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L E T R A S

ERNESTO CARDENAL

Con Martí mirando las estrellas*

Nacidos de ese evento tan improbableel Big Bang.Antes del cual no había luz, ni oscuridad tampocoy tampoco tiempoy con el cual empezó la evolución.Dios habrá visto que «todo estaba bueno» billones de años después. La vida engendra vida, pero antesla no vida engendró vida.Por errores en el ADN, la variación, la evolución.Si hubiera sido siempre perfectono hubiera habido sino microbios. De ameba a reptil a simios etc. grados de percibir más y más realidad.ADNescritos todos con el mismo lenguaje y el mismo alfabeto.(¿en otros planetas habrá otros lenguajes, otras letras?).Escamas de reptiles fueron plumas de dinosauritosy después de pájaros. ¿Ciega selección natural?Por otra parte hay crustáceosque en 300 millones de años no han evolucionado.La tecnología de la tela de araña es siempre igual. Nosotros agentes concientes de la aceleración de la evolución.No biológica, conste.

* Este texto forma parte de los poemas que han sido añadidos a Cántico Cósmico.

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Esa vastedad del universo que solo sabe por nosotros. Somos átomos inteligentes. Estrellas estudiando las estrellas.

En los lodazales de la Tierra el cosmos se hizo vivo.Y tras corto tiempo –en nosotros– se entendió a sí mismo.Nosotros«la más compleja de las moléculas»

La Luna como una bola de rugby. A las 8 a.m. sobre los Alpes. ¡Todo lo que Tú tocas es tan bello!¿Que cómo se ve la Tierra desde la Luna?Respondió el astronauta: –«Frágil».Se ve también sin ninguna división de naciones.Y el Sol: su luz blanca en cielo negro.De reacciones puramente químicasse pasó aquí a vida inteligente.¿Habrá otros así en otros planetas? ¿Y tienen cuerpo?¿Hasta dónde los habrá llevado la evolución?Algunos podrían ser nube interestelar solamente.O seres inteligentes hechos solo de radiación.Que podríamos llamar ángeles en nuestro léxico.No estamos pensando en películas de Hollywood.El encuentro sería otro paso de la evolución. Extraterrestres y terrestres.Ya no será cambio sino transformación.Tras el encuentro no hay sino trabajar juntos.Hijos del mismo vientre del Big Bang.

¿A trescientos años luz? ¿Tres mil años luz?La «conversación» no es fácil. La trasmisión más potentesería un leve murmullo a través de la galaxia.

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Esperando que sean misericordiosos con nosotros.Aunque aún sin señales de civilizaciones en el vecindario.Pero ya Lucrecio lo pensaba:existirán en el cielo otras tierras con gente y animales. Por qué no. Billones de planetas humanos en lagalaxia.En la URSS era un dogma leninista. ¿Qué impacto en nuestro arte?¿Cómo sería otra especie inteligente?Dyson teme una tecnología sin control.¿Y si todos los extraterrestres del universo, con nosotros,estamos tratando de crear un universo mejor,un nuevo universo?

Metrodoro de Chios escribió:«Como una única espiga de trigo en un camposería un único mundo con vida en el universo». (Contrario a Aristóteles y la Iglesia).Si el Sol es una estrella ordinaria,y los planetas son comunes en una estrellay la química de nuestros cuerpos...Otros Cristos en multitud de planetas pensó Descartes.Marconi creyó oír señales de Marte, que seríanun ascensor cercano o truenos lejanos.¿Pero si no es una espiga solasino un trigal el universo?

Solentiname. Suelo constelado de luciérnagasy cielo con millones de reacciones nucleares.Alcé una semillita de zacate pará.Del zacate pará que cubre todo el potreroy entendí que el tamaño no es importante.

Estrellitas tan chiquitasque son soles tan inmensos.¡Qué mundo al que naciste

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Ernestito Laureanocon lo grande tan pequeñoy lo pequeño tan grande!

Alcé una semilla del malincheque sembré hace años en Solentinamey vi en la semilla una flor,y en esa flor una semilla y en ella otra flor,malinches tras malinches rojos como sangre,malinches y malinches y muchachasbajo malinches o en su pelo flores de malincheen la semilla de malinche que hoy recogí.

¡Universo: nada me apasiona tanto como tu evolución! Por milenios Homo sapiens hombres y mujeres Homo sapiens han mirado esa belleza allá arriba sin entenderla.Celestes les llamamos y sonpiedra y tierra como nosotros.Nosotros girando alrededor de unade las 1011 estrellas en la galaxia.Seres que defecan, usan desodorantes,descubriendo los secretos del cosmos.El cual existe por nosotros. Nosnecesitó para ser real.

En la dirección del almala evolución biológica.Fibras nerviosas que no piensancrean el pensamiento.

Lo nuevo siempre es una cosa que no tenía por qué ser así.

La evolución es todo cuanto existe.Y es con un propósito, no solo

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impredecible selección natural.¿Quién me tejió dentro de mi mamá?El ojo se perfeccionahasta que el feto va a salir.Sin agua de mar no podemos very nos mojamos los ojos con los párpadossin que haya oscuridad al parpadear.Electricidad y magnetismo no pueden separarse,es electromagnetismo descubrió Maxwell, y es la luz.Nuestros ojos son para ver la luzhasta el comienzo del tiempoy más allá del comienzo: la eternidad ¡nuestro futuro!Los fotones son sociales,salen cada uno por su ladoy cuando llegan es todos juntos (como nosotros)

Hay océanos y lagos allí arriba.¿Y especies ya más cerca del Reino de los Cielos?

Bolita azul y blanco en el cielo negrofuera de la atmósfera. Espacio siderales en el que estamos.Somos los marcianos que ya llegaron.

El tiempo. El tiempo.¡Nuestro enemigo el tiempo!Pero en él se mueve la creación y sin élno habría evolución.Hace 4.000 millones de años fuimos solamente piedra.La piedra se hizo seres vivientesque volvieron a ser piedra «Para los geólogos es difícil hallar rocas que no hayan sido parte de organismos vivos»y otra vez iremos al fondo de la tierra

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donde la piedra está hecha fuegopara salir después como lavay seres vivos otra vez.

Salió líquida del magma de la tierra arrojada por la boca de un volcán todavía ardiendo al rojo vivo río de roca roja corriendo cuesta abajomasa fundida de sodio y sílicey se fue enfriando, solidificando y cristalizando separada después de lo demás de la masa estuvo una vez bajo el marel mar se retiró y la arrastraron ríos rodó más sobre la tierra al fin quedó quieta en un llanoreduciéndose poco a poco su tamañopor la lluvia, el sol y el viento puliéndose y haciéndose casi redonda cada vez más pequeño su tamañohasta que una mañana mojada de septiembrecuando los filibusteros atacaban San JacintoAndrés Castro la levantó del sueloy con ella mató un yanki.

Confucio dijo:«Tienen una sola naturaleza los humanos.Sus costumbres [sus culturas] los separan».

Es cierto lo que dice san Agustín:nacimos entre los orines y la mierda.Pero aquí donde me ves soy extraterrestrecon partículas que estuvieron antes separadasa años luz.Mamífero del orden de los primatesa Su imagen y semejanza en el cuaternario.Del barro de la tierra quiere decir

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del polvo de las estrellas.Todos pecamos en Adán quiere deciren el Homo erectus. El pecado es genético.Por los colores de las frutas nuestra visión en colores.Eva era negra, en el África subsahárica,con un cráneo largo, liso y elegante.Comía frutitas entre jirafas y gacelas. La evolución conciente de sí misma. La misma conciencia de la evolución.Los reptiles no sueñan, se dice,solo aves y mamíferos,pero viven como en un sueño.Y cuando soñamos reviven en nosotrosnuestros antepasados reptiles.

Pese a las catástrofes naturalesque solo entienden la religión y las compañías de segurosnuestro progreso social es equivalentea un aumento de circunvoluciones del cerebro. Una parte de nuestro ser que es colectiva.

La cooperación es a todo nivel biológico ytan antigua como la vida.«No conozco ningún organismo que pueda estar aislado».Y: «Preguntar por el origen de la cooperación es como preguntar por el origen de la vida» O en béisbol por ejemplo.Células individuales de Myxobacteria, por ejemplo,salen a cazar en grupo,como una manada de leones acorralando una gacela.Compasión como un factor de la evolución. Altruismo el otro.Desde que éramos animalitos chiquitos entre dinosaurios.La primera economía fue compartir.En esta clase de planeta, esta biosfera.Es la cooperación, dice L. Thomas.

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Lo que enseña la sociobiología: Hacer bien a otro es hacerlo a uno mismo.«Levantándonos en común, parejos como una milpa»dicen los tzotziles de Chiapas.Un mito de nuestro tiempo:que la guerra está en los genes.Nosotros decimos: somos un animal cooperativo. O esa es la hipótesis.Que tu picnic no quite comida a otros. Gozar del planeta por igual.El tordo que ante el gavilán silbó alertando a los demásmejor hubiera estado callado...Muggeridge preguntó a O. Wilsonsi la biología podía explicar a Madre Teresa.

Hay en los animales un alma de la especie.Lo que dirige la migración de las aves.Y en los humanos también lo mismopero personal.E1 lenguaje de las abejas tiene millones de añospero entre nosotros ya nadie habla sumerio.Y la evolución biológica se viene desacelerandodesde el Cámbrico. Biológica he dicho. Según los fósiles la entropía triunfa sobre la evolución biológicahasta que un día ya no habrá evolución biológica,tan solo evolución humanano biológica. Yo tengo 20 años dijo Laureanoy no quiero ver el Reino de los Cielos cuando esté viejosino ya. (Mi acción revolucionaria por la fe en la resurrección de los muertos dijo el comunista francés expulsado del partido).«el amor, o sea Dios»

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escribió Sandino.«El comunismo del amor» (A. C. Sandino)Y Nicaragua llamada por él«la tierra prometida del comunismo mundial».Todo encuentro con otro es por el Otro.Aunque es peligroso hablar de Diosdice Orígenes.

Galileo halló el sistema muy complicado;sin la Tierra en el centrose simplificaba. El tercer planeta.Donde la radiación solar nos hizo ver.Sin nosotros es ciego el universo(aunque planetario es igual a infinitesimal).Los que no creen que seremos mejoresy los que sí.Y Reeves dice: El hombre nació del primate ¿qué nacerá del hombre? Los que llaman utópica a la Utopía.Lo fue antes. Ya no con la actual tecnología.Aquella noche con Fidel en la Universidad.Una gran mesa con los estudiantes. Dijo Fidel:«El socialismo es antinstintoEl capitalismo es muy peligroso porque es atrayente.El socialismo está en desventaja porque es sacrificio».

No hay señales de heces fecalesde extraterrestres en la Tierra.¿Esta parte de la galaxia estará deshabitada?¿O no hay en ninguna parte y estamos solos en el universo?¿O están como nosotros tratando de comunicarse?¿O nos están estudiando? El llamado «Principio de la Mediocridad»:Un planeta y un sol son algo muy común.

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Como un niño de pecho en brazos de sumadre.«Todos somos hijos de la misma Madre»fue el mensaje de Aleksandr Aleksandrov al ver USA y URSS bajo la nieve.

Tal vez un día habrá una ciudad esférica: Toda la tierra.

El pecado es ir contra la evolución.La irrupción del futuro en el presentees la evolución.El futuro que siempre está viniendoy avienta al presente hacia el pasado.La evolución son las revoluciones. «Los cambios en las especies no son continuos sino discontinuos»Ya hemos visto que tuvo principio¿cuál será su fin?¿Los hoyos negros que son una masa sin materia,en los que acaba la físicay ya no hay teoría de la Relatividad? Entrando con paso firme en el futuro negro...Sistema solar tras sistema solar, galaxias tras galaxiasse extinguirán.Según la Relatividadtodo es relativo excepto la velocidad de la luz. Entre los hoyos negros del nunca más.Y la luz va siempre por el camino más corto.Todo ser tiende a trascenderse, y es la Evolución.Hay delfines que casi han hablado inglés,en acústica subacuática que es a veces ultrasónica.Sus sonares y radares son mejores que los nuestros.En tecnología no antropocéntrica una alta tecnología.Su cerebro con más circunvoluciones que el nuestro.Su visión bajo el agua es igual que en el airey en la superficie mitad aérea y mitad acuática.

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–Su inteligencia no la conocemos.

Todo ser tiende a trascenderse. A ser un ser superior al anterior. ¿Y el ser humano no tenderá también a trascender a otro ser mejor? Pero es peligroso hablar de Dios.

Somos animales, que son elementos químicos, queson átomos, que son solo niebla de probabilidades.¿Y cómo el azar es causa del orden? Dice Talbotque los electrones parecen tomar decisiones.Y Dysson: «La mente es inherente al electrón».Aunque si la vida yendo hacia más vidaviola la segunda ley, la sagrada segunda leythis is not the case, dice Paul Davies.

Hay orden aun en la espuma de un torrente.«Caos» es ahora término técnicoque no quiere decir caótico sino un orden más oculto(formación de las nubes, ciclones, Bolsa de Nueva York)y hay que descubrir el orden en el aparente caos.

Bola de béisbol lanzada con aplauso o sin aplauso con error o sin error que no se quedó en el guante y donde quiso voló.

La fórmula es:Todos unidos pero cada uno es uno.Y según Bohmtodas las cosas se tocan,todo conectado con todoy es instantáneo todo.La separación es aparente.Este es el más importante don

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de la física cuántica, casicomo cuento de ciencia-ficción.No hay partículas separadasdice Bohm.Ciencia-ficción tomada seriamente.

Un niño iba sobre cubierta mirando las estrellasy sentado junto a él José Martí.Después nonagenario grabó para Cintio Vitierlo de Martí.«¿Tú crees que fue hecho para que lo contemplemosun tiempo breve? ¿A ti no te parecechico, que habrá algo más grande que nosotros? ¿Tú te das cuentade lo que eso representa y que aquí abajo nosotrossomos parte de eso?Así pues para que sepas que no fue hecho para divertirnos y tenemos obligaciones con eso que se ha creado».

Ahora Wheeler pregunta quepara qué sirve un universo sin conciencia de ese universo.Y agrega que el universo es tan grandeporque solo así podríamos estar nosotros.Y Barrow:Nuestra existencia es causa de la estructura del universo. Muy misteriosa física es esta.Que condiciones físicas produzcan al hombre, bien.¿Pero que el hombre produzca las condiciones físicaspara aparecer él después en el futuro?«El universo tenía que crear observadores de él».

Un niño sobre cubierta mirando las estrellasy sentado junto a él José Martí. c

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HUGO ACHUGAR

Habladurías*

Habla el huérfano

Hablo del padre. De la piedra que cae en las oscuras incons-tantes aguas de la memoria, hablan los que son puro deseo y escriben esto, estas páginas. Hablo del escarnecido.

Del despreciado y del humillado hablamos en esto que no sabemos qué es. De todos ellos hablamos y de otras cosas que no estamos seguros de qué son, pero aparecen y reclaman ser dichas o simplemente estar presentes en este ejercicio de fusión.

Ensayo estas páginas como un despropósito que no tiene cabida en género alguno. Pobres los vendedores de libros, los bibliotecarios, los que buscan certezas; estas hojas, estos sucesos no saben qué son ni a quiénes pertenecen.

A la sombra de una higuera que llega desde una infancia, hoy odiada/entonces puro afecto, habla. Desde el derrumbe, la humedad en los huesos, la ruina de todo y de todos, habla el que habla.

Habla el huérfano cuyo padre murió en el Paraguay, habla ese cuyo padre lo dejó hace mucho más de medio siglo sin res-puestas. Hablo sin saber quién soy o para qué. Habla alguien que no tiene un apellido seguro, un nombre certero. Habla ese que no soy yo, porque yo es otro, como dijo el que se fue al África a traficar esclavos.

Hablo sin saber adónde voy ni de dónde vengo. Hablo jugan-do, pero sobre todo hablo con bronca, desde la bronca. Porque soy la bronca y el juego. Ese que habla, ese que me hace hablar no me conoce. He construido múltiples personajes. He represen- Re

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16* Fragmento de Habla el

huérfano, previsto para su publicación en 2016, en Montevideo, Uruguay.

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tado y he jugado. Me he inventado y reinventado tantas veces que ya no me importa, que ya no le importa si habla o hablan los que creen saber lo que dicen, sentencian, clasifican, condenan.

El fragmento es lo negado. El lugar rescatado y execrado. Acaso no. El fragmento es un huérfano que nadie respeta pero igual insiste y existe. ¿Uruguay es un fragmento?

¿El Padre quería un fragmento o se fue a vivir al norte porque no quería un hijo manco? ¿Un Uruguay que no era Uruguay, un territorio de fronteras cambiantes?

¿Acaso toda la América Latina no es otra cosa que un gran puzzle? ¿Una serie de frag-mentos que se componen y recombinan según quien dicte las reglas del juego? ¿Acaso a lo largo de los siglos no fue siempre un juego de piezas que cambiaban de forma y de dueños?

Breve o largo, oscuro o claro como una sentencia, el fragmento lo hace escribir estas páginas que quizá sean mías o de otros que no quiero recordar. Esto es un cajón de sastre, un cajón desastre, un archivo enfermo. Sufre del mal de archivo, del olvido y del espejo sufre.

Hablan los que imagina y los que su narcisismo le impide ver. No los ve, pasan a su lado y no los registra. El mundo terminó antes de que comenzara su historia. ¿Hay una historia? O simplemente, son memorias trucadas, inventos o un trompe l’oeil sin fin.

Uno tras otro, los personajes se acumulan. Exhiben documentos, retratos, fotos, memo-rias, pruebas de laboratorio, archivos verdaderos, imágenes imposibles de negar. Piden la palabra, pero no: el huérfano tiene la palabra.

No tiene país, método o propósito. Ha roto todos los espejos. No tiene rostro o palabra.«Qué contradicción… Un escritor sin palabra», le escribió hace tiempo una mujer eno-

jada. No tiene palabra, no tiene historia, no tenemos padre. El Padre Nuestro se nos fue al exilio o a la tumba. Del otro nos quedó la foto de cuando hacía esgrima y se reía de todos al tiempo que mandaba un telegrama: «Manden plata, estoy en Pelotas».

Este que habla, en cambio, no tiene humor. Tiene ironía o cinismo. Perdió todo hace siglos, antes de sentarse a escribir. Antes de que el español llegara y llenara de vacas y sueños la tierra que lo alberga.

Vino y se fue. Su herencia, cargo con su herencia. Pero también los más infelices serán los más privilegiados. ¿Cómo tragarme ese verso si no me ven, si me encierran o no me incluyen en la lista de gastos, si mi lugar es el encierro o el exilio?, o como hacían los alemanes con la nave de los locos; el barco de los de siempre, acota Luis Solari, y los hace volar en un grabado que nadie ve, que nadie quiere, que me persigue a través del océano Atlántico. Soy un huérfano transatlántico.

Soy lo que soy. Habité los quilombos del norte, los barrios despreciados y también el Centro. ¿El Centro, qué es?, ¿cuál era el Centro? ¿Esta degradación que todos temen? Y

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sin embargo, cuántos desean ese centro: si querés conocer a Pedrito, dale un carguito. La dinámica de la silla, el poder del micrófono, el castigo de los dioses que premian haciendo realidad pasajera lo que el huérfano creyó que deseaba. El deseo es el castigo. El huérfano no tiene derecho a soñar.

Escribe «soñar» y decide que por hoy ya basta, que mañana será otro día.Pero le cuesta imaginar otro futuro. Por eso vive frente a una tumba, la de un marinero

que cambiaba las boyas para que encallaran los barcos y poder cobrar el rescate. Por eso las visitas al cementerio. Por eso va y reza y le pide perdón al padre, a la madre, al abuelo materno. No sabe dónde está enterrado el abuelo paterno y menos sabe qué se hizo del bisabuelo. La tumba monumento, la tumba donde están todos los monstruos que le vienen persiguiendo desde antes de que se atragantara con los juegos solitarios en el cuarto de los espejos.

Estoy situado a comienzos del siglo xxi, desde allí hablo.Comienzo por establecer la temporalidad, pero eso no es suficiente. El huérfano que

intenta construir esta narración debería identificarse: ¿habla la minoría –sea cual sea mi género, lugar geográfico, ciudad letrada, audiovisual o virtual, hincha de fútbol, blanco, afro, islamita, cristiano, orientación o preferencia sexual–, o lo hace un miembro privile-giado de la ciudad letrada o se trata de alguien cuya identidad es construida por el deseo de quien me identifica, por quien y para quien me escucha?

¿Habla el huérfano? Esta es su historia, sus palabras ¿caóticas o no?, qué importa.

Hablo desde un lugar simbólico; también construido por quien me escucha o me lee. Ha-blo/escribo desde la bronca, aunque desde una bronca particular. Hablo desde una/múltiples historias que se desmigajan en un abanico de identidades que me han adjudicado o que he construido. No sé, pero siempre es más fácil afirmar que otro es el responsable y no este que creo ser, uno de los yo que ahora se dispone a argumentar la fractura, el fragmento, la parte. Una de las partes que he decidido presentar a comienzos de este siglo; un siglo que ya ha visto una vez más las guerras o las disputas de los poderosos y de los abrumados.

Todos tenemos un mandato. Sea el individuo, el escritor, el sodomizado, el que habita el no lugar del espacio público como si fuera un «sin techo» o un «homeless». Todos tene-mos el mandato de construir el relato de una unidad sobre la cual imponer el Orden –con absoluta mayúscula– que establecen sus respectivas constituciones personales, sociales o nacionales. Toda constitución –aun las más laxas y plásticas– estructura un relato que dura un tiempo, el tiempo que los equilibrios y las distribuciones de poderes le permiten man-tener una cierta legitimidad. Y no solamente las cartas magnas, también las constituciones o los esqueletos o los argumentos que establecen el carozo, el hueso duro, de nuestro ser en el tiempo y en el mundo.

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Esos relatos –en su parcial validez– están sometidos al poder de quienes tienen la he-gemonía; no están sometidos necesariamente a sus deseos soberanos sino que los dueños de la palabra y de las leyes arman sus discursos. Bajtin/Voloshinov sostenían que es quien escucha quien decide los meandros y las implicancias de todo discurso.

Esos relatos nunca dan cuenta de aquello que silencian, de lo que no puede ser narrado o recordado pues el recuerdo absoluto hace imposible el consenso.

Claro, hay relatos impuestos que valen o duran lo que el circunstancial poder de las instituciones o sectores sociales responsables de su construcción les permite. Las historias o los relatos que cuestionan el discurso hegemónico no pueden ser tenidos en cuenta pues supondrían un disenso que haría estallar el consenso. Por eso la obsesión con la estructura, el orden, la sucesión, la coherencia.

El huérfano piensa que la coherencia está sobrevalorada, pero se calla y recuerda que hay pensamientos que no se le pueden escapar. Podrían pensar que está insano o peor, que la soledad le ha secado el cerebro. ¿Y qué?, piensa protestar, pero se calla.

Es cierto también que siempre es posible encontrar coherencia en el dislate. Al menos los académicos siempre tienen los instrumentos para dar sentido a lo ininteligible; aun cuando sea ex post facto.

Si bien se podría pensar que hay historias ingenuas o que no logran darse cuenta de su situación de poder, ello no impide que sean relatos encubiertos propios de la violencia hegemónica. Como sostiene Žižek, refiriéndose a Nikolai Lossky en Violence: «[él] sim-plemente no lograba entender quién podría querer destrozar su estilo de vida. ¿Qué habían hecho los Lossky y su clase? Sus hijos y sus amigos habían heredado lo mejor que Rusia tenía para ofrecer, habían ayudado a llenar el mundo con charlas sobre literatura, música y arte, y habían vivido con amabilidad. ¿Qué tenía de malo todo eso?».

En casos como el de Lossky, no se puede comprender que existan quienes no han hecho nada malo, que su vida y el relato en los que respiran puedan contener nada malo. Pero los Lossky no son más que los representantes de los relatos que los constituyen como sujetos discursivos; no necesariamente o no siempre los responsables de la elaboración de dichos relatos. Pertenecen a una «comunidad interpretativa» en la que todos piensan lo mismo o, mejor aún, en la que todos adhieren sin duda alguna a las historias oficiales con que han sido nutridos y en las que se han formado o han sido instruidos.

Sí, recuerda el huérfano: ¿qué tenía de malo hacerle la morta a un compañero de clase? Antes era normal, pero ahora todo ha cambiado. ¿Hubiera deseado ser un niño ahora y no haber nacido cuando entonces? No está seguro. El pobre gordo de la clase había sido el objeto de la humillación. No había sido exactamente una morta sino de lo que ahora llaman bullying. En pleno recreo lo habían atado a uno de los bancos del patio y lo habían abandonado cuando tocó la campana para volver a clase. Tiene el vago recuerdo de ha-

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ber participado, uno más en la manada de la patota, pero no fue él quien tuvo la idea. No quiere revelar los nombres. Hoy algunos están muertos, otros son figuras públicas, otros se perdieron en el tiempo.

No solo existen los Estados, los políticos o los especialistas como responsables: además de la ciudad letrada o de la ciudad audiovisual, es posible identificar otras comunidades que a su vez son emisores de otros discursos. No me refiero al Estado soviético que en 1922 expulsó a los más notorios intelectuales anticomunistas hacia Alemania como los Lossky, estoy pensando en otros sujetos –instituciones o sectores de la sociedad– que en muchas ocasiones pueden parcialmente ser sujetos interpelados por el discurso oficial aunque no de modo absoluto. ¿Qué pensar de las construcciones que las instituciones sanitarias o las siquiátricas realizan sobre el discurso de los pacientes que son despojados de su subjeti-vidad en virtud de otra más adecuada a las leyes disciplinarias de las instituciones que los escuchan o los estudian?

Estoy pensando en casos diversos. Es posible que existan sujetos que se adhieran al relato institucional y que al mismo tiempo sean parte de comunidades o grupos subordi-nados o incluso oprimidos por algunos de los ejes estructuradores del relato dominante. En estos tiempos pos Copa Mundial 2014: ¿qué pasa con los hinchas –en cuyos países las minorías a las que pertenecen son vigiladas y castigadas por sus pertenencias a religiones, etnias, géneros o preferencias sexuales– que son objeto de una «ciudadanía desvalorizada» o de una «ciudadanía oprimida»? ¿Cuál es o cuáles son las tensiones entre su adhesión al discurso elaborado por el Estado-nación al que pertenecen y sus deseos más íntimos o sus realidades étnicas reprimidas?

¿Se trata de contradicciones que no pueden ser pensadas o de «olvidos» que implican que el horizonte ideológico que los constituye les impide siquiera plantearse la mínima duda res-pecto al relato histórico que los interpela? Algo similar podría plantearse respecto de aquellos católicos que reclaman –desde paradigmas feministas– otro lugar para la mujer en el seno de la Iglesia católica, o ya sea para los homosexuales que viven en la tensión presente entre su fe en el dogma de su religión y su identidad o preferencia sexual.

No alcanza con anclar el tiempo desde donde hablo sino la necesidad de establecer las dificultades –por no decir, las imposibilidades– de lograr un relato o una narración histó-rica nacional, regional y eventualmente individual (¿la mía piensa el huérfano?) que logre el consenso universal salvo que se acepte un contrato de lectura que incluya el consenso sobre lo que no debe ser recordado y sobre lo que sí se acepta recordar.

Es imposible salvo que el silenciamiento del pasado forme parte de un acuerdo de olvidos y silencios como un modo de poder lograr una convivencia pacífica, incluso aun cuando no sea más que un simulacro.

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(Recordar la historia del palacio de Sans Souci en Haití, dice una voz que no logra identificar. La venganza del vencedor fue construir un palacio con el mismo nombre del enemigo derrotado. Nadie recuerda, salvo algún historiador haitiano, al derrotado. Se piensa en el simulacro del palacio europeo y se lo considera un ejemplo más del sometimiento cultural a Europa. ¿Cuántos errores, cuántas tergiversaciones a lo largo de la historia? Lo mismo le pasa al huérfano, lo mismo a los eventuales lectores.)

La conclusión provisoria es que el relato del que vengo hablando no logra ser cons-truido más que en base a silencios o silenciamientos. La premisa de la que parto es que el consenso sobre este tipo de discursos es imposible. Salvo, claro está, si en lugar de pretender el consenso partimos del disenso. Para ello es necesario aceptar la validez de relatos contradictorios o aceptar la coexistencia de relatos fragmentarios. La última posibilidad supone un discurso que funciona como un cajón de sastre. c

Raúl MaRtínez (Cuba): Regino Pedroso. Obra poética, 1975

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PAULA EINÖDER

réquiem

there’s a bluebird in my heart thatwants to get out

ChaRles Bukowski

el bluebird de Bukowski vino a mi jaulaa cantarme una canción en velaescucho sus notas emplumadasen mi oreja noctámbulaquiero ser el pájaro azul de Bukowskiromper la lógica de los barrotesdesaparecer en las plumas que no vuelanel bluebird de Bukowski vino a mi jaulaa cantarme una canción en velasiento el ritmo corpóreo de su canto descarnadoquiero ser el pájaro triste de Bukowskillorar un cocodrilo de lágrimascortarle la tristeza a las alasel bluebird de Bukowski vino a mi jaulaa cantarme una canción en velay yo solo quiero dormirme en el sueñoque nunca se despierta

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underconstruction

ciudad destruidasolo quedan piedrastengo un gato en la laringeno sé hablarsolo maúllo estructurasla ciudad no viene tengo que inventarlatodo hecho añicosel pulso me dice que vendrá un constructorsoy yohago trizas las callesen cuatro patastengo dos ojos y un versoentono la última canciónno es posible no poder cantaren medio del desastreme hincho el pechorespiro branquiassalen los peceshay agua oculta en esta ciudad quemadael mar tiene un rictus y un saborme llamame convocatomo una piedray otraconstruyo la destrucciónla ciudad tiene vérticesque cuelgan como lianassubo a mis árboles pero solo les crecen piedrasárboles de piedraspara una ciudad que perdió su nombrecalles de guerra

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con pétalos entumecidos de cenizatengo en la garganta un gato que cantasoplosoplohay un viento de pedregullo en mi estrofavolverán a llenarse de agua los cálicespiedra tras piedradestruyo la construcciónentonces tengo mis bolsillos con flores livianasahora veo en mis ojosla ciudad que perdítengo que estirar mi mano y alcanzar la torreestán todos mis versos listos para parirciudad horizonte futuro de vértigosse hace el andar en el caminotodos los constructores tienen mi cuerpotodas las máquinas tienen mis huesostodo el cemento tiene mi sangrevoy por donde el artefacto dejó sus promesasestoy en proceso de hilvanarcuando encuentres mi casa lo sabrás c

FeRnando zaBala (Argentina)/ PePe Viñoles (Uruguay): Strindberg. El viaje de Pedro el afortunado.

Teatro latinoamericano Sandino (Suecia), 1981

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CRISTIÁN GÓMEZ OLIVARES

Yo debería ser católico...

Yo debería ser católico. Y animal.Yo debería expulsar a los mercaderesdel templo. Lo siento, pero este poema

no habla de nada. Es in-significante. Yo debería coger los cirios de estas iglesiasy prenderlos todos y cada uno de ellos

para que no pudieran prenderlos los turistas.Debería recoger estas piedras, abandonadasen las catedrales con más historias que la salida

de un estadio y ponerlas otra vez en ese muropara que vuelvan a contener a los infieles. Lo siento, pero este poema no habla más que

de sí mismo. Explicarles a los que vienencon una grabación pegada a sus orejaslo que significa la quinta angustia

retratada allí en un tríptico sobre maderaque apenas se despachan en unos segundos.Recordarles de su función apotropaica

a los que observan esos retratos de la virgenmientras carga entre sus brazos a quien fuera el niñoy preguntan en voz baja en un burdo

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amago de respeto dónde se encuentra la salida.Animal para mearme en las tumbas de estosseñores que mandaron a construir estos

sarcófagos para perpetuar esa noblezaque no tenían con el mármol que ahoralos rodea. Católico para entender este

poema que no dice, ni tampoco quiere decir.Tal vez ahora sirva para algo haber recibidoel cuerpo de Cristo sin haberle encontrado

sabor alguno. Tal vez si hubiéramos bebido de su sangre, tal vez si hubiéramoslevantadoaquese cáliz: sin pedir que nos

dejara de dar el sol, sin redimirnosde los pecados que no hemos cometidopero podríamos llegar a cometer, si

además de católicos: también animales emputecidos.

El gran tormo

Un tsunami que llegue hasta Los Andes.Que arranque de raíz toda esa mierda.Que se lleve las tumbas de los que nuncafueron enterrados. Y todavía claman por serlo.Que le pase por encima a esos lugares patrimonialesabandonados por decreto desde el momentoen que se gestaron, como imbunchessalidos de ese útero maldito.

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Que se trague a la clase media por completo.Pero también a esos flaites de mierda que andancon los pantalones colgándoles de las rodillassiempre y cuando hayan acabado primerocon los flaites que estudiaron en los colegiosque solo ellos podrían pagar excepto cuandose les ocurrió la gran idea a una tropa de curascomunistas de predicar la solidaridad a la fuerzay meter a sus machucas en las aulas de la burguesía.Una ola que le pase por encima a la llama de la libertady se lleve de paso La Moneda, la estatua de Allende,la del conchadesumadre de Frei Montalva, los edificiosde los ministerios donde se apostaran para dispararlos soldados del ejército. Que arranquen los asientosdel Nacional y las torres de iluminación, que les devuelvade una buena vez el Huáscar e inunde la mina a tajo abierto más grande del mundo. El fuerte de Nieblay el morro de Arica, la escuela militar y las estacionesdel Metro. Pero que ojalá dejara en pie la estación Centraldonde todavía quisiera subirme a uno de esos vagonesque en menos de dos horas me dejaban en San Franciscode Mostazal, antes de que existiera cualquier casino y despedir los trenes a la orilla de la línea es lo únicoque recuerdo del verano: un terremoto perfectoque les caiga desde el cielo y con el cielo. c

oMaR Rayo (Colombia): Rayo. Mis paisajes urbanos, 1994