la tarea de liderar grupos

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La Tarea de Liderar Grupos Infante, E. (2003). La tarea de liderar grupos. En M. Marín y M.A. Garrido (Ed).El grupo desde la perspectiva psicosocial.

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  • Infante, E. (2003). La tarea de liderar grupos. En M. Marn y M.A. Garrido (Ed). El grupo desde la perspectiva psicosocial. Conceptos Bsicos. Pp. 81-101. Madrid: Pirmide. ISBN 84-368-1818-0.

    La tarea de liderar grupos Eduardo Infante Rejano

    1. Introduccin

    Numerosos expertos en la aplicacin de grupos humanos coinciden en afirmar que

    las organizaciones sociales cada vez apuestan ms por el uso de grupos de alto

    rendimiento a la hora de alcanzar sus objetivos que por grandes individuos

    aislados. La complejidad de la realidad, el enorme volumen de trabajo e

    informacin a integrar as como las demandas en creatividad competitiva que

    generan los nuevos entornos, propicia un auge de la gestin de grupos en

    detrimento de otros recursos humanos. Esto quiere decir que, contrario a lo que

    ocurriera con anterioridad, la presencia de lderes sociales no parece ser deseada ni

    an precisa mxime cuando la sociedad actual adolece de valores sociales capaces

    de ser localizados en potenciales guas conductuales. Si quisiramos identificar a

    lderes en los diversos mbitos humanos poltico, blico, religioso, artstico, etc.- nos resultara ms fcil hacerlo con respecto al pasado que al presente.

    Pese a lo comentado, el tema del liderazgo no es nuevo en psicologa social y son

    innumerables los trabajos, investigaciones, modelos y teoras surgidas en torno a la

    tarea de liderar a las personas (Ares y Marn Snchez, 2002). Este esfuerzo inicial

    comienza a generar una nueva literatura que aboga por nuevas definiciones del

    lder y por un serio replanteamiento de las funciones asociadas a l. Adems, la

    concrecin de este nuevo lder del siglo XXI es de suma importancia para la

    Psicologa de los grupos ya que una de las tareas ms frecuentes del proceso de

    liderazgo es, precisamente, la de dirigir y guiar grupos de trabajo.

    2. Redefiniendo al lder

    La palabra lder ha sido introducida en nuestra lengua a travs del verbo ingls

    lead cuyo significado es dirigir, guiar, conducir. Dicho termino posee races en el antiguo sajn y lo define como sendero, camino o rumbo marino. El lder sera pues aquel que sirve de gua, de conductor, de cabeza pensante dentro de un

    grupo. ORoark (2002) identifica el termino con las funciones de buscador de caminos (pathfinder) y creador de mapas (mapmaker).

    La vaguedad del termino ha dado origen a un sin fin de definiciones ms o menos

    explicitas de lo que es liderar. Por ejemplo y siguiendo a Etzioni (1961), el

    liderazgo es la habilidad personal de un individuo para lograr el cumplimiento

    voluntario de sus seguidores en una amplia variedad de tareas. Otras definiciones

    mencionan el proceso de liderazgo en relacin con el ejercicio de una posicin de

  • autoridad, o una relacin de poderes (vase French y Raven, 1959), la toma de

    decisiones riesgosa, la capacidad de influir en los dems (Cartwright, 1965; Brown,

    1983) o persuadirles (Koontz y ODonnell, 1955), la habilidad para generar altos resultados grupales (valor instrumental), la capacidad de unir a un grupo, el

    desempeo de un rol (Sherif y Sherif, 1969), o de un proceso grupal, etc. Lo que

    parece estar claro es que el proceso implica una relacin interpersonal asimtrica

    entre uno que ejerce un tipo de influencia y otro u otros que son influidos con

    menor o mayor conciencia.

    La distincin ms tradicional entre lderes es la referida a los lderes formales e

    informales. Los lderes formales son individuos influyentes que ocupan puestos o

    posiciones sociales de prestigio o autoridad, forman parte de las estructuras

    jerarquizadas de las instituciones y cuentan con mecanismos formales para

    asegurarse el cumplimiento de sus directrices por parte de sus seguidores (sistemas

    de recompensas y sanciones). De esta forma, un alcalde ejerce una posicin de

    autoridad y a la vez puede ser un lder formal de su localidad. Como veremos en

    este capitulo, un lder formal cuenta con un poder formal e informal. Pero no todos

    los directivos o supervisores son lderes; ms an, capacidad y habilidad para

    liderar no suelen ir a la par. As, los lderes informales describen miembros

    grupales que potencialmente son capaces de influir en el resto del grupo. A

    diferencia de los lderes formales, los lderes informales slo poseen poder

    informal.

    Las primeras investigaciones en torno al liderazgo se centraron en averiguar qu

    rasgos o caractersticas personales hacan a una persona lder de un grupo. Por

    entonces se admita la idea de que un lder nace, no se hace. Este enfoque

    determinista y personalista, denominado enfoque de rasgos por Yukl y Van Fleet

    (1991), gener una lista de cualidades ms o menos innatas supuestamente

    relacionadas con la eficacia en la direccin de grupos. Algunos de los hallazgos

    encontrados en esta primera etapa investigadora fueron los siguientes:

    Inteligencia: los estudios indicaron que efectivamente los lderes posean

    una capacidad intelectual por encima de la media pero que esta cualidad era

    eficaz dentro de un grupo siempre y cuando las diferencias con respecto al

    resto no fueran excesivas.

    Personalidad: el ingenio, la originalidad, la integridad personal, la

    autoconfianza, entre otros, son rasgos asociados al liderazgo eficaz. Covey

    (1996) destaca otra serie de caractersticas significativas referidas al sentido

    de misin en la vida, apertura al cambio, aprendizaje continuo, vocacin

    por servir, optimismo, conocimiento ajeno y equilibrio personal.

    Caractersticas fsicas: variables tales como la edad, el sexo, la altura o la

    constitucin fsica mostraron relaciones contradictorias en relacin con la

    capacidad de liderar. Numerosos estudios han indicado que estas

    caractersticas seran recomendables poseer sobre todo al considerar la

    naturaleza de los puestos o posiciones (ej. Directores de centros educativos,

    altos cargos militares, vigilantes de seguridad, lderes juveniles,

    vendedores, etc). Por ejemplo, en el estudio de Goktepe y Schneier (1989)

    los lderes emergentes de grupos mixtos fueron evaluados con mayor

  • atractivo fsico que el resto compaeros. De cualquier manera, la evidencia

    emprica permite afirmar que estas caractersticas no son las nicas a

    considerar ni tampoco poseen un carcter determinante. Por otra parte, la

    influencia que podran ejercer procede no tanto de su efecto directo como

    de la interpretacin cultural asociada a cada una de ellas. Por ejemplo, en

    relacin con la variable sexo ampliamente estudiada, es preciso mencionar

    un conjunto de efectos psicosociales que s determinan en la prctica la

    eficacia diferencial que hombres y mujeres tienen a la hora de liderar.

    Desde esta consideracin, se sabe que los miembros grupales favorecen

    antes la eleccin de un lder hombre que mujer independientemente del

    contexto grupal (Forsyth, Heiney y Wright, 1997). Otro estudio constat

    que en grupos mixtos los hombres emergen antes de lderes que las mujeres

    sobre todo en tareas que no precisan interacciones sociales complejas

    (Eagly y Karau, 1991). Desde las teoras de categorizacin social del

    liderazgo y de la teora del rol social, se sugiere que existen discrepancias

    cognitivas entre el estereotipo individual sobre las mujeres y el prototipo de

    la figura del lder. Como indicara Powell y Butterfield (1989, 2002), el

    buen directivo (lder) se percibe an como masculino. Estos condicionantes psicosociales limitan directa e indirectamente el acceso de

    las mujeres a puestos de liderazgo extendiendo la errnea idea de que no

    estn capacitadas para tal funcin y, por efecto de la profeca autocumplida,

    transformndola en cierta. Efectivamente, las mujeres fueron ms eficaces

    en el desempeo de roles de liderazgo cuando estos venan definidos en

    trminos menos masculinos (Eagly, Karau y Makhijani, 1995). La

    expectativa de genero-estereotpico permite afirmar que las mujeres lideran

    con un estilo orientado hacia las relaciones interpersonales y los hombres

    hacia las tareas grupales adoptando aquellas actitudes ms democrticas y

    participativas (Eagly y Johnson, 1990).

    Habilidad supervisora: a pesar de ser una variable directamente relacionada

    con la posicin jerrquica del sujeto, sta no determina la eficacia en la

    tarea de liderar. As se demostr recientemente en la investigacin

    experimental de Riggio, Riggio, Salinas y Cole (2003) en la que los

    miembros de un grupo eligieron como lderes a aquellos ms habladores y

    extrovertidos. Si bien generaron ms satisfaccin grupal, las habilidades de

    comunicacin y sociales de los lderes no se relacionaron con una mayor

    eficacia grupal.

    Valores morales y ticos: son pocos los estudios referidos a estas cualidades sociomorales de los lderes pero parece ser que aquellos que poseen un

    razonamiento moral alto contribuyen con mayor eficacia al desarrollo de los

    miembros del grupo (Pearce y Sims, 2002).

    Las frecuentes contradicciones en torno los resultados obtenidos desde esta

    perspectiva contribuy a que se abandonara como marco de referencia

    investigador. Ms que hablar de rasgos asilados o determinantes pertenecientes a

    un gran hombre, las teoras sobre liderazgo se enriquecieron al introducir el concepto de estilo de liderazgo.

    3. Estilos de liderazgo

  • El tipo de persona que ejerce una posicin de liderazgo est determinado no slo

    por los atributos personales sino adems por los objetivos, las circunstancias y las

    caractersticas de los propios seguidores. Esta afirmacin admite que, aunque

    algunas personas estn ms predispuestas a surgir como lderes que otras, en

    principio cualquier persona podra aprender a liderar grupos. Esto es, la conducta

    de liderar a otros sera ms una habilidad que una capacidad humana y definira lo

    que es y no es un lder. Los estilos de liderazgo se definen como la conducta

    habitual de un individuo cuando dirige las actividades de un grupo hacia objetivos

    compartidos (Hemphill y Conos, 1957) y su estudio emana del enfoque conductual

    (Yukl y Van Flete, 1991).

    3.1. Clasificaciones clsicas

    La clasificacin de estilos de liderazgo ms clsica proviene de los estudios de

    Lewin y colaboradores (Lewin y Lippit, 1938; Lewin, Lippit y White, 1939). Estos

    autores distinguen inicialmente entre los estilos autocrtico, democrtico y

    permisivo.

    El estilo autocrtico define a un individuo que centraliza el poder de decisin

    ayudado de un aparato de direccin escalonado jerrquicamente. El estilo es propio

    de grupos con posiciones sociales bien estructuradas en funciones de las tareas de

    planificacin, ejecucin y control. Los rasgos del lder incluyen conductas

    enrgicas y estrictas, control de la disciplina y direccin firme. La percepcin del

    lder de sus seguidores sigue el patrn humano definido por McGregor (1967) en su

    teora X. La frase ms usada sera la de "Ustedes harn esto y aquello". Existe un

    subtipo de este estilo denominado estilo burocrtico caracterizado por un

    autoritarismo no concentrado en un lder dominante sino que las acciones y

    decisiones las toma un conjunto de autoridades cualificadas. Las caractersticas

    asociadas a este comportamiento se basan en definir reglas y procedimientos para

    sustento de la autoridad, exigencia a los seguidores para que asuman las

    instrucciones con eficiencia y objetividad, y definicin de las personas de

    individualistas y malas planificadoras, de nuevo dentro de una filosofa coincidente

    con la teora X. La frase ms usada sera la de "Ustedes deben de hacer esto y

    aquello".

    El estilo democrtico hace uso de procedimientos parlamentarios y de la toma de

    decisiones en grupo. Este estilo suele aparecer en grupos sociales cuyos miembros

    poseen parecido o mismo estatus y desarrollan comunicaciones horizontales. La

    naturaleza de los participantes queda encuadrada en la teora Y de McGregor y es

    coherente con los postulados del enfoque humanista (Mayo, 1945) basados en la

    modificacin y/o eliminacin de los elementos y factores que impiden el desarrollo

    y la participacin plena de los sujetos en las organizaciones sociales. En este caso,

    contamos con dos subtipos posibles para este estilo. Por un lado, el liderazgo

    carismtico, esto es, basado en el carisma que quiere decir "don de gracia", lo recibido de la providencia para conducir a otros por el buen camino. Su poder nace de la capacidad del lder de proyectar en los dems un deseo de identificacin

    con sus valores, formas de pensar y actuar. Sus rasgos conductuales implican una

  • completa aceptacin del grupo, peticin a sus seguidores de iniciativa y

    cooperacin desinteresada, autoexigencias de respeto hacia la opinin de otros, as

    como movilizacin de iniciativas y motivaciones ajenas para el logro de los fines.

    La frase ms usada es la de "Nosotros podemos hacer esto y aquello". Por otro

    lado, cabe pensar en un liderazgo persuasivo, estilo que hace uso inteligente de la

    capacidad de influir en el grupo, de resolver problemas difciles, de negociar

    eficazmente y, en general, de convencer por medio de las palabras. De entre sus

    rasgos conductuales debemos indicar el manejo de un conjunto de habilidades para

    influir sutilmente, la espera de confianza y gratitud de los subordinados, la

    autoexigencia de flexibilidad y escucha activa, y la bsqueda de apoyo individual y

    de la motivacin para lograr el mximo rendimiento. La frase ms usada

    corresponde a la de "Ustedes pueden hacer esto y aquello".

    Finalmente, el estilo permisivo (tambin laissez-faire o anrquico) se caracteriza

    porque el lder facilita informacin bsica que es necesaria para tomar decisiones

    sin hacer valer su autoridad de influencia en el proceso. Las decisiones de

    planificacin, organizacin y ejecucin se dejan al dominio del grupo. En este

    sentido, el lder no participa en la ejecucin de las actividades, no realiza controles

    o evaluaciones y deja al grupo decidir sobre las medidas correctivas. Realmente se

    trata de una conducta y actitud de no-liderazgo.

    Otra aportacin interesante tiene lugar en la Universidad de Michigan a raz de los

    estudios encabezados por Likert (1961, 1967) quien propone cuatro sistemas

    posibles que describen diferentes estilos de liderazgo:

    (1) Autoritario-explotador: aquel que emplea el miedo, la coaccin, las presiones, los castigos y, muy ocasionalmente, las alabanzas. Fuertemente

    jerarquizado y autoritario: las decisiones se toman en la cspide y existe un

    fuerte dispositivo de control y disciplina.

    (2) Autoritario-benevolente: usa alabanzas y castigos potenciales o reales en caso de desobediencia o negligencia.

    (3) Consultivo: utiliza alabanzas, castigos ocasionales y, de forma limitada,

    permite la participacin en planificacin y control de tareas.

    (4) Participativo: hace uso del reconocimiento econmico y de las alabanzas ante los resultados positivos. Crea un sistema de bonificaciones elaborado

    conjuntamente con el grupo y ste participa en la descripcin de objetivos y

    valoracin de los resultados. La direccin confa en sus colaboradores y les

    reconoce sus acciones. La informacin fluye por toda la empresa creando

    una atmsfera de buenas relaciones.

    Numerosas investigaciones han demostrado que los estilos democrticos y/o

    participativos son los ms eficaces, sobre todo, a largo plazo (Bass, 1981; Drenth,

    Theirry, Willen y Wolf, 1984). La eficacia se refiere tanto al nivel de produccin

    grupal como al de satisfaccin de los miembros. Ante un estilo autocrtico de

    liderazgo se observan sntomas de frustracin en los seguidores. Por una parte, se

    aprecian seales de odio y agresin fuertes que nunca se dirigen hacia el lder en

    cuestin sino contra los propios compaeros. Asimismo, se constatan conductas

    limitadas, desinters, apata y tendencia a huir. La relacin entre miembros del

  • grupo es tensa, con ausencia de bromas o conversacin amena. La presencia de

    conductas egostas e individuales es creciente. De esta forma, el grupo no llega a

    crear una verdadera conciencia grupal. En cuanto al rendimiento, este suele ser

    muy alto al principio pero a la larga disminuye como consecuencia de la frustracin

    generalizada. Bajo un estilo democrtico, los seguidores muestran relaciones

    recprocas positivas entre ellos y el lder. Hay contactos espontneos y un trato

    mutuo amistoso. Del mismo modo, la relacin con el lder, que es percibido como

    un igual pero con elevado respeto, es satisfactoria. La conciencia del grupo es

    relativamente fuerte y se refleja en expresiones de colectividad no individualistas.

    Los resultados alcanzados bajo esta forma de liderazgo son normalmente inferiores

    a los obtenidos en un primer momento por grupos bajo lderes autoritarios. No

    obstante, el trabajo muestra mayor originalidad y creatividad debido a la

    posibilidad de expresar libremente ideas, participar activamente y estimular el

    cambio. Finalmente, ante un estilo permisivo de liderazgo los resultados muestran

    bajo rendimiento global. El efecto que produce es una desorganizacin grupal

    unida a una falta de inters provocada por imitar la actitud del lder.

    3.2. Clasificaciones bifactoriales de los estilos de liderazgo

    La aplicacin de anlisis factoriales en el estudio de los estilos de liderazgo

    permiti la elaboracin de varios modelos que describan un conjunto de estilos

    relacionados a travs de dos (o ms) factores. Los diversos autores slo van a

    diferenciarse en funcin de la denominacin dada a dichos factores. En este

    sentido, investigadores de la Universidad de Ohio definieron en los aos 40 varios

    estilos en funcin de las dimensiones de (1) consideracin - inters por las

    relaciones humanas u orientacin por las personas- y (2), iniciacin a la estructura

    o inters por el trabajo u orientacin por las tareas. Segn se plantea, el lder eficaz

    sera aquel que se comporta con los dems de manera considerada pero que, sin

    embargo, proporciona las estructuras necesarias para permitir que se realicen las

    tareas de grupo. Como se aprecia, lo que distingue a este enfoque del anterior es la

    visin de continuidad conductual de forma que los estilos se conciben como

    formando parte de un continuo y no separadamente.

    La conocida rejilla gerencial o malla directiva de comportamiento (Blake y

    Mouton, 1964, 1980, 1993) es una clasificacin compleja de estilos de liderazgo

    basada en similares dimensiones bsicas. Segn sus autores las dimensiones aluden

    (1) al grado de inters mostrado por la produccin o tarea (IPR); y (2), al grado de

    inters mostrado por las personas o la relacin (IPE). Cada factor es dividido en

    nueve puntos dando lugar a 81 posiciones posibles en las que se puede ejercer un

    tipo de liderazgo. A diferencia del modelo anterior, se aprecia con mayor precisin

    la idea de estilo continuo formado por dos polos opuestos. El anlisis de los 4

    vrtices del grfico, junto con el punto intermedio (posicin 5,5), definen los estilos

    ms representativos de los lderes. Algunas de las caractersticas asociadas a cada

    uno se describen a continuacin junto con las reacciones ms habituales de

    aquellos que los siguen:

    Estilo 1,1: Liderazgo empobrecido (Bajo en IPR e IPE): este estilo muestra un

    mnimo inters tanto por el grupo como por los objetivos. La forma de liderazgo

  • consiste en asignar tareas a su gente y dejarla sola. Con ello se evitan problemas y

    se siguen las normas estipuladas sin correr riesgos. Muchas veces, este estilo es el

    resultado de no haber ido promocionando a puestos de mayor envergadura por

    algn fracaso personal o bien por motivaciones personales a nivel jerrquico. Las

    personas bajo este tipo de liderazgo aprenden muy pronto la conducta que deben de

    seguir consistente en dejar pasar el tiempo sin complicaciones y sin inters por

    solucionar las cosas. Prevalece en ellos un sentimiento derrotista y una actitud de

    no-asumir nuevas responsabilidades. En definitiva slo se acta para rendir el

    mnimo exigido sin motivacin por mejorar continuamente.

    Estilo 9,1: Liderazgo de tarea (Alto en IPR, bajo en IPE): La conducta del lder se dirige

    hacia la realizacin del trabajo y procurando que los factores humanos interfieran lo menos

    posible. Es decir, se consiguen los objetivos grupales sin considerar la satisfaccin de las

    necesidades personales en la tarea. Considera a los trabajadores como instrumentos para el

    logro eficaz de sus fines y de los de la empresa. Las necesidades y deseos personales

    deben subordinarse siempre a las metas organizacionales. Asume todas las

    responsabilidades y decisiones difciles del grupo a cambio de que sus seguidores realicen

    los planes, rdenes y deseos de ste sin vacilaciones o resistencias. En esta actitud, se

    establecen sistemas rgidos de control tales como rendir informes, revisar cuidadosamente

    lo ejecutado, determinar normas y plazos de trabajo, etc. La gente as dirigida de forma

    autoritaria y enrgica acta sin voluntad ya que las iniciativas de complementar, corregir o

    sugerir estn desestimadas por completo. En definitiva, este estilo reproduce el tradicional

    sistema jerrquico taylorista donde unos pocos piensan y muchos ejecutan. Pese a ello,

    existen evidencias empricas sobre la eficacia de este estilo de liderazgo siempre y cuando

    se acte sobre el proceso de toma de decisiones y no sobre el resultado en s (Peterson,

    1997).

    Estilo 5,5: Liderazgo de punto medio (Moderado en IPR e IPE): estilo de comportamiento

    a mitad de camino entre el inters por la produccin y las personas. Para este tipo de

    lderes, es posible lograr un desempeo adecuado equilibrando las necesidades de

    produccin con el mantenimiento de la moral (motivacin) del grupo. Presiona o dirige

    para lograr una produccin aceptable y, al mismo tiempo, trata de reaccionar ante los

    descontentos de sus colaboradores y evitar manifestaciones de disconformidad o

    desmotivacin. De esta forma, suele actuar por la va de la comunicacin eficaz y la

    motivacin de personal para el cumplimiento de los objetivos laborales.

    Estilo 1,9: Liderazgo de club de campo (Bajo en IPR, alto en IPE): cuidadosa

    consideracin a las necesidades de las personas para lograr unas buenas relaciones que

    lleven a una atmsfera agradable, cordial y a buen ritmo de trabajo. Es el contrario al lder

    9,1 ya que se deja a un lado los objetivos de la empresa. En su opinin, si se atienden las

    necesidades y los deseos de las personas, stas desempean mejor su tarea por lo que su

    mayor preocupacin es mantener un clima agradable de trabajo lleno de confianza y

    motivacin. Prefiere explicar antes de mandar, pedir antes de ordenar y suele actuar como

    modelo en aquellos trabajos difciles de realizar.

    Estilo 9,9: Liderazgo de equipo (Alto en IPR e IPE): en este caso, los logros grupales

    provienen de personas comprometidas y de la interdependencia favorecedora de relaciones

    de confianza y respeto. Gracias a este lder, el rendimiento del grupo es elevado pues los

  • seguidores se sienten integrados en un equipo eficaz y, al mismo tiempo, comprometido

    con la empresa. Una direccin de esta naturaleza slo es posible cuando los intereses

    generales del grupo son compatibles con los personales y van encaminados a satisfacer

    tanto metas de actuacin como necesidades individuales. El lder 9,9 considera que su

    tarea es la de lograr una ejecucin organizada mediante la participacin y dedicacin de

    sus colaboradores que aportan colectivamente sus propias ideas. Difiere del lder 5,5 quien

    no manipula al grupo para mantenerlo moderadamente satisfecho y productivo al mismo

    tiempo. Tampoco utiliza las personas como piezas de un gran sistema social (lder 9,1) y

    se aparta de las acciones directivas que pasan por alto los objetivos de produccin (lder

    1,9).

    Aunque la rejilla gerencial de Blake y Mouton an est siendo ampliamente

    utilizada por muchos expertos y consultores de organizaciones, es eminentemente

    descriptiva ya que no nos proporciona un marco de referencia que relacione el

    estilo de liderazgo con las necesidades de los seguidores u otras variables

    contextuales (Schein, 1982).

    Por su parte, McGrath (1984) define un ciclo de conductas en el lder compuesto de

    dos funciones distintas: (1) la funcin diagnstica y (2), la funcin de ejecucin.

    Estas funciones se han de poner en prctica cuando el grupo debe alcanzar metas a

    largo plazo utilizando racionalmente sus mltiples recursos. En concreto, la funcin

    diagnstica se centra en dos aspectos; (1) el control del entorno, es decir, conocer

    claramente las metas que se han de conseguir para satisfacer las demandas del

    ambiente externo al grupo; y (2), el conocimiento de las tareas o anlisis de las

    acciones ms incidentes en el logro de dichas metas. La funcin diagnstica tiene

    como objetivo ayudar al grupo a usar mejor sus recursos en el trabajo. Posterior a

    ella, la funcin de ejecucin pone en marcha las acciones ms oportunas pudiendo

    ser de dos tipos:

    Acciones internas: aquellas dirigidas al funcionamiento interno del grupo

    mejorando sus relaciones bien creando condiciones adecuadas para

    incrementar la motivacin o mejorando las relaciones interpersonales sin

    interferir en las tareas laborales. Estas acciones internas estn normalmente

    apoyadas en sistemas (externos) de castigos y recompensas.

    Acciones externas: aquellas otras orientadas al medio ambiente del grupo.

    Se encargan de crear un diseo de trabajo adecuado, un sistema de control y

    de recompensas organizacionales que fomente la motivacin intrnseca.

    4. Teoras situacionales del liderazgo

    Algunos autores consideran que la aparicin del lder se debe a la necesidad del

    grupo, sus caractersticas y determinantes, ms que a las cualidades de aquel. Esta

    postura define al liderazgo situacional que pone nfasis en los determinantes

    situacionales y en el comportamiento contingente del lder. Fue Fiedler (1967)

    quien formul el primer modelo contingente-situacional de liderazgo al presentar

    su teora del apareamiento de lderes. Supone este autor que un factor central en

    el xito de liderar es la adecuacin entre el estilo fundamental de un individuo y el

    contexto en donde es aplicado. Comienza por elaborar un cuestionario para evaluar

  • el estilo de liderazgo al que denomina cuestionario LPC (siglas en ingls de

    "compaero de trabajo menos preferido"). Dicho cuestionario contiene 16 pares de

    adjetivos antagnicos que servirn para describir, utilizando una escala de 8 puntos,

    aquel compaero del grupo con el que ms nos cueste trabajar. En funcin de los

    adjetivos elegidos, estaremos ante un lder orientado a la tarea (LPC bajo) u

    orientado a las relaciones interpersonales (LPC alto). Para el primer tipo, se

    alcanzar una mayor eleccin de adjetivos negativos (duros) que positivos

    (blandos). Contrario a lo que se pudiera pensar, el modelo supone que el estilo de

    liderazgo alcanzado es fijo, innato, no modificable. Por lo tanto, para ir en busca

    del liderazgo eficaz habr que emparejar correctamente los estilos de liderazgo con

    las caractersticas de la situacin. Entre los factores situacionales se sitan los

    siguientes que combinados entre s originan 8 posibles situaciones:

    1. Naturaleza de las relaciones entre lder-seguidores: indica el grado de

    confianza, seguridad y respeto que los subordinados procesan al lder. Puede tener

    dos valores: buenas (B) o malas (M).

    2. Estructura de la tarea: grado en el que estn sistematizados los puestos y

    definidas las tareas. Posee dos valores: si (S) y no (N).

    3. Poder legtimo del lder: grado de influencia que el lder tiene sobre

    contratacin, despido, sanciones, promociones, etc. Posee dos valores: fuerte (F) y

    dbil (D).

    Variables Situacionales I II III IV V VI VII VIII

    Relaciones con el lder B B B B M M M M

    Estructura de la tarea S S N N S S N N

    Poder legtimo F D F D F D F D

    Estas diferentes situaciones fueron correlacionadas con variables de efectividad

    obtenindose un perfil del lder ms adecuado en cada una de ellas segn las

    puntuaciones del cuestionario LPC. Cuanto mejor sean las relaciones entre lder-

    seguidores, ms estructurada la tarea y ms fuerte el poder de ste primero, mayor

    control e influencia tendr el lder. Al afrontar las situaciones I, II, III, VII y VIII,

    los lderes orientados a la productividad alcanzan mejores rendimientos. Los lderes

    ms democrticos obtienen un rendimiento ms elevado en situaciones

    moderadamente favorables (situaciones IV, V y VI). En definitiva, las

    puntuaciones que una persona obtiene en el LPC van a determinar el tipo de

    situacin para la cual se es ms eficaz, definiendo la situacin sobre la base de los

    tres factores descritos anteriormente.

    Los puntos fuertes de esta teora se resumen en que presta atencin a tres variables

    importantes tales como la naturaleza de la tarea, el estilo del lder y las relaciones

    con los seguidores (Schein, 1982). Adems, reconoce a priori, que el

    comportamiento del lder no es tan flexible como se pensaba; se trata pues de

    encontrar una correspondencia entre situacin y LPC personal. En cuanto a los

    puntos dbiles, hay que indicar que las categoras situacionales son poco claras y

  • complejas, el diagnstico de los seguidores es pobre, se desestima la competencia

    tcnica de ambos y las correlaciones LPC-eficacia se evidencian como dbiles.

    La teora del ciclo de vida de Hersey y Blanchard (1972) ha sido otra gran

    contribucin para las teoras situacionales. Para estos autores, un buen liderazgo se

    consigue con el estilo adecuado para el grado de madurez de los seguidores. La

    teora se centra en estos porque son los que aceptarn de buen grado la influencia

    del lder, independientemente de lo que realmente haga ste. El estilo debe respetar

    la madurez del grupo referida al deseo y la capacidad de las personas de asumir

    responsabilidades y de dirigir su propia conducta. La madurez posee dos planos de

    anlisis: (1) madurez tcnica o para el trabajo y (2), madurez psicolgica. La

    madurez tcnica se refiere a poseer los conocimientos y las destrezas necesarias

    para desempear correctamente las tareas y funciones sin necesidad de ser

    instruidos o enseados. Por su parte, la madurez psicolgica alude a la motivacin

    intrnseca para hacer algo sin necesidad de ser estimulados o alentados

    externamente. Las etapas de madurez se describen a continuacin:

    Etapa M1: los seguidores ni quieren ni pueden asumir responsabilidades ya

    que su preparacin profesional y desarrollo personal no se lo permiten.

    Etapa M2: los seguidores se sienten motivados pero no poseen los

    conocimientos ni las tcnicas necesarias para asumir responsabilidades.

    Etapa M3: los seguidores pueden acarrear con grandes funciones pero no lo

    desean personalmente.

    Etapa M4: los seguidores quieren y pueden hacer lo que se les dice o

    asigna.

    En cuanto a los estilos, los autores siguen la clasificacin realizada por Fiedler

    (1967) que, combinndolos con las dos dimensiones (iniciacin y consideracin)

    anteriores dan lugar a cuatro estilos de liderazgo:

    E1. Ordenacin: el lder define los roles e indica a sus seguidores cundo y qu tareas realizar. Es una conducta prcticamente directiva de supervisin.

    E2. Persuasin: el lder tiene una conducta directiva de controlar las acciones pero a la vez de apoyo moral.

    E3. Participacin: el lder y los seguidores participan en la toma de

    decisiones siendo la funcin principal del lder la de facilitar y comunicarse

    con ellos.

    E4. Delegacin: el lder brinda muy poca direccin y apoyo al grupo. No

    necesitan estructurar o planificar las tareas.

    Como se aprecia, la eficacia de los lderes consistira en cambiar desde un nfasis

    hacia la tarea (iniciacin) hacia un inters en las relaciones grupales

    (consideracin) a medida que el grupo se desarrolla. Esta premisa fue confirmada

    experimentalmente por Kivlighan (1997) a lo largo de 10 sesiones de trabajo.

    Otra teora situacional parte del esfuerzo de House (1971) por integrar la teora de

    las expectativas de Vroom (1964) con los estilos de liderazgo de la Universidad de

  • Ohio. Su teora, denominada teora camino-meta o de las expectativas de meta,

    considera que la misin del lder consiste en ayudar a sus seguidores a alcanzar

    metas y proporcionarles la suficiente direccin y apoyo como para garantizarles

    que sus metas personales sean compatibles con los objetivos globales de la

    empresa. La expresin camino-meta deriva de la creencia de que un buen lder facilita el camino para que sus seguidores alcancen metas (especficas y grupales),

    eliminando de esta manera las desviaciones o errores que pudieran cometer. Las

    dos dimensiones que intervienen son: (1) la consideracin hacia las personas, que

    facilita el recorrido y (2), la estructura de la tarea, que sirve para aclarar el camino.

    La conducta del lder se torna motivacional cuando hace que la satisfaccin de las

    necesidades de los seguidores dependa de un buen desempeo y, adems, ofrezca

    direccin, gua, apoyo y premio real al lograrlo. Cuando los lderes manifiestan

    mucha consideracin, los seguidores seguramente sentirn mayor satisfaccin

    laboral. Sin embargo, ante una gran estructuracin de tareas se percibe mayor

    claridad en los roles y se favorece en rendimiento. La teora predice que la

    consideracin del lder alcanza su mxima eficacia cuando se produce en

    situaciones altamente estructuradas. Por contra, la estructuracin del lder ser ms

    eficaz en situaciones ambiguas o con trabajos cargados de fuerte estrs (por lo

    tanto, menos o nada eficaz en situaciones con tareas altamente estructuradas y

    delimitadas ya que la informacin que se entrega es redundante e incluso,

    amenazante). Consecuentemente, una gran consideracin es recomendable en

    situaciones rutinarias con tareas repetitivas.

    Finalmente, la literatura suele incluir en este grupo de teoras el modelo de toma

    de decisiones propuesto por Vroom y Yetton (1973). Estos autores presentan un

    modelo ms normativo que descriptivo, es decir, pretenden dar las claves para que

    cualquier persona (directivo), independientemente de su estilo de liderazgo, sepa

    tomar la mejor decisin a la hora de dirigir la accin de un grupo. En contra de

    Fiedler (1967), consideran que es ms fcil cambiar la conducta que el estilo de

    liderazgo. Se hace necesario un estudio profundo de la situacin y no slo del lder

    ya que ste depender de la naturaleza de la tarea y de los seguidores. Sus

    investigaciones demostraron que en cierto tipo de tareas y determinadas

    personalidades, era preferible el uso de un liderazgo autocrtico. Reconocen cinco

    estilos de liderazgo en funcin del grado de participacin de los miembros en el

    control de la informacin vital y la toma de decisiones: dos estilos autocrticos,

    otros dos consultivos y uno de grupo (democrtico). Por otro lado, los resultados

    que determinan la eficacia de la decisin son los siguientes: (a) calidad de la

    decisin; (b) aceptacin por parte de los seguidores; y (c), tiempo posible a invertir.

    Segn estos condicionantes, elaboran un rbol de decisin que, a lo largo de una

    serie de preguntas fundamentales, indica y orienta la mejor forma de decidir por

    parte del lder.

    5. teoras interactivas

    La escasa productividad de la investigacin sobre liderazgo basada en el estudio de

    los rasgos o las situaciones ha propiciado la emergencia de teoras contingentes

    que, desde una visn ms compleja de la realidad, examinan las caractersticas del

    lder en el contexto de determinantes situacionales (Chemers, 2000). Las teoras

  • contingentes o interactivas se centran en las relaciones lder-seguidores y analizan

    el proceso de influencia y poder. La mayora de estas teoras parten del

    condicionamiento operante que afirma que la conducta de los seguidores est

    determinada por las contingencias de refuerzo del ambiente de forma que los

    lderes son seguidos e imitados por los beneficios que aportan directa e

    indirectamente.

    A travs del enfoque transaccional, Hollander (1978) analiza el liderazgo como

    un proceso de intercambio en el que los lderes entregan recompensas y evitan

    costes a los seguidores a cambio de respecto y lealtad, entre otras. Desde este punto

    de vista, los miembros grupales son emisores de roles cuyos desempeos dependen

    de las expectativas, los objetivos o las tareas. Antecedentes de estos planteamientos

    se encontraban ya en la teora del intercambio didico de Graen (1976) al

    analizar las relaciones transaccionales que se establecen en las dadas lder-

    subordinado. Segn esta teora, el lder selecciona a aquellos seguidores

    compatibles con l en trminos profesionales e interpersonales y con los que

    desarrollar intercambios significativos. Los efectos interactivos sobre la conducta

    de liderazgo no se circunscriben exclusivamente en relaciones didicas. Por

    ejemplo, la investigacin de Karakowsky y Siegel (1999) demuestra que el nivel de

    conducta de liderazgo exhibida en grupo est condicionada por la composicin

    sexual del grupo y la orientacin de genero del tipo de tarea a desarrollar.

    6. El liderazgo transformacional

    Las pginas precedentes han ido perfilando la idea de que la mejor forma de influir

    positivamente en la conduccin de un grupo de personas es de manera voluntaria,

    sutil y motivada. Las conductas de los lderes procedentes desde actitudes

    democrticas, carismticas, informales y persuasivas han sido identificadas como

    las ms idneas para el desarrollo grupal tanto a nivel productivo como humano.

    En esta misma lnea, han surgido propuestas para poner mayor nfasis en la

    generalizacin de habilidades y destrezas del lder hacia sus seguidores en un

    proceso denominado enpowerment (en espaol, apoderamiento, empoderamiento

    o fortalecimiento) y que permite otorgar poderes determinados. Muchinski (2001)

    encuadra este proceso dentro del liderazgo transformacional en oposicin al

    transaccional, y definido como aquel que procura incidir en cambios actitudinales

    significativos en los seguidores y crear un compromiso grupal para con los

    objetivos compartidos. Los lderes se convierten hoy en da en lderes del cambio

    normativo-cultural y su principal funcin sera la de generar agentes de cambio.

    Siguiendo a Ares y Marn Snchez (2001), el liderazgo transformacional se basa en

    la influencia idealizada de dar ejemplo, la motivacin inspiradora de retos, la

    estimulacin intelectual creativa y la atencin individualiza. El lder

    transformacional hace un fuerte alarde de poder y liderazgo informacionales y, a la

    vez, resulta optimo contar con capacidad para facultar a los dems. De acuerdo con

    Hater y Bass (1988), estos lderes transmiten un sentimiento de misin, estimulan

    experiencias de aprendizaje y fomentan nuevas formas de pensamiento grupal.

    Esta filosofa de liderar encaja con gran acierto en las caractersticas del entorno

    que rodea a los actuales grupos sociales (vase Peir, Prieto y Roe, 1996). Segn se

  • constata, la mayora de los grupos sociales van a tener que atender demandas muy

    variadas y cambiantes lo que supone atender numerosas fuentes de informacin y

    procedimientos que exigen altos conocimientos y habilidades. Dado que es muy

    difcil que una persona (potencial lder) pueda atender semejante volumen de

    esfuerzo, lo ms habitual es que los miembros se encuentren insertados en grupos

    sociales flexibles en los que puedan asumir roles y funciones segn sea la tarea

    (proyecto) a realizar. Esto significa que, en un grupo dado, los lderes se suceden

    con mayor frecuencia en el tiempo en funcin de la adecuacin entre las

    caractersticas personales con las situacionales. La dinmica de las nuevas formas

    de adaptacin fuerza a que estos estilos de liderazgos emergentes posean una

    naturaleza ms informal que formal dada la dificultad de modificar rpidamente los

    sistemas jerrquicos y de autoridad propias de las organizaciones sociales.

    As pues, si el liderazgo transaccional describa situaciones de influencia vertical,

    en el liderazgo transformacional se promueven relaciones de poder compartidas

    que resultan ser ms predictoras de la eficacia grupal (Pearce y Sims, 2002).

    7. Conclusiones

    Pese a estar abandonando la era individualista y competitiva, el liderazgo es uno de

    los temas estrella entre los estudios e investigaciones de las ciencias sociales. La

    figura del lder sigue siendo importante sobre todo de cara a facilitar la conduccin

    de los grupos sociales hacia objetivos de excelencia. Los diversos enfoques

    tericos en el estudio del liderazgo (personalista, conductual, situacional,

    interactivo, transformacional) han permitido afirmar que los lderes al mismo

    tiempo nacen y se hacen, y que su eficacia conductual depende tanto de los factores

    personales como situacionales (objetivos, tareas y destinatarios). En trminos

    generales, se recomienda la adopcin de estilos democrticos o participativos en

    los que los lderes puedan poner en marcha mecanismos de influencia derivados del

    poder informal (French y Raven, 1959). Este poder se basa en la aceptacin

    voluntaria de las directrices y guas del lder debido a sus rasgos carismticos y de

    experto. El poder informal es el ms adecuado para acompaar la tarea de liderar

    ya que alcanza el compromiso y la implicacin laboral de los miembros sin

    imposiciones, de abajo a arriba, a travs de lderes que sirven como modelos

    efectivos de comportamiento (Infante, 2001). Junto a estos requisitos, un lder debe

    tomar conciencia de su poder de influencia y autogestionarse en funcin de dos

    dimensiones fundamentales: el inters hacia las personas y el inters hacia la

    produccin, cubriendo de esta manera, el desempeo de roles funcionales de tarea y

    de mantenimiento del sistema social. Ms an, la generosidad del lder debe

    llevarle a fomentar actitudes de crecimiento personal en los seguidores de forma

    que contribuya a los procesos de empowerment (entrega de poder) propios del

    liderazgo transformacional. De cualquier forma, las intervenciones genricas en

    torno a la gestin de los procesos de liderazgo parecen ser desaconsejables por lo

    que antes de actuar deberemos siempre considerar los aspectos situacionales, las

    caractersticas de los participantes as como las interacciones entre ambos grupos

    de determinantes.

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