leamos teatro ludovico y ariadna v prometeo y...
TRANSCRIPT
LEAMOS TEATRO
Ludovico y Ariadna
Prometeo y Cenicienta
FLORENCIA AROLDI
LEAMOS TEATRO
Ludovico y Ariadna
Prometeo y Cenicienta
El presente libro es el resultado del proyecto
Leamos teatro 4, aprobado y declarado de interés
cultural por el Consejo de Promoción Cultural
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Lucila Scibona, editora
Tronador 2653 - (1430) CABA - Rep. Argentina
Coordinación general: Florencia Aroldi - [email protected]
Coordinación editorial: Lucila Scibona
Material didáctico: Silvana de Ingeniis
Ilustraciones de tapa e interior: Kitty Di Bartolo
Diseño de tapas e interior: María Constanza Gibaut
Para más información: [email protected]
Seguinos en Leamos teatro 4
Hecho en Argentina
ISBN 978-987-22935-7-4
Queda hecho el depósito que marca la Ley 11723.
Todos los derechos reservados.
Este libro es de distribución gratuita para escuelas
públicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Queda expresamente prohibida su venta.
Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni
en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema
de recuperación de información, en ninguna forma ni por
ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico,
magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro,
sin permiso previo por escrito de la autora o de la editora.
Aroldi, Florencia Ludovico y Ariadna: Prometeo y Cenicienta, una historia con revuelta / Florencia Aroldi.- 1a ed. ilustrada. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Lucila Scibona, 2015. Libro digital, PDF - (Leamos teatro; 4)
Archivo digital: descarga y onlineISBN 978-987-22935-7-4
1. Teatro Infantil. I. Título. CDD 862
A Genaro, siempre.
A Sebastián, mi hermano, por las travesuras
compartidas y por las que vendrán.
A Ludmila, Pablo, Gabriela, Ana, Bautista, María,
Diego, Laura, Emilio, Carolina, Marcelo, Laura,
Pablo, Nina, Naomi, Yamila, Julián, Claudia, Luis,
Graciela, Eduardo, Verónica, Martina, mi familia.
Y a todos los niños y niñas que en este preciso
instante están leyendo estas palabras.
¡Recomiendo mucho trabajar en equipo! Es una de las
experiencias más gratificantes y enriquecedoras que
podemos vivenciar. En el intercambio de opiniones,
no solamente aprendés a conocerte, sino que también
conocés a otros que aportan distintos matices a la
infinita gama de colores de la gran paleta de “la
realidad”. El teatro tiene mucho que ver con esto, ya
que en un texto teatral hay tantos puntos de vista
como personajes tiene la obra. Estudiar teatro posee,
entre muchas virtudes, la posibilidad de cambiar
de roles, pasando por el lugar de los otros. Esto es
muy importante para comprender al otro, ejercitar
la tolerancia, aceptar la diversidad y respetar lo
diferente. Por otra parte, si todo fuera igual, no
nos diferenciaríamos los unos de los otros, y qué
aburrido sería, ¿no les parece? Rara vez las cosas
suceden tal cual nosotros queremos, y muchas veces
el hecho de que suceda de una manera distinta lo
hace más interesante.
Agradezco entonces, una vez más, al equipo creativo
de Leamos Teatro 4: Lucila, Constanza, Silvana y Kitty.
Y especialmente a los responsables pedagógicos de
Teatro en la Escuela: Julio Cortés y Susana Margrett,
porque sin ellos este libro no estaría en sus manos,
y felicitarlos porque este año el programa cumple 25
años en las escuelas de la Ciudad.
Florencia Aroldi
— 11 —
¡Hola chicos!
Este libro llega a sus manos gracias al proyecto Leamos teatro 4.
En esta oportunidad podrán disfrutar de dos obras de teatro de la
autora Florencia Aroldi: “Ludovico y Ariadna” y “Prometeo y Ceni-
cienta, una historia con revuelta”.
El teatro es un mundo increíble, lleno de imaginación y situacio-
nes que nos hacen reír, llorar, emocionarnos y reflexionar sobre
las cosas que nos rodean. Es por eso que les entregamos este libro,
para que puedan experimentar todo lo que el teatro tiene para
ofrecerles y así descubrir lo maravilloso que es.
En estas páginas también encontrarán una breve historia del tea-
tro, para que puedan conocer sus orígenes y evolución; un ins-
tructivo sobre cómo leer una obra de teatro, para así poder com-
prender las obras en toda su dimensión; material complementario,
que les dará una referencia sobre lo que están por leer, y una guía
de actividades para que desarrollen junto con sus compañeros y
docentes.
También los invitamos a que vuelquen sus experiencias y comen-
tarios en Facebook (Leamos teatro 4), para poder compartirlos con
otros chicos que también recibieron este libro.
Esperamos que disfruten de estas obras y de las actividades que
les proponemos.
Y ahora prepárense, porque la función está por comenzar...
INTRODUCCIÓN
Sobre la autora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Breve historia... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Cómo leer una obra... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
¡El teatro nos abre sus puertas! . . . . . . . . . . . . . 28
Ludovico y Ariadna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Para saber más . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
Actividades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
Prometeo y Cenicienta,
una historia con revuelta. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Para saber más . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
Actividades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
ÍNDICE
— 15 —
A mis siete años entré en el Instituto Vocacional de Arte Lavar-
dén. Allí estudié muchas disciplinas artísticas, como teatro, dan-
za, folklore, pintura, títeres y expresión corporal, entre otras.
Un poco más grande, en la adolescencia, me formé en actuación
con un director y pedagogo muy importante llamado Raúl Serra-
no, y en dramaturgia realicé distintos talleres de escritura con el
gran maestro y escritor Mauricio Kartún.
Mi primera obra la escribí a los 19 años: “La última escena”; lue-
go vinieron “¡Fu, fa, fus!”, “La infancia de Clara”, “Payasos en la
red”, “Galileo y Azucena”, “Ludovico y Ariadna”, “Prometeo y Ce-
nicienta, una historia con revuelta”.
Para adolescentes escribí “La edad de las máquinas” y “La exten-
sión de las mariposas”; y también escribo para el público adul-
to: “Tía Malvina”, “Redonda como la luna”, “Las oceanógrafas” y
"Caprichosa".
Algunas de mis obras destinadas para niños y niñas forman parte
del Programa Arte y Educación del Ministerio de Educación de la
Nación junto a Paka-Paka, y han participado del Festival de Tea-
tro para Chicos de Necochea 2014-2015.
“La edad de las Máquinas” ganó el primer premio del Festival
para Adolescentes Vamos que Venimos.
“La infancia de Clara” recibió el premio Mejor Teatro Para Niños
Teatro XXI del GETEA en 2012.
Sobre la autora
FLORENCIA AROLDI
— 16 — — 17 —
ORÍGENES FESTIVOSEn la Antigua Grecia, allá por el siglo VII a.C., los ciudadanos
acostumbraban a celebrar festividades en honor al dios Dionisio.
Cada año, cada vez que se realizaban las fiestas llamadas dioni-
síacas, un coro compuesto por hombres que vestían pieles de chi-
vos danzaban y entonaban un canto festivo alrededor de un altar.
Los hombres del coro, que solían ser unos cincuenta y eran lla-
mados chivos por sus disfraces, representaban la vida alegre y
un tanto desordenada de los adoradores del vino y tenían un pa-
pel importante en las fiestas. Mientras cantaban, interrumpían
su canto por el ritmo del mismo himno, o simplemente para to-
mar aliento. Y en ese momento era cuando podía introducirse en-
tre las estrofas un solo hombre recitando. Esta interrupción de un
hombre solo que recita es la que da origen al diálogo. Diálogo y
danzas juntos, es decir, diálogo y acción.
De esta manera nace la tragedia. Los griegos dieron el nombre de
tragedia a estas primeras representaciones teatrales. La palabra
tragedia proviene de tragos, que significa y ode,
canto. La tragedia es, entonces, el canto del macho cabrío.
El nacimiento de la tragedia es muy importante porque es tam-
bién el nacimiento del teatro en Occidente.
BREVE HISTORIA DEL TEATRO“Ludovico y Ariadna” ganó el segundo premio en el concurso de
Dramaturgia Regional organizado por el Instituto Nacional del Teatro.
"Caprichosa" fue puesta en escena por alumnos de la carrera de Di-
rección de Andamio 90 y de la Emad.
Me otorgaron el sexto puesto en la solicitud de Becas para pro-
ducción de Obras Teatrales otorgado por el Fondo Nacional de las
Artes 2014.
Leamos teatro 1 y Leamos teatro 2 participaron en la importante
Feria del Libro de Jujuy en los años 2013 y 2014.
Actualmente, formo parte del Jurado de los Premios ATINA (Asocia-
ción de Teatristas Independientes para niños y Adolescentes, 2015).
— 18 — — 19 —
TRAGEDIA Y COMEDIAEl teatro tuvo, desde sus orígenes, dos grandes clases de obras: la tra-
gedia y la comedia.
A través de las tragedias, los griegos podían representar los con-
flictos de los héroes, o los momentos difíciles de la vida de hom-
bres importantes como los reyes o los príncipes. Los desenlaces
de las tragedias eran, en general, fatales. Es decir, la obra ter-
minaba con la representación de la muerte de los protagonistas.
Todo esto provocaba dolor y compasión en el público que asistía
al teatro y aprendía a vivir mejor con el ejemplo de los héroes.
La comedia, en cambio, era la representación de conflictos en los
que no había riesgo de vida. El desarrollo de la comedia provoca
risa, es gracioso, y el desenlace siempre es feliz.
¿QUIÉNES IBAN AL TEATRO?
Para el pueblo griego, el teatro se convirtió en una parte muy im-
portante de su vida de Estado porque valoraban esta actividad
como una posibilidad de distracción para los ciudadanos.
El público teatral que asistía a las representaciones de las trage-
dias y de las comedias estaba compuesto por ciudadanos griegos
y extranjeros, sin que importara su condición social o económica.
Al teatro iban las mujeres y los esclavos. Y cuando los ciudada-
nos eran pobres, el mismo Estado se ocupaba de pagarles la en-
trada, lo que demuestra muy claramente la importancia social
tenía el teatro.
MÁSCARAS Y COTURNOS PARA LOS HIPÓCRITASA los actores se los llamaba hipocritai, palabra que, en castellano,
significa hipócritas y que se usa para hablar de una persona que
miente o finge o aparenta lo que no es, no piensa o no siente. Los
hipocritai usaban atuendos especiales:
> Túnicas y mantos de colores diversos: según los colores de las
ropas, los personajes tenían una importancia mayor o menor. Si
los colores eran oscuros, los personajes eran tristes; si los colores
eran muy vivos, los actores representaban papeles alegres.
> Máscaras: servían para ocultar el rostro y, muchas veces, fun-
cionaban como si fueran una caja de resonancia o un megáfono
para la voz.
> Los coturnos: eran una especie de zapatos de madera, con pla-
taforma, que servían para dar altura a los actores. Así, el público
podía verlos con facilidad.
¿CÓMO ERAN LOS TEATROS EN LA ANTIGUA GRECIA?Los teatros se construyeron al aire libre, por lo general, en la lade-
ra de una colina. Los primeros teatros fueron hechos de madera
pero luego cambiaron por la utilización de la piedra. Tenían capa-
cidad para unas treinta mil personas, como es el caso del Teatro
de Dionisio en la ciudad de Atenas, y tenían forma semicircular y
partes bien definidas:
Proscenio
Orquesta
Escena
Auditorio
— 20 — — 21 —
El auditorio: estaba formado por gradas ubicadas en una colina y
estaba destinado al público. El asiento central se reservaba al sa-
cerdote del dios Dionisio.
La orchestra: era el espacio para el coro. Los integrantes del coro
estaban siempre de espaldas al público.
El proscenio: se encontraba enfrente del auditorio y era la parte
posterior de la orchestra. Era el espacio de la representación teatral.
La skené o escena: representaba lo que hoy llamamos escenogra-
fía. Podía mostrar la fachada de un palacio o de un templo y cum-
plía con la función de telón de fondo. Tenía cinco puertas, y se-
gún por la puerta que salía el actor significaba que venía de una
ciudad o de otra, que venía de lejos o de los alrededores o, sim-
plemente, del interior del palacio o templo.
LOS RECURSOS ESCENOGRÁFICOS¿Cómo mostraban los griegos una tormenta en escena?, ¿cómo entra-
ba un dios desde las alturas al proscenio?, ¿qué recursos escenográfi-
cos empleaban para los “efectos especiales”?
Si pensamos en tantos siglos de distancia, los recursos que deta-
llaremos habrán llamado la atención de los espectadores:
> Las máquinas útiles para producir sonidos: las usaban para
imitar truenos y relámpagos.
> La grúa que traía a los dioses: era una plataforma elevada so-
bre la que podían hacer su aparición los actores que representa-
ban a los dioses. Esta grúa era llamada .
> El enquiclema: era una plataforma rodante, que servía para
mostrar al público lo que había sucedido fuera de escena. Se in-
troducía a través de una de las puertas de la skené y se retiraba
cuando ya se había terminado de mostrar lo que había sucedido
en el exterior.
EL TEATRO, UN ARTE SOCIAL QUE SE TRANSFORMADe todas las formas de manifestación artística, el teatro es, tal vez,
la más social. Porque, como hemos leído en las páginas anterio-
res, desde sus orígenes mostró las inquietudes y los problemas de
los hombres.
A lo largo de la historia, las representaciones teatrales fueron cam-
biando según las circunstancias históricas, políticas, sociales, eco-
nómicas y culturales que fueron afectando a las sociedades. Así,
podemos hablar de varios modos de representación teatral o de
momentos en la historia del teatro en el mundo entero. Algunos de
ellos son los siguientes:
> La Comedia del arte: este género nace en Italia, en el siglo XVI,
y está basado en la improvisación a partir de una trama sencilla.
Cada actor tenía un repertorio de frases y bromas a partir de las
cuales construía su personaje.
Todos los personajes usaban máscaras, menos los enamorados
que actuaban a cara descubierta. Algunos de los personajes típi-
cos eran: el , la , el Dottore y el Polichinella,
entre otros.
> El Teatro isabelino: nace en Inglaterra, bajo el reinado de Isabel I
(1558-1603). Fue un teatro muy popular. Las obras eran representa-
das por grupos de actores que formaban sociedades y compartían
las ganancias de su trabajo. Eran errantes, es decir, se traslada-
ban de pueblo en pueblo llevando sus obras. Es el caso de William
Shakespeare, autor de , Hamlet y , entre
otras grandes obras.
Finalmente, fue en la ciudad de Londres donde estas compañías
de actores establecieron sus edificios permanentes destinados a
las representaciones teatrales.
> Teatro de sombras: tiene sus orígenes en la India y en China. En
India, y después en Indonesia, el titiritero de sombras era un hom-
bre muy especial. Tenía la función de educar y transmitir valores
— 22 — — 23 —
al pueblo. Fabricaba sus marionetas con piel de búfalo. Los perso-
najes solían ser héroes, princesas, dioses, gigantes, animales. La
pantalla era, y sigue siendo, de tela de lino, y la luz utilizada era
algunas veces de lámpara de aceite y otras con luz eléctrica.
> Teatro de títeres: tiene más de tres mil años y consiste en utili-
zar muñecos de trapo, madera o cualquier otro material en el tea-
tro para comunicar ideas y necesidades de las distintas socieda-
des. Algunos de los teatros de títeres más famosos del mundo son
el Teatro Guiñol, de origen francés, el Teatro de Títeres de Agua de
Vietnam y el Teatro de Marionetas de Sicilia, en Italia.
> Teatro del absurdo: el teatro del absurdo es el nombre que se le
da a un conjunto de obras que representan la existencia humana
como insignificante y también como ridícula. Uno de los mayores
problemas de los personajes de estas obras es que no pueden co-
municarse porque no se comprenden, porque tienen limitaciones
para escuchar y recibir a los otros. Quien ve una obra del teatro
del absurdo reconoce que hay una “ruptura” con respecto a las
formas tradicionales, porque lo que sucede en escena rompe con
todo lo que se ha visto hasta el momento en las obras realistas.
Esta mirada de la vida como absurda e insignificante tiene que
ver con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, en 1939. Y el tea-
tro se vuelve un lugar donde recrear la realidad social y psico-
lógica de quienes viven en un mundo irracional, un mundo en
guerra. Por eso, el lenguaje del Teatro del absurdo es ilógico, está
lleno de clichés (frases que de tan usadas pierden su sentido) y
es, en muchas ocasiones, caricaturesco. Y el ambiente emocional
resulta asfixiante, opresivo: los personajes se sienten perdidos,
tristes; la realidad es un lugar del que resulta prácticamente im-
posible escapar. Y en este mismo sentido, la trama de las obras es
muchas veces circular o no conduce a ninguna parte, las acciones
que realizan los protagonistas son ilógicas, sin sentido.
Algunos de los autores más representativos del teatro del absur-
do son: Samuel Beckett, con su obra “Esperando a Godot” del año
1952; Eugene Ionesco, autor de “La cantante calva” de 1950; y Ha-
rold Pinter y su obra “The lover” de 1962.
NUESTRO TEATRO ARGENTINO
LOS ORÍGENESLa historia del teatro en la Argentina comienza en 1783. En esa fe-
cha, el Virrey Vértiz creó en Buenos Aires la Casa de Comedias.
Otro antiguo teatro era La Ranchería, el cual desapareció en 1792
a raíz de un incendio; allí se había estrenado, tres años antes, “Si-
ripo” de Manuel José de Lavardén. “Siripo” fue considerada la pri-
mera obra de un autor local.
Y como la historia avanza, cuatro años después del incendio de
La Ranchería se inauguró una nueva sala teatral, el Coliseo Pro-
visional. Es evidente que se acercaba la Revolución de Mayo de
1810, porque a esta sala la llamaron también -
ción. En este teatro se estrenó “El detalle de la acción de Maipú”,
su autor es desconocido y la obra muestra costumbres populares.
EL TEATRO Y LO GAUCHESCOEn 1884 apareció el drama gauchesco “Juan Moreira” en forma de
pantomima en el circo. Esta obra, del escritor Eduardo Gutiérrez,
apareció en un diario de Buenos Aires y fue la base de la primera
pieza de teatro gauchesco.
Este ciclo se cerró en 1896, al estrenarse “Calandria” de Martinia-
no Leguizamón.
EL SAINETE Y LA EFERVESCENCIA CREATIVAPor ese entonces, Buenos Aires recibía gran cantidad de inmi-
grantes que llegaba a estas tierras en busca de una vida mejor.
Con ellos, y de parte de los españoles, vino el sainete.
El sainete es una pieza teatral de un solo acto, dramática y al mis-
mo tiempo jocosa que busca mostrar las costumbres populares.
Este estilo teatral se combinó con los modos de actuar propios del
circo y dio origen, de esta manera, al sainete criollo. El sainete
criollo se caracterizó por reflejar la vida en los conventillos, es-
— 24 — — 25 —
Cuando leemos una obra de teatro nos encontramos frente a un
texto muy distinto de una narración o de un poema. Por eso es
fundamental tener en cuenta cómo está escrita una pieza teatral.
El texto dramático o teatral consta de dos componentes funda-
mentales: los parlamentos y las acotaciones.
Los parlamentos son las palabras de los personajes, los textos que
ellos pronuncian y que forman el diálogo teatral. Son la parte más
importante del texto.
Sin embargo, mientras leemos, notamos que aparecen entre parén-
tesis descripciones o comentarios que ayudan a comprender lo que
está sucediendo: dónde están ubicados los personajes, qué movi-
mientos realizan, cómo están vestidos, cuál es su estado de ánimo,
cómo es la escenografía, si hay música o sonidos especiales, si es de
día o de noche, etc.; se trata de las acotaciones o didascalias.
Se presentan en un tipo de letra diferente y están dirigidas, en
primer lugar, al director teatral, es decir, a la persona que guiará
a los actores para poner la obra en escena.
Para nosotros, los lectores, es también importante prestarle aten-
ción a las acotaciones, porque nos permiten imaginar mejor la
obra que leemos.
Otra cuestión a tener en cuenta es que cada vez que un persona-
je habla solo para expresar en voz alta sus pensamientos y sen-
timientos, el tipo de parlamento se llama monólogo. Y cuando le
habla al público, en cambio, ese parlamento se denomina aparte.
CÓMO LEER UNA OBRA DE TEATROpacios poblados de inmigrantes con sus costumbres, sus lenguas
y sus expresiones culturales.
A partir del comienzo del siglo XX, la actividad teatral en Buenos
Aires fue intensa. Diferentes compañías estrenaron numerosas
obras, inaugurándose, de este modo, la época de oro. Florencio
Sánchez, Alberto Vacarezza, Gregorio de Laferrere y Roberto J.
Payró dieron a la actividad una creatividad poco común.
Todos los estilos aparecen uno a uno: el sainete criollo, la gau-
chesca, la comedia de costumbre, y alcanzaron su más alto lugar
con Armando Discépolo.
UN NUEVO TEATROEn 1930, al fundarse el Teatro del Pueblo, surgió el Teatro Indepen-
diente, movimiento de arte que trataba de luchar contra el teatro
comercial. Este movimiento se extendió por todo el país y se for-
maron muchísimos grupos que intentaron difundir el buen teatro.
Como parte de este proceso, aparecieron nuevos autores que die-
ron un estilo inédito a la expresión dramática, como por ejemplo
Aurelio Ferreti, Carlos Gorostiza, Osvaldo Dragún, Andrés Liza-
rraga y Agustín Cuzzani, entre otros.
En 1980, cuando el gobierno militar empezó a debilitarse, autores
como Carlos Gorostiza, Osvaldo Dragún, Roberto Cossa y Carlos
Soamigliana, que a su vez contaron con el apoyo de otros autores
y demás gente del teatro, crearon las funciones de Teatro Abierto.
En la actualidad, el teatro es una actividad que convoca a muchí-
simos espectadores día a día, siendo una de las expresiones cul-
turales más populares y valoradas del país.
— 26 — — 27 —
PARA TENER EN CUENTA: EL CONFLICTO
Para que haya una pieza teatral es indispensable que exista un
conflicto. Sin conflicto no hay nada que representar.
El protagonista o los protagonistas tendrán que resolver un pro-
blema y salvar algunos obstáculos. Estos obstáculos serán pro-
vocados por un personaje antagonista, opositor, que va a tratar
de impedirle al protagonista que alcance sus objetivos.
El cruce de fuerzas entre el protagonista y su antagonista se de-
nomina conflicto. Cuando la tensión llega a su punto máximo,
entonces, es que empieza a resolverse el problema.
Nosotros, los lectores y los espectadores de las obras, nos senti-
mos atraídos por el conflicto. Podemos así reflexionar no sola-
mente sobre lo que sucede en la historia sino acerca de los pro-
blemas comunes a todos los seres humanos, así como lo hacían
los ciudadanos griegos cada vez que iban al teatro.
Tengamos en cuenta estas particularidades de los textos teatra-
les a la hora de leerlos y disfrutarlos.
En un aparte, el personaje habla al público y el público escucha
lo que le dice, pero los demás personajes, aunque se encuentren
muy cerca, no oyen nada.
LAS PARTES DE UNA OBRA TEATRALEn las representaciones teatrales, entre el momento inicial en que
se apagan las luces para dar comienzo al espectáculo y el momen-
to final en que se vuelven a encender para indicar que terminó,
se pueden producir apagones y encendidos o aperturas y cierres
intermedios.
Esas interrupciones se llaman actos. Los actos son las partes meno-
res en las que se divide toda la obra. Los actos se relacionan con el
conflicto que se desarrolla en escena, es decir, con el problema que
se muestra, su planteo, su desarrollo y su resolución.
Cada vez que un comienza acto, se encienden las luces de escena
o se abre el telón. Y el apagón o el cierre del telón indican la fina-
lización del acto.
Los actos, por su parte, están organizados en escenas. Cada es-
cena comienza y termina con la entrada y la salida de los perso-
najes. Las salidas de los personajes reciben el nombre de .
A veces, varias escenas pueden formar un porque tienen
lugar con un mismo decorado de fondo. Cuando cambia el deco-
rado, cambia el cuadro.
— 28 — — 29 —
¡EL TEATRO NOS ABRE SUS PUERTAS!
Foro: es el fondo del escenario, por donde los actores entran y salen de escena.
Escenario: es el espacio destinado para la representación de las obras de teatro y de otras artes, como la danza, la música, el canto. Es el lugar donde trabajan los actores y al que mira el público.
Platea: es la parte baja de los teatros donde están las butacas para que se siente el público. A veces, la platea está al mismo nivel del escenario.
Telón: es una cortina de gran tamaño que sube o baja, corre o descorre, y deja ver u oculta el escenario.
Palcos: en algunos teatros hay palcos. Son pequeñas habitaciones a modo de balcón, con varios asientos.
Observen y describan el teatro que ven en la foto. Para hacerlo, pueden ayudarse con estas preguntas: - ¿Qué hay en el teatro? - ¿Cómo es el escenario? - Y las butacas ¿cómo son? - ¿Y el telón?
Comenten entre ustedes: - ¿Fueron a ver una obra de teatro? - ¿Qué obra fueron a ver? - ¿Les gustó ir al teatro? - ¿Qué tal si organizan una ida al teatro? Les dejamos la propuesta...
— 31 —
Ludovico y Ariadna
— 32 — — 33 —
PERSONAJES
Ariadna: Es una niña que lleva puesto un
vestido azul con flores lilas y
lunares rojos y botas verdes. Es
amable, su voz es cálida y sus
movimientos, suaves. Trae consigo
el famoso "hilo de Ariadna" del
que habla la mitología, solo que en
esta ocasión es una soga elástica de
muchos colores.
Ludovico: Es un niño que viste harapos de
colores apagados, y en la obra
la sociedad lo confunde con un
“monstruo”. En la mitología griega
representaría al Minotauro.
Pueblo: Está vestido mitad soldado mitad
payaso, es decir, de la cintura para
arriba lleva camisa y saco, y abajo,
pantalones y zapatos de payaso.
En la cabeza tiene una especie de
máscara circular que gira, lo que le
permite intercambiar tres máscaras
de acuerdo al personaje que
interpreta en distintos momentos:
Pueblo, Pueblo-Teseo y Pueblo-Rey.
Se abre el telón y se ve un espacio vacío. De a uno, los personajes atraviesan apurados el escenario, como si llegaran tarde a una función que está por empezar. Ariadna lleva el hilo de un extremo, el otro extremo está atado fuera del escenario, en bambalinas, lo que le permite que por momentos esté tirante. Luego de dos o tres apariciones individuales se encuentran Ludovico y Ariadna en el escenario. Están fatigados y con alguna prenda u objeto mal colocados, por ejemplo, un zapato en la mano, un saco al revés, etcétera. Los personajes están a punto de empezar una función teatral, por lo cual la obra se desarrollará en dos niveles de representación: dentro de la obra que ellos representan y fuera de ella.
— 34 — — 35 —— 34 — — 35 —
Ariadna: ¡Ya empezó la función! ¿Dónde estabas?
Ludovico : Viniendo para acá. ¿Empezó antes?
Ariadna : No sé, cuando yo
llegué ya había empezado, estaban todos
sentados. ¿Y Pueblo? ¿Dónde está Pueblo?
Entra Pueblo tropezándose. En una mano trae el otro extremo del hilo.
Pueblo: ¡Llegué!
Ariadna: Pueblo, ya empezó la función.
¡No! ¿Qué hiciste, Pueblo? Mi hilo
mágico…
Pueblo : Empezó la función.
Ludovico: ¡Estimado público!
Pueblo: ¡Muy buenas tardes!
Ariadna: ¡Damas y caballos!
Pueblo : Habrás querido decir “¡buenas
tardes damas y caballeros!”.
Ariadna: Dije bien porque invité a mi caballo también,
con su sobrino, está allá detrás del
pingüino. ¿Lo ves?
Pueblo : Estimado público humano...
Ariadna: No es humano mi invitado, no se da por
saludado.
Pueblo : Buenas tardes.
Ariadna: Y al sobrinito, es tan bonito...
Ludovico: Decile así: “¡Buenas tardes!”
Pueblo : Buenas tardes.
Ariadna: ¡Relinchemos!
Ludovico: “Retomemos”, habrás querido decir.
Ariadna: Y también relinchemos de vez en cuando así
vamos subtitulando.
— 36 — — 37 —— 36 — — 37 —
Pueblo (Retomando desde el principio mientras Ariadna
: Estimado público…
Ariadna : Es que sino no van entender ni mu
mis caballos.
Pueblo: ¿Estamos en condiciones de continuar? Se nos
hace tarde.
Ariadna asiente con la cabeza.
Ludovico: Buenas tardes niños y cigüeñas.
Pueblo: No, habrás querido decir: “Buenas tardes niños
y niñas”.
Ludovico: Dije bien, invité a una cigüeña, está sentada
en el pasillo a la izquierda. Saludala.
Pueblo: ¡Ya empezó la función!
Ludovico: Vino desde París... un viaje muy largo para
venir a vernos.
Ariadna relincha.
Ludovico: Saludala en su idioma.
Pueblo: No sé cómo hablan las cigüeñas.
Ludovico: Así.
Pueblo se niega.
Ludovico: Aunque sea repetí la fonética, lo que importa
es la poética.
Después de negarse, Pueblo finalmente la saluda.
Pueblo: Continuemos.
Ariadna: ¡Empezó la función!
Pueblo : Estamos en función.
Ludovico: Estamos.
Pausa.
Pueblo: Y eso fue todo, esperamos que la hayan pasado
bien. Si les gustó, recomiéndenla…
Ludovico
: ¿Cómo que terminó?
Ariadna: ¡Terminó! "Sefiní" la cuestión.
Ludovico: ¡Solo duró un instante!
Ariadna : ¿Solo duró un instante?
— 38 — — 39 —— 38 — — 39 —
Ludovico: Un paréntesis, un adentro del adentro.
Pueblo y Ariadna : ¡Ah!
Ludovico: ¿Se entendió?
Pueblo: No.
Ariadna: No.
Ludovico: Pido gancho el que me atrapa es un chancho.
Pueblo : ¡Chancho gusto!
Ariadna: ¡Chancho gusto!
Ariadna y Pueblo se dan la mano moviéndolas exageradamente.
Ludovico: No, no.
Ariadna: ¡Ah! El chancho burgués.
Ludovico: Pero no, qué tiene que ver…
Ariadna y Pueblo se “duermen” uno en el hombro del otro.
Ludovico: No, no se achanchen que el teatro por
definición es “hombres en acción”.
Ariadna y Pueblo hacen piruetas.
Ariadna: Hombres… Y las mujeres ¿qué?
Ludovico: Las mujeres. Las mujeres no
hacían nada…
Ariadna: Ah… ah.
Ludovico: Yo no, Aristóteles lo dijo.
Ariadna: ¿Y a ese quién lo juna?
Ludovico: ¡Ahijuna! El gran filosofo de la antigüedad.
Ariadna: ¡Ah!
Ludovico: Aristóteles decía que toda obra, para
considerarse teatral, debe constar de un principio o
introducción, un nudo y un desenlace. Nosotros nos
anunciamos pero de eso no pasamos.
Pueblo: Eso te pareció porque el teatro es un hecho
efímero.
Ariadna : Fugaz…
Ludovico : No, no hicimos nada.
Ariadna : ¿No hicimos nada?
Pueblo : ¡Hicimos lo que pudimos!
Ariadna : Lo que pudimos hicimos.
Pueblo : A su edad es muy fácil decir que
no hicimos nada.
Ariadna: Fue una muy buena función.
Ludovico: ¿A dónde van? No me dejen solo, “pido”.
Pueblo : ¿Ya empezó a pedir?
Ariadna: ¿Qué pidió?
Ludovico: “Pido gancho”. Necesitamos un criterio.
Ariadna: ¿Un qué?
Pueblo: Un qué de qué. De o qué... momentito, más
respeto. ¿Qué dijo?
Ariadna : “Pido”.
Pueblo: Si pide plata, yo no tengo.
Ariadna: No, pide pido.
Pueblo: Nos está tomando el pelo. Yo le doy un
chancletazo, ya va a ver…
Ludovico : Un criterio que nos ayude a
discernir nuestro porvenir.
Ariadna: ¿Quién va a venir?
Ludovico: “Pido” es una expresión que se usa para parar
el juego, para recordar las reglas.
Ariadna: ¡Ah!
Pueblo y Ariadna repiten “ah”.
— 40 — — 41 —— 40 — — 41 —
Pueblo: Lo que vos querés decir, para ver si entendí, ¿es
que la obra no la hicimos todavía?
Ludovico: Eso mismo.
Pausa. Pueblo: Im-po-si-ble.
Ariadna: Im-po-si-ble.
Todavía están. Si ya terminamos la función, ¿por qué no
sé van?
Pueblo: Como que están esperando algo más de nosotros.
Ludovico : No se van porque acaban de llegar y están esperando que
empecemos a actuar.
Ariadna: Debido a las circunstancias, entramos en
paritarias. Como delegada propongo que ante la
menor duda la hagamos otra vez.
Pueblo: ¿Y si ya la hicimos, compañera? Podríamos
aburrir al espectador. Y eso para un artista es lo peor de
lo peor.
Ariadna: Lo peor de lo peor. Igual ya parecen aburridos,
mirá. Sonrían, no los estamos filmando, pero
sonrían por diversión o por compasión.
Mi hilo…
Pueblo: ¡Un nudo!
Ludovico: ¡Un nudo! Es inadmisible,
estaremos por la página cinco y ya estamos en el nudo…
¿Saben lo que eso significa?
Pueblo: No.
Ariadna: No.
Ludovico: Que no estamos respetando la estructura.
Pueblo y Ariadna se tapan la boca como si escucharan una desgracia.
— 42 — — 43 —
Ariadna: ¿Y si es la estructura la que no nos está
respetando a nosotros? Yo pregunto...
Pueblo: Qué falta de sentido espacial.
Ariadna : Se viene un temporal.
Ludovico: ¿Y ahora? ¿Desde dónde seguimos? Tenemos
que desenredarnos para seguir andando. Vos
pasá por abajo.
Pueblo : Desde acá.
Ludovico: ¿Dónde estamos?
Pueblo: ¿Estaremos en el desenlace?
Ludovico: No, esto recién nace.
Ariadna y Pueblo lloran como bebés.
Ariadna: ¿Estaremos en el final?
Ludovico: La historia está en pañal.
Ponen cara como si hubiera mal olor.
Ariadna : ¡El nudo!
Pueblo: ¿Pero el nudo no viene después?
Ariadna: Estamos en la introducción por inducción.
Pueblo: La función ya la hicimos. Aplaudieron así:
“bravo”. Un éxito descomunal.
Ludovico: Eso fue en la función anterior.
Pueblo: ¿La anterior?
Ariadna: ¡Cuántas confusiones!
Ludovico: Desde la semana pasada estamos haciendo dos
funciones por día.
Ariadna: ¡Ah! Trabajar tanto confunde a cualquiera.
Pueblo: ¿Y si sos vos el confundido? ¿Volvimos del pido?
Pueblo y Ariadna intentan escapar pero Ludovico los toma del brazo.
— 42 — — 43 —
Ariadna: ¿Y si es la estructura la que no nos está
respetando a nosotros? Yo pregunto...
Pueblo: Qué falta de sentido espacial.
Ariadna : Se viene un temporal.
Ludovico: ¿Y ahora? ¿Desde dónde seguimos? Tenemos
que desenredarnos para seguir andando. Vos
pasá por abajo.
Pueblo : Desde acá.
Ludovico: ¿Dónde estamos?
Pueblo: ¿Estaremos en el desenlace?
Ludovico: No, esto recién nace.
Ariadna y Pueblo lloran como bebés.
Ariadna: ¿Estaremos en el final?
Ludovico: La historia está en pañal.
Ponen cara como si hubiera mal olor.
Ariadna : ¡El nudo!
Pueblo: ¿Pero el nudo no viene después?
Ariadna: Estamos en la introducción por inducción.
Pueblo: La función ya la hicimos. Aplaudieron así:
“bravo”. Un éxito descomunal.
Ludovico: Eso fue en la función anterior.
Pueblo: ¿La anterior?
Ariadna: ¡Cuántas confusiones!
Ludovico: Desde la semana pasada estamos haciendo dos
funciones por día.
Ariadna: ¡Ah! Trabajar tanto confunde a cualquiera.
Pueblo: ¿Y si sos vos el confundido? ¿Volvimos del pido?
Pueblo y Ariadna intentan escapar pero Ludovico los toma del brazo.
— 44 — — 45 —
Ludovico : El teatro es aquí y
ahora, es urgencia, no puedo esperar más.
Transición hacia el "adentro" de la obra que ellos representan.
Pueblo : Silencio. Bruto. Malo. Feo.
Ariadna : ¿Qué te pasa?
Pueblo : Así dice el texto : "ve a tu
puesto, que este sea el comienzo…".
Sin darse cuenta repiten el fragmento al cual hicieron alusión previamente.
Ariadna: Nos vemos al finalizar, luego del desenlace,
espero que os place.
Ludovico: Que os plazca.
Ariadna: Lo que importa es que rime. Mientras buscamos
el sentido, yo sé bien por qué lo digo.
Sigue.
Dentro de la obra.
Pueblo: Cállate, tonto. Te cuido y así me respondes. Ven
aquí, ¿por qué te escondes? Torpe. Ariadna,
has llegado. ¡Aquí está el monstruo!, dice
mi parlamento.
Ariadna : ¿Dónde? ¿Dónde?
Pueblo : Detrás de ti, (saliendo de la
responde Pueblo atento. Pero
debes retirarte, para ti acá no hay arte. Es un monstruo
peligroso, es horroroso.
Ariadna: ¿Y dónde está el “monstruo”?
Pueblo: Delante de ti.
Ludovico: Propongo otra escapatoria para no entrar en
moratoria. Continuemos desde la mitad de la obra. ¿Desde
la página 12 les parece bien?
Ariadna: Tendría que hablar con el sindicato, imagínense en
qué lugar quedo yo si hago una función y media al costo de
una, es una competencia desleal.
Pueblo: Desde la 12 es más de la mitad, desde la página 16.
Ludovico: No se va a entender, desde la 13.
Pueblo: ¡La desgracia!
Ariadna: Desde la 14, así seremos justos con las partes...
o injustos con ambas.
Pueblo: ¿Dónde se ha visto comenzar una historia por la
mitad?
Ludovico y Ariadna: Acá.
Pueblo : Estamos en el laberinto cuando entra Ariadna
y dice: “Nos vemos al finalizar, luego del desenlace, (al
espero que os place”.
Ludovico (Corrigiendo : “Que os plazca”.
Ariadna : “Lo que importa es que rime”,
responde Ariadna, “mientras buscamos el sentido, yo sé
bien por qué lo digo”.
Ludovico y Ariadna, como si no estuvieran actuando, comentan lo que acaban de representar.
Pueblo : A mí me hubiera gustado un
comienzo con más misterio.
Ariadna: Con más magia.
Pueblo: Con más identidad infantil.
Ariadna: Sí...
Pueblo y Ariadna se muestran resignados. Transición. Luego se desentienden.
Ariadna: ¡Y bueno, la próxima!
— 46 — — 47 —
Pueblo: Eso parece…
Pueblo corre, lo mira de cerca, vuelve y asiente con la cabeza.
Ariadna: ¿Ojos? Anda...
Pueblo : ¡Sí!
Ariadna: ¿Cuántos? ¿Uno, dos, cinco? Anda...
Pueblo : Dos, redondos como lunas
en primavera.
Ariadna: ¿Nariz?
Pueblo: Justo en el centro de su rostro.
Ariadna : ¿Ah sí? ¿De qué color?
Pueblo: Rojo carmesí.
Ariadna : Entonces sí, se trata de un niño-
payaso. ¿Cerrado está tu caso?
Pueblo: Te digo que es una bestia, está todo morado.
Ariadna: Más bien parece enojado.
Ludovico mira.
Pueblo: ¿Enojado has dicho? ¿Es una enfermedad de
gravedad? ¿Contagiosa será?
Ariadna: Pueblo, tiene que venir una mujer a enseñarte qué
es el enojo.
Pueblo: Yo ya sé…
Ariadna: Y qué es…
Pueblo: Ya lo sé yo.
Ariadna: Dímelo. Dímelo.
Pueblo: Enojo es un sombrero con forma de rulero.
Ariadna: Qué sabio eres, Pueblo. Pero no, no lo es, por lo
menos esta vez.
Pueblo: Ya sabía yo que no era eso, lo dije para ponerte a
prueba. Enojo es un barrilete de color “naranjete”. ¿Qué es?
Dímelo, que la duda me asalta.
Ariadna: ¿Es un monstruo invisible del cual me estás
hablando?, dice Ariadna sorprendida.
Pueblo: Yo diría más bien “ida”.
¿Invisible? ¿Acaso, niña, no lo están viendo tus ojos?
Ariadna: ¿Dónde?
Pueblo: Allí. ¿Es que estás ciega,
mujer?
Ariadna: Ah, ¿es él? A nadie más bello y a
nadie más dulce han visto mis ojos hasta este momento.
Ludovico : Él (por el personaje
queda sorprendido. ¡Que
nadie diga pido!
Pueblo: ¡Momento! Este es el monstruo del cual te hablé.
Ariadna : ¡Levántate!
Pueblo : Pueblo, desconcertado, la lleva hacia un costado.
Ariadna: Ariadna, con cara de preocupación.
Pueblo : Nuestras vidas están en peligro,
¿no comprendes la situación?
Ariadna : Tené más consideración, recién
empieza la función...
Pueblo: Es abominable.
Ariadna : Pueblo, sé más amable. Este
niño es adorable.
Pueblo : ¿Niño? ¿Tú
dices que es un menor?
Ariadna: He dicho un niño, “señor”.
Pueblo: ¿Estás al revés? ¿Por qué no sé lo que tú ves?
Ariadna: Entonces veamos lo que tú ves. ¿Tiene este
monstruo dos brazos?
Pueblo va corriendo hacia Ludovico y regresa hasta Ariadna de igual forma.
Pueblo: Los tiene, y a cada lado.
Ariadna: ¿Tiene dos piernas, acaso?
— 48 — — 49 —
Ariadna: El enojo es una emoción tan propia del corazón
como el amor...
Pueblo: ¿Amor?
Ludovico y Pueblo ponen cara de asco.
Pueblo: Tú dices que “esto” está enamorado.
Ariadna : Dije que parece todo enojado...
quisiera yo verlo enamorado.
Pueblo: ¿Dices tú que no es malvado?
Ariadna: No pises el hilo sagrado ¿Acaso no ves su alma? Es
un ser alado.
Pueblo: Ariadna, ese que está a tu lado es un criminal
descontrolado.
Ariadna: Mide tus palabras. ¿Y quién lo dice?
Pueblo: Él mismo lo dice. Escuchadlo atentamente.
Ludovico habla como un nene cuando está enojado, no se entiende lo que dice.
Ariadna: ¿Tú qué escuchas?
Pueblo: Lo mismo que tú.
Ariadna: Quiero decir desde dónde escuchas.
Pueblo: Desde aquí.
Ariadna: Me refiero a que si el asunto es de quien habla, o
de quien escucha. ¿Escuchas con encono o con amabilidad?
Dime la verdad.
Pueblo: Escucho con mis oídos, en realidad.
Ariadna: Yo también escucho con los míos pero no es lo
mismo lo que oímos.
Pueblo: No sé por qué te he llamado.
Ariadna: Por lo que tú sientes.
Pueblo: Me castigarán, el rey no tiene piedad. ¡Oh! Perdón,
Ariadna, yo no...
Ariadna: Continúa, no tienes por qué pedir perdón si el rey
no tiene corazón.
Pueblo: ¿Estás segura de que no es un monstruo que atenta
contra el orden natural de la sociedad?
Ariadna: ¿El rey? Oh, claro que sí, sin dudas.
Pueblo: Sé más respetuosa con la ley, me refería a él
.
Ariadna: ¿Con qué ley, la de los dioses o la de él? Me
refería a él.
Pueblo: Si es un niño como tú dices, hemos cometido un
grave error. Tiene derecho a sentir rencor.
Ariadna: Tenemos que sacarlo de aquí antes de que lo vea
Teseo.
Pueblo: ¿Por qué te he escuchado? Tengo una familia, tres
niños y otro en camino...
Ariadna: Por ellos, Pueblo, por tus hijos, que son muchos.
Pueblo: Niña, yo que soy paje advierto que tu madre fue
una mujer con coraje.
Se apartan.
Ariadna: ¡Y mi abuela! Si la vieras… Démonos prisa, no
verlo al rey no le causará risa.
Pueblo: A nadie, ninguno lo quiere en libertad. Las familias
piden por su seguridad, están todos encerrados en sus
hogares, departamentos, countries, barrios privados…
Ariadna: ¡Pueblo! Es apenas un niño. Me has hecho reír.
Pueblo: Un niño sin porvenir.
Ariadna : En eso estamos de acuerdo,
concédeme un porvenir de cinco minutos y yo me llevaré a
este monstruo de aquí.
Pueblo: Pero me quedaré sin trabajo, Teseo llegará para
lograr su cometido...
Ariadna: Ayúdame a ayudarlo como habíamos convenido.
Pueblo: Es un hombre infranqueable... tú lo sabes mejor
que nadie.
Ariadna: Pueblo, tienes que intervenir, sin tu ayuda no podré.
— 50 — — 51 —
Pueblo: Puedo decirle a los guardias que vayan por un
mandado, así dejaré abierto el candado.
Ariadna: No será sencillo.
Pueblo: Por fin has hablado con prudencia, mira cómo se ha
puesto. Vete, niña. (
Ariadna: ¿Qué le has dado?
Ariadna le saca las pastillas de la boca.
Pueblo: Está muy acelerado.
Ariadna: Escupe. Podrías haberlo matado.
Pueblo: Está recetado.
Ariadna: Ven a mi lado.
Pueblo : Y por duplicado.
Ariadna: Este niño no está enfermo, es por eso que no necesita
remedio. Voy a llevarlo de aquí de inmediato, este era el trato.
Pueblo : ¿Estás segura de lo que
estás haciendo? Si consigues hacerlo
te llamarán loca por el pueblo...
Ariadna: ¿Y tú eres el cuerdo?
Pueblo: Ya no lo recuerdo...
Ariadna : Pero Pueblo, comenzaré por él y luego
por ti.
Pueblo: Oigo pasos. Escúrrete en este laberinto. Vete lejos,
donde no puedan encontrarlo. Ten cuidado, doncella de la
ternura, he perdido por fin mi cordura. ¿Quién anda ahí?
¿Quién viene?
Pueblo queda de espaldas.
Ariadna: Aunque pongas todo tu empeño en arrugar tu
ceño, que no eres una bestia yo te enseño.
Ludovico: Soy el monstruo del laberinto.
Ariadna: Otros dicen, cuando más deberían callar y aprender
el poder que da el hablar. Te mintieron y tú les has creído, por
eso en un supuesto monstruo te has convertido.
— 50 — — 51 —
Pueblo: Puedo decirle a los guardias que vayan por un
mandado, así dejaré abierto el candado.
Ariadna: No será sencillo.
Pueblo: Por fin has hablado con prudencia, mira cómo se ha
puesto. Vete, niña. (((
Ariadna: ¿Qué le has dado?
Ariadna le saca las pastillas de la boca.
Pueblo: Está muy acelerado.
Ariadna: Escupe. Podrías haberlo matado.
Pueblo: Está recetado.
Ariadna: Ven a mi lado.
Pueblo : Y por duplicado.
Ariadna: Este niño no está enfermo, es por eso que no necesita
remedio. Voy a llevarlo de aquí de inmediato, este era el trato.
Pueblo : ¿Estás segura de lo que
estás haciendo? Si consigues hacerlo
te llamarán loca por el pueblo...
Ariadna: ¿Y tú eres el cuerdo?
Pueblo: Ya no lo recuerdo...
Ariadna : Pero Pueblo, comenzaré por él y luego
por ti.
Pueblo: Oigo pasos. Escúrrete en este laberinto. Vete lejos,
donde no puedan encontrarlo. Ten cuidado, doncella de la
ternura, he perdido por fin mi cordura. ¿Quién anda ahí?
¿Quién viene?
Pueblo queda de espaldas.
Ariadna: Aunque pongas todo tu empeño en arrugar tu
ceño, que no eres una bestia yo te enseño.
Ludovico: Soy el monstruo del laberinto.
Ariadna: Otros dicen, cuando más deberían callar y aprender
el poder que da el hablar. Te mintieron y tú les has creído, por
eso en un supuesto monstruo te has convertido.
— 52 — — 53 —— 52 — — 53 —
Ludovico: Te odio.
Ariadna: Las palabras tienen un poder, eso es lo primero
que tienes que aprender. Mal utilizadas te alejan de tu
ser. Pueblo dirá que por ser niño no comprendes lo que
digo. Yo afirmo que porque eres niño más que otro las
comprendes. Por ser niño sabio tú eres…
Ludovico se calma, la mira de costado.
Ariadna: Traje algo que es tuyo.
Tu nombre.
Ludovico: ¿Mi nombre?
Ariadna: Ludovico.
Ludovico permanece en silencio, mirándola.
Ariadna : El lenguaje del amor estoy
empleando, por eso con el corazón me está escuchando.
Ariadna: Ludovico. Ludovico.
Ludovico: Estoy pensando.
Ariadna: Estamos en un teatro, pues debes pensar en
acción. Debes utilizar el tiempo dramático. Lo que en
tu mente sucede aquí nada significa. Solo tu accionar
te dignifica. Niño.
Ludovico : No lo quiero.
Ariadna: No, muchachito, es tu nombre, debes cuidarlo.
Para hallar la salida nos va a ayudar. Es tradición del
oráculo dar un acertijo, escucha lo que dijo: “Saldrás por
tu palabra original, por tu palabra primera”.
Ludovico : Lo
rompí.
Ariadna: Silencio. Alguien se aproxima.
Pueblo se da vuelta y gira su máscara, ahora es Pueblo-Teseo.
— 54 — — 55 —
Ludovico estornuda.
Pueblo-Teseo: ¿Y eso qué fue?
Ariadna: Yo no oí nada.
Pueblo-Teseo: Estás tan cambiada.
Ariadna: ¿Cómo saldrás de aquí? Mi hilo sagrado no te di.
Pueblo-Teseo: Ícaro se dedica a la compra y venta de GPS.
¡Cómo vio el negocio el bandido ese!
Ariadna: ¿Un GPS?
Pueblo-Teseo: Pero Ariadna, pareces hechizada, tu alma
parece envenenada, tú eres mi amada.
Ariadna: ¿Pero no ves que todo ha cambiado en este rito?
Pueblo-Teseo: Momentito que soy parte de este mito...
Ariadna: Quédate quietito.
Teseo: Vengo a matar al monstruito.
Ludovico le hace cosquillas. Ariadna se ríe.
Pueblo-Teseo: ¿De qué te ríes? Esta es la parte más trágica
del cuento.
Ariadna: Me río de pena… que no lo mates yo te aconsejo.
Pueblo-Teseo: Me dejas perplejo como un cangrejo. ¿Y por
qué no he de matarlo? Dame una buena razón que me haga
cambiar de posición.
Ariadna : Porque el monstruo eres tú como que aquello es un conejo.
Pueblo-Teseo: ¿Qué has hecho? Ariadna, tú debes
ayudarme en mi empresa.
Ariadna: No quiero acciones en esta tristeza.
Pueblo-Teseo: ¿Qué te acontece?
Ariadna relincha. Ariadna: ¡De él me he apiadado!
Pueblo-Teseo: Es un despiadado, ha devorado más de un
bocado humano.
Ariadna: Tienes que esconderte. Escóndete.
Ludovico: ¿Dónde? No hay nada aquí.
Ariadna: ¿Quién viene?
Pueblo-Teseo: Soy yo, Teseo.
Ariadna: No te creo. Escóndete detrás de
mí. Repite tu identidad porque no lo oí con
claridad. ¿Qué estás haciendo?
Ludovico pasa sus manos por debajo de los hombros de Ariadna. Ella esconde sus brazos detrás, de tal manera que los brazos que se ven son los de Ludovico. Los cubre una tela para que se dé el efecto.
Pueblo-Teseo: Soy yo, Teseo.
Ariadna : Qué sorpresa
me das.
Pueblo-Teseo: ¿De qué te sorprendes, maga? Tu nombre me
llama... ama... ama.
Mientras Ariadna habla, los brazos de Ludovico irán de movimientos torpes a movimientos más naturales, adaptándose a sus palabras. Por momento serán disociados, provocando la ruptura entre la palabra y el movimiento.
Ariadna: No elijas la esclavitud cuando puedes gozar de tu
juventud. Por favor, Ludovico, y
mantén por esta escena cerrado el pico.
Pueblo-Teseo: ¿Para qué quiero la libertad? A tu lado soy
tan joven como la eternidad.
Ariadna: Teseo, no sé qué ha pasado esta vez, mi ser no te
convoca.
Pueblo-Teseo : ¡Qué palabras amargas
salen de tu boca!
Ariadna: Teseo, Teseo, no te deseo.
— 56 — — 57 —
Ariadna: Hambre y frío lo han hecho padecer, mas diría
yo que lo alimentaron contra su parecer.
Pueblo-Teseo: Vengaré la muerte de mi hermano y así
estaremos a mano.
Ariadna: La muerte siempre da pérdida, esa es la regla,
nadie gana en una guerra.
Pueblo-Teseo: ¡Seré un héroe! Y te llevaré a un médico,
deliras de fiebre.
Ariadna: De cobarde es perseguir monstruos ajenos sin
antes tratar de conciliar con los propios por lo menos.
Pueblo-Teseo: La bella Ariadna está desquiciada, eso no
me agrada.
Ariadna: Sin espada y sin balas, con el ingenio puedes
vencer, eso también debes aprender.
Pueblo-Teseo: ¿Con quién hablas?
Ariadna: Hablo con mi conciencia.
Pueblo-Teseo: La bella Ariadna ha enloquecido perdiendo
para siempre el sentido. En busca de la mitad hombre/
mitad toro, hago mutis por el foro.
Pueblo se pone de espaldas.
Ariadna: Lo hemos persuadido, Teseo por fin se ha ido.
Para quien no quiere oír la realidad, el mejor repelente es
decirle tu verdad.
Ludovico sale detrás de Ariadna.
Ariadna: ¡Vamos! Es por aquí. Corramos antes de que nos
encuentren.
Cambian de sentido varias veces.
Ariadna: No, por aquí no es. Por aquí... (Hacia el otro lado
— 57 —
Ariadna: Hambre y frío lo han hecho padecer, mas diría
yo que lo alimentaron contra su parecer.
Pueblo-Teseo: Vengaré la muerte de mi hermano y así
estaremos a mano.
Ariadna: La muerte siempre da pérdida, esa es la regla,
nadie gana en una guerra.
Pueblo-Teseo: ¡Seré un héroe! Y te llevaré a un médico,
deliras de fiebre.
Ariadna: De cobarde es perseguir monstruos ajenos sin
antes tratar de conciliar con los propios por lo menos.
Pueblo-Teseo: La bella Ariadna está desquiciada, eso no
me agrada.
Ariadna: Sin espada y sin balas, con el ingenio puedes
vencer, eso también debes aprender.
Pueblo-Teseo: ¿Con quién hablas?
Ariadna: Hablo con mi conciencia.
Pueblo-Teseo: La bella Ariadna ha enloquecido perdiendo
para siempre el sentido. En busca de la mitad hombre/
mitad toro, hago mutis por el foro.
Pueblo se pone de espaldas.
Ariadna: Lo hemos persuadido, Teseo por fin se ha ido.
Para quien no quiere oír la realidad, el mejor repelente es
decirle tu verdad.
Ludovico sale detrás de Ariadna.
Ariadna: ¡Vamos! Es por aquí. Corramos antes de que nos
encuentren.
Cambian de sentido varias veces.
Ariadna: No, por aquí no es. Por aquí... (Hacia el otro lado
— 58 — — 59 —
Ariadna: El laberinto en este mapa está distinto…
Pueblo: ¿Qué pasa? ¿Tu hilo ya no es mágico?
Ariadna : Sí que lo es.
Pueblo no entiende la reacción desmedida de Ariadna.
Pueblo: Teseo pasó corriendo, él solo parecía un regimiento
y traía un aparatito, te juro que no miento
Ludovico comienza a llorar.
Pueblo: ¿Qué le pasa? ¡Ah! Caprichito no, hay que ponerle
límite. Cucha. Cucha.
Ariadna: Es un ser humano.
Pueblo: Está endiablado. Necesita límites.
Ariadna: ¿Más limite que estos ladrillos? ¿Vos sabías del
muro entre el presente y el futuro?
Pueblo: No lo sabía, no paran de edificar.
Ariadna: Por ahí no podemos pasar.
Ludovico llora.
Pueblo: ¿Qué le pasa?
Ariadna: Le prometí que lo llevaría a casa. Ya pasa, ya pasa.
Pueblo: Dos golpes a tiempo y sabes cómo lo enderezo.
Ariadna: No está doblado, está desconsolado. Esto no
se repara con golpes, Pueblo. Para calmarlo prueba con
acariciarlo.
Pueblo: ¡¿Acariciarlo?! No se lo merece. Además no hay
tiempo. Tienen que hallar la salida. Teseo fue en busca del
rey, dijo que tú has sido hechizada, que estabas con ideas
algo raras. Dile que se calle, sus gritos los guiarán hasta aquí.
Ariadna: Eso intento. Algo vamos a tener que hacer, está
bastante enojado.
Pueblo: ¿Y qué tenemos que ver nosotros con el enojo de
este mocoso? Cuidado con el pozo.
Ludovico: Teseo tenía un GPS, ¿tú por qué no tienes uno
como ese?
Ariadna: Este hilo es especial.
Ludovico: Pero no está funcionando, siempre volvemos al
mismo lugar.
Ariadna: Claro que sí... por acá.
Ludovico: ¿Lo que Teseo tenía es mejor?
Ariadna: Ya te voy a demostrar que no.
Ludovico: Él no tropezó con nada.
Ariadna: Él no desarrolla su sentido de ubicación, anda
caminos de otros…
Ludovico: ¿Y nosotros?
Ariadna: Estamos tratando de ubicarnos.
Ludovico: Estoy cansado. Upa.
Ariadna: ¿Upa? Vamos, Ludovico, camina.
Ludovico: No.
Ariadna: Que camines, estás grande para que te haga upa.
Ludovico: Upa. Quiero volver.
Ariadna: Pero ese no es tu hogar.
Ludovico: Es mi lugar.
Ariadna: Por aquí, “Futuro”. Ven, Ludovico. (Choca contra
¿Un muro?
Ludovico: ¿No hay salida?
Ariadna: Te hago piecito…
Ariadna le hace piecito, Ludovico mira por lo alto.
Ariadna: ¿Pudiste ver algo? ¿Qué viste?
Ludovico: Vienen.
Pueblo se da vuelta colocándose la máscara de Pueblo.
Ariadna: ¿Quién eres ahora, Pueblo?
Pueblo: Soy yo mismo, soy Pueblo. ¿Qué hacen por aquí?
Los hacía fuera del laberinto.
— 60 — — 61 —
Ariadna: Pueblo, dame tu mano, es un llanto humano.
Pueblo : No es de mi agrado.
Ariadna: Es un llanto sagrado.
Pueblo: Me voy a otro lado.
Ariadna mira la radiografía.
Ariadna: No es un enojo chiquito, minúsculo, es un enojo
algo mayor. No es un enojo solo doméstico, es un enojo
más grande. No es enojo de dos ambientes, es un enojo que
abarca otra jurisdicción. No es un enojo barrial, es un enojo
provincial. Ludovico padece de un enojo a nivel
nacional. Un niño está llorando y nadie toma el reclamo.
Pueblo: ¿Qué reclama?
Ariadna: Amor.
Pueblo: ¿Y yo qué tengo que ver?
Ariadna: Pueblo…
Pueblo: Alguien viene.
Ariadna: Este es un llanto social. Pueblo, escucha. (Le
Pueblo : ¡Que deje de
protestar ya! Está viniendo el rey, acabará con él. Su
destino es trágico.
Ariadna: Cuando debería ser mágico.
Ariadna le pone el termómetro.
Pueblo: Los dioses lo han querido, su identidad está en no
poder escapar de su destino.
Ariadna: Es un llanto infantil. Los dioses somos nosotros…
Ariadna mira el termómetro y se alarma.
Pueblo: Que deje de protestar…
Ariadna: Protesta, Ludovico, es tu derecho. Evoca hasta
Ariadna esquiva el pozo imaginario, Ludovico cae en él.
Ariadna: Es un llanto especial…
Ludovico: Me duele.
Ariadna: ¿Dónde? ¿Qué sientes?
Ludovico: Oprimido… el pecho.
Ariadna saca un estetoscopio y lo ausculta. Luego le mira los oídos y lo va revisando como si estuviera en una consulta médica.
Pueblo: ¡Es un llanto intransigente!
Ariadna: Está llorando delante de la gente.
Pueblo: ¿Es un llanto radical?
Mira su garganta. Ludovico saca la lengua.
Ariadna: Espero que no le haga mal...
Pueblo: ¿Es un llanto peronista?
Ariadna : Lo tacho de la lista.
Pueblo: ¿Es un llanto socialista?
Ariadna: No sé, dame una pista.
Pueblo niega con la cabeza.
Pueblo: ¿Es un llanto liberal?
Ariadna: No sé, se lo ve real.
Ariadna y Pueblo niegan con la cabeza.
Pueblo: ¿Es un enojo obrero?
Ariadna: Llora con mucho esmero.
Ambos asienten con la cabeza y luego niegan. Le hacenun electrocardiograma y sacan un papel con el resultado. También le hacen una radiografía.
— 62 — — 63 —— 62 — — 63 —
los ángeles y tú deja el “misterio” para lo que no podemos
cambiar. Su destino es tan administrable como cualquier
asunto contable.
Pueblo: El pueblo clama, ¿no oyes?
Ariadna: Es un niño, en lugar de clamar deberían amar.
Pueblo se pone de espaldas y gira la máscara, ahora es Pueblo-Rey.
Ariadna: ¿Quién eres, Pueblo, en este instante?
Pueblo-Rey : Lo has
arrojado a los leones, no sé cuáles son tus intenciones.
Ariadna: Tu rostro está estrepitoso, casi que estás
espantoso. ¿Quién eres?
Pueblo-Rey : ¡De rodillas!
Ludovico obedece. Ariadna sigue de pie.
Pueblo: Soy el rey.
Ariadna: ¿Acaso eres "mi" rey?
Pueblo-Rey: "El" rey.
Ariadna: Usted ha venido hasta mí, ¿a qué se debe el
horror?, digo, ¿el honor?
Pueblo-Rey : Quiero tu cabeza.
Ariadna : ¿Quiere pensar como yo, mi lord?
Pueblo-Rey : Qué buen sentido del "humord".
Ariadna: ¿También lo quiere, mi señor? Porque no está a
la venta. Acá no es el velorio. Gracias por su visita, nos
vemos en el purgatorio.
Pueblo-Rey: ¿Este es el mendigo?
Ariadna : Déjelo
tranquilo.
Pueblo-Rey: No te adelantes a mi paso, ya conozco el
caso. Le vengo a ofrecer su libertad.
— 64 — — 65 —
Ariadna: Para entrar a otro que es el mismo.
Ludovico: Tendré monedas de oro.
Ariadna: Que no valdrán más que un cobre, seguirás siendo
pobre.
Ludovico: Tu cabeza me pide y se la daré.
Ariadna: Soy Ariadna, Ludovico, mírame.
Se miran. Pueblo-Rey cambia su máscara a Pueblo.
Pueblo : El rey con su propuesta tentar a
Ludovico pudo , creo que estamos en el nudo.
Pueblo : ¡Ludovico! ¡Ludovico!
Ludovico: Y yo soy Ludovico, el monstruo del laberinto.
Ariadna: Si me matas en eso te convertirás, y le darás la
razón al qué dirán...
Ludovico: Si no te mato, muero. ¿De qué sirve mi esmero?
Pueblo: ¡Vamos, Ludovico, tú puedes!
Ariadna: Pueblo ¿qué haces?, ¿pides violencia?
Pueblo : Es claro que ahora es tu
peripecia.
Ariadna: Perdóname, Ludovico, pero mi cabeza no te la
daré. O por lo menos la defenderé.
Ludovico: Entonces te la sacaré.
Ariadna: No es posible que me decapites, te ruego que
recapacites.
Pueblo: ¡Lu-do-vico!
Ariadna: Pueblo, desde Grecia no has crecido.
Pueblo : Ha de ser un malentendido.
Ariadna: ¿Sigues educando para la guerra? Basta, en
nombre de la Tierra.
Ludovico: Me ofrece la salida.
Ariadna: Te ofrece la esclavitud.
Ludovico: Es mi única virtud.
Ariadna: No. Yo te ofrezco la salida, que es apostar a la vida.
Ariadna: ¿Cuestión de caridad?
Ludovico : ¿Mi libertad?
Ariadna: Exige claridad.
Pueblo-Rey: Buenos atuendos, un techo, un digno
trabajo…
Ariadna: ¿Trabajo digno? Ningún trabajo es digno a su
edad, sólo debe estudiar y jugar.
Ludovico : ¿Todo eso para mí?
Ariadna : A cambio de qué, quisiera saber.
Ludovico va a abrazar al rey. Pueblo-Rey: A cambio te pido muy poca cosa
, la cabeza de esta mocosa.
Ariadna : Mi alma no está en
liquidación, Ludovico, negocia con moderación.
Ludovico: ¿La cabeza de Ariadna me pide?
Tu cabeza a cambio de darme la salida.
Ariadna: He oído atentamente. Este hombre está demente.
Ofrécele otra mercancía, te puedo dar mi alcancía.
Pueblo-Rey: ¿Acaso mi voz es débil?
Ludovico: ¿Pero no puede ser otro intercambio?
Pueblo-Rey : Hay
que sacrificarlo.
Ariadna : Esa es su
estrategia, enfrentar a quienes están unidos, se cree
dueño de mi destino...
Ludovico : Si tu cabeza entrego,
dejaré de ser un reo.
Ariadna: Pero…
Ludovico: El rey me dará lo que yo ambiciono.
Ariadna: Mi cabeza es mi trono.
Ludovico: Un hogar, un bello ropaje…
Ariadna: No olvides la paz que os traje.
Ludovico: Saldré de este laberinto.
— 66 — — 67 —
es imposible la igualdad, aquí reside el origen de la
inseguridad. ¿Cuánto vale la vida?
Pueblo-Rey: ¡Guardias, a ella! Digo, ¡a él! Primero a ella
y luego a él, guardias.
¿Dónde están los guardias?
Ariadna: No van a venir. Hubo reducción de personal,
éramos muchos en la cooperativa. Alto.
Usted le robó a él.
Pueblo-Rey: ¿Yo? ¿Yo? A ver ¿qué le robé? No seas insolente.
Ludovico: Soy inocente.
Ariadna: Su nombre, lo cual está solucionado porque ya
se lo he entregado.
Pueblo-Rey: Ya lo dijo Teseo, Ariadna ha comenzado a
delirar, su imaginación no puede controlar. (Al oído de
Sigues con esta representación y te mando al
rincón.
Ariadna: En segundo lugar le está robando la posibilidad
de que pueda expresarse transmitiéndonos un mensaje
claro, complejo y significativo.
Ludovico y Pueblo-Rey ponen cara de no entender lo que dice Ariadna.
Pueblo-Rey: ¿Yo? ¿Qué cosa? A ver... que me revisen
dónde lo tengo.
Ariadna: Ludovico, exprésate por favor.
Ludovico emite sonidos inentendibles usando un vocabulario acotado, con oraciones mal construidas.
Ariadna: ¿Lo ve?
Pueblo-Rey : ¿Qué clase de simio es?
Ariadna: No es un animal, con respeto al público presente.
Pueblo-Rey: ¿Tratas de animal al espectador?
Ludovico: ¡Mentirosa! Nada hay donde
dices que hay futuro, nos hemos topado con un muro.
Ariadna: Estamos buscándola, y eso requiere esfuerzo y
paciencia.
Ludovico: Él me ofrece un resultado seguro e instantáneo.
Ariadna: Todo lo instantáneo es momentáneo.
Muchachito, antes de cortarme el pescuezo escucha que
lo real requiere esfuerzo. Eso es lo segundo que debes
aprender.
Pueblo: Te he dicho que es un criminal.
Ariadna: Porque cree que la única manera de salir de
aquí es como un monstruo. Esa es la trampa. (Dándose
Decí "pido".
Poniéndose nuevamente la máscara de Pueblo-Rey.
Pueblo-Rey : Nadie dice pido o lo despido.
Ludovico : No me animo. (Levanta la espada como para cortarle
¿Y por qué me dejan el final de la historia a
mí? Ludovico es un niño...
Ariadna : Está en lo cierto, el problema es todo
nuestro...
Pueblo-Rey : Enciérrenlo.
Ludovico: ¡Ariadna!
Ariadna : ¿De qué lo acusarás para privarlo de su libertad?
Pueblo-Rey: Espera y lo verás. ¡Guardias, ha delinquido, es
un delincuente!
Ariadna: ¡Qué elocuente!
Pueblo-Rey: Voy a erradicar la inseguridad, la gente me
lo pide, soy un rey justo.
Ariadna : Miren
su corona, está repleta de oro, esmeraldas y rubíes,
— 68 — — 69 —— 68 — — 69 —
Ariadna: Solo a los que lo son. Al caballo y a la
cigüeña y no sé si está el pingüino. Lo que digo es genuino.
Es un ser humano que tiene la capacidad de emitir
mensajes significativos. Es muy serio lo que digo.
Pueblo-Rey : Esa fue tu madre, que
te mandó a estudiar arte en la corte, desde hoy hago un
recorte presupuestario en el área artística si no te callas la
boca. Loca.
Ariadna: Padre.
Ludovico: ¿Es tu padre?
Pueblo-Rey: Basta de cursilería.
Ariadna : Alguien le pone una mano encima a este niño y el
cielo no tendrá piedad; haré un conjuro que hasta la tierra
se abrirá bajo tus pies, que a este niño nadie lo lastimará.
Estoy tratando de hacer
algo estético y creativo con lo que digo.
Pueblo-Rey : Es un mendigo…
Ludovico: ¿Estético y creativo? Tengo hambre y tengo frío.
Pido.
Pueblo-Rey: ¿Otra vez pidiendo? ¿Qué quiere?
Ariadna lo amenaza con la espada. Cada vez se hace más difuso el límite entre la obra y la “realidad”.
Pueblo-Rey: ¿Puedo decir algo?
Ariadna: ¿Qué?
Pueblo- Rey: Pido.
Ariadna: Concedido.
Ludovico : Se desarma la ficción
pero Ariadna sigue en guardia con la espada en alto,
Ludovico da un salto y se refugia tras ella. Pueblo-Rey
toma un vaso de agua.
Los dos ámbitos, obra y realidad, están mezclados.
— 70 — — 71 —
Ludovico : Cuando
volvamos del pido, su corona, que ahora es de utilería,
valdrá más que mil joyerías. Espero que tengas un plan
perfecto para hacer de tu laberinto un camino recto.
Ariadna : No tengo un plan, soy clown.
Ludovico: Si tú dices que no es mi identidad la de ser poco
menos que un ogro, aprender a ser yo será mi logro.
Ariadna: Comienzas a hablar como un caballero, admiro tu
esmero.
Ludovico: No sabía que era tu padre, tienes sangre de la
realeza. Y vienes a mí, cuánta nobleza.
Ariadna: Tengo sangre como lo manda la naturaleza. (Le
Fíjate dónde estamos ahora.
A ver el número... de teléfono de la
psicopedagoga.
Ludovico : ¿Y qué hay de tu madre?
Ariadna : Tu madre y la mía son
una sola mujer. Lee: la ficción y
su organización.
Ludovico : ¿Mi madre es la reina?
Ariadna: Sí.
Es una historia que te contaré si puedo
conservar mi lengua. Aprovechemos la tregua.
Necesitamos determinar lo que es del orden del texto
y lo del orden de la representación.
Ludovico : Y mi padre… entonces eres mi
hermana.
Ariadna asiente con la cabeza.
Pueblo-Rey: ¿Seguimos o estamos en el pido? Por la espada
lo digo.
Ludovico: Estoy confundido.
Ariadna: Sí, pero no por mucho tiempo, te recuerdo.
Pueblo-Rey
: Bajá la espada, estamos haciendo
un análisis de mesa.
Ariadna : Quieren cortar mi cabeza en
esta parte de la pieza.
Pueblo-Rey : Confiá más en la ficción.
Es claramente un recurso perfecto para que el público no se
aburra, un golpe de efecto.
Ariadna: ¿No podemos encontrar otro entretenimiento, algo
menos sangriento?
Pueblo-Rey : ¿Tanto lío porque vas a morir?
Ludovico: ¿Vas a morir? Pero vos no podés morir, sos la
protagonista. ¿Quién es el protagonista?
Ariadna: Es cierto, es un buen argumento. Yo no debo morir,
soy la protagonista.
Ludovico: Aunque para Aristóteles podrías morir
tranquilamente… porque sos mujer.
Pueblo-Rey : Está claro que soy yo el
protagonista, soy el rey.
Ludovico : No, el rey es un personaje
secundario, tiene una sola escena.
Pueblo-Rey: Pero… soy el rey, Teseo tiene una sola escena
también… ¿seré el protagonista haciendo de Pueblo?
Ariadna: Pueblo es un personaje poco definido. Entra, sale,
sale, entra… no es un personaje, son muchos, es ambiguo…
Pueblo-Rey: Lo decís así nomás “entra y sale”. ¿Sabés lo que
corro? Voy y vengo, vengo y voy. No doy más.
Ludovico: Ya sé.
Ariadna: ¿Qué?
Ludovico: Yo soy el protagonista.
Pueblo-Rey : ¿Cómo va a ser el protagonista un
mendigo?
Los tres: Claro.
Se miran extrañados.
— 72 — — 73 —
Ludovico: ¿Yo no importo?
Pueblo-Rey: Claro que sí… pero… importás menos.
Ludovico abre el libro con el guión de la obra.
Ariadna: Cómo no vas a importar si la pobreza es la base de
la riqueza de este país… ¿qué leés?
Ludovico: La estructura dramática.
Ariadna: A ver, dame.
Pueblo-Rey: ¿Volvemos del pido?
Ludovico: Lo que intento averiguar es si no hay otra
estructura que no sea tan dramática.
Pueblo-Rey: ¡Todo esto está mal!
Ludovico: ¿Leo el esquema actancial?
Pueblo-Rey: Ariadna, opino que te dejes degollar así el hilo
se puede desenrollar.
Ariadna: Si en el teatro va a haber este nivel de agresión,
¿no es preferible que los chicos vean televisión?
Pueblo-Rey: ¿El nivel de agresión es tu preocupación?
Ariadna: Sí.
Pueblo-Rey : Sonsa. Los chicos están
acostumbrados a ver violencia. ¿No es así, chicos?
Cortadle la cabeza.
Ludovico: ¿Volvimos del pido?
Pueblo-Rey: Sigue.
Ludovico: A mí me convocaron para hacer un infantil.
Ariadna: A mí también. No acepté otra propuesta, me quedé
solo con esta. Un espectáculo en vivo… y quieren terminar
conmigo…
Pueblo-Rey: Yo quiero trabajar y ustedes no me dejan,
no sean egoístas. No hagamos de esto una tragedia, es un
infantil, como ustedes dicen, un género menor…
Ariadna: ¿Menor? Estamos hablando de niños, es un género
mayor.
Pueblo-Rey : ¿El conflicto es el límite
de edad?
Ariadna: Aún no analizamos el conflicto… buscá en el
índice: con-flic-to.
Pueblo-Rey: Yo soy un ser flexible. Modifiquémosla.
Pasame el fusible. A partir de este momento, los menores
de dieciocho años no pueden ver este espectáculo.
Documentos, por favor. Se piden
refuerzos, un montón de menores faltando a la ley.
Ariadna : ¿Un infantil para mayores de dieciocho años?
Pueblo-Rey: En este momento cambio de reglamento,
bajemos la edad. A partir de los diez años. Documentos.
Ludovico: Yo opino que debemos subir la edad. Subamos
la edad.
Pueblo-Rey: Decídanse.
Ariadna: Lo que deberíamos hacer como artistas ¿no es
procurar que la ficción sea acorde a su edad?, ¿esa no sería
nuestra función? Yo pregunto.
Pueblo-Rey: ¿Ahora resulta que el que tiene que cambiar
soy yo?
Ariadna: ¡Y yo! Ellos nos imitan a nosotros, los adultos.
Ludovico: Aristóteles lo llama mímesis.
Ariadna: Les estamos pidiendo a ellos que actúen de una
manera diferente a la cual los educamos. Perdón, Ludovico,
no soy una verdadera Ariadna, no puedo ayudarte a salir
de aquí. Esto es un fracaso, no hemos dado ningún paso.
Tienen razón, mi hilo ya no es mágico.
Ludovico: Extraño laberinto que te encierra y a la vez te
deja fuera.
Pueblo-Rey: Dejemos de discutir, vamos a concluir. Vos
estabas acá, seguí. Dale, Ludovico. Dijo: “estético y creativo,
tengo hambre y tengo frío”.
Ariadna: ¿Quién tiene hambre y tiene frío?
Pueblo-Rey : Ese es de Ludovico, su
parlamento.
Ariadna : ¿Yo no escuché el parlamento o
el parlamento no lo escuchó a él?
— 74 — — 75 —— 74 — — 75 —
Pueblo-Rey : Lo dijo tantas veces…
Ariadna: Tampoco soy una buena actriz, escucho de
memoria preocupada por decir mi texto y... ¿le dimos algo
de comer?
Pueblo-Rey : No, no está en las
acciones ni en las marcaciones.
Ariadna: Tiene hambre y frío. ¡Producción!
Pueblo-Rey: Se están pagando otros gastos: los de
vestuario, los de iluminación...
Ariadna: ¡Estamos actuando mal!
Pueblo-Rey: No hagas escenitas.
Ludovico: El modelo aristotélico.
Pueblo-Rey: Me estoy poniendo histérico.
Ariadna : No es mucho,
lo traigo para comer entre una función y otra.
Ponete esto, es lo único que tengo. Sé que
no es tan estético.
Ludovico come con ganas.
Pueblo-Rey : Esto no es digno, todo en
el escenario es signo.
Ariadna: Es lo único que tengo.
Pueblo-Rey : ¿Qué hacés con un
guardapolvo?
Ariadna: Soy maestra.
Pueblo-Rey: ¿En manos de quién está la educación? ¡De
una actriz de reparto!
Ludovico: Me tiene harto.
Ludovico se va encima de Pueblo-Rey pero Ariadna lo detiene.
Pueblo-Rey: ¿Qué dijiste, mocoso?
Vas a respetar a los mayores.
— 76 — — 77 —— 76 —
Ludovico llora. Ariadna lo abraza y queda de rodillas frente al rey.
Pueblo-Rey: Respeto a tus mayores.
Ariadna : ¡Monstruo!
Pueblo-Rey acusa recibo y se vuelve a poner la máscara de Pueblo.
Ariadna: Crece, Pueblo, educa para la paz. ¿Ya no tienes
sensibilidad por el sufrimiento de un niño? Tú, que
puedes ser otro, ponte su rostro.
Pueblo: Ludovico, perdón. Tú no tienes la culpa, eres
inocente, perdón. Tiene razón Ariadna, ando bastante
nervioso. ¿Este es el fin, verdad?
Ludovico : No quiero que termine. Es mi fin.
Ariadna: No te pongas fatalista. ¡Ah!, cierto que eres
artista. Todavía falta mucho por andar… vamos a
encontrar el futuro, te lo juro. Te lo juro.
Pueblo: Esto es un verdadero acertijo.
Ariadna: ¡Ah! Estamos en el desenlace, el recurso
del acertijo, ¡la ficción vuelve a ser normal!
Ludovico : ¡Mejor para la realidad!
Ariadna: “Saldrás por tu palabra original, saldrás
por tu palabra primera”.
Pueblo: ¡El nombre!
Ariadna: Eso es. Por eso el rey te lo quitó, porque
sin tu identidad no hubieras salido jamás.
Ludovico: Pero se me rompió
Ariadna: Muéstramelo.
Ludovico: Solo me quedó ludo.
Ariadna: Ludo significa juego. Eso es, Ludovico,
jugando encontraremos la salida... jugando…
Pueblo: Una maestra actriz me pareció mal, pero
una actriz maestra me parece genial.
— 78 — — 79 —
Ludovico: Yo solo no lo hubiera adivinado jamás.
Ariadna: Ahora has aprendido la importancia de saber.
Pueblo: Para mantenernos unidos, tomemos el hilo.
Ariadna: Mirá, Ludovico, allá...
Pueblo : ¿Lo ves?
Ludovico: El futuro… ¡qué lindo es!
Pueblo: Vamos…
Ariadna: Tenemos que despedirnos antes de irnos.
Pueblo: Propongo un brindis.
Ludovico: Salud.
Pueblo: Salud, Ariadna… Salud, Ludovico.
Ludovico: Salud, público.
Ariadna: Salud pública.
Pueblo: Dijiste mal, habrás querido decir... ¡bah!
Se van a ir pero se detienen.
Ariadna : A mí me hubiera gustado un
final con más magia…
Ludovico: Con más misterio…
Pueblo: Sí, con más identidad infantil…
Ariadna: Vamos a hacerlo. ¡Música, maestro!
Pueblo: Aquí y ahora.
Ariadna: El presente no puede esperar más.
Ludovico, Ariadna y Pueblo se disfrazan de cigüeña, pingüino y caballo, respectivamente, mientras comienzan a cantar. Lo hacen frente a los espectadores.
Ariadna: Nuestra función como artistas...
Pueblo: Es que los niños vean en el presente...
Ludovico: Lo que en el pasado solo parecía una fantasía…
Cantan todos
Canción murgaPisa pisuela color de ciruela,
manda a mi niño a la escuela,
mi niño que es pobre y es nuestro,
pa´que pueda ser libre.
Pisa pisuela color de ciruela,
pa´que ninguno se quede afuera.
Pisa pisuela color de ciruela.
Estaba la paloma blanca
sentada en un verde limón.
Con el pico cortaba la rama
con la rama cortaba la flor.
No se juega con la educación,
dale tu amor.
Pisa pisuela dale tu amor.
Con la rama cortaba la flor.
Daré la media vuelta,
daré la vuelta entera.
Lo que haga falta,
pa´que mi niño crezca.
Pa´la “inseguridá”
el antídoto es la...
la “solidaridá”
la” solidaridá”
larilara lari la.
Manda a mi niño a la escuela.
Dale tu amor.
Pido y doy.
— 80 — — 81 —— 80 — — 81 —
Pido y doy.
Dame una mano dame la otra
como lo hacían
nuestros abuelos.
No me digas pisa pisuela
si me vas a dejar afuera
Daré la media vuelta,
daré la vuelta entera.
Lo que haga falta
pa´que mi niño crea.
Que crea en un futuro
con alegría y justicia.
Pido y te doy.
Pido y te doy.
Un presente con educación.
Sobre el puente de Avignon
todos bailan todos bailan
y yo también.
Hacen así,
así las lavanderas.
Dame tu mano dame la otra
hasta que mi niño crea.
Te abrigaré
con mi bandera.
Al don, al don, al don pirulero.
Cada cual, cada cual atiende
su juego, mi país, mi país.
Es tuyo y es nuestro.
Al gran bonete
se le ha perdido un firulete
— 82 — — 83 —
y dijo que Ariadna lo tiene.
¿Yo señor?
Sí señor.
No señor.
¿Pues entonces quién lo tiene?
Ludovico.
¿Yo señor?
Sí señor.
No señor.
¿Pues entonces quién lo tiene?
Pueblo.
Pueblo: ¿Yo señor?
Ariadna: Sí señor.
Pueblo: No señor.
Ludovico y Ariadna : ¡Sí señor!
Pueblo : Tenías
razón, es un ser alado…
Ariadna: Claro, es mi hermano.
Pueblo: Este es el final, ¿verdad?
Ariadna: Sí, pero qué buen comienzo.
Ludovico, con el guardapolvo blanco y los libros en la mano. Cantan todos.
Hacen así,
así las lavanderas.
Hacen así.
Ludovico se saca las alas y la máscara de cigüeña.
¡Así me gusta a mí!
Baja el telón.
Fin
— 84 — — 85 —
PARA SABER MÁS
Según el Diccionario Mitológico, se da el nombre de Minotauro a un monstruo que tenía cabeza de hombre y cuerpo de toro. En realidad se llamaba Asterio o Asterión y era hijo de Pasifae, esposa de Minos, y de un toro enviado por el propio Poseidón. Minos, asustado y avergonzado al nacer este monstruo fruto de los amores contranatura de Pasifae, mandó a construir al artista ateniense Dédalo, que entonces vivía en su corte, un inmenso palacio (el Laberinto) formado con un embrollo tal de salas y corredores que nadie, excepto Dédalo, era capaz de encontrar la salida. Allí encerró al monstruo y cada año –otros dicen que cada tres años, o incluso cada nueve– le daba en pasto1 a los siete jóvenes y otras tantas doncellas que, como tributo2, le pagaba la ciudad de Atenas. Teseo se unió voluntariamente a estos jóvenes y consiguió no solo inmolar al animal, sino también hallar el camino de salida del palacio. Esto lo consiguió gracias a la ayuda de Ariadna, que, viendo la valentía del joven, se dispuso a ayudarlo e ideó un plan que ayudaría a Teseo a encontrar la salida del laberinto en caso de que derrotara a la bestia. Ella le entregó un ovillo de hilo para que atara un extremo una vez que hubiera ingresado en el laberinto. Así, a medida que penetrara en el laberinto, el hilo recordaría el camino; una vez que hubiera matado al Minotauro, lo enrollaría y encontraría la salida.
1. Como alimento.
2. Como ofrenda, como regalo.
“LUDOVICO Y ARIADNA”, UN RELATO MITOLÓGICO SIEMPRE VIGENTE
Este relato mitológico –y, por lo tanto, de origen oral– ha tenido, a lo largo de los años, numerosas versiones. Las versiones son historias nuevas, creadas por autores que nacieron, vivieron y escribieron, a veces, muchos años después de la creación de la obra inspiradora. Estas obras nuevas se basan, sin embargo, en aquella que fue escrita o creada colectivamente en primer lugar. Y las obras pueden presentar argumentos similares o los mismos personajes protagonizando sucesos en tiempos y lugares diferentes, tal como es el caso de “Ludovico y Ariadna”.
Esta versión del relato mitológico del Minotauro que se edita en este libro pertenece a Florencia Aroldi, autora argentina contemporánea. Entre los autores argentinos, contamos con otras dos versiones: “La casa de Asterión” de Jorge Luis Borges y “Los reyes” de Julio Cortázar.
La literatura permite siempre a los lectores conocer las obras, leerlas con detenimiento y crear respuestas que son nuevas.
— 86 — — 87 —
1. Antes de leer la obra:a) Miren la tapa del libro: el título, la ilustración, los
colores. ¿Qué se imaginan acerca del contenido? Escriban por lo menos cinco sustantivos que se refieran a lo que ustedes suponen sobre esta obra.
b) ¿Conocen estos nombres: Ludovico y Ariadna? ¿Alguna persona cercana a ustedes lleva alguno de estos nombres? ¿Leyeron alguna historia real o imaginaria cuyos personajes se llamaran Ludovico o Ariadna? Anoten las respuestas.
2. Ahora lean la obra completa. Pueden hacerlo solos en sus casas o en pequeños grupos, y cada uno de ustedes puede interpretar, alternadamente, a un personaje. También pueden organizar una clase de teatro leído con su docente.
Si organizan una clase de teatro leído, pueden trabajar con su docente e ir cambiando de lectores, pueden jugar a cambiar los tonos de voz, pueden detener por momentos la lectura para comentar lo que pasa, las impresiones que ustedes tienen. Y si surgen dudas, pueden hacer preguntas.
3. ¿Quiénes son los personajes protagonistas de esta obra? Les proponemos que los describan y presenten a través de los siguientes aspectos:- Nombre:
Ludovico y AriadnaACTIVIDADES
- Ropas que usan:- Objetos que llevan consigo:
4. Lean el siguiente texto transcripto de una clase de teatro que describe las máscaras:
También podrán ver y escuchar la versión completa en http://youtu.be/qpeEvkjo6AY
a) ¿Qué personajes usan máscaras en “Ludovico y Ariadna”?b) ¿Cómo son esas máscaras? Descríbanlas.c) ¿Para qué usan las máscaras? ¿Qué sucede cada vez que
cambian de máscara?
5. Consideren la definición transcripta, las respuestas que ustedes mismos formularon en el punto anterior y escriban un breve texto explicativo acerca de las máscaras, su función en el teatro en general y en esta obra en particular.
6. Y hablando de definiciones… les proponemos construir entre todos una definición que responda a esta pregunta: ¿Qué es el teatro? Para eso, sigan estas consignas.a) Localicen en el texto los momentos en que los personajes
afirman que el teatro es:- un hecho efímero;
— 88 — — 89 —
- un aquí y ahora;- hombres en acción;- acción y no pensamiento.
b) Transcriban los breves diálogos en los que aparece cada una estas frases.
c) Escriban una definición de teatro que incluya los aspectos enunciados en el punto “a”.
7. Completen el siguiente texto explicativo.
"Ludovico y Ariadna" es una obra de teatro en las que se
representan .
La primera tiene como protagonistas a
. Ellos
interactúan entre sí y miran también al
y en ocasiones hasta le hablan.
La segunda historia es la de dos personajes llamados
y .
Esta segunda historia es representada por los actores de
la primera.
8. Ahora que han identificado cada una de las historias que dan forma a esta obra, respondan a las siguientes preguntas:a) ¿Quiénes son los personajes que aparecen en la
primera historia?b) ¿Cuál es el conflicto que tienen?c) Y los personajes de la segunda historia, ¿quiénes son?,
¿cómo se llaman?d) ¿Cuál es el conflicto que tienen? ¿Qué personajes se
enfrentan? ¿Por qué?
9. Reflexionen sobre las distintas miradas: Ariadna no puede ver en Ludovico el horror. Ella lo cuida, lo quiere, lo acepta. Teseo le es adverso.
a) ¿Qué piensan y dicen Teseo y Ariadna acerca de Ludovico? Localicen y transcriban frases y expresiones de estos personajes.
b) ¿Qué dice el mismo Ludovico acerca de sí mismo? Encuentren y transcriban expresiones de este personaje.
c) ¿Qué es lo bello? ¿Qué es lo feo, lo desagradable, lo horroroso? Comenten de a dos sus opiniones y escriban las conclusiones en sus cuadernos o carpetas.
10. ¿Cómo es el espacio donde se encuentra Ludovico? ¿Por qué está ahí? ¿Por qué no puede salir? Busquen citas en el texto que respondan a estas preguntas.
CONSIGNAS DE ESCRITURA
11. Los personajes imitan sonidos de animales. Juegan con los sonidos en medio de una sala teatral, ¡lugar en el que no solemos encontrar animales! ¿Qué les parece si nos detenemos ahora en esos sonidos? ¿Y si los transformamos también nosotros? ¿Cómo se reirá un ruiseñor? Se preguntó alguna vez un poeta3 y se imaginó su risa y le cambió el nombre al pájaro y lo llamó “riseñor”.a) ¿Cómo se reirá? ¿Cómo llorará? ¿Cómo gritará? ¿Cómo
susurrará? Un elefante…
Un oso…
Jueguen a imitar los sonidos de la risa, del llanto, del grito, del susurro de estos animales y de los que ustedes quieran proponer.
b) Graben esos sonidos, regístrenlos en clase.c) Escuchen esas grabaciones y elijan un sonido que se
repita y les guste. Por ejemplo: grrr, ahhh, shhh…d) Incluyan ese sonido en el nombre de los animales
3. Leónidas Lamborghini.
— 90 — — 91 —
elegidos y transformen esos nombres. Escriban los nuevos nombres.
e) Escriban un relato que tenga por protagonista al nuevo animal creado por ustedes.
12. En la obra, los personajes juegan a crear definiciones nuevas para los sentimientos. Así, dicen que el “enojo es un sombrero con forma de rulero”. Imaginen ustedes definiciones para los siguientes sentimientos:
alegría
miedo
coraje
arrojo
Les damos algunas definiciones posibles. Pueden usarlas y crear nuevas:
Recuerden que pueden usar rimas si así les gusta.
13. La historia que los personajes representan, la historia de “Ludovico y Ariadna”, está inspirada en un antiguo relato mitológico de origen griego. La famosa historia tiene como protagonistas al Minotauro, a Teseo y a Ariadna, y pueden leer lo que se cuenta sobre este mito en el capítulo “Para saber más”, en la pág. 84. Resuelvan ahora estas consignas:a) ¿Conocían ustedes la historia mitológica? Busquen más
información acerca de los personajes involucrados,
fundamentalmente sobre el Minoaturo, Ariadna y Teseo. Compártanla con sus compañeros.
b) ¿En qué se parecen y en qué se diferencian la historia mitológica y esta obra que ustedes han leído? Completen el siguiente cuadro:
Relato mitológico "Ludovico y Ariadna"
Parecidos
Diferencias
c) Escriban un texto que muestre sus conclusiones a partir de la comparación de los textos. Les damos algunos pies de escritura:
Vamos a comparar… En el relato mitológico, los personajes…
14. Uno de los personajes de la obra afirma: “De cobarde es perseguir monstruos ajenos…”
a) ¿Quién lo afirma? ¿En qué situación?b) Piensen ahora en la idea de que el monstruo simbolice
todo lo feo, lo triste, lo desagradable que pueda suceder a nuestro alrededor: ¿qué personas, qué situaciones
— 92 — — 93 —
resultan monstruosas o insoportables para el común de la gente?, ¿quiénes son los despreciados de nuestra sociedad?, ¿a quiénes les tenemos miedo a veces?, ¿por qué les tememos?, ¿de qué otra manera podrían verse?
c) Hagan un listado con sus respuestas al punto anterior. Tengan en cuenta:
- Lo que nos resulta feo, desagradable: - Lo bueno, lo valioso: Es importante que trabajen con su docente, que los
ayude a conversar y a compartir sus opiniones.d) Propongan, para cada elemento de la lista, un modo
nuevo de mirarlo: ¿cuáles son los valores que esa persona o esa situación tienen?
15. Nuevos laberintos: lean el siguiente relato breve del escritor Franz Kafka.
UN MENSAJE IMPERIALEl Emperador –así dicen– te ha enviado a ti, el solitario, el más miserable de sus súbditos, la sombra que ha huido a la más distante lejanía, microscópica ante el sol imperial; justamente a ti, el Emperador te ha enviado un mensaje desde su lecho de muerte. Hizo arrodillar al mensajero junto a su cama y le susurró el mensaje al oído; tan importante le parecía que se lo hizo repetir. Asintiendo con la cabeza, corroboró la exactitud de la repetición. Y ante la muchedumbre reunida para contemplar su muerte –todas las paredes que interceptaban la vista habían sido derribadas, y sobre la amplia y alta curva de la gran escalinata formaban un círculo los grandes del Imperio–, ante todos, ordenó al mensajero que partiera. El mensajero partió en el acto; un hombre robusto e incansable; extendiendo primero un brazo, luego el otro, se abre paso a través de la multitud; cuando encuentra un obstáculo, se señala sobre el pecho el signo del sol; adelanta mucho más fácilmente que ningún otro. Pero la multitud es muy grande; sus alojamientos son infinitos. Si ante él se abriera el campo libre, cómo volaría, qué pronto
oirías el glorioso sonido de sus puños contra tu puerta. Pero, en cambio, qué vanos son sus esfuerzos; todavía está abriéndose paso a través de las cámaras del palacio central; no acabará de atravesarlas nunca; y si terminara, no habría adelantado mucho; todavía tendría que esforzarse para descender las escaleras; y si lo consiguiera, no habría adelantado mucho; tendría que cruzar los patios; y después de los patios, el segundo palacio circundante; y nuevamente las escaleras y los patios; y nuevamente un palacio; y así durante miles de años; y cuando finalmente atravesara la última puerta –pero esto nunca, nunca podría suceder–, todavía le faltaría cruzar la capital, el centro del mundo, donde su escoria se amontona prodigiosamente. Nadie podría abrirse paso a través de ella, y menos aún con el mensaje de un muerto. Pero tú te sientas junto a tu ventana, y te lo imaginas, cuando cae la noche.
a) ¿Quién es el personaje protagonista?b) ¿Qué debe hacer? ¿Quién se lo encarga?c) ¿Por qué no puede llegar nunca a su destino? ¿Cómo es
el espacio que debe recorrer?d) ¿En qué se parece este espacio al laberinto del
Minotauro? ¿Y al de Ludovico?e) ¿Cómo interpretan la frase final de este cuento? ¿Cuál
es la importancia de la imaginación?
16. La obra concluye con murgas, cantos alegres, populares. Les proponemos que hagan un registro en sus familias de los cantos populares que conocen, que han cantado o bailado en algún momento. Busquen en Internet versiones de esas murgas y elijan las que más les gusten. Escriban ustedes su propia murga dedicada a Ludovico y Ariadna. Pueden poner el acento en la importancia de mirar con amor lo que otros ven con desprecio. Y si así lo desean, pueden representar su propia murga, pueden musicalizarla y cantarla para todos en el patio de la escuela.
— 95 —
Prometeo y Cenicienta,
una historia con revuelta
— 96 — — 97 —
PERSONAJES
Prometeo: tiene una estética que es una mezcla
de clown y del legendario personaje
de la mitología griega. Lleva puestos
borceguíes, boina, remera a rayas,
tiradores y pantalones rojos.
Cenicienta: al comienzo estará vestida como
el famoso personaje, con un traje
ampuloso y gran peinado. Luego
modificará su vestuario: le pondrán
túnicas como si fuera un personaje
de la mitología griega.
Robot: es un niño que olvidó que lo es. Tiene
la apariencia y el comportamiento de
un robot hasta el final de la obra.
Coro 1 y Coro 2 tienen la vestimenta característica
del coro griego: túnicas blancas con
coturnos y máscaras.
Carlos: solía ser un maestro; ahora es
cartonero.
Niño: es un personaje “invisible” durante
toda la obra. Hacia el final cobrará
visibilidad. Es hijo de Carlos.
Se abre el telón y se ve un espacio vacío. Robot ingresa corriendo y, luego de un breve instante, queda inmóvil, como “apagado”, y se vuelve a prender. Algo en su mecánica no funciona bien.
— 98 — — 99 —— 98 — — 99 —
Robot: Buenas tardes estimado pú pú-pú-pú-
público. Se ruega silenciar sus co-co-co- (va
transformando el sonido hasta hacer la onomatopeya
co-co-corazones.
Coro 1 y Coro 2, al escuchar lo que dijo Robot, se asoman por cada uno de los laterales del escenario. Realizan distintos gestos cómicos para llamar la atención de Robot, haciendo de cuenta que el público no lo advierte.
Robot : Y recuerden que está terminantemente prohibido
durante la función registrar emociones, ya sean estas
co-co con o si-si-si-sin flash.
Coro 1 : Te confundiste.
Lo que tienen que silenciar son sus celulares, no sus
corazones.
Coro 2: Sus corazones, no. Sus celulares, sí.
Coro 1: Sus corazones, no. Sus celulares, sí.
Coro 1 y Coro 2 repiten en un segundo plano “sus corazones no, sus celulares sí” hasta que se confunden y alteran el orden.
Coro 1 y Coro 2: Sus celulares no, sus corazón sí.
Robot: … ya sean estas parciales, es decir, una alegría
chiquita, o totales: una emoción, una tristeza, por
ejemplo, así enorme, inmensa, gi-gi-gi-gi (hace la
onomatopeya de la risa: gante.
Coro 1 y Coro 2 entran corriendo y chocan entre sí.
Robot: ¿Qué están haciendo?
— 100 — — 101 —— 100 — — 101 —
Coro 2: ¿Cómo le vas a pedir al público que no sienta? Voy
a enloquecer ¡Todo nuestro trabajo tirado por la borda! ¡Y
quieren cerrar el Borda!
Robot: Es de rutina, ¿no lo hago siempre al comienzo de
cada función?
Coro 1: Esta vez no. Le acabás de pedir al público que no
sienta. ¿Te das cuenta?
Robot: ¿Yo hice eso?
Coro 1: Lo acabás de hacer.
Robot : ¡Ah! El sistema no está funcionando.
Recalculando. Recalculando. Siga doscientos metros,
doble a la derecha, cuidado. Doble a la izquierda. (Al
Les pedimos por favor que se pongan de pie.
Coro 1: ¿Y ahora eso por qué?
Robot: ¿Y a ustedes quién los entiende? ¿No me dijeron
que no se “sientan”?
Coro 1: “Sientan” de “sentir” ¡Qué equivoco! ¿O yo me
equivoco?
Coro 2 : Ah, eso nos pasa por
trabajar con un robot, el sentido siempre lo pone el corazón.
Y el corazón es humano, no hay con qué darle, ¿eh?
Robot: Yo no tendré corazón, pero tengo mi Mecanismo
de Sensibilidad 01 Movistar, y ahora mismo me voy a
poner a llorar.
Coro 1: No.
Robot: Sí. Cero, uno, uno, cero, uno, cero.
Coro 1: Encendido.
Coro 2: Apagado.
Coro 1 y Coro 2 repiten con un canto “cero, uno, uno, cero, uno, cero”.
Coro 2: No.
Robot: Tres, dos, uno.
— 102 — — 103 —— 102 — — 103 —
Prometeo entra moviéndose de manera histriónica y sin advertir la situación.
Prometeo: En un futuro muy muy
cercano, había un amo.
Coro 1 : Demorá tu actuación, ¿no
percibís?, aún no hemos comenzado la función.
Prometeo: ¿Y por qué no? ¿Qué pasó?
Coro 2: ¿Y qué va a pasar?, no se puede con un robot
trabajar. Ya lo dije en las paritarias. Pero al Coro no se lo
escucha… lucha que lucha.
Coro 1: Está sensible.
Prometeo: ¿Qué está haciendo? Parece estar sufriendo.
Coro 2: Su sistema está fallando. Recuerda que no tiene
sentimientos sino un sistema binario.
Prometeo: Esto es extraordinario, parece estar llorando.
Robot : Hago catarsis.
Coro 1: Déjalo, que haga catarsis, quiere decir que se está
purificando. Hay que dejarlo que se exprese, no lo
reprimas, así crece.
Coro 2: Se puede oxidar y no llegaríamos al final.
Prometeo: Pero todavía el héroe (se señala a sí mismo
no ha hecho lo suyo. ¿A qué se debe
el llanto tuyo?
Coro 2: Ya me lo dijo mi tía, esto pasa por darle tanto
lugar a la tecnología.
Robot: ¿Qué piensan ustedes?, ¿que errar es solamente
humano?
Prometeo: Yo solo he preguntado.
Coro 1: Siendo un robot, sorprende que llore, pero
escuchemos antes de que empeore.
Prometeo: Pero esto le corresponde al espectador, no
al actor. Es inadmisible un robot
tan sensible.
— 104 — — 105 —— 104 — — 105 —
Coro 2 le hace gestos a Prometeo para que cese sus comentarios.
Prometeo: No es posible… que no podamos comenzar con
la obra porque un robot estorba. El teatro es una actividad
humana. ¡Humana!
Coro 1: Ya está. Lo voy a reiniciar para que podamos
comenzar.
Robot: No, no, no quiero reiniciarme.
Coro 1: A reiniciarse, le digo.
Robot se reinicia.
Coro 2: Ahora sí, les pedimos atentamente que chequeen
que sus celulares estén apagados, no silenciados,
apagados, porque auque estén prendidos, pero en silencio,
pueden ocasionar ciertas interferencias con ciertos
integrantes de este elenco.
Prometeo: ¿Ahora podemos comenzar? ¿Salgo y vuelvo a
entrar?
Coro 1: Aguardá un momento y comenzá tu parlamento.
Coro 1 y Coro 2 comienzan a representar a niños aburridos al extremo.
Prometeo : En un futuro muy
muy…
cercano, había un amo.
Robot : ¡Ay! ¡Mi mano! Lo hizo a propósito.
Coro 1: ¿Cuál es tu propósito?
Prometeo: Fue sin intención.
Coro 2: Continuá con la función.
Prometeo: La raza humana no jugaba, no cantaba, ni
siquiera saltaba…
— 106 — — 107 —
Coro 1 y Coro 2 hacen la mímesis de lo que relata Prometeo.
Prometeo: Los únicos que lo hacían eran los de arriba.
Coro 1, Coro 2 y Robot miran hacia arriba.
Robot: ¿Los de arriba?
Prometeo asiente con la cabeza.
Coro 1: ¿A quiénes te refieres?
Coro 2: ¿A los pájaros?
Prometeo niega con la cabeza.
Coro 1: ¿A los helicópteros?
Coro 1, Coro 2 y Robot corren a refugiarse.
Prometeo: No, hace muchos años, en el futuro, los
helicópteros ya no “existían”.
Robot: Qué alegría.
Coro 2: ¿Entonces de quién hablas?
Coro 1: Danos una pista o un caramelo.
Coro 2: Ya sé, de los alpinistas.
Robot: Entonces danos una pista.
Coro 1: O un caramelo.
Prometeo: Arriba, en el Olimpo, donde viven los dioses.
Coro 1 : En el Olimpo, donde viven
plácidamente los dioses, continúa. (Prometeo se distrae
¿Qué haces? Culmina de decir lo que
tienes por decir, que ahora comienza el ditirambo,
un canto, una alabanza al dios Dionisio, Dios del teatro.
Coro 2: Continúa, Prometeo, con tu parlamento,
¿o también tu sistema se está descomponiendo?
Prometeo: ¿Han visto lo que yo vi? ¿Una estrella fugaz
o un colibrí, un rayo de luna o una clave de sol? ¿Quién
eres? ¿Quién eres?
Coro 1: No hemos visto nada, continúa con la trama.
Prometeo: Es que… hay una dama. No te voy
a hacer daño, sal de ahí.
Robot : Es una mujer.
Coro 2: Seguro que es un ratón o algo sin importancia.
Prometeo: No veo la semejanza. Sal de ahí.
Coro 1: Sal de ahí.
Coro 2: Sal de ahí.
Repiten cantando “sal de ahí, chivita, chivita”.
Coro 1: ¿Una mujer?
Coro 2: No puede estar aquí, lo lamento. Es muy claro
el reglamento. El teatro es cosa de hombres y de robots.
Prometeo: Eso era en la Antigüedad. Está asustada, les
ruego que sean amables con la dama.
Y a ti te ruego que hables.
Cenicienta: Eres un extraño.
Prometeo: No por eso voy a hacerte daño.
Robot : A juzgar por su
apariencia, además de mujer es una princesa.
Coro 1 : ¡Un personaje de otra obra! Aquí
no hay monarquías sino democracia.
Prometeo: Es lo que intento decir.
Coro 2: Como sea, aquí sobra.
Coro 1: Yo distraigo a Prometeo para que ustedes
la espanten, así podemos continuar con nuestra
representación. Presten mucha atención.
— 108 — — 109 —
Prometeo: Está acá con nosotros en un mismo espacio…
escénico.
Coro 1: Claro, sería una paradoja. Esperen que
cambiamos de hoja.
Coro 2: Prometeo, como integrante del corifeo,
responsable último de acompañar al público en los
sucesos de la representación, te digo que estás haciendo
de tu papel un papelón. Esto no tiene perdón.
Cenicienta deambula atónita por el espacio.
Coro 1: El público no tiene por qué presenciar esta
barbaridad, es obvio que la princesa perdió el principio
de realidad.
Prometeo: Yo me pregunto, ¿qué hace una princesa
por acá? ¿Está escapando de algo? ¿Acaso la persigue un
dragón o una bruja en camisón?
Robot: Hablando de principio de realidad, parece que ella
no es la única que lo ha perdido.
No interfieras en su destino.
Prometeo: Parece perdida o confundida.
Robot: Me importa un comino, que siga su camino.
Coro 1: Está bien. Como integrantes de este corifeo, vamos
a compadecernos y a recrear un tribunal. Por favor, venga
acá, y sea puntual.
Coro 2: Hablad ante esta corte.
Cenicienta: No escapo ni nadie me persigue.
Coro 1 : Para mí que “la acusada”
se escapó de otro relato.
Coro 2 : Ni sabrá que estamos en un
teatro.
Prometeo : Nadie la acusa de nada. Parece
algo desorientada.
Robot : Pedidle pasaporte o que
vuelva a su corte.
Prometeo: No voy a pedirle nada, está tan asustada.
Cenicienta: Ya le diré que nadie me persigue, mas diría
que es usted el que me sigue.
Prometeo: ¿Se ha perdido, entonces? ¿Por qué está en
este lugar? ¿Qué edad tiene?
Cenicienta : ¿Por qué tantas preguntas?
¿Acaso usted también es príncipe?
Prometeo: ¿Yo, un príncipe? Antes prefiero ser
un cíclope o un titán. Pero soy el famoso
Prometeo, nada menos.
Cenicienta : Prometeo, nunca escuché su
nombre. Entonces sí, me he perdido. Permiso, me retiro.
Prometeo: ¿Nunca escuchó hablar de mí?
Cenicienta: Jamás.
Prometeo: ¿Ni un poquito así? (Hace el gesto con los
Cenicienta: Ni un poquito asá.
Coro 1 : ¡Nunca leyó mitología griega!
Cenicienta: ¿Mitología griega? No.
Prometeo: Claro, usted es una princesa.
Cenicienta: Solo mitología celta. Si no soy bienvenida,
indíqueme la salida.
Prometeo: ¿Cómo va a irse? Si usted está acá, ya es parte
de esta historia.
Robot trata de persuadir a Prometeo.
Robot: Pero estorba.
Coro 2: Tal vez es un personaje minúsculo, sin músculo,
quiero decir, sin fuerza dramática, con una sola escena,
tendrá que decir “la mesa está servida”. Repita.
Cenicienta : La mesa está servida.
Coro 1: Qué ángel que tiene. Ya está, mutis por el foro.
Prometeo lo detiene.
— 110 — — 111 —
Prometeo: Digo, es parte del presente y el teatro es el arte
del presente, ¿no es así?
Coro 1: Decidle eso a la gente que está presente, justamente
esperando ver alguito de teatro, ese era el trato… alguito.
Coro 2: Nosotros, como integrantes de este corifeo,
tenemos que medir la reacción ideal del público. (Va hacia
Prometeo, la gente está reaccionando, se está
disgustando.
Coro 1: Tiene razón, esto ya es una falta de respeto…
Prometeo.
Coro 2: El aquí y ahora se está dilatando.
Cenicienta: Le agradezco, pero parece que aquí no
pertenezco.
Robot: Te dije que es extranjera, déjala, es una princesa
pasajera. Salude de mi parte al rey. .Prometeo: No tiene adónde ir.
Coro 2: Que vaya al camarín y que espere ahí.
Coro 1: Adiós.
Coro 2: Mujer, adiós.
Prometeo : La incluiremos.
Coro 1: ¿Cómo? Si te escuchara tu abuelo lo que acabas de
pronunciar. No estás solo, Prometeo, no puedes decidir
por la mayoría, eso sería una oligarquía. Y hasta dónde
yo sé, esto es una cooperativa.
Coro 2: ¡Eres mujer! Maldición de Pandora.
Coro 1: Otrora, otrora.
Coro 2: Piensa con el cerebro, mas no con el corazón.
Detrás de esto hay un autor, un productor.
Coro 1: No, un productor no.
Coro 2: Un director, un interlocutor, legisladores,
asambleístas… ¿Sigo con las listas?
Prometeo: Entendí tu intención a pesar de tu dicción,
pero ¿es que no comprendes? Ahora ella está aquí entre
nosotros y no tiene adónde ir. ¿Lo comprenden?
Robot: Pero esto es un texto tea-tral, tea-tral, y no hay
más lugar, somos nosotros o ella, no hay más personajes,
no puede actuar cualquiera, no hay vacantes en esta
historia, Prometeo.
Prometeo: ¿Qué pasa con la función de sensibilidad?,
¿también empezó a fallar?
Coro 1: Nos va a sacar el texto de la boca.
Coro 2: Podría modificar el subtexto.
Robot: A veces lo que parece no es lo que acontece.
Prometeo: Recuerda lo que dice el maestro: el texto es un
pretexto.
Coro 1 y Coro 2 : Respeta la estructura, Prometeo. Tus dioses te observan,
Prometeo.
Prometeo: Además, hace rato que el coro no tiene la parte
central de la obra, quédate tranquilo que Esquilo los redujo.
Coro 1 y Coro 2: ¡Qué brujo! Muy bien, pero te advertí,
va a modificar el tema de esta obra, si todavía se puede
llamar a esto obra.
Prometeo: ¿Y si no modifica el tema? ¿Podría hacer algún
personaje?
Coro 2: Pero mira su ropaje.
Robot: Claro que va a modificar el mensaje. Qué atentado,
ya nadie respeta nada, ni la semiótica ni la robótica. “Dale
que va, que allá en el horno se van a encontrar…”
Prometeo: ¿Mensaje?
Coro 1: Ya sabes… la moraleja.
Prometeo: ¿¡Moraleja!? Moraleja. ¿Cuántas veces te dije
que esa palabra no es de mi agrado? El teatro es sagrado
por tener varios significados.
Robot: No te alteres demasiado. Se me había olvidado.
Prometeo: Yo no soy mensajero de nadie.
Robot : Tengo que eliminar ese término de
mi manual, ahora no lo paramos más.
Prometeo: Pero ¿qué me pides?
Coro 2: Yo no, ¡Eurípides!
— 112 — — 113 —— 112 — — 113 —
Prometeo: Menos de un autor. Soy Prometeo, el niño que
robó el juego a los dioses para dárselos a los humanos.
Cenicienta : Entonces ¡eres un ladrón!
Prometeo: ¡No! No se precipite, deje que le explique.
Cenicienta se aparta asustada.
Coro 1: No malgastes tus argumentos ante la doncella, las
princesas no piensan por ellas.
Robot: Tienen un protocolo que repiten como loro. Oro,
oro, oro, oro.
Cenicienta tropieza al intentar huir.
Prometeo: ¿Se ha lastimado? Pero…
Coro 2: Lleva puesto un solo zapato.
Prometeo: ¿Dónde está el otro calzado?
Robot: ¿Y el otro zapato?
Cenicienta: Lo he perdido.
Robot : Un zapato perdido, dijo, yo no olvido, lo
tengo en el archivo “Cenicienta”, es ella.
Prometeo: Te buscaremos calzado apropiado para que
estés cómoda.
Robot: ¡Cenicienta! Es un cuento, ella pertenece a un
cuento. Lo sabía, impostora.
Coro 1 y Coro 2: ¿A un cuento?
Prometeo: ¿Un cuento? ¿Es eso cierto?
Cenicienta asiente con la cabeza.
Prometeo: Es parte de la literatura universal.
Robot: Y está a punto de casarse.
Cenicienta: No me quiero casar ni vivir con mis
hermanastras, quiero vivir en un lugar donde no me
— 114 — — 115 —
obliguen a limpiar, donde no me encierren sin dejarme
respirar. Quiero ir a la escuela, tengo edad para ir a la
escuela.
Coro 2: Pero en esta obra ya están los personajes asignados.
Coro 1: Viene a sacarnos nuestro lugar. Sal de aquí, chivita,
chivita, sal de aquí, de nuestro lugar.
Robot: Caso resuelto. Que regrese a su formato, esto es un
teatro. Mira todo el tiempo que habíamos perdido por algo
que no tiene sentido.
Prometeo: No es tiempo perdido si estamos acordando lo
aún no convenido. ¿Qué tiene de malo que su origen sea el
de un cuento?
Robot: Otro género, otro sindicato.
Coro 1: Exacto.
Cenicienta: Esto es violencia de género.
Prometeo: ¿Qué importa si es un texto teatral o un cuento?
Coro 2: Es que es diferente.
Robot: No seas desobediente, Prometeo, aún no concluimos
el primer acto.
Prometeo: No me apuren, que no tiene sentido avanzar si el
corazón no va detrás. Avanzar se avanza cuando se crece, y
esto decrece.
Robot: Ah, ¿es cuestión del corazón?
Prometeo: Somos artistas, ¿cuándo no?
Coro 1: Prometeo, es… un robot.
Prometeo: Perdón. El principio quedará pendiente.
Coro 1: ¿Ah sí? ¿Y qué le digo a la gente? ¿"Prometeo está
demente"?
Prometeo: Dile más bien que soy valiente y un niño con
principios, ¿por qué no puedo modificarlo?, si soy yo el que
mueve mis labios.
Robot: Detrás está Eurípides, no te precipites.
Prometeo: Le daremos un vestuario apropiado, zapatos
cómodos y algunas consignas, circunstancias dadas. Hagan
lo que les digo.
Coro 1 y Coro 2 obedecen y se llevan a Cenicienta a un costado para darle otro calzado. Ella se saca la corona y se ata el pelo, hace una pequeña modificación en su vestuario y obtiene otra apariencia.
Robot : ¿No te estarás enamorando?
Prometeo : ¿Yo? ¿Prometeo? ¿Yo? Cenicienta no
es la clase de muchacha que me llama la atención, no tengo
nada que ver con un príncipe, a mí me gustan las muchachas
más combativas, que piensan por sí mismas, independientes,
que buscan aventuras, cómo te explico que…
Cenicienta: Ya estoy lista, ¿qué tengo que hacer?
Prometeo la observa anonadado al ver el cambio en su apariencia. Cenicienta ahora tiene una túnica y lleva puestos borceguíes. Tiene una expresión más alegre.
Robot: Está tal cual la describiste, ¿no preferís que la
eche? Lo digo por ti. Créeme que será lo mejor, no es
bueno mezclar el trabajo con el amor.
Prometeo: ¿Amor? Me mantengo firme en mi posición.
Tenemos que comenzar. Tú puedes
ayudar sin cambiar mi identidad, digo, la identidad del
relato. Este es el trato.
Cenicienta: Trato hecho. ¿Y ellos quiénes
son? Están muy acá los lectores.
Robot: ¿Lectores? ¿Al público te referís?
Coro 1: ¡Nunca hizo teatro!
Coro 2: ¿Nunca hizo teatro?
Coro 1: Querías incluirla, la incluimos
, muy bien, pero esto lo va a saber el
autor, porque esto, a partir de hoy, es una adaptación,
¿oíste bien? una adaptación. Y para eso hay que pedir
autorización, realizar un trabajo dramatúrgico. Pero el
señor hace lo que se le da la gana.
— 116 — — 117 —
Coro 2: No hay caso, esto será un fracaso. Te estoy
hablando con un sentido estético, por mí que se quede,
pero no es bello.
Prometeo: ¡Cuánto optimismo! ¡Qué algarabía!
Robot: Si estamos en pampa y la vía.
Prometeo: Muy bien, estamos en condiciones de seguir,
estamos todos. A posición.
Coro 1 y Coro 2 retoman las acciones del comienzo. Cenicienta se ubica, sin saber muy bien qué hacer.
Prometeo: En un futuro muy muy… cercano, había un
amo.
Robot va a hablar y Cenicienta se adelanta.
Cenicienta: ¡Ay mi mano!
Robot está a punto de protestar, pero, por una indicación que le da Prometeo, no lo hace.
Prometeo: La raza humana no jugaba.
Cenicienta : ¿No jugaba? ¿Y eso
por qué?
Coro 2: Acata sin cuestionar. El texto es la autoridad.
Robot: No jugaban ni cantaban ni bailaban ni saltaban.
Coro 1: Estoy confundido, ¿ese texto no era mío?
Prometeo: Los únicos que lo hacían eran los de arriba.
Cenicienta: ¿Los de arriba?
Robot : ¿Los pájaros?
Coro 1: Los pájaros.
Coro 2: ¿Los alpinistas?
Robot: ¿Los alpinistas?
Coro 1: Los alpinistas.
Cenicienta: ¿Los helicópteros?
Coro 1: ¿Los helicópteros?
Coro 1: No, en un futuro muy muy cercano…
Coro 2: Los helicópteros ya no existían. Ah, qué alegría.
Seguí.
Prometeo: ¿Están viendo lo que mis ojos ven?
Robot: ¡Prometeo! Esa parte del texto ya pasó.
Prometeo: Me refiero al señor.
Aparecen en escena Carlos y su hijo, a quien solo él ve. Intentan subir cartones, latas y un bolso al escenario.
Coro 1: Otra vez no. Quédate callado, Prometeo. Mutis
por el foro. Déjame a mí el parlamento, yo le explico el
reglamento. Espere, señor, no se puede hacer lo que usted
está haciendo.
Carlos: Buenas tardes. ¿Subir escaleras ahora está prohibido?
Coro 2: Yo le explico: no puede subir al escenario
porque nosotros estamos arriba. Quédese en lo llano. ¿Usted
no habla castellano? .
Robot: Yo le explico: porque este es un ámbito privado.
Carlos: ¿Privado de qué?
Coro 1 : Yo le explico: lo que
intenta decir el señor Gaona es que el escenario es el
límite, hasta ahí no lo debe trasgredir. No haga eso,
respete la cuarta pared, usted está infringiendo la ley,
cometiendo una ilegalidad. ¿Comprende? Ilegality.
Carlos: ¿Pared? ¿Dónde? Yo no veo ninguna.
Coro 2: ¿Comprende el vocablo, el término que empleo?
Carlos: No tengo empleo.
Coro 2: Se terminó.
Coro 1: Usted no entiende. Lo que estamos explicándole es
la esencia del teatro, del hecho teatral propiamente dicho.
Coro 2: A la italiana, por supuesto.
Coro 1: “Of corsé”, efectivamente.
Carlos: Ah, ustedes son italianos.
— 118 — — 119 —
Coro 2: ¿Nosotros?
Coro 1: Nosotros somos el coro griego, mucho gusto.
Carlos: Ah, ustedes son griegos.
Coro 2: No, no somos griegos ni italianos, somos argentinos.
Carlos: Sí, de Neuquén.
Coro 1: Ah, mire qué bien. ¿Eso queda en Paraguay,
Bolivia, Uruguay?
Carlos: No, yo también soy argentino, Neuquén queda en
el sur de nuestro país. De Uruguay era mi abuelo, de un
pueblo en Paysandú.
Coro 1: Mira tú.
Prometeo : Como Gabino Ezeiza.
Coro 1: ¿Y a ese quién lo juna?
Coro 2: ¡Ay juna!
Carlos: Gabino Ezeiza, gran payador. ¿Han oído hablar de él?
Prometeo: Sí, mi abuelo me lo nombraba.
Robot: De todas maneras, esto un teatro cerrado.
Carlos: Gran improvisador, hacía magia con sus palabras.
¿Y ellos quiénes son? Buenas tardes.
Prometeo: Público.
Carlos: ¿No me dijo que era privado hace un rato?
Coro 1: Depende desde qué perspectiva lo mire.
Cambian de lugar.
Coro 2: Privado público. Público privado. Público-privado-
privado-privado-público.
Cenicienta: Yo también lo acabo de descubrir. Estamos en
un teatro, este es el escenario, hay niños, público, no son
lectores. Esto es un escenario.
Carlos: Ah, macanudo. Ahí hay lugar, ¿o
quieres ir con los nenes?
Coro 2: ¿Con quién habla?
Carlos: Con mi hijo. Saluda, Pechito.
Hijo: Hola.
— 118 — — 119 —
Coro 2: ¿Nosotros?
Coro 1: Nosotros somos el coro griego, mucho gusto.
Carlos: Ah, ustedes son griegos.
Coro 2: No, no somos griegos ni italianos, somos argentinos.
Carlos: Sí, de Neuquén.
Coro 1: Ah, mire qué bien. ¿Eso queda en Paraguay,
Bolivia, Uruguay?
Carlos: No, yo también soy argentino, Neuquén queda en
el sur de nuestro país. De Uruguay era mi abuelo, de un
pueblo en Paysandú.
Coro 1: Mira tú.
Prometeo : Como Gabino Ezeiza.
Coro 1: ¿Y a ese quién lo juna?
Coro 2: ¡Ay juna!
Carlos: Gabino Ezeiza, gran payador. ¿Han oído hablar de él?
Prometeo: Sí, mi abuelo me lo nombraba.
Robot: De todas maneras, esto un teatro cerrado.
Carlos: Gran improvisador, hacía magia con sus palabras.
¿Y ellos quiénes son? Buenas tardes.
Prometeo: Público.
Carlos: ¿No me dijo que era privado hace un rato?
Coro 1: Depende desde qué perspectiva lo mire.
Cambian de lugar.
Coro 2: Privado público. Público privado. Público-privado-
privado-privado-público.
Cenicienta: Yo también lo acabo de descubrir. Estamos en
un teatro, este es el escenario, hay niños, público, no son
lectores. Esto es un escenario.
Carlos: Ah, macanudo. Ahí hay lugar, ¿o
quieres ir con los nenes?
Coro 2: ¿Con quién habla?
Carlos: Con mi hijo. Saluda, Pechito.
Hijo: Hola.
— 120 — — 121 —
— 122 — — 123 —
Coro 2 : ¿Ustedes ven a alguien
junto a él?
Coro 1: Yo no veo a nadie más.
Robot: Ni a su sombra. Sigámosle la corriente.
Coro 1: Cuidado que hay niños.
Coro 1, Coro 2 y Robot: Hola.
Carlos: ¿Sucede algo malo?
Todos los personajes que están sobre el escenario dan un paso hacia atrás por el temor que les provocó.
Robot: Lo que nos faltaba, cartón lleno, de repente
otro demente. Síganle la corriente mientras llamo a un
teniente.
Prometeo detiene a Robot y Carlos va a subir al escenario.
Coro 1: No, usted no entiende.
Carlos: Ah, entonces explíqueme mejor, pero en un rato
nos queremos acostar, venimos de lejos, días difíciles,
perdí mi trabajo, luego, nuestro hogar. Quedamos en la
pobreza total.
Coro 1: No diga malas palabras, hay niños presentes.
Carlos: ¿Qué mala palabra dije?
Coro 2: Pobreza.
Carlos: ¿Pobreza?
Coro 2: No la repita, por favor. Prometeo, libéranos de
este. Le dije que este lugar está ocupado.
Carlos: ¿Por qué me habla de esa forma? Yo no veo a
nadie en ese rincón.
Coro 1: Le dije a la derecha.
Carlos: La derecha está ocupada.
Coro 1: Esa es la izquierda.
Carlos: Estoy confundido.
Coro 2: Se toma como referencia al director.
Coro 1: Tiene que darse vuelta y tomar como referencia a
quien dirige. Teatro, tomo uno.
Carlos: Sigo sin ver a nadie.
Robot: Ahora no, pero dentro de muchos años, en un
futuro muy muy cercano, miles de años, sí.
Carlos: Fenómeno, dentro de muchos muchos años no
vamos a estar, y no le quiero arruinar el festín, pero usted
tampoco va a estar, así que déjeme pasar.
Robot: No, pero dentro de muchos años, o sea, dentro de
pocos minutos… No hay caso, usted no tiene conciencia
poética.
Carlos : Cuidado, hijo, no te alejes de mí.
Coro 2: Le habla al hijo como si estuviera acá.
Prometeo: No parece ser ofensivo, además, conoce a
Gabino. Yo le explico.
Carlos: Su nombre ¿cuál es?
Prometeo: Prometeo.
Coro 1: ¿No oyó hablar de él?
Cenicienta: ¿No leyó mitología griega?
Coro 2: Evidentemente, el señor es ignorante.
Carlos: Buenas tardes, he leído, por supuesto, dado que
yo soy maestro.
Coro 2: Maestro, y eso ¿qué es?
Coro 1: Bruto, los que recogen los cartones.
Carlos: Pero recuerdo a un Prometeo mayor, con
facciones más angulosas.
Prometeo: Mi abuelo, ¿lo conoció?
Carlos: El que robó el fuego, el astuto Prometeo. Yo lo
ayudé a repartirlo entre los humanos. Fuimos amigos,
nos conocimos en el barrio, gracias a él me hice maestro.
Maestro es alguien que enseña en las escuelas. Al
no haber más escuelas, nuestra profesión dejó de ser
necesaria.
— 124 — — 125 —
Coro 1: Una historia interesante la que nos cuenta, pero
no estamos acá para hablar de eso. Eurípides, ¿le suena?
Yo le explico: hay un tiempo real y un tiempo de la
historia que es ficcional, elemental.
Coro 2: Es decir que en el reloj podrán pasar millones de
horas, pero en el tiempo de la historia, de la ficción, son
apenas unos momentos. El teatro es aquí y ahora.
Carlos: Pero aquí y ahora este espacio está vacío, y mi
hijo tiene frío.
Robot: No se da por vencido.
Carlos: Soy maestro, le dije. He aprendido a luchar. Años
y años resistiendo.
Prometeo: Y después ¿qué pasó?
Carlos: Los libros pasaron a ser virtuales y nosotros
también y acá estoy, con mi realidad, en un teatro.
Coro 2: Continúo explicándole: “aquí y ahora” ya lo
entendió, pero después vamos a contar algo que ya pasó,
en el futuro.
Coro 1: No, en el pasado.
Carlos: Mientras ustedes discuten sobre el pasado y el
futuro, nosotros nos tiramos acá, en el presente, después
me avisan, dentro de miles de años. Me voy a dormir una
siesta de un siglo, me despiertan en cinco minutos.
Robot: Prometeo, haz algo, está donde va Zeus, sácalo,
sácalo.
Prometeo: Pero dice que va a dormir, después lo
despertamos, o nos corremos más para acá.
Coro 1: Pero Zeus es un dios…
Carlos: Por mí no se preocupe, no me molesta su Dios.
Coro 2 Pero usted sí le molesta a nuestro a Dios, entérese,
fíjese qué incordio. Ah, lo odio. Lo odio.
Coro 1: Yo no lo quiero ofender, pero sucede que esto es
un te-a-tro y lo voy a defender.
Carlos: Hace muy bien, como cuando yo defendí la
escuela. Pero ¿ustedes saben cuál es el objetivo de la
lucha? ¿Saben qué están defendiendo?
Coro 2: Un texto de Esquilo.
Prometeo: Tranquilo.
Cenicienta : Que duerma, nosotros
nos corremos para este lado, sacamos luz de este sector.
Coro 1: Qué rápido que dice “nosotros”, y con una liviandad…
Coro 2: Estamos luchando por representar una obra teatral
para niños y usted está impidiendo este acontecimiento.
Robot: Sigamos, porque si no acá van a hacer otro
estacionamiento.
Carlos: Qué interesante. Trabajar para niños, tienen
que ser muy responsables, y el texto ¿es de calidad? Por
eso deben clamar. Los niños necesitan más que nadie
aprender el valor de las palabras.
Coro 2: Estamos hablando de Eurípides.
Carlos: Ah, Eurípides, ¡sí! ¿Pero no es un autor de la
Antigüedad? ¿No ha avanzado el teatro para niños desde
entonces? ¡Oh! ¡Mefistófeles!
Coro 1: Usted no tiene dimensión, no tiene la menor
conciencia social.
Robot: Teatral.
Carlos: Yo…
Coro 1: Así estamos, nadie sabe nada, pero todos quieren
estar en el centro de la escena. Usted está impidiendo que
un hecho artístico continúe.
Carlos: Hable más bajo, que mi hijo se está quedando
dormido.
Coro 2: Yo voy a defender el derecho a actuar, ¿podemos
continuar? ¿Tengo que retocar mi maquillaje?
Carlos: Y yo, el derecho que tiene mi hijo a soñar.
Cenicienta: Haz algo, Prometeo, esto se pone muy feo.
Prometeo: Pero él, ellos están acá y no tiene otro lugar.
También los incluiremos.
Robot: ¿Los qué? ¿Qué dijiste?
Carlos: Por nosotros no se moleste en incluirnos.
Robot: Por fin, le agradezco, unas palabras sensatas ha
dicho este sujeto.
— 126 — — 127 —
Carlos: Con que no nos excluyan es suficiente.
Robot: ¡Otra vez! Pero va a cambiar el tema, la fábula, el
relato, olvídate de la mortadela.
Coro 2: Moraleja.
Robot: La moraleja, porque a esta altura ya está, no
vamos a discutir, pero un poco de dignidad, Prometeo,
que la gente vea algo digno, una obra de teatro y no un…
pobre. Y no tengo nada contra ellos, pero acá se está
hablando de otra cosa.
Coro 1: Nosotros, como integrantes del corifeo, tenemos
que hacer un seguimiento de la reacción ideal del público.
Coro 2: Y esto es impúdico.
Robot: No nos dejan expresarnos.
Coro 2: Primero, una mujer, ahora, un pordiosero, ya no
recuerdo de qué se trata esta obra.
Robot: Así no se puede crear. Somos artistas, no magos.
Prometeo: Pero él está acá, ya es parte nuestra.
Robot: ¿Del elenco, decís? Qué disparate. Por favor. Por
Dios.
Coro 2 : Y nosotros también estamos acá
y no haces más que excluirnos.
Coro 1: Hay niños.
Coro 2: Hay niños.
Coro 1: Prometeo, qué feo, qué feo.
Prometeo: Porque hay niños estoy pensando, estoy
pensando en ellos.
Coro 1: En otros tiempos ¿sabes qué?
Robot : Te aprovechas porque no vino
el director. Otrora otrora te cortaban el pescuezo si te
apartabas del parlamento. Ya no hay capocómicos ni
buenos comediantes.
Coro 2: Eso era antes.
Prometeo: ¿Podemos avanzar?
Robot: Haz lo que quieras, pero cuando terminemos
vamos a hablar, quiero reunión de personal.
Prometeo: Dale atuendo digno para su personaje.
Coro 1: ¿Darle a él también ropaje?
Robot: Obedece.
Prometeo: Cenicienta, estate atenta. Después del
monólogo que vamos a saltear viene la parte en donde
Prometeo, en el texto original, cuenta que robó el juego a
los dioses para dárselos a los humanos para que pudieran
reír, bailar, cantar y jugar.
Coro 1: ¿Qué hora es? ¡Oh! ¿Por qué no
te quedas tú afuera? A modo de síntesis, vayamos a la
escena de tu condena.
¿Qué les parece?
Prometeo: ¿Ya?
Cenicienta: ¿Condena?
Coro 1: La pena.
Coro 2 : Qué pena.
Cenicienta: ¿Por qué te van a condenar?
Coro 1: Pero no en la realidad, estamos en un teatro,
recuerda, recuerda. Aléjate, Prometeo.
Prometeo: Pero aún no hemos representado cuando robo
el juego sagrado.
Robot: No vamos a quedarnos hasta la medianoche,
afuera me espera un coche.
Prometeo: Me parece bien. Entonces, para decirle al
público: ya pasó la escena del robo, Zeus está furioso, me
atraparon y me encadenaron.
Cenicienta: ¡No!
Cenicienta abraza a Prometeo impidiéndole moverse. Coro 1 y Coro 2 preparan las cadenas para atarlo.
Coro 1: Prometeo robó el juego a los dioses, eso está mal,
es un ladrón.
Carlos: Antes de juzgar hay que averiguar qué pasó,
quiero decir, conocer su historia. A veces uno roba por
— 128 — — 129 —
necesidad. El juego no tiene dueño, es de todos por igual,
si alguien le pone precio, a ese deben castigar.
Coro 2: Nadie le preguntó su opinión. Vayamos a la
escena con Zeus así lo sacamos de aquí.
Coro 1: Lo actuará Cenicienta. Después de esto querrá
volver a ser una princesa.
Cenicienta: ¿Yo? Pero yo no sé actuar, tiemblo como una
hoja en una tormenta, mi voz es de aguja, no es falta de
lealtad.
Prometeo: Sería una buena oportunidad.
Cenicienta: ¿Qué tengo que hacer?
Coro 2 : Empezar a correr.
Cenicienta: ¿Y qué le van a hacer?
Carlos: A su abuelo lo encadenaron en el monte Cáucaso,
eran otros tiempos, en aquel entonces un águila picoteaba
su hígado una y otra vez y le volvía a crecer, eternamente.
Cenicienta: Cómo me gustaría que venga mi hada madrina
y transforme todo esto con su varita mágica y su hechizo
inmediato, pero no tengo calabaza y estoy lejos de casa.
Coro 1 y Coro 2 : Cenicienta está sola con su
pena, llora a su amigo en la condena.
Robot : Pero ahora no hemos tenido noticias
de dónde está, preso quizás.
Cenicienta: ¿Preso? ¡Pero si es un niño! ¿Qué mente tan
espantosa podría tomar tal decisión? ¿Acaso seguimos en
la Inquisición?
Robot: ¿De qué edad estamos hablando? ¿Lo has leído en
los diarios?
Coro 2: Cierto que eres una princesa.
Cenicienta: No lo soy. ¿Y dónde está esa cárcel?
Robot: Antes debes enfrentarte al Dios de los dioses.
Carlos: ¿Cuál dios?
Robot: Zeus. ¿Quién otro va a ser?
Carlos: Para mí, Dios es el trabajo, el pan es Dios, el agua,
el sol es Dios.
Coro 1: Aquí el actor abandona la escena para cambiar de
personaje.
Robot: Tu hada madrina no vendrá en toda la eternidad.
Coro 2: Qué infortunio.
Coro 1 se disfraza de Zeus.
Coro 1-Zeus: ¿Quién eres tú, pequeña, la de las medias a
rayas? A ver si me dejan espacio, esto es un
escenario, me arruinan el decorado. Llamen al 103 y que lo
retiren de la vía pública. Para darle mejores cuidados, por
supuesto. ¿Quién eres tú, pequeña, la de las medias a rayas?
Cenicienta : Aún no puedo responderle con
exactitud.
Coro 1-Zeus: Es de mala educación.
Cenicienta : No, es que estoy averiguando
mi identidad. Mientras tanto actúo, porque unos amigos
míos me lo han solicitado, aunque no sé si es de mi agrado.
Fui llamada Cenicienta, nadie puede llamarse Cenicienta,
no es un verdadero nombre, simplemente lo sé.
Coro 1-Zeus : Puedes correrte de mi camino,
si no quieres sufrir el destino de Ío.
Cenicienta: No sé quién es Ío ni qué le ha sucedido.
Coro 1-Zeus: La he convertido en vaca por desobedecer un
pedido mío.
Cenicienta: Usted es un dictador, no puede usar sus
poderes para convertir a las personas en quienes no son
muuuu.
Coro 1-Zeus: ¿Estás cuestionando mi autoridad?
Cenicienta: Parece que sí, señor, muuuu.
Coro 1-Zeus: Regresa a tu lugar antes de que traspases el
límite de mi bondad.
Cenicienta : ¿Bondad? Muuuu, usted no
sabe lo que es eso , quiero, le exijo, que
libere a Prometeo.
— 130 — — 131 —
Coro 1-Zeus : Eres simplemente una mortal, ni
siquiera eres titán. ¿Cómo te atreves a dirigirte a mí de
esos modos?
Cenicienta, con miedo, mira a Carlos, quien le sonríe dándole confianza.
Cenicienta: Lo repito, señor, las veces que haga falta,
estoy buscando a Prometeo. ¿Dónde está? ¿Qué hizo con
él? ¿Dónde lo tiene?
Coro 1-Zeus: ¿Prometeo?
Cenicienta: Un niño con una mancha de nacimiento en su
mejilla izquierda.
Coro 1-Zeus: Ah, ya recuerdo… Prometeo. No está en
ningún lado, creo. No está, ha desaparecido, se esfumó en
el aire como un vampiro.
Cenicienta: Ni por hechizos ni por embrujos, las personas
no desaparecen porque sí. Le ordeno que me diga dónde
está Prometeo.
Coro 1-Zeus: Y si no ¿qué?
Cenicienta : Se lo rogaré señor, muuuu.
Coro 1-Zeus: Qué rápido perdiste tu dignidad.
Cenicienta: Mi dignidad es el cariño por ese niño, no cambié
mi opinión sobre usted, solo intento hablar su idioma.
Coro 1-Zeus: Ah, ya recuerdo, ese Prometeo se burló de mi
autoridad, cuestionó el orden celestial.
Cenicienta: Y usted, el estatal, muuuu.
Coro 1-Zeus: Eso se debe pagar, se adueñó de algo nuestro,
es un ladrón, tiene su merecido.
Cenicienta: ¿Su merecido? ¿De qué puede ser culpable un
niño? No me importa ser Ío por defender a un amigo mío.
Coro 1-Zeus: Otrora otrora, donde está la directora, no me
gusta en el tono que usted asoma.
Cenicienta: ¿Adónde va? Cobarde, no se lleve con usted la
respuesta, necesito saber dónde está él, Zeus.
Coro 1 se aleja y deja de ser Zeus.
Robot: No volverá. Un dios no regresa sobre sus pasos.
Cenicienta: Pero no me dijo dónde está.
Coro 1 : El actor gira sobre sí mismo para
cambiar nuevamente de personaje. Pobre Prometeo,
morirá en cautiverio.
Coro 2: Anda, encuéntralo, no regreses hasta entonces.
Cenicienta comienza a dar pasos.
Coro 1: Déjalo que lo devore el águila.
Coro 2: Debemos ayudarlo porque somos personajes
solidarios.
Coro 1: Prometeo robó, es un delincuente, tiene que ir
preso, es mal ejemplo para la sociedad, no lo podemos
permitir, se tiene que redimir.
Cenicienta: Él lo hizo por nosotros, arriesgó su vida con
valor y así le devolvemos su favor. Tú conociste el sonido
de la risa, fuiste Artemisa. Tú, un gladiador. En cinco
minutos fueron gigantes, hormigas, lluvia y sol. ¿De qué
lo acusan? ¿Qué pasa con ustedes?
Coro 1: Tenemos miedo.
Coro 2: Tenemos terror.
Robot: Tenemos un jabón.
Cenicienta : ¡Dioses miserables! Somos capaces
de tanta imaginación y venimos a soñarlos a ustedes. ¿No
se dan cuenta? Es justo al revés, nosotros los inventamos
a ellos y ¿para qué? ¿Para que nos humillen?
Robot: Yo no tengo tu valor.
Cenicienta: ¿Qué valor tiene la vida si se vive en la
traición? Y digo ¿qué valor tiene si no se puede jugar?
¿Qué valor tiene la vida sin risas?
Carlos: ¿A qué escuela fuiste?
Cenicienta: Jamás fui a la escuela, mi sueño es ir a una.
Carlos: Yo estoy contigo y mi hijo también.
— 132 — — 133 —
Coro 1: Y yo.
Coro 2: Y yo.
Robot: Y yo.
Carlos: Tengo miedo, es cierto, pero más me asusta que mi
hijo no vuelva a reír. Cuando mi hijo jugaba, reía, todavía
lo recuerdo, ese sonido será el motor para llegar a él.
Cenicienta : Tú, que eres humano, dame tu mano.
Coro 1: Mejor dejemos así las cosas, Zeus se enojará más, solo lograremos hacerle compañía a Prometeo. Ve con tu
Príncipe, en unos años te casarás y tendrás hijos, vivirás
en un palacio.
Cenicienta: ¿Hijos? ¿Para que vivan como robots? “Nots,
nots itisent”.
Robot la mira. Hay una transición y luego, por primera vez, se humaniza.
Cenicienta: Quien escribe esta historia que se asome
desde bambalinas, a pesar de esta neblina.
Coro 2 : Como dice la dama, sigamos nosotros
con la trama.
Cenicienta asiente y continúa con la representación. Coro 2 se dirige a ella como si fuera una anciana.
Cenicienta: Entonces pasó, creo que era una mujer que, al
verme llorar, se conmovió conmigo.
Coro 2-Anciana: Niña, niña, escucha con atención.
Cenicienta: ¿Quién me habla? ¿Mi hada madrina?
Coro 2-Anciana: Aquí, no levantes tu vista, mejor será si
no me ves. El muchacho que tú buscas está en el monte
Cáucaso, atado a cadenas de manos y pies.
Cenicienta: ¿Él está bien?
Coro 2-Anciana: Está resistiendo. Canta por las mañanas y
te ha nombrado en un dulce murmullo a pesar del barullo,
pude escucharlo. Tiene una mancha de nacimiento en su
— 132 — — 133 —
Coro 1: Y yo.
Coro 2: Y yo.
Robot: Y yo.
Carlos: Tengo miedo, es cierto, pero más me asusta que mi
hijo no vuelva a reír. Cuando mi hijo jugaba, reía, todavía
lo recuerdo, ese sonido será el motor para llegar a él.
Cenicienta : Tú, que eres humano, dame tu mano.
Coro 1: Mejor dejemos así las cosas, Zeus se enojará más,
solo lograremos hacerle compañía a Prometeo. Ve con tu
Príncipe, en unos años te casarás y tendrás hijos, vivirás
en un palacio.
Cenicienta: ¿Hijos? ¿Para que vivan como robots? “Nots,
nots itisent”.
Robot la mira. Hay una transición y luego, por primera vez, se humaniza.
Cenicienta: Quien escribe esta historia que se asome
desde bambalinas, a pesar de esta neblina.
Coro 2 : Como dice la dama, sigamos nosotros
con la trama.
Cenicienta asiente y continúa con la representación.Coro 2 se dirige a ella como si fuera una anciana.
Cenicienta: Entonces pasó, creo que era una mujer que, al
verme llorar, se conmovió conmigo.
Coro 2-Anciana: Niña, niña, escucha con atención.
Cenicienta: ¿Quién me habla? ¿Mi hada madrina?
Coro 2-Anciana: Aquí, no levantes tu vista, mejor será si
no me ves. El muchacho que tú buscas está en el monte
Cáucaso, atado a cadenas de manos y pies.
Cenicienta: ¿Él está bien?
Coro 2-Anciana: Está resistiendo. Canta por las mañanas y
te ha nombrado en un dulce murmullo a pesar del barullo,
pude escucharlo. Tiene una mancha de nacimiento en su
— 134 — — 135 —
mejilla izquierda, por eso reconocí que era él de quien
hablabas antes. Sigue por este camino, no levantes la mirada.
Cenicienta : Y entonces comprendí que ella
fue como un hada, y caminé toda la noche, y día y noche
otra vez, en estos pequeños metros que también son
proscenio, hasta llegar al monte Cáucaso, mitad ilusión
mitad retablo… Y allí estaba como en un altar, Prometeo,
sin papá y sin mamá.
Los demás personajes acomodan la escena, giran la roca donde está Prometeo.
Cenicienta: Acá estoy, ¿tienes mucho dolor?
Prometeo: No, apenas un cosquilleo, como pinches. ¡Ah!
Cenicienta, me pisaste.
Cenicienta: Dime pronto qué tengo que hacer.
Prometeo: Quita de mi mano tu pie. Tienen que armarse.
Cenicienta: Prometeo, no, acabo de hablar con ellos y
logré convencerlos de la importancia de la paz (Prometeo,
¿Te volviste loco?, a las armas las carga el
diablo, y darles palos o flechas me parece inapropiado.
Prometeo: Detén tus labios y escucha, que es la premisa
para toda primeriza. Escucha, detrás de la colina hay
una bolsa, reparte lo que está dentro. Yo, desde aquí,
comandaré a través de tu voz, solo escucha tu corazón.
Es un recurso estético, algo poético, pero da resultado en
el espectador. Tienes en tu bolsillo un tenedor, por eso
sentías pinchazos, sácalo, sácalo, por favor.
Cenicienta: Pero soy apenas una princesa, recién salgo de
un cuento, nunca hice teatro.
Prometeo: Hay que ser muy valiente para escaparse de
un cuento. Además, escuché desde aquí tu monólogo, fue
una buena interpretación.
Cenicienta: ¿Sí? Cuando terminemos la función, me
anotaré en un taller. ¿Crees que tengo talento?
— 134 — — 135 —
mejilla izquierda, por eso reconocí que era él de quien
hablabas antes. Sigue por este camino, no levantes la mirada.
Cenicienta : Y entonces comprendí que ella
fue como un hada, y caminé toda la noche, y día y noche
otra vez, en estos pequeños metros que también son
proscenio, hasta llegar al monte Cáucaso, mitad ilusión
mitad retablo… Y allí estaba como en un altar, Prometeo,
sin papá y sin mamá.
Los demás personajes acomodan la escena, giran la roca donde está Prometeo.
Cenicienta: Acá estoy, ¿tienes mucho dolor?
Prometeo: No, apenas un cosquilleo, como pinches. ¡Ah!
Cenicienta, me pisaste.
Cenicienta: Dime pronto qué tengo que hacer.
Prometeo: Quita de mi mano tu pie. Tienen que armarse.
Cenicienta: Prometeo, no, acabo de hablar con ellos y
logré convencerlos de la importancia de la paz (Prometeo,
¿Te volviste loco?, a las armas las carga el
diablo, y darles palos o flechas me parece inapropiado.
Prometeo: Detén tus labios y escucha, que es la premisa
para toda primeriza. Escucha, detrás de la colina hay
una bolsa, reparte lo que está dentro. Yo, desde aquí,
comandaré a través de tu voz, solo escucha tu corazón.
Es un recurso estético, algo poético, pero da resultado en
el espectador. Tienes en tu bolsillo un tenedor, por eso
sentías pinchazos, sácalo, sácalo, por favor.
Cenicienta: Pero soy apenas una princesa, recién salgo de
un cuento, nunca hice teatro.
Prometeo: Hay que ser muy valiente para escaparse de
un cuento. Además, escuché desde aquí tu monólogo, fue
una buena interpretación.
Cenicienta: ¿Sí? Cuando terminemos la función, me
anotaré en un taller. ¿Crees que tengo talento?
— 136 — — 137 —
Prometeo: Cuídate de tu vanidad, es de todos el mayor
mal. Para alguien que recién comienza actuación, no
es aconsejable desobedecer al autor. Hay que ser muy
valiente, y tú lo eres. Sin embargo…
Cenicienta: Pero no soy lo que parezco, siento miedo y
contradicción, pensé en volver a mi antigua edición.
Prometeo: Yo sé que aquí no hay hadas madrinas, acá el
único milagro es la realidad. Sé que no tengo superpoderes.
Cenicienta: Prometeo ¿cómo es posible que te hayan
condenado si aún no robaste el juego sagrado? Digo esto
haciendo rápidamente un análisis del texto, como me
enseñó el maestro.
Prometeo: Buscan otro pretexto, quiero decir, los dioses
te condenan antes del hecho. Tienes que apurarte, y
recuerda: tu astucia es tu arte.
Cenicienta: ¡Sí, mi comandante!
Prometeo: Aprendes muy rápido.
Prometeo : Bajá la luz en el escenario, un par
mil en la gama del rojo. Cenicienta se acerca al resto. Ilumina
a la platea para que se sienta involucrada en la condena.
Prometeo vuelve a la situación con todos.
Cenicienta: Eso dijo Prometeo.
Coro 1: Entonces ¿qué hacemos?
Carlos: Hagamos lo que él dijo, ese es nuestro punto fijo.
Prometeo: Todos a posición.
Cenicienta reparte algo, el espectador aún no ve de qué se trata. Todos quedan en silencio.
Prometeo: Todos a sus posiciones.
Prometeo : Preparados, apunten (todos inclinan
y ¡lean!
Prometeo: ¡Apunten y…!
Carlos: Lean.
— 136 — — 137 —
Prometeo: Cuídate de tu vanidad, es de todos el mayor
mal. Para alguien que recién comienza actuación, no
es aconsejable desobedecer al autor. Hay que ser muy
valiente, y tú lo eres. Sin embargo…
Cenicienta: Pero no soy lo que parezco, siento miedo y
contradicción, pensé en volver a mi antigua edición.
Prometeo: Yo sé que aquí no hay hadas madrinas, acá el
único milagro es la realidad. Sé que no tengo superpoderes.
Cenicienta: Prometeo ¿cómo es posible que te hayan
condenado si aún no robaste el juego sagrado? Digo esto
haciendo rápidamente un análisis del texto, como me
enseñó el maestro.
Prometeo: Buscan otro pretexto, quiero decir, los dioses
te condenan antes del hecho. Tienes que apurarte, y
recuerda: tu astucia es tu arte.
Cenicienta: ¡Sí, mi comandante!
Prometeo: Aprendes muy rápido.
Prometeo : Bajá la luz en el escenario, un par
mil en la gama del rojo. Cenicienta se acerca al resto. Ilumina
a la platea para que se sienta involucrada en la condena.
Prometeo vuelve a la situación con todos.
Cenicienta: Eso dijo Prometeo.
Coro 1: Entonces ¿qué hacemos?
Carlos: Hagamos lo que él dijo, ese es nuestro punto fijo.
Prometeo: Todos a posición.
Cenicienta reparte algo, el espectador aún no ve de quése trata. Todos quedan en silencio.
Prometeo: Todos a sus posiciones.
Prometeo : Preparados, apunten (todos inclinan
y ¡lean!
Prometeo: ¡Apunten y…!
Carlos: Lean.
— 138 — — 139 —
Como en una batalla, los personajes van al frente contra un contrincante imaginario. Se escuchan sonidos de helicópteros.
Cenicienta: ¿Qué pasa contigo?
Coro 2: Yo no quiero…
Cenicienta: Dijiste que querías ayudar.
Coro 1: Es que no sabe, no sabe, no sabe.
Cenicienta: ¿Y eso es motivo de burla? Tiene que aprender.
Carlos: Ve y enséñale a tu hermano.
Robot: Si no es mi hermano.
Cenicienta: Lo será cuando le hayas enseñado.
Carlos: ¡Zeus! Cuidado que aquí hay niños aprendiendo, y
parece que, además de golosos, ahora son muy peligrosos.
Todos están con un libro en sus manos leyendo. Carlos desencadena a Prometeo, quien se incorpora al juego colectivo. Sigue como en pleno “combate”.
Prometeo: Gracias por ayudarme a sacar los libros de
la biblioteca del Olimpo.¡La cara que habrá puesto Zeus
cuando escapábamos!
Carlos: Y la de Dionisio fue muy graciosa.
Prometeo: Mire, convirtió este escenario en un aula.
Carlos: Contigo, Prometeo.
Prometeo: Pero maestro, entonces ¿no soy un ladrón?
Carlos: No. Eres un niño, el juego es de ustedes, Prometeo,
pensé en tu abuelo. Ahora nos toca jugar a nosotros,
parda la mejor, hijo, no vamos a renunciar a ese derecho.
Levanta el mentón y saca el pecho. Y lee.
Prometeo: La función avanza. Continuemos.
Coro 1: ¿Continuamos con el ditirambo?
Coro 2: Es decir ¿al dios Dionisio hacemos su alabanza?
Prometeo: Esperá.
Robot: Le pedimos que enciendan sus corazones porque
la función va a comenzar. Preparen sus emociones y
— 138 — — 139 —
Como en una batalla, los personajes van al frente contra un contrincante imaginario. Se escuchan sonidos de helicópteros.
Cenicienta: ¿Qué pasa contigo?
Coro 2: Yo no quiero…
Cenicienta: Dijiste que querías ayudar.
Coro 1: Es que no sabe, no sabe, no sabe.
Cenicienta: ¿Y eso es motivo de burla? Tiene que aprender.
Carlos: Ve y enséñale a tu hermano.
Robot: Si no es mi hermano.
Cenicienta: Lo será cuando le hayas enseñado.
Carlos: ¡Zeus! Cuidado que aquí hay niños aprendiendo, y
parece que, además de golosos, ahora son muy peligrosos.
Todos están con un libro en sus manos leyendo. Carlos desencadena a Prometeo, quien se incorpora al juego colectivo. Sigue como en pleno “combate”.
Prometeo: Gracias por ayudarme a sacar los libros de
la biblioteca del Olimpo.¡La cara que habrá puesto Zeus
cuando escapábamos!
Carlos: Y la de Dionisio fue muy graciosa.
Prometeo: Mire, convirtió este escenario en un aula.
Carlos: Contigo, Prometeo.
Prometeo: Pero maestro, entonces ¿no soy un ladrón?
Carlos: No. Eres un niño, el juego es de ustedes, Prometeo,
pensé en tu abuelo. Ahora nos toca jugar a nosotros,
parda la mejor, hijo, no vamos a renunciar a ese derecho.
Levanta el mentón y saca el pecho. Y lee.
Prometeo: La función avanza. Continuemos.
Coro 1: ¿Continuamos con el ditirambo?
Coro 2: Es decir ¿al dios Dionisio hacemos su alabanza?
Prometeo: Esperá.
Robot: Le pedimos que enciendan sus corazones porque
la función va a comenzar. Preparen sus emociones y
— 140 — — 140 —
guarden en su alma estas imágenes con o sin flash. Está
prohibido no sentir, aquí y ahora es vivir.
Prometeo: En un futuro muy muy cercano, ya sin
amos, los niños el juego recuperaron. Así, volvieron a
saltar, a cantar y a danzar gracias a Prometeo, que con
su astucia les devolvió la imaginación a los humanos,
recuperando así su juego sagrado.
Niño : Papá, tengo hambre.
Coro 1: Entonces…
Coro 2: Me parece que los que no lo veíamos éramos
nosotros.
Coro 1 y Coro 2 le dan un pedazo de pan.
Carlos: Con tamaña revuelta se despertó.
Prometeo: A modo de final, improvise algo como lo
hacía Gabino, para espantar al enemigo. Hable con el
corazón, maestro, que así el futuro es nuestro.
Carlos :Quiero que jueguescon tu propia poesía,que te diviertascon tu canción.Quiero que aprendasde tus maestrosque son expertosde vocación.
Con libro en manoy con la palabracomo estandarte, la educación.Siempre en tu idiomacomo bandera.¡Escudo en alto de tu nación!Quiero que aprendasa rienda suelta
— 142 — — 143 —
a remontaralta tu libertad,a cielo abiertocual barrileteque eleva al cielotu identidad.
Somos artistaspara jugar.Equilibristasde la verdad.Pero algo es ciertovamos sabiendocómo es el juego.Que Prometeo te quiso dar:conocimientosobre tu patriay losque hicieron grandea tu nación.
Que batallaronen este suelopara cuidar muy bientu educación.
Coro 1: ¿Y ahora sí viene el ditirambo?
Prometeo: No me vengan con el ditirambo, es tiempo del
malambo.
Coro 2: Dionisio, “permisio”.
Todos comienzan a bailar un malambo. En el baile se sacan parte del vestuario descubriendo debajo vestimenta típica de distintas regiones de nuestro país.
Baja el telón.
Fin
— 144 — — 145 —
PARA SABER MÁS
Las personas que formamos las sociedades vivimos cotidianamente situaciones de lo más diversas: interactuamos, realizamos acciones comunes, nos ayudamos, trabajamos, viajamos, vamos dándole forma a nuestras vidas, a nuestros proyectos.
Y mientras vamos y venimos, interactuamos en la escuela, en nuestros lugares de trabajo o de esparcimiento o en la calle mientras caminamos o viajamos, o sea, las personas nos encontramos con otras personas. El otro siempre se nos parece en alguna medida. Y el otro siempre es diferente también.
El arte es una posibilidad inmensa que tenemos las personas de mostrarnos con nuestros parecidos y nuestras diferencias. Es también una posibilidad de compartir lo que somos y lo que deseamos ser. Es una manera de aprender y de crear.
En el arte escénico, la representación teatral permite poner sobre el escenario las inquietudes, los temores, las dudas, los conflictos, las alegrías, los sueños y los anhelos que todos los seres humanos tenemos, grandes y chicos, de aquí o de allí. No importa el lugar, ni la edad, ni la condición social o económica de cada uno, todos los seres humanos deseamos, soñamos, nos alegramos, lloramos. A todos nos emociona el arte, a cada uno a su manera y según sus costumbres, su historia, su lengua, su música…
PROMETEO Y CENICIENTA, UNA HISTORIA REVUELTA
"El reconocimiento y la aceptación de las diferencias"
Cuando vamos al teatro vemos representadas, sobre el escenario, las mismas experiencias que nosotros ya tuvimos, que deseamos tener o que no quisiéramos nunca vivir. El teatro es un gran lugar de representación: los autores imaginan las historias y las escriben, los directores las piensan en escena, los actores juegan sus papeles, los espectadores se ríen, se enojan, se emocionan, se identifican, se aburren. Todo es posible gracias a la magia del teatro. Tan posible como que Prometeo y Cenicienta se reúnan en escena.
Prometeo viene de tiempos y lugares lejanos, de la Antigua Grecia, del Monte Olimpo. Él compartió la grandeza de los griegos y fue pensado entre los seres mitológicos. Viene a nuestro escenario desde un mundo de pensadores y artistas, de dioses inquietos. Nació con los relatos mitológicos, relatos tan antiguos como el pueblo mismo que los creó.
Él es dueño de la escena, es un protagonista. Tiene un autor que lo pensó y un texto que decir. Tiene compañeros de escena: un niño robot y un coro. Él sabe qué es lo que debe hacer y decir porque ocupa un lugar que le pertenece.
Cenicienta viene desde lejos. Ella nació en otros relatos. Es protagonista de antiguos cuentos maravillosos de origen popular también. No tiene la grandeza de los héroes griegos, pero tiene la popularidad de las niñas que se convirtieron en portadoras de la cultura de muchos pueblos europeos y americanos.
Prometeo y Cenicienta parecen tan diferentes: ella está “agregada” en ese escenario, es una extranjera, no conoce el texto, no conoce a sus compañeros de escena, su vestimenta no es la adecuada. Prometeo ve la diferencia, pero también ve a la persona. Ve su interior y la recibe, la acepta, le da la posibilidad de jugar su papel.
Carlos, el maestro, y el niño invisible también vienen de afuera. Ellos traen sus historias a cuestas, sus luchas, sus ideas.
— 146 — — 147 —
Prometeo y Cenicienta pueden aprender a quererse; el niño Robot puede aprender a mostrar su sensibilidad; el coro puede aprender a modificar sus planes, sus estructuras; Carlos puede tener un lugar para su voz, para sus ideas y su lucha y el niño ya no necesita ser invisible porque ha encontrado un lugar que lo mira y lo respeta.
Nosotros también. A través del arte, de las actividades comunes, del respeto por el otro podemos crear espacios nuevos para todos.
No es imposible, solo hay que creer que Prometo y Cenicienta pueden compartir una historia y un escenario. ¡Es cuestión de creer en la magia del teatro!
El escenario de “Prometeo y Cenicienta” les permite a todos estos personajes mirarse los unos a los otros, conocer y respetar sus diferencias, construir una historia juntos.
Ser extranjero significa ser “de otro lugar”, de un lugar diferente al “aquí” donde llega una persona. Todos tenemos un lugar de origen y todos podemos ir a otra parte. Muchas veces, las cuestiones políticas, sociales y económicas de los sociedades de donde procedemos y nuestras decisiones personales nos impulsan a movernos, a dejar nuestro lugar de origen y a viajar y conocer otros nuevos. Debemos familiarizarnos con nuevas lenguas, con nuevas costumbres, con nuevos sabores, con nuevos paisajes. Entonces nos convertimos en extranjeros. Y muchas otras veces recibimos en nuestros propios lugares a un extranjero.
Las personas nos empeñamos en hablar de límites y de naciones, y no es que esos límites no existan, ni es que no existan las naciones. Claro que existen: somos argentinos, bolivianos, ecuatorianos, ingleses, paraguayos, sudafricanos, etc. Hablamos lenguas distintas, comemos nuestros platos típicos, escuchamos nuestras músicas, tenemos nuestras patrias, nuestras religiones, nuestras luchas. Somos diferentes.
Pero tenemos, también, los mismos temores, los mismos sueños, las mismas posibilidades de crear y la misma vida como el tesoro más grande que compartimos adultos, ancianos y pequeños. Todos tenemos la posibilidad de imaginar, de crear, de escribir, de dibujar, de esculpir, de cantar, de crear música, de inventar mundos posibles donde todos convivamos respetándonos y cuidándonos.
Así, si somos capaces de vivir con el otro, de respetarlo, de darle un lugar en nuestro espacio, en nuestro escenario, tal como lo hace Prometeo en esta obra, entonces podremos crear juntos una historia que nos permita crecer y aprender.
— 148 — — 149 —
PRESENTACIONES
Antes de leer la obra completa, presten atención a la primera parte: la presentación de los personajes y del espacio donde van a aparecer. Resuelvan las siguientes consignas:
1 Los nombres de los personajes son: Prometeo, Cenicienta, Robot, Coro 1, Coro 2, Carlos, Niño, y junto a cada nombre hay escrita una breve descripción. Les presentamos algunas de las palabras que describen a los personajes en un conjunto de características. Únanlas a los nombres que les corresponden y luego armen una oración que presente a cada personaje.
Prometeo y Cenicienta,una historia con revueltaACTIVIDADES
2. ¿Cómo es el espacio en el que van a actuar?, ¿por qué les parece que es así?
3. Relean el título de la obra: ¿de qué tratará una obra de teatro que tenga como protagonistas a Prometeo y a Cenicenta? ¿Qué saben acerca de estos nombres? ¿De qué relatos provienen? Compartan entre ustedes sus conocimientos sobre estos nombres y anoten la información que pudieron reunir entre todos.
UNA LECTURA PARTICULAR
4. Lean ahora todos juntos la obra teatral “Prometeo y Cenicienta” de Florencia Aroldi de manera completa y resuelvan las siguientes consignas. Presten especial atención a las indicaciones y comentarios.
Para leer una obra de teatro tienen que recordar que en este tipo de textos dialogan distintos personajes y que apa-recen acotaciones (también llamadas didascalias), que son indicaciones del escritor o de la escritora.
> Imaginen cómo serán las voces de Prometeo y Cenicien-ta: graves, agudas, chillonas, suaves, melodiosas, estriden-tes; voces asombradas, alegres, asustadas.
> Elijan fragmentos de los diálogos que les hayan gustado especialmente y léanlos en voz alta. Tengan en cuenta las acotaciones y vayan dándoles a las palabras el tono que imaginaron.
> Divídanse los personajes y traten de leer todos. Si pue-den, busquen un espacio donde ubicarse y ensayen los ges-tos, las miradas, los movimientos que harán los personajes.
Prometeo
Cenicienta
Coro 1
Coro 2
Carlos
Niño
tiradores y pantalones rojos
— 150 — — 151 —
- ¿Qué cambios va viviendo el personaje a lo largo de esta obra? Enumérenlos en una lista de oraciones breves.
c) Prometeo es un famoso personaje mitológico. Leamos juntos el inicio de la definición que de su nombre nos da el Diccionario de mitología griega y romana:1
- ¿Cuál fue el engaño de Prometeo a Zeus?- ¿Por qué Prometeo engañó al dios más importante del Olimpo?- ¿En qué consistió el castigo que le impuso Zeus?- ¿Cómo se resolvió esta situación?
Para responder a estas preguntas, busquen información en Internet, en diccionarios mitológicos, en manuales de literatura.
d) Ahora que han investigado acerca de Prometeo, sabrán que este personaje es asociado a las artes: poseer el fuego es propio del artista; en sentido metafórico, el fuego es el saber, el arte, la posibilidad de la creación y de la imaginación. Los artistas pueden transformar la vida de las personas: hacerla más bella, más digna, más esperanzada. Les damos los nombres de nueve artistas latinoamericanos que nos han dejado, y siguen dejando, legados fundamentales para vivir mejor individualmente y en sociedad.
1 Grimal, Pierre (2008). Diccionario de mitología griega y romana. Buenos Aires: Paidós.
Con telas, cartulinas y papeles de colores busquen repre-sentar las ropas que visten los personajes. Pueden, para ayudarse a representar su vestimenta, recurrir a imágenes de estos personajes que encuentren en libros o en Internet.
PROMETEO Y CENICIENTA: SOY DE AQUÍ Y SOY DE ALLÁ
5. Luego de lo trabajado en la primera parte de esta guía y de la lectura completa de la obra, vayamos ahora a los dos personajes principales. Queda claro que ambos pertenecen a relatos diferentes y se encuentran en una obra teatral, en un escenario. Consideren esta cuestión y resuelvan las siguientes consignas.
a) Cenicienta aparece en medio de una escena que no le pertenece. Ella no es un personaje de esa obra. ¿De dónde viene?, ¿cuál es el relato en el que ella es una auténtica protagonista? Marquen con una cruz la respuesta correcta:
Cenicienta es la heroína de una famosa novela de intrigas familiares.
Cenicienta es el personaje principal de una antigua y muy conocida tragedia griega.
Cenicienta es la jovencita protagonista de un famoso cuento popular maravilloso.
Busquen en el texto y transcriban en sus cuadernos dos ejemplos que justifiquen su elección.
b) Cenicienta pertenece a otro lugar, es una extranjera en la historia que estamos leyendo y conociendo. - ¿Cómo se siente ella siendo extranjera? - ¿Cómo la tratan los otros personajes? ¿Todos tienen la misma actitud? Describan las distintas reacciones de los personajes para con Cenicienta.
— 152 — — 153 —
- ¿A qué rama de la expresión artística se dedicó o se dedica cada uno de ellos?- ¿Cuál fue y es su aporte a la sociedad de su tiempo?- Organicen una muestra para el patio de la escuela con imágenes y carteles que den a conocer a estas figuras.- Pregunten a sus mayores, familiares, amigos, docentes de la escuela: ¿qué artistas de su época han sido fundamentales para pensar la historia, la política, las ideas? ¿Conocen nombres como Rodolfo Walsh, Paco Urondo, Mercedes Sosa, Víctor Jara o Víctor Heredia?
6. Prometeo y Cenicienta provienen de “lugares” distintos, cada uno con su particular identidad están reunidos en este nuevo escenario. ¿Qué significa para ustedes tener una identidad? ¿Qué significa pertenecer a una patria? ¿Qué es una patria?
- Busquen en el diccionario las definiciones de los términos “identidad” y “patria”. Transcríbanlos.
7. Los seres humanos ocupamos distintos espacios en el mundo: llanuras inmensas, montañas, islas, selvas. Nuestras sociedades perduran en el tiempo. Nos vamos diferenciando según las edades, las costumbres, el sexo. Hablamos lenguas diferentes, cantamos distintas canciones, vestimos ropas que nos identifican con nuestra edad y nuestra cultura. Reunidos en grupos de cuatro o cinco integrantes, observen con atención las siguientes imágenes:
Oswaldo Wasayamín Atahualpa Yupanqui (Ecuador) (Argentina)
Juana Manso Haroldo Conti (Argentina) (Argentina)
Agnès Frank Diego Aramburo (Bolivia) (Bolivia)
Augusto Roa Bastos Elena Caffarena (Paraguay) (Chile)
Chabuca Granda (Perú)
— 154 — — 155 —
9. Realicen un listado para cada uno de los siguientes títulos.
Lo que tienen en común Lo que los diferencia
10. ¿Qué idea acerca de las similitudes y las diferencias entre las personas transmite esta canción?
Recuerden que pueden buscar la canción en Internet y escucharla entre todos. Aquí les copiamos un link: https://youtu.be/lib3RICi6rw
- Piensen y escriban un nombre para cada una de las fotos.- ¿Cuáles son los criterios que siguieron para nombrarlos? ¿Los rasgos físicos?, ¿las ropas?, ¿los lugares donde están las personas?- Luego de conversar en cada grupo, comparen sus conclusiones con todo el curso.
8. Lean la letra de una conocida canción del cantante y compositor catalán Joan Manuel Serrat:
— 156 — — 157 —
Coro 1 : Te confundiste. Lo que tienen
que silenciar son sus celulares, no sus corazones.
Coro 2: Ahora sí, les pedimos atentamente que chequeen que
sus celulares estén apagados, no silenciados, apagados, porque
aunque estén prendidos, pero en silencio, pueden ocasionar ciertas
interferencias con ciertos integrantes de este elenco.
Prometeo: ¿Ahora podemos comenzar? ¿Salgo y vuelvo a entrar?
Coro 1: Aguardá un momento y comenzá tu parlamento.
15. Busquen ustedes tres ejemplos más para cada una de las siguientes funciones.
16. Hay tres personajes más en la obra: el Robot, Carlos, el cartonero que fue maestro, y el niño invisible. Uno de los personajes del coro, reflexionando acerca del Robot, afirma:
Coro 2: Ya me lo dijo mi tía, esto pasa por darle tanto lugar a la
tecnología.
¿Qué opinan ustedes acerca de esta afirmación? ¿Qué uso hacemos hoy en día de los aparatos tecnológicos?Para ayudar a pensar estas cuestiones, les proponemos que hagan un listado de los aparatos tecnológicos que usan ustedes cada día desde que se levantan hasta que se van a dormir. ¿Podrían reemplazarlos por otros objetos? ¿Cuáles son sus beneficios y sus perjuicios?
17. El cartonero que antes fue maestro se llama Carlos. La elección del nombre no es casual. - ¿Conocen a este maestro argentino?- El epígrafe de la foto muestra su nombre: Carlos
Fuentealba. Busquen información acerca de la lucha de este maestro y de su trágico final en el mes de abril del
11. A partir de lo conversado, escriban un texto en el que reflexionen acerca de las distintas personas y culturas que ocupan el mundo. Elijan uno de los siguientes inicios:
diversos. Al respecto, nosotros pensamos que…
casa hay gente alta o baja…
12. Discutan entre todos: ¿qué significa ser parte de una sociedad, de una nación?, ¿qué significa formar parte del promedio de la gente?, ¿y diferenciarse?Anoten las conclusiones en sus cuadernos o carpetas.
MÁS PERSONAJES
13. Y sigamos conociendo a los personajes y aprendiendo: los dos personajes que se llaman Coro 1 y Coro 2 son formas actuales de un personaje muy antiguo: el Coro griego, un personaje colectivo, es decir, formado por un número plural de participantes. Busquen información para completar el siguiente cuadro y la frase al pie.
Tragedia griega "Prometeo y Cenicienta"
Cantidad de integrantes del Coro
-
14. Lean atentamente las siguientes intervenciones de los personajes que interpretan al Coro en A través de ellas, queda claro que a la manera del antiguo Coro griego, estos personajes van organizando el hilo de la historia, interpelan a los personajes, los cuestionan y hasta discuten a veces con ellos:
— 158 — — 159 —
año 2007, en la provincia de Neuquén.- ¿Qué significa el dolor por la pérdida de un maestro que
lucha por nosotros?
- ¿Cómo asocian ustedes la trágica muerte de este maestro con el personaje de Carlos en la obra y con el título mismo: “Prometeo y Cenicienta, una historia con revuelta”?
18. El niño es invisible casi hasta el final de la obra: - ¿Cómo interpretan ustedes este hecho? ¿Qué significa
estar y no ser visto?
19. Comenten reunidos de a dos: ¿qué les provocó la lectura de esta obra? ¿Fue risa, miedo, enojo? ¿Otros sentimientos? Expliquen por qué sintieron risa o miedo o cualquier otra impresión luego de la lectura.
20. Para finalizar, recordemos y reflexionemos algunas cuestiones acerca del teatro.
El texto teatral está pensado para que los personajes dia-loguen y vayan representando un conflicto que más o menos rápidamente va a tener que resolverse en el epí-logo de la obra.
Las obras de teatro presentan dos textos: el dramático y el espectacular.
El texto dramático está escrito como un diálogo directo, con las acotaciones que se refieren a los tonos de voz, a los movimientos, a la escenografía, al sonido, a la ilumi-nación y a otros elementos que forman parte de la obra.
Cuando los actores hablan, cuando dialogan, cada uno de ellos pronuncia una parte del texto que le toca. Esa parte se denomina “parlamento”.
El texto espectacular es la "puesta en escena", que in-cluye la música, la utilería, el vestuario, la escenografía y hasta la interpretación de los actores; es decir, todos los elementos que permiten que una obra pueda ser repre-sentada en un escenario.
Algunos de los elementos que constituyen una pieza tea-tral son:
21. A lo largo de toda la obra, los personajes reflexionan acerca de la historia que representan y del teatro, del texto y de la representación. Relean el texto y subrayen esas partes. Luego, lean solamente los fragmentos subrayados y completen los puntos suspensivos que quedaron en el recuadro anterior. Escriban por lo menos un párrafo más.