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Los Rostros de la Defensoría Pública del Ecuador

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Los rostros de la Defensoría Públicadel Ecuador

CréditosErnesto Pazmiño GranizoDefensor Público General

Teresa OvandoSubdirectora de Cooperación y Comunicación

Coordinación editorialAndrea BenalcázarAmelia Ribadeneira

Coordinación de casosAime MasaCristobal MachucaAlicia ConteroJamil CastroTania AyalaGino RealpeAndrea EspinozaJosé VillacrésGiovanni SalazarJavier Verdesoto

RedacciónAndrea Benalcázar Cesár Acuña LuzuriagaFrancisco Trujillo

Fotografía PortadaCésar Acuña LuzuriagaFotógrafíasCésar Acuña LuzuriagaJorge GuillénDefensoría Pública

Diseño y diagramaciónPaola Riofrío ArgotiComunicación Defensoría Pública

Quito, noviembre 2013Derechos Defensoría Pública del Ecuador

César AcuñaDefensoría PúblicaFotografías

Presentación

El libro “Los rostros de la Defensoría Pública del Ecuador” es un testimonio gráfico que representa a las miles de personas, un promedio de 100.000 al año a nivel nacional, que a diario acuden a la Defensoría Pública para utilizar nuestros servicios de patrocinio y asesoría legal gratuitos en las áreas penal, niñez y adolescencia, violencia intrafamiliar, legalización de tierras, laboral, entre otros.

Los rostros de nuestros usuarios y usuarias evidencian nuestra plena convicción de proteger los derechos de las personas que por su condición económica, social o cultural qno pueden pagar los servicios de un abogado.


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Derechos de niños niñas y adolescentes

62.677 causasatendidas


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L a madre de Álex y Kevin falleció de cáncer cuando ellos tenían dos y tres años de edad. Seis meses después de esta tragedia, su padre se casó y con el nuevo matrimonio llegó el

maltrato para los pequeños, hasta que finalmente los abandonó y se despreocupó por completo de ellos. Gloria Tipán, la tía materna de los niños, se hizo cargo de ellos y los crió como si fueran sus hijos. Gloria fue a la Defensoría Pública para solicitar una demanda de alimentos, pero la reacción del padre demandado fue intentar recuperar a los niños. Con el auspicio de la Defensoría Pública se fijó una pensión de alimentos, se ratificó la custodia de los menores para su tía y se le otorgó al padre un horario de visitas.

“La Defensoría Pública logró que llegáramos a un acuerdo: Álex y Kevin pasarán durante la semana con su abuela y tías y el fin de semana con su padre. Además, él debe entregar una cantidad de dinero para la manutención de los niños”.

Gloria Tipán

Nombre: Gloria Mercedes Tipán AsimbayEstado civil: SolteraCiudad: Machachi (Pichincha)Ocupación: Vendedora ambulante

César Acuña Luzuriaga


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Nombre: Blanca HurtadoEdad: 57 añosCiudad: (Babahoyo) Los RíosEstado civil: Unión LibreOcupación: Lavandera

“La niña sacó la primera medalla a los dos años, justo cuando el papá nos dejó. Hemos luchado duro, quiero verla arriba, como toda madre quiere ver a sus hijos y hasta donde me den las fuerzas voy a sacar a mis niños adelante, ese es el ánimo que me dieron en la Defensoría Pública, les estoy bien agra-decida porque ellos lucharon junto a mí”.Blanca Hurtado

Naomi tiene 12 años y es campeona en atle-tismo y salto alto en olimpiadas especiales. Su madre Blanca recuerda que cuando la pequeña cumplió dos años, el padre de la

niña se fue de la casa porque jamás pudo aceptar que Naomi nació con síndrome de down. Ella acudió a la Defensoría Pública para demandar a su esposo y lograr que él cumpla con su obligación legal de pagar la pen-sión de alimentos a su hija.

Defensoría Pública


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Nombre: Linda García Edad: 38 añosCiudad: Guayaquil (Guayas)Estado civil: DivorciadaOcupación: Comerciante

“Estoy muy agradecida porque sé que se está haciendo jus-ticia. Todas las madres que no tenemos para pagar un abo-gado privado, a veces, tenemos que humillarnos para que se reconozcan los derechos de nuestros hijos y ahora no es así, la defensa pública es una gran ayuda para nosotras”.

Linda García

D urante cuatro meses, el padre de los tres hijos de Linda García no había depositado las mensualidades que voluntariamente en-tregaba para la manutención de los niños.

Linda se acercó a la Defensoría Pública para que le explicaran los pasos que debía seguir para realizar una demanda de alimentos. En dos meses, la Defensoría Pública logró que a los niños les asignen una pensión de 230 dólares.



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Nombre: Ana BravoEdad: 36 añosCuidad Portoviejo (Manabí)Estado civil: SolteraOcupación: Microempresaria

“Yo solucioné la falta del padre de mi hijo trabajando, prime-ro, me dediqué a arreglar casas; luego, trabajé en una guar-dería; y, ahora ya tengo mi restaurante después de muchos años de esfuerzo. La Defensoría Pública me ayudó bastante, aquí todo es gratis, a uno no le cobran absolutamente nada”. Ana Bravo

Ana tiene un hijo de 17 años; él fue abando-nado por su padre cuando tenía apenas siete meses de edad sin asumir ninguna responsa-bilidadque garantice su bienestar. Ahora, el

joven motivó a su madre para ir juntos a la Defensoría Pública a presentar una demanda de alimentos, pues necesita apoyo económico para continuar con sus es-tudios. El juicio culminó exitosamente y el dinero que reciben alivia los gastos mensuales del adolescente.



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R ocío tiene cinco hijos, hace un año, el pa-dre dejó su hogar y no se preocupó más por ellos. La situación de la familia se complicó cuando a Rocío le detectaron un quiste en

la columna y fue sometida a una operación, esto hace indispensable que el padre le apoye económicamente pues la enfermedad le impide volver a trabajar. Roció acudió a la Defensoría Pública para plantear un juicio de paternidad y alimentos.

“La Defensoría Pública me ayudó a realizar un juicio de paternidad y alimentos, incluso, cuando estuve hospitalizada todo el caso fue llevado de excelente manera, con mucho ca-riño y humanidad”.

Rocío Pilahuano


Nombre: Rocío PilahuanoEdad: 39 añosCiudad: Machachi (Pichincha)Estado civil: SolteraOcupación: Jefa de hogar


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Nombre: Silvia García Edad: 42 añosCiudad: Echandía (Bolívar)Estado civil: SolteraOcupación: Jefa de hogar

Hace siete meses, el esposo de Silvia abando-nó su hogar formado por nueve hijos y la madre. El mayor de ellos tiene 18 años y el último tiene 2, prácticamente, todos son

menores de edad y requieren los cuidados de su madre. Silvia fue a buscar a su esposo para pedirle una pensión que contribuya aº la manutención de los niños, él se rehusó e incluso la amenazó para que no hiciera una denuncia formal. Sin embargo, Silvia acudió a la De-fensoría Pública y hoy recibe una pensión mensual de 170 dólares que los emplea en la educación de sus hijos.

“Inicié el juicio de alimentos en marzo de 2013. Estoy agra-decida por el trato que he recibido, hoy mis nueve hijos van a la escuela gracias a su labor”. Rocío Pilahuano



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“Hay gente que me dice que me admira porque a la edad que tengo estoy luchando por mi familia. Yo vine a la Defensoría Pública para que me ayuden a que el esposo de mi hija res-ponda por mis nietos. Ella sufre de esquizofrenia y nosotros esperamos que nos ayuden porque ese señor tiene una cuenta pendiente con sus hijos”.

Andrés acudió a la Defensoría Pública para realizar una demanda de alimentos a favor de sus nietos. A pesar de su edad, Andrés sale cada día a las calles de su ciudad para

vender las franelitas que la dueña de un almacén le facilita. Para ganarse cinco dólares, debe vender 17 franelas al día.

Andrés Zaldarriaga

Nombre: Andrés ZaldarriagaEdad: 70 años Ciudad: Babahoyo (Los Ríos) Estado civil: CasadoOcupación: Vendedor ambulante



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C uando Tamara supo que estaba embarazada, el padre de su hija desapareció. Ella siguió un juicio prenatal con un abogado particular y lo perdió, luego decidió seguir otro juicio

de alimentos cuando la niña nació, y también lo per-dió. Una amiga le recomendó acudir a la Defensoría Pública y en un juicio que duró tres meses logró que el juez falle a su favor otorgándole una pensión de 150 dólares para su pequeña.

“Después de tanto tiempo de espera al fin se hizo justicia. La ayuda de la Defensoría Pública fue rápida, me siento respal-dada y segura”.Tamara León

Nombre: Tamara León Edad: 19 añosCiudad: Pujilí (Cotopaxi)Estado Civil: SolteraOcupación: Estudiante



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Niñez y adolescenciaEl 92.63% de los demandados en ma-teria de alimentos son hombres. De ellos, el 57.16% posee educación secunda-ria y el 18.83% primaria. Únicamente, un 5.22% tiene educación superior formal y el 0.17%, un posgrado o doctorado.

Derechos de niños niñas y adolescentes


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Janneth fue víctima de violencia intrafamiliar por mucho tiempo; desde que se casó, su esposo la maltrataba, poco después ella quedó emba-razada, sin embargo, las agresiones no cesaron.

Cuando el niño nació, el padre se lo llevó lejos. La Defensoría Pública llevó adelante el proceso para que Janneth recuperara a su hijo.

“Estoy muy agradecida por los servicios y el trato recibido y por el tiempo tan corto empleado para resolver mi caso y devolverme a mi niño sano y salvo”.

Janneth Coronel

Nombre: Janneth CoronelEdad: 18 añosCiudad: Zumbahua (Cotopaxi)Estado civil: CasadaOcupación: Empleada doméstica



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Erika Germán

“Cuando cumplí 18 años hice valer mis derechos a través de la Defensoría Pública, me trataron de maravilla, el defensor siempre estuvo a mi lado en el proceso para recuperar a mi hija”.

Erika fue madre a los 15 años en unas condiciones muy adversas para ella y su hija, al punto que su abuela materna se quedó con la niña mientras Erika cumplía la mayoría

de edad. A los 18 años fue a la Defensoría Pública para pedir que le ayuden a recuperar a su hija, no quería pasar un día más sin su pequeña.

Nombre: Erika Jazmín Germán NavasEdad: 18 añosCiudad: Machachi (Picincha)Estado civil: SolteraOcupación: Empleada privada



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Jorge Ortiz

“Escuché de la Defensoría Pública en un anuncio radial, acudí a sus oficinas para que me asesoren y en tres meses se resolvió mi caso. Con un abogado particular el caso habría costado entre 500 y 700 dólares. La atención que recibí fue de calidad y calidez”.

Jorge es un migrante ecuatorianno que llegó a Estados Unidos caminando desde la frontera con México; para él fue una experiencia inolvidable que no se la desea ni a su peor enemigo. Lo que

más le dolió fue abandonar a su compañera y a su pequeño, al llegar allí trabajó duro para enviar dinero a la familia. Después de cuatros años se enteró que su compañera había abandonado al niño, ante lo cual, sin pensarlo dos veces, volvió al país para solicitar la custodia de su hijo a través de la Defensoría Pública.

Nombre: Jorge Rolando OrtizEdad: 29 añosCiudad: Azogues (Cañar)Estado civil: Soltero Ocupación: Empleado privado



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Derechos laborales



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César trabajó para una empresa durante 11 años, cumplía las funciones de bodeguero, guardia y asistente administrativo. Hace tres años, su esposa enfermó de cáncer y él solicitó que

le reconocieran las horas que trabajaba fuera de su horario habitual. Tiempo después, la empresa terminó el contrato y le entregó a César una liquidación de 600 dólares. Hoy, la Defensoría Pública está ejecutando el trámite para que él reciba una indemnización justa.

“La Defensoría Pública hacía falta, no solo aquí en El Oro, sino en todas las provincias donde hay trabajadores que dependemos del servicio público. Imagínese cuánto nos tocaría pagar para que nos atienda un abogado particular. El servicio es buenísimo, cuentan con excelentes abogados”. César Aguacondo

Nombre: César AguacondoEdad: 59 añosCiudad: Machala (El Oro)Estado civil: CasadoOcupación: Empleado privado



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J esús trabajaba como guardia de seguridad en una finca hasta que un día sufrió una lesión en su tobillo que le impedía moverse. La reacción de la dueña de la finca fue maltratarlo y pedirle

que se fuera. Jesús trabajó en la finca durante 13 años y asegura que jamás recibió ningún beneficio de ley.

Nombre: Jesús RoldánEdad: 67 añosCiudad: Portoviejo (Manabí)Estado civil: SolteroOcupación: Guardia de seguridad

“Yo pido una remuneración consciente. Por ley me corresponden 17.000 dólares y ellos solo me quieren dar 2.000. Eso no me alcanza ni para ponerme un puestito de caramelos. Ahora me estoy amparando en la Defensoría Pública para que me ayuden a que se respeten mis derechos”.

Jesús Roldán



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Cuando Mariana tenía seis meses de embarazo, sus jefes la presionaron para que renunciara a su empleo. Un día le enviaron una notificación en la que se especificaba que

debía salir del trabajo y que en 30 días le avisarían si podía volver o abandonar definitivamente sus funciones. Inmediatamente, comunicó su situación a la Defensoría Pública que intervino para solucionar el caso a través de una mediación.

“La contadora de la empresa para la que trabajaba me llamó para “arreglar por las buenas”. Nos presentamos a la audiencia y logramos que me liquiden por el tiempo que presté mis servicios. Fue un caso de mediación”.Mariana Nicano

Nombre: Mariana NicanoEdad: 31 añosCiudad: Guayaquil (Guayas)Estado civil: Unión libreOcupación: Vendedora



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Durante 11 años, María trabajó en una hacienda como asistente administrativa, un día la despidieron sin razón alguna. Una amiga le recomendó los servicios

de la Defensoría Pública para que protegiera sus derechos laborales y la reintegraran a sus actividades. El juez dispuso que María siguiera trabajando con normalidad, sin embargo, una vez dictado el fallo, los ejecutivos de la empresa no acataron la orden y al día siguiente obligaron a María, quien estaba embarazada, a abandonar la hacienda. Junto a su defensora, decidió que era mejor tratar el caso como despido intempestivo. Ella recibió una liquidación justa por el tiempo que prestó sus servicios.

Nombre: María MezaEdad: 34 añosCiudad: Babahoyo (Los Ríos)Estado civil: Divorciada Ocupación: Asistente administrativa

“A pesar de que fue una situación difícil estoy contenta y agradecida, porque recibí una liquidación justa que me va a ayudar a mantener a mi bebé hasta encontrar otro trabajo”.

María Meza



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Defensa penal



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D iana fue detenida cuando intentó ingresar una dosis menor a cinco gramos de marihuana en la cárcel de Machala durante una visita a su compañero; la trasladaron

a la cárcel de mujeres de Zaruma donde permaneció por tres semanas. Su madre, doña Gloria, se hizo cargo del cuidado de sus hijos, incluida una pequeña lactante. La Defensoría Pública patrocinó la defensa de Diana y logro que recibiera una condena bajo arresto domiciliario, pues ella no significaba ningún peligro para la sociedad.

“Apareció un señor, me llevó a la Defensoría y me empezaron a ayudar. Todos los días me daban fuerza, estuve sin dinero, días enteros en la calle, fue un tiempo muy difícil para todos. En el barrio me apoyaron mucho, me llevaban paquetitos de pañales y funditas de leche para la niña”. Diana Bautista

Nombre: Diana BautistaEdad: 22 añosCuidad: Machala (El Oro)Estado civil: Unión libreOcupación: Comerciante



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D esde la cárcel de la ciudad de Cuenca, Édgar lucha por su sueño de convertirse en un artista de renombre internacional. Ha estado detenido por robo durante ocho

meses y todavía espera su sentencia. Reconoce que ser reincidente es un problema serio en su caso, pero como cualquier ser humano cree que merece otra oportunidad.

“Considero que el hecho de que esté privado de la libertad no me hace mala persona, tengo mucho que mostrar, cosas que están en mi corazón, pero aquí en la cárcel es difícil, muchas veces sino tengo dinero no duermo en una cama”.

Édgar Estupiñán

Nombre: Édgar Efraín EstupiñánEdad: 37 añosCiudad: Cuenca (Azuay)Estado Civil: Soltero



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“El día de la audiencia de juzgamiento, el defensor público siempre estuvo apoyándome. Lastimosamente, unos días antes, mi hija falleció por tanta preocupación, recuerdo que escribió en su Facebook: Papá todo te va a salir bien, Dios está con ustedes y muy pronto vamos a estar juntos”.

É dgar intentó comprar un terreno por un valor de 5.000 dólares, su abogado encontró que el dueño tenía un impedimento legal al encontrarse detenido. A pesar de eso,

entregó el dinero a la familia para asegurar el negocio, pero poco tiempo después se enteró que el dueño había sido asesinado. Fue llamado a declarar en calidad de sospechoso y luego lo detuvieron, el proceso duró tres años.

Efraín Bombón

Nombre Édgar Efraín BombónEdad: 34 añosCiudad: Mulalillo (Cotopaxi) Estado civil: Casado Ocupación: Maestro mayor de la construcción



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E steban es un artista callejero que llegó de Colombia a Cuenca para ganarse unos centavos; en un operativo policial fue detenido por portar una cantidad de marihuana menor

a la fijada en los umbrales del CONSEP. Sin embargo, fue apresado y acusado de narcotráfico. La Defensoría Pública lo defendió y probó, de acuerdo a exámenes sicosomáticos, que es un consumidor habitual y no un traficante de drogas.

“Para mí la marihuana es parte de mi vida, de la inspiración y la reflexión. Considero a la Defensoría Pública como una mano, un bastón que me sostuvo; ellos colaboraron tanto en el plano institucional y humano”.

Esteban Izquierdo

Nombre: Esteban Izquierdo Edad: 26 años añosCiudad: Cuenca (Azuay)Estado civil: Unión libre



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F élix, un humilde albañil guayaquileño, fue detenido por robo agravado sin ninguna evidencia en su contra. Sin embargo, la policía lo presentó en una rueda de prensa en calidad

de acusado y fue llevado a prisión donde permaneció durante más de un año hasta que la Defensoría Pública patrocinó su causa y logró su libertad.

“El defensor público revisó el caso y logró que me dejen en libertad. Me ayudaron demasiado, hicieron lo que pudieron en el menor tiempo posible”. Félix Quiñónez

Nombre: Félix Quiñónez Edad: 28 añosEstado civil: SolteroCiudad: GuayaquilOcupación: Albañil



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Gustave, un migrante camerunés, llegó al país en 2011 buscando una oportunidad para mejorar sus condiciones de vida, pero fue víctima de una injusticia: una persona lo

acusó de estafa por 5.000 dólares y fue a parar un mes en la cárcel. Un abogado privado le cobró 3.000 dólares para defenderlo, pero solo se aprovechó de su poco conocimiento del español y de las leyes ecuatorianas. La Defensoría Pública intervino, demostró su inocencia y permitió que recuperara su libertad.

“Por casualidades de la vida me crucé con un defensor público que al verme preguntó qué había pasado. Él me explicó que es abogado y que me podía ayudar. Considero que fui tratado como en familia y mi caso se solucionó, ahora soy feliz, hasta he subido de peso”.

Gustave Noplaza

Nombre: Gustave Emmanuel Noplaza PoufongEdad: 38 añosCiudad: Guaranda (Bolívar)Estado civil: Unión libreOcupación: Mantenimiento de computadoras



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Washington González, un humilde albañil manabita de 67 años de edad, fue sen-tenciado a un año de prisión después de que la policía realizara un operativo de

seguridad en su barrio. Al entrar a su casa, encontra-ron una pistola vieja y oxidada que guardaba como reliquia, esto motivó la detención de don Washington que fue acusado por posesión ilegal de armas. Después de seis meses de permanecer hacinado en una celda, sufrió un derrame cerebral que le provocó un 69 % de discapacidad física. Su estado crítico y las condiciones deplorables en las que se encontraba, hicieron que la Defensoría Pública se ocupara del caso: pidió un trato diferenciado y logró su liberación antes de que cum-pliera su condena.

“Existen muchas personas con similar problema y yo sé que la Defensoría Pública trabajará por ellos”.

Washington González

Nombre: Washington Rafael GonzalesEdad: 67 añosCiudad: Guayaquil (Guayas)Estado civil: Unión libre Ocupación: Maestro de la construcción

Jorge Guillén


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N ancy trabajó como empleada doméstica en la casa de una familia quiteña durante casi dos meses. Una mañana, una llamada la sorpendió: recibió la orden de que debía

guardar todas las cosas de valor para entregarlas a un desconocido, porque supuestamente algunas autorida-des realizarían un allanamiento. Ella, ingenuamente, hizo lo que el desconocido le pidió, pero lo pagó caro, pues la familia la acusó de ser cómplice del robo. Su padre pagó a un abogado privado para que comprobara que su actuar no fue doloso, pero no consiguió nada, así que intervino la Defensoría Pública y logró que se le aplicaran medidas sustitutivas a la prisión, pues Nancy no es un peligro para la sociedad, fue una vícti-ma de los modos de operar de la delincuencia.

“Estuve detenida un mes y quince días por unas medidas sus-titutivas que solicitó mi defensor, caso contrario habría estado privada de la libertad casi tres meses. Ahora estoy libre de cual-quier culpa, se demostró mi inocencia y soy feliz”.Nancy Araco


Nombre: Nancy AracoEdad: 26 añosEstado civil: SolteraCiudad: Comunidad Paratayacu (Orellana)Ocupación: Labores domésticos


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Tierras


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Agustín Zabala

Agustín no pudo hacer la escritura de un terreno que compró porque el abogado particular que contrató retuvo el documento, en esa época le cobraron 25.000 sucres. La

compra la hizo en representación de su hijo quien ya había fallecido. Agustín acudió a la Defensoría Pública para arreglar la situación y legalizar su terreno; ahora, el terreno le pertenece.

“Fui atendido con voluntad y paciencia, sin tener que pagar un centavo el terreno fue legalizado. Estoy muy contento, pensé que nunca iba a tener los documentos a mi nombre”.


Nombre: Agustín ZabalaEdad: 79 añosCiudad: Chillanes (Bolívar) Estado civil: DivorciadoOcupación: Agricultor


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María Esther creció en una hacienda de Echandía sirviendo a una familia durante toda su vida. Como recompensa, la dueña de la hacienda le ofreció un pedazo de

tierra, pero no pudo concretar su promesa porque falleció antes de legalizar las escrituras. Tiempo después, una persona que se hizo pasar por familiar de la hacendada cambió los linderos e intentó quemar su casa. María Esther buscó el apoyo legal en la Defensoría Pública que ahora lleva su caso para que la justicia ecuatoriana reconozca los derechos de ella y su esposo.

Nombre: María Esther Bonilla junto a su esposo Edad: 67 añosCiudad: Echandía (Bolívar) Estado civil: Casada Ocupación: Agricultora

“Yo tengo cáncer y estoy muy enferma. Considero a la defensora pública, que me ha atendido, como mi hermana, siempre ha estado a mi lado y estoy segura que nos va a ayudar a legalizar la parte del terreno que nos corresponde para poder terminar nuestra vida tranquilos”.María Esther Bonilla



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Rosa María García y su esposo, Pedro Jacinto Solórzano, tienen una casita en la zona de Chirijo, parroquia Alajuela del cantón Por-toviejo desde hace más de 20 años. Los an-

cianos dedican sus días a labrar la tierra, criar los pocos animales que les quedan, sembrar y cosechar productos para su alimentación. En 2012 estuvieron a punto de perderlo todo porque personas inescrupulo-sas lograron que el INDA los despojara de su tierra. La Defensoría Pública en Manabí los representó legal-mente, pidió una inspección judicial y comprobó que Rosa García y su esposo son personas humildes, que viven de lo que les da la tierra y que son los propieta-rios legítimos del lugar.

“Yo no sé leer ni escribir y el abogado se encargó de arreglar todos los papeles, me trató con tanto cariño que lo quiero como a mi hijo. Este logro es fruto de la ayuda que recibí por parte de todos mis vecinos que me defendieron Estoy muy contenta con el favor que me ha hecho la Defensoría Pública”.

Rosa María García

Nombre: Rosa María García SánchezEdad: 64 añosCiudad: Portoviejo (Manabí)Estado civil: CasadaOcupación: Agricultora



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Violencia contras las mujeres

7.927 actividades realizadas


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C indy cuenta que un día estaba caminando con su madre por la calle y de repente su padre se acercó a ellas y agredió a su madre. En ese momento intervino para defenderla,

el padre huyó y ella lo siguió, al ingresar a su casa, Cindy rompió un adorno, ahora está acusada de robo por un monto de 5000 dólares. Su madre sufrió violencia verbal y física, por eso se separó, pero la historia continúa, inclusive su madre ha sido amenazada de muerte.

“Confío ciegamente en que todo el proceso saldrá a nuestro favor, nosotras no hicimos nada malo. Sé que la Defensoría Pública hará justicia”

Cindy Quijíje

Nombre: Cindy QuijijeEdad: 20 añosCiudad: Caluma (Bolívar)Estado civil: Soltera Ocupación: Estudiante



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Sandra acudió a la Defensoría Pública en busca de ayuda legal para llevar adelante una denuncia por maltrato físico y sicológico en contra de su pareja. Ella obtuvo una boleta de auxilio para

protegerse y luego acudió a la audiencia en la que fue asesorada por un defensor público, pues no cuenta con los recursos para contratar un abogado.

“Era víctima constante de maltratos, pero eso no se volverá a repetir ahora cuento con su ayuda y sé que saldré adelante”. Sandra Toral

Nombre: Sandra ToralEdad: 44 añosCiudad: Guayaquil (Guayas)Estado Civil: SolteraOcupación: Secretaria



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Elena inició los trámites de divorcio e interpuso una demanda de alimentos a favor de su hijo. Ella es un testimonio más de la violencia de la que son objeto las mujeres en el país por parte

de su parejas; Elena sufrió de maltrato físico constante. Cuando su ex pareja supo que fue demandado, la amenazó de muerte, incluso, antes de irse de la casa quemó todas las pertenencias de Elena, pero ella decidió seguir con la causa a pesar de la adversidad.

“Conozco sobre la Defensoría Pública por mi hermana y tengo plena confianza en que me van a ayudar como la ayudaron a ella. Desde ya me siento más tranquila porque sé que no estoy sola”.

Nombre: Elena MargothEdad: 38 añosCiudad: Chillanes (Bolívar)Estado civil: Casada Ocupación: Vendedora

Elena Margoth



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Defensoría Pública del EcuadorSin defensa no hay justicia

los rostros de la defensoría pública del ecuador...pequeña cumplió dos años, el padre de la...

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