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«LOS ESTERTORES» DE LA EMBLEMÁTICA: APROXIMACIÓN A LA OBRA DE DIEGO SUÁREZ DE FIGUEROA CAMINO DE EL CIELO. EMBLEMAS CHRISTIANAS CÉSAR CHAPARRO GÓMEZ Universidad de Extremadura Una de las últimas muestras de la literatura emblemática peninsular en su formu- lación clásica –junto a los muy leídos en los ámbitos eclesiales Hieroglifica sive symbola mariana (Salamanca, 1.724) del franciscano, también extremeño, fray José García– lo constituyen los tres pequeños tomos de Camino de el cielo. Emblemas christianas, que Diego Suárez de Figueroa, conocido en los ámbitos intelectuales extremeños como historiador de Badajoz, daba a la imprenta en el año 1.738, cuando la moda del género agonizaba ya. Y si no agonizaba, sí se limitaba, salvo alguna excepción, a re- copilaciones, colecciones y sumas a veces informes, auténticos «refritos» podríamos decir, ciertamente repetitivos y en nada originales, de emblemas de los más variados origen e índole. De ahí la introducción en el título de esta contribución del término «estertores», no sé si con certera propiedad. PERSONAJE Y OBRA Demos tan solo unas pinceladas sobre la persona y obra de Diego Suárez de Fi- gueroa, personaje emparentado probablemente con la casa de los Duques de Feria, –al ser sobrino de D. Cristóbal Suárez de Figueroa, famoso poeta del siglo XVII–, destacó en su faceta de comentarista y traductor. Desempeñó los cargos de Calificador de la Inquisición, Capellán del Rey y su Teniente de Limosnero Mayor, Examinador sino- dal del arzobispado de Toledo y Teólogo de cámara del cardenal Borja. Fue miembro de la Real Academia Española desde el año 1.728 al 1.743, ocupando el sillón L, sillón que posteriormente fue ocupado por José Zorrilla, Ramiro de Maeztu y actualmente, Mario Vargas Llosa. Los comentarios y traducciones de Suárez de Figueroa abarcan dos ámbitos: los de índole religiosa y teológica, por una parte, y los dedicados a la obra de Ovidio, por otra. Entre los primeros destacan: – Comentario hecho a la obra de José de Valdivieso Vida, excelencias y muerte del Gloriosissimo Patriarca San Ioseph (Madrid, en la oficina de Francisco del Hierro, 1.727). Eva, y Ave, o María triunfante: teatro de la erudición, y philosofia christiana, en que se representan los dos estados de el mundo, caido en Eva y levantado en Ave. Primera y segunda parte. Escrita por Antonio de Sousa de Mazedo, a la que se añade El tra- tado del Dominio sobre la Fortuna, del mismo autor; tradúcela en lengua castellana el

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«LOS ESTERTORES» DE LA EMBLEMÁTICA: APROXIMACIÓN A LA OBRA DE DIEGO SUÁREZ DE FIGUEROA CAMINO DE EL

CIELO. EMBLEMAS CHRISTIANAS

césAr chAPArrO góMez

Universidad de Extremadura

Una de las últimas muestras de la literatura emblemática peninsular en su formu-lación clásica –junto a los muy leídos en los ámbitos eclesiales Hieroglifica sive symbola mariana (Salamanca, 1.724) del franciscano, también extremeño, fray José García– lo constituyen los tres pequeños tomos de Camino de el cielo. Emblemas christianas, que Diego Suárez de Figueroa, conocido en los ámbitos intelectuales extremeños como historiador de Badajoz, daba a la imprenta en el año 1.738, cuando la moda del género agonizaba ya. Y si no agonizaba, sí se limitaba, salvo alguna excepción, a re-copilaciones, colecciones y sumas a veces informes, auténticos «refritos» podríamos decir, ciertamente repetitivos y en nada originales, de emblemas de los más variados origen e índole. De ahí la introducción en el título de esta contribución del término «estertores», no sé si con certera propiedad.

PersOnAJe y ObrA

Demos tan solo unas pinceladas sobre la persona y obra de Diego Suárez de Fi-gueroa, personaje emparentado probablemente con la casa de los Duques de Feria, –al ser sobrino de D. Cristóbal Suárez de Figueroa, famoso poeta del siglo XVII–, destacó en su faceta de comentarista y traductor. Desempeñó los cargos de Calificador de la Inquisición, Capellán del Rey y su Teniente de Limosnero Mayor, Examinador sino-dal del arzobispado de Toledo y Teólogo de cámara del cardenal Borja. Fue miembro de la Real Academia Española desde el año 1.728 al 1.743, ocupando el sillón L, sillón que posteriormente fue ocupado por José Zorrilla, Ramiro de Maeztu y actualmente, Mario Vargas Llosa. Los comentarios y traducciones de Suárez de Figueroa abarcan dos ámbitos: los de índole religiosa y teológica, por una parte, y los dedicados a la obra de Ovidio, por otra. Entre los primeros destacan:

– Comentario hecho a la obra de José de Valdivieso Vida, excelencias y muerte del Gloriosissimo Patriarca San Ioseph (Madrid, en la oficina de Francisco del Hierro, 1.727).

– Eva, y Ave, o María triunfante: teatro de la erudición, y philosofia christiana, en que se representan los dos estados de el mundo, caido en Eva y levantado en Ave. Primera y segunda parte. Escrita por Antonio de Sousa de Mazedo, a la que se añade El tra-tado del Dominio sobre la Fortuna, del mismo autor; tradúcela en lengua castellana el

César Chaparro Gómez198

Doctor don Diego Suarez de Figueroa, en Madrid, en la imprenta de Francisco del Hierro, 1.731.

En cuanto a la faceta de comentarista y traductor de Ovidio, su atención se dirigió prácticamente a toda la obra ovidiana, destacando:

– Comentario e ilustración a las Elegías de amores puros, y del nogal, P. Ovidio Nasón (Madrid, [s. n] 1.732).

– Comento de P. Ovidio Nasón a los libros de Tristes, Ponto y Carta a Livia. Su autor Don Ignacio Suárez de Figueroa. Sácalo a la luz el Doctor don Diego Suárez de Figueroa, su tío…Corregido y enmendado en esta segunda impresión…en Madrid, por Juan de Zúñiga, año de 1.728.

– P. Ovidio Nasón, De el remedio de el amor impuro. Le comenta e ilustra el Doctor Don Diego Suárez de Figueroa…en Madrid, año de 1.733.

En otro orden de cosas, entre los amplios comentarios y traducciones de Ovidio (traducciones que merecieron la aguda crítica de Juan Iriarte en el Diario de los litera-tos de España) Suárez de Figueroa insertó una Historia de la ciudad de Badajoz, impresa por vez primera el año 1.727, con posteriores impresiones en los años 1.916 y 2.005.

A pesar de que en su actividad literaria es pertinente la diferenciación hecha an-teriormente entre los dos ámbitos, literatura religiosa, por una parte, y dedicación al comentario de las obras ovidianas por otra, lo cierto es que en esta última –especial-mente en los temas que tienen una clara conexión con los valores de la ética cristiana (en De el remedio de el amor impuro, por ejemplo)– aparecen sentencias, pasajes, y hasta emblemas cristianos, que luego van a formar parte de su libro de emblemas. Ese es el caso, por ejemplo, de la inclusión del Emblema XII del libro 3º de los Pia Desideria de H. Hermann (con la traducción al castellano del jesuita Pedro de Salas) en el capítulo «El remedio de la impureza es comparar las hermosuras», perteneciente al comentario sobre el libro de Ovidio Del remedio del amor impuro.

diegO suárez de figuerOA y su camino de eL cieLo

La faceta de emblematista de Diego Suárez se refleja de manera fehaciente en los tres tomos de la mencionada obra Camino de el cielo. Emblemas christianas, a devoción y de orden de la Serenísima Sª Dª María Francisca Xavier Bárbara, Princesa de Asturias (Madrid [s. n.]. 1.738) [fig. 1]. Se trata de un libro devocional, que contiene un pron-tuario de emblemas, siguiendo la estructura de los Pia Desideria de H. Hermann, con las tres consabidas vías de la vida espiritual (penitente, iluminativa y unitiva). Hagamos un análisis, aunque somero, de las partes introductorias de la obra de Suárez de Figueroa.

Antes de la portada del libro aparece la cita veterotestamentaria –muy acorde con la temática y título del mismo– de Psalm. 24,4: «Vias tuas, domine, demonstra mihi, et semitas tuas edoce me». En la «Dedicatoria» de la obra a la Princesa de Asturias, explica el autor los pormenores de su intento: se trata de satisfacer el deseo de tan digna dama para elaborar un «Prontuario, que sirviesse de dirigir al Cielo y que fuesse ramillete recogido de los más importantes avisos y flores que se encontrasen en los espirituales

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pensiles, para que aplicados a la conside-ración, a un mismo tiempo instruyessen y recreassen». Para ello, se eligieron «qua-tro libros latinos de los muchos que tiene para su uso», a fin de que se sacaran de ellos las doctrinas que resultasen más útiles para sí y para el público. Es interesante destacar, en este sentido, la dedicatoria a un personaje femenino, como ya hizo en su momento, por ejemplo, Pedro de Salas en su traducción de los Pia Desideria. En el examen que hemos hecho del ejemplar que se halla en la Biblioteca Pública de Cáceres (dentro del Fondo Rodríguez- Moñino), este perteneció a una tal Fran-cisca Polanco y fue prestado a su vez a la Priora de un monasterio femenino.

Las razones dadas por Suárez de Fi-gueroa para acometer este trabajo son las esperables y tópicas en este tipo de lite-ratura: 1º) la doctrina que con suavidad y deleite se da, más fácilmente se intro-duce; 2º) como la doctrina moral es suave y tierna, se asegura su utilidad más bien en lo dulce del verso, que deleita el oído y regala al ánimo; 3º) la poesía también es utilizada en los asuntos serios y en los dominios de lo sagrado, según el ejemplo de doctores, pontífices, reyes y sibilas. No le arredra, por otra parte a nuestro autor, su edad avanzada, ya que hubo ancianos venerables haciendo versos (David, Zacarías, etc.); 4º) finalmente, Suárez considera que estos libros pueden servir de rudimen-tarios ejercicios (gramaticales, uso de tropos y figuras) para los niños y jóvenes, con sus historias y fábulas: «instruidos desde niños en estas máximas y desengaños, toda la vida le permanecerán estos sagrados avisos», dice él. En resumen, se trataría del utile et dulce horaciano.

A continuación, Diego Suárez explicita, al menos, una de sus fuentes principales: «Van entretexidos en esta obra los sospiros de H. Hugo con su traducción...y algún verso o epigrama de algún otro autor... ya que no busco aquí la fama, sino el apro-vechamiento». Finaliza la Dedicatoria contestando nuestro autor a dos dudas: una es la referida a si le ordenó Dña. María Francisca Xavier traducir la Novena y Decena de San Francisco Xavier, escrita en latín por Juan José Trautson, canónigo de Trento; y la otra hace mención del fervor de la princesa y plantea cómo ella que lo tiene todo (salud, posición, bienes, etc.) se preocupa aún de las cosas del cielo. Esta última duda y su solución motivaron el primer emblema de la obra («El camino del cielo se ha de buscar sobre todo lo criado»).

Fig. 1. Portada de Camino de el Cielo.

César Chaparro Gómez200

A la Dedicatoria sigue la «Censura» del R. P. Fr. Antonio Ventura de Prado (rea-lizada en Madrid, 23 de agosto de 1.738), Catedrático de Teología de la Universidad de Sevilla, entre otros muchos títulos. De ella extractamos las ideas principales: 1º) se llama a los emblemas «Empresas sacras» y se remonta en su justificación a la Biblia (Salomón y la princesa de Saba); 2º) los «Enigmas y Jeroglíficos» han sido siempre del gusto de los palacios más discretos y fiel argumento del mejor talento de sus sobe-ranos; 3º) nuestro autor ha satisfecho ese gusto y ha rendido una prueba de obedien-cia; 4º) Suárez cumple con lo que exigen los preceptos de la «Empressa, del Enigma, del Jeroglífico y del Símbolo»:

[…] de la empressa por lo artificioso de la lámina; del enigma por lo conciso y graciosamente obscuro del epigraphe; del jeroglífico porque baxo de las imágenes de animales y brutos, envuelve los más altos e importantes misterios; y del símbolo, porque no toda la obra es invención, sino una colección amena de algunos agenos pensamientos, pero debidamente colocados.

Además, Diego Suárez dedicó su obra –como hizo Pierio, «príncipe (sin disputa) de todos los Geroglyficos»– a la «soberana mano». «¡Ojalá –termina el censor– sirva esta obra a todo el pueblo christiano!».

Tras la «Licencia» del Consejo (Madrid, 31 de junio de 1.738), nos encontramos con el «Parecer» del Doctor D. Santiago Gómez Falcón (10 de Diciembre de 1.738), del claustro de la Universidad de Alcalá, Catedrático de Filosofía de la misma y Capellán de honor y Predicador de su Majestad. Resulta muy interesante esta pie-za, de la que sacamos algunos pensamientos: 1º) el origen egipcio de las empresas políticas «para dirigir a los jóvenes domésticos en los palacios» y la continuación de tal práctica por parte de los romanos; 2º) la actitud del propio Cristo, quien propuso a sus oyentes oscuras parábolas, en las que manifestó profundas sentencias, cosa que continuó san Pablo, y práctica que siguieron después muchos santos Padres, que dejaron en empresas, parábolas y jeroglíficos gran tesoro de sabiduría. Continuación de todo ello es este libro, promovido por la princesa de Asturias; 3º) la excusatio de que Suárez de Figueroa «se vale de ageno trabajo, por insertar en las suyas las em-presas que con elegancia compuso el P. Hermano Hugo». Dicha crítica se contra rresta con la afirmación de que se trata más de «texer una guirnalda de varias flores, que en inventar novedad de matices»; 4º) la alabanza de la actividad literaria, ya en edad avanzada, de Diego Suárez, concretada en: la traducción del insigne portugués Macedo, el comentario a la «vida métrica del Maestro D. Joseph de Valdivieso al gran patriarca San Joseph» y la traducción de todas las obras de Ovidio. Don Diego no tiene aprecio a su aplicación, y es «sal, agua y fuego» en todos sus trabajos. Las cua-lidades de don Diego se resumen en diferentes letras o sentencias: «Para sí nada; Para aprovechar, me derrito; En lo que no se pone, pone la mira»; 5º) en la parte final se expone la «hermosa y bien compartida estructura de su trabajo», realmente raro y completo. Aunque hay variedades claras en este tipo de literatura, la de nuestro autor se coloca perfectamente en el título de Christiana Emblema, pues «aunque el objeto material de los cuerpos sea indiferente a profano, simbólico, emblemático y sagrado, la forma

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de la letra le da al cuerpo un sagrado espíritu». La obra de Suárez de Figueroa, según el Dr. Gómez Falcón,

[…] contiene un concepto christianamente enigmático, a que pudo tributar materia todo simbólico artificio; porque, entre los cuerpos que son objeto de la obscuridad, descubre el mote sagrado la proporción: unos escribieron Emblemas enigmáticas con letras: otros con sylabas: otros con palabras, que aun en la división tienen significaciones ingeniosas: otros representaron la idea del concepto en cuerpos naturales o artificiales sin letra, declarándole con alguna propiedad proporcionada: y otros finalmente en cuerpos enigmá-ticos, que llaman divisas, para assumptos nobles y heroicos; pero el Autor ha sabido incluir en un assumpto solo toda la perfección de tan dilatado argumento, pudiendo servir de divisa a los tres tomitos de Emblemas christianas, lo Máximo en lo mínimo.

En este párrafo se condensa con propiedad y elegancia la obra de Suárez de Figueroa y, especialmente, su particular concepción de la actividad emblemática. Fi-nalmente, la «Licencia» del Ordinario, así como la «Fe de Erratas» están fechadas en Madrid el 22 de Diciembre de 1.738.

Con estas premisas epistemológicas Diego Suárez de Figueroa determina poner dichas doctrinas en la forma de «unos emblemas cristianos en verso latino y castella-no». Dios, meta y norte del hombre, es el camino por el que la caridad, lazo unitivo, nos conduce al cielo (tomo primero, cuarenta y seis emblemas); en ese camino el cristiano se encuentra con la santa Cruz, los Mandamientos, las virtudes teologales y la Virgen María, como guía, estrella y nave. Los medios ascéticos y místicos requeridos en la realización de ese camino (meditación sobre los pecados, la brevedad de la vida, etc., así como la penitencia y las virtudes) se recogen en el tomo segundo (sesenta emblemas), presentándose los variados «estorbos» o dificultades que hay que salvar en el tomo tercero (cincuenta y dos emblemas): pasiones, pecados, ocio, hipocresía, des-cuido del alma, etc. En total son ciento cincuenta y ocho emblemas. Al final de cada tomo hay un «Índice» de los emblemas con la explicitación de: título, descripción de la pictura y lema. Hemos de decir que en muchos casos estos datos no coinciden con los que aparecen a lo largo de la obra.

Pero, ¿cuál es la estructura del trabajo de Suárez de Figueroa, tachada de «hermosa y bien compartida, realmente rara y completa», como hemos visto anteriormente? La presentación de cada uno de los emblemas se hace así: primeramente, el título del emblema (en castellano); a continuación, la pictura con el lema o mote (este siempre en latín); seguidamente, antes del epigrama en latín, se inserta una frase, pasaje o sen-tencia bíblica, también en latín y que pertenecen tanto al Antiguo como al Nuevo Testamento; después, el epigrama propiamente dicho, al que sigue un comentario (ex-plicatio o narratio normalmente extractada de los santos Padres), de corta extensión. La estructura termina con la traducción al vulgar del pasaje bíblico indicado y la versión castellana del epigrama [fig. 2].

Se trata, por lo tanto, de la estructura triplex del emblema canónico, al que se añaden otros elementos complementarios (paratextos, realmente, des-tacando la conjunción –en consonancia con el bilingüismo de la obra–

César Chaparro Gómez202

entre la presentación erudita y vulgar del emblema. Esto resulta lógico, por otra parte, cuando el conocimiento de la lengua latina resultaba cada vez más restringido.

En otro orden de análisis, hemos de decir –tal y como el propio Suárez afirma– que la obra de Hugo Hermann, Pia Desideria, ha servido en gran parte de base a este Camino de el Cielo. Ello se observa en la estructura de la obra, que consta de tres tomos como la de H. Hermann y con temática afín; la obra de Hermann trata de las tres vías de la vida espiritual: la penitente, la iluminativa y la unitiva, mientras que la de Suárez de Figueroa está estructurada en tres libros también, aunque este parece dar la vuelta al «itinerario» trazado por el jesuita, ya que nuestro autor empieza por la vía unitiva (la caridad, lazo unitivo, conduce al cielo), sigue por la iluminativa (los medios ascéticos y místicos) y termina con la penitente, es decir, con la eliminación de las dificultades que hay que salvar hasta alcanzar el cielo.

En cuanto a la utilización concreta de los emblemas de H. Hermann, hay que decir que Suárez de Figueroa aduce cuarenta y tres, de los cuarenta y cinco existentes en la obra del jesuita [fig. 3]. Tan solo dos de ellos no son transmitidos por el erudito pacense: I,1 («Anima mea desideravit te in nocte») y III,8 («Infelix ego homo, quis me liberavit de corpore mortis huius? »). Y respecto a la ubicación de dichos emblemas en los tomos del Camino de el Cielo, hay que decir que, al parecer, son aducidos de manera indiscri-minada: catorce en el primero, dieciocho en el segundo y once en el tercero. En otro orden de cosas, la versión castellana de los emblemas de H. Hermann transmitidos por Suárez pertenece a la traducción que hizo de la obra del jesuita alemán el también

Fig. 2. Emblema V de la Parte primera. Fig. 3. Emblema II de la Parte primera (tomado de H. Hermann)

«Los estertores» de la emblemática... 203

jesuita español Pedro de Salas, realizada esta en Valladolid en 1.638 con el título de Afectos divinos con emblemas sagradas.

Los restantes emblemas, hasta llegar a los ciento cincuenta y ocho que conforman la obra de Diego Suárez, pertenecen a otros autores o, más bien, a una traditio común, cuyos elementos se pueden rastrear (lo hemos hecho en alguno de ellos) en obras como el Mundus symbolicus de Filippo Piccinelli, por poner uno de los incontestables ejemplos. Determinar la procedencia de estos emblemas, su utilización concreta por Suárez de Figueroa, la presentación formal que hace de los mismos, así como la índole y autoría de las traducciones al castellano (creemos que muchas de ellas pertenecen a Suárez, dada su inclinación a la traducción), etc., es uno de los cometidos que tene-mos entre manos.

Como Apéndice insertamos a continuación la totalidad de los emblemas del Ca-mino de el Cielo. Emblemas christianas, siguiendo el orden y presentación de los Índices de los distintos tomos; en las notas se constatan, preferentemente, las diferencias con las lecturas y picturae existentes en el cuerpo de la obra:

PArte PriMerA: cAMinO del cielO

Número Título Pictura1 Lema

Emblema ISe ha de buscar sobre lo criado

El Olimpo«Nubes excedit Olympus»

Emblema IILa consideración en Dios

[La que aparece en H. Hermann]

«Quam dilecta taber-nacula tua…»

Emblema III Dios es el camino La Águila «Recta sursum»

Emblema IVPorque de Dios vienen todos los bienes

La Cornucopia «Muneris omne tui»

Emblema VPorque a Dios han de volver nuestros dones

Los ríos«Unde exeunt, rever-tuntur»

Emblema VIPorque a Dios han de ir nuestras ac-ciones

Dos velas «Quae sursum sunt»2

Emblema VIIPorque a Dios han de ir nuestros de-seos

[La que aparece en H. Hermann]

«Quando veniam…»

1 Entre corchetes se indican las picturae tomadas de la obra de H. Hermann. 2 En el emblema aparece otro lema: «Morte finitur eluceat omnibus».

César Chaparro Gómez204

Emblema VIIIPorque Dios ha de ser nuestro objeto

El Cielo «Pulchriora latent»

Emblema IXCaminos de la eternidad

La Y de Pitágoras3

Emblema XDios ha de guiar por el buen camino

[La que aparece en H. Hermann]

«Utinam dirigan-tur…»

Emblema XIHemos de ir asidos a Dios

La Yedra «Juvamine crescit»

Emblema XIILa Cruz es camino del Cielo

Cruz4 «Haec semita Caeli»

Emblema XIII5 Porque en la Cruz se descansa

Cruz «In Cruce tuta quies»

Emblema XIVPorque la Cruz hace diligentes

La campana «Dat pulsata sonum»

Emblema XVPorque en la Cruz se halla a Jesús

[La que aparece en H. Hermann]

«In lectulo meo…»

Emblema XVIPorque sin Cruz no podemos ir a el Cielo

Las abejas «Per dura dulcedo»

Emblema XVIIPorque sin Cruz nadie se corona en el Cielo

Dos coronas «Non sine altera»

Emblema XVIIIPorque la Cruz establece, y afirma

La columna «Pondere firmior»

Emblema XIXSe ha de pedir a Dios guíe por este camino

[La que aparece en H. Hermann]

«Perfice gressus…»

Emblema XXPorque la Cruz purifica

Crisol, y fuego «Igne mundatur»

3 En el emblema aparecen en los trazos de la Y distintas leyendas: «Liberum arbitrium, ultima linea, aut unum aut aliud, via vitae via mortis, aeternitas».4 En el «Índice» no aparece nada, pero en el emblema se distingue una Cruz.5 En el cuerpo de la obra, el emblema XIII tiene (con el título «Porque solo en la Cruz se halla el descanso») una campana con el lema «Dat pulsata bonum», mientras que el XIV (con el título «Porque hace diligentes») tiene –no una cruz, como dice el emblema XIII del «Índice»– sino una figura humana que sustenta un globo terráqueo con una pequeña cruz encima de una mesa, con el lema «In cruce tuta quies».

«Los estertores» de la emblemática... 205

Emblema XXIPorque la Cruz ilus-tra, y hermosea

La tela en el bas-tidor

«Pulchrior ex vulnere»

Emblema XXIIPorque la Cruz aparta los peligros

El cuchillo «Species fallit»

Emblema XXIIIPorque la Cruz lleva a Dios

[La que aparece en H. Hermann]

«Trahe me…»

Emblema XXIVPorque la Cruz impele a caminar6 El trompo «Verbere surgit»

Emblema XXVPorque la Cruz fecundiza, y sujeta

La vara de Moyses «Ex vulnere uberior»

Emblema XXVILos Mandamien-tos dirigen en este camino

La carta de marear «Diriget iter»

Emblema XXVIIEl desear guardar los Mandamientos

[La que aparece en H. Hermann]

«Concupivit anima mea…»

Emblema XXVIIILa Fe, Esperanza y Charidad son ca-mino7

Escala8 «Ego sum via, etc…»

Emblema XXIX Escalón I. La Fe Arca de Noe «Moriar extra»

Emblema XXXLa Fe ha de ser con obras

Dos alas9 «Non sufficit una»

Emblema XXXIPorque con estas alas se vuela al Cielo

[La que aparece en H. Hermann]

«Quis dabit mihi…»

Emblema XXXIIEscalon 2. La Espe-ranza

La anchora «In te spes»10

Emblema XXXIIILa Esperanza ha de ser con obras

Uno arando11 «Labore et industria»

Emblema XXXIVLa Esperanza ha de ser en Dios

[La que aparece en H. Hermann]

«Mihi adhaerere Deo…»

6 El título en la obra es «Porque la Cruz aviva».7 El título en la obra es «Escala del camino del cielo».8 En el texto, dentro del emblema de una escala se puede leer «Fides, charitas, spes».9 En el dibujo del emblema aparece un ave con una sola ala (al parecer).10 En el emblema el lema es más largo: «In te spes naufraga sistit».11 El emblema que presenta la obra es un individuo tratando de salir del agua, porque se ahoga.

César Chaparro Gómez206

Emblema XXXVEscalon 3. La Cha-ridad

El tornasol «Soli, et semper»

Emblema XXXVIPorque la Charidad inflama a el alma12

[La que aparece en H. Hermann]

«Adjuro vos…»

Emblema XXXVIIPorque la Charidad es fuego que lleva a Dios

Hacha encendida «Semper sursum»

Emblema XXXVIIIPorque la Charidad encamina al Cielo

[La que aparece en H. Hermann]

«Ego dilecto…»

Emblema XXXIXPorque aviva a la Charidad la gracia divina

La lámpara «Illo alitur»

Emblema XLPorque la Charidad une a Dios

[La que aparece en H. Hermann]

«Quis mihi det…»

Emblema XLIPorque la Charidad es lazo indisoluble

El tornasol, y el Sol entre nubes

«Frustra obstant»

Emblema XLIIPorque la Charidad es fuego que se comunica

Dos velas«Dabit altera flam-mas»

Emblema XLIII

Porque en el fue-go de la Charidad suben al Cielo nuestros suspiros

[La que aparece en H. Hermann]

«Fulcite me flori-bus…»

Emblema XLIVGuia del camino del Cielo la Virgen María

Estrella y Nave «Respicit unam»

Emblema XLVDios es norte en este camino13 Aguja de marear «Quiescit in uno»

Emblema XLVIGuia del camino del Cielo Dios

[La que aparece en H. Hermann]

«Fuge dilecte mi…»

PArte segundA: MediOs PArA seguir el cAMinO del cielO

Emblema I Mirar al cielo14 Cielo «Respice finem»

12 El título del emblema es: «Porque su llama hace en el alma gustosas heridas».13 El título del emblema es «Dios es el norte y descanso».14 El título del emblema es «Mirar al fin».

«Los estertores» de la emblemática... 207

Emblema IILa elección del estado

Naves «Meliorem quaero»

Emblema IIIEl comercio con Dios

Hierro en las fra-guas

«Consortio lucescit»

Emblema IVPor qué este co-mercio enciende al alma

[La que aparece en H. Hermann]

«Anima mea…»

Emblema V La buena intención La concha «Rore divino»

Emblema VIPor qué la inten-ción buena hace las obras meritorias15

Midas «Vertetur in aurum»

Emblema VII La Meditación Buey rumiando «Digesta valent»

Emblema VIIILa meditación de pecados16

[La que aparece en H. Hermann]

«Defecit in dolore…

Emblema IXEl recogimiento de sentidos

La paloma «Objecta resistit»17

Emblema XDejar el bullicio del mundo

[La que aparece en H. Hermann]

«Veni, dilecte…»

Emblema XIMeditaciones de la vanidad de lo terreno

Las nubes «Cito evanescunt»

Emblema XIIVer que todo el mundo no sacia

Corazón y mundo«Totus non sufficit orbis»

Emblema XIIIDespreciar lo te-rreno

La Monocodia«Terrae comertia nescit»

Emblema XIVApartar los ojos de lo terreno

[La que aparece en H. Hermann]

«Averte oculos…»

Emblema XVLa meditación de la brevedad de la vida

La lámpara «Perit, dum fulgurat»

Emblema XVIVer que la vida es humo

El cohete«Dum serpunt viscera flammae»

15 El título del emblema es: «Por qué hace las obras meritorias».16 El título del emblema es: «La de los pecados y destierro, y cómo deben llorarse».17 El lema en el emblema dice «Objecta removet».

César Chaparro Gómez208

Emblema XVIIVer que la vida es viento

El órgano «Anima aura levis»18

Emblema XVIII19 Ver que la vida es reloj ligero

«Brevis effugit hora»

Emblema XIXVer que la vida es brevísima

[La que aparece en H. Hermann]

«Numquid non pau-ci…»

Emblema XXLa meditación de la muerte

Las abejas «Pulvere quiescunt»

Emblema XXIVer que la muerte asalta

Anzuelo «Decepit incautos»

Emblema XXII20 Ver que a nadie perdona la muerte

«Nemini parco»

Emblema XXIIILa meditación de los Novísimos

[La que aparece en H. Hermann]

«Utinam saperem…»

Emblema XXIVLa meditación de la eternidad

Árbol caído«Quo cadat, semper erit»

Emblema XXVLa meditación de la pasión de Cristo

[La que aparece en H. Hermann]

«Sub umbra…»

Emblema XXVILa meditación de la pena eterna

Un globo«Toto puncto pondere premit»

Emblema XXVIILa meditación del Juicio de Dios

La prensa «Premendo premit»

Emblema XXVIIITemer el Juicio de Dios

[La que aparece en H. Hermann]

«Non intres in iudi-cium…»

Emblema XXIXLa meditación del castigo de Dios

El rayo «Subito ferit»

Emblema XXXEl temor del castigo de Dios

[La que aparece en H. Hermann]

«Confige timore tuo…»

Emblema XXXILa penitencia y meditación

El pedernal «Ardet attritus»

Emblema XXXIILa confesión ver-dadera

La navaja «Mendax oculis»

18 El lema del emblema dice «Animat aura levis».19 En el emblema se distingue un reloj, con el lema «Levis effugit hora».20 En el emblema aparece la muerte (esqueleto) con la guadaña.

«Los estertores» de la emblemática... 209

Emblema XXXIIILa confesión peni-tente

[La que aparece en H. Hermann]

«Peccavi, quid fa-ciam…»

Emblema XXXIVSacar los pecados fuera de la voluntad

El cántaro «Gravat erecta»

Emblema XXXVRenovarse en Cristo

La serpiente «Exuta pelle resurgo»

Emblema XXXVI Llorar los pecados[La que aparece en H. Hermann]

«Quis dabit…»

Emblema XXXVII Vencer los estorbos Río y muro «Obstacula rumpam»

Emblema XXXVIIIDespreciar el amor humano

[La que aparece en H. Hermann]

«Dilectus meus mihi…»

Emblema XXXIXLa virtud que es dificultosa

Castillo en monte «In rupibus altis»

Emblema XLSolicitar sea la vir-tud extremada

Uno con escopeta «Supra scopum»

Emblema XLIPorque la virtud defiende

Castillo «Munimine tutus»

Emblema XLII Sufrir trabajos[La que aparece en H. Hermann]

«Vide humilitatem meam…»

Emblema XLIIIObrar con reflexión y prudencia

Grullas «Non sine pondere»

Emblema XLIVObrar con cons-tancia

El hierro en la fragua

«Robur dat ignis et unda»21

Emblema XLVObrar con perma-nencia

[La que aparece en H. Hermann]

«Invenerunt me…»

Emblema XLVI El ejercicio virtuoso Uno arando «Culta ditescit»

Emblema XLVIILa vigilancia y temor

Alexandro«Nec in sopore so-pitus»

Emblema XLVIIINo acercarse al demonio

Perro atado «Si accedis, caedet»

Emblema IL El temor de Dios22 [La que aparece en H. Hermann]

«Quis mihi hoc tri-buat…»

21 El lema en el emblema es «Robur dat ignis et aqua».22 El título del emblema es «El temor de Dios es defensa de la virtud».

César Chaparro Gómez210

Emblema LQuerer solo a la virtud

Una mano «Caetera linquo»

Emblema LI La virtud invencible Peso y mundo«Nec tot flectitur Orbe»

Emblema LIIDesasirse de las riquezas

Nave«Affert jactura salu-tem»

Emblema LIIIBuscar a Dios con desvelo

[La que aparece en H. Hermann]

«Surgam et circui-bo…»

Emblema LIV La humildad El sol«Dum subit, plus micat»

Emblema LV Porque la humildad triunfa del demonio

Acteón«Prosternere, ut vin-cas»

Emblema LVILos deseos de ver a Dios

[La que aparece en H. Hermann]

«Heu mihi…»

Emblema LVII Pelear para vencer La corona «Vincenti dabo»

Emblema LVIII Pelear con pobreza Dos gladiadores «Nudus cum nudo»

Emblema LIX El ayuno Castillo «Inedia vinces»

Emblema LXBuscar a Dios con ansia

[La que aparece en H. Hermann]

«Quemadmodum desiderat…»

PArte tercerA: esstOrbOs de este cAMinO

Emblema ILa guerra del apeti-to y la razón

Uno con alas, y piedra

«Inter utrumque lites»

Emblema II La discordia dañosa La nave «Divissa mergitur»

Emblema IIILas prisiones de el mundo23

[La que aparece en H. Hermann]

«Coarctor e duo-bus…»

Emblema IV Enemigos y riesgos Mar, y mariscos «Fiducia mendax»

Emblema V Las pasiones Un caballo sin freno «Effrenis peragit»

Emblema VIPor qué las pasiones ciegan24 Polyphemo «In incertum»

23 El título del emblema es «Estorban las prisiones del mundo».24 El título del emblema es «Por qué ciegan los pecados».

«Los estertores» de la emblemática... 211

Emblema VIIPor qué la pasiones son tempestad

[La que aparece en H. Hermann]

«Non me demer-gat…»

Emblema VIIILas riquezas y ho-nores

La luna llena «Felicitas noxia»

Emblema IX Los bienes terrenos Los Israelitas, y río «Fugiens abit»

Emblema XPor qué los bienes terrenos arrastran

Imán y acero «Vis occulta trahit»

Emblema XIPor qué los bienes terrenos son lazos que impiden

Ave presa a un hilo «Minimo detineor»

Emblema XIISon lazos: por qué no los comparamos con los Celestiales25

[La que aparece en H. Hermann]

«Quid enim mihi…»

Emblema XIIILa persecución de la virtud

Nogal, etc. «Livor in alta»

Emblema XIVLa murmuración de la virtud

Abeja, y araña «Usu diverso»

Emblema XV El pecado venial Casa caída «Et minima nocent»

Emblema XVIPor qué el pecado venial enferma al alma

[La que aparece en H. Hermann]

«Miserere mei…»

Emblema XVII El pecado mortal26 El rayo «Parva relinquit»

Emblema XVIIIEl pecado mortal, por qué es peso gravísimo

El leño «In littore gravat»27

Emblema XIXEl pecado mortal, por qué causa in-quietud

El mar «Nec requies ulla»

Emblema XXEl pecado mortal, por qué aparta de Dios

[La que aparece en H. Hermann]

«Cur faciem…»

25 El título del emblema es «Por qué no los comparamos con los del cielo».26 El título del emblema es «El pecado mortal por qué mata».27 El lema en el emblema es «In littore pondus».

César Chaparro Gómez212

Emblema XXIEl pecado mortal, por qué engaña halagando

La Sirena «Allicit, ut devoret»

Emblema XXIIEl pecado mortal, por qué causa in-constancia

Balanzas«Ad utrumque para-tus»28

Emblema XXIIIEl pecado mortal, por qué ciega y precipita

El Sol«Cumque audidis-sent…»29

Emblema XXIVEl pecado mortal, por qué impide(n) sus raíces

Árbol «Radicibus obsto»

Emblema XXVEl pecado mortal, por qué causa feal-dad

Armiño«Malo mori quam foedari»

Emblema XXVIEl pecado, por qué afea al corazón

[La que aparece en H. Hermann]

«Fiat cor deum…»

Emblema XXVIIEl pecado, por qué ciega al alma

Casa con humo «In tenebris»30

Emblema XXVIII La soberbia Ephialtes «Sublimis deficit»

Emblema XXIX La avaricia Enfermo bebiendo «Nil satis»

Emblema XXXLa vanidad de la sangre

La luciérnaga «Luce non aliena»

Emblema XXXIEl olvido de nues-tros principios

El pavón«Ex oblivione tumes-co»31

Emblema XXXIIEl olvido de nuestro barro

[La que aparece en H. Hermann]

«Memento, quaeso…»

Emblema XXXIIIEl comercio peli-groso de mujeres

Joseph «Fugiendo vincit»

Emblema XXXIVLas ocupaciones inútiles

El elefante «Indignus labor»

28 El lema del emblema es «Ad utrumque parata».29 El lema en el emblema es «Dum cadit deficit».30 El lema en el emblema es «In tenebris ambulant».31 El lema del emblema es «Vanitatis pharmacum».

«Los estertores» de la emblemática... 213

Emblema XXXV La curiosidad vana Lamia «Sua intima nescit»

Emblema XXXVILa curiosidad en lo espiritual

La mosca «Se intrincat»

Emblema XXXVIILa humana locura, y necedad

[La que aparece en H. Hermann]

«Deus, tu scis…»

Emblema XXXVIII El ocio Laguna detenida «Putrescit immota»

Emblema XXXIXEl amor a lo te-rreno

Jonatás «Amara dulcedo»

Emblema XLNo cortar al amor terreno

Árbol «Ictu virescit»

Emblema XLINo percibir el fas-tidio de los gustos terrenos

[La que aparece en H. Hermann]

«Quomodo cantabi-mus…»

Emblema XLIILas malas compa-ñías

Luz y tinieblas «Contagia fugit»

Emblema XLIII La desobediencia Elementos«Decreto subjicimus uno»

Emblema XLIV La ambición Faeton «Nil ultra vires»

Emblema XLV La acedia Ortiga«Leviter si tangis, adurit»

Emblema XLVI La hipocresía El cisne «Apparientia fallax»

Emblema XLVIILos lazos del mun-do

El pescador «Pejora latent»

Emblema XLVIIILos lazos del de-monio

[La que aparece en H. Hermann]

«Dolores inferni…»

Emblema IL Los deseos tibios Hércules «In imagine transit»

Emblema LLa hipocresía, y avaricia

El milano «Lumina fixa terrae»

Emblema LI Descuido del alma Palacio«Quo illectus, abs-tractus»

Emblema LII La cárcel del cuerpo[La que aparece en H. Hermann]

«Educ de custodia…»