luc ferry
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7/16/2019 LUC FERRY
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LUC FERRY: LA SABIDURÍA DE LOS MITOS (APRENDER A VIVIR BIEN II)
La vida buena es la vida reconciliada con lo que es, la vida en armonía con su
lugar natural en el orden cósmico, y es cosa de cada cual encontrar ese lugar y
llevar a cabo ese trayecto si un día quiere alcanzar la sabiduría y la serenidad.
El miedo, el odio, la culpabilidad, el remordimiento, esos corruptores del alma quese arraigan en las ilusiones del pasado o del futuro. Solo esa reconciliación con el
presente, con el instante, puede conducir a la verdadera serenidad, a la “inocencia
del devenir”, es decir, a la salvación entendida no en su aceptación religiosa, sino
en el sentido de encontrarse al fin a salvo de los miedos que “arrinconan” la
existencia e impiden su desarrollo.
Basta con ver unos minutos las cadenas de televisión reservadas a los niños, con
observar que están permanentemente salpicadas de campañeas publicitarias,
para comprender que una de las misiones principales es la de convertirlos lo más
posoble en consumidores perfectos. Esta lógica, en la que entran cada vez mástemprano, ouede resultar destructiva. Se instala en su cabeza mediante un trabajo
de zapa: cuando menos disponemos de una vida interior rica en el plano moral,
cultural y espiritual (no en cuanto a creencia religiósa), más nos entregamos a la
necesidad frenética de comprar y consumir. El tiempo de “alquiler de cerebros
vacíos” que ofrece la televisión a los anunciantes es, pues, una ganga. Al
interrumpir los programas sin cesar; esas cadenas pretenden literalmente sumir a
sus seguidores en un estado de carencia.
Es crucial volver a poner en su sitio el frenesí de comprar y poseer, secundario a
pesar de todo, hacer comprender a nuestros hijos que no es el principio ni el fin desu existencia, que para nada dibuja el horizonte último de la vida humana. Para
ayudarlos a resistir a las presiones que les impone y permitirles liberarse y
distanciarse de él, es esencial, tal vez incluso vital, dotarles lo antes posible de los
elementos de una vida interior rica, profunda y duradera. Para eso es necesario
permanecer fiel al principio fundamental que se acaba de mencionar, aquel según
el cual cuantos más valores culturales, morales y espirituales posea nuna persona,
menos necesidad de comprar y de zapear por zapear experimentará. En
consecuencia se verá menos debilitado por la insatisfacción crónica que nace
inevitablemente de la acumulación infinita de deseos artificiales. Dicho de otro
modo, hay que ayudarles a dar preferencia lógica del Ser sobre la del Tener.