras un pelotón de soldados fuertemente armados y con vestimentas
negras penetran a la única cubierta de la Lancha. Pertenecen al Batallón de Tropas
Especiales de la Policía. No se ha escuchado ni una sola voz de comando y en apenas
treinta segundos los tres asaltantes están en el piso de acero carcomido, desarmados y
atados. Se encienden todas las luces y algunos no acaban de despertarse cuando ya hay
gran barullo sobre la Lancha.
Apurados y encorvados con las manos atadas a la espalda suben a los tres muchachos a
una pequeña furgoneta militar la cual parte rauda con destino desconocido. Están a
cuarenta kilómetros de la Ciudad de La Habana.
Los cautivos, incluyendo a las turistas francesas y a los ciclistas con sus bicicletas,
pasan todo el resto de la noche respondiendo preguntas a varios oficiales de verde olivo
que han llegado para investigar los hechos y se han acomodado en una cabina muy
iluminada al final del muelle.
Tras algunas preguntas iniciales se detectan varios familiares y cómplices ocultos entre
los pasajeros casuales, quienes no habían dicho nada para tratar de protegerse en una
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eventualidad como la que había sucedido. Finalmente resulta que media lancha está
involucrada de una forma u otra, pero todos son liberados. Ya tienen a quienes
necesitaban.
Lisandra fue finalmente devuelta a la Ciudad junto a todos los restantes pasajeros.
Como una cortesía especial los fueron dejando cerca de sus domicilios para que
caminaran poco, pues deberían estar cansados.
Al llegar al apartamento muy avanzada la mañana, Luís estaba muy preocupado por la
ausencia de Lisandra durante todo el día, pues no la había vinculado con el secuestro de
la Lanchita de Regla que se había difundido por la televisión. Luís no lo podía creer.
Por fortuna no había sucedido nada. Lisandra, muy cansada ahora, le tomó una hora
contar a lo sucedido y que por favor llamara por teléfono a su trabajo para que dijera
que se iba a tomar el día descansando del susto. Que él la justificara y contara lo que ya
conocía. Ella se va a dormir y que nadie la moleste, por favor Luís. Los cubanos por
esta época aún no tenemos teléfonos celulares.
Cuatro días más tarde ya los tres muchachos están fusilados. Lisandra se ha quedado
boquiabierta y muda de asombro cuando escucha la noticia del fusilamiento a través de
un escueto comunicado de la TV. Lisandra es abogada pero no entiende nada.
¿Cómo fusilar a tres jóvenes que no han cometido un delito tan grave como para tomar
medida tan drástica e irreversible? No han herido a nadie. Incluso el hecho había
quedado inconcluso y hasta en cierta manera habían cooperado al volver a las costas
cubanas.
¿Cómo fusilarlos en cinco días? ¿Dónde están quienes tienen que velar por las
normativas de procedimiento y ejecutoria en los tribunales? Tan solo el derecho de
apelación es automático para todas las penas capitales y los abogados de la defensa
cuentan con seis meses para presentar su alegato.
Incluso en nuestro código penal el delito de asalto no conlleva la pena de muerte, no
incluye esta sanción tan brutal. Este proceder, ante el escándalo internacional que
generaría tamaña arbitrariedad, se legalizaría meses más tarde cuando el gobierno
establece la pena máxima para el asalto de embarcaciones tripuladas, pero las nuevas
leyes no pueden funcionar ni justificar con retroactividad.
Se trataba tan solo de tres jóvenes quienes no midieron bien el alcance de sus acciones y
nunca imaginaron que iban a servir de escarmiento cruel y amenaza para todo el resto
del pueblo. Solo puede haber una persona con el suficiente grueso de piel como para
poder pasar por encima de todos los códigos y obligar a un tribunal de 5 jueces a dictar
una sentencia que está a todas luces desproporcionada con el delito cometido. A Fidel
le hacía falta dar una demostración de fuerza y no dudó ordenar el asesinato de un
grupo de jóvenes negros para detener la avalancha de asaltos que se preparaba por la
desesperada situación de la juventud nacional. Le preocupaba que el Gobierno
Norteamericano hubiera dicho claramente que otro éxodo masivo sería una declaración
de guerra del ejecutivo cubano contra los Estados Unidos. Fidel no quería una guerra
donde tendría todas las de perder.
Aún hoy estas personas involucradas deben de estar preocupadas por haber participado
en un crimen. Jueces, fiscales y abogados quienes participaron en esta farsa donde se
condenan a tres personas a una pena máxima ilegal es ser cómplice de asesinato.
Lisandra está segura de que las personas no se van a olvidar de estos hechos y algún día
llegará la oportunidad de aclarar y reclamar responsabilidades. ¿Habrá algún lugar
donde estos asesinos podrán ocultarse llegado el momento? Lisandra no termina de
estar perpleja y este suceso le choca mucho porque ella vio a los tres jóvenes y no cree
que se merecieran tal destino. Luís está furioso. Tal vez a fin de cuentas esto le termine
de llevar de ser un comunista convencido y defensor del Sistema a ultranza en la
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década del 80 a un disidente recalcitrante en esta fecha del nuevo milenio. Es increíble
el nivel de violencia sicológica y represión intelectual y espiritual que el Gobierno
ejerce sobre los cubanos para tratar de apuntalar un Sistema Social a todas luces
fracasado.
Por esta razón y algunas otras más Cuba queda Condenada como violadora de los
derechos humanos en la Comisión de la ONU radicada en Ginebra, y la joven
Comunidad Europea establece sanciones diplomáticas y económicas contra la isla.
También en Los Estados Unidos se refuerza las restricciones del bloqueo económico
con la aprobación de la Helms-Burton., la cual, entre otras cuestiones, limita casi hasta
cero el acceso de ciudadanos estadounidenses a Cuba y termina la organización de
grupos de visitantes norteños en el modo People to People, a amanera de intercambio
cultural aún permitido. Estas nuevas restricciones acortan en mucho los viajes de
cubano americanos a la Isla, como visitas para la reunificación familiar, y va a limitar
drásticamente el campo de los oficialmente considerados familiares allegados, al
momento de otorgar visas humanitarias.
Algunas agencias de viajes como Marazul, con sede en Manhattan y La Florida,
monopolizan los vuelos al alcanzar un lucrativo acuerdo con la contraparte cubana.
Quienes terminan perjudicados son los clientes, pues ambas compañías aumentan un 25
por ciento cada una como comisión, encareciendo escandalosamente el paquete al doble
o triple de su costo real ¡Que paguen los gringos que ellos tienen dinero!
A finales del 2003 a la mayoría de estas agencias turísticas norteamericanas se les vence
su licencia operativa y para el 2004 deben obtener las nuevas del Departamento del
Tesoro, pero se tropiezan con la dificultad creada ex profeso por la administración
Bush, de que ya no estaban entregando estos permisos, solamente para estrictos
problemas humanitarios o religiosos, como los viajes de la Comunidad Judía a nuestra
Isla, grupos donde se anotaban muchos incluso aunque fuesen ateos.
Luís ve caer dramáticamente sus ingresos al no poder atender ya más a los generosos
norteamericanos, quienes le habían acostumbrado a las grandes propinas en
reconocimiento a su profesionalidad y buen trato.
Por estos días está trabajando con turistas ingleses y australianos totalmente diferentes,
pero siempre se hace algún dinero.
La economía continúa creciendo lentamente, se incrementa la producción de petróleo y
níquel, entre otras muchas cosas, pero el pueblo no se entera de estos beneficios. La
corrupción también continúa su crecimiento sostenido y estable, pero ya comienza a
hacerse visible una casta de nuevos ricos que se mueven por los pocos buenos barrios
del nordeste y centro de la Ciudad. Esta Urbe también continúa su sostenido deterioro y
barriadas que otrora habían sido elegantes van llenándose paulatinamente de ruinas y
edificaciones de pésima calidad y peor estilo constructivo Las calles muestran un
agresivo estado de abandono y solo se mantienen lisas y sin grandes baches Malecón,
Paseo y Quinta Avenida, las cuales constituyen las fundamentales vías expeditas para
nuestro Comandante en Jefe. Las demás son un muestrario de huecos de todos los
calibres y profundidades.
A inicios de este año la compañía de viajes turísticos llamada Cubanacán ha concluido
satisfactoriamente las inversiones para remodelar la antigua y abandonada escuela de
economía de La Coronela para transformarla en un hotel de lujo llamado Las Praderas.
Comienza a operar muy bien, pero a mediados de año el Gobierno Central se le ocurre
quitárselo a esta compañía, la cual a fin de cuentas es también propiedad del Gobierno,
para convertirlo en el famoso sanatorio turístico. Allí se alojarían las personas escogidas
para recuperar la vista, junto a sus acompañantes y familiares allegados. Estos
provendrían de todos los países latinoamericanos y caribeños que desearan acogerse al
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nuevo proyecto. Comienza la Operación Milagro, excelente y nuevo tipo de propaganda
política salida de las neuronas diabólicas de nuestro amado Comandante en Jefe,
asistido por el nuevo y parlanchín dictador de extrema izquierda Hugo Chávez.
Esta cacareada operación humanitaria consiste en que un grupo de médicos y
especialistas oftalmólogos cubanos, previo acuerdo con el país afectado, realizarían
incursiones en las zonas más pobres y detectarían los casos que pudieran ser tratados
con éxito y operados en Cuba, para devolverles la salud y la vista
Dentro de nuestra patria se montan aceleradamente equipos de cirugía láser en el recién
remozado hospital Pando Ferrer, más conocido como Liga Contra la Ceguera. Allí los
pobres diablos de todo el continente pueden corregirse los defectos en la retina con la
más moderna tecnología, excepto a los locales, a quienes nos cuesta trabajo conseguir
un turno para tales tratamientos, para no hablar de espejuelos, los cuales se pueden
comprar al precio del salario de cinco o diez años de un obrero (en CUC con lentes
plásticos polarizados), o en un lapso de tiempo de seis meses en ópticas nacionales,
empleando pesados y frágiles lentes de cristal a la antigua usanza, obsoletos ya para
todas las naciones, menos la nuestra.
Estos candidatos a la cirugía ocular se colectan en sus países de origen. Son trasladados
a Cuba, se hospedan en Las Praderas, Tarará, etc. Son preparados por enfermeras
altamente especializadas y llevados en ómnibus climatizados y nuevos al hospital de
marras de donde salen casi siempre con la vista restablecida.
Estas personas se van a recuperar varios días en los cómodos centros cubanos de
descanso, para jornadas más tarde retornar a sus naciones como vivo testimonio de lo
extraordinario de la ciencia y de los médicos cubanos. Van a dar fe de la bondad y el
humanismo del Sistema Socialista.
Todo esto es gratis para los extranjeros, pagado por el pueblo cubano, a quien no se le
ha pedido su opinión. Quien no tiene apenas alimentos apropiados que llevarse a la boca
antes de acostarse, y a quien nuestros medios hace aparecer como feliz de regalar lo que
no tiene ni para sí mismo.
Por estos días se envía un ejército de más de treinta mil profesionales de la salud a
Venezuela y otros como entrenadores deportivos, etc. Ayudantes de todo tipo por los
cuales Chávez va a pagar precio de oro y así ayudar a su hermano Fidel, quien se
encuentra como de costumbre, sumido en una crisis económica de la cual no sabe cómo
salir ¡El dichoso bloqueo cará!
Esto es una especie de trueque amistoso entre dos naciones hermanas que intentan
sostenerse mutuamente. Los cubanos nos enteramos por los cables de emisoras
extranjeras, o por las emisoras enemigas que suplen las carencias ejecutivas en el
campo informativo. El gobierno chavista comienza a entregar a Cuba unos cien mil
barriles diarios para su consumo regular como inicio del sostenimiento fraternal.
El salario continúa siendo pésimo sin señales de mejoría y en moneda CUP, es decir,
veinticuatro veces menor. Esto nunca llega a cubrir las más elementales necesidades de
la población la cual busca de alguna forma compensar la explotación, robándole al
gobierno quien nos esclaviza.
En estos momentos Cuba mantiene de forma permanente personal de la salud en 68
países del tercer mundo, ingresando algún dinero y enormes cantidades de propaganda
proselitista para el sistema socialista, o más bien para el sistema Fidelista. La población
ve a sus mejores especialistas y médicos generales alejarse de sus puestos de trabajo
para casi nunca ser sustituidos por otros, por lo que el sistema de salud se resiente
fuerte. Oleadas de malformados médicos de todos los países de América, pululan por
los consultorios del médico de la familia con la intención de sustituir a los ausentes,
pero el servicio, aunque voluntarioso, es pésimo. El personal entrenado en Cuba, al
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retornar a sus países de origen, será punta de lanza propagandística de Fidel,
supuestamente al haber sido educados y formados gratuitamente en las facultades
cubanas, sin recordar que aquí un doctor en medicina a veces gana menos que un
barrendero, aunque el pueblo los tenga en muy superior estima. Todo esto no es más
que el Sistema Castrista de propaganda perfeccionado al detalle. También Luís ya
conoce a alguna de estas muchachas latinas quienes llegan a mezclarse con las cubanas,
conocen cómo viven en el permanente limbo de la miseria y retornan a sus países con la
idea fija de no ser como nosotros.
En Marzo son apresados, después de una fuerte campaña publicitaria difamatoria en
todos los medios informativos nacionales que recordaba una preparación artillera
furiosa, 75 disidentes de entre los más prominentes en el país; todos condenados
sumariamente bajo las directivas directas de Fidel, a penas de cárcel que oscilan entre
15 y 28 años de internamiento en prisiones de máxima seguridad. Estas personas,
muchos de ellos intelectuales de renombre, son confinados en precintos de extremos
junto a todo tipo de delincuentes, incluyendo asesinos, a los cuales se utilizarán para
amenazar, reprimir, e incluso eliminar físicamente a estas personas, tan solo por
estúpido error de pensar diferente a las orientaciones del Partido y actuar en
consecuencia. Castro I y II les niegan el derecho a ser prisioneros de conciencia y ser
tratados diferente. Aquí todos somos iguales No hay privilegios. Dice.
Este instante de la Historia Nacional se conoce como La Primavera Negra. En el Césped
de la SINA va a ser colocado para fines de año un enorme número 75 en el costado
anexo a Malecón y puede ser visto desde muy lejos. Este número es referencia a los
prisioneros disidentes, pero los Castro no pueden hacer nada para eliminarlo y esto los
irrita mucho. Existe tan poca información en los medios permitidos para los nacionales,
que los paseantes por el área se preguntan qué querrá decir esta enorme cifra en el jardín
de una embajada. ¿Será algún cumpleaños?
La Comunidad Europea (EC) recrudece las sanciones económicas y diplomáticas en
contra de la Isla por el trato fascista a sus ciudadanos objetores de conciencia y el
fusilamiento indebido de unos escapistas.
Durante una de las constantes marchas convocadas por Fidel para pasar frente a la
Sección de Intereses, por cualquier motivo que Luís no recuerda ahora, nuestro
Comandante en Jefe, como es su costumbre, abre la marcha resuelto a la cabezada
medio millón de patriotas desplazándose por la avenida del Malecón rumbo oeste. De
repente se escucha nítidamente por los altoparlantes el Himno Nacional Cubano.
Nuestra máxima figura hace alto y saluda militarmente parado en firme, deteniendo la
enorme columna de seguidores e hipócritas. Permanece así por unos segundos marciales
hasta cuando alguien le dice al oído de que La Marcha de Bayamo está siendo tocada
por el excelente sistema de audio de la SINA, pues van a inaugurar un sistema
holográfico de enormes letras rojas rodando por la fachada del alto edificio que mira al
nordeste desde el atardecer hasta el amanecer. Lo que se podrá leer allí son
informaciones que no transmiten nuestros medios y otras cuestiones de interés general
como La Declaración de los Derechos Humanos que a todos nos corresponden, pero que
el Gobierno no se entera.
Fidel, parado allí como un comemierda, enmudece de rabia e impotencia, pues le alertan
que no puede hacer nada en contra del edificio diplomático y sus integrantes, mientras
se muestra indeciso si continuar la marcha o quedarse en posición de Firmes hasta
cuando termine la música.
Más tarde ese día le susurran al oído una idea salvadora para eliminar la ignominia y el
ultraje sufrido, también para dificultar la lectura de las mercenarias letras rojas en la
fachada y de inmediato da la orden para comenzar las obras.
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Se erigen en un abrir y cerrar de ojos 148 mástiles de acero tan altos como el edificio
mismo de la SINA, donde serán colocadas la misma cantidad de banderas negras con
una estrella blanca al centro, como recordación de ciento cuarenta y ocho víctimas de
agresiones armadas piratas contra nuestro territorio.
La policía, siempre presente en este perímetro, no permite a los transeúntes estacionarse
o detenerse a leer las curiosas letras. Está en su apogeo la Batalla de Ideas, por suerte
que no la de balas. Este nuevo nombrecito lo crea Fidel a partir del ideario martiano,
una nueva fase de la ya demasiado larga para nosotros guerra fría.
Poco después le llegan las informaciones de que la idea no es tan buena, pues el costo
de mantenimiento de las banderas y de los mástiles de acero, así como toda la estructura
de la Tribuna Antimperialista, más conocida como Protestódromo, al estar al lado del
mar, es enorme. No importa, no hay reparos para la propaganda política. La poderosa
Corporación Cimex, antiguo Departamento MC, les regala un costosísimo sistema de
audio valorado en más de cinco millones de dólares, con motivo del cumpleaños de
Fidel, para que este pueda arengar a su pueblo apropiadamente cuando realiza las
constantes marchas del pueblo combatiente. Ese año y por única vez, se instalan en
Malecón altoparlantes digitales estéreo desde la Avenida G hasta La Punta en un
extenso alarde de técnica. Este recurso, como es costumbre en nosotros, no durará
mucho e irá a parar a algún oscuro rincón del almacén de los despojos, que ya debe ser
enorme.
A Luís y Lisandra ya no les importa recibir noticias de los muchachos, pues
sencillamente han dejado de preocuparse e indagar. El olvido, el abandono y la
distancia, una vez más, acaban con todas las fuerzas y una vez más el mismo monstruo
irracional vuelve a morder a las familias cubanas tan llenas ya de cicatrices muy visibles
en los últimos cincuenta años de política intolerante.
2004. CAMBIOS ECONÓMICOS NEGATIVOS. FINALIZA LA ERA DEL
DÓLAR EN CUBA.
Lisandra se despierta una mañana con el café que le trae Luís y la urgencia de este para
que ella se levante a escuchar la noticia del día que está leyendo un locutor de la revista
informativa matutina.
A partir del día 15, o sea, dentro de una semana, dejarán de usarse los dólares dentro de
nuestras fronteras. Solo se admitirán en todos los comercios los pesos cubanos regulares
CUP y los pesos convertibles CUC. Todos los visitantes extranjeros tendrán que
cambiar a esta moneda en el aeropuerto a su entada, o en las correspondientes casas de
cambio o Cadecas, establecidas al efecto en los municipios.
Ambos se miraron. Terminaban once años de predominio de la moneda estadounidense
y comenzaba la era del desagradable peso convertible, el cual hacía la vida de los
cubanos muy miserable. La doble moneda: Una para los salarios y otra para vender
productos y servicios a esos mismos asalariados, crea una de las más duras e ilógicas
contradicciones contra la cual los obreros no tienen recurso alguno como no sea
derrocar a este Sistema que mantiene esa situación por más de quince años, cuando en
realidad la podían haber resuelto en cualquier momento con un curso forzoso de una
sola moneda y no estar gastando tanto dinero en propaganda, regalos, operaciones
milagrosas, donaciones de hospitales totalmente equipados, incluyendo a los médicos, a
decenas de países del tercer mundo, y un gran etcétera que nada tiene que ver con
solucionar los problemas de los cubanos, quienes generan las riquezas que se dispensan,
118
sumidos en una esclavitud de nuevo tipo donde las cadenas están en la mente de los
ciudadanos conformes y conformados a este tipo de vida miserable, en el borde mismo
de la inanición y la miseria material voluntaria, en aras de una igualdad
desesperanzadora.
Por esta época el turismo comienza a pasar a un segundo plano como fuente de dinero
fresco para el Gobierno. Para eso ahí ya se ofrecen Venezuela y China como nuevos
sostenedores del Sistema. Ya el ejecutivo se siente más fuerte, gracias al ligero
mejoramiento de la economía y al constante flujo de efectivo de Chávez y créditos
blandos de los asiáticos (estos últimos van a monopolizar como compensación casi la
totalidad de la producción niquelífera de la isla, uno de los mayores yacimientos del
planeta importante en la producción de aceros especiales), como la nueva e inmaterial
tubería de petróleo gratis desde Orinoco, para el sostenimiento del símbolo mundial que
es Cuba, la islita que ha enfrentado con éxito a la potencia más poderosa de la historia.
Si Cuba cayera, si terminara el socialismo más veterano del continente, sería el inicio
del final para los independentistas latinos; terminaría el asidero ideológico ya
apuntalado con andamios carcomidos por la ineficiencia económica, el aburrimiento
intelectual y el terror enmudecedor jacobino.
Este mismo año el Gobierno incrementa las tasas de cambio para las monedas
extranjeras con relación a las dos nacionales, reduciendo en más de un diez por ciento
lo que se le entrega a un extranjero cuando compra nuestra moneda, más de un veinte
cuando envía remesas familiares las cuales en nuestro país oscilan entre mil millones y
ochocientos millones de dólares al año. Nadie protesta, Los extranjeros tienen dos
opciones: O se callan la boca y aprietan el culo, o no vienen. Al Gobierno le tiene sin
cuidado ante las alternativas que se han presentado.
El turismo latino se resiente sobremanera por estar en esta área de influencia dólar. Un
poco menos el europeo, quienes desean llegar a ver con sus propios ojos cómo
sobrevivimos antes de que ocurra una catástrofe y pierdan tan curioso lugar para visitar.
Entonces todo será tan gringo como en todas partes, y llegarán las McDonald y las Coca
Cola, etc. Solo quedaría entonces la paradisíaca y demasiado cálida geografía caribeña y
la bondad de los cubanos.
Lisandra entonces experimenta en carne propia otra de las medidas económicas
promovidas por el Gobierno para asegurar el control total sobre todas las finanzas que
se mueven dentro de fronteras. Con el cambio de moneda disminuyen los ingresos que
le regala la parte extranjera de su empresa, pues se reducen las ganancias y hay que
economizar.
A mediados de año Lisandra va a laborar como todos los días Ya se ha hecho una
experta y es veterana en la contabilidad de la firma donde se desempeña como abogada
asesora.
Apenas marca su tarjeta en el reloj a la puerta, el gerente le está esperando en el lobby
del edificio. Parece preocupado.
“Hola Lisandra, buenos días”
Lisandra le sonríe y le saluda ladeando la cabeza en señal amistosa, pero prefiere dejarle
hablar al notar ansiedad en su mirada y gestos. “Ven a la oficina.” Le indica. Lisandra
Intuye problemas. ¿Será con ella?
“Si deseas café, sírvete” Ella obedece y sí desea tomar un poco del buen café que hace
la pantrista. En la casa no tiene máquina de hacer expresos ¿Qué habré hecho mal?
El gerente le rueda un documento sobre la mesa de trabajo
“Léete esto y dime qué crees. Me llegó anoche y no he salido aún de la oficina, pues
para nosotros es una catástrofe total. Posiblemente nos veamos obligados a cerrar por
falta de financiamiento y no poder tener la materia prima en producción con la
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celeridad y puntualidad que necesitamos.” Lisandra se tranquilizó. No era nada
personal. Comenzó a leer.
El documento es un decreto del Gobierno Cubano donde informa a todas las empresas
radicadas dentro del país, propias o mixtas hasta donde llega la parte cubana, que a
partir de ahora nadie o ninguna institución estatal, podrá hacer compras directas a
proveedores extranjeros. Toda la divisa convertible es incautada y se atesorará en las
bóvedas del Banco Central de Cuba, para lo cual se destina una cuenta única. Las
empresas solamente operarán libremente con pesos regulares. Todas las compañías de la
nación estarán obligadas a depositar sus ingresos en divisas convertibles en una única
cuenta habilitada con un solo número contable para todo el país. Cada institución
financiera, de servicios, o productiva, deberá presentar antes de fin de año el
presupuesto financiero a ejecutar para el nuevo año, previa aprobación del Gobierno.
Este deberá estar perfectamente detallado y justificado en cuanto a los gastos de acuerdo
a las necesidades del país. El Gobierno establecerá prioridades para las futuras
inversiones y las direcciones de desarrollo en lo adelante.
Lisandra mira al gerente quien la observa ansioso mientras espera a que ella termine de
leer: “No hay nada que hacer, Jefe. Esto está firmado por el mismo Fidel y es de
inmediato cumplimiento.”
El gerente está muy molesto. “¡Esto es un secuestro!” Habla el hombre. “¡Es la fatal
teoría socialista del financiamiento presupuestado! La empresa tiene que ser
necesariamente eficiente y rentable para existir, con independencia de su interés social.
Todo este sistema burocrático operaba ya desde la década del ochenta y había
desaparecido por la fuerza de la práctica y las medidas liberalizadoras de los noventa.
Sucede que aunque presentes el plan financiero antes del mes de octubre, tal vez y con
un poco de suerte, para mayo recibas las asignaciones recortadas por todas partes y
prácticamente inservibles.” Lisandra escuchaba la descarga.
“Eso en primer lugar, y el problema se soluciona dejando reservas financieras,
haciendo trampas para poder burlar a los burócratas del Gobierno. Entonces, si estos
son descubiertos por auditores estatales no sobornables, estaremos en problemas y nos
acusarán de corrupción o mal manejo de los fondos del Estado.”
“No tenemos nada que hacer.” Le repite Lisandra un poco sonriente para suavizar la
rabia del gerente, si esto fuera posible. El hombre continuó hablando como si estuviera
solo: “El problema es que la parte extranjera de este negocio no va a aceptar estos
términos, pues conoce los efectos. El resultado más probable es que se retiren y cierren
toda la Firma definitivamente por irrentable. Ellos no van a asumir las pérdidas, como
pretende el Gobierno.”
Lisandra continuaba sonriendo a pesar de los malos pronósticos, pues pensaba con
ironía que ahora los jefazos y los demás compradores no tendrían muchas oportunidades
para viajar al exterior para escapar, al menos por algunos días, del Sistema agobiante, y
tal vez hacerse de un poco de dinero fuerte, asignándose una buena Dieta o buscando
alguna gruesa comisión sobre las compras que realizaran. Lisandra podía entender esto.
No más pacotilla y buena mesa para la familia, no más carrito elegante, o tal vez dinero
en alguna cuenta en uno de esos bancos suizos, para garantizar el futuro.
Al final de todo esto, el gerente, como todo quien podía, se quedarían en el extranjero
en el próximo y último viaje que ya tenían planificado. Por supuesto que antes de irse
garantizaban llevar la mayor cantidad de dinero posible para las compras y se quedaban
con él. Preferían esto a mendigar otro puesto de trabajo donde pudieran medrar hasta
donde se los permitiera el Gobierno, o trataban con todas sus fuerzas de encontrar un
resquicio por donde escapar de la miseria hasta cuando un especialista u otra persona
tratando de escalar posiciones, los quitara de en medio. El propio Sistema empuja a la
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corrupción como alternativa a la honradez en la miseria más fuerte, dirigidos por unos
seres humanos quienes no viven como pretenden que vivan los demás. La otra
alternativa es el ostracismo voluntario y el gerente lo sabe. Lisandra también. Montarse
en una balsa e irse a buscar el horizonte, a veces una balsa mejorada con motores de
alta velocidad tripulada por diletantes que conocen mucho de agricultura, y a veces un
surco mal hecho le hace terminar la excursión antes de tiempo.
Para terminar el año y como colofón de todas estas atrocidades financieras que ha
marcando esta jornada como la más desastrosa postsoviéticos, el Gobierno realiza un
último truco que deja a todos los analistas con las bocas abiertas por el nivel de maltrato
para con su propio pueblo. Este suceso sería inconcebible en cualquier otro país, pues
levantaría de inmediato interminables protestas callejeras, violencia y reclamos de
renuncia del ejecutivo que se atreve a tanto. Por descontado que en Cuba no sucede lo
lógico, adormecidos como estamos por el conformamiento a no criticar y el muy bien
aceitado sistema de propaganda Fidelista-Goebeliano, los sindicatos creados por el
Gobierno y las huelgas ilegales. Estas últimas fueron extirpadas de la Constitución
Socialista creada en 1976, bajo el concepto de que estamos dentro de una dictadura del
proletariado. ¿Cómo es que usted va a hacer una huelga en contra de usted mismo?
Pues un sábado a medianoche, después que Lisandra y Luís han visto el primer Camello
de la noche. La primera noticia del interludio informativo para ir al baño o tomar café
entre películas los dejó paralizados:
A partir del domingo, o sea ya mismo, todas las tiendas que venden en CUC cerrarán
por una semana para realizar un inventario masivo. Cuando reabran, todos los precios
de absolutamente todos los productos aumentarán entre un 25 y un 50 por ciento.
¡WAOW!
Recuérdese que ya estos precios salen de los almacenes mayoristas con un 270 de
incremento de los precios para los minoristas. Este es un impuesto creado por el
Gobierno desde 1993 cuando Castro I dijo que los pudientes receptores de remesas
debían pagar por sus beneficios y lujos a favor de los más pobres, o sea, quienes
siempre se habían mantenido fieles al sistema y le habían tirado huevos a los familiares
emigrantes, según él mismo les había enseñado a tratar a los traidores. De acuerdo al
noticiario, no se tocarían los productos de primera necesidad. Esto último resultó ser
falso.
Lisandra y Luís se miraron azorados. Ya no hay nada que hacer a esta hora de la
madrugada, pues todos los comercios están cerrados. De pronto los cubanos, con este
decreto y sin gastar un centavo en compras o sin recibir el más mínimo beneficio,
pierden automáticamente hasta el cincuenta por ciento de sus ahorros, si es que los
tienen, o de sus futuros ingresos, seas cuales sean, vengan de donde vengan, pues
estamos forzados a acudir a estas tiendas para adquirir lo esencial para la vida que la
canasta básica supuestamente entregada por el Gobierno debería suplir, pero que falla
groseramente en proveer alimentos apropiados a los nacionales.
Esta medida la ha tomado Fidel ante la urgente necesidad de dinero fresco para pagar
las deudas que le están apretando el cuello, o para comprar a los norteamericanos los
productos necesarios, a quienes hay que pagarles por adelantado y en efectivo, pues
saben de que para colmo, nuestro Máximo Líder Fidel, por ejemplo, nunca pagó los
libros que adquirió a crédito en la segunda mitad de la década del cuarenta durante sus
estudios en la Universidad, en una librería cercana a la intersección de las calles Infanta
y San Lázaro. Centro Habana. Nunca pagó al Gobierno Argentino de su amigo Perón
las decenas de miles de autos nuevos marcas Chevrolet (Chevy), Ford (Falcón) y Dodge
que este le vendió a créditos muy blandos, para ayudar ante el grave problema del
transporte nacional que aún continúa igual o peor. Nuestro Querido Jefe es un muy
121
ejemplar paladín en la lucha por el no pago de la deuda externa de las naciones
subdesarrolladas.
Según su periódico Abuela, el ejecutivo necesita de inmediato y con urgencia más de
200 millones de dólares para poder adquirir el pollo y el arroz de los próximos meses y
no hay de dónde sacarlos. Habría que averiguar a quién se le ocurrió esta genial idea de
incrementar los precios de los productos ya en los almacenes minoristas y así obtener un
extra por la misma mercancía. Por supuesto que no se tuvo en cuenta a quiénes iban a
pagar estos millones, de dónde iba a salir el efectivo que el Gobierno no ha sido capaz
de crear, o que malgasta a manos llenas por otras vías como el nuevo tipo de
propaganda política. Con cerrar la antigua Escuela de la Marina Andrés Gonzáles
Lines, hoy ELAM, o Escuela Latinoamericana de Medicina, hubiera sido suficiente,
pues ésta gasta mucho más que esta cifra anualmente, pero eso no es opción en la mente
de nuestro dirigentes Castro I y II. Es la comida de casi todos los cubanos lo que está en
juego. Por supuesto que los Castro tampoco tienen que ir a comprar a las Shoppings,
como le dicen los cubanos.
Pero todo no acaba ahí. Anonadado queda Luís cuando se entera que en el colmo de la
ironía y humor negro de nuestros diabólicos dirigentes. Ese viernes, cuando aún las
tiendas se encuentran cerradas en los finales de los inventarios y el re etiqueteo con los
nuevos precios al consumidor, Fidel convoca a una Marcha del Pueblo Combatiente
para realizar frente a la SINA, lo más nutrida que el Partido pueda lograr. Esta marcha
se justifica, o tiene por principal motivo, demandar la liberación de nuestros cinco
compañeros héroes prisioneros del Imperio.
El desfile comienza desde las seis de la mañana por todo el Malecón hacia el oeste,
frente a las desiertas oficinas de la antigua embajada yanqui. Marchan un millón
doscientos mil criollos por la amplia avenida, imbuidos en un alto espíritu de
patriotismo socialista, el cual manifiestan gritando consignas y reclamando justicia
mientras son arengados por los animadores profesionales.
Ese mismo sábado, apenas concluida la marcha, retransmitido una y otra vez por todos
los canales de televisión cubanos, se muestra al mundo el apoyo irrestricto del pueblo a
las medidas de aumentos de precio tomadas por el Gobierno en días anteriores. Colosal
burla al pueblo cubano que no fue convocado para eso y se deja manipular abierta y
tranquilamente por nuestros amados dirigentes, sin que se escuche la más tímida voz de
reclamo o protesta.
El lunes reabren las tiendas con absolutamente todos los precios elevados hasta un
cincuenta por ciento, lo cual ya sería un 330 de incremento desde que el producto sale
de los almacenes mayoristas de los proveedores extranjeros, localizados en las tres
zonas francas en los tres puntos cardinales de la Ciudad de la Habana: Mariel, Wajay y
Berroa.
¿Dónde se habrá visto historia igual del manejo de las masas y de un pueblo tonto?
¿Será acaso por cosas como estas que los muchachos no deseen ni siquiera recordar que
alguna vez vivieron en esta Isla paradisíaca?
Asimismo dentro del sistema educacional cubano se ha venido desarrollando unas
deficiencias que se han ido sumando a las ya conocidas carencias en cuanto a materiales
escolares y disponibilidades de escuelas apropiadas, aulas sobrecargadas, etc. Ahora
existe un enorme déficit de maestros quienes han abandonado las aulas ante los
tremendamente bajos salarios y el alto coste de la vida.
Fidel lanza otra de sus iniciativas para solucionar el problema e intenta proveer un
televisor en cada aula para que los estudiantes reciban los cursos por profesores
especializados quienes grabarán las clases en casetes VHS, los cuales serán distribuidos
convenientemente por todo el país. Esto resulta un rotundo fracaso, pues los
122
adolescentes y niños más jóvenes no atienden a la pantalla de un televisor como lo
harían ante un maestro físico en el aula y la caída del índice académico es catastrófica.
Se crean entonces destacamentos de profesores PGI o Profesores Generales Integrales,
jóvenes quienes son reclutados y formados con apuro entre los ya una vez rechazados
por el sistema educativo nacional, el cual ha perdido hoy sus antiguas exigencias y
valores.
Frecuentemente se daba el caso de que en las aulas muchas veces los estudiantes de
secundaria básica se mostraban más educados que sus propios profesores instantáneos,
como los llamó la población. En algunos casos las propias maestras ponían casetes con
películas de acción e incluso pornográficas para que sus estudiantes se mantuvieran
tranquilos dentro de sus aulas sin alborotar o romper nada. Con frecuencia muchos de
ellos fueron discretamente expulsados del claustro por las administraciones de los
centros escolares. Un aula cerrada en pleno horario de clases, con sus muchachos dentro
en total silencio, era sospechosa de trampa.
Las escuelas secundarias comenzaban su horario a las ocho de la mañana y mantenían a
todos los estudiandos encerrados hasta las cuatro y veinte de la tarde tan solo con una
ligera merienda de pan con algo y un vaso de pésimo yogur de soya. Por lo menos en
esta generación no abundan los gordos.
2005. EL AÑO DE LOS BLUFF. OLIMPIADAS PARA CUBA. Revolución
Energética. FORBES.
“¡El Granma! ¡El Granma!” Va gritando un vendedor callejero del periódico más
pequeño del mundo. Luís está sentado en el muro frente al edificio del supermercado
desierto y destartalado 1005, el cual deja caer su pintura azul plástico en luengas largas
como colgajos artísticos de la humedad, el sol y la desatención.
“¡Tráeme uno!” le grita Luís al vendedor quien se acerca.
“Un peso.” Dice el ambulante con cara enrojecida de alcohólico gastado. Luís le mira
conocedor de que el precio no es ese, pero prefiere pagarle ante la evidente miseria del
hombre quien apenas parece sostenerse en pie. Este tipo de periódico cuesta veinte
centavos, pero muchos ancianos viven de revender los que pueden comprar en los
estanquillos. Por eso las largas colas muy temprano en las mañanas, en especial los
domingos, cuando salen las ediciones de recreo que se comercializan muy bien. Ya no
es tan grande la necesidad de la prensa para limpiarse en trasero, como recordarán.
El vendedor le extiende el Juventud Rebelde. “No. No. Yo quiero el Abuela.”
El alcohólico se queda unos instantes sin comprender. “Chico, el Granma, abuela. Eso
es lo que quiere decir ese nombre en inglés, apocopando de grandmother.” Le explica
Luís en voz alta para que todos le escuchen a manera de broma.
“¡No jodas!” Exclama el vendedor agrandando los ojos mientras entiende el chiste.
Luís le cuenta más:
“El otro día cuando trasladaba a algunos turistas hacia varadero, justo cuando pasas
por el puente de Bacunayagua, al otro lado hay un gran cartel que anuncia a los
viajeros que han llegado a la provincia de Matanzas. Uno de los clientes preguntó: ¿A
cuántos han matado ahí?”
El vendedor rió. A pesar de su depauperación, pudo haber sido un hombre culto en
algún momento de su vida antes del alcohol.
“¿Viste el Bluf? Está en la primera plana.” Le espetó a Luís mientras continuaba su
camino. Luís se concentró en la prensa.
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En la primera página y a todo lo ancho con letras de dos pulgadas se leía: Pide Cuba al
Comité Olímpico Internacional la sede de las Olimpiadas del 2012. (Las que se
efectuarían en Londres con mucho éxito a un costo aproximado de ochenta mil millones
de dólares, ocho veces nuestro PIB). Luís se asombró ante tamaña temeridad. Sería
bueno que el COI le diera la sede a Fidel para ver dónde iba a meter a los deportistas y
los visitantes, y de dónde iba a sacar el dinero para construir la cantidad de
infraestructura que haría falta, de dónde sacaría el trasporte, los servicios, etc, todo lo
necesario. ¿Dejaría de gastar en propaganda política? ¡Na! Eso nunca lo haría. Pensaba.
Finalmente esto no es más que otra de las artimañas de Castro I para atraer la atención y
buscar protagonismo para su islita, molesto ante tanto derroche realizado por las
ciudades Sídney 2000 y Atenas 2004. ¿Qué habrá pensado cuando viera Beijín 2008 y
los 40 mil millones de dólares gastados por los comunistas para edulcorar su imagen de
intransigentes y dictatoriales? Fidel dice que Cuba iría a organizar los unos juegos
modestos.
Este es el año de los Bluf. Piensa Luís cuando recuerda el espacio televisivo Mesa
Redonda, donde anoche un especialista en economía quien representa al Gobierno acaba
de decir que el PIB de nuestra nación ha crecido a casi el 11.5 por ciento en el 2005 y
que el próximo año sería parecido o mejor. (Realmente este 12,1% se anuncia
oficialmente en el 2006.)
Este anuncio ha causado escándalo en todos los medios de prensa internacionales no
cubanos. Nadie cree posible que de la noche a la mañana un país de tercer mundo, sin
haber descubierto una enorme mina de diamantes a cielo abierto, o de oro de 55
quilates, se aparezca con uno de los crecimientos económicos más acelerados del
planeta, incluso por encima de la gran nación de los chinos, quienes apenas rebasan el
once por ciento en su asombroso desarrollo demostrado.
¡Wao! Pensó Luís. ¡Ahora sí estamos locos! ¿Dónde está ese tan elevado por ciento
escondido que no nos hemos dado cuenta los de a pie? ¿Dónde está la abundancia, los
alimentos que debía haber en los mercados, el transporte eficiente, el ostensible
mejoramiento de los servicios? ¿Acaso los Castro estarían haciendo inversiones secretas
de las que nadie sabría? No. Esto sería demasiado bueno.
Luís continúa viendo el programa y se sonríe involuntariamente cuando la periodista de
ojos claros Arleen Rodríguez Derivet, acérrima defensora del Sistema Castriano de
cuyas bondades disfruta, pide al especialista del Consejo de Estado que explique una
vez más, por favor, pues no lograba entender. Es obvio lo que pasa por su mente, pues a
todas luces esta enorme cifra de crecimiento es un engaño. El especialista se aprecia
muy conocedor y convencido de lo que defiende.
Simplemente se han transferido arbitrariamente numerosas cifras de la categoría de
gastos a ingresos. Explica el señor que se está contabilizando como ingreso todo lo que
nuestros colaboradores internacionalistas generan como servicios que debían de haber
sido cobrados, como por ejemplo: las consultas de los más de 68 mil galenos cubanos
dispersos por todo el planeta. Se toma un estimado de cuánto cuesta ese servicio en ese
país y eso se contabiliza como ingreso, aunque es sabido que no se cobra por estos
servicios humanitarios de propaganda política cubana en el exterior. Es decir, a las arcas
cubanas no viene un centavo, pero se contabiliza el supuesto ingreso como real, cuando
estas personas solo generan enormes gastos, al ser sostenidos por el Gobierno cubano.
Se toma el valor creado y se anota como ingreso. Solo se trata de otra falsedad más de
las ya demasiadas a las que no acabamos de acostumbrarnos. Siempre sorprende la
capacidad de nuestros líderes para hacer el ridículo. La periodista de ojos claros trata de
no hacer ningún gesto con el rostro, pero sus ojos la traicionan. ¡Qué estupidez! Debe
de haber pensado. Esto debe estar grabado por ahí.
124
Es fácil ordenar estas cosas cuando se está fuera de la realidad y se vive en Cuba.
Vemos como se cuentan las historias a medias y nadie las cree y nuestro sistema
informativo continúa repitiendo las mismas atrocidades.
Fidel insiste febrilmente convocando a marchas del pueblo combatiente por cualquier
motivo. A la vez, los centros de trabajo aumentan las presiones para que sus
trabajadores asistan a las mismas, pasando listas y profiriendo amenazas a los morosos
quienes prefieren quedarse en casa. También se suspende la jornada de trabajo a medio
día y se ordena a todos abordar los camiones o los ómnibus dispuestos para asistir a la
marcha. No hay escapatoria. El gasto debe de ser enorme, a pesar de lo poco que
producimos.
Por estos días el Viejo de la barba comienza a asistir regularmente a la Mesa Redonda
del canal 6 de la televisión nacional, programa el cual debería durar desde las seis y
media hasta las ocho de la noche, pero nuestro máximo líder no puede contenerse y
frecuentemente habla hasta la media noche, obligando a la cancelación de gran cantidad
de otros programas mucho más interesantes.
Una de estas alargadas jornadas comparece frente a Fidel y los panelistas Randy,
Taladrid y acólitos; Mainegra, el ministro de la industria básica y varios de sus asesores.
Fidel hace muchas preguntas frente a las cámaras debido a las constantes roturas y
salidas de servicio de las principales plantas generadoras de electricidad interconectadas
nacionalmente, lo cual agrega más carga de apagones a los ya tradicionales. El ministro
alega que se está quemando ya por demasiados años crudo nacional altamente corrosivo
que destruye a los equipos, y las plantas ya hace mucho que han superado su período
productivo. Fidel se muestra muy duro con los especialistas. Parece que ya tiene un plan
en mente.
Al otro día Luís lee en la segunda página del Granma que el Ministro de la Industria
básica Mainegra ha sido separado de su cargo por sus muchos errores y es sustituido
por la señora Yadira, ingeniera en este ramo y ya viceministro. Se hace a Mainegra
culpable del desastre en la industria básica que en realidad se ha destrozado por la
desatención crónica y la falta de dinero para la adquisición de nuevo y fresco
equipamiento. El ministro tenía poco que ver. Fidel sí tenía planes en mente, pero no
deseaba dárselos a Mainegra, pues lo consideraba ya demasiado independiente y
cuestionador de sus órdenes y directivas, y eso es malo, muy malo en nuestro país.
¡Vamos a comenzar una Revolución Energética! Anuncia Fidel a bombo y platillo. Se
comenzarán a cambiar todos los equipos electrodomésticos que posee la población, por
otros de factura moderna de menor consumo eléctrico.
Inusitadamente Fidel descubre que dentro de las viviendas de los cubanos ocurre lo
mismo que afuera por ejemplo: con los autos. Aún las familias conservan refrigeradores
Westinghouse, Frigidaire o General Electric fabricados en los años cincuenta y, para su
asombro, muchos aún mantienen sus compresores y sistemas originales. También
nuestro líder reconoce públicamente ahora que los equipos soviéticos no resultan tan
buenos nada al ser altos consumidores, que el televisor Krim 218 es una desgracia
obsoleta todavía con tubos de vacío, y los Caribe o Electrones, pura chatarra con
transistores. El primero fue el precursor de los televisores fabricados en nuestro país aún
en blanco y negro, mientras el segundo, de factura soviética, fue el líder en colores. Los
cubanos les llamábamos camaleones por lo difícil de controlar los tonos y contrastes.
Estos equipos están presentes en casi todas las viviendas de los cubanos aún en este
milenio. No porque seamos magos en la conservación de los objetos, sino por pura
necesidad e imposibilidad de adquirir nuevos o más modernos, pues el Gobierno no los
adquiere, o el salario no alcanza.
125
Fidel comete la soberana torpeza, que ofende a innumerables familias, de traer al
estudio de televisión nacional un ventilador artesanal, fabricado a partir de un motor
eléctrico de una excelente centrífuga de las lavadoras Aurika soviéticas modelos 80, 90,
o 110. El pueblo llama a estos aparatos Ciclones, por la alta velocidad que desarrollan.
Se les adicionan aspas de metal con un fuerte protector del mismo material, pues pueden
causar graves accidentes. Hay que ajustarles puntas de goma en las patas, pues hacen
mucho ruido y se mueven como un androide por todo el cuarto, debido a la alta
vibración provocada por el potente motor; pero es lo que tenemos. De más está decir
que tampoco se debe al espíritu ahorrador de los nacionales, sino a la casi imposibilidad
de adquirir nuevos. Tampoco existen tiendas donde se puedan comprar equipos
acondicionadores de aire, aunque estemos en pleno trópico (estos se comenzará a
vender solamente en el lejano 2013).
Nuestro señor Dictador del Proletariado se burla frente a las cámaras de tal adefesio el
cual consume gran cantidad de electricidad. Parece un muchacho con un juguete
grotesco, pero a los niños se les podría perdonar su desdén por la inocencia. Al viejo de
la barba habría que preguntarle cuántas veces durante el período especial en su
residencia de dos plantas con piscina en el reparto Siboney, se detuvo el sistema de
aire acondicionado central; o cuántas veces se apagó la luz por falta de electricidad.
Resultan muy ofensivos para el de a pie sus comentarios sobre los tarecos con los cuales
los nacionales tratan de resolver los problemas más acuciantes, mientras su máximo
líder parece nunca haberse enterado de esto por cómo se comporta en la Mesa Redonda,
mientras Randy, su moderador, se babea de divertido.
¡Tracatán!
Más adelante en otra de las emisiones posteriores de este programa, el viejo se disculpó
públicamente por sus hirientes comentarios. Parece que alguien tuvo el valor de hacerle
llegar las opiniones, pues fueron muchos los agraviados. De todas formas su ignorancia
acusa. A fin de cuentas él personalmente es el principal culpable de este estado de
calamidad de la población cubana, pero no lo reconoció en público. Nunca lo ha hecho.
Ninguno de los medios de prensa nacionales o sindicato alguno convocó a una marcha
del pueblo combatiente para hacerle tragar las burlas al Dictador del Proletariado. ¡Qué
lástima! Luís hubiera asistido con mucho gusto, pensaba.
Continúa la Revolución Energética a todo trapo. Comienzan a cambiarse las líneas
eléctricas de transmisión y distribución con sesenta y ochenta años de uso. Se detectan y
eliminan gran cantidad de tendederas y de contadores trampeados, a veces por las
manos de los propios inquilinos o de los especialistas que deberían descubrir tales
casos.
Fidel nuevamente coloca su confianza en los trabajadores sociales, quienes de ahora en
adelante se encargarán de llevar a buenos términos el cambio de todos los obsoletos y
altos consumidores bombillos incandescentes por ahorradores de nueva tecnología,
comprados inicialmente en Canadá y luego en China. También se encargará esta tropa
de bisoños luchadores, del cambio de todos los efectos electrodomésticos antediluvianos
por modernos y menos consumidores de factura china. Pero pronto estos adolescentes y
adultos trabajadores sociales comienzan a cobrar comisiones y sobornos para cambiar
equipos viejos por nuevos. Estas oscilan desde los diez pesos convertibles hasta cien, en
dependencia del estado técnico de la pieza y los intermediarios. Comienzan a inundar
los hogares los televisores marca Panda y los refrigeradores Haier asiáticos al cual los
criollos comienzan a llamar El Lloviznado. La corrupción se instala y crece entre estos
jóvenes quienes nunca habían tenido nada.
126
Por estos días también Fidel reúne una brigada de entre los adolescentes desocupados y
desclasados de la zona oriental que no asisten a ningún centro educacional o de trabajo,
y les encomienda la sustitución de todos los Pisteros (despachadores de combustible en
las bombas de las gasolineras) inicialmente en la Ciudad de la Habana. Les llamarán
Los Valientes.
Este caso de corrupción se comienza a conocer cuando las autoridades detectan que un
administrador de una humilde gasolinera tiene varios autos, entre ellos un costoso Audi,
y varias flamantes residencias en la urbe. ¿Cómo es posible si solo gana alrededor de
cuatrocientos pesos regulares al mes? Unos veinte convertibles.
Más adelante se darían las cifras millonarias exactas del fraude y robo de todo tipo de
combustibles a partir de las propias refinerías y extendido a toda la cadena de
distribución. Por supuesto que esto lo propiciaba el descontrol total y permanente
imperante en nuestro país. Se enviaron a todos los trabajadores de las gasolineras a casa
sin salario hasta nuevas noticias del gobierno. Aun las están esperando. Los Valientes
ahora son peores, pues tiene un nivel de vida que alcanzar y nada que perder. A los
trabajadores desplazados forzosamente nunca se les ha ofrecido explicación alguna y
jamás se le han probado cargos por corrupción o robo a la inmensa mayoría de ellos. El
desastre ahora es peor.
Continúa in crescendo la corrupción generalizada en todas las esferas del país
precisamente impulsada por los trabajadores sociales, quienes a fin de cuentas no
resuelven ninguno de los problemas para lo cual fueron creados con mucha fanfarria por
el propio Fidel, en la búsqueda de alternativas a los problemas nacionales sin tener que
acudir a mecanismos de claro origen capitalista.
Este año también impacta en New Orleans el Huracán Katrina, provocando el colapso
de los diques que rodean la ciudad, la muerte de más de dos mil personas y una enorme
catástrofe para los norteamericanos. Fidel crea entonces, como un mero instrumento
propagandista, la Brigada Henry Reeves, conformada apresuradamente con más de
quinientos médicos especializados en ortopedia, epidemiología, etc. Ante las cámaras de
la televisión nacional el Jefe ofrece enviar esta Brigada a New Orleans, lo cual los
norteamericanos, por supuesto, declinan, conocedores de lo que trama Castro I. La idea
es buena, pero la intención aviesa.
Al mismo tiempo cuando se crea la Brigada Médica en La Habana, en un rincón
perdido muy cercano al pueblo de Yaguaramas, en la actual provincia de Cienfuegos, se
limpia febrilmente y reacondiciona el monumento al Inglesito, como solía conocerse
durante la Guerra de Independencia a este norteamericano de ojos claros y cabello
rubio. Este pequeño recordatorio de concreto con un busto de su recordado está en
medio de la nada, rodeado de campo y hierba alta, en los grandes llanos muy cerca de la
Ciénaga de Zapata por la zona Este. Muchas de las personas quienes acertaban a pasar
por allí nunca supieron de quien se trataba hasta cuando la catástrofe del Katrina
impulsó a Fidel a provocar a los yanquis una vez más. Alguien le debe de haber
susurrado al oído de que en nuestro país había un memorial a tal personaje exactamente
donde cayó, quien vino voluntariamente a luchar por nosotros desde el norte revuelto y
brutal. Fue herido tantas veces que había que atarlo al caballo para salir al combate
donde finalmente lo mataron. Casi nadie se acordaba de él. Fue un prominente miembro
y jefe de la caballería mambisa, un norteamericano que luchaba por la independencia de
Cuba. De ahí el nombre. En la Historia que se imparte en las escuelas, se habla muy
poco de este prócer y se olvidan sus hazañas. Nuestra histeria chovinista nos provoca
este tipo de omisiones imperdonables, como cuando le lanzamos piedras a Máximo
Gómez cuando comenzó la República, sin acordarnos se había pasado toda la vida
luchando por nosotros.
127
Más adelante este cuerpo médico se organizará en forma permanente, especializando a
sus componentes en catastrofismo. Se estrenan desgraciadamente para ayudar al pueblo
de Pakistán después de haberse sucedido allí un terrible terremoto que mató e hirió a
cientos de miles de personas.
Luís está un poco asustado con el tema del cambio de los efectos electrodomésticos,
pues no sabe cómo los va a pagar al banco después, y si tendrá suficiente para sobornar
a los trabajadores sociales cuando le pidan agradecimiento. ¡Olimpiadas para Cuba!
Luís aun no da crédito a sus oídos. Mira que somos alardosos. Piensa en la cantidad de
deportistas que van escapando de entre las filas cubanas, huyendo del sistema y en
busca de mejores remuneraciones y reconocimientos por sus esfuerzos para su única e
irremplazable vida.
Lisandra viene y le abraza por los hombros por detrás mientras se concentra en el
periódico, pero Luís reconoce el olor de este cuerpo conocido por entre todos las otras
fragancias de la calle frente al dilapidado supermercado 1005 aun ligeramente en uso.
La situación económica aparenta estar un poco mejor ahora para unos pocos, pues
ruedan algunos autos europeos modernos con matrículas amarillas privadas. Los que
muestran matrículas rojo vino con una T caen inmisericordemente en cada hueco del
asfalto mientras conduce un turista extranjero. Ya los apagones no son tan frecuentes y
se aprecia un abastecimiento abundante de combustible en las gasolineras estatales.
Fidel este año ordena liberar a veinte de los 75 prisioneros políticos encarcelados en el
2003 y a casi todos, salvo los muy enfermos, se les pone la condición de que tienen que
abandonar el país, o se quedan en las cárceles. La mayoría prefiere a España. Algunos
muy valientes se quedan aquí, en las calles, desafiando al dinosaurio político, trabajando
cada vez más en contra de él.
Lisandra ama a Luís a pesar de toda su obstinada forma de ser, pero lo ve meterse cada
vez más en vericuetos peligrosos, en cuestionamientos mayores sobre la política de
gobierno, trabando nuevas amistades con disidentes confesos y de accionar público,
quienes medran malamente entre los subsidios norteamericanos y las presiones del
Gobierno.
Como abogada Lisandra conoce los peligros a que se somete y ve como su marido se
va envolviendo más y más en un mundo de disidencia espiritual y material en contra
del Sistema que una vez defendió con ardor, cuando todo le parecía bien y muy pocas
personas se cuestionaban la cotidianidad bastante relajada, pues no conocían otra cosa
mejor, ni contaban con elementos para establecer comparaciones, situación creada con
toda voluntad por el Gobierno, bajo las certeras orientaciones de Fidel. La norma en
estos tiempos cada vez más turbulentos es estar contentos y tranquilos, así evitamos
problemas con las autoridades.
Para fines de año la revista norteamericana Forbes en una de sus ediciones, publica un
artículo donde cuenta a Fidel como uno de los diez políticos más ricos del planeta y éste
se ofende mucho.
El Viejo de la barba dedica seis horas en una de sus Mesas Redondas a explicar que esto
no es cierto, que es una blasfemia, otra de las patrañas de los gringos para deteriorar su
imagen pública, pero ni se muestra la revista de marras, ni se publica el artículo o parte
de este, nada. Los televidentes tienen que contentarse con lo que dice el Jefe Supremo.
Esto sucede con frecuencia en nuestros medios informativos. De repente se inicia una
campaña feroz en contra o a favor de algo, pero la población en general carece de los
antecedentes que la hacen entendible, pues la censura oficial ha vetado toda noticia
previa al respecto y aparece entonces tal campaña o explosión periodística como
literalmente incomprensible o descontextuada. Este es uno de los casos.
128
Fidel, airado, reta con renunciar ante quien encuentre un solo dólar de su propiedad en
cualquier banco del mundo. En realidad nadie lo podría hacer porque tal no existe.
Por supuesto que el viejo político no tiene ni un centavo desde sus etapas de estudiante.
Nunca se preocupó por esto, pues él estaba destinado a causas más nobles que las de
buscar dinero, eso es de segundones o ayudantes y secretarias. Eso le costó su primer
matrimonio con Mirta Días Balart, ahora una poderosa familia en La Florida. USA. A
pesar de ser abogado, se dedicada a tiempo completo a la política, a la defensa de los
pobres de este mundo, sin aportar dineros para la comida y la manutención de su por
entonces único hijo.
Fidel no tiene un centavo en banco alguno fuera del país. Todo está dentro y a buen
recaudo. Lo que ha dicho la revista estadounidense es técnicamente cierto, porque bajo
la firma de Castro I yacen miles de millones no solo de dólares, euros, libras, etc, las
cuales él solo autoriza a mover.
Recuérdese el secuestro de las divisas del 2004. Entonces se creó una sola cuenta
bancaria, un solo número donde se tiene que depositar todo lo que no es peso regular
(literalmente inservibles hoy) generado por cada una de las compañías, empresas o
firmas nacionales y extranjeras con residencia y capital cubano.
Los cheques por más de cinco mil pesos CUC u otros contra los fondos del Banco
Central de Cuba, son autorizados solamente por la firma de Fidel como Gobierno
Central. ¿Técnicamente de quién es una cuenta de donde solo una persona puede sacar
dinero, autorizar a hacerlo, o firmar cheques al portador? La publicación no está
equivocada, aunque el Viejo no se compre castillos en islas paradisíacas, o Mercedes
Mayback, Rolls Phantom u otras cosas. No las necesita. Tiene cuanto deseaba: Poder
ilimitado. Hay que experimentarlo para saber qué es lo máximo. Peor que una droga. Él
lo ha dicho. Bajo firma Castro con rayita existen miles de millones de dólares que
conforma por supuesto, el presupuesto del Estado Cubano.
El viejo a pesar de su larga conversación con las cámaras, no convenció a nadie quienes
conocíamos el trasfondo y origen de todo. La revista tampoco se encargó de explicar sus
puntos de vista. A fin de cuentas al Viejo siempre le ha gustado estar dentro de los
primeros.
Los muchachos parecen que ya no existen. Se han perdido en las brumas del olvido y la
distancia. No obstante, Luís los recuerda a cada momento. ¿Debió haberse montado en
la balsa?
Lisandra continúa desesperadamente intentando detener o retrasar la llegada de un niño,
lo cual complicaría mucho las cosas y sus planes secretos. El tiempo va pasando y ya no
tan lentamente.
Luís comienza a caer en esa etapa de la vida cuando ya se ha escapado la juventud física
y comienza a escuchar con mayor frecuencia sobre la desaparición y la muerte de
amigos, conocidos, y allegados, como un bombardeo salteado y sin elegir, aquí y allá,
como una guerra al azar hasta cuando le toque a uno.
Ya puede confeccionar un mural con los rostros de los muertos conocidos quienes ahora
superan a los vivos en cantidad y continúan aumentando a un ritmo estable. Lo más
triste es que no quede nadie quien te recuerde con agrado, y la memoria de toda una
existencia se irá desvaneciendo rápidamente como si nunca hubiera existido. Entonces,
¿para qué tanto afán? ¿Vedad? Apenas marcamos nuestros pasos por la infinitud del
tiempo. ¿Los marcamos?
Este año la población comienza a decrecer en términos totales. Hay una cifra mayor de
4500 cubanos que no se van a reponer por nuevos nacimientos cada año a partir de
ahora. No es un fenómeno exclusivo ni original de esta isla, pero debería de haber
comenzado allá por el 2037.La crisis económica y el desgobierno han apresurado los
129
síntomas de una sociedad envejecida. Cuba aparece entre las naciones con menor ritmo
de natalidad mundial con menos de1 niño por mujer (0,7), índice entre los más bajos
del planeta. Se vislumbran nuevas leyes y nuevos problemas. La gerontocracia está
contenta. Habrá más juventud acumulada. Ya para el año 2008 el Gobierno fuerza una
ley de Seguridad Social para elevar la jubilación de 55 las mujeres a 60 y de ahí a 65 los
hombres. En provincias como Villaclara y Ciudad de la Habana la cantidad de jóvenes
quienes llegan a la edad laboral es sostenidamente menor que los nuevos pensionistas
jubilados. Cuba es el segundo país más viejo de toda América, tan solo detrás de
Uruguay, según estadísticas del Ministerio de Finanzas y Precios, y el de Trabajo. Los
salarios continúan siendo desastrosamente bajos y existe un déficit de seiscientas mil
viviendas para una población de once millones y cuarto aproximadamente.
2006. PRINCIPIO DEL FIN. Final de una era.
Este año no se sabe ya a ciencia cierta a cuánto va a crecer la economía, pues el
Gobierno ni se molesta en anunciarlo, no vaya a suceder como el pasado período
cuando varios especialistas económicos internacionales acudieron a la Habana para
tratar de estudiar y aprender a través de cuál fórmula mágica Fidel había hecho saltar al
país de un crecimiento de un siete por ciento del PIB a un doce en tan solo en un par
de años. Incluso superando a los chinos quienes habían reportado un astronómico 11, 5
por ciento verdadero.
La diferencia estriba en que en la nación asiática si se aprecia bienestar en las calles, a
pesar de problemas como la represión a los disidentes y de regiones como el Tíbet
quienes reclaman la autonomía y la exagerada asimetría entre el campo y la ciudad. En
Cuba solo se nota lo último, pues todo continúa siendo tan pésimo o peor que de
costumbre.
Recientemente se ha reactivado el Ministerio del Turismo el cual permanecía dormido
desde su creación a inicios de la década del 90. Fidel coloca a su cabeza a un ingeniero
barbudo, su cuñado, muy conocedor de la construcción de coches que nunca se ha
fabricado dentro de la isla, pero con órdenes e instrucciones precisas de primera mano y
este señor comienza de inmediato a ponerlas en efecto.
Lo primero que hace es poner bajo el control del Mintur a todas las compañías turísticas
de la Isla, unificando los precios y los servicios, también aumenta hasta el cincuenta por
ciento el valor de cada excursión o programa de viajes.
Unifica el transporte y cambia los Mercedes de havanatur por ómnibus chinos marca
Yutong de infinita menor calidad. Reduce a la mitad las dietas por alimentos y otros
gastos de los funcionarios que generan dinero fresco. Establece para esto un sistema de
tarjetas de débito que deben usarse en diversos restaurantes de la cadena extra hotelera
Palmares, pero casi no se pueden emplear por la carencia de lectores electrónicos y la
presión de los cantineros y dependientes para no cobrar con tarjetas, pues se hace muy
difícil robarle al Estado o al cliente. Los POS. (Lectores de tarjetas) se descomponen
frecuentemente y nadie se preocupa por repararlos. Tampoco el Estado se preocupa
mucho por sustituirlos. Saca a las oficinas comerciales de sus sedes en estratégicas
residencias y se las entrega a diversos “Jefes” para su reparación y uso personal.
130
Este aparente control que se intenta afianzar centralizando las decisiones y unificando
todas las compañías en una sola. Al final este proceder crea un enorme desorden y
mayor descontrol, así como un amplio desinterés por el trabajo entre los empleados.
Todo esto, unido a la cuenta única que maneja Fidel, priva a la industria del turismo de
un financiamiento ágil y eficiente, en especial los hoteles de primera, los cuales ven
mermar su calidad y languidecen rápidamente. Se comienza a notar el deterioro en las
edificaciones de todo tipo y mucho equipamiento va quedando obsoleto o sencillamente
roto.
Para el país la Industria del Turismo, tan importante como ha sido mientras no existían
otras opciones para generar dinero rápido, va quedando relegada a un segundo plano
detrás de las inversiones venezolanas y chinas. Fidel parece haber encontrado otra
gallina de los huevos de oro y nuevas fuentes de financiamiento en los asiáticos,
quienes a su vez encuentran en Cuba algunas materias primas que ellos necesitan como
el níquel y el petróleo. Fidel odia tener que permitir, como lo hizo en el 93, que los
nacionales se mezclen con los contaminados extranjeros, y se acostumbren de alguna
forma a esa enajenante sociedad de consumo irracional, nacionales para quienes tantos
recursos y esfuerzos ha dedicado mientras intenta formar el hombre nuevo.
El Gobierno adquiere en China 2 mil ómnibus para el transporte interprovincial e
inicialmente trece locomotoras para aliviar el transporte de cargas. Desgraciadamente
estos medios, en especial los de carretera, se emplean tan mal que no solucionan
prácticamente nada de la alta demanda existente, amén de que se aumentan en más de
diez veces el precio de los pasajes. La producción de níquel se dobla y se habla de
triplicarla con inversiones chinas y canadienses, aunque comienza a levantarse un
clamor internacional por pésimos manejos ambientales en la región de Moa, donde
alcanza niveles de catástrofe forestal y el deterioro de los suelos parece irreversible. No
hay cláusulas en los contratos con los chinos y la Sherrit canadiense sobre la protección
medioambiental en esta extensa mina a cielo abierto, la cual es ya un enorme páramo
rojizo y desolado.
Los obreros pasan hambre en esta zona y residen en viviendas de Microbrigadas
depauperadas y malolientes.
Aumenta sostenidamente la producción de petróleo a más de dos millones de toneladas
anuales.
Castro I sin decir nada, ni pedir permiso, comienza a hipotecar nuevamente los recursos
del país al tercer y cuarto postor, quienes se han interesado en sustituir buenamente a
los soviéticos en eso de gastar dinero en el sostenimiento de una imagen o fachada
Socialista teatral. La última década del siglo veinte ha estado plagada de cambios
radicales para los movimientos de izquierda con tendencia a desaparecer, menos en
Cuba, donde nos mantenemos comunistas ortodoxos gracias a los subsidios foráneos y
al bloqueo imperialista para justificar los malos pasos.
Para la segunda mitad del año el Gobierno lanza un muy poco pensado Plan de
Construcción de viviendas en la voz del Secretario del Consejo de Estado Carlos Lage
Dávila. Se intenta reactivar el movimiento de Microbrigadas y la producción de
materiales de construcción. Lage dice una cifra muy ambiciosa: 140 mil nuevos hogares
para febrero del próximo año. Para ello realiza una extensa aparición en la TV, donde
expone los requisitos previos para la entrega de estos medios. A saber: Fidelidad
absoluta al Sistema en primer lugar. Se completan apenas 74 mil y en los años
siguientes el cumplimiento de un plan cada vez más disminuido es aún peor. La
industria de materiales para la construcción con más de dos décadas de abandono no
puede reactivarse sin inversiones millonarias.
131
Es el 29 de julio. 8 PM. Luís y Lisandra ya han cenado y se sientan cómodos ante el
televisor a conocer qué hay de nuevo con las noticias nacionales e internacionales. A
esta hora de las ocho de la noche, horario de máxima audiencia, se encadenan todos los
canales nacionales y locales para transmitir el veterano Noticiero Nacional de
Televisión, el cual oscila entre media y una hora de duración, clásica inexactitud latina.
Apenas pasan el tema de presentación aparece en la pantalla la cara de un mulato con
un enorme bigote, uno de los anunciadores habituales, y con tono grave y compungido
dice que en los próximos minutos se hará un anuncio de suma importancia para el país.
¿Qué sucede? Es la pregunta nacional. Este es uno de los momentos de mayor
teleaudiencia y suspenso en la historia de la televisión. El animador se ve medio
lloroso.
No obstante los minutos pasan y nada sucede. Las noticias son las habituales
manipulaciones burdas y poco inteligentes de siempre, donde absolutamente todos los
problemas parecen suceder en locaciones lejanas, muy ajenos a la voluntad del pueblo y
Gobierno cubano. Las informaciones nacionales son la usual sarta de alegrías,
cumplimientos y sobrecumplimientos cotidianos. Somos felices aquí. ¡Imagínense allá!
No, esto último no lo dicen, por supuesto. Es un dicho burlesco callejero.
Llegan a las 8 y 45 minutos de la noche. Uno de los horarios de cierre habitual, pero el
bigotudo reitera algunas noticias que ya ha leído. Esto sí es raro. Piensa Luís. No es un
error del director o del operador del telepromter. Están dando tiempo para algo
importante. Aumenta la tensión al máximo como una telenovela brasileña barata, o no
tan barata.
Ahora el bigotudo, un poco molesto, anuncia que se leerá una Proclama al Pueblo de
Cuba del Compañero Fidel Castro Ruz. Se nota la tensión en la sala y pequeñas
imprecisiones. Luís, Lisandra y todos los cubanos están sentados en el borde de los
asientos o detenidos a medio caminar hacia la salida o el cuarto. ¡¿Se habrá muerto?!
Finalmente a las 9 y 15 minutos, muy pasados de su espacio regular, se nota cierto
revuelo tras las cámaras, pero finalmente no aparece la cara del bigotudo habitual.
Aparece Carlitos Valenciaga, joven, preferido y eficiente ayudante de Castro I. (Este
eficiente y carismático funcionario meses después será expulsado de su puesto de
trabajo y del PCC por alta corrupción.) Trae un papel en las manos. Lee.
El compañero Fidel expresa sus excusas, pero ha tenido que sufrir una gran cirugía del
colon cuando fue sacado de urgencia apenas terminaba su habitual kilométrico discurso
en la Ciudad de Bayamo, Granma, el 26 de julio. Día de la Rebeldía Nacional.
El Viejo está mal. Carlitos continúa leyendo. Se pasa todo el mando de la nación
provisionalmente a su hermano Raúl a quien habrá que obedecer como a su misma
persona.
¡Conmoción Nacional! Muchos se alegran, otros se preocupan y algunos entristecen.
Finalmente sucede lo que tantos han esperado, rezado, pedido, etc. Fidel, después de
más de 49 años en el poder, sale a la fuerza de la escena política a causa de su precaria
salud. Tiene 80 años de edad y es el Jefe de Estado de más larga estadía permanente en
el cargo en la historia moderna de la humanidad. Apaga la voz de los pobres al menos
por algún tiempo.
Carlitos termina de leer su proclama y se retira de la pantalla. Vuelve el bigotón, casi
llorando y aparentemente muy compungido, a despedir el noticiero nacional de
televisión y se pasa a la programación habitual.
Para Cuba es la noticia más terrible del aún muy joven milenio. Fidel ha comenzado a
morir en su personal estilo demorado. Termina una época y se da inicio a otra. Los
cubanos son lentos en interiorizar esta información. Luís y Lisandra están contentos.
¡Por fin parece que va a suceder algo interesante en nuestro país! Para ambos, como
132
para varias atormentadas generaciones, desde cuando tienen uso de conciencia siempre
ha sido lo mismo: El mismo Presidente, los mismos veteranos políticos quienes no
terminan de envejecer lo suficiente como para jubilarse, las mismas marchas,
propaganda, presiones, invocaciones al diablo imperialismo a punto de atacarnos, etc.
Status Quo aburriente y enajenante.
Después de esto, como por arte de magia, desaparecen las agobiantes y constantes
Marchas del Pueblo Combatiente con sus enormes gastos e incomodidades de pura
propaganda política. Ya no está más su promotor y organizador. Nadie sabe en cuál
hospital se queda, ni se informa en absoluto nada sobre su salud lo cual mantienen
como un secreto de guerra. Los cubanos y el mundo entero se preguntan qué le sucede.
No se da un parte de salud. Nada. Esta ausencia de informaciones los criollos la
consideramos una falta de consideración a quienes lo queríamos de veras y lo odiamos
al mismo tiempo, por haber sido parte permanente de nuestras vidas para bien o para
mal. El Viejo se va y no dice adiós.
Raúl no parece querer el empleo o la papa caliente que le ha dejado su hermano. No
aparece en televisión, no sale en público ante la prensa, no emite comentarios en
público, no da discursos de aceptación o excusa. Nada. Toda esta ausencia de
informaciones deja a los cubanos muy mal parados y al mundo especulando
constantemente sobre las condiciones de salud del Viejo.
El 13 de agosto debía haberse celebrado un gran cumpleaños 80 para Castro I para lo
cual se han invitado a asistir a grandes personalidades del mundo, amigos de siempre
para nuestra causa, algunos ya en nuestra patria. Esta actividad cultural se pospone para
el 2 de diciembre.
El 2 de diciembre Raúl va a hablar en la famosa Plaza de la Revolución por el día del
ejército, se anuncia con mucha antelación. Hay expectación en el mundo, pues casi no
se sabe nada sobre las condiciones de salud de Castro I. El Gobierno no se molesta en
informar a sus fieles. Muchas personalidades vuelven a venir para el aplazado
cumpleaños. Hay muchas especulaciones en torno a su salud y estado mental. El Viejo
parece disfrutar esto. Siempre ha estado en el centro de la atención mundial.
Todos quienes conocemos a Fidel sabemos que si por alguna delgada razón él pudiera
asistir a la tribuna donde tantas veces se ha parado, aunque tan solo sea sobre una silla
de ruedas, lo hará.
Tanto los invitados, así como su pueblo, se quedan esperando tal suceso trascendental.
Fidel no envía ni siquiera una nota disculpándose. No lo cree necesario, tan seguro está
de su gente, pero muchos como Luís nos ofendemos por la falta de delicadeza y desdén
para con los demás.
Raúl habla y su discurso de dos horas se resume a un claro llamado a los
norteamericanos para negociar y establecer un diálogo sin condiciones previas. El
mundo y los cubanos nos asombramos y esperanzamos.
2007. CONTINÚA EL NUEVO GOBIERNO CON LOS MISMOS CASTROS AL
MANDO.
Atraídos por la llamada de Raúl el 2 de diciembre y con la ausencia esperanzadora de
Fidel, llega a nuestra nación un grupo de Congresistas Norteamericanos para escuchar
qué tiene que decir el nuevo Presidente Interino.
Desgraciadamente el personaje de mayor rango que atiende a estos señores miembros
del Gobierno de nuestro eterno enemigo es Ricardo Alarcón de Quesada. Raúl no
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aparece en público ni recibe a los visitantes, a pesar de no tener ningún impedimento
para hacerlo. ¿Qué pasó?
Pues parece que el hermano mayor le haló las orejas por estar haciendo cosas indebidas
a su espalda, como querer negociar con los yanquis. ¿Cómo Raúl va a hablar de diálogo
cuando me he pasado los últimos 48 años enfrentándolos y sosteniendo en la isla un
ambiente de confrontación que ha impedido que se acerquen demasiado con sus lacras y
problemas?
No. Raúl Castro ni siquiera va a despedirlos como gesto de cortesía. Nuestro pueblo ve
desaparecer así un pequeño rayo de luz en nuestro horizonte político, pero
desgraciadamente de muy corta duración.
Ya no solo por motivos de estado, de buena vecindad y paz los cubanos deseamos un
mejoramiento en las relaciones entre los dos países, aunque esto de por sí solo ya cansa,
sino de afectividad, de familiaridad. En los Estados Unidos y en el resto del mundo,
alejados de nuestras fronteras, vive más de un tercio de nuestra población.
Prácticamente cada familia tiene a algún familiar en alguna parte del planeta a donde no
pueden acudir para reunirse por un muy bajo índice económico y porque el Gobierno no
nos deja salir, entorpeciendo los trámites aduanales, migratorios, de salud, burocráticos,
etc, para que no se les ocurra quedarse fuera de la prisión que nos ha educado y nos
provee de una salud gratuita y de pésima calidad. ¡Qué alegría si todos pudiéramos
reunirnos libremente con independencia del lugar donde estuviéramos! ¡Qué futuro para
nuestra nacionalidad si todos los cubanos fuéramos no más que eso, no rehenes sociales
sin apellidos como de izquierda, de derecha, de arriba o abajo! ¿Qué más da? Y todos
pudiéramos circular libremente por el planeta, sin apoyar o desapoyar a nadie, sin
esconder tantas mentiras ni ser tan hipócritas. Sería fiesta nacional. Yo propongo que el
día cuando todos los cubanos podamos serlo en cualquier parte del Universo donde nos
paremos sin violar ninguna ley, se declare Fiesta Nacional y se sustituya por las
efemérides del 26 de julio. Hagamos unos carnavales mejor que los de Río y
abracémonos todos al menos por unos minutos inigualables.
Por supuesto que estas razones nuestro Gobierno no las entiende y Luís las sufre en
carne propia. Hay cubanos y traidores, ciudadanos correctos y disidentes, delincuentes y
pacíficos, homosexuales y derechos. Las categorizaciones son fundamentales para saber
si somos de alguna forma mejores que otros. Mientras tanto quienes hemos tenido un
poco de más suerte, de más fuerza, o de carácter, dominaremos a los más débiles o con
menos neuronas, y les señalaremos el camino correcto que elijamos porque nos
corresponde y nos lo hemos ganado.
Este año los precios de los alimentos en las tiendas en pesos convertibles comienzan a
elevarse nuevamente indiscriminadamente y sin preámbulos, como consecuencia de la
especulación y de la escasa producción nacional. En el mundo se inicia este problema
por primera vez y es ampliamente reflejado por todos los medios como una crisis
mundial de escasez de productos del agro, debido a los subsidios irracionales de algunas
naciones, a la producción de agrocombustibles, a la especulación bursátil. Esta vez el
Gobierno, como propietario de todos los comercios de la nación, no anuncia la
elevación de los precios minoristas, ni cierra negocios para hacer conteos, ni convoca a
Marchas del Pueblo Combatiente, simplemente lo hace en silencio y allá a quien no le
agrade. Se utilizan diversas técnicas para tratar de engañar a la población como
mantener los precios de un producto cuando se disminuye ligeramente su volumen total,
su tamaño o peso, se utilizan componentes de más baja calidad, etc.
Fidel, quien en su estado de salud, lo único que sus médicos personales le permiten
hacer es dictar largas conferencias, editoriales o Reflexiones, las cuales van a salir en
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todos los medios informativos nacionales, arremete contra los EE UU en sus
apariciones literarias cotidianas. Estas obras de arte los directivos tracatanes siempre las
colocan en primera plana, aunque sea una soberana bobería o una manida clase de
historia nacional o universal para enseñar al mundo y así compartir sus conocimientos
bondadosamente.
Esta crisis alimentaria va a continuar a lo largo de todo este año y va a hacer cumbre en
junio de 2008 cuando los precios internacionales alcanzan su clímax y el petróleo casi
llega a los 150 dólares el barril (llega a sobrepasar los 170). Fidel achaca a los
norteamericanos la responsabilidad por el problema debido a su producción de
agrocombustibles a partir del maíz, mientras nosotros tenemos tres cuartas partes de los
más de seis millones de hectáreas cultivables nacionales llenas de hierba y marabú,
nuevo arbusto nacional.
Luís ve surgir este año nuevamente, pero sin participar, a los ómnibus ruteros donde
trabajó en los noventa. Ahora con nuevos coches de factura china, inicialmente en una
base localizada en el pueblo de Santiago de las Vegas. Asimismo comienzan a ponerse
en circulación varios centenares de ómnibus articulados nuevos marca Yutong chinos,
Liaz rusos y Daewood coreanos rígidos de segunda mano, en las rutas principales de la
Ciudad de la Habana y Santiago de Cuba. En la Habana se extienden los recorridos y se
les llaman P (principal) del 1 al 16. Esto mejora un poco la muy deteriorada situación
del transporte en varias ciudades de la Isla.
Fidel lleva ya un año en cama mientras Raúl realiza un discurso por el 26 de julio en la
Ciudad de Camagüey. Para acceder allí ha tenido que ir por carretera desde Ciudad de la
Habana utilizando la nunca terminada autopista nacional A-1 y después la serpenteante
Carretera Central construida en el Machadato (años 30). Nuestro flamante presidente
interino se escandaliza por el mar verde de Marabú que puede divisar desde la ventanilla
de su BMW, extendiéndose sin interrupciones a ambos lados de las carreteras por
cientos de kilómetros. Esta es una muy invasiva planta africana, la cual alguna vez
alguien trajo como elemento de jardín y no sirve casi absolutamente para nada,
mientras inutiliza rápidamente por ocupación el área cultivable de una finca. Este
fenómeno justamente ha sucedido por la inviable política nacional para el agro y el
abandono a su suerte de los campesinos sin líneas de créditos blandos para fomentar la
agricultura, sin lugares donde poder adquirir aperos de labranza, ropa apropiada,
semillas, tractores, camiones, etc. Nada, y encima tener que cumplir una cuota con el
Estado, quien este año les debe a estos mismos guajiros más de ochocientos millones de
pesos por productos que no les han pagado. Está en producción solamente el once por
ciento de la tierra cultivable en nuestra nación.
Raúl ve la crisis venir y pide desde su tribuna camagüeyana que todos los ciudadanos se
expresen libremente en asambleas que se realizarán, al respecto de todos los problemas
del país. No debemos tener miedo a represalias. Expresemos nuestras críticas, dice, y
opiniones en torno a los problemas de nuestra vida nacional.
Con este proceder Raúl intenta ganar tiempo y soltar vapor de esta caldera a punto de
explotar que es la isla de Cuba. Se realizan y documentan más de 18 mil
planteamientos. Castro II da la idea de que ya se puede hablar sin censura y tratar todos
los temas que hasta ahora han sido tabú muy reprimidos. Se supone se comenzará a ser
más tolerantes con quienes viertan opiniones diferentes a las oficiales. De nuevo Raúl
lanza las señales equivocadas.
Ningún medio de prensa nacional hace eco o publica alguna de esta enorme cantidad de
críticas que la población expresa con asombrosa candidez y que llegan al Consejo de
Estado. No se ofrece ninguna solución o comentario. El Gobierno sencillamente las
archiva. Finalmente Ramiro Valdez, en un discurso en la Ciudad de Santa Clara, una de
135
las más activas en la disidencia, expresa molesto que estos planteamientos de la
población no son más que puras majaderías de la disidencia y oportunismo de los
líderes mercenarios al servicio de Imperio. Con esto el Ministro Comandante de la
Revolución quien apenas sabe hablar debido a su notoria falta de educación mata las
comunicaciones entre el pueblo y el Gobierno antes de que fraguara la confianza que
algunos tal vez creyeron llegaría.
Luís ha llegado a casa un poco temprano. Se bañó y salió a caminar por las calles San
Lázaro e Infanta. Siente necesidad de hacer algo distinto hoy y se encuentra con Pepe.
Pepe es uno de los sufridos periodistas independientes quienes reportan directamente el
acontecer disidente nacional a la Radio y Televisión Martí en Miami, emisoras que lo
ponen al aire directamente y en tiempo real.
Pepe es un tipo tranquilo e inteligente quien vive en el límite, siempre perseguido de
cerca por la policía política a la cual llama GESTAPO Tropical. Hoy no tiene nada que
decir y camina en busca de la noticia al encontrarse con Luís. Éste lo conoce de haberlo
visto en el barrio toda la vida, pero no sabía que fuera periodista, pues ni siquiera
conocía que hubiera estado en alguna de las escuelas de comunicación social de la Urbe.
Pepe le dice que él nunca ha ido a tales centros, que es un periodista de la calle con un
entrenamiento básico, que tal vez los graduados tengan mejor letra que él, o mejor
ortografía, parezcan más intelectuales, pero nunca llegarán hasta donde él por la terrible
censura a la que se someten graciosamente y de la cual participan por una costumbre de
formación. Nacen jorobados e hipócritas. Luís le saluda: “¿Cómo te va, Pepe?”
“¡Aquí, luchando!” Respondió el aludido. Luís se le acerca.
“¿En qué andas?”
“A la caza de noticias, pero el día parece demasiado tranquilo para mi gusto.”
“Me gustaría poder ayudarte.” Dijo Luís, pensando en hacer algo práctico por la
disidencia y en contra de todo lo absurdo y burocrático existente.
“Ah bien. Entonces vamos a llegarnos hasta la casa de Marta Beatriz Roque y allí
seguro que encontramos algunas personas con quien hablar.”
“OK.”
“Hay que ir hasta el barrio de Santos Suárez. No creas que está muy cerca.” Dijo Pepe.
“Yo me conozco muy bien la ciudad. En la calle Infanta alguna ruta nos servirá.”
Más tarde en la casa de Marta Beatriz Luís es bien recibido y observado con
detenimiento por varios presentes, como deben de hacer con cada nuevo visitante. Allí
se encuentra también Vladimiro Roca, figura legendaria dentro de la disidencia desde la
década del 80. Hijo del famoso Blas Roca Calderío ya fallecido, especie de intelectual y
figura gubernamental quien perteneció al Partido Comunista desde sus inicios mucho
antes que llegaran los Castro. También estaba el señor conocido como Antúnez,
veterano conspirador quien ya ha estado en las prisiones de la Isla.
Allí permanecen un buen rato mientras algunas señoras de las Damas de Blanco van
llegando espaciadamente. Hoy se van a reunir en esta vivienda y Luís deberá irse solo,
aunque no hay nada secreto en esta organización. Pepe se va a quedar para reportar lo
que suceda, pues siempre va a pasar algo desagradable de parte de la policía o algunos
vecinos entrenados para combatirlos. Esto es ya sabido y rutinario. Puede que haya jaleo
y a Luís no le conviene estar allí.
Está anocheciendo y sale de la residencia de Marta. Decide caminar hacia la Calzada de
Diez de Octubre para regresar en algún transporte público que lo acerque a su barrio,
pero los últimos cambios hechos por la Empresa Metropolitana de Ómnibus lo han
136
desorientado. Algún tiempo atrás Luís se conocía a todas las rutas dentro y fuera de la
gran ciudad. Ahora todas estas letras P y A, etc, lo tienen confundido.
Cuando Luís dobla la esquina caminando confiado sobre la acera, un auto frena a su
lado y cuatro hombres armados con pistolas Makarov desenfundadas le obligan a entrar
al vehículo. Van todos de civil, pero Luís intuye que son de la Seguridad del Estado al
estar portando armas de reglamento de la policía, por sus pelados y ropas. Ninguno dice
nada mientras Luís reconoce el camino hacia la famosa sede de este departamento: Villa
Maristas.
Allí, después de haber pasado por numerosos centinelas y muchas preguntas, le internan
en un calabozo sin explicarle nada. Las horas pasan, pero le han despojado de todas sus
prendas, en especial el reloj.
Pueden ser las nueve de la mañana, las diez de la noche o las tres de la mañana
siguientes. No le han dado nada de comer por mucho rato y por suerte puede tomar
agua del lavamanos donde se lava la cara de cuando en cuando para sentirse fresco.
Esta celda no tiene ninguna posibilidad de apreciar la hora de día o la noche por la luz
exterior permanente. Nadie parece moverse afuera, o más bien no ve a nadie moverse
desde la posición donde se encuentra Este lugar está diseñado para alterar las
percepciones temporales del detenido y comenzar a ablandar su espíritu. Vienen a
buscarlo un par de uniformados.
Lo llevan hacia una oficina bien arreglada. Sorprendentemente es de mañana. Allí
dentro del local se encuentra sentado un capitán de la Seguridad del Estado, según se lee
en el cintillo sobre su bolsillo izquierdo de la camisa. Los otros dos no se retiran, pero
se apartan. El Capitán tiene su carné de identidad en sus manos y parece llevar rato
examinándolo. Le habla tranquilamente a Luís.
“A ti no te teníamos fichado como disidente.”Le dice el oficial sin mirarle. Luís se
asombra un poco por la ineficiencia de la burocracia militar, recordando su encuentro
con los oficiales del DTI cuando lo del Proyecto Varela y la encerrona para intimidarle
dentro de la Estación de Policías de la calle Zanja. El oficial ahora le mira a la cara sin
levantarse de su asiento. “Sí, pero estabas en la casa de Marta Beatriz con Pepe el
periodista de Radio Martí. Ya con eso hay suficiente para confeccionarte un expediente.
¿Tienes algo que decir?”
Luís niega con la cabeza. Se siente cansado y sabe que está metido en problemas y en
mucha desventaja. No habla.
El Capitán se altera un poco y se nota en su voz. “Tiene que decirlo con la boca pues
esta conversación se está grabando. ¿Cuándo comenzaste a trabajar para la
disidencia?”
“Yo nunca he trabajado para esos señores.”
¿Cuánto tiempo lleva colaborando con Pepe y Marta Beatriz Roque?”
“Yo no coopero hasta hoy con nadie.”
“¿Cuántos mensajes le han enviado a Radio Martí?”
“Yo no…” Bueno, Luís salió de allí a las tres de la mañana de no sabía cuál día, después
de haber respondido preguntas de todas clases y absurdidades estúpidas de expertos
interrogadores profesionales. En realidad no tenían nada contra él hasta ahora, pero
habían estado presionando para que firmara una declaración. Como no lo hizo, le habían
amenazado con fuerza. Luís sabía que a partir de ahora sí ya contaría con un expediente
en los archivos de la Seguridad del Estado, el cual estaría bien documentado como
aguerrido disidente activo. Ahora seguiría lo demás.
Dos días más tarde el jefe de su departamento le llama a su casa y lo cita para una breve
reunión en su oficina ahora mismo si es posible. Lisandra se preocupa, pero Luís sabe lo
que viene.
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El Jefe de los Guías se nota un poco turbado, preocupado, y su carácter ha cambiado de
afable a escéptico y distante, como para dejar bien demostrado que él no tiene nada que
ver con la actitud ante la vida de uno de sus subordinados. Ni siquiera parece saber bien
cómo comenzar. Le acompaña otra persona a quien Luís conoce como el oficial de la
Seguridad del Estado que atiende a este grupo de turismo. Dice llamarse Turnovo y
reparte tarjetas personales con ese apelativo. Todos saben que es falso, como es
costumbre en estos medios truculentos contrainteligentes.
“Mira Luís. Me ha llegado un documento de la Gerencia donde se me informa que no
puedes continuar trabajando aquí, pues como bien conoces, tú ocupas un puesto de
confianza, funcionario, y podemos terminar tu contrato de trabajo sin darte
explicaciones. ¿Qué te pasó? Tu eres de los más veteranos aquí.”
“Nada, colega, nada. Solo que ahora sí voy a hacerme más merecedor de este título
que ustedes me han dado de disidente, pues ya sé que no tengo nada que perder a partir
de ahora con ustedes. Me voy.”
Al decir esto Luís se levantó de su silla y salió lentamente de la oficina. El oficial de la
Gestapo tropical intentó decir algo inteligente, pero prefirió callarse al final. Luís estaba
nuevamente desempleado, ahora incluido en la lista negra del Gobierno. Donde quiera
que fuera en busca de trabajo, le seguiría una nota del Departamento de Seguridad del
Estado que le iría cerrando metódicamente casi todas las puertas y caminos, mientras
realizara intentos de encontrar algún empleo con un salario interesante, o al menos para
poder sobrevivir.
En la casa cuando Lisandra escuchó la noticia, no dijo nada. Solo se le quedó mirando
un largo rato hasta cuando pareció aburrirse o encontró alguna decisión, pues se fue a la
cocina a preparar la comida.
En Octubre, durante la Cumbre de Países Iberoamericanos llevada a hechos en Chile,
donde el rey de España Juan Carlos tuvo a bien mandar a callar al presidente Chávez,
se habla por primera vez de Cohesión Social como preludio de una potente integración
regional, futura convergencia de todos los sistemas sociopolíticos, integrados en un
solo estado, en un nivel mucho más elevado del entendimiento humano. Llegaríamos a
un alto nivel de desarrollo donde lograríamos satisfacer las necesidades básicas de la
población mundial, ahora en decrecimiento sostenido.
El 2 de diciembre el pueblo de Venezuela vota un enorme NO en un referendo nacional,
donde se manifiesta en contra de la intentona chavista de establecerse en el poder
indefinidamente, así como cambiar la Constitución por otra de corte más radical de
izquierda.
Influye mucho en este voto negativo la renuncia a su cargo de Ministro de Defensa del
General Raúl Baduel. Este señor se declara en contra de seguir el juego a quien una vez
salvara del Golpe de Estado del 2002, cuando tan solo era un simple teniente. Se había
retirado de su ministerio el 28 de junio de este año.
También este diciembre nuestro Presidente de la Asamblea Nacional va a reunirse con
una representación de los más de diez mil estudiantes de la Universidad de las Ciencias
Informáticas (UCI), flamante institución recientemente creada para entrenar a la
juventud en las nuevas tecnologías de la comunicación tan restringidas en nuestra Isla.
Alarcón, como uno de los principales ideólogos del Sistema, solo detrás de Fidel en este
campo, puede moverse por todo el país en el desarrollo de campañas de proselitismo, lo
que no le está permitido al Viejo.
Ricardo Alarcón de Quesada habla por toda una hora sobre las necesidades del voto
unido el próximo 20 de enero. Cada boleta tendrá varios candidatos a la Asamblea
Nacional y Provincial. Llevarán además un solo círculo situado al centro superior para
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simplificar el trabajo de quien desee votar por el grupo en su conjunto. Así necesita el
Gobierno que lo hagan todos para presentar al mundo una imagen de unanimidad que
no existe realmente, pero que sería excelente como propaganda política y cooperaría a
ablandar las censuras contra el accionar de la dictadura dentro de la Isla.
Cuando el político pretende retirarse después de haber ofrecido innumerables detalles
para él muy convincentes sobre el proceso electoral cubano, un joven de entre la
multitud levanta la mano como señal de que quiere la palabra.
Se llama Fernando y desea preguntarle algo al Presidente del Congreso, aprovechando
la oportunidad. Alarcón no tiene programado responder preguntas, pero nunca está de
más aclarar dudas. No hay peligro. Piensa. Estos muchachos no van a ser tan
inquisitivos como los periodistas internacionales.
Fernando: “Alarcón, ¿yo quisiera saber por qué tengo que votar por una persona que
no conozco, a quien nunca he visto trabajar y quien ni siquiera se ha tomado el trabajo
de dejarse ver por aquí?”
El señor político nunca habría esperado semejante pregunta de estos muchachos
formados por la Revolución. Se queda estupefacto y balbucea unos instantes. Es la
primera vez que lo increpan en público dentro de sus dominios en forma tan abierta y
directa. Este fenómeno solo sucede en las salas de prensa internacional donde se reúnen
los lobos de los medios extranjeros. ¿Qué está pasando? ¿Se habrá colado alguno de
los disidentes suicidas entre los estudiantes? ¿Dónde está la Seguridad del Estado?
Alarcón sale del susto como puede, diciendo que el joven no tiene que votar como no
crea correcto, que vote como le dicte su conciencia. No tiene nada que de decir. Sabe
que en nuestro sistema electoral los candidatos aparecen como por arte de magia en las
más descabelladas circunscripciones donde no viven ni han aparecido nunca, ni nadie
los eligió, y muchas veces ni siquiera los conocen. Los candidatos se distribuyen más
bien al azar. Por ejemplo Fidel y Raúl siempre son propuestos en algún lugar remoto de
la zona oriental por algún entusiasta a quien el Partido le ha dado secretamente la
honrosa tarea. Constantemente nos muestran con ejemplos fehacientes como cualquier
cambio de sistema en nuestro país sería desastroso para todos nosotros.
Alarcón se va levantar nuevamente del asiento para retirarse y de entre la multitud se
levanta otro joven. Se llama Eliécer.
Este muchacho, para gran susto de Alarcón, le pide explicación una por una, llamándole
Ricardo a secas, su nombre de pila que hacía muchos años nadie usaba, sobre los
principales problemas de nuestra nación de los que nadie se atreve a hablar en público,
pero que todos conocen. Este muchacho cercano después de los veinte años y a seis
meses de graduarse, habla con diáfana claridad, conciso y sin miedo. Enseña entre sus
palabras una candidez y na facilidad de palabra impresionante que no puede ser fingida.
El monstruo político se revuelve en su asiento impedido de marcharse. Mueve a la
simpatía el estudiante a quien sus colegas van pasando papelitos discretamente y va de
una pregunta a otra como si todas fueran suyas. Algunos de estos nuevos expertos en
tecnologías digitales graban esta conversación en su totalidad.
Eliécer:“Ricardo, ¿usted Me puede decir por qué en Cuba aún tenemos dos monedas
que nos hacen la vida muy difícil al devaluar los salarios veinticuatro veces? ¿Por qué
no podemos rentar coches, ni contratar teléfonos celulares? ¿No podemos alojarnos en
nuestros propios hoteles aunque tengamos el dinero para pagar las tarifas que nos
piden?
“¿Por qué, Ricardo, no podemos viajar al extranjero y yo, cuando me gradúe, con mi
salario y mis primeros ahorros, pueda viajar a Bolivia para enseñarle a mis hijos el
lugar donde murió el ché? ¿Por qué…?”
139
Bueno, Eliécer habló por más de veinte minutos haciendo algunas preguntas que todos
los cubanos queremos hacer y nadie se atreve. De cuando en cuando repetía que esto es
para mejorar el Socialismo, que no se le interprete mal. El muchacho no quería
parecerse a ningún periodista incómodo haciendo preguntas capciosas, solo sentía la
necesidad de tocar los temas tabú en nuestro país. No mostraba miedo. No tenía miedo.
Ricardito balbuceo otra media hora intentando responder, pero quedando en ridículo al
decir, entre otras burradas, que él no es experto en economía, que si a todos los cubanos
se les permitiera viajar se congestionarían las líneas aéreas, etc. Realmente no estaba
preparado para esto. Nunca había sucedido esta forma de increpar a un alto funcionario
en público y con abierta valentía. Finalmente cuando el político se ponía de pie para
retirarse, el negrito moderador le dijo casi sin percatarse que para la próxima vez viniera
mejor preparado. Esto ofendió visiblemente al político quien prefirió finalmente
retirarse, prometiendo volver, antes de que se levantara otro loco a hacer más preguntas
sobre los mismos tipos de temas incontestables.
Como les dijimos, esta entrevista fue grabada por algunos jóvenes en forma discreta,
utilizando los mismos medios tecnológicos a los que teme el Gobierno. Esa misma
noche partes del video llegan misteriosamente a la Reuters, quien lanza de inmediato
algunos fragmentos de la cinta al aire en el excelente BBC World News y en su servicio
de Internet. Esto causa conmoción mundial y se da inicio a una especie de escándalo por
la rebeldía e independencia que ya muestran las nuevas generaciones, a pesar de que
Eliécer aclaró en varias oportunidades que sus interrogantes solamente tenían la
finalidad de mejorar nuestro socialismo. A fin de cuentas para estos muchachos este
tipo de formación sociopolítica es lo único que conocen y la real, buena y única viable
alternativa para la vida, según le han enseñado en las diferentes escuelas.
Por varios días este documento digital circula mundialmente en varios soportes como si
fuera pan acabado de salir del horno. Dentro de Cuba el disco DVD y las memorias
flash son pasadas de mano en mano entre el pequeño por ciento de personas que poseen
ordenadores legales y las muchas que los poseen ilegales. Hay asombro y cariño hacia
estos valientes muchachos. Todo desean conocer qué ha pasado con ellos, pues
difícilmente salgan bien parados de su aventura frente a uno de los políticos más
poderosos y recalcitrante extremista de izquierda de la nación, quien había sido herido
en su amor propio al quedar en ridículo ahora ante el mundo entero. ¿Cómo es posible
que Cuba tenga a un Presidente del Congreso que no sabe nada sobre la economía de su
país y no puede responder con transparencia y claridad sobre los más acuciantes
problemas de sus representados?
Ya entrando el nuevo año el Gobierno se ve obligado a poner en Internet el video
completo y agregar una conferencia de prensa donde comparecen los dos jóvenes y un
profesor que también había participado. La moderadora hace énfasis de que a estas
personas no les había sucedido nada, como se propalaba por el mundo, y se mantenían
en sus lugares de estudio y trabajo como de costumbre, sin haber sido objeto de
represalia alguna.
De todo esto lo más sospechoso es que el Noticiero Nacional de Televisión, con una
duración general de 45 minutos, dedica diez a demostrar que Eliécer camina y vive con
normalidad en las calles de su amada Universidad, donde se encuentra becado.
En la realidad ambos estudiantes habían sido de inmediato enviados para sus residencias
de origen en espera de posteriores decisiones en cuanto a su actitud vergonzosa. Ambos
son de ciudades en la zona oriental del país. Están a mediados de su último año de
carrera, literalmente a punto de graduarse. El incidente con Ricardito les iba a costar
muy caro.
140
Afortunadamente el clamor mundial y el trabajo de la Comisión de Derechos Humanos
organizada a duras penas dentro del país por disidentes suicidas, obliga al Gobierno a
presentarlos al gran público como si nada hubiera sucedido.
Previo a esta entrevista tranquilizadora, en la casa de Eliécer y Fernando habían llegado
en medio de la madrugada varios coches Lada 2107 nuevos con matrículas amarillas
(supuestamente privadas, pero a los cuales todos identifican como pertenecientes a la
Seguridad del Estado por las dos largas antenas de comunicación y los indisfrazables
soldados en su interior) y sin ofrecer explicaciones ni disculpas, son llevados hacia
algún destino desconocido con la clásica urgencia de estos aparatos de represión, para
gran preocupación y estrés de sus familias. A fin de cuentas su destino había sido la
Ciudad de la Habana, la UCI y un intenso aleccionamiento y advertencia de lo que
podía suceder si no vertían una imagen positiva para la Revolución ante las cámaras
para la famosa entrevista posterior, lo cual hicieron, aunque si se observa bien, se verá
que nunca se retractan de lo que han dicho en la entrevista con el Presidente del
Congreso y vuelven a repetir constantemente que todo lo expresado y hecho es para
mejorar nuestro Socialismo. Esto los salva temporalmente y se les permite terminar sus
carreras en el 2008. Eliécer Ávila se transforma en el 2011 en uno de los líderes de la
disidencia en su región. En el 2013 sale invitado a varias naciones europeas para
impartir conferencias sobre la actualidad dentro de la isla. Retorna y participa y se
expresa en varias grabaciones de los programas televisivos disidentes Estado de Sats.
¿LISANDRA POR QUÉ?
Por la zona de Guanabo donde termina la Ciudad por el nordeste y comienza el litoral
norte de la Habana Campo hay una playa virgen, pero es tan solo el último fragmento
hacia el este de las playas de la Ciudad, el mismo lugar por donde partieron infinidad de
balsas cuando el gran éxodo de 1994, incluyendo entre ellas las de los muchachos, los
antiguos amigos de Luís de quienes ya no sabe nada, como si se hubieran metido en una
máquina del tiempo y viajado a algún lugar extremadamente lejano. Ya por casi dos
décadas.
En esta zona existe una amplia franja de arena generalmente cubierta de plantas
arrancadas del mar por el oleaje. Unos metros después cierra el paso otra tupida
vegetación costera. No hay casi viviendas, solo una tres o cuatro justo a la vera de la
carretera. Es de noche y muy tarde. En las casas las luces están apagadas y solo brillan
algunas en el exterior.
Varias personas descienden de un vehículo de los americanos grandes y antiguos del
tipo del cual los locales preparan para servir de taxis y cargar la mayor cantidad posible
de pasajeros. Los siete sujetos se alejan del artefacto mientras este continúa la marcha y
gira en redondo para desaparecer rumbo al centro de la urbe. Caminan en grupo
silencioso por el sendero hacia la izquierda. Algún perro ladra cercano, pero los vecinos
ya están acostumbrados a no escuchar, a no saber. En esta zona llegan muchos visitantes
nocturnos a disfrutar del nudismo, consumir drogas o expresarse sexualmente entre
homosexuales.
Uno de los del grupo es Lisandra. No Luís. Avanzan unos doscientos metros por la
arena a mitad de camino entre la carretera y las últimas residencias del reparto Brisas
del Mar. Desde este lugar no pueden ser observados por los frecuentes carros patrulleros
que circulan por la carretera. Allí se acomodan sin hablar mientras algunas otras
personas salen de la vegetación donde han estado ocultas, por si acaso. Nadie conoce
exactamente cuánto tiempo tendrán que esperar. No hay nadie haciendo el amor en
ninguna tendencia.
141
De pronto todos aguzan el oído para tratar de determinar si el motor que escuchan es de
la policía Guardafronteras u otra cosa. Se nota ansiedad aunque están tranquilos. Falsa
alarma. Hay muchos mosquitos que hacen insoportable la espera. Un par de otros
silenciosos llegan también y se suman sin decir nada. Hay algunos niños entre los
esperantes.
Son las cuatro de la madrugada cuando se escucha otro tipo de motor funcionado a altas
revoluciones. El sonido aumenta sostenidamente aunque aún no se ve nada sobre la
negrura del océano.
De pronto, para sonrisas de todos, un gran bote de estilo deportivo y estilizada figura
aerodinámica se comienza a distinguir sobre la parte baja del agua, muy cerca del borde
de la arena. Una luz verde destella dos veces y repite una vez más.
Alguien del grupo hace la misma operación sorpresivamente. Es el contacto de tierra.
No hay moros en la costa. El elegante bote encalla ligeramente su proa en la arena y se
puede ver que es un enorme yate de última generación y alta velocidad. Hay un hombre
al timón y otro lanza una escala plástica rígida por el costado al agua para permitir que
aborden los clientes. Otro hombre se mantiene distanciado en la popa con un fusil AR
15 listo en las manos. El grupo está como estupefacto en la orilla. El que ha lanzado la
escala se encabrona.
“¡Vamos, coño, que esto no es un paseo!” Grita y pone en movimiento el tropel de
personas chapoleteando agua hacia la borda del bote. Algún niño llora asustado. Uno a
uno sube a bordo ayudados por todos los demás. El hombre les alumbra con una potente
linterna y los va contando. “¡Sobra uno!” Vuelve a gritar mientras saca un papel del
bolsillo. Comienza a leer y los llamados van respondiendo tipo escuela primaria,
mientras que el marino les mira a la cara por turnos y recoge sus carné de identidad,
según las reglas acordadas. El hombre con el arma larga observa cuidadosamente los
movimientos de las personas mientras se sientan sobre cubierta. Lleva equipos de visión
nocturna como los soldados americanos. Si aparece un policía o un guardacostas va a
haber tiroteo. En los Estados Unidos no pasaría nada, pero en Cuba, si la tripulación es
apresada será enjuiciada por tráfico de personas y condenados a cadena perpetua.
“¡Francisco y María!” Llama el tripulante con la lista. “¡Lisandra! Ya todos estamos
a bordo, pero sobra usted, señor”
El aludido sonríe apaciguando al aparentemente violento personaje. “Tengo el dinero
del pasaje conmigo. ¿Son diez mil dólares, verdad?”
“¡Correcto! ¡Dale Francisco! ¡Todo el mundo tirado en el piso! ¡Ahora!” Grita
mientras los motores rugen en reversa. El presunto polizonte entrega al marino un fajo
de billetes verdes y éste se aleja para contarlos de inmediato. Si no está completo lo
lanzan por la borda y se acabó. Aún están en la playa. Van treinta y una personas a
bordo sin contar a los tres de la tripulación.
Los dos motores Mercury de gran potencia y alta velocidad ahora rugen en avante y el
barco comienza a levantar la proa lentamente en la medida que el piloto acelera
mientras se aleja de la arena. La operación ha salido bien y no se ha tenido que disparar
un tiro. El hombre del fusil y los anteojos ultravioleta va a sentarse junto a piloto
mientras continúa observando el horizonte. No hay una sola luz encendida ahora. Nadie
habla. El timonel solo observa la tenue iluminación de los relojes de la pizarra y sigue la
flecha que le indica el GPS. El radar deja claro que no hay obstáculos adelante. El
medidor de profundidad aumenta la cifra sostenidamente, avanzan hacia mar abierto a
una espeluznante velocidad. De estar de pie probablemente serían lanzados por la borda
debido a la fuerza del aire.
Las luces del litoral cubano se van alejando lentamente mientras el momento de estrés y
euforia va dando paso a la tristeza. Lisandra no ve los rostros de sus vecinos en la
142
oscuridad, pero siente la misma sensación de enorme pérdida de debe embargar a todos
mientras ven alejarse su querida tierra tal vez para siempre. No conoce a la mayoría,
pero ya vamos dejando de ser cubanos, para convertirnos en ni se sabe qué. Detrás se
queda Fidel con isla diabólica y se va apagando también lentamente como las luces
hasta cuando ya no se ve nada. Lisandra sabe que traiciona a Luís quien no conoce nada
de esto y debe de estar ahora durmiendo preocupado por mi ausencia. ¡Qué mierda me
siento! Pero no había otra forma de escaparme y él tal vez me lo hubiera impedido. Mi
gerente no tenía dinero para más y creo que tampoco le hubiera financiado el viaje. Solo
le interesa mi persona, pero las oportunidades hay que aprovecharlas. Chao Luís, te
amo.
Para un cubano salir del país entre 1959 y febrero del 2013 es como emigrar hacia
Marte o Júpiter con toda la ruptura que ello conlleva. Generalmente no hay retorno.
Lisandra lo sabe y le ha apostado a un porvenir luminoso en otra parte, aunque tenga
que ser sin Luís. Se acaba para ellos su mundo como lo conocían, pero debe comenzar
uno mejor… si es que no se vuelca la lancha por el camino y nos mata a todos.
En la playa, sobre la arena, las huellas de los desaparecidos ya no cubanos se van
borrando lentamente con el leve oleaje del amanecer. Dentro de algunos minutos ya no
habrá ninguna, confundidas con las de los bañistas que prefieren esta zona apartada del
litoral. No hay forma de tener un registro sobre estos escapistas, de cuántos llegan a
tierras del norte o a otros lugares, de cuántos mueren ahogados, en las fauces de los
tiburones o de otra forma, de cuántos emigran a otros países con pasaportes falsos u
ocultos en otros medios de transporte. Incluso se si se hiciera un censo la población, la
inmensa mayoría no aportaría datos fidedignos por temor a algún tipo de represalia, las
cuales en el pasado sí han existido. Recuérdese los actos de repudio en las residencias
de los emigrantes en 1980, organizadas e impulsadas por el Partido Comunista como
clara muestra de intolerancia, la lanzadera de proyectiles políticos como los huevos
empleados contra los disidentes a pesar de la urgente necesidad para su uso alimentario.
Esta noche Luís no duerme bien ¿Dónde está Lisandra?
Toda su ropa está en el closet y no falta nada en la casa que indique su destino. Tiene
que haberle pasado algo. No creo que se haya ido para la casa de otro tipo, al menos me
hubiera percatado de algunas señales indicativas y no me hubiera tomado con tanta
sorpresa. No, eso no debe ser el caso. ¿Le habrá pasado algo? ¿Estará en algún
hospital? Luís está muy angustiado, pero no desea ir a la estación de policía a denunciar
la desaparición hasta que pase el día de hoy. Es muy temprano y puede que ella
aparezca en cualquier momento con alguna explicación plausible, aunque él no
encuentra ninguna razonable. ¿Qué le pasa a Lisandra?
Luís camina por la casa como un enjaulado ante la presión de la adrenalina y todo el
café que se ha tomado. Está cansado pero no puede conciliar el sueño aunque se eche
sobre la cama. Le muerde el apartamento vacío. No podría vivir sin Lisandra.
Se la imagina saliendo sorpresivamente del baño con el cabello mojado o aparecer en la
puerta del cuarto llamándolo pícaramente, o pasando apresuradamente de una
habitación a la cocina cuando huele a quemado. No se supone viviendo solo en este
apartamento. No quiere pensar que toquen a la puerta y le den una mala noticia. No. No
la policía con cara triste y hablar solemne para decirle algo irrevocable. Han tocado pero
es el tipo del pan quien se marcha un poco molesto por el aire distraído de Luís. Si
vuelven a tocar así le va a dar un infarto. Lisandra tiene llave. En su trabajo le han dicho
que ella salió ayer un poco tarde.
143
Luís se ha pasado toda la mañana parado en el balcón. Tal vez finalmente la vea venir
por alguna de las aceras de San Lázaro, pero no. Al mediodía decide sentarse frente a su
Frankenstein P -4 para bajar los correos que tenga en el servidor de Infomed. Tampoco
está hoy como para descifrar los cifrados callejeros creados para burlar la censura en los
mensajes de todos sus contactos, quienes le envían las últimas noticias nacionales no
disponibles en los medios de prensa cubanos. Se recuerda de Eliécer y Fernando en la
UCI chequeando los e-mails para descubrir disidencias, escudriñando en todas las
revistas, periódicos, sitios Web y blogs, como ellos mismos admitieron pertenecer a los
comités de vigilancia electrónica de la red en nuestro país. Combatiendo con muy pocos
recursos intelectuales, ideológicos y de razón lógica, las constantes agresiones de la
disidencia internacional.
Cuando la máquina toma sus buenos diez minutos en abrir y descargar los mensajes, en
realidad hay pocos. Uno es para él, proveniente de Miami. ¡Qué raro! Lo abre:
“Luís, yo sé que debes estar muy preocupado por mi desaparición, pues nunca había
sucedido, y porque nunca te he dejado ninguna señal para que pudieras detectar que
algo andaba mal entre nosotros. De todas formas debió de haberte alertado el hecho de
que nunca quise tener un hijo contigo. Un niño hubiera bloqueado los proyectos que
llevaba en secreto tanto tiempo en mi mente. Hoy pudo ser.
Si estás leyendo esto es porque no fui a dormir y eso quiere decir que me fugué de
Cuba en una lancha rápida y ahora me encuentro en algún centro de detención de La
Florida a la espera de que mi antiguo gerente español nacionalizado americano, me
saque y se me aplique la famosa Ley de Ajuste Cubano. Ya tengo incluso hasta
propuesta de trabajo.
Mi novio es quien te envía el mensaje que escribí en esa propia máquina en un
momento cuando no estás en casa. Si te fijas, te lo dejo todo. Perdóname, pero yo
nunca estuve enamorada de ti y creíste firmemente que con que tú me amaras sería
suficiente, pero como ves, no es así.
Aquí voy a comenzar una nueva vida desde cero y puede que me vaya bien. Debiste
haberte montado en la balsa con los muchachos en el 94 porque yo sabía que te
quedabas por mí y ahora yo estoy donde tú deberías.
Chao. No me respondas. No voy a abrir tus mensajes pues conozco tu carácter y
prefiero recordarte con cariño. No te pido disculpas ni perdón, pues nunca deseaste
saber cuáles eran mis verdaderos sentimientos los cuales seguramente intuías en tu
corazón.
Lisandra.
A Luís se le cayó el mundo encima. Leyó y releyó el mensaje no recuerda cuántas veces
para ver si encontraba algún sentido diferente o algún mensaje oculto entre líneas que le
diera una esperanza, pero no. Nada. Lisandra había sido clara. Considera esto una
traición de las peores, de las que acaba con uno por dentro y las cuales a nadie le
importan por cotidianas y por exageradamente personales con esa erosión que corroe las
entrañas.
No había nada que hacer y una enorme soledad le cayó encima como si con ella viniera
el techo también. Supo de repente que la peor enfermedad es estar solo rodeado de
personas y haber perdido la confianza en el ser humano.
Tampoco tenía trabajo. Lo único que le quedaba sería lanzarse al mar y salir nadando
hasta perderse en el horizonte como Alfonsina. Estuvo tirado en cama como una semana
sin desear levantarse, bañarse o escuchar a nadie.
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A los siete días descubrió que sí había algo que hacer y salió a buscar a Pepe el
periodista, aunque tuviera que sacarlo de debajo de la tierra. ¡Ahora sí no le quedaba
nada que perder!
2008. LUÍS.
De lo primero que se entera Luís al entrar el año es de que para quedarse a vivir en el
departamento, tiene que pagárselo de nuevo íntegramente al Estado. ¿Pero cómo es
posible tal cabronada si el Gobierno no construyó el edificio ni ha gastado un centavo
en él?
¡Ah! Pero el inspector de viviendas que lo visitó el día 3 de enero, dijo que así es la Ley
y hay que respetarla. Él puede quedarse a vivir allí, pues lleva más de cinco años (que
actualmente para la ley son diez) de residencia en esa dirección, si no fuera así, tendría
que abandonar el inmueble. Para obtener el título de propiedad a su nombre tiene que
pagar el precio del inmueble según lo determine el Estado.
El inspector le ha dado un plazo de quince días para arreglar los papeles y recoger la
nueva chequera de pagos regulares mensuales al Gobierno por el derecho a residir en su
propia casa. Por supuesto que Luís comprende que esto es una especie de ley castigo
para el tratamiento a los traidores emigrantes y sus familiares creado por el pueblo en
1985. Este fue el primer reportaje en vivo que le pasó a Radio Martí a través de su
teléfono. Realmente le daba lo mismo pito que flauta y está ya harto de tanta mierda
como que a los médicos no les dejaran salir del país hasta pasados diez años de
abandonar su carrera, como una larga lista de muchas otras cosas.
Luís pudo saber cómo este año Fidel, aún en el poder, había regalado a Bolivia durante
los dos o tres años anteriores más de cuarenta hospitales, médicos incluidos, como parte
de la ayuda a su amigo Evo Morales. Esto constituye un gasto enorme de los pocos
recursos del Estado Cubano. Dinero que debía ser invertido en el propio pueblo isleño
que lo necesita posiblemente más.
Luís pudo comprobar que Fidel había comprado más de doscientos de estos hospitales
y clínicas totalmente equipadas en Noruega y Suecia, para regalar, como buen
samaritano, a varias naciones del tercer mundo.
Como ejemplo debo decirles que en este año, en las reflexiones de Fidel del 7 de
septiembre, ante el paso de tres huracanes consecutivos con menos de dos semanas de
separación de uno a otro, con nombres lindos como Fay, Gustav e Ike, este último con
varias víctimas, reveló, según cálculos de la defensa civil, que el país necesita
urgentemente un millón quinientos mil viviendas de techo rígido antihuracanes para al
menos más de tres millones de personas. Esto costaría unos Diez mil millones de
dólares. El Gustav destruyó unas ochenta mil ya en mal estado o muy débiles, como en
el pueblo de Los Palacios, donde el 85 por ciento de las viviendas, en el momento del
paso del fenómeno meteorológico el 30 agosto, estaban construidas con madera de
pobre calidad y techos de tejas de barro, que no resistían fuertes vientos. La solución
que está ofreciendo el Gobierno, a sabiendas de que esto es peor, son cubiertas de tejas
infinitas confeccionadas con cartón y asfalto, o tejas de fibrocemento, extremadamente
volátiles, quebradizas y causantes del tipo de cáncer llamado Mesotelioma. Entonces
por qué nuestro querido máximo líder regala a otras naciones el presupuesto que podría
paliar un poco estas emergencias y al menos comenzar a resolver el problema
definitivamente, construyendo residencias apropiadas para los cubanos quienes vamos a
145
estar cada vez más afectados por estos fenómenos atmosféricos, supuestamente
causados, en parte, por el calentamiento global.
Parece enterarse de esto cincuenta años muy tarde. Si tan solo hubiera invertido
doscientos millones de pesos anuales para estos fines en sus cincuenta años de mandato,
no existiera esta necesidad imperiosa e impostergable. Esta cifra es insignificante para
un presupuesto estatal que oscilaba en los cincuenta mil millones de dólares anuales
cuando los soviéticos.
Había sido tan irónico el vejete que había enviado al hijo del ché a trabajar en uno de
estos hospitales como médico graduado que es, en una clínica de La Higuera. Bolivia.
El lugar donde habían matado a su papá. Nadie parece haberse enterado de esta
triquiñuela propagandística hasta cuando Luís la documentó en Radio Martí en vivo y
en directo.
Fidel gasta cientos de millones de dólares en su campaña propagandística de nuevo tipo
en sostenimiento del Sistema Socialista, a pesar de que sus súbditos nacionales
continúan pasando hambre y viviendo en condiciones de vida paupérrimas y muy
empobrecidas, no ya como obreros, sino como esclavos de nuevo tipo con salarios de
miseria que no cubren las más elementales necesidades. Este panorama fue descrito
visionariamente por el filósofo del siglo 19 Herbert Spencer en su obra La nueva
Esclavitud, como había leído Luís.
Conoció y publicó como periodista independiente que cada médico cubano situado en
Guatemala, ganaba un salario mensual de 2700 dólares mensuales, pero que estos no
son entregados a los galenos, sino enviados al Gobierno Cubano quien paga sus gastos
mínimos y gratifica a los familiares con cincuenta pesos convertibles cada treinta días,
además de permitirles de retorno traer toda la pacotilla que puedan.
Es tanta la vorágine en la cual se ve inmerso Luís que casi no recuerda a Lisandra, ni
que alguna vez tuvo amigos de infancia que crecieron con él. Se siente suicida y desafía
al gobierno constantemente, actitud la cual le causa frecuentes arrestos, fuertes
presiones y amenazas muy creíbles de largas condenas de cárcel.
Luís publica que el 20 de enero un cuarto de la población votante de más de seis
millones de personas no fue a votar o hizo algo para anular sus boletas a pesar de las
presiones. También denuncia que el Gobierno presentara estas cifras como todo un
éxito, la abstención y la nulidad es la más alta de la historia de la Revolución Fideliana.
Esto último, unido al famoso video de la UCI hecho público en nuestro país solo el 22
de enero, hacen reflexionar a Fidel, quien desde su lecho de enfermo lo publica en su
artículo del 12 y 18 de febrero, que no va a aceptar más el cargo de Comandante en
Jefe, ni el de Presidente del Consejo de Estado y de Ministros.
Últimamente van aumentado las posibilidades de la disidencia y de los literatos de
utilizar la Internet para expresar ideas y criticar abiertamente al Sistema, cosa imposible
cuando solo se trataba de los medios informativos propiedad del mismo Gobierno, como
el caso de la periodista Yoanis Sánchez, quien sin tener acceso oficial autorizado a
Internet y con tan solo una laptop, crea y mantiene vivo un blog que las autoridades
horrorizadas no pueden controlar. Esta muchacha habla y escribe muy bien por lo cual
le otorgan un premio en España llamado Ortega y Gasset para el periodismo digital.
Pero lo que la hace más famosa es que el Gobierno le niega la posibilidad de ir a recibir
su reconocimiento en persona, produciendo con ello un magnífico ejemplo de la
estupidez de nuestras autoridades y de la intolerancia de nuestros líderes.
Fidel se da cuenta de que ya no puede con los nuevos tiempos y las tecnologías de
punta, con las nuevas generaciones que no se sienten nada comprometidas con su
revolución y que es tiempo de retirarse pues también su salud es precaria. Entonces
¡RENUNCIA!
146
Palabras mayores para los cubanos. Fiesta nacional para muchos hogares como el de
Luís, donde se descorchan varias botellas de ron con varios colegas disidentes. Ya el
apartamento está marcado. Tiene varios vidrios rotos por piedras de provocadores
castristas y algunos vecinos de cuando en cuando gritan algunas barbaridades a las
cuales se han ido acostumbrando y sirven de telón de fondo y acicate para las reuniones
de trabajo. Últimamente le han colocado una cámara de vigilancia frente a la puerta de
su domicilio para mantenerlo controlado las veinticuatro horas del día.
A partir de este año el gobierno dedica una enorme cantidad de recursos para la defensa.
Nuevos medios para el ejército, generalmente adquiridos en China. Para el Ministerio
del Interior son destinados nuevos autos rusos Lada, así como chinos marca Geely,
copia del Mitsubishi 1990. También se aprecia la introducción de una enorme cantidad
de tecnología electrónica de la más moderna en comunicaciones, se estilizan y hacen
menos obvios los medios de vigilancia encubierta, así como la escucha telefónica.
Militares se encargan de supervisar y controlar los servidores nacionales como el de
Infomed. Se ha creado la Policía Cibernética ¡Wao! ¡Esto parece ciencia ficción! Se
revisa cada correo electrónico y se bloquea cada página Web, sitio, o dominio que no
les agrade. En cada acceso a las ciudades o pueblos, así como las fronteras
interprovinciales, se montan rápidamente puntos de control policiales los cuales
detendrán todos los vehículos que acierten a pasar por allí. Estos serán automáticamente
grabados con un tipo de cámara y otro leerá y registrará sus matrículas para
introducirlas en la red nacional de vigilancia permanente. Los policías pueden revisar,
requisar, decomisar y detener todo lo que se les ocurra o quienes les resulte sospechoso.
Se construye aceleradamente un edificio de siete plantas en las calles 5ta A y Sesenta en
Miramar, noroeste de la Ciudad, para albergar todos los centros de control y puestos de
mando para estos nuevos menesteres de vigilancia electrónica. No hay reparos en
costos. Ya para el próximo año las cámaras podrán identificar a los rostros de las
personas y situarlas en tiempo y espacio real. Se espera que para el 2011 las pantallas
de monitores, televisores, y otros dispositivos digitales puedan dejar ver y ver ellas
mismas. ¿Alguien se ha leído el libro de George Orwell 1984?
Esta especial atención para la Defensa no hace más que indicar la clase de tiempo que el
gobierno espera para sus últimos días, para lo cual se prepara
El movimiento disidente crece rápidamente con actividad diaria y sostenida en contra
del Sistema imperante y en múltiples frentes de trabajo, mientras las autoridades se ven
con las manos atadas ante la clara variante civil y no violenta de su actividad. El sistema
de defensa represivo montado para reprimir violenta y enérgicamente queda desarmado
anta la oposición civilista de nuevo tipo. ¡Qué imagen más grotesca la de los gorilas
atacando a las Damas de Blanco!
El 24 de febrero es el día escogido para la primera reunión del nuevo Congreso electo el
20 de enero pasado. Fidel no asiste, confirmando su decadente estado de salud. Raúl lee
un discurso no muy largo y al finalizar pide permiso al Congreso para consultar con su
hermano las decisiones más importantes en el control del país. Esto parece ridículo. El
viejo no está, pero su mano aún se siente en las decisiones y el comportamiento de Raúl.
Finalmente y para gran sorpresa de los cubanos, Raúl dice que en las próximas semanas
va a revisar algunas de las principales restricciones que han estado haciendo miserable
la vida de los nacionales. Las más sencillas serán eliminadas de inmediato. Para muchos
incautos nace una luz: Nuevo presidente, nueva forma de gobierno.
Este discursito prende en la población nuevas esperanzas injustificadas de cambios en el
régimen. Estos no van a suceder voluntariamente. Pero de todas formas en unas
semanas se ven cosas raras en nuestro país.
147
El 17 de mayo comienzan a propalarse los primeros rumores relacionados a próximas
ventas de artículos electrodomésticos que han estado prohibidos en nuestro país como
las computadoras, lectores de DVD y videos, acondicionadores de aire, etc. Se
comienza a vender motos eléctricas de factura china, aunque a precios exorbitantemente
altos. Se habla de reformas en las leyes migratorias para eliminar trabas y burocratismo.
Se rumora que los cubanos podremos viajar a donde queramos siempre que podamos
pagar, se va a vender coches dentro de unas semanas. Infinidad de rumores, solo eso.
Otra vez las esperanzas de todo un pueblo son burladas.
Otro elemento dentro de la estrategia engañosa y con intenciones apaciguadoras del
nuevo gobierno es el Primer Encuentro de Cubanos Emigrados en su segunda vida,
realizado el día 19 de mayo. Ya se habían efectuado algunos en la década del ochenta
con algunos resultados positivos para los excubanos. Este mismo día se destituye al
Ministro de Educación. Este señor en los varios meses que estuvo en su cargo viajó
literalmente todas las semanas al extranjero, con cargos al presupuesto del estado por
supuesto, para resolver problemas de alguna índole secreta o personal. Unos días más
adelante se nombra al sumamente desgastado anciano José Ramón El Gallego
Fernández como Supraministro de los dos Ministerios de Educación y de Educación
Superior. Ya pasa de los ochenta años de edad.
El día 26 mayo comienzan a circular los primeros ómnibus rusos marca Liaz en las rutas
Metrobús P12 y P16 para el alivio del deficiente transporte público. Esto le recuerda a
Luís un poco la etapa dorada de este servicio con los Ikarus rojos, cuando circulaban por
la Ciudad más de 2 mil de ellos.
Sorpresivamente el primero de abril los nacionales podemos alojarnos en los hoteles y
rentar coches con carné de identidad. Lo más curioso de todo es que Luís se entera de
esta medida a través de la agencia de prensa extranjera Reuters, la cual por algún
camino misterioso está obteniendo memos confidenciales del Gobierno.
Nuestro ejecutivo no emite documento escrito alguno. Nuestros medios de prensa no
hablan absolutamente nada sobre este tema. Los gerentes de hoteles a través del país no
reciben más que una llamada telefónica informándoles del cambio.
Según había escuchado Luís, la diabólica idea del Gobierno se basa en que como no
habían existido papeles que confirmaran estas medidas discriminatorias, tanto para
establecerlas, como para eliminarlas, dentro de unos años nadie podría decir, ni probar,
que existieron.
Por el contrario, sí se anuncia a bombo y platillo el primero de abril la venta de
teléfonos celulares a los nacionales a partir del día 14 de abril, a pagar en pesos
convertibles, más de veinte años después de que pululan por el planeta. Se emite otro
decreto para eliminar los topes salariales de los obreros nacionales que eran muy bajos.
Lo curioso es que el Gobierno de Raúl está tratando de hacer cambios pero en secreto,
como si no deseara que alguien se enterara, pues los medios no publican media palabra
por órdenes de arriba, cuando es noticia de primera plana en el resto del mundo
cercano.
Extrañamente también medios de prensa extranjeros como la BBC, Reuters, etc,
comienzan a enterarse de futuros cambios en diversas legislaciones vigentes y lo
imprimen en sus cables. De alguna forma se están filtrando informaciones clasificadas
lo cual no había sucedido en cincuenta años. Luís cree que no es más que una nueva
estrategia de los Castro para ganarles más tiempo en esta sociedad a punto de explotar
por décadas de miseria. Lo más importante resulta que los cubanos que han emigrado
hasta hoy, van a poder regresar cuando lo deseen para quedarse si les place.
Estos pequeños cambios cosméticos y las filtraciones voluntarias no son más que una
válvula de escape para las calamidades de una población depauperada, cansada ya de
148
tantos llamados al sacrificio por personas que no sacrifican nada, ni se disponen a
hacerlo. Los rumores solo se quedan en eso, tristes rumores. Para fines de año el pueblo
aún se pregunta cuándo Raúl va a cumplir lo prometido.
Uno de los resultados más efectivos de estos anuncios y chismes del ejecutivo cubano
es que la Comunidad Europea el 18 de junio levanta las sanciones diplomáticas
establecidas en el 2003 cuando el fusilamiento de los asaltantes de la Lanchita de Regla.
Se había logrado crear la ilusión de que el Gobierno del Castro más joven iba a en
realidad cambiar para bien la dictadura del proletariado. Nada más alejado de sus
intenciones.
Luís se ha hecho muy activo en su nuevo trabajo como disidente. De cuando en cuando
recibe de las organizaciones no gubernamentales algunos dólares para ir sobreviviendo,
pues el Gobierno le ha cerrado todas las puertas. Solo le ofrecen empleos en lugares
como la construcción donde devengaría salarios no suficientes para vivir. Por supuesto
que muchas de estas instituciones trabajando fuerte en contra de Gobierno cubano son
financiadas indirectamente por el americano como forma de resolver varios problemas a
la misma vez, lo cual a Luís le parece suficientemente legítimo dentro del maremagno
del control policial y la represión dentro del país.
Luís utiliza en todo cuanto puede la Internet, actualmente muy controlada por el
Gobierno Castrista, pero que a pesar de la censura desde principios de este año
comienza a recibir reenvíos de accesos a revistas y blogs no autorizados dentro del país
por su marcado carácter anticastrista, siempre disfrazadas con un título inocuo que no
despierte las sospechas de las autoridades vigilantes. Estas vías alternativas prueban ser
ya demasiado para los Castros quienes vislumbran el ocaso de su dominio intelectual y
físico, a pesar de los cuantiosos recursos que invierten en lo que ellos llaman La
Defensa de la Patria. No pueden detener la avalancha que se les viene encima.
El día 27 de abril sale publicado en La Gaceta de Cuba otro decreto aumentando los
salarios de la olvidada esfera judicial. Aumentan a unos 20 o 40 pesos por persona
mensuales. Es decir: Uno o menos de dos pesos convertibles. Ridículo. Esto para los
abogados y paralegales de todo tipo. Para los fiscales y jueces un incremento inmediato
de 400 pesos regulares en el mismo período. Unos 27 convertibles. Ridículo igual, pero
deja bien visible dónde quiere el ejecutivo hacer énfasis en la entrega de beneficios y
prebendas para conservar de su lado.
El 28 de abril Raúl ofrece otro discursito donde confirma que el uso de la pena de
muerte dentro de nuestro país continúa en moratoria, pero no se abole como arma
siempre usable, permanente amenaza contra los díscolos. El Gobierno no prescindirá de
la Pena Capital como elemento disuasivo contra los delincuentes comunes y políticos.
Dice nuestro nuevo presidente visiblemente aleccionado por su hermano.
Días antes, el 21 de ese propio mes, las Damas de Blanco, grupo disidente compuesto
por mujeres familiares y esposas de los presos políticos quienes utilizan como símbolo
la vestimenta toda de blanco, es atacado en plena Plaza de la Revolución por grupos de
personas de ambos sexos, quienes, supuestamente por amor al Sistema, son capaces de
agredir y arrastrar a indefensas mujeres, frente a las cámaras de televisoras nacionales y
extranjeras. Hasta las santeras que se visten todo de blanco están confrontando
problemas cuando temen que las turbas habaneras revolucionarias no van a ser muy
detallistas y la emprendan a golpes también con ellas.
El 6 de mayo el Presidente de los Estados Unidos George Bush realiza una
teleconferencia con un grupo de los principales disidentes invitados a la SINA, lo cual
deja sorprendidos a todos dentro del país por lo audaz y la obvia prioridad que este
ejecutivo otorga a la disidencia como motor que va a llevar a cabo los cambios.
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El Gobierno de La Habana no puede hacer nada en contra de esta conferencia, solo
protestar, que sí lo hace.
La represión continúa siendo muy fuerte. En cada acceso a las carreteras que dan al mar
por alguna parte de la Isla, se coloca un auto patrullero con la marcada intención de
detener o disminuir a los escapantes en lanchas rápidas hacia los EE UU.
Luís continuaba su accionar en solitario contra del Gobierno “¡Oye, echa pa-cá! Vamos
arreglar el mundo con una botella de ron en casa de Aparicio.” Le Dijo Cartalla por
teléfono. Recordó.
Si tan solo pudiera ser cierto. También deseaba tanto ir a sentarse en el Malecón a
conversar con Lisandra. Si solo esto fuera posible. La soledad rodea a Luís y parece ser
la peor enfermedad de los seres humanos. No es el apacible momento cuando nadie nos
molesta y están todos lejos. Es cuando queremos que nos molesten las personas
entrañables que están lejos por accidentes de la vida.
Ya Luís ha llegado a esa etapa de la existencia cuando se va ampliando lentamente
nuestra lista de conocidos y amigos que ya no están. Comienza alrededor de los
cuarenta y va incrementándose con el pasar del tiempo hasta la mañana cuando uno
mismo es noticia, pero ya no hay nada de que enterarse. Nos vamos entonces a esa parte
de la no existencia donde permanecemos tanto tiempo que estar vivos parece un
accidente irresponsable del azar. Nos vamos sin recursos de apelación,
apabullantemente callados, lo que no quiere decir que estemos de acuerdo.
Luís continúa viviendo solo rodeado de más de tres millones de personas, en un
apartamento donde nadie le va a molestar o a revisar si deja la cama mal tendida o hace
una semana que no barre el piso o frega los platos. Desearía tomar un avión e irse a
picar hielo con los esquimales, a vivir en un iglú, pero en su aeropuerto no hay vuelos ni
pasaportes para estos lares.
Por lo pronto continúa la bronca de Luís con el Gobierno y el Sistema Socialista que ha
hecho perder la megaproducción de su existencia y que ha forzado a emigrar a un tercio
de su población de puro miedo en los últimos cincuenta años. Ya Luís ni siquiera tiene
con quien tomarse una botella de ron, no puede sentarse en el Malecón sin aburrirse a
los cinco minutos, o cortejar a una bella mujer sin que le griten viejo verde. Se está
poniendo mohoso y el Gobierno sigue ahí. Increíble. ¿Verdad?
El 21 de junio sale publicado en el diario ruso Isveztia la idea de que bombarderos
estratégicos rusos IL 160 llamados románticamente Cisnes Blancos y otros TU 95,
capaces ambos de portar ojivas nucleares, irán a crear una base de aprovisionamiento y
vigilancia en la Isla de Cuba. Esto se supone sea en contrapartida al establecimiento de
los Sistemas Antimisiles Norteamericanos en la República Checa y Bulgaria. El nuevo
Presidente ruso lo niega diciendo que son tan solo chismes. Los americanos se alarman
e informa el Pentágono que eso sería pasar la línea roja. El fantasma de la Crisis de
Octubre de 1962 se reaviva con intimidante fuerza. Raúl no responde a periodistas
internacionales que inquieren sobre este plan y Fidel dice que hay que tener nervios de
acero, nadie tiene que estar interesándose por nuestros asuntos internos, que no hay que
dar respuestas a nadie.
El día 11 de septiembre el presidente Chávez confirma durante una alocución debido al
descubrimiento de un complot para derribarlo por un golpe de estado, que los aviones
han estado en Cuba algún tiempo y han debido abandonar la Isla por el ataque de dos
huracanes consecutivos (Gustav e Ike). Ahora están de visita amistosa en Venezuela y
se dedicarán a vigilar a la controversial e incómoda Cuarta Flota americana desplegada
en el Caribe. Chávez alardea, grita y boconea, convirtiendo a la política en un solar de la
Habana Vieja sin que le importe mucho, pero amenaza con intervenir militarmente en
150
Bolivia si las cosas le van mal a su amigo Evo Morales, o en Cuba si le van mal a Los
Castro.
Cuestiones como el armamento nuclear gestionó Chávez en su última gira a Irán y
Rusia y ya comienzan a verse los resultados.
El 30 de agosto golpea Gustav a la Isla como uno de los fenómenos más potentes de la
historia y el 8 le sigue inmisericordemente Ike ya no tan fuerte, pero igual de destructor,
pues atraviesa de este a oeste el país ya muy afectado y comenzando a reponerse de los
daños del primero. Como regalo en vísperas de la llegada del huracán Ike el Gobierno
aumenta los precios de los combustibles en un setenta por ciento para todos los cubanos
y dice (Granma, 8 de septiembre) que los precios en el mercado mundial están muy
altos cuando en realidad el barril ha descendido en esa misma fecha de 142 dólares a
108 y Chávez le regala cuanto necesita. (El combustible llega a descender hasta los 48
dólares el barril Brent ligero) Triste engaño del ejecutivo en necesidad de dinero para
paliar las destrucciones de las tormentas. La mayoría del pueblo protesta pero sus voces
no se escuchan, tan solo algunas como la de Luís en la veterana emisora miamense.
Se rumora fuertemente una inminente subida de precios a todos los productos,
incluyendo los de primera necesidad y el Granma se apresura en desmentirlo pasados
algunos días (29-9).
Para colmo nuestra nación posee en estos momentos el ritmo de natalidad más bajo del
planeta con apenas 0,7 por ciento por mujer. Ya en ninguna de las catorce provincias
se repone totalmente con nuevos miembros la fuerza laboral que se jubila, mientras a
expectativa de vida aumenta años 78 años de edad.
La fuerza laboral decrece catastróficamente por esta causa y por la fuerte y constante
emigración en busca de mejores horizontes.
El Gobierno manipula a los ciudadanos con constantes arengas de que nadie va a quedar
abandonado, que a todos se va a ayudar y que lo más importante es la solidaridad
humana. La radio y sus periodistas juegan un extraordinario papel en el adormecimiento
de los nacionales y en la aceptación de sus desgracias personales como algo natural
cuando se producen porque en los últimos cincuenta años no se ha edificado nada que
soporte los más ligeros vientos por los bajísimos salarios de los cubanos y el abandono
oficial de los programas de edificación de viviendas apropiadas. Bien podía haber
dejado a los trabajadores haber ganado un salario decoroso y haber resuelto cada uno su
problema a su forma, como lo habían hecho en la primera parte del siglo 20. Solamente
en propaganda proselitista de nuevo tipo (Operaciones Milagro, Escuelas de Medicina
gratis para medio mundo) se gasta mucho más que esa cifra anual que hemos dado que
debía haberse invertido en los aguerridos nacionales. Fieles y devotos a sus líderes que
los engañan y los utilizan para sus fines belicistas, como los gringos.
Ante la destrucción causada por tres huracanes consecutivos en los meses de agosto y
septiembre (Fay, Gustav e Ike) le única institución que parece tener recursos es las FAR
y por consiguiente actúa como salvadora del pueblo en todas las contingencias. Para
esta nueva imagen se ha ido preparando durante los últimos años y han sido los
militares quienes no han padecido recortes en sus presupuestos de actividad. Pero está
por ver cómo van a actuar cuando esos mismos miserables despierten ante tanta miseria
y patadas por el trasero, cuando comiencen a reclamar lo que les corresponde.
No existen esperanzas de recuperación ante la visible falta de medios materiales del
Ejecutivo y el agotamiento de los créditos de algunas supuestas naciones amigas.
Comienza una crisis económica y existencial aún peor para los nacionales, después de
calmada la atmósfera y apagados los fuertes vientos nos percatamos que se han acabado
las viandas y los abastecimientos en los mercados en los pueblos y ciudades. Se inicia
una fuerte alza de los precios espontánea de todos los productos del agro que el
151
Gobierno trata de parar lanzando a la calle un ejército de feroces inspectores y otras
autoridades intimidadoras. Se dictan rápidas sentencias ejemplarizantes a los
especuladores y se publican a través de los medios de comunicación locales. El
Gobierno lanza un editorial en el periódico Granma el día 29 de septiembre la mitad
amenazando con represalias y la otra mitad prometiendo ayuda y pidiendo paciencia y
comprensión a las masas.
Se esfuman de un porrazo las esperanzas de todo un pueblo de que la situación
económica mejorase y de que el nuevo Gobernante Raúl Castro cumpliera sus promesas
en su discurso de toma de poder el 24 de febrero frente la Asamblea Nacional.
Ante la miseria exacerbada comienzan a producirse levantamientos y protestas
espontáneas de la población en contra de las autoridades poco exitosas en satisfacer sus
demandas y muy dadas a las amenazas y el acallamiento forzoso. Hemos vuelto casi de
un golpe a las mismas condiciones materiales de inicio de los años noventa con la
llegada del malévolo Período Especial. Hemos vuelto atrás. La situación del país se
asemeja mucho a 1994 y algunos temen el desencadenamiento de otro éxodo masivo
hacia los EE UU, lo cual constituiría una declaración de guerra para este último país, o
una explosión popular que acabe de desbastar todo en busca de cambios permanentes y
esperanzadores ante la miseria y la desesperanza de los últimos cincuenta años. Se teme
también que este estallido popular conlleve a encuentros sangrientos entre los
defensores del sistema y sus detractores, de cubanos entre cubanos, en una guerra civil
donde se desaten las peores tendencias y pasiones acumuladas por medio siglo, con
catastróficas consecuencias para todos quienes nos vamos a ver envueltos en ellas.
2009. CAMBIOS.
Para este año ya ha tomado posición el nuevo Presidente de los estados Unidos, señor
Barak Obama y como prometió en su campaña electoral, tiene que dedicarle una
especial atención al tema cubano que tanto le afecta.
La comunidad cubana en su país es una de las más poderosas y manipulativas con quien
se las tiene que ver. A fin de cuentas hay que arreglar este problema de una buena vez.
Raúl Castro viaja a Venezuela para participar en la Cumbre del Alba. Allí expresa en un
discursito airado y en público que está dispuesto a hablar con los norteamericanos sobre
cualquiera de los temas que les interese en términos de igualdad. Obama entonces
durante su intervención inaugural en la posterior Cumbre de las Américas en una isla
del Caribe expresa que está dispuesto a tener con Cuba un nuevo principio, es decir,
borrón y cuenta nueva. Días después Fidel reflexiona que Raúl no quiso decir lo que
había dicho. Le coloca fe de erratas al discurso de su hermano dejándolo en ridículo, y
se dedica a atacar con mayor vicio a su colega norteño. Con esta forma mata las
incipientes esperanzas de los cubanos y del mundo entero. Cero cambio. La
administración de Obama, y parte del pueblo cubano, comienzan a percatarse de que a
Los Castro no le interesa la distensión, pues necesitan de su estado de excepción
permanente para justificar su régimen de cortedades y carencias, represión y maltrato.
Año y medio después, los crédulos continúan esperando los inconsultos cambios
prometidos por Raúl durante su discursito del 24 de febrero del 2008 durante su toma de
posesión.
En el horizonte se gesta la tormenta de la peor crisis económica en la historia de la
humanidad. Todo comienza en el 2008 con la llamada crisis de los alimentos, cuando
los precios comenzaron a aumentar ante los temores generados en primer lugar por
Fidel Castro y sus medios informativos, ante el uso de alimentos para producir
152
combustibles para automóviles. Esto en nuestra nación es totalmente prohibido por el
gobierno. El maíz es el primer producto que se encarece, pero rápidamente surgen otras
alternativas no invasivas de los alimentos para humanos como las algas marinas y otros
productos, pero ya el daño corroe las bases de la economía mundial. Comienzan a
estallar burbujas económicas en las Bolsas de diversos países que lleva al colapso del
sistema crediticio mundial. Desafortunadamente la crisis emigra hasta el sistema
inmobiliario y millones de familias pierden sus hogares y sus empleos, en especial en
los Estados Unidos. La crisis durará en los EE UU hasta el 2014.
Dentro de Cuba los efectos de esta catástrofe comienzan a llegar a principios de año. Es
tiempo de pagar los decenas de miles de ómnibus Yutong y Kinlong vendidos por
China a nuestro país. Venezuela no nos puede ayudar más pues ella misma se encuentra
sumida en una fuerte crisis y no solo económica. Ningún banco o institución ofrecerá o
entregará créditos a Cuba. En gobierno tiene que comprar en el extranjero, en especial
los EE UU, más del ochenta por ciento de lo que consumimos a un costo de más de tres
mil millones de dólares y casi toda esta cifra en efectivo y por adelantado, mientras más
del ochenta por ciento de las tierras laborables de nuestra isla se encuentran ociosas por
erróneas políticas económicas oficiales. De estas tierras más del cuarenta por ciento se
encuentran cubiertas de Marabú. En el primer cuarto de año el gobierno se percata de
que no tendrá dinero para adquirir los alimentos necesarios ni siquiera para la canasta
básica del segundo semestre. ¿Qué hacer?
De nuevo el pueblo paga las consecuencias sin apenas enterarse. El gobierno carga
sobre las ya muy cansadas espaldas los efectos de la crisis económica que amenaza con
acabar con el sistema socialista. Si usted se fija en esta historia los precios nunca han
dejado de subir.
Medida Uno: No se reducen los precios del combustible interno cuando en el mercado
mundial no pueden ser más bajos. Se mantienen casi al mismo coste de cuando el barril
alcanzó la cifra de más de 170 dólares (ahora fluctuando entre los sesenta y setenta). Se
incrementan silenciosamente los precios minoristas de casi todos los productos de alto
consumo popular con destino a la población.
Medida Dos: Se establece un riguroso plan de ahorro de petróleo a nivel de toda la
nación, reduciendo drásticamente el consumo en los vehículos y en la generación
eléctrica. Retornan los apagones del período especial o se amenaza a la población con
ellos si no acatan las medidas de ahorro establecidas. El combustible ahorrado del
consumo se venderá en el mercado mundial y generará parte del imprescindible
efectivo. Esta idea no es nueva y ya Fidel la había puesto en práctica secretamente en la
década del ochenta. Cuba no compra el petróleo que necesita en el mercado mundial,
Venezuela se lo regala para el consumo imprescindible, como parte de su ayuda
solidaria.
Medida Tres: A partir del mes de abril se le comienzan a vender excursiones a costos
disminuidos para exclusivamente nacionales. Participan todas las compañías turísticas
de la nación. El éxito inmediato es impresionante, pues los cubanos comienzan a
comprar desaforadamente. En especial durante los meses de julio y agosto las empresas
transportistas no dan abasto para con los cubanos, ansiosos con disfrutar de las
maravillas nacionales que hasta hoy se les habían vedado de facto por decretos ilegales
del gobierno nunca escritos.
El dinero sale de diversas fuentes: Primero las remesas enviadas desde el extranjero que
ahora ya no son restringidas por el gobierno norteamericano. Segundo: De todos los
empleados que obtienen dinero fuerte de alguna forma legal o ilegal, trabajadores
privados, artistas, músicos, deportistas, etc. El gobierno se hace de la vista gorda con el
origen de tanto efectivo en las manos de los nacionales, pues lo necesita. Con los
153
recursos ya existentes y en explotación hace decenas de millones en apenas unos meses.
Los cubanos viajan por todo el país y llegan a hospedarse algunos en hoteles muy caros
de cadenas extranjeras o criollas. Los cubanos, como regla, consumen más que los
extranjeros y viajan más a lo grande. Este ensayo fue tan aparentemente exitoso que se
extendió a todo el resto del año cuando inicialmente solo iba a ser para el verano de este
año.
Luís conoce de algunos especie de tontos que poseen el dinero suficiente obtenido de
alguna forma fácil una vez, quienes por el puro afán de ostentar y experimentar nuevas
emociones, en el mismo primer día cuando se autorizan extraoficialmente a los
nacionales de carné de identidad (no pasaporte) la posibilidad de hospedarse en uno de
nuestros hoteles, pagan una habitación en el carísimo Meliá Cohíba, alojamiento cinco
estrellas con gerencia extranjera donde una noche en plan CP, (cama y desayuno) no
baja de los trescientos Cuc.
Aparentemente, pues esta liberalización tiene un alto costo político e ideológico para el
Partido que controla a la nación: Una potente y recién nacida burguesía cubana
comienza a conocer de qué es capaz y disfruta de lo bueno que tiene para ofrecer
nuestra geografía y que nos había estado vedado por caprichos del ejecutivo. No hay
marcha atrás. Esta nueva clase está integrada por lo mejor de los cubanos en cuanto a
inteligencia, profesionalidad, capacidad intelectual o artística, alta educación y cultura,
inmensa capacidad de trabajo y adaptabilidad. Recuérdese que han hecho fortuna dentro
de un sistema absolutamente cerrado y brutal que extermina la iniciativa privada y
encarcela a los ostentosos y los tontos. Noventa por ciento son blancos. No se incluyen
allí los negritos de la Habana Vieja, los jineteros o tiradores de bolsos, o los
ladronzuelos habituales por un lado. Por el otro tampoco se incluyen allí en esta nueva
clase los más fervientes seguidores del sistema Castriano, los amantes del igualitarismo
comunista, los ortodoxos militantes del Partido, los miembros de los cuerpos represivos
y del ejército. Estos dos últimos sectores de la sociedad pasan a formar las clases bajas
muy desposeídas, y ahora resentidas por el visible tratamiento de señores que se les da a
esta nueva y poderosa naciente clase burguesa socialista cubana que ha recibido
indirecta y silenciosamente la bendición de los Castro por pura e imperiosa necesidad.
Por descontado está que nuestra prensa nacional no se da por enterado de estos sucesos
que el gobierno trata de mantener en el nivel más bajo posible de espectacularidad.
Luís observa todas las mañanas como se concentran miles de viajantes nacionales en las
aceras del Capitolio, uno de los centro de reunión de los paseantes para su recogida
diaria. Reporta el fenómeno para Radio Martí, hace sus cálculos discretamente y redacta
un ensayo sobre los cambios imperceptibles, pero relevantes dentro de nuestra sociedad.
Luís también asiste a un enorme concierto realizado en la Plaza de la Revolución el 20
de septiembre con la figura central del cantante Juanes. Se congregan bajo un sol
intenso durante seis horas casi un millón y medio de personas, por la paz. Se habla por
primera vez allí públicamente de un solo pueblo de cubanos, en referencias a los dos
grupos antagónicos a ambos lados del estrecho de La Habana. Se pide paz para Cuba y
para todo el planeta.
El día anterior, por primera vez en la televisión y en horarios estelares, se pasaron
reportajes de televisoras extranjeras, en vivo o grabados, de furibundos críticos al
sistema socialista refiriéndose negativamente al concierto de Juanes, sin que estos
fueran cortados, censurados, o comentados obscenamente por los comentaristas de turno
de acá. Indiscutiblemente el país ha comenzado a cambiar y para Luís esto no pasa
inadvertido. La muy cacareada transición está ocurriendo delante de todos sin que nadie
parezca percatarse. El viejo Castro I mantiene un mutis absoluto en cuanto a estos
temas. Raúl ídem.
154
2010. Llega Yoanis Sánchez al entorno interno cubano.
Este es un año aciago para los hermanos Castro y para toda su generación. Luís ha
hecho algunos intentos de contactar con sus antiguos amigos, pero todo ha sido en vano
debido a la gran cantidad de limitantes que existen dentro de la Isla para establecer
conexiones utilizando las modernas tecnologías como la Internet, pero su labor
disidente le absorbe y le ocupa casi todo su tiempo. Lisandra a veces insiste en asomar
su rostro o su silueta algunas veces en su memoria, pero él la reprime empujando su
insistente recuerdo hacia las neuronas más alejadas a ver si alguna vez termina de caerse
por el borde de su cerebro a donde no va a ir ni siquiera a mirar, ingrata. Se siente solo,
enormemente solo en el sentido emocional, en el sentido del amor. Aún no aparece ese
clavo del que muchos expertos hablan y ella continúa ahí, como para quedarse
reservando el puesto que una vez le perteneció, pero la ausencia no hace más que
horadar aún más profundo. Los nuevos amigos, los hermanos de guerra, tampoco han
sustituido a los antiguos quienes se han quedado estáticos en el tiempo.
A principios de año se lanzan al conocimiento público los famosos lineamientos de los
cuales se ha estado hablando en los últimos meses. Generados por expertos en los
diversos campos de la vida dentro de la nación, tratan de abarcar las necesidades de
rectificación o cambio que precisa el pueblo. Estos se llevarán a discutir con todos los
trabajadores en sus centros de trabajo. El principal reclamo que surge se basa en que
estos solo tratan solo sobre economía, cuando existen otros tantos problemas urgentes
dentro de nuestra sociedad como es la emigración, la violencia, las nuevas generaciones,
etc. Los trabajadores agregan unos cuantos más que al final se van a resumir y a
agregar a los ya existentes, pero lo esencial no se altera. Estos parámetros serán los que
van a regir el Sexto Congreso del Partido el año próximo, evento en el cual muchos
depositan sus esperanzas de cambio dentro del sistema socialista, como pretende el
gobierno y propagandiza constantemente. Los activistas entrenados para discutir estos
lineamientos con los trabajadores hacen su trabajo y en muchas ocasiones demuestran
que lo único que técnicamente les interesa es que estos sean aprobados por la masa de
trabajadores en cada lugar. No importa lo que se agregue, diga o argumente. Este
congreso del PCC se pretende que sea un punto de inflexión para comenzar a actualizar
el modelo socioeconómico cubano que hasta ahora se ha mostrado totalmente ineficaz e
ineficiente. Gran parte de la población cree que puede lograse algo, todo está en la
voluntad del ejecutivo ante los nuevos desafíos.
En la actualidad nacional se van sumando problemas continuamente los cuales son
generados por la depauperación económica de la nación, pero que van a ir agravando
paulatinamente el entorno social como lo son los pésimos servicios médicos y escolares,
los cada vez más escasos y más caros alimentos locales e importados, el galopante y
sostenido deterioro de las infraestructuras urbanas, en especial las calles y carreteras, el
surgimiento de una nueva generación la cual no se interesa por la historia, los valores
patrios y cada vez se muestra más alejada de La Causa y de aquel Hombre Nuevo que
tanto pretendía formar el Gobierno. Es el arribo a la mayoría de edad de aquella
Generación del Televisor que no pudo formarse correctamente debido a la colosal
carencia de maestros y la cual por lo general aprendía por cuenta propia en sus
computadoras y juegos interactivos donde nuestro sistema jamás aparece. El principal
objetivo en la vida de estos jóvenes es marcharse del país a cualquier parte, por
cualquier medio, en cualquier momento. Lo demás son alternativas muchísimo menos
interesantes. La violencia en las calles se incrementa debido al aumento de las
155
carencias, pero nuestros medios continúan aparentemente sin apercibirse de estas
cuestiones.
Comienza por esta época una enorme inversión de capital brasileño para construir y
mejorar el cercano puerto del Mariel a La Habana, el cual va a transformarse en el
mayor de la isla con un calado suficiente para el atraque de los enormes supercargadores
y supertanqueros de la actualidad. Esto es parte de la ayuda que logra organizar el
presidente Lula, gran admirador de Fidel, líder del Partido de los Trabajadores y
proveniente de las clases obreras de su nación. Los brasileños van a administrar el
Complejo y el capital empeñado.
Ya en los ochenta se proyectó y se comenzó a instalar una base de supertanqueros en la
bahía de la ciudad de Matanzas, la cual se destacaba por su profundo calado y su forma
abierta. Todo el complejo era financiado por la URSS, pero cuando casi se terminaban
todas las superestructuras y se levantaban los grandes depósitos circulares, la URSS
desaparece y se detiene el trabajo para nunca terminarse. Tampoco jamás llegó a estas
costas ningún supertanquero soviético cargado con el precioso crudo siberiano que el
país despilfarraba a manos llenas a un ritmo de catorce millones de toneladas al año.
Como se ha visto en esta historia, dentro de la isla y en los últimos veinte años los
precios de absolutamente todos los productos y servicios se han ido incrementando
paulatinamente a una escala impresionante sin que nuestro ejecutivo tome medidas para
paliar esta situación. Más bien se ha dejado que las crisis sean resueltas de alguna forma
espontánea y siempre han sido cargadas en el ciudadano de a pie. Los salarios continúan
casi al mismo nivel que en la década del ochenta, salvo ínfimos aumentos aquí y allá,
generalmente diez veces por debajo del costo de la vida real. Solo han recibido ciertos
beneficios los agentes de policía, quienes por unos años mantuvieron los salarios más
altos de la nación en este milenio (unos ochocientos pesos mensuales por agente en los
primeros escalones cuando el salario medio de un obrero son doscientos pesos en el
mismo período). Después se les regaló un sustancial incremento a los fiscales (400 Cup
al mes), y ya para el 2014, a los médicos hasta unos mil seiscientos pesos al mes los
más encumbrados cuando el costo real avanza sobre los tres mil para treinta días, suma
que no devenga nadie legalmente.
El entorno social continúa deteriorándose paulatinamente. Este es un proceso que ha
venido ocurriendo desde los inicios de los ochenta y se ha agudizado fuerte y
sostenidamente durante este larguísimo tiempo de crisis local y luego mundial. Si en los
sesenta y setenta habría un noventa por ciento de cubanos quienes apoyaban al sistema
castriano ( y el otro diez por ciento había sido obligado a marcharse del país), hoy esa
cifra se ha invertido cuando la Generación del Centenario va desapareciendo lentamente
de la escena política. La Revolución después de las dos primeras décadas dejó de ser tal
para irse transformando en una dictadura del proletariado a ultraconservadora de un
sistema social experimental que no acaba de dar frutos positivos.
Una tarde Luís ingresa a un pequeño restaurante de Miramar con la intención de
almorzarse una buena pizza. Después de acomodarse y pedir deja vagar su vista a su
alrededor para descubrir para su alegría a la joven Yoanis Sánchez. Por estas semanas
esta muchacha se ha hecho famosa al instalar un nuevo blog en Internet llamado
Generación Y en contra de todas las restricciones gubernamentales. Se cuela en los
hoteles y utiliza las facilidades allí instaladas para los turistas y de cuando en cuando
consigue algún turno en alguna embajada, como la Sina, para subir sus comentarios
generalmente muy fuertes contra el sistema. Este surgimiento de lugares y espacios en
la red de redes se ha hecho novedoso y es una forma como los que no tienen voz
comienzan a encontrarla. Yoanis logra incluso que el primer presidente negro de los
Estados Unidos le responda a unas diez preguntas que le dirige directamente mientras
156
que Raúl hace mutis ante la misma cantidad de cuestionamientos sobre la actualidad
interna.
Yoanis está sentada en una mesa cercana acompañada de un señor, quien después
conocería como su marido Reinaldo Álvarez, ex periodista oficial, y una amiga llamada
Miriam Celaya, ex científica también bloguera independiente.
Luís se levantó de su silla y fue a saludar a la bloguera contestataria un poco des
prejuiciadamente:
“¿Usted es Yoanis Sánchez?”
La muchacha levantó la vista de su plato y miró a aquel hombre parado frente a su mesa
como pensando que sería otro agente más de la Seguridad que venía a importunar.
Todos se mantuvieron expectantes. Ella respondió un sí con la cabeza. Luís extendió su
mano y tomó la de ella que se adelantó. “Yo soy Luís, periodista independiente y
también su admirador.”
El rostro de los tres comensales se iluminó. Conversaron algunos segundos y Luís
retornó a su mesa solitario. Minutos más tarde Yoanis se puso de pie y acercándose le
dio una tarjeta de presentación personal con la dirección de su casa. “Ve un día por
allá.” Le dijo sonriendo. Era el comienzo de una gran amistad y de una intensa
actividad.
Este mismo año esta joven muy versada en las nuevas tecnologías ofreció tres cursos
gratuitos para la formación de blogueros independientes que comenzarían a molestar
seriamente al gobierno revelando sus reales actividades y manejos dentro de la isla. Luís
participaría en uno de estos.
2011. Inútil Sexto Congreso del PCC.
En abril de este año se celebra el ya muy esperado Sexto Congreso del Partido. Las
sesiones son televisadas en parte mientras se discuten punto por punto todos los
lineamientos como quedaron redactados con las adiciones que les colocaron los
trabajadores en sus encuentros con los activistas gubernamentales. No fueron muchas,
pero algunas partes de la población se esperanzan pensando que en lo adelante el
ejecutivo va a comenzar a adoptar medidas que van a llevar el bienestar a las mayorías
ya muy cansadas de tanta miseria permanente. Al final de las sesiones resulta electo
como presidente de la Asamblea Nacional el negro Lazo, ya visiblemente viejo y
cansado. Ha sido electo asimismo el mucho más joven y presentable Miguel Días Canel
como primer vicepresidente del Gobierno y Raúl alerta que esta va a ser su último
período al frente del gobierno sin importar lo que pueda llegar después. Se retiran
finalmente los Castro aunque se quedarán como de costumbre ordenando tras
bambalinas. Fidel continúa con una salud precaria y envejeciendo a pasos agigantados.
Escribe diariamente en la página Web oficial Cubadebate y después todos los medios
impresos lo replican para el pueblo quien aún ni siquiera sabe cómo se accede a
Internet. Se crean los blogueros oficialistas como medio para contrarrestar a los
independientes.
Luís continúa trabajado como periodista y bloguero independiente mientras hace lo que
puede por ganarse la existencia en el nivel más bajo de la pobreza. Colabora con la
agencia Hablemospress, la cual agrupa a los periodistas independientes e intenta desde
dentro de la isla ayudarlos y sacar sus informaciones al exterior. Nunca recibe pagos por
lo que escribe. Se siente solo y sin amigos dentro de la enorme ciudad atiborrada de
humanos desconocidos. Se percata de que ya ha perdido las esperanzas de comunicarse
157
con Lisandra y sus antiguos camaradas que se van desdibujando en el tiempo y la
memoria.
Para junio de este año debía haberse concluido la instalación de un cable submarino
para telecomunicaciones el cual sería tendido desde las costas venezolanas hasta las
cubanas por una compañía francesa. Finalmente se anunció su funcionamiento, pero
esto no se nota en el aumento del tráfico de telecomunicaciones nacionales, suponiendo,
como se había propagandizado tan pomposamente por nuestros medios, que este cable
mejoraría en un tres mil por ciento la conectividad del cubano. ¿De cuáles cubanos?
Esto nunca sucede. El gobierno impide con todos sus medios y artimañas mediáticas y
propagandísticas que el cubano de a pie nunca acceda a una Internet libre donde pueda
informarse abiertamente y descubrir toda la verdad, con lo cual se desmoronaría la
urdimbre de marañas y engaños que han conformado mayoritariamente este sistema.
2012. Yoanis y Estado de Sats.
Este año está marcado por el final del anterior. Estas festividades antiguas de origen
religioso siempre fueron muy esperadas por la población por el eterno ambiente festivo,
las grandes cenas, los dulces y el esmero de todas las familias por sacar las mejores de
sus galas para culminar una jornada elegantemente, pero este fin de año ha sido pésimo
en cuanto a ambiente y a abastecimientos. Se nota que cada vez es peor y el pueblo
sufre.
A mediados de marzo visita el Papa, con el original nombre de Ratzinguer, a la isla en
un recorrido un poco menor que el del polaco en 1998. Esta vez es un papa alemán
quien había pertenecido a las SS nazis, aunque todos dicen que se ha reivindicado. Este
papa no deja muchas huellas con su peregrinaje, pero va a visitar la Virgen de la
Caridad del Cobre a cien años de su consagración como nuestra patrona mayor. Días
antes de su llegada decenas de disidentes fueron detenidos y a otros se les confinó
obligatoriamente a sus domicilios. Antes, durante y días después se notaban patrullas de
escuadras completas de policías caminando alineados apreciativamente por las calles, en
especial al sur en el reparto Alta Habana, donde se habían sucedido raros disturbios
como el disparo a un auto diplomático venezolano resultando herido en la cabeza uno de
sus tripulantes. Al final nada sucede y el papa retorna a su papado sin decir o lograr
nada importante. Este papa no va a terminar su reinado, pues renuncia ante tantos
desmadres de los religiosos acusados de pederastia con lo cual este alemán no pudo. Le
sustituye en el 2014 el primer papa americano, nada menos que un argentino.
Muere como consecuencia de una extraña y repentina enfermedad la inteligente y
carismática líder de las Damas de Blanco Laura Poyán. El grupo comenzará a perder
protagonismo desde este mismo momento.
Esta ocasión se destaca por el comienzo de los Estados de Sats, especie de programas de
televisión criolla que se realiza con muy escasos recursos en la residencia de Miramar
de un joven profesor universitario de Matemáticas llamado Antonio Rodiles.
En un set acomodado al fondo de la elegante residencia de los cincuenta se graban
entrevistas a personalidades, científicos, profesores universitarios, abogados, gente
común, así como miembros de la resistencia interna. En ocasiones vienen extranjeros o
envían sus exposiciones previamente grabadas. En estas apariciones las personas se
expresan libremente y destacan sin ningún tipo de censuras los problemas que aquejan
al cubano de hoy. Se producirán más de veinte shows con unas dos horas de duración
158
cada uno y estos de inmediato serán subidos a la Internet para conocimiento del mundo.
Se produce una interesante colaboración con el grupo de Yoanis Sánchez y el de Estado
de Sats. Finalmente estos programas son trasmitidos por Radio Martí en sus frecuencias
los domingos. Inicialmente la Seguridad del Estado no molesta a los asistentes a estas
citas, pero gradualmente se irá incrementando una fuerte presión sobre estas personas y
Luís es arrestado en varias oportunidades, pero lo liberan de inmediato cada vez. Se
siente bien en este ambiente de adrenalina y lucha contra un invisible monstruo de mil
cabezas.
Este año el gobierno habla e intenta deshacerse de un millón y medio de empleados
dejándolos desempleados y casi sin asistencia. El líder de los sindicatos oficiales CTC
arenga a sus afiliados para que acepten estas medidas de organización y les pide que se
marchen a sus casas tranquilos. No explica cómo se las arreglarán los padres de familia
para sobrevivir, pero ante tantas calladas protestas internas y bulliciosas externas el
ejecutivo enlentece sus planes y los acalla, pero los mantiene en funcionamiento nunca
deteniendo los despidos. Se informa oficialmente que tal vez un cuarto de millón de
personas han pasado a las nuevas formas de producción privadas. Abren y cierran
constantemente infinidad de diminutos negocios, pero no existe financiamiento ni un
mercado mayorista para ayudar a estos nuevos emprendedores. El gobierno promete y
promete, pero las medidas de cambio que se toman son poco efectivas y no indican
progreso en una forma más eficiente de producción estatal o privada. La nación
continúa en las mismas o las peores sostenidas. Yoanis mantiene una actividad
intensísima enfrentando a las fuerzas represivas del gobierno en las calles junto a un
buen grupo de personas que la siguen y la apoyan.
Muere el líder del grupo disidente Movimiento Liberación Oswaldo Payá Sardiñas en un
extraño accidente de carretera junto a otro colega y un par de extranjeros quienes
resultan ilesos y detenidos por un tiempo, luego expulsados del país. Su sepelio en La
Habana fue materia de violencia callejera de la resistencia con las tropas de la Seguridad
del Estado. Rodiles cae preso junto a un periodista independiente y Yoanis realiza una
parada frente a la unidad de policías donde lo retienen y logran su liberación. Luís
participa de esta tángana junto a una treintena de valientes. Luís es uno más de los
numerosos disidentes que se expresan por las calles por estos días. Las reuniones en la
casa de Yoanis son constantes y los encuentros en Estado de Sats se mantienen
quincenales. Se destacan las revistas digitales contestatarias bimestral Convivencia y la
mensual Voces.
2013. Más fraudes oficiales.
¡Ja! El gobierno anuncia finalmente que a inicios de este año se van a comenzar a
vender coches libremente en toda la isla, aunque los rumores llegan desde mediados del
año anterior. Una señora Ministra de Financias y Precios lee en diciembre 2013 el
decreto donde se recogen los términos y las formas. Dicen claramente que estos serán
nuevos y de segunda mano. Se tendrán en cuenta los precios a los cuales estos se han
venido vendiendo en el mercado informal para generar los de este tipo de mercancía. Se
adicionará un cincuenta por ciento del precio total para crear un fondo que ayudará a la
empresa Ómnibus Urbanos. Las ventas se iniciarán el día tres de enero. Las personas
que posean cartas de compras para coches de paseo de segunda mano, adquiridas como
derecho en largas misiones gubernamentales en el exterior tendrán preferencia en las
agencias de venta.
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Todos los años empeora, pero de toda formas Luís ha pasado un precario fin de año en
su casa cenando lo poco que pudo conseguir. El día dos es domingo y decide utilizar su
bicicleta para darse una vuelta hasta la agencia de venta de coches cercana a su casa y
comprobar los precios sobre los cuales no ha hecho referencia la prensa. El tres
comienza el año laboral.
Cuando se acerca al edificio conocido como la antigua agencia de ventas de la Fiat, Luís
puede ver varios coches totalmente nuevos detrás de los cristales del gran salón
expositorio. Los autos se ven brillosos y elegantes.
Hasta hoy el Estado Socialista solo vendía autos nuevos a las agencias estatales y solo
se ofertaban a la población pequeños lotes de autos usados generalmente provenientes
de la Renta, a precios relativamente baratos (de tres a cinco mil Cuc) a quienes poseían
cartas de autorizos de compras (generalmente médicos), después que habían justificado
de dónde habían sacado el dinero.
Cuando Luís se baja de la bici y se acerca al cristal le parece que sus ojos no ven bien.
Debe de estar leyendo mal los números, debe de haber alguna coma en las cifras que no
logra ver desde afuera, pero no. Cuando se acerca más puede ver bien los listados de
modelos y marcas disponibles y su asombro es grande. Una cifra le impresiona: Un
Peugeot 508 cero kilómetros cuesta nada menos que 262 850,50 Cuc. Esto no puede ser.
Llevado a Cup este número se transforma en la friolera de casi seis millones de pesos
Cup al cambio de 25 por uno. Tomando en cuenta de que un asalariado cubano casi
nunca supera los quinientos pesos mensuales en total, estos precios son una enorme
burla al pueblo. Parece que el Estado le está diciendo a los crédulos y revolucionarios
miembros de esta sociedad “Miren, no querían coches nuevos. Ahí están. A ver si los
pueden pagar.” Un SEAT español modelo Altea, del 2008 con seis años de uso cuesta
40 mil Cuc. Estas cifras han sido tan exageradas que van a pasar meses sin que nadie
adquiera ninguna de estas ofertas, pero el Estado no altera su política irracional. Esta
nueva medida que pudo haber sido muy positiva, tomando en cuenta el pésimo estado
del transporte colectivo y el depauperado inventario de autos privados, resulta al final
un bumerang en contra del gobierno, pues el pueblo lo considera una falta de respeto
flagrante. Pudo haberse sacado de las calles la gran cantidad de coches antediluvianos
(la mayoría fabricados en las décadas del cuarenta y cincuenta del siglo anterior)
peligrosos, gastones y polucionadores. Se genera una gran ola de críticas al sistema y a
nuestros líderes por irresponsables y sínicos. Lo más duro resulta para aquellas personas
quienes después de haberse sacrificado años alejados de su familia, de su patria y de sus
zonas de confort en alguna misión de trabajo gubernamental, por lo cual se les había
facilitado una carta de autorizo para la compra de un vehículo de segunda mano, ahora
se les decía indirectamente que estos documentos, los cuales representaban un
compromiso contraído por el Estado, ya no eran nada. Que incluso los funcionarios
quienes habían generado los astronómicos precios pensaban que los miserables de a pie
con salarios minúsculos iban a hacer colas para comprar coches nuevos o de uso como
para que los poseedores de cartas necesitaran prioridad por encima de estas personas.
Qué cosa.
Luís no supera su asombro en semanas. Esto parece ser uno de los últimos estertores del
gobierno cuando ya no se cuida la cara. Le importa un bledo lo que piense el planeta y
su pueblo necesitado.
Por suerte el 13 de febrero se hace oficial una nueva ley de inmigración que se había
promulgado en los finales del año pasado la cual permitirá a todos los cubanos obtener
un pasaporte y salir del país a pasear cuando lo desee y lo pueda pagar. Los ciudadanos
cubanos ya podrán estar hasta dos años en el extranjero sin resultar emigrantes. Pueden
solicitar prórroga o retornar a la isla y volver a salir con dos años más y así
160
indefinidamente. Esta nueva ley trae muchos beneficios a los nacionales, pero es lo que
todos debíamos siempre haber tenido. El gobierno sencillamente está colocando las
cosas en su orden. Muchos de quienes habían emigrado anteriormente pueden retornar
de visita a su patria, cuestión que era muy difícil hacer con las leyes anteriores. Cuba
comienza a parecerse al conjunto de naciones del planeta.
Luís no tiene ni un peso para turismo. Lo que obtiene como taxista ilegal apenas le
alcanza para las necesidades más inmediatas, pero una de las primeras quien sale en un
largo viaje es la bloguera y escritora Yoanis Sánchez. Ella había solicitado un permiso
de salida en veintidós oportunidades anteriores y los funcionarios a cargo se lo habían
negado siempre. Antes de esta ley cada ciudadano quien deseara viajar necesitaba, a
parte de la visa de la nación a donde intentaba visitar, de una llamada Carta Blanca, la
cual, aparte de costar unos doscientos Cuc, raramente era otorgada pues el gobierno
siempre se mostró interesado en que los nacionales no conocieran el universo allende
fronteras, o no escaparan definitivamente.
Nadie la importuna como era de esperar. Yoanis viaja a más de doce naciones en una
importante gira para intentar mostrar al mundo la realidad de la Cuba interior. La
primera parada está programada en el Congreso de Brasil donde habla a los interesados
congresistas. Asimismo la joven recoge gran cantidad de dinero en premios y derechos
de autor que había obtenido, los cuales se encontraban retenidos ante la imposibilidad
de que ella los fuera a recoger personalmente.
Esta nueva ley facilita que muchos disidentes salgan por primera vez fuera de Cuba para
expresarse en algunos foros internacionales y comienzan a hacer mella. Por primera vez
un grupo de personeros oficialistas tienen que soportar la presencia de otros cubanos
quienes provenientes también desde dentro de la isla, hablan un lenguaje político
opuesto y les hacen la vida difícil.
Asimismo se comienza a producir un éxodo callado de nacionales quienes logran de
alguna forma obtener una visa e intentar hacer fortuna en otros lares. Otros muchos
comienzan a ver las oportunidades para salir de compras y retornar para vender lo
ingresado como ropa, zapatos, piezas de repuesto de autos, de equipos electrónicos y
electrodomésticos. Uno de los países a donde más se mueven es a Ecuador, siguiéndole
Haití, nación que comienza a recuperarse del terrible terremoto del 2010.
Otro colosal cambio que se produce este año, aunque queda atrapado en las ridículas
regulaciones estatales y serias limitaciones programáticas y técnicas, es la posibilidad de
que los nacionales compren cuentas para acceder a Internet, pero nada de privadas. Esto
solo se podrá producir en las 118 salas de navegación habilitadas por el Estado en toda
la isla, bajo la vigilancia permanente de la policía cibernética con su nueva sede de 5ta
A y Sesenta en Miramar. La Habana. Una hora frente a la máquina en este año aún con
un obsoleto sistema operativo XP cuesta la fuerte suma de cuatro Cuc con cincuenta
centavos y los minutos comienzan a descontarse apenas tecleas tu clave personal. Luís
es uno de los primeros en adquirir una de estas cuentas Nautas y la deja perder (la
cuenta solo dura dos meses sin recargar una segunda vez, como sucede con los teléfonos
celulares), pues en las dos primeras sesiones malgasta su hora de usuario y no logra
conectarse con nada ni nadie. El Blog de Yoanis y los demás disidentes es bloqueado,
así como muchas otras páginas Web que al gobierno no le interesa se puedan acceder,
siempre conteniendo informaciones delicadas o que atacan al sistema castriano.
Comienza a hablarse con fuerza de la llegada de la TV digital y del consiguiente apagón
analógico para el 2021, Ya en los Estados Unidos esto se ha producido desde el 2010.
El gobierno logra un fuerte contrato con China y esta le dona gran cantidad de equipos,
entre estos unas cuarenta mil cajas codificadoras para poder comenzar los ensayos en
algunas zonas del país. Comienza a transmitirse simultáneamente desde los primeros
161
meses de este año. Ya para septiembre del 2014 comenzarán a venderse estas cajitas en
las tiendas a un precio inicial de casi cuarenta Cuc. Lo importante de esta tecnología,
aparte de todos los beneficios técnicos que trae y la liberación de espacio radioeléctrico
para otros tipos de transmisiones como la celular y el WIFI, es el control que se puede
tener para evitar el ingreso de otras transmisiones no deseadas como la TV
norteamericana o incluso Radio Televisión Martí, la cual continúa haciendo
experimentos en su intento por llegar a los cubanos desde Miami.
Finalizan las emisiones de Estado de Sats debido a las grandes presiones que ejerce la
Seguridad del Estado para que los invitados nunca lleguen al domicilio de Antonio
Rodiles en Miramar. Incluso se utiliza la modalidad de secuestro temporal como le ha
sucedido a Luís.
Esa mañana salió de su casa frente al aparentemente casi abandonado supermercado
1005. Es un día lindo y caluroso, aunque ya comienza a sentirse un ligero cambio en el
calor de las tardes pues se acerca el llamado invierno caribeño. Luís llega hasta la acera
de San Lázaro donde el tráfico es algo pesado a esta hora pico. Tiene que atravesar la
calle para en la otra acera hacer señales a algún taxi colectivo que se dirija hacia la zona
de Playa, bajarse en la intersección de las calles Tercera y Sesenta para de ahí caminar
hasta la casa de Antonio Rodiles donde se ha organizado hoy una buena entrevista con
varias de las personalidades de la resistencia nacional. Ya la Seguridad ha estado
intentando impedir el acceso de algunos de nosotros a la residencia usando la
intimidación e incluso deteniendo y retirado del lugar en autos policiales a algunos de
los más fuertes revoltosos.
Apenas coloca el primer pie sobre el asfalto un auto Lada blanco casi se lo aplasta
mientras frena con violencia y dos personas de civil se bajan violentamente para
tomarlo de ambos brazos forzándolo a caminar hacia el coche. Luís ofrece alguna
resistencia. Le molesta tanta prepotencia y el carácter agresivo de los esbirros oficiales.
Nadie se identifica, pero Luís sabe que son agentes de la Seguridad del Estado. En Cuba
no hay mafias que hagan estas cosas como en las películas, solo el gobierno puede ser el
mafioso. Meten a Luís en la parte trasera del auto sin siquiera colocarle las esposas y
parten rápido con sonidos de neumáticos raspando el asfalto, seguido de otros dos
coches más idénticos. Luís se acomoda y observa a los agentes quienes solo miran hacia
adelante y no expresan ni una palabra.
La pequeña caravana toma la Avenida Malecón hacia el túnel de la bahía. Lo cruzan y
continúan por la Carretera Monumental sin detenerse. Luís observa el mar mientras
escucha el monótono sonido del motor. Hace calor en esta parte trasera de estos coches
casi herméticamente cerrada. Qué estarán tramando y a dónde lo llevarán. No es esta
una de las rutas lógicas para el traslado de los disidentes hacia las unidades de policías,
a no ser que el gobierno haya decidido parecerse aún más a los batistianos y consideren
comenzar a matar a las personas con un disparo en la nuca y dejarlas abandonadas en
una zanja en cualquier parte como el conocido y hoy abandonado Cayo Cruz.
En pocos minutos avanzan por la Vía Blanca y a la altura del Intermitente de Guanabo
doblan a la derecha. Varios minutos después, cuando ya no se ve edificación alguna y
nadie se mueve, detienen los tres coches. Los agentes no han dicho ni una sola palabra y
ahora uno solo desciende y le abre la puerta a Luís. “¡Bájate! Le ordena. Luís obedece y
sale del auto para quedarse parado en el borde del camino. ¿Lo irán a matar?
Pero para su sorpresa el agente vuelve a montarse en el auto y estos salen disparados de
vuelta a la ciudad. Luís los observa asustado y escucha como los motores se van
alejando por este camino medio abandonado. Tiene deseos de correr y ocultarse, pero ya
esto no tiene sentido. Los segurosos no volverán pues tiempo y lugar tuvieron para
hacer lo que quisieran, pero nada sucedió. ¿O sí?
162
Luís tan solo entonces se percata de que no va a poder asistir a la cita para la realización
de Estado de Sats, pues lo han dejado tan lejos y en tal lugar que aunque camine le
tomará horas llegar a la civilización y mucho más para trasladarse hacia Miramar al
oeste de la Cuidad. Está en el extremo este.
Esta es la modalidad de secuestro temporal que se va a emplear mucho este año para
acortar la lista de asistentes a diversas reuniones. Nada de detenciones ni presentaciones
de cargos, ni golpizas, ni escándalos, Nada. Tampoco habrá nada que reclamar.
Ya mientras avanza el año hacia su final, comienza a hablarse de un consenso entre toda
la población de que este sistema como tal ya está en sus últimos estadíos. Esto ya está
tumbao. Lo que no ha terminado de caerse. Dice vulgo. Finaliza la Revolución
Castriana como menos se lo habían pensado sus iniciadores, por cansancio y desgaste.
2014.
Este año comienza después de otro triste final de año cuando ya ni las tiendas en Cuc
engalanan sus predios con los habituales arbolitos plásticos, los Papá Noel y las vacías
cajas de regalos. No se pueden conseguir turrones e incluso la carne de cerdo se pone
difícil. Continuamos celebrando el advenimiento de un nuevo aniversario de la
Revolución. Somos tan hipócritas que aceptamos que el gobierno intente incluso hasta
escamotearnos la memoria histórica de por qué uno se ponía alegre cuando se acercaba
un año nuevo. Enero entra sin mucho ruido, Ya casi no se habla de aquel legendario
Sexto Congreso del Partido y sus decenas de lineamientos, cuando se hablaba de que
nuestro país entraría en un período de cambios que nos llevarían hasta ser una nación
altamente desarrollada y avanzada.
En realidad lo que ha hecho el ejecutivo es devolver algunos derechos que nos había
quitado gradualmente desde los mismos momentos cuando los Castro asumieron el
poder. La economía continúa su sostenida caía en picada cada vez producimos menos,
aunque la propaganda muestra constantes éxitos en la TV. Se escuchan alguna críticas
incompletas y de poca monta en los medios como en el periódico Granma de los viernes
y en un anexo del NTV a las ocho y treinta de la noche. Las personas se muestran cada
vez más molestas por la siempre renovada ineficiencia del gobierno y la violencia
aumenta paulatinamente en las calles, aunque estas historias son extirpadas del
conocimiento público. Ya casi ni se mencionan los entonces cacareados lineamientos y
mucho menos se recuerdan las sesiones del congreso que pretendió salvar al socialismo
castriano inútilmente.
Lo nuevo en el panorama es que desde mediados del año pasado la disidencia interna ha
comenzado a hacer mutis extrañamente. Muchos de sus principales líderes y figuras han
salido de la nación en busca de algún receso del acoso gubernamental, otros a entrenarse
para retornar algún día con mayor fuerza. Los blogueros independientes comienzan a
perder impulso ante la pérdida de la novedad y el aún muy difícil acceso a la red para
los desafectos. Muchos cierran sus blogs o los abandonan. Yoanis Sánchez convierte el
suyo Generación Y en un nuevo medio de prensa independiente cubano digital llamado
originalmente 14 y Medio, el cual ha sido pagado con ese dinero que pudo colectar de
sus premios y derechos, así como lo controla desde dentro de la isla con el sospechado
esfuerzo de los medios represivos en contra. Este periódico ciudadano es podido ver por
los cubanos dentro de la isla solo en las primeras veinticuatro horas antes de que sea
bloqueado totalmente, pero continúa trabajado y siendo visitado por el resto del planeta
en el exterior.
Asimismo varios grupos organizados se mueven más hacia el uso de lo poco que
autoriza el gobierno como asociaciones ilegales como los homosexuales, los
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ambientalistas, etc., para poder llevar subrepticiamente su mensaje, tal vez en un intento
de sobrevivir a los últimos días sin ser demasiado estropeados.
Sale la noticia de que se va a realizar un aumento de salarios para el personal médico de
la isla que se hará efectivo para el pago del mes de julio. El mismo Raulito Castro alega
en uno de sus discursos que estas personas ya están aportando el principal monto del
PIB, muy por encima de turismo y el petróleo. Se anuncia que las colaboraciones
médicas con otras naciones están ingresando hoy al presupuesto del estado más de ocho
mil millones de dólares al año. Esto sucede cuando se produce otro de los incidentes de
resistencia a este operar en este caso en Brasil. Una médico cubana laborando en medio
de la selva amazónica con pésimas condiciones de todo regala una entrevista donde
expresa su verdadera situación e inconformidad con la forma que los tratan ambos
gobiernos. El estipendio que reciben apenas les alcanza para adquirir los alimentos
necesarios cuando el ejecutivo brasileño paga al cubano más de cinco mil dólares
mensuales por sus servicios. Recuerden que ya ni cartas para adquirir pésimos autos de
segunda mano van a tener. El gobierno es asimismo incapaz de hacer sentir esa cifra en
el bienestar de los nacionales, ni en su dieta diaria, ni en el mejoramiento del sistema de
salud nacional. ¿A dónde va a parar el efectivo?
La joven galeno cubana es retirada de inmediato de su puesto y la conminan regresar a
la isla. Aquí cualquier cosa le podría suceder, desde la pérdida de su título hasta la
cárcel, pero ella escapa y pide asilo político en la gran nación lo cual le es concedido.
Incluso el Ministerio de Salud Carioca le ofrece un puesto de trabajo en sus instancias
donde va a devengar aquel salario que los cubanos le niegan, pero no podrá regresar a la
isla jamás. Ella lo sabe. Este evento fue muy promovido por los medios de prensa
internacionales, excepto los locales quienes nos enteramos a través de las vías
indirectas, como de costumbre.
Como paliativo y control de daños Raúl anuncia cierto aumento de salarios para este
sector, aunque es a todas luces aún muy corto. El salario mayor va a ser de mil
seiscientos pesos a los profesionales más encumbrados cuando el costo de la vida se
acerca los tres mil pesos Cup mensuales. No obstante ya es algo.
Otro cambio que se ha estado llevando a cabo silenciosamente es la autorización para la
participación de deportistas cubanos de alto rendimiento en clubes profesionales
extranjeros con millonarios salarios. Un beisbolista cubano es investigado en México al
ser descubierto con un pasaporte alterado con la finalidad de que uno de los grupos
profesionales de la nación azteca lo contrate sin que sean represaliados por los
americanos con quienes tienen vínculos. Esto se descubre y es otro de los tantos
escándalos mediáticos sobre el cual el ejecutivo ni se molesta en aclarar. El pelotero es
presentado en nuestra TV a justificar cómo fue que obtuvo el pasaporte dominicano
falso y hace todo lo posible por desvincular al gobierno de este delito probado. El
dinero que les paguen a estos atletas irá a engrosar en gran parte a las arcas del gobierno
y las personas retendrán una suma relativamente pequeña para su uso. Con eso también
intentan frenar el éxodo de las mejores personalidades del deporte de nuestra nación
ante suculentas ofertas foráneas.
Por otra parte a mediados de año se da inicio a un plan que no por anunciado resulta
menos diabólico para llegar a la supresión de una de las dos monedas, supuestamente el
Cuc. Por una orden ejecutiva en todas las tiendas donde siempre se han vendido todos
los productos en moneda Cuc se va a implementar el sistema donde se venderán la
totalidad de las mercancías en las dos monedas al precio que establece la Cadeca. Hoy a
25 por uno. El vuelto siempre será en Cuc, así como las devoluciones. Ya para cuando
la población se habitúe al pago de las sumas apropiadas y todos los establecimientos, así
como los servicios se entreguen en las dos monedas, obviamente no será necesario
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mantener las dos. No tiene razón de ser. Entonces se eliminará en Cuc y la economía
retornará a solo Cup, pero a unos precios astronómicos. Por ejemplo una botella de un
litro de aceite para cocinar costará, como cuesta hoy, la friolera de sesenta y tres pesos
Cup. Seis días de labor de un obrero regular en este país. Es cierto lo que alega el
gobierno que no se va a alterar el poder adquisitivo de la población, continuará igual,
pero esta regulación monetaria es tan solo una trampa y un rejuego económico que en
nada beneficia al trabajador. Lentamente se eliminarán los subsidios de la canasta básica
y el miserable tendrá que asumir el costo de las crisis en bolsillo propio. Con
posterioridad al completamiento de esta jugada, el ejecutivo comenzará a aumentar los
salarios, hoy en un promedio de unos doscientos pesos Cup mensuales, en aquellos
sectores que le apetezca beneficiar o estimular, como ya lo ha hecho antes, lo cual no
quiere decir que sean los más necesitados e importantes.
Este año también se desata una de las peores epidemias de Ébola en algunas naciones de
África. Esta afección mata al noventa por ciento de los infectados por el sencillo
contacto humano de fluidos. Las Naciones Unidas clama por ayuda y Cuba envía de
inmediato en Septiembre a 152 de sus más experimentados doctores, todos
pertenecientes a la Brigada Henry Reeves con más de quince años de experiencia. Esa
misma cantidad de médicos han muerto en las naciones afectadas por contagio directo.
La cifra de fallecidos se duplica cada dos semanas y ya se habla de varios miles de
víctimas. En la TV se pasarán entrevistas con estos valientes galenos. Eso está bien,
ayudar al que lo necesita, pero ha pensado el ejecutivo en las condiciones pésimas del
estado epidemiológico nacional cuando a pesar de todos sus esfuerzos y las enormes
carencias de todo tipo por la que pasa el país, en especial de financiamiento, si uno de
esos galenos, por una casualidad extrema, trae ese virus a la isla. ¿Podrá detener su
relampagueante avance cuando en varios años varias epidemias tropicales no tan
agresivas y mortales como este Ébola solo han hecho establecerse en la isla y
acomodarse alcanzando y afectando en unos meses a todo nuestro territorio? Hoy a
pesar de la propaganda donde no se habla de estas afecciones, tenemos en la isla el
Cólera, el Dengue, el N1H1, la Tuberculosis, el Chikungunya, etc.
Por supuesto que el riesgo será siempre para los de abajo, quienes pagan las cuentas por
todos los platos rotos de los errores de nuestro muy ineficiente e irresponsable gobierno
contra el cual no existe recurso que no sea el derrocamiento. Luís está seguro de ello.
Ya paulatinamente Fidel ha desaparecido sin mucho escándalo de la escena pública y
vejeta en su fortificada residencia de Jaimanitas. Raúl apenas sale en público y la TV.
Ha declarado que ya no va a aceptar otro período de gobierno. Va tomando
paulatinamente el control un nuevo ejecutivo con el relativamente joven Díaz Canel al
frente. Lisandra y los demás se esfumaron en el tiempo y la distancia como tantas
muchas otras cosas que alguna vez fueron importantes.
El 17 de diciembre exactamente al mediodía Raúl y Obama anuncian al mundo el
restablecimiento de las relaciones diplomáticas. La nación comienza a girar lentamente
hacia ser un país normal, pero esto tomará décadas y sería otra historia, otro libro.
FIN.
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