las dos pulgas y el perro

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LAS DOS PULGAS Y EL PERRO Era un día caluroso de verano y a nuestro amigo Tom (el Perro) le gusta salir a pasear al jardín. Allí se revolcaba en el césped que estaba frasquito, más allá había unos árboles en los cuales dejaba su “Marca de la casa” meaba en su tronco marcando el territorio, Tom era un perro casero, nada nervioso más bien tranquilo pero muy solitario, no molestaba a nadie pero tampoco le gustaba que le molestaran. Página 1 de 3 DOS PULGAS Y EL PERRO

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Aquella tarde pensó que debía explorar más su territorio de modo que salió de casa y se revolcó como siempre en el césped, allí Tom jugaba con una pelota hasta que se quedó un rato tendido en el suelo refrescándose y respirando con la lengua fuera.Pero en ese momento Kam y Kelo dos pulgas macho se subieron al lomo de Tom, estas querían ir de excursión a merendar en el campo y como si tratara de un autobús poco a poco se iban dirigiendo a la cabeza del perro

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Page 1: Las dos pulgas y el Perro

LAS DOS PULGAS Y EL PERRO

Era un día caluroso de verano y a nuestro amigo Tom (el Perro) le gusta salir a pasear al jardín.

Allí se revolcaba en el césped que estaba frasquito, más allá había unos árboles en los cuales dejaba su “Marca de la casa” meaba en su tronco marcando el territorio, Tom era un perro casero, nada nervioso más bien tranquilo pero muy solitario, no molestaba a nadie pero tampoco le gustaba que le molestaran.

Aquella tarde pensó que debía explorar más su territorio de modo que salió de casa y se revolcó como siempre en el césped, estaba fresquito allí Tom jugaba con una pelota hasta que se quedó tendido en el suelo refrescándose y respirando con la lengua fuera durante un rato.

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DOS PULGAS Y EL PERRO

Page 2: Las dos pulgas y el Perro

Pero en ese momento Kam y Kelo dos pulgas macho se subieron al lomo de Tom, estas querían ir de excursión a merendar en el campo y como si tratara de un autobús poco a poco se iban dirigiendo a la cabeza del perro, al llegar allí Kam de dijo a Kelo:

- Nos pondremos aquí y cuando lleguemos al bosque nos bajamos de un salto ¿de acuerdo?

- Vale (respondió Kelo, ella iba de finolis)

Al rato Tom se levantó y echó a andar acercándose a los árboles, orinó en su tronco dejando su marca y un fuerte hedor que a nuestro amigo el finolis no le gustó nada, por lo que las pulgas decidieron apearse de un salto. Tom ni se enteró siguió adentrándose y a pocos metros se volvió a tumbar mirando hacia donde estaban las pulgas,

Kelo todo cabreado le decía a Kam:

- ¿Ves ese jodido chucho lo que ha hecho?, vaya meada, parece un mar, ¿cómo saltamos eso, será posible?, ¿cómo puede tener tanta agua un perro?

- Pues nos sentaremos a esperar a ver si pasa alguien (dijo Kimo)

Al cabo de un rato se acercó un conejo blanco que llevaba el pelo y el rabo grasiento un poco sucio y Kelo le dijo a Kam:

- Ahí yo no subo, este conejo está todo sucio y se nos estropeará la comida

De modo que el conejo prosiguió y Kan le propuso:

- Podemos hacer una canoa e ir remando hasta la otra orilla ¿qué te parece? - Vale (dijo Kelo)

De modo que guardaron la comida y empezaron a abrir una paja intentando hacer dos huecos para poder navegar sin mojase y llevar la comida hasta la otra orilla, una vez acabada la pusieron al agua y empezaron la travesía la dos pulgas con la merienda, todo iba bien hasta que un airecillo la inclinó demasiado y rodando sobre sí misma la canoa volcó, las maldiciones de Kelo se oían sin parar se estropeó la merienda y agarradas a un trozo de pajita para poder flotar llegaron como pudieron a la otra orilla, estaban llenas de meadas y el amigo Tom que las observaba y con esa medio sonrisa que hacen los perros al acercarse las pulgas Tom les dijo:

Moraleja:

ES MEJOR UN CONEJO SUCIO QUE UNA PAJA BIEN HECHA.

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