le pensamiento latinoamericano a cominezos del siglo xx - la reivindicacion de la identidad

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Le Pensamiento Latinoamericano a Cominezos Del Siglo XX - La Reivindicacion de La Identidad

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  • CUYO, Anuario de Filosofa Argentina y Americana, N 14, Ao 1997, ISSN N 0590-4595, p. 11-75

    El pensamiento latinoamericano a comienzosdel siglo XX: La reivindicacin de la identidad*

    Eduardo Devs Valds

    l. Introduccin

    1. La alternancia modernizacin-identidad en el pensamientolatinoamericano. El pensamiento latinoamericano desde comienzos del siglo XIX ha

    oscilado entre la bsqueda de modernizacin o el reforzamiento dela identidad. Ha sido de igual modo permanente el intento porequilibrar ambas dimensiones. Esta es la tesis que quiero probar,referida a un momento especfico: los primeros 15 o 20 aos del siglo XX. En ese momento desciende la onda modernizadora ascomo asciende la perspectiva identitaria.

    Por ciclos y espirales, diversos grupos de pensadoreslatinoamericanos (sea por modas, generaciones, escuelas), han idoacentuando lo modernizador o lo identitario. En cada perodo histricose ha atribuido una especificidad a cada uno de estos dos elementos.Qu quiere decir esto? Que lo modernizador ha cambiado en cada poca, moldeado de acuerdo a cuestiones especficas que provienen de aquellos pases que parecen ir a la vanguardia del progreso, teniendo

    * Este trabajo mereci el Premio SOLAR otorgado el 8 de mayo de 1997, en la sede del Rectoradode la UNCuyo.

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    como smbolo alguna tecnologa, usando un lenguaje determinado, etc. Algo parecido ocurre con la identidad.

    Haciendo un esquema, puede graficarse esta alternancia entremodernizacin e identidad de la siguiente forma:

    1845 1865 1885 1910 1950 1965 1980

    Identidario

    I I Perodo estudiado

    En sucesivas oleadas la modernizacin y la identidad se alternanclaramente desde mediados del siglo XIX y, aunque ms borrosamente,incluso desde antes. Lo modernizador ha sido acentuado hacia 1850,1890, 1940, 1985; lo identitario, por su parte, hacia 1865, 1910, 1965.

    Antes de 1850, la generacin de los civilizadores, con Domingo F.Sarmiento a la cabeza, marca la primera formulacin fuerte y coherentedel proyecto modernizador, en el que se matricularon Victorino Lastarria,Francisco de Paula Gonzlez Vigil , Justo Arosemena y Juan B. Alberdi,entre otros. Luego, durante los aos '60, en el marco de los ataqueseuropeos a Amrica latina, se desarrolla un planteamiento americanistade reivindicacin identitaria, liderado por las obras del chileno FranciscoBilbao; a esta tendencia se hacen sensibles incluso quienes habanrechazado lo americano como brbaro as como quienes van areivindicar las formas autctonas (Jos Hernndez). Sucedi a estaonda una nueva acentuacin de lo modernizador que se identific con elpositivismo de los aos 80 y 90: los "cientficos mexicanos", lageneracin del 80 en Argentina y aquella de la post Guerra del Pacficoen Per; autores como Valentn Letelier, Eugenio Mara de Hostos, entreotros y, en Brasil, el grupo que promovi la repblica y el abolicionismo.

    A comienzos del siglo XX aparece una nueva onda identitaria quecristaliza en la obra de Jos E. Rod, sin menoscabo de obviosantecedentes. El arielismo, una posicin de reivindicacin culturalista delo propio, tiene expresiones importantes, adems de Uruguay, en Per,en Mxico, en Colombia, en Cuba y en Argentina. Florece por esa pocaun movimiento nacionalista que es convergente

    Modernizador

  • El pensamiento latinoamericano a comienzos del siglo XX 13

    con el arielismo en Chile, Argentina y Brasil. En Centroamrica se desarrolla el paganismo. Luego de la primera Guerra Mundial este afn identitario se hace ms social y se centra en el campesino y en el indio como verdadero depositario de lo propio: es la poca en que florece el indigenismo e incluso el afroamericanismo.

    Despus de la crisis mundial del 29 el nfasis en la defensa y autonoma de nuestras economas, marcar una nueva forma de identitarismo; a lo culturalista y lo social, sucede la reivindicacin de la identidad bajo un aspecto econmico.

    Desde fines de la dcada del 30 y sobre todo en los aos 40 y 50 se acenta nuevamente lo modernizador, en la lnea de la CEPAL, proponindose con fuerza el proyecto de industrializacin. Ral Prebisch, inspirando a toda una generacin de cientistas sociales e ingenieros, va a relanzar la necesidad de modernizar la produccin, las estructuras, la educacin. Junto a Prebisch se agrupan Anbal Pinto, Jorge Ahumada, Adolfo Dorfman.

    El cepalismo y el industrialismo se van debilitando o modificando en los aos 50, dando paso a una nueva onda identitaria. Esta tendencia alcanza un fuerte impulso luego de la Revolucin Cubana, con las ciencias sociales que utilizan el concepto "dependencia", uno de cuyos principales exponentes es Fernando H. Cardoso; tambin con la educacin liberadora de Paulo Freire, la teologa de la liberacin de Gustavo Gutirrez, la filosofa de la liberacin de la Escuela de Cuyo, junto con el latinoamericanismo de Leopoldo Zea.

    A mediados de los aos 70 va a levantarse la opcin neoliberal que cristaliza en los 80 con un proyecto modernizador a ultranza. Ejemplo de esto son las obras del chileno Fernando Monckeberg, de los peruanos Mario Vargas Llosa y Hernando de Soto y los escritos polticos de Octavio Paz.

    Estos diversos pensadores y escuelas que hemos reseado han acentuado la modernizacin o la identidad, an cuando los nfasis no han significado preeminencia absoluta. A pesar de que una de las alternativas sea hegemnica en un determinado momento, la otra no desaparece. Siempre quedan algunos en quienes pervive para luego reponerse y hacerse nuevamente dominante.

    Ms importante todava es que muchos de los pensadores que han acentuado una dimensin no por ello han negado radicalmente la otra. Ms an, en mltiples ocasiones han tratado de conciliar ambas y tambin ocurre que, en distintas etapas de su vida, han marcado con diferente nfasis sus opciones.

    Es decir, junto con afirmar que el pensamiento latinoamericano puede dividirse entre quienes han acentuado la identidad y quienes la modernizacin, pue-

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    de afirmarse a la vez y sin contradiccin, que el pensamiento latinoamericano es la historia de los intentos explcitos o implcitos porarmonizar modernizacin e identidad.

    2. Modernizacin e identidad: una caracterizacin. Definen al proyecto modernizador los siguientes nfasis: a) Afn de seguir el ejemplo de los pases ms desarrollados. b) Acentuacin de lo tecnolgico, de lo mecnico en desmedro de

    lo cultural, de lo artstico, de lo humanista. c) La conviccin de que son los pases ms desarrollados o sus

    habitantes quienes pueden en mejor forma promover la modernizacinde nuestros pases y por ello se propician formas de intervencionismo ode radicacin de ciudadanos de dichos pases para que importen conellos sus pautas culturales.

    d) Enfasis en ponerse al da. e) Enfasis en la apertura al mundo. f) Desprecio de lo popular, de lo indgena, de lo latino, de lo

    hispnico, de lo latinoamericano. g) Enfasis en la eficiencia, la productividad, en desmedro de la

    justicia y la igualdad. Caracterizan al proyecto identitario, por su parte, los nfasis

    siguientes: a) La reivindicacin y defensa de lo americano, de lo latino, de lo

    indgena,de lo propio. . b) La valoracin de lo cultural, lo artstico, lo humanista en

    desmedro de lo tecnolgico (sea por olvido o por desprecio). c) El no intervencionismo de los pases ms desarrollados en

    Amrica latina, la reivindicacin de la "independencia" y de la"liberacin".

    d) Acentuacin de la justicia, de la igualdad, de la libertad. e) La reivindicacin de una manera peculiar de ser, distinta a la

    de los pases ms desarrollados, en la cultura y en el tiempo propios. f) Enfasis en eI encuentro consigo mismo, con el pas, con el

    continente. Ahora bien, este criterio de las tensiones entre modernizacin e

    identidad es vlido para una gran parte del pensamientolatinoamericano producido en los

  • El pensamiento latinoamericano a comienzos del siglo XX 15

    siglos XIX Y XX, pero no para todo el pensamiento. Existen temas, autores y sobre todo perspectivas que no se enmarcan en estapolaridad.

    Es particularmente importante sealar que el criteriomodernizacin-identidad es vlido para agrupar a quienes realizanpropuestas para el continente. Quienes slo se ocupan de describir lo que ocurre no utilizan necesariamente estas categoras: puededescribirse la situacin econmica, geogrfica o cultural y para ello noes necesario - mientras no se expliciten problemas y se planteensoluciones - utilizar marcos conceptuales identitarios ni modernizadores. Algo parecido ocurre cuando se reflexiona en Amrica Latina sobretemas extracontinentales o universales; all los marcos conceptualestampoco aluden necesariamente a modernizacin-identidad. Es este el caso de diversos ensayos de Borges o Victoria acampo, es tambin elcaso de Recabarren cuando se refiere al socialismo, es el caso dediversos ensayos de Miguel Angel Asturias.

    3. Objeto y objetivos de la investigacin.

    Cuando decimos pensamiento latinoamericano, nos referimos a un conjunto de escritos donde tienen especial relevancia los ensayos sobre el propio continente latinoamericano o sobre alguna de sus dimensiones o regiones. Ahora bien, no se trata slo del ensayismo a la manera de Juan Bautista Alberdi, Alcides Arguedas u Octavio Paz. As como avanza el siglo van desarrollndose nuevas maneras o gneros literarios para expresar ideas. Aparecen las ciencias sociales, en especial la sociologa, que desde mediados de este siglo adquiere un importante relieve en las corrientes de la CEPAL y de la dependencia.

    Por cierto, los trabajos sobre educacin y cultura han sido tradicionalmente considerados como parte relevante de este pensamiento. Asimismo las corrientes de la llamada "filosofa latinoamericana", filosofa y teologa en un sentido ms estricto, han sido nuevas disciplinas que desde los aos 60 de este siglo han contribuido a configurar escuelas que son totalmente asimiladas a este corpus. Muy emparentada con el ensayismo, tambin se encuentra la obra historiogrfica que, tradicionalmente, ha sido un pretexto relevante para pensar la evolucin pasada y deseada para nuestros pases.

    Hay, no obstante, ciertos criterios de discriminacin dentro de lo que puede considerarse como pensamiento latinoamericano: la documentacin cientfica en sentido restringido de las ciencias formales, naturales e incluso sociales; la produccin estrictamente periodstica; las obras culturales no escritas (TV, cine, ra-

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    dio, etc.). Sin embargo, en esta demarcacin, no del todo clara, no haydogmatismos. Distintos estudiosos, ocasionalmente, recurren a estasfuentes y nadie duda de su valor. Hay, por lo tanto, slo una cuestinprofesional de afinidad o pragmtica y no una delimitacin metafsica.

    Teniendo en cuenta que existen diversas carencias en laslecturas del pensamiento latinoamericano que otras interpretaciones nohan resuelto como son:

    a) La inexistencia de una visin globalizante del pensamientolatinoamericano de comienzos de siglo capaz de comprender en un todolas diferentes tendencias y escuelas, por un lado, as como las diversasdisciplinas y gneros literarios (ensayo, filosofa, ciencias sociales), porotro.

    b) La inexistencia de una visin globalizante capaz de incorporar el pensamiento latinoamericano de comienzos de siglo en un todomayor, que lo ubique y le otorgue sentido.

    c) La inexistencia de una teora explicativa para la evolucinintrnseca del pensamiento latinoamericano, que sea capaz de captar su propia dinmica.

    En consecuencia, lo que intento es formular una teora quepermita "integrar" y "comprender" mejor dicho pensamiento y queresponda a las siguientes exigencias:

    a) Que sea clara y sinttica; b) Que lo periodice a partir de su propia dinmica, aunque no

    necesariamente desligada de las recepciones; c) Que sea capaz de comprender en un todo a una serie de

    escuelas, temas y autores aparentemente desconectados, mostrandosu significacin dentro del proceso global;

    d) Que articule diferentes mbitos geogrficos y disciplinarios. Teniendo en cuenta lo anterior, el objetivo central del trabajo es

    realizar una investigacin sobre el pensamiento latinoamericano de lasdos primeras dcadas del siglo XX, interpretndolo a partir de su movimiento intrnseco - no en relacin a escuelas, problemas y periodizaciones extra latinoamericanos - como es la oscilacin modernizacin-identidad y las posibles combinaciones de estoselementos.

    4. Tesis de la investigacin.

    El pensamiento latinoamericano durante las primeras dcadas del siglo XXcorresponde a un ciclo identitario.

  • El pensamiento latinoamericano a comienzos del siglo XX 17

    Segn los pases y las disciplinas o mbitos se ha dicho que en las primeras dcadas del siglo se produjeron movimientos de tipoantipositivista, latinista, indigenista, espiritualista, entre otros. Quieroprobar que, grosso modo, estos movimientos son expresiones diversas de un gran fenmeno que es la reivindicacin de la identidad continental; ciclo que sucede al anterior, de corte modernizador.

    El positivismo finisecular que inform el proyecto modernizadorhaba puesto nfasis (digo "nfasis" y no "absolutizado") en laracionalidad cientfica, haba exaltado la tecnologa, haba acentuado eldeterminismo, haba propuesto el modelo sajn, cultural y econmico, ensalzando a Inglaterra y los Estados Unidos, haba asimilado lohumano a lo natural en la idea del progreso.1

    Por el contrario, es importante mostrar cmo en cada uno de los movimientos que surgen a comienzos del presente siglo existe unpredominante sentido identitario. Incluso puede mostrarse cmo enaquellos donde ese perfil es menos evidente, aparecen dimensionesque implcitamente se articulan con la reivindicacin de la identidad.

    Diversos textos que se refieren a la historia del pensamientolatinoamericano nos han presentado las corrientes que se desarrollan acomienzos de siglo.2

    En relacin a la Argentina, Hugo Biagini se ha referido a un "reverdecer metafsico", un incremento de sentimientos religiosos y unmenosprecio del utilitarismo;3 respecto a Bolivia, Guillermo Francovich afirma que .las ideas del siglo XIX fueron suplantadas "por un audazplanteamiento de los problemas nacionales".4 en cuanto al Brasil, diversos autores afirman que a comienzos de siglo aparecen unconjunto de literatos que traslucen los problemas de la tierra y delhombre.5 Se refieren particularmente de reaccin espiritualista, alejamiento de Comte,6 intencin nacionalista,7 recuperacin de la tradicin brasilera y curiosidad por el pas;8 en Centroamrica, Constantino Lscaris Comneno ha destacado el "paganismo", quebusca la sntesis de lo universal y del terruo;9 en relacin a Colombia, se ha dicho que Carlos Arturo Torres tuvo una posicin nacionalista,cargada de idealismo y esperanza;10 sobre Chile se ha puesto en relieve la aparicin de un grupo nacionalista, 11 as como la ruptura de ciertos filsofos con el positivismo;12 refierindose al Ecuador, Arturo A. Roig sostiene que el idealismo inspirado en el arielismo rodoniano habatenido comienzos muy tempranos;13 en

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    cuanto a Mxico, se ha destacado que la nueva generacin intelectual reunida en el Ateneo revelaba inters en expresar lo propio,14 respecto al Paraguay tambin se ha destacado un revisionismo historiogrfico decarcter nacionalista;15 mirando las cosas especialmente desde el Uruguay, Jos Luis Abelln ha sealado que hacia 1900 se inicia unareaccin antipositivista que busca la expresin de lo especficohispanoamericano como primer acercamiento a la idea de Amrica concontenido propio.16

    El arielismo, el nacionalismo, el paganismo, el latinismo y el iberismo sin duda marcan un afn de reivindicacin de lo propio: tierra ycultura en oposicin a un sajonismo invasor. El positivismo abandona superspectiva ortodoxa y libresca para acercarse a la realidad sin por elloidentificarse con lo propio. El socialismo y el anarquismo, a pesar dereivindicar lo obrero en general, son todava incapaces de asumir unaconceptualizacin latinoamericana y de proponer modelos especficos (como ocurri en los aos 20) pero, eso s, han roto en diversos aspectos con el modelo modernizador de fines del XIX, particularmenteal poner el tema social en el centro de la discusin.

    11. El Ariel inicia el siglo XX.

    El siglo XX se inicia en el pensamiento latinoamericano con elAriel de Jos Enrique Rod, publicado el ltimo ao del siglo XIX. Estaobra es la manifestacin de un cambio, de un quiebre, en variossentidos: a nivel de las ideas establece una demarcacin tajante entrelo que retrata, lo que caricaturiza, como filosofa de fin de siglo y la quesostiene como alternativa. A nivel de las sensibilidades, Ariel es unmanifiesto antiutilitario que apunta a la cultura, a la razn y al senti-miento por sobre un "calibanismo" positivista y norteamericano queachatara a los seres humanos. A nivel etario, es claramente un llamadoa la juventud para transformarse en protagonista de una cruzada queenvuelve y supera el afn "positivista": porque la humanidad varenovando de generacin en generacin su activa esperanza y unaansiosa fe en un ideal,17 tocando al espritu juvenil la iniciativa audaz yla genialidad innovadora.18 A nivel del proyecto, y ello es lo que definecon mayor fuerza el texto, se trata de la formulacin de un modeloidentitario

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    de reivindicacin, defensa e incluso exaltacin de la manera propia deser, la latina, por valores, idiosincrasia, cultura e incluso etnia diversa ala defendida por la generacin finisecular que se defina por la"nordomana", identificacin con un modelo extrao. 19

    La posicin identitaria de Rod, consolidada desde muy temprano- sin menoscabo de acentuaciones -20 articula las diversas dimensiones de su ideario. Estas son: espiritualismo, la lucha contra el utilitarismo,sus reservas respecto a cierta forma de democracia y a la inmigracin,su crtica a la imitacin, su exaltacin de las humanidades y la latinidad.

    Quien sintetiza todo ello es Ariel: "razn y sentimiento superior.Ariel es el sublime instinto de perfectibilidad por cuya virtud se magnificay convierte en centro de las cosas, en la arcilla humana a la que vivevinculada su luz. Ariel es para la naturaleza, el excelso coronamiento de su obra, que hace terminarse el proceso de ascensin de las formasorganizadas, con la llamarada del espritu, Ariel triunfante significaidealidad y orden en la vida, noble inspiracin en el pensamiento, desinters en moral, buen gusto en arte, herosmo en la accin, delica-deza en las costumbres". 21

    Dichos valores corresponden prioritariamente a una posicinhumanista que se identifica con lo latino, con lo propio; son ms biencontrarios a lo sajn, especialmente en su versin estadounidense. En otras palabras, "la concepcin utilitaria, como idea del destino humano, yla igualdad en lo mediocre, como norma de la proporcin social,componen ntimamente relacionadas, la frmula de lo que ha solidollamarse, en Europa, el espritu de 'americanismo"',22

    La poderosa federacin (EEUU) va realizando entre nosotros unasuerte de conquista moral. La admiracin por su grandeza y por sufuerza es un sentimiento que avanza a grandes pasos en el espritu denuestros hombres dirigentes y, an ms, en el de las muchedumbres fascinables por la impresin de la victoria y de admirarla se pasa por unatransicin facilsima a imitarla,23 De este modo es que se ha instalado entre nosotros la "nordomana".24 Ante esto protesta Rod, que no ve "la gloria ni el propsito de desnaturalizar el carcter de los pueblos -su genio personal- para imponerles la identificacin con un modelo extrao,al que ellos sacrifiquen la originalidad irreemplazable de su espritu". 25

    Este mismo argumento, desde otro punto de vista, es el que cuestiona determinados aspectos de la inmigracin, esa "enormemultitud cosmopolita que se incorpora a un ncleo an dbil paraverificar un activo trabajo de asimilacin",26

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    En sntesis, Rod est cuestionando una serie de tpicos que caracterizaron al pensamiento ms difundido a fines del siglo XIX en Amrica latina: positivismo, utilitarismo, inmigracin, modelo sajn, imitacin de los pases ms desarrollados. El tono o estilo de su discurso es igualmente marcante en este sentido. Desde dicho punto de vista, no interesa tanto estudiar hasta qu punto Rod concibe de manera exacta el pensamiento finisecular (que sin duda exagera y caricaturiza), sino ms bien constatar un afn de cuestionamiento y superacin.

    Rod no es, sin embargo, un tradicionalista, tal como podran tender a interpretarse algunas de sus alusiones a lo espiritual o sus observaciones respecto a la democracia. Es necesario, en este sentido, distinguir entre una posicin identitaria de una tradicionalista, que sera su extremo conservador, renuente al cambio. Sostiene para diferenciarse que "los partidos conservadores se adhirieron a la tradicin y a la herencia espaola, tomndolas no como cimiento ni punto de partida, sino como fin y morada; con lo que confirmndolas en su estrechez las sustrajeron al progresivo impulso de la vida y cooperaron su descrdito". 27

    En Motivos de Proteo (1909), de manifiesto olor romntico (llega a citar a Herder), Rod plantea la necesidad del cambio como un ideal tanto para los individuos como para los pueblos, realizndose la renovacin constante sin la prdida del carcter intrnseco.28 Rod exalta la voluntad, particularmente la voluntad de un pueblo, as como su personalidad. Mantener esta personalidad, nos dice, es la epopeya ideal de los pueblos, a pesar que muchas veces sta se repliega por imitacin o artificio, ahogando la originalidad o el genio tradicional de cada pueblo. Ahora bien, por otra parte, "sin abdicar de esa unidad tradicional, sin romper las aras del numen que se llama genio de la raza, los pueblos que realmente viven", piensa Rod, "cambian de amor, de pensamiento, de tarea, varan el ritmo de aquel culto, luchan con su pasado, para apartarse de l". Este cambio no debe ser una traicin a la identidad, no debe ser "al modo del humo fugaz que se aparta de la tierra" sino "a la manera del rbol que se aparta de su raz". "Gran cosa, sentencia el uruguayo, es que esta transformacin subordinada a la unidad y persistencia de una norma interior se verifique al comps y ritmo del tiempo" .

    Algo ms tarde destaca que existen por lo menos dos tendencias que parecen destinadas a prevalecer en la orientacin de la nueva literatura hispanoamericana. Es la una la vigorosa reanimacin del abolengo histrico como medio de mantener el carcter consecuente de la personalidad colectiva. La otra consiste en la creciente manifestacin del sentido idealista de la vida, que es universal

  • El pensamiento latinoamericano a comienzos del siglo XX 21

    mente uno de los signos del espritu nuevo que ha sucedido al auge delpositivismo. Ambas notas, estima Rod, forman acorde con el superiordesignio de contribuir al alma latinoamericana.29 Esta nueva literatura encierto modo supera al positivismo y al modernismo que l mismo habaalabado, es en cierta forma su autocrtica. Sostiene que "el movimientomodernista americano, que en relacin al arte, fue oportuno y fecundoadoleci de pobreza de ideas". Ahora, por el contrario, "llegamos enAmrica a tiempos en que la actividad literaria ha de manifestar clara yenrgicamente conciencia de su funcin social",30

    El primer arielismo, ms espiritualista e individualista as comofuertemente culturalista, se hace ms social. Rod probablemente se hahecho cargo de una serie de crticas, por una parte; por otra, se hapermeabilizado al ambiente que en el pensamiento latinoamericanohacia 1910 se carga de ideas y se tiende a proyectar socialmente.

    Antecedentes del arielismo.

    Si Ariel fue publicado en 1900, ya antes Rod haba elaboradouna serie de ideas que anunciaban su propuesta. En el texto relativo aRuben Daro de 1898 seala que pertenece con toda su alma a la gran"generacin que da carcter y sentido a la evolucin del pensamiento en las postrimeras de este siglo; a la reaccin que partiendo delnaturalismo literario y del positivismo filosfico los conducen sin desvirtuarlos, en lo que tienen de fecundos, a disolverse enconcepciones ms altas".

    Remontndose un poco ms, se ha dicho que ya desde losartculos de 1896, en la Revista Nacional, formula el germen de su propuesta latinoamericanista: la raza hispnica, la tradicin, laoriginalidad, la denuncia de la presencia anglosajona.31

    En otras palabras, Rod se va haciendo solidario de unmovimiento emergente que desde diversos puntos de vista se opone alproyecto modernizador sajonizante que se expresaba en elpredominante pensamiento finisecular. Alude directamente a Daro,quien representa un estilo y una sensibilidad y a quien su brillantez lotransforma en smbolo de un movimiento joven que, sin tener todavauna propuesta global, siente eso s un claro disgusto respecto al granmodelo imperante.

    Es tambin un antecedente de estos postulados, ya a nivel de las ideas, Jos Mart, quien pocos aos antes en Nuestra Amrica, haba insistido en que la

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    realidad latinoamericana no deba ser mirada con lentes extranjeras quela tergiversaran, que no podan transplantarse ideas o instituciones, que lo extrao deba injertarse en el tronco de nuestras repblicas, quedeba ahondarse en nuestra realidad para comprenderla.

    El franco-argentino Paul Groussac en 1898 haba sostenido ideasen extremo parecidas a las de Rod cuando haba opuesto a la civilizacin latina "el yanquismo democrtico, ateo de todo ideal, queinvade el mundo". Describi a Estados Unidos como ese "pueblo dealuvin, acrecido artificial mente a toda prisa con los derrames de otrospueblos, sin darse tiempo para la asimilacin, y cuyo rasgocaracterstico no es otro que el apuntado: la ausencia absoluta de todoideal". Segn Groussac "el viejo mundo ha contemplado con inquietud yterror a la novsima civilizacin que pretende suplantar a la nuestra dcada caduca".32

    En 1893 el brasileo Eduardo Prado, en su obra A ilusaoamericana, opona al proyecto de norteamericanizacin la reivindicacinde lo ibrico. Sostiene que es tiempo de reaccionar contra la locura de laabsoluta confraternizacin que se pretende imponer entre el Brasil y la gran repblica anglosajona, puesto que el furor imitativo de los EstadosUnidos ha sido la ruina de Amrica. No se debe renegar de lastradiciones de su raza e historia, muy por el contrario, las sociedades deben ser regidas por leyes salidas de su raza, de su historia, de sucarcter, de su desenvolvimiento natural.33

    Todava anterior en este planteamiento es otro argentino, ErnestoQuesada, quien en 1882 sostena que "en una sociedad como lanuestra, en la que no hay rasgos tpicos ni carcter nacional, sino unconfuso conglomerado de hombres y nacionalidades, la poesa tieneuna sagrada misin que cumplir: mostrar que en medio del revueltotorbellino del momento, subsiste el espritu argentino, que se sabehonrar como se debe a la patria, la fe y el amor. Slo a este precio seconocer que existe an nacin argentina, pues de lo contrario unespectador imparcial cree ms bien que lo que as se llama no es msque una inmensa factora ultramarina donde acuden hombres de todos los puntos del globo, con el nico propsito de enriquecerse yenriquecerse pronto".34

    Por otra parte, exista un ideario tradicionalista, contrario a lamodernidad, que se expresaba a travs de los partidos conservadores yde la jerarqua catlica. Este se senta incmodo con el positivismo, conel darwinismo, con el laicismo, con el cientificismo. Dicho ideario sesum (fue sumado) de una u otra forma al nuevo pensamiento identitarioque surga hacia 1900. Pedro Goyena o Abdn

  • El pensamiento latinoamericano a comienzos del siglo XX 23

    Cifuentes, que objetaban el proyecto modernizador finisecular por "materialista" reivindicando lo espiritual como remedio a los males morales, no haban sido capaces, como Groussac, Daro y Rod o antes Ernesto Quesada, de ligar espiritualismo con identidad.

    He aqu el quiebre: cuando el espiritualismo deja de ser simplemente una reivindicacin moral para transformarse en propuesta cultural es que se fragua el proyecto identitario.

    111. El circuito arielista y el vitalismo espiritualista filosfico.

    Rod ejerci fuerte impacto sobre la joven generacin decomienzos de siglo, generacin que public sus primeros escritos entre1900 y 1910. Sabemos de las comunicaciones de Rod con varios de estos escritores: Francisco Garca Caldern, Alcides Arguedas, PedroHenrquez Urea; sabemos de la admiracin de otros: Carlos Arturo Torres y Juan Vicente Ramrez.

    Este impacto no gener sin embargo obras parecidas al Ariel o a Motivos de Proteo. Mas an, las obras de las personas cercanas a Rodson muy distintas a las suyas, y esto en dos sentidos: acusan elementosideolgicos no importantes en el uruguayo; se ocupan de estudiar larealidad poltico social careciendo del sentido potico-mstico.

    Pero Rod es clave y su Ariel es un smbolo, por ello divide el antes y el despus mucho ms que Mart, Groussac o el mismo Dara,cuya presencia en las ideas es relativamente menor. Hubo una serie deautores, de ideas, de obras que de una u otra manera, disconformes con el proyecto modernizador (sajonizante, utilitario, oligrquico), fueronreunidos, catalizados, por la obra del uruguayo.

    Este cataliz una serie de inquietudes e incluso puede afirmarseque fue causa (parcial) del desenvolvimiento del arielismo en diversos pases; sin embargo, es evidente que en forma simultnea y no comoconsecuencia de la obra de Rod, se venan gestando planteamientosas como una sensibilidad que por diversos aspectos concidan oempalmaban con la del uruguayo.

    Pedro Henrquez Urea, ms mexicano que dominicano paraestos efectos, recuerda cmo "en el grupo a que perteneca, el grupo enque me afili a poco de llegar de mi patria (Santo Domingo) a Mxico,pensbamos de otro modo. ramos muy jvenes (haban quienes no alcanzaran todava los veinte aos) cuando comenzamos a sentir lanecesidad del cambio". Recuerda, enseguida, la situa

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    cin psquica o emocional de su grupo y generacin diciendo:"sentamos la opresin intelectual, junto con la opresin poltica yeconmica de que ya se daba cuenta gran parte del pas", y en el casoparticular del grupo del Ateneo, "veamos que la filosofa oficial erademasiado sistemtica, demasiado definitiva para no equivocarse. Entonces nos lanzamos a leer todos los filsofos a quienes el posi-tivismo condenaba como intil y en la literatura no nos confinamosdentro de la Francia moderna".35

    Pedro Henrquez Urea, as como su hermano Max, fue uno delos que ms contribuy a la difusin de Rod. Escribi sobre l en 1905y 1907, yen 1910, como parte del ciclo de conferencias que realiz lajoven intelectualidad mexicana para conmemorar el centenario, disertsobre Rod. All lo ubica "entre los maestros de Amrica", junto a Bello, Sarmiento, Montalvo y Hostos, entre otros. "Rodes el maestro queeduca con sus libros, el primero quizs, que entre nosotros, influye conla sola palabra escrita. No a todos ser fcil, sin duda, conocer laextensin de esa influencia; pero quien observe la descubrir a poco ahondar, esparcida por donde quiera: los partidarios de Ariel, los futuros secuaces de Proteo, son multitud que crece cada da",36

    Adems de Henrquez Urea, el ncleo pensante de este grupo locomponan Antonio Caso, Jos Vasconcelos y Alfonso Reyes. Este ltimo en Pasado inmediato (1941 ) da cuenta de una situacin muy parecida a la que retrata el dominicano. Segn Reyes, la fundacin delAteneo fue precedida por varias sesiones de conferencias en las que participaron muchas personas y que culminaron, ya constitudo el Ateneo, con la serie que organizaron en la Escuela Nacional deJurisprudencia, en agosto y septiembre de 1910, para conmemorar elcentenario de la Independencia, en las que participaron adems de los mencionados Carlos Gonzlez Pea y Jos Escofet. 37

    De acuerdo al mismo Reyes, la lectura de Rod contribuy adarles a este grupo de jvenes un sentimiento de solidaridad, defraternidad, con nuestra Amrica.38

    Una fuente importante de inspiracin para los atenestas fue la Crtica de la Razn Pura de Kant,39 que les dio armas para refutar el empiricismo positivista mostrndoles el mundo de los a priori. SealaAbelardo Villegas que, para una generacin impulsada por el mpetu delcambio, la idea de una evolucin mecnica, en cierta forma independiente de la voluntad humana, no era congruente con elestablecimiento de una nueva educacin que se convirtiera en elinstrumento de ese cambio.40 En este marco de ideas y sensibilidades, el porfirismo fue desca

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    lificado como una forma de vida sin esttica y sin moral, de ramplonera,de mecanismo y falta de creatividad,41 Estaban todas las condiciones dadas para volcarse hacia un planteamiento identitario.

    Francisco Garca Caldern dej dos obras importantes y muytempranas: El Per contemporneo (1907) y Las democracias latinas deAmrica (1912). Para nuestro efecto es destacable que escribi tambin algunos textos sobre las ideas en Per y en Amrica Latina,mencionando una serie de trazos que caracterizaran esa nuevageneracin, a la cual perteneca.

    De acuerdo a sus afirmaciones, a comienzos de siglo se haproducido un cambio: la tradicin positivista tiende a ser suplantada enla nueva generacin por otras tendencias. Cita como maestros de estajuventud a Tolstoi, Clarn y Rod. Dentro del Per mismo cita aAlejandro Destua.42 En otro texto, insiste en que la supremaca del positivismo provoca lentamente una reaccin idealista, corriente quetiende a predominar ahora en la Amrica Latina. Aunque afirma que elnuevo movimiento "no es sino reflejo de la evolucin filosfica europea"o "nueva imitacin de las tendencias que principian a imperar en Francia, en los EE.UU., en Alemania". Afirma igualmente que "existe unverdadero idealismo de raza y cultura en la Amrica Latina" en laprimera dcada del siglo.43 Una vez ms cita a Rod como "brillante defensor del idealismo y del latinismo", como el ms alto representante de un movimiento que con mucho lo trasciende porque "todas las figuras interesantes del pensamiento contemporneo en Amrica Latina llevancierto sello de idealismo". Adjuntando pruebas para este aserto sostiene: "En psicologa, la doctrina de las ideas fuerza, la primaca de lavoluntad, la originalidad de la evolucin psquica; en metafsica, ciertoindeterminismo, la condenacin del mecanicismo; en tica, la autonomadel sujeto moral, el imperativo persuasivo, el valor del ideal: he ah los nuevos aspectos de ese movimiento filosfico. En Mxico, Bergson ha destrozado a Spencer. En Chile, un profesor alemn, el doctor WilhelmMahn, enamorado de las recientes doctrinas psicolgicas, dirige en elInstituto Pedaggico un nuevo movimiento de ideas, contrario a latradicin positivista de ese pueblo".44 Concluye categrico: "Estamos en pleno renacimiento del idealismo".45

    Por otra parte, adems de sus consideraciones sobre la evolucinintelectual latinoamericana, Garca Caldern se ocup del fenmenopoltico-social, particularmente sobre las "democracias latinas".

    Adems de Garca Caldern se ha reconocido como los msimportantes novecentistas peruanos a Jos de la Riva Agero, a VctorAndrs Belande y a

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    Pedro Zulen, el ms adicto a Rod. El primero public muy temprano(1905) su Carcter de la literatura del Per independiente, en la cual se transparentan sus posiciones identitarias, aunque no del todorodonianas,46 marcadas por una concepcin de jerarquizacin tnica: "Dos razas, aunque en diverso grado, han contribuido en el Per a formar el tipo nacional: la espaola y la indgena". Ahondando en su idea racial, seala ms adelante que la raza espaola transplantada al Per degener sus caracteres en el criollo. La influencia debilitante deltibio y hmedo clima de la costa, ncleo de la cultura criolla, elprolongado cruzamiento y hasta la simple convivencia con razasinferiores, india y negra, y el rgimen colonial produjo hombres indolentes y blandos 47

    Haciendo consideraciones psicolgicas sobre su pueblo, comotantos autores de aquellos aos,48 desprende de all consideraciones sobre el "carcter" literario. Denuncia en consecuencia la propensin aimitar, la falta de personalidad y el servilismo de la moda.

    Otro de los arielista fue el colombiano Carlos Arturo Torres quinescribi Los dolos del foro, libro prologado por Francisco Garca Caldern y que trasunta una sensibilidad parecida a la de Rod y una temtica similar a la del peruano. Torres, utilizando el concepto deFrancis Bacon "dolos del foro", quiere dar cuenta as como desenmascarar aspectos claves de la poltica hispanoamericana. Serefiere particularmente a "aquellas frmulas o ideas -verdaderas supersticiones polticas- que continan imperando en el espritu a pesar que una crtica racional ha demostrado su falsedad".49

    De acuerdo al colombiano "'a sugestin de una palabra sonora, elprestigio de una frmula incomprendida, la brillantez de los colores de una bandera, la idolatra de una tradicin ciegamente aceptada, todaslas formas primitivas de esa gran ley de imitacin, que estudiadmirablemente el filsofo Tarde, han llevado a hombres y partidos, plenos de entusiasmo generoso, pero desatentado, a la inmolacin estril, al sacrificio colectivo y al aniquilamiento nacional en el sangriento histerismo de nuestras revoluciones". 50

    Hace la crtica de quienes pretenden dar o dan la vida por ideasque no siempre conocen y sobre todo que creen definitivas e inmutables no sindolo verdaderamente. Critica igualmente a quienes pretendendar fundamento absoluto a sus ideas afirmndolas en una ciencia que pretenden ya constituida de forma definitiva. Tambin hace la crtica delo que denomina la "supersticin democrtica" y la "supersticin aristocrtica", inspirndose como tantos latinoamericanos de esos aosen Gustavo Le Bon y su psicologa de las multitudes. .

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    Culmina su obra sealando que su afn ha sido sustituir el criteriode lo inmutable por el de lo progresivo y que a las conviccionestradicionales e inquebrantables quiere anteponerles las conviccionesracionales y perfectibles.51

    A nivel ms terico, ms filosfico, se lleva a cabo un proceso anlogo que facilita el desarrollo de lo identitario, pero que no seexpresa principalmente en categoras poltico-culturales sino ms estrictamente filosficas. Se trata del trnsito desde el positivismo -catalogado por sus detractores de "mecanista" y "determinista"- hacia un vitalismo espiritualista de la libertad creadora que, si bien comienzaantes de la Primera Guerra, rendir sus ms suculentos frutos aos mstarde.

    Alejandro Destua, Enrique Molina, Alejandro Korn, Antonio Caso, Carlos Vaz Ferreira, Jos Vasconcelos, Jackson Figueiredo, RaimundoFaras Brito configuran el grupo de los "fundadores", quienes en el planofilosfico van a cuestionar el positivismo, el darwinismo, el determinismo, el materialismo y otras ideas afines para orientarse haciaBergson, en primer lugar, as como tambin hacia Croce y Gentile,Guyau, Boutroux, Schopenhauer, James y Nietzsche.

    Carlos Vaz Ferreira se enfrent al "mal positivismo". Al igual queRod reconoci los aportes de esta tendencia, as como rechaz lasdesvaciones que lejos de ayudar se transformaron en obstculos parael pensamiento de nuestros pases.52 Se refiere a ese positivismo que "se ha entendido como limitacin sistemtica del conocimiento humano a la sola ciencia: prohibicin de salir de sus lmites cerrados; prohibir alespritu humano la especulacin, la meditacin y el psiqueo afectivo, apropsito de problemas ajenos a lo mensurable, a lo accesible a lossentidos. Entonces, el positivismo, as entendido esa doctrina o tendencia en s misma inferior, y funesta en sus efectos". 53 A estas limitaciones opone la libertad, "la libertad creadora, que fermenta, quepuede dar lugar a lo inesperado como expresin de todas lasposibilidades de una razn viva, de una lgica viva y, por ende, del hombre", al decir de Leopoldo Zea.54

    El peruano Alejandro Destua, al igual que otros filosfoslatinoamericanos de esos aos, se orienta hacia la cuestin esttica"que tiene como base la libertad creadora que seduce a los pensadores que se evaden del positivismo".55 Antonio Caso en Problemas filosficos, de 1915, da como cierto que "el

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    fracaso del positivismo terico es un hecho innegable".56 Destaca que desde todas partes brota el anhelo de una nueva filosofa que "libere elespritu" y que "un nuevo idealismo emerge". E insiste en que se"comprueba constantemente en nuestro siglo el auge de las tendenciasfilosficas antiintelectualistas", sea "el pragmatismo integral o el mitigado, pero siempre filosofa de la accin, de la voluntad, de laintuicin",57 Desde su punto de vista "todo concurre a un propsito y a una accin conjunta y clarsima de oposicin al viejo y clsicointelectualismo". Se trata en suma de un movimiento, de una"reivindicacin del espritu, de la vida espiritual, autnoma e irreductible[a la Bergson], de lo propio y genuinamente humano. No es idealismocomo suele decirse, sino humanismo".58

    Raimundo Faras Brito public en 1914 Mundo interior: ensayosobre los elementos generales de la filosofa del espritu, donde revela influencias bergsonianas y kantianas. Jackson Figueiredo, por su parte,public Pascal y la inquietud moderna, donde reaccionaba contra la filosofa naturalista que l mismo haba profesado aos antes y contra el socialismo. Se fue acercando, adems de Pascal, a Jos de Maistre yCharles Maurras, con quienes elabor un nacionalismo catlico contribuyendo a la renovacin intelectual y poltica del catolicismo en el Brasil. 59

    Idea, idealismo, libertad creadora, vida, vitalismo, amor,ensanchamiento del corazn, subjetivismo, voluntad, desinters,espiritualismo y otros son conceptos que se van repitiendo y por esta va van marcando el carcter de un nuevo pensamiento que caracteriza al perodo.

    Tales conceptos, en conexin o no con posiciones polticas,sociales y econmicas, se van articulando para aludir a la reivindicacinde una manera propia de ser: destino, modelo y pensamiento propios.Con esta conceptualizacin se hace mucho ms fcil imaginar unaorganizacin poltica o social que no se vea obligada (por determinismoo evolucin) a asemejarse a la sajona. "Idealismo", "subjetivismo","voluntad" aluden a diferencia, a posibilidad, a imaginacin; todas categoras que permiten, incluso exigen, imaginar modelos de vidaparticulares, diversos de aquellos que han sido establecidos por otros.60

    Por cierto, no se trata de que esto se haya logrado cabalmente nimucho menos. Se trata de que esta misma reflexin no se haya realizado inspirndose en buena medida tambin en autores nolatinoamericanos. Pero lo relevante es cmo tales autores extranjerosson ledos para (supuestamente) encontrarse los latinoamericanos a s mismos.

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    Paganismo.

    En Centroamrica se desarroll tambin una tendencia paralela al arielismo y que tuvo en el mundo de las ideas un sentido anlogo: el "paganismo". Este se defini principalmente por un acercamiento a la naturaleza, as como por una exaltacin de la clsico. Los paganos buscan sus races en lo indgena y en lo helnico; como el arielismo exaltan lo propio y lo clsico.

    Ha dicho Constantino Lascaris Comneno que la actitud pagana es la culminacin de todo el proceso de secularizacin del siglo XIX, as como de un enconado deseo de hallar las races vitales; que por sobre el desconcierto del localismo, es a la vez la bsqueda de lo universal y del terruo; que la vibracin telrica es elevada a la categora esttica y a visin csmica.61

    El paganismo se expres principalmente en literatura y particularmente en poesa (Rubn Dara, Juan Ramn Molina, Fernando Centeno Guell, entre otros) y slo secundariamente en el plano de las ideas: Gmez Carrillo, Garca Monge y sobre todo Roberto Brenes Mesen.

    El ms importante pensador pagano es el costarricense Roberto Brenes Mesen. Este se form en el Instituto Pedaggico de la Universidad de Chile en un positivismo ya relativizado a fines de los aos 90 pero que, igual que a Rod o a los atenestas, le result asfixiante. Entonces estudi la naturaleza del conocimiento cientfico y, con verdadero deleite, hall los lmites de las ciencias.62

    Super el positivismo volcndose hacia el paganismo del que escribe que "para el bien de los hombres, no fue jams vencido del todo. Por largo tiempo enmudeci su lengua, pero sus secretas adoraciones sobrevivieron a la crueldad de las edades. El paganismo es ingnito al alma humana. Las naturalezas primitivas retornan al paganismo. Retornan? No, las criaturas primitivas, en el sentido hesidico, como si estuviesen ms cerca de la naturaleza penetran mejor en sus secretos".63

    Y esto lo seala a propsito de Juana de Ibarbourou de quien dice que "su actitud ante la naturaleza y la vida es esencialmente pagana. Del original, autntico, bello paganismo, cuya savia imperecedera no ha cesado de fluir, secretamente en el alma de los arios". 64 Este no ha perecido jams "porque responde a recnditas urgencias de la naturaleza humana" .65

    Sin duda, desde este punto de vista, el paganismo es un ecologismo.

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    IV. Restos del positivismo.

    Si la poca de mayor vitalidad en la produccin positivista en Amrica latina fue durante las dos ltimas dcadas del siglo XIX, particularmente en pases como Argentina, Brasil, Chile, Mxico y Per, no es menos cierto que este movimiento se proyect hacia el primer tercio del XX.

    El positivismo de comienzos de siglo sufre ciertas modificaciones respecto del anterior: de ser ms ideolgico se hace ms cientfico; de ms ortodoxo se hace ms heterodoxo, de ms terico se hace ms aplicado. Importantes son las obras de Ruy Barbosa, Manuel Gonzlez Prada, Jos Ingenieros, Valentn Letelier, Justo Sierra, Enrique Jos Varona; menos importante, aunque relevante, es la presencia de dos mujeres: Clorinda Matto de Tumer y Marietta Veintimilla.

    Los autores que formndose en el positivismo produjeron obras importantes son muchos ms. Sin embargo, si bien varios de ellos han sido denominados en ocasiones como "positivistas", poseen caractersticas que seran traicionadas con esta denominacin. Autores como Euclydes da Cunha, Alcides Arguedas o Laureano Vallenilla Lanz acusan influencias ideolgicas, preocupaciones temticas, roles sociales, etc. que los diferencian claramente de la corriente filosfica positivista y del movimiento positivista finisecular. En otras palabras, la categora "positivismo" resulta estrecha para caracterizar un pensamiento que se inspir mucho ms en el darwinismo social, en la filosofa de Krause, Nietzsche, Marx o Bergson, en la psicologa de las multitudes de Le Bon, en las teoras de los gegrafos germanos y en escuelas etnolgicas varias.

    Filosofa y educacin

    El positivista ms importante en el poca, tanto por su produccinintelectual cuanto por su influencia e irradiacin fue el argentino JosIngenieros. Muy precoz, ya desde su memoria de medicina, Lasimulacin en la locura con una introduccin sobre "La simulacin en lalucha por la vida", marc una posicin en el quehacer cientfico de supas, entroncndose con el maestro del positivismo criollo Jos M.Ramos Meja. Ello a pesar de que el propio Ingenieros rehusara unacaracterizacin de positivista cuando dice que "la generacin anterior ala !\la ha pasado por dos modas: la positivista y la mstica. Migeneracin ha sentido ms especialmente la segunda. Yo no alcanc laprimera ni me entrego a la actual".66 En este sentido descalifica aquienes "no habiendo jams practicado

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    ciencia alguna creen que la Ciencia - con mayscula y en abstracto - es una entidad metafsica susceptible de fijar nuevos dogmas que sustituyen a los viejos",67

    Es optimista en cuanto piensa que en la Argentina se han ido dando pasos importantes en una "filosofa cientfica" ajena a los dogmas y propia de una nacin nueva.68 Es tambin optimista cuando aborda el tema de la raza: Argentina le parece el lugar donde se materializarn los deseos de Alberdi y Sarmiento de educar y construir los Estados Unidos de la Amrica del Sur. Afirma que "la mejor parte del territorio pastoril fue ocupada por los agricultores; a los gauchos les sustituyeron los colonos; a las carretas, los ferrocarriles; a los comandantes de campo los maestros de escuela. Una nueva raza "euro argentina", culta, laboriosa y democrtica creci a expensas de la colonial raza gaucha, analfabeta, anarquista y feudal". 69

    Esta raza nueva (raza no entendida como pura biologa sino como cultura y costumbres) representa la superacin y la confianza en una Argentina que, en diversos planos, se acerca a la era cientfica positivista y a la poca democrtica liberal-socialista. Este mensaje triunfalista de Ingenieros son seguramente en Amrica latina como digno de seguirse, de imitarse, y ms cercano que el modelo norteamericano o europeo: lejano (por sus caractersticas) y alejado (por su avance).

    Enrique Jos Varona, recin iniciado el siglo, redacta variosdocumentos referidos a la educacin en Cuba y particularmente a "larenovacin que se ha intentado en la Enseanza Secundaria y en laProfesional". De acuerdo a su posicin, la clave es que "el cubano ha deaprender a sacar de su suelo todas las utilidades que encierra, y para esto necesita renovar sus conocimientos tcnicos a tenor de lo queexige la civilizacin coetnea". En otras palabras: "debe defender con su pericia la ventaja no despreciable de estar en su propio territorio, y deestar adaptado tnica y socialmente a las condiciones de la comunidadhumana que en l se ha formado. Es decir, que el cubano debe sabertanto, para dirigir la explotacin industrial de su tierra, como el que sesienta atrado de fuera a participar en esta obra civilizadora". 70

    Abundando sobre un punto especfico seala que en los"institutos" lo que se ha pretendido con estas reformas es "responder deun modo real, y noterico, a ese propsito, se ha buscado la manera deque cambie por completo la forma de la enseanza, dejando de ser puramente verbal y retrica, y pasando a ser objetiva y experimental,haciendo que el alumno no se limite a leer y oir, sino que

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    aprenda a investigar y trabajar personalmente". 71 Valentn Letelier se ocupa tambin en cierto modo de hacer

    una filosofa de la historia aunque en trminos ms tericos y ortodoxosque el argentino. Public en 1900 La evolucin de la historia donde expone una concepcin muy manifiestamente marcada por elpositivismo. Resumiendo su posicin, Leonardo Fuentealba 72 ha sostenido que Letelier considera el acaecer histrico como un procesonatural, determinado por el principio de causacin social. All la funcinde la individualidad desaparece prcticamente absorbida por la situacin que surge de la accin de las tendencias sociales.

    Consecuente con esto el conocimiento del pasado histrico seafirma en la lgica de las ciencias positivistas y consiste en laaprehensin inferencial de los hechos, contina Fuentealba,73 a travs del testimonio histrico. Y por ello, la explicacin de los acontecimientosno se obtiene a partir de la motivacin sino merced al establecimiento delas conexiones de coexistencia y sucesin. En este sentido, es defundamental importancia la ley del desarrollo social o de la filiacin histrica, que se fundamenta en el principio de causalidad social.

    En este mismo proyecto se reform tambin la educacinuniversitaria porque afirma Enrique Varona que "una verdaderauniversidad ha de ser principalmente un laboratorio de ideas generales, tanto en el orden especulativo como en el cientfico".74 Los cubanos, sostiene, necesitamos que "la nuestra, sin dejar de ofrecer c,ampo parael cultivo de la filosofa, las letras y las ciencias abstractas, fuese tambin un grupo de altas escuelas profesionales", 75 Y en ello la inspiracin es similar a la de otros niveles educativos. Dice: "Hepensado que nuestra enseanza debe cesar de ser verbal y retrica; para convertirse en objetiva y cientfica. A Cuba le bastan dos o tres literatos, no puede pasarse sin algunos centenares de ingenieros. Aquest el ncleo de mi reforma".76 Porque "hoy un colegio, un instituto, una universidad, deben ser talleres donde se trabaja, no teatros donde sedeclama".77

    Esta polaridad entre lo antiguo y lo moderno se hace como enotras partes de Amrica latina muy patente en la discusin en torno altema del latn. Segn Varona "el latn en nuestra Segunda Enseanzaera slo un peso muerto, una carga intil", oponindose radicalmente a restaurarlo. Lo que necesitamos es, "recuperar el tiempo perdido", estoes, "abrir caminos, muchos caminos, canalizar ros, alcantarillar poblaciones, limpiar puertos, encender faros, desmontar bosques,explotar minas, mejorar en todos sentidos nuestras condiciones de vida material, para que se morigere e ilustre la gran masa inerte de nuestrapoblacin,

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    es lo que necesitamos, antes de sentamos a saborear a Virgilio odescifrar a Horacio".78

    Varona con los aos se fue apartando del positivismo ortodoxo,como le ocurri a Ingenieros, a Justo Sierra, as como a GonzlezPrada. En 1911, informa Henrquez Urea "instigado por la curiosidad y la incertidumbre de la opinin, dio en el Ateneo de La Habana unaconferencia que intitul "Mi escepticismo": Confes escepticismo intelectual en el campo de la razn pura pero declar que se acoga a larazn prctica". 79

    Como Ingenieros, Letelier y Varona, el mexicano Justo Sierra fueun educador y se ocup de cuestiones relativas a la educacin y a launiversidad. Fue quien, en cierta manera, lider al grupo de los"cientficos" mexicanos (Portirio Parra, Francisco G. de Cosmes, Francisco Bulnes, entre otros) llegando a ser ministro de Portirio Daz,aunque neg determinadas ortodoxias; fue sin duda el positivista msrepresentativo de su pas. Con trabajos mltiples, especialmente suEvolucin poltica del pueblo mexicano, donde hace una interpretacin de la historia nacional desde el positivismo, Sierra persever hasta elfinal de su vida en la doctrina de Comte y Spencer.

    En 1910 con motivo de la refundacin de la Universidad afirmaque "hemos querido, pretendemos lograr que esta universidad nueva que, segn la esperanza de uno de los personajes ms representativosy ms inteligentes del clero mexicano debe ser la reproduccin de laantigua universidad para ser vividera, sea precisamente todo locontrario; no pueden los elementos que compusieron aquella universidad componer los de esta. Aquellos estudios se preparaban pormedio de la retrica y la gramtica, suban a la filosofa y a laspseudociencias, entre las cuales estaba comprendida la astrologa, yluego formaban doctores en derecho, en teologa, etc. Nuestrauniversidad es un centro donde se propaga la ciencia, en que se va acrear la ciencia".80

    Precisa todava ms sus ideas sobre esta institucin en el discursoque pronuncia cuando inaugura la universidad. All seala que sta no debe ser una pirmide "cada vez ms alejada de su funcin terrestre,cada vez ms indiferente a las pulsaciones de la realidad social turbia, heterognea, consciente apenas". Sino que all deben proponerse los medios para "nacionalizar la ciencia", para "mexicanizar el saber". 81

    Justo Sierra en sus trabajos de inicios del siglo XX aborda otrascuestiones que muestran las diferencias de su pensamiento respecto alprototipo positivista

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    decimonnico. Son importantes a este respecto sus ideas sobre lalibertad social, la concepcin de la raza mestiza como la ms importantepara el progreso de Mxico y la idea de que el indio, que est sentado,debe ponerse de pie, concibiendo el problema indgena como nutricional y educativo.

    Problemas sociales

    Ms sensible al problema campesino e indgena que Justo Sierrafue su compatriota Andrs Molina Enrquez. Este escribi en 1908 Losgrandes problemas nacionales. Sostiene Abelardo Villegas que "Molina deca que los diversos grupos y razas sociales que integran la nacinmexicana se encuentran al mismo tiempo en diferentes etapas de laevolucin, desde los indgenas nmades hasta los grupos urbanos delsiglo XX; que toda esa multiplicidad deba acceder a una sola etapa, pero que el proceso de hacer a todos los mexicanos contemporneos des mismos era largo y complicado y solo poda ser promovido por ungobierno fuerte" . 82

    Sostena que el inters nacional deba primar sobre el individual yque ello deba expresarse en el dominio de la tierra, que debarestringirse la propiedad privada si sta no consolidaba nuestranacionalidad; que la nacin tiene derecho sobre las tierras yaguas. Elderecho de propiedad as concebido es considerablemente adelantado, y permite a la nacin retener en su dominio todo cuanto sea necesariopara el desarrollo social, como las minas, el petrleo, etc., no conce-diendo sobre estos bienes a los particulares ms que losaprovechamientos que autoricen las leyes respectivas.83 Constat que la Iglesia estaba vencida y despojada pero ello no haba cambiado el carcter precapitalista y no productivo de la gran hacienda.84

    En todo caso, la clave de su pensamiento que orienta su posicinsocial, su preocupacin por el indio, por la tierra, por la posibilidad de hacer una nacin viable es lo que se ha denominado su "mestizofilia",85

    es decir, el hecho que el mestizaje es la esencia de la mexicanidad. En el Per, el positivismo floreci luego de la guerra del Pacfico

    en que tambin participaron Bolivia y Chile,86 Para la elite peruana fue la derrota un golpe duro que la llev a revisar muchas cosas y madurprocesos intelectuales en gestacin. La discusin sobre las causas de laderrota y sobre el modelo de sociedad que se quera para el Per se realiz en buena medida adoptando las ideas positivistas.

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    Adolfo Villagarca, Federico Villarreal, Joaqun Capelo, JavierPrado U, Mariano H. Cornejo, marcaron una primera etapa ms filosfica y doctrinaria. Ms aplicados a la realidad peruana en sus anlisis son Manuel Gonzlez Prada y Manuel Vicente Villarn.87Villarn public, en 1900, Las profesiones liberales en el Per, y Gonzlez Prada, en 1908, Horas de lucha. Este se plantea frente al problema social mezclando elementos de corte positivista con otros decorte libertario. Preocupado por el indio no representa un proyectomodernizador como Villarn. Del mismo modo que otros coetneos, conun positivismo heterodoxo e instrumental, analiza la realidad social.

    Puede ser considerada tambin como abordaje de un problemasocial, la obra de Clorinda Matto de Turner - posiblemente la mujer ms importante en el ensayo latinoamericano del cambio de siglo - abocada al tema de las mujeres, de su labor de emancipacin e ilustracin.Public en 1902 Boreales, miniaturas y porcelanas88 donde se agrupan diversos textos y particularmente se reproduce su conferencia intitulada"Las obreras del pensamiento en la Amrica del Sud", pronunciada en 1895 y dedicada a exaltar a numerosas mujeres que estn creandointelectualmente. Presenta Clorinda Matto una interpretacin de lahistoria reciente como un campo de batalla donde se enfrentan elegosmo, "vestido con las ya radas telas de la reyeca y el feudalismo", y la razn, "engalanada con los atavos de la libertad y alentada por laJusticia". Se trata, nos dice, de una lucha heroica entre lo viejo y lonuevo, de la noche con la alborada, bajo el cielo republicano. "Entre las ruinas del pasado oprobioso, aparece la figura de la mujer con losarreos de la victoria, alta la frente, alumbrada por los resplandores de lainteligencia consciente; fuerte el brazo por el deber y la personera". 89

    Otras expresiones del positivismo

    Se han distinguido respecto de Venezuela tres generacionespositivistas: la de quienes nacieron antes de 1850, la de los nacidosentre 1850 y 1870, Y la de los que llegaron despus de 1870. Lasegunda y la tercera, y sobre todo esta ltima, produjeron sus obrasimportantes en el siglo XX. Como ensayistas y cientistas sociales msimportantes se cuentan Jos Gil Fortoul, Laureano Vallenilla Lanz,Pedro Manuel Arcaya y Julio Csar Salas.

    Gil Fortoul, quien se ocup sobre todo de cuestiones jurdicas, fuediscpulo directo del fundador del positivismo venezolano RafaelVillavicencio; realiz en Filosofa Constitucional, de 1906, unainterpretacin evolucionista de la historia,

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    como realidad natural, desde las organizaciones animales a las humanas y de las humanas "inferiores" a las "superiores". Estasculminan o coronan la evolucin de la organizacin realizando lademocracia electoral.

    Nikita Harwich V.90 ha destacado una serie de temas que marcaran el positivismo venezolano: las etapas del desarrollo histrico,la cuestin de la evolucin, la raza, la educacin y la inmigracin, lalibertad y el significado del lenguaje poltico .

    En Ecuador se desarroll ms tarde que en otros pases, slodespus de la revolucin que llev al poder a Eloi Alfaro en 1895. ArturoRoig ha sealado que incluso podra afirmarse que la problemticapositivista hizo su aparicin alrededor del 1900, principalmente como crtica al positivismo europeo por escritores ecuatorianos.91 A poco andar, el positivismo hizo sentir su influencia en los ms variadosmbitos de la vida nacional siguiendo, como en otros pases latinoame-ricanos, una evolucin desde lo ms terico-doctrinario hacia lo ms aplicado. Pertenecen a este carcter doctrinario o de reproduccin los trabajos de Marieta Veintimilla y su "Conferencia sobre la psicologamoderna"92 o el texto de Nicols Jimnez "La crtica y la psicologa".93

    Algo parecido ocurre con Alberto Arteta, Julio Endara y Angel ModestoParedes. Ms aplicados, aunque mucho ms tardos en sus escritos,son Toms Vega Toral y Luis Salgado.

    El positivismo en Ecuador, a la vez que recibir las influenciasnormales francesas e inglesas, recibi las espaolas as como las delcubano Alberto Lamar Schweyer y del argentino Jos Ingenieros.

    Es pertinente en este sentido destacar la conferencia de MariettaVeintimilla quien disert y public en 1907 sobre "Psicologa Moderna"en los salones de la Universidad Central el 10 de febrero de 1907. All,preocupada por el hecho que los ecuatorianos permanecen "sujetos a laroca con las degradantes cadenas de la indiferencia y del egosmo" ydebido igualmente a que algunas repblicas de Sud Amrica "nosaventajan en espritu prctico", insta a sus compatriotas a "alentar nuestro espritu con la realidad del poder intelectual" y los llama a dar"vigor a las fibras del cerebro con el estudio" para conquistar un puestopreferente para nuestra patria, formando parte en la trinidad cientficaque ms tarde surgir en Hispano-Amrica.94

    El positivismo brasilero se realiz en dos tareas fundamentales: larepblica y la abolicin de la esclavitud, ambas a fines de 1880. Unconjunto de autores inspirados inicialmente por Tobas Barreto yBenjamn Constant configuraron el grupo ms importante de Amrica latina: Teixeira Mendes, Miguel Lemos, Capistrano

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    d'Abreu, Araripe Junior, Joaquin Nabuco, Ruy Barbosa. En oposicin relativa a este grupo se encuentra otro que fue ms

    bien evolucionista, darwiniano, racista, menos teoricista y ms asociado a la realidad: Silvio Romero, Nina Rodrguez, Euclydes da Cunha, Joo Batista de Lacerda. Entre stos particularmente, as como entre otros, en los primeros aos del siglo XX se impuso un social-darwinismo. Fueron frecuentes las citas de Spencer, Le Bon e Ingenieros.95

    Esta postura propuso la teora brasilera del "blanqueamiento", que fue aceptada por la mayor parte de la elite brasilera durante los primeros 25 aos de la repblica, hasta la Primera Guerra Mundial.96

    Desde la teora del blanqueamiento se pas a la confianza en el blanqueamiento. Brasil pareca beneficiado en relacin a EEUU: se evitaban las divisiones que haban provocado los rgidos preconceptos anglosajones y se incorporaba al elemento negro de manera natural, por la va del amor (sexual). Es decir, los latinos - portugueses - brasileros de elite eran menos racistas y por ello ms capaces de incorporacin que los sajones. De este modo la virtud moral era a la vez funcional al blanqueamiento. En otras palabras, desde la tesis sajonizante de la raza inferior, negra, y de la subraza tambin (aunque menos) inferior, latina, se transitaba hacia la valorizacin de lo propio. El latino resultaba ser mejor por muchos aspectos que el sajn, el mulato apareca como susceptible de incorporacin cultural y tnica rpida. El negro se idealizara por la msica, el sufrimiento, la lealtad, etc.

    Casi sin darse cuenta el propio racismo haba facilitado el antirracismo y las posiciones sajonas-modernizantes haban derivado en latino-mestizas identitarias. La seleccin gentica haba sido superada, absovida por el amor (a la Jos Verissimo).

    Se ha visto cmo incluso al interior de una tendencia especfica como el positivismo es posible marcar nfasis y diferencias e incluso progresiones. Precisamente por ser sta una filosofa que marc tan ampliamente a la intelectualidad as como a la clase poltica latinoamericana, pudo modularse de manera muy diversa segn los pases, los grupos, las dcadas.

    El positivismo se combin con otras tendencias: con el anarquismo (Gonzlez

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    Prada), con el socialismo (Juan B. Justo), con el escepticismo (Varona), con el krausismo (Arguedas) e incluso con el espiritualismo.

    Pero no slo eso, el positivismo fue dejando de ser la tendencia algo abstracta, algo racista, algo terica y fuertemente "modernizadora" que encarn a fines del siglo XIX para acercarse a posiciones ms heterodoxas en lo filosfico y ms identitarias en su posicin respecto a la realidad continental. Un ejemplo muy claro de esta evolucin es, como veremos, el peruano Vctor Andrs Belande; un ejemplo de evolucin grupal es lo que ocurri en Brasil.

    Se observa de este modo cmo la corriente positivista modernizante se debilita, hacindose permeable a otras ideologas, y cmo se desprenden de ella tendencias que apuntan hacia el reforzamiento de la identidad.

    V. Socialismo y anarquismo. En los planteamientos socialistas y anarquistas de comienzos de

    siglo, adems de los propios de dichas tendencias, convergieron lasideas positivistas, krausistas y, en menor medida, catlico-sociales. Porcierto, el socialismo y el anarquismo no nacieron en 1901, sino quetuvieron desarrollos anteriores tanto en su aspecto organizativo comoideolgico, que es el que aqu nos interesa. Los socialistas romnticosson conocidos desde mediados de siglo y el marxismo, as como elanarquismo, desde los aos 1870-1880. Las primeras obras de autoreslatinoamericanos donde se percibe una clara inspiracin en estasltimas tendencias son posteriores al 90.

    El siglo XX se inicia con mayor presencia anarquista en lossectores de obreros organizados en Argentina, Brasil y Mxico, perotambin en Per o Panam.97 Entre sectores ms intelectuales priva unsocialismo moderado, ms cercano a la tradicin universitaria espaolao sobre todo alemana.

    Desde un punto de vista filosfico, el anarquismo y el socialismolatinoamericanos previos a la Primera Guerra Mundial fueroneminentemente positivistas, siendo los ms claros Manuel GonzlezPrada y Juan B. Justo, pero ello ocurre igualmente en Brasil 98 y enCuba.99 Existe una presencia krausista y una propiamente marxistaclaramente menor, dndose eso s generalmente todas mezcladas.

    Gonzlez Prada, que haba desarrollado toda una actividadintelectual como respuesta a la derrota peruana en la Guerra del Pacfico y que haba propuesto la

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    ciencia como solucin para el pas, se hizo crata en los aos 90,colaborando durante los primeros aos del siglo XX en peridicos de esa tendencia en Per. El conjunto de dichos artculos fueron editadosluego de su muerte en un volumen bajo el ttulo de Anarqua. All interpreta la anarqua con un positivismo a ultranza cuando seala, porejemplo: "No se llame a la Anarqua un empirismo ni una concepcinsimplista y anticientfica de las sociedades. Ella no rechaza el positi-vismo comteano, le acepta, despojndole del Dios Humanidad y delsacerdocio educativo, es decir de todo rezago semiteolgico yneocatlico. Augusto Comte mejora a Descartes, ensancha a Condillac,fija el rumbo a Claude Bernard y sirve de correctivo anticipado a losBergson nacidos y por nacer. La Ciencia contiene afirmacionesanrquicas y la Humanidad tiende a orientarse en direccin de laAnarqua.100

    En textos pertenecientes muy ntidamente a la sensibilidadfinisecular (tericos, doctrinarios, teolgicos o antiteolgicos, yclaramente deterministas), sostiene que "la vida y la muerte de las sociedades obedecen a un determinismo tan inflexible como la germinacin de una semilla o la cristalizacin de una sal; de modo que silos socilogos hubieran llegado a enunciar leyes semejantes a lasformuladas por los astrnomos, ya podramos anunciar las revolucionescomo indicamos la fecha de un eclipse o de un plenilunio".101

    Es uno de los primeros que plantea en Latinoamrica larevolucin. Para l anarqua y revolucin son prcticamente sinnimos ylas revoluciones son de dos tipos aunque coincidentes, pues hay una enel terreno de las ideas y otra en el de los hechos, aunque "ninguna primasobre la otra, que la palabra suele llegar donde no alcanza el rifle y unlibro consigue arrasar fortalezas no derrumbadas por el can",102 por lo que consciente o inconscientemente, los iniciadores de toda revolucin poltica, social, religiosa, literaria o cientfica laboran por el advenimiento de la Anarqua.

    El mundo actual tiende hacia la anarqua y se desenvuelve en unasuerte de revolucin permanente y total o "latente", como la llamaGonzlez Prada. Es as que "desde la Reforma y, ms an desde laRevolucin Francesa, el mundo civilizado vive en revolucin latente". Esto abarca todos los sectores de la sociedad debido a que se trata dela "revolucin del filsofo contra los absurdos del Dogma, de la revolucin del individuo contra las explotaciones del capital, revolucinde la mujer contra la tirana del hombre; revolucin de lino y otro sexocontra la esclavitud del amor y la crcel del matrimonio; revolucin en finde todos contra todo" ,103

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    Se ha dicho y con razn 104 que su diagnstico de los males del pas es mucho ms abundante que sus remedios especficos. El granremedio, si puede decirse, es la ciencia, la separacin de la Iglesia y el Estado, la redencin del indio y una distribucin ms equitativa de lariqueza.105

    Jos Ingenieros, quien particip en la fundacin del PartidoSocialista argentino, junto a Juan B. Justo, adhiri como Gonzlez Pradaparcialmente al anarquismo. OscarTern resume la postura tico-social de Ingenieros acotando que el intelectual debe participar en laemancipacin de todos los hombres; no hacerla sera transformamos encmplices de las injusticias que hoy oprimen a las clases trabajadoras. Es decir, hay que ligarse a la lucha a travs del ideal. 106

    El pensamiento socialista y anarquista fue particularmentesensible, por razones obvias, al tema de la cuestin social. Mas an,como consecuencia de estas tendencias, en buena medida, la cuestin social lleg a transformarse en un tema relevante de discusin acomienzos de siglo.

    Ximena Cruzat y Ana Tirn 107 han determinado tres maneras de plantearse, en el caso chileno, frente al tema de la cuestin social, entrequienes aceptaban que exista, aunque no faltaron quienes, negando su existencia real, atribuyronla a simple moda o reflejo de lo que ocurraen otros lados. Una primera posicin la articul con la falta dereligiosidad o de moral por parte de las clases trabajadoras, enconsecuencia mejorando la propaganda religiosa debera disminuir. Unasegunda posicin la entendi como problema social y econmico y llama enfrentarla a partir de la asuncin por parte del Estado de nuevosroles: habitacin, higiene, seguridad, educacin. Una tercera posicin, particularmente el socialista Recabarren, la entendi como rebelincontra la esclavitud ms que como reivindicacin econmica, sealando que la cuestin social slo sera solucionada cuando se aboliera la esclavitud del salario articulado al sistema capitalista.

    Luis Emilio Recabarren escribi su obra ms importante conmotivo de 1910: el centenario de la Independencia, no para conmemorarsino para denunciar que "de todos los progresos de que el pas se ha beneficiado, al proletariado no le ha correspondido sino contribuir a l,pero para que lo gocen sus adversarios. En el progreso de la produccin industrial, artstica o cientfica, el proletariado no desempea otro papel que el de instrumento o herramienta de ese progreso. En el progreso de la arquitectura y la ornamentacin y belleza de las ciudades y de susedificios, el proletariado ha contribuido a l con el sudor y parte de suvida mientras se reserva para s la cueva hedionda del pestilente conventillo. En el progreso del comercio, el proletariado ha contribuidoentregando a la clase

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    comercial toda aquella parte que pudo ahorrar, quedndose en lamiseria y en la privacin" .108 Escribi igualmente otros opsculos y folletos y copiosamente en la prensa obrera. Desde muy temprano sedefini como socialista aunque fue cambiando parcialmente el sentido que daba a este concepto. Incluso en ocasiones fue acusado deindefinicin ideolgica.

    A diferencia de Gonzlez Prada y Justo, Recabarren posea unaformacin terica menor: la que en esta poca se forj en el liberalismoradical chileno, a partir del socialismo espaol de Pablo Iglesias; y luegode 1906 recibi importantes influencias del socialismo argentino y belga, volcndose mucho hacia el cooperativismo.

    Recabarren como trabajador que era, fue obrerista; no concebamayormente la presencia de otros grupos sociales. Ni la pequeaburguesa o el estudiantado y ni siquiera los campesinos eran importantes en su proyecto, antes de la Primera Guerra Mundial. El temacampesino-indgena fue para l totalmente irrelevante y su propuestasocialista-cooperativista se afirm en los obreros, particularmente los mineros de la zona salitrera del norte de Chile, que es donde desarrollsu mayor actividad como organizador.109

    En el Brasil, en los primeros aos de este siglo, en el movimientoobrero convivan, se mezclaban y se confundan todas las doctrinas dereforma social.110 El anarquismo domin en la prensa obrera de fines delsiglo. El marxismo, a pesar de ser conocido por numerosospensadores,111 slo fue ingresando muy lentamente entre los trabajadores. Poco a poco el socialismo bolchevique se hizo presente beneficindose de la repercusin de la Revolucin Rusa. JoaquinPimenta, que asisti a esta evolucin desde dentro del movimientoobrero, ha dicho que "antes de la revolucin ruso-sovitica la palabra anarqua haba llegado a ser de uso obligatorio en la tribuna proletaria. Con la revolucin rusa fueron quedando en un segundo plano los anarcosindicalistas, transformndose la palabra comunismo en una especie de trmino litrgico, sacramental, en la oratoria de las asambleas y de los comicios, juntamente con los nombres de Marx, Engels, Lenin y Trotsky" ,112

    Por otra parte, en el ambiente universitario, particularmente en laFacultad de Derecho de Sao Paulo, se haba desarrollado durante elltimo cuarto del siglo XIX una escuela krausista-social de la cual derivtanto lo que se ha llamado "liberalismo social", uno de cuyosrepresentantes Joaqun Nabuco pretenda perfeccionar el liberalismo a partir del derecho social moderno,113 as como el "socialismo de ctedra", A esta ltima tendencia perteneci Pedro Lessa quien, sea

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    lando una serie de cuestiones que aludan al socialismo, enumeraba: lareglamentacin de los salarios, la disminucin y fijacin de las horas detrabajo, la fundacin de cooperativas auxiliadas por el Estado, lasupresin del trabajo de los nios y las mujeres casadas, la creacin decorporaciones de artes y oficios, entre otras. Segn l, muchas de lasaspiraciones del socialismo sern finalmente concretizadas en leyes. 114

    El socialista argentino Juan B. Justo fue universitario como Lessa,aunque positivista como Gonzlez Prada, pero estuvo ms ligado queambos a la prctica poltica y sindical, como Recabarren.

    Se han distinguido tres etapas en el desarrollo terico de Juan B.Justo.115 La primera es su etapa de formacin universitaria como mdicoy transcurre fuera de la vida poltica. La segunda transcurre entre finesde los 80 y fines de los 90 y es cuando se hace socialista. Desde finesde los 90 adhiere al socialismo marxista bersteiniano, fuertementeinfluido por Die Neue Zeit.

    El gran aporte que hace Justo, sin ser estrictamente el primero, esponer el problema social ya en el siglo XIX, en un marco establecido porla generacin del 80, donde ello no tena importancia. Justo quiereampliar la poltica hacia los excludos y quiere hacer presente susituacin econmica.

    En El socialismo (1902) se pregunta qu es el socialismo? yconstata que esta palabra "suele emplearse para designar, por unaparte, el movimientno obrero; por otra, la idea de una sociedad igualitariay comunista. Para ciertos patrones, el ms insignificante reclamo de lostrabajadores es socialismo, y en su forma ms peligrosa; as, unestanciero, al llegar a la cocina de los peones, encontr escritas en lapuerta las palabras "ms galleta! y, azorado, volvise a contar a suesposa que todos los peones eran anarquistas".116 A estas visionesparciales o falsas responde Justo que "el socialismo es la lucha endefensa y para la elevacin del pueblo trabajador, que guiado por laciencia, tiende a realizar una libre e inteligente sociedad humana, basadasobre la propiedad colectiva de los medios de produccin" ,117 AfirmaJusto que una cuestin muy caracterstica de la "nueva mentalidadobrera" es la "asociacin de los proletarios en cooperativas deproduccin y consumo" que, segn l, aportan las ventajas siguientes:"proveen ventajosamente a los asociados, dan buenas condiciones detrabajo a los obreros que emplean y contribuyen eficazmente a mejorarla tcnica sin buscar ganancias extraordinarias para nadie".118

    En 1914 escribe La cuestin agraria en la que su ocupa muchomenos de

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    cuestiones terias o de la experiencia de los pases ms avanzados,para centrarse en el caso argentino proponiendo una legislacin agrariapreocupada del buen empleo de las tierras pblicas, de evitar elacaparamiento de la tierra y de dar estabilidad y garantas alarrendatario;119 pero Justo no es capaz ni de formular categorasinterpretativas ni de proponer en sentido fuerte un proyecto para laagricultura o para el campesino, como lo hara Mariategui pocos aosms tarde.

    Desarroll sus ideas muchas veces en contraste y debateideolgico con el anarquismo que por esos aos, particularmente entre los trabajadores inmigrantes, tena mucha presencia. Los cratasdesarrollaron una campaa de creacin de escuelas fundadas en laspropuestas de Kropotkine.12O Anarquistas y socialistas, aunque en diversos grados, coincidieron en el antimilitarismo y en el anticlericalismo as como repudiaron diversas costumbres consideradasresabios de pocas oscuras. Fueron menos acordes en los aspectosconstructivos. Particularmente los anarquistas no lograron ponerse deacuerdo ni materializar las comunidades o las cooperativas. Ms xitotuvieron en las escuelas y en las labores periodsticas.

    Ricardo Flores Magn escribe un conjunto de artculosimportantes en el peridico Regeneracin, precisamente en vsperas de la Revolucin Mexicana. Segn l, "Sobre Mxico pesa el ms vergonzoso de los despotismos" siendo uno de los especiales empeosde ese despotismo "tener a los trabajadores en la ignorancia de susderechos",121 y no slo ello, yendo ms adelante sostiene: Porfirio Daz"se ha mostrado siempre decidido por conseguir que el proletariadomexicano se considere a s mismo inferior en mentalidad, moralidad yhabilidad tcnica y hasta resistencia fsica a su hermano el trabajadoreuropeo y norteamericano" .122 Pero la opresin o la minusvaloracin no son las nicas desgracias que sufre el trabajador, por cierto sobreviveen la pobreza o miseria: "sobre una tierra maravillosamente rica, vegetaun pueblo incomparablemente pobre" .123 Tal vez por todo esto se han generado dos situaciones: la primera, el trabajador emigra al extranjero en busca de bienestar econmico o invade los grandes centros indus-triales de Mxico; la segunda, la revolucin que l percibe comoinminente.

    Escribiendo para las mujeres 124 comienza: "Compaeras: la catstrofe est en marcha, airados los ojos, el rojo pelo al aire,nerviosas las manos, pronta a llamar a las puertas de la patria. Ella traeen su seno la muerte, es anuncio de vida. No trae rosas ni caricias. Traeun hacha y una tea. La catstrofe est en marcha. Vosotras constitus la mitad de la especie humana Sois madres? Sois esposas? Soishermanas? Sois hijas? Vuestro deber es ayudar al hombre".

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    Flores Magn, como Recabarren, Gonzlez Prada y otrossocialistas y cratas dedican textos al tema de la mujer, refirindose entrminos bastante crudos a su opresin. Para el mexicano "la condicinde la mujer en este siglo vara segn su categora social; pero a pesarde la dulcificacin de las costumbres, a pesar de los progresos de la filosofa, la mujer sigue subordinada al hombre por la tradicin y por laley" .125

    Para solucionar estos diversos problemas Flores Magn apuesta ala revolucin. Afirma que lucha por la libertad econmica de lostrabajadores, que su ideal es que el hombre llegue a poseer todo lo necesario para vivir sin tener que depender de ningn amo.126 Se define como un utopista que suea con una humanidad "ms justa, ms sana,ms bella, ms sabia, ms feliz". Utopista y revolucionario, por ello"ilegal por excelencia" porque el hombre que ajusta sus actos a la ley"podr ser a lo sumo un buen animal domesticado". La Ley conserva, la Revolucin renueva.127

    En todo caso, probablemente lo que ms define a las posicionessocialistas y anarquistas latinoamericanas de esta poca es su tonofuertemente tico. De Gonzlez Prada se ha dicho que "la base tica desu anarquismo postula una regeneracin de las instituciones peruanas yla solucin al problema indgena, as como al problema del centralismo, a travs de una moral anrquica, de una revolucin integral y de un nuevo sistema educacional" .128 De Ingenieros se ha destacado su postura tico-social.129 Flores Magn fue muy explcito en e(nombre que dio a su peridico Regeneracin en el cual denuncia el "vergonzoso despotismo" as como pone atencin en el tema de la moralidad delproletariado mexicano. Recabarren reiter una y otra vez que si habanprogresos en Chile stos no eran de orden moral para la burguesa que"se ha alejado de la perfeccin moral verdadera"130 sino slo progreso econmico. Respecto a la sociedad en general, afirm que sta haprogresado en "los crmenes y los vicios".

    La reiteracin de la cuestin moral; la preocupacin por lacorrupcin de las costumbres privadas y pblicas, por el cohecho, por los vicios, por el denigrante sistema carcelario, etc. son cuestiones todas que marcan el carcter de este discurso. Ello viene a empalmarsin duda con el discurso espiritualista por una parte, con el discursosobre la crisis por otra. La familiaridad con el pensamiento espaol de la poca es indiscutible.

    Sin embargo, este mismo tono moralista, muy inspirado enprincipios, es el que en cierta forma oculta la propia realidad. Lossocialistas y anarquistas impregnados de principios y doctrinas no son muy sensibles a las especificidades de la

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    realidad social latinoamericana, la que en general miran a travs de suslecturas. Los intentos de Juan 8. Justo por nacionalizar las masas inmigrantes, los afanes de Recabarren por comprender la evolucinhistrica de Chile en el siglo de vida republicana, la preocupacin deGonzlez Prada por la situacin del indio, estn todava muy lejos de losanlisis y proyectos que se llegarn a formular, sobre todo en Per yMxico, durante los aos 20.

    VI. Interpretaciones y propuestas identitarias: caudillismo,caracteres psquicos, raza y nacin.

    En una lnea, tambin identitaria, aunque algo distinta a la de Rod, se encuentra otra serie de autores y de obras donde se combinan un cierto nacionalismo con cuestiones psicolgicas, geogrficas y tnicas. Algunos resaltan la fuerza y el poder como mecanismos de supervivencia de los pueblos, inspirndose en Ratzel, Le Son o el darwinismo social. Continuadores, en cierto modo, de patrones ideolgicos decimonnicos europeos como el positivismo y el krausismo, se abren a nuevas tendencias pero leyndolas con un intenso afn de comprender y transformar la propia realidad, utilizndolas como herramientas.

    Tpicos como la crisis moral, la decadencia de la nacionalidad o del espritu de nacionalidad, la "enfermedad" de sus pases, la presencia de las masas inmigrantes o autctonas, el caudillismo, son algunos de los temas abordados. Ideas como regeneracin, integracin, nacionalismo, son algunas de las propuestas que llegaron a suscitar varios de los textos ms importantes del pensamiento latinoamericano, que en las primeras dcadas de este siglo es notoriamente ms rico, abundante e interesante que en las ltimas del anterior. Son prueba de esto: Os sert6es de Euclydes da Cunha, Pueblo enfermo de Alcides Arguedas, Nuestra inferioridad econmica de Francisco Encina y Lasdemocracias latinas de Amrica de Francisco Garca Caldern.

    Caudillismo y dictadura

    Francisco Garca Caldern elabor su interpretacin de las"democracias latinas" afirmndose en la idea de un hombre fuerte capazde subordinar a los pequeos caciques y hacer funcionar el pas. Sutesis bsica sobre este punto es que "el desarrollo de las democraciasiberoamericanas difiere considerablemente del admirable espritu de suscartas polticas". De hecho, "las tradiciones de la

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    raza dominante han creado sistemas de gobierno simples y brbaros" yes por eso que "el caudillo es el eje de la poltica". El caudillo sea porquees "jefe de un partido, de un grupo social o de una familia poderosaimpone su voluntad tirnica a la multitud. En l se concentran el poder y la ley. De su reaccin depende el orden en el interior, el desarrolloeconmico, la organizacin nacional: su autoridad es inviolable, superior a la constitucin y a las leyes" .131

    Ahora bien, por otra parte, genticamente intenta explicarse el por qu de este fenmeno. Yendo a la tradicin hispnica as como a laindgena americana extrae elementos que le parecen definitorios paraconcluir que "en toda la historia de Amrica, la herencia de losespaoles y de los indgenas, converge hacia la exaltacin del caudillo" .132

    Por este camino intenta introducirse en la racionalidad interna deesta forma de hacer poltica (o de negacin de la poltica). Segn GarcaCaldern, "'as revoluciones sudamericanas pueden ser consideradas como una forma necesaria de actividad poltica. El partido vencedorintenta destruir a los otros grupos; la revolucin representa entonces unmedio poltico para los partidarios privados del sufragio y corresponde alas protestas de las minoras europeas, a las huelgas anarquistas del proletariado, a los grandes meetings anglosajones en que los partidos de oposicin combaten al gobierno".133

    El venezolano Laureano Vallenilla Lanz que ha sido, guindosepor lo secundario ms que por lo central, definido como positivista, se aboca a una tarea muy similar a la del peruano. En Cesarismodemocrtico (publicado casi una dcada ms tarde pero escrito en 1909)se ocupa como Francisco Garca Caldern, Carlos Octavio Bunge yAlcides Arguedas, del caudillismo o caciquismo latinoamericano. Con ribetes positivistas aunque mucho menos relevantes que los ribetes lebonianos y en todo caso inspirndose en su compatriota Gil Fortoul yen Jos Mart, quiere oponerse a los letrados artificiales, que redactanconstituciones de letra muerta, para reivindicar al "presidente boliviano"(a la Bolvar) nico capaz de subordinar a los pequeos caciques,suprimiendo la anarqua.

    En su texto Vallenilla Lanz sostiene, en trminos generales, quedentro del proceso de consolidacin de los estados latinoamericanos, el caudillismo se da como un mal necesario, luego de la ineficaciademostrada por los idelogos abstractos que han intentado aplicar constituciones importadas sin considerar la naturaleza de nuestros pueblos. En su planteamiento ms amplio, hay claras coincidencias con lo propuesto por Mart, aunque llega a conclusiones diferentes.

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    Para Vallenill