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El Dragón

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NAOMI NOVIK

Argumento:

Vuela a lomos de un dragn y combate en la fuerza area ms poderosa de la Historia.

El capitn Will Laurence sella su destino al capturar el precioso cargamento de la fragata Amiti. El tesoro es un huevo de dragn imperial, regalo del emperador chino a Napolen. Cuando la fantstica criatura salga del cascarn, elegir al capitn como su criador. ste pronto descubrir que entrenarlo es una aventura fascinante y juntos protagonizarn momentos decisivos en la Historia de Europa...

Naomi NovikEl Dragn de su Majestad

Traduccin de Jos Miguel PallaresCrculo de Lectores

Para Charles, sine qua non.

AgradecimientosEn primer lugar, y por encima de todo, debo especial gratitud a los lectores del borrador, que vieron evolucionar Temerario desde el primer al ltimo captulo, y que me prestaron no slo una atencin entusiasta, sino una ingente cantidad de buenos consejos: Holly Benton, Dana Dupont, Doris Egan, Diana Fox, Laura Kanis, Shelley Mitchell, L. Salom, Micole Sudberg y Rebecca Tushnet; y a Francesca Coppa, por ser la primera en decirme que lo hiciera. Gracias tambin a Sara Rosenbaum y a todos los dems partcipes de la weblog que me hicieron sugerencias para el ttulo.Me considero afortunada por haber contado con la ayuda de una agente maravillosa, Cynthia Manson, que es tambin una amiga, y el asesoramiento de no uno, sino dos magnficos editores: Betsy Mitchell, en Del Rey, y Jane Johnson, en Harper Collins, Inglaterra. Muchos otros amigos y lectores me dieron nimos y consejos a lo largo del camino, y ayudaron desde todo tipo de pequeas sugerencias hasta a localizar trminos de poca. Me gustara poder enumerarlos a todos, pero tendrn que conformarse con un agradecimiento sincero, pero no detallado. Tambin me gustara dar las gracias a varias personas que hicieron lo indecible para ayudarme en mi bsqueda: Susan Palmer del Soane Museum de Londres, Fiona Murray y el personal voluntario del George House en Edimburgo, y Helen Roche del Merrion Hotel de Dubln.Para mi madre, mi padre y Sonia, con todo mi amor y gratitud.Por ltimo, y el ms importante, dedico este libro a mi esposo, Charles, que me ha dado tantos dones que ni siquiera puedo mencionarlos todos, el primero y el mejor de todos el de la alegra.

Primera Parte

Captulo 1

El navo francs cabeceaba en el oleaje picado. Su cubierta estaba resbaladiza a causa de la sangre. Un golpe de mar poda derribar a cualquier marino con la misma facilidad que un disparo intencionado. En el fragor de la batalla, Laurence no tuvo tiempo para sorprenderse de la notable resistencia del enemigo pero, a pesar del brutal aturdimiento en el ardor del combate, la confusin de espadas y el humo de las pistolas, se percat de la honda angustia del rostro del capitn francs mientras animaba a voz en grito a los suyos.Despus de aquello, an pas un breve lapso de tiempo hasta que se encontraron en cubierta y el hombre le entreg la espada a regaadientes. Hizo ademn de cerrar la mano sobre la hoja en el ltimo momento, como si tuviera intencin de retirarla. Laurence alz la vista para asegurarse de que haban arriado el pabelln y entonces acept el acero con un asentimiento mudo. No hablaba francs, y un cruce de palabras ms formal le hubiera obligado a esperar a que estuviera presente el tercer teniente, un joven que en aquel momento se hallaba bajo cubierta para asegurar la artillera francesa. Los franceses supervivientes se dejaron caer literalmente en sus puestos en cuanto cesaron las hostilidades. Laurence se percat de que eran menos de lo que caba esperar en una fragata de treinta y seis caones, y de que parecan enfermos y demacrados.Muchos de ellos yacan muertos o agonizantes en la cubierta. Sacudi la cabeza a la vista de aquel despilfarro de vidas y dirigi una mirada de reprobacin al capitn francs. Nunca debera haber presentado batalla. Dejando a un lado el simple hecho de que, en el mejor de los casos, el Reliant aventajaba ligeramente en caones y hombres al Amiti, era obvio que la enfermedad o el hambre haban diezmado la tripulacin. Para empezar, las velas que tena sobre la cabeza eran un triste enredo, y aquello no era resultado de la batalla, sino de la tormenta que acababa de pasar esa misma maana. Ni siquiera haban conseguido disparar una andanada antes de que el Reliant se hubiera acercado y los hubiera abordado. El capitn estaba manifiestamente afectado por la derrota, pero no era un hombre joven que se dejase llevar por la fogosidad. Debera haber hecho lo mejor para su tripulacin en lugar de empujarla a un combate perdido de antemano.Seor Riley llam Laurence para atraer la atencin de su alfrez, que nuestros hombres lleven abajo a los heridos. Enganch al cinto el sable del capitn francs. No crea que aquel hombre se mereciera la cortesa de que se lo devolviera, aunque lo habitual hubiera sido hacerlo as. Haga venir al seor Wells.Muy bien, seor respondi Riley mientras se volva para dar las rdenes pertinentes.Laurence anduvo hacia la balaustrada para mirar hacia abajo y evaluar los daos que haba sufrido el casco. Pareca razonablemente intacto. Haba ordenado a sus hombres que no dispararan por debajo de la lnea de flotacin. Pens con satisfaccin que no tendra por qu haber dificultad alguna en llevarlo a puerto.Los cabellos se le haban soltado de la pequea coleta y le cayeron sobre los ojos al agacharse a mirar. Los apart con gesto impaciente cuando alz la cabeza, dejando rastros de sangre en la frente y en el pelo descolorido por el sol; esto, aadido a los anchos hombros y la mirada severa, le confera una apariencia fiera de la que l no era consciente mientras inspeccionaba la nave apresada, una apariencia completamente opuesta a la habitual amabilidad de sus facciones.Wells subi en respuesta a la llamada del capitn y lleg a su altura.Seor dijo sin esperar a que le dirigiera la palabra, le pido perdn, seor, pero el teniente Gibbs dice que hay algo raro en la bodega.S? Ir a mirar respondi Laurence. A ver si consigue que este caballero se comprometa a no intentar nada, ni l ni sus hombres, para poder dejarlos en libertad bajo palabra. Seal al capitn francs. De lo contrario, los encerraremos.ste no respondi de forma inmediata; mir a sus hombres con gesto abatido. Les hara mucho bien poder permanecer en la cubierta inferior y cualquier recuperacin de la nave era prcticamente imposible en las circunstancias actuales. Aun as, vacil, flaque y al fin farfull: Je me rends1, con un aspecto todava ms desdichado.Laurence le dirigi una breve seal de asentimiento.Puede volver a su camarote le dijo a Wells; luego, se volvi para bajar a la bodega. Tora, me acompaa? Perfecto.Descendi con Riley pegado a los talones y encontr al primer teniente esperndole. El rostro orondo de Gibbs an reluca por el sudor y la emocin. Sera l quien llevara la presa a puerto y lo ms probable es que asumiera tambin el cargo de capitn cuando la hubieran acondicionado para ser una fragata inglesa. Eso complaca slo a medias a Laurence. Aunque Gibbs se haba desenvuelto competentemente, era un oficial impuesto por el Almirantazgo y nunca haban llegado a intimar. Hubiera preferido a Riley en lugar del primer teniente y, si hubiera estado en su mano, sera Riley quien conseguira ahora ese ascenso. As era la naturaleza del servicio y no envidiaba la buena suerte de Gibbs pero, aun as, no se alegraba con el mismo entusiasmo que si hubiera visto a Tom conseguir su propio barco.Muy bien, qu ocurre aqu? pregunt Laurence a continuacin.La marinera se apiaba alrededor de una mampara extraamente orientada hacia el rea de popa de la bodega, descuidando la tarea de catalogar los pertrechos de la nave apresada.Seor contest Gibbs, haga el favor de venir por aqu. Abrid paso ah delante orden.Cuando se apartaron los marinos, Laurence vio una entrada situada en un tabique que haban levantado en la parte posterior de la bodega haca poco tiempo, ya que la madera era notablemente ms ligera que la de los tablones circundantes.Despus de agacharse para cruzar la puerta baja, se encontr en una pequea cmara de apariencia extraa. Haban reforzado las paredes con metal de verdad, lo cual haba aadido a la nave un peso enorme e innecesario, y haban acolchado el suelo con lonas viejas. Adems, en un rincn, haba una pequea estufa de carbn apagada en aquel momento. El nico objeto guardado en el interior de la cmara era un gran cajn de embalaje que, a simple vista, tendra la altura y anchura de la cintura de un hombre amarrado al suelo por medio de gruesas guindalezas sujetas a anillos metlicos.Laurence no pudo reprimir la ms vivida curiosidad, la cual le venci despus de intentar resistirse durante un momento. Apret el paso y dijo:Seor Gibbs, creo que deberamos echar un vistazo ah dentro.La tapa del cajn estaba concienzudamente asegurada con clavos, pero al fin cedi al empuje de varios voluntariosos marineros. La levantaron haciendo palanca y quitaron la parte superior del embalaje. Fueron muchos quienes estiraron el cuello al mismo tiempo para ver el contenido.Nadie habl. Laurence contempl en silencio la centelleante curvatura de la cascara del huevo que sobresala del montn de paja. Resultaba difcil de creer.Haga llegar al seor Pollitt la orden de que baje orden al fin; la voz son slo un poco tensa. Seor Riley, cercirese de que esas cuerdas son lo bastante seguras, por favor.Riley no contest de inmediato, estaba demasiado atareado mirando. Luego, prest atencin de repente y respondi con premura:S, seor.A continuacin se agach para comprobar las sujeciones.Laurence se acerc y baj la vista para contemplar el huevo. No caba duda alguna en cuanto a su naturaleza, aunque no era capaz de asegurarlo por su propia inexperiencia. Una vez pasada la sorpresa del primer momento, extendi la mano con vacilacin y acarici la superficie con cautela; era lisa y dura al tacto. La retir casi de inmediato para no arriesgarse a sufrir algn dao.El seor Pollitt descendi a la bodega con su habitual torpeza, aferrando con ambas manos los laterales de la escalera, en los que dej sus huellas impresas en sangre. No era marinero; se haba hecho cirujano cuando frisaba los cuarenta despus de sufrir alguna decepcin en tierra que nunca haba querido aclarar. No obstante, era un hombre magnfico, muy apreciado por la tripulacin a pesar de que su mano no era la ms firme en la mesa de operaciones.S, seor? dijo. Entonces, vio el huevo. Padre Nuestro que ests en los cielos!Entonces, es un huevo de dragn? pregunt Laurence, esforzndose para refrenar una nota de triunfo en la voz.Oh, s, sin duda, capitn. Slo el tamao ya lo demuestra. El seor Pollitt se sec las manos en el mandil y se puso a quitar ms paja de la parte superior del cajn en un intento de ver cunto meda. Caramba, est bastante endurecido. En qu estaran pensando para estar tan lejos de tierra?Las ltimas palabras no parecan muy halageas, por lo que Laurence pregunt con acritud:Endurecido? Qu significa eso?Pues que pronto va a salir del cascarn. Tendr que consultar mis libros para asegurarme, pero creo que el Bestiario de Badke establece con rotundidad que la cra romper el cascarn en la semana siguiente a que ste se haya endurecido del todo. Qu espcimen tan esplndido! He de traer mi cinta mtrica.Se march con denodado afn. Laurence intercambi una mirada con Gibbs y Riley, y de inmediato los tres se reunieron lejos de los perseverantes espectadores para poder hablar sin ser odos.Diran ustedes que estamos al menos a tres semanas de Madeira si soplan vientos favorables?Como mnimo, seor dijo Gibbs con un asentimiento.No logro imaginarme cmo vinieron aqu con l repuso Riley. Qu se propone hacer, seor?La satisfaccin inicial de Laurence se iba convirtiendo poco a poco en consternacin conforme comprenda la dificultad propia de la situacin. Contempl el huevo con mirada ausente. Reluca con el acogedor lustre del mrmol incluso a la tenue luz del farol.Que me zurzan si lo s, Tom, pero supongo que voy a devolverle el sable al capitn francs. Despus de todo, no me sorprende que luchara con tanto encono.Pero s saba qu hacer, por supuesto; slo haba una posible solucin, desagradable se mirara como se mirase. Laurence contempl con gesto pensativo cmo trasladaban el huevo, an en el cajn, a bordo del Reliant; era el nico hombre de semblante adusto, adems de los oficiales franceses, a quienes haba concedido libertad de movimiento en el alczar, desde cuya barandilla contemplaban con desnimo el lento transbordo. Los marineros que los rodeaban esbozaban sonrisas de regodeo y reinaba un gran jbilo entre los tripulantes ociosos, que, de forma innecesaria, pedan precaucin a gritos y daban consejos al sudoroso grupo de hombres que se ocupaba propiamente de la operacin de traslado.Laurence se despidi de Gibbs en cuanto el huevo estuvo instalado a salvo en la cubierta del Reliant.Le voy a confiar a los presos. No tiene sentido darles ninguna oportunidad de que intenten recuperar el huevo dijo. Naveguemos juntos mientras sea posible. No obstante, si nos separsemos, nos reuniremos en Madeira. Mis ms sinceras felicitaciones, capitn aadi al tiempo que estrechaba la mano de Gibbs.Gracias, seor. Soy del mismo parecer y le agradezco mucho...En ese momento le fall a Gibbs la elocuencia, que, por otro lado, nunca tuvo en demasa. Desisti y slo fue capaz de quedarse delante de Laurence con una gran sonrisa en los labios mientras todos le daban los parabienes.Las naves se haban mantenido un costado junto al otro durante el traslado del cajn, por lo que Laurence no tuvo que subir a un bote, sino que salt aprovechando la cresta de una ola. Riley y el resto de los oficiales ya haban regresado al Reliant. Dio orden de largar trapo y se fue directamente abajo para enfrentarse al problema en privado.Pero durante la noche no se le present ninguna alternativa menos ardua. A la maana siguiente cedi ante lo inevitable e imparti rdenes; al poco, los guardiamarinas y tenientes del barco se apiaron en el camarote, acicalados y nerviosos, vistiendo sus mejores galas. Aquel tipo de convocatoria general no tena precedentes y el camarote del capitn era demasiado pequeo para albergarlos a todos con comodidad. Laurence vio ansiedad en muchos rostros, fruto de algn remordimiento, sin duda, y curiosidad en otros. Slo Riley pareca preocupado, tal vez porque sospechaba las intenciones de Laurence.El capitn se aclar la garganta. Se haba quedado de pie despus de ordenar el escritorio y retirar la silla para que hubiera ms espacio; no obstante, haba dejado el tintero y la pluma, as como varias cuartillas de papel que ahora reposaban detrs de l, encima del antepecho de las ventanas de popa.Caballeros, a estas alturas todos ustedes saben que hemos encontrado un huevo de dragn a bordo de la nave apresada. El seor Pollitt lo ha identificado con toda seguridad.Se levant una oleada de sonrisas y codazos furtivos.Felicidades, seor! celebr con voz aguda el pequeo guardiamarina Battersea.Un sordo ruido de satisfaccin se extendi por la estancia. Laurence torci el gesto. Comprenda su alborozo, y lo hubiera compartido si las circunstancias hubieran sido slo un poco diferentes. El huevo debera de valer mil veces su peso en oro una vez que lo hubiera llevado intacto a tierra; todos los tripulantes del barco recibiran su parte del botn, y l, como capitn, se llevara la parte de ms valor.El capitn francs haba arrojado por la borda el diario del Amiti, pero sus marineros haban sido menos discretos que los oficiales y a travs de sus quejas Wells pudo conocer con toda claridad las causas que retrasaron la llegada al puerto: fiebres entre la dotacin, total ausencia de viento en la zona de las calmas ecuatoriales durante casi un mes, una gotera en los tanques de agua que haba menguado las reservas y, por ltimo, la galerna que tambin ellos haban tenido que capear recientemente. Haba sido una concatenacin de hechos desafortunados, y Laurence era consciente de que la naturaleza supersticiosa de sus hombres se agitara ante la idea de llevar el huevo, que, sin lugar a dudas, consideraban el causante de todo, a bordo del Reliant.Por supuesto, procurara que la tripulacin lo ignorase; cuanto menos se supiera del largo rosario de desastres que haba sufrido el Amiti, mejor. Por eso, despus de que se hiciera el silencio de nuevo, se limit a decir:Por desgracia, la presa ha tenido un viaje realmente malo. Esperaban haber llegado a puerto hace un mes, si no antes, y el retraso ha hecho que cuanto concierne al huevo sea ms apremiante.La perplejidad y la incomprensin presidan la mayora de los rostros, aunque comenzaban a extenderse las miradas de preocupacin, por lo que zanj el asunto afirmando:En resumen, el dragn est a punto de romper el huevo, caballeros.Se oy otro murmullo, esta vez de decepcin, e incluso unas pocas protestas en voz baja. Por lo general, hubiera tomado nota de los infractores para darles una leve reprimenda pero, tal y como estaban las cosas, lo dej pasar. Pronto iban a tener ms motivos de queja. Por el momento, no haban comprendido el significado de sus palabras; simplemente haban pensado que eso supondra una reduccin del botn al pasar de un huevo intacto a lo que pagaran por un dragoncillo sin adiestrar, mucho menos valioso.Tal vez no todos ustedes sean conscientes dijo al tiempo que silenciaba los susurros con una mirada de que Inglaterra se encuentra en una situacin grave en lo que se refiere a la Fuerza Area. Por supuesto, somos ms hbiles y somos capaces de sobrevolar cualquier otro pas, pero los franceses doblan nuestro nmero de cras y resulta innegable que tienen ms variedad de especies. Un dragn correctamente enjaezado nos resulta ms valioso que una nave de primera clase con cien caones, incluso un simple Tanator Amarillo o un Winchester de tres toneladas. El seor Pollitt cree que esta cra es un espcimen de primera a juzgar por el tamao y el color del huevo, y muy probablemente se trate de una de las especies grandes, que son muy raras.Vaya! exclam el guardiamarina Carver con tono horrorizado, como si hubiera comprendido el significado de las palabras de Laurence.Se puso colorado de inmediato, cuando todas las miradas se clavaron en l, y cerr la boca.Laurence ignor la interrupcin. Riley se cuidara de retirarle el grog a Carver durante una semana sin necesidad de que l se lo ordenara. Al menos, la exclamacin haba predispuesto a los dems.Es nuestro deber intentar al menos ponerle un arns al animal inform. Confo, caballeros, en que todos los aqu presentes estn dispuestos a cumplir su deber con Inglaterra. La Fuerza Area no es la clase de vida para la que ninguno de nosotros hemos sido educados, pero tampoco la Armada es una sinecura, y no hay ni uno solo de ustedes que no comprenda que es un servicio duro.Seor intervino el teniente Fanshawe con ansiedad; era un joven de muy buena familia, hijo de un conde, cuando dice nosotros, esto... Se refiere a todos nosotros?Enfatiz la palabra todos con una insinuacin claramente egosta y Laurence not cmo su rostro enrojeca de ira mientras contestaba con brusquedad:Todos, seor Fanshawe, ya lo creo! A menos que haya aqu alguien que sea demasiado cobarde para hacer el intento, y en tal caso ese caballero podr explicarse ante una corte marcial cuando desembarquemos en Madeira.Recorri la sala con una mirada de enojo y nadie ms se atrevi a sostenerla ni protestar.Era el que ms furioso estaba de todos porque comprenda aquel sentimiento, l mismo lo comparta. Sin duda, ningn hombre creca con la esperanza de convertirse en aviador, y odiaba tener que pedir a sus oficiales que afrontaran ese destino. Despus de todo, aquello supona el final de cualquier semejanza con una vida normal. No se pareca a la Marina, donde se poda conducir la nave de regreso, devolverla a la Armada y quedarse en tierra, independientemente de que te gustase o no.No se poda dejar un dragn en un muelle o permitirle deambular suelto ni siquiera en tiempos de paz, y para impedir que un animal adulto de veinte toneladas campara a sus anchas se necesitaba casi la plena atencin de un aviador y un equipo de asistentes. Adems, el empleo de la fuerza era intil con los dragones, que eran muy melindrosos con sus cuidadores; algunos no admitan cambio alguno, ni siquiera aunque acabaran de romper el huevo, y ninguno despus de haberse alimentado por primera vez. Era posible retener a un dragn salvaje en los lugares de cra gracias al continuo suministro de comida, compaeros y un refugio cmodo, pero no se les poda mantener al aire libre ni tampoco hablaran con los hombres.Por eso, si un recin salido del cascarn consenta que alguien le pusiera un arns, el deber le vinculaba con el animal para siempre. Un aviador no poda administrar ninguna clase de patrimonio ni formar una familia ni entrar en sociedad en grado alguno. Vivan como hombres excluidos y en buena medida fuera del alcance de la ley, ya que resultaba imposible castigar al aviador sin perder as la posibilidad de emplear al dragn. En tiempos de paz, vivan en una suerte de escandaloso y atroz libertinaje en pequeos enclaves, por lo general situados en los lugares ms remotos e inhspitos de Gran Bretaa, donde al menos se les poda conceder cierta libertad a los dragones. Aunque se honraba a los hombres de la Fuerza Area sin cuestionar su valor y su entrega al deber, la perspectiva de entrar en sus filas no resultaba atractiva para ningn caballero que se hubiera educado en una sociedad respetable.No obstante, ellos procedan de buenas familias, eran hijos de caballeros que comenzaron su adiestramiento en la Armada a los siete aos; adems, el que otra persona distinta a los oficiales de la Fuerza Area intentara poner el arns al dragn constitua un insulto intolerable. Si haba que pedir a uno que asumiera el riesgo, deba pedrselo a todos. Aun as, le hubiera gustado librar a Carver de todo aquello, y lo hubiera hecho si Fanshawe no hubiera hablado de forma tan improcedente, ya que saba que el muchacho padeca de vrtigo, lo cual supona un grave impedimento para un aviador. Pero la lastimosa peticin haba creado una atmsfera en la que esa exclusin hubiera parecido favoritismo, y eso no era posible.Inspir hondo, an hirviendo de rabia, y volvi a hablar:Ninguno de los aqu presentes ha sido entrenado para ese cometido, por lo que el nico medio justo de encomendar esa tarea es echarlo a suertes. Naturalmente, todos los caballeros con familia estn excusados. Seor Pollitt orden al cirujano, que tena esposa y cuatro hijos en Derbyshire, usted extraer por nosotros el nombre del elegido. Caballeros, escriban su nombre en uno de esos trozos de papel y mtanlo en esta bolsa.Predicando con el ejemplo, Laurence rasg un trozo de cuartilla con su nombre escrito, lo dobl y lo introdujo en la bolsita.Riley se adelant de inmediato y los dems le imitaron obedientemente. Fanshawe escribi su nombre con pulso tembloroso y la cara colorada bajo la fra mirada de Laurence. Carver, sin embargo, escribi con resolucin a pesar de la palidez de sus mejillas. El ltimo fue Battersea, que, a diferencia de la prctica totalidad de sus compaeros, se descuid en el momento de rasgar el papel, de modo que su trozo era inusualmente grande. El capitn lleg a or el susurro de Carver:No se hacen famosos los jinetes de dragn?Laurence sacudi levemente la cabeza ante la irreflexin de la juventud; sin embargo, sera mucho mejor que el elegido fuera uno de los oficiales jvenes, ya que la adaptacin sera ms fcil. Aun as, resultara duro ver cmo uno de los muchachos se sacrificaba en cumplimiento de la tarea y l tendra que afrontar la indignacin de la familia. Pero eso mismo valdra para cualquiera de los presentes, l mismo incluido.No consegua reprimir del todo sus propios temores ahora que se aproximaba el momento crucial, aunque haba hecho todo lo posible para no considerar las consecuencias desde una perspectiva egosta. Un trocito de papel podra significar el hundimiento de su carrera, la perturbacin de su vida, la desgracia a los ojos de su padre y, tambin, haba que pensar en Edith Galman, pero no quedara nadie si empezaba a excusar a sus hombres por algn vnculo en formacin, en vez de por una atadura legal. En todo caso, no se imaginaba excluyndose de esta seleccin por ningn motivo; no poda pedir a sus hombres que afrontaran aquello y excluirse l mismo.Le tendi la bolsa al seor Pollitt e hizo un esfuerzo para permanecer en posicin de descanso sin parecer preocupado, sujetndose las manos detrs de la espalda sin apretar demasiado. El cirujano agit la saca dos veces, introdujo la mano sin mirar y extrajo una hoja doblada. Laurence se avergonz de la sensacin de profundo alivio incluso antes de que se leyera el nombre, el pliego elegido estaba doblado una vez ms que el suyo.La emocin dur slo un momento.Jonathan Carver ley Pollitt.Se escuch resoplar con estrpito a Fanshawe y el suspiro de Battersea, mientras Laurence inclinaba la cabeza sin dejar de maldecir a Fanshawe en silencio. Carver era un oficial muy prometedor y lo ms probable es que fuera un negado en la Fuerza Area.Bueno, ah est dijo; no haba nada que pudiera hacer. Seor Carver, queda relevado de sus deberes habituales hasta la eclosin. En vez de eso, se va a instruir con el seor Pollitt sobre el proceso que se ha de seguir para enjaezar al dragn.Seor, s, seor respondi el muchacho con un hilo de voz.Caballeros, retrense. Seor Fanshawe, deseo hablar con usted a solas. Seor Riley, tome el mando en cubierta.Riley roz el sombrero y los dems desfilaron detrs de l. Fanshawe permaneci rgido y plido, con las manos firmemente apretadas detrs de la espalda. Trag saliva. La prominente nuez suba y bajaba de forma ostensible. Laurence le hizo esperar sudando hasta que su ayudante coloc en su sitio todos los muebles del camarote; luego se sent y le contempl desde su puesto oficial, entronizado delante de los ventanales de popa.Bueno dijo, ahora me gustara que me explicara a qu se refera exactamente cuando ha hecho ese comentario, seor Fanshawe.Eh, no quise decir nada, seor contest el interpelado. Es lo que se dice sobre los aviadores, seor...Se le trab la lengua y se detuvo ante el fulgor cada vez ms agresivo de los ojos de Laurence.Me importa un bledo lo que digan, seor Fanshawe replic con frialdad. Los aviadores son el escudo de Inglaterra desde el aire, como la Armada lo es por mar. Podr criticarlos cuando haya conseguido al menos la mitad de sus logros. Har las guardias del seor Carver y realizar tanto el trabajo de l como el suyo. Le retiro su racin de grog hasta nueva orden. Informe al oficial de intendencia. Puede retirarse.A pesar de sus palabras, dio vueltas por el camarote despus de la marcha de Fanshawe. Se haba mostrado severo, y con toda razn, ya que era impropio hablar de esa forma de un compaero, y ms an insinuar que se le debera excluir a causa de su noble linaje, pero sin duda era un sacrificio, y le remorda profundamente la conciencia cada vez que pensaba en el aspecto del rostro de Carver. Se reproch sus propios sentimientos de alivio; haba condenado al muchacho a un destino que l mismo no deseaba afrontar.Intent consolarse con la idea de que an exista la posibilidad de que el dragn rechazara a Carver, que careca de adiestramiento, y rehusara el arns. Entonces ya no habra reproche posible y podra repartir el botn con la conciencia tranquila. El dragn continuara siendo de un valor incalculable para Inglaterra incluso aunque slo pudiera emplearse en la cra, y habrselo arrebatado a Francia ya constituira una victoria en s misma. Personalmente, estara ms que satisfecho con aquella resolucin, aunque el sentido del deber le obligaba a hacer cuanto estuviera en su mano para conseguir que ocurriera de otra forma.La semana siguiente transcurri con inquietud. Resultaba imposible no percibir la ansiedad de Carver, en especial a medida que pasaban los das y el arns que el armero se esforzaba en hacer empezaba a cobrar forma reconocible, as como la desdicha de sus amigos y los servidores de los caones, ya que era un tipo popular y su problema de vrtigo no era ningn secreto. El seor Pollitt era el nico que estaba de buen humor, pues desconoca el ambiente que reinaba a bordo y estaba muy interesado en el proceso de ponerle los arreos al dragn. Pas mucho tiempo inspeccionando el huevo, hasta el extremo de comer y dormir junto al cajn de embalaje en el cuarto de oficiales, para gran disgusto de los oficiales que dorman all: roncaba profundamente y las literas ya estaban atestadas. Pollitt no se enter de la silenciosa desaprobacin y continu velando hasta la maana en que con una lamentable falta de compasin anunci con jbilo la aparicin de las primeras grietas.Laurence orden que subieran a cubierta el huevo sin el cajn. Encima de un par de armarios unidos, le haban preparado un colchn hecho de lona y relleno de paja, y sobre l pusieron el huevo con sumo cuidado. El seor Rabson, el armero, subi el arns. Era un modelo provisional de correas de cuero sujeto por docenas de hebillas, ya que l no tena suficientes conocimientos acerca de las medidas que tenan los dragones para hacerlo exacto. Se hizo a un lado y permaneci a la espera con el arns preparado mientras Carver se situaba delante del huevo. Laurence orden a la marinera que despejara el rea circundante para dejar ms espacio; la mayora se subi a las jarcias o encima del tejado de la camareta alta, el mejor lugar para contemplar el proceso.Era un da de sol radiante y tal vez el calor y la luz dieran fuerzas al dragn, tanto tiempo confinado, porque el huevo comenz a resquebrajarse con ms intensidad en cuanto lo depositaron en cubierta. Hubo una oleada de inquietud y bulliciosos susurros en lo alto, que Laurence prefiri ignorar, y algunos gritos sofocados la primera vez que se pudo atisbar lo que suceda en el interior cuando asom la punta de un ala y las garras buscaron a tientas otra grieta diferente por la que salir.Todo termin de repente. El cascarn se rompi casi por el medio y las dos mitades salieron disparadas sobre la cubierta, como si compartieran la impaciencia del ocupante. El pequeo dragn emergi de entre los fragmentos y trozos del cascarn y se agit sobre el colchn con vigor. La mucosidad del interior an le cubra y brillaba hmedo y lustroso a la luz del sol. El cuerpo era completamente negro del hocico a la cola. Una expresin de asombro recorri las filas de la tripulacin cuando despleg las alas de seis nervaduras, igual que las varillas del abanico de una dama, cuya parte inferior estaba moteada de manchas ovaladas de color gris y resplandeciente azul oscuro.El propio Laurence estaba impresionado. Nunca antes haba presenciado una eclosin, aunque haba estado en varias acciones de vuelo y presenciado varios ataques de apoyo protagonizados por dragones adultos de la Fuerza Area. Le faltaban los conocimientos necesarios para identificar la especie, pero sin duda sta era extremadamente extraa. No recordaba haber visto un dragn negro en ningn bando y le pareca bastante grande para ser un recin nacido. Todo lo cual haca que el asunto fuera ms urgente.Seor Carver dijo, cuando est listo...El interpelado, extremadamente plido, avanz hacia la criatura con la mano extendida temblando de forma ostensible:Dragn bueno empez; las palabras parecan ms una pregunta que una afirmacin. Dragn bonito.El dragoncillo no le prest la ms mnima atencin. Estaba ocupado examinndose y quitndose con sumo cuidado los restos del cascarn adheridos a la piel. Aunque no alcanzaba el tamao de un perro grande, las cinco impresionantes uas de cada garra medan ms de dos centmetros de largo; Carver las mir con ansiedad y se detuvo a un brazo de distancia, donde continu esperando en silencio. La criatura sigui ignorndolo, y al final, el oficial volvi la cabeza y lanz una ansiosa mirada de splica hacia donde se encontraban Laurence y el seor Pollitt.Quiz si volviera a hablarle... apunt el seor Pollitt de forma dubitativa.Intntelo, por favor, seor Carver le aconsej Laurence.El muchacho asinti, pero cuando se volvi, el dragn ya se le haba adelantado, haba bajado de un salto de la colchoneta y haba pasado junto a l dando saltos. Carver se dio la vuelta con la mano an extendida y una expresin de sorpresa que casi resultaba cmica mientras los dems oficiales, que se haban acercado entusiasmados por la rotura del cascarn, retrocedan alarmados.Permanezcan en sus puestos! orden Laurence bruscamente. Seor Riley, vigile la bodega.Riley asinti y se coloc delante de la apertura para evitar que el pequeo dragn bajara, pero la criatura, en lugar de ir hacia all, se gir para explorar la cubierta; al caminar, meta y sacaba una larga y estrecha lengua bfida con la que rozaba todo cuanto se hallaba a su alcance y miraba a su alrededor dando muestras evidentes de curiosidad y perspicacia. Continu ignorando a Carver a pesar de los repetidos intentos de ste de llamar su atencin, y mostraba el mismo desinters por los dems oficiales. Aunque de vez en cuando se levantaba sobre las dos patas traseras para examinar ms de cerca un rostro, se comport igual que cuando examinaba una polea o el reloj de arena colgante: lo miraba con curiosidad, pero sin inmutarse.A Laurence se le cay el alma a los pies. A l precisamente no le podan culpar de que el joven dragn mostrase inclinacin alguna por un oficial de la Marina sin adiestrar, pero era un verdadero revs haber permitido que, recin salido del cascarn, se asilvestrara un dragn tan poco comn. Haban dispuesto todo en funcin de lo que todo el mundo saba, fragmentos de los libros de Pollitt y los recuerdos difusos de una eclosin que ste haba observado en una ocasin. Ahora, Laurence tema que se hubieran saltado algn paso esencial. Ciertamente, le resultaba anmalo que la criatura fuera capaz de hablar de inmediato, recin salida del huevo. No haban encontrado en los libros ninguna referencia que describiera una invitacin especfica ni una treta que lo indujera a hablar, pero sin duda le culparan, y se culpara, si se acababa descubriendo que haba omitido algo.El murmullo de las conversaciones aument cuando los oficiales y marineros sintieron que haba pasado el gran momento. Pronto debera rendirse y pensar en confinar al animal para impedir que se fuera volando despus de haberle dado de comer. El dragoncillo, que segua explorando, se acerc hasta l y se sent sobre los cuartos traseros para mirarlo de forma inquisitiva. Laurence baj la vista sin disimular el pesar y la consternacin.El dragn parpade delante de l. Laurence se percat de que la criatura tena los ojos de un profundo azul y las pupilas rasgadas. Entonces, el dragn le pregunt:Por qu ponis mala cara?Enseguida se hizo un silencio absoluto. A Laurence le result difcil no quedarse boquiabierto delante de la criatura. Carver, que hasta ese momento se haba considerado indultado, permaneci anonadado detrs del animal y cruz una mirada desesperada con Laurence, pero recuper el coraje y se adelant un paso, listo para dirigirse al dragn una vez ms.Laurence mir a la criatura y al chico lvido y asustado; luego, suspir y dijo al dragn:Os pido perdn, ha sido sin querer. Me llamo Will Laurence, y vos?Ningn castigo hubiera logrado contener el murmullo de estupefaccin que se levant en cubierta. El pequeo dragn no pareci percatarse, la pregunta le dej confuso durante unos momentos, y luego, con aire descontento, replic:No tengo nombre.Laurence haba ledo el suficiente nmero de libros de Pollitt como para saber qu deba responder.Os puedo dar uno? le pregunt ceremoniosamente.La criatura, que a juzgar por la voz era sin lugar a dudas un macho, volvi a examinar al marino, se entretuvo rascndose una zona en apariencia impecable de la espalda y luego repuso con poco convincente indiferencia:Si os place...Laurence se qued con la mente en blanco. No tena la ms mnima idea de cmo enjaezarlo ms all de hacer cuanto estuviera en su mano y esperar a ver qu ocurra ni cul podra ser un nombre apropiado para un dragn. Despus de un atroz momento de pnico, sin saber cmo, su mente relacion dragones con naves y espet:Temerario.La elegancia con la que se mova el dragn le haba recordado la botadura de un majestuoso acorazado que haba visto muchos aos atrs.Se maldijo en silencio por no haber previsto aquella eventualidad, pero ya lo haba soltado, y al menos era un nombre honorable. Despus de todo, l era un hombre de la Armada y slo vala para... En aquel momento interrumpi el hilo de sus pensamientos y contempl al joven dragn con creciente temor. Ya no perteneca a la Armada, por supuesto; no con un dragn, y no podra desatar ese nudo en el momento en que la criatura aceptara el arns.El dragn, que obviamente no perciba ninguno de aquellos sentimientos, dijo:Temerario? S. Me llamo Temerario.Asinti inclinando la cabeza con un extrao movimiento al final del largo cuello y dijo con mayor urgencia:Tengo hambre.Si no lo refrenaban, el dragn recin nacido echara a volar inmediatamente despus de que le hubieran dado de comer. La criatura slo sera controlable, y til en batalla, si se la llegaba a persuadir de que aceptara de manera voluntaria que lo enjaezaran. Rabson segua de pie, consternado, boquiabierto, sin acercarse con el arns. Laurence tuvo que hacerle seas para que acudiera. Le sudaban las palmas de las manos, y el metal y el cuero se le resbalaban cuando Rabson se lo entreg. Lo sujet con firmeza y, recordando en el ltimo momento el nuevo nombre, dijo:Temerario, seras tan amable de dejar que te pusiera esto? Luego, ya podremos irnos de la cubierta y traerte algo para comer.El animal examin el arns que Laurence sostena delante de l y sac la fina lengua, con la que recorri el equipo para reconocerlo.De acuerdo dijo, y permaneci a la expectativa.Laurence se arrodill con resolucin, sin pensar en nada ms que su inmediata tarea, y abroch con torpeza las correas y hebillas, pasndolas con cuidado sobre el cuerpo liso y caliente, procurando no obstaculizar las alas.La cincha ms amplia recorra la parte central del cuerpo, justo detrs de las patas delanteras, y se abrochaba debajo del vientre. Estaba cosida transversalmente a dos gruesas correas que corran por las ijadas del dragn y el fornido pecho. Luego, daba la vuelta por debajo de los cuartos traseros y por debajo de la cola. Sobre las correas haban enhebrado varias lazadas pequeas que se abrochaban alrededor de las piernas y la base del cuello y la cola para mantener fijo el arns, y varias cintas ms estrechas y finas lo sujetaban por el lomo.El complejo ensamblaje requera bastante atencin, algo que Laurence agradeca en grado sumo, ya que as poda sumergirse en esa tarea sin pensar en nada ms. Mientras trabajaba, not lo sorprendentemente finas que eran las escamas al tacto; haba supuesto que los bordes metlicos cortaran.Seor Rabson, tenga la bondad de traerme un poco ms de lona para envolver esas hebillas dijo sin volverse.Todo termin poco despus. El arns y las envolturas blancas de las hebillas recortadas contra el pulcro cuerpo oscuro no quedaban bien ni hacan juego, pero Temerario no se quej ni siquiera de la cadena hecha de forma apresurada que iba del arns a un poste y estir el cuello con avidez hacia la tina repleta de humeante carne roja recin troceada que Laurence haba ordenado traer.El joven dragn no era un comensal maoso ni limpio. Arrancaba grandes trozos de carne a mordiscos y los tragaba enteros, desparramando sobre la cubierta sangre y pedacitos de carne; tambin pareci saborear con especial deleite los intestinos. Laurence permaneci bien lejos de aquella carnicera despus de haberla observado de refiln durante unos breves momentos con una mezcla de nusea y admiracin. La pregunta de Riley le trajo de nuevo a la realidad de la situacin.Ordeno que los hombres rompan filas, seor?Se volvi y mir a su teniente. Entonces, ante la mirada consternada de los guardiamarinas ninguno de los cuales haba despegado los labios ni se haba movido desde la eclosin, comprendi de pronto que aquello haba sucedido haca menos de media hora. El reloj de arena se haba vaciado. Resultaba difcil de creer, y ms an asumir plenamente que ahora se haba comprometido y, difcil o no, deba afrontarlo. Laurence supuso que deba renunciar a su rango hasta que llegaran a tierra; no exista normativa alguna que regulara una situacin como aqulla. Pero si lo haca, sin duda un nuevo capitn lo reemplazara en cuanto llegaran a Madeira, y entonces Riley nunca conseguira la promocin. Laurence no volvera a estar en posicin de ayudarle.Seor Riley, la situacin es delicada, sin duda dijo armndose de valor; no estaba dispuesto a arruinar la carrera de su alfrez por cobarda. Creo que, por el bien del barco, debo dejarle a cargo del mismo de inmediato. Voy a necesitar consagrar casi toda mi atencin a Temerario y no la puedo repartir.Vaya, seor! se lament Riley sin protestar; resultaba evidente que haba pensado lo mismo.No obstante, su pena era manifiestamente sincera. Haba navegado con Laurence durante aos y haba ascendido de simple guardiamarina a teniente sirviendo a sus rdenes. No slo eran amigos, tambin eran camaradas.No nos comportemos como plaideras, Tom ataj Laurence en voz baja y de forma ms informal mientras diriga una mirada de aviso hacia donde Temerario se estaba atracando.La inteligencia de un dragn resultaba un misterio para los hombres consagrados al estudio de esas criaturas, y l no tena ni idea de lo que era capaz de or y comprender, pero pensaba que sera mejor evitar el riesgo de ofenderle. Alz la voz una octava ms y agreg:Estoy seguro de que lo har a la perfeccin, capitn.Despus de suspirar profundamente, se quit las doradas charreteras. Las haba sujetado con firmeza; no era rico cuando haba sido nombrado capitn y an recordaba aquellos das en que tena que cambiarlas de una chaqueta a otra. Aunque tal vez no fuera del todo apropiado entregarle a Riley el smbolo del rango sin confirmacin del Almirantazgo, Laurence saba que era necesario remarcar el cambio de poder de manera visible. Desliz la charretera izquierda en su bolsillo y fij la derecha en el hombro de Riley. Aunque fuera capitn, slo podra llevar una hasta que tuviera tres aos de antigedad. La piel blanca y pecosa de Riley se puso colorada, se senta feliz ante esta inesperada promocin a pesar de las circunstancias. Pareca que deseaba decir algo y no encontraba las palabras.Seor Wells indic Laurence al tiempo que lanzaba una mirada elocuente; ya que haba empezado, quera hacerlo como Dios manda.El tercer teniente dio un respingo y luego dijo con voz dbil:Hurra por el capitn Riley.Se alz una ovacin, escasa al principio, pero ntida y clara a la tercera vez. Riley era un oficial extremadamente competente y capaz, incluso para hacer frente a aquella espantosa situacin.Riley haba controlado su vergenza cuando los vtores acabaron y agreg:Y hurra tambin por Temerario, muchachos.Los vtores ahora fueron a voz en grito, aunque con menor entusiasmo. Laurence estrech la mano de Riley para dar por concluido el asunto.A esas alturas, el dragn haba terminado de comer y se haba subido a un armario desde la barandilla para extender las alas al sol, plegndolas y desplegndolas sin cesar, pero mir a su alrededor con inters cuando oy jalear su nombre. Laurence se coloc a su lado, era un buen pretexto para dejar a Riley la tarea de establecer su autoridad y permitir que la nave recuperara la normalidad.Por qu arman ese jaleo? pregunt el dragn, que hizo sonar la cadena antes de que Laurence le respondiera. Vas a quitarme esto? Ahora me gustara volar.El marino vacil. La descripcin de la ceremonia del enjaezado del libro del seor Pollitt no mencionaba qu hacer una vez se haba puesto el arns al dragn y ste haba empezado a hablar. En cierto modo, haba dado por supuesto que Temerario se limitara a quedarse donde estaba sin discutir ms.Si no te importa, tal vez debamos dejarlo para otro momento contemporiz. Ya ves, estamos lejos de la costa y puede que no encontraras el camino de vuelta si te alejaras volando.Ah respondi la criatura asomando el cuello por encima de la barandilla. El Reliant avanzaba a unos ocho nudos con viento favorable del oeste, y el agua revuelta, coronada de espuma blanca, se alejaba por ambos costados. Dnde estamos?En el mar. Laurence se acomod junto a l en el armario. Estamos en el ocano Atlntico, a unas dos semanas de tierra. Masterson aadi a la vez que llamaba la atencin de uno de los marineros ociosos que permanecan mirndolos embobados sin demasiada sutileza, haga el favor de traerme un cubo de agua y algunos trapos.Una vez que se los trajeron, intent por todos los medios quitar los restos de la comida de su reluciente cuerpo. El dragn permiti que le limpiara con evidente placer y luego, agradecido, frot con la cabeza la mano de Laurence, que se descubri sonrindole de forma involuntaria y acaricindole la piel oscura y caliente. Temerario se acomod, escondi la cabeza en el regazo de Laurence y se durmi.Seor dijo Riley, que se haba acercado con sigilo, le voy a dejar el camarote. No tendra sentido hacerlo de otro modo estando l le indic, haciendo referencia al dragn. Desea que alguien le ayude a llevarlo abajo?Gracias, Tom, pero no. Por el momento, me encuentro muy cmodo aqu fuera. Es mejor que no lo movamos mucho a menos que sea necesario. Luego, demasiado tarde ya, se le ocurri que a Riley tener al antiguo capitn en cubierta no le facilitaba las cosas. Aun as, prefera no trasladar al dragn dormido, por lo que aadi: Le quedara muy agradecido si ordenara que alguien me trajera un libro, tal vez uno de los del seor Pollitt.Pronunci esas palabras en la creencia de que esto servira tanto para mantenerle entretenido como para no parecer que estaba all observndolos.Temerario no despert hasta que el sol se ocult en el horizonte. Laurence dormitaba encima de un libro que describa los hbitos de los dragones de un modo francamente aburrido. La criatura le toc la mejilla con el redondeado hocico para despertarlo y anunci:Vuelvo a tener hambre.Laurence ya haba reevaluado las reservas de la nave antes de la eclosin, pero deba revisar su estimacin ahora que haba visto a Temerario devorar, con huesos y todo, lo que quedaba de la cabra y dos pollos sacrificados apresuradamente. Hasta el momento, el dragn haba consumido en dos ingestas el peso de su cuerpo en comida. Ya pareca haber crecido algo y mova la cabeza con ansiedad en busca de ms alimento.Laurence mantuvo una reunin urgente y privada con Riley y el cocinero de la nave. Si era necesario, poda llamar al Amitiy hacer uso de las reservas del barco, que dispona de ms de las que necesitaba para llegar a Madeira, ya que los infortunios acaecidos haban mermado de modo considerable el nmero de tripulantes. Sin embargo, andaban escasos de carne en salazn, y la situacin del Reliant no era mucho mejor. A ese ritmo, Temerario devorara toda la carne fresca en una semana, y Laurence ignoraba si un dragn comera carne curada o si, por el contrario, la sal no le sentara bien.Come pescado? sugiri el cocinero. Tengo un atn estupendo, lo he pescado esta misma maana, seor. Pensaba prepararlo para vuestra cena. Eh, esto, yo...Se detuvo con torpeza, mirando a uno y otro lado, al antiguo y al nuevo capitn, sin saber a quin dirigirse como su superior.Si le parece bien, debemos hacer el intento, seor dijo Riley, mirando a Laurence y sin prestar atencin al cocinero.Gracias, capitn contest Laurence. Se lo podemos ofrecer. Imagino que nos dir si es o no de su gusto.Temerario contempl el pescado con recelo y a continuacin lo mordisque. Poco despus se lo trag entero de golpe. Deba de pesar cinco kilos y medio. Se relami y dijo:Es muy crujiente, pero me gusta mucho.Luego, un eructo suyo sobresalt a los marinos y a l mismo.Bueno coment Laurence mientras estiraba el brazo para alcanzar el trapo de nuevo, eso es realmente alentador. Capitn, tal vez podamos preservar el buey unos das ms si fuera posible poner a pescar a unos cuantos hombres.Ms tarde hizo bajar a Temerario. La escalera present algunos problemas y al final hubo que bajarlo a pulso mediante un juego de poleas fijadas al arns. El dragn olfate con suma curiosidad el escritorio y la mesa, y asom la cabeza por los ventanales para ver la estela del Reliant. Haban colocado el cojn de la incubacin en un catre colgante que tena dos veces su tamao, cerca del de Laurence, al que salt fcilmente desde el suelo.Casi de inmediato, los somnolientos ojos del animal se cerraron por completo. Entonces, Laurence, libre de sus deberes y sin que pudiera ser visto por la tripulacin, se dej caer en la silla y se puso a contemplar al dragn dormido como a un instrumento del destino.Dos hermanos y tres sobrinos mediaban entre l y la herencia paterna. Haba invertido su propio capital en fondos, cuya administracin no exiga esfuerzo alguno. Esa parte al menos no presentaba mayores dificultades. Haba permanecido impertrrito en la cofa en una veintena de batallas y no se haba mareado a pesar de haberse quedado en cubierta en plena galerna. No iba a amedrentarse por tener a bordo un dragn.Pero, por lo dems, era un caballero, hijo de un caballero. Aunque se haba embarcado a la edad de doce aos, haba tenido la suerte de servir en buques de guerra de primera o segunda categora a las rdenes de capitanes adinerados que proporcionaban a sus oficiales finas viandas en la mesa y entretenimiento con regularidad. Le encantaba hacer vida social. Sus pasatiempos favoritos eran conversar, bailar y las amigables partidas de cartas. Cuando pensaba que jams podra volver a ir a la pera, senta la urgencia manifiesta de arrojar por la ventana el catre con su ocupante.Intent no or la voz de su padre en la cabeza, tachndole de imbcil. Se esforz por no imaginar qu pensara Edith cuando se enterara. Ni siquiera poda escribirle para informarla. Aunque se consideraba comprometido hasta cierto punto, no haban establecido ningn acuerdo formal debido en primer lugar a su falta de capital y ms recientemente a su prolongada ausencia de Inglaterra.Le haba ido bien acumulando su parte en los botines de las naves apresadas, lo bastante para superar el primer problema, y lo ms probable es que ya se hubiera formalizado el compromiso si hubiera pasado algn tiempo en tierra durante los ltimos cuatro aos. Le rondaba por la mente pedir un breve permiso para ir a Inglaterra al final de aquel periplo. Resultaba difcil desembarcar voluntariamente cuando no tena la seguridad de conseguir despus el mando de otra nave, y no era un candidato tan bueno como para suponer que Edith le iba a esperar, desdeando a todos los dems aspirantes por la simple fuerza de un acuerdo medio en broma entre un joven de trece aos y una nia de nueve.Ahora sus perspectivas haban empeorado. No tena la menor idea de cmo y dnde podra vivir como aviador ni la clase de hogar que podra ofrecer a una esposa. La familia de Edith podra oponerse si no lo haca ella misma; sin duda, aquello no encajaba en lo que ella esperaba. Puede que la esposa de un oficial de la Armada debiera tener serenidad para encarar las frecuentes ausencias de su marido, pero no tena que abandonar su casa e irse a vivir en algn lugar de la remota espesura cada vez que apareca su marido, con un dragn a la puerta de casa y un montn de tipos rudos como nica compaa.Siempre haba albergado en secreto el sueo de tener una casa propia, haba imaginado los detalles durante las largas y solitarias noches en alta mar. Por supuesto, sera ms pequea que la mansin en la que haba crecido, pero elegante, llevada por una esposa a quien pudiera confiar tanto la gestin de sus asuntos como la educacin de los hijos; un refugio cmodo cuando estuviera en tierra y un clido recuerdo al navegar.Todos sus sentimientos clamaban ante el sacrificio de su sueo. A tenor de las circunstancias, ni siquiera estaba seguro de poder hacer una oferta honorable que Edith fuera incapaz de rechazar. El cortejo de cualquier otra mujer quedaba descartado; ninguna con el suficiente sentido comn y personalidad entregara a sabiendas su afecto a un aviador, a menos que fuera de las que preferan tener a un marido ausente y displicente que dejara la administracin de la hacienda en sus manos, y vivir separadas de l aun cuando viviera en Inglaterra. Un arreglo de ese tipo no le atraa lo ms mnimo.El dragn dormido, que no paraba de dar vueltas en el catre y de vez en cuando mova la cola de forma inconsciente, constitua un sustituto muy pobre de un hogar y un amor. Laurence se incorpor y se dirigi hacia las ventanas de popa para contemplar la estela del Reliant, una corriente de espuma blanca a la luz de los faroles que surga de debajo de la nave. Ver el flujo y reflujo de la marea resultaba agradablemente adormecedor.Giles, el mayordomo, le trajo la cena con gran estrpito de platos y tenedores, procurando mantenerse bien alejado del catre del dragn. Las manos le temblaban mientras colocaba la bandeja. Laurence le despidi nada ms servir la cena y suspir dbilmente cuando se hubo ido. Tena pensado pedirle que le acompaara, en el supuesto de que un aviador pudiera tener un sirviente, pero no le serva de nada una persona a la que le aterraban estas criaturas. Tener cerca un rostro conocido hubiera sido de ayuda.Comi una cena frugal, deprisa y sin compaa. Slo se compona de carne de ternera en salmuera con un vaso de vino, ya que Temerario haba devorado todo el pescado. En cualquier caso, tena poco apetito. Ms tarde, intent escribir algunas cartas, pero result intil. Su mente divagaba por lgubres derroteros y deba esforzarse para concentrarse en cada lnea. Al final, se rindi; se asom para decirle a Giles que no cenara nada ms y se encaram a su propia litera. Temerario se movi y se acurruc ms entre la ropa del catre. Despus de un breve debate interior, lleno de resentimiento y encono, Laurence extendi el brazo y le cubri mejor; el aire nocturno era algo fro. Luego se durmi con el sonido de la respiracin profunda y acompasada del dragn, similar al subir y bajar de un fuelle.

Captulo 2

A la maana siguiente, Laurence se despert con el ruido que haca Temerario revolvindose en el catre; se haba enredado con la tela por dos veces al intentar bajar al suelo. Laurence tuvo que descolgarlo para desenredarlo. La criatura rompi la tela desenrollada para salir siseando con indignacin. Hubo que arreglarle y acariciarle para atemperar su mal humor, igual que a un gato ofendido, y entonces volvi a sentir apetito.Por fortuna, los marineros haban tenido tiempo de pescar. Les haba sonredo la suerte: haban conseguido dieciocho kilos de atn para el dragn, y an quedaban huevos para el desayuno de Laurence, por lo que reservaron las gallinas para otro da. Temerario se las arregl para devorarlo todo y entonces, sintindose demasiado pesado para volver al catre, se dej raer hinchado sobre el suelo, donde se durmi.El resto de la semana transcurri de forma similar. El dragn dorma excepto si estaba comiendo, y tragaba y creca a una velocidad alarmante. Al final de la semana, ya no pudo permanecer bajo cubierta por ms tiempo, ya que Laurence albergaba el creciente temor de que llegara a ser imposible sacarlo de la nave. Temerario ya pesaba ms que un caballo de tiro y del hocico a la cola meda ms que el bote del barco. Despus de estimar su futuro crecimiento, resolvieron llevar a proa los vveres y ponerlo en cubierta, en popa, como contrapeso.El traslado se hizo justo a tiempo. El dragn consigui salir fuera del camarote con muchsima dificultad, con las alas fuertemente encogidas. Segn las medidas tomadas por el seor Pollitt, haba crecido treinta centmetros de dimetro de la noche a la maana. Afortunadamente, cuando descans en popa, su corpachn no obstaculiz el camino en exceso, y all dormit durante la mayor parte del da, agitando la cola de forma ocasional y estirndose un poco cuando la marinera se vea obligada a subir gateando por encima de l para poder hacer su trabajo.Por la noche, Laurence durmi junto a l en cubierta, considerando que aqul era su sitio. No le supona grandes penalidades cuando el tiempo era bueno. La comida le preocupaba cada vez ms; deberan sacrificar al buey en un par de das, pero l devorara eso y todo el pescado que consiguieran. El dragn podra acabar con todos los vveres de a bordo antes de que llegaran a tierra si su apetito segua creciendo a ese ritmo, incluso aunque estuviera dispuesto a comer carne en salmuera. Tena la impresin de que iba a resultar difcil imponerle raciones ms pequeas, y, en cualquier caso, eso supondra poner en peligro a la dotacin. A pesar de que haban enjaezado a Temerario y, al menos en teora, estaba domesticado, incluso en aquellos tiempos un dragn salvaje que se hubiera escapado del lugar de cra poda y de vez en cuando as lo hacan comerse a un hombre si no se le ofreca nada ms apetitoso. Y nadie haba pasado por alto las miradas hambrientas del dragn.Cuando la brisa cambi por vez primera a mediados de la segunda semana, Laurence lo sinti de forma inconsciente y se despert antes del alba, unas horas antes de que empezase a llover. No se vean por ningn lado las luces de posicin del Amiti. Las naves se haban separado durante la noche bajo el creciente viento. El cielo apenas clare al amanecer y enseguida los primeros goterones comenzaron a golpetear contra las velas.Laurence saba que no deba hacer nada; si Riley tena que dar rdenes alguna vez, era ahora. Se ocup de mantener a la criatura tranquila y evitar que distrajera a los hombres. Le result difcil, ya que la lluvia despert una gran curiosidad en el dragn, que mantuvo las alas extendidas para sentir en ellas el impacto de las gotas.Ni el trueno ni el relmpago lo asustaron.Qu es eso? Cmo funciona? se limit a preguntar, y se sinti decepcionado cuando Laurence no le dio una explicacin. Podramos ir a echar un vistazo sugiri, volviendo a desplegar las alas, slo en parte, y dando un paso hacia la barandilla de popa.Laurence se asust. La criatura no haba hecho intentos de volar despus de aquel del primer da, ya que comer le preocupaba ms, y aunque haban agrandado el arns tres veces, nunca haban cambiado la cadena por otra ms resistente. Ahora advirti que los eslabones de hierro estaban tensos y empezaban a abrirse sin que el dragn apenas hubiera forzado la cadena.Ahora no, Temerario. Debemos dejar que los dems trabajen y observar desde aqu contest al tiempo que aferraba la correa lateral del arns ms cercana y trababa el brazo izquierdo, aunque comprendi, cuando ya era tarde, que su peso ya no iba a ser un impedimento para que echase a volar.Al menos, si estaban juntos en el aire, podra convencer finalmente al dragn de que regresara a la nave. Aunque tambin se poda caer. Desech el pensamiento en cuanto se le ocurri.Aunque pesaroso, gracias a Dios, Temerario se acomod de nuevo y volvi a contemplar el cielo. Laurence miraba a su alrededor con la pretensin de pedir una cadena ms fuerte, pero la tripulacin estaba ocupada y no poda interrumpir su trabajo. En cualquier caso, se preguntaba si habra a bordo alguna que fuera algo ms que un estorbo intil. De pronto, haba tomado conciencia de que el hombro de Temerario le sacaba cerca de treinta centmetros y que las patas traseras, no haca mucho delicadas como el talle de una dama, ahora eran ms gruesas que su muslo.Riley daba rdenes a gritos a travs de una bocina. Laurence hizo todo lo posible por no orlas. No poda intervenir y sera desagradable escuchar alguna orden que no le gustase. Los hombres ya haban sobrevivido a terribles tormentas y conocan bien su trabajo. Afortunadamente, el viento no soplaba en sentido contraro, por lo que podan avanzar por delante del temporal, y haban recogido correctamente los juanetes de los mstiles. Todo iba bien por el momento, y ms o menos seguan dirigindose hacia el este. Pero una impenetrable cortina de agua emborronaba el mundo y acortaba distancias con el Reliant.La tromba de agua impact contra la cubierta con el estrpito de una salva de caonazos y le empap el cuerpo de inmediato a pesar del chubasquero y el sueste Sombrero marino impermeable de ala estrecha por delante y muy ancha por detrs. (TV. del T.). Temerario resopl y sacudi la cabeza como si fuera un perro, despidiendo agua por todas partes, y se escondi y acurruc debajo de sus alas, que haba abierto a toda prisa. Laurence, todava arropado contra el costado y aferrando el arns, se encontr tambin a cubierto por aquella cpula viviente. Resultaba extremadamente raro sentirse tan a gusto en el corazn de la tormenta. An poda atisbar a travs de los huecos que dejaban las alas y senta en el rostro una glida salpicadura.El hombre que me trajo el tiburn ha cado al agua anunci el dragn en ese momento.Laurence sigui la direccin de la mirada de Temerario. A travs de la tupida cortina del aguacero vio el borrn rojiblanco de una camisa a popa y un brazo agitndose a unos setenta grados a babor. Se trataba de Gordon, uno de los marineros que haba ayudado en la pesca.Hombre al agua! grit al tiempo que haca bocina con las manos para hacerse or mejor, y seal a la figura que se debata en las olas.Riley le dedic una mirada angustiada. Arrojaron unos cuantos cabos, pero el marinero ya se hallaba demasiado lejos. La tormenta los empujaba y no exista la ms mnima posibilidad de salvarlo con los botes.Se encuentra demasiado lejos para que lleguen los cabos apunt Temerario. Ir por l.Laurence se encontr colgando en el aire antes de poder oponerse. La cadena rota penda libre del cuello del dragn junto a l. La atrap con el brazo libre cuando se acerc y la anud alrededor de las correas del arns varias veces para impedir que sacudiera y golpeara el costado de Temerario como si fuera un ltigo. Luego, se asi con todas las fuerzas en un intento de salvarse mientras las piernas colgaban en el aire sin otra cosa abajo que el ocano, que le esperaba en el caso de soltarse.El instinto los haba empujado a lo alto, pero tal vez no fuera adecuado permanecer ah. Temerario se vea forzado a alejarse hacia el este de la nave. Continu luchando de frente contra el vendaval. Se produjo un espantoso momento de vrtigo cuando dieron un tumbo al soplar una fuerte rfaga de viento y, por un instante, Laurence crey que estaban irremediablemente perdidos y que iban a caer sobre las olas.Con el viento rugi con toda la potencia de que fue capaz su voz, muy desarrollada despus de dieciocho aos en el mar, con la esperanza de que Temerario pudiera orle. Vuela a favor del viento, maldita sea!Se le tensaron los msculos del cuello mientras Temerario se enderezaba y giraba rumbo este. De repente, la lluvia dej de golpear el rostro del marino. Volaban a favor del viento a una velocidad vertiginosa. Laurence abri la boca para respirar, los ojos le lloraban de lo deprisa que iban y tuvo que cerrarlos. Aquello superaba la experiencia de permanecer en el puente a una velocidad de diez nudos, supona la misma diferencia que poda haber entre esta situacin y encontrarse en el campo en un da tranquilo y soleado. Una risa alocada pugnaba por salir de su garganta, como la de un nio, hasta el punto de que apenas fue capaz de sofocarla para pensar con cordura.No nos podemos acercar a l en lnea recta grit. Debes ceir por... Debes ir primero hacia el norte y luego hacia el sur, lo entiendes, Temerario?Si el dragn respondi, el viento se llev la rplica, pero pareca haber captado la idea. De pronto, se orient hacia el norte con las alas ahuecadas para recoger el viento; a Laurence le dio un vuelco el estmago similar al que senta cuando navegaba en un bote de remos en medio de una fuerte marejada. La lluvia y el viento continuaban castigndolos, pero no con tanta dureza como antes. Temerario cambi de direccin y vir con la misma suavidad que un bote, zigzagueando en el aire y volviendo de forma gradual hacia el oeste.A Laurence le ardan los brazos. Afianz el derecho en la correa del pecho y abri la mano para concederle un descanso. Vio a Gordon debatindose a lo lejos, primero cuando se acercaron y luego cuando pasaron por encima del barco. Por fortuna, el marinero saba nadar un poco y, a pesar de la furia de la lluvia y el viento, la marejada no era tan fuerte como para arrastrarlo al fondo. Laurence contempl dubitativo las garras del dragn. Eran enormes. Si pretenda recoger a Gordon, la maniobra tena las mismas posibilidades de matarlo que de salvarlo. Laurence tendra que posicionarse de forma que fuera l quien sujetara al desdichado marinero.Temerario, voy a recogerle. Espera a que est listo, luego baja todo lo que puedas grit.A continuacin, descendi por el arns despacio y con cuidado hasta colgar del vientre, sin dejar de mantener cruzado un brazo en una correa durante cada movimiento. Fue un avance aterrador, pero las cosas fueron ms fciles cuando lleg al vientre, ya que el cuerpo de Temerario le escudaba del viento y la lluvia. Se colg de la amplia cincha que corra por la cintura del dragn. Por poco, daba de s lo suficiente. Introdujo las piernas entre la cincha y el vientre del dragn una a una para poder tener libres ambas manos; luego, palme la ijada del dragn.Temerario cay en picado, como un guila. Laurence oscil al bajar, confiando en el acierto de la criatura, y levant dos surcos en la superficie del agua durante un par de metros antes de alcanzar la ropa empapada y el cuerpo del marino. Lo agarr a ciegas nada ms tocarlo y Gordon se aferr a l a su vez. El dragn volvi a ganar altura y se alej con un furioso batir de alas; por fortuna, ahora podan avanzar a favor del viento, no contra l. El lastre de Gordon se haca pesado en los brazos, hombros y muslos de Laurence, que tena todos los msculos en tensin. La cincha le apretaba con tanta fuerza en las pantorrillas que ya no senta las piernas por debajo de la rodilla, y tena la desagradable sensacin de que la sangre de todo el cuerpo se diriga directamente al cerebro. Colgaron dando bandazos a uno y otro lado como un pndulo mientras el dragn regresaba al barco raudo como una flecha. Entonces, el mundo se inclin peligrosamente a su alrededor.Cayeron sobre la cubierta en un amasijo e hicieron estremecerse la nave. Temerario permaneci en pie de forma precaria sobre las patas traseras en un intento de plegar las alas y retirarlas del viento al tiempo que mantena el equilibrio con los dos hombres colgando de la cincha del vientre. Gordon se solt y se escabull aterrado, dejando que Laurence se desatara por su cuenta mientras Temerario pareca a punto de caerle encima de un momento a otro. Los dedos agarrotados no eran capaces de soltar las hebillas, pero de repente apareci Wells cuchillo en mano y cort la cincha.Las piernas golpearon pesadamente en el suelo y sinti que la sangre volva a circular por ellas. Asimismo, Temerario apoy las cuatro patas junto a l, haciendo temblar toda la cubierta. Laurence yaci de bruces jadeando, sin que por el momento le preocupara que la lluvia lo alcanzara de lleno. Los msculos se negaban a responderle. Wells vacil. Laurence le indic por seas que regresara a su trabajo y forceje por ponerse en pie. Las piernas le sostuvieron y el hormigueo producido al recuperar la circulacin disminuy cuando comenz a andar.El vendaval segua soplando, pero la nave se haba estabilizado y se deslizaba azotada por el viento con el velamen de las gavias cobrado con rizos, y en cubierta la sensacin de caos haba disminuido. Laurence dej de prestar atencin a la destreza de Riley con sentimientos enfrentados de orgullo y pesar, para convencer al dragn de que retrocediera hacia el centro de la popa de manera que su peso no desnivelase el barco. Lo consigui justo a tiempo. Temerario bostez de forma descomunal y escondi la cabeza bajo el ala, dispuesto a dormir sin que por una vez formulara su habitual peticin de comida. Laurence se dej caer lentamente en cubierta y se apoy en el costado del dragn. El cuerpo le segua doliendo profundamente a causa del esfuerzo.Se mantuvo despierto por unos breves momentos ms. Senta la necesidad de hablar aunque notara la lengua espesa y adormecida a causa de la fatiga.Temerario le llam, eso ha estado muy bien. Te has comportado con mucho valor.El dragn asom la cabeza y lo contempl, la lnea de los ojos creci hasta ovalarse:Ah dijo, pareca un poco inseguro.Laurence tuvo que reconocer con una punzada de culpabilidad que apenas haba dedicado una palabra amable al joven dragn. En cierto modo, poda ser cierto que toda su vida se hubiera desmoronado por culpa de la criatura, pero sta slo segua su instinto y hacer sufrir al animal por ello no era nada noble.Pero en ese momento estaba demasiado cansado para desagraviarlo de mejor modo que repetir:Muy bien hecho.Le palme el negro y pulido lomo. Aquel gesto pareci funcionar, ya que, aunque no dijo nada ms, Temerario se movi un poco y con timidez se aovill en torno a Laurence, desplegando parcialmente un ala para protegerle de la lluvia. La furia de la tormenta qued amortiguada bajo aquel dosel, y Laurence not los fuertes latidos de su corazn en la mejilla. Al poco, se sinti confortado por el calor que desprenda el cuerpo del dragn; de pronto, cay al suelo y se qued dormido.De verdad cree que es seguro? pregunt Riley con ansiedad. Seor, estoy convencido de que podramos coser una red. Tal vez sera mejor no seguir con esto. Laurence movi todo su peso y lo descarg sobre las correas que le envolvan cmodamente muslos y pantorrillas. No cedieron, ni tampoco la parte principal del arns y se mantuvo equilibrado en su posicin en lo alto del lomo de Temerario, justo detrs de las alas.No, eso no va a funcionar, y usted lo sabe. Esta nave no es un pesquero y no le sobran hombres. Podra suceder fcilmente que uno de estos das nos encontrsemos con un navo francs y, en ese caso, dnde bamos a estar?Se inclin hacia delante y dio unas palmaditas en el cuello del dragn, que haba vuelto la cabeza hacia atrs para observar la reunin con inters.Ests preparado? Nos podemos ir ya? pregunt mientras apoyaba los cuartos delanteros en la barandilla. Los msculos ya se tensaban debajo de la piel lisa y en el tono de voz se evidenciaba una nota de impaciencia.Aprtese, Tom! exclam Laurence apresuradamente mientras soltaba la cadena y sostena la correa del cuello. Muy bien, Temerario, vamos...Estuvieron en el aire de un solo salto. Las anchas alas describieron grandes arcos a ambos lados del jinete y el corpachn se estir y sali disparado hacia el cielo como una flecha. Laurence mir hacia abajo desde el hombro de Temerario. El Reliant ya haba quedado reducido al tamao de un juguete de nio que cabeceaba solitario en la vasta extensin del ocano; incluso alcanz a ver el Amiti a unos treinta kilmetros al este. El viento era fortsimo, pero las cinchas resistieron y de nuevo se encontr sonriendo como un idiota y comprendi que era incapaz de reprimirse.Seguiremos rumbo oeste, Temerario dijo Laurence a voz en grito.No deseaba acercarse demasiado a tierra y arriesgarse a un posible encuentro con una patrulla francesa. Una cincha rodeaba la parte ms estrecha del cuello de Temerario por debajo de la cabeza, una cincha a la que haban sujetado las riendas para que Laurence pudiera indicar la direccin con mayor facilidad. En ese momento, consult la brjula que haba atado a la palma de la mano y dio un tirn a la rienda derecha. El dragn dej de subir y gir de buen grado para estabilizarse despus. Era un da lmpido y despejado, con un moderado oleaje. Temerario bata las alas con menos rapidez ahora que no necesitaba ascender, pero devoraban los kilmetros incluso a ese ritmo y ya haban perdido de vista el Reliant y el Amiti.Ah veo uno anunci Temerario.Bajaron en picado a mayor velocidad. Laurence sujet las riendas con fuerza y contuvo un grito. No era lgico sentir un jbilo tan infantil. La distancia le indic el alcance de la vista del dragn. Era una maravilla que avistara a las presas desde tan lejos. Apenas haba pensado en ello cuando se produjo una enorme salpicadura. Temerario volva a remontar vuelo chorreando agua y con una marsopa forcejeando en las garras.Otro nuevo motivo de asombro: Temerario se detuvo y se mantuvo inmvil en el aire para comer mientras bata las alas en perpendicular al cuerpo en arcos giratorios. Laurence no tena ni idea de que los dragones pudieran llevar a cabo una maniobra semejante. No resultaba cmoda, ya que el dragn no era muy preciso en el control y oscilaba en el aire de forma errtica, pero demostr ser muy prctica. Otro pez emergi a la superficie para alimentarse de los desechos conforme el dragn esparca restos de visceras sobre el ocano y cuando termin con la marsopa pudo atrapar de inmediato a dos grandes atunes, uno con cada pata, a los que tambin devor, antes de dar cuenta de un enorme pez espada.Despus de haber metido el brazo debajo de la cincha del cuello para no salir disparado, Laurence qued libre de mirar a su alrededor y saborear la sensacin de ser el amo de todo el ocano, ya que no se avistaba a otra criatura ni otra nave. No pudo evitar enorgullecerse por el xito de la operacin y la emocin de volar era extraordinaria. Se senta completamente feliz siempre y cuando no pensara en el precio que haba tenido que pagar por ello.Temerario trag el ltimo trozo del pez espada y descart la parte superior de las mandbulas, puntiaguda y afilada, despus de examinarla con curiosidad.Cuando termin de esparcir restos de visceras sobre el ocano, mientras bata las alas para ganar altura en el cielo, anunci:Estoy lleno. Volamos un poco ms?Era una sugerencia tentadora, pero llevaban ms de una hora en el aire y Laurence ignoraba cul era la resistencia del animal.Volvamos al Reliant. Si te apetece, podremos volar un poco alrededor de la nave contest con pesar.Entonces, sobrevolaron el ocano a baja altura, cerca de las olas con las que el dragn jugueteaba alegremente de vez en cuando; las salpicaduras de agua le humedecan el rostro; el mundo pareca un borrn a aquella velocidad, salvo por la perenne presencia del dragn entre sus piernas. Sorbi grandes bocanadasde aire salado y se dej llevar por el simple placer, detenindose slo de forma ocasional para tirar de las riendas despus de haber consultado la brjula, hasta que al fin regresaron al Reliant.Finalmente, Temerario anunci que volva a tener sueo, por lo que aterrizaron, aunque en esta ocasin todo fue mucho ms elegante y la nave no se alter, salvo por el hecho de que la lnea de flotacin se hundi un poco ms en el agua. Laurence desat las correas de las piernas y descendi. Se sorprendi al comprobar lo dolorido que se senta, pero comprendi de inmediato que era perfectamente normal que fuera as despus de tanto montar. Riley acudi veloz a su encuentro con el alivio escrito con claridad en el rostro. Laurence asinti con la cabeza para tranquilizarlo.No hay de qu inquietarse. Se comport magnficamente y me parece que no debe preocuparse de alimentarlo en el futuro. Nos las arreglamos bastante bien dijo mientras acariciaba el costado del dragn.Temerario, ya amodorrado, abri un ojo e hizo un ruido sordo de complacencia antes de volver a cerrarlo otra vez.Me alegro mucho de orlo respondi Riley, y no slo porque esta noche tendremos una cena decente. Adoptamos la precaucin de continuar con nuestros esfuerzos de conseguir comida en vuestra ausencia y tenemos un delicioso rodaballo que ahora podremos destinar a nuestra mesa. Con su consentimiento, tal vez invite a algunos miembros del comedor de oficiales.Por supuesto, con mucho gusto! repuso Laurence, que estiraba las piernas para aliviar el agarrotamiento.Haba insistido en abandonar el camarote principal en cuanto Temerario se traslad a la cubierta. Riley haba accedido al fin, pero compensaba el sentimiento de culpabilidad por haber desalojado a su antiguo capitn invitndole a cenar prcticamente todas las noches. La tormenta haba interrumpido esta costumbre, pero aunque se la hubieran saltado ayer, pretendan retomarla aquella noche.Fue una cena oppara y alegre, en especial despus de que la botella hubiera circulado unas cuantas veces y el guardiamarina ms joven hubiera bebido lo suficiente para perder los modales en la mesa. Laurence tena el don de la facilidad de palabra y su mesa siempre haba sido un lugar alegre para los oficiales; las cosas continuaron igual: l y Riley estaban fraguando una verdadera amistad ahora que la barrera del rango haba desaparecido.Una reunin de aquella naturaleza tena un marcado sabor informal, por lo que cuando Carver vio que era el nico que haba terminado, despus de haber devorado su pudn ms deprisa que sus superiores, se atrevi a dirigirse directamente a Laurence preguntando con timidez:Seor, si me permite el atrevimiento de preguntarle, es cierto que los dragones pueden escupir fuego?Laurence, muy a gusto despus de haberse dado un festn de pasta de ciruelas, regada por varios vasos de buen Riesling, acogi la pregunta con buen humor.Eso depende de la raza, seor Carver respondi al tiempo que depositaba el vaso en la mesa. Sin embargo, tengo entendido que es una habilidad extremadamente inusual. Slo he visto un caso con mis propios ojos: un dragn turco en la batalla del Nilo, y le puedo asegurar que me alegr muchsimo de que los turcos se hubieran puesto de nuestra parte cuando los vi en accin.Todos los oficiales de la mesa se estremecieron y asintieron. Haba pocas cosas ms peligrosas para una embarcacin que un fuego descontrolado en cubierta.Me hallaba a bordo del Goliath dijo Laurence. No estbamos ni a un kilmetro de distancia del Orient cuando la criatura se acerc como una antorcha. Habamos barrido a caonazos la nave enemiga y prcticamente habamos liquidado a todos los tiradores de las cofas, por lo que el dragn pudo destruir el barco a placer.Se sumi en el silencio al recordarlo: todas las velas ardan dejando un rastro de espeso humo negro; el gran alado de colores naranja y negro flot suspendido en el aire y verti ms y ms llamaradas por las fauces; slo la explosin ahog al fin el tremendo estruendo; el silencio haba imperado durante cerca de un da despus de todo aquello. Haba estado una vez en Roma siendo nio y haba visto en el Vaticano una representacin del infierno por Miguel ngel en la que los dragones quemaban con su fuego las almas de los condenados. Aquello se haba parecido mucho.Rein un momento de silencio absoluto durante el cual la imaginacin dibuj la escena para quienes no haban estado presentes. El seor Pollitt se aclar la garganta y dijo:Por fortuna, creo que la habilidad para escupir veneno o cido es ms comn entre ellos, y no es que no sean armas formidables por derecho propio.Dios santo, s contest Wells a eso. He visto cmo el cido de dragn corroa toda la vela mayor en menos de un minuto, pero aun as, no le prendera fuego a la santabrbara ni la embarcacin saltara en pedazos bajo los pies. Temerario va a ser capaz de hacer eso? pregunt Battersea, con los ojos abiertos como platos al or esas historias.Laurence dio un respingo. Se sentaba a la derecha de Riley, pareca que era l quien haba invitado a cenar a los oficiales y, por un momento, casi haba olvidado que era un husped en su antiguo camarote y a bordo de su antigua nave.Por fortuna, el seor Pollitt respondi y le concedi un momento para ocultar su confusin.Debemos esperar a desembarcar para identificarlo correctamente y responder a esa pregunta, ya que su raza es una de las que no describen mis libros. Incluso aunque sea de la especie adecuada, lo ms probable es que no manifieste esa habilidad hasta que haya terminado de crecer, lo cual no va a suceder en meses venideros.Gracias a Dios! exclam Riley levantando carcajadas de asentimiento.Laurence se las arregl para sonrer y levantar un vaso en honor a Temerario con los dems comensales.Ms tarde, despus de haber dado las buenas noches en el camarote, Laurence camin con paso vacilante hacia la popa, donde el dragn yaca con solitario esplendor, ya que la tripulacin haba abandonado aquella parte de la cubierta conforme l haba ido creciendo. Temerario abri un ojo centelleante cuando Laurence se aproxim y alz un ala invitndole a acercarse. Al marino le sorprendi el gesto, pero recogi su camastro y se sent sobre l, apoyando la espalda sobre la ijada del dragn, que cre un espacio clido y abrigado a su alrededor cuando volvi a bajar el ala.Crees que ser capaz de lanzar llamas o escupir veneno? pregunt Temerario. No estoy seguro de que sea as. Lo he intentado, pero no soplo ms que aire.Nos has odo hablar? pregunt Laurence, sobresaltado.Los ventanales de popa haban permanecido abiertos y la conversacin podra haber sido perfectamente audible desde cubierta, pero no saba por qu no haba cado en la cuenta de que el animal pudiera estar a la escucha.S afirm Temerario. La parte que has contado de la batalla era muy emocionante. Has tomado parte en muchas?Bueno, supongo repuso que no ms que muchos otros compaeros.Eso no era del todo cierto. Haba participado en un nmero inusualmente grande de acciones de guerra, lo cual le haba valido para figurar en la lista de ascensos a una edad bastante temprana, y se le consideraba un aguerrido capitn.Y as fue como te encontramos a ti cuando eras slo un huevo. Estabas a bordo de una nave cuando la abordamos aadi mientras sealaba al Amiti con el brazo, cuyos faroles de popa podan verse en aquel momento como dos puntos a babor.Temerario contempl la nave con inters.Me obtuvisteis en una batalla? No lo saba. La informacin pareca complacerle. Nos veremos pronto en otra? Me gustara contemplar una; estoy seguro de que podra ayudar incluso aunque todava no sea capaz de lanzar llamaradas por la boca.Laurence sonri ante su entusiasmo. Los dragones tenan fama de poseer un espritu belicoso; en parte, era eso lo que los haca tan valiosos en la guerra.Lo ms probable es que no una vez hayamos llegado a puerto, pero me atrevera a decir que luego las vamos a ver de sobra. Inglaterra tiene pocos dragones, as que lo ms probable es que nos convoquen para los grandes momentos en cuanto seas adulto respondi.Contempl la cabeza de Temerario, que en ese momento apartaba la vista del mar. Aliviado de la acuciante preocupacin de alimentarlo, Laurence poda pensar de otra manera sobre toda la fuerza que albergaban aquellos ijares; ya haba igualado el tamao de los adultos de otras especies y, a su parecer totalmente inexperto, de forma muy rpida. Su recurso iba a ser inestimable para la Fuerza Area y para Inglaterra, vomitara fuego o no. En su fuero interno pens, no sin orgullo, que no exista riesgo alguno de que Temerario resultara ser asustadizo; si le aguardaba una tarea arriesgada, difcilmente hubiera podido pedir un compaero mejor.Cuntame algo ms de la batalla del Nilo pidi Temerario al tiempo que bajaba la mirada. Fue slo entre tu barco, el otro y el dragn?Oh, no. Participaron trece naves de guerra por nuestro lado apoyadas por ocho dragones de la Tercera Divisin de la Fuerza Area y otros cuatro de los turcos respondi Laurence. Los franceses tenan diecisiete y catorce respectivamente, por lo que nos superaban en nmero, pero la estrategia del almirante Nelson los sorprendi por completo...Temerario agach la cabeza y se aovill ms cerca del marino, mientras escuchaba con los enormes ojos centelleando en la oscuridad, y de ese modo siguieron hablando en voz baja hasta bien entrada la noche.

Captulo 3

Despus de que el vendaval hubiera acelerado su avance, llegaron a Funchal un da antes de las tres semanas inicialmente previstas por Laurence. El dragn, situado en la popa, lo miraba todo con avidez desde el momento en que avistaron la isla. En tierra, caus sensacin de inmediato; por lo general, no se vea atracar en el embarcadero a dragones a bordo de una pequea fragata. Haba una reducida multitud de espectadores congregados en los muelles cuando entraron en el puerto, aunque de ningn modo se acercaron demasiado a la embarcacin.El buque insignia del almirante Croft estaba en el puerto. El Reliant navegaba de forma nominal bajo sus rdenes. Riley y Laurence haban acordado en privado que los dos juntos le pondran al comente de lo inslito de la situacin. El Commendable envi un mensaje transmitido mediante banderas de seales: Capitn, acuda a informar, casi al mismo tiempo que echaban el ancla. Laurence se detuvo slo un instante para hablar con Temerario, a quien aleccion con inquietud:Recuerda, debes permanecer a bordo hasta mi regreso.Aunque Temerario jams le iba a desobedecer de forma voluntaria, cualquier novedad interesante le poda distraer y Laurence no confiaba en que el dragn fuese a permanecer en la nave cuando le estaba esperando todo un nuevo mundo por explorar.Te prometo que sobrevolaremos toda la isla a mi vuelta. Mira todo lo que quieras. Entretanto, el seor Wells te va a traer una ternera fresca y algn cordero, que nunca los has probado.Temerario suspir levemente, pero inclin la cabeza.De acuerdo, pero date prisa replic. Me gustara volar hasta esas montaas y comerme uno de sos agreg sin perder de vista a los caballos de tiro de un carruaje cercano.Los corceles patearon el suelo nerviosamente como si hubieran odo y entendido a la perfeccin sus palabras.Ah, no, Temerario. No puedes comerte cualquier cosa que veas en las calles dijo Laurence alarmado. Wells te traer algo enseguida.Atrajo la atencin del tercer teniente, a quien le transmiti la urgencia de la situacin; despus de una ltima mirada dubitativa, baj por la plancha y se reuni con Riley.El almirante Croft los aguardaba con impaciencia. Al parecer, haba odo parte del revuelo. Era un hombre alto y llamativo, especialmente por la notoria cicatriz y la mano falsa sujeta al mun del brazo izquierdo; los dedos de hierro se movan gracias a una serie de muelles y gatillos. Haba perdido la extremidad poco antes de su promocin al Almirantazgo, y haba ganado mucho peso desde aquel momento. No se levant cuando entraron en el gran camarote, se limit a fruncir el ceo e indicar que se sentaran en las sillas con un movimiento del brazo.Muy bien, Laurence, explquese. Supongo que todo este alboroto guarda relacin con ese dragn salvaje que tiene ah abajo.Seor, ese dragn se llama Temerario, y no es salvaje contest Laurence. Ayer hizo tres semanas desde que apresamos una nave francesa, el Amiti. Encontramos un huevo en su bodega. Nuestro cirujano tiene ciertas nociones de dracologa, fue l quien nos avis de que iba a eclosionar en breve, por lo que fuimos capaces de arreglarlo... Es decir, le puse el arns.Croft se levant de un repentino salto y mir a Laurence con los ojos entrecerrados, y luego a Riley; slo entonces se percat del cambio de uniforme.Qu? Por su cuenta y riesgo? Y, por tanto, usted... Cielo santo, por qu no encomend esa tarea a uno de los guardiamarinas? exigi saber. Esto es llevar el deber muy lejos, Laurence. Que un oficial de la Armada elija pasar a la Fuerza Area es un asunto delicado.Seor, mis oficiales y yo lo echamos a suertes continu Laurence, conteniendo un estallido de indignacin. No albergaba deseo alguno de que lo alabaran por su sacrificio, pero que le reprendieran por ello era pasarse de la raya. Confo en que nadie cuestione mi dedicacin al servicio. Sent que slo podra ser justo si tambin yo comparta el riesgo y no elud esa posibilidad, aunque, llegado el momento, mi papeleta no sali elegida. El dragn estableci un vnculo conmigo, y no podamos permitirnos el lujo de que rehusara el arns de la mano de otro.Caray! exclam Croft, que se dej caer sobre la silla con expresin huraa.Golpete la palma de metal de la izquierda con los dedos de la derecha en un tic nervioso y permaneci sentado en un mutismo absoluto a excepcin del dbil tintineo de las uas al entrechocar con el hierro. Transcurrieron largos minutos durante los que Laurence altern entre imaginar el millar de desastres que Temerario podra ocasionar en su ausencia y la preocupacin por lo que Croft pudiera hacer con el Reliant y Riley.Al fin, el almirante dio un respingo, como si despertara, y agit la mano buena.Bueno, de todos modos, debe de ser un buen botn. Difcilmente van a dar menos por una criatura domesticada que por una salvaje concluy. En cuanto a la fragata francesa, supongo que ser una nave de guerra, no un mercante, verdad? En fin, parece tener muchas posibilidades. Estoy seguro de que la podremos aprovechar agreg; al parecer haba recuperado el buen humor.Laurence se percat con una mezcla de alivio e irritacin de que aquel hombre slo haba estado haciendo un clculo mental de a cunto ascendera su parte.Desde luego, seor. Es una nave en muy buen estado. Tiene treinta y seis caones apunt con amabilidad mientras se callaba unas cuantas cosas que le podra haber dicho.Nunca ms iba a tener que informar a aquel hombre, pero el futuro de Riley segua en el aire.Mmm! Ha cumplido con su deber, Laurence, estoy seguro, aunque perderle es una pena. Espero que le guste ser aviador coment Croft en un tono que daba a entender que supona justo lo contrario. No tenemos ninguna divisin de la Fuerza Area en la zona, y el buque correo slo viene una vez por semana. Imagino que tendr que llevarlo a Gibraltar.S, seor. Pero ese viaje deber esperar hasta que sea adulto. Es capaz de permanecer en el aire alrededor de una hora, pero no me gustara arriesgarlo a hacer un viaje largo, an no contest Laurence con determinacin, y entretanto deberemos alimentarlo. Slo hemos conseguido llegar tan lejos gracias a la pesca y, por supuesto, no puede cazar aqu.En fin, Laurence, eso no es problema de la Armada, seguro replic Croft; pero antes de que Laurence contestara, el almirante comprendi lo mal que sonaban sus palabras y lo arregl. Sin embargo, hablar con el gobernador. Estoy convencido de que se nos ocurrir algo. Bueno, ahora debemos pensar qu hacer con el Reliant y, por supuesto, con el Amiti.Me gustara sealar que el seor Riley ha estado al mando del Reliant desde que enjaec al dragn y que lo ha gobernado excepcionalmente bien, trayndolo sano y salvo a puerto a pesar de un vendaval de dos das dijo Laurence. Y tambin combati con gran valor en la captura de la presa.Oh, s, estoy seguro, estoy seguro repuso Croft mientras volva mover los dedos. A quin ha puesto al mando del Amiti?A mi teniente primero, Gibbs respondi.S, por supuesto repuso Croft. Bueno, usted mismo debe comprender que sera excesivo por su parte pretender colocar en ese puesto a su teniente primero y a su alfrez de navo. No hay tantas buenas fragatas disponibles.Laurence se contuvo a duras penas. Su superior estaba